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ARTE GÓTICO
I.-‐ Contexto histórico II.-‐ Características generales del arte gótico III.-‐ Arquitectura Gótica
III.A.-‐ Localización y periodos III.B.-‐ Simbolismo de la catedral gótica III.C.-‐ Características generales y elementos de la ar-‐quitectura.
IV.-‐ El Gótico en Europa. Las arquitecturas nacionales.
V.-‐ La Arquitectura gótica en España V.A.-‐ Arquitectura religiosa V.B.-‐ Arquitectura civil.
VI.-‐ La escultura gótica. Características. VII. La Pintura gótica. Características. Del Trecento ita-‐liano a la pintura flamenca del siglo XV.
VII.A.B.C.D.-‐ Estilos pintura gótica. VIII.-‐ El Bosco
I.-‐CONTEXTO HISTÓRICO En el siglo XII, feudalismo, religión y monarquía marcaron las pautas de una sociedad que, gracias al crecimiento de-‐mográfico y al perfeccionamiento de los métodos agrícolas y comerciales, inició un período de expansión con un claro objetivo unificador y universalista. Prueba de ello es, por ejemplo, el fenómeno de las cruzadas y las peregrinaciones.
Este proceso de crecimiento y de mejora culminó a lo largo del siglo XIII, con el inicio de la Baja Edad Media, momento en el que se inició una etapa de prosperidad económica y comercial que posibilitó el auge de los burgos y ciudades y la aparición de una nueva clase social, la burguesía, cuyo poder vino precedido del enriquecimiento mercantil. Este nuevo grupo social de influencia urbana facilitó que la cultura, hasta entonces controlada por los monasterios rurales, pasara a manos de las órdenes mendicantes de las ciudades. Estas órdenes (franciscanos y dominicos, prin-‐cipalmente) crearon escuelas y universidades que se convirtieron en grandes centros culturales y de enseñanza su-‐perior en Europa. La expansión económica de los siglos ante-‐riores se vio interrumpida repentinamente a mediados del siglo XIV por la llamada crisis de la Baja Edad Media. El hambre, las guerras y las epidemias (Peste Negra de 1348) fueron las causas del descalabro demográfico y eco-‐nómico de las ciudades europeas. Los cam-‐bios afectaron también la vivencia religiosa, y la vertiente espiritual e intangible de la reli-‐gión fue sustituida por una vivencia de la fe más sentimental y humana. Este cambio se reflejó de manera muy evidente en la crea-‐ción escultórica y pictórica y en el arte en general. Paralelamente, se inició una nueva corriente de pensamiento, un incipiente Humanismo, que dio lugar a una visión del mundo basada, ante todo, en la experiencia individual del ser humano y en la reflexión crítica, dos de los pilares fundamentales sobre los cuales se edificó la época renacentista. II. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ARTE GÓTICO
! El término "gótico" fue introducido a mediados del siglo XVI por los artistas renacentistas, especialmente por VASARI. Estos utilizaban peyorativamente dicha calificación para referirse a un tipo de arquitectura medieval que condenaban y atacaban por parecerles "bárbara" e inferior, puesto que consideraban, erróneamente, que se trataba de un arte inventado por las tribus godas, causantes de la destrucción y el olvido de la cultura clásica.Esta idea de superioridad del Renacimiento estuvo vigente durante siglos, y el arte medieval fue tra-‐tado despectivamente hasta la llegada, en el siglo XIX, del Romanticismo germánico que reivindicó la tradi-‐ción gótica como parte importante de la cultura nacional y europea. Fue entonces cuando se definió el "es-‐tilo gótico", que servía para referenciar a la arquitectura, y también al resto de las artes de la misma época.
! Aun así, el arte gótico, desarrollado fundamentalmente en el ámbito urbano, tuvo en la arquitectura su
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principal expresión artística. Entre los numerosos edificios que se crearon para cubrir las nuevas necesidades de las ciudades, las catedrales fueron, sin duda alguna, las construcciones más importantes. Éstas se convir-‐tieron en el motivo principal de orgullo para las ciudades que las tenían. El sentido ascensional de sus formas y la intensa luminosidad del interior pretendían crear el espacio ideal para acercarse a Dios. Esta proximidad entre la divinidad y los hombres también se acentuó en la escultura y la pintura, dos artes subordinadas a la arquitectura.
! A pesar de que en la escultura y la pintura se mantuvo la preeminencia de la temática religiosa, ésta es tra-‐
tada con trazos más suaves y con una definición de las figuras y de las escenas que, en general, son mucho más naturalistas y menos distantes que las del Románico. Además, debido a la aparición de la burguesía co-‐mo consumidor de arte, empieza a ser frecuente la temática profana.
III. ARQUITECTURA GÓTICA A/ LOCALIZACIÓN Y PERIODOS. El arte gótico se gestó en la Isla de Francia (París y sus alrededores), desde donde se extendió por la Europa occiden-‐tal, tanto continental como insular, y fue asimilado y adaptado en grados variables por cada país. Aunque en líneas generales el arte gótico quedó fijado entre mediados del siglo XII y las primeras décadas del siglo XIV, es preciso señalar que en Italia, a principios del siglo XV, el Gótico fue sustituido por el Renacimiento, mientras que en Inglaterra, en España y en Portugal la tradición gótica continuó a lo largo del siglo XV y durante los primeros años del siglo XVI. Generalmente, los historiadores dividen la evolución cronológica de la arquitectura gótica en tres grandes ciclos: a) Período inicial (segunda mitad del siglo XII y principios del siglo XIII), en el que, partiendo de los modelos románi-‐cos, se registra la evolución hacia la configuración de las nuevas formas góticas. Corresponde a esta etapa la arqui-‐tectura cisterciense, creada por la orden del Cister, caracterizada por la austeridad decorativa y el empleo de algunos elementos góticos sobre un armazón románico.
b) Período clásico o de plenitud (siglos XIII y XIV), considerado la etapa clásica y de expansión de las formas góticas. En esta fase los arcos se hacen más esbeltos, los nervios de las bóvedas se hacen más delgados, el empleo de los arbotantes se hace ya sistemático, y son característicos los vanos formados por un gran arco apuntado, que cobijan en su interior otros dos apuntados y rosetón intermedio. En el siglo XIV, los arcos se hacen más apuntados y las bó-‐vedas se enriquecen con nervios secundarios (terceletes). c) Período final o flamígero (siglo XV e inicios del XVI), en el que se pierde la armonía formal de la etapa anterior, que es sustituida por una exuberancia ornamental. Se enriquece el repertorio de arcos, hacen su aparición los arcos co-‐nopiales, carpaneles y escarzados. Las bóvedas se caracterizan por la adición de nervios decorativos, apareciendo las estrelladas; al mismo tiempo, las bóvedas se aplanan mucho; se multiplican también las claves decoradas con escu-‐dos o escenas, haciéndose finalmente colgantes.
B.-‐SIMBOLISMO DE LA CATEDRAL GÓTICA. El edificio principal del periodo es la catedral gótica urbana, manifestación del poder económico de la burguesía ur-‐bana en la Baja Edad Media. Ahora se enriquece la vieja interpretación de la catedral como cuerpo místico de Cristo y vino a significar la Jerusalén Celestial o segundo Paraíso, el Cielo con formas arquitectónicas, tal como la veían los poetas místicos de su tiempo. Esta interpretación rechaza la vieja hipótesis de que las catedrales tienden hacia el cielo, ya que ellas mismas son el cielo. La luz gótica también es diferente a la del románico, caracterizado por su sentido penumbroso. Los tratadistas de la
Inicial. Estilo “Cisterciense” Gótico Pleno Gótico Flamígero
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época ya hablan de la belleza que conlleva esta luminosidad y armonía del conjunto. San Buenaventura dice que la perfección depende de la luminosidad. También San Juan el Evangelista pone en boca de Jesús: "Yo soy la Luz del mundo". La catedral gótica posee una luz inmanente, como si estuviera hecha de piedras preciosas, dotadas de brillo propio. Su dinamismo, su altura, llegando a parecer un esqueleto recubierto de cartílago inmaterial, producirán en el espectador un desequilibrio emocional. C.-‐ CARACTERÍSTICAS GENERALES Y ELEMENTOS DE LA ARQUITECTURA. -‐Es una arquitectura esencialmente religiosa; ahora bien, si en el románico el edificio fundamental fue el monasterio o la iglesia rural, el edificio típico del gótico es la catedral urbana, de enormes dimensiones, apta para albergar en su interior una gran masa ciudadana. -‐La arquitectura civil (casas, palacios, lonjas (llotjes), puentes,..), en estrecha dependencia estilística de las formas constructivas de los edificios religiosos, cobrará un desarrollo cada vez más importante hacia finales de la Edad Me-‐dia. -‐ Es fundamental la elevación de los edificios, el hacer sentir un movimiento ascendente , que representa un "ansia de Dios", de llegar a Dios. -‐ Los principales elementos constructivos son los siguientes:
* el arco apuntado. Si bien es un elemento capital, no es exclusivo del gótico, pues los constructores románicos ya lo habían utilizado desde el siglo XII y también existe en otros estilos como por ejemplo el musulmán. Si el arco de medio punto indicaba serenidad y equilibrio, el apuntado indicará ahora esfuerzo y dinamismo. El arco apuntado está constituido por dos segmentos de círculo que se cortan. Su utilización supone ventajas técnicas y estéticas: gracias a su mayor verticalidad es de presiones laterales menores que el semicircular, al mismo tiempo, su mayor altura proporciona más esbeltez al edificio, lo que contribuye al deseado acercamiento a Dios.
El gótico utiliza el arco apuntado en la estructura de la bóveda, en los vanos (obertures), en las arcadas de separación de las naves, como elemento decorativo, etc. A lo largo del desarrollo del estilo, el arco apuntado adquirió diversos tipos, algunos tan pronunciados que se llamaron alancetados. tam-‐bién aparecieron otros nuevos como el conopial. el escarzado (escar-‐ser). el mixtilíneo (mixtilini), etc. * La bóveda de crucería (volta de creuria) o bóveda de ojivas (volta ogival). Constituida por dos arcos que se cruzan en diagonal (nervios o cruceros) y que reciben el peso de la bóveda y transmiten la carga a los ángulos, lo que hace posible abrir ventanas en los muros laterales. Estos arcos que se cruzan se pueden llamar también arcos ojivos y el punto donde se cruzan se refuerza con una clave (clau). Además de estos nervios, nos encontramos con cuatro arcos exteriores, los arcos formeros (formerets). paralelos al eje de la nave, y los arcos fajones (faixons) o torales, transversales al eje de la nave. Sobre todos los arcos descansa la plementería o casco abovedado. La bóveda de crucería deriva de la bóveda de aristas románica al re-‐forzarse ésta con nerviaciones. En un principio es posible que sólo se tuviera la intención de decorar la bóveda, pero el cambio vino cuando las bóvedas se apuntaron y los nervios se convirtieron en arcos ojiva-‐les y recibieron soportes para cargar su peso. Poco a poco se multi-‐plicaron los nervios de refuerzo dando lugar a variadas bóvedas: sex-‐partitas (sexpatides), de terceletes (tercelets), estrelladas... La bóveda sexpartita se forma cuando se agrega un nervio o ligadura que une las claves de dos arcos laterales de la bóveda. La bóveda de
terceletes traza nervios que convergen en un punto desde el que arranca otro nervio hasta la clave de la bóveda. La estrellada, además de los nervios de la de terceletes, presenta otros llamados combados que forman la ima-‐gen de un rombo. * Los soportes. Hemos de distinguir los soportes del interior del edificio, a los que va a parar el empuje vertical
Catedral de Burgos. S. XIII
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de la cubierta, y los del exterior, formados por un sistema de contrafuertes (contraforts) y arbotantes (arcbo-‐tants), que neutralizan el empuje lateral. En el interior, los soportes derivan de los del último momento del románico, es decir un núcleo central al que se adosan finas columnas que reciben el peso de los diferentes arcos de la bóveda. Estas columnas tienen sus co-‐rrespondientes basas y capiteles. El conjunto de basas se apoya sobre un plinto común. Con el tiempo desapa-‐recerá el capitel individual y se formará uno a modo de cinta decorada que da la vuelta al soporte. El tipo de capitel gótico más usual es el cubierto de hojas naturalistas.
En el exterior, los empujes laterales de la bóveda se contrarrestan con el empleo de contrafuertes o estribos, que ya ha-‐bían sido utilizados en el románico. Los contrafuertes alcanzan un gran desarro-‐llo por la altitud del edificio y se coronan con terminaciones puntiagudas, los pi-‐náculos (pinacles), una especie de pe-‐queños pilares terminados en forma apiramidada. Para buscar el máximo de eficacia en el sistema de contrarresto, se distancia el contrafuerte lo más posible, separándolo de la pared y recibiendo el empuje me-‐diante un arco de transmisión, un arco de descarga, denominado arbotante o botarel (arcbotants). La profusión de contrafuertes con sus pináculos contribuye a la decoración exterior del edificio, a dar ese carácter ascendente inspirador del gótico. * El muro deja de desempeñar un papel de soporte y solo sirve para cerrar el edificio, siendo en buena parte sustitui-‐do por enormes vidrieras (vitralls) que permiten unos interiores más luminosos y coloreados. De manera que el gótico se caracteriza por el predominio del vano sobre el macizo. * Las portadas góticas son abocinadas como las románicas pero de forma apuntada y en ellas se multiplica el nú-‐mero de arquivoltas (arquivoltes) y es-‐culturas en las jambas (el muntant), disponiéndose en el tímpano las figuras de forma radial. Los arcos ojivales suelen completarse con un triángulo de remate, enmarcado por molduras, llamado ga-‐blete (gablet) que se corona con un mo-‐tivo vegetal denominado florón (floró). En los laterales de la fachada aparecen torres, generalmente de planta cuadra-‐da, que alojan los campanarios, y que a veces se rematan con un chapitel (capi-‐tell) ( remate apuntado de la torre, ge-‐
neralmente cónico o piramidal y que a menudo se enriquece con caladas tracerías). Es de destacar también otra torre, el cimborrio (cimbori), situado sobre el crucero, que en el gótico adquiere gran belleza. * La ventana gótica adquiere una amplitud desconocida en el románico y se cierra con columnillas llamadas ba-‐quetones, unidas en su parte superior por arcos sobre los que descansa una tracería calada, a veces cerrada con
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vidrios de colores. La tracería es una decoración geométrica que se basa en la yuxtaposición de triángulos curvos y círculos ornamentales. Como ventanas podemos incluir el rosetón (rosetó). gran ventanal circular cubierto con tracería y vidrios de colores, que se coloca en las fachadas o ábsides para la iluminación interior. * En cuanto a la planta, se sigue la disposición románica de 3 o 5 naves, con crucero -‐a veces señalado sólo por una mayor anchura del tramo-‐ y cabecera con giróla, simple o doble, en la que se suelen abrir capillas poligona-‐les, que encontramos también en muchos casos en las naves laterales. La existencia de las capillas viene moti-‐vada por las necesidades del clero de tener lugares suficientes donde oficiar sus misas diarias, y también para albergar las abundantes donaciones de las familias ricas y nobles, que a cambio reciben el derecho de usar la citada capilla para sus servicios religiosos particulares.
IV.EL GÓTICO EN EUROPA. LAS ARQUITECTURAS NACIONALES
Francia
Es el foco original. Nace con la reforma del Cister por Bernardo de Claraval en 1119. Con él se adopta la bóveda oji-‐val. Con el Cister el Gótico se extiende por toda Francia y por todo el Occidente Europeo. A España entra por el Monasterio de Poblet.
Pero la primera catedral gótica es la de Sens en 1140 y poco después se restaura la cabecera de la girola de Saint Denis con bóvedas de crucería en 1144. El primer gótico se da pues en Normandía y la Isla de Francia, al Norte del país. De allí se extiende al resto de Europa.
Catedral Notre Dame Catedral de Reims Catedral Chartres Saint Chapelle
En 1163 se hace Notre Dame en París, con 5 naves y dos más de capillas laterales. Las bóvedas de la girola no son trapezoidales sino triangulares. Fachada con tres portadas y dos torres rematadas en plano. En 1174 se realiza la catedral de Laón, sin girola y con un ábside central plano. Sus pilares son circulares exentos. En 1197 se hace la catedral de Chartres la cual tiene ya el clasicismo de las catedrales del siglo XIII. Torres desiguales. Ya iniciado el siglo XIII, en 1210 se construye la catedral de Reims, sin girola y triforio corrido por todo lo que le da más luminosidad. Fachada de tipo normando con pórticos resaltados del plano general. Torres en plano.En 1220 se termina de construir la catedral de Amiens. Desaparece el triforio y las vidrieras se extienden por los la laterales. Tiene también una fachada normanda y jerarquizado en tres planos. En 1245 se realiza la Santa Châpelle donde la vidriera llega hasta el suelo y reemplaza totalmente al muro.
A finales del siglo XV se ponen de moda las formas ascendentes y vértices enhiestos, es el gótico flamígero, una barroquización del arte cuando la gente se aburre de las mismas formas y no se inventan otras nuevas. Entonces se intentan encubrir los fundamentos arquitectónicos con ornamentación.
La arquitectura flamenca
Lonja de Ypres Ayuntamiento de Brujas Catedral de Amberes
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El Gótico llega a los Países Bajos en el siglo XIII pero se desarrolla sobre todo en el XIV y en el XV. En el 1387 se cons-‐truye la catedral de Amberes, la de Bruselas y la de Gante. Pero donde sobresale la arquitectura en esta zona es en la civil. La Lonja de Ypres, el Ayuntamiento de Brujas y el de Lovaina. Son ciudades con gobierno autónomo donde el Ayuntamiento comunal es rico y poderoso. El Gótico Italiano Sigue rezumando cierto sabor renacentista. No se dejan influir por Centro -‐ Europa excepto en el Norte fronterizo. Hacen iglesias de derivación cisterciense, funcionales y severas, con techo de madera. En el siglo XV se embellecen y rejuvenecen estas iglesias con un toque renacentista. Los muros suelen ser de colores, suelen haber pinturas en la fachada, y los exteriores se suelen recubrir con mármoles en franjas horizontales.
Catedral de Florencia Catedral de Milán Signoria de Florencia
Santa Cruz de Florencia es de finales del siglo XII y tiene tres naves sin girola y techo de madera plano. Del siglo XIII es la catedral de Orbieto , sin torres y con las enjutas exteriores pintadas. Formas predominantemente clásicas y no verticales como en Europa. La catedral de Siena tiene arcos de medio punto en los tres pórticos. Santa María de las Flores o la Catedral de Flo-‐rencia es de fines del siglo XIII pero se terminó en el siglo XV con la cúpula de Brunelleschi con campanario adosa-‐do y sin torres. La catedral de Milán es ya del siglo XIV. El gótico entra más fácilmente por la Lombardía alta, en sen-‐tido ascensional, con miles de pináculos que erizan su cubierta. En cuanto al Gótico civil destacan el Palacio Público de Siena y la Signoria de Florencia. El Gótico Inglés Es bastante distinto del francés sobre todo en los detalles. La cabecera suele ser recta y no semicircular. Suelen ser de tres naves con doble crucero. No suele haber capillas radiales, las torres son monumentales y se salen de la plan-‐ta. El tipo de decoración es muy particular llamada estilo perpendicular: preferencia por las líneas verticales con una gran complicación de molduras. Son también puramente inglesas las bóvedas de abanico: Claustro de la Catedral de Gloucester y la Abadía de Westminster en la capilla de Enrique VIII realizada ya en el siglo XVI.
El Gótico Alemán
Perduran las formas románicas con elementos góticos mezclados. Esta mezcla de estilos está en la Catedral de Bam-‐berg . El gótico alemán no alcanza madurez hasta mediados del siglo XIII, por ejemplo en la Catedral de Colonia.
Abadía de Westminter Abadía de Gloucester Catedral de Colonia
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V.LA ARQUITECTURA GÓTICA EN ESPAÑA
V.A.-‐ARQUITECTURA RELIGIOSA. (Objetivo. Identificar alguna Iglesia tipo con siglos del gótico) La aparición del estilo gótico en España responde a dos razones, por una parte a la evolución natural del estilo romá-‐nico, que exigía una mayor soltura de líneas para resolver los problemas arquitectónicos planteados por la excesiva solidez del románico; y por el otro, por la tendencia creciente hacia una mayor libertad de expresión, incompatible con el simbolismo románico. El nuevo estilo penetró por los Pirineos, favorecido por las uniones dinásticas y las relaciones, cada vez más estre-‐chas, de España con el resto de Europa. Al principio se producen muestras de transición, en las que los nuevos crite-‐rios artísticos se mezclan con la tradición románica, demasiado arraigada para ser sustituida totalmente por el nuevo arte. A esta época pertenecen la cripta de la Catedral de Santiago y la Catedral de Tarragona. Pero después de estas primeras manifestaciones de transición encontraremos obras plenamente góticas, las cuales vamos a ir estudiando según el siglo al que pertenezcan.
V.A1.-‐Durante el s. XIII. La entrada del gótico en España es ya definitiva en el s. XIII, aunque en general, cuaja un estilo que no abandona totalmente las tradiciones propias. Aquí, el estilo conserva elementos del viejo románico, y aún de otros estilos ne-‐tamente nacionales como el musulmán. El Alcázar de Sevilla es una buena muestra de tales influencias. Al mismo tiempo que se construyen en España los grandes monasterios cistercienses, se erigen las primeras cate-‐drales, en las que también hay influencias de las arquitecturas cistercienses. Las catedrales de esta primera época son las de Tarragona, Lérida, Ávila y Cuenca, todas ellas con influencia del Cister. Pero los monumentos fundamentales del s. XIII son las tres grandes catedrales castellanas: Burgos, Toledo y León.
-‐La Catedral de Burgos se comenzó en 1221, se desconoce su primer arquitecto, pero se sabe que le sucedió el maestro Enrique, autor también de la de León. Es de tres naves, con crucero y giróla con capillas, aunque al parecer no era esa su primitiva estructura. El crucero, muy marcado en planta, solo tiene una nave. Tiene cimborrio y tres portadas, una a los pies, con tres puertas, y otras dos en ambos lados del transepto. En la nave central y en el crucero se crea el nervio a lo largo del espinazo o eje. -‐ La Catedral de Toledo se comienza en 1226, siendo la más típicamente española y estando diseñada por el maestro Martín. Es de cinco naves, con transepto solo marcado, pero sin sobresalir de la línea de los muros, y de una sola nave. Su doble giróla posee capillas radiales, cuadradas y semicirculares. Tiene cinco puertas en su fachada principal y una en cada extremo del transepto. Las bóvedas son de crucería sencilla en todas las naves, pero en la giróla tine forma de Y en los tramos triangulares (recordar Notre Dame de París).
-‐ La Catedral de León, comenzada en 1254 es la más francesa de todas. Fue trazada por el maestro Enrique que copió la de Reims, pero reduciéndola. Se distingue en su alzado por su espléndido triforio y la extensión total de las ventanas hasta el borde de los apoyos, lo que permite la aparición de monumentales vidrieras. Se trata de una iglesia de cinco naves escalonadas en altura, que dejan penetrar abundante luz por las ventanas que se colocan aprovechando la diferencia de altura entre las naves. Los apoyos son pilares surcados de co-‐lumnillas que se corresponden en altura con las nerviaciones de la bóveda.
Burgos Ávila León
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V.A2.-‐ Durante el s. XIV. Destacan las catedrales de Barcelona, Palma de Mallorca y Valencia. Todas las catedrales importantes de este siglo se sitúan en el Levante español, mientras que en Castilla se prosiguen las del siglo anterior. Esta arquitectura levantina se caracteriza por: -‐ Tendencia a una nave única. -‐ Aprovechamiento del espacio entre los contrafuertes para formar capillas. -‐ Enorme tamaño de los arbotantes y triforios. -‐ Precisamente debido al gran tamaño de los arbotantes, se reduce el grosor de los soportes. -‐ Escasa importancia de la decoración escultórica. -‐La Catedral de Palma de Mallorca, fue consagrada en 1346, es de tres naves y no tiene giróla. Se caracteriza por el gran número de arbotantes que posee, como consecuencia de los tramos anchos y cortos de la nave central. Esta nave central alcanza la altura de 44 metros y parece como si el autor se hubiese inspirado en un cubo, ya que su anchura está proporcionada a su altura. -‐La Catedral de Barcelona. Se comenzó en 1298, su principal maestro fue Jaime Fabre. es de tres naves, de planta de salón, giróla con capillas, triforio muy reducido y torres proyectadas una en cada brazo del tran-‐septo y otra en la nave central, cercana a la fachada. Carece pues de cimborrio, pero lo suple la torre que hay a los pies, en el centro de la nave, el coro, frente al presbiterio. Posee claustro, en torno al cual se dispone la sala capitular y numerosas capillas entre los contrafuertes.
Palma de Mallorca Barcelona Valencia
-‐ La Catedral de Valencia. Se comenzó en 1262, su arquitectura es más reacia y austera que la catalana. La catedral conserva del s. XIV la llamada Puerta de los Apóstoles, un gran rosetón y un incomparable cimbo-‐rrio. Completa su fisonomía el Miguelete, su campanario, que tiene planta octogonal. Posee otras dos fa-‐chadas más, una todavía románica, y la de los pies, ya de estilo barroco.
V.A3.-‐ El gótico del s. XV. Es uno de los periodos más fecundos de la arquitectura española, sobre todo en Castilla. Se inicia con la construcción de la Catedral de Sevilla, de marcada influencia árabe. Pero también serán destacables otros edificios de fines del primer tercio del siglo, donde ya podemos apreciar el llamado estilo Flamígero (gótico final). -‐La Catedral de Sevilla. Su capilla mayor y el coro forman un todo aparte, con aislamiento pleno a base de rejas monumentales. Es una iglesia procesional, con numerosas capillas en los contrafuertes. El Renacimien-‐to y el Barroco completan la obra, convirtiendo a la catedral en un fabuloso museo. Dibuja un gran rectán-‐gulo, teniendo por tanto, cabecera plana. Posee cinco naves y pilares de sostén esbeltísimos. Su planta es de salón aunque sobresale, por su mayor altura, la nave central; las cuatro laterales son más bajas que aquella y todas de la misma altura. Tenía cimborrio pero se cayó en 1510, y a partir de entonces este elemento fue suprimido, lo que influyó en la desaparición de otros cimborrios en edificios españoles. Su cubrición es a base de bóvedas de crucería, pero en la parte central utiliza la bóveda estrellada. A fines del primer tercio del siglo se introduce el estilo flamígero, que resulta al fundirse el gótico con las formas locales, sobre todo on el mudejar, a este estilo se le denomina en España estilo Isabelino o Reyes Católicos. Hay dos focos fundamentales:
1-‐ Toledo. Es Juan de Ovas, el arquitecto de los Reyes Católicos, el que le da un carácter nacional al estilo. Su obra, el monasterio de San Juan de los Reyes, es un claro ejemplo. Su continuador será Enrique Egas. La planta del monasterio es muy sencilla, un gran rectángulo, con ancha nave única, capillas entre contrafuertes y gran cimborrio. Es destacable la riquísima diversidad de bóvedas estre-‐lladas y su precioso claustro.
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2 Burgos. El introductor es el alemán Juan de Colonia, y su hijo Simón de Colonia el que le da el ca-‐rácter nacional. Cabe destacar como obras más importantes las fachadas de San Pablo y San Grego-‐rio de Valladolid. Esta última fachada parece realmente un tapiz en piedra, con ritmo mudéjar, a base de rectángulos y decoración plana y repetida.
Sevilla San Juan de los Reyes (Toledo) S.Gregorio (Valladolid)
V.B. ARQUITECTURA CIVIL nuestra arquitectura gótica civil es especialmente importante. En todo en reino castellano se construyeron infinidad de edificios civiles y religiosos, más o menos influidos por las formas artísticas de los dos grandes focos del s. XV, Burgos y Toledo. Son muy típicas las portadas de palacios, con arcos de medio punto de marcado dovelaje, encua-‐drados por alfiz y con abundantes escudos. En Levante destacan los patios de los palacios, con escalera a un lado, acusándose fuertemente la línea de los esca-‐lones. También son trascendentales las Lonjas de comercio. Dentro de estas lonjas, que por su especial importancia estudiaremos en un punto aparte, merecen atención las de Palma de Mallorca, y la de Valencia, del arquitecto Pe-‐dro Compte, con típicas columnas torsas, de las que urgen los nervios de las bóvedas.
V.B1.-‐ Las Lonjas de comercio. Las Lonjas, en general, son vastos espacios rectangulares con finos apoyos, que fueron construidas en los úl-‐timos tiempos del gótico, ya en los albores del Renacimiento. Tendrán máxima importancia en la Corona ca-‐talano-‐aragonesa, debido a su desarrollo comercial, a diferencia de Castilla, mucho más agrícola y ganadera. Los propios gobiernos locales de la primera zona, mostrarán su interés por los sectores textiles, motores de la economía ciudadana, lo mismo que por las rutas marítimas y la industria naval. Valencia y otras ciudades como Barcelona y Mallorca, se convertirán a fines del s. XIV y XV en centros co-‐merciales del mismo rango que Marsella, Genova y Venecia, respaldadas por una agricultura y una artesanía próspera y una óptima situación geográfica. Las rutas hacia Baleares, países Atlánticos, reino de Granada y norte de África, convirtieron a Valencia en un almacén redistribuidor de productos italianos, flamencos y norteafricanos. En nuestra ciudad se desarrollaron las sociedades mercantiles, las letras de cambio, las "Taulas de Canvis" que regulaban la emisión de deuda pública, etc. Será la lonja el lugar destinado a estas transacciones. En cuanto a las principales características de estas lonjas, podemos citar las siguientes: -‐ En la Lonja de Palma de Mallorca. Se trata de un edificio rectangular con un salón de tres naves y cuyas columnas de sostén son seis, que se van ensanchando hacia arriba en forma de espiral bajo la bóveda. En el exterior hay torrecillas que flanquean los ángulos y una cornisa calada. -‐ En la Lonja de Barcelona. Fue reconstruida en el s. XVIII y solo se conserva del gótico original (s.XIV) su gran sala. También destacan en Barcelona otros edificios públicos como el Consejo del Ciento (órgano de go-‐bierno), el hospital, palacios particulares (uno de ellos alberga el conocido salón del Tinell), las atarazanas (astilleros), etc. -‐En la Lonja de Valencia, obra de Pedro Compte y construida ya en el s. XV, por lo tanto perteneciente al gótico tardío o flamígero. El conjunto está constituido por tres cuerpos que asoman a la plaza del mercado:
-‐a) la lonja propiamente dicha o lugar de contratación de mercaderes. -‐b) la parte central, terminada en torre, donde se ubicó la capilla, en el piso inferior, y una prisión para comerciantes morosos en el piso superior.
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-‐c) la parte izquierda o Consulado del mar, especie de tribunal mercantil que dirime cuestiones rela-‐cionadas con el comercio marítimo. Esta parte se terminó en el s. XVI con una clara influencia rena-‐centista.
El edificio presenta tres portadas, dos' más importantes y otra que da a un patio ajardinado. De las dos prin-‐cipales, una, la más destacada, mira a la plaza del Mercado y la otra a la calle Escalones de la Lonja. Las por-‐tadas son de proporciones parecidas y están las tres flanqueadas por ventanas del más exquisito gótico final. Presentan filigranas en las arquivoltas, pináculos, cresterías, florones, escudos, etc., tanto en las puertas como en las ventanas, dando suntuosidad al edificio. También posee una torre, completamente lisa, cuya única decoración son sus ventanales. El interior de la Lonja o Salón Comunitario consta de tres naves longi-‐tudinales o cinco transversales, con 24 columnas, 8 de ellas exentas, 12 medias columnas adosadas a los muros, y 4 de cuarto de columna adosadas a las cuatro esquinas. Las columnas sostienen la bóveda de cru-‐cería gótica. A semejanza de la Lonja de Palma de Mallorca, posee pilares helicoidales con baquetones en sus aristas. La decoración de sus portadas posee una rica iconografía basada en la exageración de los vicios, dentro de una lengua simbólica heredada del románico, pero que en el gótico posee un mayor campo, sobre todo en los edificios civiles son de la autoridad de la Iglesia no es tan manifiesta. Aquí, la intencionalidad del autor juega un papel muy importante, dejando correr su imaginación, a través de ese lenguaje simbólico, irónico y a veces despiadado con los vicios humanos.
Lonja De Valencia
VI. LA ESCULTURA GÓTICA. CARACTERÍSTICAS. Importante: comparar Virgen románica con gótica)
! Con seguridad el rasgo principal fue la progresiva humanización de la escultura. Ésta fue adquiriendo rasgos más naturales y realistas “aproximando” la religión a los hombres.
! La escultura gótica fue liberándose de la férrea sujeción y subordinación al espacio arquitectónico, aunque se mantuvo estrechamente ligada a la decoración de los edificios religiosos. Al igual que la arquitectura, la es-‐cultura gótica tuvo su origen en Francia, donde se esculpieron gran cantidad de obras durante los siglos XII y XIII.
! Siguiendo la tradición románica, la escultura se convirtió en el principal elemento de ornamentación de las fachadas. Los tímpanos, las arquivoltas, las jambas, el dintel y el mainel o parteluz se poblaron de estatuas que representaban temas religiosos con cierta intencionalidad didáctica y marcado sentido narrativo. Así se configuró lo que se ha dado en llamar portada real, cuyos mejores ejemplos se hallan en las catedrales de Chartres y Reims.
! En el interior de los templos la decoración escultórica sólo está presente en los relieves de los pulpitos y del coro.
! Las figuras escultóricas de este período -‐originalmente policromadas-‐ se humanizan a través de diferentes recursos:
o La estilización y redondeo de las líneas. o La elegancia de los movimientos. o La captación de un cierto naturalismo en los gestos y en la expresión de los rostros. Los personajes se
comunican entre sí. o Una preocupación por la corporeidad y volumetría de los ropajes y los cuerpos.
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! Las temáticas más recurrentes de la escultura en piedra fueron el Juicio Final, basado en el libro del Apoca-‐
lipsis, y la Virgen María, que se convierte, gracias a la orden del Císter, en la imagen simbólica de la Iglesia. También continua la presencia de los 24 ancianos del Apocalipsis e imágenes coronadas de santos y apósto-‐los.
! En este contexto, ya en el siglo XIII, proliferaron sustancialmente las esculturas exentas en las llamadas es-‐tatuas-‐columna que decoraban las jambas y el parteluz de las portadas catedralicias. Se dio así el primer paso en el proceso hacia la independencia de la escultura respecto al marco arquitectónico.
Este proceso de independencia o autonomía de la escultura tuvo su desenlace durante el siglo XIV, principalmente de la mano del escultor francés Claus SLUTER. La escultura se hizo totalmente autónoma en el siglo XV, con la aparición de retablos históricos de carácter monumental y la proliferación de las imágenes de devoción exentas y los sepul-‐cros, que tuvieron mucha difusión en Flandes, Castilla y Cataluña. Francia lideró la evolución de la escultura, pero en Italia el trabajo escultórico, tradicionalmente desligado de la ar-‐quitectura, experimentó un rico lenguaje expresivo en púlpitos y puertas de bronce de clara inspiración bizantina.
Puerta del Sarmental (Burgos) Virgen Blanca (Toledo) Tumba de Padilla (Gil de Siloé)
VII. LA PINTURA. DEL TRECENTO ITALIANO A LA PINTURA FLAMENCA DEL SIGLO XV. Durante el período gótico, la sustitución de la superficie mural de las catedrales por amplias vidrieras supuso una enorme reducción del espacio que en el Románico se concedía a la pintura. Ello provocó el abandono progresivo de la pintura mural al fresco -‐excepto en Italia-‐ y la generalización de la pintura sobre tabla (retablos) y la pintura de vidrieras. Paralelamente, también adquirió una gran difusión la miniatura. Aunque el arte de la miniatura se realizaba al prin-‐cipio exclusivamente en los monasterios, poco a poco y a raíz de la gran demanda de textos ilus-‐trados de las universidades y las escuelas catedra-‐licias, se produjo en talleres especializados ubi-‐cados en las ciudades. Características
! Los temas tratados por la pintura gótica fueron básicamente religiosos, con una especial preferencia por las representa-‐ciones de las vidas de Jesús y María, y por los episodios narrados en los Evangelios apócrifos y en la hagiografía (vidas de santos). Gradualmente, también se introdujo la temática profana, en la que destacó el retrato.
! La pintura gótica se caracterizó, en líneas generales, por la plasmación de un canon y unas proporciones na-‐
Miniaturas. Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio
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turales, con una gran caracterización facial y gestual en las figuras. Además, la captación de la luz empezó a utilizarse para el modelado de los cuerpos, y el marco espacial de las composiciones se fue definiendo, cada vez más, por medio de arquitecturas y paisajes que ganaron terreno al atemporal fondo dorado de las pin-‐turas bizantinas y románicas.
! En cuanto a la técnica, destaca el uso de la pintura al temple, y, en Italia, el fresco, así como una innovadora pintura al óleo, generalizada a partir del siglo XV en Flandes gracias a los hermanos VAN EYCK.
A lo largo del período gótico se pueden distinguir cuatro estilos, marcados no sólo por la evolución cronológica, sino también por la geografía: (objetivo: identificar imágenes 4 estilos e identificar el porqué)
VII.A Estilo francogótico o lineal (finales del siglo XH-‐siglo XIII), nacido en las cortes francesas de París y Borgoña. Muestra una clara influencia del arte de las vidrieras y de la miniatura y se ca-‐racteriza por un predominio muy acusado de la línea sobre el color. Las figuras de este estilo presentan menos hieratismo que las del románico, aunque continúan siendo figuras sin volumen. Única-‐mente el grueso trazo negro que perfila el contorno de figuras y objetos, y que recuerda el emplomado de las vidrieras, ayuda a resaltar los motivos representados sobre un fondo que, muy a menudo, aún es dorado o monocromo. Destacan, como ejemplos de este estilo, la Sainte Chapelle en París, las vidrieras de la catedral de León en España y las de la catedral de Canterbury en Inglaterra. VII.B Estilo italogótico "(1250-‐1400). Trecento. El estilo iniciado en Italia, como herencia del arte bizantino -‐monumentalidad, simetría y hieratismo-‐fue mezclándose con un cierto naturalismo. El resultado fue una pintura de colores claros, con predominio de la línea curva y sinuosa, la búsqueda de volumen en las figuras y la voluntad comunicativa a través del gesto y la mirada. Dentro de este estilo también se hicieron los primeros ejercicios de perspectiva y se combinaron fondos dorados con decoraciones arquitectónicas o paisajísticas muy simples. La producción del estilo italogótico estuvo dividida en dos centros artísticos: Siena y Florencia, donde sobresale GlOTTO, cuyas obras, especialmente el conjunto mural de GlOTTO en la capilla de los Scrovegni de Padua, se han considerado las manifestaciones más tempranas del Renacimiento. En la Península Ibérica, la Corona de Aragón fue otro de los centros importantes de la pintura italogótica.
Capilla de los Scrovegni de Padua. Giotto. S.XIII La Huida a Egipto. Giotto. S. XIII
VII.C Estilo internacional o cortesano (1375-‐1425). Desarrollado en el ambiente de las cortes europeas, este tipo de pintura supo equilibrar la estilización propia del gótico lineal francés con el sentido naturalista desarrollado por
Vidrieras Catedral de León S. XIII. Gótico lineal
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los pintores italianos. El resultado de esta conjugación fue una combinación brillante de formas y figuras aristocráticas elegantes, con detalles naturalistas delicados y anecdóticos, presentados en una alternancia o mezcla de fondos dorados y am-‐bientaciones paisajísticas, junto con una gran predilección por la intensidad cromática. Algunos de los artistas más destacados de este estilo fueron los hermanos LlMBURG (miniaturistas franceses) y el flamenco Robert CAMPIN. En la Península Ibérica cabe citar, entre otros, a Ramón DE MUR.
Encuentro de los Reyes Magos. Her-‐
manos Limbourg. 1416 Virgen de la Leche. Ramón de Mur.
1417 La anunciación. Robert Campin . Gotico Internacional.
S.XV
VII.D Estilo o escuela flamenca (siglo XV). Esta escuela, que se desarrolla fundamentalmente en los Países Bajos y Flandes, derivó técnicamente del gótico internacional. El perfeccionamiento de la pintura al óleo permitió a los artistas flamencos representar la realidad con un grado excepcional de detallismo y obtener luminosidades hasta entonces inalcanzadas. La ausencia generalizada de movimiento y el uso de un fuerte simbolismo son también rasgos destacados de esta escuela. En cuanto a las temáticas, son características la mezcla de temas religiosos y profanos y un gran interés por el retrato. El artista más importante fue Jan VAN EYCK, autor, junto a su hermano HUBERT, del famoso retablo de la Adora-‐ción del cordero místico. VAN EYCK, considerado un gran retratista, mostró en sus telas una minuciosidad extraor-‐dinaria. También destacó Rogier VAN DER WEYDEN, cuya obra se caracteriza por la captación emocional de los personajes. En la Península Ibérica, la tradición flamenca estuvo bien representada por pintores Lluís DALMAU. Mención aparte merece EL BOSCO, un artista singular que, siguiendo la técnica minuciosa del arte flamenco, pintó temas a medio camino entre el mundo real y el mundo onírico. Su obra ha sido considerada una prefiguración de la pintura surrealista. También merecen destacarse las obras de Brueguel el Viejo.
Jan VAN EYCK. Adoración del cordero místico. 1432. Escuela Flamenca
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El descendimiento de Rogier VAN DER WEYDEN. Escuela Flamenca
Detalles
El matrimonio Arnolfini. Jan Van Eyck. 1434
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VIII. EL BOSCO Es un pintor de origen holandés y se le considera cronológcamente (1450-‐ 1516) el primer artista del ámbito pictóri-‐co del s. XVÍ en los Países Bajos. Su pintura contradictoria y sobre todo su característico detallismo flamencolo sitúan a veces lejos del ámbito rena-‐centista, sin olvidar además que no hay en el Bosco ninguna influencia de Italia. Sin embargo, su pintura tampoco es gótica, y además, presenta en su temática una clara influencia del humanismo coetáneo de Erasmo de Rotterdam. Es el más original de los pintores flamencos. Su concepción del paisaje crea un mundo extraño, utilizando temas alegóricos tratados con ironía burlesca, antes inexistente. Este artista no se limita a contemplar ni a recrear la natu-‐raleza, sino a crear un mundo imaginario de sueños fantásticos que lo convierten en antecedente del surrealismo del siglo XX. Pintor onírico y satírico, refleja en sus obras los problemas de la crisis de la Edad Media: las torturas en las plazas públicas, que él vio de pequeño y llegan a obsesionarle, y los incendios que padeció su ciudad cuando él tenía 13 años, lo mismo que los sermones apocalípticos de Alain de la Roche. Todo ello pobló su mente de imágenes demo-‐niacas. En su pintura se puede ver un mundo de terrores, locuras, supersticiones y amenazas, mundo típico de finales de la Edad Media. Pero también se pueden ver dimensiones del ser humano que desbordan las propias de su época. Tuvo el valor de pintar a los hombres tal y como son por dentro. Su obra principal es El jardín de las delicias, tríptico que representa el ciclo de la vida: la creación, con una velada crítica a la mujer, que cambia el orden de las cosas cuando es creada por Dios; el mundo, con imágenes alegóricas a los vicios, los pecados de la carne, la incitación de la mujer ( a través de símbolos corno la fresa o la manzana, alusivos a la voluptuosidad) y el infierno, justo castigo para los que han pecado. Se traía de una pintura fantástica; de monstruos imposibles y figuras locas, que al final nos presentan un mundo al revés. El Bosco pretende criticar irónicamente a la Humanidad exagerando con extravagancia sus debilidades. Se trata de invertir los términos exaltando la sinrazón como mejor crítica a la razón. En última instancia, se trata de sacar a la luz el lado oculto del Hombre, lo que tiene de animal y de irracional y contraponerlo a su cordura, a veces tan nefasta. Por esa plasmación de lo oculto, del yo irracional, fue descubierto y valorado como elemento de estudio del Psicoanálisis de la Escuela ue Viena y fue reconocido corno antecedente de la pintura surrealista.
El jardín de las delicias El Bosco Año1500
Si analizarnos por partes las tablas que conforman el tríptico, la de la derecha es la de la Creación, más concreta-‐mente la de Eva, con el Padre en el centro y un Adán contemplativo. Sobre ellos hay una espléndida mente , la fuente de la vida, pero con un sentido maléfico, de una vida nacida con el pecado, lo que permite ponerla en relación con el Árbol de la Ciencia del bien y del nial, testimonio del pecado original. Allí aparece una lechuza, símbolo del mal en la Edad Media . El resto de los animales son igualmente malignos, en torno a la laguna hay patos necios, cisnes
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orgullosos y sabandijas, y en la parte inferior de la tabla, los animales empiezan a devorarse entre sí. También hay figuras híbridas, mitad pez mitad pato, tocados con caperuzas de fraile y que simbolizan la estupidez de parte del clero. A la izquierda el toro salvaje (símbolo de la pasión) acecha al unicornio blanco (símbolo de la castidad), y el elefante blanco (símbolo de la inocencia) es montado en sus lomos por un mono, símbolo de la lujuria. La tabla central es el mundo, lleno de vicios y placeres, a los que hombres y mujeres se dedican en una composición abigarrada de patente horror vacui. Los placeres se representan por medio de frutas, como fresas, cerezas, moras, frambuesas, que aluden a lo efímero del placer sexual. Algunas figuras aparecen dentro de pompas o esferas de vi-‐drio, aludiendo también a la eventualidad del deleite, según el refrán " el placer es corno el vidrio, cuanto más gran-‐de es más pronto se rompe". También aparecen hermafroditas y ratones, símbolos estos últimos de la envidia, sobre todo de aquellos que observan los placeres de los demás. Es por tanto un mundo abarrotado de seres infelices o atrapados en la ansiedad de una vida orientada exclusivamente al goce, y más concretamente al goce carnal. La tabla izquierda representa el infierno. Está presidida por la figura de un huevo roto en el que se adivina el auto-‐rretrato del autor, que para más datos, sufre en su pierna derecha un chancro sifilítico y ve coronada su cabeza por una gaita, símbolo de la inversión sexual. Todo ello vendría a ilustrar, en el propio ejemplo de su autor, el castigo que conlleva el exceso en el placer carnal representado en la tabla anterior. Rodeando a este huevo aparecen mu-‐chas otras figuras, destacaríamos por su contenido sarcástico los clérigos con picos cié aves por ser malos predica-‐dores, y los que sufren el castigo horrible de verse aprisionados dentro de instrumentos musicales. Tampoco se sal-‐van de los castigos eternos las monjas que comercian con reliquias, convertidas aquí en cerdos. Al fondo y en la parte superior se desarrolla un espectáculo espectral y luminoso con edificios en llamas en medio de las tinieblas. Espacios opresivos que recuerdan los de Salvador Dalí.. En conjunto, la obra resume la esencia de la pintura del Bosco. una pintura de enorme complejidad simbólica, y que lejos de pretender mostrar el triunfo del placer, utiliza irónicamente la imagen de un mosaico hedonista para criticar los desmanes de la humanidad. Las tablas cierran un núcleo temático coherente, pues nos vienen a decir que lo que empezó mal para el Hombre desde el mismo momento de la Creación por el pecado original, deriva en un mundo vacío e infeliz basado en los placeres materiales, y no puede acabar más que con los padecimientos del Castigo Eterno. Todo ello tratado con un humor constante que deriva en la caricatura. Otra impresionante obra del Bosco es El carro del Heno, donde se simbolizan los placeres prohibidos. La vida es un carro de heno y todo el mundo quiere coger una brizna ( los ricos en procesión, y los pobres arremolinados). Supone una crítica al amor terrenal (en la parte superior); al clero, amante de placeres mundanos; a la falsa medicina (parte inferior), simbolizada en los sacamuelas, a la educación infantil y a la maledicencia. También cabe destacar otras obras suyas como La piedra de la locura, donde critica a la medicina, y el Tríptico del Nacimiento, donde ejércitos que se disponen para la guerra se sitúan junto a la desvencijada arquitectura del Portal de Belén. Nada se escapa a su crítica.
El Carro de heno. El Bosco El Banquete. Brueguel el viejo