dialéctica
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La palabra dialéctica admite varios usos.
Dialéctica es el nombre que recibe aquella parte de la Filosofía que se ocupa del razonamiento y de las leyes de éste, las formas y las maneras de expresarse.
Originalmente, la palabra dialéctica cumplía la función de designar un método de conversación o de argumentación análogo a lo que hoy llamamos lógica, luego, en el siglo XVIII, la palabra adquiriría un nuevo significado, que es el de discurso en el cual se contrapone una determinada concepción, tesis, y la manifestación de los problemas y las contradicciones, antítesis; de la mencionada confrontación entre ambas, surge la síntesis, que es la resolución o una nueva comprensión respecto del problema.
En su uso más general y amplio, dialéctica implica a aquello que es propio o relativo a esta rama de la filosofía.
También, a la sucesión ordenada de verdades o razonamientos que derivan unos de otros se la denomina dialéctica.
Por otra parte, al método de razonamiento que enfrenta posturas diferentes con la misión de confrontarlas y a partir de ellas obtener verdad, se lo conoce como dialéctica.
Y al arte del diálogo y el convencimiento sobre algo o alguien a partir de la palabra exclusivamente, se lo llama dialéctica también.
Por su parte, el materialismo dialéctico , es la denominación formal que recibe la corriente del materialismo filosófico que sigue los planteamientos de Friedrich Engels y de Karl Marx. Este pensamiento propone a la materia como el sustrato de toda realidad objetiva y subjetiva y emancipa la supremacía de la materia por sobre la conciencia y lo espiritual y postula el conocimiento del mundo gracias a su naturaleza material.
... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/comunicacion/dialectica.php
Dialéctica
Término procedente del verbo griego "dialeghestai" que se refiere originalmente al arte del diálogo y de la discusión razonada ("dialectiké techné") y que adquirirá distintos significados a lo largo de la historia del pensamiento.
En Platón la dialéctica se opone a la erística, y se identifica generalmente con el movimiento ascendente del alma en busca de una comprensión cada vez más universal de la realidad, que culminaría en el conocimiento de la Idea, tal como lo expone, por ejemplo, en la "alegoría de la línea" (República, VI). En este sentido, formarían parte de la dialéctica platónica dos movimientos lógicos, uno de "composición" (en busca de una mayor generalización) y otro de "división" (el establecimiento de las distinciones entre los distintos géneros).
En Aristóteles la dialéctica se identifica con la parte de la lógica que se ocupa del estudio del razonamiento probable, pero no de la
demostración, por lo que el término irá quedando asociado, así, a la habilidad para argumentar, confundiéndose a menudo con la retórica, y terminando por adquirir un significado peyorativo que todavía se puede observar en la filosofía de Kant, quien considera que la dialéctica es una mera "lógica de la apariencia".
En Hegel la dialéctica volverá a convertirse en el núcleo mismo de la filosofía, siendo considerada como un método de conocimiento y como la expresión del devenir de la realidad (de su despliegue y realización) en la que la oposición sujeto/objeto se manifiesta como la unión de elementos opuestos en una síntesis que lleva a la comprensión de la realidad como Absoluto.
La dialéctica hegeliana es asumida por Marx, quien manifiesta haber invertido sus fundamentos, para terminar concibiendo la síntesis superadora no como la simple reconciliación de la unidad originaria de la Idea, sino como la eliminación del momento negativo de la realidad, a la que, en su dimensión social, concibe como al devenir hacia el comunismo.
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Hegel. El concepto de Dialectica
1. 1. • El término dialéctica sirve para definir la filosofía hegeliana.• El término dialéctica le sirve a Hegel para comprender y expresar la situación real del mundo.• La dialéctica expresa, pues, tanto la contradicción del mundo existente cuanto la necesidad de superar los límites.• El carácter dialéctico de lo real significa que cada cosa es lo que es, y sólo llega a serlo en interna relación y dependencia con otras cosas.• La realidad, en cuanto dialéctica, no es fija ni determinada sino que está en un constante proceso de transformación y cambio; la realidad está regida y movida por la contradicción.• Cada realidad particular tan sólo puede ser comprendida en relación al todo.
2. 2. • Para Hegel el conocimiento tiene una estructura dialéctica. Y tiene esa estructura, porque la realidad es dialéctica y, por tanto, el conocimiento también es dialéctico, en cuanto que es una dimensión de lo real. No hay diferencia entre el ser y el pensar, ni entre sujeto y objeto, todo se diluye en la totalidad.• Estructura dialéctica del conocimiento:• 1-. El conocimiento consiste en la relación sujeto-objeto, pero con la peculiaridad de que cada uno de ellos niega y contradice al otro, dándose entre ellos una desigualdad y desajuste, y a la vez impone un proceso de transformación en el que se tienda a la igualdad o identidad.• 2-. El proceso encaminado a superar la diferencia entre objeto y sujeto tiende a la identidad de ambos. Es decir, se tiende a la reducción de uno al otro. Sólo en la identidad total es posible alcanzar un conocimiento total y absoluto. Hegel pretende hacer de la filosofía un sistema que nos lleve a un saber absoluto.• 3-. En la reducción a la identidad absoluta en que se alcanza el verdadero y pleno conocimiento dialéctico tiene lugar la disolución del objeto en el sujeto.
3. 3. La estructura y esencia de la dialéctica es un todo complejo constituido por tres momentos:1-. Lo que se ha llamado tesis (el aspecto o momento abstracto o intelectual). Suele interpretarse la tesis como una afirmación cualquiera, una realidad, un concepto. Pero esta afirmación lleva en su entraña un contrario, ya que la realidad no es estática, sino dinámica.2-. Lo que se ha llamado antítesis (el aspecto o momento dialéctico o negativo-racional). Suele interpretarse como la negación de la afirmación anterior, ya que es esa contradicción el motor de la dialéctica. Este momento negativo es lo que hace dinamizar la realidad.3-.
Lo que se ha llamado síntesis (el aspecto o momento especulativo o positivo-racional). Suele interpretarse como la superación del conflicto, la negación de la negación anterior. Los dos momentos anteriores son a la vez eliminados y conservados, es decir, elevados a un plano superior. La síntesis conserva todo lo positivo que había en los momentos anteriores. Por eso la síntesis es enriquecimiento y perfección, es la seguridad de que la realidad está en constante progreso. La síntesis se convierte inmediatamente en tesis del proceso siguientes, a la que se opondrá la antítesis para dar lugar nuevamente a una síntesis que será a la vez la tesis del proceso siguiente: todo está en constante progreso dialéctico.Detrás de esta tríada dialéctica se esconde la tensión entre dogmatismo y escepticismo. La filosofía hegeliana representa una superación de ese conflicto entre dogmatismo y el escepticismo, a la vez que es pensamiento de que lo real no es estático; la realidad lleva en su entraña la contradicción, y por eso es posible el avance y el progreso
Idealismo
Hegel elaboró la forma más compleja y más acabada del idealismo. Recordemos que el idealismo es una teoría filosófica que dice que las ideas son más importantes que el resto de las cosas y que, incluso, dichas ideas pueden existir de forma independiente. Es así que, según los idealistas, los objetos no podrían existir sin alguien que los perciba y que sea consciente de ellos.
El idealismo de Hegel trata de interpretar la totalidad de los hechos y de la historia en función de la identidad panlogista entre lo real y lo racional, expresada mediante su célebre lema: "todo lo real es racional, todo lo racional es real", es decir, lo real es el desarrollo de la idea y la idea es el desarrollo de lo real; no puede existir lo uno sin lo otro.
Este pensamiento es, ciertamente, oscuro, muy difícil de entender, como indicaron feroces críticos de Hegel como Arthur Schopenhauer. Sin embargo sí que, de alguna manera, se puede intuir: ¿puede existir la realidad sin una idea o un espíritu que la origine? ¿Puede existir la idea sin una realidad que la sustente? Según se responda a ambas preguntas será uno más o menos hegeliano.
Hegel ve al estudio de la historia como un medio para conocer al Geist (Espíritu). En su Fenomenología del espíritu Hegel quiere mostrar que todo el desarrollo intelectual humano hasta el tiempo en que él escribe es la elaboración lógicamente necesaria del Espíritu en su proceso de conocerse a sí mismo.
El idealismo absoluto consiste en que la única cosa que es real al final (es decir, la realidad última) del proceso dialéctico es la idea absoluta, es decir, el Espíritu que se conoce a sí mismo como la entera realidad.
Solamente el Espíritu es todo lo que es real, y cada espíritu finito es una parte de ese Espíritu. De este modo el Espíritu absoluto se conoce a sí mismo en nosotros. Se puede apreciar que el pensamiento hegeliano es muy próximo al religioso, si no es absolutamente coincidente, dado que el Espíritu Absoluto coincidiría con la divinidad.
Las distintas etapas de la evolución del espíritu según Hegel. Haga click para ampliar la imagen.
Dialéctica
"Las vacaciones de Hegel" de Magritte (1958).Creo que a Hegel le hubiera gustado este objeto que cumple dos funciones opuestas: repeler y recibir agua. Ciertamente le hubiese divertido, tal como uno se divierte durante las vacaciones.. Citado por Marcel Paquel en Magritte. El pensamiento visible, Taschen, p. 30
Hegel piensa que la razón es espontáneamente dialéctica. Apenas ha afirmado una cosa, tiende a negarla o a contradecirla y luego a superar esa contradicción. Por tanto el movimiento dialéctico del pensamiento es ternario:
1. Tesis: afirmación simple.
2. Antítesis: negación de la tesis.
3. Síntesis: superación reunificadora de la oposición anterior.
Ejemplo de la filosofía de la historia hegeliana:
Tesis: La moralidad usual de la antigua Grecia
Antítesis: la moralidad de la conciencia individual propia de la Reforma
Síntesis: la comunidad racional.
El movimiento dialéctico del pensamiento es infinito: toda síntesis, se convierte en una nueva tesis, que llama a una antítesis, y así sucesivamente. De todas formas para Hegel habría una Síntesis Última llamada "Espíritu Absoluto".
La dialéctica es el ser mismo de la realidad. La realidad es contradictoria, y la razón también. La realidad no existe toda al mismo tiempo, ni se puede conocer en un determinado momento, sino que va siendo. La dialéctica es la fuerza que impulsa dicho movimiento hacia el Espíritu Absoluto.
Imagen ampliada.
TextosHegel, Fenomenología del Espíritu
El capullo desaparece en el romper de la flor, y así podría decirse que aquél quedó refutado por ésta, así como la flor queda convicta por el fruto de ser una falsa existencia de la planta, y el fruto como verdad de la planta pasa a ocupar la verdad de la flor. Estas formas no solo se distinguen, sino que se desplazan también unas a otras por incompatibles. Pero su naturaleza fluida las convierte a la vez en momentos de la unidad orgánica en la que no solamente no se
repugnan, sino que la una es tan necesaria como la otra, y es solo esta igual necesidad la que empieza constituyendo la vida del todo.
Prefacio, p. 112, Pre-textos.Andrade, "Hegel, el gran oscurantista"
Las cosas raras que Hegel dice sobre la relación entre amos y esclavos no terminan ahí. Son de sobra conocidos los suplicios de la esclavitud. Y, cualquier persona con sentido común postularía que, en una relación de esclavitud, obviamente el amo tiene la ventaja. Pero, de nuevo, Hegel tiene una cruzada contra el sentido común. Pues, el filósofo postula que, en esta dialéctica entre amo y esclavo, quien realmente tiene una ventaja es el propio esclavo. Según Hegel, en tanto el amo depende de la labor del esclavo, deja de ser libre. En cambio, el esclavo, a través de su trabajo, se realiza él mismo en su conciencia (nuevamente, vale preguntarse qué es exactamente “realizarse en su conciencia”, pero en fin, dejémoslo pasar), y supera el sentido de dependencia que ahora el amo sí tiene.
http://www.filosofiaenlared.com/2016/03/hegel-el-gran-oscurantista-gabriel.htmlZizek, Entrevista
EL PAÍS: Ha dicho que si pudiera viajar en el tiempo escogería el siglo XIX para poder ser alumno de Hegel.
ZIZEC: Él demostró que cuando persigues una cosa se puede convertir en la contraria. En Occidente queremos libertad y dignidad, pero estamos dispuestos a abolirlas en nombre de esa misma búsqueda. Otro ejemplo: tenemos más poder que nunca sobre la naturaleza, pero nunca hemos estado más expuestos a catástrofes ecológicas. VíaSánchez Calero, Filosofía para bufones
De la supuesta sabiduría de Hegel dijo Schopenhauer que no era más que una payasada filosófica, un galimatías repugnante, un
oscuro encadenamiento de insensateces y disparates que a menudo recuerda a los delirios de los enajenados. (p 133).Popper, La sociedad abierta y sus enemigos
La fórmula del racismo moderno no es "Hegel + Platón" sino "Hegel + Haeckel". Como veremos más adelante, Marx reemplazó el "Espíritu" de Hegel por la materia y los intereses económicos. Del mismo modo, el racismo sustituye el "Espíritu" de Hegel por algo material, el concepto casi biológico de la sangre o raza. Ya no es el "Espíritu" sino la Sangre la esencia autopropulsada; ya no es el "Espíritu", sino la sangre, el Soberano del mundo y Señor de la Escena de la historia, y ya no es el "Espíritu" de una nación, finalmente, el que determina su destino esencial, sino su sangre.
Barcelona, Paidós, 2006, p. 278
La dialéctica hegeliana5
POR CIUDADANO 014-Q EN HEGEL — 14 JUN, 2012
La filosofía del alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) está marcada tanto por la Revolución Francesa (1789) como por el pensamiento de Inmanuel Kant. La Revolución Francesa supuso un giro decisivo en la mentalidad política europea: la libertad y la dignidad humana adquieren una importancia en el discurso político que antes no tenía. Por su parte, Kant realiza una verdadera revolución en la teoría del conocimiento al otorgar un papel eminentemente activo al sujeto en el acto cognitivo. Hegel aunará esta importancia del sujeto libre con otro concepto heredado y de vital importancia desde la Ilustración, el progreso. En este sentido, la filosofía del alemán será el último sistema total de la
modernidad y la primera reflexión propiamente contemporánea que asuma la historicidad como elemento ineludible al analizar la realidad.La dialéctica:Hegel (1770-1831) con su dialéctica pretenderá resolver esa tensión entre finito e infinito introduciendo el concepto, tan caro en la época, de progreso. Para el filósofo idealista, la dialéctica es el devenir mismo de la realidad, gracias al cual lo que es (finito) pasa a ser lo que debe ser (infinito). Sin embargo, Hegel asume que finitud e infinitud son momentos de una misma realidad que es absoluta, o, en otras palabras, lo finito incluye lo infinito y viceversa.Para Hegel la dialéctica tiene tres momentos: tesis, antítesis y síntesis. La tesis es la fase afirmativa, por ejemplo una semilla; la antítesis es la negación de la tesis, cuando la semilla se pudre y deja de ser ella misma para transformarse en planta; por último, la síntesis es la negación de la negación, es decir, afirmación pero que contiene la tensión de la tesis y de la antítesis, en el ejemplo sería una nueva semilla que nace de la planta. Como vemos en el ejemplo, cada momento dialéctico comprende al anterior y es fruto de su devenir. Hegel considerará que este proceso se repite en todo lo real, en el pensamiento, en la historia del hombre, en el desarrollo de los seres, etc. y analizó todo lo real desde esta perspectiva progresiva.La dialéctica hegeliana parte de la intuición de Heráclito de que todo está en flujo permanente. La dialéctica es un proceso evolutivo que se repite a sí mismo: cada síntesis se transforma en la tesis de un nuevo movimiento dialéctico.Hegel intentó con su dialéctica explicar la totalidad de la realidad: el mundo natural, las relaciones humanas, la evolución de la filosofía y el arte, etc. Vamos a ver, por su importancia posterior en Marx y otros autores, la interpretación dialéctica de la relación amo-esclavo.Para que un individuo adquiera libertad debe de reconocer a la autoconciencia del otro como tal. Solo en este reconocimiento nos vemos como hombres y, en tanto tales, libres. Pero además el sujeto debe vivir su
relación con el otro como enfrentamiento si quiere alcanzar esa libertad, que solo estará garantizada si el individuo es capaz de asumir su singularidad frente a otras conciencias que son no-yo.Sin embargo, la conciencia suele vivir en la parcialidad de una actitud señorial o servil. La conciencia señorial quiere vivir únicamente en relación consigo misma para tener la seguridad de libertad e independencia frente al no-yo. La conciencia servil teme la libertad absoluta y esto le hace querer conservar y respetar la realidad del no-yo que modifica y transforma pero no destruye ni recrea.La conciencia señorial reconoce el temor del siervo y se sitúa “por encima” de él ya que en la independencia está la superioridad para el señor. No obstante, el señor descubre que esa independencia no es tal: solo cuando esa libertad es reconocida por otro (el siervo) es real. Cuando esto ocurre, pierde su categoría “señorial” y se muestra como dependiente de la autoconciencia servil. El señor necesita al siervo y así pierde su independencia, al mismo tiempo, el siervo es necesario para el señor, luego el siervo no es “prescindible” sino indispensable. La conciencia del amo y del siervo son intercambiables entre sí en su tensión.Esta dialéctica la observamos en las relaciones humanas de poder, pero también en la evolución histórica de los sistemas políticos
n ejemplo de dialéctica Hegeliana?Alguien podría ponerme un ejemplo con el que podría utilizarse la dialéctica de Hegel, es decir: la tesis, antitesis y sintesis, por favor es para un ensayo y aún no termino de comprenderlo bien, gracias de antemano, saludos!
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1 respuesta
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Respuestas
Mejor respuesta: Hegel utiliza este ejemplo en uno de sus escritos: Cuando Julio Cesar tomo el poder del Imperio romano realizó una síntesis, cuando tubo que luchar con sus detractores internos (Marco Aurelio, Cicerón etc.) se produjo la antítesis. El resultado fue que su poder y el de Roma se engrandecieron, aún sin que el lo hubiera planeado, por este motivo, la síntesis fue que de un conflicto de intereses (dialogo) resultó una situación beneficiosa pero inesperada, no pensada, esto resume la dialéctica Hegeliana. Espero que te sirva...
Max
Karl Marx (1818-1883)
DIALÉCTICA
EN MARX ESTE TÉRMINO DESIGNA TANTO EL PECULIAR PROCESO CON EL QUE SE DESENVUELVE LA SOCIEDAD A LO LARGO DE SU PROPIA HISTORIA COMO EL MODO EN QUE SE DEBE PENSAR PARA
CAPTAR ADECUADAMENTE DICHO PROCESO.
Etimológicamente significa “arte de conversar”: de “día”, reciprocidad, intercambio, y “logos”, palabra, discurso. Este concepto no es una invención de Marx, ni siquiera de Hegel, pues ya la encontramos en la filosofía griega aunque con un sentido muy distinto. En el mundo griego la dialéctica era el arte de discutir y se oponía a la “retórica” o arte que enseñaba a hablar bien ante un auditorio. En este primer momento la dialéctica se situaba en el nivel del discurso: por ejemplo, Sócrates practicaba el arte de la dialéctica (el diálogo) con sus discípulos para ayudarles a alcanzar las esencias de las
cosas; en Platón se identifica con la filosofía misma, y es el método para el conocimiento de las Ideas y el descubrimiento de la Idea de Bien como fundamento de la totalidad de la realidad. La filosofía posterior utilizó esta palabra para designar las enseñanzas dirigidas al aprendizaje de la discusión, y en algunos casos se la identificó con la lógica. En Kant también se sitúa en el nivel del discurso, aunque para referirse propiamente a aquellas argumentaciones que parecían ser verdaderas sin serlo realmente. Con Hegel el concepto “dialéctica” adquiere un significado más rico e importante. La dialéctica sigue siendo un peculiar movimiento de la razón, pero, dado que la realidad es racional, también un peculiar modo de desenvolverse la realidad. Hegel considera que la Idea o Dios se realiza en el mundo finito (crea el mundo finito) a partir de su propio ser, y se niega a sí misma y a su infinitud transformándose en Naturaleza, la cual a su vez se negará de nuevo dando lugar a una realidad superior que incluye en su seno las dos anteriores y dando lugar al mundo del Espíritu. A su vez, el Espíritu se desenvuelve en procesos dialécticos hasta culminar en el Espíritu Absoluto y en la autoconciencia del Espíritu Absoluto mediante la propia filosofía. Marx toma el concepto de dialéctica de Hegel pero elimina toda la interpretación religiosa o teológica, considerando que el movimiento descrito por la dialéctica tiene como sujeto el mundo de la naturaleza y de la historia, el mundo finito. Podemos caracterizar la dialéctica como la teoría que acepta:
1) El cambio: a diferencia de otros modos de entender las cosas que identifican el ser con lo permanente, la concepción dialéctica concibe al movimiento como una de las categorías fundamentales del ser, la realidad está sometida al devenir y la historia, por lo que quien no sea capaz de captar un objeto en términos de su construcción histórica, de su formarse a través del tiempo, no comprenderá bien dicho objeto.
2) La contradicción: el cambio tiene su origen en la existencia de contradicciones en el seno mismo de las cosas; la realidad es el ámbito en donde se da el conflicto, el enfrentamiento, y ello tanto en la Naturaleza como en el mundo humano o historia propiamente dicha. Esta idea, traducida en términos de teoría política, implica comprender cómo las distintas construcciones sociales son consecuencia del conflicto entre clases sociales antagónicas.
3) Racionalidad del cambio: el cambio no es un movimiento caótico, desordenado, sino que sigue una ley, una racionalidad; hay un orden racional en el desenvolvimiento de la realidad. El esquema más abstracto de todo cambio es el de tesis, antítesis y síntesis:
tesis: o momento de afirmación de una realidad; antítesis: o momento de negación de la realidad
anterior; síntesis: o momento de integración de las dos
realidades contradictorias anteriores; esta síntesis es, a su vez, una tesis nueva que da lugar a otra antítesis, la cual da lugar a una síntesis nueva, etc.
(Los términos “tesis”, “antítesis”, síntesis” se encuentran más en la filosofía hegeliana y el idealismo alemán que en los textos de Marx y Engels, quienes prefieren los términos “afirmación, negación y negación de la negación”).
4) Interpretación no fragmentaria de la realidad: las cosas son lo que son en la medida en que forman parte de todos más amplios, en la medida en que participan de relaciones con el todo; cada objeto real es un caso particular o momento del todo. Hegel describe este rasgo indicando que “lo verdadero es el todo”. Esta idea se refleja en la primacía que el marxismo da a la sociedad y al Estado sobre el individuo, en la comprensión del individuo a partir de sus relaciones sociales.
Pero de todas las características citadas, la más importante es la de la contradicción: para la dialéctica la contradicción, el enfrentamiento entre opuestos, es una dimensión fundamental de la realidad. En este punto, tanto Hegel como Marx reconocerán un antecedente en la idea heracliteana de la “guerra”, es decir, la oposición de los contrarios, como “el padre de todas las cosas”, la esencia íntima del ser. Las diferencias fundamentales entre la concepción de la dialéctica marxiana y la hegeliana son las siguientes:
para Hegel el sujeto de la dialéctica es la Idea o Dios, para Marx el mundo finito, la Naturaleza, y el mundo humano; para Hegel el momento de la negación de la negación (la síntesis) incluye en su interior los momentos anteriores (la tesis y la antítesis), para Marx la negación de la negación no lleva necesariamente a ello; Marx señala más bien el momento de contradicción, de enfrentamiento entre elementos opuestos, y su capacidad para promover el cambio. La prueba de que este momento de síntesis no recoge los términos antitéticos es que en la sociedad comunista las clases sociales desaparecen, no se mantiene en su seno ninguna de las clases antagónicas.
Ver “materialismo dialéctico”, “materialismo histórico”.
Método dialéctico marxistaEl método dialéctico marxista se caracteriza por los siguientes rasgos
fundamentales:
1) Concibe la Naturaleza como un todoarticulado y único, en el que los objetos y las fenómenos dependen unos de otros y se condicionan mutuamente; todo se halla en una conexión y en una acción recíproca, afirma la dialéctica;
2) Considera la Naturaleza como algo sujeto a constante cambio y renovación, donde hay siempre algo que nace y se desarrolla y algo que muere y caduca; todo se halla en movimiento y en cambio, enseña la dialéctica;
3) Examina el desarrollo de la Naturaleza como un proceso, en el que como resultado de la acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales, se efectúa el paso, en forma de saltos, a cambios radicales, a cambios cualitativos; la cantidad se trueca en calidad: tal es uno de los principios básicas de la dialéctica. Según la dialéctica, el proceso de evolución no es una simple repetición del camino ya recorrido, sino un movimiento progresivo de un grado inferior a otro superior;
4) Parte del criterio de que los objetos y los fenómenos de la Naturaleza llevan siempre implícitas contradicciones internas, que todo tiene su lado positivo y su lado negativo, su lado de caducidad y su lado de desarrollo, y que la lucha entre lo que caduca y lo que se desarrolla forma el contenido interno del proceso de evolución, del proceso de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos; la contradicción conduce hacia adelante, reza una de las tesis más importantes de la dialéctica. Estos principios del método dialéctico sobre el proceso de evolución de la Naturaleza rigen también para la evolución de la Sociedad. Cada formación económico-social (régimen esclavista, feudalismo, capitalismo, socialismo) representa un todo íntegro, cuyos diversos aspectos y fenómenos (el modo de producción de los bienes materiales, el régimen político, los procesos espirituales de la vida) están relacionados entre sí en una unidad, se hallan en una acción recíproca. Las ideas sociales, las instituciones políticas, al tener sus raíces en las condiciones materiales de la vida de la Sociedad, ejercen sobre la existencia social una acción inversa, siendo el modo de producción de los bienes materiales la base de esta acción recíproca. El hecho de que en la historia de la Sociedad, unas formaciones económico-sociales hayan sido sustituidas por otras, demuestra claramente que también en la vida social hay movimiento, cambio, la muerte de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. El cambio de una formación económico-social por
otra es el tránsito, a modo de salto, revolucionario, de un estado cualitativo de la Sociedad a otro estado cualitativo, como resultado de la acumulación de los cambios cuantitativos. Así, la acumulación gradual de las fuerzas del proletariado (el aumento de su número, de su organización, de su conciencia de clase, de sus vínculos con todos los trabajadores y explotados) conduce, como resultado del triunfo de la revolución socialista, a la transformación del proletariado, de clase oprimida y explotada, como lo es bajo el capitalismo, en una clase dominante que dirige la evolución de la Sociedad hacia el comunismo. Y cada nueva formación histórica representa una etapa más progresista, más alta en comparación con la formación social que la precede: el capitalismo es un régimen social superior al feudalismo; el socialismo constituye, en comparación con el capitalismo, una etapa inmensamente superior de la evolución social. El contenido interno de este proceso de evolución de una formación económico-social a otra es la lucha entre las clases que tiene lugar en todas las formaciones clasistas, lucha que expresa la contradicción interna existente en el propio modo de producción, entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Así, pues, la historia de la Sociedad y la de la Naturaleza testimonian que en el mundo todo se realiza de manera dialéctica. La dialéctica marxista enseña un justo modo de abordar los fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad; es el único método científico de estudio y de conocimiento del mundo que sirve de guía para la acción. Las exigencias más importantes del método dialéctico marxista son: la comprobación por la práctica de las verdades obtenidas, la consideración de todos los cambios relacionados con la actividad práctica de los hombres. De las tesis de la dialéctica marxista brota la serie de los más importantes principios rectores de la política y de la táctica, a los que siempre ha seguido y sigue el Partido de Lenin y Stalin. La dialéctica marxista-leninista, enseña que para llevar una política justa, hay que orientarse hacia los sectores de la Sociedad que se están desarrollando y que tienen un porvenir, hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás, hay que ser revolucionario y no reformista, llevar una intransigente política proletaria de clase. Lenin y Stalin llaman a la dialéctica y al método dialéctico, el alma del marxismo. Toda la actividad teórica de Lenin y Stalin constituye la ulterior elaboración y concreción del método dialéctico de Marx y Engels.
Diccionario filosófico marxista · 1946:218-219
Método dialéctico marxistaÚnico método científico de conocimiento. Creado por Marx y Engels, y desarrollado en
condiciones históricas nuevas por Lenin y Stalin, es la ciencia de las leyes más generales del
desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Este método es parte integrante de la
filosofía marxista –el materialismo dialéctico e histórico– (ver Materialismo
dialéctico; Materialismo histórico) y constituye una guía para la acción revolucionaria del partido
proletario. En su artículo “La correspondencia de Marx y de Engels”, Lenin subraya el significado
de la dialéctica materialista para la teoría del comunismo científico, la estrategia y la táctica del
partido comunista, la síntesis de los descubrimientos científicos: “Si se trata de definir, por así
decir, el foco de toda la correspondencia, el punto central hacia el cual converge todo el haz de
ideas emitidas y estudiadas, esa palabra será la dialéctica. La aplicación de la dialéctica materialista
a la economía política con vistas a reestructurarla de cabo a rabo, a la historia, a las ciencias
naturales, a la filosofía, a la política y a la táctica de la clase obrera, tal es lo que más interesa a
Marx y Engels; allí aportan lo esencial y lo más nuevo; en eso consiste su marcha genial adelante en
la historia del pensamiento revolucionario” (Lenin, Marx, Engels, Marxismo, Ed. rusa).
El método dialéctico marxista nació y se desarrolló en lucha contra el método metafísico, método
anticientífico (ver Metafísica) y contra la dialéctica idealista de Hegel (ver). Utilizando el núcleo
racional de la dialéctica hegeliana, la teoría del desarrollo, Marx y Engels fundaron un método
dialéctico nuevo, diametralmente opuesto a la dialéctica idealista de Hegel. La oposición entre el
método dialéctico marxista y el método de Hegel expresa la oposición entre las concepciones del
mundo proletaria y burguesa. La dialéctica de Hegel es idealista y engañosa, puesto que afirma que
no es el mundo real el que se desarrolla, sino la “idea absoluta”. La naturaleza es considerada como
una substancia “inferior” con relación al espíritu, y no se reconoce el desarrollo del mundo material.
Aplicada a la historia de la sociedad, la dialéctica de Hegel no reconoce el devenir más que en el
pasado, y lo niega en el presente y en el futuro. En determinada etapa, la evolución de la sociedad
se detenía; y el grado supremo de toda la evolución, era, para la filosofía hegeliana, el Estado
reaccionario de los feudales prusianos de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
En oposición a la dialéctica hegeliana, la dialéctica marxista es materialista; la base del desarrollo
es el mundo objetivo y real, la naturaleza material, mientras que la conciencia y las ideas, sólo son
reflejos de la naturaleza. De conformidad con la propia realidad, la dialéctica de la naturaleza
extiende los principios del desarrollo a la naturaleza. En sus obras, los clásicos del marxismo, han
destacado el carácter dialéctico de la naturaleza, basándose en las grandes realizaciones de la
ciencia. En oposición a la dialéctica hegeliana, el método dialéctico marxista es esencialmente
revolucionario y abarca el presente y el porvenir de la sociedad humana. Rechaza como absurda la
afirmación según la cual, el desarrollo de la sociedad se detiene en cierta etapa. Aplicando la
dialéctica revolucionaria al análisis del modo de producción capitalista, Marx demostró en El
Capital (ver), su obra maestra, que el fin del capitalismo y el pasaje de la humanidad al comunismo
son inevitables.
Los principales rasgos característicos del método dialéctico marxista son los siguientes: 1) La
naturaleza es considerada como un todo coherente, en que los objetos y los fenómenos dependen
los unos de los otros: todo se halla vinculado y en interacción; 2) La naturaleza está en estado de
movimiento perpetuo, de cambio, de renovación, y cada cosa nace y se desarrolla constantemente,
cada cosa muere y desaparece: todo está en movimiento, todo cambia; 3) El desarrollo de la
naturaleza es un proceso en el cual se efectúa, luego de una acumulación gradual de pequeños
cambios latentes, cuantitativos, el pasaje por medio de saltos a cambios visibles, radicales,
cualitativos: los cambios cuantitativos se transforman en cambios cualitativos. El desarrollo no es
una simple repetición del pasado, sino un movimiento progresivo del grado inferior al grado
superior, un movimiento cuya curva no es circular sino ascendente; 4) Las contradicciones internas
son inherentes a los objetos y a los fenómenos, toda cosa tiene un lado positivo y un lado negativo y
comprende elementos que perecen y otros que se desarrollan. La lucha entre lo que perece y lo que
se desarrolla constituye el contenido interno del desarrollo, de la transformación de los cambios
cuantitativos en cambios cualitativos: la lucha de los contrarios hace avanzar.
Estos principios del método dialéctico se aplican íntegramente al desarrollo de la sociedad. Cada
formación económico-social (por ejemplo, la esclavitud, el feudalismo, el capitalismo, el
socialismo) constituye un todo en el que los diferentes aspectos y fenómenos (modo de producción
de los bienes materiales, ver; régimen político, vida espiritual) se encadenan y actúan los unos
sobre los otros. Las ideas sociales, las instituciones políticas cuyas raíces se hunden en el régimen
económico, base de la sociedad, ejercen una acción de retorno sobre el régimen económico,
fundamento de esta acción recíproca. La sucesión de las formaciones económico-sociales en la
historia de la sociedad da fe del movimiento continuo que reina en la vida social. En la sociedad
como en la naturaleza, sólo es invencible lo que nace y se desarrolla. La substitución de una
formación económico-social por otra, representa un salto, una transición revolucionaria de un
estado cualitativo de la sociedad a otro como consecuencia de la acumulación de cambios
cuantitativos. Así es como la acumulación gradual de las fuerzas del proletariado (crecimiento
numérico, mejor organización, progreso de su conciencia de clase, reforzamiento de sus lazos con
todos los trabajadores y explotados) desemboca en la revolución socialista y en la transformación
del proletariado, de clase oprimida y explotada bajo el capitalismo, en clase dominante que orienta
el desarrollo de la sociedad hacia el comunismo. Esta victoria implica condiciones objetivas
engendradas por la evolución económica bajo el capitalismo. Toda formación histórica nueva
representa un progreso, un grado superior en relación a la formación social anterior; el capitalismo
es un régimen social superior al feudalismo, mientras que el socialismo señala, en relación al
capitalismo, un grado infinitamente superior de la evolución social. El motor de este proceso es la
lucha de clases que se prosigue en todas las formaciones sociales antagónicas, y que traduce la
contradicción existente en el modo de producción mismo, la contradicción entre las fuerzas
productivas (ver) y las relaciones de producción (ver). La historia de la sociedad, como la de la
naturaleza prueba que todo se desarrolla dialécticamente en el mundo. Uno de los principios
esenciales de la dialéctica marxista, único método científico de abordar los fenómenos de la
naturaleza y de la sociedad, proclama la necesidad de verificar por medio de la práctica las verdades
adquiridas, de tener en cuenta las nuevas condiciones históricas y los cambios debidos a la actividad
práctica de los hombres.
La dialéctica no se limita a estos rasgos principales, esenciales, sino que halla su expresión en
algunas de las otras categorías importantes. (Ver Esencia y fenómenos; Forma y
contenido; Historicidad y lógica; Necesidad y casualidad; Posibilidad y realidad, &c.).
La dialéctica materialista es al mismo tiempo, la teoría del conocimiento; sólo la teoría dialéctica
del desarrollo permite comprender el conocimiento como proceso; ver cómo el conocimiento se
desarrolla histórica y lógicamente; revelar la naturaleza dialéctica de los conceptos, &c. La
dialéctica es también la lógica: doctrina del carácter dialéctico de las leyes y de las formas del
pensamiento.
Lenin llama a la dialéctica materialista “el alma del marxismo”. Al aplicar la dialéctica al análisis
de las nuevas condiciones históricas de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias,
al análisis de la edificación de la sociedad socialista, Lenin y Stalin defendieron la dialéctica
marxista contra los ataques de los oportunistas y de los reformistas; la enriquecieron y la elevaron a
un grado nuevo, superior. Las nuevas condiciones históricas de la época del imperialismo y de las
revoluciones proletarias, así como las de la construcción del socialismo, pusieron en primer plano
los problemas de la dialéctica. Sin la riqueza del método dialéctico, era imposible ver claro en
medio del brusco viraje operado por la historia en nuestra época; era imposible definir netamente
las tareas que incumbían al proletariado y a su partido revolucionario en el curso de este nuevo
período; imposible elaborar acabadamente la táctica y la estrategia de su lucha. Toda la actividad
heroica del Partido Comunista de la Unión Soviética es un modelo de aplicación creadora de la
dialéctica materialista, de la filosofía marxista en su conjunto, a la estrategia y a la táctica de la
clase obrera en su lucha por la revolución socialista, por el socialismo.
Contrariamente a la metafísica, base metodológica de las teorías burguesas que postulan la
existencia eterna del capitalismo y de las teorías reformistas de “la integración gradual” del
socialismo en el capitalismo, la dialéctica marxista pertrecha a los revolucionarios proletarios, a los
combatientes del comunismo, con un conocimiento exacto de las leyes objetivas que rigen el
desarrollo y la transformación revolucionaria de la sociedad. La dialéctica marxista enseña que para
practicar una política revolucionaria justa, es preciso orientarse hacia las capas de la sociedad que
se desarrollan y tienen porvenir, es preciso mirar adelante y no atrás, es preciso ser revolucionario y
no reformista, es preciso no disimular las contradicciones, sino ponerlas en descubierto y
superarlas, es preciso practicar una política proletaria implacable de lucha de clases. La dialéctica
marxista establece la necesidad y la legitimidad de las revoluciones de las clases oprimidas y enseña
que sólo un salto revolucionario, una revolución social es capaz de destruir los fundamentos de la
sociedad explotadora y asegurar la construcción de la sociedad socialista.
Los trabajos de Lenin y de Stalin, de sus discípulos y compañeros de armas, así como las
decisiones del Partido Comunista, han revelado los rasgos nuevos, las formas nuevas bajo las cuales
se manifiestan las leyes generales del desarrollo dialéctico después de la victoria de la revolución
proletaria en la U.R.S.S. Si Marx en El Capital analizó la dialéctica de la sociedad capitalista, Lenin
y Stalin, en sus trabajos sobre la construcción del socialismo en la U.R.S.S., estudiaron la dialéctica
de la transición del capitalismo al socialismo, la dialéctica del desarrollo del propio socialismo. Para
construir el comunismo, el Partido Comunista se apoya, en toda su actividad, en el conocimiento de
las leyes dialécticas objetivas del desarrollo. La generalización teórica de la experiencia práctica del
Partido es de un alcance inapreciable para el desarrollo del método marxista.
El método dialéctico marxista reviste una importancia enorme para las ciencias de la naturaleza.
La dialéctica es el único método valedero, el instrumento irreemplazable de la investigación
científica. Los datos más recientes de todas las ciencias de la naturaleza confirman plenamente la
justeza del método dialéctico marxista, que se convierte en parte inseparable de círculos cada vez
más amplios de sabios progresistas, no sólo en la Unión Soviética, sino en el mundo entero. (Ver
igualmente Salto; Conexión e interacción de fenómenos; Transformación de cambios cuantitativos
en cambios cualitativos; Lucha de contrarios; Movimiento; Nuevo y viejo).Diccionario filosófico abreviado · 1959:356-359
La filosofía de Marx
(1818-1883)
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3. El materialismo dialéctico
El materialismo dialéctico, cuya presentación como tal se debe más a la actividad de Engels que a la del propio Marx, ha sido considerado tradicionalmente como la toma de posición filosófica de Marx y Engels frente al idealismo hegeliano, es decir, como el resultado de su crítica del idealismo y, como tal, se ha presentado por la mayoría de los estudiosos del marxismo como el marco de referencia conceptual desde el que desarrolla el materialismo histórico, que sería la expresión propiamente científica de su pensamiento. La exposición del materialismo dialéctico se encuentra fundamentalmente en las obras de Engels: "Anti-Dühring", (con contribuciones de Marx, publicado en 1878), y "Sobre la dialéctica de la naturaleza", (escrito entre 1873 y 1886), obra, esta última, también conocida por Marx, cuyos contenidos nunca rechazó y que, dada la estrecha colaboración entre ambos hasta su muerte, se suele considerar también como expresión del pensamiento propio de Marx.
Oposición al idealismo y al mecanicismoEl materialismo dialéctico se opone al idealismo, en el sentido en que considera que no existe más realidad fundamental que la materia; pero la materia no es una realidad inerte, sino dinámica, que contiene en sí la capacidad de su propio movimiento, como resultado de la lucha de los elementos contrarios, (siendo la contradicción la esencia de la realidad, al igual que para Hegel), que se expresa en el movimiento dialéctico. Así, el movimiento hegeliano de la idea a la cosa y a su reconciliación, queda invertido, según la famosa frase de Marx, pasando a convertirse en un movimiento que va de la cosa a la idea y a su futura reconciliación. Todo el bagaje conceptual de la dialéctica hegeliana es conservado por el materialismo dialéctico, pero orientado ahora en la dirección opuesta.
El materialismo dialéctico no se opone sólo al idealismo hegeliano, sino a toda concepción mecanicista y atomista de la naturaleza, es decir, no finalista. "La comprensión del total error por inversión del anterior idealismo alemán llevó necesariamente al materialismo, pero, cosa digna de observarse, no al materialismo meramente metafísico y exclusivamente mecanicista del siglo XVIII" (Engels, Anti-Dühring).Se opone, pues, a la concepción que había predominado en la ciencia en el siglo XVIII y que lo seguiría haciendo en los siglos XIX y XX. Es propia del idealismo hegeliano la afirmación de un final feliz de la historia, de una reconciliación de la realidad consigo misma en el Espíritu Absoluto, como resultado mismo del movimiento dialéctico, una finalidad que no desaparecerá del materialismo dialéctico, al conservar, como lo hace, la dialéctica hegeliana para explicar el movimiento en la naturaleza.
Y así hemos vuelto a la concepción del mundo que tenían los grandes fundadores de la filosofía griega, a la concepción de que toda la naturaleza, desde sus partículas más ínfimas hasta sus cuerpos más gigantescos, desde los granos de arena hasta los soles, desde los protistas hasta el hombre, se halla en un estado perenne de nacimiento y muerte, en flujo constante, sujeto a incesantes cambios y movimientos. (F. Engels, Dialéctica de la naturaleza. Introducción)
Las propiedades que el materialismo dialéctico atribuye a la materia derivan de su concepción de la misma como única realidad objetiva, que es captada mediante los sentidos, permitiendo así su conocimiento. Del análisis de la materia se desprende que es infinita en duración, extensión, profundidad y movimiento. Que la materia es infinita en duración quiere decir que es eterna, increada e indestructible, por lo que el tiempo será concebido como una forma de existencia de la materia, constituyendo la eternidad y la temporalidad dos contrarios dialécticos de la materia. Que es infinita en extensión supone afirmar la infinitud del espacio. La afirmación de que es infinita en profundidad se refiere a la inagotable variedad de formas materiales, que se encuentran sometidas a un cambio perpetuo, es decir, a un movimiento infinito: movimiento y materia son inseparables.
Pero el movimiento de la materia no es únicamente tosco movimiento mecánico, mero cambio de lugar; es calor y luz, tensión eléctrica y magnética, combinación química y disociación, vida y, finalmente, conciencia. (F.Engels, Dialéctica de la naturaleza. Introducción )
Las formas de concienciaEn cuanto a la conciencia, se distinguen cuatro formas o tipos de conciencia: la conciencia de sí, por la que accedemos al conocimiento de nuestro propio ser; la conciencia psicológica, por la que conocemos nuestra propia identidad y la diferenciamos de la de los demás y de las otras cosas; la conciencia de clase, por la que accedemos al conocimiento de los intereses del grupo social al que pertenecemos; y la conciencia social, que se forma en las sociedades humanas como una especie de trasfondo ideológico, por el que asumimos creencias y costumbres al margen de toda consideración crítica.
La relación de la materia con la conciencia no dejará de plantear problemas, al ser concebida la conciencia como el resultado de las fuerzas materiales, que la determinan, no quedando, según la formulación tradicional del problema, espacio para la acción de una conciencia libre, de una conciencia
que se autodetermina. La conciencia es necesariamente un producto, una manifestación, de la materia, inseparable de ella. Como tal, representa la capacidad que tiene el ser humano de comprender, pero también de amar y de decidir libremente (voluntad). Pero ¿cuál puede ser el papel de la voluntad en una conciencia que deriva de una materia que existe independientemente del ser humano y de su propia conciencia?
Hegel ha sido el primero en exponer rectamente la relación entre libertad y necesidad. Para él, la libertad es la comprensión de la necesidad. "La necesidad es ciega sólo en la medida en que no está sometida al concepto." La libertad no consiste en una soñada independencia respecto de las leyes naturales, sino en el reconocimiento de esas leyes y en la posibilidad, así dada, de hacerlas obrar según un plan para determinados fines. Esto vale tanto respecto de las leyes de la naturaleza externa cuanto respecto de aquellas que regulan el ser somático y espiritual del hombre mismo: dos clases de leyes que podemos separar a lo sumo en la representación, no en la realidad. La libertad de la voluntad no significa, pues, más que la capacidad de poder decidir con conocimiento de causa.
Cuanto más libre es el juicio de un ser humano respecto de un determinado punto problemático, con tanta mayor necesidad estará determinado el contenido de ese juicio; mientras que la inseguridad debida a la ignorancia y que elige con aparente arbitrio entre posibilidades de decisión diversas y contradictorias prueba con ello su propia ilibertad, su situación de dominada por el objeto al que precisamente tendría que dominar. La libertad consiste, pues, en el dominio sobre nosotros mismos y sobre la naturaleza exterior, basado en el conocimiento de las necesidades naturales; por eso es necesariamente un producto de la evolución histórica. (F.Engels, Anti-Dühring, XI, Moral y derecho. Libertad y necesidad )
Las leyes de la dialécticaEl materialismo dialéctico nos propone, pues, una interpretación de la realidad concebida como un proceso material en el que se suceden una variedad infinita de fenómenos, a partir de otros anteriormente existentes. Esta sucesión, no obstante, no se produce al azar o arbitrariamente, ni se encamina hacia la nada o el absurdo: todo el proceso está regulado por leyes que determinan su evolución desde las formas más simples a las más complejas, y que afectan a toda la realidad, natural y humana (histórica).
Este es el ciclo eterno en que se mueve la materia, un ciclo que únicamente cierra su trayectoria en períodos para los que nuestro año terrestre no puede servir de unidad de medida, un ciclo en el cual el tiempo de máximo desarrollo, el tiempo de la vida orgánica y, más aún, el tiempo de vida de los seres conscientes de sí mismos y de la naturaleza, es tan parcamente medido como el espacio en que la vida y la autoconciencia existen; un ciclo en el que cada forma finita de existencia de la materia -lo mismo si es un sol que una nebulosa, un individuo animal o una especie de animales, la combinación o la disociación química- es igualmente pasajera y en el que no hay nada eterno do no ser la materia en eterno movimiento y transformación y las leyes según las cuales se mueve y se transforma. (F.Engels, Dialéctica de la naturaleza. Introducción )
Las leyes según las cuales la materia se mueve y se transforma son leyes dialécticas. Al igual que ocurre con la dialéctica hegeliana, que es simultáneamente un método y la expresión misma del dinamismo de la realidad, la dialéctica de Marx y Engels encerrará ese doble significado. No se puede convertir, sin embargo, la dialéctica en un proceso mecánico, en el que se suceden los tres momentos del movimiento (tesis, antítesis y síntesis), como se hace a menudo con Hegel, en un esquema mecánico sin contenido alguno. "La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento", dice Engels en el Anti-Dühring.
La dialéctica nos ofrece, pues, leyes generales, no la particularidad de cada proceso. Que son leyes generales quiere decir que son el fundamento de toda explicación de la realidad, pero también que afectan a toda la realidad (naturaleza, sociedad, pensamiento) y que son objetivas, independientes de la naturaleza humana. Marx y Engels enunciarán las siguientes tres leyes de la dialéctica:
1. Ley de la unidad y lucha de contrarios.
Pero todo cambia completamente en cuanto consideramos las cosas en su movimiento, su transformación, su vida, y en sus recíprocas interacciones. Entonces tropezamos inmediatamente con contradicciones. El mismo movimiento es una contradicción; ya el simple movimiento mecánico local no puede realizarse sino porque un cuerpo, en uno y el mismo momento del tiempo, se encuentra en un lugar y en otro, está y no está en un mismo lugar. Y la continua posición y simultánea solución de esta contradicción es precisamente el movimiento.
Si ya el simple movimiento mecánico local contiene en sí una contradicción, aún más puede ello afirmarse de las formas superiores del movimiento de la materia, y muy especialmente de la vida orgánica y su evolución. Hemos visto antes que la vida consiste precisamente ante todo en que un ser es en cada momento el mismo y otro diverso. La vida, por tanto, es también una contradicción presente en las cosas y los hechos mismos, una contradicción que se pone y resuelve constantemente; y en cuanto cesa la contradicción, cesa también la vida y se produce la muerte. También vimos que tampoco en el terreno del pensamiento podemos evitar las contradicciones, y que, por ejemplo, la contradicción entre la capacidad de conocimiento humana, internamente ilimitada, y su existencia real en hombres externamente limitados y de conocimiento limitado, se resuelve en la sucesión, infinita prácticamente al menos para nosotros, de las generaciones, en el progreso indefinido. (Engels, Anti-Dühring, XII. Dialéctica. cantidad y cualidad.)
Siguiendo los pasos de Heráclito y Hegel, Marx y Engels consideran que la realidad es esencialmente contradictoria. Todos los fenómenos que ocurren en la Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se hallan unidos en el mismo ser o fenómeno, siendo la causa de todo movimiento y cambio en la Naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento. Con esta ley se explica, pues, el origen del movimiento.
Entre los argumentos que se aportan para justificar esta explicación predominan los procedentes de las ciencias (Física, Ciencias naturales, Matemáticas, Economía), pero también de la Historia y de la filosofía. Entre las parejas de contrarios puestas como ejemplos podemos citar: atracción y repulsión, movimiento y reposo, propiedades corpusculares y ondulatorias, herencia y adaptación, excitación e inhibición, lucha de clases, materia y forma, cantidad y cualidad, sustancia y accidentes.
2. Ley de transición de la cantidad a la cualidad.
Hemos visto ya antes, a propósito del esquematismo universal, que con esta línea nodal hegeliana de relaciones dimensionales en la que, en un determinado punto de alteraciones cuantitativas, se produce repentinamente un cambio cualitativo, el señor Dühring ha tenido la pequeña desgracia de que en un momento de debilidad la ha reconocido y aplicado él mismo. Dimos allí uno de los ejemplos más conocidos, el de la transformación de los estados de agregación del agua, que a presión normal y hacia los 0º C pasa del fluido al sólido, y hacia los 100º C pasa del líquido al gaseoso, es decir, que en esos dos puntos de flexión la alteración
meramente cuantitativa de la temperatura produce un estado cualitativamente alterado del agua.
Habríamos podido aducir en apoyo de esa ley cientos más de hechos tomados de la naturaleza y de la sociedad humana. Así por ejemplo, toda la cuarta sección de El Capital de Marx -producción de la plusvalía relativa en el terreno de la cooperación, división del trabajo y manufactura, maquinaria y gran industria- trata de innumerables casos en los cuales la alteración cuantitativa modifica la cualidad de las cosas de que se trata, con lo que, por usar la expresión tan odiosa para el señor Dühring, la cantidad se muta en cualidad, y a la inversa. Así, por ejemplo, el hecho de que la cooperación de muchos, la fusión de muchas fuerzas en una fuerza total, engendra, para decirlo con las palabras de Marx, una "nueva potencia de fuerza" esencialmente diversa de la suma de sus fuerzas individuales. (F.Engels, Anti-Dühring , XI, Moral y derecho. Libertad y necesidad.)
Hablamos de cambio cualitativo cuando una cosa se transforma en otra que es esencialmente distinta. ¿Por qué unas cosas se transforman en otras que tienen propiedades diferentes a las de las cosas de las que proceden? Según la ley de transición de la cantidad a la cualidad, el aumento o disminución de la cantidad de materia influye en la transformación de una cosa en otra distinta. La acumulación o disminución de la materia es progresiva, mientras que el cambio de cualidad supone una modificación radical de la cosa, una revolución. Con esta ley se explica el desarrollo de los seres y los fenómenos naturales, sociales, etc.
Todos los objetos de la Naturaleza poseen características mensurables, por lo que su esencia, su cualidad, es inseparable de los aspectos cuantitativos. Cuando una cosa pasa de poseer una cualidad a poseer otra hablamos de "salto cualitativo". Como todo movimiento es el resultado de la lucha de elementos contrarios, el salto cualitativo supone la resolución de una contradicción, que da lugar a una nueva realidad, que representa un avance en el desarrollo de la Naturaleza. El salto cualitativo no supone el mero cambio de una cualidad por otra, sino por otra que supera, de alguna manera, a la anterior.
3. Ley de negación de la negación.
En la dialéctica, negar no significa simplemente decir no, o declarar inexistente una cosa, o destruirla de cualquier modo. Ya Spinoza dice: omnis determinatio est negatio, toda determinación o delimitación es negación. Además, la naturaleza de la negación dialéctica está determinada por la
naturaleza general, primero, y especial, después, del proceso. No sólo tengo que negar, sino que tengo que superar luego la negación.
Tengo, pues, que establecer la primera negación de tal modo que la segunda siga siendo o se haga posible. ¿Cómo? Según la naturaleza especial de cada caso particular. Si muelo un grano de cebada o aplasto un insecto, he realizado ciertamente el primer acto, pero he hecho imposible el segundo. Toda especie de cosas tiene su modo propio de ser negada de tal modo que se produzca de esa negación su desarrollo, y así también ocurre con cada tipo de representaciones y conceptos. (F.Engels, Anti-Dühring , XIII. Dialéctica. Negación de la negación.)
La ley de negación de la negación completa la anterior, explicando el modo en que se resuelve la contradicción, dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado. El primer momento del movimiento dialéctico, el de la afirmación, supone la mera existencia de una realidad; el segundo momento, el de la negación, supone la acción del elemento contrario que, en oposición con el primer momento, lo niega. El tercer momento, negando al segundo, que era ya, a su vez, la negación del primero, se presenta como el momento de la reconciliación, de la síntesis, recogiendo lo positivo de los dos momentos anteriores.
Una vez alcanzado este estadio del movimiento nos encontramos ante una nueva realidad que entrará de nuevo en otro ciclo de transformación dialéctica, dando lugar, así, al desarrollo progresivo de la Naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento. Un desarrollo que se dirige hacia formas más completas, más perfectas, más integradoras, de la realidad.
Comparación hegel y marx
1. 1. Comparación entre Hegel y MarxKarl Marx y Georg Friedrich Hegel son considerados dos de los másdestacados pensadores en la filosofía contemporánea occidental,principalmente por la radicalidad de sus ideas y por la influencia yvalidez que aún tienen sus pensamientos; que en el caso de Marx,sostiene la doctrina comunista.A pesar del parecido que existe entre estos dos filósofos, en términos deinflujo, sus teorías difieren una de la otra, ya sea en la importancia quele da uno a las ideas (Hegel) y el otro al mundo material (Marx).Karl Marx fue filósofo, intelectual y militante comunista alemán, susteorías sobre la sociedad, la economía y la política, más conocidas comoel marxismo, hacen referencia a que todas las sociedades progresan pormedio de la dialéctica de la lucha de clases. Marx tomó la teoría de Hegelsobre la dialéctica, compartiendo así, la idea de que la realidad y lahistoria son dialécticas, hipótesis que las convierte en un proceso y enuna totalidad dinámica de elementos interrelacionados. A pesar de lasimilitud en sus pensamientos, se distinguen en que Marx se basó en ladialéctica del materialismo absoluto, a diferencia de Hegel, quién se basóen el idealismo.Para el idealismo de Hegel, los objetos no se hallan fuera de la mente,pues existir quiero decir que se es percibido. Las ideas no son más que laconsecuencia del reflejo de la realidad en el cerebro del ser consciente. Adiferencia de la teoría de Hegel, en el materialismo de Marx, existe algoque se encuentra “más allá”, algo que se expande de los límites de laexperiencia y del saber. El materialismo sostiene que la realidad esobjetiva y de origen material, también hace
referencia a que existeindependientemente de la conciencia de los seres que tienen la facultadde reflejar con mayor o menor precisión la realidad objetiva.
2. 2. Hegel sostiene que las ideas son la historia del pensamiento, lo quecorresponde a un racionamiento basado en el idealismo, en cambio, Marxsostiene que la materia es la historia de las relaciones económicas que seplasman en un proceso de distintos modos de producción, lo quepertenece a un racionamiento con base en el materialismo.Karl Marx y Georg Friedrich Hegel comparten distintos pensamientos,debido a que el primero vio influida su teoría por Hegel; pero en elfondo, en muchas aristas de las ideas de estos dos pensadores, Marx ponedel revés la filosofía de Hegel, claro ejemplo lo constituye el idealismoversus el materialismo. Macarena Núñez F. 4° Medio, Santo Tomás.