dominika haberova trabajo de fin de carrera
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Dominika Háberová Los elementos cabalísticos en la prosa narrativa de Jorge Luis Borges Magisterská diplomová práceTRANSCRIPT
Masarykova Univerzita
Filozofická fakulta
Ústav románských jazyků a literatur
Španělský jazyk a literatura
Dominika Háberová
Los elementos cabalísticos en la prosa narrativa de Jorge Luis Borges
Magisterská diplomová práce
Vedoucí práce: doc. PhDr. Eva Lukavská, CSc.
2011
2
Prohlašuji, že jsem tuto magisterskou diplomovou práci vypracovala
samostatně s využitím uvedených pramenů a literatury.
Dále prohlašuji, že tištěná verze práce odpovídá její elektronické verzi.
...............................................
Dominika Háberová
3
AGRADECIMIENTOS
Quiero dar las gracias a varias personas que facilitaron la realización de mi trabajo de licenciatura. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a la señora doc. PhDr. Eva Lukavská Csc., por su constante ayuda y sus observaciones a la hora de guiarme en la elaboración del presente trabajo. También la agradezco haberme prestado algunos de los libros que me han servido como base de la investigación necesaria para elaborar este trabajo. En segundo lugar deseo manifestar mi agradecimiento a mi amiga Mgr. Cristina Simón Alegre por sus correcciones lingüísticas y sus propuestas estilísticas que fueron muy gratamente aceptadas. Asimismo incluyo también a mi familia y a la familia de mi novio por su apoyo y comprensión constantes. Y especialmente doy las gracias a mi padre porque su amor por la literatura me condujo a descubrir a Jorge Luis Borges. Por esto le dedico este trabajo.
4
A mi padre
5
ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN................................................................................................................................7
PRIMERA PARTE................................................................................................................................10
II. LA RELACIÓN ENTRE BORGES Y LA CÁBALA........... .........................................................11
II. 1. La afición de Borges por el pueblo judío y su religión...............................................................11
II. 2. La autoría de los textos sagrados y el impacto del Espíritu Santo a las obras humanas .............16
II. 3. La imagen de Dios a través del prisma cabalístico y sus correspondencias – las sefirot............18
II. 4. “Videmus per speculum”, dice San Pablo ..................................................................................21
II. 5. El mal visto a través del prisma cabalístico................................................................................21
II. 6. El poder del nombre oculto de Dios ...........................................................................................23
II. 7. El significado de las dos primeras letras del alfabeto hebreo .....................................................24
II. 8. La importancia de los números dentro de la Cábala...................................................................26
II. 9. El misterio oculto en las Sagradas Escrituras y sus correspondencias .......................................28
II. 10. Dualidad – la esencia del universo ...........................................................................................29
II. 11. La creación del hombre y el Golem..........................................................................................30
II. 12. Las chispas del alma y la atracción de almas o el concepto cabalístico de la reencarnación....32
II. 13. Los ángeles de la Cábala ..........................................................................................................33
II. 14. La Shejiná como motivo femenino en la obra de Borges .........................................................34
II. 15. La historia que sigue repitiéndose: Caín y Abel .......................................................................36
SEGUNDA PARTE ...............................................................................................................................40
III. EL ANÁLISIS DE LOS ELEMENTOS CABALÍSTICOS EN L A OBRA DE JORGE LUIS
BORGES.................................................................................................................................................41
III. 1. Cómo trata Borges el impacto del Espíritu Santo en su obra ....................................................41
III. 2. La visión borgeana de Dios.......................................................................................................44
III. 3. “Vemos a Dios por espejo”, reconoce Borges...........................................................................48
III. 4. La estructura sefirótica de los cuentos de Borges .....................................................................52
III. 5. La postura de Borges frente al mal y frente la infabilidad divina .............................................59
III. 6. Los efectos de pronunciar el nombre oculto y la sentencia mágica tratados por Borges ..........61
III. 7. El Aleph de Borges....................................................................................................................67
III. 8. La presencia simbólica del número 9 en los cuentos de Borges................................................69
III. 9. El tema de las Sagradas Escrituras y el Libro Absoluto recopilados por Borges......................70
III. 10. Otra observación relacionada con el carácter de las Sagradas Escrituras................................76
III. 11. El carácter binario en la obra de Borges..................................................................................78
III. 12. La creación del hombre tratada por Borges.............................................................................79
III. 13. La reencarnación e instrucción de las almas presentes en la obra borgeana ...........................82
III. 14. Personajes de la Cábala incluidos en El libro de los seres imaginarios..................................85
6
IV. CONCLUSIÓN................................................................................................................................88
V. DICCIONARIO DE TÉRMINOS CABALÍSTICOS ............ ........................................................93
VI. SIGLAS UTILIZADAS EN EL TEXTO.................. .....................................................................96
VII. BIBLIOGRAFÍA ...........................................................................................................................97
7
I. Introducción
La obra del argentino Jorge Luis Borges ha sido objeto de interés y admiración
por parte del público desde que vio la luz. Borges defendió la postura cabalística de
que las novedades son los frutos de la re-lectura de textos viejos y su escritura es una
muestra de ello. El propio lector puede descubrir nuevas opiniones, posturas
filosóficas e incluso doctrinas religiosas cada vez que hace una relectura de sus textos.
De forma paulatina, ese descubrimiento de nuevas opiniones y pensamientos
corresponde al nivel intelectual del lector, al nivel de su literarización, un hecho al que
Borges se refirió en sus páginas por medio de alusiones indirectas a una gran cantidad
de trabajos de otros autores, reales o ficticios. Es muy amplia la bibliografía de
estudios especializados sobre los motivos filosóficos, religiosos e incluso matemáticos
en la obra de Borges que nos ofrece dos puntos de partida en el momento de su lectura.
En primer lugar, observarla de forma aislada del mundo exterior, como un conjunto
independiente con sus propias leyes. En segundo lugar, fijarse en los conceptos
filosóficos. Es innegable la influencia que han tenido en la obra de Borges Arthur
Schopenhauer, Baruch Spinoza, Friedrich Nietzche, Immanuel Kunt, Sigmund Freud y
muchos más, así como la presencia de fenómenos metafísicos, ocurrencias históricas,
diferentes religiones, la magia o el ocultismo.
El estudio de la Cábala en el ambiente del judaísmo en relación con la obra
borgeana forma parte de los puntos de vista más recientes, debido a que el tópico fue,
según Edna Aizenberg1, demasiado “étnico” y “parroquial”. A pesar de todas las
voces en contra del análisis de la obra borgeana a través del prisma cabalístico, los
signos del reflejo de la doctrina mística judía en la obra del autor argentino son
evidentes y los intelectuales decididos a interpretarlos numerosos.
Mi propósito en este trabajo será también arrojar un poco de luz en un tema
relacionado con la religión judía proyectada en la obra de Jorge Luis Borges. Me he
centrado en analizar su prosa narrativa que consta de varias publicaciones de cuentos
cortos que presentan muchos rasgos en común con sus ensayos, pero debido a su
publicación como cuentos he utilizado este término en todo el trabajo. En casos
particulares he recurrido a citar también varios versos de la creación poética de Borges
1 AIZENBERG, Edna. Borges, el tejedor del Aleph y otros ensayos. Madrid: Iberoamericana, 1997. pág. 9.
8
y pasajes de sus conferencias, para ilustrar con mayor claridad algunas de las
opiniones sustentadas por Borges.
Estos cuentos del autor argentino me han servido como base para la
investigación, llegando de lo abstracto a lo concreto, es decir, recurriendo al método
deductivo. Para este campo de la investigación he consultado los estudios ya
publicados acerca del tema, varias interpretaciones de la Cábala y estudios sobre
criptografía, aportando mis propias conclusiones y observaciones. Durante la
investigación he intentado evitar cualquier tipo de especulación que añadiera a la obra
de Borges rasgos que no estén presentes en su obra.
Desafortunadamente, en los países de Europa Central Borges es un
autor poco conocido y los estudios sobre su obra mucho menos. Por esta razón, la base
de la bibliografía de mi trabajo de licenciatura está conformada principalmente por
publicaciones de autores de América Latina, América, España o Inglaterra. Entre las
obras más citadas sobre Borges se encuentran El tejedor del Aleph y otros ensayos de
Edna Aizenberg, Borges and The Kabbalah de Jaime Alazraki, Borges y la Cábala. La
búsqueda del verbo, una obra de Saúl Sosnowski y la biografía de Borges escrita por
una amiga suya, Alicia Jurado, llamada Genio y figura de Jorge Luis Borges. Como
fuentes de información sobre la Cábala servirán las publicaciones Cábala y misticismo
judío de Perle Besserman, Rabbi Šimon bar Jochaj a Kabala de Guy Casaril y, por
supuesto, las publicaciones de Gershom Scholem, Eliphas Levi y Simeón Bar Joyai.
Además, no podemos omitir Internet como una fuente de información fácilmente
accesible en la búsqueda de ciertos materiales.
El trabajo consta de dos partes con disposición paralela. La primera parte de mi
trabajo describe el nacimiento del interés de Borges por la Cábala e intenta explicar en
líneas generales las doctrinas cabalísticas a las que más recurrió en su obra narrativa.
Las informaciones aportadas acerca del credo cabalístico podrían resultar excesivas al
lector, pero me he esforzado acompañarlas de comentarios explicativos y me he
limitado a mencionar exclusivamente las informaciones imprescindibles para una
mejor comprensión de los cuentos de Borges y omitir cualquier tipo de información
prescindible. En la parte segunda someteré a una investigación detallada la conexión
existente entre estas doctrinas y los ejemplos concretos de la obra borgeana.
Investigar el campo de los motivos cabalísticos en la obra de Jorge Luis Borges
supone para el investigador un gran desafío y un placer a la vez. Las Sagradas
Escrituras que explican la creación del mundo como un orden secreto de palabras y
9
números, llenas de símbolos e interpretaciones diversas, nos ofrecen una escritura
criptográfica que parece ser la fuente perfecta para que un hombre tan aficionado y
conocedor de las letras como Borges se sienta atraído por ella y no omita temas
ocultos en su carrera de escritor de un intelecto tan inmenso y admirable. Y acercarme
a esta mente original, erudita y no carente de cierta dosis de humor intelectual será mi
propósito.
10
PRIMERA PARTE
11
II. La relación entre Borges y la Cábala
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Jorge Luis Borges
El Golem
II. 1. La afición de Borges por el pueblo judío y su religión
En la transcripción de una entrevista con Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 24
de agosto de 1899 – Ginebra, 14 de junio de 1986) de 1971 hecha por Jaime Alazraki
el autor entrevistado apunta que por primera vez entró en contacto con la Cábala
leyendo la Divina Comedia a la cual su traductor Henry Wadsworth Longfellow,
adjuntó un apéndice, tomado de la obra Rabbinical Literature de J.P. Stehlin (cuyo
autor original fue sin embargo Johann Andreas Eisenmenger como designa Alazraki)
en el cual se discutían las veintidós letras del alfabeto hebreo con sus respectivos
sentidos y valores.2 Desafortunadamente, no conocemos la fecha concreta de la lectura
de Borges del apéndice mencionado, en consecuencia de lo que no podemos saber si
fue antes o después de su juvenil estancia en Europa (1914-1921), donde trabó amistad
con dos judíos polacos, Simon Jichlinsky y Maurice Abramovicz. Esta amistad
significó mucho para el joven Borges y sus amigos le acompañaron durante muchos
años, aunque no personalmente sí citados en algunas de sus novelas. En otra entrevista
con Y. Tirah respondió indirectamente que el nacimiento de su interés por la Cábala
tuvo algo que ver con esta amistad con sus compañeros extranjeros durante sus años
estudiantiles en Ginebra.3
2 ALAZRAKI, Jaime. Borges and The Kabbalah. Nueva York: Cambridge University Press, versión 2009. pág. 5. 3 AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 23.
12
El siguiente hecho crucial del contacto de Borges con la Cábala fue su lectura
de la novela de Gustav Meyrink, El Golem.4 El propio Borges mencionó varias veces
la influencia del rabino de Praga y de “una de las leyendas más curiosas de la Cábala.
La del Golem que inspiró la famosa novela de Meyrink que me inspiró un poema”
(SN, pág. 50) En su novela Guayaquil confesó que “el primer libro en alemán que leí
fue la novela El Golem de Meyrink.” (IB, pág. 36)
Durante su visita a otra cuidad europea, Madrid5, Borges participó activamente
en los debates literarios formados en torno a la persona de Rafael Cansinos-Asséns, un
escritor y traductor de un intelecto admirable, defensor de la igualdad de las razas
humanas y de los judíos, entre los cuales se incluía. El joven Borges le tomó como
maestro y años más tarde le dedicó uno de sus poemas “judíos” titulado A Rafael
Cansinos-Asséns. (AP, pág. 74)
A su regreso a la ciudad natal Borges empezó a observar la situación judía en
su país con mayor interés. En un momento llegó a creer que su apellido materno,
Acevedo, seguía la línea de los judíos portugueses que se instalaron en el Río de la
Plata en la época colonial, pero las investigaciones que realizó con empeño no
afirmaron tal sugerencia.6 Como veremos más adelante, Borges nunca dejó de
lamentar que sus raíces no contuviesen un gen judío.
En Argentina, el ambiente no fue muy favorable para los judíos inmigrantes,
debido, entre otras cosas, a la publicación de La Bolsa (1891), una novela antisemita
de Julián Martel, y a las tendencias crecientes del antisemitismo en Europa, que
penetraron en América del Sur mediante la propaganda y agentes alemanes. Fue en
aquel entonces cuando “lo hebreo” empezó a introducirse en la obra de Borges,
haciendo referencias a la Biblia, a la Cábala, al candelabro de siete brazos, al
expresionismo alemán, a los judíos de España y al Judío Errante. El primer testimonio
de su afición cabalística es la Historia de los ángeles, obra que escribió a los
veintisiete años. A partir de 1928 algunos de sus libros fueron publicados por Manuel
Gleizer, un judío inmigrante dueño de una imprenta. Entre estas también se incluye su
obra serio-cómica Yo, Judío (Megáfono, 3, núm. 12, abril 1934).7 El sentimiento
antisemita llegó hasta tal extremo que las destacadas personalidades judías o no judías
4 Primeramente, la obra fue publicada por partes en la revista Die Weissen Blätter entre 1913-1914. Su publicación como libro llegó en 1915 gracias a Kurt Wolff. 5 JURADO, Alicia. Genio y figura de Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1996. pág.42. 6 AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 35. 7 Íbid.
13
formularon su protesta en el Primer Comité contra el Racismo y el Antisemitismo en
Buenos Aires en 1938.8 Borges condenó el antisemitismo y los regímenes totalitarios,
por ejemplo, en sus cuentos Deutsches Requiem (1946) o El milagro secreto (1943).
En Dos libros leemos que “Varias razones hay para que yo no sea un antisemita; la
principal es ésta: la diferencia entre judíos y no-judíos me parece, en general,
insignificante; a veces, ilusoria o imperceptible.” (OI, pág. 192) Asimismo, expresaba
sus opiniones en las páginas del Sur9 y El Hogar10. En el último publicó su artículo
Definición del germanófilo (1940) dejando bien claro su desprecio por los partidarios
del Imperio nazi.11
En 1945 cayó el nazismo en Europa, pero en Argentina estaba a punto de
llegar. Juan Domingo Perón, un militar deslumbrado por Mussolini, ansioso por
establecer el régimen nacional-socialista en Argentina, subió al poder en 1945. Su
presidencia del país provocó protestas universitarias, en gran medida encabezadas por
estudiantes judíos, y que fueron fuertemente aplastadas. En La fiesta del monstruo
(escrita en 1947 y publicada tras la caída de Perón en 1955) Borges describió a un
judío intelectual solitario asesinado al final de la novela por defender unos ideales
incómodos para la élite gobernante, una historia inspirada en el régimen peronista.
Borges desechó la idea de que los hombres fueran desprestigiados por sus posturas
políticas, diciendo en sus Textos cautivos: “Es absurdo que el arte sea un departamento
de la política.”12 Y precisamente él fue víctima del desprecio social. Fue despedido de
su puesto en la Biblioteca Pública Miguel Cané en 1946 por firmar un manifiesto
8 AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 38. 9 La revista argentina Sur apareció por primera vez en 1931 y su fundadora fue Victoria Ocampo (1891-1979). Durante varios años sirvió de lazo intelectual entre Europa y Argentina y su mayor impacto cultural fue determinante entre 1930-1970. Mientras Borges ocupó un puesto en el Consejo de Redacción, la revista colaboraba y difundía obras de por ejemplo Albert Camus, Jean Paul Sartre, André Malraux, Virginia Woolf, José Ortega y Gasset, Guillermo de Torre, Carlos Alberto Erro, Adolfo Bioy Casares, Ricardo Baeza, Ezequiel Martínez Estrada, Ernesto Sábato y, más adelante, H. A. Murena, Enrique Pezzoni y muchos más. 10 El Hogar fue una revista argentina fundada en 1904 por Alberto M. Haynes. Durante mucho tiempo fue la revista con más ventas por interesar tanto al público masculino como el femenino, siendo el primer espejo de los principales acontecimientos sociales y políticos. También exaltaba el pasado literario y abría sus páginas a los escritores de la época, como Enrique Méndez Calzada, Eduardo González Lanuza, Manuel Láinez, José Quesada, Ernesto Mario Barreda, Horacio Quiroga, Conrado Nalé Roxlo, Julio Aramburu, Jorge Luis Borges y otros. Entre 1936 y 1939 Borges estuvo a cargo de la sección Libros y autores extranjeros de la revista, pero colaboró con ella entre 1935 y 1958.11 AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 42. 12 ARANA, Juan. La eternidad de lo efímero. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, S.L., 2000. pág. 32.
14
democrático. Como compensación se le ofreció el “cargo de inspector de pollos,
gallinas y conejos en las ferias.”13
Desde entonces Borges se vio obligado a dar conferencias, un hecho antes
inimaginable para un hombre extremadamente tímido14, al igual que aceptar la
presidencia de la Sociedad Argentina de Escritores.15
La culminación de la compasión que sentía Borges por el pueblo judío la
manifestó firmando una declaración de solidaridad con Israel y presentándose en la
Sociedad Hebraica Argentina durante la Guerra de Seis Días entre israelíes y árabes en
junio de 1967. De esa manera “estaba junto a sus amigos judíos en un momento
difícil”. 16
Dos años más tarde se cumplió el gran deseo de Borges, fue invitado por el
Gobierno de Israel para dar conferencias y viajar por el país. Su primera visita a Israel
le impresionó muchísimo, tuvo una “muy extraña impresión de estar en un antiguo
país y en uno nuevo al mismo tiempo...Y ambos son contemporáneos.”17 Fue en
aquella época cuando conoció personalmente a Gershom Scholem, intérprete de la
Cábala por la cual se sentía profundamente atraído. Al margen de su relación con este
estudioso Borges dijo: “I consider Scholem a friend of mine and I think he considers
me his friend, although we must have seen each other no more than eight hours in our
lifetime.”18
En la entrevista para El Universal del 14 de enero de 1978 Borges expresó que
siempre había lamentado no ser judío y añadió que su obra era “profundamente
13 JURADO, Alicia. op. cit., pág. 55. 14 Su tremenda timidez causó que sus primeras conferencias fueran leídas por un mediador. Pero una vez vencida, Borges se convirtió en un conferenciante continuo que deslumbraba a todos sus oyentes. Así describió su talento Herminia Brumana: “El orador […] nos desconcierta con primera frase. […] esta disertación donde cada párrafo es una sorpresa para el oyente. Así es de original su punto de vista, […] las frases -respetuosas de una sintaxis extraordinaria- van sucediéndose apretadas, desnudas, en el más opaco y monocorde de los tonos, […] todo el aspecto es decididamente monótono porque un solo tono visual se presenta es ese hombre gris, […] La misma sonrisa con la que alguna vez intenta subrayar una observación amable o festiva se inicia amplia, pero se tuerca de inmediato con la prisa que recuerda el recoger una red arrojada de improviso. […] Su erudición no pesa porque nos la ofrece tímidamente, ocultando el esfuerzo de llevarla en la frase sencilla que aclara y no deslumbra.” Véase JURADO, Alicia. op. cit., pág. 57-58. 15 Íbid., pág. 56. 16 GUIBERT, 352; y BARNATÁN, Marcos Ricardo. Borges. Madrid, 1972. pág. 21. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 60. 17 Entrevista personal con Edna Aizenberg. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 57. 18 “Considero a Scholem un amigo y creo que él también a mí, y eso a pesar de que no nos hayamos visto más de ocho horas en toda nuestra vida.” (la traducción al español es mía) Entrevista personal con Jaime Alazraki. En ALAZRAKI , Jaime. op. cit., pág. 6.
15
judaica.”19 La respuesta al interrogante acerca de su lamento por no ser judío tiene sus
raíces en la teoría del pensador norteamericano Thorstein Veblen, admirado por
Borges. Veblen sustentó la idea de que los judíos al igual que los argentinos residen y
crean bajo el impacto de la herencia occidental, con la que no están del todo
connaturalizados y siempre conservarán algunos rasgos propios y diferentes en este
ambiente con un matiz extranjero. El resultado de tal conservación de rasgos culturales
diferentes debe ser la creación de obras artísticas originales y novedosas, con lo cual
Borges se sentía profundamente identificado.
Lo que más admiraba Borges en el Pueblo del Libro fue su cosmopolitismo,
pluralismo lingüístico y potencia intelectual, debido a que fueron expulsados de su
propia tierra. Entonces, tras recuperar el país, Borges apoyaba el Estado de Israel pero
sin considerarse sionista, postura que dejó bien clara en Una Vindicación de Israel
(1939) y que fue una crítica del libro de Louis Golding The Jewish Problem.20
En 1971 tuvo lugar la segunda visita de Borges a Israel para otorgarle el
Premio Jerusalén, entre otras cosas porque en sus libros buscó “en el laberinto del
espíritu del Hombre como Hombre”, libre “de las fronteras geográficas o históricas.”21
A la pregunta de Jaime Alazraki si se había encontrado con Scholem durante esta
segunda estancia en Israel Borges respondió: “When I was asked in Israel what I
wanted to see, I said: Don´t ask me what I want to see because I am blind, but if you
ask me whom I want to see I´ll answer, right a way, Scholem. I spent a beautiful
afternoon in his house. We met a couple of times. A charming person.”22
Este breve recorrido presenta en líneas generales las fuentes y ocurrencias que
fueron nutriendo el interés de Borges por el pueblo hebreo y sirve como punto de
partida para un análisis más profundo de la obra borgeana y la influencia de las
Sagradas Escrituras.
19 Véase Siempre lamentaré no ser judío. Entrevista con Borges, El Universal (Caracas), 14 de enero 1978, pág. 25. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 54. 20 Íbid., pág. 60. 21 «Jerusalem Prize Citation», The Jerusalem Post, 19 abril 1971, 7. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág 62. 22 “Cuando me preguntaron en Israel qué quería ver, respondí: No me preguntéis qué quiero ver porque estoy ciego, pero si me preguntáis a quién quiero ver yo respondería directamente a Scholem. Pasé una tarde formidable en su casa. Nos hemos encontrado un par de veces. Un hombre adorable.” (la traducción al español es mía) Entrevista personal con Jaime Alazraki. ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 6.
16
II. 2. La autoría de los textos sagrados y el impacto del Espíritu Santo
a las obras humanas
Para analizar los elementos cabalísticos presentes en la obra narrativa de
Borges será imprescindible familiarizar a los lectores con la doctrina cabalística. Por
este motivo pedimos a los lectores comprensión y paciencia en la lectura de los
restantes capítulos. Por lo últimos añadiremos que limitaremos las aclaraciones de los
conceptos cabalísticos para aquellos cuyo desconocimiento podría suponer un
obstáculo en el análisis que sigue a continuación.
El primer libro que Borges leyó sobre el misticismo judío fue Der Elemente
der Kabbalah (Berlín, 1920) de Erich Bischoff sobre el cual mencionó que era “muy
malo.”23 En una conferencia sobre el budismo dictada el 6 de julio de 1977 Borges
dijo acerca de sus creencias religiosas: “yo no estoy seguro de ser cristiano y estoy
seguro de no ser budista.” (SN, pág. 29) No es una casualidad que no aparezca alusión
alguna acerca de su credo cabalístico por una razón obvia: no lo era. La ‘tradición
recibida’ como se traduce la palabra kabbalah utilizada por primera vez por Salomón
Ibn Gabirol en el siglo XI24, le interesó a Borges solamente desde un punto de vista
literario y con objetivos similares. En sus ensayos no intentó interpretar o explicar los
textos claves de la práctica cabalística judía, sino utilizar sus métodos de elaboración,
autoría y temas como inspiración para crear textos originales de gran valor literario e
intelectual. El propio autor dejó bien claro el origen de su interés por la Cábala en una
entrevista publicada en la revista Raíces:
“Lo que me atrae [de la Cábala] es la impresión de que los cabalistas no escribieron para
facilitar la verdad, para darla servida, sino para insinuarla y estimar su búsqueda. De ahí
la abundancia de mitos y símbolos en los que sus autores no pudieron haber creído. Y eso
no se da sólo en los cabalistas medievales, sino en la Biblia, en el Libro de Job, en Cristo
mismo: no hablan en forma lógica, hablan con símbolos y metáforas; no dicen
abiertamente, sugieren el camino.”25
23 Entrevista personal con Edna Aizenberg. AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 80. 24 BESSERMAN, Perle. Cábala y misticismo judío. Barcelona: Ediciones Omiro, S.A., 1998. pág. 15. 25 Entrevista en Raíces, febrero 1971, pág. 37. En SOSNOWSKI, Saúl. Borges y la Cábala. La búsqueda del verbo. Buenos Aires: Pardés Ediciones. pág. 4.
17
Para que el lector comprenda las opiniones de Jorge Luis Borges con mayor
profundidad, es imprescindible que acuda a un análisis especializado de su obra, o tal
vez, lo haga él mismo teniendo en cuenta todas las filosofías y doctrinas religiosas con
las cuales entró en contacto a lo largo de su vida.
A propósito de las técnicas de elaboración de los libros cabalísticos cabe
mencionar la autoría de los libros claves de la Cábala. La fuente de la Cábala es la
Biblia, cuya autoría se atribuye a la influencia del Espíritu Santo, el Ru´Aj Ha-Kodesh,
que utilizó al hombre como mero escritor y transmisor de la esencia divina. En Una
vindicación de la cábala Borges califica a los escritores de la Biblia como “secretarios
impersonales de Dios que escriben al dictado.”26 La impersonalidad de Biblia llevó a
Borges a polemizar con la idea de impersonalizar a toda la creación literaria y
proclamar que todos los escritos son uno.27
La Cábala, como ya ha sido mencionado, es una práctica, ritual religiosa
basada en la interpretación de la Biblia y sus seguidores a menudo se referían a esta
fuente infalible. Sobre la autoría del Zohar, Libro del Esplendor -obra de finales del
siglo XIII y de gran prestigio dentro de los círculos cabalísticos- han circulado
numerosas interpretaciones y discusiones. Su autor, Moisés ben Semtob de León,
atribuyó su autoría al rabino Simeón bar Joyai del siglo II y a algunos comentadores
posteriores. Tras varios estudios lingüísticos y filológicos Gershom Scholem, una
autoridad reconocida en lo tocante al estudio de la Cábala, llegó a la conclusión de que
Moisés de León fue el único autor del Zohar, el cual “no sólo evita indicar sus
verdaderas fuentes, sino que las sustituye por referencias fantásticas a fuentes
inexistentes,”28 una afirmación conocida y también recopilada por Borges. Hay que
decir que con esta opinión no coinciden todos los investigadores, pero para este trabajo
son importantes las conclusiones de Scholem por la confianza y el respecto que Borges
le prestaba. El concepto de que la inspiración para crear una obra literaria proviene de
más allá -que podríamos calificar de idealista- difiere del concepto que la enlaza única
y exclusivamente con su autor -en este caso se trataría de un concepto materialista-.
Utilizar el recurso de pseudoepigrafía para subrayar la tradición que sigue la
obra y el apoyo de un personaje prestigioso no es ajeno a compositores de obras
místicas, ni de obras literarias (pensemos en el tópico del ‘manuscrito encontrado’ y el
26 AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 69. 27 ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 4. 28 SCHOLEM, Gershom. Major Trends in Jewisb Mysticism. Nueva York: Shocken, 1961. pág. 174. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 93.
18
Quijote). Tampoco lo fue a Borges, como veremos en el primer capítulo de la segunda
parte.
Como menciona Aizenberg, la abuela de Borges sabía de memoria el Libro de
Job, la obra más comentada del Sefer ha-Bahir, el Libro de la Brillantez (finales del
siglo XII). Borges irónicamente afirmó que “[Mi abuela]...sabía de memoria la Biblia,
de modo que […] puedo haber entrado en la literatura por el camino del Espíritu
Santo...”29 Las meditaciones de Borges sobre el impacto del Espíritu Santo a la
creación literaria de los hombres es inmensa y la veremos más detalladamente en la
segunda parte del presente trabajo.
II. 3. La imagen de Dios a través del prisma cabalístico y sus
correspondencias – las sefirot
Cada ser humano se imagina a Dios de un modo diferente, y cada religión
defiende su forma preferida de Dios, más o menos establecida, y enseña cómo es.
Dentro de la Cábala se perfilan dos formas diferentes de Dios. La primera forma de
Dios se denomina el En-Sof, un término traducido como In-finito30 y que indica la
primera característica de Dios, o sea, su carácter eterno. La afirmación de que Dios
equivale al Infinito encierre en sí misma un enigma y es una expresión muy ajena a la
realidad humana cotidiana. Leemos en el Zohar que “llamamos Infinito a lo que nadie
comprenderá jamás, a aquello que no tendrá fin, porque tampoco tuvo principio.”31
Entonces la segunda característica de Dios será su incomprensibilidad y su esencia
enigmática, oculta. Los cabalistas a menudo se refieren a Dios como a la Nada
primigenia, lo que se opone a la idea más extendida de que Dios es Todo. El Dios
cabalístico es Todo surgido de Nada, por eso ambas afirmaciones son válidas para
designar su esencia divina.
El siguiente atributo o término que se relaciona con la visión general de Dios
se denomina tzimtzum. Es un término traducible como contracción y corresponde a la
29 VÁZQUEZ, María Esther. Borges: esplendor y derrota. Barcelona: Tusquets, 1996. pág. 35. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 67. 30 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 28. 31 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, pág. 46. Traducción de Caries Giol. [online], En PDF. 288 págs. Descargado de: <www.upasika.com/.../Bar%20Joyai%20Simeon%20-%20Zohar%20en%201%20tomo.pdf>.
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primera etapa de la aparición de Dios32. Este término fue aplicado por primera vez por
Isaac Luria33, quien opinaba que Dios al principio de la creación contrajo su luz
infinita y de esta manera dejó el espacio libre para el mundo con sus criaturas. La
teoría del tzimtzum asimismo exige gran imaginación para poder ser comprendida y
Borges la trató por ejemplo en su cuento El Alef, al cual dedicaremos un análisis más
tarde.
Comprender la esencia divina de En-Sof no está dentro de las posibilidades del
ser humano durante su vida terrestre. Por otro lado, la segunda forma de Dios
corresponde a la figura tal y como el hombre se la imagina. Este Dios se denomina
Elohim, Él o YHVH34, y es la imagen de Dios basada en su aparición en el monte Sinaí
cuando se dejó ver a Moisés y dio a los hombres las Tablas de la Ley. Paralelamente a
estos dos conceptos del mismo Dios se distinguen dos mundos divinos, de los cuales
una parte es inconcebible por la mente humana, es el mundo de En-Sof, mientras que
la otra nos permite acercarnos al conocimiento de Dios, es el mundo de las sefirot
(sefirah en singular).35
Las sefirot se traducen de maneras diferentes como esferas, mundos,
emanaciones o estados de conciencia.36 Es la parte visible de Dios, su reflejo en el
mundo. Son diez las emanaciones divinas y se suelen representar en forma de un árbol,
como lo demuestra la lámina 1.
Las relaciones entre las sefirot
32 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 147. 33 Isaac Luria fue rabino del siglo XV, máximo representante de la Escuela de Sabed. Es considerado el padre de la Cábala contemporánea. 34 SCHOLEM, Gershom. El Zohar. El libro del esplendor. [online], En PDF, pág. 26. 35 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 77. 36 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 27.
20
Las diez sefirot son: Keter (Corona), Jokmah (Sabiduría), Binah (Inteligencia), Da´at
(Conocimiento, sefirah oculta), Jesed (Misericordia), Geburah (Juicio), Tiferet
(Belleza), Netzaj (Esplendor), Hod (Majestad), Yesod (Fundamento), Malkut (Reino).37
Las sefirot están concebidas dentro de cada cosa o los seres vivientes también en el
mundo entero e igualmente en la figura de Dios. Los cabalistas miran al Árbol
sefirótico como al diagrama de la creación, porque las sefirot son presentes en todas
las cosas, como hemos mencionada más arriba.38
Para un cabalista meditar sobre las diez emanaciones de Dios servía como un
método para acercarse a Dios hasta adherirse a él. Esta adherencia cabalística a Dios se
denomina devekut (adherirse)39 y debe ser el objetivo de cada cabalista. Esta
adherencia cabalística se encuentra en el cuento de Borges llamado La escritura de
Dios, al cual volveremos en la segunda parte del trabajo.
El Árbol sefirótico está dividido en dos partes, la izquierda es la femenina y la
derecha la masculina. Las ramas del árbol llevan las sefirot y desde cada una se puede
llegar a todas las demás y no influye al objetivo final el orden por el cual un cabalista
empiece a meditar sobre ellas. Además estas ramas reflejan el postulado básico de las
doctrinas cabalísticas de que el mundo de abajo es igual que el de arriba40, un tema
también presente en la obra de Borges.
La meditación sobre las letras con su sefirah y valor numérico correspondientes
llevaría al cabalista al estado puro de existencia, al acercamiento a En-Sof.
Recordando a los autores de Sefer Yetsirah, hay que pasar por varios estadios o
puertas, divididas cada una en sendas subdivididas en partes. Las primeras dos se
denominan Puerta de los Cielos y Puerta de los Santos.41 El cabalista se acerca cada
vez más al objetivo de la meditación pasando de una puerta a otra.
La última característica de Dios que queda por ser mencionada contradice a
uno de los atributos más adjudicados a Dios, o sea, a su infalibilidad. En el Zohar se
hace mención de que Dios antes de crear nuestro mundo había creído otros, pero se vio
obligado a destruirlos porque eran malos.42 Esta idea está estrechamente unida con el
tema del capítulo II. 5. El mal visto a través del prisma cabalístico.
37 BESSERMAN, Perle. op. cit., págs. 29-31. 38 Íbid., pág. 32. 39 CASARIL, Guy. Rabbi Šimon Bar Jochaj a Kabala. Bratislava: RI-EL/CAD Press, 1996. pág. 93. 40 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 27. 41 Íbid., pág. 48. 42 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 89.
21
II. 4. “Videmus per speculum”, dice San Pablo
San Pablo relata en su Evangelio la problemática de que no podemos entender
a Dios porque le estamos viendo desde un punto de vista humano limitado, que no nos
lo permite. Cada ruido y sonido debe tener sentido, pero nosotros no somos capaces de
reconocerlo. “Videmus eum [a Dios] in enigmate quasi per speculum”, es la cita de
San Pablo que menciona Eliphas Levi.43 Según Levi, esta incomprensión se debe a los
conceptos a través de los cuales percibimos el mundo en el cual vivimos. Éstos están
determinados por el tiempo y el espacio, términos que son ajenos a la esencia divina
porque la existencia de Dios es eterna como hemos visto más arriba, y no está
restringida como la existencia terrestre humana. Pensar en Dios en términos de la
realidad humana es, como dijo Spinoza, “como si un triángulo dijera que Dios es
eminentemente triangular.” (SN, pág. 49) Para nosotros la divinidad permanece
Praeter ineffabile, como se refieren a Dios los cabalistas.44
Borges volvió al tema de un Dios incomprensible por el hombre con frecuecia,
incluso su cuento, El espejo de los enigmas, más adelante analizado, gira en torno a
misma cita de San Pablo.
II. 5. El mal visto a través del prisma cabalístico
En la mayoría de las religiones prevalece la idea de que el comportamiento de
los hombres influye en la cantidad del mal y de las desdichas que existen en el mundo.
También son conocidas las definiciones del mal como la ausencia de la bondad,
ausencia de la presencia divina. Esta idea la defiende por ejemplo el cristianismo. La
Cábala sostiene una postura totalmente diferente de las opiniones mencionadas más
arriba y son las más cercanas a los gustos literarios de Borges.
En los libros doctos sobre la Cábala leemos que los cabalistas consideraban el
mal en el nivel metafísico como un desequilibrio entre las fuerzas de la gentileza y la
rigurosidad de las sefirot.45 Depende del libre albedrío de cada ser humano si elige el
mal o la bondad, y la tentación del mal es el precio que hay que pagar por la libertad
43 LEVI, Eliphas. Curso de filosofía oculta. Sobre la Cábala y la ciencia de los números. 1a edición. Barcelona: Ediciones Indigo, 1987. pág. 55. 44 Íbid., pág. 55. 45 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 88.
22
de elección.46 Al mismo tiempo, la resistencia del hombre al acto de obrar con malas
intenciones es una prueba de su alma y según la eficiencia con la cual resiste a esta
tentación será merecedor o no de la gracia de Dios.47
Aparte de que las relaciones de las sefirot sean desequilibradas, el Árbol
sefirótico produce un desecho, el producto restante de su actividad, que es también
maléfico. Esta idea es comparable al aparato digestivo de los seres vivos, que también
fabrica productos de desecho, aunque la función del aparato sea buena, provechosa, y,
lo que es más, imprescindible para el funcionamiento del organismo.48
Al recordar la disposición del Árbol sefirótico, las tres sefirot principales
corresponden al primer mundo, que es el mundo de Dios.49 Éstas no son portadoras del
desecho maléfico, pero sí lo son las siete sefirot inferiores, especialmente la décima
emanación, la sefirah Malkut (Reino). Esta sefirah es la más baja y se relaciona con el
mundo físico, que está lleno de bajezas, ausentes en el mundo espiritual.
Todo tiene su polo opuesto en el mundo debido al carácter binario de la
creación, como veremos en el capítulo II. 10. Como explica Levi, el binario negro,
“que es corteza, sombra, velo, opacidad, materia, inercia, ininteligencia, estupidez,
pecado, infierno”50 es el binario de “el esplendor del Zohar, el centelleo del
Schechinah (Schechinah quiere decir «luz de gloria»).”51 El Mal es necesario para
dejar brillar a la Bondad y a las almas de los hombres que la habían elegido. El
infierno tal vez se vuelve necesario porque con “el cielo tienen su génesis y resumen
todo el binario, son alfa y omega, el principio y el fin.” 52 De esto se desprende que el
mal forma parte del mundo y está codificado dentro de los seres humanos. No es un
ente ligado a la inexistencia de bondad, es un ente autosuficiente.
A pesar de todo lo mencionado antes, los cabalistas no están acusando a Dios
de la responsabilidad de la presencia del mal en el mundo, porque no es directamente
él quien produce el desecho maléfico, sino sus sirvientes –las sefirot- cuyo
funcionamiento ya no puede controlar. Sin embargo, los mundos creados y destruidos
por Dios antes del nuestro habían producido algún desecho maléfico que sí pasó a
46 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 89. 47 Íbid., pág. 88. 48 Íbid., pág. 89. 49 BESSERMAN, Perle. op. cit., págs. 90-91. 50 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 56. 51 Íbid. 52 Íbid.
23
formar parte del mal presente en nuestro mundo53, pero esto ocurrió antes de la
creación y sería injusto culpar a Dios por haberlo hecho.
Jorge Luis Borges desarrollaba en sus cuentos con frecuencia la idea de un
Dios falible o más bien imperfecto, debido a sus errores primarios y planteaba unas
dudas acerca de que Dios sea único y perfecto. En la mayoría de los casos sus
conjeturas partían de las insignaciones encontradas en la Cábala, como declaramos en
la segunda parte de nuestro trabajo.
II. 6. El poder del nombre oculto de Dios
El nombre o los nombres de Dios son un gran tema dentro de la Cábala. La
palabra Dios es tetragramática y viene de la palabra latina dies que significa la luz, el
día. La contracción YHWH proviene de la frase “El Señor Nuestro Dios el Señor” o
sea Yheh Elohenu YHVH.54 La repetición del Nombre Sacrosanto ocupa una función
doble dentro de la meditación, por un lado ahuyenta a los guardianes demoníacos que
pueden aparecer durante el acto meditativo55 y por otro su repetición continua lleva al
místico a difundirse en Dios.56 Dentro de la Cábala, “algunos cabalistas atribuyen
poder a los nombres de Dios, tanto a los que aparecen en la Torá como fuera de ella.
El hombre puede tener acceso a ese poder y utilizarlo (como una fórmula mágica) para
alcanzar metas humanas.”57 Como se desprende de la última afirmación, no todos los
cabalistas estaban de acuerdo con tal uso del Nombre Sacrosanto.
Los hasidim58 reconocían noventa y nueve nombres de Dios y un nombre
oculto al cual atribuían poderes supremos. Los efectos de revelar el centenario nombre
de Dios no están determinados en las Sagradas Escrituras con precisión; algunos
cabalistas sostienen la idea de que su descubridor alcanzaría el mismo poder que Dios,
53 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 89. 54 BAR JOYAI, Simeón. Zohar. [online], En PDF, págs. 65. 55 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 24. 56 Íbid., pág. 55. 57 GORDEN, Kurt Van. MARTIN, Walter. RISCHE, Jill Martin. El ocultismo y su reino. Nashville, Tennessee: 2009. [online], En PDF. pág. 139. Accesible en: <http://books.google.es/books?id=QLPtrxotct0C&pg=PA128&lpg=PA128&dq=cabala+nombre+pronunciar&source=bl&ots=D4LYoNwD1I&sig=p2X-F-2W5dS1heYovy_ZNeM3B6o&hl=sk&ei=oFerTePWFtGZOuyYiRE&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=10&ved=0CEoQ6AEwCQ#v=onepage&q&f=false>. 58 La palabra hasidim significa “los píos” y esta rama de los cabalistas fue iniciada por Ba´al Shem Tov a mediados del siglo XVIII en la Europa Oriental. Los hasidim se consideran ultra-ortodoxos. Algunos de sus subgrupos creen que solamente el Mesías tiene el derecho de restaurar a Israel como nación y por eso se oponen al Estado de Israel.
24
otros defendían y siguen defendiendo la idea de que no se deben pronunciar ni los
nombres conocidos de Dios. No es cierto el origen de tal tipo de pensamiento, pero
como un razonamiento aceptable se considera la razón de que el hombre no es digno
de pronunciar el nombre del Santo.
Al nombre oculto de Dios se refiere Borges en sus cuentos también como al
Nombre Absoluto porque contiene en sí mismo la esencia de Dios a la que explica a la
vez. Según la tradición los efectos de descubrir y pronunciar el Nombre Absoluto
mencionados arriba serán los mismos que descubrir la fórmula oculta que pronunció
Dios el primer día de la creación. Estas opiniones llevaron a los cabalistas a analizar
con minuciosidad las Sagradas Escrituras de un plano morfológico, sintáctico e incluso
matemático contando las letras y sus correspondencias numéricas. A este tema nos
dedicaremos en los siguientes capítulos.
II. 7. El significado de las dos primeras letras del alfabeto hebreo
Según la Cábala, las letras formaron la base de toda la creación y de esa
manera se convirtieron en un objeto constante de estudio para los cabalistas. Está
escrito en el Génesis que la palabra es el medio por el cual Dios creó el mundo. “Y
dijo Dios, Hágase la luz, y se hizo la luz.” (Génesis, I:3) Según Sefer Yetsirah (Libro
de Creación), el primer libro existente sobre esoterismo judío, el número de las letras
del alfabeto hebreo es veintidós, de las cuales tres son madres, siete dobles y doce
elementales.59 Las primeras tres letras madres dieron origen a las demás letras y son la
mem, la shin y el alef.
Las palabras creadoras están compuestas por letras, como es lógico, y cada
letra del alfabeto hebreo designa dentro de la Cábala algo. Meditar sobre las letras y
conocer la interpretación adecuada de cada una sería entonces muy importante para
los cabalistas. Borges con frecuencia regresaba en sus cuentos a la idea de que cada
letra tiene un significado propio dentro de la escritura y, por consiguiente, ofrecemos a
los lectores la interpretación cabalística de las dos primeras letras del alfabeto hebreo,
el alef y la bet. Familiarizar al lector con el carácter de estas dos letras sería
imprescindible para entender la simbología de los cuentos analizados más
59 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 39.
25
posteriormente y para comprender otras doctrinas cabalísticas necesarias para nuestros
objetivos.
El Alef es la primera letra del alfabeto hebreo y la interpretación de su
significado es muy amplia. La letra alef � representa las cuatro letras del nombre de
Dios y es la expresión simbólica de la Unidad de Dios.60 Las tres letras madres, la
shin, la mem y el alef, son llamadas madres no sólo por ser el origen de la formación
de las demás letras, sino también por ser las tres simbólicas de los elementos naturales
primordiales: la mem dio origen a las aguas, la shin al fuego y la letra alef dio origen
al aire. En Sefer Yetsirah, III, leemos que la primera emanación de Dios fue el ruach
(aire) que provocó el fuego, y a su vez al girar formó la génesis del agua.61 Por tanto,
el alef es el principio de la creación para los cabalistas.
El alef también corresponde a una de las tres sefirot principales, que es
Jokmah, Sabiduría.62 La meditación sobre la Jokmah corresponde a la actividad mental
suprema a la que puede aspirar un ser humano. En resumidas cuentas, el alef
representa a Dios y a la sabiduría y la creación, siendo una de las letras básicas de ella.
También “la letra Aleph es el símbolo del principio y del fin; todos los escalones [las
sefirot, que crearon al mundo].”63
A pesar de que la letra alef es tan importante, no fue la primera pronunciada del
alfabeto. Lo fue la letra bet, un hecho que puede resultar contradictorio, pero que tiene
su explicación lógica dentro de la Cábala. El valor numérico atribuido a la letra bet es
dos64 y el dios judío la había elegido para que ilustrara la dualidad del mundo habiendo
concordar la existencia de dos mundos, uno de abajo -el mundo físico- y otro de arriba
– el mundo espiritual-. Este tema lo expondremos con más detalle en el capítulo II. 10.
En Curso de filosofía oculta leemos que “la letra beth es la primera de la
Biblia, es el principio de la palabra Bereschit, que significa Génesis o generación.65
Representa, pues, la unidad que se exterioriza creando.”66 En una de sus conferencias
sobre la Cábala que ha sido recopilada en Siete Noches, Borges dio otra explicación al
60 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 18. 61 ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 50. 62 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 125. 63 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, págs. 48-49. 64 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 49. 65 Para una descripción más detallada de la elección de las letras por Dios, véase BAR JOYAI, Simeón. Zohar. [online], En PDF, págs. 49 – 54. Descargado de: <www.upasika.com/docs/.../Bar%20Joyai%20Simeon%20-%20Zohar%201.pdf>. 66 LÉVI, Eliphas. op. cit., pág. 54.
26
de hecho que la bet sea la primera letra de creación: “Porque esa letra inicial, en
hebreo, debe decir lo mismo que b –la inicial de bendición- en español, y el texto no
podía empezar con una letra que correspondiera a una maldición; tenía que empezar
con una bendición. Bet: inicial hebrea de brajaá, que significa bendición.” (SN, pág.
47) Borges comparó la lengua hebrea con su lengua materna, el español. De este modo
manifestó que la cultura hebrea le era cercana y por otro lado facilitó a sus oyentes la
comprensión de la creación del mundo vista a través del prisma cabalístico. El cuento
que más relación tiene con una de las letras hebreas más importantes es El Alef, donde
Borges creó una visión muy original del alef partiendo de las doctrinas cabalísticas
básicas.
II. 8. La importancia de los números dentro de la Cábala
Los cabalistas adjudican a cada letra del alfabeto hebreo un valor numérico
correspondiente que permite calcular el valor de las palabras o frases. Permutar las
letras en cada estado meditativo y calcular sus valores numéricos forman el sistema
denominado gematria.67 Como afirma Lévi, el Génesis “está escrito de forma
jeroglífica y simbólica. Es decir, que encontramos en él un doble simbolismo: el de las
letras y el de las alegorías.”68 Entonces, nuestro mundo es un mundo de símbolos y
cada realidad lleva en sí misma escondida y codificada la esencia de su propia
existencia. Este tema atrajo mucho la atención de Borges, como él mismo confesó:
“I find a very interesting idea in Kabbalah, an idea found also in Carlyle and Leon Bloy. It
is the idea that the whole world is merely a system of symbols, that the whole world,
including the stars, stood for God´s secret writing. That idea is to be found in the
Kabbalah, and I think that that may be my chief attraction to it.”69
67 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 55. 68 LÉVI, Eliphas. op. cit., pág. 235. 69 “Yo he descubierto una idea muy interesante en la Cábala, una idea que se halla también en Carlyle y León Bloy. Es la idea de que el mundo entero es un mero sistema de símbolos, que el mundo entero, incluidas las estrellas, se basó en la escritura del Dios. Aquella idea está en la Cábala, y yo creo que aquella puede ser la mayor razón para interesarme por ella.” (la traducción al español es mía) Borges at Eighty. Edición W. Barnstone (Indiana University Press, 1982), pág. 82. En ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 7.
27
Se trata de una afirmación con la cual los cabalistas estarían más que satisfechos
teniendo en cuenta las siguientes palabras del Zohar: “Prokletá mysl toho, pro nějž
mají slova Písma jen doslovný význam.”, (Zohar III, 149b).70 Los cuentos de Borges
tampoco tienen exclusivamente un significado textual, sino que detrás de sus letras
están ocultas unas interesantes doctrinas filosóficas o religiosas, y los números
mencionados no han sido escogidos casualmente sino teniendo en cuenta su
simbología.
El universo no solo fue formado mediante las veintidós letras del alfabeto, sino
también mediante los primeros diez números cardinales. “La ciencia de los signos y de
sus correspondencias se inicia con la ciencia de la palabra,”71 y “los números son
signos perfectos.”72 Estas dos afirmaciones escritas por Levi explican por qué el
estudio de los números es tan importante como el estudio de las letras para los
cabalistas. Unas sin otras no tendrían sentido y las Sagradas Escrituras quedarían
incomprendidas todavía más.
En los cuentos de Borges se hallan con más frecuencia alusiones al número
nueve, por eso ahora explicaremos qué designa dentro de la Cábala.
El número nueve es la multiplicación del ternario por si mismo. Tres es el
número de la generación, donde “la unidad es el padre; el binario es la madre y el
ternario es el hijo.”73 Esta afirmación hace referencia a la Santa Trinidad que
comprende a tres personas divinas, un misterio destinado a quedar en enigma eterno e
irresoluble para los hombres. Tres son las principales sefirot (Keter, Jokmah y Binah)
que forman y representan al mundo divino. El nombre de Dios, YHWH, está
compuesto por tres letras, porque H se repite. Tres son las letras madres que dieron
origen a todo lo vivo. No es relevante desde el punto de vista de los objetivos de
nuestro trabajo desarrollar con más detalles la simbología del número tres, y para los
más interesados en este tema recomendamos consultar el libro de Eliphas Levi, Curso
de filosofía oculta. Tres es, simplemente, la base de la creación y el número que
corresponde a Dios.
Todo aquello que representa el número tres está unido y fortalecido en el
número 9, que “representa la verdad completa, la iniciación perfecta, y por ello se le ha
70 “Condenada la mente de aquél, para el cual tienen las palabras de las Escritura un solo significado textual.” (la traducción al español es mía) CASARIL, Guy. op. cit., pág. 16. 71 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 16. 72 Íbid., pág. 17. 73 Íbid., pág. 78.
28
colocado como signo jeroglífico del alto poder intelectual y moral.”74 También
representa “el dogma teológico de la circuncisión de las personas divinas.”75 Por
ejemplo, para corregir el número maldito 666, que significa el antagonismo del
hombre en los tres mundos, se suman los tres seis y después se suman de la misma
manera las cifras del resultado obtenido. Al final nos queda el número nueve, “el
número de la prudencia y de la iniciación.”76 No olvidemos tampoco que nueve es la
cantidad de las órdenes angélicas, que poseen los talismanes que pueden “servir para
fijar el espíritu y para dar mayor firmeza a la voluntad.”77
La presencia del número nueve en los cuentos de Borges junto con su
interpretación la veremos en el capítulo respectivo de la segunda parte. Hasta ahora
queda por decir que son pocas las cosas que se consideran casuales en la obra de
Borges.
II. 9. El misterio oculto en las Sagradas Escrituras y sus
correspondencias
En el Zohar leemos que “las obras del Santo, bendito sea, son las palabras de
las Sagradas Escrituras. No hay ni un solo versículo en ellas, por insignificante que
parezca a primera vista, que no encierre otros varios sentidos que nos conduzcan al
Misterio de la Sabiduría Suprema.”78 Además “todo está escrito en la Torah.”79
Anteriormente, en el capítulo que trata el tema del influjo del Espíritu Santo a
las obras humanas (capítulo II. 2.) hemos planteado el tema de la impersonalidad de la
Biblia debida al convencimiento cabalístico de que las Sagradas Escrituras son obra de
Dios quien utilizó al hombre como mero transmisor de sus ideas supremas. Si no fuera
así “también nosotros podríamos hacer unas Escrituras, ya que los libros profanos
encierran a veces ideas superiores. […] Pero recordad que cada palabra de las
Sagradas Escrituras encierra un misterio supremo.”80
74 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 211. 75 Íbid., pág. 219. 76 Íbid., pág. 158. 77 Íbid., pág. 10. 78 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, págs. 31-32. 79 RAMBÁN. Pentateuco. Edición Mikra´ot Gědôlôth. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 15. 80 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, págs. 34.
29
Allí, en las páginas del Zohar, estriba la prueba de que las Sagradas Escrituras
deben contener la clave del misterio de la creación y de la existencia misma. Los
cabalistas siguen estudiando los textos sagrados como textos infalibles, intentando
interpretar y comprender cada versículo, cada alusión, porque nada en ellas es casual,
ni el orden de las palabras ni su cantidad. Se realizan tres maneras de los cálculos
matemáticos que sirven para comprender mejor a las Sagradas Escrituras, que son: la
gematría para calcular el valor numérico de las letras, el notarikon que emplea las
letras iniciales, finales y medias de las palabras, y la temurah que aplica los dos
métodos precitados a la mutación y combinación de las letras.
Borges repetía estas ideas en las líneas de sus cuentos y a veces se refiere a las
Sagradas Escrituras como al texto absoluto porque, siendo obra de Dios, debe abarcar
toda la realidad. Este tópico frecuente de su obra la encontraremos por ejemplo en el
cuento El espejo de los enigmas que trata el tema del mundo como símbolo y lo
analizaremos en el capítulo 9 de la segunda parte del trabajo.
Decir que las Sagradas Escrituras forman un texto absoluto significa afirmar
que abarcan todos los acontecimientos, incluso los pasados y los que están por venir.
Esta deducción conduce a otro tópico presente en la obra borgeana, es decir, a la
negación de la existencia del azar como comprobaremos en el análisis de su cuento La
lotería en Babilonia ubicado en el capítulo 9 de la segunda parte.
II. 10. Dualidad – la esencia del universo
Dios, al escoger bet como la primera letra de la creación, determinó el carácter
binario del mundo. En las Sagradas Escrituras está escrito que “todas las obras del
Santo, bendito sea, tienen su reflejo aquí debajo de la misma manera que el cielo está
reflejado en la Tierra.”81 El mundo de arriba es el mundo espiritual, el mundo de Dios.
Su binario es el mundo de abajo, el mundo material habitado por los seres vivos.
Siendo los dos mundos diferentes, la Cábala afirma que el mundo de abajo es el reflejo
del mundo de arriba. Afirma Moisés de León en el Zohar: “Dios es unicidad
unificada...Hasta el último eslabón, cada cosa está vinculada con todo lo demás; así
pues, la esencia divina está abajo lo mismo que arriba, en el cielo y en la tierra. No
81 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, pág. 139.
30
existe nada más.”82 Esta suposición es enigmática, pero ocupa uno de los lugares
claves entre las doctrinas del credo cabalístico. Al final de los tiempos, estos dos
mundos formarán uno otra vez, como antes de la creación. Esta unión está
representada en la letra alef.
El binario no solo existe entre los dos mundos, también está entendido dentro
de cada realidad. Dijo Rabbí Akiva: “En este mundo todo está dividido en dos partes,
una visible y otra invisible. La que es visible es el reflejo de la invisible.”83 Los temas
del binario y de los dos mundos que regresarán a formar uno presentes en los cuentos
de Borges los veremos en el capítulo 10 de la segunda parte.
Es necesario mencionar que la idea de una existencia de los arquetipos de las
cosas, meros reflejos de su versión celeste, no es única y exclusivamente cabalística.
Según Platón, todos los objetos, materiales u abstractos, poseían su modelo en otra
dimensión, el llamado Mundo de las Ideas, al cual solamente el alma humana podía
penetrar y encontrar allí apoyo para el pensamiento. Carl Gustav Jung ideó la teoría
del inconsciente colectivo que es un conjunto de símbolos primitivos que forman una
especie del lenguaje común, de todos los tiempos y espacios. Mediante estos símbolos
se expresa la psique, que está más allá de la razón. En la Biblia también se dice que
Dios ya había conocido la decisión que tomaría su hijo durante el destierro en el
desierto. No hace falta mencionar todas las doctrinas que tratan este tema desde
distintos puntos de vista, existen muchas. Si el mundo de los arquetipos es
denominado como la luz astral, la memoria del mundo o akasha -un término sánscrito-
siempre se refieren a lo mismo y Borges con ellos.
II. 11. La creación del hombre y el Golem
La creación y aparición del ser humano junto con los cálculos acerca de cuál
podría ser su misión en la vida, es decir, su sitio en el orden del Mundo, son los
asuntos más examinados y discutidos por diferentes creencias, por la disciplina
filosófica, por la antropología y, no en ultima instancia, por cada ser humano
consciente con sentido común y conciencia.
82 MATT, Daniel C. The Essential Kabbalah. San Francisco: Harper San Francisco. pág. 26. En BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 28. 83 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, pág. 139.
31
Del mismo modo que el cristianismo, el cabalismo considera al hombre una
creación de Dios, que lo creó a su imagen y semejanza. Según el concepto cabalístico
el primer hombre fue Adán Kadmón, al cual Dios adormeció para instruirlo. La
creación cabalística de Adán es por supuesto más complicada, pero para los objetivos
de este trabajo no es necesario explicarla paso a paso.84 Ahora pasamos al Golem, la
famosa leyenda judía alemana que introdujo a Borges al mundo hebreo, un hecho
irónico si tenemos en cuenta que es la lengua materna del país responsable de la
persecución y el genocidio a los que fue sometido el pueblo judío.
La leyenda escrita por Gustav Meyrink desarrolla la historia de Rabbi Löwy de
Praga, un ocultista del siglo XIX, que creó mediante el orden secreto de las palabras a
Golem, una criatura poco inteligente que le ayudaba en la sinagoga. Buscar el orden
secreto de las letras de las Sagradas Escrituras que fuera capaz de dar vida a un ser
inerte había sido una de las tareas de los cabalistas ocultos, tal y como leemos en El
libro de seres imaginarios (pág. 116). Golem, según Talmud significa “una materia
amorfa o sin vida” (LI, pág. 117), y se transforma en materia viva conociendo,
pronunciando y repitiendo los alfabetos secretos durante la creación sobre cada órgano
de la figura. Después al llegar a la parte de la frente hay que añadir la palabra Emet,
que significa verdad, para dotar a la criatura de vida. Para que la criatura se convirtiera
en polvo hay que borrar la letra inicial obteniendo Met, muerto, explica Borges y
Guerrero al final de la entrada Golem de El libro de sere imaginarios (pág. 118). En
Sosnowski encontramos otra explicación de este término, o sea “golem significa «masa
informe» (res convoluta, massa informis) y se aplica al feto que aún no ha recibido su
forma completa y definitoria.85”
Hoy en día la casa de Rabbi Löwy en Praga funciona como museo,
conservando cerrado el ático donde según la leyenda reposan los restos del Golem al
cual el Rabbi fue obligado a destruir. Su casa fue la única que sobrevivió a la
destrucción de sinagogas y casas de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. El
mismo Hitler ordenó no tocarla por temor de liberar al gólem.86
Borges elaboró más textos inspirados en la creación cabalística del ser humano,
tomando como fuente de inspiración o al hombre primogénito Adán creado por Dios, o
84 Para más información sobre creación del hombre recomendamos consultar SCHOLEM, Gershom. El Zohar. El libro del esplendor. [online], En PDF, págs. 10-11. Descargado de: ‘http://www.upasika.com/docs/cabala/Scholem%20Gershom%20-%20Zohar.pdf’ 85 SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 65. 86 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 121.
32
a la criatura artificial creada por el hombre, como veremos en el capítulo
correspondiente a este tema en la segunda parte.
II. 12. Las chispas del alma y la atracción de almas o el concepto
cabalístico de la reencarnación
La visión de la reencarnación cabalística difiere un poco de la opinión general
sobre esta cuestión. El destino del alma humana después de la muerte puede girar en
tres direcciones, el alma de los justos sube directamente al En-Sof, que equivale a
Dios, el alma de los pecadores va al gehinnom/gehenna (infierno) para una estancia de
tiempo determinada a pagar por sus pecados. Después a estas almas pecadoras les es
ofrecida una nueva posibilidad de volver al mundo. Este viaje de las almas se
denomina gilgul87, expresión definida por Gerschom Scholem como “vuelta”, “giro”,
“vuelco”.88 Pero aparte de este tipo de viaje del alma, la Cábala conoce dos más, el
primero es la ruta del alma durante la meditación y el segundo, el viaje de las almas de
los cabalistas entre la compañía de los cabalistas ya fallecidos, con el objetivo de ser
instruidos.
El guía del espíritu que conducía a los cabalistas en su elección a la llamada
«escuela celestial» se llama maggid o predicante. Este maggid resucita recitando la
Mishná, llevando al cabalista mediante un trance místico entre la compañía de los
espíritus muertos.89 De esa manera el cabalista puede aprender de los sabios y después
él mismo transmitir la sabiduría a sus discípulos. Entre los predicadores más conocidos
figuran Isaac ben Solomon Luria, cabalista del siglo XVI y representante de la Escuela
de Safed90, y el Dov Baer de Mezerich91, cabalista del siglo XVIII. Según sus
enseñanzas existen incluso familias de almas semejantes capaces de influir la una en la
87 CASARIL, Guy.op. cit., pág. 88. 88 SCHOLEM, Gershom. On the mystical Shape of the Godhead. Nueva York: Schocken Books, 1991. pág. 201. En BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 121. 89 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 77. 90 A lo largo de los siglos XV y XVI alcanzó la comunidad mística de Safed un nivel de sabiduría comparable a sus antecesores de los dos primeros siglos de nuestra era (período tanaítico), de entre los cuales destacaba la persona de Rabí Akiva junto con el legendario Rabí Simeón bar Yojay y su hijo Eleazar. Los místicos de la escuela de Safed incluso creían que eran las reencarnaciones de las almas de los compañeros de Rabí Akiva, y él la reencarnación de Rabí Akiva. Para más información véase BESSERMAN, Perle. op. cit., págs. 65-84. 91 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 81.
33
otra.92 Levi menciona incluso una semejanza física entre las personas cuyas almas
pertenecen a la misma familia espiritual.93
Alazraki explica que según Scholem la piedad de estas almas “can lift up those
members of their group or family who have fallen to a lower plane and can enable
them to start on the return journey to higher forms of existence.”94 El retorno a la vida
terrenal después de la muerte se considera un destierro y prisión para el alma, cuyo
destino debe ser una constante mejora para perderse y difuminarse en el En-Sof95, y el
objetivo de cada cabalista es ayudar a los demás a mejorar.
El tópico de gilgul, viajes de almas, y la instrucción por parte de los espíritus y
las chispas de sus almas lo encontramos por ejemplo en el cuento El acercamiento a
Almotásim al cual volveremos en el capítulo III. 12.
II. 13. Los ángeles de la Cábala
Nos encontramos con los ángeles mensajeros de Dios en la Biblia96, desde
donde penetró la creencia en ellos a la Cábala. Por supuesto que la existencia de los
ángeles no forma parte exclusivamente de estas dos religiones, por ejemplo está
presente en la filosofía Hindú, en el Islam y, finalmente, nos encontramos con la
plenitud de ángeles en los cuentos populares. Generalmente son concebidos como
habitantes del Cielo que guían y ayudan a los hombres.
Dentro de la Cábala se reconocen 72 ángeles que rodean el Trono de Dios y a
cada hombre le pertenece uno que rige sobre las características de su personalidad.97
Estas Entidades Espirituales sirven a Dios ayudando a los hombres evolucionar y
crecer espiritualmente. Después de la muerte, cada hombre se encuentra con su ángel.
92 ALAZRAKI, Jaime. Borges and The Kabbalah. pág. 25. 93 LEVI, Eliphas. op.cit., pág. 61. 94 “...pueden elevar aquellos miembros de su grupo o familia, los cuales habían caído en un nivel más bajo y pueden posibilitar el comienzo de su viaje de retorno a las formas más elevadas de existencia.” (la traducción al español es mía) SCHOLEM, Gershom. Major Trends in Jewisb Mysticism. Nueva York: Shocken, 1961. págs. 282-283. En ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 25. 95 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 114. 96 LEVI, op. cit., págs. 184-485. 97 Disciplinas astrales. [online], la información está basada en los libros Los Dioses Internos de KABALEB y Los Ángeles al Alcance de Todos de KABALEK y LLOP, Soleica, Etu Ediciones 1996. Accesible en: <http://www.disciplinasastrales.com.ar/angeles/kabala/los72angeles.htm>.
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Los ángeles están reunidos en las nueve órdenes angélicas.98 En el argot cabalístico
son conocidos como los 72 Genios de la Cábala.99
En sus cuentos Borges algunas veces hizo mención de los ángeles, por ejemplo
en el cuento El sueño de Coleridge e incluyó las entradas que tratan el tema de los
ángeles en su El libro de los seres imaginarios. Básicamente, su concepto de los
ángeles no difiere de aquellos propuestos por la Cábala.
II. 14. La Shejiná como motivo femenino en la obra de Borges
En los dos capítulos restantes de la primera parte del trabajo dedicada a poner
en contacto al lector con los básicos conceptos de la Cábala citaremos otros dos
fenómenos presentes en la obra de Borges: se trata de la Shejiná y de la historia de
Caín y Abel. Estos dos temas provienen de la inspiración cabalística y por eso las
mencionamos, aunque no les dedicaremos más espacio en la segunda parte.
Edna Aizenberg, catedrática de español y directora del Programa de Estudios
Hispánicos en el Marymount Manhattan College de Nueva York y reconocida
especialista en la obra de Borges, analizó en algunas de sus obras otro aspecto
interesante que penetró a través de la Cábala en la obra de Borges. Se trata del
concepto de la Shejiná relatado en el cuento Emma Zunz, un texto que conecta los
aspectos de la Cábala y el feminismo.100
Como es notorio, un término cabalístico suele designar más de una cosa, y lo
mismo ocurre con el término de la Shejiná. En la literatura talmúdica, la Shejiná se
traduce como la presencia divina en el mundo, pero en Sefer ha-Bahir101 se identifica
con la Novia, Princesa o simplemente Hija de Dios.102 En todos los casos, representa la
persona femenina en Dios que fue arrebatada de Él, consecuencia del primer pecado
del hombre.103 La Shejiná cayó en el mundo pecador y cada cabalista desea que sea
devuelta a Dios. Es un misterio la unidad de la parte femenina y masculina en Dios, y
98 LEVI, op. cit., pág. 10. 99 Disciplinas astrales. [online] 100 Véase AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 133-139. Para un análisis más profunda véase también, AIZENBERG, Edna. Feminism and Kabbalism: Borges´s ‘Emma Zunz’. Crítica Hispánica, 15:2, 1993. págs. 11-19. 101 Un libro del misticismo judío publicado en 1176 en Provenza. 102 SCHOLEM, Gershom. Počátky Kabaly. 1a edición. Praha: Malvern, Edice Aurélie, 2009. pág. 110. 103 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 89.
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el anhelo por ella simboliza la unidad del Testamento oral con el escrito, por la Unidad
de Dios con la comunidad israelí en la oración. El fenómeno de la Shejiná a veces está
relacionado con el erotismo, representando el papel de madre que da vida a las
sefirot.104 Por último, la mujer eterna Shejiná es identificada con Metatron, el rey de
los ángeles del Talmud, al cual el Santo cesó el comando de sus ejércitos.105
Una vez finalizada la explicación del término Shejiná, rememoremos de qué
trata el cuento borgeano Emma Zunz. Una joven obtiene la información de que su
padre se ha suicidado y decide vengar su muerte. Uno de los jefes de la fábrica donde
Emma trabaja, Aarón Loewenthal, años atrás acusó a Emmanuel Zunz, el padre de
Emma, de un robo que había cometido él. Emma teje un plan de venganza, primero
vende su virginidad a un marinero grosero y después mata a tiros a Loewenthal en su
despacho acusándole de una violación. A pesar de las opiniones que sustentaron la
idea de que «Emma Zunz» es un cuento sencillo106, Edna Aizenberg comprobó lo
contrario.
Emma es un personaje femenino activo, un hecho raramente vista en la obra de
Borges, donde las mujeres ejercen el papel de trofeo del hombre y son “borrosas o
casuales o, a lo sumo, indiferenciadas y pasivas.”107 Aizenberg relaciona este hecho
con el impacto de la Cábala. En primer lugar, los nombres de los protagonistas son
hebreos, Emma es la contracción de Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”, y
Maier, el apellido que adoptó su padre en su exilio, significa “el radiante.” El nombre
de Emma es la contracción de Emmanuel y nos hace pensar en la Shejiná, que
significa la presencia de Dios en el mundo, letra por letra “Dios con nosotros.”
“El Padre le confía [a la Shejiná] sus armas de destrucción, y con éstas ella
hace guerra contra pecadores, idólatras y enemigos del Pueblo Israel.”108 Como la
Shejiná lucho contra los idólatras, Emma ejerció una lucha secreta contra el hombre
que había herido a su padre. Emma es un instrumento de Justicia de Dios, cuyos actos
permanecen como algo inexplicable para el ser humano y cuya justicia llega tarde.
104 AIZENBERG, Edna. op. cit., págs. 135-136. 105 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 81. 106 Véase COHEN, J.M. Jorge Luis Borges. Edinburg: Oliver & Boyd, 1973, pág. 67. y también STABB, Martin S. Jorge Luis Borges. Boston: Twayne, 1970. pág. 133. La singularidad de Emma Zunz la comentan BRODZKI, Bella. She Was Unable Not to Think: Borges´s ‘Emma Zunz’ and the Female Subject. Modern Language Notes, 100, 1985. págs. 330-347. 107 JURADO, Alicia. op. cit., pág. 123. 108 PATAI, Rafael. The Hebrew Gooddess. Nueva York: Avon, 1978, págs. 174-176. Véase AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 136.
36
Emma, la Shejiná, ejerce la justicia para el pueblo judío, representado en el ensayo por
el judío Aáron Loewenthal.
Otro aspecto es la sexualidad de Emma, que se comporta como una virgen y
como una prostituta al mismo tiempo, que es la consecuencia de la caída de la Shejiná
al mundo lleno de bajezas. Emma vivía con su familia protegida del Padre, pero el
pecado de Aarón Loewenthal obligó a éste a refugiarse y abandonar a su hija, que
ahora lucha por él, se prostituye y mata. El nombre que adoptó Emanuel Zunz,
Manuel, es una contracción de su nombre original. Esta contracción hace referencia al
ya mencionado tzimtzum, la contracción de Dios para dejar espacio al mundo.
Emmanuel Zunz se mudó para poder dejar vivir a su hija. La unión destruida sin el
“im”, que significa “con” en hebreo, representa la ruptura entre la hija y el padre,
aparte de su desunión.109 La alegoría con el arquetipo de la Shejiná y el Santo es muy
estrecha y permite entender mejor este ensayo de Borges.
II. 15. La historia que sigue repitiéndose: Caín y Abel
La primera matanza que ocurrió en el mundo y la relación entre sus
protagonistas es otro gran tema bíblico que entra en la obra de Borges. El tema de la
muerte, concretamente del asesinato, le fascinó porque en sus venas también circulaba
la sangre de los batalladores - su abuelo paterno Francisco Borges Lafinur era coronel
y participó en los enfrentamientos contra los indígenas y en la guerra del Paraguay. A
él dedicó Borges el poema Al coronel Francisco Borges. Su poesía es principalmente
una muestra de cierto pesar que sentía por no haber participado en ninguna batalla, y
creemos que lo demostró de la mejor forma en un poema titulado Tankas:
“No haber caído,
como otros de mi sangre,
en la batalla.
Ser en la vana noche
el que cuenta las sílabas.”
(AP, pág. 107)
109 AIZENBERG, Guy. op. cit., pág. 137.
37
La historia de Caín y Abel es una historia sangrienta y conocida por la mayoría
de los hombres, pero Borges lo tomó como arquetipo de todas las muertes a manos del
prójimo. De hecho lo más importante no es quien fue Abel, quien Caín y sus hechos
correspondientes, sino el mero hecho de degollar a alguien por primera vez en la
historia. La dicotomía víctima/asesino pasa a un segundo plano, como lo declaran los
siguientes versos de Génesis, IV, 8, posicionados en el poema Quince monedas:
“Fue en el primer desierto.
Dos brazos arrojaron una gran piedra.
No hubo un grito. Hubo sangre.
Ya no recuerdo si fui Abel o Caín.”
(AP, pág. 122)110
Cabe mencionar también los poemas In Memoriam J. F. K. junto con la
Milonga de dos hermanos, donde el autor desarrolla el mismo tema bíblico, solamente
varían los nombres de sus protagonistas. En su prosa encontramos el tema de la
violencia y las matanzas entre dos hombres en El sur, El fin, Biografía de Tadeo
Isidoro Cruz y otros. El intercambio de dos personajes que a los ojos de Dios la misma
persona lo encontramos en el cuento Los teólogos, en el que uno de los protagonistas
“supo que para la insondable divinidad, él y Juan de Panonia (el ortodoxo y el hereje,
el aborrecedor y el aborrecido, el acusador y la víctima) formaban una sola persona.”
(A, pág. 62) Una idea parecida la encontramos en Tres versiones de Judas, un cuento
que sustenta la idea de que si Judas no hubiera traicionado a Jesús, no se habría
revelado su esencia divina y por eso él es el redentor verdadero. En La muerte y la
brújula cambia la posición de los protagonistas, el perseguidor Erik Lönnrot se
convierte en víctima en el desenlace del ensayo. Al margen de este cambio, Borges en
un comentario suyo a la versión inglesa de El Aleph anotó: “The killer and the slain,
whose minds work in the same way, may be the same person.111”
Borges tomó la historia de Abel y Caín como el arquetipo de la primera
matanza y todas las demás reflejan esta primordial, como se desprende de los versos
110 En la Antología poética de Jorge Luis Borges citada en la bibliografía hay un desliz tipográfico, en vez de “no recuerdo si fui Abel o Caín” ponen “no recuerdo si fue Abel o Caín.” 111 “El asesino y el asesinado, cuyas mentes piensan del mismo modo, pueden ser la misma persona.” (la traducción al español es mía) BORGES, Jorge Luis. The Aleph and other Stories, 1933-1969. Traducción del autor y de Norman Thomas di Giovanni, New York: Bantam Books, 1970. pág. 194. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 62.
38
de la Milonga de dos hermanos: “Es la historia de Caín/Que sigue matando a Abel,”
(AP, pág. 89). En la Leyenda Abel pregunta a su hermano: “¿Tú me has matado y yo
te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos juntos como antes.112” Otra vez vemos
que el hecho arquetípico es más importante que sus protagonistas.
Caín y Abel se encuentran después de la muerte del segundo. Este encuentro es
posible porque Caín fue condenado a errar por la tierra hasta el día del juicio final y
hasta que Dios descendiera por segunda vez a la Tierra. Caín no está ni vivo ni muerto
y por eso podía ver a los muertos, almas sin cuerpo material, a las cuales se parecía, un
hecho que también posibilitó la confusión de los hermanos arquetípicos.
Caín y Abel son personas que representan dos polos opuestos, pero juntos
forman una unidad indivisible y el uno sin el otro no tendría sentido dentro de la
historia. Es precisamente la misma relación que existe entre el mundo terrenal y el
mundo celestial, es el carácter binario del mundo que estableció Dios en el momento
de tomar la palabra bet como principio de toda la creación, tema tratado en el capítulo
II. 10. del presente trabajo.
El primer pecado cometido por el hombre fue desobedecer a Dios y el segundo,
asesinar a un hermano por envidiarle. Desde ese momento todos los descendientes de
la raza humana llevan en sí mismos codificado este pecado y eran, son y serán capaces
de cometerlo, si tenemos en cuenta la doctrina de que todos los hechos de un hombre
son propios de toda la humanidad. Escribe Borges:
“El quinto párrafo del cuarto capítulo del tratado Sanedrín de la Mishnah declara que,
para la Justicia de Dios, el que mata a un solo hombre, destruye el mundo; si no hay
pluralidad, el que aniquilara a todos los hombres no sería más culpable que el primitivo y
solitario Caín, […] Yo entiendo que así es.” (OI, pág. 270)
La cita ha sido extraída del ensayo Nueva refutación del tiempo y declara que Borges
sostiene la idea de los arquetipos, Caín mató y por eso toda la raza humana es capaz de
cometer lo mismo.
Las demás observaciones y un análisis más profundo de algunos aspectos
motivados por este tema dentro de la obra de Borges los analizó Aizenberg113. Para los
112 BORGES, Jorge Luis. Obras Completas. Buenos Aires: Emecé, 1974. pág. 1013. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 104. 113 AIZENBEGR, Edna. op. cit., págs. 99-108.
39
propósitos de este trabajo no será necesario mencionarlos, porque no están
relacionados con nuestro tema.
40
SEGUNDA PARTE
41
III. El análisis de los elementos cabalísticos en la obra de Jorge Luis Borges
“La cabala no sólo no es una pieza del museo,
sino una suerte de metáfora del pensamiento.”
Jorge Luis Borges
La Cábala
III. 1. Cómo trata Borges el impacto del Espíritu Santo en su obra
Borges opinaba que es un signo de locura componer libros inmensos cuya idea
clave bien pudiera ser expresada en unas pocas líneas, como dejó claro en el prólogo a
las Ficciones:
“Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en
quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor
procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario.
[…] Más razonable, más inepto, más haragán, he preferido la escritura de notas sobre
libros imaginarios.” (F, pág. 12)
Los cuentos de Borges son conocidos por ser metatextos –textos que hablan o
instruyen sobre otros-. Para que los temas tratados no fueran restringidos por los temas
de los textos existentes, Borges acudió al recurso de pseudoepigrafía, plenamente
utilizado por los autores de las obras claves de la Cábala.
Entre los autores y las obras apócrifas en los cuentos de Borges se encuentran
por ejemplo Nils Runeberg y su obra Kristus och Judas (en el cuento Tres versiones de
Judas), Herbert Quain y sus obras April March, The secret mirror, The God of the
Labyrinth y Statements (en el cuento El examen de obra de Herbet Quain), el escritor
Pierre Menard (en el cuento Pierre Menard, autor del Quijote) y la claramente
inventada Encyclopaedie de Tlön (en el cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius). La obra El
acercamiento a Almotásim de Mir Bahadur Alí de Bombay, de la cual Borges partió en
42
su cuento homónimo, se convirtió en objeto de búsqueda por parte de unos lectores
que ignoraban que esta obra era una invención ficticia.114
Apelar a las obras de autores apócrifos por un lado cumple con la tradición
literaria, por otro dota de verosimilitud a las ideas nuevas y apoyo de alguna otra
autoridad. Además si todo está preescrito en el Libro Absoluto115, término utilizado
con frecuencia por Borges, también debe contener textos apócrifos e imaginarios, que
dejan de serlo y pasan a formar parte del mundo real.
El impacto del Espíritu Santo en los actos humanos es más evidente en el
cuento El sueño de Coleridge, donde Borges desarrolla la historia como una fuerza
superior, dotando al ya mayor y rudo pastor Caedmon con la capacidad de poetizar la
creación del mundo. El Espíritu Santo instruyó a Caedmon mientras este dormía – lo
mismo ocurrió con Adán, al cual Dios adormeció para instruirlo. La voz del sueño le
dijo: “«Canta el principio de las cosas creadas.» Caedmon, entonces, pronunció unos
versos que jamás había oído. No los olvidó, al despertar, y pudo repetirlos ante los
monjes del cercano monasterio de Hild.” (OI, pág. 28) Hecho siguiente,
“los monjes le explicaban pasajes de la historia sagrada y él «los rumiaba como un limpio
animal y los convertía en versos dulcísimos, y de esa manera cantó la creación del mundo
del hombre y toda la historia del Génesis y el éxodo de los hijos de Israel y su entrada en
la tierra de promisión, y muchas otras cosas de la Escritura, y la encarnación, pasión,
resurrección y ascensión del Señor, y la venida del Espíritu Santo y la enseñanza de los
apóstoles, y también el terror del Juicio Final, el horror de las penas infernales, las
dulzuras del cielo y las mercedes y los juicios de Dios.» Fue el primer poeta sagrado de la
nación inglesa; «nadie se igualó a él -dice Beda-, porque no aprendió de los hombres sino
de Dios». Años después, profetizó la hora en que iba a morir y la esperó durmiendo.
Esperemos que volvió a encontrarse con su ángel.” (OI, págs. 28-29)
Podemos observar varias hipótesis en el fragmento anterior. En primer lugar, el
impacto del Espíritu Santo en la creación literaria es llamativo. Caedmon no es el autor
verdadero de sus versos, incluso nunca llegó a aprender a leer. El autor verdadero es
Dios que obra mediante el Espíritu Santo. Nadie puede superar a las Sagradas
Escrituras, por lo que nadie podría superar la poesía de Caedmon, porque vino de más
allá. En segundo lugar, el autor describe los hechos mencionados en la Biblia y así
114 ALAZRAKI, Jaime. op. cit., págs. 28-29. 115 RAMBÁN. Pentateuco. Edición Mikra´ot Gědôlôth. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 15.
43
declara su afición por las Escrituras. Al final de la cita Borges hace alusión a los
ángeles cabalísticos, con los cuales las almas de los hombres fallecidos se encuentran
después de la muerte.
Si se considera al Espíritu Santo autor de los textos sagrados, la literatura
inspirada por él viene entonces de un territorio inalcanzable para el hombre, quien
necesita la ayuda de Dios para crear. Leer un libro significaría entonces leer todos los
libros. Por consiguiente podemos entender toda la creación literaria como un conjunto
de obras de un solo autor. En El misticismo judío y las leyendas de la cábala Borges
escribe: “El Pentateuco, la Torá, es un libro sagrado…, una inteligencia infinita ha
condescendido a la tarea humana de redactar un libro.”116 Esta afirmación es
profundamente cabalística y coincide con las ideas claves de la Cábala que sostiene
que “todo está escrito en la Torah.”117
Borges menciona en su ensayo La flor de Coleridge a otros autores quienes
hablaron sobre el Espíritu como una fuerza creadora:
“Hacia 1938, Paul Valéry escribió: «La historia de la literatura no debería ser la historia
de los autores y de los accidentes de su carrera o de la carrera de sus obras sino la Historia
del Espíritu como productor o consumidor de literatura. Esa historia podría llevarse a
término sin mencionar un solo escritor.» No era la primera vez que el Espíritu formulaba
esa observación; en 1844, en el pueblo de Concord, otro de sus amanuenses había
anotado: «Diríase que una sola persona ha redactado cuantos libros hay en el mundo; tal
unidad central hay en ellos que es innegable que son obra de un solo caballero
omnisciente.» (Emerson: Essays, 2, VIII). Veinte años antes, Shelley dictaminó que todos
los poemas del pasado, del presente y del porvenir, son episodios o fragmentos de un solo
poema infinito, erigido por todos los poetas del orbe (A defence of poetry, 1821).” (OI,
págs. 20-21)
Este fragmento nos presenta la literatura como un conjunto homogéneo y
además hace ver que esta idea no es exclusivamente cabalística o bíblica sino
universal. La opinión de una “conciencia común” la encontramos también en el mundo
de las ideas de Platón, que influyó a muchísimos escritores y filósofos de las épocas
posteriores. Esta teoría está en armonía con la idea cabalística de que hay un libro en el
116 La conferencia de BORGES, Jorge Luis. El misticismo judío y las leyendas de la cábala. Caracas: Nuevo Mundo Israelita, 7-14 octubre 1977; recogido bajo el título La Cábala en BORGES, Jorge Luis. Siete Noches. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1980. págs. 125-139. En AIZENBERG, Edna. op. cit., pág. 141. 117 RAMBÁN. Pentateuco. Edición Mikra´ot Gědôlôth. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 15.
44
Cielo, arquetipo de las Sagradas Escrituras que contiene todas las cosas del tiempo y
espacio (sobre cuya existencia podemos polemizar). Recíprocamente abarca en sí
mismo toda la creación humana, es decir, inspirada por el Espíritu. Tal razonamiento
es acorde con los planteamientos novedosos descubiertos en el Libro de los libros.
Borges fue fascinado por una leyenda persa sobre los pájaros que habían
emprendido un viaje para buscar a su Rey, el Simurg. Al final de la leyenda los pájaros
acaban revelando el misterio de que “ellos son Simurg y que el Simurg es todos y cada
uno.” (OI, pág.12) Este misterio es una bella allegorien de una Escritura arquetípica
escrita por un solo ente que presenta a toda la humanidad y la llevó a la Tierra, al
mundo de abajo.
Acabamos de ver la primera inspiración que Borges tomó de la fuente
cabalística. Se trata de una apelación constante a los precursores, reales o ficticios,
para cumplir con la tradición y para sostener la idea cabalística clave de que los textos
sagrados son textos absolutos, escritos por Dios y abarcan todos los libros ya
existentes, los libros que todavía están por escribir y de todas las posibles variaciones
que pudieran ser escritas. Citamos también a un ejemplo de la presencia de los ángeles
cabalísticos en los cuentos de Borges.
La doctrina del autor único de todos los textos fue atractiva tanto para Paul
Valéry y Percy Bysshe Shelley como para Borges en forma de una interesante tesis
filosófica.
III. 2. La visión borgeana de Dios
Borges no se apartó en su obra del tema de cómo es Dios y cuales son sus
atributos. Sus ensayos están entretejidos por términos de Inteligencia Infinita, el En-
Sof y de un Dios esférico con puntos en todas partes y circunferencia en ninguna.118
Los atributos del Dios borgeano son principalmente la inteligencia, la infinidad, el
Libro119, la impersonalidad y la incapacidad humana por comprenderle.
118 Para un análisis matemático de los elementos presentes en la obra de Borges tales como es la infinidad y la esfera con puntos en todas partes y circunferencia en ninguna recomendamos consultar el libro de MARTÍNEZ, Guillermo. Borges y la matemática. 1a edición. Buenos Aires: Eudeba, 2005. 159 págs. 119 SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 6.
45
Principalmente en los capítulos II. 3. y II. 4. nos hemos dedicado
detalladamente a explicar la visión cabalística de Dios. En resumen, Dios es infinito, el
En-Sof que se había contraído al principio de la creación para dejar sitio al espacio
mundial (el fenómeno denominado tzimtzum).
Operar con unos conceptos tan abstractos y ajenos a la realidad cotidiana
humana exige una mente abierta, como la de Borges, que trató el tema de Dios con
frecuencia. Un Infinito sin principio ni fin le llevó a pensar que Dios es circular,
porque el círculo no tiene principio ni fin. Por consiguiente ofrecemos citas de los
cuentos de Borges que hacen referencia a Dios, a su forma y a sus cualidades.
Borges se refería con frecuencia a Dios como a Inteligencia Infinita, término
que explicó en El espejo de los enigmas:
“¿Qué es una inteligencia infinita?, indagará tal vez el lector. No hay teólogo que no la
defina; yo prefiero un ejemplo. Los pasos que da un hombre, desde el día de su
nacimiento hasta el de su muerte, dibujan en el tiempo una inconcebible figura. La
Inteligencia Divina intuye esa figura inmediatamente, como la de los hombres un
triángulo. Esa figura (acaso) tiene su determinada función en la economía del universo.”
(OI, pág. 187)
El Dios borgeano es conocedor de toda la historia y de todos los hechos humanos.
Podría parecer que tal afirmación prohibiría al hombre obrar con libre albedrío, pero
no es así. Dios intuye nuestros hechos, pero las decisiones son nuestras.
En el cuento Historia del guerrero y de la cautiva se halla esta referencia a
Dios: “[...] nos tocaría una maquinaria compleja, cuyo fin ignoráramos, pero en cuyo
diseño se adivinara una inteligencia inmortal.” (A, pág. 67) La maquinaria compleja es
el Universo cuya esencia los hombres desconocen pero del cual se dan cuenta de que
es obra de un demiurgo inteligente y eterno, tal y como lo describe también la Cábala.
La misma conjetura de un Dios omnisciente se repite en las páginas del cuento
La historia de la eternidad: “Su eternidad [de Dios] registra de una vez (uno
intelligendi actu) no solamente todos los instantes de este repleto mundo sino los que
tendrían su lugar si el más evanescente de ellos cambiara –y los imposibles, también.
Su eternidad combinatoria y puntual es mucho más copiosa que el universo.” (HE,
págs. 34-35) Por supuesto estas visiones de Dios no son exclusivamente cabalísticas,
pero tienen un lugar fijo asimismo en esta religión.
46
Algunas creencias sostienen la idea de que Dios es todo. Pero en la Cábala
Dios a veces no está designado como el Todo, sino como la Nada primordial previa a
la creación, como ya ha sido mencionado. Borges lo explica a su propia manera:
“No es sapiente, es más que sapiente; no es bueno, es más que bueno; inescrutablemente
excede y rechaza todos los atributos. Juan de Irlandés, para definirlo, acude a la palabra
nihilum, que es la nada; Dios es la nada primordial de la creatio ex nihilo, el abismo en
que se engendraron los arquetipos y luego los seres concretos. Es Nada y Nadie; quienes
lo concibieron así obraron con el sentimiento de que ello es más que un Quién o un Qué.”
(OI, pág. 218)
Exige un gran imaginación entender que nada es más que algo, pero en el caso del
Dios cabalístico, tal afirmación es correcta y acogida. No sería difícil entender la razón
por la cual trató Borges este tema – obviamente por su inclinación por todo lo
enigmático y extraordinario.
La nada no está restringida o delimitada por límites porque lo que no existe
lógicamente no puede tener unos límites. En el cuento El inmortal encontramos esta
idea de que ser todo significa ser nada, ideas que Borges compartía con el místico,
cabalista y escritor al que mencionó en este cuento: “Nadie es alguien, un solo hombre
inmortal es todos los hombres. Como Cornelio Agrippa, soy dios, soy héroe, soy
filósofo, soy demonio y soy mundo, lo cual es una fatigosa manera de decir que no
soy.” (A, pág. 24) La obra siempre sirve de espejo del autor y en este caso con solo
mencionar el nombre de un cabalista reconocido Borges reveló que sí fue aficionado
de la Cábala. La inmortalidad, el atributo exclusivo de Dios, convertiría a un hombre
en todos los hombres porque todos los hechos le deben pasar en el infinito. Tal es el
mensaje de este cuento.
En el cuento El Biathanatos Borges se refirió a la no existencia de Dios con
estas palabras: “Imaginó que somos fragmentos de un Dios, que en el principio de los
tiempos se destruyó, ávido de no ser.” (OI, pág. 147) Es una hipótesis enigmática que
Dios es Nada y por eso lo es Todo. En general es juzgada como indescifrable pero esto
no supuso un obstáculo para que Borges no la mencionara.
Pasamos a otra visión borgeana de Dios, es decir, su forma esférica. Podemos
presentir a un Dios esférico tras las palabras de El enigma de Edward Fitzgerald
donde leemos que “el universo es una emanación de la Unidad, y regresará a la
47
Unidad…” (OI, pág. 119) Todo lo que emana de Dios regresa a Dios, como hemos
visto en los capítulos previos a este, y todo esto ocurrirá en el plano de la eternidad.
Imaginarse a Dios como esfera entonces parece ser la forma más conveniente del
proceso descrito más arriba.
Borges continúa con la visión esférica de Dios en su cuento Escritura de Dios,
en el cual Tzinacán, su protagonista, describe a Dios como a una “Rueda altísima, que
no estaba delante de mis ojos, ni detrás, ni a los lados, sino en todas partes, a un
tiempo. Esa Rueda estaba hecha de agua, pero también de fuego, y era (aunque se veía
al borde) infinita.” (A, pág. 171) En el cuento El Aleph, escrito en primera persona, un
conocido le revela a Borges el secreto de su Aleph – un pequeño punto en el cual se
pueden ver todos los sucesos de todos los tiempos y lugares del mundo a la vez. Este
Aleph es un Dios minucioso análogo al tzimtzum, la contracción, de Dios al principio
de la Creación. Borges intenta transmitir la forma del Aleph con estas palabras:
“[…] ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas
abarca? Los místicos, en un análogo trance, prodigan los emblemas: para significar la
divinidad, un persa habla de un pájaro que de algún modo es todos los pájaros; Alanus de
Insulis, de una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna;
Ezequiel, de un ángel de cuatro caras que a un tiempo se dirige al oriente y al occidente,
al norte y al sur. (No en vano rememoro esas inconcebibles analogías; alguna relación
tienen con el Aleph). […] Por lo demás, el problema central es irresoluble: la
enumeración, siquiera parcial, de un conjunto infinito. En ese instante gigantesco, he visto
millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que todos
ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron mis ojos
fue simultáneo: lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo,
recogeré. En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera
tornasolada, de casi intolerable fulgor.” (A, págs. 235-236)
Partiendo de esta descripción el Aleph, que representa a Dios, es un enigma – en un
tamaño de dos o tres centímetros “el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de
tamaño.” (A, pág. 236) El Aleph, entonces, representa a Dios después de su
contracción, el denominado tzimtzum. En el texto Borges habla de su falta de métodos
expresivos para referirse al Aleph y propone al lector las visiones de otros hombres de
Dios. Entre otros menciona a Ezequiel y al ángel de cuatro caras. Este ángel está
registrado en la Biblia y tal vez en la Cábala, como veremos en el último capítulo de
esta parte del trabajo. También menciona la infinidad del Aleph, inexplicable a la vez,
48
y a su carácter esférico que se acerca con más éxito a su carácter eterno. En el cuento
El acercamiento a Almotásim también se halla la idea de la “forma cíclica” (F, pág.
43) del tiempo. Si el tiempo es cíclico Dios también debe de serlo porque el había
creado al tiempo por lo menos tal y como nosotros lo percibimos.
Un Dios esférico no es un término exclusivamente borgeano como él mismo
declara en su cuento Pascal enumerando otros hombres del mismo credo:
“Que yo recuerde, la historia no registra dioses cónicos, cúbicos o piramidales, aunque sí
ídolos. En cambio, la forma de la esfera es perfecta y conviene a la divinidad (Cicerón: De
natura deorum, II, 17). Esférico fue Dios para Jenófanes y para el poeta Parménides. En
opinión de algunos historiadores, Empédocles (fragmento 28) y Meliso lo concibieron
como esfera infinita. Orígenes entendió que los muertos resucitarán en forma de esferas;
Fechner (Vergleichende Anatomie der Engel) atribuyó esa forma, que es la del órgano
visual, a los ángeles. Antes que Pascal, el insigne panteísta Giordano Bruno (De la causa,
V) aplicó al universo material la sentencia de Trismegisto.” (OI, págs. 150-151)
La visión esférica de Dios satisface por una parte el anhelo humano de saber cómo es
Dios, pero por otro abre un espacio a muchas otras preguntas e incertidumbres sobre la
esencia divina y por eso Dios permanecerá siendo incomprensible para la mente
humana.
A pesar de los intentos de Borges de describir a Dios él mismo reconoció que
“Dios es inescrutable.” (A, pág. 158) Abarcaremos sus opiniones acerca de este
atributo en el siguiente capítulo.
III. 3. “Vemos a Dios por espejo”, reconoce Borges
Borges también trató con frecuencia la idea de un Dios cuya esencia es
inexplicable e inalcanzable para la mente del ser humano. En su cuento El espejo de
los enigmas el autor menciona varias formulaciones de León Bloy acerca de la cita de
San Pablo. Empieza el tema diciendo:
“Un versículo de San Pablo (I, Corintios, 13, 12) inspiró a León Bloy. Videmus nunc per
speculum in aenigmate: tunc autem facie ad faciem. Nunc cognosco ex parte: tunc autem
cognoscam sicut et cognitus sum. Torres Amat miserablemente traduce: «Al presente no
49
vemos a Dios sino como en un espejo, y balo imágenes oscuras: pero entonces le veremos
cara a cara. Yo no le conozco ahora sino imperfectamente: mas entonces le conoceré con
una visión clara, a la manera que soy yo conocido.» Cuarenta y cuatro voces hacen el
oficio de veintidós; imposible ser más palabrero y más lánguido. Cipriano de Valera es
más fiel: «Ahora vemos por espejo, en oscuridad; mas entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte; entonces conoceré como soy conocido.» Torres Amat opina que
el versículo se refiere a nuestra visión de la divinidad; Cipriano de Valera (y León Bloy) a
nuestra visión general.” (OI, págs. 183-184)
El mero hecho de referirse a un tema bíblico tan complejo demuestra la amplitud del
panorama que abarcaba Borges. Por consiguiente Borges enumera las veces que León
Bloy haría referencia a la cita de San Pablo, y al final del cuento da su opinión a tales
hechos. No es nuestro propósito copiar el cuento completo sino extraer la idea clave,
tarea en la cual nos sumergiremos en las líneas que siguen a continuación.
En resumen, León Bloy sustenta la idea de que poseemos unos abismos dentro
de nuestras almas, responsables de la incomprensión de la realidad que nos rodea.
Nuestra incomprensión del mundo es el ‘espejo’ de estos abismos, por eso “vemos por
espejo.” (OI, pág. 184) Después Bloy desarrolla la idea de que si es cierto que Dios es
el responsable de estos abismos y compara a la humanidad a los
“«durmientes que gritan en el sueño. No sabemos si tal cosa que nos aflige no es el
principio secreto de nuestra alegría ulterior. Vemos ahora, afirma San Pablo, per
speculum in aenigmate, literalmente: ‘en enigma por medio de un espejo’ y no veremos
de otro modo hasta el advenimiento de Aquel que está todo en llamas y que debe
enseñarnos todas las cosas»” (OI, pág. 185)
Borges sigue enumerando las posturas de Bloy citándolo: “«Vemos todas las cosas al
revés. Cuando creemos dar, recibimos, etc. Entonces (me dice una querida alma
angustiada) nosotros estamos en el cielo y Dios sufre en la tierra.»” (OI, págs. 185-
186) La siguiente cita hace referencia al carácter binario de las cosas: “«Los goces de
este mundo serían los tormentos del infierno, vistos al revés, en un espejo.»” (OI, pág.
186) Todo está compuesto por una parte visible y otra invisible y el hombre no es
capaz de reconocer la diferencia y por eso ignora el germen maléfico de los goces y se
restringe a captar su parte agradable.
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Las dos últimas citas de León Bloy dicen que “«cada hombre está en la tierra
para simbolizar algo que ignora y para realizar una partícula, o una montaña, de los
materiales invisibles que servirán para edificar la Ciudad de Dios»,” y que “«nadie
sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus
sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en
el registro de la Luz…»” (OI, pág. 186)
Al final del cuento El espejo de los enigmas Borges deja bien clara su postura
frente al tema de la incapacidad humana de entender a Dios y a sus planes. Escribe
Borges:
“Yo me atrevo a juzgarlos verosímiles [posturas de Bloy], y acaso inevitables dentro de la
doctrina cristiana. Bloy (lo repito) no hizo otra cosa que aplicar a la Creación entera el
método que los cabalistas judíos aplicaron a la Escritura. Éstos pensaron que una obra
dictada por el Espíritu Santo era un texto absoluto: vale decir un texto donde la
colaboración del azar es calculable en cero. Esa premisa portentosa de un libro que es un
mecanismo de propósitos infinitos, les movió a permutar las palabras escriturales, a sumar
el valor numérico de las letras, a tener en cuenta su forma, a observar las minúsculas y
mayúsculas, a buscar acrósticos y anagramas y a otros rigores exegéticos de los que no es
difícil de burlarse. Su apología es que nada puede ser contingente en la obra de una
inteligencia infinita. León Bloy postula ese carácter jeroglífico –ese carácter de escritura
divina, de criptografía de los ángeles- en todos los instantes y en todos los seres del
mundo.” (OI, págs. 187-188)
Borges reconoció la verosimilitud de las posturas de Bloy y comparó sus deducciones
con las técnicas cabalísticas, clara muestra de que se orientaba en el tema de la Cábala.
A su vez explicó con claridad las técnicas aplicadas por los cabalistas en el estudio de
las Sagradas Escrituras, tema al cual dedicamos el capítulo III. 9.
De las reflexiones de León Bloy sobre la parte del mundo que permanece
oculta a nuestras miradas Borges escribió que “más conviene a la dignidad del Dios
intelectual de los teólogos.” (OI, pág. 188) La idea postulada por León Bloy de que
nadie sabe quién es la puso Borges en la práctica al final del cuento diciendo: “[…]
León Bloy. Nadie como él para ilustrar esa ignorancia íntima. Se creía un católico
riguroso y fue un continuador de los cabalistas, un hermano secreto de Swedenborg y
Blake: heresiarcas.” (OI, pág. 188) Hacer notar esta venturosa casualidad de la
analogía existente entre el autor y sus ideas muestra que Borges se sentía
51
profundamente identificado con las opiniones de Bloy, que fueron, como comprobó en
su cuento, profundamente cabalísticas.
En el cuento Pierre Menard, autor del Quijote, nos encontramos con el
término de la obra visible de Menard. Por eso, analógicamente, debe existir su obra
invisible, representada por su nunca publicado y perdido Quijote, la obra “subterránea,
la interminablemente heroica, la impar.” (F, pág. 51) En este cuento la reescritura de
una obra ya publicada y conocida vale más que los textos propios y originales de su
primer autor. Este hecho hace referencia a lo mencionado antes, o sea, a que es más
valiosa la parte invisible, la parte oculta que codificó el creador en la esencia en las
cuantas cosas hay en el mundo. Nuestro mundo material nunca podría satisfacer la sed
que tenemos por conocer las leyes del universo, accesibles exclusivamente a una
divinidad, que las había creado. Por consiguiente, el mundo invisible vale más que el
visible, mesurable y explicable dentro de las leyes de la física, porque él lleva
codificadas en sí mismo las leyes de Dios, es decir, el Dios mismo.
Borges, como es propio de él, lleva la incomprensión del Ser creador por su
criatura hasta la incomprensión entre esas criaturas. En La biblioteca de Babel
encontramos un interrogante del autor dedicado a los lectores, que dice: “Tú, que me
lees, ¿estás seguro de entender mi lenguaje?” (F, pág. 99) ¿Cómo, entonces, queremos
leer en la escritura de Dios, en las leyes de su mundo, si apenas nos entendemos entre
nosotros?
“Para ver una cosa hay que comprenderla. El sillón presupone el cuerpo humano, sus
articulaciones y partes; las tijeras, el acto de cortar. ¿Qué decir de una lámpara o de un
vehículo? El salvaje no puede percibir la Biblia del misionero; el pasajero no ve el mismo
cordaje que los hombres de a bordo. Si viéramos realmente el universo, tal vez lo
entenderíamos.” (LA, pág. 63)
Nosotros somos sencillamente aquellos salvajes y el misionero ni más ni
menos un Dios. Es un Dios generoso porque nos ofrece sus dogmas, pero utiliza un
lenguaje incapaz de ser descifrado por nuestras mentes.
“Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o
tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos […].” (F, págs. 186-187) Según
Borges, la descodificación necesaria para descifrar el mundo podría estar subscrita en
cualquier parte y en cualquier cosa del universo. Tal vez podría serlo la llanura, y ni
52
siquiera sabemos descifrar la esencia primaria de su existencia. Toda esta
incomprensión e incapacidad humanas fueron abarcadas por San Pablo en su cita
Videmus per speculum y las especulaciones borgeanas acerca del tema partían de ella.
“¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir!” (A, pág. 171)
La exclamación del prisionero ilustrado en su calabozo manifiesta que el anhelo de
comprender es grande, quizá el más grande del mundo, y Borges lo sabía bien.
“Videmus nunc per speculum in aenigmate: tunc autem facie ad faciem.” (OI, pág.
183) Las ilustres palabras de San Pablo satisfacen un poco la desesperación de la
humanidad incapaz de encontrar el sentido de la vida, pero no quieren decir que haya
que ceder de los intentos de descubrirlo. El mejoramiento continuo es el objetivo de la
vida de los cabalistas120 y el esfuerzo será coronado después de la muerte: “Nunc
cognosco ex parte: tunc autem cognoscam sicut et cognitus sum.” (OI, pág. 183) Al
final, el espejo girará y nosotros veremos como ve exclusivamente Dios y nos serán
revelados todos sus secretos. Con esta afirmación concluimos el tema de la
incomprensión de la obra divina por parte del hombre tratada por Borges y pasamos a
la estructura sefirótica de sus cuentos.
III. 4. La estructura sefirótica de los cuentos de Borges
La inversión del orden cronológico de los hechos y acontecimientos históricos
procede de la Cábala y fue adoptada por Borges en algunos de sus cuentos. Al margen
de las sefirot Borges en un tratado de las Siete Noches formuló las siguientes ideas:
“La idea del Ser eterno que siempre ha tenido esas diez emanaciones es de difícil
comprensión. Esas diez emanaciones emanan una de otra. El texto nos dice que
corresponden a los dedos de la mano. La primera emanación se llama la Corona y es
comparable a un rayo de luz que surge del En Soph, un rayo de luz que no lo disminuye,
un ser ilimitado al que no se puede disminuir. De la Corona surge otra emanación, de ésa,
otra, de ésa, otra, y así hasta completar diez. Cada emanación es tripartita. Una de las tres
partes es aquella por la cual se comunica con el Ser Superior; otra, la central, es la
esencial; otra, la que le sirve para comunicarse con la emanación inferior.” (SN, págs. 48-
49)
120 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 17.
53
Por consiguiente cada sefirah emana de la sefirah previa y forma la base de la
emanación para la sefirah siguiente. Cada una sirve como punto de partida para llegar
a todas las demás y no importa cual sefirah elegimos como la primera. Otro aspecto
del tema relacionado con la estructura de los cuentos borgeanos es la estructura de la
Torá que “no está dividida en secciones ni en versículos, y que las palabras ni siquiera
tienen los puntos diacríticos correspondientes, [por eso] el texto puede ser sometido a
«decenas de miles y miles» de interpretaciones que apenas aparecen aludidas en las
letras.”121
La influencia de la estructura sefirótica y la estructura de la Torá se percibe en
el cuento Kafka y sus precursores de Borges. El cuento empieza con una comparación
de la paradoja de Zenón sobre el movimiento con la obra kafkiana. Leemos allí que:
“la forma de este ilustre problema es, exactamente, la de El Castillo, y el móvil y la
flecha y Aquiles con los primeros personajes kafkianos de la literatura.” (OI, págs.
162-163) Borges conjeturo la relación entre una pregunta filosófica con una obra
literaria cuyos datos de creación están divididos por siglos. La relación lógica sería
que Kafka se inspiró en la paradoja de Zenón y no al revés porque tal afirmación iría
en contra de la lógica. A pesar de eso Borges enumeró a otros autores que se
inspiraban en la obra kafkiana y cuyas obras se parecen entre sí. Son por ejemplo los
escritos de Han Yu, prosista del siglo IX, los escritos de Kierkegaard, la obra
Carcassonne de Lord Dunsany y por último el poema Fears and scruples de Robert
Browning. “En cada uno de esos textos está la idiosincrasia de Kafka, en grado mayor
o menor, pero si Kafka no hubiera escrito, no la percibiríamos; vale decir, no
existiría.” (OI, págs. 165-166) Borges en este cuento decía que cada lectura hace
modificar nuestra opinión de las lecturas previas, invirtiendo o no el orden temporal de
su creación – este proceso copia a la estructura sefirótica donde no importa cual sefirah
fue la primera en la creación ni la cuál tomamos como punto de partida para llegar a
las demás. Cada una ejerce sobre todas las demás y tanto en el mundo literario “el
hecho es que cada escritor crea a sus precursores.” (OI, pág. 166)
Otro cuento donde aparece la inversión del tiempo más llamativo es el cuento
La otra muerte que trata la historia de Pedro Damián que combatió en 1904 en
Masoller donde se comportó como un cobarde y murió en 1946 con el deseo de poder
cambiar su actuación previa. A la hora de su muerte su imaginación fortalecida por el
121 LIPINER, Elías. Ideologie fun yidishn alef-beis. [original en yidisch] Buenos Aires: Instituto Científico Judío – IWO, 1967. pág. 39. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 40.
54
deseo intenso le permitió transformar su pasado infame en un pasado heroico en las
mentes de los testigos de la batalla que le recordaron morir dignamente como un
militar. “Así, en 1946, por obra de una larga pasión, Pedro Damián murió en la derrota
de Masoller, que ocurrió entre el invierno y la primavera de 1904.” (A, pág. 111) La
historia de este cuento concuerda con la disposición del Árbol sefirótico donde cada
sefirah influye en las demás en todas las direcciones. El milagro dado a Pedro Damián
no careció de consecuencias – uno de los testigos de la historia murió “porque tenía
demasiadas memorias de don Pedro Damián.” (A, pág. 112) Borges reconoció en su
obra que modificar el pasado es tan posible como modificar el futuro pero ningún
hecho quedará sin consecuencias.
En el cuento Examen de la obra de Herbert Quain, el autor apócrifo al cual
Borges había inventado, analiza su obra April March que presenta muchos rasgos en
común con el Árbol sefirótico:
“Aun más heterodoxa es la «novela regresiva, ramificada» April March […]. Nadie, al
juzgar esa novela, se niega a descubrir que es un juego; es lícito recordar que el autor no la
consideró nunca otra cosa. Yo reivindico para esa obra, le oí decir, los rasgos esenciales
de todo juego: la simetría, las leyes arbitrarias, el tedio. Hasta el nombre es un débil
calembour: no significa Marcha de abril sino literalmente Abril marzo.” (F, pág. 83)
El mismo nombre de la novela indica que sus acontecimientos no seguirían un orden
cronológico. Continúa la historia:
“[…]; el prólogo de Quain prefiere evocar aquel inverso mundo de Bradley, en que la
muerte precede al nacimiento y la cicatriz a la herida y la herida al golpe. (Appearence
and reality, 1897, página 215). Los mundos que propone April March no son regresivos,
lo es la manera de historiarlos. Regresiva y ramificada, como ya dije.” (F, págs. 83-84)
Los capítulos de la obra ficticia de Borges establecen relaciones de influencia
recíproca entre ellos: “El primero [capítulo] refiere el ambiguo diálogo de unos
desconocidos en un andén. El segundo refiere los sucesos de la víspera del primero. El
tercero, también retrógrado, refiere los sucesos de otra posible víspera del primero; el
cuarto, los de otra.” (F, pág. 84)
55
Aunque la idea de que un hecho influye en el otro no es únicamente cabalística
y otros autores ya habían planteado el orden reverso en sus obras, Borges conocía y
comentaba el mundo de las sefirah por eso podemos suponer que se inspiró en él a
parte de contar con otras fuentes.
Por último, cabe mencionar uno de los cuentos más famosos de Borges, a La
Biblioteca de Babel. En este cuento una biblioteca funciona como parábola del mundo.
Reproducimos su descripción postulada por Borges:
“El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez
infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven
los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es
invariable.” (F, pág. 89)
Estas frases que describen la Biblioteca abren el cuento y éstas, con el mismo tema, lo
cierran:
“Yo me atrevo a insinuar esta solución del antiguo problema: La Biblioteca es ilimitada y
periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo
de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que, repetido,
sería un orden: el Orden). Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza.” (F, pág. 100)
Aunque las galerías poseen una forma estructural hexagonal la Biblioteca es una esfera
porque “los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una forma necesaria del
espacio absoluto,” y además Borges explícitamente describe su forma: “la Biblioteca
es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es
inaccesible.” (F, pág. 90) Esta descripción coincide con la visión esférica de Dios que
acabamos de ver en el capítulo III. 2. La visión borgeana de Dios.
La Biblioteca “sólo puede ser obra de un dios,” (F, pág. 91) y sus galerías
hexagonales coinciden con la imagen cabalística de las diez sefirot como esferas
concéntricas de diferente jerarquía. Las galerías se ramifican y conectan entre sí,
generando un número incontable de pasillos por los cuales camina el viajero. De forma
semejante, las diez sefirot están interrelacionadas dando origen unas a otras. Aparte de
las diez sefirot principales que forman el Árbol sefirótico la Cábala reconoce un
número mayor de las sefirot secundarias. De esa manera la estructura de la Biblioteca
56
copia perfectamente la estructura del mundo de las sefirot e indica el carácter
cabalístico del cuento.
Por consiguiente analizamos los demás aspectos cabalísticos presentes en La
Biblioteca de Babel, porque preferimos no dividir el tema. La disposición de los
hexágonos es siempre la misma:
“A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada anaquel
encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez
páginas; cada página, de cuarenta renglones, cada renglón, de unas ochenta letras de color
negro. También hay letras en el dorso de cada libro; esas letras no indican o prefiguran lo
que dirán las páginas.” (F, pág. 91)
A pesar de que los hombres errantes por los pasillos disponen de un número infinito de
los libros no son capaces de descifrarlos ni conocen su sentido. Esto se debe a que los
libros son meros laberintos de letras y solo en unos cuantos se encuentran frases
enteras pero con sentidos enigmáticos que parecen no tener sentido alguno.
Cada hexágono dispone de dos “frutas esféricas que llevan el nombre de
lámparas. […] La luz que emiten es insuficiente, incesable.” (F, pág. 90) Esta
insuficiencia que hace más difícil investigar en los libros es parecida a los abismos que
poseen los hombres en el alma que les prohíben entender a Dios. Sin embargo, los
habitantes de las galerías intentaron aplicar diferentes métodos para descifrar a los
libros. “Durante mucho tiempo se creyó que esos libros impenetrables correspondían a
lenguas pretéritas o remotas.” (F, pág. 92) Algunos sustentaron la idea de que no sólo
el orden de las letras sino también su posición influye en su significado. Los hombres
emprendieron la tarea de buscar el libro que explique el porqué de los demás y
también la existencia de la Biblioteca. “Una secta blasfema sugirió que cesaran las
buscas y que todos los hombres barajaran letras y símbolos, hasta construir, mediante
un improbable don del azar, esos libros canónicos. […] Otros, inversamente, creyeron
que lo primordial era eliminar las obras inútiles.” (F, pág. 96) Tales observaciones
establecen conexión entre la doctrina cabalística de encontrar la fórmula mágica o el
nombre verdadero de Dios en las Sagradas Escrituras. Los cabalistas intuyen que hay
un mensaje secreto en las Escrituras pero no saben descifrarlo. También aplicaban
diferentes métodos de contar la posición de las letras, su valor numérico etc., como los
viajeros de las galerías, pero este empeño sigue sin resultado.
57
A pesar de que no existen dos libros idénticos en la Biblioteca todos tienen
algo en común, es decir “todos los libros, por diversos que sean, constan de elementos
iguales: el espacio, el punto, la coma, las veintidós letras del alfabeto.” (F, págs. 93-
94) El número de letras que reconocen los cabalistas como las letras creadoras del
universo es el mismo - veintidós.
Hace muchos años, uno de los bibliotecarios encontró “un libro tan confuso
como los otros, pero que tenía casi dos hojas de líneas homogéneas.” (F, pág. 93)
Algunos le dijeron que el lenguaje del fragmento era el yiddish. Este aspecto
manifiesta aún más el reflejo de lo hebreo en el cuento.
A pesar de la incomprensión humana de la Biblioteca de todos modos algo
intuyen acerca de su esencia:
“No hay, en la vasta Biblioteca, dos libros idénticos. De esas premisas incontrovertibles
dedujo que la Biblioteca es total y que sus anaqueles registran todas las posibles
combinaciones de los veintitantos símbolos ortográficos (número, aunque vastísimo, no
infinito) o sea todo lo que es dable expresar: en todos los idiomas. Todo: la historia
minuciosa del porvenir, las autobiografías de los arcángeles, el catálogo fiel de la
Biblioteca, miles y miles catálogos falsos, la demostración de la falacia de esos catálogos,
la demostración de la falacia del catálogo verdadero, el evangelio gnóstico de Basílides, el
comentario de ese evangelio, el comentario del comentario de ese evangelio, la relación
verídica de tu muerte, la versión de cada libro a todas las lenguas, las interpolaciones de
cada libro en todos los libros.” (F, pág. 94)
Esta mezcla heterogénea de libros que se contradicen representa el universo que parece
ser caótico pero que no lo es. Solamente nosotros, los hombres, todavía no hemos
encontrado la clave para su descifrarlo. En el cuento de Borges se dice que aquellos
que intentaron buscar esta clave “morían despeñados en por los hombres de regiones
remotas. Otros se enloquecieron...” (F, pág. 95) El caso de enloquecer o morir al
atravesar las puertas durante la meditación agrega el texto cabalista Sefer Těmunah122,
y precisamente este mismo destino encontraron los hombres que se atrevieron a buscar
el sentido de la Biblioteca y sin iniciación adecuada tocaron lo intocable.
122 SCHOLEM, Gershom. Major Trends in Jewish Mysticism. New York: Schocken Books, 1961. pág. 178. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 18
58
Del mundo modo que en algún sitio del mundo se halla subscrita la fórmula
mágica o el verdadero nombre de Dios, igualmente se halla en la Biblioteca, la
parábola del mundo. Dice Borges:
“Los urgía el delirio de conquistar los libros del Hexágono Carmesí: libros de formato
menor que los naturales; omnipotentes, ilustrados y mágicos. También sabemos de otra
superstición de aquel tiempo: la del Hombre del Libro. En algún anaquel de algún
hexágono (razonaron los hombres) debe existir un libro que sea la cifra y el compendio de
todos los demás: algún bibliotecario lo ha recorrido y es análogo a un dios.” (F, págs. 96-
97)
De este fragmento es evidente que los habitantes de la Biblioteca están movidos por
las mismas razones que algunos cabalistas – descifrar el misterio del universo, de la
existencia, de Dios. Como en la Cábala, tal descubrimiento los elevaría al mismo
puesto que ocupa Dios. La postura de los hombres frente a las Sagradas Escrituras
varía igual que las posturas de los habitantes de la Biblioteca frente a todos los libros:
“La certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma. Yo conozco
distritos en que los jóvenes se prosternan ante los libros y besan con barbarie las
páginas, pero no saben descifrar una sola letra.” (F, pág. 99) Los hombres que erran
por la Biblioteca representan a los hombres errantes por el Mundo. Los hombres
(incluso no todos) conocen algunas verdades sobre la Creación y reconocen la
existencia de un Dios, pero no son capaces de explicar sus leyes o la esencia del
universo. Durante siglos se han ido estableciendo nuevas religiones y opiniones frente
al misterio de la existencia pero nadie, en las conclusiones definitivas, no puede filtrar
las verdaderas de las falsas siendo objetivo. La Biblioteca con sus misterios y cálculos
representa el mundo tal y como es comprendido – todas las conclusiones a los cuales
puede llegar la mente humana no son más que cálculos y enigmas.
La relación que estableció Borges entre La Biblioteca de Babel y las ideas
claves de la Cábala es evidente y esperamos que el lector también las haya capturado
gracias a este análisis y después de leer la primera parte de este trabajo que le haya
iniciado en el credo cabalístico.
59
III. 5. La postura de Borges frente al mal y frente la infabilidad
divina
Como hemos mencionado antes no es corriente la postura cabalística frente al
mal y su origen en la tierra. Borges en una de sus conferencias dijo:
“Se han intentado algunas defensas del mal. Para empezar, la defensa clásica, de los
teólogos, que declara que el mal es negativo y que decir «el mal» es decir simplemente
ausencia del bien; lo cual, para todo hombre sensible, es evidentemente falso. Un dolor
físico cualquiera es tan vivido o más vivido que cualquier placer. La desdicha no es la
ausencia de dicha, es algo positivo; cuando somos desdichados lo sentimos como una
desdicha.” (SN, pág. 49)
El párrafo escogido del libro Siete Noches que reúne siete conferencias de Borges es,
sin duda alguna, la muestra de la asimilación de la doctrina cabalística del mal por
Borges, un hecho, por consiguiente, reflejado en su prosa.
Borges consideró muy estimulante la idea de “la conjetura de que también el
Todopoderoso está en busca de Alguien, y ese Alguien de Alguien superior (o
simplemente imprescindible e igual) y así hasta el Fin –o mejor, el Sinfín- del Tiempo,
o en forma cíclica.” (F, pág. 43) Podemos considerar estimulante esta idea desde un
punto de vista que asimila Dios al hombre errante y nos permite pensar en Dios en
términos que conocemos. Tal vez Borges la consideró estimulante porque la búsqueda
eterna da lugar a un enorme abanico de polémicas literarias.
Encontramos la idea de un Dios imperfecto y falible que pronunció las palabras
que dieron origen a nuestro mundo definitivo también en el cuento denominado El
idioma analítico de John Wilkins, donde leemos:
“El mundo –escribe David Hume- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios
infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra
de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción
de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto. (Dialogues concerning natural
religion, V, 1779).” (OI, pág. 159)
60
La osada idea de que Dios no es infalible ni el único está en contra del concepto más
difundido por nuestros países donde percibimos a la figura de Dios perfecta y única.
Dentro de la Cábala los sirvientes de Dios, las sefirot, son quienes producen el mal y
no Dios. De esta manera él está purificado de este hecho. La existencia del mal no es
negada ni por los cristianos ni por los cabalistas y ambos grupos declaran el libre
albedrío del hombre y su deber de obrar bien. Mencionamos otro ejemplo de un Dios
imperfecto, ahora en el cuento El tintorero enmascarado Hákim de Merv:
“Es un Dios inmutable, pero su imagen proyectó nueve sombras que, condescendiendo a
la acción, dotaron y presidieron un primer cielo. De esa primera corona demiúrgica
procedió una segunda, también con ángeles, potestades y tronos, y éstos fundaron otro
cielo más abajo, que era el duplicado simétrico del inicial. Ese segundo cónclave se vio
reproducido en uno terciario y ése en otro inferior, y así hasta 999. El señor del cielo del
fondo es el que rige –sombra de otras sombras- y su fracción de divinidad tiende a cero.”
(HI, pág. 86)
Este texto repite la conjetura mencionada más arriba de que Dios tal y como lo
percibimos nosotros no es el Dios único ni el más perfecto. Aunque esta conjetura no
proviene de la Cábala está relacionada con el tema del mal, razón por la cual nos
hemos permitido mencionarla en este trabajo.
Según los cabalistas el posible mal se está escondiendo en cada cosa mundial
porque éste está bajo la influencia de las operaciones de las sefirot, de su desequilibrio
y del desecho que producen. Además, los restos del mal de los mundos primordiales
infectaron también al nuestro. También Borges en el cuento Deutsches Requiem
“había comprendido hace muchos años que no hay cosa en el mundo que no sea
germen de un Infierno posible.” (A, pág. 123) El desequilibrio de las sefirot, el
desecho maléfico proveniente de ellas y de los mundos primordiales destruidos
infectaron a todas las cosas por eso detrás de cualquier cosa podría estar Dios pero
también el germen del mal.
Haciendo un recorrido por la obra de Borges nos topamos a cada paso con el
mal. Los asesinatos, las traiciones o los engaños narrados en sus historias son siempre
fatales, imprescindibles y justificables a la vez. Borges sabía (o por lo menos
postulaba) que desde el punto de vista global estos hechos no tienen importancia,
porque al final de los tiempos todos regresaremos a Dios. Esta conjetura concuerda
61
con la doctrina cabalística de que el carácter binario de las cosas creadas junto con los
dos mundos formará unidad otra vez. Borges adoptó esa postura en su discurso sobre
la Cábala reunido en las Siete Noches donde leemos que “incluso Caín y el Demonio
volverán, al cabo de largas transmigraciones, a confundirse con la divinidad de la que
alguna vez emergieron.” (SN, pág. 51)
Para resumir el capítulo repetimos que Borges reconoció la existencia
autosuficiente del mal del mismo modo de los cabalistas. Como ellos también
reconoció que el mal se difundirá en Dios y por eso nuestros actos no son importantes
desde el punto de vista de la eternidad.
III. 6. Los efectos de pronunciar el nombre oculto y la sentencia
mágica tratados por Borges
Jorge Luis Borges se interesó por las doctrinas que conllevaban algún misterio.
Los efectos de descubrir y pronunciar el Nombre Oculto de Dios o la Fórmula Mágica,
que deben de hallarse en alguna parte del mundo, sin duda alguna forman parte de las
doctrinas místicas de la Cábala. Por consiguiente enumeramos y analizaremos los
cuentos borgeanos en los cuales son notables estas ideas.
El cuento La escritura de Dios puede ser clasificado como claramente
cabalístico. Su protagonista, Tzinacán, es un mago encarcelado que aprovecha el
tiempo en la prisión para observar las manchas de jaguar que habitaba la celda vecina
y para meditar sobre la sentencia mágica. Dice Tzinacán:
“[Dios] escribió el primer día de la Creación una sentencia mágica, apta para conjurar
esos males. La escribió de manera que llegara a las más apartadas generaciones y que no
la tocara el azar. Nadie sabe en qué punto la escribió ni con qué caracteres, pero nos
consta que perdura, secreta, y que la leerá un elegido. Consideré que estábamos, como
siempre, en el fin de los tiempos y que mi destino de último sacerdote del dios me daría
acceso al privilegio de intuir esa escritura. El hecho de que me rodeara una cárcel no me
vedaba esa esperanza; acaso yo había visto miles de veces la inscripción […] y sólo me
faltaba entenderla.” (A, págs. 166-167)
El hecho de descubrir y pronunciar la fórmula mágica convirtiría a su descubridor en
el hombre equivalente a Dios, a un Dios. De nuevo nos encontramos con la idea de la
62
ignorancia de los hombres que acaso hubieran visto miles de veces la fórmula
poderosa pero no la habrían entendido. Tzinacán decidió buscarla en las manchas del
jaguar y a punto de descubrirla sufrió una cadena de pesadillas formadas por sueños
uno tras otro de los cuales no podía despertarse. Estos sucesos y el encarcelamiento de
Tzinacán hacen referencia a la opinión no exclusivamente cabalística que sostiene la
idea de que el mundo material, nuestro cuerpo, es la prisión para el alma y está
restringida por él. La vida es sueño; estas palabras planteadas por Calderón de la Barca
siglos atrás tienen su fundamento en las doctrinas que reconocen que nuestro mundo es
el mero reflejo del mundo de los arquetipos y la vida verdadera sin restricción alguna
la viviremos después de la muerte.
Tzinacán alcanzó el punto máximo al cual puede llegar un cabalista. Es el
devekut, la adhesión y unión con Dios: “Entonces ocurrió lo que no puedo olvidar ni
comunicar. Ocurrió la unión con la divinidad, con el universo (no sé si estas palabras
difieren).” (A, pág. 171) La misión del cabalista en la tierra es vivir entre el Pueblo
Israelí, enseñar y explicar la Torá, y con su sabiduría contribuir a la redención de toda
la humanidad y no sólo de sí misma. Pensar en los demás, o, en todos los hombres
como una unidad indivisible es su objetivo en el lugar de satisfacer sus propios
anhelos.123 El devekut es el placer máximo al cual puede llegar un cabalista, por eso
Tzinacán renunció a pronunciar la fórmula poderosa y convertirse en otro Dios.
Ofrecemos aquí su reflexión acerca de la fórmula mágica:
“Es una fórmula de catorce palabras casuales (que parecen casuales) y me bastaría decirla
en voz alta para ser todopoderoso. Me bastaría decirla para abolir esta cárcel de piedra,
para que el día entrara en mi noche, para ser joven, para ser inmortal, para que el tigre
destrozara a Alvarado, para sumir el santo cuchillo en pechos españoles, para reconstruir
la pirámide, para reconstruir el imperio. Cuarenta sílabas, catorce palabras, y yo,
Tzinacán, regiría las tierras que rigió Moctezuma. Pero yo sé que nunca diré esas
palabras, porque ya no me acuerdo de Tzinacán.” (A, pág. 172)
Tzinacán comprendió la esencia del universo y se olvidó de sí mismo y de las
necesidades y los anhelos terrestres. Por eso no pronunció la fórmula mágica. Como
está escrito Dios seguirá siendo Dios y el alma seguirá siendo el alma124 y Borges
cumplió con esta verdad no convirtiendo al personaje de su cuento en Dios.
123 SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 46. 124 CASARIL, Guy. op. cit., pág. 33.
63
En boca del forajido del cuento Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto
Borges asimismo reconoce el poder del Nombre Sacrosanto cuando Abenjacán dice:
“Las culpas que me infaman son tales que aunque yo repitiera durante siglos el Último
Nombre de Dios, ello no bastaría a mitigar uno solo de mis tormentos.” (A, pág. 178)
El Último Nombre de Dios sigue siendo un enigma para los hombres y evidentemente
son hiperbólicas las palabras de Abenjacán, porque repetir aquel nombre convertiría a
su pronunciador en un hombre omnipotente.
El tema principal del cuento La rosa de Paracelso es la palabra poderosa que
devolvería a la rosa quemada a su estado anterior. Paracelso, un místico mayor, pidió a
Dios que le enviara un discípulo. Enseguida llamó a la puerta un joven deseoso de
ocupar tal puesto pero bajo la condición de que Paracelso ante sus ojos resucitara a una
rosa de su ceniza. Paracelsus dijo que sus instrumentos para resucitar la flor son “ty,
které božstvo použilo ke stvoření nebes a země i neviditelného ráje, v němž se
nacházíme a jejž nám prvotní hřích zakrývá. Mluvím o Slově, jemuž učí věda
kabaly.”125 (NS, pág. 486) A la pregunta del joven acerca de la existencia de la meta
Paracelso respondió que cada paso por el camino en dirección a la meta es la meta. Al
final de su coloquio el joven abandonó la casa decepcionado porque el maestro se
había negado a exhibirle la reaparición de la rosa quemada. Una vez se hubo marchado
el joven, Paracelso cogió la ceniza y con una sola palabra la convirtió en flor otra vez.
El mensaje de este cuento es profundamente cabalístico; para empezar dice que leer las
Escrituras Sagradas debe ser el objetivo de cada creyente y no el descubrimiento de la
Fórmula Poderosa porque cada paso para descubrirla es la meta. Conocer al Dios
mediante sus palabras es el destino de los cabalistas y no beneficio propio. Además,
trata el tema del poder de la Palabra o Fórmula Absolutas cuyo descubrimiento
convirtiría a su pronunciador en un hombre capaz de invertir la muerte.
En el cuento La muerte y la brújula, de intriga casi policíaca, el protagonista,
Eric Lönnrot, cae en la trampa de un criminal. Lönnrot cree que los asesinatos que está
investigando son muertes rituales de algún judío para adueñarse del Nombre Absoluto
y sus poderes correspondientes:
“La tesis de que Dios tiene un nombre secreto, en el cual está compendiado […]. Su
noveno atributo, la eternidad –es decir, el conocimiento inmediato de todas las cosas que
125 “..aquellos a los cuales la divinidad utilizó para crear el cielo y la tierra y el paraíso invisible donde nos encontramos y al cual encubre el primer pecado. Estoy hablando de la Palabra que enseña la ciencia de la cábala.” (la traducción al español es mía)
64
serán, que son y que han sido en el universo-. La tradición enumera noventa y nueve
nombres de Dios; los hebraístas atribuyen ese imperfecto número al mágico temor de las
cifras pares; los Hasidim razonan que ese hiato señala un centésimo nombre –el Nombre
Absoluto.” (F, pág. 158)
En este cuento el descubrimiento del nombre secreto de Dios dotaría a su pronunciador
con la omnisciencia inmediata, el equivalente de la inteligencia infinita que es Dios.
Las muertes que parecían rituales no llevaron a Lönnrot a descubrir a la secta oculta –
todo fue la trampa de un criminal que al final logró su objetivo y mató a Lönnrot. En la
Cábala se mencionan casos de los místicos que enloquecieron o incluso murieron
durante los actos meditativos más elevados.126 Del mismo modo Lönnrot se dejó cegar
por su anhelo de triunfo, acto que pagó con su vida. Otra similitud entre el cuento y las
doctrinas de los hasidim se observa en el número de días de la investigación – tardó
cien días. La verdad fue revelada a Lönnrot al centésimo día, plazo de tiempo que
corresponde al centésimo nombre absoluto de Dios a cuyo descubridor serán revelados
todos los enigmas de la existencia.
La repetición del nombre divino también ejerce su papel dentro de la Cábala y
Borges recurrió a este tema en su cuento El Zahir. En este cuento el autor-protagonista
se siente obsesionado y embrujado por una moneda, por un zahir, y busca métodos
para librarse de tal obsesión. Atribuye a esta moneda poderes sobrenaturales, incluso
la compara a Dios: “Zahir, en árabe, quiere decir notorio, visible; en tal sentido, es uno
de los noventa y nueve nombres de Dios.” (A, pág. 156) Para librarse de la obsesión
recurre al método cabalístico:
“Para perderse en Dios, los sufíes repiten su propio nombre o los noventa y nueve
nombres divinos hasta que éstos ya nada quieren decir. Yo anhelo recorrer esa senda.
Quizá yo acabe por gastar el Zahir a fuerza de pensarlo y de repensarlo; quizá detrás de la
moneda esté Dios.” (A, págs. 160-161)
Comparar a Dios con una moneda es una idea atrevida pero si pensamos en la
enseñanza cabalística no es del todo injustificada. Dios es el demiurgo de todas las
cosas incluyendo al zahir y por eso su esencia divina está reflejada hasta en las cosas
más pequeñas.
126 El texto cabalista Sefer Těmunah ubicado en SCHOLEM, Gershom. Major Trends in Jewish Mysticism. New York: Schocken Books, 1961. pág. 178. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 18.
65
El protagonista del cuento se siente, bajo el poder del zahir, un prisionero. Tal
vez el mundo de la materia es considerado por los cabalistas una prisión para el alma y
una posible salida de este encarcelamiento es encontrar y pronunciar la fórmula
poderosa. Como vemos Borges entretejió en sus páginas muchísimas ideas cabalísticas
y basta poseer la clave adecuada para descifrarlas y comprenderlas.
Es también llamativa la meditación acerca de los nombres propios y su poder
en el cuento Historia de los ecos de un nombre. El relato empieza con la pregunta de
Moisés dirigida al Dios acerca de cuál es su nombre. Dios respondió: “Soy El Que
Soy.” (OI, pág. 243) La historia entera está subscrita en las páginas del segundo libro
de Moisés. Después de referirse a ella, Borges empieza a polemizar acerca del poder
del nombre personal del hombre - primero indica que “para el pensamiento mágico, o
primitivo, los nombres no son símbolos arbitrarios, sino parte vital de lo que definen.”
(OI, págs. 243-244) Por consiguiente ofrece ejemplos de las tribus y las naciones que
atribuían una importancia sobrenatural a los nombres propios y también a los nombres
divinos. Más interesantes son los casos de los salvajes cuyo miembro “oculta su
nombre para que a éste no lo sometan a operaciones mágicas, que podrían matar,
enloquecer o esclavizar a su poseedor.” (OI, pág. 245) Borges más adelante planteó la
idea de “Jacques Vandier: «Basta saber el nombre de una divinidad o de una criatura
divinizada para tenerla en su poder» (La religión égyptienne, 1949).” (OI, pág. 244)
Quizás por eso preguntó Moisés el nombre de Dios o por la razón siguiente: “Moisés
preguntó al Señor cuál era Su nombre: no se trataba, lo hemos visto, de una curiosidad
de orden filológico, sino de averiguar quién era Dios, o más precisamente, qué era.”
(OI, pág. 245)
El nombre de Dios explica su esencia misma por eso conocer su nombre
verdadero dotaría a su descubridor de gran poder. Los nombres humanos no revelan su
esencia porque ésta es conocida exclusivamente por Dios. Esta explicación concuerda
con la cita siguiente de la Historia de los ecos de un nombre: “Según la teología
cristiana, Soy El Que Soy declara que sólo Dios existe realmente o, como enseñó el
Maggid de Mesritch, que la palabra yo sólo puede ser pronunciada por Dios.” (OI, pág.
245) En el capítulo II. 12 ya se explicó quien era en la Cábala el Maggid de Mesritch.
La Historia de los ecos de un nombre termina mencionando el enloquecimiento
de Jonathan Swift al cual “la sordera, el vértigo, el temor de la locura y finalmente la
idiotez, agravaron y fueron profundizando la melancolía de Swift. Empezó a perder
memoria. […] Y una tarde, viejo y loco y ya moribundo, le oyeron repetir, no sabemos
66
si con resignación, con desesperación, o como quien se afirma y se ancla en su íntima
esencia vulnerable: Soy lo que soy, soy lo que soy.” (OI, pág. 248) Swift temía, como
los egipcios, que si olvidara a su nombre se perdería a sí mismo. Es un caso triste de
esta historia, pero ilustra la idea del cuento.
No es conocido con exactitud el motivo por el cual algunos cabalistas
defendían la postura de que no se deben pronunciar ni los nombres conocidos de Dios
y Borges no omitió ni esta opinión en su obra, tal y como declara por ejemplo en su
cuento El espejo y la máscara. Los dos protagonistas de este cuento son el rey y el
poeta. El rey encargó al poeta de la tarea de cantar sus victorias y sus loas. El poeta
compuso cada año un poema y al tercer año se presentó ante el rey con un poema de
un solo verso. Al pronunciarla, “el poeta y su Rey la paladearon, como si fuera una
plegaria secreta o una blasfemia.” A la pregunta del Rey de qué hechicería se lo dio, el
poeta respondió: “En el alba […] me recordé diciendo unas palabras que al principio
no comprendí. Esas palabras son un poema. Sentí que había cometido un pecado,
quizá el que no perdona el Espíritu.” (LA, pág. 85) El poeta sin saber cómo pronunció
el nombre verdadero de Dios y las consecuencias fueron terribles – el poeta se dio
muerte y el rey se convirtió en un mendigo. El Dios castigó a los dos protagonistas por
atreverse a pronunciar y oír las palabras sagradas y ocultas para el ser humano. Acaso
no fue Dios, sino ellos mismos quienes se dieron la derrota porque no respetaron la ley
que no permitía a los mortales pronunciar el nombre de Dios.
En el cuento Parábola del palacio127 también dieron muerte a su pronunciador
las palabras que enceraron en sí mismas la esencia de un palacio que un emperador
enseñaba al poeta. La clave del cuento está resumida en el siguiente párrafo:
“Al pie de la penúltima torre fue que el poeta (que estaba como ajeno a los espectáculos
que eran maravilla de todos) recitó la breve composición que hoy vinculamos
indisolublemente a su nombre y que, según repiten los historiadores más elegantes, le
deparó la inmortalidad y la muerte. El texto se ha perdido; hay quien entiende que
constaba de un verso; otros, de una sola palabra. Lo cierto, lo increíble, es que en el
poema estaba entero y minucioso el palacio enorme, con cada ilustre porcelana y cada
dibujo en cada porcelana y las penumbras y las luces de los crepúsculos y cada instante
desdichado o feliz de las gloriosas dinastías de mortales, de dioses y de dragones que
habitaron en él desde el interminable pasado. Todos callaron, pero el Emperador exclamó:
127 A ese cuento se dedica también SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 57.
67
¡Me has arrebatado el palacio! y la espada de hierro del verdugo segó la vida del poeta.”
(N, págs. 131-132)
En este caso no fue el nombre esencial de Dios lo que había llevado a su descubridor a
la muerte sino el nombre esencial del palacio. Borges apunta más adelante la razón de
la ocurrencia: “En el mundo no puede haber dos cosas iguales.” (N, pág. 132)
Por último mencionamos el cuento Tres versiones de Judas en el cual se
analiza la obra apócrifa del autor Nils Runeberg. Éste pronunció la conjetura de que
Cristo no actuó en el personaje de Cristo sino en el personaje de Jesús porque gracias a
su traición fue revelada su divinidad. Al final del cuento leemos se haya este
interrogante de Borges: “¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y
divulgado el horrible nombre de Dios?” (F, pág. 182) Runeberg se atrevió a tocar,
según algunos cabalistas, lo intocable, la esencia misma de Dios. Por eso mereció un
castigo tanto como los poetas de El espejo y la máscara y Parábola del palacio.
Para los hombres el verdadero poderoso y temible nombre permanece oculto,
pero más que sus nombres la esencia de su existencia es lo que les permanece oculto.
Nadie sabe “cuál es su nombre verdadero.” (OI, pág. 186) El hombre no sabe quién es
y no lo sabrá hasta el reencuentro con el demiurgo que le dotó de vida. Borges
defendía esta idea y reconocía que el pequeño consuelo que nos queda es el
conocimiento de que cada hombre puede decir de sí mismo: “Soy una parte del
universo, tan inevitable y necesaria como las otras.” (OI, pág. 248)
III. 7. El Aleph de Borges
El Aleph es uno de los cuentos más conocidos de Borges. A primera vista su
nombre indica su relación con la Cábala. El Aleph del cuento es un punto escondido
en el sótano de la casa de Carlos Argentino Daneri que muestra al observador todos los
acontecimientos y hechos de todos los tiempos a la vez. Al final del cuento Borges
explica este término:
“Dos observaciones quiero agregar: una, sobre la naturaleza del Aleph; otra, sobre su
nombre. Éste, como es sabido, es el de la primera letra del alfabeto de la lengua sagrada.
Su aplicación al disco de mi historia no parece casual. Para la Cábala, esa letra significa el
En Soph, la ilimitada y pura divinidad; también se dijo que tiene la forma de un hombre
68
que señala el cielo y la tierra, para indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa
del superior; […] Yo querría saber: ¿Eligió Carlos Argentino ese nombre, o lo leyó,
aplicado a otro punto donde convergen todos los puntos, en alguno de los textos
innumerables que el Aleph de su casa le reveló?” (A, pág. 240)
Tal y como el término alef fue explicado previamente en el trabajo, así lo fue el
término de En Soph. La imagen del alef como un juglar que señala arriba con una
mano y con otra abajo para ilustrar la existencia de los dos mundos compatibles la
menciona por ejemplo Levi.128
El Aleph del cuento hace referencia al tzimtzum, la contracción primordial de
Dios, quién a pesar de su tamaño restringido no perdió nada de su esencia divina. Tal
vez “el diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico
estaba ahí, sin disminución de tamaño.” (A, pág. 236) No haría falta repetir otra vez el
pasaje que describe al Aleph puesto que ya lo hemos citado en el capítulo III. 2. La
visión borgeana de Dios. Lo importante es recordar que el Alepf poseía una forma
esférica atribuida también a Dios. Entonces, la relación entre el Aleph borgeano y Dios
es evidente, y de la misma manera que es necesario humillarse para presentarse ante
Dios129 es imprescindible humillarse para ver al Aleph: “- La almohada es humildosa-
explicó-, pero si la levanto un solo centímetro, no verás ni una pizca y te quedas
corrido y avergonzado. Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve
escalones.” (A, pág. 234)
El Aleph representa a Dios y al mundo creado por Él. Borges, su observador,
no encontraba palabras para describirlo: “[…] ¿cómo transmitir a los otros el infinito
Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?” (A, pág. 235) En este cuento se
repite la idea mencionada más delante de que Dios queda un enigma para el hombre
debido a su incapacidad de comprenderle. Nosotros vemos a Dios por espejo por eso
las leyes del mundo a veces provocan la confusión de los hombres. “En ese instante
concebí mi venganza.”, (A, pág. 238) dice el protagonista después de ver al Aleph.
Comprendió su incapacidad de comprender las cosas vistas a través de él y su propia
insignificancia dentro el rumbo de la existencia.
Como acabamos de ver Borges en el cuento El Aleph reunió las doctrinas
particulares cabalísticas de Dios, de la primera letra del alfabeto hebreo, del tzimtzum
128 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 26. 129 SCHOLEM, Gerschom. Major Trends in Jewish Mysticism. pág. 49. En SOSNOWSKI, Saúl. op. cit., pág. 42.
69
y de la incomprensión de Dios para formar un conjunto coherente. Obrar de este modo
es parecido a las relaciones de las sefirot dónde cada una conduce a todas y todas a
cada una como hemos visto en el capítulo III. 4. La estructura sefirótica de los cuentos
de Borges.
III. 8. La presencia simbólica del número 9 en los cuentos de Borges
En la primera parte de nuestro trabajo hemos probado que los números tenían
su simbolismo dentro de la Cábala. Ahora probamos que en los cuentos de Borges esta
simbología está presente.
En la obra de Borges encontramos numerosas ocasiones en las cuales aparece
el número nueve. En el cuento Undr leemos que “Odín sacrificado a Odín, durante
nueve noches.” (LA, pág. 88) En la mitología nórdica Odín es uno de los Dioses y
cuando se sacrificó durante nueve noches era capaz de ver el futuro. La mitología
nórdica también está ligada a un roble cósmico como lo es la Cábala al árbol sefirótico
y para ambas creencias es el número nueve simbólico. Como vemos, cuando Borges
no acudía a la Cábala cómo fuente de inspiración, acudía a las mitologías con
creencias muy similares.
Recordemos que el número 9 “representa la verdad completa, la iniciación
perfecta, y por ello se le ha colocado como signo jeroglífico del alto poder intelectual
y moral.”130 Scharlach en el cuento Muerte y la brújula confiesa que “nueve días y
nueve noches agonicé,” herido en la quinta de Triste-le-Roy (F, pág. 159) Este tiempo
presentó para Scharlach el proceso de iniciación – empezó a urdir su plan de venganza.
Su capacidad intelectual la probó al final de la obra cuando logró engañar al detective
Eric Lönnrot.
El envidioso Aureliano, protagonista del cuento Los Teólogos, elaboró durante
nueve días un trabajo para humillar a Juan de Panonia. (A, pág. 52) El trabajo
empezado durante estos días de iniciación al final condujo a la derrota final de Juan. El
número 9 representa también la inteligencia que en este caso no le faltó a Aureliano.
En los dos cuentos mencionados últimamente el número 9 es el símbolo de la
iniciación y de la inteligencia, pero ambos protagonistas carecían de la moral como
nosotros la percibimos.
130 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 211.
70
Cuando el militar descendió a la ciudad de los inmortales a través de un pozo,
en el cuento Inmortal, se encontró en un sótano con nueve puertas que desembocaban
en un laberinto y solamente la novena desembocó en la dirección de la salida. (A,
págs. 16-17) Dios dijo que él era el Camino, la Verdad y la Vida, y precisamente la
puerta novena, que simboliza la Santa Trinidad, le guió en la dirección correcta.
En el cuento La casa de Asterión Borges partiendo de un antiguo mito sobre el
minotauro formuló otro nuevo y dotó de una nueva perspectiva a la tradición. El
protagonista del cuento es el minotauro que espera hasta que “cada nueve años entran
en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal.” (A, pág. 98) Disponer
del poder de liberar a los hombres de todo lo maléfico es un atributo de Dios y la
aparición de la cifra nueve fortalece la comparación de Asterión con un Dios.
La presencia del número nuevo en los cuentos el Milagro secreto y Deutsches
Requiem funciona como el elemento unificador de sus protagonistas Jaromir Hladík y
Otto Dietrich zur Linde. Estos dos personajes son binarios, el primero es un judío
condenado a la ejecución debido a su creencia religiosa, y el segundo es un militar
nazi subdirector de un campo de concentración, también condenado a la ejecución.
Ambas ejecuciones se establecieron a las nueve de la tarde y aunque durante la vida
estos dos hombres ocuparon lugares opuestos la muerte los unifica como también el
mal regresará a Dios al fin de los días.
Este análisis de la presencia del número 9 en la obra de Borges verifica que
simboliza las mismas realidades que registra la Cábala y de ese modo manifiesta que
Borges fue un aficionado de ella aunque no la reconoció como religión personal.
III. 9. El tema de las Sagradas Escrituras y el Libro Absoluto
recopilados por Borges
Lo que más atraía a Borges de las Escrituras Sagradas fue, en mayor medida,
su infabilidad debida a su autoría y el método de su estudio aplicado por los judíos. En
segundo lugar le atraían las conclusiones, como la de que el azar no existe y que todos
los textos humanos también forman parte de un texto absoluto, a las cuales se llegaba
partiendo de la naturaleza de las Escrituras..
El concepto de un libro sagrado que intentó explicar Borges está recopilado en
las Siete Noches:
71
“Las diversas y a veces contradictorias doctrinas que llevan el nombre de la cabala
proceden de un concepto del todo ajeno a nuestra mente occidental, el de un libro sagrado.
[…] En un libro sagrado son sagradas no sólo sus palabras sino las letras con que fueron
escritas. Ese concepto lo aplicaron los cabalistas al estudio de la Escritura. Sospecho que el
modus operandi de los cabalistas fue debido al deseo de incorporar pensamientos gnósticos
a la mística judía, para justificarse con la Escritura, para ser ortodoxos. En todo caso,
podemos ver muy ligeramente (yo casi no tengo derecho a hablar de eso) cuál es o cuál fue
el modus operandi de los cabalistas […]. La idea es ésta: el Pentateuco, la Torá, es un libro
sagrado. Una inteligencia infinita ha condescendido a la tarea humana de redactar un libro.
El Espíritu Santo ha condescendido de modo más íntimo: el Espíritu Santo condescendió a
la literatura y escribió un libro. En ese libro, nada puede ser casual.” (SN, págs. 46-47)
Este párrafo explica por qué las Escrituras adoptaron el epíteto Sagradas – porque
fueron escritas por Dios (Inteligencia Infinita) a través de su mediador, el Espíritu
Santo. Nada es casual en un libro como éste, incluso el orden y número de las letras.
En el cuento Del culto de los libros Borges planteó el tema de la
imprescindibilidad de cada letra de las Escrituras Sagradas:
“Aún más extravagantes que los musulmanes fueron los judíos. En el primer capítulo de su
Biblia se halla la sentencia famosa: «Y Dios dijo: sea la luz, y fue la luz.»; los cabalistas
razonaron que la virtud de esa orden del Señor procedió de las letras de las palabras. El
tratado Sefer Yetsirah (Libro de Formación), redactado en Siria o en Palestina hacia el siglo
VI, revela que Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel y Dios Todopoderoso, creó el
universo mediante los números cardinales que van del uno al diez y las veintidós letras del
alfabeto. Que los números sean instrumentos o elementos de la Creación es dogma de
Pitágoras y de Jámblico; que las letras lo sean es claro indicio del nuevo culto de la
escritura.” (OI, pág. 172)
El mensaje de la idea clave de los cabalistas de entender la Escritura acudiendo a todos
los recursos posibles para su estudio queda claramente explicado gracias al texto
citado. Por consiguiente Borges denominó el proceso de acceder a las Escrituras de
una manera cabalística como el nuevo culto de la escritura - los cabalistas de hecho
añadieron al análisis literario el aspecto científico del carácter matemático y
metafísico. El carácter matemático se manifiesta contando las letras y las palabras de
los textos sagrados y el metafísico en intuir un significado oculto detrás de las palabras
y las letras.
72
La idea de que las Sagradas Escrituras son infalibles se encuentra en El espejo
de los enigmas, citamos:
“Éstos [los cabalistas] pensaron que una obra dictada por el Espíritu Santo era un texto
absoluto: vale decir un texto donde la colaboración del azar es calculable en cero. Esa
premisa portentosa de un libro impenetrable a la contingencia, de un libro que es un
mecanismo de propósitos infinitos, les movió a permutar las palabras escriturales, a sumar
el valor numérico de las letras, a tener en cuenta su forma, a observar las minúsculas y
mayúsculas, a buscar acrósticos y anagramas y a otros rigores exegéticos de los que no es
difícil burlarse. Su apología es que nada puede ser contingente en la obra de una
inteligencia infinita.” (OI, pág. 187)
Como vemos Borges adoptó con naturalidad el término de la inteligencia infinita y lo
utilizó con tanta frecuencia como regresaba al tema de los métodos de investigación de
los cabalistas aplicados a las Escrituras. Afirmar que nada puede ser contingente en la
obra divina nos lleva al otro tema recuperado por Borges, o sea, a la polémica acerca
de la existencia del azar.
Los cabalistas añadieron al valor literario de las Escrituras el valor simbólico
como reconoció Borges al principio de su cuento El espejo de los enigmas:
“El pensamiento de que la Sagrada Escritura tiene (además de un valor literal) un valor
simbólico no es irracional y es antiguo: está en Filón de Alejandría, en los cabalistas, en
Swedenborg. Como los hechos referidos por la Escritura son verdaderos (Dios es la Verdad,
la Verdad no puede mentir, etcétera), debemos admitir que los hombres, al ejecutarlos,
representaron ciegamente un drama secreto, determinado y premeditado por Dios.” (OI,
pág. 182)
De la especulación de Borges copiada más arriba se desprende que todos los actos,
hechos, acontecimientos no pueden ser casuales porque son premeditados por Dios. De
este modo el azar no existe y lo que denominamos los hombres azar forma parte del
plano de Dios que nuestra mente ignora por su incapacidad de comprenderle y porque
vemos a Dios por espejo (véase el capítulo II. 4. de este trabajo).
Si admitimos que las Escrituras son infalibles y el azar en el orden calculable
de las letras en cero, entonces son los hechos humanos predestinados por ellas y cada
uno tiene un sentido más profundo, sentido que nos será revelado al final de los días.
73
Esta idea la resumió Borges en el cuento mencionado El espejo de los enigmas.
“Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos intolerable es admitir un
hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo.” (F, pág.
177)
Por otro lado, tanto como los cabalistas como Borges no negaron el libre
albedrío del hombre pero sustentaban la idea de una predestinación subscrita en el
Libro Absoluto. Algunas veces los hechos de los hombres parecen inexplicables pero
tal suposición es falsa porque el azar no existe.
A Borges nunca le atrajo la idea de la influencia del azar en los actos de los
hombres. El azar en el mundo no tiene lugar porque el Libro Absoluto abarca todos los
hechos e impugna su esencia de existir. “No hay en la tierra una cosa […] que no esté
registrada en Su Libro.” (A, pág. 135) El Libro Absoluto abarca todas las cosas y las
justifique a la vez.
El tema del azar es tratado con mayor plano en La lotería en Babilonia;
rememoramos su tema – el autor habla misteriosamente sobre una lotería que se
convirtió de pura diversión en Compañía oculta que dirige los sucesos en la tierra,
compañía “comparable a Dios.” (F, pág. 79) La Compañía aceptaba:
“la suma del poder público. […] En segundo término, logró que la lotería fuera secreta,
gratuita y general. Quedó abolida la venta mercenaria de suertes. Ya iniciado en los
misterios de Bel, todo hombre libre automáticamente participaba en los sorteos sagrados,
que se efectuaban en los laberintos del dios cada sesenta noches y que determinaban su
destino hasta el otro ejercicio. Las consecuencias eran incalculables.” (F, pág. 75)
La Compañía comparable a Dios representa, precisamente, a Dios, quién obra de
modo secreto, de un modo que los hombres desconocen pero cuyo papel representan.
Los sorteos sagrados son una clara alusión a los textos sagrados, cuya esencia todavía
permanece desconocida, y cuyos resultados intervenían en todas las zonas de la vida
también en el sentido negativo. A la humanidad entonces le fue reconocido su libre
albedrío pero el azar de los sorteos en adelante influiría sus vidas. La lotería en
Babilonia ejerce la función de un símbolo del mundo entero y el azar está
personificado en los sorteos con resultados obtenidos al azar pero la existencia de la
Compañía dirigente no es azarosa. En la presencia de una Compañía oculta y temible
Borges evocó la presencia divina. Sobre la existencia de Dios se mantenían y
74
mantienen numerosos discursos y con la existencia de la Compañía literal ocurre lo
mismo. Las conjeturas sobre su existencia difieren tanto como los que intentan negar o
comprobar la existencia de Dios:
“[Alguna conjetura] la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la última noche […]
Otra declara que la Compañía es omnipotente, pero que sólo influye en cosas minúsculas
[…] Otra, por boca de heresiarcas enmascarados, que no ha existido nunca y no existirá.
Otra, no menos vil, razona que es indiferente afirmar o negar la realidad de la tenebrosa
corporación, porque Babilonia no es otra cosa que un infinito juego de azares.” (F, pág.
79)
Este cuento analizado puso a prueba la existencia del azar y el resultado de la
investigación, ingeniosamente escondido detrás de la ambigüedad que ofrece el tema,
probó que el azar no existe. Negar y justificar la existencia de una realidad al mismo
tiempo y lugar exige gran maestría de la parte del autor y Borges lo declaró.
Otra nota del libro menciona el cuento Nota sobre (hacia) Bernard Shaw
donde Borges tocó el tema de las infinitas interpretaciones que pueden tener las
Escrituras y la generalizó a toda la literatura: “La literatura no es agotable, por la
suficiente y simple razón de que un solo libro no lo es. El libro no es un ente
incomunicado: es una relación, es un eje de innumerables relaciones.” (OI, pág. 238)
Si admitimos que Dios es infinito el tiempo también lo será. Si las Sagradas Escrituras
contienen todos los hechos de todos los tiempos, sus interpretaciones deben de ser
infinitas también.
No solo las letras sino también las palabras tienen su lugar fijo dentro de las
Escrituras. Dios materializó el mundo mediante la palabra y el nacimiento de su Hijo,
el Redentor de la humanidad, también fue predicho por una palabra. “El Verbo se hizo
carne para ser hombre entre los hombres, que lo darían a la cruz y serían redimidos por
Él.” (LA, pág. 69) La Palabra, las palabras del Libro Absoluto, cada una tiene sentido
dentro de la Cábala y también dentro de la obra de Borges. No es difícil imaginar la
razón de la admiración y atracción que sentía Borges por las palabras siendo él un
escritor cuyas herramientas son las palabras. En la leyenda tantas veces mencionada
por Borges sobre el rey de los pájaros, Simurg “deja caer en el centro de China una
pluma espléndida.” (LI, pág. 206) La pluma es el símbolo de la escritura y el suceso se
asemeja a Dios que dejó a los hombres las Sagradas Escrituras. Los pájaros revelan
75
que todos son Simurg y Simurg es cada uno de ellos y la pluma los condujo a tal
descubrimiento. Paralelamente, también los hombres tienen que utilizar las Sagradas
Escrituras como camino para acercarse a Dios.
Si cada sentencia ya está preescrita en el Libro Absoluto no sería adecuado
denominar al escritor como escritor sino sería cierto llamarle descubridor. Esta idea la
encontramos por ejemplo en los ensayos La busca de Averroes y El Congreso.
Citamos el primero: “Famoso poeta es menos inventor que descubridor.” (A, págs.
140-141) Los poetas están descubriendo a los versos arquetípicos que están en el cielo
y están codificados en las Sagradas Escrituras. La segunda cita está expresando la
misma idea diciendo que “Percy reveló [las baladas] al decoroso siglo dieciocho.”
(LA, pág. 45) Hasta la época de Percy sus baladas permanecieron intactas en el Libro
Absoluto esperando a su descubridor como todas las obras y los hechos de todas las
épocas.
En estos ejemplos se puede observar con claridad la relación que mantienen los
elementos de la Cábala entre sí – como el autor único de las Sagradas Escrituras se
considera al Espíritu Santo que ejerce la voluntad de Dios. Las Escrituras abarcan
todos los textos creados en el pasado, presente y futuro que preexisten en el mundo
arquetípico. Teniendo en cuenta esas relaciones dispone de un fundamento lógico la
idea cabalística de Borges “that perhaps all authors are one autor, and all texts, one
text.”131
Esta conjetura está incluida en las leyes vigentes del mundo imaginario de Tlön
del cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius donde “no existe el concepto del plagio: se ha
establecido que todas las obras son obra de un solo autor, que es intemporal y es
anónimo.” (F, pág. 28) Esta idea del autor único de las Escrituras Sagradas y por
consiguiente de todos los textos la hemos explicado en el capítulo II. 2. y como vemos
penetrará en varios cuentos de Borges.
Las Sagradas Escrituras eran comparadas a la ‘patria portátil’ de los judíos.
Esta comparación la repitió Borges en su cuento La secta del Fénix cuyos miembros
poseían “un libro sagrado que los congregue como la Escritura a Israel.” (F, pág. 191)
El poder e importancia del Libro es enorme, es la crónica enigmática de toda la
existencia. En el cuanto Magias parciales del Quijote Borges parafraseó a Carlyle
diciendo que “observó que la historia universal es un infinito libro sagrado que todos
131 “Quizás todos los autores sean un autor y todos los textos un texto.” (la traducción al español es mía) Véase ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 4.
76
los hombres escriben y leen y tratan de entender, y en el que también los escriben.”
(OI, pág. 79) Con estas palabras el autor argentino resumió el mensaje de este capítulo
y también las posturas de Borges frente al concepto del libro sagrado.
Mencionamos a otra observación que se relaciona con el término de las
Sagradas Escrituras. En el cuento Utopía de un hombre que está cansado Borges
destacó la importancia de la relectura de los textos diciendo que “no importa leer, sino
releer.” (LA, pág. 100) Esta afirmación tiene mucho que ver con lo tocante a la
comprensión del mundo. Si leemos un libro no significa que lo hayamos comprendido.
Por muchas veces que hayan sido leídas y se lean las Sagradas Escrituras es muy
probable que en parte sigan sin ser descodificadas.
Borges transformó el concepto de un libro absoluto en un tema frecuente de sus
cuentos y aplicó la simbología de un texto perfecto también a la creación literaria
humana, falible y llena de inexactitudes. El hombre no puede crear escrituras que
superarían a aquella de Dios132, pero si a cada texto se le atribuye el impacto del
Espíritu Santo la afirmación siguiente de Borges podría ser cierta: “Un libro, cualquier
libro, es para nosotros un objeto sagrado.” (OI, pág. 167)
III. 10. Otra observación relacionada con el carácter de las Sagradas
Escrituras
En este capítulo de nuestro trabajo incluimos otra observación del reflejo de la
enseñanza cabalística en la prosa narrativa de Borges. Se trata de las historias relatadas
en los libros que después pasaron a la vida real.
La Creación del mundo fue preescrita en las Sagradas Escrituras, tal y como
todos los acontecimientos que han ocurrido, ocurren y ocurrirán en la tierra. Una
conclusión importante para este capítulo es que la historia descrita en un libro penetró
en el mundo real - ocurrió de verdad.
Primero mencionamos al cuento Historia de los ecos de un nombre donde se
trata el caso de Jonathan Swift al cual le “fascinó la idiotez (como fascinaría a
Flaubert), tal vez porque sabía que en el confín la locura estaba esperándolo. En la
tercera parte de Gulliver imaginó con minucioso aborrecimiento una estirpe de
132 BAR JOYAI, Simeón. El Zohar. [online], En PDF, pág. 34.
77
hombres decrépitos e inmortales, entregados a débiles apetitos que no pueden
satisfacer, […]. Cabe sospechar que Swift imaginó este horror porque lo temía […].”
(OI, pág. 247) Como es conocido Swift vivó sus últimos años en una agonía parecida
al enloquecimiento y Borges barajó la idea de que había intuido su final mucho antes y
por eso incorporaba en su obra casos de locura. Invirtiendo el relato al orden temporal
su obra predijo su final.
El segundo cuento que mencionamos es El Congreso donde el autor-
protagonista entró en una organización que “presuponía un problema de índole
filosófica. Planear una asamblea que representara a todos los hombres era como fijar el
número exacto de los arquetipos platónicos, enigma que ha atareado durante los siglos
la perplejidad de los pensadores.” (LA, pág. 36) Los miembros del Congreso
presumían de coleccionar los arquetipos de todas las cosas que hay en el mundo. Cada
uno de los miembros representaba a algún arquetipo y los libros que coleccionaban
ejercían la misma función. La culminación llega con el mando del máximo
representante del Congreso de quemar todos los libros coleccionados. Los miembros
del Congreso intentaron representar todas las realidades del mundo sin darse cuenta de
que el mundo es una representación de sí mismo dentro de cada cosa. “El Congreso
del Mundo comenzó con el primer instante del mundo y proseguirá cuando seamos
polvo. No hay un lugar en que no esté.” (LA, pág. 51) Por eso era una locura
coleccionar los libros que representen al mundo porque los hechos del libro pasaron a
formar parte del mundo.
En el cuento El Evangelio según Marcos el protagonista, Baltasar Espinoza,
joven estudiante de medicina, predijo su fin leyendo al Evangelio según Marcos a los
Gutres, rudos campesinos en cuya casa pasó una temporada. Éstos con simpleza de
niños escuchaban y hacían preguntas acerca de la crucificación de Cristo. Después de
asegurarse de que la muerte de Cristo había salvado también a los que clavaron los
clavos “pidieron la bendición [a Baltasar]. Después lo maldijeron, lo escupieron y lo
empujaron hasta el fondo. La muchacha lloraba. Cuando abrieron la puerta, vio el
firmamento. Un pájaro gritó; pensó: Es un jilguero. El galpón estaba sin techo; habían
arrancado las vigas para construir la Cruz.” (IB, pág. 40) Esta historia es la parábola de
Cristo que quería ayudar a los hombres y éstos lo crucificaron. Tal vez Espinosa quien
intentó entretener y enseñar a los Gutres murió por sus buenas intenciones. La historia
referida en un libro volvió a ocurrir y de este modo Borges transmito la idea de que la
vida de cada hombre está preescrita en las Sagradas Escrituras.
78
III. 11. El carácter binario en la obra de Borges
Es posible que todos los católicos no sean conscientes de que rezando al Padre
Nuestro piden a Dios que equilibre el mundo celeste de arriba con el mundo terrestre
de abajo porque a esto se refiere el verso hágase tu voluntad/en la tierra como en el
cielo. En la obra de Borges también están presentes los temas del carácter binario de la
existencia. Primero mencionamos al hombre arquetípico Adán Kadmón:
“Las diez emanaciones forman un hombre que se llama el Adam Kadmon, el Hombre
Arquetipo. Ese hombre está en el cielo y nosotros somos su reflejo. Ese hombre, de esas
diez emanaciones, emana un mundo, emana otro, hasta cuarto. El tercero es nuestro
mundo material y el cuarto es el mundo infernal. Todos están incluidos en el Adam
Kadmon, que comprende al hombre y su microcosmos: todas las cosas.” (SN, págs. 48-
49)
Es difícil de imaginarse que el hombre primigenio está en el cielo, emana los cuatro
mundos y su reflejo somos nosotros, los hombres. Borges operó con estos términos
claves de la Cábala con facilidad, e intentó explicarlos con claridad en sus
conferencias e incluirlos dentro de sus cuentos.
La presencia del binario en el mundo de los dos mundos representa el Aleph
del cuento El Aleph. Eliphas Levi comparó en su obra la letra alef con una figura de
juglar que señala con una mano arriba y con otro abajo, para manifestar el carácter
binario de la Creación.133 La representación gráfica de la letra alef es por lo tanto la
representación de los dos mundos. Borges menciona lo mismo en su cuento El Aleph:
“Para la Cábala, esa letra [el alef] significa el En Soph, la ilimitada y pura divinidad;
también se dijo que tiene la forma de un hombre que señala el cielo y la tierra, para
indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa del superior.” (A, pág. 240)
Como hemos visto el binario de la Creación no se refiere exclusivamente a los
dos mundos sino al carácter de todas las cosas creadas. Esta suposición la encontramos
en el cuento Tres versiones de Judas. Se refiere allí que “el orden inferior es un espejo
del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las
133 LEVI, Eliphas. op. cit., pág. 26.
79
manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones.” (F, pág. 177) De
hecho, cada persona es también el reflejo del orden mayor y la esencia misma de Dios.
Dijo Borges en una de sus conferencias que: “En cada uno de nosotros hay una
partícula de divinidad.” (SN, pág. 51) Dios está reflejado en nosotros y nosotros somos
el reflejo de Dios. Lo mismo repite Borges en su cuento El Zahir: “Los cabalistas
entendieron que el hombre es un microcosmo, un simbólico espejo del universo.” (A,
pág. 159)
El binario y la ambigüedad pertenecen a los tópicos que permitían a Borges
plantear especulaciones atrevidas como por ejemplo aquella de que “Judas refleja de
algún modo a Jesús,” (F, pág. 177) del cuento Tres versiones de Judas. La ambigüedad
abre nuevas posibilidades en el campo de la creación para cada escritor y por eso “la
ambigüedad es una riqueza.” (F, pág. 57)
Borges repitió en su obra no solo el tema del binario sino la doctrina entera de
que el binario formará unidad otra vez. Por ejemplo citamos al cuento Anotación al 23
de agosto de 1944: “[...] todas las criaturas, incluso el diablo, regresarán a Dios.” (OI,
pág. 199) De esta cita se desprende que Borges conocía a la enseñanza cabalística más
profundamente no era solo un aficionado superficial.
El tema del binario lo concluimos con un pasaje del Zohar, incluido en Libro
de sueños que dice: “Todo en el mundo está dividido en dos partes, de las cuales una
es visible y la otra invisible. Aquello visible no es sino el reflejo de lo invisible.”
Zohar, I, 39. (LS, pág. 221) Borges incluyó este pasaje en un libro suyo, hecho que no
deje duda alguna sobre las fuentes de las cuales se sirvió para hablar del carácter
binario del universo y de los reflejos de los mundos. Encontró esa fuente en la Cábala.
III. 12. La creación del hombre tratada por Borges
Borges apuntó que para “the Kabbalists, we – all the people who inhabit this
planet – are only reflections of the archetypal or primordial man, Adam Kadmon.”134
El tema de la creación del nuevo hombre que será el reflejo de su creador lo trata con
mayor intención el cuento Ruinas circulares, donde se establece una clara relación
134 “Para nosotros, los Cabalistas, todos los seres humanos que habitan este planeta somos solamente reflejos del hombre arquetípico o primigenio, Adán Kadmón.” (la traducción al español es mía) Véase ALAZRAKI, Jaime. op. cit., pág. 9.
80
entre Dios y el protagonista. La historia es de un místico que se aleja a las ruinas de un
templo con una intención descrita así:
“El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar un
hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. Ese proyecto
mágico había agotado el espacio entero de su alma; si alguien le hubiera preguntado su
propio nombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no habría acertado a responder.” (F,
pág. 62)
Para la mente de un hombre occidental materialista podía ser chocante la idea de que
sea posible crear a un hombre vivo, pero para un cabalista es una tarea difícil pero no
imposible si pensamos en la creación del golem y el objetivo de los místicos que
intentaban construirlo. Otro fenómeno cabalístico presente en el cuento Las ruinas
circulares es el fenómeno del tzimtzum, la contracción primordial del creador. El
protagonista del cuento cedió parte de su alma a la creación del nuevo hombre, su
misma identidad “se contrajo” como la de Dios al principio de la Creación.
No fue fácil para el protagonista conseguir su meta – el primer fracaso dio
origen a las “lágrimas de ira [que] le quemaban los ojos,” pero pronto “comprendió
que el fracaso inicial era inevitable.” (F, pág. 64) Dios ha destruido los mundos
primigenios que había creado antes del nuestro y también el místico de Las ruinas
circulares se vio obligado a destruir su primer sueño – no fue tal y como él se lo había
imaginado.
Después de mucho esfuerzo, el místico consiguió crear a un hombre nuevo
soñándolo y para protegerle no le reveló su origen. Él y el fuego, que no pudiera
quemar a su hijo, fueron los únicos testigos de que aquel hombre era un sueño.
Después de esparcirse la fama de un hombre al cual el fuego no podía dañar su creador
“temió que su hijo meditara en ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su
condición de mero simulacro. No ser un hombre ¡qué humillación incomparable, qué
vértigo!” (F, pág. 68) Ser la creación de otro hombre resulta ser humillante porque las
creaciones son siempre menos perfectas que su creador. Al final del cuento su
protagonista “caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo
acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación,
con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.”
(F, pág. 69)
81
El protagonista presenta muchos rasgos en común con la figura de Dios.
Restringió una parte de su ser para dar vida al otro hombre igualmente como Dios lo
había hecho (el fenómeno de tzimtzum). Primero fracasó en su intento como Dios
había fracasado con los primeros mundos. Dio vida a otro hombre y Dios había dado
vida a toda la humanidad. Al final al protagonista le fue revelado el secreto de que él
mismo sigue la cadena de sueños que siempre dan vida a un ser menos perfecto.
En las Ruinas circulares el testigo del fraude de la creación humana es el
fuego, uno de los elementos cabalísticos que forma parte de la meditación.
Visualizándolo con otros elementos correspondientes, sonidos y letras del alfabeto
hebreo se puede conseguir “el descenso de la energía desde el mundo supremo del
espíritu hasta este mundo de la materia.”135 Entonces, Borges podría haber escogido
otro elemento para desempeñar el papel de testigo de la verdad, pero el fuego parece el
más efectivo por representar al Espíritu Santo en los Evangelios, la fuerza ejecutora de
la voluntad de Dios.
Borges reconoció en su obra que la existencia de los hombres depende del
albedrío de Dios. Esta idea la encontramos por ejemplo en su cuento Historia de la
eternidad:
“El universo requiere la eternidad. Los teólogos no ignoran que si la atención del Señor se
desviara un solo segundo de mi derecha mano que escribe, ésta recaería en la nada, como
si la fulminara un fuego sin luz.” (HE, pág. 36)
Prácticamente con las mismas palabras Borges repitió esta idea de la dependencia de la
existencia del albedrío de Dios en su cuento Deutsches Requiem: “Aseveran los
teólogos que si la atención del Señor se desviara un solo segundo de mi derecha mano
que escribe, ésta recaería en la nada, como si la fulminara un fuego sin luz.” (A, pág.
120) El mensaje de estas dos citas es obvio; el hombre vive exclusivamente porque
Dios lo mantiene vivo.
Esta misma relación de dependencia del hombre de Dios Borges transformó la
relación entre el autor y su personaje como ilustra el poema Ni siquiera soy polvo
donde el protagonista Alonso Quijano pide a su creador que no le olvide:
135 BESSERMAN, Perle. op. cit., pág. 52.
82
“Para que yo pueda soñar al otro
cuya verde memoria será parte
de los días del hombre, te suplico:
mi Dios, mi soñador, sigue soñándome.”
(AP, págs. 141-142)
En este poema un personaje literario pide vida a su creador. El hombre, creador de
personajes literarios, pide vida a Dios. ¿A quién dirige Dios sus ruegos? Es posible
que aquí estribe el origen del terror por los espejos en la obra borgeana. Estos objetos
producen reflejos de los hombres y si un personaje literario puede hablar a su creador,
¿por qué no podría hacerlo el reflejo de ése? En Tlön, Uqbar, Orbis Tertius leemos
que “los espejos y la paternidad son abominables […] porque lo [el mundo]
multiplican y lo divulgan,” (F, pág. 15) y además, multiplica la cadena de seres
humanos y traen el desequilibrio a este mundo.
Al final del cuento La busca del Averroes Borges escribió: “En el instante en
que yo deje de creer en él, «Averroes» desaparece.” (A, pág. 144) La existencia de
Averroes, siendo una creación literaria de Borges, depende de la voluntad de su
creador, el autor. El juego con la creación del hombre, ya sea real o ficticio, como
personaje dentro de las obras de Borges es un juego frecuente, pero escribiendo y
creyendo sin olvidar que él también es creación de un demiurgo y su existencia
depende de su libre albedrío.
III. 13. La reencarnación e instrucción de las almas presentes en la
obra borgeana
Borges incorporó la referencia a la instrucción del alma por un maestro muerto
en su cuento El acercamiento a Almotásim. Su “protagonista visible -no se nos dice su
nombre- es estudiante de derecho en Bombay.” (HE, pág. 159) Tras varios
acontecimientos observó en varias personas rudas chispas del pensamiento que no eran
propias de ellos y se las atribuía al impacto de algún amigo suyo, o amigo de un
amigo. Piensa el estudiante y dice el autor:
83
“En algún punto de la tierra hay un hombre de quien procede esa claridad; en algún
punto de la tierra está el hombre que es igual a esa claridad. El estudiante resuelve
dedicar su vida a encontrarlo. Ya el argumento general se entrevé: La insaciable busca de
un alma a través de los delicados reflejos que ésta ha dejado en otras: en el principio, el
tenue rastro de una sonrisa o de una palabra; en el fin, esplendores diversos y crecientes de
la razón, de la imaginación y del bien.” (HE, pág. 162)
Como hemos visto en el capítulo II. 12. Las chispas del alma y la atracción de almas o
el concepto cabalístico de la reencarnación, las almas de los justos fallecidos son
capaces de instruir y elevar el nivel intelectual de los habitantes de la tierra y
precisamente a ésta doctrina cabalística se refirió Borges en El Acercamiento a
Almotásim. Además, el autor mismo reconoce la influencia del término cabalístico
gilgul en su obra donde leemos sobre “el cabalista de Jerusalén, Isaac Luria, que en el
siglo XVI propaló que el alma de un antepasado o maestro puede entrar en el alma de
un desdichado, para confortarlo o instruirlo. Ibbûr136 se llama esa variedad de la
metempsícosis.” (HE, pág. 166)
Aparte del concepto de la instrucción de almas por un maestro fallecido otros
pensamientos cabalísticos están presentes en el cuento. Borges marca al protagonista
del cuento con el término de un protagonista visible. En este adjetivo se nota la
influencia de las doctrinas cabalísticas que dicen que la parte visible es el reflejo de la
parte invisible. De esta manera el protagonista visible tiene que ser reflejo del otro,
invisible. Nosotros defendemos la idea de que se trata de Almotásim, el maestro cuyas
chispas de sabiduría y claridad se reflejan de algún modo también en el joven
estudiante.
La instrucción de un alma por otra está incorporada también en el cuento El
sueño de Coleridge que enumera varios casos de escritores y artistas que al despertarse
compusieron obras de gran esplendor, que les fueron dictadas o enseñadas mientras
dormían. Tal fue el caso de Coleridge, del violinista y compositor Giuseppe Tartini, de
Robert Louis Stevenson. Precisamente en este cuento se menciona el caso del rudo
pastor Caedmon, citado en el primer capítulo de esta parte del presente trabajo.
El leitmotif del ensayo son varias explicaciones en torno a la relación entre la
creación de un poema y la construcción de un palacio, divididos por siglos, historia
que resume siguiente párrafo:
136 Ibbûr es otro término planteado a gilgul.
84
“Un emperador mogol [Kublai Khan], en el siglo XIII, sueña un palacio y lo edifica
conforme a la visión; en el siglo XVIII, el poeta inglés [Coleridge] que no pudo saber que
esa fábrica se derivó de un sueño, sueña un poema sobre el palacio. Confrontadas con esta
simetría, que trabaja con almas de hombres que duermen y abarca continentes y siglos,
nada o muy poco son, me parece, las levitaciones, resurrecciones y apariciones de los
libros piadosos.” (OI, pág. 30)
El caso relatado en el cuento presenta rasgos sobrenaturales aunque Borges
ofrece también explicación más verosímil: “el poeta supo de algún modo que el
emperador había soñado el palacio y dijo haber soñado el poema para crear una
espléndida ficción.” (OI, pág. 31) Por consiguiente ajusta esta conjetura diciendo que
“es verosímil, pero nos obliga a postular, arbitrariamente, un texto no indentificado por
los sinólogos en el que Coleridge pudo leer, antes de 1816, el sueño de Kublai. Más
encantadoras son las hipótesis que trascienden a lo racional.” (OI, pág. 31) Las
hipótesis que trascienden lo racional serían para el hombre moderno no creyente las
doctrinas de la Cábala, el gilgul y la instrucción de almas. Y, precisamente, a estos
conceptos Borges acudió para dar explicación a la historia relatada:
“Por ejemplo, cabe suponer que el alma del emperador, destruido el palacio, penetró en el
alma de Coleridge, para que éste lo reconstruyera en palabras, más duraderas que los
mármoles y metales. El primer sueño agregó a la realidad un palacio; el segundo, que se
produjo cinco siglos después, un poema (o principios de un poema) sugerido por el
palacio; la similitud de los sueños a entrever un plan; el período enorme revela un ejecutor
sobrehumano. […] del palacio de Kublai Khan sólo quedaban ruinas; del poema nos
consta que apenas se rescataron cincuenta versos. Tales hechos permiten conjeturar que la
serie de sueños y trabajos no ha tocado a su fin. […] Quizá la serie de los sueños no tenga
fin, quizá la clave esté en el último.” (OI, págs. 31-32)
Por un lado la inspiración artística llegada a través del sueño apoya la doctrina del
autor unitario de los textos, o sea, el Espíritu Santo, que está comunicando con el
hombre cuando éste duerme. Dios también adormeció a Adán para instruirlo y con el
hombre, el reflejo de Adán, ocurre lo mismo. La hipótesis de que el alma de Kublai
Khan penetró en el alma de Coleridge está en concordancia con la instrucción de almas
cabalística. Asimismo, la cadena de sueños que establecen relaciones de influencia
entre sí evoca la disposición del Árbol sefirótico donde las sefirah se influyen
mutuamente. La conjetura de que la cadena de sueños acaso no tenga fin o acaso su
85
clave estribe en el último hace referencia a la infinidad de Dios y también regresa a la
idea de un Dios que busca a otro Dios. Tal y como los hombres desconocen la forma
de Dios, ni que existiera o no la cadena de Dioses que se buscan recíprocamente,
igualmente desconocen la naturaleza y el número de los sueños.
El cuento El sueño de Coleridge es un ejemplo perfecto para demostrar la
manera que tenía Borges para reunir en su obra diferentes posturas no solo cabalísticas
para formar una unidad coherente donde cada parte de la construcción tiene su sitio y
justificación.
El tema de la acogida de almas parecida a la de El sueño de Coleridge se
encuentra en el cuento El enigma de Edward Fitzgerald donde leemos: “Isaac Luria el
León enseñó que el alma de un muerto puede entrar en un alma de un desventurado
para sostenerla o instruirla; quizá el alma de Umar se hospedó, hacia 1857, en la de
Fitzgerald.” (OI, pág. 123) El tema de este cuento es muy parecido al anterior – dos
hombres divididos por siglos componen un poema muy parecido. Estos hombres son
el poeta persa Umar ben Ibrahim del siglo XI y el poeta inglés Edward Fitzgerald del
siglo XVIII. Siete siglos separan a esas obras e identificaron al primer poeta con el
segundo y viceversa. Escribe Borges: “Toda colaboración es misteriosa. Esta del
inglés y del persa lo fue más que ninguna, porque eran muy distintos los dos y acaso
en vida no hubieran trabado amistad y la muerte y las vicisitudes y el tiempo sirvieron
para que no supiera del otro y fueran un solo poeta.” (OI, pág. 123)
Este poema recuerda a la hipótesis cabalística de la existencia de las familias
de almas semejantes y planteó la conjetura de que el hombre no conoce la familia de
alma a la que pertenece. Los dos poetas no hubieran sido amigos en vida pero,
obviamente, pertenecían a la misma familia de almas porque su obra penetró de uno al
otro y esta influencia puede ocurrir solo dentro de una misma familia.
III. 14. Personajes de la Cábala incluidos en El libro de los seres
imaginarios
La obra común de Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero El libro de los seres
imaginarios registra a varias entradas de origen cabalístico como son por ejemplo el ya
mencionado golem, los ángeles Haniel, Kafziel, Azriel, Aniel y otros, el Fastitocalon,
Lilith o el Behemoth.
86
En la entrada los Demonios de judaísmo se nombra al demonio Keteh Merirí
(LI, pág. 80), conocido por matar a los niños que iban a la escuela. Se echa en falta
que el libro no contenga más enumeraciones de los demonios registradas por el
Talmud, como éste, porque se trata de los seres poco conocidos incluso entre los
aficionados a la Cábala.
En segundo lugar mencionamos al Fastitocalon, registrado en un bestiario
anglosajón como una ballena poderosa que ahoga a los marineros. Explican los
autores: “La Edad Media atribuyó al Espíritu Santo la composición de dos libros. El
primero era, según se sabe, la Biblia; el segundo, el universo, cuyas criaturas
encerraban enseñanzas inmorales.” (LI, pág. 102) El nacimiento de esta bestia se
atribuyó precisamente al segundo libro del Espíritu Santo por esta razón lo abarca este
trabajo. Para que la información sea completa añadimos otra cita en la cual Borges
menciona a sus dos libros: “Más lejos fueron los cristianos. El pensamiento de que la
divinidad había escrito un libro los movió a imaginar que había escrito dos y que el
otro era el universo.” (OI, pág. 173)
La entrada Lilith empieza con su categorización: “«Porque antes de Eva fue
Lilith» se lee en un texto hebreo.” (LI, pág. 148) Lilith fue la primera mujer que Dios
creó y fue igual en derecho que Adán, al cual se negó a obedecer. Durante la Edad
Media Lilith fue transformada en un espíritu nocturno, debido a la palabra layil, que
significa noche en hebreo. (LI, pág. 148) De los siglos anteriores perviven amuletos
con poder defensor ante Lilith a la cual se atribuyen hechos como asaltar a los
hombres, a los caminantes solitarios y los robos de niños.
La existencia de los ángeles Haniel, Kafziel, Azriel y Aniel la declaran varias
fuentes. En El libro de los seres imaginarios se mencionan las memorias de Ezequiel
donde los cuatro están presentados como animales o ángeles de “cuatro rostros y
cuatro alas. […] Cuatro ruedas «tan altas que eran horribles» seguían a los ángeles y
estaban llenos de ojos alrededor.” (LI, pág. 124) Las cuatro caras de las bestias fueron
las de un hombre, un león, un buey y de un águila. Borges menciona también estas
memorias de Ezequiel su cuento El Aleph: “Ezequiel [habla] de un ángel de cuatro
caras que a un tiempo se dirige al oriente y al occidente, al norte y al sur.” (A, pág.
235) El Zohar añade nombres a estos animales tales como “Haniel, Kafziel, Azriel y
Aniel, y que miran al oriente, al norte, al sur y al occidente.” (LI, pág. 125) Dentro de
87
la Cábala se denomina jayyot137 a estos cuatro ángeles y se visualizan durante la
meditación. Estos jayyot, o seres vivientes, poseen cuatro caras y cuatro alas y
cumplen la función de letras y números imprescindibles para la permutación y
representan los estados de meditación del alma humana, sus niveles.138 Dentro de la
Cábala sus nombres difieren, son Aglav, Babak, Kabab y Azbya.139 A pesar de esta
diferencia no hay dudas de que se trata de los mismos seres mencionados por Borges y
Guerrero.
El Behemoth, tal como lo describe el libro de Job (Job XI, 15-24) es un
elefante o un hipopótamo. Dicen los autores de El libro de los seres imaginarios que
según Fray Luis de León “Behemoth es palabra hebrea, que es como decir bestias.”
(LI, pág. 50) Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero añaden su observación a esta
definición de Fray Luis de León: “A título de curiosidad recordemos que también es
plural el nombre de Dios, Elohim, en el primer versículo de la Ley, aunque el verbo
que rige está en singular. («En el principio hizo los Dioses el cielo y la tierra») y que
esta formación ha sido llamada plural de majestad o de plenitud.” (LI, págs. 50-51)
El Simurg es un pájaro conocido de las leyendas de Irán y de China, y aunque
no tiene un origen cabalístico, encontró su punto fijo en la obra de Borges, quien con
frecuencia acudió a la leyenda de la busca de Simurg por los demás pájaros. El final de
la leyenda sobre los pájaros que buscaban a Simurg presenta rasgos en común con la
doctrina cabalística de que todos los seres humanos regresarán a Dios, al En-Sof, y de
que todos llevan en sí mismo la partícula divina. (SN, pág. 51)
El libro de los seres imaginarios también debería formar parte de los análisis
acerca de la relación entre la obra de Jorge Luis Borges y la Cábala. Aunque este libro
es en primer lugar un bestiario moderno la influencia de la Cábala a sus autores es
palpable y por eso digna de mención.
137 BESSERMAN. Perle. op. cit., pág. 95. 138 Íbid. 139 Íbid.
88
IV. Conclusión
Para concluir el tema de la relación que estableció Jorge Luis Borges con la
Cábala primeramente me gustaría situar a este escritor argentino en el contexto de los
escritores latinoamericanos del siglo XX. Gracias a la inclinación hacia los mitos y los
elementos sobrenaturales Borges ha pasado a formar parte de los representantes del
realismo mágico, de los cuales destacan por ejemplo Alejo Carpentier, Carlos Fuentes,
Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Juan Rulfo. Por otro lado, debido al
gran nivel intelectual de su obra, Borges también fue comparado con su paisano
Ernesto Sábato.
Por consiguiente, categorizar la obra de Jorge Luis Borges que abarcó
aproximadamente más de medio siglo, sería una tarea llena de contradicciones que
siempre conduciría a la misma conclusión de que Borges fue un fenómeno especial no
exclusivamente dentro del continente latinoamericano, sino del mundo literario entero.
Esta afirmación no quiere decir que su estilo singular haya surgido de un vacío sin
precedentes sino todo lo contrario – la obra de Jorge Luis Borges siguió la cadena de
una tradición literaria muy remota. Borges como hombre instruido incorporó en su
obra una cantidad considerable de mensajes de las cosmogonías antiguas, de las
mitologías griegas, inglesas y nórdicas, formulaciones de filósofos, escritores y
científicos desde la antigüedad hasta la época actual, y no se apartó en sus temas de las
reflexiones sobre la esencia del universo y el objetivo de nuestra existencia ilustradas
en diferentes doctrinas religiosas, incluyendo también a la Cábala.
En cuanto al estilo de Borges, en su obra se borran los límites entre el estilo
ensayístico y prosístico, una muestra de su mente erudita que con facilidad entretejía
difíciles consideraciones filosóficas en sus cuentos y de cuya presencia un lector poco
atento a veces ni se daría cuenta. Lo mismo sucede con la enseñanza cabalística
presente en su obra - los no introducidos al tema no llegarían a descubrir su presencia.
Precisamente el objetivo de mi trabajo ha sido demonstrar que las doctrinas
cabalísticas están reflejadas en la obra de Borges y analizar de qué manera.
El mundo y la vida encierran en sí muchos enigmas y misterios – en un mundo
como éste todo es posible, hasta lo más difícil de creer. Para los objetivos de mi
trabajo ha sido importante buscar cómo Borges basó las ideas de su obra en la creencia
89
cabalística para formular sus hipótesis que expliquen algunas de las cuestiones
planteadas acerca de la esencia del Universo.
La creencia cabalística está indisolublemente ligada a las Sagradas Escrituras y
sus doctrinas provienen de ellas o de los métodos de su estudio. La Cábala es una
religión antigua y Borges al integrarla en su obra mostró por un lado su respeto por lo
tradicional, y por otro que es importante regresar a las raíces, investigar las opiniones
más antiguas de los hombres acerca de la Creación y su sentido para poder formular
sus propias conclusiones y posturas. De este modo, Borges cumplió con la tradición
hermética que influjo en gran parte en la tradición mística occidental.
Borges en su obra reconoció la autoría del Espíritu Santo, es decir, de Dios, de
las Sagradas Escrituras e incluso polemizó con la idea de que la creación humana
entera proviene de más allá, que viene dada por Dios. Borges estaba de acuerdo con la
idea de la infabilidad de las Escrituras y también con la de que cada obra literaria
posee más de un sentido literal. La literatura fue para Borges toda su vida y creo que
este hecho facilitó su asimilación de esta parte del credo cabalístico. Para sus cuentos
Borges recurrió a menudo a las obras de autores apócrifos para cumplir con la
tradición. Además porque en el plazo de la infinidad todo es posible y de alguna
manera justifica la existencia de estos libros. La novela apócrifa que más sensación
provocó entre los lectores fue El acercamiento a Almotásim, que fue inútilmente
buscada por los lectores que creían en su existencia.
Hemos visto que el Espíritu Santo ayuda a veces a los hombres dotándolos de
conocimiento, de habilidades y les instruye mientras duermen. Ésta es básicamente su
misión. Borges recogió este tema por ejemplo en el cuento analizado El sueño de
Coleridge. Por consiguiente, he presentado la visión de los cabalistas de Dios y he
buscado su acogida en los cuentos borgeanos. En resumen, el Dios borgeano es
infinitamente sabio, es el conocedor de todos los hechos de todas las épocas y tiene la
forma de una circunstancia con puntos en todas partes y circunferencia en ninguna.
Borges también se refirió a Dios como a la Nada primordial, precisamente de la misma
manera que los cabalistas, porque la nada no puede ser delimitada o restringida y para
Dios no existen restricciones algunas. El atributo último de Dios es la incapacidad de
los hombres de comprenderle. Borges planteó el término de la inteligencia infinita y el
tema de la incomprensión de Dios en su cuento El espejo de los enigmas y la forma
esférica de Dios en el cuento Pascal.
90
El tema relacionado con la visión de Dios es el tema de las sefirot, que forman
el Árbol sefirótico y representan la forma visible de Dios. Para elaborar sus cuentos,
Borges se inspiró en las relaciones que mantienen las sefirot entre sí y de su influencia
recíproca. Los acontecimientos no ocurren en el mundo por separado sino al revés,
todos los hechos ejercen influencia sobre los hechos presentes y futuros pero también
sobre los hechos pasados. Tal y como el influjo entre las sefirot circula por todas las
direcciones. El orden inverso en los acontecimientos históricos es más notable en el
cuento Kafka y sus precursores, que demuestra que la interrelación entre los hechos en
ambas direcciones no puede impedir el abismo de siglos que los separa y que ni un
solo hecho quedará sin consecuencias
Al principio de la Creación Dios se contrajo para liberar el espacio del mundo.
Este fenómeno del tzimtzum y un Dios concentrado en un espacio minucioso, que sin
embargo no tiene influencia en sus habilidades, lo recuperó de un modo más obvio en
el cuento El Aleph.
Para seguir con el tema del mal presente en el mundo recuerdo que Borges se
refirió en varias ocasiones a Dios como un Dios imperfecto, e incluso el último y
menos poderoso de la cadena de los Dioses. Esta idea estaba basada en su destrucción
de los mundos previos al nuestro. Esta polémica está presente en los cuentos El idioma
analítico de John Wilkins y El tintorero enmascarado Hákim de Merv.
La Cábala defiende la idea de que Dios escondió en alguna parte del mundo
una fórmula mágica que elevaría al que la pronunciase al nivel de Dios. Tendría los
mismos efectos el descubrimiento del Nombre Absoluto de Dios. Esta idea fue acogida
por Borges con facilidad debido al carácter sobrenatural y fantástico de la existencia
de tales palabras poderosas. Para un escritor el poder es la palabra y para la Cábala
también – desde este punto de vista el empleo de las doctrinas cabalísticas en la obra
de Borges resulta natural. He ilustrado la presencia de la acogida de estas doctrinas
cabalísticas en los cuentos La escritura de Dios, La rosa de Paracelso y algunos más.
Las palabras como elementos que dieron origen a la Creación atraían a Borges,
de la misma manera que los números que las acompañaban. Dentro de la Cábala cada
letra posee un valor numérico y designa algo. Para ilustrar la simbología de los
números en la obra borgeana he escogido el número 9 que significa inteligencia,
iniciación, moral y a la vez designa a Dios. He analizado desde el punto de vista de
este número, entre otros, los cuentos Muerte y la brújula, Los Teólogos, Inmortal y La
casa de Asterión.
91
El tema de la naturaleza de las Sagradas Escrituras y el estudio que le prestan
los cabalistas penetró en toda la obra de Borges. La Escritura es para los cabalistas un
texto absoluto, es decir, un texto que abarca todos los acontecimientos de todas las
épocas y que posee un valor oculto e imposible de captar para los hombres. Este
atributo se debe a su autoría divina. Para descifrar su significado verdadero los
cabalistas habían planteado sistemas matemáticos, denominados por Borges en su
cuento Del culto de los libros como un nuevo culto de la escritura. Este nuevo culto
invadió la obra de Borges y convirtió la historia particular en una historia universal en
la cual la noción del tiempo está en segundo lugar gracias a que todos los hechos están
ya preescritos. Otro cuento que se dedica a las técnicas investigadoras de los cabalistas
es El espejo de los enigmas. A la existencia del Libro Absoluto está estrechamente
ligada la inexistencia del azar, que Borges probó por ejemplo en su cuento La lotería
en Babilonia.
Entre los restantes temas de la Cábala que planteó Borges en su obra se
encuentran la reencarnación e instrucción de almas, el carácter binario de la existencia
y la creación del hombre. Los cabalistas creen que las almas de los maestros difuntos
pueden instruir a los vivos y reflejarse de este modo en ellas. Este término denominado
gilgul es el leitmotif de los cuentos El acercamiento a Almotásim, El sueño de
Coleridge y El enigma de Edward Fitzgerald. Dios, al escoger la letra bet como la
primera de la creación, estableció el carácter binario de la existencia y de los dos
mundos – el de arriba y el de abajo. Partiendo de estas premisas Borges llegó a
formular una idea poco común y muy original acerca de que Judas descubrió a Jesús y
él es el redentor verdadero por revelar su esencia divina. Yo considero este cuento
Tres versiones de Judas el más representativo del carácter binario del mundo de todos
los mencionados. Por último, menciono uno de los primeros temas de la Torá, es decir,
la creación del hombre. Los cabalistas sustentan la opinión de que los místicos son
capaces de construir a un hombre. Esta criatura se denomina golem y es menos
perfecta que su creador y necesita ser instruida. Precisamente el mismo tema lo trató
Borges en su cuento Las ruinas circulares, que también sirve de alusión a la cadena de
Dioses cada vez menos perfectos que el anterior.
Una vez concluida mi investigación, puedo resumir que Borges se convirtió en
un escritor atemporal debido a los temas eternos que trató no solo en sus cuentos sino
también en sus ensayos, conferencias y en su poética. Puedo afirmar que la
intercalación de filosofías y conceptos religiosos complejos no presenta un obstáculo
92
para que un lector menos instruido lea su obra y estimule su imaginación. Tampoco su
obra se dedica exclusivamente a un lector latinoamericano sino al lector universal, a
todo ser humano consciente de lo maravilloso y misterioso que es el mundo. Al otro
lado no sería justo despojar a la obra borgeana de cierta carga intelectual que se exige
también por parte del lector.
He mencionado que Jorge Luis Borges era un fenómeno especial y único
dentro del mundo literario y lo reitero. La forma de pensar y escribir que presentó al
mundo es extraordinaria, inquietante y atemporal, pero a la vez sugerente e
infinitivamente maravillosa. Gracias a la suma de estos atributos Jorge Luis Borges
empezó a tener admiradores también en los países de la antigua Checoslovaquia.
93
V. Diccionario de términos cabalísticos
Adán Kadmón – o el Hombre Celestial fue el primer ser creado; es el hombre
arquetípico y perfecto.
Alef – la primera letra del alfabeto hebreo; una de las letras madres que servían de base
para toda la creación.
Árbol sefirótico – es la representación gráfica de la posición y relaciones de las diez
sefirot.
Baal Shem Tov – rabino cabalista considerado fundador del Jasidismo; vivió entre los
años 1689 y 1760.
Bereschit – «En el principio»; primera palabra del Génesis.
Bet – la segunda letra del alfabeto hebreo sino primera de la Creación; representa el
carácter binario del mundo.
Binah - «Inteligencia»; una de las tres principales sefirot.
Brajaá – «bendición».
Da´at - «Conocimiento»; la sefirah oculta.
Devekut – «adherirse a Dios»; fin supremo de los cabalistas.
Dov Baer de Mezerich – importante comentador del Talmud, maggid en Turtzin,
Dubno, Koretz y Rovna y sucesor inmediato de Baal Shem Tov; nació en 1704.
En-Soph – «In-Finito»; el nombre y uno de los caracteres del Dios cabalístico.
Gematria – método de investigación aplicado al estudio de las Sagradas Escrituras;
atribuye valor numérico a las letras de las palabras.
Gehinnom (Gehenna) – «el infierno».
Gilgul (Ibbûr) – «viaje de las almas»; sistema de reencarnación de Isaac Luria.
Gnósticos – conjunto de corrientes filosófico-religiosas declarado herético en el siglo
II d.C.
Golem – un ser animado fabricado a partir de materia inanimada; una sustancia
incompleta y poco inteligente.
Hasidim (los piadosos) – movimiento dentro del judaísmo fundado por Baal Shem
Tov en el siglo XVIII; destacan el sentimiento y la emoción de la fe ante el estudio.
94
Hod - «Majestad»; una de las sefirot.
Jesed - «Misericordia»; una de las sefirot.
Jokmah - «Sabiduría»; una de las tres principales sefirot.
Keter - «Corona»; una de las tres principales sefirot.
Maggid – «predicador»; hombre capaz de penetrar en los círculos de los místicos
difuntos y aprender de ellos.
Malkut «Reino»; última sefirah conectada con el mundo del mal.
Mem - una de las letras madres que servían de base para toda la creación; dio origen a
las aguas.
Metatron – ángel presente en el judaísmo y también cristianismo; encargado de lucha
contra las fuerzas del mal.
Midrash – colección de los discursos y comentarios bíblicos compuestos por los
Sabios judíos durante los dos primeros siglos de nuestra era.
Mishná – cuerpo exegético de leyes judías de la tradición oral; fue codificada en el
siglo II a.C.
Moisés de León – realizador alrededor de veinticuatro escritos sobre la Cábala y
traductor de Sefer ha-Zohar cuya autoría le atribuyen algunos investigadores; vivió
aproximadamente entre los años 1240 – 1300.
Netzaj - «Esplendor»; una de las sefirot.
Notarikon - método de investigación aplicado al estudio de las Sagradas Escrituras;
opera con las letras iniciales y finales.
Rabbí Akiva – uno de los primeros rabinos de transmisión oral y gran contribuyente a
la Mishná y al Midrash; vivió a finales del siglo I y a principios del siglo II.
Ruach - «espíritu divino».
Ru´Aj Ha-Kodesh - «Espíritu Santo»
Sefer ha-Bahir - «Libro de la Claridad»; libro de la literatura cabalística publicado en
1176 en Provenza.
Sefer ha-Zohar - «Libro del Esplendor»; colección de libros de varios temas atribuido
a Simeón Bar Joyai traducido en el siglo XIV por Moisés de León a menudo
reconocido como su autor.
Sefer Yetsirah - «Libro de Formación»; tiene su origen aproximadamente en el período
de la Mishná en el siglo II a.C.
95
Sefirot (Sefirah en singular) – las diez emanaciones de Dios a través de los cuales
formó el mundo; son presentes en todas las cosas, tienen su lugar en el acto meditativo
y producen desecho maléfico que infecta el mundo del mal.
Shejiná – la potencia femenina; es la parte femenina de Dios identificada con su Hija
que fue desterrada a errar por el mundo físico lleno de bajezas; al fin de los tiempos
será devuelta a Dios.
Shin - una de las letras madres que servían de base para toda la creación; dio origen al
fuego.
Isaac ben Solomon Luria – rabino, místico y fundador de la Cábala luriánica y el
máximo representante de la Escuela de Sabed; vivió entre los años 1510-1572/3.
Talmud – obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones,
costumbres, historias y leyendas; el judaísmo considera a Talmud la tradición oral y el
Pentateuco lo considera como una tradición escrita.
Temurah - método de investigación aplicado al estudio de las Sagradas Escrituras;
aplica el notarikon y la gematria para combinar y permutar letras.
Tiferet - «Belleza»; una de las sefirot.
Torá (La Ley) - conjunto formado por los cinco primeros libros de la Biblia atribuidos
a Moisés; para los cristianos se llama Pentateuco.
Tzimtzum - «contracción»; el acto de Dios de contraerse para liberar el espacio
mundial.
Yesod «Fundamento»; una de las sefirot.
96
VI. Siglas utilizadas en el texto
A El Aleph
AP Antología poética
F Ficciones
HE Historia de la eternidad
HI Historia universal de la infamia
IB El Informe de Brodie
LA Libro de arena
LS Libro de sueños
LI Libro de seres imaginarios
N Narraciones
NS Nesmrtelnost
OI Otras inquisiciones
SN Siete Noches
97
VII. Bibliografía
Literatura primaria:
BORGES, Jorge Luis. Antología poética 1923-1977. 7a edición. Madrid: Alianza
Editorial, S.A., 2002. 153 págs.
BORGES, Jorge Luis. El Aleph. Barcelona: Ediciones Destino, S.A, 2006. 251 págs.
BORGES, Jorge Luis. El libro de arena. 8a edición .Madrid: Alianza Editorial, S.A.,
2003. 143 págs.
BORGES, Jogre Luis, GUERRERO, Margarita. El libro de los seres imaginarios. 4a
edición. Madrid: Alianza Editorial, S.A., 2003. 241 págs.
BORGES, Jorge Luis. Ficciones. 23a edición. Madrid: Alianza Editorial, S.A., 1995.
206 págs.
BORGES, Jorge Luis. Historia de la eternidad. 9 a edición. Madrid: Alianza Editorial,
S.A., 2005. 179 págs.
BORGES, Jorge Luis. Historia universal de la infamia. 7a edición. Madrid: Alianza
Editorial, S.A., 2004. 136 págs.
BORGES, Jorge Luis. Libro de sueños. 3a edición. Madrid: Alianza Editorial, S.A.,
2002. 252 págs.
BORGES, Jorge Luis. Narraciones. Madrid: Ediciones Cátedra, S.A., 1990. 255 págs.
BORGES, Jorge Luis. Nesmrtelnost. Praha: Nakladatelství Hynek, s.r.o., 1999. 501
págs.
BORGES, Jorge Luis. Otras inquisiciones. 6a edición. Madrid: Alianza Editorial, S.A.,
2003. 296 págs.
Literatura secundaria:
En español
AIZENBERG, Edna. El tejedor del Aleph y otros ensayos. Madrid: Iberoamericana,
1997. 169 págs.
98
ALAZRAKI, Jaime. Jorge Luis Bogres. Madrid: Taurus Ediciones, S.A., 1976. 364
págs.
ARANA, Juan. Eternidad de lo efímero. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, S.L.,
2000. 155 págs.
ARANA, Juan. El centro del laberinto. Los motivos filosóficos en la obra de Borges.
Navarra: Gráf. Lizarra, S.L. Ctra. De Tafalla, Km. 1.Estella, 1994. 183 págs.
BARRENECHEA, Ana María. Expresión de la irrealidad en la obra de Jorge Luis
Borges. 1a edición. México: Fondo de Cultura Económica Av. De la Universidad,
1957. 185 págs.
BESSERMAN, Perle. Cábala y misticismo judío. Introducción a la filosofía y la
práctica de las tradiciones místicas del judaísmo. Barcelona: Ediciones Omiro, S.A.,
1998. 153 págs.
FRIEDMAN, Mary Lusky. Una morfología de los cuentos de Borges. Madrid:
Editorial Fundamentos. 248 págs.
JURADO, Alicia. Genio y figura de Jorge Luis Borges. 3a edición. Buenos Aires:
Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1996. 228 págs.
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1a edición. Barcelona: Ediciones Indigo, 1987. 277 págs.
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