dios mío en ti confío. - oraciones católicas · señor, te doy gracias por todos los fa-vores...

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Te doy las gracias por adquirir esta recopilación de oraciones y reflexiones católicas. Este documento es una valiosa herramienta cuya intención es brindarte apoyo y consuelo a través de las reflexiones que encontrarás en sus páginas, así como breves oraciones que pretenden darte una pequeña guía sobre esa maravillosa acción que es La Oración Deseo sinceramente que este documento pueda transmitirte un poco de paz y confianza y que te sirva para que puedas acercarte un poco más a Dios a través de las oraciones que aquí podrás encontrar, pero sobre todo que te acerques más a Dios con tus propias oraciones. Si crees que no sabes cómo orar, no te preocupes, inténtalo poco a poco, Dios sabe escuchar los corazones, háblale con el corazón y repite constantemente:

Dios mío en Ti confío.

Atentamente: Xavier García Creador de la página de oracionescatolicas.com.mx

¡¡Recibe Bendiciones!!

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¿Por qué orar? ..................................................................................................................... 4

Beneficios de la Oración ................................................................................................ 5

Oración de Gratitud al Despertar ............................................................................. 7

Gracias Dios Mío................................................................................................................. 9

Oraciones Básicas ..........................................................................................................11

¿Cómo Orar a Nuestro Dios? ....................................................................................16

Para pedir Perdón a Dios ............................................................................................18

Protección y Confianza en Dios ...............................................................................20

Oraciones Breves ............................................................................................................22

Dios es Amor ......................................................................................................................24

La Misericordia ..................................................................................................................26

La Paz de Dios ...................................................................................................................28

Oraciones Cortas .............................................................................................................29

La Fe Mueve Montañas ................................................................................................30

El Buen Pastor ...................................................................................................................32

¿Qué puedo pedirle a Dios? .......................................................................................34

El Amor de Dios .................................................................................................................36

Tener Fe en Dios...............................................................................................................38

Paz Interior...........................................................................................................................40

El Santo Rosario ...............................................................................................................42

Modo de Rezar el Santo Rosario .............................................................................44

Misterios del Santo Rosario .......................................................................................45

¡Detente! Por el Amor de Dios ...................................................................................50

Oración para la Noche .................................................................................................52

Tus Notas .............................................................................................................................54


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La oración nos llena de paz, nos calma en momentos de angus-tia cuando la vida nos parece que va “cuesta arriba”, la oración nos ayuda a tener más confianza y esperanza en los momentos difíciles y nos brinda consuelo en los momentos de tristeza, cuando el futuro se ve incierto.

Se ha comprobado que las personas que dedican un tiempo de su día a orar son más felices y viven con mucha más tranquili-dad y armonía que aquellas personas que no lo hacen.

Por eso te invito a que te des un tiempo diario para dedicarle a la oración y que en la medida de lo posible involucres a tus seres queridos a orar, para que puedas vivir la armonía de la oración.

La finalidad principal de este pequeño libro de oraciones y re-flexiones católicas es brindarte lecturas para que tú pue-das elegir la que más necesites de acuerdo a la situación que estés atravesando en tu vida. ¿Cuál es la mejor oración? la mejor oración es simplemente aquella que te conecte más con Dios, la que más despierte tu parte espiritual y que te brinde paz y armonía.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE ORAR Y REZAR? Rezar es la acción de repetir una oración, por ejemplo el Padre Nuestro o el Dios te salve María. al repetir estas oraciones se puede decir que estamos rezando. Orar es una forma más personal de hablar con Dios, exponerle nuestras inquietudes, como si platicáramos con un amigo que nos escucha y nos atiende, es hablar con nuestras propias pala-bras a Dios o a la Virgen María.


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1.- Reconocemos que Dios Existe y que nos escucha.- Al ponernos en ora-ción estamos reconociendo que no estamos solos, que hay alguien que puede escuchar lo que queremos expresar. Al reconocer que Dios existe, nuestra vida toma un rumbo especial, así mismo nuestras acciones y pen-samientos se ponen bajo esa luz hermosa de nuestro Padre.

2.- Nos acercamos a Dios.- Al acercarnos a Él podemos poner en sus ma-nos nuestros problemas y nuestras situaciones actuales, adquirimos nueva confianza y fuerza para enfrentar nuestras adversidades. Aunque también al acercarnos a Dios podemos expresarle con Amor la gratitud por las ben-diciones de las que ya gozamos. Recuerda que el agradecimiento es la puerta para que entren a nuestra vida nuevas bendiciones.

3.- Nos da Paz en momentos difíciles.- La Paz verdadera solo puede venir al conectarnos con Dios por medio de la oración. En momentos difíciles y de angustia necesitamos fortaleza, necesitamos tener confianza, esperan-za y fe. La oración es el medio por excelencia para recibir el consuelo de nuestro Padre celestial. Al expresarle nuestras angustias (confiadamente) Dios derramará toda clase de bendiciones. Con confiadamente quiero de-cir que oremos sin imponerle a Dios lo que queremos que haga, dejando que Él actué en nuestra vida.

4.- Podemos Interceder por otras personas.- Interceder significa orar por los demás, la oración es la mejor herramienta para pedir por las necesida-des y problemas de los demás, no solo los propios. La oración no debe ser egoísta, no solo debo pedir por mi, si no por los demás, incluso por aquellos que no me caen bien, pues recuerda: “Si hago el bien solo a aque-llos que me simpatizan, ¿qué merito tiene?” Intenta orar por aquellas per-sonas que pienses que necesiten ser tocados por Dios, sin juzgar, solo pi-diendo des interesadamente por su bienestar.


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5.- Es Alimento Espiritual.- Nuestro cuerpo necesita nutrirse diariamente a través de los alimentos que consumimos. Entonces así mismo nuestra alma necesita nutrirse también diariamente. La oración es el alimento del Alma. Mantén tu alma bien fuerte y nutrida con oración diaria. Lo puedes hacer muy fácilmente durante el día. Al despertar, al consumir tus alimentos, an-tes de dormir, en fin, siempre hay momentos para orar y para dar gracias.

Estos son solo algunos de los beneficios de la oración, espero que puedas hacerlos tuyos orando constantemente.

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Padre mío, hoy quiero darte gracias infinitas por tu gran amor, quiero darte gracias porque me has cuidado mientras dormía y has permiti-do disfrutar de la dicha de un nuevo día.

Muchos de mis hermanos en el mundo ya no tuvieron la dicha de un nuevo amanecer, te pido por ellos para que seas misericordioso y puedan alcanzar el premio de la vida eterna a tu lado. Señor, te doy Gracias por todos los fa-vores que me ya me has concedido, y por todos los beneficios de los que ya estoy disfrutando, te amo y me consa-gro a ti en este día.

Señor Jesucristo te agradezco por los méritos de tu pasión, muerte y resu-

rrección, te adoro y me consagro a Ti en este día.

Espíritu santo te doy gracias por amarme y por protegerme, te adoro y me consagro a ti en este día, guíame y me santifícame, ilumíname y fortaléceme, me consagro a ti en este día.

Virgen María, mi santa madre, virgen hermosa y bendita, te doy gra-cias por tu intercesión y por tu gran amor, Madre mía, te amo, te ala-bo y me consagro nuevamente a tu poderosa intercesión en este día.

San Miguel Arcángel, quiero agradecerte por la protección que me brindas y te pido que cuides de mi en este nuevo día.

Precioso ángel de mi guarda, gracias porque no descansas y estas al pendiente de mi a lo largo de toda mi vida, Te amo y me consagro a ti especialmente en este día.

(Hacer una petición).

Dios Padre, permíteme consagrarte a todos mis seres queridos, de-rrama sobre nosotros tu Espíritu Santo para que tome posesión de nosotros e inflame nuestro espíritu para que seamos cada día más nobles y sensibles con nuestro prójimo y que nuestros pensamientos se mantengan limpios y sean acordes a ti.


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Permítenos amar con el corazón de Jesús, permítenos servir con salud y vir-tud. Te consagramos nuestras vidas, nuestros hogares, nuestros medios de transporte y los lugares a donde vamos a estar el día de hoy y los caminos que vamos a recorrer.

Todo esto que te solicito humildemente en esta oración de gratitud te lo pido en el nombre poderoso de tu hijo Jesucristo y con la intercesión de la bien-aventurada siempre Virgen María. Amén.

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Gracias Dios Mío. Este día aprovecho para agradecerte por todas y cada una de las bendiciones que de ti he recibido.

Gracias Dios Mío por el día gris y gracias por el día soleado. Gracias Dios por los días de lluvia y gracias por los días secos. Gracias por los días fríos y por los días de calor. Gracias por la salud y gracias tam-bién por la enfermedad. Gracias Dios Mío por TODO.

Te pido que cuando me sienta triste o débil me sigas regalando de tu fortaleza y que siempre pongas en mi camino personas que me ayu-den y que me brinden palabras de aliento.

De la misma manera te pido que no me permitas olvidarme de las personas que sufren o que están pasando por necesidades o mo-mentos difíciles. Permíteme ser compartido y saber expresar apoyo y confianza con alegría y disposición. Con tu ayuda sé que es posible lograr cualquier cosa.

Aunque en ocasiones me resulta difícil comprender lo que pasa en mi vida, debo tener la confianza de que tú siempre estás obrando tu per-fecta voluntad en mi vida. Y es que ¿a quién iremos si no a Ti?.

Oración de Suplica a María Santísima

Madre mía, en el comienzo de este día te pido que me bendigas, que tu amor y oraciones de madre me acompañen a lo largo de este día.

En las dificultades de mi trabajo por favor ayúdame, si flaqueo en mis buenos propósitos por favor anímame.


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Cuando haya dudas o indecisiones guíame. En la obscuridad ilumíname. Cuando los demás me desprecien o me olviden hazme sentir amado por ti.

Cuando encuentre tribulaciones y peligros por favor defiéndeme. En las an-siedades y en las angustias del alma, dame calma y paz. Fortaléceme cuando me falten las fuerzas, sálvame del pecado y no permitas que me olvide nunca de ti. Madre mía, te pido que si muriese en este día me lleves en tus brazos a gozar de Jesús en el cielo. Amén.

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Padre Nuestro Para nosotros los católicos esta es la principal Oración; es la oración que Jesús nos enseñó para que pudiéramos comunicarnos con Dios. Cuando los apóstoles le preguntaron a Jesús: “Maestro enséñanos ¿cómo debemos Orar? ” entonces Jesús nos dejó a todos esta hermosa oración del Padre Nuestro, en donde amorosamente nos podemos acercar a Dios como el Hijo se acerca al Padre.

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal. Amén.

Ave María La Virgen María después de su asunción al cielo fue coronada como reina y madre de todo lo creado, así pues en el rezo católico del Ave María recono-cemos a la virgen como madre de Dios y como madre nuestra.

Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;

Bendita Tú eres entre todas las mujeres,

y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,

ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén


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Gloria En este rezo damos toda la gloria y el honor al mismo Dios en sus tres dife-rentes personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Gloria al Padre,

al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio

ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

El Credo de los Apóstoles Es el rezo donde profesamos nuestra fe como católicos, pues expresamos nuestra creencia en Jesús, en la Virgen María, en el Espíritu Santo, en la iglesia católica, en los Santos y lo principal es que profesamos y creemos en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, que murió para que nuestros pecados fueran perdonados y que nos da la esperanza de un día también nosotros resucitar a la vida eterna.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.

Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén


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Consagración a la Virgen María Esta es una de mis rezos católicos favoritos, que mejor que consagrar nues-tra vida a nuestra Madre antes de emprender nuestra jornada diaria, o ante-s de emprender algún proyecto importante en nuestras vidas, incluso antes de dormir, de esta manera nos quedamos con la confianza de que la virgen está protegiéndonos y cuidándonos en cada momento y lugar.

¡Oh señora mía, oh madre mía!, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día,

mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, ¡oh madre de bondad!,

guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.

Salve Regina En el rezo católico del Dios te Salve Reina y Madre reconocemos a la Virgen María como nuestra reina y como nuestra Madre, la reconocemos como una madre misericordiosa, y le hablamos con palabras tiernas y ponemos nues-tra esperanza en ella, expresamos nuestra naturaleza de pecado y nuestro dolor, pedimos que nos mire y que interceda por nosotros ante su Hijo Jesu-cristo nuestro Señor. Este rezo es utilizado principalmente al terminar de re-zar los cinco misterios correspondientes del Santo Rosario.

Dios te Salve Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura

y esperanza nuestra. Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;

a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ea pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos

Tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre,

¡oh! clemente, ¡oh! piadosa, ¡oh! dulce siempre Virgen María, ruega por nosotros Santa Madre de Dios

para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.


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Para Invocar al Espíritu Santo El siguiente rezo de invocación al Espíritu Santo de Dios es ideal cuando va-mos a iniciar alguna actividad, proyecto o labor, ya sea pequeña o grande, pues de esta forma nos ponemos en las manos de Dios, siempre debemos recordar que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo es el mismo Dios. Un solo Dios en la Santa Trinidad.

Ven, Espíritu Santo, Llena los corazones de tus fieles

y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu.

Y todo será creado y se renovará la faz de la Tierra.

Oh Dios, que llenaste los corazones de tus

fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que,

guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y

gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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Oración al Señor de la Misericordia

Oh Señor mi dulce amigo cuatro cosas hoy te pido con mucha necesidad.

Paciencia para sufrir Fuerza para trabajar

Valor para resistir las penas que han de venir

y me han de mortificar.

Temperamento sereno para poder resolver

las cosas con santa calma.

Y así tener en el alma perfecta tranquilidad.

Esto tengo que pedirte oh mi Jesús adorado

en este día consagrado para adorarte y servirte

por siempre.

Amén.


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¿Hay una forma correcta para orar?. Ciertamente no existe un manual o una guía paso a paso sobre cómo debemos orar a Dios para que Él nos es-cuche y atienda lo que le solicitamos, quien te diga que hay alguna oración poderosa que con solo repetirla se van a cumplir tus deseos te está hablan-do de superstición y no de fe. Considero que no existe una forma correcta o incorrecta sobre como orar a Dios, lo que sí considero es que hay algunos consejos que pueden serte de mucha utilidad para que pongas en práctica al momento de disponerte a orar y te los menciono a continuación. No te preocupes si no sabes cómo orar a Dios, Nuestro Padre siempre está esperando para escucharte, está esperando que le digas: Dios, Mi Dios, te necesito hoy más que ayer porque sin ti mi vida está vacía, y sin ti no tengo felicidad, TÚ eres mi guía, mi verdad y mi camino. Lo más importante al disponernos a Orar y que muchas veces olvidamos es comenzar AGRADECIENDO. Demos gracias a Dios por las bendiciones de que ya disfrutamos, y pidámosle que envíe su Espíritu Santo a nuestros corazones para saber expresarnos y que nuestra oración resulte de la me-jor manera posible. “El Espíritu de Dios es el que viene en auxilio de mis debilidades, le ruego que venga ahora a mí alma y me ayude a Orar.” La oración más eficaz es aquella que proviene del corazón, dispongamos nuestra mente y nuestro corazón para hablar con Dios como si habláramos con nuestro mejor amigo y confidente, sin barreras y sin máscaras.


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Reconozcamos a Dios, y todo lo que Él representa en nuestras vidas, ex-presémosle cuanto lo amamos ya sea en los momentos gratos así como en los momentos de adversidad. Cuando oremos a Dios y le expresemos nuestras necesidades o problemas, roguémosle para que se haga su voluntad, no para que haga lo que noso-tros queremos, Él sabe qué es lo que más nos conviene, démosle la Confian-za Total para que Él se haga cargo de lo que le solicitamos, pero como Él considere que es mejor y no como si le estuviéramos indicando o dando órdenes sobre cómo debe hacerse. Al orar hay que hacerlo siempre con humildad. Todas nuestras oraciones de petición debemos concluirlas diciendo: “Todo esto te lo pido en el nombre poderoso de tu Hijo Jesucristo, concéde-melo Señor si es Tu voluntad” Al terminar de entregarle todos nuestros agradecimientos y peticiones debe-mos confiar en el poder de la oración y pedirle a Dios que nos llene con su amor, con su paz, y con su fortaleza, y luego ir con valentía al encuentro de la vida, con la plena confianza de que Dios nos Ama, dispuestos a transmitir también a los demás el amor, la fuerza y la paz que hemos recibido.

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Señor hoy me puse a reflexionar acerca de mi pasado y las imágenes que pasan por mi mente son tan “obscuras”, tan confusas, Dios mío, no alcan-zo a entender cómo es posible que yo pudiera haber estado tan alejado de ti. La penumbra invadía mi alma, mi corazón siempre estaba agitado, mi mente siempre confundida y abrumada con tantas cosas, no sabía yo a donde iba y tampoco me detenía a pensar en lo que hacia, no tenía con-ciencia de mi proceder y en otras ocasiones los pensamientos negativos, el orgullo, la ira y el coraje me hacían su presa y no sabía como librarme de estas cosas. Sin embargo Dios mío, Tú estabas allí siempre, cuando todo me irritaba, cuando reaccionaba sin pensar, pero Tú señor, en tu misericordia, allí se-guías a mi lado, protegiéndome, tenías a tus ángeles cuidándome, como guardianes invisibles, aunque yo te rechazara Tú invisible me cuidabas. Me protegiste siempre, me libraste del mal, Gracias Señor porque Tú no tomabas en cuenta mi mal comportamiento ni mi ingratitud para seguir conmigo. Hoy humildemente te pido que me perdones por ser ciego a tu presencia y también te pido perdón por ser sordo a tus palabras. Te pido perdón por el mal que causé a mis semejantes consciente e inconscientemente.


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Te doy gracias Señor por no haberme abandonado, te doy gracias porque nunca perdiste la paciencia conmigo, te doy gracias por acercarme a ti y por seguirme limpiando cada día, para poder servirte y amarte con un co-razón limpio y mostrar ese mismo amor a mis semejantes. Gracias también a ti Virgen María, gracias Madre porque nunca dejaste de interceder por mi, porque me amas tanto como una verdadera madre ama a sus hijos y quieres lo mejor para mi. Perdona mi actitud de soberbia y ayú-dame a tener un corazón humilde como el tuyo. Amén

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Señor y Dios mío, en este día vengo a pedirte humilde y confiadamente que me conserves en calma, no permitas que me inquiete ni que me vuel-va presa de la ansiedad por los problemas presentes ni por mis preocupa-ciones de este momento de mi vida ni por el futuro. Confiadamente quiero dejar todo en tus manos, Señor confío en tu protec-ción y en tu ayuda. Dios mío, te pido por mi salud, por las tareas que voy a desempeñar el día de hoy, por mi hogar, y te solicito que me protejas de todo mal y de toda amenaza el enemigo. Permíteme vivir con gran alegría, que se note en mi rostro la confianza de los hijos de Dios. Permíteme también agradecerte por las muchas cosas buenas que me has dado hasta ahora, te doy gracias por todos los días en que no faltó el alimento en mi mesa, por el aire que respiro y que me per-mite seguir vivo y gracias por tantas cosas más. Dios Mío, hoy dejo todo en tu presencia, confiando en que allí todo está se-guro. Me dispongo a enfrentar la lucha de la vida con todo mi ser, con todo mi amor y con toda mi creatividad, y lo hago con confianza y serenidad, con esa confianza que me da saber que estoy en tus brazos y de que tam-bién estoy siempre bajo la intercesión mi Bendita Madre la Virgen María.


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De igual manera te dirijo esta oración de protección en nombre de toda mi familia y de mis seres queridos, para que les brindes tu cuidado y auxilio, permítenos contar con tu bendición divina en nuestras vidas cada día. Amén.

Salmos 3

¡Señor, cuántos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra

mí!

¡Cuántos los que me dicen: "Ya no tienes en Dios salvación"!

Mas Tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, el que levanta mi cabeza.

Tan pronto como llamo al Señor, me responde desde su monte santo.

Yo me acuesto y me duermo, y me levanto: el Señor me sostiene.

No le temo al pueblo que me rodea, que por todas partes me amenaza.

¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, oh Dios mío!

Tú golpeas en la cara a mis enemigos y a los malvados les rompes los

dientes.

La salvación viene del Señor, que tu bendición venga sobre

tu pueblo."

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Durante nuestro día y durante toda nuestra vida es necesario mantener-nos en oración porque de esta manera nos mantenemos más conectados con Dios. Así como necesitamos de alimento para nuestro cuerpo, de la misma ma-nera necesitamos alimento para nuestro espíritu y este alimento lo podre-mos obtener precisamente a través de la oración. Te comparto algunas oraciones breves que espero te sean de inspiración y de paz.

Oraciones Breves

Señor Jesús. tú has intercedido, estás intercediendo y seguirás interce-diendo ante el padre por mi, en este momento te pido Señor que no permi-tas que me pierda en mis pecados, que no muera en mis pecados. Ayúdame Señor a dar fruto a mi tiempo, y así como al jardinero ayúdame a dar lo que necesito poner de mi parte, a remover la tierra, trabajarla y es-perar con paciencia, sé que no es fácil esperar, pero sé que tú me amas, me has amado y me amarás por siempre, y esperar en tu amor será mu-cho más fácil. Amén. Jesús nos exhorta a sentirnos orgullosos de que Él es nuestro Dios, Él es nuestro Señor. No lo busques en lo material o en lo efímero, búscalo en aquello que es eterno y que es para toda la vida. Las palabras del Ángel a María:”Alégrate el señor está contigo ” deben re-confortarnos en todo momento ya que Dios nunca nos pedirá más de lo que seamos capaces de dar. Que lleguen hoy a tu vida abundantes bendi-ciones.


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En el camino a la navidad y en todo momento tengamos presente el ejem-plo de San José, hombre justo que dejó sus proyectos personales para ad-herirse a los proyectos de Dios. Con el ejemplo de San José pidamos la gracia de ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo de Dios. La misión de Jesús a través de su predicación es llevar un mensaje de es-peranza y de fe allí donde hace falta, donde está la frontera entre el bien y el mal. “Señor Jesús hoy te pedimos humildemente que aprendamos tam-bién a ser portadores de la buena nueva, sobre todo a las personas que más lo necesitan”. Cuando Jesús comenzó a buscar a sus apóstoles fue llamando a las per-sonas que él quiso y ellos dejándolo todo se fueron con él. Jesús nos llama también a nosotros cada día, de alguna u otra manera. A Dios no le impor-ta tu pasado, a Él le importa tu presente y le importa tu misión, ¡descúbrela hoy! Hagamos hoy un propósito sincero; el propósito de hacer un poco más amable y fácil el camino de los que están a nuestro alrededor, la vida trae consigo bastantes amarguras, siempre podemos recurrir al Amor de Mar-ía, la madre de Dios para que ella sepa guiarnos y darnos fortaleza. Al comenzar este día yo lo pongo en tus manos Señor, te pido que tus ben-diciones se hagan presentes en el mundo entero, de manera especial te pido que bendigas a aquellos que amo, amén. Si nos lo proponemos podríamos ver a todas las situaciones y personas que hoy estén frente a nosotros como los puentes que nos llevarán a Dios, recordemos que Jesús predicaba y sanaba enfermos por todos lados y sin discriminación alguna, imitemos su ejemplo y tratemos a todos por igual. Amén


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Todos los días hay contratiempos que nos quitan la paz, por ello es bueno que consagremos nuestro día invocando al Espíritu Santo. Te invito a Ce-rrar los ojos y a respirar profundamente y que concentres tu pensamiento solamente en Dios, Él es nuestra paz y nuestra vida. Ven Espíritu Santo y revélame en este día lo que Dios trata de decirme a través del texto que estoy por leer. Hoy deseo nuevamente introducirme en el misterio de Dios, te ruego que vengas a mi vida, que inundes mi mente y mi corazón. Inspírame para entender lo que quieras revelarme. “Envía Señor Tu Espíritu y todo será creado y se renovará la Faz de la tie-rra” Condúceme no solo en este día sino en toda mi vida y ayúdame a reali-zar la voluntad del Padre. Lectura: San Juan 13 31 -35 “Cuando Judas salió del cenáculo Jesús dijo: ahora ha sido glorificado el hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también Dios lo glorificará en si mismo y le glorificará pronto. Ustedes me buscarán, pero a donde yo iré ustedes no pueden ir por el mo-mento. Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes, les doy un mandamiento nue-vo; que se amen los unos a los otros como Yo los he amado, y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”. Palabra de Dios


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Reflexión: Dios es amor y Jesús a través de esta lectura nos Manda que nos amenos los unos a los otros como Él nos ha amado, dando su vida y nos sigue amando a través de su glorificación. Para poder expresar nuestro amor a los demás es necesario que primero nosotros nos hagamos receptivos al amor de Dios, es este amor el que nos hace capaces de amar. ¿Pero a quién debemos amar? A nuestro cónyuge, a nuestra familia, a nuestro vecino, en fin a nuestro prójimo, incluso a esas personas que no queremos amar, es decir a nuestros enemigos. Oración: Señor, por favor ayúdame a amar a mi prójimo, perdóname porque no he sabido amar a los demás y no he ido en ayuda de quien la necesita, en oca-siones solo busco mi bien personal, por favor Jesús enséñame a amar co-mo Tú me amas. Gracias Señor Jesús por tu Gran Amor, Gracias Señor porque vienes a mi y entregas tu vida, gracias porque me sigues amando siempre, permíteme perdonar y amar a aquellos que me han lastimado. Gracias por llegar a mi vida y permanecer en ella. Amén. Toma un momento para meditar en esto que acabas de Leer y después sal al encuentro de la vida con paz interior y dispuesto a transmitir ese amor que Dios nos Manda.


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Muchas veces asistimos a misa pensando que con ese pequeña acción hemos cumplido ya con nuestra obligación de cristianos… estamos muy equivocados. Dios nos llama a la Eucaristía, sí, pero nos pide también que la vivamos, que hagamos de su palabra acciones diarias que den testimonio de su amor en nuestros corazones, una de esas acciones es La Misericordia Era una mañana muy fría en un poblado rural. La gente estaba reunida en la capilla para la misa dominical. De pronto, en el momento del ofertorio, un hombre pidió la palabra y dijo: –“Hace unos cuantos minutos, cuando venía hacia la capilla, vi una familia a la intemperie a la orilla del camino, allí, debajo de un árbol. Supongo que también ustedes los vieron, por lo menos los que pasaron por ahí…” algunas personas asintieron con la cabeza, el hombre continuó: “la familia debe haber pasado la noche al sereno, tal vez con hambre y frío… pienso que no está bien que estemos aquí rezando cuando muy cerca de nosotros hay hermanos pasando dificultades. Propongo lo siguiente: interrumpir la misa y socorrer a aquella familia, ¿qué le parece, padre?, ¿y a ustedes?” Los feligreses se admiraron por aquella propuesta, pues nunca se había interrumpido una misa; sin embargo, todos estuvieron de acuerdo. Pusieron los libros y folletos sobre los bancos y se dirigieron hasta aquel lu-gar apresurados a ayudar en lo que pudieran: abrigos, comida, ropas, etc. La familia socorrida no dejaba de agradecer a las personas tan hermoso acto de misericordia. Al cabo de unos minutos, todos regresaron a la capilla para continuar la misa, incluso, la familia humilde.


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El hombre que había propuesto ayudar a los necesitados dijo al sacerdote: “padre, muchas gracias por permitirnos ir a ayudar a nuestros hermanos, y disculpe que la misa haya sido interrumpida”; el padre contestó: “el gesto de caridad que acabamos de hacer fue parte de la propia Eucaristía… la misa no fue interrumpida, sino enriquecida con un ofertorio vivo y real.” Hermanos, prolonguemos nuestra Eucaristía viviendo con los demás lo que en Ella celebramos. Y pongamos en práctica la misericordia ¨Cada vez que lo hicieron con uno de éstos, más pequeños de mis herma-nos, conmigo lo hicieron¨. Mateo 25: 31-46.

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Jesús antes de ascender al cielo, va con los apóstoles para animarlos y les revela que el amor es lo que les va a dar la capacidad de descubrir quién es Él y les revela también que el Espíritu Santo de Dios vendrá a po-sarse sobre ellos, por lo tanto les dice que no tengan miedo porque no es-tarán solos. Jesús estará con ellos por medio del Espíritu Santo. Lectura Propuesta: San Juan Cap. 14 Versículos del 23 al 29 Jesús les deja la paz a sus apóstoles, les deja la paz pero no como el mundo la da, les deja la Paz de Dios. Reflexión: Muchas veces por circunstancias de la vida cotidiana, nosotros nos acobardamos y perdemos la paz como los apóstoles lo hicieron, en esos momentos podemos recordar que Jesús nos pide que no nos inquie-temos por nada, que no tengamos miedo, ni a la enfermedad ni a los pro-blemas ni a las circunstancias pasajeras de este mundo. Jesús nos pro-metió que no estaríamos solos, confiemos en su palabra. Dispongámonos a Recibir la Paz que Dios nos está dando, dispongámo-nos a Amarlo y a Cumplir su Palabra y también dispongámonos a permitir que Dios nos Ame. Oración: Dios mío necesito de tu presencia viva en mí, necesito acoger tu Paz y tu Amor para llenarme de valor y fortaleza para así poder hacerle frente a las adversidades de este mundo. Mírame Jesús soy débil, frecuentemente pierdo la Paz que Tú me has da-do, Mi Dios necesito de ti, haz de mi corazón tu morada, permite que pue-da amarte a ti y a mis hermanos. Gracias por la paz que me das y por el amor que me estás dando. Amén.


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Estas Frases Cortas te puedan brindar un poco de inspiración, confianza y mucho ánimo para este día y para tu vida. Imitar a Jesús en su mansedumbre, en su obediencia es la medicina per-fecta para nuestros enfados, impaciencias y faltas de cordialidad y de comprensión con los demás, ese espíritu sereno y acogedor nacerá en no-sotros en la medida en que tengamos más presencia de Dios en nuestra vida. Propongámonos hoy ser felices haciendo felices a los demás, de la mano de María y de Jesús. Pidamos a Dios ingenio, decisión e interés por tenerlo presente en todo lo que hagamos en nuestra vida, procurar una sonriente caridad con todos, poder cumplir de buena forma con nuestros deberes y brindar ayuda a quien esta a nuestro lado, por supuesto siempre de la mano de María, Ma-dre de Dios y Madre Nuestra. Te rogamos Dios y señor nuestro que nos concedas paz y la tranquilidad en nuestro interior, que nos permitas tener más confianza en Ti y que po-damos expresarnos con respeto y con amor a los demás, que nos permitas lograr un mayor conocimiento de nosotros mismos para así poder servirte con humildad. En todas las situaciones de la vida permanezcamos alertas con nuestra “lámpara” encendida a la espera de Nuestro Señor, y brindemos la luz cáli-da de esa lámpara en nuestro trato hacia los demás, para que sea ama-ble, fino y comprensivo, viendo al Señor en quien cruce hoy por nuestra vi-da, recordemos que hay personas que viven en la “oscuridad” y que nues-tro ejemplo puede ser una chispa de esperanza para que ellos se decidan a encontrar y seguir la Luz de Dios. Dame Señor agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y abundancia pa-ra hablar. Dame Señor acierto al empezar, dirección al progresar y perfec-ción al concluir. Amén.


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Dios es nuestro Padre, Él mira más la pureza y sinceridad de nuestros co-razones que nuestros fallos. Él siempre está dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos y perdonarnos. Que el señor te bendiga y proteja siempre . ¡Feliz día.! En muchas ocasiones, especialmente cuando las circunstancias de nuestra vida no van bien, cuando estamos atravesando por momentos difíciles de salud, de falta de trabajo, problemas en la familia, en fin, es en esos mo-mentos cuando nuestra fe “se pone a prueba” y muchas veces nos rendi-mos y culpamos a Dios por lo que está pasando, o creemos que Él nos ha abandonado. Esto es totalmente normal, pues somos humanos, el sufrimiento nos golpea y muchas veces no sabemos cómo reaccionar ante las circunstancias ad-versas, pero, es en esos momentos precisamente en los cuales nuestra fe debe permanecer y fortalecerse,. No acabaremos de entender nunca con nuestro razonamiento humano el por qué Dios permite que pasen cosas que nos duelan, pero debemos con-fiar siempre en su poder. “La misericordia de Dios es la perfecta solución para sanar cualquier co-razón”. “Señor Jesús, que tu Palabra sea el alimento que me sostenga en momen-tos de sufrimiento y debilidad … y que la oración sea el complemento que fortalezca mi fe para hacer siempre tu Santa voluntad”. Enséñame Jesús a aceptar, cargar y amar mi cruz…Cómo Tú.


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Dios ha puesto en mi corazón una gran riqueza, incluso cuando Él es el due-ño y Señor me la da en herencia y me concede la gracia de ser un buen ad-ministrador. Dios ha puesto en mi corazón una gran belleza que no tiene precio y no cuesta porque Él me reviste de sus virtudes y su Amor. Dios ha puesto en mi corazón el alimento por excelencia que es su Santa Palabra y la Sagrada comunión, yo he puesto en el Corazón de Dios toda mi esperanza porque Él es mi único Amo y Señor.

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¿Quién es un Buen Pastor? Es aquel cuyas ovejas reconocen su voz y lo obedecen porque confían en él, porque han estado escuchando su voz y sus silbidos quizá desde que nacieron, saben que este buen pastor les va a guiar hacia verdes pastos para que se alimenten y que las conducirá hacia lugares tranquilos donde hay agua para calmar la sed. Las ovejas confían en que su pastor las cuidará y que está con ellas para evitar que se dispersen y se pierdan, siempre habrá peligros acechando, pero el buen pastor estará al pendiente y evitará al máximo que algo les haga daño. Jesús es el buen pastor, es nuestro pastor y nosotros somos las ovejas de su rebaño, solamente que a diferencia de ovejas ordinarias Dios nos ha dado a nosotros la libertad de elegir seguir sus caminos o podemos deci-dir ir por los nuestros propios. Si decidimos seguir a Jesús con nuestro corazón, Él nos conducirá por el camino que lleva a la Salvación, pero es tanto el amor de Dios que aún cuando no decidamos seguirlo, Él estará al pendiente de nuestros pasos y evitará nuestros tropiezos tanto como le sea posible, dicho de mejor ma-nera, Él cuidará nuestros pasos y nuestros caminos en la medida que no-sotros se lo permitamos. Pero Atención, aunque Jesús es el Buen Pastor, seguirlo no nos garanti-zará una vida sin circunstancias difíciles o en algunas ocasiones doloro-sas, porque el camino a la salvación requiere que nosotros estemos tam-bién comprometidos a tener fe, a dar lo mejor y a confiar en que pase lo que pase por más difícil que sea Dios estará allí para curar nuestras heri-das en la medida en que nosotros permitamos que nos cure.


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Dios también nos da la posibilidad de acercarnos a Él por medio de la ora-ción, para entregarle nuestras penas, nuestros corazones quebrantados, pero también nuestro agradecimiento y nuestro amor. Deja que el Buen pastor te guíe, deja que Jesús tome las riendas de tu vida y confía, siempre confía en Él a pesar de las cosas más difíciles que te puedas encontrar. Oración: Señor Jesús, mucho tiempo he tenido miedo a las cosas negativas en mi vi-da, pero hoy entiendo que Tú te vales de las cosas sencillas para propagar tu Evangelio. Por eso, Jesús, y a pesar de cualquier cosa, te ofrezco mis pro-blemas, situaciones difíciles y crisis para que tu gloria se manifieste en mi vi-da, te pido tu gracia para mantenerme en pie y poder brindar un buen testi-monio de tu acción en mi vida. Amén.

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En nuestros momentos de Oración más que milagros y pruebas, pode-mos pedirle a Dios con humildad que nos llene de fortaleza y de fuerza pa-ra enfrentar la vida diaria, podemos pedirle a Dios que nos enseñe el arte de saber dar pequeños pero constantes pasos. Podemos pedirle a Dios que nos haga hábiles y creativos, para poder ver lo extraordinario, lo bello, lo que realmente vale la pena durante la cotidia-neidad de nuestros días. Podemos pedirle a Dios los conocimientos y ex-periencias que nos ayuden a crecer como personas. Pidámosle a Dios que nos Ayude a distribuir correctamente nuestro tiem-po, que nos dé la capacidad para saber distinguir entre lo que esencial y lo que es secundario en nuestras vidas. Pidámosle a Dios fuerza, auto-control y equilibrio para saber dirigir y or-ganizar nuestras vidas y no solamente dejarnos llevar por las circunstan-cias. Que nos ayude a hacer de cada momento presente lo mejor posible, y a saber reconocer que esta hora es la más importante de nuestra vida. En la vida a veces tenemos la ingenua creencia de que todo debe salir bien, de que no deben existir obstáculos ni adversidades, Dios nos puede dar la lucidez para reconocer que las dificultades, las derrotas y los fraca-sos son grandes oportunidades en la vida para crecer y madurar.


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Por último pidámosle con sencillez a Dios que nos envíe personas que ten-gan el valor de decirnos la verdad con amor. Señor haznos seres humanos capaces de sentirnos unidos a los que su-fren. Permítenos entregar en el momento preciso un instante de bondad, ya sea con o sin palabras. Señor no me des lo que yo pido, sino lo que ne-cesito. Dios mío en tus manos me entrego cada día Amén. Ahora que sabes todo lo que puedes pedirle a Dios, adelante, hazlo. Texto basado en la bella oración de Antoine de Saint-Exupéry, autor de “el Princi-pito”, en un período particular de su vida.

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¿Cómo es posible que estuvieras aquí, a mi lado, manifestándote hasta en el más mínimo detalle de mi vida y yo no te reconociera?. No entiendo cómo es que no podía escucharte, sentirte, buscarte, Dios Mío. Estaba tan perdido, mi mente estaba tan confundida, Señor, que pensaba que no necesitaba acercarme a ti para obtener el consuelo, la paz y el amor que tanto necesitaba… ¡qué absurdo!, es como querer quitarse la sed sin buscar un vaso de agua. Cuando tenía un problema me esforzaba siempre por resolverlo yo mismo, no te tomaba en cuenta; de la misma manera, cuando tenía alguna alegría o un logro en mi vida se manifestaba pensaba que era solo gracias a mí, a mi esfuerzo, no era mérito de nadie más… ¡qué egoísta! Durante muchos años creí que así vivía bien: hacía lo que el mundo hacía y pensaba como el mundo pensaba. Tuvieron que pasar tantas cosas para que me diera cuenta de que Tú es-tabas siempre a mi lado, situaciones realmente fuertes hicieron que se ca-yera la venda de mis ojos y al fin pudiera darme cuenta qué TAN VACÍA es-taba mi vida sin ti, Mi Dios. Haberte encontrado, poder conocerte, es la cosa más maravillosa que pu-do haberme pasado, te doy gracias Señor porque pude despertar de ese letargo en el que estaba, era un muerto en vida. El haber estado sin ti, me permite ahora apreciar lo que es estar contigo.


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Gracias Dios por haber mantenido siempre tu mano extendida, la cuál mu-chas veces ignoré y muchas otras rechacé. Señor, tu misericordia es eterna y tu amor dura para siempre. Ahora que te tengo, no quiero separarme de ti jamás, pues no sabría ya vivir sin ti. En oración te pido por cada persona que está lejos de ti, por los que no te conocen o por los que ni siquiera saben que existes, para que les puedas mostrar, así como me mostraste a mí, la enorme dicha de encontrarte, permíteles también sentir el gozo de El Amor de Dios. Amén.


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Tener Fe en Dios – Jesús enseñaba con humildad y con amor a todos los pueblos a los que visitaba, y por lo regular todas las personas lo recibían como un sabio y como un hombre de Dios, sin embargo había un pueblo que no creía en Él. Este pueblo era Nazaret, su propio pueblo, donde Jesús había crecido. Cuando Jesús les enseñaba, ellos se preguntaban entre sí: ¿que no es este el hijo del carpintero, el hijo de María y de José? ¿cómo es posible que una persona que vive entre nosotros tenga esta sabiduría? y de esta manera le daban muy poco valor a sus enseñanzas. Por eso Jesús mismo mencionó que “nadie es profeta en su propia tie-rra”. El pueblo de Nazaret cerró su corazón a las enseñanzas de Jesús y por lo tanto cerró las puertas de la fe, por esta misma causa Jesús no pu-do realizar milagros entre su gente. Los milagros de Jesús se realizaban en las personas que creían en Él, las que le abrían su corazón y se entregaban confiadamente. La verdadera Fe no exige prueba antes de creer, porque si por una prueba creemos, después necesitaremos y exigiremos más y más pruebas. Reflexión: ¿qué tanto se parece nuestra actitud a la actitud del pueblo de Nazaret? ¿será acaso que en ciertas circunstancias de nuestra vida también le cerramos nuestro corazón a Dios y preferimos creer en lo que el mundo nos dice, y tomamos las salidas cómodas y rápidas? Lo contrario de la fe es el temor y la duda, estos dos aspectos continua-mente impiden que se pueda manifestar el amor de Dios en nuestras vi-das. Las personas en las que Jesús realizaba milagros eran las que con-fiaban en Él, así pues, nosotros también podemos aceptar a Dios en nuestra vida y entregarle nuestra confianza, para que el pueda obrar en nosotros.


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Oración: Señor Jesús, reconozco que Tú eres verdaderamente el Hijo de Dios y que puedes obrar verdaderos milagros en mí, en mi familia y en toda mi vida, cada día quiero entregarte mi confianza y permitirte que me conduzcas con tu amor. En la angustia te pido que seas Tú quien le de paz a mi mente y a mi co-razón. En la alegría permíteme siempre ponerte en el primer lugar de mis agrade-cimientos. Para ti sea por siempre, el honor, la gloria y el poder, por los siglos de los si-glos, Amén. Mi tarea: Estar en constante comunicación con Dios a través de la oración, conver-sar con Dios y pedir la dirección del Espíritu Santo.

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Señor y Dios Mío, en este momento de mi día, me permito tomarme unos minutos para cerrar mis ojos, hacer una respiración profunda y poner mi corazón dispuesto para dirigirte la siguiente oración… Empiezo dándote las gracias por mi bienestar, sé que en mi vida pueden existir situaciones adversas o momentos de angustia, sé que hay proble-mas y situaciones que necesitan una solución, sin embargo este día pon-go todos esos asuntos y pendientes en tus amorosas manos, pues quién si no Tú que eres el Rey de todo lo que existe puede ayudarme a encon-trar la mejor solución. Respiro profundamente y mientras el oxigeno va entrando en mi cuerpo, permito que tu Gran Amor y tu gran poder llenen mi mente y mi corazón de Paz, esa Paz Interior que viene de ti mi Dios, esa Paz Interior profunda y real que llena cada espacio de mi mente, mi cuerpo y mi alma. Qué hermoso es estar en tu presencia mi Señor, Permíteme en este mo-mento olvidarme de toda ofensa que haya recibido, el día de hoy estoy dispuesto / dispuesta a perdonar con un corazón abierto y generoso, y esto es para mi propio bien, ya que el perdón trae consigo la Paz Interior. De igual manera te pido Señor que me permitas perdonarme a mi mis-mo, a mi misma, perdona Señor mis faltas y mis fallas. En silencio y en calma me permito recordar y apreciar todas las cosas bellas que pones diariamente en mi camino, Te doy gracias por mi Salud, por mi familia, por el trabajo, por mi vida. Gracias Señor por tu Amor y por tu Paz Amén.


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Salmo 120: 1 Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? 2 El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 3 No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; 4 no duerme ni reposa el guardián de Israel. 5 El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; 6 de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. 7 El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; 8 el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

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Tener la oportunidad de rezar el Santo Rosario es sin lugar a dudas algo de lo que debemos sentirnos muy afortunados y orgullosos como católicos. Saludar a nuestra madre del cielo, la siempre Virgen María, poder expre-sarle nuestra gratitud, nuestro amor. Con cada una de las cincuenta cuen-tas que vamos pasando durante el rezo le entregamos a nuestra madre una rosa, un saludo, un gesto de amor, nos conectamos más fuertemente con ella y nos sentimos protegidos.

“Un hijo que se acerca con amor a su madre del cielo nunca será rechazado”

Durante el rezo del Santo Rosario y a través de cada uno de los misterios también reconocemos con mucho amor, la pasión, muerte y resurrección de nuestro amado señor Jesucristo. Reconocemos su entrega por cada uno de nosotros. Son tantas las bendiciones que se reciben a través del rezo del Santo Ro-sario: paz interior, consuelo en momentos de aflicción, serenidad ante los problemas cotidianos de la vida, interceder por nuestros seres amados, en fin. ¿Cuándo Rezar el Rosario? Rézalo cuando vayas a salir de viaje, cuando tengas que realizar algún proyecto o tarea importante en tu vida, cuando quieras encomendar algún acontecimiento importante. Pero también rézalo para dar gracias por las bendiciones recibidas, para pedir por la paz del mundo, para dar gracias por el amor que nuestra madre nos tiene. En los momentos importantes y en los momentos cotidianos recuerda siempre rezar el Santo Rosario. Las promesas de la Virgen María a quienes rezan el Santo Rosario 1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gra-cia que me pida. 2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que de-votamente recen mi Rosario. 3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, des-truirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.


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4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos ob-tengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestia-les y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!. 5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá. 6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada; se conver-tirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna. 7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Igle-sia. 8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bien-aventurados. 9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario. 10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singu-lar. 11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará pronta-mente. 12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. 13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo. 14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

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Modo de Rezar el Santo Rosario

Comenzamos haciendo la señal de la cruz. Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo Amén.

“Señor, abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza”

Oración Inicial Señor Jesús, me presento ante ti; tal como soy.

te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos, por favor, perdóname.

En tu nombre perdono

a todos los que me han ofendido. renuncio al pecado,

a Satanás, a los espíritus maléficos y a todas sus obras.

Me entrego por completo a ti con todo mi ser.

Señor Jesús ahora y siempre, te invito a entrar en mi vida

te acepto como mi Señor, Dios y salvador. ¡cúrame, cámbiame, fortaléceme,

en cuerpo, alma y espíritu!

Ven señor Jesús, cúbreme con tu preciosa sangre,

y lléname del Espíritu Santo. te amo, Señor Jesús, te alabo, Señor Jesús

y te doy gracias. te seguiré cada día de mi vida.

Amén.

María Madre mía. Reina de la Paz, de los ángeles y de todos los santos, ayúdame.

Amén.

Ofrecimiento y Petición Podemos ofrecer nuestro agradecimiento por todas las bendiciones con las que ya contamos en nuestra vida, así como también elevar nuestras peticio-nes a la Santísima Virgen María, en este momento es muy importante hablar desde el corazón y pedirle a nuestra madre que continúe intercediendo por nosotros.

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Misterios del Santo Rosario Los misterios que se rezarán dependen del día de la semana como a conti-nuación te muestro:

Lunes y Sábado: Misterios Gozosos

1. La anunciación del Ángel a María 2. La visitación de María a su prima Santa Isabel 3. El nacimiento de Jesús en Belén 4. La presentación de Jesús en el templo 5. El niño Jesús perdido y hallado en el templo al tercer día

Martes y Viernes Misterios Dolorosos

1. La oración de Jesús en el huerto de los olivos 2. Jesús es atado a una columna y azotado 3. La Coronación de Jesús con espinas 4. Jesús con la cruz a cuestas en camino del calvario 5. La muerte de nuestro Señor Jesucristo en la cruz

Miércoles y Domingo: Misterios Gloriosos

1. La resurrección de nuestro Señor Jesucristo 2. La ascensión de Jesús al cielo 3. La venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles 4. La asunción de María en cuerpo y alma al cielo 5. La coronación de María Santísima como reina y madre de to-

do lo creado Jueves: Misterios Luminosos

1. El bautismo de Jesús en el río Jordán 2. La revelación de Jesús en las bodas de Caná de Galilea 3. Jesús anuncia el reino de Dios invitando a la conversión 4. La transfiguración de Jesús ante los Apóstoles 5. La institución de la Santísima Eucaristía

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Guía: Decimos por ejemplo primer misterio… (La resurrección de nuestro señor Jesucristo) Rezamos un Padre nuestro y 10 AveMarías Al terminar el se puede decir la siguientes jaculatorias: “María madre de gracia y Madre de misericordia, en la vida y en la muerte

ampáranos Gran Señora”

“Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, socorre especialmente a las que más nece-

sitan de tu infinita misericordia, Amén.” Se continúa de la misma manera con los 4 misterios restantes correspon-dientes al día en que se está rezando. Al terminar de rezar los 5 misterios se puede decir: “Corazón doloroso e inmaculado de María, ruega por nosotros que nos re-

fugiamos en Ti”

“Madre de Dios y Madre nuestra, sálvanos, por la llama de Amor de Tu In-maculado Corazón, por este Santo Rosario atamos a Tu Inmaculado Co-

razón a nuestra familia, a nuestra comunidad, a nuestra patria y al mundo entero. ¡Sálvanos!”

Continuamos con el rezo de un Padre Nuestro y posteriormente 3 AveMar-ías de la siguiente forma: Dios te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la alumbres. Llena eres de Gracia, el Señor es Contigo, Bendita eres entre todas las mu-jeres y Bendito es el Fruto de Tu vientre Jesús. Dios te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alien-tes. Llena eres de Gracia, el Señor es Contigo, Bendita eres entre todas las mujeres y Bendito es el Fruto de Tu vientre Jesús. Dios te Salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísi-ma después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames en el fuego de Tu Divino Amor. Llena eres de Gracia, el Se-ñor es Contigo, Bendita eres entre todas las mujeres y Bendito es el Fruto de Tu vientre Jesús.


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Dios te Salve Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti sus-piramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ea pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos, y des-pués de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre, ¡oh! clemente, ¡oh! piadosa, ¡oh! dulce siempre Virgen María, ruega por no-sotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divi-nas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Se continúa con la letanía lauretana: Señor, ten piedad Señor, ten piedad Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad Señor, ten piedad Señor, ten piedad Cristo, óyenos Cristo, óyenos Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos Dios Padre celestial Ten piedad de nosotros Dios Hijo, Redentor del mundo Ten piedad de nosotros Dios Espíritu Santo Ten piedad de nosotros Santísima Trinidad que eres

un solo Dios Ten piedad de nosotros Santa María Ruega por nosotros Santa Madre de Dios Ruega por nosotros Santa Virgen de las vírgenes Ruega por nosotros Madre de Cristo Ruega por nosotros Madre de la divina gracia Ruega por nosotros Madre purísima Ruega por nosotros Madre castísima Ruega por nosotros Madre virginal Ruega por nosotros Madre sin corrupción Ruega por nosotros Madre Inmaculada Ruega por nosotros Madre amable Ruega por nosotros Madre admirable Ruega por nosotros Madre del buen consejo Ruega por nosotros Madre del Creador Ruega por nosotros Madre del Salvador Ruega por nosotros Madre de la Iglesia Ruega por nosotros Virgen prudentísima Ruega por nosotros Virgen digna de veneración Ruega por nosotros Virgen digna de alabanza Ruega por nosotros Virgen poderosa Ruega por nosotros Virgen clemente Ruega por nosotros Virgen fiel Ruega por nosotros Espejo de justicia Ruega por nosotros Trono de sabiduría Ruega por nosotros Causa de nuestra alegría Ruega por nosotros


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Vaso digno de honor Ruega por nosotros Vaso insigne de devoción Ruega por nosotros Rosa mística Ruega por nosotros Torre de David Ruega por nosotros Torre de marfil Ruega por nosotros Casa de oro Ruega por nosotros Arca de la alianza Ruega por nosotros Puerta del cielo Ruega por nosotros Estrella de la mañana Ruega por nosotros Salud de los enfermos Ruega por nosotros Refugio de los pecadores Ruega por nosotros Consuelo de los afligidos Ruega por nosotros Auxilio de los cristianos Ruega por nosotros Reina de los ángeles Ruega por nosotros Reina de los patriarcas Ruega por nosotros Reina de los profetas Ruega por nosotros Reina de los apóstoles Ruega por nosotros Reina de los mártires Ruega por nosotros Reina de los confesores Ruega por nosotros Reina de las vírgenes Ruega por nosotros Reina de todos los santos Ruega por nosotros Reina concebida sin pecado original Ruega por nosotros Reina elevada al cielo Ruega por nosotros Reina del santo rosario Ruega por nosotros Reina de la familia Ruega por nosotros Reina de la paz Ruega por nosotros Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten piedad y misericordia de nosotros. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y que por la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y gocemos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Rezamos un Padre nuestro, un AveMaría y un Gloria, por las intenciones del Papa, y las benditas almas del purgatorio.


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Señor Jesús, que nuestros pies vayan juntos, que nuestras manos recojan unidas, que nuestros corazones latan al unísono, que nuestro interior sienta lo mismo, que el pensamiento de nuestras mentes sea uno, que nuestras miradas se compenetren profundamente fundiéndose la una en la otra y que nuestros labios supliquen juntos al eterno Padre para alcanzar miseri-cordia, Amén. Oraciones finales a San José Oh Dios, que con tu inefable providencia te has dignado elegir a San José por esposo de Tu Madre Santísima, concede, te rogamos, que tengamos por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra, Amén. San José haz que vivamos una vida inocente y segura bajo Tu patrocinio. Nuestro celestial patrono San José Tú que buscaste hospedaje para la Santísima Virgen en Belén, ayúdanos a buscar hospedaje para su llama de amor en los corazones humanos, Amén. Terminamos el rezo del Santo Rosario diciendo: Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes, ya que me proteges tanto como verdadera Madre, haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

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Francisco y Pedro eran dos vecinos que se dispusieron a ir de vacaciones para escapar de la rutina de la ciudad. Cada uno se marchó en su auto, Francisco vio como Pedro de pronto aceleró y se fue desapareciendo a la distancia por la carretera. “Lleva mucha prisa por llegar” pensó Francisco y sin darle mayor importancia él continuó su camino a buena velocidad pero con calma, parándose a re-cargar gasolina de vez en cuando, a estirar las piernas, a comer algún bo-cadillo por el camino, feliz, disfrutando de los hermosos paisajes que en-contraba a su alrededor. Habían pasado ya 4 horas de viaje y de pronto Francisco vio que a lo lejos había un auto detenido sobre la orilla de la carretera con las luces de ad-vertencia encendidas y un hombre parado al lado del coche, conforme Francisco se fue acercando a aquel auto pudo ver con sorpresa que se trataba del auto de su vecino Pedro, en un acto de solidaridad se detuvo a ver qué es lo que había pasado.


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Francisco encontró a Pedro frustrado y estresado, y le preguntó lo que había sucedido, Pedro dijo que tenía mucha prisa por llegar a la playa, tanta prisa que nunca se detuvo a cargar gasolina ni a verificar si su auto necesitaba agua o aire en las llantas, por la prisa que llevaba ni siquiera había admirado los bellos paisajes a su alrededor y estaba hambriento porque no se había detenido ni siquiera para comer algo.

Reflexión: En esta vida moderna en la que vivimos tan de prisa con fre-cuencia nos pasa lo mismo que a Pedro todos los días. No nos detenemos ni siquiera un pequeño momento a cargar nuestro “tanque de fe”, no pa-ramos a admirar y a darle gracias a Dios por las Grandes Bendiciones que tenemos en la vida como lo son: nuestra familia, un techo para vivir, comi-da para alimentarnos, quizá un coche para transportarnos, a dar gracias por nuestra salud, en fin.

Así como Pedro, pasamos desapercibidos todos estos maravillosos rega-los por la prisa de vivir, sin darnos cuenta de que debemos disfrutar de ca-da momento “La felicidad es un trayecto no un destino”

No te quedes a la orilla del camino de la vida, frustrado y estresado, mejor haz esas pequeñas pausas por el amor de Dios para recargarte de él, con una oración, para respirar profundamente, para contemplar los pequeños y hermosos detalles que existen en tu entorno. Y si te es posible haz pe-queños actos de solidaridad como brindar una sonrisa, una palabra de aliento, un abrazo, un saludo, proyecta el Amor de Dios a través de ti.

Oración: Mi amado Jesús, tomo un momento de este día para darte gra-cias por tu Gran Amor y Misericordia, le pongo un alto a mi mente acelera-da y a mi corazón que lleva mucha prisa por vivir, por hacer, por experi-mentar. Me detengo un momento para poner todo en tus manos, pues sé que tú me llevarás por el mejor de los caminos, el camino que más me conviene.

Hoy pongo un alto a buscar la felicidad en las cosas externas, en lo mate-rial, sé que la felicidad verdadera, la felicidad que perdura viene solamen-te de mi interior y yo permito que habites en mí, pues de este modo disfru-taré cada paso, cada logro, cada cosa por sencilla que sea me hará feliz, pues la felicidad eres Tú mi Señor, hoy me detengo por el amor de Dios, Amén.


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Dios mío, al terminar este día vengo a darte gracias por la vida, la con-fianza y las bendiciones que me brindaste. Pronto me entregaré al descanso de la noche. Me pongo en tus manos para que en tu amor pueda nuevamente despertar el día de mañana. Gracias por que cada día hasta hoy me has brindado la oportunidad de un nuevo amanecer.

Dios mío, eres el dueño del día y de la noche, pongo en tus manos mi sue-ño. Concédeme un buen descanso para que el día de mañana pueda dar mi mejor esfuerzo en cada labor.

María, madre mía, imagino con qué Gran Ternura y Amor cuidabas de Jesús cuando el dormía en tus brazos, ese amor de madre que toca el co-razón. Pongo también en tus manos mi vida y la de mi familia para que tú intercedas por nosotros y nos protejas durante la obscuridad de la noche.

Jesús, te pido por todas aquellas personas que no tienen un techo bajo el cual dormir, cúbrelos con tu gran misericordia. Te pido también por aque-llos que están pasando por momentos de angustia, por los enfermos y por los presos. Concédeles la paz que necesitan para que puedan dormir y de esta forma puedan también reparar sus fuerzas y sus esperanzas.

Si en este día que termina cometí errores, si lastimé a alguien o si no tendí la mano al necesitado te pido humildemente perdón y te pido que me ayudes a fortalecer mi espíritu de caridad y el amor por mi prójimo.


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Gracias Dios mío por todo lo que me das y también por lo que no me das.

“Bendeciré al Señor que me aconseja y en la noche me da su instrucción. Yo, siempre tengo presente al Señor, y no vacilaré porque Él está a mi de-

recha”

Con esta confianza me retiro a descansar dejando todo lo que me aflige. Tú Señor, me abrazas y das paz. Amén


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En las siguientes páginas puedes expresar tus propios pensamien-tos e ideas relacionadas con las oraciones y reflexiones que hayas leído. También puedes expresar tus agradecimientos por las bendicio-nes que ya has recibido y por las que esperas recibir para que te motives cada día. Déjate Inspirar por Dios y escribe...

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dios mío en ti confío. - oraciones católicas · señor, te doy gracias por todos los fa-vores...

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