descolonización e interculturalidad: debates y propuestas
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Descolonización e interculturalidad:
Debates y propuestas para la construcción del Estado
Plurinacional
Sistematización de las reflexiones en Bolivia
(2010-2014)
Presentado por:
Karina M. Herrera Miller
Consultora FES
La Paz, mayo de 2015
ÍNDICE
0. Resumen ejecutivo..................................................................................51. Planteamientos generales de la sistematización................................11 2. Contexto.................................................................................................133. Ejes temáticos y aportes
analíticos desde el debate boliviano....................................................193.1. Descolonización.............................................................................193.1.1. La descolonización como horizonte epistémico....................193.1.2. La descolonización como programa político..........................243.2. Interculturalidad.............................................................................52
4. Claves y aportes del debate boliviano a las reflexiones sobre descolonización, interculturalidad y despatriarcalización............................................................................91
Conclusiones............................................................................................107
Fuentes de consulta................................................................................109Anexo: Bases de políticas públicas (descolonizadas)
en un Estado descolonizado, intercultural, plurinacional y despatriarcalizado............................................................................115
5RESUMEN EJECUTIVO
0
Resumen ejecutivo
Descolonización, interculturalidad, despatriarcalización y plurinaciona-lidad son quizás las palabras más escuchadas pero poco comprendidas en lo que va de la última década en Bolivia.
Si bien han sido insertados ahora en el discurso político y social, estos conceptos guardan un recorrido más largo y una memoria más densa. Hablar de descolonización es referirse a la colonialidad instalada desde el choque entre dos lógicas culturales distintas, en donde una somete a la otra en múltiples dimensiones. El choque colonial, en particular el de ibéricos y amerindios en América Latina desde 1492, se instituyó bajo la racionalidad instrumental que expresaba ya la modernidad. A través de ella se anuló las otras experiencias, a los otros sujetos, se estableció una dicotómica relación entre bárbaros y civilizados. Bajo esta política de la desigualdad se construyó un Estado colonial, monocultural, uni-formizador de mentalidades y conductas que se legitimaron en el so-metimiento y la exclusión para unos y en el dominio y privilegios para otros, ambos polos socioracializados.La colonización como proyecto político pretendió eliminar al Otro, borrar la diversidad. Con ella también se instaló una macro-narrati-va, una historia única, de la cultura “universal” (occidental), con un modelo único de progreso, de bienestar, basado en la acumulación capitalista y en la explotación clasista y racista de las colonias. A ello
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se suma la antigua exclusión y sometimiento de las mujeres, con lo que inmensos grupos sociales terminan en las “zonas del no ser” (Fanon, 2009).
Pese a existir un amplio, diverso y fructífero debate en las etapas previa y transicional de la construcción del Estado Plurinacional (2006 a la fecha), no pueden identificarse acuerdos o consensos ni conceptuales ni procedimentales en torno a estos tópicos.
En definitiva, se ha abierto un espacio/momento productivo para la re-flexión, en términos racionales, y necesario para la catarsis, en términos emocionales, que permita a los distintos actores encontrar salidas a lo que está inscrito hoy como Estado Plurinacional, intercultural, desco-lonizado y despatriarcalizado.
Alrededor del concepto y campo de la descolonización se han plan-teado varias visiones para explicar su contenido y sus posibles ca-minos. No obstante, estos posicionamientos toman y asumen a la descolonización en dos grandes ejes, vinculados entre sí: la descolo-nización como horizonte epistémico, vale decir, como un conjunto explicativo del pasado, presente y futuro de las interacciones y lu-chas de los pueblos colonizados con los pueblos colonizadores; y la descolonización como programa político, que plantea saldar las deudas históricas de la colonización y desde allí iniciar un proceso profundo de transformación social que interpele el sistema-mundo moderno y capitalista, sobre el que se instituyó las exclusiones so-cioraciales y patriarcales.
Este ejercicio de sistematización parte de eso dos enclaves encon-trando para el caso del segundo —la descolonización como progra-ma político— diez ejes temáticos que señalan grandes senderos de la discusión y que retoman el horizonte de visibilidad decolonial o
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postcolonial, en donde se posicionan actores, propuestas y críticas. Estos diez tópicos se refieren a:
1. La participación indígena dentro del proceso de transformación y gestión estatal.
2. La descolonización y la colonialidad en los procesos de discusión y aprobación de leyes dentro de la Asamblea Legislativa Plurina-cional.
3. La descolonización de la gestión pública que supone descolonizar el Estado desde el mismo Estado.
4. La definición de políticas públicas en el marco de la descoloniza-ción, la plurinacionalidad y la interculturalidad.
5. El colonialismo interno que permanece en las prácticas del Esta-do mismo y las críticas a la gestión gubernamental.
6. La descolonización y su articulación con la despatriarcalización.7. La descolonización y su articulación con la interculturalidad.8. La reconstrucción de la memoria histórica.9. La descolonización desde otros ámbitos no estatales: descoloni-
zación artística, cultural, informativa, comunicacional, educativa, entre otras.
10. La descolonización de los modelos de desarrollo occidentalizados desde el Vivir Bien.
Asimismo, se evidenció también el ineludible cruce entre descoloniza-ción e interculturalidad. Al ser otro concepto clave, la interculturalidad no está exenta de polisemias. En la discusión misma se alerta de las clá-sicas definiciones que no pueden ser asumidas sin una revisión crítica y situada en este momento y para este contexto.
Alrededor de éste, la sistematización ha encontrado al menos los si-guientes seis ejes:
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1. Re comprensión del concepto de interculturalidad2. Del multiculturalismo al interculturalismo.3. La (re/de)construcción de las identidades (subalternizadas).4. El mestizaje como una identidad.5. La constitución de la diferencia.6. Interculturalidad, comunicación y educación.
Además de ello, el presente documento reconoce tres principales aportes del debate boliviano a este proceso, en el que además se libra una batalla simbólico-política por la definición de las palabras y sus respectivos sentidos. Estas contribuciones se refieren a:
1. La noción de transformación estatal que sugiere una doble mi-rada por “dentro” y “fuera” del propio Estado, bajo la consigna “descolonizar el Estado desde el propio Estado”.
2. La redefinición de interculturalidad, desde una perspectiva epis-temológico-histórica y político-cultural, como elemento indiscu-tible para la descolonización. En ella se instala el horizonte de la plurinacionalidad como herramienta/proceso para descolonizar y construir un ejercicio político de democracia intercultural.
3. La descolonización como desestructuración de las formas de po-der que inferiorizan a los sujetos por su condición de clase, etnia o género, y, por tanto, como proceso de emancipación socio his-tórica.
Bajo estos tres ejes se generan varias preguntas, y en torno a ellos dis-tintos posicionamientos discursivos. Los cuestionamientos muestran el dinamismo de las posiciones y las críticas. Por un lado, analizar si hay o no posibilidades de construir un país intercultural dejando atrás las huellas y las heridas de la colonización; por otro, mirar lo pluri-nacional como horizonte y herramienta de la descolonización y, por tanto, fijarlo como “meta” en sí mismo; o bien reconocer que es sólo
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la forma o el procedimiento mediante el cual se deberá transitar para eliminar el propio Estado, como núcleo de generación de las desigual-dades e imaginar las formas de autogobierno comunitario.
El colonialismo expresado en por lo menos tres ámbitos, la colonialidad del poder, del saber y del ser, se ha enraizado largamente durante siglos de explotación, marginación y sometimiento de grupos en la sociedad. Deconstruir esa poderosa maquinaria, desaprenderla en las mentes, los cuerpos, los sujetos y las relaciones a distintas escalas, es un proyecto político e histórico de transformación que interroga e interpela el pasa-do, la herencia colonial, para proponer acción de cambio en el presente, ante el sistema de exclusiones y negaciones que aún pervive y se ha mostrado insostenible social, económica, ambiental y humanamente.
La sanación de las subjetividades por las heridas que dejó y deja la exclusión económica, cultural, étnica, de género, se deben realizar tanto desde el or-den estructural como desde la práctica cotidiana, la que acerca a los sujetos y les permite interactuar.La iniciativa mayor está puesta en el Estado, aunque no es la única que debe operar. Descolonizar el saber, el ser, el poder, instalar procesos in-terculturales, dialógicos, de aceptación a la diversidad, a la convivencia democrática es, sin dudarlo, tarea de todas y todos.
La descolonización como desmontaje atañe tanto al Estado que debe descolonizarse desde el mismo Estado, desde el espíritu de leyes que arrastran el pasado colonial, en sus prácticas de maltrato a ciudadanos que considera de segunda clase, en sus lógicas de operación de un Es-tado moderno (occidental), en múltiples cosas; como a los sujetos indi-viduales y colectivos, en ese “viaje al centro de uno mismo” donde se descubre el Yo colonial —como colonizado y/o como colonizador—, y se reconoce al Otro subalternizado por alguna condición; y donde deben darse procesos de desestructuración simbólica y reconstrucción
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de sentidos en el horizonte de la interacción libre y dialógica entre seres humanos, cargados de diferencia, pero intercultural y descolonizada.
Estos caminos son sólo posibles desde la acción sistemática de Estado y sociedad, en el marco de procesos sostenibles de educación, infor-mación y comunicación. Una tarea pendiente, sin embargo, es despojar también a estos espacios de la huella colonial. Repensar en una educa-ción, comunicación e información intercultural, bajo principios desco-lonizadores y despatriarcalizadores, en el horizonte de la convivencia plural y democrática de la diversidad es en sí un producto y una herra-mienta de la práctica descolonizadora.La autovaloración y el reconocimiento son inevitables rutas para el desmontaje; el reconocimiento que “valemos” tanto como los otros “valen”.
11PLANTEAMIENTOS GENERALES DE LA SISTEMATIZACIÓN
1
Planteamientos generales de la sistematización
El presente documento está inscrito en la reflexión sobre el conjunto de debates que se instalaron en torno al nuevo contexto constitucional en Bolivia a partir de 2009. El escenario de debates y encuentros fue abierto por varias instancias públicas estatales y no estatales, con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert. El corpus de análisis y sistema-tización se basa en los siguientes objetivos:
y Objetivo general:
– Sistematizar y desarrollar un análisis sobre el estado del arte y el aporte del debate boliviano al debate global sobre interculturalidad y descolonización.
y Objetivos específicos:
– Sistematizar el debate sobre interculturalidad y descolonización en Bolivia, en base al material producido al respecto en el marco de los debates FES.
– Desarrollar una reflexión respecto a los aportes del debate boliviano a la temática de la relación entre interculturalidad y descolonización.
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– Desarrollar una propuesta de política pública de interculturalidad y descolonización como un anexo del documento general.
Bajo estos parámetros, en este documento se propone indagar sobre las siguientes cuestiones, que sirven como coordenadas para el análisis:
y ¿Cuál es el contexto general para el surgimiento, la puesta en escena discursiva y el debate público de las nociones de descolonización e interculturalidad en Bolivia?
y ¿Cuáles han sido hasta el momento los posicionamientos discursivos sobre estas nociones y desde qué actores se han dado los mismos, a partir de los espacios de reflexión y debate promovidos por la oficina de la FES en Bolivia?
y ¿Qué aportes se identifican en torno a la reflexión y al debate de estas nociones desde estos espacios, dentro del país y en la discusión general de ellos?
y ¿Qué relaciones se establecen dentro del debate y los posicionamientos entre las nociones de descolonización e interculturalidad? Pero además ¿qué relaciones guardan estos conceptos con las nociones también presentes de plurinacionalidad y despatriarcalización?
y ¿Qué lineamientos de políticas públicas pueden ser derivados de dichas propuestas en el marco de la construcción de la institucionalidad del Estado Plurinacional de Bolivia?
13CONTEXTO
2
Contexto
En un marco de evidentes reformas en el proceso democrático boli-viano, a principios de la década de 1990, debido a crecientes demandas de origen indígena y regional, especialmente del sector oriental del país, por los derechos a tierra y territorio, comienza a gestarse la idea de ins-tituir una Asamblea Constituyente (AC), instancia mediante la cual el país discutiría las bases de nuevos marcos de convivencia democrática y pacífica, y redactaría un nuevo texto constitucional que incorpore las características de una realidad de profundos cambios económicos, po-líticos, sociales y culturales.
Sin embargo, los antecedentes dinamizadores y las condiciones para instalar este espacio sólo fueron posibles tras los hechos de octubre de 2003, cuando los movimientos sociales se articularon alrededor de la defensa de los recursos hidrocarburíferos y se fortaleció la oposición ciudadana en contra del sistema político partidario, alejado y ajeno a las demandas de la sociedad civil. La acción popular con la llamada “Gue-rra del gas” exigió entonces la sucesión del mandato presidencial y la aprobación de la “agenda de octubre” con tres temas fundamentales: i) el referendo vinculante para el tema del gas; ii) la convocatoria e ins-talación de la Asamblea Constituyente; y iii) la revisión de la entonces Ley de Hidrocarburos.
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La cuestión medular, sin duda, fue la segunda. El 2 de julio de 2006 se pasó a elegir por primera vez con voto directo, a 255 asambleístas que recibieron el mandato de redactar la nueva Constitución en el plazo de un año, computable a partir del 6 de agosto de 2006, día en el que se instaló la Asamblea Constituyente en Sucre, la capital del país.
La Asamblea Constituyente, como no ocurrió en el pasado, estuvo compuesta por un grupo de constituyentes que reflejaron la plura-lidad de este país diverso y multiétnico, y significó la presencia de actores sociales y políticos antes marginados de las instancias de decisión1.
Como espacio para concertar, vía deliberación pública, las viejas y nue-vas demandas del país, el foro constituyente tempranamente tropezó con múltiples obstáculos. No sólo las diferencias políticas entre secto-res oficialistas y de oposición pusieron en más de una ocasión en peli-gro el normal desarrollo de la Asamblea, sino que también las profun-das e históricas desigualdades y jerarquizaciones sociales, económicas e interétnicas, además de los emergentes poderes locales y regionales convulsionaron su accionar.
Bolivia se miró de frente ante este mosaico disímil que sin embargo igualaba a todos y todas bajo la denominación de “asambleísta”. En este escenario de tensiones de memorias largas y cortas, se empezó a debatir formalmente los conceptos de descolonización, plurinacio-nalidad, interculturalidad, despatriarcalización; elementos teóricos que empezaron a tejer el discurso de la nueva institucionalidad.
1 De los 255 constituyentes, 88 fueron mujeres y 119 constituyentes hablaban una lengua
nativa, además del castellano. El 46% tenía 40 o menos años. Según la referencia de perte-nencia a un pueblo originario, el 31.8% se reconoció como quechua, dice hablar la lengua quechua un 40.8% y afirma haberla aprendido cuando era niño un 19.2%. (Albó, 2008).
15CONTEXTO
Distintas formas de entender la vida del país y las relaciones gesta-das históricamente en ella actuaron como telones de fondo para los posicionamientos discursivos que enfrentaron a los grupos indíge-nas frente a los otros. Emergió entonces con vigor el concepto de descolonización, como estrategia de desmontaje del Estado colonial que se constituyó para encubrir las subordinaciones a partir de cri-terios económicos, políticos, pero sobre todo étnico-raciales. Entre colonizadores y colonizados se estableció una institucionalidad que legitimó las desigualdades, la subalternización, la marginación y la explotación de un vasto sector indio que fue despojado de toda condición humana para ser interpretado simplemente como fuerza de trabajo, como instrumento para la explotación económica, la ser-vidumbre y el clientelismo político.
La conflictividad fue la condición natural y permanente del debate constituyente. La asimetría histórica sobre la que se discutía de igual forma discurría en las interacciones establecidas entre los 255 asam-bleístas y entre éstos y los pobladores y visitantes en Sucre.
Expresión/momento quizás de siglos acumulados de silenciamiento, opre-sión y exclusión de unos, y de poderío y señorialismo de otros, el proceso constituyente representó un espacio de lucha por la legitimidad de dos pro-yectos de nación que se acercaron pero que no terminaron de dialogar. Por un lado, la propuesta impugnadora del Estado colonial, señorial, moderno y neoliberal que buscó poner en crisis este aparato y, por otro, la propuesta de un Estado reformado y actualizado bajo la visión occidental que preser-varía, no obstante, su esencia de colonialidad.
Por tanto, la pretensión de una nueva institucionalidad estatal, bajo los principios de interculturalidad y descolonización han sido fruto de es-tos dos proyectos, que a necesidad han tenido que ceder en unos mo-mentos y otros para dar paso al texto aprobado en 2009, sin olvidar
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que han sido las tensiones las que han dado forma a las enunciaciones constitucionales.
Los conflictos irresueltos prosiguen y lo han hecho en los mecanis-mos de participación social en este nuevo otro momento del proce-so constitucional (2009 para adelante); en los procesos de discusión y aprobación de leyes, supuestamente bajo el amparo de la nueva Carta Magna; en las formas en que (no) se han resuelto demandas coyunturales o estructurales de varios sectores; en el enfoque de varios instrumentos normativos; en las mismas prácticas de ejercer el poder y de relacionarse entre sujetos y grupos, entre otros.
Las representaciones y las prácticas de relacionamiento con el Otro (su-jeto político, social, cultural) no han sido modificadas substancialmente. Se reconoce que este momento es transicional, no es el punto de llegada sino más bien el de partida para las tareas de transformación profunda de las estructuras coloniales. El desconocimiento y la subvaloración de lo diferente, de lo propio, sigue impregnado en la conciencia de los sujetos (colonizados y colonizadores); no obstante, la misma aparición en escena pública de los conceptos de descolonización, plurinacionalidad e inter-culturalidad ha repercutido en la apertura de un espacio de disponibilidad de los sujetos y grupos para atender y entender estos procesos.
La colonialidad, pues, está inserta en la modernidad híbrida, atrasada y cotidiana que le ha tocado vivir a América Latina y en particular a Bo-livia. Ésta se ha enraizado en los sujetos, su mente, sus relaciones, sus prácticas diarias, por tanto, su desmontaje requiere de una ingeniería del ser. Este proceso no será posible sin la concurrencia múltiple de miradas e intervenciones concretas desde procesos educativos, de sensibilización e información, que produzcan un desarme de sentidos, significados, de conciencia individual y colectiva. Es un proceso de desnaturalización del desprecio al Otro por su condición de diferente y aparentemente inferior.
17CONTEXTO
Desde las bases de una educación liberadora, desde procesos de in-formación y comunicación que reconozcan la interculturalidad como forma de relacionamiento entre los sujetos, los procesos de simple con-tacto o convivencia tolerante podrán convertirse en expresiones de interac-ción comprensiva, entendida como la capacidad de entender al Otro en su diferencia pero desde una noción de igualdad humana, para hacer posible horizontes comunes de sentido y de acción. He ahí el enorme e histórico desafío de los procesos de descolonización.A continuación se plantean los tópicos de la discusión sobre descoloniza-ción que ha sido desarrollada desde distintos actores y escenarios en un proceso que va aproximadamente desde 2010 –luego que en 2009 se apro-bara la Carta Magna– hasta 2014, a través de las iniciativas de promoción del debate público y del diálogo plural por la Fundación Friedrich Ebert en Bolivia.
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Ejes temáticos y aportes analíticos desde el debate boliviano
3.1. Descolonización
3.1.1. La descolonización como horizonte epistémico
El “mito de la modernidad” se construyó no sólo con la emergencia de una racionalidad que era capaz de explicar desde el lenguaje cientí-fico-técnico, formalizado en teorías y leyes, el orden natural y social, sino también en la misma irracionalidad de negación y sometimien-to del “Otro”, el “no europeo”. Enrique Dussel (1994: 8) señala este acontecimiento de “origen” de la modernidad en 1492, cuando Europa constituye sus planes de conquista y expansión hacia otros pueblos y comienza un proceso de inferiorización de lo distinto, de lo diferente.
La colonización por tanto instituye más que un orden económico y político-administrativo entre países colonizadores y territorios coloni-zados; erige un modo de relación interhumana, entre subjetividades, profundamente marcado por la negación del Otro, por mecanismos de violencia física y simbólica orientados a la homogenización desde la lógica occidental y la destrucción de todo aquello extraño a ella.Esta memoria histórica larga es necesaria para situar y comprender la
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hegemonía de la epistemología moderna (occidental), como aparato de poder político e ideológico que constituye relaciones intersubjetivas e interculturales asimétricas en el sistema-mundo. La colonialidad como orden específico de la modernidad se sustentó en el genocidio, el racis-mo y el sexismo. Primó la destrucción del Otro y su sometimiento bajo la legitimación de una jerarquía étnico-racial que dividió lo europeo de lo no-europeo y retomó las dominaciones de género con la subordina-ción de las mujeres.
En paralelo a la matanza, se atacó y destruyó sistemáticamente el conocimiento de los pueblos no occidentalizados, iniciando lo que Ramón Grosfoguel (2014) denomina los “epistemicidios”.
En América Latina, en particular, la racialización se configuró a través de la dicotomía indio-europeo. Toda la población originaria de esta parte del mundo empezó a ser denominada como india y sometida en distintos niveles a la nueva estructura de poder. La identidad y la alte-ridad se construyeron sobre escalas socioraciales cuyo valor máximo fue el “hombre caucásico europeo” y el de menor cuantía la “mujer indoamericana”.
Toda la edificación política se construyó con esa linealidad evolucionis-ta, creyendo que unos estaban biológica, psíquica y culturalmente más avanzados que los otros. La visión civilizatoria de la modernidad opuso lo moderno versus lo salvaje.
Anibal Quijano (2000; 2007) nomina la colonialidad del poder a este siste-ma de jerarquías económicas, sociales, políticas y culturales, instalado a partir de criterios racial-étnicos, de clasificaciones fenotípicas entre los pueblos conquistadores y los pueblos indoamericanos, que fungió como dispositivo de sometimiento de las poblaciones aborígenes y como mecanismo de acumulación mundial del capitalismo.
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Estas estructuras no se modificaron en las acciones libertarias que constituyeron los Estados nación en América Latina entre los siglos XIX y XX. Por el contrario, y aunque resulte paradójico, el proyecto liberal que alentó las luchas independentistas bajo el liderazgo de crio-llos en alianza con mestizos e indígenas, mantuvo la estratificación y prosiguió con la anulación de los derechos de la población india.
La colonialidad del poder quedó intacta, junto a la colonialidad del ser y del saber, aspectos o dimensiones de este sistema de relaciones. Desde el ser, la colonialidad se expresó en el menosprecio del Otro, buscando sustancias de la diferencia entre lo superior y lo inferior. El no-euro-peo es inmediatamente colocado en la “zona de no-ser” (Fanon, 2009); mientras que en la “zona de ser” se posiciona todo lo occidentalizado, eurocéntrico. Asimismo, la colonialidad del saber solventa la supremacía o subalternización de estos opuestos en cuanto sus sistemas de creencias, de conocimientos, saberes y lógicas de existencia.Desde esta matriz epistémica y ontológica se ha construido el esquema dominante de relaciones sociales, donde se induce “…a la violación del sentido de la alteridad humana, hasta el punto donde el alter-ego queda transformado en un sub-alter” (Maldonado-Torres, 2007: 150), es decir a la noción de supremacía o subvaloración de los sujetos en su interacción. Unos grupos sobre otros, unos conocimientos valorados y “universalizados” frente de otros, unos modelos de vida consolidados como únicos y otros recluidos en la marginalidad. El sistema de cono-cimientos es “único”, es occidental, es el lenguaje formalizado de la “razón científica” positivista.
El sistema de marginación, de actores, de conocimientos, de saberes y experiencias subalternizados por visiones etnocéntricas —las de Euro-pa y EE.UU.— está estructurado a partir de una serie de diferenciacio-nes excluyentes y combinadas respecto a grupos de indígenas, mujeres, afrodescendientes, pobres, campesinos, homosexuales, entre otros.
22 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Frantz Fanon (2009: 44) asegura al respecto que “Si hay complejo de inferioridad, éste se produce tras un doble proceso:
– económico, en primer lugar; – por interiorización o, mejor dicho, por epidermización de esta
inferioridad, después”.
Esta epidermización de inferioridad fue construida largamente, no sólo desde el asalto violento físico y simbólico en 1492, sino desde la repro-ducción cotidiana del Estado colonial, desde sus políticas excluyentes, racistas y despojadoras.
La discusión sobre descolonización en el país, precisamente, retoma estos elementos desde la matriz de comprensión y la interpelación indí-genas. Desde el habla del sujeto racializado y excluido históricamente, la descolonización se constituye en un horizonte epistémico para cues-tionar al Estado no liberado de las estructuras coloniales, sistemático en su acción homogeneizadora y destructor de la pluralidad de culturas y de prácticas.
Desde estas miradas la DES/colonización debe ser un DES/montaje, una DE/construcción de las estructuras multidimensionales de la infe-riorización y el marginamiento del Otro.
Félix Cárdenas, viceministro de Descolonización, en sus múltiples in-tervenciones sostiene que la “descolonización significa desmontar la herencia colonial para consolidar el Estado plurinacional” (2011).
Así, la acción de desentrañar lo colonial se presenta en una doble faceta o un doble nivel, según lo apunta Yuri Tórrez (2011: 22-23), por un lado, el nivel interpretativo con las posibilidades de entender la colonia-lidad; y por otro, el nivel político, con la capacidad deconstructiva para
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realizar aquel desmontaje o desestructuración esperada. Sin duda, uno no es sin el otro. Mientras la discusión y el discernimiento de lo que la estructura colonial ha hecho al sistema de relaciones interhumanas e intervivientes, en tanto sentimientos, ideas y prácticas no se resuelva, no podrá consolidarse ninguna nueva estructura.
Se trata en suma de desenmarañar, a través del diálogo, del debate pú-blico, desde distintos lenguajes y lógicas, no sólo desde lo político, las consecuencias prácticas del colonialismo en la vida social de países como Bolivia.
En el decurso del debate han salido varias consecuencias prácticas, tales como:
y ¿Desde dónde reconocer el colonialismo/la colonialidad en el (largo) pasado y en el (complejo) presente en el país?
y ¿Qué consecuencias objetivas y subjetivas, a distintos niveles, le ha hecho el sistema colonial?
y ¿Cómo está estructurado el entramado colonial? ¿Desde dónde desmontarlo, desarmarlo?
y ¿Qué claves son necesarias para desarmar la comprensión colonial y descolonizar?
y ¿Por dónde empezar la descolonización? y ¿Qué entender por el proceso descolonizador? y ¿Desde dónde construir el nuevo andamiaje de(s)colonial? y ¿Qué horizontes de comprensión deben construirse para lo estatal
y su relación con la sociedad?
Estas consideraciones desbordan lo estrictamente estatal, como locus de organización de lo político, aunque lo cruzan necesariamente. En efecto, la descolonización no puede entenderse como simple cambio estatal, como reforma normativa o como discurso programático. Es un
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proceso harto complejo, que centralmente se dirige a la recuperación de la autodeterminación de los pueblos que fueron despojados de ella por procesos de violencia física y cultural.
Por tanto, ese proceso implica al menos dos niveles: uno micro y otro macro. El primero en una dimensión subjetiva, que abarca la intimidad de las construcciones de los individuos, pero no como procesos aisla-dos y voluntaristas, sino como procesos determinados históricamente y con una reproducción cotidiana; el segundo en una dimensión estruc-tural/institucional en la trama de la creación y mantenimiento de un aparato jurídico, político y económico favorable a la dominación.
La descolonización marca esas dos estrategias tanto en el desmon-taje de las ideas y creencias del sistema de relaciones entre suprema-cía/inferiorización (zonas del ser y del no-ser en Fanon), de aque-llos patrones coloniales en la interioridad del colonizado, como de la deconstrucción del aparato institucional, legal, normativo, legi-timado por los colonizadores, en todos los órdenes: en el campo jurídico público, cultural, comunicacional, artístico, científico, edu-cativo, por ejemplo.
3.1.2. La descolonización como programa político
Es evidente que existen distintos criterios para entender la descoloniza-ción. Una de las críticas que se señala al programa del propio gobierno es que no hay una comprensión clara del concepto, que éste se mezcla entre visiones meramente culturalistas, o con herencias neoliberales, desconociendo el proceso de memoria larga, y otras que lo entienden más bien como un proceso profundamente político.
En este sentido, el debate prosigue, puesto que el concepto es polisé-mico y multidimensional.
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No obstante, la discusión ha marcado cada vez, y sobre todo desde la interpelación de intelectuales indígenas, una tendencia a comprender el concepto desde este cambio de matriz epistémica, que abandona el eurocentrismo racializado, excluyente y descalificador de la diversidad, hacia un horizonte comprensivo en donde el pluralismo sea la base de la convivencia. La descolonización no es un problema de toleran-cia a la multiculturalidad, es, sobre todo, un proceso de liberación de los pueblos que supone como ámbito de lucha, de enfrentamiento de procesos concretos los de: i) desplazamiento de unas élites o grupos de poder por otros, los mismos que asuman el rol histórico de esta transformación; ii) el proceso de transformaciones que eliminará los históricos privilegios y que instalará sistemas de equidad en la diferen-cia epistémica, cultural, social, jurídica, económica, artísticas, etcétera; iii) la reconceptualización y la reconfiguración de los sistemas de cono-cimientos, de saberes, de organización política, del mismo concepto de poder, de sus fuentes y mecanismos de ejercicio; y iv) la transformación de las relaciones intersubjetivas, intergrupales e interculturales asenta-das sobre un sistema de jerarquizaciones por otro de reconocimiento de la diversidad.Estos cambios profundos deben asumirse como un proceso lento, progresivo, pues supone desmontar estructuras históricas, profun-das, enraizadas en los imaginarios, en las representaciones indivi-duales y colectivas, en los propios cuerpos. La lectura que se hace es que Bolivia ha iniciado este proceso, esta transición, aunque desde otras miradas se argumente que se ha quedado todo en el discurso; y además de la gran confusión conceptual y procedimental, no se halla la objetiva voluntad para este desmontaje. En medio de estas consideraciones, no cabe duda que con el intenso debate constitu-yente y con el texto que quedó aprobado luego de él, la institucio-nalidad del Estado boliviano tiene como referente epistemológico y político la deconstrucción y reconstrucción estatal desde la apuesta descolonizadora.
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Estos son los dos procesos que en paralelo deben articularse y llevarse a la práctica. Deconstrucción y reconstrucción de los pactos de convi-vencia y de las lógicas y los mecanismos institucionales.
La reflexión establecida desde el Estado para descolonizar el mismo Estado, resulta importante y distintiva en el proceso boliviano. Varios encuentros, foros y escenarios, una movilización intelectual, dialógica y participativa para visibilizar, discutir, desentrañar la trama colonial, proponer el desmontaje, desde múltiples miradas. Ésa es una contribu-ción notoria de los espacios promovidos desde instancias estatales, con el apoyo de la FES.
Varios ejes de deliberación han emergido en este contexto. Por ejemplo:
1. La participación indígena dentro del proceso de transformación y gestión estatal.
2. La descolonización y la colonialidad en los procesos de discusión y aprobación de leyes dentro de la Asamblea Legislativa Plurina-cional.
3. La descolonización de la gestión pública que supone descolonizar el Estado desde el mismo Estado.
4. La definición de políticas públicas en el marco de la descoloniza-ción, la plurinacionalidad y la interculturalidad.
5. El colonialismo interno que permanece en las prácticas del Esta-do mismo y las críticas a la gestión gubernamental.
6. La descolonización y su articulación con la despatriarcalización.7. La descolonización y su articulación con la interculturalidad.8. La reconstrucción de la memoria histórica.9. La descolonización desde otros ámbitos no estatales, descoloni-
zación artística, cultural, informativa, comunicacional, educativa, entre otras.
27EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
10. La descolonización de los modelos de desarrollo occidentalizados desde el Vivir Bien.
Este listado resume, pero no agota, los ejes de la polémica. Cada uno es parte de múltiples tensiones, de preguntas y cuestionamientos que aluden, asimismo, de modo sistémico los otros temas. Bajo un horizonte de convertir las propuestas en políticas públicas y acciones efectivas, en el marco de la transformación estatal, la discusión en cada uno de los temas posiciona discursos y actores distintos (intelec-tuales indígenas, intelectuales de “izquierda”, intelectuales del “pro-ceso de cambio”, dirigentes, académicos, autoridades, líderes de los movimientos sociales, funcionarias y funcionarios públicos.
A continuación se plantea el detalle de estos grandes temas con las pre-guntas o cuestionamientos y los posicionamientos efectuados en este tiempo de debates:
28 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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Nº 1
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29EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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30 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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6: 1
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31EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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32 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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33EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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34 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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35EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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36 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
cion
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n la
prá
ctic
a pa
ra d
esco
loni
-za
r el m
ism
o E
stad
o. –
Mue
stra
del
col
onia
lism
o in
tern
o es
la
cad
a ve
z m
ás e
scas
a pr
esen
cia
de
indí
gena
s en
las
ins
tanc
ias
de d
eci-
sión
, en
los
apar
atos
de
pode
r. –
Sin
visio
nes p
lura
les n
o se
pue
de c
ons-
trui
r lo
plur
inac
iona
l ni s
er in
terc
ultu
ral
desd
e el
Est
ado.
–La
pre
senc
ia d
e in
díge
nas
tam
poco
re
pres
enta
ga
rant
ía
de
dive
rsid
ad,
pues
to q
ue m
ucho
s di
rigen
tes
tien-
den
a se
r co
opta
dos
por
las
lógi
cas
de p
oder
col
onia
les;
o, a
sim
ism
o, a
re
pleg
arse
sin
ten
er u
n ap
orte
efe
c-tiv
o en
la c
onst
rucc
ión
de p
olíti
cas
o en
la p
ropi
a ge
stió
n pú
blic
a. –
La
colo
nial
idad
as
ume
que
“uno
s va
len”
y “
otro
s no
”, e
sta
men
talid
ad
cont
inúa
des
de la
ges
tión
de g
obie
rno.
–La
co
nfigu
raci
ón
del
pode
r si
gue
sien
do m
ascu
lina
y co
n un
a vi
sión
pa
tria
rcal
.
loni
alid
ad,
de l
os s
ujet
os,
las
inst
ituci
ones
y l
os m
ecan
is-
mos
de
gest
ión
esta
tal?
–¿E
xist
e un
a vo
lunt
ad r
eal d
el
gobi
erno
po
r em
pren
der
la
desc
olon
izac
ión
del E
stad
o o
es c
onve
nien
te p
ara
los
fines
de
l pod
er (c
olon
ial y
trad
icio
-na
l) as
umir
el d
iscu
rso
sin
ha-
cer n
ada
en lo
s he
chos
? –
¿Por
qué
exi
sten
aún
con
tra-
dicc
ione
s en
tre
el d
iscu
rso
del
gobi
erno
y l
a pr
áctic
a es
tata
l pa
ra d
esco
loni
zar?
–¿C
ómo
dilu
ir la
con
cepc
ión
mon
ocul
tura
l en
la g
estió
n de
l E
stad
o y
dar p
aso
a un
a vi
sión
pl
uric
ultu
ral,
dive
rsa?
–¿D
esde
dó
nde
empi
eza
la
desc
olon
izac
ión?
6) L
a de
scol
oniz
ació
n y
su a
r-tic
ulac
ión
con
la d
espa
triar
ca-
lizac
ión.
37EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
–E
n la
s in
stan
cias
de
deci
sión
en
el
Est
ado
o en
la
mis
ma
soci
edad
la
enun
ciac
ión
mas
culin
a si
gue
sien
do
la q
ue o
rient
a, c
ondu
ce, d
irige
. –
Las
voce
s de
las
muj
eres
, pe
se a
l av
ance
en
sus
dere
chos
, no
tiene
n la
s m
ism
as c
ondi
cion
es p
ara
part
icip
ar y
pa
ra la
tom
a de
dec
isio
nes.
–E
xist
e un
a de
spro
porc
iona
l pr
esen
-ci
a de
hom
bres
resp
ecto
de
muj
eres
. –
Las
muj
eres
muc
has
vece
s so
n só
lo
“rel
leno
s” e
n la
s lis
tas d
e lo
s par
tidos
po
lític
os y
no
una
efec
tiva
alte
r voz
. –
La e
stru
ctur
a pa
tria
rcal
no
ha c
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biad
o, a
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es
“plu
ripat
riarc
al”.
–Lo
s ca
rgos
que
ocu
pan
las
muj
eres
aú
n so
n su
bord
inad
os, s
ecun
dario
s. –
La d
epat
riarc
aliz
ació
n no
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avan
za-
do.
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s m
ujer
es in
díge
nas
son
el e
stra
to
infe
rior.
Aña
dido
a l
a co
ndic
ión
de
pobr
eza
está
n tr
iple
men
te s
ojuz
ga-
das.
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nvol
ucra
tam
bién
un
des-
colo
niza
rse
indi
vidu
al e
in-
tern
amen
te?
–¿C
ómo
dese
stru
ctur
ar
los
imag
inar
ios
de
infe
rioriz
a-ci
ón s
obre
las
muj
eres
? –
¿Cóm
o se
inse
rta
la d
esco
lo-
niza
ción
des
de l
o co
tidia
no,
desd
e la
s re
laci
ones
en
tre
hom
bres
y m
ujer
es?
–¿C
ómo
desc
olon
izar
el c
uer-
po,
la c
orpo
ralid
ad d
e ho
m-
bres
y m
ujer
es?
38 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
–E
l pa
tria
rcad
o si
gue
legi
timan
do l
a vi
olen
cia
de g
éner
o, p
olíti
ca,
físic
a,
sexu
al, s
imbó
lica.
–La
s m
ujer
es s
ufre
n la
col
oniz
ació
n de
sus
cue
rpos
, de
sus
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ilias
, de
su
vida
.
–La
div
ersi
dad,
la
plur
alid
ad,
debe
n se
r ba
ses
para
la c
onst
rucc
ión
esta
tal
en t
odos
los
órd
enes
. D
eben
com
-pr
ende
rse
en p
rimer
a in
stan
cia
esta
s m
últip
les
visi
ones
par
a en
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rar
ar-
ticul
acio
nes.
–Lo
s di
stin
tos
mod
elos
de
vida
deb
en
ser i
nteg
rado
s pa
ra la
con
vive
ncia
pa-
cífic
a y
resp
etuo
sa.
–Lo
s sa
bere
s ci
entífi
cos
y no
cie
ntífi
-co
s de
ben
ser
igua
lmen
te u
tiliz
ados
y
equi
para
dos
para
la r
esol
ució
n de
los
prob
lem
as s
ocia
les.
–E
l m
onoc
ultu
ralis
mo
hom
ogen
eiza
-do
r, ex
cluy
ente
, hiz
o da
ño a
los
suje
-to
s, a
sus r
elac
ione
s. La
apu
esta
por
la
inte
rcul
tura
lidad
tie
ne q
ue s
anar
esa
s
7)
La
desc
olon
izac
ión
y su
ar
ticul
ació
n co
n la
inte
rcul
tu-
ralid
ad.
–¿C
ómo
artic
ular
las
plu
rivi-
sion
es e
n la
eco
nom
ía, l
a po
-lít
ica,
la e
duca
ción
, la
just
icia
, la
dem
ocra
cia,
la
hist
oria
, la
co
mun
icac
ión,
la
cultu
ra,
el
arte
, ent
re o
tros
? –
Si
desc
olon
izac
ión
sign
ifi-
ca u
na r
e co
mpr
ensi
ón d
el
Otr
o y
de la
rela
ción
con
ést
e,
¿cóm
o co
nstr
uir e
sa n
ueva
re-
laci
ón,
esa
nuev
a im
agen
del
O
tro
en l
os d
istin
tos
plan
os
de c
onvi
venc
ia?
–¿C
ómo
se h
ace
pres
ente
la
dive
rsid
ad, l
as d
istin
tas
visi
o-ne
s, en
el p
roce
so d
e de
scol
o-ni
zaci
ón d
esde
el E
stad
o?
39EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
herid
as, d
ebe
ser
el e
lem
ento
de
co-
hesi
ón d
e lo
s se
res
hum
anos
en
el
horiz
onte
del
Viv
ir bi
en, e
n ar
mon
ía
entr
e to
dos
los
sere
s.
–La
s co
ncep
cion
es
de
la
His
toria
(c
on m
ayús
cula
) vi
enen
de
una
vi-
sión
un
iline
al
occi
dent
al.
Hay
un
cl
aro
cont
rast
e en
tre
las
visi
ones
oc
cide
ntal
es y
and
inas
pue
sto
que
“…el
sen
tido
de l
a hi
stor
ia a
ndin
a es
cíc
lica
(sic
), el
fut
uro
está
atr
ás y
el
pas
ado
adel
ante
” “L
a vi
sión
de
la
hist
oria
and
ina
inco
rpor
a al
mun
do
míti
co s
u va
lor
herm
enéu
tico,
que
pe
rmite
des
cubr
ir el
sen
tido
prof
un-
do d
e lo
s ci
clos
de
resi
sten
cia
indi
a y
su r
ecup
erac
ión
com
o su
jeto
his
-
–¿Q
ué
elem
ento
s bá
sico
s de
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plan
tear
se
para
un
di
álog
o in
terc
ultu
ral
que
perm
ita
la
estr
uctu
raci
ón
de u
n po
der
con
la m
ism
a pe
rspe
ctiv
a? –
¿Qué
her
ram
ient
as s
erán
úti-
les
para
el r
econ
ocim
ient
o de
la
div
ersi
dad
cultu
ral?
–¿D
esde
dón
de s
e ha
con
tado
la
his
toria
? –
¿Qui
énes
han
sid
o lo
s re
lato
-re
s y
quié
nes
los
prot
agon
is-
tas
de e
sa h
isto
ria?
–¿C
ómo
prom
over
los
rela
tos
que
han
sido
ocu
ltado
s, su
b-al
tern
izad
os?
–-¿
Des
de d
ónde
deb
emos
com
-pr
ende
r la
mism
a no
ción
de
hist
oria
hoy
? –
¿Cóm
o po
dem
os s
aber
qui
é-ne
s som
os, q
ué d
ebem
os h
acer
8)
La
reco
nstr
ucci
ón
de
la
mem
oria
hist
óric
a.
40 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
tóric
o” (
Mam
ani,
2012
: 147
-148
. En
Zua
zo y
Qui
roga
, 201
2).
–Se
deb
en re
cono
cer e
inco
rpor
ar n
ue-
vas
form
as d
e en
tend
er l
as h
isto
rias
(en
plur
al) d
esde
su lu
gar c
ultu
ral,
por
ejem
plo:
la
hist
oria
and
ina
es o
ral
y cí
clic
a, re
spon
de a
otr
a co
smov
isió
n. –
Se d
eben
em
pren
der
tare
as d
e de
s-m
onta
je d
e la
his
toria
ofic
ial,
rela
tada
, es
crita
y le
gitim
ada
por
los
conq
uis-
tado
res.
–N
ueva
s in
terp
reta
cion
es d
e lo
s ac
on-
teci
mie
ntos
dar
án l
ugar
a c
ompr
en-
sion
es p
rese
ntes
que
coo
pere
n pa
ra
tom
ar d
ecis
ione
s fu
tura
s de
con
vi-
venc
ia.
–La
edu
caci
ón e
s un
pro
ceso
de
pri-
mer
ord
en p
ara
prom
over
la
desc
o-lo
niza
ción
. –
La i
nfor
mac
ión
y la
com
unic
ació
n so
n, a
dem
ás,
otra
s he
rram
ient
as i
n-di
spen
sabl
es p
ara
el p
roce
so.
junt
os, s
i no
reco
nsid
eram
os la
hi
stor
ia ne
gada
?
9) L
a de
scol
oniz
ació
n de
sde
otro
s ám
bito
s no
es
tata
les,
desc
olon
izac
ión
artís
tica,
cul
-tu
ral,
info
rmat
iva,
com
unic
a-ci
onal
, edu
cativ
a, e
ntre
otr
as.
–¿C
ómo
debe
pa
rtic
ipar
la
ed
ucac
ión
com
o in
stru
men
to
de d
esco
loni
zaci
ón?
–¿C
ómo
dese
stru
ctur
ar l
a je
-ra
rquí
a de
co
noci
mie
ntos
es
tabl
ecid
a a
favo
r de
l co
-no
cim
ient
o ac
adém
ico-
ins-
41EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
–A
mba
s de
ben
ser r
ecup
erad
as c
omo
proc
esos
ped
agóg
icos
, ant
es q
ue d
e m
anip
ulac
ión.
–La
prin
cipa
l ta
rea
es c
onst
ruir
la
nuev
a su
bjet
ivid
ad; e
l suj
eto
de e
ste
proc
eso
de t
rans
form
acio
nes
sólo
pu
ede
ser
cons
titui
do,
inte
rpel
ado,
de
sde
proc
esos
sos
teni
bles
de
edu-
caci
ón, i
nfor
mac
ión,
com
unic
ació
n. –
Del
mis
mo
mod
o, n
o só
lo d
esde
el
cam
po r
acio
nal s
ino
tam
bién
des
de
el e
mot
ivo,
lo
artís
tico
debe
art
icu-
lars
e a
los
esfu
erzo
s. E
l art
e ha
sid
o ot
ro e
spac
io c
olon
izad
o qu
e se
ha
apod
erad
o de
las
sub
jetiv
idad
es;
a tr
avés
de
éste
se
expr
esa,
sin
dud
a,
esa
colo
nial
idad
del
ser
. Rev
elad
ores
re
lato
s da
n cu
enta
de
esta
per
cep-
ción
mon
ocul
tura
l que
pue
bla
lo a
r-tís
tico
y es
tabl
ece
esa
cultu
ra d
e la
ne
gaci
ón r
espe
cto
a ot
ros
sabe
res
y pr
áctic
as c
ultu
rale
s. –
En
el e
scen
ario
des
colo
niza
dor
la
mús
ica,
la c
omid
a, la
rop
a, e
l art
e, la
tituc
iona
lizad
o,
esco
lariz
ado
y en
con
tra
de l
os s
aber
es y
co
noci
mie
ntos
prá
ctic
os y
de
los
pueb
los
indí
gena
s? –
¿Qué
est
rate
gias
deb
en a
su-
mirs
e pa
ra u
na d
esco
loni
za-
ción
en
toda
s la
s ex
pres
ione
s ar
tístic
as?
–D
esde
el c
ampo
de
la c
omu-
nica
ción
y
la
info
rmac
ión
¿cóm
o lib
erar
se d
e la
s pe
rs-
pect
ivas
col
onia
les
que
perv
i-ve
n en
los
men
saje
s m
asiv
os,
en l
as r
elac
ione
s in
terp
erso
-na
les,
en la
s re
pres
enta
cion
es
soci
ales
? –
¿Cuá
l deb
e se
r la
orie
ntac
ión
de la
s po
lític
as p
úblic
as p
ara
luch
ar c
ontr
a el
rac
ism
o y
la
disc
rimin
ació
n en
tod
as s
us
expr
esio
nes?
42 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
tele
visi
ón,
entr
e ot
ros,
son
vehí
cu-
los
valio
sos
para
la c
onst
rucc
ión
de
nuev
os im
agin
ario
s. “¡
La c
ultu
ra n
o es
pue
s un
exc
eden
te p
resc
indi
ble
com
o se
nos
qui
ere
hace
r ve
r, si
no
un s
ínto
ma
vita
l del
est
ado
espi
ritua
l de
los
pueb
los,
y —
por
lo m
ism
o—
una
posi
bilid
ad d
e de
sarr
ollo
” (C
er-
gio
Prud
enci
o, 2
011)
. –
El
dobl
e es
cena
rio p
lant
eado
es
el
desc
olon
izar
est
os c
ampo
s y
que
és-
tos
sirva
n co
mo
herr
amie
ntas
par
a se
guir
desc
olon
izan
do.
–E
xper
ienc
ias c
omo
la d
e la
Orq
uest
a E
xper
imen
tal
de I
nstr
umen
tos
Na-
tivos
(O
EIN
) co
n la
inc
orpo
raci
ón
de m
ucho
s jó
vene
s en
la
ejec
ució
n m
usic
al,
dem
uest
ran
las
huel
las
de
la c
olon
izac
ión
en e
ste
cam
po: “
En
la O
EIN
me
fui
dand
o cu
enta
que
el
lado
aym
ara,
lo n
ativ
o qu
e se
me
habí
a ar
reba
tado
lo s
entía
muy
den
-tr
o de
mí,
al to
car e
sas
tona
das,
esos
rit
mos
. Q
uizá
s al
ap
rend
er
sobr
e
43EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
ella
s se
ntía
rea
lmen
te q
ue e
so e
stab
a de
ntro
de
mí.
Pero
ahí
nac
ió u
n co
n-fli
cto,
por
que
si b
ien
yo m
e id
entifi
-ca
ba c
on e
sto,
no
era
cien
por
cie
nto
aym
ara.
Nos
hem
os d
ado
cuen
ta p
or
la O
EIN
, con
la q
ue h
emos
via
jado
a
muc
hos
país
es, h
emos
ido
a m
ucho
s lu
gare
s di
stin
tos,
y yo
em
pecé
una
bú
sque
da
de
pert
enen
cia”
(C
arlo
s N
ina,
en
Soru
co, 2
013)
. Se
evid
enci
a,
pues
, un
desp
ojo
de lo
pro
pio,
de
una
part
e de
l se
r, qu
e tie
ne v
ergü
enza
, a
vece
s, y,
en o
tras
, un
sent
ido
de la
ne
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44 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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45EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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46 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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48 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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49EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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51EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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52 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Este balance/recorrido/síntesis de la discusión y las aportaciones en torno a la descolonización deja evidencia de la complejidad de las miradas y de la indisoluble articulación entre el proceso descolo-nizador y despatriarcalizador, con una perspectiva de interculturali-dad que sustente lo plurinacional. Estos cuatro conceptos/procesos están entretejidos y no pueden ser tomados, para el caso boliviano en particular, como cuadrantes separados de la trama del proceso de cambio.
Si desde una perspectiva crítica se asume la abolición de toda forma de poder que coaccione a los sujetos y los oprima en cualquier dimensión, la descolonización significará ese proceso emancipatorio, de liberación múltiple, no sólo de tipo político, étnico o cultural, sino además de tipo sexual y de género. La deconstrucción de las subjetividades y de las es-tructuras y relaciones sociales y estatales pasa por este multidimensio-nal reconocimiento de la complejidad de la dominación que se instaló desde la cosmovisión moderno-colonial.
3.2. Interculturalidad
Al seguir con la polémica sobre conceptos y sus interpretaciones, la de interculturalidad no queda atrás. En efecto, si bien su uso se ha popularizado tanto en las ciencias sociales como en el debate político democrático, no es menos extraño que sea altamente polisémico, es decir señale variadas re/significaciones.
Tanto el concepto de descolonización como el de interculturalidad exigen reconsideraciones en su conceptualización; no solamente desde la mirada de la diferencia colonial que es ineludible, sino ade-más desde las propias determinaciones históricas de pueblos como Bolivia.
53EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
Desde la particular mirada de la interculturalidad este ejercicio supone una revisión del concepto de cultura, primero, para pasar a la reflexión sobre interculturalidad.
El posicionamiento epistemológico para abordar estos conceptos es la raíz de la diferencia de sus significados.
Desde la mirada de la decolonialidad, corriente latinoamericanista en-focada en los temas de la crítica a la modernidad y la colonialidad, se reivindica el carácter político de la acepción; una mirada además ubica-da desde la enunciación indígena, por sobre todo.
Mientras las miradas más acordes al propio occidentalismo pretenden abordar la interculturalidad sólo como opuesta al multiculturalismo o pluriculturalismo, restringiendo la discusión a un ámbito más cultura-lista de inclusiones o asimilaciones, en los márgenes de la formalidad democrática liberal, que con apuestas transformadores societales desde la diferencia.
Por tanto, no existe una definición única, ni un posicionamiento ho-mogéneo sobre tal categoría; lo que también repercute en las distintas formas de abordar su relación con el proceso de descolonización y los enclaves estratégicos que acercan a ambos.
A continuación, se detalla la lista de ejes temáticos surgidos del debate público sobre el concepto/enfoque de interculturalidad. Como en el caso anterior, se propone mirar el eje temático, los cuestionamientos y los posicionamientos y críticas, señalando las diversas rutas que toma la discusión, la serie de significaciones y re-significaciones de acuerdo al enunciador y a las circunstancias.
54 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
1. Re comprensión del concepto de interculturalidad.2. Del multiculturalismo al interculturalismo.3. La (re/de)construcción de las identidades (subalternizadas).4. El mestizaje como una identidad.5. La constitución de la diferencia descolonizada e intercultural.6. Interculturalidad, comunicación y educación.
55EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANOC
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ca”,
que
exp
resa
a u
na c
ultu
ra,
a un
gru
po.
–Po
r su
par
te, l
os e
nfoq
ues
patr
imo-
nial
ista
s pr
eten
den
ente
nder
la
cul-
tura
enc
erra
da e
n el
pas
ado,
bus
can-
do b
alua
rtes
que
exp
resa
rían
a es
e gr
upo.
–D
e ot
ro l
ado
está
n lo
s en
foqu
es
eliti
stas
de
cultu
ra,
con
fals
as d
ivi-
sion
es e
ntre
est
amen
tos,
prác
ticas
–¿Q
ué s
igni
fica
cultu
ra?
¿Des
-de
qué
hor
izon
te e
nten
derla
? –
¿Qué
sig
nific
ado(
s) t
iene
in-
terc
ultu
ralid
ad?
–¿D
esde
dón
de s
e ha
bla
de in
-te
rcul
tura
lidad
? –
¿Cuá
l su
com
pren
sión
y s
us
opos
icio
nes
o ac
erca
mie
ntos
co
n m
ultic
ultu
ralis
mo
o pl
u-ric
ultu
ralis
mo?
–¿C
ómo
se r
elac
iona
la
inte
r-cu
ltura
lidad
con
la d
esco
loni
-za
ción
? –
¿La
inte
rcul
tura
lidad
sól
o tie
-ne
que
ver
con
la
desc
olon
i-za
ción
en
el á
mbi
to c
ultu
ral?
1) R
e co
mpr
ensió
n de
l co
n-ce
pto
de in
terc
ultu
ralid
ad
56 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
y ap
ropi
acio
nes
cultu
rale
s cl
asis
tas.
Des
prec
io p
or lo
pop
ular
y a
cept
a-ci
ón c
on lo
occ
iden
tal c
lási
co y
mo-
dern
o. –
Una
apr
oxim
ació
n a
cultu
ra d
eber
á en
tend
erla
en
térm
inos
de
dina
mis
-m
o, s
in e
ncie
rros
, ni l
a po
stur
a co
lo-
nial
que
enc
ierr
a la
“al
ta c
ultu
ra”
y la
s “c
ultu
ras
popu
lare
s”. N
o pu
eden
ex
istir
ese
ncia
s, ni
pat
rimon
ios,
ni
clas
es q
ue d
efina
n “l
o cu
lto”.
–Se
des
pren
de e
nton
ces
que
el c
on-
cept
o de
int
ercu
ltura
lidad
no
pued
e se
r pe
nsad
o un
ívoc
amen
te. S
i la
raíz
co
ncep
tual
“cu
ltura
” es
ya
polé
mic
a en
sí m
isma,
más
aún
lo e
s su
der
iva-
ción
“in
terc
ultu
ral”
. –
Por u
n la
do, h
ay a
lgun
os q
ue e
ntie
n-de
n la
int
ercu
ltura
lidad
den
tro
del
cam
po s
imbó
lico
de la
mod
erni
dad
y la
pre
senc
ia d
e un
mul
ticul
tura
lis-
mo
(dis
tinto
s coe
xist
iend
o en
el m
is-
mo
espa
cio)
.
–¿D
ebe
conc
ebirs
e la
inte
rcul
-tu
ralid
ad c
omo
un e
ncue
ntro
ar
mon
ioso
en
tre
cultu
ras
o m
ás b
ien
com
o un
a ar
ena
de
enfr
enta
mie
nto
posi
cion
ado
desd
e la
dife
renc
ia, d
e ca
ra a
la
tran
sfor
mac
ión
soci
al?
57EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
–Po
r ot
ro,
hay
quie
nes
prefi
eren
re-
duci
r la
ace
pció
n a
un s
impl
e “c
on-
tact
o” o
“es
tar”
ent
re c
ultu
ras,
sin
califi
caci
ón d
e lo
s in
terc
ambi
os o
in
tera
ccio
nes,
la in
terc
ultu
ralid
ad s
e re
strin
giría
a u
n en
cuen
tro
(no
exen
-to
de
confl
icto
) en
tre
dist
into
s (v
er
text
o de
Tic
ona,
s.r.)
. –
La
inte
rcul
tura
lidad
ci
rcun
scrit
a a
una
form
a de
inte
rrel
ació
n co
n ot
ras
cultu
ras
que
sugi
ere
posi
bilid
ades
de
acep
taci
ón y
tole
ranc
ia d
e lo
aje
no.
–Po
r ta
nto,
des
de e
sta
mira
da, l
a in
-te
rcul
tura
lidad
es
co
mpr
endi
da
com
o ej
erci
cio
de re
spet
o, to
lera
ncia
y
hast
a in
clus
ión
del O
tro
(dis
tinto
y
extr
año)
en
una
dim
ensi
ón m
ás d
e re
laci
onam
ient
o hu
man
o qu
e de
ac-
ción
his
tóric
a o
polít
ica.
–Po
r su
par
te,
visi
ones
sob
re l
a in
-te
rcul
tura
lidad
, en
tér
min
os d
e un
a te
oría
de
la d
emoc
raci
a, l
a se
ñala
n co
mo
incl
usió
n de
los
“ex
clui
dos”
,
58 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
bajo
crit
erio
s de
una
igu
alda
d fo
r-m
al.
“Tod
os c
on l
os m
ism
os d
ere-
chos
, re
spet
o a
la d
ifere
ncia
”, p
ero
bajo
un
para
guas
hom
ogen
eiza
dor
de la
“cu
ltura
-nac
ión”
. Sig
nific
a un
a in
clus
ión
vaci
ada
de s
ujet
o y
de a
c-ci
ón p
olíti
ca.
–E
n al
guno
de
los
deba
tes
abie
rtos
al
res
pect
o, e
l in
vest
igad
or G
onza
-lo
Roj
as O
rtus
te p
lant
eó q
ue l
a in
-te
rcul
tura
lidad
deb
ía s
er e
nten
dida
co
mo
“con
stru
cció
n de
‘hor
izon
tes
de c
onvi
venc
ia’,
que
sólo
son
pos
i-bl
es s
obre
la
base
de
rela
cion
es d
e ig
uald
ad e
ntre
los
múl
tiple
s ac
tore
s de
la s
ocie
dad
boliv
iana
. La
idea
de
conv
iven
cia
com
ún,
reco
noci
mie
n-to
de
dive
rsid
ades
y e
stab
leci
mie
n-to
de
sine
rgia
s en
tre
esto
s es
paci
os
encu
entr
a un
esp
acio
de
cont
rast
e en
el
plan
team
ient
o de
un
mod
elo
‘com
unita
rista
’ qu
e pr
opon
e, a
ntes
de
la c
onst
rucc
ión
de r
elac
ione
s de
co
nviv
enci
a, l
a re
prod
ucci
ón d
e la
s
59EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
dive
rsid
ades
, deb
ate
que
aún
no h
a si
do a
sum
ido
con
rigur
osid
ad e
n el
pa
ís”
(En
Diá
logo
s en
dem
ocra
cia,
20
10: 3
). –
Al
cont
rario
, de
sde
las
epis
tem
olo-
gías
dec
olon
iale
s, la
inte
rcul
tura
lidad
ha
sid
o re
sem
antiz
ada
desd
e lo
pol
í-tic
o e
hist
óric
o. D
esde
la d
ifere
ncia
y
la m
arca
col
onia
l. –
Así
, aut
oras
com
o C
athe
rine
Wal
sh
(200
7), a
ludi
da e
n al
guna
s de
las
in-
terv
enci
ones
y e
scrit
os,
conc
ibe
la
inte
rcul
tura
lidad
des
de e
l lu
gar
de
enun
ciac
ión
de la
luch
a de
los
pue-
blos
indí
gena
s, en
la tr
ama
del p
oder
y
de la
dife
renc
ia c
olon
ial.
El t
raba
jo
y el
pos
icio
nam
ient
o so
bre
la in
ter-
cultu
ralid
ad d
esde
la p
ersp
ectiv
a de
lo
s pu
eblo
s in
díge
nas,
de la
s or
gani
-za
cion
es v
incu
lada
s a
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s, en
par
ti-cu
lar
desd
e E
cuad
or,
se o
rient
a no
po
r un
a po
lític
a cu
ltura
l de
reco
no-
cim
ient
o o
de in
clus
ión,
sin
o po
r un
60 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
proy
ecto
de
tran
sfor
mac
ión
soci
o hi
s-tó
rica,
una
alte
rnat
iva
efec
tiva
para
la
soci
edad
. Por
tant
o, h
ay u
na e
xige
ncia
de
reu
bica
r en
el p
lano
de
las
rela
cio-
nes d
e po
der l
o qu
e en
cie
rto
mom
en-
to q
uedó
com
o di
scus
ión
cultu
ralis
ta.
–La
con
stitu
ción
de
iden
tidad
es c
ultu
-ra
les p
asa
ento
nces
a c
onfo
rmar
iden
-tid
ades
pol
ítica
s. La
int
ercu
ltura
lidad
fo
rma
así
part
e de
un
pens
amie
nto
dist
into
que
em
erge
des
de la
sub
alte
r-ni
dad.
–Se
opo
ne p
or lo
tant
o al
sim
ple
mul
ti-cu
ltura
lism
o qu
e en
cubr
e la
s di
fere
n-ci
as e
stru
ctur
ales
y la
s vo
ces
excl
uida
s po
r la
mod
erni
dad.
–E
n es
te á
mbi
to d
e si
gnifi
caci
ón,
co-
bra
impo
rtan
cia
su r
elac
ión
con
el
conc
epto
y lo
s pr
oces
os d
e de
scol
o-ni
zaci
ón.
–“E
n és
te s
entid
o au
tore
s co
mo
Via
ña
y C
laro
s re
-tra
baja
n la
vis
ión
de in
ter-
cultu
ralid
ad: s
egún
ello
s de
lo q
ue s
e
61EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
trat
a en
rea
lidad
es
de r
edefi
nir
ésta
s an
terio
res
conc
epci
ones
co
nven
cio-
nale
s de
inte
rcul
tura
lidad
vis
ta c
omo
un s
impl
e di
álog
o en
tre
cultu
ras
y de
-m
ostr
ar q
ue s
u co
ndic
ión
de p
osib
ili-
dad
y su
ese
ncia
rad
ican
en
la c
rític
a ra
dica
l del
ord
en d
omin
ante
, es
deci
r, co
mo
un p
roye
cto
alte
rnat
ivo
y cr
íti-
co a
la s
ocie
dad
capi
talis
ta y
col
onia
l”
(En
Chá
vez,
s.r.)
. –
La id
ea ro
mán
tica
del “
encu
entro
” co
n el
Otro
, de
diá
logo
ent
re c
ultu
ras,
de
inte
rfac
es d
e in
terp
enet
raci
ón e
n co
ndi-
cion
es d
e re
spet
o y
paci
fism
o, d
esap
a-re
ce c
omo
impr
obab
le e
scen
a en
con
-te
xtos
com
o el
bol
ivia
no,
atra
vesa
dos
por
las
desig
uald
ades
soc
iora
cial
es,
las
excl
usio
nes,
las
mem
oria
s ex
prop
iada
s y
los
hist
óric
os d
espo
jos.
Proc
esos
que
aú
n no
han
ces
ado,
no
se h
an su
pera
do.
–M
uest
ra d
e el
lo e
s la
com
plej
a pr
e-se
ncia
de
indí
gena
s en
la
gest
ión
de
gobi
erno
.
62 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
–La
par
ticip
ació
n in
díge
na e
s si
mpl
e-m
ente
figu
rativ
a, n
o se
ha
fort
alec
ido
la c
apac
idad
enu
ncia
tiva
y pr
opos
itiva
de
los
repr
esen
tant
es in
díge
nas.
–E
llos
mis
mos
sie
nten
sub
valo
rada
su
pres
enci
a y
part
icip
ació
n en
eso
s es
-ce
nario
s. –
Se s
igue
em
ulan
do e
l pr
otot
ipo
de
prof
esio
nal,
en u
na je
rarq
uiza
ción
de
sabe
res.
Las
lógi
cas
de s
omet
imie
nto
y su
balte
rniz
ació
n co
n lo
ind
ígen
a co
ntin
úan
en e
ste
proc
eso
en e
l que
su
pues
tam
ente
se
pret
ende
des
colo
-ni
zar.
–La
s po
lític
as s
on m
ás b
ien
de i
n-cl
usió
n y
no d
e tr
ansf
orm
ació
n y
prop
uest
a de
un
nuev
o pr
oyec
to d
e so
cied
ad.
–C
omo
deba
te,
la i
nter
cultu
ralid
ad e
s un
tem
a pu
esto
en
la a
gend
a gl
obal
. Si
n em
barg
o, l
a di
scus
ión
públ
ica
en
Am
éric
a La
tina
y en
Bol
ivia
ha
co-
brad
o m
atic
es
part
icul
ares
co
n lo
s
2) D
el m
ultic
ultu
ralis
mo
al in
-te
rcul
tura
lism
o. –
¿Por
qué
dife
renc
iar
inte
rcul
-tu
ralid
ad e
inte
rcul
tura
lism
o? –
¿Por
qué
pas
ar d
e la
mul
ti o
plur
icul
tura
lism
o al
int
ercu
l-tu
ralis
mo?
63EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
enfo
ques
dec
olon
iale
s y
su n
eces
aria
ub
icac
ión
polít
ica
junt
o a
la d
esco
lo-
niza
ción
y la
plu
rinac
iona
lidad
. –
Si b
ien
la n
omin
ació
n es
la
mis
ma
(inte
rcul
tura
lidad
), su
s di
stin
tos
sen-
tidos
con
nota
n có
mo
desd
e el
pla
-no
con
cept
ual y
sim
bólic
o se
luch
a ta
mbi
én
por
posi
cion
ar
(nue
vos)
se
ntid
os y
sig
nific
acio
nes.
–A
sim
ism
o, s
e ha
trat
ado
tam
bién
de
dist
ingu
ir co
ncep
tual
men
te e
ntre
in-
terc
ultu
ralid
ad
e in
terc
ultu
ralis
mo,
di
fere
ncia
ndo
el n
ivel
al q
ue a
lude
n.
Para
el c
aso
de la
prim
era
acot
ada
a la
prá
ctic
a m
ism
a y
el s
egun
do m
ás
bien
ent
endi
do c
omo
prin
cipi
o de
co
nviv
enci
a de
moc
rátic
a (B
onifa
z,
s.r.).
–La
in
terc
ultu
ralid
ad
es
de
nuev
o co
mpr
endi
da
com
o el
“e
star
en
-tr
e cu
ltura
s”,
por
lo q
ue s
e as
ume
que
es p
revi
a a
la d
esco
loni
zaci
ón,
aunq
ue s
e an
ota
que
aque
lla p
odría
–D
esde
la
in
terc
ultu
ralid
ad,
com
o ho
rizon
te
polít
ico
tran
sfor
mad
or ¿
cóm
o in
clui
r a
las o
tras
dife
renc
ias c
omo
la
clas
ista
y la
sex
ual?
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a de
scol
oniz
ació
n es
sól
o de
ca
ráct
er in
dian
ista?
–¿U
na d
esco
loni
zaci
ón i
ndia
-ni
sta
lleva
al
inte
rcul
tura
lis-
mo?
–¿E
s es
te d
ebat
e al
go e
min
en-
tem
ente
nac
iona
l? –
¿Exi
ste
una
sola
for
ma
de in
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rcul
tura
lidad
? –
¿Es
dese
able
y
pert
inen
te
cons
trui
r un
sol
o si
gnifi
cado
de
los
con
cept
os,
cuan
do l
a cr
ítica
se
yerg
ue s
obre
la p
lu-
river
sida
d y
en c
ontr
a de
las
un
iform
idad
con
cept
uale
s? –
“¿E
s po
sible
hab
lar
de i
nter
-cu
ltura
lidad
y d
esco
loni
zaci
ón
al m
ismo
tiem
po?
¿Cóm
o es
-ta
blec
er u
n di
álog
o en
tre
cul-
64 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
ser
viol
enta
o p
acífi
ca y
bie
n po
dría
re
vert
ir o
inve
rtir
las
inju
stic
ias.
Des
-de
tal
pos
tura
, se
duda
ade
más
de
la
posi
bilid
ad d
e qu
e la
des
colo
niza
ción
in
dian
ista
–és
ta q
ue s
e po
sici
ona
des-
de e
l lug
ar d
el s
ujet
o in
díge
na, d
esha
-bi
litad
o hi
stór
icam
ente
– no
con
du-
cirá
a u
n in
terc
ultu
ralis
mo,
es
deci
r no
pod
rá p
rom
over
la
conv
iven
cia
dem
ocrá
tica.
Lo
que
prod
ucirá
es
una
inve
rsió
n de
las
desi
gual
dade
s, no
una
el
imin
ació
n de
las
mis
mas
. –
Al
ente
nder
que
los
pre
cept
os c
ons-
tituc
iona
les
seña
lan
a B
oliv
ia c
omo
Est
ado
plur
inac
iona
l co
mun
itario
, in
terc
ultu
ral,
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en la
plu
ralid
ad
y el
plu
ralis
mo,
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uno
de
sus
fines
lig
ado
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niza
ción
, se
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ga
sobr
e la
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lidad
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e lo
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ión
entr
e ta
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aspi
raci
ones
y e
l fo
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ecim
ient
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moc
rátic
o. –
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e ad
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rucc
ión
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iane
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que
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tura
s cu
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s pr
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as e
s co
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tual
iza-
da c
asi c
omo
una
no c
ultu
ra?”
(B
onifa
z, s.
r.)
65EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
dría
que
tom
ar d
e la
s m
ás im
port
an-
tes
form
as m
estiz
as;
sin
emba
rgo,
es
te d
iscu
rso
pare
ce q
ue v
uelv
e a
caer
en
un h
oriz
onte
de
cons
truc
-ci
ón d
e “u
na”
naci
onal
idad
(la
idea
de
l Est
ado-
naci
ón).
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r ot
ra p
arte
, ot
ros
anál
isis
acl
a-ra
n la
nec
esid
ad d
e di
stin
guir
entr
e di
stin
tos
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de
inte
rcul
tura
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pro
mo-
vida
y fo
rmal
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ticas
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los
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gena
s y
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pesi
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igen
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e re
laci
ona
con
las
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com
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ades
de
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niza
ción
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ones
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e la
s cu
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ad d
esde
‘ab
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uier
e ca
da v
ez u
n m
atiz
par
ticul
ar p
orqu
e
66 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
está
con
ecta
do c
on la
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a de
scol
o-ni
zado
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e lo
s pu
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s in
díge
nas
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sino
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s ro
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ina-
ción
col
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rear
nue
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cios
de
scol
oniz
adas
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s cu
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ado
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allá
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aba-
jo”,
prin
cipa
lmen
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e su
s po
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o-re
s in
díge
nas
del p
aís”
(Tic
ona,
s.r.)
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dife
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ón q
ue t
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de
mos
trar
, m
ás b
ien,
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ent
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team
ient
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e in
terc
ultu
ralid
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ivid
as, d
esde
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acci
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e lo
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sub
alte
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sde
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je s
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raci
al y
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stad
o se
a ca
paz
de d
ialo
gar
y re
-co
ger
esta
s fo
rmas
con
cret
as p
ara
las
67EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
prop
ias
deci
sion
es y
ava
nces
est
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les
en p
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e la
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colo
niza
ción
. –
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l que
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ticul
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ad y
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osi-
cion
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nto
que
hace
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r-sa
rio/e
nem
igo”
(G
arcé
s, 20
12: 2
51,
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y Q
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012)
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duda
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ades
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r el
pro
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ad im
plic
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stan
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s. Su
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ades
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s, tr
ansf
orm
adas
, no
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na so
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dad,
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ómo
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pr
oces
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ión
entr
e id
entid
ades
con
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idas
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-tó
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re c
olon
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dos
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ades
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68 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
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ione
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gena
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terp
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cion
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e re
gión
, gén
e-ro
, eda
d, c
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las
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terio
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sub
alte
rno.
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e m
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, po
bre,
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na, h
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rura
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a la
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, mig
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obre
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, va
rón,
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es m
ás s
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as
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sí y
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mas
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indí
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, la
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enin
a y
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n té
rmin
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non
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s de
ser
y d
e no
ser
no
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neas
, so
n ta
mbi
én d
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sas;
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nas
más
cer
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e el
“se
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o se
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las
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mas
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sí la
cer
caní
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dist
anci
a re
spec
to a
la
línea
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caci
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mpo
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s de
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colo
niza
da y
des
-co
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ómo
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ular
las
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entid
ades
su
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los
pro
ceso
s de
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nsfo
r-m
ació
n de
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ocie
dad?
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gena
una
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tidad
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mog
énea
? –
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la
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rcul
tu-
ralid
ad y
la
desc
olon
izac
ión
desd
e di
stin
tas
cond
icio
nes
de
opre
sión
com
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pat
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al, l
a cl
asis
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esos
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rcul
tura
lidad
que
no
ex-
cluy
an n
ueva
men
te o
que
no
cons
truy
an
iden
tidad
es
fun-
dam
enta
lista
s en
foca
das
en la
de
stru
cció
n de
l Otr
o?
69EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
y vi
sibl
e),
prop
orci
onar
ía c
arac
teri-
zaci
ones
dis
tinta
s en
tre
esas
for
mas
de
exi
stir.
–Po
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to, n
o pu
eden
defi
nirs
e ide
nti-
dade
s ni
pos
icio
nam
ient
os c
erra
dos,
inam
ovib
les.
Es
más
, la
defi
nici
ón
del
Yo (
iden
tidad
) no
es
autó
nom
a y
solit
aria
, es
dad
a si
empr
e en
los
m
árge
nes
de la
rela
ción
con
el O
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La
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ridad
y la
mis
mid
ad s
on e
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cici
os c
olec
tivos
, soc
iale
s, re
laci
ona-
les.
Y s
i a e
sto
se a
ñade
la n
oció
n de
qu
e la
s re
laci
ones
se
tran
sfor
man
, ta
mbi
én s
e co
mpr
ende
rá q
ue lo
ha-
cen
las
iden
tidad
es y
vic
ever
sa. “
Es
impo
rtan
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esca
tar
nues
tras
iden
ti-da
des,
com
pren
der q
ue se
han
tran
s-fo
rmad
o y
que
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amen
te e
so e
s la
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terc
ultu
ralid
ad,
pero
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uno
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idad
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aca
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utili
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ose
(…) a
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cían
por
ej
empl
o ‘si
tú q
uier
es e
ntra
r a
trab
a-ja
r a
dete
rmin
ada
inst
ituci
ón t
iene
s
70 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
que
vest
irte
de p
olle
ra’
pero
si
yo
teng
o m
i pro
pia
iden
tidad
y n
o vo
y a
cam
biar
alg
o qu
e so
y pa
ra q
ue m
e re
cono
zcan
” (R
osal
ía d
el V
illar
, en
D
iálo
gos
en d
emoc
raci
a, 2
010:
2).
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s fo
rmas
col
oniz
adas
que
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me
la i
dent
idad
de
lo i
ndíg
ena
com
o un
a es
peci
e de
mito
logí
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cerr
ada
en e
l tie
mpo
, ent
ran
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l cam
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ansf
orm
arse
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n ro
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ism
o de
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un
tiem
po p
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o o
en
form
as “
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igad
as a
la s
enci
llez
y la
pre
mod
erni
dad
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bién
for
ma
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e de
una
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itud
colo
nial
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e la
s id
entid
ades
sub
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rniz
adas
. –
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ento
nces
sub
yace
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cóm
o de
cons
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s id
entid
a-de
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ones
que
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ituye
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sobr
e la
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bre
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ase
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ia n
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tern
izad
ora
sino
más
bie
n di
alóg
ica,
de
mod
o co
mpl
emen
tario
, com
o lo
71EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
aseg
ura
la e
x co
nstit
uyen
te E
sper
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H
uanc
a: “
Hay
muc
has
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qu
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atir.
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tre
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y la
muj
er, d
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s-tr
a vi
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ia e
s un
com
plem
ento
con
el
var
ón, d
esde
nue
stra
per
cepc
ión
de
noso
tros
sie
mpr
e so
mos
dua
l, so
mos
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cia,
201
0: 3
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Las
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ades
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moc
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hor
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la e
qui-
dad,
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ent
re s
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os,
sobr
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bas
e de
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sida
d; d
e co
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vir
con
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ifere
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imin
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orm
ar a
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agen
y s
emej
anza
lo
dis
tinto
. “D
entr
o de
la
inte
rcul
tu-
72 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
ralid
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que
habe
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bas
pers
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, de
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y
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nues
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s, nu
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a vi
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ambi
én t
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es-
tas
activ
idad
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eben
rea
lizar
se e
n el
mar
co d
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mon
ía e
ntre
los
se
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hum
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, la
mad
re t
ierr
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la
pach
amam
a” s
e ex
pres
a co
mo
con-
clus
ión
de la
Mes
a 1,
llev
ada
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an-
te e
n lo
s ta
llere
s so
bre
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rcul
tura
-lid
ad y
des
colo
niza
ción
pro
mov
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po
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(201
3).
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s as
pect
os id
entit
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s ta
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per-
sona
les
com
o co
lect
ivos
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múl
ti-pl
es, h
istó
ricos
, com
plej
os.
–Si
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, se
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rea-
ción
de
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tidad
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ción
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nial
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sa p
or p
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raci
ón d
e la
s su
bjet
ivid
ades
y u
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ecol
onia
lidad
73EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
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no
sólo
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o m
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o de
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resi
ón
sino
com
o ej
erci
cio
polít
ico.
–E
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ne,
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l, la
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reco
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ncia
de
l CO
MPA
Tea
tro
Tron
o o
la d
e la
74 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Orq
uest
a E
xper
imen
tal
de I
nstr
u-m
ento
s N
ativ
os s
on p
arad
igm
átic
as
de lo
que
se
prod
uce
a ni
vel d
e su
b-je
tivid
ades
. –
Cab
e pu
es se
guir
inda
gand
o en
est
os
esce
nario
s, en
dic
has
expe
rienc
ias.
La c
ompl
ejid
ad d
e la
s id
entid
ades
te
jidas
des
de l
as s
ubal
tern
idad
es e
s aú
n un
ter
reno
poc
o vi
sita
do p
or la
in
vest
igac
ión
conc
reta
par
a el
cam
-po
de
la d
esco
loni
zaci
ón.
–E
l mes
tizaj
e es
una
con
dici
ón c
ultu
-ra
l que
es
inhe
rent
e a
la h
eren
cia
co-
loni
al. E
n ef
ecto
, en
el se
r mes
tizo
se
mez
cla
la id
ea d
e “s
er y
no
ser”
, afir
-m
arse
y n
egar
se a
l mis
mo
tiem
po, e
n un
reco
noci
mie
nto
de la
hib
ridac
ión
de c
olon
izad
ores
y c
olon
izad
os.
–Se
sab
e ta
mbi
én q
ue e
l m
estiz
aje
ocul
tó la
s hu
ella
s y
las
herid
as d
e la
co
loni
alid
ad,
pero
asi
mis
mo
sirv
ió
de e
stra
tegi
a de
pre
serv
ació
n de
la
cultu
ra u
surp
ada,
del
der
echo
a s
er.
–¿H
ay a
lgo
posi
tivo
en la
col
o-ni
zaci
ón?
–¿E
s el
mes
tizaj
e aq
uello
que
pu
ede
defin
irse
com
o po
siti-
vo d
e es
te p
roce
so?
–¿H
ay q
ue re
cono
cerlo
con
un
sent
ido
posi
tivo
y cr
eativ
o o
más
bie
n de
sdeñ
arlo
por
que
adm
ite y
enc
ubre
las
hue
llas
del c
olon
izad
or?
–¿E
l m
estiz
aje
es u
n fu
nda-
men
to
iden
titar
io
para
da
r
4) E
l m
estiz
aje
com
o un
a id
entid
ad e
vide
nte.
75EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
–E
n es
ta
refle
xión
, au
tore
s co
mo
Tic
ona
(s.r.
), as
umen
que
“E
l se
r m
estiz
o no
sól
o es
bio
lógi
co,
sino
ta
mbi
én c
ultu
ral
y ex
iste
n m
ucha
s fo
rmas
de
ser
mes
tizo
y es
uno
de
los
sect
ores
que
se
ha c
onst
ruid
o en
re
laci
ón a
los
indí
gena
s y
cam
pesi
no
del p
aís”
. –
Sin
emba
rgo,
tam
bién
adm
ite q
ue
esa
cond
ició
n es
más
pro
blem
áti-
ca e
n la
s m
ujer
es “
…pu
es l
as h
ue-
llas
de l
a id
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ad,
por
ejem
plo,
a
part
ir de
l uso
de
la v
estim
enta
, est
á m
arca
da c
on la
s de
nom
inac
ione
s de
‘se
ñorit
a’, ‘
chol
a’, ‘
birlo
cha’
, ‘ch
ota’
, en
tre
algu
nas
adje
tivac
ione
s” (
Tic
o-na
, s.r.
). –
Ni q
ué d
ecir
en e
l art
e, e
n la
s pr
ác-
ticas
mus
ical
es, l
itera
rias,
arqu
itect
ó-ni
cas,
pict
ográ
ficas
, po
r ci
tar
algu
-na
s; y
en la
s hu
ella
s de
la v
estim
enta
, el
hab
la,
el l
engu
aje,
la
com
ida,
la
relig
iosi
dad,
ent
re o
tras
.
paso
a u
na i
nter
cultu
ralid
ad
desc
olon
izad
ora?
76 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
–Po
r tan
to, c
abe
una
refle
xión
am
plia
y
prof
unda
de
esta
ide
ntid
ad c
oloc
ada
entr
e la
dic
otóm
ica
“ind
ígen
a” y
“no
in
díge
na”.
¿Q
uién
es s
on lo
s m
estiz
os
y la
s m
estiz
as a
l fina
l? ¿
Hay
o s
e pu
e-de
dec
ir qu
e ex
iste
n in
díge
nas
o no
in
díge
nas
subs
tanc
ializ
ados
? ¿D
esde
dó
nde
tend
rá lu
gar l
a de
scol
oniz
ació
n co
n lo
mes
tizo?
Las
ide
ntid
ades
han
si
do c
onst
ruid
as d
esde
cam
pos
híbr
i-do
s, m
estiz
os, s
in n
egar
que
las c
ondi
-ci
ones
de
inte
rcam
bio
y m
ezcl
a nu
nca
fuer
on e
quita
tivas
. –
Y a
caso
hab
rá q
ue p
ensa
r qu
e el
mis
-m
o m
estiz
aje,
en
algu
nas
de s
us f
or-
mas
y e
xpre
sion
es,
fue
tam
bién
una
pr
áctic
a de
des
colo
niza
ción
, al a
dmiti
r la
hue
lla in
díge
na e
n ex
pres
ione
s qu
e pe
rten
ecía
n a
la z
ona
del s
er c
olon
ial.
–La
s in
terp
reta
cion
es v
an m
ás a
llá e
n el
cas
o bo
livia
no, c
uand
o se
reco
noce
qu
e la
cre
ació
n de
l ser
nac
iona
l, en
la
Rev
oluc
ión
de 1
952,
es
prec
isam
ente
en
clav
ada
en l
o m
estiz
o, r
econ
oci-
77EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
mie
nto
aún
sost
enid
o po
r al
guno
s an
alis
tas.
Est
a m
ezcl
a qu
e ha
ce p
o-si
ble
la c
onvi
venc
ia e
ntre
ind
ios
y m
estiz
os e
s un
a cu
ltura
ch’
ixi,
com
o la
den
omin
a la
soc
iólo
ga b
oliv
iana
Si
lvia
Riv
era,
en
dond
e am
bos
luga
res
se d
otan
int
erac
tivam
ente
de
nuev
as
expe
rienc
ias
y fo
rmas
de
conv
iven
cia
(Cfr
. Bon
ifaz,
s.r.)
. –
Por
tant
o, l
a cu
estió
n de
lo
mes
tizo
se p
lant
ea c
omo
otro
ret
o m
ás e
n el
pr
oces
o de
des
colo
niza
ción
, en
torn
o a
reco
noce
r sus
hue
llas,
sus c
arac
terís
-tic
as, s
us in
tera
ccio
nes
y lo
que
deb
e se
r re
tom
ado
o de
cons
trui
do d
e es
ta
cond
ició
n cu
ltura
l en
la
conf
orm
a-ci
ón d
e lo
plu
rinac
iona
l.
–D
uran
te s
iglo
s, el
Est
ado
fue
el m
a-yo
r pr
oduc
tor
de l
as d
ifere
ncia
s en
-tr
e cu
ltura
s y
suje
tos,
a tr
avés
de
sus
polít
icas
de
disc
rimin
ació
n ra
cial
, ét
-ni
ca.
Aun
con
la
eman
cipa
ción
pol
í-
–¿C
ómo
desh
acer
la d
ifere
ncia
je
rarq
uiza
da y
exc
luye
nte
en-
tre
cultu
ras
y su
jeto
s? –
¿Cóm
o co
nstr
uir
una
nuev
a di
fere
ncia
o d
iver
sidad
que
se
5) L
a co
nstit
ució
n de
la d
ife-
renc
ia d
esco
loni
zada
e i
nter
-cu
ltura
l.
78 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
tico-
adm
inis
trat
iva
que
dio
luga
r a la
cr
eaci
ón d
e la
s re
públ
icas
, con
Est
a-do
s lib
eral
es, l
as p
olíti
cas
no f
uero
n ig
uale
s pa
ra to
dos,
ni s
e ci
udad
aniz
ó ho
mog
énea
men
te a
tod
os.
Pese
a
la p
rete
nsió
n de
un
Est
ado-
naci
ón,
con
una
visi
ón d
e un
idad
, de
aglu
ti-na
ción
en
torn
o a
una
cultu
ra n
acio
-na
l, no
todo
s ent
raro
n en
las m
ism
as
cond
icio
nes
ni s
e si
ntie
ron
inte
rpe-
lado
s po
r aqu
el d
iscu
rso.
–Se
pla
nteó
, en
sum
a, u
na a
lterid
ad
disc
rimin
ador
a, l
egiti
mad
a po
r la
s le
yes
y la
s po
lític
as, c
on c
iuda
dano
s de
prim
era
y de
seg
unda
cla
se y
aún
co
n aq
uello
s qu
e ni
lle
garo
n a
ser
reco
noci
dos
com
o ta
les.
Se n
atur
a-liz
aron
las
dife
renc
ias
bajo
un
régi
-m
en d
e ex
clus
ione
s ra
tifica
das
por
el p
ongu
eaje
, la
excl
usió
n po
lític
a de
m
ujer
es, d
e se
ctor
es p
opul
ares
, por
ej
empl
o. L
a m
enta
lidad
lib
eral
que
pr
opic
ia e
l fin
del
col
onia
je i
béric
o
insc
riba
en la
reiv
indi
caci
ón d
e lo
s der
echo
s e in
terc
ambi
os?
79EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
no a
lcan
zó p
ara
desh
acer
la h
isto
ria
colo
nial
de
las
rela
cion
es s
ocia
les.
–La
s re
laci
ones
int
ersu
bjet
ivas
que
-da
ron
mar
cada
s po
r m
últip
les
ex-
perie
ncia
s de
sub
ordi
naci
ón,
som
e-tim
ient
o,
confl
icto
, re
sent
imie
nto,
re
sign
ació
n y
rebe
ldía
. Pr
ofun
das
herid
as,
por
ejem
plo,
se
de
jó
en
la s
ervi
dum
bre
de n
iñas
y j
óven
es
muj
eres
en
el
tr
abaj
o do
més
tico,
pr
imer
o co
mo
sim
ple
serv
idum
bre
y lu
ego
com
o oc
upac
ión
asal
aria
da
con
las
trab
ajad
oras
del
hog
ar. S
e le
s im
puso
/im
pone
un
aisl
amie
nto,
un
dest
ierr
o de
sus c
omun
idad
es, d
e su
s fa
mili
as, s
e la
s re
cluy
e en
un
ámbi
-to
ext
raño
, si
n pr
otec
ción
, lib
rada
s a
todo
tip
o de
mal
trat
os:
verb
ales
, fís
icos
, psi
coló
gico
s y
hast
a se
xual
es
(Cfr
. FE
NA
TR
AH
OB,
201
4).
–Po
r ta
nto,
cab
e in
daga
r en
est
as e
x-pe
rienc
ias
dolo
rosa
s, pe
ro n
o pa
ra
re/v
ictim
izar
a l
os s
ujet
os q
ue l
os
80 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
pade
cier
on
o pa
dece
n,
sino
pa
ra
deve
lar
las
cond
icio
nes
y re
flexi
o-na
r so
bre
la p
ráct
ica
en e
l hor
izon
te
de c
onst
ruir
nuev
as s
ubje
tivid
ades
, de
sde
la d
ifere
ncia
, pe
ro y
a no
en
los
már
gene
s de
las
rela
cion
es in
ter-
subj
etiv
as s
eñal
adas
, si
no m
ás b
ien
desd
e lo
s re
fere
ntes
de
una
inte
rcul
-tu
ralid
ad q
ue r
eafir
me
lo d
iver
so e
n co
ndic
ione
s fo
rmal
es d
e ig
uald
ad.
–La
nor
mat
iva
en B
oliv
ia p
arec
e ir
a pa
so le
nto.
Si e
s el
sis
tem
a ed
ucat
i-vo
, no
sólo
el p
olíti
co, e
l enc
arga
do
de c
onst
ruir
esto
s pr
oces
os,
no s
e ha
n ab
iert
o se
nder
os m
ás c
oncr
etos
pa
ra la
tra
nsfo
rmac
ión
de la
s su
bje-
tivid
ades
. Es
cier
to q
ue e
s un
a et
apa
tran
sici
onal
don
de la
s m
enta
lidad
es
de to
dos
y to
das
debe
rán
mod
ifica
r-se
par
a se
r or
ient
adas
, lue
go, a
est
os
horiz
onte
s de
con
vive
ncia
dia
lógi
ca
e in
terc
ultu
ral.
–N
o es
sufi
cien
te c
on c
rimin
aliz
ar e
l ra
cism
o o
la d
iscr
imin
ació
n, o
, as
i-
81EJES TEMÁTICOS Y APORTES ANALÍTICOS DESDE EL DEBATE BOLIVIANO
mis
mo,
la
viol
enci
a co
ntra
las
mu-
jere
s, se
tra
ta d
e pr
ovoc
ar c
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os
sust
anci
ales
en
los
sent
idos
y l
os
sign
ifica
dos
soci
alm
ente
ins
tala
dos
de v
iole
ncia
dire
cta
o en
cubi
erta
de
raci
smo,
exp
lota
ción
eco
nóm
ica
y m
achi
smo.
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cre
ació
n de
ins
tituc
ione
s de
dica
-da
s al
efe
cto
pued
en r
epre
sent
ar u
n pa
so p
ero
no e
s su
ficie
nte.
Ade
más
de
la a
signa
ción
de
recu
rsos
, de
per-
sona
l (c
on u
na n
ueva
men
talid
ad),
debe
abo
nars
e el
ter
reno
de
la a
pli-
caci
ón d
e no
rmat
iva
y es
trat
egia
s de
m
aner
a co
nsta
nte
y cr
eativ
a. P
lane
s so
sten
idos
en
el t
iem
po q
ue p
ueda
n m
ovili
zar
proc
esos
de
larg
o pl
azo
en
el n
orte
de
la c
onst
rucc
ión
de n
ueva
s su
bjet
ivid
ades
y re
laci
ones
.
–La
col
onia
lidad
dej
ó pr
ofun
da h
uella
en
la f
orm
a de
los
inte
rcam
bios
in-
ters
ubje
tivos
. La
idea
del
“Yo
” y
del
“Otr
o” e
stuv
iero
n de
term
inad
as p
or
–¿E
xist
e ed
ucac
ión
y co
mu-
nica
ción
in
terc
ultu
ral
en
Bol
ivia
?
6) I
nter
cultu
ralid
ad,
educ
a-ci
ón y
com
unic
ació
n.
82 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
las j
erar
quiz
acio
nes,
las e
xclu
sion
es y
lo
s m
iedo
s a
lo d
ifere
nte.
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r ta
nto,
la
com
unic
ació
n in
ter-
cultu
ral,
a tr
avés
de
la h
eren
cia
co-
loni
al,
se i
nsta
la c
omo
un i
nten
to
confl
ictiv
o, p
ero
no i
mpo
sibl
e, p
or
com
part
ir có
digo
s y
proc
esos
de
si
gnifi
caci
ón q
ue ti
ene
horiz
onte
s de
in
terp
reta
ción
di
sím
iles,
dist
ante
s, cu
yo r
esul
tado
no
es in
med
iato
. En-
tre
los
dife
rent
es c
on d
esig
uald
ades
hi
stór
icas
, lo
s “m
undo
s de
la
vida
” no
logr
an e
ncon
trar
fra
njas
de
con-
tact
o. U
nos
con
com
plej
os d
e su
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ad,
otro
s co
n es
tigm
as d
e in
-fe
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ad d
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la c
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rucc
ión
de s
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os c
ompa
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os.
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l m
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o ca
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iene
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-no
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ient
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egad
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e m
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es n
o oc
-
–¿E
n qu
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les
se
com
unic
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sí? –
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osic
ión
para
una
co
mpr
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ón m
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¿Es
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una
com
unic
a-ci
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igna
y r
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un
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con
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, pr
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y la
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ión
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se lo
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a la
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-ci
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–¿C
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el
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o,
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s m
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91CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
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Claves y aportes del debate boliviano a las reflexiones sobre descolonización, interculturalidad y despatriarcalización
Las transformaciones políticas, sociales, económicas e institucionales que se sucedieron antes, durante y después de la Asamblea Constitu-yente, entre 2000 a 2010 aproximadamente, marcan sin duda un tránsi-to distinto para la estructura del país.
Es lógico que se puedan encontrar antecedentes remotos sobre la dis-cusión de descolonización, plurinacionalidad, interculturalidad o des-patriarcalización, pero no debe negarse que el debate más intenso y con reales posibilidades de incidencia se ha dado durante el proceso constituyente y con el nacimiento de esta estatalidad plurinacional.
El debate boliviano marca derroteros clave, no sólo para la trans-formación de la institucionalidad del país, sino para el campo de la reflexión decolonial que irrumpió en América Latina los últimos 20 años.
Desde esta mirada, la conflictividad en escena ha colocado a actores y discursos diversos sobre estos cuatro ejes fundamentales (descoloni-zación, interculturalidad, plurinacionalidad y despatriarcalización), los mismos que hacen un sistema complejo, es decir, cuyos elementos son
92 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
interdefinibles entre sí, para explicar el rumbo al que se pretende dirigir al país, por lo menos desde las bases constitucionales.
Todos siguen siendo conceptos y procesos en construcción. Sin duda alguna la experiencia boliviana evidencia una dinámica propia, que no sólo incorpora elementos que hacen a la discusión y reflexión regional y mundial sobre el post neoliberalismo o el post capitalismo, sino que además está siendo capaz de intercambiar —no inequitativamente— elementos para el debate intelectual y práctico sobre el tema.
El reto no ha sido menor. Desestructurar las bases de un Estado colo-nial, reproductor de las diferencias y las inequidades legitimadas histó-ricamente; redefinir las relaciones que se gestan desde éste con el resto de la sociedad; instalar un horizonte de reconocimiento con los pueblos indígenas, vistos como naciones y no como mero detalle de diversidad, representa un complejo desafío político, económico y sociocultural.
Durante estos últimos 10 años el país se ha enfrentado con ese duelo: o el de reformar/mejorar la estructura del Estado, ya interpelado en su fase neoliberal; o el de transformar en lo más profundo las bases de un Estado que siendo Estado nación, republicano o neoliberal, siguió con el “espíritu” colonial, es decir, basado en la legitimación de las diferencias socioraciales para la explotación y el marginamiento de las poblaciones indígenas y sectores populares, al igual que la discrimina-ción de las mujeres.
En el largo debate los distintos discursos se han encontrado no de for-ma armónica, antes bien de un modo conflictivo y tensionado: por un lado, el representado por las largas luchas de los pueblos indígenas; por otro, los sectores económicamente marginados; y aún más las organiza-ciones de mujeres en busca de equidad de género. No ha faltado, desde luego, los otros posicionamientos de las élites y los grupos tradicionales
93CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
de poder, que en el caso de Bolivia ha tomado no sólo la faz empresa-rial sino además el matiz regional.
La discusión en Bolivia ha generado distintos frentes proposicionales en la de y re construcción estatal.Sin embargo, a la luz de las revisiones establecidas no sólo en las discu-siones y publicaciones aquí señaladas, sino además en el mapa del deba-te ampliado sobre las temáticas, promovidas desde distintos escenarios, se identifican los siguientes tres ejes articuladores de la contribución boliviana al tema de descolonización, interculturalidad, despatriarcali-zación y plurinacionalidad:
1. La noción de transformación estatal que sugiere una doble mi-rada por “dentro” y “fuera” del propio Estado, bajo la consigna “descolonizar el Estado desde el propio Estado”.
2. La redefinición de interculturalidad, desde una perspectiva epis-temológico-histórica y político-cultural, como elemento indiscu-tible para la descolonización. En ella se instala el horizonte de la plurinacionalidad como herramienta/proceso para descolonizar y construir un ejercicio político de democracia intercultural.
3. La descolonización como desestructuración de las formas de po-der que inferioriza a los sujetos por su condición de clase, etnia o género, y, por tanto, como proceso de emancipación socio his-tórica.
Estos tres aspectos del debate están construidos sobre tensiones y com-plejidades del posicionamiento discursivo de varios actores. Este escenario en sí mismo ya ha sido también una ganancia, puesto que han concurrido distintas voces: intelectuales y líderes políticos y sindicales indígenas y cam-pesinos; intelectuales y académicos orgánicos de izquierda; autoridades y funcionarios públicos; intelectuales indianistas, kataristas; activistas y de-fensores/defensoras por los derechos de las mujeres; entre otros.
94 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
A través de la práctica misma, de los encuentros y las reflexiones con-juntas, se han ido reconstituyendo las ideas y las propuestas. Si bien muchos han criticado severamente al gobierno por su limitada decisión para llevar adelante procesos más radicales de política pública en estos y otros temas, no deja de ser valiosa la experiencia instalada en distintas mesas, encuentros, simposios y demás espacios de intercambio promo-vidos por las mismas instancias de gobierno.
Seguidamente se puntualiza los tres aspectos propuestos como medu-lares y constitutivos en el debate boliviano sobre descolonización, in-terculturalidad y despatriarcalización.
1. La noción de transformación estatal que sugiere una doble mirada por “dentro” y “fuera” del propio Estado, bajo la consigna “descolonizar el Estado desde el propio Estado”
Es evidente que en el debate boliviano, el tema de la descolonización ha tendido a tomar una centralidad desde lo estatal. Vale decir, el cues-tionamiento al Estado colonial y a la imperiosa necesidad de su des-estructuración y su reificación en otro tipo de Estado. Y hasta quizás en algunas de las posiciones se ha planteado como un horizonte de la descolonización no sólo la sustitución de este Estado, sino su abolición misma, por ser éste el núcleo de poder y de los sistemas de sometimien-to, legitimando más bien la idea de la conformación de sistemas y for-mas de auto organización comunitaria o de lo que se ha denominado el “socialismo comunitario”.
Sin embargo, entre estos dos posicionamientos –ya sea para des-estructurar la colonialidad y reestructurar el Estado desde la pluri-nacionalidad y la interculturalidad, o bien para abolir el núcleo del poder centralizado y monopolizado desde el Estado– se coincide en señalar como estrategia indispensable el desmontaje estatal. Se
95CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
privilegia este escenario bajo la comprensión que la organización predominante sobre la que se basan el resto de las relaciones viene del perfil y la naturaleza estatales. El punto medular de las protestas y las propuestas sociales, tanto recientes como pasadas, ha sido pre-cisamente la transformación del Estado, ya sea a través de sus sis-temas de representación o de los de intermediación con la sociedad civil. Se llegó incluso a interpelar su propia existencia, con el ensayo de formas de organización que fueron más allá de los tradicionales esquemas de representación social y política (partidos políticos y sindicatos).
El proceso constitucional, como espacio de debate y propuestas para la elaboración de la Ley Fundamental, no sólo demostró la diversidad de demandas y miradas del mundo co/existentes en el país, en particular sobre los proyectos estatales, sino que también dejó al descubierto la ta-rea de de/re/construir la relación con el Otro (diverso) a través de esa intersubjetividad, esa alteridad, que permita convivencia de diversidad humana, pacífica y democrática.
En este sentido lo que cobra vida es un diseño estatal distinto, opuesto al colonial y neoliberal, y que para el caso boliviano se proyecta en el Estado Plurinacional, cuyos preceptos de definición están señalados en el artículo 1 del texto constitucional, que señala las características y la naturaleza de esta “nueva forma de ser” estatal con once adjetivos, a saber: unitario, social, de derecho, plurinacional, comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías.
Asimismo, fija en el artículo 8, parágrafo II, los valores en los que se sustenta, haciendo referencia a la unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armo-nía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad so-
96 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
cial y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales para vivir bien.
Todo ello en un marco de descolonización que significa precisamente dejar atrás (desarmar) la centralidad, el monoculturalismo, la opresión, la jerarquización y el sistema de desigualdades estructurado con la co-lonización capitalista.
Sin embargo, el reto de desmontaje estatal, como estrategia de pri-mer orden, se asume multifacético, complejo, habida cuenta que está impregnado desde las prácticas macro estatales, los modos de hacer leyes, de interpretar las relaciones con la sociedad civil, la re-lación con los sujetos individuales y colectivos, por ejemplo, hasta la propia subjetividad que ha ido siendo construida por el aparato educativo, las normas sociales, los sistemas culturales, de informa-ción y educación, promovidos esencialmente desde el Estado y sus políticas.
En el proceso boliviano, por tanto, la descolonización como hori-zonte epistemológico y como programa político interpela a lo macro y a lo micro, pero asume como tarea prioritaria la descolonización del mismo Estado como núcleo productor de las desigualdades. El propio concepto de Estado como herencia teórica de occidente; la noción de Estado-nación, la idea de políticas públicas; la concep-ción de sociedad civil (como instancia analítica separada del Esta-do), entre otras, corresponden a matrices eurocentradas, que deben ser discutidas y reelaboradas. El gran reto de la discusión y de las propuestas ha sido el de “descolonizar el Estado desde el mismo Estado”. Sin esquemas prediseñados, el laboratorio de la discusión ha llevado a plantear distintos mecanismos, con planteamientos hí-bridos entre el objetivo de eliminación del Estado y de reformula-
97CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
ción del mismo; entre lógicas que todavía son herencia colonial y neoliberal, y posturas mucho más radicales. Lo cierto es que, como señala Raúl Prada, lo que se ha recorrido hasta aquí en este “pro-ceso de cambio”—en discusión y acción— es sólo un momento transicional, no el lugar a donde se propone llegar. Más aún, está en entredicho este horizonte de llegada que, como se señaló, atisba salidas pendulares y naturalmente contradictorias entre la existencia de un Estado distinto y una sociedad-comuna sin Estado.
La crítica de que aún persiste un fuerte modelo colonial en lo que su-puestamente debiera ser un Estado “Otro”, plurinacional y descoloni-zado, no ha sido tomada desde el frente oficialista como alarmante, ha-bida cuenta que hay un reconocimiento del proceso, de estas sucesivas aproximaciones hacia algo que aún está en construcción. Aunque las voces interpelantes también han señalado la poca visibilidad del hori-zonte del proceso y hasta la falsa intención de llegar a desarticular el Estado capitalista colonial, lo cierto es que el debate sigue latente y no hay —y quizás no debería de haber todavía— un puerto esquema cier-to de hacia dónde va este proceso. La crítica disidente y radical asegura que lo que se tiene no es ya un proyecto descolonizador sino más bien la reestructuración del Estado capitalista con el disfraz de plurinacio-nalidad2, el revival del monopolio de la vida política a través del sujeto estatal, pero esta vez bajo una conducción de rostro indígena.
Si bien conceptos centrales han empezado a cuestionarse, tales como el ejercicio del poder, la naturaleza del poder, la necesidad del poder, aún no han surgido consensos ni miradas más certeras que marquen defi-niciones de caminos por tomar. No obstante, la convergencia lapidaria entre estos frentes sigue siendo, al menos discursivamente, la elimina-ción de las desigualdades, en una apuesta ética, ecológica y humanística.
2 Por ejemplo la de Raúl Prada, Pedro Portugal, Luis Tapia o Dunia Mokrani, entre otros.
98 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Descolonizar el Estado desde el mismo Estado implica entonces un doble movimiento, primero, hacia dentro de las estructuras epistemo-lógicas y organizativas de lo estatal, como un componente ciertamente medular de una relación social que configura el resto de las relaciones sociales y que encubre las relaciones que vienen desde el plano eco-nómico, y, segundo, hacia “afuera” en una exterioridad, abstracta so-lamente, que coloca al Estado, como aparato de poder, frente al resto social, instituyéndose en una posición jerárquica de dominio respecto a éste.
La memoria y la huella de la colonialidad capitalista sigue siendo la impronta desde la que se hace cotidianamente el Estado. La naturali-zación de las lógicas, los lenguajes y las prácticas coloniales está viva y la “letra” parece contradecir el “espíritu”.
Una prueba de estas contradicciones se expresa, por ejemplo, entre el reconocimiento en el artículo 2 de la Constitución Política del Estado de la condición de igualdad en derechos de los pueblos indígenas y la tan dilatada autonomía indígena originaria campesina. El artículo señala: “Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indí-gena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territo-rios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley”. Mientras tanto instancias como el propio Tribunal Constitucional Plurinacional, nacido de la nueva Constitución y por las lógicas de un Estado aún centralista y monopolizador del poder, ha resultado ser el principal obstáculo al momento de plasmar los estatutos y cartas orgánicas que se precisan para llevar adelante, en concreto, el proceso de autonomías.
99CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
Por tanto, el debate en Bolivia enfrenta esas mismas contradicciones y complejidades interdiscursivas e intradiscursivas, además de la propia complejidad entre el discurso y el curso de acción asumidos.
Así, el proceso de descolonización y su debate se descubren en la prác-tica como procesos en tensión, sin patrones definidos ni teleológica-mente predeterminados; se inscriben, más bien, en las disputas simbó-licas y políticas por dotarle de sentido a ese horizonte.
2. La redefinición de interculturalidad, desde una perspectiva epistemológico-his-tórica y político-cultural, como elemento indiscutible para la descolonización. En ella se instala el horizonte de la plurinacionalidad como herramienta/proceso para descolonizar y construir un ejercicio político de democracia intercultural
La discusión boliviana ha hecho hincapié en la imposibilidad de des-colonizar sin el eje estratégico de la interculturalidad. Se ha insistido además en superar el multiculturalismo neoliberal que apenas explica el contacto entre diversos o por otra parte una noción de intercultura-lidad desde un aparente intercambio pacífico entre dos enunciadores diversos.
La interculturalidad y su reconceptualización encuentran una interpe-lación y mirada indígenas, desde un posicionamiento de memoria larga de luchas en contra del colonialismo y con un imperativo de reconoci-miento de su existencia y autonomía como pueblos. Por tanto, la inter-culturalidad desde el debate boliviano deja de entenderse como simple contacto o intercambio, y pasa a ser entendida como una matriz de convivencia híbrida, mezclada, “manchada” –como señala Silvia Rivera ch’ixi–, habida cuenta además del mestizaje construido desde los códi-gos del conquistador y los de los colonizados y del que emergen formas combinadas de entender el mundo.
100 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Pese a que el concepto proviene de una matriz más bien occidental, se ha aceptado la denominación intercultural pero otorgándole otro sentido. Resulta lógico pensar que los procesos de descolonización no pueden ser tales si no interpelan, por sobre todo, las subjetividades y la generación de aquellos sentidos de superioridad/inferioridad con los que está trabajada la conducta de las personas, las relaciones sociales que permean absolutamente todos los intercambios. Si bien es cierto que desde la visión occidental, la noción de interculturalidad fue un re-vés teórico a la supuesta superioridad de una cultura sobre otra, puesto que se aceptaban intercambios y por tanto se reconocían y valoraban las herencias culturales “otras”, en medio del debate sobre la descolo-nización, este concepto adquiere otra dimensión de sentido, esta vez como un acto de reivindicación política subjetiva y colectiva, en busca de una forma distinta de organización política.
Desde la discusión instalada en el país, la interculturalidad va necesaria-mente ligada al concepto de “plurinacionalidad”, como un modelo de vida política que amplía el ejercicio del poder hacia las comunidades y los pueblos indígenas. Se considera una plataforma de convivencia, en igualdad de condiciones y desde un reconocimiento de sus formas de vida política, social, de conocimientos, en general, con la búsqueda de su autonomía en el marco de la unidad del país.El Estado Plurinacional no es una finalidad en sí misma, antes bien es un mecanismo para efectivizar los procesos de descolonización. A través del concepto de plurinacionalidad y de su despliegue práctico se pretende ir revirtiendo los sistemas de subordinación de los pueblos y las culturas, e instalando otros bajo el núcleo de igualdad.
La discusión entonces avanza, contribuye, a hacer estas distinciones conceptuales entre interculturalidad y multiculturalidad, en el escena-rio concreto boliviano, por ejemplo, y resemantizar la interculturalidad desde su posicionamiento descolonizador. El Estado Plurinacional que,
101CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
como quedó dicho, no es el horizonte de llegada sino la herramienta para construir igualdad entre los pueblos y culturas, y que reconoce el pluralismo existente en lo jurídico, económico, político y social, bajo principios como el de complementariedad, reciprocidad, solidaridad, que vienen del conjunto de representaciones y prácticas de los pueblos indígenas, con nociones como equidad, igualdad o justicia social, que más bien se estructuran desde otra matriz epistemológica.
La interculturalidad apunta a desestructurar el modelo monocultural y avasallador de la modernidad colonial capitalista y los fundamentos políticos de pueblos llamados a dirigir o conducir a otros, con lógicas jerarquizadoras y bajo un esquema de linealidad histórica.
Desde estos planteamientos se proponen conceptos como el de demo-cracia intercultural que, por ejemplo, reconoce y articula tres modelos de prácticas de poder y de decisión colectivas: la democracia representativa, la democracia participativa y la democracia comunitaria. Esta última que legitima las prácticas existentes de deliberación de los asuntos públicos vinculadas a usos y costumbres de las comunidades y pueblos indígenas. Junto a ella sistemas de participación ciudadana, que son retomados de la matriz occidental pero bajo un enfoque de distribución del poder.
Tal como se evidencia, la interculturalidad como mecanismo de reco-nocimiento político de los que históricamente fueron excluidos, es par-te esencial de la descolonización misma, pero además de la aceptación de contradicciones y de mezclas que vienen desde distintos orígenes, tanto la raíz india como la europea, que han generado cosas nuevas que están en movimiento, lejos de esencialismos ahistóricos.
3. La descolonización como desestructuración de las formas de poder que inferioriza a los sujetos por su condición de clase, etnia o género, y, por tanto, como proceso de emancipación socio histórica
102 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
El horizonte de la descolonización no se cierra en la mirada y legado colonial de supremacía y subordinación de una cultura/pueblo sobre otra/otro. Se abre más bien a la eliminación de las formas de explota-ción y sometimiento diversas del sistema capitalista y de cualquier otro. Por tanto, en el debate boliviano, el reconocimiento de esas distintas formas a través de los ejes de género o clases, está presente en la noción de que no puede existir descolonización sin despatriarcalización.
La sociedad patriarcal, machista, es la misma que solventó la preten-dida cruzada civilizatoria, bajo patrones de comportamientos y roles legitimados entre hombres y mujeres, además de “modelos de familia”. La separación del espacio público con el privado, las obligaciones y deberes para unos y las libertades para otros, se erigieron también bajo el esquema socioracial. En los territorios colonizados las mujeres indias o afrodescendientes fueron tomadas con el doble servicio: doméstico y sexual, que permitía a los hombres “blancos” abusar de ellas y tomarlas bajo su propiedad. Esta servidumbre también promovió la desintegra-ción familiar de los sectores indígenas y no blancos en general.
Entre tanto, en Europa y otras regiones, la prostitución fue tomada como un privilegio más de los hombres. El arquetipo viril con el que se construyó el poder y el saber fue de hombres blancos, participantes en las estructuras de poder, cuya actividad se desempeña en el ámbito público, además con acceso a la escolaridad y por tanto letrado. El resto de las masculinidades fue excluido.
Por consiguiente, los esquemas patriarcales formaron/forman parte in-tegral de la colonialidad de poder; la figura imponente de un padre, de un patriarca que decide todo, que gobierna y controla el núcleo público y privado. Un proceso que apunte a la descolonización no puede obviar esta matriz de jerarquías y subordinaciones.
103CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
Desde la reflexión en Bolivia, la despatriarcalización ha sido una con-signa presente de larga data, en particular durante el debate constitu-yente, en la incidencia y lucha logradas por incorporar el concepto de equidad y de introducir específicamente derechos para las mujeres.
La lucha por la igualdad de género tampoco niega la lucha por la igualdad de clases y de culturas, es más, las incorpora. La ruptura con la tradición racista, sexista y clasista es la estrategia principal en la que se funda la descolonización. En los espacios dedicados al tema se definió claramente que “La despatriarcalización es la lu-cha contra esas formas de poder y asimetrías” y que es necesario trabajar bajo el principio de complementariedad hombre-mujer/mujer-hombre –chacha-warmi, voz aymara: hombre-mujer (ver Mi-nisterio de Culturas, 2011: 59).
Sin embargo, desde la crítica a estas posiciones, activistas feministas como María Galindo, señalan que en el mundo aymara, en el mundo indígena, en general, existe también machismo, estructuras patriarcales secantes que someten a las mujeres (Galindo, 2014).
Es indudable que existen otras tensiones en este caso. Si los usos y costumbres de naciones y pueblos originarios, indígenas y campesinos permiten y reproducen el dominio patriarcal, es claro que deben ser igualmente cuestionados y desestructurados, en el horizonte de la eli-minación de las desigualdades.
Aún más, también existe una jerarquización cultural y racismo entre los propios pueblos indígenas. Algunos de ellos, por ejemplo los de tierras altas, aymaras y quechuas, sienten cierta superioridad en frente de los pueblos de tierras bajas. Los 36 pueblos reconocidos en el país son disímiles y no constituyen ninguna homogeneidad. Se señala, asi-mismo, que también hay que reinventar el tema de la igualdad no sólo
104 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
entre indígenas y no indígenas, sino al interior de los propios pueblos reconocidos como indígena originarios campesinos.
La estructura “abigarrada” de Bolivia señala precisamente la presencia de formas superpuestas, diferentes y coexistentes, que han sido encu-biertas pero no destruidas por el colonialismo ni por la construcción del Estado nación.
Bajo la misma comprensión, las exclusiones económicas que se ven reforzadas por las sobredeterminaciones de condición socioracial o de género, deben encontrar en la descolonización la estrategia para su des-estructuración. En efecto, la marginación económica, producto de la misma naturaleza del sistema capitalista, se acentuó en mujeres, indí-genas y sectores asalariados. Más aún cuando se estableció la jerarquía de relaciones basadas en el esquema colonial que condenó a mujeres indígenas, por ejemplo, a los trabajos más serviles, no remunerados y de mayor explotación, sin acceso a la educación y a alternativas de superación de su condición, que reprodujeron y profundizaron la mi-seria de estos sectores. Por tanto, la descolonización debe apuntar in-discutiblemente a transformar los núcleos de exclusión que pasan por todas estas escisiones. “Hoy, la lucha contra la explotación/dominación implica, sin duda, en primer término, la lucha por la destrucción de la colonialidad del poder, no sólo para terminar con el racismo, sino por su condición de eje articulador del patrón universal del capitalismo eu-rocentrado” (Quijano, 2007: 124).
En el debate boliviano se han definido estas rutas de reflexión volcadas a estrategias de acción en políticas públicas. Bonos orientados a ciertos grupos poblacionales, definición de una economía plural, la reivindica-ción de la economía comunitaria, con la noción de convivencia y articu-lación de economías articuladas, solidarias y complementarias.
105CLAVES Y APORTES DEL DEBATE BOLIVIANO
“Y la experiencia histórica hasta aquí apunta a que no hay un camino distinto que la socialización radical del poder para llegar a ese resulta-do. Eso significa, la devolución a las gentes mismas, de modo directo e inmediato, del control de las instancias básicas de su existencia social: trabajo, sexo, subjetividad, autoridad” (Quijano, 2007: 125).
107CONCLUSIONES
Conclusiones
La lectura crítica de los documentos facilitados arroja un amplio bagaje de temas y subtemas, todos ellos complejos en sí mismos. El cuadro precedente es indicativo de algunos de estos tópicos –lo que se evalúo son los ejes articuladores de varias reflexiones– que, sin duda, irán cam-biando en la medida del avance de las políticas públicas, las investiga-ciones o de las mismas prácticas no estatales.
Bolivia es un país diferente. La dinámica política y social ha acelerado el cambio cualitativo para pensar desde otros referentes –ya no los occidentales y liberales solamente– las posibilidades de su transformación. La definición estatal de la nueva Bolivia, tras el denso enfrentamiento de los sujetos racializados y las identidades politizadas, no ha cerrado la discusión de los horizontes y procesos de descolonización, plurinacionalidad, interculturalidad y despatriarcalización.
Todos ellos están anclados en incertidumbres, interrogantes, puesto que las experiencias son únicas, concretas e históricamente determina-das. Se constituyen hoy por hoy en el campo de la lucha política y sim-bólica por ocupar el vacío ideológico ante el cuestionamiento al neo-liberalismo y la democracia occidental, expresiones de la modernidad.
La descolonización es un proceso multidimensional, a distintas es-calas, desde lo subjetivo hasta lo estatal. Descolonizar el Estado
108 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
desde el mismo Estado subsume una estrategia base, pero no sufi-ciente para revertir la jerarquización de las relaciones entre sujetos y culturas. Es, por tanto, un horizonte epistémico y un programa político, el lugar y la apuesta desde donde pensar y hacer las trans-formaciones sociales e históricas, hacia una forma de convivencia de la diversidad en todos los sentidos, en los márgenes de una de-mocracia intercultural.
Los insumos de esta sistematización son aprovechados en el anexo que se presenta, que propone algunos lineamientos para las políticas públi-cas respecto a los campos mencionados: descolonización e intercultu-ralidad.
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Documentos en ppt:
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114 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
Vídeos y discos interactivos:
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– Descolonización e interculturalidad desde la experiencia de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos. La Paz: FES.
Páginas web:
– Página institucional de la Fundación Friedrich Ebert, actualizada a 2015: http://www.fes-bolivia.org/pages/inicio.php?lang=PT
115ANEXO
Anexo: Bases de políticas públicas (descolonizadas) en un Estado descolonizado, intercultural, plurinacional y despatriarcalizado.
Lineamientos de política. Descolonización, interculturalidad y
despatriarcalización
Líneas de acción
y Fortalecimiento del Viceministerio de Descolonización, tanto en términos normativos como financieros (propuesta de elevar a ministerio).
y Transversalización de los temas de la descolonización y la interculturalidad, estableciendo enfoques y consensos mínimos en el ámbito público estatal, para generar y asumir indicadores de aplicación.
y Definir políticas y estrategias que sean socializadas en torno a estos dos ejes.
y Definición de políticas y estrategias de comunicación, educación e información ciudadanas sobre estos temas.
Fortalecimiento de la institu-cionalidad rectora encargada de su aplicación.
116 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
y Trabajo educativo, comunicacional e informativo en el marco de la Ley 045 en contra del Racismo y toda forma de Discriminación.
y Habilitación de espacios de diálogo público con la narración de historias personales (migrantes campo-ciudad; trabajadoras del hogar; mujeres trabajadoras; indígenas; etc.).
y Recuperación de la autoestima a través de la valoración de prácticas y cosmovisiones ancestrales.
y Promoción de reencuentros mediante el arte, la música, las fiestas, los actos cívicos, espacios comunitarios y públicos.
y Promoción de la autovaloración de los sujetos, la autoestima cultural, el encuentro consigo
Reconciliaciones subjetivas e históricas de las heridas de ex-clusión y discriminación.
y Habilitación de fondos públicos concursables para investigación, recuperación,
Recuperación y reconstruc-ción de la memoria larga, de “otras” historias.
117ANEXO
y desde matrices culturales distintas.
y Reconocimiento y visibilización de distintas interpretaciones históricas.
y Investigación y creación de nuevas formas de narración histórica, cultural.
y Visibilización de actores distintos que cuenten sus y las historias (mujeres afrodescendientes, indígenas, niñas, niños de pertenencia cultural distintas, jóvenes, ancianas y ancianos, etc.).
y Visibilización de prácticas culturales distintas desde acciones cotidianas (ferias, fiestas, actos cívicos, etc.).
y Utilización de símbolos y rituales distintos, en convivencia, explicando su origen, su significado contextual y su reconocimiento.
y Definición de nuevas formas de relato, plurales y diversas de
Descolonización informativa y comunicacional.
Fortalecimiento de prácticasinterculturales desde la sociedad
118 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
y Inclusión de lenguas y lenguajes diversos en los contenidos informativos.
y Comprensión de la comunicación y de la información como procesos y derechos humanos, más allá de lo mediático.
y Diversificación y presencia de voces plurales en los medios masivos; fuentes múltiples y ciudadanas.
y Definición de políticas públicas participativas para la comunicación y la información.
y Fortalecimiento y capacitación desde un enfoque de periodismo intercultural y descolonizador.
y Revalorización de los sujetos, sus opiniones, sus experiencias.
y Reflexión de la descolonización e interculturalidad como principios constitucionales y como prácticas concretas de todos y todas.
y Construcción y evaluación de mecanismos desde los que la sociedad civil participe en el análisis y propuesta de políticas
Construcción colectiva y par-ticipativa de políticas públicas.
119ANEXO
y públicas desde el horizonte de la descolonización.
y Creación de redes analíticas y propositivas capaces de incidir en el Estado y en la sociedad boliviana.
y Realización de encuentros interculturales de distintas nacionalidades del país, a través de la música, el baile, la poesía, el cine, artes manuales, entre otros.
y Intercambio de experiencias y de reconocimiento de distintos modelos de vida.
y Producción de materiales didácticos, pedagógicos, informativos e interactivos en distintas lenguas y con lógicas culturales diversas.
y Reconocimiento de la diversidad a través de superar la dicotomía entre: – Arte versus artesanía. – Buen y mal gusto. – Pintura versus tejido. – Arquitectura: lo bello y lo
feo. – Música: lo universal versus
lo folklórico.
Promoción de la cultura del diálogo en diversidad.
120 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
y Investigación de formas pedagógicas existentes en otras culturas.
y Revalorización de procesos y estrategias culturales propias.
y Diálogo de saberes y articulación de los mismos desde el ámbito de la educación formal, informal y alternativa.
y Visibilización de experiencias para una educación intercultural y descolonizadora.
y Producción de materiales didácticos, pedagógicos, universitarios propios, desde distintas visiones, para un diálogo y construcción de diversidad.
y Promoción y educación para el buen trato en la gestión pública.
y Aceptación de las formas híbridas, mestizas, presentes en las identidades culturales del país. Esta apuesta llevará a entender la coexistencia entre:
Educación para la descoloniza-ción.
Reconocimiento de distintas matrices culturales en el país.
– Danza: el ballet clásico y la danza callejera.
121ANEXO
– Dos medicinas. – Saberes académicos y
tradicionales. – Justicia formas y justicia
comunitaria. – Democracias representati-
va, participativa y comuni-taria.
– Espacios de fiesta, cívicos, populares, etc.
– Dos lógicas: de la razón y de la emoción.
y Promoción del horizonte
del Vivir Bien que difunda y discuta las formas de convivencia entre seres humanos y entre seres humanos y naturaleza.
y Difusión de los derechos de la Madre Tierra.
y Visibilización de experiencias del Vivir Bien en distintos niveles.
y Efectivización de las normas ya aprobadas como la Ley General de Políticas y Derechos Lingüísticos (2012) que prescribe:
Construcción de políticas para el Vivir Bien, con indicadores cla-ros de seguimiento y evaluación.
Descolonización de las len-guas, idiomas y lenguajes.
122 DESCOLONIZACIÓN E INTERCULTURALIDAD
– Producción de materiales de información, educación y comunicación en los idio-mas oficiales del Estado Plurinacional.
– Atención de los servidores públicos en los idiomas que solicitan o procuren los y las ciudadanas.
– Habilitación de programas o notas impresas en los medios de difusión en len-guas e idiomas nativos.
– Promoción y uso de las len-guas locales o regionales en la producción de progra-mas por radio y televisión en las distintas regiones del país.
y Utilización de distintos lenguajes alternativos, por ejemplo, estipulado en las normas como la Ley general de Personas con Discapacidad a quienes hay que garantizarles a la vez su derecho a la comunicación e información.
y Utilización de lenguajes y narrativas más orales, visuales, audiovisuales, descentrando a la escritura que está relacionada
123ANEXO
y Cumplimiento de la normativa para aprender un idioma reconocido en el país en el sistema educativo formal.
y Prácticas reflexivas sobre la autovaloración que incluye aceptar el mestizaje como una forma nuestra con dos raíces.
y Promoción de normativas que cuenten con financiamiento específico para erradicar la violencia en todas sus formas y contra diversos grupos.
y Realización de campañas contra el “ninguneo” que es una forma encubierta de violencia contra el Otro.
Deconstrucción de la oposi-ción “lo otro vale, lo mío no”(auto-negación)
Lucha contra toda forma de violencia.