divagaciones, mijuni y datsaah

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DIVAGACIONES, MIJUNI Y DATSAAH La fresca noche dio un respiro tras el seco, quieto y caluroso día de viaje, sólo el suave roce de la brisa ponía algo de movimiento y sonido al desierto esmeralda. Al caer la tarde el grupo había decidido acampar para descansar a un margen del casi imperceptible camino, sin fuego, sin risas, con turnos de guardia por miedo a tener compañía no deseada a lo largo de la noche, el desierto esmeralda en época de cría era tremendamente peligroso, sobre todo cuando los tres soles se escondían. La fallida prueba a la que les había sometido la sacerdotisa Yaliaba, señora de Saisir, durante el primer día de travesía, la incertidumbre de lo que les depararía el camino y lo que encontrarían en risco salvaje cuando decidieran romper el hueso tenia cautivas las mentes de la compañía. Karras, el hechicero rojo, mago de la orden de magos de Imre, mascaba, inmerso en rebuscados y encadenados pensamientos, el trozo de carne seca y el pedazo de pan que le correspondían <<no esta mal el agua que el buen tarda ha tenido la gentileza de proporcionarnos…resulta extraño que yo la haya creado…ocupando otro cuerpo…joder, otro cuerpo…>>lo acontecido la noche anterior en la casa de Yaliaba, le había turbado significativamente, la sacerdotisa había intercambiado los cuerpos de todos ellos, pero sus mentes seguían siendo las mismas <<Que tipo de magia es capaz de hacer semejante obra?, una muy poderosa desde luego…que familia de hechizos?...tal vez sea de la rama de las ilusiones?, lo hemos creído pero no ha sido?...no, recé y cree agua, y me la estoy bebiendo, eso quiere decir que si ha ocurrido>> recostado de lado saco su pipa de la mochila y prensó un poco de tabaco con el dedo gordo de la mano. <<Y si nos parecía estar en esos cuerpos pero realmente no lo estábamos?...joder…son tantas las posibilidades que podría escribir un tratado con todas las teorías>> mientras prendía fuego al dulce tabaco que trajera de Imre, recordaba el momento en el que su mente ocupaba el cuerpo del sacerdote del dios tarda, kein, y respondiendo a sus oraciones el agua brotó llenando un odre de piel de cabra con agua fresca y limpia <<Joder, que tabaco mas bueno, y pensar que aquí cuesta el doble el agrio tabaco de la zona>> hizo un par de círculos en el aire con el humo. <<Crear agua, es un efecto mágico simple, pero yo no se hacerlo, no lo he estudiado…y lo hice…>> los pensamientos inundaban su razón como una cascada y las emociones llenaban su pecho oprimiéndolo. <<Mi bien amada Siriena>> recordarla le había gustado, pero a la vez ponía en su cabeza y su pecho otra carga más <<cuanto la quise, no debió pero fue, y no pudo ser más, tal vez en otro lugar, en otro momento, en otro mundo…pero no en este, no con lo que somos, la orden no permite el matrimonio, no ve con buenos ojos la descendencia, es contraproducente para la plena dedicación a sus labores para con la orden, y el mundo>>lo había pensado tantas veces entre las cuatro paredes de su celda en Imre, que karras se sabía de memoria las palabras para convencerse de que tenia que ser así e intentar no sufrir mas por ello. <<¿como sabia la sacerdotisa de su existencia?, nadie lo sabe, nadie excepto ella y yo, y bueno…ya lo sabe mi buen guardaespaldas Friz>> Ladeó la cabeza hacia donde se encontraba el bárbaro de piel oscura, que se afanaba en limpiar su gran martillo, inmerso, sin duda, en inquietudes parecidas a las suyas.

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Relato corto de Angel Abad

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Page 1: Divagaciones, Mijuni y Datsaah

DIVAGACIONES, MIJUNI Y DATSAAH La fresca noche dio un respiro tras el seco, quieto y caluroso día de viaje, sólo el suave roce de la brisa ponía algo de movimiento y sonido al desierto esmeralda. Al caer la tarde el grupo había decidido acampar para descansar a un margen del casi imperceptible camino, sin fuego, sin risas, con turnos de guardia por miedo a tener compañía no deseada a lo largo de la noche, el desierto esmeralda en época de cría era tremendamente peligroso, sobre todo cuando los tres soles se escondían. La fallida prueba a la que les había sometido la sacerdotisa Yaliaba, señora de Saisir, durante el primer día de travesía, la incertidumbre de lo que les depararía el camino y lo que encontrarían en risco salvaje cuando decidieran romper el hueso tenia cautivas las mentes de la compañía. Karras, el hechicero rojo, mago de la orden de magos de Imre, mascaba, inmerso en rebuscados y encadenados pensamientos, el trozo de carne seca y el pedazo de pan que le correspondían <<no esta mal el agua que el buen tarda ha tenido la gentileza de proporcionarnos…resulta extraño que yo la haya creado…ocupando otro cuerpo…joder, otro cuerpo…>>lo acontecido la noche anterior en la casa de Yaliaba, le había turbado significativamente, la sacerdotisa había intercambiado los cuerpos de todos ellos, pero sus mentes seguían siendo las mismas <<Que tipo de magia es capaz de hacer semejante obra?, una muy poderosa desde luego…que familia de hechizos?...tal vez sea de la rama de las ilusiones?, lo hemos creído pero no ha sido?...no, recé y cree agua, y me la estoy bebiendo, eso quiere decir que si ha ocurrido>> recostado de lado saco su pipa de la mochila y prensó un poco de tabaco con el dedo gordo de la mano. <<Y si nos parecía estar en esos cuerpos pero realmente no lo estábamos?...joder…son tantas las posibilidades que podría escribir un tratado con todas las teorías>> mientras prendía fuego al dulce tabaco que trajera de Imre, recordaba el momento en el que su mente ocupaba el cuerpo del sacerdote del dios tarda, kein, y respondiendo a sus oraciones el agua brotó llenando un odre de piel de cabra con agua fresca y limpia <<Joder, que tabaco mas bueno, y pensar que aquí cuesta el doble el agrio tabaco de la zona>> hizo un par de círculos en el aire con el humo. <<Crear agua, es un efecto mágico simple, pero yo no se hacerlo, no lo he estudiado…y lo hice…>> los pensamientos inundaban su razón como una cascada y las emociones llenaban su pecho oprimiéndolo. <<Mi bien amada Siriena>> recordarla le había gustado, pero a la vez ponía en su cabeza y su pecho otra carga más <<cuanto la quise, no debió pero fue, y no pudo ser más, tal vez en otro lugar, en otro momento, en otro mundo…pero no en este, no con lo que somos, la orden no permite el matrimonio, no ve con buenos ojos la descendencia, es contraproducente para la plena dedicación a sus labores para con la orden, y el mundo>>lo había pensado tantas veces entre las cuatro paredes de su celda en Imre, que karras se sabía de memoria las palabras para convencerse de que tenia que ser así e intentar no sufrir mas por ello. <<¿como sabia la sacerdotisa de su existencia?, nadie lo sabe, nadie excepto ella y yo, y bueno…ya lo sabe mi buen guardaespaldas Friz>> Ladeó la cabeza hacia donde se encontraba el bárbaro de piel oscura, que se afanaba en limpiar su gran martillo, inmerso, sin duda, en inquietudes parecidas a las suyas.

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<<Su hermano…le metieron un hermano que parece que ni conoce…y lo mío es real, así que seguro que piensa que lo suyo también, ¿pero lo es?, ¿que es real de todo esto?, este golpe le ha tocado el ánimo. Yo estoy acostumbrado a lidiar con la magia, en Imre hay muchas cosas extrañas, poderosas y difíciles de comprender, ¿pero él?. Si, es un bárbaro muy fuerte, ha demostrado fortaleza de carácter, demasiada a veces>> una sonrisa asomó a su rostro recordando los aprietos en los que los impulsos y el gran corazón del bárbaro los había metido <<sin duda de donde viene habrá magia, pero los guerreros tienen otra mente para ella, sobre todo cuando les afecta, mas aún cuando no disponen de sus armas, y ya no quiero pensar en su impotencia al verse atrapado en un cuerpecito enclenque como el mío, sin tener ni idea de cómo canalizar el poder mágico…poder…bonita palabra, pero siempre hay alguien mas poderoso que tu>> intentó dar un trago de agua de su taza, pero estaba vacía, y desvió la vista en busca del pellejo que tenía a su lado. <<en fin, las grandes hazañas no son fáciles, y esta, si la conseguimos, es una hazaña de cojones, así que, las dificultades también serán de cojones>> tras dar un sorbo al odre, sacudió la ceniza de la pipa y se tumbó para observar un rato las estrellas, confiando en que le ayudaran a conciliar el esquivo sueño que tanto necesitaba. <<Yaliaba tiene razón, compartimos aventuras y desventuras, pero no compartimos anécdotas, inquietudes, gustos o disgustos, si, es cierto que acaban de incorporarse el devoto Kein, El ágil Kirás y el Fuerte Katchou y que parecen nobles de corazón, pero no hablamos entre nosotros ni de nosotros, solo hay que vernos, cada uno inmerso en su mundo, acampados sin cruzar palabra…pero es que realmente tampoco conozco a mi buen guardaespaldas, ni el a mi…pongo mi vida en sus manos sin dudarlo, pero no se quien es, no se que es…”la legión de los tres sellos”…bonito nombre, pero ahora somos una banda, y de los que empezamos solo quedamos dos aquí y el resto en menara…excepto dos de ellos, y el pobre guerrero que vino a ayudarnos, que no sabemos donde están…melbereth…que les has hecho maldita bruja?...>> la visión de una sombra que se aproximaba a karras, interrumpió la cadena de pensamientos que asediaban su mente, el hechicero se incorporó rápidamente y comenzó a gesticular canalizando la magia. -¡karras!- -¡joder Friz!, vas a hacer que un día se me pare la vida de golpe, tengo el corazón al galope-dejó de realizar los movimientos. -Lo siento…pero…es que…no puedo dormir, y necesito preguntarte algunas cosas…tu sabes de magia- -claro grandullón, hablemos un rato- Se echó a un lado de la esterilla de esparto que había extendida en el suelo, haciendo hueco para que el bárbaro se acomodara, éste con ceño fruncido se sentó con las piernas cruzadas, pero no arrancó a hablar. -¿que te pasa?, ¿muchas cosas raras hoy?- karras echó mano de su bolsa de viaje y saco de nuevo el tabaco y su pipa, rebusco un poco más, y saco otra de madera tallada, oscura, mas usada que la suya. -Prueba este tabaco, te acordarás de el toda la vida- dijo ofreciéndole la segunda pipa –esta fue la primera que tuve, aunque ya no la use no me gusta separarme de ella, es una de mis pocas posesiones- Friz que entrejuntaba y frotaba sus callosas manos, mientras buscaba y ordenaba las ideas en su cabeza y buscaba las palabras para expresarlas, alargó su mano y la cogió, examinándola, mirando cada detalle de la labrada madera. -es bonita…¿crees que lo que nos hizo la bruja era verdad?...quiero decir… ¿tengo un hermano?-

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-No lo se Friz, sólo ella sabe lo que era real y que no…en mi caso si es cierto que esa mujer significó mucho para mi, pero a ti sólo ella podrá responderte, aún así fallamos su prueba, es posible que se lo inventara, si quieres cuando volvamos a Saisir vienes conmigo a visitarla y que te aclare la duda- -¿Pero volveremos, saldremos de esta?-ese temor rondaba con fuerza a la compañía. -Esa es una duda que siempre tenemos todos Friz, del primer a ultimo ser vivo nadie puede estar seguro de si vera los soles al día siguiente, nosotros escogimos este camino, el desierto, la acunis…y nos hemos encontrado muertos vivientes, magia negra, el equilibrio entre los soles en peligro…-Karras miraba fijamente al guerero-en fin, nos ha tocado un camino duro, pero el destino nos ha puesto aquí, y debemos hacer caso a los designios de los dioses- -Dioses...cuantos dioses tenéis, son demasiados, nosotros solo tenemos uno, el gran Krom, señor de la guerra, así sabemos lo que le gusta y lo que no, no nos hacemos tanto lío como vosotros, decís que vuestro dios está por encima de nosotros en el cielo, Krom esta en una montaña, y dirige todo desde allí, ¡KROM SE RIE DE TU DIOS DESDE SU MONTAÑA!, ¿que puede querer krom de mi en estas tierras tan lejanas?-Karras rió visiblemente –hay muchos dioses en el mundo Friz, con diferentes nombres en diferentes regiones y todos tienen su razón de ser, unos mas poderosos y otros menos en cada zona del mundo, cada cultura tiene su creencia, cada dios tiene su reino, sus gustos y sus disgustos, y nosotros somos peones de sus designios, lo único que es seguro aquí y es común para todos es el equilibrio del vaho, y es lo que nos mueve, cada dios tiene influencia del vaho, incluido krom- Friz frunció el ceño -umm…lo pensaré, tu eres mago, has leído mucho de todo el mundo, tendrás razón, pero Friz no hace caso ciego de todo, tiene que pensarlo, ¿con el bastón mágico no podías haber traído tú a la hormiga gigante, y que esa vieja bruja no hubiera jugado con nosotros?- -El poder de ese báculo era desconocido para mí, y no hubiera osado a probarlo después de quien lo portaba, tal vez hubiera valido de algo, pero no quise jugarme la integridad de nuestra mente, ni de nuestro cuerpo, no conocía exactamente sus poderes y estaba suponiendo un problema, al tener que estar encima de él para que no cayera en manos equivocadas y sin saber cómo darle uso…cuando lleguemos a Menara y hable con mi maestro sabré mas-pensó en el detallado dibujo que había realizado del objeto mágico en su libro de anotaciones- podré sopesar lo adecuado del intercambio. A unas malas sabemos dónde esta el báculo, siempre se puede intentar recuperar, y creo que esta mujer escucharía peticiones por un bien mayor. Ahora te estarás preguntando, ha merecido la pena el cambio?, hemos sacado una tajada acorde?-karras recordaba perfectamente las palabras de Yaliaba “QUIERO ese báculo” “MI PUEBLO NECESITA ese báculo”-pienso que no había opción, teníamos que dárselo, y si no se lo hubiéramos dado tendríamos detrás nuestra a gente muy interesada en conseguirlo y por delante un enorme desierto ávido de vidas…así que…no hemos salido mal del todo, pero aún no ha terminado esto, no sabemos que ocurrirá cuando rompamos el hueso, no sabemos que ocurrirá cuando queramos hablar con ella de nuevo, sólo sabemos que estamos aquí en el desierto Esmeralda en busca del aqunis para conseguir nuestro objetivo final, que es el elixir de los dioses y que ella puede ayudarnos…así que confiaremos en su guía y sabiduría. Vió aquello que hicimos-recordó el rostro de aquel hombre, <<tendría familia, ¿qué seria de ellos?...no debimos hacerlo>> - y parece que nos castigara por ello, eso hace que confíe aún mas en ella, ¿hago bien?, ¿hago mal?,

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hemos cogido el camino correcto?, el tiempo lo dirá, sólo se que todo ocurre por algo, y se debe aprender de todo- El rostro del bárbaro estaba serio, miraba fijamente la arena del suelo. -bien, avanzaremos, y lucharemos con todas nuestras fuerzas-levantó la mirada para encontrarse con la de karras-no nos queda otra que matar o morir, ¡pero no quedarnos mirando mientras la gente sufre!-esbozó una enorme sonrisa mostrando su reluciente diente de oro-tu…un mago de Imre, ¿con una mujer?...-la expresión del rostro había cambiado por completo, reflejando mezcla entre incredulidad, broma y curiosidad, arrancando de karras una pícara sonrisa. -Bueno, te crees que los magos de Imre no tenemos testiculos?, ¿que nos los cortan y nos los hacen tragar para coger poderes?, ¿o que los meten en un bote para que obedezcamos ordenes?,¿crees que no tenemos deseos?, también nos gustan las cosas bellas y los placeres de la vida, lo único, que se toma una perspectiva mucho mas amplia de la realidad y aprendemos a controlar nuestros impulsos…pero nos siguen gustando…todas esas cosas…una mujer bella, buena comida, buena bebida, ¿a quien no le gusta eso?, pero sabemos que no siempre es momento de bellas mujeres, buenas comidas ni buenas bebidas-sonrió al bárbaro y este respondió mirándole y sacando a relucir de nuevo su diente de oro- -placeres de la vida…si el tabaco de allí es así de bueno, ¡no quiero pensar cuantas maravillas debe haber para disfrutar!-ambos soltaron unas sonoras carcajadas. -No…ya suponía que no erais eunucos…quiero decir…quien era ella?-preguntó el bárbaro mientras apretaba tabaco en la pipa con el dedo gordo de la mano derecha, -Es una larga historia Friz…dejémoslo en que éramos dos jóvenes que compartían estudios, y los impulsos de la juventud son difícilmente refrenables- -Y que opinan en tu orden de eso?- La cara de karras se endureció, al darse cuenta que tal vez tendría que contar cosas de la orden, y eso no estaba permitido- Bueno, supongo que siendo guardaespaldas de un miembro de la orden, puedes saber algunas cosas…pero no debes contárselas a nadie. ¿Deacuerdo?-Friz asintió mirando al mago a los ojos. -Digamos que ese tipo de sentimientos lleva a un tipo de vida que no es compatible con nuestras labores, así que las relaciones carnales no están prohibidas, pero no puede haber matrimonio ni descendencia…y si algo así ocurre…se estudia cada caso particularmente y no se sabe como te pueden penalizar…pero hazme caso, nunca querrías estar en tela de juicio en Imre, si algún día vienes conmigo verás por qué- -Y esa chica que vi…era preciosa- -Si…lo era…espero que lo siga siendo, pero ella también era de la orden, así que no pudo ser lo que ambos hubiéramos deseado, no se si seguirá viva, dónde andará, se quedo en Imre cuando partí, pero ya era iniciada así que era cuestión de tiempo que la asignaran a alguien…en fin…tal vez me la vuelva a encontrar, y no se que ocurrirá, si vienes a Imre conmigo tal vez la veas- <<como te echo de menos Siri>> -Pues…tal vez te haga caso y vaya contigo…eso de servir a un rey que no tiene nada que ver conmigo no me hace mucha gracia-Friz resopló desviando la vista hacia un lado. -no estas sirviendo a un rey, actualmente sirves a la orden de magos de Imre, ha coincidido que el arconte esta en Dynn, y que al amparo de la familia real estamos moviéndonos, pero no servimos a la corona, ¿te crees que no veo que en la familia real hay algo podrido?, ¿no ves que la familia real esta preocupándose de otras cosas cuando lo mas importante es el arconte?, ¿Qué entre ellos se patean?, los reyes van y vienen, los reinos se crean y se destruyen, lo que queda es por lo que estamos luchando, la vida y la muerte, la noche y el día…esto lo hacemos por las personas de bien que viven en este

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mundo, que al fin y al cabo son las que construyen todo con su confianza, la guerra entre Dynn y Nailand nos afecta porque estamos moviéndonos en este territorio y porque Dynn tiene el arconte, pero mas allá de todo eso, hay algo mucho mas importante, el mundo tal y como lo conocemos peligra, el sol negro esta moviendo sus peones, y nosotros, somos peones de los soles dorados- -ya veo…entonces… ¿por que estabais en Menara?- -Éramos una comitiva diplomática para la coronación, y coincidió que ocurrieron cosas extrañas, los magos de Imre no se casan con los reinos, dominios o señores de tierras salvo por causas de fuerza mayor. Cuando lo que hay en juego son unas cuantas hectáreas de terreno o los derechos sobre uno u otro territorio no nos inmiscuimos, a no ser que de esa lucha pueda surgir algo peligroso para la estabilidad de los demás. Prestamos consejo siempre que nos lo requieren, pero no veras a los magos y guerreros tatuados en batallas que no sean por algo más importante que eso- -Bueno, he oído que es que no os atrevéis a lucha porque realmente lo que tenéis es miedo de que se vea vuestra debilidad y perder vuestro sitio de mullidos cojines y ostentosos banquetes junto a los reyes del mundo- Karras soltó un pequeño gruñido, esa afirmación lo había irritado visiblemente, pero mirando al cielo un instante se tranquilizó y miró al bárbaro. -Bueno, es normal que ese tipo de opiniones nos salpiquen, la ignorancia hace correr muchas suposiciones y rumores, pero te aseguro que no es por eso…como te digo…actuamos por cosas más importante que ver quien es mas fuerte o refriegas entre señores que no son mas que eso, medirse la polla o quitar recursos al vecino, no lo necesitamos, antaño hemos demostrado nuestra fuerza en guerras contra la oscuridad y contra seres de otros mundos…no somos servidores de nadie, actuamos cuando lo creemos conveniente y contra quien lo creemos conveniente-Friz captó por el rostro serio de Karras que ya ese tema de conversación no era bienvenido. -Disculpa si te he molestado…no era mi intención…sólo te he dicho lo que decían por ahí, no es ni mucho menos mi opinión…no me gustaría vérmelas con vosotros en un campo de batalla- -No te preocupes amigo, se que no es tu opinión, y supongo que tiene que ser normal ya que no hacemos mucho ruido en el día a día de la gente común…pero que recen porque siga siendo así…si tenemos que actuar es porque la gente sufre y corre peligro por algo que esta fuera de su alcance- <<y creo que pronto tendremos que actuar>> -espera un momento-dijo Friz levantándose de un salto-ahora mismo vuelvo- El bárbaro se perdió en la oscuridad. Karras prensó un poco más de tabaco con el pulgar <<tanto fumar tabaco mijuni al final va a marearme y me va a dar por reír…bueno, después cogeré el sueño que tanto necesito>>La hierba de tabaco mijuni, de color verde azulado, tenia un sabor y olor dulzón, que recordaba a las moras, pero su abuso podía producir un estado leve de embriaguez, con episodios de risa, sueño o ambos. Al instante Friz volvía con una botella y dos cuencos de barro. -Licor Datsaah, lo hacen en mi tierra, del fruto de la palmera Dat, unos pequeños frutos alargados que cuando se secan son muy dulces, lo tengo guardado para momentos especiales, brindar contigo, buen amigo, lo es- tendió un cuenco hacia Karras, que lo tomó con las dos manos y agachó la cabeza en señal de agradecimiento. -Será un honor probar el licor Datsaah contigo, es un honor que lo compartas conmigo- Con un bocado Friz agarró el tapón de corcho de la botella y volcó su contenido en ambos cuencos –Hashri karras, que quiere decir bondad en mi tierra, es como brindamos allí-

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-Hashri Friz-karras bebió el licor, dulzón al principio pero enormemente ardiente después -una más como esta y mañana no me levanto para seguir el viaje- -Pues te llevare en mi hombro, pero te beberás otra conmigo-una sonora risa resonó en el enorme pecho de Friz, aún intentando mitigarla por la necesidad de no hacer ruido. Un paréntesis de silencio se hizo mientras saboreaban otro trago de licor, al día siguiente seguía su misión, eso les devolvía a la realidad. -Tenéis unos tatuajes muy bien elaborados, ¿cómo te hiciste mago tatuado?- El hechicero miró a su interlocutor y desviándola al suelo suspiró. -Bueno, es una larga historia…- -no tengo sueño, y si ganas de saberlo- -intentare resumírtela-el hechicero mantenía la vista fija en el cuenco de barro-según mi maestro Lédaro, me encontró cuando tenia unos 5 años en el agasajo del dragón, rodeado de los restos calcinados de una casa de madera, por mis rasgos tengo sangre Eler, y recuerdo vagamente los rostros de mi padre y mi madre, cuando los recuerdo me vienen sensaciones de cariño y ternura por mi madre, y seguridad por mi padre…le recuerdo dándome esta talla de piedra- karras sacó del bolsillo una talla en piedra roja de un dragón- decía que había sido del padre del padre de su padre- volvió a guardar la talla <<la tenemos de hace generaciones para recordarnos que tenemos sangre de dragón en nuestras venas>>-pero no se sabe si están vivos o no, y no recuerdo nada de que ocurrió, lo siguiente que recuerdo fue ver a un mago apeándose de un caballo parado frente a mi, es mi primera imagen de Lédaro, se informó en posteriores viajes de qué pudo pasar, y quienes eran mis padres, mi padre un Eler que se fue de viaje al extranjero en su juventud y volvió siendo un herrero, parece ser que de gran calidad, acompañado por mi madre, una mujer morena con origen desconocido que se daba gran arte en la curación con hierbas y en ayudar a traer niños sanos al mundo…con lo que estaban en alta estima en la zona, un día se vio humo desde donde vivíamos, y allí estaba yo, rodeado por dos metros intactos de la casa de mi familia, por allí andaba Lédaro, es normal, siempre ha viajado representando a la orden, además es normal ver a magos de la orden ir y venir por las llanuras de Imre, algo vio en mi así que me llevó hasta las montañas de Imre, comprobaron que tenía capacidades mágicas, y accedieron a mostrarme el camino- karras apuró un enorme bocanada de tabaco, recordar a veces era dulce, otras no tanto-los tatuajes, conforme vamos dominando artes mágicas, nos los hacen con diferentes rituales, pero no te voy a decir cuando, como ni por que..no te daré la ventaja del conocimiento por si un día te enfrentas a alguno, si llegara ese día y estuviéramos en el mismo bando…lo mismo me lo pienso-karras sonrió -mi vida es mas compleja que todo esto Friz, pero no puedo contártelo todo, por ahora no, espero que me comprendas, hay cosas que no podemos compartir con la gente ajena a la orden-sacudió la ceniza de la pipa-y hay otras demasiado dolorosas o demasiado banales como para recordarlas o querer recordarlas, discúlpame- -Por supuesto que no karras, te entiendo, ¿y cómo es aquello?, ¿Cómo es Imre?- -Ya lo verás, estas haciendo bien tu labor, muy posiblemente quieran conocerte allí, y entonces lo verás por tus propios ojos…ahora eres mi guardaespaldas, ya tienes cierta relación con la orden y también hay guerreros en Imre, por algo te elegiría mi maestro Lédaro- karras tendió su taza de barro hacia friz y le acercó el saco de tabaco-y dime buen Friz, ¿de donde vienes tu, y porqué eres mi guardaespaldas?-