diálogo en el jadín de palacio

7
Diálogo en el Jardín de Palacio Fernando Pessoa. A. Nuestro padre y nuestra madre fueron los mismos. Así que nosotros somos una misma cosa: ¿somos uno solo aunque parezcamos dos? O no somos- ¿y que hubo entre nuestros padres y nosotros para que pudiéramos ser distintos? ¿Qué es lo que me separa de ti? Alargo la mano y te toco y no sé lo que es tocarte... te miro y no percibo lo que es verte. Para mí eres más real de lo que yo misma soy, porque te veo por completo, porque te puedo ver de espaldas, y a mí no... Para mí, yo sólo existo por un lado... ¡OH, si pudieras entender lo que estoy diciendo! B. ¿Qué ves tú de mí? Mi cuerpo. Mi alma no la ves. A. Pero si no me veo la mía, y aún mi cuerpo lo veo apenas. No lo veo como un cuerpo que haya que ver para que parezca real. Miro hacia abajo para él, no miro para adelante, como para ver el tuyo, ¡Si por lo menos me sintiera sintiendo mi cuerpo! pero no me siento ni dentro ni fuera, no soy, ni existo, mi cuerpo. son-cuerpo y alma algo que poseo. (Pausa) ¡Ah, y cuando me veo de espaldas en los espejos que me reflejan, andando, o me veo de lado, me lleno del terror de mi misterio! me siento coexistir conmigo (misma) de un modo horroroso. Ando atada a un sueño mío que soy yo. Cuando me veo de espaldas, en los espejos, me parece que tengo otro ser, que soy otra cosa. Me extraño por fuera...que horror que no podamos ver nuestro cuerpo más que un lado cada vez. ¿Que pasará en el lado que no estamos viendo cuando no lo estamos viendo? (...) te has fijado en que no podemos ver más que dos lados del palacio al mismo tiempo? ¿Qué dios se estará poniendo siempre por el lado donde no podemos mirar? ¡Si supieras como mi vida no hago más que pensar en esto. B. Ah, todo eso no me molesta tanto como mi voz, cuando suena desde mi y siento que no la he creado, no sé lo que es, y la llevo conmigo como algo mío. Hablo, y me fijo en las palabras y en el misterio de que signifiquen. ¿Nunca te has escuchado? ¿tú nunca te has escuchado? ¡más que verme por fuera, cosa que, al menos tus espejos te consiguen, yo 1

Upload: fernando-cano

Post on 26-Jun-2015

1.722 views

Category:

Documents


8 download

TRANSCRIPT

Page 1: Diálogo en el Jadín de Palacio

Diálogo en el Jardín de PalacioFernando Pessoa.

A. Nuestro padre y nuestra madre fueron los mismos. Así que nosotros somos una misma cosa: ¿somos uno solo aunque parezcamos dos? O no somos- ¿y que hubo entre nuestros padres y nosotros para que pudiéramos ser distintos? ¿Qué es lo que me separa de ti? Alargo la mano y te toco y no sé lo que es tocarte... te miro y no percibo lo que es verte. Para mí eres más real de lo que yo misma soy, porque te veo por completo, porque te puedo ver de espaldas, y a mí no... Para mí, yo sólo existo por un lado... ¡OH, si pudieras entender lo que estoy diciendo!

B. ¿Qué ves tú de mí? Mi cuerpo. Mi alma no la ves.

A. Pero si no me veo la mía, y aún mi cuerpo lo veo apenas. No lo veo como un cuerpo que haya que ver para que parezca real. Miro hacia abajo para él, no miro para adelante, como para ver el tuyo, ¡Si por lo menos me sintiera sintiendo mi cuerpo! pero no me siento ni dentro ni fuera, no soy, ni existo, mi cuerpo. son-cuerpo y alma algo que poseo. (Pausa)¡Ah, y cuando me veo de espaldas en los espejos que me reflejan, andando, o me veo de lado, me lleno del terror de mi misterio! me siento coexistir conmigo (misma) de un modo horroroso. Ando atada a un sueño mío que soy yo. Cuando me veo de espaldas, en los espejos, me parece que tengo otro ser, que soy otra cosa. Me extraño por fuera...que horror que no podamos ver nuestro cuerpo más que un lado cada vez. ¿Que pasará en el lado que no estamos viendo cuando no lo estamos viendo? (...) te has fijado en que no podemos ver más que dos lados del palacio al mismo tiempo? ¿Qué dios se estará poniendo siempre por el lado donde no podemos mirar? ¡Si supieras como mi vida no hago más que pensar en esto.

B. Ah, todo eso no me molesta tanto como mi voz, cuando suena desde mi y siento que no la he creado, no sé lo que es, y la llevo conmigo como algo mío. Hablo, y me fijo en las palabras y en el misterio de que signifiquen. ¿Nunca te has escuchado? ¿tú nunca te has escuchado? ¡más que verme por fuera, cosa que, al menos tus espejos te consiguen, yo querría oírme por fuera !a veces me tapo los oídos, para oír mi voz dentro de mí, y apenas si oigo un susurro, como si estuviese más cerca de mí y empezara ya a conocer de quién es esa voz que es mía. Y tengo tal miedo que no me deja seguir.

A. ¡Ah, y los demás sentidos! ¿a quién te sabes tú en tu boca? ¿qué hueles cuando no hueles nada? y cuando tocas con una mano en tu brazo o en tu cara, ¿has pensado en que tu mano es la que toca en tu cara, y no tu cara la que toca en tu mano? mantén tu cara sobre tu mano y será siempre tu mano la que toca, y tu cara la que es tocada.

B. incluso tocar las cosas, ¡que extraño! si yo tuviera aquella piedra en la mano, un poco después ya ni la siento, parece que pertenece al cuerpo. ¡que misterio es todo! estamos durmiendo para nosotros mismos. ¿Cuánta alma durará nuestro sueño?(Pausa)

1

Page 2: Diálogo en el Jadín de Palacio

A. A veces, cuando pienso muy interiormente me da que cuerpo y alma son lo mismo...entonces me parece que en realidad vemos las cosas por los dos lados, que el alma de las cosas es lo que nos parece que no vemos de ellas...no, no es eso lo que quiero decirte...¡ves, no se pensar mi pensamiento!

B. Si, comprendo lo que no dijiste. Pero el cuerpo a lo mejor no existe: es el alma vista por la [lejanía] de sí misma.

A. No, no es eso. No es así. Pero yo no sé como es.

B. Si quieres, vamos a jugar un juego nuevo. Juguemos a que somos uno solo. Quizá dios se apiade y nos perdone el habernos creado... siéntate aquí, frente a mí, y muy junto. Pega tus rodillas a las mías y coge mis manos con las tuyas...así... ahora cierra los ojos. Ciérralos bien y piensa...y piensa... ¿en qué deberás pensar? no, no pienses en nada. Trata de no pensar en nada, de no querer sentir, de no saber que oyes o que puedes ver, o que puedes sentir las manos, si quieres pensar que existen... así, amor... no muevas ni el cuerpo ni el alma...(Pausa)

B. ¿Qué has sentido?

A. Primero nada... fue un espanto tuyo y mío... luego me olvide de todo, mi cuerpo ceso. Quise abrir los ojos pero tuve un miedo muy grande de abrirlos. Luego cese aun mas... poco a poco fui dejando de tener alma. Me encontré siendo un gran abismo en forma de pozo, sintiendo vagamente que el universo con sus cuerpos y sus almas estaban muy lejos. Ese pozo no tenía paredes pero yo lo sentía, lo sentía estrecho, circular y profundo. Empecé entonces a sentir ese gran horror-¡ah, y no poder volver a sentirlo! que ese pozo era un pozo hacia adentro de sí mismo, para dentro no de mi ser, ni de mi ser pozo, sino para adentro de sí mismo, no sé ni como...

B. (Con voz muy apagada) ¿y luego? ¿Luego?

A. Luego bajé... encontré en el pensamiento una dimensión desconocida por donde fui caminando...es como si se abriera en lo oscuro el vacío, el súbito pavor de una puerta...así en mi pensamiento único, vacío, abstracto, se abrió una puerta, un pozo por donde fui bajando. ¿Entiendes?, ¿no? ¿Entiendes? fue en el pensamiento completamente abstracto y sin diferencias ni fines, ni ideas, ni ser, donde se abrió un pozo... y yo baje, al contrario de como se baja- al contrario por dentro de lo contrario...(pausa)

B. Sigue, sigue...

A. Baje mas, cada vez mas... y siempre en esa nueva dirección. Pero...(¡ayúdame a poder decir esto!) (...)

A. ¡OH, qué horror! ¡qué horror lo que he sentido! ¡Arráncame el alma como los ojos para no ver! ¿Sabes lo que siento?(...)

2

Page 3: Diálogo en el Jadín de Palacio

¡lo siento como si lo viera, y aquello no se puede ni imaginar!¡ah, agárrame, cógeme en tus brazos!¡abrázame!¡abrázame tanto que tu brazo me lastime!(...)

B. No quiero, no quiero...¡tú no sabes lo que he sentido!

A. No me atrevo a querer oírlo... pero tengo miedo.

2a. Nuestro amor es parecido al sueño por que no es más que la superficie del amor: mi amor es imposible como realidad, posible solo como amor(...) cada una de nosotras, en nuestro amor , solo se ama a sí misma, en el amor; sueña en voz alta se oye. Sueña con el cuerpo, con los labios, con los brazos.

1a. Le diré que no lo amo. ¿qué mejor amante que tú? eres mujer como yo, y amándote es a mí a quien puedo amar.

2a. Realizar el amor es desengañarse. Lo que no es desengañarse es habituarse. Habituarse es morir. Yo, en mi vida solo amé a un extranjero del que solo pude ver el perfil, en un atardecer, en medio de la muchedumbre.

1a. Pero, ¿el sabe que lo amas? Si él no sabe que tu lo amas, ¿de qué sirve amarlo?

2ª. Mi amor es mío, y está en mí, y no en el. ¿qué tiene que ver el conmigo, salvo que lo amo? Si lo conociera su primera palabra seria nuestra primera desilusión (...) ¿valdrá la pena amar lo que podemos tener? Amar es querer y no tener. Amar es no tener. Lo que tenemos, lo tenemos, no lo amamos...

A. Si a pesar de todo, nosotros nos amaramos.

B. No, ahora ya no puede ser. Descubrimos en un momento lo que la gente feliz no descubre al pasar por la vida y los mas infelices llevan mucho tiempo sin encontrar. Hemos descubierto que somos dos y que por eso no podemos amarnos. Descubrimos que no se puede amar si no tan solo suponer que se ama. No me concibo amando, ni diciendo a nadie “te quiero” – sin que me conciba como un alma distinta de la mía. Pero yo al concebirme amando, siento como una carcajada horrida y honda de la existencia en mi, algo ridículo y desusado en lo que es natural. Nunca, sino pensando en el amor, me siento tan remoto y apartado, tan lleno de odios contra mi destino. - de furias contra la esencia del vivir.

A. ¡Ah, pero yo amo tanto, tanto! Si dices eso es porque ni imaginas cuanto te amo.

B. No. Es porque sé cuanto no me puedes amar... escúchame. Nuestra equivocación fue pensar en el amor. Debíamos haber pensado tan solo uno en el otro. Así nos descubrimos, nos desnudamos de la ilusión para vernos bien como éramos y vimos que apenas si éramos como la ilusión que nos había hecho. En el fondo no somos nada, solo dos. En el fondo somos una epopeya eterna – el hombre y la mujer. El amor me da horror; es abandono, intimidad... no se ser inconsciente y tengo de sobra {...} La conciencia, el pensamiento abierto volviéndose imposible. Tengo la timidez del alto

3

Page 4: Diálogo en el Jadín de Palacio

orgullo y siento horror a abrir el ser a alguien, a confiar en alguien. Horror siento a que alguien investigue, levemente o no, algún recanto de mí ser. Abandonarme en brazos, bellos y desnudos (aunque el amor en ellos viese) en concebirlo todo me horroriza; seria violar mi ser profundo, acercarme a otros hombres demasiado. Un desnudo cualquiera – de espíritu o de cuerpo – me horroriza: me habitué temprano en los despojamientos de mi ser a fijar ojos púdicos, conscientes en exceso. Pensar en decir “te amo”, ó “te quiero” tan solo hasta eso me angustia...

A. ¡Ah, amor mío, no pensemos más! Amemos sin pensar. ¡Maldito sea el pensamiento! Si no pensáramos seriamos siempre felices... ¿qué tiene que ver el que ama con el que sabe que ama, pensar en el amor con lo que es el amor?... ¿

B. ¿Es esto el amor? ¿solo esto? {...} siento deseos, ansias, pero no con todo mi ser. Algo en lo más íntimo, algo allí – frió, pesado, mudo – permanece. Para esto deje la vieja vida que ni concibo ya, pareciendo vaga ya. Ya no siento la agonía muda y honda si no una, menos honda y dolorosa, rabia, y aun más terrible{...} de movimientos íntimos, deseos, que son como rencores. Un cansancio violento y desmedido de existir y sentirme aquí, y un odio nacido de esto, vago y horroroso, a todo y todos. No podemos dejar de querer comprender. (...) cuanto más pienso en todo, ¡mas se me parece todo como divisiones, conflictos, oposiciones! Has matado por completo mi felicidad. Ahora mismo, aunque quisiera soñar, no podría hacerlo. El mundo es absurdo como una habitación sin puerta alguna... ¡que alegría si no pensáramos, y que horror haber pensado!

A. Ahora podemos soñar... ven. Y no pienses mas, no vuelvas a mirar al amor.

B. No. Ahora es imposible. Podemos no pensar, pero no olvidar que pensamos... vamos a ser fuertes y separarnos ahora para siempre. Ojala podamos olvidar y olvidar que hemos soñado el amor y hemos visto que era una vana estatua... mira, el cielo se cubre...se levanta el viento. Va a llover...

A. No me atrevo a decirte que te amo, pero te amaré siempre. Tú no tenías que haberme amado... tú...

B. Nada debía... hemos sido desdichados, nada más. La vuelta de este camino nos dejo ver el amor y ya no pudimos volver a amar.

A. Amo como el amor ama. No se mas razón para amarte que amarte. ¿Qué quieres que te diga, más que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo? Cuando te hablo me duele que contestes a lo que te digo y no a mi amor. ¡Ah! No preguntes nada; háblame antes de tal modo que, si yo fuera sorda, te oyese todo con el corazón. Si te veo no sé quien soy: yo amo. Si me faltas {...} mas tu intentas, amor, hablarme hasta estando conmigo, pues preguntas... cuando es amar lo que debes hacer. Si no amas, muéstrate indiferente, o no me quieras, pero tú eres como nunca fue nadie, pues buscas el amor para no amar, y si me buscas es como si yo solo fuera alguien para hablarte de quien tú amas. Cuando te vi, te ame ya mucho antes. Volví a encontrarte cuando te encontré. Nací para ti antes de haber mundo. Y no hay cosa feliz ni alegre

4

Page 5: Diálogo en el Jadín de Palacio

hora que haya tenido en vida, que no fuera porque ya te había previsto porque en ella dormías tu futuro. Cuando yo era pequeña, siento que hoy mismo ya te amaba, más de lejos... Amor, ¡dime algo para que te sienta! – te entiendo tanto que no siento, ¡OH, corazón exterior al mío! Fatalidad, hija del destino y de las leyes que hay al fondo de este mundo! ¿Qué eres tú para mi, que yo comprenda hasta el punto de sentirlo...? tu no me amaste nunca. Si me hubieras amado, no podrías decir eso. Si me hubieras amado no pensarías en el amor, pensarías en mí. Si, ahora ya se acabo todo, pero por que entre los dos lo único que hubo fue mi amor. Me amaste quizá porque creías que yo te amaba o que tenía que amarte. No sé porque me amaste, pero no fue por tenerme amor... ¿por qué miras así, tan distinto y tan extraño?

B. Porque pienso ahora en que poco sabemos lo que somos, lo que pensamos y lo que nos lleva. Me vino ahora la idea de que todo esto es complejo y absurdo. No nos podemos comprender. Entre alma y alma hay un abismo inmenso. Lo que descubrimos al final fue eso: yo lo veo y tú no lo quieres ver. Pero yo he descubierto mas, al fijarme en que no sé lo que debo hacer – es que entre nosotros y yo mismo se abre un abismo también. Andamos como sonámbulos en una tierra de abismos (...). ¡Reza por mí! Además, no me enternezco. Solo se enternecerme por mí mismo, bajo la ilusión de amar y de sentir en la que me detuve por fuerza. ¡Reza por mí, por mí! Mira hasta donde llega mi intento de querer amar.

A. Adiós, se feliz y olvídame. No te quedes ahí, que sigue lloviendo. A la vuelta del camino hay un árbol grande para abrigarte. (...) vete pronto, vete. Cada vez llueve más.

(Queda parada diciéndole adiós con la mano de vez en cuando, en un llanto apagado y tímido)

5