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Dinámica sectorial de la distribución funcional del ingreso en Uruguay, 1908-1963 Sabrina Siniscalchi [email protected] Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Universidad de la República, Uruguay Henry Willebald [email protected] Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Universidad de la República, Uruguay BORRADOR. POR FAVOR NO CITAR Resumen El presente artículo se inscribe, fundamentalmente, en el campo de las distintas formas de aproximarse empíricamente a la desigualdad bajo el mismo concepto que se propone en Roine & Waldenström (2015). Esto es, continuar mejorando nuestras “informed guesses” (p. 473) aun “if the trends in the income structure can be discerned but dimly” (Kuznets 1955:4). En este sentido, se presentan estimaciones anuales, correspondientes a algunos puntos temporales de la primera mitad del siglo XX (1908, 1919, 1936 y 1945) y que resultan consistentes con la información oficial proveniente del Sistema de Cuentas Nacionales, disponible –aunque no en forma continua– desde 1955 en adelante. Inicialmente, se parte de una panorámica global de la trayectoria de la composición del ingreso total, evaluando la evolución de sus tres principales agregados: remuneraciones de asalariados, beneficios empresariales y rentas de la tierra. A partir de esta caracterización, se hace foco en la evolución sectorial de la masa salarial para el período 1908-1963 y se realiza un análisis shift-share de las diferencias sectoriales en el largo plazo. Se observa la importante incidencia de la industria manufacturera en esta evolución pero, también, la creciente presencia de los servicios en la explicación del cambio en la composición de ingreso. Palabras clave: distribución funcional del ingreso, shift-share, distribución funcional sectorial Códigos JEL: N36, D33, E25, J3

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Dinámica sectorial de la distribución funcional del ingreso en Uruguay, 1908-1963

Sabrina Siniscalchi

[email protected] Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Universidad de la

República, Uruguay

Henry Willebald

[email protected] Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Universidad de la

República, Uruguay

BORRADOR. POR FAVOR NO CITAR

Resumen

El presente artículo se inscribe, fundamentalmente, en el campo de las distintas formas de aproximarse empíricamente a la desigualdad bajo el mismo concepto que se propone en Roine & Waldenström (2015). Esto es, continuar mejorando nuestras “informed guesses” (p. 473) aun “if the trends in the income structure can be discerned but dimly” (Kuznets 1955:4). En este sentido, se presentan estimaciones anuales, correspondientes a algunos puntos temporales de la primera mitad del siglo XX (1908, 1919, 1936 y 1945) y que resultan consistentes con la información oficial proveniente del Sistema de Cuentas Nacionales, disponible –aunque no en forma continua– desde 1955 en adelante. Inicialmente, se parte de una panorámica global de la trayectoria de la composición del ingreso total, evaluando la evolución de sus tres principales agregados: remuneraciones de asalariados, beneficios empresariales y rentas de la tierra. A partir de esta caracterización, se hace foco en la evolución sectorial de la masa salarial para el período 1908-1963 y se realiza un análisis shift-share de las diferencias sectoriales en el largo plazo. Se observa la importante incidencia de la industria manufacturera en esta evolución pero, también, la creciente presencia de los servicios en la explicación del cambio en la composición de ingreso.

Palabras clave: distribución funcional del ingreso, shift-share, distribución funcional sectorial Códigos JEL: N36, D33, E25, J3

1. Introducción El período de análisis de este trabajo abarca el intervalo entre los dos censos de población con los que se cuenta hasta que los mismos comienzan a realizarse con una periodicidad razonable: el censo de 1908 y el censo de 1963. Entre ambos, se puede el auge de uno y el ocaso de dos modelos de desarrollo: el final del período agroexportador (1908-1930), la transición hacia la industrialización sustitutiva de importaciones (1930-1945), su auge (1945-1958) y su ocaso (1959-1963). Aunque no necesariamente suceda, los cambios de modelo de desarrollo pueden estar asociados con cambios en la estructura productiva (cambio estructural), en las relaciones de poder (cambio institucional), y sobre todo en los actores que se benefician de estos procesos (cambios en la distribución del poder político y económico). En Uruguay, entre 1908 y 1963, el proceso de cambio se puede ver en los tres sentidos. Por un lado, de acuerdo a Rama (1991), se dio un marcado proceso de transferencias de ingresos entre sectores económicos de la sociedad, y la principal característica es que las mismas no se basaron en procesos de reformas fiscales que gravaran a la propiedad o al capital sino en el establecimiento del control cambiario y del comercio exterior. En palabras del propio autor,

[la etapa] “…asociada con la industrialización por sustitución de importaciones, es también una etapa de transferencia de parte de la renta de la tierra a grupos urbanos. Esta

transferencia se realizó mediante barreras comerciales, que probablemente deprimieron el tipo

de cambio real. El período de estanflación (1957- 1967), por el contrario, se caracteriza por la transferencia de activos acumulados más que de excedentes. Es aquí donde radica la

externalidad pecuniaria del tipo de transferencias escogidas. Los activos involucrados son los

saldos monetarios reales, las reservas de la seguridad social y el propio capital productivo.” (Rama 1991:139)

Estas transferencias de ingreso durante el período de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) habrían redundado en una mejora de la desigualdad del ingreso medida a través del coeficiente de Gini. En este sentido, Bértola (2005) analiza la evolución de la desigualdad personal del ingreso entre 1908 y 2000 y encuentra que la misma comporta, a grandes rasgos, una evolución en cinco etapas, tres de ellas con trayectorias definidas y dos de transición. En primer lugar, se identifica una fase de crecimiento durante la primera globalización (hasta la década de 1920), una segunda etapa de fuerte mejora de la distribución entre 1930 y 1960, y una última de empuje de la desigualdad entre 1970 y finales del siglo. Las décadas entre 1910 y 1930, así como entre 1960 y 1970 son, cada una a su forma, períodos transicionales. En el primer caso, de una lenta desaceleración de la desigualdad, incluso con algunos retrocesos producto de la guerra y la crisis de los años 1930, que impactan en forma diferencial según los sectores considerados (agro, industria y sector

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público); y, en el segundo caso, de estancamiento o enlentecimiento de las mejoras alcanzadas en el período anterior. Asimismo, Rama (1991) destaca que los beneficiarios del aumento de las remuneraciones de los trabajadoress no fueron todos los sectores de la sociedad. El análisis sectorial realizado por el autor está elegido conforme a los fines de su argumentación, no obstante, y coincidentemente con lo que han afirmado otros autores (Bértola 2004, Faropa, 1965), expresa que a partir de las políticas de tipo de cambio –que fomentaron a la inversión industrial–, el acceso a la función pública en forma clientelar y la reglamentación de la negociación colectiva –que rigidizó a la baja el salario real–, ciertos grupos de carácter urbano (empleados públicos, industriales y obreros sindicalizados), fueron los que más se beneficiaron de las mejoras en las retribuciones. Los análisis sectoriales de evolución de los salarios son escasos en la literatura y se encuentran centrados, principalmente, en el desempeño de la industria durante el período de la ISI y el papel que los Consejos de Salarios. De ese modo, el argumento planteado por Rama (1991) no es contrastable con otros análisis hasta el momento y toma el carácter de hipótesis de trabajo. El presente trabajo presenta evidencia para analizar dos aspectos de la evolución del período en cuestión: primero, el análisis de la distribución funcional del ingreso permitirá visualizar el proceso de transferencias de ingresos entre sectores de la sociedad (principalmente entre capital y remuneraciones); segundo, a partir del análisis sectorial de la evolución de la masa salarial, se establecerá qué sectores dentro de la economía son los que presentan ganancias dentro del proceso de aumento de las remuneraciones, y brindar elementos en la discusión sobre si este proceso fue acompañado por mejoras en la productividad del trabajo como se afirma en parte de la literatura (Arnabal et al., 2013, Bértola, 1991, 2004) o si fue, principalmente, producto de los cambios institucionales operados en el período (Camou, 2010; Notaro, 2011). Para ello, el trabajo provee una aproximación a estas discusiones aportando nueva evidencia empírica, con estimaciones que cubren cuatro puntos temporales en la primera mitad del siglo XX. La desagregación sectorial permite realizar análisis de tipo shift-share sobre la evolución de la masa salarial entre períodos y así dar cuenta de cuánto de la variación de la masa salarial entre un período y otro ha sido producto de la variación de los distintos sectores en su participación en el Valor Agregado Bruto (VAB), y cuánto ha sido por aumentos en los niveles de remuneraciones sectoriales. Luego de esta introducción, el artículo se ordena como sigue. En la sección II se hace un repaso de los principales antecedentes de esta investigación. En la sección III se presentan los objetivos de este trabajo para, en la sección IV, mostrar la metodología de estimación de las series de datos, para lo cual, en pos de la brevedad del presente documento, se ha dedicado un trabajo aparte a la descripción de su construcción. Los principales resultados se presentan en la sección IV, y el trabajo cierra con unas breves conclusiones en la sección V.

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2. Antecedentes A pesar de que la desigualdad del ingreso es uno de los rasgos más relevantes del proceso de desarrollo de los últimos 200 años (van Zanden et al., 2013), su análisis como variable explicativa dentro de la literatura económica ha cambiado con el tiempo. En las últimas décadas se asiste a un resurgir de los estudios distributivos y, en particular, a un cambio de los sujetos de análisis dentro de ellos. Los estudios clásicos, como los de Marx, Smith o Ricardo, consideraban la distribución del producto parte fundamental de su análisis, y esa distribución cobraba sentido en función de cómo la apropiación del mismo se sustentaba en el sistema de clases sociales. Esta visión funcionalista de la sociedad sería compartida por posteriores análisis como los postkeynesianos y neoricardianos como los de Robinson, Kaldor y Pasinetti. La “síntesis neoclásica” en la economía implicó un cambio de concepción de la desigualdad dentro del análisis económico, dándose un vuelco hacia los estudios de la desigualdad personal. Factores tanto históricos como institucionales contribuyeron con este proceso (Abeles et al, 2014:33). Por un lado, la complejización de los procesos productivos ha implicado que tanto los individuos como los hogares, sin distinción de clases sociales, puedan obtener ingresos de más de un factor productivo.1 Por otro lado, la extensión de los Estados de Bienestar ha implicado tanto la necesidad de identificación de los posibles objetivos de políticas sociales (clases vulnerables), como la ampliación de la cobertura de los ingresos por transferencias, lo cual complementa lo señalado en el punto anterior al ser éstas transversales a todas las clases. La abundante literatura surgida en los últimos años sobre la distribución del ingreso indaga sobre la evolución de la participación del ingreso laboral en el ingreso total, tanto en su evolución reciente como con miradas de largo plazo (Abeles et al., 2008; Alarco, 2014; Williamson, 1998; Frankema, 2009; Arroyo Abad 2008). Se exploran los diversos vínculos entre este fenómeno y la desregulación de los mercados laborales, los cambios institucionales, el grado de sindicalización y la deslocalización de los procesos productivos, entre otros (Bentolila y Saint-Paul, 2003; Hogrefe y Kappler, 2012; Jayadev, 2007), pero los vínculos entre la evolución de la distribución funcional y la personal del ingreso han sido poco explorados. Daudey et al. (2007) examinan el rol de la distribución factorial en la determinación de la distribución personal del ingreso para una muestra de países, encontrando que niveles mayores de masa salarial se asocian con bajos niveles de desigualdad interpersonal. Análisis recientes sobre la caída de la participación de la masa salarial en el ingreso en los países industrializados desde comienzos de la década de 1980 (Stockhammer, 2013; OIT, 2013), así como los relacionados con la evolución de los altos ingresos (Piketty 2001, 2014, Atkinson et al, 2011) han retomado la atención sobre los análisis de tipo

1 El gran peso de los perceptores de rentas mixtas (cuentapropistas) en las sociedades latinoamericanas que muestran Abeles et al (2014) es ejemplo de ello.

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funcional dentro de los estudios distributivos. Asimismo, fenómenos como la persistencia de la desigualdad desde los procesos de la independencia en América Latina (Prados de la Escosura, 2007, Williamson, 2015), su retroceso durante la última década (Alvaredo y Gasparini, 2015; Cornia, 2010; López Calva y Lusting, 2010), y las disparidades a la interna del continente a lo largo de la historia (Bértola, 2005; Bértola et al. 2012; Rodríguez-Weber, 2015; Astorga,2016), han llevado a que América Latina sea un objeto de estudio atractivo para la literatura sobre inequidad y, en particular, para los análisis de largo plazo. En el caso de los estudios realizados en la región y en Uruguay, estos han considerado una u otra de las esferas (personal o funcional), pero no han investigado sus interrelaciones. Para Uruguay, los estudios sobre desigualdad basados en procesamientos de Encuestas de Hogares (ECH) son varios (Amarante et al., 2007, 2011, 2014; Burdín et al., 2014, 2015, De Rosa et al., 2015; Mendive et al, 1996, entre otros), pero están naturalmente concentrados en el período posterior a 1980. Algunos estudios, como los de Melgar (1981) realizan estimaciones para la década de 1960 y 1970 basados en relevamientos similares a los de las ECH, pero sólo se remontan a 1968 como fecha más atrás en el tiempo en que se puede reproducir esta metodología.2 Para el período anterior a 1968, Bértola (2005) y Lezama y Willebald (2016) son los únicos dos trabajos que presentan estimaciones de desigualdad personal para el largo plazo. En el caso del primer estudio, el mismo se basa en la mejora de las estimaciones de un trabajo previo de Ardente et al. (2003) y presenta una serie de Gini para el período 1870-2000; y el segundo presenta una estimación de desigualdad del ingreso en base al uso de nueva información sobre ingresos de rentistas y asalariados rurales (Willebald, 2015) y el uso de funciones de distribución teóricas para el período 1870-1908. Bértola (2005) hace un repaso de otros indicadores de desigualdad (ratios precio de la tierra sobre salarios y PIB per cápita sobre salarios) antes de presentar su estimación de desigualdad de ingreso para distintos sectores de la sociedad (sector agrícola, manufacturero y sector público). La naturaleza de las fuentes de estimación de cada uno de los sectores implica que las estimaciones que obtiene el autor tengan una combinación de naturaleza de estimación funcional y personal del ingreso, aunque únicamente se presentan indicadores de desigualdad personal.3

2 Con las muchas salvedades que hace la autora debido a la cobertura espacial y los problemas de comparabilidad entre mediciones que poseen los datos, los primeros relevamientos a nivel de hogares con los que se cuenta en el país son para el año 1968 y cubren sólo Montevideo urbano. 3 En el caso del sector agropecuario, la estimación se basa, principalmente, en establecer la cantidad de personal ocupado en el sector —dividiéndolo entre peones, servicio doméstico y en tres categorías de tenencia de la tierra: propietarios, rentistas y arrendatarios—, para los distintos años del período, y considerando como referencia el tamaño de los predios rurales. Luego se asigna a cada categoría ocupacional un salario o renta a partir del salario mínimo rural, para el caso de los asalariados, y se reparte el valor agregado bruto (VAB) restante entre

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Lezama & Willebald (2017) proponen una estimación alternativa para el período de la Primera Globalización, basada en el uso información sobre ingresos de rentistas y asalariados rurales (Willebald, 2015) y el uso de funciones de distribución teóricas. Sus resultados confirman el deterioro de la desigualdad que halla Bértola (2005), pero a través de un proceso más irregular y con mejoras significativas durante lapsos relativamente extensos (en particular, durante los 1890s). En el caso de los estudios sobre la distribución funcional del ingreso, aquellos anteriores a los elaborados dentro del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN)(BROU, 1965) se encuentran concentrados en el sector agrario (Echegaray et al., 1971; Carluccio et al., 1972; Reig y Vigorito, 1986; Willebald, 2015). Asimismo, la información elaborada bajo el SCN no es sistemática, y su cobertura tiene huecos temporales que han sido cubiertos parcialmente por algunos estudios como los de Bensión y Caumont (1979) y los de Amarante et al. (2008) y De Rosa et al (2017). Una importante rama de estudios dentro de este campo se ha focalizado en el seguimiento de los labour-share. Dentro de América Latina, los trabajos de Alarco (2014) –consistente con estadísticas nacionales de SCN– y el de Frankema (2009) para Argentina, Brasil y México –basado en la reconstrucción de estadísticas de salarios y empleo–, se destacan por la consistencia de sus hallazgos a pesar de sus diferencias metodológicas y de cobertura temporal. Ambos trabajos muestran niveles sistemáticamente bajos de masa salarial en el continente (debajo del 50% en la mayoría de los países), con períodos de auge durante los procesos de industrialización sustitutiva de importaciones y fuertes caídas en las décadas posteriores que no logran recomponerse hasta finales del SXX. Para el caso de Uruguay, la falta de estadísticas para la primera mitad del siglo XX ha dificultado, en gran parte, los trabajos relacionados con la evolución de la masa salarial, lo cual implica que también son pocos los que se concentran en la evolución de los ratios de labour- share. No obstante, la evolución del salario real de los trabajadores ha sido un tema de amplio debate. En este sentido, los trabajos de Camou (1996, 2004, 2011, 2012) y Camou y Maubrigades (2006, 2005) han analizado la evolución de los salarios industriales, tanto en general como en perspectiva de género, de la industria textil y frigorífica a través de la historia de empresas. Bértola et al. (1999) presentan la evolución de los salarios en el Cono Sur, elaborando un Índice Medio de Salario (IMS) para el período 1870-1968 que empalma con el IMS de estadísticas oficiales elaborado por el Instituto Nacional de Estadística

propietarios, arrendadores y rentistas (con el objetivo de estimar ganancias y rentas por hectárea). Para la industria manufacturera se estiman los salarios de 20 ramas industriales para unas 60 categorías totales de ingreso, entre empleados y obreros. En el caso del sector público, las estimaciones se basan en la información que proveen, principalmente, los Presupuestos de Sueldos y Gastos de la Nación. A partir de estos datos en ambos trabajos se construyen series largas de desigualdad del ingreso, tanto agregadas como por sectores, aunque no se plantean consideraciones específicas sobre la desigualdad funcional (Ardente et al., 2003; Bértola, 2005).

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(INE), aunque su metodología de construcción no sigue los criterios de construcción de este último.4 Todos estos estudios, con ciertos matices, acuerdan en que el salario real habría comportado un proceso de retroceso durante la primera guerra mundial, una recuperación durante la década de 1920 que se habría visto interrumpida por el impacto de la crisis de 1929 y el nuevo cerramiento de la economía mundial, y un fuerte proceso de recuperación a partir del año 1946, año en que se instaura la negociación colectiva de los salarios en el país. Sin embargo, Bértola (2004) afirma que para entender el crecimiento del salario real durante la ISI es necesario tener en cuenta la evolución favorable de los términos de intercambio, las medidas asociadas al control del comercio exterior imperantes en la época,5 así como el aumento de la productividad industrial en el período previo a la instauración de los Consejos. En este sentido, el autor plantea que los Consejos de Salarios, junto con el clima político y social, fueron fundamentales en el aumento de los salarios reales y en la mejora de la distribución del ingreso, pero sin la mejora de los términos de intercambio no hubiera sido posible la acumulación necesaria de excedentes que hizo posible la inversión y aumento de productividad de la industria. Respecto a este último punto, Arnábal et al. (2013) analizan el desempeño de la industria manufacturera durante el período de sustitución de importaciones y presentan estimaciones de la evolución de la productividad por ramas. La evidencia muestra que las ganancias en términos de productividad en la década de 1930 no se vieron reflejadas en aumentos de los salarios reales entre fines de los 1930s y mediados de los 1940s, situación que cambiaría a partir de la creación de los Consejos de Salarios. Durante la segunda mitad de los cincuenta, la evolución de la remuneración promedio parece

acompañar la evolución de la productividad, incluso durante la caída de ambas variables a partir

de 1957.” (Arnábal et al., 2013:24). En este sentido, los autores afirman que, a pesar de que las ganancias de productividad anteceden a los aumentos de salarios, y es probable que las mismas ocurrieran gracias a las condiciones internacionales, sin la existencia de un mecanismo redistributivo como los Consejos de Salarios no es dable pensar que estas ganancias se tradujeran en mejoras del salario. Los trabajos de Notaro (2011) y Camou (2010) hacen, en sintonía con este punto, especial énfasis en el papel de los mecanismos de política para que se concrete la redistribución, a pesar de que ambos trabajos ponen énfasis en distintos actores como los principales promotores del cambio que lleva a la institucionalización de la 4 Notaro (2013) discute en profundidad las discrepancias en este sentido. 5 A partir de 1934 se instaura el Contralor de Exportaciones e Importaciones encargado de fijar los tipos de cambio que regían para cada uno de los bienes que se importaban y exportaban en el país. El objetivo principal era favorecer las importaciones de maquinaria y bienes de capital y las exportaciones de bienes manufacturados, penalizando el ingreso de los bienes que podían ser competitivos de la industria nacional. El Fondo de Diferencias Cambiarias era el encargado de administrar los excedentes que se generaban a partir de las recaudaciones del Contralor y canalizarlos hacia políticas de estímulo a la industria y subvenciones (ver García Repetto, 2017).

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negociación colectiva: los sindicatos en el caso de Notaro (2011) y el Estado en el caso de Camou (2010).

3. Distribución funcional en Uruguay en la primera mitad del SXX. Algunas hipótesis de trabajo

A partir de los planteos realizados en la introducción y la revisión de antecedentes, puede esperarse que entre 1908 y 1963 las retribuciones de los asalariados ganaron terreno con respecto a los demás componentes. Esta afirmación se sustenta en lo planteado por Daudey et al. (2007) y De Rosa et al (2017) acerca de la positiva asociación entre mejores niveles de desigualdad personal del ingreso y mayores niveles de apropiación del VAB por parte de los asalariados. Dada la mejora en la distribución del ingreso que presenta Bértola (2005) y la expansión del Estado de Bienestar que se produce en el período (CITAR) la hipótesis de partida es que la de una evolución creciente del labour-share de la economía. Por otra parte, de acuerdo con Rama (1991), el aumento de las retribuciones debería ir acompañado de un proceso de disminución de la participación de las rentas de la tierra en el EEB. Argumento que constituye la segunda hipótesis de trabajo de este estudio. En consonancia con los planteos del mismo autor, y partiendo de los análisis sectoriales existentes sobre la evolución del salario real y la productividad del sector industrial, esta transferencia entre sectores de ingresos no habría beneficiado a todos los sectores económicos por igual. En este sentido, es dable esperar que los sectores industriales sean los más beneficiados del proceso, junto con la administración pública, identificando esta expectativa como la tercer hipótesis de trabajo.

4. Estimación de las series de distribución funcional del ingreso: Métodos y fuentes

Este trabajo presenta una serie de estimaciones de la distribución funcional del ingreso –de los componentes Retribución de la Mano de Obra o de Asalariados (RA) y Excedente de Explotación Bruto (EEB) dividido, este último, en sus categorías Rentas de la Tierra y Beneficios– para algunos puntos temporales de la primera mitad del Siglo XX (1908, 1919, 1936 y 1945) que complementan las serie de distribución factorial del ingreso disponible para el período 1955-1963 realizada conforme a la metodología del Sistema de Cuentas Nacionales (BROU 1965). El componente RA incluye los sueldos y salarios efectivos, así como las contribuciones a la seguridad social pagas por los patrones y trabajadores, mientras que el EEB se dividió en retribuciones al factor productivo tierra (RT) y al capital físico o producido (B). Asimismo, se identifican los Impuestos Netos de Subsidios (TIS) para abrir la

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posibilidad de calcular el Producto Interno Bruto (PIB) a precios de factores (variable que los excluye) o a precios mercados. La consideración de RT en forma diferenciada responde a la relevancia que el factor productivo tierra ha tenido en la economía uruguaya en tanto su carácter histórico de economía abundante en recursos naturales (Barrán y Nahum, 1978; Reyes Abadie et al., 1966) con una fuerte gravitación en la generación de ingresos. Para la estimación de los cuatro puntos temporales –1908, 1919, 1936 y 1945– se utilizó la metodología de tablas sociales para lo cual fue necesario identificar, por un lado, a los grupos de perceptores y, por otro lado, el ingreso medio de cada uno de esos grupos. En las tablas sociales construidas, se clasificó a la población según ramas de actividad económica6 y, dentro de éstas, sus obreros y empleados de acuerdo a su calificación. En base a esa calificación se les asignó el salario, siendo éste el resultado del diferencial entre ramas y entre calificaciones a la interna de las actividades. De este modo, obtuvimos una caracterización de las remuneraciones de la mano de obra por sectores de actividad: agrícola-ganadero (incluyendo la silvicultura y la pesca); industrial manufacturero (incluyendo las industrias extractivas); industria de la construcción; suministro de electricidad, gas y agua; comercio (incluyendo reparaciones, hoteles y restaurantes); servicios de transporte y almacenamiento; servicios financieros; comunicaciones; administración pública; y otros servicios. El EEB se obtuvo por diferencia con el VAB de cada sector. Las fuentes y detalles de la estimación de cada sector para cada año se describen in

extenso en Siniscalchi y Willebald (2017), y se resumen en el Cuadro A.1.1 del anexo, ya que difieren entre sí en función de la información disponible en cada punto del tiempo. En términos generales, las estimaciones respetaron los datos de ocupados por rama de las distintas fuentes (Censos Industriales, Presupuesto General de Gastos del Estado–PGGE–, Encuestas Industriales), tomando las categorías ocupacionales que en ellos se presentan y asignándoles salarios diferenciales por esas categorías de ocupación. En aquellos casos en los cuales la fuente reportaba un monto de salarios o de masa salarial paga, se utilizaron esos datos como referencia para construir el salario medio por categorías.7

6 Categorizada de acuerdo a la CIIU rev. 4 a 4 dígitos en los casos que la información disponible permitía ese grado de apertura, a 2 y 1 dígito en los casos en que no fue posible tal desagregación. 7 En el caso de las fuentes que reportan sueldos y salarios medios por rama se utilizó dichos montos como salarios de empleados y obreros, respectivamente; en los casos que la fuente presenta salarios máximos y mínimos se utilizaron niveles adecuados de salarios intermedios del rango como parámetro y, en los que se presenta la masa salarial paga, se utilizó la misma para calcular el salario promedio pago por empresa, dividiendo la masa salarial entre el conjunto de trabajadores que cada empresa contrata.

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Dentro del sector agropecuario se consideran como perceptores de ingresos a los trabajadores asalariados y los propietarios de la tierra. Existen también otras dos categorías de perceptores de ingresos por capital asociadas al sector: por un lado, se encuentran los arrendatarios, que son aquellos productores que, o bien siendo dueños de alguna extensión de tierra arriendan uno o más predios para extender su capacidad productiva; o bien, no siendo propietarios, arriendan uno o más predios para producir. Por otra parte, como contrapartida de los arrendatarios es posible identificar a los rentistas (o arrendadores) que son aquellos que son dueños de la tierra que se arrienda y reciben una renta por este concepto. En la estimación del sector agropecuario se tomó la población activa –PEAa–reportada por Klazcko (1981) en el sector agropecuario. Suponiendo que esta población contiene a los asalariados y a los patronos del sector agropecuario, se procedió a descontar a los dueños (patrones y arrendatarios que no trabajan) de dicho número de trabajadores. Para obtener a los ocupados del sector, inicialmente se estima, a partir del número de predios divididos conforme a la cantidad de hectáreas que reporta cada Censo Agropecuario, la cantidad de propietarios (se supuso que por cada predio existe un dueño al igual que lo hace Bértola, 2005), y se clasifican en: propietarios y arrendatarios. Se asumió que la tercera categoría de perceptores, los rentistas, es igual al número de arrendatarios. Para cada año se estiman los propietarios y arrendatarios que residen en los predios de los que no lo hacen,8 y se supuso que aquellos que residen en los predios también son parte de la fuerza de trabajo del sector primario. El total de perceptores por año se estima a partir del dato de perceptores obtenido para 1908 y el dato que se presenta en CIDE (1963: II-117) de acuerdo al movimiento de la serie de fuerza de trabajo rural presentada en Araújo et al. (2015). A partir del número de predios divididos conforme a la cantidad de hectáreas reportadas en cada Censo Agropecuario, se distinguen la cantidad de propietarios, suponiendo un predio un dueño igual que en 1908. Los asalariados del sector agropecuario se remuneran de acuerdo a distintos niveles de calificación. Para 1908 y 1945, los salarios de cada categoría ocupacional se calculan a partir de lo reportado en los censos agrícolas y ganaderos de 1908 y 1943 respectivamente (DGEC, 1909; DGEA, 1948). Para los años 1919 y 1936, la estimación del salario del peón rural se realizó mediante la interpolación del salario en 1908 y el salario mínimo legal más cercano –Ley 7550 de 1923– , y entre salarios mínimos en el caso de 1936 – y la Ley 10844 de 1946–, incluyendo la cuota de manutención correspondiente a vivienda digna en ambos casos. El salario de partida, en 1908, es de $20, valor que figura como salario máximo para un peón en Campaña (Anuario 1909-10, T1:99-103). Ese salario se utiliza como parámetro para el cálculo de las otras

8 Se estimó de acuerdo a los datos que surgen del Censo Agropecuario (DGEC, 1908: 1026-1028) debido a que en los censos posteriores no se presenta información sobre la residencia de los propietarios y arrendatarios en los predios.

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categorías salariales, de acuerdo a las diferencias que presentaban las mismos con respecto al salario del peón rural en 1908. A partir de ello, los salarios en el sector agropecuario se estiman como las diferencias entre las retribuciones de los distintos tipos de asalariados del sector en 1908 y el peón rural. En el caso de los ocupados del sector agropecuario, para los años 1919 y 1936 debieron estimarse los distintos niveles de calificación entre los asalariados debido a la falta de información en las fuentes censales. Para ello, se utilizaron los tipos de predio en cada punto del tiempo (agrícolas, ganaderos, mixtos) y el porcentaje de mano de obra calificada y no calificada ocupado en la agricultura, ganadería y otras explotaciones agrícolas de 1908 como referencia. A partir de esto se estimaron los asalariados calificados y no calificados de los distintos tipos de explotación, lo que permite asignar diferenciales salariales. Para la estimación del sector industrial se contó con la mayor cantidad de fuentes disponibles y de mayor fidelidad, por lo que el procedimiento constó de clasificar dichas fuentes de acuerdo a la clasificación CIIU rev4. En los años en que la fuente lo permitió (1908, 1919, 1936) la clasificación de las industrias se realizó a 4 dígitos.9 Las remuneraciones de la industria manufacturera se estimaron en forma diferencial según la fuente, pero contemplando el criterio de diferenciales por calificación y por rama. En todos los casos los datos de salarios se obtienen de la misma fuente que los de ocupación.10 La industria de la construcción aparece reportada en los censos de 1908 y 1936, pero no en los otros dos años, por lo que en los años 1919 y 1945 se estimó mediante la interpolación de las estructuras relativas del empleo en la construcción y las industrias de transformación en relación al empleo total de la industria. Los puntos de referencia tomados para dicha interpolación fueron los datos de 1908-1936 para 1919 y 1936-1963 para 1945. Las Empresas de Electricidad, Gas y Agua –EGA-, al igual que la construcción son reportadas en los censos de 1908 y 1936, por lo que para el año 1919 y para el año 1945, el sector EGA se estima a partir de la interpolación de los datos de 1908 (DGEC, 1908), 1936 (DGEC, 1939) y 1955 (CIDE, 1963:II-117). Los salarios de estos dos sectores se obtienen de fuentes secundarias y a partir de su relación con respecto al salario medio industrial en distintos puntos del tiempo.

9 La fuente para 1945 (Millot et al) presenta los datos agregados a 2 dígitos tomando una muestra de industrias a partir del Censo de 1936. Estas industrias se seleccionaron de acuerdo al personal ocupado y a la representatividad de su VAB dentro de cada rama para seguir su evolución trimestral por parte del Ministerio de Industria de la época. Las encuestas trimestrales se llevaron adelante por el MIT desde 1937 a 1947. 10 Para 1908 las diferencias salariales entre las distintas ramas se calcularon además de acuerdo a los “Datos sobre Sueldos y Salarios por gremios” que reporta en su número de agosto de 1907 la Revista de la Unión Industrial Uruguaya (RUI) y los que informa el Anuario Estadístico de 1909-10 (DGEC, 1909-10, T1:99-103).

12

Para los servicios en el año 1908 se estimó la participación de cada uno de los subsectores a partir de la clasificación bajo el CIIU rev. 4 del Censo de Industria y Comercio de 1908. El mismo, de acuerdo a los criterios de la época, registra como actividades comerciales e industriales sectores que en la clasificación de CCNN son servicios, incluyendo servicios personales (como las peluquerías, por ejemplo). A partir de esta reclasificación de actividades se estimó la ocupación en cada subsector en el año 1908. En los años 1919, 1936 y 1945 siguió una serie de etapas. En la primera de ellas, se estimó los subsectores para los cuales contábamos con mayor información secundaria. En este sentido, para las comunicaciones, a partir de 1934 existen datos sobre los funcionarios de ANTEL (Bertino et al. 2013, y base de datos del Grupo de Historia Económica, IECON-FCEA) que se considera una buena proxy de la evolución de la variable. A partir de la evolución de dicha serie y el dato de ocupados en el sector en 1908, se obtuvo por interpolación lineal la cantidad de ocupados en 1919. En forma similar, en el sector de intermediación financiera se conoce el número de funcionarios bancarios a partir de 1925 (IECON 1969:133), con lo cual, a partir de la evolución de esa serie y el dato de ocupados en el sector en 1908, se obtuvo por interpolación exponencial el dato de 1919. Se considera que se trata de una buena proxy de la evolución pues el grueso de los perceptores del sector corresponde a bancarios (en 1908, los ocupados en la banca representaban un 76% del total de la rama). Luego, se descontó los ocupados de estos sectores en 1955 (CIDE, 1963:II-117) de acuerdo a la estructura de ocupación que presentan dichos sectores en 1963 (Censo de Población y Vivienda 1963). Con las estimaciones de estos dos sectores y las estimaciones para 1908 se obtiene, mediante interpolación exponencial, el sector transporte y la actividad comercial. El sector otros servicios surge como resto. Los salarios de este sector se obtienen en términos generales de fuentes secundarias (Millot et al., 1973; Notaro y Fernández, 2009; Plá- Rodríguez 1956; PGGE, 1935 T2, entre otros). Para el sector público, al igual que lo hacen Ardente et al. (2003) y Bértola (2005), se utilizó el Presupuesto General de Gastos del año correspondiente o más cercano (1908, 1920, 1936, 1945) que reportan información sobre puestos de trabajo y remuneración. Al número total de funcionarios que surge de cada presupuesto se agregan los empleados contratados por partidas extraordinarias (Azar et al., 2009; y actualizaciones proporcionados por los autores) los cuales se reparten de acuerdo a la asignación de partidas ente la Administración Central, los Entes de Enseñanza y Organismos de Seguridad Social. Estos funcionarios se los remuneró en función del sueldo medio de la dependencia a la que quedan imputados. Para el año 1908 fue necesario agregar la mano de obra no calificada (zafral) que no se releva como personal permanente dentro de los establecimientos, a la población

13

relevada en el censo de Industria y Comercio y en el Censo Agropecuario. 11 Estas categorías se toman del Censo de Población (DGEC, 1909:956-65) bajo las denominaciones de “jornaleros” y “empleados”. Los jornaleros se dividieron, siguiendo a Klazcko (1981), entre “jornaleros rurales” y “jornaleros urbanos” según el porcentaje de población urbana y rural por departamento, pasando los primeros a considerarse parte de la mano de obra del sector agropecuario y, los segundos, fueron distribuidos entre las industrias, comercios y servicios.12 Los “empleados”, luego de descontar a los empleados públicos13 (PGGE 1908, y actualizaciones de Azar et al. (2009)14), se distribuyeron proporcionalmente por departamentos según los registros de población. Sectorialmente, fueron asignados a los sectores comercio y servicios en forma proporcional al tamaño medio de cada firma. En el caso de los jornaleros, los salarios fueron ajustados de forma de contemplar la zafralidad del empleo de estos trabajadores. Para ello, fueron remunerados con un salario equivalente al 72% del salario de los asalariados de menor calificación (peones). Este coeficiente de ponderación surge a partir de contabilizar los jornales que se pierden al mes por los días de lluvia, de acuerdo a la información pluviométrica del año 1908 que reporta el Anuario Estadístico 1909 para dicho año (DGEC, 1909-10:7).15 Una vez obtenidas las masas salariales para cada uno de los sectores de actividad de la economía, se obtiene el EEB por diferencia entre la media móvil de orden 3 centrada en el año correspondiente del Valor Agregado Bruto de producción Sectorial (Bonino et al., 2017). A su vez, esta medición puede dividirse en retribuciones al capital y 11 En el caso del Censo de 1908, estas categorías están representadas, principalmente, por “Jornaleros” y “Empleados”, las cuales constituyen categorías generalistas que pueden reportar a diversos sectores de actividad. 12 El 70% de los jornaleros urbanos fue asignado a la industria de la construcción, siendo ésta la única industria en la que las fuentes coinciden en la que se contrataba trabajo zafral en forma abundante en la época (Kalzcko, 1981; Rial, 1983). El 30% restante de los jornaleros fue dividida en partes iguales y distribuida en forma proporcional al número medio de empleados de plantilla de cada empresa entre las industrias de transformación, por un lado, y el comercio por mayor y los servicios de transporte y almacenaje, por otro. Esta decisión responde a que las fuentes consultadas son contradictorias acerca de dónde se concentra la mano de obra designada como “jornalera”. Mientras que Klazcko (1981:23) afirma que es en la industria, Rial (1983:108) argumenta que los mismos se concentran en el sector comercio y servicios de transporte. 13 De acuerdo a lo que se explicita en el Censo de 1908 (DGEC 1909:33) gran parte de los declarantes en el censo afirmaban ser Empleados cuando tenían un empleo público, por ello se decidió descontar los empleados públicos de este número para evitar duplicaciones. 14 Provistas generosamente por el Prof. Ulises García Repetto 15 Este criterio se confirma también con los argumentos en Pla-Rodriguez (1956) sobre los motivos esgrimidos en la cámara de Diputados en 1945 durante la discusión de la Ley 10617 que estableció los aumentos salariales para el sector de la construcción en dicho año. Allí se afirmaba que “…el número de jornadas es más reducido que en otras industrias, por efecto de las lluvias, llegándose a un promedio de 18 y no de 24 jornadas, como es lo normal.” (Pla-Rodriguez 1956:473).

14

retribuciones al factor productivo tierra. Este último compone, exclusivamente, el EEB del sector agropecuario. Para 1908, las rentas se calcularon como porcentaje del VAB agropecuario utilizando la estructura que surge de la interpolación de ganancias y beneficios sobre el EEB agrícola que presenta Willebald (2015) para 1903 y 1912. Se calcula la RT a partir del EEB sectorial agropecuario. Mediante interpolación entre esta estructura y la que surge de los datos de Reig y Vigorito (1986) para 1925-26 se calcula la de 1919 y se obtiene la RT a partir del EEB sectorial agropecuario. Para 1936 y 1945 se calcula la RT a partir del EEB agropecuario de acuerdo a la estructura de rentas y beneficios que presentan Reig y Vigorito (1986). En todos los casos se obtuvieron los cocientes entre RT y PIB utilizando Bonino, et al. (2017). El resto del EEB agropecuario se asigna al componente Beneficios. Los debates actuales sobre la distribución funcional del ingreso han hecho hincapié sobre la importancia de considerar la misma tomando como denominador de los ratios al PIB a costos de factores y no a precios de mercado (Bengtsson y Waldenström, 2015). Si bien esta discusión no se encuentra completamente saldada en la literatura, y no es posible esperar que considerar o no el peso de los impuestos netos de subsidios en el producto bruto tenga la importancia que reporta considerar o no los impuestos y transferencias a la hora de analizar la distribución personal del ingreso, los distintos analistas se inclinan por preferir la valuación de dicha macromagnitud neta de impuestos. En este trabajo se realizó un esfuerzo de estimación de los Impuestos Netos de Subsidios (TI-S) a partir de la información disponible sobre impuestos indirectos de IADB-DGI16 y BROU (1965), y de subsidios presentada por Wonsewer (1954:29-30) para manejar ambas posibilidades.

5. Distribución funcional del ingreso en Uruguay 1908-1963

a. Transferencias de ingresos entre sectores

En el Gráfico 1, se presenta la información sobre la participación relativa de la remuneración de los asalariados (RA), el excedente bruto de explotación (EEB) y los impuestos netos de subsidios (TIS) en el PIB. El EEB se muestra entre remuneraciones al capital físico o producido (B) y al factor tierra (RT). Durante la primera mitad del siglo XX, las RA se mantuvieron por debajo del 40%; es recién cuando comienza a transitarse por la segunda mitad del siglo cuando se aprecia una elevación de la participación hasta superar el 50% del PIB (a principios de los 1960s).

16 Gentilmente cedida por el Prof García-Repetto, base en proceso de publicación por parte de IADB-DGI

15

Gráfico 1. Composición del PIB a precios de mercado (1908-1963)

Fuente: 1908-1945: estimaciones propias. 1955-1965: BROU (1965); PIB: Bonino et al. (2012) y

actualizaciones brindadas por los autores. TIS: Estimaciones propias en base a IADB-DGI y Wonsewer (1954)

Los niveles de RA más altos se presentan, principalmente, en el período de industrialización dirigida por el Estado o, también denominada, ISI, coincidentemente con lo analizado por otros autores para economías latinoamericanas (Alarco, 2014, Frankema, 2009). El gráfico muestra que el aumento de la participación de las remuneraciones presenta un movimiento acompasado con la caída de las rentas de la tierra durante la primera mitad del siglo XX. Esto podría indicar, de acuerdo a lo planteado por Rama (1991), que las políticas redistributivas podrían haber alentado las transferencias de recursos generados en el sector agropecuario hacia otros de carácter urbano y con mayor participación de actividades industriales.

En términos comparados, esta evolución del ratio RA/PIB resulta similar a la descrita por otras economías latinoamericanas (Alarco, 2014; Frankema, 2010; Neira-Berría, 2010) pero, en el contexto internacional, reporta una evolución sistemáticamente inferior (Bengtsson y Waldenström, 2017) a la de los países desarrollados (Gráfico 2). Esto es, en términos de estructura de ingresos, Uruguay se mantuvo alejado de la

0%

10%

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100%19

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6019

62

Remuneraciones de los asalariados Beneficios Rentas TIS

16

imperante en el core mundial, en la cual las remuneraciones salariales ocuparon un lugar destacado.17

Los niveles de participación de las RA, tanto de las economías de nuevo asentamiento europeo (settlers) de Australasia (Lloyd et al., 2013) como las del Cono Sur (Argentina, Brasil y Chile) siguen patrones de evolución similares a los que presenta Uruguay a lo largo de todo el período, ubicándose por debajo de los de las regiones centrales y de los países escandinavos.

Gráfico 2. Participación de las RA en el PIB a costo de factores en algunas regiones del mundo y Uruguay. 1908-1963.

(promedios ponderados por población) (porcentajes)

Fuente: Alarco, G. (2014), Bengtsson, E. y Waldenström, D. (2017), Rodríguez-Weber (2015), Maddison (2010). Uruguay: estimaciones propias y varias fuentes, ver texto. Referencias: Europa continental: Austria, Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Holanda, Irlanda. Australasia: Australia y Nueva Zelanda. América del Norte: Canadá y Estados Unidos. Nórdicos: Finlandia, Noruega y Suecia. Cono Sur: Argentina, Brasil y Chile.

17 Para esta comparación, se utiliza como referencia el PIB a costo de factores pues así se realiza la contabilización en las otras fuentes.

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1962

RA/P

IB

Uruguay Europa continental Australasia Am. del Norte

Cono Sur Nórdicos Japón

17

Los países centrales, así como los escandinavos y Japón, lograron, desde finales de la primera guerra mundial, mantener elevados niveles de masa salarial, alcanzando niveles por encima del 60% desde los años 1920s (sólo Japón pierde terreno en los 1930s pero lo recupera luego de la segunda guerra). Por su parte, en los países del Cono Sur las ganancias ocurridas en el período de la ISI no se mantuvieron posteriormente.

Australia y Nueva Zelanda, pese a haber mostrado un nivel de masa salarial respecto al PIB más elevado que Uruguay y sus vecinos del Cono Sur, presentan también una tendencia decreciente hacia finales del período, muestra de la incapacidad de capitalizar las ganancias en este indicador obtenidas en las décadas centrales del siglo XX. En el caso de Uruguay, la masa salarial del período oscila en torno a una media de 47%, alcanzando un máximo de 58% en los años 1962-1963 y un mínimo de 31% en 1919.

b. Descomposición de las remuneraciones de los asalariados

La escasa variación total de la masa salarial esconde importantes variaciones a nivel sectorial (Gráfico 3). La desagregación sectorial permite ver cómo algunas actividades económicas ganan sistemáticamente posicionamiento en términos de masa salarial sobre VAB sectorial –como es el destacado caso de EGA y de Comunicaciones, los cuales pasan de niveles cercanos al 40% a otros próximos al 80-90%– y otros casos, por el contrario, en los que la masa salarial oscila en guarismos relativamente bajos o muy bajos, como la actividad agropecuaria o el sector de propiedad de la vivienda. Asimismo, se destacan la estabilidad del ratio de sectores como el comercio y el transporte a lo largo de todo el período y la variabilidad del sector industrial.

Gráfico 3. Evolución de masa salarial por sectores de actividad como porcentaje del VAB sectorial (1908-1963)

Fuente: elaboración propia en base a 1908-1945: estimaciones propias ver texto. 1955-1965: BROU (1965); PIB: Bonino et al. (2012) y actualizaciones brindadas por los autores.

19

El análisis de las diferencias sectoriales en el largo plazo resulta de singular importancia debido a que un crecimiento basado en sectores con bajo predominio de masa salarial generaría una caída en la masa salarial total, aún en contextos de aumento generalizado de las remuneraciones laborales. En este sentido, es dable preguntarse en qué medida los cambios en la participación de la masa salarial están dados por aumento de los distintos sectores en su participación en el producto, o debido a aumentos del predominio de sectores mejor remunerados. Para explorar estos efectos, se realiza un análisis shift-share para distintos subperíodos (Cuadro 3).

Se parte de que el labor-share (RA/PIB) total de la economía puede ser expresado como la suma de ratios sectoriales ponderados por el peso de los respectivos VAB en el producto total:

!" ≡ %&'(&

'&)* = ,-!-"- (1)

Donde ,- ≡ )&*&)* es igual al VAB sectorial en relación al VAB total; y !-" = ,-".-"/0-1- es

la masa salarial sectorial como proporción del correspondiente VAB de la actividad (el labor-share del sector). A partir de ello, el cambio en el ratio total (!" ) puede descomponerse en dos efectos agregados: un efecto shift, el cual recoge los cambios en los labor-share sectoriales (ponderados por la participación en el VAB de cada actividad productiva); y un efecto share que recoge los cambios en la composición sectorial.

∆!" = ,-- ∆!-" + ∆,-- !-" (2)

shift share De este modo, el primer componente del lado derecho de la ecuación da cuenta de los cambios que se producen en el labor-share total a partir de los cambios relativos de las masas salariales sectoriales (∆!-"), mientras que el segundo componente evidencia que las variaciones en el ratio salarial se producen por variaciones del peso relativo de los distintos sectores dentro del VAB (∆,-). El período total de análisis se divide en tres subperíodos que representan los años de la industria temprana (1908-1936), la ISI (1936-1955) y el período de agotamiento del crecimiento y fase inicial de la estanflación (1955-1963). (Bértola, 2008; Oddone, 2011)

Cuadro 1. Análisis Shift- Share para períodos seleccionados 1908-1963

1908-1936 1936-1955 1955-63

Shift Share Total Shift Share Total Shift Share Total

Agropecuaria (Agricultura + Ganadería + Silvicultura) 1,75 -1,41 0,34 0,96 -2,33 -1,37 -2,03 -0,12 -2,15 Industria 1/ -3,31 -0,96 -4,28 4,55 3,42 7,97 -0,56 -0,41 -0,97 Suministro de electricidad gas y agua 0,14 0,76 0,90 0,41 -0,84 -0,43 0,20 0,24 0,44 Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles 1,37 -0,85 0,52 -0,28 0,02 -0,26 0,74 -0,20 0,54 Transporte y almacenamiento 0,18 1,16 1,34 0,32 0,62 0,93 0,25 0,03 0,27 Comunicaciones 0,11 0,17 0,28 0,26 -0,21 0,04 -0,22 0,21 -0,01 Administración pública y defensa -0,13 2,50 2,37 0,27 0,15 0,42 0,04 4,95 5,00 Servicios de intermediación financiera 0,22 0,15 0,36 0,03 0,58 0,61 0,35 0,52 0,87 Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 0,00 -0,03 -0,03 0,14 -0,14 -0,01 0,27 -0,35 -0,08 Otros servicios 0,29 1,30 1,58 1,54 1,77 3,31 -0,51 0,67 0,15 Variación total 0,62 2,79 3,41 8,19 3,03 11,22 -1,47 5,54 4,07

1/ Incluye Industria Manufacturera y Construcción.

Fuente: elaboración propia

El Cuadro 1 muestra que, a pesar de presentar un resultado positivo en el crecimiento del ratio RA/VAB en términos porcentuales en los tres subperíodos, las disparidades son significativas. En el primer período, el ratio varía casi 3,5 puntos porcentuales, en el segundo, poco más de 11 puntos y, en el tercero, apenas por encima de 4 puntos. El primer y el último período comparten que el componente share es el que explica principalmente la variación total, lo cual significa que las mejoras en la masa salarial se debieron, en mayor medida, a incrementos en la participación de sectores con mejores remuneraciones dentro del VAB y no tanto al aumento de las remuneraciones sectoriales. Estos aumentos en la presencia de actividades con mayores remuneraciones, asociados en la literatura con actividades con mejores niveles de productividad por trabajador, y más particularmente con las actividades de transformación, en ambos períodos se encuentran liderados por el Estado y otros servicios, proceso que contrarresta el aporte negativo del sector industrial.

El segundo período, caracterizado por la ISI y pautado por un proceso acelerado de baja de la desigualdad personal del ingreso de acuerdo con Bértola (2005), muestra, en primer lugar, que el aumento sustantivo de la masa salarial se explica por el componente shift (73% de la variación), lo cual se interpreta como la expansión de las remuneraciones sectoriales. En segundo lugar, el incremento del labor-share de la economía es liderado por las ganancias que experimenta el sector industrial (casi 8 puntos porcentuales), dentro del cual también predomina el componente shift.

El aumento salarial, que se evidencia como el factor más relevante dentro del período, plantea reconsideraciones sobre la naturaleza y extensión de este modelo de desarrollo. La literatura nacional ha dedicado, como se revisó en los antecedentes, gran parte de la discusión del período a la valoración del papel de la industria en el proceso. Dentro de ésta, se destaca la discusión sobre cuánto del aumento salarial del período respondió al papel jugado por la institucionalización de la negociación colectiva de los salarios –que rigió en el país entre 1946 y 1968– y cuánto a aumentos en la productividad de los sectores industriales (también producto de la política proteccionista del Estado a través del control de tipo de cambio y el uso de medidas restrictivas al comercio exterior). Los resultados de este análisis sugieren que el proceso fue liderado mayormente por las remuneraciones.

Esta alta contribución a la mejora salarial del período correspondiente a la industria es un resultado muy razonable dado lo que se sabe del período y lo que se expresa en la historiografía nacional sobre el mismo. Sin embargo, que los servicios también contribuyeron significativamente a la expansión del labor-share era un resultado menos esperable (3,3 puntos porcentuales). En este sentido, si se interpreta el componente share como una aproximación a medir el dinamismo de la economía (específicamente, del cambio estructural) este resultado sería evidencia de que tanto las actividades secundarias como terciarias habrían sido parte del proceso. Es más, el último período se encuentra guiado por el componente share y, particularmente, por el dinamismo del

22

sector público. De algún modo, la moderada transformación económica evidenciada por Uruguay –que en otros países de América Latina se expresó como un proceso de industrialización trunca (Fajnzylber, 1983)– representó una pérdida de significación de la industria en las ganancias salariales. De hecho, esta es una evidencia consistente con la que señala que los años 1960s son los de consolidación de la actividad de servicios como uno de los sectores claves de la economía. (Martínez-Galarraga et al, 2016).

En el Cuadro 2 se presenta una aproximación a la descomposición del aumento de la masa salarial a través del análisis de la variación del salario real y el empleo en cada período por sectores de actividad. Al analizar las décadas de la ISI, donde se había hallado evidencia de que los aumentos en las remuneraciones habrían explicado en mayor medida los movimientos del labour-share, se aprecia que ese aumento salarial en todos los sectores se vio favorecido por el incremento del empleo en mayor medida que por los aumentos en las remuneraciones (excepto en el caso del Estado, donde el salario medio real aumentó más).

Cuadro 2. Descomposición del aumento de la masa salarial real en sus componentes, empleo y salario. Tasas de crecimiento anual expresadas en pesos de 1943.

1908-1936 1936-1955 1955-1963

Empleo Salario Empleo Salario Empleo Salario

Agropecuaria (Agricultura + Ganadería + Silvicultura) 0,58 0,16 0,14 0,14 0,68 0,30

Industria /1 1,02 0,21 0,59 0,44 1,36 1,75 Suministro de electricidad gas y agua 0,50 0,54 0,52 0,45 0,47 0,59

Comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles 0,91 -0,60 0,63 0,21 -1,27 2,29

Transporte y almacenamiento 0,88 -0,21 0,72 0,31 -1,23 2,50 Comunicaciones -0,22 0,52 2,64 -0,92 0,27 0,99

Administración pública y defensa 0,96 0,16 0,01 0,87 0,18 0,46

Servicios de intermediación financiera 1,10 0,30 0,99 -0,34 0,62 0,43 Otros servicios 0,97 0,04 0,66 0,35 3,33 -2,02

/1 Incluye Industria manufacturera y construcción

Fuente: elaboración propia

Si se realiza el análisis para la economía en su conjunto (Gráfico 4), se aprecia que el

aumento en el empleo es el que explica el incremento en las remuneraciones en los

primeros dos períodos, mientras que el aumento en el salario real es la explicación

principal del movimiento de las remuneraciones totales en el tercero. Como antes,

durante la ISI, la economía muestra comportamientos de expansión en variables que

involucran movimientos con características de cambio estructural (empleo en el

presente análisis, efecto share en el anterior) junto a otros que refieren, específicamente,

a ingresos salariales (salario real en el presente análisis y componente shift en el

anterior). Este análisis abona la idea de que en el período de la ISI, la mejora en

términos de desigualdad habría respondido tanto a factores relacionados con las

retribuciones salariales –combinando nuevos arreglos institucionales con mejoras en la

productividad del trabajo– como a otros ligados con la transformación estructural de la

economía, en la cual la industria habría compartido liderazgo con sectores ligados a

producciones no materiales, como el Estado y diversos servicios.

Gráfico 4. Tasas de crecimiento anual del empleo y el salario real por períodos (1908-1963)

Fuente: Elaboración propia

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

1908-1936 1936-1955 1955-1936

Empleo Salario real

25

6. Conclusiones

Este trabajo ha tenido por objetivo principal presentar estimaciones sectoriales de la

distribución funcional del ingreso –particularmente de los componentes RA y EEB dividido,

este último, en sus componentes de RT y y B– para cuatro puntos temporales de la primera

mitad del siglo XX: 1908, 1919, 1936 y 1945, los cuales son consistentes con las serie de

distribución factorial del ingreso disponibles a partir de las series oficiales de Cuentas

Nacionales.

El método elegido para la estimación de estos cuatro benchmarks fue el de construcción de

tablas sociales, las cuales implicaron la estimación de los perceptores por sector de actividad y

su respectivo ingreso medio.

La evolución que comporta la distribución funcional del ingreso a lo largo del período

analizado muestra una composición en la cual predominan las retribuciones no-salariales

(Gráfico 1), en claro contraste con la evolución experimentada en los países desarrollados

(Gráfico 2). El labor-share resultó inferior, en media, al 40% durante la primera mitad del siglo

XX, registrando sus guarismos más elevados (alrededor de 50%) durante unos pocos años

durante el final del período caracterizado como de Industrialización Dirigida por el Estado e,

incluso, en años en los cuales la literatura nacional identifica con el agotamiento del modelo

(finales de los 1950s y principios de los 1960s) (Arnabal et al, 2013). Esto posiciona a la

economía, en términos comparativos internacionales, en similar trayectoria que la evidenciada

por otros países latinoamericanos en el largo plazo (Alarco, 2014; Frankema, 2010; Neira-

Berría, 2010; Rodríguez-Weber, 2015), y por debajo de los registros presentados por las

economías centrales y otras economías desarrolladas (Bengtsson y Waldenström, 2017).

El componente EEB se presenta, en el trabajo, separado entre la retribución al factor tierra y al

capital físico o producido, considerando la importancia que el primero ha tenido en la historia

nacional, tanto para su desarrollo como elemento generador de desigualdad (Bértola, 2005)

como de expansión productiva. La evolución del cociente RT/ PIB muestra una caída en

simultáneo con el aumento relativo de la RA. Puede suponerse que los mecanismos de

redistribución funcionaron a favor de los asalariados dado el proceso de expansión del Estado

de Bienestar que se produce en el período lo cual coincide también con un proceso de baja de

la desigualdad personal del ingreso medida por el índice de Gini (Bértola, 2005).

A nivel sectorial, este trabajo aporta series que complementan la que se presentan en BROU

(1965) para el período 1955-1963. Éstas, junto con las que se puedan estimar a partir de la

matriz insumo-producto de 1983, son las únicas series a nivel sectorial de distribución del

ingreso con las que se cuenta hasta el momento para Uruguay anteriores a las que estima el

BCU a partir de 1997.

En términos generales, la evolución sectorial, contrario a la evolución bastante parsimoniosa

del total de la masa salarial, muestra disparidades importantes entre sectores. Algunos, con

26

fuertes aumentos a lo largo del período (comunicaciones, EGA), otros que mantienen su bajo

registro (agro), y otros con ciclos irregulares (industria, comercio).

Los antecedentes, y la evidencia presentada especialmente por Rama (1991), condujeron a

cuestionarse sobre si las variaciones a nivel sectorial de la masa salarial se habrían distribuido

en forma desigual entre las actividades productivas.

Para analizar este punto se realizó la descomposición de la variación de la masa salarial

respecto al PIB, estimando si la misma se explica por aumentos en los salarios (mejoras

salariales) o a cambios en el peso relativo de los sectores en el PIB (cambio estructural). Esto es

un cuestionamiento importante en términos de desarrollo, ya que los drivers de los aumentos o

disminuciones de la masa salarial pueden estar basados, por ejemplo, en procesos asociados

con aumentos generalizados de los salarios producto de procesos institucionales, y por tanto

sujetos a la capacidad de los actores de influir en el proceso, o por aumentos en la

productividad sectorial.

Para indagar este punto, se realizó un análisis de shift-share, el cual evidencia que el período de

mayor aumento del labour-share ocurrió principalmente guiado por el aumento de lass

remuneraciones sectoriales más que por la gravitación de los sectores de mayor dinamismo en

el VAB total.

Al descomponer el crecimiento de la masa salarial real en sus componentes salario y empleo

para analizar cuál de los dos fue el principal responsable de las variaciones del RA del período

de la ISI, se encuentra evidencia de que el empleo es quien guía habría guiado el proceso, a

pesar de que se registra también un aumento generalizado de los salarios reales de la

economía.

La alta gravitación que comporta la Administración Pública en todo el período destaca debido

a la naturaleza clientelar del proceso de expansión del Estado durante las décadas centrales

del siglo (Real de Azúa, 1985, Rama, W, 1983, Rama, M, 1991, Zurbriggen, 2005), lo cual pone

en franca discusión la extensión y, a la postre, la sustentabilidad, del modelo de desarrollo que

hizo posible esos logros.

27

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Cuaderno 3.

32

8. Anexo

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

1908

Agropecuario

Jornaleros: Se distribuyen conforme el porcentaje de población rural por

departamento.

La remuneración se calcula, de acuerdo a la calificación, en base al

salario rural máximo y mínimo que se presenta en la Encuesta de

Salarios de 1908 (Anuario Estadístico 1909)

Asalariados: Se distinguen por calificación de acuerdo a lo establecido en el

Censo de Población de 1908. Se establecen los requerimientos de trabajadores

por há de los predios agrícolas y ganaderos existentes en la República, se

deducen de allí los Propietarios que trabajan en su propio establecimiento

(residentes) y se estiman así la distribución de asalariados entre las unidades

productivas. Luego se asignan los asalariados existentes (según Klazcko 1981)

de acuerdo a esta distribución.

Industria

Jornaleros industriales: Se asignan a las industrias de transformación el 15% de

los jornaleros urbanos (se distribuye entre las empresas de acuerdo a el

número medio de empleados de cada una)

Se remuneran de acuerdo al salario de los peones de cada empresa,

corregido por un factor de zafralidad (el cual se calcula de acuerdo a la

pluviometría del año 1908 en el caso de las industrias afectadas por las

lluvias y por los períodos de zafra en aquellas que contamos con datos

de temporalidad en su proceso de producción -ejemplo: la lana, la

cosecha, etc-)

Asalariados: Se distinguen por calificación de acuerdo a las categorías de

asalariados que figuran en el Censo de Industria y Comercio de 1908 en:

Dependientes, Capataces, Operarios, Aprendices y Peones.

Los asalariados de cada empresa se remuneran de acuerdo a los salarios

que figuran en la fuente de salarios utilizada para el año 1908 según su

calificación, suponiendo el oficio representativo de cada rama y

calificación. Ejemplo: Operario en Fabricación de calzado. Se asigna el

sueldo de un zapatero.

Jornaleros Construcción: Se asignan a la industria de la construcción el 70% de

los jornaleros urbanos (Kalzcko, 1981; Rial, 1983). En el interior del país se

considera el número de viviendas construidas relevado en el Censo de

Viviendas de 1908 para realizar la distribución de los jornaleros

Los asalariados de este sector se remuneran de acuerdo a los salarios

que figuran en la fuente de salarios utilizada para el año 1908 según su

calificación (Anuario Estadístico 1909). Los jornaleros fueron asimilados

a un peón semi-calificado para su remuneración.

33

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

departamentalmente.

Servicios

Empleados: Se asignan de acuerdo a la distribución de la población urbana por

departamento. Los correspondientes al departamento de Montevideo se

destinan en su totalidad a las compañías de Electricidad Gas y Agua (EGA) y los

correspondiente a cada departamento del Interior se distribuyen proporcional

al número medio de asalariados por empresa entre los establecimientos

dedicados al Comercio y Servicios.

Los empleados fueron asimilados a un dependiente para su

remuneración en base a los salarios reportados en la Encuestas de

Salarios de la RUI

Jornaleros: Se asignan a los Servicios de Transporte y Almacenamiento y al

Comercio por Mayor el 15% de los jornaleros urbanos (se distribuye entre las

empresas de acuerdo a el número medio de empleados de cada una)

Se remuneran de acuerdo al salario de los peones de cada empresa,

corregido por un factor de zafralidad (el cual se calcula de acuerdo a la

pluviometría del año 1908)

Profesionales liberales: Se toman del Censo de Población (clasificación de la

población por profesiones de Bertillon) aquellas profesiones que pueden ser

ejercidas en forma independiente. Se descuentan los empleados públicos que

ejercen dichas profesiones y se considera este número como el número de

profesionales independientes que brindan "Servicios profesionales"

Los profesionales liberales se remuneran de acuerdo al salario que

recibiría en el Estado dicha profesión, por un factor de corrección de 0.75

Sector público: Se contabilizan los empleados registrados en el Presupuesto de

Gastos para el ejercicio 1908 y complementa ese número con la asignación de

los empleados "por partida" (Azar et al, 2009 y actualizaciones provistas por

los autores).

Los empleados Públicos se remuneran de acuerdo a el sueldo que figura

para su categoría ocupacional en el Presupuesto de Gastos del ejercicio

1908. Los funcionarios por partida se remuneran de acuerdo al salario

medio del Ente al que son asignados

1919

Agropecuario

Asalariados: Se establecen los requerimientos de trabajadores por há de los

predios agrícolas y ganaderos existentes en la República, se deducen de allí los

Propietarios que trabajan en su propio establecimiento (residentes) y se

estiman así la distribución de asalariados entre las unidades productivas.

Luego se asignan los asalariados estimados para el sector en el período de

acuerdo a esta distribución. A partir de los datos de tipo de explotación y la

estructura de la mano de obra que se desprende de los cálculos realizados

Los salarios se establecen por calificación del personal rural. Los salarios

se calculan a partir de las variaciones que presentaban en 1908 con

respecto al salario del Peón rural, tomando como referencia en 1919 el

salario mínimo rural legal que se aprueba en 1923 (Ley 7550, Registro

de Leyes y Decretos, 1923:48). -La ley de salario mínimo de 1923 se

redacta en 1919 y el proceso de discusión Parlamentaria lleva a su

aprobación en 1923 sin cambiar el valor del salario mínimo fijado en

34

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

para 1908, se calculan cuatro categorías de calificación de la mano de obra

rural: Asalariado calificado agrícola, Asalariado no calificado agrícola,

Asalariado calificado ganadero y Asalariado no calificado ganadero. Junto con

la categoría de Jornalero se constituyen las 5 categorías de calificación en las

que se divide la mano de obra rural para la asignación de salarios.

1919 (Pla Rodriguez, 1956:109 y ss)-

Industria

Asalariados industriales: Se distinguen por calificación de acuerdo a las

categorías de asalariados que figuran en el Censo Industrial de 1919-1920:

Obreros y Empleados. Se ajusta el número de ocupados que figura en el

relevamiento al número de ocupados estimado para 1919 en el sector.

Los asalariados de cada empresa se remuneran de acuerdo al salario

intermedio que figuran en Censo Industrial de 1919 según su

calificación.

Construcción: Se estima el número de ocupados en la construcción mediante

interpolación de la estructura del peso del sector en el total de la industria

manufacturera (entre el año 1908 y 1936)

Se estima el salario de los ocupados en la construcción a partir de la

diferencia que este presentaba con el salario medio de la industria en

1908. Se aplica esa misma diferencia en 1919 tomando como referencia

el salario medio industrial obrero que surge del Censo Industrial de 1919

Servicios

Se estima la estructura de los sub-sectores Comercio, Transporte y

Almacenamiento, Comunicaciones, Servicios de intermediación Financiera y

Otros Servicios mediante interpolación de la estructura de ocupación entre el

año 1908 y 1955 (CIDE, 1963:II-115). Con el total de ocupados estimados para

el año 1936 se estima la cantidad de ocupados por subsector correspondiente

a la estructura estimada por interpolación. Los sectores comunicaciones y

Servicios de intermediación financiera fueron estimados a partir de los datos

de Bertino et al (2013) de funcionario de ANTEL y de IECON (1969) de

funcionarios bancarios respectivamente.

Se estima el salario de los ocupados en los servicios a partir de la

diferencia que este presentaba con el salario medio de la industria en

1908. Se aplica esa misma diferencia en 1919 tomando como referencia

el salario medio industrial obrero que surge del Censo Industrial de 1919

Sector público: Se contabilizan los empleados registrados en el Presupuesto de

Gastos para el ejercicio 1919 y complementa ese número con la asignación de

los empleados "por partida" (Azar et al, 2009 y actualizaciones provistas por

los autores).

Los empleados Públicos se remuneran de acuerdo a el sueldo que figura

para su categoría ocupacional en el Presupuesto de Gastos del ejercicio

1919. Los funcionarios por partida se remuneran de acuerdo al salario

medio del Ente al que son asignados

1936

35

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

Agropecuario

Asalariados: Se establecen los requerimientos de trabajadores por há de los

predios agrícolas y ganaderos existentes en la República, se deducen de allí los

Propietarios que trabajan en su propio establecimiento (residentes) y se

estiman así la distribución de asalariados entre las unidades productivas.

Luego se asignan los asalariados estimados para el sector en el período de

acuerdo a esta distribución. A partir de los datos de tipo de explotación y la

estructura de la mano de obra que se desprende de los cálculos realizados

para 1908, se calculan cuatro categorías de calificación de la mano de obra

rural: Asalariado calificado agrícola, Asalariado no calificado agrícola,

Asalariado calificado ganadero y Asalariado no calificado ganadero. Junto con

la categoría de Jornalero se constituyen las 5 categorías de calificación en las

que se divide la mano de obra rural para la asignación de salarios.

Los salarios se establecen por calificación del personal rural. Los salarios

se calculan a partir de las variaciones que presentaban en 1908 con

respecto al salario del Peón rural, tomando como referencia en 1919 el

salario mínimo rural legal. Para obtener el salario mínimo rural de 1936

se interpola entre el salario establecido en la Ley 10844 de 1946 y el

establecido por la Ley 7550 de 1923.

Industria

Asalariados industriales: Se distinguen por calificación de acuerdo a las

categorías de asalariados que figuran en el Censo Industrial de 1937: Obreros y

Empleados.

Los asalariados de cada empresa se remuneran de acuerdo al salario

medio que figuran en Censo Industrial de 1937 según su calificación.

Construcción: Se considera el número de ocupados que se reportan en el

Censo industrial de 1937

Los asalariados del sector se remuneran de acuerdo al salario medio que

figuran en Censo Industrial de 1937 según su calificación.

Servicios

Se estima la estructura de los sub-sectores Comercio, Transporte y

Almacenamiento, Comunicaciones, Servicios de intermediación Financiera y

Otros Sevicios mediante interpolación de la estructura de ocupación entre el

año 1908 y 1955 (CIDE, 1963:II-115). Con el total de ocupados estimados para

el año 1936 se estima la cantidad de ocupados por subsector correspondiente

a la estructura estimada por interpolación. Los sectores comunicaciones y

Servicios de intermediación financiera fueron estimados a partir de los datos

de Bertino et al (2013) de funcionario de ANTEL y de IECON (1969) de

funcionarios bancarios respectivamente.

Se estima el salario de los ocupados en los servicios a partir de la

interpolación de las diferencias salariales entre el salario medio

industrial y los salarios sectoriales en 1908 y la que surge a partir de los

salarios implícitos por sector de actividad en BROU (1965). Se aplican

esas diferencias obtenidas para 1936 tomando como referencia el

salario medio industrial obrero que surge del Censo Industrial de 1937

EGA: Se considera el número de ocupados que se reportan en el Censo Los asalariados del sector se remuneran de acuerdo al salario medio que

36

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

industrial de 1937 figuran en Censo Industrial de 1937 según su calificación.

Sector público: Se contabilizan los empleados registrados en el Presupuesto de

Gastos para el ejercicio 1935-36 y complementa ese número con la asignación

de los empleados "por partida" (Azar et al, 2009).

Los empleados Públicos se remuneran de acuerdo a el sueldo que figura

para su categoría ocupacional en el Presupuesto de Gastos del ejercicio

1935-36. Los funcionarios por partida se remuneran de acuerdo al

salario medio del Ente al que son asignados

1945

Agropecuario

Asalariados: Se consideran los asalariados dedicados a la ganadería que

reporta el Censo Ganadero de 1943 por categoría salarial y los trabajadores

agrícolas reportados por el Censo Agrícola de 1945. Se distribuyen estos

últimos de acuerdo a la estructura salarial de los primeros, asumiendo que la

diferencias salariales con respecto al salario medio rural en ambos sectores no

son significativas

Los salarios se establecen de acuerdo a lo reportado por el Censo

ganadero de 1943 (DGEA, 1948)

Industria

Asalariados industriales: Se contabilizan los asalariados que figuran en

relevamiento Industrial de las encuestas trimestrales de la DGEC y del pre-

censo de 1948 realizado en 1945 (Revista de la DGEC, 1946:20). Se ajusta el

número de ocupados que figura en el relevamiento al número de ocupados

estimado para 1945 en el sector.

Los asalariados de cada rama se remuneran de acuerdo al salario medio

que figura en en misma fuente (DGEC, 1946:20).

Construcción: Se estima el número de ocupados en la construcción mediante

interpolación (entre el año 1936 y 1955) de la estructura de ocupación sobre

ocupación total en la industria del sector construcción.

Se estima el salario de los ocupados en la construcción a partir de la

diferencia que este presentaba con el salario medio de la industria en

1936. Se aplica esa misma diferencia en 1945 tomando como referencia

el salario medio industrial obrero que surge de los datos de la DGEC

(1946)

Servicios

Se estima la estructura de los sub-sectores Comercio, Transporte y

Almacenamiento, Comunicaciones, Servicios de intermediación Financiera y

Otros Servicios mediante interpolación de la estructura de ocupación entre el

año 1908 y 1955 (CIDE, 1963:II-115). Con el total de ocupados estimados para

el año 1936 se estima la cantidad de ocupados por subsector correspondiente

Se estima el salario de los ocupados en la construcción a partir de la

diferencia que este presentaba con el salario medio de la industria en

1936. Se aplica esa misma diferencia en 1945 tomando como referencia

el salario medio industrial obrero que surge de los datos de la DGEC

(1946)

37

Sector Perceptor de ingresos Forma de asignación de salarios

a la estructura estimada por interpolación. Los sectores comunicaciones y

Servicios de intermediación financiera fueron estimados a partir de los datos

de Bertino et al (2013) de funcionario de ANTEL y de IECON (1969) de

funcionarios bancarios respectivamente.

Sector público: Se contabilizan los empleados registrados en el Presupuesto de

Gastos para el ejercicio 1944 y complementa ese número con la asignación de

los empleados "por partida" (Azar et al, 2009).

Los empleados Públicos se remuneran de acuerdo a el sueldo que figura

para su categoría ocupacional en el Presupuesto de Gastos del ejercicio

1944. Los funcionarios por partida se remuneran de acuerdo al salario

medio del Ente al que son asignados

Fuente: Siniscalchi y Willebald (2017)