diccionario de filosofia 2 tomos

2017

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  • JOS FERRATER MORA

    DICCIONARIO DE

    FILOSOFATOMO I

    A - K

    EDITORIAL SUDAMERICANABUENOS AIRES

  • PRLOGO A LA QUINTA EDICIN

    La presente edicin difiere de an-terior en lo siguiente: he escrito 546 ar-tculos nuevos; he reescrito totalmente213 artculos; he ampliado o modificado,a veces sustancialmente, 262 artculos.Adems, he revisado el texto, he corre-gido errores, he ampliado datos, y hepuesto al da la bibliografa.

    Como resultado, abunda en esta edi-cin el material nuevo. ste abarca elconjunto de las disciplinas filosficas yde la historia de la filosofa. He seguidoprestando particular atencin a los te-mas de ontologa y metafsica, lgica,teora del conocimiento, filosofa de laciencia, antropologa filosfica e historiade la filosofa. Pero he ampliado no pocolas partes relativas a tica, filosofa dela religin, filosofa de la historia, teorade los valores y esttica. He aadido co-pia de artculos sobre filsofos llamados"menores'', antiguos, medievales y moder-nos, y he ampliado el nmero de losconsagrados a filsofos contemporneos.Sin desviarme de la norma de no diluirexcesivamente la sustancia filosfica, heincluido tambin algunos artculos sobreconceptos y figuras que, sin ser estric-tamente filosficos conceptos y figurasimportantes, por ejemplo, en la ciencia,en la teologa, en el pensamiento socialy poltico, han mantenido, o mantienen,relaciones particularmente estrechas concuestiones suscitadas en filosofa.

    Aunque he penado mucho por ampliary mejorar esta obra, no pretendo que seaperfecta. Por lo dems, mi ideal en estecaso no es la perfeccin; creo ms razo-nable trabajar por alcanzar lo bueno queholgazanear soando en lo mejor. Por es-te motivo, aunque esta obra est, y estarsiempre, abierta a revisiones y mejoras,estimo que en el estado actual de losconocimientos filosficos es razonable-mente suficiente. En todo caso, las revi-siones y las mejoras no pueden consistiren pulir y repulir la obra hasta la exas-

    peracin. Estoy plenamente de acuerdoen que hay que revisar, corregir y pulir;en esta actividad he consumido inconta-bles horas y casi he arruinado mis ojos.Pero en una obra de las dimensiones desta no se pueden practicar los mismosejercicios de virtuosismo conceptual ylingstico que son de rigor en otros es-critos menos dilatados. Esta obra no esun lindo ensayito. No es, ni puede ser,cosa remirada y relamida. Hay que lu-char sin tregua contra la chapucera in-telectual. Pero en cierto tipo de obrashay que rehuir el estril perfeccionismo.Dadas las proporciones que alcanz estaobra ya en la edicin precedente hasta elpunto de que desde entonces pudo serconsiderada como una Enciclopedia y noslo como un Diccionario varios crticosme han aconsejado que desistiera de sera la vez el director y el ejecutante, y querecabara el auxilio de colaboradores msdiestros que yo en cada una de lasdisciplinas filosficas y en cada uno delos perodos histricos. Este consejo esharto tentador, inclusive por razonespersonales; el tiempo y el esfuerzogastados en la confeccin de esteDiccionario me han impedido a menudoponer mayores empeos en la elabora-cin de escritos ms "personales", hacialos que, como filsofo, siento cierta de-bilidad. Sin embargo, aunque la trans-formacin sugerida introducira en estaobra no pocas mejoras, creo que las ven-tajas as conseguidas no compensaran losinconvenientes. En la obra presente elconjunto importa por lo menos tanto co-mo el detalle. Pues este Diccionario esya como un imponente y complejo edi-ficio, con su fachada, sus alas, sus gale-ras, sus largos e intrincados corredores,sus stanos y sus ventanales. He alcan-zado a familiarizarme con todos ellos y,por descontado, con sus fundaciones.Puedo todava recorrer el edificio entodas direcciones y orientarme en l sin

  • excesivas perplejidades. Ello significaque puedo an seguir ampliando, alte-rando, rehaciendo, depurando y ornandoeste conjunto sin perderme en su labe-rinto. Sobre todo, puedo seguir mante-niendo su unidad de estilo, la cual no esslo cuestin de "literatura" de "estti-ca", sino tambin, y especialmente, de"pensamiento" de "notica". Por estosmotivos no me he decidido todava a su-cumbir a la tentacin que se me ha brin-dado.

    El predominio que en esta obra tieneel conjunto sobre los detalles explica questos no puedan ser siempre todo lo nu-merosos o elaborados que ciertos lectoresquisieran. Por la naturaleza misma de laobra, hay que pasar a la carrera sobretemas, problemas y autores que en otrostrabajos son objeto de exposicin y co-mentario dilatados. Por cierto que no es-casean aqu las exposiciones y anlisisalgo minuciosos. Pero se hallan siempreintegrados en visiones de conjunto y ex-presados en el lenguaje apropiado paraellos. Estimo que con ello no se falseannecesariamente las ideas; slo ocurre queson enfocadas de modo distinto. Por mo-tivos que no hacen aqu al caso, estimoque es posible presentar y dilucidar loque se llaman "grandes temas" y "gran-des problemas" siempre que se utilice atal efecto la ptica adecuada. Discurrirsobre la fsica no equivale a exponer to-da la fsica; discurrir sobre la idea desubstancia no es lo mismo que componeruna ponderosa monografa sobre tal idea.Sera disparatado pretender hallar eneste Diccionario exposiciones tan de-

    talladas del pensamiento de Aristteles,o anlisis tan minuciosos del imperativocategrico como los que figuran en obrasespecialmente consagradas a estos temas,o hasta a aspectos de ellos. En cambio,puede hallarse en esta obra un modo depresentar, ver, dilucidar y debatir temasy problemas que a veces se echa de me-nos en estudios y repertorios ms espe-cializados. Pues esta obra no se espe-cializa en ningn tema, en ningn pro-blema, en ninguna figura, poca, rama orecoveco de la filosofa: se "especializa"en el conjunto de ellos.

    Debo a varios lectores y crticos pre-ciosas sugestiones y muy tiles informa-ciones; todas ellas han contribuido a me-jorar esta obra. Pero quiero destacar losauxilios recibidos de tres personas. Mi es-posa, que me ha prestado incansablemen-te ayuda en las mltiples tareas de or-ganizacin, ordenacin y coordenacinque requiere esta vasta empresa. El se-or Ezequiel de Olaso, que me ha esta-do enviando puntualmente noticias filo-sficas de toda especie y que me ha su-gerido no pocas mejoras. Y el seor RalE. Lagomarsino, que ha tenido a su car-go la correccin de pruebas y el ajustefinal de la presente edicin, y que hatrabajado en ella con la misma perspica-cia y tenacidad que mostr en la prepa-racin de las dos ediciones anteriores.Por el volumen de esta edicin, la tareadel Sr. Lagomarsino ha sido no slo pers-picaz y tenaz, sino tambin herclea.Creo difcil encontrar mejor "director deedicin".

    J. F. M.

    Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1964.

  • PRLOGO A LA CUARTA EDICIN

    El autor no ha ahorrado esfuerzos paraampliar y mejorar esta obra; como con-secuencia de ello la presente edicincontiene un nmero considerable de no-vedades con respecto a la precedente.He aqu las ms destacadas.

    1. Se han escrito 762 artculos nuevos.2. Se han reescrito por entero, casi

    siempre con ampliaciones, 239 artculos.3. Se han modificado o ampliado subs-

    tancialmente 189 artculos.4. Se ha revisado completamente el

    texto para eliminar en lo posible errorese incluir algunas nuevas informaciones.

    5. Se ha corregido y puesto al da labibliografa.

    6. Se ha revisado y ampliado el sistema de llamadas de conceptos tantodentro como fuera de los artculos.

    7 Se han incluido un Cuadro sinpticoy una Tabla cronolgica.

    Aparte estas novedades, queremos lla-mar la atencin del lector sobre dos pun-tos que han sido objeto de especialpreocupacin por parte del autor.

    El primero se refiere a la organizacininterna de cada artculo, en particularde los artculos extensos sobre concep-tos. Adoptar un procedimiento nicoya sea exposicin de acuerdo con el des-envolvimiento histrico, ya sea descom-posicin en significados segn filsofoso tendencias, ya sea anlisis sistemti-co hubiera tenido como consecuenciala infidelidad frecuente a las peculiari-dades de cada concepto. Hemos seguido,pues, el mtodo que nos ha parecido encada caso ms fecundo para aunar la cla-ridad mxima con la mayor cantidadposible de informacin, si bien con pre-dileccin notoria por el anlisis de sig-nificados siguiendo el curso histrico yterminando por lo comn con una pre-sentacin del estado actual de la cues-tin o un estudio sistemtico del pro-blema correspondiente. Hemos evitado

    en lo posible la atomizacin en diversassignificaciones y hemos preferido sub-rayar lo que hubiera de comn en ellaso bien cuando la presentacin ha sidopredominantemente histrica la conti-nuidad en la evolucin del concepto. Enlos casos en que el artculo resulta ex-tenso, hemos introducido casi siempresubdivisiones que hacen resaltar, ya losdiversos perodos histricos, ya las va-rias disciplinas filosficas a las cualespuede adscribirse el concepto.El segundo punto afecta a los autores y

    materias representados en la obra. Elnmero de autores, de todos los pasesy pocas, ha sido muy ampliado. Encuanto a las materias, se ha seguido po-niendo singular empeo en tratar exten-samente las cuestiones relativas a historiade la filosofa (con introduccin, por vezprimera en esta obra, de un nmero re-lativamente crecido de conceptos relati-vos a "filosofa orientar), metafsica,ontologa, lgica, teora del conocimientoy el grupo de las llamadas "filosofas de" de la religin, de la naturaleza, de laciencia, de la historia, del lenguaje, dela propia filosofa, etc. Pero mientrasdisciplinas como la tica y la estticaestaban insuficientemente representadasen las otras ediciones, en la edicin pre-sente han sido debidamente atendidas.La psicologa, la sociologa y la educa-cin son introducidas en la medida enque pueden ayudar a la comprensinde los problemas filosficos generales. Yse ha intensificado la introduccin deconceptos y problemas que, como los quetocan a las ciencias naturales, cienciassociales y teologa, son susceptibles dedespertar el inters no slo de los filso-fos, sino tambin del pblico en general.

    Larga sera la lista de personas quehan hecho al autor valiosas sugestionessobre diversas partes de la obra; se haprocurado tener en cuenta todas las queencajaban dentro de los marcos que nos

  • habamos trazado previamente. Nos li-mitaremos a mencionar tres nombres:el profesor George L. Kline, de BrynMawr College, el profesor Walter Brn-ing, de la Universidad de Crdoba (Ar-gentina) que han enviado extensas ymuy tiles listas de correcciones, y elseor Ral E. Lagomarsino, de la Edito-rial Sudamericana, que ha tenido a sucargo como ya haba ocurrido con laprecedente la edicin de esta obra y hallevado a cabo la correccin final de laspruebas compaginadas. A todos, nuestroms sincero agradecimiento.

    Finalmente, agradecemos a Bryn MawrCollege el ao de licencia sabtica otor-gada durante el perodo acadmico de1955-1956. En el curso del mismo nos hasido posible completar nuestro trabajo yterminar en bibliotecas europeas deEspaa, Italia, Inglaterra, Blgica, Ale-mania y muy en particular de Francialas consultas iniciadas en las de los Es-tados Unidos.

    J. F. M.

    Pars, agosto de 1956.

  • PRLOGO A LA TERCERA EDICIN

    Un ao y medio pasado en los Es-tados Unidos bajo los auspicios de laFundacin Guggenheim ha permitido alautor reelaborar de tal modo este Dic-cionario, que prcticamente se trata deuna obra nueva. Una buena parte delcontenido de la segunda edicin ha sidoreescrita. Pero, adems, el material agre-gado ha hecho que el texto actual seaaproximadamente el doble del contenidoen la segunda edicin, y el triple delque inclua la primera. No creemos ne-cesario sealar cules son los puntosdonde la reelaboracin y las ampliacio-nes han sido ms considerables. De he-cho, afectan a la totalidad del volumeny, por lo tanto, a la total dimensin his-trica de los conceptos estudiados, auncuando ciertas partes relativas a la, l-gica actual y a la teora de la cienciapueden considerarse como enteramentenuevas y particularmente beneficiadas.La bibliografa ha sido tambin conside-rablemente aumentada y puesta al da.En muchos casos la parte bibliogrficano es meramente una indicacin de ttu-los, sino que pretende proporcionar unaorientacin en el autor o l conceptoestudiados, de modo que a veces puedeconsiderarse como parte esencial del co-rrespondiente artculo. Las obras que lautor manej a su paso por las bibliote-

    cas de las Universidades de Columbia,Princeton y Johns Hopkins facilitaron,desde luego, ciertas precisiones que erannecesarias y que haban tenido que per-manecer hasta ahora en meros deseos.Pero el autor quiere agradecer tambinlas facilidades encontradas en la Biblio-teca Nacional de Chile y en la de laFacultad de Filosofa y Humanidadesde la Universidad del mismo pas, quele permitieron preparar, desde la apari-cin de la segunda edicin, lo que con-tiene la tercera. Un Diccionario de Fi-losofa, aun con todas las limitacionesdel presente, no puede componerse enun da ni en un ao. Slo deseamosahora que el interesado en la filosofapueda seguir encontrando en l lo nicoque se ha propuesto ser: un instrumentode trabajo, una herramienta suficientey precisa. El autor puede preferir laelaboracin de su propio pensamiento;no es menos cierto que, en la penuriade libros de trabajo cientfico que existetodava en lengua espaola, no con-sidera perdidos sus esfuerzos con vistasa aportar su grano de arena en lo quecomienza ya a divisarse como un pro-metedor montn.

    J. F. M.

    Bryn Mawr College, Pennsylvania, 1950.

  • AA. La letra mayscula ' es usa-da en textos filosficos con varios sig-nificados.

    1. Aristteles la emplea muchasveces (por ejemplo en los AnalyticaPriora) para representar simblicamente el predicado de una proposicin en frmulas tales como "A B',que se lee es predicado de B',Al presentar los silogismos categricos, la letra ' forma parte del condicional:

    Si A es predicado de todo B,que constituye la premisa mayor delsilogismo en modo Barbara (VASE) yque en la literatura lgica posterior sepresenta bajo diversas formas, unasen las cuales se expresa la estructuracondicional de tal premisa, como en:

    Si todo B es Ay otras en las cuales (errneamen-te) se omite, como en: Todo B esA.

    2. Los escolsticos y todos los tratadistas lgicos posteriores han usado la letra ' (primera vocal deltrmino affirmo) para simbolizar laproposicin universal afirmativa (af-fimatio universalis), uno de cuyos ejemplos es el conocido enunciado:

    Todos los hombres son mortales.En textos escolsticos se halla con

    frecuencia el ejemplo, dado porBoecio:

    Omnis homo iustus est, Y enmultitud de textos lgicos la letra' sustituye al esquema 'Todo S esP', sobre todo cuando se introduceel llamado cuadro de oposicin(VASE).

    En los textos escolsticos se dicede A que asserit universaliter o ge-neraliter afirma umversalmente, ogeneralmente. Tambin se usa enellos la letra ' para simbolizar lasproposiciones modales en modus afir-mativo y dictum negativo (v. MO-DALIDAD), es decir, las proposicionesdel tipo:

    Es necesario que p,

    donde 'p' representa un enunciadodeclarativo.

    3. En muchos textos se usa la le-tra ' como uno de los trminoscomponentes de la frmula que ex-presa el llamado principio de iden-tidad. En la mayor parte de los tex-tos clsicos este principio es expre-sado mediante la frmula:

    A = A (1).Es frecuente (vase IDENTIDAD) in-terpretar (1) en el sentido de que 'representa un objeto cualquiera. Eneste caso (I) equivale a una de lasllamadas notiones communes, koinai\e) /nnoiai, la que enuncia: 'Toda cosaes igual a ella misma'. La lgica ac-tual expresa (1) mediante las fr-mulas:

    si la identidad se refiere a la ley oal principio de identidad presentadoen la lgica sentencial, o mediantela frmula:

    (x)(x = x),si la identidad se refiere a la ley dereflexividad presentada en la lgicade la identidad. Observemos que lafrmula (1) es la misma que se usaen la lgica actual para expresar laley de identidad en la lgica de lasclases, en vista del uso de ' pararepresentar una clase (Cfr. infra, sec-cin 5).

    4. La letra ' ha sido muy usadapor varios idealistas alemanes, espe-cialmente por Fichte y Schelling, enlas frmulas que sirven de base asus especulaciones sobre la identidadde sujeto y objeto. Hay que advertirque a veces Fichte usa = A' comosi fuese un condicional, y lo inter-preta como 'Si A existe, A existe'. Encuanto a Schelling, ha usado la letra' acompaada de otros diversos sig-nos. Mencionamos dos casos.

    (a) Los signos '+', '-' y '' an-tepuestos o sobrepuestos a la letra.Ejemplos d ello son '-A', que repre-senta el ser en s,'+ A', que represen-

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    ta el ser fuera de s, y '', querepresenta el ser consigo mismo o,como dice Schelling, el sujeto-objetoo totalidad. Otro ejemplo es la fr-mula:

    que es, segn dicho filsofo, la for-ma del ser de la absoluta identidad.En tal frmula '+' se lee 'el predo-minio del uno sobre el otro' (Dars-tellung meines Systems der Philoso-phie, 1801).

    (b) Los exponentes agregados a', tal como en 1', 2', 3', querepresentan, en el vocabulario deSchelling, potencias de A. As, di-cho filsofo usa frmulas tales como = A1', = A2', = A3'. Nos he-mos referido a este uso en el ar-tculo POTENCIA.

    5. La letra ' se usa en muchostextos lgicos como smbolo de unaclase (VASE), y constituyeentonces una abreviatura de los llamadosabstractos simples. A veces se emplea dicha letra en minscula, 'a',con el mismo propsito. Junto a 'o 'a' se usan asimismo como smbolos de clases 'B' o 'b', 'C' o V.

    6. Jan Lukasiewicz usa ' pararepresentar la conectiva V o disyuncin (VASE) exclusiva, que nosotros simbolizamos por 'V. ' santepone a las frmulas, de modoque 'p V q' se escribe en la notacinde Lukasiewicz p q'. El mismoautor usa a veces 'A' como una delas constantes de la lgica cuantifica-cional (junto a 'E', 'I', '). Conlaletra ' se forma la funcin expresada mediante 'Aab', que se lee 'Todoa es b' o 'b pertenece a todo a'.

    7. Jean de la Harpe usa ' comosigno de asercin (VASE).

    A, AB, AD. Las preposiciones lati-nas a, ab (= a ante vocal) y adfiguran en numerosas locuciones lati-nas usadas en la literatura filosfica,principalmente escolstica, en lengua

  • latina, pero tambin en otras lenguas;algunas de estas locuciones, por lo de-ms como a priori, a posteriori, adhominem, son de uso corriente.

    A continuacin ofrecemos una listade algunas de dichas locuciones enorden alfabtico. En algunos casostraducimos o parafraseamos la locu-cin o sealamos en qu contexto ocontextos se usa o puede usarse. Enotros casos remitimos a los artculosque se han dedicado a locuciones de-terminadas o a los artculos en loscuales algunas locuciones se han in-troducido o usado.

    A contrario - A pari. Estas dos lo-cuciones se han usado originariamenteen el lenguaje jurdico para indicarque un argumento usado con respectoa una determinada especie se aplicaa otra especie del mismo gnero. Enel argumento a contrario se procedepor divisin; en el argumento a parse procede por identificacin. De laesfera jurdica se han trasladado estaslocuciones a otras regiones. El razona-miento a contrario ha sido definidocomo el que procede de una oposicinhallada en una hiptesis a una oposi-cin en las consecuencias de esta hi-ptesis. El razonamiento a pari hasido definido como el que pasa de uncaso (o de tipo de caso) a otro.

    A dicto secundum quid ad dictumsimpliciter [que corresponde al griegokata\ to\ ph= kai= a(plw=j ]. Estalocucin se refiere a un razonamientoconsistente en afirmar que si unpredicado conviene a un sujeto enalgn respecto o de un modo relativo,le conviene en todos los respectos o deun modo absoluto (si S es P enrelacin con algo, S es siempre y entodos los casos ). El razonamientoen cuestin es un sofisma (v.)llamado "sofisma por accidente". Paraindicar que este razonamiento no esvlido se usa la frmula A dictosecundum quid ad dictum simpliciternon valet conse-quentia.

    A digniori (vase infra).A non esse, etc. (vase infra).A pari (vase supra).A parte ante - A parte post (vase

    A PARTE ANTE).A parte mentis (vase infra).A parte rei ( VASE ). En cuanto que

    a parte rei indica "segn la cosa mis-ma", a parte mentis indica "segn lamente" o "segn el entendimiento"(secundum intellectum), A parte rei ya parte mentis son formas de distin-

    cin (VASE). En vez de a parte reise dice tambin ex natura rei [distinc-tio ex natura rei].

    A perfection (vase infra).A posteriori (vase A PRIORI).A potiori - A digniori - A perfec-

    tion. La definicin de una cosa a po-tiori es la que se lleva a cabo teniendoen cuenta lo mejor [lo ms digno; loperfecto] que haya en la cosa defi-nida.

    A priori (VASE).A quo - Ad quem. Al hablar del

    movimiento (VASE) como movimien-to local, la locucin a quo es usadapara indicar el punto de arranque yla locucin ad quem es usada paraindicar el punto terminal del movi-miento de un mvil. A quo y ad quempueden referirse asimismo a un razo-namiento, en cuyo caso indican res-pectivamente el punto de partida y elfin o la conclusin.

    A se (VASE).A simultaneo (vase Dios; ONTO-

    LGICO [ARGUMENTO] ).Ab absurdo Ab absurdis. Se usan

    estas locuciones para indicar que unaproposicin parte de algo absurdo ode cosas absurdas.

    Ab alio (vase A SE).Ab esse ad posse. En la teora de-

    las consecuencias (vase CONSECUEN-CIA) modales se han usado una seriede locuciones por medio de las cuales.se indica si una consecuencia es o novlida. He aqu algunas:

    Ab esse ad posse valet [tenet] con-sequentia [illatio] y tambin Ab illade inesse (v.) valet [tenet] illa de-possibili. Se puede concluir de la rea-lidad a la posibilidad, es decir, si Xes real, entonces X es posible.

    Ab oportere ad esse valet [tenet]consequentia [illatio]. Se puede con-cluir de la necesidad a la realidad, esdecir, si X es necesario, entonces Xes real.

    Ab oportere ad posse valet [tenet]consequentia [illatio]. Se puede con-cluir de la necesidad a la posibilidad,es decir, si X es necesaria, entoncesX es posible.

    A non posee ad non esse valet [te-net] consequentia [illatio]. Se puedeconcluir de la imposibilidad a la norealidad, es decir, si X es imposible,entonces X no es real.

    Pueden formularse otras consecuen-cias modales del tipo anterior, cadauna de las cuales corresponde a unteorema de la lgica modal.

    Ab universali ad particularem. Estalocucin se refiere al razonamiento enel cual se pasa de una proposicinuniversal (como 'todo S es P') a unaproposicin particular (como 'algunosS son P'). El razonamiento es vlido,lo que se expresa mediante la locu-cin Ab universali ad particularemvalet [tenet] consequentia [illatio].Tambin es vlido el razonamientoque pasa de una proposicin particu-lar a una infinita [indefinida] o unasingular; la frmula completa reza:Ab universali ad particularem, siveinfinitam sive singularem valet [tenet]consequentia [illatio]. No es vlido,en cambio, el paso de una proposicinparticular a una universal, lo que seexpresa diciendo: A particulari adimiversalem non valet [tenet] conse-quentia [illatio].

    Ab uno disce omines. A partir deuno se conocen los otros. Esta locu-cin, usada originariamente para re-ferirse a personas (y especialmente auna persona de un grupo, representa-tiva del grupo), puede usarse en for-ma ms amplia para indicar que apartir de un ejemplo pueden conocersetodos los dems ejemplos (cuandomenos de la misma clase); que a par-tir de una entidad pueden conocersetodas las dems entidades (cuandomenos de la misma clase).

    Ab absurdum (vase ABDUCCIN).Ad aliquid. Esta locucin equivale

    a 'relativo a', 'relativamente a' y serefiere, pues, al ser relativo, o)/n pro\jti (vase RELACIN). Se usa en va-rias formas, entre las cuales mencio-namos las siguientes:

    Ad aliquid ratione alterius (= se-cundum aliquid). Lo que tiene rela-cin con algo segn otra cosa.

    Ad aliquid secundum se. Lo quetiene relacin con algo segn su pro-pio ser [= modo de ser, esencial].

    Ad aliquid secundum rationem tan-tum. Lo que tiene relacin con algosegn la mente o segn, el entendi-miento.

    Ad aliquid secundum rem. Lo quetiene relacin con algo segn la cosamisma.

    Ad extra - Ad intra. Ad extra serefiere a un movimiento transitivo otrascendente. Ad intra se refiere a unmovimiento inmanente (vanse EMA-NACIN, INMANENCIA, TRASCENDEN-CIA).

    Ad hoc. Una idea, una teora, unargumento ad hoc son los que valen

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  • solamente para un caso particular, ge-neralmente sin tener en cuenta otroscasos posibles.

    Ad hominem. Un argumento adhominem es el que es vlido, se suponeque es vlido, o termina por servlido, slo para un hombre determi-nado o tambin para un grupo deter-minado de hombres. En vez de lalocucin ad hominem se emplea aveces la locucin ex concessis.

    Ad humanitatem. Un argumento adhumanitatem es uno que se supone esvlido para todos los hombres sin ex-cepcin. Tal argumento se considera,pues, como un argumento que va msall de todo individuo particular y, encalidad de tal, como un argumentoad rem, es decir, segn la cosa mismaconsiderada.

    Ad ignorantiam. Un argumento adignorantiam es el que se halla funda-do en la ignorancia (supuesta o efec-tiva) del interlocutor.

    Ad impossibile (vase ABDUCCIN).Ad intra (vase supra).Ab judicium. Segn Locke, un ar-

    gumento ad judicium es un argumen-to que se justifica por el argumentomismo (por el "juicio") y no es, portanto, un argumento ad hominem, adignorantiam o ad verecundiam.

    Ad personam. Un argumento adpersonam es, en verdad, un argumen-to contra una persona determinada,fundndose en efectivas o supuestasdebilidades de la persona en cuestin.Este argumento tiende a disminuir elprestigio de la persona contra la cualva dirigido.

    Ad quem (vase supra).Ad rem (vase supra).Ad valorem. Puede llamarse ad va-

    lorem a un argumento que se fundaen el valor de la cosa o cosas conside-radas o defendidas.

    Ad verecundiam. Un argumento adverecundiam es el que se funda en la"intimidacin" supuestamente ejercidapor la autoridad o autoridades a lascuales se recurre con el fin de con-vencer al interlocutor o interlocutores.

    A DICTO SECUNDUM QUID ADDICTUM SIMPLICITER. Vase SO-FISMA.

    A FORTIORI. La expresin a for-tiori es definida de varios modos.Pueden reducirse a dos. (1) Se diceque un razonamiento es a fortioricuando contiene ciertos enunciadosque se supone refuerzan la verdad de

    la proposicin que se intenta demos-trar, de tal modo que se dice queesta proposicin es a fortiori verda-dera. El a fortiori representa el tantoms cuanto que con que se expresagramaticalmente el hecho de que auna parte de lo que se aduce comoprueba viene a agregarse la otraparte, sobreabundando en loafirmado. Con frecuencia se usa estetipo de razonamiento cuando se quiereanular toda objecin posible (y con-siderada verosmil) contra lo anun-ciado. Un ejemplo de razonamientoa fortiori en este sentido es: "Lopede Vega es un poeta, tanto ms cuan-to que en los pasajes de su obraen los que no pretenda expresarsepoticamente emple un lenguaje pre-dominantemente lrico." (2) Argu-mento a fortiori se llama tambin aun razonamiento en el cual se usanadjetivos comparativos tales como"mayor que", "menor que", etc., detal suerte que se pasa de una propo-sicin a la otra en virtud del carctertransitivo de tales adjetivos. Un ejem-plo de argumento a fortiori en estesentido es: "Como Juan es ms viejoque Pedro, y Pedro es ms viejo queAntonio, Juan es ms viejo que An-tonio." En la lgica clsica se con-sidera a veces este argumento comouna de las formas del silogismo lla-mado entimema (VASE). Pero comolos adjetivos comparativos citados ex-presan las ms de las veces relacio-nes, resulta que el estudio del ar-gumento a fortiori puede ser estudia-do dentro de la lgica actual en lateora de las relaciones (vase RE-LACIN ).

    El sentido ( 1 ) es predominante re-trico; el sentido (2), declaramentelgico. En este ltimo sentido ha sidoexaminado por Arthur N. Prior ("Ar-gument a fortiori", Analysis, 9 [1948-49], 49-50). Prior indica que aunqueun argumento como "Todo lo que esmayor que algo mayor que C es ma-yor que C" es un modo de decir "Losargumentos fortiori son vlidos",puede efectuarse la reduccin reque-rida sin insertar ninguna premisa ylimitndose a reformular las premi-sas dadas. Aplicada al caso anteriorla reformulacin da el siguiente re-sultado:

    "Todo el tamao que tiene B, estamao que tiene A, y A tiene algode tamao que no tiene B;

    Todo el tamao que tiene C, es

    tamao que tiene B y B tiene algode tamao que no tiene C;

    Por lo tanto, todo el tamao quetiene C, es tamao que tiene A, yA tiene algo de tamao que no tie-ne C."

    A PARTE ANTE, A PARTE POST.En la literatura escolstica se distin-gue entre las expresiones a parte antey a parte post. Por ejemplo, sedice que el alma ha existido a paneante (a parte ante perpetua) si suser es anterior al cuerpo, y que haexistido a parte post (a parte post per-petua) si no antecede al cuerpo, an-tes bien comienza con ste. En am-bos casos se supone, empero, que elalma permanece despus de la diso-lucin del cuerpo (post dissolutionema corpore maneat, duret post perpe-tuo a corpore separata).

    A PARTE REI. Los escolsticosusan la expresin a parte rei parasignificar que algo es segn la cosamisma, es decir, segn la naturalezade la cosa o, ms simplemente, se-gn ella misma. Por ejemplo, se pue-de preguntar si las cosas naturalesson a parte rei o bien si resultan so-lamente de la operacin del entendi-miento. Por consiguiente, el ser parte rei se opone al ser secundumintellectum.

    A POSTERIORI. Vase A PRIOBI.A PRIORI. Aunque las expresiones

    a priori y a posteriori han sido em-pleadas abundantemente slo en lafilosofa moderna y, con menor in-sistencia, en la medieval, el proble-ma a que ellas se refieren fue tratadodesde la Antigedad. Cierto que ensta la diferencia entre lo que es pri-mero y lo posterior se refera msbien a la naturaleza misma de lacosa y, por derivacin, a la del co-nocimiento. Pero la cuestin de laforma de conocimiento no quedabade ninguna manera excluida. Se dis-tingui, as, entre el conocer porcausas y el conocer por efectos, el co-nocer segn la cosa en s, y el cono-cer pro\j h(ma=j, quoad nos, para nos-otros. Distinciones emparentadas casisiempre con las relativas a la diferenciaentre el conocimiento conceptual y elemprico, el independiente y eldependiente, etc. As pas elproblema a la filosofa medieval, den-tro de la cual comenz a tratarse ladistincin entre a priori y a posteriorien un sentido a veces muy parecidoal moderno. Las frmulas mis-

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  • mas solamente fueron empleadas porvez primera por Alberto de Sajonia(Prantl, IV, 78), el cual, siguiendoalgunos precedentes ya entonces con-sagrados, expresaba con ellas dosformas de razonamiento en las quese iba respectivamente del principioa la consecuencia y de sta al prin-cipio. Habra aqu, pues, una signi-ficacin anloga a la que tena en laAntigedad la distincin entre la de-mostracin por la causa y por elefecto, la cual corresponda, por lodems, al primado ontolgico de lacausa, en tanto que sta sea, efectiva-mente, como la tradicin antigua ge-neralmente supona, lo que es pri-mero por naturaleza. Sin romperseel vnculo con la tradicin, antes bienreapareciendo sta en la medida enque se atac el problema a fondo, lacuestin del a priori, en el sentidoactual, comienza, sin embargo, a plan-tearse slo con toda amplitud cuan-do en la poca moderna prima sobreel problema del ser la cuestin delconocimiento.

    Tal ocurre ya en Descartes. No hayen ste ninguna doctrina formal de loa priori, pero su nocin de "idea inna-ta" (Med. de prima phil, II; Princ.phil., I, 10) se aproxima a la concep-cin moderna de "idea a priori". Losmotivos ontolgicos priman todava,sin embargo, en la filosofa cartesiana,sobre los epistemolgicos; por eso lasideas innatas no son solamente lo pri-mero para nosotros, sino tambin laexpresin de la realidad en cuanto esvista (directa e intuitivamente) en suverdad. Las ideas claras y distintas(vase CLARO) de una cosa son lacosa misma en cuanto que vista oaprehendida mediante una intuicin(VASE). Locke, en cambio, desarrollauna crtica del innatismo (VASE) quepuede equipararse a una crtica detodo elemento a priori en el conoci-miento. Mas puede preguntarse si nohay en la nocin lockiana de ideas dereflexin elementos que no puedanderivarse directa o indirectamente delas sensaciones. Si la derivacin fueraindirecta, todava lo a priori se halla-ra ausente de la epistemologa deLocke. Pero si se postulara simple-mente que hay derivacin indirecta yno fuese posible mostrar cmo se lle-va a cabo, ni siquiera en principio,habra algo de aprioridad en las ideasde reflexin, cuando menos en algu-nas de ellas. Supongamos, sin embar-

    go, que no hay aprioridad alguna eneste sentido; todava puede pregun-tarse si no hay en Locke la nocin deciertas verdades generales distintas delas ideas obtenidas mediante percep-cin o mediante demostracin. Lockehabla de estas verdades o ideas gene-rales y declara que son "meras cons-trucciones mentales" (Essay, IV, cap.vii, 9). La cuestin se plantea enton-ces del siguiente modo: son talesconstrucciones meras expresiones lin-gsticas? Si lo son, entonces no pue-den ser llamadas propiamente "ideas".Si no lo son, debe de haber en ellasalgo a priori.

    Ahora bien, una distincin entre ti-pos de conocimiento que lleva a laconcepcin de un a priori ( acptese ono como necesario para el conocimien-to de lo real) se encuentra por vezprimera solamente en Hume y enLeibniz. La distincin propuesta porHume (Enquiry, sec. II, parte 1) de"todos los objetos de la razn o inves-tigacin humana" en relaciones deideas (Relations of Ideas) y hechoscontantes y sonantes (Matters of Fact)equivale a una distincin entre enun-ciados analticos y sintticos respecti-vamente (vase ANALTICO Y SINT-TICO). Los enunciados analticos soncompletamente a priori; no procedende la experiencia, pero no pueden de-cir nada sobre la experiencia o sobre"los hechos". Se limitan a constituirla base de razonamientos puramenteformales y son descubiertos mediantela "mera operacin del pensamiento"(loc. cit.), pudiendo compararse conreglas reglas de lenguaje. A su vez,Leibniz distingue entre verdades derazn y verdades de hecho (vase ar-tculo correspondiente y las pertinen-tes citas de Leibniz). Las verdades derazn son eternas, innatas y a priori,a diferencia de las verdades de he-cho, que son empricas, actuales ycontingentes. "La razn escribeLeibniz es la verdad conocida cuyoenlace con otra verdad menos conoci-da hace que demos nuestro asenti-miento a la ltima. Pero de modo par-ticular, y por excelencia, se la llamarazn si es la causa no solamente denuestro juicio, sino tambin de la pro-pia verdad, la cual se llama tambinrazn a priori, y la causa en las cosasresponde a la razn en las verdades."(Thodice, IV, xvii, 1). Debe tenerseen cuenta, sin embargo, que la aprio-ridad (lo mismo que el carcter inna-

    to) de las verdades de razn no signi-fica que stas se hallen siempre pre-sentes a la mente; las verdades derazn y a priori son, en rigor, aquellasque hay que reconocer como eviden-tes cuando se presentan, como diraDescartes, a "un espritu atento".

    No obstante las fundamentales di-ferencias que hay entre la filosofa deHume y la de Leibniz, estos autorescoinciden en un punto: en que losenunciados a priori son analticos yno sintticos. Pero mientras para Hu-me ello es consecuencia de su carcterpuramente lingstico-formal, paraLeibniz es resultado de su preeminen-cia sobre la experiencia.

    Distinta de Leibniz y de Hume esla concepcin de lo a priori defendidapor Kant. Los conceptos y las propo-siciones a priori tienen que ser pensa-dos con carcter de necesidad absolu-ta. Pero no simplemente porque seantodos puramente formales. Si lo fue-sen, habra que desistir de formularproposiciones universales y necesariasrelativas a la Naturaleza; la universa-lidad y necesidad de tales proposicio-nes sera entonces slo la consecuen-cia de su carcter analtico. Por otrolado, los conceptos de la razn nopueden aplicarse a la realidad en s ymenos aun servir de ejemplos o para-digmas de esa realidad; toda metafsi-ca basada en puros conceptos de ra-zn trasciende de la experiencia posi-ble y es resultado de una pura imagi-nacin racional (por tanto, no sintti-ca). Kant considera que el conoci-miento a priori es independiente de laexperiencia, a diferencia del conoci-miento a posteriori, que tiene su ori-gen en la experiencia (K. r. V. 2).La independencia de la experienciadebe entenderse de un modo absolu-to, no respecto a tales o cuales partesde la experiencia. Los modos de co-nocimiento a priori son pufos cuandono hay en ellos ninguna mezcla deelementos empricos (op. cit., B 3)."Todo cambio tiene una causa" no espara Kant una proposicin absoluta-mente a priori, porque la nocin decambio procede de la experiencia. Laindependencia de la experiencia nodebe entenderse en sentido psicolgi-co, sino epistemolgico; el problemade que se ocupa Kant en la Crtica dela razn pura no es el del origen delconocimiento (como en Locke y enHume), sino el de su validez. Ahorabien, Kant admite que puede haber

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  • juicios sintticos a priori. As, lo apriori no es siempre solamente anal-tico. Si fuese tal, ningn conocimientorelativo a la Naturaleza podraconstituirse en ciencia. Ni siquiera elsentido comn puede prescindir demodos de conocimiento a priori. Pre-guntar si hay juicios sintticos a priorien la matemtica y en la ciencia de laNaturaleza (fsica), equivale a pre-guntar si estas ciencias son posibles, ycmo lo son. La respuesta de Kant esafirmativa en ambos casos, pero ellose debe a que lo a priori no se refierea las cosas en s (vase COSA), sino alas apariencias (vase APARIENCIA).Los elementos a priori condicionan laposibilidad de proposiciones universalesy necesarias. En cambio, no hay enla metafsica juicios sintticos apriori, porque lo a priori no se aplicaa los noumena, (vase NOMENO).Kant trata en la Crtica de la raznpura (donde con ms detalle ha ela-borado la idea de la aprioridad) delas formas a priori de la intuicin ( es-pacio y tiempo) y de los conceptosa priori del entendimiento o categoras.

    Mikel Dufrenne ( Cfr. op. cit. infra,pgs. 11 y sigs.) ha indicado que pue-den discernirse dos grupos de proble-mas relativos a la concepcin kantianade lo a priori. Por un lado, problemasrelativos a la naturaleza del sujeto entanto que "portador" de lo a priori.Lo a priori funda la objetividad entanto que un sujeto constituyente(vase CONSTITUCIN Y CONSTITUTIVO)hace posible la experiencia. Pero hayaqu, en rigor, dos elementos: unacondicin surgida de la naturalezasubjetiva y una condicin formal de laexperiencia como tal. Si se subraya elprimer elemento, se tiende a unaconcepcin psicolgica del sujetotrascendental; si el segundo, a unaeliminacin de todo sujeto comosujeto. Por otro lado, hay problemasrelativos a la relacin entre el sujetoy el objeto. Esta relacin es para Kanttrascendental (VASE); no se trata deproduccin del ente, sino de determi-nacin de la objetividad del objeto(de su cognoscibilidad en tanto queobjeto). Pero aqu se puede conside-rar o que el sujeto trascendental ab-sorbe el objeto en su objetividad deun modo total, de suerte que las con-diciones del objeto son equivalentes alas modificaciones del sujeto, o que elobjeto absorbe por entero al sujeto.

    Parece, en todo caso, que desde elmomento en que se admite que loa priori tiene su fuente en un sujetode conocimiento, es imposible evitarlas cuestiones ontolgicas que Kant sepropona justamente evitar hasta ha-ber despejado por entero el caminopara la metafsica mediante la filoso-fa trascendental.

    La doctrina kantiana fue a un tiempocriticada y elaborada por los idealistasalemanes postkantianos. Ejemplo deesta doble actitud es la de Hegel. Porun lado, Hegel acepta la concepcin delo a priori en tanto que admite(cuando menos al exponer la doctrinade Kant) que la universalidad ynecesidad deben hallarse a priori, estoes, en la razn (Vorlesungen ber dieGeschichte der Philosophie. Teil III,Abs. iii. B; Glckner, 19: 557). Porotro lado, Hegel considera que las ex-presiones a priori y 'sintetizar' usadaspor Kant son vagas y hasta vacas(Logik, Buch I, Abs. II, Kap. ii. A.Anm. 1; Glckner, IV, 250). De mo-do sorprendentemente parecido almodo como la nocin de a priori hasido elaborada por los fenomenlogos,Hegel estima que tambin la determi-nacin del sentimiento posee elemen-tos (o "momentos") a priori (loc.cit.), con lo cual dicho filsofo ex-tiende la nocin de aprioridad a loque no es solamente intelectual.

    La cuestin del a priori ha sidodebatida muchas veces en el pen-samiento filosfico contemporneo.Mientras unos lo han seguido admi-tiendo en un sentido anlogo al deKant, otros lo han rechazado, ya seaen nombre de la concepcin mstradicional de lo a priori, ya sea ennombre de la proclamada imposibi-lidad de concebir ningn conocimien-to que no est dado bajo estas dosformas: o como procedente de laexperiencia o como puramente lgico-analtico (vase ANALTICO). Lo apriori ha significado entonces lo pu-ramente vaco y formal, la "lgicaque llena el mundo", para emplearla expresin de Wittgenstein. Contra-riamente a Kant, se han eliminado delo priori todas las sntesis y todoelemento sinttico. Esta ltima con-cepcin ha asumido diversas formas,desde las ms radicales hasta las ate-nuadas. A las primeras pertenecen lamayor parte de las corrientes neo-positivistas y "analticas"; dentro delas segundas puede incluirse una con-

    cepcin de lo a priori como la defen-dida por C. I. Lewis. ste admitela necesidad de lo a priori (en virtudde que no hay conocimiento posiblesin interpretacin), y lo proclamaindependiente de la experiencia, "noporque prescriba una forma que laexperiencia deba cumplir o anticipealguna armona preestablecida de lodado con las categoras de la mente,sino precisamente porque no prescribenada al contenido de la experiencia"(Mind and the World Order, 1929,pg. 197). Lo a priori ser verdaderosin importar a qu se refiere. Sinembargo, lo a priori anticipa caracteresde lo real (sin lo cual carecera detoda significacin), si bien de lo realen tanto que "categorial-menteinterpretado". Esto tiene variasconsecuencias. Primero, el rechazo delas concepciones tradicionales entreellas, la kantiana de lo a priori.Segundo, la consideracin delconocimiento a priori como un cono-cimiento formal. Tercero, y finalmente,el hecho de que tal formalidad noequivalga a una pura vaciedad de lassignificaciones. Con lo cual Lewismantiene, por as decirlo, una posicinintermedia entre la concepcinpuramente formal y la puramentetrascendental. Pues los principios apriori representan verdaderamenteprincipios de orden y criterios de loreal (op. cit., pg. 231); al determinarlas significaciones, la mente forja esetipo de verdad sin el cual no habraninguna otra verdad posible. Por esoel hecho de que los ltimos criteriosde las leyes de la lgica sean"pragmticos" no significa, para el"pragmatismo conceptualista" deLewis, la sumisin de lo formal a unadecisin arbitraria cualquiera, sino elresultado del hecho de que laclasificacin categorial einterpretacin de lo real sean forzo-samente nuestra clasificacin y nuestrainterpretacin.

    La solucin de Husserl al proble-ma es de carcter muy distinto, perose refiere tambin a la cuestin desubrayar la aprioridad sin tener queabandonar la referencia a lo real. Enla fenomenologa de Husserl, el ca-rcter de aprioridad no es propio so-lamente de las esencias formales, sinotambin de las materiales, con locual queda ampliado el marco de laconcepcin kantiana de lo a priori,excesivamente vinculada a su sign-

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  • ficacin formal. Gracias a esta aprio-ridad de las esencias materiales esposible, como Scheler ha realizadoen la esfera de la tica, una sntesisde lo umversalmente vlido con loconcreto y, con ello, un conjunto deciencias basadas en un "apriorismomaterial". Lo a priori resulta as esen-cialmente modificado, pero ello nosignifica que la aprioridad quede so-metida desde su principio a la obser-vacin de los hechos y a toda com-probacin fctica. Lo que es a priorise comporta respecto a lo real de unadoble manera: por una parte, esindependiente de l en el sentido deque en l se da la esencia de lo realaun en el caso de que ste no apa-rezca como algo efectivo y no pasede su mero ser fenmeno a ser "apa-riencia"; por otra, est vinculado al en el sentido de que all hallacumplimiento la experiencia extra-fe-nomenolgica. De esta suerte lo priori se hace contenido intuitivo yno imposicin del entendimiento so-bre un hipottico caos de lo dadoy experiencia en vez de ser for-ma impuesta a la experiencia. Todaidentificacin de lo a priori con lono "emprico" y lo formal identifi-cacin que tiene su paralelo en la nomenos usual identificacin de lo aposteriori con lo emprico y lo ma-terial queda as invalidada. Lo priori no es el conjunto de formasgenerales que modelan una materiano menos general; la relacin entrelo formal y lo material es meramenterelativa, pues lo que en un casopuede ser materia de una intuicinpuede ser en otro caso forma. La opo-sicin absoluta entre lo a priori y loa posteriori no coincide con una opo-sicin paralela entre lo formal y lomaterial y menos aun con una opo-sicin paralela entre lo lgico y loalgico. La posibilidad de una aprio-ridad material es tan completa, se-gn Husserl, que puede decirse quea ella pertenecen la mayor parte delas aprioridades.

    Adems de los textos a que se hahecho referencia en el artculo, vanselas siguientes obras. Anlisis de lanocin de a priori: Narziss Ach, Ue-ber die Erkenntns a priori, insbeson-dere in der Arithmetik, 1913. Ni-colai Hartmann, "Ueber die Erkennt-barkeit des Apriorischen", Logos, V(1914-15), 290-329; reimp. en Klei-nere Schriften, III, 1958, pgs. 186-218. A. Pap, "The Different Kinds

    of a Priori", The Philosophical Re-viewLIII (1944), 464-84. H. Ne-riCastaeda, "Analytic Propositions,Dfinitions and the A Priori", RatioII (1959), 80-101. Mikel Dufren-ne, La notion d'a priori, 1959. Vase asimismo la bibliografa en elartculo ANALTICO Y SINTTICO. Parael priori en la teora fsica: A. Pap,The A Priori in Physical Theory,1946. Sobre el a priori en diferentesautores y corrientes: M. Guggen-heim,Die Lehre vom apriorischen Wissenin ihrer Bedeutung fr dieEntwicklung der Ethik und der Er-kenntnistheorie in der sokratisch-pla-tonischen Philosophie, 1885. Nico-lai Hartmann, Das Problem desApriorismus in der platonischen Phi-losophie, 1936 (Sitzungsber. derpreuss. Ak. der Wiss. Phil. hist. Kl.XV [1935]; reimp. en Kleinere Schrif-ten, II, 1957, pgs. 48-85). AlineLion, Anamnesis and the A Priori,1935. L. di Rosa, La sintesi a priori:S. Tomaso e Kant, 1950. Bella .Milmed, Kan and Current PhilosophicalIssues: Sortie Modem Develop-ments ofHis Theory of Knowledge, 1961,especialmente Caps. II, III, V y VII. Lothar Eley, Die Krise des Aprioriin der transzendentalen Ph-nomelogieE. Husserls, 1962 [Phae-nomenologica,10]. A. Silberstein, LeibnizApriorismus im Verhltnis zu seinerMetaphysk, 1904. A. Sicker, Derleibniz-kantische Apriorismus und dieneuere Philosophie, 1900. G.Hellstrm, On Hume'saprioribegrepp, 1925. G. Cesca,La dottrina kantiana dell'a priori,1885. Rudolf Eisler, Die Weiter-bildung der Kantschen Apriorittsleh-re bis zur Gegenwart, 1895. AkePetzll, Der Apriorismus Kants unddie "Philosophia pigromm", 1933. C. Mazzantini, II problema delle ve-rita necessarie e la sintesi a priori diKant, 1935.

    A SE. En el vocabulario latino dela escolstica es comn distinguir en-tre la expresin se y la expresinab alio. A se significa "por s", "pors mismo", "desde s", "desde s mis-mo", "procedente de s", "procedentede s mismo"); ab alio significa"procedente de otro". Por este motivoun ser a se es considerado como unser independiente, a)/narxon. Se dice,as, que Dios es a se (substantia a se)y tambin per se, ex se, puestiene su principio (o causa) de existiren s mismo. En cambio, una entidadcreada se dice que es ab alio, porqueno tiene el principio (o causa) deexistir en si misma, sino en

    otra realidad (en Dios). Esta ltimadistincin es radical, pues se refierea la raz del ser y de lo creado.

    Puede, sin embargo, distinguir-se entre el ser a se y el ser ab alioen un sentido menos radical. As, porejemplo, se dice que una entidad pro-cede de otra cuando tiene simple-mente en esta otra su origen (confrecuencia causal): lux est a sole (laluz procede del sol). La distincinentre a se y ab alio es paralela confrecuencia a la distincin entre in se(VASE) e in alio, aun cuando se tiendea emplear la primera cuando so hacereferencia al principio del cualprocede una entidad y la segundacuando se habla del ser de una enti-dad. Cuando se subraya el motivo dela procedencia se usan las expresionesa se moveri (que se contrapone a abalio moveri) y a se procedere (que secontrapone a ab alio procedere). Porlo dems, el proceder de otra entidadpuede entenderse en dos sentidos: se-gn el ser real (secundum esse reale)y segn el ser intencional (secundumesse intentionale). Para el significadode 'ser intencional', vase INTENCIN,INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD.

    Se dice tambin del ser a se queposee aseidad (aseitas). Lo mismoque hemos visto para el ser a se, laaseidad puede afirmarse de un modogeneral, como un rasgo de todo enteque procede de s mismo y, porlo tanto, del ente, o de un modo (on-tolgica-formalmente) menos general,como el constitutivum metaphysicumde un ente determinado, pero nico,Dios. Algunos autores se inclinan porlo primero y dan distintas razonespara apoyar su opinin: que la no-cin de referencia es demasiado for-mal y conviene slo al ente en cuan-to ente, que reducir la aseidad aDios lleva al riesgo de absorber enste todos los dems entes, etc. Otros,en cambio, se manifiestan partidariosde lo segundo, y alegan en favor desu tesis que la aseidad puede pre-dicarse nicamente de aquella rea-lidad en la cual la esencia subsisteen toda la plenitud del ser, es decir,que posee todas las perfecciones tantointensivas como extensivas.

    A SIMULTANEO. Vase Dios,ONTOLGICA (PRUEBA).

    AALL (ANATHON) (1897-1943)nac. en Nseeby (Troms, Noruega),docente privado en Halle de 1904 a

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  • 1908 y profesor en Cristiana (Oslo apartir de 1925) desde 1908, se dis-tingui primeramente por sus estudioshistrico-filosficos e histrico-religio-sos, pas luego al estudio de la psi-cologa experimental y desemboc, fi-nalmente, en una filosofa de la Na-turaleza y en una metafsica. Como elpropio Aall puso de manifiesto, su in-ters por la filosofa se manifest endos esferas que juzgaba relacionadasentre s: la filosofa en su histo-ria, y lo que llam la filosofa dela existencia, es decir, de la realidad.La primera fue entendida por Aallcomo un estudio que no comprendasolamente la exposicin histrica delos filosofemas, sino su vinculacincon la total situacin histrica de lacual tales filosofemas haban emer-gido: no hay motivo, deca Aall,para cortar la relacin entre la so-fstica jnica y la democracia griega,entre el industrialismo moderno y lapsicologa emprico-experimental. Lasegunda fue entendida como unafilosofa de la Naturaleza desarrolladasobre bases epistemolgicas y conintenciones ltimamente metafsicas.Esta filosofa de la Naturaleza o filo-sofa crtica de la existencia tenapor base positiva la investigacinpsicolgica, que Aall condujo sobretodo en el sentido de una psicologade los sentidos y que consisti enuna asimilacin, crtica y superacindel mecanicismo y del energetismocontemporneos. El reduccionismo destos era rechazado por Aall comouna inadmisible adhesin al monismometafsico. Una cierta forma derealidad, ciertamente funcional, perono simplemente energtica, se reve-laba, a su entender, entre los coefi-cientes fisiolgicos observables y lasmanifestaciones psquicas. Esto cons-titua la base de la mencionada "cr-tica de la existencia real", que in-clua el anlisis psicolgico-crticode las nociones de energa, de tiempo yde movimiento y que desembocaba,finalmente, en una concepcinfuncional de la unidad del alma ydel cuerpo, del espritu y de la ma-teria, as como en una filosofa dela existencia que, en sus propiostrminos, deba ser designada comopluralista y que sostena que "elpropio espritu y su vida, los propioscontenidos empricos de carcter nomecnico, poseen realidad indepen-diente" (Die Philosophie der Gegen-

    wart in Selbstdarstellungen, ed. R.Schmidt, t. V, 1924, pg. 22).

    Obras principales: Der Logos. Ge-schichte seiner Entwicklung in dergriechischen Philosophie und derchristlichen Literatur, I, 1896; II,1899 (El Logos. Historia de su evo-lucin en la filosofa griega y en laliteratura cristiana). 'Om San-synliget og dens betydning logiskbetraktet", Tidskr. f. Mathematik ogNaturvindenskab (1897) ("Sobre laprobabilidad y sus condiciones des-de el punto de vista lgico"). Macht und Pflicht. Eine Natur- undRechtsphilosophische Untersuchung,1902 (Poder y Deber. Una investi-gacin de filosofa de la Naturalezay filosofa del Derecho). Ibsen ogNietzsche, 1906. Henrik Ibsenals Dichter und Denker, 1906 (H. I.como poeta y pensador). Logik,3a ed., 1921. "Filosofien i Nor-den", Videnskapsehk, Skr. hist. fil.kl, 1 (1918) ("La filosofa enNoruega"). Psykologi, 1926. Socialpsykologi, 1938. Adems,numerosos escritos, publicados en re-vistas, sobre temas de psicologa ex-perimental, de Historia de la filosofay de filosofa de la Naturaleza. Par-ticularmente importantes para su fi-losofa son los escritos: "Gibt es ir-gendeine andere Wirklichkeit als diemechanische?", Zeitschrift fr Philo-sophie, CLXII (1917) ("Hay al-guna otra realidad adems de la rea-lidad mecnica?") y "The Problem ofReality", The Journal of Philoso-phy,XXII (1925), 533-47 V. tambin laautoexposicin citada arriba.

    ABANO (PEDRO DE). Vase PE-DRO DE ABANO.

    ABBAGNANO (NICOLA) nac.(1901) en Salerno (Italia), profesordesde 1939 en la Universidad deTurin, representa actualmente elexistencialismo (VASE) italiano. Sinembargo, el existencialismo de Ab-bagnano no es un reflejo del existen-cialismo alemn o francs, sino un re-sultado del desarrollo interno de supropio pensamiento, surgido, por lodems, de la propia situacin filos-fica contempornea. Abbagnano re-chazaba ya en su primer libro noslo las concepciones "clsicas" de laverdad, sino tambin las que, comolas intuicionistas, modernistas o pu-ramente historicistas, slo podan serparcialmente satisfactorias. Desde unprincipio se trataba, pues, de encon-trar algn elemento capaz de repre-sentar un principio metafsico en elcual las dems realidades fuesen da-das sin reducirse a la pura racionali-

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    dad o absorberse en la concienciaabsoluta del idealismo. Tal principiono deba apoyar ni lo puramente sub-jetivo ni lo enteramente objetivo, nilo completamente racional ni lo abso-lutamente irracional. Por otro lado,no deba ser tampoco un compromisoeclctico. Abbagnano hall en el con-cepto de existencia (VASE) la formu-lacin de tal posibilidad. Pues esteconcepto replanteaba los datos mis-mos de la cuestin metafsica al insis-tir en la problematicidad esencial delprincipio. La problematicidad es en-tonces lo nico que permite el pensa-miento y la vida, es decir, lo queconstituye su propio horizonte. Ahorabien, esto caracteriza los modos den-tro de los cuales la existencia vive opor los cuales se manifiesta: el esfuer-zo (impegno), la decisin (decisione),la eleccin (scelta) y la fidelidad (fe-delt). La unidad ltima de estos mo-dos, o la estructura fundamental de laexistencia, es, por otro lado, lo quepuede permitirle eludir el recaer den-tro del inmanentismo idealista: la tras-cendencia. De ah la insistencia deAbbagnano en el modo particular conque l defiende la relacin o rapportode la existencia con el ser, a que he-mos aludido en el artculo Existencia-lismo (VASE). Por eso la existenciaes, en Abbagnano, la propia relacincon el ser, y por eso los actos exis-tenciales pueden trascender hacia elser; en suma, "hacia la unidad abso-luta del ser". Pues, en ltima instan-cia, la existencia se constituye tras-cendiendo hacia la existencia, y sereduce a este continuo trascender.

    Obras principales: Le sorgentiirrazionali del pensiero, 1923. problema dell'arte, 1925. Il nuovoidealismo inglese e americano, 1927. Guglielmo di Ockam, 1931. Lanozione del tempo in Aristotele, 1933. La fsica nuova. Fondamenti diuna teora della scienza, 1934. principio della metafsica, 1936. Lineamenti di pedagogia, 1936. La struttura dell' esistenza, 1939 (trad.esp.: La estructura de la existencia,1958). B. Telesio (I. Telesio. II.Telesio e la filosofa del Rinascimen-to), 1941. Introduzione all'esis-tenzialismo, 1942, 2a d., 1947 (trad.esp.: Introduccin al existencialismo,1955). Filosofa, Religione, Scien-za, 1947 (trad. esp.: Filosofa, religin y ciencia, 1961). Existenzia-lismo positivo, 1948 ( trad. esp. : Existencialismo positivo, 1953). Storiadella filosofa, 3 vols. (I, 1, 1949; II,1 y 2, 1949); III, 1953), reed. en 3

  • vols., 1953-54) (trad. esp.: Historiade la filosofa, 2 vols., 1955-56). Storia del pensiero scientifico, 1951 ysigs. Possibilita e liberta, 1956(trad. esp.: Filosofa de lo posible,1957). Problemi di sociologia, 1959(coleccin de artculos [1951-1958]). Dizionario di Filosofa, 1961 ( trad.esp.: Diccionario de Filosofa, 1963). Vase autoexposicin de su filosofa titulada "Metafsica ed esistenza"en M. F. Sciacca, Filosofi italianicontemporanei, 1944, pgs. 9-25. Vase tambin V. Fatone, La existencia humana y sus filsofos, 1953,cap. X. G. Giannini, L'esistenzia-lismo positivo di . ., 1956. Mara Angela Simona, La notion de libert dans l'existentialisme positif de. ., 1962 [Studia Friburgensia, N.S., 32].

    ABDERA (ESCUELA DE). Amenudo se encuentra en las historiasde la filosofa griega la expresin 'Es-cuela de Abdera'. Designa el llamadoatomismo de algunos de los filso-sos presocrticos (Leucipo, Dem-crito). El nombre procede del lugarde nacimiento de Demcrito: Abdera,una colonia jnica de Tracia (dondehaba nacido tambin Protgoras).Por este motivo Demcrito es llamadoasimismo el abderita. Tanto este nom-bre como la expresin que designala escuela pueden considerarse, sinembargo, slo como recursos mnemo-tcnicos. En efecto, en la poca delos atomistas la actividad filosficagriega estaba centrada en Atenas, y elperodo durante el cual floreci laEscuela de Abdera es el llamado pe-rodo tico. Por lo dems, Demcritoviaj mucho por diversos pases delCercano Oriente y hasta se dice quetuvo contacto con los hindes. Final-mente, Leucipo, uno de los miembrosde la Escuela, no naci en Abdera,sino en Mileto, y parece haber sidodiscpulo de Parmnides. Esto hacesospechar que hay relacin entre loseleatas y la Escuela de Abdera, rela-cin que se confirma cuando adverti-mos que cada uno de los tomos deDemcrito (vase ATOMISMO) parecehaber sido concebido por analogacon la esfera de Parmnides.

    Para bibliografa, vanse FILOSO-FA GRIEGA y PRESOCRTICOS.

    ABDUCCIN. El trminoa)pagwgh/ se traduce de variosmodos. Por un lado, significareduccin. En tal caso la apagog es ola reduccin de las figuras delsilogismo (VASE) a la primerafigura, o la expresin abre-

    viada para las pruebas ad absurdumy ad impossibile. En los artculossobre los trminos 'absurdo' y 're-duccin' hemos hecho ya referenciaa estas significaciones. Nos limita-remos ahora al sentido que tienea)pagwgh cuando se traduce por 'ab-duccin'. En este caso se trata deun silogismo cuya premisa mayor escierta y cuya premisa menor es pro-bable. O, como dice Aristteles, "hayabduccin cuando es cierto que elprimer trmino conviene al medio,siendo incierto, en cambio, que eltrmino medio convenga al ltimo,aun cuando esta relacin sea tanprobable o inclusive ms probableque la conclusin" (An Pr., II, 25,69 a 20-23). Tambin hay abduccin"cuando los trminos intermediariosentre el ltimo y el medio son po-cos". En otras palabras, hay, segnAristteles, dos modos de la abduc-cin, es decir, dos modos de silo-gismo que no proporcionan sino unconocimiento probable: en el prime-ro, la premisa mayor es evidente yla menor incierta o slo probable,y justamente de igual grado de pro-babilidad que la conclusin; en elsegundo, la premisa menor es pro-bada mediante un nmero de trmi-nos medios menor que el de la con-clusin. Si suponemos, con Aristte-les, que A significa "que puede serenseada", B, "ciencia" y C, "vir-tud", resultar que la ciencia puedeser enseada, en tanto que es inciertoque la virtud sea una ciencia. "Si,pues dice Aristteles la proposi-cin BC es tan probable o ms proba-ble que AC, hay abduccin; estamos,en efecto, ms cercanos al conocimien-to por el hecho de haber agregado ala conclusin AC la proposicin BC,pues antes no poseamos de elloningn saber" (op. cit., 69 a 25-30).Y habr tambin abduccin si supo-nemos que los trminos intermediosentre y C son poco numerosos."Admitamos, por ejemplo, que Dsignifique 'ser cuadrado', E 'figurarectilnea' y F, 'crculo'. Si entre Ey F hubiese slo un trmino inter-medio (p. ej., si mediante el auxiliode lnulas el crculo se igualara auna figura rectilnea), estaramos mscerca del saber" (loc. cit.).

    Para Ch. S. Peirce (VASE), el tr-mino 'abduccin' designa uno de lostipos de la inferencia. Por lo tanto,Peirce utiliza dicho vocablo en sen-

    tido ms prximo a las expresio-nes 'reduccin al absurdo' y 're-duccin a lo imposible', si bien afir-mando que la prueba indirecta enque consistira ltimamente la ab-duccin clsica puede convertirsefcilmente en una prueba directa,y negando al mismo tiempo la legi-timidad de confundir bajo la especiecomn de la apagog o reduccin alabsurdo dos formas distintas. Trata-mos, por consiguiente, esta signifi-cacin que Peirce da al trmino'abduccin' en el artculo sobre lareduccin (VASE).

    ABELARDO (PEDRO) o Abailard(1079-1142), llamado Peripateticuspalatinus, naci en Le Pallet, en elcondado de Nantes, y estudi en Parsbajo el magisterio de Guillermo deChampeaux, cuyas doctrinas combativiolentamente. Con el fin de ensearsus propias doctrinas, Abelardo funduna escuela en Melun, escuela queluego traslad a Corbeil. Poco tiempodespus, no obstante, regres a Parspara estudiar de nuevo con Guillermode Champeaux. Renovada suoposicin al maestro, se allegmuchos discpulos. Lo mismo le ocu-rri en Laon, adonde fue para estu-diar con Anselmo de Laon. Despusde ello pas a Pars y abri escuelaen la montaa de Santa Genoveva,alcanzando resonantes xitos. La tor-mentosa vida de Abelardo no termi-n, sin embargo, con sus incesantespolmicas y sus discutidos libros; susclebres amores con Elosa, su entradaen religin, su vida de magistererrante, las acusaciones de San Ber-nardo y la condenacin de varias desus tesis en los concilios de Soissons(1121) y de Sens (1140) contribuye-ron a formar la imagen de un Abe-lardo inquieto que no por azar se haconvertido en tema de inspiracin ro-mntica.

    Se ha sostenido a veces que Abe-lardo fue el fundador del mtodo es-colstico. Aunque esta opinin es dis-cutible, parece cierto de todos modosque dio con su obra Sic et Non unaamplia difusin al mtodo basado enla contraposicin de las autoridadespatrsticas con vistas a su armona yconciliacin dentro de los dogmasy tambin con vistas a la fundamen-tacin racional de stos. Por lo tan-to, el llamado racionalismo teolgicode Abelardo que ha inducido a al-gunos historiadores, con evidente exa-

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  • ABEgeracin, a considerarlo como un"ilustrado" avant la lettre no es msque una igual oposicin a los telo-gos que se negaban a aplicar la dia-lctica (VASE) a las cosas divinas ya los que la convertan en la nicaciencia de la divinidad. Pero si Abe-lardo no fue un fundador, fue sinduda un gran incitador, de suerte quesu influencia debi de ser mayor to-dava de lo que permiten sospecharlas huellas dejadas en la posterior es-colstica. Sus puntos de vista son muydiversos, pero de ellos nos interesanprimordialmente dos: uno se refierea la doctrina de los universales; elotro, a la tica.

    En lo que toca a la primera doc-trina, Abelardo se opuso tenazmenteal realismo (VASE), tal como era de-fendido por Guillermo de Cham-pame, pero no se opuso menos alnominalismo (v.), por lo menos talcomo haba sido defendido por Ros-celino de Compigne. Esto ha llevadoa algunos autores a la conclusin deque la posicin de Abelardo fue unapreparacin para la tesis del realismomoderado, ulteriormente fundamenta-do por San Alberto el Grande y SantoToms de Aquino. Esta opinin esconsiderada hoy como excesivamentesimplista. No es sorprendente, pues,que haya habido entre los historia-dores de la filosofa medieval un vivodebate acerca de cul era la "verda-dera posicin" de Abelardo en el pro-blema que nos ocupa. Dos interpre-taciones se han enfrentado: la dequienes han sostenido que Abelardofue un conceptualista y que interpretlos universales como "concepcionesdel espritu", y la de quienes handeclarado que, no obstante su crticade Roscelino, se mantuvo en el fondodentro de la misma corriente nomina-lista que se desarroll desde el citadofilsofo hasta Guillermo de Occam.Para terciar en este debate convienever lo que Abelardo pensaba acercade los universales al hilo de la doblecritica de Roscelino y Guillermo deChampeaux. Ahora bien, es claro quepara Abelardo los universales no erancomo para Roscelino meras vo-ces, ya que stas eran concebidascomo realidades mentales. Pero tam-poco eran como para San Anselmoo ms aun para Guillermo de Cham-peaux cosas, res. En su crtica deesta ltima posicin Abelardo pareciinclusive haber llevado a Guillermo

    ABEde Champeaux a una atenuacin desu posicin en el sentido del realis-mo de la indiferencia (VASE). Perouna vez establecido esto es precisover lo que positivamente enseabaAbelardo acerca de los universales.Su posicin puede esquematizarse delsiguiente modo: el universal es unnombre, un nomen, y el nombre esuna vox significativa. Se trata en-tonces de aclarar el sentido de la sig-nificacin y de examinar su rela-cin con lo significado. Para con-seguirlo Abelardo dedic considerableesfuerzo al anlisis lgico de lapredicacin. Por lo pronto, advirtique predicar algo de una multiplici-dad es una funcin que ejercen losvocablos, los cuales convienen convarias entidades. Con ello se introdujoun nuevo concepto: el de "con-veniencia". Es un concepto difcilde precisar. Pues esta convenien-cia parece muy prxima al status me-diante el cual los realistas muy mode-rados designaban el "encuentro" envarios individuos de un carcter co-mn. En vista de estas dificultades,no es sorprendente que Abelardo de-jara a veces su posicin en un estadomucho menos preciso del que supo-nen algunos historiadores de la filo-sofa. De hecho, lo nico que puedeafirmarse con relativa seguridad esque Abelardo fue un realista contraRoscelino y un nominalista contraGuillermo de Champeaux, pero notodava un realista moderado. Ciertoque Abelardo declara en la lgicallamada Ingredientibus que "gnerosy especies significan realmente cosasque existen verdaderamente". Pero lasignificacin de 'existir verdadera-mente' no queda con ello ms clara.Diremos, pues, que la solucin deAbelardo pareca tender a una vaci-lacin entre la realidad del "encuen-tro" de lo comn en los individuos,y la concepcin del universal comouna inteleccin de la mente. Este l-timo aspecto fue subrayado por Abe-lardo sobre todo cuando quiso opo-nerse a la concepcin de los univer-sales como "cosas" o "naturalezas".Pero no es posible reducir a ella todala doctrina sobre los universales deAbelardo si no queremos simplificarsu posicin de un modo excesivo.

    En cuanto a la tica, advertiremosque se manifiestan en Abelardo an-logas vacilaciones. Por un lado, Abe-lardo pareca intentar sustituir la for-

    ABEma extema de la remisin del pecadopor la ntima vivencia del arrepen-timiento. Por otro lado, pareca conello destacar nicamente la importan-cia de la conciencia moral, pero nointentar suprimir la autoridad dele-gada de Dios. Cierto que la distin-cin entre el delito y el pecado aludea la concepcin de la intencin comofundamento de la bondad o de lamaldad. Mas esta bondad o maldadno son nunca completamente subjeti-vas. Menos aun pretenda Abelardosuprimir el efectivo castigo del de-lito, pues si bien el filsofo escribien el Captulo V de su tica que "elacto del delito no es un pecado ens mismo", advirti acto seguido queen el orden humano la imposibilidadde hacer lo que Dios hace sondearla verdad en el corazn impone juz-gar la maldad segn el acto y nosegn el espritu con que es ejecuta-do. As, la radicacin de la bondado de la maldad en la intencin esms bien un lmite extremo que unapropiedad efectiva del acto; no sola-mente debe ser llenada la intencinen cada caso con un contenido quela haga real, sino que la realidad deeste contenido debe, adems, coinci-dir con la ley divina. Tambin aqu,Eues, la posicin de Abelardo es osci-lante; ello enriquece, ciertamente, supensamiento, pero hace imposible ex-ponerlo de un modo simplificado.

    Entre los escritos de Abelardo hayque notar, adems de su autobiografaHistoria calamitatum, el De unitate ettrinitate divina (escrito en 1120,condenado en 1121), el ya mencio-nado Sic et Non (1122), llamadoasimismo Compilatio sententiarum oSententiae ex divinis scripturis col-lectae; la Theologia christiana ( 1123o 1124), la Theologia (cuya primeraparte, conservada, es la Introductioad theologiam) para la cual las fe-chas van de 1125 a 1136 1138.La Ethica o Scite te ipsum es defecha incierta, aunque posterior a1125. El Dialogus inter Judaeum,Philosophum et Christianum fue es-crito al final de su vida. Las obraslgicas principales de Abelardo son:Introductiones parvulorum [glosas aAristteles, a Porfirio y a Boecio];Logica ingredientibus [glosas a Por-firio]; Logica nostrorum petitioni [glo-sas a Porfirio]; Dialectica. Esta lti-ma comprende cinco tratados: I [an-tepredicamentos, predicamentos ( ca-tegoras), postpredicamentos]; II [si-logismos categricos]; III [tpicos];IV [silogismos hipotticos]; V [divi-

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  • ABEsin y definicin], Ediciones deAbelardo: Petri Abelardi Opera, Pa-risiis, 1616, por Ambroise, muy in-completa; Ouvrages indits d'Ab-lard, por Victor Cousin, Paris, 1836;refundicin y ampliacin de esta edi-cin por el mismo Cousin: I, 1849;II, 1859, con un estudio sobre Abe-lardo reproducido en Fragments phi-losophiques, II, pgs. 1-217. Edicinde Migne PL., CLXXVIII. Algunostextos ms completos y otros hastaentonces desconocidos han sidopublicados posteriormente; convienemencionar a este efecto, la publica-cin por Geyer de la lgica llamadaIngredientibus y de la lgica Nostro-rum sociorum petitioni (Cfr. Die phi-losophischen Schriften Peter Abelards,I, 1919; II, 1921; III, 1923; IV, 1933[Beitrge zur Geschichte der Philo-sophie des Mittelalters, XXI] y sigs.);la publicacin de la Dialectica, a basedel MS. Lat. 14.614 de la Bi-bliothque Nationale, de Pars, porL. M. de Rijk, 1956 (WiJsgertge Teks-ten en Studies, 1) [la seccin sobrelos predicamentos, Parte I, falta eneste MS.]; la ed. por L. Minio-Palue-llo de textos lgicos inditos: Abae-lardiana Indita (I. Super Perierme-nias XII-XIV; 2. Sententiae secundumM. Petrum), en Twelfth Century Lo-gic. Texts and Studies, II, 1958. Ed. crtica de Historia calamitatum,por J. Monfrin (Paris, 1960). Se anun-cia ed. de la Ethica, por L. M. deRijk (en Wijsgerige Teksten en Stu-dies. Vase tambin la Summaboni, por vez primera editada en suintegridad por Heinrich Ostlender(1939). Ch. de Rmusat, Ablard,sa vie, sa philosophie et sa thologie,2 vols., 1845. E. Vacandard, P. A.et sa lutte avec Saint Bernard, sa doc-trine, sa mthode, 1881. A. Hjelml,Den helige Bernhard och Abaelard,1898. J. Schiller, Abaelards Ethikim Vergleich zur Ethik seiner Zeit,1906. F. Schreiter, Petrus Abae-lards Anschauungen ber das Ver-hltnis von Glauben und Wissen,1912. P. Laserre, Un conflit reli-gieux au XIIe sicle, 1930 (trad. esp.:Abelardo contra San Bernardo, 1942). C. Ottaviano, Pietro Abelardo, lavita, le opre, il pensiero, 1930. J. G. Sickes, Peter Abaelard, 1932. F. Hommel, Nosce te ipsum. DieEthik des Peter Abaelard, 1947. Rev. A. J. Luddy, The Case of PeterAblard, 1948. Sobre Abelardo yElosa: G. Moore, Helose et Abe-lard, 2 vols., 1921. J. Huizinga,"Abaelard", Handelingen en levens-berichten van de Maatschappij derNederlandsche Letterkunde te Leiden(1934-1935), pgs. 66-82 (trad. esp. enel volumen del autor: Hombres e

    ABEideas, 1960, pgs. 157-72). E. Gil-son, Helose et Ablard, 1938.

    ABENALARIF (Abu-l-'AbbasAhmad bn Muhammad bn Musa bnIbn 'Ata' Allah Ibn Al-'Arif) (1088-1141) naci en Almera. Se form enel sufismo con varios maestros que,segn Asn Palacios, procedan de laescuela masarr (vase ABENMASA-RRA). Las tendencias de Abenalariferan una combinacin de metafsicamasarr y mstica neoplatnica. SegnAbenalarif, no hay comparacin nianaloga posible entre Dios y las co-sas y, por tanto, entre Dios y el hom-bre. Dios es todo y las cosas son nada;sin embargo, el hombre puede, me-diante desprendimiento de cuanto esy le pertenece, ascender, a travs deuna serie de "moradas", hasta launin mstica con Dios, que es uninde todo y nada. En el acto de launin del hombre o, mejor dicho,del "sabio" y del "iniciado" conDios desaparece todo rastro de mate-rialidad y hasta todo rastro de reali-dad que no sea la pura realidad deDios en cuanto msticamente contem-plado. Abenalarif ejerci gran in-fluencia, formndose una "escuela ala-rifiana".

    De las obras de Abenalarif se con-serva slo el Mahasin al-Mayalis; vaseMiguel Asn Palacios, "El msticoAbu-l-'Abbas Ibn al-'Arif de Almeray su "Mahsin al-mayalis", en Obrasescogidas, 1946, pgs. 219 y sigs. Vase tambin Miguel Cruz Hernn-dez, Historia de la filosofa espaola.Filosofa hispano-musulmana, tomo I(1957), pgs. 301-306.

    ABENALSID (Ibn al-Sid) (1052-1127) naci en Badajoz y se trasladsucesivamente a Albarracn, Toledo,Zaragoza y Valencia, donde falleci.Su pensamiento filosfico, expresado ysistematizado sobre todo en el Kitabal-hada' iq (Libro de los cercos), esuna combinacin de ideas neoplatni-cas y neopitagricas, con predominiode estas ltimas. Abenalsid admite ladoctrina de la absoluta unidad delSer Supremo y la doctrina de los gra-dos de realidad paralelos a los gradosde perfeccin. A diferencia de auto-res que, como Abenmasarra y el coe-tneo de Abenalasid, Abenalarif(VANSE), tendan a purificar la ideadel Ser Supremo hasta el punto deque distinguan entre este Ser y suciencia, Abenalsid destaca el carcterde inteligencia pura de Dios, el cual

    ABEes modelo de todo conocimiento, demodo que el conocimiento de cual-quier cosa es, en ltimo trmino, unaaproximacin mayor o menor al cono-cimiento de Dios y al conocimientoque posee Dios. Abenalsid desarrollla doctrina de la creacin a base deemanaciones, y la doctrina del almahumana a base de los grados del co-nocimiento.

    El citado Kitab al-hada' iq(Libro de los cercos) ha sidopublicado y traducido por MiguelAsn Palacios en Al-Andals, V(1940), 45-154, reimp. en Obrasescogidas, de Asn, tomos II y III(1948), pgs. 485-562. Adems dedicha obra se deben a Abenalsid,entre sus libros de carcter filosfico yteolgico: Kitab al-iqtidab fi sarhadab al-kuttab (Libro de laimprovisacin), ed. Beirut, 1901. Kitab al-insaf fi al-tanbib 'ala al-asbab al-muyiba li-ijtilaf al-umma(Libro del aviso ecunime acerca de lascausas que engendran lasdiscrepancias de opinin en el Islam),ed. El Cairo, 1901. Kitab al-ma-sa'il (Libro de las Cuestiones), ed. enparte por Asn, Al-Andals, III(1935),345-89. Vase Miguel Cruz Her-nndez, Historia de la filosofa espa-ola. Filosofa hispano-musulmana, to-mo I (1957), pgs. 307-22.

    ABENARABI (Abu Bakr Muham-mad bn li Ibn 'Arabi) (1164-1240)naci en Murcia y se traslad muyjoven a Sevilla, viajando luego por elfrica del Norte y el Prximo Orien-te; sus ltimas residencias fueron Bag-dad y Damasco, en cuya ltima ciu-dad falleci. Aunque Abenarabi tuvoconocimiento de Aristteles, de Alfa-rabi y de Averroes, su pensamiento seorient en la lnea del neoplatonismo,con influencias de Abenhazam y so-bre todo de Abenalarif (VASE). Si-guiendo esta lnea, Abenarabi destacel carcter puro y absoluto de Dioscomo unidad suprema y neg la po-sibilidad de toda analoga entre Diosy lo creado. Ello impide el conoci-miento de Dios, pero no la posibili-dad de una "ascensin mstica". Abe-narabi dividi todo ser en tres: el serabsoluto; el no ser absoluto o nada, yel ser intermediario, que se halla en-tre el ser absoluto y el no ser absoluto.Este ltimo ser es el reino de la posi-bilidad de ser, situado ms ac de laexistencia y de la no existencia. Comoen el neoplatonismo, Abenarabi explicalos seres creados por medio de unaprocesin jerrquica de gneros y es-pecies a partir del ser necesario. Im-

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  • ABEportante es en el pensamiento de Abe-narabi la doctrina del amor, el cualse articula en una serie de grados quevan desde la mera simpata o inclina-cin hasta el puro amor a la personaen cuanto persona independientementede las circunstancias. La produccinde lo creado mediante procesin esconsecuencia del Amor divino su-perabundante. Debe observarse quelos grados del amor de que hablaAbenarabi no son simplemente gradosde amor "material" a amor "espiri-tual"; en el amor "material" puedemanifestarse algo puramente espiri-tual.

    Abenarabi fue un autor muy fecun-do y se le atribuyen ms de 400obras filosficas, teolgicas, msticas,ascticas, poticas, etc. Importantesespecialmente son: Kitab al-Futuhat(Libro de las Revelaciones de la Me-ca), ed. 1876 (trad. en parte por Mi-guel Asn Palacios en El Islam Cris-tianizado [1931], pgs. 450-518). Kitab Sarh futsus al-hikam (Libro co-mentario a las perlas de la sabidura),ed. en 1891. Kitab mawaqi' al-nuyum (Libro del descenso de los as-tros), ed. 1907 (trad. en parte porAsn Palacios en op. cit., pgs. 378-432). Kitab al-tadbirat al-Ilahiyya(Libro de la Poltica divina), ed.1919 (trad. en parte por Asn Pala-cios, op. cit., pgs. 353-70). Kitabtuhfat al-safara (Libro del regalo delviaje mstico), ed. 1882 (trad. en par-te por Asn Palacios, op. cit., pgs.277-329). Risalat al-anwar (Eps-tola de las luces), ed. 1914 (trad. enparte por Asn Palacios, op. cit., pgs.433-49). Risalat al-Amr al-muhkam(Epstola del precepto taxativo), ed.1897 (trad. en parte por Asn Pala-cios, op. cit., pgs. 300-51). KitabDaj'ir al-a'laq (Libro del tesoro delos amantes), ed. 1904. Al-Diwanal-akbar (El gran diwan). VaseMiguel Asn Palacios, op. cit., pgs.citadas y especialmente sobre la viday el pensamiento de Abenarabi, pgs.96-173. Vase tambin MiguelCruz Hernndez, Filosofa espaola.Filosofa hispano-musulmana, tomo I(1957), pgs. 267-94.

    ABENHAZAM (Abu MuhammadAli bn Ahmad bn Sa 'id Ibn Hazm)(994-1063) naci en Crdoba y vivien esta ciudad gran parte de su vida,sufriendo diversas vicisitudes polticasque lo llevaron a la crcel, a un brevedestierro en Aznalcazar, de nuevo ala crcel y a un refugio en Jtiva, yde nuevo a la crcel. Abandonada laactividad poltica, se consagr ente-

    ABEramente a sus estudios, especialmentede teologa y Derecho, y se retir aHuelva, donde falleci.

    Abenhazam es conocido hoy sobretodo por su obra Tawq al-Hamama(El Collar de la Paloma) en el quediscurre ampliamente sobre la natura-leza y formas del amor, el cual esconcebido como atraccin sentida poralmas afines, o partes de almas afines,y en el cual se descubren diversosgrados, siendo el supremo de stos eldel amor como "fusin". Junto a losgrados del amor Abenhazam describesus diferentes intensidades y sus va-rias causas, en particular la causaprincipal: la belleza, la cual ofreceasimismo diversas formas y grados.Amrico Castro, que ha examinado loque ha llamado "la proximidad for-mal" entre El Collar de la Paloma yel Libro de Buen Amor, del Arci-preste de Hita, ha destacado el carc-ter "personal" de la idea del amor enAbenhazam: "Ibn Hazm habla deunas vidas, la suya y las de otros,inmersas en el amor" (op. cit. en bi-bliografa, pg. 414).

    Pero el pensamiento de Abenha-zam no se reduce a su doctrina delamor y sus formas; Abenhazam escri-bi numerosas obras filosficas en lasque trat de temas tales como la cla-sificacin de los saberes, la naturalezadel conocimiento, el conocimiento deDios, la cuestin de las relaciones en-tre fe y razn, el problema de la subs-tancia, de la esencia y la existencia,el alma, las virtudes, etc. En su clasi-ficacin de los saberes Abenhazam in-dica que hay tres tipos de saberesposedos por el hombre: saberes pro-pios de un pueblo (como teologa,historia); saberes universales (comomatemtica, medicina, filosofa) y sa-beres mixtos (como potica, retrica).Siguiendo en gran parte a Aristteles,Abenhazam estudia el proceso del co-nocimiento como conocimiento sensi-ble que lleva a la discriminacin entrelo verdadero y lo falso y, al final, aun sentido distinto de los otros cinco,el sentido sexto o comn, que apre-hende los principios primeros por me-dio de los cuales se llevan a cabo lasdemostraciones. Segn Abenhazam, elconocimiento de las cosas y el de losprincipios de la demostracin no escontrario a las verdades de la fe nitampoco completamente independientede dichas verdades. El conocimientode las cosas y de los principios de

    ABEla demostracin no basta para alcan-zar las verdades de fe, pues stas nose derivan de aqul; sin embargo, sloel conocimiento profundo de la "filo-sofa" puede hacer acordar sta conlos principios de la "teologa". Estosprincipios son racionales y nos mues-tran justamente la diferencia entre larealidad eterna y necesaria de Dios yla realidad temporal y contingente delas cosas. Ello no quiere decir que larazn pueda penetrar en la esenciadivina; la revelacin es necesaria y noslo en las verdades de fe, sino tam-bin de algn modo en las demsverdades, fundadas en lo que hatransmitido la revelacin.

    Abenhazam elabor con detalle lateologa natural, tratando de la natu-raleza de Dios y de las pruebas de suexistencia a base de un anlisis de lasdiversas opiniones relativas al asuntopara concluir con "la verdadera sen-tencia" y las pruebas de ella de unmodo parecido al tradicional escols-tico y en particular al de Santo To-ms. Al efecto Abenhazam hace usode conceptos bsicos filosficos comoel de substancia, atributo, ser necesa-rio, ser posible, ser imposible, etc.Dentro de su teologa natural Aben-zaham trat asimismo con gran deta-lle las cuestiones capitales de la li-bertad humana y la predestinacin,oponindose por igual al fatalismocompleto y al completo "indetermi-nismo" y abogando en favor de laidea de que el hombre necesita lagracia divina una gracia suficientey una gracia eficaz para inclinarloal bien, pero que esta gracia no escompletamente "irresistible".

    En la debatida cuestin de la rela-cin entre esencia y existencia, Aben-hazam defiende la distincin real en-tre ellas en las cosas creadas o, porlo menos, la idea de que en talescosas la existencia es extrnseca a laesencia; en cambio, en Dios son idn-ticas la existencia y la esencia. Ellono significa que la doctrina de Aben-hazam al respecto sea igual a la to-mista, entre otras razones porque notienen en ella exactamente el mismosentido los trminos empleados: (ma-hiyya, "esencia"; anniyya, "existen-cia"). Sin embargo, es caractersticode Abenhazam en esta y otras cues-tiones filosficas capitales una actitud"moderada".

    Trad. y comentario del Tawk al-31

  • ABEHamama, por Eduardo Garca Gmez:El Collar de la Paloma, 1952. Entrelos otros escritos de inters fi-losficode Abenhazam destacamos: Kitab fiMaratib al-'Ulum (Libro sobre laclasificacin de las ciencias). Kitab al-taqrib li-hudud al-Kalam(Libro para facilitar la comprensindel razonamiento). Kitab al-ajlaq wa-l-sir (Libro de los caracteres y la conducta) (trad. esp. por Miguel AsnPalacios, 1916). Kitab al-ihkam fiusul al-ahkam (Libro de los principios de los fundamentos jurdicos). Kitab al-fisal (Libro de las solucionesdivinas) (trad. esp. por Asn Palaciosen Abenhazam, vase infra). Faslf Ma ' rufat al-nafs bi gayri-ha wayahal-ha bi-datiha (Artculo sobre elconocimiento que tiene el alma de lascosas diferentes de ella y de la ignorancia que tiene de s misma).

    Fundamental para Abenhazam esMiguel Asn Palacios, Abenhazam deCrdoba y su historia crtica de lasideas religiosas, 5 vols., 1927-1932. Vase tambin I. Pellat, "IbnHazm, bibliographe et apologiste", Al-Andals, XIX (1954), 53-102. R. Arnaldez, Grammaire et thologiechez Ibn Hazm de Cordoue. Essaisur la structure et les conditions dela pense musulmane, 1956 [tudesmusulmanes, 3]. Miguel Cruz Hernndez, Historia de la filosofa espaola. Filosofa hispano-musulmana,vol. I (1957), pgs. 239-93. Laobra de Amrico Castro referida su-pra es La realidad histrica de Espaa, 1954 [refundicin de Espaa ensu historia, 1948; edicin renovada, 2vols., 1963-1964].

    ABENGABIROL. Vase AVICE-BRN.

    ABENJALDN ('Abd al-RahmanIbn Jaldun) (1332-1406) naci en T-nez. Sus antepasados haban vividodurante varias centurias en Espaa(principalmente en Sevilla). Sus pa-dres se trasladaron al frica del Nortepoco antes de que Sevilla fueracapturada por Femando III el Santo.

    El propio Abenjaldn fue a Espaaen 1362, al servicio del rey de Gra-nada, y estuvo como embajador delmismo en la Corte de Pedro el Cruel.En 1375 se retir a Orn, donde es-cribi casi toda su obra histrica. En1382 se fue a Alejandra, visit elCercano Oriente, y falleci en ElCairo. Aunque Abenjaldn se ocupasimismo de cuestiones metafsicas,sosteniendo la doctrina tradicional dela gradacin continua del ser en unsentido semejante al neoplatnico, sums importante contribucin filosfi-

    ABEca radica en su doctrina de la histo-ria, la cual expuso en sus proleg-menos a su Historia universal. SegnAbenjaldn, "la Historia es el relatode lo ocurrido en la sociedad humanao civilizacin mundial; de los cambiosoperados en la naturaleza de talsociedad, tales como el estado de sal-vajismo, la sociabilidad y la solidari-dad de los grupos, de las revolucio-nes y revueltas de un grupo contrael otro, con los resultados consiguien-tes de la formacin de nuevos reinosy Estados; de las diferentes activida-des y ocupaciones de los hombres, yasea para conseguir el sustento o bienen las varias ciencias y oficios; y, engeneral, de las transformaciones aque es sometida la sociedad por supropia naturaleza". Puede decirseque la historia se desarrolla de acuerdocon leyes, las cuales son leyes degrupos sociales. Estas leyes, que sonobtenidas inductivamente, se aplicana todas las sociedades. Las leyes his-trico-sociolgicas son, empero, pecu-liares a la humanidad y no puedenreducirse a las circunstancias fsicas ogeogrficas. De este modo es posibleordenar el aparente caos de la historiay proporcionar modelos para entenderlos incesantes cambios sociales.Fundamental en la investigacin deAbenjaldn es el concepto de so-lidaridad social, la cual se debe alimpulso de autoconservacin de lassociedades y explica la necesidad dela autoridad. Esta solidaridad es m-xima en la fase tribal y nmada yconstituye unida a la solidaridadreligiosa el fundamento de la crea-cin de los Imperios y de los Estados.Ahora bien, una vez constituido unImperio, el impulso dinmico de lasociedad decrece; ablandadas por ellujo, la seguridad y la desidia, las so-ciedades experimentan un proceso dedisolucin. Una serie de etapas bienprecisas conducen desde el impulsoinicial nomdico de creacin imperialhasta el momento final de desin-tegracin de la sociedad, la cual esentonces dominada por otra comuni-dad todava en estado nomdico y,por consiguiente, en perfecta cohesinsocial, y as sucesivamente, en un pro-ceso interminable. Es obvio que elmodelo concreto histrico y social dela filosofa de la historia de Abenjal-dn est constituido por los hechosde la historia norteafricana por lconocidos, pero hay en su sociologa

    ABEleyes de transformacin social quepodran aplicarse y que, en su in-tencin, se aplican a todas las so-ciedades.

    La doctrina histrico-filosfica deAbenjaldn se encuentra en los Prole-gmenos a su Historia universal. EstosProlegmenos (Muqaddima) se dividenen seis partes, que tratan: (1) de la so-ciedad humana en general, clases ydistribucin geogrfica; (II) de las so-ciedades nmadas; (III) de los Estadosy organizaciones polticas; (IV) de lassociedades sedentarias; (V) de la pro-duccin y economa; (VI) de la ad-quisicin de bienes. Primera trad.completa de los Prolegmenos (al in-gls): Ibn Khaldun, The Muqaddi-mah, por Franz Rosenthal, 3 vols.,1959 (Bollingen Series, 43), con int.crtica y bibliografa (esta ltima porW. J. Fischer). Esta trad. incluye por-ciones omitidas en la trad. francesade W. M. de Slane (1862-68). Vase T. Hussein, La philosophie so-ciale d"Ibn Khaldoun, 1918. N.Schmidt, Ibn Khaldun, 1930. G.Bouthoul, Ibn Khaldun, 1930. Ka-mil Ayad, Die Geschichte und Ge-sellschaftslehre Ibn Halduns, 1930. E. Rosenthal, Ibn Khalduns Gedankenber den Staat, 1932. MohammadAbb Allah Inan, Ibn Khaldun, His Lifeand Work, 1941. Sat 'al el Husry,Dirasat 'an Muqadimat Ibn Jaldun, 2vols., 1943. Vase tambin J.Ortega y Gasset, "Abenjaldn nosrevela el secreto", El Espectador, VIII(1934), pgs. 9-52, recogido en O.C., tomo II, pgs. 669-87. Muh-sinMahdi, Ibn Khaldun's Philosophy ofHistory. A Study in the PhilosophieFoundations of the Science of Cul-ture, 1956 [ed. americana, 1957].

    ABENMASARRA (Muhammad ibnMasarra) (883-931) naci en Crdo-ba, donde form un crculo ascticode tendencias mu'tazilies (vase FI-LOSOFA RABE). Sospechoso de hete-rodoxia, parti, con algunos de susdiscpulos, al frica del Norte, lle-gando hasta Medina y La Meca y re-gresando a Crdoba durante el reina-do de Abderramn III. Abenmasarraform una escuela, la llamada "escuelamassarr", que se extendi por laEspaa musulmana y que tuvo doscentros principales: uno en Crdobay otro en Pechina