diálgo 1 / ¿un estado a su imagen y semejanza o una democracia sin partidos?

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¿UN ESTADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA O UNA DEMOCRACIA SIN PARTIDOS? * FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES FLACSO SEDE-ACADÉMICA GUATEMALA No. 1 Tercera época Guatemala, marzo de 2009 Álvaro Velásquez* Analista y asesor político, investigador social, columnista de prensa, ha colaborado con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Académica de Guatemala, de donde es actualmente consultor.

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¿UN ESTADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA O UNA DEMOCRACIA SIN PARTIDOS? / Publicación mensual de FLACSO-Guatemala

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¿UN ESTADO A SU IMAGEN Y SEMEJANZA O UNA DEMOCRACIA

SIN PARTIDOS?*

FACULTADLATINOAMERICANADE CIENCIAS SOCIALESFLACSOSEDE-ACADÉMICAGUATEMALA

No. 1 Tercera época Guatemala, marzo de 2009

Álvaro Velásquez*Analista y asesor político, investigador social, columnista de prensa, ha colaborado con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Académica de Guatemala, de donde es actualmente consultor.

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2 No. 1/MARZO 2009

Publicación mensual de FLACSO-Guatemala y elPeriódico

Secretario general de FLACSO

Francisco Rojas AravenaSan José, Costa Rica

CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALAVirgilio Álvarez Aragón- director

Oscar López / Marcel ArévaloAura Cumes/Claudia Donis / Virgilio Reyes

Simona V. Yagenova/Edgar F. MontúfarLuis Raúl Salvadó/Edmundo Urrutia

Corrección: Mario MaldonadoCoordinación y diagramación: Hugo de León P.

Tel. PBX (502) 24147444 Fax: (502) 24147440Correo electrónico: [email protected]

Página web: http://www.flacso.edu.gtEsta publicación es posible gracias al apoyo

financiero de ASDI/SAREC

Las ideas expresadas en esta publicación no nece-sariamente son compartidas por

FLACSO-Guatemala y su patrocinador

30,000 ejemplares

Facultad Latinoamericanade Ciencias SocialesFLACSO-Guatemala

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Gua-temala, inició sus actividades en 1987 y fue reconocida formal-mente por el Estado guatemal-teco ese mismo año, por medio del Decreto 96-87 del Congre-so de la República.

NOTAS A PROPÓSITO DEL PROYECTO PRO REFORMA

INTRODUCCIÓN

El proyecto de reforma constitucional propues-to por Pro Reforma no ha pasado inadverti-

do para la opinión pública, especialmente la de la capital, dada la profusa campaña de medios y el respaldo de articulistas libertaristas,1 de la prensa escrita y radial. Hasta la fecha se han realizado, según se indica en su propio sitio web, unas “200 presentaciones” en los departamentos y a entida-des como la Universidad Francis-co Marroquín (UFM), la Alianza Evangélica de Guatemala y el Club Rotario, entre otros, para concitar apoyos de diversa índole (firmas de respaldo, voluntariado de jóvenes y donaciones para pagar los spotspublicitarios y la recolección de firmas en las calles).2 Entre tanto, Manuel Ayau, líder del grupo, ha dicho: “si los políticos le cambian una sola letra a este proyecto, en-tonces ya no es el nuestro”,3 ergo, no someterlo a escrutinio sirve para mantener su pureza.

Desde nuestro punto de mira, se nota que tal propuesta constituye una extraordinaria ocasión para debatir ideas y concepciones de la sociedad, que ostenta este reconocido grupo de promotores del pensamiento libertarista guatemalteco.

PRO REFORMA, UN VIEJO CONOCIDO

Se parte de que Pro Reforma es apenas un peque-ño grupo dentro del “politeísmo de valores” de la democracia vigente (M. Weber), pero se advierte que la corriente de pensamiento que representa no es cualquier grupo. Forman parte de una elite

compacta, que históricamente ha dispuesto de am-plios poderes políticos, económicos y mediáticos para sus propios fines. No obstante, el análisis no debería centrarse en su origen sino en la esencia del proyecto. Pro Reforma es un grupo de perso-nas de reconocido prestigio en el mundo académi-co universitario y centros de pensamiento4 que les unifica.

Al ser líderes de opinión, son, asimismo, fer-vientes y honestos defensores de lo que predican.

Al presentarse como una asociación ciudadana no partidista, están lanzando un mensaje claro: no somos parte del problema sino de la solución. Manuel Ayau, por otra parte, ya no tiene edad como para pretender ser parte del “Senado”, como aparece en su propuesta. De modo que tampoco se puede prejuzgar que, con ella, se tuviera algún interés político personal.

El grupo Pro Reforma se define a sí mismo como una “Asociación pro reforma del Estado por medio de una constitución de principios”.5 Surgió en 2005, cuando al menos “una decena de perso-nas” se dio a la tarea de preguntarse por qué la democracia no bastaba para resolver problemas

como la violencia y la pobreza, entre otros temas, concluyendo en que era necesaria una refor-ma “parcial” de la Constitución Política de la República por el procedimiento de enmiendas, sin convocar a una Asamblea Cons-tituyente.

Por tanto, se encomendó a un equipo de personas elaborar los contenidos de la propuesta, a cuyo cargo estaría el abogado constitucionalista José Luís Gon-zález Dubón, otrora vocero de la Liga Pro Patria, organización derechista que se opuso activa-mente a las reformas constitucio-nales derivadas de los Acuerdos

de Paz, sometidos a consulta popu-lar en mayo de 1999, en la que triunfó el NO, logro que la Liga ha reclamado para sí.

De ese modo, el 7 de julio del 2005, con 45 personas (varios de los cuales son activos co-lumnistas y locutores de sus propios programas radiales difundiendo el libertarismo), se fundó la Asociación Pro Reforma para impulsarla ante la opinión pública. Desde entonces se han dado a la tarea de la recolectar las cinco mil firmas (de ciudadanos empadronados) que manda la Consti-tución vigente para estos casos. Ramón Parellada,

1 En otros lugares se ha explicado que se prefiere usar esta etiqueta en vez de “neoliberales” que ellos rechazan por ideo-logizado; pero, tampoco se usa “libertarios” como gustan lla-marse, pues asumimos que se conoce que no son los únicos que promueven la libertad en los ámbitos de la vida pública y privada. A falta de mejor término, éste es preferible. Las dife-rencias entre liberales económicos y políticos también ya ha sido establecida en los anales de la historia del pensamiento.2 Se conversó con uno de estos recolectores, quienes andan debidamente identificados. El proceso de “convencimiento” de la firma apela la emotividad respecto de la inseguridad y la pobreza, por lo que piden apoyar la reforma constitucional; quienes se animan a hacerlo no tardan más de cinco minutos en llenar sus datos y firmar; no se exige número de empadro-namiento. El pago de los muchachos es por lo actuado por día, según explicó uno de ellos.3 Declarado en una entrevista con Giovanni Fratti en su pro-grama “Tiro Libre” de Radio Infinita, diciembre de 2008.

4 Nos referimos a la Universidad Francisco Marroquín y al Centro de Estudios Económicos y Sociales (CEES). La UFM es todo un ícono del pensamiento libertarista en el continente americano y otras latitudes.

5 Todas las citas entrecomilladas que haga de este grupo de aquí en adelante se pueden hallar en su sitio Web, en una o varias de las entradas que el sitio proporciona.

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columnista cercano a Pro Reforma informó el 29 de enero que ya habían recolectado “casi 30 mil firmas”,6 mientras que Alfonso Abril, uno de los jóvenes divulgadores del proyecto, informó que para el 9 de febrero ya contaban con 50 mil rú-bricas.7

El líder del grupo, Manuel Ayau Cordón, es un conocido académico y político, ex diputado del desaparecido partido derechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN),8 conocido cofun-dador de entidades como el Centro de Estudios Económicos (CEES) y la Universidad Francisco Marroquín, centros dedicados a promover la eco-nomía, especialmente la “escuela austriaca” (uno de cuyos énfasis es el individualismo metodoló-gico).

La escuela austriaca es conocida por su férrea adscripción al paleoliberalismo y, aunque empa-rentada con la escuela de Chicago (más pragmáti-ca respecto del Estado y cuyos postulados moneta-ristas están detrás de las reformas económicas que se implantaron en Latinoamérica, desde los años 80, bajo la égida del Consenso de Washington) re-chaza de plano todo intento de demanda por parte del Estado, acentuando la esfera de la oferta, en el terreno económico.

En el sitio web de Pro Reforma aparece un video, donde Ayau explica sintéticamente el plan y remite a unas “lecturas complementarias”, en las que él mismo, en su condición de articulista, hace apología del proyecto. Ayau, entonces, es el principal inspirador, ideólogo y vocero de la pro-puesta. Otro de los socios del grupo es Juan Carlos

Simons, quien también fue diputado MLN en el pe-riodo de Jorge Serrano (1990-1992).

Lo anterior quiere decir, que la propuesta de Pro Reforma debe analizarse, al menos, a partir de dos dimensiones: una sociológica y otra filosó-fica. En lo sociológico nos remitimos al tema de las élites y su comportamiento9 en las sociedades complejas del capitalismo global y tardío que ac-tualmente se vive. En la otra dimensión, a la evo-lución del pensamiento liberal que ha devenido en un frondoso árbol, con muchas ramas y frutos, el cual surge de aquel viejo tronco común que fue el conjunto de ideas e intereses de la vieja burguesía postfeudal y antirreligiosa, de los siglos XVII y XVIII, que, entonces, buscaba su inserción en el reparto de riquezas generadas en el marco de la expansión colonial europea y la revolución indus-trial.10

LIBERALISMO Y SOCIEDAD

En la historia de las ideas contemporáneas, el libe-ralismo aparece como un posicionamiento praxio-lógico ligado con la construcción de la sociedad burguesa, afincado en los conceptos de libertad e individuo, haciendo de la autonomía de las perso-nas una bandera política, económica y moral.11 En lo político y en lo económico, su aporte histórico ha sido determinante para la edificación de socie-dades abiertas, democráticas y prósperas, a partir de las tradiciones heredadas de la Grecia antigua, el imperio romano y el pensamiento judeocristia-no.

Si se tuviera que hacer una síntesis de los planteamientos más ortodoxos del liberalismo ac-tual, ésta debe buscarse en la concepción de Esta-do de John Locke (1632-1704) y del mercado en Adam Smith (1723-1790). En el primero: su con-cepción idealista del Estado de naturaleza, donde

6 Ramón Parellada: Pro Reforma, por un mejor país, diario Siglo XXI, 29 de enero 2008, p.11. 7 Arturo Abril y Juan Carlos Simons, en entrevista con Tuti Furlán, en la revista matutina “Viva la Mañana” de Guatevi-sión, 9 de febrero. 8 De ideología anticomunista, descrito como el “partido de la violencia organizada”, por su líder Mario Sandoval Alarcón.

la comunidad política basada en el consenso viene a salvaguardar la máxima ley que es la libertad; y, en el segundo: con su concepción idealista de las fuerzas del mercado, régimen concurrente en el que la soberanía individual respecto de sí y de sus propiedades se expresa siempre positivamente.

Pese a las nociones prescriptivas de A. de Tocqueville (1805-1859) sobre la individualidad versus individualismo y la necesidad de concitar muchos poderes intermedios frente a poderes ab-solutos como clave de la igualdad y la libertad en la democracia, éste es poco reverenciado por quie-nes desdeñan la igualdad en la democracia, dejan-do así un gran déficit teórico en el desarrollo de las discusiones actuales sobre la antinomia aparente entre Estado y mercado.12

A partir de estas concepciones, se han de-sarrollado corrientes como las de los radicals, o libertaristas, que ponen su acento en la soberanía individual frente a cualquier otra, quienes a su vez conciben al Estado en dos dimensiones: 1) como “un mal necesario” (los minarquistas), y 2) como un “amo despótico” a vencer (los anarcoliberales). En ambos, la idea de la “clase política”, en tanto germen de todo poder burocrático e hija predilec-ta del Estado, se constituye en otra perversión a combatir.

Es a partir de las ideas anteriores que se pue-den desglosar las principales propuestas de Pro Reforma en cuanto a la reforma del Estado.

Hay que empezar diciendo que, aparte de su consistencia con el pensamiento austriaco en econo-

9 Entendidas éstas como el estamento principal de la clase dirigente y no como el conjunto de intelectuales y formadores de opinión, como se le ha querido signifi-car (aunque estos últimos pueden formar parte de ellas). Aparte de la literatura clásica sobre las elites, en G. Mos-ca, R. Mitchel W. Pareto, en Guatemala son imprescin-dibles para comprender más su origen, comportamiento e ideas, los de: Severo Martínez Peláez, La Patria del Criollo, Educa, Guatemala, Educa, 1971; Marta Elena Casáus Arzú: Linaje y Racismo en Guatemala, Guate-mala, F&G Editores, (3, revisada); Paul Dosal: El ascen-so de las elites industriales en Guatemala (1871-1994), Guatemala, Editorial Piedrasanta, Traducción de Ronald Flores; y, Elisa Luque Alcaide: La Sociedad Económica de Amigos del País, Sevilla, Escuela de Estudios Hispa-noamericanos, 1962. Librito clásico donde se describe la temprana propuesta económica societal de las elites liberales del criollismo guatemalteco (“una sociedad donde haya ricos y pobres pero sin miserables”) y su elogio al derecho anglosajón, pp. 131-166.10 Tres son en realidad las revoluciones que marcan el pensamiento liberal, la Revolución Gloriosa de Ingla-terra en 1689, la Revolución/Independencia de Estados Unidos de América en 1776 y la Revolución Francesa de 1789.11 Cf. Mariano Fazio Hernández: Historia de las Ideas contemporáneas, Madrid, Ediciones Rialp S.A., (2) p. 186s. (liberalismo).

12 En efecto, las izquierdas suelen afincarse en el Estado y las derechas en el mercado, para defender sus respectivas tesis económicas; pero, la democracia sigue siendo un “patito feo” apenas situado en las ciencias sociales; esto se debe a que unos la consideran “una ficción burguesa” y otros como “un potencial peligro a los derechos individuales”. Por tanto, circunscriben la democracia a un mero medio y no a un fin, o ambos.

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mía y sus re-flexiones minarquis-tas o anarco-capitalistas, los miembros de Pro Reformaarrancan su pro-puesta de F. A. Ha-yek (1899-1992).13 Para Hayek, las constituciones políticas deben ampararse en el “iustanuralismo” y la tradición heredada (o sea la ley versus el Derecho ordinario) con independencia del sistema o régi-men político que sustente.

Tales son los razonamientos que le animan a adelantarse a los peligros de una democracia tota-litaria, aquella donde la soberanía popular atenta contra los derechos de las minorías y, más con-cretamente, los derechos individuales. Tesis que se recogen en su libro Law, Legislation and Li-berty.14

La preocupación de Hayek es que la demo-cracia actual es vulnerable al error del voto popu-lar y a la manipulación de grupos de interés que la malinterpretan para sus propios fines. Propone entonces una cámara alta, denominada asamblea legislativa de corte generacional, apartidista, in-tegrada por agentes económicos independientes, siendo la representación generacional lo ideal, para que guarde la ley (norma previa al parlamen-to i.e. de derecho privado) y una cámara baja o gubernativa, dedicada al derecho diferencial o po-lítico, integrada por partidos, preferiblemente por sistema mayoritario y no proporcional, subordina-da a la primera y limitada por ella; ambas, a su vez, mediadas por un tribunal constitucional, para los efectos de una justicia autónoma y garante de la ley.

Para Hayek, el esquema propuesto tiene mu-chas aristas y problemas (para evitar que la cámara alta tuviera mucho poder o ninguno, proponía es-tablecer otro órgano compuesto por ex miembros de ésta para constituirse en vigilantes de la mis-ma, por ejemplo) pero factible si al final se trata limitar la soberanía popular. Solo así se entiende

la siguiente declaración: Si se nos pregunta en que se basa la “so-

beranía” (con esta propuesta) la respuesta sería que sobre nada, a no ser temporalmente en el

órgano constituyente, en el órgano encarga-do de enmendar la constitución. Dado que

el gobierno constitucional es un gobierno limitado, no hay lugar para un órgano

soberano.15 (El paréntesis es del autor de este artículo).

El gran problema de la de-mocracia actual y de sus parla-

mentos, según el libertarismo, es la “voluntad popular” en

sus desviaciones de “la ti-ranía de la mayoría”, o la “rebelión de las ma-sas” y, con ello, los

partidos políticos, como órganos indispensables de la democracia, por lo que ellos ven necesario limitarla, contenerla, en una estructura civil que finiquite ambos conceptos, pero preservando el derecho natural en órganos específicos. Por ello, proponen un tipo de constitución ad hoc, con una arquitectura institucional diferente de los modelos democráticos vigentes, lo cual requiere cambios constitucionales de nuevo tipo.

PRO REFORMA: LA PROPUESTA

Como ya se dijo, la propuesta de Pro Reforma es un intento de objetivar en un país (el nuestro) las tesis de Hayek. De ahí que la esencia del proyec-to sea la propuesta del senado16 generacional, tal como allí se plantea. En su esquema, ingresan a este senado sólo 45 personas mayores de 50 años de edad (inclusive); no postulados por partidos, sino por ciudadanos mayores de 50 años de edad (sus coetáneos a través de comités cívicos); du-ran en sus cargos quince años hasta cumplir los 65 años de edad, renovando su integración con-tinuamente cada año. El promedio de edad de los senadores sería de 57 años.

Por su parte, los defensores de la propuesta han hallado en la “ignorancia de la juventud” la justificación para restringir el acceso a menores de 50 años de edad. Así, Karen Cancinos,17 quien se pone ella misma de ejemplo para decir que los jó-venes comenten errores con su voto, prejuzgando por qué éstos no pueden ser ni electores ni electos

para este exclusivo club apolítico de senadores. Algunos ya han adelantado que la capacidad de elegir y ser electos para cualquier cargo público está garantizada en el actual texto constitucional, por lo que este derecho no podría restringirse.

Un Senado así concebido se constituiría en custodio de todos los códigos vigentes (de salud, mercantil, de tránsito, municipal, tributario, penal e, inclusive, la Ley Electoral, etcétera); así como el nombramiento de todos los magistrados (Judicial, Corte de Constitucionalidad, Contraloría General de Cuentas y Tribunal Supremo Electoral).18

Por tanto, los senadores tendrían un rol más bien conservador, protocolario, cual Rey de Espa-ña y, sin embargo, con un inmenso poder, como para “rehacer” todo lo vigente, tal como está pre-visto en su Art. 173 incisos a) y d) para revisar la legislación anterior, para ponerla a tono con “la ley” (i.e. derecho privado y tributario) derogando y reformando lo no compatible; así como creando nueva legislación “general y abstracta” sobre la base de lo que haya emitido la Asamblea Consti-tuyente (de 1985); y sobre todo, la función de “dar permisos”, según se desprende de su derecho de llave respecto de las decisiones del Ejecutivo y, por supuesto, respecto de las del Congreso de la República o cámara baja.

La propuesta también le practica cirugía al actual Congreso en otras tres áreas: a) reducción de tamaño –limitado a 80 curules-; b) reducción del tiempo de gestión –debe renovarse cada dos años, limitando a dos periodos la reelección de di-putados-; y c) reducción de funciones –sólo vería la aprobación de presupuestos y la fiscalización al Ejecutivo–.

A este sistema bicameral, Pro Reforma pre-juzga en sus integrantes una naturaleza dual: “el Senado mira por la próxima generación y el Con-greso mira la próxima elección”. En realidad la idea clara sería la de mantener bajo control a la democracia.

En cuanto al Congreso de la República, se sigue la consigna generalizada entre los partidos de derecha, de reducir el número de diputados, elevando la representación ciudadana de cada di-

13 Economista, Premio Nobel en 1974, uno de los represen-tantes del neoliberalismo del periodo de entreguerras; que al aglutinarse en la Sociedad Mont-Pélerin (de la que fue uno de sus fundadores) en 1947, hubo de enfrentar al keynesianis-mo, defendiendo la validez de la viejas tesis paleoliberales, de mercados autorregulados.14 La versión en español que se tuvo a la vista se titula: Dere-cho, Legislación y Libertad, Madrid, Unión Editorial/Univer-sidad Francisco Marroquín, 2006 (7), 600p. Ésta reúne los tres volúmenes originales del inglés; la propuesta se realiza en el capítulo XVII: Un modelo de Constitución. Pp. 473-493.

15 Ibid, p. 491 y passim.16 De latín: senatus, anciano, cuerpo consultivo y legislativo de la República Romana, que se preservó durante el imperio, por representar a los nobles y plebeyos. En la actualidad, algu-nas democracias lo preservan en sus regímenes bicamerales, en los que los senados pueden representar a los nobles como en Gran Breta-ña o a los pueblos/Estados/regiones como en EEUU, España o Alemania, pero siempre a tra-vés de los partidos. Los senadores suelen ser políticos de carrera.17 K. Cancinos: Una propuesta decente (2), Si-glo XXI, p. 16.

18 Por cierto que al TSE le quedaría, en dicho modelo, organizar las elecciones anuales de senadores; las legislativas cada dos años y las de Presidente cada cuatro años; pero, las reformas y otras aplicaciones colaterales de la Ley Electoral quedan reservadas a este senado cuasi patrístico o plutocrático.

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putado (hasta 150 mil ciudadanos por escaño, en vez de los 80 mil de la actualidad), supuestamen-te para hacerlo más manejable y menos propenso a la corrupción, lo que no se demostró cuando el Congreso fue compuesto por ochenta diputados al principio de la democracia actual. También se propone que estos ochenta diputados sean exclu-sivamente distritales (en listas uninominales y abiertas) es decir, eliminando la lista nacional, la cual está concebida para fortalecer a los partidos políticos.

Los partidos serían así más locales que na-cionales y los representantes más comunitarios que partidarios, debilitando, sino es que liquidan-do, al sistema partidario (que sólo tendría sentido nacional para postular candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República). Los diputados tendrían amarradas las manos, pues el derecho de iniciativa de ley que tienen actualmente en lo indi-vidual, se elevaría a cinco diputados, como míni-mo, para poder ejercerlo (Art. 174-b).

En cuanto al poder que media entre ambas cámaras, se asigna a la Corte Suprema de Justi-cia en dos líneas: fortalecimiento presupuestario (autorregulado) y permanencia vitalicia de los ma-gistrados. Tal sería el caso también de la Corte de Constitucionalidad. Para su integración, se hacen propuestas sobre las comisiones de postulación, procesos que se eluden tratar en este ensayo, no sin asentar que han sido objeto de críticas formu-ladas por expertos19 por darle poder a los decanos de las facultades de Derecho de las universidades, entre otros.

En cuanto al Organismo Ejecutivo, éste sería controlado por las dos cámaras. Pro Reforma le-

vanta el tema de la revocatoria de mandato al término de dos años, desde una perspectiva que anula el juicio político pre-vio y elimina el disenso.

En el Artículo 168 se se-ñala que cualquier grupo de ciudadanos que reúna cien mil firmas (de empadronados) pue-de pedir una consulta popular para revocatoria de mandato del Presidente y Vicepresiden-te, a lo cual el Congreso o cá-mara baja, tiene que responder inmediatamente que sí y trami-tarla en un lapso no mayor de treinta días; a su vez, el Tribu-nal Supremo Electoral deberá realizarla en no más de sesenta días después de aprobada.

Cualquier diputado que diga no (o, ¿por qué?) sería procesado judicialmente de in-mediato. De resultar favoreci-

do el SÍ en la consulta para la revocatoria con un número mayor al total de votos con que los man-datarios fueron electos originalmente, tendrían ambos que renunciar de inmediato y en su lugar el presidente del Senado tomaría su lugar, en vez del Vicepresidente, como está previsto en la Constitu-ción actual.

Hay otras propuestas menores que Pro Re-forma recoge por aquí y por allá, las cuales son congruentes con sus principios filosóficos; por ejemplo: que todas las entidades descentraliza-das y autónomas tengan la obligación de enviar sus presupuestos anuales para ser aprobados;20

prohibición de presupuestos deficitarios o que cualquier impuesto nuevo que se apruebe tendría destino puntual y temporal (Art. 237) o que los go-bernadores departamentales sean electos en vez de nombrados (aunque no se les reconoce personería jurídica a los departamentos, es decir, su autonomía, Art. 227).

Demás está decir que es falso, en forma y contenido, el silogismo de que la violencia y la pobreza se erra-dican con una reforma constitucional. La ciencia de la demostración que los libertaristas dicen defender no se sostiene con esta propaganda; de otro modo, las ciencias sociales ya hubie-ran certificado leyes para una u otra consecuencia de la actividad humana.

COMENTARIOS GENERALES

Pro Reforma pone el acento de la des-composición del régimen partidario y electoral del país, como uno de los ar-

19 Como en el programa de Libre Encuentro, en su emisión del domingo 22 de febrero, en el que quien el autor participó junto a Alejandro Balsells, vicepresidente del CEDECON, en diálogo con representantes de Pro Reforma.

gumentos principales para proponer el cambio de sistema. Otro argumento es la infuncionalidad del Estado de Derecho. En ambos tiene razón, pero las soluciones deben ser consensuadas y su apli-cación gradual. En general, puede afirmarse que, lo que Pro Reforma levanta como reforma cons-titucional, no puede calificarse únicamente por el número de textos a modificar sino por los cambios sustantivos que marcaría. Visto en perspectiva, no se trata de una enmienda parcial sino de una sus-titución, pues el problema que ellos ven es el del sistema vigente.

Proponer otro sistema no es problema, sino la regresión respecto de lo avanzado, que ubicaría la propuesta no en una reforma sino en una contra-rreforma. Veamos: la propuesta acerca del senado es básicamente una vuelta al voto censitario; por tanto, constituye una regresión de la democracia de voto universal y secreto.

Su conformación y funciones son también una elevación del elitismo a estatus de contrapo-der o contrapoder elitista (nótese que actualmente hay apenas unos 180 mil ciudadanos de 50 años de edad, según cálculos que se desprenden del censo de población de 2002 y un número menor de aquellos que podrían pagar su candidatura para uno de los 45 puestos) para mantener a raya a los otros poderes, repitiendo en clave libertarista las consignas de las izquierdas radicales de constituir contrapoderes para socavar el régimen establecido y tumbarlo.

Evidentemente preocupados por los exce-sos de la democracia mayoritaria, la pretensión de una democracia de consenso con este modelo se obstaculiza por imposición de una de las partes (minoritaria, por demás) y se desdice, al crear de hecho un régimen no democrático, “sólo de legali-dad” (formal, sin contenido).

Lo anterior queda ratificado con el sistema de Congreso restringido que proponen. Cierto que la idea de una votación por lista abierta y unino-minal es atractiva, incluso verdaderamente liberal,

20 Parece obvio deducir que las municipali-dades y la USAC no podrían recibir el situado constitucional.

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al hacer que sea el propio elector el que “fabrique” su propia lista de diputados por los que quiere vo-tar.

Trae la reminiscencia de votar por “nota-bles” como en la cámara alta inglesa, en vez de “campesinos comunes”, lo cual ya es de por sí un sistema elitista.21 Sin embargo, las experiencias internacionales como la de los senados español y británico muestran que el votante de todos modos vota por el partido de sus preferencias y el que en-cabeza las listas (los populares). La tendencia es también a crear sistemas bipartidistas, porque se ampara en sistemas mayoritarios.22

El régimen electoral guatemalteco actual es de corte mayoritario (absoluto) en el caso de elección de Presidente de la República y de corte proporcional (igualdad del voto) en el Congreso al aplicar la fórmula D´Hont; ambos métodos se aplican en los municipios. Se impone una barrera legal para eliminar los partidos pequeños. La lista cerrada y bloqueada está orientada a fortalecer el sistema partidario, pero con el inconveniente de que se fomenta el anonimato de los candidatos se-cundarios.

En Guatemala, el anonimato de los candida-tos debería fortalecer a los partidos, así como la lista nacional, pero está visto que, al no haber par-tido fuerte y con identidad, las lealtades partida-rias de los electos son volátiles. Ello, que catalo-gamos como transfugismo, se incrementaría con el voto uninominal, pues no habría lazos reales entre el candidato y el partido; la curul le pertenece al electo no al partido. Pro Reforma no procura este lazo cuando propone que, tras una vacante en el Congreso, el partido no tiene derecho a nombrar al sustituto (como en la Constitución actual) sino que debe convocarse de nuevo a otra elección en la circunscripción (Art. 165).

La experiencia ha demostrado que los dipu-tados distritales se ocupan más por llevar obras a sus comunidades que por la política misma; es decir, se ocupan de sus circunscripciones. Los de listado nacional se ocupan de los temas naciona-les, por lo que la propuesta de Pro Reforma de eli-minar el listado nacional terminaría fortaleciendo el clientelismo y el control del Ejecutivo respecto de los diputados distritales, como pasa ahora con los alcaldes.23

Por lo demás, acusar a los parlamentos de to-dos los males de la democracia, tal como ocurrió en Europa en el periodo entre guerras, ya demos-

tró ser la antesala de las dictaduras fascistas, cuya primera acción declarada o solapada ha sido la de dinamitar al sistema partidario y a la libre compe-tencia entre los partidos.

Aunque es evidente que el Organismo Ju-dicial debe ser fortalecido financieramente, los expertos indican24 que ello debe ser posterior a una depuración y fortalecimiento del mismo, para no “empachar todavía más al enfermo”. Pero, el problema principal y urgente sigue siendo el de erradicar el control del crimen organizado en los órganos de seguridad y justicia, para combatir la impunidad; ello se puede hacer sin reforma cons-titucional.

CONCLUSIONES PRELIMINARES

La propuesta de reforma constitucional del grupo Pro Reforma no es la primera que se hace desde el arribo a la democracia actual. En la actualidad, los sentimientos de insatisfacción con la Constitución vigente abundan.

Los temas a discutir son al menos, tres: 1) si ello es realmente necesario y no una estrategia política; 2) qué parte –cuáles artículos– sería ne-cesarios reformar; y 3) cómo hacerlo. Sobre esto último, quien firma este artículo ha concluido en la necesidad de reformar la Constitución para adecuarla a la evolución de la democracia actual, haciéndolo a través de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para asegurar su esencia re-fundacional. Pro Reforma rechaza la idea de una ANC y someterse a un consenso político, por lo que el Congreso actual (dos terceras partes del total de miembros) tendría que atenerse a conocerla y sim-plemente decirle sí (y de todos modos someterla a consulta popular). Es de suponer, además, que ya en medio de la con-sulta popular, los activistas del NO y los del SÍ po-larizarían innecesariamente a la sociedad con una discusión ideológica y de clase, razón por la que es preferible una ANC de amplio espectro (político-social) para que su legitimidad esté asegurada. No obstante, la ruta para hacer reformas sin reformar la Constitución sigue siendo un método válido.

La reconstrucción del andamiaje institucio-nal que Pro Reforma propone la sitúa en el mismo nivel que cualquier otra propuesta de constructi-vismo, el cual, al ser ensalzado como superior en su concepción de orden social, lo convierte auto-máticamente en un programa político e ideológico –respetable de existir– pero que, como todos, de-bería someterse al escrutinio de las urnas en com-petencia abierta.

La sola idea de montar un “reino de la liber-tad”, sobre la base de esquema predeterminado y

unilateral, tan visible en Marx como en Hayek, se ha mostrado útil para toda clase de dictaduras personales, militares, élites ilustradas o de partido único, que no duda en corregir la vida y la socie-dad en nombre de un mundo mejor, pero que al final se manifiesta en función de los intereses de unos pocos en desmedro de las mayorías.

Pro Reforma tiene derecho a predicar que “cuando se respetan los derechos individuales, surge espontáneamente la economía de mercado”; y tiene derecho también a cuestionar el modelo económico guatemalteco, sosteniendo que éste no es verdaderamente libre y que, por eso, somos un país subdesarrollado. Pero no puede imponer tesis maximalistas, muchas de ellas de orden ideológi-co, a un texto constitucional y esperar que el resto del mundo político, social y académico lo acepte sin más.

De una exitosa lucha por la razón pluralista que estuvo en el origen del pensamiento liberal, estamos ahora ante una necesaria crítica hacia la razón monolítica, en la que estaría degenerando tal programa, tras el imperio del capitalismo y la crisis de la sociedad burguesa.

EPÍLOGO

Con todo y sus males, la democracia liberal –de pluralismo, alternancia y equilibrio de poderes– es hasta el momento el único antídoto contra la arbi-trariedad y permanencia de los poderosos. Pro Re-forma ha formulado algunas preguntas claves que los investigadores y teóricos guatemaltecos deben comenzar a atender:

¿Son necesarios los partidos políticos en una democracia? ¿es la democracia un medio y, a la vez, un fin? es decir, ¿está dotada de un sen-tido normativo colectivo? Y, más importante aún, ¿constituye la democracia fuente de Derecho? Si no ¿qué lo es? Y si sí ¿cuáles son sus signos? Es obvio que la respuesta es un Estado de Derecho; pero, si éste es infuncional, ¿la culpa es de la de-mocracia? ¿Debemos rehusar la interpretación libertarista del mundo por antidemocrática o por-que es muy democrática? Lo que comúnmente se denomina partidocracia –en uso despectivo– ¿no será una forma disfrazada de combatir a la mis-ma democracia, en aras de un poder que no sale a luz? ¿La insatisfacción actual con la democracia no será una crisis de valores democráticos y con las responsabilidades que todos debemos asumir en ella? El libro sigue abierto...21 Suele ocurrir también que muchos líderes de opinión o de

audiencia de medios son muy conocidos y desdeñan a quienes están en los parlamentos u otros cargos públicos de elección popular, por lo que reclaman sistemas uninominales, porque al final un desconocido en el parlamento representa más votos fijos que las volátiles rating de los mass media. 22 Cf. Dieter Nohlen: Elecciones y sistemas electorales, Ca-racas, Fundación Friedrich Ebert, Editorial Nueva Sociedad, 1995(3).22 Frente a la debilidad general de los partidos políticos gua-temaltecos, se han fortalecido en cambio muy pocos políticos de carrera que son los que dan sentido al Congreso, porque la mayoría de diputados provienen de la sociedad civil, que carecen del sentido deontológico de la política y del Estado.

24 Conversación con José Carlos Marroquín (26 de febrero 2009), director ejecutivo de la Comisión para la Moderniza-ción del Sector Justicia, quien tiene un menú de reformas para erradicar la impunidad en las cortes, pero requiere de amplios consensos y prioridades partidarias y gubernamentales para lograrlo.

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7No. 1/MARZO 2009

MESA REDONDA, “ELECCIONES EN EL SALVADOR Y SUS IMPACTOS EN GUATEMALA”

El viernes 20 de marzo, en el auditórium “René Poitevin” de FLACSO-Guatemala, tuvo lugar la mesa redonda “Elecciones en El Salvador: repercusiones en Guatemala”, con la participación de distinguidos ponentes: entre ellos Adrián Zapata, Francisco Beltranena, Alfredo de León y Lorena Peña Mendoza (diputada del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Dicha actividad estuvo súmamente concurrida, como puede apreciarse en una de las fotos que acompaña esta nota.

“MASAS, ARMAS Y ÉLITES. GUATEMALA, 1820-1982ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DE EVENTOS HISTÓRICOS”

Con el título Masas, armas y élites. Guatemala, 1820-1982. Análisis sociológico de eventos históricos, fue presentado el miércoles 11 de marzo, el Tomo III de la Colección Lecturas de ciencias sociales, del Postgrado Centroamericano de FLACSO. Dicho estudio, obra original del doctor Manolo Vela Castañeda, tuvo como comentaristas a los doctores Jorge Luján Muñoz (URL), Gustavo Palma (AVANCSO) y Ricardo Sáenz de Tejada (FLACSO-Guatemala).

Foto: Carlos López

Foto: Carlos LópezFoto: Carlos López

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