don quijote de la mancha - librami
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Don Quijote de la Mancha
Las aventuras del ingenioso hidalgo
Los libros de caballería (+ 10 años)
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Los libros de caballerías
Al cabo de un rato el labrador vecino suyo, que lo
había rescatado y conducía a su pueblo, le volvió a preguntar
cómo estaba y qué sentía. Don Quijote, olvidándose de
Valdovinos se acordó del moro Abindarráez, cuando el
alcaide de Antequera, Rodrigo de Narváez, lo capturó y llevó
prisionero a su alcaidía. El hidalgo le respondió con las mismas
palabras y razones del cautivo personaje de La Diana, novela
de Jorge de Montemayor que había leído.
- Sepa vuestra merced, señor don Rodrigo de Narváez, que
esta hermosa Jarifa que he dicho es ahora la linda Dulcinea
del Toboso, por quien yo he hecho, hago y haré los más
famosos hechos de caballerías que se han visto, vean y verán
en el mundo.
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A esto respondió el labrador:
- Mire vuestra merced, que yo no soy don Rodrigo de Narváez,
sino Pedro Alonso, su vecino; ni vuestra merced es Valdovinos,
ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor Quijana.
- Yo sé quién soy -respondió
don Quijote-; y sé que puedo
ser no sólo los que he dicho,
sino todos los Doce Pares de
Francia, y aún todos los Nueve
de la Fama, pues a todas las
hazañas que todos ellos
hicieron, se aventajarán las
mías.
4 Lámina de la edición del 1842 de
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
En estas pláticas y en otras semejantes arribaron al pueblo al
anochecer. El labrador aguardó a que fuera más de noche,
porque no vieran al molido hidalgo. Llegada la hora entró en el
pueblo y en la casa de don Quijote, la cual halló toda
alborotada; en ella estaban el cura y el barbero del lugar,
grandes amigos de don Quijote, a los que su ama estaba
diciéndo a voces:
- ¿Qué le parece a vuestra merced, señor licenciado Pero
Pérez -que así se llamaba el cura- de la desgracia de mi señor?
Tres días han pasado que no aparecen ni él, ni el rocín, ni la
lanza, ni las armas. ¡Malditos libros de caballerías que él tiene y
suele leer tan de ordinario, le han vuelto el juicio!
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La sobrina decía lo mismo, y aún más:
- Sepa, señor maese Nicolás -que éste era el nombre del
barbero-, que muchas veces mi señor tío pasaba dos días con
sus noches leyendo estos desalmados libros de desventuras, al
cabo de los cuales, arrojaba el libro de las manos, ponía mano
a la espada y andaba a cuchilladas con las paredes; decía
que había matado a cuatro gigantes como cuatro torres, que
el sudor del cansancio era sangre de las heridas que había
recibido en la batalla, y que el agua que bebía era una
preciosísima bebida que le había traído el sabio Esquife, un
gran encantador y amigo suyo. Mas yo tengo la culpa de todo,
que no les avisé de los disparates de mi señor tío, para que lo
remediaran antes de llegar a lo que ha llegado, y quemaran
todos estos libros, que bien merecen ser abrasados como si
fueran de herejes.
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- Esto digo yo también -dijo el cura-, y que no se pase el día de
mañana sin que sean condenados al fuego, para no dar
ocasión de hacer el mal que han hecho a mi buen amigo, a
quien los leyera.
Todo esto estaba oyendo el labrador con lo que acabó de
entender la enfermedad de su vecino; y así, comenzó a decir a
voces:
- Abran vuestras mercedes al señor Valdovinos y al señor
marqués de Mantua, que viene malherido, y al señor moro
Abindarráez, que trae cautivo el valeroso Rodrigo de Narváez,
alcaide de Antequera.
A estas voces salieron todos, y reconociendo a Alonso Quijano,
que aún no se había apeado del jumento, porque no podía,
corrieron a abrazarlo.
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Lo llevaron a la cama y contándole las heridas no le hallaron
ninguna. Él dijo que todo era molimiento, por haberse caído
con Rocinante, su caballo, combatiéndo contra diez jayanes,
los más desaforados y atrevidos que se pudieran encontrar en
gran parte de la tierra.
Le hicieron mil preguntas a don Quijote, y a ninguna quiso
responder. Solo pedía que le dieran de comer y lo dejaran
dormir, que era lo que más le importaba. Así se hizo, y el cura se
informó con el labrador del modo en el que había hallado a
don Quijote. Él se lo contó todo, incluso los disparates que
había dicho desde que lo había encontrado hasta la llegada
al pueblo. Y esto hizo poner más deseo en el licenciado de
hacer lo que otro día hizo, que fue llamar a su amigo el
barbero maese Nicolás, y juntos fueron a casa de don Quijote.
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Mientras el hidaldo aún dormía, el cura y el barbero, llegaron a
su casa. Pidieron a la sobrina las llaves del aposento donde
estaban los libros, autores del daño, y ella se las dio de muy
buena gana. Entraron todos, y la ama con ellos, y hallaron más
de cien cuerpos de libros grandes, muy bien encuadernados, y
otros pequeños.
Lámina de la edición del 1842 de
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
El licenciado mandó al barbero que le
fuera dando uno a uno aquellos libros,
para ver de qué trataban, pues podía
hallarse algunos que no merecieran el
castigo del fuego.
- No -dijo la sobrina-, no hay para qué
perdonar a ninguno, porque todos han
sido los dañadores; mejor será arrojarlos
por las ventanas y hacer de ellos una
hoguera.
El cura no lo hizo sin antes leer los títulos. Y el primero que
maese Nicolás le dio en las manos fue Los cuatro de Amadís de
Gaula, y dijo:
- Parece cosa de misterio; porque, según
he oído decir, este libro fue el primero de
caballerías que se imprimió en España, y
todos los demás han tomado principio y
origen de este; así, me parece que le
debemos, sin escusa alguna, condenar al
fuego.
- No, señor -dijo el barbero-, que también
he oído decir que es el mejor de todos los
libros de este género y así, como a único
en su arte, se debe perdonar.
- Es verdad -dijo el cura-, y por esa razón
se le otorga la vida por ahora. 10
Las Sergas de Esplandián, Amadís de Grecia y otro del mismo
linaje de Amadís, Don Olivante de Laura, Florimorte de Hircania,
El Caballero Platir, El Caballero de la Cruz, fueron sin réplica a la
hoguera.
Tomando el barbero otro libro, dijo:
- Este es Espejo de caballerías.
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- Lo conozco -dijo el cura-. Ahí anda el
señor Reinaldos de Montalbán con sus
amigos y compañeros y los Doce Pares de
Francia. En verdad estoy por condenarlos
solo a destierro perpetuo, porque
contienen parte de la invención del
famoso Mateo Boyardo, de donde
también tejió su tela el poeta Ludovico
Ariosto. Si hallo aquí a Orlando en otra
lengua que no sea la suya, no le guardaré
respeto alguno; pero si habla en su
idioma, lo pondré sobre mi cabeza.
- Pues yo lo tengo en italiano -dijo el barbero-, mas no lo
entiendo.
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- Ni aún fuera bien que usted lo
entendiera -respondió el cura-, ni que
perdonáramos al señor capitán que lo ha
traído a España y hecho castellano; que
le quitó mucho de su natural valor, y lo
mismo harán todos aquellos que los libros
de verso quisieran volver en otra lengua.
En efeto, este libro y todos los que se
hallaran sobre estas cosas de Francia, se
conserven hasta que con más acuerdo
se vea lo que se ha de hacer con ellos;
exceptuando a un Bernardo del Carpio y
a otro llamado Roncesvalles, que han de
estar en el fuego, sin remisión alguna.
Todo lo confirmó el barbero, y lo tuvo por bien y por cosa muy
acertada.
Y, sin querer cansarse más en leer libros de caballerías, mandó
al ama que tomara todos los grandes y los llevara al corral. Por
tomar muchos juntos, cayó uno a los pies del barbero, a quien
le dieron ganas de ver de quién era, y vio que decía: Historia
del famoso caballero Tirante el Blanco.
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- ¡Válgame Dios! -dijo el cura a gran voz-.
¡Que aquí esté Tirante el Blanco!
Dádmelo acá, compadre; que hago
cuenta que he hallado en él un tesoro de
contento y una mina de pasatiempos.
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- Así será -respondió el barbero-; pero, ¿qué haremos de estos
pequeños libros que quedan?
- Éstos -dijo el cura- no deben de ser de caballerías, sino de
poesía. Éstos no merecen ser quemados, como los demás,
porque no hacen ni harán el daño que los de caballerías han
hecho; que son libros de entendimiento, sin perjuicio de tercero.
- ¡Ay señor! -dijo la sobrina-, bien los puede vuestra merced
mandar a quemar, como a los demás, porque no sería mucho
que, habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad
caballeresca, leyendo éstos, se le antojara hacerse pastor y
andarse por los bosques y prados cantando y tañendo; y, lo
que sería peor, hacerse poeta; que, según dicen, es
enfermedad incurable y pegadiza.
- Verdad dice esta doncella -dijo el cura-, y será bien quitarle a
nuestro amigo este tropiezo y ocasión delante.
- Este libro es -dijo el barbero, abriendo otro- Los diez libros de
Fortuna de Amor, compuestos por Antonio de Lofraso, poeta
sardo.
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- Por las órdenes que recibí -
dijo el cura-, que, desde que
Apolo fue Apolo, las musas
musas y los poetas poetas, no
se ha compuesto tan gracioso
ni tan disparatado libro; es el
mejor y único en este género.
Dádmelo, compadre, que
aprecio más haberlo hallado
que si me dieran una sotana
de raja de Florencia.
- La Galatea, de Miguel de Cervantes -dijo el barbero.
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- Hace muchos años que es
grande amigo mío ese
Cervantes, y sé que es más
versado en desdichas que en
versos. Su libro tiene algo de
buena invención; propone
algo, y no concluye nada: es
menester esperar la segunda
parte que promete; y, entre
tanto tengalo recluso en
vuestra posada, señor
compadre.
Estando en esto, comenzó a dar voces don Quijote, diciendo:
- Aquí, aquí, valerosos caballeros; aquí es menester mostrar la
fuerza de vuestros valerosos brazos, que los cortesanos llevan lo
mejor del torneo.
Por acudir a este ruido y estruendo, no continuó el escrutinio de
los demás libros que quedaban y así se cree que fueron todos al
fuego, sin ser vistos ni oídos. Y quizá, si el cura los hubiera visto,
no hubieran pasado por tan rigurosa sentencia.
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“SEPA VUESTRA MERCED, SEÑOR DON RODRIGO DE
NARVÁEZ, QUE ESTA HERMOSA JARIFA QUE HE DICHO ES
AHORA LA LINDA DULCINEA DEL TOBOSO, POR QUIEN YO
HE HECHO, HAGO Y HARÉ LOS MÁS FAMOSOS HECHOS DE
CABALLERÍAS QUE SE HAN VISTO, VEAN Y VERÁN EN EL
MUNDO.”
18 Lámina de la edición del 1842 de
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
IDENTIFICAR:
DON QUIJOTE
HÉROES DE CABALLERÍAS
LABRADOR (SU VECINO) PEDRO ALONSO
AYUDANTE / ANTAGONISTA
ROMANCE DE VALDOVINOS DON QUIJOTE SE VALDOVINO DULCINEA DEL TOBOSO SEVILLA LABRADOR SU TÍO, MARQUÉS DE MANTUA
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LA DIANA, JORGE DE MONTEMAYOR, DEL 1559 DON QUIJOTE SE ABINDARRÁEZ DULCINEA DEL TOBOSO JARIFA
LABRADOR RODRIGO DE NARVÁEZ ALCAIDE (ALCALDE) DE ANTEQUERA
CONVERTIRSE EN CABALLERO ANDANTE
PONERSE AL SERVICIO DE SU REPÚBLICA
AUMENTAR DE SU HONRA
RECORRER EL MUNDO EN BUSCA DE AVENTURAS
QUESADA / QUIJANA / QUIJADA =
SEÑOR HIDALGO HONRADO
ALONSO QUIJANO
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
(LINAJE Y PATRIA)
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“YO SÉ QUIÉN SOY -RESPONDIÓ DON QUIJOTE-; Y SÉ QUE
PUEDO SER NO SÓLO LOS QUE HE DICHO, SINO TODOS LOS
DOCE PARES DE FRANCIA, Y AÚN TODOS LOS NUEVE DE LA
FAMA, PUES A TODAS LAS HAZAÑAS QUE TODOS ELLOS
HICIERON, SE AVENTAJARÁN LAS MÍAS.”
PLÁTICAS SEMEJANTES
ARRIBAR / LLEGAR / ENTRAR PUEBLO
AGUARDAR MOLIDO HIDALGO
CASA ALBOROTADA
NUEVOS PERSONAJES:
EL CURA = VUESTRA MERCED, LICENCIADO PERO PÉREZ
EL AMA = QUE PASABA DE LOS CUARENTA (cap.1)
DESGRACIA ¡MALDITOS LIBROS DE CABALLERÍAS
QUE ÉL TIENE Y SUELE LEER TAN DE ORDINARIO, LE
HAN VUELTO EL JUICIO! 22
OTROS PERSONAJES
EL BARBERO DEL LUGAR = MAESE / MAESTRO NICOLÁS
LA SOBRINA = QUE NO LLEGABA A LOS VEINTE (CAP.1)
DESALMADOS LIBROS DE DESVENTURAS AVENTURAS
AL CABO DE LEER DÍAS CON SUS NOCHES (DON QUIJOTE):
ARROJAR LIBRO DE LAS MANOS
PONER MANO A LA ESPADA
ANDAR A CUCHILLADAS CON LAS PAREDES
DECIR MATAR CUATRO GIGANTES COMO TORRES
SUDOR DEL CANSANCIO SANGRE DE LAS HERIDAS
AGUA QUE BEBÍA PRECIOSÍSIMA BEBIDA DEL SABIO
ESQUIFE, GRAN ENCANTADOR Y AMIGO SUYO
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LA SOBRINA TENER CULPA / SENTIRSE CULPABLE
NO AVISAR DE LOS DISPARATES DEL TÍO PARA REMEDIAR ANTES
REMEDIAR REMEDIO
QUEMARAR = DAR FUEGO
ABRASAR COMO SI FUERAN DE HEREJES
ABRASAR (BRASAS) ABRAZAR (BRAZOS)
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CURA ACEPTAR = ESTO DIGO YO TAMBIÉN AL FUEGO
¿POR QUÉ? = “PARA NO DAR OCASIÓN DE HACER A QUIEN LOS
LEYERA EL MAL QUE A MI BUEN AMIGO HAN HECHO”
LABRADORACABAR DE ENTENDER (ENFERMEDAD DEL VECINO)
DECIR A VOCES = GRITAR
“ABRAN … AL SEÑOR VALDOVINOS Y AL SEÑOR MARQUÉS DE
MANTUA, QUE VIENE MALHERIDO, Y AL SEÑOR MORO
ABINDARRÁEZ, QUE TRAE CAUTIVO EL VALEROSO RODRIGO DE
NARVÁEZ, ALCAIDE (ALCALDE) DE ANTEQUERA”
SALIR TODOS
CONOCER (RECONOCER) ALONSO QUIJANO
APEARSE DEL JUMENTO NO PODER PODER
CORRER ABRAZARLE 25
LLEVAR A LA CAMA CONTARLE LAS HERIDAS
NO HALLAR NINGUNA
DECIR TODO MOLIMIENTO
POR HABER CAÍDO CON ROCINANTE
POR COMBATIR CONTRA DIEZ (10) JAYANES
GIGANTES DESAFORADOS - ATREVIDOS
HACER MIL (1000) PREGUNTAS
QUERER RESPONDER NINGUNA
PEDIR DAR DE COMER / DEJAR DORMIR
(EL CURA) INFORMARSECONTAR DISPARATES (EL LABRADOR)
PONER MÁS DESEO / DESEAR HACER (LO QUE OTRO DÍA HIZO)
LLAMAR AL BARBERO JUNTOS IR A CASA DE DON QUIJOTE... 26
MIENTRAS AÚN DORMIR LLEGAR A SU CASA
PEDIR LLAVES DEL APOSENTO / HABITACIÓN
DAR DE MUY BUENA GANA (*)
ENTRAR TODOS
LIBROS AUTORES DEL DAÑO / DAÑAR / DAÑADORES
MÁS DE CIEN (100) CUERPOS (LIBROS)
GRANDES / PEQUEÑOS / ENCUADERNADOS
Lámina de la edición del 1842 de
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
MANDAR DAR UNO A UNO
VER ¿DE QUÉ TRATABAN?
MERECER / NO MERECER CASTIGO
PERDONAR / NO PERDONAR NINGUNO
ARROJAR POR LAS VENTANAS (*)
HACER HOGUERA / FUEGO
(*) Palabras en común entre español y sardo
HACER / NO HACER SIN ANTES LEER LOS TÍTULOS
PRIMERO LOS CUATRO DE AMADÍS DE GAULA
PRIMER LIBRO DE CABALLERÍAS IMPRIMIÓ EN ESPAÑA
DESACUERDO / NO ACUERDO ENTRE
CURA: CONDENAR AL FUEGO
TOMAR PRINCIPIO / DAR ORIGEN
BARBERO: PERDONAR
ES EL MEJOR DE TODOS LOS LIBROS DE
ESTE GÉNERO / ÚNICO EN SU ARTE
DECIDIR OTORGAR LA GRACIA /
LA VIDA POR AHORA
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• LAS SERGAS DE ESPLANDIÁN, DE GARCI RODRÍGUEZ DE
MONTALVO, (1510)
• AMADÍS DE GRECIA, NOVENO DE LA SERIE INICIADA POR
EL AMADÍS DE GAULA SU AUTOR FUE FELICIANO DE SILVA (1554)
• OLIVANTE DE LAURA, ANTONIO DE TORQUEMADA (1564)
• FLORIMORTE DE HIRCANIA, DE MELCHOR ORTEGA (1533)
• EL CABALLERO PLATIR, DE FRANCISCO DE ENCISO ZÁRATE (1533)
• EL CABALLERO DE LA CRUZ ...
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SIN RÉPLICA A LA HOGUERA:
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CONOCER SEÑOR REINALDOS DE
MONTALBÁN Y LOS DOCE PARES DE
FRANCIA (AMIGOS / COMPAÑEROS)
CONDENAR A DESTIERRO PERPETUO
CONTENER PARTE DE LA INVENCIÓN
(INVENTAR) BOYARDO (TEJER) ARIOSTO
ORLANDO ENAMORADO / FURIOSO
HABLAR EN OTRA LENGUA (QUE NO SEA LA
SUYA) NO GUARDAR RESPETO
EN SU IDIOMA PONER SOBRE MI CABEZA
ESPEJO DE CABALLERÍAS
TENER EN ITALIANO NO ENTENDER
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“NI AÚN FUERA BIEN” PERDONAR
CAPITÁN TRAER A ESPAÑA
HACER A CASTELLANO
VOLVER EN OTRA LENGUA
(TRADUCIR)
QUITAR VALOR NATURAL
CONSERVAR LOS LIBROS SOBRE ESTAS COSAS DE FRANCIA
EXCPETUANDO AL FUEGO SIN REMISIÓN ALGUNA
BERNARDO DEL CARPIO
RONCESVALLES
CONFIRMAR = ACERTAR
NO QUERER CANSARSE CANSARSE
TOMAR TODOS LOS LIBROS GRANDES
LLEVAR AL CORRAL
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CAER A LOS PIES
DAR GANAS VER QUIÉN ERA
HISTORIA DEL FAMOSO CABALLERO TIRANTE EL BLANCO
¡VÁLGAME DIOS! DÁDMELO ACÁ
“UN TESORO DE CONTENTO Y UNA MINA DE PASATIEMPOS”
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ACEPTAR = ASÍ SERÁ
¿QUÉ HACER CON LOS QUE QUEDAN?
POESÍA NO MERECEN SER QUEMADOS / NO HACEN DAÑO
ENTENDIMIENTO
NO ACEPTAR = MANDAR A QUEMAR
SANAR DE LA ENFERMEDAD CABALLERESCA
HACERSE PASTOR ANDAR BOSQUES CANTANDO Y TAÑENDO
HACERSE POETA PEOR ENFERMEDAD INCURABLE Y PEGADIZA
QUITAR DELANTE TROPIEZO Y OCASIÓN
LOS DIEZ LIBROS DE FORTUNA DE AMOR
POETA SARDO ANTONIO DE LOFRASO
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“DESDE QUE APOLO FUE
APOLO, LAS MUSAS MUSAS Y
LOS POETAS POETAS, NO SE HA
COMPUESTO TAN GRACIOSO
NI TAN DISPARATADO LIBRO; ES
EL MEJOR Y ÚNICO EN ESTE
GÉNERO”
APRECIAR HALLAR
RAJA DE FLORENCIA
LA GALATEA, DE MIGUEL DE CERVANTES
“MÁS VERSADO EN DESDICHAS QUE EN VERSOS”
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CRITICA LITERARIA:
BUENA INVENCIÓN
PROPONER ALGO
NO CONCLUIR NADA
ESPERAR SEGUNDA PARTE
PROMETER
TENER (ENTRE TANTO) RECLUSO
ESTAR EN ESTO COMENZAR A DAR VOCES
DECIR DON QUIJOTE
“AQUÍ, AQUÍ, VALEROSOS CABALLEROS; AQUÍ ES MENESTER
MOSTRAR LA FUERZA DE VUESTROS VALEROSOS BRAZOS,
QUE LOS CORTESANOS LLEVAN LO MEJOR DEL TORNEO.”
ACUDIR RUIDO / ESTRUENDO
NO CONTINUAR ESCRUTINIO DE LOS DEMÁS LIBROS
IR AL FUEGO SIN SER VISTOS NI OÍDOS
NO PASAR POR TAN RIGUROSA SENTENCIA
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Bibliografia y sitografia
www.elejandria.com
https://weeblebooks.com/es/literatura-
clasica/don-quijote-de-la-mancha/
Aventuras de Don Quijote de la Mancha, Ramón
García Domínguez -
https://www.anayainfantilyjuvenil.com/
Il cavaliere inesistente, di Italo Calvino, del 1959
La grandiosa catástrofe del mito de la caballería,
ITALO CALVINO, EL PAÍS, 08 de octubre de 1985
SIR CADOGAN Y DON QUIJOTE: LA IMPRONTA
CERVANTINA EN HARRY POTTER, de Alejandro
Velázquez Elizalde
Revista Digital Universitaria – UNAM, 10/05/2005.
Vol. 6, Núm. 5 - ISSN:1067-6079
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• Las Sergas de Esplandián, de Garci Rodríguez de Montalvo, (1510)
• Amadís de Grecia, noveno de la serie iniciada por el Amadís de
Gaula Su autor fue Feliciano de Silva (1554)
• Olivante de Laura, Antonio de Torquemada (1564)
• Florimorte de Hircania, de Melchor Ortega (1533)
• El Caballero Platir, de Francisco de Enciso Zárate (1533)
• El Caballero de la Cruz (*)
• Cantar de Bernardo del Carpio, obra de la que han perdido huellas
• Cantar de Roncesvalles, pema castellano del sec. XIII
• Palmerín de Oliva , primero de la serie de los Palmerines, publicado
por primera vez en Salamanca en 1511,
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Algunos de los libros de caballerías mencionados:
• Los cuatro libros de Amadís de Gaula: el primero de caballerías que se imprimió en España, y todos los demás han tomado principio y origen déste (1508);
• Reinaldos de Montalbán, personaje de la literatura europea que aparece por primera vez en una canción de gesta francesa del ciclo carolingi, del siglo XII.
• Espejo de caballerías, una serie de tres libros o partes. El primer libro, apareció en 1525, es una traducción libre del poema italiano Orlando enamorado, de Mateo Boyardo. El segundo, publicado por primera en 1527, conjuga materiales provenientes de diversas obras épicas italianas, principalmente el Quarto libro de l'inamoramento de Orlando, de Niccoló degli Agostini; el tercero, del 1547, original en español
• El Palmerín de Inglaterra del portugués Francisco de Moraes (1500-1572)
• Hystoria del magnánimo, valiente e inuencible cauallero don Belianís de
Grecia, Jerónimo Fernández, 1545
• Tirante el Blanco (Tirant lo Blanc es su título original en valenciano) es
una novela caballeresca (1490)
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