doÑa marÍa isabel franciscadadun.unav.edu/bitstream/10171/26591/1/fa.foll.005.507.pdf · dero,...
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f A r f a C t c O S ’- S o ' í - Q j ^ ^ Q j Q F U N E B R E
QUE EN LAS SOLEM NES EXEOíTlA<5
C O N S A G R A D A S [ 1 3 ^ 6
Z N LOS I>IÁS 25 T 2 6 D E F E B R E R O D E l Ü i g
Por la Pontificia y Real Hermandad Sacramental de ] Silla de la Iglesia Parroquial de Santa A n a, de la
Ciudad de Granada
A LA GLORIOSA MEMORIA Y ETERN O DESCANSO
D E L A M U Y P O D E R O S A , M U Y M A G N Í F I C A , Y A I U Y
A M A D A S E Ñ O R A N U E S T R A
D OÑA MARÍA ISA BEL FRANCISCA D E B R A G A N Z A Y B O R B O N ,
R E Y N A CA TÓ LICA D E E S P A Ñ A É IN D IA S^
PRONUNCIÓ
E L L IZ E N C IA D O D O N M A R IA N O S IC IL IA ^ D I G N I D A O D E PR JO h
de la Santa Iglesia Colegial de la Ciudad de B a za . Teólogo Consultor de Cámara de la Dignidad Arzobispal et. esta Diòcesi , Examinador Sinodal de este Arzobispado y de,
Obispado de Guadix individuo de la líiisma Real y Pontificia Hermandad'.
Q u ie n en unión con esta la dedica
AL REY N t r o . SEÑOR D, FERNANDO VII. ( Q. D, G. )P O R M A N O D E L E X C M O . S E Ñ O R C O N D E D E M I R A N D A , M A -
yordomo Je S. M. y hermano mayor de dicha Pontificia y Real Corporacion.
G r a ñ a d a :
E N L A IM P R E N T A D E D. M A R IA N O S A E Z ,CoiV L A S L IC E N C IA S N E C E S A R I A S ,
.. ... •____ r-x ■ -- •• r-v, * C \ '
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: A. C! A. Vi K •
C V .v -^ 7 ^ A ^ XV cV \ V ' i i . A 'V . A
Timenti Dominum hené erit in extremis et in die defunctionis
sute henedicetur, Ecli» Cap* i . v, 13*
A l <iue teme á Dios íe irá hien en las postrimeríatf
y en el dia de sa muerte s?r4 bendito^ D e l lib, del Scle*
si ártico» Cap i , v, 13,
TSIo es esta la vida ; ni està sobre la tierra la po
sesión de los bienes ; ni la alegría fué dada pata los in
constantes dias de nuestra humana peregrinación ni U
prosperidad es aquí abajo el patrimonio de las almas
yantas ; ni la larga vida , ni la salud , ni la impasibi'.
lidad son el galardón del justo, durante el tiempo. Aquí,
aguí sobre este estrado de dolor; consternados á la pre
sencia de nuestra n a d a , y agolpados sobre las ruinas
de lo mas gra n d e , de lo mas alto , de lo mas noble,
y de lo mas preciado que tiene el mundo ; aquí entra
la tumba de los Reyes y el altar de Dios por quien ellos
xeynan ; aquí puestos junto á la entrada del gran de»
cierto , doride desaparecen , y transmigran y jamas vuel
ven grandes, c h ic o s , p lebeyos, n p b les, señores, sier
v o s , vasallos, R e y e s , sjn que haya cuen ta5 sia que val
ga poder ni g ra cia , ni excepción, ni merecimiento^ don
de nosotros teísmos los que quedamos ¡ a j ! tenemos que
dividirnos, y dexat á los que nos sigan los mismos
P/. 102.
llantos 5 aqui e s , donde llamado el hombre á lo veni
d ero, hito en hito de los destinos que le están puestos
después del s ig lo , contempla ios azares de su existen
cia , y se ttuecan sns aficiones y sus designios , y se
afirma la F é de D io s , y se imprime con grande fuerza
en el pensamiento el saludable tema de los bienes que
Eclés. $. lian de esperarse. Todas las cosas caminan à un lugar:
el hombre cuyos dias son como el h e n o , asi florecerá
como la ñor del cam po, porque el espíritu estará en el
A d Heh. 13. de paso. N o tenemos aqui ciudad perm anente, mas bus
camos la venidera ; y si nuestra casa terrestre de esta
2. ad. Cor» morada fuere deshecha tenemos de Dios un edificio, ca
sa no hecha de mano que durará siempre en los cielos.
A llí están las coron as; allí está el g o z o , allí está e l
patrimonio de J E S U C R I S T O , y allí están señaladas las
porciones de los que v iv e n .. . . S i , y para allí partiste lie*
na de bendic^oaes , y seguida de los suspiros de los dos
mundos ó A U G U S T A R E Y N A , S E Ñ O R A Y M A D R E
N U E S T R A la muy querida. De nosotros es este luto;
nuestras son las lamentaciones y las desentonadas voces
del dolor de tus huérfanos. A -lo s justos les nace la luz
y se Íes aparece la alegria en el dia de su trànsito Pa
ra ti esta abierto el paraíso, plaotado el árbol de la vi-
4i E fd , 8. d a , preparado el futuro tiempo, dispuesta la abundancia,
decretado el reposo. A l que teme á Dios le irá bisn tn
ias postrimería! i y en el dia de íu muerte será bendito.
Cierto y de Dios sabemos estas verdades : hijos de
las promesas, confortaos y salid del polvo. Las almas de
los j ustos en las manos de Dios están , y no les tocará
tormento de muette. Pareció á los ojos de los insensa-Stip. z.
tos que ellos m otian; y la salida de ellos fue juzgada
con o añlccion , y el partirse de entre nosotros fué teni
do como exterminio :pero ellos están en paz, y vivirán
para siem pre, y su recompensa está en el S eñ or, y elSaP>
pensamiento de ellos en el Altísimo. A si es que el justo, aun
quando fuere antecogido de la m uerte, estará en refti-
geiio ; por que la vejez venerable no es la duradera, ni Sa^. 4.
la contada por número de añ os; pues las canas del hom-
bre son sus sentimientos , y la edad de la vejez es la
vida sin mancilla. E l justo m uere, y no hay quien re 57»
capacite esto en su corazon j porque no hay quien en
tienda; porque los necios verán el fin del Sabio y no 4.
entenderán lo que Dios haya pensado á cerca de él. E l
que agradaba á D ios fué amado de él , y viviendo entre
ios pecadores fué trasladado para que la malicia no alte
rase su entendim iento, ó para que lo apareóte no se*
dujera su alma. Y poi quanto era grato á D io s , por
eso se apresuró á sacarle del torrente de iniquidad.
M as los hombres viendo y no entendiendo ni poniendo
en sus corazones tales cosas, al llorar su muerte parece
que ignoran que la gracia de Dios y su misericordia es
tán sobre sus santos, y su mirada puesta en sus esco»
gidos.
Ved pues los consuelos grandes que en el nombre de
Dios os tra igo , ó venerable y muy ilustre Pontificia y
R eal Hermandad. Como el agua de les arroyos que se
pierde entre las arenas de los desiertos, nuestros llantos
serian perdidos, si la fé de las cosas san tas, que los
co n sagra , no ios ap oza, y logra para salud. La Re>-
ligion hermosa, cobijada del mismo luto que hoy nos
vuelve, trae no obstante la blanda esponja que le fué
dada para enjugar los ojos de sus hijos atribulados ; y
de en medio de esas cortinas ¡ donde se transparentan los
espacios de la otra v id a , sale su voz que dice* j^Biena*
venturados los muertos que mueren en el Señor ; de hoy
ya m a s , dice el Espíritu , que descansen de sus traba
jos y porque las obras de ellos los siguen/* Estos son los
consuelos gran d es, Católicos oyentes , y no se nos han
dado mas consuelos sobre la tierra. El presente todo es
dolores 5 la esperanza es la sola brisa que nos lleva so
bre las aguas de estos mares mal conocidos que ahora
yogamos ; nuestra brújula es la fé sa n ta , bajo la qual
marchamos sin peligro de extraviarnos y naufragar. Mas
esto basta : los gemidos y los lamentos irremediables
están bien á ios desgraciados que desconocen el miste
rio de los sepulcros. Pues los justos, despues de rota
ésta cubierta ftagil de lo terreno, viven dos v e c e s : lo
primero con vida eterna , vida esen cia l, perfecta, que es
la vida que comenzaron aqui en la tierta , ingeridos en
J E S U C R IS T O , galardonada arriba y glorificada en el R ey-
no suyo que le dló el Padre : lo segundo por la a la
banza que dejaron sobre la tierra , y por las bendicio
nes con que su nombre vive y es aclamado de siglo en
siglo. Timeníi Dcminum bené erit in extremis, et in die de-
funtionis suce benedicetur.
Vuestra piedad. Señores, ha prevenido ya mi argumen
to. Vive y vivirá para siempre con una y otra vida el
ànima de L A M U Y A L T A , M U Y P O D E R O S A , Y M U Y
M A G N IF IC A S k a . N t r a . D.=* M A R IA IS A B E L D E
B R A G A N Z A Y B O R B O N , IN F A N T A D E P O R T U G A L
sY R E Y N A C A T O L I C A D E LA S E S P A N A S ,q u e el
Sefioc se ha dignado trasladar á mejor R eyno en la noche dei
26 de Diciembre del año último. La memoria de sus
virtudes se ha quedado para nosotros en testimonio, par&
alabanza suya y exemplo nuestro mientras sus santas
obras la han seguido para que brille en el trono de
J E S U C R IS T O , con corona de O phir, parada con todos los Px. 44.
adornos de la inocencia. Y o me Bjo sobr¿ esta idea, ado<
lando los altos juicios inescrutables que Dios reserva
para si so lo, mas a6anzado bajo de su enseñanza , que
reveló á los hombres las señales y caracteres , por don
de conozcamos á sus amigos. La piedad y la fé cris
tiana de Us promesas la ciée en los cielos : mas la
misma piedad gimiendo bajo el velo que nos la oculta en
la eternidad, ruega à Dios para que haga cierto aquel
bien de que la ctée digna. Y o comienzo su elogio, oíd
m e, y no busquéis mas orden que el abandono, el sen
timiento, el luto que desola à mi corazon.
¡ Q jI hermosa e s . Señores, según la expresión misma S jp . 4.
del Espíritu S am o, que hermosa es la generación cas
ta con claridad! Su memoria es inmortal por quanto es
conocida delante de Dios y los hombres. E l verdor y
la antigua gloria de los linages santos y esclarecidos
realza y encomienda sobremanera la virtud naciente; y
pronostica y lleva bendiciones advenideras sobre su es*
tirpe El plantío saludable que por largo tiempo ha ren
dido dulces y sabrosos frutos, produciendo cada a ñ o
nuebos vásragos y brotando retoños frescos, promete
E cli, I o.
siempre los mismos dones sia acabarse. T al ha sido, Se
ñores, el caracter y la excelencia de la augusta Fam ilia
reinante, cuya magfi.'tad y cuya gloria desciende en Ja
sucesión de ios siglos acatada de cien N acion es, yarrai«'
gi'^3 sobre el afecto de los innumerables pueblos que
ha engrandecido, y mantiene con su vigor. Los Reinos
se trasladan y son pasados de gente en gente por cau
sa de las injusticias y de los a gra vio s , y de los ultra-
g e s , y de los diferentes engañosj mas al contrario se
conservan , se fortifican y se remozan por la virtud, y
se afiirman y se prolongan por la justicia. D io s, sobe-
berano dueño de quanto existe y el aucor de la po-
2 testad, esquíen muda los lienapos y las edades; quien cons.
tituye Reynos ó los traslada según sus juicios j el que
yoh. 12, ciñe ó desata solo la banda R eal y el que pone go*
bcrnadores para todas y cada una de las naciones con-j g / *
gtpgacjas y repartidas sobre la tierra. L a permanencia
larga de una familia sobre la cima del poder y Ja auto
ridad es por tanto una prusbi auténtica de sus mere-
.cimientos y sus virtudes, y es un título con que ex*
presa la voluntad divina su elección y la complacencia
de sus designios sobre el que rey na. Dios no acepta
3. Paralip. i9» personas, ni hace cohecho. Dios es justo y ninguna co
sa muda sus juicios. Las obras de los Reyes asi están
E.clí, 17 , g exámen^ y providencia , como el Sol en su aca
tamiento; y ios ojos de Dios registran sin intervalo el
camino de ellos. SÍ oyeren y cumplieren, acabarán sus
yob. 36. dias con bien y sus años con gloria: mas sino oyeren,
el Señor es quien quiebra- el báculo i los im píos, y U
14. vara á los que dÓEinaa.'
Estas verdades santas » consagradas en los archivos
de nuestra F é cató lica , aseguran y fortalecen nuestra
lealtad apegada como la yedra á aquel árbol mages-
tu o so , bajo de cuya sombra prosperaron catorce siglos
las naciones del occidente. Venerable Dinastía augus
ta f tu reinado excedió á los años que fueron dados según
la carne á la estirpe regia del pueblo santo : no hay
un trono en el mundo entero mas antiguo n¡ mas fun*
dado, ni que extienda mas á lo lejos el pavelion de g lo
ria que D io s le puso, ni que cuente por días y años,
asi como por siglos , los favores y las portentos , con
que Dios se digaó ponerte ba¡o su escudo, y d ilatarla
era de tu poder. F iancia , A lem an ia, I ta lia , la Euro
pa toda te han debido sus dias de gloria que eclipsa
ron los del oriente, y afianzaron sobre su suelo el po
derío , las luces, la ensi^ñanza, el gobierno, el cetro
de todo el orbe. Enlazada con la familia de nuestros
Reyes de muy antiguo, competidoras ambas en los años,
y en la nobleza, y ea los triunfos, y en las vir
tudes , y aumentada nuestra corona con los tim
bres y los florones del nuevo m undo, allegasteis y
confundisteis en una misma las corrientes de vuestra g lo
ria, asi como dos mares que, roto el Istmo que los sepa
ra, inundaron con sus riquezas, y alegraron con sus
viageros las riberas que hizo comunes la unión de entrambos.
Mas ¿acaso son estos solos vuestros derechos y
vuestros títulos al respeto , al am or, la g lo r ia , y las es
peranzas de los pueblos y las naciones que juntasteis
en torno vuestro? H ijos del E v a n g e lio , caudillos san
tos , Unage f íe l, religi osos Monarcas Inclitos dados por
centinelas y antemurales para la Iglesia de JE SÜ C R IST O j
sí vuestro solio dura por tantos siglos y parece que se ase
meja vuestra edad á la edad cristiana prometida hasta
el fin del tiem po, dignos sois porque la servísteis y jos
mostrasteis á todo tiance y á qualquier hora los defen
sores natos de aquella madre combatida en los uracanes
y en las tormentas de este siglo enemigo suyo. Dignos
sois porque la adornasteis con vuestras obras y llenas
teis los fastos d e ella con vuestros nombres. Dignos sois
porque disteis honra á la Cruz de Cristo engarzada poi
•vuestro afecto como la joya de mayor precio que guar
nece vuestras coronas. D ignos sois porque vuestro impe-
KÍo propagó la vittud cristiana y descuajó del suelo de
su dom inio, por todas partes, el raigambre de los errores
y de los vicios de la impiedad. D ignos sois...* mas quizá
me o lv id o .. f .
N o , Cristianos, este es mi asu;ito. Deste plantel fr«n-
dcso de los mejores Reyes que tuvo el mundo; de estíi
estirpe en la qual pasaron no pocos de ellos desde
el tron^ al sagrado nicho del Santuario; de una ma
dre del mismo origen, honor de España,.que hoy alum
bra regiones nuevas, colocada como una estrella en el cié*
lo antàrtico ¡ay ! nació nuestra cara R eyna aumentada
con mas blasones , fruto hermoso del cato enlaze de las
dos casas que alegraron Jos dias antiguos y los dias nuevo?
de Castilla y de Portugal;heredera por ambas lineas de
aquellos héroes, mas que R e y e s , prodigios puestos so
bre la tierra y varones de Dios armados de su poder, que
llevaron á las regiones desconocidas del oriente y del oc
cidente su Vüz D iv in a , y ensancharon à la redonda toda
pü tierra , y sacaron de entre tas aguas los continentes
que ignorára el poder humano sesenta siglos« Recibida
con bendiciones 7 acción de gracias, prosperó 7 alegró
los valles de Lusitania este tierno boton de rosa , desa
tinado por breves años paia llenar la tierra de su fra
gancia , y elegida comoi u.i presente para la España , que
Dios le h iz o , por si acaso su pueblo amado le escu-, , , . zS*
Chase, y se convirtiese cada cual de su mal camino. Días
felices! A h! tu lo sab es, Ma(áre tierna, Carlota ilustre;
tú lo sabes qual se mostráia desde un principio, y que
en los años mismos de su infancia p o iia contarse de e lla , ^
lo que del s ib io , quandu dijo que ya de niño mostró su
ingenio , y que le habia tpcado una buena alma. T ú lo sa*
bes qual se anuneiácan de muy temprano sobre su ros
tro los caracteres santos de la gracia de J E S U C R IS T O . M a.
dre augusta , tú la observabas reclinada sobre tu seno,
y te acuerdas de aquellos ojos de dulsura y de mansedum
bre conservados hasta el sepulcro: tú recuerdas aquellas,
formas jamas perdidas de decoro y de magestad, her
manadas con la blandura y el ayre dócil de la inocencia.
T ú la viste en aquellos años de su ternura , quando los
sentimientos se explican so lo s , y despuntan las aficiones
del natural; tú la viste sin que la fu e rz a , ni el des>
den , ni el rigor tuviesen que obrar en e l la , moderada,
apacible , grata , complaciente , reconocida , satisíecha,
contenta en todo, sin caprichos, sin am argu ra, jamas
airada , rebosando de paz y risa , semejante á la fax
hermosa con que pintan á la esperanza. E lla ruega y
jim as exige ; aca ricia , mas no molesta ; apetece pero
no aspira á la saciedad; la voluntad ageaa mide sus
3
gu stos, y la suya se ajusta siempre de buena gana
bajo de qualquier mano que la conduce: no se f i ja , no
sé detiene, no se ceba en las bagatelas de ia puericia:
hay un bien sobre todas e l la s , que aun no conoce y pa
ra el qual fue puesto su corazon j mas le siente sin re-
ñejarle, y el don de arrib a , antes que sea enseñada
á reprobar lo m alo , y hacer lo bneno , la conduce y
la pone en medio del camino de la vittud.
Venturosas inclinaciones felices hábitos j qué no
puede sobre tal basa la educación cristiana y el amor de
unos padres sabios ? Cimientos eternos sob/e piedra sóli*
da son los mandamientos de Dios en el corazon de la
muger santa. ¡ Gloriosos padres! Los pusisteis, los levan
tasteis, y de piedras muy bien labradas, todas perfectas, subió
en breve esta hermosa fábrica, y «o sonó martillo ni se oyó
hacha en su construcion. D e maderas de cedro ticas é in
corruptibles compusisteis su artesonado y cubristeis los
rfiuros de ella j y con láminas de oro puro adornasteis
lös interiores del santuario. Dios la habita j la gracia es
parce la fragancia de sus arom as, y desata todas sus
venas dentro de las moradas de aquel alma que alumbra y
llena la luz divina. Su razón se anticipa y brilla mode
rada bajo del canon de la F é santa. L a Religión hermo
sa en la primer aurora del pensamiento forma su espíritu»
la piedad es su primer obra. D ias felices de la inocencia,
¡ quién os descuida ! La piedad es mas bien el fruto del-
sentimiento que del esiudij. La adoración profunda de su
D ios, y el temor sagrado que se siente en su acatamiento,
guando la vez primera levanta el alma como una virgen,
sos miradas lespetuosas , y divisa a q u e l R e y Supremo ved
aquí la impresión eterna que no se muda, hecha á tíem*
po y fortalecida , quando es tiempo , por lá enseñanza.
A h ! descubrid entonces á vuestros hijos las demas cosas,
y descorred el velo de los misterios, y decidles que aquel
P ío s grande es también su Padre , que se dignó llamarlos á
gozar de su misma gloria en la eternidad; reveladles
el dulce arcano de la otra vida y el ínteres supremo
de la existencia que les fué dada; proponedles los
mandamientos, y explicadles las condiciones de aquel
bien sum o: referidles nuestra caída , y contadles las
invenciones de aquel Dios de misericordia por subirnos
aun mas arriba de la altura de qu í caimos por el pe
cado; esforzaos para que conciban todo el horror que causa
la malicia del que pervierte su (in dichoso ; presentadles la
historia hermosa de la virtud , y mostradles , donde se
asombren, el lamentable quadro del pecador. N o aguar«
deis á que las pasiones hayan dado su primer grito; afír-
tnad con los santos hábitos la enseñanza de la verdad ;
sostenedla convuestro exemplo , y fiad y esperad el logro
de vuestra obra. £stos son los cimientos fuertes sobre que
fué fundada Ntra. R E Y N A que estáis llorando. L a ley
santa le fué inspirada de muy temprano y , la estrechó y 7«
la puso , como un anillo de grande estima en el dedo
corazon. Anheló la sabiduría y la amó mas que á la her- 7*
roosura y que á la salud , y con ella le fueron dados todog
ios bienes, el árbol de la vida y sus doce frutos; fé> 22.
caridad, pureza, bondad, tem planza, benignidad, rao- -^d.Galat.
destia, paciencia , mansedumbre, p a z , g o z o , dilatación
y anchura de corazon.
' " Asi vívia creciendo en edad y en virtud y agrado á
B eli. 50.
presencia de Dios y el m undo, mientras tanto qtie se.
preparan y se apresuran sobre la tierta sucesos nuevos
jamas o íd o s, paca mostear sus juicios y sus misericordias
aquel señor Dios grande que ordena la carrera de los
imperios y adoctrina á los que gobiernan para justicia.
A la orilla del Manzanares prevalece otra planta hec«
mosa , de igual linage , de igual honra \ esperanza gran
de para los pueblos , á cuyos ojos crece y así se mues
tra como el lirio que está plantado á la margen de ios
arroyos ; como oliva que vá brotando j como ciprés que
sube y se eleva á una grande altura. Dios le cultiva y
guarda como un prodigio pata su tiempo , y ha previs«
to los dos Esposos con que alegre los dias queridos de
la bonanza que vendrán tras los días de prueba y de
torbellino que están encima.
Si D .os m io . lo ordenaste y llegan* Atada está to-
dabia la maldad de E phraim , y guardado está su peca*
do ; y en tu. mano , S eñ o r, espuma- todavía el cáliz de
Psalm. 74. vino puro lleno de mescla ; lo inclinaste , Señor de un
la d o , y de esotro la d o , y sus heces 00 se apuraron
hasta que beban todos los pecadores, .que hay en la
J/, j , tierra. Y resonó un silvido de tu furor y el azote que
tu pusiste por dias y años volvió el rostro hacia el oc
cidente ,• y apresura sus p asos, vuelan no descansa, no
toma suefio, no se desata el cinto de sus riñ‘>nes 5 se
aproxima , sus trenes suenan como ruido de tempestad^
no hay auxilio ni del oriente ni de occidenti ni de los
montes yermos-j porque Dios es el que castiga. OhJ sal-
váos sucesión filoriasa del Conde H enrique, y salvad esa-
prenda amada. Delante de vosotros están los otares que
Os» 13.
P s. 74.
•8 abrieron Nuestros abuelos Juan 2 ° y Manuel el gran
de. En el A fr ica , y en el Asia y en la América dila
taron vuestros dominios y llevaron la C ruz de Cristo que
aun tremola en los continentes y en las islas de vuestro
imperio. V é y no temas Princesa amada : el que habita en
la ayuda del Altísimo , en la protección del Dios
del cielo morará : á sus Angeles dió encomienda de que -Ps. po»
vélen en tu defensa y te guarden en tus caminos i y si
al, alba tomates alas y partieres'á las estremidades del
p iar, aun allí te guiará su tnano y te tendrá asida su P f. 138.
santa diestra. Tus destinos están previstos, y cus sendas
están seguras^ camina en .p az.
D e esta suerte se instruye al justo , y se forma su
for^zon. ,,P o t quanto eras acepto á D io s ,' le 'Irabía’ di
cho á Tobías el A ngel , fué preciso que te probase la ^Toff 12.
tpn.tacion.‘ ‘ Y asi es como fué hecho á presencia nuestra.
E l uiacán terrible, que atrojó á la familia regia de Jos
5 RAG A.N .ZAS á ios,bosques del nuevo mundo, revolviendo
sobre nosotros yermó, la tierra de nuestra g lo ria , y arran
có del plantel sagrado de nuestros Reyes el retoño me
jor querido, que alcanzaron por un instante nuestros de
seos, i Dias acerbos., pero gloriosos á la virtud! E n la
escuela de la paciencia se amaestraban los dos Esposos,
qué sin pensarlo.,conformaban sus corazones para
mo , y estudiaban «n propi.o libro , e l de Jas desgracias,
para set santos. Ambos fueron enriquecidos en ios traba- «Sa/>, 10,
JOS , completados en las fatigas, y arabos á dos libaron
Ips saludables jugos, de., áloes y mirra, que -la ciencia de
Dios desíila en la adversidad.
. O h ! memorias! O h {.sentimientos i O h ! lecúeidos del bien -
perdido.' Reyna amada y Señora mía, ¿qué pensabas alH apar
tada en los campos de Rio-Janéiro ? ¿ Qué te hacías quando
meditabas nuestras desgracias á la sombra de las palmetas?
Quando estaba tu R ey y tu Dueño , que habia de serlo,
en el reclinatorio de sus dolores; quando las turbias aguas
de aquel diluvio, que anegabais tierra antigua de nuestros pa**
dres , nos hundían y cubrían los montes laas elevados..»
T ú y la R eyna tu cara M ad re , y tu augusto Padre, y
la R eal Fam ilia condolidos volvíais los o jo s, y pasaban
vuestras miradas sobre el Atlántico, y llegaron las voces
vuestras á nuestro oído, y aumentasteis la fortaleza de nues
tro espíritu. A llí abristeis los brazos vuestros y ampa ras-
teis los Españoles, que buscaban en vuestro suelo el refugio
en la tempestad. A llí disteis favor y ayuda á los vasallos
fieles, que guardaban á su M onarca la posesíon glorio
sa de susdominios, alterados en las jevueltasdeBuenos-Ayres
A llí hicisteis, el saciificicd de vuestras joyas, y gustosas os des
nudasteis de vuestro adorno para-acoríer al pueblo de los
leales, que os im plora, y siti vuestra ayuda vá á sucum
bir al yugo de los rebeldes. A llí en fin quando habéis
cumplido y sobrepujado quanto pide el deber humano
de la sangre y de la palítica , aumentando insesante-
tpente merecimientos de virtudes y buenas obras clamais
arriba, y se mesclan los ruegos vuestros con nuestras lá
grim as, y penetra los altos cielos la oracion de las almas
santas.
S í , Dios m ío , y escuchaste el grito del dolor de
los ínoceotes , y aminoraste el plazo de tu visita ; y á un
volver de tus ojos manso cesó el azote 5 y se escondió
U glúria de Faraón 5 y tus A ngeles le arrojaron y le
amatraron en el desierto; j la familia antigua de tu
amor recobró,sus sillas; y sobre el santo trono de R e-
caredo tornó su gloria ; y el Ungido que tu nos diste, con-
ducido por tu derecha como un prodigio, volvió á sen
tarse en el solio de sus Mayores. Obra tu ya , Señor, fue ,Hahae, i .
hecha, no ya en años, sino es en días, de que podría
decirse coa un P rofeta, que no será creída cuando se
cuente á los venideros. Y he aqui ya nuevos años de sa«
lu d .y de regocijo que tu preparas.... tiempo de benepláct-
to ! .. Qtro bien de tu providencia I El Padre de los pue
blos .quiere dar á sus caros hijos una Madre en la qual
se afirmen su consuelo y sus esperanzas por muchos si
glos. D irig id le , D io s , mió premiadle; compensadle los
largos años cj«-:su amargura, y su cautiverio; tú ló has
dicho; „ la muget es la parte buena, ia parte de los que EcU, tS,
temen á Dios, que se dará al varón por sus buenas obras.*‘
Católicos oyen tes; Dios conduce las voluntades, y
preside á los pensamientos , que van al bien. Las mira
das del R ey se fijan allí mismo donde están vueltos todos
los corazones de sus vasallos. Nuestros votos fueron
oídos: M A R IA ]S A B £ L B R A G A N 2 A será su Esposa;
Dios enviará su A n g e l; y á este vinculo que asegura
la v irtu d , el honor y el gozo de entrambos reinos, se
añadirá otro iazo de igual cariño, C a r l o s , M a r í a f r a n
c i s c a , nombres por siempre amados , y siempre unidos
completarán los votos de los dos pueblos. Venid Princesas
san tas, venid dechados vivos del Evangelio : el gobier
no es pata los R eyes, y sus M inistros; las costumbres
las dan las Reynas y las Princesas,
Y he aquí llegó la hora y las veo partirse. Padrei
, insignes Principes, et Señor es lo rcssnere f
muUtpiiqtte al evento voescra casa pof Ijs àt» h^ks con
q w alrg«as*eìs el alcazaz de antàitos O s escccho
que al separarse ya de tosccics , Toesctas praiosos cjos
arrasados de dulces U gñas?s, j opñftnáss de aaor j
llanto las castas h ijas, a iti cnmo « ca» ñ e sp * ^ lo s Pa«
triaicas prooaociaseeis sos bemiieitinies» T rá Cailota
augusta , me parecc qns lo esioy v isad a , j «oe toman
do á patte á la R eraa ; ei'ugiz'ná» sas tristes
ojos, llena de fortalexi^ fe e& '^ cficiüiitft}» mira
4 4 * h'ja m ía , é incluía ck «mito. GudB¿& l&p n ía los man.-
damieatos de tu Padre j a o dssss Lx k j de xm Madre.
ñV> Pi^rqae el maBda»> «Bssrc!r>x « 5 fia fe r tm , y catai-
no d« vida U KpcehtsositiiT fia aoseòssaa. C a o es el
AKUimu , Ctttdot Oanu^ctstte-; ?oáaos6t> , ▼ muy
Hp:lh II di^no m »»rííl»» «uC ííÍj sa tsnza ; 1
III d o n á is Tifo»« i jr $«xciiik s » aMBxaa«ei£as;
f l I» i» la sabcioníi, y d aaoc
Mflf. ff ?iíL \feWía ^líciiís*. A cueri^t; d e na O u d o t
ÍÍI fw ííé jo fí^ « ^ 5 » ap“ t i •i'Culás ctaaca de que
U W?* WdSk» jt «ft BtìOfciraJo decxe-
f.f- Iv» vW i pOHjii* efe ?!»t í*SÍ» fe aoMÍr cer-
X iarpttia mmca d ceai¿
t .’ y «w bafeta ib mucEae', po*
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/v“y f I / ; líHS \ ^ w : í*mí»& » » » ^
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secbe U ganancia de la calumnia j sacuda las manos
de todo co h ech o ; el que tape sus orejas por no ole
sangre y cierre sus ojos por no ver lo malo. T en cui
dado de tu buen nom bre: la buena vida tiene días con
tados ; mas el buen nombre permanecerá para siempre. 4 *
A nte todas tus obras }a palabra veráz vaya delante
de tí y antes de toda acción un consejo fiime. Hija 37'
m U , y no se aparten de tí la misericordia y la verdad^
rodéalas como un collar i tu garganta , y copíalas en Prov> j .
las tablas de tu corazon. La misericordia y la verdad
guardan al R e y , y su trono se corrobora por la clemencia. Prot». 20.
Por tu a lm a, no te avergüences de decir verdad , oi reten- ^
gas la palabra en tiempo de salud» Sé la madre de los
que lloran y necesitan: no aquejes el corazon del d » -
valido y no dilaces el socorro al que está angustiado.
E l que siembra en bendiciones, de benJiciones también 2 aA Cor 9
segará. Honra á D ios de toda ta alma y dá honor á ;EcH. 7
los Sacerdotes. Teme al Señor y al R e y ,y no te m ez- prov. 24
cíes coa los detractores. Como bramido de le ó n , asi laProzí, 20.
ira del Rey : el que lo irrita peca contra su propia al
ma. N o seas sabia en tu opinion; y procura vivir apren -'
diendo siempre en silencio con toda sugecion \ porque
el Señor no permite á la rouger que enseñe, ni que ten-I. ad. Tim, *.
ga señorío sobre su marido. Haya paz y verdad en tus dias: Is. 39.
vida quieta y tranquila en toda piedad y honestidad: pa- i , »dm Tim, 2.
labra sana, irreprehensible, en incorrupción de espíritu mo
desto y pacífico, presentándote por dechado de buenas 3*
obras y exemplo al pueblo; como oliva fructificante enF s . y r ,
la casa de D io s , aguardando siempre misericordia j pot ^ ,Adt Col* 1.
la esperanza que te está guardada en los cielos.... Gozen-
A
se tu Padre y tu Madre, y tegocigese la que te engendró....
Y anda en paz ^'ja amada : vé lumbrera de nuestros ojosj
ve consuelo de nuestra vida y esperanza de nuestra ca
sa.... y el Sáfiot que abrió paso en el fondo del mar á
los libertados te conduzca sobre las aguas**..,.
N o puedo mas, cristian os; sin pensarJo , yo hize su
elogio. A h ! vosotros lo visteis to d o , y os escucho que
estáis diciendo ; „ S í , asi fué j asi lo hizo y esa es lá
Reyna amad# que hemos perdido.“ N o , Señores, no me
detengo ( hoy es dia de llorar tan solo ) no me detengo y
hablo sobre aquel dia en que alegró á la España y
asomó en Cádiz bella« hermosa, resplandeciente, así
como el] aspecto que, hablando al hombre , acostumbran
tomar los A n g eles , quando vienen del cielo visiblemen
te pata aliviar la tierra y para dar consuelo á les hijos
acongojados del viejo Adam. Los corazones todos se iban
tras ella j ningún desventurado lloró á su tránsito : nó
hubo quien no estimase ya en mas ia vida para servirla;
y hasta los m'smos que estaban ya cansados de vivir,
quando la vierón , suspiraron por vet sus dias. Y o no
cuento tampoco el g o z o , ios transportes, el embeleso de
aquel Esposo , digno solo de serlo suyo por sus virtudes,
ni el abrazo que allá se dieran , quando se encuentran,
y se estrechan en uno mismo la piedad y la fortaleza.
N i recuerdo aquel dia sagrado en que el Siervo de D.os
a b ajo , y el Pontífice de los s ig lo s , R ey suprem o, ben- ^ossuet. oráis, fu n . , ü-de Mar. Ther, d ' dijo arriba esta coyunda nueva de ia virtud. Fíestassa-
^ utiiche. g ra d a s , casamiento afortunado, velo aupcial , bendición,
sacrificio ¿qué tenéis que ver vosotros con esta pompi
fúnebre ? ¿Y tú amor honesto de mis adorados Reyes
^ue tiehes tu que vet con estos sepulcros ? L o que oí<
roes , lo que entendimos , lo que vimos con nuestros ojos»
lo que siempre será contado en las alabanzas y en los
fastos de esta gran Reyna , lo que en qualquiera tiempo
sacará lágrimas de los ojos de quantos vieron y alcan
zaron sus dias queridos.... Y o me p ierdo, Sefíoresj miro
por todas partes, y las íd^as se mescian , se atropellan
y se aglomeran , sin qus baya modo para ordenarlas. T an -
tas son y tan variadas las virtudes , las altas prendasj
los relevantes rasgos con que su imagen se presenta á
fantasía , y penetra y conmueve el alma del que la
admira. Lo sabéis y la fama corre de su instrucción po
lítica, adquirida en los L'bros Santos , y en la historia de
las naciones; lo sabéis , y sus obras prueban lo que la
fama dice de su gusto y de su talento para las artes;
la protección gloriosa que dió á las letras 5 su urbani
d a d , $u gracia , su modestia , su noble porte , su atención
á las circunstancias, su prudencia , su miramiento en el
trato humano* La observamos como una esposa que fué
dechado de la dulzura , de la pureza , del amor , de la
fé sagrada, dgl respeto y de los oficios que son debidos
á un Rey Esposo. La admiramos como á una Madre, exem-
plar sublime de ternura y piedad m aterna, dando el pe
cho á la tierna In fanta, que el Señor, cuyos altos juicios
ignora eí m undo, le concede por breve tiempo , como poí
muestra á las otras M adres, para alzarla despues arriba, y
guardarsela aljá en los cíelos, donde muy breve Hija y
Madre quería juntarlas. L a hemos visto corao una R eyn a..,. y
aquí se pierde el hilo de sus virtudes ; no hay guarismo , ro
hay cuenta de ellas. Consumada ea tan breves años lie-
nó los tiempos todos de las C íotilíes, Berenguelas, Bea-
trices , Teresas , B lancas, Sanchas , M a rh s , Leonoras,...
y de las T sa h d s s , n«mbte siempre de buen agüero,
como el de los Fernandos , para nosotros. N o hay prin
cipio ni fin contando sus costutnbres coif'que dió lustre,
y afiadió gloria á la magástad. Caminaba ella en la ¡no-
P/. lo o . cencía de su corazon enmedio de su casa : no ponía de
lante de sus ojos cosa injusta : de todo mal camino prohibió
« sus pies. Aborrecía á los que cometían prevaricaciones: elr s . 1 1 8.
que andaba en camino sin mancha , ese la servia : el
P/. 100. que hablaba cosas inicuas, nunca entró derecho en la
vista de sus ojos. Jamas el sobrecejo de la soverbia mu
dó su rostro, ni el aplauso , ni las lisonjas del Aula R e
gia alteraron su corazon. N unca anduvo en grandezas ni
P/. 130. vanas sobre si misma. N o fué a ltiva, ni capri
chosa ; su conversación siempre fué sazonada con gracia,
A d. Col. 4. atrayendo los corazones, sintiendo con reciprocidad; no bla
sonando de cosas altas, sino acomodándose á las humildes;
no pagando á nadie mal por m al; procurando bienes no solo
A d Kom 8 delante de Dios, sino también delante de los hom bres: ea
la esperanza a le g re , en la tribulación sufrida; gozándose
c o n los comentos, llorando con los tristes; haciendo mise
ricordia con álegria; sotorrleñdb las necesidades de los.San-
t o s ; exercitando ia hospitalidad. N o hizo esperar los ojos
de la viuda ; no comió su bocado Sola ; partió de el y le«
Ib. 29, dió á los huérfanos. Oju fué para el ciego y pie para
P /. 40* el co jo: entendió sobre el pobre y m enesteroso, repac-
P j. I I I . tró y dió á los necesitados. Para d biéh jamas fué perezosa;
A d . Rom. 13 fervorosa siempre de espíritu, perseverante eft la oracion, sic-
2. é i Ctfr. 6» Tiéndü áíS efio t efi 'pnttzz^ 8fl Ciencia de D io s, en longa-
Ih.
Ih.
J o b . 31.
ftimidad, en mansedumbre, en Espíiitu Santo , en caridad na
fingida i paciente , benigna , sin ambición , sin ira, sin pen 2. ad C<»r. *3.
sat m a l, sin buscar su provecho , no haciendo nada por A d V hil, 2.
p o i f ia ni pot vanagloria : el lecho sin inancUIa j caminando A i . Heb, 13,
siempre , como de. dia honestamente , ataviándose c«n mo- A d. Rom. 13.
destia y con sobriedad j y el Señor íe afiadia gracia, por^ ^
que su compostura no nacia de liviandad, sino de virtud,
y por eso el Señor aumentó en ella la hermosura, para Ju d iíh . 10.
que pareciera de incomparable belleza y conduelo á los
ojos de todos. En verd ad, no se conformó con este siglo; -^d. Rom. t i .
no esperó en la incetiidumbte de las riquezas, sino én i* A 4.T im ,
el Dios vivo , dando gloria á D ios pot la sumisicrv
mostró al Evangelio de Cristo ; hecha tica con buenas 2. ad Cor, 9.
obras, enemiga de la impiedad y de ios deseos munda- 1. od Tim, (5.
n o s, y viviendo sin d eí5;¿ritirse toda str vida sobria, ad Tit.
pía y justamenre^ aguardando siempre la esperanza biena-
ventur^aa y el advenimiento glotiojjo del Grande D ios y
Salvador nuestro J E S U C R I S T O , y acopiando las bendi
ciones y el amor de sus Pueblos todos, porque temia mu- 8-
cho al Señor , y no habia en todo Israel quien hablase de
ella una mala palabra.
M as ¿á donde me voi perdiendo pot el inmenso
canpo de sus virtudes , que se eatiende y alarga al lejos,
á medida que se vá andan do, Sin verle el fin ?C atólico»
o yen tes, aqui teneis reunidos y habéis visto los caracteres
propios mas señalados de los Santos que merecieron estar
reynando con J E S U C R I S T O : pero hay uno que sobresale
y es el mas cieito. Este es el abandono del alma santa en las
manos de su Criador; la renuncia y total entrega de «uestta
vida al Señor de ella ; la lealtad con que se anonada
A l
en presencia suya y somete sus prefensiones la voluntad
hum ana, para unirse y ser una misma con la divina. En
llegando à esta cumbre excelsa de la vittud crisúana,
toca el alma ya los contentos de la otra v id a; quiere
en Dios y ve en Dios las cosas que han d¿ quererse; el
R eyno de los cielos se le anticipa ; una alegria inefa
ble redimida de las angustias de lo presente, superior
á Jos bienes todos qus ofrece el s ig lo , baña y tiene como
suspensa emre cielo y -tierra nuestra existencia. C oloca
da sobre esta altura á que pocos llegan , es quando el
alma exclama con el A postol; „v iv o yo y no soy yo; mas
vivg Cristo en m í, y lo que ahora vivo en la carne; lo
vivo en l i que me amó y se en
tregó pox mí. Y en o tr i parte : „s i vivimos para el Señor
vivim os; si morimos para él 2?üI.'.pos : que vivam os, ó
que, muramos del Sefíct somos.**
N o exágero ; lo vieron todos ; mas someto nt:5 aser
ciones á la Reguladora santa de la verdad; la piedad es
quien habla sola. M A R IA IS A B E L rayaba ya en esta
esfera , y muy pronto debía peiderse de nuestra vista.
Entregada á la P rovidencia, con a leg ría , sin ansia, sin
zozobra , campea y discurre sobre el valle de la espe
r a n z a , y se fijan en Dios sus o jo s , arrimada al feliz
instante de alumbrar y alegrar la tierra de su carino, com
pletando , si D ios lo quiere, los bienes todos que están
pendientes de su casta fecundidad. N o está empero al al-
canze nuestro el conocer los tiempos y los momentos
que Dios guarda en el poder su y o ; y por esto se nos
ha diclio : „ v ig ila d , que ignoráis la hora en que el Sefioc
3Iath. 24. viene.'* M A R IA IS A B E L no a p a g a ja m á s s u lámpaia, ni
A d. Rom, 14.
A cí. Ap. 1.
se olvida de prevenirse con el aceyte que ha de suniria al
E i o m e n t o critico, ni se duerme jamás pensando que está lejos
aquei R ey grande, que acostumbra ven irdeprisa,y e n e i tiem
po en que no se espera. Preparado está su corazon , ó Dios P j , 107.
Olio , preparado està. T ú ia iiamas: á tí te busca.... D es
de ia madrugada , en ei d ia , en ia tarde te buscó slem*
pre. Escuchadla Señor , oídla en la noche de tu graa
obra , que olvidada de su trabajo que ya se acerca, re
bosando de amor y gracia velò contigo. ¡Noche de Dios
hermosa! Oh ! tu Dios mío tan solo que te entiendes en
el silencio con los que amas y á ti te am an; tu lo sa
bes , y á tí tan solo te constaron sus santas ansias y el
fervor de tu Santo Espíritu que ha incendiado y está a-
brasando dentro de ella toda ia estancia del corazon....
Pan del cielo, recrea su alma. Sediento está su espíritu del Pj-,
Dios fuerte y vivo ¿quándo vendrá y apatecerá ante ia
cara de Dios? Me parece que yo la escucho y que es
toy oyendo al Piofeta R e y : „m is ojos se levantaron ha-
cía ti de madrugada ó Dios m io , para meditar tus pa
labras... Y medité de noche en mi co iazon , y me exetcité
y escobaba mi espíritu.... Adelantáronse á las vigilias mis
ojos.,,. Pensé en los dias antiguos y tuve en la mente
los años eternos ... M e acordé de Dios , y me deleité, y
me exercíté y desmayó mi fespíritu.... M i corazon y mí
carne se deleitaron en el Dios v iv o .. . Tus altares Señor P s. 83.
de ios poderlos. R ey mío y D ios mío.‘ ^..
Mas corramos aquí los velos y acatemos con reve
rencia los secretos de esta entrevista de Dios y el alma.
Pecadores, ah ! qu2 entendemos de estos misterios! Lo
que oím os, lo que supimos : ella sale á la postrer hora de
las v ig ila s ; como vio len ta, y st acaso sa !e , es po*
alivio á aquellos que la acompañan. N o está en sí; Dios
la llena y sus ojos están bañados de una sonrisa nueva
desconocida , que no es del muttdo. Ahora puede decir
se de ella mejor que nunca lo de San Pablo : „v ive ella
y no es ella ; mas vive Cristo en ella; y lo que vive en
j4d. Gal- 2. £arne , ya no lo vive ,s in o en la F é del Hijo de Dios , que
j i d P b il, I. lalam ó y se entregó pot ella . Su vivir es ya solo Cristo.*^
Y ved aquí entre tanto todos los corazones apercibidos
á t]u gran contento. Fatigada, pero tranquila la ilustre Reyaa»
signen dos dias hermosos de expectación: los oidos están pen>
dientes por -todas partes aguardando la primer nueva: los M i
nistros de Dios redoblan sus oraciones j los santos claman^
crecen Jas esperanzas: el presente está todo lleno del por
venir.......Dios mió, jq u é es esto l Sutna clamor y ruido
el Real Alcazar que no es de g o zo ....L a turbación eiO'
barga todos los pasos , y los rostros están heridos como
4 » de un rayo........ V oz de la hija de S¡on...... V oz de la
hija de Sion que está muñendo y extendiendo sus brazos....
A h ! Dios m iol... R ey amado^ querida Reina Oh ! S e
ñor , Dios terrible , pusiste nube cerca de ti para que no
J tr . Thren. 3. pasase oracion!.... Se alejó el juicio de nosotros, y no nos
abrazará ja justicia. Esperamos . luz y he aqui tinieblas;
resplandojc y toparnos la noche. •• T e cubriste de furor y
nos heriste ; m atase y no perdonaste-... O R a fa e l , M e
dicina de p io s , amigo de los m isericordiosos, toma tu
- incensario de oro ; mésela de sus aromas ; suba el humo deApoc, |-
los-perfumes de las oraciones de los Santos delante de Dios..-.
Reyna y Señora mia.... el Señor te de socorro > n el
Vs. 4«. lecho de t» duler. O igate el Señor en el dia de la tii*
» .
bulacion 5 ampárete el nombre del D ios de Táéob : ha-
ga el Señor según tu corazon : cumpla el Sefioc todas
tus peticiones.,. E l carro de Dios con muchas decenas de E x P s, 67,
millares de los que se alegran te salga al encuentro...,
• Próspero te haga el camino el Dios de nuestras salu
d es... Nuestro Dios es Dios de hacer salaos.«.. D el Se-
fior son las salidas de la muerte.••• K l te haga subir so-
. bre el cielo del c ie lo , hacia el Oriente-...
íi. A y ! e l golpe fué dado al quicio , y las puertas, se E x Amos
estremecieron de arriba abajo.... O h ! Dios mío, con
fortad al R ey ........L a gloria de Ephraim voló como un Oseas. 9.
a v e 4 sus hijos desde el n acer, desde el seno materno,-y
desde su concepción.... Se cumplieron sobre nosotros las ame
nazas de aquel Profeta: „M irad que yo á- vuestros ojos jg
.y en vuestros dias quitaré de este lugar voz de gozo 'y
voz de alegría, voz de E sposoy voz de Esposa**.... L'OS
dias de nuesttos votos se volvieron en dias de lágrim as....... aientin»
como pasó una mañana así pasó la Reyna de Israél...,,
Tan pronto !..... ¡Quando su corazon estaba tan lleno de
vida i...-, ¡Asi pasa sobre la tierra todo lo que fué buerfo
y virtuoso!.... j Q ué se ha hecho tanta esperan za?... El
Senor había' quitado de la tierra el arco , la espada y la
guerra f nosotros dormíanlos en seguridad. .. Y ve aqui
Que paso la siega ; fenecido es el estío , y nosotros ní> g,
hemos sido librados.,... Quién no te temerá ó R ey de 10,
las ISiaciones ? Purqué ¿ quién es-el que te dirá, que has he*
<:hü. O ¿quén se opondrá á tus juicios ? O ¿quién te hará caf- S íj , 12.
'go , si perecieren las naciones que tu fundaste ?.... Pueblo
desconsolado, saca como un arroyo de lágrimas de día
y de noche : no te des reposo, ni calien las nifias de
tus ojos: lévantate, alaba de noche en el principio de las vi<
gilias; derrama como agua tu corazon en ia presencia del Se*
Rm.... Paraos en los caminos y ved y preguntad sobre las
sendas antiguas qual sea el camino bueno y andad por el; ob
servad que la maao santa de nuestro Dios se ha agravado so*
bre nosotros... y un dolor sobre otro dolor!.... tuibacipn ¿obre
terbacion!.... oido sobre oido para las malas nuevas! Nues
tros augustos Reyes y Señores antiguos nuestros, C A R L O S
Y M A R IA L U I S A ,e l uno en pos del otro Umbíenfinaron en
breves dias. Recibid venerables nombres nuestro bomenage:
recoged la memoria nuestra y los ruegos nuestros por vues
tra paz f mientras tanto que atribulados invocamos para noso-
tros misericordia, y pedimos propiciación*
Y vos Reyna y Señora nuestra^ si como lo creemos y
lo esperamos y lo rogamos , estuviereis ya en la presencia
de nuestro Dios, acordaos de estos hijos vuestros y alcanzadles
bajo el imperio de vuestro Kspóso la virtud y la bendición. Id
en paz Reina amada , y vivid en el siglo cierto. A h ! e l nue
vo año aguardaba verte como una luz nueva y no ha visto sino
los humanos despojos de tu mortalidad! Y é á gozar tu inmorta
lidad,alm a santa,hasta que llegue eldia delainm utacion, que
fo n tus propios ojos, reanimadasestas cenizas que ahora llora
mos, y poseemos, veasen carne como en espíritu ¿ tu Dios y
tu Salvador. Aquí abajo también existes ,con otra vida que no
se acaba mientras los siglos; pues mientras di^re el mundo, tus
alabanzas no se apartarán de la boca de tus hijos y de sus níe*
tos, ni perecerá tu merporia mientras viva su descendencia. El
mundo no te merecía* D igna de reynar en latierra, fuiste ha* k
liada mas digna de reynac en el cielo. Descansa en paz.
O , S. C . a R . E.
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