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Nicte-Há Tamayo Torres Solo Imagina y déjate llevar Descubre la maravilla de leer

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Cuentos de terror, poemas, bombas, dichos y refranes, un variado corto.

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Nicte-Há Tamayo Torres

1 S

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jate

lleva

r

Descubre la

maravilla de leer…

Nicte-Há Tamayo Torres

2

Introducción

Poemas……………………………………….3

Cuentos……………………………………….9

Refranes, dichos y bombas yucatecas……17

Nicte-Há Tamayo Torres

3

POEMAS

Nicte-Há Tamayo Torres

4

Si tú supieras

Que con solo una mirada, con solo una sonrisa me basta para olvidar mi más grande pero bello error. El brillo de tu mirada desaparece todos los obstáculos que existen entre tú y yo.

Con tu sonrisa alegras mi mundo y haces las cosas más fáciles, con tus palabras me llega la fuerza que necesito para salir adelante.

Y destruye todos mis miedos y temores que me hacen sufrir.

Quizá no te has dado cuenta quizá sí, pero creo que es muy fácil de adivinar, que me estoy enamorando de ti, no sé dónde ni cuándo nació este amor.

Lo que sí sé es que no estoy equivocada.

Te amo, te amo, te amo y que este es mi error, pero sabes, descubrí que este es uno de los más bellos errores, que jamás haya cometido Pero ¿por qué error? ¿Por qué Amar un error?

Mi bello error no solo está en amar, si no amar y no ser correspondida.

Nicte-Há Tamayo Torres

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Eres tú

¡Eres tú!

Quien puede hundirse en lo profundo de mis ojos y nadar en el océano de mi alma porque si estás conmigo, sus aguas son tranquilas, son mansas.

¡Eres tú!

Quien puede caminar en mis pensamientos y viajar en mis dulces sueños, puedes latir en mis adentros igual que mi corazón ¡Y volar en mis alientos!

¡Eres tú, solo tú!

Quien puede vivir en mi sentir mi sangre, tocar mis entrañas, acariciarme el alma, ser mis ideas, mis sentimientos, ¡mis reflejos!

¡Eres tú!

Quien tiene en movimiento la máquina que mantiene viva Tú, puedes darme ¡o quitarme la alegría! ¡Ese eres tú! El que tiene la magia, el que tiene el poder... ...De mantenerme viva

Nicte-Há Tamayo Torres

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Píntame, pintor

Pintor tu que pintas hermosos cuadros,

estoy aquí para que pintes

de color rosa, mi melancolía,

que traces líneas intentando dibujar mi cuerpo,

píntame pintor, píntame antes de que

amanezca,

mi piel color manzana desnuda,

mis curvas sutiles y delicadas,

ante tus manos frías y temblorosas...

Pincel que me pinta y me desvanece,

lápiz coloréame con tus grises colores,

Pintor desnúdame con tu mirada,

tócame, bésame, bajo la luz de tus matices...

Destrúyeme pintor y vuelve a intentarlo,

mancha de colores el arco iris de mis deseos...

Pintor estampa tu firma en medio,

de mi corazón enamorado.

Nicte-Há Tamayo Torres

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La despedida

Este será para mí el día más triste de mi vida tener que separarme de ti será el motivo de mi nostalgia… pero hemos de decirnos adiós, porque lo nuestro no debe continuar...

Este será el día más doloroso después de tu partida por que... con ella te llevaras la mitad de mi corazón y de mi vida... Será el di más largo de mi existencia, puesto que en las horas restantes....

Mi mente se dedicará a recordarte sucesivamente y mi boca a pronunciar tu nombre...

Y lo harán en cada hora, en cada segundo de cada día... Serán mis primeros días oscuros, porque la luz de tu sonrisa se alejará de mi mis ojos brillarán con melancolía, ansiosos de ver tu rostro hermoso....

Que ya jamás se presentará ante ellos... mi voz gritará con inalcanzable cansancio tu nombre...

Pediré a fuertes voces tu presencia...tu mirada... sé que lloraré por indefinidos momentos...

Y le diré a los roces de mi almohada lo mucho que te extraño y cuanto te amo...

Pero ni ella y mucho menos tu me podrán escuchar... ni responder... me quedaré ahogándome en mi llanto y tu no podrás estar ahí.... para consolar mi pena...

¿Por qué tenemos que decir adiós? ¿Por que las cosas con un principio tienen un final?

¿Por que cuando uno ama no se le puede amar?

No lo sé y tal vez no lo sabré jamás lo único que puedo asegurarte mi amor...

Es que hoy... precisamente hoy... será el día más triste, largo y doloroso de mi vida... lo más hermoso es que siempre te amaré...

Nicte-Há Tamayo Torres

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Ausencia

La tarde agoniza en gris y en el silencio de la lágrima, aún se puede escuchar el eco que dejó su aroma.

Es otra despedida, es una espera más, la espera dulce para darle la bienvenida, la espera que no tiene dolor ni rencor, ya que solo sufre aquel que jamás esperó a nadie.

Porque cuando tu mayor debilidad es el amor, te convertís en la persona más fuerte del mundo.

Vuelvo a mirar la silla vacía que hasta hace unos momentos se llenaba con su calor...

Y su pregunta invade mi memoria...

Y mi respuesta pronta al temor de alejarlo aún más... se vuelve más sincera cuando ya no está.

Y no entiende entonces mi lucha, y le sonríe a mis dudas y pone dagas a mis preguntas.

Y por más que su verdad a veces logra un impase en mi batalla, el sabe bien, que solo podría rendirme el día que haya vencido...

El peleó tanto para que yo me rinda, puso en mis manos sus miserias más crueles, su indiferencia y su rechazo...

Me enseñó que la magia del primer amor, es nuestro desconocimiento de que puede tener fin, mientras me mostraba su adiós apretado en su puño.

Me dijo una vez, que la peor derrota de un amor, es cuando pierde su entusiasmo...

Que no hay que poner en juego la lealtad.

Que lograr un sueño costaba mucho esfuerzo y despertar de él era demasiado fácil.

Es una despedida sin adiós, donde no parte ningún tren.

Porque sin decir nada se fue andando despacio.

Mis manos se quedaron sin el roce de su espalda y ese lugar donde él se escondía de la furia... quedó sin la mirada de su tierna y apurada niñez.

...No sé bien como empezó, pero ésta vez voy a recordarlo, hasta encontrar el camino que una tarde me trajo hasta aquí.

Pintaré de temblor nuevamente mi esquina, esperaré la próxima lluvia, pondré una vez más en su mesa mi vida ajena de sensaciones y apretaré en mis manos las flores que dejaré en la tumba de su rosa.

No importa el tiempo, ni el sudor, ni el dolor...

El me enseñó a seguirlo y yo... yo ya estoy caminando.

Nicte-Há Tamayo Torres

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CUENTOS

Nicte-Há Tamayo Torres

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La cabeza de cerdo

Cuentan que en el campo unos

delincuentes asaltaron a un

hombre, le robaron las

herramientas y maquinarias de

trabajo pero como el pobre

campesino los enfrento y forcejeo

con ellos estos le cortaron la

cabeza y la escondieron bajo la

tierra cerca de su casa desde ahí

ese hombre ronda en los campos para buscar una cabeza humana y entregar a

cambio una de cerdo.

Capitulo Primero

Pedro y Juan todos los fines de semana tenían un plan diferente, eran íntimos

amigos y compañeros de trabajo ambos iban también al mismo gimnasio. Ese

viernes ya en las últimas horas de trabajo planeaban su próxima aventura y

entre risas y bromas pensaban si lo mejor sería ir al hipódromo o a pasear por

los campos que quedaban a tres horas por la carretera numero 8 y entre tanto

hablar y apostar se decidieron finalmente por ir al campo unos días de

relajación total en pleno contacto con la naturaleza no les vendría nada mal.

Capitulo Segundo

Juan tenia lista la caravana en pocas horas solo cargar el agua y ver que se

encontrara en condiciones para el viaje. El viaje paso rápido entre bromas y

canciones que ambos entonaban cambiando las letras para hacerlas más

divertidas ya caía de lleno la noche del viernes cuando se disponen a parar en

el más espeso campo aquella era una noche de calor pero de todos modos

encendieron un fuego para preparar la cena y comer a la luz de las llamas y

beber algo de alcohol.

Capítulo Tercero

ya pasadas las dos de la madrugada ambos se preparaban para ir a dormir

cuando Pedro decide ir a orinar bajo unos árboles y a tomar aire fresco por un

mareo producto del alcohol de aquella noche y así lo hizo alejándose unos 20

metros del campamento pasaban las horas y Pedro no volvía y Juan

comenzaba a desesperarse y a sentir una pizca de miedo en su interior de

repente decide ir en busca de su amigo primero solo se separo unos pasos del

lugar llamándolo a toda voz y al ver que este no aparecía se dispuso a correr

por todo el campo oscuro a la luz de la luna cuando de entre unas plantaciones

de sandia patea sin querer lo que el supone una sandia pero al patearlo hacia

el resplandor de la luna ve que era una cabeza ya podrida en mal estado que

quizás llevaba años ahí y se espanta en un grito de horror y con una mueca de

espanto voltea para escapar del lugar y detrás de él estaba parado su amigo

pero en lugar de su cabeza tenia la de un cerdo…

Nicte-Há Tamayo Torres

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El manjar

Ella mira mi interior como si yo fuese un hombre

de cristal, se saborea al imaginarse masticando

mis entrañas y achina los ojos adentrándose en

sus pensamientos caníbales con exagerado

deseo y devastadora fuerza criminal. Ha escrito

versos que resumen lo que hará cuando me abra

de una punta a otra, como si nada, dominada por

su sed de carne fresca. Cuando la visitan los

demonios les cuenta paso por paso su plan sin saber que la oigo pegando la

oreja a la puerta de su cuarto. No, no le será para nada fácil acabar conmigo,

no soy de los que se rinden sin dar pelea aunque esta fuese desigual; hombre

vs. Bestia.

Escapé por la ventana y ni siquiera se percato de ello. He corrido como un loco

cortando campo hasta llegar a un refugio seguro dominado solo por el aire

fresco y algún que otro reflejo de las luces del ocaso. No voy a pasar ni una

sola noche más bajo el mismo techo que esa maldita criatura de apariencia

gentil y modos refinados. No he oído ni un solo paso siguiendo los míos, ni sus

demonios fueron capaces de darse cuenta que este estúpido no va a permitir

ser devorado de ninguna forma. Para mi suerte tengo aún un poco de ingenio,

éste me permitirá pasar de presa a cazador, voy a tenderle una trampa a la

muy bruja, esto es la guerra, si, la guerra; hombre vs. Bestia.

La noche ha cubierto todo, por eso regresé a casa despacio y con las garras

afiladas. Nadie va a comerme ni un solo pelo mientras tenga fuerzas para

defenderme. Esperé a ver como salían los demonios uno por uno de mi hogar.

El noveno fue el último, lo sé porque los he contado muchas veces desde mi

cama cuando entraban a mi cuarto para amenazarme. Crucé rápidamente la

sala y me dirigí a su habitación sin encender ninguna de las luces. Allí estaba,

durmiendo de costado como un maldito angelito, esperando pasen un par de

horas para acecharme en mi alcoba. Ahora quién es el idiota eh? Salté a la

cama y la sacudí para que despertara, lo hizo confundida, creyendo que todo

era una pesadilla, sin poder reaccionar ante mis bofetadas. No le di tiempo a

nada y acerqué mi boca a su cuello, le enterré mis dientes lo más profundo que

pude hasta arrancarle un buen pedazo de carne del pescuezo. Valla si brotó

sangre, eso era un río de aguas rojas manchándolo todo. Pero no me detuvo el

abundante líquido morado ni tampoco los gritos de muerte que se desprendían

de ella. La comí, la comí toda todita. Casi no le quedó cuello, solo un pequeño

hilo de carne que apenas unía cabeza y cuerpo. Deliciosa, el mejor de todos

los manjares que he probado en mi vida, sublime. La noche terminó con la luna

llena en la ventana iluminado mis dientes que se entretenían con un poco de su

muslo derecho también. Comí al menos medio muslo y puedo asegurar que

llegué al hueso ¡llegué al hueso, llegué al hueso, sí señor, al hueso! Le

Nicte-Há Tamayo Torres

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arranqué tres dedos de las manos y dos dedos de los pies para el camino. Salí

corriendo de mi propia casa como quien comete un delito aún sabiendo que

había defendido mi vida y, obviamente, nadie podía juzgarme por ello, ni el

mismo Dios. No, nadie. Al amanecer tomé el primer tren a mi tierra natal para

descansar un poco en casa de mis padres. Pienso quedarme aquí unas

semanas y partir luego a mi nueva morada, donde quiera que sea…

Esta nota fue hallada por la policía en la casa de los padres de César Sánchez.

Describe el homicidio de la doctora Emilie Guineo, quien trataba a Sánchez en

la clínica psiquiatrita Bellourd hasta la noche de su fuga. La profesional se

convirtió en otra víctima más de los actos de canibalismo realizados por este

brutal asesino. Aún se desconoce el paradero de Sánchez quien es

intensamente buscado por las autoridades en todo el país.

“Mi nueva morada, donde quiera que sea…”

Nicte-Há Tamayo Torres

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El Amazon

Luis era un joven de 21 años, que como todo

joven de esa edad quería tener su propio auto,

pero no cualquier auto sino un auto de los

clásicos. El vivía en un barrio de clase media,

estudiaba Informática y trabajaba reparando

computadoras en el pequeño taller que había

montado en su propia casa. Vivía con sus

padres (que no tenían una buena relación) y no tenía hermanos. Su padre era

electricista y su madre era ama de casa. Estaba claro que entre los tres no

podían reunir el dinero suficiente para comprar un auto. Luis tenía dos aficiones

en su vida, las computadoras y los autos clásicos. Un día, quiso el destino, que

un tío de Luis, decidiera marcharse al exterior y entre las cosas que dejaba en

el país se encontraba un viejo auto. El auto era un Volvo Amazon de 1956,

color rojo, con motor delantero, 2 puertas, 4 cilindros, 4 velocidades y con

velocidad máxima de 149 km/h. También el destino quiso que el auto fuera a

parar a casa de Luis y el joven recibió el auto como un autentico regalo del

cielo. En el plazo de una semana su padre lo había restaurado y le había

enseñado a conducir a su hijo. Luis no podía creer que tenía un auto clásico

como el que siempre había soñado y ya sabía conducir. Era tan grande la

felicidad de Luis que en pocos días les había mostrado su auto a todos sus

vecinos, amigos, familiares más cercanos y hasta había ido a estudiar en él. Ya

hacía un mes que el joven tenía el auto y había sido el mes más feliz de su vida

pero la felicidad se iba a terminar muy pronto. Una noche despertó al sentir el

ruido de un motor encendido en el garaje, otra noche despertó al sentir un

fuerte olor a combustible que invadía toda su habitación, otra noche mientras

miraba TV en su habitación, vio a través de la ventana un resplandor que

aumentaba y disminuía su intensidad, como si alguien dirigiera hacia su

ventana una luz y la encendiera y la apagara continuamente. Un día le prestó

su auto a su mejor amigo que a la noche saldría en él con tres amigos más. A

la mañana siguiente los cuatro amigos de Luís tuvieron un accidente fatal y

murieron pero el Amazon estaba sin un solo rasguño y en perfecto estado. Una

mañana, el padre de Luis le contó que durante la noche anterior mientras

limpiaba el garaje tuvo la extraña sensación que el Amazon se movía solo y

cuando lo miró, el auto se detuvo. Esto, según el padre de Luis, había ocurrido

unas tres veces. Mientras tanto, la madre aseguraba que una noche mientras

botaba la basura pudo ver al auto dando vueltas alrededor de la casa, en

círculos. Ella quedó petrificada porque sabía que su esposo estaba mirando la

TV y su hijo estaba en su taller. Indudablemente había algo extraño entorno al

Volvo Amazon de 1956 (sobre todo por las noches) pero Luis no creía ninguna

de estas historias. Una noche, a dos meses de tener el auto, Luis ya cansado

de una fuerte discusión entre sus padres (la discusión era por el auto) decidió ir

Nicte-Há Tamayo Torres

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a dar una vuelta para despejarse y tomar aire fresco. Era una noche de verano,

había una pequeña brisa, el cielo se veía estrellado y la luna estaba en todo su

esplendor. Se montó en el Amazon, salió muy despacio y tomó su calle favorita

(la que siempre tomaba para ir a estudiar). Después de 15 o 20 minutos en

silencio y con la mirada fija, Luis dijo sonriendo: “Vamos auto, muéstrame si lo

que se dice sobre ti es verdad”. Durante algunos minutos no ocurrió nada

extraño y el joven dio por hecho que todo lo q se decía sobre el Amazon era

mentira. Pero de repente todo cambió. El auto empezó a tomar velocidad, las

luces se encendían y se apagaban solas, el capot se abría y se cerraba

enloquecidamente, los limpiaparabrisas se movían solos y la radio del auto

sintonizó una estación con un volumen ensordecedor. Después de un breve

tiempo el auto había alcanzado una velocidad mucho mayor a la que podía

alcanzar (quizás 200 km/h o más). Luis estaba aterrado, presa del pánico, la

angustia y la desesperación. No entendía que pasaba, todo parecía una

horrible pesadilla y era como si el Amazon tuviera “vida propia”. En su loco

recorrido el auto se llevó puesto personas, columnas, carteles y todo lo q había

a su paso. El Amazon súbitamente empezó a disminuir la velocidad, estaba

muy golpeado y había perdido algunas partes, era como si estuviera “herido”.

En ese instante, Luis pudo dar un “volantuzo” e hizo estrellar de frente al

Amazon contra un árbol grande y grueso. Asustado bajó del auto y empezó a

correr de regreso a su casa y atrás quedó el auto como “adherido” al árbol,

destrozado y retorciéndose. Luis corrió sin parar hacia su casa y sin mirar

atrás. Llegó a su casa, le contó lo sucedido a sus padres y estos trataron de

calmarlo sin esconder el miedo que tenían. Al otro día Luis y su padre fueron

en el auto de un vecino hasta donde se debía encontrar el Amazon accidentado

y destruido, pero para sorpresa y terror de ellos el auto no estaba, solo estaba

el árbol y unas marcas profundas tanto en el árbol como en el suelo. En ese

momento, Luis con la mirada fija en el árbol, pensó que el Amazon (que él

había empezado amando y había terminado odiando) seguía con “vida” y ahora

ya sabía la verdadera causa por la cual su tío se había marchado al exterior y

les había dejado tan particular “regalo”.

Nicte-Há Tamayo Torres

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Último día de examen

El grisáceo color del día no flaqueaba en lo más

mínimo mi entusiasmo, Era el último día de clases

de mi último año escolar. Razón suficiente como para sonreírle al cielo,

inclusive si este respondía solo con sus nubes grises y ocasionales lagrimas.

Al llegar al colegio para rendir mi último examen, note que era yo el único que

gozaba de un rostro calmo y contento, obviamente era el único que había

estudiado.

El examen comenzó y los característicos sonidos de mis compañeros se

hicieron notar inmediatamente. Susurros, lápices que golpeaban las mesas,

toses, estornudos, etc.

Repentinamente un moderado temblor sacudió la sala de clases, todos

miramos a nuestro alrededor extrañados mientras la ampolleta se mecía

suavemente en el techo. El profesor no presto demasiada atención al temblor y

ordeno reanudar el examen, mas, justo cuando terminaba de dar la orden, un

segundo temblor sacudió la sala de clases con una fuerza mucho mayor. Mis

compañeros y yo mismo nos escondimos debajo de las mesas instintivamente

esperando lo peor. El profesor siguió nuestro ejemplo.

Un tercer movimiento telúrico se presento, provocando pánico y terror, fuera se

escucharon gritos de horror que parecían carecer de esperanza. El techo de la

sala de clases se vino abajo y todos quedamos encerrados dentro de los

escombros en la más completa oscuridad y sin posibilidades de ver el exterior.

Afortunadamente, nadie salió herido, todos quedamos cobijados dentro de un

reducido espacio rodeado por las partes del edificio, pequeños temblores aun

sacudían la tierra y los gritos de las personas parecían lejanos.

Mientras buscaba entre la oscuridad algo que nos ayudase, mi mano tropezó

con un pedazo de silla que parecía ser perfecta para escavar a través de los

escombros. Me puse a buscar un lugar donde comenzar, mas parecía que la

única salida posible quedaba en dirección vertical a nuestra posición. Con la

ayuda de mi profesor y mis compañeros pude escalar y comenzar con mi

trabajo, al ser el alumno más pequeño del grupo, se me encomendó la tarea de

escabullirme entre los restos para salir y buscar ayuda.

La tarea no fue fácil, cavé con todas mis fuerzas y demore una media hora en

finalmente vislumbrar un pequeño pedazo del cielo. Un último esfuerzo me dejo

libre de los escombros, bajo mío escuchaba distante las voces de mis

compañeros: que ves!!! Que ves! Yo no les pude responder, estaba paralizado

por un pánico tan profundo que ahondaba hasta la matriz misma de mi alma,

pues ante mis ojos veía miles de naves sobrevolando mi hogar en ruinas,

disparando contra las pocas personas que corrían frenéticas sobre las calles.

Nunca hubo un terremoto.

Que es lo que ves!!! Que paso! yo solo pude llorar al ver como un mundo moría

y otro completamente diferente ocupaba su lugar.

Nicte-Há Tamayo Torres

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¿Pesadilla o

fantasma?

Estoy soñando…

Soy consciente de que estoy en un

sueño. Flotó y veo mi cuerpo

tendido en la cama; boca arriba,

respirando acompasado… dormido

plácidamente.

Empiezo a volar; vuelo por encima de las nubes y el mar. Diviso una gran

ciudad, sobrevuelo sus altos edificios, contemplo sus antiguos monumentos y

me adentro en sus callejones, hasta que decido entrar en una vivienda…

Inspeccionó todo, sè que nadie me va a reprender por lo que hago y esculco

todo; miro en los cajones de un mueble en el salon, husmeo en la cocina…, en

uno de los cuartos un hombre duerme, yo me acerco y contemplo su respirar

acompasado. La curiosidad es grande, quiero saber hasta que punto es

realidad toda esta situación. Me acerco mucho y el hombre nota mi presencia y

se tensiona. Se ha despertado, quiere gritar pero no puede y yo me quedo

mirando su expresión de pánico hasta que el hombre puede gritar…

Su grito me devuelve a mi habitación, a mi cuerpo… Me levanto sobresaltado…

ha sido muy extraño este sueño…

Varias noches después del episodio, escucho quejidos, como los de una

persona amordazada; es mi madre. Entro en su habitación y la despierto…

-Tranquila, solo era un sueño.

Ella está nerviosa, dice que sintió que alguien entraba al cuarto y se quedaba

mirándola, después sintió que aquella presencia se acostaba a su lado y la

abrazaba fuertemente…

-No podía moverme- me dijo con voz temblorosa. Quería gritar pero no era

capaz… Sentía su respiración en la nuca, luché con todas mis fuerzas… Hasta

que entraste tú y pude librarme. Fue espantoso.

Ella explico el suceso como algo paranormal y contó por varios días el episodio

fantasmal a todo el que quisiera oírla. Sin embargo yo sabía que había sido

solo un sueño…

Nicte-Há Tamayo Torres

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Refranes,

dichos y

bombas

yucatecas

Nicte-Há Tamayo Torres

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Refranes

A caballo regalado no se le ve colmillo

De tal palo tal astilla

El león no es como lo pintan

Haz el bien sin mirar a quien

Más pronto cae un hablador que un

cojo

Dichos

Hay que llevar dos sacos...uno para dar y otro para recibir.

Amigo reconciliado...enemigo doblado.

Entre más conozco a la gente, más quiero a mi

perro.

Quien no buscó amigos en la alegría...en la

desgracia no los pida.

No sufras por calenturas ajenas.

Nicte-Há Tamayo Torres

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Bombas yucatecas

Dicen que soy cabezón eso ni quien lo dude si así tengo la cabeza como tendré el... Corazón

Cuando pasé por tu casa me tiraste un limón el limón me dio en la cara y el zumo en mi corazón.

Del cielo cayó un pañuelo bordado con mil colores y en una orilla decía mestiza de mis amores.

Hermosa flor de pitaya, blanca flor de zaramullo, en cualquier parte que vaya, mi corazón es tuyo.

Ayer por la montaña me fui de cacería, quise agarrar un búho, mare, no se púo.