desafios y paradigmas de la educacion superior

Revista Mexicana de Derecho Constitucional Nm. 26, junio-diciembre 2012

DESAFOS Y PARADIGMAS DE LA EDUCACIN SUPERIOR

ChALLENGES AND PARADIGMS OF hIGhER EDUCAtION

Salvador Valencia carmona*

Resumen: Se plantean como desafos y paradigmas de la educacin superior en nuestro pas los siguientes: construccin de la sociedad del conocimiento; acceso universal a la educacin superior; recursos presupuestarios acordes con los estndares internacionales; diversificacin del financia-miento; transparencia y rendicin de cuentas; internacionalizacin de la educacin superior; implantacin de mecanismos de evaluacin y acreditacin En tales aspectos, el Estado Mexicano debe recuperar su liderazgo y fortalecer su rectora, para ello precisa de un plan que contenga programas, polticas y estrategias a largo plazo. Para facilitar los propsitos sealados, se requiere revisar el marco constitucional y expedir una Ley General de Educacin Superior.

Palabras clave: educacin superior, estado y educacin superior, sociedad del conocimiento y educacin superior.

Abstract: Posed as challenges and para-digms of higher education in our country: the construction of the knowledge socie-ty, universal access to higher education, budget resources in line with international standards, diversification of funding, trans-parency and accountability, internationali-zation higher education, creation of mecha-nisms for evaluation and accreditation. In such aspects, the State should regain its lea-dership and strengthen your stewardship, for it requires a plan containing programs, policies and long-term strategies. to faci-litate the purposes designated, is required to review the constitutional principles and issue a higher Education Act.

Descriptors: higher education, government and higher education, knowledge society and higher education.

* Investigador de tiemplo completo C en el Instituto de Investigaciones Jurdicas de la UNAM.

DR 2012, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones Jurdicas

www.juridicas.unam.mxEste libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurdica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurdicas de la UNAM

www.bibliojuridica.org

SALVADOR VALENCIA CARMONA284

A los distinguidos universitarios Guillermo Sobern,

Rafael Velasco, Hctor Fix-Zamudio, Jorge Carpizo y Diego Valads,

cuya contribucin fue decisiva para elevar la autonoma a jerarqua

constitucional y preservar las libertades acadmicas

I. marco jurdico

1. Constitucionalismo social y educacin

El constitucionalismo social fue un detonador de los derechos denomina-dos de la segunda generacin, entre ellos el de la educacin. Este consti-tucionalismo tuvo un impacto muy fuerte en los textos fundamentales, a tal punto que rompi con el esquema clsico que se le aplicaba a las cons-tituciones, tradicionalmente divididas en las llamadas partes dogmtica y orgnica, para hablarse a partir de entonces de un tercer sector, denomi-nado social, en el cual se albergaron los derechos colectivos, econmicos y culturales.

Inici el constitucionalismo social el texto mexicano de 1917, mediante la incorporacin de preceptos dedicados a la educacin, el problema agrario, las relaciones laborales y el Estado laico. Le siguieron inmediatamente la Constitucin rusa de 1918 y la alemana de Weimar de 1919.

A partir de las referidas constituciones, se abri paso definitivamente el constitucionalismo social en el derecho pblico. Se ha vuelto por ello natu-ral que en los textos constitucionales contemporneos se incluyan normas de contenido educativo.

En diversas constituciones europeas se hace referencia al derecho a la educacin, a veces especficamente a la educacin superior. En esta direccin, la Constitucin alemana estipula como facultad concurrente de la Federacin y los landers la admisin y los diplomas terminales de la educacin supe-rior, en tanto que para la investigacin cientfica estn previstos mecanismos de cooperacin supraregional, artculos 7o. y 91 B, respectivamente. Por su parte, la Constitucin de Espaa reconoce las libertades acadmicas y la autonoma de las universidades, artculos 20 y 26, respectivamente. En Fran-


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cia, la educacin se rige, como lo indica el artculo 2o. de su Constitucin, por la concepcin de la Repblica laica. A su turno, Blgica, en el artculo 24, de su texto fundamental, establece que la enseanza es libre, pero que tiene ser neutral. En fin, la Constitucin de Portugal establece un rgimen educativo con amplias libertades y derechos, artculos 42, 43, 73 a y 79.1

Las Constituciones latinoamericanas regulan el tema educativo de manera ms generosa. Se puede observar una tendencia a regular el derecho a la edu-cacin de manera extensa y prolija, colocndosele dentro del ttulo o captulo dedicado a los derechos sociales, pero a veces se le regula de manera especfica. En este grupo se encuentran, entre otros, los textos de los siguientes pases: Brasil, artculos 6o., 205 a 214; Colombia, artculos 67 a 72; Guatemala, artculos 57 a 64, as como 82 a 90; Panam, artculos 87 a 104; Costa Rica, artculos 76 a 89. Ciertas Constituciones de la regin se refieren a la educacin de manera mnima, en Argentina, en los artculos 5o. y 14 se asegura la educacin primaria y el derecho de ensear y aprender, en tanto que en Chile, el artculo 19, pargrafos 10 y 11, consagran derechos relativos a la educacin.

Ms an, en varias Constituciones latinoamericanas se reconoce el prin-cipio de autonoma universitaria de manera amplia, como en Brasil, artculo 207, Bolivia, artculo 92, Colombia, artculo 69, Ecuador, artculo 355, y Venezuela, artculo 109. Algunos pases centroamericanos han otorgado a categora constitucional a la universidad nacional, establecindole un por-centaje determinado para su sostenimiento, as en los textos de Guatemala artculo 84, Honduras, artculo 161 y Nicaragua, artculo 125.2

2. Las Constituciones mexicanas y la educacin

Las Constituciones que han estado vigentes en nuestro pas han dedicado preceptos al tema de la educacin. Sin embargo, habra que apuntar que casi todos los textos fundamentales decimonnicos hicieron referencia a

1 Las Constituciones europeas, en https://www.btg-bestellservice.de/pdf/8020100 0.pdf; http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/ ConstEsp1812_1978; Mny, Yves, Text constitutionels et documents politiques, Mont-chrestien, Francia, 1989;

2 Las Constituciones latinoamericanas, en http://www.juridicas.unam.mx /navjus/gob/default.htm.



la educacin de manera escueta, cuando ms indicaron que era menester favorecerla o hicieron nfasis en la libertad que en ella deba reinar.

La Constitucin de 1917 entra un definitivo viraje. Se consagr el artculo 3o. para establecer importantes postulados para la educacin, que originalmente fueron los siguientes: enseanza libre, pero de carcter laico; prohibicin para las corporaciones religiosas y ministros de algn culto de dirigir escuelas de instruccin primaria; sujecin de las escuelas primarias particulares a la vigilancia oficial; gratuidad de la enseanza primaria en los establecimientos oficiales.

Con posterioridad se han efectuado diversas reformas al artculo 3o. constitucional, mismas que han suscitado casi siempre interesantes y has-ta polmicos debates. Sin embargo, puede afirmarse que virtud a dichas reformas el referido precepto se ha enriquecido notablemente, ha logrado recoger nuevos principios y definiciones sustantivas tanto para la educacin como para el Estado mexicano.

En las reformas al artculo 3o. se revela la vinculacin tan estrecha entre la educacin y nuestro proceso poltico y social. Cada modificacin cons-titucional ha correspondido a especiales coyunturas o nuevas realidades: implantacin de la educacin socialista, 1934; educacin ms universal y abierta, 1946; autonoma en las instituciones de educacin superior y nor-macin de las relaciones laborales, 1980; enseaza de particulares y ate-nuacin de laicismo, 1992; enseanza secundaria obligatoria, subrayndose tambin el impulso que debe recibir la educacin superior e investigacin cientfica, 1993; se incluy como postulado educativo el respeto a los de-rechos humanos, 2011.

3. Autonoma y educacin superior

Es preciso detenerse en la reforma aprobada el 9 de junio de 1980, que consisti en una adicin al artculo 3o. constitucional visible hoy en la frac-cin VII (antes era la VIII), mediante la cual se defini la autonoma en las instituciones de educacin superior y se establecieron reglas para resolver sus problemas laborales.

La reforma constitucional referida reconoce sus antecedentes en los cambios sustanciales operados en las universidades desde aos atrs. En efecto, en la dcada de los setenta el desarrollo de la educacin superior haba propiciado el aumento explosivo de los docentes, de los investiga-



dores, del personal administrativo y la aparicin de la llamada pltora estudiantil. El espritu de comunidad que permita resolver de mane-ra relativamente sencilla los problemas en instituciones de dimensiones modestas, era ya insuficiente ante la cruda realidad de la masificacin. Ms an, las prestaciones al personal acadmico y los trabajadores admi-nistrativos en las universidades pblicas eran notoriamente insuficientes.

En aquel caldo de cultivo se desat un fuerte movimiento sindical universitario, que principi en la Universidad Nacional Autnoma de M-xico y despus se extendi a distintas universidades pblicas del pas. En la UNAM por el recuento y la celebracin de un contrato colectivo de trabajo, se produjo la llamada huelga de los 83 das, en 1972.

Pese a que la propia UNAM y otras universidades celebraron contra-tos colectivos, los problemas laborales persistieron e incluso se tornaron frecuentes; es ms, en algunas instituciones se pactaron clusulas con los sindicatos que invadan claramente la esfera acadmica. Haca falta, indu-dablemente, un marco constitucional y legal que resolviera el problema laboral, sin desmedro de la autonoma y las libertades acadmicas.

Un primer intento de solucin al problema laboral se produjo en 1976, cuando la UNAM propuso regular las relaciones laborales de los trabaja-dores a travs de un apartado C, que se adicionara al artculo 123. Esta propuesta no pudo prosperar, ni las circunstancias polticas le fueron propi-cias, se esgrima contra ella que de aprobarse dicho apartado se acabaran las letras del alfabeto para normar las relaciones laborales, aunque en realidad la propuesta era pertinente porque se adecuaba a la naturaleza del trabajo universitario y al carcter pblico de las instituciones que prestan el servicio.3

Poco tiempo despus, se intent otra solucin al problema, que condu-cira a la reforma constitucional de 1980, pero para lograrla se requiri de un largo proceso de negociacin de las universidades con los trabajadores y el propio poder pblico.

El proceso de negociacin se condujo por el propio rector de la UNAM, doctor Guillermo Sobern Acevedo, asistido por el maestro Hctor Fix-

3 Aunque hubo en principio aprobacin del Gobierno Federal para el proyecto inicial del apartado C, expresa Velasco Fernndez, razones polticas impidieron su aprobacin, al retirrsele la escalera se dej a la UANM con la brocha en la mano, cont mucho la oposicin del dirigente obrero Fidel Velsquez, quien segn trascendi fue convencido por los argumentos del movimiento sindical universitario, cfr. Velasco Fernndez, Rafael, Apuntes para la educacin superior, Xalapa, Secretaria de Educacin Pblica del Estado de Veracruz, 2009, pp. 105 y 106.



Zamudio entonces director del Instituto de Investigaciones Jurdicas, as como por los abogados generales, inicialmente Jorge Carpizo y despus Diego Valads. Particip tambin en dicho proceso la Asociacin Nacio-nal de Universidades e Institutos de Enseanza Superior (ANUIES), cuyo Secretario General Ejecutivo era el doctor Rafael Velasco Fernndez; la Asamblea General de la referida Asociacin plante en varias reuniones la necesidad de regular constitucionalmente la autonoma universitaria y las relaciones laborales.4

Como resultado del proceso se logr acuar una reforma constitucio-nal al artculo 3o., que elev la autonoma universitaria a jerarqua de norma primaria. En la actual fraccin VII de referido precepto, se con-sagra para los organismos de educacin superior autnomos por ley la autonoma como una garanta de carcter social e institucional.

De este modo, en la fraccin VII se establecen los elementos bsicos que integran el concepto de autonoma universitaria y se preserva la esfe-ra acadmica, en la cual se debe respetar la libertad de ctedra e investi-gacin y de libre examen y discusin de las ideas. Se puntualiza, adems, en dicha fraccin, que las instituciones de educacin superior autnomas por ley, tendrn derecho a: gobernarse a s mismas; desempear sus fun-ciones de docencia, investigacin y difusin; determinar sus planes y programas; fijar los trminos de ingreso, promocin y permanencia de su personal acadmico, y administrar su patrimonio.

En otro prrafo de la misma fraccin VII, se prescribi que las relacio-nes laborales del personal acadmico y administrativo de las institucio-nes de educacin superior autnomas por ley, se normaran por el apar-tado A del artculo 123 constitucional. Dicha normacin debe hacerse en los trminos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo, conforme a las caractersticas propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonoma, la libertad de ctedra e inves-tigacin y los fines de las instituciones de educativas.

4 En la Asamblea General de la ANUIES, efectuada en Puebla en 1978, se aprob un Plan de Educacin Superior, cuyos programas 26 y 27 recogieron las proposiciones referidas. Estos programas se ratificaron en las sendas Asambleas Generales de la propia Asociacin celebradas en Mrida y en la Ciudad de Mxico.



3. La legislacin de la educacin superior

Para reglamentar tanto el artculo 3o. como las disposiciones constitu-cionales de carcter educativo se ha expedido una profusa y variada legis-lacin, aunque no todos los ordenamientos que la integran se relacionan con la educacin superior.

Las leyes de mayor importancia para la educacin superior son las si-guientes: 1) Ley General de Educacin, del 13 de julio de 1973, regula la educacin que imparte tanto el Estado en sus distintos mbitos como los particulares, estableciendo las obligaciones que les corresponden; 2) Ley para la Coordinacin de la Educacin Superior, publicada el 29 de di-ciembre de 1988, establece la definicin de educacin superior, detalla sus funciones y diversas reglas para la asignacin de los recursos pblicos; 3) Ley Federal del Trabajo, del 1o. de abril de 1970, como consecuencia de la reforma constitucional de 1980, se ha incluido el captulo XVII, dentro del ttulo VI que se denomina Trabajos especiales, destinado al Trabajo en las universidades e instituciones de educacin superior autnomas por ley, el cual comprende los artculos 353-J a 356-U.

Se relacionan tambin con la educacin superior otras leyes federales como son: Ley Orgnica de la Administracin Pblica Federal, del 29 de diciembre de 1976 que norma las facultades de la Secretaria de Educacin Pblica; el Reglamento Interior de la propia Secretara, del 23 de junio de 1999, en el cual esta prevista una Subsecretaria encargada del ramo, y la Ley para el Fomento de la Investigacin Cientfica y Tecnolgica, del 21 de mayo de 1999, que estableci el rgano denominado Conacyt, para asistir al gobierno federal en tales actividades.

Como se advierte, los ordenamientos que se refieren a la educacin superior son mltiples y algunos de ellos bastantes inactualizados, de ah que sea menester establecer un nuevo marco jurdico para las instituciones de educacin superior, que responda a su complejo y heterogneo marco contemporneo.

4. La renovacin del marco jurdico. Propuesta de reforma constitucional y ley general

Para recuperar el liderazgo en la educacin superior, es indispensable renovar el marco jurdico que estructura dicho nivel educativo. El nuevo



marco jurdico debe partir de la propia norma constitucional, detenerse en la legislacin federal para actualizarla y suscitar que las instituciones de educacin superior pongan a punto sus ordenamientos internos. A la re-novacin jurdica deben acompaarse planes, programas y estrategias en la materia a largo plazo, no meramente corto placistas, que impriman una consistente direccin a la educacin superior.

En primer lugar, si bien en su momento la actual fraccin VII del artculo 3o. constitucional constituy un significativo avance para la autonoma de las instituciones de educacin superior pblicas, as como estableci las normas mnimas para resolver sus conflictos laborales, en la actualidad es menester reformular y ampliar el contenido de la referida fraccin.

El nuevo texto debera, sin menoscabo de la autonoma, regular las ins-tituciones de educacin superior en su conjunto, delinear sus principios, el financiamiento que debe corresponderles y los mecanismos institucionales que para la planeacin y la coordinacin se han venido elaborando.

Por otro lado, la legislacin federal sobre educacin superior, como he-mos visto, se encuentra dispersa y requiere reunirse en un solo cuerpo legal que le imprima coherencia. Esta tarea supone la revisin profunda de las diversas leyes que se encuentran vigentes en la materia.

Es menester subrayar que es necesario sustituir a la casi inocua Ley de Coordinacin Superior en vigor, cuyo contenido se circunscribe a una serie de enunciados generales, mismos que en la prctica en poco han coadyuvado a enfrentar los ingentes problemas que plantea dicho nivel educativo. De ah lo imperativo de expedir una Ley General de Educacin Superior, que sera reglamentaria de una nueva fraccin VII del artculo 3o. constitucio-nal; esta exigencia ha venido hacindose desde antes que se expidiera el ordenamiento en vigor, aunque hasta ahora sin resultados.

La Ley General de la Educacin Superior comprendera temas funda-mentales y determinantes para las instituciones del nivel referido, entre otros, los siguientes:

Definicin de los principios que rigen a la educacin superior. Sistema de educacin superior y Subsistemas. Procedimientos ms precisos y transparentes respecto del subsidio

federal, con recursos de revisin pertinentes para las instituciones de educacin superior.

Mecanismos de planeacin y de coordinacin; Sistemas de evaluacin y acreditacin.



Planes y programas acadmicos. Estmulos y apoyos acadmicos Transparencia, rendicin de cuentas y responsabilidades.

II. los temas fundamentales contemporneos

1. Planteamientos recientes

Toda educacin, comprendida la superior, responde a una cierta concep-cin del mundo, entendida en el sentido filosfico del trmino; esta cosmo-visin implica el proyecto que una generacin determinada formula para el Estado y la propia sociedad. En dicho proyecto la educacin superior y la investigacin cientfica son parte esencial, a su cargo est el promover un desarrollo productivo y cultural autnomos, pero que no sea ajeno a los valores de la comunidad internacional.

Como se advierte, el tema de la educacin superior se inscribe en un contexto mucho ms amplio, no slo de factores internos. Se comprueba este aserto en los nuevos desafos y paradigmas a los que se enfrenta ac-tualmente la educacin superior, los cuales es menester explorar porque de ellos depende el futuro desarrollo de dicho nivel educativo.

Los nuevos desafos y paradigmas pueden condensarse de la manera si-guiente: la construccin de la sociedad del conocimiento; el acceso universal a la educacin superior; recursos presupuestarios acordes con los estndares internacionales; el financiamiento y su diversificacin; internacionalizacin de la educacin superior; implantacin de mecanismos de evaluacin y acreditacin; transparencia y redicin de cuentas.

2. La sociedad del conocimiento

Un nuevo paradigma que se impone a la educacin superior y a la in-vestigacin cientfica se funda en la necesidad de construir la Sociedad del Conocimiento. En esta concepcin se parte de la idea de que el conocimien-to y la informacin son los principales motores del desarrollo en nuestro tiempo, ambos fundados en los inusitados avances tecnolgicos logrados a fines del siglo pasado, que ha hecho afirmar a muchos que estamos en presencia de la tercera revolucin industrial.



Un gran desafo para la educacin superior en el mundo, nuestro pas incluido, es construir la sociedad del conocimiento, como instrumento in-dispensable para garantizar el acceso de todos a dicho nivel educativo. La sociedad del conocimiento supone la sociedad de la informacin, pero es algo ms que eso, consiste en utilizar la informacin con un sentido inte-ligente y crtico.5

Como consecuencia del auge de las redes, de la telefona mvil y de otras tcnicas digitales, el hombre de nuestro tiempo dispone de un cmulo de informacin sorprendente y jams antes visto. La sociedad del conocimiento se sustenta obviamente en el manejo de los referidos recursos tecnolgicos, pero es menester tambin que el usuario sepa servirse de la informacin, en lugar de dejarse dominar por ella y convertirse en un simple autmata. La sociedad del conocimiento implica el ejercicio del espritu crtico y la capacidad cognoscitiva, que se sustenta necesariamente en una slida for-macin de carcter tico, poltico y social.

3. El acceso a la educacin superior

El tema de la sociedad del conocimiento se vincula estrechamente con el problema de la cobertura y el acceso para todos en la educacin superior. Es este un agudo problema ante el crecimiento explosivo de educandos en el nivel superior, aunque debe reconocerse que tanto en el mundo como en nuestro pas se han hecho evidentes progresos.

Se comprueba el crecimiento explosivo con algunos datos. A escala mundial, en 1970 haba 28 millones de estudiantes de educacin superior matriculados, para 2002 ascendan a 122 millones. En Latinoamrica, la matrcula del nivel superior era en 1990 de poco ms de 6 millones y medio, en tanto que en 2005 haba llegado a 16 millones. En fin, en M-xico los estudiantes matriculados de dicho nivel en 1990 eran 1 milln,

5 A este respecto vanse, entre otros: Drucker Peter, The Age of Discontinity, New York, Harper and Row, 1969; Mansell, R. Y Wehn,U., Knowledge Societies: Information Technology for Sustainable Development.Comisin de Ciencia y Tecnologa para el De-sarrollo de las Naciones Unidas, Oxford University Press, 1998; Stehr, N., Knowledge Societies The Transformation of Labour, Property and Knowledge in Contemporary So-ciety, Londres, Sage, 1994; UNESCO, Hacia las sociedades del Conocimiento, Informe Mundial de la UNESCO, 2005.



252, 027, en tanto que en ciclo 2008-2009 la matricula fue de 2 millones, 931,080, en las modalidades escolarizada y no escolarizada.6

Pero no hay que hacer cuentas alegres, para que la educacin superior mexicana se extienda hacia los sectores ms desfavorecidos se requieren de grandes esfuerzos, como se ha venido sealando por los rectores y auto-ridades educativas del pas. Los esfuerzos tendrn que ser todava mayores si se aprueba la reforma constitucional, como todo parece indicarlo, que hara obligatoria la educacin media superior.7

Por otra parte, la sociedad del conocimiento se enfrenta tambin a im-portantes brechas tecnolgicas y sociales, resultado de los distintos niveles de desarrollo entre los pases del mundo, brechas que tambin son visibles en nuestro pas. Efectivamente, hoy da solamente el 12% de la poblacin mundial tiene acceso a Internet; el 90% de las personas conectadas viven en los pases industrializados.

Pero la exclusin no slo es cuestin de acceso y conexin, tiene tambin tiene mucho que ver con la simetra entre el campo y la ciudad, la edad que facilita ms en los jvenes el empleo de los nuevos instrumentos, incluso tambin influyen la lengua, el empleo de las personas, su educacin y la procedencia sociolgica y cultural.

4. Los mecanismos de evaluacin y de acreditacin

A manera de antecedente debemos recordar que durante un largo lapso las Instituciones de educacin superior, virtud a su autonoma, desempe-aban sus actividades de manera bastante independiente y su rendimiento de cuentas era muy relativo. A raz de las crisis econmica y financiera de

6 Cfr. entre otros: Villanueva Ernesto, Perspectivas de la educacin superior en Am-rica Latina: construyendo futuros, Perfiles Educativos, vol. 32, num 129, 2010, IISUE-UNAM, pp. 86 y ss; Tuiran, Rodolfo, Mendoza Javier et al., Programa presupuestario U006, subsidios federales para organismos descentralizados estatales, 2009 (Evaluacin Interna marzo 2010), Subsecretaria de Educacin Superior de la SEP, p. 5, en http://www.ses.sep.gob.mx/index.jsp.

7 En este sentido, se ha hecho un llamado por los titulares de la Subsecretaria de Edu-cacin Superior de la SEP, Rodolfo Tuirn, el secretario general de la ANUIES, Rafael Lpez Castaares y el propio rector de la UNAM, Jos Narro Robles, para que las distin-tas fuerzas del pas constituyan un acuerdo educativo, que permita que 48 de 100 jvenes realicen estudios de licenciatura para el 2020. Cfr. peridicos El Universal y Reforma, 11 de diciembre de 2010, pp. 11 de la seccin A y 2 de la seccin principal, respectivamente.



la dcada de los ochenta, perme cada vez la idea que las referidas institu-ciones deberan emplear mejor sus recursos, para as tambin responder a la formidable expansin de la educacin superior. En un principio, se trat slo de ejercicios de planeacin, despus se fueron conformando los pro-cesos de evaluacin y de acreditacin.

Diversos mecanismos se utilizan hoy para garantizar la calidad y resul-tados en la educacin superior, como son, principalmente, los siguientes: a) auditoras de calidad, en las cuales se examina si una institucin de educacin superior dispone de un sistema de procedimientos de garanta y determina su suficiencia; b) evaluacin, implica el anlisis de los procesos, prcticas, programas y servicios, emplendose como mtodos la autoeva-luacin, la revisin por pares, los informes y otros recursos adicionales; c) acreditacin, es un mtodo de garanta externa, mediante el cual una entidad gubernamental, paraestatal o privada (agencia de acreditacin), evala la calidad de un institucin total o parcialmente.8

En Mxico han venido abrindose paso los mecanismos de evaluacin y acreditacin. Existe ahora general consenso de que las instituciones de educacin superior deben ser evaluadas y acreditadas por el Estado, la sociedad y los propios ciudadanos. Es justo reconocer tambin que en las propias instituciones de educacin superior los mecanismos referidos se vienen instrumentando cada vez con mayor precisin, existe en dichas instituciones una toma de conciencia creciente de que deben responder del buen uso de los recursos que reciben, as como garantizar la calidad de los servicios que prestan.

Ms an, es alentador que en los procesos de evaluacin y acreditacin empiece tambin a participar la sociedad civil. Recientemente, verbigracia, ha causado revuelo el informe denominado Brechas, de la organizacin no gubernamental Mexicanos Primero,9 en el cual se detallan los obstculos que enfrenta la educacin, particularmente el gremial.

8 Vanse, entre otros La educacin superior en el mundo 2007. Acreditacin para la garanta de la calidad: Qu est en juego?, Madrid, Global University Network for Inovation-Ediciones Mundi Prensa, 2006; Varios Autores, Universites, Quelle Universit pour demain?, Assises nationales de lenseigment superior, Sobonne, Francia, 1990; Che-haibar Nder, Lourdes M., Los Programas integrales de Fortalecimiento Institucional. Apuntes para una evaluacin desde las universidades, Perfiles Educativos, 2007, vol. XXIX, nm. 117, pp. 41-67.

9 http://www.mexicanosprimero.org/images/stories/Reporte_Mexicanos_Prime-ro_-_ Brechas_2010.pdf.



5. El financiamiento y su diversificacin

Un problema medular para las instituciones de educacin superior, es el financiamiento. En la mayora de las instituciones el crecimiento de la ma-trcula no se ha visto acompaado de una evolucin similar de los recursos, con los deterioros consecuentes. Esta situacin ha generado, por una parte, el reclamo de dichas instituciones por mejores instrumentos de asignacin de los recursos pblicos, y por otra, ha originado distintos proyectos para diversificar las fuentes de financiacin.10

Precisa reconocer, empero, que en la legislacin nacional y en las acciones del propio gobierno mexicano se ha reconocido como un imperativo elevar los porcentajes para el presupuesto destinado a la educacin.

En este sentido, por reforma a la Ley General de Educacin, en el artculo 25, se dispuso que: El monto anual que el Estado Federacin, entidades federativas y municipios, destine al gasto en educacin pblica y en los servicios educativos, no podr ser menor a ocho por ciento del producto interno bruto del pas, destinando de este monto, al menos el 1% del pro-ducto interno bruto a la investigacin cientfica y al desarrollo tecnolgico en las Instituciones de Educacin Superior Pblicas.

Se observa una tendencia en el estado mexicano a acercarse a los porcen-tajes legalmente sealados. De esta manera, en 2010 el gasto nacional en educacin se ubic en 849,357,4 millones de pesos; dicho gasto representa el 6.9 % del producto interno bruto (PIB), participacin porcentual similar a la de 2009. El gobierno federal contribuy con el 62.2%, mientras que los gobiernos estatales y municipales, as como a los particulares, les corres-pondi el 15.1 y el 22.7 %, respectivamente, del total del gasto.

En cuanto a la educacin superior, se le dedica actualmente poco ms del 16% del total del gasto educativo. En 2000 le corresponda a este nivel

10 Alcantar, Vctor Manuel y et al., Gestin del Financiamiento alterno en las ins-tituciones de educacin superior: la experiencia de sorteos universitarios en la UABC, en Revista de la Educacin Superior, vol. XXXVII, num. 146, abril-junio, 2008, pp. 97-114; Barr, Nicholas, Financiar la educacin suprerior, Finanzas & Desarrollo, junio 2005, pp. 34-37; Fernndez Alfaro, Susana y Fernndez Lpez, Sara Financiacin de la educacin superior en Amrica Latina: Argentina, Mjico y Brasil, Comunicacin jornada 2008 de la AEDE (Asociacin de Economa de la Educacin), San Sebastin en http://www.pgina-aede.org/Sansebastina/23.pdf, consultada el 5 de diciembre de 2010; Mungaray, Alejandro y et al., Disminuyendo brechas entre las universidades pblicas estatales en Mxico. Una evaluacin del financiamiento pblico entre 1988 y 2003, Ges-tin y Poltica Pblica, Mxico, vol. XV, nm. 1, 2006, pp. 145-168.



el 0.51% del PIB, en tanto que para el 2009 el presupuesto correspondien-te haba aumentado a 0.65% del propio PIB. Para la investigacin y de-sarrollo, sin embargo, hace falta todava una mayor inversin, en 2010 el presupuesto que se design a tales renglones apenas alcanz el porcentaje del 0.40% del PIB.11

Precisamente, en las investigaciones cientficas y tecnolgicas, como apuntan Domnguez y Monroy, queda mucho por hacer, en virtud de que la mayora de ellas no estn vinculadas al sector productivo del pas, en tanto que dicho sector compra mucha de la tecnologa en el mercado in-ternacional. El registro de patentes, adems, est reservado a unas cuantas instituciones.12 Es indispensable que las instituciones de educacin superior y los sectores productivos se propongan vincularse estrechamente, para alcanzar una autntica independencia tecnolgica.

Precisa recalcar tambin que las instituciones de educacin superior p-blicas se sostienen en nuestro pas por subsidios de los gobiernos federal y estatales. La mayor parte del subsidio es directa, el llamado irreductible para gastos de personal, servicios y mantenimiento; aunque en los ltimos aos se han venido estableciendo distintos fondos por objetivos.

El pago de aranceles de los alumnos sigue siendo un punto polmico en las instituciones de educacin superior pblicas; cuando se ha tratado de elevar cuotas han surgido agudos y hasta prolongados conflictos. Se requie-re efectuar una intensa labor de convencimiento para que quienes puedan hacerlo contribuyan al progreso de dichas instituciones.

En tales circunstancias, se han venido tambin diseando diversas es-trategias para obtener recursos complementarios al subsidio, entre los que destacan: provisin de servicios a los sectores pblico, social y privado; gestin de donativos de empresas y fundaciones filantrpicas; derechos y regalas que derivan de la propiedad intelectual; ingresos obtenidos por

11 Para estos datos vanse: Tuirn, Rodolfo, El financiamiento de la Educacin supe-rior en Mxico, Foro de Financiacin de la Educacin Superior Bogot, Colombia, 2 y 3 de marzo de 2010, p. 9; Domnguez, Niclas y Monroy Mirella Berenice, Desarrollo tecnolgico, y educacin superior en Mxico, Revista Este Pas, nm. 236 diciembre de 2010.

12 Segn Dominguez y Monroy, Desarrollo tecnolgico, y Educacin Superior en Mxico, cit, en cuanto al registro de patentes, en el periodo de 1999 a 2010, se solicitaron las siguientes: UNAM ,75; ITESM, 71(1999 a 2004 no solicito ninguna ); El Instituto Mexicano del Petrleo (IMP), 157; IPN, 98; UAM, 36. En el mismo periodo se otorgaron las siguientes patentes: 162 patentes (IMP); 57 UNAM; 50 IPN; 32 UAM; 4 ITESM.



uso de instalaciones; sorteos y obtencin de fondos de ex alumnos. En las instituciones de educacin superior pblicas ha habido xito en algunas de estas estrategias, pero han sido hasta ahora relativos y requieren perseverar en ellas con mayor energa.

6. Internacionalizacin de la educacin superior

Para la educacin superior la internacionalizacin, que antes poda ser tarea complementara, es en la actualidad una poltica indispensable para elevar la calidad y transformar instituciones. Diversos factores hacen de la internacio-nalizacin estrategia inevitable; en primer lugar, en virtud de que el conoci-miento y la cultura se han hecho cada vez ms universales, los acadmicos y estudiantes requieren ahora una preparacin intercultural, no meramente autctona; por otra parte, los convenios internacionales y la liberacin del comercio han hecho tambin de la educacin un bien intercambiable; en fin, la propia globalizacin obliga a conocer otras realidades educativas y apro-vechar sus experiencias.13

Para lograr la internacionalizacin de la educacin superior es necesa-rio desplegar programas de distinta ndole: aplicar de manera efectiva los convenios internacionales; promover la movilidad del personal acadmico y de los estudiantes; internacionalizar e innovar los planes y programas de estudios para hacerlos ms flexibles; exportar servicios educativos; esta-blecer redes de cooperacin internacional, as como infraestructura para recibir acadmicos y estudiantes forneos.14

13 Aboites Aguilar, Hugo, Tratado de Libre Comercio y educacin superior. El caso de Mxico un antecedente para Amrica Latina, Perfiles Educativos, Mxico, vol. XXIX, nm. 118, 2007, pp. 25-33; Burgarn Olvera, Ren, Educacin superior en Amri-ca Latina y el proceso de Bolonia: Alcances y desafos, en REMO, Mxico vol. VI, nm 16, enero-abril de 2009, pp. 50-58; Verger Planells, Antoni, El rol de ideas e intereses en el proceso de transnacionalizacin de la educacin superior, Revista de la Educacin superior Mxico, vol. XXXVII, nm 145, enero-marzo de 2008, pp. 41-56; Pena-Vega, Alfredo (coord), El proceso de Bolonia en al educacin superior en Amrica Latina, ORUS, julio de 2009, en www.orus-int.org/docs(proc-bol-es.pdf, consultado el 6 de di-ciembre de 2010.

14 Vanse, entre otros: Gacell-Avila Jocelyne, Internacionalizacin de la Educacin Superior en Mxico, Educacin superior Amrica latina; la dimensin Internacional, EUA, 2005, pp. 245 y ss.; Didou Aupetit Sylvie, La Internacionalizacin de la Educacin Superior en Amrica Latina; oportunidades y desafos en www.ssa.unc.edu.ar/evalucion/pensa-la-universidad/caonferencia didou.pdf.



En lo que se refiere a los instrumentos de cooperacin internacional, ex-presa Gacell-vila15 las universidades pblicas se han colocado a la cabeza respecto de sus suscripciones, pero infortunadamente el ochenta y dos por ciento de estos convenios pueden considerarse inactivos; las universidades privadas si bien han firmado un nmero inferior de convenios, slo tienen inactivos el cincuenta y dos por ciento. En la movilidad del personal acad-mico, en cambio, las universidades pblicas invierten mucho ms recursos que las instituciones privadas. En cuanto a la movilidad estudiantil, las instituciones privadas son mucho ms activas; para compensar desventajas algunas universidades pblicas ofrecen apoyo financiero en programas de intercambio.

En conclusin, una gran tarea tienen las instituciones de educacin su-perior para implementar efectivas polticas de internacionalizacin. En el caso de las instituciones pblicas es donde ms precisa aplicar esfuerzos consistentes y sostenidos; hasta ahora pocas de estas instituciones han lo-grado establecer la infraestructura, la organizacin acadmica y planes a mediano y largo plazo que les permitan internacionalizar sus actividades.

III. el proceso histrico y reforma educatiVa

1. De los inicios a la moderna universidad

Desde siempre el sistema educativo ha sido objeto de atencin y revi-sin constante, cuando as no sucede decae y requiere ser sustituido. De este modo, en su momento la Real y Pontificia Universidad de Mxico fue una gran innovacin, para despus ser presa del dogmatismo y la rigidez. Se explica por ello el enfrentamiento que tuvieron el proyecto educativo de los liberales y de los conservadores durante el siglo XIX; como lo expres Jimnez Rueda,16 en este siglo la tendencia progresista hizo cuestin de principios la clausura de la Universidad, en tanto que la conservadora se empeo en reabrirla.

La moderna universidad naci en 1910, gracias a los esfuerzos del en-tonces Secretario de Educacin Justo Sierra, as como de su excepcional colaborador Ezequiel A. Chvez. Pese al proceso revolucionario desatado

15 Gacell-Avila, Jocelyne, op. cit., pp. 260-262. 16 Jimnez Rueda Julio, Historia jurdica de la Universidad de Mxico, Facultad de

Filosofa y Letras de la UNAM, 1985, p. 9.



ese mismo ao, la universidad pudo subsistir y durante ese mismo proceso hubo diversos proyectos para concederle mayor autonoma. 17

2. La etapa de la autonoma

El principio de autonoma, que surgi en la Universidad de Crdoba, Argentina en 1918, perfil una nueva concepcin en la educacin superior. Este principio sirvi de inspiracin a muchas universidades latinoamerica-nas, entre ellas la de Mxico, que virtud al movimiento de 1929 obtuvo su autonoma, mediante ley expedida por el Congreso Federal el 26 de julio de aquel ao.

Sin embargo, desde antes que se otorgara la autonoma a la Univer-sidad Nacional, algunos estados de la Repblica haban dado ya pasos importantes en esa direccin, expidiendo leyes para crear universidades que tenan materialmente los elementos de la autonoma, as sucedi en las universidades de Michoacn (1917), del Sureste (1922), y de San Luis Potos (1923), aunque en sta su Ley Orgnica utiliza por primera vez el vocablo autnoma. Se fund tambin en aquel entonces la Universidad de Guadalajara (1925), supeditada al gobierno local, pero que en la prctica ha funcionado con marcada autonoma.

Como quiera, 1929 puede considerarse simblico porque gener un movimiento, en principio leve y despus ms vigoroso, a favor de la crea-cin de universidades locales; con el tiempo dichas universidades lograron obtener su autonoma. De este modo, se constituyeron las universidades de Nuevo Len (1933), Puebla (1937), Sonora y Yucatn (1938), Colima (1940), Sinaloa (1942) y Veracruz (1944).18

3. La etapa de la expansin

17 Para los proyectos, consultar Mara y Campos, Alfonso de, Estudios histrico-jurdi-cos de la Universidad Nacional (1881-1929), Mxico UNAM, 1980, pp. 97 y ss.; Valads, Diego, El derecho a la educacin, Mxico, Mac Graw-Hill 1997, pp. 49 y ss.; El derecho acadmico en Mxico, Mxico, UNAM 1987, pp. 115 y ss.; LV Legislatura de la Cmara de Diputados del Congreso de la Unin-Instituto de Investigaciones Jurdicas, Derechos del pueblo mexicano, 4a. ed., Mxico t. I, 1994.

18 Para educacin superior en los estados, vanse: Castrejn Dez, Jaime y Perz Li-zaur, Marisol, Historia de las Universidades Estatales, Mxico, SEP, 1976; Lara Leon-cio y Gonzlez Avelar, Miguel, Legislacin mexicana de la enseanza superior, Mxico UNAM, 1969.



El llamado desarrollo estabilizador, que tuvo lugar en la dcada de los cincuenta, del siglo XX, alent todava ms el surgimiento de institucio-nes de educacin superior, para imprimir un ritmo que ya no se detendr el resto del siglo. A esta etapa se le ha denominado de la expansin de la educacin superior, en todas las entidades federativas sin excepcin, se fundaron universidades pblicas autnomas e instituciones de educacin superior de distinta ndole.

En esta etapa se registra, asimismo, el mayor crecimiento en la historia de la educacin superior en nuestro pas, de la matrcula de la planta docente y de los programas acadmicos. Entre 1970 y 1980, la matrcula a nivel de licenciatura creci 330%, a nivel posgrado 550%, y la tasa de absorcin del grupo de edad de 20 a 24 aos se duplic.

Durante la etapa de expansin lo importante fue crecer. La poltica gubernamental se orient ms por los aspectos cuantitativos que por los cualitativos; incluso el subsidio que se otorgaba a las instituciones de edu-cacin superior se determinaba esencialmente por su matrcula, de ah que en la prctica hubiera irregularidades en cuanto al nmero de alumnos y maestros. En esta etapa, la planeacin y otros mecanismos para mejorar la calidad apenas empiezan asomarse.

4. El panorama contemporneo

La crisis, que padecieron los pases latinoamericanos, en la dcada de los ochenta, llamada la dcada prdida, produjo sensibles efectos sobre las instituciones de educacin superior. Imper la denominada doctrina econmica neoliberal, que pretenda reducir las dimensiones del Estado y transferir a los particulares muchas de las actividades que ste desempeaba. En la educacin se reflej de manera directa dicha doctrina; los recursos pblicos para el nivel superior se redujeron. Igualmente sucedi con las partidas para docencia e investigacin; los gastos de inversin en instala-ciones y equipamiento fueron menores; entre tanto, la educacin privada experiment un amento muy sensible.

Como consecuencia de los nuevos planteamientos econmicos y de las dificultades con que tropezaba la educacin superior, surgieron nuevas reglas en las relaciones del Estado y en las instituciones de nivel superior. Se vino conformando entonces en los pases latinoamericanos la llamada concepcin del Estado Evaluador, que a travs de diversos medios se



propuso supervisar y encauzar las actividades de la educacin superior. En las propias instituciones de este nivel educativo, se fortaleci la conviccin de que estaban obligadas a manejar sus recursos con mayor eficiencia, hacer ms con menos, as como a emprender procesos de evaluacin y acreditacin, que garantizaran la calidad de los servicios que prestaban. Contribuyeron tambin a las nuevas polticas, las declaraciones y anlisis de diversos organismos internacionales.19

Las nuevas ideas penetraron asimismo en las instituciones de educacin superior mexicanas, particularmente fueron visibles en los llamados ejercicios de autoevaluacin, mismos que se realizaron cada vez con mayor frecuencia.

A nivel general, se cre inicialmente la Coordinacin Nacional para la Planeacin de la Educacin Superior (Conpes). Ms tarde, en 1989, se erigi la Comisin Nacional de Evaluacin de la Educacin Superior (Conaeva), y luego, en 1991 se instauraron los Comits Interinstitucionales para la Evaluacin de la Educacin Superior (CIEES). En fin, en 2000, se fund el Consejo para la Acreditacin de la Educacin Superior, A. C. (Copaes), cuyas actividades se siguen desarrollando hasta la fecha.20

Sobre los procesos de evaluacin y acreditacin mexicanos ha pesando tambin la influencia internacional. Los estudios, encuestas y anlisis de importantes organismos internacionales, han venido desde hace algunos aos ejerciendo fuerte ascendiente en la educacin superior del pas, prin-cipalmente, los provenientes de la UNESCO, la OCDE y el Banco Mundial,

19 A este respecto vanse: Chiroleu, Adriana, Polticas de Educacin Superior en Amrica Latina en el siglo XXI. Renovacin, ambigedad o continuismo?, Congreso LASA, octubre de 2010, en http://lasa.international.pitt.edu/members/congress-papers/lasa2010/files /3613.pdf, consultada el 10 de diciembre de 2010; Acosta Silva, Adrin, El neointervencionismo estatal en la educacin superior en Amrica Latina, Sociolgi-ca, ao 17, nm 49, mayo-agosto de 2002, pp. 43-72; Vizcano G. Milcades, La edu-cacin superior en Amrica Latina democracia o plutocracia?, Escenarios mundiales de la educacin superior. Anlisis global y estudios de casos. Lpez Segrera, Francisco, CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, noviembre 2007, disponible en: http://bibliotecavirtual.CLACSO.org.ar/ar/libros/campus/segrera/09Vizcaino.pdf.

20 Este organismo est integrado por varias personas morales: Secretara de Educacin Pblica (SEP); Asociacin Nacional de UNiversidades e Institutciones de Educacin Su-perior de la Repblica Mexicana, A. C. (ANUIES); Federacin de Instituciones Mexicanas Particulares de Educacin Superior, A. C. (FIMPES); Federacin de Colegios y Asocia-ciones de Mdicos Veterinarios Zootecnistas de Mxico, A. C.; Colegio de Ingenieros Civiles de Mxico, A. C.; Instituto Mexicano de Contadores Pblicos, A. C.; Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A. C.; Academia Mexicana de Ciencias, A. C; Acade-mia Nacional de Medicina de Mxico, A. C.; Academia Nacional de Ingenieria, A. C.



que han suministrado informes sobre los estndares internacionales en la materia, la posicin de Mxico en ellos, as como las polticas y estrategias que deben aplicarse.21

IV. el sistema nacional de educacin superior

1. Heterogeneidad y diversificacin institucional

El sistema de educacin superior mexicano se caracteriza por su hete-rogeneidad y diversificacin. Se advierten dichas caractersticas desde la definicin legal del nivel superior, entendido como el que se imparte despus del bachillerato o de sus equivalentes. Por tanto, dicho nivel est compuesto por la licenciatura, la especialidad, la maestra y el doctorado, as como por opciones terminales previas a la conclusin de la licenciatura; comprende la educacin normal en todos sus niveles y especialidades.

En la naturaleza de las instituciones, pblicas o privadas, se perciben tambin las caractersticas sealadas para el nivel superior. De esta mane-ra, en el ciclo escolar 2008-2009 estaban registradas 2,539 instituciones de educacin superior (IES), pblicas y privadas. Las instituciones pblicas sumaron un total de 862, de las cuales 268 fueron escuelas normales y 594 instituciones universitarias; el resto eran instituciones privadas.

Para comprender mejor este complejo universo, se examinarn las institu-ciones de educacin superior en el siguiente orden: Universidades autnomas por ley; Instituto Politcnico Nacional; institutos tecnolgicos de estudios superiores; universidades de reciente creacin; universidades privadas.22

2. Universidades autnomas por ley

Estas instituciones se han creado por leyes del Congreso Federal o de los congresos locales, adoptan usualmente la figura jurdica de organismos descentralizados. Las universidades autnomas por ley tienen jerarqua

21 http://unesdoc.unesco.org/images/0019/001912/191218s.pdf; http://www.oecd.org/ document/0,3746,en_2649_201185_46462759_1_1_1_1,00.html#education; http://d atos.banc omundial.org/tema/educacin.

22 Para los datos que se suministrarn de estas instituciones, vanse Tuirn, Rodolfo, Mendoza, Javier et al., Programa Presupuestario 2009, cit., p. 5.



constitucional, estn contempladas en el artculo 3o., fraccin VII, en la cual se describen los principales elementos de la autonoma.

Pueden considerarse a estas universidades como la columna vertebral del sistema de educacin superior. En este subsistema estn ubicadas la UNAM, la UAM y 34 universidades pblicas autnomas por ley que funcionan en los estados; algunos de estos estados cuentan con dos instituciones de este tipo, as Chihuahua, Campeche y Sonora; las instituciones locales se sostie-nen en mayor o menor medida por un subsidio mixto, local y federal.

Las universidades autnomas por ley han desempeado de manera integral las funciones asignadas a la educacin superior, esto es, docencia, investigacin y difusin de la cultura. Este subsistema lleva a cabo ms de la mitad de todas las investigaciones en el pas, educan al 52 por ciento de todos los estudiantes universitarios y el 48% de estudiantes de posgrado.

Quiz el problema mayor que tienen las universidades pblicas autno-mas por ley es el del financiamiento. Cada ao emprenden negociaciones con los gobiernos local y federal, en virtud de que estos le suministran el subsidio para desarrollar sus actividades.

El subsidio que reciben las universidades autnomas es muy desigual, debido a que no se establecieron en el pasado criterios homogneos para su financiamiento. En el mbito local existen universidades que reciben de los estados un apoyo que supera la mitad de su presupuesto, como las de Veracruz y el Estado de Mxico, en tanto que en otras la aportacin local es mnima como en Yucatn, Oaxaca, San Luis Potos y Zacatecas. En el mbito fede-ral el rgimen de subsidios debe tambin revisarse a fondo, con el nimo de establecer en normas precisas, transparentes y equitativas.

Vinculado con el financiamiento, est el asunto de las jubilaciones, que se ha tornado angustioso. Como consecuencia de los problemas laborales que sufrieron estas universidades pblicas dcadas atrs, el panorama actual en jubilaciones es catico y alarmante. Se encuentran establecidos distin-tos regmenes de jubilacin; varias instituciones se limitaron a incorporar a sus trabajadores a los regmenes del ISSSTE o del IMSS; otras poseen regmenes especiales, incluso en algunas se ha acogido el sistema din-mico de jubilacin. A la diferencia de regmenes, habra que agregar la sensible variacin de la pirmide demogrfica y el envejecimiento en las plantas acadmicas. Apenas hace poco el dficit alcanzaba en jubilaciones ya 250 mil millones de pesos. Es este un problema que requiere la atencin urgente del Estado Mexicano y de las instituciones de educacin superior.



3. El Instituto Politcnico Nacional y los institutos tecnolgicos de estudios superiores

Se tratarn en este apartado al Instituto Politcnico Nacional y a los Institutos Tecnolgicos de Estudios Superiores, en virtud de que sus activi-dades se han desarrollado de manera cercana y con influencia reciproca, si bien actualmente aqul es un organismo desconcentrado y stos son ahora organismos descentralizados.

El Instituto Politcnico Nacional ha sido el otro gran modelo pblico de educacin superior. Las actividades del Instituyo han contribuido de mane-ra decisiva para conformar un sistema tecnolgico que se integra hoy da por mltiples instituciones, escuelas de enseanza y centros de enseanza y de investigacin. A diferencia de la UNAM, el modelo del Instituto del Politcnico Nacional se ha sustentado en una vinculacin jerrquica ms estrecha respecto del gobierno federal, bastante tiempo dependi de la Secretaria de Educacin Pblica y slo hasta hace algunos aos adopt el carcter de rgano desconcentrado.23

Por su parte los Institutos Tecnolgicos de Estudios Superiores son ac-tualmente 125 y se ubican en veintisis entidades federativas. Se forman en los Institutos principalmente ingenieros (80% de la matrcula nacional esta adscrita a carreras de ingeniera y el 20% a profesionales de las reas econmico-administrativas). La matrcula de estos institutos representa el cuatro por ciento del total de la educacin superior del pas.

4. Universidades de creacin reciente

En los ltimos aos para diversificar la educacin superior y responder a la acuciante demanda en este nivel, se han creado diferentes universida-des pblicas que dependen bsicamente de los gobiernos estatales, aunque tambin reciben apoyo federal.

23 Cfr., entre otros: Snchez Hidalgo, Joaqun, La institucin poltica, trazos y mitos de una utopa, Mexico, Sociedad de Arquitectos del IPN, 2000, pp. 26 y ss.; vila Jess et al., Pensamiento filosfico, filosofa y objetivos del IPN, Mxico, 2001, pp. 71 y ss.; Ley Orgnica de 1981, Mxico, IPN (edicin mimeogrfica de la Presidencia del decana-to) 1981, p. 11.



Este conjunto de universidades son las siguientes: Universidades P-blicas Estatales con Apoyo Solidario; Universidades Politcnicas; Uni-versidades Tecnolgicas; Universidades Interculturales.

Las universidades pblicas estatales con apoyo solidario (UPEAS) tienen un financiamiento que proviene principalmente de los gobiernos estatales, aunque el gobierno federal les asigna un apoyo solidario con-venido con el estado respectivo. Han sido creadas hasta la actualidad 23 UPEAS, aunque no todos lo estados cuenten con ellas.

Las universidades politcnicas son organismos que dependen tambin de los gobiernos estatales; se iniciaron en 2001, actualmente son 39 y se localizan en veintitrs Estados del pas. Ofrecen a jvenes y adultos licenciaturas y posgrados; su diseo curricular pretende incorporarlos de manera rpida a los mercados de trabajo. Los recursos de estas institu-ciones se aportan en partes iguales por los gobiernos estatales y la fede-racin.

Las universidades tecnolgicas son tambin organismos descentrali-zados de los gobiernos de los estados. Existen 73 instituciones de este tipo que funcionan en veintinueve entidades federativas. Ofrecen ttulos de Tcnico Superior Universitario de dos aos de duracin, con una fuer-te vinculacin en el sector productivo y de servicios. Su financiamiento recae en partes iguales por la federacin y los Estados.

Las universidades interculturales constituyen un modelo reciente en el pas, actualmente son nueve. Estas instituciones se proponen impulsar el desarrollo de los pueblos y comunidades indgenas as como aplicar los conocimientos obtenidos a contextos diversos. Funcionan en la actualidad universidades interculturales en los estados de Chiapas, Guerrero, Estado de Mxico, Michoacn, Tabasco, Veracruz, Sierra Norte de Puebla y zona maya de estado de Yucatn.

4. Las instituciones privadas

Ha venido creciendo este sector a un ritmo elevado, en nmero repre-sentan aproximadamente el 69% de las instituciones de educacin superior.



Es preciso agregar que, sin contar las escuelas pedaggicas, funcionan como privadas 160 universidades, 171 institutos y 259 de otros tipos de instituciones.24

El universo de las instituciones de educacin superior particulares es muy diverso, aunque la mayora de ellas se dedica esencialmente a la transmisin de conocimientos, muy pocas hacen investigacin. Las insti-tuciones particulares tienen obviamente vocacin de negocio, abren prin-cipalmente carreras de alta demanda, con plazas muy limitadas o inexis-tentes para la formacin de ciencia y tecnologa.

Aunque en principio de acuerdo con la legislacin vigente, los parti-culares tienen libertad para impartir educacin en sus distintos niveles, usualmente tratan de obtener el reconocimiento oficial para sus estudios, mediante registros, permisos o incorporaciones.

En la actualidad existe un abanico de posibilidades para obtener el reconocimiento oficial, que puede sintetizarse en las siguientes vas: a) Federal, mediante REVOE (Registro de Validez Oficial de Estudios), de-creto secretarial o presidencial; b) Estatal, mediante REVOE de las se-cretarias de educacin locales o decreto del gobierno del estado; c) Incor-poracin a instituciones pblicas nacionales tales la UNAM y el IPN, y d) incorporacin a universidades o instituciones pblicas estatales.

Como se advierte, en un rgimen de reconocimiento de estudios tan di-verso y flexible, es explicable el acelerado crecimiento que han observa-do las instituciones de educacin superior privadas, en muchas ocasiones en desmedro de la calidad, la pertinencia de las carreras o el consistente desarrollo acadmico. Es por ello imperativo establecer un rgimen de reconocimiento que se distinga por su rigor acadmico, criterios y pro-cedimientos que tengan estndares aceptables para los educandos. Las autoridades educativas federales, locales y las propias instituciones p-blicas de educacin superior, requieren coordinarse y ejercer una super-visin ms estrecha y rigurosa en el rgimen de reconocimiento,

24 Sobre el tema, vanse Vega-Tato, Griselda, Poniendo orden a las instituciones par-ticulares de educacin superior en Mxico: una taxonoma aplicada a su complejidad y diversidad, Revista de Educacin Superior, vol. XXXVII (2), num. 150, abril-junio de 2009, pp. 37 y ss.; Silas Casillas, Juan Carlos, Realidades y tendencias en la educacin superior mexicana, Perfiles Educativos; Gil Antn, Manuel, El crecimiento de la edu-cacin superior en Mxico: de lo pretendido o paradjico... O inesperado?, Revista de la Educacin Superior, vol. XXXIV (1), nm. 133, enero-marzo 2005, pp. 9 y ss.



Cabe slo subrayas, por ltimo, que una poltica pblica consistente sobre la educacin privada es imperativa para no multiplicar institucio-nes de dudosa calidad o que sean fbricas de desempleados. El creci-miento incontrolable de las instituciones privadas es muy preocupante, est produciendo la mercantilizacin o macdonalizacin de la edu-cacin superior. Aunque en el plano oficial se han ufanado del aumento de la cobertura de la educacin superior, este avance en el fondo se ha fincado en la proliferacin de universidades privadas, que estn sujetas a un rgimen muy laxo de registro y supervisin, el cual debe superar la cantidad para privilegiar calidad.

Fecha de recepcin: 11 de octubre de 2011.Fecha de dictamen: 10 de diciembre de 2011.


desafios y paradigmas de la educacion superior

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