Amar
Amar es darse sin esperar retribución; sentir y desear el bien para todos y para todo,
renunciar o sacrificarse sin siquiera percatarse de ello,en pro del bien o la ayuda que otros necesitan, y sentirse feliz,agradecido a la vida por esa oportunidad, y no mártir ni héroe.
Quien vive en el Amor,vive en la Fraternidad con todos los hombresy con el Universo todo.
Así siente el placer de contemplar y estar con la Naturalezay con todo lo que, aún cuando lejano e inalcanzable,
puede ver o captar, y siente la compañía de la Naturaleza y de los Astros
como algo familiar y querido.
Eso no lo inhibe para el amor humano,sino que, por el contrario,
lo sublima, lo purifica, porque da comprensión
para las imperfecciones ajenas y discernimiento para comprender las
imperfecciones propias,
haciéndonos tolerantes y serenos, lo cual ya es muchísimo
en la obtención de la felicidad.
Amando así, no tenemos tiempo para preocuparnos excesivamente
por nosotros mismos, y entonces, libres del temor o de la ansiedad
con que nos rodeamos, podemos sentirnos más seguros
y permitir a nuestra Fuerza interna actuar para dirigir nuestra vida
hacia el logro de la Felicidad a la que, como Hijos de la Perfección,
tenemos derecho, que en lo humano es paz interna,
salud y prosperidad, y es Amor en lo Divino
que poseemos.
Cuando no Amamos, nuestra alma se siente sola,desorientada, débil, porque no circula por ella
la Energía Universal del Amor,que todo lo puede y todo lo embellece.
El no profesar ninguna doctrina
religiosa, no exime a nadie de su
responsabilidad de obrar el Bien.
Todo lo que podemos obtener y poseer en este mundo
-belleza, dinero, bienes, poder –nada significan para nuestra
verdadera Vida, la Vida que perdura.
Las civilizaciones del pasado decayeron y desaparecieron a causa del mal uso del poder y del progreso obtenido, es decir, a causa de la falta de Amor.
La Ley de la Vida que es Amor
nos devuelve hasta la mínima
vibracióndel bien y del dolor
queproporcionamos
o deseamosproporcionar a los demás.