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    El historiador y su obra: Futuro pasado,de Reinhart Koselleck1

    Dieter Langewiesche

    Universitt [email protected]

    Seoras y seores:Cuando se escucha una conferencia sobre una persona a la que el orador

    valora especialmente conviene guardar las distancias. Es el caso de esta tarde.Conoc a Reinhart Koselleck siendo yo estudiante en Heidelberg, a finales

    de la dcada de 1960, y, aunque entonces en la distancia del aula, me dej

    inusualmente impresionado como joven universitario que yo era. Luego pudeencontrarme con l dos veces casi todos los aos durante varios das, en losdebates delArbeitskreis fr moderne Sozialgeschichte (Grupo de trabajo de histo-ria social moderna), en aquella poca un importante foro de discusin inter-disciplinar para la historiografa alemana. All nos conocimos tambin personal-mente, en largas veladas de discusin.

    No he sido alumno de Koselleck, pero su modelo de historia de los concep-tos ha influido en mi forma de abordar la historia. Un reseador britnico escri-bi una vez que Koselleck es mi dolo domstico para cuestiones tericas. Me

    parece excesivo. S es verdad que uno y otro compartimos nuestro aprecio porun terico de la historia del siglo XVIII, del cual opinbamos que haba sabi-do, ya entonces, casi todo lo que hoy sabemos sobre la perspectiva en el cono-cimiento y el anlisis de la historia. Casi todo. La teora de Chladenius2 sobre el

    1. Este texto corresponde a una conferencia pronunciada el 30 de junio de 2015, en la Uni -versidad de Tubinga (Alemania), dentro del ciclo Studium Generale, dedicado a los ele-mentos ms destacables de las Humanidades (traduccin de Jess Milln, Universitat deValncia).

    2. Johann Martin Chladenius,Allgemeine Geschichtswissenschaft, Leipzig, Friedrich LancksErben, 1752, reeditado con una introduccin de Reinhart Koselleck (Viena, Bhlau, 1965).

    Pasado y Memoria. Revista de Historia Contempornea, 14, 2015, pp. 281-297DOI: 10.14198/PASADO 2015.14.11

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    punto de vista explica por qu la percepcin de un acontecimiento dependede la posicin en que se site el observador: status social, religin, amigo o

    enemigo, vecino o extrao, intelectual o no y muchas cosas ms. Hoy aadira-mos otros puntos de vista, sobre todo hombre o mujer. Chladenius era cons-ciente tambin de la transformacin de la historia al narrarse. Quien narra ocuenta por escrito una historia la transforma, al darle una estructura. La estruc-tura temporal contribuye a ello. Pero Chladenius an no se dio cuenta de queel tiempo que transcurre, el tiempo entre lo acontecido y la narracin de loacontecido, transforma el suceso: este es trasladado a otros contextos y, de estaforma, queda transformado en su significacin histrica. Y este precisamentefue el tema de Reinhart Koselleck toda su vida: el tiempo y la historia, la impor-

    tancia del tiempo para la comprensin de la historia, para la historiografa.Encontrar este cambio del pasado a travs del tiempo en el lenguaje, condensa-do en un concepto. La obra de su vida fue la historia de los conceptos, algo queantes de l no exista de ese modo. Lgicamente, tambin l se alzaba sobre loshombros de otros.

    Koselleck escribi adems otras cosas: su trabajo de habilitacin sobre Pru-sia en la primera mitad del siglo XIX; tambin una historia de Europa en lamisma poca.3 Los expertos valoran estas obras, pero esos libros no lo han hechofamoso. Fue con sus estudios sobre la historia de los conceptos cuando gan

    fama internacional.

    La persona: Koselleck, historiador

    La cuestin de la historia y el tiempo atraviesa esta obra sobre el anlisis semn-tico de la historia. Y el libro que hoy nos ocupa expresa este punto de vista tam-bin en su ttulo: Vergangene Zukunft. Zur Semantik geschichtlicher Zeiten, Futuropasado. Sobre la semntica de las pocas histricas. Pero, en primer lugar, diga-mos algo sobre la persona. Este es el programa de esta serie de conferencias: per-sonalidad, obra, qu es lo que queda en pie?

    La persona. En una entrevista sobre su forma de considerar la historia, dijouna vez que l prefera abordar la historia en su conjunto como profanoantes que como especialista en un solo campo4. La especializacin actual,

    Dieter Langewiesche

    3. Reinhart Koselleck, Preuen zwischen Reform und Revolution. Allgemeines Landrecht,Verwaltung und soziale Bewegung von 1791 bis 1848, Stuttgart, Klett-Cotta, 1967 (con variasreed. posteriores); Louis Bergeron, Francois Furet, Reinhart Koselleck, Das Zeitalter dereuropischen Revolution, Frankfurt am Main, Fischer Verlag, 1969 (trad. cast. de F. Prez,Madrid, Siglo XXI, 1976).

    4. Begriffgeschichte, Sozialgeschichte, begriffene Geschichte. Reinhart Koselleck im Ges-prch mit Christof Dipper, Neue politische Literatur(1998-1), pp. 187-205.

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    como sucede por ejemplo en historia contempornea en exclusiva la gentese habilita incluso en esto, era una catstrofe, segn su opinin. El modelo

    de historia de los conceptos de Koselleck est organizado a base de largos perio-dos temporales. A menudo, desde la antigedad griega y romana. Con la espe-cializacin no poda hacer nada. Y as estaba organizada tambin su carreraacadmica. Segn creo, en esto pueden reconocerse sus orgenes.

    Koselleck se cri en una familia de la Bildungsbrgertum5. Esto model porcompleto su forma de vida, incluyendo la cientfica, e irrumpi una y otra vezen su biografa. La formacin intelectual como forma de vida. As se hizo foto-grafiar, para un artculo con motivo de su octogsimo cumpleaos, en el Frank-

    furter Allgemeine Zeitung. Vivir como un burgus ilustrado, segn contaba Kose-

    lleck, significaba en su familia: tocar msica en casa, leer, leer de nuevo, asis-tir a conciertos y visitar museos, estar orgulloso de la historia de la familia yescribir cartas. Mi madre escriba casi todos los das de cuatro a cinco cartas.Mi familia es la confluencia de una familia burguesa de origen hugonote, ins-talada en el mundo acadmico durante ms de siglo y medio, por parte demadre, con la familia de mi padre, que haba ascendido socialmente haca poco.Su madre, como hugonote, haba estudiado en francs, naturalmente en Gine-bra, no en Francia, y como hija de una familia de la burguesa ilustrada se habaformado como concertista de piano. El abuelo materno poda permitirse darle

    estos estudios, ya que era catedrtico de medicina. Posiblemente esto asegurluego la supervivencia de Koselleck tras la II Guerra Mundial en el cautiveriosovitico. All lo oper un antiguo mdico asistente de su padre, quien se preo-cup, adems, de que bastante pronto, hacia finales de 1946, fuese liberado desu encierro6. La red de contactos de la burguesa ilustrada, deca Koselleck, lopreserv y lo recogi.

    Su familia contribuy a darle unos conocimientos educativos que hicieronposible la amplia formacin de Koselleck lo que hoy, seguramente en tono decensura, se llamara su curriculum desestructurado, carente de objetivo y despil-farrador de tiempo y lo dotaron estupendamente para su manera de plantear-se la historia. Segn contaba, durante los aos de su carrera se consumi de unafacultad a otra, haciendo trabajos, asistiendo a cursos y leyendo. Entre sus pro-fesores ms importantes citaba a los filsofos Heidegger, Gadamer y Lwith.Y al jurista Carl Schmitt. Muchos se tomaron esto a mal y su agradecimiento

    El historiador y su obra: Futuro pasado, de Reinhart Koselleck

    5. Burguesa con formacin (acadmica). Este trmino designa a los sectores burguesesque se caracterizan por su cualificacin universitaria como profesionales, altos funcio-narios o expertos con suficiente independencia y prestigio social (N. del t.).

    6. Manfred Hettling, Bernd Ulrich, Formen der Brgerlichkeit. Ein Gesprch mit ReinhartKoselleck, en Id., ed., Brgertum nach 1945. Hamburgo, Hamburger Ed., 2005, pp. 40-60.

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    a Carl Schmitt en el prlogo de su tesis doctoral le cost no ser designado parasu primera plaza como profesor universitario. Koselleck deca de Schmitt que

    haba sido uno de los estmulos intelectuales ms agudos que he encontradoen mi vida7. Esto era lo que contaba para l, no lo que Schmitt haba escritoen la poca del nazismo. Eso, simplemente, me interesa poco. Puesto que param estaba muy claro que todos estaban liados con el nazismo. Saldar cuentasmorales por ese motivo me quedaba lejos8.

    Puede verse en ello una forma de guardar silencio, quizs tambin condi-cionada en parte por su familia, pues el padre de Koselleck, que haba sido unconocido reformador de la pedagoga durante la Repblica de Weimar, prime-ro fue destituido por republicano por los nazis, pero luego, cuando fue readmi-tido, ingres en 1936 en la caballera de las SA, a fin de protegerse a s mismo y

    a su entorno. Su padre tambin estaba, por tanto, en ese lo. Igual que el mismoKoselleck, quien en 1941, siendo alumno de Gymnasium, se enrol voluntaria-mente en el ejrcito, junto con toda su clase. De esta forma, podan elegir el armade destino9. Liarse como proteccin: as podra interpretarse lo que contabaKoselleck.

    Con todo, en su desinters por las implicaciones concretas de personasindividuales en el nacionalsocialismo puede verse arraigada tambin su formade analizar la historia, tal como la ensay en su tesis doctoral Kritik und Krise.Eine Studie zur Pathogenese der brgerlichen Welt/10 Crtica y crisis. Un estu-

    dio sobre la patognesis del mundo burgus. Entonces, en 1954, toda una lla-mada de atencin; todava ahora, un libro sugerente, ya que analiza la proclivi-dad de la utopa a transformarse en totalitarismo. Hoy, una vez ms de actua-lidad. En aquella poca, una va para plantearse las races del nacionalsocialis-mo11. El libro tuvo un xito extraordinario. Hasta 1973 aparecieron 12 edicio-nes. De una tesis!

    La insercin social de Koselleck en la burguesa ilustrada cre una red enla que viva y pensaba. Esto le ayud en su carrera acadmica, l no lo pasaba

    Dieter Langewiesche

    7. Reinhart Koselleck, Carsten Dutt, Erfahrene Geschichte. Zwei Gesprche. Heidelberg,

    Universittsverlag Winter, 2013.8. Hettling, Ulrich, Formen der..., p. 56.9. Me lo cont despus. Solo un alumno de su clase, un amigo suyo, no pudo enrolarse

    como voluntario, ya que era de confesin catlica. Fue reclutado por va regular, asig-nado al arma ms peligrosa, la infantera, y cay en el campo de batalla como soldadopoco despus.

    10. Crtica y crisis. Un estudio sobre la patognesis del mundo burgus. Madrid, Rialp, 1965,trad. de R. de la Vega; nueva ed. de J. A. Pardos, Madrid, Trotta, 2007, trad. de R. de laVega y J. Prez de Tudela. La edicin original se public en Verlag K. Alber, de Freiburgim Breisgau y Mnich, en 1959.

    11. Otros recurrieron tambin a esa va, incluso algunos que no tenan nada que ocultar encuanto a su relacin con el nacionalsocialismo.

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    por alto. Pero sobre todo le proporcion un amplio horizonte intelectual. Esteera, en sus propias palabras, un requisito bsico para construir una historia delos conceptos que pretenda ser satisfactoria: la capacidad de dominar las disci-plinas afines, al menos para poder analizar sus influencias. Disciplinas afineseran para l ante todo la filosofa, la teologa protestante como burgus ilustra-do no poda considerar el catolicismo, la literatura, el arte.

    Koselleck estaba abierto a estas disciplinas y, por tanto, tambin tena algoque aportarles. Hoy en da no identifico a ningn historiador alemn que seatenido en cuenta y que influya tanto, por encima de los lmites de las disciplinasacadmicas, como Koselleck. Un pequeo indicio: el libro del que nos ocupa-remos hoy se encuentra en Tubinga, adems de en la biblioteca universitaria,en las bibliotecas de diez departamentos de ocho facultades distintas.

    Este inters ms all de las disciplinas concretas se basa en su modalidadde historia de los conceptos. En esta historia, la cuestin no es el transcurso delos acontecimientos, sino lo que condiciona ese transcurso. No como deter-minacin, sino como condiciones de posibilidad para la actuacin humana.Koselleck quera encontrar esas condiciones de posibilidad en el lenguaje de losconceptos y en sus cambios. Pero l pensaba tambin en lo que impregna a laexperiencia humana al margen del lenguaje y, de esa forma, impregna su actua-cin y la historia. Pues la historia consiste siempre en la actuacin de la gente.La historia la hacen las personas, a travs de su percepcin del mundo y de su

    actuacin en ese mundo. Las dos cosas estn unidas. Cmo se configura la his-toria de este modo era lo que Koselleck quera analizar en el lenguaje y, en sultima poca, cada vez ms teniendo en cuenta lo extralingstico, en especiallas imgenes que la gente se hace del mundo. Por eso tambin los historiado-res del arte se ocupan hoy de Koselleck. Pueden encontrar ustedes informacinal respecto en el libro Reinhart Koselleck und die politische Ikonologie (ReinhartKoselleck y la iconologa poltica)12. La exposicin de las fotos de Koselleck,que ha exhibido hace poco el Deutsches Literaturarchiv de Marbach, remiteprecisamente al inters de Koselleck por lo no lingstico. Pero en su obracomo historiador esto ocupa un lugar en el margen, no obstante sus influyen-tes estudios sobre los monumentos a los cados de guerra y sus intervencionespblicas en los debates sobre monumentos histricos, el monumento conme-morativo del Holocausto en Berlin y la escultura de Kthe Kollwitz en la Neue

    Wache de Unter den Linden. La situacin existencial de su vida hace sospecharque en esto repercuta la experiencia de su mundo de vida. La experiencia esuna categora fundamental de su obra historiogrfica. Era una historia que con-taba siempre. Tambin me la cont a m.

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    12. Ed. por Hubert Locher y Adriana Markantonatos, Berlin, Deutscher Kunstverlag, 2013.

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    Veamos el trasfondo. Como soldado, estuvo en el frente oriental, tambinen las proximidades de Babi Jar13. Haba odo hablar, siendo un simple solda-

    do, del asesinato en masa de judos por parte de una unidad especial alemana,accin en la que fue corresponsable la Wehrmacht. No conoci los detalles,solo la monstruosidad de aquel asesinato masivo. A travs de sus familiares,tena conocimiento del campo de concentracin cercano a Weimar, el campode Buchenwald, y la hermana de su madre, que padeca una enfermedad men-tal, haba sido asesinada en el denominado programa de eutanasia. Todo estolo saba, pero no haba odo nada durante la guerra del asesinato sistemtico delos judos europeos, segn contaba, cuando se produjo la siguiente escena enel campo de prisioneros sovitico de Auschwitz. Koselleck estuvo all, antes deser enviado a otro campo en Kazajistn, un complejo que eterniz Solzhenitsyn

    en suArchipilago Gulag.Haba all un vigilante que era de Alta Silesia, que quiso estrellarme un tabu-rete en la cabeza porque yo no pelaba las patatas con suficiente rapidez, perolo lanz a la esquina, rompindole una pata, y me grit [al llegar aqu, Koselleckse pona de pie e imitaba el lenguaje]: Que tenga que partirte a ti el crneo,aqu, donde habis gaseado gente a millones. Ah, de golpe, me d cuenta deque no poda ser inventado14.

    El lenguaje y lo no lingstico, ambos unidos, grabaron de esta forma en suexperiencia un suceso que l antes no conoca. De una manera imborrable.

    Sobre esto reflexion luego como historiador en importantes trabajos sobre lahistoria de las experiencias. Una experiencia imbricada en el cuerpo. En esesentido interpret enseguida los sueos publicados por Charlotte Beradt bajo elttulo Das dritte Reich des Traums (El tercer Reich del sueo)15. Las historias deesos sueos, deca Koselleck, testimonian en cuanto textos de ficcin elterror, pero a la vez son parte integrante del terror: terror soado en el cuer-po. Solo aprehensibles por el historiador en la narracin de los sueos, pero enel lenguaje y a travs de l experimentables como acto de terror del cuerpo.

    Tiempo, experiencias y expectativas

    Paso de esta forma a la segunda parte: la obra, es decir, nuestro libro. Si ustedesno se han ocupado de Koselleck, les recomiendo como una breve introduccin

    Dieter Langewiesche

    13. Poblacin de Ucrania, donde se produjo un conocido episodio del genocidio judo tras serocupada por la Wehrmacht, en septiembre de 1941 (N. del t.).

    14. Koselleck, Dutt, Erfahrene Geschichte, p. 22.15. Charlotte Beradt, Das Dritte Reich des Traums, Mnich, Nymphenburger Verlagshandlung,

    1966, y Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1981 y 1994 (con un eplogo de Kose-lleck). Ha sido traducido al francs (Pars, Payot et Rivages, 2002), italiano (Turn,Einaudi, 1991) e ingls (Chicago, Quadrangle, 1968).

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    Erfahrene Geschichte (Historia experimentada), un pequeo librito con dosentrevistas.

    Koselleck fue un hombre de textos cortos, no de libros. Es cierto que escri-bi tres libros, pero no lo hicieron famoso. Su fama fue y es en la actualidad obrade sus ensayos, que l mismo recogi en tres libros: Vergangene Zukunft (Futuropasado, 1979, 9 ed. en 1988, traducido a varios idiomas)16, Zeitschichten (Losestratos del tiempo)17 y Begriffgeschichten (Historias de conceptos, en 2006,el ao de su muerte)18. Por ese motivo no pudo acabar la introduccin, en laque quera hacer un balance del tipo de historia que practicaba. El ltimo tomode Vom Sinn und Unsinn der Geschichte (Del sentido y sinsentido de la histo-ria)19 fue editado de manera pstuma en 2010. No s si ese haba sido el deseode Koselleck. Lo cierto es que l no entregaba un texto a la imprenta con faci-lidad. Nada le resultaba tan difcil como escribir y, hasta que se impriman,todos sus textos, a menudo surgidos a partir de conferencias, se modificabanconstantemente20. Y dej sin publicar algunas de sus conferencias. Lo que dejsin publicar lo tenemos ahora en forma de libro.

    El monstruo rojo que ven en la pantalla, nueve gruesos volmenes, ms de9.000 pginas de formato grande, impresas a doble columna, por tanto, unaenormidad de texto, no fue escrito por l mismo, sino que lo edit conjunta-mente con Werner Conze: Geschichtliche Grundbegriffe. Historisches Lexikon zur

    politisch-sozialen Sprache in Deutschland (Conceptos fundamentales de la his-

    toria. Lxico histrico del lenguaje sociopoltico en Alemania)21. Koselleck

    El historiador y su obra: Futuro pasado, de Reinhart Koselleck

    16. Vergangene Zukunft. Zur Semantik geschichtlicher Zeiten, Frankfurt am Main y Berlin,Surhkamp Verlag. (Trad. cast., Futuro pasado. Para una semntica de los tiempos hist-ricos, Barcelona, Paids, 1993. N. del t.).

    17. Zeitschichten. Studien zur Historik. Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 2000 (trad.cast. de D. Innerarity, Los estratos del tiempo. Estudios sobre la historia, Barcelona, Paids,2001. N. del t.).

    18. Begriffgeschichten. Studien zur Semantik und Pragmatik der politischen und sozialen Sprache.Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 2006. (Trad. cast.de Luis Fernndez, Historiasde conceptos. Estudios sobre semntica y pragmtica del lenguaje politico y social. Madrid,

    Trotta, 2012. N. del t.).19. Vom Sinn und Unsinn der Geschichte. Aufstze und Vortrge aus vier Jahrzehnten . Berlin,Suhrkamp Verlag, 2010.

    20. Una de sus antiguas colaboradoras me cont hace poco, cuando yo le hablaba de mi con-ferencia de hoy, que ellas preparaban los trabajos impresos de Koselleck a partir de irpegando muchas, inacabables inserciones que l escriba en papeletas, siempre a mano,y no mediante un ordenador personal, sino todo a mano. Y siempre tenan miedo de colo-car las inserciones en un lugar en que no corresponda. No hay que excluir que sucedie-ra algo as, pues muchos pasajes se leen de manera crptica. Pero no se disuadan por ello,vale la pena. Y en el caso de un personaje genial, y l lo era, inserciones en lugares err-neos pueden ser tambin muy sugerentes.

    21. Stuttgart, Klett-Cotta, 1990-1997.

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    esboz la concepcin de este lxico, pero en principio haba sido previstopara l, como un puesto en espera de su primera plaza en la universidad. No

    obstante, luego el proyecto creci y creci y muchos artculos tienen la exten-sin de un libro. Koselleck, con un trabajo paciente y devorador del tiempo, sepreocup de que esta gran obra pudiera completarse y ser publicada. l mismoescribi algunos artculos; en muchos ms incorpor textos parciales de refle-xin terica, ya que los autores no haban entendido qu era lo que l esperabarecibir de ellos.

    Este lxico un gran xito cientfico, a escala internacional parte delsupuesto de que en el periodo en torno a 1800 se produjo una transformacinfundamental del lenguaje. En una ocasin Koselleck habl, de forma provi-

    sional, de un Sattelzeit (periodo a caballo o de transicin), a caballo entrela premodernidad y la modernidad, un trmino que ha ganado independencialgica, sin que l pudiera ya volver a retenerlo. Qu sucedi en esa poca,hacia 1800, en trminos generales? A eso se refiere la mayora de los ensayosdel libro Futuro pasado Lo ilustra bien su breve estudio Historia magistravitae. ber die Auflsung des Topos im Horizont neuzeitlich bewegter Geschichte(Historia magistra vitae. Sobre la extincin de este principio en el horizontede la historia que transcurre en la poca moderna). Un texto fundamental, quedespert una gran atencin y que contina suscitndola.

    La frmula de la historia como maestra de la vida se acu en el mundoantiguo y fue asumida en la historiografa cristiana. Esto es algo caractersticode la historia conceptual de Koselleck y su lxico est organizado en consecuen-cia. Se estudian las races histricas de un concepto, en este caso de un lemaarraigado, para, a continuacin, indagar en el cambio experimentado en cuantoa su significado en el periodo en torno a 1800. El ncleo central de este lemahistoria magistra vitae sigui siendo, en todas sus reformulaciones hasta elsiglo XVIII, que la historia se repite y, por eso, el hecho de que la experienciahistrica se pueda ensear es un aspecto de la misma experiencia.

    En el siglo XVIII la palabra historia fue siendo desplazada progresivamenteen el lenguaje poltico alemn por el trmino Geschichte22. Koselleck lo entien-de a partir, sobre todo, de textos del debate intelectual y detecta dos transforma-ciones bsicas de significado:

    1. Geschichte se transforma en un singular de carcter colectivo. As lo deno-min Koselleck. Singular colectivo, qu significa eso? Geschichte ya no es vista

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    22. Este sustantivo alemn se incluye en el campo semntico del verbo geschehen (acontecer,suceder), a diferencia del significado griego de historia, que remite al esfuerzo de inves-tigar para conocer (nota del traductor).

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    sencillo, como todo lo de Koselleck, pues el autor no narra acontecimientos,sino que indaga sus huellas en el lenguaje de los conceptos histricos.

    Que la historia universal debe volver a escribirse de cuando en cuando,sobre eso no queda duda alguna en nuestros das: as resuma Goethe el cam-bio en la nocin de la historia en torno a 1800. Reescribirla no en funcin denuevas fuentes, sino en virtud de nuevas experiencias, que transforman nuestramirada hacia la historia. Esta valoracin se une entre quienes vivan hacia 1800con la experiencia de que el tiempo histrico se estaba acelerando. La acele-racin es una experiencia decisiva que conduce a la idea de la era contempo-rnea (Neuzeit). Sobre esto Koselleck escribi siempre. A partir de esa expe-riencia de la aceleracin, defini la idea de progreso, que en aquella poca seconvirti en una nocin central. La historia puede hacerse, cuando el indivi-duo configura el progreso. De esta forma surgen los conceptos relacionadoscon movimientos, que invent el siglo XIX y nos transmiti a nosotros. Con-ceptos relacionados con movimientos que se dirigen a crear el futuro de acuer-do con las propias nociones, surgidas de la experiencia histrica, pero en elmarco de un horizonte de expectativas que separa claramente la historia y elfuturo. Los conceptos ms influyentes fueron liberalismo y democratismo,conservadurismo, socialismo, comunismo y marxismo: todos los conceptos ter-minados en -ismo. Son ideas del progreso y de movimientos para configurar elfuturo.

    Kant mostr la manera de actuar de estos conceptos tomando como baseel de republicanismo. Una invencin lxica suya. No la repblica, que es unconcepto antiguo, que desde la antigedad puede tener contenidos distintos,hasta el trmino antidemocrtico republicanos, en la actualidad. Se trata de ungiro total del significado, desde la idea progresista de repblica, durante laRevolucin francesa, hasta las ideas polticas y sociales de los republicanos denuestros das. El republicanismo, ese concepto creado por Kant, se dirige haciaun programa de futuro, que va detrs de su nocin de una historia a priori, esdecir, la historia como progreso hacia un mayor grado de humanidad. Y ese

    modelo de progreso, que se habra encomendado a los seres humanos, se trans-forma en un programa de accin: el republicanismo. As define Kant su hori-zonte de expectativas como un programa para hacer historia.

    La historia ahora se concibe como algo que se puede hacer y por eso cam-bia cada vez ms deprisa: la aceleracin como experiencia colectiva. Pueden verloustedes constantemente en las fuentes de la poca en torno a 1800. El tiempose escapa, los ms inteligentes lo saben hace mucho. El mundo ha experimen-tado grandes transformaciones de modo tranquilo y estrindente, con el pasosuave de los das y con los vendavales y los volcanes de la tierra. Sucedern cosas

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    monstruosas. Las mayores cosas sern transformadas. Lo deca en 1808 ErnstMoritz Arndt, un ejemplo de cmo la experiencia de la aceleracin tambin

    cambia la idea de la historia: el tiempo se escapa. Los conceptos acabados en-ismo recogen esta experiencia, se convierten en conceptos de lucha poltica,de lucha por el porvenir. En esos conceptos se esboza el futuro y Koselleckest convencido de que mediante el anlisis de estos conceptos, basndose sis-temticamente en las fuentes y en cmo se empleaban, puede descifrarse lasdisposiciones para la accin de la gente, ya que analizamos su horizonte deexperiencias. Lo analizamos en el lenguaje de esa gente.

    Los conceptos se extraen del lenguaje de las fuentes, este es el verdaderoasunto de la historia como ciencia. Koselleck lo convierte en una tarea teri-camente ambiciosa, ya que define como misin central de la historia la elabo-racin de los conceptos de esas fuentes para obtener categoras de conocimien-to cientfico. Por eso concibe su historia de los conceptos como una va haciauna teora cientfica de la historia, una Historik, como se la denominaba enel siglo XIX.

    Koselleck no escribi esa Historik, pero es lcito entender su obra, tal comose halla reunida en estos libros de ensayos, como el esbozo de esa teora. Y suartculo sobre el campo de experiencias y el horizonte de expectativas asume enese sentido una posicin central. No hay expectativa sin experiencia, no hayexperiencia sin expectativa, as lo formula Koselleck en ese trabajo. Experien-cia y expectativa constituyen la historia y, a la vez, su conocimiento. Historia(Geschichte) es ahora una palabra para lo que sucede (Geschehen) y, al mismotiempo, una idea de la reflexin sobre lo que sucede.

    Koselleck define as la experiencia: Experiencia es el pretrito presente, losacontecimientos del cual se han incorporado y pueden recordarse. Consiste enla elaboracin racional de la historia, pero tambin en formas de conductainconscientes: ambos elementos se funden en la experiencia. La experiencia estvinculada al individuo, cada cual tiene la suya propia, pero al mismo tiempo escolectiva, porque es tpica de una poca y est compartida por mucha gente. No

    por todos. Por eso la experiencia es siempre algo controvertido. Sin embargo,existe un espacio colectivo de experiencia. Si los acontecimientos lo destruyen,por ejemplo, por medio de una revolucin o por un acontecimiento como elHolocausto, entonces tambin estalla el horizonte de expectativas que existahasta ese momento o, por lo menos, queda profundamente cuestionado. El Ho-locausto as lo propondra una aplicacin de la teora de la historia de Kose-lleck, el Holocausto no pudo ser algo esperado por los judos y, en conse-cuencia, no pudieron prepararse para defenderse de l, ya que no guardaba co-rrespondencia con ninguna experiencia histrica. Pero uno de los grandes his-

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    toriadores judos del siglo XX, Yerushalmi, escribi por ese motivo que nada[] en la experiencia histrica de los judos en su relacin con los poderes

    dominantes [habra] podido preparar a los judos europeos para la suerte queles aguardaba24. Lgicamente, esto no debe impedir que tracemos lneas evo-lutivas, de las cuales creemos que hay que hacer derivar el Holocausto, perodebemos saber que, al trazarlas, estamos esbozando imputaciones de causasevolutivas que estn ms all de la experiencia histrica de la gente que, enaquella poca, se acercaba a aquel acontecimiento. La teora de la historia deKoselleck nos permite, a partir del carcter impredecible del hecho del Holo-causto, descifrar tericamente para qu cosas nos puede preparar la historia, laexperiencia de la historia, y para cules no. Cuando el futuro hace estallar tanto

    el campo de experiencia histrica como el horizonte actual de expectativas,entonces la historia es ciega con respecto al futuro. Por tanto, la teora de la his-toria de Koselleck, orientada hacia la historia de los conceptos, permite enten-der tambin cules son los ngulos ciegos en toda experiencia histrica, nues-tros propios espacios ciegos y los de quienes nos precedieron.

    Tambin existen, explica Koselleck en este ensayo, puros conceptos de ex-pectativa, a los cuales no se puede agregar ninguna base emprica. La Sociedadde Naciones tras la I Guerra Mundial fue un concepto de este tipo. Exista his-tricamente el concepto de sociedad y estaba cargado de contenido emprico,

    pero la Sociedad de Naciones esbozaba algo que iba ms all de esta experien-cia histrica. Se haba recogido un concepto antiguo, pero se haba vinculado auna expectativa totalmente nueva, abierta hacia el futuro. Es lo que sucede hoycon la Unin Europea. Las ciencias que se ocupan de esto envuelven lo nove-doso con conceptos en los que introducen antiguas experiencias histricas,pero que ya no son capaces de caracterizar lo que se desarrolla en su interior.Porque, en efecto, no hay ningn modelo histrico para la Unin Europea. Lafalta de seguridad en el lenguaje, argumentara Koselleck si se hubiese ocu-pado de esto, la inseguridad conceptual, expresan que en este caso ha estallado

    un campo histrico de experiencias.Dejo aqu este tema para poder presentarles un ensayo del libro de Kose-lleck, Zeitschichten (Estratos del tiempo): Erfahrungswandel und Methodenwech-sel. Eine historisch-anthropologische Skizze (Transformacin de la experienciay cambio de mtodo. Un esbozo histrico-antropolgico). Un ensayo excep-cional, de una gran ambicin. Pues trata del intento de incorporar dentro desu historia de los conceptos, que estudia las transformaciones, algo que tam-

    Dieter Langewiesche

    24. Yosef Hayim Yerushalmi, Diener von Knigen und nicht Diener von Dienern'. Einige Aspekteder politischen Geschichte der Juden, Mnich, Karl F. von Siemens-Stiftung, 1995, p. 47.

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    bin es una constante de tipo antropolgico. Investiga aqu lo que en el cono-cimiento histrico se prolonga como constante, a travs de procesos de trans-

    formacin y de ruptura. En otras disciplinas es habitual investigar las constan-tes antropolgicas, como sucede en filosofa o en una parte de la etnologa. Noes normal en la disciplina de la historia. Esta se dedica por completo a inves-tigar la conducta de la gente en determinadas situaciones. Es cierto, la disci-plina histrica trata de encontrar modelos colectivos de esa accin, condicio-nantes sociales, estructuras dentro de las cuales se despliega esa accin y quedelimitan las opciones de actuacin, estructuras, tambin, con las que se narratodo esto. En relacin con este tema pudieron escuchar ustedes lo que se decaacerca de Hayden White hace dos semanas. Es un caso especial, el de las for-mas de narracin, aunque White pensaba que tomaba en cuenta todo el obje-

    to del historiador. Se equivocaba. Precisamente, porque la historia se ocupa delas estructuras, no se ocupa solo de las que son singulares, sino de las que sontpicas de una poca, las que se vinculan a un periodo. Esto quiere decir quela historia no tiene nada fcil hacer algo positivo con las imgenes globales detipo antropolgico, que abarcan periodos muy largos. Siempre existirn esasimgenes globales y encuentran mucho inters por parte del pblico. Es lo quese llama big history. Casi siempre, en la lnea de las ciencias naturales. Es elcaso del hombre en el marco de la evolucin biolgica. Hace un siglo estas cosaseran bestsellers. O, en la actualidad, los intentos de muchos expertos en neu-

    rociencias de entender al hombre exclusivamente a partir del cerebro y no apartir de sus actuaciones sociales.Existe esa posibilidad y, sin duda, es explicativa, pero dentro de la discipli-

    na histrica carece de efecto. No abordar este problema. Pero ustedes. debe -ran tenerlo en cuenta, a fin de entender que no es obvio que sea precisamen-te un historiador de los conceptos, que estudia los cambios, quien ha escrito unensayo histrico-antropolgico.

    En este artculo plantea cuestiones difciles. Me concentrar en la propuestade Koselleck, segn la cual lo que los historiadores suelen hacer podra adscri-birse a tres constantes antropolgicas. El autor se plantea de qu forma se pue-den vincular las estructuras temporales de la experiencia histrica con tresformas de narrarlas. Por tanto, lo que tambin se plantea Hayden White. Perola respuesta de Koselleck es muy distinta: solo hay tres formas de escribir la his-toria, de pensar la historia, desde la Antigedad hasta nuestros das, con totalindependencia de qu disciplina sea la que se ocupe de reflexionar sobre la his-toria. De la historia no se ocupan solo los historiadores. Pero, al margen de quinlo haga, solo hay tres formas de narrar la historia: registrar por escrito (aufs-chreiben), continuar la escritura (fortschreiben), reescribir (umschreiben). Nohay otras, dice Koselleck, pero esto ya es mucho. Vemoslo con ms detalle.

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    1. Registrar por escrito. Es lo primario. Se registra lo que uno mismo ve oha odo. Por eso Chladenius diferencia solo entre la narracin histrica

    de los testigos coetneos y la historia antigua. Para l es historia antiguatodo lo que los coetneos no pueden referir. Por otro lado, tiempo des-pus argument de forma similar Maurice Halbwachs. Chladenius ya lohaba observado en el siglo XVIII. Cuando el testigo coetneo registraalgo por escrito, eso es un acto innovador. Al mismo tiempo, es un actode conocimiento, si se pregunta qu es nico, que es nuevo, dentro de loque ha vivido. La cuestin es diferenciar entre acontecimientos singu-lares y fundamentos a largo plazo para esos acontecimientos. Y eso pre-cisamente, dice Koselleck, sera una constante antropolgica del mto-do consistente en formarse una nocin racional de la historia.En el registro por escrito la cuestin es el informe autntico del aconteci-miento y, al mismo tiempo, situarlo en grandes mbitos histricos. Si nospreguntamos qu es lo nico de un hecho histrico, entonces estamosbuscando las estructuras repetitivas de la historia. A fin de explicarla,los hombres han puesto en marcha instancias, en todas las pocas, quedeben ayudar a explicar la persistencia en el cambio: los dioses, por ejem-plo, el Dios cristiano o cualquier otro, o grandes nociones, como la na-cin o las condiciones productivas, el capitalismo, el comunismo. Todosellos son fundamentos en ltima instancia. Koselleck quiere hacerlos cog-noscibles por la va de la historia de los conceptos.

    2. Continuar la escritura. Es el objeto normal del historiador normal. Portanto, de la gran mayora de ellos. No habra que subestimarlo, aconse-

    ja Koselleck, pues en ello tambin existe una mayor experiencia que pue-de alcanzarse. Esto es posible a travs de enfoques tericos nuevos omodificados metodolgicamente. Sucede, por ejemplo, cuando en la dis-ciplina de la historia se aceptan cuestiones y mtodos tomados de la etno-loga o de otras ciencias. Un punto de vista nuevo, para decirlo con pala-bras de Chladenius.

    3. Reescribir. Es el objeto de investigacin ms incmodo para el historia-dor. Lo digo de manera defensiva objeto de investigacin, porque comonorma general los historiadores por s mismos no son quienes reescribenla historia. Mucha gente cree que son ellos quienes lo hacen. Pero setrata de una ilusin. Como norma general, solo llevan a cabo en trminoscientficos lo que ya se ha consumado en la sociedad. Pues reescribir lahistoria no es un acto de voluntad individual, sino que presupone unaruptura de la experiencia histrica. La historia tiene que tener una rup-tura y, de esa forma, crear nuevas experiencias. Solo entonces comienza

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    la reescritura de la historia. Es lo que sucede, pongamos por caso, conel Holocausto.

    No se trata, pues, de uno de los muchos giros que constantemente se pro-claman hoy en la ciencia, en lo que habra que considerar ms bien como estra-tegias de mercado. De lo que se trata, en realidad, es de rupturas en la experien-cia. Ellas son las que imponen la reescritura de la historia. Pues no solo el pre-sente aparece bajo una luz nueva, que no se hace derivar del pasado, sino quela ruptura de la experiencia permite a la vez una visin nueva de la historia. Unnuevo punto de vista, para decirlo con Chladenius, pero un punto de vista apartir del cual el pasado se nos abre en una visin nueva. No se trata de un sim-ple complemento de otros puntos de vista, sino de un punto de vista nuevo, que

    relativiza todos los dems. No cambian los hechos del pasado, esto no sucede;ms bien se incluyen en envoltorios transformados, en contextos transforma-dos, y de este modo adquieren significados nuevos. Significados que, origina-riamente, no se hallaban inscritos en esos hechos. Es en este sentido como setransforma la historia. A este proceso contribuyen los tres gneros de historio-grafa: registrar, continuar y reescribir. Y precisamente, dice Koselleck, esto esuna constante antropolgica: En esto se apoya el aspecto mnimo que tienenen comn todas las vas de investigacin histrica, el que nos permite hablar dela unidad de la historia, por ms diferencias que se destaquen, se experimenten

    y se pongan de manifiesto de forma separada.

    Conclusin: literatura e historia

    Qu sigue siendo vlido? Probablemente Koselleck, lo deca ya al comienzo,forme parte de los historiadores con mayor proyeccin en otras disciplinas aescala internacional. Precisamente porque estudia las bases de la experienciahistrica y las rastrea principalmente en el lenguaje. Esto facilita su conexincon otros campos.

    Lgicamente, tambin tiene crticas. Entre ellas hay muchas que son mez-

    quinas. Es algo que resulta aburrido y no lo tratar. Entre las objeciones msserias est que Koselleck reclama, sin duda, la necesidad de poner de relieve lasdisposiciones existentes para la actuacin humana, pero l investig una his-toria totalmente alejada de la accin. De ah resulta una historia sin individuosque acten. Sus personajes escriben y hablan, pero no actan. Es verdad. El tipode historia que haca no se dirige a proporcionar una explicacin directa de losacontecimientos histricos en situaciones concretas. Esto lo han emprendidootros, incluso alumnos suyos, y han vinculado los anlisis semnticos con elanlisis de la actuacin. Esto elimina un ngulo ciego en la obra de Koselleck.

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    Sin duda, todo tiene sus costes y eso tambin sucede en este caso. La cuestinde las grandes lneas evolutivas y las constantes antropolgicas se pierde en estos

    anlisis de problemas concretos25

    .Tambin se le ha criticado el hecho de que l escriba sobre la semntica dela historia, pero no discuta con los planteamientos de quienes entienden lahistoria como una forma de literatura. Esto no es verdad. Quizs en este terre-no fue demasiado retrado, pero se pronunci con claridad al respecto, entreotras cosas, cuando se distanci decididamente de Hayden White, sobre cuyaMetahistoira se discuti aqu hace dos semanas. Para su libroAuch Klio dichtet(Tambin Clo hace literatura) escribi un prlogo26. Koselleck considerabacomo el problema principal de Hayden White su incapacidad para tomarse en

    serio lo que es constitutivo de la disciplina histrica, en concreto, el poderde veto de las fuentes. Una frmula famosa de Koselleck: el poder de veto delas fuentes. Qu quera decir con eso? Las fuentes deca Koselleck en con-tra de todos los que, en el campo de los historiadores, desprecian la teora nose expresan por s mismas. Las fuentes son bobaliconas. Solo llegan a ser elo-cuentes cuando se les hace preguntas. Lo importante son las preguntas. Pero larespuesta tiene que poder hacer frente a las fuentes. Los historiadores puedenpreguntarlo todo, pero frente a sus respuestas las fuentes poseen un derechode veto. En palabras de Koselleck: El historiador puede poner cosas en rela-cin. El historiador juzga segn premisas que no estn contenidas en las diver-sas fuentes. La verdad histrica, por tanto, es un nuevo ensamblaje [Neuzusa-mmenfgung] de hechos y, en consecuencia, un producto de ficcin27. Y, sinembargo, la historia es algo diferente de la literatura. Koselleck explic en quconsiste esta diferencia ante la Academia Alemana de Lengua y Literatura(Deutsche Akademie fr Sprache und Dichtung). En aquella ocasin reflexionsobre en qu se diferencia el objeto de los escritores y poetas, que le haban

    Dieter Langewiesche

    25. De los problemas en la teora de la historia de Koselleck los mayores son, en mi opi-nin, la abstraccin y la generalizacin. Los riesgos que se derivan de ello surgen cuan-

    do el mismo autor argumenta de manera concreta y con respecto a un caso. Un ejem-plo de bulto: en una de las entrevistas que he destacado en la diapositiva se plantea lapercepcin del terror en la actualidad. Koselleck argument: no hay nada nuevo. Soloha cambiado el objeto del terror. Por decirlo con sus palabras: En la monarqua se ase-sina a los prncipes; en la poca de la democracia, a la poblacin misma. (ReinhartKoselleck im Gesprch mit Renate Solbach, in: Iablis. Jahrbuch fr europische Prozesse2, 2003. http://www.iablis.de/iablis_t/2003/koselleck.html).

    26. Hayden White,Auch Klio Dichtet oder die Fiktion des Faktischen, Studien zur Tropologiedes historischen Diskurses. Stuttgart, Klett-Cotta, 1986, trad. de Brigitte Brigmann-Siep-mann.

    27. Reinhart Koselleck, entrevista con Hasso Spode en Neue Zrcher Zeitung (en lnea), 3,1995, 60-63.

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    otorgado un premio, con respecto al del historiador. Resumo mucho su pos-tura: la historia est organizada, si quiere ser ciencia al igual que cualquier otra

    ciencia, para quedar superada. La literatura no28

    .Koselleck no escribi una teora de la historia, como siempre se le recla-m. Koselleck no era un autor sistemtico; fue un autor de grandes sugerenciasy para eso lo ms adecuado es el pequeo formato del artculo. Con todo, enesos artculos hay un vaco: el tiempo. El pensamiento de Koselleck giraba entorno a dos ideas: qu es la historia? y en esto fue innovador como ningnotro, me parece y la historia que trata del tiempo. En este otro sentido noculmin su trabajo. Siempre escribi sobre el tiempo. Qued pendiente deescribirnos un artculo sobre el tiempo. Pero este es un campo muy amplio29.No lo recorrer, para quedarme esta tarde dentro del lmite establecido detiempo.

    Espero haberles mostrado los motivos por los cuales, cuando yo an dabaclase, sola decirles a los asistentes que quien a lo largo de su carrera no lea untexto de Koselleck no se dedicaba suficientemente a la historia en un sentidointelectual. Por eso me parece que la obra de Koselleck se incluye con toda raznentre los textos clave del siglo XX.

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    28. En su discurso de agradecimiento por el Premio Sigmund Freud, ante la DeutscheAkademie fr Sprache und Literatur http://www.deutscheakademie.de/de/auszeichnun-gen/sigmund-freud-preis/reinhart-koselleck

    29. Se trata de una conocida expresin (Das ist ein weites Feld), procedente de la novela EffieBriest (1895) de Theodor Fontane (es un campo muy amplio y, adems, la gente es muydiferente una de otra), retomada por Gnter Grass para una de sus novelas (1995),traducida al castellano como Es cuento largo (nota del traductor).

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