dimensiones de la religión (1)

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Experiencia religiosa Es difícil precisar de una sola vez lo que el término experiencia religiosa significa debido a su gran cantidad de contenidos y posibles interpretaciones. Es una expresión muy usada en la literatura religiosa y en los estudiosos de la religión al tratar de comprender el fenómeno religioso. Por otro lado, hay muchas otras expresiones utilizadas para hacer referencia al hecho: experiencia de Dios, del espíritu, de la gracia, de lo sagrado, de lo numinoso, del misterio o experiencia mística, espiritual, oceánica, etc. Esta pluralidad de expresiones se debe, en primer lugar, a la variedad de los hechos que designan no necesariamente pertenecen a un mismo ámbito de realidad, poseen suficientes diferencias como para originar diferentes descripciones; en segundo lugar, la complejidad de los fenómenos tanto por la densidad del objeto a que se refiere: Dios, el Misterio, lo sagrado, etc., como por la complejidad de los actos humanos que intervienen en esos fenómenos: sentimientos, voluntad, decisión, etc. En tercer lugar la variedad de nombres y significado son un reflejo de la variedad de perspectiva y niveles desde los cuales puede describirse el fenómeno: psicológico, histórico, sociológico, filosófico, etc. Por cuestiones prácticas entenderemos experiencia religiosa como la referencia a lo superior al

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Page 1: Dimensiones de La Religión (1)

Experiencia religiosa

Es difícil precisar de una sola vez lo que el término experiencia religiosa significa

debido a su gran cantidad de contenidos y posibles interpretaciones. Es una expresión muy

usada en la literatura religiosa y en los estudiosos de la religión al tratar de comprender el

fenómeno religioso. Por otro lado, hay muchas otras expresiones utilizadas para hacer

referencia al hecho: experiencia de Dios, del espíritu, de la gracia, de lo sagrado, de lo

numinoso, del misterio o experiencia mística, espiritual, oceánica, etc. Esta pluralidad de

expresiones se debe, en primer lugar, a la variedad de los hechos que designan no

necesariamente pertenecen a un mismo ámbito de realidad, poseen suficientes diferencias

como para originar diferentes descripciones; en segundo lugar, la complejidad de los

fenómenos tanto por la densidad del objeto a que se refiere: Dios, el Misterio, lo sagrado, etc.,

como por la complejidad de los actos humanos que intervienen en esos fenómenos:

sentimientos, voluntad, decisión, etc. En tercer lugar la variedad de nombres y significado son

un reflejo de la variedad de perspectiva y niveles desde los cuales puede describirse el

fenómeno: psicológico, histórico, sociológico, filosófico, etc. Por cuestiones prácticas

entenderemos experiencia religiosa como la referencia a lo superior al hombre, a lo que de

alguna manera es sobrenatural, y experiencia se refiere a lo accesible a los sentidos1.

La experiencia religiosa es uno de los tres grandes núcleos en que las religiones se

fundan, junto con la autoridad y la tradición. En las historias de las religiones se encuentran

testimonios en que hombres de las más variadas condiciones y circunstancias reconocen haber

vivido una experiencia que les lleva a decir: “yo he sido visitado”, “Dios existe, yo me he

encontrado con él”, etc. De hecho la religión parece tener su momento en estos

acontecimientos, Meslín, citado por Juan Sahagún, sostiene que “todos los fenómenos

religiosos… son antes que nada realidades históricas, vividas en una cultura y en un

condicionamiento social particular, lo sagrado nunca se ofrece al examen del hombre en

estado puro, sin o a través de una red de lazos más o menos estrechos y de diversos órdenes

1 Cfr. VELAZCO, J. Martín, Experiencia religiosa, UPCM, Madrid, 1989, p. 19

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que unen el hombre con lo sagrado”2, la tendencia religiosa del hombre exige la experiencia de

lo sagrado, de un nivel ontológico especial. Sahagún caracteriza dos elementos característicos

de lo sagrado: ruptura del nivel ontológico, es decir, el cambio de objetos materiales o

estructuras espacio temporales a realidades místicas, que requieren la incorporación o

revelación de algo distinto a sí mismo, obteniendo un significado especial y diferente; y la

realidad por excelencia, con el nuevo nivel de significación se reconoce un nuevo nivel

ontológico que representa una realidad más consistente y eficaz, de tal suerte que el hombre

religioso está viviendo una serie de experiencias cósmicas revestidas de un carácter

sobrenatural, porque el mundo es siempre susceptible de sacralidad, de ir más allá de sí

mismo3.

Por otro lado Luis Roy, prefiere el término de experiencia trascendente, para no

reducirla a un contexto religioso, y lo refiere como “la percepción sensible de lo infinito en

una circunstancia determinada”, es decir, se entra en contacto con una realidad infinita, o por

lo menos en la conciencia del hombre, superior a esta. Sugiere, también, que se caracteriza por

seis elementos: 1) la preparación, es el escenario cognitivo y afectivo que condiciona la

experiencia: el estilo de vida el carácter, las opiniones, la preocupaciones, problemas y

cuestiones del individuo o del grupo, es la predisposición básica de posibilidades, receptividad

y capacidad; 2) la ocasión, es lo que desencadena la experiencia, una persona, un paisaje, una

pintura, una visión, un sueño, una frase, etc. U otros desencadenantes como acontecimientos

internos de carácter fisiológico y neurológico, ayuno, privación del sueño, agotamiento, dieta

especial, drogas, etc. 3) sentimiento, hace referencia a tres orientaciones la contemplación del

objeto percibido, la representación teórica y la emoción que conduce a la acción; 4) el

descubrimiento, es la revelación, es decir, la comprensión o el discernimiento que resulta

iluminador; 5) la interpretación, es la reflexión, tanto de lo que acaba de ocurrir, como su

importancia y relación como el resto de la vida humana; 6) el fruto, es el beneficio que la

persona obtiene de ella, en términos de conocimiento, sabiduría, actitud y motivación4. Sin ser

una postura última y única, se puede validar al momento de describir la experiencia religiosa.

2 SAHAGÚN, Juan, Interpretación del hecho religioso, filosofía y fenomenología de la religión. Sígueme, México, 1982, p 26

3 Cfr. SAHAGÚN, op. cit., p. 264 CFR. ROY, Louis Experiencias de trascendencia, fenomenología y crítica, Herder, España 2006, p 25-35

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En el caso del cristianismo, todo está referido a la experiencia de encuentro de lo

sagrado por medio de Jesús de Nazaret, pues Dios ha hablado por medio de él, “hasta que en

estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo” (Hb 1,2), de esta

forma habrá al interior del nuevo testamento expresiones como “hemos visto al mesías”, “es el

Señor”, “tú lo sabes todo”, etc. La experiencia religiosa se produce en el encuentro con el

Señor. Quizá uno de los ejemplos más evidentes es la “conversión de san Pablo” narrada en el

libro de los Hechos de los apóstoles. En esta narración se pueden identificar los elementos

descritos por Louis Roy. "Y sucedió que, al llegar cerca de Damasco, de súbito le cercó una

luz fulgurante venida del cielo, y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,

¿por qué me persigues? Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le

acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se

levantó Saulo del suelo y, abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron

en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió" (Hch. 9, 3-9). 1) Preparación,

anterior a este pasaje, la Escritura narra que Saulo, que era judío, había conseguido cartas para

matar a los cristianos que recién surgían y rápidamente se propagaban, quizá poniendo en

peligro la tradición judía a la que él pertenecía. 2) La ocasión fue una visión que tuvo de

Jesús. 3) experimenta turbación y temor. 4) Descubre la “verdad de Jesús”. 5) La

interpretación será posterior al relato, que será la aceptación de la doctrina de Jesús. 6) El fruto

es la misión que tendrá que emprender. Éste es sólo un ejemplo que clarifica los conceptos sin

intentar agotarlos, sólo poniendo en evidencia el hecho religioso en cuanto a tal. Sería

necesario revisar ejemplos de cada religión, pero sería un trabajo muy difícil.

La experiencia religiosa importa a la filosofía, porque ésta se ha ocupado de las

cuestiones más profundas de la existencia del hombre proponiendo modelos fundamentales

para comprender la realidad, estos modelos tienen por objeto señalar un camino trascendente

para le hombre en la inmanencia de la historia que dada su finitud y culpabilidad tiene el deseo

natural de conocer y de saber. El hombre dentro del universo es estudiado en cuanto confronta

su destino, se enfrenta a lo Absoluto como el “gran otro”. La búsqueda por lo fundante y lo

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fundamental, que necesariamente rosa con lo absoluto, es búsqueda del Misterio subyacente,

salvífico o soteriológico. La raíz misma de la realidad, en una profundidad que no es

transparente por naturaleza al hombre, sino que exige una especie de sobrenaturalización

caracterizada por la trascendencia de la metafísica y la intimidad que surge en el centro de

ésta, es la mística5. Ahora bien, en la experiencia religiosa está implicado el hombre entero

como un elemento esencial del mismo. El punto de partida de la antropología es ¿Qué es el

hombre? Y como punto innegable está el ser religioso del hombre. Entonces es ahí donde se

enmarca, para la filosofía el problema de la experiencia religiosa, en ese problema por la

realidad que se proyecta en el hombre bajo la figura de lo sagrado.

Dimensiones de la religión

Iniciamos la exposición de este apartado exponiendo, a grandes rasgos, a qué se

pretende llegar con la investigación precedente: la religión para llegar a un estudio detallado

de su contexto fenoménico se descompone en dimensiones, considerando a través de ellas las

partes esenciales de lo que la religión es en su totalidad. Para esta investigación abordaremos

lo que Raimundo Paniker expone en su obra Religión y religiones. El autor nos sitúa en el

problema antropológico como base de toda religión, la religión es propia del hombre por lo

cual abordarla sin el papel del hombre sería un error garrafal.

Dimensión óntico-mística

Apuntando al hombre, como ya mencionábamos al principio, se nos muestra en un

primer momento un aspecto hondo del hombre, posiblemente el más profundo: el propio ser.

A pesar de que puedan atribuirse ciertas características o funciones propias al ser humano,

siempre existe algo que unifica todo, el Ser. Pero el Ser más profundo es el principio que

tiende hacia una meta, y en esta dimensión de la religión lo referente específico es la ayuda de

las religiones para llevar al Ser a un correcto fin.

La dimensión óntica de la religión refiere al descubrimiento de este Ser más profundo,

es el aspecto más objetivo de las dimensiones que traspasan la religión, pues se llega al punto

5 CFR. OFILADA, Macario; Distinguir para unir: algunos presupuestos fundamentales para comprender la relación filosofía-mística, en Revista de Espiritualidad (62) 2003, p. 442

Page 5: Dimensiones de La Religión (1)

de identificar en la naturaleza del hombre a un ser religioso. Por otro lado referimos dimensión

mística como una objetivación de la parte subjetiva del ser, un encuentro con el Ser desde el

propio ser, me reconozco desde distintas experiencias: “...verme a mí mismo como vidente,

conocerme como conocedor, el captarme como en Dios.”6

Las posteriores tres dimensiones corresponden a lo que el autor considera como

facultades esenciales del ser humano: el entendimiento, la capacidad volitiva y el mundo

afectivo sentimental.

Dimensión dogmático-doctrinal

Hace una referencia directa a la capacidad intelectual del hombre, lo que corresponde

al logos. El intelecto humano, como parte del Ser del hombre está en una búsqueda constante

de la verdad "porque nos has creado orientados hacia ti y sin reposo está nuestro corazón hasta

que repose en ti”7. Sólo en la verdad el hombre encuentra seguridad, así que el intelecto

encuentra verdades que es capaz de asimilar transformándolas en dogmas. Los dogmas para

Paniker son “traducciones intelectuales de la verdad”8 La verdad que es traducida refiere no a

un criterio objetivo de validez lógica, sino a un aspecto propio de la revelación, tienden a ser

mensajes con un contenido muy complejo, pero de una expresión muy sencilla accesible para

cualquier ser humano.Por su parte la religión contiene una dimensión doctrinal desde el

conjunto de verdades de fe que intentan ser conjuntadas para formar un sistema, que genere

una estructura para el hombre, una cosmovisión, etc.

Dimensión ético-práctica

Cómo mencionamos anteriormente, esta dimensión corresponde a un aspecto propio

del hombre: la capacidad volitiva. Comenzamos la dimensión desde el encuentro con la

otredad, el darnos cuenta que no estamos solos, sino configurados en una sociedad en la que

nuestro máximo objetivo es hacer el bien. Pero así como estamos llamados a hacer el bien, de

igual forma nuestro intelecto va en busca del Bien. La religión en esta dimensión se muestra

en la forma de las religiones orientales: como el camino. Para la convivencia la religión posee

6 PANIKER, Raimundo; Religión y religiones, Editorial Gredos S.A., Madrid, 1965, p. 667 Confesiones: I, 1,18 PANIKER, op. cit., p.76

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una moral propia integrada por normas de sana convivencia que deben estar basadas en la

doctrina. Pero una moral que no sea practicada no cumple su fin, así que la dimensión

práctica, referida a la voluntad, se enfoca de esta forma al cumplimiento de las reglas y la

adecuación de la doctrina a la propia vida. Podríamos incluir aquí la dimensión que Paniker

llama angélico-demoníaca en que toda religión tiene la creencia de un mundo alterno en el que

los espíritus tienden a influir en este mundo, el autor lo exponía diciendo que el hombre crea

un mundo de seres con logos para no sentirse el único con esa capacidad9.

Dimensión sentimental-emocional

La tercera esfera propia del ser humano es la afectiva sentimental, esta dimensión

refiere a uno de los aspectos inmanentes del hombre que suelen tener peso incluso mucho más

allá de la racionalidad. La parte sentimental se ve referida a las acciones del hombre que

tienen ciertas repercusiones en su actuar. Las emociones van más cercanas al estado

existencial de vida. Estas dos esferas se ven atravesadas por la religión en tanto que satisfacen

ciertas necesidades afectivas V.gr. el Dios amoroso que da amor cuando nadie más lo brinda.

Dimensión eclesiástico-sociológica

Cómo mencionábamos en la dimensión ética, el hombre se desarrolla en sociedad,

incluso podríamos afirmar, desde lo que Paniker expresa, que la salvación sólo se logra desde

la comunidad, nunca separado de ella.

La configuración de toda realidad se hace desde la cultura propia, nacemos como seres

autónomos pero en un mundo ya dado, de aquí podemos argumentar que existe algo que

mantiene unión entre los seres humanos. De aquí afirmamos que existe una relación

constitutiva de Ser-Dios-Otredad: aquí reside el aspecto eclesiástico. Este compartir la religión

desde todas sus dimensiones debe remitirnos a una cultura específica pero siempre con

tendencias de universalidad: aquí se muestra el aspecto sociológico.

Dimensión corporal-cosmológica

El hombre desde su existencia en un mundo dado está anclado en una estructura de

realidad llamada cosmos, el origen del hombre está en el cosmos, por lo menos el origen de su

9 Cfr. PANIKER, op. cit., p.76

Page 7: Dimensiones de La Religión (1)

ser corpóreo. El ser humano es corporal, y desde su ser corpóreo también participa de la

religión como la religión de él, claramente se ve expuesto en la religión desde los signos y

símbolos, pues el cuerpo los necesita para entrar en contacto con el Misterio, entendiendo por

este “...la realidad totalmente otra, que las diferentes religiones y teologías tratan de expresar

con los más diversos ideogramas y esquemas representativos”.10

Toda doctrina trae ciertos supuestos en su estructura sistémica, lo que ya expusimos

como dogmas, y tiene distintos niveles de implicaciones: la moral es una implicación directa

del sistema de verdades de fe, pero la que nos importa en este momento es la cosmovisión. El

cosmos es trazado como la estructura en la que el hombre se desarrolla, y su destino y origen

estarán encaminados a las creencias que se tengan, de tal forma que un cristiano verá el origen

en la creación y el culmen con el juicio final.

Dimensión inmanente-trascendente

Paniker expresa que la esencia de las religiones viene de su dios, pero en este caso

haremos la misma referencia al Misterio que ya mencionamos anteriormente. La dimensión

inmanente coincide un poco con lo que Feuerbach expresaría en su pensamiento, el hombre se

crea una imagen del ser trascendente que cree necesitar, y con esto no se llega a la afirmación

de que el Misterio es creado por el hombre sino que “el hombre descubre al Dios que quiere y

necesita porque ha sido hecho criatura que quiere a Dios y que necesita de Dios”11. Dios es la

respuesta del hombre a los problemas propios del hombre como la muerte, el sentido de la

vida, etc. El aspecto trascendente de la religión por su parte se refiere a la acción de Dios para

con el hombre, la mayoría de religiones parten de una revelación. Es Dios quien tiene el

primado, la moral de la religión es voluntad divina, las verdades de fe se conocen gracias a

una revelación, es Dios quien actúa, el hombre responde. tiempo es expuesto como categoría

religiosa. La religión busca trascender del tiempo a la eternidad. Dios está fuera de tiempo, el

hombre está en el tiempo, la búsqueda de toda religión es la trascendencia.

10 VELASCO, Juan Martín; Introducción a la fenomenología de la religión, Trotta, Madrid, 2006, p.12311 PANIKER, op. cit., p.121

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Esta exposición de dimensiones de la religión nos lleva a plantear una pregunta

respecto a la expresión de esta, ¿si la religión es algo completamente humano, podemos decir

que posee un lenguaje propio para su expresión?

Bibliografía

OFILADA, Macario; Distinguir para unir: algunos presupuestos fundamentales para

comprender la relación filosofía-mística, en Revista de Espiritualidad (62) 2003, p. 442

Page 9: Dimensiones de La Religión (1)

PANIKER, Raimundo; Religión y religiones, Editorial Gredos S.A., Madrid, 1965, pp. 58-141

SAN AGUSTÍN, Confesiones, Editorial Porrúa, México, 2003, p. 1

ROY, Louis Experiencias de trascendencia, fenomenología y crítica, Herder, España 2006,

pp. 25-35

VELASCO, Juan Martín; Experiencia religiosa, UPCM, Madrid, 1989, p. 19

----------------------------; Introducción a la fenomenología de la religión, Trotta, Madrid, 2006,

pp. 122-125