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DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS
EN REVISTAS CIENTÍFICAS
Todo lo que necesitas saber
Una guía completa, paso a paso, con todo lo que necesitas saber para la
divulgación de tu experiencia profesional clínica a través de la producción
de artículos científicos de casos clínicos.
TTeeooddoorroo SSaannrroommáánn
Teodoro Sanromán
DIVULGA TUS CASOS CLÍNICOS
EN REVISTAS CIENTÍFICAS
Todo lo que necesitas saber
Asociación Española de Terapia Gestalt
Tutora
Josefa Campos Romero
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Todo lo que necesitas saber
Qualia Escuela Granadina de
Terapia Gestalt www.gestaltgranada.es
Teodoro Sanromán [email protected]
En Granada, 21 de Marzo de 2010
Para Ana, mi mujer, que ha pasado
muchos días sola, cuidando de nuestro hijo, mientras yo
estaba concentrado en el presente trabajo, por su
paciencia y por su espera.
Para Marco, mi hijo, por las horas que hemos dejado de disfrutar
juntos, todo este tiempo.
Para Ana y Marco, porque os quiero.
xi
Nota y petición del autor A lo largo del desarrollo del presente trabajo he ido
descubriendo cómo enriquecerlo aún más. Sin embargo, por motivos de cumplimiento de plazos, algunas de estas mejoras no he podido consumarlas a tiempo para la presente edición, destinada al fondo de la biblioteca de la Asociación Española de Terapia Gestalt.
En consecuencia, es posible que la obra que tienes ante ti no sea la versión más actual.
Si el presente trabajo te interesa te recomiendo que visites el sitio en Internet de Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt, mi centro de trabajo. Aquí encontrarás, en formato electrónico, la última versión de esta obra. La dirección Web de mi centro es www.gestaltgranada.es.
Mi deseo ahora es continuar con el desarrollo de este trabajo para ofrecerte toda la información y los procedimientos que necesitas para divulgar tu experiencia clínica. Por ello estoy muy interesado en conocer tu opinión y tus sugerencias.
Hazme llegar tus comentarios a través de correo electrónico. Mi dirección es [email protected].
xiii
Agradecimientos La realización de la presente tesina nunca habría sido
posible sin la generosidad con la que han puesto a mi disposición su saber algunas personas, con las que me siento afortunado de haberme encontrado.
De una parte, Josefa Campos, Psicóloga Clínica, directora de Jera, la Escuela Sevillana de Terapia Gestalt, con quien me he formado como terapeuta gestáltico. Primero como alumno de una de sus promociones, después como observador y tutor de otra de sus promoción y, finalmente y en la actualidad, como su alumno en supervisión. De ella he recibido la actitud gestáltica y un gran apoyo para impulsar la formación de Terapia Gestalt en Granada.
De otra parte, Claudio Naranjo, Psiquiatra y músico, creador del programa SAT, con quien me formé en Terapia Integrativa. Primero como alumno de su programa, después como observador en innumerables promociones y, finalmente, como miembro del equipo terapéutico del programa SAT, bajo la supervisión de Susana Stroke. De Claudio he recibido el Eneagrama y la reconexión con la espiritualidad. De Suzy he recibido la confianza en mi capacidad profesional.
Y, finalmente, Gualberto Buela-Casal, Catedrático del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, quien ha contribuido a mi formación como Psicólogo cuando fui alumno suyo de Postgrado y Doctorado. De él recibí el aprecio por la comunicación científica y un extenso conocimiento de los entresijos de la publicación científica.
A todos ellos mi sincero agradecimiento, siempre.
xv
Contenido abreviado
Introducción ............................................... 1
Parte 1 Preliminares ................................... 7
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención? .. 19
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo? ........ 51
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo? ......... 67
Parte 5 Necesito un modelo ..................... 77
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico ........................................... 99
Apéndices ............................................... 113
Referencias ............................................. 125
Tabla de Ilustraciones ............................. 131
Índice analítico ....................................... 135
xvii
Contenido completo
Introducción ............................................... 1
Parte 1 Preliminares ................................... 7
¿Por qué esta tesina? .................................................... 9
¿Me interesa esta tesina? ............................................ 11
¿Para qué quiero publicar? .......................................... 12
¿Para qué un formato estandarizado? ......................... 13
¿Dónde puedo publicar? .............................................. 15
Soy Psicólogo y Especialista en Terapia Gestalt ................. 15
Soy Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo ............... 15
¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago? ............................... 16
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención? .. 19
¿Necesito evaluar para publicar? ................................. 21
¿Para qué necesito evaluar? ........................................................ 21
¿Qué debo tener en cuenta a priori? ........................................ 22
¿Cómo evalúo? ............................................................ 23
¿Cuál es la estrategia? .................................................................... 23
¿Qué cuestionarios utilizo? .......................................................... 24
¿Cómo consigo los cuestionarios?............................................. 25
¿Cómo uso los cuestionarios? ..................................................... 28
Cuestionario de Depresión Estado/Rasgo .................................... 28
Cuestionario de Ansiedad Estado/Rasgo ...................................... 29
¿Para qué he de usar los baremos? .......................................... 31
¿Cómo represento mis resultados? .......................................... 33
¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz? ......................... 43
xviii
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo? ........ 51
¿Cómo lo redacto? ....................................................... 53
Normas de redacción ...................................................................... 53
Normas APA ........................................................................................ 54
¿Cómo lo estructuro? ................................................... 54
El título ................................................................................................. 54
El resumen .......................................................................................... 55
El centro de trabajo y el terapeuta ............................................ 55
La identificación del paciente ...................................................... 56
El motivo de la consulta ................................................................. 56
La historia del problema ............................................................... 57
Las metas de la intervención ....................................................... 57
El estudio de los objetivos terapéuticos ................................. 57
La selección del tipo de intervención ...................................... 58
La evaluación preintervención ................................................... 59
La intervención ................................................................................. 60
La evaluación postintervención y eficacia ............................. 61
El seguimiento ................................................................................... 62
Las observaciones ............................................................................ 63
La teoría ................................................................................................ 64
Las referencias ................................................................................... 64
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo? ......... 67
¿Qué revistas hay? ....................................................... 69
¿Cómo sé la categoría de una revista? ......................... 70
¿Qué criterios de elección sigo? ................................... 71
¿Cómo envío mi artículo? ............................................ 74
¿Y después qué? .......................................................... 76
xix
Parte 5 Necesito un modelo ..................... 77
Título y otros datos ..................................................... 79
Resumen ..................................................................... 79
Centro de intervención y terapeuta ............................. 80
Identificación del paciente .......................................... 80
Motivo de la consulta .................................................. 81
Historia del problema .................................................. 81
Metas de la intervención ............................................. 82
Estudio de los objetivos terapéuticos .......................... 83
Selección del tipo de intervención ............................... 83
Evaluación preintervención ......................................... 84
Intervención ................................................................ 86
Evaluación postintervención y eficacia ........................ 92
Seguimiento ................................................................ 93
Observaciones ............................................................. 95
La teoría ...................................................................... 95
Referencias ................................................................. 96
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico ........................................... 99
Autenticidad y resistencia a la autenticidad ............... 101
Exigencia de no manipulación ................................... 101
Un encuentro con autenticidad ................................. 103
Comunicación no verbal ............................................ 107
xx
Las vías superiores e inferiores .................................. 108
Experiencialismo ateórico .......................................... 110
Autorregulación organísmica ..................................... 110
Conclusión ................................................................. 111
Apéndices ............................................... 113
Apéndice 1. Cómo usar los baremos .......................... 115
Apéndice 2. Artículos en Internet ............................... 117
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción ................... 119
Apéndice 4. Extracto de normas APA ......................... 123
Referencias ............................................. 125
Tabla de Ilustraciones ............................ 131
Índice analítico ....................................... 135
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
IInnttrroodduucccciióónn
Introducción
3
La presente obra es el resultado de mi necesidad de integrar dos facetas mías que,
por momentos, a lo largo de mi vida profesional como Psicólogo, han estado
enfrentadas. De un lado mi faceta humanista, de la mano de mi formación como
Especialista en Terapia Gestalt. Y, del otro lado, mi dimensión académica, de la mano
de mi formación como Psicólogo, a través de la realización de la licenciatura de
Psicología, en un primer momento, y del Máster oficial del Ministerio de Educación y
Ciencia en Psicología de la Salud, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, un poco
después.
En mi batalla interna hubo una que ha quedado en mi recuerdo como un hito. Fue
cuando renuncié a continuar con mi doctorado, bajo la tutela del profesor Buela-Casal,
Catedrático del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos
de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.
En aquel momento, todo parecía estar a mi favor para hacer carrera en el mundo
de la Psicología académica. Por una parte, había terminado brillantemente mis estudios
de Psicología y Postgrado, con el mejor expediente académico de mi universidad.
Mérito por el que recibí el Premio Extraordinario de Licenciatura de la Universidad de
Granada y el Premio Nacional de los Estudios de Psicología. Por otra parte, uno de los
máximos exponentes en España en la divulgación científica en el campo de la
Psicología, como es el profesor Buela-Casal, me tutelaba. Y, además, consecuencia de
todo lo anterior, recibí del Ministerio de Educación la concesión de la beca FPU, para
Formación del Profesorado Universitario, que es la de mayor duración y cuantía
económica que es posible obtener en nuestro país.
Sin embargo, tenía que someterme a una disciplina que me pesaba. Por un lado,
no podía elegir como tema de investigación para mi doctorado el que realmente me
interesaba, que en aquel momento quise que estuviera relacionado con mi práctica
clínica en el contexto de la Terapia Gestalt. Pero no fue posible. Y, por otro lado, la
realización del doctorado, disfrutando de la beca que había conseguido, exigía por
normativa ministerial dedicación plena a las tareas propias de investigación. Lo cual,
excluía toda posibilidad de que, de forma paralela a la realización del doctorado, yo
pudiera desarrollar mi vocación clínica desde la perspectiva del enfoque de la Terapia
Gestalt.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
4
Por todo esto, decidí finalmente renunciar a la beca FPU y a continuar con mi
doctorado; y, así, disponer de todo mi tiempo para dedicarme plenamente a mi labor
clínica como Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt. De modo que, mi faceta
humanista se impuso a mi faceta académica.
Fue entonces, con el apoyo de mi mujer, Ana, que encontré un pequeño estudio en
el que empecé a trabajar con mis primeros pacientes. De un paciente pasé en poco
tiempo a dos, luego a tres, y a cuatro, y a cinco, y así poco a poco fueron muchos. Y,
con gran entusiasmo, mi mujer y yo, emprendimos un nuevo proyecto. Quisimos llevar
a Granada la Formación oficial en Terapia Gestalt. Proyecto para el que recibimos un
gran apoyo de Josefa Campos, directora de Jera, la Escuela Sevillana de Terapia Gestalt,
de quien fui alumno años atrás y a quien aún me mantenía vinculado gracias a su
ofrecimiento, al término de mi propia formación, de ser tutor de una de sus nuevas
promociones. Así surgió Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt.
De este modo, llegué a pensar que mi faceta académica había quedado ya
extinguida y que mi camino iba a ser puramente humanista, inmerso en el mundillo de
la psicoterapia alternativa.
Sin embargo, cuando me planteé abordar la realización de una tesina, con el
ánimo de cambiar de membrecía dentro de mi asociación profesional, la Asociación
Española de Terapia Gestalt, surgió con fuerza inusitada, de nuevo, como el ave Fénix
de sus cenizas, mi faceta académica. Lo hizo en la forma de propuesta de tema para mi
futura tesina, en aquel momento. Lo tuve claro. Quería ofrecer a todos mis colegas un
conocimiento que adquirí durante mi estancia universitaria. Concretamente cómo se
redacta un caso clínico de modo que pueda ser publicado por una revista científica. Pero
no sólo eso. Quería ir un poco más allá. Y, ese más allá, era cómo un Especialista en
Terapia Gestalt, en particular, o en cualquier otro enfoque, en general, podría ofrecer su
experiencia profesional en los términos apropiados para que la comunidad científica
pueda tenerlos en cuenta para su publicación y consecuente divulgación.
Y, entonces, nuevamente mi faceta académica se hizo presente y patente a través
del presente proyecto, que ahora culmina.
Introducción
5
No sé cuántos episodios más de este enfrentamiento interno están aún por
acontecer. No me importa, ya iré asistiendo a ellos. Lo que sí deseo es que a lo largo del
proceso mi visión se haga más y más integradora, menos excluyente de lo uno por lo
otro, o de lo otro por lo uno. Por ahora me siento feliz de concluir este proyecto,
resultado de mi dualismo, por la esperanza que albergo de que pueda resultar una buena
aportación al desarrollo de la Terapia Gestalt.
En Granada, a 21 de marzo de 2010.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 11 PPrreelliimmiinnaarreess
Parte 1 Preliminares
¿Por qué esta tesina?
9
¿Por qué esta tesina?
En la práctica clínica profesional en Psicología es muy escasa la divulgación de
casos clínicos (Buela-Casal y Sierra, 2002). En otras palabras, los clínicos, por lo
general, no comunican su experiencia profesional a otros colegas ni a otros
profesionales afines. Al menos, no lo hacen a través de la publicación de casos clínicos.
Es posible que la transmisión de dicha experiencia esté produciéndose por otras vías,
diferentes a la de la publicación. Quizás los profesionales altamente cualificados
transmitan su saber a pequeños grupos de colegas mediante encuentros de supervisión, o
de formación. Obviamente este tipo de encuentros son de una enorme riqueza. Sin
embargo, por su propia naturaleza también son limitados en algunos aspectos. Por
ejemplo, en relación al número de personas que pueden beneficiarse de tales encuentros
que, lógicamente, siempre serán más limitados, en el caso del encuentro presencial que
en el caso de la publicación de la experiencia a través de la producción de artículos de
casos clínicos, como modo por excelencia de comunicación entre profesionales clínicos.
Por supuesto que, la transmisión de conocimientos que puede darse a través de la
presencia no es la misma que la que puede darse a través de la publicación de casos
clínicos. Estoy completamente de acuerdo en esto. Lo que yo planteo es que ambas
posibilidades no son incompatibles; más bien todo lo contrario, son compatibles,
complementarias y necesarias por igual. Es decir, que ambas formas de transmisión del
saber hacer adquirido con la experiencia de la práctica continuada son necesarias para el
adecuado desarrollo y difusión de nuestra actividad profesional.
No creas que la ausencia de publicaciones de casos clínicos de expertos es algo
que afecta exclusivamente al ámbito de la Terapia Gestalt, particularmente, o al ámbito
de la psicoterapia, en general. Esta situación también se da en la misma Psicología
Clínica más oficial. Eso sí, de lo poco que se publica en este sentido, la totalidad de lo
que se publica es desde la Psicología Clínica aposentada en el oficialismo.
Por tanto, la realidad es que los clínicos en general, y los psicoterapeutas en
particular, entre los que nos encontramos los Especialistas en Terapia Gestalt, no
solemos estar muy dispuestos a difundir nuestros casos clínicos en revistas
especializadas. Desde mi punto de vista esto es un déficit importante que no apoya el
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Por qué esta tesina?
10
desarrollo y difusión de aquello que de verdad sirve a la salud del ser humano y que
diferentes especialistas desde la parcialidad de sus respectivos enfoques pueden advertir
a través de su práctica, a modo de pequeñas piezas de un complejísimo puzle, como es
el del conocimiento acerca de cómo alcanzar el bienestar de los seres humanos.
En este sentido mi propuesta es integradora. Considero que en cada enfoque,
existen representantes cualificados que han alcanzado un conocimiento válido, aunque
parcial, que debe ser compartido. Hoy creo que, la publicación de casos clínicos,
avalados por la evaluación de la eficacia de la intervención llevada a cabo, es el modo
más directo de compartir la amplia experiencia acumulada desde las diferentes
perspectivas, o enfoques psicológicos. Además, es el modo en que los clínicos podemos
aportar evidencias de la validez de los procedimientos que empleamos a los
investigadores. Si, desde alguna perspectiva psicológica, sabemos que aportamos algo a
la mejora de la experiencia humana considero que es muy interesante que estemos
abiertos a encontrar la forma, más compatible con nuestro modus operandi establecido,
de obtener evidencia de ello y así aportarlo al conjunto de aquello que cada uno, desde
su propio enfoque, va encontrando que también es válido.
Todos los que trabajamos directamente con pacientes, con independencia del
encuadre terapéutico desde el que lo hagamos, tenemos la responsabilidad de aportar
información validada de lo que consideramos que apoya el enriquecimiento y la mejora
de la experiencia humana; y, de esta forma, contribuir a la configuración de los campos
de interés de los investigadores; al mismo tiempo que, en mutua reciprocidad, estamos
comprometidos a integrar los avances de la investigación básica en nuestro enfoque y en
nuestra propia práctica.
Así, en coherencia con las ideas que te he expuesto hasta ahora, la presente tesina
es mi aportación personal, en asunción de mi propia responsabilidad como clínico, a la
divulgación de mi experiencia profesional. Y, a través del presente trabajo, te presento
un artículo de un caso clínico atendido por mí. Pero no únicamente esto, voy más allá.
Con este trabajo te ofrezco toda la información que necesitas para producir tus propios
artículos. Con lo cual deseo cubrir un vacío de conocimiento que algunos clínicos
podéis tener ante la posibilidad de divulgar vuestra experiencia clínica.
Parte 1 Preliminares
¿Me interesa esta tesina?
11
Por tanto, y a modo de conclusión final, considero que la presente tesina es
pertinente para nuestro colectivo de Especialistas en Terapia Gestalt, en particular, y a
los especialistas en otros enfoques terapéuticos, en general, por dos motivos,
principalmente. De una parte, porque puede contribuir a animar a nuestros colegas a
publicar sus experiencias profesionales, con la consecuente difusión y desarrollo de
nuestras disciplinas. Y, de otra parte, porque a través de los procedimientos de
evaluación y redacción de casos clínicos que ofrece esta obra tiene el potencial de aupar
a los Especialistas en Terapia Gestalt, en particular, y a otros psicoterapeutas, en
general, al mismo nivel de otros profesionales de la clínica psicológica, en términos de
aceptación social de las respectivas prácticas psicoterapéuticas.
¿Me interesa esta tesina?
Esta tesina te interesa si eres un Especialista en Terapia Gestalt, o en cualquier
otro enfoque terapéutico, y quieres dar a conocer tu trabajo a otros especialistas y
profesionales clínicos, sin embargo no sabes cómo hacerlo.
Aquí vas a encontrar todo lo que necesitas saber para producir un artículo que sea
susceptible de ser publicado por una revista científica. Pretendo que de un modo
sencillo y directo, paso a paso, accedas al conocimiento básico e indispensable que
necesitas para que puedas publicar tus casos clínicos y, de este modo, dar a conocer tu
trabajo clínico y tu estilo profesional, tanto a otros colegas de tu propia especialidad
como a los de otras especialidades o enfoques.
Voy a mostrarte, en primer lugar, un procedimiento adecuado para evaluar tu caso
clínico para que puedas determinar si tu tratamiento ha sido eficaz. Es decir, voy a
indicarte qué instrumentos debes utilizar en esa evaluación, cómo y cuándo debes
administrar esos instrumentos, cómo debes interpretar sus resultados y cómo has de
representar esos resultados gráficamente.
En segundo lugar, voy a explicarte cómo tienes que redactar tu caso clínico. Es
decir, voy a mostrarte qué apartados debe tener tu artículo y qué debes abordar en cada
uno de ellos.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Para qué quiero publicar?
12
Y, en tercer lugar, voy a proporcionarte toda la información que necesitas para
conocer las revistas científicas a las que podrías enviar tu trabajo para su publicación. O,
lo que es lo mismo, voy a indicarte, por una parte, de dónde puedes obtener un listado
completo de todas las revistas científicas españolas, por otra parte, cómo puedes saber
cuál es la categoría de cada una de esas revistas y, también, qué criterios debes tener en
cuenta para decidir a qué revista enviar tu trabajo.
Además, te voy a ofrecer un modelo de referencia, o sea, un artículo, elaborado
por mí mismo, con la intención de que te sirva de guía durante todo el proceso de
desarrollo de tu propio artículo. Es decir, voy a facilitarte un artículo en que, desde la
perspectiva de la Terapia Gestalt, abordo un caso clínico con síntomas de ansiedad y
depresión que reúne todos los requisitos para ser publicado por una revista científica.
Finalmente, voy a poner a tu disposición toda la información que necesitas para
disponer de todos los materiales que te hacen falta para publicar tus casos clínicos,
como son, por ejemplo, los test para la evaluación de la eficacia de tu tratamiento y un
extracto de las normas establecidas por la American Psychological Association, o
Asociación Psicológica Americana, en español, APA en adelante, que son esenciales
para la correcta redacción de artículos, entre otros materiales.
En fin, con esta tesina vas a disponer de una guía paso a paso con todo lo que
necesitas saber para producir un artículo científico, que reúna todos los requisitos
imprescindibles para que sea susceptible de publicación por una revista científica.
¿Para qué quiero publicar?
La publicación, en formato de artículos, es el principal modo de comunicación
entre profesionales. Cuando publicas un artículo das a conocer tu trabajo a otros
profesionales de tu sector y de sectores afines. De este modo contribuyes al desarrollo
de tu disciplina. Así, otros pueden, a través de tus artículos, comprender tu trabajo y
aprender de tu experiencia. Del mismo modo, puedes enriquecerte en tu práctica
profesional al leer los artículos que tus colegas producen.
Parte 1 Preliminares
¿Para qué un formato estandarizado?
13
Otra interesante vertiente de los artículos es que cuando redactas un caso tienes
que reflexionar profundamente sobre el mismo, tienes que elaborar y ordenar tus ideas y
sensaciones para transmitirlas de una forma coherente y organizada, es decir,
comprensible; lo cual, también es enriquecedor, pues, de este modo, puedes hacer
explícitos aspectos claves del proceso terapéutico que, de otro modo, quizás
permanecerían implícitos y, en consecuencia, no conscientes u ocultos. O expresado de
otro modo, cuando redactas un artículo te conviertes en un observador del proceso
terapéutico que tuvo lugar. Y, cuando intentas expresar dicho proceso en palabras, y por
escrito, es posible que aspectos inadvertidos emerjan como relevantes y claves en la
evolución del mismo, que de otro modo podrían quedar como aspectos implícitos no
reconocidos conscientemente y, por tanto, esquivos para su transmisión.
En definitiva, cuando escribes un artículo acerca de un caso clínico, en primer
lugar te estás enriqueciendo a ti mismo. Esto es así porque la tarea de producción del
mismo te lleva necesariamente a un proceso reflexivo sobre lo acontecido en el
encuentro terapéutico que, potencialmente, puede permitirte hacer explícito lo implícito
de dicho encuentro, lo cual, es en sí mismo un descubrimiento, un darte cuenta de lo que
ocurrió, que incrementa tu conciencia sobre dicho proceso ampliando tu experiencia
consciente. Y, en segundo lugar, como una consecuencia directa de lo anterior, tienes la
oportunidad de transmitir tu descubrimiento y consecuentemente enriquecer a otros.
¿Para qué un formato estandarizado?
La estandarización hace alusión a dos aspectos fundamentalmente. De una parte,
los aspectos formales. Es decir, el cómo. Y, de otra parte, los aspectos de contenido. Es
decir, el qué. Así pues, la estandarización impone criterios en relación a cómo debes
presentar la información, o lo que es igual, la forma o el aspecto que ha de tener la
información que ofreces, por un lado; y, por otro lado, qué información mínima debes
aportar.
En relación a los aspectos formales de la estandarización de los artículos
científicos, debes comprender que están destinados a garantizar la homogeneidad de la
presentación de la información y, consecuentemente, pretenden agilizar el manejo de la
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Para qué un formato estandarizado?
14
información. Por ejemplo, tienes un artículo en tus manos y no quieres perder mucho
tiempo en saber si va a ser útil para ti. Si está normalizado sabes que al principio del
mismo, y no en otro lugar, tienes un resumen del mismo que además no va a tener más
de 200 o 250 palabras. Puedes ir allí directamente y en un instante tener una idea clara
de si ese artículo se ajusta a lo que necesitas. Imagina que unos artículos tuvieran
resumen, otros no, unos lo incluyeran al final, otros lo incluyeran al inicio, algunos
fueran breves y otros fueran extensos. No cabe duda que te costará mayor esfuerzo y
tiempo manejar dicha información.
En relación a la estandarización de los artículos respecto a qué información deben
aportar, es importante que comprendas que los expertos no pueden dejar de aportar la
información que se sabe que es relevante para comprender completamente todos los
aspectos involucrados en un caso clínico. Es decir, es muy conveniente que cualquier
caso clínico incluya, por ejemplo, un título explicativo, un resumen breve, quién es el
paciente, dónde se le trató, quién le trató, los motivos que el paciente expone para acudir
a consulta, la historia del problema, etc. Todos estos son aspectos que se esperan sean
abordados en un caso clínico. Cualquier lector querrá saber estos detalles. Por tanto,
tener una estructura preestablecida garantiza que no queden aspectos cruciales sin ser
tenidos en cuenta. Imagina que algunos artículos aportaran información acerca de la
historia del problema del paciente y otros no, que algunos artículos indicaran el tiempo
que duró el tratamiento y otros no, que algunos indicaran si el tratamiento resultó eficaz
y otros no, que algunos incluyeran referencias bibliográficas de las citas a otros autores
y otros no las incluyeran, que algunos artículos en su resumen indiquen el diagnóstico
del paciente y otros no, y así sucesivamente un gran número de aspectos.
No cabe duda de que es necesaria una cierta predictibilidad acerca de la estructura
y la forma de un artículo con el fin de agilizar el manejo de los mismos. Y, esto no
tiene, necesariamente, que ir en contra de la creatividad de los autores pues garantizados
los bloques de información y la forma de redactarlos el resto de los aspectos es
completamente libre. Por ejemplo, si quieres explicar cuestiones personales del
paciente que consideras cruciales para entender el desarrollo del caso, o porque en sí
mismos están en la base de la problemática, puedes hacerlo con tantos detalles y tanta
riqueza como desees. Ahora bien, hazlo en el apartado Intervención y si haces una cita
respeta las normas APA. Esto no va a limitar en absoluto tu creatividad.
Parte 1 Preliminares
¿Dónde puedo publicar?
15
¿Dónde puedo publicar?
Soy Psicólogo y Especialista en Terapia Gestalt
Si eres Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt puedes publicar donde quieras.
Desde la revista de tu propia asociación profesional hasta cualquier revista científica,
tanto nacional como internacional de cualquier categoría. La única limitación para
publicar tus artículos va a estar en la calidad de tu trabajo. Es decir, puedes optar a
publicar en cualquier revista pero cuanto mayor es la categoría de la revista mayor es el
índice de rechazo de artículos. Las revistas habitualmente disponen de un conjunto de
expertos que determinan la calidad del artículo y que lo aceptan o no para su
publicación. Podrás enviar tu artículo a cualquier revista pero cuanto más alto apuntes
mayores son las posibilidades de que tu artículo sea rechazado.
En consecuencia, si eres Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt tu única
limitación para publicar es la calidad de tu artículo.
Soy Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo
Si eres Especialista en Terapia Gestalt no Psicólogo, a no ser que seas médico o
psicopedagogo, no vas a poder publicar en revistas científicas especializadas de
Psicología. No obstante, sí podrás hacerlo en la revista de nuestra asociación o en la
revista de otras asociaciones de profesionales afines. Es decir, podrás publicar tus
artículos en la revista de la Asociación Española de Terapia Gestalt o en otra revista de
alguna otra asociación de profesionales afines como, por ejemplo, psicoanalistas,
analistas bioenergéticos, etc., siempre que la temática de tu artículo realice alguna
aportación a estas disciplinas.
Las revistas de las propias asociaciones están pensadas para ofrecer a sus
asociados un medio de comunicación entre ellos. Por este motivo cualquiera que haya
adquirido el estatus de miembro de una asociación puede publicar en su revista.
Normalmente las restricciones son mínimas y no existe un conjunto normalizado y
estandarizado de normas para la publicación. En cambio, las revistas científicas
especializadas, por ejemplo, de Psicología, son mucho más estrictas y te exigen
artículos que cumplan con las normas de la APA y otras condiciones, como por
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?
16
ejemplo, para un artículo sobre un caso clínico, que hayas realizado un proceso de
evaluación de la eficacia del tratamiento aplicado. Es casi imposible que una revista
científica, por poca categoría que tenga, te acepte y publique un artículo sin evaluación
de la eficacia.
Si no eres Psicólogo, en relación a este último aspecto, el de la necesidad de
evaluar la eficacia de tus intervenciones, tienes una importante limitación.
Concretamente, esta limitación, consiste en que no puedes adquirir las pruebas
psicológicas que son imprescindibles para realizar dicha evaluación de tu intervención.
De hecho, cuando adquieres, en un distribuidor autorizado, dichas pruebas psicológicas
estás obligado a presentar credenciales que reflejen tu condición de Psicólogo, o bien de
Psicopedagogo.
¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?
Yo te digo cómo. Únicamente tienes que seguir leyendo. A continuación
encontrarás todos los pormenores que necesitas dominar para convertir tus casos
clínicos en verdaderos artículos científicos susceptibles de ser presentados para su
publicación en cualquier revista científica.
Lo primero que tienes que saber es que has de estar dispuesto a llevar a cabo una
evaluación del proceso terapéutico. Aunque esto puede sonarte algo engorroso y
complicado en realidad no lo es. En Terapia Gestalt no estamos habituados a evaluar
nuestros casos clínicos. Esto supone un importante hándicap en relación a la posibilidad
de publicar dichos casos, pues para ello es imprescindible hacerlo. No obstante, me he
esforzado en diseñar un procedimiento de evaluación aceptable para las revistas
científicas y que implique los mínimos cambios en nuestra práctica habitual.
Lo segundo que debes aprender es a estructurar y redactar adecuadamente el
artículo. Tampoco te preocupes por esto. Respecto de la estructura del artículo te voy a
indicar todos los apartados que debe incluir tu artículo y qué debes escribir en cada uno
de ellos. Con respecto a la redacción tendrás que aprender a hacerlo siguiendo
estrictamente las normas de la APA. Para que esta tarea te resulte fácil te voy a
proporcionar un extracto de las principales normas de la APA. En realidad el conjunto
Parte 1 Preliminares
¡Quiero publicar! ¿Cómo lo hago?
17
de normas APA es amplísimo. Sin embargo, muchas de esas normas se utilizan muy
poco. Buscar cómo se redacta algo en particular en el conjunto completo de normas
puede ser difícil y tedioso. Para evitarte esta dificultad en el extracto que te ofrezco
tienes lo más destacado de las mismas. Lo que de verdad se usa en la práctica. Te
resultará, en consecuencia mucho más manejable y accesible. Además dicho extracto
está lleno de ejemplos claros para cada norma por lo cual te resultará fácil reproducir las
normas que necesites en tu redacción.
Y, lo tercero y último, que te explicaré será cómo conocer las revistas científicas
que existen. Dispondrás de un listado de todas las revistas científicas ordenado en
función de su categoría que podrás utilizar para decidir a cuál de ellas vas a enviar tu
artículo.
Además, durante todo el recorrido que te propongo voy a poner a tu disposición
un artículo finalizado, listo para enviar a publicar, que reúne todas las características y
que podrás utilizar como modelo.
¿Sigues animado? Pues manos a la obra. Sigue leyendo, lo próximo que
encontrarás son los aspectos prácticos del trabajo de evaluación y de redacción.
¡Ánimo!
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 22 ¿¿CCóómmoo eevvaallúúoo mmii iinntteerrvveenncciióónn??
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Necesito evaluar para publicar? ¿Para qué necesito evaluar?
21
¿Necesito evaluar para publicar?
¿Para qué necesito evaluar?
Si no evalúas la eficacia del tratamiento empleado en tu caso clínico es
prácticamente imposible que tu artículo sea considerado por alguna revista científica.
Incluidas aquellas de menor categoría. De modo que si quieres publicar no te queda más
remedio que evaluar.
En Terapia Gestalt, en particular, y en otras terapias que se han desarrollado fuera
del ámbito académico, en general, no es habitual realizar un proceso de evaluación con
el objetivo de determinar si el tratamiento ha sido eficaz, en los términos que exige el
mundo académico.
Claro que cuando atiendes a un paciente estás evaluando si el trabajo está o no
dando resultados. Y, por supuesto, en la mayor parte de los casos cuando una
intervención llega a su fin sabes si el paciente se benefició o no del proceso. Pero esto lo
haces habitualmente de un modo intuitivo. No tienes ninguna evidencia que puedas
mostrar a alguien que pruebe que realmente ha habido una evolución satisfactoria del
paciente. En nuestro contexto esto está completamente asumido. Sin embargo, esto no
es así en el mundo académico. Y, las publicaciones científicas exigen pruebas de
eficacia de los tratamientos. No basta con que digas que tu paciente mejoró. Lo tienes
que demostrar. Por tanto, es necesario que presentes evidencias de que así fue.
Para poder presentar pruebas o evidencias de la eficacia de tu tratamiento tienes
que emplear necesariamente pruebas psicológicas. Sí, pasar un test. Has leído bien.
Pasar un test. Pero tranquilo. Esto no implica desvirtuar tu trabajo. He pensado mucho
acerca de esto. Concretamente acerca de cómo puedo llevar a cabo una evaluación que
sea al mismo tiempo fiable, rigurosa, bien consolidada académicamente, fácil y rápida
de realizar; sin que, además, desvirtúe nuestra forma habitual de trabajar con los
pacientes.
Afortunadamente es posible. He ideado un procedimiento de evaluación de la
eficacia de un tratamiento que implica, para el paciente, únicamente 20 minutos de una
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¿Necesito evaluar para publicar? ¿Qué debo tener en cuenta a priori?
22
primera sesión y otros 20 minutos en la última sesión. Si administras un par de pruebas
psicológicas a tu paciente antes y después de tratarlos podrás disponer de evidencias
empíricas, bien acreditadas académicamente, de la eficacia de tu trabajo.
Y, si quieres más garantías aún de la eficacia de tu tratamiento, cita a tu paciente
algún tiempo después de finalizar las sesiones. Únicamente necesitarás otros 20 minutos
para poder hacerle un seguimiento de la eficacia del tratamiento; por ejemplo, a 3
meses, a 6 meses, a 9 meses o a 1 año, para determinar si los efectos de tu intervención
se mantienen, o no.
¿Qué debo tener en cuenta a priori?
Únicamente tienes que tener una cosa en cuenta antes de comenzar el trabajo con
un paciente al que tienes previsto evaluar su proceso terapéutico. Debes pasarle las dos
pruebas que más adelante voy a indicarte en el primer momento. Es decir, en el primer
encuentro con tu paciente debes pedirle que responda a ambas pruebas. Hazlo antes
incluso de entrevistarle. Coméntale que le va a ocupar unos pocos minutos y que es
importante como punto de partida. A continuación puedes explicarle que esas pruebas
forman parte del proceso de evaluación de su proceso terapéutico; y, que cuando dicho
proceso finalice volverás a pedirle que te complete ambas pruebas nuevamente, para
comparar sus resultados, en ese momento, con los que obtuvo inicialmente y, de este
modo, podrás disponer de un índice empírico que evidencie la eficacia del tratamiento.
Es importante que le pases a tu paciente ambas pruebas en el primer instante de
conocerlo. Tras presentarte pídele inmediatamente que complete ambas pruebas. Así,
los resultados obtenidos reflejarán mejor las condiciones con las que acude el paciente a
terapia. Si esperas al final de la primera entrevista es posible que los resultados que
obtengas no sean correctos. Por ejemplo, si el paciente percibe que realmente puedes
ayudarle al completar las pruebas los resultados ya pueden verse afectados por esa
esperanza del paciente en su posible mejora.
Mi experiencia es que el paciente acepta bien completar las pruebas. No se opone.
Muy al contrario, lo acoge de buen grado. Suelo estar con las pruebas en mi mano y
rápidamente cuando le hablo de ellas se las muestro. Mi intención es que perciba que
son realmente breves y que completarlas le va a requerir poco tiempo y esfuerzo.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cuál es la estrategia?
23
Algunos de mis pacientes han completado la prueba en tan solo 10 minutos. Finalmente
les digo que en nuestra siguiente sesión les daré los resultados y se los explicaré. He
comprendido que esto es un aliciente para el paciente, que ya tiene un motivo más para
acudir a la siguiente sesión y yo una oportunidad más de establecer un buen vínculo y
garantizar una siguiente sesión.
¿Cómo evalúo?
¿Cuál es la estrategia?
Con el objetivo de determinar la eficacia de tu intervención te propongo que
evalúes los niveles de ansiedad y depresión porque la inmensa mayoría de los pacientes
presentan alteraciones en estas dimensiones con independencia del trastorno que
presenten. Así, estas dos variables pueden ser representativas del nivel de malestar con
que el paciente inicia su proceso terapéutico. No importa si el paciente viene por una
ruptura sentimental, una pérdida de un ser querido, por acoso laboral, por dificultades
para encontrar pareja, porque se siente atrapado en alguna situación de la que no sabe
cómo salir,... o por cualquier otra cosa; si está experimentando sufrimiento sus niveles
de ansiedad y de depresión se verán afectados, incrementándose respecto de los
habituales. ¿Puedes imaginarte algún tipo de situación vivida con sufrimiento por una
persona que no altere sus niveles de ansiedad o depresión habituales? No ¿Verdad? Del
mismo modo si esa persona comienza a manejar su experiencia de un modo más
favorable para sí misma entonces es esperable que sus niveles de ansiedad y depresión
se modificarán, disminuyendo con respecto a los anteriores. En consecuencia, los
niveles de ansiedad y de depresión son dos buenos índices para determinar la eficacia de
un tratamiento si podemos comparar los valores iniciales, previos a la intervención, con
los valores finales, posteriores a la intervención. De este modo, si los valores finales son
análogos a los iniciales podremos concluir que el tratamiento no tuvo beneficios para el
paciente. Pero si son inferiores tendremos una evidencia empírica de mejora del
paciente, lo cual podría ser, debido al tratamiento, aunque esto nunca se puede asegurar
completamente, pues durante el tratamiento podrían haber acontecido paralelamente
otros sucesos que sean los verdaderamente responsables de la mejora observada. No
obstante, como esto último no es posible controlarlo en una intervención de caso único
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¿Cómo evalúo? ¿Qué cuestionarios utilizo?
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prolongada en el tiempo presuponemos que es el tratamiento el agente causal de los
beneficios para el paciente.
¿Qué cuestionarios utilizo?
Para determinar los niveles de ansiedad y de depresión de tus pacientes te
recomiendo que hagas uso de los cuestionarios que a continuación te indico. Para el
caso de la ansiedad, utiliza la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-
Rasgo (STAI), observa la Ilustración 5 en la página 29. Y, para el caso de la depresión,
usa la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo (IDER), observa
la Ilustración 4 en la página 28. Ambos cuestionarios los tienes en TEA Ediciones.
Estos dos cuestionarios están absolutamente contrastados experimentalmente,
cuentan con innumerables estudios estadísticos que garantizan la fiabilidad y la validez
de sus mediciones y cuentan con baremos para población española. Además son fáciles
y rápidos de administrar, corregir e interpretar.
Además ambos ofrecen valores para dos dimensiones. Una de estas es la
dimensión estado y la otra es la dimensión rasgo. La dimensión estado hace referencia
al nivel de las variables en el momento en que se completa el cuestionario, mientras que
la dimensión rasgo hace referencia al nivel habitual de las variables. O expresado de
otro modo, el valor de la dimensión estado alude exclusivamente al momento de la
evaluación, mientras que el valor de la dimensión rasgo alude al nivel más habitual de la
variable. De este modo, los mencionados cuestionarios ofrecen valores de ansiedad
estado y ansiedad rasgo, de una parte; y, depresión estado y depresión rasgo, de otra
parte. Por tanto, la comparación de los respectivos valores de ambas variables, ansiedad
y depresión, en su dimensión estado con los valores en su dimensión rasgo, en la
evaluación previa a la intervención, muestra inmediatamente el nivel de malestar del
paciente cuando acude en busca de tratamiento. Posteriormente, la comparación de los
valores de ambas variables, en su dimensión estado, tras la intervención, con los
respectivos, antes de la intervención, proporciona una idea de la eficacia del
tratamiento. Además, si se comparan los niveles de ambas variables en su dimensión
estado, tras la intervención, con los niveles en su dimensión rasgo, antes de la
intervención, tendremos una idea de hasta qué punto el tratamiento ha devuelto al
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?
25
paciente a un nivel de salud semejante al experimentado por él habitualmente en su
vida.
¿Cómo consigo los cuestionarios?
El mejor procedimiento que tienes a tu disposición para adquirir los cuestionarios,
que necesitas para la evaluación de tus intervenciones clínicas, es que los compres. No
lo dudes. No merece la pena que intentes conseguirlos de ningún otro modo. Ambos
cuestionarios, con sus respectivos manuales y, cada uno de ellos, con 25 ejemplares
preparados con autocorrección, cuestan aproximadamente 60€.
Ilustración 1. Sección Catálogo de TEA Ediciones.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?
26
Ilustración 2. Resultados de búsqueda en el catálogo de TEA Ediciones.
Ilustración 3. Ficha del cuestionario STAI del catálogo de TEA Ediciones.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo consigo los cuestionarios?
27
En España la empresa más importante en la edición y elaboración de pruebas de
evaluación psicológica es TEA Ediciones. En TEA Ediciones puedes encontrar los
cuestionarios que necesitas. Ambos cuestionaros, tanto el STAI, Cuestionario de
Evaluación de la Ansiedad Estado-Rasgo, como el IDER, Inventario de Evaluación de
la Depresión Estado-Rasgo, son editados, en nuestro país, por TEA Ediciones.
Para adquirirlos primero accede a la Web de TEA Ediciones. Para ello, en tu
navegador de Internet, por ejemplo Microsoft Internet Explorer, teclea
www.teaediciones.com y pulsa la tecla Entrar. Una vez que aparezca en tu pantalla la
página principal de la Web de TEA Ediciones localiza y selecciona la sección Catálogo
(observa la Ilustración 1 en la página 25). En esta sección busca los enlaces
relacionados con información y pedidos. Uno de estos enlaces es Centros de
Distribución. Selecciónalo y tendrás a tu disposición un listado completo de centros en
los que puedes adquirir los cuestionarios. Si no hay ningún centro de distribución en tu
propia ciudad puedes enviar un correo electrónico directamente a TEA Ediciones con tu
solicitud de pedido.
En cualquier caso, tanto si dispones de un distribuidor en tu propia ciudad como si
no lo tienes y haces tu pedido por correo electrónico, necesitarás indicar las referencias
de los cuestionarios. Para que dispongas de dichas referencias busca los cuestionarios
que necesitas en el catálogo de TEA Ediciones (observa nuevamente la Ilustración 1 en
la página 25). Accede, como ya te he comentado antes, a la sección Catálogo. Escribe el
nombre del cuestionario que quieres encontrar, por ejemplo STAI, en el cuadro de texto
bajo el título Buscar test y pulsa, a continuación, el botón Buscar. Te aparece una nueva
página con los resultados de tu búsqueda (observa la Ilustración 2 en la página 26).
Localiza cuál de esos resultados se corresponde con el cuestionario que tú estás
buscando. Selecciónalo y, en un momento, ya tienes en tu pantalla la ficha del
cuestionario (observa la Ilustración 3 en la página 26). La ficha, como puedes observar,
incluye toda la información relativa a dicho cuestionario, como por ejemplo, su código
y su precio, además de una descripción del mismo.
A continuación te explico cómo usar estos cuestionarios. Parte del procedimiento
que te explico está simplificado para las nuevas versiones que incluyen hojas de
respuestas con autocorrección. Ahora te indico cómo usar las versiones con plantillas.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?
28
¿Cómo uso los cuestionarios?
Cuestionario de Depresión Estado/Rasgo
Este cuestionario se presenta en una única hoja. En ésta se presentan un conjunto
de 20 ítems estructurados en dos grupos. El primer grupo, de 10 ítems, se corresponde
con la dimensión estado. El segundo grupo, otros 10 ítems, se corresponde con la
dimensión rasgo.
Pide a tu paciente que conteste a todos los ítems rodeando con un círculo la
respuesta que más se aproxime a cómo se siente en este momento, para el primer grupo
o dimensión estado, y a cómo se siente generalmente, para el segundo grupo o
dimensión estado.
Para obtener la puntuación de cada dimensión sitúa la plantilla sobre la hoja de
respuestas. Junto a cada círculo de respuesta de tu paciente encontrarás un valor, de 1 a
4, entre paréntesis. Toma cada uno de esos valores y súmalos. Obtendrás dos
puntuaciones. La primera para la dimensión estado y la segunda para la dimensión
rasgo. Anótalas en las correspondientes casillas de resultados en la parte inferior de la
Ilustración 4. Portada y contraportada del IDER.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?
29
hoja de respuestas. A continuación debes transformar las puntuaciones anteriores en
percentiles. Para ello toma cada puntuación y localízala en la tabla de baremos que
mejor se corresponda con tu paciente: adolescente, universitario o población general.
No utilices la tabla de baremos de muestra clínica. En cada tabla de baremos
encontrarás dos columnas de puntuaciones para cada dimensión. Una de ellas hace
referencia a varones y la otra a mujeres. Según sea el sexo de tu paciente localiza la
puntuación que ha obtenido en una columna o en otra para cada dimensión. Cuando
localices cada puntuación toma nota de con qué percentil se corresponde. Será el que
coincide con la fila de la puntuación localizada en la columna percentil, que es la que
está situada más a la izquierda de la tabla de baremos. Finalmente anota cada percentil
en la hoja de respuestas.
Cuestionario de Ansiedad Estado/Rasgo
Este cuestionario se presenta en una única hoja impresa por las dos caras. En la
primera cara se encuentran los 20 ítems correspondientes a la dimensión estado. En la
segunda se encuentran otros 20 ítems correspondientes a la dimensión rasgo.
Pide a tu paciente que comience a contestar los ítems por la primera cara,
Ilustración 5. Portada y contraportada del STAI.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo uso los cuestionarios?
30
dimensión estado. Si no lo hace de este modo, y comienza por la segunda, las
puntuaciones obtenidas para la dimensión estado podrían verse afectadas por el estado
emocional creado al contestar los ítems de la dimensión rasgo. Si tu paciente contesta
primero a la primera cara del cuestionario, dimensión estado, está demostrado que esto
no condicionará sus respuestas en la segunda cara del cuestionario, dimensión rasgo.
Indica a tu paciente que para cada ítem marque con un aspa el valor de respuesta
que mejor represente cómo se siente ahora mismo, para el conjunto de ítems de la
primera cara, y cómo se siente en general, para el conjunto de ítems de la segunda cara.
Para obtener la puntuación de la dimensión estado sitúa, en primer lugar, la
plantilla de corrección sobre la hoja de respuestas de tu paciente, de manera que la
columna encabezada por el signo más, situada más a la izquierda de la plantilla, se
sobreponga exactamente a las respuestas. Suma los valores visibles que coincidan con
las aspas y anota el valor obtenido en la parte superior derecha de la hoja de respuestas.
Hazlo en la fila que comienza por A/E, ansiedad estado, a continuación del símbolo
más. En segundo lugar, vuelve a situar la plantilla de corrección sobre la hoja de
respuestas de tu paciente. En esta ocasión haz que se sobreponga la columna encabezada
por el signo menos, situada más a la izquierda de la plantilla, exactamente sobre las
respuestas. Obtén nuevamente la suma de los valores visibles que coincidan con las
aspas y anota el resultado a la derecha del resultado anterior, en la parte superior
derecha de la hoja de respuestas, a continuación del signo menos. De este modo habrás
obtenido una ecuación, para la dimensión estado, 𝑃𝐷 = 30 + 1ª 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖ó𝑛 −
2ª 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖ó𝑛, cuya resolución es la puntuación obtenida por tu paciente para esta
dimensión.
Para obtener la puntuación de la dimensión rasgo sigue los mismos pasos que te
he descrito para la dimensión estado. Ten en cuenta que ahora debes situar la plantilla
de corrección sobre las respuestas de tu paciente a los ítems de la segunda cara de la
hoja de respuestas y que debes hacer coincidir las columnas encabezadas por los signos
más y menos, de la plantilla de corrección, situadas más a la derecha.
Una vez que has obtenido las puntuaciones anteriores debes transformarlas en
percentiles. Utiliza para ello la tabla de baremos que proporciona el propio cuestionario.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Para qué he de usar los baremos?
31
La tabla de baremos está dividida en adolescentes y en adultos. Y, a su vez, en varones
y mujeres. Debes buscar las puntuaciones anteriores en la columna que mejor represente
a tu paciente. Ten en cuenta que el criterio de edad para distinguir entre adolescentes y
adultos está situado en 19 años. Es decir, si tu paciente tiene una edad igual o inferior a
19 años tienes que considerarlo un adolescente, a efectos de localizar su puntuación en
la tabla de baremos. En cambio, si supera los 19 años puedes considerarlo un adulto, a
efectos de localizar su puntuación en la tabla de baremos. Cuando localices cada valor
en su correspondiente columna podrás obtener los correspondientes percentiles, que
serán aquellos que coincidan con la fila de la puntuación localizada en la columna
centiles situada a la izquierda de la tabla de baremos.
¿Para qué he de usar los baremos?
La utilización de baremos es un aspecto crucial. Sin baremos no existe la
posibilidad de determinar si la puntuación que obtiene tu paciente en el cuestionario es
alta o baja, mucho o poco. Esto es debido a que dicha puntuación no está comparada
con los valores que otras personas obtienen cuando se les administra el mismo
cuestionario. Para realizar esta comparación sirven las tablas de baremos. Por tanto, la
puntuación directa que se obtiene del cuestionario tiene necesariamente que ser
transformada en centil a través de las tablas de baremos apropiadas. Es entonces, y sólo
entonces, cuando la puntuación empieza a decir algo acerca del paciente.
Las tablas de baremos son simplemente los resultados obtenidos, en alguna
dimensión, de un cuestionario por una muestra de población apropiada, organizados por
porcentajes. De modo tal que, si coges una tabla de baremos y buscas en la columna
centil el valor 50, en la misma fila, de las columnas adyacentes, encontrarás el valor que
obtiene dicha población de media, en esa dimensión (observa la Ilustración 34 en la
página 115). Así, si tu paciente obtiene un centil 85 en la dimensión ansiedad estado,
por ejemplo, inmediatamente sabes que es un valor muy alto. Porque de 100 personas
que responden al cuestionario 84 obtienen una puntuación inferior a la de tu paciente.
Del mismo modo, si tu paciente obtiene un centil 25 en la dimensión depresión rasgo,
sabes inmediatamente que es un nivel muy bajo. Porque de cada 100 personas que
responden al cuestionario 74 obtienen una puntuación superior a la de tu paciente.
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¿Cómo evalúo? ¿Para qué he de usar los baremos?
32
Por otra parte, debes conocer el valor de la desviación típica, normalmente
referida por la abreviatura D.T., de la variable que estás midiendo. La desviación típica
aparece normalmente en las tablas de baremos (Ilustración 34, página 115). Está
referida a las puntuaciones directas. Es decir, antes de ser transformadas a centiles. La
desviación típica te sirve para determinar si dos puntuaciones son iguales o diferentes.
Parece extraño, pero no lo es. Te lo voy a aclarar con un ejemplo análogo. Imagina que
dispones de una balanza para calcular el peso de diferentes objetos. Y sabes que tu
balanza tiene un margen de error de ±20 gramos. Si el objeto A pesa 240 gramos, el
objeto B pesa 850 gramos y el objeto C pesa 227 gramos entonces sabes que A pesa
más que B, que B pesa más que C y que A, pero no puedes decir nada acerca de si A
pesa más que C o si C pesa más que A. No puedes decir nada porque tu balanza no tiene
suficiente precisión como para distinguir pesos tan próximos. Este es el sentido que
tiene la desviación típica. Por ejemplo, la desviación típica para varones de una muestra
de población general para la depresión, en su dimensión estado, es de 5,07. De este
modo dos puntuaciones serán diferentes si su diferencia es mayor que la desviación
típica, o lo que es lo mismo en este caso, si su diferencia es mayor que 5,07.
Consecuentemente, para interpretar los resultados obtenidos por tu paciente en los
Ilustración 6. Cómo llegar a Google Docs.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
33
cuestionaros, por una parte, debes necesariamente transformar sus puntuaciones directas
en centiles, para determinar si los valores que obtienes son altos o bajos; y, de otra
parte, debes tener en cuenta las desviaciones típicas pertinentes, para determinar si dos
puntuaciones aparentemente diferentes son realmente diferentes, o bien, tienes que
asumir que no son distinguibles.
¿Cómo represento mis resultados?
Los resultados de los cuestionarios deben ser representados mediante gráficas para
su más fácil interpretación. Puedes obtener fácilmente estas gráficas utilizando un
programa de hojas de cálculo. Uno de los más populares y extendidos es Microsoft
Excel. Existen otros, por supuesto. En la actualidad incluso es posible utilizar hojas de
cálculo en línea. Es decir, a través de Internet, lo que te libera de la necesidad de que
tengas instalado, en tu propio equipo, un software de hojas de cálculo. Una de las
empresas más conocidas que ofrece este servicio es Google, a través de su servicio
Google Docs accesible desde su página principal. Para acceder a este servicio teclea en
tu navegador de Internet la dirección Web de Google, www.google.es, y pulsa la tecla
Ilustración 7. Página de acceso a Google Docs.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
34
Entrar. A continuación selecciona la opción Más. Aparecerá un menú con diferentes
opciones. Selecciona la opción Docs (observa la Ilustración 6 en la página 32).
Para acceder a este servicio debes disponer de una cuenta de usuario en Google
(observa la Ilustración 7 en la página 33). Esto no plantea ningún problema puesto que
si aún no dispones de una cuenta puedes obtenerla fácil y gratuitamente.
Si tienes una cuenta en Google teclea tu dirección de correo electrónico, tu
contraseña y pulsa Acceder. Si no tienes una cuenta en Google tendrás que crearla
primero para poder disponer del servicio. En este caso selecciona la opción Comenzar y
sigue todos los pasos que se te indiquen. Cuando ya tengas una cuenta podrás acceder al
servicio.
Una vez que accedes al servicio te encontrarás en la pantalla principal donde
podrás crear tu hoja de cálculo para obtener fácilmente las gráficas de tus datos. Para
ello selecciona la opción Crear nuevo, en la esquina superior izquierda, y, a
continuación, en el menú que se despliega selecciona la opción Hoja de Cálculo
(observa la Ilustración 8 en la página 34).
Ilustración 8. Página principal de Google Docs.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
35
Aparecerá el entorno de trabajo típico de las aplicaciones de hojas de cálculo.
Podrás ver una cuadrícula construida por la intersección de columnas, que se
representan por letras en mayúsculas comenzando por la A, y filas, que se representan
por números empezando por el 1, donde cada celda queda designada, en consecuencia,
por una letra y un número, por ejemplo A1 (observa la Ilustración 9 en la página 35).
Es en esta cuadrícula donde tienes que introducir los resultados obtenidos de la
administración de los cuestionarios a tu paciente. Tienes 4 puntuaciones. Dos para
ansiedad, una en su dimensión estado y otra en su dimensión rasgo, y dos para
depresión, una para su dimensión estado y otra para su dimensión rasgo. Pero ten en
cuenta algo muy importante. Las puntuaciones que tienes que representar gráficamente
no son las puntuaciones directas sino las puntuaciones transformadas en centiles. Es
decir, las puntuaciones obtenidas de las tablas de baremos.
Introduce ahora los datos en la cuadrícula de la hoja de cálculo. Hazlo, por
ejemplo, con los datos de los cuestionarios antes de la intervención. Utiliza como
modelo la Ilustración 10, en la página 36. Introduce, en primer lugar, un título para la
tabla de datos. Llámala ―Evaluación Preintervención‖. Escribe el título en la celda A1.
Solo tienes que seleccionar la celda con el puntero del ratón y comenzar a escribir. En
Ilustración 9. Hoja de cálculo de Google Docs.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
36
segundo lugar, introduce la tabla de datos poniendo nombres a las filas y a las
columnas. Utiliza las filas para indicar las variables medidas. Es decir, ansiedad y
depresión. Emplea las columnas para especificar las dimensiones de cada una de las
variables. Es decir, estado y rasgo. Hazlo del mismo modo en el que has introducido el
título de la tabla, hace un momento. Selecciona las celdas en que vas a escribir y a
continuación escribe los títulos adecuados en cada una de ellas. Finalmente introduce
también los valores correspondientes en cada una de las cuatro celdas que quedan
definidas por las intersecciones de las filas, ansiedad y depresión, con las columnas,
estado y rasgo.
Ya tienes todos los datos introducidos en la hoja de cálculo. Para obtener su
gráfica selecciona todos los datos. Para ello pulsa el botón izquierdo del ratón sobre la
celda de la tabla situada en la esquina superior izquierda de la misma, sin incluir el
título de la tabla, concretamente la celda A2. Mantenlo pulsado y arrastra el ratón
diagonalmente hasta la celda situada en la esquina inferior derecha de la tabla, la celda
C4. Suelta ahora el botón izquierdo del ratón y toda la tabla quedará seleccionada.
Elige, ahora, la opción Insertar del menú horizontal que aparece sobre la cuadrícula. Se
despliega verticalmente un nuevo menú. Elige la opción Gráfico (observa la Ilustración
Ilustración 10. Cómo introducir los datos en la hoja de cálculo.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
37
11 en la página 37). Aparecerá un cuadro de diálogo que debes completar antes de
continuar (observa la Ilustración 12 en la página 38).
Elige, en el cuadro de diálogo Crear gráfico, como tipo de gráfico Columnas, la
opción por defecto, y como subtipo de gráfico el primer tipo, también la opción por
defecto. En el rango de datos deja la expresión A2:C4 que aparecerá directamente. En
datos del grupo elige la opción filas. Marca la casilla de verificación para la opción
―Utilizar fila 2 como etiquetas‖. Marca también la casilla de verificación para la opción
―Usar la columna A como etiquetas‖. Escribe un título para el gráfico en el cuadro de
texto ―Título del gráfico‖. Llámale ―Evaluación Preintervención‖. Escribe un nombre
para el eje horizontal en el cuadro de texto ―Eje horizontal‖. Llámale ―Dimensiones‖.
Escribe un título para el eje vertical en el cuadro de texto ―Eje vertical‖. Llámale
―Centiles‖. A continuación, en la lista desplegable titulada Leyenda, selecciona la
opción que más te guste. Prueba diferentes posibilidades y observa el resultado en la
vista previa, en el mismo cuadro de diálogo, abajo a la izquierda. Y, finalmente, cuando
hayas decidido en qué lugar te gusta más la leyenda del gráfico pulsa el botón Guardar
gráfico para volver a la cuadrícula de la hoja de cálculo y obtener el gráfico (observa la
Ilustración 13 en la página 39).
Ilustración 11. Cómo insertar un gráfico.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
38
¡Ya tienes tu gráfico! Ahora guárdalo para que no lo pierdas. Elige la opción
Archivo del menú horizontal que hay sobre la cuadrícula. En el menú vertical que
aparece selecciona la opción Guardar y cerrar. Aparece un cuadro de diálogo (observa la
Ilustración 14 en la página 40). Indica en este cuadro de diálogo qué nombre deseas que
tenga el archivo que almacenará tu gráfico. Llámale del mismo modo que al gráfico. Así
cuando veas el nombre del archivo sabrás su contenido sin necesidad de abrirlo para
comprobarlo. Después de escribir el nombre para el archivo en el cuadro de diálogo
pulsa el botón OK. Se cerrará el cuadro de diálogo y a continuación también lo hará la
hoja de cálculo. Entonces volverás a encontrarte la ventana desde la cual lanzaste la
aplicación de hoja de cálculo. Es decir, te encuentras en la pantalla principal de Google
Docs (observa la Ilustración 15 en la página 41). En la parte de la derecha de esta
ventana aparecerán todos los archivos que vayas creando. Aún no ves el que acabas de
crear. Para verlo tienes que actualizar la ventana. Hazlo seleccionando la opción
Actualizar en la esquina superior derecha. Ahora puedes ver una fila con el nombre de
tu hoja de cálculo. En cualquier momento podrás volver al archivo únicamente
seleccionándolo con un clic del ratón.
Del mismo modo que has hecho este gráfico puedes hacer el resto de gráficos que
Ilustración 12. Cuadro de diálogo Crear gráfico.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
39
necesitas para determinar si el tratamiento ha sido, o no, eficaz. En el siguiente apartado
tienes un análisis de cómo puedes determinar la eficacia de tu tratamiento. En éste te
explico que necesitas al menos dos gráficos más. Uno para comparar los niveles de
ansiedad antes y después de tu intervención. Y otro más para comparar los niveles de
depresión antes y después de tu intervención.
Otro aspecto que necesitas conocer antes de pasar al siguiente apartado es cómo llevar
tus gráficos una vez hechos a tu procesador de textos cuando estés redactando tu
artículo. Para poder hacer esto tienes, en un primer momento, que abrir la hoja de
cálculo que contiene el gráfico que deseas llevar a tu procesador de textos. Una vez
hayas hecho esto observa que el recuadro que contiene tu gráfico, en la esquina superior
derecha, aparece la palabra Gráfico seguido de un pequeño triángulo que apunta hacia
abajo. Haz clic sobre el triángulo y despliega su menú vertical asociado (observa la
Ilustración 16 en la página 41). Elige la opción Guardar imagen. Te aparecerá entonces
un cuadro de diálogo. Vuelve a elegir guardar y en el nuevo cuadro de diálogo
selecciona en qué carpeta de tu equipo, y con qué nombre, quieres guardar la imagen de
tu gráfico. Elige la carpeta que desees y mantén para el gráfico el nombre por defecto
que te aparece, pues es el título que diste al gráfico cuando lo creaste. Pulsa el botón
Ilustración 13. Gráfico finalizado.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
40
Guardar y tendrás en la carpeta que has indicado un archivo con la imagen de tu gráfico
que podrás insertar, a continuación, en el texto de tu artículo.
Puedes también utilizar Google Docs para redactar tu artículo. Para ello accede a
la pantalla principal de Google Docs, como ya te expliqué anteriormente. El
procedimiento es el mismo que antes. Desde la pantalla principal de Google Docs
puedes crear tanto hojas de cálculo como documentos de texto, e incluso otros tipos de
archivos. La única diferencia es que ahora cuando pulses el botón Crear nuevo en el
menú vertical que aparece debes elegir la opción Documento, en lugar de la opción
Hoja de cálculo, que es la opción que elegiste antes para crear tu gráfico. De este modo
has lanzado la aplicación de tratamiento de texto. Ahora comienza a redactar tu artículo.
Cuando quieras incluir un gráfico tan solo tienes que seleccionar la opción Insertar del
menú horizontal que hay sobre el área de escritura. Hazlo ahora. Aparece un menú
vertical. Elige la opción Imagen (observa la Ilustración 17 en la página 42). Aparece un
cuadro de diálogo (observa la Ilustración 18 en la página 42). Asegúrate de que está
seleccionada la opción ―Desde este equipo‖ y, acto seguido, pulsa el botón Examinar.
Elige el archivo de imagen que contiene el gráfico, en el nuevo cuadro de diálogo que
aparece. Pulsa el botón Abrir para volver al cuadro de diálogo anterior. La ruta del
archivo que contiene la imagen del gráfico que deseas insertar aparece a la izquierda del
botón Examinar. Pulsa el botón Insertar. Y, ¡terminado! Tu gráfico aparece en el texto.
Si lo prefieres trabaja con Microsoft Word. El procedimiento para insertar, en el
texto, tu gráfico es completamente análogo. También dispones de una opción Insertar. A
continuación, de seleccionar Insertar, elige la opción Imagen. Indica qué archivo
contiene la imagen de tu gráfico y pulsa el botón Abrir. Y, como antes, ¡ya está!
Ilustración 14. Cuadro de diálogo Guardar hoja de cálculo.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
41
Ilustración 15. Índice de documentos de Google Docs.
Ilustración 16. Guardar un gráfico como una imagen.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo represento mis resultados?
42
Ilustración 17. Insertar la imagen del gráfico en un documento de texto.
Ilustración 18. Cuadro de diálogo Insertar imagen.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
43
¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
Para que puedas establecer la eficacia de tu tratamiento necesitas pasar a tu
paciente los cuestionarios, ya mencionados anteriormente, al menos en dos ocasiones.
La primera vez antes de iniciar el tratamiento. A esta evaluación suelo llamarla
preintervención. Y, la segunda vez, en el momento en que finaliza el tratamiento. Suelo
llamar a ésta última postintervención.
En el artículo finalizado que te ofrezco como modelo tienes un análisis completo
de la eficacia de mi intervención. En el caso que narro en mi artículo tuve la posibilidad
de evaluar a mi paciente, no solo antes y después de la intervención, sino también 2
meses después de finalizar su tratamiento. Por esto, puedo ofrecerte también un ejemplo
de cómo analicé si los efectos beneficiosos del tratamiento se mantuvieron 2 meses
después de mi intervención.
Te recomiendo que leas ahora detenidamente los apartados ―Evaluación
preintervención y análisis de los resultados‖, ―Evaluación postintervención y análisis de
la eficacia‖ y ―Seguimiento‖ de mi artículo.
En el apartado ―Evaluación preintervención y análisis de los resultados‖, de mi
artículo, tienes un ejemplo claro de cómo puedes interpretar los resultados obtenidos en
la evaluación preintervención. Tal como te muestro en mi artículo el resultado más
común es que obtengas valores para ansiedad y depresión, en su dimensión estado,
superiores a los valores de ansiedad y depresión, en su dimensión rasgo. Es decir, que
en el momento en que el paciente acude a terapia, dimensión estado, lo hace con niveles
de ansiedad y depresión, o al menos alguno de ellos, por encima del nivel habitual,
observable a través de la dimensión rasgo. Este es el análisis más básico que puedes
realizar. Es decir, el de confirmar empíricamente que tu paciente ha incrementado, y en
qué proporción, su nivel de ansiedad, o su nivel de depresión, o ambos niveles, respecto
del nivel que experimenta habitualmente. A continuación puedes hacer también otros
análisis. Como por ejemplo, a través de la dimensión rasgo puedes apreciar si tu
paciente presenta de forma estable un patrón ansioso, o lo que es lo mismo, un nivel de
ansiedad rasgo por encima de la media; o un patrón depresivo, o lo que es igual, un
nivel de ansiedad rasgo por encima de la media; o un patrón poco ansioso, o expresado
de otro modo, un nivel de ansiedad rasgo por debajo de la media; o un patrón poco
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
44
depresivo, o en otros términos, un nivel de depresión rasgo por debajo de la media. En
mi caso, tal como reflejo en mi artículo, que te ofrezco como modelo, mi paciente de
forma habitual presenta un patrón ansioso, con un nivel de ansiedad rasgo bastante por
encima de la media; en cambio, presenta un patrón poco depresivo, con un nivel de
depresión rasgo ligeramente por debajo de la media.
En el apartado ―Evaluación postintervención y análisis de la eficacia‖, de mi
artículo, tienes un ejemplo de cómo yo determiné la eficacia de mi tratamiento. Este es
el apartado clave en el que vas a determinar si tu tratamiento fue, o no, beneficioso para
tu paciente. Es en este momento en que tienes que comparar los resultados de la
evaluación de tu paciente tras su tratamiento con los resultados de la evaluación antes de
tu intervención. Como te muestro en mi artículo tienes que hacer fundamentalmente dos
comparaciones. Por un lado, tienes que comparar los niveles de ansiedad, en sus
dimensiones estado y rasgo, antes y después de tu intervención. Y, por otro lado, tienes
que comparar los niveles de depresión, también en sus dimensiones estado y rasgo,
antes y después del tratamiento. Por tanto, tienes que hacer dos gráficos. Uno para los
niveles de ansiedad, en sus dos dimensiones, antes y después del tratamiento. Y, otro,
para los niveles de depresión, en sus dos dimensiones, entes y después de la
Ilustración 19. Datos organizados para obtener un gráfico eficacia.
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
45
intervención. Al primero de estos dos gráficos suelo asignarle el título ―Evaluación pre
y post intervención de la ansiedad‖. Al segundo, ―Evaluación pre y post de la
depresión‖. En el apartado anterior de este trabajo te he mostrado un procedimiento
eficaz para obtener gráficos de tus evaluaciones. Utilízalo ahora de forma análoga para
obtener los dos gráficos que te acabo de indicar. En la figura adjunta (Ilustración 19,
página 44) te indico cómo debes organizar tus datos, en la hoja de cálculo, antes de
lanzar el asistente que te permite crear el gráfico. En esa figura están mis datos. Úsala
como guía para organizar los tuyos tanto de ansiedad como de depresión. Ambos
gráficos son imprescindibles para que puedas determinar si tu tratamiento ha tenido
algún beneficio para tu paciente, disminuyendo su nivel de ansiedad, de depresión o de
ambos.
Una vez que has obtenido ambos gráficos debes fijarte, en un primer momento, en
la dimensión estado, tanto para la ansiedad como para la depresión. Y, en un segundo
momento, fíjate en la dimensión rasgo. El aspecto crucial para determinar
empíricamente que tu intervención sí ha sido eficaz es que los niveles de ansiedad
estado, depresión estado o ambos, disminuyan en la evaluación de tu paciente tras la
intervención, en relación a los respectivos niveles antes de la intervención. Si observas
esto en tus gráficos, entonces tu tratamiento ha funcionado y ha sido beneficioso para tu
paciente. En mi caso lo fue. Observa mis gráficos en el artículo que te ofrezco como
modelo. En ambos casos, tanto para la ansiedad estado y como para la depresión estado,
mi paciente experimenta un notable descenso de sus niveles, desde la evaluación previa
a la intervención hasta la evaluación tras la intervención. Por otra parte, tras este primer
y fundamental análisis puedes también ver qué ha ocurrido con los niveles de ansiedad
y depresión en su dimensión rasgo. Lo más habitual es que estos se mantengan
relativamente estables. Recuerda que esta dimensión hace referencia a cómo el paciente
se siente generalmente, es decir, de forma habitual, por lo cual, al menos teóricamente,
estos niveles no deben verse afectados por los niveles en la dimensión estado, que
representan un momento particular. Observa nuevamente las gráficas en mi artículo.
Aunque tanto la ansiedad como la depresión, en su dimensión rasgo, han disminuido, lo
han hecho de un modo sutil. Posiblemente de forma no significativa. Recuerda lo que te
expliqué acerca de la desviación típica. Excepcionalmente puedes obtener un descenso
significativo de ansiedad rasgo, depresión rasgo, o de ambas. Yo nunca he obtenido un
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
46
resultado así. Supongo que porque aún son pocos los casos que he evaluado. Imagino y
confío que esto ocurrirá en alguna ocasión. Desde luego será una situación interesante.
Cuando llegue la situación lo interpretaré de forma contextualizada. Es decir, en
relación a un paciente en particular, con el que habré forjado un vínculo y con el que
habré compartido una parte de su vida, lo cual me permitirá, comprender mejor cómo y
qué sentido podrán tener semejantes datos. Por ahora únicamente puedo especular con
que tales datos aludirán a una profunda transformación personal que implique la
incorporación de un nuevo, y mejor, modelo de afrontamiento de la vida que sustituya,
de modo total o parcial, al anterior; además de un modo estable. Supongo que esto es
únicamente posible en personas que muy decididamente desean transformarse y que, en
consecuencia, se orientan con gran implicación en dicho proceso. Posiblemente con esta
actitud mantenida, a través del transcurso de los años, será posible la incorporación de
nuevos modelos de afrontamiento que implique menores niveles habituales de malestar,
entendido dicho malestar en términos de ansiedad y de depresión. Por tanto, no es
esperable que obtengamos modificaciones de los niveles de ansiedad rasgo y ansiedad
estado en pacientes que únicamente desean mejorar su calidad de vida cuando se ven
desbordados por la insuficiencia de sus recursos, en un momento dado, para enfrentar
los acontecimientos que se están dando en su vida; y que, apenas dichos
acontecimientos se configuran de un modo más favorable o él comienza a enfrentarlos
mejor desde un nuevo entendimiento, que quizás aún no es verdaderamente
transformador, decide abandonar el proceso terapéutico.
Si tienes la oportunidad de citar a tu paciente un tiempo después de que hayas
finalizado el tratamiento puedes pedirle nuevamente que te responda a los cuestionarios.
De este modo dispondrás de información empírica acerca de si los beneficios del
tratamiento se han mantenido o, si por el contrario, se han disipado. En el caso que
expongo en mi artículo, pude evaluar nuevamente a mi paciente transcurridos 2 meses
de la finalización de nuestras sesiones. En el apartado ―Seguimiento‖ de mi artículo
tienes un ejemplo de cómo puedes llevar a cabo un análisis de eficacia de la
intervención un tiempo después de finalizado el tratamiento. Lee ahora detenidamente
este apartado de mi artículo. Observa que nuevamente aporto dos gráficos. Igual que
antes, por un lado, analizo la evolución de los niveles de ansiedad, en sus dimensiones
estado y rasgo, incluyendo el nivel antes de la intervención, el nivel tras la intervención
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
47
y el nuevo nivel obtenido en el seguimiento a 2 meses; y, por otro lado, analizo la
evolución de los niveles de depresión, en sus dimensiones estado y rasgo, incluyendo,
del mismo modo que para la ansiedad, el nivel antes de la intervención, el nivel tras la
intervención y el nuevo nivel obtenido del seguimiento a 2 meses. En la figura adjunta
(Ilustración 20, página 47) te muestro cómo debes organizar los datos en la hoja de
cálculo para que obtengas estos gráficos que te acabo de indicar sin dificultades.
Ahora, como antes, en la evaluación de la eficacia del tratamiento a su
finalización, nuevamente el análisis más interesante es el de la evolución de los niveles
de ansiedad y de depresión, en su dimensión estado. Nuevamente es esperable que los
niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo, oscilen en un rango de
valores muy próximo, en todas las mediciones. En cambio, respecto de la dimensión
estado, sí podemos sacar importantes conclusiones acerca de las bondades del
tratamiento tras un periodo de tiempo desde su finalización. En mi caso, por ejemplo, si
observas nuevamente mis gráficos, puedes apreciar que a los 2 meses, por una parte, el
nivel de ansiedad rasgo de mi paciente ya se incrementó, aunque sin llegar al nivel que
tuvo al comienzo de la intervención; y, por otra parte, el nivel de depresión estado no
solo no aumentó sino que incluso disminuyó aún más. En consecuencia pude determinar
Ilustración 20. Datos organizados para obtener un gráfico seguimiento.
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¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
48
que mi paciente a los 2 mese de finalizado su tratamiento aún se beneficiaba del mismo.
O en otras palabras, mi tratamiento mantenía su eficacia 2 meses después de finalizada
la intervención.
Para finalizar, es muy interesante que pongas en relación la evolución de los
niveles de ansiedad y depresión, en su dimensión estado, de tu paciente, con el patrón
que muestran los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo. Te lo
explico con un ejemplo. Revisa todos los gráficos que aporto en mi artículo. Si te fijas
bien en todos ellos vas a descubrir un patrón que se mantiene constante a lo largo de
todas las evaluaciones que realicé a mi paciente. En todos los casos el nivel de ansiedad
rasgo en considerablemente mayor que el nivel de depresión rasgo. Esto me indica que
mi paciente habitualmente tiene una mayor tendencia a experimentar síntomas ansiosos
que síntomas depresivos. Cuando descubrí este patrón comprendí mejor la coherencia
implícita en la evolución de mi paciente. Como ya te he indicado en un primer
momento, inmediatamente después de terminar el tratamiento, mi paciente experimentó
un descenso del nivel de ansiedad y del nivel de depresión, en su dimensión estado. Sin
embargo, en el seguimiento a dos meses, su nivel de ansiedad estado se incrementó
ligeramente, mientras que, por el contrario, su nivel de depresión estado disminuyó.
Algo que yo podría haber previsto si hubiera advertido antes su patrón de ansiedad y
depresión rasgo. Pero no lo hice, porque únicamente me di cuenta de esto durante la
redacción del artículo. En definitiva, lo que comprendí es que mi paciente, en el fondo,
y por sí mismo, estaba preparado para beneficiarse más en términos de mejorar su nivel
de depresión estado, que en términos de mejorar su nivel de ansiedad estado. Puesto
que, por así decirlo, se defiende mejor desarrollando síntomas ansiosos que depresivos.
Es más, ahora me doy cuenta, cuando escribo esto, al mismo tiempo que recuerdo
muchas de nuestras conversaciones, que mi paciente realmente sufría más con sus
síntomas depresivos que con los ansiosos. Así, no le importaba tanto, pasar una noche
en vela, como sentirse apático. Quizás lo que verdaderamente le trajo a consulta fue su
incapacidad de enfrentarse a su desgana. De algún modo su ansiedad ya no le permitía
por más tiempo escapar de su apatía y, consecuentemente, su ansiedad y depresión se
dispararon. En el momento en que comenzó a disponer de nuevos recursos, su nivel de
depresión descendió, puesto que volvió a sentir que algo podía hacer. Percibió que
nuevamente disponía de cierto control sobre su situación, lo que le aleja de la apatía,
Parte 2 ¿Cómo evalúo mi intervención?
¿Cómo evalúo? ¿Cómo sé si mi intervención ha sido eficaz?
49
disminuyendo su nivel de depresión estado, y al mismo tiempo, le mantiene en un
elevado nivel de ansiedad rasgo.
En definitiva, únicamente necesitas 20 minutos del primer encuentro con tu
paciente y 20 minutos más al finalizar tu intervención, para disponer de un conjunto de
datos que, adecuadamente interpretados, te ofrecen la posibilidad de comprobar
empíricamente si tu intervención ha sido eficaz, es decir, si tu paciente se ha beneficiado
de ella. Obviamente, la comprobación empírica de la eficacia de tu tratamiento no debe
estar reñida con lo que tu paciente exprese acerca de su percepción de los beneficios del
proceso para sí mismo. Para mí lo prioritario es la impresión subjetiva, tanto de mi
paciente como la mía propia, acerca del proceso terapéutico en que ambos hemos estado
involucrados. Eso es, sin lugar a dudas, lo más importante para mí. No obstante, si esa
impresión subjetiva queda refrendada empíricamente, tengo un argumento de peso, para
contribuir a la difusión de la Terapia Gestalt, más allá del contexto de las terapias
alternativas
.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 33 ¿¿CCóómmoo pprreeppaarroo mmii aarrttííccuulloo??
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo redacto? Normas de redacción
53
¿Cómo lo redacto?
Normas de redacción
Si estás interesado en conocer cómo redactar adecuadamente no dudes en recurrir
al libro titulado ―Cómo redactar textos científicos en Psicología y Educación‖ (observa
la Ilustración 21en la página 53) escrito por León, O. G. (2005).
Este libro contiene un capítulo que es especialmente interesante. Se titula ―Cómo
redactar mal‖. Este capítulo te muestra con ejemplos muy claros todo aquello que no
debes hacer al escribir tus textos en Psicología. Es un capítulo que incluso resulta
divertido. No lo olvidarás nunca cuando te pongas a escribir cualquier texto.
Además de lo anterior, con este libro, vas a aprender innumerables curiosidades
acerca de la redacción de documentos en general, que te serán realmente útiles más allá,
incluso, de la particularidad de redactar correctamente artículos científicos.
Ilustración 21. Portada y contraportada del libro “Cómo redactar textos…”.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo lo estructuro? Normas APA
54
Normas APA
Otro aspecto interesante del libro ―Cómo redactar textos científicos en Psicología
y Educación‖ (observa la Ilustración 21 en la página 53) escrito por León, O. G. (2005)
es su Apéndice B que contiene una recopilación de las normas de la APA. En este
apéndice vas a encontrar todo lo que necesitas saber a este respecto de una manera clara
y sencilla. Todos los apartados de este apéndice cuentan además con ejemplos e
ilustraciones que aclaran todas las dudas y que sirven de modelo.
¿Cómo lo estructuro?
El título
El título de tu trabajo es un aspecto esencial del mismo. Consigue que sea breve
pero al mismo tiempo muy informativo e interesante. No ahorres tiempo en esto. Lo
primero que alguien verá de tu artículo es su título.
Te recomiendo que en el título hagas mención a la problemática que presenta el
caso y al tipo de intervención que has llevado a cabo.
Después del título pon tu nombre y primer apellido, como autor del mismo. Si sois
varios los autores pon la lista con los nombres de todos, separados por comas, y
ordenados de mayor a menor nivel de implicación en el trabajo de cada uno. De este
modo, usualmente el autor principal es el que aparece primero en la lista de autores.
Opcionalmente puedes incluir superíndices a cada nombre, o a algunos de ellos.
Y, a continuación, bien en un nuevo párrafo, más abajo y antes de comenzar el resumen;
o bien, como una nota al pié de página, incluye cada superíndice nuevamente con la
información adicional que desees relativa a ese autor. Normalmente, dicha información
adicional suele ser su centro de adscripción, su dirección de correo electrónico, alguna
petición que el autor desea hacer a los lectores del artículo, como por ejemplo,
solicitarles comentarios, o cualquier otro tipo de aclaración o información que dicho
autor, particularmente, desee aportar.
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? El centro de trabajo y el terapeuta
55
El resumen
Utiliza este apartado de tu artículo para presentarlo de forma resumida. Su
extensión debe estar entre 200 y 250 palabras. Nunca superes este límite.
Incluye siempre en tu resumen una exposición de la problemática que has tratado,
desde qué perspectiva lo has hecho, la duración del tratamiento y su formato, el
procedimiento de evaluación de la eficacia del tratamiento que has utilizado
mencionando explícitamente los instrumentos que has empleado y, finalmente, el
resultado que has obtenido. Incluye, además, una relación de palabras clave,
relacionadas con tu artículo, que entiendas que pueden resultar útiles para encontrar tu
artículo en una base de datos electrónica.
También es necesario que, en tu resumen, explicites que en tu artículo empleas
una típica metodología de investigación en Psicología, como es el estudio de caso,
según la clasificación propuesta por Montero y León, (2002); y, que además lo has
redactado siguiendo las normas de redacción de casos clínicos propuestas por Buela-
Casal y Sierra, (2002).
El centro de trabajo y el terapeuta
Específica aquí en qué centro de trabajo has realizado la intervención. También
puedes describir, en este momento, las actividades del centro, quién lo dirige, qué
titulación tiene. Aporta también algún tipo de acreditación, premio o actividad
destacada del centro, que lo presente adecuadamente.
Si, como en mi caso, tu centro o tú mismo estás especializado en Terapia Gestalt,
aprovecha este apartado para proponer alguna referencia de algún trabajo que aporte
información extensa sobre nuestro enfoque, mediante el cual otros especialistas puedan
ampliar sus conocimientos acerca de las particularidades de la Terapia Gestalt. Yo,
propongo el libro titulado ―Gestalt, terapia de autenticidad‖ de De Casso, (2003). Pero,
claro está, elige tú el que prefieras.
Si tu centro o tú mismo eres especialista en algún otro enfoque terapéutico, de
forma análoga a como he expuesto antes, haz referencia a algún trabajo que profundice
en la idiosincrasia de tu enfoque.
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¿Cómo lo estructuro? La identificación del paciente
56
Finalmente, incluye, también en este apartado, información acerca de ti mismo
como terapeuta del caso clínico que presentas. Indica tu titulación y especialidad, así
como también indica, quién te ha supervisado, en caso de que así haya sido, y cualquier
otro colaborador que hayas tenido.
La identificación del paciente
Aquí debes indicar qué edad tiene tu paciente, cuál es su sexo, su estado civil,
cuántos hijos tiene, cuál es su profesión, cuál es su nivel de estudios, su nivel
sociocultural, su nivel económico, donde nació, dónde vive, qué relaciones personales
relevantes para el caso mantiene, así como cualquier otro aspecto o dato que consideres
de interés para comprender las características personales e idiosincrásicas de tu
paciente.
También en este apartado puedes incluir algún tipo de diagrama o gráfico, que
permita comprender, de un modo claro y directo, las relaciones familiares y personales
en las que se desenvuelve tu paciente. Puedes incluir, en este diagrama, para cada
relación, el tipo de vínculo que une a cada persona con otra, de modo que hagas
explícito, el ambiente social y afectivo del que forma parte tu paciente.
El motivo de la consulta
Describe aquí cuál es el motivo por el cual tu paciente acude a tu consulta. Detalla
todos los síntomas que manifiesta tu paciente a nivel cognitivo, fisiológico sensorial o
emocional y conductual. Aporta también información acerca de la evolución que han
tenido sus síntomas. Es decir, cuánto hace de la aparición de los síntomas, en qué
momento aparecieron por vez primera, en qué contexto o situación, con qué intensidad,
cómo se siente experimentando esos síntomas, cómo afectan los síntomas a su vida, etc.
Otro aspecto importante, en este momento, es que no aportes información acerca
de la problemática y de la sintomatología que aqueja a tu paciente. Ofrece también
información acerca de la demanda de tu paciente y su posible resistencia al cambio
(Feixas, Sánchez, Laso y Gómez-Jarabo, 2002).
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? El estudio de los objetivos terapéuticos
57
La historia del problema
En este apartado es donde debes aportar toda la información relacionada con el
problema que te plantea tu paciente. Narra cuándo y cómo comenzó el problema, cómo
evolucionó y de qué modo llegó a convertirse en algo imposible de manejar para él.
Cuenta a qué áreas de su vida afecta y qué estado de ánimo le produce.
Es posible que aquí tengas que detallar aspectos de la vida de tu paciente. Por
ejemplo, valores familiares que incorporó y que gobiernan su vida rígidamente, entorno
social en que se desarrolló, calidad de las relaciones que mantiene en su vida, personas
involucradas en el problema que le aqueja, intereses enfrentados de las personas
involucradas en el problema,…, y cualquier otro aspecto que sirva para comprender
profundamente qué aqueja a tu paciente.
Proporciona una visión lo más amplia posible de la situación problemática que
plantea tu paciente y, al mismo tiempo, destaca y enfatiza cualquier detalle que
consideres relevante para el entendimiento preciso de la problemática.
Las metas de la intervención
En este apartado describe cuál es el objetivo de tu paciente, es decir, su necesidad
con respecto al proceso terapéutico. O dicho de otra forma, qué expectativa de
beneficios tiene tu paciente en relación al proceso terapéutico, es decir, qué meta se
plantea.
El estudio de los objetivos terapéuticos
En un principio cabría esperar que las metas que desea alcanzar tu paciente se
conviertan en tu objetivo terapéutico. Sin embargo, todos sabemos que esto no siempre
es así. Incluso quizás, casi nunca es así. Una cosa es lo que tu paciente expresa que
desea obtener, en un primer momento, cuando comienza su proceso terapéutico, y otra
cosa es, posiblemente muy diferente, aquello que te das cuenta, durante el desarrollo de
las sesiones y en la medida en que más conoces a tu paciente, qué es lo que él realmente
necesita, lo que verdaderamente le viene bien, o incluso, lo que él puede hacer, para
manejar más adecuadamente la situación que tiene planteada en su vida. Así es como tu
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo lo estructuro? La selección del tipo de intervención
58
objetivo terapéutico puede, poco a poco, separarse de la meta inicialmente establecida
por tu paciente. Por lo cual, no te va a resultar fácil establecer a priori unos objetivos
terapéuticos concretos. Irás comprendiendo estos en la medida en que avances en el
proceso terapéutico. Es por esto que, en este apartado, conviene que expreses tus
objetivos en términos más estratégicos. Es decir, que te plantees como objetivo algo
como, por ejemplo, acompañar a tu paciente para que sea él quien cuando tenga mayor
comprensión de qué le impide manejar más adecuadamente comprenda qué opciones
reales tiene, qué desea hacer o qué puede hacer. Más adelante, en el apartado de la
intervención, puedes aportar todos los detalles, que consideres oportunos, en relación a
cómo tus objetivos terapéuticos evolucionaron en el transcurso de las sesiones con tu
paciente.
La selección del tipo de intervención
Esta sección de tu artículo debe aludir a varios aspectos. Uno de esos aspectos, es
el tipo de enfoque terapéutico que contextualiza tu intervención, así como también las
técnicas que has empleado. Otro aspecto, es el relacionado con el calendario de sesiones
y el formato de las mismas. Otro aspecto más, es si han participado, o no, terceras
personas en el proceso. Y, finalmente, el último aspecto, es el relacionado con la
justificación de las elecciones anteriores.
Respecto al enfoque terapéutico haz explícito cuál es. En mi caso, Terapia Gestalt.
En el tuyo, quizás también. O no, en cualquier caso debes indicar desde qué perspectiva
llevas a cabo tu intervención. Además de esto, justifica cómo crees que este enfoque es
apropiado para el caso en particular que vas a tratar.
En relación al calendario de sesiones indica: cuántas sesiones tuvieron lugar, qué
período de tiempo total abarcaron en su conjunto, qué duración tenían cada una de ellas
y con qué frecuencia tenían lugar. Por otra parte, indica qué formato tuvieron las
sesiones. Es decir, si fueron individuales o grupales. Por una parte, si fueron grupales,
indica, al menos, cuántas personas constituyeron el grupo, algunas características
relevantes de los diferentes miembros del grupo y si algún otro terapeuta participó,
junto a ti o individualmente, en las sesiones grupales en algún momento. Y, por otra
parte, si fueron individuales, indica, respecto de la participación de otras personas en el
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? La evaluación preintervención
59
proceso, si en alguna sesión participó la pareja, padres, hijos, otros familiares u otra
persona vinculada a tu paciente no familiarmente. Indica también, en este último caso, si
en algún momento del transcurso de las sesiones individuales participó algún otro
terapeuta, individualmente o en coterapia contigo.
Finalmente, dedica un tiempo a justificar todas las anteriores elecciones. Por
ejemplo, explica por qué abordaste la intervención desde un enfoque y no otro, o por
qué empleaste una técnica y no otra. Quizás, por una parte, fue debido a las
características de tu paciente, es decir, por su mejor disponibilidad en un determinado
sentido y no tanto en otro, o por sus posibilidades económicas que hacen posible un tipo
de intervención y no otro. O quizás, por otra parte, fue consecuencia de tus propias
características personales, es decir, tu mayor dominio y seguridad con determinadas
técnicas frente a otras.
La evaluación preintervención
Comienza con una explicación acerca de la estrategia de evaluación que has
empleado. Continúa indicando qué pruebas psicológicas has empleado en cada fase de
la evaluación. Según el modelo que te propongo la estrategia de evaluación de la
eficacia es la comparación de los niveles de ansiedad y de depresión del paciente, en sus
dos dimensiones, estado y rasgo respectivamente, antes y después de la intervención. Y,
para ello, los cuestionarios que debes utilizar son, por una parte, para obtener los niveles
de ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo,
también conocido como STAI; y, por otra parte, para obtener los niveles de depresión,
la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo, también conocido
como IDER.
Después, aporta los resultados de tu evaluación antes de iniciar el tratamiento. En
primer lugar hazlo con palabras. Y, en segundo lugar, ilústralos con un gráfico. Para el
modelo que te propongo, la mejor opción es que en tu gráfico, por una parte, reflejes los
niveles de ansiedad estado y de depresión estado; y, por otra parte, reflejes los niveles
de ansiedad rasgo y de depresión rasgo. De modo tal, que visualmente sea inmediato
apreciar si ambos niveles en la dimensión estado, para la ansiedad y para la depresión,
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo lo estructuro? La intervención
60
superan, o no superan, a sus respectivos niveles en la dimensión rasgo. Opcionalmente,
puedes también incluir una tabla con los resultados.
Para finalizar, analiza e interpreta los resultados que has obtenido. Para ello
ponlos en relación con el testimonio de tu paciente, e indica si los datos empíricos que
has obtenido, con las administración de las pruebas psicológicas, es o no es, coherente
con el testimonio de de tu paciente acerca de sus síntomas. Por una parte, comenta e
interpreta los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad estado y de
depresión estado, en comparación con sus respectivos niveles en su dimensión rasgo. Lo
habitual es, que los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión estado, superen
los niveles respectivos en la dimensión rasgo. Es decir, que en el momento en que el
paciente decide comprometerse con un proceso de terapia está experimentando mayor
malestar del que experimenta habitualmente. Por otra parte, puedes también interpretar
los niveles de ansiedad y de depresión, en su dimensión rasgo. Por ejemplo, ¿cómo son
sus niveles de ansiedad estado y depresión rasgo respecto a su población de referencia?
La intervención
Comienza exponiendo los acontecimientos biográficos de tu paciente que, o bien
son antecedentes de la problemática por la que viene a terapia, o bien aportan
información relevante acerca de sus características personales, necesarias para
comprender el desarrollo de su proceso terapéutico. Continúa aportando información
acerca de tus impresiones, en relación a sus características, por ejemplo, su estilo, sus
actitudes, sus aptitudes, sus valores, … , y cualquier otro aspecto que ayude al lector a
conocer al paciente. Poco a poco adéntrate en la exposición de qué encubre su
apariencia, cuáles son sus déficits, o dicho en otros términos, cuáles son las habilidades
que, por las condiciones de vida en que tuvo que desarrollarse, no pudo adquirir, y que,
muy posiblemente están a la base, del inadecuado afrontamiento de su situación actual.
Con todo lo anterior haz un diagnóstico. Yo suelo emplear el mapa
caracterológico del Eneagrama, según el modelo que Claudio Naranjo presenta en su
magistral obra ―Carácter y neurosis, una visión integradora‖ de 2005. Además, me gusta
especialmente, tomar alguna cita del propio Naranjo, para incluirla en mi artículo. Pues
siempre he apreciado su estilo expresivo en relación a los diferentes caracteres
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? La evaluación postintervención y eficacia
61
humanos; que, desde mi punto de vista delatan su profundo y sutil conocimiento, acerca
de la dinámica de los diferentes tipos humanos.
A continuación plantea tu diagnóstico en términos de hipótesis y explica el
proceso de contrastación de la misma hasta su aceptación o rechazo. En caso de rechazo
explica cómo la refutación de la hipótesis anterior te conduce a una nueva hipótesis.
Continúa así hasta hacer explícitas tus hipótesis fundamentales a lo largo de tu
intervención. En el transcurso de esta tarea indica, por una parte, cada uno de los hitos
claves que suponen un punto de inflexión en el transcurso del proceso; y, por otra parte,
las diferentes técnicas empleadas durante todo el proceso.
Aprovecha este apartado para que, al hilo de los acontecimientos acaecidos
durante tu intervención, aportes información clave acerca de los aspectos particulares de
tu encuadre terapéutico, por ejemplo, la Terapia Gestalt, en mi caso.
La evaluación postintervención y eficacia
Comienza indicando qué pruebas has utilizado en esta fase de la evaluación que,
según el modelo de evaluación que te propongo, son nuevamente, por una parte, la
adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo, o STAI, para
determinar el nivel de ansiedad; y, por otra parte, la adaptación española del Inventario
de Depresión Estado-Rasgo, o IDER, para determinar el nivel de depresión.
Después indica los resultados de tu evaluación después de terminar el tratamiento.
En primer lugar hazlo con palabras. Y, en segundo lugar, ilústralos con dos gráficos. En
uno de ellos, compara los resultados que has obtenido para la ansiedad, en sus dos
dimensiones, estado y rasgo, antes y después del tratamiento. En el otro, compara los
resultados que has obtenido para la depresión, en sus dos dimensiones, estado y rasgo,
antes y después del tratamiento. Opcionalmente, puedes también incluir tablas con los
resultados.
Para finalizar, analiza, interpreta y comenta los resultados que has obtenido. En
este momento, lo fundamental es que hagas explícito si el tratamiento ha sido, o no ha
sido, eficaz. En el caso del modelo que te propongo, dicha conclusión de eficacia,
consiste básicamente en determinar si los niveles de ansiedad y depresión, de ambas o
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo lo estructuro? El seguimiento
62
de alguna de ellas, en su dimensión estado, han disminuido, en relación a los niveles de
partida, obtenidos en la evaluación previa al inicio del tratamiento. Si el tratamiento,
finalmente, no ha resultado eficaz, aclara los motivos por los cuales consideras que el
paciente no se ha podido beneficiar de tu intervención. Por otra parte, también puedes
comentar los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad y de depresión, en
su dimensión rasgo. Los cuales, al menos teóricamente deben ser, tanto para la ansiedad
rasgo como para la depresión rasgo, en sus niveles respectivos antes y después de la
intervención, valores próximos, manteniéndose así relativamente estables. No obstante,
si la previsión teórica no queda refrendada empíricamente aporta una posible
explicación.
El seguimiento
Comienza indicando cuántas evaluaciones de seguimiento has realizado y cuanto
tiempo ha transcurrido para cada una de ellas desde la finalización del tratamiento.
Seguidamente indica qué pruebas has utilizado en cada evaluación de seguimiento que,
según el modelo de evaluación que te propongo, también en esta ocasión son, por un
lado, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo, o STAI; y,
por otro lado, la adaptación española del Inventario de Depresión Estado-Rasgo, o
IDER.
Después expresa los resultados que has obtenido en cada una de las evaluaciones
de seguimiento que has llevado a cabo desde la finalización del tratamiento. En primer
lugar exprésalo con palabras. Y, después, en segundo lugar, ilústralos con dos gráficos.
En uno de estos gráficos, compara los resultados que has obtenido para la ansiedad, en
sus dos dimensiones, estado y rasgo, en todas las evaluaciones que has realizado en el
transcurso de tu intervención, es decir, antes de iniciar el tratamiento, inmediatamente
después de finalizarlo y en cada una de las evaluaciones de seguimiento que has
realizado. En el otro gráfico, de modo análogo a como lo has hecho con la ansiedad,
compara los resultados que has obtenido para la depresión, en sus dos dimensiones,
estado y rasgo, en todas las evaluaciones que has realizado en el transcurso de tu
intervención, o sea, antes de iniciar el tratamiento, inmediatamente después de
finalizarlo y en cada una de las evaluaciones de seguimiento que has realizado.
Opcionalmente, puedes también incluir tablas con los resultados.
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? Las observaciones
63
Para finalizar, analiza, interpreta y comenta los resultados que has obtenido. En
este momento, lo prioritario es que hagas explícito si el tratamiento mantiene sus
beneficios, o no, para el paciente, en el período de seguimiento. Según el modelo que te
propongo, puedes concluir que tu paciente continúa beneficiándose de tu intervención
en la medida en que, a través de las diferentes evaluaciones de seguimiento, los niveles
de ansiedad y depresión, de ambas o de alguna de ellas, en su dimensión estado, no han
vuelto a los niveles de partida, obtenidos en la evaluación previa al inicio del
tratamiento. Por otra parte, como antes en la evaluación tras la intervención, también
puedes comentar los resultados que has obtenido para los niveles de ansiedad y de
depresión, en su dimensión rasgo, en las sucesivas evaluaciones de seguimiento. Es de
esperar, por lo menos teóricamente que, por una parte, los sucesivos niveles de ansiedad
rasgo, y, por otra, los sucesivos niveles de depresión rasgo, se distribuyan
respectivamente en un pequeño rango de valores, manteniéndose así ambas variables
relativamente estables. Pero, si no resulta ser esta la situación, entonces intenta aportar
una posible explicación.
Las observaciones
Aporta aquí cualquier comentario que consideres relevante para el caso y que no
hayas expresado anteriormente en algún otro apartado.
Por un lado, explica o haz algún comentario, en este momento, acerca de cómo
fue el seguimiento de las indicaciones terapéuticas por parte del paciente (Maciá y
Méndez, 1996). Por otro lado, indica si la evolución de la problemática que plantea tu
paciente siguió los parámetros esperados según los comentarios a tal respecto de otros
autores en sus publicaciones. Si no ha sido así, aporta la información que destaque las
peculiaridades, en este sentido, del caso que presentas. Y, finalmente, habla también
acerca de si tu paciente conocía, antes del inicio de la intervención, las peculiaridades
del tipo de tratamiento y encuadre psicoterapéutico, que aplicaste en su tratamiento, así
como si conocía, o no, otras posibilidades de tratamiento.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo lo estructuro? La teoría
64
La teoría
Este es un apartado opcional. Por tanto, no lo tienes que incluir necesariamente.
Una buena alternativa a este apartado, en la mayoría de las ocasiones, es incluir los
aspectos teóricos relevantes para el caso clínico, en cuestión, en el apartado
Intervención. No obstante, hazlo de esta manera únicamente cuando las referencias que
haces a la teoría sean breves reseñas que no impiden seguir adecuadamente el hilo de tu
intervención con el paciente.
Excepcionalmente, es posible que desees hacer un desarrollo teórico más amplio.
En ocasiones, tu intervención con un paciente te lleva a interesantes conclusiones. Las
cuales, te permiten, quizás, comprender algunos conceptos o ideas centrales de tu
enfoque terapéutico más profundamente o de un modo diferente. Cuando esto te ocurra
incluye un apartado específico para la teoría. En este apartado desarrolla tus ideas. Para
ello relaciona lo que otros autores han dicho antes al respecto con tu experiencia clínica;
para, a partir de ahí, elaborar tus argumentos.
Este es el apartado perfecto para tender puentes con otras disciplinas afines.
Aprovecha para relacionar los conceptos de tu enfoque con los términos que otros
enfoques o disciplinas utilizan y que pueden estar relacionados. De este modo,
contribuyes al necesario proceso de integración de todos los saberes humanos.
Las referencias
Tu artículo a lo largo del texto debe incluir referencias a otros trabajos de otros
autores. Cuando esto ocurre cítalos. Hazlo cumpliendo con las normas de la Asociación
Psicológica Americana, APA; las cuales, son ampliamente aceptadas dentro de las
ciencias sociales, por lo que se han convertido en el estándar de redacción de artículos
en estas áreas. Así pues, siguiendo las mencionadas normas, cada mención a otro trabajo
consta de dos partes. Una de esas partes es la cita dentro del texto, al hilo de la
exposición, en la que usualmente debes especificar el nombre del autor y la fecha de
publicación. La otra parte, llamada referencia, va al final del texto en un apartado del
mismo nombre, referencias. Dicho apartado, debe estar constituido por una lista de
entradas. Cada una de estas entradas es una referencia. Y cada referencia debe aportar la
información completa de la cita dentro del texto a la que alude.
Parte 3 ¿Cómo preparo mi artículo?
¿Cómo lo estructuro? Las referencias
65
Por ejemplo, en el artículo que te ofrezco como modelo puedes ver que en el
apartado Intervención hago referencia a Claudio Naranjo. Lo cito del modo siguiente:
Naranjo (1997). Después, al final del artículo, en el apartado Referencias incluyo la
información completa para esta cita, o lo que es igual, su referencia. Y lo hago de la
forma siguiente: Naranjo, C. (2007). Por una Gestalt viva. Vitoria: Editorial La Llave
D. H. En ambos casos, cita y referencia, he respetado las normas de citación de la
Asociación Psicológica Americana, APA. Con la intención de facilitarte el acceso y
conocimiento de las mencionadas normas he incluido en el presente trabajo, en la
sección Apéndices, un extracto de dichas normas. Espero que te resulte de gran utilidad.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 44 ¿¿CCóómmoo ppuubblliiccoo mmii aarrttííccuulloo??
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?
¿Qué revistas hay?
69
¿Qué revistas hay?
Si ya tienes tu artículo listo es el momento de ver a qué revista lo envías para su
publicación. Para ello, en primer lugar, te conviene conocer qué revistas de Psicología
hay. En segundo lugar, qué categoría tienen. Y, en tercer lugar, cuál es el procedimiento
para enviar tu artículo solicitando su publicación.
Si quieres disponer de un listado actualizado con todas las revistas españolas de
Psicología, te recomiendo que accedas a IN~RECS, el índice de impacto de las Revistas
Españolas de Ciencias Sociales, donde encontrarás una sección específica para las
revistas de Psicología. Recuerda que Psicología no es una profesión sanitaria, según
regula la Ley de Organización de las Profesiones Sanitarias, LOPS. En España,
actualmente la Psicología está considerada una Ciencia Social.
Para acceder a IN~RECS, necesitas hacerlo a través de Internet. No existe este
servicio en formato impreso. El único modo para consultarlo es a través de la Web.
Teclea en tu navegador Web, por ejemplo Microsoft Internet Explorer, en su barra de
direcciones, la URL http://ec3.ugr.es/in-recs/ y a continuación pulsa la tecla entrar
Ilustración 22. Página de inicio de IN~RECS.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo sé la categoría de una revista?
70
(observa la Ilustración 22 en la página 69). De este modo, en unos instantes, aparecerá
la página principal de IN~RECS.
En esta página localiza los accesos directos a los listados de las revistas de las
diferentes Ciencias Sociales, como Economía, Antropología, Sociología o Educación,
entre otras. Uno de esos accesos directos es el de Psicología. Selecciónalo y accede, de
este modo, a la página principal de las revistas de Psicología (observa la Ilustración 23
en la página 70).
Una vez que has entrado en la sección Psicología, de IN~RECS, ya tienes a tu
disposición un completísimo listado con las revistas de Psicología.
¿Cómo sé la categoría de una revista?
El listado de revistas de Psicología al que accedes a través del servicio IN~RECS,
por defecto, se encuentra ordenado en orden descendente en función de su factor de
impacto. El factor de impacto es el índice bibliométrico. Este índice, en la actualidad, es
extensamente utilizado por las agencias de evaluación de la calidad para determinar la
Ilustración 23. Página de inicio de Psicología de IN~RECS.
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?
¿Qué criterios de elección sigo?
71
relevancia de una publicación. El factor de impacto de una revista es calculado a partir
del número de citas que los distintos autores, desde sus respectivos artículos, hacen a los
artículos de dicha revista. Así, se entiende que una revista con mayor factor de impacto
que mayor que otra es más relevante, o de más calidad, que esta última; pues sus
artículos tienen mayor impacto que los de la otra, en la comunidad científica, como lo
demuestra el hecho de que sus artículos son más citados.
No obstante, hay un acalorado debate dentro de la comunidad científica acerca de
si el factor de impacto es, o no, el mejor índice bibliométrico para determinar la calidad
de la aportación científica de una revista o de un autor. Incluso diversos autores han
propuesto índices alternativos al factor de impacto. Sin embargo, la realidad es que en la
actualidad el factor de impacto sigue siendo el índice por excelencia que los evaluadores
de la calidad usan para sus dictámenes.
Así pues, el listado de revistas de Psicología que te ofrece el servicio IN~RECS,
ordenado descendentemente en función de su factor de impacto, es a todos los efectos,
hoy por hoy, un listado de revistas de Psicología ordenadas de mayor a menor calidad.
¿Qué criterios de elección sigo?
Que conozcas la calidad reconocida para una revista, a través de su factor de
impacto, debe ser crucial en tu toma de decisiones para determinar a qué revista vas a
enviar tu artículo. Por una parte, cuanto mayor es la calidad de una revista mayor es la
posibilidad de que tu artículo sea leído por otros especialistas y colegas, ya que es más
conocida y está más difundida. Pero, por otra parte, cuanto mayor es la calidad de la
revista también es mayor el índice de rechazos que presenta, es decir, mayor es la
proporción de artículos para los que la revista rechaza su publicación, respecto del total
de artículos que recibe (observa la Ilustración 24 en la página 72). De tal forma que la
dificultad para publicar en una revista crece conforme lo hace su factor de impacto.
Quizás pienses que apuntar alto es la mejor opción. No es así. Ten cuidado.
Cuando envías un artículo a una revista pueden tardar en contestarte entre 4 y 8 meses.
Mientras tanto no puedes enviar tu artículo a ninguna otra publicación. Esto está muy
mal visto y si te descubren posiblemente no vuelvas a publicar.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Qué criterios de elección sigo?
72
Cuando una revista recibe un artículo para su publicación ésta lo envía a su vez a
su grupo de expertos. Normalmente dos, como mínimo. Cada uno de estos expertos, de
forma independientemente, revisa el artículo para determinar su calidad y el interés que
para la revista tiene su posible publicación. Cada experto remitirá un informe al consejo
editorial de la revista con su dictamen acerca del artículo evaluado. Cuando el consejo
editorial reciba todos los dictámenes de sus expertos los examinará y decidirá, a partir
de éstos, si finalmente el artículo aparecerá, o no, en su revista. Tras la decisión del
consejo editorial el autor recibirá, de la revista, una notificación donde se le indicará si
su artículo ha sido rechazo o si ha sido admitido para su publicación. Por una parte, en
caso de rechazo, algunas revistas dan una explicación del motivo. Por ejemplo, que el
tema no es de interés para la revista o que el artículo presenta fallos formales —lo cual
significa que no ha respetado bien alguna norma de la APA, como escribir
incorrectamente una referencia bibliográfica o una cita, bien alguna norma que la propia
revista exige en el formato de presentación de artículos y que publica en su Web—,
entre otros diversos motivos. Pero desgraciadamente esta no es una práctica habitual de
las revistas, pues en su mayor parte únicamente notifican el rechazo sin aclarar al autor
los motivos del mismo. Por otra parte, en caso de aceptación del artículo para su
publicación, la mayoría de las revistas, en la propia notificación de aceptación,
Ilustración 24. Tasas de rechazo (International Journal of Clinical Health Psychology).
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?
¿Qué criterios de elección sigo?
73
comunican al autor en qué número de futura publicación aparecerá el artículo.
Como ya te he comentado un poco antes no debes enviar tu artículo
simultáneamente a varias revistas y esperar cuál de ellas te lo publica. Aunque el
proceso de evaluación de tu artículo sea lento, debes esperar la resolución de una revista
antes de enviar tu artículo a otra. Si no lo haces así puedes verte envuelto en diferentes
situaciones que no te benefician. Por ejemplo, una de estas situaciones es que dos
revistas distintas envíen tu artículo al mismo experto evaluador, lo cual es ciertamente
posible puesto que los expertos no trabajan en exclusividad para una única revista, y
éste reciba tu artículo por dos vías diferentes; y, otra de estas situaciones puede ser que
cuando una revista te confirme la publicación de tu artículo también lo haga otra;
tendrás entonces que renunciar a la segunda, pero entonces para qué lo enviaste.
Por todo lo expuesto, date cuenta de que no es tan fácil decidir a qué revista
enviar tu artículo. Si apuntas alto y te lo rechazan necesitas seguro, en el mejor de los
casos, un año para publicar tu artículo. Por una parte, 6 meses de media en la
comunicación del primer rechazo por parte de la primera revista; y, por otra parte, otros
seis meses más esperando la notificación de la segunda revista. Quizá prefieras no
apuntar tan alto y elegir una revista más modesta que pueda publicar tu artículo al
Ilustración 25. Resultados de la búsqueda, en Google, de la revista “Anales de Psicología”.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
¿Cómo envío mi artículo?
74
primer intento. Eres tú quien tienes que decidir si prefieres un artículo en tu cajón un
año esperando la posibilidad de ser publicado en una buena revista, o prefieres que más
rápidamente circule por la comunidad de colegas, aunque a través de una revista de
menor categoría.
Por otra parte, también es importante que tengas en cuenta el tipo de artículos que
una revista habitualmente publica. Muy posiblemente si tu artículo no está en la línea
del estilo editorial no aceptarán tu artículo para su publicación. En el próximo apartado
voy a explicarte cómo localizar la Web de una revista. Léelo y una vez sepas cómo
hacerlo te recomiendo que dediques un tiempo a conocer el estilo de las diferentes
revistas consultando sus artículos. No tiene ningún sentido que envíes tu artículo a una
revista en cuya línea editorial no encaja. Será únicamente una pérdida de tiempo.
¿Cómo envío mi artículo?
Cada revista tiene un procedimiento de recepción de artículos particular.
Habitualmente tienes que enviar tu artículo por correo electrónico. La dirección de
correo electrónico, que las revistas ponen a disposición de los autores, para el envío de
Ilustración 26. Página de inicio de la revista “Anales de psicología”.
Parte 4 ¿Cómo publico mi artículo?
¿Cómo envío mi artículo?
75
sus artículos, aparece publicada en su página Web. Además, cada revista exige, a los
autores, un formato diferente de presentación de sus artículos. Las especificaciones del
formato, exigido por la revista para la aceptación de los artículos, también están
publicadas en su página Web. En consecuencia, una vez que tienes tu artículo y has
decidido a qué revista quieres enviarlo para su publicación, tu primer paso debe ser
acceder a su página Web y localizar las especificaciones de formato exigidas por dicha
revista. A continuación adapta tu artículo a dichas especificaciones de formato.
Finalmente, localiza, también en la Web de dicha revista, qué procedimiento pone a tu
disposición para que le envíes tu artículo. Normalmente será por correo electrónico.
Cuando dispongas de la dirección electrónica de recepción de artículos de la revista,
envía el tuyo.
Para encontrar la página Web de una revista búscala en Internet. Hazlo haciendo
uso de un buscador como, por ejemplo, Google o Bing, desde tu navegador. Tendrás
que proporcionar a tu navegador el nombre exacto de la revista. Para ello te recomiendo
que primero entres en el área de Psicología del servicio IN~RECS. Al hacerlo te
aparecerá, como ya sabes, el listado de todas las revistas de Psicología. Busca el nombre
de la revista que te interesa en dicho listado. Cuando la tengas localizada arrastra el
ratón sobre su nombre manteniendo pulsado el botón izquierdo del mismo. Abras
seleccionado el nombre. Apunta con el ratón sobre dicha selección y pulsa el botón
derecho del ratón para desplegar el menú contextual. Elige la opción Pegar. Ya tienes el
nombre de la revista que has seleccionado en la memoria de tu ordenador. Teclea ahora
en tu navegador la dirección de Internet de tu buscador habitual —por ejemplo
http://www.google.es/, si usas Google, o http://www.bing.com/, si usas Bing— y pulsa
la tecla Entrar. Aparece en tu pantalla, unos instantes después, la página principal del
buscador que has elegido. Pulsa con el botón derecho de tu ratón sobre el cuadro de
texto donde se escribe aquello que quieres encontrar en Internet. Te aparece un menú.
Elige la opción Pegar. El nombre de la revista aparecerá escrito en el cuadro de texto de
búsqueda del buscador. Pulsa la tecla Entrar. Unos segundos después aparecerá ante ti la
página con los resultados de la búsqueda (observa la Ilustración 25 en la página 73). Lee
detenidamente y localiza qué resultado de la búsqueda se corresponde con la página
principal de la revista. Selecciónalo. Si has elegido bien aparecerá la Web de la revista.
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¿Y después qué?
76
Si no es así vuelve atrás y selecciona otro resultado de búsqueda hasta que encuentres la
Web de la revista que estás buscando.
Siguiendo los pasos anteriores, en la figura adjunta, te muestro los resultados que
yo he obtenido al buscar la revista ―Anales de Psicología‖, a través del buscador
Google. He buscado esta revista como podía haber buscado cualquier otro. Mi intención
es mostrarte únicamente un ejemplo con cualquiera de ellas. No pretendo, en absoluto,
que entiendas que es esta la revista a la que debes enviar tu artículo.
El primer resultado de la búsqueda se corresponde con la Web de la revista. También te
muestro en una figura adjunta la página principal de esta revista (observa la Ilustración
26 en la página 74).
Observa que hay una sección titulada Autores. Accede a esta sección y
encontrarás las especificaciones de formato que exige esta revista para la aceptación de
artículos y la dirección de correo electrónico a la cual los autores de los artículos deben
dirigir sus escritos para solicitar su publicación.
¿Y después qué?
Después de enviar tu artículo a una revista para su publicación ya no te queda más
que esperar. Y no poco tiempo. Como ya te he explicado en apartados anteriores cuando
la revista reciba tu artículo lo enviará a su grupo de expertos para evaluarlo. Y, hasta
que no reciba los informes de todos sus expertos, el consejo editorial de la revista, no
dictaminará acerca de la publicación de tu artículo. Por tanto, transcurrirán meses desde
que envíes tu artículo hasta que recibas la notificación, de su aceptación o de su
rechazo, por parte de la revista. Mientras tanto, no puedes enviar tu artículo a ninguna
otra revista, como también te he expuesto anteriormente. Así pues, lo único que te
queda es seguir trabajando en tu próximo artículo y esperar noticias de la revista.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 55 NNeecceessiittoo uunn mmooddeelloo
Parte 5 Necesito un modelo
Título y otros datos
79
Título y otros datos1
Intervención en un caso con síntomas de ansiedad y depresión desde el contexto
de la Psicoterapia Gestalt.
Teodoro Sanromán
Qualia, Centro de Psicología. Granada (España).
Qualia, Centro de Psicología. Camino de Ronda 98 1ºB. 18005 Granada (España).
E-mail: [email protected]
Resumen
En este artículo se emplea una de las metodologías de investigación en Psicología,
el estudio de caso, según la clasificación propuesta por Montero y León, (2002).
Además, ha sido redactado según las normas de redacción de casos clínicos propuestas
por Buela-Casal y Sierra, (2002). Y, se expone una intervención, desde la perspectiva de
la Psicoterapia Gestalt, en un caso con síntomas de ansiedad y depresión.
La intervención consistió en 24 sesiones de psicoterapia durante 3 meses a razón
de 2 sesiones por semana. Su eficacia fue evaluada obteniendo medidas preintervención,
postintervención y de seguimiento a 2 meses mediante el empleo del Cuestionario de
Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) y del Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo
(ST/DEP).
Los resultados mostraron que la intervención resultó eficaz tanto en el caso de los
síntomas de ansiedad estado, que pasaron del centil 95 en la medida preintervención al
centil 55 en la medida postintervención, como en el caso de los síntomas de depresión
estado, que pasaron del centil 92 en la medida preintervención al centil 50 en la medida
1 A partir de este momento, y hasta el final del presente bloque, vas a observar un cambio de estilo
literario. Hasta este momento he empleado un estilo directo y en segunda persona del singular —tú—.
Ahora, en cambio, paso a un estilo impersonal y en segunda persona del plural —nosotros—, más propio
de los artículos científicos.
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Centro de intervención y terapeuta
80
postintervención. Además, los resultados se mantuvieron en el seguimiento a 2 meses,
con una ansiedad estado en el centil 63 y una depresión estado en el centil 40.
Palabras clave: Psicoterapia Gestalt. Ansiedad. Depresión.
Centro de intervención y terapeuta
La intervención tuvo lugar en el centro Jera, en la ciudad de Sevilla. Dicho centro
está dirigido por Josefa Campos Romero, psicóloga clínica. Se trata de un centro que
lleva a cabo una doble labor. De una parte, la atención clínica individualiza de
pacientes; y, de otra parte, la formación de psicoterapeutas. Además, mantiene
convenios de colaboración tanto con la Universidad de Sevilla como con la Universidad
de Granada.
Se trata de un centro especializado en el trabajo clínico desde el enfoque de la
Psicoterapia Gestalt (para una completa información acerca de los orígenes y
fundamentos de este enfoque véase De Casso, 2003).
El caso clínico que se expone en el presente artículo contó como terapeuta con
Teodoro Sanromán, psicólogo especialista en Psicoterapia Gestalt, autor del artículo,
que fue supervisado, en los aspectos clínicos, por Josefa Campos, y en los aspectos
metodológicos, por Gualberto Buela-Casal y Elena Miró de la Universidad de Granada.
Identificación del paciente
El paciente es un hombre de 49 años, separado desde hace 4 años. Tiene 2 hijos.
Una chica de 13 años y un chico de 15 años. Es profesor universitario en la Universidad
de Sevilla; actividad que alterna con la gestión de fincas agrarias y bienes inmuebles
propiedad de la madre, que las heredó de su padre, quien a su vez las heredó del suyo.
Su nivel sociocultural y económico es alto. En la actualidad vive sólo, desde su
separación, aunque mantiene una relación sentimental con una mujer que vive y trabaja
en Madrid, con la que se encuentra de forma frecuente.
Parte 5 Necesito un modelo
Motivo de la consulta
81
El paciente tiene dos hermanos, una mujer y un hombre, 10 y 12 años menores
que él, con los que mantiene una relación distante, del mismo modo que con su madre.
Motivo de la consulta
El paciente acude a la consulta visiblemente abatido. Indica que se encuentra muy
ansioso, siente que le cuesta respirar y que frecuentemente experimenta una sensación
de pecho oprimido y de garganta angosta. Le cuesta mucho conciliar el sueño y cuando
lo hace se despierta innumerables veces a lo largo de la noche. Se siente cansado y con
ánimo triste.
Estos síntomas se presentaron, con menor intensidad, en su último año de
matrimonio. Tras su separación matrimonial, hace 4 años, disminuyeron, aunque sin
desaparecer; para posteriormente de forma insidiosa ir aumentando hasta alcanzar la
intensidad actual, la mayor que ha experimentado.
Historia del problema
Al preguntarle al paciente si tiene alguna explicación para sus síntomas da una
respuesta clara. Su actual pareja le dice que antepone a ella la atención a sus hijos, que
llevan 4 años queriendo vivir juntos y que no ha dado ningún paso en esta dirección,
que ella se está cansando de la situación. Por otra parte sus hijos no se sienten cómodos
con su actual pareja y la rechazan. Se encuentra atrapado en una situación de la que no
sabe cómo salir. De un lado, su actual pareja, a la que considera la mujer de su vida, la
que fue su primera novia, de la que se tuvo que separar enamorado por impedimentos
familiares cuando eran adolescentes, y de la cual, está profundamente enamorado en la
actualidad. Y de otro lado, sus hijos que la rechazan, con respecto a los cuales, él nunca
va a faltar a sus obligaciones como padre. Esta situación le tiene desubicado, sin sitio.
Está dividido, pues no consigue integrar en su vida a la mujer que ama y a sus hijos.
Una situación que vive desde hace 4 años y que según entiende está llegando a un punto
límite en el que su pareja le presiona para dar un paso adelante definitivo en la
formalización de la relación o todo puede acabarse, pues no está dispuesta a continuar
por más tiempo como segunda opción. Lleva los últimos 4 años viviendo en una casa
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Metas de la intervención
82
amplia y llena de comodidades, en la que sin embargo su pareja no se siente a gusto,
pues según le dice no fue algo consensuado entre ambos sino una opción personal de él
para ocuparse de sus hijos sin considerarla a ella. Él deseaba que sus hijos no echaran
nada en falta cuando estuvieran con él, respecto a cuando están con la madre en la que
fue la casa familiar antes de la separación. La casa está en Sevilla, donde viven sus hijos
con su madre. Su pareja vive en Madrid y las fincas que gestiona se encuentran en zonas
rurales alejadas de la ciudad de Sevilla. Únicamente está vinculado a la Universidad un
cuatrimestre, el resto del año le gusta estar en el campo. Ahora viaja frecuentemente a
Madrid para estar con su pareja con la que desea crear un hogar en el que tengan cabida
tanto los hijos de su pareja con los suyos propios, pero se desespera y se angustia al
darse cuenta que en cuatro años no lo ha conseguido y que, al contrario, vive solo y
disociado pues cuando está con sus hijos no puede estar con su pareja y cuando está con
ésta no puede estar con sus hijos, algo que su pareja entiende como el resultado de no
haberse enfrentado adecuadamente a sus hijos para darle a ella el lugar que le
corresponde junto a él frente a sus hijos, motivo por el cual está enfadada y amenazante
con romper la relación.
Con su exmujer mantiene una relación cordial y educada, aunque le molesta que
ésta última se haya aliado con su suegra, la madre del paciente, que en lugar de apoyarle
en su separación está en su contra, y a la que enriquece con la gestión de sus
propiedades. Se siente solo, atiende a sus hijos dándoles todo lo que necesitan y se
esfuerza por que su pareja comprenda su situación y las dificultades que tiene para
poder vivir con ella y seguir atendiendo adecuadamente a sus hijos. Y sin embargo, se
siente vacío, no reconocido en sus esfuerzos. No sabe qué hacer.
Metas de la intervención
El objetivo del paciente a través de su demanda de ayuda profesional es, en sus
propias palabras ―encontrar un camino que me permita integrar mis dos vidas y reducir
mi nivel de malestar‖.
No obstante, pasemos a analizar más detalladamente los objetivos desde el punto
de vista terapéutico.
Parte 5 Necesito un modelo
Estudio de los objetivos terapéuticos
83
Estudio de los objetivos terapéuticos
Obviamente es el paciente quien debe encontrar qué camino quiere seguir en la
consecución de sus objetivos, pues ninguno impuesto servirá, precisamente por ser la
opción de otro, ya que por muy racional y coherente que pueda parecer, puede ir en
contra de las auténticas necesidades del paciente. Es por esto, que el objetivo
terapéutico inicial ha de ser el de acompañar al paciente a lo largo de una serie de
sesiones de psicoterapia en una exploración que le permita adquirir una conciencia clara
de qué le está impidiendo encontrar el camino que tanto ansía, es decir, qué limitaciones
le mantienen fijado en una situación que no desea durante 4 años. Sólo después de
adquirir una conciencia clara en este sentido, podremos plantearnos el objetivo de
acompañar al paciente en el descubrimiento de las acciones conductuales que puede
emprender para superar la situación en la que se encuentra. Desde el enfoque de la
Psicoterapia Gestalt, sólo después de tomar conciencia de la propia limitación es posible
conocer la conducta objeto sobre la que es necesario intervenir, y si se trata de eliminar
o disminuir, implantar o incrementar una o más conductas (Buela-Casal, Verdugo y
Sierra, 1997).
Selección del tipo de intervención
El tipo de intervención elegida se halla inmerso en el contexto de la Psicoterapia
Gestalt. Este es un enfoque que pone el acento en la conducta emocional,
considerándola íntimamente ligada a la respuesta fisiológica vinculada a la estimulación
ambiental, en sentido amplio. La cognición, por el contrario, es considerada desde este
enfoque, en ocasiones, como una interferencia para la experiencia de la persona, que
está al servicio del mantenimiento, a través de mecanismos como la racionalización o la
justificación, de fuertes condicionamientos emocionales. Por ejemplo, en relación al
caso que estamos narrando, se presupone o hipotetiza que el paciente ha desarrollado
toda una trama cognitiva, de explicaciones y de razonamientos, en parte no disponibles
a la conciencia, que lo mantiene atrapado en un repertorio conductual que le protege de
exponerse a determinadas experiencias emocionales no conscientes. Lo cual, llegado
cierto punto se vuelve en contra de la propia persona, que incapaz de exponerse a dichas
experiencias emocionales, queda atrapado en posiciones que le generan gran
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Evaluación preintervención
84
sufrimiento. De este modo, el objetivo genérico fundamental que subyace a la
intervención desde el enfoque de la Psicoterapia Gestalt, y para lo cual emplea su
amplísimo repertorio de técnicas, es el de aumentar en lo posible el conocimiento del
paciente acerca de sí mismo en relación, básicamente, con las experiencias emocionales
no conscientes que evita y de cómo consigue hacerlo, con la idea de que dicho
conocimiento abre la posibilidad de dirigir la conducta en la dirección de exponerse a la
experiencia que tanto evita, lo cual, le permitiría ponerse en una nueva posición dejando
aquella en la que se encuentra paralizado.
Tras la explicación detallada y minuciosa al paciente acerca de en qué consiste la
Psicoterapia Gestalt se le propone una intervención en cuatro fases: 1) evaluación
preintervención en 1 sesión de 30 minutos; 2) intervención en 24 sesiones de una hora
de duración a razón de 2 sesiones semanales en aproximadamente 3 meses; 3)
evaluación postintervención en 1 sesión de 30 minutos, evaluación de la eficacia y
comunicación de los resultados al paciente en una sesión de 30 minutos; y, finalmente,
4) evaluación de seguimiento a 2 meses en 1 sesión de 30 minutos y comunicación de
los resultados al paciente en una sesión de 30 minutos.
La elección de sesiones de psicoterapia desde el enfoque gestáltico, en esta
intervención, viene determinada por la especialización en este enfoque tanto del centro
en el que se lleva a cabo la intervención como del terapeuta que lleva a cabo la misma.
Evaluación preintervención
Con el objetivo de determinar la eficacia de la intervención se decidió evaluar
antes y después de la misma los niveles de ansiedad y depresión. Para ello se empleó, en
el caso de la ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad Estado-
Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la adaptación española del Cuestionario de
Depresión Estado-Rasgo.
Los resultados obtenidos en la evaluación preintervención (véase la Ilustración 27
en la página 85) fueron, de una parte, para la ansiedad, en su dimensión estado 40
puntos (centil 95 en población general) y en su dimensión rasgo 26 puntos (centil 77 en
población general); y, de otra parte, para la depresión, en su dimensión estado 24 puntos
Parte 5 Necesito un modelo
Evaluación preintervención
85
(centil 92 en población general y 40 en muestra clínica) y en su dimensión rasgo 19
puntos (centil 40 en población general y 15 en muestra clínica).
Como puede observarse en la Ilustración 27, página 85, el paciente presenta altos
niveles de ansiedad y depresión en el momento de la evaluación, es decir, de ansiedad y
depresión estado. Resulta interesante contrastar los resultados de la dimensión estado
con los de la dimensión rasgo. Nos damos cuenta, entonces, que el paciente presenta de
forma habitual un alto nivel de ansiedad, que en el momento presente alcanza un pico.
Este patrón, en cambio, es distinto al de depresión. En este caso el paciente, como antes
en la ansiedad, presentaba en el momento de la evaluación un alto nivel de depresión;
sin embargo ahora, a diferencia que en el caso de la ansiedad, habitualmente el paciente
muestra bajos niveles de depresión.
Así pues, resumiendo los resultados, por una parte, la evaluación preintervención
confirma la alta ansiedad y depresión que el paciente ya indicó que estaba
experimentando. Y, por otra parte, los niveles de ansiedad en el paciente a lo largo de su
vida suelen ser altos, mientras que los de depresión suelen ser bajos. Nos encontramos
ante una ansiosa y optimista.
Ilustración 27. Resultados de la evaluación previa a la intervención.
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Intervención
86
Intervención
Con el inicio de las sesiones de psicoterapia el paciente comenzó contando un
hecho de su vida que consideraba relevante porque le marcó para siempre. Este hecho
fue el fallecimiento de su padre cuando tenía 18 años. Todos sus planes en ese momento
quedaron frustrados. Tuvo, entonces, que hacerse cargo de la gestión del patrimonio
familiar, cuya propiedad quedó en manos de su madre. Sus dos hermanos tenían
entonces 6 y 8 años. Fueron tiempos difíciles para él. Sin embargo, con el tiempo,
consiguió que las fincas de la familia fueran productivas y generaran beneficios, al
tiempo que conseguía terminar sus estudios y obtener una plaza como profesor en la
Universidad de Sevilla. Siempre llevó una vida convencional, ajustada a lo que se
esperaba de él.
Conforme transcurrieron las primeras sesiones el paciente continuó dando detalles
en relación a cómo había vivido. Expresó, de una parte, resentimiento por las cargas que
tuvo que soportar; y, de otra parte, satisfacción contenida por sus logros y éxitos.
Llamaba especialmente la atención este último hecho, pues daba la impresión de que se
esforzaba por no mostrarse explícitamente orgulloso. Una especie de pudor al reconocer
sus méritos abiertamente. Aunque, sí lo hacía soterradamente, pues elaboraba su
discurso concienzudamente para que, por un lado, quedara claro que era un hombre
valioso, que había tenido éxito, que había sido un marido preocupado por su familia,
que era un padre ejemplar, … ; y, por otro lado, no diera la impresión de ser alguien por
encima de los demás o que hiciera ostentación de sí mismo.
Aunque el paciente estaba atravesando un momento vital muy difícil, del que no
se sentía capaz de salir por sí mismo, parecía querer expresar que, sin embargo, era
alguien valioso, pues había resuelto innumerables dificultades saliendo de ellas
exitosamente y se había esforzado toda su vida por hacer cuanto, según él, le
correspondía, por ejemplo como gestor de los recursos de la familia perdiendo en ello su
juventud, o como padre de sus hijos por los cuales compró una casa enorme para que no
notaran la diferencia con respecto a la de la madre cuando estaban con él, o incluso
también por su actual pareja por la que viajaba para estar con ella todo el tiempo que le
era posible. Es decir, se advertía, que necesitaba ser reconocido en lo que él consideraba
sus méritos y que quizás era esta la forma en que había aprendido a obtener afecto en
Parte 5 Necesito un modelo
Intervención
87
sus relaciones. Un estilo que recuerda al tipo caracterológico denominado eneatipo 3
que describe Naranjo en su obra de 2005. Y así, poco a poco se fue haciendo más fuerte
la idea de que el paciente buscaba constantemente hacer méritos, por los cuales ser
valorado y querido. Es decir, algo semejante a vivir a través del reconocimiento de otro,
o lo que es igual, necesitar el reconocimiento como fórmula necesaria para sentirse
valioso. Algo, que de alguna manera, supone la negación del propio valor por el simple
hecho de ser, para ser en función del valor que otro de a su hacer. Naranjo (1997)
explica, en relación a este carácter, que se trata de
la pasión por el cultivo de una buena imagen (…) que de un modo más
común o coloquial, se la puede llamar vanidad. Consiste en una motivación por
brillar, de llamar la atención (…) alcanzando logros y éxitos. (…) es característico
de este carácter basar su éxito en criterios de valor bien establecidos, aceptados
universalmente. A diferencia de las personas orgullosas, que no necesitan
convencer al mundo de su valía porque la opinión que tienen de sí mismos es
inmejorable, los individuos vanidosos realizan grandes esfuerzos. Son activos,
atentos y luchadores, hasta el punto de que son frecuentes en ellos las alteraciones
de salud por estrés y una presión sanguínea alta. (…) Como se esfuerzan tanto en
alcanzar un nivel de resultados deslumbrante, invierten cantidad de energía en ir
de acá para allá, en hacer un sinfín de cosas; en contraposición, les resulta difícil
estar consigo mismos. Tienen muy poca capacidad para la introspección y el
silencio interior. Han de permanecer haciendo algo para llenar el tiempo y no se
conceden tiempo para estar con ellos mismos. (p. 120)
En consecuencia, se trata de personas desconectadas de sí, que están atrapadas en
un constante hacer méritos, a través de lo cual eluden exponerse a las relaciones desde
lo que sienten, ya que aprendieron a darse a valer por lo que hacen y no por lo que son.
Páez-Blarrina, Gutiérrez-Martínez, Valdivia-Salas y Luciano-Soriano (2006) explican,
por una parte, las ventajas que se derivan del abordaje de los valores personales del
paciente de forma explícita a lo largo del proceso terapéutico; y, por otra parte, el lugar
que a este aspecto dan distintos enfoques como la Terapia Cognitivo-Conductual, la
Terapia de Aceptación y Compromiso o la Terapia Gestalt, entre otros, aunque
poniendo un especial énfasis en la Terapia de Aceptación y Compromiso.
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Intervención
88
Pero, ¿era esto lo que le estaba ocurriendo realmente al paciente? Para determinar
la validez de la hipótesis formulada fue necesario contrastarla con la experiencia del
paciente. Una posibilidad, entre otras, era hacerlo explorando la relación con sus hijos.
Y al hacerlo se puso de manifiesto que el paciente nunca había hablado a sus hijos
acerca de los motivos que le llevaron a separase. Nunca les dio una explicación. Y,
además, nunca permitió que le vieran derrumbado. Siempre mantuvo el tipo en
presencia de ellos. En definitiva, sus hijos no eran en absoluto partícipes de la realidad
que estaba viviendo su padre. No conocían lo enamorado que se encontraba de la mujer
con la que pretendía rehacer su vida en pareja. Ni tampoco conocían el sufrimiento que
su padre soportaba cuando advertía que ellos no se sentían cómodos con la persona con
la que él deseaba compartir su vida.
Un momento importante del proceso terapéutico fue cuando el paciente, dándose
cuenta de qué poco conocían sus hijos acerca de lo que realmente él sentía y estaba
viviendo, se emocionó ostensiblemente. Fue entonces, cuando instado a comentar qué le
emocionaba, confesó que comprendía por vez primera que era un desconocido para sus
hijos y que la única forma que había sido capaz de articular para sentirse un padre
responsable fue comprar una casa con las mismas comodidades que tenían con su madre
en la que fue la casa familiar, comprarles todo lo que habían necesitado y nunca
renunciar a estar con ellos los fines de semana que le correspondían. Y, además, pudo
articular a expresar una idea esencial para su proceso terapéutico. Literalmente dijo:
―aunque viviera lejos de ellos [refiriéndose a sus hijos] si supieran cómo me siento, qué
dilema estoy viviendo, sería mejor modelo para ellos, que pasando todos los fines de
semana juntos sin dejarles que sepan quién soy realmente‖.
De repente, el paciente se topó con una nueva visión de sí mismo. Comprendió
que, no únicamente con sus hijos, sino en general con todas sus relaciones, no se ponía
en juego auténticamente. En lugar de eso, hacía grandes esfuerzos por mostrarse
competitivo, eficaz y resolutivo, en base a hechos, que siempre buscaba referir
sutilmente para que quedara clara su competencia. Particularmente, en relación con sus
hijos, ante todo quería representar a un padre responsable y comprometido, que genera
los recursos necesarios para proveerles de cuanto necesitan. Y, esta imagen, estaba en
peligro, si se mostraba ante sus hijos vulnerable, triste o ansioso por la posible ruptura
de su relación de pareja. Es decir, mostrarse auténtico ante sus hijos y consensuar con
Parte 5 Necesito un modelo
Intervención
89
ellos una forma de relación en la que no se sintieran abandonados y al mismo tiempo él
pudiera dar cabida a su relación de pareja, suponía una forma nueva de encarar su
situación.
Un aspecto fundamental en el proceso terapéutico, desde la perspectiva de la
Psicoterapia Gestalt, es el asunto de la autenticidad. Naranjo (2007) nos dice que la
terapia gestáltica es un existencialismo por su énfasis en la autenticidad. Así, antes o
después, de una manera o de otra, y al igual que en el caso presente, el paciente va a
topar con su falta de autenticidad.
Es interesante darse cuenta, además, que la forma de proceder del paciente,
centrada en esforzarse por hacer los méritos que cree que le van a ser reconocidos y por
los que se sentirá valioso e indirectamente querido, tiene un antecedente lejano en su
historia vital cuando aconteció la muerte de su padre, siendo él aún muy joven. En aquel
momento, sus deseos, metas, anhelos quedaron frustrados, desatendidos, por hacerse
cargo de sacar adelante su familia. De alguna manera tuvo que pasar por encima de sí
para ocuparse de algo que le vino impuesto. Adquirió de la noche al día una gran
responsabilidad, que pudo manejar adecuadamente hasta el punto de aumentar
considerablemente el rendimiento de los bienes familiares. Tuvo éxito y
reconocimiento, como también la admiración de muchos. Algo que posiblemente le hizo
sentir reconocido, valioso y querido; reforzándose y fijándose, de este modo, el
aprendizaje de olvidarse de sí mismo para esforzarse en la consecución de meritos,
valorados externamente, que le reportarían reconocimiento de su valía, e indirectamente
una sensación de ser querido por esto.
Llegados a este punto, el paciente había tomado conciencia de su patrón de
comportamiento y de algo que podía hacer para caminar en la dirección de recuperar su
relación de pareja, manteniendo una relación adecuada con sus hijos. Fue el mismo
paciente quien, en un momento dado, expresó literalmente: ―siento la necesidad de
hablar con mis hijos como nunca lo hice, que sepan que les quiero, que siempre me van
a tener y que me ayuden a ser feliz. Pero no sé cómo hacerlo y sólo pensar sentarme
frente a ellos y confesarles por lo que estoy pasando me deja sin respiración, me siento
subir la tensión, no puedo‖, para después emocionarse profundamente.
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Intervención
90
En esos momentos el paciente sabía qué paso necesitaba dar. Lo cual abría la
posibilidad de introducir algo de movimiento en su situación, que se encontraba
estancada desde hacía mucho tiempo. Un movimiento, que de producirse, transformaría
la situación en algo nuevo. Sin embargo, el paciente experimentaba gran ansiedad ante
la simple idea de dar el paso de hablar con sus hijos acerca de cómo se sentía y de lo
que le gustaría tener en su vida para sentirse feliz.
Desde el enfoque de la Terapia Gestalt este es un momento clave en el proceso
terapéutico, al que se denomina ―Impasse‖. Se trata de un momento en el proceso de
gran ansiedad para el paciente, que ya tiene claro que su comportamiento
sobreaprendido y automático, que de forma natural pone en juego, no le vale; y, al
mismo tiempo, no dispone de un nuevo repertorio conductual, que desplegar en
sustitución del anterior; y, que únicamente podrá adquirir exponiéndose a las
situaciones sin echar mano de lo que sabe confiando en que lo nuevo emergerá. Algo
como arrojarse al abismo. En esta situación, el paciente necesita del apoyo total de su
terapeuta para mantenerse en la situación de impasse sin volver al repertorio conductual
conocido. Para ello, una técnica muy útil, dentro del amplísimo repertorio disponible en
este enfoque, es la ―silla vacía‖, que describe Peñarrubia en su obra de 2002. Su
utilización implica confrontar al paciente con la situación temida o fóbica. En nuestro
caso, se situó al paciente frente a una silla vacía pidiéndole que imaginara vívidamente
frente a sí a su hijo para entablar la conversación que desea tener con él. Y se le dio la
consigna de hablarle en primera persona y en presente, con la finalidad de potenciar la
experiencia haciéndola más próxima al encuentro real entre ambos. Las primeras
ocasiones en que se utilizó esta técnica el paciente experimentó diversas respuestas
emocionales de ansiedad. En varias ocasiones se bloqueó sin poder articular palabra
alguna, hasta que finalmente, en una sesión en que llegó visiblemente afectado por una
discusión con su pareja, debió comprender que no podía seguir por más tiempo así y se
entregó a la experiencia, pudiendo entonces dirigirse a su hijo como si realmente lo
tuviera frente a sí. Entro en un fluir continuo de palabras, con las que se sorprendió a sí
mismo, pues no había imaginado nunca tener con su hijo un encuentro de tal naturaleza.
Al terminar expresó literalmente ―me siento muy aliviado, siento que un gran peso que
me oprimía ha desaparecido‖ y se mostró muy agradecido. Días después en otras
sesiones experimento la técnica imaginando a su hija. Volvió en varias ocasiones a
Parte 5 Necesito un modelo
Intervención
91
realizar en la consulta un encuentro con su hijo y con su hija, hasta que finalmente,
cuando menos lo esperaba, un día que se encontraba con sus dos hijos, sintió que era un
buen momento para hablar con ellos. Lo hizo. La respuesta de sus hijos le sorprendió.
Le dijeron que sospechaban que no se encontraba bien pero que no se habían atrevido a
preguntarle y que se sentían aliviados por saber qué le pasaba a su padre. Le
reconocieron que no se sentían cómodos con su nueva pareja, únicamente porque
estaban enfadados con él por la separación con su madre, pero que se daban cuenta que
su padre estaba con ellos, y sufriendo por ellos, y que como le querían y no les gustaba
verle sufrir intentarían aceptar a su nueva pareja. Posteriormente, el paciente, muy
satisfecho y contento, habló con su pareja para contarle que había hablado con sus hijos.
Al parecer, ella se sintió tenida en cuenta y respetada por él expresándole literalmente
―ahora me tienes en cuenta y me das un lugar de verdad en tu vida‖, según indicó
posteriormente en sesión el paciente.
En la última sesión el paciente se mostró muy agradecido con el proceso y
expresó que tenía una nueva actitud ante la vida de mayor respeto para sí mismo en
relación con lo que siente y necesita. Finalmente, comentó que tenía previsto trasladarse
a vivir con su pareja a Madrid, los meses del año que no estaba comprometido con su
Ilustración 28. Análisis de eficacia, para la ansiedad, de la intervención.
Evaluación pre y post intervención de la ansiedad
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Dimensiones
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Evaluación postintervención y eficacia
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actividad como profesor en la Universidad de Sevilla, que era únicamente un
cuatrimestre, y que volvería frecuentemente a su ciudad el resto del año para seguir
atendiendo las fincas de las que era responsable y para estar con sus hijos, con los
cuales últimamente hablaba más y se sentía más cercano que nunca.
Evaluación postintervención y eficacia
De igual forma que en la evaluación preintervención, en la evaluación
postintervención se empleó, en el caso de la ansiedad, la adaptación española del
Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la
adaptación española del Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo.
Los resultados obtenidos en la evaluación postintervención fueron, de una parte,
para la ansiedad, en su dimensión estado 20 puntos (centil 55 en población general) y en
su dimensión rasgo 23 puntos (centil 65 en población general); y, de otra parte, para la
depresión, en su dimensión estado 16 puntos (centil 50 en población general y 17 en
muestra clínica) y en su dimensión rasgo 18 puntos (centil 35 en población general y 13
Ilustración 29. Análisis de eficacia, para la depresión, de la intervención.
Evaluación pre y post intervención de la depresión
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Estado Rasgo
Dimensiones
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Depresión Pre
Depresión Post
Parte 5 Necesito un modelo
Seguimiento
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en muestra clínica).
En la Ilustración 28, página 91, podemos ver representados los datos de ansiedad
antes y después de la intervención. Podemos apreciar, por una parte, un descenso de la
ansiedad estado desde el centil 95 hasta el centil 55; y, por otra parte, un descenso de la
ansiedad rasgo desde el centil 77 hasta el centil 65.
En la Ilustración 29, página 92, podemos ver representados los datos de depresión
antes y después de la intervención. Podemos apreciar, por una parte, un descenso de la
depresión estado desde el centil 92 hasta el centil 50; y, por otra parte, un descenso de la
depresión rasgo desde el centil 40 hasta el centil 35.
Los resultados nos permiten considerar que el tratamiento ha sido eficaz para la
disminución de la ansiedad estado y de la depresión estado. En ambos casos se ha
producido una disminución apreciable de ambas variables.
Seguimiento
Dos meses después de la intervención tuvimos la oportunidad de contactar con el
Ilustración 30. Seguimiento de la depresión antes, después y a 2 meses de la intervención.
Evaluación pre, post y a 2 meses de la depresión
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Estado Rasgo
Dimensiones
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DepresiónSeguimiento
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Seguimiento
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paciente para hacer un seguimiento de la evolución de la intervención. Nuevamente se
empleó, en el caso de la ansiedad, la adaptación española del Cuestionario de Ansiedad
Estado-Rasgo (STAI), y, en el caso de la depresión, la adaptación española del
Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo.
Los resultados obtenidos en la evaluación de seguimiento a 2 meses fueron, de
una parte, para la ansiedad, en su dimensión estado 22 puntos (centil 63 en población
general) y en su dimensión rasgo 24 puntos (centil 70 en población general); y, de otra
parte, para la depresión, en su dimensión estado 15 puntos (centil 40 en población
general y 15 en muestra clínica) y en su dimensión rasgo 20 puntos (centil 50 en
población general y 15 en muestra clínica).
En la Ilustración 31, página 94, podemos ver representados los datos de ansiedad
en las 3 evaluaciones realizadas: antes de la intervención, después de la intervención y a
los 2 meses de finalizada ésta. Respecto de la evaluación de la ansiedad después de
finalizada la intervención podemos apreciar, por una parte, un aumento de la ansiedad
estado desde el centil 55 hasta el centil 63; y, por otra parte, un aumento de la ansiedad
rasgo desde el centil 65 hasta el centil 70.
Ilustración 31. Seguimiento de la ansiedad antes, después y a 2 meses de la intervención.
Evaluación pre, post y a 2 meses de la ansiedad
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Ansiedad Pre
Ansiedad Post
AnsiedadSeguimiento
Parte 5 Necesito un modelo
Observaciones
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En la Ilustración 30, página 93, podemos ver representados los datos de depresión
en las 3 evaluaciones realizadas: antes de la intervención, después de la intervención y a
los 2 meses de finalizada ésta. Respecto de la evaluación de la depresión después de
finalizada la intervención podemos apreciar, por una parte, un descenso de la depresión
estado desde el centil 50 hasta el centil 40; y, por otra parte, un aumento de la depresión
rasgo desde el centil 35 hasta el centil 50.
Considerados todos los resultados en su conjunto podemos concluir que la
intervención mantiene su eficacia a los 2 meses de seguimiento. En relación con la
dimensión estado, por una parte, aunque la ansiedad estado aumenta muy ligeramente
con respecto a la medida postintervención se mantiene muy por debajo de la medida
preintervención; y, por otra parte, la depresión estado disminuye ligeramente con
respecto a la medida postintervención que ya era muy inferior a la medida
preintervención. En relación con la dimensión rasgo, aunque fluctúa a largo de las
distintas medidas se mantiene en un rango pequeño de valores.
Observaciones
También es importante tener en cuenta los siguientes puntos: 1) el paciente siguió
las pautas de la intervención de forma adecuada (Maciá y Méndez, 1996); 2) la
intervención tuvo lugar desde principios del mes de abril hasta principios del mes de
Julio, con un seguimiento a 2 meses a principios de septiembre; y, 3) se informó al
paciente acerca del enfoque terapéutico a utilizar en la intervención, con el cual estuvo
conforme, pues según explicó, alguien cercano a él le recomendó el centro y,
particularmente, el encuadre terapéutico, por lo que acudía con la expectativa de obtener
resultados positivos, que se tradujo en una baja resistencia al cambio (Feixas, Sánchez,
Laso y Gómez-Jarabo, 2002).
La teoría2
2 Incluyo la teoría en el siguiente bloque para darle más énfasis. Lo hago sólo aquí, en el contexto
de un trabajo más amplio. El artículo en formato independiente, sí incluye la teoría en este punto.
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Referencias
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Referencias3
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Naranjo, C. (1997). Autoconocimiento transformador. Los Eneatipos en la vida,
la literatura y la clínica. Vitoria: Editorial La Llave D. H.
3 Las referencias de este apartado aluden exclusivamente al artículo que termina precisamente con
este apartado. El hecho de incluir en este momento este conjunto de referencias es debido a que quiero
ofrecerte un artículo completo que te sirva como modelo; y los artículos incluyen un apartado de
referencias como último apartado. Considera, por tanto, que estas referencias no son las referencias del
presente trabajo en toda su extensión sino, tan sólo, las referencias a las que hago alusión exclusivamente
a lo largo del artículo que te presento como modelo.
Parte 5 Necesito un modelo
Referencias
97
Naranjo, C. (2005). Carácter y neurosis, una visión integradora. Vitoria: Editorial
La Llave D. H.
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Páez-Blarrina, M., Gutiérrez-Martínez, O., Valdivia-Salas, S. y Luciano-Soriano,
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DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
PPaarrttee 66 TTeeoorrííaa GGeessttaalltt eenn qquuee bbaassoo mmii ttrraabbaajjoo ccllíínniiccoo
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Autenticidad y resistencia a la autenticidad
101
Autenticidad y resistencia a la autenticidad4
De entre los muchos aspectos y dimensiones que abarca la Terapia Gestalt la
autenticidad es, la que yo considero, sin lugar a dudas, su pilar más central. Es por esto
que, cuando me planteo en qué medida mi práctica profesional refleja la actitud
gestáltica, lo hago siempre en términos de en qué medida soy auténtico en la relación
con mis pacientes. Es más, tengo una gran fe personal en que la autenticidad es la
esencia para alcanzar un nivel de salud y bienestar emocional más elevado.
En este sentido, Claudio Naranjo en su charla inaugural5 del X Congreso
Internacional de Gestalt, titulada ―La así llamada teoría de la Gestalt y la explicación de
por qué la Terapia Gestalt funciona‖, indica, por una parte, que el objetivo terapéutico
del encuadre gestáltico es llevar al paciente a la no resistencia a la autenticidad, y por
otra parte, que Fritz Perls fue alguien que tenía la virtud de ver los huecos del otro, en
palabras del propio Perls, o que tenía la virtud de ver sus zonas muertas, en palabras de
Claudio, o que tenía la virtud de ver sus evitaciones a la autenticidad, entiendo yo.
Exigencia de no manipulación
Pero, ¿qué entiende por autenticidad el enfoque de la Terapia Gestalt? Naranjo
(1990) explica cómo Perls vinculaba la falta de autenticidad del paciente con su
manipulación, es decir, con su no reconocimiento de lo que realmente experimenta —
por ejemplo, un sentimiento de fracaso—, con el fin de obtener un beneficio para sí —
por ejemplo, sentir que es alguien valioso— que, en consecuencia, le lleva frente a otro
a una posición falsa. Esta es, precisamente, la situación que vive mi paciente. Cuando
acude a consulta es incapaz de expresar a sus hijos qué situación está viviendo.
Aparenta ante ellos que todo está bien. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Su
vida se está derrumbando. No consigue integrar en ésta a su nueva pareja y a sus hijos,
4 Este bloque de teoría que aquí comienza se corresponde con el último apartado del artículo que te
ofrezco como modelo. No la he incluido allí y he preferido hacerlo aquí para dar más énfasis a este
apartado en el contexto del presente trabajo. El artículo en formato independiente sí incluye todo este
bloque en su último apartado. 5 Tienes el vídeo de esta charla inaugural de Claudio Naranjo en su Web. La dirección es
www.claudionaranjo.com. Para acceder a este video selecciona Gestalt en una de las plumas del ave que
ilustra la página de inicio de dicha Web.
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Exigencia de no manipulación
102
después de varios años de separación. Y, como consecuencia, su nueva pareja le
amenaza con abandonar la relación. No es capaz de afrontar ante sus hijos que para él es
muy importante su actual pareja y que necesita de ellos que la acepten. Mostrarse ante
sus hijos con este dilema le aparta de la imagen de hombre seguro y triunfador que
siempre les ofreció. En el fondo de la cuestión, por tanto, está la de abandonar esa
imagen de sí mismo que fabricó.
Naranjo (1990) dice textualmente:
Con Perls, la no manipulación era una regla implícita, parte de una
exigencia de autenticidad que él daba por sentado que estaba dentro de la
capacidad de los pacientes cumplir. (p. 76)
La exigencia de no manipulación de Perls, a la que se refiere Naranjo, es una
intervención terapéutica, en el sentido que pretende devolver al paciente la posibilidad
de mostrarse con su experiencia real, liberándose de tener que mantener una posición
falsa. En el trasfondo de esta intervención terapéutica de Perls está su certeza de que
para el paciente supone un mayor sufrimiento la ocultación sistemática de su
experiencia real que mostrarse genuinamente, aunque éste último tenga precisamente la
creencia contraria, lo que le lleva a resistirse a la autenticidad, como expresó Naranjo en
la charla que mencioné anteriormente.
Por ejemplo, alguien que aprendió a tener que ocultar sus fracasos y a mostrarse
valioso se verá obligado a eludir cualquier posibilidad de fracaso y a estar en un
continuo esfuerzo por mostrar su valía. De este modo, mostrarse valioso, con todo el
repertorio de conductas que conlleva, se convierte para esta persona en la forma de
evitación de su miedo al fracaso. Que, por otra parte, estará siempre al acecho,
manteniéndole constantemente en un alto nivel de alerta, pues cada posible éxito que se
le presente es intrínsecamente también una posibilidad de fracaso. Como puedes
imaginar alguien con este aprendizaje internalizado difícilmente reconocerá un fracaso y
luchará con una fuerza, directamente proporcional a la de su miedo a fracasar, por
mostrarse exitoso. Por lo cual, sus relaciones interpersonales se verán dificultadas. Pues,
dichas relaciones de amistad, de pareja, profesionales, o de cualquier otro tipo, le serán
únicamente confortables en la medida en que a través de ellas pueda sentirse valioso. En
el momento en el que esto no sea posible con alguna relación y esta relación sea
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Un encuentro con autenticidad
103
importante para él, muy posiblemente entrará en conflicto ya que, por una parte,
necesitará de la relación y, por otra parte, pero al mismo tiempo, sentirse valioso en ella.
O enfrenta su miedo, aceptando que no siempre es él quien va a quedar en la posición de
éxito, o su relación se deteriorará. Ambas posibilidades le llevan al sufrimiento.
La opción de Perls, según nos cuenta Naranjo, para el supuesto anterior, es
confrontar a la persona con su miedo al fracaso. En términos de Perls, la persona del
supuesto anterior tiene un hueco. No dispone de ojos. En su compulsión por sentirse
valioso, para apartar lo más posible de sí mismo la sensación de fracaso, se ha quitado
sus propios ojos para estar atento a la mirada ajena con el anhelo de que ésta le refleje
su valía, en la forma de una expresión de admiración o de reconocimiento hacia sí. Perls
tuvo la gran habilidad de advertir esos huecos en la persona. Pero no sólo. También tuvo
el atrevimiento de denunciarla, de hacerla consciente de su carencia. En este sentido
escuché en algunas ocasiones a Naranjo contar que Perls solía decir ―tengo ojos y no
tengo miedo‖. Lo que yo traduzco en ―veo la carencia tras la manipulación y soy capaz
de denunciarla‖. Desde mi punto de vista la denuncia de Perls tiene la intención de
ofrecerle a la persona una oportunidad de que recobre la conciencia de su carencia, la
acepte y abandone su falsedad.
De este modo, el abandono de la falsedad puede conducirnos a relaciones
interpersonales más saludables. Relaciones que incluso pueden sanar. Y esto es, para
mí, la esencia misma de la Terapia Gestalt. Lo que verdaderamente abre la posibilidad
de un mayor nivel de salud para el paciente está directamente relacionado con el grado
de autenticidad que la relación de ambos pueda alcanzar. Así el terapeuta, en la medida
en que él mismo vence su propia resistencia a su autenticidad, puede conducir a su
paciente al restablecimiento de la suya propia.
Un encuentro con autenticidad
En las diversas charlas6 y talleres que he impartido, en algunas facultades de
Psicología, he pretendido ilustrar el inmenso potencial de salud que emana del
encuentro auténtico entre dos personas. Lo he hecho a través de un extracto del episodio
6 Tienes disponibles en la Web de Qualia, la Escuela Granadina de Terapia Gestalt, en la sección
descargas, las presentaciones de mis charlas en formato PDF. La dirección es www.gestaltgranada.es.
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Un encuentro con autenticidad
104
titulado ―Un día, una habitación‖, que forma parte de la famosa serie de televisión
House. Por un lado, en la Ilustración 32 en la página 105 tienes los detalles del extracto
del episodio. Y, por otro lado, en la Ilustración 33 en la página 106 tienes la carátula de
la tercera temporada de la serie que contiene el mencionado episodio.
A continuación voy a comentarte qué sucede en este episodio y por qué lo
relaciono con la autenticidad. El doctor House es el personaje central de la serie.
Trabaja en un hospital como jefe del servicio de diagnóstico. En este episodio House se
encuentra con una paciente. Cuando se aproxima a ella esta reacciona de un modo
extraño. House sorprendentemente advierte que ha sido violada. Entonces rehúsa
atenderla y quiere derivarla a psiquiatría. Sin embargo ella ha percibido algo en el
encuentro con House que le lleva insistir en que quiere ser tratada por él. A
regañadientes, forzado por la dirección del hospital, House acepta atenderla. Pero no
sabe cómo hacerlo. Consulta con algunos de sus colegas y ningún consejo de éstos le
parece satisfactorio. Sin saber qué hacer la visita. House entra incómodo en la
habitación de ella. Le pregunta si quiere hablar de lo que le ocurrió. Ella, que parece
percibir la incomodidad de House, también se incomoda y le responde que no. Entonces
House se molesta aún más y le pregunta si quiere hablar sobre el tratamiento para la
enfermedad venérea que ha contraído en la violación. Ella también le responde que no.
House irónicamente le pregunta entonces si de lo que quiere hablar es del tiempo. Y,
sorprendentemente, aunque con clara resignación contesta que sí. Momento en el que
House aprovecha para negarse diciéndole que no es el hombre del tiempo. Se dirige a
ella para tomarle el pulso y ella le retira enfadada el brazo. El encuentro de ambos
termina en desencuentro.
Un tiempo después Hosue vuelve a visitarla. Ella duerme. De un modo brusco
House le pide que se despierte. Sin esperar a que lo haga completamente comienza a
contarle una historia personal de abusos. Ella se interesa. House le cuenta que cuando
sus padres le dejaban con su abuela ella abusaba de él. Nada más terminar de contarle la
historia House le exige que ahora ella se sincere con él. Pero ella no parece muy
motivada a ello, parece extrañada. Y le pregunta cómo continuó llamando a su abuela
después de aquello. A lo que House responde irónicamente que siguió haciéndolo del
mismo modo. Ella no le cree. No le parece posible. Se enfada. Se siente engañada y se
lo dice. House se siente descubierto aunque se resiste a confesarlo y enfadado se
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Un encuentro con autenticidad
105
defiende con los argumentos que puede. Entonces, House le expresa que no puede creer
cómo su vida va a depender de lo que alguien pueda contarle. Ella se emociona.
Implícitamente, House ha revelado su profunda desconfianza en los seres humanos y su
necesidad defensiva de evitar depender de alguien. Así se descubre para qué House
siempre actúa buscando poner en evidencia a todos aquellos con lo que se relaciona,
confrontándoles con su falta de inocencia. Tiene que demostrarse a sí mismo que no
debe confiar. Lo que más miedo le da y lo que más necesita. Entonces ella, en contraste
con House, muestra su confianza en que nuestras vidas, y por supuesto la suya,
dependen y se configuran con cada encuentro en el momento presente. Algo que deja a
House en silencio.
En el siguiente encuentro, al aire libre, ella se acerca a House. Apoyándose en una
sensación de saber que a él también le pasó algo, ella le expresa que su dolor es haber
sido violada. Y, sin dar opción a una negativa alguna, le pregunta qué le pasó a él. La
verdad de ella le pone a él en contacto con la suya y no puede mantenerle la mirada.
House baja la cabeza. Un gesto que en sí mismo es ya un reconocimiento de que ella
tiene razón. Él también tiene un profundo dolor.
Ilustración 32. Una diapositiva de mi charla “Gestalt, Terapia de Autenticidad”.
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Un encuentro con autenticidad
106
Finalmente, en la última escena del extracto del episodio, que es continuación de
la anterior, House a raíz de la pregunta de ella está más en contacto con su propio dolor
y desde ahí le dice que le importa lo que ella siente —yo me imagino que él se pregunta
si como ella se siente es como él se siente— y ella se conmueve. Él le pregunta por qué
le eligió. Ella llora y le responde que sintió que él también había sufrido. Nuevamente
House no puede sostenerle la mirada y se gira agachando su cabeza. Entonces él
conectado con su dolor le confiesa que la historia que le contó era cierta pero que quien
realmente abusó de él no fue su abuela sino su propio padre. Al expresarle esto House
queda sobrecogido. Ella se emociona y le expresa que ahora sí desea contarle lo que le
pasó. House con voz profunda le dice que le gustaría oírla. Ella empieza a contarle su
historia. En ese momento la cámara comienza a alejarse de ellos. La música empieza a
sonar, con mayor volumen cada vez, al tiempo que apaga poco a poco las palabras de
ella que, finalmente, dejan de oírse. Ya no importa cómo fue, los detalles, el encuentro
auténtico entre los dos se produce. Su salud comienza ya a restablecerse, en el momento
en que ella siente que él sinceramente desea escucharla y que, además, realmente puede
comprender cómo se siente pues no está a la defensiva sino, que por el contrario está en
completa sincronía y coherencia emocional con ella.
Ilustración 33. Serie de televisión House, 3ª temporada.
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Comunicación no verbal
107
Para mí la historia que acabo de contarte refleja muy bien varios aspectos
relacionados con la autenticidad. Primero, cómo la resistencia a la autenticidad dificulta
el encuentro. Segundo, cómo cuando la autenticidad está presente en el encuentro entre
dos personas éstas alcanzan un nivel de intimidad imposible de alcanzar mediante la
manipulación que supone la ocultación de sí mismo y la proyección de una imagen
falsa. Nivel de intimidad que, por otra parte, favorece procesos de salud para ambos. Y,
tercero, cómo la autenticidad de uno puede conducir a otro hacia su propia autenticidad.
No te conformes con la descripción que te he hecho de la historia. Te recomiendo
que veas el episodio. Por una parte, la historia está magistralmente interpretada por los
actores. Y, por otra parte, los planos de las cámaras, para acentuar una mirada, para
enfatizar un gesto, para mantener un silencio, para llevar la atención a un personaje en
detrimento del otro, etc. son geniales. De esta forma, tan magnífica interpretación y tan
buenas tomas, te permiten apreciar los detalles más sutiles relacionados con la
comunicación no verbal que tiene lugar entre los personajes. Y, este aspecto, el de la
comunicación no verbal, es crucial para que comprendas aún más profundamente qué es
la autenticidad, desde la perspectiva de la Terapia Gestalt.
Comunicación no verbal
La comunicación no verbal alude a una forma de comunicación que presenta un
bajo control voluntario. En contraposición está la comunicación verbal con un alto
control voluntario. Así, lo que una persona expresa no verbalmente es más fiel a su
auténtica experiencia, en el momento presente, que aquello que expresa verbalmente. Es
por esto, que en Terapia Gestalt, un terapeuta frecuentemente ha adquirido, en mayor o
menor medida, la habilidad de apreciar la coherencia entre lo que dice su paciente y
cómo lo dice. De manera que la incongruencia entre las palabras y los actos no verbales
revela para el terapeuta un apartarse de la autenticidad. Paul Ekman, hace tiempo
también advirtió esto mismo en un contexto muy diferente, en el de la investigación
empírica, dando de este modo un gran apoyo a lo que los gestaltistas ya sabían
fenomenológicamente. Ekman es profesor de Psicología y director del Human
Interaction Laboratory de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en
San Francisco. Se ha convertido en un maestro en la lectura de la emociones, en general,
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Las vías superiores e inferiores
108
y de las expresiones faciales, en particular. De Ekman nos habla Goleman (2003) en su
obra titulada ―Emociones destructivas‖ cuando dice:
Pero el momento crucial de su carrera se produjo cuando, después de
licenciarse, se dedicó a observar sesiones de psicoterapia a través de un espejo
unidireccional y se quedó muy impresionado al cobrar conciencia de que lo que
ahí estaba ocurriendo no se transmitía tanto a través de canales verbales como no
verbales [por ejemplo]el tono de voz, las expresiones faciales y el gesto.(p. 167)
Ekman se dio cuenta de que lo esencial de la comunicación entre personas tiene
lugar a nivel no verbal, es decir, con escaso control voluntario.
Las vías superiores e inferiores
La comunicación no verbal estaría relacionada con lo que Joseph LeDoux (1999)
denomina ―vía inferior‖. Con esta denominación se refiere a los circuitos neuronales
que no alcanzan la corteza cerebral. Utiliza esta designación en contraposición a ―vía
superior‖, que reserva para aquellos circuitos neuronales que sí recorren la corteza
cerebral. Se ha comprobado que únicamente los procesos que tienen lugar a través de
vías corticales son susceptibles de alcanzar la conciencia. Por tanto, en términos de
LeDoux únicamente los procesos que emplean las vías superiores son quizás
conscientes, mientras que los procesos que emplean vías inferiores permanecen al
margen de la conciencia. En este sentido gran parte de la expresión emocional, es decir,
los componentes implícitos de la comunicación, al margen del control voluntario como,
por ejemplo, la coloración de la piel, la sudoración de las palmas de las manos, la
expresión facial, la expresión de los ojos o la prosodia del lenguaje, son procesos que
transcurren por vías inferiores. En cambio, lo explícito de la comunicación como, por
ejemplo, las palabras o la lógica del discurso, susceptibles de control voluntario son
procesos atribuibles a las vías superiores.
Joseph LeDoux (1999) pone un ejemplo muy interesante para diferenciar la vía
superior y la vía inferior. Imagina que paseas por el campo y vislumbras fugazmente
algo entre las hierbas que se asemeja a una serpiente. Inmediatamente, sin pensar, das
un salto y te apartas todo lo que puedes. A continuación, desde una distancia de
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Las vías superiores e inferiores
109
seguridad, buscas con tu mirada entre las hierbas y reconoces un cordel de vivos colores
en lugar de una serpiente. Respiras aliviado y continúas tu paseo. La respuesta
rapidísima de apartarte corresponde a procesos que transcurren por vías inferiores. En
cambio, el análisis posterior para determinar si efectivamente se trata o no de una
serpiente corresponde a procesos deliberativos que transcurren por vías superiores. En
caso de encontrarte con una serpiente lo que te salva la vida son tus vías inferiores que,
activan tu respuesta de miedo, a través del sistema nervioso simpático, sin la ocurrencia
de tu pensamiento o deliberación alguna por tu parte. Más te vale pensar a posteriori si
efectivamente te cruzas con una serpiente en tu camino. Cuando, desde un lugar más
seguro, adviertes que se trata en realidad de un cordel y no de una serpiente seguro que
te dices algo parecido a ―¡Uff! ¡Qué susto! No pasa nada‖. Y este mensaje, de algún
modo, más tardío y lento de tus vías superiores es lo que te tranquiliza finalmente,
activando el sistema nervioso parasimpático. Así, las vías inferiores son rápidas y no
conscientes. En cambio, las vías superiores son lentas y conscientes.
Respecto al tema de la comunicación en el encuentro terapéutico, entiendo que la
comunicación implícita no verbal, tanto del paciente como del terapeuta, cuyo sustrato
neuronal es la activación de sus respectivas vías inferiores de forma involuntaria y
rapidísima, representa la expresión autentica de la experiencia de cada uno respecto al
otro, momento a momento. Experiencia que cada uno, en la medida en que le resulta
inaceptable, trata de eludir para mostrar algo diferente a lo que realmente es. Para lo que
necesita la participación de sus vías superiores, más lentas y voluntarias. Es decir, las
vías inferiores disparan lo genuino de cada uno en relación al otro en el momento
presente sin mediación de la voluntad o de la conciencia. Ocurre, sin más. Y, es después
cuando cada uno, a través de la participación de sus vías superiores, puede determinar si
es o no pertinente lo que experimenta en ese momento, llevado por los aprendizajes
hechos en el transcurso de su desarrollo. No es que en cada momento decida sino que ya
tiene aprendido qué decidir en situaciones como la presente. Por tanto, si tiene decidido
que su experiencia es inaceptable de inmediato pasa a poner en juego su estrategia de
camuflaje, igualmente bien aprendida, entrenada y argumentada. Se instaura así en la
falsedad y en la manipulación.
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Experiencialismo ateórico
110
Experiencialismo ateórico
Es en este sentido, que comienzo a entender la conocida definición de Naranjo
(2007) acerca de la Terapia Gestalt como un experiencialismo ateórico. El término
experiencialismo infunde un impulso a permitir la experiencia en el momento presente.
Es decir, se trata de una propuesta a experimentar lo que hay en cada momento. Pero no
de cualquier modo pues Naranjo adjetiva el experiencialismo con ateórico. De esta
forma parece decir ―experimenta lo que es sin teorías‖. No puedo dejar de asociar, por
una parte, ―experimentar lo que es‖ con un animar a permitir la experiencia que emerge
de las vías inferiores, lo auténtico o sí mismo, y, por otra parte, ―sin teorías‖ con un
rechazo a lo adquirido, lo que no se es o falso yo, a través de aprendizajes rígidos en el
transcurso del desarrollo implementados en las vías superiores y que se convierten en un
impedimento a la aceptación de la experiencia tal cual es. De este modo, en tan pocas
palabras, y de una forma tan elegante, Naranjo nos ofrece una definición
fenomenológica de la Terapia Gestalt que la más reciente investigación neurocientífica
comienza a describir hoy en términos neuronales.
Autorregulación organísmica
Goleman (1996) puso de manifiesto el papel relevante de la adecuada gestión
emocional para la salud personal, a lo que llamó Inteligencia Emocional. Ahora
Goleman (2003) trasciende lo intrapersonal para abarcar lo interpersonal con la misma
vocación que antes, la de destacar el valor de la adecuada gestión emocional para la
salud de las relaciones, a lo que llama Inteligencia Social.
Inteligencia social que, a la luz de los últimos descubrimientos en neurociencia,
tiene que ver con comprender cómo las vías superiores condicionadas con los
aprendizajes durante el desarrollo interfieren los procesos involuntarios del organismo,
algo que recuerda el tan conocido concepto de autorregulación organísmica de Perls
(2007). Al que, por otra parte Naranjo (1990) alude en su obra ―La vieja y novísima
Gestalt‖ del modo siguiente:
Parte 6 Teoría Gestalt en que baso mi trabajo clínico
Conclusión
111
La confianza en la autorregulación organísmica está incorporada en la
Terapia Gestalt como una confianza en la espontaneidad… es una traducción
biológica de lo existencial de “ser uno mismo”. (p. 7)
Por tanto, entiendo que con autorregulación organísmica Perls (2007) quería decir
lo mismo que Naranjo (2007) con experiencialismo ateórico. Ambos, instan a confiar en
la espontaneidad, o procesos inferiores más allá de la voluntad, para lo cual hay que
abandonar las falsas teorías adquiridas con el aprendizaje acerca de uno mismo,
implementados en las vías superiores. De ahí, que la Terapia Gestalt al mismo tiempo
sea existencial y transpersonal. Por una parte, transpersonal porque te anima a que
abandones lo que has aprendido que eres, tu personalidad, que ha quedado
implementada en tus vías superiores. Y, por otra parte, existencial porque anima a que
te entregues a la experiencia de lo que realmente eres, que emerge de las vías inferiores.
Conclusión
De este modo, y como conclusión, entiende autenticidad en Terapia Gestalt como
ser tú, que no tiene que ver con tu voluntad, en contraposición a manipulación, que es lo
que has aprendido que tienes que ser. En la medida en que manipulas y te alejas de la
autenticidad te alejas también de la satisfacción de fluir con lo que hay y tu vida se hace
difícil y sufrida al tener que sostener lo que no eres y te exiges ser. El proceso
terapéutico en Terapia Gestalt tiene, por tanto, que ver con confrontar la falsedad para
permitir que emerja lo espontáneo y genuino.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
AAppéénnddiicceess
Apéndices
Apéndice 1. Cómo usar los baremos
115
Apéndice 1. Cómo usar los baremos
Los baremos te permiten transformar las puntuaciones directas —que obtienes al
pasar a tu paciente una prueba psicológica— en puntuaciones transformadas, o centiles.
Los centiles te indican qué lugar ocupa tu paciente, respecto de la variable que has
medido (por ejemplo depresión rasgo), respecto de su población de referencia. Así, si tu
paciente obtiene un centil 77 significa que está muy por encima de la media, centil 50,
en el valor de esa variable. Tan por encima que únicamente el 33% de las personas
muestran un nivel en esa variable más alto. Por tanto, transformar la puntuación directa
Ilustración 34. Cómo usar un baremo.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Apéndice 1. Cómo usar los baremos
116
en su correspondiente centil es lo que te da la oportunidad de hacer comparaciones. En
tanto que no haces dicha transformación la puntuación directa, en sí misma, no te dice
nada acerca de tu paciente. Únicamente cuando lo comparas con su grupo de referencia
es que la medida que has tomado cobra sentido.
Observa la Ilustración 34 en la página 115. Esta ilustración te muestra todos los
pasos necesarios para obtener qué centil corresponde a una puntuación directa 32
obtenida por una mujer adulta en un cuestionario que evalúa una variable en su
dimensión rasgo. A esta persona le corresponde un centil 77.
Apéndices
Apéndice 2. Artículos en Internet
117
Apéndice 2. Artículos en Internet
Internet está cambiando muchos de nuestros hábitos. Entre ellos, Internet
principalmente ha revolucionado nuestra forma de comunicarnos, en general, y nuestra
forma de acceder a la información, en particular. Respecto al modo de acceder a la
información hay una clara tendencia. Por un lado, el volumen de distribución de
información en formato impreso disminuye a un ritmo cada vez mayor; por otro lado, el
volumen de distribución de información en formato electrónico está aumentando a un
Ilustración 35. Artículos en Internet.
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Apéndice 2. Artículos en Internet
118
ritmo también creciente.
El ámbito de la comunicación científica entre profesionales no está al margen de
tal revolución. Más bien al contrario. Así, cada vez con más frecuencia, las revistas
científicas especializadas, entre ellas también las de Psicología, ofrecen a sus lectores
los artículos que publican en formato electrónico, habitualmente como archivos PDF, a
través de sus sedes en Internet. Un ejemplo claro en este sentido es la revista española
International Journal of Clinical and Health Psychology7. Esta revista, en su sección
Contenidos, ofrece todos los artículos que hasta ahora ha publicado (observa la
Ilustración 35 en la página 117).
Entre los artículos que International Journal of Clinical and Health Psychology
nos ofrece en su sede en Internet hay dos especialmente interesantes que yo he utilizado
en el desarrollo del presente trabajo. A ambos artículos me he referido en el artículo que
te ofrezco como modelo. Uno de ellos es el titulado ―Normas para la redacción de casos
clínicos‖ de Buela-Casal y Sierra (2002). El otro lleva por título ―Clasificación y
descripción de las metodologías de investigación en psicología‖ de Montero y León
(2002). Recientemente, Montero y León (2007) han revisado el anterior artículo en su
nuevo artículo titulado ―Guía para nombrar los estudios de investigación en Psicología‖.
7 Accede a los servicios en línea de esta revista a través de su dirección en Internet
www.aepc.es/ijchp/.
Apéndices
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción
119
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción
Antes de redactar tu artículo has de tomar una importante decisión. Esta es qué
software de tratamiento de textos vas a utilizar para tal fin. No decidas esto a la ligera.
Yo utilizo habitualmente para la redacción de mis documentos Microsoft Word. En la
actualidad utilizo la versión 2007. Llevo muchos años utilizando este producto y me
siento muy satisfecho. Se trata de un programa muy popular. Prácticamente todo el
mundo lo utiliza. Por lo cual, se ha convertido con el tiempo en un estándar. Que
Microsoft Word sea la aplicación de tratamientos de textos estándar es algo en favor de
este producto para que lo elijas como tu herramienta de trabajo.
Ilustración 36. Herramientas de Word para administrar citas, referencias y autoridades.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción
120
Por un lado significa que a cualquier persona a la que le envíes tu documento
podrá abrirlo, leerlo y manipularlo sin problemas. Algo que no es posible con los
documentos de otros programas de tratamiento de textos que no son tan populares, salvo
en el caso de que estos dispongan de la opción de guardar tu documento en el formato
de Microsoft Word. Una situación muy habitual es que termines un trabajo y quieras
imprimirlo en alta calidad, es decir, imprimirlo en color, con gran resolución, a doble
cara y en un papel de mayor gramaje al habitual. Lo mejor, en esta situación, es que
envíes tu documento a un servicio de impresión profesional, por correo electrónico, para
después recogerlo ya impreso, en lugar de utilizar tu propia impresora doméstica. Si
utilizas Microsoft Word cualquier servicio de impresión profesional te aceptará el
archivo en el formato nativo de tu aplicación sin inconveniente alguno. Algo que no
ocurrirá con los formatos de otros programas de tratamiento de textos.
Por otro lado, Microsoft Word te ofrece la interesante opción de obtener una copia
de cualquiera de tus documentos en el conocido formato PDF, el estándar en la
distribución de documentos en formato electrónico. De este modo, cuando termines tu
documento y desees distribuirlo, por ejemplo, por correo electrónico o colgándolo en tu
sede de Internet, podrás hacerlo en formato PDF y así, los lectores de tu documento lo
Ilustración 37. Portada y contraportada del libro “Microsoft Office Word 2007. Paso a paso”.
Apéndices
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción
121
podrán abrir y leer pero no podrán modificarlo. Además, el formato PDF, es el formato
habitual en el que las revistas exigen la recepción de artículos para su posible
publicación.
Además, considera que Microsoft Word es una aplicación en continuo desarrollo
que no deja de innovar y ofrecer a sus usuarios nuevas opciones y herramientas, con el
fin de convertir la producción de documentos en un proceso cada vez más fácil e
intuitivo, al alcance de cualquiera. En este sentido, Microsoft Word, para los que
estamos interesados en producir artículos, donde es habitual citar a otros autores en
algún formato preestablecido, como por ejemplo el formato APA, nos ofrece un
conjunto de herramientas que, simplifican y agilizan notablemente, dicho proceso de
citación de autoridades (observa la Ilustración 36en la página 119). Mediante el uso de
estas herramientas Microsoft Word registra las diferentes autoridades citadas en el
transcurso de la redacción del artículo para finalmente, de un modo completamente
automático, incluir todas las referencias que corresponden a cada cita insertada en el
texto, en el formato y orden apropiados.
Y, finalmente, ten en cuenta que, gracias a la popularidad de Microsoft Word,
existen en el mercado cientos de manuales, de diferentes editoriales, para que aprendas
a utilizar este producto. Dispones de manuales para diferentes niveles de usuarios, desde
nivel principiante hasta nivel avanzado. Si te decides a adquirir uno te recomiendo que
lo elijas del catálogo de Microsoft Press, la editorial de Microsoft, son los mejores. En
España, en la actualidad, los libros de Microsoft Press los distribuye Anaya Multimedia.
En el sitio Web de Anaya Multimedia8 puedes encontrar un catálogo completo de los
libros de Microsoft Press. Entre ellos te recomiendo el libro titulado ―Microsoft Office
Word 2007. Paso a paso‖, observa la Ilustración 37 en la página 120, de Cox y
Preppernau (2007). Este libro te da la oportunidad de alcanzar un nivel de
conocimientos suficiente para producir tus artículos sin dificultades. Aunque, en general
todos los capítulos de este libro son muy interesantes hay dos que considero
especialmente relevantes para el tema que nos ocupa, la redacción de artículos. Por una
parte, el capítulo 7 titulado ―Trabajar con diagramas y gráficos‖ te enseña cómo crear,
insertar y modificar un gráfico en tu documento de texto. Y, por otra parte, el capítulo 8,
8 La dirección en Internet de Anaya Multimedia es http://www.anayamultimedia.es/cgi-
bin/main.pl.
Divulga tus Casos Clínicos en Revistas Científicas
Apéndice 3. Word 2007, tu mejor opción
122
titulado ―Trabajar con documentos más largos‖, entre otros contenidos también muy
útiles, te muestra cómo realizar citas en tu documento y añadir al final una bibliografía
con el estilo que prefiera, por ejemplo el estilo APA.
Apéndices
Apéndice 4. Extracto de normas APA
123
Apéndice 4. Extracto de normas APA
Como ya te indiqué, en la parte 3 del presente trabajo, tienes una recopilación de
las normas de la APA en el Apéndice B del libro ―Cómo redactar textos científicos en
Psicología y Educación‖ (observa la Ilustración 21 en la página 53) escrito por León, O.
G. (2005). Este apéndice contiene, de una manera clara y sencilla, todo lo que necesitas
saber a este respecto. Sus apartados, además, incluyen numerosos ejemplos e
ilustraciones con los que puedes aclarar tus dudas.
No obstante, también dispones en Internet de numerosos documentos a este
respecto. Pero ten cuidado a la hora de elegir. No todos son buenos. Te recomiendo el
que durante bastante tiempo yo he utilizado para aclarar mis dudas en mis trabajos. Se
titula ―Formato APA – Quinta edición‖ de Canales (2002). En la Ilustración 38 en la
página 123 observa los resultados de la búsqueda en Google de ―normas apa‖. Entre los
muchos resultados localiza la línea ―[PDF] FORMATO APA – QUINTA EDICIÓN‖.
Esta línea es el hipervínculo que te permite abrir el documento en formato PDF.
Una vez que lo tienes abierto guárdalo en tu equipo. Ahora lo tienes disponible
Ilustración 38. Resultados de la búsqueda de “Normas APA” en Google.
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Apéndice 4. Extracto de normas APA
124
cada vez que lo necesites sin tener que descargarlo en cada ocasión de la Web.
Este documento en formato electrónico es muy cómodo de utilizar. Cuando
trabajes en tu programa de tratamiento de textos con tu artículo mantén también abierto
simultáneamente el documento con las normas APA. Si quieres consultar algo sólo
tienes que cambiar de ventana. Trabajar de este modo es mucho más cómodo que con
un volumen impreso en tu escritorio.
Referencias
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
RReeffeerreenncciiaass
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Buela-Casal, G., Verdugo, M. A. y Sierra, J. C. (1997). El proceso de evaluación
psicológica. En G. Buela-Casal, G. y J. C. Sierra (dirs.), Manual de evaluación
psicológica. Fundamentos, técnicas y aplicaciones (pp. 163-171). Madrid: Siglo XXI.
Buela-Casal, G., Agudelo, D. y Spielberger, C. D. (2007). Adaptación castellana
de la Escala de Depresión Estado Rasgo. Madrid: TEA Ediciones.
Canales, T. (2002). Formato APA – Quinta Edición. Extraído el 22 de Marzo de
2010 desde http://www.intec.edu.do/biblioteca/pdf/APA/Normas_APA%5B1%5D.pdf
Cox, J. y Preppernau, J. (2007). Microsoft Office Word 2007. Paso a paso.
Madrid: Grupo Anaya, S. A.
De Casso, P. (2003). Gestalt: Terapia de Autenticidad. Barcelona: Editorial
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Goleman, D. (1996). Inteligencia Emocional. Barcelona: Editorial Kairós, S. A.
Goleman, D. (2003). Emociones destructivas. Cómo entenderlas y superarlas.
Barcelona: Editorial Kairós, S. A.
Goleman, D. (2006). Inteligencia Social. La nueva ciencia de las relaciones
humanas. Barcelona: Editorial Kairós, S. A.
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La Coruña: Editorial Netbiblo, S. L.
Feixas, G., Sánchez, V., Laso, E. y Gómez-Jarabo, G. (2002). La resistencia al
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de demanda. Análisis y Modificación de Conducta, 28, 235-286.
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qué funciona. Extraído el 14 de Marzo de 2010 desde http://www.claudionaranjo.net/
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Universal Estudios.
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
TTaabbllaa ddee IIlluussttrraacciioonneess
Tabla de Ilustraciones
133
1. Sección Catálogo de TEA Ediciones. .............................................................. 25
2. Resultados de búsqueda en el catálogo de TEA Ediciones. ................. 26
3. Ficha del cuestionario STAI del catálogo de TEA Ediciones. .............. 26
4. Portada y contraportada del IDER. ................................................................ 28
5. Portada y contraportada del STAI. ................................................................ 29
6. Cómo llegar a Google Docs. ............................................................................... 32
7. Página de acceso a Google Docs. ..................................................................... 33
8. Página principal de Google Docs. .................................................................... 34
9. Hoja de cálculo de Google Docs. ...................................................................... 35
10. Cómo introducir los datos en la hoja de cálculo. ..................................... 36
11. Cómo insertar un gráfico. .................................................................................. 37
12. Cuadro de diálogo Crear gráfico. .................................................................... 38
13. Gráfico finalizado. ................................................................................................. 39
14. Cuadro de diálogo Guardar hoja de cálculo. .............................................. 40
15. Índice de documentos de Google Docs. ........................................................ 41
16. Guardar un gráfico como una imagen. ......................................................... 41
17. Insertar la imagen del gráfico en un documento de texto. .................. 42
18. Cuadro de diálogo Insertar imagen. .............................................................. 42
19. Datos organizados para obtener un gráfico eficacia. ............................. 44
20. Datos organizados para obtener un gráfico seguimiento. ................... 47
21. Portada y contraportada del libro “Cómo redactar textos…”. .................................................................................................................... 53
22. Página de inicio de IN~RECS. ........................................................................... 69
23. Página de inicio de Psicología de IN~RECS. .............................................. 70
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134
24. Tasas de rechazo (International Journal of Clinical Health Psychology). ............................................................................................................ 72
25. Resultados de la búsqueda, en Google, de la revista “Anales de Psicología”. ......................................................................................................... 73
26. Página de inicio de la revista “Anales de psicología”. ............................ 74
27. Resultados de la evaluación previa a la intervención. .......................... 85
28. Análisis de eficacia, para la ansiedad, de la intervención. ................... 91
29. Análisis de eficacia, para la depresión, de la intervención. ................. 92
30. Seguimiento de la depresión antes, después y a 2 meses de la intervención. ....................................................................................................... 93
31. Seguimiento de la ansiedad antes, después y a 2 meses de la intervención. ....................................................................................................... 94
32. Una diapositiva de mi charla “Gestalt, Terapia de Autenticidad”. ...................................................................................................... 105
33. Serie de televisión House, 3ª temporada. ................................................ 106
34. Cómo usar un baremo. ..................................................................................... 115
35. Artículos en Internet. ........................................................................................ 117
36. Herramientas de Word para administrar citas, referencias y autoridades. ...................................................................................................... 119
37. Portada y contraportada del libro “Microsoft Office Word 2007. Paso a paso”. ............................................................................................ 120
38. Resultados de la búsqueda de “Normas APA” en Google. ................. 123
DDiivvuullggaa ttuuss CCaassooss CCllíínniiccooss eenn RReevviissttaass CCiieennttííffiiccaass
ÍÍnnddiiccee aannaallííttiiccoo
Índice analítico
137
autenticidad encuentro de, 103 no manipulación, 102 qué es, 101
baremo cómo se usa, 31, 115 para qué sirve, 31 qué es, 31
Buela-Casal, Gualberto, xiii, iii, 9, 55, 79, 80, 83, 96, 118, 127, 128 agradecimiento a, xiii
Campos, Josefa, 5, xiii, iv, 80 agradecimiento a, xiii
comunicación no verbal, 107, 108
Cuestionario Ansiedad Estado-Rasgo, 24, 59, 61, 62, 79, 84, 92, 94
Cuestionario de Depresión Estado-Rasgo, 79, 84, 92, 94, Véase también Inventario de Depresión Estado-Rasgo
diagnóstico Eneagrama, 60
Ekman, Paul, 107, 108
estandarización artículos, 13 aspectos de contenido, 13 aspectos formales, 13 formato, 13
factor de impacto, 71
Goleman, Daniel, 108, 110, 127 inteligencia emocional, 110 Inteligencia Social, 110
House, 104, 105, 106, 129
IDER. Véase Inventario de Depresión Estado-Rasgo
IN~RECS, 69, 70, 71, 75
Inventario de Depresión Estado-Rasgo, 24, 59, 61, 62
Jera, xiii, iv, 80 Escuela Sevillana de Terapia
Gestalt, xiii, iv
LeDoux, Joseph, 108, 127 vía inferior, 108 vía superior, 108
Naranjo, Claudio agradecimiento a, xiii diagnóstico, 60 Eneagrama, xiii, 60 experiencialismo ateórico, 110 Programa SAT, xiii Terapia Integrativa, xiii X Congreso Internacional de
Gestalt, 101
Perls, Fritz, 101, 102, 103, 110, 111, 128 autorregulación organísmica, 110
Qualia, 7, iv, 79, 103 Escuela Granadina de Terapia
Gestalt, iv, 103
revistas de Psicología listado de, 70
Sierra, Juan Carlos, 9, 55, 79, 83, 96, 118, 127, 128
STAI. Véase Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo
Stroke, Susana agradecimiento a, xiii
TEA Ediciones, 24, 26, 27, 127, 128
Terapia Gestalt existencial, 111 transpersonal, 111
Información final Si estás interesado en publicar tus casos clínicos tienes la
oportunidad de hacerlo en la Revista Internacional de Intervenciones en Salud Emocional, de reciente creación, y de la cual soy el editor principal.
Quiero poner este medio a tu disposición. En la dirección en Internet de esta revista, http://www.gestaltgranada.es/web/ ui/qualia.aspx?stk=RiiSAe encontrarás toda la información que necesitas.
Este trabajo te interesa si eres un Especialista en Terapia
Gestalt, o en cualquier otro enfoque terapéutico, y quieres dar a
conocer tu trabajo a otros especialistas y profesionales clínicos,
sin embargo no sabes cómo hacerlo.
Los clínicos en general, y los psicoterapeutas en particular,
entre los que nos encontramos los Especialistas en Terapia Gestalt, no solemos
estar muy dispuestos a difundir nuestros casos clínicos en revistas
especializadas. Desde mi punto de vista esto es un déficit importante que no
apoya el desarrollo y difusión de aquello que de verdad sirve a la salud del ser
humano y que diferentes especialistas desde la parcialidad de sus respectivos
enfoques pueden advertir a través de su práctica, a modo de pequeñas piezas de
un complejísimo puzle, como es el del conocimiento acerca de cómo alcanzar el
bienestar de los seres humanos.
En este sentido mi propuesta es integradora. Considero que en cada enfoque,
existen representantes cualificados que han alcanzado un conocimiento válido,
aunque parcial, que debe ser compartido. Hoy creo que, la publicación de casos
clínicos, avalados por la evaluación de la eficacia de la intervención llevada a
cabo, es el modo más directo de compartir la amplia experiencia acumulada
desde las diferentes perspectivas, o enfoques psicológicos. Además, es el modo
en que los clínicos podemos aportar evidencias de la validez de los
procedimientos que empleamos a los investigadores. Si, desde alguna
perspectiva psicológica, sabemos que aportamos algo a la mejora de la
experiencia humana considero que es muy interesante que estemos abiertos a
encontrar la forma, más compatible con nuestro modus operandi establecido, de
obtener evidencia de ello y así aportarlo al conjunto de aquello que cada uno,
desde su propio enfoque, va encontrando que también es válido.
Todos los que trabajamos directamente con pacientes, con independencia del
encuadre terapéutico desde el que lo hagamos, tenemos la responsabilidad de
aportar información validada de lo que consideramos que apoya el
enriquecimiento y la mejora de la experiencia humana; y, de esta forma, contribuir
a la configuración de los campos de interés de los investigadores; al mismo
tiempo que, en mutua reciprocidad, estamos comprometidos a integrar los
avances de la investigación básica en nuestro enfoque y en nuestra propia
práctica.
Teodoro Sanromán, es Psicólogo Especialista en Terapia Gestalt, postgraduado en
Psicología de la Salud, Evaluación y Tratamientos Psicológicos por la Universidad de
Granada. Ha recibido el Premio Nacional de los Estudios de Psicología y el Premio
Extraordinario de Licenciatura de la Universidad de Granada. Es director de Qualia,
Centro de Psicología especializado en Terapia Gestalt, y editor de la Revista Internacional de Intervenciones en Salud Emocional.