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DESARROLLO DE REGIONES Y EURORREGIONES. EL DESAFÍO
DEL CAMBIO RURAL
Ourense, 16-18 de noviembre de 2006
TITULO DE LA COMUNICACIÓN: Las relaciones Universidad-Empresa en los Sistemas Regionales de Innovación
AUTORES: JOSE A. CAMACHO BALLESTA
JORGE B. ORTIZ GONZÁLEZ FILIACIÓN: Instituto de Desarrollo Regional –Universidad de Granada
CONTACTO (DIRECCIÓN E E-MAIL): INSTITUTO DE DESARROLLO REGIONAL
UNIVERSIDAD DE GRANADA Edificio Centro de Documentación Científica, 3ª planta
c/ Rector Lopez Argueta, s/n. 18071 - Granada (España) [email protected] / [email protected] / [email protected]
Teléfono:958248359 ÁREA TEMÁTICA:
El papel de las ciudades en el desarrollo regional: innovación y crecimiento
RESUMEN (MÁXIMO: 150 PALABRAS)
Es indudable que los procesos económicos han asistido a una convergencia científica técnica. Conexión que, como apuntan las aportaciones del pasado último cuarto de siglo, es selectiva, dinámica, directa, compleja, interactiva, retroactiva, indirecta y dependiente del contexto; lo que justificaría el papel activo de los gestores de la tecnología, especialmente de los actores públicos. En este sentido, no escapa a nadie el papel clave y crucial que juega la innovación para el desarrollo económico de las regiones. Los sistemas de innovación, en sus funciones de generación y asimilación de conocimiento, engloban a los numerosos actores y a las relaciones que entre éstos existen. Dentro de estos resultan destacables las relaciones universidad-empresa, más si cabe en España, donde el sistema se ve apoyado en gran medida en la investigación académica. En consecuencia, los Organismos de Transferencia de Resultados de Investigación, como canalizadores del esfuerzo universitario, resultan interesantes de cara al análisis dentro de los sistemas innovadores.
0. Introducción
El desarrollo económico de las sociedades actuales se enmarca dentro de lo que
ha venido denominándose nueva economía, en la que la innovación es considerada
el actor principal del crecimiento, en consecuencia la inversión en intangible se hace
decisivo en el mismo, lo cual es abiertamente reconocido. Y es que, como señala
Mockyr (1993), la creatividad humana es la que hace cambiar la riqueza en ese
acto de rebelión contra la naturaleza como lo es, en concreto, la creatividad
tecnológica. En este contexto, las prácticas empresariales se hacen más eficientes;
la productividad total aumenta y se experimentan fases de crecimiento sostenido
durante periodos más largos sin grandes tensiones inflacionistas; además, las
fuentes de crecimiento cambian y en dicho escenario hay sectores que se
benefician de rendimientos crecientes a escala, efectos de red y externalidades.
De este modo, nos encontramos con que los científicos están perdiendo el
derecho exclusivo de ser los productores de conocimientos. Se ha dado una
transición de dos modos de ciencia, ahora ésta debe estar orientada a la aplicación,
ha de ser transdisciplinar, heterogénea, descentralizada,… (S m its, 2002). C om o
señala Bueno Campos, asistimos a la integración de la separación tradicional entre
ciencia y técnica, es el surgimiento de la tecnociencia (Bueno, 2005). La conexión
entre ciencia y tecnología es selectiva, dinámica, directa, compleja, interactiva,
retroactiva, indirecta y dependiente del contexto; esto justifica el papel activo de
los gestores de la tecnología, especialmente de los actores públicos (Azagra, 2004)
En consecuencia, aquellas actividades vinculadas a la adquisición, difusión y
transmisión de conocimiento poseen un papel preponderante (siendo, en el entorno
productivo, la ejecución de actividades de I+D el principal input). Las
organizaciones se ven abocadas a tener que aprender cómo se gobierna el
conocimiento que existe o que ellas mismas poseen, así la innovación es
considerada una de las fuentes de las ventajas competitivas. Y es que el reto del S.
XXI es saber llevar a cabo o dirigir con efectividad la actual convergencia científica
y tecnológica (Bueno, 2005).
La discontinuidad tecnológica, el ritmo de avance, la complejidad de algunas
tecnologías, el carácter multidisciplinar, el incremento de los estándares que
afectan a los desarrollos tecnológicos y el aumento de la intensidad de I+D
necesaria para sobrevivir en un entorno global, hacen que las empresas no puedan
estar en soledad en los procesos de innovación viéndose obligadas a buscar en
otras fuentes el conocimiento y la tecnología necesarios para mantener su
competitividad (Bernardos, A. y Casar, J, 2005). Rosenberg señala que cada vez se
hace más necesario el que las empresas cooperen con otras organizaciones para
llevar a cabo las actividades de investigación y desarrollo, teniendo en cuenta el
carácter circular o interactivo del proceso innovador (Mowery y Rosenberg, 1989).
Como se ve, esta economía del conocimiento se construye con agentes,
espacios y procesos, así que es importante las relaciones que hay dentro de los
encargados de generar conocimiento científico y técnico y asimilarlo (los sistemas
de innovación) y, dentro de éstos, aparecen en escena los OTRI (Organismo de
Transferencia de Resultados de Innovación), en la relación universidad-empresa.
En el presente trabajo encuadraremos los OTRIS dentro del sistema de
innovación. En primer lugar, se hace un breve repaso de los estudios que acercan
posturas de innovación y espacio a lo largo del tiempo, hasta llegar a las últimas
tendencias. Para luego centrarse en la universidad y su sistema de interfaz dentro
del sistema de innovación. Tras ello se hará un breve análisis de la situación de
España y, más concretamente de la actividad de la OTRI de la universidad de
Granada, al respecto. Para finalizar se extraen una serie de conclusiones
1. Espacio e innovación
Como se ha avanzado en la introducción, el proceso de innovación se presenta
complejo para las organizaciones. El modelo lineal de innovación (en el que la
secuencia sería: investigación básica investigación aplicada desarrollo
tecnológico marketing-lanzamiento), por su sencillez, continua vigente en los
análisis, debido a que nos provee de indicadores cuantitativos útiles. Sin embargo
no es fiel reflejo del proceso innovador, al que hay enfocar desde una perspectiva
interactiva. Un sistema científico de alto nivel y un alto grado de originalidad
científica no son condiciones necesarias ni suficientes para el dinamismo
tecnológico.
De ahí la importancia, más allá de las innovaciones radicales, de las
innovaciones incrementales y la difusión. Por su parte, Mockyr apunta a lo largo de
la historia de la tecnología, una especie de “dualidad” entre macro-invenciones y
micro-invenciones, en la que las primeras no son decisivas por sí mismas, y las
segundas sin las primeras irían agotando los beneficios (Mockyr,1993).
El enfoque interactivo de Rosenberg da lugar, hoy en día a la representación de
la innovación a través del m odelo de “tripe hélice”, en el que cada una de las
hélices representa los elementos que intervienen en los procesos innovadores. La
innovación surge cuando elementos situados en hélices distintas se interrelacionan
con éxito (Fernandez et all, 2000).
Fuente: Bueno campos (2005)
Por otro lado, en lo últimos años se hace más patente todavía que el terreno
donde los gobiernos han de moverse, y éste es claramente local y viene
determinado por el fenómeno de lo que se ha denominado glocalización, término
con el que se intenta entender el actual proceso de transformación como un
engarce entre la dinámica local y global. Lo local gana en significado porque debe
participar en un sin número de lugares en la competencia global por los recursos
(Novy, 2004). En dicha competencia la innovación emerge como el factor clave que
ha de ser la respuesta para todas las regiones y, especialmente, para las periféricas
(Cuadrado, 2006). Por ello, en este entorno que cada vez es más competitivo, el
análisis ha de ser enfocado sobre ese papel que juega de cara a la mejora de la
competitividad.
Bajo este prisma se extiende todo un campo de líneas de actuación acerca de la
localización de la actividad innovadora. Ese interés tiene su precedente allá por el
S. XIX, sin embargo entre las contribuciones pioneras en la que se apoyan las
subsiguientes líneas será la de Marshall (1890, 1919) el pilar central. Su idea se
basa en la aparición de beneficios derivados no tanto la instalación de una empresa
en un enclave específico, sino de la co-localización de empresas, que generan tres
tipos de externalidades en el entorno, (Krugman, 1991):
Economías de especialización (clusters): la presencia de un elevado
número de empresas se traduce en la externalización de actividades
complementarias y en una cooperación más estrecha, obteniéndose
beneficios compartiendo recursos y capacidades, siendo estos beneficios
especialmente relevantes en el caso de los costes de innovación.
Economías vinculadas a la mano de obra (labour pooling): la
disponibilidad de una mano de obra altamente cualificada, no sólo atrae
más mano de obra cualificada y a más empresas, sino que también genera
importantes beneficios, básicamente a través de dos vías:
o La alta concentración de empresas permite una mayor movilidad de
la mano de obra en función de la demanda. Concretamente, la
presencia de un elevado número de empleadores reduce el riesgo de
desempleo, lo que se traslada en una disminución de los salarios (los
trabajadores aceptan salarios más bajos a cambios de una mayor
estabilidad de su renta a lo largo del tiempo).
o Además, los trabajadores muestran una mayor predisposición a la
mejora y adquisición de habilidades específicas en dicha industria,
puesto que son muchos los empleadores que valorarán dicha
inversión en formación.
Externalidades tecnológicas o spillovers de conocimiento: la
concentración de empresas facilita la aparición de spillovers de
conocimiento, dado que el conocimiento fluye más fácilmente a nivel local
que a largas distancias, especialmente cuando se trata de conocimiento
tácito, incorporado en las personas.
Este último tipo de externalidad es precisamente la que han inspirado la mayor
parte de los desarrollos teóricos sucesivos. La evolución reciente propone una
perspectiva más dinámica de las interrelaciones industria-espacio. Siguiendo un
orden cronológico, podemos diferenciar, en primer lugar, las corrientes teóricas
italiana y francesa asociadas a los distritos industriales y al milieu innovateur,
respectivamente. En segundo lugar, las aportaciones de Porter y la nueva geografía
económica, a comienzos de los noventa. Por último encontramos las contribuciones
teóricas más recientes, que se engloban bajo la denominación de nuevos espacios
industriales (new industrial spaces) (Moulaert y Sekia, 2003).
a) El distrito industrial se define como un cluster o aglomeración de
empresas en el que existen relaciones e interacciones específicas entre las
empresa, éstas son el resultado de un equilibrio entre cooperación y
competencia: así, mientras que la competencia tiene lugar entre empresas
que trabajan el mismo producto o desarrollan la misma actividad, la
cooperación, por el contrario, tiene lugar entre empresas situadas en
escalones distintos de la cadena de producción (Brusco, 1990). En estas
relaciones juega un papel esencial lo que se denomina como bagaje cultural
común (Becattini, 1979, 1990), es decir, no solo importan las relaciones que
se establecen entre las empresas, sino también la existencia de unas
condiciones institucionales y de mercado adecuadas. De esta forma, el
entorno institucional, junto con las relaciones “inform ales”, em ergen com o
elementos clave para el éxito empresarial..
b) Siguiendo un razonamiento similar, el grupo francés GREMI elabora en los
80 la perspectiva del milieu innovateur (Aydalot, 1986; Camagni, 1991;
Ratti, 1992), que de nuevo subraya la relevancia de las relaciones que se
establecen no solo entre las empresas, sino entre éstas y su entorno. El
territorio no actúa como simple escenario inerte y neutral donde se localizan
las empresas y desarrollan sus procesos de innovación, sino que interactúa
con ellas, favoreciendo o dificultando su avance, al tiempo que orienta la
evolución. Las características del entorno (milieu) determinan el potencial
existente en ese territorio.
c) Algo más tarde, a finales de los 80, se gesta la aportación de Porter, siendo
el resultado principal la publicación del famoso libro The Comparative
Advantage of Nations en 1990, en el que se reconoce de modo explícito que
la ventaja competitiva de los países está estrechamente ligada a la
geografía, y en particular a las instituciones y a los spillovers de
conocimiento señalados por Marshall.
d) Krugman será el arquitecto principal de la construcción en los 90 de la
conocida como nueva geografía económica (Krugman, 1991a, 1991b,
1998a, 1998b, 2000; Fujita et al., 1999). A partir del modelo centro-
periferia se planteaba cómo la interacción entre rendimientos crecientes y
costes de transporte podía conducir a estructuras geográficas de producción
concretas.
Los trabajos más recientes están agrupados bajo la denominación de nuevos
espacios industriales (Storper, 1995; Storper y Scott, 1988, 2003), La noción
central es que las relaciones entre empresas, junto con las prácticas culturales,
económicas y políticas se integran dentro del entorno social e institucional y acaban
determinando el éxito (o fracaso) de las regiones. En la actualidad podemos
distinguir tres corrientes principales en torno a la distribución de la innovación en el
ámbito regional: la geografía de la innovación, los sistemas regionales de
innovación y las learning regions.
1.1. Sistemas Regionales de Innovación
Es necesario un enfoque interdisciplinario para unir las diferentes dimensiones
del sistema. De modo que tenemos que tener en cuenta la teoría económica
evolucionista, el concepto de distrito industrial, la teorización de las estrategias de
racionalización, y el concepto de gobierno como importantes elementos teóricos
sustantivos, para poder cubrir el tópico.
A pesar de la relativa novedad de los acercamientos teóricos, la idea de sistema
de innovación ya se puede encontrar en F. List (1841). Él menciona que Adam
Smith, a pesar de haberlas incluido en la definición de capital, olvida pronto las
aptitudes intelectuales y corporales en su magna obra. List incide en ellas y, dentro
de su análisis de su Alemania contemporánea, elabora una serie de
recomendaciones para superar la hegemonía económica de Inglaterra. Es
destacable que Alemania (entre otras cosas, gracias a análisis similares) logra su
objetivo pasado el ecuador del S. XIX y se convierte en uno de los mejores
sistemas de formación y educación técnica del mundo. En aquel progreso, además,
contemplamos un ejemplo de la importancia del estado –más importante si cabe en
aquella época-, del rol que juega dentro del desarrollo.
En cuanto a las instituciones, De la Mothe (2004) señala que éstas son el
conducto por el que las ideas se forman y fluyen de los laboratorios del gobierno,
empresas, universidades, agencias, abasteciendo servicios comunitarios y
desarrollando la noción de ventaja fabricada, ya que el modelo ricardiano de
ventaja comparativa no explica diversos fenómenos económicos en las naciones
(por ejemplo el gran crecimiento de pequeños mercados que, a priori, no reúnen
las “condiciones que debieran”). Y es que los programas del gobierno se mueven en
la dirección correcta cuando promueven la interacción en un sistema nacional de
innovación.
A pesar de la antigüedad del enfoque y el gran número de estudios surgidos a
raíz de los de Freeman (1988) y Lundvall (1992), el sistema nacional de
innovación (SNI) se caracteriza por tener una definición un tanto difusa, aunque
las existentes apunten a un mismo lugar, un conjunto de elementos relacionados
entre sí y con su entorno. Ello es debido a la gran complejidad en el análisis de sus
componentes y las relaciones entre ellos, de modo que por lo general nos
encontramos con que un sistema de innovación es:
el juego interactivo de instituciones nacionales, empresas y gente cuyas
actividades contribuyen al desarrollo tecnológico y económico del país
(Freeman, 1988; Lundvall, 1992);
el conjunto de elementos que actúan e interaccionan en un ámbito tanto a
favor como en contra, de cualquier proceso de creación, difusión o uso de
conocimiento económico (COTEC, 2004);
el sistema de innovación sería el determinante de los procesos de
innovación: todos los factores económicos, sociales, políticos,
organizacionales e institucionales importantes que influyen en el desarrollo,
difusión y uso de las innovaciones. Vendría, de ese modo, constituido por los
componentes y las relaciones entre ellos. Sus componentes principales son
organizaciones e instituciones. Las organizaciones serían estructuras
formales creadas deliberadamente con un propósito explícito, y las
instituciones una colección de normas, hábitos, rutinas, prácticas
establecidas, reglas o leyes que regulan la relación e interacción entre
individuos, grupos,… (Edquist, 2003);
y otra definición sería entender el concepto como un juego de actuación
recíproca de intereses privados y públicos, instituciones formales y otras
organizaciones que funcionan según disposiciones de organización e
institucionales y relaciones conducentes a la generación, el empleo y la
diseminación de conocimiento (Doloreux, 2004).
Ante todo, parece estar claro que es un sistema social. Las interacciones dentro
del sistema, de ese modo, son el resultado de la interacción social (valga la
redundancia) entre actores económicos (Cooke, 1999). Y es que, como señalan
Olazaran y Gómez Uranga (2001), hay que analizar este concepto, más que como
un “inventario de agentes”, com o una compleja red de agentes y sus
relaciones, puesto que no hay que olvidar que los elementos interactuantes
(esquema 1) están sujetos en mayor o menor medida a cambios continuos que
afectan a la misma composición del sistema, dependiendo de la región que se esté
estudiando.
También podemos decir que hay cinco entornos en un sistema de innovación,
cuyas fronteras se presentan borrosas (Conesa, 1997), el científico (encargado de
generar conocimiento), el tecnológico (encargado de producir la tecnología)
productivo (que es el que tiene que asimilar la tecnología), el entorno financiero y,
por último, el usuario.
Dentro del análisis de los sistemas de innovación, es importante el tamaño del
sistem a, por lo general se puede tom ar la ciudad, “lo local” (entendiendo por ello
distritos industriales y área metropolitana), NUTS II o a escalas subnacionales o
suprarregionales. Ello es importante porque hay que tener en muy en cuenta las
instituciones involucradas (ya que es necesario subrayar que el apoyo institucional
proporciona una retroalimentación positiva al proceso de innovación). Sin embargo,
no hay todavía una comprensión genera general a la hora de definir una región.
Así, por ejemplo, Porter (1990) usara el término cluster industrial, densa red de
actores económicos, para definirla desde el punto de vista económico. Aunque por
supuesto, una región puede tener más de un cluster.
Pero una de las principales virtudes de la perspectiva de los sistemas de
innovación es que tiene en cuenta que la innovación, y en consecuencia el
desarrollo tecnológico, no siguen un proceso lineal, bebiendo, entre otras, de
teorías evolucionistas. El m odelo de “em presario schum peteriano” que innova en
empresa
Stma público de I+D
Entorno Infraestructuras de soporte
Administración
Esquema 2
soledad se revela obsoleto: la innovación y los avances tecnológicos son hoy, más
que nunca, procesos socialmente distribuidos en los que están involucrados todos
los agentes: empresas, consumidores y sector público, y donde la difusión, el
elemento clave de las “innovaciones increm entales”, juega un papel esencial. En
este ám bito la “capacidad de absorción” (la capacidad para incorporar nuevo
conocimiento), tanto de individuos como de empresas es un requisito para que el
“proceso difusor” sea ex itoso (OCDE, 2002).
2. La universidad dentro del sistema de innovación
Para que se produzcan las relaciones dentro del sistema de innovación, entra en
juego unos importantes actores, los instrumentos de interacción, ya sean
estructuras de interfaz entre los elementos o instrumentos de fomento de la
relación. Mientras que el primero, siguiendo la definición de Fernando Conesa,
serían unidades establecidas en un entorno o en su área de influencia que
dinamiza, en materia de innovación tecnológica, a los elementos de dicho entorno o
de otros y fomenta y cataliza las relaciones entre ellos; los instrumentos de
Fomento de la interrelación son incentivos o ayudas cuyo objetivo es favorecer el
desarrollo de actividades o de estructuras de cooperación, más o menos duraderas.
Dentro del entorno científico, en este trabajo nos vamos a centrar en las
relaciones que se establecen entre dos agentes situados dentro del sistema de
innovación, como lo son las relaciones de empresa y universidad. Desde que, por
primera vez, en 1810 en Berlín se conjugase investigación y docencia, en las
últimas décadas se reconoce en la universidad una cuarta misión a las de enseñar,
investigar y servicio público. Esta cuarta misión para las universidades innovadoras
es la innovación y el desarrollo para la economía basada en la tecnología (Sonka y
Chicoine, 2004). Como señala Bernardo y Casar (2004) el nuevo cometido de la
universidad es el de “rentabilizar sus resultados”. D e m odo que los lazos que
establecen con empresas son muy importantes. Sobre la cooperación en materia de
I+D hay mucha literatura que analice las dimensiones de ella.
Dentro de la interacción universidad empresa, Fernández et all (2000) señala
que cada universidad tiene unos rasgos que la caracterizan dentro del SRI, así que
las relaciones establecidas requieren ser adaptadas esas características.
Dependiendo del tipo de universidad que analicemos (académica, clásica, social,
empresarial o emprendedora) y de los rasgos a su vez de las empresas (tamaño,
sector, capacitación, actitud hacia la innovación), así serán las relaciones que
surjan. Por ejemplo, una PYME de un sector de alta tecnología se debería relacionar
muy bien, en principio, con una universidad emprendedora (Fernández et all,
2000). Además, continúan Fernández y otros, la interacción se halla dentro del
sistema y se verá afectada, también, por el nivel de desarrollo del SRI y la acción
de la administración (que ha de impulsar este tipo de relaciones cuando los
elementos del sistema no están aún capacitados para ponerlas en marcha, además
de contribuir al cambio cultural que exige un sistema interrelacionado).
Del lado de la empresa, por una parte la elección de la gestión importa en la
formación de la propensión de la empresa a usar a la universidad como fuente de
innovación (Laursen y Salter, 2004). Con respecto al tamaño de la empresa y su
propensión a establecer lazos con la universidad, no se detecta a existencia de una
relación, sino diferentes orientaciones en la cooperación, para diferentes tamaños
de empresas. (Sorondo 2004). Sin embargo, un elemento clave para la empresas
es la capacidad de absorción de la innovación de la empresa y la realización interna
de actividades de I+D (Bayona et all, 2003)
En otro sentido, el modelo de interacción en diferentes campos tecnológicos no
es uniforme. Mientras que en campos basados en la ciencia, los departamentos
universitarios tienen un enfoque distinto en investigación básica y el interés
mayoritario de la industria es la observación de la ciencia; en campos menos
basados en la ciencia, el interés de la industria sería para la solución de los
problemas técnicos.
Como se observa la complejidad de las relaciones universidad-empresa es
amplia. El fenómeno de la interacción universidad-empresa abre dos debates
(Azagra, 2003):
- Debate positivo: el fenómeno de la interacción está ligado a los cambios
de actitud (institucionales y personales) de los agentes que interactúan y
el apoyo público
- Debate normativo: ¿Cuáles deberían ser los objetivos? ¿Cuáles son las
repercusiones sobre la calidad de la ciencia? ¿Es positivo o negativo?
¿Consigue la promoción de la interacción universidad empresa estimularla
efectivamente?
Aquí, los OTRI universitarios entran en juego como un elemento clave
canalizador, junto a las Fundaciones Universidad-Empresa (que suelen usar otros
instrumentos para la interacción y están más cercanos a la empresa y no tanto a la
administración), del flujo de conocimiento de la universidad a otros entornos.
Nosotros centraremos nuestra visión en los OTRI,
2.1 Los OTRI
Conviene recordar, antes de nada, dentro de la interacción que estamos
analizando, que la difusión y la transferencia de tecnología son aspectos diferentes
dentro del proceso de innovación. La transferencia de tecnología en sentido estricto
supone la transmisión y asimilación a través de las fronteras de conocimientos y
elementos materiales que hacen posible la innovación. La difusión sería el proceso
que se manifiesta en el creciente número de los usuarios efectivos de una
innovación, o si se prefiere, en la adopción de ésta por los agentes y a través del
conjunto de la economía (el impacto de una innovación depende del proceso de
difusión, el cual, a veces se realiza por medio de la imitación) (Caravaca, 2003).
Sonka señala que la transferencia universitaria es: "La transferencia formal de
nuevos descubrimientos y las innovaciones que resultan de investigación científica
dirigida en universidades y instituciones no lucrativas al sector de comercial para el
beneficio público" (Snyder et al. en Sonka et all 2004)
Para las universidades son los OTRIs los que actúan como infraestructuras de
soporte a la innovación. O, como se puede ver en la siguiente figura, los OTRI están
dentro de los “organism os de la oferta para la transferencia de tecnología”, que son
las estructuras de interfaz más proactivas, son verdaderas empresas para facilitar
la venta de las tecnologías generadas en universidades a la industria (COTEC,
2003a)
Fuente: COTEC (2003a)
Los servicios que prestarían los OTRI:
- Contratos y convenios de investigación.
- Asesoramiento y gestión de proyectos de I+D con empresas
- Gestión de acciones de incorporación de doctores a empresas y movilidad de
Investigadores y tecnólogos
- Asesoramiento en la gestión de proyectos europeos
- Gestión y asesoramiento de patentes
- Inventario tecnológico de la universidad
E M P R E S A S
U N I V. y O P I S
Centros de apoyo al aumento de la productividad
Centros sec de adquisición de tecnología
Oficinas para la difusión de tecnología orientada a la dda
Org de oferta para la transferencia de tec
Centros de I+D indep sin visibilidad comercial
Centros privados indep con serv comerciales de I+D
Org de centros de i+d apoyadas por la univers
Org de centros de i+d apoyadas por la univers
prod
I+D
Esquema 3
3. Los OTRI dentro del sistema español de innovación
3.1 Breve descripción del Sistema español de innovación
Los elementos, instituciones y organizaciones, además de su importancia dentro
del sistema de innovación, pueden variar (según regiones o países por ejemplo).
Así, la OCDE (2002) cataloga por países cuatro categorías de sistemas de
innovación, en base al nivel de esfuerzo investigador y subdivide según el peso de
la universidad:
Países con una muy alta tasa de I+D financiada y desarrollada por el
gobierno:
- sistema basado en la universidad (Turquía)
- sistema ampliamente basado (Italia, Nueva Zelanda, Polonia,
Portugal y Méjico)
- sistema basado en institutos (Hungría e Islandia)
Países con una moderadamente alta tasa de I+D financiada y
desarrollada por el gobierno:
- Sistema basado en la universidad (Austria y España)
- Sistema basado ampliamente (Francia, Holanda y Noruega)
Países con una tasa promedia de I+D financiada y desarrollada por el
gobierno
- Sistema basado en la universidad (Canadá, y Reino unido)
- Sistema basado ampliamente (Dinamarca, Finlandia, Noruega
y Alemania)
- Sistema basado en institutos (República Checa)
Países con una tasa baja de I+D financiada y desarrollada por el
gobierno
- Sistema basado en la universidad (Bélgica, Irlanda, Japón,
Suecia, Suiza y EEUU)
- Sistema basado en institutos (Corea)
Dentro del sistema español de innovación (caracterizado, como hemos visto,
por estar basado en la universidad y financiado en gran medida por el gobierno) las
estructuras más consolidadas están: los OTRIs (antes ATRIs); los parques
tecnológicos y los centros tecnológicos. Dentro de las menos consolidadas: las
incubadoras de empresas, que también pueden ser CEEIs (20 en España) y los
parques científicos, para los que el apoyo académico es esencial (COTEC, 2003b).
Los OTRIS universitarios resultan herramientas muy útiles, también, dado el
carácter empresarial español, donde predominan las PYMEs, que muestran
dificultades para acceder a los recursos científicos y tecnológicos de las
universidades
Vemos como para el sistema español la universidad es una fuente crucial de
conocimiento dentro de su sistema. Para el desarrollo del mismo, usa como
principales instrumentos de política científica y tecnológica: beneficios fiscales,
subvenciones, compras públicas, patentes, políticas de difusión y cooperación de
I+D como política. Es reseñable destacar que, a nivel autonómico, los objetivos
estratégicos planteados por las diferentes comunidades autónomas españolas son
importantes dentro del mencionado proceso de desarrollo, además de claramente
diferentes. Diferencia que también se ve reflejada en el gasto en I+D que realizan
la administración
En el apoyo a esas políticas, a niveles cuantitativos, dentro de la evolución del
sistema español, ya en los 80 se dobló el porcentaje de PIB en investigación y se
puso en marcha los primeros planes de I+D (1988-1991). Por Comunidades
Autónomas, la distribución del Gasto Interno en I+D en todos los sectores no ha
sido igual, teniendo mayor porcentaje Cataluña (22,1%), Madrid (30,6%) y
Andalucía (9,5%).
Por otro lado, con ello, tenemos el esfuerzo que las distintas regiones españolas
hacen en innovación, considerado como el peso del gasto en I+D dentro de sus
respectivos productos interiores brutos. Con los datos establecemos un ranking de
las comunidades más inversoras. Mientras que el gobierno central invertiría el 1,1
% de su PIB, las CC. AA. gastarían el 0,86 % de media. Los dos niveles de gasto
están por debajo de la media europea (1,9%), de la que solamente Madrid, con el
1,81%, se acerca.
Gráfico 1
Fuente: Elaboración propia con datos del INE
Nota: incluye la I+D continua y ocasional
En un estudio realizado anteriormente (Camacho y Ortiz, 2006), cuando se
calculó el esfuerzo innovador regional se vio cómo emergía una relación
significativa entre los objetivos planteados y dicho esfuerzo. Por otro lado, la
relación entre niveles de renta y esfuerzo innovador apuntó una alta correlación en
las regiones más avanzadas, mientras que en el resto esa vinculación es más débil.
Desde el punto de vista del desarrollo económico, resulta interesante destacar el
esfuerzo innovador realizado por las comunidades andaluza y gallega, a pesar de
registrar dos de los indicares de PIB per cápita más bajos del conjunto nacional.
3.2 La universidad en el Sistema
Centrándonos en las universidades, los iindicadores de producción científica
son:
la publicación de artículos en revistas nacionales e internacionales,
la asistencia a congresos nacionales e internacionales
el número de libros y capítulos publicados, las patentes registradas
las tesis doctorales leídas
así como la participación en proyectos financiados con Fondos Públicos o de
otro tipo.
Contratos de investigación
Contratos de servicios
A nivel estatal podemos ver cómo el peso de la universidad usando uno de los
anteriores indicadores. A partir de datos de la OEPM, en el gráfico observamos el
número de patentes solicitadas en España, además de las solicitudes hechas por las
universidades y vemos cómo casi se ha duplicado lo que suponen las solicitudes de
las universidades con respecto al total (pasando de un 5,18% a 9,23% de las
universidades sobre el total).
Gráfico 2
Solicitudes de patentes en España
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
3500
4000
1997 2000 2001 2002 2003 2004
nº d
e so
licitu
des
Solicitudes TotalesSolicitudes Universidades
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la OEPM
También con datos de la OEPM, podemos ordenar las universidades españolas
en base a las solicitudes de patentes, como podemos observar en la tabla anexo 1,
donde observamos el aumento general del número de patentes solicitadas por cada
universidad a lo largo del periodo observado, excepto casos puntuales (como el de
la Universidad Politécnica de Madrid), y vemos que la universidad objeto de nuestro
estudio, la universidad de Granada, ocupa la sexta posición
En un trabajo sobre la producción científica universitaria en Andalucía (Trinidad
et all, 2003), que tiene en cuenta otra serie de indicadores además de las patentes,
se observa que la mayor producción científica se encuentra en Sevilla (27%) y
Granada (24%), sería minoritaria en Jaén y Huelva (3%) y prácticamente
inexistente en Pablo de Olavide. Los grupos de investigación estarían especializados
en humanidades, siendo Granada la universidad con más grupos dedicados al área
Ciencia y Tecnología de la Salud (14%). La asistencia a congresos, nacionales e
internacionales y la publicación en revistas nacionales e internacionales, son los
canales de difusión de la investigación más utilizados. Por el contrario, el número
de actividades o productos patentados es mínimo, aunque sobresale en la
universidad de Granada. Las vías de difusión de la investigación menos utilizadas
son las patentes, la defensa de tesis doctorales y la publicación de libros y capítulos
de libros. En el caso de las patentes, Tecnología de la Información y de la
Comunicación destaca sobre el resto de áreas por la naturaleza de su actividad con
una media de dos patentes por grupo investigador. Las universidades de Granada y
Sevilla tienen más producción científica por profesor que el resto, excepto en el
caso concreto de revistas nacionales. Respecto a la situación actual de las
universidades andaluzas, existe una clara especialización de algunas universidades
en cuanto a áreas de conocimiento se refiere. Tal es el caso de la Universidad de
Córdoba con una actividad muy dinámica en el sector de la Agroalimentación y
Granada con mayor peso en el área de Ciencias y Tecnologías de la Salud. En el
resto dominan las humanidades.
En este sentido, en concreto en el contexto granadino, la OTRI de la universidad
de Granada hizo un estudio de esas relaciones en 1999 (por aquellos entonces
Agencia de Transferencia de Resultados de Investigación, ATRI). En el entorno
granadino, dentro del sector empresarial, las empresas tenían un 68% de titulados
universitarios, de los cuales tan sólo el 58% realizaban actividades propias de su
carrera. Muy pocas empresas presentaban condiciones de llevar a cabo I+D (el
mayor interés lo tenían las empresas de sector químico, que aún con el porcentaje
del 12% sus resultados a nivel de productos son innovadores y pioneros a nivel
nacional). Hay más representación de los mercados regionales, nacionales e
internacionales en comparación con el local. Los resultados también mostraban que
las empresas recurren al INEM y a la iniciativa privada para cubrir sus necesidades
de formación de sus plantillas, relegando la universidad a un segundo plano.
En el mencionado estudio había una encuesta realizada a empresas de la
provincia. Ésta estudiaba la propensión de las empresas a colaborar con las
universidad viene dado por:
el tamaño de la empresa (y en el sector granadino predominan las PYMES)
el sector de actividad
la capacitación técnica de sus recursos humanos y formación de sus
directivos
su actitud ante la innovación. Las empresas granadinas que innovan lo
hacen solamente para situarse a nivel de sus competidores y no para
superarlos, no dedican suficientes recursos financieros y carecen de
experiencia en programas reinvestigación cooperativa.
Así concluían que en Granada se echa de menos una política que sea favorable
a la innovación. Y dentro del sector empresarial el énfasis en tecnologías claves es
escaso. Continuaban diciendo es necesario que la universidad desarrolle una
función más activa en el acercamiento de sus servicios al entorno empresarial.
3.3 La otri en la universidad
Centrándonos en la actividad de la OTRI Con respecto a otra actividad de la
OTRI, en primer lugar habría que ver el volumen de contratación que maneja el
organismo, donde incluímos contratos de I+D y consultoría, servicios y otras
actividades contratadas., que viene aumentando desde 1996, según datos de
redOTRI. El volumen está distribuído desigualmente, donde en su mayoría son
contratos de I+D y consultoría. Lo cual, según redOTRI, muestra el carácter
secundario que la prestación de servicios tiene para los miembros de la comunidad
universitaria.
Gráfico 3
Fuente: redOTRI
Centrándonos en el OTRI de la universidad de Granada, vemos como su
volumen de contratación, también en vertiginoso ascenso (también se observa que
el número de contratos sube de 47 en el año 2001, a los 122 que se firmaron en
2005), con la excepción del año 2004, en el que se produce un descenso en la
contratación debido al menor número de convenios con instituciones públicas. El
cambio en los responsables de los distintos Ministerios y Consejerías a partir de las
elecciones generales y autonómicas explica este descenso en el importe de los
convenios suscritos
Gráfico 4
Volumen de contratación (en miles de euros)
0,00
500,00
1000,00
1500,00
2000,00
2500,00
3000,00
3500,00
4000,00
2001 2002 2003 2004 2005
Fuente: OTRI de la universidad de Granada
Evolución del volumen de I+D+i contratada(en millones de euros)
0
50
100
150
200
250
300
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Por áreas de conocimiento, es de destacar que la contratación de la OTRI de la UGR
en su mayoría está caracterizada por pertenecer al área de recursos naturales y medio
ambiente (RNM), mientras que la de agroalimentación (AGR) resulta mínima o
inexistente (según el año).Vemos como el peso de las ciencias sociales, económicas y
jurídicas (SEJ) disminuyen su peso con los años. Esto evidencia, una vez más, el peso
de las ciencias biosanitarias Podemos observarlo en los gráficos inferiores.
Gráfico 5
Ditribución de la Contratación por Áreas PAI (2005)
3,81%5,36%3,23%
2,44%
15,96%
11,08%
48,21%
9,91%CTSCVIFQMHUMRNMSEJTEPTIC
Fuente: OTRI de la UGR
3. Conclusiones
En este trabajo se ha tratado de vislumbrar la situación en la que se encuentra
la OTRI de la universidad de Granada, intentando entender dónde se sitúan este
tipo de organismos dentro de un sistema innovador. Y es que en el este contexto
de “nueva econom ía” y glocalización las actividades de innovación se m uestran
cruciales para el desarrollo económico. En consecuencia los estudios encaminados a
ese fin son puntos en donde se debe prestar mucha atención.
De este modo, se ha hecho un repaso a los estudios que relacionan el espacio y
la actividad innovadora, más en concreto la corriente de los Sistemas Resgionales
de Innovación. Para ver la importancia que, en concreto en el sistema español,
juegan las universidades. Éstas a su vez canalizan sus aportaciones a la economía a
través de instrumentos como los organismos de transferencia de resultados de
innovación. La universidad de Granada está bien situada en el “ranking” de
universidades españolas en términos de patentes. Usando indicadores de
contratación vemos como en ámbitos como el biosanitario sobresale. Además, el
Parque Científico de Ciencias de la Salud es y será un elemento positivo en este
sentido. Sin embargo hace falta una mayor conexión con el sector empresarial.
El aumento del volumen de contratación de la OTRI es reflejo del aumento del
peso que la universidad en el sistema español de innovación. En la universidad de
Granada éste aumento es mayor si cabe. Además, destacan las actividades de
Recursos Naturales y Medio Ambiente
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Anexo 1: Solicitudes de patentes presentadas por Universidades, 1997 y 2000-04
Universidad 1997 2000 2001 2002 2003 2004 TOTAL
%
U P DE CATALUNYA 15 29 20 23 34 25 146 9,39 U P DE VALENCIA 11 22 27 35 22 22 139 8,94 U DE SEVILLA 10 4 12 22 25 28 101 6,50 U COMPLUTENSE DE MADRID 5 19 9 12 18 20 83 5,34 U DE SANTIAGO DE COMPOSTELA 5 8 8 18 23 15 77 4,95 U DE GRANADA 5 9 6 16 13 16 65 4,18 U POLITECNICA DE MADRID 12 17 8 9 11 8 65 4,18 U DE OVIEDO 9 7 20 15 6 7 64 4,12 U AUTONOMA DE MADRID 4 11 7 7 11 15 55 3,54 U DE VIGO 3 6 13 10 14 8 54 3,47 U DE MALAGA 6 4 10 17 6 8 51 3,28 U DE ZARAGOZA 4 9 9 7 12 7 48 3,09 U DE BARCELONA 6 6 9 6 13 8 48 3,09 U DE VALENCIA 2 13 4 11 3 12 45 2,89 U AUTONOMA DE BARCELONA 2 10 5 4 8 6 35 2,25 U DE ALICANTE 1 6 7 2 10 9 35 2,25 U DE CORDOBA 3 3 7 10 7 4 34 2,19 U DE CANTABRIA 5 1 6 11 1 7 31 1,99 U DE SALAMANCA 4 6 9 5 4 1 29 1,86 U DE ALCALA 1 7 2 6 5 6 27 1,74 U DE MURCIA 7 9 1 1 2 6 26 1,67 U DE A CORUÑA 1 4 8 4 5 3 25 1,61 U DE CADIZ 3 1 2 5 5 9 25 1,61 U PUBLICA DE NAVARRA 4 3 6 4 6 23 1,48 U DEL PAIS VASCO-E.H.U. 2 3 3 3 5 7 23 1,48 U DE MIGUEL HERNANDEZ 3 7 3 6 1 20 1,29 U DE VALLADOLID 4 3 2 1 5 1 16 1,03 U DE ALMERIA 2 1 7 1 4 15 0,96 U DE JAEN 1 2 2 4 3 2 14 0,90 UNED 2 5 3 1 3 14 0,90 U DE CASTILLA LA MANCHA 3 2 2 6 13 0,84 U DE LES ILLES BALEARS-OTRI 1 1 3 5 1 11 0,71 FUNDACION U ROVIRA I VIRGILI 1 1 5 3 10 0,64 U DE PALMA DE GRAN CANARIA 2 2 2 2 1 9 0,58 U DE HUELVA 1 3 5 9 0,58 U DE LEON 1 3 2 1 1 8 0,51 U DE LA RIOJA 1 1 3 2 1 8 0,51 U DE CARLOS III 2 4 2 8 0,51 U DE EXTREMADURA 3 1 1 2 7 0,45 U POLITECNICA DE CARTAGENA 1 3 1 5 0,32 U DE GERONA 3 1 1 5 0,32 U REY JUAN CARLOS 1 2 2 5 0,32 U DE JAIME I 2 2 4 0,26 U DE LA LAGUNA 1 1 2 4 0,26 U DE POMPEU FABRA 1 1 1 3 0,19 U DE LLEIDA 1 1 1 3 0,19 U DE PABLO DE OLAVIDE 1 1 2 0,13
U DE BURGOS 1 1 2 0,13 O.A.L. E. U. POLITECNICA. A.D.G. 2 2 0,13 FUNDACION PRIV. U I TECNOLOG. 1 1 0,06 U DE OVIEDO Y POLITEC. TORINO 1 1 0,06 U DE EVORA 1 1 0,06 HOSP. U C. PUERTA DE HIERRO 1 1 0,06
TOTAL 142 238 255 300 315 305 1.555 100,00 Fuente: Elaboración propia a traves de datos de la OEPM
Nota: en esta tabla hay patentes con titularidad compartida,
es decir, un mismo expediente tiene dos o mas titulares.