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TESIS DOCTORAL
Derecho a la información y deporte
en la sociedad digital
ANTONIO DOMINGO MUÑOZ VELA
TESIS DIRIGIDA POR:
DR. MIGUEL DE AGUILERA MOYANO Y
DR. JOSÉ LUIS CARRETERO LESTÓN
DOCTORADO INTERUNIVERSITARIO DE COMUNICACIÓN
Málaga, 2016
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A mis padres, Felisa y Domingo, por todo
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A Gaspar Rosety, In Memoriam
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“Está bien alguna dosis de fútbol. Pero ya tanto es intolerable. Y lo mismo digo de los demás deportes físicos. La prueba está en los periódicos [...] Son ya
demasiadas las columnas y las páginas que dedican a los ejercicios corporales. Los muchachos no se ocupan
con más fervor más que de su cuerpo y se están volviendo estúpidos.”
(José Ortega y Gasset)
"El deporte tiene el poder para cambiar al mundo. Tiene el poder para inspirar. Tiene el poder para unir
a la gente de la manera en que pocas cosas lo hacen. Les habla a los jóvenes en un lenguaje que ellos entienden. El deporte puede crear esperanza
donde antes solo había desesperación"
(Nelson Mandela)
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Han sido tres años de dar gracias. Gracias a la vida por ponerme enfrente un
reto tan apasionante, gracias por encontrar fuerzas cuando llegó la crisis del
doctorando, gracias por equivocarme, por confiar en momentos de dudas,
gracias por el regalo de sabiduría de las personas que tienen mucha “culpa” de
este trabajo doctoral, gracias por la Biblioteca Nacional, por la Universidad de
Málaga, por la Real Federación Española de Fútbol, por las noches junto al
mar luchando contra la ignorancia.
Y gracias a las personas que me empujaron a este noble abismo de tres años.
Después de leer muchas tesis de colegas que me precedieron en la aventura
decidí que lo menos injusto era agradecer en orden cronológico. Así que a ello
me pongo. Gracias a Gaspar Rosety, que no se conformó con contagiarme
cuando era crío la radio y el fútbol, y me inculcó el Derecho y la lealtad entre
micrófono y micrófono. Eso sí, no contaba con que me dejarías solo en nuestro
final soñado, querido hermano, querido amigo, querido maestro. Al menos sé
que leíste este trabajo. Aún así, estoy enfadado por tu marcha.
Gracias a José Luis Carretero, que activó mi ánimo para atacar este trabajo y
luego aceptó codirigir esta tesis doctoral.
Gracias a Miguel de Aguilera Moyano, con el que las palabras no bastan, por sí
solas, para expresar lo que siento. Es el mejor director que un doctorando libre
pudiera tener, el mejor consejero ante las incertidumbres, el mejor apoyo en el
miedo, el mejor moderador ante las ideas descabelladas, el mejor ánimo ante
el error reiterado. Gracias, Miguel, por ser el mejor guía.
Y gracias, fuera de categoría, a Karina y a Sofía, que han animado el ritmo de
mi doctorado hasta el final.
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RESUMEN DE LA TESIS DOCTORAL PRESENTADA POR ANTONIO DOMINGO MUÑOZ VELA
BAJO EL TÍTULO “DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL”
El trabajo “Derecho a la información y deporte en la sociedad digital” que
se presenta dentro del Doctorado Interuniversitario de Comunicación en la
Universidad de Málaga tiene su origen en un conflicto real al que se enfrentan
las relaciones entre los medios de comunicación españoles y los clubes de
fútbol profesional desde hace unos años, y que en distintos episodios se ha
suavizado y recrudecido, afectando al derecho a informar que a priori tienen los
informadores y poniendo en cuestión derechos de los privados que pueden ser
explotados comercialmente. Todo ello, en un entorno, el de los medios y la
sociedad, que está abocada de un tiempo a esta parte a una nueva revolución
que protagonizan las tecnologías, y que en nuestro caso, se traduce en la
mutación hacia los digital de los medios y los profesionales de la comunicación.
El esquema formal que hemos seguido a la hora de acometer la
investigación nos ha venido desde la estructura clásica marcada por lo
académico: introducción, desarrollo y conclusiones. En la introducción de
trabajo exponemos las líneas generales del objeto de estudio, así como las
cuestiones de interés que se han derivado de este. Y todo con la intención de
respondernos a una cuestión principal: ¿Cómo se articula el derecho a informar
en relación con el mundo del deporte? Partimos de la hipótesis inicial de que sí
existe ese derecho a informar pero la intuición de que debe modularse para ser
efectivo y proporcionado nos lleva a acometer un estudio que trata de dar
respuesta a la pregunta desde el mayor número de argumentaciones para
llegar a un consenso sobre la materia, más allá de posturas personales
partidistas. Y todo ello con la intención de confirmar o rebatir otra de las
hipótesis de partida: la convicción de que existe un modelo de convivencia que
puede potenciar las virtudes de la comunicación y el deporte y que permitirá
salvar las dificultades que el entorno social del siglo XXI presenta a ambos
mundos.
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Al ser un conflicto afamado por los propios medios de comunicación y
que ha llegado a la opinión pública debido a las consecuencias puntuales que
en algún caso ha ocasionado la disparidad de criterios, las posturas del análisis
científico de la cuestión han caído, a veces, de un lado u otro, defendiendo una
de las dos posturas en conflicto. Yendo más allá, no es fácil encontrar un
corpus consistente de investigaciones en relación con alguna de las materias
que acometemos en nuestra tesis doctoral. Las relaciones entre el derecho a la
información y el deporte apenas han sido tratadas por los investigadores. Sí
han sido objeto de estudio por separado y, por ello, dentro del estado de la
cuestión dejamos constancia de algunos de los trabajos que han acometido
temáticas como el derecho a la información, o las relaciones entre los medios
de comunicación y el deporte.
La metodología de investigación utilizada durante el proceso de creación
del trabajo se articula en torno al concepto de triangulación metodológica: el
uso complementario de distintas técnicas y métodos con el fin de profundizar
en la realidad objeto de estudio y dar las respuestas más completas a las
hipótesis planteadas. Esa triangulación tiene uno de sus lados en la
investigación documental jurídica e histórica, que nos lleva a buscar en los
archivos aquellos materiales que pueden aportar alguna luz a la cuestión.
Además, el hecho de buscar respuesta teórica y científica a un conflicto vivo en
la sociedad española nos ha dado la oportunidad de acercarnos a los
protagonistas de dicha conflicto, quienes han podido expresar sus distintos y
opuestos puntos de vista a través de entrevistas en profundidad. Por último, a
la hora de acometer la tarea de responder a cómo los medios de comunicación
españoles de hoy en día ejercen su derecho a informar, el análisis de
contenido como técnica nos ha posibilitado diseccionar la realidad de los
medios y extractar consecuencias que nos valdrán como base para las
propuestas de futuro que dejamos en el capítulo de conclusiones.
Tras la introducción, esta tesis doctoral se desarrolla a partir de tres
grandes ejes: la caracterización del fenómeno deportivo como una realidad con
singularidad propia en los primeros años del siglo XXI dentro de nuestra
sociedad; el estudio desde las raíces del ordenamiento jurídico español de
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cómo se plasma el derecho a informar en relación con el mundo del deporte; y
el análisis de la realidad de los medios de comunicación deportivos en pleno
apogeo de la sociedad de la tecnología y la información digital.
Si el deporte es el objeto de la información cuyo derecho se discute, el
fenómeno deportivo debe ser la primera parada de nuestro trabajo. La idea en
el Capítulo I es dotar al deporte del mayor número de caracteres con el fin de
conocer cómo es la realidad sobre la que los medios de comunicación
reclaman su derecho a informar, y sobre la que los privados demandan sus
derechos de explotación comercial. ¿Es espectáculo de masas, resultado de la
iniciativa personal de sus promotores, o es una actividad personal que se
mueve en la esfera de lo íntimo, si hablamos de las personas? ¿Es ocio, es
cultura? ¿Es sólo negocio? En ese caso, ¿para quién lo es? ¿O hablamos de
una realidad social sobre la que los poderes públicos tienen algo que decir?
Conocemos más de la realidad del deporte yendo al origen del término
deportivo y con un breve paso por su pasado para detenernos en el siglo XIX,
en el cual la industrialización y el desarrollo le dan parte de su forma actual al
hecho deportivo: la asociación, la comercialización, la normalización, la
profesionalización llegan entonces de la mano de la burguesía, justo antes de
que los medios de comunicación se le unan justo cuando el deporte se
populariza. En ese proceso, los intelectuales de la época se ocuparon de
conocer más el deporte, y nos dejaron algunas reflexiones que recuperamos en
nuestro trabajo. A continuación son los poderes públicos los que se interesan
por una realidad que reporta variados beneficios a la sociedad y, entienden,
también puede ser parte de las estrategias globales en el área política.
Su realidad es la de un fenómeno transversal y en consecuencia difícil
de definir conceptualmente a través de unas pocas palabras, pero que abarca
multitud de campos de la actividad humana. Es por ello que realizamos un
estudio antropológico que nos dota de caracteres singulares del deporte en su
relación más íntima con la persona. ¿Por qué los hombres y mujeres hacen
deporte? En el siglo XXI, el deporte es en la mayoría de sus manifestaciones
un hecho social, cultural, adaptada a los tiempos y que se manifiesta en la
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esfera más personal pero también lo hace como seña de identidad de pueblos
enteros. Desde el punto de vista económico, el deporte es ocio, es consumo,
genera empleo y riqueza, es turismo. Pero también, a priori, es fuente de salud
para sus practicantes y vía de educación para los jóvenes, las personas que
quieren integrarse en sociedad llegando desde otras culturas e incluso
herramienta de reinserción para colectivos con dificultades como puede ser el
de las personas que cumplen condena en las prisiones.
Por todo ello, ya anticipamos que llamó la atención de los poderes
públicos, que hoy se ocupan del deporte en distintos frentes. Ello nos lleva en
este punto a intentar conceptualizar una separación entre lo que, en nuestra
sociedad actual, es lo público y lo privado. Los actores del conflicto que
enfrenta a parte del fútbol con el derecho a informar sobre él hablaron de
“espectáculos privados” para definir la competición deportiva. Hemos, por ello,
querido acercarnos a las esferas de lo público y lo privado, de manera
conceptual.
Y lo hacemos a través de la visión y las definiciones que nos dejan los
intelectuales, para concluir que en el siglo XXI, la esfera de lo privado se
circunscribe a la actividad de las personas cuando esta no tiene trascendencia
pública, repercusiones en la sociedad. Lo privado y lo público dejan de
dibujarse en torno a las personas y los estados, en unas concepciones
ancladas en la teoría política de décadas atrás. Hoy, distintas esferas se
entremezclan haciendo complicado limitar una actividad en una u otra. Y más,
en el caso del deporte, cuando hemos visto cómo es un fenómeno que implica
a tantas aristas de uno y otro signo. Ya no es que el deporte haya sido utilizado
por los poderes públicos y distintos regímenes políticos como herramienta de
promoción de sus bondades, algo que es común de cien años hasta hoy, y en
lo que nos detenemos para recuperar varios ejemplos concretos a lo largo de la
historia reciente del mundo.
El deporte es cuestión de estado en la medida en que, al menos en el
caso español, figura entre los asuntos de los que, por nuestra Carta Magna,
deben ocuparse las instituciones que le dan forman. Por otro lado, que el
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deporte reclame su autonomía de organización y desarrollo no significa que
este deba insertarse en sociedad a través de los mecanismos y reglas que ella
ha definido para el común de sus integrantes. En sentido contrario, las
instituciones públicas tienen el mandato de la sociedad de establecer políticas
deportivas eficaces, rentables y estables para beneficio de la ciudadanía y sus
diferentes colectivos. Eso sí, el ámbito de lo público, entendido por lo
administrativo, lo estatal, no es el único donde el deporte tiene potencial
desarrollo: el mundo académico y el laboral son propuestos como entornos
donde la implementación y promoción de actividades deportivas han ofrecido
demostrados beneficios para sus públicos objetivos.
Y todo ello, en un entorno, el continental, donde la idea común de
Europa desarrollada entre otras instituciones a través de la Unión Europea ha
definido la importancia del deporte para la ciudadanía, y establece planes,
programas, líneas directrices y recomendaciones para que los estados dirijan
sus políticas en relación con el deporte de manera efectiva para las personas, y
también para el negocio, para el fenómeno deportivo como hecho cultural
reconocido en Europa. En ese sentido, las palabras del Parlamentario Europeo
Santiago Fisas, autor del Informe sobre la Dimensión Europea del Deporte, uno
de los documentos de base de los trabajos de la Unión sobre el deporte, nos
aportan en nuestra tesis doctoral, algunas líneas de trabajo a futuro por parte
de las instituciones políticas nacionales y europeas.
La visión europea del deporte la completamos en este capítulo
sirviéndonos de la Encuesta de Hábitos Deportivos que publicó en 2016 el
Consejo Superior de Deportes del Gobierno de España, comparada en algunos
aspectos con la realizada en 2010 y comentada por García Ferrando. A través
de los resultados, extraemos una visión de importancia sobre el deporte, la que
tiene el común de los ciudadanos. Y todo ello antes de adentrarnos en la zona
jurídica de la tesis doctoral, que comienza al final de este primer capítulo con
un viaje por el reconocimiento del fenómeno deportivo en la historia reciente de
nuestro ordenamiento jurídico. Así, comprobaremos como el asociacionismo
deportivo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y el crecimiento
exponencial del interés por la práctica y la competición deportiva en todos sus
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ámbitos son las que provocan en España que el poder público de la dictadura
militar surgido tras la contienda bélica se interese por atraer al deporte hacia el
ámbito de lo que interesa al estado. Con la llegada de la democracia, la
tradición surgida en los años cuarentas del siglo XX la continúa la Constitución
Española de 1978 y las distintas leyes de desarrollo surgidas desde entonces.
¿Podían haber optado por otras fórmulas de relación con el deporte? Sí, pero
no lo hicieron, consagrando al fenómeno con un asunto de interés público, con
todas las consecuencias ello acarrea.
Ya en el Capítulo II de nuestro trabajo abordamos la primera de las
cuestiones troncales: ¿Existe un derecho a informar en relación con el mundo
del deporte? Una respuesta rápida se nos antoja positiva por naturaleza, dado
que el derecho a informar es universal y el deporte, como hemos visto, es un
fenómeno cultural global que trasciende el ámbito de las personas en la
mayoría de los casos. Sin embargo, la realidad y el caso concreto que nos
ocupa se encarga de hacernos buscar matices y razonamientos para completar
una afirmación sobre la base de argumentos, puesto que en el choque entre
los clubes profesionales de fútbol en España y los medios de comunicación,
una de las partes afirmó que no existe tal derecho en relación con el fútbol, al
menos si no se paga por ejercerlos.
El capítulo arranca por un repaso histórico al reconocimiento del derecho
a la información o la anterior libertad de prensa a nivel mundial. Desde el
surgimiento de los actuales sistemas democráticos nacionales, las principales
cartas de derechos reconocían en su articulado el derecho de las personas a la
expresión y al uso de la imprenta para hacer públicas tales libertades. De la
mano de la creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la
Declaración de los Derechos Universales del Hombre incluye referencia al
derecho a la información y en la medida en que esta ha servido de base para
posteriores normas constitucionales como es la española, el derecho a
informar se ha instalado en el ordenamiento jurídico de las democracias
modernas con fuerza propia. En el caso de España, la tradición
constitucionalista no olvidó en ninguno de los textos desde principios del siglo
XIX el reconocimiento a tal derecho, si bien la concreción real ha dependido del
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signo y la realidad de los tiempos. Además, centrados en el caso español, el
desarrollo del artículo 20 de la Constitución Española de 1978, actualmente
vigente, ha dejado lagunas en su desarrollo legislativo, más allá del
reconocimiento de tal derecho a máximo nivel legal. Esta realidad es la que ha
dado lugar a una ingente producción normativa en forma de sentencias de los
tribunales, a través de las cuales los jueces han dado solución a algunos de los
conflictos suscitados en relación con el ejercicio real de tal derecho.
En ese marco es donde se sitúa el choque entre los clubes deportivos
que conforman la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en España y las emisoras
de radio comerciales de nuestro país. En 2011, y como consecuencia del
cambio normativo que introdujo la Ley 7/2010 General de Comunicación, los
clubes de fútbol decidieron comercializar unos derechos radiofónicos, lo cual
implicaba la obligación de pago por parte de las cadenas de emisoras para el
acceso a los estadios de fútbol con el fin de informar sobre los partidos de liga
tanto en Primera como en Segunda División. Esa pretensión, que años atrás
había dado lugar a conflictos menores, provocó la prohibición de acceso de los
medios de comunicación radiofónicos a los estadios durante casi una
temporada deportiva completa, y un intercambio de demandas judiciales que a
fecha de 2016 aún sigue viva. Así, el capítulo dedica parte de sus páginas a
conocer la evolución legislativa que arrancaba con la Ley 21/1997 de
Retransmisiones Deportivas y cambiaba el signo de la realidad en torno al
derecho a comunicar información con la citada Ley General de Comunicación,
que derogaba la anterior. La vigente en la actualidad ha sufrido distintas
modificaciones como el Real Decreto 15/2012 que permitió el acceso de los
medios de comunicación a los estadios de fútbol. Tras la intervención de la
Comisión Nacional de la Competencia, lo jurídico nos deja a la espera de qué
dice el Tribunal Supremo en relación con el último recurso presentado por la
LFP.
Una vez analizado todo lo que dijeron y lo que dicen las leyes, y
conocidos los contrapuestos puntos de vista a través de entrevistas en
profundidad con voces autorizadas de las partes en conflicto, nuestra vocación
en este trabajo es dar una respuesta proporcionada a la cuestión de si existe
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un derecho a comunicar información por parte de los medios en relación con el
deporte, y hasta dónde llega cuando se pone en una balanza con otros
derechos como el de los privados a explotar comercialmente derechos que les
pertenezcan.
Para ello, entendimos que la vía correcta era la profundización en la
tarea de definir conceptualmente el derecho a comunicar información, lo que
nos lleva a buscar la precisión en el término, para diferenciarlo de otros
derechos que pueden resultar similares, pero que, o bien no existen, o bien se
refieren a otras realidades distintas a la del ejercicio de informar. Así, tratamos
de explicar la diferencia entre el derecho a comunicar información y los
derechos de retransmisión, conceptos usados a veces de manera indistinta y
que definen dos derechos distintos. Mientras la información es el objeto del
primero, la comunicación pública de un producto (audiovisual, por ejemplo) es
el objeto del segundo. Mientras un periodista radiofónico no transmite sino que
informa, da noticias, a través de su voz (aunque el lenguaje común nos lleve a
hablar de retransmisiones), una cadena de televisión transmite, comunica de
manera pública un producto televisivo, como puede ser un partido de fútbol,
una película o una obra de teatro. Mientras la información o la noticia son
objetos de difícil comercio, los productos u obras son perfectamente
explotables con el fin de conseguir una rentabilidad económica.
Y es así cuando la información y las noticias versan sobre asuntos de
trascendencia pública. Esta realidad nos llevará en otra de las paradas en este
segundo capítulo a dar contenido actual a conceptos como “interés general”,
“interés público” u “opinión pública”. A través del estudio y caracterización de
éstos, daremos forma a un derecho a comunicar información que tiene el
máximo respaldo constitucional en España cuando versa sobre asuntos
relevantes para la sociedad. Conocer qué es de interés general a efectos
legales y qué lo es más allá de lo que dictan las normas nos llevará a definir lo
trascendente para la ciudadanía. Será de interés conocer como la agenda de
temas que componen la llamada opinión pública ya no tienen solo carácter
político, sino que con la evolución de la sociedad, esos temas que interesan a
la sociedad en su conjunto van más allá de la arena política. En la medida en
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que comprobamos en el Capítulo I hasta dónde llega la importancia del deporte
en la sociedad del siglo XXI, no es necesario en este punto detenerse a
defender la inclusión del fenómeno deportivo, de manera conjunta, entre los
asuntos de trascendencia para las personas.
Tras definir el derecho a comunicar información es momento de
establecer unos límites, que nos llegarán a través de la doctrina formulada por
distintos autores, así como por lo expresado en distintas sentencias de interés
para el caso. Y es que, donde la ley no se ha expresado, sí lo hicieron los
jueces, dando así forma más concreta al derecho a la información.
Entendiendo que ningún derecho es ilimitado, ¿quién tiene el derecho a
comunicar información en relación con el mundo del deporte? ¿Hasta dónde
llega esa potestad?
Las respuestas a esas cuestiones las encontramos por la vía del
establecimiento de unos límites que no son claros en según qué casos. Por
ejemplo, a la hora de determinar los sujetos de la libertad de informar, y en la
medida en que el derecho es universal y humano, es complicado establecer un
límite. Precisamente por ello se ha eludido la tarea, que hubiera resultado bien
útil, de definir un estatus especial para los profesionales de la información. No
obstante, aunque el derecho es universal, la misión de informar, cuando
revierte en la sociedad, tiene una especial protección si se realiza a través del
llamado “vehículo institucionalizado” que es la prensa, ampliamente entendida.
A los profesionales y a los medios se les dota de recursos máximos, lo cual no
significa que esos recursos no los pueda invocar, en un grado inferior,
cualquier persona que informa (dado que el derecho es universal). En estos
tiempos, en los que la tecnología ha dotado a todos los ciudadanos de
herramientas para poder ejercer de manera efectiva su derecho activo a
informar, esa protección máxima para los profesionales se pone en cuestión.
¿Por qué los medios tienen protección máxima? Porque se entiende que su
finalidad es servir al interés de la sociedad. A futuro, nada impide que
cualquier ciudadano invoque que su información sirve a la comunidad, y por
tanto, la protección máxima que reciben los medios no está libre de ser
cuestionada.
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Más interés que el quién, aunque la cuestión anterior abre muchas
interrogantes que solo el tiempo resolverá, tiene para nosotros en este trabajo
el qué. ¿Hasta dónde llega el derecho del profesional a informar? ¿Pueden los
medios invocar su derecho a la información para acceder a todos los rincones
de un club profesional de fútbol con la misión de dar noticias a la sociedad?
Han sido los jueces los que, en su interpretación de las leyes y sentencias
anteriores nos han regalado varios conceptos que sirven para determinar ese
límite necesario. Una sentencia en relación con un conflicto de intereses entre
un club gallego de fútbol y un medio de comunicación local marcó un
“contenido mínimo” protegido por el derecho a informar. La determinación de
ese contenido viene dada por su relación con el objeto de interés informativo.
Todo lo que no está directamente relacionado con el hecho deportivo fue
catalogado como “información de calidad”, y por tanto, en el deporte
encontramos el límite que proponemos como protegible por el derecho a
informar. Lo que es deporte, práctica deportiva, es susceptible de ser objeto de
la información porque el deporte es el hecho de interés social para la
comunidad. Todo lo demás, lo accesorio, es información de calidad y no
merece esa protección máxima de la que habla la jurisprudencia. Ahí es donde
puede empezar el derecho de los privados a explotar comercialmente parte del
espectáculo deportivo.
Respondemos así a una de las interrogantes principales en el objeto de
estudio de nuestra tesis doctoral. El deporte es el límite del derecho a
comunicar información veraz a la sociedad. La libertad de empresa, como otro
de los posibles límites que se podrían establecer al derecho a informar, cede
cuando este se ejerce con la ciudadanía como público objetivo, con veracidad y
sobre asuntos de interés para aquella. Otros posibles límites como los que han
marcado distintas normas para las imágenes protegidas por derechos
comerciales que se pueden ceder para que las cadenas de televisión emitan
sin contraprestación (asunto de plena actualidad en 2016) son más que
discutibles si de lo que hablamos es del derecho o la libertad de información.
Tras responder a la cuestión principal que nos ocupa en la tesis doctoral,
iniciamos con el Capítulo III la tarea de saber cómo ejercen en la actualidad los
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medios de comunicación esa libertad de informar que la legislación y la
sociedad les cede, al menos en parte. Para ello, lo primero es conocer cómo es
la relación especial que han construido a lo largo de más de cien años los
medios de comunicación y el deporte. Y es que la tradición fue uno de los
argumentos de defensa de las emisoras de radio cuando los clubes de fútbol
les impidieron el acceso a los estadios deportivos. ¿Cuenta la tradición en
ausencia de una norma esclarecedora? La doctrina y la jurisprudencia dicen
que sí, en la medida en que la encuadran en las fuentes supletorias del
derecho. Por ello, echamos la vista atrás para conocer cómo se forjó la relación
entre los medios y el deporte, en una asociación que, como vemos en nuestro
trabajo, fue de interés mutuo para ambas partes. El deporte ya era un
fenómeno de masas antes de que los medios pusieran su interés en él. Pero
los medios de comunicación, desde entonces, han hecho mucho por el
crecimiento exponencial de dicho fenómeno. En España, por otro lado, esa
relación ha tenido especiales y beneficiosos ejemplos que se mantienen hasta
nuestros días desde hace décadas.
Vista la importancia de esa tradición de beneficios mutuos entre el
deporte y los medios, nos detenemos en conocer cómo es la realidad actual de
la profesión periodística y de la industria de los medios de comunicación,
especialmente afectados por una crisis económica global, pero que ha sufrido
sus propios males endémicos, ajenos a las tendencias generales. Además, en
los últimos años, se une la variable de la tecnología a la vida de la sociedad y,
por supuesto, de los medios de comunicación. Esta ha obligado a un proceso
de reconversión que ha dejado en el camino muchos de los hábitos anteriores
y ha sumado, como ya anticipamos anteriormente, a nuevos potenciales
actores en el proceso comunicativo. La realidad de inicios del siglo XXI es que,
en relación con el deporte, todos los actores comunican: lo hacen los medios
de información tradicionales adaptados a los nuevos tiempos, pero también lo
hacen los protagonistas habituales de la información a través de sus propios
canales, igual que los clubes y entes deportivos, e incluso los aficionados
tienen su voz en el mundo del deporte. Así, surgen nuevos competidores para
el periodista en la tarea de informar con calidad.
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En ese escenario nos preguntamos cómo cumplen los medios de
comunicación con su tarea de informar sobre el deporte. Para ellos echamos
mano de la técnica de investigación del análisis de contenido, centrado en siete
de los diarios de información en prensa escrita con más tradición y seguimiento
de España. A través de las noticias principales de los diarios impresos durante
un periodo de siete días, nos preguntamos qué porcentaje de las mismas se
centraban en lo que antes habíamos llamado “contenido mínimo informativo” y
qué porcentaje se dedicaba a la “información de calidad”, para saber si los
medios informan más sobre el hecho deportivo o sobre aquello que rodea al
hecho deportivo pero no es estrictamente deporte. Además, en ese análisis
catalogamos las disciplinas deportivas con más presencia en la información
deportiva, y las más ausentes, además de determinar los protagonistas de las
mismas para ver hasta qué punto el deporte profesional es mayoritario en las
páginas de los diarios en relación con el deporte practicado por los aficionados,
por la ciudadanía en general. Se analizaron otras cuestiones como la cara del
deporte que presentaban las noticias (competición, salud, política, economía,
integración, cultura, educación, etc.). El análisis de contenido nos lleva hasta el capítulo de conclusiones de
nuestra tesis, en las que damos respuesta a las preguntas que nos hacíamos
en el apartado de objetivos principales y secundarios, además de confirmar la
mayoría de las hipótesis planteadas. Entre ellas, y a modo de resumen,
podemos afirmar con rotundidad que existe un derecho a comunicar
información en relación con el mundo del deporte que tiene su límite de
protección máxima en el propio hecho deportivo y cuando el hecho noticiable
tiene destino en el interés de la sociedad. . Todo lo que está alrededor del
deporte pero no es deporte es susceptible de ser explotado comercialmente,
puesto que la protección máxima a la que se circunscribe el derecho a informar
se ejercita cuando el objeto de la información es el deporte. Y esto es así
porque el deporte es un fenómeno cultural de claro interés social en el siglo
XXI, se enmarca en el abanico de temas que interesan a las personas en una u
otra faceta del mismo, tanto si es deporte profesional como si es deporte
aficionado, de manera indistinta. Ni una ni otra manifestación del hecho
deportivo merecen más o menos protección. Por otro lado, hemos concluido
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que informar es algo distinto a retransmitir, y lo que se protege por el derecho
citado es la noticia, el hecho noticiable que se difunde a través de las vías que
son propias de cada medio: la voz, la palabra escrita, la imagen o una
combinación de las tres.
A pesar de todo lo anterior, nuestro análisis de contenido revela que la
atención de los medios de comunicación en la actualidad está más cercana a la
información de calidad (anexa al deporte) que al contenido mínimo (el hecho
deportivo); y que pese al mandato que implica el ejercicio del derecho, los
medios solo informan de una parte muy concreta y específica del deporte: el
fútbol profesional y la competición deportiva.
Y todo en ello en una época en la que está por ponerse en cuestión el
papel especial de los medios de comunicación en el proceso comunicativo.
Cuando cualquier ciudadano, a los que hemos llamado en nuestra tesis
doctoral el “informador espontáneo” puede ejercer de manera positiva el
derecho a informar, y lo hace con diligencia, responsabilidad y con un resultado
de interés para la sociedad, la protección máxima a los medios tradicionales se
pondrá en cuestión. En ese escenario, los profesionales y los medios de
comunicación se encuentran con un panorama inestable pero que ofrece
algunas vías de desarrollo de interés, que exponemos en el final de nuestro
trabajo a modo de propuestas: ruptura con los formatos tradicionales, atención
a todo el deporte, potenciación de la marca personal a través de la formación y
el conocimiento, vocación formativa para con la ciudadanía, iniciativa
emprendedora respecto al mundo del deporte, etc. Dado que ya no están solos
en el proceso comunicativo, los medios de comunicación tienen ventajas
competitivas que deben explotar. Y al final, con la universalización de la
libertad de información, el peso de las comunicaciones recae en el mensaje, en
un contenido informativo a la altura de lo que espera un receptor cada vez más
exigente. Por eso concluimos nuestro trabajo adaptando la afirmación de
McLuhan para concluir que “el mensaje es el mensaje”.
La tesis doctoral se cierra con los apartados de referencias bibliográficas
así como los anexos en los que se incluyen un listado de las referencias al
24
deporte en las normas constitucionales de cincuenta países del mundo, así
como las transcripciones de las entrevistas en profundidad efectuadas a los
personas que se incluyen durante el trabajo.
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ÍNDICE GENERAL
26
INTRODUCCIÓN …………….……………………………………….....…. 29
1. Justificación de la investigación
2. El objeto de estudio. Objetivos generales y específicos
3. El estado de la cuestión
4. Algunas hipótesis y resultados esperados
5. Metodología de la investigación
6. Estructura y fuentes CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN LA SOCIEDAD ACTUAL ………………………………………………..….. 54
1. ¿Qué es deporte? Una perspectiva filosófico-antropológica
2. El deporte como actividad económica multisectorial
3. Las instituciones públicas y el deporte
4. El deporte, instrumento social
5. ¿Qué es el deporte para los ciudadanos?
6. El deporte en la historia del ordenamiento jurídico español
CAPÍTULO II. LA PROTECCIÓN DEL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE …………………….…..… 132
1. El derecho a informar a través de la historia
2. La libertad de información en las leyes fundamentales de España
3. El caso LFP vs. Radios en España
4. Derecho a informar y derechos de comunicación pública
5. Del interés general al interés social pasando por el interés público. La
opinión pública.
6. Los límites del derecho a comunicar información
7. Otros límites del derecho a informar
27
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR? ………………………………………………………….….. 228
1. Análisis histórico de las relaciones entre los medios y el deporte en
España
2. La situación actual de los medios de comunicación
3. Algunos rivales de los medios tradicionales en la carrera por la noticia
4. Análisis de contenido. ¿De qué informan los diarios en relación con el deporte?
CONCLUSIONES ………………………………………………………... 283 REFERENCIAS …………………………………..……………………..... 309 ANEXOS ……………………………………………………………………... 339
Anexo 1. La referencia al deporte en las Constituciones de los países del mundo
Anexo 2. Transcripción entrevista Santiago Fisas, Parlamentario Europeo,
autor del Informe sobre la Dimensión Europea del Deporte
Anexo 3. Transcripción entrevista Augusto Delkáder, presidente de la Asociación Española de Radios Comerciales
Anexo 4. Transcripción entrevista Miguel Mª García Caba, asesor jurídico de la
Liga de Fútbol Profesional
28
INTRODUCCIÓN
1. Justificación e interés de la investigación
2. El objeto de estudio. Objetivos generales y específicos
3. Estado de la cuestión
4. Algunas hipótesis y resultados esperados
5. Metodología de investigación
6. Estructura y fuentes
INTRODUCCIÓN
30
La tesis “Derecho a la información y deporte en la sociedad digital” tiene
su punto de partida en el conflicto surgido en el mundo del deporte profesional
español cuando se enfrentó al derecho a informar de los medios de
comunicación frente a los intereses comerciales de las sociedades anónimas
deportivas de fútbol. Aunque a continuación profundizaremos en nuestro
camino y los objetivos en este trabajo, avanzamos que son nuestros tres fines
troncales, por este orden, caracterizar el fenómeno deportivo en la actualidad,
determinar si existe o no un derecho a la información en torno al deporte y
analizar de qué modo están ejerciendo los medios de comunicación actuales
ese derecho en relación con el deporte.
En los últimos años, y más concretamente desde 2011, el organismo
que aglutina los intereses de los clubes deportivos profesionales de fútbol de
España y los medios de comunicación han mantenido disputas que han
derivado en distintas demandas, en la prohibición a determinados medios a
acceder a los recintos deportivos, que llegó a extenderse durante casi una
temporada deportiva completa, e incluso en la intervención de los poderes
públicos para regular y condicionar el derecho a informar en el deporte. Todo
ello como consecuencia de la pretensión de la Liga de Fútbol Profesional de
comercializar unos derechos de radiodifusión a las cadenas de emisoras
habituales en la cobertura informativa de los encuentros de fútbol de la liga
española.
El último episodio con alguna conexión con nuestro conflicto principal se
produjo en septiembre de 2015. Tras publicar el Gobierno de España el Real
Decreto-Ley 5/2015, de 30 de abril, de medidas urgentes en relación con la
comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales
de las competiciones de fútbol profesional, los clubes que integran esos
torneos de España exigieron a las televisiones no poseedoras de determinados
derechos la firma de un compromiso en el que se obligaban a aceptar las
nuevas condiciones marcadas por el Real Decreto y las modificaciones que
establecía en la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de Comunicación.
Alguno de los grupos de comunicación españoles se negaron a la firma
INTRODUCCIÓN
31
alegando que las nuevas normas atentaban contra su derecho a la
información1. Por otra parte, no está resuelto el enfrentamiento entre las radios
y los clubes, ya que tras la última sentencia judicial de 2015, los clubes de
fútbol han interpuesto un recurso ante el Tribunal Supremo que en la fecha de
finalización de esta tesis estaba en estudio.
Es este, por tanto, un documento vivo durante su elaboración, desde el
inicio de nuestras investigaciones hasta la redacción de las últimas páginas de
la bibliografía. El trabajo de este autor ha estado condicionado por la actualidad
y las posibles novedades en el conflicto sin cerrar entre el deporte y los
medios de comunicación que se encuentra en el fondo de este estudio. Nuestra
anécdota de partida son esos choques, recurrentes en España desde los años
ochentas, entre los medios y el fútbol profesional. El fondo, sin embargo, es
otro.
¿Cómo es y cómo debe ser la relación entre los medios de
comunicación y el deporte, cuando el derecho a informar de los primeros se
pone en tela de juicio respecto a otros derechos? Trascender la anécdota, el
mero hecho, es una de nuestras vocaciones, con el espíritu de intentar superar
los vientos cambiantes de la polémica y la actualidad para asentar ideas
estables en relación con nuestro objeto de estudio. Es un reto apasionante a la
vez que una aventura sin destino final conocido. Pero la recompensa bien vale
el atrevimiento, por lo que está en juego para todos.
Y es que, al amanecer del nuevo siglo, y una vez que parecen
superadas las pesadillas del anterior, el hombre dibuja día a día una sociedad
cada vez más común, en la que las fronteras más altas son internas. Es un
habitat en el que puertas y ventanas están siempre abiertas y por tanto, las
corrientes fluyen con libertad. Es un mundo de tendencias fugaces y efímeras,
1 El grupo Mediaset, que integran las cadenas de televisión Telecinco y Cuatro, afirmó en un comunicado que publica el sitio de internet Iusport que “se están vulnerando los derechos de las televisiones privadas. Y probablemente también los derechos de los telespectadores […]. En España se podrá informar mejor de las ligas extranjeras que de Primera División” (Fecha de consulta: 01 de septiembre de 2015 en http://iusport.com/not/9608/mediaset-se-niega-a-aceptar-los-90-segundos-por-partido-que-le-ofrece-la-laliga/)
INTRODUCCIÓN
32
donde el ser humano es más que nunca un ser social, no tiene muchas
oportunidades de ser por sí mismo, sin relación con el entorno que le rodea.
En ese hogar donde todo pasa, los cimientos son más importantes que
nunca, cuando el hombre no quiera vivir al amparo de los vientos cambiantes.
Del siglo XX, nos queda la apariencia de que muchos de nuestros pilares
morales éticos, legales, etc. están más que arraigados, si hablamos, por
ejemplo, de los derechos de las personas. Nadie discutirá, en los primeros
años del nuevo siglo, que todos los seres humanos tienen derecho a la vida, y
a vivirla en libertad.
Y sin embargo, la concreción de los derechos de la personalidad nos
deja episodios diarios de conflicto en torno a la dignidad más básica del
hombre. La libertad de expresión, el derecho a emitir libremente juicios y
opiniones, nuestra antigua libertad de prensa, que con los tiempos se ha
transformado en el derecho universal a informar e informarse, sufre ataques
constantes, más o menos graves, en distintos puntos del planeta. Frente a las
dictaduras y regímenes autoritarios, el hombre ha alzado su voz, y lo hace hoy
en día con más facilidad que nunca. Frente al poder y las injusticias, las
personas gritan con fuerza, y son cada vez más y mejor oídas.
La necesidad de fijar cimientos se establece en todos los órdenes de la
vida, más o menos trascendentes, más o menos prioritarios. Uno de los
cimientos de la sociedad moderna es el Estado de derecho, del que las
democracias modernas se dicen orgullosas. Usando términos deportivos, los
Estados son de Derecho cuando la regla de juego máxima es que todos los
ciudadanos se someten a las reglas de juego que ellos mismos han aceptado
en un momento de su historia común.
Dentro de esos órdenes sociales del nuevo siglo, el deporte ocupa un
lugar creciente. Desde el punto de vista estrictamente económico, y según un
estudio de la UE a través de su Libro Blanco del Deporte (2007), el deporte
como actividad generaba el 3,7% del PIB europeo en 2004. Es un fenómeno
que nació y evolucionó por iniciativa de las personas, que lo dotaron de sus
INTRODUCCIÓN
33
reglas propias. Hoy, como todos aquellos que quieran vivir en sociedad, el
deporte debe también someterse a las reglas de juego que marcan los estados
y las comunidades internacionales. Eso es así porque el fenómeno deportivo
reúne a distintos actores con diferentes y lícitos intereses políticos,
comerciales, económicos, sociales, etc. Todos esos intereses, en la medida en
que son derechos de la ciudadanía, deben ser puestos en común en una
balanza que marque el peso de cada cual.
INTRODUCCIÓN
34
1. JUSTIFICACIÓN E INTERÉS DE LA INVESTIGACIÓN La investigación en comunicación ha evolucionado en las últimas
décadas hasta convertirse en un campo de producción científica prolijo por la
cantidad y por la calidad de los estudios, ligados además a un entorno que
cada vez más lo reclama y los necesita, por la importancia de lo comunicativo
para el funcionamiento de lo social. Como afirma De Aguilera Moyano (1998)
en su visión panorámica del tema, distintos campos dentro de la comunicación
han centrado el interés de los investigadores: lo jurídico, las políticas de
comunicación, los aspectos económicos y empresariales, los sociológicos y
psicológicos o el análisis de las industrias culturales, entre otros. El deporte,
fenómeno que podría participar en estudios en todos esos campos, llama hoy
en día una atención creciente entre los investigadores.
En la relación entre el deporte y la información se enmarca el conflicto
que da pie a nuestra tesis doctoral. ¿Existe un derecho a la información
deportiva? Una pregunta a priori de respuesta rápida dio lugar a un intercambio
de polémicas, denuncias, y a el cierre de las puertas de los estadios de fútbol
españoles de Primera y Segunda División a los medios de comunicación
durante la temporada deportiva 2011/2012.
Desde entonces, y tras varios cambios normativos, resoluciones
judiciales y la intervención política del Gobierno de España, el conflicto
mantiene heridas que sangran cada cierto tiempo, aunque alguna de las partes
insista, en testimonio que este autor ha recogido para nuestro estudio, en que
el acuerdo entre todos está armado. Esa es la pretensión de las emisoras de
radio, que no comparten los clubes, inmersos como decíamos anteriormente en
recursos ante la justicia. La realidad es que, como se ha comprobado en
septiembre de 2015, no está claro el alcance del derecho a informar de los
medios de comunicación en España cuando éstos se acercan al fútbol
profesional.
INTRODUCCIÓN
35
Por tanto, la pertinencia y la oportunidad de una reflexión objetiva y
ajena a los distintos puntos de vista en conflicto puede ayudar a sentar las
bases para el entendimiento, más allá de los vaivenes que nos ofrece el día a
día. Esa vigencia del conflicto que da origen a nuestro estudio le añade una
frescura y una vocación de intermediación objetiva que quizá pueda no ser bien
entendida por quienes están inmersos en la defensa de sus intereses. En ese
sentido, las conclusiones tendrán la vocación de proponer un espacio de
entendimiento cuyo final es el beneficio de la sociedad en su conjunto.
La vertiente pública del conflicto ha dado lugar, en los puntos en los que
la erupción del choque se ha notado, a distintas manifestaciones instantáneas
que por lo general han llevado implícita o explícita la adhesión a una u otra
parte. Se ha escrito en distintos foros sobre el asunto, tratado desde varios
ángulos, pero el análisis reposado y científico es escaso. En todo caso, en
nuestra revisión bibliográfica daremos cuenta de las posiciones que ha dejado
marcadas la doctrina en relación con nuestro objeto de estudio, además de
recabar a través de distintos testimonios directos las posturas enfrentadas.
Los cambios legales no ayudan a fijar una situación estable. En los
últimos años, las modificaciones de la normativa aplicable al caso han abierto y
cerrado las puertas de las reclamaciones en torno al derecho a la información.
La ley que regula la comunicación en España ha sufrido desde 2010 dos
modificaciones sustanciales. En 2015, varias cadenas de televisión han tenido
negado el acceso a las imágenes de los resúmenes informativos de
acontecimientos de gran interés como son los partidos de fútbol de la liga
profesional en España. Y la Liga de Fútbol Profesional mantiene en el Tribunal
Supremo un recurso que podría variar la percepción jurídica de la cuestión. Da
la sensación, en todo caso, que la discusión en torno a si los medios de
comunicación tienen derecho a informar en relación con el deporte profesional
quedó parcialmente relegada por los actores del conflicto, que plantean su
pugna en otros escenarios distintos.
Por otro lado, la vida de los medios de comunicación está encaminada
en el inicio del nuevo siglo hacia la adaptación de los ritmos que marcan las
INTRODUCCIÓN
36
tecnologías de la información. Si hoy en día las redes sociales se han
posicionado como estratégicas en el intercambio de contenidos informativos,
nadie puede asegurar que en un tiempo esta realidad mute. Por otro lado, la
crisis económica por la que atraviesan en España grandes y pequeños grupos
y medios informativos es más que estacional. En ese escenario, se antoja
necesario definir de manera estable el rol que ocupan los medios de
comunicación en el arco de necesidades de la sociedad; y dentro de los
medios, los profesionales que se dedican como actividad principal de su vida
laboral a la comunicación y a la información, que con la universalización real
del derecho a informar encuentran espacios de competencia en su día a día.
¿Pueden los profesionales del periodismo deportivo reclamar una posición
prevalente en el ejercicio del derecho a informar? Y su fuera así, ¿para qué
faculta y a qué obliga esa libertad? ¿Es distinta a la que tiene el común de la
ciudadanía? ¿Hasta dónde llega?
INTRODUCCIÓN
37
2. EL OBJETO DE ESTUDIO. OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS El objetivo principal de este trabajo es definir si existe un derecho a la
información que ampare a los medios que quieren acercarse al mundo del
deporte, establecer razones por las que ese derecho está amparado, o no, en
la sociedad española y cuales son las potestades y las responsabilidades que
conllevan, así como los posibles límites inherentes al derecho.
A partir de la respuesta a ese primer objetivo, el segundo será proponer
cómo esos medios de comunicación se podrían relacionar con el deporte en la
nueva era de las tecnologías de la información. Todo ello, buscando un
equilibrio, hasta el momento sin conseguir, entre las partes que reclaman otros
derechos igualmente defendibles en nuestro orden social, como el de los
privados a explotar bienes y servicios que les pertenecen. Se trata, en el fondo,
de presentar “una conclusión que se mantiene con razonamientos”, que es
como define el diccionario de la Real Academia Española el vocablo “tesis”, en
su acepción primera.
Antes, necesitaremos definir el mayor número de caracteres del
fenómeno deportivo, por lo que otro de los objetivos específicos será
respondernos si el deporte se enmarca, en la realidad del siglo XXI, en el
ámbito de lo importante o de lo accesorio para la sociedad. Para ello,
realizaremos una búsqueda desde los orígenes del deporte que nos lleve a
definir qué es deporte y qué no lo es, en el ánimo de establecer si estamos
ante una manifestación social de interés público, de interés general, o por el
contrario, lo deportivo se encuadra en la esfera de lo privado.
Otro de los objetivos específicos será establecer la diferencia conceptual
entre el derecho a la información y otros derechos en los que sigue abierta la
pugna entre los medios de comunicación y distintos actores en el mundo del
deporte. Antes, dejaremos constancia de cómo se inserta el derecho a informar
en la sociedad española, desde sus orígenes hasta la actualidad. Será en ese
sentido nuestra vocación conocer los soportes del derecho en el ordenamiento
jurídico, para dar respuestas a distintas cuestiones: ¿Quién tiene derecho a
INTRODUCCIÓN
38
informar? ¿Hasta dónde llega tal derecho, y cuales son los deberes en relación
al mismo?
Entre los objetivos específicos, por último, nos planteamos: si tienen
derecho a informar en relación con el deporte, ¿de qué manera cumplen con el
mismo? ¿Cómo es el escenario de los medios en relación con el deporte en la
nueva sociedad de la tecnología de información? El fin es conocer algunas
fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas a los medios en su tarea
de informar sobre el deporte y ser rentable.
INTRODUCCIÓN
39
3. ESTADO DE LA CUESTIÓN Como ya hemos anticipado, la investigación científica en el campo de la
comunicación ha evolucionado en los últimos treinta años hacia una
diversificación temática que ya auguraba De Aguilera Moyano (1998) y que ha
puesto en valor el ámbito de estudio en torno a la información y los procesos
comunicativos en los que vive inmerso día a día el hombre.
En este trabajo doctoral unimos tres áreas de estudio e investigación
científica con peso propio como son el deporte, el derecho a la información y
los medios de comunicación. Los autores que han posado su interés en las
interrelaciones entre esos campos no han sido muchos. Sí, sin embargo, hay
una extensa producción de análisis por separado, que han permitido superar
por fortuna parte de las reservas que alejaban al deporte de los temas de
interés en el ámbito de lo académico.
Los tratados y manuales que acercan al estudiante e incluso al
profesional métodos y procedimientos para el más correcto desarrollo de la
información en el deporte han dejado notables aportaciones a la comunicación
deportiva en los últimos años: Castañón Rodríguez (2005), Rojas Torrijos
(2005), Alonso Pascual (1996), Marín Montín (2005) o Paniagua Santamaría
(2003) analizan el lenguaje del periodismo especializado en el deporte, las
influencias llegadas desde el exterior, el tratamiento de la información deportiva
que se realiza en determinados medios de comunicación de referencia o el
caso específico de las transmisiones deportivas a través de televisión no solo
en España sino en distintos países del mundo.
Antes, maestros de la comunicación y el periodismo nos han dejado una
extensa producción. En sus estudios aplicados al deporte, De Moragas (1992)
se ha ocupado con especial interés de la comunicación en torno al movimiento
olímpico, desde su responsabilidad en el Centro de Estudios Olímpicos; o de
las implicaciones que conlleva lo digital y la tecnología en su influencia a futuro
en el mundo del deporte y la información (1999). De igual manera, Alcoba
López (1980, 1987, 1993, 2001) ha dejado manuales de estudio obligado para
INTRODUCCIÓN
40
quienes se acercan a la comunicación en torno al mundo del deporte. En los
últimos años, muchos de esos estudios han tomado la deriva de las nuevas
tecnologías, y las implicaciones que su irrupción supone en el proceso de
información tradicional. Esta línea de investigación da la sensación de ser la
más prolija en la última década.
En este punto queremos destacar los trabajos realizados en la
Universidad de Sevilla con el objetivo de analizar la información deportiva en
un ente público como la Radio Televisión de Andalucía (RTVA), que aborda en
su tesis doctoral Vega Jiménez (2013) o el análisis de la crónica deportiva
como género periodístico en torno a los partidos de máxima rivalidad entre
Real Madrid CF y FC Barcelona que realiza en la Universidad de Málaga
Naranjo Arcos (2011). Antes, González Ramallal (2004) había puesto en
relación sociedad y deporte en su tesis para la Universidad de A Coruña. Estos
estudios realizan un acercamiento en la investigación científica a la información
deportiva especializada.
La escuela de investigación que se ha movido a medio camino entre lo
jurídico y lo comunicacional sí nos acerca desde hace años a la
conceptualización interna del derecho a la información desde distintas e
interesantes ópticas que contribuyen a darle forma actual. La línea que
abrieron autores como Desantes Guanter (1977, 2004) la han continuado
Escobar de la Serna (1997,1998, 2000), Azurmendi Adarraga (1997), Villaverde
Menéndez (1995) o Magdaleno Alegría (2006), por citar algunos.
El derecho a la información ha sido analizado en relación con otros
ámbitos de su extensión: con la información oficial y pública y el derecho de
acceso de la ciudadanía frente a los poderes públicos (Sánchez de Diego
Fernández de la Riva, 2008); en el ámbito de la empresa o de los derechos de
los consumidores (Pérez Amorós, 1993; García Murcia, 2001) o cuando se ha
enfrentado a otros derechos de la personalidad como la intimidad (Medina
Guerrero, 2005), la propia imagen, el honor (Plaza Penadés, 1996) o la vida
privada, como límites del desarrollo de la información (Romero Coloma, 2000;
INTRODUCCIÓN
41
García Castillejo, 1995). El derecho a rectificación de las personas (Benito
García, 2001) y en relación con los medios de comunicación públicos (Montoro
Fraguas, 2007), o la cláusula de conciencia y el secreto profesional (Mosch
Borrero, 2010) como elementos moduladores del derecho a comunicar
información también han ocupado el interés de los científicos en la
comunicación.
Las relaciones entre el derecho y el deporte han dado lugar a una
ingente actividad científica, que aunque excede nuestro ámbito de estudio,
refleja el interés social del fenómeno deportivo cuando se asocia con materias
diversas: las relaciones laborales y con la administración, todo el entramado
sancionador y disciplinario, dopaje, turismo, empleo, medio ambiente e incluso
marketing, publicidad y patrocinios. Pocos autores, sin embargo, han abordado
las relaciones entre el deporte y los medios de comunicación. Jones (2006) no
encuentra explicación a la ausencia de análisis científico en torneo al fenómeno
deportivo:
“El claro desinterés de las revistas teóricas del campo de la
comunicación por los diferentes aspectos de los fenómenos deportivos
de masas (semióticos, culturales, políticos, sociales, económicos) no
parece tener una explicación convincente, sobre todo cuando se
publican miles de títulos en los diferentes ámbitos en los que se han ido
especializando este tipo de publicaciones, y cuando muchas veces se
aprecian repeticiones o análisis de temas socialmente poco relevantes”
(pp. 142-143).
Los escasos trabajos que se han publicado para poner en conexión el
derecho a la información con el deporte en los medios de comunicación
surgieron al abrigo del interés mediático que produjo el choque entre los clubes
profesionales de fútbol en España con los medios de comunicación en distintas
etapas de los últimos cuarenta años. Dada la escasez de investigaciones que
interrelacionen los tres ámbitos de nuestro estudio doctoral, es merecedor
destacar la dedicación de autores como Terol Gómez (2002, 2009), Rodríguez
Ten (2001), Díez Bueso (1999) o Bermejo Vera (1997), que atacaron en su
momento y desde la óptica científica, con especial detenimiento en su vertiente
INTRODUCCIÓN
42
jurídico-legal, el análisis del conflicto que presentamos en estas páginas. Todos
ellos aportarán a nuestro trabajo distintos puntos de vistas sobre los que
articular un acercamiento objetivo a la compleja realidad que estudiamos.
INTRODUCCIÓN
43
4. HIPÓTESIS Y RESULTADOS ESPERADOS
La primera hipótesis que plantear como respuesta a la pregunta de si los
medios tienen derecho a informar nos llevaría por defecto a una rotunda
afirmación, quizá por un sentimiento de defensa a ultranza de un derecho
humano aparentemente asentado como es el de la información. Aún así, en el
momento que esa misma pregunta se le hizo a los clubes de fútbol
profesionales de nuestro país, la respuesta de muchos fue negativa o positiva
con multitud de restricciones, en virtud de los derechos de los privados a
explotar sus productos comerciales, entendiéndose el fútbol como uno de ellos,
y la información como otro, siempre en el mundo del deporte.
En este punto, dejemos constancia de que nuestra posición de partida
fue más cercana a los defensores del no a la información gratuita e ilimitada en
relación con los negocios de los privados en el deporte. Dicha idea se asentaba
en casi veinte años de ejercicio del periodismo deportivo profesional en
distintos medios de comunicación radiofónicos, y trabajos en el área de
comunicación en distintas entidades deportivas como el Real Madrid Club de
Fútbol o la Real Federación Española de Fútbol. Podemos decir que hemos
batallado en ambos frentes de la contienda, y teníamos nuestras opiniones
sobre la cuestión, basados siempre en la experiencia acumulada durante el
ejercicio profesional y, antes, años de formación académica en la Facultad de
Comunicación de la Universidad de Navarra.
En todo caso, la intuición de que algo quedaba por decir en la relación
entre los medios y el deporte, y más si estaba por medio el derecho a la
información, fue básica para iniciar nuestras investigaciones. En ese sentido,
partimos de la base jurídica de que ningún derecho es absoluto, y que
deberíamos encontrar un equilibrio entre los que se ponen en juego. La
segunda de nuestras hipótesis de partida es que ese equilibrio existe en las
leyes y normas que cimientan nuestro ordenamiento jurídico español, y que
una interpretación justa y razonada puede dejarnos una base estable de
convivencia.
INTRODUCCIÓN
44
Pero más allá de las leyes, el presente y futuro cercano de los medios
de comunicación está condicionado por una serie de factores que marcarán, a
medio plazo, la supervivencia de algunos y el cierre de otros. La crisis
económica mundial se ha hecho notar en las cifras de negocio de todos los
medios de comunicación y de los grandes grupos multimedia a nivel planetario.
Esa crisis ha sido especialmente virulenta cuando se ha tratado de periódicos,
emisoras de radio o cadenas de televisión modestas que trataron de sobrevivir
en medio de una bajada significativa de los ingresos comerciales por publicidad
y por ventas.
En ese escenario, es nuestra tercera hipótesis, es necesario encontrar
un modelo que potencie las virtudes del periodismo con el fin de sacar a flote
proyectos periodísticos que cumplan con las misiones que la sociedad les
encomienda. Pretendemos ir más allá de la descripción de la realidad
cambiante y viva que nos ofrece el objeto de estudio.
Nuestra vocación es proyectiva, y por ello trataremos de proponer unas
posibles reglas de juego en la relación entre los medios de comunicación y el
mundo del deporte. Todo ello, después de conocer las normas que perfilan la
misión de informar, normas que no sólo se traducen en derechos sino también
en obligaciones. No nos bastará con describir algunas de las debilidades y
amenazas que rondan al escenario de los medios de comunicación o a los
profesionales de la información, sino que ahondaremos en las ventajas y
oportunidades de estos, en un escenario en el que, gracias a las nuevas
tecnologías, el flujo de información es casi inabarcable y todos somos
comunicadores y receptores constantes de contenido noticioso.
INTRODUCCIÓN
45
5. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Investigar en Ciencias Sociales significa acometer un proceso ordenado
en el que se aspira a formular respuestas a unas determinadas preguntas con
el fin de aportar nuevos conocimientos a los ya existentes. Abordamos la tarea
de responder cuestiones que están de actualidad, y que generan frentes,
opiniones encontradas, e incluso cambios legales. Tanto es así que durante
nuestra investigación hemos debido abordar realidades y situaciones que no
estaban escritas ni previstas en el punto de partida de esta tesis.
Las diferentes herramientas que nos ofrece la investigación científica en
comunicación han sido incorporadas conforme detectamos su utilidad para
llegar hasta el final. A decir verdad, nos ha ocurrido como expresó en su día el
físico Julius Robert Oppenheimer: pagamos la entrada de la investigación y en
nuestro viaje hemos ido encontrando nuevos campos de exploración. En ese
sentido, Ander-Egg (1983) habló de la metodología como una caja de
herramientas, en la que se toma lo que sirve para cada caso y para cada
momento, y explicó que el método “es una guía, un camino, un modo de
aproximación y no un conjunto de certezas apodícticas […]. Ningún método es
un camino infalible; y más aún, es necesario cambiar de método para el
progreso científico” (p. 42).
En el proceso de hallazgos personales que supone esta tesis, hemos
echado mano de una práctica más que recomendada en Ciencias Sociales: la
triangulación metodológica. Se antoja una vía más que idónea, como afirma
Gómez-Diago (2010), por su utilidad en aras de la profundización en los
estudios en el ámbito de la Comunicación.
Autores como Martínez Nicolás (2006) hablan de la situación de crisis en
las investigaciones sobre periodismo por, entre otras razones, el recurso
exclusivo a las técnicas cuantitativas o, cuando las fuentes están accesibles,
los análisis que se basan en los documentos y se quedan en lo que dicen
estos:
INTRODUCCIÓN
46
“Hacer investigación empírica no es recoger datos, sino
fundamentar la exploración de la realidad en el corpus de los
conocimientos disponibles y derivar de él hipótesis de trabajo
plausibles. Esa es la forma en que los estudios empíricos contribuyen
al progreso de los saberes en un campo determinado” (p. 165).
De ahí que no nos hayamos querido quedar en el trabajo deductivo que
sigue a la investigación histórica y documental, sino que hayamos querido ir
más allá de la mano de esa idea de metodologías cruzadas o
complementarias, sobre la que Mariño (2006) propone una definición:
“Es un proceso de contraste entre las técnicas de investigación
que permite comparar y completar los resultados de cada una de ellas
sobre un objeto de estudio común, con el objetivo de perfeccionar la
validez y fiabilidad del conjunto del trabajo” (p. 3).
Este trabajo doctoral tiene una parte importante de vocación
hermenéutica, en la medida en que parte de las respuestas que buscamos
deberían llegar como fruto de la interpretación de los textos, leyes y demás
fuentes que nos ofrece el ordenamiento jurídico español y los complementos
que llegan desde la Unión Europea. La cercanía al mundo del derecho
deportivo hizo aprender a este autor que para una pregunta entre juristas la
respuesta siempre debe encontrarse en la ley, o en las distintas fuentes que
completan un ordenamiento jurídico. ¿Por qué un futbolista recibe una sanción
de cuatro partidos sin jugar después de insultar a un árbitro? Porque lo dice
una norma. Sin el soporte legal, muchas cuestiones del orden social no se
soportarían. Igual ocurre en el deporte. Y por ello buscaremos en la ley hasta
determinar qué dicen y que no dicen los textos sobre nuestro conflicto de
partida.
Conocer el mayor número de puntos de vista posibles sobre lo que han
aportado quienes se han acercado al fenómeno desde uno u otro lado será el
comienzo para desentrañar respuestas a las preguntas que nos ocupan. No se
INTRODUCCIÓN
47
trata sólo de realizar un estudio de lo que nos deja el Derecho respecto al tema
en cuestión. Nuestro objetivo, en este orden de cosas, será realizar una
investigación jurídico-descriptiva, en la que la observación de la realidad y sus
repercusiones en el marco normativo serán de interés para llegar a buen
puerto, siempre desde la base de una extensa investigación documental y
bibliográfica que se realiza a través de la consulta de bases de datos en la red
como Scholar, Teseo, o los buscadores de jurisprudencia y material legal que
ofrece el Boletín Oficial del Estado y el Consejo General del Poder Judicial,
además de la consulta de libros y manuales en distintas bibliotecas como la
Biblioteca Nacional de España.
En sus normas, sentencias y comentarios doctrinales, el mundo de las
leyes ha trazado algunos caracteres del fenómeno deportivo. Para darle forma
a nuestro objeto de información, sin embargo, superaremos el ámbito jurídico y
conoceremos cómo es el deporte más allá del choque entre la información y el
fútbol profesional en España. Presentar el mayor número de caras del deporte,
desde ámbitos sociales, económicos, políticos o incluso antropológicos a través
de un proceso deductivo que parte desde los trabajos de los estudiosos pero
que extracta caracteres propios del deporte menos afamados será otra de los
propósitos con los que usaremos las distintas herramientas metodológicas.
Como complemento a la investigación histórica, jurídica y documental
sumamos la recopilación de testimonios directos a través de entrevistas en
profundidad a ciertos actores claves. Es difícil ponderar la validez o el alcance
de las opiniones formuladas por las partes en conflicto. Pero teniendo entre
manos el estudio de un problema actual, en el que el presente diario nos ofrece
cambios y nuevos episodios, recabar la postura de los actores principales, fijar
sus reflexiones con el objeto de confrontarlos y dejar constancia de la visión de
todos ellos nos resultó de interés para este documento, más aún cuando
tuvimos la posibilidad y la fortuna de conseguir la atención directa y personal
de los protagonistas. Así, serán incluidos en este trabajo el testimonio recogido
a través de una entrevista telefónica de Santiago Fisas, parlamentario Europeo,
antiguo Secretario de Estado para el deporte y autor del Informe sobre la
Dimensión Europea del Deporte para la Comisión Europea. Y por otro lado, nos
INTRODUCCIÓN
48
acercaremos a los puntos de vistas de los actores en conflicto en el pulso que
mantienen las emisoras de radio en España con los clubes de fútbol
profesional con dos de sus voces autorizadas. Por un lado, realizamos una
entrevista con el asesor jurídico de la Liga de Fútbol Profesional, Miguel María
García Caba; y por otro, mantuvimos un encuentro con el presidente de la
Asociación Española de Radios Comerciales y presidente de Prisa Radio,
Augusto Delkáder. En ambos casos, la entrevista se mantuvo de manera
personal entre el autor de esta tesis y los personajes citados, se realizó una
grabación sonora y las transcripciones se pueden consultar entre los
documentos adjuntos de esta tesis.
La entrevista como herramienta en la investigación científica es un
recurso que aporta, como indica Vargas Jiménez (2011) intimidad y flexibilidad
y permite al investigador presentar preguntas abiertas, sin categorías
preestablecidas, “de tal forma que los participantes suelen expresar sus
experiencias” (p. 124). Además, según Merlinsky (2006), “es una herramienta
de carácter comunicativa que se propone captar significados que de ningún
modo son hechos puros o simples, están mediados por la construcción que
hacen los propios sujetos en base a su experiencia” (p. 250). Por su parte,
López Estrada y Deslauriers (2011) recuperan distintas definiciones de la
entrevista como herramienta metodológica en la investigación social,
señalándola como el instrumento “más utilizado” (p. 3).
Por último, a la hora de conocer cómo es la realidad de los medios de
comunicación en relación con las preguntas que nos formulamos, recurrimos a
la técnica del análisis de contenido. Esta se configura como una vía, que si
bien es recurrente en el universo de las Ciencias Sociales, y más en la
investigación en comunicación, no puede ser más idónea para nuestros fines.
El análisis de contenido busca, a través de la combinación de distintas
categorías, la interpretación de lo que se dice a través de los medios, pero
también de lo que no se dice. Como afirma Piñuel Raigada (2002) recuperando
ideas de Bardin (1995):
INTRODUCCIÓN
49
“El análisis de contenido no debe perseguir otro objetivo que el de
lograr la emergencia de aquel sentido latente que procede de las
prácticas sociales y cognitivas que instrumentalmente recurren a la
comunicación para facilitar la interacción que subyace a los actos
comunicativos concretos y subtiende la superficie material del texto” (p.
4).
Igartúa y Humanes (2004) identifican la idoneidad del análisis de
contenido como herramienta “eficaz” a la hora de “romper el juguete para saber
cómo funciona” (p. 8). Y siempre, a la búsqueda de las ideas contenidas en las
unidades de análisis: “La unidad de análisis es el mensaje”, afirma Igartúa
(2004, p. 520), citando a Neuendorf (2002). Otros autores apuntan la idoneidad
de esta técnica ya que “el análisis de contenido está cobrando especial
relevancia en lo que se refiere a la medición de la motivación” (López Noguero,
F., 2002, p. 174). Mariño (2006) señala que el análisis de contenido permite
“examinar científicamente tanto los significados como los significantes de
cualquier texto” (p. 6).
Teniendo en mente la finalidad del análisis de contenido, elegimos un
universo que se restringía a los medios de comunicación impresos y diarios de
España. Fueron seleccionados los periódicos As, Marca, El Mundo Deportivo,
Sport, El País, El Mundo y Sur. Con esas siete publicaciones se representan
los distintos modos y formas de acometer la información deportiva. Cuatro de
ellos son diarios especializados con vocación nacional y dos, diarios de
información general con sus secciones de deportes. Por último, elegimos un
diario de información general local, con su sección de deportes. El periodo de
tiempo que analizamos estos diarios fue de siete días entre el 20 y el 26 de
abril de 2015. La razón de efectuar el análisis durante siete días es que una
semana reproduce el esquema habitual informativo en relación con el mundo
del deporte, en el que durante la temporada deportiva marca ritmos de
competición más o menos semanal. Y dentro de los diarios, se prestó atención
a la información principal en cada página de los periódicos, con el objeto de
analizar la prioridad de los editores a la hora de informar. Todo ello hasta
extractar un total de 1.334 piezas informativas para realizar el análisis de
INTRODUCCIÓN
50
contenido en 49 ediciones de diarios de información en papel. Sobre cada una
de ellas planteamos una categorización que se estableció con base en cinco
variables (modalidad deportiva, deporte profesional o aficionado, protagonista,
valor principal en el noticia y contenido mínimo o información de calidad).
Así, el análisis de contenido, las entrevistas en profundidad y la
investigación histórica-documental componen un triángulo metodológico que
entendemos completo y adaptado al fin que perseguimos, y que nos llevará
hasta las conclusiones finales.
INTRODUCCIÓN
51
6. ESTRUCTURA Y FUENTES
En el capítulo I nuestro interés se centrará en el deporte. La justificación
en esta parada está en la necesidad de dibujar de manera lo más completa
posible toda la inmensidad del océano deportivo, partiendo desde la orilla más
conocida para buscar en sus profundidades y determinar hasta donde llega el
fenómeno deportivo en su relación con el hombre y la sociedad de hoy en día.
El objeto de estudio es el derecho a la información en relación con el mundo
del deporte, y en el conflicto que nos da pie al estudio las caracterizaciones del
deporte han podido simplificar la esencia y complejidad del mismo. Por fortuna,
es extensa la bibliografía que analiza el fenómeno desde sus orígenes hasta
nuestros días, ocupándose de cada una de sus caras respecto a la sociedad
que lo alberga como una de sus señas de identidad. Aspiramos a trascender la
superficialidad en un mundo, el del deporte, que tiende a ella cuando se abre el
debate entre aficionados, y más cuando es difícil hoy en día encontrar
personas que se reconozcan ajenas al mundo del deporte, en una u otra
versión social.
En el capítulo II serán las leyes y las fuentes jurídicas de nuestro país
las que tomen el protagonismo. Será el momento de conocer lo que aquellas
dictaron y dictan en relación con el mundo del deporte y la información.
Tendremos la oportunidad de hacer un viaje por lo que dicen las leyes y, sobre
todo, ante la ausencia de normas claras, por lo que nos puedan aportar otras
fuentes que nos ofrece el ordenamiento jurídico español: las sentencias de los
tribunales y la doctrina más específica sobre el tema tratado. En este punto,
será el momento de encontrar algunas respuestas a las preguntas
estructurales que nos planteamos. Nos detendremos a actualizar el sentido de
conceptos como los interés general u opinión pública, ambos importantes para
encontrar una solución final al conflicto.
En el capítulo III será el momento de establecer cómo han sido las
relaciones en España entre el deporte y los medios de comunicación desde
que ambos emergieron con fuerza inusitada en la sociedad del siglo XIX.
Partiremos de una contextualización que acerca el deporte a la costumbre, en
INTRODUCCIÓN
52
la medida en que establece formas de actuar asentadas en nuestro país,
hábitos que se mantienen y se dan por buenos por estar aceptados
socialmente desde tiempo atrás. Todo, hasta llegar a una realidad en la que los
medios de comunicación buscan emerger tras una crisis económica mundial
que ha tocado de lleno a las empresas informativas, y cuando estas buscan
modos para adaptarse a las tecnologías de la información y a las nuevas
posibilidades que tienen para comunicarse con las personas.
En este punto veremos cómo acometen los medios su derecho a
informar en relación con el deporte, para establecer algunas pautas de cómo
podría ser el mano a mano entre deporte y medios en los años próximos. En la
última parte, buscaremos entre algunas de las pautas que marcan a día de hoy
las nuevas tecnologías de la información, singularizando en la comunicación en
torno al deporte. El objetivo es ver cómo estas condicionan los procesos
comunicativos para establecer un espacio propio para los medios y los
profesionales de la información en el presente.
Llegados al capítulo de conclusiones, será el momento de presentar la
serie de respuestas que encontramos durante el proceso de investigación a las
hipótesis planteadas en el inicio del estudio. Además, dejaremos las puertas
abiertas a distintas cuestiones que nos han planteado dudas, con el objetivo de
dibujar algunas vías de investigación que a nuestro juicio pueden ser de interés
para el mundo académico y profesional en torno a la comunicación y la
información.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
1. ¿Qué es deporte? Una perspectiva filosófico-antropológica
2. El deporte como actividad económica multisectorial
3. Las instituciones públicas y el deporte
4. El deporte, instrumento social
5. ¿Qué es el deporte para los ciudadanos?
6. El deporte en la historia del ordenamiento jurídico español
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
54
Definió el fútbol Miguel de Unamuno, citado por Morell (2013) en un
artículo que este autor recupera del olvido, como un juego “espontáneo y más
libre y menos intervenido, más educador y más… divertido” (p. 26), en un
artículo periodístico en el que ponía en valor la libertad frente a la disciplina de
quienes alzaban el brazo y lanzaban proclamas que se anticipaban políticas,
en vísperas de tiempos convulsos.
Los grandes humanistas de nuestra historia reciente, en los dos últimos
siglos con mayor intensidad, se han ocupado del deporte, al igual que
sociólogos, educadores, economistas, médicos e incluso políticos. El deporte
ha hecho crecer la curiosidad entre los investigadores de diferentes áreas por
su irrupción en las vidas de las personas desde temprana edad, no solo por lo
que tiene como fenómeno de masas sino también por reivindicarse como un
elemento que caracteriza a la sociedad.
Atendiendo al interés de la sociedad en general, el deporte ha
reclamado la mirada de los medios de comunicación casi desde el nacimiento
de estos. Paralelamente a ese crecimiento exponencial el deporte se ha erigido
como centro de controversias. Estas han dado lugar a conflictos, como el del
derecho a informar contra otros supuestos derechos económicos. ¿Es el
deporte negocio y actividad económica?, ¿es cultura?, ¿es el deporte de todos
y para todos?, ¿es de quien lo fomenta?, ¿existen obligaciones respecto de su
promoción?
En este primer capítulo de nuestro trabajo de investigación el objetivo
será trazar cierto número de singularidades del deporte, desde los estudios de
investigación científica que han realizado distintos autores a lo largo de la
historia hasta llegar a conocer más sobre un fenómeno que se ha magnificado
como caracterizador de la sociedad de los últimos cien años. Y desde la
intuición de que este ya no tiene un carácter homogéneo, y que su realidad
actual no se puede explicar desde una sola mirada. No hay más que recuperar
el pensamiento de Dorothy V. Harris, citada por Antonio Alcoba (1987) que
dice:
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
55
“Nadie ha sido capaz de decir lo que es deporte.
Pero la vida sería difícilmente la misma sin él […].
El deporte no lo es todo para todo el mundo. Pero hoy es algo en muy
distintos modos para más gente de lo que nunca había sido antes.
Es juego para muchos y trabajo para pocos.
Es algo que nadie tiene que hacer, pero casi todo el mundo quiere
hacer […].
El deporte no es arte, ni religión, morales o ideales.
Pero con todos ellos comparte valores que son, por lo menos,
humanamente altos y siempre altamente humanos. El deporte es un
mundo maravilloso” (p. 34).
Más que quitarle la razón a Harris, se trata de trascender una visión
parcial del deporte, en el ánimo de alejarnos de algo que señala Vázquez
Medel (2005) cuando habla de las múltiples caras del fenómeno:
“Nos encontramos, pues, en un terreno especialmente
sensible, que no debe ser juzgado desde el desprecio seudoelitista por
el deporte (que niega así en él alguna de las dimensiones más
profundas y positivas de la condición humana), ni desde la mirada
complaciente y acrítica de quien se deja arrastrar por los flujos o
corrientes dominantes, con su tremendo potencial falseador, de
simulacro, y en el fondo destructivo. Una vez más, como señalara
Umberto Eco en los años sesenta, ni apocalípticos, ni integrados ante
fenómenos de tan hondo calado en las colectividades humanas de la
hora presente” (p. 15).
Nuestra finalidad, por tanto, será conocer cómo es el viaje del hecho
deportivo desde la esfera íntima, individual y personal hasta la social, colectiva
y pública, para posicionar el debate respecto a la naturaleza del deporte en su
conjunto. En la discusión sobre si el deporte es un hecho privado, cuestión de
las personas y sólo de las personas, u hoy en día es un fenómeno público que
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
56
interesa a la generalidad de la sociedad, encontraremos una de las razones de
ser de nuestro estudio, siempre en relación con el derecho a informar que
reclama la profesión periodística y la misión de los medios de comunicación en
sociedad. Para posicionar la respuesta, habrá que preguntarse desde cuándo
el deporte es deporte.
La investigación en este capítulo se completará con la entrevista con
Santiago Fisas, autor del Informe sobre la Dimensión Europea del Deporte
(2011), documento de objetivos base de la Comisión Europea que sirve de
inspiración común para los países de la UE, y fuente de la percepción pública
continental sobre el fenómeno.
En una tarea que no es fácil, dibujar algo tan estudiado desde diferentes
ángulos, también nos apoyaremos en varias encuestas y estudios sociológicos,
que nos servirán para testar la percepción actual que la sociedad otorga al
deporte, e intentar distinguir, si es que es posible, los distintos modos
deportivos. Se trata, en este primer capítulo, de dar un paso inicial antes de
posicionar el debate en torno al derecho a informar en relación con el deporte,
algo que nos ocupará en la segunda parte de nuestra tesis: ¿Qué es deporte?
¿Qué no lo es? ¿Cuáles son las notas que definen la práctica deportiva? ¿Qué
protagonismo tiene en la sociedad moderna el llamado deporte-espectáculo?
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
57
1. ¿QUÉ ES DEPORTE? UNA PERSPECTIVA FILOSÓFICO-ANTROPOLÓGICA
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Gobierno
de España publicaba en febrero de 2015 los resultados de un estudio realizado
por sus investigadores sobre el uso, miles de años atrás, de distintas
herramientas que se entendían de caza por parte del hombre neolítico en la
zona en la que hoy se ubica el territorio peninsular español2. Los autores
afirmaban, a partir del hallazgo en Girona de unos restos fósiles de arcos
datados con una antigüedad de entre 4.000 y 7.000 años, que “la alimentación
no era el principal objetivo de la elaboración de objetos de caza. La arquería
neolítica podría haber tenido una importante función social y de colectividad,
además de aportar prestigio social a la actividad física a los individuos
involucrados en ella”. La hipótesis de estos investigadores del CSIC nos vale
para apuntar la dificultad de establecer un “minuto cero” del hecho deportivo.
Desde los tiempos más remotos 3 , el deporte en sus distintas
manifestaciones es objeto de reflexión de los más grandes pensadores, y en
ese sentido, no nos atreveremos a concluir algo distinto a los que aquellos
afirmaron sobre un fenómeno tan esencialmente humano. La búsqueda de una
respuesta a la pregunta “¿Qué es el deporte?” da lugar a una intensa
producción investigadora desde diferentes y complementarios puntos de vista
que analizan y caracterizan el juego, la actividad física y el deporte en cuanto
que actividad del hombre, o no sólo del hombre. Mandell (1984) plantea en su
Historia Cultural del Deporte la posibilidad de que el deporte sea anterior al
hombre: “Si se admite que el deporte precede al hombre, debe admitirse
implícitamente que el hombre es de esencia animal y no una creación divina
excepcional y distinta” (p. 4). No entraremos en esa discusión teológica ya que
2 El artículo de investigación fue publicado en la revista científica Journals of Archaeological Science y distintos medios de comunicación se hicieron eco de la nota de prensa publicada por el CSIC. Para más detalles, el diario El Mundo de 8 de febrero de 2015 publicaba un artículo de título “El deporte social del neolítico” (Recuperado el 23 de abril de 2015 en en http://www.elmundo.es/ciencia/2015/02/08/54cf7b89268e3edb478b4584.html) 3 Manuel Hernández y otros presentan en sus trabajos un compendio completo de obras y autores que, en distintas etapas de la historia, y en distintas civilizaciones, han analizado el fenómeno deportivo. Ver “Antropología del deporte en España” (2003), del citado autor.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
58
partimos del hecho de que el deporte, su organización, sus reglas, son algo
humano, distinto al juego animal espontáneo.
Sí que nos detendremos en varios razonamientos etimológicos en torno
al origen del vocablo. Según el avance de la 23ª edición del diccionario de la
Real Academia Española de la Lengua, “deporte” es:
“1) Actividad física ejercida como juego o competición, cuya práctica
supone entrenamiento y sujeción a normas.
2) Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo
común al aire libre”.
García Blanco (1994) asocia el término al idioma latín: “Hallamos que
‘deportare’ es el infinitivo del verbo Deporto, are, avi, atum (de, porto). En su
acepción de derecho dice: ‘der.: deporte, placer, entretenimiento’. El origen de
la palabra deporte es, como vemos, latino” (p. 65).
En sus estudios sobre el fenómeno, del que Ortega y Gasset (1960) se
ocupó con bastante interés como a continuación citaremos, el filósofo español
marca otra posible fuente del término en cuestión:
“La palabra ‘deporte’ ha entrado en la lengua común
procedente de la lengua gremial de los marineros mediterráneos, que a
su vida trabajosa en la mar oponían su vida deliciosa en el puerto.
‘Deporte’ es ‘estar de portu’. Pero la vida en el puerto no es sólo el
marino plantado en el muelle [...]. Hay, ante todo, los coloquios
interminables en las tabernas portuarias entre marinos de los pueblos
más diversos. Esas conversaciones han sido uno de los órganos más
eficientes de la civilización. En ellas se transmitían y chocaban culturas
dispares y distintas. Hay, además, los juegos deportivos de fuerza y
destreza. En la cultura trovadoresca de provenza aparece ya recibida la
palabra, y con frecuencia en esta pareja, deports e solatz, donde, al
revés que ahora, deport es, más bien, el juego de conversación y
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
59
poesía, mientras solaces representa los ejercicios corporales: caza,
cañas, justas, anillos y danzas. La pareja, pues, resume el eterno
repertorio felicitario” (p. 112).
Otra corriente de pensamiento asocia el fenómeno deportivo al florecer
de las sociedades modernas, en el siglo del desarrollo del librepensamiento y
la industrialización, y localiza las raíces del deporte en Inglaterra, donde en
torno a las tabernas se dio forma al “sport”. Norbert Elias (1992) señala cómo
en determinados países se acuñó el anglicismo sin siquiera normalización al
idioma del lugar. En su ensayo “La génesis del deporte como problema
sociológico” explica que en Alemania se apropió del término sin casi
adaptación a la lengua germana. Y para el caso francés cita el Larousse du
XIXeme Siecle que “definía el término “sport” como sigue: “Palabra inglesa
derivada del francés antiguo desport, placer, diversión…” (p. 158). Mandell
(1984) hace el camino en sentido contrario, cuando afirma que “aunque
derivada del francés normando, la palabra `sport` significó y se refirió sobre
todo a la caza y a las carreras de caballos hasta finales del siglo XIX”. (p. 272)
Toda la vida ha habido competición, afán de superación y lucha por el
ser más alto, más fuerte, más rápido. El niño que lanza la pelota al padre lo
quiere hacer cada vez mejor, igual que el deportista que consigue premios
astronómicos cuando supera una marca. El joven que esprinta por delante o
detrás de sus amigos aspira al premio del reconocimiento, al igual que el
mensajero Filípedes, que corrió hasta la muerte para anunciar la victoria en
una guerra, muchos siglos atrás. Deporte ha habido a lo largo de la historia en
multitud de formas4. Siempre existieron unas normas por las que se rige el
juego deportivo y siempre se han escrito crónicas de las gestas deportivas. Aún
así, no es pacífica la cuestión en torno al nacimiento estricto del fenómeno
deportivo. Lagardera Otero (1990) defiende que hubo juegos o prácticas
competitivas en las sociedades antiguas, pero que el deporte “es un fenómeno
4 Elias y Dunning datan los orígenes en Inglaterra de un juego llamado fútbol en el siglo XIV, si bien es cierto no confían en que fuera el mismo que el actual. Aún así, en su interesante artículo “El fútbol popular en Gran Bretaña durante la Edad Media y a principios de la Edad Moderna”, ya rescatan una proclama contra la violencia en el fútbol dictada por el rey Eduardo II. El artículo está incluido en su libro “Deporte y ocio en el proceso de la civilización” (1992)
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
60
social característico de las sociedades contemporáneas urbano-industriales” (p.
412), y distinto de otras manifestaciones similares que cumplían funciones de
otra índole que nada tienen que ver con la misión del deporte moderno.
¿Qué llega en el siglo XIX? La formalización del hecho deportivo en
torno a asociaciones, la institucionalización de las competiciones, la
mercantilización y profesionalización de deportistas y estructuras, la reflexión y
estudio del fenómeno desde distintas escuelas de pensamiento.
En esa línea se situó Ortega y Gasset, cuya producción filosófica sobre
el hecho deportivo demostró el interés que este generó en su época de
pensamiento. Un estudio de sus Obras Completas (1983) nos lleva a ver cómo
el filósofo español analizó el hecho deportivo hasta llegar a un punto en el que
distinguió los deportes de lo que llamó “la exageración de los deportes”:
“Contra ésta sí hay mucho que decir. Es uno de los vicios, de las
enormidades contra la norma de nuestro tiempo, es una de sus
falsificaciones. Está bien algo de fútbol. Pero ya tanto es intolerable. Y
lo mismo digo de los demás deportes físicos. La prueba está en los
periódicos, que por su naturaleza misma son el lugar donde más pronto
y más claramente se manifiesta lo falso de cada época (un tema que
otro día habrá que tratar: el periódico como expresión y fomento de la
falsedad de ‘nuestro tiempo’ y enemigo de su autenticidad. Una de las
grandes reformas europeas tiene que ser la de su Prensa. Si no…, al
foso). Son ya demasiadas las columnas y las páginas que dedican a
los ejercicios corporales. Los muchachos no se ocupan con fervor más
que de su cuerpo y se están volviendo estúpidos” (pp. 730-731).
El pensador madrileño dibujó con profundidad el deporte desde sus
orígenes hasta lo que él entendía como perversión, y le dio una importancia
vital en la sociedad, llegando a remontar el origen del Estado al deportista:
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
61
“No ha sido el obrero, ni el intelectual, ni el sacerdote,
propiamente dicho, ni el comerciante quien inicia el gran proceso
político; ha sido la juventud, preocupada de feminidad y resuelta al
combate; ha sido el amador, el guerrero y el deportista” (p. 619).
Ortega, que como comenta Hernández Pérez (2006), supone la
invención de la filosofía “por unos viejos sonrientes en conversación con los
muchachos que salían del gimnasio triscando delante de sus ayos o
‘pedagogos’” (p. 123), atribuye el origen del Estado a la vitalidad de la juventud
y las ansias de competición entre los hombres. Entiende la vida como un
esfuerzo, y distingue entre los obligados y los superfluos. Entre los primeros
cataloga el trabajo y entre los segundos, el deporte: “Vida propiamente
hablando es sólo la de cariz deportivo, lo otro es relativamente mecanización y
mero funcionamiento” (p. 122). En su estudio de la concepción orteguiana del
deporte, Hernández Pérez destaca que:
“La originalidad que la diversión del deporte nos aporta viene
dada, tanto por la ruptura que supone con el ámbito de la necesidad,
como por su proyección en el campo de la creatividad. Frente a la vida
rutinaria y utilitaria, la práctica deportiva nos lanza hacia una nueva
faceta de la vida que gira en torno a la creatividad. Cuando nos
sumergimos en la actividad deportiva, nos adentramos en un
microuniverso diferente que nos va a permitir, y exigir, nuestra personal
aportación en todos los ámbitos. El marco normativo en el que nos
movemos, las originales relaciones sociales que se establecen y la
exclusiva implicación física que se produce nos brinda un campo de
expresión personal que nos incita a la acción, libre de las ataduras
rutinarias de la vida corriente” (p. 130).
Contemporáneo de Ortega, Miguel de Unamuno se acercó al fenómeno
desde la óptica del juego, y por lo que el juego tiene de herramienta para
educar. Así, en un artículo que recupera Gallego Morell (2013), ya citado
anteriormente cuando hablaba del “foot-ball”, el pensador español escribe que:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
62
“El juego es lo más educador, y por eso los pedagogos se
preocupan por él y estudian el modo de introducir entre los niños
juegos… educativos. Sin pensar que lo son todos y tanto más cuanto
más espontáneos y menos intervenidos por los mayores” (p. 28).
Y entre los juegos de niños destacaba el fútbol y las excursiones de boy-
scouts. Frente al rigor y disciplina “militar” de estos, escribió sobre el balompié:
“Un juego sin protección de R.O., sin pedagogos profesionales,
sin tendenciosidad de patriotismo de trapo y no de fibra viva, sin otra
disciplina que la que surge del juego mismo. Y como más espontáneo,
más libre y menos intervenido, más educador y más… divertido” (p.
26).
Por otro lado, en su Antropología del Deporte en España, Hernández
Vázquez (2003) analiza como este se ha manifestado en las distintas
sociedades a lo largo de la historia y lo traza con distintos rasgos. Por ejemplo,
deja un punto de vista de interés en torno a la recurrente discusión sobre si el
deporte es manifestación cultural o no:
“Sencillamente la cultura es lo que nos distingue a los humanos
del resto de los animales. En un mínimo de palabras la cultura son
comportamientos que se adquieren dentro del grupo social en el que
nos ha tocado vivir. El juego deportivo es también por tanto una
manifestación cultural que adquirimos a través de la relación que
mantenemos con nuestra cultura de origen y que reúne por ello todas
las características de la propia cultura” (p. 417).
Hernández Vázquez propone una clasificación de distintas
manifestaciones del deporte en función de la finalidad del deportista: deporte
recreativo, deporte educativo y deporte como profesión. Y recoge las
diferencias establecidas por Kendall Blanchard y Alyce Cheska entre deporte,
juego, ocio y recreación. El deporte es juego, aunque sea algo más que un
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
63
juego, entre otras cuestiones, porque como se señala en la definición del
término por la Real Academia Española de la Lengua, el deporte supone un
entrenamiento. Y tiene entre sus objetivos la superación personal. Además, el
deporte implica una actividad motriz, y se genera por un impulso lúdico-
competitivo.
En algún tiempo de la historia el deporte fue una manifestación de culto
religioso, una forma de tributar homenaje a los dioses. Y más allá, tenía y tiene
fines utilitaristas, o puede tenerlo: hubo épocas en las que ser el más alto, el
más fuerte o el más rápido salvaba a la persona de un destino fatal. Hoy en
día, como veremos más adelante, es una forma de escalada social para
quienes alcanzan el éxito.
Otra característica del deporte es su dinamismo. Se adapta a las
circunstancias sociales de cada época. El valor ritual de las sociedades más
primitivas se ha perdido en gran parte en las culturas contemporáneas, o se ha
transformado. A modo de ejemplo, valga el caso del fútbol americano u otros
deportes en Estados Unidos. Nadie dudará de que estos forman parte de la
identidad cultural de una sociedad moderna como es la de norteamericana,
hasta el punto de que en la Biblioteca del Congreso en Washington se pueden
observar pinturas sobre escenas deportivas de beisbol o el mismo fútbol
compartiendo protagonismo con representaciones de otras artes. Lo expresa
Arens (1975), citado por Kendall y Cheska:
“Aunque solo se trate de un juego, el fútbol ayuda mucho a
comprender la personalidad americana, y si un antropólogo de otro
planeta nos observara, quedaría atónito ante el fanatismo que
demuestran los americanos por este juego […]. Algunos símbolos
importantes son la clave de la interpretación de una cultura… Y el
fútbol es uno de esos símbolos” (p. 37).
El deporte implica un proceso de aprendizaje en el que el deportista
asimila las normas y procedimientos, las técnicas y formas para desempeñarse
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
64
en la disciplina. Por tanto, tiene un cariz simbólico, puesto que implica unos
códigos que el deportista y quienes se acercan a él tienen que conocer y
compartir.
Y tiene un componente agonístico, supone una confrontación contra
otros o contra uno mismo, en el que la vocación de superación es fundamental.
Por esa misma vía, tiene incertidumbre y emoción, y es irrepetible, y en ese
sentido cumple una función social, porque la victoria y la derrota fomentan el
sentimiento de pertenencia a un grupo.
Todos los autores citados analizan las dificultades de fijar una definición
del deporte desde el punto de vista antropológico, y de diferenciarlo de otras
manifestaciones de la actividad humana, y repasan los estudios de distintos
pensadores sobre la cuestión. En ese sentido, afirman que el deporte moderno
requiere para ser tal deporte una serie de condicionantes: ser respaldado por la
autoridad política o social, que fomenta la popularización de la disciplina, lo
cataloga en una categoría distinta a la del ocio; marca las pautas organizativas
y funcionales, y establece las normas oficiales. Sólo a través de esos cuatro
pasos, la sociedad acepta el deporte como tal, según Blanchard y Cheska (p.
141).
Maestro de pensadores en torno a la realidad deportiva, dirigente y
deportista, José María Cagigal 5 se acercó al fenómeno desde todas las
miradas posibles en su época. Cagigal quiso estudiar el deporte como actividad
del hombre y como una realidad imparable en la sociedad “del desarrollo”,
usando el adjetivo que más se le ajustaba el autor en el final del siglo XX.
Para Cagigal (1975), hay tres conceptos que definen de manera
conjunta el deporte. A saber: juego, ejercicio físico y competición.
Precisamente, alinea las ideas de juego y deporte, a los que caracteriza como
libres, espontáneos, desinteresados, divertidos, sujetos a reglas, con tensión,
5 Para conocer la completa y variada importancia de Cagigal como político, profesor, deportista, dirigente y pensador en el mundo del deporte, es de interés la recopilación que se realiza en el artículo “José María Cagigal, su contribución al humanismo deportivo”, de Olivera Beltrán (2006).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
65
lucha o competición. Lo único que diferencia a juego y deporte como afirma
Olivera Betrán (2006), citando a Cagigal, es el componente físico del segundo
(p. 11). Para el pensador bilbaíno existen dos deportes: el deporte-práctica y el
deporte-espectáculo. Son notas características del primero el ocio activo, la
higiene-salud, el desarrollo biológico, el esparcimiento, la educación, la relación
social, la superación y la pausa en el tecnicismo. Mientras que definen al
deporte-espectáculo el ocio pasivo, el contacto social, la profesión, el trabajo, el
rendimiento y la política. Aún así, Cagigal entendió que:
“Es muy difícil, probablemente imposible, establecer la línea
divisoria entre uno y otro. ¿Dónde, en qué momento, en qué categoría,
un jugador de fútbol pasa de ser un practicante del espontáneo deporte
individual o de pequeño grupo al deporte-espectáculo? ¿En tercera
división nacional? ¿En primera categoría regional? Es un gran
aficionado; le gusta jugar, es decir, juega por afición; pero a los partidos
de su equipo acuden ya centenares e incluso miles de espectadores.
Ya hay un negocio económico alrededor de la práctica deportiva.
Recibe algún dinero. Se ve sometido a la asiduidad de los
entrenamientos, que ya no realiza por espontánea afición. ¿A cual de
los dos deportes pertenece?” (p. 41).
De hecho, Cagigal entiende que el deporte primero es el deporte-
“praxis”, que tiene un componente espectacular en la medida en que el
hombres se dispone a forzar y superar sus límites. De la práctica surge el
espectáculo. Y de este, el deporte-resultado que reclama el espectador y el
deporte-profesión. En este punto, en el significado y alcance concretos de
determinados términos, la doctrina no tiene una opinión uniforme.
Por eso, y dado que será importante señalar en nuestra tesis dentro del
conflicto legal y jurídico que nos ocupará en la segunda parte qué no es
deporte, recuperamos la opinión de Hernández Vázquez, en el sentido de que
el llamado deporte-espectáculo no puede ser catalogado dentro de una
clasificación que lo una al deporte practicado:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
66
“El deporte espectáculo, como cualquier otra diversión, como por
ejemplo el teatro o los festivales de música moderna, son formas de
participación activa para los que ejecutan la obra, es decir, para los que
actúan y formas de participación pasiva o receptiva para los
espectadores. No se puede decir de ninguna manera que ir a ver un
encuentro es lo mismo que ir a practicar un deporte. Por lo mismo, no
se puede confundir a la hora de hacer una clasificación el deporte-
práctica, con el deporte-espectáculo, uniéndolos como si fueran
términos similares” (p. 114).
Jean-Jacques Barreau y Jean-Jacques Morne (1991) aúnan en su
“Epistemología y antropología del deporte” las confrontaciones de distintos
estudiosos en torno a dos ejes temáticos, el hecho deportivo y la experiencia
corporal, para llegar a la conclusión de una “imposible definición del deporte”
(pag. 92). Y aún así, son notas que caracterizan al deporte el “riesgo” del que
habla Pierre De Courbetin, la noción de “marca” (G. Hérbert), o la importancia
de la “competición” que destaca M. Bouet. Para éste, sólo si la competición
esta “organizada” es verdaderamente deporte (p. 93).
Por otro lado, ponen encima de la mesa discusiones sobre si todo el
juego es deporte o el juego necesita de algo más para ser deporte. Respecto a
su carácter espectacular, recuperan los autores la opinión del Barón de
Coubertin, cuando se mostraba hostil a las multitudes. Y se preguntan por qué,
si no eran deseadas en los terrenos de juegos, las masas han llegado hasta
ellos: ¿La respuesta? Por su carácter dramático:
“El deporte es esencialmente una lucha, individual o colectiva,
contra una dificultad o contra un adversario en la que nunca se podrá
señalar al hombre o equipo que saldrá vencedor. En el teatro,
emocionados por la intriga y captados por la interpretación de los
actores, sabemos sin embargo que ya nada puede modificar el
desenlace de la obra. El resultado del combate que se desarrolla en el
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67
estadio es imprevisible; el espectáculo deportivo será con frecuencia
una tragedia, nunca será cómico” (p. 94).
Los dosieres que componen la antropología de Barreau y Morne dejan
distintas visiones del fenómeno deportivo como un hecho universal:
“Universal en el tiempo y en el espacio, ha encontrado una
adhesión permanente, porque de hecho responde a ciertas exigencias
fundamentales del hombre. Porque es juego de lucha, recrea un mundo
donde no se realizan más que peleas voluntariamente aceptadas y en el
cual el individuo puede evadirse de la jerarquía soportada con gran
frecuencia, progresar y realizarse en el esfuerzo. Porque es también
ocasión de movimiento y de participación social, porque exige del
practicante, en un marco determinado, a la vez excitación y dominio de
su agresividad natural, el control más constante de sus reacciones,
permite al hombre conocerse mejor y situarse exactamente con relación
a los demás, con relación al mundo exterior” (p. 74).
También destacan, citando a Baquet, la vertiente creativa del deporte:
“Con la práctica de juegos y deportes colectivos se aprende
desde la infancia a lo que uno se expone si no obedece la ley, tanto las
del juego como la de la vida […]. El deporte debe ser una escuela de
disciplina individual o colectiva” (pp. 75-76).
Además, recuperan a Laguillaumie para destacar, como haremos
nosotros posteriormente, su capacidad política: “El deporte no solamente es
una de las manifestaciones de la coexistencia pacífica, sino que contribuye a
mantenerla” (p. 79).
Incluso hablan de Maheu y de su opinión a cerca de la importancia de
las satisfacciones personales como esencia del deporte:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
68
“El acto deportivo considerado en sí mismo no se explica por
ninguna finalidad utilitaria, y no tiene otra razón que la satisfacción que
el sujeto experimenta o que proporciona al espectador […]. Pero la
gratuidad así comprendida no quiere decir que el valor emotivo del acto
deportivo (especialmente en competición), su belleza espectacular,
hasta el simple hecho de su singularidad (el récord) no pueden ser
objeto de una explotación económica” (p. 85).
En una mirada a la sociedad del presente, la antropología ha resaltado
la identificación de valores entre el deporte y el conjunto social. Sánchez Martín
(2003) establece la confluencia de caracteres entre sociedad y deporte:
“El sistema deportivo, a partir de sus características estructurales
modernas, permitía la traducción y transmisión lúdica de los valores
básicos de las sociedades modernas: la idea de civilización ligada a la
idea de modernización y calidad de vida; la mejora de la salud, tanto
individual como colectiva; el concepto de progreso como superación
constante, la estima al trabajo ordenado y sistemático como clave para
conseguir el éxito; el afán competitivo unido al desarrollo de
competencias; el desarrollo de la igualdad, donde cualquier puede
practicar pero la competición debe ser entre iguales; la noción de
justicia como ajuste a los propios estatutos, reglamentos y leyes; y la
búsqueda de victoria y éxito” (p. 51).
El deporte forma parte de la cultura del hombre, y como esta, evoluciona
y transforma sus pautas de comportamiento a lo largo del tiempo y de las
épocas. Es decir, el deporte, como cualquiera otra de las manifestaciones
culturales, cambia y se adapta a los tiempos con el fin de hacer mejor y más
completa la existencia del ser humano. Es lo que Escalera Reyes (2003) llama
la “cultura físico-deportiva” y que engloba distintos escenarios, finalidades y
destinos de la práctica deportiva: la socialización y la familia, la asociación y los
grupos no formalizados, la salud de la tercera edad o en la infancia y la
juventud, los grupos discapacitados, la educación, la atención a grupos
marginales, el mundo de la empresa y el trabajo, los medios rurales y urbanos,
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69
la política y la simbología que ella implica, la actividad física colectiva y los
grandes espectáculos, etc.
El deporte es socialización y asociación, y a la par, actividad
espontánea: “Las actividades físicas deportivas se convierten en unos de los
campos que de manera más clara y amplia propician la participación social de
los individuos” (p. 37). Escalera Reyes defiende que en la mayoría de los
casos, la actividad deportiva da forma a fenómenos de asociación no formales,
contra la opinión extendida de que el deporte se realiza en torno a la
competición, los clubes, las normas, etc.
Pero además, el deporte es cómplice de una sociedad que quiere
transmitir determinados valores: modernización, civilización, salud, progreso,
trabajo, igualdad, justicia, éxito (Sánchez Martín, 2003, p. 51). En una época
histórica en la que se tiende a la individualización, en la que la persona toma
decisiones por sí misma, el deporte es factor de cohesión social, de creación
de identidad colectiva. Un ejemplo sin rigor científico: ¿Cuántas veces
escuchamos a en los medios a los políticos y los periodistas, y a nuestros
vecinos en la barra del bar, afirmar que la Selección Española de Fútbol hizo
en un mes del año 2010 más por la unión en torno a los colores de España que
muchos años de esfuerzo por otros actores sociales? Savater (2014) lo
expresó de la siguiente manera: “Los ciudadanos han llegado a reconocer su
vinculación interna como país solamente en casos de triunfos deportivos (¡La
Roja!) o de catástrofes accidentales de envergadura” (p. 52).
Y es una actividad voluble, que se adapta a los tiempos y agarra las
marcas sociales para reinventarse. Una constatación de esta realidad la
tenemos en la cantidad de modalidades y disciplinas deportivas que han
emergido en los últimos tiempos y que, como señala Sánchez Martín (2003),
han ido en detrimento de las licencias de deportes tradicionales en España
como el balonmano o el baloncesto, por citar algunos. Ello, como consecuencia
de determinadas cualidades de la sociedad, que se transmiten al deporte de
hoy: individualización y personalización de las prácticas, combinación de
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
70
distintas modalidades deportivas, deslocalización, ecologismo, igualdad de
sexos, inserción de la tecnología y aumento del sentido de aventura,
“deportivización” de los espacios públicos.
Feixa Pàmpols (2003) apunta la idea de “hecho social total”, aquel que
pone en movimiento de manera articulada a la totalidad de instituciones de una
sociedad, y afirma, concretando en el deporte fútbol, que:
“Considerar las culturas del fútbol como un ‘fenómeno social total’
supone no segregar la diversidad de aspectos contradictorios que lo
componen. ¿Cómo separar al aficionado del profesional, al practicante
del espectador, el juego del espectáculo, el deporte del negocio, el
pasatiempo del trabajo, la pasión de la burocracia, el fair play de la
violencia, como a menudo hacen los periodistas, dirigentes deportivos
o discursos publicitarios? En el deporte se entremezclan elementos
heterogéneos, constituyendo un universo corporal y simbólico dotado
de una lógica interna, con un significado global relativamente autónomo
respecto del sistema social; al mismo tiempo, el deporte está
estrechamente vinculado a las condiciones históricas generales, refleja
de manera dramatizada la naturaleza de las instituciones centrales de
la sociedad en cada momento histórico, las formas de ejercicio de la
hegemonía cultural y las resistencias frente a esa hegemonía” (p. 78).
Hay otras características que los estudiosos del deporte le asignan
especialmente cuando buscan diferencias entre los juegos antiguos y los
juegos modernos. Por ejemplo, el grado de violencia que se les supone a los
primeros en contraposición con el civismo de los segundos. Elias y Dunning
(1992) se preguntan: “¿Acaso la diferencia entre estos juegos que la gente
disfrutaba antes del siglo XVIII y los que proporcionaban gozo en los años de la
Revolución Industrial era simplemente una cuestión de grado en cuanto a su
‘violencia’? ¿Tal vez por el hecho de ser los últimos menos salvajes eran más
‘civilizados’?” (p. 163).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
71
La referencia al fútbol y otros deportes como reflejo de identidades en
sociedad e incluso como productor de identidades en ese mismo entramado
social es otra de las ideas que asocian cualidades destacables a determinadas
disciplinas deportivas. De igual manera ocurre con la posición social del
deportista, que no parece distinguir el primer deporte del actual. Si en la
antigüedad el deportista exitoso ganaba fama y ascendía en la escala de
clases, en la actualidad no puede decirse que esto no sea así en multitud de
casos. Así, parece definida una cuestión: el deporte es algo cultural, humano,
propio del hombre e integrante de la persona en sociedad. Pero, además, para
el hombre, es fuente de progreso.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
72
2. EL DEPORTE COMO ACTIVIDAD ECONÓMICA MULTISECTORIAL Trascendamos a continuación el significado y la idea más superficial de
lo que ya se ha llamado en este trabajo el deporte-espectáculo para acercarnos
a algunas magnitudes de la vertiente económica del deporte. Es una actividad
espontánea e individual pero también ha sido fuente de negocio desde que es
deporte. Y se ha configurado como un sector productivo de manera paralela al
crecimiento de la sociedad industrializada, hasta ocupar hoy en día un
porcentaje variable pero no insignificante en el Producto Interior Bruto de los
países y las economías de referencia mundial.
Algunas cifras nos dan una idea de la magnitud del deporte como factor
económico y generador de riqueza para otros sectores anexos en la sociedad
actual. El Mundial de Baloncesto 2014, cuya sede fue España, generó ya antes
de celebrarse una estimación de impacto económico de en torno a 300
millones de euros, según dato publicado por el diario digital El Confidencial
(2014). Por otro lado, según un estudio realizado por la consultora Nielsen que
publicaba la agencia de noticias Europa Press (2013) sobre la experiencia
previa de los triunfos de España en 2010 y 2012 en fútbol, el aumento del
consumo en los hogares españoles en caso de una victoria de la Selección
Española en el Campeonato del Mundo de Brasil 2014 hubiera sido de 75
millones de euros:
“Durante las tres semanas que duraron los tres campeonatos
internacionales en los que venció el combinado nacional (las dos
Eurocopas de 2008 y 2012 y el mundial de 2010) se produjo en el país
un repunte en el consumo en el hogar de determinados productos que
supuso un crecimiento en el gasto, cifrado por Nielsen en 75 millones
de euros”.
Dando un salto sobre la crisis económica vivida en el primer decenio del
siglo XXI, el deporte va a más: la Unión Europea de Fútbol (UEFA) dobló sus
ingresos de la temporada 2010/2011 a la temporada 2011/2012, de 1384
millones de euros a 2795 millones de euros. La mayor partida de ingresos
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
73
correspondió a derechos de televisión, seguida de derechos comerciales y
entradas. Yendo más allá, el Reporte de Transferencias de Futbolistas que
publica cada año la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) ofrece respecto
de 2014 el dato de 4.060 millones de dólares de movimiento entre los clubes
del mundo en fichajes de jugadores, siendo España el país que más dinero
recibió por traspasos con un total de 667 millones de dólares.
Ginesta Portet (2011) analiza cómo los dos grandes clubes de fútbol
españoles se han convertido en referentes económicos a nivel mundial, y no
sólo por su modelo deportivo, sino por configurarse como empresas
generadoras de productos diversos, a veces relacionados muy colateralmente
con el deporte, y acercarse a lo que el autor llama “multinacionales del ocio” (p.
163). El informe Football Money League que publica anualmente la empresa
consultora Deloitte (2014) recoge los porcentajes de ingresos de los principales
clubes de fútbol del mundo. De las tres fuentes principales, los ingresos que
corresponden a lo que llaman el “matchday”, y que engloba todo lo que se
genera en torno al partido de fútbol, suponen menos del 25% de su
presupuesto total de ingresos, ocupando los mayores porcentajes los ingresos
por derechos de televisión y otros ingresos de actividades comerciales (p. 11).
Al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, bandera del otro modelo
deportivo del mundo, la Super Bowl6 de 2014 entre los Seattle Seahawks y los
Denver Broncos fue la emisión televisiva más vista de la historia con 111,5
millones de telespectadores (Europa Press, 2014). En la edición de 2015, el
precio de cada anuncio de 30 segundos en la cadena de televisión que emitió
la final rondaba los 4,5 millones de dólares (Cadena Ser, 2015).
En todo caso, si sólo analizásemos en este trabajo el negocio del fútbol
pensando en Europa (se ha demostrado en infinidad de ejemplos en los últimos
años que no es tanto negocio), o formulásemos una propuesta sobre la base
de las grandes ligas de Estados Unidos de América y diéramos como buena la
parte para caracterizar el todo, dibujaríamos una cara del deporte incompleta, 6 La Super Bowl es la final del campeonato nacional de fútbol americano, una de las grandes citas deportivas anuales en los Estados Unidos.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
74
superficial. Existen muchos más eventos deportivos que, cada cual en su
escala, son negocio rentable a nivel territorial o mundial. Y también existen
ejemplos reconocidos de empresas deportivas cuyo objeto social principal es la
práctica deportiva, y de hecho, su forma asociativa es la del club deportivo
(tienen ventajas fiscales por poder configurarse como tales) que en su historia
se han ido desarrollando hasta convertirse en multinacionales con áreas de
negocio diversificadas que nada tienen que ver con la práctica deportiva.
Por ello, en aras a nuestro objetivo final, debemos trascender el análisis
de los ingresos por explotación de derechos televisivos en el fútbol profesional
de Europa7, o las dificultades de las federaciones deportivas españolas en
tiempos de crisis y cuando el Estado ha tenido que reducir de manera drástica
las subvenciones públicas que sustentaban tradicionalmente sus
presupuestos8. El deporte es más que esas grandes cifras. Según el Resumen
del Anuario de Estadísticas Deportivas realizado por el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España (2016), el gasto total de
los hogares en bienes y servicios deportivos representa el 0’9% del gasto total
de las familias en bienes y servicios (p. 3). Si hablamos del deporte como
actividad económica, hoy en día es difícil no asociar al fenómeno la explotación
comercial de bienes y servicios que son anexos al deporte pero que no son
estrictamente deporte. Por reiterar un ejemplo: el visionado de espectáculos
deportivos y el pago por estos se contabiliza como actividad económica del
deporte y sin embargo quienes pagan por ver deporte no hacen deporte. Como
tampoco lo hacen quienes participan de juegos de apuestas relacionados con
eventos deportivos. O quienes generan millones de dólares en ingresos por la
creación y comercialización de videojuegos de temática deportiva.
En el ideario social en torno al deporte ocupa mucho más espacio el
conglomerado de números que alumbra un deportista como Cristiano Ronaldo,
7 La Premier League de fútbol inglés firmó un contrato de cesión de derechos de televisión a la empresa Sky en febrero de 2015 que supondría entre 2016 y 2019 unos ingresos para los clubes participantes de más de 7.000 millones de euros (El Mundo, 2015) 8 El Consejo Superior de Deportes del Gobierno de España cifró en febrero de 2015 la deuda global de las federaciones deportivas españoles en un total de 68 millones de euros, con una bajada de ingresos totales en el período 2007-2014 del 14% y una reducción de las subvenciones públicas del 41,25%
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
75
aunque sus cifras de negocio solo están asociadas en parte a la práctica
deportiva, que los resultados de la actividad ordinaria anual de la multinacional
francesa Decathlon. El gasto de una unidad familiar asociado a un fin de
semana de esquí, montañismo o ciclismo y actividades similares es más
“deportivo” que el gasto de una familia cuando decide ir a presenciar un partido
de fútbol. Y ambos engrosan los números de la economía del deporte.
Heinemann (1990) caracteriza las razones del interés económico del
deporte como un sector dinámico y en crecimiento en la actualidad, y lo asocia
a la especificidad del deporte como fuente de beneficios para la personas: por
un afán de control y mantenimiento de la salud y el bienestar personales, por la
variedad de aspiraciones que satisface (forma física, diversión, relajación, etc.);
por su unión con otros elementos del tiempo libre o por el hecho de su
liberalización, cada vez menos sujeto a los espacios privados y las normas
rígidas. Hoy, el deporte se adapta a todas las personas y todas las
circunstancias (pp. 49-52). Y al final fueron un total de 3.501.707 personas
quienes tuvieron licencia deportiva en España en 2015, es decir, los deportistas
que practican o pueden hacerlo en competiciones oficiales federadas, según
cifras oficiales del Consejo Superior de Deportes (Anuario de Estadísticas
Deportivas, p.100).
Así las cosas, es momento de preguntarnos: ¿Quién, desde el punto de
vista económico, hace deporte? Los estudios del deporte como sector
productivo tienden a analizar de igual manera distintas manifestaciones del
hecho. Cuando una ciudad invierte con cargo a la opción de albergar un
acontecimiento deportivo, ¿en qué invierte?, ¿es rentable en términos
“deportivos” para la institución pública unos Juegos Olímpicos?, ¿y una
maratón popular?, ¿cómo se fomenta el deporte de manera más efectiva?,
¿quién gasta en deporte y quién trabaja para el deporte?
En Andalucía, Villalba Cabello (2010) ofrece datos que muestran la
magnitud del sector económico para la Comunidad Autónoma:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
76
“El conjunto del sector deporte dio lugar a una producción efectiva
de 3.360 millones de euros y un valor añadido bruto de 1.624 millones
de euros, y generó un empleo de 51.471 personas con un nivel de
voluntariado de 30.488 individuos. La cifra de 3.360 millones de euros
de producción efectiva que corresponde a la oferta del sector deporte
en 2008 en Andalucía equivale a un 2,2% del PIB regional, y los 51.471
empleos al 4,1% del total del empleo regional” (p. 12).
Definamos a continuación algunas características del deporte en tanto
en cuanto es consumo, es ocio y práctica, turismo o trabajo para muchas
personas.
El deporte es consumo
El deporte reclama casi en el cien por cien de los casos de una inversión
económica: aún en los casos más simples como podría ser una simple carrera
por la ciudad o el campo, el material deportivo que requiere el corredor implica
consumo de productos específicos para la práctica de la modalidad deportiva
concreta. Heinemann (1993) identifica distintos productos del deporte: centros
e instalaciones deportivas, ropa y material deportivo, espectáculos deportivos y
ofertas de diversión anexas e infraestructuras necesarias para la práctica
deportiva (p. 50).
Según el Instituto Nacional de Estadística (2015), el gasto en bienes y
servicios vinculados al deporte en España en el año 2013 ascendió a 4.257,9
millones de euros, siendo el gasto medio por hogar de una media de 233,8
euros, “y el gasto medio por persona se situó en 92,3 euros” (p. 17). Las cifras
son algo inferiores a las de años anteriores pero dan muestra de la importancia
del deporte en los hogares españoles.
A efectos de nuestras futuras conclusiones, es interesante destacar la
distinción que hace la Encuesta de participación y gasto deportivo en Andalucía
(2009), que separa el gasto del deporte activo (material, cuotas de abono a
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
77
instalaciones, desplazamientos, recuperaciones y mantenimiento médico,
etc…) y el gasto del deporte pasivo (pago por eventos transmitidos, abonos
deportivos, desplazamiento a eventos, etc..). En el año 2008, el gasto total en
deporte activo de los andaluces fue de 2.002 millones de euros, mientras que
el gasto pasivo de deporte llegó a los 2.098 millones de euros (p. 17).
El deporte es turismo
Escribía el periodista Santiago Carbonell (1972) que “el fútbol y el
turismo han hecho muchísimo por la divulgación de la geografía, las bellas
artes, la historia, el folklore y el costumbrismo” (p. 24). No parece claro que esa
labor uniera a ambos, a fútbol y turismo, pero quede la reflexión periodística
como muestra de las posibilidades que ya hace más de cuarenta años se intuía
a ambos sectores.
Distintos autores han reflexionado y definido el “turismo deportivo”
(Secall, 1991; Knopp, 1999) con la idea de delimitar cuándo los dos conceptos
van de la mano. Hay quienes defienden que el turista deportivo solo lo es si
tiene la motivación principal de competir (Latiesa y Paniza, 2006). Estos
mismos autores repasan las corrientes de estudio para dar como buena la
definición de Gammon y Robinson (1997), que caracteriza el fenómeno por la
intencionalidad: hablamos de turismo deportivo cuando la principal motivación
del viaje es el deporte.
Sin detenernos a profundizar en los matices de las distintas teorías, sí es
preceptivo reiterar que el hombre de hoy entiende el deporte en un concepto
amplio que implica, en opinión de Nasser (1995), una democratización en el
acceso y una dispersión de las motivaciones para definirlo como una “cultura
del movimiento que incluye actividades desde la recreación deportiva hasta los
deportes específicos (p.e. tenis o baloncesto). Esta amplia definición nos
permite incluir en el deporte también, p.e., el senderismo, natación recreativa o
la animación deportiva en la playa” (p. 482).
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
78
En una clasificación que no es exhaustiva de las modalidades turístico
deportivas, Nasser (p. 488) habla de los viajes a eventos deportivos que
incluyen participación pasiva o activa de los espectadores (maratones
populares en las principales ciudades del mundo, el descenso del Sella,
deportes de mar en Tarifa, etc…), pero además cita el deporte como
vacaciones (juegos de naturaleza o aventura, golf o caza como motivo
principal), el deporte como juego complementario a las mismas (animación
lúdico-deportiva, piscinas o salas de gimnasia en los hoteles), el deporte como
salud y rehabilitación o el turismo escolar deportivo (colonias de verano).
Latiesa y Paniza (2006) recuperan datos del informe presentado en la I
Conferencia Mundial de Turismo y Deporte para señalar entre las actividades
deportivas preferidas de los países europeos estudiados el esquí, el
senderismo/excursionismo o el submarinismo (p. 143). En la comparación con
las preferencias de los estadounidenses, estos se decantan por el
rafting/kayaking, el submarinismo, la bicicleta de montaña, la caminata o el
ciclismo (p. 144).
Entre las conclusiones de su trabajo, los autores dibujan un perfil del
deportista que cada día tendrá cada vez más contacto con la naturaleza (la
concienciación ecológica forma parte de infinidad de estudios sobre el
desarrollo del turismo asociado al deporte), aunque también aumentan las
actividades realizadas en entornos artificiales; será un deportista dedicado a
una práctica deportiva suave (caminata, natación) y que demanda cada vez
mayor especialización y calidad en los servicios que recibe (p. 148).
Según datos recogidos por distintas instituciones de gestión turística, el
turismo deportivo supone la motivación del 2,6% de los viajes realizados en
España, “generando una cifra de negocio de 523 millones de euros” (ABC,
2014). Los datos del Anuario de Estadísticas Deportivas del CSD apuntan en
esa línea que el gasto total en viajes de turistas internacionales que realizan
actividades deportivas en España generó casi 11,5 millones de euros en 2014
(p. 92).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
79
El deporte es empleo
Que el deporte es trabajo y empleo para los deportistas que le dedican
su vida como actividad principal, recibiendo por ello una remuneración estable,
no deja de ser una obviedad, igual que lo es para sus entrenadores o sus
preparadores físicos. El deporte es empleo para los médicos y fisioterapeutas
que cuidan a los deportistas de élite, pero también para aquellos profesionales
de la medicina que se especializan en el campo deportivo desde el estudio y la
reflexión.
El deporte es sector de empleos para aquellos licenciados en Derecho
que derivan su carrera profesional al asesoramiento de los grandes clubes
deportivos, pero también para quienes forman parte de los entramados legales
que conlleva el deporte, la competición, y sus reglas de juego, o la defensa de
los intereses de quienes participan en ella de una u otra manera
(representantes, intermediarios).
Es trabajo para los maestros y profesores de educación física en los
colegios, pero también para multitud de licenciados universitarios que se
dedican a la actividad física y que hacen su profesión de la guía al deportista,
desde distintas organizaciones que fomentan el deporte pero también con la
iniciativa privada desde empresas que organizan actividades deportivas de
todo tiempo y que potencian el deporte desde la oferta al practicante, incluida
la ya analizada de turismo deportivo.
Podríamos seguir ampliando el abanico de quienes se vinculan a la
actividad deportiva, en sus distintas manifestaciones, en su quehacer diario.
Alrededor de un partido de fútbol profesional dedican su ocupación laboral un
sinfín de personas: deportistas, entrenadores, árbitros, empleados que
acondicionan las instalaciones (vendedores, personal de taquilla, de seguridad,
de limpieza, etc…), quienes guardan el buen desarrollo del espectáculo
(fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, personal sanitario
complementario), vendedores ambulantes, comerciantes, trabajadores de
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
80
servicios públicos de transporte, informadores, publicistas, personal de las
operadoras de telecomunicaciones,…
Esta enumeración, sin ser exhaustiva, da la razón a Puig Barata y
Martínez del Castillo (1998) cuando hablan del deporte como “un mercado
abierto”, difícil de analizar por cuanto es transversal e implica a sectores
tradicionales de distintos ámbitos de negocio. Aún así, consiguen estos autores
recuperar datos de estudios que contabilizan el número de empleos
relacionados con el deporte (diferencian la actividad deportiva y actividades
relacionadas con el deporte) en una estimación realizada en el año 1999 de en
torno a los 2 millones de personas que trabajaban para el deporte en Europa
(p. 297).
Datos más cercanos en el tiempo que extraemos del Anuario de
Estadísticas Deportivas 2016 que edita el Consejo Superior de Deportes
apuntan que en 2015, el empleo vinculado al deporte en España ascendía a
184.600 personas, lo que supone en términos relativos un 1,0% del empleo
total” (p. 44). Los estudios de años anteriores, por ejemplo el de 2013, destaca
que “el empleo vinculado al deporte se caracteriza también por una formación
académica superior a la media, presentando tasas superiores de educación
secundaria o superior a la observada en el conjunto nacional” (p. 15). Por otro
lado, el número de empresas cuya actividad principal es deportiva ascendió a
31.139 en el año 2015 (p. 48).
El Instituto Nacional de Empresa (2006) apuntaba que casi el 20% de
las empresas dedicadas al sector “ocio” en nuestro país se dedicaban a
actividades deportivas (p. 2).
Respecto al comercio exterior de España de bienes vinculados con el
deporte, el Anuario de Estadísticas Deportivas 2016 apunta que las
importaciones en España supusieron una cifra de 1.524 millones de euros
frente a las exportaciones que se cifraron en 823 millones de euros, repartidos
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
81
en artículos y equipamiento deportivo, ropa y calzado para ocio y deporte y
yates y demás barcos y embarcaciones de recreo o deporte (p. 83).
Las cifras relacionadas con el empleo y los negocios en el sector
deportivo no hacen más que crecer como han mostrado los estudios
estadísticos y como ya anticipaba el informe del Consejo Superior de Deporte
titulado El Deporte Español ante el Siglo XXI (2000). En éste ya se apuntaban
algunos desafíos como la lucha contra el empleo oculto en el deporte o la
temporalidad y la falta de regulación específica, y hablaba de la tendencia al
crecimiento del deporte “auto-gestionado” frente al estancamiento del deporte
profesional o espectáculo (p. 154).
El deporte es ocio y práctica
El deporte como opción para pasar el tiempo libre de las personas
compite, con éxito más que demostrado en los últimos tiempos, con otras
formas de ocio.
Tabla 1. Participación cultural 2007. Al menos una vez en los últimos doce meses (% población)
España Media Unión Europea 27
Ver cultura TV/radio 79 78
Leer un libro 59 71
Visitar un monumento histórico 50 54
Ir al cine 56 51
Visitar algún museo o galerías de arte 38 41
Ir a un concierto 34 37
Ir a una biblioteca pública 29 35
Ir al teatro 25 32
Ir al ballet o la ópera 12 18 Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Eurobarómetro especial 278.
En la anterior tabla, la asistencia a eventos deportivos en el año 2007 se
situaría con un 37%, sumando quienes han asistido a alguno o a varios
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
82
espectáculos deportivos, aunque como ya hemos defendido anteriormente,
asistir a un evento deportivo no es lo mismo que practicar deporte. Según el
mismo estudio, y en los años en que éste se realizó, en torno al 37% de la
población practicaba deporte de manera regular.
Desde la perspectiva del consumidor, el deporte también podemos
relacionarlo con la publicidad, los patrocinios o los derechos de retransmisión
televisiva, y sumar las ideas que contienen este epígrafe al que refería las
características del deporte como consumo. Los anunciantes, las marcas
publicitarias y los medios de comunicación se han acercado al fenómeno
deportivo cuando han detectado lo que explican Elias y Dunning (1992): el
control de las emociones en las sociedades contemporáneas es mayor que en
las antiguas, y en ese sentido, las actividades recreativas “miméticas”, entre las
que se encuentran el deporte, el cine, el teatro o los juegos de rol son
aceptadas como formas de demostración pública de la emoción9 y como huida
de la rutina:
“Las actividades recreativas son una clase de actividades en las
cuales, más que en ninguna otra, la contención rutinaria de las
emociones puede hasta cierto punto relajarse públicamente y con el
beneplácito social. En ellas puede hallar el individuo la oportunidad de
sentir emociones placenteras de mediana fuerza sin peligro para él y
sin peligro ni compromiso constante para los otros, mientras que en
otras esferas de la vida, las actividades acompañadas de efectos
poderosos y profundos, o bien comprometen a la persona más allá del
momento en el que se produjo la excitación de sus emociones, o bien
la exponen a serios peligros y riesgos […]. En las actividades
recreativas, el respeto por uno mismo y, sobre todo, por la propia
satisfacción emocional, en forma más o menos pública y al mismo
tiempo aprobada socialmente, puede tener prioridad sobre todas las
demás consideraciones” (p. 126).
9 En su libro “Deporte y ocio en el proceso de civilización”, estos autores recuperan los estudios aristotélicos del ocio para poner en valor, como lo hacía el filósofo griego, la naturaleza curativa en el ser humano de las actividades recreativas.
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83
Ya hemos anticipado algunos datos de las cifras económicas que el
deporte practicado de manera activa o pasiva generan desde el punto de vista
económico. El aumento del gasto familiar asociado a grandes acontecimientos
deportivos o las audiencias millonarias de espectáculos como los Juegos
Olímpicos, las finales de la Copa Mundial de la FIFA o de manera más
localizada, la Super Bowl, nos mostraron la magnitud económica del deporte.
Siendo importante el consumo de deporte como parte del tiempo de ocio
de las personas, el deporte en su versión práctica aumenta sus cifras en los
últimos años. Cada vez son más altas las cifras de población que realiza
deporte, y con más frecuencia. En el año 2015, según la Encuesta de Hábitos
Deportivos del Consejo Superior de Deportes del Gobierno de España, el 46%
de los encuestados practicaba deporte, frente al 37% del año 2010 (p. 147). Y
además, cada vez se practica más deporte por libre, sin adscripción a club o
federación deportiva, hasta llegar a un porcentaje de tres de cada cuatro
deportistas haciendo deporte por cuenta propia (el 16,1% de las personas que
practican deporte tienen una licencia deportiva en vigor). El porcentaje de
personas que realizan deporte en el entorno escolar o laboral sigue siendo
poco significativo, no llegando al 2% el porcentaje de quienes practican deporte
en su centro de trabajo.
Y mientras el consumo de práctica deportiva aumenta en términos
globales, el deporte espectáculo en España trata de mantener su atractivo
como opción para los ciudadanos en su tiempo libre. A modo de ejemplo, los
estadios de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en España sufrieron durante los
últimos años un descenso en la asistencia de espectadores, descenso en el
inicio de la temporada 2014/2015 trataba de remontar, con un éxito del
aumento del 4,4% de espectadores como media para los partidos del
Campeonato Nacional de Liga en Primera y Segunda División. En situación
similar se encuentra, como veremos en el tercer capítulo, el tiempo de ocio que
destinan las personas a “consumir” deporte a través de los medios de
comunicación en todas sus versiones. Mientras ese tiempo aumenta, las cifras
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
84
de venta de los diarios tradicionales se estancan, cuando no decrecen, en una
tendencia preocupante para el sector. Como explican García Ferrando y Durán
González (2009):
“Con ser importante la participación de los medios de
comunicación en la economía del deporte, no deja de ser sólo una
parte del intrincado complejo negocio que es en la actualidad el
deporte. La financiación del deporte proviene de diversas fuentes, entre
las que se pueden citar los participantes y los consumidores, el Estado,
las instituciones escolares y educativas, las corporaciones públicas
locales y regionales, fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro,
y una gran variedad de empresas privadas” (p. 229).
El ocio, en nuestro país, ocupa protagonismo con el deporte en la
Constitución de 1978 (“las autoridades facilitarán la adecuada utilización del
ocio”). Yendo más allá, como defiende García Ferrando (2010), se ha
convertido en nuestra sociedad actual en una necesidad que satisfacer una vez
que han sido cubiertas las básicas, y en “un hecho político” (p. 31). Parte del
ocio lo emplea el ciudadano en el deporte, en todas sus manifestaciones, y en
el otro lado de la balanza económica, quienes detectan la magnitud de esas
necesidades, tratan de satisfacerlas y hacen de esa actividad su modo de vida.
Lo que para los privados es el negocio, para el poder público es obligación, y
así se configura una actividad económica de magnitudes considerables en
nuestra sociedad del siglo XXI.
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85
3. LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y EL DEPORTE
En un posterior repaso histórico por la legislación de base sobre el
deporte comprobaremos cómo el deporte moderno nació de la iniciativa privada
pero pronto se asoció con el poder público en un pacto de interés mutuo, a
priori, para ambos. El asociacionismo deportivo privado necesitaba de las
estructuras públicas, y los dirigentes políticos detectaron la potencialidad del
deporte para empatizar con la ciudadanía, y para la promoción del propio
ideario político particular o general. Es por ello que, en este punto es de interés
establecer de manera concreta algunos ejemplos de esos nexos de unión, esos
escenarios de entendimiento entre el deporte y la política, para ver si lo público
y lo privado tienen su propia senda con estos dos protagonistas en escena, o
hay un camino común y entrelazado.
Una conceptualización de lo público y lo privado
Si nos ceñimos a la realidad española del deporte, ya hemos
comprobado a lo largo de nuestra investigación que no es fácil poner una línea
que marque la frontera entre lo público y lo privado. Un ejemplo claro y
concreto lo tenemos en las instalaciones deportivas de nuestro país. Según el
CSD, el 65,5% de las 79.059 instalaciones censadas en el año 2005 eran
propiedad del sector público, frente al 60% del censo de 1997. El mismo
organismo público ofrece datos de una realidad: sólo dos de cada diez
consultados realiza práctica deportiva en instalaciones o gimnasios privados,
frente a la mayoría, que usa las instalaciones o lugares públicos como los
parques, las calles o el campo (Consejo Superior de Deportes, 2010).
Sin ir más lejos, un repaso por la titularidad de los estadios de fútbol de
clubes que participan en la Liga de Fútbol Profesional, en Primera y Segunda
División, nos ofrece el resultado de que la mayoría de esos estadios, que
explotan casi en régimen de exclusividad clubes que son entidades privadas,
son propiedad de la administración pública, bien porque esta tuvo la iniciativa
de construirlos, bien porque, dadas las deudas contraídas por los clubes en los
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
86
años ochenta y noventa del siglo pasado, no quedó más opción que una
compra de los terrenos por los gobiernos municipales o regionales que aliviara
las cuentas de los clubes y las inquietudes de sus aficionados.
Tabla 2. Titularidad de los estadios deportivos de los equipos de fútbol de Primera y Segunda División en España (temporada 2014/2015) CLUB NOMBRE RECINTO TITULARIDAD UD Almería Juegos del
Mediterráneo Público (Ayuntamiento de Almería)
Athletic Club San Mamés Público/Privado (Club, Ayuntamiento, BBK, Diputación, Gobierno Foral)
Atlético de Madrid
Vicente Calderón Privado
RC Celta de Vigo Estadio de Balaídos Público Córdoba CF El Arcángel Público (Ayuntamiento de Córdoba) Deportivo de la Coruña
Riazor Público (Ayuntamiento de A Coruña)
SD Eibar Ipurúa Público (Ayuntamiento de Eíbar) Elche CF Martínez Valero Privado (confirmar) RCD Espanyol Cornellá-‐El Prat Privado FC Barcelona Camp Nou Privado Getafe CF Coliseum Público (confirmar) Granada CF Los Cármenes Público (Ayuntamiento de Granada) Levante UD Ciutat de Valencia Málaga CF La Rosaleda Público (Ayuntamiento, Diputación y Junta) Real Madrid CF Santiago Bernabéu Privado Real Sociedad Anoeta Público (Ayuntamiento de San Sebastián) Rayo Vallecano Estadio de Vallecas Público (Ayuntamiento de Madrid) Sevilla FC Ramón Sánchez
Pizjuán Privado
Valencia CF Mestalla Privado Villarreal FC El Madrigal Público (Ayuntamiento de Villarreal) Deportivo Alavés
Mendizorroza Público (Ayuntamiento de Vitoria)
Albacete Balómpie
Carlos Belmonte Público (Ayuntamiento de Albacete)
AD Alcorcón Estadio Municipal Santo Domingo
Público (Ayuntamiento de Alcorcón)
Girona CF Montilivi Público (Ayuntamiento de Girona) UD Las Palmas Estadio de Gran
Canaria Público (Cabildo Gran Canaria)
CD Leganés Estadio Municipal Butarque
Público (Ayuntamiento de Leganés)
UE Llagostera Camp D’Esports Público (Ayuntamiento de Llagostera) CD Lugo Ángel Carro Público (Xunta Galicia)
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RCD Mallorca Son Moix Público (Ayuntamiento de Palma de Mallorca)
Mirándes Estadio Municipal Anduva
Público (Ayuntamiento Miranda de Ebro)
CD Numancia Los Pajaritos Público (Ayuntamiento de Soria) CA Osasuna El Sadar Público (Gobierno de Navarra) Ponferradina El Toralín Público (Ayuntamiento de Ponferrada) Real Betis Balompié
Benito Villamarín Privado
Racing Santander
El Sardinero Público (Ayuntamiento de Santander)
Recreativo Hueva
Nuevo Colombino Público (Ayuntamiento de Huelva)
Sabadell Nova Creu Alta Público (Ayuntamiento de Sabadell) Sporting Gijón El Molinón Público (Ayuntamiento de Gijón) CD Tenerife Heliodoro
Rodríguez López Público (Cabildo Insular de Tenerife)
Real Valladolid José Zorrilla Público (Ayuntamiento de Valladolid) Real Zaragoza La Romareda Público (Ayuntamiento de Zaragoza) *No se incluye el FC Barcelona B, que militó en Segunda División durante la temporada 2014/2015, por ser filial del FC Barcelona. Datos consultados en las páginas oficiales de los clubes o de las instituciones públicas de cada ciudad.
A nivel continental, los datos son parecidos, puesto que sólo el 24% de
los equipos que participaron en competiciones de UEFA en el año 2011 tenían
estados deportivos de su propiedad (55). El 53% de los estadios en los que se
jugaron partidos europeos eran de propiedad municipal o estatal (124
estadios). En el caso de las instalaciones de entrenamiento y trabajo, los
porcentajes se movían en los mismos rangos puesto que sólo uno de cada tres
clubes, de los 232 censados, poseía en propiedad sus campos de
entrenamiento diario cuya titularidad corresponde a organismos públicos en
casi la mitad de los casos.
Nos resulta de interés en este punto realizar un acercamiento al análisis
conceptual de lo público y lo privado, para entenderlos en relación con el
deporte, puesto que en el segundo capítulo de nuestro trabajo será necesario
tener claros ambos conceptos a la hora de abordar las implicaciones jurídicas
en ambas esferas, en relación con el derecho a la información y el deporte. Y
más aún teniendo en cuenta que existe un espacio común que pactan lo
privado y lo público en relación con lo deportivo y que no es más que ejemplo
de una tendencia social generalizada, en la que el Estado no monopoliza el
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
88
interés público pero la sociedad en abstracto, tampoco (Bresser y Cunill, 1998,
p. 30). Este pacto no es ajeno a pulsos. Lipovetsky (1993) analiza ambos
espacios en lo que él llama “la era posmoderna” y resalta como carácter de
esta “una nueva cultura individualista”, donde la persona hace deporte:
“Ante todo para uno mismo, para estar en forma y por la salud,
para superarse, para progresar a título personal, por placer […]. El
deporte sale de los lugares convencionales y funcionales –estadios,
clubes, salones- y la ciudad misma se transforma en lugar de prácticas
deportivas: el jogger, el roller, el skater se apropian de las banquetas y
adaptan la ciudad en beneficio de sus prácticas individualistas” (p. 4)
Une el apego a lo individual con la tendencia al desapego de las
creencias colectivas intensas, como la religión o las ideologías. Y por eso
entiende Lipovetsky que el fenómeno asociativo cobra fuerza: los lazos que
reclama la asociación deportiva no implican un compromiso pleno, se generan
más por placer que por obligación (p. 7). Cercano al individualismo están ideas
desarrolladas por Keane (1997) en la interpretación de los textos de Habermas,
cuando habla del “egoísmo moral” de una sociedad en la que se invierte
demasiado tiempo en el trabajo y poco en la discusión sobre los asuntos
públicos. Keane, cuando escribe sobre las transformaciones de la esfera
pública, destaca teorías que apuntan a los medios de comunicación como foros
en los que se produce esa discusión de los temas de interés para la sociedad,
algo que no valora como positivo el autor (p. 49).
En todo caso, ese individualismo extremo colisiona con otra realidad, y
es que el deporte puede ser en muchos de los casos, deporte social. El
individuo practica en solitario, en el escenario en que hoy en día se ha
transformado la ciudad. Lo hace por placer, por superación personal. Pero
tiende cada día más a compartir los retos, las marcas e hitos conseguidos con
quienes forman parte de su entorno. Más aún teniendo en cuenta que si
entendemos lo público por lo que ocurre en la plaza, donde se deciden los
asuntos de todos, hoy es global, se proyecta al mundo entero.
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89
Garzón, citado por Lifante Vidal (2007), nos regala una clara
diferenciación entre lo íntimo, lo privado y lo público. Así, lo íntimo, en lo que no
es justificable una intervención de terceros, lo enlaza al escenario privado y la
ausencia de relevancia social. A partir de ahí:
“El ámbito de lo ‘privado’ podría ser aquel que englobaría lo que
hacemos en un escenario público (la calle, un bar…) pero que no tiene
relevancia social, y por tanto, no debería ser legítima su divulgación,
por mucho que sea realizado en un espacio de libre accesibilidad. Y
por último tendríamos el ámbito de lo público, aquello que ha de estar
expuesto a la libre accesibilidad de las personas en sociedad, que sería
el ámbito de aquellos actos que –realizados bien en espacios públicos,
bien en espacios privados- poseen relevancia social legítima” (p. 132).
También parece superado el planteamiento en el que lo público se
correspondía con lo estatal mientras que, en sentido económico, lo privado se
correspondía con el mercado. De hecho, se configura un espacio intermedio
entre ambos, estado y mercado, el de lo público no estatal del que hablan
Bresser Pereira y Cunill Grau (1998), “que se vincula a la atribución por parte
de la sociedad de una responsabilidad en la satisfacción de necesidades
colectivas, mostrando que tampoco en este campo el Estado y el mercado son
las únicas opciones válidas” (p. 36). La diferencia entre lo privado y lo público
no estatal es que este último se establece con el objetivo de atender a fines
sociales, no al interés o lucro personales, y tiene como efectos una
pluralización de la oferta de servicios sociales, una flexibilización de la gestión
social y el mayor grado de responsabilidad por parte de los participantes en la
organización (p. 16). Y aquí es donde encuentran su sitio organizaciones sin
ánimo de lucro: son instituciones que cumplen funciones públicas delegadas,
como las federaciones deportivas en el caso español, figuras asociativas que
gozan de ventajas legales por su objeto social.
Siguiendo semejante idea, Keane cita a Fiske (p. 60) cuando habla de
“microesferas públicas” que sustituyen a los antiguos cafés, juntas municipales
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
90
o círculos literarios, pero que cumplen su función como lugar de debate de los
ciudadanos sobre los asuntos que le competen. Es el lugar donde se asientan
los movimientos sociales, con la particularidad de ser invisibles a ojos de la
globalidad, según el autor, y se completan con las mesoesferas y las
macroesferas públicas. Tras su estudio de la esfera pública, concluye que:
“No están ‘alojadas’ exclusivamente en los medios de
comunicación de servicio público dependientes del Estado, como
tampoco (contrariamente a Habermas) están de alguna manera
ligadas, per definitionem, a esa estrecha zona de la vida social ceñida
entre el mundo del poder y el dinero (Estado/economía) y las
agrupaciones pre políticas de la sociedad civil” (p. 69).
Y propone un modelo de sociedad democrática sana como aquella en la
que:
“Diversos tipos de esferas públicas se desarrollan, sin que
ninguna de ellas detente el monopolio en las disputas públicas sobre la
distribución del poder. Por el contrario, un régimen dominado por talk
shows o por la transmisión de eventos espectaculares comprometería
la integridad de sus ciudadanos” (p. 72).
Así las cosas, y dando por bueno lo que Keane entiende como una
tendencia de nuestra sociedad global actual, ¿puede el deporte reclamar lo que
Cazorla Prieto (1978) llama su “autonomía deportiva”?:
“Este es uno de los conceptos más escuchados en el lenguaje de
las gentes del deporte. El deporte -se dice- debe gozar de autonomía
para el mejor logro de sus auténticos intereses. Pero, ¿puede un
fenómeno tan cercano a la política y tan de la mano del Estado como
es el deportivo pretender una auténtica autonomía respecto del resto
de los sectores políticos y sociales de la comunidad nacional? ¿A qué
responde el reclamo de la autonomía del deporte? ¿Es algo justificado
y posible a la luz de su importancia creciente en nuestra sociedad, o
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
91
más bien responde a intereses no del todo manifestables?” (pp. 208-
209).
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y el enfriamiento de los
conflictos ideológicos del siglo XX, hay quien entiende que la politización del
deporte ha cedido ante la explotación comercial del fenómeno, pero es una
realidad que los sistemas deportivos crean moldes de vida en paralelo con las
líneas de la organización socio-política de los países (el modelo de gestión
privada, con matices, de los Estados Unidos frente a la concepción mixta
privado-pública de España). Esa vía la intuía José María Cagigal (1975), en los
albores del vigente periodo democrático español, cuando hablaba del
“exhibicionismo político”:
“Las victorias deportivas de una nación se han convertido en
síntomas de su progreso como país. Los políticos lo han descubierto
[…]. El diálogo deportivo internacional es frente de prestigio. Pero como
no se puede entablar un diálogo deportivo decoroso sin grandes
campeones, surge la urgencia por cultivarlos. Y aparecen las fábricas y
“cuadras” de campeones, subvencionados, segregados a una vida más
o menos artificial, con todas sus consecuencias psicológicas y
sociológicas. El campeonismo deportivo de nuestro tiempo está
directamente alimentado por este poder político que se ha descubierto
en el deporte” (p. 16).
Con o sin espacios físicos por medio, en estadios cerrados o en las
calles de las ciudades, el diagrama de Venn que forman lo público y lo privado
en el deporte se dibuja con una intersección real, como el día a día se encarga
de confirmarnos con multitud de ejemplos.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
92
El deporte como instrumento para la propaganda
Muchos han sabido detectar y usar, con distintos fines y objetivos, las
bondades del deporte como herramienta canalizadora de los sentimientos
populares o para reforzar procesos políticos de distinto signo a través de
variados entramados propagandísticos. La propaganda la define Toursinov
(2012) como:
“La transmisión de una ideología (cualquiera) en una situación
comunicativa concreta (debates políticos y religiosos, campañas
proselitistas, artículos de opinión, etc.) por medio del discurso que, en
función de su contexto e intencionalidad, llamamos discurso político o
ideológico” (p. 1).
Afirmó Fullerton Gerould, citada por Young (1995) que “la propaganda
es una buena palabra que ha tenido mala suerte” (p. 95). Por sí sola, debemos
entenderla desprovista de matices negativos. Como explica Méndiz Noguero
(2007), el término nace en el título de una bula del papa Gregorio XVI en 1622
que tenía por misión extender la fe católica en los territorios de ultramar (p. 53).
Con el tiempo, el concepto deriva hacia la arena política hasta concretarse
como un tipo de comunicación persuasiva cuya base son las ideas.
El rugby por la unión en la lucha contra el Apartheid en Sudáfrica, los
Juegos Olímpicos para la Alemania de Hitler, el deporte estatalizado en la
Rusia soviética y en la Cuba de Castro, o el fútbol en pleno mando de la Junta
Militar de Videla en Argentina, son ejemplos más que analizados de cómo
personajes políticos o regímenes de distinto signo han fomentado el deporte
con fines propagandísticos.
Diferentes estudios y análisis han confrontado, en la arena ideológica del
siglo XX, el deporte capitalista contra el deporte comunista (Cazorla Prieto,
Deporte y Estado, 1979). Más allá, usando la expresión de Karl Marx, se ha
caracterizado al deporte como “el opio del pueblo” que contribuye a adormilar y
pacificar su descontento en cuanto que clase trabajadora inmersa sin salida en
una sociedad industrializada y mecanizada. Es en el estadio deportivo donde el
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
93
ciudadano, sin conciencia crítica, y minusvalorado en estos planteamientos,
recibe “pan y circo”, o “pan y fútbol”, en la versión más actual del famoso
comentario de Juvenal.
En la cara amable del deporte, ser espacios de acercamiento y
concordia internacional es una de las aspiraciones del olimpismo moderno. Y
sin embargo, los Juegos Olímpicos han sido escenario de enfrentamientos
políticos y reivindicaciones sociales: México 1968 y el Black Power o los
atentados de Munich en 1972 son dos ejemplos, como lo es, fuera del arco
olímpico, el enfriamiento de las relaciones entre China y Estados Unidos a
través de la conocida como diplomacia del ping pong. El régimen comunista
cubano transformó sus victorias en el terreno deportivo en grandes éxitos
frente al llamado imperialismo norteamericano. Y cuando, recientemente, se ha
iniciado el histórico acercamiento entre ambos países, ha sido el deporte vía
principal a la hora de acometer tareas de “deshielo” para alegría de la
ciudadanía. El club de fútbol Cosmos de Nueva York visitó el 2 de junio de
2015 la isla para disputar un amistoso ante la selección del país meses
después de que se retomaran las relaciones diplomáticas entre ambos
territorios.
González Calleja (2004) recuerda que, por esa instrumentalización con
fines partidistas, el Barón de Coubertin era contrario a incluir deportes de
equipo en los Juegos Olímpicos:
“Porque temía los efectos de la excitación patriótica en la lucha de
dos selecciones nacionales. Así sucedió, por ejemplo, en Melbourne en
1956 en el sangriento partido de waterpolo librado entre las selecciones
de Hungría y la URSS pocos meses después de la revolución de
Budapest, “la guerra del fútbol” librada en julio de 1969 entre Honduras
y El Salvador tras un partido de calificación para el mundial que éste
último país ganó por 3-0, o la famosa final de jockey sobre hielo entre
Estados Unidos y la URSS en los Juegos de Invierno de Lake Placid de
1980” (p. 103).
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
94
La FIFA intenta promover un acercamiento deportivo entre palestinos e
israelíes con un programa de trabajo que integran los representantes de las
federaciones de ambos desde el año 2013. El fútbol expresó la rivalidad entre
comunidades religiosas en Escocia, donde en la misma ciudad, y hasta que lo
económico pudo con uno de los dos clubes, pugnaron en los terrenos de juego
el Celtic de Glasgow, el equipo de los católicos, y el Glasgow Rangers, equipo
de los protestantes.
Y en una versión más actual y a priori menos cargada de ideología
política partidista, tenemos reciente el ejemplo de la potenciación de la “Marca
España”10 a través del deporte y, específicamente, a través de los éxitos
deportivos de la Selección Española de Fútbol en la primera década del siglo
XXI.
El deporte también ha dotado de herramientas de comunicación política
personal a aquellos que desempeñan labores públicas. Ha sido recurso fácil de
los altos mandatarios de distintos países presentarse ante la opinión pública
como buenos deportistas practicantes. En todo caso, no es objeto ni intención
de este trabajo juzgar la intencionalidad de quienes se acercan al deporte con
fines partidistas o personales, en relación con su actividad pública. Sí lo es, sin
embargo, marcar hasta donde llega esa iniciativa política respecto al deporte.
La iniciativa administrativa en España
¿Hasta dónde llega la acción decidida y consciente del poder político en
relación con el deporte? ¿Se limita la administración pública a legislar y
subvencionar y construir instalaciones deportivas, o va su papel y su misión
más allá de las leyes y el dinero a fondo perdido, en muchos casos?
10 “Marca España” es un Alto Comisionado del Gobierno de España creado por el Real Decreto de 998/2012 cuyo fin es “la planificación, el impuso y la gestión coordinada de las actuaciones de todos los organismos públicos y privados encaminadas a la promoción de la imagen de España” (de su página web oficial www.marcaespana.es, consultada el 8 de enero de 2015)
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
95
Echando la vista atrás en la búsqueda de ejemplos concretos, el uso que
hacía del deporte el régimen de Franco ya se intuye en el análisis de la
legislación de la época, donde se refleja cómo ésta promovió la “publificación”
del deporte y de las instituciones deportivas. Shaw (1987) ha diseccionado los
distintos usos que el poder político ha querido dar al deporte ya desde antes
del franquismo: como catalizador de reivindicaciones nacionalistas o
regionalistas, como animador del pueblo, como arma de lucha frente a
regímenes políticos contrarios y como exportador al mundo de las bondades
del país. Destaca Shaw, en contraposición con la importancia que se le daba a
los éxitos deportivos, la escasa gestión pública de la práctica deportiva:
“El rasgo más significativo del deporte español en el periodo
franquista, pues, era el contraste entre la enorme popularidad del fútbol
como deporte de públicos masivos y la pobre situación de la
infraestructura deportiva” (p. 29).
Shaw pone en paralelo la capacidad del régimen para gritar con
altavoces los éxitos del deporte español (el fútbol con el Real Madrid CF o el
tenis con Manuel Santana, por poner dos ejemplos), con la necesidad de los
jóvenes de hacer deporte en las calles, sin apenas medios ni materiales para
una práctica mínimamente correcta. Simón Sanjurjo (2012) ha analizado la
utilización del cine en tanto en cuanto forma cultural de moda en la época del
franquismo para poner en valor a los héroes de los que se apropió la dictadura.
Nos ofrece el ejemplo de cómo a través de “Los ases buscan la paz” se quiso
ensalzar la figura de Ladislao Kubala, deportista capaz de huir del comunismo
de su país para triunfar en España con su club, y con la Selección Española de
Fútbol.
De manera más reciente, y ya en democracia, el Ayuntamiento de Bilbao
adelantaba la firma de un convenio de colaboración que en ese momento no
estaba previsto para que el club de baloncesto Bilbao Basket, perteneciente a
una de las ligas profesionales en España, pagara las nóminas de sus
trabajadores:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
96
“Es la segunda ocasión en la que las instituciones salvan el
problema de liquidez acuciante del Bilbao Basket por el mismo método:
la Diputación adelantó al club en abril 5,2 millones, el dinero de un
convenio a tres años, aunque la mayor parte, 3,7 millones, no fue en
metálico sino para abonar la deuda con Hacienda” (El Mundo, 2014).
La noticia daba luz a la justificación del Ayuntamiento de Bilbao en los
siguientes términos: “El consistorio pretende así consolidar el proyecto
deportivo de un club ‘arraigado en nuestra ciudad y que cuenta con un
destacado apoyo social’”. Caso similar se producía en Sevilla, donde en julio de
2015 se organizaba una manifestación de seguidores del Baloncesto Sevilla,
club con su futuro comprometido a causa de las deudas. La respuesta del
alcalde de la ciudad fue: “Sevilla no se va a quedar sin baloncesto” (Diario As,
2015). Unos meses antes, otra noticia se leía en los teletipos de las agencias
informativas: “Ayuntamiento y Valencia CF firman el acuerdo que salda las
deudas del club” (Agencia EFE, 2015). Se daba cuenta del pacto de ambas
entidades para recortar una deuda cifrada en más de veinte millones de euros:
“Se trata del mejor acuerdo para los intereses tanto de la ciudad como del
club”, afirmaba la por entonces alcaldesa de la ciudad valenciana.
Tiempo atrás, pasó por los tribunales el patrocinio deportivo del
Ayuntamiento de Marbella al Club Atlético de Madrid. De la Plata Caballero
(2010) recupera la Sentencia del Tribunal Supremo de 2002, en la que se
juzgaba un presunto delito de prevaricación. En el texto se hablaba sobre la
asignación de fondos públicos al patrocinio de una entidad deportiva privada
sin “conocimiento del Pleno del Ayuntamiento ni del Interventor, careciendo de
dotación presupuestaria específica que amparase los pagos que asumía, y sin
previa formación de expediente alguno” (p. 185). El autor, en su estudio de las
figuras del patrocinio y el mecenazgo deportivo, realiza un análisis de la
incentivación de los mismos desde la administración pública, antes de repasar
el carácter de los patrocinadores de los equipos de las principales ligas
deportivas de España (pp. 187-192), y proponer distintos modos de patrocinio
público: la financiación directa, el trasvase de fondos públicos a entidades
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
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deportivas y el fomento financiero, con medidas fiscales que aporten beneficio
al deporte y que suponen una ausencia de ingreso de fondos hacia la
administración (p. 194).
Yendo más allá, la Formula 1, y la implicación del gobierno de la
Comunidad Valenciana en la organización de grandes premios en un circuito
urbano por la ciudad de Valencia forman parte de las investigaciones de uno de
los casos de presunta corrupción que los tribunales han tenido que abordar en
los últimos años. En otro caso que está pendiente de valoración, la Unión
Europea ha hecho públicas en varias ocasiones las etapas de la investigación
que está llevando a cabo en relación con la presunta financiación pública
irregular de determinados clubes de fútbol españoles: “A la Comisión le
preocupa que estas medidas confieran ventajas significativas a los clubes
beneficiarios, en detrimento de aquellos que deben funcionar sin esa ayuda”
(Comisión Europea, 2013). A finales de octubre de 2015 veía la luz una
información que publicaba el diario El País (2015), citando un informe de la
Comisión en el que se apuntaba la posibilidad de que hubieran existido ayudas
públicas al Real Madrid CF.
En relación con alguno de esos casos, Martínez Gutiérrez (2012) analiza
varias operaciones urbanísticas en las que clubes y asociaciones deportivas
han pactado con los gobiernos municipales el cambio de uso o la cesión de
terrenos públicos para su explotación por parte de esos organismos privados.
En tanto en cuanto no hay resoluciones firmes de los tribunales ni de las
autoridades públicas europeas, no tenemos por qué dudar del beneficio de las
operaciones para el común de la ciudadanía, pero como afirma este autor:
“Sería deseable que la ‘bendición social’ y ciudadana de las
operaciones urbanístico-deportivas en general fuera acompañada de
rigor por parte de los poderes públicos en el ejercicio de sus funciones
administrativas, pues gran parte de la problemática suscitada en estos
asuntos podría haberse solventado con mayor análisis jurídico y menor
celeridad a la hora de culminar las operaciones” (pp. 187-188).
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
98
Las políticas deportivas en la actualidad
Visto lo anterior, relegar a lo negativo o a un uso meramente
propagandístico el papel de la política en el deporte sería quedarse a mitad de
camino en una catalogación de sus relaciones. En España, la obligación del
fomento del deporte es mandato constitucional y la legislación de desarrollo
estatal ha sido completada con leyes del deporte en todas las comunidades
autónomas, como intermediarias entre el Estado y la ciudadanía, a la que llega
la obligación de fomento del deporte en un tercer paso, empezando por lo
nacional y siguiendo por lo autonómico hasta pisar la arena en lo municipal.
En este punto es necesario constatar que la obligación constitucional
que tuvieron y tienen los poderes públicos no obligaba a estos a hacerlo a
través del camino elegido de sus leyes del deporte, delegando en las
federaciones deportivas, o el Comité Olímpico Español, que son en ambos
casos asociaciones privadas, a cambio de una subvención pública y el mayor o
menor control estatal en función de las circunstancias políticas. Podían haber
establecido otros mecanismos, cauces, vías e instituciones para cumplir con su
mandato. En ese sentido, hay entornos en el que la práctica del deporte se
asume como algo ajeno o accesorio. Más allá de la política educativa, de lo
que marca el Estado o las Autonomías para las asignaturas de Educación
Física en los centros escolares, no se atisba una acción decidida para el
aumento de la práctica deportiva voluntaria (ajena a los planes de estudios)
entre los escolares españoles. El deporte universitario en España tiene
protagonismo secundario, en contraposición con otros casos como el de
Estados Unidos o Canadá, donde el deporte en la Universidad no es solo
materia de interés sino objeto económico de magnitudes de importancia. El
Estudio Diagnóstico sobre el Deporte Universitario Española que realizó la
Universidad de Cádiz (2011) con el aval del Consejo Superior de Deportes cifró
en 206.991 el número de usuarios de las Unidades de Deportes de las
universidades encuestadas (51 universidades públicas y privadas españolas)
sobre un total de 1.226.323 personas que componían la comunidad
universitaria de las universidades que respondieron a la encuesta (pp. 422-
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99
428). Menos de dos personas de cada diez que forman la comunidad
universitaria hacen deporte en su entorno.
Por otro lado, se constata en el estudio de los hábitos de práctica
deportiva de la población que el entorno laboral es otro de esos lugares donde
el deporte está casi olvidado, aún cuando está más que estudiado y reconocido
que la práctica deportiva puede mejorar el rendimiento laboral al, por ejemplo,
reducir los costes sanitarios y médicos de los trabajadores11.
Centro educativos y empresas podrían asumir, en nombre del Estado, el
fomento del deporte. Son dos ejemplos de vías de explotación por parte de la
iniciativa administrativa que podrían ofrecer frutos de interés. En cualquier
caso, la acción pública en el fomento del deporte tiene buenos ejemplos,
principalmente asociados a los entes locales. Escalera Reyes (2003) apunta
como factor determinante del aumento de la práctica deportiva en la sociedad
la acción de las administraciones públicas locales:
“Desde principios de los años ochenta han venido favoreciéndolo
creciente y masivamente, instituyéndose concejalías del deporte,
muchas veces compartidas con otras áreas como juventud, salud o
servicios sociales. Se apoyaron actividades deportivas de amplia
repercusión entre la población como maratones y carreras populares,
gymkhanas urbanas, días de la bicicleta, que si bien constituyen
elementos de animación y potenciación de la práctica deportiva, se ven
fuertemente marcados por la financiación política, propagandística o
comercial que adquieren estas manifestaciones” (p. 40).
Se intuye además que, tras una crisis económica que ha obligado al
rigor en la administración pública de los dineros de todos, esta aplicará criterios
más estrictos y objetivos a la gestión del asunto deportivo en todas sus
manifestaciones. La eficiencia en la administración y el rendimiento de las
11 El Plan Integral para la Actividad Física y el Deporte del CSD recoge en uno de sus documentos diferentes estudios sobre la correlación entre el deporte practicado en el ámbito laboral y la mejora del rendimiento en el trabajo.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
100
instalaciones construidas o el control del gasto de las entidades privadas
subvencionadas son algunas de las vías que ya han marcado como prioritaria
los gobiernos.
La concepción europea del deporte, limitada por sus competencias Europa fijó el deporte como asunto de trascendencia a máximo nivel en
la revisión del Tratado que se firmó en Lisboa (2007), al incluir en su articulado
el siguiente texto, que hablaba de que la Unión contribuirá a fomentar los
aspectos europeos del deporte, teniendo en cuenta “sus características
específicas […], y su función social y educativa”, y encaminando su acción a:
“Desarrollar la dimensión europea del deporte, promoviendo la
equidad y la apertura en las competiciones deportivas y la cooperación
entre los organismos responsables del deporte, y protegiendo la
integridad física y moral de los deportistas, especialmente de los más
jóvenes” (art. 165).
Hasta entonces, las iniciativas de las instituciones europeas respecto del
deporte habían dado lugar a la proliferación de comisiones, recomendaciones y
conferencias de distinto tipo, pero no a una acción decidida de definición del
fenómeno deportivo como estratégico desde sus múltiples caras a nivel global
para todos los asociados.
Diez años antes de Lisboa, en uno de los anexos del Tratado de
Amsterdam (1997), la Unión marcaba su idea sobre el valor múltiple del
deporte:
“Declaración sobre el deporte. La Conferencia pone de relieve la
importancia social del deporte, y en particular su función a la hora de
forjar una identidad y de unir a las personas. Por consiguiente, la
Conferencia insta a los organismos de la Unión Europea a escuchar a
las asociaciones deportivas cuando estén tratándose cuestiones
importantes que afecten al deporte. A este respecto, debería prestarse
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
101
una atención especial a las características específicas del deporte de
aficionados” (Punto 29).
En los años siguientes, el Consejo de Niza (2000) aprobó una Decisión
relativa a las características específicas del deporte y a su función social en
Europa. La Decisión del Parlamento y el Consejo de Europa (2003) estableció
el Año Europeo de la Educación a través del Deporte para 2004. Tras ese Año
Europeo del Deporte, en 2006, se aprobó otra Declaración del Consejo que
debía tenerse en cuenta a la hora de aplicar políticas comunes.
Y tras la inclusión en el Tratado de Lisboa, llegaron los documentos de
referencia para los trabajos de la Unión en materia deportiva: el Libro Blanco
del Deporte de 2007 y el Informe sobre la Dimensión Europea del Deporte que
firmó el español Santiago Fisas, Parlamentario en el Consejo de Europa, y con
el que mantuvimos una entrevista en relación con la visión actual del deporte
en la Unión Europea.
La entrevista como técnica en el proceso de investigación ofrece interés
en la medida en que permite la posibilidad de acercarnos a personajes y
fuentes que han tenido mucho protagonismo en la discusión que nos lleva a
realizar nuestro trabajo doctoral. Poder conocer de primera mano los puntos de
vista sobre la validez de la acción europea en torno al deporte, los retos
pendientes y las opciones que maneja en su trabajo para las próximas
décadas, tiene un interés especial. Y más cuando el entrevistado incluye en su
currículum la experiencia de haber dirigido políticas deportivas públicas tanto a
nivel regional como nacional y, en la actualidad, continental.
Fisas fue Secretario de Estado para el Deporte del Gobierno de España
entre 1998 y 1999 y Consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, con
competencias en materia deportiva, entre 2003 y 2009. Vinculado al deporte en
su labor política, copreside desde diciembre de 2014 el Intergrupo sobre
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
102
deporte creado en el Parlamento Europeo12. Durante la conversación, Fisas
nos ayuda a entender las dificultades de la misión de Europa respecto del
deporte:
“Cuando estaba elaborando el Informe, me di cuenta de que, en
los temas genéricos de promoción del deporte femenino, o escolar,
corresponde la facultad más a los Estados miembros, o incluso en el
caso de España, a las Comunidades Autónomas, su promoción. Pero
hay una tarea necesaria de coordinación que corresponde a la Unión
Europea. El Informe no es legislativo, pero marca lo que el Parlamento
piensa respecto del deporte. Ahora veremos que ocurre en la
actualidad. A esta Comisión le gusta menos legislar que a la anterior.
Personalmente estoy en contacto con quienes están trabajando sobre
el deporte para ver si hay otro informe, que esta vez sí sería legislativo,
o se va a trabajar sobre vertientes concretas del deporte y ver qué
soluciones se dan […]. Cuando elaboré el informe, tenía muy claro que
había dos fronteras. Una es el principio de subsidiariedad. La UE no lo
debe hacer todo, hay unos límites que son las competencias de los
Estados miembros y, en este caso, de las comunidades autónomas. Y
en segundo lugar, la autonomía del deporte. Ésta se tiene que estudiar
de forma muy detenida. Tiene que haber una autonomía en la
regulación propia del mundo deportivo, pero el deporte no puede estar
fuera de las leyes europeas. Pueden haber excepciones, que hay que
estudiar caso por caso. El deporte no es un mundo aparte que hace lo
que quiere. Tiene una singularidad en muchas cosas, que hay que
estudiar. Las excepciones tienen que ser puntuales y estudiadas caso
por caso”.
En ese sentido, los textos europeos hablan de la necesidad, a la hora de
fomentar el deporte, de “escuchar a las asociaciones”. Planteamos la duda a
Santiago Fisas de si la UE no hizo o hace por poner en marcha iniciativas
ajenas al mundo federativo y asociativo del deporte:
12 El Parlamento cifra en 15 millones los puestos de trabajo que genera el deporte a nivel europeo, así como en 407.000 millones de euros el valor añadido anual del sector deportivo.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
103
“Se puede fomentar el deporte al margen de estas asociaciones,
por ejemplo, el deporte de base en los colegios y otras asociaciones
que promueven el deporte para todos y que tienen un papel relevante.
El deporte no es sólo el deporte de competición, es algo más amplio.
En el Parlamento Europeo se ha creado un intergrupo del deporte, del
que soy copresidente. Y hay muchos temas que se quieren tocar: todo
lo que afecta al deportista, el deporte escolar, el deporte como factor de
integración… Que son temas que están al margen de las federaciones
y de las estructuras oficiales del deporte […]. También soy autor de un
informe sobre los aspectos de la nutrición y la importancia de la buena
alimentación en las escuelas para imbuir a los niños las normas de una
correcta alimentación, al tiempo que unos hábitos de ejercicios físico.
En estos tiempos han desaparecido prácticas como que los niños
jugaran en la calle o fueran al colegio andando, y esa actividad física
hay que suplirla en los colegios. No tiene que estar reglada, o sí, pero
es algo importante. El problema que tenemos en la mayoría de los
temas es que sólo podemos hacer recomendaciones, pero no tenemos
una competencia directa para imponer nada. Hay gente que critica a la
Unión Europea porque se mete en demasiadas cosas y sin embargo
otros nos critican porque nos metemos en pocas. Tenemos que
encontrar el término medio pero en este caso sólo podemos hacer
recomendaciones”.
La Unión Europea habla en sus diferentes textos de un “modelo europeo
del deporte”, que ponemos en contraposición durante esta entrevista con el
llamado modelo estadounidense. Fisas avala las bondades del modelo
continental de Europa, siempre contando con las estructuras pre establecidas
por el deporte desde el punto de vista asociativo (el deporte existía mucho
antes que la Unión). También se habla en los distintos documentos de la
“solidaridad financiera” entre las diferentes versiones del deporte, el profesional
y el aficionado, o la importancia del deporte como factor de creación de una
identidad europea. En ese sentido, Fisas reconoce que la elaboración del
Informe sobre la Dimensión Europea del Deporte le costó “algún que otro
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
104
disgusto”. Esa vocación europeísta choca con sentimientos nacionales muy
arraigados en la historia del continente, y aún así el parlamentario europeo se
muestra orgulloso de algunas iniciativas como la Semana Europea del deporte.
Y a pesar de las dificultades, los trabajos para potenciar el fenómeno deportivo
siguen su avance. Estas son algunas de la claves de Fisas:
“Por primera vez, el deporte figura en el nombre de un Comisario
Europeo. Es una competencia que antes daban a quien se ocupaba de
Cultura, pero ahora es una competencia clara, prueba del interés que
hay en Europa. Debemos intentar resolver una serie de problemas
como los ya citados: Fair Play financiero, las apuestas ilegales, el tema
del dopaje que está ya analizado, la violencia en el deporte… No
debemos olvidar, aunque sea a base de recomendaciones, el deporte y
la salud, lo que puede suponer de ahorro para la sanidad, el deporte
como vehículo de integración (ha dado pruebas el deporte de ser un
vehículo de integración de la inmigración), el deporte para los mayores
en los parques. La Unión Europea debería analizar las buenas
prácticas que se están llevando a cabo en distintos lugares del
continente y hacer unas recomendaciones en ese sentido. No tenemos
posibilidad legal de actuar pero sí de demostrar un camino y
aconsejar”.
Los retos que se marcan desde la vida política para con el mundo del
deporte son muchos y variados, una vez que desde las instituciones se activen
programas de acción futuros, y cuando se discute cada vez menos el papel de
cada actor en el mundo del deporte. No parece incompatible que los poderes
públicos aparezcan en primera línea cuando el deporte élite ofrece éxitos con
una acción política que potencie las iniciativas de fomento de la práctica
deportiva con criterios justos, rigurosos y objetivos y en una asociación
equilibrada con la iniciativa privada en beneficio de los ciudadanos.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
105
4. EL DEPORTE, INSTRUMENTO SOCIAL En los capítulos anteriores se han señalado algunas implicaciones del
deporte en relación con su papel como agente socializador y cultural. Si
aceptamos el concepto de “sociedad deportivizada” que usó García Ferrando
(2008) será por lo inserto que está el deporte en nuestra cultura, en nuestro día
a día, en nuestro crecimiento como personas y como parte de nuestro
bienestar y en nuestras relaciones sociales. El deporte forma parte de la cultura
del ser humano, contribuye a formar la personalidad en muchos sentidos.
En ese sentido, y siguiendo con una caracterización del fenómeno desde
distintas aristas, veremos ahora cómo el deporte interactúa con distintas formas
de expresión artística. Ya dimos cuenta del maridaje del cine y el deporte
cuando la finalidad política era la principal motivación. En distintas épocas, el
mano a mano con el deporte nos ha dejado obras maestras de la historia del
cine como Evasión o Victoria, Carros de Fuego, Invictus o Million Dólar Baby13.
Fútbol entre rehenes para removerse ante el captor, atletismo como carrera por
vencer los prejuicios sociales o pasión por el boxeo a pesar de las barreras
sociales que le tocan superar a la mujer son ejemplos de historias del deporte
que se escribieron para la gran pantalla.
También hay en la literatura multitud de ficciones escritas alrededor del
deporte 14 , como el deporte ha sido la temática escogida por pintores y
escultores desde hace más de dos mil años. Los nombres de Mirón, con su
lanzador de disco, o más cercanos en el tiempo Monet, Renoir, Delaunay están
asociados a obras que recogen bellas escenas deportivas. Queda para el
recuerdo la unión de ambas, por ejemplo, en los carteles promocionales de
cada una de las sedes del Campeonato del Mundo de fútbol celebrado en
13 Evasión o Victoria fue dirigida por John Houston en 1981. También del mismo año, Carros de Fuego la dirigió Hugh Hudson, y consiguió el Óscar a la Mejor Película. Ésta fue parodiada treinta y un años después en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La obra de Clint Eastwood Million Dólar Baby (2004) también se llevó el Óscar a Mejor Película, y el actor, el premio a Mejor Director. 14 El artículo titulado “El deporte como fenómeno cultural en la literatura española” (Maximiliano Trapero, 1980) hace un interesante viaje por la historia de escritos que, de una o otra manera, tienen en el deporte su tema principal o recurrente, desde los clásicos al Quijote, pasando por los Once cuentos de fútbol de Cela hasta llegar a los contemporáneos.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
106
España en 1982. Autores como Joan Miró, Eduardo Chillida o Antonio Tapiès
firmaron las imágenes promocionales de las ciudades para el torneo. La
arquitectura también nos daría para escribir un capítulo aparte con la evolución
de las instalaciones deportivas desde los ancestros hasta nuestros días.
En el lado opuesto, mucho se habla y se escribe, incluso se legisla en la
actualidad sobre la violencia en el deporte. En el empeño por ser estrictos en
este trabajo doctoral, pasaremos de puntilla por este asunto, puesto que esa
violencia socialmente rechazada es mayoritariamente violencia de grupos de
personas que se asocian al deporte generalmente como espectadores en las
gradas de los estadios, y que, como ya hemos resaltado en varias ocasiones,
presencian deporte pero no hacen deporte. Usan el deporte como bufanda con
la que taparse la cara para perpetrar actos delictivos y salir impunes. El deporte
toma medidas desde siempre por expulsarlos de la vida diaria de los
espectáculos, y con ese fin están unidas las autoridades públicas y los
promotores privados, intentando actualizar las políticas preventivas para
erradicar esta lacra social. Hoy en día parecen minimizados los episodios
violentos en los recintos deportivos, si bien es cierto que los radicales siguen
aprovechando su oportunidad cuando pueden más en otros lugares del mundo
que en Europa, y también en nuestro entorno más cercano siguen dándose
ejemplos de sucesos lamentables15.
En las perversiones del deporte están la violencia en los espectáculos
deportivos o el fenómeno del dopaje, que citamos aquí no tanto por su finalidad
competitiva, sino por cuanto supone la utilización de medios artificiales para
potenciar las cualidades corporales atenta contra la salud de quien se dopa,
más allá de la búsqueda de resultados.
15 En España, el año 2014 nos dejó un episodio de enfrentamiento callejero entre bandas que se distinguían por su apoyo al Deportivo de la Coruña y al Atlético de Madrid de fútbol y que terminó con la muerte de una persona perteneciente a uno de los bandos, después de que los contrarios lo arrojaran al río Manzanares. Otro ejemplo de violencia en el deporte nos llegó desde Egipto, donde el 7 de febrero de 2015 murieron treinta aficionados jóvenes pertenecientes a un grupo radical de la capital antes de un partido de liga de su primera división de fútbol.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
107
El deporte es salud A día de hoy, y desde el “mens sana in corpore sano” de común
aceptación ya en la Grecia y la Roma clásicas, la percepción social es que el
título del epígrafe no tiene discusión. Sin embargo, la cuestión no es pacífica
entre quienes han analizado de forma científica el asunto. Un informe del
Consejo Superior de Deportes (1996) elaborado sobre la base de diferentes
estudios médicos puso en cuestión la objetividad de tal convicción social (en la
medida en que no hay certezas científicas de muchas de ellas). Aún así,
recomendaba atender esa percepción social, en relación con las políticas
deportivas que deben llevar a cabo las administraciones públicas:
“Antes de decidir tal o cual medida, convendrá, por tanto, tener en
cuenta ciertas percepciones subjetivas que, sin estar científicamente
demostradas, no reflejan elementos menos reales y plantearse si es
posible que se equivocan o mientan tantas personas cuando afirman,
como lo ponen de manifiesto numerosos sondeos, que se sienten
mejor física, moral y socialmente desde que practican con regularidad
una actividad física recreativa para distraerse. Precisamente, esos
beneficios subjetivos y las sensaciones vividas les empujan a
continuar” (p. 26).
Es una realidad el aumento de la práctica deportiva entre las personas
mayores, un fenómeno particular de los últimos tiempos. De igual manera, las
políticas públicas en relación con la infancia y la juventud utilizan la práctica
deportiva como herramienta complementaria de otras (los hábitos saludables
de alimentación) para prevenir tendencias de nuestro tiempo como son el
sedentarismo, o la obesidad detectada en niños y cómo esta influye de manera
negativa en su salud a lo largo de sus vidas. En esa línea, y de manera
contraria a quienes no certifican la validez de los beneficios del deporte en la
salud, Ramírez, Vinaccia y Suárez (2004) recopilan estudios sobre los
beneficios de la práctica deportiva como forma de prevención en caso de
determinadas patologías o trastornos como son el estrés, la ansiedad o la
depresión, como vía para el aumento de la autoestima, en la mejoría de “los
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
108
procesos cognitivos que tienen su origen en el cerebro” (p. 69) o en los
tratamientos de drogodependencia. Incluso, de manera puntual, se utilizan los
recuerdos asociados al deporte, al fútbol, para trabajar con la memoria de
enfermos de alzheimer16.
En la cara quizá más oculta del deporte, los excesos de la práctica
deportiva están llevando a ponderar cada vez más el cuidado en la educación
de los jóvenes, que caen en situaciones de abuso o adicción al deporte, quizá
como consecuencia de una interpretación errónea de las bondades de la
práctica.
El deporte es herramienta educativa
En íntima relación con la salud, y sumando a lo ya citado anteriormente
en relación con la actividad educativa en los niños y los jóvenes, diferentes
estudios avalan los beneficios de la actividad física y el deporte en cuanto que
potencian las capacidades de concentración y la apertura a nuevos procesos
de aprendizaje. Calzada Arija (2004) señala la necesidad de orientar la
actividad física de manera que los estudiantes adquieran habilidades y
destrezas varias, y conozcan diferencias disciplinas deportivas, sin desterrar la
competición, pero sin clonar los vicios del deporte de élite (pp. 46-47). Gutiérrez
Sanmartín (2004) destaca la importancia del deporte en la formación integral
de las personas desde su nacimiento y pasando por todas las etapas de su
vida (pp. 106-107).
Consideramos ya superada la discusión respecto de si la actividad física
y el deporte deben o no figurar en los programas de estudio de los alumnos
desde sus primeros pasos. Sin embargo, acertar con la planificación de los
mismos y la orientación del deporte en el proceso educativo no es fácil. La
preocupación por canalizar las pasiones deportivas de los jóvenes ha llevado a
analizar el papel de los profesores, los entrenadores y los padres en relación 16 El portal de noticias digital Yahoo publicaba el 21 de septiembre de 2015 la información “El fútbol como terapia contra el alzheimer”, en el que daba cuenta de los trabajos de la Universidad Autónoma de Barcelona y su Fundación Salud y Envejecimiento con el fin de despertar los recuerdos de los enfermos usando reportajes sobre distintos episodios en la historia del fútbol español.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
109
con la educación deportiva de los menores. Y todo ello porque la ambición de
la competición ha generado excesos que podrían ser asumibles cuando de la
actividad personal de los adultos se trata, o más aún si del deporte profesional
hablamos, pero no así cuando están inmersos niños y jóvenes. Entre esos
excesos apuntan Cruz Feliú, Boixados Anglès, Torregrosa Álvarez y Mimbrero
Palop (1996) la conducta de los entrenadores orientadas al éxito como valor
supremo, la pasión fanática de padres y espectadores en el deporte infantil, el
deficiente sistema de sanciones para las infracciones, o el aumento de las
recompensas y los premios en el deporte infantil. Estos autores, citando a
Lombardo (1982), apuntan a:
“La existencia de una tendencia clara en los entrenadores de
niños a imitar los sistemas de entrenamiento y a copiar los objetivos del
deporte profesional. Esta realidad propicia que los jugadores van
adquiriendo progresivamente una actitud cada vez más profesional,
caracterizada por conceder una mayor importancia a la victoria, un
menor interés por la diversión y una mayor permisividad ante el juego
duro” (p. 127).
Durán González (2006) pide que los profesores encuentren en su
maestría un equilibrio a la hora de enseñar valores y técnica deportiva con el
fin de “superar como objetivo prioritario el rendimiento, la competición, los
logros o el detectar talentos” (p. 17). En ese sentido, señala a los medios de
comunicación como valedores de un modelo de deporte “selectivo y
excluyente” (p. 15).
En el proceso educativo, las experiencias de la derrota y la victoria
deben moderarse en un trabajo que no parece fácil. Se trata de encontrar un
equilibrio entre el aprendizaje de valores y la adquisición de hábitos positivos
en el desarrollo de la personalidad y el disfrute del éxito deportivo. No se trata
de minusvalorar el éxito, sino ponerlo en valor en una balanza que también
fomenta la importancia de superar la derrota. Rubio (2005) lo explica citando a
Cagigal cuando afirma que:
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
110
“Superar la derrota representa un enriquecimiento personal. En
una personalidad preparada, esta antítesis infunde nuevas energías,
descubre habilidades imprevistas, abre horizontes, genera una
reorganización de los mecanismos y enriquece las diferencias a partir
de las que se fortalece la personalidad” (p. 7).
El “olvido de los perdedores” del que habla Rubio viene de la exaltación
en nuestra sociedad de valores como la competitividad y el éxito, que lleva a
que, en una prueba deportiva, quien consigue la plata o el bronce, tenga
sensación de derrota. Salvo que el deporte se entienda como:
“Un productor de autoestima, aunque esto sólo ocurre si se
transforma en un objeto de mérito. En otras palabras, el orgullo de los
logros deportivos no reside solo en la victoria, sino en la percepción
que tiene el atleta de sentirse entre los mejores” (p. 10).
En este sentido, el deporte de alta competición arrastra una
responsabilidad en tanto en cuanto prioriza el valor de la victoria, por
contraposición al deporte práctica o aficionado, que promociona otros valores.
Igual ocurre cuando se habla de la responsabilidad de los distintos tipos de
deporte en la educación integral de las personas. Al deporte profesional se le
asocian la exaltación de la competitividad, la violencia, el dopaje, etc.
Y sin embargo, cuando los jóvenes se acercan a uno u otro deporte, en
un alto porcentaje de los casos, lo hacen por una vocación de imitación de sus
ídolos, por más que los estudios y encuestas que han preguntado a los niños y
jóvenes sobre sus motivaciones ignoren la importancia de este aspecto17.
Aunque el niño tenga claro que no practica deporte “para ser famoso”, hay una
motivación de copia. Por ilustrarlo de un modo gráfico, y poco estudiado en la
bibliografía analizada: el joven pide la camiseta de su equipo de fútbol y por lo
general, con el nombre de su deportista favorito. Pocas veces sella en su 17 Entre muchos, destacamos un estudio que analiza las motivaciones de los escolares europeos para hacer deporte (Fraile y De Diego, Revista Internacional de Sociología, Vol. LXIV, mayo-agosto, p. 85-109, 2006). Con base en las preguntas realizadas a los escolares, los autores minimizan como motivo para la práctica deportiva de los jóvenes el “deseo de ganar y ser famoso en el deporte”.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
111
espalda el nombre de su entrenador, o de sus profesores, ni siquiera de sus
amigos, padres o hermanos, aunque todos estos sean sus referentes
educativos diarios y más cercanos. El deportista profesional es responsable de
lo que ocurre en la práctica deportiva aficionada en la medida en que es
modelo para quienes crecen en su disciplina, porque es fuente de buenos
ejemplos para los más jóvenes, es un espejo de los valores positivos y
negativos que transmite el deporte a la sociedad. Si el deportista-estrella es
solidario, respetuoso, deportivo en la victoria y la derrota, mandará un mensaje
distinto a si exalta primordialmente una vida dedicada al culto al cuerpo y a la
ostentación del más alto, el más fuerte, más rápido, el más rico y el más
musculado18.
El deporte profesional, el llamado deporte espectáculo, por estas y por
muchas razones más que tratamos de exponer en esta tesis, no puede
desentenderse del deporte aficionado, del deporte práctica, no es una isla sin
puentes al resto de la sociedad en el siglo XXI. El educador tiene el reto de
instalar el deporte en la cartera de valores estables del alumno, de manera que
se consiga descender el abandono de la práctica deportiva entre los jóvenes y
quienes llegan a la edad adulta, una tendencia muy notable observada en los
estudios de hábitos deportivos de la población.
En esa tarea, es injusto e ineficaz dejar el papel protagonista único al
profesorado, o a los padres en el ambiente familiar del niño. De nada sirve la
labor de los maestros de escuela, o de los entrenadores en el equipo del barrio,
si el mensaje en el hogar, a través de los medios de comunicación, o el que
llega vía directa de los referentes profesionales (hoy día el trato entre la estrella
deportiva y el aficionado tiende a ser directo a través de las redes sociales) es
distinto y choca con las ideas clave de una política educativa en torno al
deporte. Se trata de armar un “modelo ecológico” (Gutiérrez Sanmartín, 2004,
p. 119) que sea eficaz en el objetivo de trasladar los valores positivos del
deporte a la educación integral de las personas.
18 El diario El País (2002) publicó un artículo titulado “Dopaje en el gimnasio” donde explicaba las prácticas cada vez más populares entre los jóvenes en relación con el uso de sustancias que contribuyen a mejorar el aspecto físico, y sobre las cuales la Comisión Europa mostraba su preocupación.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
112
El deporte como vía de inserción social
Siguiendo a Heinemann (2002), pondremos sobre la mesa su afirmación
de que no hay evidencia científica de que el deporte fomente la integración
social de los colectivos inmigrantes en sociedades receptoras. El alemán ha
analizado en distintos trabajos cómo el deporte por sí solo no se ha
demostrado canalizador de la integración total de las personas en nuevas
culturas. Más al contrario, Heinemann pone sobre la mesa evidencias de
percepciones culturales distintas respecto del hecho deportivo en una misma
sociedad. Por otro lado, las políticas activas de uso del deporte para la
inserción social de las personas requieren de esfuerzos inversores en recursos
de todo tipo, y en la mayoría de los casos sólo los afrontan las
administraciones públicas. La medición del éxito de dichas políticas no es tarea
sencilla.
Por eso, en este epígrafe no hablaremos del valor del deporte como
factor integrador, pero sí de los intentos desde el mundo del deporte por ayudar
a que las personas que tienen que incluirse en un colectivo social distinto al
que les ha tocado en suerte, o personas con dificultades por circunstancias
personales diversas, tengan más facilidad a la hora de formar parte de su
sociedad.
El deporte, como herramienta para que aquellos grupos que tienen
problemas para seguir los ritmos y estándares de la sociedad, goza entre sus
bondades la ya analizada de ser “universal”. Por ejemplo, como vía de intento
de inserción de colectivos de inmigrantes no necesita de un proceso de
asimilación por estos. Los códigos del deporte son conocidos del mismo modo
por todos, y en ese sentido, se configura como una vía de fácil entendimiento
entre personas con raíces culturales diferentes.
Es por ello que en el título de este epígrafe preferimos utilizar el
concepto “inserción” o “inclusión” al de “integración”. Según Kenneth, De
Moragas, Sagarzazu y Cerezuela (2006), la exclusión social es “un proceso
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
113
multidimensional que implica una combinación de factores que afectan a cierto
grupos al margen de la sociedad” (p. 15). En su informe para el Consejo
Superior de Deportes, los autores explican cómo la “integración” implica un
intercambio de asimilaciones entre los colectivos de inmigrantes y la sociedad
que los acoge. Integrar supone que la sociedad receptora valide como buenos
rasgos culturales de los colectivos que llegan desde otras sociedades, y
viceversa (hay pocos ejemplos de disciplinas deportivas de una sociedad, de
una cultura, que se trasvasen a otra). El deporte es aprehendido fácilmente por
quienes llegan a él: sus reglas son conocidas habitualmente más allá de
fronteras y no requieren de cesión o asimilación por ninguna de las partes.
Además, como también explica Heinemann (2002), el deporte no requiere del
idioma como elemento importante para practicarse, abre su oferta a todos los
grupos sociales, es campo de socialización, y “la competencia se basa en la
igualdad y tiene como consecuencia final la desigualdad, pero este proceso
suele ser distinto al que de hecho se produce dentro de la sociedad” (p. 24).
Aún así, para que sea eficaz, el intercambio de culturas en una sociedad, en el
plano deportivo, ha de ser de doble vía.
Molina (2010) habla de “interculturalidad”, cuando esa influencia entre
dos culturas que se encuentran es recíproca. En el objetivo de perseguir ese
enriquecimiento, el de una cultura que no es un modelo fijado sino vivo y
cambiante, el deporte y el juego pueden desempeñar un papel importante,
como productores de calidad de vida, tanto en la versión “práctica” como en la
“espectáculo” (p. 170).
Así, el deporte como herramienta de inserción social nos deja varios
ejemplos singulares: los Juegos Paralímpicos que organiza de forma paralela
el Comité Olímpico Internacional (COI) junto a los Juegos Olímpicos son una
de las manifestaciones más claras e institucionalizadas para que los
discapacitados muestren al mundo, y a sí mismos, que las barreras que la vida
les pone no son tan altas como pueden parecer. En esa línea, el deporte
adaptado genera cada día ejemplos de la utilidad de la práctica deportiva para
el bienestar de determinados colectivos.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
114
En otro plano, el deporte es vía de las instituciones públicas como
herramienta para la reinserción social de quienes cumplen condena en las
cárceles españolas. Lejos de entenderlo simplemente como una forma de
pasar el tiempo libre, la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias del
Ministerio del Interior del Gobierno de España desarrolla un programa deportivo
en colaboración con distintos organismos privados y federaciones deportivas
que busca la “reeducación y reinserción social” a través de la participación de
los internos en actividades deportivas con carácter competitivo y/o formativo19.
Superando las dificultades de la tarea, como explican Gómez y Pernas (2013),
los programas ofertados “tienen como principal objetivo normalizar la
convivencia de los presos, aliviando las tensiones que provoca el sistema
carcelario, al tiempo que se procura atenuar las consecuencias negativas que
el paso por la cárcel puede dejar en sus vidas” (p. 41). En ese objetivo,
recuperan los autores una resolución del Congreso Mundial de la Educación
(Berlín, 2006) donde se incluye el deporte y la actividad física entre los
componentes de la educación en las cárceles (p. 42).
El deporte profesional no es ajeno a prácticas de lo que en el mundo de
la empresa se denomina responsabilidad social corporativa. Un ejemplo de ello
son la creación de escuelas deportivas en países en vías de desarrollo que han
llevado a cabo clubes de élite de nuestro país, o desde otro ámbito,
determinadas federaciones deportivas españolas.
19 En su página web oficial la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias habla de la importancia del deporte como “elemento clave en la preparación para su futura vuelta a la vida en libertad”.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
115
5. ¿QUÉ ES EL DEPORTE PARA LOS CIUDADANOS? Para redondear la forma al fenómeno deportivo en esta caracterización
que estamos acometiendo desde distintos ángulos de interés es preceptivo
pulsar la imagen que tiene el ciudadano del hecho en sí, más allá de los rasgos
que hemos dibujado del deporte hasta el momento. Para ello, usamos como
base los resultados que ofrece el Estudio nº 3029 de junio de 2014 del
Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), organismo
dependiente del Gobierno de España, y que mide mensualmente el estado de
la llamada opinión pública a través de aproximadamente 2.500 encuestas.
Además, completamos la interpretación de cómo se comportan los
ciudadanos respecto del deporte en su distintas formas con datos que nos
ofrecen las Encuestas de Hábitos Deportivos realizadas por el Consejo
Superior de Deportes en 2016 y anteriormente en 2010, esta última analizada
por García Ferrando.
Algunos rasgos característicos del fenómeno deportivo, a raíz de los
resultados que ofrecen estos trabajos, son:
1) En su tiempo libre, el ciudadano medio practica más que ve deportes,
pero el deporte no es ni mucho menos su primera ocupación ya que
actividades como estar con la familia o con los amigos, leer libros o revistas,
navegar por internet o consultar redes sociales o escuchar música son
opciones más frecuentes. Eso sí, cada vez se hace más deporte, destacando
ya en 2010 como positivo García Ferrando (p. 53) la incorporación a la
actividad física de las personas mayores. En las cifras de 2015, el 27% de las
personas que se incluyeron en la encuesta mayores de 65 años realizan
alguna actividad deportiva semanal (p. 149).
2) Aunque el interés por el deporte es alto, seis de cada diez
encuestados reconocía en 2010 no asistir nunca a espectáculos deportivos, y
de los que sí lo hicieron, la mitad compraron entradas para asistir a un partido
de fútbol, siendo la asistencia a otros deportes como baloncesto, motociclismo,
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
116
automovilismo, tenis o atletismo residual en comparación con el balompié. En
los datos actualizados de 2015, el 37,1% de la población encuestada había
asistido a algún espectáculo deportivo (p. 163).
3) Entre quienes lo practican, la motivación principal para hacer deporte
es estar en forma, como diversión o entretenimiento o por motivos de salud y
para relajarse. El deporte como forma de relación social o practicado por afán
de superación personal o competición es residual en porcentajes en la última
encuesta.
4) El deporte más practicado por los encuestados es la gimnasia,
seguida por la carrera a pie y por el ciclismo. El fútbol es el sexto deporte más
practicado y su práctica ha caído en los últimos años en casi un punto
porcentual, estando por delante otros deportes como la natación o la
musculación y el culturismo. El otro deporte en el que existe competición
profesional en España por ley, el baloncesto, está en las preferencias de los
practicantes por detrás de otras disciplinas como el pádel, el atletismo u otras
actividades físicas con música (p. 148).
5) Aunque el deporte no está entre los motivos de preocupación de los
ciudadanos y estos parecen mantener una postura, como se citó durante este
capítulo, de “suave compromiso” respecto del fenómeno, hay una identificación
importante del común de la ciudadanía con el día a día del fenómeno como
algo propio. De hecho, casi el 90% de los encuestados se sentía muy orgulloso
o bastante orgulloso en 2010 cuando un deportista o una selección española
realizaba una buena actuación en un campeonato deportivo.
6) Respecto de la información, el deporte ocupa un espacio destacado
en el día a día de las personas según el Barómetro del CIS (2014), puesto que
aunque los encuestados reconocen que tratan de estar informados con mayor
interés de asuntos relacionados con la política, la salud o la medicina, al tiempo
reconocen que el deporte es el área en el que se consideran mejor informados,
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
117
y el tercer tema de conversación con amigos o compañeros pegado a la
política, la economía y el trabajo (p. 8).
Da la sensación de que la información deportiva es algo con lo que se
encuentran de manera espontánea, puesto que en torno a seis de cada diez
participantes en el estudio afirma que nunca o casi nunca escucha programas
deportivos en la radio, ni lee periódicos deportivos o secciones deportivas en
los periódicos generalistas, y tan sólo parece tener más atención de los
ciudadanos la información deportiva a través de la televisión (sólo tres de cada
diez reconocen no ver nunca noticias a través de este medio).
7) A tenor de los datos de 2010 que no se reflejan en la Encuesta de
2015, existe la percepción popular de que el deporte profesional recibe mayor
apoyo por parte de las instituciones que el deporte aficionado o el deporte para
todos, a pesar de que las políticas administrativas respecto del deporte práctica
están mejor valoradas que las que se llevan a cabo en España respecto del
deporte espectáculo, que ha devenido durante los últimos treinta años en
sociedades deportivas y mercantiles con problemas financieros de todo tipo.
García Ferrando (2010) no acierta a tener una respuesta al porqué de esa
tendencia, pero explica que:
“No parece que existan muchas dudas de que hay un cierto
conflicto de intereses de los que buena parte de la población solo
percibe las manifestaciones externas, ya que los poderosos intereses
económicos y mediáticos que subyacen al funcionamiento del deporte
mercantilizado son tan profundos, tanto en España como en el resto de
las sociedades más avanzadas, que difícilmente pueda vislumbrarse un
cambio real, más allá de buenos deseos y promesas, en la distribución
de los recursos que se destinan a cada uno de estos tres tipos de
deportes” (p. 132).
8) Cada vez más, el ciudadano realiza la actividad deportiva por su
cuenta, hasta llegar a un punto en el que el 75% opta por esa vía, lo que está
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
118
llevando a un descenso del deporte practicado a través de asociaciones,
federaciones o clubes o ligado a la actividad laboral o docente (en el trabajo o
en el colegio, instituto o universidad). De hecho, esos mismos tres de cada
cuatro ciudadanos reconocen no haber pertenecido nunca a clubes deportivos,
asociaciones o haber tenido licencia federativa. Y en los datos de 2015 de la
Encuesta de Hábitos Deportivos, el 16,1% de las personas que practican
deporte disponen de una licencia deportiva en vigor.
Conviene en este punto atender a algunos datos que nos deja el
consumo de deporte pasivo, poniéndolo en relación con otras actividades
culturales del ser social. Para ello, tomamos los datos de la Encuesta de
Hábitos y Prácticas Culturales en España 2014-2015 que publica el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España. Entre los resultados
que ofrece el informe destaca que el 27,5% de los encuestados declara haber
asistido a espectáculos deportivos, frente al 19,9% que ha visitado un Centro
Cultural o el 15,0% que ha estado en un Parque de Atracciones. Por tanto, la
asistencia a espectáculos deportivos es la primera actividad cultural o de ocio
de los encuestados, de la muestra que representa a la población española. En
cuanto a la práctica activa de actividades culturales destacamos algunos de los
resultados que ofrece la encuesta, que no incluye entre las opciones la práctica
de disciplinas deportivas:
“Los resultados de la encuesta indican que las actividades
culturales más frecuentes, en términos anuales, son escuchar música,
leer e ir al cine, con tasas del 87,2%, el 62,2% y el 54%,
respectivamente.
Estas actividades son seguidas en intensidad por la asistencia a
espectáculos en directo, 43,5%, destacando entre ellos los conciertos
de música actual, 24,5% y el teatro, 23,2%. Con menor frecuencia se
encuentran la asistencia a conciertos de música clásica, 8,6%,
espectáculos de circo, 7,7%, ballet o danza, 7%, ópera, 2,6%, o
zarzuela, 1,8%.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
119
Cada año, un 41,4% de la población investigada visita
monumentos, un 16,6%, yacimientos arqueo- lógicos, en conjunto el
42,8%. Por lo que respecta a la asistencia a museos, exposiciones o
galerías de arte, las tasas anuales se sitúan en el 39,4% de la
población analizada.
El 25,6% de la población acude cada año a una biblioteca o
accede virtualmente a ella. Las visitas a archivos son realizadas
anualmente por el 5,6% del colectivo objeto de estudio.
La encuesta investiga asimismo las prácticas culturales activas,
qué tipo de actividades artísticas son realizadas anualmente por las
personas objeto de estudio. Destacan por su frecuencia las
relacionadas con las artes plásticas tales como hacer fotografía con un
28,9% o pintura o dibujo 13,7%. Son seguidas por la afición por escribir
7,8%, las vinculadas a las artes musicales -un 7,8% toca algún
instrumento y el 2,4% canta en un coro- y por las relacionadas con las
artes escénicas, el 2,2% hace teatro y el 4,9% ballet o danza” (p. 5).
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
120
6. EL DEPORTE EN LA HISTORIA DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO ESPAÑOL
La preocupación de los poderes públicos por el fenómeno deportivo
tiene fecha inicial más o menos concreta en el calendario del siglo XIX y llega
hasta nuestros días. El Derecho nos ocupará más adelante en una parte
significativa de la investigación, y por ello no nos detendremos ahora en el
análisis jurídico sobre si existe o un derecho al deporte protegido a máximo
nivel constitucional en la España de nuestros días. Distintas autoridades en el
mundo de las leyes han aportado punto de vistas contrapuestos, y aún la
opinión no es uniforme. A este respecto, resulta de interés la ponencia de
Camps Povill (1994) en las X Jornadas Unisport sobre Derecho deportivo: “La
Constitución y el Deporte”. En esta, analiza el artículo 43.3 de la Constitución
Española para concluir que existe un derecho al deporte que, aún no teniendo
el máximo amparo constitucional en España, requiere de la acción positiva de
los poderes públicos.
Sí creemos necesario perfilar cómo las leyes del deporte, en este
período histórico, se ha ido insertando en las bases de la sociedad desde los
cafés donde se definieron las primeras reglas de juego hasta las normas
constitucionales de un número significativo de ordenamientos jurídicos
nacionales y supranacionales20.
En España, y durante un período histórico de muchos cambios políticos
y sociales, se aprobó el primer texto legal con base en materia deportiva en
1883: la Ley de creación de la Escuela Central de Profesores y Profesoras de
Gimnástica (Gaceta de Madrid nº 69, de 10 de marzo). En sus ocho artículos,
la norma esbozaba materias que debían integrar el aprendizaje de los
profesores, “teórica y práctica”, y dentro de esta última:
20 En el Anexo 1 realizamos un acercamiento a las constituciones y leyes fundamentales de los cincuenta países que ocuparon el medallero en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, con el objeto de analizar la presencia que ocupa el deporte en las normas principales de esos países
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
121
“La enseñanza práctica comprenderá: ejercicios libres y
ordenados sin aparatos, lectura en alta voz y declamación, ejercicios
acompañados de música y canto, ejercicios de la visión para apreciar
distancias, medir alturas y juzgar de la diversidad de matices, ejercicios
del oído para apreciar también por este órgano las distancias, así como
la dirección e intensidad del sonido, su ritmo y tonalidad, natación,
equitación, esgrima de palo, sable y fusil y tiro al blanco, ejercicios con
aparatos” (art. 2).
La Ley anticipaba que el Gobierno fijaría los criterios en los que la
enseñanza de gimnástica sería obligatoria en escuelas e institutos. En primera
instancia, otorgaba al deporte, a su enseñanza y a determinadas prácticas
deportivas emergentes un carácter estratégico que requería la atención del
poder público. Llegaba este texto legal casi treinta años después de que en
1859 se creara en Madrid el primer gimnasio, Vignolles.
Cuatro años y varios cambios de Gobierno y forma política del Estado
después, los clubes deportivos encontraron en la Ley de Asociaciones de 1887
(Gaceta de Madrid nº 193, de 12 de julio) un apoyo legal para desarrollarse.
Aunque el texto no habla expresamente del fenómeno deportivo, sí acoge a
aquellas asociaciones que tengan “fines benéficos y de recreo, o cualesquiera
otros lícitos que no tengan por único o exclusivo objeto el lucro o la ganancia”
(art. 1).
Fueron esos años en los que los clubes tomaron protagonismo como
lugar de encuentro del deporte, y seno de normas y competiciones propias que
venían a cumplir con el deseo de los deportistas. La creación de la primera
asociación deportiva con forma federativa data de 1895, cuando se aprobaron
los estatutos y se formó la primera junta directiva de la Unión Velocipédica
Española. En este entorno, y ya en el siglo XX, las federaciones nacionales
asumieron su función como asociaciones gestoras del día a día de las
diferentes disciplinas deportivas, una función creciente en actividades y
relevancia social.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
122
Tabla 3. Las veinticinco federaciones deportivas españoles con más licencias en 2015 y año de fundación oficial Federación Año de Fundación
Real Federación Española Fútbol 1909
Federación Española de Baloncesto 1923
Federación Española de Caza 1913
Federación Española de Golf 1932
Federación Española de Montaña y
Escalada
1922
Federación Española de Judo 1965
Federación Española de Balonmano 1941
Federación Española de Tenis 1909
Federación Española de Ciclismo 1896
Federación Española de Atletismo 1920
Federación Española de Kárate 1978
Federación Española de Natación 1922
Federación Española de Pesca y
casting
1942
Federación Española de Tiro Olímpico 1900
Federación Española de Voleibol 1925
Federación Española de Hípica -------
Federación Española de Patinaje 1946
Federación Española de Padel 1994
Federación Española de Vela 1998
Federación Española de Taekwondo 1976
Federación Española de Actividades
Subacuáticas
1947
Federación Española de Gimnasia 1899
Federación Española de Triatlón -------
Federación Española de Rugby 1923
Federación Española de Surf ------- Fuente: Elaboración Propia. Las fechas de fundación publicadas constan en las páginas web oficiales de
cada una de las Federaciones Deportivas.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
123
Y todo ello en un escenario social convulso, inmerso en conflictos
políticos y bélicos en los que las partes, como más adelante recordaremos,
echaron mano del deporte como arma de propaganda.
No fue ajena a esa realidad la contienda bélica española sufrida entre
1936 y 1939, de la que surgió el orden político franquista de los siguientes
cuarenta años. Aún en plena guerra, los militares dictaron distintas normas.
Entre ellas, el Fuero del Trabajo (BOE nº 505, de 10 de marzo) cita al deporte
como asunto de preocupación de las instituciones públicas. A partir de ahí, en
la normativa posterior de desarrollo se decretó la apropiación de las funciones
y tareas del Comité Olímpico Español, creando el Comité Nacional de
Deportes, al que se le daba la titularidad de representación del deporte español
(BOE nº 60, de 29 de agosto). Era 1938 y el punto de partida de la tutela
pública del deporte, en la medida en que el Comité respondería desde
entonces al Ministerio de Educación Nacional y, en virtud de esa ley, debería a
partir de ese momento:
“Proponer las normas para la reorganización deportiva nacional
en todos sus aspectos y modalidades, así como las pruebas, concursos
y certámenes de carácter nacional y los internacionales que deban
celebrarse en España y en el extranjero a los que deba asistir nuestra
representación, justificando los motivos de las respectivas propuestas y
las solicitudes de apoyo del Estado” (art. 5).
Las atribuciones de la norma dictada en 1938 se ampliaron en los
primeros años de la dictadura militar de Franco con el Decreto por el que se
creaba la Delegación Nacional de Deportes dependiente del partido único que
soportaba la ideología impuesta por el régimen (BOE nº 64, de 5 de marzo de
1941). Y es que el deporte era “uno de los principales instrumentos para la
entera educación del hombre español”. Y por ello:
“Al Partido, como intermediario político entre la sociedad y el
Estado, corresponde, mejor que a cualquiera otra institución, la
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
124
empresa de animar y dirigir todas las formas del deporte, cuidando, no
sólo del perfeccionamiento de las que sus propias secciones
desarrollan, sino también de coordinar todas las actividades del deporte
federativo, conservando cuanto hay de sano y aprovechable en la
iniciativa de Agrupaciones que cuentan con una brillante historia de
servicios al deporte español” (Preámbulo).
En virtud de esas prerrogativas, la Delegación Nacional dependiente del
partido asumía las tareas de representación ante las instituciones deportivas
internacionales, así como la fiscalización de las normas, estatutos, reglamentos
y presupuestos de las federaciones deportivas nacionales, nombrando a sus
presidentes y autorizando o rectificando la organización de calendarios y
competiciones deportivas, e incluso los bienes y servicios del Comité Olímpico
Español.
Lo que era una realidad de hecho desde 1941 se fijaba con la Ley
77/1961, de 23 de diciembre, sobre Educación Física, que no dejaba margen a
interpretaciones. Dicha ley se convirtió en la norma de referencia hasta el final
de la dictadura militar en España:
“De esta manera se asienta de modo definitivo la educación física
como parte fundamental de la educación española y se contempla la
práctica del deporte como su proyección natural, liberando el concepto
de cualquier matiz restringido o privado para revertirlo hacia la plena
sociedad española” (Preámbulo).
La transición democrática supuso una nueva oportunidad histórica para
definir el papel del Estado respecto del deporte. En plena reordenación de las
instituciones que habían manejado los asuntos públicos durante la etapa
franquista, un Real Decreto (RD 596/1977, de 1 de abril) marcaba la
adscripción de lo deportivo a la Presidencia del Gobierno. Se creaba, dentro de
los órganos dependientes de aquella una Dirección General de Educación
Física y Deportes a la que correspondería “la planificación y desarrollo de la
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125
política del Gobierno en relación con la educación física y las actividades
deportivas de todo orden, así como la coordinación entre los órganos de la
Administración y las Entidades sociales de carácter deportivo” (art. 8). En esta
redacción se dejaba para más adelante la calificación de dichas entidades
sociales de carácter deportivo. Sucedió igual unos meses más tarde cuando el
Real Decreto 2258/1977, de 27 de agosto, daba estructura y funciones al
Ministerio de Cultura y Bienestar. De este, como órgano autónomo, pasaría a
depender el Consejo Superior de Deporte, cuya naturaleza y tareas se definían
en el artículo 14. En dicho artículo se hablaba de una “coordinación con las
entidades deportivas, así como la relación con el Comité Olímpico Español”.
Seguido en el tiempo, los ponentes constitucionales también dejaron
abierta la interpretación del papel que debería asumir en el deporte el poder
público. Eso sí, obligaron a este a no dejarlo en la esfera privada, al redactar el
que sería artículo 43.3 de la futura Constitución Española del literal siguiente:
“Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y
el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio”.
Los ponentes no se detuvieron mucho en la discusión sobre el artículo,
dentro del capítulo dedicado a los Principios Rectores de la Política Social y
Económica. Más allá de cuestiones de estilo, solo una enmienda de las
recogidas por la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas
del Congreso de los Diputados, la 760, proponía suprimir el apartado que cita
el deporte en el artículo finalmente aprobado y convertir ese apartado en un
artículo distinto con la siguiente redacción: “Los poderes públicos tienen la
obligación de fomentar y facilitar el desarrollo de la actividad física y el deporte,
así como la adecuada utilización del tiempo de ocio” (p. 355). Esta opción
hubiera evitado la discusión sobre si el deporte que deben fomentar los
poderes públicos es sólo el que va con cargo a la salud de las personas. La
Ponencia final no aceptó la enmienda 760.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
126
El mandato de la nueva constitución se tradujo, dos años más tarde, en
la Ley 13/1980 General de Cultura Física y del Deporte (BOE nº 89, de 12 de
abril), que comenzaba reconociendo que:
“La actividad deportiva se ha venido produciendo en la época
contemporánea como manifestación de iniciativas sociales espontáneas,
al principios libres de todo tipo de intervención por parte de los poderes
públicos, sin perjuicio de su natural sujeción a medida de política
general, sobre todo en materia de orden público” (Preámbulo).
En sus primeras líneas hacía historia y crítica para hablar del “progresivo
intervencionismo público en el ámbito del deporte” que llevó a la aprobación de
la primera Ley del Deporte en 1961, una ley que se califica en el preámbulo de
la de 1980 como innovadora pero inadecuada por la “explicable pero indebida
vinculación a las instancias políticas imperantes en el momento de ser
aprobada”.
Si bien es cierto que la Constitución Española de 1978 desvincula el
deporte de cualquier intencionalidad partidista, tanto el 43.3 como sus leyes de
desarrollo siguen la estela “publificadora” del deporte marcada por el régimen
anterior. Un fenómeno que había nacido de la iniciativa privada, de los clubes
sociales y de las tabernas ciudadanas del siglo XIX, se fijaba como un asunto
de Estado a finales del siglo XX a través de las leyes fundamentales de nuestro
país.
La evolución legislativa de base en España en materia deportiva, en el
momento de este trabajo, se cierra con la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del
Deporte (BOE nº 249, de 17 de octubre), en la que el poder público pasa de
catalogar el deporte como una manifestación social espontánea, a definirlo
como una de las actividades sociales de mayor arraigo y capacidad de
movilización y convocatoria, elemento fundamental del sistema educativo,
factor corrector de desequilibrios sociales, o actividad que fomenta la
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
127
solidaridad, constituye una manifestación cultural y puede ser actividad libre y
espontánea, y que presenta aspectos diferenciados:
“-La práctica deportiva del ciudadano como actividad espontánea,
desinteresada y lúdica o con fines educativos y sanitarios.
-La actividad deportiva organizada a través de estructuras asociativas.
-El espectáculo deportivo, fenómeno de masas, cada vez más
profesionalizado y mercantilizado” (Preámbulo).
En un ejercicio por mantenerse entre dos orillas, a medio camino entre
quienes defenderían el fenómeno deportivo como algo perteneciente a la
esfera privada de los hombres y quienes publicitan hacia lo estatal o público la
actividad deportiva, el legislador insiste en la importancia del deporte como
parte de la educación integral de las personas, y dedica el articulado a legislar
sobre las asociaciones deportivas, las federaciones deportivas, el deporte
profesional, o la lucha contra el dopaje, por señalar algunas cuestiones. Afirma
la naturaleza privada de las federaciones deportivas pero las vincula a lo
público:
“Corolario del reconocimiento de la naturaleza privada de las
Federaciones deportivas y de su papel de organismo colaborador de la
Administración, es la declaración directa y genérica de utilidad pública
que la Ley efectúa. El sello de oficialidad que, por habilitación estatal,
ostentan las Federaciones deportivas españolas, encuentra aquí su
manifestación más visible y, al tiempo, justifica la tutela y control del
Estado sobre las mismas” (Preámbulo).
Habla de oficialidad, de la representación de la nación española en
competiciones de carácter internacional y amplía el cartel de utilidad pública
para el Comité Olímpico Español, asociación privada cuyo objeto es el
desarrollo del movimiento olímpico y difusión de sus ideales.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
128
Otras normas legales específicas sobre distintas materias han
desarrollado los preceptos de la Ley del Deporte de 1990. Son los casos del
Real Decreto 1835/1991 sobre Federaciones Deportivas Españolas y Registro
de Asociaciones Deportivas u otros textos de diferente rango que afectan al
sector deportivo y que mantienen pugnas abiertas entre actores del deporte21.
En definitiva, y después de repasar cómo el deporte se insertó en las
normativa legal de nuestro país, nos asalta una pregunta: ¿Quién llamó antes a
la puerta de quién? ¿El Estado al deporte o el deporte al Estado? Miquel
Pascual (1992) entiende, hablando de la evolución del deporte en el siglo XIX,
que:
“Mientras pudo organizarse y conseguir fondos el llamado mundo
del deporte se organizó por sí mismo, pero en cuanto comenzó a
adquirir cierta relevancia todas las miradas se volvieron hacia los
poderes públicos para obtener fondos sin dejar que estos mismos que
aportaban los fondos necesarios para su supervivencia se
inmiscuyeran en su organización” (p. 146).
Y sin embargo, en un análisis de la evolución de las relaciones entre
deporte y Estado, destaca Pascual como los regímenes de distintos signo
político se atribuyeron “funciones deportivas” por diferentes motivaciones,
hasta un punto actual en el que la intervención pública en materia deportiva es
uniforme desde la base legislativa pasando por la concepción diaria que tienen
los dirigentes políticos. En otra visión autorizada del tema, Cazorla Prieto
(1979) afirma:
“El deporte que se incorpora a la Constitución es el deporte de y
para todos los ciudadanos; es el deporte como elemento diario en la
21 En el inicio del año 2015 se han producido diferentes paros del fútbol modesto en la mayoría de las Comunidades Autónomas de España a raíz de las consecuencias de la reformada Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a emprendedores y su internacionalización del Gobierno de España, que de manera directa afecta a quienes se ocupan de distintas tareas en el deporte de base.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
129
vida de toda persona en condiciones para practicarlo, que es el que de
mejor y de modo más directo se conecta con la salud individual y
colectiva, como ha reconocido el Tribunal Supremo en la sentencia de
la Sala 3ª, de 23 de marzo de 1988. Es el deporte activo o deporte-
práctica, y no el pasivo o deporte espectáculo. El deporte espectáculo y
el deporte profesional no gozan de respaldo constitucional al no
constituir en esencia un instrumento directo al servicio de la práctica
deportiva, sino un medio para la extensión del deporte como
espectáculo. Esto no significa que el deporte-espectáculo y de alta
competición no deban contar con la protección de los poderes públicos;
pueden y deben contar con tal protección, pero no por mor de la
declaración constitucional” (p. 12).
Y al final, más allá de debates ideológicos y doctrinales, se puede
afirmar que en España, el deporte no puede abstraerse, pese a sus orígenes,
de la normativa legal y las políticas públicas que tratan de darle forma. La ley
estatal que define las bases del hecho deportivo se ha traducido en diecisiete
normas autonómicas, y estas obligan a todos los poderes en los diferentes
niveles a tomar parte en el dibujo del fenómeno que tratamos de elaborar en
esta tesis. Bajando a la realidad práctica, dejamos un ejemplo: algo tan básico
como la elaboración del calendario de una competición deportivo, que a priori
parece competencia propia de las organizaciones deportivas, de las personas
que gestionan su deporte, ha requerido la intervención a máximo nivel de la
autoridad pública en 2015 tras el conflicto entre las partes en el fútbol
español22.
22 Tras la aprobación del calendario deportivo de Primera División en la Asamblea General de la RFEF de julio de 2015, la Liga de Fútbol Profesional modificó las fechas de finalización del mismo, retrasándolo en alguna semana. Esta modificación la respaldó el Consejo Superior de Deportes instando a la aprobación de dicha modificación y tuvo que ser el sindicato de futbolistas quien mediara con una propuesta para disputar una jornada de liga en Navidades de 2015 y mantener el final de liga en mayo de 2016.
CAPÍTULO I. EL FENÓMENO DEPORTIVO EN SOCIEDAD, HOY
130
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
1. El derecho a informar a través de la historia.
2. Recorrido histórico del derecho a informar en España.
3. El caso LFP vs. Radios en España.
4. Los puntos de vista de las partes en conflicto a través de la
opinión de sus voces autorizadas.
5. Derecho a informar y derechos de comunicación pública.
6. Del interés general al interés social pasando por el interés
público. La opinión pública.
7. Los límites del derecho a comunicar información.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
132
El tema central sobre el que se basa la discusión objeto de nuestro
estudio es el derecho a la información y, por tanto, lo escrito en las leyes y
normas que componen el ordenamiento jurídico español y europeo es fuente
de autoridad. Por ello, la metodología en este punto nos acerca mucho a la
investigación documental e histórica y a la interpretación de lo que se dice y,
quizá más importante, lo que no se dice o se dice entre líneas en las
sentencias manadas de los tribunales de justicia. En una cuestión
controvertida, sobre la que aún no se ha cerrado un dogma de aceptación
común, lo que ha escrito la doctrina también nos valdrá como punto de partida
para una definir una de las tesis personales de nuestro trabajo.
La investigación y el estudio de las fuentes jurídicas que tienen algo que
decir sobre el caso se completa con la constatación para nuestro estudio de los
puntos de vista de las partes. Al ser un conflicto vivo, cuyo penúltimo capítulo lo
escribió la Audiencia Nacional con una sentencia en 2015, la posibilidad de
recabar el testimonio directo de las partes nos pareció de interés académico
máximo.
El capítulo comienza con un recorrido histórico por la formación a nivel
mundial y española del derecho a la información, para a continuación recuperar
la historia de la pugna entre los clubes de fútbol y las emisoras de radio en
España. A partir de ahí, el estudio de lo escrito y lo dicho nos aportará la base
para definir y dibujar el contenido del derecho a la información en un nivel
práctico y en relación con el mundo del deporte. En ese camino, intentaremos
aclarar conceptos que parecen confusos cuando han sido utilizados por la
doctrina e incluso por la jurisprudencia: ¿Es lo mismo derecho a información
que derecho a transmitir? ¿Son ideas similares las que llevan de fondo el
interés general y el interés público? ¿De qué hablamos cuando hablamos de
opinión pública?
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
133
1. EL DERECHO A INFORMAR A TRAVÉS DE LA HISTORIA Origen y definición del derecho a la información desde el Siglo XIX
Para acercarnos a nivel teórico y práctico a una caracterización futura de
la sociedad que forman el derecho a la información, el deporte y los medios de
comunicación, procede un repaso histórico al origen y gestación de uno de los
“socios”: el derecho a la información. Antes de acometer una aclaración sobre
las posibilidades, deberes, obligaciones y límites que lo moldean en relación
con el deporte, es preceptivo realizar un repaso por su generalidad, con el
objetivo de darle forma y peso histórico a través de documentos y demás
cartas magnas de derechos a nivel mundial. Esta recopilación de algunas de
las fuentes del Derecho que abrieron senda a nivel internacional hace
doscientos años nos servirá para comprobar cuál es el grado de
reconocimiento y protección explícita del derecho a la información a máximo
nivel legislativo. Veremos si ha sido refrendado o no a posteriori por un
desarrollo normativo específico y uniforme que evite desencuentros
intelectuales y resuelva disputas, por ejemplo, entre quienes lo defienden frente
a quienes lo atacan cuando se coloca en contacto con derechos comerciales o
de explotación.
Desde finales del siglo XVIII, el reconocimiento de la libertad humana
para expresarse e informar están presentes como arma contra los antiguos
sistemas totalitarios de gobierno de la época. Aunque no de modo expreso,
baste citar en este punto que la Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano francesa (1789) apunta que:
“La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es
uno de los derechos más preciosos del hombre; todo ciudadano
puedes, pues, hablar, escribir, imprimir libremente, a reserva de
responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por
ley” (art. XI).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
134
Nótese que en este primer reconocimiento al derecho de las personas
no aparece el término “información”. Eran épocas en las que la fuerza creciente
de quienes encontraron en la imprenta el modo para expresar libremente sus
pensamientos para que llegaran a la sociedad chocaban con el interés de los
regímenes políticos por controlar que esos pensamientos libres fueran
favorables a su causa. La libertad de prensa y de imprenta fue precursora del
derecho o libertad de información, que tampoco aparece en la Declaración de
Derechos de Estados Unidos (1791). Es la prohibición de tomar cualquier
medida que coarte la “la libertad de palabra o imprenta” (art. 1) la que se
enlaza con otras libertades como la de reunión o la de manifestación.
Ya en el siglo XX, la Asamblea General de las Naciones Unidas (1946)
estableció que:
“La libertad de información es un derecho humano fundamental y
piedra de toque de todas las libertades a que la ONU está consagrada
[…]. La libertad de información implica el derecho a recopilar, transmitir
y publicar noticias en cualquier parte y sin restricción alguna y como tal
es un factor esencial en cualquier esfuerzo serio para fomentar la paz y
el progreso del mundo” (Resolución 59.1).
De aquí podría extraerse una posible definición de lo que es informar, en
los intentos por parte de la ONU de poner un punto de partida a una definición
del derecho que nos ocupa. Esos esfuerzos siguieron en la Conferencia sobre
Libertad de Información que se celebró en la primera de 1948 en Ginebra
(Suiza). De esta salieron tres borradores de proyecto: los dos primeros fueron
aprobados, por no así el tercero, necesario para que los tres se ratificaran en
conjunto por los países asociados. Desde entonces, varias sesiones del
organismo mundial de estados han estudiado el asunto, y se han aprobado
varios puntos del tercer borrador. Por otro lado, se diseñó un proyecto de
declaración sobre la libertad de información en 1959, proyecto que fue remitido
a la Asamblea General. A día de hoy no ha habido pronunciamiento de esta
respecto de dicho proyecto.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
135
En todo caso, hay que referirse a la mención que hace la Declaración
Universal de Derechos Humanos (1948), fuente de inspiración de leyes a nivel
mundial. En su artículo 19 aparece de manera expresa el término
“información”, desligado, además, del similar concepto de “opinión”:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus
opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión”.
Posteriormente, en el seno de las Naciones Unidas se han realizado
esfuerzos que fueron pioneros en el desarrollo y, sobre todo, la protección de
este derecho humano. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(1976) amplía el acercamiento al derecho a la información:
“1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones.
2. Toda personas tiene derecho a la libertad de expresión; este
derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya
sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por
cualquier otro procedimiento de su elección.
3. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este artículo
entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente,
puede estar sujeto a ciertas restricciones, que deberán, sin embargo,
estar expresamente fijadas por ley y ser necesarias para: a) asegurar el
respeto a los derechos o a la reputación de los demás; b) la protección
de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”
(art. 19).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
136
Más cerca en el tiempo, es digno citar la creación del Relator Especial
para la Libertad de Opinión y Expresión, que fue instaurado por Resolución de
la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en 1993 y que centró sus
esfuerzos en dar pautas de actuación ante las novedades que el mundo de la
comunicación presenta a diario. Por otro lado, denunció aquellos casos en que
los profesionales, el derecho a la información o más ampliamente la libertad de
expresión han sido cercenados por discriminaciones, presiones políticas,
sociales, etc.
En su intento por definir el derecho a la información, el relator centró sus
esfuerzos en asegurar la libertad de los ciudadanos a recibir información en
relación con los Estados y en denunciar los abusos cometidos por distintos
regímenes estatales contra la libertad de los informadores.
En su resolutoria “Protección y Promoción del Derecho a la libertad de
Expresión y Opinión” (1994), el comisionado abordó la tarea de definir
conceptos como “libertad”, “opinión” e “información”, pero lo hizo con principios
que pueden servir como inspiración u orientación, pero no como concreción
específica que obligue a ser aceptada. Como afirma Abid Hussein (E/CN
4/1995/32, de 14 de diciembre):
“El derecho a recibir informaciones es uno de los elementos
esenciales de la libertad de expresión. Tal libertad no sería efectiva si
las personas no tienen acceso a la información. Ésta es básica para
una forma de vida democrática” (Punto 35).
Yendo más allá, el relator realiza una conceptualización de
“información”. Eso sí, la definición llega en relación con los organismos públicos
y el derecho de acceso a la información de los ciudadanos. Sirva esta mención
tan solo para apuntar que ese derecho, distinto al que se estudia en este
trabajo, sí ha tenido concreción específica, quizá por la obligación de definir de
la relación entre los ciudadanos y el poder político, y los derechos de acceso
de los primeros respecto de la información que es de todos, pública y oficial.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
137
Así las cosas, y pasado el tiempo, es justo destacar en este punto lo que
de inspiradora, pionera y precursora tiene la Declaración Universal de
Derechos del Hombre, en tanto en cuanto supone la fuente de la que han
bebido numerosos tratados internacionales, constituciones nacionales (como la
española) y leyes internas de multitud de países.
El reconocimiento del derecho a la información en Europa Bajando un escalón desde lo universal a lo más cercano, la construcción
de Europa como unidad más allá de lo económico que se inicia con el Consejo
de Europa recoge una protección del derecho a la información en su Convenio
Europeo de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, que ya
marca en su artículo 10 alguno de los límites a los que se puede someter, no
así una definición conceptual de tal derecho o el mandato para un desarrollo y
concreción del mismo. Veremos más adelante que la vía de los límites será la
forma más aproximada de definir el concepto de “información”.
Desde mediados del siglo XX, Europa ha crecido como unidad
económica y política. Su evolución se ha reflejado en los distintos Tratados,
como el que da nacimiento a la Unión Europea en 1992, firmado en Maastricht.
En este no se hace mención expresa al derecho a la información, más allá de
la protección del ya citado derecho de acceso que tienen los ciudadanos en
relación con la información pública. La Carta de los Derechos Fundamentales
de Niza, de diciembre del año 2000, reconoce la libertad de expresión y de
información, “derecho que comprende la libertad de opinión y la libertad de
recibir o comunicar informaciones o ideas…” (art. 11).
Entretanto las instituciones políticas europeas han afinado en el
acercamiento al derecho a la información, ha sido el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos quien en sus distintas sentencias ha tratado de
conceptuarlo de manera más nítida. Maíllo (2011) recupera dos sentencias de
especial interés por afectar a casos españoles y donde se colocan algunos
límites a la libertad de expresión. Antes, Azurmendi Adarraga (1997), al hablar
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
138
del interés público informativo (en el que más adelante nos detendremos como
referencia clave para definir la información), afirma que “el Tribunal no define
qué es el interés público informativo, pero sí ofrece pautas para comprenderlo
como elemento integrante de cualquier valoración de la comunicación desde
una perspectiva de lo justo” (p. 73).
Más concretas en su enunciado y objetivos, las Directivas, de obligada y
progresiva aplicación para todos los países de la Unión, se han acercado al
fenómeno del derecho a la información desde ópticas comerciales y con
prioridad a la regulación de aspectos como la publicidad, la protección del
menor, etc. Eso sí, han centrado su atención prioritaria en lo que se define
como “servicios audiovisuales”. Se excluye de manera explícita al resto de
medios de información, incluidos las versiones electrónicas de periódicos y
revistas, cuando en su Directiva 2010/13/UR, de 10 de marzo, de Servicios de
Comunicación Audiovisual, aclara que:
“A los efectos de la Directiva, el término “audiovisual” debe hacer
referencia a las imágenes en movimiento, acompañadas o no de
sonido, por lo que comprende las películas mudas, pero no la
transmisión de audio ni los servicios de radio” (art. 23).
La mencionada Directiva es referencia para la legislación española y
anticipa en este punto conceptos que más adelante trabajaremos en relación
con el objeto de estudio. Así, se definen en ella términos como “programa”,
“responsabilidad editorial”, “emisión televisiva”, “publicidad televisiva”,
“televenta”, etc… Pero no existe nuestra reclamada definición del derecho a la
información, o más específicamente, del concepto “información”, aunque la
Directiva sí protege expresamente tal derecho:
“Los derechos de radiodifusión televisiva de acontecimientos de
gran interés para el público pueden ser adquiridos por los organismos
de radiodifusión televisiva con carácter exclusivo. Sin embargo, es
esencial fomentar el pluralismo mediante la diversidad de programación
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
139
[…] y respetar los principios reconocidos en la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea” (art. 48).
A continuación se habla de eventos deportivos como acontecimientos
nacionales o no nacionales de gran importancia para la sociedad:
“Es fundamental que los Estados miembros tengan capacidad
para adoptar medidas encaminadas a proteger el derecho a la
información y a garantizar un amplio acceso del público a la cobertura
televisiva de acontecimientos nacionales o no nacionales de gran
importancia para la sociedad, tales como los Juegos Olímpicos, el
Campeonato del Mundo de fútbol y el Campeonato Europeo de fútbol”
(art. 49).
Reclama a los estados que protejan el derecho a la información, pero
nunca se aborda la tarea de definirlo o conceptualizarlo. Quizá no es la misión
de la Directiva, que se detiene en otros conceptos de mayor interés para el
legislador. En un articulado que aspira a la generalización, atiende a la
particularidad del hecho deportivo cuando en relación con el derecho a la
información señala que:
“Para proteger la libertad fundamental de recibir información […],
quienes gocen de derechos exclusivos de radiodifusión televisiva sobre
un acontecimiento de gran interés para el público deben conceder a
otros organismos de radiodifusión televisiva el derecho a utilizar
extractos breves […]. Tales extractos breves podrían utilizarse en
emisiones de radiodifusión que alcancen todo el territorio de la UEFA
por cualquier canal, incluso los canales dedicados a los deportes, y no
deben superar los 90 segundos” (art. 55).
Volveremos a la Directiva, así como al resto de normativa europea que
es fuente e inspiración para la española, pero en este repaso por las
referencias al derecho a la información a nivel mundial y desde sus orígenes,
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
140
hagamos ahora mención a otro nivel de textos que no forman parte
estrictamente de la jurisprudencia pero que nos pueden servir como guía para
seguir en el camino hacia la definición de los términos objeto de nuestro
estudio.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) publicó unos “Principios Universales de Ética Profesional
en el Periodismo” (1983), que reconocían “el derecho de la gente a la
información veraz. La gente y los individuos tienen derecho a adquirir una
visión objetiva de la realidad por medio de información exacta y comprensiva”
(Principio I).
El Consejo de Europa adoptó un Código Europeo de Deontología del
Periodismo (1993) en el que, al hablar de la información, afirma:
“La información constituye un derecho fundamental, reconocido
por la jurisprudencia de la Comisión y del TEDH […], así como por las
Constituciones democráticas”. Más adelante, en su punto 18 cita “la
importancia de la información, en particular de la radio y de la
televisión, en la cultura y la educación” (Punto 8).
La referencia a distintos códigos éticos y deontológicos propuestos por
entes como la UNESCO o el Consejo de Europa no es gratuita, puesto que las
definiciones que éstos aportan en sus distintos documentos han sido
consideradas como ley por una referencia como es el Tribunal Europeo de
Derechos del Hombre (Suárez Espino, 2007)23.
23 En referencia al artículo 10 del Código Europeo de Derechos Humanos, afirma que “la jurisprudencia del TEDH ha considerado leyes a estos efectos […]: b) El Código Deontológico de un Colegio Profesional”.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
141
2. RECORRIDO HISTÓRICO DEL DERECHO A LA INFORMACIÓN EN ESPAÑA
Las citadas en el punto anterior son algunas de las fuentes llegadas
desde el orden global que han marcado la historia y el crecimiento del derecho
a la información, obligando unas más que otras como principios inspiradores a
las legislaciones estatales. A continuación, es momento de comenzar la
búsqueda de lugares en los que dar forma a ese derecho cuestionado en
nuestro caso de estudio concreto cuando la Liga de Fútbol Profesional (LFP)
española y los medios de comunicación radiofónicos de nuestro país chocaron
en intereses en 2011.
Para ello, es oportuno sentar bases sobre las que se cimienta la
discusión que nos ocupa: los operadores de radio invocaron el derecho a la
información como garantía de su facultad para acceder a los estadios de fútbol
españoles de Primera y Segunda División con el objeto de dar cuenta de lo que
sucedía en los encuentros deportivos. Con el propósito de ser rigurosos en el
uso de términos, citamos lo que la Sala Primera de lo Civil del Tribunal
Supremo (STS 8683/2011, de 7 de noviembre) matizó en su día:
“No existe un derecho fundamental a la información, sino a
comunicar y recibir libremente información veraz por cualquier medio
de difusión; se trata, como expresa el artículo 20.1. d) de la CE, de un
derecho doble que se concreta en comunicar la información y recibirla
de manera libre en la medida en que la información sea veraz” (FJ 3º).
Por tanto, a partir de este punto, la pregunta que nos haremos no es si
las emisoras, cualquier medio de comunicación o cualquier persona, tienen
derecho a la información en relación con los encuentros de fútbol o de
cualquier otro deporte, sino si aquellos tienen derecho a comunicar información
veraz, etc…
De igual manera que hicimos a nivel mundial, realizaremos un breve
acercamiento a la definición del derecho a la información a través de la historia
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
142
reciente de España y desde el último tercio del siglo XIX. Como antes se
apuntaba, el crecimiento de las libertades de las personas pugnó durante ese
periodo histórico con regímenes que trataban de marcar el ritmo de ese
crecimiento, en todo el mundo y en España. El reconocimiento en las variadas
leyes fundamentales de nuestro país de la libertad de expresar ideas e
imprimirlas para difundirlas compitió con las salvedades que establecían
distintos órdenes políticos más o menos temerosos de aparcar su histórico
control de las libertades. Al tiempo que nacían las asociaciones de periodistas
y los colegios profesionales, surgían las oficinas de censura.
La historia constitucional española arranca en 1812 y lo hace con una
matizada libertad para expresar opiniones: “Todos los españoles tienen libertad
de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia,
revisión o aprobación alguna anterior a la publicación, bajo las restricciones y
responsabilidad que establezcan las leyes” (art. 371, CE 1812, de 19 de
marzo). A partir de entonces, los textos constitucionales siguen la línea
marcada por los ponentes de Cádiz.
En 1837, la norma constitucional incluye la mención expresa a la libertad
de difundir ideas, con sujeción a las leyes y sin censura previa, y expresa que
“la calificación de los delitos de imprenta sólo corresponden a los jurados” (art.
2, CE 1837, de 18 de junio). Esta última idea desaparece en la Constitución
Española de 1845, y en la de 1869 se mantiene la misma línea: “Tampoco
podrá ser privado ningún español del derecho de emitir libremente sus ideas y
opiniones, ya de palabra, ya por escrito, valiéndose de la imprenta o de otro
procedimiento semejante” (art. 17, CE 1869, de 7 de junio). Del mismo modo
ocurre con la Constitución que se aprueba siete años más tarde: “Todo español
tiene derecho de emitir libremente sus opiniones, ya de palabra, ya por escrito,
valiéndose de la imprenta o de otro procedimiento semejante, sin sujeción a la
censura previa” (art. 13, CE 1876, de 2 de julio).
El mandato de 1876 se ampliaría con la Ley de Prensa e Imprenta de
1883, que aún con modificaciones y períodos de suspensión, se mantuvo
vigente hasta bien entrado el periodo de posguerra. La Constitución Española
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
143
de 1931, que incidía en la pauta marcada por los textos constitucionales del
siglo anterior, respetó aquella ley aunque adaptándose a los tiempos:
“Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y
opiniones, valiéndose de cualquier medio de difusión, sin sujetarse a la
censura previa. En ningún caso podrá recogerse la edición de libros y
periódicos sino en virtud de un mandato de juez competente. No podrá
decretarse la suspensión de ningún periódico sino por sentencia firme”
(art. 34, CE 1931, de 9 de diciembre).
Ya en el período de guerra entre 1936 y 1939 se dictó la Ley de Prensa
de 1938, que fue la referencia legal tras el final de la contienda y mantuvo su
vigencia hasta la promulgación de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966.
De ahí, hasta la norma vigente en la actualidad. El artículo 20.1. de
nuestra Constitución Española de 1978 es el punto de partida del camino que
tomó el derecho que analizamos. La redacción del ponente constitucional lo
acercó mucho a la mencionada Declaración Universal de Derechos del
Hombre, tal y como se reclama en el artículo 10.2. de la CE24. Al incluirse en el
Título I, se dota al derecho de la máxima protección y garantías jurisdiccionales
(como la tutela de los tribunales ordinarios con preferencia y sumariedad y los
recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional). La redacción literal y
completa del artículo es la siguiente:
“1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y
opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de
reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y
técnica.
24 El art. 10.2. de la CE dice: “Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España”.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
144
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o escribir libremente información veraz por
cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de
conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.
2. El ejercicio de estas libertades no puede restringirse mediante
ningún tipo de censura previa.
3. La Ley regulará la organización y control parlamentario de los
medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier
ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos
sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la
sociedad y de las diversas lenguas de España.
4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos
reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo
desarrollen y especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la
propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia.
5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones,
grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución
judicial”.
El análisis simple del literal del artículo nos lleva a extraer las prioridades
del constituyente con vistas al posterior desarrollo legislativo: se anticipa la
preocupación por regular las cláusulas de conciencia y el secreto profesional,
así como por marcar el control de los medios de comunicación dependientes
del poder público. Y establece límites del derecho a comunicar en el respeto a
otros derechos reconocidos en el Título I.
El desarrollo legislativo posterior nos deja como referencias de algunas
de las cuestiones planteadas en el artículo la LO 2/1997, de 19 de junio,
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
145
Reguladora de la Cláusula de Conciencia, la LO 2/1984, de 26 de marzo,
Reguladora del Derecho a Rectificación, o las distintas leyes y estatutos que
han regulado sobre los medios de comunicación de titularidad pública
(televisión y radio). Además, se protegió el Derecho al Honor, la Intimidad y la
Propia Imagen con la L.O. 1/1982, de 5 de mayo.
Pero, como afirma Azurmendi (1997) tras su estudio del Anteproyecto de
la Ponencia Constitucional y de las Actas de las sesiones de discusión y
aprobación de enmiendas, no se entró a discutir cuestiones doctrinales de
ninguno de los derechos reconocidos en el artículo 20. Y aún así, los anexos
de aquellas sesiones muestran cómo, en el espíritu, hubo una preocupación
por definir y concretar más el contenido del artículo.
En los votos particulares de los representantes de los partidos políticos
se enfrentaron posturas en relación con la posibilidad de citar como objeto
particular de la cláusula de conciencia y en el secreto profesional a la figura del
periodista, del profesional de la información. Mientras unos abogaban por
redactar el apartado d) del 20.1. del siguiente modo: “La ley regulará el derecho
de los periodistas a la cláusula de conciencia”; otros defendieron la no inclusión
del término “periodistas”. Ésta última fue la postura que se impuso y, a nuestro
modo de entender, excluyó a la figura del profesional de la información de una
posición relevante desde el punto de vista constitucional. Esa mención, quizá,
hubiera obligado al legislador a una regulación de la profesión que no se ha
acometido, amén de alguna proposición de ley que presentaba un estatuto del
periodista cuya tramitación caducó en septiembre de 2011, según consta en los
expedientes de Congreso de los Diputados.
Ese tratamiento especial al profesional de la información se ha dado en
posteriores sentencias de los tribunales, e incluso en el desarrollo legislativo de
las materias sobre las que sí hubo mandato constitucional. La prueba es que la
ley orgánica que desarrolla la cláusula de conciencia lleva por título “Ley
Orgánica 2/1997, de 19 de junio, reguladora de la cláusula de conciencia de los
profesionales de la información”.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
146
La realidad es que no se ha regulado sobre la figura del profesional de la
información ni, como se afirma en la sinopsis del Congreso sobre el artículo 20
de la Constitución Española (González Escudero, 2011), tampoco sobre el
secreto profesional (es posible que la dificultad sea responder a la pregunta de
quién es “el profesional”) o la libertad de cátedra, ni se encuentra en las leyes
una definición de “información”. Esta tarea se ha obviado aún más que la de
intentar acometer una regulación de la profesión periodística que establezca
quien es periodista y las condiciones de acceso al ejercicio laboral, algo
reclamado por parte de la doctrina (Gay Fuentes, 1991):
“No sería por lo tanto imposible, a pesar de mantener que en la
práctica profesional del periodismo se hace ejercicio del derecho
constitucional y general a comunicar, que se establecieran
determinadas condiciones que hicieran devenir esta profesión,
desarrollada hoy en régimen de libertad, en una profesión sujeta a
ciertos condicionamientos concretos para su ejercicio” (p. 391).
Sin embargo, cuando se trata del sector audiovisual, se puede leer en la
sinopsis que publica la misma Cámara Baja:
“Superando la dimensión estrictamente constitucional del derecho
a la creación de medios de comunicación, hay que recordar la
espectacular evolución que ha sufrido el sector audiovisual en los
últimos tiempos, a través de una amplia batería de leyes, sujetas a
modificaciones, y finalmente derogadas, para quedar resumidas en tres
normas fundamentales: la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de
Telecomunicaciones, la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la
televisión de titularidad estatal y la Ley 7/2010, de 31 de marzo,
General de la Comunicación Audiovisual. Este marco normativo es el
resultado de un importante esfuerzo de racionalización de un sector
que, hasta ahora, se había caracterizado por la falta de una ley
general, por la dispersión normativa y por la proliferación de leyes
dictadas en atención a dos criterios: el sistema técnico de transporte de
la señal y el ámbito de cobertura”.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
147
Es decir, la atención y la preocupación se centra en el “sector”. Y
mientras sí hay una Ley General de la Comunicación Audiovisual, no se creó
una Ley General de Comunicación o de Información, sin apellidos, que fije
bases cuando del mundo de la comunicación y la información se trate; ni existe
un estatuto de la profesión periodística que no fuese el desarrollado en 1967
tras la preconstitucional Ley 14/1966 de Prensa e Imprenta.
Así las cosas, el marco normativo sobre el que nos moveremos en este
estudio se apoyará en la jurisprudencia manada de los tribunales, así como en
las leyes y normas que llegaron desde Europa, y fundamentalmente, en la Ley
General de la Comunicación Audiovisual, reformada casi ex profeso a raíz del
conflicto de 2011 entre los clubes de fútbol españoles y las emisoras de radio.
Como veremos a continuación, no sería la última vez que se tapa la herida de
un conflicto particular con la venda de una ley manada, como todas, del poder
público.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
148
3. EL CASO LFP VERSUS LAS RADIOS EN ESPAÑA Es momento de hacer historia y poner en relación todo lo escrito con el
conflicto que se originó en el verano de 2011 y que puso en disputa a la Liga
de Fútbol Profesional (LFP) con las empresas radiofónicas de España.
Anotemos aquí que la LFP es una entidad con personalidad jurídica propia
constituida por los clubes que participan en las competiciones profesionales de
fútbol de España (Primera y Segunda División). Aunque legalmente depende
de la federación deportiva correspondiente, la Real Federación Española de
Fútbol (RFEF), tiene “organización y funcionamiento interno autónomo y le
corresponde, en coordinación con la RFEF, organizar las competiciones”(art.
41, Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte), entre otras asignaciones.
Apenas un mes antes de que comenzara oficialmente el Campeonato
Nacional de Liga en Primera y Segunda División de la temporada 2011/2012, la
asociación de clubes profesionales hacía pública tras su Asamblea General y
por acuerdo de esta una comunicación a los operadores de radio sobre el
canon radiofónico.
Se anunciaba en ese comunicado la intención de comercializar unos
“derechos de retransmisión radiofónica” de los encuentros de fútbol que los
equipos de fútbol disputarían a partir de la temporada que estaba a punto de
arrancar: "El objetivo de esta comercialización es el desarrollo de la explotación
de los derechos exclusivos propiedad de los organizadores de los Encuentros
con efectos en la primera jornada del Campeonato de Liga" (LFP, 2011).
Se establecían varios paquetes de servicios, a distintos precios y con
distintas posibilidades (retransmisión, ubicación en diversas zonas de los
estadios, acceso a entrevistas exclusivas, etc...) y se indicaba: “Los operadores
radiofónicos interesados deberán remitir su oferta con indicación de a qué
servicios optan [...] ofreciendo precio [...]. Las ofertas recibidas y adjudicaciones
en su caso serán válidas para las temporada 2011/2012, 2012/2013 y
2013/2014".
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
149
No tardaba mucho en responder la Asociación de Radios Públicas y
Privadas25, que emitía un comunicado durante el mes de agosto anunciando
que se oponía al pago, "en la convicción de que el actual modelo de
convivencia entre radios y clubes es desde hace muchas décadas el más
conveniente para ambas partes" (AERC, 2011), y presentando una serie de
argumentos para justificar su rechazo, entre los que se aducía lo inoportuna de
la decisión de la LFP por la crisis económica generalizada, la implicación de las
radios en la creación y fomento del espectáculo, "con beneficio de los clubes",
y además, algo trascendente desde la óptica de nuestra investigación:
“1. En la retransmisión radiofónica [...] los oyentes no reciben el
espectáculo que tiene lugar en el campo a través de las imágenes de lo
que está ocurriendo, sino a través de la versión subjetiva y personal del
profesional que relata el partido [...]. La radio se posiciona así mucho
más cercana a la prensa escrita, cubierta asimismo por el derecho a la
información, que a la televisión [...].
3. Las radios consideran que el quehacer radiofónico está así
cubierto por el derecho a la información de los ciudadanos, consagrado
en el art. 20 de nuestra Constitución, mientras que el art. 19 de la Ley
General de Comunicación Audiovisual recoge el derecho a la
información exclusivamente en televisión" (AERC, 2011).
El inicio del Campeonato Nacional de Liga consagró la postura de los
clubes, que impidieron de diversos modos el acceso de las emisoras de radio a
los estadios, salvo excepciones puntuales de algún club como el Sevilla FC,
que permitió la entrada a su estadio de los informadores, o los que tenían
contrato con entes autonómicos de radiotelevisión26.
El conflicto llegó a una clase política en plena precampaña electoral,
25 Formado por las cadenas de emisoras Onda Cero, SER, COPE, Radio Marca y las cadenas de la Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA). 26 Las emisoras de radio guardaron un minuto de silencio en sus emisiones en protesta por las pretensiones de la LFP, como se detalla en la noticia publicada por el diario digital 20 Minutos (2011).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
150
hasta el punto de que varios miembros del Gobierno mostraron su disposición
para cambiar la Ley General de Comunicación Audiovisual, y políticos de
distinto signo, ideario y siglas se posicionaron del mismo lado: el Gobierno de
España a través de su portavoz aseguraba que las radios estaban amparadas
por el derecho a informar “en directo de un acontecimiento deportivo de
máximo interés para los aficionados y que contribuye a la difusión de un
deporte que concita el interés de un mayoritario número de ciudadanos”
(Cadena Ser, 2011). El principal partido político de la oposición, a través de su
secretario de comunicación, declaraba que la pretensión de cobro para el
acceso “atenta contra el derecho a la información” (Europa Press, 2011).
No tratamos un conflicto sin precedentes. Durante los años noventas del
siglo pasado se escenificó la pretensión de algunos clubes de cobrar a los
medios informativos. Fueron causas personales en algunos casos 27 y
comunitarias en otros: no era la de 2011 la primera vez en que la Liga
intentaba cobrar por el acceso a los estadios a las emisoras de radio, el
llamado "canon digital". La cadena de televisión Telecinco demandó a la LFP y
a la Real Federación Española de Fútbol invocando su derecho a informar para
acceder a los estadios y grabar sus propias imágenes de los encuentros de
fútbol de Liga de manera gratuita. En 1996, la Audiencia Provincial de Madrid
dictó sentencia autorizando el acceso a los estadios a la cadena y marcando
líneas que a continuación seguiremos en relación con la definición del derecho
a informar.
En el verano de 2011, la asociación de clubes, en nombre del operador
que detentaba unos supuestos derechos para la transmisión, decidió poner
precio a esos derechos por los que nunca se había abierto puja, ni se habían
comercializado. Tras impedírseles el acceso a los estadios de fútbol, las
emisoras de radio inventaron alternativas para seguir ofreciendo la narración
en directo de los encuentros de liga profesional en sus programaciones de fin
de semana: el relato de los partidos a través de la televisión, el alquiler de
27 Jesús Gil quiere cobrar a los medios informativos por acceder al Vicente Calderón, informaba el diario ABC de septiembre de 1992.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
151
grúas para poder ver los encuentros desde fuera de los estadios o la opción de
los informadores dentro del mismo, en una localidad general, y contando vía
teléfono móvil las novedades que se iban dando durante los partidos. La
situación se prolongó durante toda la temporada deportiva 2011/2012.
Mientras, se produjeron elecciones generales en el país y hubo cambio
en el Gobierno de España. Uno de los candidatos que había prometido
solucionar el conflicto realizó la modificación de la Ley General de la
Comunicación Audiovisual para instar a las partes a ponerse de acuerdo. Si no
lo hacían, como efectivamente sucedió, sería la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones (CMT) quien pondría precio al acceso de las emisoras de
radio a los estadios de fútbol.
La CMT dictó resolución marcando cauterlamente un precio de 98 euros
por emisora y partido que cobraría la Liga en nombre del poseedor de los
derechos, y en su escrito definitivo rebajó la cuantía en 13 euros (al valorar en
4 euros la amortización del mobiliario que usan los informadores en el estadio)
para dejar el pago en 85 euros por partido y emisora. La decisión de la
Comisión fue recurrida por la Liga de Fútbol Profesional ante la Audiencia
Nacional, solicitando que el pago fuera de 142 euros. Dicho tribunal dictó
sentencia en enero de 2015 sobre la base de un informe pericial que subió a
100 euros la compensación económica que las emisoras deben abonar a la
LFP por “consumo eléctrico, limpieza, seguridad, mantenimiento general,
accesos y acreditaciones” (Punto 5, sentencia de la Sección 8 de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional nº 51/2013, de 28 de
enero de 2015).
A la espera de conocer el fallo del Tribunal Supremo en relación al
recurso de casación presentado tras la sentencia de la Audiencia Nacional,
recurso que fue admitido a trámite y se encuentra en estudio en enero de 2016,
las partes no desistieron de defender sus argumentos, pero la pugna se enfocó
hacia la cantidad que los operadores debían pagar por el acceso y uso de
instalaciones. Aquellos que pretendían obtener una rentabilidad económica a
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
152
derechos que poseen porque han adquirido previo pago de un precio se
conformaron temporalmente con 100 euros por partido y emisora. Y las
emisoras de radio aparcaron su defensa del derecho a la información como
bandera para acceder a los estadios de fútbol de manera gratuita. No se
resolvieron, sin embargo, una serie de interrogantes en la relación entre los
medios de comunicación y otros actores en el mundo del deporte. Buscamos a
continuación respuestas en las leyes españolas que afectan al conflicto.
La Ley 21/1997 de Retransmisiones Deportivas
Antes de analizar la resolución dictada por la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones, así como la posterior sentencia de la Audiencia Nacional
y la norma actual en lo que nos afecta al estudio, que no es otra que el Real
Decreto Ley 15/2012, de 20 de abril, que modifica el régimen de administración
de RTVE así como la Ley General de la Comunicación Audiovisual de 2010,
nos detendremos en la precursora de estas: la Ley 21/1997, de 3 de julio,
Reguladora de las Emisiones y Retransmisiones de Competiciones y
Acontecimientos Deportivos. Fue la llamada “ley del fútbol” o “ley Cascos”, en
referencia al ministro bajo cuyo mandato se aprobó. Aquella ley es fuente de
las posteriores y la actual y, como afirma Díez Bueso (1999), introdujo
novedades conceptuales y jurídicas:
“Es una Ley novedosa en el tratamiento del derecho a la
información: se sitúa plenamente en la perspectiva del destinatario de
la información, superando la tradición de proteger al emisor de la
misma como medio para proteger al receptor; no conformándose con
ello, deriva nuevos derechos de los dictados del art. 20.1.d de la
Constitución, el derecho de crónica gratuita y el derecho a recibir en
abierto ciertos acontecimientos deportivos” (p. 14).
La regulación de un derecho fundamental como es el que tienen todos
los ciudadanos a comunicar información veraz es inexistente más allá del
mandato constitucional. A pesar de ello surge en el año 1997 una ley
específicamente dirigida a un ámbito puntual de la comunicación. Esa norma
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
153
es la reacción a un conflicto no jurídico, un afamado choque de intereses a
finales de los años noventa. El 12 de abril de 1996, la Liga de Fútbol
Profesional, reunida en Asamblea General, otorgaba libertad a sus asociados,
los clubes de Primera y Segunda División del fútbol español, para negociar
individualmente la cesión a terceros de sus derechos audiovisuales. A partir de
aquí, cada uno de los clubes se adscribió a la oferta de un grupo de
comunicación de los dos que pujaban por tales derechos. Aquello ocasionó lo
que se dio en denominar “la guerra del fútbol”.
No es materia de este estudio entrar en las razones de aquella disputa,
ni en los porqués o los “cómo”, pero sí conviene apuntar que la respuesta del
Gobierno de entonces al “choque de trenes” entre los dos grupos de
comunicación más potentes del país, y la intención de uno de ellos de explotar
en régimen exclusivo de pago por visión los derechos adquiridos, fue la Ley
21/1997, de 3 de julio, Reguladora de Emisiones y Retransmisiones
Deportivas28.
La Ley, que sólo analizaremos en aquellos puntos que nos motivan el
estudio arrancaba en su exposición de motivos explicando que:
“La importancia social de las retransmisiones audiovisuales de los
acontecimientos deportivos de especiales relevancia dota a los mismos
de un indudable interés público, que exige garantizar, sobre apoyos
constitucionales explícitos, los legítimos derechos de los consumidores
a acceder a dichas retransmisiones, así como la eficaz protección de
los diversos intereses deportivos y mercantiles afectados [...]. Desde el
punto de vista estrictamente deportivo, tales situaciones de restricción
de mercado y de concentración de derechos exclusivos puedes
condicionar el normal desarrollo de la competición y pueden afectar a la
estabilidad financiera e independencia de los clubes” (Exposición de
Motivos). 28 Citamos aquí el completo y documentado estudio de Terol Gómez “Fútbol, Televisión y Derecho a la Información (a vueltas con la Ley 21/1997, de 3 de julio, Reguladora de Emisiones y Retransmisiones de Competiciones y Acontecimientos Deportivos)”, publicado en la Revista de Administración Pública, num. 158, mayo-agosto 2002.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
154
En una lectura objetiva, sin prejuicios ni datos colaterales, extrañaría que
se otorgue por parte del legislador tanta relevancia a los acontecimientos
deportivos, e incluso al normal desarrollo de la competición. Más aún cuando
no se trataba de toda la competición, sino “con carácter restrictivo, por
referencia a las competiciones o acontecimientos deportivos oficiales, de
carácter profesional y de ámbito estatal, o que correspondan a las selecciones
nacionales de España”.
Con el propósito de apuntar los orígenes de las discusiones que nos
ocupan seguiremos extrayendo algún párrafo de la exposición de motivos de la
Ley:
“El derecho a la información deportiva se recoge en la Ley
estableciendo, en primer lugar, la libertad de acceso de los medios de
comunicación social a los estadios y recintos deportivos. En segundo
término, a través de los siguientes criterios: gratuidad de la emisión de
noticias o imágenes en telediarios, diarios radiofónicos o espacios
informativos de carácter general, y la prohibición de restringir el
derecho a la información en los supuestos de cesión de los derechos
de retransmisión o emisión” (Exposición de Motivos).
En su articulado, el texto dictaba la posibilidad de una contraprestación
económica para las transmisiones por televisión, siempre que no excluyeran
el acceso de otros operadores; además fijaba el acceso de los espectadores a
los acontecimientos de interés general y citaba la legislación europea para
excluir del pago por visión a determinados eventos. En especial, los partidos
de fútbol:
“Por lo que a nuestro país se refiere, con continuidad desde 1963,
se ha consagrado, como tradición arraigada, la práctica de retransmitir
cada sábado o domingo, en emisión abierta, el partido de fútbol de 1.ª
división de mayor interés deportivo dentro de cada jornada, elegido
libremente por los operadores. Al aparecer los sistemas de
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
155
retransmisión codificada, se ha seguido manteniendo el derecho
preferente de elección en favor de los operadores que emiten en
abierto, continuando así una tradición que se remonta
ininterrumpidamente a más de tres décadas. La presente Ley,
atendiendo al interés general, viene a confirmar la continuidad, la
legitimidad y la preferencia de este derecho de elección del encuentro
de liga o de copa más interesante de cada jornada de competición”
(Exposición de Motivos).
Si quisiéramos responder a alguna de las cuestiones que nos ocupan en
este estudio sobre la base de dicha Ley, ya podríamos hacerlo, y realizaremos
el ejercicio a modo de prueba con el objetivo de hacer constar cómo las leyes y
sus modificaciones a lo largo de estos últimos años han ido cambiando el signo
de las repuestas. Por ejemplo, ¿se podía, en virtud de los derechos de
retransmisión adquiridos por un operador, impedir el acceso al resto de medios
informativos de la competencia a los estadios de fútbol? Encontramos la
respuesta negativa en el artículo 2 de la Ley, que señalaba que “para hacer
efectivo (el derecho a informar) los medios de comunicación social dispondrán
de libre acceso a los estadios…”. ¿Estaban obligados a pagar un precio los
medios informativos? La respuesta sería “depende”:
“Cuando se trate de la obtención de noticias o imágenes para la
emisión por televisión de breves extractos, libremente elegidos, en
telediarios, no estarán sujetos a contraprestación económica [...]. La
emisión de dichos extractos tendrá una duración máxima de tres
minutos por cada competición. Los diarios o espacios informativos
radiofónicos no estarán sujetos a las limitaciones de tiempo y de directo
contempladas en el párrafo anterior” (arts. 2-3).
Es decir, para ejercer el derecho a comunicar información en espacios
definidos como “informativos” en las parrillas de programación, las emisoras de
radio disponían de “libre acceso”, y podían informar sin limitaciones de tiempo.
¿Qué ocurría con otro tipo de programas, como los llamados “carruseles”?
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
156
Quedaba a voluntad del dueño de los derechos comerciales, ya que según el
artículo 3 de la ley, “los titulares de los derechos de explotación audiovisual [...]
podrán autorizar las emisiones y retransmisiones por radio y televisión de
programas deportivos especializados no comprendidos en el artículo 2.2”.
¿Podía exigir una compensación económica por la autorización quien
fuera poseedor de los derechos? Sí, pues la ley explicaba que los programas
no informativos “se realizarán sobre la base de las imágenes o noticias
obtenidas, directa o indirectamente en los recintos donde se celebren los
acontecimientos deportivos y darán derecho a una contraprestación económica
a favor de los correspondientes titulares” (art. 3.3).
A partir de esta norma, no había discusión sobre el aceptado derecho de
acceso libre a los estadios deportivos para ejercer su derecho a comunicación
información veraz, sin límite de tiempo, pero sólo en los espacios señalados
(¿por quién?) como “informativos” dentro de su parrilla de programación. En el
caso de otros programas no señalados como estrictamente informativos, entre
los que se podrían enmarcar a los llamados programas “carrusel”, el poseedor
de los derechos tenía la posibilidad de autorizar o no y de exigir pago o no.
Y estas posibilidades para el informador y el poseedor de derechos lo
serían, según el artículo 1 de la ley, cuando se tratase de competiciones
deportivas oficiales, profesionales y estatales (las que organiza la LFP y la Liga
ACB de baloncesto, según señala la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del
Deporte); las correspondientes a las selecciones nacionales de España o
cualesquiera otras siempre que “tengan especial relevancia y trascendencia
social”.
Por otro lado, ¿para qué facultaba la ley al informador? Para “obtener
noticias” (art. 2.2), y a difundirlas, se entiende, aunque no se cite textualmente.
¿Cuántos informadores podían acceder al estadio para cumplir con su tarea?
No se especifica en la ley, más allá del “libre acceso” que marca el artículo 2.1.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
157
Hacer ficción sobre las posibilidades de la ley si hubiera tenido
continuidad en el tiempo es un ejercicio vano, pero en este punto dejaremos
constancia de algunas cuestiones de interés. Por ejemplo, el texto consagra un
derecho a la información deportiva, que no es más que una versión
especializada del derecho constitucional a comunicar información veraz que no
está avalada más que por esta ley.
Por otro lado, la ley abría la posibilidad de defender que el profesional
sólo pudiera obtener información y comunicarla en función del tipo de programa
o producto de comunicación al que se dedicase. ¿Es el derecho constitucional
a comunicar información veraz menos protegible si el formato radiofónico es un
carrusel que si el formato radiofónico es un noticiario? El artículo 20.1. de la CE
reconoce y protege el derecho a comunicar o escribir libremente información
veraz “por cualquier medio de difusión”. No nos detendremos en este punto a
defender si tenía o no base esa diferenciación.
Hubiera resultado útil definir en esta u otra norma qué es “noticia”, en
relación a la protección constitucional de los derechos a comunicar información
y a expresar opiniones libremente. En el conflicto entre las emisoras y los
clubes por el pretendido “canon radiofónico” se propuso en algunos foros de
discusión sobre el tema que el informador accediera al recinto deportivo,
presenciara los encuentros e informase solamente sobre goles, alineaciones,
inicio y final del partido, así como los datos habituales de la llamada “ficha
técnica”. La doctrina y la jurisprudencia española y europea nos acercarán al
término “noticia”, y nos ayudarán a decidir si información y opinión pueden o no
ir de la mano, y si dar noticia de un gol está protegido por el derecho a informar
pero no así expresar una valoración personal sobre, por ejemplo, la buena o
mala disposición táctica de una escuadra.
En todo caso, todo lo que era como explicamos desde 1997 dejó de
serlo con la aprobació de la Ley 7/2010 General de Comunicación Audiovisual,
que derogaba la Ley 21/1997 y que a partir de entonces establecía las bases
del marco audiovisual español, con especial incidencia a lo referido a
acontecimientos deportivos.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
158
La Ley 7/2010 General de la Comunicación Audiovisual
La penúltima palabra de la ley sobre el conflicto entre las emisoras de
radio y la LFP se dijo en abril de 2012, con un Real Decreto Ley que modificó la
7/2010 y que sentó las bases del pacto de no agresión entre las partes. No
obstante, en el intento por entender los vaivenes de las leyes que afectan al
caso, nos detenemos en este punto a analizar cómo la Ley de 2010 cambió los
planteamientos de la de 1997, en relación con las información radiofónica
deportiva.
Y lo haremos desde un presupuesto inicial, la realidad de que esta ley,
así como las anteriores, atendían menos a materias relacionadas con la
comunicación o la información que a lo que la misma ley denomina “el sector” o
“la industria”. Definía conceptos relacionados con estos y atendía al ciudadano
sólo en parte. Ya en su preámbulo hablaba de la industria y la calificaba de
trascendente, y “cada vez con mayor peso para la economía”. Tanto es así que
la posible discusión sobre si la ley debía ser tramitada como orgánica u como
una ley ordinaria (en función de si trataba o no sobre derechos fundamentales),
la zanjó el Consejo de Estado en su Dictamen 1387/2009 cuando explica que:
“La materia objeto de la ley proyectada no entra propiamente en el
ámbito reservado a la ley orgánica, pues su finalidad es regular
aspectos relativos a los servicios de comunicación audiovisual en tanto
que instrumentos de comunicación pero no la determinación de
elementos "esenciales" para el ejercicio del derecho constitucional
citado. A la luz de lo anterior, habida cuenta del contenido de la norma
y de que con ella se modifican otras normas del mismo carácter y
rango, puede considerarse adecuada la configuración del anteproyecto
como ley ordinaria” (Punto III.2.).
El texto de la ley marcaba entre sus objetivos el de adaptarse a los
nuevos tiempos tecnológicos, el de trasponer la Directiva Europea de 2007
sobre la materia y “dar seguridad jurídica a la industria y posibilitar la creación
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
159
de grupos empresariales audiovisuales con capacidad de competir”. Además,
aspiraba a regular los entes públicos de comunicación estatales y proteger los
derechos de los ciudadanos en materias como la publicidad, o los derechos del
menor, la pluralidad lingüística, la igualdad de géneros, etc.
En su Título I definía productos comerciales y canales de negocio,
fundamentalmente. En el Título II atendía a “los derechos del público” (del
espectador, se entiende, no del ciudadano), y dentro de estos distinguía,
definía y protegía la pluralidad, el respeto, la veracidad, la diversidad cultural y
lingüística, los derechos del menor y de las personas con discapacidad, y una
mezcla de asuntos varios: “Todas las personas tienen derecho a ser
informados de los acontecimientos de interés general y a recibir de forma
claramente diferenciada la información de la opinión”.
Más adelante, en el artículo 6, dedicado al derecho a una comunicación
transparente, se incluía el derecho de la ciudadanía “a conocer la
programación televisiva con antelación suficiente” (art. 4.6).
El Capítulo II de este Título se dedicaba a “los derechos de los
prestadores del servicio de comunicación audiovisual”. En este se abordaban la
autorregulación, el derecho de acceso a la prestación del servicio, los derechos
a crear canales de comunicación comercial y asuntos diversos relacionados
con la publicidad.
Es en la Sección 3ª del Capítulo II del Título II, dedicado a la normativa
básica, donde encontramos los enunciados que se refieren a “la contratación
en exclusiva de la emisión por televisión de contenidos audiovisuales”. Aquí es
donde las “eliminaciones” que implantó la ley de 2010 respecto del texto de la
ley de 1997 pudieron abrir la puerta a los clubes de fútbol para exigir a las
emisoras de radio españolas el “canon radiofónico”, el pago por informar.
Estando vigente la primera ley, la discusión hubiera versado, como veíamos
anteriormente, sobre si los “carruseles” son espacios con un componente
informativo, o informan y entretienen, o sólo entretienen. Pero la situación tras
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
160
aprobarse la ley de 2010 se tornó de distinto color. Es por ello que nos
detenemos en un estudio comparado de ambas leyes.
Así, mientras en la Ley 21/1997 señalaba que: “Para hacer efectivo tal
derecho, los medios de comunicación social dispondrán de libre acceso a los
estadios y recintos deportivos” (art. 2); el título de la Sección 3ª de la Ley de
2010 restringió lo que se dictara en dicha sección al medio televisivo, y
abordaba los temas, siempre, desde el punto de vista de los derechos del
prestador de servicios. La frase anterior, eliminada en la ley de 2010, se
sustituyó por el literal: “Los prestadores del servicio de comunicación
audiovisual pueden acceder, en la zona autorizada, a los espacios en los que
se celebre tal acontecimiento” (art. 19.3.).
El referido artículo 2.2. de la ley de 1997 se refleja en la ley de 2010 en
el artículo 19.3., donde en términos similares, se obliga a quienes posean
derechos de retransmisión de acontecimientos de interés general a permitir un
breve resumen informativo para programas de información general, y siempre
que se emitieran en un informativo, en diferido y con una duración inferior a
tres minutos. En la redacción de 2010 se eliminaba la referencia específica de
1997 para el caso de las emisoras de radio: “Los diarios o espacios
informativos no estarán sujetos a las limitaciones de tiempo y de directo
contempladas en el párrafo anterior” (art. 2.2. de la Ley 21/1997). También
desaparecía en su totalidad lo dispuesto en el artículo 3 de la anterior ley,
donde se explicitaba la posibilidad de los dueños de los derechos para
autorizar retransmisiones por radio y televisión de programas deportivos
especializados, y la posibilidad a voluntad de los adjudicatarios de derechos de
una contraprestación económica a favor de los correspondientes titulares.
Así las cosas, se eliminaba la posible discusión mencionada
anteriormente sobre los programas informativos y los programas “magacín”, o
el derecho específico para los informadores de radio de informar en directo, sin
limitaciones de tiempo, y “desde la zona autorizada en el espacio donde se
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
161
celebra el evento” (lo que en la anterior ley era “con libre acceso a los estadios
y recintos deportivos”).
El resto del articulado de la Ley 2010 se dedicaba “a la regulación y
coordinación del Mercado de Comunicación Audiovisual”, ofreciendo reglas
para un mercado competitivo, condiciones para acceder a las licencias cuando
éstas son necesarias, así como una nueva regulación de los entes públicos de
comunicación y del Consejo Estatal de Medios Audiovisuales.
En esta ley que, insistimos, regulaba fundamentalmente el negocio, una
curiosidad. Justo después de hablar de los acontecimientos de interés general
(a efectos solo televisivos), y cuando abordaba el régimen jurídico de los
servicios de comunicación “como servicios de interés general”, desplegaba un
artículo donde se lee:
“Los servicios de comunicación audiovisual radiofónicos, televisivos y
conexos e interactivos son servicios de interés general que se prestan
en el ejercicio del derecho a la libre expresión de ideas, del derecho a
comunicar y recibir información, del derecho a la participación en la
vida política y social, y del derecho a la libertad de empresa, y dentro
del fomento a la igualdad, la pluralidad y los valores democráticos” (art.
22.1).
Igual merecería la pena detenerse a investigar qué pretendía el
legislador con este artículo de “asuntos varios” en el que se mezclan tantos
conceptos distantes entre sí, y dentro del Capítulo que se titula “Régimen
jurídico básico de la prestación de servicios de comunicación audiovisual en un
mercado transparente y plural”. Pero no es este objeto de nuestra tesis. Aún
así, vemos cómo la Ley regula muchas cuestiones relativas al mercado, pero
pocas relativas a la comunicación, a la información, en definitiva materias que
ampliaran el alcance de lo dictado en el artículo 20 de la Constitución
Española.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
162
La “solución” del Gobierno al conflicto entre emisoras de radio y clubes de fútbol: el Real Decreto Ley 15/2012
Pero si la Ley de 1997 abría una discusión, y la Ley de 2010 la cerraba
para dejar paso a las reclamaciones de la LFP, el Real Decreto Ley 15/2012,
de 20 de abril, de modificación del régimen administrativo de la Corporación
RTVE, previsto en la Ley 17/2006, de 5 de junio, es el que soportó el estado
del conflicto hasta mediados de 2015 con la modificación normativa que a
continuación referimos.
Con el ánimo de zanjar el asunto en la medida en que alguna de las
partes reclamaba hacer efectivas las promesas electorales, el partido político
que tomaba turno en el Gobierno legisló por a golpe de decreto dadas “las
circunstancias de extraordinaria y urgente necesidad que exige el artículo 86
de la CE”29. Para ello, se modificaba el mencionado anteriormente título de la
Sección 3ª del Capítulo II del Título II para eliminar la expresión “por televisión”
y que quedara del siguiente modo: “La contratación en exclusiva de la emisión
de contenidos audiovisuales”.
Y se incluía el siguiente nuevo apartado:
“Los prestadores de servicios de comunicación audiovisual
radiofónica dispondrán de libre acceso a los estadios y recintos para
retransmitir en directo los acontecimientos deportivos que tengan lugar
en los mismos, a cambio de una compensación económica equivalente
a los costes generados por el ejercicio de tal derecho.
La cuantía de la compensación económica será fijada mediante
acuerdo de las partes. En caso de discrepancia sobre dicha cuantía,
corresponderá a la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones
29 Rodríguez Ten explica en su artículo “Comentario de urgencia al RD 15/2012, de 20 de abril, que modifica la Ley general de comunicación incidiendo en el conflicto entre la LFP y las emisoras de radio”, publicado en el portal Iusport en abril de 2012, algunas dudas jurídicas sobre la idoneidad de la utilización por parte del Gobierno de un Real Decreto para modificar la ley.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
163
resolver el conflicto mediante resolución vinculante, a solicitud de alguna
de las partes y previa audiencia de las mismas” (art. 19).
En el real decreto ley, el legislador se decantaba de una de las partes,
apuntando al déficit de la Ley General de la Comunicación cuando solo “regula
la emisión de contenidos audiovisuales a través de la televisión sin hacer
mención alguna a la radiodifusión sonora”. Se defendía sin posibilidad de
discusión alguna el derecho a la información como garante para el acceso de
las emisoras a los estadios de fútbol. A partir de entonces, si hubiera existido
algún acuerdo del organismo que reúne a los clubes de fútbol con algún grupo
de comunicación para la venta de unos derechos de retransmisión, este
quedaba en papel mojado:
“Es necesario que la legislación audiovisual reconozca
expresamente el derecho de los prestadores de servicios de
comunicación audiovisual radiofónica a comunicar información sobre
acontecimientos deportivos y de este modo proteger el derecho a la
información de todos los ciudadanos como derecho prioritario”
(Exposición de Motivos).
A continuación encontraba remedio a las pretensiones de los clubes de
fútbol fijando una compensación económica por los gastos que ocasionan las
emisoras durante su tarea informativa en los estadios.
Si no se ponían de acuerdo las partes, sería la Comisión del Mercado de
Telecomunicaciones la que fijaría dicha compensación. No lo hicieron. La LFP
cifró esa compensación en 456.000 euros para el acceso a los estadio de
Primera División y 252.000 euros para el acceso a los de Segunda. Las
emisoras de radio no aceptaron esa cifra y en junio de 2012 las partes
renunciaron a seguir negociando. A finales de julio, y dada la urgencia de que
la temporada deportiva arrancara con una solución, la Comisión dictó medidas
cautelares y 98 euros de compensación por partido de fútbol y emisora. Y el 29
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
164
de noviembre de 2012 (Reunión 42/12 del Consejo) dictaba la Resolución
definitiva en la que rebajaba la cuantía y afirmaba:
“El debate sobre el alcance del derecho de acceso reconocido en
el artículo 19 de la Ley Audiovisual para ejercer el derecho a la
información es ajeno al ámbito competencial reconocido a esta
Comisión en virtud de dicho artículo, por lo que deberá ser la
jurisdicción competente quien lo determine, a la que deberán aducir las
partes en aras a delimitar su ámbito de aplicación” (p. 11).
Es decir, la Comisión instaba a las partes a resolver el debate de fondo
en la instancia adecuada. De hecho, insistía en su Resolución en que en
ningún caso “la determinación de los costes prejuzga la extensión del derecho
fundamental a la información”. Las partes tenían un plazo para recurrir la
Resolución, algo que sí hizo la LFP con un recurso ante la Audiencia Nacional.
Esta, en su sentencia de la Sala Contencioso-Administrativa, Sección 8, sobre
el recurso nº 51/2013 mantuvo la línea de lo dictado por la Comisión, cuando
explica que los “derechos de retransmisión radiofónica” nunca han sido objeto
de explotación comercial y que tradicionalmente en España ninguna emisora
ha realizado pagos por el “derecho a retransmitir”, puesto que:
“La distinta naturaleza entre una retransmisión radiofónica y una
retransmisión televisiva hace que la primera esté protegida por el
derecho a la información consagrado en la Constitución Española, en
su artículo 20, y por tanto no ha lugar a tener que pagar ninguna
contraprestación” (FJ 3º).
A fecha de 2016, este es el estado del conflicto desde el punto de vista
jurídico. La Liga de Fútbol Profesional presentó un recurso de casación ante el
Tribunal Supremo por su desacuerdo con la cantidad de cien euros que
estipuló la Audiencia Nacional en concepto de gastos por el acceso, y quizá de
mayor calado, por entender que el real decreto ley es inconstitucional. La
conceptualización del derecho a comunicar información parece haber quedado
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
165
aparcada. Todo lo sucedido durante el verano de 2015, con modificaciones de
la Ley General de la Comunicación Audiovisual incluida, afecta en poco a la
deriva que el derecho a informar pueda tener respecto del fenómeno deportivo
profesional en España.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
166
4. LOS PUNTOS DE VISTA DE LAS PARTES EN LITIGIO A TRAVÉS DE SUS VOCES AUTORIZADAS Como hemos señalado anteriormente, el conflicto jurídico que nos ocupa
tiene vida mientras acometemos las distintas etapas de la investigación, y es
posible que no se cierre cuando este trabajo esté finalizado. Es por ello que
entendemos que la oportunidad de conocer y plasmar los distintos puntos de
vista de las partes, a través de las voces autorizadas de sus representantes,
tiene máximo interés académico y científico. A través de sendas entrevistas,
hemos tenido la oportunidad de enfrentar las opiniones de la Asociación
Española de Radios Comerciales (AERC) y de la Liga de Fútbol Profesional
(LFP).
En nombre de la AERC entrevistamos a su presidente, Augusto
DelKáder, que era en 2015, además, presidente de Prisa Radio. En una larga
carrera profesional, ejerció el periodismo en distintos medios de comunicación,
siendo, miembro fundador del diario El País, o director de informativos y
director general de la Cadena Ser. Por parte de la Liga de Fútbol Profesional
recabamos la opinión del doctor Miguel María García Caba, asesor jurídico
desde 2005, profesor universitario, y experto acreditado en derecho del deporte
desde sus distintas facetas.
Aunque la conversación con cada una de las partes derivó por distintos
derroteros, el planteamiento inicial de este autor fue plantear las mismas
cuestiones a ambos entrevistados, con el fin de confrontar los puntos de vida
de las partes en litigio. Mientras que el encuentro con Delkáder se produjo en
abril de 2015, la cita con García Caba fue en octubre de 2015. Los meses
transcurridos entre una entrevista no alteran sustancialmente el escenario,
salvo en el hecho de que cuando se produjo la entrevista con el asesor jurídico
de la Liga de Fútbol Profesional, este ya nos confirmó la interposición por parte
del ente de clubes de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra
la sentencia de la Audiencia Nacional de 2015, recurso que estaba en trámite
al final de este trabajo doctoral. Las transcripciones completas de ambas
entrevistas se pueden consultar en sendos anexos a este trabajo doctoral.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
167
Respecto de la pregunta de si existe un derecho a informar sobre el
deporte, la opinión de Delkáder gira en torno a la particularidad del trabajo de
las emisoras de radio:
“Lo que se cobra en televisión por los partidos de fútbol es por
una reproducción, y por tanto hay un derecho de imagen. Las radios,
en los campos de fútbol, están ejerciendo el derecho a la información,
la narración del partido no es una reproducción de la imagen del
partido, es la versión subjetiva, la creación intelectual de varios
periodistas que hacen la narración. No es lo mismo escuchar el partido
por la COPE, que por la SER. Al ser una creación subjetiva del
periodista, está sujeto al derecho a la información, y éste no se puede
limitar. Los clubes pueden poner una barrera de entrada, y cobrar. Ahí
empieza una negociación mercantil, pero no por el derecho a la
información. Los periodistas de radio tenemos el derecho a entrar a los
estadios. El mundo del fútbol sabe y comprende muy bien que la radio
es la que hace que permanezca durante toda la semana activamente
todo lo que es la afición al mundo del fútbol. Y eso es un beneficio para
el fútbol. Un acuerdo como el anterior cuando estaba Baró o como el
que tenemos ahora es lo mejor para todos”.
Por su parte, el asesor jurídico de la Liga de Fútbol Profesional habla de
los matices con los que hay que entender ese reconocido derecho a informar,
con un papel importante en sociedad:
“Creo que tiene un papel fundamental, el problema es que creo
que el derecho a la información no puede abarcar todo. Estás
afectando a otros derechos fundamentales como son la propiedad
privada y la libertad de empresa. Yo pongo el circo, los enanos, te
metes en mi circo y no pones nada para el circo. Si mañana te
permiten transmitir el concierto de música, la obra de teatro o la
película y te dejo entrar gratis, ¿qué ocurre? ¿Los periodistas no
pueden entrar a transmitir un concierto? No tiene sentido que haya
barra libre. Se informa del hecho noticiable, el resultado, si ha habido
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
168
expulsiones, si ha habido incidencias de la afición. Eso es derecho a la
información. Montar un carrusel, un programa que dura muchas horas y
que no sé si a efectos de comunicación es un programa informativo o
de entretenimiento, no está abarcado por el derecho a la información.
Una cosa es el hecho noticiable, y que lo des, como pasa con los
resúmenes informativos de televisión. Y otra cosa es que establezcas
un programa que no es solo informativo. Hay una explotación comercial
con base en un producto en el que no has contribuido. Te estás
valiendo de un negocio organizado por la Federación y la Liga para
crear un negocio paralelo al que no aportas nada más allá de los
gastos marcados. Se está enriqueciendo a costa de un negocio que no
es suyo, ni colaboras. Es como si tuvieras vía libre para retransmitir un
evento cultural por el que todo el mundo paga. Lo extraño que yo veo
es que no haya una definición clara del derecho a la información a
efectos radiofónicos. Personalmente, esperaba que el nuevo Real
Decreto, igual que ha modificado el artículo 19.3. de la LGC con los
resúmenes de televisión, modificara el 19.4”.
Respecto del papel del deporte y los medios de comunicación en la
sociedad del siglo XXI en España, las posturas también encuentran matices.
Delkáder afirma que ”el deporte forma parte de la actividad cotidiana, del ocio y
el entretenimiento de la gente. La información no sólo debe ser política: la hay
cultural, de deporte… Y puede ser objeto de explotación”, valora así la función
de los medios y la particular relación en el caso español:
“Los medios, que son los intermediarios sociales de la
información, están en un momento en el que su papel se diluye por la
irrupción de los medios sociales. Estamos en un mundo en el que hay
oferta y demanda. Los medios tienen que responder a esa multiplicidad
de ofertas, y convivir con el hecho de que hay muchas oportunidades
de acceso a la información a través de la red. Ahora bien, los medios
de comunicación siempre existirán. Ahora los medios de distribución de
la información son más sencillos para la radio, y será más profunda
para la prensa […]. España tiene un modelo con algunas
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
169
singularidades en la información deportiva. En lo fundamental, hay
modelos similares. La experiencia particular mía me dice que en países
como Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, México, Chile, etc…
donde tenemos emisoras, hemos exportado formatos y son un éxito. La
radio deportiva española es pionera en ese sentido. Fuera de España,
eso sí, la radio nocturna no existe. Existen en horas más tempranas,
pero no algo igual”.
Para Miguel M. García Caba, la función de los medios de comunicación
en España tiene importancia, pero también unos límites que expresa del
siguiente modo:
“Es verdad que tienen un papel fundamental, y que ellos
contribuyen a crear valor, a expandir la importancia del deporte y del
fútbol en particular, y deben tener facilidades para su labor
informadora, pero de ahí a dejarles vía libre total… En cualquier otro
país de nuestro entorno más cercano, en Francia, Alemania, Inglaterra,
Italia, se paga por los derechos radiofónicos. Nuestras cadenas de
emisoras pagan cuando van a estos países y en otros eventos
deportivos como la Fórmula 1. No hay un derecho a la información tan
amplio que pueda abarcar todo, gratis. Si quieres retransmitir, y hacer
un programa específico sobre determinados productos tienes que
contribuir. Las radios tienen un papel fundamental en comunicar sobre
el deporte, en generar más atracción, pero creo que en sus justos
términos, porque también se benefician del espectáculo. Esto no ocurre
en otro país, sobre todo en fútbol profesional. En Inglaterra sólo
escuchas la narración del partido en la BBC, otra cosa es que pongas
cualquier cadena y te digan los resultados, pero no tienen todas los
derechos. En España pasó con la Fórmula 1, cuyos derechos los
compró la RAC1 de Cataluña. El resto podían informar, pero el derecho
a la información no abarca el derecho al entretenimiento, y creo que el
legislador del 2010 estaba pensando en esto. Cuando se tramitó el
Real Decreto y se le quitó el derecho, por ejemplo, a RAC1, no sé por
qué no dijeron nada. De hecho, nosotros empezamos a comercializar
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
170
los derechos después de la LGC, antes del Real Decreto de 2012, y
nadie se rasgó la camisa”.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
171
5. DERECHO A COMUNICAR INFORMACIÓN VERSUS DERECHOS DE TRANSMISIÓN
Antes de continuar hacia la interpretación de las leyes y la
jurisprudencia, en el ánimo de fijar un criterio al margen de los que las normas
cambiantes puedan dictar sobre los asuntos que nos ocupan, resulta de interés
realizar un ejercicio de precisión, a fin de entender sobre qué estamos
reclamando orden.
Como hemos tenido oportunidad de comprobar en las páginas
precedentes y en la lectura de la legislación citada, existe una mezcla
importante de términos, que afecta de manera directa a la consideración de los
hechos que estudiamos. El derecho protegido en el artículo 20.1. de la
Constitución Española es el derecho a comunicar información veraz. Las leyes
estatales y europeas, y más aún, la doctrina y la jurisprudencia que han tratado
sobre la materia hablan indistintamente del derecho a informar, del derecho a
retransmitir, de los derechos de emisión, de derechos radiofónicos, de
derechos de transmisión radiofónica, derechos de crónica gratuita (Díez Bueso,
1999), etc.
Y aunque los anteriores, algunos de ellos, se reconocen como derechos
distintos, apenas ha habido esfuerzos por diferenciarlos. Al contrario, de la
actuación de algunas de las partes florecen confusiones importantes. La
solución política-legal al conflicto entre las emisoras de radio en España y los
clubes de fútbol se zanjó con un pago por el uso de instalaciones, no se entró a
valorar derechos que tuviera el organizador del evento en relación con los
operadores radiofónicos. Mientras, la Ley 7/2010 avala la existencia de un
negocio en el caso de la radiodifusión al afirmar que “el Título III finaliza con un
conjunto de artículos destinados a garantizar el pluralismo y la libre
competencia en el mercado radiofónico y televisivo…” (Preámbulo). Por otro
lado, la Resolución del Parlamento Europeo B4-326/96 en la que se inspiró la
Ley de 1997 reconoce explícitamente la existencia de unos “derechos de
retransmisión por radio” (Considerando 9) que, según la recomendación del
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
172
Parlamento, se deberían vender de manera individual, y separados de los
derechos televisivos (para promover la competencia y maximizar el acceso del
público al deporte). Y aquella ley ya derogada de 1997 siguió la misma línea
desde su exposición de motivos, mezclando sin distinción un presunto “derecho
a la información deportiva” con “derechos de retransmisión de determinados
acontecimientos deportivos”, “legítimos derechos de los consumidores a
acceder a retransmisiones” o un “derecho de elección”. Al menos, en su
articulado, la ley especificó que los derechos de retransmisión no “pueden
limitar el derecho a la información” (art. 2), que es la línea a la que han querido
acercarse con mayor o menor fortuna los textos legales españoles.
En otro nivel, la Decisión de la Comisión Europea 2003/778/CE relativa a
la venta conjunta de los derechos comerciales de la Liga de Campeones de la
UEFA reconoce la existencia de unos derechos de radio, al señalar: “Tanto la
UEFA como los clubes de fútbol pueden vender licencias para la retransmisión
radiofónica en directo de los partidos de fútbol de la Liga de Campeones de la
UEFA sobre una base no exclusiva” (Punto 3.4.5). El caso de las
competiciones de UEFA, como otros, es singular, dado el soporte que ofrece la
legislación de referencia para ese organismo, que es la suiza. Por citar otro
caso, el Consejo de Europa hablaba en su Convenio Europeo sobre Televisión
Transfronteriza de que las leyes debían evitar que la venta de derechos
exclusivos impidieran el acceso de los ciudadanos a la retransmisión de
eventos declarados como de interés general (desconocemos si quería decir a
la información que generan esos eventos, si su afán era proteger esa
información y a la ciudadanía o por el contrario solo protegía las transmisiones
televisivas).
En el documento de base para el grupo de trabajo de las Primeras
Jornadas Europeas del Deporte (1999), la Comisión Europea se planteaba la
importancia del crecimiento del sector audiovisual en relación con los
acontecimientos deportivos y afirmaba:
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
173
“Un aspecto que no debe olvidarse es el del derecho a la
información de los ciudadanos. Al haberse convertido la venta de
derechos exclusivos en la primera fuente de financiación, el ciudadano
europeo, acostumbrado a recibir gratuitamente imágenes de los
grandes acontecimientos deportivos, podría verse obligado a pagar
para tener acceso a ellos. La Directiva ‘Televisión sin fronteras’ permite
a los Estados miembros ‘reservar’ algunos grandes acontecimientos
para su transmisión en abierto” (p. 2).
A nivel doctrinal, distintos autores han intentado desliar esta madeja de
derechos y han hablado de “derechos de titulares de eventos deportivos”
(Descalzo González, 2011). Palomar Olmeda (2013) apunta a “la confusión
material entre el derecho de información y el de utilización de los productos y
derechos adquiridos por la vía de las limitaciones derivadas del interés general”
(p. 6).
Echemos mano del diccionario de la Real Academia Española de la
Lengua, para establecer con precisión el significado de cada término. La
acepción 1. del término “informar” dice: “Enterar, dar noticia de algo”. Cuando
un informador accede a un estadio de fútbol lo hace con el propósito de ofrecer
noticia de lo que ocurre durante el encuentro deportivo. Las formas y códigos
que use para informar de los hechos dependerá del medio de comunicación
para el que trabaje. A nivel legal, el Tribunal Constitucional de España (STC
56/2004, de 15 de abril) entró a reforzar esta evidencia en relación con un
recurso por el acceso de los medios de comunicación a las salas donde se
celebran juicios:
“Nada distinto de lo declarado para los periodistas que cumplen
su función mediante el escrito hay que decir para las informaciones que
se valen de otros medios técnicos para obtener y transmitir la noticia,
como los de grabación óptica, a través de cámaras fotográficas o de
radiodifusión visual. El art. 20.1. d) CE garantiza el derecho a
comunicar libremente información veraz ‘por cualquier medio de
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
174
difusión’, sin distinción entre las diferentes modalidades de éstos en lo
que se refiere al contenido constitucionalmente garantizado del
derecho. Por eso debe afirmarse que forma parte de dicho contenido
tanto la utilización de esos cauces técnicos para la obtención y difusión
de la noticia en la fuente informativa de acceso general (y las
audiencias públicas lo son), como la instalación, instrumentalmente
necesaria, de los aparatos técnicos precisos allí donde la noticia se
produce. En esta línea, ha de destacarse que la imagen enriquece
notablemente el contenido del mensaje que se dirige a la formación de
una opinión pública libre” (FJ 4º).
No debería ofrecer discusión que si un periodista informa para una
emisora de radio, necesitará el soporte de la voz y el sonido. Si informa para un
periódico o un medio digital, usará, básicamente, el soporte de la palabra
escrita junto a la fotografía. Y si trabaja para una televisión, necesitará
inevitablemente la imagen y el sonido, como sentencia la Audiencia Provincial
de Madrid (Sentencia de la Sección 10ª, núm. 204/1996 de 30 de marzo): “La
toma de imágenes […] es inherente a la naturaleza misma de la televisión” (FJ
5º). Eso sí, siempre dentro de los límites marcados por otros derechos como el
de la imagen propia, etc.
Informar es una cosa, y acceder al estadio deportivo para “extraer” un
producto y mostrarlo tal cual entero o por partes al público general a través de
cualquier medio o herramienta de comunicación parece algo distinto.
Pongamos un ejemplo con vocación esclarecedora: un informador de radio
puede acceder al Teatro Real para dar cuenta de un concierto de ópera, e
informar sobre él si a juicio del medio de comunicación o el periodista hubiera
un hecho merecedor de dar como noticia a su potencial público objetivo. O
puede acceder, instalar sus equipos de radio, y transmitir el sonido del
concierto, en parte o completamente. Incluso puede hacerlo sin informar de lo
que está sucediendo.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
175
Otro caso: cualquier aficionado puede, desde su teléfono móvil, usar sus
cuentas en redes sociales e informar del resultado de un evento deportivo. O
puede grabar los goles, con mejor o peor calidad, y publicarlos al instante, sin
siquiera dar el marcador o los goleadores, etc. Informar y transmitir son dos
acciones distintas. La confusión puede estar justificada, con base en el uso de
términos que pueden tener varios significados. Porque, efectivamente, la RAE
nos dice que “transmitir”, en su acepción 2. está aceptada como: “Dicho de una
emisora de radio o televisión: difundir noticias, programas de música,
espectáculos, etc.”.
La noticia es la consecuencia natural del ejercicio del derecho a la
información. Se informa para dar noticias. Un entrenador es libre de ofrecer sus
impresiones en forma de entrevista o conferencia de prensa. Es más, puede
ofrecer declaraciones y no hacer públicos en ese momento contenidos de
interés que podrían conformar una noticia, guardárselas para publicarlas en su
cuenta personal de cualquiera de las redes sociales de moda. En primera
instancia, el informador tiene la misión de determinar qué es noticia y qué no lo
es, no el club, ni el entrenador, ni el jugador. Pero, ¿quién puede atribuirse la
posesión o titularidad de hechos noticiosos que se generan directamente
durante un partido de fútbol? ¿La noticia de que el árbitro muestra una cartulina
amarilla es un bien propiedad del organizador del partido, del organizador de la
competición, del propio árbitro? Podríamos seguir en esta línea de
argumentación, pero preguntarnos de quien es la noticia de un gol sería lindar
el territorio del absurdo: ¿es la noticia del gol del autor, del guardameta que no
puede impedirlo, del organizador del partido o la competición?
Parte de la justificación de los actuales departamentos de comunicación
de cualquier empresa o institución está en producir situaciones en las que
consiga establecer qué es noticia (en función de sus intereses) y hacerla llegar
al público mediante los medios de comunicación. La conformación de una
noticia, de un hecho noticioso, necesita de la puesta en común de varios
actores. El mensaje es noticia si así lo determina, en primer lugar, el
comunicador o intermediario del hecho, y en última instancia, el público
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
176
receptor. La valoración primera de qué es noticia y qué no lo es no
corresponde por lo general al emisor, y una vez conocida, al receptor. Y
habitualmente la noticia es tal noticia cuando la integran hechos de actualidad,
novedosos, con interés y veracidad, expresados en los modos y formas que
marca la corrección, etc.
Parece evidente que el producto que ofrece un canal de televisión que
programa a sus telespectadores un partido de fútbol es algo distinto a dar una
o muchas noticias sobre ese partido de fútbol30. Un partido de fútbol que ofrece
un canal de televisión es un contenido, un producto, que genera unos derechos
que tienen por ende un dueño. Este puede venderlos o regalarlos, o ni
venderlos ni regalarlos. Pero, ¿quién es propietario de la información? ¿Es la
noticia de un penalti o de un gol propiedad de alguien? ¿Es el árbitro el
propietario de la información que se produce sobre las expulsiones? ¿O el
jugador sobre las acciones que terminan en gol o en fallo clamoroso?
Para aclarar la diferencia de conceptos, y hacer ver que lo protegido a
máximo nivel por la Constitución Española es el derecho a comunicar
información y no otros derechos parecidos, nos pueden valer definiciones que
aporta la Ley de Propiedad Intelectual. Y eso, aunque la justicia nos dice que
no se puede entender un partido de fútbol como una obra que genere derechos
de autor. Así lo marcó la Gran Sala del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea cuando e el 4 de octubre de 2011 dictó sentencia en relación con el
uso de decodificadores comprados en Grecia por parte de establecimientos
que emitían en el Reino Unido partidos de la Premier League:
“Para revestir tal calificación, el objeto en cuestión debe ser
original, en el sentido de constituir una creación intelectual propia de su
autor […]. Los encuentros deportivos no pueden considerarse
creaciones intelectuales calificables de obras en el sentido de la
30 La historia reciente de la televisión nos ha dejado formatos en los que se emula a los tradicionales “carruseles” radiofónicos a través de conexiones con los estadios de fútbol. Desde allí, el periodista informa de las novedades del partido, y la imagen que lo soporta es un plano de la grada, o de un banquillo (la imagen completa el relato informativo sin atentar a la comunicación de la “obra” cuyos derechos han adquirido otros operadores de televisión).
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
177
Directiva sobre los derechos de autor. Esto es así, en particular, en el
caso de los partidos de fútbol, delimitados por reglas de juego que no
dejan espacio a la libertad creativa, en el sentido de los derechos de
autor” (Puntos 97-98).
Permitámonos entonces entender que el partido de fútbol fuera una
obra, sólo a efectos de usar la definición que hace la Ley de Propiedad
Intelectual de España de determinados derechos de explotación. Como se lee
en la Sentencia, “los encuentros deportivos, como tales, revisten un carácter
único y, en esta medida, original, lo que puede convertirlos en objetos dignos
de protección comparable a la protección de obras, protección que pueden
otorgar, en su caso, los diferentes ordenamientos jurídicos internos” (Punto
100). Lo que hace una emisora de televisión que ofrece un concierto de música
o un partido de fútbol en directo o en diferido es “un acto por el cual una
pluralidad de personas tiene acceso a la obra sin previa distribución de
ejemplares a cada una de ellas”. Éste es el concepto de “comunicación pública”
que establece la Ley de Propiedad Intelectual (art. 20.1), sobre la base de la
Directiva Europea 2001/29/CE, de 22 de mayo. Lo que hacen una emisora de
radio, una versión online de un diario en sus seguimientos “minuto a minuto” de
un partido de fútbol o un aficionado usa sus redes sociales para dar cuenta de
un gol no es dar acceso a la obra, sino informar sobre ella, dar noticia de lo que
está ocurriendo en el evento deportivo.
Cuando se protege a máximo nivel el derecho a comunicar información
veraz se está protegiendo un derecho humano, que como parte de la identidad
cultural de una sociedad, no puede estar expuesto, según indican distintas
resoluciones y directivas europeas, a los rigores del libre comercio, puesto que
es portador de identidades, valores y significados y no debe tratarse como si
tuviera sólo un valor comercial. Así lo defiende Sancho Gargallo (2011),
cuando, hablando del derecho a citar como uno de los límites que tiene el
derecho a la propiedad intelectual, explica que “la información en sí misma no
se protege por el derecho de autor” (p. 5).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
178
Al defender el derecho a explotar comercialmente un producto como
puede ser un partido fútbol, una competición deportiva, o un concierto de
música, se está peleando por otra cosa distinta. La Ley General de la
Comunicación Audiovisual habla, en ese sentido, de proteger a los ciudadanos
de la restricción de acceso a determinados “contenidos”. El texto español tiene
muchas de sus bases en la Directiva 13/2010 del Parlamento y el Consejo de
la Unión Europea. Esta define el concepto “programa”, que nos puede valer
para seguir estableciendo diferencias entre informar y reproducir. Afirma la
Directiva que “programa” es:
“Un conjunto de imágenes en movimiento, con o sin sonido, que
constituye un elemento unitario dentro de un horario de programación o
de un catálogo elaborado por un prestador del servicio de comunicación
y cuya forma y contenido son comparables a la forma y el contenido de
la radiodifusión televisiva. Como ejemplo de programas se pueden citar
los largometrajes, las manifestaciones deportivas, las comedias de
situación, los documentales, los programas infantiles y las obras de
teatro originales” (p. 12).
Reduciendo al máximo, digamos que a la información como derecho
básico del hombre no debería ponérsele precio. Al producto, al “contenido”, al
“programa” que surge de una manifestación deportiva, usando la expresión de
la anterior Directiva, sí.
Por tanto, y a modo de asentar aún más las ideas y bases de nuestro
objeto de estudio, aclaremos una vez más que lo que analizamos es si los
medios de comunicación, y veremos si en su caso, cualquier ciudadano, tienen
derecho a comunicar información veraz y relevante sobre asuntos de interés
para la sociedad, y para ello debe permitírseles el acceso a los lugares, en este
caso deportivos, donde se pudieren producir hechos noticiosos. Enlazar el
derecho a informar con otros derechos como los de transmisión de
determinados actos deportivos, culturales, políticos o sociales no lleva a otro fin
que el de distorsionar las facultades y obligaciones que manan de cada uno de
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
179
esos derechos. La noticia es el elemento protegido por el derecho a la
información; el contenido fútbol que puede ser visionado de manera simultánea
a través de una retransmisión televisiva es el bien protegido por los derechos
de comunicación pública.
No admite mucha discusión que ningún derecho es absoluto, y por tanto,
más adelante se definirá aún más el derecho protegido en el art. 20.1. d) CE en
relación con otros igualmente protegibles por la Constitución. Pero antes,
definimos otra serie de términos importantes en nuestro trabajo doctoral: ¿Qué
es el interés general, el interés social, el interés público informativo?
¿Realmente el deporte es un hecho de interés general? ¿O solo un nutriente
de ocio para el ciudadano, como entiende, a juicio de Palomar Olmeda (2013),
una parte de la doctrina?: “Los intelectuales y una parte relevante de la
sociedad consideran una especie de aberración la utilización de un concepto
como el de intereses generales […] a una actividad como el deporte y,
específicamente dentro del mismo, al fútbol” (p. 7).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
180
6. INTERÉS GENERAL E INTERÉS PÚBLICO. LA OPINIÓN PÚBLICA. Separar, distinguir y aclarar conceptos como los presentados en el titular
de este capítulo es una de las misiones del presente estudio. Es asunto
reiterado por la justicia que el derecho a comunicar información solo es
merecedor de protección a máximo nivel constitucional en nuestro país cuando
se comunican asuntos que afectan a nuestra sociedad, cuando se informa de
algún tema de interés para toda la comunidad, cuando en juego está la
formación de la opinión pública sobre los asuntos que le afectan.
Sin embargo, no es pacífica en la doctrina la repuesta a la pregunta: ¿Es
el deporte en España un fenómeno global, que llega al conjunto de la
sociedad? ¿Lo es sólo el fútbol profesional, o no es más que entretenimiento y
fuente de curiosidades para saciar el tiempo de ocio de las personas
desocupadas? Ajustemos la cuestión y los términos para plantearnos,
observando el tema desde la perspectiva legal y jurídica: ¿Son las
competiciones deportivas profesionales de fútbol y baloncesto de nuestro país
eventos de interés general?
En el momento del fragor inicial de la contienda entre clubes y emisoras
de radio, la doctrina se posicionó de manera más o menos nítida, siempre en el
análisis de la controvertida Ley del Fútbol. Escribió el profesor Bermejo Vera
(1997):
“Resulta ridículo considerar el fútbol profesionalizado como un
asunto público. La AP ha puesto el fútbol en una posición social que no
le corresponde, al menos por lo que se refiere al derecho fundamental
de la información, pues confunde el presunto o demostrado interés del
público (que lo es en cuanto suma de intereses individuales, aunque
sean millones), con los asuntos esencialmente públicos”.
Aquí se ponen sobre la mesa dos versiones del concepto “público”, al
que al anticiparle la contracción “del”, se le da un matiz distinto al inicial. En ese
sentido, dejamos aquí constancia de la definición que hace el diccionario de la
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
181
Real Academia Española de la Lengua, que en su acepción primera define el
adjetivo “público” como “notorio, patente, manifiesto, visto o sabido por todos”,
mientras que en su acepción tercera encontramos otro significado: “Se dice de
la potestad, jurisdicción y autoridad para hacer algo, como contrapuesto a
privado”. En el Capítulo I de este trabajo analizábamos los conceptos de
“público” y “privado” a la luz de los cambios producidos en la sociedad en los
últimos tiempos, y veíamos como la trascendencia o intrascendencia pública
dan carácter a una y otra esfera, en un tiempo en el que lo público y lo privado
tienen muchos espacios en común. En todo caso, siguiendo la línea del
profesor Bermejo Vera, Terol Gómez (2002) plantea comparaciones de interés
entre distintas manifestaciones culturales:
"Teniendo en cuenta, aunque equivocadamente, como veremos,
los planteamientos constitucionales, la Sentencia afirma la relevancia
pública del espectáculo deportivo ofreciendo datos tales como que,
según estudios sociológicos, eran resaltados el fútbol los toros y los
bares como las instituciones que de un modo significativo expresaban
un modo de vivir de los españoles, lo que, junto con los índices de
audiencia del fútbol televisado, pone de evidencia la importancia social
que el fútbol tiene en nuestro país y el interés general que produce
entre gran parte de la ciudadanía, yendo su expectación más allá del
sector de la población que, por su afición, acude a contemplar el
espectáculo deportivo en el propio campo [...]. Si en todo
acontecimiento o acto en el que concurre un interés del público,
especialmente si es un espectáculo, se debe permitir la entrada gratuita
de las cámaras de televisión para dar noticia de ello y luego
rentabilizarla vía publicidad en su emisión, ¿no estaríamos yendo
mucho más allá de lo que supone el constitucional derecho de la
información? Creer que no sería tan absurdo como sostener que si se
estrena una obra de teatro con actores de renombre y gran relevancia
social, las cámaras de televisión de todas las cadenas podrían acceder
libremente al recinto para tomar imágenes de la citada obra y luego
difundirlas sin que ni actores, ni director, ni autor del guión vean un solo
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
182
euro. Y todo ello en el ejercicio del derecho a la información" (p. 355).
La confusión entre el derecho a información y los derechos de
retransmisión pública ya la damos por superada, aún cuando extraemos aquí
dos nuevos capítulos de mezcla de ambos. En la lectura de los autores que en
su día estudiaron el conflicto van apareciendo conceptos parecidos pero no
idénticos. Así, apuntamos la reflexión de Azurmendi Adarraga (1997) que,
superando lo deportivo y al hablar de los casos llevados al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (TEDH), concluye que:
“La argumentación para dirimir si se había respetado o no el
artículo 10 del Convenio (Europeo de Derechos Humanos) se ha
construido sobre la noción de interés público, o el interés público
informativo. Ese interés público informativo permite delimitar qué
aspectos de la vida pública e incluso de la privada pueden aparecer en
los medios de comunicación” (p. 73).
Azurmendi extracta distintas sentencias del TEDH para definir, en
sentido negativo, qué no equivale y qué sí al concepto de interés público
informativo:
“-La simple convergencia de lo que pide el público más la
sensibilidad del comunicador para captarlo y ofrecérselo; que estén
presentes estos factores no garantizan que las informaciones ofrecidas
por los medios sean de interés público informativo;
-un modo de informar que busque preservar a los poderes
públicos del daño que pueda ocasionarles el desvelamiento de sus
irregularidades [...].
-la información que entretiene, escandaliza y mantiene fiel a la
audiencia.
De forma positiva, el interés público informativo sí tiene que ver con:
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
183
-ofrecer la información necesaria en una comunidad social y
política para que el ciudadano se sienta partícipe de su devenir; la
universalización de la sociedad contemporánea, -de su economía, del
derecho, de las artes y la cultura-, ha supuesto también una
universalización del interés informativo. Los medios de comunicación
se hacen así imprescindibles en esa ampliación del horizonte social de
cada hombre;
-dos características que se exigen a la comunicación periodística:
que lo que se difunda sea de trascendencia pública y de actualidad" (p.
73).
Sirva este repaso a las ideas expresadas por distintos autores para
comprobar que la doctrina no es uniforme en su posicionamiento. Por otro lado,
la confusión entre términos que a veces se usan de manera indistinta puede
llevar a posicionarse de uno u otro lado cuando se plantea si existe o no interés
del público, interés público, interés general, etc…
El interés general
Esos conceptos que parecen iguales pero solo se parecen en las grafías
afamaron tras el intento por desentrañar las implicaciones y consecuencias de
la Ley de 1997 ya derogada. Pasado el tiempo, se puede acometer la misión
de separar y compartimentar significados y repercusiones diferentes para cada
uno de los conceptos presentados anteriormente.
Archivada entendemos una acepción manada de la Ley 14/1966, de 8
de marzo, de Prensa e Imprenta, cuando hablaba del interés general que
obligaba a los medios de comunicación a publicar las informaciones que
llegaran desde la Administración y los Entes Públicos:
“Las publicaciones periódicas deberán insertar y las agencias
informativas distribuir, con indicación de su procedencia, las notas,
comunicaciones y noticias de interés general que la Administración y las
Entidades públicas consideren necesario divulgar y sean enviadas a
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
184
través de la Dirección General de Prensa, que las cursará cuando las
estime procedentes para su inserción con la extensión adecuada” (art.
6).
El concepto de “interés general” legal, como popularizó la Ley del Fútbol
de 1997 y como se ha mantenido en la legislación actualmente vigente, lo es a
efectos de las transmisiones televisivas y siempre en virtud de un catálogo de
acontecimientos que elaboraría un Consejo de Emisiones y Retransmisiones
Deportivas que nunca llegó a crearse. Desde 2014, corresponde al Ministerio
de la Presidencia la aprobación de dicho catálogo. Son de “interés general” los
acontecimientos que se enumeren en el mismo. Esos eventos deben tener
unas características concretas, como ser atractivos para los operadores de
radio y televisión, importantes en el ámbito deportivo nacional y con tradición.
Ya hemos estudiado cómo las leyes nacionales se inspiran en las
recomendaciones y resoluciones europeas, y en la Directiva Europea sobre la
materia. En esa línea, la Ley General de la Comunicación Audiovisual afirma
que su Título II:
“Dedica un capítulo a la regulación de los derechos sobre
contenidos en régimen de exclusividad, en la que se protege el derecho
a la información de todos los ciudadanos como derecho prioritario y se
fijan límites a la exclusividad en función de criterios de interés general
que aseguran la emisión en abierto de una serie de acontecimientos
relacionados fundamentalmente con eventos deportivos de gran
audiencia y valor” (Preámbulo).
La ley entrelaza el interés general con los derechos de los ciudadanos y
“de los prestadores”. ¿Son conceptos igualables en protección, cuando el
interés general que regula la ley es el que tiene que ver con la televisión y
determinados eventos deportivos?
Yendo a más en su misión, la Ley 2010 amplia la referencia a qué puede
ser o no catalogado como de interés general en su art. 20.1, donde elabora un
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
185
listado del que saldrá el catálogo de eventos considerados de interés general.
Se incluyen en ese listado un partido de Liga en Primera División (no de
Segunda, ni tampoco la Copa de SM el Rey, salvo su final), los Juegos
Olímpicos, los partidos oficiales de las Selecciones de Fútbol y Baloncesto, las
semifinales y final de la Champions, la Copa del Mundo de la FIFA y el
Campeonato de Europa de Selecciones Nacionales de UEFA, además de otras
pruebas deportivas en distintas disciplinas. Se afirma en la ley que
“excepcionalmente” se podría incluir en el catálogo otro evento que se pudiera
entender como de “interés general”31.
Este repaso a la legislación nos sirve para defender la idea de que el
“interés general” es un concepto distinto o más amplio del que las emisoras de
radio podrían invocar para defender su derecho a comunicar información desde
los estadios de fútbol. El “interés general” que marca la Ley General de la
Comunicación es aplicable, en virtud del catálogo actualizado, a un partido de
Liga en Primera, varios de competiciones coperas y europeas, y los oficiales de
la Selección. Y lo es solo a efectos de transmisiones de productos televisivos,
no cuando la misión es informar.
Y así, investigando a través de los distintos recursos que nos ofrece el
trabajo doctoral, se localizan otros conceptos que definen mejor ese interés
social generalizado para el común de las personas al que pretende acercarse
el fenómeno deportivo. Por ejemplo, la Directiva de Servicios de Comunicación
Audiovisual habla de “acontecimientos de gran interés” o “acontecimientos de
gran importancia para la sociedad”, que deben cumplir determinados requisitos:
“Ser acontecimientos destacados que sean de interés para el público en
general en la Unión o en un determinado Estado miembro o en una parte
importante de un determinado Estado miembro” (Considerando 52). Es opinión
particular, pero da la sensación en el texto de la Directiva de que la Comisión y
31 Tanto es así que el Tribunal Supremo, en sentencia que se hacía pública en marzo de 2015 declaraba que las Comunidades Autónomas no son competentes para declarar un acontecimiento de “interés general” con vistas a retransmitirse por televisión en abierto. La sentencia hacía referencia a la iniciativa del Gobierno de Canarias de declarar un encuentro de fútbol entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas de Segunda División como de interés general, con el fin de que se emitiera en abierto para todos los aficionados.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
186
el Parlamento de Europa quisieran huir del concepto de “interés general” que
afamó a finales del siglo pasado. En todo caso, la Directiva no deja de proteger
el acceso de los ciudadanos a la información y a la cobertura de
“acontecimientos nacionales o no nacionales de gran importancia para la
sociedad, como los Juegos Olímpicos, el Campeonato del Mundo de fútbol y el
Campeonato de Europa de fútbol” (Considerando 49).
En cuanto a la jurisprudencia de nuestro país, fundamentalmente del
Tribunal Constitucional, es preceptivo citar la STC 112/2006, de 5 de abril, en
la que se resolvió el recurso de inconstitucionalidad promovido por setenta y un
Diputados de las Cortes Generales contra la Ley 21/1997. El Pleno del TC
asentó con su sentencia conceptos y normas sobre las que hasta el momento
se planteaban dudas.
La sentencia reproduce en algunos de sus juicios otra del TC, la
168/1986, de 22 de diciembre, referente a un recurso de amparo presentado en
relación a la vulneración del derecho a rectificación. Aquella sentencia vincula
el derecho a la información en su sentido más global a: “La colectividad y a
todos sus miembros, más allá de la facultad de los medios para informar y el
derecho de los individuos a recibir esa información". Pero además, señala la
sentencia que el artículo 20.1 d) de la CE:
“Reconoce dos derechos íntimamente conectados, que en aras
del interés de todos en conocer los hechos de actualidad que puedan
tener trascendencia pública se concretan en la libre comunicación y
recepción de información veraz […]. Al incluir estos derechos en el art.
20 de la Constitución, tiene en cuenta ciertamente la posición jurídica
subjetiva de quienes comunican la información, pero protege también,
con la garantía reforzada que otorga a los derechos fundamentales y
libertades públicas, la facultad de cada persona y de la entera
colectividad de acceder libremente al conocimiento, transmitido por los
medios de comunicación, de los hechos de relevancia realmente
acaecidos. El derecho a recibir una información veraz es de este modo
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
187
un instrumento esencial de conocimiento de los asuntos que cobran
importancia en la vida colectiva” (FJ 2º).
Basándose en este texto de la Sentencia del 86, la subsiguiente de 2006
afirma que:
“Igualmente justificado puede entenderse el límite que se
establece en relación con los operadores que actúan en la modalidad
de pago por consumo, ya que el interés general de la competición o
acontecimiento deportivo constituye fundamento suficiente para, con el
fin de asegurar y potenciar la vertiente del derecho consistente en
recibir libremente información, prever modulaciones de los derechos de
aquellos a comunicar información” (FJ 11º)
.
Cuando la ley prevé modulaciones que impiden el exclusivo pago por
consumo lo hacen en virtud del interés general legal que avala y permite la
transmisión en abierto de determinados acontecimientos. Esa modulación no
afecta al derecho a comunicar información. Digamos que aquel “interés
general” no ofrece un refuerzo a la tarea del derecho a informar, por más que
en la confusión pudiere haber alguien que se empeñase en defender esta
teoría. En todo caso, en el párrafo anterior, parecería como si el concepto de
“interés general” se alejara de lo marcado por la Ley 21/1997 y posteriormente
la Ley General de Comunicación Audiovisual de 2010 para acercarse más a la
idea de “relevancia y trascendencia social” a la que han llegado finalmente
otras sentencias del Tribunal Supremo; aunque, eso sí, con el mismo final que
es evitar la emisión exclusiva por televisión previo pago los eventos
referenciados.
En la Sentencia 158/2003 de 15 de septiembre, en recurso de amparo
presentado por el diario El Mundo tras demanda de los protagonistas de una
noticia sobre tráfico de drogas, el Tribunal hace suya una afirmación de la
Audiencia Provincial de Madrid en la que, hablando de la información
publicada, la define como "de interés publico", y explica este concepto al
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
188
continuar señalando que es así “al afectar a un problema de alcance social” (FJ
1º). Más cercana en el tiempo, y en otra sentencia tras recurso de amparo en
una causa en la que “competían” el derecho a la información y el derecho al
honor, el Tribunal Constitucional (STC 129/2009, de 1 de junio) señala que
“este tribunal ha reiterado que la libertad de información está
constitucionalmente amparada siempre que se refiera a hechos con relevancia
pública, en el sentido de noticiables” (FJ 2º).
En este repaso por las sentencias citadas anteriormente vamos
recopilando ideas y conceptos que se separan del interés general “televisivo”
para acercarse a la noción de lo que la Constitución protege cuando del
derecho a la información se trata: acontecimientos de gran interés, con
importancia en la vida colectiva, noticiables, con interés público y alcance
social o con relevancia pública.
También en Sentencia 29/2009, de 26 de enero, el ponente del
constitucional protege la información cuando reúne los requisitos de la
veracidad y de la relevancia, afirmando que:
“La protección a la libertad de información se justifica en atención
a la relevancia social de aquello que se comunica y recibe para poder
contribuir así a la formación de la opinión pública (por todas, STC
219/1992, de 3 de diciembre, FJ 3). Venimos defendiendo que la
Constitución sólo protege la transmisión de hechos “noticiables, en el
sentido de que se hace necesario verificar, con carácter previo, el
interés social de la información...” (FJ 4º).
La Sentencia citada se refiere a otro conflicto entre derecho a la
información y derecho al honor, y en ella ya se habla, y era el año 1992, de
conceptos como “relevancia pública” o “interés general”. Es por tanto sencillo
reafirmar que el “interés general” como concepto en sentido amplio es algo
más que una catalogación marcada por ley, aunque a los efectos oportunos (no
informativos y sí televisivos), sea “interés general” sólo lo que dice un Catálogo
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
189
de un Consejo.
Esas, como otras sentencias que han creado jurisprudencia en nuestro
ordenamiento, nos han dado pistas suficientes para intentar abordar la
definición de ese concepto de “interés público informativo” del que hablaba la
profesora Azurmendi, y que justificaría la protección máxima del ejercicio del
derecho a la información, y para ello el acceso libre a los estadios deportivos.
No volveremos más sobre la cuestión del “interés general” en el sentido que
consagran las leyes de 1997 y el 2010, puesto que entendemos definido por
esas, y recogido en este trabajo, el concepto. Ya nos respondimos en su
momento que el fútbol y el deporte no son de "interés general" a efecto de
aquellas leyes. Y aunque quienes ostentan derechos de retransmisión siguen
en su batalla por hacer más atractivos esos derechos en lucha directa contra el
partido en abierto que a día de hoy siguen emitiendo las cadenas de televisión
cada jornada de liga, el caso es que el proceso de aprendizaje en nuestra
sociedad se puede dar por avanzado respecto de la obligación del pago por
visión para eventos deportivos y de otra índole que son de interés para el
ciudadano. Por citar un ejemplo, durante la temporada 2014/2015 se inició por
primera vez la transmisión de la mayoría de los Grandes Premios del Mundial
de Motociclismo a través de la cadena de pago Movistar TV.
Lejos parecen quedar los tiempos en los que la posibilidad de no seguir
un partido de máxima rivalidad entre Real Madrid CF y FC Barcelona en abierto
generaba alarma social. La realidad es que hoy en día, el encuentro de Liga en
Primera División que se emite para cumplir con el vigente “interés general”
tiene tal condición solo en virtud de la ley, y no porque tenga interés excesivo
para el espectador televisivo, como demuestran los datos de audiencia de la
temporada 2015/2016.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
190
Tabla 4. Audiencias del partido en abierto en la temporada 2015/2016 en la primera vuelta del Campeonato Nacional de Liga de Primera División Jornada Partido Canal Audiencias Formula
TV 1 Levante UD- RC Celta La 1 1.73.000 esp (8% share) 2 RC Celta – Rayo Vallecano La 1 724.000 esp. (6,7% share) 3 Real Betis- Real Sociedad La 1 1.256.000 (9,2% share) 4 Real Sociedad- Espanyol La 1 1.120.000 (8,0% share) 5 Real Betis- Deportivo C. La 1 1.900.000 (10,4% share) 6 SD Eibar- RC Celta La 1 1.210.000 (8,2% share) 7 Málaga CF- Real Sociedad La 1 1.122.000 (7,2% share) 8 Real Betis- RCD Espanyol La 1 1.240.000 (7,5% share) 9 Málaga CF- Deportivo C. La 1 1.082.000 (6,6% share) 10 R. Sociedad – RC Celta La 1 1.289.000 (8,7% share) 11 Málaga CF - Real Betis La 1 1.297.000 (8,2% share) 12 Deportivo – RC Celta La 1 1.331.000 (7,9% share) 13 RC Celta- Sporting Gijón La 1 1.113.000 (6,8% share) 14 Real Betis- RC Celta La 1 1.197.000 (7,7% share) 15 Las Palmas – Real Betis La 1 1.215.000 (7,1% share) 16 Deportivo- SD Éibar La 1 1.016.000 (6,2% share) 17 SD Éibar- Sporting Gijón La 1 637.000 (5,7% share) 18 Málaga – RC Celta La 1 1.134.000 (6,7% share) 19 Levante UD- Rayo V. La 1 820.000 (4,7% share) Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos en los portales de internet Vertele y FórmulaTV
Los clubes de fútbol y los futuros compradores de derechos de
retransmisión tendrán que evaluar la rentabilidad de su producto televisivo, un
producto que hoy en día tiene un valor discutible para las cadenas de
televisión. Otros partidos no declarados de interés general como son los de
Segunda División fueron emitidos durante la temporada 2014/2015 de manera
gratuita por la propia Liga de Fútbol Profesional a través de su página web
oficial, salvo los que ofreció el grupo Atresmedia y alguno que se cedió a
canales autonómicos de televisión.
Interés público ¿Es el fútbol un asunto de interés público? Antes de responder, una
precisión que será necesaria para abordar el siguiente paso de nuestro estudio,
ya que la pregunta correcta sería: ¿Son los acontecimientos deportivos, en
este caso los partidos de fútbol de Liga en Primera y Segunda División eventos
de interés público? El fútbol, a efectos informativos, engloba mucho más que
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
191
los noventa minutos por equis partidos que conforman el Campeonato Nacional
de Liga. Pero el objeto de la polémica que nos lleva a este trabajo de
investigación fue la información radiofónica en torno a los encuentros de Liga y
si los medios de comunicación tienen derecho a acceder a los estadios de
fútbol con el objeto de informar sobre los mismos.
Sobre el asunto han ofrecido material tanto la doctrina como la
jurisprudencia españolas. De las primeras, ya apuntamos que el profesor
Bermejo Vera afirmaba que “resulta ridículo considerar el fútbol
profesionalizado como un asunto público”. Bermejo distinguía entre asuntos
públicos y asuntos que son de interés del público e incluso noticiables, pero no
de interés público. En ese sentido, y en su acertado esfuerzo por definir el
“interés público informativo”, Azurmendi (1997) plantea dos posibilidades, que
adaptamos en su literal al hecho que estudiamos:
1) Que los partidos de fútbol sean algo que reclama el público y que el
comunicador tiene la sensibilidad de ofrecer. Incluso, yendo más allá, podría
ser un ejemplo de información que entretiene, escandaliza (en según que
momentos), y mantiene fiel a la audiencia.
2) Que los partidos de fútbol, que la información que en ellos se genera,
sea de trascendencia pública y de actualidad.
Por su parte, Alberto Palomar (2013) sostiene que en relación con la
actividad empresarial asociada al mundo del deporte el legislador debe ser
prudente, por cuanto una obligación de “interés general” que limite el negocio
debe ser compatible con la viabilidad del propio negocio. En ese sentido:
“Los intelectuales y una relevante parte de la sociedad consideran
una especie de aberración la utilización de un concepto como el de
intereses generales -asociado a la representación de cuestiones
importantes para la sociedad- a una actividad como el deporte y,
específicamente dentro del mismo, al fútbol. De alguna forma se
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
192
confunden conceptos como el de intereses, entendido como demanda,
con la relevancia social susceptible de ser tutelada desde el ámbito
público” (p. 7).
Existen muchas dudas en la generalidad de la doctrina respecto del
interés general de los partidos de fútbol. ¿Realmente son los partidos de fútbol,
el deporte, un asunto de trascendencia pública, un asunto de importancia en la
vida colectiva, un hecho de relevancia o de interés social, que afecta a una
cuestión social global? Centrándonos en la jurisprudencia, hemos citado que el
TC iguala “la relevancia pública” a “lo noticiable”, y cómo afirma que el hecho
en cuestión debe tener “relevancia social” para contribuir a la formación de la
opinión pública. ¿Son noticia los eventos deportivos? ¿Son noticia los partidos
de fútbol de Liga en Primera y Segunda División que se celebran cada fin de
semana en España?
El Tribunal Supremo (STS 8683/2001, de 7 de noviembre) cita al
Constitucional al afirmar que “la noticia es un hecho real, social o político, con
trascendencia pública”, para a continuación señalar que “es evidente la
existencia de un derecho fundamental a comunicar y recibir información sobre
los acontecimientos deportivos” (FJ 3º). En 2003, los ponentes del
Constitucional (STC 158/2003, de 9 de octubre) afirmaban que “la información
publicada era de interés público al afectar a un problema de alcance social
como es el tráfico de drogas” (FJ 3º). Más tarde en el tiempo, el Constitucional
(STC 50/2010, de 4 de octubre) habló de la protección de “hechos noticiables
en el sentido de que se hace necesario verificar, con carácter previo, el interés
social de la información” (FJ 5º). Y más adelante, el tribunal recuperó la
Sentencia 134/1999, de 15 de julio, para afirmar que “una información posee
relevancia pública cuando sirve al interés general en la información y lo hace
por referirse a un asunto público: es decir, a unos hechos o a un
acontecimiento que afecta al conjunto de los ciudadanos” (FJ 8º).
En aquella Sentencia de 1999, los ponentes constitucionales definen el
concepto de “relevancia” explicando que:
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
193
“No debe confundirse la relevancia pública de una determinada
información con el carácter noticioso que pueda tener, pues ni son los
medios de comunicación los llamados por la CE para determinar qué
sea o no de relevancia pública, ni esto puede confundirse con el difuso
objeto de un inexistente derecho a satisfacer la curiosidad ajena (STC
20/1992, FJ 3º). El art. 20.1 de la Constitución, al garantizar el derecho
a comunicar y recibir información, no protege la satisfacción de la mera
curiosidad de los que componen el público en general, sino el interés
colectivo en la información, lo que no debe identificarse sin más con lo
que para el medio de comunicación puede resultar noticioso” (FJ 8º).
Aún más reciente, el TC dicta sentencia en relación con un caso de
choque entre el derecho a la información y el derecho a la imagen (STC
19/2014, de 10 de febrero). En su fundamentación jurídica, el ponente realiza
apreciaciones en relación con la relevancia pública y el interés noticioso de las
informaciones, cuando se pone por encima de otro derecho constitucional
igualmente protegido como es el que tienen las personas a proteger su imagen
propia. En ese sentido, recupera la opinión del Tribunal Supremo cuando
afirma que:
“La posición prevalente de la libertad de información ejercida en
medios de difusión pública y su trascendencia para la formación de la
opinión pública libre, no puede ser excluida a priori en función de la
naturaleza y del contenido de los programas o publicaciones o en
atención a su calidad informativa, pues la labor ejercitada por los
medios de comunicación no solo depende de programas en los que se
aborde directamente información sobre temas políticos o se promueva
la expresión de opiniones sobre estos, sino todos a aquellos que,
cualquiera que sea su objeto o su formato, sean susceptibles de influir
sobre la opinión pública” (FJ 3º).
Aunque el Constitucional enmienda la sentencia, no lo hace respecto a
esta idea, sino a la prevalencia del derecho a informar sobre el derecho a la
imagen propia, en determinados casos. Profundizando en el caso, se pone en
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
194
tela de juicio el interés informativo cuando en juego está la vida privada de las
personas, aunque sean personajes públicos. En el caso concreto, y pese a que
la publicación se enmarca entre las del género de “entretenimiento”, y el
Tribunal valida que estas tengan su espacio en la formación de la opinión
pública libre, rechaza la relevancia social del reportaje, centrado en la vida
privada de la protagonista, puesto que “no hace referencia a noticia alguna
relativa a la actividad profesional de la actora o hecho alguno de interés
público” (FJ 8º).
En este caso, la información chocaba con la vida privada y la imagen
propia de una persona, y el Tribunal aceptó las alegaciones de la afectada por
la intrascendencia social del hecho noticioso (la “noticia” era que la actriz
estaba en la playa con unas amigas).
El diccionario de la Real Academia Española define “relevante” como
“sobresaliente, destacado, importante o significativo”. Concluir que los partidos
de fútbol, la información que generan, son hechos a los que se les puede
asociar aquellos adjetivos que definen lo “trascendente” no parece
descabellado, más allá de la valoración personal que pueda realizar cada cual
respecto de lo positivo o negativo del asunto en términos globales. Y más aún,
con base en el estudio del fenómeno deportivo en la sociedad actual que
realizamos en el capítulo anterior.
La opinión pública
Lo trascendente es lo que contribuye a formar la opinión pública. Y esta,
la opinión pública libre, aunque es un concepto con raíces profundas en la
historia de la humanidad, es además un concepto vivo, por cuanto está
indisolublemente asociado a la forma de pensar del individuo integrante activo
de una sociedad, sobre los asuntos que le afectan y que son “de todos”. Lo
que en tiempos estaba fundamentalmente ligado a la política, con la evolución
de la sociedad, ahora se asocia a otras cuestiones que son de importancia
para el común de las personas. Si hace unos años esa opinión pública
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
195
dedicaba su atención al “pluralismo político” (STC 240/1992, de 21 de
diciembre, FJ 3), el modo de pensar de los tribunales ha aceptado esa
evolución, como leemos en la STC 23/2010 , de 27 de abril, que incluye entre
los asuntos públicos:
“No sólo los juicios de valor en el ámbito político o los que se
refieren directamente al funcionamiento de las instituciones públicas
(STEDH Scharsach y News Verlagsgesellschaft c. Austria, de 13 de
noviembre de 2003, § 30), sino también aquéllos que tienen por objeto
la valoración crítica del modelo de sociedad y su evolución” (FJ 3º).
Deducida en este punto la forma de pensar de los tribunales y la
doctrina, nos apartamos ahora de la perspectiva jurídica para una mínima
conceptualización actual de una “opinión pública libre” a través de un
acercamiento a una parte de lo analizado por autores de distintas épocas sobre
el concepto.
No nuestro objetivo establecer nuevas ideas sobre el término o
preguntar “¿Quién opina en la opinión pública?”32 porque autores de prestigio e
investigadores de todas las épocas han diseccionado el concepto desde sus
más íntimas partes, con mayor o menor optimismo y pesimismo sobre el papel
del ciudadano en sociedad (hecho que no nos ocupa en este trabajo). No
caeremos en la pregunta que se hace Dader (1992) después de un completo
análisis del concepto: “Y al fin, ¿qué diablos es la opinión pública?” (p. 233). La
opinión pública es uno de los fenómenos más analizados en la historia reciente
del pensamiento reflexivo, desde distintas perspectivas. Es por eso que ni
siquiera nos acercaremos a la concepción filosófica del término, para
reivindicar que la opinión es algo distinto a la certeza, es algo subjetivo, lleva
implícita la duda, y por tanto, admite la posibilidad de error. Pero sí nos valdrá
un repaso por lo escrito para dejar constancia de que aquello que representa
32 Es el título de un artículo de tono pesimista que firma Raúl Gabás Pallás (2001) respecto a la formación de la opinión pública y el papel que ejerce la autoridad política y los medios de comunicación en una forma de pensar poco autónoma de la ciudadanía.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
196
“la opinión pública” es algo cambiante, que evoluciona, está vivo y alejado, por
momentos, de la esfera estrictamente política.
Distintos autores coinciden en que el nacimiento de la opinión pública
está ligado, allá por los siglos XVIII y XIX, a los encuentros sociales en torno a
los cafés burgueses en Alemania, Inglaterra o Francia, lugares de reunión en
los que se conversaba de los más diversos temas (sobre todo artísticos), y
donde la autoridad de los argumentos suplantó a la autoridad del título,
siguiendo a Habermas. El término, unido al surgimiento del liberalismo, se sitúa
así en un camino de ida y vuelta entre las esferas de lo individual y lo colectivo.
En el análisis de una de las autoridades históricas en el estudio del
concepto, Balderas Cucurella (2001), cuando estudia “La opinión pública en
Habermas”, afirma que el alemán incide en:
“El carácter constitutivo de cualquier grupo de diálogo y de todo
tipo de público en la formación de la trama de “lo público” y en la
generación de opinión en torno a cuestiones muy diversas en las que
distintas personas pueden tener intereses comunes. En este sentido,
no es un espacio político sino ciudadano, civil, del “mundo de la vida” y
no de un determinado sistema o estructura social” (p. 53).
Conste que no desechamos la vigencia de una opinión pública “política”,
dado que la política es ocupación vital y prioritaria de las sociedades pasadas y
más aún de las actuales. Los estudios de Karl Marx, Kant, el propio Habermas,
o antes Rosseau volcaban su interés en las relaciones nada pacíficas entre la
sociedad y los poderes, y en el pulso por mandar en lo público en sentido
político. Todo ello, en una época en la que lo que interesaba al público, lo que
se trataba en las tertulias, era lo político.
La historia de España desde los inicios del siglo XIX está plagada de
reflexiones sobre el papel de la opinión pública (Fernández Sarasola, 2006). Y
sin embargo, los orígenes y la evolución de la idea nos reafirma en que la
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
197
opinión pública no es sólo opinión pública política. Los estudios más cercanos
en el tiempo hablan de una opinión pública internacional o incluso “mundial”
(Montero Sánchez, 2001) condicionada por el pulso que mantienen distintas
organizaciones a nivel planetario, respecto de asuntos como la salud, la
economía o la cooperación internacional en distintas materias.
Hay autores que defienden que son los medios de comunicación con su
acción quienes dan forma a la opinión pública. En sentido contrario, hay
quienes entienden como una aberración esta idea. Desde el punto de vista de
los estudiosos de la opinión pública como objeto de la comunicación, esta
tiene la virtud de que “por un tiempo más o menos efímero convierte cualquier
asunto, escena, persona, institución o problema en el punto central inexcusable
e insustituible de todas las referencias” (Dader, 1992, p. 235). Este autor,
recordando a Habermas o Noelle- Neuman, apunta que el “espacio público” es:
“Ese peculiar ámbito social en el que ciertas actividades y asuntos
se muestran potencialmente a la contemplación y el comentario
simultáneo de toda la sociedad. Faltaría añadir que la mayoría de las
veces lo que suscita el comentario generalizado no son las grandes
cuestiones de la vida política y la organización social –como quisiera
Habermas-, sino las repercusiones en la vida colectiva de las modas,
intelectuales o vitales, los usos y costumbres” (p. 240).
Han pasado los tiempos en los que se responsabilizaba a los medios
informativos del papel protagonista en solitario a la hora de confeccionar la
agenda de asuntos de interés para la sociedad (“agenda setting”). Si hubo
alguna época en la que esto fue así, en los inicios del siglo XXI no es difícil
repartir la tarea de componer la batería de asuntos sobre los que la sociedad
se interesa entre varios “canales de funcionamiento societal” o “canales
organizados de comunicación”, usando las expresiones de Muñoz Alonso
(1990).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
198
Eso no significa que los medios de comunicación, y los profesionales de
la información, no asuman una responsabilidad que les atribuye la sociedad a
la hora de localizar, descifrar y comunicar de manera entendible para la
ciudadanía los asuntos que a esta le afectan. En ese sentido, toda
comunicación conlleva una dosis de persuasión e incluso, como afirma
Orihuela (1989) citando palabras de Aristóteles, “no hay discurso sin
persuasión” (p. 642). En el escenario actual, los medios de comunicación han
de tratar de persuadir más que nunca, llamar la atención a su público para que
este no busque otros puntos donde la información sobre los asuntos que le
interesan en el día a día fluye con facilidad. Como constructores de la opinión
pública, los medios de comunicación tienen un papel que debe ser importante
en la medida en que esa construcción de la realidad sea eficaz y responsable.
En cualquier caso, si pretendemos en este punto respondernos a
algunas de las preguntas que componen nuestro objeto de estudio, podríamos
señalar que el deporte forma parte de los asuntos de interés, del mundo y de la
vida para la sociedad, en el sentido de que se entienden como hechos
relevantes para las personas, hechos noticiosos, y por tanto, es justificable que
los medios de comunicación tengan libertad para informar sobre ellos y el
público reclame su derecho a estar informados sobre los mismos.
Incluso, como hemos visto, puede darse la circunstancia, reclamada por
el propio movimiento deportivo más allá de la realidad del fútbol profesional, de
que el deporte sea un fenómeno que trasciende lo comunicacional, la noticia.
Puede no ser noticia, pero es de interés para la ciudadanía. Ya hemos
explicado que el informador no tiene la facultad exclusiva de determinar la
trascendencia social del fenómeno deportivo, como afirma el Tribunal
Constitucional de España en alguna sentencia ya citada: su trascendencia
social va más allá de si el deporte ocupa o no espacio en los periódicos,
televisiones y sitios de internet. No es relevante para las personas porque
ocupe espacio en los medios de comunicación, sino que debería ocupar
espacio en los medios de comunicación porque es trascendente, de interés,
para las personas. Pero de esta realidad nos ocuparemos más adelante, en el
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
199
análisis del día a día de los medios de comunicación y sus planteamientos en
el futuro.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
200
7. LOS LÍMITES DEL DERECHO A COMUNICAR INFORMACIÓN Que los derechos humanos no son absolutos no ofrece discusión,
puesto que la libertad de las personas lo es en relación con los demás, con la
sociedad que los rodea, y por tanto, con otras libertades igualmente
defendibles. Desde el punto de vista teórico, el derecho a comunicar
información veraz tiene una serie de límites son internos, propios del derecho
en sí, y externos. Así que en el caso concreto de nuestro objeto de estudio es
necesario encontrar un lugar de convivencia, un equilibrio del derecho a
informar con la libertad de los privados a explotar sus derechos y productos
comerciales. Porque “la solución de conflictos entre derechos colocados a
similar nivel no puede establecerse mediante una jerarquización o preferencia
absoluta de unos derechos sobre otros, sino mediante una adecuada
ponderación atendiendo a las circunstancias del caso concreto” (Magdaleno
Alegría, 2011, p. 111).
A nuestros efectos, los límites del derecho a comunicar información los
categorizaremos en torno a dos grupos de cuestiones importantes:
1) ¿Quién puede ejercer el derecho a comunicar información veraz en
un partido de fútbol? ¿Todo el que quiera, invocando el legítimo derecho que
consagra la CE en su artículo 20.1.? Ya se ha comentado que al no incluir el
constituyente ninguna referencia en la redacción del artículo a la figura del
profesional o del medio informativo se dejó a la interpretación posterior la
pregunta del “quién”, y lo hizo con el espíritu de universalizar el derecho. En
todo caso, aunque se reconoce el derecho a comunicar información veraz a
todos los ciudadanos, la jurisprudencia nos ha dejado sobradas pautas para la
protección especial para los medios y los profesionales de la comunicación.
Si no todo el que invocare su derecho puede acceder a los estadios
libremente para informar, ¿cuál es el criterio del organizador a la hora de
establecer quién puede o no puede acceder? ¿Se establece por las leyes o
normativas alguna pauta que se pueda seguir o es potestad discrecional del
organizador elegir a quién permite la entrada y a quién no? Yendo más allá, en
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
201
el caso de los medios de comunicación que acceden a los recintos deportivos,
¿lo hacen de manera ilimitada, tienen acceso libre?
2) ¿Hasta dónde llega el derecho a informar? En el conflicto entre las
emisoras de radio y la LFP, las posiciones de la doctrina han sido variadas. Ya
hemos traído a este trabajo la opinión de autores que defienden que las
emisoras sólo tendrían derecho a acceder al estadio para obtener los datos
que den forma a un derecho mínimo a informar. En la introducción de este
estudio nos preguntamos por cuestiones como, ¿qué es información durante
un partido de fútbol? ¿Qué no lo es? ¿El derecho a comunicar información
veraz, y a recibirla, se ve satisfecho una vez que el informador da cuenta de las
alineaciones, los goles, y el inicio y final de partido? ¿Está el informador
avalado por el artículo 20 CE para emitir juicios de valor, opiniones, durante el
partido de fútbol? ¿Están obligados los clubes, los jugadores, los entrenadores,
los dirigentes, a conceder entrevistas a los informadores, con el fin de
satisfacer el derecho a informar de éstos?
Antes de responder a esos grupos de preguntas, nos detendremos en el
trabajo de Magdaleno Alegría, editado por el Congreso de los Diputados, y
titulado “Los límites de las libertades de expresión e información en el Estado
social y democrático de Derecho” (2011), porque algunas de las ideas
generales que expone nos servirán para conocer más sobre el derecho a
informar y “delimitarlo”, además de limitarlo, como afirma el autor en su trabajo.
Dejemos constancia, a modo de referencia, de algunos de los límites
que condicionan el derecho a informar, y que no nos ocuparán en este trabajo
más allá de las citas ya realizadas en anteriores capítulos, por no incidir de
manera directa en nuestro objeto de estudio. Magdaleno Alegría detalla como
límites por la defensa de otros bienes y valores constitucionales como el honor,
la intimidad y la propia imagen, la protección de la juventud y la infancia, la
protección de la moral pública, la defensa del estado democrático y social (en
casos de apología del terrorismo), la justificación de delitos de genocidio, la
dignidad de las instituciones democráticas, la defensa de la seguridad del
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
202
estado, o la protección de la correcta administración de justicia (para la cual es
figura especial la del secreto de sumario). Además, existen unos límites por
razón del sujeto, en el caso de parlamentarios, o límites derivados de
relaciones laborales o de relaciones de sujeción especial.
A partir de aquí, en la conceptualización del derecho o libertad de
informar, hay algunas ideas que pueden anticipar cuestiones sobre las que
profundizaremos a continuación. A grandes rasgos, diremos que existe una
doble vertiente de la libertad de información. Por un lado, es un derecho de
libertad: cualquier lo puede ejercer sin mayores condicionantes. Y por otro lado,
según una corriente doctrinal cada vez más seguida, es un derecho de
prestación: obliga a la intervención del Estado para asegurar su correcto
desarrollo, especialmente en los casos en los que se pone sobre la mesa la
información pública, oficial, que es de todos los ciudadanos.
Además, el derecho a la información se configura como un derecho
fundamental en la medida en que cumple una función social (formar una
opinión pública libre sobre los asuntos de interés). Sin esta finalidad social, no
estaría completo. Para cumplir esa misión tendrá una serie de prerrogativas
cuando se trate de limitar su ejercicio. La libertad o el derecho a la información
incluye una postura activa, en la medida en que implica el derecho a emitir
información, y una postura pasiva, puesto que el derecho es también derecho a
recibir información. Debe ser veraz, para lo cual debe existir una diligencia en
su elaboración.
A partir de estas ideas iniciales que nos dan una imagen más clara del
derecho a informar comenzamos a responder las preguntas formuladas
anteriormente.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
203
¿Quién tiene facultad para ejercer la misión de comunicar información veraz? Cuando al amparo de la ley del fútbol de 1997 la cadena de televisión
Telecinco invocó con demandas ante los tribunales de justicia su derecho de
acceso a los campos de fútbol con el objeto de grabar imágenes para dar
noticia de los encuentros deportivos en sus espacios informativo, Bermejo Vera
(1997) se preguntó:
“¿Quién podrá obstaculizar el ejercicio del derecho a la
información que invoque cualquier persona física o jurídica para
comprobar y visualizar los espectáculos directamente, sin
intermediación de instrumentos fotográficos, de reproducción televisiva
o de cualquier otro medio?” (p. 2).
La pregunta, por legítima, nos lleva a un extremo que debemos analizar,
puesto que la realidad se encarga a diario de escribir ejemplos concretos en los
que es oportuno tener una respuesta clara para la cuestión suscitada. ¿Son los
derechos absolutos? Ya hemos convenido que no. Pero, ¿tiene derecho
cualquier ciudadano a comunicar información veraz? La lectura literal del
artículo 20.1. de la Constitución Española nos lleva a responder que sí. La Ley
Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, Reguladora del Derecho a Rectificación
dicta que: “Toda persona natural o jurídica, tiene derecho a rectificar la
información difundida, por cualquier medio de comunicación social, de hechos
que le aludan, que considera inexactos y cuya divulgación pueda causarle
perjuicio” (art. 1). Así que en este caso también se interpreta del tenor textual
un sí rotundo al derecho de los ciudadanos afectados por una información a
comunicar a su vez información veraz.
Sin embargo, la realidad lleva a una ponderación necesaria, hablando
del derecho de rectificación. Si todo ciudadano pudiera acceder a los medios
de comunicación cuando se sintiera aludido, o entendiera que el medio publica
hechos inexactos y causantes de un perjuicio, los medios de comunicación no
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
204
serían tales, sino una especie de foro público de voces. Los tribunales se han
encargado de matizar quién tiene derecho a rectificar una información de un
medio de comunicación y en qué circunstancias. La Sentencia del Tribunal
Supremo 9804/1989, de 5 de diciembre de 1989, denegó el amparo al
recurrente, que quería ejercer su derecho a rectificar ante unas
manifestaciones realizadas por otra persona en TVE y la revista Tiempo.
Entendía el demandante que esas declaraciones atentaban contra su honor por
referirse a determinados hechos en relación con los campos de concentración
nazis en Alemania. Los juristas del Supremo explicaron que en ese caso el
demandante no estaba legitimado para invocar el derecho a rectificar al no ser
aludido directo.
También en el caso de nuestra pregunta principal, ¿quién puede ejercer
el derecho a la información?, han sido los tribunales y la doctrina quienes han
fijado un “estatus” especial del que gozan los medios de comunicación, y en su
representación, los informadores. El Tribunal Constitucional (STC 29/2009, de
26 de enero) ha explicado que :
“La protección constitucional de los derechos de que se trata
alcanza el máximo nivel cuando la libertad es ejercida por los
profesionales de la información a través del vehículo institucionalizado
de formación de la opinión pública que es la prensa, entendida en su
más amplia acepción. Los cauces por los que se difunde la información
aparecen así como relevantes para determinar su protección
constitucional” (FJ 4º).
Antes, el Constitucional había asignado la misión y la finalidad del trabajo de
los informadores (STC 30/1982, de 1 de junio), cuando en relación con el
acceso a las salas donde se realizan juicios, afirmó:
“El papel de intermediario natural desempeñado por los medios
de comunicación social entre la noticia y cuantos no están, así, en
condiciones de conocerla directamente, se acrecienta con respecto a
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
205
acontecimientos que por su entidad pueden afectar a todos y por ello
alcanzan una especial resonancia en el cuerpo social…” (FJ 4º).
Y todo ello, pese a que, como hemos reiterado en varias ocasiones, y
refleja la STC 199/1999, de 8 de noviembre:
“No obstante la falta de definición específica del derecho por parte
del constituyente, su vinculación (la del profesional del periodismo) al
ejercicio de la libertad de información resulta indubitada a tenor del
propio precepto constitucional, relación subrayada desde temprano por
este Tribunal en su STC 6/1981, cuyo fundamento jurídico 4º finaliza
afirmando que ‘como actores destacados con el proceso de la libre
comunicación social, los profesionales de la comunicación pueden
invocar derechos cuya configuración concreta es mandato que la
Constitución da al legislador’” (FJ 2º).
Y continúa afirmando que:
“La libertad reconocida en el art. 20.1. d) de la CE […] no se erige
únicamente en derecho propio de su titular sino en una pieza esencial
en la configuración del Estado democrático, garantizando la formación
de una opinión pública libre y la realización del pluralismo como
principio básico de convivencia” (FJ 2º).
La libertad de información contiene una finalidad social, y es por ello que
a la hora de ejercerla se otorga por la jurisprudencia un papel especial a los
medios, como canales tradicionales, institucionalizados, en la tarea de
comunicar información veraz a la sociedad. Los tribunales han dotado al
periodista de “máxima protección”, pero como el derecho a comunicar
información es universal, la máxima protección no significa “protección
exclusiva”. No se excluye a nadie ni se circunscribe esa protección a los
medios informativos, porque ello atentaría contra la universalidad del derecho.
A modo de ejemplo, citamos al prestigioso constitucionalista Manuel Jiménez
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
206
de Parga, quien en su voto particular en la STC 4/1996, de 16 de enero,
establecía una diferencia entre lo que él llamó “informador profesional” e
“informador espontáneo”, dándole al primero esa mayor protección que al
segundo:
“Este Tribunal ha establecido que el profesional de la información,
que opera en el campo de su especialidad periodística y utiliza un
medio de comunicación, merece el amparo constitucional más amplio e
intenso (STC 165/1987). Cosa distinta es la de los informadores
espontáneos que, sin estar profesionalmente dedicados a la materia,
lanzan a la calle sus noticias. Un error de estos últimos ha de ser
enjuiciado con mayor severidad que el error cometido por el informador
profesional que ejerce su oficio con buena aplicación”33 (Voto Particular
3º).
Así las cosas, la falta de una definición en el desarrollo legislativo
español que marque quién es y quién no es “informador profesional” nos obliga
a buscar propuesta en distintos proyectos y reglamentos públicos y privados.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España define al periodista
en sus Estatutos:
“Se considera periodista quien está en posesión de un título
(licenciatura u otro superior de carácter oficial para el que se exija tener
una licenciatura) expedido por una Facultad de Periodismo, Ciencias
de la Información o denominación equiparable, de cualquier
universidad española o extranjera con titulación homologada en
España, así como a quienes posean el título de periodista expedido por
las extintas Escuelas de periodismo y a los que en el momento de
aprobarse estos Estatutos figuren inscritos en el Registro profesional
de Periodistas de la FAPE” (art. 4.5).
33 La Sentencia hacía referencia a una demanda interpuesta en relación con una carta al director publicada por un medio, enviada por un “informador espontáneo”, que incluía, como se demostró durante los juicios, hechos inveraces, erróneos, falsos, y obtenidos sin la diligencia que se reclama al profesional.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
207
Por su parte, Magdaleno Alegría (2006) hace suya la definición de la
propuesta de Estatutos del periodista profesional del Foro de organizaciones
de Periodistas- CCOO de 2002:
“Todo aquel que tiene ocupación principal y remunerada la
obtención, elaboración, tratamiento y difusión por cualquier medio de
información de actualidad, en formato literario, gráfico, audiovisual o
multimedia, con independencia del tipo de relación contractual que
pueda tener con una o varias empresas, instituciones o asociaciones”
(p. 150).
A nivel legislativo, el Congreso de los Diputados contiene en sus
archivos una proposición de ley ya caducada, la 122/000070, presentada el 23
de abril de 2008 por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana-
Izquierda Unida-Iniciativa Per Catalunya Verds sobre el derecho a la
información y de deberes y derechos de los informadores. Al margen de que
nunca superó los trámites parlamentarios, establecía una definición del
periodista profesional, en términos muy similares a la anterior. Y entre los
derechos, especificaba el de acceso a los actos públicos, con especial
referencia a los acontecimientos deportivos, a los que “los particulares no
podrán prohibir la presencia de un periodista debidamente acreditado” (art. 17).
Eso sí, abría la puerta al cobro normal de una entrada y marcaba las pautas de
la Ley 21/1997 entonces en vigor. Insistimos en que la tramitación de la
proposición de ley terminó en 2011, y desde entonces ocupa el lugar de los
expedientes caducados.
El marco teórico nos sitúa en un escenario en el que el periodista, el
medio de comunicación, tienen protección especial, y por tanto, prioridad a la
hora de informar, siempre que sea con el fin social que la doctrina, la
jurisprudencia y la Constitución les asignan. Por tanto, y bajando a la
concreción del caso real que nos ocupa, digamos que la teoría asigna a los
medios el papel de informadores cuando de un encuentro deportivo se trata.
Pero, ¿están obligados por ello los clubes de fútbol a dar acomodo sin fin a los
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
208
medios de comunicación que quieren ejercer su derecho a comunicar
información?
Las directivas europeas sobre la materia, cuyas orientaciones se han
seguido por la legislación española, hablan en el caso de las televisiones de
dar “acceso a los contenidos con el objeto de informar” (Directiva 2010/13/UE,
Considerando 56). Ese acceso puede ser a través de la cesión de la señal
televisiva o bien “a concesión del acceso al lugar en que vaya a celebrarse el
acontecimiento de que se trate antes de conceder el acceso a la señal”, que es
la opción por la que se ha optado, con matices, en los últimos encontronazos
entre los clubes de fútbol y determinadas cadenas de televisión en España.
En este punto nos detenemos por un momento a analizar la sentencia
del Tribunal Supremo 4586/2010, de 27 de julio, en relación con la demanda
interpuesta por la Agencia EFE contra la empresa gestora de la corrida de
toros Goyesca de Ronda. La demanda se interpone por parte de EFE al
habérsele denegado la acreditación para que su fotógrafo pudiera acceder al
recinto y tomar imágenes del evento. El Supremo desestimó el recurso porque,
en su opinión:
“1) La empresa organizadora del “espectáculo privado” calificado
como de “interés público”, puede limitar lícitamente el acceso gratuito
de los periodistas a determinadas zonas del recinto […]
2) Es lícito el sistema de acreditación como medio para organizar
el acceso de los periodistas a las zonas reservadas para los mismos
[…]
3) El otorgamiento de acreditaciones de acuerdo con criterios de
prioridad a favor de quienes primero lo soliciten no es un criterio
discriminatorio” (FJ 2º).
En su escrito de recurso, la agencia EFE alegaba que se debió atender
su solicitud de acreditación por la importancia del medio de comunicación y su
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
209
llegada a mucho más público potencial que otros medios sí acreditados. El
Tribunal afirma, en este sentido, que:
“Imponer coactivamente la prioridad en el acceso a la noticia del
espectáculo en función de la cantidad de destinatarios de la
información alejados del lugar atenta al principio de igualdad […] y
pone en riesgo la pluralidad, ya que puede comprometer la
subsistencia de los medios de comunicación que se verían
sistemáticamente relegados” (FJ 2º).
De resultas de lo expuesto por el Tribunal Supremo, entendemos que el
organizador del evento no tiene obligación de atender sin fin a todos los medios
de comunicación que soliciten informar. La lógica impone un límite en el
espacio de que se disponga y establece como criterio válido “el orden de
llegada”. Este asunto no es superfluo: el criterio para conceder y denegar
acreditaciones podría ser materia de discusión y dar lugar a litigios. Es por ello
que la sentencia anterior cita otra del Tribunal Constitucional (STC 30/1982, de
1 de junio) en la que pleiteaban Diario 16 contra el Consejo Supremo de
Justicia Militar, por habérsele suspendido al medio de comunicación la
acreditación para acceder a un juicio. Y sobre el asunto en cuestión, se señala:
“Dadas las limitaciones de cabida del recinto, hubo de
establecerse una selección en orden a la asistencia a la vista,
concediéndose acreditaciones sobre la base de criterios objetivos […].
Las restricciones que se le impongan (a un medio) no pueden ser
distintas que las que se establezcan con carácter general…” (FJ 4º).
Así, el Tribunal Supremo validaba el criterio objetivo “orden de llegada”
que había establecido la Goyesca de Ronda en el caso de la agencia EFE.
Podían haberse establecidos otros criterios igualmente válidos aunque, como
afirma la STC 30/1982, de 1 de junio: “No resulta adecuado entender que los
representantes de los medios de comunicación social, al asistir a las sesiones
de un juicio público, gozan de un privilegio gracioso y discrecional…” (FJ 4º).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
210
En definitiva, que el derecho a informar no es absoluto, tampoco para los
medios informativos. Ni los representantes de los medios informativos tienen
un privilegio infinito respecto del acceso a las instalaciones donde se produce
el evento informativo. Así lo recoge el Constitucional en su STC 56/2004, de 19
de abril, cuando se afirma que:
“El derecho a la libertad de información es, precisamente, un
derecho de libertad […] y no cabe extraerse de él el efecto de que
convierta en públicas fuentes de información que no lo sean, como ya
ha tenido este Tribunal oportunidad de declarar, por ejemplo, con
respecto a la enfermería de una plaza de toros, que no es una fuente
de información de acceso general, por mucho que se sitúe en el
entorno de un espectáculo público y que en ella estuvieran sucediendo
acontecimientos de un supuesto interés informativo” (FJ 6º).
En este caso nunca se puso en cuestión el interés público y noticioso del
evento, sino la intimidad de los protagonistas.
Por otro lado, antes nos cuestionábamos si las empresas organizadoras
tienen que realizar esfuerzos inversores que en muchos casos son importantes
para atender gratuitamente las necesidades de los medios de comunicación de
todo tipo que acceden a los recintos para informar. En el caso del fútbol,
citamos el Reglamento de Prevención de la Violencia en los Espectáculos
Deportivos, que dispone medidas encaminadas a eso, prevenir la violencia,
pero no apunta especificidades en relación con la actividad de los
informadores. Tampoco el Reglamento de Competiciones de Ámbito Estatal de
la Real Federación Española de Fútbol. Por ello, aunque no forme parte de
nuestro ordenamiento jurídico y es un reglamento de una organización privada
sobre un evento privado, echamos mano de la edición 2010 de las
Regulaciones de Infraestructuras de los estadio de UEFA, donde define las
características que deben tener los recintos que alberguen encuentros de sus
competiciones. En este, se hace una catalogación de los estadios (categorías
1, 2, 3 o 4) y establece las necesidades básicas y específicas para cada
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
211
categoría en materia de comunicación: mínimo espacio del área de trabajo,
número de asientos, número de asientos con pupitre, número de posiciones de
comentarista para televisión y radio, su ubicación (siempre en la tribuna
principal y con visibilidad a todo el terreno de juego) y las necesidades técnicas
para estos (enchufes, toma de acceso a Internet,…), número de estudios de
televisión, características de la sala de conferencias de prensa, etc. Tal
reglamento no forma parte de nuestra legislación estatal, pero sus normas son
de observancia por parte de la mayoría de los estadios del fútbol de élite, en
orden al beneficio que les reporta la posibilidad de albergar encuentros de
fútbol de UEFA34.
Vemos, por tanto, que son obligaciones entre privados las que marcan el
proceder de los organizadores de eventos, en este caso, deportivos o
futbolísticos. Ninguna obligación mana de la legislación en relación con el
derecho a comunicar información.
Por esa razón, el derecho a recibir información de los ciudadanos sobre
la Goyesca no se satisface simplemente cuando el organizador de la corrida de
toros ofrece esa información al público o a otros medios de comunicación que
no han accedido directamente al evento a través de servicios de prensa o
comunicación propios. En la sentencia del Supremo sobre EFE contra la
Goyesca de Ronda se aclara que:
“El derecho a la información no contiene, en principio, como
derecho subjetivo, ningún derecho prestacional (STC 57/2004, de 19
de abril), por lo que la contratación de un profesional por la empresa
organizadora del evento, si por un lado no limita la libertad de
información de los periodistas, no es bastante por sí sola para respetar
34 En el caso de los Estadio de Categoría 4, la máxima, y necesaria para albergar finales de las competiciones continentales, se establece que el área de prensa debe tener al menos 200 metros cuadrados y capacidad para 75 medios y 25 fotógrafos; la tribuna de prensa debe tener 100 plazas, 50 de las cuales deben tener escritorio; y debe incluir al menos 25 posiciones de comentaristas de radio y televisión; la sala de prensa debe tener capacidad para 75 personas y la zona mixta, como mínimo, para 50.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
212
la libertad de información, ya que puede verse afectada si atenta contra
el pluralismo informativo” (FJ 1º).
El “contenido mínimo informativo” versus la información “de calidad”
A partir de aquí, una cuestión que se ha demostrado controvertida. El
medio de comunicación acreditado por el club, ¿puede, en razón de su
potestad para informar, reclamar recursos ilimitados en forma de
acreditaciones, medios, etc. para informadores, técnicos, fotógrafos y/u
operadores? La lógica respuesta negativa a esta pregunta nos dará pie a
analizar otra cuestión de sumo interés en nuestra tesis, la que se plantea como
segundo límite del derecho a comunicar información.
Para abordar el análisis de esta cuestión nos basaremos en un litigio de
fama que a finales de los años noventa del siglo pasado encaró a un club de
fútbol español, el Real Club Deportivo de la Coruña, frente a un grupo de
comunicación de su región, el Grupo Voz, propietario, entre otros medios de
comunicación, del diario La Voz de Galicia, y de la cadena de emisoras Radio
Voz.
Más allá de las cuestiones extrajudiciales que dieron lugar al intercambio
de demandas, todo terminó con una sentencia del Tribunal Supremo (STS
5690/2008, de 15 de diciembre). El club había concedido una acreditación para
cada uno de los dos medios del grupo. Tras la denuncia, en primera instancia y
en apelación se cambió la decisión desde estimar la pretensión de los medios
de recibir seis y cuatro acreditaciones hasta dejarlo en dos para cada uno, que
fue el criterio que hizo suyo el Tribunal Supremo.
El magno tribunal estimó que La Voz de Galicia debía acceder al estadio
Municipal de Riazor con un periodista y un fotógrafo, y en el caso de Radio
Voz, era necesaria la acreditación para un periodista y un técnico de sonido. Y
todo ello, porque:
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
213
"La única acreditación gratuita de un informador por cada medio
de comunicación se entiende de todo punto insuficiente, si atendemos
a la naturaleza del medio informativo del que se trata. Así, la prensa
escrita deportiva cuenta con una parte gráfica y con una parte escrita
redactada por el informador que ha recogido previamente los datos
obtenidos directamente de la fuente, sin que pueda entenderse que la
sola presencia de este último sin apoyo de imagen gráfica pueda
responder a lo que se entiende como mínimo informativo protegible en
el presente estado de la ciencia y la sociedad [...]. Por ello, la fijación
de un número mínimo de dos informadores se entiende más ajustada a
lo razonado hasta aquí que la propuesta del demandado-recurrente. En
cuanto a la emisora demandante, sin duda sería precisa la presencia,
al menos, de dos profesionales: uno que narrase como locutor del
evento deportivo y otro que dé cobertura técnica, siendo imposible la
unión de una única persona de ambas condiciones [...]. El resto de los
profesionales de la información de que pudiera querer valerse cada uno
de los medios demandantes, podrán ser propuesto por éstos y el
demandado podrá extender las correspondientes acreditaciones con o
sin contraprestación, dentro del legítimo ejercicio de su libertad de
empresa, cuyo contenido ampara incluso el derecho a no obtener lucro
alguno si a sus intereses empresariales conviniese" (FJ 3º).
Más trascendente que el número de acreditaciones, el fallo judicial fija
soluciones para una discusión de mayor calado:
"En el estadio científico y social actual cada vez es mayor la
demanda de información del público en general. Si hace dos décadas
al lector o radio oyente le bastaba con conocer cuántos goles se habían
obtenido por cada uno de los equipos en liza, quienes habían sido sus
autores, las circunstancias climáticas que acompañaban al partido o el
número de expulsados y lesionados, en la actualidad el público
demanda, además, conocer la gravedad de la lesión del jugador
apartado del juego, las conversaciones y cruces de opiniones
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
214
mantenidas entre el entrenador y los jugadores, las manifestaciones de
los presidentes y de los miembros del cuerpo técnico e, incluso, otros
datos anecdóticos sólo tangencialmente relacionados con el partido de
fútbol disputado [...]. Esa complejidad se ve acrecentada en aquellas
materias que forman parte del ocio colectivo, como fuentes de evasión
y divertimento, del que es cabeza visible el fútbol. De ahí que deba
concluirse que el público objetivo de la información deportiva es, en la
actualidad, muy exigente" (FJ 2º).
El Tribunal introduce en su escrito el matiz que diferencia el derecho a la
información con lo que este denomina "información de calidad":
"Únicamente debe ser considerado como digno de protección el
derecho de los medios a obtener la información necesaria para poder
conformar la noticia en su contenido mínimo razonable, sin que pueda
extenderse a otras cuestiones accesorias, sólo indirectamente
relacionadas con el partido de fútbol disputado, pues de lo contrario, se
estaría dando carta de naturaleza a la eventual vulneración de otros
derechos de los que es titular el propietario del recinto deportivo.
Declarar lo contrario implicaría reconocer la posibilidad de acceso
ilimitado de profesionales al estadio, según fueses variando la
naturaleza de la información demandada por el público destinatario,
con el trastorno que ello ocasionaría, indudablemente, a los clubes de
fútbol" (FJ 2º).
Es decir, para el caso concreto que nos sirve de ejemplo, el número de
profesionales de se deben acreditar por parte del organizador del evento con el
fin de que atiendan a su derecho a comunicar información veraz es el que
permita que éste o éstos "conformen la noticia en su contenido mínimo
razonable".
Parte de la doctrina jurídica se ha sumado al criterio del Tribunal
Supremo, y así, Millán Garrido (2011) restringe el contenido esencial del
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
215
derecho a la información al afirmar que este "se limita al hecho noticiable, que
no puede ir más allá del resultado, de los autores de los goles y de las
eventuales incidencias excepcionales y de interés público que hayan podido
acontecer" (Iusport).
Menos preciso en el alcance de su afirmación, Descalzo González
(2011) defiende que "los titulares de los derechos de los eventos deportivos
pueden recibir una contraprestación económica de los medios de comunicación
una vez superada la línea de la estricta noticia deportiva" (pp. 14-15). El propio
Millán Garrido (2012) cita la opinión de Contreras y Piñero, quienes afirman
que “una cosa es que se informe transmitiendo una noticia sobre un hecho
notorio, como es sin duda un partido de fútbol, y otra bien distinta, que se
entretenga con pretensión de gratuidad, como sucede en la retransmisión de
los partidos mediante los denominados carruseles futbolísticos” (p. 23).
Respecto del planteamiento de los anteriores autores, este investigador
no ha conseguido encontrar una definición más concreta de “la estricta noticia
deportiva” (Descalzo Gónzalez) o “alguna noticia” (Contreras y Piñero, citados
por Millán Garrido). Sin embargo, sí que encontramos un nuevo capítulo de la
confusión de conceptos cuando se habla de información y retransmisiones.
¿Tendría algún modo el informador de radio de emitir la noticia si no es a
través de la voz, y con los medios técnicos necesarios para hacer llegar su voz
al público? El modo natural de informar específico de cada medio de
comunicación forma parte intrínseca del derecho a informar del comunicador.
La vida real, y esos carruseles a los que hacían referencia los autores citados,
nos dejan ejemplos a diario de que en algunos casos, a elección del director
del programa, la actualización de noticias es casi simultánea al momento en el
que suceden (el relator va dando cuenta de los hechos sobre la marcha) y en
otros casos, la actualización de los hechos que acaecen en un encuentro de
fútbol se produce cada muchos minutos (el relator resumen los hechos
sucedidos mientras el programa ha discurrido por otros derroteros de mayor
interés para el director del programa). Nuestro estudio se centra en la
información que se genera en los estadios deportivos, no en los programas que
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
216
se producen en estudios radiofónicos o la forma en la que estos utilizan la
información.
La protección al derecho a informar está garantizada con la condición de
que esa información sea veraz (algo que no se discute en nuestro objeto de
estudio), verse sobre hechos noticiables y se refiera a acontecimientos de
interés público. Es procedente, por tanto, recuperar la definición que hace el
Tribunal Supremo (STS 8683/2001, de 7 de noviembre) citando fuentes del
Tribunal Constitucional: "La noticia es un hecho real, social o político, con
trascendencia pública" (FJ 3º). Más allá, el magno tribunal nos ofrece una
definición de "noticiable", o más concretamente de "noticia", al afirmar que "la
protección constitucional de la información se extiende a la noticia, que no pasa
de ser un mero relato de hechos" (STC 29/2009, de 26 de enero). Ese relato de
hechos puede interesar al ciudadano, y además, lo puede sobrecoger,
emocionar, asustar, preocupar, divertir, entretener o aburrir. De ahí a que exista
un pretendido “derecho al entretenimiento” conexo a la información por el que
se pretenda obtener rentas, hay mucha distancia. Alejándonos por un momento
de la arena jurídica para pasar al terreno de la teoría de la comunicación,
recuperamos aquí la definición que hace Cruz Prados (1989) del acto de
informar:
“Dar noticia de algo es dar noción de ello, esto es, proporcionar
un conocimiento suficiente pero elemental. Aquello de lo que se da
noticia queda, así, noto o notorio, es decir, comúnmente sabido, público
[…]. Si hemos de reconocer un fundamento in re para el carácter de
noticia, tenemos que afirmar que sólo se puede dar noticia de aquello
que, en sí mismo, es susceptible –tiene capacidad pasiva- de quedar
noto; es decir, aquello que es en sí notable, que posee notabilidad” (p.
151).
Cuando hablamos del caso concreto de un acontecimiento deportivo y
todo lo que lo rodea y que podría ser objeto de interés informativo, ¿dónde
limitamos el “relato de hechos” protegido por la CE? En el caso del Deportivo
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
217
de la Coruña contra La Voz de Galicia, el ponente habló de “lo accesorio”
cuando la cuestión estuviera “indirectamente relacionada con el partido de
fútbol”.
La interpretación de lo fijado por el juez nos lleva a aceptar como criterio
para evaluar donde está el contenido mínimo de la información: en el partido de
fútbol, en lo que es estrictamente práctica deportiva. Palomar Olmeda (2013)
opina que “lo esencial del derecho a la información es, precisamente, el
conocimiento del hecho informativo que razonablemente puede centrarse en el
conocimiento del resultado final o parcial de un acontecimiento deportivo” (p.
18). Abrir un foro de discusión sobre si, en el transcurso de un evento
deportivo, el gol, la canasta o el punto son contenido mínimo de la información
pero no así una tarjeta roja, o un pase espectacular, nos llevaría a un punto de
difícil salida, tomando como indiscutible el principio de que el proceso de
elaboración de la noticia es libre. Todo lo que no sea atenerse a esa idea da la
sensación de atentar contra la libertad del informador en su tarea para
determinar qué tiene relevancia para el público y qué no lo tiene. En esa línea
de opinión se expresa Descalzo González (2011) cuando escribe:
“En el ejercicio de la libertad de prensa, cada medio recoge en su
crónica deportiva el espectáculo ejecutado según su mejor criterio.
Argumentar en sentido contrario conduce, en el límite, a construir una
suerte de derecho de reserva sobre la noticia, sobre el conjunto de
datos, hechos e incidentes que nutren y dan sentido al contenido de la
libertad de información; algo que, evidentemente, no parece demasiado
compatible con nuestra Constitución” (p. 12).
Partiendo de la opinión expresada por las sentencias de los Tribunales
podemos afirmar que aquello que rodea al partido de fútbol pero no es
estrictamente partido de fútbol, el deporte, formaría parte de aquello que
denomina el Tribunal una “información de calidad”.
¿Quedan fuera de ese contenido mínimo las opiniones y valoraciones de
los informadores cuando dan cuenta de un hecho noticioso? El Tribunal
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
218
Constitucional, en su STC 29/2009, de 26 de enero, ofrece una serie de
pautas. Porque si bien es cierto que el derecho a la libre expresión de
pensamientos, ideas y opiniones y el derecho a comunicar información veraz
son distintos, lo son, según la jurisprudencia general, en razón del requisito de
veracidad que se le exige a la comunicación de informaciones, requisito no
presente cuando se trata de opiniones. Como se expresa en la Sentencia
anterior:
“En los casos reales que la vida ofrece no siempre es fácil separar
la expresión de pensamientos, ideas y opiniones de la simple narración
de hechos, y a la inversa, la comunicación de hechos o de noticias no
se da nunca en estado químicamente puro y comprende, casi siempre,
algún elemento valorativo o, dicho de otro modo, una vocación a la
formación de opinión (STC 6/1988, de 21 de enero, FJ 5)” (FJ 2º).
Y en el fondo, al estar unidos ambos distintos derechos en el mismo
artículo 20 de la CE, se entiende que gozan de la misma alta protección
jurídica, limitada esa libertad de opinión, por supuesto, por otros derechos con
los que pudiere entrar en conflicto (protección del honor, de la imagen propia,
etc…).
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
219
8. OTROS LÍMITES DEL DERECHO A INFORMAR EN EL DEPORTE
Si la Sentencia de la Audiencia Nacional 51/2013, de 28 de enero, es la
última palabra en el conflicto entre los clubes y las emisoras de radio, en el
caso de las cadenas de televisión y la Liga de Fútbol Profesional lo último ha
llegado en forma de norma legal. En abril de 2015, el Gobierno de España
dictaba el Real Decreto Ley 5/2015, de medidas urgentes en relación con la
comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales
de las competiciones de fútbol profesional. El objetivo final declarado de la
norma era sentar las bases legales para que se produjera la venta centralizada
de derechos de retransmisión televisiva de las competiciones profesionales de
fútbol en España, algo que reclamaba desde hacía tiempo una parte del sector.
El sector del fútbol en nuestro país era uno de los pocos que aún mantenía una
situación de hecho contraria a la tendencia global: cada uno de los equipos
vendía de manera individual los derechos de transmisión televisiva de sus
partidos. Valiéndonos del símil, y como si el fútbol fuera una obra teatral, se
había instalado una realidad en la que cada actor vendía los derechos de su
papel en la obra por su cuenta, y la distancia entre lo que ingresaban los
actores principales y los secundarios era considerablemente más grande de lo
que se espera que sea cuando de hecho se produzca la venta conjunto de los
derechos.
Tras la publicación de esa norma legal en el Boletín Oficial del Estado,
en verano de este mismo año, y a la espera del final de los contratos que
permitiesen la venta centralizada de los derechos de las competiciones, la Liga
de Fútbol Profesional ponía a la venta los derechos sobre los contenidos
audiovisuales del fútbol de pago para la temporada que estaba a punto de
comenzar, así como los derechos para emitir los resúmenes televisivos de
cada jornada en exclusiva, y en abierto. El fútbol de pago se lo adjudicaba a
Telefónica, y la exclusiva de las imágenes para los resúmenes del fútbol se los
llevaba, tras una puja de los grupos de comunicación españoles, Radio
Televisión Española. Según informaciones publicadas por distintos medios de
comunicación (Prnoticias, 2015), el ente público pagaba 10 millones de euros
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
220
por adjudicarse en exclusiva las imágenes de los resúmenes de los partidos de
la liga profesional.
Esta situación remitía al resto de operadores de televisión en España
que informan a diario sobre los partidos de Liga a lo que marcan las leyes
españolas. Las novedades y los conflictos llegaron de la mano de la
interpretación de la Ley General de la Comunicación Audiovisual y las reformas
que el Real Decreto-ley de 2015 introdujo en esa norma.
Amparándose en las leyes, la Liga de Fútbol Profesional obligaba a
todos los medios de información no titulares de derechos a firmar un
documento en el que se comprometían a aceptar emitir las imágenes con la
identificación del medio que tenía los derechos, y con un máximo de 90
segundos para toda la competición. Esas medidas encendieron la polémica
entre el grupo de comunicación Mediaset y el ente de clubes profesional.
Mediaset, propietaria de las cadenas Telecinco y Cuatro, se negó a firmar la
aceptación de las condiciones que marcaba la LFP, y anunció medidas legales:
“La Liga pretende que sólo se puedan emitir un minuto y medio de
los partidos de los sábados y un minuto y medio de los partidos del
domingo. En España se podrá informar mejor de las ligas extranjeras
que de la Primera División”.
Contraria era la opinión tanto de los representantes del Gobierno de
España como de los clubes de fútbol profesionales, que expresaron en público
su convicción de que los noventa segundos para informar de la liga de fútbol
eran suficientes para cumplir con el derecho a recibir información de la
ciudadanía sobre la actualidad deportiva de fútbol profesional en España35.
35 El Secretario de Estado para el Deporte expresó, en declaraciones que recoge la agencia de noticias EFE el día 15 de septiembre de 2015 que "no me parecen insuficientes 90 segundos de resumen. Se está cumpliendo la legislación comunitaria europea. Los ciudadanos españoles tienen la misma calidad informativa que en Francia o Inglaterra". Anteriormente, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional había manifestado en la misma línea que “los 90 segundos de resúmenes de la Liga es tiempo suficiente”.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
221
El origen jurídico del conflicto está en las modificaciones realizadas en la
legislación en los meses anteriores. El Real Decreto Ley 5/2015 incluía la
revisión del artículo 19.3 de la Ley 7/2010 que rebajaba de tres minutos a
noventa segundos la duración del resumen informativo que podrían emitir los
demás prestadores no poseedores de los derechos exclusivos. Además, incluía
la siguiente frase, nueva respecto a las versiones anteriores: “Durante la
emisión del resumen debería garantizarse la aparición permanente del logotipo
o marca comercial de la entidad organizadora y del patrocinador principal de la
competición” (Disposición Final Primera).
El real decreto ley justificaba los cambios en la legislación estatal a la
necesidad de ajustarse a lo que marcan “los últimos criterios jurisprudenciales
del Tribunal de Justicia de la Unión Europea”. Este Tribunal había dictado en
2013 una sentencia sobre el asunto C283-11 en relación con un litigio en
Austria entre las cadenas de televisión Sky y ORF.
La cuestión principal del desencuentro fueron los llamados breves
resúmenes informativos y si el acceso a los mismos por parte de cualquier
operador de televisión abonando los costes de recepción del mismo vulnera la
libertad de empresa y el derecho a rentabilizar los derechos adquiridos por los
operadores que detentan los derechos de retransmisión.
Volvemos a una pregunta que ya nos hacíamos durante este capítulo.
¿Se puede cercenar a una cadena de televisión, a una emisora de radio o a un
periódico el tiempo que destina a informar sobre un acontecimiento? Los
medios de comunicación que no tengan derechos audiovisuales sobre
acontecimientos de gran interés no dispondrán de más de noventa segundos
de imágenes sobre estos. Pero la limitación de imágenes no tiene por qué
implicar un límite al tiempo que dedique a informar sobre el evento cualquier
medio de comunicación. Interpretar los noventa segundos como un límite a la
libertad de información supone aceptar esa coarta al derecho. Pongamos un
ejemplo: si España gana la Copa Mundial de FIFA de 2010, ¿los medios de
comunicación sin derechos de explotación de los resúmenes informativos sólo
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
222
podrían informar durante noventa segundos del mayor triunfo de la historia del
deporte español? ¿O para informar de ese triunfo, durante el tiempo que
estimasen oportuno, sólo dispondrían de noventa segundos del resumen del
partido?
El Considerando 63 de la sentencia europea aclara que “tales extractos
deben, en particular, ser breves, y que su longitud máxima no debe superar los
90 segundos. Asimismo, los Estados miembros deben determinar los límites de
tiempo en lo que se refiere a su transmisión”. ¿Los Estados deben legislar
sobre el tiempo máximo que pueden repetir las cadenas de televisión los
noventa segundos de que disponen en imágenes?
La sentencia especifica que “se excluye, de conformidad con el
considerando 55 de la Directiva 2010/13, la utilización de los extractos de la
señal en programas de entretenimiento, que tienen un impacto económico más
importante que los programas de información general” (Considerando 62). No
se define, como hemos reclamado durante este trabajo, cuál es la diferencia
objetiva entre un programa de información general y un programa de
entretenimiento. Este punto ha servido a los clubes para dejar sin resúmenes a
algún programa de televisión cuyo argumento principal es la actualidad
deportiva del día36.
Además, en este conflicto tomó protagonismo una de las frases de la ley
que hasta el momento no había generado choques. Expresa la ley que: “No
será exigible contraprestación alguna cuando el resumen informativo sobre un
acontecimiento, conjunto unitario de acontecimientos o competición deportiva
se emita en un informativo de carácter general, en diferido y con una duración
inferior a noventa segundos”, que es como queda en la actualidad el artículo
19.3. de la Ley General de la Comunicación Audiovisual.
36 Según la información publicada por el diario El Mundo (2015), la Liga de Fútbol Profesional advirtió al grupo Atresmedia del incumplimiento de la normativa al emitir resúmenes informativos en programas que, en consideración de la propia liga, no son “informativos generales”.
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
223
Aunque la ley aspira a transponer las directrices de Europa a través de
su legislación y la sentencias, lo que en la 201/13/UE es “acontecimientos de
gran interés”, en la ley española se transforma en “acontecimiento, conjunto
unitario de acontecimientos o competición deportiva”. Ni uno ni otra ley
especifican de qué tratan exactamente, lo que llevó a la discusión entre los
clubes y las cadenas de televisión sobre si los noventa segundos de límite
temporal para informar son sobre cada partido (postura de los medios) o sobre
la jornada completa de liga (postura de la asociación de clubes).
Por otro lado, y aunque afecta al fondo de la cuestión en poco,
apuntamos otra duda. Lo que en la norma europea es “programas de
información general”, en el real decreto ley se convierte en “un informativo de
carácter general, en diferido y con una duración inferior a noventa segundos”.
¿Cuál es el objetivo del legislador cuando restringe la recomendación que llega
desde Europa? La respuesta a esta cuestión no forma parte del objeto de
nuestro estudio.
Si en el año 1996, el precedente de conflicto entre Telecinco y los clubes
y la Real Federación Española de Fútbol se centró en la negativa de estos a
dar acceso a los estadios deportivos a las cadenas de televisión, en la
actualidad el foco del choque se ha desplazado a las nuevas prerrogativas que
otorga el real decreto ley aprobado por el Gobierno de España en 2015, cuyo
objeto principal, y de ahí la urgencia de la aprobación, era articular la venta
conjunta de derechos por parte de la liga profesional de fútbol en España. El
real decreto ley cambió, de paso, las formas de relación entre los clubes y las
cadenas de televisión en España. Al menos, durante un tiempo.
Al cierre de este trabajo doctoral se conocía que la Comisión Nacional
de los Mercados y la Competencia invalidaba en parte el acuerdo para permitir
el acceso a las imágenes de los resúmenes de televisión al resto de
operadores. Días después, la Liga de Fútbol Profesional y Radio Televisión
Española anunciaban que rescindían de mutuo acuerdo el contrato de
exclusividad firmado meses antes.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
224
La libertad de empresa como límite al derecho a informar
Ya apuntamos en páginas anteriores que en la ponderación de la
libertad de informar con otros derechos de las personas era necesario un
ejercicio de equilibrios que hiciera compatibles el ejercicio de todos, en la
medida de lo posible. Circunscrito al caso de la televisión, la sentencia del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2013 zanja la compatibilidad del
derecho a informar en relación a la libertad que reclamaban los clubes y los
medios de comunicación con derechos exclusivos para ejercer su actividad.
Afirma el Tribunal entre sus considerandos que “la libertad de empresa no
constituye una prerrogativa absoluta, sino que debe tomarse en consideración
en relación con su función en la sociedad” (Considerando 45), pudiendo
“quedar sometida a un amplio abanico de intervenciones del poder público que
establezcan limitaciones al ejercicio de la actividad económica en aras del
interés general” (Considerando 46).
Entre esas limitaciones, explica el Tribunal, están las medidas que
buscan garantizar el pluralismo en la producción y en la programación de
noticias, como son la imposibilidad de cobrar más allá de los gastos de
producción por la señal para los resúmenes informativos, lo que permite que
cualquier grupo de comunicación, más allá de su poderío económico, pueda
acceder a las imágenes con el objetivo de informar. Los límites también tienen
la vocación de proteger la libertad de empresa al circunscribir la emisión de
resúmenes a los programas informativos, vetando la posibilidad de que se
emitan en programas cuyo objetivo sea comercial, como los de
entretenimiento. Y además protege a los dueños de derechos de explotación
exigiendo que el resto de medios de comunicación indiquen el origen de los
extractos breves de los resúmenes, “lo que puede tener un efecto publicitario
positivo para el titular de los derechos de retransmisión televisiva en exclusiva”
(Considerando 63).
CAPÍTULO II. EL DERECHO A INFORMAR SOBRE EL DEPORTE
225
Y es que el legislador y la justicia europeas tienen clara la primacía de la
libertad de información, y aceptan por legales y justas las limitaciones a la
libertad de empresa de este particular caso:
“Por la importancia que revisten la salvaguarda de la libertad
fundamental de recibir información y la libertad y el pluralismo de los
medios de comunicación […], el legislador de la Unión podía adoptar
normas como las establecidas en el artículo 15 de la Directiva 2010/13,
que implican limitaciones a la libertad de empresa al tiempo que, desde
el punto de vista de la necesaria ponderación de los derechos e
intereses en juego, dan prioridad al acceso del público a la información
frente a la libertad contractual” (Considerando 66).
Así las cosas, clara queda la prioridad que debe tener el derecho a
informar en torno al deporte en detrimento de otros derechos que se pudieren
ejercer en virtud de la libertad de empresa. La justa ponderación de las
facultades que otorgan uno y otro derechos está marcada por la legislación
europea y se interpreta de maneras particulares en cada estado, como vemos
en el caso de España.
Esta realidad genera situaciones de conflicto en las que, al menos en el
caso último que nos ocupa, no se ha puesto en duda la existencia de un
derecho a informar en torno al deporte.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
226
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS
SU DERECHO A INFORMAR?
1. Análisis histórico a las relaciones entre los medios y el deporte en España.
2. La situación actual de los medios de comunicación deportivos.
3. Algunos rivales de los medios tradicionales en la carrera por la noticia.
4. ¿De qué informan los diarios de información en relación con el deporte? Análisis de contenido.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
228
A lo largo de las páginas precedentes hemos tenido la oportunidad de
conocer algunas peculiaridades del fenómeno que nos ocupa, el deporte, antes
de detenernos en la primera pregunta troncal de nuestro estudio: se trató de
determinar si los medios de comunicación gozan del derecho a informar sobre
los eventos deportivos, y hasta dónde llega ese derecho. También hemos
apuntado qué implica el ejercicio del mismo en relación con la responsabilidad
que tienen los medios informativos. Y a partir de ahora estudiaremos cómo es
de hecho la relación entre los medios de comunicación y el mundo del deporte
en España.
Lo haremos, en primer lugar, con una retrospectiva a través del análisis
documental y bibliográfico, buscando en las fuentes los orígenes de la relación
entre el mundo del deporte y los medios. No se trata en este punto de hacer
historia, tarea que está más que acometida por variados y brillantes estudiosos
de los últimos años. El objetivo de esta revisión histórica es conocer cómo
fueron esos inicios y si, realmente, la relación entre el deporte y los medios
siempre ha existido, como argumentó una de las partes cuando se produjo el
conflicto que da pie a este trabajo doctoral. Se tratará, en este punto, de
conocer cómo se forjó esa simbiosis entre ambos.
Decía Unamuno que “un poco de deporte está bien, pero mucho es
demasiado”, quizá anticipando una evolución que posiblemente ha desbordado
las previsiones del ilustre filósofo español. En ese crecimiento exponencial del
fenómeno deportivo hay una corriente doctrinal que atribuye gran parte del
mérito a los medios de comunicación. Son estos los que han dado impulso a
los llamados “deportes de masas” hasta darles su forma actual, se dice.
La realidad es que los medios de comunicación dedican una parte
importante de su día a día a los deportes, sobre el cual han creado y soportado
estructuras que cada día se hacen más amplias y multidisciplinares. Como
ejemplo de reciente acontecer valga la política de expansión de un gigante
mundial como es el Grupo Telefónica en relación con los contenidos
audiovisuales. Su apuesta por Movistar TV está hecha con base en los
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
229
contenidos deportivos, hasta el punto de haberse hecho entre 2014 y 2015 con
la compra de una plataforma digital asentada en la distribución de contenidos
deportivos, Canal Plus España.
En este punto, ¿cómo es la situación actual de esos medios de
comunicación? No es intención de este trabajo trazar un diagnóstico sobre el
estado actual de los medios en el mundo del deporte y en España, aunque nos
acercaremos a algunas realidades que el nuevo siglo ha entregado a la
sociedad mundial, y que influyen de algún modo en los modos de comunicar
tradicionales. Nuestro objetivo es responder a una de las interrogantes que
cimentan este trabajo doctoral: ¿Cumplen los medios de comunicación con ese
derecho a informar, y con obligaciones derivadas de ese derecho que generó el
conflicto de 2011 entre las emisoras de radio y los clubes de fútbol? ¿Cómo
podrían la comunicación y el periodismo mantener un status que la sociedad
les ofreció hace décadas y que ahora podría verse en peligro en la realidad de
inicios del siglo XXI?
Para responder a la primera pregunta utilizaremos el recurso del análisis
de contenido, deteniéndonos en la prensa escrita, y centrando el estudio en
medios de comunicación con arraigo y tradición en nuestro país. Como
veremos a continuación, la prensa ha sido pionera en el tratamiento de la
información en torno al mundo del deporte, y en buena medida, marca hoy día
las pautas del día a día en la agenda de los medios de comunicación que
siguen la actualidad deportiva. Sin embargo, la prensa sufre los rigores de la
crisis económica con especial incidencia, y además es el ramo del sector que
acusa especialmente la bajada de ingresos por publicidad y por la venta de
ejemplares tradicional en papel, además de un proceso de reconversión hacia
lo digital que les está llevando a reformular sus modos de supervivencia. Es por
ello que hemos elegido para ese análisis de contenido a distintos diarios
españoles.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
230
1. ANÁLISIS HISTÓRICO DE LAS RELACIONES ENTRE LOS MEDIOS Y EL DEPORTE EN ESPAÑA
La costumbre ha construido una relación especial entre los medios de
comunicación y el deporte en nuestro país, relación que presenta
singularidades respecto a otros lugares del mundo. Como señala el Código
Civil español en su artículo 1, en ausencia de ley, la costumbre es fuente de
derecho y por tanto tiene validez como argumento en la medida en que cumpla
con los requisitos que marca la tradición social. La define Guzmán Brito (1995)
como “la convicción común sobre la existencia de una regla jurídica
manifestada a través del comportamiento reiterado” (p. 625). Jiménez Paris
(2011) explica que la costumbre debe un uso de observancia general,
constante, uniforme, que lleve implícita la convicción de que aquello que se
observa es derecho y que no sea contrario a la razón, la moral o el orden
público. De Peralta y Carrasco (2004) apunta que:
“Como práctica general y común, tiene un origen espontáneo en
grupos sociales, ajenos al poder legislativo, que ante problemas
puntuales o necesidades concretas adoptan una solución, que como
consecuencia de su repetición en el seno social que la adoptó, da lugar
a la norma consuetudinaria” (p. 3).
Esa costumbre fue uno de los argumentos de las partes cuando se
originó el conflicto entre las emisoras de radio y los clubes de fútbol en
España37.
Es por ello que en este punto echamos la mirada atrás para buscar las
raíces de ese modelo de relaciones entre medios de comunicación y deporte.
No es fácil establecer un punto de partida a esa unión, puesto que, según la
profundidad y los matices de la relación, podríamos remontarnos a siglos atrás.
Escribe Alcoba (1987) que:
37 En entrevista mantenida con este autor, el presidente de la AERC, Augusto Delkáder, habló de la singularidad del modelo español y cómo en éste, el deporte ha dado mucho beneficio a las emisoras de radio pero también éstas han contribuido a popularizar determinadas prácticas deportivas con su información diaria.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
231
“El primer periodista deportivo con conocimiento de causa fue
Homero, pues sus relatos sobre los juegos funerarios o de homenaje,
explicados de forma magistral en ‘La Iliada’ y la ‘Odisea’, son la reseña
de unas competiciones deportivas descritas con el más puro estilo de
especialista actual que ofrece la síntesis de cualquier deporte” (p. 219).
Más cerca en el tiempo, se considera responsable a la imprenta, en
España y en el resto del mundo, de la aparición de las primeras publicaciones
periódicas. Siguiendo el modelo predominante en Europa, según Sánchez
Aranda y Barrera (1992), “las gacetas del siglo XVII marcan el inicio,
propiamente dicho, del periodismo en España” (p. 60).
Pero, ¿cuándo se da forma a un periodismo especializado y que informa
de manera consciente, organizada y separada del resto de noticias a cerca de
los fenómenos deportivos? En ese sentido, deporte y periodismo crecen como
fenómenos sociales en una progresión paralela y similar, hasta dar con puntos
de encuentro. Es en el siglo XIX cuando, como vimos en el primer capítulo, la
práctica deportiva adquiere unos rasgos que la acercan al germen de lo que es
actualmente: normativización, popularización y competición, por citar algunas
características distintivas. Aún así, el periodismo busca al deporte solo cuando
comprueba, más allá de sus reticencias, que determinadas disciplinas llaman a
las masas. Antes en el tiempo, corresponde al mundo del deporte la iniciativa
en la edición y lanzamiento de publicaciones periódicas con las noticias y
novedades de distintas modalidades.
Sainz de Baranda Andújar (2013) recupera los nombres de las primeras
publicaciones periódicas editadas en el mundo y en España en su trabajo
sobre los orígenes de la prensa diaria deportiva y del pionero El Mundo
Deportivo y apunta, citando a Vázquez (1989), a esa interrelación entre deporte
y medios. Distintos actores en el mundo del deporte se encuadran entre los
pioneros a la hora de editar publicaciones (los fabricantes de bicicletas fueron
los primeros en crear revistas especializadas sobre ciclismo). En un flujo de
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
232
doble sentido, en todo el mundo fueron varias publicaciones periódicas las que
tomaron la iniciativa de organizar pruebas deportivas:
“En 1903 el periódico especializado L’Auto, dirigido por Henry
Desgrange, organizó la primera Vuelta Ciclista a Francia, hoy el Tour
de Francia; en 1899 el New York Herald Tribune crea la Copa Gordon
Bennet; en 1901 crea la carrera Pekín Paris Le Matin; Le Velo organiza
en 1898 y 1899 grandes competencias de natación en el Sena o en
Joinville Le Pont; la Copa Europea de Fútbol tuvo su pilar en L’Equipe,
mientras que la Liga Nacional de Educación Fisica en Francia nació de
una campaña de prensa montada por Le Temps” (p. 9).
Los medios de comunicación percibieron la potencialidad del deporte
como asunto de interés informativo como antes las asociaciones deportivas
habían encontrado en las publicaciones un modo de transmitir las novedades
sobre su disciplina deportiva, siempre con el afán de llegar cada vez a mayor
número de practicantes. No es hasta bien entrado el siglo XX cuando los
diarios de información general asumen la importancia de determinados eventos
deportivos. En su edición del 18 de julio de 1910, el diario ABC se hacía eco de
“la locura del balompié”:
“El juego del balompié (foot-ball) ha llegado a constituir en
América una verdadera locura. Los colegiales ansiosos de victorias
deportivas descuidan sus estudios y concluyen por perder todo
sentimiento generoso, llegando a agredir gravemente al adversario a
quien temen. En Colombia se ha prohibido este juego, a consecuencia
de verdaderos ataques personales a que se entregaban los jóvenes
jugadores. Hasta ahora, que sepamos, no han ocurrido en nuestra
patria hechos parecidos, a pesar de la ardorosa condición de la raza;
pero bueno será que se tengan en cuenta estos datos para evitar
posibles males” (p. 18).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
233
Simón Sanjurjo (2012) señala que “el éxito de la Selección española en
los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920 representará el despegue de la
incorporación del contenido deportivo en los periódicos” (p. 6). El fútbol
empieza a ganar la carrera por la información cuando ya despuntaba como un
espectáculo de máximo interés: “La pasión que despertará entre los
aficionados el nacimiento del Campeonato Nacional de Liga en 1928 tendrá su
inmediato reflejo en las principales cabeceras del país” (p. 7). Núñez-Romero
Olmo (2009) concluye en su tesis doctoral sobre la formación de las secciones
deportivas en los diarios de información general españoles antes de 1936 que
el fútbol como asunto informativo ya era el principal deporte en las páginas de
los periódicos analizados (p. 453).
Lo que era un foco de noticias de interés pronto da pie a que los medios
de comunicación no solo publiquen información sino que reclamen su parte
como soportes publicitarios. Simón Sanjurjo (2012) recupera el anuncio que
hacía el diario El Sol en diciembre de 1925:
“En vista de que todos los deportes, sin distinción alguna, han
llegado a constituir un negocio, en el que se debaten poderosos
intereses casi siempre, ha acordado EL SOL, para lo sucesivo, aplicar
sus tarifas de anuncios a cuantas noticias se le envíen para anunciar la
fecha en que se celebren, tanto los partidos de fútbol como los
‘matches’ de boxeo y, en general, todo acto dentro de este género de
espectáculos” (pp. 14-15).
Las primeras transmisiones de radiodifusión llegan en España en los
años veinte, y ya en 1924 se anuncia el primer intento de difundir una
programación diaria a través de Radio Ibérica (Ezcurra, 1974, p. 46). A partir de
ahí, las empresas pioneras fueron dando forma al medio, hasta que la Guerra
Civil lo hiciera suyo con fines propagandísticos. La radio se convirtió en
instrumento y soporte de primera necesidad para los contendientes y mostró su
potencialidad como vehículo de transmisión de información.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
234
Una vez superados esos años, la radio pasa de la tensión de la
información que le da vida en el conflicto bélico a la búsqueda del espectáculo
ante un parque de aparatos receptores que después de 1943 se cifró en más
de un millón (García Jiménez, 1980, p. 149). En 1927 ya se habían realizado
las primeras transmisiones de eventos deportivos a través de las ondas
hertzianas. Malvar (2005) fija la primera narración deportiva en la radio
española:
“Fue en mayo de dicho año cuando Radio Madrid, utilizando un
equipo móvil en la ciudad de Zaragoza, ofreció a las emisoras de Unión
Radio la retransmisión en directo del partido de fútbol entre el Zaragoza
y el R. Madrid” (pp. 3-4).
Carlos Fuertes Peralba narra los primeros partidos de fútbol, apunta
Díaz (1992, p. 504), incluido el encuentro internacional de fútbol que jugaron
las selecciones de España e Inglaterra, con victoria para los españoles de 4 a
3, en 1929. Entre las primeros eventos deportivos radiados se encuentran las
veladas de boxeo desde el circo Price, o las transmisiones de ciclismo, que
datan de 1935, a través de Radio Barcelona.
Es a partir de esos experimentos exitosos, y con el final de la tensión
bélica, cuando emergen los programas y formatos “cara al público”, siempre
con la vocación marcada por el régimen político que se había impuesto, como
afirma Bustamante (2006): “El ‘servicio público’ era esa noción de la
información que sólo tenía por objetivo la consecución del ‘bien común
nacional’, la protección de una ‘opinión nacional’ derivada de una élite en el
poder que perseguía además la defensa de España frente a las leyendas
negras” (p. 28).
Los nombres de Vicente Marco y Bobby Deglané están unidos al
nacimiento de “Carrusel deportivo”, un programa con vocación de ofrecer toda
la información en relación con el deporte, y cuyo formato pionero no solo se
mantiene vigente hoy en día sino que es líder de audiencias en su formato y
ha sido reproducido en todas las emisoras de radio de nuestro país. Su esencia
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
235
actual ya era una aspiración en 1954, como comprobamos a través de un
intercambio de cartas entre ambos comunicadores que recoge Nieto (2006) en
su semblanza sobre el chileno. Explica Deglanné cómo habló de Carrusel con
el entonces director de la cadena SER, Manuel Aznar:
“La instantaneidad de la radio debe estar in situ y en tiempo de la
actualidad deportiva; ahí, siguiendo las jugadas gol a gol. Pero aún
más, veo un programa de varias horas –tres o cuatro- cara al público,
con la anécdota, la información, la entrevista personal, la estadística de
todos los acontecimientos deportivos nacionales y extranjeros de toda
la semana” (p. 304).
En 1964, un estudio del Instituto de Opinión Pública reflejaba los
porcentajes por contenidos en la programación de la radio madrileña. Ya
entonces, la información deportiva estaba por encima de la religiosa y se
acercaba al tiempo que dedicaban al “diario hablado”, en una radio en la que la
música seguía mandando (Sánchez Aranda y Barrera, 1992, p. 505). La radio
ya había ganado para su causa a la audiencia masculina, pegada al transistor
para oír los resultados de los partidos de fútbol, cuando en sus orígenes había
atraído a más población femenina.
En el caso de la televisión, también fue rápido el maridaje con el
fenómeno deportivo. En España nace cuando el deporte ya está inserto en el
ideario de la sociedad. Y ya se ha explicado anteriormente como el poder
político de la época detectó y usó el deporte con fines públicos. Sin ir más
lejos, la Ley 77/1961, de 23 de diciembre, sobre Educación Física, señala que
“la propaganda y la información sobre el deporte se orientará en un sentido
educativo, que permita crear al mismo tiempo el clima necesario para el
desenvolvimiento progresivo del deporte español” (art. 35).
Es por ello que más que elegir quien influyó más sobre quien en sus
relaciones a lo largo de estos últimos cien años, se puede establecer que en la
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
236
unión entre ambos, las dos partes han salido beneficiados, como explica
Bonaut Uriarte (2008):
“A lo largo de los años, se han ido forjando relaciones de
necesidad mutua en la que ambas partes han salido beneficiadas. Los
programas deportivos han proporcionado a la televisión cuantiosos
beneficios económicos a través de las altas audiencias y los ingresos
por publicidad (sobre todo las retransmisiones futbolísticas) y gracias a
su capacidad única de ofrece la mayor emoción y suspense del directo
[…] Por otra parte, la televisión ha ayudado a la popularización de
muchas disciplinas deportivas, ha impulsado la profesionalización de
las estructuras del deporte, ha mejorado el nivel de las competiciones,
ha consolidado el papel estrella del deportista y, ante todo, ha aportado
una gran cantidad de dinero a las instituciones deportivas
(organizaciones y clubes)” (p. 104).
Tras las primeras emisiones, los contenidos deportivos sirven para
llamar la atención de los hogares españoles, escasos en receptores de
televisión. Bonaut (2008) recupera la noticia del diario Informaciones de
Barcelona que habla del primer “clásico” de fútbol en España que emitió RTVE
entre el Real Madrid CF y el FC Barcelona. Era el año 1959, y se vendieron en
la ciudad catalana los 6.000 receptores que había en los comercios: “En
Barcelona se estraperlea con los televisores. Los afortunados que pueden
comprar uno son asaltados por los que no pueden venir al partido” (p. 111).
Los medios de comunicación pusieron su interés sobre eventos que ya
llamaban la atención de las masas. Escribía Miguel de Unamuno por entonces
en el diario ABC (1910): “Ríos de espectadores asistían a los espectáculos
deportivos desde las gradas, y luego leían las crónicas” (p. 38). Por citar un
ejemplo concreto de esta realidad, traemos aquí los datos de asistencia a la
primera final de una Copa Mundial de la FIFA de fútbol en 1930, que se cifró en
68.346 espectadores en el estadio Centenario de Montevideo. El último
Campeonato del Mundo de este deporte que no recibió la cobertura televisiva
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
237
de los medios, el de Brasil en 1950, nos deja el dato de los 174.000
espectadores que se dieron cita en el estadio de Maracaná a la final del torneo,
el célebre “Maracanazo” en el que Uruguay venció por 1-2 a Brasil. El fútbol ya
era un espectáculo de máximo interés para la sociedad antes de la irrupción de
la televisión en él.
Tabla 5. Asistencia de espectadores a estadios por Copa Mundiales de FIFA desde su creación hasta la edición de 2014 Campeonato del Mundo
Cifra asistencia espectadores
Número de partidos
Asistencia media por partido
Uruguay 1930 590.549 18 32.808 Italia 1934 363.000 17 21.352 Francia 1938 375.700 18 20.872 Brasil 1950 1.045.246 22 47.511 Suiza 1954 768.607 26 29.561 Suecia 1958 819.810 35 23.423 Chile 1962 893.172 32 27.911 Inglaterra 1966 1.563.135 32 48.847 México 1970 1.603.975 32 50.124 Alemania 1974 1.865.753 38 49.098 Argentina 1978 1.545.791 38 40.678 España 1982 2.109.723 52 40.571 México 1986 2.394.031 52 46.039 Italia 1990 2.516.215 52 48.388 EEUU 1994 3.587.538 52 68.991 Francia 1998 2.785.100 64 43.517 Corea/Japón 2002 2.705.197 64 42.268 Alemania 2006 3.359.439 64 52.491 Sudáfrica 2010 3.178.856 64 49.669 Brasil 2014 3.386.810 64 52.918 *Elaboración propia a partir de datos oficiales ofrecidos por FIFA en su página oficial (www.fifa.com). En negrita, los torneos que no tuvieron cobertura por parte de televisión.
Más que llevar a la afición a los estadios, la televisión y los medios de
comunicación han llevado hasta el hogar, hasta los aficionados, un fenómeno
que ya trascendía los propios recintos deportivos antes de la llegada de los
comunicadores a éstos. Las cifras medias de espectadores en los estadios de
fútbol donde se han disputado los Mundiales no han subido significativamente
desde 1930 a 2014. Los deportes se popularizaron sólo en parte gracias a los
medios, y los medios de comunicación crecieron de la mano del deporte.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
238
El número de publicaciones que se dedicaban en todo o en parte a la
información sobre los deportes ha aumentado sin detenerse durante todo el
siglo XX. En los setenta, los periódicos deportivos ya estaban entre los que
tenían más tirada, hasta el punto de que As fue el diario más leído en Madrid
entre los años 1973 y 1975, superando a los periódicos ABC y Pueblo, y
alcanzando los 200.000 ejemplares de tirada. En Barcelona, El Mundo
Deportivo, sin llegar a los números de La Vanguardia, se situó entre los tres
que más ejemplares distribuían a finales de los sesenta y comienzos de los
ochenta, rondando los setenta mil ejemplares (Sánchez Aranda y Barrera,
1992, pp. 486-487).
Merce Varela, citado por Alcoba (1980), apuntaba la especificidad del
escenario comunicativo español cuando hablaba de España e Italia como los
únicos países en los que había, ya por entonces, cuatro diarios especializados
en información deportiva, además de veinticinco semanarios y revistas, algo
que se ampliaba por momentos con otros medios de comunicación social, “ya
sea la radio, la televisión, el cine e incluso los libros. La considerable cantidad
de aficionados, activos y pasivos del deporte, hace que las tiradas de
publicaciones deportivas, sean superiores a las de aquellas cuyo temario es
general” (p. 44).
Paralelamente, el color llegaba a la televisión con los Juegos Olímpicos
de Múnich en 1972, y diez años más tarde, en España, Radio Televisión
Española (RTVE) realizaba la cobertura íntegra para todo el mundo de la Copa
Mundial de la FIFA de 1982. Fue un torneo en el que el Comité Organizador
acreditó a 901 medios de comunicación de 71 países distintos de los cinco
continentes (Alcoba, 1987, p. 254).
Son estos, como otros muchos, precedentes que anticiparon la
multiplicación de los contenidos deportivos en la televisión española con el
nacimiento de los canales de televisión autonómicos y privados, ya en la
década de los noventa. No obstante, se pone de manifiesto, como afirma
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
239
Bonaut (2008), que “la relación de necesidad entre deporte y televisión se
establece desde los orígenes de la televisión” (p. 132).
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
240
2. LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEPORTIVOS La evolución de la sociedad en los últimos cuarenta años y la
transformación de los escenarios de la comunicación social dejan variables que
conviene citar en este punto. Son, por citar algunas, los nuevos modos de
transmisión en el caso de la radiodifusión y la televisión o de impresión en el
caso de la prensa escrita en papel; la liberalización relativa del acceso a la
creación de canales en TV y radio, que llevó a la aparición de las televisiones
autonómicas y privadas, en abierto y de pago; los procesos de concentración
de medios de comunicación en grupos empresariales multimedia que marcan
una estrategia global para medios distintos (Gil y Romero, 2012, p. 61); la
especialización en la formación académica de los profesionales que se dedican
a la comunicación, y la aparición de internet y las herramientas de
comunicación social, que luego veremos cómo inciden en la realidad actual de
los medios y los informadores.
Todo ello configura un sector de la comunicación que está vivo, en
constante evolución y que, según una corriente doctrinal, sufre determinados
males. Gil y Romero (2012) hablan de un periodismo deportivo que está en un
período de indefinición y que hace uso de formas relajadas y el estilo propio del
debate amarillo como principales argumentos (p. 54) y apuntan a un
profesional que deja de lado la investigación y se limita a difundir sus puntos de
vista en un tono distendido (p. 55). Por su parte, De Moragas (2010) ya dejó
constancia un poco antes de un periodismo que utiliza “el lenguaje de las
telenovelas” (p.11). Estos autores señalan hacia las formas y estilos de
comunicar la información, asunto que no abordamos en este trabajo doctoral,
pero que efectivamente parece tender a alejarse del rigor y la seriedad que
instauraron los pioneros de la información deportiva en España.
No obstante, con el objeto de acercarnos a la situación actual de los
medios de comunicación, analizamos algunos datos que nos ayudarán a
entender en qué punto situarnos.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
241
Según el informe elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid
(APM) sobre la profesión periodística en 2013 a partir de una encuesta
realizada a 1748 periodistas de toda España, entre el 40 y el 70% de estos
considera que los medios de comunicación convencionales sufrirán cambios
con el nuevo escenario digital, pero solo dos de cada diez apunta a la
desaparición de diarios o revistas. El informe contabiliza 284 medios de
comunicación que cerraron entre los años 2008 y 2013, la mayoría revistas
(184). En el lado opuesto, se crearon 300 nuevos medios de información o
proyectos periodísticos, todos ellos creados por periodistas, 27 de los cuales
tenían temática deportiva. De los 108 medios encuestados, la mitad contaban
con una plantilla de trabajadores de entre 1 y 3. Y es que en 2013, los datos
señalaban a una destrucción de empleo de periodistas y profesionales de la
comunicación de 4.434, lo que hace un total de 11.151 desde mediados de
2008.
Los números de los grandes grupos de comunicación y los medios que
los integran no son buenos según el Informe, en parte, debido a la caída de la
inversión publicitaria en el último lustro analizado, ya que desde 2008 a 2013,
los medios de comunicación facturaron un 30% menos en concepto de
ingresos provenientes de la publicidad, uno de los soportes de la mayoría de
los medios junto a los ingresos por compra de ejemplares en el caso de la
prensa escrita. Si bien es cierto que se están contabilizando los años más
duros de la crisis económica vivida a nivel estatal y mundial, también lo es que
esos datos confirman el peso que tenía la inversión institucional y pública en
publicidad. El presupuesto de la Administración Pública para publicidad en
medios se redujo en cinco años en más de un 60%.
Siguiendo en la línea de búsqueda de nuevos ingresos que palien la
situación económica de los medios, se apunta en el Informe a la perspectiva de
futuro en el negocio online, dado que las cifras de audiencia y lectores de las
versiones digitales de los medios sí mantiene un crecimiento sostenido. En la
actualidad el reto de los departamentos de publicidad de los medios de
comunicación es hacer rentable en términos objetivos las inversiones
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
242
publicitarias en los soportes digitales, algo que día a día evoluciona
favorablemente gracias a los esfuerzos del sector por eliminar determinadas
barreras en la percepción del consumidor38.
En relación con el mundo del deporte, citamos un caso que da ejemplo
de la tendencia en los medios. Gracias a los datos que nos ofrece la Real
Federación Española de Fútbol, podemos acceder al número de periodistas y
medios de comunicación que se han acreditado para las finales del
Campeonato de España/ Copa de SM el Rey en los últimos quince años. La
final de la Copa del Rey es uno de los eventos de mayor interés en cada
temporada deportiva como demuestran los datos de audiencia de los últimos
años. En su edición de 2013, más de 180 países recibieron la señal de
televisión del encuentro deportivo (Marca, 2013). Por tanto, comprobar la cifras
de medios de comunicación que dan cobertura al partido puede servirnos como
pista del volumen de medios que se dedican en parte o en su totalidad a la
información deportiva. Tabla 6. Acreditados por finales de Copa de SM el Rey de fútbol Año Final Periodistas Medios
2010 Atlético Madrid- Sevilla FC 490 96
2011 FC Barcelona- Real Madrid 911 225
2012 Athletic- FC Barcelona 740 202
2013 Real Madrid – Atlético Madrid 636 169
2014 FC Barcelona- Real Madrid 795 172
2015 Athletic- FC Barcelona 765 164 Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el Departamento de Comunicación de la Real Federación Española de Fútbol, entidad organizadora de la final del Campeonato de España/ Copa de SM el Rey.
Este partido, que se celebra cada año, es ejemplo del potencial
informativo que el deporte genera. Algo que se objetiva más si comparamos las
38 El artículo “La publicidad en internet: situación actual y tendencias en la comunicación con el consumidor” (Muela Molina, 2008) presenta datos del crecimiento de la inversión publicitaria en soportes interactivos en comparación con la publicidad en medios tradicionales y analiza cómo las investigaciones llevan a ganarse la confianza del consumidor eliminando las trabas iniciales de los internautas y presentando nuevas formas de comunicación publicitarias con el consumidor de internet. Anterior en el tiempo, Mary Meeker presenta en su libro “La publicidad en internet” (2001) los retos a los que debía enfrentarse el sector, muchos de los cuales ya se antojan, con el tiempo, más que superados (por ejemplo, las cuestiones relativas a la medición objetiva del impacto de los anuncios)
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
243
cifras anteriores con los 500 periodistas extranjeros que se acreditaron para
seguir las trascendentales elecciones griegas de 2015 (Agencia EFE, 2015) o
los 300 que siguieron en 2009 una comparecencia del presidente del Gobierno
de España en el Congreso de los Diputados (Europa Press, 2009).
Y todo ello porque el deporte como asunto de interés para los medios es
un fenómeno creciente, y no parece algo localizado en determinados países o
culturas. Aunque aquí no hablamos de la información deportiva que generan
estos eventos y sí de las cifras de audiencia, estas nos orientan sobre la
magnitud de los acontecimientos deportivos en relación con la comunicación.
La final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA de fútbol celebrada en
Canadá en 2015 entre Estados Unidos y Japón obtuvo gran seguimiento entre
los estadounidenses: la retransmisión televisiva fue seguida por más
espectadores de los que se cifraron para las finales de la NBA de baloncesto
ese mismo año39. Como muestra más cercana, tenemos las audiencias de las
cadenas de televisión cuando emitieron esas finales del Campeonato de
España/ Copa de SM el Rey.
39 Fueron 25,4 millones de espectadores los que vieron la final del Mundial femenino por 23,2 que siguieron la final de la liga profesional de baloncesto de los Estados Unidos (Diario As, 2015)
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
244
Tabla 7. Audiencias de las últimas seis finales de la Copa de SM el Rey de Fútbol Año Final TV Espectadores Cuota pantalla
2010 Atlético Madrid-
Sevilla FC La 1 8.307.000 42,4%
2011 FC Barcelona-
Real Madrid La 1 11.463.000 60,4%
2012 Athletic Club-
FC Barcelona La 1 7.726.000 41,9%
2013 Real Madrid-
Atlético Madrid La 1 10.062.000 51,1%
2014 Real Madrid- FC
Barcelona La 1 11.013.000 60,8%
2015 FC Barcelona-
Athletic Club Telecinco 6.322.000 41,1%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos consultados en la página web FormulaTV el 28 de junio de 2015.
El éxito de audiencia como argumento para programar en televisión
contenidos deportivos es asunto que ha sido analizado por distintos autores y
nos lleva a detenernos en algunas variables que dan forma al ejercicio del
periodismo deportivo en la actualidad. Hablamos aquí de las transmisiones,
algo distinto a la información diaria sobre el deporte, aunque las primeras
conllevan por lo general una carga noticiable, y tanto una como otras forman
parte de la comunicación en torno al fenómeno deportivo.
Paniagua Santamaría (2006) entiende que esa rentabilidad del producto
deportivo en televisión ha sido la que ha llevado a lo que llama el
“pseudoperiodismo como espectáculo”. En su análisis de las audiencias
presenta distintos productos deportivos como los más vistos en sus respectivas
cadenas de televisión: “Los grandes eventos deportivos cuando se transmiten
en directo son […] las estrellas de la programación” (p. 190).
Más allá de las transmisiones televisivas, y respecto a la forma en la que
los medios de comunicación informan en relación con el mundo del deporte,
nos detenemos en las parrillas de programación diaria de las principales
cadenas de radio generalistas de España.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
245
Tabla 8. Programaciones deportivas de las cadenas nacionales de radio españolas, temporada 2014/2015 EMISORA 15:00- 16:00 20:30-22:00 00:00-01:30 FIN SEMANA
ONDA CERO Onda
Deportiva
Al primer
toque
Radio Estadio
RNE Radio Gaceta
de los
Deportes
Tablero
Deportivo
SER Ser
Deportivos
El Larguero Carrusel
Deportivo
COPE Deportes
Cope
Deportes
Cope
El partido de
las 12
Tiempo de
Juego Fuente: Elaboración propia a partir de las programaciones publicadas por las páginas web oficiales de las cadenas de radio el día 28 de abril de 2015.
La planificación en las parrillas de programas cuyo argumento es el
deporte y las noticias que genera es prácticamente idéntica en las cuatro
cadenas de emisoras de España. La actualidad del día se reparte en espacios
de carácter informativo insertos en la franja horaria que arrancan en los
horarios tradicionalmente “valle” de la parrilla de programación, entre los
bloques con los programas franquicia de cada una de las cadenas. Por la
noche, a partir de la medianoche, tres de las cuatro cadenas programaron
espacios de información deportiva con una estructura más personalista, de
autor. Y el fin de semana, los espacios con la estructura básica del programa
carrusel, con la información de los eventos deportivos sigue la misma
estructura en las cuatro cadenas. La excepción a estructuras casi idénticas en
las emisoras apenas se encuentran en la parrilla semanal ordinaria de las
cadenas de emisoras, con programas semanales especializados en deportes
como el baloncesto o los relacionados con el motor. Todas las cadenas
interrumpen su programación habitual entre semana cuando hay transmisiones
deportivas de fútbol como la UEFA Champions League.
Las diferencias entre unas y otras se encuentra, como explica Pacheco
Barrio (2009), en el tratamiento o estilo con el que cada director de programa o
cada equipo de periodistas enfoca la información deportiva (en la forma en la
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
246
que presentan los contenidos). Gutiérrez y Bailén (2003) concluyen en su
estudio de la programación de las cadenas nacionales que “no se han hallado
diferencias sustanciales entre las cadenas analizadas, ni siquiera entre la
pública y las privadas. Abundan las coincidencias y escasean los contrastes.
Por tanto, es fácil deducir que dominan las políticas de programación de
competencia directa” (p. 10). O como expresan Martínez Costa y Herrera
(2007), hablando de los espacios de información general de las radios
españolas en horarios de máxima audiencia, la fuerte competencia entre las
emisoras “se salda con un notable mimetismo entre las programaciones” (p.
413).
En su estudio sobre el deporte en televisión, Paniagua (2006) distingue
tres tipos de contenidos: las transmisiones en directo, la información deportiva
dentro de los espacios de noticias y los programas resumen, tipo magazine (p.
190). Si nos detuviésemos durante un minuto a analizar las programaciones de
las cadenas de televisión nacionales en España, comprobaríamos que
prácticamente todas desarrollan un bloque informativo que puede estar inserto
o no en los noticiarios, pero que se programa en franjas horarias similares,
entre las 15:00 y las 16:00 horas, y entre las 21:00 y las 22:00 horas, de lunes
a domingo.
En todo caso, la diferenciación de contenidos se manifiesta en la forma
de presentar la información, y la temática de las noticias, más que por los
formatos elegidos por las cadenas, aunque destaca la diferencia de enfoque,
con matices, entre las cadenas públicas y las privadas. Esa clasificación es
muy parecida a la que establecen García, De Moragas y Gómez (1994),
aunque estos diferencian entre “programas deportivos que no son de estricta
actualidad” y “programas deportivos vanos” (p. 110).
Respecto a la temática del contenido deportivo en televisión, que ha sido
el más estudiado por la doctrina, no hay coincidencias a la hora de determinar
qué deporte es el más expuesto. Es lugar común que el fútbol monopoliza la
información (en el caso de la prensa veremos que ocurre de igual manera a
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
247
través de nuestro análisis de contenido). Sin embargo, cuando se trata de
retransmisiones deportivas, los estudios numéricos dicen los contrario. Según
un análisis publicado por la empresa Barómetro TV KantarSport, el 25% del
contenido deportivo en televisión fue de la modalidad fútbol en el año 2013:
baloncesto, tenis, ciclismo, automovilismo, balonmano y motociclismo le
siguieron por número de horas de programación en las cadenas. Eso sí,
cuando el estudio se refiere solo a las cadenas de televisión de ámbito nacional
y en abierto fue el tenis el deporte que más horas de programación ocupó,
superando al fútbol y al baloncesto (Europa Press, 2014).
En televisión también se reproduce la pauta detectada de la poca
variación en los contenidos deportivos. González Ramallal (2004) afirma en su
tesis doctoral que “las diferencias entre las cadenas de televisión analizadas no
son muy significativas ni en la presentación, ni en los contenidos de las
unidades de información deportiva” (p. 336).
Y todo ello, en una actualidad en la que, según el estudio de 2011 del
Instituto Nacional de Estadística sobre los Medios de Comunicación en España
y los hábitos de la población española en relación con la información
especializada en deportes, el 64,2% de la población no lee nunca o casi nunca
diarios de información deportiva. Ese porcentaje se reduce al 25% cuando se
trata de diarios de información general. Los datos dicen que el 16,6% lee a
diario o casi a diario la prensa deportiva, frente al 39,5% de las personas que
reconocen leer a diario la prensa generalista.
Hablando del consumo de productos televisivos, según la encuesta del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, los contenidos deportivos son los
terceros más vistos por la población (37,1%), por detrás de las Series,
Películas y Largometrajes (84,1%) y Noticias e Información (81,9%). En el caso
del consumo de contenidos radiofónicos, los deportes (18,9%) quedan como
los cuartos más oídos por detrás de los Programas Musicales (70,3%), Noticias
e Información (58,5%) y Tertulias (20,5%).
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
248
Conociendo los hábitos de la población en España, y tras apuntar como
una de las realidades del mundo de la comunicación la diversificación de la
oferta de acceso a la información para los potenciales lectores, televidentes y
oyentes, repasamos la tendencia en las cifras de lectores de los periódicos que
compondrán el universo de nuestro próximo análisis de contenido.
Tabla 9. Evolución de cifras de lectores de los periódicos nacionales y deportivos analizados en los últimos cinco años
PERIODICO ABRIL’09-MARZO’10
ABRIL’10-MARZO’11
ABRIL’11-MARZO’12
ABRIL’12-MARZO’13
ABRIL’13- MARZO’14
ABRIL’14-MARZO’15
MARCA
2.805.000 2.911.000 2.993.000 2.870.000 2.669.000 2.398.000
As
1.304.000 1.440.000 1.449.000 1.426.000 1.344.000 1.255.000
El Mundo Deportivo
659.000 706.000 714.000 672.000 617.000 559.000
SPORT
743.000 725.000 723.000 678.000 583.000 498.000
El Mundo
1.330.000 1.245.000 1.226.000 1.170.000 1.077.000 960.000
El País
2.022.000 1.997.000 1.888.000 1.862.000 1.770.000 1.533.000
SUR
188.000 161.000 156.000 152.000 145.000 141.000
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos que ofrece el Estudio General de Medios Gráfico 1. Evolución de las cifras de lectores de los diarios españoles analizados
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de AIMC-Estudio General de Medios
0 300.000 600.000 900.000
1.200.000 1.500.000 1.800.000 2.100.000 2.400.000 2.700.000 3.000.000
MARCA
AS
EMD
SPORT
EM
EPS
SUR
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
249
Si todos los factores apuntados en este apartado descriptivo condicionan
de una manera u otra la realidad de los medios de comunicación, a
continuación es momento de detenerse en las variables que ha introducido la
fuerte irrupción de la tecnología digital en la sociedad del siglo XXI, la llamada
sociedad de la información.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
250
3. ALGUNOS RIVALES DE LOS MEDIOS TRADICIONALES EN LA CARRERA POR LA NOTICIA Antes de acometer el análisis de contenido de la prensa española
respecto del deporte y el capítulo de conclusiones finales, apuntaremos otros
rasgos distintivos que completan el panorama de relaciones entre los medios
de comunicación en España y el mundo del deporte. Y es que está más que
analizado por distintos autores algo que apuntan Gil y Romero hablando de la
radio deportiva actual (Marín, 2012): “Los tradicionales hábitos de consumo
mediático están siendo modificados en la actualidad como consecuencia del
desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación y especialmente, de
Internet” (p. 59).
Internet y las nuevas tecnologías han irrumpido en nuestra vida cotidiana
hasta los ámbitos más recónditos. Hoy en día, están más que asimilados
conceptos como el de Sociedad de la Información (Crovi Duetta, 2002;
Mattelart40, 2002), la era de la información o la sociedad red (Castells, 2009), o
el de Tecnologías de la Información y la Comunicación (Cobo Romaní, 2009),
entre otros. La UNESCO (2013) habla del poder de la tecnología:
“Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han
tenido un desarrollo explosivo en la última parte del siglo XX y el
comienzo del siglo XXI, al punto de que han dado forma a lo que se
denomina ‘Sociedad del Conocimiento’ o ‘de la Información’.
Prácticamente no hay un solo ámbito de la vida humana que no se
haya visto impactada por este desarrollo: la salud, las finanzas, los
mercados laborales, las comunicaciones, el gobierno, la productividad
industrial, etc. El conocimiento se multiplica más rápido que nunca
antes y se distribuye de manera prácticamente instantánea. El mundo
se ha vuelto un lugar más pequeño e interconectado. Para bien y para
mal, las buenas y las malas noticias llegan antes: los hallazgos de la
ciencia, nuevos remedios y soluciones, descubrimientos e
40 Mattelart (2002) sitúa el nacimiento del concepto “en la posguerra como alternativa a las naciones no libres, es decir, totalitarias. Está íntimamente ligada con la tesis del fin de las ideologías, pero también con la de lo político, de los enfrentamientos de clase, del compromiso, del intelectual protestatario” (p. 168).
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
251
innovaciones, pero también las crisis económicas, las infecciones,
nuevas armas y formas de control” (p.10).
La comunicación forma parte central del día a día de los ciudadanos, ya
no solo de los profesionales o de los espectadores. La población se ha
convertido en fuente constante de comunicación. Todo se difunde. Todo el
mundo comunica. Es cierto, como afirma Castells (2009) que “la tecnología no
determina la sociedad: la plasma. Pero tampoco la sociedad determina la
innovación tecnológica: la utiliza” (p. 35). Por eso, el debate, a nuestros
efectos, es hacia dónde puede llevar esa influencia de la tecnología en la
comunicación y, específicamente, en un mundo tan particular como es el del
deporte, sabiendo, por otro lado, que las TICs no se quedan en el universo de
la comunicación o la información periodística, sino que invaden y se instauran
como vías de mejora en procesos educativos, pedagógicos, sanitarios,
económicos, etc.
En esa línea, se ha de aceptar que las nuevas tecnologías han
expandido el acceso al derecho a la información. Ya no se trata de que los
seres humanos gocemos de la posibilidad de saber y de estar informados. Con
las facilidades de acceso a la difusión de información, ahora los seres humanos
tenemos herramientas digitales más que sencillas para ejercer nuestro derecho
a informar, para ejercerlo de manera activa, para ser informadores en el
entorno y respecto a las personas e intereses que nos rodean. Ya no es que el
medio no sea el mensaje, superando el planteamiento de McLuhan. En el
escenario actual, el emisor no encuentra un problema en el medio para hacer
llegar el mensaje a sus receptores. Las TICs han eliminado muchas de las
barreras que el medio planteaba a quienes querían comunicar y no podían. En
las condiciones actuales el mensaje toma el protagonismo como centro y
objetivo final del proceso comunicativo cuando no lo hacen el emisor o el
receptor. La universalización de esta realidad dista mucho de ser total, pero los
avances en los últimos años en este sentido son más que notables, hasta una
realidad en la que el problema pueda ser por exceso, cuando se llega a un
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
252
punto de “infoxicación”, de intoxicación de información por sobredosis, usando
un concepto que popularizó Cornella (2003).
En el mundo del deporte, donde cabría pensar que la especialización es
tan necesaria como en otros ámbitos de la comunicación, podemos sin
embargo afirmar que hay tantos puntos de vista como aficionados. Y esto es
así porque, como veíamos en la primera parte de nuestra tesis, el deporte
implica en muchas situaciones una adhesión emocional en el que la razón
ocupa un papel secundario, más allá de los aspectos técnicos o reglamentarios
consustanciales a cada una de las disciplinas deportivas. En la esfera de las
emociones ligadas al deporte, la especialización del profesional encuentra
competencia en las pasiones del resto de actores que forman parte del elenco
de la comunicación deportiva. Todos, ahora más que nunca, tienen un espacio
y unos modos sencillos para exponer sus opiniones, sus realidades, en la
arena de la actualidad informativo-deportiva.
Esta realidad ha transformado el escenario de los medios. Los
profesionales de la información, tradicionalmente solos en la búsqueda de la
información, encuentran en el foro de debate, opinión e información a distintos
rivales en la carrera por la noticia. Se da validez al enunciado jurídico apuntado
en el capítulo anterior cuando hablábamos de que “la máxima protección
constitucional a las personas que hacen de su profesión la transmisión de
información” no supone que sean los únicos protegidos: ahora cualquiera
puede reclamar una protección, aunque no sea “máxima”, cuando ejerce su
derecho a informar de manera activa.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
253
Imagen 1. Portada de la edición digital del diario AS, día 21 abril 2014
Imagen 2. Fernando Alonso publica imágenes desde el pódium de Monza a través de su cuenta personal en Twitter
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
254
Cuando se universaliza el acceso a la emisión de información no solo los
receptores tradicionales se benefician. Más aún, los dos ejemplos expuestos
reflejan cómo quienes hasta hace unos años eran los protagonistas de la
información, ahora se convierten en los emisores que ofrecen el contenido
informativo, de forma directa, a su público objetivo. En este proceso, los
medios de comunicación, los informadores, no son más que meros altavoces
(“inter-mediarios”) de noticias e imágenes que proceden del emisor-
protagonista del mensaje. Por reiterar el caso, el mensaje de Cristiano Ronaldo
a través de Twitter ocupó la portada de la edición electrónica diario deportivo
As el día 21 de abril de 2014. En este punto, cabe cuestionarse dónde queda el
papel tradicional del profesional de la información, e incluso del medio de
comunicación.
Fernando Alonso ejerciendo de fotógrafo en la noticia que él mismo
protagoniza, o Cristiano Ronaldo informando de su estado médico y dándose
por recuperado para el siguiente partido, no son más que dos ejemplos de una
tendencia más que instaurada en el universo del deporte. Con diferentes
intereses y finalidades, todos sus actores quieren llevar la iniciativa en el
proceso informativo: esa realidad se refleja de manera inequívoca en las
estructuras de comunicación que han desarrollado deportistas, clubes
deportivos e instituciones del mundo del deporte, y que evolucionan y crecen a
diario en una espiral que no enseña su final por el momento.
Las tradicionales jefaturas de prensa han ampliado sus funciones hasta
convertirse en departamentos de comunicación y productores de contenido:
páginas web, canales de televisión, emisoras de radio, revistas y canales
sociales de información e interacción con su público potencial son parte del día
a día en las estructuras de los distintos actores del mundo del deporte. Martín
García (2011) analiza en su tesis doctoral las áreas o departamentos de
comunicación de todas las federaciones deportivas españolas, completando
así un mapa de iniciativas de estos en relación con la información deportiva
que manejan, y de la que son protagonistas principales las mismas entidades o
los deportistas que las integran. Por su parte, Lobillo Mora (2013) estudia la
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
255
comunicación en los clubes de fútbol profesionales de España y, centrando el
caso de estudio en el Málaga Club de Fútbol, expone un ejemplo significativo
de cómo trabajan los clubes deportivos profesionales en su nuevo papel de
generador de contenidos informativos.
Esta es la realidad de informaciones cruzadas a la que deben
acostumbrarse los profesionales de la comunicación, que han reaccionado,
como vimos anteriormente, tomando su propia iniciativa en la creación de
multimedios de información, especialmente en torno al fenómeno deportivo. Así
lo recogen Manfredi Sánchez, Rojas Torrijos y Herranz de la Casa (2015),
citando datos de la Asociación de la Prensa de Madrid en el informe
mencionado páginas atrás. Estos autores describen algunos de los caracteres
del emprendimiento periodístico, extractando conclusiones positivas. Entre
ellas, el hecho de que los nuevos medios sean propiedad de los periodistas
que los lanzan, o su apuesta por el formato digital, huyendo de los modos
tradicionales. Son proyectos, además, que nacen con el respaldo de la marca
personal del periodista o periodistas que están detrás de ellos y que tratan de
asentarse sobre la base de nuevos modelos de negocio, intentando encontrar
nichos de valor más allá de las habituales fuentes de ingreso de los medios. Y
por último, es carácter de estos proyectos la apuesta por la innovación
periodística, que lleva a la búsqueda de nuevas formas narrativas usando las
herramientas que ofrece la tecnología para explotar el periodismo de datos, el
periodismo móvil audiovisual, el uso de las redes sociales y las infografías. La
especialización de estos proyectos es también característica común, y en ese
sentido, apuntan los autores siguiendo los datos que ofrece la APM al mundo
del deporte como sector que acapara una parte importante del periodismo
emprendedor en los últimos años. Y dentro del deporte, la búsqueda de nichos
a los que no llegan los medios de comunicación tradicionales ha llevado a
lanzar proyectos que basan su estrategia sobre la información especializada en
determinado tipo de disciplinas deportivas con menos presencia en los medios
masivos. El reto, una vez puestos en el mercado este tipo de proyectos, es
darle continuidad y solvencia en el tiempo. La inversión personal que afrontan
los periodistas en el lanzamiento debe mantenerse para hacer viable el nuevo
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
256
medio, y en ese sentido, los datos que arrojan los informes de la Asociación no
son esperanzadores, ya que tal y como apuntan los autores:
“La mayor parte de los nuevos medios lanzados en España desde
2008 apenas han llegado a los tres años de existencia y que los
responsables de muchos de estas iniciativas aseguran que su prioridad
en primer término es hacerse con un sitio en el mercado, proyectando
su marca periodística” (pp. 69-70).
También se han sumado a la producción informativa deportiva los
aficionados. Las posibilidades que ofrecen las herramientas de las nuevas
tecnologías han convertido a los ochenta mil espectadores de un partido de
fútbol en ochenta mil emisores de información. Esta realidad no está exenta de
problemas, en algunos casos ya fuente de conflicto entre los usuarios y
quienes poseían determinados derechos. En 2014, la Premier League, la liga
profesional de fútbol de Inglaterra, inició los trabajos oportunos desde el punto
de vista técnico y legal para impedir que los aficionados pudieran publicar en
plataformas sociales como Vine41 sus propias grabaciones en video de goles y
acciones de juego captadas con sus dispositivos móviles desde las gradas. El
ánimo era intentar proteger los derechos de retransmisión que vendía a
distintos operadores.
Lo que es choque de intereses en ese caso se traduce en complicidad
en otros. Durante la transmisión a través del canal de televisión Teledeporte de
RTVE del Tour de Francia de 2015, las imágenes que enviaban los
telespectadores formaban parte de la narración televisiva. En octubre de 2015,
la plataforma de alojamiento de videos Youtube, perteneciente a Google, ha
sido elegida como la vía de transmisión de los partidos de la Copa de SM el
Rey de fútbol española para todo el mundo.
41 Vine es una aplicación online que permite grabar, publicar y/o compartir videos de hasta seis segundos en redes sociales. Tras ser creada en 2012, fue adquirida por la plataforma de microblogging Twitter.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
257
Lejos del deporte, el uso de las herramientas que ofrece la tecnología
para transmitir desde el mismo foco de la noticia lo que está sucediendo se ha
demostrado como una realidad con múltiples ejemplos en todos los rincones
del planeta, con más intensidad aún donde el acceso de los medios de
comunicación o los profesionales de la información ha resultado casi imposible.
Han sido especialmente destacados los casos en los que revueltas populares o
catástrofes naturales han sembrado el caos general en determinados territorios
del planeta. Por citar alguno de los ejemplos más recientes en el tiempo, con
ocasión de un terremoto en Chile, o de los atentados en París, las autoridades
y los afectados hicieron uso de los instrumentos sociales para informarse del
estado de sus conocidos, con la colaboración y las aplicaciones que pusieron a
disposición de los usuarios la empresas Facebook, Google o Twitter42.
Aún así, parte de la doctrina y los estudios que proceden desde el
ámbito de la comunicación se muestran reacios a conceptos como el de
“periodismo ciudadano”. Han sido prolíficos los análisis del fenómeno (Gillmor,
2006; Macià Barber, 2007; Pellegrini-Ripomanti, 2010; García de Torres, 2010)
y múltiples las conclusiones que separan el ejercicio del periodismo del común
de la ciudadanía con argumentos como la falta de una titulación académica que
acredite al informador y que le dote de la formación adecuada, el
desconocimiento de las técnicas de producción periodística, la ausencia de la
responsabilidad inherente al ejercicio de la profesión periodística o la baja
calidad de los contenidos producidos por los periodistas ciudadanos. Grassau,
Puente y Saavedra (2011), afirman en su análisis del contenido de distintos
medios que se nutren del llamado periodismo ciudadano que “ese valioso
diálogo ciudadano, por sí mismo, no produce informaciones socialmente
relevantes, profesionalmente conseguidas, elaboradas y difundidas” (p. 29).
Otro autores hablan de realidades análogas como “contenido generado por el
usuario”, en palabras de García de Torres (2010). Real, Agudiez y Príncipe
(2007) afirman, hablando del tradicional proceso comunicativo y sus actores,
42 El diario El Mundo se preguntaba el 18 de septiembre de 2015 “¿Por qué las redes sociales fueron claves en el terremoto de Chile” y explicaba cómo las distintas plataformas habían dotado a los afectados y a las autoridades públicas de recursos para comunicarse y hacer más eficaces las tareas de rescate.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
258
que:
“El profesional ya no parece necesario y la empresa queda
relegada igualmente a un segundo plano. Sus quehaceres se han visto
alterados y han dejado de ser indispensables en el nuevo escenario
comunicativo […]. Todos son iguales, disponen de las mismas
herramientas y hacen idénticas tareas. El hasta ahora profesional de la
información se convierte en un ciudadano (público-usuario) más en
busca de datos y noticias. Y el ciudadano adquiere la condición de
informador que puede ‘colgar’ sus mensajes para todo aquel que, con
conexión a internet, quiera leerlos, verlos o escucharlos” (p. 191).
Pellegrini-Ripamonti (2005) recupera otros adjetivos que tratan de definir
esta realidad: participativo, interactivo, público, etc. Y cita a Bowman y Willis
(2003), para definirla como:
“El acto en el que uno o un grupo de ciudadanos tienen un papel
activo en el proceso de recolectar, analizar y diseminar noticias e
información con el objetivo de entregar, con una mirada independiente,
confiable, precisa, amplia e importante, la información que una
democracia necesita” (p. 272).
En la actualidad todos somos informadores, pero el mundo de la
comunicación sufre el achaque de la baja producción de noticias o la falta de
contraste de las mismas, fenómeno que Bowman y Willis, citados por Pellegrini
(2005), entienden como contagiado del periodismo ciudadano, en el que
“primero difundo y luego filtro”. Asistimos, además, a una tendencia hacia la
poca originalidad en las informaciones. Lo apunta en su análisis de los medios
de comunicación en el deporte González Ramallal (2004):
“Esta realidad, refleja la baja calidad de la información deportiva
de los medios de comunicación españoles, afirmación que se apoya
también en el hecho de que en la prensa deportiva hasta en un 45% de
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
259
las unidades registradas no se especifica la fuente de información” (pp.
274-275).
Por otro lado, las nuevas tecnologías han propiciado la integración de
los medios tradicionales en una dinámica que no es novedosa. Es lo que
Segovia Alonso (2001) llama concentración horizontal y vertical hablando de
los procesos empresariales y económicos en los que la industria de los medios
de comunicación se integra como una parte más dentro de las sociedades (p.
38). En la actualidad, no sería descabellado afirmar que la radiodifusión cada
vez es menos radiodifusión, en el sentido de que las vías de transmisión de las
ondas han sido sustituidas, en una proporción creciente día a día, por el
acceso a las emisiones de las cadenas a través del entorno digital, los datos,
internet. Lo mismo sucede con el acceso a los contenidos televisivos: el cable o
la televisión digital terrestre están cediendo terreno a las plataformas vía web o
dispositivos móviles varios. Díez O’Dogherty (2015) cifró en un 60% el
porcentaje de la población (entre 18 y 55 años) en España que accede a los
contenidos televisivos a través de las distintas plataformas que ofrecen las
nuevas tecnologías.
Con las posibilidades y herramientas que ofrecen las plataformas
digitales, las emisoras de radio compiten con la palabra escrita a través de sus
páginas web, pero las versiones digitales de los diarios de información
deportiva publican entre sus secciones programas de descarga y audición a la
carta para los oyentes (podcasts). Y todos incorporan entre sus contenidos el
video, de una u otra forma.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
260
Imagen 3. La información del Valencia CF - Granada CF a través de la cuenta de Twitter del Valencia CF
Fuente: Elaboración propia a partir de imágenes de la cuenta oficial en Twitter del Valencia CF
(@valenciacf)
Como ejemplo de la integración de formatos periodísticos y
comunicativos en un solo medio, recuperamos la información que ofreció el
Valencia CF a través de su cuenta oficial de la red Twitter el día 25 de
septiembre de 2015, con ocasión del encuentro del Campeonato Nacional de
Liga en Primera División de fútbol en España ante el club Granada CF. Bajo el
hastag43 #VCFgranada, el club valenciano reunió toda las noticias que su
departamento de medios de comunicación producía durante el partido. Así, en
los noventa minutos de encuentro, los usuarios y seguidores de la cuenta
oficial del club en Twitter encontraron la información al segundo de todas las
novedades en el partido de fútbol, datos estadísticos, infografías y galerías de
imágenes, la narración en audio de los goles de su equipo a través de la
emisora de radio oficial del club, la crónica del encuentro con fotografías, las
43 El término “hastag” se puede traducir al castellano como “etiqueta” y es uno de los vocablos habituales en el uso de la red social Twitter. Se trata de reunir bajo esa etiqueta todo los contenidos que tienen que ver con el mismo asunto. Los “hastags” se han popularizado en los usos sociales y entre los medios de comunicación como “lemas” para potenciar distintos productos o eventos.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
261
declaraciones de los protagonistas del equipo e información social, institucional
y publicitaria. Todo, reunido en un mismo espacio propio y gestionado por el
club, emisor y protagonista en el proceso comunicativo.
De este modo, los medios, los clubes, los deportistas, los aficionados se
convierten en “multimedios”: la palabra escrita, el audio y la imagen se integran
para ofrecer a los usuarios todo lo que este reclama cuando busca información.
Es, en el fondo, una evolución de los grupos de medios de comunicación en
torno a un mismo propietario, fenómeno propio de hace unos años, pero que
lleva a una realidad: el profesional de la información cada vez es más
multifuncional. Los periodistas informan con la voz, la palabra escrita o la
imagen, pero hacen de operadores de cámara, así como de fotógrafos,
montadores de video y gestores de redes sociales. Los beneficios o daños para
el ejercicio del periodismo que esta realidad puedan traer están por ver hoy en
día.
Son las anteriores algunas de las pautas que pueden marcar el futuro
más inmediato de los medios de comunicación. Sería deseable trascender, no
obstante, el papel que pueden tener las nuevas tecnologías en los cambios del
proceso comunicativo global. Siendo importantes sus aportaciones, las
tecnologías de la información no son la información. Díaz Nosty (2011) apunta
como otras variables la posibilidad del pago por la información en los nuevos
medios digitales, o la necesidad de superar y suavizar las barreras lingüísticas
para mundializar los contenidos informativos. Pero, más allá de esas
tendencias, apunta a los medios que están abocados a la desaparición: “Esto
es, la de todos aquellos que se alejen de las claves que argumentan la
construcción simbólica de la realidad” (p. 11).
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
262
4. ¿DE QUÉ INFORMAN LOS DIARIOS DE INFORMACIÓN EN RELACIÓN CON EL DEPORTE?
Es momento de abordar una de las cuestiones centrales de nuestra
tesis: ¿Cumplen los medios de comunicación en España con su papel e
informan sobre el hecho deportivo? ¿De qué manera lo hacen? ¿En qué
proporción informan sobre los que los jueces llamaron “contenido mínimo” e
“información de calidad”? Para buscar las respuestas a estas y otras
cuestiones, echamos mano de una herramienta de uso más que aceptado en
las ciencias sociales: el análisis de contenido. Nos centraremos en la realidad
de los diarios de información deportiva y una representación de diarios de
información general de nuestro país.
Metodología y aspectos técnicos del análisis de contenido
El análisis de contenido utilizado como medio de investigación es una
herramienta de máxima utilidad en las ciencias sociales, ya que como explica
Fernández (2002):
“No todos los fenómenos sociales son susceptibles de ser
observados en el tiempo de su ocurrencia y, dadas las dificultades
actuales para su completa y correcta transmisión por la vía oral, cobran
importancia los documentos escritos por su capacidad de convertirse
en registros históricos a los que se puede acudir con relativa facilidad
para la investigación de determinados aspectos de la sociedad” (p. 35-
36).
En el caso especial que nos ocupa es especialmente útil para describir
tendencias en los medios informativos analizados, con el fin de objetivar una
respuesta a la pregunta que encabeza este apartado: ¿De qué informan los
medios? Esta cuestión, trasladada al campo práctico nos ayudará a definir
cuales son los deportes de los que se ocupan los diarios analizados, así como
cuáles son los protagonistas de sus informaciones, y si informan sobre lo que
anteriormente se ha definido como “contenido mínimo informativo” (noticias
sobre la estricta práctica deportiva) en contraposición con la “información de
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
263
calidad” (noticias sobre lo que rodea la práctica deportiva pero no es práctica
deportiva). Se trata, en el fondo, de conseguir lo que explica Bardin (1986)
cuando habla de la técnica del análisis de contenido: “des-ocultar lo latente, lo
no aparente” en el proceder diario de los medios de comunicación. O, en
palabras de Igartúa y Humanes (2004), de romper el juguete para saber cómo
funciona: “el análisis de contenido se puede utilizar para diseccionar cualquier
producto de la comunicación de masas, para conocerlo por dentro, para saber
cómo está hecho, para inferir su funcionamiento y predecir su mecanismo de
influenza” (p. 8).
Dada la imposibilidad de analizar toda la información deportiva de una
temporada en todos los medios de España, en los pasos iniciales del análisis
se ha realizado la selección de la muestra, extraída de un universo de siete
diarios de información españoles de diferentes ámbitos geográficos y distinta
especialización.
El diario Marca nació como semanario en 1938, y pertenece al grupo de
comunicación Unidad Editorial. A este grupo pertenece otro de los medios
analizados, el diario El Mundo, fundado en 1989 y que se presenta como el
segundo periódico español por difusión y lectores. El diario deportivo As lanzó
a los quioscos su primer número en diciembre de 1967 y pertenece al Grupo
Prisa. Este es también propietario del diario El País, nacido en mayo de 1976, y
que tiene entre sus pilares fundacionales la independencia y la calidad, la
vocación europea y la defensa de la democracia pluralista. Mundo Deportivo es
pionero en la información deportiva de nuestro país. Fundado en 1906, en la
actualidad pertenece al Grupo Godó. Y el diario Sport se fundó en 1979 y es
propiedad del Grupo Zeta de comunicación. Los seis diarios reparten su
edición entre Madrid y Barcelona y su difusión es nacional.
Completamos el análisis con el diario Sur de Málaga, con el que
tomamos ejemplos de las prácticas de periódico local, y uno de los medios de
comunicación con más tradición en el periodismo español. No obstante, el
diario nacía en marzo de 1937, y tras haber pasado su propiedad por varias
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
264
manos, en la actualidad es una de las cabeceras más representativas del
Grupo Vocento.
Con los siete diarios, damos representación a los distintos estilos de
información deportiva en medios impresos, desde lo nacional y lo especializado
hasta la información deportiva incluida en medios generalistas, para llegar a los
medios de información más cercanos al lector con la información local.
Nos encontramos ante un análisis de contenido descriptivo, que como
afirma Piñuel Raigada (2002), “tiene por objeto, en un marco de estudio dado,
la simple identificación y catalogación de la realidad empírica de los textos o
documentos, mediante la definición de categorías o clases de sus elementos”
(p. 9). Por otro lado, el análisis de contenido se configura como una técnica de
carácter cuantitativo que busca la medición objetiva de la realidad y que por
tanto se ha desarrollado con una recogida de información ordenada y
sistemática, y que dará lugar a unos resultados estadísticos. Y todo, con el fin
último de confirmar o desechar alguna de las hipótesis planteadas durante este
trabajo doctoral.
La muestra, por tanto, la componen las ediciones de los diarios referidos
entre los días 20 y 26 de abril de 2015. Se eligió una semana estándar en la
temporada deportiva, sin eventos puntuales que distorsionaran o amplificaran
el tratamiento habitual que le dan los medios a los eventos deportivos del día a
día. Siete días representan el ciclo habitual de competición marcado por los
encuentros deportivos del fin de semana, aunque por lo general también entre
semana se dan diferentes eventos deportivos.
Son un total de 49 ediciones en total, consultados o recopilados a través
de distintas plataformas digitales de compra como son Kiosko+ u Orbyt, así
como en sus versiones en papel en los archivos de la Biblioteca Nacional de
España.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
265
Las unidades de análisis son un total de 1.334 piezas informativas de los
diarios. En función de la finalidad del estudio se han seleccionado las noticias
principales de cada página de información deportiva, siempre con un criterio
objetivo de elección como es el espacio, en este caso número de columnas de
cada una de las piezas en cada página de los ejemplares: Marca (398), El
Mundo Deportivo (264), As (255), Sport (241), Sur (72), El País (52) y El
Mundo (52). Al analizar solamente la noticia principal de en cada página se
pretendía determinar las prioridades informativas de los diarios, su interés
principal a la hora de informar.
Tabla 10. Unidades informativas totales analizadas por día y diario Lunes
20 abril
Martes
21 abril
Miércoles
22 abril
Jueves
23 abril
Viernes
24 abril
Sábado
25 abril
Domingo
26 abril
Marca 52 60 58 58 59 55 56
As 34 34 34 34 35 42 42
EMD 36 35 39 41 34 39 40
Sport 33 35 31 32 38 35 37
EM 12 6 8 7 6 6 7
El País 9 7 9 9 7 4 7
Sur 13 8 8 9 9 10 15 Fuente: Elaboración propia.
La propia dinámica del análisis nos llevó a cerrar un número objetivo de
categorías que cumplen con las características de ser fiables, pertinentes y
exhaustivas, adaptadas al final último del estudio y excluyentes.
La intención primera, que no principal, del análisis era constatar un
hecho que se daba por aceptado en la opinión común, y es que el deporte
“fútbol” acapara una parte importante de las informaciones de los medios de
comunicación. Para ello se categorizaron las unidades de análisis en veintidós
modalidades deportivas así como una categoría “polideportivo” para noticias
que no trataban estrictamente de una, sino del deporte en general o de varias
especialidades.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
266
En otra de las variables se trataba de estudiar qué porcentaje de
informaciones se ocupaban de la vertiente profesional del deporte, más
centrada en el resultado, el espectáculo, el negocio y todas las áreas cercanas
a la concepción “empresarial” del deporte, contra las informaciones que
pudieran dar cuenta de la práctica aficionada, ocupada de la práctica en sí
misma, sin muchos más fines que el deportista y su disfrute.
La siguiente variable de categorización trató de establecer quien es el
protagonista de la información: el deportista, los clubes, entrenadores,
directivos, aficionados, la propia competición o evento deportivo, los árbitros,
las asociaciones o federaciones, otras instituciones deportivas, las selecciones
u otros (para personajes que se acercan al deporte pero no pertenecen al
ámbito del deporte estrictamente, como escritores o personajes famosos).
Con la variable o categoría valor en la noticia se trató de identificar cual
era la cara del deporte a la que hacía referencia la unidad informativa. Se
establecieron nueve posibilidades: práctica deportiva, economía, salud, social,
legal, institucional, cultura, política o violencia.
Y por último, antes de empezar a analizar, cruzar los resultados y
extraer conclusiones, se categorizaron las noticias para determinar uno de los
objetivos principales del análisis: las unidades de información se dividieron en
función si podrían ser catalogadas sobre la distinción jurídica de la que
hablamos en el anterior capítulo y hacían referencia a lo que los jueces
llamaron contenido mínimo (si hace referencia a la estricta práctica deportiva
de actualidad, a lo que ha pasado dentro del terreno de juego inmediatamente
antes, durante el ejercicio o la competición deportiva), o se enmarca dentro de
lo que los magistrados llamaron información de calidad (si hace referencia a
todo lo que se refiere al deporte pero no es estricta práctica deportiva actual).
Resultados del análisis de contenido En todo análisis de contenido hay un momento para presentar los
resultados, y suele tenderse a la reiteración en las explicaciones de lo que las
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
267
tablas, cuadros y gráficos nos deben explicar con claridad suficiente para que
no haya que detenerse en mayores desarrollos. Es por ello que, en este
apartado, más que dar cuenta de los resultados del estudio, aportaremos a
modo de complemento algunas aclaraciones y, sobre todo, casos concretos
prácticos en los que las unidades de registro nos pueden dar pistas de lo que,
a posteriori, serán la discusión de los resultados y las conclusiones del capítulo
final de nuestra tesis.
El primer dato que nos deja el estudio es que se informa en los siete
diarios analizados de veintidós modalidades o especialidades deportivas. El
Consejo Superior de Deportes tiene contabilizadas 66 federaciones deportivas
españolas y estas gestionan una o varias especialidades deportivas.
Tabla 11. Unidades informativas por modalidad deportiva y diario MARCA EMD AS SPORT SUR EM EP Fútbol 319 170 192 172 41 35 37 Baloncesto 17 22 19 21 1 7 6 Tenis 8 33 9 13 2 3 2 Motociclismo 8 7 11 9 2 3 2 Automovilismo 11 4 11 6 2 1 1 Ciclismo 5 4 6 4 1 3 Atletismo 5 2 2 4 4 2 Fútbol Sala 4 5 4 2 Boxeo 7 3 2 2 1 Balonmano 4 3 3 1 Waterpolo 3 4 1 1 1 Polideportivo 2 3 1 Patinaje 1 1 1 1 Triatlón 1 1 Artes Marciales 2 Golf 1 Pádel 1 Montaña 1 1 1 Vela 1 1 Badminton 1 Hockey Patines 1 Tamburello 1 Squash 1 Fuente: Elaboración propia.
Y estas son las unidades informativas totales por cada una de las
especialidades o modalidades deportivas que aparecen durante el estudio.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
268
Gráfico 2. Unidades informativas totales por modalidad deportiva
Fuente: Elaboración propia.
En el apartado de unidades informativas que dan cuenta de práctica
profesional contra las que informan sobre deporte aficionado los resultados son
contundentes. Tan solo 20 de las noticias principales informan sobre pruebas
deportivas o deportistas aficionados.
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000
Fútbol Baloncesto
Tenis Motociclismo
Automovilismo Ciclismo Atletismo Fútbol Sala
Boxeo Balonmano Waterpolo
Polideportivo Patinaje Triatlón
Artes Marciales Montaña
Vela Golf Pádel
Badminton Hockey Patines
Tamburello Squash
966 102
70 42 36 23 19 15 15 11 10 6 4 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1
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269
Gráfico 3. Unidades con deporte profesional contra unidades con práctica deportiva
Fuente: Elaboración propia.
Las que siguen son las veinte noticias sobre práctica aficionada, siendo
el diario Sur el que más de ellas desarrolla y el diario El País el que menos, con
ninguna noticia con protagonismo para el deporte aficionado entre sus temas
principales de la sección de deportes. El Mundo, Sport y El Mundo Deportivo
solo llevan una noticia entre sus principales informaciones.
1314
20
Deporte profesional vs. Práctica aLicionada
Profesional
Aricionado
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
270
Tabla 12. Las veinte noticias principales en las que el protagonismo lo tiene el deporte aficionado AS 21 abril Se estima que los gastos de un club subirían un 20% AS 22 abril "Nadie se hizo cargo de mí al no estar dado de alta" AS 24 abril "Las dos finales de Davis marcaron el camino en España" AS 24 abril "La base merece medidas que le aporten seguridad" EM 21 abril Boston, maratón de emociones EMD 26 abril Un terremoto en Nepal se cobra 18 vidas en el Everest SPR 20 abril Boston se pone una coraza para la maratón de hoy MAR 20 abril Tenis con pandereta MAR 21 abril Maratón cinco estrellas MAR 24 abril Ellas también corren MAR 26 abril Madrid, contra el crono MAR 26 abril 20 segundos angustiosos SUR 20 abril Benalmádena presencia otra remontada de Mario García SUR 20 abril Badurek y Jiménez conquistan la Media Maratón de Vélez-
Málaga SUR 22 abril El Ayuntamiento le confía el Maratón a una empresa puntera
para entrar en el Top 5 nacional SUR 22 abril Los aficionados de las artes marciales se citan en Carranque SUR 24 abril Gaucín acogió la cuarta jornada del Circuito Provincial de
carreras populares SUR 25 abril Una pareja cumbre SUR 26 abril El espectáculo de las artes marciales SUR 26 abril Tercera edición de la Carrera Mujeres contra el cáncer Fuente: Elaboración propia. Respecto de los protagonistas de la noticia, los deportistas y los clubes
deportivos acaparan la mayoría de las principales unidades informativas en
todos los diarios, sin distinción por cada uno de ellos. El tercer grupo de
protagonistas lo acaparan los entrenadores, y a partir de aquí, con menos
presencia, hasta ocho distintos tipos de protagonistas, personales o
institucionales.
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
271
Gráfico 4. Los protagonistas de cada unidad informativa
Fuente: Elaboración propia. Gráfico 5. Valor predominante en cada unidad informativa
Fuente: Elaboración propia.
Deportistas
Clubes
Entrenadores
Directivos
Aricionados
Competiciones
Árbitros
Asociación/Federación
Otros
Institución
Selección
0 100 200 300 400 500 600
Protagonistas de la información
1094
136
50
33
18
18
6
2
Práctica deportiva
Economía
Salud
Social
Legal
Institucional
Cultura
Violencia
0 200 400 600 800 1000 1200
Valor de la noticia
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
272
De entre las particularidades que nos ofrecen los resultados en este
apartado, queremos destacar algunas, valor por valor. Por ejemplo, la unión
entre el deporte y la cultura apenas presenta un par de casos en nuestras
unidades de análisis. Están asociadas a la celebración del día del libro en
Cataluña, principalmente, o a la aparición de actores secundarios en el mundo
del deporte como autores de obras literarias con temática deportiva o cuyo
protagonista principal es un deportista. Destacamos la interrelación de la
cultura, la política y el deporte en la entrevista que realiza el diario El Mundo a
Luis García Montero, poeta, reconocido aficionado de un club de fútbol, y
candidato a la alcaldía de Madrid por Izquierda Unida en las elecciones
municipales de mayo de 2015.
Las relaciones entre política y deporte apenas se abordan en casos
concretos a lo largo de las 1.334 unidades registradas. En El País, el 26 de
abril escribe el articulista John Carlin sobre la historia del FC Cobresal, un club
de fútbol que fundó el dictador Pinochet en Chile para dar alegría a la población
minera del país.
Las unidades de análisis cuya temática o valor primero es la economía
se refieren, fundamentalmente, a noticias donde el deportista, su valor en el
mercado, y las posibilidades respecto de su renovación, venta o adquisición,
son el tema predominante.
Los casos en los que la salud es el valor o tema principal de la noticia se
refieren, mayoritariamente, a lesiones de los deportistas profesionales, y en
ellas no se profundiza en aspectos médicos más allá de la determinación de la
lesión, los períodos de baja probables y la ausencia en las competiciones de
referencia que eso implica. Entre las excepciones, el diario Sport, en su edición
de 21 de abril, publica una noticia cuyo título es “Messi nació con una
predisposición biológica muy fuerte” en la que el protagonista es un médico
especialista, catedrático en psicobiología, y que con el gancho de las preguntas
sobre el futbolista argentino habla sobre cuestiones médicas de interés en
relación con la actividad deportiva. O un artículo en el diario Marca en el que
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
273
una psicóloga deportiva habla sobre cómo manejan las situaciones de tensión
los entrenadores y extrapola a situaciones de la vida de cualquier ciudadano,
con consejos “del deporte” que pueden ayudar en el día a día de las personas.
Siendo el mayor número de noticias sobre práctica aficionada sobre la
disciplina atletismo, concretamente sobre carreras populares, no existen las
noticias principales sobre los beneficios o perjuicios para la salud que conlleva
la práctica de lo que en los últimos tiempos se ha dado en llamar “running”.
Lo legal se circunscribe casi en la totalidad de las noticias principales a
cuestiones que tienen que ver con las sanciones deportivas.
En lo social encuadramos las noticias que dan cuenta de acciones o
relaciones del mundo del deporte con aspectos como la solidaridad, la
integración social. En todo caso, la mayor parte de las unidades de registro en
este capítulo se refieren a relaciones públicas dentro del mundo del deporte,
bien protagonizadas por los mismos deportistas, bien por actores colaterales.
Se salen de ese perfil dos unidades cuyos protagonistas son deportistas o
clubes pero cuyo valor principal es el uso del deporte para potenciar distintas
causas sociales: por ejemplo, la fundación que crea el deportista Eric Abidal
para mejorar las condiciones de los niños enfermos, y que tuvo eco en las
prensa del día 23 de abril de 2015; o la iniciativa del Almería UD para recoger
litros de leche junto con el Banco de Alimentos para destinar a los niños sin
recursos.
Respecto a las noticias que dan cuenta de lo que hemos llamado
“contenido mínimo” ya hemos visto que una de cada cuatro habla de lo que
sucede en los noventa minutos de un partido de fútbol sobre el terreno de
juego o los cuarenta sobre la cancha de baloncesto, o en las pista deportiva en
carreras de atletismo, automovilismo o motociclismo, etc.
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
274
Gráfico 6. Unidades informativas registradas como “contenido mínimo” frente a unidades informativas registradas como “información de calidad”
Fuente: Elaboración propia. Por su propia naturaleza, todas las unidades registradas como
“contenido mínimo” se refieren a noticias que hablan de práctica deportiva, a lo
que sucede dentro de los terrenos de juego, al hecho deportivo. Es por eso que
a continuación pondremos en relación esas dos variables: práctica deportiva y
contenido mínimo, para comprobar cuantas de las informaciones que hablan de
la práctica se refieren a lo que está pasando sobre un escenario deportivo. El
30,94% de las noticias que se refieren a práctica deportiva (un total de 1094) lo
hacen sobre contenido mínimo informativo (333 noticias).
Gráfico 7. Porcentajes de contenido mínimo e información de calidad por diarios
333
1094
Contenido mínimo vs. Información de calidad
Contenido mínimo
Información calidad
20, 38%
32, 62%
EL MUNDO
23 44% 29
56%
EL PAÍS
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275
Fuente: Elaboración propia.
Aunque la media que nos ofrece este apartado es que por cada
información sobre contenido mínimo deportivo se publican tres de información
de calidad, presentamos aquí los datos singularizados por diario, para
comprobar que son dos de los diarios de información general los que bajan la
media y más porcentaje de contenido mínimo publican, frente a los diarios de
información deportiva, que son los que suben la media de informaciones de
calidad publicadas en sus noticias principales. A partir de aquí, es momento de
interpretar los resultados que nos ofrece la investigación sobre el contenido de
los diarios españoles.
20 28%
52 72%
SUR 63 24%
201 76%
EMD
64 27%
177 73%
SPORT 70 27%
185 73%
AS
73 18%
325 82%
MARCA
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
276
Discusión de resultados
Anticipándonos a las conclusiones finales que nos depara esta
investigación, es momento de apuntar algunas, en relación con el análisis de
contenido que nos ocupa en este capítulo. El asunto fundamental en el que
centran los medios de comunicación sus noticias principales es el fútbol, que
ocupa mucho más de la mitad de las unidades de los diarios analizados
durante el estudio. En este punto, nos ha parecido de interés equiparar en la
siguiente tabla la clasificación de los deportes de los que más se informa en
nuestros diarios analizados con los deportes más practicados en nuestro país,
los que más licencias deportivas acumulan según el Consejo Superior de
Deportes (2012).
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277
Tabla 13. Clasificación de especialidades deportivas por noticias publicadas y por licencias deportivas en España Modalidad deportiva por noticias
Número de noticias
Modalidades deportivas Con más licencias
Número de licencias federativas. Fuente CSD, 2015
1. Fútbol 966 1. Fútbol 909.761 BaloncestoBaloncBal 2. Baloncesto 102 2. Baloncesto 355.845
3. Tenis 70 3. Caza 333.974 4. Motociclismo 42 4. Golf 276.150 5. Automovilismo 36 5. Montaña y
escalada 203.860
6. Ciclismo 23 6. Judo 104.871 7. Atletismo 19 7. Balonmano 92.716 8. Fútbol Sala 15 8. Tenis 81.581 9. Boxeo 15 9. Ciclismo 75.855 10. Balonmano 11 10. Voleibol 71.074 11. Waterpolo 10 11. Atletismo 70.911 12. Polideportivo 6 12. Kárate 65.316 13. Patinaje 4 13. Natación 63.644 14. Triatlón 2 14. Pádel 56.263 15. Artes Marciales
2 15. Pesca y casting
55.255
16. Golf 1 16. Tiro Olímpico 52.517 17. Pádel 1 17. Patinaje 50.803 18. Montaña 2 18. Hípica 48.292 19. Vela 2 19. Taekwondo 38.908 20. Badminton 1 20. Gimnasia 38.842 21. Hockey Patines
1 21. Vela 37.954
22. Tamburello 1 22. Triatlón 29.739 23. Squash 1 23. Rugby 28.479
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del CSD.
La comparación entre los deportes de los que más se informa de
manera principal y los deportes con más licencias deportivas en España nos
desvela que hay un desfase que puede deberse al interés por lo que en el
capítulo I algunos autores llamaron el “deporte pasivo”, que no es propiamente
deporte, sino visionado de deportes.
Dos disciplinas como automovilismo y motociclismo, que no aparecen
entre las modalidades cuya práctica sea masiva en España, se configuran
como los deportes de los que más se informa por parte de los medios. Algo
similar ocurre con el boxeo, objeto de interés informativo a raíz de un combate
en particular, el que celebrarían el 2 de mayo de 2015 en Estados Unidos el
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
278
filipino Pacquiao y el estadounidense Mayweather, y que copó las 15 noticias
sobre esta modalidad que publicaron los medios.
El triunfo deportivo llama a los medios: el waterpolo y el patinaje
aparecen en las páginas principales de los diarios a raíz de los éxitos
deportivos puntuales de diferentes deportistas o clubes deportivos españoles.
La práctica deportiva como fin último del practicante, no profesional, que
hace deporte solo por el placer de la práctica, no es referente principal para los
diarios. Dos deportes que se encuentran en tercer y cuarto lugar de la tabla de
licencias deportivas en España como son el golf y la caza no tienen apenas
presencia en las unidades informativas principales de los diarios: en el caso de
la segunda, ni una sola unidad informativa en siete días y en siete diarios de
información general o especializada. Sobre golf encontramos una unidad
informativa en el diario Sur del día 23 de abril de 2015, donde la deportista
local Azahara Muñoz es la protagonista en su vuelta a los campos de juego
tras superar una lesión.
Otras modalidades deportivas de las que cuentan con más licencias
deportivas en España como son la pesca y el casting, la natación, el tiro
olímpico, el voleibol, la hípica, la gimnasia, el triatlón y el rugby no tienen
presencia en las informaciones principales de los medios analizados.
De entre los casos destacables, señalamos el único registro informativo
principal que habla de una práctica deportiva minoritaria y asociada a
determinadas épocas y lugares tradicionales de Europa: el tamburello pugna
por recuperar su sitio como práctica deportiva que arraigó en nuestro
continente allá por el siglo XII, como explica Marca en su edición del 20 de abril
de 2015.
La práctica deportiva aficionada, en la que el deporte se practica sin un
interés “comercial” por la victoria y el éxito, apenas tiene interés en el foco
principal de las noticias para los diarios. Veinte noticias sobre un total de 1.334
DERECHO A LA INFORMACIÓN Y DEPORTE EN LA SOCIEDAD DIGITAL
279
dedican protagonismo a pruebas o deportistas “no profesionales”, y de esas
veinte, dos centran la atención en aspectos económicos y legales de la práctica
aficionada, tres hablan de sucesos acaecidos durante la práctica deportiva
(maratón de Boston y terremotos en Nepal). En este caso, es la información
local del diario Sur la que dedica más atención a la práctica aficionada, dando
noticia de pruebas deportivas e historias de deportistas “de la tierra”: la
cercanía crea un nexo informativo que lleva a prestar atención al deporte
practicado por aficionados.
Por otro lado, los deportistas y los clubes centran la atención mayoritaria
de las unidades informativas. Más de mil de las 1.334 unidades tienen como
protagonistas a deportistas o clubes deportivos. A partir de ahí, entre las
reflexiones que nos deja este apartado conviene destacar una realidad: de
entre las profesiones que se dedican al fenómeno deportivo, muchas apenas
tienen interés para los medios de comunicación.
Aunque sí se da cuenta de actividades de entrenadores, directivos,
incluso a los aficionados y los árbitros de manera secundaria, y a las propias
competiciones e instituciones deportivas, no parece de interés principal para
los medios lo que tiene que ver con la actividad médica, la de los
fisioterapeutas, los analistas y resto de equipo técnico que habitualmente
acompaña a los entrenadores, los formadores de deportistas de base, e incluso
el deporte infantil. De entre las profesiones anexas a la práctica deportiva
encontramos una noticia principal que pone en valor el trabajo de uno de los
ayudantes del entrenador del Málaga CF, Javier Gracia, o la noticia que da
cuenta de la baja por un problema médico del delegado de equipo del Real
Sporting de Gijón, el ex futbolista Enrique Castro, “Quini”.
La práctica deportiva profesional es la cara del deporte más reflejada en
las unidades informativas principales de los diarios analizados en nuestro
estudio. Junto a esta, valores como la salud, aspectos económicos o legales
relacionados con el deporte también lo son en las informaciones en relación
con la práctica deportiva ya referenciada. Incluso cuando se habla de lo
CAPÍTULO III. LA COMUNICACIÓN EN EL DEPORTE. ¿CÓMO EJERCEN LOS MEDIOS SU DERECHO A INFORMAR?
280
económico es casi en el cien por cien de las unidades en relación con
operaciones posibles o reales de traspasos de deportistas entre clubes
profesionales.
Lo que en nuestro estudio llamamos información de calidad es
mayoritaria en las noticias principales de los diarios analizados durante el mes
de abril de 2015. Es decir, lo que no es estrictamente práctica deportiva, lo que
es ajeno a lo que pasa en los terrenos de juego desde que comienza la
práctica hasta que acaba, es mayoritario sobre el contenido mínimo, sobre el
puro deporte y la interpretación, análisis e información de actualidad alrededor
del ejercicio recién ocurrido. Y sucedió así a pesar de que, si hablamos de
fútbol, los siete días de la semana analizada hubo competiciones oficiales
deportivas de máximo nivel: dos jornadas del Campeonato Nacional de Liga en
Primera, así como UEFA Champions League y UEFA Europa League. Además,
un registro de los periódicos de esa semana nos ofrece competiciones
deportivas de prestigio como la fase final de la Eurocup de baloncesto, dos
clásicas en el calendario ciclista internacional de UCI World Tour como fueron
la Flecha-Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja, los maratones de Boston y de
Londres, el Rally de Argentina de automovilismo, además de distintas pruebas
deportivas de ámbito más localizado.
Es decir, hay competición deportiva, con lo que podemos entender que
el recurso de los diarios a la información de calidad sobre eventos deportivos
que se han producido o se van a producir es voluntaria.
CONCLUSIONES
CONCLUSIONES
282
Tras análisis científico de los fenómenos que dan sentido a este trabajo
ha llegado el momento de responder a las hipótesis formuladas al inicio,
dejando constancia, por otro lado, de que el estudio de las cuestiones que
dieron pie a la investigación han abierto áreas de interés en otros campos de
investigación durante las etapas de elaboración de este trabajo. Algunas las
integraremos entre nuestras conclusiones mientras que otras las plantearemos
con el fin de anticipar líneas de investigación para el futuro sobre asuntos que
pueden ser de interés en el ámbito de la comunicación en relación con el
deporte y el derecho a la información. En todo caso, partiendo de las hipótesis
planteadas en los primeros capítulos, podemos concluir que:
1) Existe un derecho a comunicar información en relación con el mundo del deporte. No se trata, sin embargo, de un derecho a la información
deportiva distinto al derecho a la información política, social o financiera, por
más que, como vimos, en algún texto legislativo español ya derogado se citara
textualmente aquel concepto del derecho a la información deportiva.
En España, el alumbramiento de unas libertades de expresión y
comunicación como derechos que requieren de la máxima protección jurídica
para poder ser ejercidos con toda su extensión nacen de la mano de los
primeros textos constitucionales. En consonancia con la línea internacional de
reconocimiento y protección del derecho a informar, los sistemas políticos y
regímenes de nuestro país desde el siglo XVIII han incluido en sus leyes
fundamentales la libertad de los ciudadanos para informar. Sin embargo, se ha
detectado en el recorrido histórico por la configuración de tal derecho una
concreción solo parcial del derecho en normas de desarrollo en el caso
español. Esta realidad ha permitido germinar distintas controversias como la
que da lugar a nuestra tesis, en el mundo del deporte, y entre los medios de
comunicación y habituales protagonistas de la información como son los clubes
de fútbol profesional.
Las libertades de comunicar información, sin apellidos, son hoy en día
reconocidas por la mayoría de los ordenamientos jurídicos nacionales e
CONCLUSIONES
283
internacionales como básicas en el Estado de Derecho. En el caso particular
de España, ese derecho tiene parte de sus pilares fundamentales en los
recursos que ofrece el ordenamiento jurídico de nuestro país, donde
encontramos pautas para determinar cuándo goza de máxima protección legal.
Ello confirma una de nuestras hipótesis de partida: la legislación y la
interpretación de lo dicho por los jueces españoles ofrece una solución al
conflicto.
El derecho a informar está reconocido y amparado por la Constitución
Española siempre y cuando se soporte en un primer requisito principal: la
veracidad. Esta obliga a una serie de diligencias en la elaboración de la
información que corresponden al emisor, con el fin de que el mensaje tenga la
apariencia de ser cierto y ajustado a la realidad. Veracidad no implica certeza,
como se ha encargado de recordar en multitud de sentencias la justicia, pero sí
requiere que el emisor haya puesto todo lo que debe de su parte para
comprobar que la información que transmite es correcta.
Es norma que ningún derecho es ilimitado, precisamente por la
convivencia que es propia de los sistemas democráticos: el derecho de uno
acaba donde empieza el derecho de otro. Hemos encontrado en la
jurisprudencia española algunos de esos límites, a lo largo de años de
sentencias de los altos tribunales de nuestro país. También nos ha dado pistas
para seguir la doctrina jurídica, que ha acometido la tarea de definir el derecho
a través de la conceptualización de determinados caracteres que son propios
del derecho: el honor, la intimidad y la propia imagen, así como los secretos de
estado son algunas de las fronteras que enmarcan de manera intrínseca el
derecho a comunicar información.
En ese sentido, era objetivo de este trabajo doctoral interpretar la
palabra del ordenamiento jurídico y ampliarla para modular el derecho a la
información, proponer un equilibrio entre ese y otros derechos que se ponen en
juego en la actividad deportiva. Pese a que la época de conflictos entre las
emisoras de radio de España y los clubes profesionales de fútbol parece
CONCLUSIONES
284
aparcada, o al menos en barbecho a la espera de nuevas resoluciones de los
tribunales, el derecho a la información no está a salvo de nuevos vaivenes en
la legislación que atenten contra su pactada estabilidad momentánea. Con el
ánimo de salvaguardarla de posibles cambios, pretendemos dotarle de
elementos para defender su posición prevalente respecto a otros cuando del
mundo del deporte hablamos. ¿Dónde, por tanto, están los límites del derecho
a informar sobre el deporte?
2) La estricta información es el primero de los límites que proponemos a la hora de configurar un derecho a comunicar información en el deporte que goce de la máxima protección social. La misión de
informar se circunscribe a lo noticiable. El relato de hechos es el objeto del
derecho a informar, relato que cumple con una función social y constitucional
siempre que estos hechos sean de trascendencia pública, de interés social, de
relevancia para la comunidad, de interés general para la ciudadanía.
El interés general, hoy en día, es algo distinto a lo que entienden las
leyes: tiene más contenido. En su acepción jurídico-legal, el concepto se ha
diluido en los últimos años pues remite estrictamente a un catálogo de eventos
deportivos que se deben televisar en abierto y que se actualiza cada cierto
tiempo. Hemos comprobado a través de las audiencias del fútbol en abierto de
esos partidos de liga de “interés general” legal que cada vez es menor el
respaldo de la sociedad a esos partidos. Por tanto, el interés general que
necesita llevar en su esencia el relato de hechos es algo distinto, es interés
general social. La noticia es tal si se refiere a asuntos que de manera global
interesan, afectan a la sociedad, que satisfacen algo más que la curiosidad
personal: son los asuntos destacados, sobresalientes, importantes o
significativos que forman la agenda de temas de discusión de las personas, los
temas que dan forma a una opinión pública que, como la sociedad propietaria,
es cambiante con los tiempos.
Si años atrás la opinión pública libre se formaba sobre una base
eminentemente política, hemos de concluir que la opinión pública de inicios del
CONCLUSIONES
285
siglo XXI se nutre de más campos de interés para la ciudadanía. Hoy, las
cuestiones interés público, aquellos asuntos que afectan y sobre los que
necesita sentirse participe la ciudadanía, son algo distinto a lo que podrían
haber sido hace unos años, o siglos atrás. Algo distinto y que trasciende lo
político, lo económico o lo social.
3) El deporte se enmarca de manera inequívoca entre los asuntos de interés social, forma parte de la carpeta de temas que integran en el siglo XXI el contenido de la opinión pública. Para llegar a esa conclusión
debíamos definir el mayor número de caracteres del deporte, conocer en
profundidad esa realidad en la que ponen el punto de mira la comunicación y la
información en España. ¿Qué lugar ocupa el fenómeno deportivo en la
sociedad de hoy en día? ¿Es un asunto que se enmarca en la esfera de los
privados, o atañe en alguna medida al poder público y estatal?
Podemos concluir tras nuestro estudio que el deporte es libertad del
individuo, es soledad pero también necesidad de compartir, es universal.
Antes, es juego, y es actividad física, es esfuerzo voluntario, es placer, es
disciplina, entretenimiento, competición, creatividad, cultura. Como tal, vive una
realidad cambiante, que se adapta a los tiempos.
El deporte es fenómeno social porque es organización, asociación,
profesión, espectáculo. Genera negocio para el deportista, es su actividad
laboral, como también lo es para quienes sin hacer deporte se acercan a él
(para 4 de cada 100 personas en Andalucía). Como sector económico
significativo en sus distintas manifestaciones y prácticamente en todo el
planeta es multisectorial, aúna en torno a sí a diferentes sectores generadores
de riqueza, y acerca a otras industrias no deportivas que generan productos
que usan el deporte como reclamo. El deporte es consumo activo y pasivo
(para quienes practican y para quienes presencian deporte), y ambos están
nivelados en cifras, si recordamos los datos que nos ofrecen las instituciones
públicas, por ejemplo, en el caso de Andalucía. Es práctica profesional y es
ocio del aficionado, y en ese sentido interesa tanto al deportista de élite como a
CONCLUSIONES
286
las familias, niños, adultos, personas mayores, que ocupan su tiempo libre
practicando cualquier modalidad deportiva, equipándose de la manera
adecuada, viajando a lugares y entornos donde desarrollar su deporte favorito,
y presenciando espectáculos deportivos. En estos es donde se fomenta otro
rasgo del deporte, la admiración del deportista hacia otros que han sido más
altos, más fuertes o más rápidos. El espejo del practicante puede ser otro
aficionado como lo puede ser la estrella más destacada del deporte
profesional. El deporte es un todo con variadas formas, y por ello espectáculo y
práctica también permanecen indisolublemente unidos, pues son distintas
manifestaciones de una misma esencia. También fuerza la unión entre esas
caras del deporte el sentimiento de pertenencia al grupo que genera el
fenómeno. Ese grupo puede ser de amigos, de familiares, o de seguidores en
torno a un equipo deportivo profesional. No hay deporte profesional sin deporte aficionado. Tanto es así, que el deportista nunca llegará directamente
a ser profesional sin haberse formado en el campo de la afición. En la realidad
de nuestra sociedad es difícil sostener un espectáculo deportivo, una
competición o una prueba desentendidos de la responsabilidad que les une a la
sociedad que la acoge. En ese sentido, se reclama al deporte profesional un
papel activo en el fomento y la protección de los otros aspectos que le dan
forma a la actividad como la salud, la cultura, la educación o la socialización….
El deporte es tema de conversación en las reuniones de amigos, en las
plazas públicas o en las tabernas portuarias, es materia reglada en los textos
normativos y legales que dan base a diferentes sistemas jurídico-políticos,
encuentra su sitio en un espacio entre lo privado y lo estatal que atiende a las
necesidades actuales de las personas, siendo como es el deporte una de las
vías para dar forma a la identidad personal de cada uno en sociedad.
Si para quienes defendieron en su día el cierre de los estadios de fútbol
de la competición profesional en España a los medios de comunicación lo que
se jugaba dentro de ellos era un asunto privado, hoy podemos concluir con
rotundidad que el deporte en su conjunto es algo que trasciende los intereses de los particulares e incluso las políticas estatales sobre la
CONCLUSIONES
287
materia. El deporte es un fenómeno social. Por más que la actividad deportiva
o los espectáculos deportivos partan de la iniciativa privada, y por más que el
deporte naciera de aquella, hoy forma parte de los asuntos que tienen
relevancia para las personas, aún cuando se celebren en recintos privados.
El deporte puede reclamar y defender lo que Cazorla Prieto llamó
“autonomía deportiva”: una intervención pública o estatal en cuestiones que
tienen que ver con la organización deportiva o las reglas de juego, por citar dos
ejemplos, solo tiene sentido en la medida en que la actividad del
asociacionismo deportivo choque con las normas comunes de funcionamiento
para todos en sociedad. Y ello a pesar que en España, el sistema político le ha
asignado y delegado una función pública a la organización deportiva privada en
un proceso que comenzó históricamente con un poder público que legisló
primero para fomentar el deporte, luego para reglarlo y más tarde para dirigirlo.
Ha sido este un proceso que a nivel español no ha tenido vuelta, por más que
el signo político de los gobiernos ha cambiado de un lado a otro.
El deporte es un movimiento autónomo y anterior en muchas ocasiones
a la configuración de los entramados políticos, pero que se ha inserto en ellos
con lazos tejidos en ambos sentidos. Es vehículo de entendimiento entre los
hombres y los pueblos, como también lo puede ser de confrontación más allá
del deporte mismo. Es escaparate para la promoción de ciudades, regiones,
países y continentes, es herramienta de creación de identidades, bandera de
éxitos para regímenes y políticos de distintos signo y legitimidad. Política y
deporte tienen intereses comunes en la mejora de la vida de la ciudadanía,
proporcionando formas para mantener y mejorar la salud, o prevenir
enfermedades; o en la educación integral de las personas, en la transmisión
hacia estas de valores positivos, tanto en los centros escolares como en
entornos o colectivos que tienen dificultades para seguir los ritmos y
estándares de la vida en sociedad (inserción social de población inmigrante o
con minusvalías, de quienes han caído en la delincuencia o las drogas, etc.).
CONCLUSIONES
288
Más allá del interés político o económico de quienes se asocian al
deporte con distintos fines, este ocupa un espacio en la vida de las personas
en sociedad: el ciudadano de hoy en día practica deporte, presencia
espectáculos deportivos, sigue la actualidad deportiva, discute las políticas
deportivas de las instituciones, reclama de estas una atención eficaz, aplaude
los éxitos deportivos de quienes entiende que le representan de uno u otro
modo, o con quienes se identifica.
El deporte está inserto en el día a día de las sociedades, hasta un punto
en el que podríamos afirmar que en el inicio del siglo XXI vivimos, más que en
una sociedad “deportivizada” (cfr. García Ferrando), en una sociedad de
hombres y mujeres deportistas. El deporte de hoy es toda actividad humana
que en este momento el hombre considere deporte. Su peculiaridad más
singular en relación con el deporte de siempre no es el propio deporte, la
actividad física, sino el valor que le atribuye el hombre a esa actividad (la
victoria, la salud, la socialización, etc.). Es hoy deporte de todos y para todos,
con sus componentes lúdicos, de superación y de rendimiento siempre
insertos. Y a pesar de ello, tras siglos de actividad deportiva en las sociedades
de todas las épocas, la esencia del deporte sigue intacta. Al final, el fútbol
sigue siendo, como la primera vez que se concibió el juego, una actividad en la
que dos equipos de once jugadores se disputan un balón con el objetivo de
llevarlo hasta la meta del rival. El que se juega en los parques públicos es el
mismo que el que se practica en un estadio deportivo ante cien mil personas y
millones de espectadores en todo el mundo a través de los medios de
comunicación.
4) El interés informativo que genera el deporte está inserto en un carácter que es propio y lo hace distinguirse de otras prácticas culturales del hombre: la imprevisibilidad. El deporte es único en cada manifestación,
distinto de las demás, y distinto de otras actividades del hombre. Comparte con
otras artes caracteres como el drama que conlleva, incluso la sensación de
adhesión o pertenencia que genera en el público respecto de los protagonistas.
Pero esa imprevisibilidad que lleva inserta cada ejercicio deportivo lo
CONCLUSIONES
289
convierten en asunto de interés reiterado en el tiempo. Su carácter abierto lo
alejan de una obra artística: la obra es la que es y una vez acabada y
presentada al público no tiene por qué cambiar su esencia. El deporte se
presenta ante el espectador sin forma final. Es imprevisible. Y es por esto por lo
que el deporte genera hechos noticiosos que se mantienen y renuevan en el
tiempo, mientras que el teatro, el cine, la escultura, la pintura o la música
agotan la noticia con otros ritmos.
5) Informar es algo distinto a retransmitir y el derecho a informar es diferente a los derechos de comunicación pública. Decíamos que el primer
límite del derecho a informar era la propia información, y este lo debemos
diferenciar de otros derechos con apariencia similar pero que protegen otros
bienes distintos. La información es el relato de hechos que pretende hacerlos
notorios, conocidos, públicos. En función de la naturaleza del medio, el canal o
la vía a través del cual se articula el mensaje en el proceso comunicativo es el
sonido, la imagen, la palabra escrita o con una combinación de todos. La radio
no “transmite”, sino que informa a través de la voz de los locutores que relatan
hechos noticiosos alrededor de la práctica deportiva. La prensa en papel o en
sus versiones digitales no transmiten, sino que informan a través de la palabra
escrita y la imagen fija (está por ver cuándo se plantea un posible conflicto
entre el derecho a informar a través de la fotografía y el derecho que pudiere
esgrimir un organizador de eventos sobre las imágenes fijas que se producen
alrededor de ese evento). La televisión puede informar de los hechos
noticiosos que se producen durante el evento. Y puede realizar una
comunicación pública del evento.
El derecho a retransmitir, los derechos de transmisión, los llamados
derechos de radiodifusión o los derechos de comunicación pública nos llevan a
otra realidad distinta a la información. La comunicación pública es el acto por el
cual una cantidad de personas no presentes en el lugar donde se celebra el
evento tienen acceso al mismo sin previa distribución de ejemplares, según
afirma la ley. La confusión terminológica entre información y transmisión ha
dado lugar a diferentes desencuentros cuando los clubes de fútbol profesional
CONCLUSIONES
290
pretendían comercializar algunos productos relacionados con la comunicación.
El producto “partido de fútbol” se puede emitir a través de televisión, y por tanto
si el organizador quiere o puede vender ese producto a un canal o a varios en
todas las partes del mundo, está en su derecho. Por el contrario, la información
que genera ese partido de fútbol no está en el mercado, no se somete al libre
comercio. La información sobre lo que es público, lo que está en la arena de lo
social, no tiene un dueño, el hecho noticioso nace siempre y cuando alguien (el
periodista) interprete que lo es y mantiene su vida una vez que lo hace llegar a
su público potencial, si este lo valora como tal.
La información sobre un partido de fútbol no es un bien objeto de
comercialización, pero las imágenes que conforman un producto, un contenido,
algo que pudiera ser una obra pero que no lo es en razón de sus posibles
múltiples autores, sí. Esas imágenes, las que conforman el producto “partido de
fútbol en directo” o “resumen del partido de fútbol”, sí son susceptibles de
explotarse comercialmente ejerciendo la libertad de empresa que reclaman los
clubes profesionales de fútbol en España. Lo son siempre y cuando se
garantice el acceso al derecho a informar y a tomar otras imágenes que
pueden ser necesarias para conformar de manera razonable la información en
el medio televisivo o el medio escrito si hablamos de la imagen fija, de la
fotografía. Las imágenes de la información y las que conforman el producto
televisivo pueden ser las mismas o diferentes, pero el hecho noticioso sí tiene
en esas imágenes protegidas, comercializables, un límite a la hora de
configurarse. El medio deberá pagar por esas últimas si el organizador pone
precio al evento y el canal de televisión lo entiende rentable. Es un acto
voluntario desembolsar muchos millones de euros, como hizo en 2015 Radio
Televisión Española, por adjudicarse las imágenes de los resúmenes de los
partidos de fútbol profesional en España. El ente público pagó por imágenes
que puede emitir en exclusiva, no por información. El límite de noventa
segundos que marca la ley para los espacios informativos de cadenas
televisivas que no tienen determinados derechos es un límite a las imágenes
protegidas por derechos de comunicación pública que pueden emitir el resto de
CONCLUSIONES
291
operadores para informar, no a la información que pueden ofrecer respecto de
un evento deportivo.
En la diferencia entre el derecho a la información y los derechos de
comunicación pública está una de las claves para solucionar las posturas en
conflicto expuestas durante nuestro trabajo. Los clubes pueden rentabilizar su
producto “fútbol”, o su producto “resúmenes en imágenes del fútbol”, o su
producto “entrevista exclusiva con el protagonista del partido”, para
comunicarlo de manera pública a través de televisión. Pero no pueden
comerciar con la información que se refiere a hechos relevantes para la
sociedad, y por ello deben garantizar el acceso de los medios de comunicación
a los estadios deportivos.
6) Siendo el deporte un hecho de interés social, el derecho a informar con máxima protección legal llega hasta donde llega el deporte. La práctica deportiva es otro de los límites externos que le dan forma a las facultades de comunicación. El ordenamiento jurídico nos ha guiado
hasta esta conclusión, regalándonos dos conceptos claves para dar respuesta
a una de nuestras preguntas troncales: el “contenido mínimo” y la “información
de calidad”. Esos conceptos nos los atribuimos en este trabajo para proyectar
desde estas páginas un escenario de entendimiento entre las partes que
reclaman sus derechos.
Los jueces hablaron de la necesidad de ponderar el derecho a informar
de los medios de comunicación, autorizados por la ley a acceder a los recintos
deportivos para configurar el contenido mínimo razonable que debe tener el
hecho noticiable. A partir de aquí, distintos autores, con distintas posiciones,
quisieron acotar ese contenido mínimo en los goles, o el inicio y final de
partido, en un ejercicio que parece cercano a la coerción al informador en su
misión profesional. Todo lo que es práctica deportiva es susceptible de formar
parte del contenido mínimo de la información. Lo que no tiene que ver con la
práctica deportiva entra dentro de la categoría de lo que los jueces llamaron “lo
accesorio”. El derecho a informar se configura como tal cuando se ejerce sobre
CONCLUSIONES
292
los asuntos relevantes para la sociedad. Y por tanto, el estricto deporte es el
límite que no debe rebasar el derecho a informar y las posibilidades que este
ofrece a quien quiere ejercerlo con las máximas garantías constitucionales en
España: lo que ocurre en las canchas de juego, en las pistas deportivas, en los
estadios de fútbol desde que se inicia el juego, la competición, hasta que
finaliza.
Imponer, o siquiera sugerir al informador qué debe ser noticia o qué no,
a lo largo de noventa minutos de fútbol o cuarenta de baloncesto, etc., implica
censurar o restringir la voluntad de quien tiene derecho a comunicar
información. En esa línea, sonaría igualmente coercitivo un planteamiento que quisiera condicionar la forma en la que el informador ofrece el relato de hechos. La condición esencial del derecho que tiene quien informa es la
noticia, el relato verídico de hechos relevantes. Si comunica con un estilo u
otro, de manera más o menos adornada desde el punto de vista formal, es
potestad de cada cual. Será el receptor quien valide o no la forma en la que el
informador le hace llegar las noticias. Quienes se han enroscado en una
interpretación literal de textos legales confusos, han entrado a juicio de este
autor, en un terreno con sombras: ¿Cómo pretende el legislador establecer una
diferenciación objetiva y estable entre un programa de información y un
programa de entretenimiento, siempre que las noticias sean la base de uno y
otro? Que el sector de la información se haya adentrado en una deriva
cuestionable en sus formas hacia unos modos que algunos teóricos han
conceptualizado como vanos no significa que esos programas no dejen de
tener un soporte informativo, noticioso. Recordemos aquí el “formar, informar y
entretener” que está en la base del ejercicio de la profesión periodística. Que
un informador elija una forma más o menos entretenida para ofrecer la
información queda a su potestad, no constituye argumento defendible en un
estado de derecho para depreciar sus libertades como sujeto informador. La opinión, en ese sentido, forma parte de las facultades igualmente protegidas. La única diferencia entre información y opinión es que a la
segunda no se le exige la condición de veracidad. Sería, por tanto, arriesgado
plantear un escenario en el que se limite el derecho a opinar del informador,
CONCLUSIONES
293
siempre y cuando, insistamos, lo haga en relación con asuntos de relevancia
para la sociedad como son las prácticas deportivas.
7) En la información de calidad, la que rodea al deporte pero no es práctica deportiva es donde puede comenzar el negocio de los privados en torno al deporte y la comunicación. Todo lo que no es práctica deportiva,
aunque esté alrededor del deporte, no forma parte de ese arco de protección
máxima que el ordenamiento jurídico ofrece a la información puesto que carece
de la relevancia de los asuntos notables para el común de la ciudadanía, salvo
que lo haga por cuestiones ajenas al deporte. El deporte en un encuentro de fútbol comienza en el momento que el
árbitro pita el inicio del partido y termina cuando este decreta el final. Todo lo
que sucede antes y después de la práctica deportiva no es deporte, como
tampoco lo es lo que sucede en los alrededores de la cancha de juego durante
la competición, en los palcos de honor de los estadios, en las salas de prensa,
de las zonas de entrevista, en los campos de entrenamiento, en los vestuarios,
en la salida de los estadios, en la entrada de los complejos deportivos, en los
foros de debate, etc. En esos entornos son donde los privados pueden
disponer de su espacio para hacer que su espectáculo sea rentable, incluso la
información o las noticias que se pueden generar en ese espacio, el que
hemos llamado “contenido de calidad”. Ahí, los límites que impone la necesaria
ponderación de derechos le dejan margen al desarrollo de la libertad de
empresa que reclamaron en su día los clubes de fútbol profesional. Esa libertad
para comerciar, que cede su sitio cuando el derecho a informar prevalece, tiene
un lugar para ejercerse toda vez que la información veraz sobre asuntos de
relevancia para la sociedad está satisfecha. En este punto planteamos una de
nuestras propuestas para el ejercicio equilibrado de las distintas libertades en
juego: los organizadores o participantes en la competición podrían
comercializar el acceso a las zonas de entrevistas o a las conferencias de
prensa que organizan. Allí no se practica deporte y por tanto, en principio, lo
que sucede en esos escenarios no es de relevancia general para la
ciudadanía. A partir de ahí, es responsabilidad de las partes determinar si ese
CONCLUSIONES
294
intercambio comercial, y las consecuencias que pudiere acarrear, son
compatibles para el interés del organizador y de los patrocinadores de que
publicitan su marca comercial con ocasión de las manifestaciones de los
entrenadores, jugadores o dirigentes, e incluso para los medios de
comunicación, que dispondrían de un contenido de calidad, previo pago, y más
o menos exclusivo en función de lo pactado entre las partes. .
Otro de los objetivos principales de este trabajo, una vez armado el
derecho a comunicar información en relación con el mundo del deporte en
España era conocer de qué manera responden los medios de comunicación a su misión de informar sobre el mundo del deporte. El
análisis de contenido de los diarios españoles que hemos tomado como
referencia nos permite “des-ocultar” y categorizar de manera explícita
tendencias y prácticas actuales del periodismo deportivo. Así, la respuesta a la
cuestión anteriormente lanzada parece simple: los diarios informan
mayoritariamente de fútbol profesional, sobre los deportistas y los clubes
deportivos, con noticias donde el valor predominante es la práctica, pero no la
que constituiría el hecho noticioso cercano, novedoso, relevante, en torno a lo
que ocurre en la cancha de juego más cercana en el tiempo, sino en otros
aspectos de la práctica deportiva ajenos a la competición de referencia. La
constatación científica que nos ha proporcionado el análisis de contenido nos
lleva a profundizar en las implicaciones de esa realidad; esa es nuestra
vocación al realizar el estudio.
7) Nuestra investigación desvela que la información sobre lo que rodea a la estricta práctica pero no relata el hecho deportivo de actualidad es mayoritaria en las páginas de los diarios sobre el llamado “contenido mínimo”. Es decir, la atención principal de los medios se centra sobre lo
accesorio: cuestiones como la estadística global de rendimiento durante una
temporada, los análisis históricos, la especulación sobre alineaciones o
resultados futuros, las declaraciones de los distintos personajes del mundo del
deporte o sus actividades extradeportivas, la información institucional u oficial
de los entes deportivos o sus representantes, su actividad publicitaria, tienen
CONCLUSIONES
295
mayor peso que la información sobre la práctica deportiva de actualidad que
conforma nuestro llamado “contenido mínimo”. La dosis de actualidad que
conllevan una y otra los distingue, e incluso podría dotar a la información
esencial de una protección que no incluya a los contenidos accesorios. Si la
noticia no es de actualidad, el interés público final que a priori la protege se
degrada, en beneficio de otros derechos.
La ausencia de pruebas deportivas no resulta como justificación de peso
para priorizar la información accesoria en perjuicio de la información básica. A
diario se desarrollan competiciones de máximo nivel; así ocurrió durante los
días que comprenden nuestro análisis de contenido. La realidad es que los
diarios llegan a las manos de los lectores cuando en su mayoría ya conocen
las noticias a priori más importantes: el resultado de las competiciones. Más
allá de este, la descripción y interpretación de los aspectos esenciales del
deporte, los que se reflejan en cada ejercicio o cada juego, no son un asunto
de interés destacado que tenga una relevancia apreciable en relación con los
contenidos ajenos a la singular práctica deportiva.
8) La mirada prioritaria al fútbol revela una desatención a otros deportes cuya práctica en España es más que anecdótica. Podemos citar a
modo de ejemplo algunas disciplinas como la caza, la natación, el tiro olímpico,
el voleibol, la hípica, el triatlón o el rugby, que suman más de setecientas mil
licencias deportivas en nuestro país, y que no merecen la atención principal
para los diarios en los días analizados en ninguna unidad informativa. Más
grave aún es esa falta de atención a estas disciplinas deportivas cuando los
números de licencias deportivas y su evolución en los últimos años marcan una
tendencia de crecimiento mucho más acentuada en esos y otros deportes que
en los tradicionales. En otra esfera, el deporte aficionado, el que practica la ciudadanía sin afán de competición, o al menos sin vocación de rendimiento profesional, es casi inexistente en las noticias analizadas.
Deportes como el automovilismo o el motociclismo, que tienen un gran número
de seguidores “pasivos”, como demuestran las audiencias televisivas, gozan de
una atención que sin embargo las disciplinas anteriormente citadas no
CONCLUSIONES
296
consiguen ni de forma circunstancial. Aunque, como hayamos visto, el deporte
sea mucho más que el deporte profesional en España, por números y cifras, la
versión práctica, ocio, en la que los protagonistas son los aficionados no es
prioritaria para los medios, centrados en el resultado y la competición
profesional, no en el resto de valores que transmite y potencia el deporte.
Especial reflexión nos merece una circunstancia: el deporte infantil y juvenil,
con sus especiales características, no tienen sitio en los medios de
comunicación, salvo cuando se reproducen los esquemas competitivos del
ámbito profesional: la UEFA Youth League, la competición paralela que
disputan los equipos juveniles de los clubes de élite que disputan la UEFA
Champions League de fútbol es el único asunto de interés informativo
protagonizado por jóvenes. El deporte universitario, el deporte en el entorno
laboral o el deporte para mayores tampoco consiguen ser reclamo principal
para los medios.
9) Los deportistas y los clubes son protagonistas en la mayoría de las principales noticias de los diarios. Ello nos revela que el interés por lo que aportan al deporte el resto de actores es secundaria. Y en ese sentido,
son casi inexistentes las noticias que protagonizan médicos, especialistas,
técnicos deportivos (sólo los entrenadores principales tiene el foco de atención
sobre ellos), educadores, etc. Una vez que se ha cumplido con el contenido
mínimo sobre la práctica deportiva, las otras profesiones y las otras posibles
facetas sociales del deporte no ocupan lugar destacado en los medios de
comunicación analizados, a la hora de buscar nichos donde explotar
contenidos de interés periodístico. Los aspectos relacionados con lo
económico, los que tienen que ver con la salud general del deportista (más allá
de las lesiones de los profesionales), el deporte como turismo, la cara del
fenómeno que permite el entendimiento político de los pueblos, o la que aporta
su grano de arena a la integración, la solidaridad, la educación, la cultura y las
artes o el empleo, resultan de interés menor para los medios.
En definitiva, nos hemos encontrado con unos medios de comunicación
focalizados en una estrategia repetitiva de atención máxima al fútbol
CONCLUSIONES
297
profesional y los elementos accesorios que lo rodean. Esa evidencia conlleva
un alejamiento de la sustancia del deporte, y de paso, algo quizá más
trascendente: la responsabilidad inherente al ejercicio del derecho a comunicar
información que reclaman los medios parece parcialmente asumida por ellos
mismos. Informar sobre una parte tan concreta del deporte, por más que esta
pueda generar mucha más expectación que otras, no es informar sobre el
deporte, sobre los aspectos que trascienden la competición profesional de
fútbol o baloncesto en nuestro país.
10) La tradición en nuestro país ha dado forma desde hace más de un siglo a una relación especial entre el deporte y los medios de comunicación que debe ser respetada hasta donde no colisione con la
legislación u otros derechos de primer orden. Esa relación simbiótica nació de
un interés mutuo por ambas partes en un momento histórico en el que
coincidieron ambos fenómenos como exponentes del desarrollo de la sociedad
industrial en el siglo XIX. En este tiempo, el deporte ha echado mano de los
medios que ha tenido a su alcance para hacer llegar a la sociedad el resultado
de sus prácticas. La prensa, como después la radio, la televisión e internet, han
magnificado las gestas deportivas, las han dado a conocer a la sociedad. El
periodismo y el deporte han escrito páginas inolvidables en la historia de
nuestro país. Alejándonos del lugar común que atribuye a la especialización
deportiva un papel residual, un valor menor respecto a otras especialidades,
dentro del mundo de la comunicación, la unión entre periodismo y deporte nos
ha dejado el ejemplo de grandes maestros, ejemplos que hoy en día siguen
vigentes más allá del paso del tiempo y de los cambios sociales. Como tuvimos
oportunidad de comprobar, eminentes escritores, pensadores, filósofos,
artistas, humanistas, se han acercado al fenómeno deportivo desde distintas
ópticas, para dejarnos reflexiones de interés máximo a través de los distintos
medios de comunicación.
La comunicación ha encontrado en el deporte una vía especializada de
desarrollo, creciendo exponencialmente hasta hacer de España un país donde
la tradición del periodismo deportivo tiene gran arraigo. Cuando los primeros
CONCLUSIONES
298
informadores se acercaron hasta las manifestaciones deportivas de principios
del siglo XX, lo hicieron porque estas ya tenían una identidad propia, una
repercusión importante en sociedad. No hay un protagonismo principal para la
relación entre ambos cuando la realidad es que, desde sus primeros pasos
juntos, la simbiosis ha sido beneficiosa para ambos. Desde el punto de vista
jurídico, la ausencia de un marco específico y claro que regule las relaciones
no comerciales se llena hasta la fecha con las pautas que marca la costumbre,
fuente secundaria del ordenamiento jurídico, y que tiene valor legal por el peso
que ha conseguido ganar a los largo de los tiempos en la tradición social.
11) El derecho de acceso a los espectáculos deportivos con la misión de informar se encuentra en su realidad diaria con un límite físico.
Los tribunales españoles hablan de un “criterio objetivo” para organizar el
acceso de los medios de comunicación a los lugares donde se gestan los
hechos noticiosos, y este es aplicable de distintas formas en razón del espacio
limitado que existe en los estadios y recintos deportivos para dar alojamiento a
los informadores. Dicho lo anterior, esta conclusión nos plantea algunas
reflexiones conceptuales, más allá de la solución puntual que ofrecemos para
determinar el límite físico de acceso de los medios de comunicación a los
recintos donde se celebran competiciones.
Un derecho humano que tiene vocación de realizarse por todos se
concreta cuando puede ser ejercido de manera efectiva y real, en activo y en
pasivo. Y por tanto, el derecho a comunicar información veraz es un derecho de todas las personas, independientemente de los grados de
protección que tenga cada cual en razón a su finalidad. Las nuevas tecnologías
de la información han hecho accesible al común de la ciudadanía la posibilidad
de informarse y ser informantes. Hoy, cualquier persona puede dar cuenta de
un hecho noticiable con un simple dispositivo móvil con acceso a internet, y
hacer llegar esa noticia al mundo entero.
12) Las leyes y la jurisprudencia española siguen amparando con máxima protección a los profesionales de la información, por más que en
CONCLUSIONES
299
nuestro ordenamiento no se haya acometido una definición de quién es y quién
no es ese profesional. Esa tarea se ha evitado hasta el momento, entre otras
cuestiones, por la dificultad para establecer distintos grados en el ejercicio de
un derecho que es humano y universal. Pero, que el periodista, que los medios
de comunicación, estén protegidos a máximo nivel no significa que cualquiera
que quiera ejercer su derecho a informar no reclame otro nivel de protección
legal. Esa protección, sin ser máxima, es exigible por quienes ejercen el
derecho, obligados también a cumplir con los requisitos que se establece a la
información que se difunde en sociedad. Nos encontramos, por tanto, ante una realidad en la que podemos distinguir entre los “informadores profesionales” y los “informadores espontáneos”, en expresiones del
constitucionalista Manuel Jiménez de Parga. Hasta ahora, los ha distinguido la
misión las leyes han asignado al profesional: contar hechos relevantes para el
común de las personas, ser veraz, configurar la noticia conforme a los cánones
que la hacen llegar a las personas en mejores condiciones, desempeñarse con
el fin de dar forma a la opinión pública. En esta misión el profesional cuenta
con herramientas y ventajas competitivas respecto al aficionado y su vocación
en la realidad actual debe ser explotarlas. De hecho, la doctrina jurídica
enjuicia con mayor severidad los errores de los aficionados en su ejercicio del
derecho en la medida en que se le supone al profesional la capacitación,
conocimientos y predisposición necesarios para un ejercicio responsable y
adecuado del derecho. El profesional, siempre que haya sido diligente en el
proceso de producción de la noticia y trate de nutrir con su trabajo a la
sociedad, tendrá mayor protección que el aficionado, por defecto desconocedor
de los códigos que conforman la elaboración de la información y de la misión
social de los periodistas. Podemos afirmar que, a día de hoy, en la carrera por
informar, los profesionales han tomado ventaja sobre los espontáneos.
13) En el futuro, la universalización del derecho a informar cuestionará la especial protección al informador profesional. Que los
medios de comunicación, y aquí dejamos otra vía para la investigación, hayan
tenido hasta la fecha el respaldo de la sociedad y la favorable interpretación de
las leyes que han hecho los jueces para configurarse como vehículos
CONCLUSIONES
300
institucionalizados para la formación de la opinión pública no significa que esto
no pueda mutar. En el camino que nos han marcado las nuevas tecnologías
ese escenario podrá derivar hacia una realidad en la que los medios pierdan
ventaja, dejen de tener esa posición privilegiada, toda vez que cada vez existen
más y mejores medios para ejercer el derecho a comunicar información veraz,
relevante y que influya en la configuración de la opinión social sobre los temas
que interesan a la colectividad. ¿Cuál será el argumento del profesional, de los
medios de comunicación, para reclamar una posición preferente en el ejercicio
del derecho a informar cuando todos los ciudadanos cumplan con los requisitos
que garantizan la protección máxima del ordenamiento jurídico?
La razón y la ley respaldan la universalización del derecho, lo que nos
lleva a concluir que cualquier intento de coerción a ese derecho, dentro de los
límites que hemos desarrollado a lo largo de este trabajo doctoral, tiene pocas
posibilidades de prosperar, o al menos, sería deseable que no lo hiciera, ni en
el campo teórico ni en el práctico.
Así las cosas, ¿cómo compite el periodista cuando se enfrenta a
ochenta mil personas que, como él, a la vez, presencian un espectáculo y
pueden informar de él con su particular punto de vista, único y distinto al de los
demás? Esa cuestión, que trasciende lo legal, enfrenta a los medios de
comunicación ante sus retos de futuro. Más allá de las conclusiones que
hemos presentado, hay otras ideas que surgieron durante el trabajo de
investigación y que exponemos a continuación.
El actual escenario comunicacional evoluciona a un ritmo trepidante. En
esta investigación dedicamos un espacio a determinar con algunos caracteres
cómo es el entorno diario en el que se mueven los medios de comunicación en
relación con el deporte en nuestra sociedad digital. El estudio de distintos
análisis profundos nos dejó algunos rasgos particulares. La realidad de los
medios de comunicación es convulsa, en consonancia con la crisis económica
mundial vivida en la primera década del siglo XXI. La dificultades para
equilibrar presupuestos que atraviesan los medios han llevado a la
desaparición de un número importante de publicaciones, emisoras de radio,
CONCLUSIONES
301
portales de internet y canales de televisión. El periodista de siempre, los oficios
tradicionales del proceso comunicativo, no están tranquilos en un escenario de
destrucción constante de puestos de trabajo, en una realidad de reconversión
de papeles y funciones dentro de la comunicación. Los medios clásicos se
enfrentan a la pérdida de lectores y de publicidad. Así, de igual modo que
explicábamos en el caso de los clubes o las federaciones deportivas
españolas, los medios y grandes grupos de comunicación en España se han
visto abocados a realizar un ejercicio de responsabilidad en la gestión
financiera que ha terminado con muchos casos de reducciones drásticas de
medios y personal, o incluso la desaparición. De cualquier manera, en ese
escenario, lejos de abocar el sector al abismo, entendemos que se le
presentan nuevas oportunidades. No pretendemos sumarnos en este capítulo a
una corriente pesimista que existe en el análisis de la realidad de la
comunicación y el deporte. Las carencias apuntadas en el análisis de la información principal que publican los diarios nos ofrecen vías donde explorar campos de crecimiento y mejora en el producto informativo que
pueden ser de interés para el público potencial de los medios de comunicación.
Trascendiendo en este punto los resultados del análisis de contenido,
presentamos otras cuestiones que a nuestro juicio pueden resultar de interés
en la tarea de moldear un modelo de comunicación rentable para los medios y
el deporte.
La mejora constante del producto informativo que se ofrece a la
ciudadanía debe ser obligación y vocación de los profesionales de la
comunicación. En la comunión de la información y los temas que componen el
espacio público de discusión sobre los asuntos que le afectan está uno de los
caminos correctos para los medios de comunicación. Si los medios son
capaces de acercarse con tino a los temas que realmente interesan a la
sociedad para informar sobre esos hechos de manera efectiva y responsable,
tendrán en esa misión una ventaja competitiva que apuntarse respecto de los
otros actores que puedan sumarse a esa tarea, desprovistos a priori de esa
visión global de su misión informativa. Los medios no están solos en la
CONCLUSIONES
302
determinación de la agenda de temas de interés en el espacio social que es la
opinión pública, pero su razón de ser está en la obligación de detectar cuales
son esos temas para informar y formar sobre ellos.
Contra la linealidad detectada de las programaciones y los contenidos,
la ruptura con nuevos formatos, nuevas ideas y nuevas vías para presentar la información a los aficionados debe ser tenida como una buena noticia para el sector, siempre que el respeto a la noticia, a la
información, sea innegociable.
Por otro lado, la universalización y democratización de las libertades
para comunicar que han traído a la sociedad del siglo XXI las nuevas
herramientas tecnológicas se ha traducido en el caso de España, y debido a la
crisis de los medios tradicionales, en la creación de medios de comunicación “unipersonales”, en los que la marca profesional del periodista asientan o no la viabilidad primera del medio. Por otro lado, esas
herramientas han posibilitado la creación de “multimedios”, medios de
comunicación que, en el entorno digital, integran la voz, la palabra escrita y la
imagen con o sin movimiento.
En el futuro, otra de las vías a explorar es la apuesta por atender a otras disciplinas deportivas que son actualmente objeto de la información solo gracias a los medios de comunicación especializados (con notables y
rentables resultados, en muchos casos). El deporte como nicho de
especialización se ha demostrado como rentable, en la medida en que se trata
de uno de los asuntos de interés para la ciudadanía, y en sus múltiples facetas
puede asociarse con la comunicación para aportarse beneficios mutuos donde
los resultados redundan directamente en la sociedad. En esa línea, atender a
la práctica, al contenido mínimo, a lo que ocurre en la cancha de juego, a la
competición deportiva, dotando al lector de recursos que se derivan de la
interpretación del juego, del análisis profundo, puede ser otra vía para explotar.
Ello requiere de los profesionales una formación adecuada que les permita ver
donde el aficionado común no llegue, hasta encontrar respuestas a cuestiones
CONCLUSIONES
303
que pueden ser de interés para los aficionados. La especialización que se le
supone a la prensa deportiva permite que el experto traslade a su público un
lenguaje y unos conocimientos que podrían ir más allá de la superficialidad:
cierto es que la especialización del periodismo deportivo pudiere chocar con la
búsqueda de un destinatario potencial masivo, que cuenta con el deporte y su
información como parte de su ocio, y se asocia con él con adhesiones y
compromisos suaves, alejados de la tensión que provocan en las personas
otros aspectos de su vida diaria. Pero esa realidad no es incompatible con una
vocación formativa del medio de comunicación. Potenciar la especialización es
una vía para la mejora de los contenidos de los medios de comunicación
deportivos. Extraer del deporte enseñanzas que el deporte puede regalar a la
sociedad, técnicas, formas saludables de practicarlo, ideas para mejor
rendimiento, para el mejor disfrute de los beneficios que aporta el deporte,
siempre sobre la base de la atención a los profesionales que trabajan para el
deporte, se antoja como posible vía de desarrollo para la comunicación.
Esa vocación formativa, por otro lado, puede llevar a una interesante y necesaria tarea de educación que busque atender a problemas
sociales y minimizar alguna rémora que rodea al fenómeno deportivo: el
periodismo deportivo tiene mucho que decir a los hinchas en relación con la
prevención de la radicalización de grupos anexos al deporte y la violencia que
se le asigna en determinados casos.
Además de hacer crecer esa vertiente educativa, otra vía para el
crecimiento de los medios está en tomar la iniciativa a la hora de fomentar el deporte con la organización de pruebas y competiciones en todos los órdenes y para todos los públicos. En el recorrido por la historia de los medios
y el deporte dimos cuenta de esa práctica: igual que el deporte editaba
publicaciones, los medios percibieron el potencial que les daba la organización
de competiciones. Existen notables ejemplos de casos que han trascendido
con el tiempo al medio promotor para abrirse al ideario social y ser referente
informativo en todos los medios. Diferentes actores en el mundo del deporte y
la comunicación están llevando a cabo experimentos en esa línea, y con
CONCLUSIONES
304
buenos resultados. Los medios de comunicación tienen una puerta abierta para
sumarse a esa vocación, convirtiéndose en actores activos del deporte.
Ya dimos cuenta, por otro lado, de los cambios y avances que han
producido las nuevas tecnologías de la información en el mundo de la
comunicación, con especial incidencia en el deporte. La universalización se ha
traducido en este particular sector en la aparición de un foro donde todos los
actores toman la iniciativa de comunicar, algo que aumenta la competencia del
profesional y de los medios de información tradicionales. El papel de
intermediarios que se atribuye a los medios de comunicación y a los
profesionales que ejercen el periodismo podría entenderse prescindible en un
escenario en el que el trato es casi directo e instantáneo entre el emisor y el
receptor.
Ante esa situación, otra propuesta que nos deja este trabajo doctoral se
articula sobre la idea de potenciar todas esas capacidades y vías que hemos
detectado durante el estudio. Explorar las posibilidades de todo el fenómeno
deportivo en las distintas caras es un camino que, por otro lado, acerca más a
los profesionales y a los medios de comunicación a la misión que la sociedad le
asigna tradicionalmente. En un escenario en el que todos comunicamos, el
profesional no puede más que hacer valer las virtudes del periodismo. Si las
redes sociales han popularizado el debate social, es misión de los medios,
además de su responsabilidad, dar orden a ese debate con el objetivo de que
sea beneficioso para la sociedad: plural, razonado, educado y que aporte
ideas.
Los actores del deporte comunican información relevante con ventaja
debido a que, en muchos casos, son a la vez emisores y protagonistas de la
noticia. Por su parte, el periodista y el medio tienen la misión de valorar, editar,
filtrar y analizar la multiplicidad de emisiones existentes a diario con el fin de
presentar a su público el valor añadido de una interpretación equilibrada de los
mensajes que le “infoxican”.
CONCLUSIONES
305
Si las nuevas tecnologías nos ofrecen instrumentos para poder ejercer la
libertad de informar de manera más sencilla y eficaz, es obligación del
profesional interiorizarlos con el fin de implementar los modos y procederes
que su misión en sociedad le exigen. El medio ya no es el mensaje, sino que
se convierte en simple herramienta de comunicación, lo que lleva en muchos
casos a eliminar su responsabilidad en el proceso comunicativo. Si nos
preguntásemos si Twitter o Facebook son medios de comunicación, la
respuesta no sería clara, y he aquí un campo teórico en el que proponemos
ampliar investigaciones de carácter académico y científico que conceptualicen
el papel de aquellos en el proceso de la comunicación.
A día de hoy, las plataformas digitales sociales de intercambio de
contenidos, de información, se han desentendido de responsabilidades en
situaciones de conflictividad en relación con los mensajes emitidos. Si un
periodista publica una noticia en su medio de comunicación, la responsabilidad
ante la sociedad en relación con esa información recaen en el periodista y a
continuación en el medio de comunicación y su empresa editora. Si el mensaje
lo emite un periodista a través de su cuenta personal en la plataforma de
microblogging, esta declina cualquier responsabilidad y deriva todo el peso de
la emisión precisamente en el emisor. En ese sentido, hay una diferenciación
clara entre el medio y la herramienta de comunicación. Detectar caracteres en común y diferenciales que puedan establecer qué es un medio de comunicación y qué no lo es, en relación con las vías que ofrece para comunicar el universo digital puede ser un camino de estudio científico para
nuestras siguientes investigaciones.
La responsabilidad en el proceso tradicional de la comunicación recae
en el emisor y el receptor, y sobre todo, en el propio mensaje. Si en algo
pueden beneficiar las nuevas tecnologías al periodismo es en el hecho de que
se centre el protagonismo en el mensaje. Hoy, con permiso de Marshall
McLuhan, el mensaje es el mensaje: el profesional tiene la obligación de poner
en valor la pasión incontenida de la narración de un gol en la radio, la tensión
que nos transmite la imagen del ciclista luchando contra la naturaleza en los
CONCLUSIONES
306
grandes picos de montaña del mundo, o la épica que nos traslada una crónica
sobre las hazañas del atleta escrita con puño de literato. La práctica deportiva
enciende las emociones más intensas que puede sentir el ser humano. El
periodismo y la comunicación tienen en el deporte el socio perfecto para crecer
y reivindicarse como imprescindibles para una sociedad que aspira a ser mejor,
más justa, sana, culta, solidaria y humana en los albores de un siglo XXI que
nos lleva hacia un futuro sin papel, quizá cimentado sobre ceros y unos en el
que los sentimientos, la pasión, la emoción, la alegría y la tristeza que nos
regala el deporte sean tan vitales para el hombre como el pan y el agua. Que
nunca se acabe el deporte, que siempre nos quede la radio. Construyamos la
comunicación sobre el mensaje. Y que gane el mejor.
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ANEXOS
ANEXOS
338
ANEXO 1. EL DEPORTE EN LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LOS PRIMEROS 50 PAÍSES EN EL MEDALLERO DE LOS JJ.OO. 2012
PAÍS Y AÑO DE APROBACIÓN
EL DEPORTE EN NORMA FUNDAMENTAL CONSULTADA EN…
1. EEUU (1789, rev. 1992)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.archives.gov/espanol/constitucion.html
2. CHINA (1982, rev. 2004)
Articulo 21o..- El Estado desarrolla los servicios médicos y sanitarios, la medicina moderna y la medicina tradicional, estimula y apoya los esfuerzos de las organizaciones económicas colectivas del campo, de las empresas e instituciones estatales y de las organizaciones vecinales por establecer diversos servicios de asistencia medica y sanidad publica, realiza actividades masivas de sanidad y protege la salud del pueblo. El Estado desarrolla la cultura física, despliega actividades deportivas de masas y fortalece la salud del pueblo.
http://www.politica-china.org/imxd/noticias/doc/1232451324Constitucion_china_ES.pdf
3. REINO UNIDO
No hay texto constitucional
4. RUSIA (1993, rev. 2008)
Artículo 41. 1. Todo ciudadano tiene derecho a la protección de la salud y a la asistencia médica. La asistencia médica en los establecimientos médicos estatales y municipales es gratuita y está costeada por el presupuesto, cuotas de seguro y otros ingresos.
2. La Federación Rusa financia los programas federales de protección y fortalecimiento de la salud de la población y aplica medidas para desarrollar los sistemas de salud pública estatal, municipal y privado, impulsar la cultura física y el deporte y el bienestar ecológico, sanitario y epidemiológico.
http://www.latintrade.ru/main/esp/const02.htm#inicio
5. COREA DEL SUR (1948, rev. 1987)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=214459
6. ALEMANIA (1949, rev. 2012)
Sin referencia en el texto constitucional http://ocw.um.es/cc.-juridicas/derecho-internacional-publico-1/ejercicios-proyectos-y-casos-1/capitulo4/documento-20-constitucion-de-alemania.pdf
7. FRANCIA (1958, rev. 2008)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.assemblee-nationale.fr/espanol/8bb.asp
8. ITALIA (1947, rev. 2012)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.ces.es/TRESMED/docum/ita-cttn-esp.pdf
9. HUNGRIA (2011)
Article XX. (1) Everyone shall have the right to physical and mental health.
(2) Hungary shall promote the effective application of the right referred to in Paragraph (1) by an agriculture free of genetically modified organisms, by ensuring access to healthy food and drinking water, by organising safety at work and healthcare provision, by supporting sports and regular physical exercise, as well as by ensuring the protection of the environment.
http://www.mfa.gov.hu/NR/rdonlyres/8204FB28-BF22-481A-9426-D2761D10EC7C/0/FUNDAMENTALLAWOFHUNGARYmostrecentversion01102013.pdf
10. AUSTRALIA (1901, rev. 1985)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.aph.gov.au/About_Parliament/Senate/Powers_practice_n_procedures/~/media/AC79BBA0B87A4906A6D71ACCEEF10535.ashx
11. JAPÓN (1946)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.cu.emb-japan.go.jp/es/docs/constitucion_japon.pdf
12. KAZAJSTÁN (1995, rev. 1998)
Sin referencias en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/kz/kz005en.pdf
13. PAÍSES BAJOS (1815,
Sin referencia en el texto constitucional http://www.tresmed.es/documents/10358/31054/CONSTITUCI%C3%93
ANEXOS
339
rev. 2008) N+HOLANDESA 14. UCRANIA (1996, rev. 2004)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=195639#LinkTarget_260
15. NUEVA ZELANDA
Sin referencia en el Acta Constitucional de 1986 http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=199151
16. CUBA (1976, rev. 2002)
artículo 9o.- El Estado: 1. realiza la voluntad del pueblo trabajador y
-encauza los esfuerzos de la nación en la construcción del socialismo;
-mantiene y defiende la integridad y la soberanía de la patria;
-garantiza la libertad y la dignidad plena del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad;
-afianza la ideología y las normas de convivencia y de conducta propias de la sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre;
-protege el trabajo creador del pueblo y la propiedad y la riqueza de la nación socialista;
-dirige planificadamente la economía nacional;
-asegura el avance educacional, científico, técnico y cultural del país;
1. como Poder del pueblo, en servicio del propio pueblo, garantiza
-que no haya hombre o mujer, en condiciones de trabajar, que no tenga oportunidad de obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus propias necesidades;
-que no haya persona incapacitada para el trabajo que no tenga medios decorosos de subsistencia;
-que no haya enfermo que no tenga atención médica;
-que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido;
-que no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar;
-que no haya persona que no tenga acceso al estudio, la cultura y el deporte;
1. trabaja por lograr que no haya familia que no tenga una vivienda confortable
http://www.cuba.cu/gobierno/cuba.htm
17. IRÁN (1979, rev. 1989)
Article 3: In order to achieve the objectives mentioned in Article 2, the Islamic Republic government of Iran is obliged to use all of its resources in the following areas: 1. the creation of an apt environment for the development of ethical values based on faith, piety, and the struggle against all manifestations of corruption and decadence; 2. the increasing of public awareness in all areas through the correct use of the press, mass media, and other means; 3. free academic and physical education, at all levels for everyone; the facilitation and extension of higher education;
http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/ir/ir001en.pdf
18. JAMAICA (1962, rev. 1994)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/jm/jm009en.pdf
19. REPÚBLICA CHECA (1993,
Sin referencia en el texto constitucional ni en la Carta de Derechos Fundamentales
http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=190580
ANEXOS
340
rev. 2002) 20. COREA DEL NORTE
Artículo 55. El Estado prepara firmemente a todo el pueblo para el trabajo y la defensa popularizando el deporte entre las masas y haciéndolo parte de la vida, y desarrolla la técnica deportiva de conformidad con las condiciones del país y la tendencia actual.
http://pcpa.xenonsoft.es/wp-content/uploads/2010/08/CONSTITUCION-SOCIALISTA-DE-LA-REPUBLICA-POPULAR-DEMOCRATICA-DE-COREA.pdf http://asiamatters.blogspot.com.es/2009/10/north-korean-constitution-april-2009.html
21. ESPAÑA (1975)
Artículo 43 http://www.congreso.es/docu/constituciones/1978/1978_cd.pdf
22. BRASIL (1988, rev. 2104) (TÍTULO ESPECIAL, CAPITULO III, De la Educación, la Cultura y el Deporte. Pag. 119)
Art. 24. Compete al a Unión, a los Estados y al Distrito Federal legislar concurrentemente sobre:
I derecho tributario, financiero, penitenciario, económico y urbanístico; II presupuesto; III juntas comerciales; IV costas de los servicios judiciales;
V producción y consumo;
VI florestas, caza, pesca, fauna, conservación a la naturaleza, defensa del suelo y de los recursos naturales, protección del medio ambiente y control de la polución;
VII protección del patrimonio histórico, cultural, turístico y paisajístico;
VIII responsabilidad por daños al medio ambiente, al consumidor, a los bienes y derechos de valor artístico, estético, histórico, turístico y paisajístico;
IX educación, cultura, enseñanza y deporte;
http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=267224
23. SUDÁFRICA (1996, rev. 2012)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=267224
24. ETIOPIA (1994)
Sin referencia en el texto constitucional http://aannaim.law.emory.edu/ihr/relcon/ethiopia.pdf
25. CROACIA (1991, rev. 2001) En capítulo referente a competencias locales
Article 134. Units of local self-government shall carry out the affairs of local jurisdiction by which the needs of citizens are directly fulfilled, and in particular the affairs related to the organization of localities and housing, area and urban planning, public utilities, child care, social welfare, primary health services, education and elementary schools, culture, physical education and sports, customer protection, protection and improvement of the environment, fire protection and civil defense.
http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/hr/hr049en.pdf
26. BIELORRUSIA (1994, rev. 2004)
Article 45. Citizens of the Republic of Belarus shall be guaranteed the right to health care, including free treatment at state health-care establishments. The State shall make health care facilities accessible to all of its citizens. The right of citizens of the Republic of Belarus to health care shall also be secured by the development of physical training and sport, measures to improve the environment, the opportunity to use fitness establishments and improvements in occupational safety.
http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/by/by016en.pdf
27. RUMANIA (1991, rev. 2003)
Artículo 49.- La protección a los niños y jóvenes.- (1) Los niños y jóvenes gozan de un régimen especial de protección y de asistencia en la realización de sus derechos.
(2) El estado acordará asignaciones por hijos y ayudas para el cuidado de hijo enfermo o con hándicap. Otras formas de protección social de los niños y jóvenes se establecen por ley.
(3) Se prohíben la explotación de menores, su utilización en actividades que dañen su sanidad, moralidad o que pudieran poner en peligro su vida o su desarrollo normal.
(4) Los menores de 15 años no podrán ser contratados como trabajadores.
(5) Las autoridades públicas tienen la obligación de contribuir a garantizar las condiciones de participación libre de los jóvenes en la
http://www.nlq.ro/constitucion-de-rumania-en-espanol
ANEXOS
341
vida política, social, económica, cultural y deportiva de la nación.
28. KENIA (2010) Referencia incluida entre las competencias estatales, no entre los derechos
1. Promotion of sports and sports education.
29. DINAMARCA (1953)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=341212 https://www.constituteproject.org/constitution/Denmark_1953.pdf
30. AZERBAIYÁN (1995 rev. 2009)
Sin referencia en el texto constitucional https://www.constituteproject.org/constitution/Azerbaijan_2009.pdf
31. POLONIA (1997)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/pl/pl027en.pdf
32. TURQUÍA (1982, rev. 2002)
ARTICLE 59. The state shall take measures to develop the physical and mental health of Turkish citizens of all ages, and encourage the spread of sports among the masses.
The state shall protect successful athletes.
http://www.hri.org/docs/turkey/part_ii_3.html#article_59
33. SUIZA (1992, rev. 2002) En el apartado de las relaciones entre la Confederación y los cantones
Art. 68 Deporte. 1
La Confederación fomentará el deporte, especialmente la formación deportiva.
2 Gestionará una Escuela deportiva.
3 Podrá decretar normas sobre la práctica del deporte juvenil y declarar
obligatoria la enseñanza del deporte en los colegios.
http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/ch/ch191es.pdf
34. LITUANIA (1992, rev. 2006)
Artículo 53. El Estado vela tiene la salud de las personas y garantiza una ayuda médica y servicios en caso de enfermedad. La Ley fija las modalidades de la ayuda médica gratuita abastecida a los ciudadanos en los establecimientos públi- cos de cuidado. El Estado anima la cultura física en la sociedad y sostiene el deporte. El Estado y cada individuo deben preservar el medio ambiente de toda influencia perjudicial.
http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/lt/lt045es.pdf
35. NORUEGA (1814, rev. 2004)
Sin referencia en el texto constitucional (200 años)
36. CANADÁ (1867, rev. 2011)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=216915
37. SUECIA (1974, rev. 2012)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/se/se122en.pdf
38. COLOMBIA (1991, rev. 2005)
Artículo 52. El ejercicio del deporte, sus manifestaciones recreativas, competitivas y autóctonas tienen como función la formación integral de las personas, preservar y desarrollar una mejor salud en el ser humano. El deporte y la recreación, forman parte de la educación y constituyen gasto público social. Se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre. El Estado fomentará estas actividades e inspeccionará, vigilará y controlará las organizaciones deportivas y recreativas cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas
http://www.constitucioncolombia.com/indice.php
39. GEORGIA (1995, rev. 2004)
Sin referencias en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/ge/ge021en.pdf
40. MÉXICO (1917, rev. 2007)
Toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia.
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/htm/1.htm
ANEXOS
342
Se incluye en 2011 añadido el párrafo anexo al artículo 4 de la CE
41. IRLANDA (1937, rev. 2012)
Sin referencias en el texto constitucional http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=194518
42. ARGENTINA (1853, reinst. 1983, rev. 1994)
Sin referencias en el texto constitucional http://www.senado.gov.ar/deInteres
43. SERBIA (2006)
Apartado de competencias de las ciudades
Article 183. Autonomous provinces shall, in accordance with the Constitution and their Statutes, regulate the competences, election, organisation and work of bodies and services they establish.
Autonomous provinces shall, in accordance with the Law, regulate the matters of provincial interest in the following fields: urban planning and development,
2. agriculture, wáter, economy, forestry, hunting, fishery, tourism, catering, spas and health resorts, environmental protection, industry and craftsmanship, road, river and railway transport and road repairs, organising fairs and other economic events,
3. education, sport, culture, health care and social welfare and public informing at the provincial level
http://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?file_id=191258
44. ESLOVENIA (1991, rev. 2006)
Sin referencias en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/si/si032en.pdf
45. TÚNEZ (2014)
Art. 43. Sports. The state shall promote sports and shall work to provide the facilities necessary for the exercise of physical and leisure activities.
https://www.constituteproject.org/constitution/Tunisia_2014.pdf
46. REPÚBLICA DOMINICANA (2010)
Artículo 65.- Derecho al deporte. Toda persona tiene derecho a la educación física, al deporte y la recreación. Corresponde al Estado, en colaboración con los centros de enseñanza y las organizaciones deportivas, fomentar, incentivar y apoyar la práctica y difusión de estas actividades. Por tanto:
3. 1) El Estado asume el deporte y la recreación como política pública de educación y salud y garantiza la educación física y el deporte escolar en todos los niveles del sistema educativo, conforme a la ley;
4. 2) La ley dispondrá los recursos, estímulos e incentivos para la promoción del deporte para todos y todas, la atención integral de los deportistas, el apoyo al deporte de alta competición, a los programas y actividades deportivas en el país y en el exterior.
http://www.procuraduria.gov.do/Novedades/PGR-535.pdf
47. UZBEKIZTÁN (1992)
Sin referencia en el texto constitucional http://uzbekembassy.es/index.php/es/perfil-de-uzbekistan-7/constitucion
48. TRINIDAD Y TOBAGO (1976, rev. 2007)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/tt/tt042en.pdf
49. LETONIA (1922, reinst. 1991, rev. 2007)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/lv/lv021en.pdf
50. BAHAMAS (1973, rev. 2002)
Sin referencia en el texto constitucional http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/en/bs/bs011en.pdf
*Veinte de los cincuenta países tienen referencia al deporte en su texto constitucional. Treinta de los países no hacen referencia al término “deporte”
ANEXOS
343
ANEXO 2. ENTREVISTA A SANTIAGO FISAS, AUTOR DEL INFORME SOBRE LA DIMENSIÓN EUROPEA DEL DEPORTE, 2011 Entrevista realizada el día 05 de marzo de 2015 vía telefónica ADM: ¿Qué supuso a nivel personal poder firmar un informe sobre el deporte para la Comisión? SF: Los anteriores parlamentarios hicieron buenos trabajos. Fue una satisfacción para mí, porque fue uno de los informes (algo similar a un proyecto de ley) más importantes de la legislatura anterior, y sobre el que estuve trabajando más de seis meses ADM: Si no me fallan los datos, es en 2007 cuando se incluye en el Tratado de Lisboa la referencia al deporte como asunto de máximo interés para la Unión. Antes había declaraciones, programas y documentos que trataban el deporte… ¿Cuándo toma conciencia la UE de la importancia estratégica del deporte como fenómeno global? SF: Realmente fue con el Tratado de Lisboa. Ocurre, de todos modos, que el artículo del Tratado es un tanto genérico. Cuando estaba elaborando el Informe, me di cuenta de que, en los temas genéricos de promoción del deporte femenino, o escolar, corresponde la facultad más a los Estados miembros, o incluso en el caso de España, a las Comunidades Autónomas, su promoción. Pero hay una tarea necesaria de coordinación que corresponde a la Unión Europea. El Informe no es legislativo, pero marca lo que el Parlamento piensa respecto del deporte. Ahora veremos que ocurre en la actualidad. A esta Comisión le gusta menos legislar que a la anterior. Personalmente estoy en contacto con quienes están trabajando sobre el deporte para ver si hay otro informe, que esta vez sí sería legislativo, o se va a trabajar sobre vertientes concretas del deporte y ver qué soluciones se dan. ADM: En ese sentido, la acción de Europa llega cuando el deporte está muy asentado en nuestra sociedad… SF: Cuando elaboré el informe, tenía muy claro que había dos fronteras. Una es el principio de subsidiariedad. La UE no lo debe hacer todo, hay unos límites que son las competencias de los Estados miembros y, en este caso, de las comunidades autónomas. Y en segundo lugar, la autonomía del deporte. Ésta se tiene que estudiar de forma muy detenida. Tiene que haber una autonomía en la regulación propia del mundo deportivo, pero el deporte no puede estar fuera de las leyes europeas. Pueden haber excepciones, que hay que estudiar caso por caso. El deporte no es un mundo aparte que hace lo que quiere. Tiene una singularidad en muchas cosas, que hay que estudiar. Las excepciones tienen que ser puntuales y estudiadas caso por caso. ADM: ¿No se planteó la UE una política deportiva al margen de las federaciones estatales y asociaciones deportivas internacionales? ¿Por qué cree que fue así?
ANEXOS
344
SF: Se puede fomentar el deporte al margen de estas asociaciones, por ejemplo, el deporte de base en los colegios y otras asociaciones que promueven el deporte para todos y que tienen un papel relevante. El deporte no es sólo el deporte de competición, es algo más amplio. En el Parlamento Europeo se ha creado un intergrupo del deporte, del que soy co-presidente. Y hay muchos temas que se quieren tocar: todo lo que afecta al deportista, el deporte escolar, el deporte como factor de integración… Que son temas que están al margen de las federaciones y de las estructuras oficiales del deporte. ADM: Se da el caso de que muchas veces parece que el deporte lo monopolizan las asociaciones deportivas de élite, y hay sectores como el escolar educativo o el laboral donde el deporte no se fomenta todo lo que igual sería recomendable… SF: También soy autor de un informe sobre los aspectos de la nutrición y la importancia de la buena alimentación en las escuelas para imbuir a los niños las normas de una correcta alimentación, al tiempo que unos hábitos de ejercicios físico. En estos tiempos han desaparecido prácticas como que los niños jugaran en la calle o fueran al colegio andando, y esa actividad física hay que suplirla en los colegios. No tiene que estar reglada, o sí, pero es algo importante. El problema que tenemos en la mayoría de los temas es que sólo podemos hacer recomendaciones, pero no tenemos una competencia directa para imponer nada. Hay gente que critica a la Unión Europea porque se mete en demasiadas cosas y sin embargo otros nos critican porque nos metemos en pocas. Tenemos que encontrar el término medio pero en este caso sólo podemos hacer recomendaciones. ADM: ¿En qué punto cree que estamos respecto de la consideración del deporte como elemento clave para la UE? ¿Cuáles son las líneas maestras de la política europea sobre el deporte a futuro? ¿Se puede creer en un modelo europeo del deporte? SF: Creo que ya existe ese modelo. Si comparamos nuestro modelo con el americano, son distintos. El nuestro pasa por las federaciones y los clubes, cuando el modelo americano pasa más por las universidades. Hay una diferencia. El nuestro no es un mal modelo, y creo que debemos preservarlo, como hay que preservar la figura del voluntario, que es un elemento importante de nuestro deporte, y se toca de manera bastante extensa en el Informe, como un factor de desarrollo del deporte. ADM: ¿Cuáles son los mecanismos de interacción entre ambas que deben potenciarse? (La Comisión habla de solidaridad financiera entre ambos) SF: El deporte profesional tiene que ser sostenible, y eso es algo fundamental. Los clubes deben trabajar sobre un modelo sostenible, porque en algunos casos no ocurre. Y hay casos en los que éstos tienen que ser especialmente sensibles, por ejemplo, cuando fichan a menores de edad, y luego resulta que no todos los jugadores son Messi. ¿Qué sucede con estos niños, cuando no responden a lo que se esperaba de ellos? Tiene que haber una obligación de
ANEXOS
345
los clubes de hacerse cargo de la formación de esos niños hasta que sean mayores de edad, bien sea en el país de acogida o bien en el país de origen. ADM: En ese sentido, hay que contar con la responsabilidad del deporte profesional como espejo de los jóvenes… SF: El otro día tuvimos una reunión de un grupo en Bruselas que se llama “Los amigos del fútbol” y se trató el tema de que hay que ser cuidadosos con el lenguaje deportivo. Por ejemplo, en el deporte se compran y se venden jugadores, algo que no ocurre cuando hablamos de ejecutivos. El deporte es un espejo para mucha gente, pero en estas cuestiones es difícil intervenir desde el punto de vista legislativo. ADM: A nivel personal, ¿qué ventajas y qué desventajas ve en ese modelo europeo respecto al modelo estadounidense? SF: No es fácil. Cuando fui Secretario de Estado en España hablamos mucho con el presidente de entonces en el Comité Olímpico Español, Carlos Ferrer Salat, de la posibilidad de importar el modelo universitario americano. Nuestra realidad es distinta. Creo que hay algo importante en las universidades, en relación con una preocupación personal que trasladé al Informe. ¿Qué ocurre con los deportistas de alto nivel cuando dejan su actividad deportiva? A veces se encuentran en la calle, hay un problema personal, y a veces un problema económico. Los deportistas tienen que tener una formación previa y compaginar la actividad deportiva con la académica, y ahí la universidad tiene que decir. Es lo que llamamos “la doble carrera del deportista”. ADM: Los medios están en el negocio del deporte, pero, ¿Cuál es su responsabilidad en ese sentido respecto de los jóvenes, los deportes minoritarios? ¿Se puede hacer algo más que gritar que hay que proteger esos deportes, por ejemplo? SF: No es fácil, aunque en ese caso, esos deportes forman parte del patrimonio cultural europeo. En ese sentido, como usted sabe, San Sebastián va a ser ciudad europea de la cultura en 2016. Nosotros sugerimos a los organizadores que hicieran una especie de festival de demostración de deportes autóctonos. Creo que es de interés, y vistosa. Enseñar esos deportes no sólo minoritarios ni federados, no hay que dejarlo de lado. Es interesante protegerlos. ¿Cómo? Habría que empezar por saber qué deportes son, donde se practican, cual es su historia, sus reglas… ¿Quién debe hacer esos estudios? Es complicado. Nosotros creemos que es importante acometer esta tarea. En este sentido, es verdad que los medios de comunicación podrían hacer algo. Y me parece que es algo que para el público, para quien le gusta el deporte, es atractivo. Conocer nuevos deportes siempre es algo interesante. ADM: El derecho a informar choca con derechos de retransmisión de determinados campeonatos. ¿Hay espacio para los dos? SF: Reconozco que el tema de los medios es difícil. ¿Quién tiene la propiedad de un evento deportivo? Yo creo que la propiedad del evento es de quien lo
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organiza. Nadie discute que el marketing de un evento deportivo lo gestiona el organizador. Esto se relaciona también con el tema de las apuestas. ¿Es correcto apostar sobre algo sin que el organizador esté de acuerdo? Si el organizador está de acuerdo, se generan menos problemas con las apuestas ilegales. Es el modelo francés, que a mí me parece correcto. Si damos un paso más, está el tema de la información. Unos Juegos Olímpicos viven de los derechos televisivos. Mi deporte, que es el golf, vive de los derechos televisivos del Open británico. Al lado de todo eso hay un derecho a la información. Éste no implica que tengas que retransmitir el Open británico o los Juegos Olímpicos completos. El derecho a informar te habilita para informar sobre los llamados “high-lights” de los eventos deportivos. Aquí hay un terreno complicado. La Premier vende sus derechos. Si los vende en Gran Bretaña, y hay un señor en un bar que quiere dar los partidos de la Premier, paga. Y si la Premier vende sus derechos en Grecia, los vende más baratos. ADM: Es la famosa sentencia de los decodificadores… SF: Exacto. Nosotros creemos que así pasará que no se venderán los derechos a Grecia y los griegos no podrán ver la Premier. Defendemos bastante el derecho a la propiedad intelectual, aunque no se diera en la sentencia esta opción. ADM: Personalmente, creo que hay que definir la diferencia entre derechos a retransmitir y el derecho a la información, algo que se confunde en los textos legales… SF: Nosotros llegamos más allá, yo estoy más en el concepto de propiedad privada en general. Si nos vamos a otros temas, como en el cine. Corremos con el riesgo de que, si todo es gratis, al final no exista, lo matemos. Las cosas cuestan dinero, hacer una película cuesta dinero. Si todo el mundo la ve en abierto, a lo mejor, al final, no habrá películas. Hay un límite entre el derecho a informar y el derecho a transmitir que no está clara. ADM: ¿Cómo puede contribuir el deporte a generar una identidad europea? SF: Este capítulo me costó algún disgusto en el Informe. Tuve que suavizar incluso las propuestas que hacía en ese sentido, y convertirlas en recomendaciones. Algunas se están llevando a cabo, como el Erasmus Deportivo, que ya está aprobado. Proponía un Día Europeo del Deporte y tengo la satisfacción de decir que se va a celebrar la Semana Europea del Deporte que ya está organizando la Comisión. Ahí se hablará de deporte y salud, deporte y mujer, deporte en las fábricas, etc… No será sólo una semana de práctica, sino también de debate y análisis. Veremos como luego se va incrementando. Sugeríamos que en los grandes eventos deportivos pudiera ondear la bandera europea. A mí me lo prometió Platini para competiciones de UEFA e incluso planteamos la posibilidad de que el escudo de Europa estuviera en los uniformes junto a la bandera nacional. Poco a poco vamos avanzando, como en el caso de la protección de los deportes autóctonos.
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ADM: Por último, ¿hacia donde debería ir el trabajo de la UE para el futuro del deporte? SF: Por primera vez, el deporte figura en el nombre de un Comisario Europeo. Es una competencia que antes daban a quien se ocupaba de Cultura, pero ahora es una competencia clara, prueba del interés que hay en Europa. Debemos intentar resolver una serie de problemas como los ya citados: Fair Play financiero, las apuestas ilegales, el tema del dopaje que está ya analizado, la violencia en el deporte… No debemos olvidar, aunque sea a base de recomendaciones, el deporte y la salud, lo que puede suponer de ahorro para la sanidad, el deporte como vehículo de integración (ha dado pruebas el deporte de ser un vehículo de integración de la inmigración), el deporte para los mayores en los parques. La Unión Europea debería analizar las buenas prácticas que se están llevando a cabo en distintos lugares del continente y hacer unas recomendaciones en ese sentido. No tenemos posibilidad legal de actuar pero sí de demostrar un camino y aconsejar.
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ANEXO 3. ENTREVISTA CON AUGUSTO DELKÁDER, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE RADIOS COMERCIALES (AERC), Y PRISA R. Realizada el 13 de abril de 2015 en la sede de Prisa en calle Gran Vía, 32 de Madrid ADM: ¿En qué punto cree que estamos? AD: Estamos reproduciendo un pacto que ya hubo hace algunos años, cuando era Baró el presidente. Al final, llegamos un acuerdo para pagar una cantidad por el uso de las cabinas, el acceso, etc… Eso decayó y no se pagó nada porque la propia Liga de Fútbol Profesional vio que era difícil controlar quien entraba y quien no, cómo se pagaba una cantidad que era escasa,… Y ahora creo que pacto funcionará. ADM: Es un pacto en el que no se ha abordado la cuestión de si las emisoras tienen o no derecho a informar… AD: Porque nunca se quiere llegar a la siguiente cuestión, la construcción teórica del tema: lo que se cobra en televisión por los partidos de fútbol es por una reproducción, y por tanto hay un derecho de imagen. Las radios, en los campos de fútbol, están ejerciendo el derecho a la información, la narración del partido no es una reproducción de la imagen del partido, es la versión subjetiva, la creación intelectual de varios periodistas que hacen la narración. No es lo mismo escuchar el partido por la COPE, que por la SER. Al ser una creación subjetiva del periodista, está sujeto al derecho a la información, y éste no se puede limitar. Los clubes pueden poner una barrera de entrada, y cobrar. Ahí empieza una negociación mercantil, pero no por el derecho a la información. Los periodistas de radio tenemos el derecho a entrar a los estadios. El mundo del fútbol sabe y comprende muy bien que la radio es la que hace que permanezca durante toda la semana activamente todo lo que es la afición al mundo del fútbol. Y eso es un beneficio para el fútbol. Un acuerdo como el anterior cuando estaba Baró o como el que tenemos ahora es lo mejor para todos. ADM: ¿Por qué existe ese derecho a informar sobre el deporte? AD: Porque forma parte de la actividad cotidiana, del ocio y el entretenimiento de la gente. La información no sólo debe ser política: la hay cultural, de deporte… Y puede ser objeto de explotación. ADM: Hay quien le quita trascendencia social al deporte… AD: ¿Cómo no va a tener trascendencia social un partido de fútbol cuando lo ven por televisión quince o dieciséis millones de personas? ADM: ¿Cuál debe ser el papel de los medios de comunicación en la sociedad de este siglo XXI? AD: Los medios de comunicación están cambiando porque la tecnología, internet, ha cambiado los sistemas de distribución. Los medios, que son los
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intermediarios sociales de la información, están en un momento en el que su papel se diluye por la irrupción de los medios sociales. Estamos en un mundo en el que hay oferta y demanda. Los medios tienen que responder a esa multiplicidad de ofertas, y convivir con el hecho de que hay muchas oportunidades de acceso a la información a través de la red. Ahora bien, los medios de comunicación siempre existirán. Ahora los medios de distribución de la información son más sencillos para la radio, y será más profunda para la prensa. ADM: Eso convive con la realidad de que respecto del deporte, todos tenemos una opinión y es probable que todas sean autorizadas… AD: No. Una cosa es que todas las opiniones valen pero otras distintas que sean autorizadas u opiniones seguidas, o que la gente quiera conocer. Los medios de comunicación conviven con muchas opiniones pero ellos tienen audiencias masivas. ADM: España tiene un modelo muy particular en la relación de los medios de comunicación con el deporte. ¿Es un modelo muy especial? AD: España tiene un modelo con algunas singularidades en la información deportiva. En lo fundamental, hay modelos similares. La experiencia particular mía me dice que en países como Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, México, Chile, etc… donde tenemos emisoras, hemos exportado formatos y son un éxito. La radio deportiva española es pionera en ese sentido. Fuera de España, eso sí, la radio nocturna no existe. Existen en horas más tempranas, pero no algo igual. ADM: ¿El deporte seguirá teniendo peso en la programación de las radios generalistas? AD: Un peso importante Es que la radio ha sabido buscarse su sitio respecto del fútbol, y lo sabe hacer bien. Las emisoras generalistas, eso sí, son masivas y por tanto, sólo los deportes masivos tienen sitio en esas emisoras. Hay otros casos, como los maratones sociales, o el tenis. Damos información pero es raro que transmitamos un partido. Y en Chile, el tenis ofrece transmisiones muy seguidas. ADM: ¿La unión entre los medios y las nuevas tecnologías puede dar buenos frutos a futuro? AD: Por supuesto, y se podrán satisfacer demandas minoritarias, gracias a la tecnología, que ahora, por las limitaciones propias de la radio no se pueden atender. ADM: Por último, todo lo hablado, respecto a competiciones internacionales como las de FIFA o UEFA, cambia… AD: Es diferente, porque ahí venden paquetes conjuntos de televisión y radio.
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ANEXO 4. TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA CON MIGUEL MARÍA GARCÍA CABA, ASESOR JURÍDICO DE LA LIGA DE FÚTBOL PROFESIONAL Realizada en la sede de la LFP en Madrid el día 28 de octubre de 2015 ADM: En el propósito por enfrentar las posturas en conflicto para mi trabajo doctoral, la idea es conocer el punto de vista de los clubes, aunque es posible que pasa… MMGC: Ahora la situación está al revés que al principio. En 2012, las emisoras nos presentaron el Real Decreto que se publicó, y tuvimos que dar un paso atrás. Pero en junio nos ha admitido a trámite un recurso de casación el Tribunal Supremo. ADM: Eso quería saber. En abril, cuando hablé con Delkáder, no tenía constancia de ningún recurso después de la sentencia de la Audiencia Nacional… MMGC: Tuvimos la primera resolución de la CNC, después la Audiencia Nacional subió la compensación a cien euros, y nos fuimos al Supremo con muy pocas expectativas de que admitiera a trámite el recurso. Para nuestra sorpresa, lo admitió. El Real Decreto es una norma legal y deja muy escaso margen. Estamos impugnando por dos asuntos: el primero es porque entendemos que los cien euros no cubren los gastos (se trató de acreditar pero es muy complicado), y segundo, lo que nunca nos ha concedido la Audiencia Nacional, que es la cuestión de constitucionalidad, que nosotros no la podemos llevar adelante pero el Supremo, sí. Entendemos que hay una vulneración de derechos fundamentales como son la propiedad privada, la libertad de empresa. No podemos impugnar un Real Decreto-ley pero sí es lo que indirectamente se ha dejado dicho: no hay campo suficiente para que el derecho a la información, en el caso específico de las radios, pueda tener vía libre. Llegamos al absurdo de que por un Real Madrid- FC Barcelona de Liga paguen cien euros y por uno de la Champions paguen muchísimo más. Cuando en 2010 se aprueba la Ley General de Comunicación Audiovisual que elimina los derechos que había en la ley Cascos de 1997 nos demandaron todas la emisoras, y perdieron todas las medidas cautelares que pidieron, porque entendían los autos que no había libre acceso, y entendían además que el derecho a información es para informar, no para retransmitir. En ese tránsito que hace el decreto, se cercenan derechos fundamentales. Son autos que definen qué es derecho a la información. Además, en aquella época en la que no accedieron a los estadios, los medios no perdieron patrocinadores, hasta tuvieron más audiencia, y ahorrar dinero retransmitiendo desde la radio. El derecho a la información se cumplimenta no con la retransmisión. Ellos sostenían que esto era un arte, que no era una retransmisión. Ellos además decían que tenía que ser gratis la Primera y Segunda División pero luego competían comprando derechos la Champions, de la UEFA, de la NBA, de la Superbowl… El Real Decreto marca que tienen que pagarnos los gastos de compensación, pero eso ha sido algo de locos. Al final, se ha quedado en cien euros, que hace que a veces te salga más barato acreditarte como operador radiofónico que comprar una entrada. Da igual el partido, pagan cien euros. No
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tiene sentido. A UEFA les pagan un dineral y a nosotros nos pagan los gastos de la actividad y acceso. ADM: En ese escenario, ¿qué papel cree que tiene el derecho a la información? MMGC: Creo que tiene un papel fundamental, el problema es que creo que el derecho a la información no puede abarcar todo. Estás afectando a otros derechos fundamentales como son la propiedad privada y la libertad de empresa. Yo pongo el circo, los enanos, te metes en mi circo y no pones nada para el circo. Si mañana te permiten transmitir el concierto de música, la obra de teatro o la película y te dejo entrar gratis, ¿qué ocurre? ¿Los periodistas no pueden entrar a transmitir un concierto? No tiene sentido que haya barra libre. Se informa del hecho noticiable, el resultado, si ha habido expulsiones, si ha habido incidencias de la afición. Eso es derecho a la información. Montar un carrusel, un programa que dura muchas horas y que no sé si a efectos de comunicación es un programa informativo o de entretenimiento no está abarcado por el derecho a la información. Una cosa es el hecho noticiable, y que lo des, como pasa con los resúmenes informativos. Y otra cosa es que establezcas un programa que no es solo informativo. Hay una explotación comercial con base en un producto en el que no has contribuido. Se está valiendo de un negocio organizado por la Federación y la Liga para crear un negocio paralelo al que no aportas nada más allá de los gastos marcados. Se está enriqueciendo a costa de un negocio que no es suyo, ni colaboras. Es como si tuvieras vía libre para retransmitir un evento cultural por el que todo el mundo paga. Lo extraño que yo veo es que no haya una definición clara del derecho a la información a efectos radiofónicos. Personalmente, esperaba que el nuevo Real Decreto, igual que ha modificado el artículo 19.3. de la LGC con los resúmenes de televisión, modificara el 19.4. ADM: ¿Cuál es a su juicio el papel de los medios de comunicación en el deporte? MMGC: Es verdad que tienen un papel fundamental, y que ellos contribuyen a crear valor, a expandir la importancia del deporte y del fútbol en particular, y deben tener facilidades para su labor informadora, pero de ahí a dejarles vía libre total… En cualquier otro país de nuestro entorno más cercano, en Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, se paga por los derechos radiofónicos. Nuestras cadenas de emisoras pagan cuando van a estos países y en otros eventos deportivos como la Fórmula 1. No hay un derecho a la información tan amplio que pueda abarcar todo, gratis. Si quieres retransmitir, y hacer un programa específico sobre determinados productos tienes que contribuir. Las radios tienen un papel fundamental en comunicar sobre el deporte, en generar más atracción, pero creo que en sus justos términos, porque también se benefician del espectáculo. Esto no ocurre en otro país, sobre todo en fútbol profesional. En Inglaterra sólo escuchas la narración del partido en la BBC, otra cosa es que pongas cualquier cadena y te digan los resultados, pero no tienen todas los derechos. En España pasó con la Fórmula 1, cuyos derechos los compró la RAC1 de Cataluña. El resto podían informar, pero el derecho a la información no abarca el derecho al entretenimiento, y creo que el legislador del 2010
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estaba pensando en esto. Cuando se tramitó el Real Decreto y se le quitó el derecho, por ejemplo, a RAC1, no sé por qué no dijeron nada. De hecho, nosotros empezamos a comercializar los derechos después de la LGC, antes del Real Decreto de 2012, y nadie se rasgó la camisa. ADM: Hablas del fútbol profesional y del deporte profesional y aficionado. ¿Hay mucha distancia entre los papeles que tienen ambos en sociedad? MMGC: En el caso de España, por el régimen jurídico aplicable que hay, no son compartimentos estancos. La ley obliga a que haya instrumentos de coordinación, que haya convenios, y que la organización de la competición se organice de manera conjunta entre la Federación y la Liga. El deporte profesional retribuye al deporte aficionado, no hay una separación como hay en otros modelos de grandes ligas norteamericanas, o en otros países como Reino Unido. Aquí lo aficionado y lo profesional, por ley, y yo creo que es bueno, están unidos y se comunican. ADM: Ese deporte, ¿tiene hoy en día un papel secundario, protagonista, en sociedad? MMGC: Te habla alguien que está en el fútbol profesional. Yo creo que tiene un importante papel. Estamos en una pirámide y nuestros equipos contribuyen al fútbol aficionado. Para que funcione bien el profesional tiene que funcionar bien el deporte aficionado. El deporte cumple un papel fundamental a nivel de formación, de canteras, de alimentación del sistema profesional. ADM: ¿Hacia donde crees que puede ir el conflicto? MMGC: A mí me gustaría que todo acabara en el Tribunal Constitucional, y que este al final se manifestara sobre la adecuación a nuestra Carta Magna del Real Decreto-ley 5/2012, porque sinceramente, aunque no soy objetivo, entiendo que se extralimitó en el contenido esencial del derecho a la información, que es el que tienes que regular, y no dar carta libre. El Supremo ha admitido la casación y algo nos tendrá que decir del derecho a la información, pero estando bajo la cobertura del Real Decreto-ley y estar impugnando solo la valoración que hizo el órgano administrativo, no tenemos mucho campo de juego para que se pronuncie sobre si es constitucional o no esa limitación que hizo del derecho, pero ese sería el escenario ideal.