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DOMINGO I DE CUARESMA – Ciclo B
AÑO X – nº 483 – 22 / 02 / 2015
1
Liturgia y vida El desierto, en la vida de cualquier persona, es un camino
necesario para llegar a la meta deseada. Hablar de desierto
en el camino de la vida cristiana es hablar de momentos
difíciles por los que tendremos que pasar si pretendemos
llegar bien preparados a la Pascua de Resurrección. Pueden
ser dificultades físicas, en forma de enfermedad, o
dificultades psicológicas y espirituales, en forma de crisis
interiores y tentaciones, o problemas sociales, en forma de
dificultades económicas, relaciones laborales o familiares.
Todos los santos y todas las grandes personas tuvieron que
pasar por desiertos interiores o exteriores, antes de llegar a
ser lo que fueron. También Cristo, como leemos hoy en este
relato evangélico, según san Marcos, tuvo que pasar por el
desierto, antes de comenzar su vida pública. Y no lo hizo
empujado por sus deseos más naturales, sino empujado por
el Espíritu. El desierto fue para Jesús un lugar de privaciones
materiales y de tentaciones espirituales. Hablando
humanamente podemos decir que el desierto probó y
fortaleció a Jesús, dejándolo preparado para recorrer con
éxito el largo camino que le quedaba antes de llegar al
Calvario y al momento glorioso de la Resurrección. También
todos nosotros deberemos aceptar los momentos de
desierto interior y exterior, si queremos llegar triunfantes a la
resurrección gloriosa. En la Liturgia de las Horas hay un himno
que nos habla del desierto de nuestro corazón. Lo escribo
aquí, a continuación, para que podamos rezarlo y meditarlo
durante esta cuaresma. <Hoy que sé que mi vida es un
desierto, en el que nunca nacerá una flor, vengo a pedirte,
Cristo jardinero, por el desierto de mi corazón. Para que
nunca la amargura sea en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría en el desierto de mi
corazón. Para que nunca ahoguen los fracasos mis ansias
de seguir siempre tu voz, pon, Señor, una fuente de
esperanza en el desierto de mi corazón. Para que nunca
busque recompensa al dar mi mano o al pedir perdón, pon,
Señor, una fuente de amor puro en el desierto de mi
corazón. Para que no me busque a mí cuando te busco y
no sea egoísta mi oración, pon tu cuerpo, Señor, y tu
palabra en el desierto de mi corazón>. Y como, a pesar de
todos nuestros esfuerzos, el desierto, con su dosis de dolor
correspondiente, puede llegar algún día a nuestro corazón,
pidamos a Dios, ya desde ahora, con palabras también de
un himno de Laudes: "Que cuando llegue el dolor, que yo sé
que llegará, no se me enturbie el amor, ni se me nuble la
paz".
Dios promete a Noé un pacto, una Alianza: no volverá a
haber otro diluvio que devaste la tierra. Sorprendentemente,
este pacto no está condicionado a la respuesta del hombre,
sino que se basa única y exclusivamente en el amor y la
misericordia de Dios. Es decir, que en todos los casos la
misericordia de Dios es más grande que el pecado del
hombre. Esto debe de llenarnos de agradecimiento a Dios y
debe animarnos a serle fieles, movidos más por su amor, que
por el miedo a sus castigos. Lo mismo que la misericordia de
Dios para con nosotros se basa únicamente en su amor
incondicional a nosotros, así nosotros debemos responder
con fidelidad al amor de Dios, movidos únicamente por su
amor. Las prohibiciones morales que se basan únicamente
en el miedo al castigo, aunque sea pedagógicamente útiles
–acuérdate de los novísimos y no pecarás- , no son,
teológicamente, las más fieles al mandato bíblico. Como
sabemos, en el mandamiento de Jesús es el amor y nunca el
miedo el que debe dirigir todas nuestras acciones. Así lo han
reconocido después todos los grandes santos y teólogos de
la Iglesia. Sólo en este sentido puede entenderse
correctamente la conocidísima frase de San Agustín: ama y
haz lo que quieras.
El salmo responsorial de hoy resume muy bien lo que
acabamos de decir: recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son eternas. Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. Con estas palabras terminamos hoy
nuestra reflexión dominical.
GABRIEL GONZÁLEZ DEL ESTAL
La parroquia, junto con la de la Asunción de Ntra. Sra. de Torrelodones, organizamos unos Ejercicios Espirituales para todo el
que quiera crecer en su vida de fe, en su relación con el Señor. Más información e inscripción en el Despacho parroquial o en
la Sacristía. Plazas limitadas
6 - 8
marzo
Ejercicios Espirituales de la parroquia
«Fortaleced vuestros corazones» (St 5,8)
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Palabra de Dios
LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA
LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA
Lunes 23 San Policarpo, obispo y mártir Lv 19,1-2. 11-18 / Sal 18 / Mt 25,31-46 Martes 24 Beata Ascensión del Corazón de Jesús Is 55, 10-11/ Sal 33 / Mt 6,7-15 Miércoles 25 San Luis Versiglia Jon 3, 1-10 / Sal 50 / Lc 11, 29-32 Jueves 26 Santa Paula Montal Est 14, 1. 3-5. 12-14 / Sal 137 / Mt 7, 7-12 Viernes 27 San Gabriel de la Dolorosa Ez 18, 21-28 / Sal 129 / Mt 5, 20-26 Sábado 28 Beato Daniel Britter Dt 26, 16-19 / Sal 118 / Mt 5, 43-48
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis.
Gn 9,8-15.
Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo hago un pacto
con vosotros y con vuestros descendientes, con todos
los animales que os acompañaron, aves, ganado y
fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven
en la tierra. Hago un pacto con vosotros: EL diluvio no
volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que
devaste la tierra.»
Y Dios añadió: «Esta es la señal del pacto que
hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros,
para todas las edades: pondré mi arco en el cielo,
como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga
nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y
recordaré mi pacto con vosotros y con todos los
animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.»
SALMO RESPONSORIAL
Sal 24,4bc-5ab.6-7bc.8-9.
R./ Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad,
para los que guardan tu alianza.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno, es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Marcos.
Mc 1,12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al
desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose
tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le
servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a
Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha
cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y
creed en el Evangelio.»
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol San
Pedro. 1 Pe 3, 18-22.
Queridos hermanos:
Cristo murió por los pecados una vez para siempre:
el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.
Como era hombre, lo mataron; pero como poseía
el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu fue a
proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en
un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de
Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el
arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron
cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que
actualmente os salva: que no consiste en limpiar una
suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia
pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se
le sometieron ángeles, autoridades y poderes y está a la
derecha de Dios.
Esta es nuestra fe…
3
Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos
da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos
direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la
oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una
comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios.
Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios,
formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la
indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha
dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en
solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que,
con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron
definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el
odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el
mundo, los santos caminan con nosotros, todavía
peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia,
escribía convencida de que la alegría en el cielo por la
victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un
solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho
con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir
trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta254,14
julio 1897).
También nosotros participamos de los méritos y de la alegría
de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y
nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la
victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de
fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de
dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a
cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad
que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por
naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí
misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere
llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es
lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo
por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los
confines de la tierra (cf.Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro
prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió
y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido
también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos
poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los
lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular
nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser
islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8) – La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la
indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes
tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo
tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir.
¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta
espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia
terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de
tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que
deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel
diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de
esta necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad,
llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas,
gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia.
La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por
el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de
nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un
llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano
me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de
Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia
de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades,
confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el
amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica
que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al
mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de
omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de
Cuaresma se viva como un camino de formación del
corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est,
31). Tener un corazón misericordioso no significa tener un
corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un
corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a
Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar
por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y
hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus
propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con
ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum
secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al
tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús).
De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso,
vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y
no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo
creyente y toda comunidad eclesial recorra
provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que
recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los
guarde.
Vaticano, 4 de octubre de 2014
Fiesta de san Francisco de Asís
Fortaleced vuestros corazones (St 5,8) Mensaje de Cuaresma 2015 (y II)
DOMINGO 22 10:00 - DIF. FAM. BENDITO CAÑIZARES, DIF. FAM NAVAS MENDEZ; 12:00 - POR EL PUEBLO; 13:00 – DIF. FAM.
LONDOÑO CARDONA; 19:00 – ADELINA, ANTONIO Martín, ALFONSO, MARINA, MANOLA, DAMIÁN, MARIATE, MARIO
LUNES 23 10:00 - ESPERANZA, MANUEL, MOISÉS, MARI CRUZ, ALBERTO, JOAQUIN, ELENA, ROSA ; 19:00 - MARTES 24 10:00 - DARÍA; 19:00 - MIÉRCOLES 25 10:00 – JUAN BAUTISTA, MAURICIO, DOLORES, ERNESTO, DIF. FAM. GALVAN; 19:00 – JUEVES 26 10:00 - CLODOALDA; 19:00 - VIERNES 27 10:00 - JOSÉ, MANUELA, MIGUEL; 19:00 - SÁBADO 28 11:00 - ; 19:00 - PILAR, LEONOR, DESIDERIO DOMINGO 1 10:00 - DIF. FAM. BENDITO CAÑIZARES, DIF. FAM NAVAS MENDEZ, DIF. FAM. MARTINEZ POLO; 12:00 - POR EL PUEBLO;
13:00 – GABRIEL, SARA, PACO Chiarri, LALI, PEPITA DIF. FAM. LONDOÑO CARDONA; 19:00 – MARIANO
INTENCIONES DE MISA:
El eje central, como en todo el relato de aventuras
que se precie, se encuentra la lucha del bien contra
el mal. En este caso el mal ya no aparece
personalizado, sino que se enmascara en el interior
como tentación de
AVISOS
4
Para saber…
Damos la bienvenida a nuestra comunidad parroquial a:
Candela Lozano Álvarez
que fue incorporada por el bautismo el sábado pasado.
OPERACIÓN ENLACE 2015
En la Colecta de la campaña de este año se ha recaudado la cantidad de 1.178,34 € para un programa de agricultura sostenible para granjeros marginales que se llevará a cabo en 75 aldeas del Distrito de Kushinagar, en la Diócesis de Gorakhpur, en el Estado de
Uttar Pradesh, en el Norte de la India.
Todos los Viernes de Cuaresma
Día de abstinencia
18,20 h. Vía Crucis 19,00 h. Misa
Reunido bajo la presidencia de monseñor Juan
Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid,
el Jurado compuesto por Juan Orellana, Álvaro
Abellán, Belén Ester, Jaime Noguera, Juan Manuel
de Prada y Ninfa Watt, para otorgar los Premios Alfa
y Omega al mejor cine del año pasado.
En esta ocasión llegan a su vigésima edición, ha
concedido los Premios que se detallan a
continuación, en las distintas categorías, y que
aparecerán ampliamente reseñados en el número
del semanario Alfa y Omega que se publica este
jueves 19 de febrero, distribuido junto con el diario
ABC, y que asimismo aparece reflejado en la
página web del semanario: www.alfayomega.es
*Mejor Película: Nebraska, de Alexander Payne
*Mejor Película Documental: La sal de la tierra, de Wim
Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
*Mejor Película Musical: Begin again, de John Carney
*Mejor Película de Animación: El viento se levanta, de
Hayao Miyazaki
*Mejor Película de Temática Histórica: Dos vidas, de
Georg Maas y Judith Kaufmann
*Mejor Película sobre el Mundo del Trabajo: Dos días una
noche, de los hermanos Dardenne
*Mejor Película sobre los Lazos Familiares: El hijo del otro, de
Lorraine Levy
*Mejor Película sobre el Sentido de la Vida: Las vidas de
Grace, de Destin Cretton
*Mejor Película de Temática Social: Trash, ladrones de
esperanza, de Stephen Daldry
*Mejor Director: Alexander Payne, por Nebraska
* Mejor Guión: Volker Schlöndorff y Cyril Gely, por Diplomacia,
de Volker Schlöndorff
*Mejor Actor: Mikael Persbrandt, por Alguien a quien amar, de
Pernille Fischer Christensen
*Mejor Actor Secundario: Geoffrey Rush, por La ladrona de
libros, de Brian Percival
*Mejor Actriz: Keira Knightley, por Begin again, de John
Carney
*Mejor Actriz Secundaria: Itziar Aizpuru, por Loreak (Flores), de
José María Goenaga y Jon Garaño
*Mejor Fotografía: Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski, por Ida, de
Pawel Pawlikowski
*Mejor Banda Sonora: Thomas Newman, por Al encuentro de
Mr. Banks, de John Lee Hancock
Extracto de alfayomega.es Miércoles 18 de febrero 2015
Premios Alfa y Omega de Cine 2014