Download - Alicuotas evol
Programa de promoción de la Investigación, Formación y Divulgación sobre Riesgos del Trabajo
HISTORIAL Y EVOLUCION DE ALICUOTAS UTILIZADAS EN EL SISTEMADE RIESGOS DEL TRABAJO.INCIDENCIA DE LOS NIVELES DE RIESGO
Autores
Juan Luis BOUR | Patricia Mónica PANADEIROS | Guillermo BERMUDEZ
Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas
Aval Institucional
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Historial y evolución de alícuotas
utilizadas en el sistema de riesgos del trabajo. Incidencia de los niveles de
riesgo. Informe final
Buenos Aires, agosto de 2012
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 2
Índice
Resumen………………………………………………………………………….…3
I. Introducción………………………………………………………………….…5
II. Riesgo y alícuotas: el marco teórico…………………………………………...6
a) Esquemas alternativos de fijación de primas…………………………………6
b) Expresiones alternativas de las primas y gastos siniestrales no salariales…..8
c) Primas, beneficios y siniestralidad……………………………………………9
d) Tarifas, costos no siniestrales y/o riesgos no prevenibles…………………...10
e) Consideraciones finales…………………………………………………...…11
III. Evolución de la alícuota y estructura tarifaria……………………………...11
a) Evolución de la alícuota agregada y factores asociados…………………….11
b) Estructura tarifaria por categorías relevantes y factores asociados………..16
IV. La política de fijación de alícuotas de las ARTs……………………….........18
a) Resultados de la encuesta a ARTs sobre determinantes de las alícuotas…….19
V. Principales resultados del estudio…..……..…………………………………27
VI. Reflexiones finales……………………………………………….……….……31
Referencias.……………………………………………………………..…………32
Anexo I……………………………………………………………………………..34
Anexo II……………………………………………………………………………48
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 3
Resumen
El presente informe contiene los resultados de un trabajo de investigación que apunta a
evaluar la evolución y estructura de las alícuotas para la cobertura de los infortunios
laborales en la Argentina, con el objetivo de obtener una primera aproximación a los
determinantes más inmediatos y, más precisamente, a la incidencia de los niveles de
riesgo.
Desde el punto de vista metodológico, el tema se aborda teniendo en cuenta el enfoque
teórico acerca de los mecanismos más adecuados de fijación de primas, considerando el
impacto sobre la prevención y la competitividad de las empresas, en particular las de
menor tamaño. En función de este marco, se desarrolla el trabajo de campo que se basa
en la recopilación y análisis de dos grandes conjuntos de información: la estadística
disponible sobre alícuotas y siniestralidad, y los resultados de una encuesta ad hoc a
ARTs que indaga sobre la política tarifaria, con el objeto de detectar generalidades y
diferencias entre aseguradores.
Las principales observaciones y/o hallazgos que surgen de este estudio pueden
resumirse en las siguientes:
la tarifa promedio ha crecido sistemáticamente en términos reales y como
porcentaje del salario a lo largo de los años de vigencia del sistema de riesgos del
trabajo, en un contexto en el que la siniestralidad laboral se ha mantenido relativamente
estable, pero con una fuerte reducción de la incidencia de los casos fatales. Esta
ausencia de relación entre alícuota y siniestralidad se evidencia aún cuando las ARTs
han ido sofisticando sus mecanismos de fijación de primas, para que éstas sean más
ajustadas al riesgo. Esto obedecería, por un lado, a cambios en los beneficios y otras
prestaciones del sistema y, por el otro, a que en los últimos años al riesgo siniestral se le
ha sumado el de la litigiosidad.
la clasificación de la información por sector de actividad muestra que desde el
inicio tanto las tarifas por trabajador cubierto como las alícuotas resultaban muy
diferenciadas entre los mismos, estructura que se ha correspondido en gran medida con
las distintas tasas de infortunios. A su vez, históricamente las alícuotas fueron más
reducidas para las empresas de mayor tamaño, fenómeno que no en todos los segmentos
se condice con una menor siniestralidad, pero sí con un salario relativo más elevado que
diluye el peso de los costos fijos. Se observan, además, diferencias de alícuotas entre
jurisdicciones.
la política tarifaria difiere entre las distintas aseguradoras, tanto en lo que
concierne a las variables consideradas para la fijación de alícuotas, como a la
discriminación efectuada en función del tamaño de los empleadores. Con todo, existe
evidencia de que la mayoría de ellas aplica una política en la que –como predice la
teoría económica- las tarifas tienden a ser más “a medida” para las empresas de mayor
tamaño (más de 50 trabajadores), esto es, que tienen en cuenta las condiciones
particulares de cada establecimiento en materia salarial, de empleo, cantidad y
ubicación de los establecimientos, modo de producción, individuos expuestos a agentes
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 4
de riesgo, prevención y siniestralidad. Por el contrario, para las firmas con planteles más
reducidos (básicamente, hasta 50 trabajadores), las tarifas tienden a ser más
estandarizadas, jugando un rol más importante el sector de actividad al cual pertenece
cada empleador, y en el que los ajustes de las alícuotas eventualmente se realizan
considerando valores medio de muchas variables relevantes. En todos los casos, sin
embargo, la litigiosidad asociada a cada empleador parece volcarse a la tarifa, sin que se
observe un tratamiento muy diferencial -en cuanto a considerar esta variable- en función
del tamaño de los respectivos planteles.
la estadística agrupada por sector, tamaño y localización, interpretada a la luz de
los resultados del relevamiento a las ARTs, indicaría que las diferencias de alícuotas por
sector de actividad –vinculadas con la tasa de siniestralidad- reflejan que éste es una
proxy pero no el único indicador que se considera para la valuación del riesgo siniestral;
que las diferencias por tamaño –no siempre relacionadas con la tasa de infortunios-
mostraría la importancia que tiene esta dimensión para diferenciar la política de fijación
de primas; las diferencias por localización resumen tanto diversidad en los gastos
esperados por siniestros como una problemática distinta en lo que concierne a la
litigiosidad.
la evidencia de que la mayor parte de las ARTs aplica un esquema del tipo
experience rating para las firmas más grandes y uno más estandarizado para los
empleadores de menor tamaño, que la teoría sugiere como el más apropiado, pone de
relieve que el marco regulatorio en materia tarifaria incluye como propiedad, por cierto
recomendable, la de admitir una considerable flexibilidad en la fijación de las cuotas.
Dado, sin embargo, que la política tarifaria ha comenzado a incluir un componente
vinculado con la litigiosidad del sistema, se sugiere –mientras este fenómeno no se
resuelva- la conveniencia de proveer información desagregada al respecto, de modo tal
de permitir una fijación de tarifas más ajustada a la evaluación de este riesgo.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 5
I. Introducción
Uno de los objetivos fundamentales del régimen de cobertura de los riesgos del trabajo
vigente en la Argentina desde 1996 es procurar la reducción de la siniestralidad laboral,
para lo cual se han diseñado una serie de instrumentos que apuntan a prevenir esta clase
de riesgos.
Uno de los mecanismos contemplados consiste en el establecimiento de incentivos
financieros a través de un régimen de alícuotas que intenta ser sensible al riesgo de cada
empresa, es decir que éstas verán reducir el costo del seguro en la medida en que
disminuya su siniestralidad. Por lo general, este riesgo se encuentra fuertemente
vinculado con el tipo de actividad desarrollado.
Sin embargo, éste no es el único componente de la tarifa que debe abonar cada empresa:
existen un conjunto de actividades de prevención, comercialización, producción y
difusión que realizan las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ARTs), muchas de ellas
desvinculadas del riesgo siniestral de cada establecimiento, que generan costos de una
incidencia variable, ya sea medida tanto en monto por trabajador asegurado como en
porcentaje del salario. Un efecto similar sobre las tarifas, pero en este caso sólo si se
computan en relación a las remuneraciones, generan las prestaciones en especie y los
resarcimientos monetarios de suma fija contemplados en el régimen vigente.
A su vez, las ARTs pueden tener diferentes políticas de fijación de tarifas, no sólo en
los aspectos comerciales –estrategias de fidelización, por caso- o de distribución de
costos fijos, sino incluso en cuanto a las variables que toman en consideración –o cómo
las ponderan- para estimar el riesgo de infortunios, o a las diferencias que puedan
establecer según ciertas características de las empresas.
Debe tenerse presente, además, que en los casi quince años de implementada la Ley de
Riesgos del Trabajo, sin duda la fijación de alícuotas debe haber ido cambiando. Uno de
los elementos más relevantes al respecto debería constituirlo la disponibilidad de
información siniestral de la que se carecía al momento de lanzarse la reforma del
sistema. Los cambios introducidos en la normativa, como por ejemplo, en lo que
concierne a las prestaciones monetarias, como así también los cambios en los precios
relativos –variaciones en los costos de las prestaciones médicas- pueden también
reflejarse en variaciones en las alícuotas relativas.
El presente informe contiene los resultados de un trabajo de investigación que apunta,
precisamente, a evaluar la evolución y estructura de las alícuotas para la cobertura de
los riesgos del trabajo, con el objetivo de obtener una primera aproximación a los
determinantes más inmediatos y, más precisamente, a la incidencia de los niveles de
riesgo.
El trabajo está organizado de la siguiente manera. En la Sección II se desarrolla una
breve discusión teórica basada en la revisión de la literatura especializada acerca de los
mecanismos alternativos de fijación de primas y de la incidencia de los gastos de
distinta naturaleza sobre la prevención y sobre la competitividad de las empresas, en
particular las de menor tamaño. La Sección III contiene un análisis de la evolución
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 6
temporal de las alícuotas en relación a los factores que se presumen vinculados a la
fijación de las mismas, al tiempo que se compara la estructura tarifaria –agrupada según
categorías consideradas relevantes- en distintos períodos. La Sección IV completa el
análisis empírico basado en la estadística recopilada y difundida por la Superintendencia
de Riesgos del Trabajo (SRT) con los resultados de un sondeo cualitativo realizado ad
hoc entre las ARTs, en el que se indaga acerca de la política tarifaria de las mismas, de
modo tal de detectar generalidades y eventuales diferencias entre las aseguradoras. Por
último, la Sección V resume los principales hallazgos del estudio, en tanto que la
Sección VI contiene algunas reflexiones finales en torno a la política en materia
tarifaria. Se agregan, además, dos Anexos, conteniendo información estadística
relevante (Anexo I) y el modelo de formulario que se utilizó en el relevamiento a las
ARTs.
II. Riesgo y alícuotas: el marco teórico
a) Esquemas alternativos de fijación de primas
Los sistemas de riesgos del trabajo admiten en general diversos esquemas para que las
empresas aseguren las pérdidas asociadas a los infortunios laborales, los cuales tienen
diferente impacto sobre la prevención que adoptan las mismas. (Bruce and Atkins,
1993)
Un método es el del autoseguro, que consiste en un sistema en el cual se le requiere al
empleador que constituya un fondo de tamaño suficiente para pagar los gastos esperados
por accidentes de trabajo, lo que representa una transferencia de ingresos propios de los
buenos a los malos estados de la naturaleza, a través del ahorro. Dada la estrecha
relación entre prevención y gastos siniestrales esperados, en teoría, las firmas cuando se
autoaseguran seleccionan el nivel de prevención óptimo1. Este esquema, sin embargo,
sólo es recomendable para las empresas de gran tamaño, ya que en el resto de los casos
el riesgo de insolvencia es elevado.
Dadas las limitaciones de este esquema, el aseguramiento de las pérdidas normalmente
tiene lugar a través de la contratación de un seguro, lo que significa que mediante el
pago de un precio se transfiere el riesgo a terceros, los que a su vez hacen un pool entre
quienes están expuestos a riesgos similares.
Existen distintos mecanismos aplicados para la fijación de ese precio o tarifa por el que
se transfiere el riesgo de las pérdidas asociadas a los infortunios laborales a un
asegurador. Uno de los métodos más básicos es el de la denominada prima plana
(community rating), que consiste en la fijación de una prima igual para todas las
empresas, aunque por lo general discriminando por sector de actividad, es decir que la
prima sólo varía con la tasa de siniestralidad promedio de cada rama. Por lo tanto, a
menos que la proporción de accidentes de una empresa represente una elevada fracción
de los accidentes totales de su categoría, la prima que debe abonar cada firma no se
1 Esto puede no ser estrictamente cierto en el caso de las medidas orientadas a prevenir enfermedades
profesionales de largo período de incubación. (Hyatt and Thomason, 1998)
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 7
encuentra relacionada con su propio nivel de prevención. Evidentemente, ello reduce el
incentivo a adoptar medidas de seguridad, por lo que el nivel de prevención que se
alcanza bajo este esquema es inferior al óptimo.
Alternativamente, un método que es habitual en otras ramas del seguro y que también se
aplica en los sistemas de riesgos del trabajo, es la fijación de la prima según experiencia
(experience rating), es decir, una prima acorde con el riesgo individual. Este esquema, a
su vez, admite dos variantes. En un caso, denominado ex-ante, las primas se establecen
de acuerdo con la siniestralidad que se espera que la firma tenga en el período siguiente.
En la práctica, esta predicción se realiza como un promedio ponderado de la tasa de
accidente de la empresa en los años precedentes y la siniestralidad esperada para el
promedio del sector, siendo el ponderador determinado por un conjunto de factores que
le indican al asegurador cuan confiable o creíble es la experiencia pasada de la firma
como predictor de la siniestralidad futura. Dentro de estos factores se incluyen la
variabilidad de la siniestralidad de la empresa y del sector a lo largo del tiempo, el
número promedio de reclamos y el valor medio de los mismos, admitiéndose en general
que cuanto más grande es la empresa, más alto será el factor de credibilidad. La
variabilidad en el tiempo, la localización y el tamaño de la empresa pueden constituir,
en este sentido, elementos que influyan sobre el factor de credibilidad; pero también
cada asegurador puede efectuar esta imputación de manera diversa. Nótese que bajo este
esquema, un aumento en la prevención por parte de una empresa, al reducir la tasa de
accidentes, se traducirá en una menor prima a pagar en períodos futuros, constituyendo
entonces un incentivo a la adopción de medidas de seguridad.
La otra variante de este método, denominada ex-post, es bastante similar, a excepción de
que el ponderador no constituye un factor de credibilidad de predicción de cada empresa
sino un factor de ajuste sectorial determinado administrativamente por las autoridades.
Este ponderador, entonces, puede ser utilizado por la agencia regulatoria para manipular
los beneficios que las firmas de cada sector obtienen de sus inversiones en prevención, y
de este modo incentivar en mayor o menor grado la adopción de medidas de seguridad.
Contrariando la creencia difundida, entonces, el seguro no siempre causa problemas de
riesgo moral, es decir no siempre induce a una reducción en la auto-protección porque
las pérdidas están aseguradas: si los precios de los instrumentos de seguro discriminan
por riesgo, se reduce el riesgo moral y los esfuerzos de la auto-protección no
disminuyen porque se aseguren las pérdidas. Ello ocurre porque en una dimensión el
seguro y la auto-protección son complementarios: mayor auto-protección, baja la
probabilidad de ocurrencia de la pérdida, y da lugar a una reducción en la prima del
seguro. (Gill e Ilahi, 2000)
Del análisis precedente se desprende que cuanto más se vincule la prima del seguro al
comportamiento de la empresa, mayores serán los incentivos de ésta para prevenir
accidentes. Una recomendación obvia parecería entonces ser la de utilizar un esquema
de fijación de prima según la experiencia. Sin embargo, en este caso surgen problemas
en el segmento de empresas de menor tamaño, en las cuales un pequeño cambio en el
número de accidentes en un período dado, puede representar –bajo este esquema de
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 8
fijación de prima- un aumento importante en el costo del seguro. Esto significa, en
rigor, que las empresas estarían realizando una escasa transferencia de riesgo, al punto
tal que en el extremo el seguro podría constituir casi un préstamo que la firma recibe del
asegurador si tiene lugar una mala experiencia2 (Trieschmann and Leverett Jr, 1978). El
valor del factor de ajuste o ponderador de la experiencia individual, entonces, debiera
fijarse de modo tal de balancear estos aspectos, sin que sea demasiado elevado (por el
problema de la transferencia de riesgo), ni demasiado bajo, en cuyo caso extremo (con
valor nulo) se convertiría en una tarifa plana.
Debe notarse que aunque cada esquema da lugar a una relación distinta entre tarifa y
nivel de riesgo individual, ello no significa que para el agregado no se observe un
estrecho vínculo entre riesgo y tarifa. Esto es, aún bajo un esquema de prima plana, si
existe una discriminación sectorial, aunque el costo del seguro no esté vinculado con el
riesgo y/o prevención de cada empresa, sí lo estará con el riesgo del conjunto del sector.
En otros términos, la forma de tarifar incide en forma diferente sobre la prevención y
(supuestamente) sobre la tasa de siniestros, pero la estadística agregada analizada en
forma aislada no permite inferir qué política tarifaria prevalece, dado que es probable
que bajo todos los esquemas se note una relación entre siniestralidad sectorial y prima
promedio (aunque no la causalidad inversa).
Si la legislación lo permite, las aseguradoras tendrán incentivos para aplicar alguna
variante de experience rating, dado que aquélla que no lo haga –al aplicar una tarifa
plana- castigará a las empresas de menor riesgo relativo dentro de su categoría, las que
entonces contratarán la cobertura con quien les reconozca esta ventaja a través de una
prima más ajustada a su riesgo. Esta conducta es más esperable aún cuanto más
homogéneo sea el producto o servicio que ofrecen las aseguradoras, ya que la
competencia se dará básicamente en una única dimensión -la tarifa-, lo que torna más
sencilla la comparación entre operadores.
b) Expresiones alternativas de las primas y gastos siniestrales no salariales
A diferencia de otros segmentos del seguro en los que la prima se denomina usualmente
sólo en valor monetario, en materia de riesgos laborales, la prima de riesgo suele
expresarse como proporción de la masa salarial, en la forma de alícuota porcentual. Esto
es así porque los gastos a asegurar están mayoritariamente relacionados con el
resarcimiento que deben recibir los trabajadores en caso de infortunios laborales, que
depende en buena medida de sus respectivos salarios.
Sin embargo, no todos los beneficios o prestaciones otorgadas ante la ocurrencia de un
siniestro dependen de la remuneración del damnificado, siendo los más destacados en
esta categoría, los gastos médicos y las eventuales compensaciones de suma fija que
pudieran corresponder según el caso y la legislación vigente. Los gastos siniestrales
esperados no relacionados con el salario, del mismo modo que el resto de los gastos
siniestrales, dependen del riesgo individual de la empresa, ya que tienen lugar sólo en
2 Las empresas preferirán en estos casos tener sus primas fijadas en relación a su nivel de prevención; este
mecanismo, sin embargo, sólo puede ser aplicable si las inversiones en prevención pueden ser certera y
fácilmente monitoreables por el asegurador. (Shavell, 1979)
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 9
caso de ocurrencia del infortunio. En cambio, una diferencia importante entre ambos
conceptos se refleja al considerar la prima expresada como alícuota porcentual de la
masa salarial: la parte de esta alícuota que se destina a cubrir los resarcimientos
vinculados con las remuneraciones depende casi exclusivamente del riesgo, mientras
que la que se destina a los ítems no vinculados con el salario, depende no sólo del riesgo
sino también de la relación entre el valor de los rubros de monto fijo3 a cubrir
(incluyendo los gastos médicos) y el salario promedio de la empresa. Como
consecuencia de ello, la cobertura de estos gastos puede dar lugar a variaciones en
alícuotas porcentuales aún sin cambios en la siniestralidad o en los beneficios,
simplemente por cambios en los salarios en el tiempo, así como puede traducirse en
alícuotas porcentuales distintas entre sectores, regiones o tamaño de empresa, sólo por
diferencia en la incidencia de estos ítems sobre los respectivos salarios medios.
c) Primas, beneficios y siniestralidad
Cambios en las primas a través del tiempo, tanto en valores monetarios como en
proporción del salario, pueden también reflejar modificaciones en la fórmula de
beneficios. El nivel de beneficios, sin embargo, puede incidir sobre el comportamiento
de trabajadores y empleadores, lo cual, a su vez, no es ajeno al mecanismo de fijación
de tarifas del seguro que se adopte. (Bruce and Atkins, 1993; Baril and Lanoie, 1996;
Fortin and Lanoie, 1998)
En efecto, los beneficios que se establecen a través de los sistemas de riesgos del trabajo
tienen el objetivo de compensar la reducción en la habilidad de los trabajadores
accidentados para competir en el mercado de trabajo, desventaja que se supone se
reflejará en una disminución en la capacidad de generar ingresos salariales. La
existencia de un problema de riesgo moral sugiere que cuanto más elevadas sean las
prestaciones monetarias, menores serán los incentivos de los trabajadores para tomar
precauciones y evitar infortunios, particularmente los de carácter leve que involucran
reducidas pérdidas no pecuniarias. El impacto esperado, entonces, de un incremento en
las compensaciones, podría ser un aumento en la siniestralidad (Krueger, 1990; Butler,
1994). Sin embargo, dependiendo del esquema de fijación de tarifas del seguro, un
aumento en los beneficios puede también inducir un cambio en el comportamiento de
las empresas: cuanto más se aproxime este mecanismo a uno basado en la experiencia,
mayores serán los incentivos de las firmas a reducir su siniestralidad, tanto aumentando
su prevención como controlando y alentando la que realizan sus empleados (Krueger,
1990; Ruser, 1991). En este caso, un incremento en las compensaciones da lugar a
efectos opuestos en la prevención por parte de trabajadores y empleadores, por lo que el
impacto sobre la siniestralidad queda teóricamente indeterminado, dependiendo de las
magnitudes de tales respuestas.
Asimismo, un aumento en los beneficios –aún sin incrementar la siniestralidad efectiva-
puede generar un incremento en la siniestralidad declarada. Este es el caso, por ejemplo,
si se efectúan reclamos por accidentes menores que con compensaciones más reducidas
eran desestimados por los trabajadores; o porque se reportan accidentes falsos difíciles
3 Se refiere a gastos no relacionados con el salario de la víctima, aunque no sean fijos.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 10
de diagnosticar u ocurridos fuera del lugar de trabajo, o porque se intenta exagerar las
consecuencias del infortunio. Nuevamente, como en el caso anterior, si las empresas
pagan una tarifa plana por el seguro, tendrán pocos incentivos para controlar estas
conductas de los trabajadores, dado que la misma no depende de la siniestralidad de
cada una; los incentivos para el monitoreo aumentan cuanto más se aproxime el
esquema de fijación de primas a uno del tipo basado en la experiencia. Con todo, es
probable que aún en este caso predomine el efecto-empleado, por lo que un incremento
en las compensaciones daría lugar a una mayor siniestralidad de tipo estadístico.
La teoría económica no sugiere un nivel de beneficios óptimo, sino que indica que su
estructura debe diseñarse de modo tal de balancear el objetivo de resarcimiento de
ingresos perdidos para los trabajadores con los objetivos de prevención y rápido retorno
al lugar de trabajo (rehabilitación), minimizando a su vez el posible fraude al sistema
(Darling-Hammond and Kiesner, 1980). Los casos donde estos objetivos parecen más
seriamente contrapuestos son el de los infortunios más leves, difíciles de diagnosticar,
de establecer su causa o lugar de ocurrencia, y originados en actividades en las que es
difícil de controlar la actitud de los trabajadores. Por otra parte, el probable impacto
negativo que puede generar un nivel de beneficios elevado, se reduciría más -por la
acción de los empleadores- cuanto mayor sea el vínculo entre prima del seguro y
siniestralidad de la empresa (Bolduc et al, 1997; Bolduc et al, 2001; Hyatt and
Thomason, 1998; Campolieti and Hyatt, 2006).
d) Tarifas, costos no siniestrales y/o riesgos no prevenibles
Si bien la prima de riesgo es normalmente el componente tarifario más importante, los
costos administrativos pueden no ser despreciables. Dentro de estos costos se incluyen
algunos de funcionamiento general de las aseguradoras –para los cuales cada una
definirá el criterio con el que serán imputados a la tarifa de los distintos empleadores-; y
otros que sí es posible atribuir objetiva y fehacientemente a cada asegurado. En
cualquier caso, estos costos teóricamente alejan las primas del riesgo siniestral, al
tiempo que –por tratarse, en muchos casos, de costos que no varían proporcionalmente
con los gastos esperados en infortunios- podrían incidir en mayor medida en los costos
de las empresas más pequeñas. (Thorpe, 1992)
Finalmente, otros elementos que pueden incidir sobre la estructura tarifaria están
relacionados con aspectos del vínculo comercial entre asegurador-empleador, tales
como descuentos por permanencia o por pago en término. En otros términos, las tarifas
no sólo podrían estar reflejando el riesgo siniestral, sino también una suerte de riesgo
comercial o financiero de la empresa.
Un comentario aparte ameritan los accidentes in itinere -los ocurridos en el trayecto
desde y hacia el lugar de trabajo-, dado que se trata de infortunios que los empleadores
difícilmente puedan evitar, por lo que –cualquiera sea el método de tarifación- no
induce cambios en la prevención por parte de éstos. El único impacto diferenciado que
podría esperarse según el mecanismo de fijación de primas que se aplique, es algún
incentivo de las firmas -si las primas se basan en la siniestralidad individual- para
controlar los posibles abusos del sistema por parte de los trabajadores, tales como
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 11
denunciar como ocurrido in itinere un accidente que no corresponde. Debe notarse, que
al cubrir eventos para los cuales es difícil monitorear su lugar de ocurrencia, es lógico
suponer que aumenta la probabilidad de que este tipo de conductas tenga lugar. Como
consecuencia de ello, se deduce que la cobertura de accidentes in itinere –o el aumento
de los beneficios asociados a los mismos- tendrá, en el balance, un impacto negativo
sobre la prevención (disminuye la de los trabajadores, sin alterar la de las empresas), y
un efecto estadístico positivo sobre el número de siniestros.
e) Consideraciones finales
La fijación de primas actuarialmente justas -primas que reflejen el riesgo de infortunios
de cada empleador asegurado- es el mecanismo que tenderá a predominar en un régimen
competitivo, al tiempo que es el más adecuado en términos del efecto sobre la
prevención de siniestros laborales. Sin embargo, resulta de difícil aplicación al tratarse
de empresas de menor tamaño, por lo que es de esperar que en estos casos la
determinación de las primas se guíe por criterios más generales.
A su vez, existen un conjunto de elementos distintos del riesgo siniestral que inciden
sobre la estructura tarifaria –particularmente cuando ésta se analiza en relación a las
remuneraciones-, por lo que variaciones en las tarifas a lo largo del tiempo o diferencias
entre sectores, regiones o cualquier otra forma de categorizar las empresas, debe ser
interpretada teniendo en consideración estas cuestiones.
III. Evolución de la alícuota y estructura tarifaria
Teniendo en consideración el marco teórico general desarrollado previamente, en esta
sección se presenta un análisis descriptivo –en la primera parte en forma global y luego
en términos desagregados- de la evolución de las alícuotas en relación a los factores que
se presumen vinculados a la fijación de las mismas. La información básica del sistema
utilizada corresponde a la publicada por la SRT, en tanto que la de nivel de actividad e
informalidad laboral surge de los datos oficiales de Cuentas Nacionales4 y el deflactor
utilizado es el índice IPIM que elabora el INDEC.
a) Evolución de la alícuota agregada y factores asociados
Desde su implementación, a mediados de 1996, hasta el mes de marzo de 2010, la tarifa
nominal promedio del sistema de riesgos del trabajo -expresada en pesos por trabajador
cubierto- pasó de $11,4 a $96,0, observando un incremento del 740% entre puntas que
es equivalente a un ritmo del 16,4% anual. En términos reales, el aumento resulta
mucho más moderado, alcanzando al 126% a lo largo de todo el período, i.e 6%
promedio por año.
4 Dado que la estadística sobre informalidad laboral proveniente de Cuentas Nacionales sólo está
disponible hasta el año 2007, los datos correspondientes a años posteriores fueron estimados
empalmando esta serie con la que surge de la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el INDEC.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 12
En ese lapso, la siniestralidad laboral –si bien con oscilaciones- se redujo levemente.
Sin embargo, los infortunios de carácter más grave, los que ocasionan el fallecimiento
del trabajador damnificado, mostraron una considerable disminución, resultando la
incidencia en 2009 menos de la mitad de la que se registraba a comienzos del nuevo
sistema. En otros términos, el incremento observado en las tarifas promedio no se
explicaría por elementos relacionados con la tasa de infortunios laborales.
Uno de los factores que podría haber incidido, en cambio, es la evolución del salario
medio estimado del sistema, es decir el que surge de computar la masa salarial en
relación a la cantidad de trabajadores cubiertos: éste observó entre 1996 y marzo de
2010 un aumento nominal del 323% (equivalente a un ritmo del 11% por año),
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 13
resultando en un incremento real del orden del 13,7% entre puntas, cercano al 0,9% por
año.
Nótese, en este sentido, que la importante contracción en el salario real observada en el
bienio 2002-2003 –originada en un fuerte salto en la tasa de inflación a raíz de la crisis
desatada a fines de 2001- se reflejó también en una caída en moneda constante en la
tarifa media del sistema. La fuerte vinculación que existe entre las prestaciones que
brinda el régimen de riesgos del trabajo y el salario de los trabajadores es el argumento
que explica la relación entre esta última variable y la tarifa promedio.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 14
Con todo, al considerar la evolución de la tarifa promedio, pero expresada como
proporción del salario medio, resulta evidente que el comportamiento de las
remuneraciones no es suficiente para explicar la evolución de las cuotas pactadas: la
alícuota prácticamente se duplicó entre 1996 y comienzos de 2010, al pasar de 1,45% a
2,88%. Además del comportamiento global, en la evolución de esta variable merece
destacarse lo siguiente: i) en los primeros años de vigencia del nuevo régimen, la tarifa
acompañó el comportamiento del salario medio del sistema, por lo que la alícuota se
mantuvo relativamente estable; ii) a comienzos de 2001 se registra un salto significativo
en tarifa y alícuota, por lo que ese año, mientras la cuota en términos reales crece cerca
de un 30%, el salario en moneda constante lo hace sólo en algo menos de 1,5%; iii) en
el marco de la fuerte crisis económica desatada a fines de 2001, la tarifa real cae
drásticamente y en mayor medida que -la también significativa- disminución del salario
en moneda constante, dando lugar a una reducción leve en la alícuota iv) la alícuota
aumenta sistemáticamente entre 2003 y 2006, pero en el primer año de ese período ello
obedece a que la cuota real se reduce menos que el salario real, en tanto que entre 2004
y 2006, ambos crecen en moneda constante, pero la tarifa lo hace a un ritmo más fuerte;
iv) entre 2006 y 2008, el crecimiento parejo del salario y la tarifa resulta en una
estabilidad en la alícuota; v) en 2009, tarifa y salario crecen por encima de la tasa de
inflación, pero la tarifa aumenta a una tasa sensiblemente menor –la mitad de la que
corresponde a la variación salarial- por lo que la alícuota disminuye; vi) la tendencia
creciente en la alícuota se retoma en los primeros meses del corriente año, dado que
frente a un incremento en los salarios reales cercano al 7% (en relación al promedio del
año anterior), la cuota real observa un aumento superior al 31%.
Un elemento clave en esta evolución han sido las modificaciones en las prestaciones
dinerarias establecidas por el Decreto 1278/2000 y más recientemente por el Decreto
1694/2009. Entre las disposiciones más importantes en este aspecto se inscribe la
incorporación, a través de la primera norma, de pagos de suma fija para las
incapacidades permanentes superiores al 50% y para el caso de muerte del damnificado,
y una elevación de los topes indemnizatorios que sobre la prestación variable disponía
la norma original, en tanto que la normativa modificatoria más reciente actualiza los
montos compensatorios de suma fija, suprime los topes, introduciendo, en su lugar,
pisos en las prestaciones monetarias que no son de suma fija.
El traslado de los cambios en los beneficios monetarios a las tarifas, tanto medidas en
valor absoluto como en relación al salario, debería esperarse que ocurriera en forma
plena a partir del momento en que los mismos entran en vigencia. Este comportamiento
es el que efectivamente se observa en ocasión de las primeras modificaciones,
notándose un salto en las cuotas correspondientes al mes de marzo de 2001. En cambio,
el incremento en las prestaciones dispuesto a fin de 2009, parecen trasladarse en forma
gradual al cuadro tarifario, sin que la información disponible hasta el momento permita
evaluar si ya se ha completado este ajuste.
Respecto de las reducciones en la alícuota registradas en los años 2002 y 2009, éstas
ocurren en un contexto de una no despreciable disminución en la tasa de siniestralidad,
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 15
aunque de carácter temporario –presumiblemente, en 2009-, originada en una
contracción o fuerte desaceleración en el crecimiento de la economía.
Menos evidentes, en cambio, resultan los argumentos que pudieran explicar el
incremento en la alícuota que tiene lugar en el período 2004-2006, ya que en ese lapso
no hubo modificación en los beneficios y la siniestralidad global del sistema se mantuvo
estable, frente a una reducción en la incidencia de los casos fatales.
Algunos de los elementos que podrían haber impactado hacia arriba el nivel medio de la
alícuota son, por un lado, los costos de las mayores regulaciones sobre las ARTs en
relación con las actividades tendientes a mejorar la prevención de enfermedades
profesionales y la atención de damnificados y, por el otro, podría reflejar también un
incremento en la litigiosidad del sistema. De acuerdo con información recopilada por la
Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART), entre 2004 y 2010 el flujo de
demandas judiciales que afectan a este segmento de la seguridad social se
incrementaron año a año, pasando de algo menos de 4000 casos iniciados en 2004 a casi
62.000 en el último ejercicio5. En la Sección IV, con información cualitativa provista
por las ARTs acerca de los factores que son relevantes para la fijación de las tarifas, se
retoman estas consideraciones.
Un comentario aparte merece el tema de la informalidad laboral, dado que ésta ha sido
históricamente una característica importante del mercado de trabajo en la Argentina. Al
respecto, y en lo que concierne al sistema de riesgos del trabajo, resulta relevante
distinguir el tipo de informalidad al que se hace referencia, pudiendo ser trabajadores
informales porque sus empleadores lo son o trabajadores informales de empleadores
registrados en el sistema. Cuando se trata de empleadores no registrados, en el caso de
infortunios laborales el régimen de riesgos del trabajo hace frente a las reparaciones –a
través del Fondo de Garantía- sólo si éstos son insolventes. Si, en cambio, el trabajador
no cubierto forma parte del plantel de un empleador que sí lo está, la ART
correspondiente se hace cargo de la totalidad de las prestaciones en caso de infortunio,
pudiendo luego trasladar tales costos a la empresa en cuestión. En cualquiera de los dos
casos, es de esperar entonces que la informalidad laboral tenga alguna relación positiva
con las tarifas, dado que en principio se podría estar incurriendo en costos más altos –ya
sea tanto por hacerse cargo de las compensaciones como por afrontar, con éxito incierto,
gastos administrativos por los reclamos- que aquellos derivados de dar cobertura a los
trabajadores por los que se efectúan aportes.
La estadística oficial muestra que a partir de 2005 hubo una sistemática reducción en la
informalidad del mercado de trabajo, que habría pasado de comprender a alrededor del
41% de la fuerza laboral a algo menos del 32% de la misma, comportamiento éste que
incidiría negativamente sobre las tarifas, tanto expresadas en pesos como en relación a
los salarios.
5 A partir de 2004, diversos fallos de la Corte Suprema abrieron la vía judicial para reclamos en el marco de la
Ley de Riesgos del Trabajo.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 16
En resumen, el análisis agregado de la información muestra una tarifa que ha crecido
casi sistemáticamente en términos reales y como porcentaje del salario, en un contexto
de relativa estabilidad –e incluso leve reducción- de la siniestralidad laboral y con un
mercado con mayor proporción de empleo registrado, pero en el que han tenido lugar
cambios en las prestaciones compensatorias y otros beneficios del sistema (prevención,
básicamente), como así también en las contingencias que eventualmente deben cubrir
las ARTs, según lo dictaminen los tribunales.
b. Estructura tarifaria por categorías relevantes y factores asociados
La revisión de la estadística desagregada de tarifas -en sus distintas expresiones-
permite esbozar algunos argumentos que vinculen tanto la estructura como su evolución
con el comportamiento absoluto y relativo de los salarios y siniestralidad. De este
análisis emergen como resultados más relevantes los siguientes:
A comienzos del sistema, las tarifas por trabajador cubierto resultaban muy
diferenciadas por sector de actividad, siendo muy superiores al promedio las
correspondientes a las actividades de Minería (2,7 veces la media), Construcción (2,1
veces la media) e Industria Manufacturera (1,5 veces la media), en tanto que en el
extremo opuesto se ubicaban las de Servicios Financieros y Sociales, con tarifas por
debajo de la mitad del promedio del sistema.
En algunos casos, estas diferencias reflejaban en parte los distintos niveles
salariales medios asociados a las diversas actividades. Así, los sectores de Minería,
Electricidad, Industria Manufacturera y Transporte pertenecían al grupo de tarifas y
salarios superiores al promedio, mientras que Comercio y Servicios Sociales mostraban
tarifas y salarios por debajo de la media del sistema. En cambio, el Agro y la
Construcción enfrentaban tarifas elevadas en relación al promedio, pero bajos salarios
relativos, mientras que el caso opuesto lo constituía el de los Servicios Financieros, con
tarifas bajas y salarios elevados.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 17
De este modo, al inicio del nuevo régimen las alícuotas resultaban muy por
encima de la media en los sectores del Agro y la Construcción, amplificando los salarios
por debajo del promedio las diferencias que ya existían en las tarifas en valor absoluto6.
En el sector de Servicios Financieros, en forma inversa, las elevadas remuneraciones
hacían más amplia la brecha –pero hacia abajo- de los costos de la cobertura al medirlos
en términos de alícuotas en lugar de tarifas nominales.
Estas diferencias en las alícuotas reflejaban en gran medida diferencias en la tasa
de infortunios asociada a las diversas actividades, pero también revelaban
probablemente el impacto diferente que los costos de las prestaciones no relacionadas
con las remuneraciones y otros costos fijos tenían sobre los distintos niveles salariales.
Así, por ejemplo, si bien la Construcción tenía una tasa de siniestralidad que algo más
que duplicaba la del promedio del sistema, la alícuota resultaba más de tres veces
superior a la media. En el sector Manufacturero, en cambio, los salarios más altos que el
promedio morigeraban el elevado riesgo siniestral relativo (cerca de 1,6 veces la media),
de modo que la relación entre la alícuota de este sector y la promedio (1,3 veces la
media) no era tan divergente.
La evolución en los 14 años de vigencia del sistema muestra que el fuerte
crecimiento que en términos reales observó la tarifa promedio, se extendió a todos los
sectores de actividad, aunque con distinta intensidad, dando lugar a un cambio en la
estructura relativa. Resultan destacables, al respecto, los aumentos observados en los
rubros de Servicios Financieros, Agro y Transporte, cuyas tarifas reales actualmente
más que triplican las vigentes al inicio del sistema.
En los casos de Agro y Transporte, los aumentos salariales reales superiores al
promedio explicarían en parte este comportamiento, aunque no plenamente, hecho que
se refleja en que observaron aumentos relativos de las respectivas alícuotas. Así,
mientras al inicio del sistema las alícuotas correspondientes al Agro y al Transporte
resultaban cerca de 2,6 y 1,1 veces la alícuota promedio, esa relación trepó a 3,3 y 1,4,
respectivamente, en el último año. En ambos sectores, la tasa de infortunios laborales,
tanto globales como fatales, tuvo un comportamiento más desfavorable que la media.
En el sector de la Construcción, se observa una disminución de la alícuota
relativa (de 3,2 veces a 2,7 veces la media), en un marco en el que la siniestralidad
acompañó (con oscilaciones) la tendencia del promedio. En el lapso bajo estudio, se
registró una recomposición salarial en este sector que habría permitido absorber con un
incremento en la alícuota proporcionalmente menor al resto, las mayores
compensaciones de suma fija y otros costos regulatorios de similar naturaleza.
La desagregación por tamaño del empleador revela que desde un inicio las
alícuotas resultaron más reducidas para las empresas más grandes, fenómeno que no en
todos los segmentos se condice con una menor siniestralidad, pero sí con un salario
relativo más elevado que diluye el peso de los costos fijos.
6 Debe destacarse, además, que estos dos sectores se caracterizaron históricamente por tener una tasa
de informalidad laboral muy extendida, bien por encima del promedio.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 18
La evolución temporal muestra que el incremento relativamente más
significativo en las alícuotas se dio en los tramos de empresas de muy reducido tamaño
(1 o 2 trabajadores) y en el de 500 a 2500 trabajadores. Probablemente el incremento en
la tasa de siniestralidad y el impacto de mayores costos fijos explique el aumento
relativo en la alícuota en el primer grupo. En el segundo caso, con salarios elevados que
crecieron a un ritmo similar al promedio, un tamaño de explotación grande, y una tasa
de infortunios que se comportó mejor o igual que la media, no está claro cuál puede
haber sido el motivo del ajuste.
Se advierte que la variabilidad salarial y de siniestralidad es más amplia entre
sectores que entre grupos de empresas clasificadas de acuerdo con su tamaño, reflejando
probablemente la mayor relevancia que el tipo de actividad económica tiene en materia
de categorías laborales y riesgos asociados.
La comparación de la estructura tarifaria clasificada por provincia muestra que
las alícuotas correspondientes a las distintas jurisdicciones, aunque resultaban más
homogéneas al inicio del sistema que en los últimos años, se encuentran notablemente
más concentradas que lo que arroja la clasificación de la información por sector o
tamaño. En efecto, el desvío absoluto promedio de la alícuota relativa –medida como el
número de veces la alícuota promedio- se ubica en torno de 22 puntos, cuando ese
indicador calculado por sectores y por tamaño del empleador resulta de 61 y 60,
respectivamente.
En lo que concierne a la siniestralidad, las diferencias entre provincias son
considerablemente menores que entre sectores -el desvío de la siniestralidad relativa es
de 41 puntos entre sectores y 23 según la jurisdicción-, aunque similar a la que se
registra entre los distintos tamaños de empleadores (indicador equivalente a 22).
Un interrogante que surge –y que la estadística disponible no permite dilucidar-
es si las diferencias entre provincias obedecen a que éste factor efectivamente es
determinante directo de la siniestralidad y la fijación de alícuotas, o si en rigor no está
más que reflejando una diferente estructura productiva sectorial o de tamaño de las
explotaciones. Al respecto, la encuesta a las ARTs –desarrollada en la siguiente sección-
revela algún indicio sobre esta cuestión.
IV. La política de fijación de alícuotas de las ARTs
El análisis de la evidencia empírica basado en información estadística agregada no
permite distinguir los determinantes de la política tarifaria aplicada por las ARTs, como
así tampoco detectar en qué medida éstas se diferencian o asemejan entre sí. Por este
motivo, se ha considerado de interés completar el análisis con un relevamiento
cualitativo entre las ARTs que indague básicamente sobre estas cuestiones, y que puede
servir de punto de partida para guiar futuros estudios de tipo econométrico a partir de
los microdatos que recopila la SRT.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 19
El sondeo fue realizado en el transcurso del mes de octubre de 20107 y fue respondido
por trece (13) ARTs, cuya facturación constituye más del 90% del total, por lo que los
resultados se estiman representativos del sector.
En lo que sigue se describen los resultados más destacados que surgen del relevamiento,
adjuntando en el Anexo II un modelo del formulario de la encuesta llevada a cabo.
a) Resultados de la encuesta a ARTs sobre determinantes de las alícuotas
Una de las observaciones generales más interesantes que surge del relevamiento a las
ARTs es que la política tarifaria difiere entre las distintas aseguradoras, tanto en lo que
concierne a las variables consideradas para la fijación de alícuotas, como a la
discriminación efectuada en función del tamaño de los empleadores.
En efecto, de las 13 encuestas procesadas, sólo en 3 casos señalaron no considerar
diferentes parámetros en su política tarifaria según fuera el tamaño de los empleadores.
A su vez, de las 10 ARTs que indicaron que su mecanismo de fijación de alícuotas
incluye la evaluación de distinto número de variables en función del tamaño del
empleador, 5 compañías adoptan la cantidad de 50 trabajadores como número de corte.
Los 5 casos restantes, en cambio, se asemejan entre sí en que adoptan números de corte
no uniformes, esto es, cortes que varían según sea la dimensión a considerar. En ningún
caso, sin embargo, se observa una diferenciación de la política tarifaria dentro del
conjunto de empleadores de hasta 50 trabajadores, es decir que el número de corte
nunca es inferior a ese tamaño del plantel, para cualquiera de las variables consideradas.
Cuadro 1. Variables consideradas según tamaño del empleador
Discriminación por tamaño N° ARTs
No discriminan 3
Discriminan con corte en 50 trabajadores 5
Discriminan con distinto corte según la variable 5
TOTAL 13
En lo que concierne a las variables determinantes de la fijación de alícuotas, para su
análisis se ha considerado conveniente agruparlas según su naturaleza, en alguna de las
siguientes categorías: salario, empleo, establecimiento, actividad desarrollada,
siniestralidad, prevención, comerciales/financieras/regulatorias y litigiosidad.
En lo que concierne a las variables relacionadas con el salario (Cuadro 2), se destaca lo
siguiente:
7 El relevamiento fue realizado a través de un cuestionario escrito distribuido por e-mail, y actuando la UART
como intermediaria para garantizar la confidencialidad de la información provista por cada aseguradora. Las 13
ARTs que respondieron lo hicieron completando el formulario suministrado. .
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 20
Cuadro 2. Variables salariales según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de
1500
TOTAL (13)
Salario medio (o masa salarial y trabajadores) 12 12 12 13 13 13 13
Dispersión salarial dentro de la empresa 2 2 2 4 5 6 6
No discriminan (3)
Salario medio (o masa salarial y trabajadores) 3 3 3 3 3 3 3
Dispersión salarial dentro de la empresa 1 1 1 1 1 1 1
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Salario medio (o masa salarial y trabajadores) 4 4 4 5 5 5 5
Dispersión salarial dentro de la empresa 1 1 1 3 3 3 3
Discriminan con corte variable (5)
Salario medio (o masa salarial y trabajadores) 5 5 5 5 5 5 5
Dispersión salarial dentro de la empresa 0 0 0 0 1 2 2
En todos los casos, el salario medio del empleador es un factor determinante,
excepto en uno en el que para aquéllos de menor tamaño (hasta 50 trabajadores) se fijan
tarifas standards –independientes de las remuneraciones de la empresa- que varían
según la actividad desarrollada,
La dispersión salarial sólo es relevante a los fines de la fijación de alícuotas para
menos de la mitad de las ARTs y, fundamentalmente en el segmento de empresas de
mayor tamaño. En algún caso, y para los empleadores de hasta 50 cápitas, se corrige la
alícuota por la dispersión salarial promedio, y no por la correspondiente a cada empresa
asegurada.
La mayor parte de las distintas dimensiones vinculadas con las características del
empleo (Cuadro 3) de cada empresa asegurada (al margen del número de puestos de
trabajo) no parecen ser muy relevantes para la política tarifaria, siendo este fenómeno
más generalizado aún a medida que se reduce el tamaño del empleador.
Dentro del conjunto que tiene más significación se destaca la distribución de
trabajadores por puesto de trabajo, seguida del personal cubierto en el exterior y de la
composición etárea del plantel.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 21
Cuadro 3. Variables de empleo según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de
1500
TOTAL (13)
Variabilidad del empleo en el tiempo 0 0 0 1 3 4 4
Rotación de trabajadores (o antigüedad) 0 0 0 0 1 2 2
Personal cubierto en el exterior 3 3 3 6 6 6 6
Composición por edad del plantel 3 3 3 5 5 5 5
% de mujeres en el plantel 1 1 1 1 1 1 1
Distribución trabajadores por puesto de trabajo 3 3 3 8 8 8 8
No discriminan (3)
Variabilidad del empleo en el tiempo 0 0 0 0 0 0 0
Rotación de trabajadores (o antigüedad) 0 0 0 0 0 0 0
Personal cubierto en el exterior 2 2 2 2 2 2 2
Composición por edad del plantel 2 2 2 2 2 2 2
% de mujeres en el plantel 1 1 1 1 1 1 1
Distribución trabajadores por puesto de trabajo 2 2 2 2 2 2 2
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Variabilidad del empleo en el tiempo 0 0 0 0 0 0 0
Rotación de trabajadores (o antigüedad) 0 0 0 0 0 0 0
Personal cubierto en el exterior 1 1 1 2 2 2 2
Composición por edad del plantel 1 1 1 3 3 3 3
% de mujeres en el plantel 0 0 0 0 0 0 0
Distribución trabajadores por puesto de trabajo 0 0 0 3 3 3 3
Discriminan con corte variable (5)
Variabilidad del empleo en el tiempo 0 0 0 1 3 4 4
Rotación de trabajadores (o antigüedad) 0 0 0 0 1 2 2
Personal cubierto en el exterior 0 0 0 2 2 2 2
Composición por edad del plantel 0 0 0 0 0 0 0
% de mujeres en el plantel 0 0 0 0 0 0 0
Distribución trabajadores por puesto de trabajo 1 1 1 3 3 3 3
En lo que concierne a las características de los establecimientos (Cuadro 4), en cuanto a
número y localización, éstas resultan relevantes para buena parte de las ARTs, aunque
menos aseguradoras las toman en cuenta en el caso de los empleadores de menor
tamaño. La localización parece ser importante –según refieren algunas compañías- tanto
por su incidencia sobre las frecuencias y costos siniestrales, como sobre las demandas
judiciales.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 22
Cuadro 4. Variables de establecimiento según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de 1500
TOTAL (13)
Cantidad de establecimientos 3 3 4 7 8 8 8
Localización de los establecimientos 7 7 8 10 11 11 11
No discriminan (3)
Cantidad de establecimientos 2 2 2 2 2 2 2
Localización de los establecimientos 3 3 3 3 3 3 3
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Cantidad de establecimientos 1 1 1 2 2 2 2
Localización de los establecimientos 2 2 2 3 3 3 3
Discriminan con corte variable (5)
Cantidad de establecimientos 0 0 1 3 4 4 4
Localización de los establecimientos 2 2 3 4 5 5 5
Las dimensiones relacionadas con la actividad desarrollada (Cuadro 5) y su
importancia sobre la fijación de alícuotas muestran un patrón diverso según se trate de
condiciones objetivas y generales o condiciones específicas de cada empleador.
Así, la consideración de la clasificación CIIU del nivel de actividad del empleador
resulta un parámetro algo más importante en la tarificación de las firmas más pequeñas
que entre las grandes; en cambio, la tecnología utilizada por la empresa asegurada –muy
relevante en la fijación de alícuotas de los empleadores de mayor tamaño- solo es tenida
en cuenta para las PyMES por aquellas ARTs que no discriminan entre firmas (al menos
en cuanto a qué variables ponderar).
Para todos los tamaños, la exposición a agentes de riesgo es importante, como así
también los exámenes periódicos a realizar, aunque –como en el caso de la tecnología-
su inclusión en la fijación de alícuotas es más generalizada cuanto mayor es el tamaño
de las empresas.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 23
Cuadro 5. Variables de actividad según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de 1500
TOTAL (13)
Actividad CIIU 2 dígitos 6 6 6 6 5 5 5
Actividad CIIU 3 dígitos 6 6 6 6 5 5 5
Actividad CIIU 4 dígitos 8 8 8 8 7 7 7
Exposición a agentes de riesgo 9 9 10 13 13 13 13
Tecnología utilizada en la actividad 2 2 2 5 8 9 9
Exámenes periódicos a realizar 8 8 8 10 11 11 11
No discriminan (3)
Actividad CIIU 2 dígitos 2 2 2 2 2 2 2
Actividad CIIU 3 dígitos 2 2 2 2 2 2 2
Actividad CIIU 4 dígitos 2 2 2 2 2 2 2
Exposición a agentes de riesgo 3 3 3 3 3 3 3
Tecnología utilizada en la actividad 2 2 2 2 2 2 2
Exámenes periódicos a realizar 3 3 3 3 3 3 3
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Actividad CIIU 2 dígitos 1 1 1 1 1 1 1
Actividad CIIU 3 dígitos 1 1 1 1 1 1 1
Actividad CIIU 4 dígitos 3 3 3 3 3 3 3
Exposición a agentes de riesgo 4 4 4 5 5 5 5
Tecnología utilizada en la actividad 0 0 0 2 2 2 2
Exámenes periódicos a realizar 2 2 2 3 3 3 3
Discriminan con corte variable (5)
Actividad CIIU 2 dígitos 3 3 3 3 2 2 2
Actividad CIIU 3 dígitos 3 3 3 3 2 2 2
Actividad CIIU 4 dígitos 3 3 3 3 2 2 2
Exposición a agentes de riesgo 2 2 3 5 5 5 5
Tecnología utilizada en la actividad 0 0 0 1 4 5 5
Exámenes periódicos a realizar 3 3 3 4 5 5 5
Además de la consideración del riesgo de infortunios relacionado con la actividad o
modo de producción, para la fijación de las primas, todas las ARTs relevadas le asignan
un rol muy relevante a la experiencia siniestral de cada empresa cuando se trata de
aquellas que tienen un plantel superior al de 50 trabajadores (Cuadro 6). Además, sólo
en un caso excluyen los accidentes in itinere registrados por los trabajadores de cada
firma de esta consideración.
Tal como sugiere la teoría económica, para los empleadores de menor tamaño la
siniestralidad propia pierde importancia en la determinación de alícuotas, al menos en lo
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 24
que concierne a la cantidad de aseguradoras que la consideran un componente de la
fórmula tarifaria.
Cuadro 6. Variables de siniestralidad según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de
1500
TOTAL (13)
Siniestr.individual en el pasado (acc.y e.p) 5 5 6 13 13 13 13
Siniestr.individual en el pasado (acc.in it.) 4 4 5 12 12 12 12
No discriminan (3)
Siniestr.individual en el pasado (acc.y e.p) 3 3 3 3 3 3 3
Siniestr.individual en el pasado (acc.in it.) 2 2 2 2 2 2 2
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Siniestr.individual en el pasado (acc.y e.p) 1 1 1 5 5 5 5
Siniestr.individual en el pasado (acc.in it.) 1 1 1 5 5 5 5
Discriminan con corte variable (5)
Siniestr.individual en el pasado (acc.y e.p) 1 1 2 5 5 5 5
Siniestr.individual en el pasado (acc.in it.) 1 1 2 5 5 5 5
No sólo la siniestralidad propia, sino que también la prevención (Cuadro 7),
particularmente en lo que respecta al cumplimiento de la normativa vigente, es un factor
que en forma más generalizada es tomado en cuenta para la fijación de las tarifas en el
caso de las firmas de mayor tamaño (por arriba de 50 trabajadores).
Cuadro 7. Variables de prevención según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10 Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de 1500
TOTAL (13)
Cumplimiento normas prevención 5 5 6 10 11 11 11
Prevención a cargo de la ART 6 6 6 7 7 8 8
No discriminan (3)
Cumplimiento normas prevención 2 2 2 2 2 2 2
Prevención a cargo de la ART 2 2 2 2 2 2 2
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Cumplimiento normas prevención 1 1 1 4 4 4 4
Prevención a cargo de la ART 1 1 1 1 1 1 1
Discriminan con corte variable (5)
Cumplimiento normas prevención 2 2 3 4 5 5 5
Prevención a cargo de la ART 3 3 3 4 4 5 5
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 25
Por último, del conjunto de variables que no tienen vinculación con el riesgo siniestral,
su volatilidad o con el costo de las prestaciones monetarias o en especie, es sin duda la
litigiosidad la que domina la escena (Cuadro 8): las ARTs -sin excepción en el caso de
las empresas de más de 100 trabajadores, y en forma muy generalizada en el resto de las
firmas- consideran las demandas judiciales asociadas a cada empleador para la fijación
de las respectivas alícuotas.
Cuadro 8. Variables regulatorias, comerciales y de litigiosidad según tamaño del empleador y política tarifaria de las ARTs
Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10 Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de 1500
TOTAL (13)
Costo unitario de regulaciones varias 5 5 5 5 5 5 5
Cumplimiento en el pago con la ART 6 6 6 9 9 9 9
Otros indic.comportamiento comercial 4 4 4 5 5 6 6
Permanencia en la ART 3 3 3 8 9 10 10
Demandas judiciales a la ART 11 11 11 12 13 13 13
No discriminan (3)
Costo unitario de regulaciones varias 1 1 1 1 1 1 1
Cumplimiento en el pago con la ART 2 2 2 2 2 2 2
Otros indic.comportamiento comercial 2 2 2 2 2 2 2
Permanencia en la ART 2 2 2 2 2 2 2
Demandas judiciales a la ART 3 3 3 3 3 3 3
Discriminan con corte en 50 trabajadores (5)
Costo unitario de regulaciones varias 1 1 1 0 0 0 0
Cumplimiento en el pago con la ART 1 1 1 2 2 2 2
Otros indic.comportamiento comercial 1 1 1 1 1 1 1
Permanencia en la ART 0 0 0 3 3 3 3
Demandas judiciales a la ART 4 4 4 5 5 5 5
Discriminan con corte variable (5)
Costo unitario de regulaciones varias 3 3 3 4 4 4 4
Cumplimiento en el pago con la ART 3 3 3 5 5 5 5
Otros indic.comportamiento comercial 1 1 1 2 2 3 3
Permanencia en la ART 1 1 1 3 4 5 5
Demandas judiciales a la ART 4 4 4 4 5 5 5
El cumplimiento en el pago es tenido en cuenta en la fijación de alícuotas por varias
ARTs, la mayor parte de las cuales, además, no distingue en este sentido según sea el
tamaño del establecimiento. En cambio, los descuentos por permanencia –que refleja el
interés de las ARTs de mantener a sus clientes- sólo es una política extendida cuando se
trata de grandes empleadores. En algún caso, además, se señaló que el interés por
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 26
penetrar en cierto segmento del mercado se traduce también en la política tarifaria.
Recuérdese que este es un sistema en el que las regulaciones tienden a homogeneizar el
servicio ofrecido por las ARTs, por lo que la competencia se da básicamente en una
única dimensión: el precio.
En síntesis, a pesar de que –como se destacara al inicio de esta sección- la política
tarifaria difiere entre las distintas aseguradoras, los resultados hasta aquí expuestos
sugieren que la mayor parte de las ARTs tienden a fijar tarifas que, de algún modo,
podrían considerarse “a medida” para las empresas de mayor tamaño: ello significa que
tienen en cuenta las condiciones particulares de cada establecimiento en materia salarial,
de empleo, cantidad y ubicación de los establecimientos, modo de producción,
individuos expuestos a agentes de riesgo, prevención y siniestralidad. Es por ello que,
para este grupo de empleadores, su clasificación por actividad declarada no parece ser
muy relevante en la determinación del nivel de alícuotas.
Por el contrario, para las firmas con planteles más reducidos (básicamente, hasta 50
trabajadores), las tarifas tienden a ser más estandarizadas, jugando un rol más
importante el sector de actividad al cual pertenece cada empleador, y en el que los
ajustes de las alícuotas eventualmente se realizan considerando valores medio de
muchas variables relevantes –y no individuales, como en el caso de las grandes
empresas-, tales como siniestralidad, edad de los planteles, variabilidad salarial, etc.
En todos los casos, sin embargo, la litigiosidad asociada a cada empleador parece
volcarse a la tarifa, sin que se observe un tratamiento muy diferencial en función del
tamaño de los respectivos planteles.
En lo que concierne a los costos de estructura de las ARTs, se advierte que los
mecanismos de traspaso a las tarifas son muy diversos (Cuadro 9), aunque en ningún
caso se adopta la modalidad de prorrateo por cápitas (monto igual per trabajador
cubierto).
Cuadro 9. Traslado a tarifas de los costos de estructura de las ARTs
Mecanismo Nº ARTs*
Monto fijo y único por trabajador 0
Monto fijo por trabajador, pero variable por tamaño de empleador 4
Monto fijo por trabajador, pero variable por salario medio empleador 5
% fijo de la masa salarial 2
% decreciente de la masa salarial (por tamaño) 1
% variable sobre la prima 2
Relacionado con siniestralidad a administrar y con la prima 1
Nota: (*) la suma excede de 13 (cantidad de ARTs que respondieron) porque en dos casos fueron seleccionadas dos opciones
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 27
Las opciones más frecuentes parecen ser la de monto fijo por trabajador, pero
decreciente por tamaño del empleador y/o salario medio del empleador, en tanto que las
más sofisticadas tienen también en consideración la siniestralidad individual esperada a
administrar.
Si bien el relevamiento muestra que las ARTs persiguen –particularmente a mayor
tamaño de los empleadores- fijar tarifas en función del riesgo, un gran número de ellas
(7 de 13) señala también que encuentran limitaciones para efectuar la discriminación
que consideran conveniente (Cuadro 10). Estas limitaciones están en muchos casos
vinculadas con las regulaciones impuestas por la Superintendencia de Seguros de la
Nación (SSN), y en otros por la falta o confiabilidad de la información relevante (por
ejemplo, actividad que desempeña cada trabajador cubierto) o la incertidumbre
regulatoria y judicial. Los límites que impone la competencia también fueron
considerados, en un caso, un impedimento importante para la fijación de tarifas en
función del riesgo.
Cuadro 10. Limitaciones para efectuar la discriminación de cuotas de acuerdo al riesgo que considera conveniente
Opciones Nº ARTs
SI 7*
Tarifa aprobada por SSN 4
Información escasa e incertidumbre 4
Competencia 1
NO 6
Nota: (*) la suma excede de 7 (cantidad de ARTs que respondieron afirmativamente) porque en algunos casos seleccionaron dos opciones
Finalmente, cabe destacar que las características de los mecanismos vigentes de fijación
de tarifas, tal como se describió a lo largo de este informe, en 10 de 12 ARTs es
diferente a la prevaleciente cinco años atrás (una no informó al respecto,
presumiblemente por ser más reciente en el mercado). Los principales cambios se
informa que están relacionados con incorporar mayor información para definir las
primas (siniestral, discriminación por actividad y jurisdicción), introducir mayor
estandarización en el segmento de empresas de menor tamaño y modificación o
consideración de la valuación de los costos de demandas judiciales.
V. Principales resultados del estudio
La teoría económica predice que, si la legislación lo permite, en un mercado
competitivo las aseguradoras de riesgos del trabajo tendrán incentivos para aplicar
alguna variante de experience rating -primas que reflejen el riesgo de infortunios de
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 28
cada empleador individualmente considerado- y que esta conducta es más esperable aún
cuanto más homogéneo sea el producto o servicio ofrecido, ya que la competencia se
dará básicamente en una única dimensión, la tarifa.
Este esquema es, a su vez, el más adecuado en cuanto a su impacto sobre la prevención
por parte de los empleadores, dado que los esfuerzos en ese sentido se traducirán en
primas del seguro más reducidas. Sin embargo, es de difícil aplicación en el caso de las
firmas de menor tamaño -por la volatilidad en la tasa siniestral asociada a un número
reducido de trabajadores asegurados- por lo que en estos casos es de esperar la
aplicación de criterios más agregados para la fijación de primas.
Por otra parte, existen un conjunto de elementos distintos del riesgo siniestral que
inciden sobre la estructura tarifaria –particularmente cuando ésta se analiza en relación a
las remuneraciones-, por lo que variaciones en las tarifas a lo largo del tiempo o
diferencias entre sectores, regiones o cualquier otra forma de categorizar las empresas,
debe ser interpretada teniendo en consideración estas cuestiones.
Precisamente, bajo estos criterios se lleva a cabo el análisis de la estadística elaborada
por la SRT que muestra que a lo largo de estos casi 15 años de vigencia del sistema de
riesgos del trabajo, la tarifa promedio ha crecido sistemáticamente en términos reales y
como porcentaje del salario, en un contexto en el que la siniestralidad laboral se ha
mantenido relativamente estable, pero con una fuerte reducción de la incidencia de los
casos fatales. Esta evolución dispar entre tarifa y siniestralidad se estima que podría
estar asociada en gran medida a las importantes mejoras dispuestas en las prestaciones
monetarias8 como así también a los mayores costos de regulaciones sobre las ARTs en
relación con las actividades tendientes a mejorar la prevención y la atención de
damnificados. Otro elemento que podría haber contribuido también es el aumento en la
litigiosidad del sistema a partir de la segunda mitad de la última década, fenómeno que
se traduciría en eventuales mayores contingencias, prestaciones y gastos de carácter
legal a cargo de las ARTs.
La clasificación de la información por sector de actividad muestra que desde el inicio
las tarifas por trabajador cubierto resultaban muy diferenciadas entre los mismos, brecha
que sólo en parte respondían a discrepancias salariales, dando lugar a una importante
dispersión de alícuotas. Esta estructura si bien se correspondía en gran medida con las
distintas tasas de infortunios, revelaría también el probable impacto diferencial que los
costos de las prestaciones no relacionadas con las remuneraciones y otros costos fijos
tenían sobre niveles salariales dispares.
El incremento tarifario que tuvo lugar en los años de vigencia del sistema se extendió a
todos los sectores, aunque en un contexto de cambio en la estructura y con una
moderada reducción en los desvíos respecto del promedio. Diferente comportamiento de
8 La teoría económica predice que las mejoras en los beneficios podrían dar lugar a un aumento en la
siniestralidad declarada, particularmente en aquellos casos de menor gravedad. La evidencia empírica del caso
argentino –según surge de la estadística agregada- no es suficiente para confirmar esta hipótesis, pero no la
contradice.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 29
la tasa de siniestros y cambios en los salarios relativos parecen estar asociados a estas
modificaciones.
Al considerar el tamaño de los empleadores, se advierte que desde el inicio las alícuotas
resultaron más reducidas para las empresas de mayor tamaño, fenómeno que no en
todos los segmentos se condice con una menor siniestralidad, pero sí con un salario
relativo más elevado que diluye el peso de los costos fijos. Es de destacar, además, que
la dispersión de la siniestralidad es más amplia entre sectores que entre diferentes
tamaños de empleador, reflejando probablemente la mayor relevancia que el tipo de
actividad económica tiene en materia de riesgos laborales. Un resultado similar se
obtiene en la evaluación por jurisdicción, clasificación que también presenta una
estructura de alícuotas más concentrada.
Debe notarse que aunque la relación entre siniestralidad y alícuota a nivel sectorial
parece más clara, o que la estructura tarifaria sugiere una relación con el tamaño del
empleador, la estadística agregada no permite inferir qué política de fijación de cuotas
es la que prevalece. Así, por ejemplo, aún bajo un esquema de prima plana, si existe una
discriminación sectorial, aunque el costo del seguro no esté vinculado con el riesgo y/o
prevención de cada empresa, sí lo estará con el riesgo del conjunto del sector. Tampoco
es posible, a partir de esa información, establecer si las diferencias entre provincias
obedecen a que éste factor efectivamente es determinante directo de la siniestralidad y
la fijación de alícuotas, o si en rigor no está más que reflejando una diferente estructura
productiva sectorial o de tamaño de las explotaciones.
Precisamente, el relevamiento cualitativo realizado para este trabajo entre las ARTs
permite indagar sobre estos aspectos. Y al respecto, una de las observaciones generales
más interesantes que surge de este sondeo es que la política tarifaria difiere entre las
distintas aseguradoras, tanto en lo que concierne a las variables consideradas para la
fijación de alícuotas, como a la discriminación efectuada en función del tamaño de los
empleadores. Con todo, existe evidencia de que la mayoría de ellas aplica una política
en la que –como predice la teoría económica- las tarifas tienden a ser más “a medida”
para las empresas de mayor tamaño, esto es, que tienen en cuenta las condiciones
particulares de cada establecimiento en materia salarial, de empleo, cantidad y
ubicación de los establecimientos, modo de producción, individuos expuestos a agentes
de riesgo, prevención y siniestralidad. El uso de indicadores que apuntan a precisar el
riesgo individual se traduce en que la clasificación por actividad declarada no parece ser
muy relevante en la determinación del nivel de alícuotas para este grupo de
empleadores.
Por el contrario, para las firmas con planteles más reducidos (básicamente, hasta 50
trabajadores), las tarifas tienden a ser más estandarizadas, jugando un rol más
importante el sector de actividad al cual pertenece cada empleador, y en el que los
ajustes de las alícuotas eventualmente se realizan considerando valores medio de
muchas variables relevantes –y no individuales, como en el caso de las grandes
empresas-, tales como siniestralidad, edad de los planteles, variabilidad salarial, etc.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 30
Debe notarse, además, que por el carácter cualitativo de la encuesta, aquellas pocas
ARTs que señalaron que consideran las mismas variables para la conformación de las
tarifas independientemente del tamaño del empleador, no significa que no efectúan
discriminación según esta dimensión: de hecho podrían estar ponderando de modo
diferente cada factor según las características de la empresa asegurada, como por
ejemplo su siniestralidad pasada.
El número de corte más frecuente en 50 trabajadores para la discriminación de la
política tarifaria significa que esta distinción segmenta el mercado de modo distinto
según se mida por empresas, empleados o facturación. Así, las firmas de menor tamaño,
según ese umbral, representan más del 60% del total de empresas aseguradas, cifra que
se reduce a casi la mitad en función de los planteles y constituyen casi el 45% de la
recaudación de las ARTs.
Otro elemento importante que surge del relevamiento es que, en todos los casos la
litigiosidad asociada a cada empleador parece volcarse a la tarifa, sin que se observe un
tratamiento muy diferencial -en cuanto a considerar esta variable- en función del tamaño
de los respectivos planteles. Este resultado apoya la hipótesis esbozada en el análisis de
la estadística agregada para explicar parte del crecimiento de la tarifa y alícuota en la
segunda mitad de los 2000s. De todos modos, es de destacar que dado que la litigiosidad
es un fenómeno gradual en el que las percepciones de las ARTs pueden ser diversas, la
forma y magnitud en que este costo se traslada a la tarifa seguramente sea distinta entre
aseguradoras.
Las respuestas a la compulsa confirman, además, que las diferencias de alícuotas que se
observan por jurisdicción no sólo estarían asociadas a distinta estructura productiva o de
tamaño de las firmas, sino que la localización constituye un determinante directo de la
estructura tarifaria: el ajuste en estos casos, según sugieren algunas respuestas
obtenidas, parecería obedecer a diferencias en las frecuencias y costos siniestrales no
relacionados con las otras variables, y a un diverso escenario en materia de litigiosidad
por provincia.
Los mecanismos descriptos para la fijación de alícuotas no han permanecido estables a
lo largo del tiempo: a los esquemas prevalecientes, las ARTs han arribado a través de
sucesivas modificaciones, estando las principales relacionadas con incorporar más
información para definir las primas, introducir mayor estandarización en el segmento de
empresas de menor tamaño y revisión o consideración de la valuación de demandas
judiciales. Varias aseguradoras, además, consideran que la discriminación de primas
que efectúan es insuficiente, atribuyendo la mayor parte de las limitaciones a las
regulaciones tarifarias que impone la SSN, a la falta de información relevante de los
empleadores y a la incertidumbre regulatoria y judicial.
En síntesis, la estadística agregada de todo el sistema no muestra una relación entre
alícuota y siniestralidad, cuando en rigor las ARTs han ido sofisticando sus mecanismos
de fijación de primas, para que éstas sean más ajustadas al riesgo individual en el caso
de las empresas más grandes y más guiadas por criterios generales en el de las de menor
tamaño. Esto obedecería, por un lado, a cambios en los beneficios y otras prestaciones
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 31
del sistema y, por el otro, a que en los últimos años al riesgo siniestral se le ha sumado
el de la litigiosidad.
La estadística agrupada por sector, tamaño y localización, interpretada a la luz de los
resultados del relevamiento a las ARTs, indicaría que las diferencias de alícuotas por
sector de actividad –vinculadas con la tasa de siniestralidad- reflejan que éste es una
proxy pero no el único indicador que se considera para la valuación del riesgo siniestral;
que las diferencias por tamaño –no siempre relacionadas con la tasa de infortunios-
mostraría la importancia que tiene esta dimensión para diferenciar la política de fijación
de primas; las diferencias por localización resumen tanto diversidad en los gastos
esperados por siniestros como una problemática distinta en lo que concierne a la
litigiosidad.
VI. Reflexiones finales
Uno de los hallazgos más relevantes de este trabajo es la evidencia de que, aunque la
política tarifaria varía entre las ARTs, la mayor parte de ellas aplica un esquema del tipo
experience rating para las firmas más grandes (más de 50 trabajadores) y uno más
estandarizado para los empleadores de menor tamaño. La teoría económica establece
que esta clase de arreglo es apropiado para alentar la prevención, evitando ocasionar al
mismo tiempo un problema de escasa transferencia de riesgo en el segmento de
empresas más pequeñas.
De este modo, la evidencia indica -con la cautela que impone el análisis de datos
agregados o de carácter cualitativo- que el marco regulatorio en materia tarifaria incluye
como propiedad, por cierto recomendable, la de admitir una considerable flexibilidad en
la fijación de las cuotas.
Más allá de esta apreciación de carácter general sobre los aspectos normativos, resulta
importante destacar el rol que juega la provisión de información en este esquema. En
este sentido, la fijación de primas en función del riesgo individual que se aplica a las
firmas de mayor tamaño será más justa y generará más incentivos a la prevención,
cuanto más precisa sea la información con que cuenten las aseguradoras para efectuar
tal discriminación. De acuerdo con las opiniones relevadas en la encuesta llevada a cabo
en ocasión de este trabajo, un número muy reducido de ARTs considera que la
desagregación de los datos de los que actualmente disponen resulta insuficiente,
particularmente en lo que concierne a los trabajadores según sea su exposición al riesgo.
Sin embargo, dado que se estima que probablemente sea una tarea compleja relevar y
mantener actualizada esta información, no está claro que bajo el criterio de costo-
beneficio resulte conveniente atender ese reclamo; con todo, sólo un estudio de esa
naturaleza puede justificar la inclusión o no de estas variables en el registro que
mantiene la SRT.
Otro resultado importante del trabajo muestra que también la política tarifaria ha
comenzado a incluir un componente vinculado con la litigiosidad del sistema, en virtud
de su notable aumento en los últimos años. Más allá de los esfuerzos que –dentro de sus
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 32
competencias- la SRT está realizando para reencauzar el sistema hacia uno en el que los
casos se resuelvan mayoritariamente por la vía administrativa, se sugiere que, en la
transición, se considere la conveniencia de completar la información provista por este
organismo con datos sobre la litigiosidad que afecta a los empleadores, de modo tal de
permitir una fijación de tarifas más ajustada a la evaluación de este riesgo.
Por último, cabe agregar que si bien este trabajo puso de relieve las principales
características de las alícuotas del sistema y su relación con el riesgo, podría resultar de
interés profundizar el análisis a partir de la utilización de la información por empleador
que mantiene la SRT. A través de la aplicación de técnicas econométricas a esta base de
datos, se podrían obtener resultados cuantitativos de la incidencia de los distintos
factores en la fijación de alícuotas.
Referencias
Barkume, A. and J. Ruser (2001), “Deregulating Property-Casualty Insurance Pricing:
The Case of Workers‟ Compensation”, Journal of Law and Economics, Vol. XLIV.
Baril, G. and P. Lanoie (1996), “Claims Reporting and Risk Bearing Moral Hazard in
Workers‟ Compensation: The Canadian Context”, CIRANO, Scientific Series, Jan.
Becker, G. and I. Ehrlich (1972), “Market Insurance, Self Insurance, and Self
Protection”, Journal of Political Economy.
Bolduc, D.; B. Fortin; F. Labrecque and P. Lanoie (2001), “Workers‟ Compensation,
Moral Hazard, and the Composition of Workplace Injuries”, The Journal of Human
Resources, XXXVII.
Bolduc, D.; B. Fortin; F. Labrecque and P. Lanoie (1997), “Incentive Effects of Public
Insurance Programs on the Occurrence and the Composition of Workplace Injuries”,
CIRANO, Scientific Series, May.
Bruce, C. and F. Atkins (1993), “Efficiency Effects of Premium-Setting Regimes under
Workers‟ Compensation: Canada and the United States”, Journal of Labor Economics,
Vol.11, N°1.
Butler, R. (1994), “Economic Determinants of Workers‟ Compensation Trends”, The
Journal of Risk and Insurance, Vol.61, Nº3.
Campolieti, M. and D. Hyatt (2006), “Further Evidence on the „Monday Effect‟ in
Workers‟ Compensation”, Industrial & Labor Relations Review, Vol.59.
Card, D. and B. McCall (1995), “Is Workers‟ Compensation Covering Uninsured
Medical Costs? Evidence from the „Monday Effect‟”, NBER Working Paper N° 5058.
Darling – Hammond, L. and T. Kiesner (1980), “The Law and Economics of Workers‟
Compensation”, RAND Institute for Civil Justice, R-2716-ICJ.
Fortin, B. and P. Lanoie (1998), “Effects of Workers‟ Compensation: A Survey”,
CIRANO.
Gill, I. and N. Ilahi (2000), Economic Insecurity, Individual Behavior and Social Policy.
World Bank. Draft.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 33
Harrington, S. and P. Danzon (2000), “Rate Regulation, Safety Incentives, and Loss
Growth in Workers‟ Compensation Insurance”, Journal of Business, Vol. 73.
Hyatt, D. and T. Thomason (1998), “Evidence on the Efficacy of the Experience Rating
in British Columbia”, A Report to the Royal Commission on Workers‟ Compensation in
BC.
Lanoie, P. (1991), “Occupational Safety and Health: a Problem of Double or Single
Moral Hazard”, The Journal of Risk and Insurance, Vol. 58.
Krueger, A (1990), “Workers‟ Compensation Insurance and the Duration of Workplace
Injuries”, NBER Working Paper Series, WP N° 3253.
Ruser, J. (1991), “Workers‟ Compensation and Occupational Injuries and Illnesses”,
Journal of Labor Economics, Vol.9, N°4.
Shavell, S. (2003), “Economic Analysis of Accident Law”, NBER Working Paper 9694.
Shavell, S. (1987), “Economic Analysis of Accident Law”, Harvard University Press.
Shavell, S.(1979), “On Moral Hazard and Insurance”, The Quarterly Journal of
Economics.
Shields, J.; X.Lu and G. Oswalt (1999), “Workers‟ Compensation Deductibles and
Employers Costs”, The Journal of Risk and Insurance, Vol. 66.
Thorpe, K. (1992), “Inside the Black Box of Administrative Costs”, Health Affairs,
Summer.
Trieschmann, J. and E. Leverett, Jr. (1978), “Self-Insurance of Workers‟ Compensation
Losses”, The Journal of Risk and Insurance, Vol. 45.
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 34
ANEXO I
Cuadro A1. Indicadores agregados de alícuotas y factores asociados
Recaudación
($) Recaudación (pesos 1996)
Cuota ($)
Cuota (pesos 1996)
Alícuota (% del
salario)
Salario medio
del sistema
($)
Salario medio
del sistema (pesos
de 1996)
Incidencia global (por
miles)
Incidencia global en fallecidos
(por millón)
1996 42.422.315 42.422.315 11,43 11,43 1,45 791 791 84,3 233,2
1997 46.208.725 46.162.407 11,22 11,21 1,44 786 785 77,4 220,9
1998 51.586.229 53.237.299 10,64 10,99 1,42 756 780 72,9 223,4
1999 55.470.463 59.509.021 11,35 12,18 1,46 781 838 76,7 204,7
2000 56.558.223 58.346.457 11,57 11,93 1,43 813 839 77,5 185,9
2001 72.595.423 76.643.261 14,69 15,50 1,85 806 851 69,0 159,0
2002 66.642.122 39.723.661 14,83 8,84 1,82 821 489 62,4 152,1
2003 80.537.107 40.719.840 17,05 8,62 1,98 865 437 72,7 152,2
2004 113.695.562 53.525.334 21,24 10,00 2,11 1.009 475 80,2 150,1
2005 159.776.177 69.354.855 26,56 11,53 2,34 1.140 495 81,5 142,8
2006 241.332.384 94.890.141 36,14 14,21 2,60 1.394 548 80,7 149,1
2007 315.823.511 112.876.480 43,47 15,54 2,59 1.679 600 82,5 140,7
2008 426.106.899 134.957.241 55,01 17,42 2,61 2.114 670 80,6 123,0
2009 520.250.989 153.899.395 66,30 19,61 2,33 2.840 840 72,9 105,8
2010 753.204.811 202.368.023 96,03 25,80 2,88 3.345 899
Fuente: elaboración propia en base a datos de la SRT
Tasas de variación
1996-2010 1675,5% 377,0% 740,2% 125,8% 323,1% 13,7%
1996-2010 anual 22,8% 11,8% 16,4% 6,0% 10,9% 0,9%
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 35
Cuadro A2.1 Cuota promedio en $ por trabajador, según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería No
clasificada Servicios S. Sociales Transporte TOTAL
1996 15,67 7,29 24,40 13,92 17,26 30,68 8,76 5,22 5,44 13,80 11,43
1997 15,75 7,41 23,95 14,15 17,31 30,76 8,45 5,21 5,41 13,56 11,22
1998 16,85 8,02 24,47 15,29 17,70 31,55 9,06 5,88 4,75 13,79 10,64
1999 18,50 8,95 26,14 15,91 19,08 32,36 13,91 6,72 5,12 15,11 11,35
2000 19,51 9,52 27,38 16,57 19,73 33,10 18,55 7,38 5,41 15,78 11,57
2001 27,62 13,19 35,93 21,61 25,07 36,83 21,39 9,83 6,94 20,53 14,69
2002 31,11 14,37 37,04 22,21 25,51 37,64 22,16 10,74 7,16 21,66 14,83
2003 38,00 15,82 39,48 23,62 28,46 41,81 21,85 12,38 7,91 24,68 17,05
2004 47,08 19,44 48,16 26,67 35,61 49,06 22,09 15,30 9,40 30,86 21,24
2005 54,32 23,71 57,04 32,00 44,56 63,98 41,08 18,87 11,84 40,10 26,56
2006 72,40 31,76 81,02 44,92 62,14 86,11 48,23 25,30 14,93 56,50 36,14
2007 83,97 37,18 100,24 49,58 73,93 104,51 55,91 30,19 18,51 68,48 43,47
2008 111,87 46,41 121,98 61,59 92,45 131,97 72,08 38,44 24,74 88,23 55,01
2009 137,22 56,56 144,42 82,38 112,26 176,06 88,96 47,94 30,98 111,83 66,30
2010 202,18 77,75 202,36 121,90 168,91 270,38 102,11 69,96 44,34 164,86 96,03
Cuadro A2.2 Cuota $ por trabajador relativa al promedio, según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería No
clasificada Servicios S. Sociales Transporte TOTAL
1996 137 64 213 122 151 268 77 46 48 121 100
1997 140 66 213 126 154 274 75 46 48 121 100
1998 158 75 230 144 166 296 85 55 45 130 100
1999 163 79 230 140 168 285 123 59 45 133 100
2000 169 82 237 143 171 286 160 64 47 136 100
2001 188 90 245 147 171 251 146 67 47 140 100
2002 210 97 250 150 172 254 149 72 48 146 100
2003 223 93 232 139 167 245 128 73 46 145 100
2004 222 92 227 126 168 231 104 72 44 145 100
2005 205 89 215 120 168 241 155 71 45 151 100
2006 200 88 224 124 172 238 133 70 41 156 100
2007 193 86 231 114 170 240 129 69 43 158 100
2008 203 84 222 112 168 240 131 70 45 160 100
2009 207 85 218 124 169 266 134 72 47 169 100
2010 211 81 211 127 176 282 106 73 46 172 100
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 36
Cuadro A3.1 Cuota promedio como % de la masa salarial, según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería No
clasificada Servicios
S. Sociales
Transporte TOTAL
1996 3,71 1,17 4,58 0,89 1,86 1,62 1,00 0,50 0,79 1,48 1,45
1997 3,73 1,19 4,66 0,91 1,87 1,56 0,86 0,50 0,78 1,53 1,44
1998 3,90 1,27 4,77 0,99 1,90 1,55 0,90 0,56 0,76 1,55 1,42
1999 4,22 1,36 4,95 1,05 1,99 1,59 1,48 0,63 0,77 1,66 1,46
2000 4,46 1,42 5,11 1,02 2,01 1,59 1,89 0,67 0,76 1,70 1,43
2001 6,34 2,01 6,92 1,35 2,62 1,78 2,13 0,90 0,98 2,27 1,85
2002 6,59 2,17 6,16 1,39 2,59 1,66 2,50 0,97 0,99 2,39 1,82
2003 6,70 2,27 6,53 1,37 2,67 1,67 2,49 1,14 1,03 2,53 1,98
2004 6,46 2,22 6,43 1,35 2,75 1,82 2,16 1,20 1,11 2,51 2,11
2005 6,84 2,36 6,75 1,43 3,04 2,13 3,20 1,35 1,23 2,82 2,34
2006 7,46 2,59 7,30 1,67 3,45 2,68 3,69 1,56 1,24 3,20 2,60
2007 7,40 2,61 6,85 1,55 3,49 2,82 3,70 1,62 1,23 3,25 2,59
2008 7,65 2,67 6,49 1,60 3,61 3,13 3,91 1,64 1,26 3,40 2,61
2009 7,78 2,71 6,31 1,54 3,45 2,85 4,14 1,53 1,07 3,34 2,33
2010 9,29 3,22 7,57 1,88 4,16 3,59 4,37 1,93 1,34 4,10 2,88
Cuadro A3.2 Nº Veces alícuota promedio, según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería
No clasificada
Servicios S.
Sociales Transporte TOTAL
1996 2,56 0,81 3,16 0,62 1,29 1,12 0,69 0,34 0,55 1,02 1,00
1997 2,60 0,83 3,25 0,64 1,30 1,08 0,60 0,35 0,54 1,07 1,00
1998 2,75 0,89 3,37 0,70 1,34 1,09 0,63 0,40 0,54 1,10 1,00
1999 2,88 0,93 3,38 0,71 1,36 1,08 1,01 0,43 0,53 1,13 1,00
2000 3,12 0,99 3,57 0,72 1,40 1,11 1,32 0,47 0,53 1,19 1,00
2001 3,43 1,09 3,74 0,73 1,41 0,96 1,15 0,49 0,53 1,23 1,00
2002 3,62 1,20 3,39 0,76 1,42 0,92 1,37 0,53 0,54 1,31 1,00
2003 3,38 1,14 3,30 0,69 1,34 0,84 1,26 0,57 0,52 1,28 1,00
2004 3,06 1,05 3,04 0,64 1,30 0,86 1,02 0,57 0,53 1,19 1,00
2005 2,93 1,01 2,89 0,61 1,30 0,91 1,37 0,58 0,53 1,21 1,00
2006 2,87 1,00 2,81 0,64 1,33 1,03 1,42 0,60 0,48 1,23 1,00
2007 2,85 1,01 2,64 0,60 1,35 1,09 1,43 0,63 0,47 1,25 1,00
2008 2,93 1,02 2,49 0,61 1,38 1,20 1,50 0,63 0,48 1,30 1,00
2009 3,34 1,16 2,71 0,66 1,48 1,22 1,78 0,66 0,46 1,44 1,00
2010 3,23 1,12 2,63 0,65 1,45 1,25 1,52 0,67 0,47 1,43 1,00
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 37
Cuadro A4.1 Salario medio estimado ($),según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería No clasificada Servicios S. Sociales Transporte Total
1996 423 627 534 1.560 931 1.903 878 1.048 685 937 791
1997 425 628 517 1.560 933 1.985 995 1.055 694 891 786
1998 435 639 516 1.553 944 2.048 1.027 1.054 627 896 756
1999 442 665 532 1.535 967 2.055 958 1.071 667 921 781
2000 440 676 542 1.629 995 2.086 988 1.110 716 936 813
2001 442 670 527 1.629 980 2.089 1.040 1.106 716 922 806
2002 475 668 606 1.612 995 2.264 898 1.116 730 916 821
2003 568 702 607 1.729 1.074 2.504 880 1.097 773 982 865
2004 730 877 750 1.985 1.297 2.704 1.024 1.280 848 1.232 1.009
2005 794 1.006 849 2.239 1.467 3.009 1.290 1.399 968 1.426 1.140
2006 971 1.229 1.115 2.699 1.803 3.252 1.311 1.625 1.203 1.770 1.394
2007 1.135 1.428 1.464 3.191 2.121 3.718 1.516 1.864 1.512 2.109 1.679
2008 1.460 1.738 1.881 3.845 2.563 4.231 1.840 2.355 1.975 2.595 2.114
2009 1.765 2.093 2.291 5.348 3.257 6.191 2.062 3.138 2.900 3.347 2.846
2010 2.175 2.426 2.682 6.513 4.069 7.529 2.282 3.629 3.325 4.027 3.345
Cuadro A4.2 Salario medio relativo, según sector económico
Agricultura Comercio Construcción Electricidad Manufactura Minería No clasificada Servicios S. Sociales Transporte Total
1996 54 79 68 197 118 241 111 133 87 118 100
1997 54 80 66 199 119 253 127 134 88 113 100
1998 58 85 68 205 125 271 136 139 83 118 100
1999 57 85 68 197 124 263 123 137 85 118 100
2000 54 83 67 200 122 256 122 137 88 115 100
2001 55 83 65 202 122 259 129 137 89 114 100
2002 58 81 74 196 121 276 109 136 89 112 100
2003 66 81 70 200 124 290 102 127 89 114 100
2004 72 87 74 197 129 268 102 127 84 122 100
2005 70 88 74 196 129 264 113 123 85 125 100
2006 70 88 80 194 129 233 94 117 86 127 100
2007 68 85 87 190 126 221 90 111 90 126 100
2008 69 82 89 182 121 200 87 111 93 123 100
2009 62 74 81 188 114 218 72 110 102 118 100
2010 65 73 80 195 122 225 68 109 99 120 100
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 38
Cuadro A5.1 Índice de Incidencia Global, según sector de actividad (base 1997=100)
Actividad 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agricultura 107,1 100,0 132,3 136,4 143,0 134,3 142,2 149,0 159,4 150,7 153,7 147,8 144,9 137,3
Comercio 94,5 100,0 122,2 129,3 141,0 122,4 114,0 126,4 135,3 133,8 134,6 135,5 133,8 124,6
Construcción 105,6 100,0 103,1 112,0 100,2 88,4 72,3 94,5 110,9 115,9 117,0 112,0 107,9 95,9
Electricidad, gas y agua 103,2 100,0 103,2 99,0 102,3 88,1 89,4 93,4 92,1 97,8 94,4 93,4 96,5 93,2
Industrias manufactureras 104,6 100,0 92,0 97,9 97,0 85,0 75,4 91,2 100,0 97,8 93,4 94,8 92,4 84,8
Minas y canteras 108,0 100,0 91,4 96,3 94,3 82,9 70,0 80,8 88,4 89,7 90,1 99,4 97,5 72,4
No clasificado 67,0 100,0 93,0 83,4 68,2 98,3 124,4 119,1 96,2 148,5 132,9 121,7 98,9 228,3
Servicios comunales 121,1 100,0 91,1 98,0 110,2 105,0 97,6 109,3 117,4 121,2 118,4 124,3 125,5 141,4
Servicios financieros 98,4 100,0 99,5 108,8 120,0 104,9 102,5 126,2 150,2 151,8 147,4 159,4 153,1 109,1
Transporte 110,4 100,0 106,5 118,7 125,2 118,7 120,6 125,2 126,1 123,5 123,0 126,4 122,5 120,0
Total 108,9 100,0 94,2 99,1 100,1 89,1 80,6 93,9 103,6 105,2 104,3 106,5 104,1 94,2
Cuadro A5.2 Índice relativo de Incidencia Global, según sector económico
Actividad 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agricultura 1,0 1,0 1,4 1,3 1,4 1,5 1,7 1,5 1,5 1,4 1,4 1,4 1,4 1,4
Comercio 0,7 0,8 1,0 1,0 1,1 1,1 1,1 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Construcción 2,1 2,1 2,3 2,4 2,1 2,1 1,9 2,1 2,3 2,3 2,4 2,2 2,2 2,2
Electricidad, gas y agua 0,8 0,8 0,9 0,8 0,8 0,8 0,9 0,8 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,8
Industrias manufactureras 1,6 1,7 1,7 1,7 1,6 1,6 1,6 1,6 1,6 1,6 1,5 1,5 1,5 1,5
Minas y canteras 1,0 1,1 1,0 1,0 1,0 1,0 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 1,0 1,0 0,8
No clasificado 0,5 0,7 0,7 0,6 0,5 0,8 1,1 0,9 0,7 1,0 0,9 0,8 0,7 1,8
Servicios comunales 0,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,8
Servicios financieros 0,5 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,6
Transporte 0,9 0,9 1,0 1,1 1,1 1,2 1,4 1,2 1,1 1,1 1,1 1,1 1,1 1,2
Total 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 39
Cuadro A6.1 Índice de Incidencia en Fallecidos Global, según sector de actividad (base 1997=100)
Actividad 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agricultura 114,3 100,0 138,2 101,8 74,7 74,7 71,9 73,2 85,4 82,6 78,5 68,6 52,3 66,3
Comercio 116,3 100,0 143,7 124,6 111,0 92,7 74,1 93,6 74,0 67,7 67,5 64,4 63,1 46,4
Construcción 122,2 100,0 113,7 121,2 97,3 102,3 81,2 97,6 92,4 73,7 85,7 74,7 74,6 63,1
Electricidad, gas y agua 71,4 100,0 120,1 115,5 74,2 103,7 60,2 66,7 65,1 51,7 50,7 39,8 105,8 61,4
Industrias manufactureras 90,6 100,0 95,1 91,1 88,7 68,1 81,9 60,5 74,6 81,4 80,7 68,6 66,0 52,1
Minas y canteras 156,1 100,0 156,8 22,4 90,1 105,4 113,6 112,6 163,3 102,9 64,9 72,7 77,9 39,5
No clasificado
Servicios comunales 115,9 100,0 70,0 90,0 98,2 72,7 79,3 76,2 71,0 59,9 63,5 69,4 46,3 52,2
Servicios financieros 55,1 100,0 100,4 112,2 95,2 76,3 85,9 90,9 71,8 61,2 64,9 68,4 57,4 46,6
Transporte 105,3 100,0 118,5 80,3 84,2 76,6 78,3 71,3 62,0 71,0 77,7 71,9 63,3 49,8
Total 105,6 100,0 101,1 92,7 84,2 72,0 68,9 68,9 68,0 64,6 67,5 63,7 55,7 47,9
Cuadro A6.2 Índice relativo de Incidencia en Fallecidos Global, según sector económico
Actividad 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Agricultura 2,2 2,0 2,8 2,2 1,8 2,1 2,1 2,2 2,5 2,6 2,4 2,2 1,9 2,8
Comercio 0,8 0,7 1,0 1,0 0,9 0,9 0,8 1,0 0,8 0,7 0,7 0,7 0,8 0,7
Construcción 2,5 2,2 2,5 2,9 2,5 3,1 2,6 3,1 3,0 2,5 2,8 2,6 2,9 2,9
Electricidad, gas y agua 1,0 1,4 1,7 1,8 1,3 2,1 1,3 1,4 1,4 1,2 1,1 0,9 2,8 1,9
Industrias manufactureras 0,8 1,0 0,9 1,0 1,0 0,9 1,2 0,9 1,1 1,2 1,2 1,1 1,2 1,1
Minas y canteras 2,5 1,7 2,6 0,4 1,8 2,4 2,7 2,7 4,0 2,7 1,6 1,9 2,3 1,4
No clasificado 0,5 0,0 0,9 0,0 0,4 5,9 3,1 0,0 2,2 1,9 3,6 0,0 2,5 0,0
Servicios comunales 0,5 0,5 0,3 0,5 0,6 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,4 0,5
Servicios financieros 0,4 0,8 0,8 1,0 0,9 0,8 1,0 1,0 0,8 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8
Transporte 1,8 1,8 2,2 1,6 1,8 2,0 2,1 1,9 1,7 2,0 2,1 2,1 2,1 1,9
Total 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 40
Cuadro A7.1 Cuota promedio en $ por trabajador, según tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a 10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a
500 de 501 a
1500 de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 10,71 11,16 12,09 13,04 13,50 13,36 13,03 12,89 12,21 8,86 7,20 8,05 6,53 11,43
1997 10,94 11,37 12,35 13,28 13,66 13,36 12,91 12,71 12,16 8,86 6,72 7,75 5,81 11,22
1998 11,67 12,17 13,15 14,14 14,56 14,15 13,37 12,70 11,99 8,94 6,84 7,51 4,10 10,64
1999 12,99 13,48 14,56 15,62 16,07 15,24 14,75 13,63 12,50 9,56 7,59 7,33 4,46 11,35
2000 13,83 14,29 15,40 16,47 16,85 15,71 15,17 13,80 12,60 9,55 7,86 7,92 4,61 11,57
2001 19,19 19,87 21,27 22,26 22,24 20,34 19,13 17,34 15,66 12,14 8,82 10,04 5,76 14,69
2002 20,98 21,58 23,02 23,95 23,01 20,40 18,91 17,05 15,44 13,10 9,36 9,76 5,94 14,83
2003 24,64 25,23 26,96 27,81 26,36 23,08 21,50 19,22 17,38 14,66 10,57 10,91 6,41 17,05
2004 31,11 31,71 33,89 35,24 33,48 29,31 27,47 24,09 21,38 17,34 12,94 12,73 7,47 21,24
2005 35,64 36,68 39,67 41,89 40,31 35,94 33,57 31,28 27,86 23,27 16,80 16,18 9,59 26,56
2006 47,48 49,28 53,53 57,25 56,29 50,67 47,50 43,34 39,58 32,83 23,76 21,01 10,51 36,14
2007 55,16 57,00 62,40 66,98 65,94 61,12 57,57 52,42 48,68 41,86 27,40 27,91 13,98 43,47
2008 71,07 72,41 78,21 83,27 82,28 75,96 72,27 64,89 60,80 53,43 39,76 36,75 19,82 55,01
2009 85,19 86,90 93,19 98,86 96,48 88,74 83,32 77,15 75,05 69,27 58,15 47,75 24,70 66,30
2010 123,94 124,93 133,47 141,23 135,32 124,01 119,03 110,80 110,87 104,14 86,28 71,15 34,49 96,03
Cuadro A7.2 Cuota $ por trabajador relativa al promedio, según tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a 10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a
500 de 501 a
1500 de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 0,94 0,98 1,06 1,14 1,18 1,17 1,14 1,13 1,07 0,78 0,63 0,70 0,57 1,00
1997 0,97 1,01 1,10 1,18 1,22 1,19 1,15 1,13 1,08 0,79 0,60 0,69 0,52 1,00
1998 1,10 1,14 1,24 1,33 1,37 1,33 1,26 1,19 1,13 0,84 0,64 0,71 0,39 1,00
1999 1,14 1,19 1,28 1,38 1,42 1,34 1,30 1,20 1,10 0,84 0,67 0,65 0,39 1,00
2000 1,20 1,23 1,33 1,42 1,46 1,36 1,31 1,19 1,09 0,83 0,68 0,68 0,40 1,00
2001 1,31 1,35 1,45 1,52 1,51 1,38 1,30 1,18 1,07 0,83 0,60 0,68 0,39 1,00
2002 1,41 1,45 1,55 1,61 1,55 1,38 1,27 1,15 1,04 0,88 0,63 0,66 0,40 1,00
2003 1,44 1,48 1,58 1,63 1,55 1,35 1,26 1,13 1,02 0,86 0,62 0,64 0,38 1,00
2004 1,46 1,49 1,60 1,66 1,58 1,38 1,29 1,13 1,01 0,82 0,61 0,60 0,35 1,00
2005 1,34 1,38 1,49 1,58 1,52 1,35 1,26 1,18 1,05 0,88 0,63 0,61 0,36 1,00
2006 1,31 1,36 1,48 1,58 1,56 1,40 1,31 1,20 1,10 0,91 0,66 0,58 0,29 1,00
2007 1,27 1,31 1,44 1,54 1,52 1,41 1,32 1,21 1,12 0,96 0,63 0,64 0,32 1,00
2008 1,29 1,32 1,42 1,51 1,50 1,38 1,31 1,18 1,11 0,97 0,72 0,67 0,36 1,00
2009 1,28 1,31 1,41 1,49 1,46 1,34 1,26 1,16 1,13 1,04 0,88 0,72 0,37 1,00
2010 1,29 1,30 1,39 1,47 1,41 1,29 1,24 1,15 1,15 1,08 0,90 0,74 0,36 1,00
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 41
Cuadro A8.1 Cuota promedio como % de la masa salarial, por tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a 10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a
500 de 501 a
1500 de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 2,22 2,41 2,62 2,62 2,41 2,12 2,00 1,78 1,36 0,80 0,66 0,67 0,56 1,45
1997 2,35 2,57 2,67 2,67 2,44 2,17 2,03 1,80 1,38 0,82 0,62 0,68 0,54 1,44
1998 2,59 2,74 2,84 2,83 2,60 2,33 2,12 1,88 1,38 0,85 0,66 0,69 0,55 1,42
1999 2,86 2,97 3,07 3,03 2,77 2,44 2,26 1,97 1,40 0,89 0,71 0,64 0,59 1,46
2000 3,01 3,10 3,18 3,10 2,80 2,37 2,18 1,86 1,35 0,89 0,68 0,64 0,58 1,43
2001 4,26 4,37 4,45 4,27 3,74 3,11 2,83 2,38 1,71 1,13 0,81 0,83 0,73 1,85
2002 4,65 4,72 4,75 4,45 3,75 3,03 2,75 2,31 1,65 1,17 0,81 0,77 0,77 1,82
2003 4,99 5,07 5,14 4,81 4,06 3,25 2,95 2,50 1,75 1,22 0,86 0,79 0,80 1,98
2004 4,70 4,79 4,89 4,70 4,06 3,36 3,05 2,59 1,84 1,25 0,93 0,85 0,85 2,11
2005 4,76 4,88 5,02 4,89 4,29 3,62 3,29 2,93 2,16 1,52 1,09 0,97 0,95 2,34
2006 5,09 5,15 5,42 5,34 4,72 4,10 3,72 3,26 2,51 1,76 1,32 1,07 0,87 2,60
2007 5,05 5,18 5,35 5,26 4,72 4,15 3,79 3,33 2,59 1,92 1,30 1,18 0,89 2,59
2008 5,23 5,34 5,47 5,33 4,76 4,12 3,82 3,30 2,63 1,99 1,51 1,29 0,94 2,61
2009 5,34 5,43 5,48 5,27 4,59 3,91 3,58 3,13 2,52 1,96 1,59 1,24 0,73 2,33
2010 6,51 6,54 6,62 6,34 5,45 4,60 4,31 3,80 3,09 2,44 2,00 1,52 0,92 2,88
Cuadro A8.2 Nº Veces alícuota promedio, por tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a 10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a
500 de 501 a
1500 de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 1,53 1,66 1,80 1,81 1,66 1,46 1,38 1,22 0,93 0,55 0,46 0,46 0,39 1,00
1997 1,64 1,79 1,86 1,86 1,70 1,52 1,41 1,25 0,96 0,57 0,43 0,47 0,38 1,00
1998 1,83 1,93 2,01 2,00 1,84 1,64 1,50 1,33 0,98 0,60 0,47 0,49 0,39 1,00
1999 1,95 2,02 2,09 2,07 1,89 1,66 1,54 1,34 0,96 0,60 0,48 0,44 0,40 1,00
2000 2,10 2,16 2,22 2,16 1,95 1,65 1,52 1,30 0,94 0,62 0,48 0,45 0,41 1,00
2001 2,31 2,37 2,41 2,31 2,02 1,68 1,53 1,29 0,93 0,61 0,44 0,45 0,40 1,00
2002 2,56 2,59 2,61 2,45 2,06 1,67 1,51 1,27 0,91 0,64 0,45 0,42 0,42 1,00
2003 2,52 2,56 2,60 2,43 2,05 1,64 1,49 1,26 0,89 0,62 0,43 0,40 0,40 1,00
2004 2,23 2,27 2,31 2,23 1,92 1,59 1,44 1,23 0,87 0,59 0,44 0,40 0,40 1,00
2005 2,04 2,09 2,15 2,10 1,84 1,55 1,41 1,26 0,93 0,65 0,47 0,41 0,40 1,00
2006 1,96 1,98 2,08 2,05 1,82 1,58 1,43 1,26 0,97 0,68 0,51 0,41 0,33 1,00
2007 1,95 2,00 2,06 2,03 1,82 1,60 1,46 1,28 1,00 0,74 0,50 0,45 0,34 1,00
2008 2,01 2,05 2,10 2,04 1,83 1,58 1,46 1,27 1,01 0,76 0,58 0,49 0,36 1,00
2009 2,29 2,33 2,36 2,27 1,97 1,68 1,54 1,35 1,08 0,84 0,68 0,53 0,31 1,00
2010 2,26 2,27 2,30 2,20 1,89 1,60 1,50 1,32 1,07 0,85 0,69 0,53 0,32 1,00
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 42
Cuadro A9.1 Salario medio estimado ($),según tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a
10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a 500
de 501 a 1500
de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 485 464 465 501 563 632 655 728 904 1105 1092 1207 1150 791
1997 473 447 467 502 563 618 642 712 883 1083 1086 1156 1046 786
1998 456 449 467 504 565 613 634 681 873 1051 1040 1099 746 756
1999 460 459 480 520 585 630 657 698 899 1088 1077 1157 762 781
2000 465 465 490 537 608 669 701 745 939 1083 1153 1241 797 813
2001 459 463 487 532 605 665 687 742 929 1087 1098 1231 791 806
2002 456 462 490 543 619 678 692 745 943 1125 1154 1275 774 821
2003 498 500 527 582 653 715 733 774 996 1205 1238 1380 806 865
2004 664 663 695 752 827 875 903 933 1167 1386 1391 1501 885 1009
2005 752 753 791 857 941 994 1021 1070 1293 1538 1551 1674 1018 1140
2006 936 960 989 1074 1195 1238 1279 1332 1580 1870 1806 1971 1210 1394
2007 1095 1102 1167 1274 1397 1476 1522 1580 1883 2188 2109 2382 1577 1679
2008 1362 1355 1431 1564 1729 1843 1896 1969 2319 2698 2623 2857 2143 2114
2009 1599 1600 1701 1877 2104 2269 2328 2462 2979 3541 3639 3899 3349 2840
2010 1919 1911 2022 2233 2492 2704 2768 2926 3600 4285 4332 4694 3749 3345
Cuadro A9.2 Salario medio relativo, según tamaño del empleador
1 2 de 3 a 5 de 6 a
10 de 11 a
25 de 26 a
40 de 41 a
50 de 51 a
100 de 101 a 500
de 501 a 1500
de 1501 a 2500
de 2501 a 5000
más de 5000
TOTAL
1996 61 59 59 63 71 80 83 92 114 140 138 153 146 100
1997 60 57 59 64 72 79 82 91 112 138 138 147 133 100
1998 60 59 62 67 75 81 84 90 115 139 138 145 99 100
1999 59 59 61 67 75 81 84 89 115 139 138 148 98 100
2000 57 57 60 66 75 82 86 92 116 133 142 153 98 100
2001 57 57 60 66 75 83 85 92 115 135 136 153 98 100
2002 56 56 60 66 75 83 84 91 115 137 141 155 94 100
2003 58 58 61 67 76 83 85 90 115 139 143 160 93 100
2004 66 66 69 75 82 87 89 93 116 137 138 149 88 100
2005 66 66 69 75 83 87 90 94 113 135 136 147 89 100
2006 67 69 71 77 86 89 92 96 113 134 130 141 87 100
2007 65 66 70 76 83 88 91 94 112 130 126 142 94 100
2008 64 64 68 74 82 87 90 93 110 128 124 135 101 100
2009 56 56 60 66 74 80 82 87 105 125 128 137 118 100
2010 57 57 60 67 74 81 83 87 108 128 130 140 112 100
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 43
Cuadro A10.1 Índice de Incidencia Global, según tamaño del empleador (base 1997=100)
Tamaño 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
1 100 143 153 158 154 143 162 169 166 170 160 156 150
2 100 150 149 190 158 154 175 187 178 186 181 173 173
3- 5 100 139 143 151 139 141 163 179 180 180 178 172 164
6 – 10 100 126 133 135 127 122 145 160 161 168 164 161 148
11 – 25 100 114 117 122 111 104 127 141 142 142 140 137 125
26-40 100 110 116 114 102 92 113 127 129 129 128 125 113
41-50 100 104 110 111 101 88 104 117 116 118 122 116 101
51-100 100 96 103 100 86 77 90 100 103 102 102 100 89
101-500 100 95 102 98 87 77 86 93 94 95 97 96 87
501-1500 100 90 91 96 83 77 79 88 87 87 95 90 84
1501-2500 100 91 103 98 80 72 73 87 94 89 98 102 93
2501-5000 100 93 91 100 81 71 77 93 91 94 102 103 95
Más de 5000 100 57 64 75 74 72 77 83 88 85 91 93 84
Total 100 94 99 100 89 81 94 104 105 104 107 104 94
Cuadro A10.2 Índice relativo de Incidencia Global, según tamaño del empleador
Tamaño 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
1 0,4 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,6 0,7
2 0,4 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,7 0,6 0,6 0,7
3- 5 0,5 0,7 0,7 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8
6 - 10 0,7 0,9 0,9 0,9 0,9 1,0 1,0 1,0 1,0 1,1 1,0 1,0 1,0
11 - 25 0,9 1,1 1,1 1,1 1,1 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2
26-40 1,1 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3
41-50 1,2 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3 1,3
51-100 1,3 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2
101-500 1,3 1,4 1,4 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2
501-1500 1,3 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 1,1 1,1 1,1 1,1 1,2 1,1 1,2
1501-2500 1,0 1,0 1,0 1,0 0,9 0,9 0,8 0,8 0,9 0,8 0,9 1,0 1,0
2501-5000 0,8 0,8 0,7 0,8 0,7 0,7 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,8 0,8
Más de 5000 0,7 0,4 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6
Total 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 44
Cuadro A11.1 Índice de Incidencia en Fallecidos Global, según tamaño del empleador (base 1997=100)
Tamaño 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
1 100 184 153 156 114 94 76 83 97 70 99 84 71
2 100 133 91 89 58 80 83 79 96 61 73 41 82
3- 5 100 124 117 93 84 56 76 64 72 61 59 67 43
6 – 10 100 132 107 110 98 95 91 86 80 88 90 89 65
11 – 25 100 133 120 89 80 83 84 100 70 84 75 68 53
26-40 100 91 88 83 74 77 56 62 61 79 57 41 38
41-50 100 87 87 117 87 98 61 88 64 60 60 93 52
51-100 100 90 90 82 72 74 55 54 77 60 66 63 55
101-500 100 108 83 87 76 61 67 63 60 75 66 54 49
501-1500 100 102 103 66 58 71 77 73 58 74 60 50 57
1501-2500 100 95 121 98 85 122 85 97 104 58 96 80 41
2501-5000 100 96 115 85 86 60 73 75 73 52 60 73 59
Más de 5000 100 79 110 130 101 107 111 79 75 86 88 56 65
Total 100 101 93 84 72 69 69 68 65 67 64 56 48
Cuadro A11.2 Índice relativo de Incidencia en Fallecidos Global, según tamaño del empleador
Tamaño 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
1 0,9 1,6 1,5 1,7 1,4 1,2 1,0 1,1 1,3 0,9 1,4 1,4 1,3
2 1,2 1,6 1,2 1,3 1,0 1,4 1,5 1,4 1,9 1,1 1,4 0,9 2,1
3- 5 1,3 1,6 1,7 1,5 1,5 1,1 1,5 1,2 1,5 1,2 1,2 1,6 1,2
6 - 10 1,1 1,5 1,3 1,5 1,6 1,6 1,5 1,4 1,4 1,5 1,6 1,8 1,5
11 - 25 1,2 1,6 1,6 1,3 1,4 1,5 1,5 1,8 1,3 1,5 1,4 1,5 1,3
26-40 1,4 1,3 1,3 1,4 1,4 1,6 1,1 1,3 1,3 1,6 1,2 1,0 1,1
41-50 1,2 1,0 1,1 1,6 1,4 1,7 1,0 1,5 1,2 1,0 1,1 2,0 1,3
51-100 1,1 1,0 1,1 1,1 1,1 1,2 0,9 0,9 1,3 1,0 1,2 1,3 1,3
101-500 1,0 1,1 0,9 1,1 1,1 0,9 1,0 0,9 1,0 1,1 1,1 1,0 1,0
501-1500 0,9 0,9 1,0 0,7 0,7 0,9 1,0 0,9 0,8 1,0 0,8 0,8 1,0
1501-2500 0,4 0,4 0,5 0,5 0,5 0,7 0,5 0,6 0,6 0,3 0,6 0,6 0,3
2501-5000 0,6 0,5 0,7 0,6 0,7 0,5 0,6 0,6 0,7 0,4 0,5 0,8 0,7
Más de 5000 0,4 0,3 0,5 0,6 0,5 0,6 0,6 0,4 0,4 0,5 0,5 0,4 0,5
Total 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Cuadro A12.1 Cuota $ por trabajador relativa al promedio, según jurisdicción
BS. AS.
C. FED.
CHA- CO
CHU-BUT
COR-DOBA
CTES CTMCA E.
RIOS FORM. JUJ.
LA PAM-
PA
LA RIO-JA
MEN-DOZA
MISIO-NES
NEU-QUEN
NO VALI-
DA
R. NEG.
S. EST. SALT SAN
JUAN SAN LUIS
SAN-TA FE
STA. CRUZ
T. FUEGO
TUC TO-TAL
1996 109 96 107 98 96 86 105 97 116 93 63 108 98 114 113 92 105 81 91 86 121 104 117 109 83 100
1997 111 97 105 114 95 89 93 100 113 93 67 112 95 118 106 92 100 80 90 84 118 102 118 113 75 100
1998 91 104 110 117 105 95 97 114 120 97 77 126 105 130 94 116 111 87 88 99 131 112 130 124 69 100
1999 90 104 107 105 108 97 97 111 115 94 91 125 102 126 95 114 111 88 77 102 136 115 122 140 69 100
2000 91 104 109 106 109 96 96 109 113 96 120 125 87 127 92 116 114 89 78 102 124 119 123 124 69 100
2001 89 103 119 115 112 102 94 110 123 87 86 121 88 135 101 124 120 53 74 101 110 124 136 118 78 100
2002 88 104 123 124 113 102 89 112 116 87 119 116 84 139 97 127 127 30 68 99 109 126 162 95 80 100
2003 89 101 127 127 109 103 94 111 115 87 162 104 86 142 104 129 141 29 70 96 96 129 187 101 76 100
2004 92 98 125 134 101 106 97 116 125 90 98 101 95 140 104 132 133 32 72 102 107 132 155 105 70 100
2005 94 98 114 133 100 99 96 97 126 96 146 98 102 131 110 130 133 36 80 74 100 131 139 106 67 100
2006 97 98 107 148 104 80 94 77 121 96 110 95 91 133 112 125 118 38 76 71 110 136 140 113 68 100
2007 99 96 108 149 102 66 89 78 132 102 97 94 89 130 124 130 126 40 78 74 93 138 155 116 64 100
2008 99 96 104 146 103 67 85 80 123 107 97 90 90 126 135 127 125 43 76 75 91 137 157 111 64 100
2009 95 100 103 138 103 67 82 81 117 100 99 93 89 119 134 134 124 41 69 77 91 134 153 115 72 100
2010 95 101 98 146 119 66 80 84 115 80 98 93 82 114 133 138 111 38 66 74 92 134 148 119 56 100
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 46
Cuadro A12.2 Nº de veces alícuota promedio, según jurisdicción
BS. AS.
C. FED
.
CHA- CO
CHU-BUT
COR-DOBA
CTES CTMCA E.
RIOS FORM. JUJ.
LA PAM-
PA
LA RIO-JA
MEN-DOZA
MISIO-NES
NEU-QUEN
NO VALI-
DA
R. NEG.
S. EST. SALT SAN
JUAN SAN LUIS
SAN-TA FE
STA. CRUZ
T. FUEGO
TUC TO-TAL
1996 1,2 0,8 1,7 0,9 1,3 1,3 1,5 1,4 1,8 1,5 0,8 1,2 1,4 1,7 1,2 1,1 1,3 1,3 1,5 1,1 1,2 1,4 1,3 0,7 1,4 1,0
1997 1,2 0,8 1,6 1,1 1,2 1,3 1,3 1,4 1,7 1,4 0,9 1,3 1,3 1,7 1,1 1,0 1,2 1,2 1,4 1,1 1,1 1,4 1,3 0,8 1,0 1,0
1998 1,2 0,8 1,5 1,0 1,2 1,4 1,3 1,6 1,7 1,3 1,0 1,4 1,4 1,8 0,9 1,2 1,2 1,2 1,2 1,3 1,2 1,4 1,4 0,8 0,8 1,0
1999 1,2 0,8 1,5 1,0 1,3 1,4 1,3 1,6 1,6 1,3 1,3 1,3 1,3 1,8 0,9 1,4 1,2 1,2 0,9 1,3 1,3 1,5 1,3 0,9 0,8 1,0
2000 1,2 0,8 1,6 1,0 1,3 1,4 1,3 1,5 1,6 1,4 1,5 1,4 1,1 1,9 0,8 1,5 1,3 1,3 1,0 1,3 1,2 1,5 1,3 0,8 0,9 1,0
2001 1,1 0,8 1,7 1,1 1,3 1,5 1,2 1,5 1,8 1,3 1,0 1,4 1,1 2,0 0,9 1,6 1,4 0,7 1,0 1,3 1,0 1,5 1,5 0,8 1,0 1,0
2002 1,1 0,8 1,7 1,1 1,3 1,5 1,2 1,6 1,7 1,3 0,9 1,3 1,0 2,1 0,8 1,6 1,6 0,4 0,9 1,2 1,0 1,6 1,7 0,6 1,0 1,0
2003 1,1 0,7 1,8 1,1 1,3 1,6 1,3 1,6 1,6 1,3 1,0 1,2 1,1 2,2 0,8 1,6 1,7 0,4 1,0 1,2 0,9 1,6 1,8 0,7 1,0 1,0
2004 1,1 0,7 1,6 1,1 1,2 1,5 1,3 1,6 1,7 1,3 1,1 1,1 1,2 1,9 0,8 1,5 1,6 0,4 1,0 1,2 1,0 1,5 1,5 0,7 0,9 1,0
2005 1,2 0,7 1,5 1,0 1,2 1,3 1,3 1,3 1,8 1,3 1,7 1,1 1,2 1,8 0,9 1,5 1,5 0,4 1,1 0,8 0,9 1,5 1,4 0,7 0,9 1,0
2006 1,2 0,8 1,4 1,1 1,2 1,0 1,2 1,1 1,6 1,2 1,2 1,1 1,1 1,8 0,9 1,4 1,4 0,5 1,0 0,7 1,0 1,5 1,4 0,7 0,9 1,0
2007 1,2 0,8 1,4 1,1 1,1 0,9 1,1 1,0 1,7 1,2 1,2 1,1 1,0 1,7 1,0 1,5 1,4 0,6 1,0 0,8 1,1 1,5 1,4 0,7 1,1 1,0
2008 1,2 0,8 1,3 1,1 1,2 0,9 1,1 0,9 1,6 1,3 1,0 1,0 1,0 1,7 1,0 1,5 1,4 0,6 1,0 0,8 1,2 1,4 1,2 0,7 1,2 1,0
2009 1,0 0,8 1,4 1,2 1,4 1,0 1,1 1,0 1,7 1,4 1,1 1,2 1,1 1,8 1,1 1,7 1,5 0,6 0,9 0,9 1,4 1,6 1,3 0,7 1,2 1,0
2010 1,0 0,8 1,4 1,2 1,3 1,0 1,1 1,1 1,6 1,2 1,1 1,2 1,1 1,7 1,1 1,7 1,4 0,6 0,9 0,9 1,4 1,5 1,3 0,8 1,2 1,0
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 47
Cuadro A13.1 Salario medio relativo, según jurisdicción
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
BS.AS. 93 91 78 78 78 79 78 78 80 81 83 82 84 100
CAP. FED. 126 126 134 135 135 135 136 135 134 131 128 127 124 123
CHACO 63 67 73 72 70 70 72 71 77 77 79 78 79 72
CHUBUT 104 106 110 105 101 103 111 119 123 131 134 137 135 120
CORDOBA 76 78 84 85 86 84 84 84 85 84 89 93 89 74
CTES. 67 67 69 68 67 68 68 66 71 74 76 76 78 69
CTMARCA 70 72 72 76 75 75 74 71 75 75 79 80 80 71
E.RIOS 67 73 71 71 71 73 69 69 74 73 71 75 89 79
FORMOSA 65 66 71 73 70 68 70 70 74 72 75 77 77 69
JUJUY 62 65 72 72 69 69 67 66 70 76 79 84 82 72
LA PAMPA 77 77 80 77 79 85 116 169 87 87 88 82 97 93
LA RIOJA 90 88 91 94 90 89 87 89 96 91 88 86 85 78
MENDOZA 72 70 74 78 82 81 80 81 81 83 85 86 93 81
MISIONES 68 69 71 71 69 68 67 66 73 73 75 74 75 67
NEUQUEN 93 96 101 110 110 116 120 129 122 125 119 124 137 125
NO VALIDA 84 97 95 84 77 78 79 81 86 85 91 86 83 78
R.NEGRO 81 82 90 89 86 84 79 82 83 90 84 93 91 84
S.ESTERO 63 66 71 73 71 79 81 78 80 83 80 75 76 64
SALTA 62 63 78 83 76 76 76 72 71 73 74 77 79 74
SAN JUAN 75 77 81 78 77 77 80 83 83 93 97 93 93 85
SAN LUIS 101 103 107 105 107 111 109 110 112 113 114 88 76 68
STA. FE 76 73 77 77 81 81 80 82 87 88 91 94 95 86
STA.CRUZ 92 92 93 91 91 93 97 102 102 98 99 114 127 117
T.FUEGO 149 146 153 149 153 148 149 146 145 143 159 174 168 158
TUCUMAN 61 76 87 83 79 79 79 77 73 74 73 57 56 62
TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: elaboración propia en base a datos de SRT
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
ANEXO II CUESTIONARIO ART: DETERMINANTES DE ALÍCUOTAS
Por favor, responder antes del martes 26 de octubre de 2010
1. Por favor, marque cuáles de las siguientes variables considera relevantes al fijar la cuota por trabajador según sea el tamaño de empleador
Cantidad de trabajadores cubiertos
Hasta 10
Entre 10 y 20
Entre 20 y 50
Entre 50 y 100
Entre 100 y 500
Entre 500 y 1500
Más de
1500
Salario medio (o masa salarial y trabajadores)
Dispersión salarial dentro de la empresa
Variabilidad del empleo en el tiempo
Rotación de trabajadores (o antigüedad)
Personal cubierto en el exterior
Composición por edad del plantel
% de mujeres en el plantel
Distribución trabajadores por categoría de puesto de trabajo
Cantidad de establecimientos
Localización de los establecimientos
Actividad CIIU 2 dígitos
Actividad CIIU 3 dígitos
Actividad CIIU 4 dígitos
Exposición a agentes de riesgo (según agente y trabajadores expuestos)
Tecnología utilizada en la actividad
Exámenes periódicos a realizar
Siniestralidad individual en el pasado (accidentes y enf. profesionales)
Siniestralidad individual en el pasado (accidentes in itinere)
Cumplimiento normativa Seguridad e Higiene y otras medidas de prevención
Actividades de prevención de siniestros a cargo de la ART
Costo unitario de regulaciones varias (credenciales, notificaciones, etc.)
Cumplimiento en el pago con la ART
Otros indicadores de comportamiento comercial
Permanencia en la ART
Demandas judiciales a la ART de trabajadores (o ex) de la empresa
Otros (especificar)
FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS
Informe final Página 49
2. ¿De qué manera los costos de administración general de la ART se trasladan a las cuotas por trabajador?
Monto fijo y único por trabajador
Monto fijo por trabajador, pero variable por tamaño de empleador
Monto fijo por trabajador, pero variable por salario medio empleador
Otro (por favor especificar)
3. ¿Enfrenta algún tipo de limitación para efectuar la discriminación de cuotas de acuerdo al riesgo que considera conveniente? En caso afirmativo, indique cuál/cuáles, por favor.
SI
NO
4. En los últimos cinco años, ¿ha introducido cambios en el mecanismo de fijación de alícuotas? En caso afirmativo, indique cuál/cuáles, por favor.
SI
NO
MUCHAS GRACIAS!!