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Mesa de Debate Retos de Salud en México: Obesidad Brenda Biaani León-Gómez. Universitat Pompeu Fabra/Universidad Autónoma de Barcelona. Master en Salud Pública Contacto: [email protected] Diagnóstico situacional de la obesidad en México: La obesidad como problema poblacional y sus determinantes. Diagnóstico situacional de la obesidad en México La población mexicana, es la población con la mayor tasa de obesidad de entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -ver fig. 1 (1). Según el último reporte de la FAO, una tercera parte de los mexicanos tienen obesidad. La prevalencia promedio de obesidad en adultos es de 32%(2). Uno de cada siete mexicanos tiene obesidad o sobrepeso. Se calcula que el 70% de mexicanos adultos presentan sobrepeso u obesidad. Aunado a esto, México tiene una de las tasas más altas en obesidad infantil entre los países de la OCDE(1). La asociación de la obesidad como factor de riesgo para padecer Enfermedades Crónicas No transmisibles (ECNT) como la Diabetes, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares genera un gran impacto humano y económico en la población(3).

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Mesa de Debate

Retos de Salud en México: Obesidad

Brenda Biaani León-Gómez.

Universitat Pompeu Fabra/Universidad Autónoma de Barcelona.

Master en Salud Pública

Contacto: [email protected]

Diagnóstico situacional de la obesidad en México: La obesidad como

problema poblacional y sus determinantes.

Diagnóstico situacional de la obesidad en México

La población mexicana, es la población con la mayor tasa de obesidad de entre los países de

la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -ver fig. 1 (1).

Según el último reporte de la FAO, una tercera parte de los mexicanos tienen obesidad. La

prevalencia promedio de obesidad en adultos es de 32%(2). Uno de cada siete mexicanos

tiene obesidad o sobrepeso. Se calcula que el 70% de mexicanos adultos presentan sobrepeso

u obesidad. Aunado a esto, México tiene una de las tasas más altas en obesidad infantil entre

los países de la OCDE(1). La asociación de la obesidad como factor de riesgo para padecer

Enfermedades Crónicas No transmisibles (ECNT) como la Diabetes, enfermedades

cardiovasculares y cerebrovasculares genera un gran impacto humano y económico en la

población(3).

Impacto sobre el desarrollo y Economía Nacional

Los costos para el sistema sanitario que general las Enfermedades No Transmisibles (ENT)

Asociadas a la obesidad y el sobrepeso son elevados, se estima que en México el costo que

representa la atención médica de las enfermedades atribuibles al sobrepeso y la obesidad era

en el 2008 de 42,246 millones -60% más que en el 2006. Además se estima que seguirá en

aumento. Para el 2017 se estima que el gasto alcance los 77,919 millones (en pesos de 2008).

El costo para 2008 representó el 33.2% del gasto público federal en servicios de salud a la

persona(4). La Organización Mundial de La Salud reporto en el 2010 que un estimado de

aumento del 10% de ENT está asociado a una disminución del crecimiento anual económico

del 0.5%.

Intervenciones epidemiológicas

Las prevalencia elevada de obesidad en México puede explicarse por variabilidad genética o

diferencias ambientales y de comportamiento. Pero desde la perspectiva epidemiológica el

problema de salud pública podría abordarse desde la perspectiva clásica - que explora la

dimensión biológica del problema- o desde el modelo social(5).

El modelo social como abordaje de la obesidad

El modelo social enfoca más a la salud como tema social, económico y político y por encima

de todo un derecho humano fundamental. La desigualdad, pobreza, explotación, violencia y la

injusticia forma parte del origen de la mala salud y la muerte de los pobres y marginados.

Salud para todos significa que debemos cuestionar intereses muy poderosos, que debemos

oponernos a la globalización, y que las prioridades políticas y económicas deben de ser

drásticamente cambiadas. Desde este enfoque la obesidad en México tiene un patrón con

componentes individuales pero predominantemente sociales. Según la Organización de las

Naciones Unidas, los determinantes sociales de la salud son las circunstancias en que las

personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Son estos

los determinantes los que deben ser modificados para disminuir la proporción de sobrepeso y

Obesidad en México.

Estrategias de combate a la obesidad a nivel población

Ante la alta prevalencia de obesidad presentada en México, se han tomado medidas con la

intención de disminuir el impacto de este problema de salud pública. La Organización

Mundial de la Salud (OMS) promovió la Estrategia Mundial sobre Alimentación Saludable

Actividad física y Salud para la Prevención de enfermedades crónicas, a la que México se

adhirió en el 2004(4). La obesidad en México debe ser tratada como uno de los más

importantes retos de salud pública de cara al futuro del sistema de salud del país por los

costos tanto humanos como económicos. Por lo que a fin de disminuir la incidencia y

prevalencia de obesidad en México se proponen las siguientes medidas generales:

1.- Reforzar la vigilancia: fortalecer los sistemas nacionales de información sanitaria

existentes. El fortalecimiento de los sistemas de vigilancia con énfasis en las ENT debe ser

prioritario. La OMS recomienda el uso de sistemas simples, que sean viables y sostenibles.

2.- Ofrecer información a la población y advertir de los riesgos de la obesidad. Proveer en

diversos formatos información nutricional de fácil comprensión.

3.- Hacer cumplir las regulaciones sobre publicidad, promoción y patrocinio.

4.- Regular la industria alimentaria, por ejemplo con el aumento de los impuestos al

consumo de bebidas azucaradas.

5.- Evaluar las medidas implementas en cuanto al proceso y resultados.

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alternativos para el análisis epidemiológico de la obesidad como problema de salud

pública. Rev Saúde Pública. 1999;33(3).

Adriana Rendón Medina

Technische Universitaet Dresden, Center for Regenerative Therapies Dresden

Maestría en Ciencias en Biología y Medicina Regenerativa

Correspondencia: [email protected]

Retos de Salud en México: Obesidad

La Genética de la Obesidad y la Medicina Personalizada

Introducción

La incidencia de obesidad y sobrepeso está en aumento, se estima que en 2030, 2.16

billones de personas padecerán de sobrepeso y 1.12 billones de obesidad. [1] Este tema

claramente representa un problema de salud pública y de salud global y está asociado a un

riesgo incrementado de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer, mortalidad, y

salud mental.

Actualmente, los avances en la genética médica y tecnologías informáticas, han abierto

nuevas posibilidades para el estudio y potencial tratamiento de enfermedades complejas. El

objetivo general de la investigación biomolecular en obesidad es elucidar las vías y

mecanismos que predisponen y perpetúan este estado. El descubrimiento y disección de

dichas vías a nivel genómico brindaría blancos moleculares específicos para tratamiento o

prevención. El enfoque de adecuar una terapia al perfil genético de un individuo es la base de

la medicina personalizada.[2]

Estudios en gemelos homocigotos han estimado la heredabilidad del índice de masa

corporal (IMC) en un 40-70%, asimismo, otras medidas antropométricas de obesidad han

demostrado tener una heredabilidad similar. [1] Los factores que contribuyen a la

susceptibilidad de obesidad se pueden dividir en genéticos y epigenéticos. Los primeros

dependen directamente de la secuencia de nucleótidos del ADN, los segundos son cambios

heredables que afectan la función de un gen o genes, sin modificar la secuencia de ADN. A

continuación se discutirá el papel que juega la interpretación de esta nueva clase de

información dentro de los esfuerzos para frenar esta epidemia.

Pruebas genéticas

La 'obesidad común', también llamada obesidad poligénica, es el resultado de variantes

de múltiples genes y su interacción con el medio ambiente. El desarrollo de ensayos

genotípicos de alta densidad para polimorfismos de nucleótido simple (single nucleotide

polymorphism, SNP), ha expandido el análisis de asociación de variantes comunes a la escala

genómica (genome wide association study, GWAS). En estos estudios (GWAS) se reclutan de

cientos a miles de individuos en los cuales se buscan cientos de miles de polimorfismos de

nucleótido simple (SNP).

El primer gen inequívocamente asociado a obesidad no sindrómica fue FTO (fat mass

and obesity associated), otros genes identificados son altamente expresados en el sistema

nervioso central (SNS), sugiriendo una participación neuroendocrina en la predisposición a

obesidad. A pesar de que 40-70% del IMC puede ser heredable, la fracción de la varianza en

IMC que puede ser atribuida a SNPs comunes corresponde al 2%.

Los marcadores epigenéticos son específicos a un tejido y los mecanismos incluyen

metilación del DNA (que ocasiona "silenciamiento" del gen) y modificaciones a las proteínas

histonas. Dos grupos de impronta genómica se conocen en humanos: una región en 11p15

(expresión paterna) y una región en 15q11-q12 (expresión materna). Actualmente, se

investigan los efectos del ambiente en la variación epigenética, ya que estos cambios podrían

alterar permanentemente el metabolismo y poner en riesgo de enfermedades crónicas (véase

Programación Fetal).

Aplicacion terapéutica de las tecnologías emergentes

Aunque se han logrado avances sustanciales en el estudio de factores genéticos que

determinan la susceptibilidad a la obesidad, la aplicación a medidas que provean un

beneficio directo ya sea preventivo o terapéutico ha demostrado ser un desafío. La

translación limitada de los avances genómicos se ha observado en otras enfermedades

complejas y se debe en gran parte a la relación inversa entre la frecuencia y el tamaño del

efecto de las variantes genéticas asociadas identificadas a la fecha.

Vacunación

Diversas hormonas y neurotransmisores modulan la saciedad, el hambre y el balance

energético, dos de las más estudiadas son ghrelina y leptina. La ghrelina es una hormona

sintetizada en el estómago, cuyo efecto es estimular el apetito y la alimentación. En 2006,

se demostró que una vacuna contra la forma activa (acilada) de la ghrelina era efectiva al

reducir el peso corporal y la ingesta calórica.[3] Sin embargo, la vía molecular endocrina

de la obesidad no ha sido dilucidada en su totalidad, se cree que algunas hormonas puedan

tener más de un receptor y las enzimas activadoras están aun por ser descubiertas. [4]

Esta investigación se desarrolló en un modelo animal, y a pesar de que las bases

biomoleculares no han sido esclarecidas en su totalidad, el éxito relativo de una vacuna

para la obesidad hace surgir ciertas interrogantes principalmente en a) indicación de la

intervención: ¿quién debería ser vacunado? [4] y el potencial b) uso preventivo: ante una

epidemia global de obesidad, ¿está justificado un método no convencional de prevención?

Programación fetal

La obesidad es considerada un factor de riesgo crucial para el desarrollo de

enfermedades no transmisibles (NCD - non communicable diseases) como hipertensión

arterial, enfermedades cardiovascular y diabetes mellitus. Investigaciones recientes retan

el modelo de transmisión de enfermedad. Si bien la obesidad no es contagiosa o

infecciosa, ciertos estímulos in utero podrían influenciar el desarrollo del producto,

concepto de programación fetal. [5] Aun y cuando dichas modificaciones sean

adaptativas, podrían tener efecto deletéreos a largo plazo, aumentando el riesgo del

individuo de desarrollar enfermedades comunes y complejas. El establecer una relación

causal y temporal entre las condiciones in útero y las consecuencias (epigenéticas) en el

feto podría ayudar a priorizar los esfuerzos en cuidado prenatal y nutrición maternal.

Nuevas tecnologias: Perspectivas a futuro

Sin duda la investigación biomolecular de la obesidad es una disciplina que involucra

una evolución acelerada de tecnologías y enfoques analíticos. Los retos futuros incluyen

no sólo obtener información sobre qué genes son los actores principales en el desarrollo

de obesidad, sino integrar este nuevo conocimiento en un modelo de mecanismos

patogénicos. Estos avances nos permitirán tener un nivel más profundo de entendimiento

de la obesidad y en un futuro personalizar los tratamientos.

[1] Herrera, Blanca M., Sarah Keildson, and Cecilia M. Lindgren, Genetics and epigenetics of

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[4] Zorilla, Eric P., Shinichi Iwasaki, and Kim D. Janda, Vaccination against weightgain,

Proc. Nat. Acad. Sci., June 29, 2006, vol. 103, no. 35, 13226-13231, p

[5] Entringer, Sonja, Claudia Buss, James M. Swanson, Dan M. Cooper, and Pathik D.

Wadhwa, Fetal programming of body composition, obesity and metabolic function: the role of

intrauterine stress and stress biology, Journal of Nutrition and Metabolism, Volume 2012,

Article ID 632548, Print.

Ponente: Lilian Guadalupe Delgado Espejel

Universidad: The University of Sheffield – Reino Unido

Maestría en Ciencias de la Salud Pública

Mail: [email protected] twitter: @liliandeles33

Intervenciones Conductuales Públicas para el tratamiento de la Obesidad

Resumen:

La obesidad es el problema más grave de Salud Pública en México, no solo por su co-

morbilidad con otras enfermedades sino por el gasto público que representa. Esto se debe

en gran parte a los determinantes sociales de salud que son las circunstancias en las que una

persona o comunidad nace y se desarrolla. Al ser un tema tan complejo, el consenso entre

los actores principales resulta controversial y poco aterrizado. El presente trabajo sugiere

tomar el modelo de la Rueda del Cambio Conductual (Michie, et al. 2011) para darle pronta

solución al tratamiento de la obesidad.

1. Datos epidemiológicos de Obesidad

A partir de 1980 las personas con obesidad se han duplicado en el mundo (Organización

Mundial de la Salud (OMS). En México, la obesidad y el sobrepeso son el principal

problema de Salud Pública, pues nuestro país es el primer lugar mundial en niños con

obesidad y sobrepeso, y segundo en adultos (Secretaría de Salud (SS), 2014). Ambas

condiciones se definen como un exceso de grasa anormal y perjudicial a la salud y son el

resultado de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico diario que tiene una

persona. El indicador universal más utilizado para determinar si una persona tiene

sobrepeso u obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso

de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). Un IMC igual o

superior a 25 determina sobrepeso mientras que IMC (OMS, 2014).

1.1 Causas del desequilibrio energético (obesidad y sobrepeso)

La OMS (2014) en su portal de internet señala que las dos principales razones del

desequilibrio energético (calórico) son la ingesta de productos hipercalóricos (alimentos

ricos en colesterol, grasas saturadas, azúcares y sodio) y el descenso en la actividad física

de las personas. Por su parte la SS (2014) en su portal indica como razones: la mala

alimentación, el sedentarismo y la falta de acceso a alimentos nutritivos. Es importante

señalar que los alimentos hipercalóricos son los que la SS llama “mala alimentación” sin

embargo no deja claro a qué alimentos se refiere. Por otra parte el sedentarismo tiene

causas sociales como los reducidos espacios de vivienda y los pocos lugares dedicados a la

actividad física que se encuentran en las grandes ciudades, y cabe resaltar que el ambiente

de agresividad, inseguridad y violencia en el que se encuentra nuestro país hacen una

atmósfera poco amigable para ejercitarse (Fausto Guerra, et al., 2006). En cuanto al factor

acceso a alimentos nutritivos en dicho portal y en los documentos de iniciativa política para

tratar la obesidad no hay elementos claros para abordar el acceso a estos alimentos.

1.2 ¿Existe una causa mayor y principal?

Al conjunto de todos los factores anteriormente mencionados han dado resultado a un

ambiente obesogénico (Sturm, 2004) abarcando desde las condiciones laborales y de

transporte, hasta la manera en que están estructuradas las comunidades, las viviendas y

sobretodo los procesos de producción alimentaria y las actividades realizadas en el tiempo

de ocio.

1.3 Implicaciones

La gravedad de la alta prevalencia de obesidad en el país se refleja en la comorbilidad con

enfermedades crónicas, cardiovasculares, algunos cánceres. El 25% de las incapacidades

laborales son por padecimientos relacionados con la obesidad y los gastos que puede

representar al ingreso familiar se calculan entre 22% y 34%. Tres de cada cuatro camas de

hospital las ocupan pacientes con enfermedades relacionadas con la obesidad

principalmente enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor y

algunos cánceres (SS, 2014).

1.5 Registro epidemiológico de obesidad en México

“La Salud Pública sin información es como la Patología sin laboratorios” –Michael Goldacre.

La primer encuesta representativa a nivel nacional sobre nutrición y dieta fue realizada en

1988; Encuesta Nacional de Nutrición (ENN) 88. Dicho levantamiento de información fue

realizado por el Instituto de Salud Pública (INSP). Diez años después la Secretaría de Salud

(SS) apoyó económicamente la encuesta de ese momento; la ENN 99. En esta última los

resultados mostraron que el mayor problema nutricional del país era la desnutrición infantil;

sin embargo se detectó la prevalecía de obesidad entre la población mexicana. En el 2006,

por primera vez se recabó información representativa no sólo a nivel federal sino estatal así

como para todos los grupos de edades mediante la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición;

ENASUT 2006. De tal suerte, que los datos representativos a nivel local y por grupo de

edades (como el grupo de mujeres en edad reproductiva), se tiene disponibles desde hace

menos de diez años. Esto implica que la información que se tiene sobre la ENN 88, la ENN

99 y la ENASUT 2006 haga difícil la comparación y por lo tanto, la evaluación del avance

en materia de nutrición en nuestro país puesto que existen sesgos dadas las diferencias

metodológicas utilizadas (Rivera & Irizarry, 2009).

2. Propuestas de la OMS ¿Soluciones?

Desde el 2000, en la 53a

Asamblea Mundial de la Salud organizada por la OMS se elaboró

una Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud. El objetivo

de dicha estrategia es el de reducir las tasas de morbilidad y mortalidad de la población por

enfermedades crónicas relacionadas con el régimen alimentario y la actividad física.

2.1 ¿Por qué ha sido tan difícil darle una solución estratégica a este problema?

Porque la atención corresponde a varios niveles y hasta ahora en México, la tarea de bajar

de peso se ha dejado (y entendido) a la buena voluntad individual.

Un ejemplo claro y relevante es el dramático descenso de la prevalencia de desnutrición

entre los años 1988 a 2006, donde el porcentaje disminuyó de 68.5% a 3.4%. El éxito de

esta mejora se debe en parte a la implementación de programas nutricionales nacionales

como Oportunidades y Progresa. Ambos programas estuvieron basados en evidencia,

fueron destinados a familias de bajo nivel socioeconómico otorgándoles incentivos

económicos y paquetes alimentarios con los nutrientes adecuados, entre otroas

características (Leroy, et al., 2008). Así, contemplar que la prevalencia de obesidad y el

sobrepeso disminuirán sin la implementación de programas a nivel federal y adaptados a

nivel comunitario; con el único mensaje de comer menos y hacer más ejercicio es tan

absurdo como pensar que la disminución en nutrición fue gracias a que la gente comió más

y tuvo menos actividad física. Es decir, la solución a este problema radica en unir las

iniciativas gubernamentales basadas en los organismo de salud mundial, adaptadas a las

ONG´s , los Think Tanks del país y la participación ciudadana.

3. Principios para la acción

La estrategia en México debe ser integral y multisectorial. Ni los gobiernos ni los

individuos pueden actuar solos. Es imprescindible combinar la energía, los recursos y los

conocimientos de las empresas privadas, de los profesionales de salud y de las agrupaciones

de consumidores, docentes e investigadores. Está claramente descrito en la literatura que

los componentes genéticos individuales afectan el peso corporal de las personas, no

obstante el incremento tan drástico y tan rápido en el IMC de la población mundial no

puede adjudicarse con exclusividad a cambios genéticos (Health and Social Care

Information Centre, 2009).

3.1 Propuesta: Una Intervención basada en la Rueda de Cambio Conductual

Las intervenciones o programas basados en evidencia han comprobado su efectividad en

problemas de salud pública (Swinburn, et al., 2005). Las intervenciones conductuales

como su nombre adscribe, tienen como objetivo cambiar las conductas o el comportamiento

de la población. Este tipo de intervenciones se han hecho vitales en el la mayoría de

programas de salud pública en el mundo gracias a que si son implementadas junto con

políticas públicas y cambios en los sistemas de salud, su impacto en la población es

medible (French, 2001). Las intervenciones conductuales basadas en evidencia deben ser

sistemáticamente planeadas bajo teorías descritas en la literatura cuya validez clínica sea

comprobable, tener objetivos claros y medibles, contar con monitoreo de ejecución y de

medición (Swinburn, et al., 2005).

El modelo de la Rueda del Cambio Conductual pretende mejorar el diseño y la

implementación de prácticas basadas en evidencia e implementarlas como intervenciones

para resolver problemas de salud pública. En esencia, este modelo sugiere que las

intervenciones estén conectadas entre tres niveles de acción. La Fig. 1 muestra los tres

niveles que componen el diseño de las intervenciones (en inglés). Debajo de la figura se

describen los mismos.

Fig. 1Niveles de intervención y componentes de cada uno.

(Figura tomada del artículo original de Michie, et al. 2011)

1. Fuentes internas del comportamiento individual. Los individuos deben estar motivados a

cambiar alguna conducta, ser capaces de hacerlo y tener la oportunidad para lograrlo.

2. Funciones de intervención. Se refiere a los instrumentos conductuales para proveer el

punto anterior y hacer llegar las políticas públicas. Algunos ejemplos son entrenamiento,

educación, coerción y persuasión entre otros.

3. Políticas públicas que impactan en el comportamiento. Se deben implementar medidas

fiscales, regulación de servicios, provisión de servicios, incentivos de producción, etc.

3.2 Ejemplos de intervenciones ¿Sirvieron o no sirvieron?

Fat Tax (Impuesto a la Grasa). Recientemente se ha discutido sobre un agregar un

impuesto al azúcar. Es un debate que actualmente no ha tenido un consenso sobre su

efectividad en la disminución de la prevalencia de la obesidad en varios países del mundo.

Por ejemplo un estudio realizado en una ciudad del estado de Nueva York concluyó que si

bien el Fat Tax puede contribuir a la disminución de bebidas azucaradas, es indispensable

realizar una evaluación sobre la sustitución de éstas en l dieta de las personas (Wansink, et

al., 2012). Los investigadores de este estudio detectaron un alza en el consumo de bebidas

alcohólicas en los adultos de esta muestra. Algo similar ocurre nuestro país.

Impuesto al Azúcar. En México la política de un impuesto del 10% a bebidas azucaradas se

hizo oficial a partir del 1º de enero del presente año. Resultados preliminares muestran una

reducción de aproximadamente 10 % en las compra de bebidas azucaradas con impuesto en

el primer trimestre del 2014 en comparación con el primer trimestre del 2013. Los

resultados también muestran un aumento de alrededor de 7 por ciento en las compras de

bebidas sin impuesto (como bebidas con edulcorantes artificiales, agua mineral

carbonatada, agua simple, jugos sin azúcares adicionadas y leche sin azúcares adicionados)

y dentro de esta categoría un incremento de aproximadamente 13 por ciento en la compra

de agua simple, durante el mismo período de tiempo (Arantxa, 2014). Para responder la

pregunta si sirvieron o no estas medidas, hay que esperar años, a medir el IMC de aquellos

niños que disminuyeron su consumo. Es decir, la medición de resultados es inexacta.

Water Fountains (Fuentes de Agua). En cuanto al incremento en la ingesta de agua simple,

un estudio realizado en Massachusetts, EEUU, tuvo como objetivo fue evaluar las políticas

impuestas para proveer de agua potable en las escuelas locales de esa ciudad y su impacto a

largo plazo. Los resultados sugieren que poner bebederos en las escuelas y asignar un

tiempo específico para que los alumnos beban de ellos es más efectivo y menos costoso

para incrementar el consumo de agua simple en comparación con otros programas como la

dotación de agua embotellada (Cradock, et al., 2012).

Este ejemplo puede resultar muy obvio en su conclusión, sin embargo destaca que son

varios actores los que intervienen en las decisiones públicas y no necesariamente los

gobiernos atienden las más efectivas. En este caso, la licitación de las botellas de agua por

parte de una empresa privada jugó un papel importante en la elección entre esa opción o las

fuentes de agua.

America on The Move (American e Movimeinto) Este es un ejemplo de intervención que

contempló los tres niveles propuestos por la Rueda del Cambio Conductual (Hill, et al.,

2007). Además de proporcionar guías educativas de la dieta diaria y la actividad física

recomendada, el programa concretó participación de tiendas de abarrotes locales donde los

tenderos o los cajeros sugerían a las personas alimentos sanos que sustituyeran los

hipercalóricos. Además, en las mismas tiendas se otorgaban descuentos a aquellos

compradores que portaran un podómetro o similar (mHealth). En el tercer nivel que

corresponde a las autoridades se pactó con ciertas aseguradoras un descuento en el costo

del seguro a aquellos que mantuvieran su IMC debajo de 25. Por último es importante

mencionar que este programa contempla dos diseños diferentes de las estrategias para bajar

de peso y otra para mantener el peso alcanzado. Esta diferencia obedece a que una vez que

se pierde grasa corporal y disminuye el IMC de una persona, se generan cambios

metabólicos (Leibel, et al., 1995)

3.3 Limitaciones de las intervenciones conductuales

Una vez que los recursos se agotan, las conductas tienden a re-aparecer. La mayor limitante

de este tipo de intervenciones es la falta de seguimiento a largo plazo y la inexactitud de

los instrumentos o técnicas de medición del impacto. Se recomiendo contemplar estos

puntos desde el inicio de la planeación de estas intervenciones para maximizar su impacto.

Además durante todo el presente documento se ha mencionado que las intervenciones se

deben adaptar a nivel comunitario; no es la misma población de un municipio que de una

ciudad capital, ni se tienen los mismos recursos en todos lados.

4. Conclusiones

El modelo de la Rueda del Cambio Conductual se basa en modelos con suficiente validez

clínica para adaptarse a la población. Es imperativo que estas intervenciones tengan una

regulación política, de otra manera están condenadas al fracaso. Por fracaso, la autora de

este trabajo quiere decir que una intervención que no cumpla los tres niveles, no podrá ser

medida de manera eficaz y por lo tanto los resultados no serán comprobados. Toda vez que

en México se ha reconocido a la obesidad como principal problema de salud pública, las

intervenciones deben ser diseñadas para frenar, disminuir y prevenir esta condición.

Después de haber revisado las intervenciones actuales para tratar la obesidad en México,

destaca que no hay unión entre los tres niveles propuestos. Se sugiere que sean distribuidos

incentivos en los distribuidores de alimentos, que se regulen las porciones y la publicidad

de alimentos hipercalóricos y se realicen demostraciones comunitarias de preparación de

menús saludables.

Referencias

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Carolina Parás Chávez

University of Southampton

PhD in Developmental Origins of Health and Disease

[email protected]

“Immuno-nutricion, una estrategia para combatir la obesidad y sus

complicaciones”

Obesidad e inflamación

La inflamación es un proceso del sistema inmune innato activado durante una infección y su función

es promover la defensa inespecífica contra patógenos y otros factores dañinos del medio ambiente. El

curso de una respuesta inflamatoria esta finamente regulado; los metabolitos producidos en las etapas

tempranas están encargados de regular la resolución de dicho proceso. La falta de resolución de un

proceso inflamatorio resulta en el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas como por ejemplo,

cáncer, artritis reumatoide, enfermedad cardiovascular, entre otras (Serhan and Savill). Varios estudios

han encontrado una correlación positiva entre los niveles de metabolitos inflamatorios en plasma y el

riesgo a desarrollar enfermedades crónico degenerativas (Greenberg and Obin; Festa et al.; Rost et al.).

La obesidad es una condición determinante en el desarrollo de enfermedades metabólicas y

recientemente se ha asociado con altos niveles de inflamación sistémicos (Maachi et al.; Aronson et

al.). Uno de los mayores contribuidores a los niveles de inflamación observados en pacientes con

obesidad es el estado de homeostasis del tejido adiposo (Hotamisligil et al.; Maachi et al.; Spencer et

al.).

El tejido adiposo, es un órgano vital en el control del metabolismo y también es una fuente de

hormonas y moléculas encargadas de la regulación del consumo energético. Estudios in vivo han

demostrado que el tejido adiposo está compuesto, por células del sistema inmune, siendo dicha

población progresivamente modificada durante el trascurso de la vida y alterada en ciertas condiciones

patológicas (Feuerer et al.; Bourlier et al.; Weisberg et al.). Entre las células residentes de este tejido se

encuentran los macrófagos y células T. La constante migración de macrófagos a este tejido puede ser

explicada por el proceso de reparación continua e hipoxia como consecuencia de un consumo

energético excesivo (Spencer et al.; Bourlier et al.).

El tejido adiposo de pacientes obesos y con resistencia a la insulina contiene una mayor cantidad de

macrófagos, especialmente del tipo M1 o inflamatorios, y menor cantidad de células T regulatorias

(CD4+FoxP3) en comparación con pacientes sanos (Weisberg et al.; Feuerer et al.). Algunas de las

moléculas que son producidas por el tejido adiposo y que se han hallado alteradas en enfermedades

metabólicas son: leptina, adiponectina, y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) (Tilg and Moschen).

Estudios in vivo así como en humanos han mostrado evidencia del efecto negativo de las citoquinas,

como por ejemplo TNF-α (derivada de macrófagos) en la sensibilidad a la insulina del tejido adiposo y

muscular (Hotamisligil et al.; Lumeng, Deyoung, and Saltiel). TNF-α es además un antagonista de

adiponectina, una molécula que se ha asociado con efectos positivos en el metabolismo (Lihn,

Pedersen, and Richelsen). En conclusión, la población del tejido adiposo es alterada en pacientes

obesos, algunas de las células inmunes infiltradas en este tejido son responsable de la producción local

y sistémica de citoquinas, como por ejemplo TNF-α que tienen efectos negativos en el metabolismo.

Imagen 1. Inflamación en tejido adiposo de sujetos obesos o de peso normal (Tilg and Moschen).

Elementos pro y anti inflamatorios de la dieta

En los últimos años se han hecho grandes avances en la investigación del efecto de diferentes

componentes en la dieta en el sistema inmune y metabolismo. Estudios in vitro sugieren que las células

inflamatorias responden de diferente manera en presencia de diferentes ácidos grasos (Lee et al.;

Hwang). Estudios clínicos postprandiales sugieren que no es solamente el grado de obesidad, sino el

tipo de ácidos grasos ingeridos y niveles de glucosa lo que influencian la respuesta metabólica e

inflamatoria (Jiménez-Gómez et al.; Aljada, Mohanty, and Ghanim; Peairs, Rankin, and Lee). En

dichos reportes, una dieta alta en ácidos grasos saturados induce la activación de NF-κB, factor de

transcripción encargado de iniciar la respuesta inmune innata, mientras que este efecto es prevenido en

sujetos con una dieta alta en ácidos mono insaturados y poliinsaturados. Otro marcador de inflamación

alterado durante la respuesta postprandial son los toll like receptors (TLRs), un grupo de receptores

encontrados en membranas de células del sistema inmune innato (Ghanim et al.; Akira, Takeda, and

Kaisho). La constante exposición a elementos “pro-inflamatorios” de la dieta puede tener un gran

impacto en la activación del sistema inmune innato y como consecuencia el desarrollo de condiciones

como la diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte otros componentes de la dieta podrían contrarrestar el efecto inducido por alimentos

“pro-inflamatorios”. Los ácidos grasos omega 3 han demostrado tener propiedades anti-inflamatorias

en sujetos sanos y en sujetos comprometidos metabólicamente (Itariu and Zeyda; Calder). El consumo

crónico de ácidos grasos omega 3 ha sido asociado con la reducción en la incidencia de eventos fatales

en pacientes con enfermedad cardiovascular (GISSI, 1999). En el contexto de obesidad, pacientes

diabéticos con una dieta rica en omega 3 presentan una reducción en marcadores de inflamación en

plasma y una reducción en la infiltración de macrófagos en el tejido adiposo (Itariu and Zeyda; Spencer

et al.). De igual manera, estudios en modelos animales han demostrado que dichos ácidos grasos

pueden prevenir resistencia en la insulina y desarrollo de inflamación en tejido adiposo (Todoric et al.;

Shi, Kokoeva, and Inouye). Además de los ácidos grasos omega 3 existen numerosas líneas de

investigación tratando de elucidar los mecanismos y el efecto de distintos componentes de la dieta en el

sistema inmune y salud metabólica y podrían ser parte de la estrategia para prevenir o aminorar las

complicaciones encontradas en pacientes con obesidad.

En resumen, la obesidad es un estado acompañado por alteraciones en el metabolismo y niveles

sistémicos de inflamación. La dieta juega un papel muy importante en respuestas inmunes agudas. El

uso de alimentos “anti-inflamatorios” podría ser una estrategia para reducir la incidencia de

enfermedades crónicas degenerativas y complicaciones en pacientes obesos.

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