Breve reseña históricaCon la Ley de Presupuestos de 5 de Agosto de 1893 nació lo que hoy se conoce como Impuesto de Bienes Inmuebles. Para desarrollarla se adoptó un reglamento que atribuía la gestión del Impuesto a técnicos facultativos.

Se establece así la necesidad de Arquitectos con conocimientos jurídicos y fiscales específicos llamados a ocuparse de investigar y evaluar la propiedad inmobiliaria para fijar un registro objetivo con los datos obtenidos de edificios y solares.

La existencia de este registro queda ratificada en 1906 con la publicación de la primera Ley sobre Catastro parcelario topográfico con fines fiscales y jurídicos.

El 24 de Junio del mismo año se aprueba un Real Decreto que regula el ingreso de Arquitectos al servicio de la Hacienda Pública, Cuerpo técnico-facultativo de titulados en Arquitectura y especializado en el tratamiento fiscal de la propiedad urbana..

En años sucesivos se fueron aprobando diferentes reglamentos orgánicos del Cuerpo de Arquitectos al servicio de la Hacienda. En ellos se precisaron las funciones específicas de investigación y valoración fiscal de la propiedad urbana que, además de las propias de la profesión de Arquitecto necesarias para el Ministerio de Hacienda, caracterizan el ejercicio profesional de los Arquitectos de Hacienda.

En la actualidadEl Cuerpo de Arquitectos Superiores al servicio de la Hacienda Pública cuenta con más de 400 profesionales distribuídos por toda la geografía de España.

Se accede al Cuerpo de Arquitectos participando en un proceso selectivo de oposición libre para el que se exige la titulación de Arquitecto Superior.

El Arquitecto de Hacienda es hoy un técnico que además de asistir a la Administración General del Estado en todos los ámbitos de la Arquitectura que se requieran - gestión del patrimonio público, proyectos, direcciones de obra, política de suelo y vivienda, tráfico inmobiliario, seguros - está especializado en la valoración de inmuebles a efectos fiscales y en la inspección y el control del fraude fiscal. También está capacitado por sus conocimientos jurídicos para ejercer funciones de alta dirección, gestión y organización en todos los sectores de la Administración.

Su destino natural dentro de la Administración General del Estado es el Ministerio de Economía y Hacienda, pero dado lo amplio de sus conocimientos técnicos, académicos y profesionales puede desempeñar sus funciones en cualquier otro Ministerio.