documento: retos para la investigación y el desarrollo

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Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras

FOSDEH Col. Alameda Ave. Tiburcio Carías Andino Casa No. 1011, Tegucigalpa, Honduras Correo electrónico: [email protected] Página web: www.fosdeh.net www.facebook.com/fosdeh Twitter: @fosdeh

FOSDEH, 2016

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PRIMERA JORNADA

Segunda JORNADA

....................................................................... 40

20 AÑOS DE INVESTIGACIÓN YPROPUESTAS DEL FOSDEH

3

Presidente Junta Directiva FOSDEH

Director para la región, Banco Mundial

Coordinador FOSDEH

Investigador principal FOSDEH

Representante Banco Mundial en Honduras

Directora de Estudios Sociales/FUSADES

Investigador asociado FOSDEH

Jefe Departamento Políticas DIC/UNAH

Coordinador Maestría de Investigación

de Ciencias Económicas/UNAH

4

El desarrollo es un tema central para el FOSDEH, cuya actividad

principal es la investigación; y es en ese contexto que las dos

jornadas de foros que consigna esta memoria están dedicadas a

sendas presentaciones y discusiones sobre los retos para el

desarrollo y la investigación en Honduras, con información fresca,

actualizada y con elementos analíticos y propuestas importantes

alrededor de temas como: prevención de la violencia escolar en

América latina; contribución fiscal y tributaria del sector minero a

la economía de Honduras; y calidad del gasto en la educación y la

salud en Honduras.

Para FOSDEH es importante comunicar y vincular la investigación

con la problemática de nación, a fin de que esta responda a las

necesidades que tenemos como población.

Esta memoria, entonces, rescata, de la manera más íntegra

posible, los contenidos de investigación y experiencias de diversas

instituciones e investigadores nacionales y regionales, dedicados

al análisis de realidad desde diversos campos científicos, para

formular propuestas de cambio aplicables a nuestro contexto

actual de país.

5

El documento está dividido en dos partes, que corresponden a la

estructura de los dos foros realizados:

PRIMERA JORNADA: RETOS PARA EL DESARROLLO Y LA

INVESTIGACIÓN EN HONDURAS.

En la cual se desarrollaron tres sesiones: I. Retos del

desarrollo en Honduras; II. El papel de la investigación en el

desarrollo de Honduras; y III. Presentación de

investigaciones recientes.

SEGUNDA JORNADA: 20 años de investigación y

propuestas del FOSDEH.

Dedicada a: I. Lecciones aprendidas sobre desarrollo e

investigación; II. Papel de la sociedad de Honduras: 20 años

de FOSDEH; III. FOSDEH: Mirando hacia el futuro.

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7

8

Cuando me preguntan cuáles son los

principales problemas que tiene mi

organización, yo respondo que no

tenemos problemas. Sucede que

estamos acostumbrados a ver las

circunstancias como problemas, en lugar

de aprender a verlas y asumirlas como

oportunidades y retos por cumplir.

En concordancia con ese pensamiento,

Honduras es un país con grandes retos

que se presentan como grandes

dificultades que conocemos y leemos en

las portadas e interiores de los

periódicos: dificultades de migración,

jóvenes yéndose de nuestro país;

violencia galopante, entre otras; sin

embargo, hay rayos de luz que, de una u

otra forma, provienen de quienes

podemos ser promotores de cambio en

el círculo donde nos encontramos.

Existe también otro freno al desarrollo,

que consiste en una cultura de la

desconfianza que se ha ido asentando:

tendemos a desconfiar de todos y de

todas, del hermano, de la hermana, hasta

de la madre, tristemente. Debemos

empezar a revertir esa tendencia y

construir confianza. Tenemos la gran

oportunidad de seguir haciendo cosas

que contribuyan a cambiar y construir un

nuevo país, con más y mejores

oportunidades.

Es equivocada la idea de que el único

responsable de hacer los cambios es el

Estado, cuando en realidad cada uno de

nosotros tiene esa responsabilidad y

podemos cumplir con ella desde el

círculo donde nos encontremos.

Necesitamos, finalmente, entusiasmo y

participación cada vez más consistente,

de calidad, inclusiva, en los grandes

temas del desarrollo.

9

El documento “Honduras. Desatando el

potencial económico para mayores

oportunidades” preparado en el Banco

Mundial, presenta, fundamentalmente,

una reflexión sobre lo que podrían ser los

retos y oportunidades de desarrollo que,

desde una visión amplia, tiene Honduras.

Entre los principales mensajes que

contiene este documento se pueden

mencionar:

El estudio se realizó con una visión

positivista, tratando de determinar cuál

debería ser la ubicación de Honduras en

el contexto mundial.

El primer préstamo que otorgó el Banco

Mundial, a través de la Asociación

Internacional de Fomento (la entidad del

Grupo Banco Mundial que apoya a los

países más pobres), fue a Honduras el 12

de mayo 1951. Ya en esa época, la

comunidad internacional

consideraba al país

como uno de los más

pobres.

Hoy, 55 años después,

una de las discusiones

que tenemos en el

Banco Mundial, es si

Honduras está envuelta

en una dinámica

perversa, que explicaría

que la situación en la

10

que se encuentra es resultado de

problemas derivados de una serie de

cuellos de botella relacionados con el

crecimiento, la inclusión y la

sostenibilidad. El documento citado

explica estos temas pero también

enfatiza mucho el aspecto de la calidad

institucional desde una visión muy

amplia y genérica, no sólo desde el nivel

de gobierno, sino desde el Estado.

Honduras es un país con gran potencial.

En el ámbito de los bienes raíces está

ubicado como uno de los países donde la

propiedad privada tiene más valor,

situación muy similar a Estados Unidos,

que es el mayor mercado del mundo.

Honduras también cuenta con un puerto

de aguas profundas donde pueden

atracar barcos de gran calado. Además,

geográficamente está ubicado entre el

Hemisferio Norte y el Hemisferio Sur, con

una relativa cercanía con el Canal de

Panamá.

En definitiva, Honduras tiene una

situación que no puede calificarse de

óptima, pero con características que le

benefician. Por ejemplo, tiene un parque

industrial importante, con la flexibilidad

necesaria para poder responder a las

necesidades del mercado. Además, la

industria manufacturera de Honduras

reporta el 20% del Producto Interno

Bruto y continúa creciendo. Y finalmente,

posee un tercio de población joven que

está entre los 10 y los 24 años, cuyo

potencial se podría aprovechar

positivamente para el desarrollo.

11

A corto plazo Honduras ha hecho grandes progresos, lo cual se grafica de la siguiente

manera:

El crecimiento ha mejorado estos últimos

años y la pobreza se ha reducido. De

hecho, del 2012 al 2014

aproximadamente 250,000 personas se

colocaron en una estructura industrial

que puede ser altamente positiva. La

macroeconomía también ha mejorado y

se están haciendo esfuerzos en lo

relacionado con el gasto público. Sin

embargo, no se puede negar que

persisten desafíos que el siguiente

gráfico evidencia:

12

Para determinar la tasa de pobreza de

Honduras, Centroamérica y resto de

América Latina el Banco Mundial utiliza

como medida 4 dólares por persona al

día. Este no es un número caprichoso.

Para establecerlo se investigó cuáles eran

las líneas de pobreza en diferentes países

latinoamericanos y el resultado fue más

o menos 4 dólares, por lo que este

número captura bastante bien esa

realidad latinoamericana.

Lo que destaca el gráfico es que

Honduras no ha experimentado cambios

positivos en los últimos 14 años.

Prácticamente desde el año siguiente al

Huracán Mitch hasta la actualidad no se

ha progresado en la reducción de la

pobreza, mientras que en el resto de

Centroamérica y, sobre todo en los

demás países de Latinoamérica, sí hubo

progreso. Si bien en Centroamérica este

progreso no ha sido enorme – la tasa de

pobreza se redujo de 45% a 41%-, en

Latinoamérica la pobreza se redujo de

43% a 24%.

En cuanto a la dimensionalidad de la

pobreza, quería comentarles que en una

de las encuestas que el Banco Mundial

hizo hace algunos años en Latinoamérica,

se pidió a los encuestados que

respondieran la pregunta ¿Es usted

pobre: Sí o No? La correlación que se

encontró entre los números de pobreza y

la sensación de pobreza que las familias

tenían fue del 70%. Este es sin duda un

porcentaje muy alto.

Hay tres factores ineludibles a la hora de

tratar de entender cuáles son los

elementos que llevan a la extrema

pobreza. El primer factor es el nivel de

renta per cápita, es decir cuánto gana

una persona. El segundo factor es la

inclusión, que se trata de ver

independientemente del tamaño de la

tasa. El tercer factor representa la

capacidad para enfrentar la

vulnerabilidad.

13

En Honduras vimos retos en todas esas

áreas. En relación con el primer factor, el

gráfico nos muestra la renta per cápita -

en dólares- de los países

latinoamericanos para el año 2014. Ahí

se observa que existen países con una

renta per cápita de 11,000 dólares por

persona y que Honduras siempre aparece

como el país más pobre de la región

latinoamericana.

Si quisiéramos determinar cuántos años

le llevaría a Honduras situarse donde

está Panamá, teniendo en cuenta la tasa

de crecimiento que tiene ahora el PIB y la

velocidad de crecimiento de la población

(3-4% para este año), serían casi 100

años, sabiendo que para entonces

Panamá también va a estar mucho más

avanzado. Lo fundamental en este tema

es que si no hay crecimiento económico,

va a ser muy complicado avanzar.

La situación que tiene Honduras en ese

gráfico es un reflejo de los retos que

existen en diferentes aspectos en cuanto

a su crecimiento económico. Uno de

estos es el acceso al crédito (el cual es

mucho más bajo en Honduras que en

otras partes de Latinoamérica). Esto es

importante porque si una persona que

tiene una pulpería no tiene suficientes

ahorros va a necesitar tener acceso a

crédito para poder mantenerse y

trabajar.

Otros datos importantes que plantea el

documento se pueden ver en el siguiente

gráfico:

14

Uno de los aspectos importantes que se

observa es que en toda la región

centroamericana casi todos los chicos

van a la escuela primaria, excepto en

Honduras. En lo que corresponde a la

secundaria, tenemos bastantes

problemas, pues para la edad de 17 años

sólo un 50% de los chicos están en la

escuela.

Sabemos que para reducir la pobreza hay

que generar muchos empleos, para lo

cual se necesita crecer mucho más.

También sabemos que para que estos

empleos sean de calidad se necesita

tener un nivel educativo alto. Y que a la

vez, para alcanzar ese nivel, se necesita

contar con empleos de alta calidad. Por

eso es fundamental que podamos

solucionar los temas educativos.

En cuanto a la infraestructura disponible

para el desarrollo, que se observa

también en la gráfica, algo positivo que

tiene Honduras en su potencial para el

comercio es la cercanía con Estados

Unidos. Sin embargo, si uno es un

empresario, la cercanía no la mide en

kilómetros, sino en dólares. Por ello, uno

se pregunta ¿cuánto me cuesta mandar

esta mercancía?

Como ejercicio investigativo, el Banco

Mundial fue al puerto de Baltimore, que

es el más cercano, y solicitó los datos de

cuotas o costos para mandar

contenedores a una serie de lugares. El

resultado fue que era más caro enviar un

contenedor a Puerto Cortés que a

Tanzania, que no es un puerto tan

sofisticado pero que está mucho más

lejos que Honduras.

El último tema que aparece en la gráfica

son las pérdidas del sistema de energía

eléctrica en Honduras, que son enormes,

tanto las técnicas como las no

relacionadas con temas técnicos.

El segundo factor analizado en relación

con las tasas de pobreza es la inclusión.

15

El Banco Mundial calcula el Índice de

Oportunidades Humanas (HOI, por sus

siglas en inglés) que está basado en el

supuesto de que una persona con

mayores oportunidades para trabajar y

estudiar –por ejemplo- ganaría más. Sin

embargo, existen una serie de factores

que influyen en lo que gana una persona,

como el género, si la persona nació en

una zona rural o urbana, si el padre y la

madre tienen estudios o si el padre vive

en casa o con un familiar, por ejemplo.

Estos factores no dependen de los niños

y sin embargo influyen o determinan la

capacidad de generar oportunidades. En

El Salvador, Guatemala y Honduras esos

factores son muy grandes, a diferencia de

Uruguay y Costa Rica, donde las

condiciones iniciales son mucho menos

importantes.

En Honduras, igual que en Guatemala

(donde las cifras de pobreza son muy

parecidas), los datos indican que el mejor

predictor de quién es pobre hoy es ver si

lo era hace diez años. Es decir, que la

movilidad social es muy pequeña. Y

aunque digamos “lo que hay que hacer

es poner más esfuerzo o mandar a los

chicos a la escuela para convertirlos en

buenos ciudadanos”, al final esos otros

factores también cuentan.

Otro detalle observado es que

necesitamos medir hasta qué punto el

crecimiento o los beneficios del

crecimiento están llegando a las capas

más desfavorecidas de la sociedad. En

Honduras, del año 2009 al 2014, el 40%

más pobre no ha recibido estos

beneficios. Esto está relacionado, en

parte, con las remesas, porque cuando

ocurrió la crisis del 2008 en los Estados

Unidos, las remesas cayeron por primera

vez.

16

Otra barrera a la inclusión es el acceso a los servicios públicos. En Honduras, medio

millón de niños no tienen acceso a agua potable, lo cual incide en la salud. En gran

medida, los problemas de desnutrición, sobre todo de los niños más pequeños, están

relacionados a las enfermedades que padecen los infantes por la falta de agua potable.

Finalmente, como parte de las barreras a la inclusión, hay que señalar que los salarios

mínimos de Honduras son bastante elevados, en comparación con los salarios mínimos

de otros países en el contexto internacional.

Otro aspecto importante al hablar de vulnerabilidad son los riesgos que tienen los

diferentes países del mundo ante los choques exógenos medioambientales.

Tal y como observamos en este gráfico,

Honduras está entre los países con más

alto riesgo frente a choques

medioambientales. Esto lo hace un país

sumamente vulnerable a casi cualquier

catástrofe natural.

Más allá de esos choques exógenos, hay

una serie de problemas de carácter fiscal,

que también debilitan el país. De hecho,

FOSDEH nació debido a la preocupación

por la deuda externa y trabajó durante

años para la eliminación de la misma.

Ahora estamos llegando a niveles de

deuda que son muy parecidos a los de

aquel momento.

Además de estos, están los temas

tradicionales. Por ejemplo: la

criminalidad y las tasas de migración

asociadas a la falta de oportunidades.

17

Para armar este rompecabezas hay que

volver a revisar los pilares de los cuales

se desprenden los desafíos a los tres

aspectos mencionados y en los cuales

debemos enfocarnos. Estamos hablando

de un país donde la renta per cápita es

muy baja y si no sube va ser muy difícil la

reducción de la pobreza. Es un país

donde, a la vez, la inclusión también es

baja. En este sentido, si no hacemos

progresos por el lado de la inclusión, la

deuda per cápita puede subir. Hablamos

de un país donde existe una

vulnerabilidad ante factores más o

menos exógenos.

Ante el interrogante de por qué el país

no crece, algunos dirán que tiene que ver

con la pobre infraestructura o con el

crimen y la violencia. Otros dirán que se

debe a la falta de acceso a capital. En el

caso de Honduras, son varias las razones.

18

En este gráfico, la línea que corresponde

a Honduras representa la renta per

cápita del país dividida entre la renta per

cápita de Estados Unidos. Se puede

observar, por ejemplo, que en 1960

Nicaragua tenía una renta per cápita del

5% de la renta de los Estados Unidos. Y

eso nos da una idea de la calidad de vida

que podía tener la población con ese 5%.

Otro elemento evidente es que Costa

Rica y Panamá ya eran más ricos que

otros países de la región en años

anteriores. Durante casi 50 años hubo

muy poca transacción y movimiento,

pero a principios del año 2000 algo pasó

en Costa Rica y Panamá, al punto que el

ingreso subió aproximadamente al 20%

del ingreso de los Estados Unidos. Han

pasado a tener una renta per cápita que

era de un 12% con respecto a la de

Estados Unidos a casi el doble, lo que

representó un despegue importante.

Luego tenemos a Guatemala, El Salvador,

Honduras y Nicaragua con historias

diferentes en esos 50 años anteriores.

Por otro lado, los datos de alfabetización

indican que en 1925 casi el 90% de las

personas adultas en Estados Unidos

sabían leer. En Costa Rica era

aproximadamente el 68% y el país con

menos personas adultas que sabían leer

era Guatemala con el 15%, lo que quiere

decir que a principios de siglo, tres

cuartos de la población no sabía leer.

Esta dinámica no sólo se ve en la parte de

crecimiento, sino también la parte de

inclusión, muestra que son problemas

que vienen del pasado. Es por ello que

probablemente tomará mucho tiempo y

esfuerzo resolver dichas situaciones.

Ahora bien ¿Por qué estos cuatro países

se han quedado en ese nivel? Una

posibilidad se le puede atribuir a los

19

niveles de violencia, que ahora son más

altos y afectan fundamentalmente a las

empresas. En Centroamérica las

empresas tienen que disponer al menos

del 5% de sus ventas para tener mayor

seguridad, para evitar los raptos o para

reponer los stocks cuando les roban.

En el caso de Honduras las cifras son

mayores, lo cual reduce la rentabilidad,

baja la inversión y el crecimiento y por

ende, disminuye también la generación

de empleo y afecta la reducción de la

pobreza.

Esto hace que nos encontremos con el

problema de los jóvenes que no estudian

ni trabajan y que pueden ser

potencialmente atraídos por las maras o

el narcotráfico. Esto crea un círculo

vicioso donde, de un lado, el crimen es

parte del problema porque afecta el

crecimiento, pero a la vez la falta de

oportunidades e inclusión también es la

causa de que haya crimen.

El otro tema a tomar en cuenta son las

remesas, que representan

aproximadamente el 18% del PIB y

explican más o menos el 22% de la

reducción de la pobreza en los últimos

años. Si bien las remesas contribuyen a la

reducción de la pobreza, también

generan problemas.

Determinar cuál es el cambio real que

producen es una de las evidencias.

Además del tipo de cambio real, está su

influencia en el mercado de trabajo, ya

que sabemos que las familias que reciben

remesas en Honduras tienen una

participación más baja en el mercado de

trabajo que las familias que no reciben

remesas.

Si el país tiene muchas familias que

reciben remesas y trabajan menos, eso

afecta lo que los economistas llaman

“salario de reserva”. Es decir, el país se

vuelve menos competitivo y hay mayor

emigración, entre otros problemas.

Las remesas son muy buenas porque

contribuyen a reducir la pobreza pero, al

mismo tiempo, provocan efectos

negativos sobre la economía. Hace 2

años las remesas en Honduras eran el 3%

20

del Producto Interno Bruto, mientras las

tasas de crimen y violencia eran mínimas.

Estos son factores importantes a tomar

en cuenta. Pero esta secuencia histórica

no puede ser explicada, por ejemplo, sólo

con la llegada del huracán Mitch en 1998,

aunque es cierto que después del

huracán hubo más migración porque,

lógicamente, no había trabajo. Pero el

problema ya existía y posiblemente se

debe a que el país ha caído en un círculo

vicioso.

Otro de los temas importantes es la

gobernabilidad del país. Estamos

hablando de capacidad institucional,

capacidad de gobierno, decisiones

políticas, capacidad regulatoria y

rendición de cuentas, entre otros

aspectos. Independiente de las maneras

de medir la calidad institucional, los

datos nos envían un mensaje que

debemos analizar y es que el porcentaje

de gobernabilidad en Honduras está en

torno al 28%.

La realidad de las instituciones es un

elemento fundamental o determinante

para el crecimiento económico. Pues los

países que no tienen buenas

instituciones seguramente tienen más

problemas. Cuando la institucionalidad

de la educación es pobre, la calidad de la

educación es peor.

El hecho de que sólo 1 niño de cada 10

esté bien en matemáticas es el resultado

del proceso y de las políticas. Quiere

decir, por ejemplo, que si en el tema de

las políticas no se hace claramente lo

debido, los chicos no van andar bien en la

escuela.

El problema no es de conocimiento, ya

que sabemos cuáles son los problemas

de educación, cuales son las estadísticas

y los datos. Lo que se necesita es una

voluntad de cambio.

En ese sentido, tenemos que atacar los

problemas de manera mucho más

ambiciosa. El desarrollo no es un camino

fácil. Hay que trabajar en mejorar la

institucionalidad, el entendimiento y la

21

inclusión, generando sinergias que

rompan con las inercias perversas que

frenan el desarrollo.

Como parte de las conclusiones,

necesitamos una agenda de campo muy

ambiciosa. Necesitamos consensos

nacionales para mejorar la

institucionalidad, el crecimiento, la

inclusión, la sostenibilidad.

Hablamos de una agenda enorme, de

gran magnitud, una agenda que se

mantenga durante largo tiempo, lo cual

no es fácil de llevar a la práctica. Por eso

hay que trabajar en las políticas

necesarias. El siguiente esquema resume

estos aspectos y sirve de recordatorio

para construir esas agendas o esa agenda

nacional.

22

Para el FOSDEH es importante saludar

favorablemente esta apertura del Banco

Mundial, siendo que esta es una evolución

del proceso de ampliar el ámbito del diálogo

técnico, el diálogo económico, el diálogo

político y el diálogo social, más allá de las

esferas gubernamentales, donde

obligadamente también hay una labor que

desarrollar. En segundo término, hay que destacar que en este diálogo absolutamente constructivo y positivo, tiene mucho que ver las coincidencias que hay entre el contenido del documento “Honduras: Desatando el potencial económico para mayores oportunidades”, del Banco Mundial, con los análisis de los equipos técnicos de FOSDEH. Prácticamente coincidimos en un 90 % con lo que se plantea en este documento.

Si nos concentramos más en el área de la propuesta, retomar la planificación es un asunto que lo plantea este documento. Ha habido un desmantelamiento de las instituciones de planificación a lo largo de los años. En el pasado andábamos cargando con las perchas de documentos junto al escritorio

para ver si podíamos salvar algo, porque no había forma de articular digitalmente los documentos; pero, sin duda, en la actualidad se cuenta con un proceso al respecto, lo cual es un reconocimiento a la planificación como un elemento importante para el desarrollo. Esa enmienda -aunque este es un término legal- la consideramos necesaria en un ambicioso plan de desarrollo.

Por otra parte, la propuesta apunta a potenciar el “ordenamiento territorial”, concepto que usamos hace algunas décadas y que sigue teniendo bastante importancia

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para un mejor aprovechamiento del potencial que tenemos en el país.

Dentro de nuestras dinámicas internas hay que intentar desalentar el ilusionismo y la improvisación: en ocasiones pasamos de bailar un tango a bailar una ranchera en el mismo mes, porque la planificación es verdaderamente un asunto ausente y ocurre que, la mayoría de las veces, nos dicen que en cada propuesta está la solución a los problemas del universo. Quienes tenemos una responsabilidad y una labor técnica de investigación e incidencia, necesitamos controlar a los ilusionistas, tenemos que ser mesurados.

Frente a los ilusionismos es importante el apuntalamiento en el tema del combate a la

pobreza y disminución de la desigualdad. Si somos sinceros, la estrategia para la reducción de la pobreza fracasó. Esa es la verdad: son miles y miles de millones de lempiras invertidos y los resultados siguen siendo los mismos: demasiadas personas en condición de pobreza y, al mismo tiempo, demasiada desigualdad. Por lo tanto, es fundamental combatir la pobreza. Desde nuestra perspectiva, lo multidimensional es

importante y lo estamos trabajando; incluso, hemos propiciado ciertos acercamientos con algunas plataformas de sociedad civil y de gobierno para avanzar en este enfoque multidimensional.

Efectivamente, hay que mejorar el ingreso per-cápita y atender la desigualdad. Para el FOSDEH implica, por una parte, tratar de conciliar las iniciativas dirigidas a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, para tener una estrategia de combate a la pobreza unificada que pueda resolver esos problemas.

En la sombrilla de variables endógenas y exógenas, pueden enumerarse muchas. Por

ejemplo: no hay ninguna duda que no hemos valorado suficiente lo del gorgojo descortezador y hemos perdido, de manera descomunal y acelerada, un patrimonio de país, lo mismo que ha pasado con la roya; también está la vinculación con el efecto del cambio climático y otros choques externos. Pero también hay choques internos: el tema de la corrupción es un asunto que tenemos que ver con toda la profundidad que requiere, lo mismo que la violencia, la improvisación y el aceleramiento de las

políticas públicas; además de la inestabilidad política. Se trata de un mundo

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que no puede ser visto sólo a partir de variables exógenas.

Un elemento que también debe ser considerado es el de enfrentar la situación descrita con argumentos técnicos. Si respetamos la institucionalidad, por ejemplo, no veríamos de manera recurrente iniciativas de ley y proyectos que desde antes de ser discutidos y aprobados ya tienen problemas y, muchas veces, discutidos y aprobados requieren de una fe de erratas en La Gaceta. Eso no es correcto, porque significa un atropellamiento de las vías lógicas en que se deben resolver los asuntos técnicos, los asuntos jurídicos y los asuntos económicos o legales.

Por otro lado, preocupa el tema de las alianzas público privadas, que cuentan, incluso, con un protocolo de cómo deberían

ser construidas. El nivel de endeudamiento público que tenemos en el país es galopante

y duplica lo que fue en su momento la deuda al momento de la iniciativa de los países pobres o altamente endeudados.

El monitoreo sistemático de la deuda es fundamental. Además del excesivo endeudamiento, el servicio de deuda pública desde hace ya algunos años es superior a lo que antes se asignaba, por lo menos teórica y financieramente, en materia de educación. Estamos pagando muchísimo dinero y estamos, entonces, priorizando en el presupuesto público sacar recursos del Estado. Además de

ese monitoreo técnico hay que tener inversiones públicas pero no pensadas para

un año tenemos, sino para procesos que por lo menos abarquen 5 o 10 años. Es necesario discutir el tema de la auditoria forense de la deuda pública: debemos aclarar si realmente debemos lo que se dice; debemos saber cuál es realmente la deuda pública que tiene el país, a quién le debemos y en qué condiciones.

El tema del empobrecimiento ha sido también afectado, probablemente, por las remesas, las cuales tampoco representan un asunto sostenible. Una encuesta de FOSDEH señala que, de no ser por esas remesas, la situación de la gente en condición de pobreza sería más delicada. Incluso el registro de recaudación tributaria por parte del Estado también se vería afectado. En esto las diferencias de resultados pueden ser

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grandes, dependiendo de quién haga la medición, pero FOSDEH sostiene que Honduras es una fábrica de migrantes. Son millares de personas que dicen que en Honduras no se puede vivir; mientras, por otro lado, hay una importancia muy grande que no se le ha dado al tema de las remesas en lo que tiene que ver con la política monetaria del país, ya que, si no fuera por esas remesas, los procesos de devaluación y depreciación del lempira frente al dólar serían mayores.

Ahora, pasando a un subtema que es parte de la esencia de esta convocatoria hablamos de la ciencia, de cómo lograr que, efectivamente, los procesos de investigación mejoren y nos proporcionen resultados un poco distintos. En ese sentido, creemos que dotar de consistencia científica a los argumentos es un elemento importante. Sin embargo, pensar que la ciencia es una herramienta para resolver problemas no siempre se ve de la mejor forma.

Además, se considera que es importantísimo que la secretividad sea un asunto que se supere pronto en nuestro país. Todas las cifras son un problema, porque siempre se abriga la duda. Por ejemplo: tenemos cifras

que ignoramos si son correctas cuando se dice que no hay dengue hemorrágico, dengue grave o dengue tipo zika o chikungunya; puesto que el mal registro de la información o la obligatoriedad de decirle a alguien que no registre apropiadamente, seguramente definió políticas de salud inadecuadas que hicieron que durante una gran cantidad de meses no se brindara la atención y el tratamiento de salud adecuado.

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Debemos hablar también de dos economías. Hasta este momento hemos abordado la economía en el sentido evidente en que la percibimos, pero debemos hablar también de la otra economía, que tiene mucho peso y que yo nombro “economía subterránea”. Vamos a preguntarnos cuál es el peso de esa otra economía. Solo en materia de extorsión, un caballero de ese “rubro” manejaba un millón de lempiras diarios; eso significaba 365 millones al año. Otro dato antiguo es el nivel de remesas, encontrando que serían más de mil cien millones, lo cual es difícil de comprender en el marco de los registros oficiales del sistema financiero. He ahí una necesidad muy grande de investigación.

Es también pertinente valorar lo que ocurre cada vez que nos metemos a los Tratados de Libre Comercio, que vienen a ser algo similar a los programa de ajustes: la solución a todos los problemas que nos enfrentamos. Eso no es cierto. Si valoramos los datos, vamos a encontrar que el Tratado de Libre Comercio en vigencia ha puesto en dificultad a los campesinos en el área de producción de maíz, porque tienen que pelear con maíz subsidiado. También están las importaciones subsidiadas: prácticamente el 80% del consumo porcino del país es importado. En cuanto a la balanza de pagos, de 2006 a la fecha las cifras han sido negativas –siempre importamos más de lo que exportamos- y muestran que ha subido mil millones de dólares.

Otro tema que merece un análisis complementario es el de las tasas de interés de las tarjetas de crédito, que permitieron que 540,000 personas con tarjetas de crédito y que tienen créditos de entre 5,000 y 40,000 lps., aportaran casi nueve mil millones en intereses a las utilidades del sistema financiero hondureño, es decir, casi el 50% de lo que creció el producto interno bruto. Ante eso, uno se pregunta; si el crecimiento económico va a ser 3.5 o 4, ¿cuántas personas van a recibir ese crecimiento económico?

Finalmente, a ese panorama, agreguemos la influencia e impacto económico y social que tuvo la salida del presidente Zelaya en lo que tiene que ver con la consolidación fiscal y con las reformas que esto provocó.

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Es importante multiplicar acciones para solucionar problemas nacionales desde diferentes perspectivas, incorporando la parte institucional, porque el deterioro de las instituciones no se explica si no es en función del sistema político también, puesto que, existen élites económicas, políticas, intelectuales, etc., que son responsables de cómo se maneja el país.

Al respecto, el análisis del impacto de las élites económicas, en combinación con instituciones frágiles y débiles, demuestra que, muchas veces, estas instituciones son funcionales sólo para una determinada élite. Esto se confirma al observar que tenemos doscientas leyes que promueven exoneraciones fiscales por el orden de cerca de 20,000 a 30,000 millones de lps. Hablamos, entonces, de un sistema fiscal que obedece a una determinada estructura política. Esto reanima la necesidad de un diálogo nacional con FOSDEH como promotor del diálogo fiscal para llegar a un pacto fiscal; sin embargo, si este diálogo no responde a una voluntad colectiva, construida sobre principios éticos, de equidad, difícilmente el país podrá salir adelante con los retos que enfrenta.

Los partidos políticos deberían estar en estos foros y presentar una propuesta económica como medida preventiva para evitar improvisación al momento de llegar al poder. Sin embargo, la cientificidad de los partidos políticos es prácticamente inexistente pues como instituciones no existen más que como máquinas electorales y, al final, eso termina trasladándose a la forma y práctica de gobernar.

28

Desde la academia -específicamente

desde la UNAH- se tiene contemplada

una perspectiva de trabajo en

investigación para los próximos 5 años,

concibiendo la investigación desde el

punto de vista sistémico, tratando de

articular la academia con los demás

sectores sociales: gobierno, sector

productivo y sector social. Esta visión

apunta a la transformación de la

sociedad, intentando que la investigación

tenga efecto o impacto en la generación

de cambios, soluciones o alternativas a

los problemas sociales.

En ese contexto, la UNAH ha establecido

prioridades o líneas institucionales de

investigación, que se constituyen como

política institucional de investigación, con

una estructura institucional que cuenta

con diferentes ámbitos o niveles, a saber:

Coordinación.

Gestión.

Ejecución.

Dentro de esa estructura ya existen

algunas instancias que están realizando

investigación. También los programas de

postgrado, cuyas normas académicas se

han aprobado para 2016, ya establecen

29

qué es una maestría académica y qué es

una maestría profesionalizante. Ambas

desarrollan investigación, con la

diferencia de que la primera realiza

investigaciones básicas y la segunda

investigación más aplicada. Tratamos de

que todo se articule al postgrado, de tal

forma que se obtengan resultados

institucionales de investigación que

respondan a la problemática social.

Las prioridades institucionales de la

UNAH en investigación tienen que ver

con los objetivos de desarrollo

sostenibles, con el plan de nación y con

las necesidades locales de la misma

universidad.

Dentro de su oferta académica la UNAH

tiene más de 122 carreras a nivel de

posgrado y a nivel de grado, resultando

en una amplia diversidad de áreas

disciplinarias o áreas de conocimiento.

Sin embargo, son 13 temas prioritarios,

entre los que están: pobreza y equidad,

territorio y ordenamiento territorial,

salud, Estado y sociedad, ciencia, cultura,

educación, energía.

Cada área de investigación tiene que

contar con un equipo de investigadores

para desarrollar esas temáticas, en

concordancia con las iniciativas

nacionales y regionales, por ejemplo: el

tema de la globalización en la

productividad y competitividad se está

desarrollando desde el gobierno como

parte de los objetivos de desarrollo

sostenible impulsados desde la ONU.

Para ello, la UNAH está conformando

grupos de investigación, creando

institutos de investigación. Lo mismo

pasa con temas como población y

transición demográfica, articulados a las

nuevas propuestas de posgrado que se

están ofertando. Los programas de

postgrado estarán íntimamente ligados a

estas temáticas también mediante las

30

tesis, pero no sólo como mero criterio de

graduación, sino como exigencias de la

investigación a nivel nacional y regional.

En cuanto a los institutos de

investigación, se cuenta, por ejemplo,

con un Instituto de Investigaciones

Económicas y Sociales, que está

trabajando mucho en temas asociados a

la administración y otros temas que

tienen que ver con emprendedurismo,

cadenas de valor, etc.

Además de lo anterior, se tienen

conformados grupos de investigación,

con estudiantes y profesores, de modo

que los profesores con experiencia van

contribuir a formar nuevas generaciones

de investigadores, a manera de relevo

generacional. En la actualidad hay

registrados oficialmente cerca de 32

grupos de investigación en diferentes

temas.

Por último, ligados también a la

investigación, están los observatorios

universitarios, que generan insumos para

establecer bases de datos útiles para la

formulación de nuevos proyectos de

investigación. El observatorio más

significativo hasta ahora, por la

incidencia del tema, es el Observatorio

de la Violencia; pero también se están

creando otros observatorios relacionados

con temas económicos y sociales, entre

ellos: el Observatorio Demográfico y el

Observatorio de Seguridad Alimentaria y

Nutricional, que son dos temas también

relevantes para el país.

Por otro lado, se debe mencionar el

aspecto de los recursos que sustentan

estas iniciativas de investigación. En ese

sentido, la UNAH está financiando becas

de investigación para ser desarrolladas

dentro de la academia, pero ello con

limitaciones presupuestarias porque el

porcentaje asignado para la investigación

dentro del presupuesto de la UNAH

apenas llega al 1%. Comparativamente, la

Universidad de Costa Rica (UCR) asigna

4% de su presupuesto para investigación.

La capacitación es otro campo de acción

de la UNAH en el cual se están

desarrollando cursos y diplomados para

actualizar y potenciar las capacidades de

los profesores y los estudiantes.

31

En cuanto a las publicaciones, se

pretende que los resultados de las

investigaciones ya no queden

engavetados, como en el pasado, sino

que ahora se publiquen y visibilicen para

que tengan un impacto y trasciendan

más allá del entorno académico

universitario, de ser posible a nivel

mundial. Para alcanzar este estadio

dentro de la investigación, se trabaja en

lo relacionado con derechos de autor,

patentes, derechos de marca, desarrollo

tecnológico e información.

Por último, la gestión para la

investigación está procurando relacionar

las iniciativas nacionales con las

iniciativas regionales para desarrollar

proyectos de investigación conjuntos.

La Maestría en Metodologías de

Investigación Económica y Social nace

para dar respuesta de la necesidad de

formar recurso humano calificado en el

campo de la investigación científica. Se

forman profesionales en la metodología

de la investigación científica que

contribuyan de manera directa como

investigadores, tratando de mejorar la

capacidad investigativa del país.

Se funda en el año 2010, habiendo

trabajado, hasta el momento, con

cinco promociones, realizado 53

investigaciones y contando con 47

investigaciones en proceso; y es en este

punto nos preguntamos si realmente

estamos contribuyendo al progreso del

país o solamente estamos haciendo

investigaciones para cumplir con los

requisitos de graduación.

Al respecto, la Dirección de Investigación

Científica y Postgrado ha retomado esas

preguntas y las ha fijado como norte de

un experimento de investigación dentro

de la UNAH: se realizó un proyecto con

19 estudiantes, para investigar cómo se

enseña a investigar dentro de la

universidad, cuyo resultado fue la

generación de 19 documentos, mediante

los cuales se estableció un diagnóstico de

32

cómo se enseña a investigar en toda la

universidad. Este proyecto tuvo un doble

propósito el que los estudiantes

pudieran cumplir con sus requisitos de

graduación y a la vez que la Dirección de

Investigación Científica contara con un

documento que le permitiera reorientar

las líneas de investigación dentro de la

UNAH.

Pensando en el futuro, también se está

trabajando en el tema de la economía

social, convencidos de que esta puede

aportar mucho al desarrollo del país: que

las cooperativas, las cajas de ahorro y

crédito, las organizaciones de mujeres,

por ejemplo, tienen mucho que aportar

al desarrollo humano sostenible.

Sabemos que el desarrollo tiene que ser

humano y tiene que ser sostenible; y lo

planteamos así porque tiene que

enfocarse en la persona humana como

centro y motor del desarrollo. Entonces,

deberíamos canalizar nuestros esfuerzos

de investigación orientados hacia ello.

Un pequeño ejercicio matemático nos

indica que, partiendo de un estimado de

8.3 millones de habitantes actuales en

Honduras, y aplicando la tasa de

crecimiento de la población, este año

nacerán 183,000 hondureños; o sea,

15,000 mensuales, que es lo mismo que

508 hondureños todos los días o 21

nacimientos por hora. Luego, las cifras

nos dicen que el 65% de la población es

pobre; entonces, este año van a nacer

120,000 hondureños pobres. Otras cifras

dicen que el 42% vive bajo la línea de

pobreza, es decir que 50,000 van a ser

muy pobres. Esto es un reto para el

desarrollo, porque indica que cada

cinco años vamos a tener un millón más

de hondureños y que estas personas van

a necesitar camas en los hospitales,

médicos, enfermeras, pupitres, maestros,

más aulas. Más de alguno dirá “eso es

problema del gobierno, si para eso

elegimos un gobierno”, suponiendo que

es el gobierno quien tiene que fomentar,

orientar y dirigir los procesos de

desarrollo. Pero cuando vemos como se

gobierna en Honduras, que se dirige por

un plan que está alimentado por la

campaña política, la cual está diseñada

para ganar votos, nada más, mediante

la promesa de 600,000 empleos,

400,000 viviendas, 2,000 kms. de

carretera pavimentada y otra serie de

sueños; pero cuando el candidato deja de

serlo y se convierte en presidente,

retoma sus promesas de campaña y a

ellas se le debe sumar las demandas de

los grupos de poder, además de la

Carta de Intenciones firmada con el

FMI. Esa es la manera de gobernar en

Honduras. Lo que hace cada gobierno es

promover su imagen, y por eso estamos

saltando de una iniciativa a otra, casi

siempre improvisando.

Sirva el ejercicio matemático para señalar

que para revertir eso tenemos que

retomar el camino de la ciencia como

herramienta para el desarrollo. Como

ejemplo, las cifras dicen que, en lo que va

de éste siglo, se han invertido en nombre

33

de la estrategia para la reducción de la

pobreza más de 80 mil millones de

lempiras, pero esas cifras se contradicen

con la lógica económica, porque la

pobreza aumenta. Desde el conocimiento

cotidiano no tenemos respuestas para

ese tipo de cosas, pero sí desde la

ciencia. Sólo la ciencia nos lleva de la

apariencia a la esencia; pero, para ello,

tenemos que formar investigadores

comprometidos en el desarrollo del país.

Por supuesto que investigar no es barato,

y deberíamos incluir en nuestros planes

el financiamiento para la investigación,

ya que sin fondos no vamos a hacer

ciencia. De otro modo, seguiremos

haciendo los mismos estudios de siempre

y contribuyendo a multiplicar la pobreza.

Cuando nos preguntamos cuál es la

situación actual de la investigación

científica en Honduras, ya sabemos la

respuesta; sin embargo,

apuntaremos algunos dato a tomar

en cuenta.

La investigación en el mundo está

concentrada, básicamente, en 3

zonas geográficas: Estados Unidos

de Norteamérica, la Unión Europea

y Japón; en el caso de América

Latina es el 2% de asignación que

en términos de gasto (la palabra debiera

ser de “inversión”) está siendo utilizada

para el tema investigativo. Es también

interesante cuando uno habla del

tamaño de las economías y se observa

que Estados Unidos le dedica el 2 y el

0.6% de su producto interior bruto;

Europa el 2% y lo mismo países como

Corea del Sur, Taiwán, Malasia, etc., que

le dedican el 1.6 %. En el caso del resto

de América latina el promedio es 0,3%.

En otras palabras, hay una cantidad muy

pequeña dedicada como inversión para

el desarrollo. Esto nos dice, claramente,

que los investigadores latinoamericanos

somos pocos: se estima que somos unos

100,000, pero esa sólo es una cifra que

pareciera indicar que somos bastantes;

pero cuando vamos al detalle, vamos a

encontrar otros significados importantes.

34

En los países industrializados o

avanzados la mayor parte de esta

investigación para el desarrollo es

realizada por empresas privadas. En

América Latina la contribución del sector

privado es, en conjunto, muy reducida;

puesto que básicamente son los

gobiernos quienes financian las

investigaciones y, principalmente, las

universidades, con la reconocida realidad

nuestra de que las universidades

normalmente no tienen suficientes

recursos para eso.

Lo otro a destacar es que las estructuras

científico tecnológicas son frágiles. Una

gran cantidad de experiencias en el país

se han destruido. En concreto, es

importante decir que la ciencia y la

tecnología entre los latinoamericanos

son desiguales, con muchos discursos

pero sin continuidad, básicamente

fundadas en lo que, de repente, un

presidente o un cooperante pudiera

estar interesado en movilizar.

Así, se deduce que la investigación no

forma parte de una política de Estado o

que, como no tiene estímulos, estas

políticas tienen vinculaciones muy

limitadas con sectores tan importantes

como el sector económico o social. Hay

que subrayar que toda política

económica constituye, implícita o

explícitamente, una política de ciencia y

tecnología; pudiendo sostenerse que las

políticas prevalecientes de la región

desestimulan la generación endógena de

conocimientos, lo cual viene a ser lo

mismo que afirmar que, prácticamente,

toda la política pública viene de afuera. Si

somos sinceros, sabemos de

dónde viene.

Lo anterior significa que la

creación de ciencia y de

política pública de otros

sectores es verdaderamente

muy limitada. Los gobiernos

no siempre articulan, no hay

sistemas nacionales de

innovación que funcionen y,

de hecho, se ve una distancia

muy grande entre ciencia y

producción, aunque para producir se

necesita ciencia.

35

Citando el caso mexicano, el 26% del

presupuesto universitario se destina a la

investigación (unos 615,000,000 de

dólares); sin embargo, se quejan de

muchas cosas y dicen que hay 22

institutos y 8 centros de investigación,

que para el tamaño de todo México no es

tanto.

En el 2014 la comunidad científica de la

Universidad Nacional Autónoma de

México (UNAM) publicó 3,250 artículos

especializados en revistas internacionales

(lo cual viene a ser algo como un sueño

para nuestro país), que representó el

30% del total de artículos científicos

producidos a nivel nacional. Estamos

hablando de una cantidad grande pero,

al mismo tiempo, insuficiente para el

tamaño y la capacidad que tiene México,

considerada la decimoquinta economía

del mundo “y aún no hemos logrado

tener la influencia global a nivel científico

y en innovación que uno esperaría ¿Qué

nos falta para lograr que la ciencia

mexicana alcance una posición de

liderazgo internacional y cómo puede

impulsarse este liderazgo desde la propia

universidad?” son cuestionamientos

válidos.

Por otro lado “México hoy” señala que la

formación de recurso humano, “contar

con talento humano capacitado, es un

pilar esencial de la economía y la

sociedad del conocimiento. La única

alternativa para enfrentar este reto,

tanto para la universidad como para el

país, es formar nuevos maestros y

doctores”. Es fundamental, entonces, q

en el tema de la educación que el avance

sea orientado, inducido, para determinar

qué tipo de profesional es el que

realmente ocupamos.

También enfrentamos como país, dicen

los mexicanos, el reto contar con más

investigadores de tiempo completo.

“México hoy” dice que en ese país hay un

investigador por cada 1,000 habitantes,

en contraste con los países desarrollados

hay casi 8 por cada mil. Eso mide una

distancia muy grande, una ruta, un

camino extremadamente importante que

debemos ver. También afirma que “el

sistema nacional de investigadores

cuenta con 23,000 miembros. En los

últimos años se ha incrementado el

número de investigadores y centros de

investigación en el país”. Sin embargo,

también señala que el sector productivo

no está contratando investigadores y no

está desarrollando alta tecnología, en lo

cual tenemos coincidencia total.

36

Es muy importante patentar, pero no

tenemos esa cultura. Se nos dificulta

hasta tener el ISBN de los libros; sin

embargo, la Oficina de Patentes y Marcas

de Estados Unidos registra 180,000

patentes al año, otorgadas a titulares de

todos los países, sin que sepamos

cuántos hondureños con patentes

otorgadas habrá en ese registro, pero se

presume que no son muchos. Del 2000 al

2007 los 4 países latinoamericanos con

mayor presencia suman 1,591 pero la

mayor parte -poco más del 40%-

corresponde a Brasil. Por su parte, la

Oficina Europea registra 55,000 patentes

al año y sólo cuenta con 222 de origen

latinoamericano, de las cuales 138

corresponden también a Brasil; en otras

palabras, la producción de conocimiento,

poca o mucha, prácticamente la lidera

Brasil.

La iniciativa Think Tank que

financian algunas organizaciones

estadounidenses y canadienses

otorgó a 7 países de América Latina

-Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador,

Guatemala, El Salvador y Honduras-

recursos destinados para la

investigación. Un investigador

contratado por la red que se

constituyó (Red de Iniciativa

Latinoamericana de Investigación de

Políticas Públicas) puso en contraste la

situación de esos 7 países, cuya

población equivale al 15% de la

población de América Latina; el PIB

equivale al 6.5% de toda América Latina y

el volumen de documentos de

investigación publicados por esos 7

países equivalen al 2.5%. Por otro lado,

en el 2014 el esfuerzo de contrastar lo

que estaban haciendo estos países hizo

ver que, comparativamente, del año

1996 hasta el 2013 esos 7 países no

superan a Colombia, la cual se ha venido

aumentando la brecha de producción en

documentos científicos. Eso ya es un

desafío. Cuando vemos los datos más

fríos, observamos que la posición en el

ranking de las universidades de América

Latina y del Caribe con respecto a la

producción científica del país coloca al

Perú en una buena posición, mientras

que los países con peor posición son El

Salvador y Honduras. Dentro de las 250

universidades de América Latina con

mayor producción científica no aparecen

El Salvador, Guatemala ni Honduras.

37

En cuanto a los centros de

investigación, la situación

de Honduras no es tan

mala, ya que dentro del

ranking de centros de

pensamiento (tanques de

pensamiento) Honduras

ocupa la posición 29,

siendo superados sólo por

El Salvador. Esto es

interesante; y se le agrega

que, dentro de los 45 centros

más influyentes de la región, El Salvador

tiene 2; Guatemala tiene 100 y Honduras

tiene 1. Esto denota que el subdesarrollo

y desarrollo es complejo y que contiene

algunas paradojas.

El reporte del 2015 que hace la

Universidad de Pensilvania de todos los

tanques de pensamientos del mundo

este es del 2015, aparece en primer lugar

la Fundación Getulio Vargas de Brasil y

en segundo lugar la CEPAL. El FOSDEH

aparece en el lugar 32, pero deberíamos

tener más centros de pensamiento. Sólo

está arriba de nosotros FUSADES de El

Salvador. No hay nadie más de

Centroamérica en ese listado de la

Universidad de Pensilvania. Cuando

comparamos la productividad científica

por cada mil millones de PBI, Chile se lo

lleva todo, con un PIB más grande y,

además, una producción científica mucho

más grande que la de América Latina y el

Caribe. Después aparece Bolivia y

Honduras en el antepenúltimo lugar con

4.8; Guatemala con 4.1 y El Salvador con

3.4.

Sin embargo, Honduras aparece en

último lugar al relacionar la cantidad de

documentos científicos en revistas

indexadas, por cada 100,000 habitantes.

En ese aspecto, Chile sigue ganando,

mientras que Honduras sólo muestra 1

documento científico en revistas

especializadas por cada 100,000

habitantes.

La cruda realidad de Honduras de 1996 al

2014, en cuanto a la producción

científica, muestra 39 documentos

científicos en el 1996; 43 en 1997 y 110

en el 2014. Es interesante que las áreas

de investigación relacionadas con la

agricultura y salud (incluyendo

inmunología, neurología y neurociencia)

abarquen casi el 70% de toda la

producción científica. Sin embargo,

economía, econometría y finanzas,

apenas aparecen con 1 documento

científico en el año 1996, 2 en 1997, 4 en

1998. Obviamente no quiere decir que

no hay producción científica, pero esta es

una buena aproximación.

38

No se entiende por qué Estados Unidos

considera la ciencia económica fuera de

las ciencias sociales, lo cual es una

aberración, pero tampoco las ciencias

sociales (entre las cuales están la

sociología, la antropología, las ciencias

políticas) se destacan mucho, pero

supera a la economía. No tenemos

artículos científicos en las

ciencias computacionales

(apenas 1 en el 2003 y otro en el

2004) porque la economía

internacional no le ha dado un

rol a Honduras para producir

ciencia en el campo

computacional. Esto es un gran

desafío para la UNAH y para las

universidades privadas (20 por

todas) de llenar estos huecos en

los próximos veinte años.

En relación con los documentos citables

producidos por Honduras, se ha

mejorado a partir del 2008. Quizás

muchos de estos documentos fueron

producidos durante el golpe de Estado. Si

comparamos la producción científica de

Honduras con la de Costa Rica en el 2014,

evidentemente Honduras está muy por

debajo.

Para levantarnos la autoestima, hay que

señalar que en España todos los años se

39

hace un examen para poder entrar a una

especialidad: los médicos de todos los

países de habla hispana y no hispana van

a ese examen. Los resultados de esos

exámenes colocan a la Universidad de

Rumanía en el último lugar; a la

universidad de Cuba en el penúltimo; y,

según las calificaciones promedio,

Honduras sólo es superada por Chile, que

está en segundo lugar (superamos a

Ecuador, Alicante, Murcia, Granada,

Santander, Córdova, Paraguay, Perú,

Málaga, Venezuela, Sevilla, Italia, etc.)

¿por qué será eso?, ¿qué debemos

aprender de la facultad de medicina? La

respuesta es: 6 años de teoría y 2 de

práctica. Los hondureños que llegan a

ese examen han sacado 40 partos cada

uno, han operado tantas veces, y esto

demuestra que el desarrollo o el

subdesarrollo son complejos. Que

Honduras aparezca en el segundo lugar

es algo para ser estudiado. España

gradúa médicos con 6 años, pero

Honduras los gradúa con 8 años.

Entonces, la respuesta es estudiar más.

Para poner un ejemplo, los muchachos

que llegan a FOSDEH supuestamente a

adquirir experiencia, no saben qué hacer

con una regresión aplicada a un caso

concreto de Honduras, no saben si el

coeficiente de Gini se puede utilizar para

medir algo más que el ingreso. Necesitan

ser sumergidos en la parte práctica

laboratorial. Los profesores universitarios

también debemos cambiar: debemos

estimular una cultura de la discusión

científica.

Potencialmente somos desarrollados,

pero necesitamos poner esa potencia

virtual en tiempo real, con capacidades

reales, para poder rediseñar esas

instituciones nuestras en las que no

creemos. Ese sistema de justicia -que es

muy injusto- no va cambiar si no lo

presionamos desde de la ciencia. El

conocimiento es fundamental para ello.

Hay que ponerle nombre a los

fenómenos en Honduras y no esperar a

que vengan de afuera a ponerle nombres

a la problemática de Honduras.

40

En El Salvador, a partir del año 2010 se comenzó a ver un alza de homicidios de estudiantes. En ese año se alcanzó la cifra de más de 160 estudiantes asesinados, 3 maestros y 1 director. Eso nos sorprendió mucho, porque nunca había ocurrido de esa manera, y empezamos a tratar de entender el problema, por lo cual se hizo este estudio sobre prevención de la violencia escolar en América Latina. No teníamos estadísticas, ni más información que la proporcionada por la policía. Nos dimos cuenta que otros países como Guatemala, Honduras y Brasil también estaban tratando con este problema; y que, además, era un problema global, no sólo de El Salvador y América Latina.

En el año 2006 Naciones Unidas sacó un informe que hablaba de contrarrestar la violencia contra la niñez. Del año 2008 y hasta 2012 Plan Internacional lanzó la campaña global “Aprender sin miedo” por la misma razón. En aquel momento no se hablaba tanto de homicidios, que fue lo que disparó las alertas en El Salvador; sólo se hablaba de violencia por bulling, matonería y otras cosas. El año pasado UNICEF lanzó la campaña “Escuelas y comunidades fuertes”, por la misma razón pero enfocado en América Latina, en donde afirmaba que la violencia escolar por pandillas, tráfico de drogas y armas era una causa principal de deserción escolar. En enero de este año 2016 la Organización de las Naciones

Esta ponencia se hizo con base en:

Cuéllar-Marchelli, H., Morán, J., Góchez, G. y Cuadra, R. (2016). Estrategias de prevención de la

violencia escolar en América Latina. FUSADES y FEDISAL. El Salvador, C. A. Presentado en la

Segunda Conferencia Regional “Calidad e Innovación en la Educación”, Iniciativa Latinoamericana

de Investigación para las Políticas Públicas (ILAIPP), Lima, Perú, 5 y 6 de abril de 2016.

41

Unidas lanza la “Alianza Global Contra la Violencia” para poner fin a la violencia contra la niñez. El Banco Mundial y otras organizaciones globales también están interesados en enfrentar este problema, pero la responsabilidad de encontrarle soluciones nos corresponde a todos.

Cuando se trata de definir, existen discrepancias en relación con el concepto de “violencia escolar”. En primer lugar y de manera muy simple, violencia escolar es cualquier acto de agresión intencional asociado al ámbito de la escuela; entendiendo que el “ámbito escolar” no se refiere sólo a lo que ocurre dentro de la escuela, en el salón de clases, en los pasillos, intramuros, sino que quiere decir: dentro de la escuela, cuando camino hacia la escuela, voy de la escuela a mi casa o cuando estoy fuera de la escuela en cualquier actividad extra curricular organizada por una instancia educativa.

Según la clasificación de UNESCO, hay 4 formas de violencia escolar:

1. La primera es el castigo físico o psicológico, que puede provenir

de profesores a estudiantes (jalón de orejas, el pelo o burlarse humillar a un estudiante).

2. El acoso o bullying que en algunos países en América Latina se llama “matonería”. Este es el acoso sistemático o repetitivo entre pares, cuando la agresión consiste, por ejemplo, en: expandir rumores, golpeando insistentemente o aplicando la ley del hielo, excluyendo a los estudiantes.

3. También está la violencia sexual y de género, que se da por creer que los niños y las niñas deben desempeñar ciertos roles o ciertas características; y puede ir desde el hostigamiento hasta la violación sexual; puede ocurrirle a niños y niñas, pero es más frecuente que le ocurra a las niñas.

4. Violencia externa, que es cuando la escuela se ubica en una zona muy conflictiva, ya sea por razones políticas, por pandillas, armas, tráfico de drogas u otra causa de conflicto, que logra penetrar el quehacer de la escuela y que la afecta de tal manera que los estudiantes y los profesores se pueden convertir en víctimas o en victimarios.

Hay factores de riesgo y factores de protección que determinan la violencia escolar. Entre los factores de riesgo, puede mencionarse:

Las características individuales, por ejemplo: un niño expuesto a violencia en su hogar constantemente, que tiene bajo rendimiento escolar, pero que

42

también es víctima de acoso en su hogar.

Puede ser también familiar: el niño nació en una familia disfuncional o puede darse algún factor de riesgo entre padres (abuso de drogas, por ejemplo)

Entre pares: cuando los niños se asocian con otros niños que están en conflicto con la ley o que tienen problemas; el niño tiene actitud de tolerancia a la desviación o está con una comunidad que tiene comportamiento negativo.

Puede asociarse también con la comunidad: hay pocas oportunidades económicas hay una cultura de violencia, donde se tolera el acoso, etc.

Pero, afortunadamente, también hay factores de protección. En el nivel individual, que la persona tenga actitud de intolerancia a la desviación, usualmente se asocia con un alto coeficiente intelectual para entender lo que está bien y lo que está mal, desde muy temprana edad. Otro factor de protección a nivel de la familia puede ser el acercamiento con los padres, que tengan la capacidad de conversar con los padres todo el tiempo de lo que les pasa y que los padres establezcan relaciones afectivas con sus hijos; la protección en el ámbito de la comunidad también es otro factor de protección, que hayan suficientes espacios de recreación y entre los relacionados con pares es importante que hayan diferentes alternativas de participación positivas: actividades juveniles de deporte, algunas organizadas por iglesias u otras entidades.

Cuando no hay una combinación adecuada y hay más factores de riesgo que de protección y, además, interconectados entre los distintos niveles (individuales, familiares, pares y comunidad) el fenómeno de la violencia se expande y se hace más fuerte. La misión debería de ser tratar de potenciar los factores de protección y minimizar o eliminar los factores de riesgo. La escuela debe ejercer esa función, además de la familia, de la comunidad y de la sociedad entera; pero en el ámbito de la educación, a la escuela le corresponde tener la misión no sólo de formar para la convivencia, sino que también formar competencias.

Si hay excesiva violencia, esto tiene un efecto negativo en el desarrollo de las personas, en el rendimiento académico y en las competencias. Recordemos que las conexiones cerebrales de los niños comienzan a formarse desde los primeros días: si en los primeros 1,000 días en los primeros 3 años, 7 años, no les dimos buenas relaciones afectivas a ese niño, la posibilidad que genere patrones de frustración y violencia es mucho mayor. Entonces, eso influye en el desarrollo humano, en el rendimiento académico, porque baja la autoestima, la capacidad de concentración, la capacidad de fijarse metas para salir adelante con los proyectos de la escuela y en la asistencia porque no se sienten seguros ahí. Entonces, todo eso tiene un impacto muy fuerte en el compromiso de la escuela de educar para la convivencia y para la competencia.

Pero la prevención de la violencia escolar debe considerar las interconexiones de la escuela con el entorno. La escuela tiene esa función social de formar ciudadanos

43

y formar personas que quieran ser exitosas en el trabajo y en la comunidad; pero, también, la escuela puede ser un reflejo de lo que ocurre afuera, y si afuera hay una cultura de violencia, de tolerancia a la desviación y hay patrones agresivos, eso puede reflejarse de diferentes maneras al interior de la escuela.

El modelo ecosistémico de desarrollo, trasladado a la escuela, se puede explicar de la siguiente manera: tenemos la visión de la escuela, que es el nivel micro, de formar competencias y formar para la ciudadanía: esperaríamos que la familia pueda fortalecer la misión de la escuela fortaleciendo los aprendizajes en el hogar, fomentando valores; que la comunidad tenga una cultura también de respeto, de convivencia y de trabajo y que en la sociedad y la cultura sea así, que se potencien estos valores.

En cada nivel o ámbito hay factores de riesgo y factores de protección. La escuela (aun cuando sea la mejor escuela) no puede hacerlo todo sola; porque si ella lo hace bien, pero la familia falla, se genera un saldo negativo.

Por lo tanto, si queremos implementar una estrategia de protección de la violencia, es necesario garantizar la visión de la escuela; hay que asumir que esta no puede implementarla sola, sino que debe ser una intervención en la escuela, pero que se apoye en los otros ámbitos (la familia, la comunidad y la sociedad). Por eso muchas estrategias de prevención de la violencia juvenil parten de la intervención en la escuela.

En América Latina se conoce poco acerca de cómo prevenir la violencia escolar desde la escuela, ya que la mayor parte de la investigación al respecto se ha hecho en los países desarrollados. Sin embargo, en esta investigación realizada por FUSADES tratamos de comprender cuáles son los factores de éxito de los programas implementados en esta región, en contextos diferente y con distintas limitaciones. Nos preguntamos qué tipo de implementación se podría requerir para abordar de manera holística el problema, tomando en cuenta los diferentes niveles; cuál debería ser el papel de los docentes y si las escuelas formadoras de docentes están formando a los docentes para trabajar en contextos violentos; cuál debería ser el papel de los estudiantes, los padres de familia y otros factores claves de la comunidad; cuál debería ser el rol de la política pública.

La verdad es que tenemos entornos violentos tanto en El Salvador como en Guatemala, Honduras, Argentina, Brasil, Chile y otros países de América Latina. Hay una creciente necesidad de producir conocimiento para poder informar a los tomadores de decisión y que se hagan buenas políticas y programas. Por lo tanto, quisimos contribuir aportando

44

insumos en el diseño de estrategias que aseguren la misión de la escuela.

El objetivo del estudio es, entonces, conocer cuáles son los aspectos claves a tomar en consideración para la implementación de políticas públicas y programas orientados a prevenir la violencia escolar que se pueden identificar a partir de la experiencia de América Latina, que es bastante peculiar y muy distinta a la de los países desarrollados. Lo que hicimos fue una revisión sistemática de la literatura de diez años (de 2015 a 2015), de acuerdo a categorías de búsqueda y un protocolo de investigación para poderla hacer. Este tipo de revisión sistemática de literatura se hizo con los siguientes objetivos:

Intenta responder a las preguntas de investigación.

Intenta saber qué se conoce y qué no se conoce en el tema, a partir de la investigación previa que se ha hecho.

Busca proporcionar información útil para la toma de decisiones en el diseño de políticas públicas y programas.

En términos generales, la metodología es esta: se definen las categorías de búsqueda (en nuestro caso, escogimos:

violencia escolar, prevención de la violencia, educación; y buscamos en todas las bases de datos indexadas a las que tuvimos acceso, como documentos, revistas internacionales y otro tipo de publicaciones electrónicas científicas). Además, para reducir el sesgo de investigación, escribimos correos electrónicos a 99 instituciones, de 9 países de la región, para preguntar qué habían hecho en ese tema y pedir que nos mandaran esa información. De estas 99 instituciones de América Latina únicamente logramos recopilar 33 documentos que, sumados al resto, hicieron un total de 5,743 publicaciones que abordaban la problemática. En el caso de América Latina, encontrar la información de lo que se había hecho en este tema fue como buscar una aguja en un pajar. Al final, solamente 99 publicaciones se referían a lo que se había hecho en América Latina para prevenir la violencia escolar; pero como se trataba de una selección sistemática de literatura rigurosa, que tenía que responder a una pregunta de investigación, pudimos identificar que solamente 26 publicaciones eran las que tenían una descripción de los programas que se había hecho en la región, y que en esas 26 publicaciones solamente se podía encontrar 89 programas de prevención implementados y había que escoger aquellos sobre los que era posible hacer un análisis que permitiera hacer inferencias sobre qué funcionaba y qué no; y que, además, tuviera algún tipo de evaluación o valoración del programa con algunos resultados. Al final sólo encontramos 13 casos de estudio en América Latina.

En términos generales, un hallazgo principal fue que las estrategias para la

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reducción de la violencia en esta región buscan, básicamente, contrarrestar múltiples formas de violencia a la vez. De los 89 programas detectados, 82 estaban enfocados en eso, básicamente como programas de promoción de la cultura de paz, la convivencia y valores, que muchas veces se lanzan sin considerar el nivel colectivo o grado académico de los niños o su nivel de desarrollo. Son programas que se implementan de manera uniforme para toda la escuela, esperando que tengan influencia.

Luego encontramos cuatro programas específicos contra el bullying, problema que no es nada nuevo, pues existe desde que la escuela fue creada, pero que hasta ahora se reconoce como tal, con nombre y apellido. Luego encontramos solamente 3 programas sobre violencia sexual y de género, a pesar de que en los últimos años se ha hablado que este es un tema importante y que ha tenido mayor incidencia en la escuela. Sin embargo, uno de los principales problemas es que la violencia sexual no se reporta y, además, si se reporta presenta muchos prejuicios.

En términos generales, encontramos programas para contrarrestar 3 formas de violencia: bullying, la violencia sexual y de género, y múltiples formas de violencia a la vez; pero la mayoría de programas están enfocados en este último.

¿Qué aprendimos del análisis de los trece casos particulares encontrados? Con respecto a la prevención del bullying, encontramos estos tres programas: “Programa Aulas en Paz”, de Colombia; “Programa No Más Bullying”, de Chile; y el Programa Política Nacional de Convivencia Escolar”. De estos tres programas, solamente el segundo tenía énfasis particular en promover la denuncia, mientras que los otros dos estaban más enfocados en educación para la sensibilización respecto al tema y en cómo los estudiantes debían comportarse al ser víctimas de bullying.

Los alcances y desafíos que encontramos respecto a la prevención del bulling fueron: en primer lugar, que estos promueven el comportamiento positivo, tratan de educar para tener buenas normas de respeto y convivencia entre los estudiantes y, además, involucran a la familia, mediante cierto papel de

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sensibilización de los padres sobre cómo detectar si su hijo está siendo víctima de bulling o identificar a los agresores; pero, básicamente, son programas educativos que hacen muy poco para fomentar la denuncia.

Entonces, el principal desafío que encontramos es que a pesar de que este es un problema bastante fuerte en las escuelas, muy poco se enseña a los niños sobre cómo protegerse y cómo denunciar. Además, encontramos que el bullying ocurre siempre en lugares donde no hay maestro: en los baños, pasillos o en el aula cuando no está el profesor; por lo que, quizás, sería bueno incluir medidas de prevención situacional; por ejemplo, poner cámaras, mejorar la iluminación, cambiar las áreas de recreo, etc. Encontramos que, básicamente, se piensa que las medidas de prevención están hechas sólo para niños que podrían cometer una agresión pero no lo han hecho todavía. Esas son medidas de prevención primarias pero, en realidad, en la escuela hay niños que ya están cometiendo agresión, por lo que el maestro ya no se puede conformar sólo con medidas de prevención primaria. Se debe hacer la denuncia y apoyar a la víctima. Sin embargo, la mayor parte de los mencionados programas de prevención de la violencia escolar no cuentan con mucha orientación sobre cómo atender a las niñas y niños que son víctimas; ni se capacita bien a los maestros en cómo identificar a los niños que son agresores. También hace falta involucrar a la comunidad, considerando que en el modelo ecosistémico las mejores estrategias de prevención son las que promueven más factores de protección dentro de los niveles (escuela, familia, comunidad y sociedad).

En el caso de la prevención de la violencia sexual y de género, se encontraron cuatro programas para análisis: el Programa de Prevención y Atención del Maltrato y Violencia Sexual Infantil, en Perú; otro programa similar en Uruguay; un programa para la no violencia, en Chile y un componente de la campaña mundial “Aprender sin miedo”, de Plan Internacional.

Los desafíos que encontramos respecto a estas estrategias fueron: en primer lugar, al igual que en el caso anterior, de la prevención del bullying, ese tipo de programas se enfoca en programas educativos de sensibilización contra este tipo de violencia, para poderla detectar, y también en programas de gestión escolar, que tiene que ver con diseñar manuales de convivencia y asegurar que los estudiantes cumplan las normas de convivencia dentro de la escuela o, incluso, que haya cierta labor de cooperación con la Policía para poder denunciar los casos de violencia sexual. También involucran a la familia, lo cual es algo positivo, y tienden a involucrar a la comunidad para que haya más personas capaces de detectar el problema.

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Quizás, uno de los aspectos interesantes es que consolidan redes de prevención y atención, porque se concentran en que haya más instancias que puedan intervenir, por ejemplo: equipos de trabajadores sociales, sicólogos o las instancias para la protección a la niñez dentro del Estado; pero también presenta diferentes desafíos: la mayoría de programas no promueven medidas de prevención situacional; y sabemos que las niñas suelen ser más víctimas de este acoso, tienden a ser más agredidas en los baños, pasillos de bibliotecas, en los lugares más apartados dentro de la escuela; y hace falta presencia de maestros en esas áreas o buena iluminación o cámaras para tratar de evitar los abusos.

Por otra parte, el tema de educación sexual es tabú en el currículo escolar de muchos países. También hace falta fomentar el compromiso comunitario, porque muchas veces el agresor también está fuera de la escuela y los niños son agredidos cuando van hacia su casa o hacia la escuela

Por último, hay que desarrollar y cumplir buenos reglamentos. En muchos países ocurre (y El Salvador tampoco es la excepción) que a veces no se denuncia por temor; y si se denuncia, esto queda dentro del Ministerio de Educación, en la oficina de algún funcionario de tercer nivel, que no sabe cómo manejar el caso. Puede ser que lo maneje bien, pero la burocracia es tan grande que para cuando el caso es registrado o procesado ha pasado tanto tiempo que el maestro agresor sigue dentro del sistema y, en ocasiones, para evitar problemas simplemente es trasladado a la escuela de otra comunidad donde nadie lo

conoce; pero como el maestro sigue siendo un agresor, no ha sido sancionado debidamente, no hubo cumplimiento de la ley y del reglamento de educación. Dar cumplimiento a la ley y los reglamentos representa otro gran desafío.

Finalmente, encontramos el programa para contrarrestar las múltiples formas de violencia, que es el más popular en la región, con los siguientes casos de estudio: “Aulas en paz”, el “Programa de Resolución de Conflictos y Mediación entre Padres”, que es un programa muy interesante porque en él los niños ocupan el papel de mediadores para resolver conflictos con sus propios compañeros; el “Programa Abriendo Espacios de Educación y Cultura” de Brasil, el cual es un programa de recreación de arte y deportes que se extiende los fines de semana para mantener a los niños ocupados y formarlos en disciplina y valores; el “Programa de Convivencia Escolar” en Argentina; el “Programa Iniciativa a Favor de las Escuelas”, que fue lanzado el año pasado por UNICEF y que resulta interesante porque reconoce las intervenciones holísticas de diferentes actores; el “Programa Miles de Manos” que está en Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua y el “Programa de educación para la Niñez y Juventud” que forma parte de la estrategia para la prevención de la violencia juvenil en El Salvador.

Entre los alcances y características de estos programas se puede mencionar que: en primer lugar, desarrollan competencias ciudadanas, involucran a la familia y a la comunidad, capacitan a los docentes sobre cómo detectar conductas violentas de manera muy

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general y no en todos los programas con la misma intensidad; y trabajan muy fuerte en la creación de protocolos para la disolución de conflictos. Pero son programas que no siempre toman en cuenta el nivel de desarrollo de los niños, son programas amplios y pareciera que quieren contrarrestar todo haciendo un poco de todo.

En cuanto a los desafíos que plantean esos programas, estos pueden ser muy exitosos en contextos donde no hay mucha violencia, pero ¿qué pasa cuando se quiere implementar un programa de cultura de paz en un municipio o localidad donde hay una alta presencia de pandillas, donde los niños de otra comunidad no pueden venir a esta escuela porque pertenecen a una comunidad con otro grupo distinto de pandillas?, ¿qué pasa cuando en los pasillos de la escuela el profesor ve que le han puesto en la pared un letrero que dice “ver, oír, callar”? Promover un programa de cultura de paz en escuelas donde ya hay peligro inminente de pandillas, donde hay mucha violencia, parece incoherente. Cuando uno va a implementar un programa de esta naturaleza, se tienen que considerar las limitaciones territoriales -¿dónde está la escuela?, ¿cuál es el contexto?, ¿cuál es la realidad interna de la escuela?- para hacer una intervención más apropiada y acorde a la realidad de esa escuela. Por otra parte, no podemos pensar que todos los niños tienen el mismo nivel de desarrollo. Hay escuelas en donde existen niños con delito comprobado junto con niños con un nivel de desarrollo normal, por lo cual la atención debe ser distinta.

Entre las principales conclusiones habría que mencionar que: esta investigación ha sido interesante porque nos ha permitido identificar los factores de éxito y lo que habría que atender en cuanto a los programas de prevención de la violencia escolar, en 3 aspectos:

1. En cuanto a la modalidad de la intervención, es decir, si es una intervención que solamente consiste en un programa de formación o de sensibilización o que crea competencias para poder detectar conductas violentas o, en cambio, es una intervención más pragmática.

2. Aspectos relacionados con el nivel de la intervención: dependiendo de la forma de violencia hay que determinar cuál debe ser el nivel de la intervención: sólo en la escuela; incluir la participación de los padres, de la sociedad; o es necesaria una política de más alto nivel para poder atender el problema.

3. Aspectos relacionados con el diseño y la implementación, que son más operativos.

En cuanto al primer aspecto, la modalidad del tratamiento del problema no siempre corresponde a la realidad de

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violencia en las escuelas porque, en primer lugar, la mayoría de estrategias de prevención de violencia en América Latina se apoyan únicamente en programas educativos, de formación, en sensibilización y de gestión escolar; en contar con buenos manuales de convivencia, que los maestros conozcan bien las reglas y que aseguren el cumplimiento de las mismas y, a veces, de cooperación con la Policía; pero estos programas pueden no ser muy funcionales en contextos de alto riesgo. Hay escuelas en las que se necesita sumar medidas de prevención situacional y también estrategias de prevención secundaria, además de atención a las víctimas.

Finalmente, se debe combinar medidas de prevención primaria y secundaria sólo en casos muy particulares, puesto que no podemos asumir que todas las escuelas tienen el mismo nivel de riesgo y violencia. En el caso particular de El Salvador, una de cada 4 escuelas públicas tiene problemas de seguridad interna debido a la presencia de pandilleros. Por lo tanto, en esas escuelas la forma de intervenir tiene que ser diferente, no se puede asumir que sólo con programas de formación o con proponerse cumplir las normas disciplinarias, todos los estudiantes lo van hacer y que el programa va funcionar; probablemente hay niños en el aula que tienen algún tipo de trastorno mental, algún trauma, una alta propensión a delinquir o, quizá, ya son delincuentes, por lo que la atención debe ser distinta. Entonces, el gran desafío es determinar cómo atender a unos niños que tienen un comportamiento normal pero que están en la misma aula con este otro tipo de

niños mencionados, que también necesitan algún tipo de atención.

En cuanto al nivel de la intervención, la estrategia de prevención no siempre responde a una política nacional, pero eso también se puede explicar: en relación con el bullying y la violencia sexual, usualmente basta con actuar en la escuela, la familia y, en algunos casos, en la comunidad, especialmente con la violencia sexual; pero está el caso de las iniciativas contra múltiples formas de la violencia, que involucran 3 niveles: la escuela, la familia y la comunidad, pero que difícilmente van a trascender a política pública, porque casi nunca se habla de una política pública de prevención de la violencia escolar; la mayoría de educadores, incluso, no quieren ni siquiera hablar de violencia escolar. En El Salvador hubo mucha resistencia a reconocer que este era un problema del sistema educativo público y también del privado. Se ha encontrado escuelas del sistema privado donde el 63% de los niños manifestó que eran víctimas de acoso, de bullying (más o menos el mismo porcentaje que en el sistema público, donde 1 de cada 4 escuelas tiene presencia de seguridad interna de pandilleros y en uno de cada 3 centros escolares públicos una de las principales causas de deserción son las pandillas). Parte del problema es que no había datos, pero ahora ya hay, desde el año 2014, pero los educadores –que, por naturaleza, son grandes humanistas- tienen mucha resistencia a hablar de ese tipo de problemas y, por otra parte, suelen asumir que la escuela es un lugar impenetrable. Además, hay una falta de voluntad política y conciencia del rol de la escuela en el fortalecimiento del capital social y la cultura de paz.

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Entonces, cuando se da este problema, no quieren hablar de esto.

Por otra parte, hay intervenciones diferenciadas, según la manifestación de violencia y puede ser que no sea necesario hacer una política pública de gran escala, sino más bien programas concretos. Lo último -que es el caso de El Salvador y, tal vez, también de Honduras- es que hay mucha resistencia de parte de los educadores a reconocer la necesidad de políticas públicas y programas para prevenir este problema en el ámbito escolar, porque usualmente se asume que las escuelas son lugares puros, impenetrables, donde esto no puede ocurrir; y cuando ocurre se dice que no puede suceder y es hasta que se tienen los datos y la evidencia que se dice “bueno, esto sí es un problema”. Entonces viene la pregunta que motivó este estudio: ¿qué hacemos?

En términos de las características de la estrategia, de los programas y de los factores claves de éxito, algunas áreas de mejora podrían ser: en primer lugar la mayoría de las intervenciones no fueron hechas ni diseñadas con base en diagnósticos previos, sino que la mayoría se hicieron con base en intuición, no hubo estudios diagnósticos serios de factores de riesgo y protección de violencia. Se asume que como allá en Estados Unidos una estrategia de prevención funcionó, aquí también lo hará. Eso ocurre no sólo en América Latina: también la mayoría de países desarrollados que tienen este tipo de programas han cometido el mismo error de diseñar programas sin haber hecho diagnóstico previo.

En segundo lugar, es notoria la ausencia de capacitación (a docentes y padres de

familia) y otros factores sobre cómo afrontar la violencia escolar. Usualmente no se quiere hablar del problema y es bien común que cuando el niño es acosado, lo primero que hace es callarse, no quiere hablar del problema. Por eso las campañas contra el acoso y el bullying dicen “No te quedes callado”. Eso es lo primero que hay que hacer: denunciar; sin embargo, la mayoría no reporta los casos de violencia escolar, menos si se trata de violencia sexual. Los educadores presentan mucha resistencia a reconocer que en sus escuelas este puede ser un problema. A veces no es resistencia al reconocimiento, sino que tampoco ellos saben cómo detectar cuando hay conductas agresivas.

Por otra parte, no se conoce si la duración e intensidad de estas estrategias es suficiente para alcanzar las metas. Si se quiere cambiar patrones de conducta, esto no se puede hacer de la noche a la mañana, a corto plazo, sino por medio de intervenciones permanentes en la escuela, mientras el fenómeno este presente, porque los patrones de conducta no se cambian de un día para otro; tiene que formarse hábito, tiene que cambiar la cultura de relaciones entre los estudiantes y sus padres de familia, con los maestros, para cambiar todo el clima dentro de la escuela. Además, no es posible determinar si las medidas responden adecuadamente a la edad y nivel de desarrollo de los alumnos. Esto particularmente con las estrategias que tratan de contrarrestar múltiples formas de violencia a la vez con un mismo programa implementado en toda la escuela.

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Finalmente, otro error muy común, no sólo en América Latina, sino también en los países desarrollados, es que no hacen mucha evaluación de los programas, no hacen evaluación formativa y, mucho menos, evaluaciones de impacto, por lo que no se sabe en qué medida estos programas son efectivos o no.

Sin embargo, hay 2 estudios que hicieron una revisión de diferentes evaluaciones en Estados Unidos en programas de prevención de la violencia. Resulta interesante que los autores observaron que todos los programas parecían mostrar resultados positivos, pero no podían determinar en qué magnitud ni podían saber si había diferencias en el grado de efectividad de dichos programas, dependiendo del contexto, es decir, si funcionarían igual en un contexto de alta violencia como en uno de poco riesgo. No hay muchos estudios de este tipo, ni en Estados Unidos, en otros países desarrollados, y menos en América Latina.

El estudio que realizamos deja ciertas recomendaciones de políticas públicas:

Si se quiere hacer una intervención de prevención de la violencia escolar, debe ser a partir del diagnóstico, no por intuición o porque se crea que como funciona en determinado país, entonces también va a funcionar acá. Se deben hacer diagnósticos y construir indicadores, ya que la mayoría de los países de América Latina no tienen indicadores confiables para darle seguimiento al problema de violencia escolar. En El Salvador estos indicadores apenas existen desde el año 2014 y todavía hay que pulirlos.

Es importante considerar la necesidad de combinar acciones de prevención situacional, de prevención primaria y secundaria en un contexto de alto riesgo por violencia. Hay que aplicar medidas de prevención según como se presente el fenómeno en una localidad porque no todas son iguales, no todas tienen el mismo grado de riesgo ni tampoco la misma cultura. También hay que tener buenos mecanismos de denuncia y protección a la víctima.

Hay que involucrar a la familia y a la comunidad.

Hay que capacitar a directores, docentes, líderes juveniles y otros factores en cómo prevenir la violencia, en cómo detectar conductas agresivas, en saber qué hacer.

Hay que procurar introducir la prevención en el currículo escolar sin tenerle miedo al tema, hay que hablarlo con claridad. Australia, por ejemplo, tienen en su currículo dos elementos básicos: fomentan el emprendimiento en los niños desde la preparatoria, pero crecen con la idea de que pueden ser no sólo empleados sino también empleadores, que son capaces de crear sus empresas de lo que ellos quieran: de gestión cultural, económica, social; además, desde muy pequeños se les enseña a rechazar conductas agresivas, a prevenir el acoso. Tienen una campaña desde párvulos de “No te quedes callado” como parte del currículo

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escolar y como parte de las metas de la escuela. En nuestros países todavía no se habla abiertamente de la violencia escolar, sino que se prefiere evitar el término “violencia escolar” y usualmente se habla de mejorar el “clima escolar”, pero las cosas no se pueden resolver si uno no se hablan con claridad.

Se debe fortalecer la participación de las comunidades y el sector privado en las acciones de prevención, más aún en contextos muy violentos donde el problema ha penetrado la escuela y esta no puede resolverlo sola.

Finalmente, es necesario realizar acciones de monitoreo y evaluación permanentes para verificar la efectividad de los programas y mejorarlos con base en evidencias.

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¿Existen similitudes entre Honduras y El Salvador con respecto a la intervención militar en los centros educativos?

En el caso salvadoreño hay efectivos militares cuidando escuelas. Se asignó esta tarea al “Comando Águila”, el cual brinda protección a cerca de 1,000 escuelas del sector público. Uno se pregunta qué hacen dos policías y dos efectivos militares en las escuelas: hemos encontrado situaciones en las que el director de la escuela prefiere pedir ayuda al efectivo militar que al policía, lo cual es revelador. También hay fotografías en las que se ve a los niños en los patios y los policías y militares vigilando. Esto pareciera bueno, a simple vista; pero, si se piensa un poco más, surge la pregunta ¿quién es la figura de autoridad en la escuela: es el director, el policía o el militar, siendo estos últimos dos personas armadas?, ¿cuál es el modelo de autoridad que les estamos ofreciendo a los niños en la escuela?, ¿es el director, que me invita a aprender y me muestra afecto porque quiere que yo sea un buen estudiante, que me educa y me orienta para sobresalir y ser exitoso; o es la persona armada, la que pone orden y justicia por el uso de la fuerza? Entonces, los niños se enfrentan a dos modelos de educación: uno en currículo oculto, donde la figura de autoridad es el policía y el militar, porque no es plenamente consciente lo que está sucediendo ahí; y otro visible donde se supone que es el director la figura de autoridad en la

escuela. Esto significa un claro debilitamiento de las autoridades de la escuela. Debemos profundizar en el análisis de cuál es el papel del uso de la fuerza dentro del sistema educativo, qué papel debe desempeñar el militar y el policía, cuál es realmente su labor, sabiendo que no es precisamente en la escuela, porque su misión debe ser la defensa nacional, pero por razones extraordinarias de seguridad pública están en la escuela.

Aquí viene otro dilema: ¿quién decide, entonces, que el problema de violencia escolar ahora es un problema de seguridad pública? Y si vamos más allá y razonamos que para 1,000 escuelas se ha creado brigadas con efectivos militares y policiales, ¿será solamente un problema de seguridad pública o ya podríamos hablar de un problema de seguridad nacional, porque está en juego la formación de una nueva generación?

¿Qué ocurre respecto a ese nivel micro del problema, en el cual observamos que los estudiantes están entretejiendo sistemas, valores y comunicaciones muy micro, porque la mara que está operando alrededor de la escuela tiene valores, reglas de juego, normas no oficiales, que se trasladan y transforman el entorno comunitario; y que estos valores, a su vez, están siendo comunicados y trasladados al interior de la escuela, trascendiendo el control del gobierno escolar y otros niveles?

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¿Qué pasa también con el tema de los medios de comunicación: cómo estamos utilizando en los programas de prevención de violencia escolar los medios de comunicación para trasladar valores positivos, considerando que un niño se levanta temprano y a lo que tiene acceso en la televisión es a El señor de los cielos?

En cuanto a los estudiantes todavía no tenemos las respuestas que necesitan para el problema de violencia escolar, debido a la complejidad del fenómeno; pero se deben construir esas respuestas a situaciones concretas, como por ejemplo cuando viene alguien y me dice “dame tanto dinero porque lo necesito para mi familia” o “a esta niña me la voy a llevar porque la quiero para el palabrero”. Quizá debamos ir pensando en llevar estas preguntas a los mismos jóvenes, que ellos nos ayuden a responderlas, porque nosotros lo vemos desde un enfoque adulto, pensamos como adultos, no como jóvenes.

Respecto a los medios de comunicación, el problema de trasladar valores positivos no es responsabilidad de ellos, sino de todas las instituciones, pero a veces las mismas instituciones no son buenos modelos a seguir. Se ha hablado mucho de que los medios de comunicación pueden participar en campañas activas de prevención de violencia escolar; y hay países donde han participado en campañas contra el acoso y el bullying o el acoso sexual, pero no se ha utilizado plenamente ese recurso para prevenir la violencia.

En el nivel comunitario que tiene que ver con las oportunidades, hay que reconocer

que de poco sirve lograr que la escuela sea un espacio seguro si afuera de la escuela no hay oportunidades económicas, si los jóvenes no encuentran empleo o actividades positivas, resultando en que todo el trabajo que se hizo como factor de protección se pierde por el factor de riesgo externo. La escuela tiene que procurar que el alcalde, los líderes de la localidad, también se involucren y ayuden creando programas de recreación o de oportunidades económicas.

Necesitamos determinar si el problema es de muy pocas escuelas o es un problema nacional; y en ese análisis hay que observar, por ejemplo, el hecho de que hay niños que tienen que abandonar la escuela porque son amenazados, pero cuando se trasladan a otra escuela -con otro pariente, en otro municipio-, uno pensaría que ya resolvió su problema, pero resulta que los jóvenes tienen redes y por WhatsApp se mandan información de que este jovencito viene de tal instituto pero está aquí, lo identifican y tiene que saltar a otra escuela. Entonces, puede ser un problema local, pero también puede ser un problema nacional porque si una de cada cuatro escuelas reporta que tiene problemas de seguridad interna por pandillas, entonces hay que pensar que ya es un problema más serio de seguridad pública.

El futuro de nuestras naciones depende de lo que hagamos hoy por estos niños y jóvenes y, por lo tanto, es importante que dentro de la política social la política educativa sea nuestro eje principal y que haya más oportunidades para la juventud en salud, educación y empleo.

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Este tema ha tenido énfasis últimamente

a raíz de los fuertes conflictos que se han

producido entre los explotadores de lo

que bien podría llamarse negocio de lesa

tierra en ciertas comunidades del país y

los pobladores. Últimamente se ha

buscado, incluso, eliminar los impuestos

a la actividad minera; sin embargo, hay

que empezar señalando que en el

contexto macroeconómico la actividad

minera no es importante, a diferencia del

contexto microeconómico, donde sí es

importante para aquellas comunidades

donde se están desarrollando proyectos

de extracción minera.

Existen 3 tipos de actividad minera:

La actividad minera de extracción

de materiales para la

construcción.

La actividad minera de metales

preciosos.

La actividad minera de gemas.

Desde que llegaron los españoles a

Honduras, se consideró que este era un

país de minas. Los pueblos prehispánicos

ya extraían metales preciosos con el fin

de aprovecharlos en sus vestimentas y en

objetos diversos. Por sus bondades

minerales, Honduras siempre fue

considerada tierra de minas, y se

estimuló una fiebre de oro que ocasionó

que del año 1500 en adelante, todos los

inmigrantes estuvieron en busca de plata

y oro. Esta fiebre de oro canceló la gran

utopía que había inspirado a las

instituciones religiosas de convertir a los

valles de Honduras –especialmente el

Valle de Comayagua- en sitios propicios

para la agricultura y la ganadería.

En la actualidad, la actualidad actividad

minera se desarrolla en todo el territorio

nacional. La actividad minera, incluso, ha

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sido importante para los grupos que

estimularon los nombramientos de

presidentes en Honduras: la primera

presidencia en Honduras fue en Gracias;

y cuando se acabó la explotación con

mucha clientela minera, se pasó a

Comayagua, que ha sido y sigue siendo

uno de los valles que más reservas

mineras tiene. Luego se pasó la capital a

Tegucigalpa, con el argumento

periodístico de que fue un pleito entre

dos damas de la sociedad; pero el

verdadero objetivo de trasladar la capital

a Tegucigalpa fue que el presidente Soto

pudiera desarrollar la actividad minera

en las áreas de San Juancito, Valle de

Ángeles, Sabanagrande y una parte en el

sur del país.

El mapa mineralógico muestra que en

todas las regiones de Honduras hay

explotaciones mineras de actividades

microeconómicas. Hay concentraciones

mineras muy importantes como las del

sur de la república, las de occidente, que

establecen lo que se ha denominado “la

ruta de la minería”. Los minerales no

metálicos están concentrados en zonas

como la de Copán, Santa Bárbara y, un

poco, en Comayagua y el sur del país. La

extracción de minas y canteras ha hecho

que, en muchos casos, se haya producido

la pérdida del lecho freático de los ríos,

porque la extracción de material de

construcción sin orden ni protección de

las comunidades ha hecho de eso un

negocio bastante bueno para algunas

empresas.

Las exportaciones mineras de Honduras

han sido en millones en lo que se refiere

a oro -hasta en 112 millones de dólares-;

en plata subió y bajo; pero lo más

importante es que las cifras para el óxido

de hierro se explican de la siguiente

manera: entre el 2008 y 2012 se produjo

la crisis por la muy publicitada recesión

mundial y, entonces, el único activo útil

era el oro. Entonces, la demanda de oro

aumentó hasta pasar de 700 dólares el

valor de la onza a 1,800 dólares.

Paralelamente, aumentó la exportación

del óxido de hierro; pero es curioso que

los exportadores de óxido de hierro

nunca permitieran que se revisara el

óxido de hierro exportado: incluso los

camiones que trasladaban el óxido de

hierro a los puertos, entraban hasta los

barcos y allí eran lavados, por lo que

nadie sabe qué es lo que iba en ellos. Es

muy sugestivo que en el momento de la

crisis económica mundial las

exportaciones de óxido de hierro hayan

aumentado.

En la última década, a pesar de que ha

estado restringida la operación de

empresas de extracción de metales, en

realidad se ha producido son una serie de

conflictos sociales puntuales en ciertos

departamentos, en ciertas comunidades,

estimulados por la participación de

personas extrañas a la actividad minera,

pero los más significativos son los

conflictos ambientales y comunales, en lo

que tiene que ver con la destrucción de

la ecología alrededor de las extracciones

mineras, porque son lugares donde la

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pobreza es más acentuada y eso

aumenta las posibilidades de empujar a

las autoridades municipales a aceptar la

intervención de extranjeros o nacionales

en la explotación minera. Los conflictos

sociales, empresariales, ambientales y

fiscales, inciden fuertemente en puntos

específicos de la población: existen

conflictos entre las comunidades y

organizaciones ambientalistas con las

compañías minerales por acusaciones de

contaminación ambiental, violación a los

derechos humanos. Esta actividad, sobre

todo de tipo artesanal, crea conflictos

entre los residentes de las pequeñas

comunidades donde operan y los

concesionarios.

Cuando nos preguntamos en qué

contribuye la minería al bienestar

nacional, debemos también analizar que

la explotación de minas y canteras como

parte del Producto Interno Bruto (PIB)

representa menos del 1% del valor

agregado a nivel nacional; mientras que

la ganadería y la agricultura representan

un 12%, la industria manufacturera un

16.8%, por ejemplo; de tal forma que,

desde el punto de vista

macroeconómico, la actividad minera no

es importante. La generación de divisas

por este rubro es insignificante. Si vemos,

por ejemplo, que en este país se

necesitan 12 mil millones de dólares de

exportaciones al año para poder cubrir

las necesidades encontradas, en ese

contexto la minería sólo aporta 157

millones, mientras que las otras

actividades aportan con una mínima

cuota por exportación de divisas unos

700 millones.

Desde el punto de vista de la inversión

extranjera, se produjeron 3.9 millones de

dólares en el primer trimestre del año

2016 y 4 millones en el 2014. Sin

embargo, con una exportación de 190

millones de dólares, ¿cómo vamos a

estimular la inversión en minería cuando

esta no contribuye absolutamente en

nada significativo en la economía

nacional?

En el tema de generación de empleo, las

cifras son las siguientes: la población

económicamente activa es de 8 millones;

para el año 2014 existían 3,460,000

hondureños como población ocupada, es

decir, un porcentaje alto de la PEA. En

cuanto a la explotación minera, hay

4,569 asalariados; 7,008 no asalariados

en explotaciones de minas y canteras,

sino que por cuenta propia, lo cual nos

arroja el dato de 11,000 personas

ocupadas: un poco más de un tercio del

1% con respecto a la población ocupada.

Podríamos pensar que son pocos, pero

desde el punto de vista de la comunidad

estas personas generan un ingreso

importante para su existencia porque no

tienen otras oportunidades de hacerlo.

Sin embargo, es importante mencionar

esto porque cuando se hacen las políticas

públicas esto debe tomarse en cuenta. Se

han descuidado ciertas poblaciones y se

han estimulado los conflictos.

58

Nuestros políticos aparecen en la prensa

hablando de la actividad e inversión

extranjera de manera directa, pero

¿quién se preocupa por la inversión

nacional en el agro, para cubrir las

deficiencias que tiene la población rural

en lo relacionado con administración

ecológica, administración de aguas? La

destrucción de las cuencas hidrográficas

ha ocasionado hasta envenenamientos

masivos, tal es el caso de lo ocurrido con

la “Empresa Entremares”, que tanto

bombo y platillo le hicieron cuando vino

porque era inversión extranjera. También

está el problema de Copán, de

Azacualpa, donde hasta hace poco se

arregló el conflicto ocasionado porque a

una comunidad le querían quitar las

tierras donde tienen el cementerio.

A pesar de que a nivel macroeconómico

la contribución de la minería al valor

agregado es insignificante, para las

empresas y personas que se han

dedicado a la explotación minera esta

actividad ha sido muy rentable y

actualmente hasta cierto grado muy

lucrativa, porque la han desarrollado en

un ambiente de libertad de operaciones,

sin ningún control, sin restricciones

legales, donde todo les favorece.

La actividad minera de oro, plata y óxido

de hierro con propósitos de exportación

está concentrada, principalmente, en

zonas donde la mayoría es propiedad

extranjera o nacional con fuerte

participación de capital extranjero. Es

decir que una actividad que no

contribuye al desarrollo nacional, al

bienestar social ni a la protección de los

recursos naturales, está en manos de

extranjeros.

La actividad minera genera actividad

extractiva en ríos como el Guayape y

otros sitios como El Corpus, donde la

población ha tenido impactos incluso de

delincuencia apoyada por las

autoridades, por ejemplo: el problema de

La Minosa en Copán, el de Entremares en

San Ignacio, El Corpus, Valle de Ángeles,

en la montaña de La Flor. Las empresas

nacionales con capital extranjero han

estimulado que las autoridades traten en

forma casi dictatorial a estas

comunidades, en vez de protegerlas,

haciendo que hasta pierdan sus

propiedades, ya que a nivel municipal no

es posible controlar a los alcaldes porque

tienen la autoridad que les da la ley para

tomar decisiones en ese sentido.

La recaudación reportada por la DEI en la

actividad minera es de 156 millones de

lempiras, mientras que el presupuesto

del país son 68 mil millones de lps. Sin

embargo, está disgregada en 68 millones

de ISR, 2 millones de impuesto solidario

temporal y 88 millones tasa de seguridad

poblacional. La tasa efectiva del

impuesto sobre la renta, respecto al 25

de la tasa máxima de pago, es menor

para estas empresas, por ejemplo: la

famosa Empresa Minosa de Occidente

paga 3.79% con respecto al 35% que

pagan todas las empresas nacionales.

Entonces, ¿qué beneficio le puede traer a

59

la economía nacional la actividad minera,

si la recaudación tributaria muestra que

minas y canteras, en conjunto, sólo

aportan como tasa efectiva de todas sus

actividades un 2%?

El Instituto Hondureño de Geología y

Minas tiene dentro de sus facultades

desarrollar un sistema de tributación

para la actividad minera; pero cuando

vemos lo reportado por INGEOMIN el

impuesto a las exportaciones mineras

tiene 678 millones acumulados del 1 de

enero hasta noviembre del 2003; el

cánon territorial que se paga a las

municipalidades de 4 millones, el de

patentes 43,000 lps., el de inspección y

embarque 11,700; de tal forma que

INGEOMIN sólo 22 millones reporta.

Cuando hablamos del impuesto de

extracción y explotación de recursos

sigue siendo el de la ciudad de Copán el

más importante; el resto casi todos son

recursos aportados por extranjeros de

minas y canteras, no de minería metálica

ni de piedras preciosas ni de oro y plata.

En cuanto a los aportes a las

municipalidades, los mayores provienen

de la extracción de canteras -arena y

grava-, pero están dañando el lecho

freático de los ríos, además de la

depredación de los bosques que sirven

de apoyo a las cuencas de los ríos, lo que

ocasiona un aumento de las presiones de

inundaciones en las áreas más sensibles.

Existe un marco regulador. En 1999,

después del Mitch, se emitió una Ley de

minas en Honduras, diseñada por las

compañías mineras, a tal grado que a los

3 o 4 años se declaraba inconstitucional;

y hasta el 2012 el Congreso Nacional

emitió una nueva ley, pero consensuada

con las compañías mineras; además de

que el instituto encargado de controlar a

las compañías mineras sólo cuenta con 8

personas para hacerlo. A pesar de eso,

tenemos una ley bastante buena, pero le

falta un poco de aplicación.

Las empresas dedicadas a estas

actividades de extracción están sujetas,

además de las normas constitucionales

mencionadas con respecto de esta ley, a

otras leyes que son parte del marco

regulador de la actividad minera: la Ley

de Municipalidades, el Código de Salud,

la Ley Agroforestal de Áreas Protegidas y

Vida Silvestre, la Ley General de Aguas,

el Reglamento Civil; todas con el objetivo

de proteger las cuencas, las áreas de

reserva, las comunidades; establecer

mecanismos para la protección de la

flora y fauna y formas metodológicas

para que sea protegido el ambiente y el

entorno ecológico. Sin embargo, ninguna

de estas leyes o disposiciones se aplica

efectivamente o, simplemente, no se

aplican. Las instituciones involucradas en

el proceso de la industria minera son: la

Secretaría de Trabajo, el INGEOMIN, la

Secretaría de Salud, la Secretaría de

Energía, el Servicio Autónomo Nacional

de Acueductos y Alcantarillados, el

Instituto de Conservación Forestal, el

Instituto Hondureño de Antropología e

Historia; además de organizaciones de

60

apoyo como COPECO, el Sistema

Nacional de Riegos, el Cuerpo de

Bomberos, la Sociedad de Campesinos

Mineros de Honduras, la Cooperativa

Mineral San Juan Arriba, la Asociación de

Familiares Dolientes; mientras por el

sector privado está el Consejo

Hondureño de la Empresa Privada, la

Asociación Nacional de Industriales y la

Asociación Nacional de Minería. La

enumeración anterior demuestra que

tenemos un marco jurídico completo y

un marco institucional inmenso que, sin

embargo, es sólo para un negocio que

beneficia a unos pocos y daña a muchos.

Del análisis de la legislación vigente en el

campo de la minería se deduce que el

municipio no está autorizado para llevar

a cabo directamente una explotación

minera, lo cual es una contradicción. El

artículo 23 de la Ley General de Minería

necesita reglamentarse para que haya la

necesaria responsabilidad subsidiaria del

funcionario que emita un permiso de

explotación o que apruebe una

concesión. Es necesaria una discusión

sobre lo presentado en el artículo 19 de

la Ley General de Minería, a fin de buscar

un equilibrio para que se puedan

acumular, reducir o diferir los plazos. Es

necesario establecer un mecanismo

olímpico para enfrentar los problemas

que presentan la actividad minera, lo

cual no existe, excepto en los reportajes

periodísticos; y es necesario crear la

figura de defensores públicos para

aquellas comunidades desprotegidas que

necesitan enfrentarse a las autoridades

oficiales -civiles y militares- y a los

externos que participan en forma

violenta para controlar lo que más

conveniente a las compañías mineras.

Tomando en cuenta que existe un

desconocimiento generalizado de la

población en relación con estos temas, es

necesario desarrollar un proyecto de

diseminación popular de la Ley, mediante

lectura práctica, manejable, con folletos,

bifolios, trifolios, cuadernillos, que

incluya información gráfica y lectura

entendible.

En un proceso urgente de evaluación y

cuantificación del impacto ambiental,

que debe incluir costos humanos,

económicos y ecológicos, hay que decir

que, a pesar de no estar en contra de la

actividad empresarial, no es adecuado

que se deje al libre albedrío de las

compañías el manejo de su proyecto de

extracción. El INGEOMIN no tiene los

recursos adecuados para actuar con

eficacia y eficiencia: en la actualidad esta

institución no tiene personal para llevar a

cabo los controles ambientales o para

incidir en el cumplimiento de las leyes.

Aparentemente no hay límites y no se

aplican en el número de años que se

puede tener una concesión, ni en la

minería a pequeña escala. Para obtener

una concesión se necesita primero el

permiso ambiental, el cual, para ciertas

actividades el tiempo de trámite dura 3 o

4 meses; pero para la actividad minera,

dicen los afectados que dura 24 horas, o

61

sea que hay algo que no está

funcionando correctamente.

Como no requiere concesión para la

minería artesanal, se pide únicamente un

permiso municipal; pero, en realidad, lo

que las compañías mineras buscan es

obviar la concesión. Las compañías

mineras son autorizadas para explorar:

contratan helicópteros, contrata equipos

geológicos y después piden un permiso

artesanal; entonces, amparados en ese

permiso artesanal, desarrollan

explotaciones que ni están autorizadas

en esa concesión. Por ello es necesaria

una ley que regule las operaciones de

exploración y explotación petrolera y

minera.

El otro problema que hay es que muchas

empresas que piden permisos para hacer

investigación y exploración dicen que es

para exploración petrolera, y no es

cierto, por ejemplo, ¿quién dice que hay

petróleo en Valle de Ángeles?, pero hay

permisos otorgados para exploración

petrolera en Valle de Ángeles. Si hubiera

petróleo en esa zona, ya tendríamos

instalados ahí a British Petróleo o a los

japoneses.

La Ley de Minería y sus reglamentos

establecen normas adecuadas, cuyo

complemento, siguiendo la intención del

legislador, permitiría que la minería fuera

beneficiosa para las comunidades donde

se desarrollan las actividades mineras de

extracción; sin embargo, la realidad es

diferente, debido a la interferencia e

indiferencia de las autoridades o gracias

a su complicidad con las empresas

concesionarias.

Hay cuatro estudios que describen más a

profundidad los problemas y conflictos

que han habido en Honduras a raíz de la

minería, por ejemplo: por lo menos el

30% de la población de las comunidades

del área de operación de Entremares, allá

en San Ignacio, todavía están padeciendo

problemas epidérmicos, infecciones

intestinales, enfermedades en el hígado,

que no se han podido recuperar porque

en el desarrollo de la extracción usaron

cianuro rio arriba; todavía esa agua está

contaminada, no es bebible, no es usable

para producción agrícola, no es utilizable

para riego, para absolutamente nada, y la

población está sufriendo enfermedades.

En ninguna de las comunidades donde ha

habido explotación minera en Honduras

hay un pueblo próspero, todos son

pueblos fantasmas como Yuscarán, San

Juancito, el sur de Sabanagrande y otros

pueblos donde la tierra ha sido arrasada

y lo que ha quedado en las comunidades

son desolación y muerte.

En conclusión, la Ley General de Minería,

el reglamento y su alcance, son normas

adecuadas cuyo cumplimiento, siguiendo

la intención del legislador, pueden ser

utilizadas en beneficio de las

comunidades, pero las empresas no

cumplen en ningún momento con las

normas sobre protección de la vida

humana, su salud, los recursos naturales

ni el medio ambiente de las zonas

62

protegidas; tampoco efectúan las

contribuciones tributarias a las que están

sujetas de conformidad con la ley y sus

reglamentos. En algunos casos lo hacen

con la complicidad de las autoridades, lo

cual es comprobable y hay documentos

sobre ello; por el contrario, algunos

ciudadanos han pedido a las autoridades

que se eliminen los impuestos a la

actividad. Esto deja claro que no se

puede obtener buenos resultados en

cuanto a la aplicación de normas, cuando

en su diseño participan los sectores para

los cuales han sido diseñadas. El

reglamento y la Ley General de Minas se

consensuó con las empresas mineras y

con la participación de los grupos

intermedios de la sociedad civil; en las

discusiones que tuvo este reglamento

con las autoridades, 4 ONG comunitarias

fueron expulsadas, porque estaban

queriendo introducir en el reglamento

algunos elementos que no les convenían.

Está documentado el hecho de que en la

mayoría de los conflictos entre los

pobladores y las compañías mineras

participan elementos ajenos a la

actividad, con actitudes amenazantes y

que hasta ocasionan daños a las

personas. Lo más preocupante es que

estas personas extrañas actúan con la

complicidad y desidia de las autoridades

del término municipal. Es necesario

definir quién es la autoridad minera,

porque la ley sólo dice “la autoridad

minera”, pero no está específicamente

establecido quien es esa autoridad en

Honduras.

Algunas propuestas formuladas para

mejorar esta situación indican que: se

debe revisar el reglamento y toda la

legislación relacionada, fortalecer el

Instituto Hondureño de Geología, con

potestad para aplicar la ley, con personal

idóneo, lo cual no significa que sea

honrado, que conozca el tema a

profundidad para que pueda controlar,

supervisar y vigilar las acciones en los

temas que le competen.

63

Lo primero que hay que señalar es que

reunir cifras y ponerlas en valores

constantes no es nada que amerite una

investigación; la novedad de este estudio

radica en que se hizo un esfuerzo de

presupuestación imputada a nivel

departamental y, además, urbano y rural.

Existe un importante gasto en educación

y en salud que ha estado expresando

valores alrededor del 9% del PIB, los

cuales fueron cayendo cuando se

empezó a hacer algunos arreglos en la

masa salarial de educación,

particularmente.

Como proporción del gasto público total,

se ven valores que van desde el 28%, que

después cayeron hasta el 19%. Se hizo

análisis de 10 años y se tuvo la intención

de generar una actualización hasta el

2015, pero no teníamos la data

64

disponible porque, para obtener estos

datos hay que presentar un permiso

especial para que nos den el nivel de

detalle que necesitábamos. Eso implica

una nota del BID, una nota del Banco

Mundial, a quienes sí prestan atención,

pero si uno va como Pedro o como Juan a

pedir esa información no es seguro que

la proporcionen.

A nivel de la administración central, se

observa alrededor de 40% y baja del

2011 al 2013. Aquí, entonces,

empezamos a ver las rigideces y los

problemas que tiene la composición del

gasto, más en educación que en salud,

porque los sueldos y salarios

representaban 96% del total del

presupuesto; 90% en el 2007, lo cual

implica que no queda nada para

inversión. La calidad del gasto en

educación se ve precarizada si no hay

recursos para invertir en pupitres,

materiales educativos y demás

componentes de un buen paquete

educativo.

En salud hay un poco de margen, porque

es obvio que no se puede dar salud sin

comprar medicamentos, materiales y

suministros; pero, en general, esta es una

problemática que hasta el día de hoy

sigue presentándose: la rigidez

presupuestaria en materia de educación

explica, de alguna manera, por qué la

alfabetización tiene que recaer en los

bolsillos de los padres de familia, puesto

que no hay recursos para esta actividad.

Otro elemento importante, expresado en

valores constantes tanto a nivel

departamental como a nivel urbano y

rural; pre-básico, básico y media,

65

muestra que, sorprendentemente, la

educación pre-básica rural es más cara

que la urbana; y lo mismo ocurre en

educación básica. El caso de media es

diferente, porque para este nivel hay una

gran concentración de establecimientos

de educación media en el área urbana.

Sin embargo, esto no nos dice mayor

cosa y, probablemente, habrá que hacer

una relación entre el tamaño poblacional

y el volumen de matrícula, para ver si se

encuentra algo sobresaliente.

Hay algunos elementos que, de alguna

manera, son preocupantes, por ejemplo:

en general, el peso presupuestario en

áreas rurales es grande -con excepción

del departamento de Francisco Morazán-

en el nivel básico y en relación con el tipo

de establecimientos desplegados; lo cual

se explica si observamos que en las zonas

rurales de Honduras lo que hay es

bastantes establecimientos unidocentes

y bidocentes con pocos alumnos; por lo

cual, aunque la masa salarial sea

pequeña, al dividirla entre pocos

alumnos da como resultado costos

promedios unitarios muy altos. Además,

Honduras tiene, fundamentalmente,

escuelas unidocentes y bidocentes (más

de 15,000 de ellas: 9,300 escuelas

unidocentes, 642 bidocentes para pre-

básica, 2,500 para básica, 3,300 para

para bidocentes, para un total de

15,899). Por cada 10 docentes de pre-

básica, 7 son del área rural y 3 del área

urbana, mientras que en educación

básica la relación es 6 a 4. Entonces,

buena parte del presupuesto está

explicado por el tema de las escuelas

unidocentes y bidocentes, las cuales

generalmente se crean sin los estudios

previos una aldea se organiza y le pide al

diputado que les consiga una escuela y,

entonces, les hacen una escuela de una

aula y en ella albergan seis grados.

Otro elemento también importante es el

que se revela al observar la relación

entre la pre-básica a nivel urbano (1,000

establecimientos contra 22,000 de

matrícula) y el caso rural (8,000

establecimientos contra 11,6000 de

matrícula). Lo mismo en primaria (43

establecimientos unidocentes contra

66

1,064 de matrícula). Es interesante el

dato de 3 establecimientos de media

unidocentes con una matrícula de 95

(entonces uno piensa que a cada

establecimiento le tocan 30 alumnos,

pero probablemente 10 sean de primer

curso, 10 de segundo curso y 10 de tercer

curso). Sin embargo, en el caso del área

rural, en 2 establecimientos de media

hay 388 alumnos, lo cual significa que ese

profesor que atiende esa gran cantidad

de alumnos debe ser un Albert Einstein

para poder darles una buena educación.

Entre los elementos que empezaron a

generar un poco de ruido al hacer las

divisiones, sobresale el hecho de que en

pre-básica cada alumno cuesta casi el

doble o un poco más del doble que los

alumnos del área urbana. Los rurales los

niños de pre-básica en el área rural

tienen un costo en educación de 5,500

lps., contra 2,400 para los niños del área

urbana.

Destaca el caso de Choluteca, donde el

costo de un alumno de media es de

27,000 lps., contra 5,720 a nivel urbano.

Esto, obviamente, conecta bien con el

tema de la baja cobertura en media. Si

quisiéramos aumentar esa cobertura,

tendríamos que cubrir muchos más

jóvenes rurales y eso, seguramente, sería

incosteable porque no hay suficientes

recursos para cubrir esta situación. Eso, a

su vez, tiene que ver con los

denominadores, es decir, con las

matrículas: la masa salarial es bastante

similar, pero el problema es que

Honduras es un país de aldeas y caseríos,

no contamos con un gran desarrollo

urbanístico como para pensar que se

puedan distribuir mejor los costos.

Cuando comparamos esos datos con el

costo por alumno a nivel de las escuelas

Proheco -escuelas comunitarias en donde

los presupuestos son manejados por los

padres de familia: si los maestros llegan a

impartir sus clases se les paga, y si no

llegan no se les paga), se observa que los

costos son bastante bajos. No podemos

asegurar que este sea un modelo

completamente replicable a nivel de todo

67

el país, pero da la impresión que con

poco recursos, bajo esta “modalidad

Proheco” podrían cubrirse los déficit de

cobertura que todavía se tienen.

En cuanto a la tasa bruta de escolaridad

por departamentos, vemos corroborado

lo que tradicionalmente se dice, que los

más pobres tienen menos cobertura: el

80% no está cubierto en Lempira, y de

manera similar en Gracias a Dios, en

Copán, en Santa Bárbara; es decir que,

un gran problema educacional que tiene

Honduras es la poca oferta de educación

media.

Cuando cambiamos de tasa bruta a tasa

neta, la situación es un poco peor: en el

departamento de Lempira la cobertura es

apenas de 10%; en Gracias a Dios

también falta un 90% de cobertura y en

Copán casi 80%.

De alguna manera, la actividad cafetalera

en el occidente del país sustrae a los

jóvenes de la actividad educativa. En

Santa Bárbara, Copán y Ocotepeque, a

partir de los 12-13 años los jóvenes se

retiran del ámbito educativo escolar y se

van al cafetal para obtener algún tipo de

ingreso. Entonces, como no se necesita

ser alfabetizado para cortar una uva de

café, eso retrata el problema social de los

departamentos cafetaleros: la actividad

cafetalera no exige gran escolaridad, por

eso podemos ver en departamentos

como Santa Bárbara a jóvenes de 18-20

años analfabetas, aunque bien vestidos

porque han cortado 8 latas de café.

Llama la atención que las mejores

coberturas se siguen dando en la capital

de la república, en Francisco Morazán, en

Cortés no tanto. En general, esto

representa el déficit mayúsculo que tiene

el país en educación media; y de aquí

salen los ninis, jóvenes que no estudian

ni trabajan, que llegaron a quinto o sexto

grado y se quedaron esperando algún

tipo de actividad generadora de ingreso.

En cuanto a los indicadores de deserción,

han experimentado un comportamiento

bastante vinculados al ciclo económico y

social: ha crecido la deserción desde

1.73% hasta 3.67%. No conocemos los

datos del año 2014-2015, pero seguro

68

que esto va creciendo o se mantiene.

Tanto en segundo como en tercero y en

todos los grados, con un línea basal de

casi 1%, casi se ha duplicado o triplicado

la deserción a nivel primario.

Cuando vemos a nivel de media, el

problemas es mayor, más o menos del

orden del 10% para primer curso, 6%

para segundo curso, 5% para tercer

curso, casi 10% para el primero. Los

pocos jóvenes que llegan, desertan.

Habrá que preguntarse si la actividad

económica desplegada en el país tiene

algo de responsabilidad: si los melones, si

la caña de azúcar, si el café, tienen algo

que ver con esto y si no habría que

generar esquemas alternativos para que

la gente no falte a la escuela durante la

época del café, que son 5 meses.

Luego, hay que preguntarse por qué los

niños del área rural del primer grado

sacan mejores notas en español que los

niños del área urbana, ¿por qué los niños

rurales de Francisco Morazán que van a

escuelas unidocentes y bidocentes sacan

mejores notas que los niños urbanos que

van a escuelas multidocentes?

69

El fenómeno de mejor

rendimiento en español por parte

de los niños del área rural, en

contraste con los niños del área

urbana podría deberse a que en

esta última hay más distractores.

Los medios de comunicación, por

ejemplo, son parte de esos

distractores, puesto que hay más

televisión en el área urbana que

en la rural.

En el área rural la madre pasa

todo el día con los hijos, mientras

que en la ciudad ella y la de la

ciudad se va a trabajar y los hijos

pasan prácticamente solos o los

educa la empleada doméstica. En

el área rural existe más

preocupación por parte de los

padres de familia en relación con

la educación de sus hijos, y esto

incide en mejores rendimientos en

la materia de español.

El departamento de Ocotepeque

es uno de los que tiene menos

escuelas privadas de nivel

primario y secundario. Entonces,

al ser la educación pública la

única alternativa de educación,

existe una mayor presión de

aprovechamiento escolar.

Las transferencias condicionadas

del Estado (bono educativo)

podrían, también, incidir en ese

aspecto.

Doctora Helga Cuéllar-Marchelli:

En El Salvador no hemos

encontrado ningún lugar donde

las notas del sector rural, en

promedio, sean mayores que en el

sector urbano, excepto, talvez, en

alguna escuela modelo, por lo que

estoy sorprendida con ese

fenómeno en Honduras, sobre

todo tratándose de escuelas

unidocente y bidocentes, por lo

que quisiera saber si el dato es

realmente confiable o si hay

alguna manera de verificar que es

así realmente.

Dr. Rodulio Perdomo: El control de la

calidad de educativa ha estado en manos

de la Universidad Pedagógica Nacional

Francisco Morazán, pero en el 2013 se le

quitó esta tarea a la UPNFM. Ahora lo

hace un proyecto ad-hoc de la Secretaría

de Educación y las cifras cambiaron en 20

puntos, tanto en español como en

matemáticas, es decir que tuvimos una

mejora de 20 puntos de un año a otro.

Eso demuestra la necesidad de

investigación independiente que pueda

70

respaldar estos datos. La Universidad

Pedagógica Nacional tenía unos siete

doctores en pedagogía generando esta

información y estos análisis que se

publicaban. Era motivo de asombro ver

estas diferencias, pero nunca se dio el

paso siguiente de ir a lo profundo e ir a

Ocotepeque, a Francisco Morazán, a ver

las diferencias y las diferenciaciones: se

supone que los profesores con

licenciaturas en pedagogía están en

Francisco Morazán, en los sitios urbanos,

y que en el área rural tenemos

profesores con seis grados de escolaridad

media. Esto es interesante porque, si

extrapolamos esta información, cuando

pasan por media y llegan a la

universidad, el 40% de los alumnos de

establecimientos educativos públicos no

pasan sus exámenes. Entonces, algo no

está bien, no necesariamente en todos

los establecimientos públicos, sino en

algunos. Como hipótesis, quizá se deba a

que las organizaciones magisteriales

tienen su fuerza en Tegucigalpa y cuando

hay una protesta, una asamblea

informativa, son los maestros de las

escuelas urbanas quienes se movilizan

para protestar ante finanzas o ante el

presidente. Quizás el tipo de

organización política magisterial tenga

algún tipo de influencia en eso.

Algo también interesante es que el

gobierno de Honduras, a través de la

Secretaría de Educación, suscribió el

Convenio de Pisa, y en el año 2018 va a

venir una prueba bastante dura para el

sistema educativo nacional: van a tomar

al azar muchachos de 15 años y les harán

las mismas preguntas, de acuerdo al

Programa Internacional de Evaluación de

Estudiantes, le hacen a los muchachos

españoles, belgas, finlandeses, etc. Perú

se sometió a la prueba de Pisa en el 2011

y quedó en último lugar, pero eso les ha

servido para mejorar el sistema

educativo peruano: después de eso, han

producido manuales tras manuales para

enseñar a los muchachos a pensar en

términos de lógica científica, no a

aprenderse de memoria la capital de

indonesia, sino a resolver problemas.

Honduras se va someter en el 2018 a esta

prueba de fuego; y con los actuales

indicadores tendría que haber ocurrido

algún cambio sustancial entre el 2009-

2013 como para pensar que EFA ha

cambiado los indicadores de una manera

tan grande. De todas maneras, este dato

de los rendimientos es motivo para

dialogar con las organizaciones

magisteriales, con el gobierno, con la

academia, y dejar de ocultar las

realidades.

Un dato adicional, que ha estado

diciendo el BID y el Banco Mundial, es

que los docentes de Honduras ganan en

promedio un 30% más que sus pares

latinoamericanos. Es bueno e importante

que estén tan bien pagados, pero la

presión por ser profesor de una escuela

es tal, en términos monetarios, que se

piensa “si yo trabajo en la mañana en

una escuela, me gano 22,000 lps. y si

trabajo en otra escuela en la tarde, me

gano 44,000 lps.” Eso ha venido a romper

71

un poco el patrón de remuneración de

las otras profesiones: se paga 8,000

lempiras a un economista; 9,000 lempiras

a un ingeniero eléctrico; pero a un

profesor con 6 años de escolaridad

media se le da 22 o 23 mil lempiras, más

todas las prebendas. Este es un asunto

muy sensible, que habrá que abordar con

guantes y con pinzas, porque los

maestros dicen, y con razón, que tienen

seis años de no tener ningún ajuste; sin

embargo, pero ya estaban elevados en su

remuneración.

Habrá que ahondar en el tema de la

educación urbana y rural; lo que significa

trabajar estrechamente con las

organizaciones magisteriales, compartir

esta información, sin cortapisas, para

lograr un cambio significativo en materia

de educación.

En salud el problema fundamental es la

distribución tan concentrada de los

principales recursos, es decir: los

médicos, los especialistas, y los médicos

generales están concentrados en un 80%

en Francisco Morazán y en Cortés.

Si se observa la cantidad de médicos

especialistas en Lempira, en Gracias a

Dios o Intibucá, versus la cantidad de

población, el dato es muy bajo, a pesar

de que Honduras tiene ya 8,000 médicos

graduados.

Los análisis indican que la asignación

pública de recursos y de médicos con

capacidades resolutivas es muy

importante. Nos hemos dado cuenta que

situaciones médicas sencillas, como un

traumatismo, una quebradura de tobillo,

etc., tienen que ser atendidas por el

Hospital Escuela porque no hay

capacidad resolutiva en Comayagua, por

ejemplo; porque el ortopeda está

asignado a la planilla de Comayagua,

pero trabaja en Tegucigalpa.

72

La capacidad resolutiva de

hospitales como el Hospital Santa

Teresa de Comayagua o el de Danlí

o Copán es muy pobre; y el

Hospital Escuela tiene una

demanda de atención especializada

las 24 horas del día, como si fuese

un hospital de guerra, porque ahí

se concentra la mayor oferta

tecnológica y la mayor cantidad de

profesionales especializados. Por lo

tanto, habrá que hacer cambios

fundamentales para desconcentrar

la oferta de profesionales y mejorar

la provisión de materiales y

suministros.

73

75

La realización de este foro y la riqueza de contenidos y aportes de

quienes concurrieron a él es grande; sin embargo, se esbozan tres

conclusiones, que parecen ser las más relevantes.

Estamos forjando un antecedente de

diálogo sumamente importante entre

cooperación y sociedad civil, el cual se

había intentado lograr de muchas

maneras y en múltiples ocasiones pero

que no había sido posible concretizar.

Este diálogo es un puente fundamental

hacia la construcción de opciones,

alternativas y soluciones a los problemas

que Honduras enfrenta en su contexto

particular, regional y mundial.

Coincidimos en que existe un enorme

potencial de desarrollo que podemos

hacer efectivo para avanzar en el

mejoramiento de la calidad de la

educación, la salud y otras áreas

prioritarias; pero también hemos

coincidido en que para ello es necesario

modificar las políticas públicas actuales,

que no responden plenamente a lo que

el país y la población necesitan, así como

establecer procesos serios, científicos, de

planificación.

Parece ser también una conclusión válida

que para agendar y promover la vigencia

de nuevas políticas públicas es necesario

realizar investigación exhaustiva y

rigurosa como punto de partida, lo cual

representa un argumento de trabajo e

incidencia bastante importante para la

sociedad civil.

76

77

79

Es importante determinar cómo se pueden

fortalecer las instituciones y organismos para

construir un futuro mejor para Honduras, un

aspecto que tiene que ver con la necesidad

de un plan de desarrollo sostenible, lo cual es

fundamental para cualquier economía y

especialmente para una economía como la

Honduras.

En ese sentido, lo importante no es si el

crecimiento es de 4%, 10% o 15%, sino que

ese crecimiento sea sostenible. También es

importante que el país tenga un buen marco

jurídico y que existan condiciones adecuadas

para la inversión extranjera.

Si bien en la década pasada Honduras no

avanzó mucho en algunos aspectos, en la

actualidad tiene una macroeconomía mucho

más estable y existe una lucha mucho más

fuerte contra la corrupción y el narcotráfico.

Sin embargo, también es necesario que

exista un fortalecimiento institucional,

porque la sostenibilidad de un país tiene

relación con la debilidad o fortaleza de sus

instituciones.

La necesidad de fortalecer las instituciones

no tiene como objetivo crear empleo o

atraer inversionistas de forma directa, sino

contar con un marco legal y jurídico que

permita atraer esa inversión, facilitar la

generación de empleo y también brindar

mejores servicios a los ciudadanos.

En términos de investigación para el

desarrollo, es preciso saber dónde se

encuentra Honduras en la actualidad y donde

podría estar en el futuro. Es por ello que

resulta fundamental que el país tome una

acción mucho más fuerte e independiente en

el tema de la investigación científica. Esto no

solo ayudaría a mejorar la situación

80

económica y social de Honduras, sino

también a identificar exactamente dónde

están los problemas y ver cómo se pueden

resolver.

En las pasadas décadas la inversión

extranjera, no sólo en Honduras sino en toda

América Latina, fue mucho mayor que la

aportada en Asia, pero esta última creció

mucho más. En un informe del Banco

Mundial de hace dos años se analizó este

tema y se detectaron diferencias

fundamentales en las políticas de estas dos

regiones: Asia intentó que la inversión

extranjera fuese en áreas productivas, a

largo plazo, enfocada a los mercados

internacionales y teniendo en cuenta la

flexibilidad de la demanda de estos

mercados.

Esto también es un desafío para la economía

de cualquier país. Por ello países como

Honduras necesitan estar dispuestos a

mejorar su institucionalidad, pero también

deben ser flexibles con respecto a la

constante demanda de los mercados

externos. Como sociedad, actualmente

estamos todos conectados, y esa conexión

virtual también debe ayudar a enfrentar los

desafíos y ser mucho más flexibles a las

demandas del mercado.

La verdad es que FOSDEH está alcanzando 21

años de existencia, pero decimos 20 por el

significado de ese número.

Sintetizando lo que se dijo en la primera

jornada, podemos afirmar que es posible

tener una gran cantidad de coincidencias

entre nosotros como instituciones y

personas acerca de lo que ocurre en el país,

pero seguramente también hay diferencias;

sin embargo, lo más importante es cómo

abordar y superar esas diferencias, a través

de propuestas. FOSDEH reconoce esta

complejidad y ha hecho un esfuerzo en ese

sentido, por lo que se ha planteado la

necesidad de recurrir a otras instancias de

pensamiento, de reflexión y de ejecución

para abordar los temas desde diferentes

perspectivas pertinentes.

El Banco Mundial ha aportado su perspectiva

acerca de un diagnóstico de país, vinculando

temas como la fragilidad institucional, la

fragilidad política y otros ingredientes que

también son importantes para FOSDEH, tal

como lo son los tratados de libre comercio o

esta otra economía que en FOSDEH

consideramos “economía subterránea”.

También los aportes de la UNAH en este ciclo

de foros nos han permitido indagar un poco

más sobre cómo se está haciendo el

abordaje de la investigación en el país. Se

hizo, además, un abordaje de la investigación

desde la perspectiva latinoamericana, en

contraste con la situación real de la

investigación en Honduras, sobre su estado y

sus carencias. Finalmente, la exposición del

81

Dr. Rodulio Perdomo nos indica que la

investigación es materia pendiente en todos

lados pero que en Honduras es, sin duda,

una materia que requiere un esfuerzo más

allá del que habíamos pensado.

Por su parte, la Fundación Salvadoreña de

Desarrollo (FUSADES) presentó una

investigación vinculada a la educación y

violencia escolar, fenómeno que no es ajeno

a la realidad en Honduras y de una gran

cantidad de países en América. El abordaje

latinoamericano de FUSADES muestra un

panorama investigativo más amplio y

completo, que revela cómo interactúa la

ciencia con la sociedad y cómo los

fenómenos pueden ser abordados ya no sólo

nacionalmente, sino con enfoques regionales

o globalizados.

En la jornada del primer foro, también

tuvimos la oportunidad de conocer un

estudio encomendado al FOSDEH acerca de

la minería, mediante el cual se determinó

que en el área macroeconómica esa

actividad no significa mayor cosa en términos

fiscales, porque aporta extremadamente

poco; pero que tiene un impacto local o un

impacto regional muy grande, de una

importancia fundamental, que nos permite

balancear aspectos de la realidad que no se

ven tan grandes desde una perspectiva

macro pero que en lo micro representan y

significan mucho.

En relación con una investigación que

hicimos para el Banco Interamericano de

Desarrollo, a solicitud nuestra, sobre la

identificación de la calidad del gasto en

educación y salud, apenas se abordaron

algunas de sus variables y quedó pendiente

una presentación total de lo que está escrito

en ese documento de investigación, el cual

es acompañado por otros documentos de

orden regional; sin embargo, lo que se

mostró en este foro facilitó tener una

dimensión local, nacional e internacional

sobre el tema.

Para subrayar las conclusiones de la primera

jornada, hay que recordar que, sin duda,

estamos forjando un antecedente de diálogo

con la comunidad cooperante internacional;

y el FOSDEH en ese contexto ofrece su

aporte técnico con el mayor rigor que le es

posible. No tenemos ninguna duda que

Honduras tiene un enorme potencial al cual

recurrir para salir adelante; pero también es

preciso modificar la forma en que se diseñan,

aprueban y aplican las políticas públicas en

nuestro país. En tal sentido, coincidimos con

el planteamiento que hace el Banco Mundial

en su documento “Honduras: desatando el

potencial económico para mayores

oportunidades” en el punto en que identifica

la planificación y un plan de desarrollo

nacional de gran cobertura como

necesidades imperiosas para el país. Para el

FOSDEH también es importante indicar que

es necesario agendar y poner en vigencia

nuevas políticas públicas, pero con un

acompañamiento importante, suficiente y

adecuado de la investigación. La probabilidad

de actuar más allá de lo nacional es un

elemento que ha quedado planteado,

considerando la dimensión de Honduras en

términos económicos y geográficos, por lo

cual las alianzas con otros países e

instituciones son fundamentales.

82

A lo largo de estos veinte años, FOSDEH

siempre ha contado con equipos de trabajo

de mucha calidad, con hondureños

comprometidos con el cambio.

Consideramos que no son las buenas

organizaciones las que construyen buenos

equipos de trabajo, sino que son los buenos

equipos los que hacen a las buenas

organizaciones.

FOSDEH cuenta con un foro donde converge

una gran cantidad de instituciones, personas

e instancias que nos permiten enriquecer

nuestros puntos de vista y validar el

pensamiento investigativo y las opiniones

que estamos poniendo en el público. La

asamblea del FOSDEH está conformada por:

las dos principales redes de ONG del país,

además de los sectores eclesiales, mujeres,

educativo, gremial, campesino; y esta

combinación de espacios nos da la validez y

la representatividad en el pueblo hondureño

y nos obliga mantener la calidad que se ha

estado proyectando en estos 20 años.

Desde el FOSDEH se coordinó el trabajo en el

marco de la campaña jubileo 2000, enfocado

en la condonación de la deuda externa por

más de tres mil quinientos millones de

dólares, para una Estrategia de Reducción de

la Pobreza en la cual, lastimosamente, no

hemos avanzado porque el dinero no se

invirtió, sino que se gastó, y la condición de

pobreza sigue aumentando en el país.

FOSDEH popularizó la temática de la deuda

cuando era un tema de las élites económicas.

Ahora uno sube a un bus o un taxi y los

pasajeros o el conductor hablan del tema

con seguridad, y señalan las consecuencias

que eso tiene para el país. FOSDEH también

ha contribuido con diferentes estudios que

han sido base para la construcción de

políticas y leyes: como consecuencia, por

ejemplo, se hizo la depuración de los

beneficiarios del bono 10,000 después de un

estudio y una publicación del FOSDEH que

señalaba que había un 40% de las familias

que estaban recibiendo el bono que no eran

pobres, sino hijos e hijas de diputados,

hermanos de alcaldes y maestros que, como

decía Rodulio Perdomo, cuentan con los

mejores salarios de Centro América.

No podemos olvidar el estudio “¿Quién paga

los impuestos en Honduras?”, que fue muy

popularizado y mediante el cual nos dimos

cuenta de la escalofriante realidad que

estaba ocurriendo en cuanto a las

exoneraciones, un negocio floreciente del

sector privado, principalmente. FOSDEH ha

sido también referente informativo para

organismos internacionales, medios de

comunicación; además de escuela para

jóvenes que han hecho sus prácticas

universitarias en el marco social, económico,

tanto de universidades nacionales como

internacionales.

Es importante señalar también que FOSDEH

ha hecho propuestas al gobierno acerca del

manejo del sistema económico y los

diferentes programas sociales que se

ejecutan en el país. Algunas de esas

propuestas han sido muy bien acogidas y

otros no tanto. Sin embargo, reafirmamos

esta premisa que es un compromiso

institucional que queremos compartir: se

trata de construir puentes y derribar muros.

83

El FOSDEH surge en un ambiente en el cual el

tema de deuda era muy mencionado

internacionalmente. En ese momento en

México se usaba fuertemente el término

“efecto tequila”, aludiendo al resultado de

manejar mal la deuda, de endeudarse

demasiado rápido y copiosamente, al punto

de que había puesto a los mexicanos en una

posición crítica; igual que a Brasil, Argentina,

muchos países latinoamericanos y, desde

luego, africanos.

Sobre esa base, se hace el lanzamiento de la

campaña latinoamericana de jubileo de la

deuda y de ahí surge una gran cantidad de

organizaciones que están fuera de Honduras

también. El año 1998 es particularmente

significativo: es el año del huracán Mitch, del

Plan Maestro de Reconstrucción y

Transformación Nacional; época donde se

generó un enorme debate por miles de

millones de dólares en ayudas que se habían

perdido y por la muerte tantas personas,

incluso algunas que en calidad de pérdidas y

todavía no tienen el estatus de muertas. En

ese momento el FOSDEH le dio todo su

impulso a una instancia vinculada y que se

llamó “interforos”. Fue de tal magnitud el

apoyo, que el FOSDEH trasladó gran cantidad

de sus recursos técnicos y financieros a esta

instancia y eso tuvo connotaciones

sumamente importantes en la lucha de

sociedad civil y muchos sectores

identificados con los problemas del país.

Luego viene la época de la Estrategia de la

Reducción de la Pobreza (ERP), hubo una

gran cantidad de movimientos y campañas

para el alivio de la deuda externa; después se

dijo que la cooperación sueca estaba muerta

y enterrada. No fuimos al velorio, pero hace

tiempo murió la ERP y no ha habido mayor

esfuerzo para hacer un cambio, pese a que

hemos señalado tantas veces que hay una

enorme cantidad de miles y miles de

millones de dólares gastados en nombre de

la pobreza. Por esa época también se gesta el

famoso Plan de Nación, como resultado de la

84

defenestración del presidente Zelaya; luego

vino el “Honduras abierta a los negocios” y,

por primera vez, lo dijimos en inglés

(Honduras Open Business), planteado como

un gran fenómeno en el que se gastó mucho

dinero, con el pobre resultado que todos

conocemos. Después vienen las ciudades

modelos y las ZEDES. Luego vienen los ODM

o los ODS a los cuales también hemos estado

vinculados sin que hayamos cumplido con

muchos de ellos. También hay que enlistar el

“Plan Siglo 21” para San Pedro Sula, con

miles de millones de lempiras para invertir y

hacer que esa ciudad progrese y se convierta

en una urbe mejor de lo que ya es.

Finalmente, viene el “Plan 20/20” que, como

ya se ha dicho, no quiere decir que se tenga

capacidad de visión 20/20; y el viajecito del

presidente a Copenhague y otra situaciones

similares demuestran, en otras palabras, que

tenemos una enorme capacidad de diseñar

diferentes rutas para llegar a ningún lado de

manera muy efectiva.

Con este súper repaso podemos decir que se

trata de insistencias históricas, que se ha

abordado una gran cantidad de temas que

siguen siendo competencia de FOSDEH y

frente a los cuales no siempre tenemos

capacidad de respuesta, pero que hay que

trabajar de manera periódica.

Es bueno saber que seguimos insistiendo en

esos temas, pero enfatizando en que tengan

un alto contenido humano: la econometría,

por ejemplo, es muy importante, pero el

contenido humano le da un peso enorme. La

minería en occidente, para citar un caso

ejemplar, tiene un alto contenido político-

técnico; y en términos macroeconómicos no

se percibe un peso significativo, pero en

términos locales, regionales y, sobre todo, en

términos humanos alcanza un peso

extraordinario. El lado macro de la

investigación y el análisis no debe descartar a

las personas de estos municipios y regiones.

El FOSDEH sigue manejando su autonomía

partidaria y ofrece la posibilidad de que los

contenidos generados puedan ser conocidos

todos los partidos. Nos preocupa la

capacidad de abordar e incidir en todas las

personas e instituciones posibles en todos

los niveles. También tratamos de mantener

una pertinencia temática, social y financiera,

intentando que la ciencia esté al servicio de

la gente para construir con las personas todo

lo que el país requiere.

Otro aspecto importante de mencionar es la

adecuación política. El FOSDEH ha sufrido

varias adecuaciones a lo largo del tiempo y

seguirá experimentándolas y asumiéndolas

como retos importantes frente a los cuales

debemos lograr un equilibrio entre el

respeto de los principios, los valores, la

visión, la misión, etc., lo cual tiene mucho

que ver con la autonomía institucional.

El FOSDEH sigue viendo con mucha atención

el tema de las alianzas, tratando de

evidenciar si las mismas contribuyen al

fortalecimiento interno, que sean alianzas

saludables (relativamente); que busquen

construir, edificar y que las personas tengan

mejores condiciones de vida. Al mismo

tiempo debemos reconocer que el espacio

local y nacional ya nos está quedando corto y

tenemos que empezar a vernos de manera

regional y, por lo tanto, la adecuación

institucional y gran cantidad de actividades

del FOSDEH tienen que empezar a verse

desde perspectivas internacionales. Por ello

hemos comenzado a estrechar la relación

85

con gente de El Salvador, un poco con

Guatemala y otros países de América Latina.

Lo otro es que decimos que hacemos

incidencia y, probablemente, tratamos de

dar un aporte distintivo, algo que nos de lo

que comercialmente se denomina “marca”, y

vamos a enfatizar que el tema digital tiene

una dimensión muy fuerte actualmente para

el FOSDEH, buscamos certificar la

información; y cuando se nos dice que

vienen calificadores de riesgo para ver

nuestra opinión, esa también es una forma

de certificar ciertos datos. Para algunas

interpretaciones de la realidad nacional, los

datos de FOSDEH tienen una aceptación muy

alta de parte de muchos sectores; somos

generadores de información primaria.

También estamos trabajando en cartografía,

en mapas en los cuales puedan verse

reflejados de manera sintética a una gran

cantidad de variables. Tenemos una buena

base de datos y la tendencia es que FOSDEH

haga mayor esfuerzo vinculado a una gran

cantidad de información y por lo tanto a

construcción de base de datos.

Para el FOSDEH también es importante otra

labor cotidiana y que consiste en hacer

comentarios técnicos para una gran cantidad

de instancias -de cooperantes bilaterales y

cooperantes multilaterales-, la mayor parte

gratuitamente, lo cual plantea un déficit por

el esfuerzo casi supremo que ello implica.

Esto lo hacemos con rigor muy fuerte,

tratando de seguir conectados con la

sociedad civil y tener influencia y relación

con sectores gubernamentales, lo más

independientemente posible lo cual no

suena tan fácil porque existe el criterio de

que quien gobierna pone la agenda. El

FOSDEH ofrece criterios solamente en

aquellos temas donde creemos que podemos

tener influencia importante, por ejemplo en

el documento preparado sobre la calidad del

gasto en educación y salud, que está

orientado a que se realicen modificaciones

en las políticas de educación y salud por

parte del gobierno de Honduras. Sin

embargo, también nos interesa que las bases

de datos que hemos podido construir le

sirvan a muchos sectores; que las personas

que tengan cierto conocimiento informático

puedan disponer de esa información, que

puedan accesar, por ejemplo, a las dos

encuestas de pobreza que tiene el FOSDEH

para que hagan su propio cruce de variables

e interpretaciones. En ese aspecto,

intentamos que la academia tenga un papel

mayor; por ello, particularmente con la

UNAH propiciamos una relación intensa que

deseamos que sea muy productiva.

Es cierto que el FOSDEH no es una ONG y

que, al mismo tiempo, somos considerados

tanques de ideas. En España dicen

“laboratorio de ideas”, pero lo cierto es que

ese estatus nos ha permitido una

proliferación de relaciones, una gran

cantidad de esfuerzos importantes que

contribuyen a que el FOSDEH esté

suficientemente posicionado.

86

En estos 21 años de existencia, el FOSDEH ha

contado con innumerables aportes de

profesionales que han significado mucho

para el desarrollo y posicionamiento de la

institución, así como para la generación de

ideas y propuestas encaminadas a mejorar la

situación del país frente a su compleja

realidad. Por ello, al final de estas dos

jornadas de foros, el FOSDEH ha reconocido

estos aportes en una lista corta, pero

representativa, de mujeres y hombres que

han formado y forman parte de este

esfuerzo en diferentes etapas de la

institución.

De las palabras de recibimiento de estos

reconocimientos, a manera de referencia, se

rescatan dos expresiones que reafirman o

amplían los objetivos y resultados de estos

foros; considerando que también pueden ser

de interés temático y estímulo intersectorial

e interinstitucional para continuar en la ruta

de la investigación y producción de

pensamientos a favor de Honduras.

Las mujeres hemos estado presentes en

muchos momentos de estos 21 años de

historia del FOSDEH, porque consideramos

importante que también se señalen los

éxitos, los aportes que las mujeres hacemos

a la economía del país. El comercio informal

en Honduras lo sostenemos las mujeres, lo

87

mismo que la pequeña y mediana industria o

comercio, aunque, lamentablemente,

seguimos siendo un país empobrecido.

FOSDEH debe reflejar en las estadísticas los

aportes que las mujeres hacemos; debe

generar estudios que indiquen lo que las

mujeres hacemos en este país, grandes

aportes que no se reconocen y que,

finalmente, significan que las mujeres

seguimos siendo quienes sostenemos la

economía en el país.

Estos 20 años han sido vitales para el país,

tuvimos una enorme oportunidad de

cambiar Honduras y no la aprovechamos

debidamente. Cuando nos impactó el

huracán Mitch ese período fue intensamente

rico y hay dos detalles que quisiera destacar

de ese momento: 1) los hondureños tuvimos

sentido de nación, tuvimos una identidad

frente al riesgo y a la necesidad de

reconstruir. Nosotros le llamábamos

“transformar la reconstrucción”, porque

entendimos que la emergencia tenía que ser

una etapa después de la cual tenía que

consolidar un proceso de cambio profundo

en Honduras. En los documentos resultantes

de esas propuestas que se denominaron

“interforos”, por ejemplo, hay una riqueza

propositiva extraordinaria que no debemos

olvidar y que, lamentablemente, no se puso

en práctica porque siempre hemos tenido

grupos de poder reacios al cambio:

“latifundistas del capital” que no invierten

para reproducir, sino que simplemente

acumulan y por eso son usufructuarios del

Estado. Mi tesis es que si se hubiera

cumplido parte de todo lo que soñamos en

ese momento, no hubiera habido golpe de

Estado en el 2009. Entre los retos viejos y los

retos renovados está la comunidad virtual: es

necesario hacer llegar a la gente que anda en

las redes la información y datos certificados

que FOSDEH genera, para que la población

puedan mejorar su calidad de opinión

pública. Finalmente, debemos continuar

venciendo el desaliento para poder construir

el optimismo.

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