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Anáfisdel dtscurs
Manual para las ctenctas socia
Lupicinio Íñiguez Rueda (Edil
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fítulo original: El lIenguatge en les cíencíes humanes j soc íalsJiseJ10 del libro, de la p ortada y de la colección: Manel Andreu
'limera ed ici ón en lengua caste llana: octu bre 200 3' rime ra reim presión: noviembre 2011
Q Teun A. van Dílk, del prólogoQ Lupícin ío Iñiguez Rueda, de la selección editorial~) Charles Antakí, Félix Díaz Martiuez, Derek Edwards, Tomás Ib áñez Gracia, Lu plcin io Í ñíguez Rueda ,
Luisa Martín Rojo, del text oª' 2003 Editorial lICC, de esta edición.Arag ó 182, Barcelon a- 08011www .ed ítoríaluoc.corn
Materia l realizado por Eurec a Media , SL.mpresíón : Book Prin t Digita l S.A.
ISBN: 84-9788-000-5Depósito legal: B·39048-201 1
ro.,Tinguna parte de esta publica ción, incluido el diseño general y la cubierta, pllf:deser copia~a, .reproducida, almacenada o transmitida de ninguna [otma, ni por ningún medio,sea éste .e!ec/Tlco,1uímico, mecánico, óplico, grabación , fotocopia, o cualqu ier otro, sin la previa auumzacion eseniade los titulares del copyright.
Editor
Lupicinio Íñtguez Rueda
Autores
Charles AntakiReadet in Language and Social Psychology Programme Director. Miembro del Department of Social Sciencede la Unive rsidad de Loughborough (Reino Unido) y del Discourseand Rhetoric Group (DARG) .
Félix Díaz MartínezDocto r en Psicología y profesor asociado a la Univers idad de Castilla La Mancha.
Derek Edw ar dsProfesor de Psicología del Department of Social Scieru:e de la Universidad de Loughborough (ReinoUnido) . Miembro del Discourseand Rhetoric Group (DARG).
Tomás Ibádez GraciaDoctor en Psicología social y catedrático de Psicología social en la Universidad Autónoma de Barcelona .
Lupiclnio Íñiguez RuedaDoctor en Psicología y profesor titular de Psicología social en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Luisa Martín RojoDocto ra en Lingüística por la Universid ad Autó noma de Madrid y pro fesora titular de Lingüísticaen la Unive rsidad Autónoma de Madrid.
© Editorial UOC
Índice
7 Índice
Prólogo 11
Presentación 17
Capítulo l. El giro lingüístico 21Introducción 21
1. La lingüística y la filosofía como puntos de partida 22
2. De las ideas a las palabras o del "an im al pensante"
al "animal hablante" 243. Los inicios del giro lingüístico 25
4. El impulso neo-positivista al giro lingüístico 285. La expansión de la filosofía analítica y el auge de la centralidad
del lenguaje 29
6. La preocupación por el lenguaje cotidiano 307. El impacto del giro lingüístico en las ciencias humanas y sociales 32
8. Perspectivas sobre el mañana 38Conclusiones 42
Capítulo 11. El lenguaje en las ciencias sociales: fundamentos,
conceptos y modelos 43Introducción 431. Consideraciones preliminares 452. El giro lingüístico 463. La teoría de los actos del habla 484. La lingüística pragmática 525. La etnometodología 65
5.1. Los cuatro conceptos clave de la etnometodología 665.2. Implicaciones de la etnometodología 73
© Edit ori al UOC 8 Análisis de l díscurso © Editoria l UOC 9 índice
6 . El enfoque discursivo de Michel Foucault: discurso y prácticas
discursivas 75
6.1. La concepción de discurso 76
6.2. Probl ernatlzací ón 78
Conclusiones 80
capítulo 111. El análisis del discurso en las ciencias sociales:
variedades, tradiciones y práctica 83
Introducción 83
1. Consideraciones preliminares 85
2. Las diferentes orientaciones y tradiciones en el análisis del discurso 86
2.1. La socioling üistíca interaccional 88
2.2. La etnografía de la comunicación 89
2.3. El an álisis de la conversación 91
2.4. El análisis crítico del discurso 93
2.5. La psicología discursiva 94
3. La noción de discurso 96
3.1. Definición tentativa del análisis del discurso 98
4. La práctica del análisis del discurso 99
4.1. La tradición anglosajona del an álisis del discurso 99
4.2. La tradici ón francesa del análisi s del discurso 101
4.3. ¿Cómo se pu ede hacer un análisis del discurso? 104
4.4. La legitimidad del análisis del discurso 114
5. El análisis del discurso como perspectiva en ciencias humanas
y sociales 115
5.1. El an álisis del discurso como prá ctica 115
5.2. El con texto 116
5.3. Sobre el discurso y la estructura social 117
.Concluston es 122
capítulo IV. El análisis de la conversación y el estudio
de la interacción social 125Introducción 125l. Análisis 1272. Información básica 128
3. ¿Qué es lo que nos dice esto de nuestros propios datos? 131
4. Construcción de más casos 133
S. ¿Delicadeza? 135
Conclusiones 136
Anexo 138
capítulo V. Psicología discursiva: el enlace de la teoría
y el método mediante un ejemplo 141
Introducción 141
1. Orígenes de la psicología discursiva 141
2. Objetivos principales de la psicología discursiva 144
3. Métodos 147
4. Ejemplo: emociones, guiones y tendencias 150
Conclusiones 156
capítulo VI. El análisis crítico del discurso. Fronteras
y exclusión social en los discursos racistas 157
Introducción 157
1. El discurso, un nuevo campo del saber 158
2. Análisis crítico del discurso 161
3. La práctica del análisis 170
3.1. Estrategias de referencia y nominación: palabras qu e unen
y pal abr as que separan 171
3.2. Estrategias predicativas y las im ágenes simplificadoras del ellos 174
3.3. Argumentación 182
3.4. Legitimación 184
Conclusiones 190
Bibliografía 192
Glosario 202
© Editorial UOC
Prólogo
El giro discursivo
11 Prólogc
Este libro, presentado por psicólogos sociales críticos de la Universidad Au
tónoma de Barcelona, ofrece a los lectores una excelente introducción al estudio
del discurso. En muchos sentidos, el "giro lingüístico" iniciado en Filosofía yCiencias Sociales hace varias décadas también puede llamarse ahora el "giro dis
cursivo", dado el creciente interés en el estudio de las formas del uso de la len
gua, de las conversaciones y de los textos, más que en el sistema abstracto o en
la gramática del lenguaje.
Mientras que el estudio de la gramática independiente del contexto que ha
bía tenido un papel destacado ha quedado limitado, ahora en gran parte, a una
pequeña área de la Lingüística; damos fe de que el resto de la Lingüística, al igual
que la mayoría de las otras disciplinas en Humanidades y Ciencias Sociales,
apunta actualmente hacia los numerosos problemas del texto y del habla en in
teracción, de la cognición, del contexto social o de la cultura.
Lascontribuciones a este libro ofrecen una visión sistemática e histórica de este
emocionante desarrollo, que empezó más o menos en el mismo momento, ya me
nudo de forma independiente, entre 1964 y 1974, en Antropología, Sociología,
Psicología y Lingüística. Así, en Lingüística, el ':8!r?" ~.upuso 9_es~ar la a!e,ngón del
estudio de estructuras sintácticas abstractas, de ora<:.iones~sla~s y dirjgJ,rla al uso
de la lenglia; el texto, la conversación, los actosdjscursrvos, las ín tcraccíones y la
cOgnicióh . En Fílosofía.y en -mucha') de las Ciencias Sociales, como también se ve
en este libro, el giro fue incluso más radical, concretamente hacia el lenguaje en
general. En los años sesenta esto significó, primeramente, que los dentíficos socia
les necesitaban aprender la base de gramáticas formales , que era la única Lingüís
tica que había. Sin embargo, vemos que esos pasos fronterizos disciplinarios en
© Editorial uoe 12 Análi sis del discurs o © Editorial UOe 13
varias direcciones lle~a_n .§l-yp Inter ésBen,~raUzado en el uso, es decir , la lengua uti
lizada por usuarios reales en situaciones sociales reales y mediante formas reales de
interacción¡ esto es, el discurso que "tiene lugar de forma natural". Eseste esfuerzo
general, transdisciplinario, el que ahora se llama generalmente "análisis del discur
so" -aunque el término más general "estudios del discurso" seria más apropiado,
ya que no sólo incluye "análisis", sino también "teorías", "aplicaciones", "crítica "
y otras dimensiones de investigación en el campo acad émico,
La Psicología ha sido una de las disciplinas madre de los estudios del discurso
desde el principio, Ya el famoso F.e. Bartlett a principios del siglo xx se intere
saba por cómo la gente memorizaba historias, y en su último libro, Remernbering
(1932) , explicaba qu e la gente lee, entiende y memoriza historias desde el punto
de vista de los esquemas narrativos y otros esquemas de conocimien to de su
propia cultura, Muchos años más tarde, y tras la derrota del Con ductismo por
una crítica devastadora de Chomsky sobre la visión conductí sta del lenguaje y
el aprendizaje del lenguaje como la que representó Skinner; fue esta idea funda
mental de Bartlett la que se convertiría en una de las piedras angulares de la re
volución cognitiva, Por ello, a partir de mediados de los años setenta, un campo
en orme y muy próspero de estudio psicológico cognitivo de Jos procesos de pro
ducción y corn prensión de textos se desarrolló como una de las áreas del estudio
transdisciplinario del discurso.
Uno de los numerosos temas que se trataban en tales estudios del proceso
del discurso fue el papel fundam ental del conocimiento. Ahora sabemos que
es imposible producir o leer un texto o participar en una conversación sin una
amplísima cantidad de conocimiento sobre el lenguaje, el discurso, la comuni
cación, el contexto actual, así como más generalmente sobre el "m un do" , Gran
parte de este conoclm ien to es compartido socialmente por diferentes cornun í
dades sociales, profesionales o culturales, que forman el terreno común para la
acción, la interacción, el discurso y las prácticas sociales.Vemos que al igual que las oracion es no pueden aislarse de sus textos y con
textos, el proceso del discurso en las mentes de los usuarios del lenguaje tampo
co puede ser aislado del uso del lenguaje real en contextos sociales por usuarios
del lenguaje en sus comunidades sociales y culturales. El lenguaje, el discurso yel conocimiento son esencialmente sociales.
Esta idea fundamental no sólo ha dado lugar a la Sociolíngüística, la Pragmática y la Etnografía del habla, sino también a la Psicología social del discurso,
que forma el origen de la presentación de varias perspectivas en estudios del discurso ofrecidas en este libro.
Existen, sin embargo, muchos tipos de Psicología social y, desafortunada
mente, la mayoría de ellos han mostrado poco interés explícito en el estudio del
discurso. Así, la Psicología social experimental en Estados Uriidos inicialmente
se interesaba, por ejemplo , por el estudio de las actitudes, los prejuicios y el con
trol de impresiones, en tre otros muchos temas, más que por las formas en que
éstos son discursivamente adquiridos, expresados, utilizados y reproducidos en
la sociedad. Siguiendo la revolución cognitiva en Psicología "individual", tam
bién esta Psicología "social" tiene muy poco que ver con la forma en que la
mente, o los individuos, están relacionados con la sociedad. En Euro pa, varias
tradiciones de Psicología social tenían más interés en la verdadera dimensión
social de la vida cotidiana, como la identidad social de grupos y las relaciones
de grupo, por un lado, y en las representaciones sociales de comunidades, por
otro. No obstante, aunque también la Identidad social, las relaciones sociales y
las representaciones sociales son en gran parte controladas por el discurso, la
may oría de estos enfoques en Psicología social apenas se ven comprometidos
con el análisis del discurso sistemático, ni de forma teórica, ni práctica, ni me
todológica. Esto significa que no podían explicar las formas en que tales identí
dades, relaciones y representaciones de grupo eran realmente adquiridas,
utilizadas y reproducidas en la sociedad. Una interrelación enorme y compleja,concretamente la del discurso, le faltaba a estos enfoques.
A partir de mediados de los ochenta, la Psicología social desarrollada en la
Universidad de Loughborough por eruditos tan eminentes como Michael Billig,
]onathan Potter, Margaret Wetherell y Derek Edwards, al que más tarde se unie
ron Charles Antaki y otros, ofrecieron una alternativa radical al centrarse explí
citamen te en el texto y en concreto en el "habla" . Al tomarse el discurso enserio, reaccionaron contra los norteamericanos, al igual que contra muchas delas otras psicologías europeas.
Con tra el experimentalismo encerrado en el laboratorio, propusieron el es
tudio del uso de lenguaje real en situaciones sociales reales. Esto es, estudiar la
Conversación o discurso natural , adaptándolo como "datos" mucho más fiables
para estudiar la sociedad y sus miembros. Con tra el mentalismo de la Psicología
cognitiva, propusieron estudiar el uso real de términos psicológicos en conversaciones cotidianas. y contra el empirismo y el realismo de la mayoría de las
© Editorial uoe 14 Análisis del di scu rso <9 Editorial uoc lS Prólogo
otras tradiciones en Psicología y en las Ciencias Sociales, ofrecieron un a alternativa
constru ctivista más o menos radical; como por ejemplo la inspirada por Rom Harr é:
la realidad para la gente es lo que la gente construye como real , y esto lo hacen
en gran part e mediante el texto y el habla. Y como no tenem os acceso directo a
sus mentes, sino sólo a sus discursos, es mejor que nos centremos en esos mi smos
discursos. y no sólo como meras "expresiones" de estas mentes, sino más bien
en su propio derecho; es decir, como formas de interacción social, con sus pro
pios objetivos, preocupaciones, problemas y estrategias para producir sen tido, y
con la característica de ser variables en función del contexto.
Es también por ese motivo por lo que mucha Psicologí a di scursiva, como
también puede verse en este libro, se inspira en el estudio de la conversación en
la Etnometodología; esto es, el estudio de los "mé todos" implícitos y socialmente
compartidos que la gente utiliza en interacción y, por consiguiente, también en
su conversación, para comprender, interpretar y llevar a cabo sus vidas diarias.
De un modo que recuerda la forma en qu e estos etnometodólogos y micro
soció logos rechazaron las estructuras abstractas preestablecidas de la sociología
parsoníana, y se centraron en los detalles de la acción y la conversación, los psi
cólogos discursivos rechazaron mu chas de las n oci ones preestablecidas de la Psi
cología social y cogn itiva tr adicional, cen trán dose asimismo en los deta lles del
discurso.
Los diferentes tip os de Psicol ogía discursiva y retórica que se desarrollaron en
1.oughborough pronto encontraron respuesta en ot ras universidades y en otros
paíse s, especialmente en dep artamentos de Psicología social. En España , fue el
caso de los psicólogos sociales de la Un iversidad Autónoma de Barcelona, liderada por Tomás lbáñ ez y Lup ícinío Í ñiguez, quién tomó la iniciativa de este li
bro, mientras invitaba a Charles An taki y a Derek Edwards a unirse desde
Loughborough, y a Felix Díaz y a Luisa Martín Rojo de Madrid, logrando así una
fascinante combinación de enfoques.
Los psicólogos sociales de la L!AB no se limitan a una etnometodología o análisis de conversación aislada socíop olítícarnentc. sino que de forma explícita se
califican de psicól ogos sociales "críticos" . En consecuencia, se sitúan a sí mis
mos en una amplia tr ad ición, especialmente europea, de investigación crítica
que se remonta a la Escuela de Frankíurt. con su representante contemporáneo
más ilustre, Habermas, y qu e también aparece en el trabajo de pensadores tandiversos como Foucault y Bourdí eu en Francia, y muchos estudiosos de todo el
mundo. Dado su interés común en el discur so, la Psicología social crítica en Bar
celona está, por lo tanto, también relacion ada con el análisis del discurso crítico,
tal como apareció en estu dios de lingüística y del.discurso a final es de los años
setenta, con el fam oso libro, Language and Control, de Fowler, Kress, Hodge y
Trew, más tarde seguido por el traba jo de Norrnan Paírclough en Gran Bretañ a,
Ruth Wodak en Viena, y Luisa Martín Rojo en Madrid, quien, por consiguiente,
también está representada en este volume n . Tales estu dios discursivos críticos se
interesan esencialm ente en la forma en que el abuso de poder, la dominación y
la desigualdad son represen tados, reproducidos y resistidos por el discurso.
Resulta interesante esbozar brevemente estos antecedentes hi stóric os y disci
plinarios con el fin de compren der el contexto en que se ha escrito el libro: la
interrelación (o lugar de encuentro) de la Filosofía, la Psicología social, la Cien
cia social crítica, los Estudios del discurso y los Análisis de lingüística, la Etno
metodología y la conversación . Con su interés en los giros lingüísticos y
discursivos, y sus contribuciones al análisis del discurso detallado, los auto res de
este volumen son capaces de con tribuir de forma sign ificativa a la renovación
de la Psicología social en España, y a la (más) cercana coo peración con analista s
del discurso de ot ras disciplinas .
Puesto que muchos de los estudian tes de doctorado del programa de Barce
lona (así como de toda Espa ña) son de Lat inoamérica, puede esperarse que esta
visión crítica discursiva de la Psicología social también fort alecerá más esta
orientación en Latinoamérica. Dados los problem as sociales, políticos yeconó
micos fundamentales en Lat in oamérica, una Psicología, discursiva o n o, que es
incapaz de con tribuir a un análisis crítico de la soc iedad sería , en el mejor de
los casos, irrelevante. Y, evide ntemente, eso mismo es cierto en el resto delmundo.
Esto no significa que un enfoque "dis cursivo" sea una panacea, ya sea en Psi
cología o en cualquier otra disciplina de Humanidades o Ciencias Sociales. Pese
a que muchos aspectos y problemas de la sociedad son discursivos o pueden ser
estudiados por diferentes formas de an álisis del discurso, esto no significa qu e
la sociedad sea sólo discursiva, como muestran la pobreza, el h ambre, las enfer
medades, la violencia con tra las mujeres, el racism o y otros muchos problem as
fundamen tales de la sociedad. Sin embargo, nuestro pensamiento, interpreta-ción y com . . , b' unicacíon so re estos problemas se expresa y se reproduce, en granpa e, por el texto y por el habla y, a menudo, se constituye de manera discur-
IiI
© Editorial UOC 16 Análisis del discurso© Editorial Uo C 17 Presenra ci
'1
síva, Lo que la mayoría de nosotros sabe sobre tales problemas sociales funda
rb en tales es 10 que leemos sobre ellos en el peri ódic o o en libros o lo que vemos
ien televisión y, en consecuencia, tal aprendizaje y gran parte de sus formatos
son construidos de modo discursivo desde el principio, y en muchas ocasiones,
así es como hablamos sobre ellos y emprendemos acciones a favor o en contra
de ellos .
La Psicología social crítica y su perspectiva discursiva están situadas de forma
ideal para contribuir a nuestra comprensión de estos y muchos otros problemas
sociales. Tales contribuciones son efectivas y significativas sólo cuando aportan
algo que otros en otras disciplinas son incapaces de ofrecer. Concretamente, un
análisis muy detallado de texto y habla, y su relación con la situación social y
la sociedad en general, por un lado; las muchas dimensiones psicológicas de
(grupos de) gente por otro lado, como la forma en que ven y definen y viven su
realidad cotidiana, el modo en que luchan con sus identidades sociales, los pro
blemas de la interacción y el conflicto cotidiano en una sociedad multícultural,
las formas en que las personas entran en la reproducción del machismo o racis
mo, y una gran cantidad de otros aspectos que requieren intervención especia
lizada de psicólogos sociales.
Tanto para estudiantes como para eruditos de otras líneas de investigación,
las contribuciones de este libro muestran en detalle los antecedentes, las pers
pectivas, los métodos y los objetivos de este tipo de Psicología social discursiva,
análisis crítico del discurso y estudios sociales críticos en general.
Teun A. van Dijk
Barcelona, mayo de 2003
Presentación
Este libro pretende introducir a sus lectores y lectoras en el debate sobre
papel del lenguaje en las ciencias sociales y en los fundamentos teóricos que ju
tífican ese papel. De forma más especifica, pretende también introducirlos en
Análisis del Discurso como perspectiva teórico-metodológica y como herramien. - - ~----_. , . - - - -- --- - - _ .. ~~.._._- --
de investigación.
-- C~da d.íamás, las ciencias sociales prestan un interés mayor al lenguaje, iJ
terés que se muestra tanto en sus dimensiones epistemológicas y rnetodológíc
como políticas. Ésta es la razón principal por la que se presenta este manual (
modo que sirva para conocer los antecedentes y el desarrollo de esta atención
lenguaje.
Pero no existe un acuerdo ni siquiera mayoritario sobre el alcance y los lím
tes de la incorporación del lenguaje en el interior de las ciencias sociales. A
pues, esperamos que los lectores y las lectoras consigan, tras su lectura, hacer
con una opinión fundamentada sobre esta cuestión. Ello se intentará identí:
cando las principales perspectivas que fundamentan la inclusión del lengua
en ciencias sociales, mostrando la trayectoria que ha permitido que dicha incl
slón ab ra el camino a nuevas perspectivas teóricas y metodológicas, descríbie.
do algun as de las principales tendencias y modalidades en Análisis del Díscurs
su alcan ce y sus límites, e introduciendo algunos procedimientos básicos (Análisis del Discurso.
Tenemos la esperanza de estar ofreciendo suficiente cantidad de recurspara un a apropiación, valoración y crítica de estas perspectivas y, en su caso, pa
la ap licación del Análisis del Discurso. Hemos hecho un esfuerzo para que a tr
vés de la exposición ordenada de contenidos, del intento de huir de una jer,
demasiado específica y de la presentación de múltiples ejemplos, se puede
integrar estas propuestas teórica y metodológicamente.
~ Editorial UOC
Presentación
17 Presentaci ón
Este libro pretende introducir a sus lectores y lectoras en el debate sobre el
papeldel lenguaje en las ciencias sociales y en los fundamentos teóricos que jus
tifican ese papel. De forma más específica, pretende también introducidos en el
Análisis del Discursocomo perspectiva teórico-metodológica y como herramienta-~ --_.--" .-- - ' - " -_. ~ ~ ,_ ••.• . _ . - .. ..-_. _-_. _ .- - --- .... -- .• -•• •• _. - - - - _ .• "" ".y . - .. • • - -. • •• .,
de investigadón.C adi'díamás, las ciencias sociales prestan un interés mayor al lenguaje, in
terésque se muestra tanto en sus dimensiones epistemológicas y metodológicas
como políticas. Ésta es la razón principal por la que se presenta este manual de
modo que sirva para conocer los antecedentes y el desarrollo de esta atención al
lenguaje.Pero no existe un acuerdo ni siquiera mayoritario sobre el alcance y los lími
tes de la incorporación del lenguaje en el interior de las ciencias sociales. Así
pues, esperamos que los lectores y las lectoras consigan, tras su lectura, hacerse
con una opinión fundamentada sobre esta cuestión. Ello se intentará identifi
cando las principales perspectivas que fundamentan la inclusión del lenguaje
en cienciassociales,mostrando la trayectoria que ha permitido que dicha inclu
siónabra el camino a nuevas perspectivas teóricas y metodológicas, describien
do algunasde las principales tendencias y modalidades en Análisis del Discurso,
su alcance y sus límites, e introd uciendo algunos procedimientos básicos de
Análisis del Discurso.Tenemos la esperanza de estar ofreciendo suficiente cantidad de recursos
para una apropiación, valoración y crítica de estas perspectivas y, en su caso, para
la aplicación del Análisis del Discurso. Hemos hecho un esfuerzo para que a tra
vés de la exposición ordenada de contenidos, del intento de huir de una jerga
demasiado específica y de la presentación de múltiples ejemplos, se puedan
integrar estas propuestas teórica y metodológicamente.
@ Editorial UOC 18 Análi sis del discurso
Asimismo hemos intentado huir de cualquier forma de dogmatismo. En este
sentido, la asertividad con la que se presentan las distintas posiciones no debe
restar importancia al mantenimiento constante de un talante crítico en las prác
ticas de producción de conocimiento y de investigación en ciencias sociales, res
petando la pluralidad de perspectivas y puntos de vista, alejándose de las
pretensiones de imposición de unas perspectivas sobre otras, proporcionando
elementos para valorar continuamente el alcance y los límites de las propuestas
y manteniendo viva la reflexión sobre el pap el de las ciencias sociales en el man
tenimiento y cambio del orden social.
Así pues , el libro se ha organizado en seis capítulos: el primero, dedicado al
"Giro lingüístico", el segundo, al papel del lenguaje en las ciencias sociales, el
tercero, a las variedades, tradiciones y prácticas del Análisis del Discurso en las
ciencias sociales, el cuarto, al Análisis de la conversación, el quinto, a la Psico
logía Discursiva y el sexto, al Análisis Crítico del Discurso.
El primer capítulo tiene la función de enmarcar teórica y epistemológica
mente el papel del lenguaje en las ciencias sociales. Repasa el modo en que la
reflexión sobre el lenguaje fue adquiriendo importancia a partir de los años se
senta y el impacto que esta s reflexiones han tenido en nuestra concepción del
conocimiento, en nuestras concepciones de realidad , tanto física como social, y
en las estrategias metodol ógicas para su análisis.
El segundo capítulo pr esenta los fundamentos que sostienen y legitiman
el papel del lenguaje en las ciencias sociales . Su argumento principal es que,
aunque en un principio la presencia del lenguaje en las disciplinas sociales se
introdujo a partir de la metodología , más adelante se ha convertido en un
conjunto de nuevas perspectivas en las que la ' lingüist icidad ' y lo 'lingüístico'
son centrales. El capítulo repasa el Giro lingüístico, la 'Teoría de los Actos del
Habla' , la Pragmática, la Etn ometodo logía y algunos aspectos de la obra de
Michel Foucault .
El tercer capítulo está dedicado al Análisis del Discurso como método y como
perspectiva en ciencias sociales. A pesar de la amplia lista de persp ectivas y
prácticas en Análisis del Discurso, en él se presentarán sólo algunas de ellas: la
Sociolingüística interaccional, la Etnografía de la comunicación, el Análi sis
conversacional, el Análisis crítico del discurso y la Psicología discursiva. Al final
se ofrecerá una de las modalidades de Análisis del Discurso que pueden seguirse
para el estudio de procesos sociales. Al llevar a la práctica el Análisis del Discurso,
~ EditoriaL UOC 19 Presentaci ón
podrá verse el alcance y los límites que tiene en la comprensión de los procesos
sociales y la estructura social.
Los últimos tres capítul os presentan, de hecho, tres ejemplos de Análisis del
Discurso en la práctica. Así, el capítulo cuarto está enmarcado en la tradición
del Análisis de la Conversación y permite ver cómo se construye la delicadeza
en las relacion es sociales y la importancia y las consecuenc ias que ello puede te
ner en la vida cotidiana. Por su parte, el capítulo qui nto se encuadra en una lí
nea crítica de ciencias sociales qu e se identifica con la etiqueta de 'Psicología
Discursiva', perspectiva qu e ha mostrado el giro que es posible hacer en la con
ceptualización teórica de determinados procesos psicológi cos cuando se abor
dan desde un punto de vista discursivo. Fin almen te, el sext o capítulo, realizado
en el marco del Análisis Crítico del Discurso , muestra el modo en que opera el
discurso como práctica de dominación y exclusión.
Con todo ello, esperam os que estos contenidos, así como su estructuración,sean útiles para las person as que se hayan sentido tentadas a acercarse a los en
foques discursivos en Ciencias sociales , que les abran el camino a una profun
dización posterior y que les estimulen a incorporarlos en su formación y/o en
su investigación.
Para finalizar. Un buen número de personas han h echo posible la edición
de este libro. Queremos dar las gracias a nu estro s edito res de Editorial UOC: a
Ernest Vidal por su trabajo y su cuidado en la publicación, y a Isaías Taboas por
su entusiasta aceptación de nuestra propuesta, su inspirada elección del título y su
disposición de ayuda permanente. También querem os dar las gracias a AgriesVayreda, por su implicación en la concepción y preparación de la primera edi
ción del libro en catalán, y por su lectura atenta y crítica, plagada de sugeren cias
siempre adecuadas. Y, finalm ente, a Félix Vázquez por su inconmensurable sen
tido de la amistad, su inapreciable apoyo, su meticulosa corrección del texto y
por sus fecundas ideas y oportunos com entarios críticos.
Lupicinio Íñiguez RuedaBarcelona, agosto de 2003
© Editori al UOC
Capítulo I
El giro lingüístico
Tomás Ibáñez Gracia
Introducción
21 Capítulo 1. El giro lingüístico
La expresión giro lingüístico ha estado de m oda durante los años setenta y
ochenta para caracterizar cierta inflexión que se produjo en filosofía y en distin
tas ciencias humanas y sociales, que se tradujo en una mayor atención al papel
que desempeña el lenguaje, tanto en los propios planteamientos de esas disci
plinas como en la formación de los fen ómenos que suelen estudiar.
Es bastante frecuente que el significado que se da a esta expresión se limite
a lo que acabamos de expresar. Un primer obj etivo que podemos asignar al
presente capítulo consiste precisamente en contribuir a la adquisición de una
conciencia clara del progresivo incremento del interés que se ha prestado al
lenguaje en el transcurso del siglo xx.
Sin embargo, el giro lingüístico ha tenido unos efectos y unas implicadones
que van más allá del simple incremento del énfasis sobre la importancia del len
guaje. Elgiro lingüístico ha contribuido a dibujar nue vas concepciones acerca de
Id naturaleza del conocimiento, tanto de sen tido común como científico, a propi
ciar nuevas maneras de significar lo que conviene entender por el término realidad,
tanto social o cultural como natural o física, y a diseñar nuevas modalidades de in
vestigacíón proporcionando otro trasfondo teorético y otros enfoques metodoló
gicos. Pero, sobre todo, el giro lingüístico ha modificado la propia concepción de
la naturaleza del lenguaje. Aprender a discernir cuáles son las concepciones del
lengu je que sustentan las distintas form ulacíones ofrecidas por las ciencias huma
nasy sociales constituye un segundo objetivo de este capítulo.
© Editorial UOC 22 Análisis del discurso
Por otra parte} el presente capítulo pretende analizar con detalle la naturale
za y las implicaciones del giro lingüístico, prestando una atención especial a la
genealogía del mismo, es decir, a la dimensión histórica de su progresiva constí
tuci ón, a las rupturas teóricas que tuvieron que producirse para que el giro lin
güístico pudiera construir y desarrollar sus planteamientos y al carácter plural}
a veces contradictorio, que revistieron las distintas formulaciones del giro lino
güístico.
Si el giro lingüístico constituye, como apuntamos en este capítulo, un cam
bio profundo de las concepciones del mundo y de las concepciones del que
hacer de las ciencias humanas y sociales} incluida la propia filosofía, es
importante que los lectores/as entiendan no solamente el alcance y la orien
tación de ese cambio, sino también las razones que lo propiciaron. Discernir
y valorar estas razones puede considerarse como un tercer objetivo que nos
proponemos alcanzar.
Para ello, no basta, sin embargo, con apropiarse y almacenar la información
proporcionada por el texto que se ha elaborado para este capítulo. Es preciso
además un notable esfuerzo de reflexión personal} que permita calibrar la natu
raleza y la fuerza de los presupuestos que el giro lingüístico tuvo que sobrepasar
para conseguir desarrollarse. En este sentido, resulta útil reflexionar sobre nues
tra propia concepción del lenguaje comparándola con las concepciones que se
desprenden del giro lingüístico. Un último objetivo consiste, pues, en propiciar
y facilitar esta reflexión.
1. La lingüística y la filosofia como puntos de partida
Uno de los signos distintivos del pasado siglo ha sido , sin ninguna duda, la
enorme importancia que tanto la filosofía como las ciencias humanas y sociales
en su conjunto han otorgado al fenómeno del lenguaje.
La creciente atención que se presta al estudio del lenguaje a lo largo del siglo xx
encuentra su impulso inicial en el seno de una doble ruptura acaecida en los al
bores del siglo.
Ruptura} por una parte, con la antigua tradición filológica centrada en la
comparación de las lenguas y en el estudio de su evolución histórica. Ruptura,
© Editori al UOC 23 Capítulo 1. El giro lingüí stico
por otra parte, con la total hegemonía que ejerció durante más de dos siglos la
filosofía de la conciencia.
Laprimera de estas rupturas, conducida por Ferdínand de Saussure (1857-1913),
instituyó de h echo la lingüística moderna, dotándola de un programa, de unos
conceptos y de una metodología qu e hacían factible el estudio riguroso de la
lengua, considerada por sí misma y en sí misma.
La segunda ruptura, iniciada por Gottlob Frege (1848-1925 ) y por Bertrand
Russell (1872-1970) hizo girar la mirada de la filosofía desde el mundo, interior
y privado, de las entidades mentales hacia el mundo, objetivable y público, de
las producciones discursivas . Se asentaban de esta forma las bases de un nuevo
modo de entender y de practicar la filosof ía que, bajo la denominación de filo
sofía analítica, dominaría el escenario de la filosofía anglosajona durante más
de medio siglo.
Los logros alcanzados por la lingüística moderna, tanto en el marco de la
orientación estructuraíista iniciada por las aportadones de Ferdinand de Saussure
como en el marc o de la orientación generativa elaborada fundam entalmente por
NoamChomsky (1928-) a finales de los años cincuenta, tuvieron amplias reper
cusiones en amplios sectores de las ciencias social es y humanas, que vieron en
la lingüística un modelo ejemplar al que pod ían recurrir directamente para tra
tarsus propios objetos disciplinares.
Sinembargo, más allá de este notable efecto mimético, es la filosofía analíti
ca, en sus diversas orientaciones y en razón tanto de sus fracasos, como de sus
éxitos, a la que debemos atribuir la irradiación del interés por el lenguaje en las
diversas ciencias sociales y humanas.
Difícilmente se puede en tender la atenci ón prestada al lenguaje por el pen
samientocontemporáneo si no se analiza el giro lingüístico emprendido por el
pensamiento post-decimonónico, contem plando tanto su gestación como la
historia de su desarrollo .
Pero antes de abordar esta cuestión en el siguiente capítulo, quizás sea útil
recordar queya podemos encontrar en el medievo algunos ingredientes qu e ha
brían podido propiciar un giro lingüístico avant la lettre. Se trata de la fam osa
disputa emprendida por los escolásticos en torno a los universales. Como es bien
conocldo, los nominalistas sostenían la tesis de la in existencia fáctica de los
universales, argumentando que todo lo qu e existe lo hace en forma particular
yqueesvano buscar referencias existenciales detrás de las categorías generales.
© Editorial UOC 24 Análi sis del discurso
No existe, ni el campesino, ni el árbol, ni la mujer, tan sólo existen campesinos,
árboles y mujeres particulares.Un universal no es sino una mera abstracción, cuya existencia sólo se mate
rializa en el seno de nuestro lenguaje y cuya realidad resulta exclusivamente de
nuestros usos del lenguaje. A partir de consideraciones de este tipo, los nomina
listas esbozaban una línea de pensamiento que otorgaba al lenguaje un papel
notable en la elaboración de nuestra visión del mundo, pero aún sería necesario
esperar varios siglos para que estas intuiciones dieran paso a un auténtico giro
lingüístico.
2. De las ideas a las palabras o del "animal pensante"al 11animal hablante"
El ser humano es un "animal racional". Ésa ha sido una de las fórmulas más
antiguas que se han utilizado para expresar la distintlvídad de nuestra especie.
Pero, si bien la capacidad que tiene el ser humano para ejercitar el pensamiento,
el raciocinio, la elaboración y el manejo de ideas ha fascinado a los filósofos des
de los tiempos de la Grecia clásica, fue sin duda René Descartes (1596-1650)
quien contribuyó con mayor éxito a centrar la mirada filosófica hacia el interior
de nuestro mundo mental (la famosa res cogitans) exhortándonos a escudriñar
nuestras ideas para quedarnos tan sólo con las que son claras y distintas. Desde
esa perspectiva, el lenguaje es ciertamente importante, pero constituye tan sólo
un instrumento para manifestar nuestras ideas, un simple ropaje con el cual és
tas se presentan al exterior y se toman visibles para los demás. Cuando nuestro
discurso resulta ser confuso es porque nuestras ideas no son lo suficientemente
claras, y ocurre algunas veces que el lenguaje llega a entorpecer la exterioriza
ción de nuestras ideas en lugar de ayudamos a comunicarlas a los demás .A partir de Descartes y durante dos siglos y medio, la filosofía europea será
una filosofía de la conciencia, centrada sobre el estudio de la interioridad del su
jeto y convencida de que , para conocer el mundo exterior, es preciso inspeccio
nar minuciosamente las ideas que habitan en los espacios interiores de la
subjetividad. Sin embargo, a partir del momento en que se acepta la dicotomía
© Editorial UOC 2S Capitulo 1. El giro lingüístico
entre res cogitans y rex extensa, y precisamente a causa de haber trazado esa línea
divisoria, surge inmediatamente la pregunta de cómo se relacionan entre sí el
interior y el exterior, y el mist erio de la adecuaci ón entre nuestras ideas y la rea
lidad.Durante dos siglos y medio las grandes divergencias filosóficas se articularon
en torno a estas cuestiones.
Duras controversias oponen a quienes consideran que nuestras ideas se for
man en base a nuestras experiencias sensoriales (nada está en nu estra mente que
no haya pasado previamente por nuestros sentidos, dirían, por ejemplo, los em
piristas), y quienes creen que las ideas se constituyen en base a las propiedades
innatas de la res cogitans, o quienes consideran, con Ernmanuel Kant (1724-1808)
que lascategorías a priori de nuestro entendimiento establecen el marco no empíri
co a partir del cual la experiencia empírica conforma nuestras ideas .Curiosamente, estas profundas divergencias filosóficas nacen precisamente
porque existe un consenso previo acerca del carácter privilegiado del mundo de
las ideas y porque se acomete la explicación de la conciencia a partir de la in
cuestionable dicotomía entre la mente y el mundo. Cuest iónese la dicotomía
interior/exterior, y el difícil problema de la relación en tre ambos se diluye in
mediatamente, dejando en evidencia la vacuidad de las grandes divergencias fi
losóficas originadas por ese problema.Sinembargo, no resulta nada fácil sustraerse a dos siglos y medio de consen
so filosófico. El hecho de que haya transcurrido casi un siglo desde que se em
pezara a cuestionar la primacía de la filosofía de la conciencia y que aún hoy en
día tengamos serias dificultades para desprendernos de sus influencias, indica
sin duda alguna la magnitud de la innovación que supuso el giro lingüístico y
la originalidadde la que tuvieron que hacer gala sus promotores.
3. Los inicios del giro lingüístico
La propia expresión giro lingüístico induce la imagen de un momento pun
tualmentedelimitado en el que se produce un cambi o brusco desde algo que no
es lingüístico hacia el espacio propiamente lingüí stico, y puede que algunos de
© Editorial UOC 26 Análisis del di scurso
los comentarios realizados más arriba contribuyan a fomentar esa imagen. Pero
esto no es así. Elgiro lingüístico no es un hecho puntual, sino un fenómeno que
va tomando forma progresivamente y que reviste diversas modalidades a lo lar
go de su desarrollo.En sus inicios, el giro lingüístico arranca de una preocupación por superar la
antigua lógica silogística heredada de Aristóteles (385 a.C-322 a.C) e inventar
una nueva lógica formal capaz de dar vida a ese lenguaje idealy perfecto con el
que ya soñaba Leibnitz (1646-1716).Fue Gottlob Frege (1848-1925) quien emprendió esa tarea inventando la teo
ría de la cuantificación (base de la lógica moderna) y sustituyendo las viejas no
ciones de sujeto y de predicado por las nociones de argumento y de (unción. La
notación canónica propuesta por Frege permitía transformar los enunciados
lingüísticos en proposiciones, cuyo valor de verdad (proposición verdadera o fal
sa) podía establecerse de manera rigurosamente formal.Desde la Universidad de Cambridge, Bertrand Russell (1872-1970) colaboró
estrechamente con Frege en el desarrollo de la nueva lógica, dando un impulso
decisivo al giro lingüístico en la filosofía anglosajona.
Lo que importa para el propósito de este libro no es, por supuesto, la com
prensión y el conocimiento detallado del nuevo instrumento lógico creado por
Frege y Russell, sino entender, por una parte, cuáles eran los presupuestos que
guiaban las investigaciones logicistas del tandem Frege/Russell y, por otra parte,
captar las repercusiones que este nuevo instrumento lógico tendrá para el desa
rrollo de la filosofía del lenguaje.Estos presupuestos pueden formularse del modo siguiente:
1) Muchos de los problemas con los que tropiezan tanto la filosofía como la
comunicación humana en general tienen su origen en el hecho de que el len
guaje cotidiano se asienta sobre una lógica imperfecta! ambigua e imprecisa.
2) Las frases construidas en las lenguas naturales descansan! por supuesto,
sobre una estructura lógica, pero esa estructura lógica no aparece con claridad
si nos limitamos a contemplar exclusivamente la estructura gramatical de las
frases o si las analizamos con ayuda de la lógica aristotélica.3) La nueva lógica, basada en los cuantificadores, permite poner de mani
fiesto la auténtica estructura lógica de los enunciados lingüísticos convirtiéndo
los en proposiciones dotadas de un valor de verdad.
:§JEditorial UOC 27 Cap ítu lo I. El giro Itngü ístic o
4) Si se consigue establecer la est ructura lógi ca de los enunciados, se puede
poner de manifiesto la est ructura del pensamiento expresado por los en uncia
dos y acceder de esta forma al conocimiento de los procesos inferenciales.
S) Si el lenguaje constituye un instrumento para representar la realidad, en
tonces el análisis del lenguaje puede informarnos sobre la naturaleza de la rea
lidad.
Este conjunto d e pre supuestos nos indica varias cosas importantes.
En primer lugar, vemos cómo se produce un d esplazamiento desde el estudio
de las "ideas" realizado por m edi o de un discurso mental de carácterprivado (in
trospección) hacia el estud io de los enunciados lingüísticos, públicos y objetivados,
para evidenciar su estructura lógica.
No es dentro de nuestra m ente donde tenemos que "m irar" para saber cómo
pensarnos, sino qu e debemos "m irar" hacia nuestros discursos. En otras pala
bras, n o deb emos escudriñar nuestro interi or, sino que debemos permanecer en
el exterior, visibl e para todos.
"Las ideas fueron una vez objetos de todo filosofar, y constituyeron el vínculo entreel ego cartesiano y el mundo externo a él [...). En las discusiones de h oy, el discursopúblico ha reemplazado al discurso mentaL Un ingrediente incuestionado del discurso público es el enunciado[...). Quine ha dicho que 'la tradición de nuestros padres esuna fábrica de enunciados' . Los enunciados son un artefacto cognoscente en esta fábrica del discurso público. Quizá, como sugeriré en seguida, son ellos los que constituyen ese 'sujeto cognoscente' . En cualquier caso son los responsabl es de larepresentación de la realidad en un cuerpo de con ocimiento. De este modo, pareceque los enunciados han sustituido a las ideas[...). La auténtica naturaleza del conocimiento ha cambiado. Nuestra situación presente en filosofía es una consecuencia delo que el conocimiento ha llegado a ser[...). Un Descartes jamás hubiera pensado qu euna teoría es un sistema de enunciados, igual que Quine jamás hubier a recon ocidoqueuna teoría esun esquema de ideas del siglo xvtr"
j. Hacking (1975). Does language matter to philosophy? (págs. 159-169). Nueva York:Cambridge Uníversíty Press (Traducción castellana: Buenos Aires;Suramericana, 1979) .
En segundo lugar, podemos apreciar cómo se deja de considerar que son
nuestras ideas las que están en relación con el mundo, para pasar a afirmar que
son nuestras palabras las que se correspon den con los obj etos del mundo. Ya ve
remos cómo esta tesis, qu e podemos calificar de realista, quedará superada en
© Edito rial UOC 28 Análisis del discur so
ulteriores desarrollos del giro lingüístico, pero tiene, sin embargo, el gran mérito
de sustituir la relación ideas/mundo por la relación lenguaje/mundo, rempla
zando lo privado por lo público y lo inobservable por lo manifiesto.En cuanto a las repercusiones que el instrumento lógico construido por
Frege/Russell tendrá para la filosofía del lenguaje, basta con señalar aquí que
durante varias décadas la filosofía analítica adoptará la forma técnica de unriguros o análisis lógico de las proposiciones filosóficas, recurriendo a la teoría
de la cuan tificación .
4. El impulso neo-positivista al giro lingüístico
Siguiendo los consejos de Frege, el joven Ludwig Wittgenstein (1889-1951)dedde estudiar con Russell en 1911 y pocos afias más tarde publica un libro, el
Tractatus lógico-filosófico (1921), que ejercerá inmediatamente una profunda influencia sobre un conjunto de filósofos y científi cos austriacos y alemanes preocupados por imprimir un giro científico al pensamiento filosófico y acabardefinitivamente con las especulaciones meramente metafísi cas.
Estos pensadores se constituyeron en un colegio filosófico, el Círculo de Vie
na , y lanzaron en 1929 un manifiesto programático fuertemente inspirado por
las tesis de Wittgenstein. Estaban convencidos de que el lenguaje común es unpésimo instrumento para plantear y discutir los asuntos filosóficos, así como
para construir una visión científi ca de la realidad . Según ellos, muchos de losfalsos problemas en los que se enzarzan los filósofos provienen de un uso pocoriguroso del lenguaj e, buena parte de las formulaciones filosóficas carecen desentido debido al uso de un lenguaj e insuficientemente formali zado y hasta los
enunciados dentíficos caen inadvertidamente, pero con demasiada frecuencia ,en las múltiples trampas del lenguaje cotidiano.
Por lo tanto, el problema que conviene resolver para avanzar hada una explicación científica del mundo y para acabar con la vacuidad de la filosofía heredadaes, en definitiva, un problema de lenguaje. Para tener garantías de cientificidad, es
preciso reformar el lenguaje utilizando todos los recursos técnicos de la nueva
lógica y debemos someter los enunciados a un riguroso examen para calibrar sucon sistencia lógica, transformándolas en proposiciones.
~ - - - --
© Editorial UOC 29 Capítulo J. El giro linguístíco
Como es bien conocido, los positivistas lógicos del Círculo de Viena postu
lan que sólo existen dos tipos de enunciados que sean válidos.
Por una parte, los enunciados lógico-matemáticos (enundados analíticos)
que son absolutamente ciertos cuando están bien formados, pero que no nos di
cen nada acerca de la realidad empírica. Por otra parte, los en unciados em píricos
(enunciados sintéticos) qu e versan sobre la realidad, pero que sólo pueden ser
aceptados corno enunciados válidos si han sido concienzudamente verificados
por experiencias basadas en el método científico. Todos los demás en unciados,
los que no son estrictamente analíticos o sintéticos, carecen de sentido.
En suma, los positivistas lógicos consideran que hay que decir bien las cosas
(sin ambigüedades ni fallos lógicos), y que hay que decir cosas que estén bien
(es decir, conformes a la realidad empírica sobre la cual se está hablando).
Tras el impulso imprimido por Frege, Russell, Wittgenstein y los neo-positi
vistas, la importancia concedida al lenguaje no dejó de crecer desde los inicios
del siglo xx hasta las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, desplazando la fi
losofía neo-hegeliana que dominaba en Inglaterra y compitiendo seriamente
con el neo-kantismo y la fenomenología arraigados en los países de habla ger
mana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el giro lingüístico se acentuará aún
más, diversificando sus expresiones, adoptando nuevas modalidades y exten
diendo su área de influencia a Estados Unidos, donde alcanzará un dominio he
gemónico en el ámbito filosófico.
5. La expansión de la filosofía analítica y el augede la centralidad del lenguaje
La trayectoria propiamente europea del Círculo de Viena duró muy pocos
años. Muchos de los pensadores qu e se habían agrupado en torno a Moritz
Schlíck (1882-1936) eran judíos y su situación se hacía insostenible frente al
avance de la barbarie nazi, así que casi todos optaron por em igrar, y la mayoría
lohicieron hacia Estados Unidos.
Allí. RudolfCarnap (1891-1970), Carl Hempel (1905-1997), Hans Reichenbach
(189 1-1953), KurtGoedel (1906-1978), entre otros, prosiguieron su actividad en
© Editorial UOC 30 Análisis del discu rso
diversas universidades haciendo germinar la semilla neo-positivista en suelo
americano. Su influencia fue tal, que en los añ os cincuenta lo esencial de la la
bor filosófica en Estados Unidos consistía en realizar minuciosos y rigu ros os
ejercicios lógico-lingüísticos, arrinconando toda referencia a la potente orien ta
ción pragmática qu e había dominado el panorama durante las primeras décadas
del siglo gracias a las ap ortaciones de Charles Pierce (1839-1914), de William
James (1842-1910) y de john Dewey (1859-1952).
No cabe duda de qu e en ese periodo el vuelco de la filosofía hacia el análisis
lógico-lingüístico alcanzó dimensiones impresionantes. No olvidemos, en efecto,
que en Inglaterra Bertrand Russell seguía animando desde Cambridge un potente
núcleo de filosofía analítica y que algunos de los que se situarían entre los más pres
tigiosos filósofos estadounidenses, tales como Willard Quine (1908-2000), Nelson
Goodman (1906-1998), HilaryPutnam (1926-) o Wilfrid Sellars (1912-1989), se es
taban formando al análisis lógico-lingüístico bajo el magisterio directo de los
fundadores del Círculo de Viena.
Sin embargo, las dificultades técnicas y conceptuales con las que tropezaron los
impulsores del empirismo lógico, sumadas a las críticas de Karl Popper (1902-1992),
así como a las que sus propios discípulos, especialmente Quine, dirigi eron con
tra los dogmas del empirismo, o a la dura autocrítica de Wittgenstein, pronto for
zarían el abandon o de los supuestos epistemológicos del Círculo de Viena. En
efecto, pronto se puso de manifiesto que la distinción "an alit íco/ sin t ét íco" era
mucho más frágil de lo que se suponía, que los enunciado s empíricos no eran
propiamente observacionales, que la superación de la m etafísica no se podía lo
grar sobre la base de la doctrina del Círculo de Viena y que el gran sueño de un
lenguaje ideal válido para todas las ciencias carecía de viabilidad.
En definitiva, los presupuestos epi stemológicos del em pirismo lógico se des
moronaron y lo único que permaneció de esa gran aventura intelectual fue el
impulso imprimido a la focalización sobre la importancia del lenguaje.
6. La preocupación por el lenguaje cotidiano
Hem os visto que Wittgenstein alentó con su Tractatus lógico-filosófcoel sueño
de hablar un lenguaje ideal que permitiese evitar las falacias a las que nos induce
© Editori al UOC 31 Capítulo l. El giro lingüístico
el lenguaje cotidiano, y que propició de esta forma el desarrollo de una impor
tante rama de la filosofía analítica, que sigue siendo extraordinariamente ac
tiva hoy en día, aunque ya no comparte los postulados iniciales del Círcu lo de
Viena.
El propio Wittgenstein dejó muy pronto de interesarse por la posibilidad de
construir un lenguaje ideal y orientó su reflexión hacia el lenguaje común, in
tentando comprender las reglas a las que obedece y los usos a los que satisface.
El libro que recoge sus reflexiones, publicado en 1952 bajo el título Investigaciones filosóficas, alentó el esfuerzo llevado a cabo por un importante grupo de
filósofos, afincados muchos de ellos en la Universidad de Oxford, de cara a di
lucidar las características del lenguaje en sus usos cotidianos. De esta forma,
Wittgenstein propició también el desarrollo de una segunda rama de la filosofía
analítica, que se extendió en Inglaterra durante los años cincuenta contribuyen
do a acentuar la importancia que reviste tanto el lenguaje, como su estudio en
el conjunto de las ciencias sociales.
Los filósofos de Oxford, entre los que destacan por ejemplo, Gilbert Ryle
(1900-1976), [ohn Austin (1911-1960), Peter Strawson (1919) o Paul Grice
(1913-1988), coincidían plenamente con Bertrand Russell y sus colegas log ícís
tas de Cambridge en un rotundo rechazo hacia la tradición cartesiana y en la
necesidad de pasar de una filosofía de la conciencia a una filosofía del lenguaje.
Pero sus puntos de coincidencia no iban mucho más allá de este aspecto y las
divergencias eran intensas sobre casi todo lo demás .
Por ejemplo, los filósofos de Oxford rechazaban rigurosamente el positivis
mo y el cientifísmo que impregnaba la corriente logicista, así como la preten
sión de construir un lenguaje formalmente inatacable. No querían estudiar el
lenguaje para evidenciar sus imperfecciones lógicas y para corregirlas, sino, sim
plemente, para entender sus mecanismos. Pero sobre todo se oponían a la preten
siónde reducir el lenguaje a una mera función de descripción y de representación
del mundo.
Para ellos, la riqueza del lenguaje cotidiano sobrepasaba con creces la fun
ción descriptiva, diversificándose en una enorme variedad de usos y de funcio
nes tan importantes como la propia función descriptivo-representacional. No se
puede acceder, por lo tanto, al funcionamiento del pensamiento humano ana
lizando tan sólo la estructura lógica sobre la que se asientan las lenguas natura
les, sino que es necesario contemplar todos los usos del lenguaje si queremos
© Editorial UOC 32 Análisis del discurso
entender tanto nuestra forma de pensar, como nuestra forma de actuar y nues
tra forma de relacionarnos con la gente.
Frege, Russell, el Wittgenstein del Tractatus, Carnap y los filósofos analíticosestadounidenses rompieron con la tradición cartesiana haciéndonos ver que ellenguaje no es un simple vehículo para expresar nuestras ideas, ni un simple ropaje para vestir nuestro pensamiento cuando lo manifestamos públicamente,
sino que es, propiamente, la condición misma de nuestro pensamiento, y quepara entender este último, debemos centrarnos sobre las características del len
guaje en lugar de contemplar el supuesto mundo interior de nuestras ideas.Nuestro conocimiento del mundo no radica en las ideas que de él nos hacemos,
sino que anida en los enunciados que el lenguaje nos permite construir para representar el mundo.
Los filósofos de Oxford acentuaron aún más el alejamiento de la tradicióncartesiana, enseñándonos que el lenguaje hace mucho más que representar almundo porque es básicamente un instrumento para "hacer cosas". El lenguaje
no sólo hace pensamiento, sino que además hace realidades.
Así por ejemplo, ]ohn Austin mostraría que el lenguaje también tiene unaspropiedades petformativas. En efecto, ciertos enunciados constituyen literalmente
actos de habla en tanto que su enunciación es inseparable de la modificación ola creación de un estado de cosas que no podría advenir independientemente
de esa enunciación. Por ejemplo, el sí quiero pronunciado en el acto nupcial pro
pio de ciertos ritos es un elemento necesario para que el lazo matrimonial quedeinstituido.
Austín abrió de esta forma la vía para el desarrollo de la pragmática, contri
buyendo a que el conjunto de las ciencias sociales y humanas tomara conciencia de que el lenguaje es un instrumento activo en la producción de muchos de
los fenómenos que pretenden explorar, y que era imposible, por lo tanto, prescindir de su consideración.
7. El impacto del giro lingüístico en las cienciashumanas y sociales
De igual modo que el giro lingüístico no presenta un origen puntual, sinoque se fue articulando progresivamente, y de la misma forma en que tampoco
r ....t"... ~
I I •. ~
© Editorial UOC 33 Capítulo 1. El giro lingüístico
revistió una modalidad única, sino que fue adoptando diversas configu raciones,
tampoco el impacto del giro lingüístico se produjo en un mismo momento en
el seno de las diversas ciencias sociales y humanas, ni las afectó con la misma
intensidad, ni adoptó una expresión uniforme.
Distinguiremos aquí tres líneas de influencia principales:
1) el impacto de la lingüística est ructural,
2) el impacto de la corriente analítico-Iogicista, y
3) el impacto de la corriente analítica centrada en el lenguaje cotidiano.
1) El impacto de la lingüística estructuralLos logros conseguidos por el estu dio estructuralista de la lengua no tardaron
en fascinar a las dem ás cienci as humanas y sociales. En pocos años la lingüística
moderna había conseguido constituirse en una disciplina plenamente autóno
ma, con un objeto de estudio propio claramente delimitado, dotada de unos
conceptos claros y rigurosos, y equipada con una metodología eficaz, basada en
unos procedimientos formales que garantizaban altas cuotas de objetividad.
En suma, la lingüística de in spiraci ón saussureana presentaba esa imagen de
cientificidad que tanto anhelaban las dem ás ciencias sociales y humanas, y es
así como poco a poco fue tomando cuerpo la convicción de qu e la lingüística
moderna constituía el modelo al qu e deb ían intentar parecerse todas las demás
ciencias sociales y humanas, ya fuera establ eciendo analogías entre sus propios
objetos de estudio y las estructuras lingüísticas, o aplicando los métodos de lalingüística para investigar esos objetos.
Quizás fuese en la antropología donde ese efecto mimético se manifestase
con mayor nitidez. En efecto, la preocupación por el fenómeno del lenguaje no
constituía ninguna novedad en una antropología donde los trabajos de Edward
Sapir (1884-1939) o de Benjamin Whorf (1897-1941) ya habían llamado la aten
ción sobre el papel que desempeña la lengua en la constitución de nuestra vi
sión del mundo. Pero fueron las obras de Claude Lévi-Strauss, nacido en 1908,
especialmente sobre la estruc tura de los mitos, los que empujaron una parte no
table de la antropología a buscar directamente su inspiración en los conceptos
yen los métodos de la propia lingüística estructural.
El prestigio alcanzado por los trabajos de Lévi-Strauss sirvió de amplificador
dela influencia ejercida por la lingüística moderna, contribuyend o al desarrollo
© Editoria l UOC 34 Análisis del discurso
de una rigurosa corriente de pensami ento, que bajo la denominación de estruc
turalismo recorrería durante más de una década (desde mediados de los años
cincuenta hasta finales de los años sesenta) las diversas ciencias sociales y humanas, con especial incidencia en el mundo fran cófono.
La potente críti ca anti-estructuralista desarrollada por Noam Ch omsky y su
reformulación del programa de la lin güística en términos de lingüísticagenerativa, lejos de atenuar la fascinación que la lingüística ejercía sobre las ciencias
sociales y humanas, la reforzó aún más, proporcionando nu evas metáforas y
nuevas analogías, que alcanzarían especial relevancia en disciplinas como laPsicolingüística o en orientaciones corno la Psicología cognitiva, por ejemplo.
Paralelamente al efecto mimético auspici ado por las lingüísticas estructurales
y generativas, la importancia concedida al lenguaje se alim entaría también de
algunos de los desarrollos de la fenomenología, especialmente de la fen omenolo
gía heideggeriana. Según Martin Heidegger (1889-1976) somo s víctimas de una
en gañosa ilusión egocéntrica cuando creemo s ser dueñ os de nuestros discursos
y cuando considerarnos el lenguaje corno un simpl e instrumento que se en
cuentra a nuestra disposición para ser manejado a nuestro antojo. De hecho, es
el propio lenguaje quien manda sobre n osotros encauzando, moldeando, cons
triñendo y provocando nuestro discurso, hasta tal punto que bien se podría de
cir que es el lenguaje el qu e habla a través de n osotros.Consideraciones de este tipo, sumadas a la influencia del pensamiento estruc
turalista y al declive de la filosofía de la conciencia, llevarían a parte de los pensa
dores de la segunda mitad del siglo XX a decretar la muerte del sujeto, reduciéndolo
a un simple efecto del lenguaje. As) por ejemplo, Michel Foucault (1926-1984)
apuntaría en su famosí simo texto sobre "El orden del discurso" a los efectos de
poder que emanan del lenguaje y que atrapan en sus redes a sus usuarios.
2) El impacto de la corriente analítico-IogícístaIniciad ora del giro lingüístico en filosoña, esta corrien te tiene el mérito fun
damental de haber contribuido a orientar el pensamiento contemporáneo hacia
la problemática del lenguaje. Pero, curiosamente, también se le puede acreditar
con otro mérito, que proviene de sus propios fracasos más que de los logros que
consiguió. En efecto, el fallido intento de dem ostrar la valid ez de los postulados
neo-positivistas tuvo como importante consecuencia la de propiciar cierta libe
ralizaciónde las ciencias humanas y sociales. La razón es fácil de entender: mien-
© Editorial UOC 35 Capí tulo l. El giro lingüístico
tras perduraba la creencia en la unicidad y en la validez absoluta del método
científico teorizado por las diversas variantes del positivismo, resultaba sencillo
deslegítlmar cualquier tentativa de realizar investigaciones en ciencias humanas
y sociales que no se atuvieran escrupulosamente a las reglas establecidas por el
credo positivista. La demostrada insostenibilidad de ese credo abrió las puertas
a un pluralismo metodológico y teórico que permitió enriquecer de forma no
table las ciencias sociales y humanas en su conjunto, atenuando la presión ejer
cida por los fundamentalismos cientistas.
3) El impacto de la corriente analítica centrada en el lenguaje cotidianoLos filósofos de Oxford no solamente ayudaron a realzar la atención que
se debe prestar al fenómeno lingüístico para entender al ser humano y a sus
producciones, sino que imprimieron un vuelco radical al propio concepto de
lenguaje, proporcionando un nuevo estatus a las producciones lingüísticas.
Esta reformulación conceptual de la naturaleza y de las funciones del lengua
je produjo efectos importantes y duraderos en el campo de las diversas cien
ciassociales y humanas, impulsándolas a modificar drásticamente muchos de
sus planteamientos y de sus maneras de abordar los diversos objetos sobre los
que versan.Citaremos aquí cuatro grandes líneas de influencia.En primer lugar, la profunda crítica que dirigieron los filósofos de Oxford a
la concepción puramente reptesentacional y designativa del lenguaje abrió las
puertasa una reconsideración radical de la naturaleza misma del conocimiento,
tanto científico como ordinario, así como a una reformulación de la relación
que media entre conocimiento y realidad, para acabar con una redefinición del
conceptomismo de realidad.El conjunto de esas reformulaciones contribuyó al desarrollo de una influ
yentecorriente de pensamiento que cuestionó muchas de las certezas que se da
banpor indiscutibles desde los tiempos de Descartes, especialmente la certeza
deque existían unas bases sólidas y firmes, una fundamentación última, sobre
las que asentar el conocimiento válido. El desmantelamiento de esa certeza
puso de manifiesto la fragilidad de los esfuerzos desplegados durante siglos para
hallaruna fundamentación indubitable, reconduciendo la labor filosófica hacia
otros asuntos.
© Editorial uoe 37 Capítu lo 1. EL giro lingüístico
historia o la sociología por citar algunas de las disciplinas que conforman las
ciencias sociales y humanas.
Se podría traer a colación infinidad de ejemplos para ilustrar el impacto que
ha tenido esta nueva concepción del lenguaje en las formulaciones más actuales
de las diversas ciencias sociales y humanas, pero nos limitaremos aquí a señalar
la profunda renovación que ha experimentado, por ejemplo, el estudio de la
identidad, o del self, de la mano de autores como Charles Taylor (1931-) entre
otros.
Para Taylor , nuestra identidad está fundamentalmente determinada por el
lenguaje que utilizamos para referirnos a nosotros mismos y para forjar nuestro
auto-concepto. No existe una realidad subyacente, un yo profundo y personal,
susceptible de ser descrito de diversas manera recurriendo a distintos vocabula
rios y a distintas expresiones lingüísticas, sino que el propio vocabulario que uti
lizo para describirme a mí mismo y las expresiones lingüísticas a las que recurro
para hacerlo , son constituyentes y constitutivas de mi forma de ser; no explici
tan o dan cuenta de mi forma de ser sino que la conforman.
En otras palabras, mi yo no es independiente de cómo 10experimento cuan
do lo interpreto lingüísticamente, sino que resulta de esa interpretación. Otra
forma de decirme a mí mismo implica otra concepción de mí mismo, y esto es
importante porque resulta que mi concepción de mí mismo es constitutiva de
lo que soy. Esto tiene importantes repercusiones, tanto para conducir las inves
tígadones sobre la identidad como para definir esa realidad sustantiva que es la
identidad.
Entercer lugar, cabe resaltar que, en tanto que acción sobre el mundo, ellen
guaje es también, consecuentemente, acción sobre los demás, llegando a
constituir incluso uno de los principales instrumentos a los que recurrimos
para incidir, con mayor o menor éxito según las circunstancias, sobre nuestros
semejantes. La toma en consideración de esta propiedad del lenguaje ha con
tribuido a renovar el interés que ya mostrara Aristóteles por la retórica, así
como a avivar la sensibilidad hacia los efectos sociopolíticos y psicológicos
queemanan de las distintas prácticas discursivas, prestando especial atención
porejemplo a las construcciones lingüísticas sexistas, racistas o, más general
mente, estigmatizantes.
El renovado interés por el análisis de los procedimientos retóricos en los qu e
seapoyan las diversas producciones discursivas, incluido el discurso científico,
© Editorial UOC 38 Análisis del discurso
ha permitido evidenciar nC!._sólo las estrategias argumentativas propias de los di-- -~--~- - - - ----versos tipos de disc?~s?s, sino también los efectos de poder que anidan en _e~- ~.n-
trarrfadodEcursivo, así como los artificios retóricos que se utilizan para creardi;ersaúeafiaades. - -----
-L~--soClorogIa del conocimiento científico ha renovado, por ejemplo, los es
tudios de la ciencia, recurriendo con Bruno Latour , entre otros, a análisis de este
tipo para dar cuenta del papel, nada desdeñable, que desempeñan los procedi
mientos retóricos en la constitución de los propios hechos científicos.
Por fin, en cuarto lugar, resulta que si el lenguaje es constitutivo de realidades
y constituye un medio para actuar sobre el mundo, incluidos nuestros semejan
tes, también cabe esperar que incida por 19 tanto sobre la confoLID?'_~}_?-I}_l'..-~Lde
sarrollod~Ils relacionessociales y-de las prácticas sociales. Amplias e interesantes-- - ~
corrientes de la sociología han sido especialmente sensibles a este hecho, desde la
etnometodología con sus minuciosos análisis de las conversaciones cotidianas,
hasta la sociología cualitativa o la sociología interpretativa.
En resumen, a finales del siglo xx, principios del siglo XXI, la diversidad y la
riqueza de las perspectivas nacidas tanto de la focalización sobre el lenguaje, co
mo, y sobre todo, del nuevo entendimiento que tenemos del lenguaje, resulta,
cuanto menos, impresionante: narratividad, dialógica, hermenéutica, de cons
trucción, análisis conversacional, análisis del discurso, análisis retórico, etc.
El lenguaje se ha ido constituyendo progresivamente como un fenómeno
que ninguna de las ciencias sociales y humanas puede obviar cuando emprende
el tratamiento de sus objetos específicos. Pero, además, el lenguaje aparece
como un elemento que todas las ciencias humanas y sociales deben interrogar
para establecer su propio estatus epistemológico y para forjar un entendimiento
de sí mismas.
8. Perspectivas sobre el mañana
Iniciado ya el siglo XXI, cabe preguntarse si el giro lingüístico con el que co
menzó el pasado siglo nos reserva alguna sorpresa, si las primeras décadas del
nuevo siglo acentuarán aún más la centralidad del lenguaje, o si, por el contra-
© Editad a] UOC 39 Capítulo I. El giro lingüístico
rio, el giro lingüístico conocerá un período de reflujo, siendo desplazado por la
emergencia de algún giro nuevo.
Al no disponer, como es obvio, de ninguna ilusoria bola de cristal, las re
flexiones que siguen deb en tomarse como tímidas e ins eguras conjeturas que
bien podrían ser desmentidas al poco tiempo de ser enunciadas. Pero h oy sabe
mos que nada es seguro ni definitivo. Ni siquiera el pasado está ya escrito de una
vez por todas, porque, como muy bien lo hace observar Danta , para escribirlo
con toda seguridad también deberíamos conocer todo el futuro. Así que pode
mos arriesgarnos a en unciar algunas consideraciones, que por eleme n tal pru
dencia reduciremos a dos y que apuntan hacia un posible giro post-lingüístico.En primer lugar, los impresionantes desarrollos d e lo que algunos llaman la
nueva física muestran que nuestro lenguaje es un instrumento demasiado burdo
paraabarcar toda la realidad que somos capaces de construir. En efecto, los seres
humanos hemos formado nuestras lenguas sobre la base de una determinada Telación al mundo. Esta Telación al mundo instituye un espado tridimensional po
blado de un a variedad de objetos, cuyas propiedades se definen sobre la base de
nuestros mecanismos sensoriales y perceptivos prolongados por nuestras capa
cidades de análisis, abstracción y generalización. En ese mundo el tiempo y el
espacio constituyen realidades escindidas qu e discurren por cauces separados.
Nuestrosmovimientos, gestos y acciones sobre esa realidad , que es como es por
que nosotros somos como somos, han ido forjando nuestros conceptos y el an
damiaje lógico-lingüístico que los constituye. En definitiva, nuestro lenguaje
nace de, y revierte sobre, una "relación al mundo hecha a la medida de nuestro
cuerpo y de sus características, por eso tenemos la ilusión de que describe al
mundo 'tal y como es'".
Pero las actividades ín telect ívas del ser humano no se han conformado con
explorar el mundo establecido por sus mecanismos sensoriales/perceptivos y
porsusactuaciones prácticas; se han extendido fuera del mundo a escala humana,haciael macrocosmos y hacia el microcosmos. Ámbitos donde la realidad ya
nose puede construír sobre la base de un lenguaje natural surgido de coordena
das rnesocósrnícas, es decir, a escala del cuerp o humano.
El resultado es que determinadas construcciones intelectivas, tales como, por
ejemplo, la mecánica cuántica y, más precisamente, la teoría de los campos cuánticos dibujan un mundo totalmente opaco para nuestro lenguaje y, por lo tanto,
para nuestra arquitectura conceptual.
© Editorial UOC 40 Análisis del díscu rso
Se trata de un mundo donde, por ejemplo, losobjetos se convierten en propiedades de losobjetos (un corpúsculo puede transformarse en puro movimiento) y
donde las propiedades de los objetos pued en transformarse en otros objetos (la
energía puede convertirse en un corpúsculo).En el mundo cuántico encontramos objetos qu e no están localizados con
precisión en ningún segmento espacio-temporal definido, pero que tampoco
pueden ser conceptualizados como ondas porque no hay ningún medio en el
cual se propaguen. Valga decir que es nu estro propio concepto de objeto el que
deja de ten er sentido para designar, o pensar , las entidades qu e proyectamos en
el universo cuántico. Ysin embargo, esas en tidades existen efectivamente en el
sentido de que podemos operar con y sobre ellas, y que producen efectos prác
ticos que nuestras tecnologías utilizan cada vez más.Nos encon tramos ante unas entidades que no se dejan decir por nu estro len
guaje, y cuand o las estudiamos ten emos que trascender nuestras categorías lingüísticas para poder producir resultados científicamente valiosos y con utilidad
prácti ca. Es más, esas entidades se construyen como producto de complejas ex
presiones matemáticas y son , por así decirlo, la conclusión sobre la que desem
boca un puro form alismo matemático.La realidad sub-atómica parece ser otra que la que nuestro lenguaje es capaz
de describir o de construir.
El giro lingüístico puso de manifiesto el papel qu e desempeña el lenguaje en
Ia formaci ón de lo qu e llamamos la realidad, pero si construimos ciertas realida
des (por ejemplo, la realidad cuántica) usando procedimientos qu e se escapan
del ámbito que el lengu aje puede abarcar, parece que debamos abandonar la fa
mosa expresión de Wiitgenstein 'según la cual ':los límites de mi lenguaje son
los límites de mi mundo".~ . -_ • •_-.--- _ _ o
Este hecho puede potenciar la emergencia de un neo-pitagorismo (la creencia
en la realidad fáctica de los números, de las expresiones matemáticas, y en que
la realidad es, en última instancia, de tipo numerol ógíco), propiciando un giroplatónico que vuelva a situar el mundo de las ideas en un lugar privilegiado,
arruinando el esfuerzo que representó el giro lingüístico para acabar con ese pri
vilegio.
En segund o lugar, parece que vuelva a cobrar protagonismo la insistencia
con la cual Schop enhauer (1788-1860) y Nietzche (1844-1900) después de él en·
fatizaron la importancia del cuerpo, de nuestro cuerpo, para el desarrollo de
© Editorial UOC 41 Cap ítu lo l. El giro Itngüísnco
nuestro pensamiento. "Mis mejores ideas , decía Nietzche, surgen cuando cami
no ". El giro lingüístico ha contribuido al éxito de la afirmación, según la cual
nuestro ser en el mundo descansa sobre una ineludible dimensión hermenéutica .
La interpretaci ón es formativa de lo que somos y no podemos llegar a ser con
Indep endencia de nuestra actividad interpretativa. Esta afirmación parece razo
nabl e, pero el giro lingüístico ha privilegiado el pap el que desempeña el lengua
je en la dinámica de la int erpretací ón. enfatizando la centralidad de las prácticas
discursivas en el proceso hermenéutico.
Sin embargo, también construimos sentido inefable, también nuestro cuerpo
opera com o gen erador de significados que no se dejan apr esar en el seno del có
digo lingüístico o, cuan to menos, cabe considerar que lo que exp erimenta nues
tro cuerpo encauza algunas de nuestras interpretaciones. No solamente hay que
extender el campo de la hermenéutica hacia el espacio de las prá cticas no discur
sivas, sino qu e hay qu e contemplar también la corporeizací ón de las prácticas
discursivas.
El redescubrimiento de la corporeidad por el pensamiento finis ecular pu ede
contribuir a potenciar un nuevo naturalismo que atenúe la importancia que el
sigloxx concedió al lenguaje.
Estas consideraciones acerca de un posible agotamiento del giro lingüístico
deben tomarse como un simple excursus que , paradójicamente, pretende ser fiel
alesfuerzo que supuso el giro lingüístico . Quien es hayan captado uno de los ar
gumentos básicos de esta parte del libro saben qu e para que el giro lingüístico
pudiese advenir, fue necesario realizar un enorm e esfuerzo de imaginación que
rompiese con las evidencias heredadas y con las ataduras del pensamiento domi
nante. Para crear el giro lingüístico, fue preciso pensar a contracorriente, y quie
nes protagonizaron este giro tuvieron que olvidar una parte sustancial de las
ideas que habían nutrido y conformado su propio pensamiento.
Puesto que somos hijos del siglo XX, tenem os que intentar pensar a contra
corriente del giro lingüístico que ha impregnado el pensami ento de los hijos del
siglo xx.Ésta es la condición para no ser idénticos a quienes defendían con toda
naturalidad el mundo de las ideas en el momento mismo en que se empezaba a
gestar ese giro lingüístico que dejaría trasn ochado el mundo de las ideas.
© Editorial UOC
Conclusiones
42 Análisis del discurso
Este capítulo nos enseña cómo el giro lingüístico rompe, en sus inicios, con
una tradición secular centrada en el estudio del mundo de las ideas, mundo inte
rior y privado, y orienta el trabajo filosófico hacia el estudio de los enunciados
lingüísticos . Esto significa una profunda modificación de nuestra con cepción
del lenguaje, que pasa de ser considerado como un simple medio para traducir
o expresar, mejor o peor, nuestras ideas, a ser considerado como un instrumento
para ejercitar nuestro pensamiento y constituir nuestras ideas.
El lenguaje es la condición misma de nuestro pensamiento, a la vez que un
medio para representar la realidad. El giro lingüístico sustituye por lo tanto la re
lación ideas/mundo por la relación lenguaje/mundo, y afirma que para enten
der tanto la estructura de nuestro pensamiento, como el conocimiento que
tenemos del mundo, es preferible mirar hacia la estructura lógica de nuestros
discursos en lugar de escudriñar las interioridades de nuestra mente.
Pero este capítulo nos enseña también que el giro lingüístico propició, en el
transcurso de su propio desarrollo, una segunda modificación de nuestra con
cepción del lenguaje. Éste dejó de ser visto como un medio para representar la
realidad y pasó a ser considerado como un instrumento para hacer cosas . Juntocon sus funciones descr ípt ívo/representacionales, el lenguaje adquiriría, por lo
tanto, un caráct er productivo, presentándose como un elemento formativo de
realidades.
El capítulo intenta ilustrar cuáles han sido las distintas influencias de estas
nuevas concepciones acerca de la naturaleza del lenguaje, tanto sobre las concep
ciones del conocimiento y de la realidad como en un plano más específico sobre
las orientaciones, y el quehacer de las diversas ciencias sociales y humanas.
© Editorial UOC 43 Capitu lo Il, El lenguaj e en las ciencias ...
Capítulo JI
El lenguaje en las ciencias sociales:fundamentos, conceptos y modelos
Lupicínio Íñlguez Rueda
Introducción
Ellenguaje ha adquirido en los últimos años un papel relevante y sustantivo
en las ciencias sociales que no resultaría pretencioso tildar de protagonista. Este
capítulo está dedicado a examinar los fundamentos que sostienen y nutren di
cho papel. A lo largo de sus páginas se pretende hacer asequibles los elementos
necesarios para facilitar la identificación de las principales perspectivas que ci
mientan el mencionado protagonismo. Asimismo, se proporcionarán las claves
que permitan reconocer las características principales de estas perspectivas y
examinar las consecuencias que de ellas se derivan para las ciencias sociales .
El giro lingüístico, la teoría de los actos del habla, la lingüística pragmática,
laetnometodología y algunos aspectos de la obra de Michel Foucault constitu
yen los cinco ejes representativos. En torno a ellos se organiza la exposidón y
su fundamentación.
• El giro lingüístico, porque ha abierto la posibilidad de ver la acción científica
como una práctica sodal equivalente a cualquier otro tipo de acción social y
porqueha dotado a la derrcia social de un basamento epistemológico de tipono-representacionísta.
• La teoría de los actos del habla, porque ve en el habla una acción equivalente
a cualquier otra. Es decir, como una maniobra capaz de hacer cosas.
• La lingüística pragmática, también llamada pragmática, porque aporta el arsenal teórico y metodológico para analizar el lenguaje en su uso.
© Editorial UOC Análisis del discurso
• La etnometodología, porque ve al ser humano como un sociólogo en la práctica. Es decir, como una persona que es capaz no sólo de actuar en su con
texto social , sino también de describir, hablar y construir la realidad. La
etnometodología sintetiza magistralmente y lleva a la práctica, teórica y me
todológicamente, los principios básicos que permiten insertar el lenguaje
como elemento clave en el análisis y comprensión de la vida y de la estruc
tura social.
• Ciertos aspectos de la obra de Michel Foucault, porque permiten comprender
la conexión entre las prácticas discursivas, y la construcción y mantenimien
to de la estructura social, al tiempo que se compromete con un talante crítico
en la investigación social, donde la problematización constante es la marca
característica.
La selección de estos cinco ejes no es arbitraria, pues como se detallará, pre
senta un hilo conductor que da coherencia a múltiples prácticas que, bajo la eti
queta de análisis del discurso o perspectiva discursiva, cobran cada día más fuerza
en las ciencias sociales. Sin embargo, no es la única posible. Con seguridad, otras
perspectivas discursivas, a las que aquí sólo se aludirá, compondrían un hilo con
ductor diferente. Ahora bien, es posible afirmar que a pocas selecciones se les es
caparía la importancia que las aquí señaladas han tenido en este proceso.El argumento principal del capítulo es que el papel que el lenguaje inicial
mente tuvo en las ciencias sociales fue auxiliar. En primera instancia, cubría una
función de apoyo básicamente metodológico (en el sentido de ofrecer herra
mientas e instrumentos de análisis para la investigación de procesos sociales),
así como de complemento a la actividad investigadora. Sin embargo, paulatina
mente el papel otorgado al lenguaje ha llegado a conformar una perspectiva par
ticular presente en una gran variedad de corrientes sociológicas y psicosocíales,
donde la lingüisticidad y lo lingüístico ocupan un lugar central.Mediante los elementos y recursos que se vayan facilitando a 10 largo del
capítulo, será posible introducirse en el campo de la investigación social basa
do en el lenguaje, y explorar las vertientes ofrecidas en el texto mediante el
apoyo en las referencias que se ofrecen. Asimismo, el itinerario que se propone
permitirá reconocer la trayectoria mencionada, que va desde el uso del lengua
je como herramienta metodológica hasta la constitución discursiva de co
rrientes y perspectivas.
© Editorial UOC 45 Capítulo !l. El lenguaje en las ciencias...
l. Consideraciones preliminares
En los últimos años se está produciendo un movimiento en las ciencias so
ciales y humanas muy intenso, casi podría decirse radical, que vamos a tratar de
reproducir en este capítulo. Una de sus características principales está relaciona
da con los cambios que se pueden observar en el plano de la metodología y de
la teoría.Ciertas opciones metodológicas y el énfasis en el lenguaje que han ido con
notando muchos métodos poco a poco han acabado por convertirse en perspec
tivas teóricas nuevas por derecho propio, constituyendo un planteamiento
teórico radicalmente diferente al que caracterizaba a periodos precedentes.
Uno de los ejemplos más evidentes de este proceso es, sin duda, el del análisis
del discurso, (en lo sucesivo, AD). Es éste un método que ha aparecido enmar
cado en el interior del giro lingüístico, siendo profusamente utilizado. Es más,
el AD es una etiqueta común para definir una gran cantidad de métodos empí
ricos que son utilizables y utilizados para el estudio de una gran variedad de te
mas, que, sólo a título de ejemplo, podemos decir que van desde el estudio de
las interacciones cotidianas cara a cara, hasta procesos como la memoria, el pen
samiento y las emociones e, incluso, problemas sociales como la exclusión so
cial, la diferenciación de género o el racismo.El AD, como método, tiene tanto similitudes como diferenciascon otros enfoques
metodológicos dentro de la llamada metodología cualitativa (Denzín y Lincoln,1994).
Atitulode ejemplo se pueden citar el análisis de contenido (Bardin, 1977), el análisis narrativo (Bruner, 1990; Cabruja, Í ñíguez y Vázquez, 2000) y otras formas
deanálisis basadas en la lingüística (Casamiglia y Tusón,1999) . Pero lo que va
mos a resaltar en este capítulo es algo que ha sucedido y aún sucede en varias
disciplinas sociales y humanas como la Sociología o la Psicología. A saber, que
más allá de constituir una alternativa metodológica, la reflexión teórica que lo
haoriginadoy que lo acompaña en su desarrollo está provocando un efecto su
mamente interesante, de modo que lo que hoy en día puede destacarse del AD
noes su entidad como un método, sino su calidad de perspectiva desde la cual
poder analizar los procesos sociales.Como veremos en el capítulo "El análisis del discurso en las ciencias socia
les", bajoel nombre de AD, hay etiquetas, nombres y perspectivas múltiples y
© Editorial uoe 46 Análisis del discurso
muy diversas, con principios, características y procedimientos distintos. Es tal
su variedad que no vamos a poder cubrirlas en su totalidad . Por todo ello, he
mos elegido algunas de las que pueden considerarse más representativas. Vamos
a repasar el AD con la única aspiración de que al final pueda disponerse de un
panorama amplio de este particular escenario, que sea lo suficientemente atrac
tivo como para que constituya una invitación a profundizar en él.
Para conseguirlo, comenzaremos con el itinerario inaugural del AD. Obviamente cada perspectiva en AD presenta unos fundamentos y describe unas raí
ces que no son siempre coincidentes con las que se narran en otras perspectivas
distintas. Presentaremos cuatro contextos de desarrollo histórico que, a nuestro
juicio, se inicia con el (a) giro lingüístico, continúa con la (b) teoría de los actos
de habla, prosigue con la (c) pragmática lingüística y con la (d) etnometodología y podríamos hacerla concluir con la (e) obra de Michel Foucault.
Quienes sostengan una idea de discurso y de AD distinta de la que presenta
remos aquí diferirán, seguramente, de este itinerario histórico y conceptual y,
probablemente, enfatizarán otras tradiciones que aquí se omiten e, incluso, ne
garán algunas de las relaciones que aquí se sostienen. No obstante, será fácil
mente asumible para la mayoría de estudiosos y estudiosas que los desarrollos
que aquí se exponen han ejercido, directa o indirectamente, una gran influencia
en la constitución y desarrollo del AD.
2. El giro lingüístico
Elgiro lingüístico ha sido presentado en el primer capítulo de este volumen
con mucho detalle, por lo que aquí no se insistirá mucho en los pormenores.Tan sólo enfatizaremos aquellas de sus características más relevantes para poder
enmarcar la presentación del lenguaje en el seno de las ciencias sociales y hu
manas y, más en concreto, en las herramientas analíticas, como el AD.
Uno de los aspectos relevantes para ser resaltados tiene que ver con la natu
raleza del giro lingüístico. Como pasa siempre cuando una formulación exitosa
acaba formando parte del bagaje común en un espacio amplio de la ciencia, hayuna cierta simplificación cuando nos referimos a él. En efecto, el giro llng üísnco
acostumbra a confundirse con un mero interés por el lenguaje.
© Editorial UOC 47 Capitulo Il. fJ lengu aje en las d end as...
Sin embargo, como se ha visto en el capítulo primero, el giro lingüístico es
particularmente interesante, no porque plantee que el lenguaje es importante,
no porque postule que la mayor parte de las acciones humanas son lingüísti
cas o, como diría Ludwig Wittgenstein, porque todo es lenguaje . No es por
todo ello por lo que resulta importante. Su relevancia se halla en que opone el
lenguaje cotidiano (es decir, lo que nosotros/as decimos cuando hablamos) al len
guaje científico especializado y formal, suscitando el interrogante sobre si hay
o no hay qu e elaborar un lenguaje propio que sea capaz de explicar cómo es
el mundo.
Esta empresa ha sido, precisamente, la antítesis de otr as perspectivas que en
ciencias sociales y humanas han incorporado el estudio del lenguaje como, por
ejemplo, el positivismo. Lo que se ha planteado es si el lenguaje explica la rea
lidad, si da cuenta de ella, si la reproduce. Así pues, no es sólo por el interés en
el lenguaje, ya que el giro lingüístico nunca ha sido tal giro porque las ciencias
sociales se interesasen meramente por el lenguaje. El giro lingüístico ha sido unl
giroen el sentido de que ha supuesto un vuelco por su interrogación sobre si el /
lenguaje cotidiano es sufici ente para explicar el mundo y la vida real. ..J
El célebre trabajo de Richard Rort y (1967) que da el nombre a este movi
miento, debate precisamente lo que en un momento de los años sesenta esta
ba en pleno apogeo. A saber , cuestiona la empresa de construir un lenguaje
formal que dé cuenta del mundo, un lenguaje tan alejado del lenguaje cotidia
no como sea posible. Tras Rorty y el giro lingüístico, lo que tenemos es una- - _ _ o _. _~ - •• • • • - - - - ~ , . • • • • _ _~_.
exaltaciólJ.1si se puede decir así, una dignificación del lenguajecotidiano, que~ -. _~. -- - - -- ~- - - --- . - ..- - - _.
se convierte en el único lenguaje po sible , rebajando el lenguaje formal al espa-• _~_. - - - __ ~ . o . _ _ ••__. •_ "
cio de!Jengl1élje cotidian o.
Esto ha tenido consecuencias extrao rdinarias para el itinerario de construc
ción de un en foque crítico en ciencias sociales y humanas. Aparte de las que ya
han sidoseñaladas en el capítulo "El giro lingüístico", su importancia es crucial
porque abre la puerta a do s dimensiones fundamentales:
1) convertir la labor de la ciencia en una prácti ca social más, igual que cual
quierotra;porque las personas que se dedican a hacer ciencia utilizan el lenguaje
igual que otras personas que no son cien tíficas, y
2) la fundamentación epistemológica más importante de la ciencia social
crítica que es el trabajo antirrepresentacionista de Rorty,
© Editorial UOC 48 Análisis d el discurso
Efectivamente, el ancestro fundacional del antirrepresentacionismo de Rorty
es esta idea de giro lingüístico. Su interés estriba no tanto en que a partir de en
tonces las ciencias humanas y sociales empezaron a interesarse por el lenguaje,
sino al hecho de des legitimar la operación de construcción de los lenguajes for-- --~ . . -
males como la mejor manera de dar cuenta de la realidad y depositar esa acción
en el lenguaje cotidiano.
El Impacto de esta-idea tan simple en el ámbito de las ciencias sociales y hu
manas ha sido fundamental porque hace desaparecer, deslegitima de manera
rotunda toda pretensión del llamado lenguaje científico, le quita cualquier clase
de validez, pues iguala las pr ácticas de las personas que se dedican ab-ª~.<;1--º.L~n
da a las prácticas de cualquier persona com ún de la .c'á:n"i.'Tasup~~;ta superior
idad o -bofídad ,--ajustab ilidad, reproductívldad, capacidad heurística, etc , de los
lenguajes formales desaparecen y hace posible pensar que no necesitamos ir
más allá del modo en que la gente interpreta, hace y construye la realidad 1.
Especialmente para el espacio general de las ciencias humanas y sociales hay
?~ra.puertaque se ha abierto desde el giro lingüístico. Esa puerta es la qign,ifisa
ción de la acción social. En efecto, existen teorías sobre la acción social en mu
dlás delasgrandestradiciones, sobre todo sociológicas. Sin embargo, en todas
ellas hay una jerarquía de acción donde no todas las acciones de los seres hu
manos ocupan la misma posición. El girQJin~ístico abrió la posibilidad de P~-D-~~-~ - - "' h <"' ''' " - - - ._-
~~~ .t? da acción humana en el mismo plano. ¿Cómo hizo esto? Simplemente
considerando que no hay operaci ón de habla que no sea una acción en sentido... .. -
estricto.
3. La teoría de los actos del habla
En el itinerario fundacional que estam os recorriendo, otro elemento clave ha
sido la teoría de los actos de habla.
l. Actualmente, todavía está muy enraizada la idea de que el lenguaje científico dispone derecursos qu e le hacen más adecuado en los intentos de dotar de inteligibilidad al mundo que nosrodea. Esta idea está tan presente entre nosotros/as que incluso caemos muy frecuentemente enuna retóri ca especializada, capaz de crear un argot que sólo entienden los cien tíficos y científicas,Lo que es interesante del planteamiento del giro lingüístico es la con sideración de que ese lenguajees precisamente un argot , igual que el qu e un grupo social ha construido en un barrio, habland o desus vidas y de sus asuntos.
© Editorial UOC 49 Capítulo 11. El Lenguaje en las ciencias...
Cuando ]ohn L. Austin (1962) se propone como objeto de análisis la signifi
cací ón, se basa en los planteamientos del giro lingüístico. Su propuesta es que
lo fundamental en el proceso de significación no es ni la conexión del signifi
cante con el significado, ni la manera en que se elabora el significado. La cues- .
tión no es ni cómo se reproduce el signo, ni cómo se codifica, ni cómo se
descodifica, cuestiones que están presentes en todos los debates típicos de la lín
güistíca tradicional. Lo importante, según Austin, es cómo se habla y, como sé
vio en el capítulo "El giro lingüístico", hablar es una acci ónequivalente a cual
quier otra y, por lo tanto, regulada del mismo modo en que están reguladas to-das las aéci~nes de"lc)s'ir¡di~"id~~~': ' - ". - , . " ". "". " " .
- i a gran aportaci ón de Aust ín , que abre una posibilidad metodológica al AD,
sostiene que cuando hablamos no estamos expresando un significado, sino que
estamos haciendo alguna cosa._ , _ "-- _ _ " H _ • •• __ . ~ --- ~••~
Esta sutileza, que forma parte del background más o menos general incluso en
la lingüística contemporánea, es la que representó en su momento un giro real
mente revolucionario porque, parafraseando a Aust ín, 11 [ ••• ] ~~~do_y'o d~Kº(::L~r
tas cosas, ~~~cción está exactamente ~I:t aqll~lJo queyodigo",Estaaportación de Austin abre la posibilidad al AD, de modo que sin la teoría
-- 0 - -
de Los actos del habla, hoy continuaríamos atrapados en una visión representa-v - - . ,. • ~ • _ ~ _ _ •
clonaldel lenguaje. En este sentido, puede sostenerse que el gJ~Q.lingiijstico, pOI
una parte, y la teoría de los actos de habla, por otra, nos ha dado la posibilidad_ . ----....~- - - . - o .• _ . . • ~ _
de pensar que el lenguaje n o es la ventana para saber lo que pasa en la cabeza,
'[no una acción por derecho propio/. . .
Austin estableció la distinción entre expresiones constatativas y expresiones
reallzatívas.
Las.expresíones C?!lst-ª.!..~ti~~ son aquellas qu e descríbenelmundoo las co-" - ""
sas ue forman par.te del rnundojy que, consiguientemente, pueden evaluarse
en términos de verdad o de falsedad .I
2.Corulderemos un ejemplo: Yo te bautizo. En la tradición cristiana el bautizo no es úni camentederramar agua sobre la cabeza de alguien, del mismo modo que tampoco resulta sufici ente que lohaga UIl sacerdote. El bautizo acontece cuando alguien enuncia esa frase, yo te bautizo. No es elritual, no es la persona que lo ejecuta, no son las co ndicione s que legitiman el acto; sin o qu e es lapro ia expresión del verbo bautizar. Insistiendo por su imp ortancia en las ideas ya desarr olladas enel capítulo anterior.. lo imp ortante es que la acción de hablar es ella misma una acción que n orepresenta nada, no se pone en el lugar de nada , no informa de nada sino qu e es, en sen tidoestricto, el acto mismo.
© Editorial UOC so Análisis del discurso
Las\~x:presiones reallzativas, b también denominadas oraciones realizativas
o, simplemente, real ízativos. en las que Austin (1962) focalizó particularmen
te sus estudios, son expresiones que emitidas en las circunstancias apropiadas
no se limitan a ser una mera descripción o enunciación de aquello que se hace,
sino que, rigurosa y directamente, lo hacen, ejecutan o realizan . Dicho con
otras palabras , un realízativo es una expresión lingüística, cuya característica
definitoria no es la desnuda o elemental declaración, ni tampoco la simple
emisión de un informe, verdadero o fals o, acerca de algo. Un realizativo hace. ."- ~"-' ---_.•~_..._-..-
algo en el decir, en su expresión se consuma una acción, que no es el m_erodeci~ -algo . - - .--
Como hemos señalado, las expresiones realízat ívas n o son ni verdaderas ni
falsas , pero, corn o dice Austin, pueden ser más o menos afortunadas. En efecto ,
como acciones, estas expresiones no representan nada en particular y, por lo
tanto, no puede determinarse si se ajustan o n o a una supuesta realidad que es
tarían representando. Sin embargo, al estar necesariamente determinadas por
ciertas condidones de contexto, lo que sí podernos evaluar es su éxito o su fra
caso en la realización de 10 que pretenden:
11Además de pronunciar las palabras correspondi entes al real ízatívo, es men ester,como regla general, que muchas otras cosas anden bien y salgan bien para poder decirque la acción ha sido ejecutada con éxito. Esperamos descubrir cuáles son estas cosasexaminando y clasificando tipos de casos en los que algo sale mal y, como consecuencia de ello, el acto -asumír un cargo, apostar, legar, bautizar , o lo que sea- es un fracaso o, por lo menos, lo es en cierta medida, Podemos decir entonces que la expresiónlingüística no es en verdad falsa sino. en general, desafortunada. Por tal razón, llamaremos a la doctrina de las cosas que pueden andar mal y salir mal, en oportunidad detales expresiones, la doctrina de los Infortunios."
J,L. Austin (1962). Cómo hacercosas conpalabras (pág. 55). Barcelona: Paid ós, 1998.
Las expresiones realizativas pueden ser de distintos tipos. Austín distinguió
los actos locucionarios Uocutionary acts), los actos ilocucionarios (illocutionary
acts), y los actos perlocucionarios (perlocutionary acts).Un acto locudonario o locutívo es el que se reali za al decir m eramente algo:
al emiti;-~1 ~~~idOdeTl.s-pála5faS~Setrata de-ün-a-cto- (quejnc'orp ora-l os actos
fonéticos, (áticos y réticos) que posee significado.
© Editorial UOC 51 Capítulo n. El lenguaje en las ciencias ..
! I
EHª~to _\ ~q~uc!ºn~~~o o i!<?cuti,,:~ es el acto que se realiza al decir algo; es aque
que posee una cierta fuerza al hacer alguna manifestación. De este modo, reali
zar un acto ilocucionario es diferente ~e la simple realización del acto de expre
sarse: I¡.~~~~~u~~_,!~~~~?al decir algo.Por ello, para determinar qué tipo de actc
ilocucionario se está realizando, es necesario determinar de qué manera se est :
utilizando la locución. En este sentido, Austin (1962) denomina al sistema de lo:
diferentes tipos de función del lenguaje en torno a los actos ilocucionarios doc
trina de las fuerzas ilocuctonarias.
Por último, el~ acto perlocucionario o perlocutívo.es eL9.J..!l;.s.e realiza al.decuo,. . _ " - - • ," • . .•_ . . •
.ªlgQ~9)o Q!1e_e~.Jº_ mismo, las consecuencias o efectos q~~_g~}::!..era a9.~~Uo que". - - - • . _ _ . _ 0 ' •.._ .- . • • . , .. , _ _ _ _ •••. _~ . •••
e.s....dJcho; el logro de ciertos efectos por (el hecho) de expresarse . En efecto, ha-~ - ---o "'_ .. - ..-... ~- ,. - - -- '" ~ - - ._.- . ..'" _ ' 6 _ . •.~. . ~
bitualmente, una expresión origina ciertas consecuencias o efectos sobre lo:
pensamientos, los sentimientos o acciones de aquéllos o aquellas a quienes SE
dirige la locución o, por supuesto, sobre el mismo emisor de la expresión. Aun
que no es im prescindible, es posible que cuandodecimosalgo actuemoscor~_ •• _ _. _ _~ - _ _ .~ _~ . _ O" -
la _i~_i_?_I2__o el afáI1,__deproducir tales efectos, Es precisamente cuando se pro-
ducen ciertas consecuencias o efectos cuando puede sostenerse que quien em í
te la expresión ha realizado un acto perlocucionario o una perlocución, que
puede ser descrito haciendo una referencia indirecta (o no haciendo referencia
alguna) a la realización del acto locucionario o ilocucionario.
En síntesis y recogiendo las palabras de Austin, entre las expresiones realiza
tívas o realizativos hay que establecer diferentes distinciones que se correspon
den con la ejecución de diferentes actos:
"En primer lugar distinguimos un grupo de cosas que hacemos al decir algo. La:agrupamos expresando que realizamos un acto locucíonar ío, acto que en form éaproximada equivale a expresar cierta oración con un cierto sentido o referencia, lequea suvez es aproximadamente equivale al "significado" en el sentido tradicionalEn segundo lugar, dijimos que también realizamos actos ílocucionarlos, tales com einformar. ordenar , advertir , comprometernos, etc., esto es, actos que tienen un,cierta fuerza (conven cional). En tercer lugar, también realizamos actos perlocuci onaríos: los que producimos o logramos porque decimos algo, tales como convencerpersuadir, disuadir, e incluso digamos, sorprender o confundir. Aquí tenemos tre:sentidoso dimensiones diferentes, si no más, de la expr esión uso de una oración o eI/.IV del lenguaje (y, por ciert o, también hay otras)".
J.L. Austin (1962). Cómo hacercosas con palabras (pág. 153). Barcelona: Paíd ós, 1998
© Editoríal UOC 52 Análisis del discurs o
Así pues, el habla como acción lleva a la práctica la idea, derivada del giro
lingüístico, según la cual el lenguaje no es representativo de la realidad, sino
que más bien la produce. Austin desentraña los procesos mediante los cuales
se realiza esa constitución Y, por lo tanto, genera las condiciones de posibi
lidad de insertar el lenguaje como proceso social de pleno derecho y del pro
pio AD.
4. La lingüística pragmática
Lingüística pragmática o pragmática (Levínson, 1983) son los nombres que re
cíbe habitualmente el tercero de los fundamentos del AD. Nos detendremos un
poco más en la pragmática por no haber sido tratada con la misma profundidad
que el giro lingüístico o la teoría de los actos del habla en el capítulo "El giro lin
güístico".
1) En el estudio del significado, la teoría lingüística dominante es, en cualquie
ra de sus modalidades, la teoría del signo, sin apenas variadones respecto de la for
mulación de Ferdinand de Saussure (1915). La Pragmática, sin embargo, apenas
guarda reladón con dicha teoría, ofreciéndose como una alternativa a la misma.
"El signo lingüístico es, pues, una entidad psíquica de dos caras, que puede representarse por la siguiente figura:
Figura 1
Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente. Ya seaque busquemos el sentido de la palabra latina arbor o la palabra con que en el latín
© Editorial UOC 53 Capítulo II. El lengu aje en las cíencías...
designa el concepto árbol, es evidente qu e las vinculaciones consagradas por la lenguason las únicas que nos aparecen conformes con la realidad, y descartamos cualquierotra que se pueda imaginar".
Figura 2
F.Saussure (1915 [1945]). Curso de lingiiisticageneral (pág. 129). Buenos Aires: Losada.
En la teoría del signo tradicional se postula la existencia del par significante/
significado. De acuerdo con esta teoría, la relación entre ambos extremos del par
es totalmente arbitraria. En paralelo con ello, se puede decir que existe la postu
lación implícita de que los significados guardan alguna relación con el mundo,
una relación probablemente de representación en virtud de la cual podemos
sustituir el objeto del mundo real por la palabra. En efecto, en la lingüística tra
dicional se asume la existencia de alguna clase de índice en el interior de cada
lengua, que nos permite llegar del significante al significado. Este índice, que
podría tener un formato como el de un diccionario, debería ser utilizado por
cada uno de nosotros cuando tratamos de descodificar, es decir, entender aque
llo que oímos o aqu ello que no s están diciendo.La concepción vehiculada por la teoría del sign o ha sido el fundamento me
diante el cual se han sostenido y se sosti enen muchos estudios sobre procesos
psícológícos y sociales. Fieles ejemplos de ello son el estudio del pensamiento,
d 1aprendizaje, del proceso de comunicación y, en general, de la interpretación
comoproceso individual y colectivo.
2) Paralelamente a la teoría del signo se ubica la teoría de la comunicación,
más comúnmente extendida y aceptada:
ura 3
© Editoríal UOC 54 Análisis del discurso
De acuerdo con esta teoría, el emisor difunde o expresa un mensaje a través
de un canal que es descodificado por el/la oyente o receptor/a.
No nos extenderemos más en estas dos teorías por ser ampliamente conoci
das y pasaremos a centrar nuestra atención en la pragmática.
La cuestión clave es que la pragmática se opone tanto a las implicaciones de
esta teoría lingüística simple de significante y significado, como a la teoría de la
comunicación, aportando un punto de vista radicalmente distinto.
En efecto, la pragmática está estrictamente interesada en los principios que
regulan el uso del lenguaje y, en particular, por aquellas condiciones que hacen
del empleo de un enunciado concreto una acción de comunicación.
La pragmática, sin embargo, no tiene una única concepci ón consensuada,
más bien podemos decir que hay una gran variedad de concepciones pragmá
ticas. Ast por ejemplo, uno de los grupos pragmáticos más conocidos en este
momento es el que asume los principios de la teoría de la relevancia (Sperber
y Wilson, 1986). Es ésta una orientación pragmática marcadamente cognltrvísta,
que ve en el proceso de comunicación una labor del hablante que empaqueta
o codifica lo que quiere decir y una labor en la recepción que desempaqueta o
descodifica lo que quiere escuchar. En esta labor de descodíficacíón hay ciertas
claves, siendo la más importante de ellas la conexión de la relevancia de lo dicho
con el contexto, la cual facilita tanto el proceso de enunciación como el proceso
de recepci ón. En la medida en que esta visión de la pragmática concede un papel
muy importante al proceso de codificación y de descodificación, y siendo obvia
mente un papel eminentemente mental o cognitivo, no vamos a referirnos a ella.
Optaremos por referiremos a una pragmática menos interesada en discernir la
naturaleza de los procesos cognitivos de codificación y descodificación, y más in
teresada en la praxis comunicativa. Ésta es la pragmática coherente con los prin
cipios del giro lingüístico y la teoría de los actos del habla que hemos visto con
anterioridad y que podemos encontrar en autores como Herbert Paul Grice (1975)
o Stephen Levinson (1983). Desde esta otra concepción de la pragmática, de tipo
no cognítívísta por decirlo de algún modo, no hay ningún significado estable pre
existente o codificable de manera unívoca, sino que hay un proceso de comuní- .,../"
cación en el cual la contextualización es~ún~_¡LP~~ibi1idadreal..Q.~c.ompreIfsión.-, - ~ -. - ---- ---- -
La pragmática afirma, muy enfáticamente, que es preciso dar por supuesto que
lo que se dice siempre tiene un sentido que está más allá del significado que acom
paña las palabras. Así ~s cÓrr;¿-podemos -in terpretar la~-~~~i~~~~ ~i-habia, tanto
© Editorial UOC 55 Capí tu lo [1. El lenguaje en las ciencias...
en términos intencionales como no intencionales. En términos intencionales_...-.-_ _ ,,_ _ _ _' . _ ~. _ ~ -._ _ . _ .~ . • • ~ . _~_ _ •• _ _ o _o•• _ _ .- - - -. - • • , ,__ N" . - _. ~
cuando..porejemplo, alguien quiere decir algo .m ás de lo que est á diciendo y
no.rííce, Éste es el caso de leer entre líneas, es decir, cuando al .leer un texto se0- _ _ • _ ..- . _ •
va buscando qué es lo que realmente alguien estaría queriendo decir que no esta
diciendo con palabras. En términos no intencionales, tanto cuando, por ejemplo,
consideramos la manera en que se estructura gramaticalmente una frase, el tipo de
conexiones contextuales que ofrece desde un punto de vista gramatical, como
cuando consideramos las partes del habla que se refieren a situaciones contextua
les-deícticos, que veremos más adelante-, puesto que éstas son las condidones ne
cesarias para cualquier comprensión de la situación comunicativa.
Podemos afirmar, pues, que todas las lenguas cuentan con este tipo de arte
factos y no se puede abordar un análisis de significado si no se toman en cuenta
estos dispositivos. Por ejemplo, si encontráramos en el suelo una nota manus
crita con la expresión vuelvo en S minutos, si no se dispone del escenario relacio
nal, físico, temporal, etc ., esta frase es una frase carente de sentido. ¿Quién ha
de volver? ¿Adónde tiene qu e volver? ¿Qué día? ¿A qué hora? O, en el mejor de
los casos, ¿habrán transcurrido ya los 5 minutos o falta todavía tiempo? Este
ejemplo ilustra sobradamente la importancia de los elementos implicados en la
significación y comprensión. Los supuestos subyacentes a la pragmática van en
esta dirección.
En congruencia con ello, puede decirse que la diferencia de la pragmática
con el modelo tradicional de comunicación estriba en qu e, másg~anal, lo
que_ten~rnº.~ .e~ J.l.Q. contexto .de comunicaci ón, que es preciso conoc~r para ha
cerinteligl!?.1e aquello de lo que estarnos .ll~l&a~do: _El lenguaje en uso es, por lo tanto, lo que define a la pragmática en oposición
aotrasmaneras de entender el lenguaje. No e~posib.le comunicarse sin disponer
de un anclaje lingüístico en esos contextos físicos, relacionales y sociales, yesa
operaciónlingüística ha de ser descodificada, porque si no se produce dicha des
codificació:::}a comprensión es imposible.
En esta presentación de la pragmática nos referiremos especialm ente a dos
cuestiones cruciales: 1) la deixis y 2) las implicaturas.
1) La deixis
El término deixis se refiere a aquellos elem entos de la estructu ra gramatical----- - - - .
quereladonan el lenguaj e con el contexto. Como señala Levinson (1983, pág. 47),
© Editorial lJOC 56 Análisis del discurso
"El término deixis proviene de la palabra griega para señalar o indicar, siendo
ejemplos prototípicos o principales de ello el uso de los demostrativos, los pro
n ombres de primera y segunda persona, el tiempo verbal, los adverbios especí
ficos de tiempo y lugar com o now (ahora) y here (aquí), y varios otros rasgos
gramaticales ligad os directamente a las circunstancias de la enunciación" .
Los deícticos codifican pues las relaciones del lenguaje y el contexto de
enun ciación. Y lo hacen cumpliendo diversas funciones como señalar o indicar
lugares y/o cosas, personas, mom entos, etc. Por ello, los deícticos pueden ser de
tres tipos:
a) de persona, cuando se refieren a personas e indican el rol que cada parti
cipante tiene en la interacción (hablan te , oyente) .
Yo, nosotros, tú, ellos, así como vocativos como tío/tía o macho, son ejemplos de deíctices de persona.
b) de lugar , cuando se refieren a lugares localizando las personas u objetos a
los qu e se refieren en la conversación.
Ponlo aquí, es un ejemplo en el que aquí es un deíctica de lugar.
c) de tiempo, cuando se refieren a los diferentes momentos de aquello que
se narra tomando como punto de referencia el momento en qu e se produce la
conv ersación .
Nos vemosluego, e5un ejemplo en el queel adverbio luegoopera como deíctica temporal.
Éstos son los deícticos descritos tradicionalmente. Más recientemente se han
añadido otras categorías (Levínson , 1983), la deíxís del discurso y la deixis social:
a) la deixis del discurso alude a la reali z3..S:.Í-9_Q de referencias~~.del dís-•.... .. . - . -. . ._. - ~ ......._~-- -..•.-- --- - _._ -
curso, anteriores o posteriores, en las que se formula el enunciado.'Por ejemplo, cua'ndo en el text~ 'l eemos'ér;~'ünciado corl'100mos en el capí.
tulo 1, se nos hace referencia a una parte del escrito que se ub ica temporal y espacialmente con anterioridad a lo que estamos leyendo.
Expresiones como en definitiva, así pues, sin embargo, y otras similares tienen
también esta función deíctica discursiva.
© Editorial UOC 57 Capítu lo JI. El len gu aje en las cienc ias ...
b) la deixis social hace referencia a la codificación de las distinciones sociales
de los roles de los participantes en la conversación. En particular, cuando indi
can la relación social entre los participantes.
Son ejemplos de deixis social las fórmulas de tratamiento tu, usted, o vos,
pues indican claramente la posición de los/as hablantes y/o la relación entre
ellos/as. Así, cuando una persona joven habla con otra mayor , es habitual el uso
del usted. Los vocativos ¡cariño!, ¡churri! o ¡querido/a! , por ejemplo, dichos por
uno de los miembros de una pareja tienen idéntica función.
Toda indicación contextual , y consiguientemente la ºei~is , tiene un punt,?._-- _._ - - ----de re~erencia. En pragmática ese punto de referencia se denomina centro deíc-
tíco. Existe un cierto consenso en aceptar que la deíxís se organiza de manera
egocéntrica (Levin son , 1983) . Es decir , por un lado el hablante; por otro, el
tiempo en el que produce su enunciado y, finalmente, el lugar de enunciación.
Entérminos de la deixis del discurso, el centro es el lugar discursivo en el que el
hablante se halla yen la deixis social, el centro es la posición social del hablante
en torno a la cual giran las de sus interlocutores.
No obstante, y para terminar, hay que señalar que la deixis experimen ta in
teresantes desplazamientos, como por ejemplo, cuando el hablante asume el
rol del oyente, o cuando el pasado es con vertido por el h ablante en el cen t ro
deíctica de un relato. Estos desplazamientos deben ser conocidos por los par
ticipantes en la interacción, pues, de ot ro modo, resultaría imposible cualquier
comunicación.
2) Las implicaturas¡rice (1975) elaboró la noción de implicatura. Una implicatura es una ínfe
ren la que los/as participantes en una situación de comunicación realizan a par
tir deun enunciado o con jun to de en un ciados. Grice distingue entre lo que se
dice y10 que se comunica:
• loque se dice depende de las palabras que se enuncian,
• lo que se comunica es toda la información que transmite el en un ciado. Di-. II
cha información no es explícita, n o se extrae del significado de las palabras,
sino que es implícita y se elabora en el marco de las normas de la conversa
ción ydel contexto de interacción.
© EditorialUOC 58 Análisis del discurso
Asimismo, Grice distinguió también entre implicaturas convencionales e im
plicaturas no convencionales. Lasprimeras pueden depender del significado con
vencional de las palabras . Sin embargo, las segundas no, pues dependen de las
reglas contextuales. Cuando esas reglas son las que estructuran la conversación,
hablamos de implicaturas conversacionales. De algún modo, las implicaturas
conversacionales son una consecuencia de los enunciados. Es decir, las oraciones
que son dichas por los/as hablantes, y comportan una producción de sentido más
allá del significado convencional de las palabras que se pronuncian.
"En algunos casos, el significado convencional de las palabras usadas determinaráqué es lo que se implicó, además de ayudarnos a identificar lo que se dijo: Si digo (conun gesto de autosuficiencia) Es un latino; luego es muy temperamental, yo mismo mecomprometo ciertamente, en virtud del significado de mis palabras. con la idea deque él (la persona en cuestión) sea muy temperamental es una consecuencia (se sigue)de que sea latino. Pero mientras que he dicho que es latino y que es temperamental,no me gustaria defender la tesis de que he dicho (en el sentido deseado) que del hechode que alguien sea latino se sigue que es muy temperamental, si bien ciertamente 10he indicado o implicado. No pretendo sostener que mi preferencia de la mencionadaoración sea, estrictamente hablando, falsa, pese a que lo primero no fuese una consecuencia de lo segundo".
H.P. Grice (1975). "Lógica y conversación". En: L.M. Valdés (ed.). La búsqueda delsignificado (pág. 515). Madrid: Tecnos y Universidad de Murcia, 1991.
Así pues, es un latino, luego es muy temperamental, que Grice propone en la cita, es una implicatura convencional. Sin embargo,
A: ¿ Viste a tu sobrina ayer?B:Ayer no salí en todo el día de casa
es una interacción donde la ímplícatura no va asociada a las palabras utilizadas.
Cuando el hablante B responde a la pregunta de A, en sentido literal no está res
pondiendo si vio o no vio a su sobrina, pero lo dicho implica claramente que
no la vio.
El contexto privilegiado de las implicaturas es lo que Grice llamó principio decooperación. El punto de partida y el elemento que caracteriza este principio es
la consideración de que conversar requiere un deseo de colaborar con otra pero
sana u otras personas o, lo que es lo mismo, que necesita objetivos compartidos.
De hecho, las conversaciones que mantenemos no son una mera secuencia de
© Editorial UOC S9 Capítulo n.El lengua je en las ciencias...
informaciones, descripciones o datos inconexos, sino que constituyen , en cierto
modo, un esfuerzo de colaboración o reciprocidad en el que los/as interlocutores/
as nos involucramos. Se podría decir que los/as participantes en una conversación
son conscientes o se hacen conscientes de qu e el intercambio comunicativo en
el que participan está , de alguna manera, vertebrado por un propósito o conjun
to de propósitos comunes o, cuando menos, posee una orientación recíproca
mente aceptada por los/as hablantes. Este propósito u orientación puede
determinarse desde el principio de la conversación mediante diferentes recursos
como, por ejemplo, planteando un posible tema de diálogo; o pu ede transfigu
rarsedurante el discurrir de la misma. No obstante, cabe también la po sibilidad
de que el tema de conversación esté completamente especificado o que sea tan
borroso que permita una maniobrabilidad casi ilimitada de los/as interlocuto
res/as (situación ésta muy habitual en las con versaciones e intercambios que se
producen en los encuentros fugaces e inopinados). A pesar de ello, sea como
fuere, a lo largo de la conversación algunas de las contribuciones quedarán re
legadas por inadecuadas. En definitiva, los/as participantes implicados/as en
una conversación aceptarán como precepto rector de sus intercambios el prin
cipio de cooperación que, como señala Grice se podría formular diciendo:
"Haga usted su contribuci ón a la conversación tal y como lo exige, en el estadio enque tenga lugar, el propósito o la dirección del intercambio que usted sostenga.
Si cualquiera de los hablantes no está dispuesto a cumplir con este principia, esdecir, a colaborar, entonces lo que sucederá es que el otro inferirá que quiere decir otracosa".
H.P. Grice (1975). "Lógica y conversaci ón", En: L.M. Valdés (ed. ), La búsqueda. del significado (pág. 515-516 ). Madrid: Tecnos y Universidad de Murcia, 1991.
El principio de cooperación según Grice tiene diversas máximas:
1) Máxima de cantidad: hace referen cia a la cuantía de información que se
suministra en una con versación y se relaciona con la modulación de esta cuan
tía, en el sentido de que en la cooperación se contribuya con mayor o menor
cuota de información.
2) Máxima de cualidad: alud e a la verdad de la con tribución informativa y a
la acreditación o aval con que pueden sost enerse las con tribuciones.
© Editorial UOC 60 Análisis del discurso
3) Máxima de relación (relevancia): consiste en aportar contribuciones per
tinentes y directas que abunden en el meollo de la cuestión y no en sus aspectos
fútiles.4) Máxima de modo: a diferencia de las anteriores, su importancia no recae
en el contenido, sino en cómo se expresa éste. Se relaciona fundamentalmente
con la exposición clara, ordenada, concisa y precisa.
Grice (1975, pág. 516-517) expresa las máximas que hemos definido y que
configuran el principio de cooperación de la siguiente manera:
"[...] podrían distinguirse quizá cuatro categorías a una u otra de las cuales pertenecerán máximas o submáxímas más específicas. De entre todas ellas, las siguientes darán pie a resultados que están de acuerdo con el Principio cooperativo. Haciéndonoseco de Kant, denominaré a estas categorías categorías de cantidad, cualidad, relacióny modo . La categoría de cantidad tiene que ver con la cantidad de información a proporcionar, y a ella pertenecen las máximas:'Haga usted que su contr íbucí ón sea tan informativa como sea necesario' (teniendoen cuenta los objetivos de la conversación), y puede que también'No haga usted que su contribución resulte más informativa de lo necesario' [...]A la categoría de cualidad pertenece una supermáxima: 'Trate usted de que su contribución sea verdadera', y dos máximas más específicas:'No diga usted lo que crea que es falso''No diga usted aquello de lo cual carezca de pruebas adecuadas' [...]Dentro de la categoría relación sitúo una sola máxima: 'Vaya usted al grano [...]'Finalmente, a la categoría de mod o, la cual concibo de manera que no tiene que ver(como sucede con las categorías precedentes) con lo que se dice, sino con cómo sedice lo que se dice, pertenece la superrn áxíma: 'Sea usted perspicuo', así como diversas máximas:'Evite usted ser oscuro al expresarse''Evite usted ser ambiguo al expresarse''Sea usted escueto (y evite ser innecesariamente prolijo)','Proceda usted con orden'",
H.P. Grice (1975) . "Lógica y conversación". En: L.M. Valdés (ed.). La búsqueda delsigonificado (pág. 516-517). Madrid: Teenos y Universidad de Murcia, 1991.
Una ímpl ícatura conversacional se produce tanto cuando se obedecen estas
máximas como cuando se violan todas o alguna de ellas. TQ.dasJ¡tsjillplicaturasrequierenc álculo por parte de los/as Interlccutores/as.en el sentido de que se
aS_l.!me-que-l~-s~ii~bl~:;te~stá~ -"~espetan-do el principio de ~~~p~~~~iÓn~Paia que
una implicatura pueda ser considerada como conversacional y"no como con-
@ Editorial UOC 61 Capítulo Il. El lenguaje en las cíenctas ...
vencional, ha de poder ser inferida. De no ser posible esta inferencia, aunque se
sospeche que la implícatura está presente o se intuya su presencia de alguna ma
nera, siempre deberá ser considerada como convencional; a no ser que la sospe
cha o la intuición puedan sustituirse por un argumento. Por ello, para que un
oyente pueda inferir que está ante una implicatura conversacional, deberá apo
yarse y manejar los siguientes datos:
1) el significado convencional de las palabras dichas, junto con la identidad
de las referencias implicadas,
2) el principio de cooperación y sus máximas,
3) el contexto lingüístico o extralingüístico en el que las palabras se dicen,
4) otras informaciones de fondo,
S) el hecho, o supuesto hecho, de que los/as interlocutores/as conocen, o
presumen que conocen, cada uno de los detalles relatados en los apartados pre
cedentes, y que éstos están a su alcance.
Como sostiene Grice, una fórmula que permite detectar la presencia de una
ímplicatura conversacional podría síntetízarse como sigue:
"Él ha dicho que p; no hay ninguna razón para suponer que no está observando lasmáximas, o al menos pe; podría estar cumpliéndolas si pensase que q; sabe (y sabequeyo se que él sabe) que yo me apercibo de la necesidad del supuesto de que piensaqueq; no ha hecho nada para impedirme pensar que q; por lo tanto, pretende que yopiense, o al menos hacerme posible que piense, que q; y consiguientemente ha implicado que q."
H.P.Grice (1975). "Lógica y conversación". En: L.M. Valdés (ed.) . La búsqueda del significado (pág. 521). Madrid: Temas y Universidad de Murcia, 1991.
Las implicaturas conversacionales, para ser tales, deben reunir ciertos ras
go que constituyen, asimismo, una manera o procedimiento que nos permite
conocerlas e identificarlas. Según Grice (197S), para admitir que una implica
tura conversacional es tal, resulta imprescindible aceptar que se cumple el
principio de cooperación. No obstante, puede eludirse esta aceptación. Si se
elude, necesariamente, una implicatura conversacional generalizada debe can
celarse en un caso particular. Para ello, se puede operar de dos maneras: a) se la
puede cancelar expresamente mediante una cláusula que dé a entender o que
© Editorial UOC 62 Aná lisis del discu rso
determine que el hablante se ha inclinado por no acatar el principio de coope
ración, o b) se la pu ede cancelar contextualmente, si la forma verbal expresada
que habitualmente acompaña a la implicatura conversacional es usada en un
contexto tal que no deja duda ninguna de que el hablante prescinde del prin
cipio de cooperación.Asimismo, existen otros rasgos de las implicaturas conversacionales que Gri
ce detalla y formula de la siguiente manera:
"En la medida en que para inferir que se está an te un a impli catura conversacionalhaga falta, además de la informa ción contextual y de fondo, tan sólo el conoc imientode lo que se ha dicho (o del compromiso convencional de la preferencia), yen tantoen cuanto el modo de la expresión no juegue fun ción alguna en la infer encia, no seráposible dar con otra forma de decir la misma cosa, por carecer de la implicatura encuestión , a no ser que algún rasgo especial de la nueva versión sea relevante por símismo para la determinación de una implicatura (en virtud de alguna de las máximasde modo). Si le dam os a esta característica el nombre de tndesligabilidad, cabe esperarque toda impli catura conversacional generalizada qu e se lleve a cabo mediante unalocución familiar , y nada especial, tenga un alto grado de indesligabilidad.
Hablando en términos aproximados, pu esto que para inferir la presen cia de unaimplicatura conversacional se presupone un conoc imiento previo de la fuerza convencional de la expresión, cuya proferencia lleva con sigo la implicatura, el impli
candum conversaciona l será un a condició n a no incluir a la especificación primerade la fuerza conv ersaciona l de la expresión . Aunque puede qu e no sea imposibleque lo que se inide en la vida, por decirlo así, como implicatura conversacional adquiera la naturaleza de implicatura convencional, suponer qu e en un caso dad o estosucede así requ eriría de una justificación especial. Así pues , inicialmente al men os,los implicata conve rsaciona les no son parte del signifi cado de las expresiones a cuyouso se adhieren.
Puesto qu e la verdad de un implicatum conversacional no se sigue de la verdad delo que se dice (lo qu e se dice pu ede ser verdadero y lo que implica pu ede ser falso), laimplicatura no va unida inseparablemente a lo que se dice, sino al decir lo que se diceo al expresarlo de esa manera.
Puesto que inferir una impli catura conversacional es inferir lo que se ha supuestopara salvaguardar la observancia del principio cooperativo, y dado que pueden darsevarias explicaciones específicas posibles, quedando la lista de éstas abierta, en talescasos el implicatum conversacional será la disyunci ón de tales explicacion es especíñcasy si la lista queda abierta , el implicatum tendrá el carácter de indeterminación que muchos implicata reales parecen de hecho poseer".
H.P. Grice (1975). "Lógica y conversación ". En: L.M. Valdes (ed.). La búsquedadeisigniticado (pág. 530). Madrid : Temas y Universidad de Murcia, 1991.
© Editorial UOC 63 Capítulo n. El lenguaje en las cíencías.,
Terminaremos este apartado dedicado a la pragmática con dos ejemplos:
1) Imaginemos que alguien vive en un quinto piso sin ascensor. Cuando
llega a casa, otra persona con quien comparte la vivienda pronuncia la si
guiente frase:
"Hayquebajarla basura".
Veremos que no se puede hacer un AD sin pragmática. En cierto sentido, estudiar AD es estudiar pragmática, hacer una AD es hacer una análisis pragmático. y este ejemplo, al tiempo que es una ilustración de la pragmática, nos va a
ayudara entender cómo se hace un AD.Cuando alguien dice Hay que bajar la basura , podríamos pensar que se está
verificando una constatación de un hecho cierto. A saber, que hay basura que
esnecesario transportar para que sea recogida . Pero, prestemos atención al contexto: una casa con varias personas (por ejemplo, una familia), tard e, de noche(por ejemplo, las diez de la noche), final de un día de trabajo, etc. En esa situa
ción, si alguien dice Hay que bajar la basura , la mayor parte de las personas vana entender que en realidad no se está constatando un hecho, sino qu e más bien
se está requiriendo o, incluso, se está dando la orden de bajar la basura. No hay
orrna, fuera de las enseñanzas de la Pragmática, de entender cómo sucede eso.
Es decir, cómo un hablante consigue que su interlocutor entienda que le estándando una orden.
Bien volvamos al ejemplo Hay que bajar la basura. Es común, desde las ciencias sociales, hacer la siguiente crítica a la pragmática (del mismo tipo a la quee n frecuencia se le hace a Austin , por ejemplo): que sólo se preocupan por
ejemplos cortos con frases pequeñas y que uno no puede abordar los problemassociales desdela pragmática. Sin embargo, el reconocimiento de los actos perlo
cu 'voscomo aquellos actos de habla que generan efectos, nos abre la puerta a
un análisismás global a partir de la pragmática.
Supongamosque el enunciado de este ejemplo se pronuncia en una casa endonde vive un matrimonio. Podemos anticipar quién va a decir esa expresiónporque sabemos que n o lo puede decir cualquiera indistintamente. Sabemosque esa acción tiene que ver con una posición de rol. Como analistas, cuando
examinemosuna expresión de ese tipo, como nos enseñará la etnometodolo-
© Editoria l UOC 64 Análisis del discurso
gía, no necesitaremos tener una teoría sobre la desigualdad social, porque la
observación y el registro puntual de ese acto es informativo de aquello que
está pasando, En efecto , las consecuencias de decir hay que son una orden
puesto que alguien baja efectivamente la basura, o protesta porque se siente
increpado para hacerlo, o se excusa, o se justifica porque ya lo hizo en múlti
ples ocasiones. Y sabemos también que en un contexto semejante, esa ord en
no la puede dar cualquiera.
Ese acto nos informa de que hay una posición disim étrica, en la cual uno está
en condiciones de dar una orden al otro. No informa de las capacidades de in
terpretación o de descodificación de la pareja, quien obviamente es un sujeto
hábil en su lengua y entiende todas y cada una de las palabras. No es eso, de lo
que informa es de la relación que están teniendo esas dos personas.
2) Alrededor de la mesa de cualquier casa una familia estándar está comien
do. Alguno de los comensales formula la siguiente pregunta:
"¿Dónde está la sal?"
Igual que en el caso anterior, ésta no es una interrogación para saber la ubi
cación del salero. Cualquiera en una situaci ón como ésa sabe que, nu evamente,
se trata de una orden para que alguien traiga la sal a la mesa.Nada impide dar una orden directa como tráeme la sal y, a veces, así se pro
duce; pero no es en sí mism o necesario para que se origine la orden, para que
alguien traiga la sal a la mesa, y para que se constituya y reconstituya una sítua
ción de disimetría obvia entre los distintos participantes de la escena.Desde un punto de vista conv encional, podríamos hacer una anticipación de
cuál es el escenario real, cuáles son las posiciones disim étricas reales desde las
que una persona puede dar una orden como ésa. Pero no es imprescindible, o al
menos no lo es en muchos casos.
Decir dónde está la sal, igual que decir hay que, comporta la posición de rol,
la posici ón de disimetría, el ejercicio del poder etc. Y corn o analistas, lo único
que necesit am os es ser miembros competentes en ese co~'~~-p'a~~~tenderjaque pasa,naOi:CnIás:-Nonff;$ ítamos 'teoo'una teorí; sociolÓgica ni psico
lógica; --lt:r ú 'fik er que' necesitamos es ser miembros competentes en esas cir
cunstancias .
© Editorial UOC
5. La etnometodología
65 Capítulo 11. El lenguaje en las ciencias...
El famoso texto de Harold Garfinkel (1967) Studies in Ethnomethodotogy, co
mienza con las siguientes palabras, que constituyen desd e el inicio una de las
mejores definiciones de lo que es la etnometodologia (en lo sucesivo, ETN) :
"En los estudios siguientes se intenta tratar las actividades prácticas, las circunstancias prácticas y el razonamiento sociológico práctico como temas de estudio empíric oy. prestando a las actividades más corrientes de la vida cotidiana la atención que seotorga normalment e a los acontecimientos extraordinarios, se intenta aprender sobreellos como fenóm enos por derecho propio. Su recomendación central es que las actívidades mediante las que los miembros producen y controlan escenarios de asuntoscotidianosorganizados sean idénticas a los procedimientos que utili zan los miembrospara hacer que estos escenarios sean 'explícables'",
H. Garfinkel (1967). Studies in Ethnomethodology (pág. 1). Englewood Cllffs, N): Prentice Hall.
Efectivamente, la ETN se ha centrado en el análisis de las actividades prácti
cas cotidianas dotándolas del mismo interés que en gran parte d e la Sociología
estándar, se ha dado a los eventos aparentementemás importantes. El foco de in
terésde la ETN son las personas en su interacción cotidiana y las acti~idadesque
desúr óllanensus cq~~'~itQS lilál€diatos. Por' ello s;;itúa estaparte de'l~ Socio
logía en el ámbito de las m ícrosocíologias, también denominadas por algunos
autoresSociologías de la situación (Díaz, 2001 ).
Garfinkel en la obra mencionada explica el porqué del término etnometodo
logia:
"Utilizo el término etnometodología para hacer referencia a la investigación de las propedades racionales de expresiones indiciales y otras acciones prácticas, como logros endesarrollo que contienen prácticas ingeniosas organizadas de la vida cotidiana".
H. Garfmkel (1967). Studies in Ethnomethodologv (pág. 11). Englewood Clíffs, NJ:Prentíce HalL
Enefecto, los estudios etnometodológicos dirigen su atención hacia las acti
vidades diarias en las que nos vernos envueltas las personas. Estas actividades
diarias son concebidas y analizadas como m étodos a los que las personas recu
rrimos para hacer que estas actividades sean explicables (accountables): haciendo
© Editorial UOC 66 Análisis del discurso
que sean visibles, racionales y comunicables en todos los propósitos prácticos y
como organizaciones de todas las actividades comunes de cada día. Una de las
características singulares de las acciones y circunstancias prácticas, de las estruc
turas sociales que proporciona el sentido común y del razonamiento sociológi
co práctico es la reflexividad. Así, la reflexividad fundamenta el estudio de estas
situaciones porque permite localizar y examinar sus diversas ocurrencias.
La ETN nació como corriente sociológica en los años sesenta. Supuso una
ruptura extraordinaria con los modelos sociológicos dominantes dado que no
se postula como una teoría, sino como una perspectiva de investigación. En el
entramado de las corrientes sociol ógicas. se reclama como una alternativa defini
da contra aquellas versiones que defienden la explicación de los hechos sociales
y se apunta a aquellas que sostienen la comprensión como única forma de viabi
lidad en el acercamiento a los procesos sociales. Los principios básicos de la ETN
son pocos y, probablemente, el más importante de ellos sea la asunción de que
todos los miembros de la sociedad son sociólogos/as en lapráctica. Es decir, que cada
persona, en su acción cotidiana, a la vez describe, habla y construye la realidad.
No hay, pues, una realidad social independiente de los individuos, cuyo conoci
miento sólo sea posible desde un pensamiento teórico y una investigación ajena
al sentido común, sino que más bien el sentido común es perfectamente capaz,
no sólo de construir la realidad social , sino de conocerla y de dar cuenta de ella.
Pa§Jª_~TN, la realidad social no es nunca algo exterior a los indi'licL1!Q.?J_.sinQ.un-....... .. - " - - . _. ," .•..., ._.-.- , - _. ' -. ---- ---..... ...- , ,""--
producto incesantemente construido por la actividad de todos los miembros ge'_ o. --_ - .__ ., - • - - • - - - - - _ . - _ .. --- ----
un grupo (y colectividad en su acci ón cotidiana.
S.l. Los cuatro conceptos clave de la etnometodología
Resaltaremos cuatro conceptos claves de la ETN por su particular relevancia
en los enfoques discursivos. Estos conceptos son 1) el de competencia, 2) el de
reflexividad, 3) el de indexicabilidad y 4) el de accountability.
1) Competencia
La noción de competencia de mernbrecía, o de miembro competente, desa
rrollada por la ETN, no se refiere a la pertenencia a un grupo o colectividad, sino
© Editorial UOC 67 Capítu lo ll. El lenguaje en las ciencias...
más bien al uso que se hace o puede hacerse del lenguaje natural. Contraria
mente al concepto sociológico y psicológico-social de pertenencia a una socie
dad, grupo o categoría social, la noción de m ernbrecía se refiere a la gestión y
manejo del lenguaj e,En este sentido, ser unmíernbro competente significa ser una persona dotada
deun savoir (aire, capaz de actuar, con conocimientos de procedimientos, méto
dos y estrategias que permiten laadaptací ón yel desenvolvimiento exitoso en el_ , ~ -0- - - & -
context?~~cial ~J1 el que se habita, con capacidad para engendrar dispositivos de
adapJ:~~i~~~a sign ificar el mundo circundante. Más concretamente, ser un mi
embrocompetente entraña el ingreso a un grupo o institución, no sólo mediante
la voluntad de hacerlo, ~iJ.1C? a través de la incorporación al uso y la utilización
efectívádellenguaje común de ese grupo o de esa institución. Ello supone que,
unavezá ñlíados/as, la necesidad de interrogarse sobre lo que hacen los otros mi
embros del grupo desaparece, ya que se aceptan las rutinas inscritas en las prácti
cas sociales y se conocen los implícitos de sus conductas".
El concepto de miembro competente, la membrecía, no es en términos de la
ETN una asunción, un aprendizaje o una enculturación con los sistemas de va
lores de creencias o los análisis de la intersubjetividad de un grupo social o cul
tural dado.
"Existe una característica de las explicacion es de los mi embros que para ellos es de unarelevanda singular e imperante tan grande que con trola otras característícas en su carácterespecífico , como características racionales reconocibles de investigaciones socíológicas prácticas. Lacaracterística es ésta. Respecto al carácter problemático de accionesprácticas ya la adecuación práctica de sus investigaciones, los miembros dan p or senta-doque un miembro debe Irsaber" de en trada los escenarios en los que debe actuar si susprácticas han de servir como medidas para explicar de modo reconocible las caracteríslicas localizadas particulares de estos escenarios. Tratan de la forma más superñcial el hechode que las explicaciones de los miembros, de todo tipo, en todas sus formas lógicas,con todos sus usos y por todos los m étodos para su m ontaje sean características queconstituyan los escenarios que hacen observables. Los miembros saben, requieren, cuentan con, y hacen uso de esta refl exividad para producir, lograr, reconocer o demostraraptitudracional a todos los efectos prácticos de sus procedimientos y conclusiones".
H. Garfinkel (1967). Studies in Ethnomethodology (pág. 8). Englewood Cllffs, NJ: Prentícellilllo
. Isto ayuda a entender cómo nuestra cultura no nos parece insólita, ni nos consideremos unos~tran()\ o extrañas respecto a ella. Sin embargo, habitualmente, es extrañeza lo que mostramos~.k la~ conductas o las preguntas de un extranjero/a.
e Editorial UOC 68 Análisi s del discur so
La ETN surge por op osici ón a las teorías de la acción vigentes a finales de los
años sesenta, sobre todo a las de Parsons. En este sentido, frente a la asunción
de que nuestro comportamiento es un comportamiento que sigue reglas, la ETN
está interesada en cóm o constituimos esas normas cuando estamos interactuan
do o actuando. Por ello , la membrecía en el sentido de la ETN no es compartir
ese background que nos antecede o, al menos, no es únicamente eso, sino que es
más bien tener la competencia para la acción conjunta y la interacción.
El lenguaje mismo puede servirnos como ejemplo. La cuestión no está sólo
en si cada uno de nosotros conoce o no una lengua, lo cual nos haría miembros
competentes de esa comunidad lingüística, sino en ver si somos capaces de ha
blar, que es algo completamente diferente. Como sabe cualquier persona qu e ha
tenido que aprender una segunda lengua, no es suficiente con conocerla: es de
cir, conocer su gramática o conocer su vocabulario, pu esto que eso no da la
competencia. Una membrecía es una competencia sobre todo en el manejo del
lenguaje común , entendido no sólo como las palabras, sino del contextodelas
normas y reglas que se constituyen en la acción social.
2) IndexicabilidadLa enunciación de toda palabra o frase se produce en un con texto. Ese con
texto hace que cada palabra tenga un significado específico en cada oportuni
dad de enunciación. Compren der una palabra o una frase implica siempre un
análisis de la situación que va mas allá de la información efectivamente dada en
un momento concreto. Una palabra o una ora ción, por lo tanto, no conllevan
el significado plenamente , sino que lo adquieren del todo en el escenario con
creto de su producción. Ese,~9PteXlO.9~_e..n1LDSié.l.~!~E!_ ,~Q~m-ª~J~2S!L~l!-9_e a elementos mas alláde la situación inmediata, ~omG pu~Q.en _~~JJ.Q~ in tercambios
-~- - .. - _.._-.. ~ -- ..... ... .
lingüísticos previos, la relación qye.mantienen los/as interlocutores/as o la. Pi o-. - ~ . , - - , ., --- .- ......-
pia h ístoria de cada uno/a de e.UO,'ilª.5..
El concepto de lndexicabilídad.desarrollado.enIa.El'N..p OL Gª-rfinkel implica,.,.' _ . ~ _A _.. _ .
que todo lenguaje natural es indexical en la medida en que su significado essiem
pre dependiente del contexto desu .propia producción. No"h;iY-sfgñificadó posl·
ble_al.l1l:~~g~!!_(:L~ .l~QºQ.~~iQnes_.9.~_~so 'y_<;l..dg~p-<K~~odal de ~_enund~.~~n.--- _... --
Cada persona en su interacción, como mi embro competente, conoce sin
dificultad los usos y significados de las palabras y oraciones que utiliza. Lacomprensión mutua] igual qu e la inteligibilidad de lo que sucede para cuajo
© Edito rial UOC 69 Capítulo íI. El lenguaje en las ciencia s...
quier observador potencial, se hace posible en virtud de esta propiedad que
hemos llamado indexical. Llegamos al conocimiento del significado concreto
y pertinente de un enunciado por nuestro conocimiento de este carácter in
dexical. La ETN se interesará, pues, por ver cómo utilizamos el lenguaje y ob
servar cómo de forma completamente rutinaria somos capaces de dar sentido
a las palabras.
"Las propiedades que se exponen mediante explicaciones (debido a que son características de ocasiones organizadas socialmente de su uso) se encuentran disponibles enestudios de especialistas en lógica como propiedades de expresiones indiciales y oraciones indiciales. Husserl habló de expresiones cuyo sentido no puede ser decididopor un oyente sin saber necesariamente o asumir algo sobre la biografía y las intenciones de la expresi ón del usuario; las circunstancias de la emisión, el curso previo dela conversación, o la relación particular de la interacción real o potencial que existeentre el que expresa y el oyente".
H.Garfinkel (1967). Studies inEthnomethodoiogy (pág. 4). Englewood Cliffs, N]: PrenticeHall.
Así pues, todas las circunstancias que rodean una palabra son las puertas de ac
ceso a la acción de compartir el sentido. Cada participante hace un trabajo, como
diría Garfinkel, documental. Como en un archivo, una cosa conduce a la otra.
Pongamos el ejemplo del análisis etnometodológico de una entrevista. Una
entrevista es una situación de interrogación más o menos pactada, el/la entre
vistador/a no tiene una información que el/la entrevistado/a sí tiene. Ambos
estructuran el espacio-tie mpo para que uno diga lo que el otro quiere saber.
Analizada etnometodológicamente, esa situación comporta identificar todas
aquellas accíones del individuo que llevan a esos espacios que cada participante
conoce. Entonces, lo que da idea de una situación no es sólo si alguien es o no
competente, sino, sobre todo, la indexícabilidad: cada cosa que se dice, como
cada cosa que se hace, nos pone en contacto con algo que está pasando. Cual
quier observador/a de esa situación podría llegar por sí mismo/a a ese tipo de
conclusiones. Todo lo que pasa cobra sentido por la estructuración que se está
dando en ese momento particular y no únicamente por las condicion es de par-
irla. Es decir, si se observa que el entrevistado contesta mal, entonces es fácil
verque estamos ante una ruptura de una regla o de una norma, no es necesario
saber lascondiciones previas, pactadas o no, de la entrevista.
© Editorial UOC 70 Análi~i~ del discur so
3) ReflexividadLa propiedad de la reflexividad tiene que ver al mismo tiempo con la descrip
ción de una situación y con su construcción, en el sentido de que describirla es
construirla. Asimismo, la reflexividad se relaciona, simultáneamente, con el en
tendímientode..ª9.11~UO que está-acontecieIi(;:tQ..Y...c.Qiúi~~xpíi~itaéión de dicho
~!1t.~J]~imie~~_o. Como'~~sti~ne Garfi~kei él967), la reflexivici~'d .supone'que-las
actividades que emprendemos las personas para crear y operar las situaciones
que se nos presentan en nuestra vida cotidiana son idénticas a los procedimien-. - - ~
tosque utilízamosparadescribir esas mismas situaciones.En ~;~. ~ituación dada, 'l~ reflexlviélacrsé refiere . símult áneamente, a las prác
ticas que la describen y la construyen. Mientras interactuamos con otras perso
nas y hablamos con ellas, producimos simultáneamente el significado, las
normas y la inteligibilidad de 10que hacemos. Cuando describimos un aconte
amiento o una situación social, al mismo tiempo la estamos construyendo.
Es mediante la acción de hablar, yen virtud de la indexicabilidad que ya he
mos revisado, como producimos el mundo. No hay un antec~~~r:t~, no hayJWcódigo que al seguirlo conforme la realidad social; más bien, sólo existe la pro-pia'pr ácílcaqueIo ínstítuyeen cada momento: . .
La reflexividad no es 10mismo que reflexión o reflexionar, en el sentido de
tomar conciencia de algo . No se refiere a una supuesta capacidad de la gente
para recapacitar o ser consciente sobre sus propias acciones:
"Anteriormente se defendía el argumento de que la posibilidad de entendimiento común no consiste en manifestar medidas de conocimiento compartido de estructurasocial, sino que por el contrario consiste enteramente en el carácter ejecutable de acciones de conformidad con las expectativas de la vida cotidiana como moralidad. Elconocimiento del sentido común de los hechos de la vida social para los miembrosde la sociedad es el conocimiento institucionalizado del mundo real. No sólo el conocimiento del sentido común representa una sociedad real para los miembros, sinoque, igual que una profecía que se cumple por su propia naturaleza, las característicasde la sociedad real se producen por la conformidad motivada de personas que tienenestas expectativas de fondo" .
H. Gartinkel (1967). Studies inEthnomethodology (pág. 53). Englewood Clíffs, NJ: PrenticeHall.
La reflexividad no es, pues, en la ETN un concepto moral. Se refiere másbien
a que cuando se está haciendo algo , se está propiamente realizando un acto de
© Editorial UOC 71 Capítulo 11 . El lenguaje en las cien cias...
constitución y a que un/a miembro competente podría ser capaz, además) de
dar cuenta de aquello que está haciendo.Pongamos como ejemplo una acción trivial como andar en bicicleta. An
dar en bicicleta es un acción que se constituye ella misma en el acto de tras
ladarse sobre dos ruedas. Es el movimiento del/a conductor y la propia
máquina quienes hacen posible el traslado. Un/a ciclista puede pretender ha
cer consciente y explícito todos los act os implicados en andar en bicicleta,
pero como sabemos, eso hará que se caiga. Así pues, para andar bien en bici
cleta no es necesario pensar cóm o se ha ce, luego podemos decir que ha y una
especie de conocimiento implícito, un conocimiento no necesariamente cons
ciente que es el qu e está permitiendo andar en bicicleta, pero que al mismo
tiempo puede ser explicitado. Desde el momento en que un ciclista puede dar
cuenta de por qué se mueve y no se cae, es posible afirmar que para poder
mantenerse en pie, lo qu e es necesario es ser reflexivo, que no es lo mismo que
serconsciente de o estar reflexionando sobre, sino que en la estructuración de la
acción los miembros que participan en ella pueden en cada momento dar
cuenta de la acción qu e están desarrollando.
4) AccountabilityEl último concepto que vam os a repasar de la ETNestá relacionado con los
anteriores y, en particular, con la indexicabilidad y la reflexividad. Algo, una
acción, '!..na sitQ..aciórL?.Qcial, el mundo mismo, es accountablet porque.es acce
sible, porq;e podemos desc~ibi~l;:e~nderlo~ ·coñtacto. Y eso no es sólo algoque·püedaq} iace.Ú os ci e-~~Íti~~s/asso'CíiileYy ló;/ as--ánalistas en '~irtud de supropio~ocimien;'~~-- ;~-~ig¿que ~~d;" pers;;-na aes-áiiOlra· ~; "i-e-~ii~~ ~~-tidiana-
~-_.-..-. ._-mente en sus acciones prácticas. El mundo no pre-existe como tal, sino que se
realiza, se instituye en cada acción práctica y en cada interacción llevada a
cabo por las personas.Cuando alguien describe lo que hace o lo que le está aconteciendo, al mism o
tiempo lo está constituyendo. Cuando con tamos un relato o proporcionamos~-----~~----'---,--_ ._- --,-:,--='~
una xplicación, estamos construyendo el mundo en el qu e vivimos. La ETN se_ ' • • _ 0 .-- . - --- - - - - ---- . _ • •-~- - •..- , ...---
4. AccolJntability es un término inglés difícilmente traducible; vendría a significar algo similar alsentido que señala la paráfrasis dar cuenta de. No obstan te, hem os preferido man tener el términoo ti;¡,l n~l en ingléspara que se pueda tomar su sent ido por la explicación del proceso al que se refiere.
© Editorial UOC 72 Análi sis del discurso
interesa por los relatos y las descripciones, accounts, pre cisamente por su propie
dad constitutiva de la realidad.
"Hacer visible el mundo es hacer comprensible mi acción al describirla, porque doya entender su sentido al revelar los procedimientos que empleo para expresarla".
A. Coulon, (1987) . La etnometodología (pág. 49). Madrid: Cátedra, 1988.
Las prácticas explicativas en las que nos vemos envueltos habitualmente, así
como las explicaciones que proporcionamos, poseen un carácter reflexivo o encamado. Se dice de alg o que es explicable (accountable) cuando los/as participan
tes en una situación entienden que aquello que se ve y se dice son prácticas de
observación y de explicación. Pero, asimismo, estas prácticas se distinguen por
su carácter inacabado, continuo y contingente, ya que se desarrollan y ocurren
como acontecimientos de la cotidianeidad que estas prácticas describen, pero
que, simultáneamente, organizan en su actuar.
Los participantes y las participantes en estas situaciones cotidianas, dispo
nen del conocimiento, poseen la habilidad y tienen el compromiso de colaborar
en el cumplimiento de estas prácticas. Además, existe una reciprocidad en el
compromiso con la situación: asumen y dan por supuesta la competencia de
los/as otros/as (de la cual dependen) , y asumen y dan por supuesta su propia
competencia. Esta reciprocidad proporciona a las partes las características dis
tintivas y particulares de una situación, aunque, del mismo modo, también con
tribuye con problemas, recursos y proyectos.
Garfin kel enfatiza la ligazón que existe entre accounts , contextos de utili
zación y la utilización misma que hacen los /as participantes en una situación:
"En resumen, el sentido reconocibl e, o el hecho, o el carácter metódico, o la impersonalidad, o la objetividad de las explicaciones no son independientes de las ocasiones organizadas socialmente de su uso. Sus característ ícas racionales consisten en loque los miembros hacen con lo que "hacen de" las explicaciones en las ocasionesreales organizadas socialmente de su uso. Las explicaciones de los miembros estánvinoculadas de forma reflexiva y esencial por sus características racionales a las ocasionesorganizadas socialmente de su uso porque son características de las ocasiones organizadas socialmente de su uso."
H. Garfinkel (1967). Studies in Ethnomethodology (pág. 3-4). Englewood Cliffs, NJ:Prentice Hall.
©Editorial UOC 73 Capítulo Il . El lenguaje en las ciencias...
5.2. Implicaciones de la etnometodología
La ETN plantea consecuencias muy interesantes para la práctica del análisis
sociológico y para la consideración del lenguaje en esa práctica.
5.2.1. Lo manifiesto y lo oculto
Pordesesencializadores que sean los planteamientos críticos en las ciencias
sociales, en la mayor parte de ellos permanece una dicotomía sistemática: la di
ferenciaentre lo oculto y lo manifiesto. Es decir, parece que siempre hay un ca
mino por el cual el análisis de un proceso nos permitirá llegar a algo que no se
ve, que está oculto, que es justamente lo que realmente importa. Desde la ETNy
desde esteconjunto de argumentos, el planteamiento es que no hay nada oculto,
nohay nada que esté detrás, sino que , más bien, lo que hay es sólo y exclusiva
mente aquello que está cuando se está diciendo o haciendo algo. No hay una
norma o normas que estén en otro sitio y que haya que descubrir. La norma no
es un código escrito o una clave que a través de la observación del comporta
miento de las personas puede inducir que existe. La norma es la acción.En este sentido , la idea de buscar lo oculto es irrelevante. La ETN desacredita
la búsqueda que persigue encontrar lo que hay detrás, bien sea el pensamiento
delagente, bien sea la acción del individuo o, incluso, una hipotética estructura
social reificada como algo ajeno a la acción de los individuos. La estructura so
cial nosería identificable mediante el análisis de los relatos de la gente o la ob
servaciónde sus comportamientos porque no está detrás, no está más allá o más
acá, en otro sitio, sino que es y está en la acción misma. Esto es la ETN. Parafra
seando a Garfinkel, podemos decir que el mundo no será de una vez para siem
pre, sino que se cumple en nuestras realizaciones prácticas.Así pues, no hay nada que sea eso que llamamos las normas que hacen que
nuestro comportamiento sea de una determinada manera, sino que cuando ha
cerno algo estamos haciendo normas. No es preciso, por Lo tanto, buscar cuál
es la norma que hay detrás regulando nuestro comportamiento. La invitación
de laET~ es que basta saber cómo se hacen las cosas; o sea, que el hacer es una
forma de decir. Que el hacer es decir.
© Editorial VOC 74 An álísls del discurso
5.2.2. Acción social y estructura social
La aportación de la ETNa un análisis de la estructura social es que la acción
individual, pequeña, restringida, cotidiana} irrelevante, e insignificante, está
efectivamente estructurada, tal y como nos informan los estudios clásicos socio
lógicos, por el marco social en el cual se desenvuelven. Pero la innovación de la
ETN es que esa misma estructura actúa, se ejecuta, se pone en evidencia, se cons
truye literalmente en cada acción.
Así pues, cuando a la ETNse le atribuye su desinterés por la estructura social
al centrar su estudio en pequeños extractos de conversaciones o en pequeños
episodios de actividad social, se comete una gran injusticia. Su interés por cosas
tan poco interesantes como la cortesía, un intercambio trivial o una acción es
pontánea son sólo el interés por una pieza minúscula en el edificio de la estruc
tura social, puesto que toda acción, incluso la más insignificante, contribuye a
la construcción social. Pero aunque su contribución sea infinitesimal, lo que
está daro es que si esa acción desapareciera, entonces no habría actualización
de la estructura social en ningún momento.
5.2.3. Etnometodología y lenguaje institucional
Con frecuencia se piensa que por hablar de la acción cotidiana, la ETN no
está habilitada para analizar los procesos que se dan en el interior de las organi
zaciones e instituciones. Sin embargo} el enfoque etnometodológico sostiene
otra argumentación.
En efecto, la única diferencia entre las acciones que se ejecutan en las ínstí
tuciones y las mismas instituciones radica, en todo caso, en que cobran una na
turaleza propia del escenario que definen. Por ello, muchos han visto en la ETN
la única salida para analizar estos contextos, a saber, el análisis de la interpela
ción espontánea.Una persona interesada en los ámbitos institucionales lo único que tiene que
hacer es asumir que ése es un escenario normativo, de interacción peculiar, donde
la cotidianeidad también tiene lugar, en donde el habla está a veces marcada porun argot lingüístico específico, como pasa, por ejemplo, en las jergas profesionales.
© Editorial UOC 75 Capítulo JI. El lenguaje en las cíencías...
Dicho en breve, un análisis de prácticas institucionales no es incompatible
con la perspectiva etnometodológica ni con el interés por algo que esté más allá
de la cotidianeidad. En efecto, muchos estudios etnometodológicos se han cen
trado en las instituciones y, en particular, en organizaciones empresariales.
¿Cuál podría ser la diferencia? Todos hemos oído desde la sociología estructural
que tenemos que separar las normas explícitas del funcionamiento informal, que
en la realización de una organización informal y que en el desarrollo de una or
ganización social es más importante la organización informal que la formal.
Pues bien, la ETN aporta mucha más luz con tan sólo , por ejemplo, el análisis
de las conversaciones cotidianas sobre cómo se estructura una organización a
partir de las interacciones concretas de los individuos que la conforman. Ofrece
un análisis mucho más rico con esta reflexión que cualquier análisis estructural
de las normas explícitas de la organización, aunque esas normas estén escritas
en el dintel de la organización que se está analizando.
6. El enfoque discursivo de Michel Foucault: discursoy prácticas discursivas
El trabaj o de Míchel Foucault desborda cualquier intento de encapsula
miento en un marco disciplinar y/o temático concreto. Su obra es, sin duda,
una de las más influyentes del pasado siglo xx. Cualqu iera de los temas que
han sido objeto de su interés han tenido como consecuencia siempre un cambio
radical, cambios tanto en el nivel de la definición misma del campo como de
su abordaje, estrategias y formas de con ceptualización . Eso al menos puede
decirse de tre s de sus intereses: el discurso, el poder y las relaciones poder/sa
ber, y la producción de subjetividad. Y ninguno de ellos es pensado y anal ízado hoy de la misma forma en que lo era con anterioridad al planteamiento
foucaultiano.
Nos centraremos en sólo un o de ellos, el discurso, para ofrecer su definición
y características y para aprovechar el talante metodológico e investigador de
Foucault, pues constituirán herramientas conceptuales y metodológicas suma
mente útiles para completar el panorama del AD. En este sentido, aunque no se
restrinja al discurso y al AD sino a cualquier otra tarea constitutiva de produc-
© Editorial UOC 76 Análisis del discurso
ción de conocimiento, a cualquier otra tarea de investigación y análisis, resalta
remos una de las más importantes características que debe acompañarles según
Foucault, la problematización.
6.1. La concepción de discurso
Para Foucault, un discurso es algo más que el habla, algo más que un conjun
to de enunciados. El discurso es una práctica, y como para otra práctica social
cualquiera, se pueden definir sus condiciones de producción. Dice Foucault:
"Se renunciará, pues, a ver en el discurso un fenómeno de expresión, la traducciónverbal de una síntesis efectuada por otra parte; se buscará en él más bien un campode regularidad para diversas posiciones de subjetividad. El discurso concebido así, noes la manifestación, majestuosamente desarrollada, de un sujeto que piensa, que conoce y que lo dice: es, por el contrario, un conjunto donde pueden determinarse ladispersión del sujeto y su discontinuidad consigo mismo. Es un espacio de exterioridad donde se despliega una red de ámbitos distintos".
M. Foucault (1969). La arqueología del saber (pág. 90). Madrid: Siglo XXI, 1978.
Todo discurso tiene un contexto de producdón. Ese contexto es la formadón
discursiva. Foucault la concibe como un conjunto de reladones que articulan un
discurso, cuya propiedad definitoria es la de actuar como regulaciones del orden
del discurso mediante la organización de estrategias, facultando para la puesta
en circulación de determinados enunciados en detrimento de otros, para definir
o caracterizar un determinado objeto, etc. En palabras de Foucault, una [orma
cien discursiva es un :
"f...} haz complejo de relaciones que funcionan como reglas: prescribe lo gue ha debido ponerse en relación, en una práctica discursiva, para que ésta se refiera a talocual objeto, para que ponga en juego talo cual enunciado, para que utilice tal o cualconjunto, para que organi ce talo cual estrategia. Definir en su individualidad síngular un sistema de formación es, pues, caracterizar un discurso O un .grupo de enundados por la regularidad de una práctica" .
M. Foucault (1969). La arqueología del saber (pág. 122-123). Madrid : Siglo XXI) 1978.
© Editorial UOC 77 Capít ulo Il . El lenguaje en las ciencias ...
Losdiscursos son, pues, prácticas sociales. Esun hecho que, a partir de Foucault
(1969), no se hablará ya tanto de discursos como de prácticas discursivas. Por prác
ticas discursivas Foucault entiende reglas anónimas, constituidas en el proceso his
tórico, es decir, determinadas en el tiempo y delimitadas en el espacio, que van
definiendo en una época concreta y en grupos o comunidades específicos y con
cretos, las condiciones que hacen posible cualquier enunciación.
En ningún momento Foucault niega que los discursos estén confo rmados por
signos. Sin embargo, rechaza que los discursos tan sólo se sirvan de los signos para
mostrar o revelar cosas. Los discursos hacen algo más que utilizar signos, lo cual los
vuelveirreductibles a la lengua y la palabra (Foucault , 1969). Es precisamente el salir
de la prisión de los signos, el tratar de desentrañar ese algo más que utilizar los sig
nosuna de las tareas que Foucault emprende en su trabajo arqueológico. Dicho con
más exactitud , el quehacer que debe plantearse con el discurso , que simultánea
mente constituye el problema que se tiene que resolver y la estrategia que ha de
adoptarse, debería consistir en tratar los discursos como prácticas que [orman siste
máticamente los objetos deque hablan (Foucault, 1966) y abandonar la consideración
delos discursos como conjuntos de signos o elementos significantes que son la re
presentación de una realidad.
Este tipo de conceptualización del discurso da un sentido diferente a su aná
lisis. En efecto, el análisis del discurso desde la perspectiva foucaultiana también
esuna práctica que permite desenmascarar e identificar otras prácticas discursi
vas. y es también, y sobre todo, una forma para transformarlas:
"Las posítívídades que yo he intentado establecer no deben ser comprendidas com o unconjunto de determinaciones que se impusieran desde el exterior al pensamiento de losindividuos, o habit ándolo en el int erior y como por adelantado; constituyen más bienelconjunto de las condiciones según lascuales se ejerce una práctica, según las cuales esapráctica da lugar a unos enunciados parcial o totalmente nuevos, según las cuales, enfin, puede ser modificada. Se trata men os de los límites pu estos a la iniciativa de lossujetos que del campo en que se articula (sin constit uir su centro), de las regla s qu eemplea (sin que las haya inventado ni formulado), de las relaciones que le sirven desoporte (sin que ella sea su resultado último ni su punto de convergencia). Se tratade hacer aparecer las prácticas discursivas en su compl ejidad y en su espesor; mostrarque hablar es hacer algo, algo distinto a expresar lo que se piensa, traducir lo que se sabe, distinto a poner en juego las estructuras de una lengua; mostrar que agregar unenunciado a una serie preexistente de enunciados, es ha cer un gesto complicado y costoso, que implica unas condicione s (y no solamente una situación, un contexto, unosmotivos) y que comp orta unas reglas (diferentes de las reglas lógicas y lingü ísticas deconstrucci ón): mostrar que un cambio, en el orden del discurso, no supon e unas 'ideas
© Editorial UOC 78 Análisis del discur so
nuevas', un poco de invención y de creatividad, una mentalidad distinta, sino unastransformaciones en una práctica, eventualmente en las que la avecindan y en su articulación común. Yo no he negado, lejos de eso, la posibilidad de cambiar el discurso:le he retirado el derecho exclusivo e instantáneo a la soberanía del sujeto" .
M, Foucault (1969), La arqueología de! saber(pág. 350-351). Madrid: Siglo XXI, 1978.
El discurso es una práctica articulada con otras prácticas también enmarca
das en el orden de la discursividad. Discursos relacionados con otros discursos
que se retroalimentan, que se interpelan, que se interrogan; discursos a los que
sorprender, descubrir y saquear; discursos productores y socavadores de otros
discursos; discursos que se transforman, pero a los que también es posible trans
formar. Aunque eso sí, la transformación del discurso es una transformación en
el orden del discurso, lo que no debe interpretarse con la novedad o la creativi
dad mediante nuevas aportaciones o revisión de lo existente, sino como las
transformaciones que se producen en la práctica discursiva. Transformaciones
en el discurso, cambios del discurso, pero siempre entendidos como cambios ytransformaciones en las prácticas, nunca como la transformación promovida
por un sujeto que decide, prescribe, ejecuta y orienta el orden del discurso.
En efecto, los discursos no emanan del interior de sujetos, ni tampoco son
una inoculación ideológica que determine el pensamiento de los sujetos. Los
discursos articulan el conjunto de condiciones que permiten las prácticas: cons
tituyen escenarios que se erigen en facilitadores o dificultadores de posibilida
des, hacen emerger reglas y sostienen relaciones. En definitiva, las prácticas
discursivas ponen de manifiesto que hablar es algo más y es algo diferente que
exteriorizar un pensamiento o describir una realidad: hablar es hacer algo, es
crear aquello de lo que se habla cuando se habla.
6.2. Problematizadón
La problernat ízací ón es un término que sintetiza la invitación de Michel
Foucault a dotar a la producción de conocimiento y saber de un carácter transoformador y emancipador. La problematización se refiere a la totalidad de prác
ticas discursivas y no discursivas que introduce algo en el juego de lo verdadero
y de lo falso y lo constituye como un objeto de pensamiento. Pero, por encima
© Editorial UOC 79 Capítulo 11. El lenguaje en las cien das...
de todo, es un método y un proceso de pensamiento. La problematización pone
en duda todo aquello que se da por evidente o por bueno, cuestiona lo que está
constituido como incuestionable, recela de aquello que es indudable. Foucault
ha llevado al extremo este método problematizando el concepto y el ejercicio
de poder, la sexualidad y la liberación sexual.
"Problematízar no es, solamente -sería demasiado fácil-, conseguir que lo no problernátíco se tome problemático, es algo aún mucho más importante que esto, porque problematizares también, y sobre todo, lograr entender el cómo yel por qué algo ha adquiridoun estatus de evidencia incuestionable, cómo es que algo ha conseguido instalarse, instaurarse, como aproblern átíco. Lo fundamental de la problernatízací ón consiste en desvelarel procesoa travésdel cual algo se ha constituido como obvio, evidente, seguro".
T. Ibáñez (1996). Fluctuaciones conceptuales en tomo a la postmodemidad y lapsicología(pág. 54). Caracas: Universidad Central de Venezuela.
La aplicación práctica de la problematización muestra en qué sentido se pue
de orientar e influir una práctica de producción de conocimiento social, inclui
do específicamente el AO. En primer lugar, pueden ser tenidas en cuenta para el
enfoque y el planteamiento de la práctica investigadora, en particular la invita
ción a la problematización. Y, en segundo lugar, constituyen una forma alter
nativa al estudio de las prácticas sociales por la vía de un AO, en el sentido de
abrir su campo de acción más allá de conocer el mundo o los mundos, por así
decir, que el lenguaje construye, y los efectos que provoca cualquier práctica dis
cursiva. Un campo en el que lo relevante es la dirección que queremos inducir
en la transformación que toda acción discursiva y toda acción de análisis discur
sivo han de provocar necesariamente.
Para terminar, resaltaremos el mantenimiento de una cierta posición y un
cierto talante al que Foucault nos invitaba:
"La curiosidad es un vicio que ha sido estigmatizado una y otra vez por el cristianismo, por la filosofía e incluso por cierta concepción de la cíencia. Curiosidad, futilidad. Sin embargo, la palabra curiosidad me gusta; me sugiere totalmente otra cosa:evoca el cuidado, evoca la solicitud que se tiene con lo que existe y podría existir, unsentido agudizado de lo real pero que nunca se inmoviliza ante ello, una prontituden encontrar extraño y singular lo que nos rodea, un cierto encarnizamiento en deshacemos de nuestras familiaridades y en mirar de otro modo las mismas cosas, uncierto ardor en captar lo que sucede y lo que pasa, una desenvoltura a la vista de lasjerarquías tradicionales entre lo importante y lo esencial".
M. Foucault(1994). Estética, ética y hermenéutica (pág. 222). Barcelona: Paidós. 1999.
© Editorial UOC
Conclusiones
80 Anális is del dis curso
En este capítulo hemos repasado algunos de los fundamentos que sustentan
el papel que el lenguaje desempeña actualmente en las ciencias sociales. La lin
güisticidad es una característica de la comunicación humana}sin duda la más
genuina, pero lo que hemos pretendido mostrar aquí es que dicha característica
no es sólo de los seres humanos como individuos singulares, sino que lo es tam
bién de los procesos sociales.El papel del lenguaje en las ciencias sociales se reconoció inicialmente cuan
do se percibió el interés metodológico que su toma en consideración podría te
ner para los desarrollos de la ciencia y el pensamiento sociales. En ese momento,
se aprovecharon las experiencias acumuladas de la lingüística y de los estudios
de la comunicación para completar, y en ocasiones sustituir, el arsenal de técni
cas y procedimientos metodológicos disponibles. Surge así el uso de métodos
corno el análisis de contenido (del cual tan sólo hemos referido su existencia) ylas distintas modalidades de análisis del discurso, algunas de las cuales se desa
rrollarán en el capítulo siguiente.
La línea argumental del capítulo ha sido que lo que comenzó siendo presu
miblemente un método, es decir, una aplicación de los conocimientos sobre el
lenguaje a la investigación de procesos sociales, se ha acabado convirtiendo en
un conjunto de perspe ctivas genuinas que han ayudado a transformar nuestra
concepción de los procesos sociales mismos y de la forma de abordarlos.
En primer lugar}h emos aludido al giro lingüístico, ampliamente desarrolla
do en el capítulo "El giro lingüístico", y hemos sintetizado las consecuendasdel
giro lingüístico en este proceso. La consecuencia principal del giro lingüístico
en este terreno ha sido igualar la competencia del lenguaje cotidiano al lenguaje
formal, por tener capacidad suficien te para dar cuenta de la realidad, justamente
por haber n egado cualquier pretensión de representatívídad y haber enfatizado
© Editorial UOC 81 Capítulo n. El lenguaje en las dencias...
el carácter constructivo de toda acción lingüística. Otra consecuencia esencial
ha sido la de permitir la consideración de toda acción social en igualdad de con
diciones con cualquier otra, al confirmar que toda enunciación es una acción
en sentido pleno.En segundo lugar, hemos aludido a la teoría de los actos del habla. Sus con
secuencias principales proc eden de haber detallado la forma en que el habla esuna acci ón de pleno derecho. En este sentido, operacionaliza en la práctica el
antirrepresentacionismo para confírmar el carácter constitutivo de cada acto de
habla. Una de sus principales consecuencias ha sido, por una parte, posibilitar
laconceptualización del lenguaje como algo que está mas allá de ser una ventanade acceso a la actividad mental; y por otra, analizar pormenorizadamente las
acciones de habla como elem entos constitutivos de la interacción. Es decir, esta
teoría permite insertar el lenguaje en el interior mismo de los procesos sociales
queinteresan y han interesado a las ciencias sociales.Entercer lugar, hemos hecho una presentación de algunos de los elementos
principales de la pragmática. La principal cons ecuencia de la pragmática ha sidoponer de manifiesto que el significado y la creación de sentido propio de la ac
tividad humana no es únicamente un proceso debido a la constitución de cadasigno lingüístico, sino más bien a la interacción y al contexto en el cual ésta se
desarrolla. Trasmitir un significado y comprenderlo es, desde la perspectiva
pragmática, algo más que utilizar palabras.Encuarto lugar, hemos aludido a la ETN. Esta corriente sociológica interesa
da por los procesos mícrosocíales ha venido a completar las aportaciones ante
riormente señaladas, desmenuzando los procesos básicos mediante los cuales
las personas construimos el mundo a través de la acción.Finalmente, hemos introducido las aportaci ones de Mich el Foucault tanto
en los procesos de investigación, como directamente en la concepción del dis
curso y del AD. Después de Foucault, se puede dar por establecido que el discurso es una práctica social y, lo que es aún más interesante, que como práctica
social incorpora elementos const itutivos que no son sencillamente lingüísticos,
l1u~s éstos son los elementos qu e, condicionados por un contexto histórico particularyun inventario de reglas socialmente elaboradas, constituyen los objetosde los que hablan.
Comoseenfatizó al inicio, otros fundamentos podrían identificarse para ha
cer inteligible el papel del lenguaje en las ciencias sociales. Pero los que hemos
© Editoria l UOC 82 Análisis del discu rso
señalado aquí están indu dablemente presentes, en todo o en parte, en mu chasde las corrientes que bajo la etiqueta de discursivas, están hoy en activo en lasciencias sociales. De todas ellas, en el capítulo siguiente veremos una modalidadque, además, ilustraremos con ejemplos de estudios específicos.
© Editodal UOC 83 Capítulo 1Il. El análisis del discurso ...
Capítulo III
El análisis del discurso en las ciencias sociales:variedades, tradiciones y práctica
Lupicinio Íñiguez Rueda
Introducción
Este capítulo está dedicado al análisis del discurso como método y como
perspectiva en ciencias sociales. A lo largo de sus páginas se presenta el análisis
del discurso como un medio para llevar a la práctica el lenguaje a modo de eje
de comprensión y estudio de los procesos sociales. A través de los diferentes
apartados que lo configuran se mostrará y justificará por qué el análisis del dis
curso constituye una de las áreas que mejor representa la inclusión dellenguaje
en la comprensión de estos procesos. Conviene, no obstante, ya en este preám
bulo, advertir que discurso y análisis del discurso no son términos unívocos,
sino que ambos están plenos de sentidos diversos en cada una de sus variedades,
tradiciones y prácticas.
El capítulo se ha estructurado en cinco partes diferenciadas. En la primera se
presentan las distintas oríentaciones y tradiciones de análisis del discurso, como
muestrade la variedad de posiciones que comparten escenario y a fin de que se
puedan llegar a identificar distintas modalidades de análisis del discurso y las
características básicas de cada una de ellas. La selección se ha hecho atendiendo
sólo a aquellas que han establecido un diálogo interdisciplinar (la sociolingüís
tica ínteraccíonal, la etnografía de la comunicación, el análisis conversacional,
elanálisis crítico del discurso, y la psicología discursiva). Con ello se ha preten
dido poner de manifiesto, identificar y mostrar cómo la interdisciplinariedad
constituye el sentido y dota de carta de naturaleza al análisis del discurso.
© Editorial UOC 84 An álísís del dis curso
En la segunda parte se presentan y examinan diversas concepciones de dis
curso, reafirmando así la característica plural presente en las distintas prácticas.
Puesto que el reconocimiento de la diversidad no debe excluir la toma de par
tido , se ofrece una definición tentativa de discurso y de análisisdel discurso que ,
además de asumir los principales supuestos que se manejan en este volumen,
apuntala los fundamentos descritos en el capítulo anterior. La premisa que sos
tiene esta definición tentativa es la importancia de delimitar los componentes
básicos que debería incorporar una definición, no con el fin de identificar una
esencia o establecer una distinción entre lo discursivo y no discursivo, sino
como una forma de poner de manifiesto discursivamente que un discurso
construye aquello de lo que habla. Asimismo, y en congruencia con 10 prece
dente, se trata también que de entre el amplio repertorio de concepciones de
discursos se pueda, eventualmente, optar y defender argumentadamente algu
na de ellas.
Con esta misma inquietud por mantener abierta y hacer visible la mayor
cantidad posible de concepciones, pero explicitando claramente nuestras prefe
rencias, se detalla en la tercera parte la praxis del análisis del discurso. Ésta se
presenta siguiendo dos tradiciones particulares: la tradición anglosajona y la
tradición francesa. Asimismo, se aborda la explicación sobre qué se puede hacer
con un texto en la práctica: la definición del proceso social que se va a analizar,
la selección del material relevante para el análisis siguiendo los criterios de re
presentatividad y producción de efectos , la materialización del corpus, y un de
talle de herramientas específicas de análisis como la identificación de actos de
habla, írnpllcaturas, estructuras retóricas , repertorios interpretativos y polarida
des. La pretensión de esta parte es proporcionar una introducción documentada
y fundamentada en la práctica del análisis del discurso.En la cuarta y última parte se debate la viabilidad del análisis del discurso
como una perspectiva nueva y fructífera en ciencias sociales. En este sentido, se
ofrece una reflexión sobre las implicaciones de la práctica analítica discursiva,
sobre la importancia de la consideración del contexto social en el que se cons
truye el discurso y, finalmente, sobre el papel del discurso en la construcción,
mantenimiento y cambio de la estructura social. Todos estos aspectos deberían
redundar en el conocimiento y la identificación del alcance y de los límitesdel
análisis del discurso como práctica .
© Editorial UOC 8S Capítulo 1lI. El an álisis del di scurso ...
1. Consideraciones preliminares
Originariamente la etiqueta análisis del discurso ha designado un área de la Lin
güística. No obstante, a pesar de su origen, el análisis del discurso (en lo sucesi
vo, AD) no es un patrimonio exclusivo de la Lingüística, sino que ha contado con
las contribuciones de otras disciplinas académicas. En efecto, la Antropología, la So
ciología, la Psicología, la Comunicación, la Filosofía, etc. también han hecho apor
taciones y desarrollado métodos de análisis particulares (Van Dijk, 1985).
Esta diversidad de contribuciones ha generado adscripciones y filiaciones
disciplinaresheterogéneas, lo que se ha traducido en prácticas muy variadas que
han dado como resultado concepciones también diferentes - rnuy distintas en
tre si- , aunque probablemente con un denominador común: la consideración
delanálisis de la lengua en su uso, sea ésta hablada o escrita.
Así por ejemplo, Michael Stubbs, uno de los más importantes especialistas
lingüísticos en AD, sosti en e:
"Análisis del discurso es un término muy ambiguo. Vaya utilizarlo en este libro para referirme principalmente al análisis lingüístico del discurso, hablado o escrito, que se produce de modo natural y es coherente. En lineas generales, se refiere al intento de estudiarlaorganización del lenguaje por encima de la oración o la frase y, en consecuencia , deestudiar unidades lingüísticas mayores, como la conversación o el texto escrito. De ellosededuce que el análisis del discurso también se relaciona con el uso del lenguaje en contextos sociales y, concretamente, con la interacción o diálogo entre los hablantes".
A. Stubbs (1983). An álisis del discurso (pág. 17). Madrid: Alianza Edito rial, 1987.
Gillian Brown y George Yule, otros dos pioneros del AD en el interior de la
Lingüística, afirman en el mismo sentido:
"l...] nuestro interés primero es el ob jetivo tradicional de la lingüística descriptiva:ofrecer una explicación de cómo se usan las formas lingüísticas en la comunicación".
G. Brown y G. Yule (1983). Análisis del discurso (pág. 12). Madrid: Visor, 1993.
a lo que añaden (1983, pág. 19)
"El análisis del discurso es, por nec esidad, análisis de la lengua en su uso. Como tal,no puede limitarse a la descripción de formas lingüísticas con independencia de lospropósitos y las funci ones a las cuales están destinadas esas formas."
© Editorial UOC 86 Análisi s del discurs o
En la primera parte de este capítulo vamos a presentar algunas aproximacio
nes al AD y diferentes definiciones de discurso que son utilizadas en las diferen
tes orientaciones y tradiciones. Más adelante, presentaremos una modalidad
específica de ADcon el propósito de incorporar aspectos de algunas de estas tra
diciones y concepciones a fin de proporcionar una forma de acercamiento a la
realidad social, tal y como pretenden las ciencias sociales.
2. Las diferentes orientaciones y tradicionesen el análisis del discurso
Que el discurso se haya convertido en un objeto de análisis, estudio y debate
en las ciencias sociales obed ece a muchas razones distintas . De entre ellas po
drían destacarse tres que responden a aspectos de diferente orden.
Por un lado, hay razones de tipo teórico y epistemológico. Los debates en el
interi or del giro lingüístico, como ya ha sido ampliamente expuesto en el capí
tulo "El giro lingüístico", han ejercido , sin duda, una enorme influencia en el
conjunto de las ciencias sociales y humanas.En segundo lugar, la transformación de la lingüística desde su énfasis en
el estudio del lenguaje como propiedad de los seres humanos hacia su orien
tación al análisis del uso del lenguaje en los distintos contextos relacionales
y comunicacionales también ha influido enormemente en el resto de las cien
cias humanas y sociales, que se enfrentan a los mismos procesos desde ópticas
diversas .Por último, la relevancia que han adquirido en nuestro tiempo los medios
de comunicación y, en particular, las nuevas tecnologías de la comunicación
ponen en evidencia, más si cabe, la centralidad de estos procesos en la constí
tución, mantenimiento y desarrollo de nuestras sociedades.Por estas razones, y también por algunas otras, la presencia del AD en las
ciencias sociales ha crecido considerablemente en los últimos años siguiendo las
distintas tradiciones en las que esta empresa se ha materializado.
Históricamente, los orígenes de este proceso pueden datarse en la décadade
los años sesenta del siglo xx. En Francia, por ejemplo, en la segunda mitad de
© Editorial UOC 87 Capítulo IlI. El análisis del discurso ...
los sesenta se comienza a dibujar una tradición bajo esa etiqueta fuertemente
influida por el estr uctu ralísmo, el marxismo y el psicoanálisis (Pécheux, 1969;
Maingueneau, 1987). En el ámbito anglosajón, asimismo, se inicia en esa época
la etnografía de la comunicación (Gumperz y Hymes, 1972; Hyrnes , 1974).
A partir de los años setenta, las concepciones pragmáticas e interaccionistas
van adquiriendo , como hemos visto en los capítulos anteriores, una importan
cia mayor que acabará por afianzar la idea de que la palabra es una forma de ac
ción, enfatizando así la dimensión interactiva de la comunicación verbal. Sin
embargo, es durante la década de los ochenta cuando proliferan definitivamen
te los trabajos que se autoetiquetan de análisis del discurso que, en su diversidad,
representan formas de AD difíciles de definir, ya que se enmarcan en disciplinas
diversas qu e van desde la Lingüística hasta la Psicología, la Sociología, la Antro
pología, la Historia, etc. (Sh íffrin , 1994) .
Devorah Schiffrin (1994) sostiene que hay diferentes tradiciones básicas en
el AD: la teoría de los actos del habla, la soc íol íng üística interaccional, la etno
grafía de la comunicación, la pragmática, el análisis conversacional y el análisis
de la variación.
Evidentemente, estas tradiciones no son las únicas, por lo que parece posible
ampliar esta lista con otras de indudable arraigo actual: el análisis crítico del dis
curso y la psicología discursiva.
Enesta presentación vamos a pr escindir de la teoría de los actos del habla
yde la pragmática, por haber sido examinadas en el capítulo "El lenguaje en
íasciencias sociales" como parte del sustrato teórico y met odológico del AD.
Por ello, en este repaso de las tradiciones de AD las obviaremos, aunque re
cordando, sin embargo, su importancia. Haremos lo mismo con el análisis
de lavariación que , aunque se centra en el interesante aspecto de la variación y
elcambio lingüístico, d e todas las tradiciones es la única que se ha desarro
llado únicamente en el interior de la lingüística, sin apenas contacto con
otras áreas de las clencias sociales, salvo quizás en alguna m odalidad de la
socloling üística .
Las tradiciones que vamos a relatar brevemente son: (a) la socio lingüística
ínteraccíonal, (b) la etn ografía de la comunicaci ón, (c) el análisis conversacio
nal, (d) el análisis crítico del discurso (en 10 sucesivo, ACD) y (e) la psicología
discursiva.
@ Editorial UOC 88 Análisis del discurso
2.1. La sociolingüística interaccional
Esta tradición de AD proviene de la Antropología, la Sociología y la Lingüística. La razón de esta triple "maternidad" está en su interés por la cultura, lasociedad y el lenguaje. La microsociología de Ervín Goffman influyó notable
mente en esta perspectiva al considerar el lenguaje como situado en las circunstancias concretas de la vida cotidiana. Sin embargo, ]hon Gumperz (1982) es
quizás el representante más destacado.Examinando detalladamente las contribuciones de ambos autores, es posible
identificar, como lo hace Schiffrin (1994) con agudeza, la simbiosis entre la
perspectiva microsociológica de Erving Goffman y el planteamiento de la socio
lingüística de Gumperz. Esespecialmente relevante el énfasis que ambos autores
dan al lenguaje y al contexto en todos sus trabajos. Tanto para Goffman comopara Gumperz, el lenguaje juega un papel central, no sólo como mero medio decomunicación, sino por la influencia que ejerce en la construcción de significa
dos con relación al contexto en que se utiliza y por las aperturas o cierres que
posibilita su utilización. En efecto, ambos autores asumen el contexto comodimensión determinante en la construcción de significados y reconocen la na
turaleza indexical del lenguaje. Así, Gumperz subraya cómo el acto de comprender las intenciones de un hablante o la simple interpretación de una
información o de una comunicación son inseparables del contexto de produc
ción. Desde otra perspectiva, pero insistiendo en la misma consideración contextual, Goffman señala cómo las interacciones y las instituciones describen un
marco contextual que es propiciador de interpretaciones y creador de sentidos.
"El trabajo de Gumperz se centra en cómo las interpretaciones de contexto soncríticaspara la comunicación de información y para la comprensión de una intención y/o estrategia de discurso de un hablante; el trabajo de Goffman se centra en cómo la organización de la vida social (en instituciones, interacciones, etc.) proporciona contextosen los cuales tanto la conducta de uno mismo como la comunicaci ón con otro puedeser "entendida" (tanto por parte de aquellos que están presentes en una interaccióncomo por parte de analistas externos). El trabajo de ambos autores también proporciona una visión del lenguaje como índice de un mundo social: para Gumperz, el lenguajees un índice de los entendimientos culturales de fondo que proporcionan un conocimiento oculto -aunque críríco-: para Goffman, el lenguaje es uno de los numerosos recursos simbólicos que aporta un índice de las identidades y relaciones sociales queseconstruyen continuamente durante la interacción. Finalmente, ambos investigadorespermiten que el lenguaje tenga un papel más activo en la creación de un mundo qlle
@ Editorial uoe 89 Capítulo 1Il. El análisis del discurso...
es sugerido quizá por el término índice: los indicios de contextualización pueden alterarno sólo el significado de un mensaje, sino también el marco de participación del habla-de manera que las dos intenciones diferentes y los diferentes yoes y otros pueden manifestarse mediante cambios sutiles de modo que proporciona un camino para la comunicación yo-otro, que es básicamente similar para ambos autores".
D. Schiffrin (1994). Approaches ta Discourse (pág. 105-106). Oxford: Blackwell.
El tópico preferido en esta tradición ha sido el análisis de situaciones de in
teracción marcadas por una situación disimétrica de los/as participantes. Es de
cir, situaciones en las que los/as agentes sociales en relación son miembros de
culturas distintas, de diferentes grupos socioculturales, de diferentes estatus,
etc., y de los que se puede suponer un sistema de valores y creencias contrapues
tos o distantes que comportan formas de acción e interacción diferentes.
2.2. La etnografía de la comunicación
La etnografía de la comunicación es una aproximación al discurso que se
basa en la Antropología y en la Lingüística. La pretensión de la etnografía de la
comunicación es tan amplia como la de la propia Antropología, pero su foco de
interés principal es la competencia comunicativa. Lo que esta clase de etnogra
fía busca es entender cómo el conocimiento social, psicológico, cultural y lin
güístico gobierna el uso apropiado del lenguaje (Shíffrin, 1994). La etnografía
de la comunicación entiende que la competencia lingüística es sólo una parte
más de los recursos que es necesario movilizar para la comunicación, a la que
llaman competencia comunicativa.Dell Hymes (1974) es el impulsor principal de esta corriente y el que intro
dujo elconcepto de competencia comunicativa. En efecto, este concepto proviene
delqueNoam Chomsky formuló en su gramática generativa para designar la ap
titu que los hablantes de una lengua tienen para producir y comprender un
número ilimitado de frases inéditas para ellos (competencia gramatical). A esta
idea, Hymes le añadió un aspecto pragmático¡ es decir, la aptitud para manejar
en un contexto particular las reglas que permiten a una persona interpretar el
significado de un enunciado.
~ Editorial UOC 90 Análisis del discurso
Más recientemente se ha hecho común la denominación antropología lingüís
tica (Duranti, 1997») a la que define como el estudio del lenguaje como un re
curso de la cultura) y del habla como una práctica cultural. Más en concreto, la
antropología lingüística puede caracterizarse como un ámbito fundamentalmente
interdisciplinar que:
"[..] descansa y se desarrolla sobre métodos que pertenecen a otras disciplinas, especialmente la Antropología y la Lingüística, con el fin gen eral de proporcionar unacomprensión de los variados aspectos del lenguaje en tanto marco de prácticas culturales, esto es, corno un sistema de comun icación que permite las representaciones interpsicol ógicas (entre individuos) e Intrapsícol ógícas (en el mismo individuo) delorden social, y que contribuye a que las personas utilicen esas representaciones pararealizar actos sociales constituyentes. [...] los antropólogos lingüísticos trabajan, sobreuna base etnográfica, en la producción de relatos de las estructuras lingüísticas talcorno apar ecen en el seno de grupos humanos en un tiempo y espad o determinados".
A. Duranti (1997) . Antropología lingüística (pág. 21) . Madrid: Cambridge Un íversítyPress, 2000 .
En un nivel teórico, la principal aportación de la antropología lingüística ha
sido considerar al lenguaje como conjunto de estrategias simbólicas que son
constitutivas de la sociedad y que hacen posible la representación de los mun
dos posibles y reales a sus miembros. En el plano metodológico) su contribución
ha sido la etnografía, ya que corno forma de observación participante permite
prestar atención a los elementos contextuales, históricos y culturales que verte
bran las interacciones sociales significativas.
Las ventajas que aporta este enfoque son obvias , no sólo por los trata
mientos que posibilita) sino también por la pluralidad temática y la perspec
tiva novedosa que abre a los antropólogos y antropólogas lingüísticos. En
efecto , como señala Alessandro Duranti (1997), el enfoque de la etnografía
de la comunicación permite el estudio de temas como las políticas de la re·
presentación, la conformación de la autoridad, la legitimación del poder, el
cambio social, las bases culturales del racismo y del conflicto étnico, el pro·
ceso de socialización , la construcción social del sujeto, las emociones, la re
laci ón ent re la acci ón ritual y las formas de control social, el dominio
específico del conocimiento y la cognición, las políticas de consumo estéti·
ca ) el contacto cultural, etc.
© Editorial UOC
2.3. El análisis de la conversación
91 capítulo 1Il. El análisis del discurso ...
El origen del análisis de la conversación (en los sucesivo, AC) está en los
enfoques de la sociología de la situación (Díaz, 2001) y, más específicamente,
en la etnometodología (Garfinkel, 1967). Como vimos en el capítulo "El len
guaje en las ciencias sociales", la etnometodología se interesa por el estudio de
los métodos que usan los participantes en una situación social de interacción
para interpretar y actuar en el interior de los mundos sociales que ellos mis
mos construyen en sus prácticas.
La característica distintiva de esta perspectiva respecto de otras modalidades
deAD es que las categorías de análisis han de ser, en la medida de lo posible, las
mismas que utilizan los participantes a la hora de comprender la interacción.
En este sentido, para el AC lo importante es descubrir cómo la sociedad está or
ganizada y cómo es su funcionamiento, a partir de las acciones mismas de las
personas que interactúan.
ElAC aborda el lenguaje de una forma radicalmente diferente a otras pers
pectivas. Así, por ejemplo, en otros abordajes lingüísticos y soci ológicos, el len
guaje es considerado como portador de significados e ideas en el sentido de que
los/as hablantes lo codifican o empaquetan en el interior de las palabras, sin te
ner en cuenta otros aspectos de la expresión como la entonaci ón, etc. En este
sentido, el AC ofrece la ventaja de tratar los relatos de las personas en su con
texto, asumiendo plenamente la importancia de la indexícalídad, tal y como fue
explicada en el capítulo anterior (Antaki, 1994).
"La fortalezadel proyecto de análisis de la conversación es muy clara . Según se afirmaen elanálisis de la conversación, únicamente en la propia manera que tienen los participantes de organizarse a sí mismos encontraremos una base sólida para nuestras demandas analíticas. A primera vista , esto parece prohibir muchas cosas con las que losdentííícos sociales están cómo dos. El desplazamiento de orientación de los analistas;¡ tos participantes parece desafiar las habilidades de los científicos sociales como lecroresinformados de la mente común y controladores profesionales de sus teorías alre pecto",
C.Antaki (1994). Explaintng ami arguing (pág. 187). Londres: Sage.
El AC estudia el ord en, el desorden y la organización de la acción social co
tidiana, aprehendiendo lo que la gente dice , cuenta o hace y, en definitiva, todo
aquello tal y como es producido por los/as participantes en la conversación. En
© Editorial UOC 92 Análisis del discurso
este sentido, la tarea del analista de la conversación es identificar, describir y es
tudiar el orden que se produce en las conversaciones. Sin embargo, es importan
te señalar que el AC examina el lenguaje en uso y no las preconcepciones oesquemas previos definidos por los/as analistas.
Sintéticam ente, pueden cifrarse en las siguientes las principales asuncionesdel AC:
" 1 . El orden es un orden producido.2. Elorden está producido por las partes insitu; es decir, está situado en ocasiones abd.3. Las partes en sí se orien tan hada este orden ; es decir, este orden no es una con
cepción del analista, ni el resultado del uso de algunas conce pciones teóricas anteriormente formadas o formuladas sobre lo qu e la acción debería/d ebe/t ien e que ser, nibases de gene ralización o resumen de afirmaciones sobre cuál es la acción b que seproduce de forma general/frecuente/a menudo.
4. El orden es repetible y recurrente.5. El descubrimiento, descripción, y análisis de este orden producido es la tarea
del analista.6. Cuestiones sobre con qu é frecuencia o con qué ext en sión se producen los fenó
menos particulares deben dejarse a un lado con el interés de descubrir, describir yanali zar las estructuras, la maquinaria, las prácticas organizadas, los seis procedimientos form ales, las formas en que se produce el orden .
7. Las estructuras de acción social, una vez discernidas, pueden ser descritas y analizadas en términos formal es, es decir. estructurales, organ izatívos, lógicos, atípica.mente sin conten ido , consisten tes y abstractos."
G. Psathas (1995). Conversational analysis. TheStudy otTalk-ín-Interaction. Londres: Sage.
Al estudiar el lenguaje en la prá ctica, se ven ciertas regularidades. La másconocida es la llamada turn-taking (toma de turno): en diferentes situaciones,extraordinariamente cotidianas, los/as interlocutores manejan fácilmente suconversación de forma qu e cada persona ti ene un turno de intervención bíedefinido, dando el paso a otra, que toma el relevo en el momento apropiado
y que continúa con la conversación. Por ejemplo:
A: .Hola', ¿Cómo estás?B: ¡Bien!, ¿Y tu ?A: Me alegro de verte
El análi sis minucioso de este tip o de regularidades permite conocer la Inte
racción social y cómo se organiza, se mantiene y se maneja. Lo que la gentedice
© Editorial UOC 93 Capitulo 1Il. El análisis del discurso...
se toma, no como una manifestación directa de un concepto simple o no ambi
guo, sino más bien como un instrumento que puede mover la conversación y
llevar a cabo ciertas tareas sociales, tanto ocultas como obvias. Por ejemplo, la
frase ¿está la puerta abierta? puede ser una pregunta ingenua, pero puede ser
también una indirecta para que ella interpelado/a cierre la puerta.
Estas características, además de otros aspectos complementarios, así como el
alcance del AC en el análisis social, se verá con nitidez en el ejemplo que Charles
Antaki y Félix Díaz presentan en el capítulo cuatro.
2.4. El análisis crítico del discurso
En justicia, habría que decir que el análisis crítico del discurso (en lo sucesi
vo, ACD) no es propiamente una modalidad de AD, sino más bien una perspec
tiva diferente en la manera en que se encaran la teoría y el análisis. En efecto,
como sostienen Luisa Rojo y Rachel Whittaker (1998), el ACD constituye una
estrategia para aproximarse a los discursos, mediante la cual la teoría no precon
figura ni determina la manera de enfocar los análisis, ni delimita el campo de la
indagación y de la exploración. Por el contrario, la teoría se utiliza como una
caja de herramientas que permite urdir y abrir nuevas miradas y nuevos enfo
ques, donde el/la analista se convierte en artífice a través de la implicación con
aquello que estudia. Obviamente, estas nuevas miradas, nuevas formas de inda
gar, nuevasformas de enfocar los objetos de estudio, suponen el cambio de pers
pectiva en la interrogación, el prescindir de lo dado por descontado y, en
deflnítíva, asumir una postura problematizadora, que permita abrir nuevas pers
pectivas de estudio y haga emerger nuevos objetos de investigación.
ElACD se ha centrado en el estudio de aquellas acciones sociales que se po
nen en práctica a través del discurso, como el abuso de poder, el control social,
la dominación, las desigualdades sociales o la marginación y la exclusión sociales:
"Quienesadoptanuna perspectiva crítica intentan poner de manifiestoel papel clavedesempeñado por eldiscurso en los procesos a travésde los cualesse ejercen la exclusión y ladominación, así como la resistencia que los sujetos oponen contra ambas.Es más, los investigadores en ACD no sólo conciben el discurso como una práctica
& Editorial UOC 94 Análisis del discurso
social, sino que consideran que su propia tarea -desvelar cómo actúa el discurso enestos procesos- constituye una forma de oposición y de acción social con la que setrata de despertar una actitud crítica en los hablantes, especialmente en aquellos quese enfrentan más a menudo a estas formas discursivas de dominación. Se trata, portanto, de incrementar la conciencia crítica de los sujetos hacia el uso lingüístico y deproporcionarles, además, un método del tipo hágaseto ustedmismo, con el que enfrentarse a la producci ón e interpretación de los discursos."
L. Martín Rojo y R. Wittaker (eds.) (1998). Poder-decir o el poder de los discursos (pág. 10).Madrid: Arrecife.
Para el ACD, el discurso es sobre todo una práctica social , pues no es contem
plado como una representación o reflejo de los procesos sociales , sino que se resalta
su carácter constitutivo. En congruencia con ello, el ACD es considerado como
una práctica tridimensional (Martín Rojo y Wittaker, 1998), en el sentido de que la
prácti ca analítica opera, simultáneamente, con tres dimensiones: a) el discurso en
tanto que texto (el resultado oral o escrito de una producción discursiva), b) el dis
curso como práctica discursiva enmarcada en una situación social concreta y c) el
discurso como un ejemplo de práctica social, que no sólo expresa o refleja identi
dades, prácticas, reladones, sino que las constituye y conforma.
El ACD asume, asimismo, que el discurso no sólo está determinado por las
instituciones y la estru ctura sociales, sino que es parte constitutiva de ellas. Es
decir , que el discurso construye lo social (Fairclough y Wodak, 1997).
No detallaremos más aspectos del ACD por cuanto Luisa Martín Rojo ofrece
en el capítulo seis un ejemplo de análisis siguiendo estos planteamientos.
2.5. La psicología discursiva
Aunque con el n ombre de psicología, esta tradición puede ser considerada de
pleno derecho com o un movimiento interdisdplinario. No la presentaremos de
talladamente, pues en el capítulo cinco Derek Edwards ofrece con detenimiento
sus características prindpales y presenta una ilustración con una ejem plificadón
del alcance de esta perspectiva en el estudio de procesos psicosocíales.
Desde el punto de vista de la psicología discursiva, el habla es construida porlos actores y actrices sociales, razón por la cual la acción que se despliega en el
© Editorial UOC 9S capítulo 1Il. El análisis del discurso...
habla (y, obviamente, también en la escritura) se asume como la médula que ar
ticula esta perspectiva. En efecto, es la atención a la construcción del conoci
miento en el discurso hacia lo que la psicología discursiva orienta su interés. Por
ello, los psicólogos y las psicólogas discursivos tratan de hacer inteligible cómo
se produce el conocimiento, cómo la realidad y cómo el propio proceso de co
nocer resulta legible y, en definitiva, cómo se construye la interpretación de la
realidad. En este sentido, la curiosidad, tanto para los/as analistas como para los/as
participantes en una relación, descansa no en la configuración y vertebrací ón
de las relaciones, sino en cómo las interacciones discursivas que instauran lasreladones crean y adquieren sentido, no por ser expresión de estados subjetivos
de los/as hablantes, sino por su construcción de yen una situación que es donde
seconstruye el significado, el sentido y su interpretación, en la medida en que
loque se compone es una acción social. Asumiendo la tradición etnometodológica y los príncipíos del AC, su posición metodológica enfatiza el examen de la
relaciones y las creencias en el habla, tal y como es usada por los participantes
en una interacción social cualquiera.
"El objetivo de la psicología discursiva es la orientadón de la acción del habla y la escritura. Tanto para los partícípantes como para los analistas, la cuestión principal reside enlasacciones sociales o el trabaj o interactivo que se realiza en el discurso. Pero más quecentrarse en las preocupaciones habituales del análisis interactivo social, como la formadellevara cabo las relaciones sociales y entre grupos (mediante formas de dirigirse, ajustesdel habla, etc.), o en cómo se pueden identificar los actos dehabla, el interés primordial (de este libro) es epistemológico. Nos interesa principalmente la naturaleza delconodmíento, la cognición y la realidad: cómo se describen y explican los acontecimientos, cómo se construyen los informes reales, cómo se atribuyen los estados cognitivos. Éstos son descritos como temas discursivos , cosas que la gente tematíza o hacia lascuales seorienta, o implica, en su discurso. Yen lugar de ver tales construcciones discur sivas como expresiones de los estados cognitivos subyacentes de los hablantes, se examinanen el contexto de su ocurrencia como construcciones situadas y ocasionales cuyanaturaleza precisa tiene sentido, para los partícipantes y los analistas de igual modo, entérminos de las acciones sociales que consiguen estas descripciones" .
D. Edwards y). Potter (1992) . Discoursive Psvchology (pág . 2-3). Londres: Sage.
Una de las principales aportaciones de la psicología discursiva ha sido el de
sarrollo de investigaciones sobre los aspectos constructivos del lenguaje en la in
teraccíón social. Según jonathan Potter y Margaret Wetherell (1987), el AD no
consiste sólo en el análisis de las funciones del lenguaje, sino en revelarlas a tra-
© Edítortal UOC 96 Análisis del discurso
vés del análisis de su variabilidad. Es decir, de las perspectivas cambiantes y va
riadas de su mundo que los/as mismos/as participantes en una relación nos
proporcionan en su interacción e intercambios lingüísticos. La orientación del
discurso hacia funciones específicas es un indicador de su carácter constructivo.
"El término construcción es apropiado por tres razones. En primer lugar, guía al analista hasta el lugar en el que el discurso se fabrica a partir de recursos lingüísticos preexistentes con características propias. En segundo lugar, nos recuerda que entre losmuchos recursos lingüísticos disponibles, algunos se utilizarán y otros no. En tercerlugar, la noción de construcción enfatiza, una vez más, que el discurso está orientadohacia la accí ón: tiene consecuencias prácticas. En un sentido profundo, por tanto, sepuede decir que el discurso 'construye' nuestra realidad vivida. "
M. Wetherell y J. Potter (1996). "El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos". En: A. Gordo;]. Linaza (eds.). Psicologías, discursos y poder(PDP) (pág. 66). Madrid: Visor.
3. La noción de discurso
Elrepaso precedente por algunas tradiciones de ADmuestra de forma inapelable
que discurso es una noci ón extraordinariamente polisémica. Como se ha puesto de
manifiesto, existen tantas definiciones de discurso como autores, autoras y tradí
ciones de análisis. Por ello, nos limitaremos a examinar algunas de las nociones
de discurso que se manejan más comúnmente en ciencias sociales, atendiendo
a la consideración de las tradiciones teóricas o disciplinares que les son caro
acterístícas, Prescindiremos del tratamiento de otras nociones que quedan fuera
de esos límites y, en particular, referiremos aquellas nociones de discurso que se
apoyan, primordialmente, en tres! tradiciones:
1) La tradición lingüística y, más generalmente, la tradición de la filosofía
lingüística asociada a la escuela de Oxford;
1. Se podría hacer referencia, asimismo, a la Escuela Española de AD, corriente inaugurada y r ~ .
rada por el sociólogo Jesús lbáñez (1979,1985). Si no la incorporamos a la tríada que se pres~U1a,
no es porque carezca de interés, sino porque se aleja de las tradiciones expuestas en el capítulo ''Ellenguaje en las ciencias sociales". Este alejamiento se explica por el énfasis de esta escuela en¡alorientacion es psicoanalítica y marxista, así como por poseer un cará cter decididamente semántlro,alejado de las concepciones pragmáticas que aquí se defienden.
© Editorial UOC 9 7 Capítulo 1lI. El an álísís del discur so ...
2) La tradición que tiene su origen en la obra de Michel Foucault;
3) La tradición de la pragmática francesa y el análisis de discurso fran cés
(Maíngueneau, 1987/1991).
Estasimplificación obedece únicamente al interés por auspiciar una interpre
tación equivalente de los términos en la discusión . No presentaremos, sin em
bargo, una revisión exhaustiva, sin o simplemente haremos un repaso de las más
comunes.
Dependiendo de la noción de discurso que se maneje, la concepción de AD
adquirirá significados muy diferentes. Por ello, pretender establecer una noción
concierta precisión constituye una tarea muy pertinente, a no ser que se desee
admitir una definición de he cho, de conven iencia o autorreferente, como por
ejemplo definir el discurso como aquello que estudian sus analistas o conceptos
similares.
Sin pretender una clasificación completa, la sintética tipología que ofrece
mos a continuación resume algunas de las concepciones más habituales de dis
curso, al menos tal y como se expresan en las ciencias humanas y sociales:
1) discurso como en unciado o conjunto de enunciados dichols efectiva
mente por un /a hablante.
2) discurso como conjunto de enunciados que construyen un objeto.
3) discurso como conjuntos de enunciados dichos en un context o de inte
racción -en esta concepción se resalta el poder de acción del discurso sobre otra
uotras personas, el tipo conte xto (sujet o que habla, momento y espacio, hísto
¡¡a, etc.).
4) discurso como conjunto de enunciado s en un contexto conversacional (y
por tanto, normativo).
5) discurso como conjunto de constricciones que explican la producción de
un conjunto de enunciados a partir de una posición social o ideológica particular.
6) discurso como conjunto de enunciados para los que se pueden definir sus
condiciones de producción.
La últimaconcepción proviene de la escuela francesa de análisis del discurso
\Maingueneau, 1991), yes fuertemente deudora del trabajo de Foucault. Al alu-
© Editorial UOC 98 Análisis del discurso
dir a las condiciones de producción de los enunciados) esta noción permite, de
una manera más nítida que en el resto de definiciones, la distinción entre enun
ciado y discurso . Así, la definición de enunciado es conceptualizada como la su
cesión de frases emitidas entre dos blancos semánticos y la definición de'discurso' se concibe como el enunciado considerado desde el punto de vista del
mecanismo discursivo que lo condiciona. En efecto, el enunciado es concebido
en esta noción como resultado, es decir, como algo que posee memoria, pues
lleva consigo la marca de sus propias condiciones de producción. Esta posibilidad de distinción hace que esta última concepción de discurso resulte la más
apropiada, al menos transitoriamente.
Con todo, las diferentes nociones de la clasificación expuesta no son) en pu
ridad, la manifestación de concepciones incompatibles. Más que incompatibili
dad, lo que resulta de su análisis es que unas nociones pueden ser superpuestasa otras .
Una posible dirección de superposición es la de los diversos niveles de análi
sis: desde el más puramente interindividual al más netamente estructural. De
hecho, reproducen la secuencia que va desde la definición simple en términos
de habla a las consecuencias de la teoría de los speach acts (actos de habla) , pasando por la tradición etnometodológica, la más propia del análisis conversa
cional, o las más comunes en una tradición post-estructuralísta.
Del mismo modo, debe considerarse que estas diferentes nociones tampoco
son exclusivas, pues con frecuencia hallamos elementos de varias de ellas en
conceptualizaciones o en prácticas de AD. De hecho, reúnen en todo o en parte
aspectos presentes en algunas de ellas, como por ejemplo las posiciones presentadas en el capítulo anterior.
3.1. Definición tentativa del análisis del discurso
Como se ha mostrado, existen varias definiciones de lo que es análisis del
discurso. Por ello, ninguna de ellas debería pretender erigirse en la definitiva o
concluyente. Cada una satisface las propias preocupaciones de los/as distintos/as
autores/as y enfatiza diferentes aspectos. En la orientación lingüística se atandefiniciones orientadas lingüísticamente, como por ejemplo las establecidaspOI
© Editorial UOC 99 Capítulo IlI. El análisis del discurso ...
Levinson (1983) O Stubbs (1983); en ciencias sociales se citan definiciones orien
tadas psico-socialmente (Potter y Wetherell, 1987). Lo que vamos a proponer
aquí es seguir un camino entre los intereses y demandas de varias orientaciones.
Siguiendo a Lupiciano Íñiguez y Charles Antakí, optaremos por la siguiente
definición:
"Un discurso es un conjunto de prácticas lingüísticas que mantienen y promuevenciertas relaciones sociales. El análisis consiste en estudiar cómo estasprácticas actúanen el presente manteniendo y promoviendo estas relaciones: es sacar a la luz el poderdel lenguaje como una práctica constituyente y regulativa"
L. Íñiguez y C. Antaki (1994) . "El análisis del discurso en psicología social". Boletín dePsicología (núm. 44, pág. 63).
4. La práctica del análisis del discurso
Los fundamentos expuestos en el capítulo "El lenguaje en las ciencias sociales",
estructuran las prácticas de ADque vamos a desarrollar en este apartado. Esos fun
damentospueden agruparse en dos categorías diferentes, de la que surgen tradicio
nes de trabajo distintas que, quizás audazmente, vamos a intentar conjugar aquí.
Laprimera categoría agrupa, por una parte, el giro lingüístico, la teoría de los
actos de habla y la pragmática, que se pueden relacionar con la filosofía lingüís
tica asociada a la escuela de Oxford en Gran Bretaña y al pragmatismo norte
americano; y por otra parte a la ETN, que tradicionalmente se vincula con la
fenomenología y el interaccionismo simbólico.
La segunda categoría se relaciona con el trabajo desarrollado en la Europa
continental, vinculado a una tradición más orientada política y sociológica
mente y, particularmente, al trabajo de Michel Foucault.
4.1. La tradición anglosajona del análisis del discurso
El más influyente de los antecedentes de la primera tradición ha sido la con
cep ión2 de que el lenguaje puede afectar a la realidad social. En palabras de
2. Puede encontrarse un desarrollo más detallado de esta cuestión en los capí tu los 1 y 2 de estevolumen.
© Editorial UOC 100 Análisis del discurs o
Austin, que se pueden "hacer cosas con palabras", La forma en que la pragmá
tica y la ETN ha aprendido esto ejerce una fuerte influencia sobre el AD.
La importancia de este influjo radica en 10 que suponen estas concepciones
de refuerzo de la visión de11enguaje y de la práctica lingüística, como capacidad de
hacer algo y, además, la id ea de que el/la analista puede observar la interacción
y hacer interpretaciones justo sobre lo que el lenguaje está haciendo. Ello impli
ca separarse de dos imágenes usuales, como son la visión del lenguaje como una
serie estática de descripciones, y del analista como mero recolector de datos
neutros.
Del mismo modo, esta concepción del lenguaje comporta que la actividad
investigadora se iguala a cualquier otra clase de actividad social, ya sea hecha
desde la más cotidiana de las situaciones, ya sea desde la formalidad de la cien
cia. Todo ello representa una nueva forma de en ten de r la actividad científica yel papel del investigador, lo que constituye un punto de partida nuevo para las
ciencias sociales.
Sin embargo, como se puede colegir fácilmente, el proceso de interpretaci ón
no consiste en una m era comprensión hermenéutica o en una pura captación de]
sentido. Para entender en qu é consiste la interpretación, la primera tarea que hay
que emprender es analizar el papel del lenguaje. Michael Billig ha tratado especí
ficamente esta cuestión en una de las obras más influyentes de los últimos años:
Arguing and Thinking (Billig, 1987) , En ella sostiene, en tre otras cuesti ones, que la
argumentación y la ret órica son la esencia misma del lenguaje.
Desde la perspectiva de Bíll íg, cualquier m ensaje es ambiguo, y todos requie
ren el esfuerzo interpretativo del/a investigador. En este sentido, el rol del inves
tigador no consiste en seguir direcciones de análisis que conduzcan a un objetivo
predeterminado, sin o más bien en interactuar con los argumentos inherentes a lo
que dicen las personas y, usando toda la gama de herramientas analíticas a su dis
posición, sacar a la luz tod o aquello que no está explicitado. El investigador es, en
un determínado sentido, un profesional escéptico encargado de escrutar la reali
dad social a través de la interrogación del lenguaje qu e usan las personas.
No obstante, la obra que sintetiza más fielmente los supuestos que se siguen
aquí es el libro Discoutse and Social Psychology: Beyond attitudes and behavioui, es
crito en 198 7 por ]onathan Potter y Margaret Wetherell. La influencia que este
trabajo ha ejercido y ejerce en las concepciones y en las prácticas actuales deADen las ciencias soc iales es extraordinaria.
© Editorial UOC 101 Capítulo C1I, El an álisis del discurso ...
El autor y la autora asumen la tradición de la lingüística, pero insisten en to
mar la palabra como una forma de acción, recogiendo las enseñanzas de la et
nometodología y del análisis conversacional. El principio básico sobre el que
descansa su propuesta es que el lenguaje puede ser comprendido por su uso: no
es bueno tratar palabras o frases como manifestaciones en blanco de algún sig
nificado semántico neutral¡ más bien deberíamos ver cómo el lenguaje es usado
por hablantes en conversaciones cotidianas y deberíamos mirar por encima del
nivel de la palabra o de la frase.
4.2. La tradición francesa del análisis del discurso
En la segunda tradición, desarrollada fundamentalmente en Francia (Maingue
neau, 1987/1991) están más presentes las aportaciones de Foucault (que ya vi
mos en el capítulo "El lenguaje en las ciencias sociales"), los trabajos de la
escuela rusa (Bajtin, 1982) y la teoría de la enunciaci ón, una forma de pragmá
tica desarrollada de forma genuina en Francia.
El paso desde una concepción del lenguaje como ventana de los significados
aotra como conjunto de instrumentos que pu eden regular las relaciones socia
les implica, por supuesto, un desarrollo complejo que nosotros solamente he
mos esbozado aquí. No obstan te, esto nos sirve como base para comenzar a
describir cómo hay que proceder para la realización de una AD.
Para cualquier práctica de AD son necesarias tres operaciones: la diferenciación
texto-discurso, la distinción locutor/a-enuncíador/a y la operacíonalízaci ón del
corpus.
4.2.1. Texto
El primerproblema que se plantea una vez definido el discurso es el relativo a
qué tipo de textos lo conforman. La diferencia fundamental estriba en la conside
ración deltexto como conjunto de enunciados transcritos, sea cual sea su origen,
oauna espedficación mayor de lo que auténticamente son los textos. Formulado
de manera interrogativa, ¿cualquier texto constituye un discurso?
© Editorial UOC 102 Análisis del discurso
Evidentemente, no todo texto puede ser considerado un discurso. Para que
un texto constituya efectivamente un discurso se han de cumplir determinadas
condiciones. De tal manera, constituirán un texto aquellos enunciados que han
sido producidos en el marco de instituciones que constriñen fuertemente la pro
pia enunciación. Es decir, enunciados a partir de posiciones determinadas, ins
critos en un contexto interd íscursívo específico y reveladores de condiciones
históricas, sociales, intelectuales, etc.
Cualquier conjunto de enunciados no cumple estas condiciones; sólo lo ha
cen aquellos que poseen un valor para una colectividad, que implican creencias
y convicciones compartidas. Es decir, los textos que conllevan claramente un
posicionamiento en un entramado discursivo. En palabras de Foucault (1969,
pág. 198), el texto n o es considerado en sí mismo, sin o como parte de una ins
titución reconocida que "define para un área social, econó mica, geográfica o lin
güística dada las condiciones de ejercicio de la funci ón enunciativa". La relación
con un lugar de enunciación permite identificar lo que este mismo autor definió
com o formación discursiva:
"(...) haz complejo de relaciones que funci onan como reglas: prescribe lo que ha debido ponerse en relación , en una práctica discursiva, para que ésta se refiera a tal ocual objeto, para que ponga en juego tal o cual enunciado, para que utili ce tal o cualconjunto, para que organice tal o cual estrategia. Definir en su individualidad smgular un sistema de formación es, pues, caracterizar un discurso °un grup o de en unciados por la regularidad de una práctica".
M. Foucault (1969). La arqueología del saber (pág. 122-123). Madrid: Siglo XXI, 1978.
En definitiva, lo que convierte un texto dad o en discurso es el he cho de que
define en el espacio social una identidad propiamente enunciativa, que se cir
cunscribe espacial e históricamente .
4.2.2. Sujeto (enunciador)
Otra de las cons ecuencias qu e se desprenden del punto de vista que estamos
mostrando es la relativa al tip o de sujeto que construye. Efectivamente, el ori
gen del en un ciado, qui en enuncia, no se considera nec esariamente como una
forma de subj etividad, sino más bien como un lugar. En ese lugar de enuncia-
© Editorial UOC 103 Capi tulo [[J , El análisis del discur so...
ción, los/as enunciadores/as son sustituibles e intercambiables. De nuevo con
Michel Foucault (1969):
/1 [...] describir una formulación en tanto que enunciado no con siste en analizar lasrelaciones entre el aut or y lo que dice (o quiso decir, o dijo sin qu erer); sino en determinar cuál es la posición que puede y debe ocupar todo individuo para ser el sujeto."
M. Foucault (1969). La arqueología del saber (pág. 160). Madrid: Siglo XXI, 1978.
El sujeto asume el estatus de enun ciador que define la formación discursi va
en la que se encuentra. No significa, sin embargo, que cada formación discursi
va solamente tenga un lugar de enunciación. De hecho, distintos conjuntos de
enunciados referidos a un mismo posici onamiento pueden distribuirse sobre
una multiplicidad de géneros de discurso. La heterogeneidad de gén eros de una
formación discursiva contribuye a definir su identidad.Se distinguirá, de hecho, entre locutor --el emisor material- y enunciador --el
autor textual. El en unciador es, lógicamente, diferente del locutor, puesto qu e
éste es una realidad empírica y el en unciador una construcción textua1. El enun
ciador es el autor lógico y responsable del text o, pero también está constru ido
por él, y ambos aspectos son indesligables.Los lugares de enunciación suponen instituciones de producción y de difusión
del discurso especificas. No obstante, no deben entenderse por institución única
mente estructuras formales como la iglesia, la justicia, la educación u otras simila
res. Se trata más bien de considerar como institución todo aquel dispositivo que
delimita el ejercicio de la función enunciativa, el estatus del enunciador y de los/as
destinatarios/as, los tipos de contenidos qu e se pueden decir, las circunstancias de
enunciación legítimas para tal posicionamiento. Como se deriva de la que hemos
denominado "escuela española" (Ibáñez, 1979/1985), la comprensión de este as
pecto facilita enormemente el análisis de los procesos sociales de construcción de
la intersubjetividad, del poder, del orden social y de la transformación social.
4.2.3. Materialización del texto: el corpus
ualquier tipo de producción discursiva pu ede constituir un corpus, tal y
como ha enfatizad o la escuela franc esa, aunque las distintas prácticas de análisis
@;Editorial UOC 104 An álisis del discurso
enfatizan unos aspectos u otros. En principio, considerando el soporte de la
transmisión, puede constituirse en corpus cualquier enunciado gráfico, o trans
crito, haya sido producido gráficamente o no. Estas producciones pueden ser
más o menos dependientes del contexto. Es decir, los enunciados han podido
ser dirigidos a un sujeto presente en la situación de enunciación o a otros suj etos
ubicados en otros contextos . Por último, los enunciados pueden estar más o me
nos inmersos en una estructura; por ejemplo, un discurso muy ritual ízado, muy
estandarizado, puede suponer un enmarcamiento institucional específico, en elque se produce una fuerte restricción temática, una gran estabilidad de fórmu
las, etc.
Sucintamente, puede decirse que el corpus como materialización del texto
admite gran diversidad de fórmulas . Así, caben tanto conversaciones transcritas
com o interacciones institucionales transcritas o en trevistas transcritas. Es dedr,
enunciados plenamente orales, como textos previamente escritos como artícu
los, documentos, informes, comunicados, estudios, formularios , etc.
4.3. ¿Cómo se puede hacer un análisis del discurso?
Para realizar un AD que ponga en práctica las pautas de la versión anglosajo
na , es preciso recorrer las siguientes etapas: (a) definición del proceso que quiere
analizarse, (b) selección del material relevante para el análisis y (c) análisis pro
piamente dicho. Veámoslo en detalle.
4.3.1. Definición del proceso que ha de analizarse
Cualquier investigador o investigadora ha de formularse, en primera íns
tancia y como tarea previa, una cuestión que le permita establecer el foco del
análisis. Como resulta fácil comprender, toda investigación está fuertemente
condicionada por las preguntas que se formulan; de modo que puede afírmar
se que, para realizar una buena investigación, es necesario haberse formulado
una buena pregunta.
© Editorial UOC 105 Capítulo 111. El análisis del discurso ...
¿Qué fenómeno social se está intentando dilucidar, comprender o aclarar?
¿Quérelaciones sociales se quieren explicar? Podrían ser algunas de las preguntas
susceptibles de ser formuladas. Para la realización de un AD, el establecimientodel foco de análisis radica en preguntarse qué reladones sodales mantenidas y
promovidas a través del lenguaje se quieren explicar.Las posibilidades, obviamente, son casi infinitas. Como hemos señalado, el
lenguaje es hasta tal punto parte constitutiva de nuestra vida, de nuestras rela
cionesde nuestra cultura que es difícil, por no decir imposible, concebir algunarelación social que se produzca fuera del lenguaje.
Pongamos como ejemplo ilustrativo de este fenómeno dos casos aparente
mente lejanos: por un lado, una situadón fuertemente ritualizada, como una
ceremonia religiosa; por otro, una interacción cotidiana de cualquier grupo de
amigos, por ejemplo una pandilla de adolescentes. En el primer caso, nos hallamos ante un discurso formalizado y protocolarizado; en el segundo, los ín ter
cambios evolucionan sin aparente estructura o siguiendo la espontaneidad de
las relaciones del grupo. Aunque parezcan extremas, las diferencias entre am
bos son, sin embargo, sólo aparentes. En efecto, el discurso de los/as jóvenes
debe seguir ciertas reglas, aunque no estén del todo explicitadas y fijadas; pudiendo ser tan complejas y prescriptivas como las dadas en la Iglesia. Más aún,
lagente de la calle, como la de este grupo de jóvenes que hemos supuesto, se
enfrenta a dificultades mayores para aprender estas reglas debido a que, a dife
rencia de quienes participan en una misa o cualquier otra ceremonia religiosa ,puede no existir un entrenamiento forrnal. v
Siguiendo los supuestos ampliamente señalados con anterioridad, el punto
de partida del AD se basa en la asunción de que la relación social que el/la analista examina no está únicamente mediatizada por el lenguaje, sino tambiéncontrolada por él. Dicho en breve, la relación social es, simultáneamente, cons
tituyente y constitutiva.
Esta función de control no parece , el priori, tan obvia, pero puede verse conclaridad si nos detenemos a examinar las leyes y las reglas explícitas. Las leyes
J. Unasituación de interacción extrema en este sentido es lo que acontece en los chats. Aunquelooa\'lano disponemos de muchos trabajos empíricos sobre estas nuevas formas de comunicación,puededcrírse que se trata de un espacio social donde aparentemente existe un vacío normativo.Sin em argo, cualquier participante habitual de estas convers aciones respond ería con múltipleseiemplos delasconsecuencias producidas por la ruptura de normas de distinta índole (cortesía, departiclpKión, etc.),
© Editorial UOC 106 An álisis del discurso
afectan a nuestro comportamiento, lo codifican y lo prescriben. Cuando espe
cifican lo que está prohibido, definen complementariamente lo que está permi
tido. En toda organización existe un libro de normas y procedimientos. Por
ejemplo, el ejército tiene un código propio que se aplica a los militares, quienes
deben acatarlo a rajatabla; la Iglesia, igualmente, tien e sus propias normas, leyes
y mandamientos que limitan y regulan la vida y el comportamiento de todas
aquellas personas que se identifican con su dogma y creencias y que, incluso,
ejercen influencia sobre quienes explícitamente dicen no ser creyentes o adep
tos; la universidad tiene sus propios estatutos y normas de procedimiento que ,aunque con frecuencia no son muy con ocidos por la comunidad universitaria,
están incorporados a la organización de sus propias vidas académicas y, a veces
también de las no académicas. Estos códigos existen literalmente como especi
ficaciones formales, en toda regla, definiendo y construyendo las identidades y
comportamientos de tod os/as los/as que caen bajo su jurisdicción.Más poderosos todavía que los códigos formales quizá son los códigos infor
males, los no escritos, aquellos que están insertos en nuestra vida social. En efec
to, aparte de las reglas formal es existen otros discurso s menos explícitos, pero
no por ello menos constreñidores y rectores de nuestras vidas. Cualquier estu
diante podría decirnos cuáles son las reglas de su facultad, sería perfectamentecapaz de confeccionar una buena lista de convenciones n o escritas que dirigen,
regulan y determinan su comportamiento. Estas normas no suelen tener una
fuerza formalmente legal, pero actú an como si la tuvies en al explicitar reglasdel
tipo: no te acerques a los/as profesores/as fuera de la [acuitad, nuncacontactes con el/a profesor/a en supropia casa, los/as estudiantes deben siempre actuarcomo intenatesa los/as profesores/as, etc. Y, por supuesto, el profesorado tiene un número igual
de reglas que limitan su propio comportamiento aunque de forma seguramente
menos estricta: nunca flirtear con los/as estudiantes, se debe tratar idénticamente atodos/as los/as estudiantes, etc.
Todas estas reglas, aquellas que son explícitas y también aqu ellas que son im
plícita s, son construidas y mantenidas por el discurso. En el ejemplo de una ins
titución como la universidad, tanto los/as estudiantes como el personal docenteutiliza este discurso. Pero en la construcci ón de esas reglas también juegaun im
portante papel el discurso implícito que mantiene sus propias identidadessocia
les como estudiantes o profesores/as -por ejemplo el discurso de la Universidad,de la sociedad que permite y privilegia esta educación, el pensamiento racional,
© Editorial UOC 107 Capítulo IlI. El análisis del discurso...
el respeto a las personas mayores y con mayor educación, etc. Este aspecto nos
lleva a una cuestión clave: ningún discurso existe con independencia de otros,
nunca un discurso existe por sí mismo sin estar anclado en algún otro. En casi
todas las corrientes discursiva s se acepta la idea de que cada discurso está rela
cionado con otros. Este fenómeno se conoce con el término iniertextualidad y es
una característica principal del material con se realiza un AD.
4.3.2. Selección del material relevante para el análisis
La búsqueda de un material relevante para el análisis comienza una vez que
el/laanalista ha escogido la relación social que pretende analizar, considerando
que sehallará ante una multiplicidad de discursos que se entrecruzan, lo que he
mos definido como la intertextual ídad.
Para ilustrar este paso, usaremos el ejemplo de la identidad. Lo primero que
debemos hacer es interrogarnos por el problema objeto de nuestro análisis .¿Cuál es el problema que hay que investigar? Podríamos tomar en conside
ración las tensiones que atravi esan cualquier sentido identitario: autonomía
frente a dependencia. Por un lado, como individuos singulares, buscamos man
tener una idea básica de auton omía; por otro, constatamos las dependencias de
las otraspersonas. Dicho de otra manera, por una parte debemos ser diferentes,
distintos, independientes; por otra, iguales a los demás, seme jantes en casi todo,
dependientes de ello/as. ¿Cómo se mantiene esta contradicción? y ¿cómo man
tieneny promueven las prácticas sociales las poderosas diferencias que están en
la bilse de la relación social?Definidos estos extremos, ya puede buscarse el material que ejemplificará los
discursosque se relacionan con la construcción de la identidad. Estos materiales
pueden ser muy variados: desde textos y documentos técnicos o profesionales
quehablan sobre la identidad, las biografías y las autobiografías, las historias de
vida, etc., hasta transcripciones de conversaciones informales entre distintas
personasen ambientes cotidianos (entrevistas, discusiones de grupo, etc.). La re
gla deOTO consiste en que el texto debe, en cierto modo, pon er de manifiesto la
construcción, la experiencia y el relato de la identidad perse.
© Editorial UOC 108 Análisis del discurse
1) ¿Qué significa que los/as representantes sean representativos de
grupos?
Habitualmente representatividad es un concepto que se interpreta en sentidoestadístico. Es decir, con representatívidad se hace referencia a los/as compo
nentes de una muestra que han sido extraídos de una población siguiendo un
determinado procedimiento y que, por ello, la encarnan en el sentido de que
aquello que se describe o conoce para la muestra es generalizable para el conjunto de la población. En AD, representativo no significa que el/la participante
sea estadísticamente representativo/a de la población considerada, que esté cer
ca de la media en edad , esta tus socio-económico, etc. Significa, por el contrario,
que el/la participante está actuando como si estuviera en el rol, en el sentido de
que lo que es importante sobre esa persona en concreto que participa en unainteracción no son sus cualidades personales, sino el hecho de que es miembrode un grupo o colectivo.
Imaginemos una situación práctica. Debido a la conflictividad atribuida en
distintos contextos sociales (trabajo, escuela, ocio, etc.) a la presencia de grupos
de personas procedentes de culturas y comunidades muy diferentes, proliferan,
en algunas ocasiones, las comisiones y los grupos encargados de asesorar a instituciones¡ en otras, las dedicadas a plantear soluciones a distintos problemas;
incluso existen también algunas encargadas de mediar entre grupos en conflic
to, etc. La casuística es muy variada. Cuando se trata de cuestiones relativas, pOI
ejemplo, a la escolarización infantil, puede darse el caso de que la comisión esté
compuesta por personas que representan a instituciones educativas, colegios o
escuelas concretos, grupos y asodaciones de emigrantes, etc. Esas personas actúan, presumiblemente, en esa comisión bajo mandato de los grupos o institu
ciones a quienes representan, con independencia de la posición personal quecada una de ellas tenga sobre la cuestión objeto de debate. Cada persona puede
tener sus propias preferencias o gustos, sus propias aficiones, sus diferentes há
bitos, ete., pero no participa en la comisión por ello, sino en calidad de repre
sentante de algún grupo. Así pues, sus características individuales no son
importantes ni relevantes. Cada persona específica participa en la comisión
como apoderada o delegada del grupo o colectivo a quien representa, y elin
vestigador o investigadora debe tomarla como tal. Podría darse el caso dequeuna persona presente en la comisión lo fuera, por ejemplo, por su pertenenciaa una institución educativa y que su adscripci6n grupal o cultural fuera lade un
© Editorial UOC 109 Capí tulo 111. El an álisis del discurso...
grupo de emigrantes concreto. Pues bien, lo que contaría es el hecho de estar en
el rol de representante de una institución, no el hecho de pertenecer a un grupo
étnico particular.
2) Los efectos discursivos
El segundo criterio que nos permite identificar qué es un discurso consiste
en que el texto debería tener efectos discursivos.
Por efectos no hay que entender en este contexto, los resultados o las consecuencias del discurso sobre el/la oyente o el/la hablante; como por ejemplo repercusiones psicológicas como la persuasión, o el desencadenamiento de un
determinado estado emocional. Los textos pueden tener efectos independientes
de la percepción que una audiencia pueda tener de un mensaje; pueden estar
exentos incluso de la propia intención de quien habla. Son estos últimos efectoslos que interesan al analista, pues se halla ante derivaciones discursivas en elsentido que se vehiculan ciertos significados, ciertos sentidos, ciertas miradas,
ciertos órdenes del mundo o de una parcela del mundo, etc.
"Tornemos, por ejemplo, los efectos de usar imágenes de mujeres desnudas en anuncios. Una fotografía del cuerpo de una muj er utilizada corno orn amen tación de uncoche puede avivar un gran número de reacciones en ella lector: indiferencia, disgusto, atracción,... ¿Son estas reacciones importantes en la comprensión de la correspondencia en tre la imagen y la relación social? En un sentido, es irrelevante cualquieraque sea la reacción de cada persona a la imagen cuando consideramos el hecho de queesta representación necesariamente -I ógícarnente si se quiere- asocia una cierta vi
sión de la sexualidad con un producto, y con todo un conjunto de imágen es que seidentifican con el poder, con la masculinidad y con la agresividad. La ecuación de lamujer como un ob jeto sexual (indicado por su desnudez) y el coche corno un objetodeconsumo masculino (in dicado por el hecho de que la imagen aparece en un anuncíoque presumiblemente ayuda a vender el modelo mostrado) es lo que resulta importante para ella analista, y esto no depende de la reacción particular a ello" .
L. Íñiguez y C. Antaki (1994). "El an álisis del discurs o en psicología social". Boletín dePsicología (núm. 44, pág . 66-67).
Por tanto, los efectos discursivos son aquellos que operan por encima del nivelde lo individual. Al leer los textos, se deben buscar los efectos que el material
genera por sí mismo que no es otro que el que el/la lector/a es capaz de captar.El trabajo analítico consiste en examinar detenidamente los textos buscando to
di!.) las posibles lecturas, e íden tificar los efectos más conectados con la relación
© Editorial UOC 110 Análisis del discurso
social que hay que dilucidar. No cabe duda de que otras lecturas son también
posibles, dado que todo texto es ambiguo y difuso , pero 10 que el análisis debe
hacer es identificar los efectos principales, o los más importantes en función de
la pregunta que se hace el/la analista.
4.3.3. Análisis propiamente dicho
Los recursos técnicos que moviliza el AD son extraordinariamen te variados
y proced en de las tradiciones que hemos señalado en el capítulo "El lenguaje en
las ciencias sociales" , así como de los desarr ollos de las distintas escuelas aludi
das en él. No obstante, vamos a mostrar ahora una pequ eña gama de estos mé
todos para que se pueda apreciar el proc edimiento que hay qu e seguir y el
alcance que tiene el AD como instrumento de investigación.
Una máxima que resulta n ecesario observar sin excepciones es que , con in
dependencia de la herramienta que se utilice, ésta debe ser usada en la totalidad
del corpus . La preparación del corpus es necesariamente mu y labori osa cuando
se trata de un AD, Así, por ejemplo, cuando los materiales son documentales, su
catalogación sistemática y su puesta en un formato manejable (como fotocopia
o archivo digitalizado), es esencial. Cuando los materiales provienen de fuentes
verbales, com o entrevistas, reuniones de grupo o conversaciones cotidianas.
debe ser transcrito con el máxim o detall e posible para que pueda ser identifica
da cualquier sutil interacción, incidencia o circunstancia. En este sentido, la
trans cripción no debe incluir únicamente las palabras emitidas, sino también
las interrup ciones , los respiros, las pausas , etc. Hay una gran diferencia entre es
tas distintas versiones, por ejernplo'':
- No lo creo- Pues... mmm.... yo... yo no... mmm... no lo creo-¡No lo creo!-¡No!.... ¡No lo creo!
4. Ver las indicaciones con tenidas en el anexo del capítula 4, "Análisis de la conversación y pro«sos sociales" (pág. 138).
© Editorial UOC 111 Capítulo III. El análisis del di scurso ...
El uso de herramientas informáticas, tanto para el archivo de materiales como
para su catalogación y transcripción, es sumamente útil. Como ya ha sido seña
lado, los procedimientos analíticos utilizables son múltiples. De hecho, analistas
distintos pueden optar legítimamente por diferentes niveles de análisis y por el
uso de procedimientos también diferentes.
1) Actos del hablaUna de las mayores contribuciones al AD es la noción de actos de habla,
como ya vimos. Para la teoría de los actos del habla las expresiones son pro
ductoras de efectos que las transcienden . Es decir, son capaces de hacercosas.
Por ejemplo:
- Mañana, sin falta, te 10 traigo (promesa)- y yo os declaro, marido y mujer (sanción)
Estos ejemplos ilustran sencillamente cómo los actos de habla aparecen cons
tantemente en nuestra conversación cotidiana y cómo generan efectos social
mentesignificativos. En la práctica, es fácil reconocer que muchas cosas como
comprometerse, jurar, excusarse, etc. únicamente pueden realizarse mediante el
uso de alguna fórmula lingüística.
2) Pragmática
El uso de la pragmática es común en el tipo de AD que estamos mostrando.
En el capítulo 11El lenguaje en las ciencias sociales" ya se especificaron sus prin
cipios y procedimientos. Muchos/as analistas del discurso se centran en las con
versacíones cotidianas y las analizan desde un punto de vista pragmático; es
decir, buscando los significados tal y como son señalados por la información
contextual que los/as hablantes asumen en público. Veámoslo mediante el si
guiente ejemplo:
Pregunta: - ¿Has comprado el periódico?Respuesta: - Mira a ver en el bolso
La respuesta Mira a veren el bolsono dice directamente que sí que lo compró,
pero, en el sentido que vimos en el capítulo "El lenguaje en las ciencias socia
les", lo implica. Podemos afirmar que el/la hablante confía en la capacidad de
el/la oyentepara interpretar las consecu encias de lo que dice.
(f: Editorial UOC 112 Análisis del discurso
Este nivel de análisis pragmático es perfectamente adecuado para identificar
efectos de implicación, pero lo es también para identificar el tipo de con oci
miento que el/la hablante asume como compartidos con la audiencia y, separa
damente, para reconocer el efecto que ciertas expresiones tienen en función de
su forma lingüística. Veamos algunos ejemplos de ello:
a) Sentir debilidad hacia alguien es una expresión polisémica. Por un lado, requie
re estar al corriente de las preferencias y sentimientos positivos o negativos que los!
las profesores pueden tener hacia sus alumnos. Pero además, es pr eciso saber que el
favoritismo o la discriminación no son adecuados porque, en tal relaci ón, lo que
hay que potenciar es el comportamiento neutral y equilibrado hacia todos ellos.
b) En el siguiente ejemplo vemos tres maneras distintas de responder a la
misma pregunta:
(l)A: ¿Qué talla película?B: ¡Interesante !
(ii )A: ¿Qué talla película?B: [Muy buena!
(iii)A: ¿Qué talla película?B: ¡Un poco rollo!
Calificar una película de estas tres formas distintas im plica dar una respuesta
completamente diferente. En (í) interesante podría fácilmente interpretarse como
que la película no es buena o incluso que es mala . En (íí), sin embargo, la respues
ta implica qu e efectivamente es buena y que al hablante le ha gustado realmente.
En (iii) podemos fácilmente comprender qu e no le ha gustado y que, probable
mente, la película no es bu ena, pero de forma más contundente que en (í). Los
tres casos implican un conocimiento compartido por parte de los hablantes.
e) También se requiere un conocimiento de la estructura gramatical y de las
formas lingüísticas, como se ilustra por ejemplo en estos casos:
(i) Bueno, ¡cállate de una vez!(ii) Pero bueno, ¿te vas a callar de una vez?(iii) ¿Cuándo te vas a callar?
- - - - - - - - - -----
© Editorial uoe 113 Capítulo III. El análisis del discurso...
Las tres expresiones vienen a significar lo mismo en un contexto de relación
entre dos personas, aunque su forma gramatical es completamente distinta.
3) RetóricaLa estructura argumentativa y formal de un texto también puede ser tomada
en consideración. Billig (1987) , por ejemplo, defiende el uso de las posibilidades
analíticas de la retórica y en particular la identificación de tipos argumentativos,
figuras retóricas, secuencias tácticas de temas y todas las formas estilísticas que
ayudan a la persuasión.
La propuesta de Billig es particularmente útil para analizar la credibilidad y
legitimidad que un texto vehicula. Asimismo, permite identificar líneas de cohe
rencia de un argumento que pueden quedar ocultas bajo una fachada aparente
mente inconexa.
4) Repertorios argumentativosRepertorio interpretativo es un concepto introducido por Potter y Wetherell (1987).
Estos autores constataban que un tema de conversación puede variarse en fun
ción de las demandas locales de la situación de interacción.
"Los repertorios se pueden considerar como los elementos esenciales que los hablantes utilizan para construir versiones de las acciones, los procesos cognitivos y otrosfenómenos. Cualquier repertorio determinado está constituido por una restringidagama de términos usados de una manera estilística y gramática específica. Normalmenteestos términos derivan en una o más metáforas clave, y la presencia de un repertorio a menudo está señalada por ciertos tropos o figuras del discurso".
M. Wetherell y]. Potter (1996). "El análisis del discurso y la identificación de los repertorlos interpretativos" . En: A. Gordo;] . Linaza (eds.) . Psicologías, discursos y poder(PDP) (pág. 66). Madrid: Visor.
La utilidadde los repertorios radica en que permiten ver cómo los/as hablan
tes encaran las conversaciones y cómo definen planes a través de la colocación
estratégica de temas.
5) Polaridades y deconstrucciónTodo textopresenta polaridades de manera implícita o explícita. Parker (1988)
sugiere buscar los juegosde oposiciones en el desarrollo de una narrativa particular.
© Editorial UOC 114 Análisis del discurso
En el ejemplo anteriormente expuesto sobre la identidad, algunas polaridades
podrían ser singular/múltiple, consciente/inconsciente, o dependencia/inde
pendencia.
4.4. La legitimidad del análisis del discurso
Como puede verse, cualquiera que sea el recurso utilizado, todos los proce
dimientos de análisis son marcadamente interpretativos. Para muchas personas
que trabajan en ciencias sociales y humanas esto representa un problema insu
perable que invalida el AD. Vamos a considerar, para terminar este apartado, la
cuestión de la validez del AD.
La visión del lenguaje, fundamentada en la filosofía y en la lingüística, es la
principal ventaja del ADy esto por la centralidad que el lenguaje ocupa en nues
tra vida social. Por oposición a otros enfoques más restrictivos en ciencias socia
les, el AD no ve el lenguaje como una simple marca de un grupo social (como
sucede a veces en sociollngüístíca), o com o un recurso para conocer la percep
ción individual, aunque ambos procesos pu eden efectivamente darse y hacer in
teresante su dilucidación. El AD no establece el lenguaje tampoco como una
ventana que permita ver o acceder a las ideas que las personas tienen en la ca
beza, como hace por ejemplo la Psicología; menos aún, el AD considera el len
guaje como un conjunto de símbolos, cuya distribución estadística en una
población, a modo de rasgo, sea por sí misma significativa.ElADentiende el lenguaje simultáneamente como indicador de una realidad
social y com o una forma de crearla. Defiende un uso dinámico del lenguaje, y
es sensible a sus efectos , no en el sentido de una reacción mental o de un efecto
psicológico, sin o como un efecto de la forma lingüística misma.Para el AD, el lenguaje no está en la cabeza, sino que existe en el mundo. En
coherencia con las asunciones del giro lingüístico analizadas en el capítuk "El
giro lingüístico", el lengua je es visto más como una forma de construcciónque
como una descripción de nos otros/as mismos/as y de nu estro mundo. El ADen·
tiende el mundo en el que vivimos com o un mundo donde el habla tien efec
tos; es decir, donde no es lo mism o referirse a alguien como soldado, guerrillero/a,
© Editorial UOC l1S Capítulo m. El análisis del discurso ...
terrorista o luchador/a porla libertad; o denominar a un grupo como étnico o como
raza, o a una organización como terrorista o revolucionaria.Lalegitimidad del AD como método proviene justamente de esta visión del len
guaje, pues en su acción investigadora, 10 único que hace es utilizar las mismas he
rramientas que son utilizadas en cualquier contexto de acción social. ASl pues, el/la
analistadebe establecer una relación activa con los lectores/as de su trabajo e inten
tar mostrar cómo ha efectuado su lectura del texto. De este modo, el AD se convier
te en un ejercicio más de negociadón que de exposición, en el sentido de estar
siempreabierto al debate ya la discusión de las interpretaciones realizadas.
"Ellaanalista de discurso debe asegurarse de que ella lector/a comprenda qué está sucediendo: por qué es necesario escoger textos; cómo estos textos deben ser leídos; porqué esta lectura es preferible a aquella otra; y qué, en el mundo fuera de los textos, ayuda a dar sentido a los discursos que contienen. Encontramos este desafio estimulante".
L. Íñíguezy C. Antaki (1994). "El análisis del discurso en psicología social". Boletín dePsicología (núm. 44, pág. 73).
S. E.I análisis del discurso como perspectivaen ciencias humanas y sociales
Hastaeste apartado hemos proporcionado una visión del discurso y del AD.
Esta visión no busca sustituir a otras, sino, como ya se ha dicho, presentar un
conjunto de perspectivas y posiciones qu e beben de fuentes específicas, pero
que no agotan toda la conjunción de visiones complementarias.
5.1. El análisis del discurso como práctica
Como hemos visto en la parte final del apartado anterior, una de las conse
cuencias más importantes de la visión del AD que estamos mostrando es la del
papel del analista . Como dicen Mike Michael y Susan Candor:
"La ideaque queremos subrayar es que hay múltiples contextos que son apropiadosauna determinada pieza de discurso, y cómo uno da sentido a una función discur-
© Editorial uoe 116 Análisis del discurso
siva es un reflejo del contexto o configuración de contextos ya presupuestos analíticamente (y políticamente)" .
M. Michael y S. Condor (1990). Conceptos de estructura social en una Psicología socialconstruccionista (pág. 389-390). Libro de simposiums. 1Il Congreso Nacional de Psicología social. Compostela.
Ha desaparecido ya el temor a reconocer que toda práctica científica está in
fluida por las condiciones sociales en las que tiene lugar. Es decir, que está deter
minada por el contexto social, político e ideológico en el cual se desarrolla. Una
cuestión de particular relevancia aquí es la que se refiere a cómo hacer compatible
un compromiso político con el quehacer profesional como científicos/as sociales,Esta preocupación era difícil de canalizar en el marco de la ideología cíentí
fica moderna en la que muchos científicos/as sociales se formaron. Los convul
sos años sesenta y setenta del siglo xxanticiparon lo que al final se conoce como
postmodernidad que, contra lo que muchos/as piensan, abrió la vía para la cons
titución de unas ciencias sociales de orientación crítica. Estas perspectivas críti
cas están preocupadas por orientar sus prácticas científicas hacia un ámbito
emancipatorio.
¿Cómo leer el AD como contribución que forma parte de esta empresa? La
respuesta la encontramos fundamentalmente en las propuestas de Foucault.Todo discurso es una práctica social. Siguiendo su planteamiento, diremos queno hablaremos tanto de discursos como de prácticas discursivas que, como se
señaló, son reglas anónimas, históricas, determinadas temporal y espacialmen
te, que han definido en una época dada, para comunidades concretas, las con
diciones de cualquier enunciación, de aquello que puede ser dicho. En esta
misma dirección, diremos que el AD también es una práctica, y es una práctica
no únicamente desenrnascaradora o identificadora de otras prácticas discursivas,
sino también y sobre todo un camino para su transformación.
5.2. El contexto
Todo enunciado, como puesta en discurso de la lengua por parte de un suje·
to, es histórico y está históricamente condicionado. Debido a ello, el AD debe
considerar su análisis desde ese punto de vista. En este sentido, la enundadón
su práctica, es el contexto inmediato del enunciado.
© Editorial UOC 117 Capítulo Ill. El an álisis del discurso...
Como se propone en el AD de lo que podemos llamar la tradición española
(Ibáñez,1979), el análisis de la enunciación nos permite relacionar las estructu
ras del lenguaje con las estructuras sociales. Es decir, posibilitar la comprensión
de lo social desde el análisis y la interpretación del discurso.
Este planteamiento no siempre es comprensible cuando se practica un AD
inspirado en la lingüística, la pragmática y la sociología de la situación, como el
que estamos explicando aquí. Siempre queda la cuestión de cuál sería el papel que
debe jugar el análisis estrictamente lingüístico en el AD. Aunque muchos/as
analistas de tradición lingüística ven en este análisis la forma de aprehender 10
social, otros/as muchos/as consideran que el análisis lingüístico n o es un proce
dimiento suficiente para tal labor.
S.3. Sobre el discurso y la estructura social
Se trata, pues, de conectar teóricamente de algún modo las prácticas de ADcon
el estudiode la estructura social. Éste sería el objetivo principal de un AD como
práctica analítica socialmente pertinente. En este sentido, para fundamentar
una propuesta de esta índole es preciso desarrollar un marco en el que estructura
social y discurso qu eden conectados de modo que los aspectos discursivos, lin
gülstícos y de significado se relacionen con los procesos de construcción y man
tenlmlento de la estructura social.
Esto hace necesario especificar no sólo la n oción de discurso que se maneja,
algo que ya se ha explicitado con anterioridad, sino también la noción de es
tro tura que se utiliza.
SIn negar las otras múltiples concepciones, se pueden distinguir al menos
cuatro tradiciones en la conceptualización de estructura social (Porpora, 1989).
Asaber, la estructura social:
• como patrones de conducta agrupados a través del tiempo (proveniente de
Hornans):como sistemas de relaciones humanas entre posiciones sociales (de ascen
dencia marxista);
I como regularidades que gobiernan la conducta social (proven iente de la so
ciología estructural);
:r Editorial UOC 118 Análi sis del discurso
• como reglas colectivas que estructuran el comportamiento (entroncada con
la etnometodología, el interaccionismo simbólico, etc.) .
Esta última es, a priori, la que parece más adecuada para encuadrar los trest ópicos que barajamos ah ora: estructura, práctica social y discurso. A esta con
cepción es fácil añadirle ciertas aportaciones de Giddens y de FoucauIt, así como
algunas derivaciones extraídas de la obra de Wittgenstein. El planteamiento ini
cial podría ser más o menos el que sigue.Anth on y Giddens (1984) distingue entre estructura, sistema y estructura
ción. La estructura se refiere a las reglas y/o conjuntos de relaciones de transfor
mación organizadas como propiedades de los sistemas sociales . El sistema se
refiere a las relaciones reproducidas entre actores y actrices o colectivos, organi
zados como prácticas sociales regulares. La estructuración se refiere a las condi
ciones que gobiernan la continuidad o transmutación de estructuras, y la
reproducción de los sistemas sociales.Para incorporar el discurso en este esquema, hay que acudir al trabajo Nonnan
de Fairclough (1989, 1992). Dicho trabaj o ha sido muy esclarecedor cuando ha
analizado la conexión entre discurso y variables macros ociales .En efecto , en primer lugar se trata de asumir plenamente la distinción entre
lenguaje y discurso. El discurs o es el lenguaje en tanto que práctica social deter
minada por estructuras sociales (las reglas y/o conjuntos de relaciones de transo
formación organizadas como propiedades de los sistemas sociales). Al aceptar
esto, estamos aceptando que la estru ctura social determina, de este modo, lascondiciones de producción del discurso .
Ahora bien, el discurso está determinado por órdenes de discurso socialmen
te construidos. Por órdenes de discurso entendemos los conjuntos de conven
ciones asociadas con las instituciones sociales (así, los órdenes de discurso están
ideológicamente formados por relaciones de poder en las instituciones sociales
yen la sociedad en su conjunto).En virtud de la dualidad de estructura, en el sentido de Giddens, el discurso
simultáneamente tiene efectos sobre las estructuras sociales y al mismo tiempo
está determinado por ellas. Por consiguiente, el discurso contribuye tanto almantenimiento como al cambio social. Si esto es así, un AD y de las pr ácticas
discursivas nos informa tanto de la construcción y reconstrucción de la estruc
tura social como de la conformación de los sujetos .
© Editorial UOC 119 Capítu lo 1lI. El análisis del discurse ...
Esta descripción de las conexiones entre discurso y estructura social necesita
varias acotaciones para poder ser validada como propuesta.
1) En primer lugar, que el discurso es lenguaje como práctica social determinada
por estructuras sociales, significa que:
• el lenguaje es una parte de la sociedad y no algo externo a ella;
• es un proceso social;• es un proceso condicionado socialmente, históricamente, en el mismo
sentido que lo son otras partes o procesos no língü ísticos.
En efecto, no hay una relación externa entre lenguaje y sociedad, sino interna
yde dualídad estructural. El lenguaje es una parte de la sociedad; los fenómenos
lingüísticosson fenómenos sociales y los fenómenos sociales son (en buena par
te) fenómenos lingüísticos .
2) Lasegunda acotación es más directa. Defender que la estructura social son
reglas y conjuntos de relaciones no significa compartir la hipótesis del situacio
nísmo metodol ógico (las explicaciones descriptivas adecuadas de los fenóme
nos sociales a gran escala pueden ser extraídas del análisis de la práctica social en
sltuacíones concretas). En efecto, como ha puesto de manifiesto, entre otros/as,
Knorr-Cetina (1988), a esta hipótesis podemos oponer otra: que el orden macro
social es, antes que nada, un orden de representación, es decir, una suma de re
ferencias presentes y extraídas de micro-situaciones.
Esta posición es obviamente discutible, pero sus consecuencias para una
consideración del lenguaje en ciencias sociales es obvia. Su importancia reside
en que permite diferenciar a los/las analistas del discurso de los/las analistas
del lenguaje y de la interacción inmediata, además de permitirnos conectar
con posicionamientos construccíonistas, al menos con un socioconstruccio
nísmo comprometido.
La perti.nencia social de los estudios sociales basados en el AD no es algo que
se desprenda por su propio peso. Por ello es preciso reflexionar, como estamos
haciendo, sobre las prácticas en las que distintos analistas se ven implicados. De
hecho, si un profesional se viera envuelto, por ejemplo, en una situación de un
© Editorial UOC 120 Análisis del discurso
gran problema y/o conflicto social, las preguntas que habría que formular desde
una posición como la que se acaba de precisar serían:
• ¿qué posición ocupamos y cómo podemos intervenir sobre ella?, más que ¿cuál esel mejorprocedimiento para estudiar ese procesoi;
• ¿cómo contrarrestar el discurso del poder?, más que ¿elprocedimiento de análisisha sidoel correcto?
Si, por volv er a lo ya dicho, el análisis de un discurso particular no va a ser
algo más que un ejercicio académico, el tema pierde su interés y se convierte en
una discusión bizantina. El hecho de que haya dominado la aceptación de la
oposición hablar y hacer que contrapone el hablar con el hacer o práctica real
no debe conllevar la renuncia al habla como forma privilegiada de transforma
ción social. En ese contexto, como ven im os argumentando, el AD en sí mismo
con stituye simultáneamente una herramienta para la comprensión y para la
trasformación. Hay que resaltar que el AD como praxis social no puede ser otra
cosa que un acto de comunicación. La actividad científica, y el AD, como ejer
cicio contemplativo, como actividad iniciática desprovee a la ciencia social de
un medio privilegiado para la acción.
Com o dice Michel Foucault:
"Terno que esté usted cometiendo un doble error: a prop ósito de las prácticas discursivas que he tratado de definir y a propósito de la parte que reserva usted mismo a lalibertad humana. Laspos ítívídades que yo he intentado establecer n o deben ser comoprendidas como un con junto de determinaciones que se impusieran desde el exterioral pensamiento de los individuos, o habitándolo en el interi or y como por adelantado; constituyen más bien el con junto de las condiciones según las cuales se ejerceunapráctica, según las cuales esa práctica da lugar a un os enunciados parcial o totalmentenuevos, según las cuales, en fin, puede ser modificada . Se trata men os de los límitespuestos a la iniciativa de los sujetos que del campo en que se articula (sin constituirsu centro), de las reglas que emplea (sin que las haya inventado ni formulado), delasrelaciones que le sirven de soporte (sin que ella sea su resultado últ imo ni su puntode convergencia). Se trata de hacer aparecer las prácticas discursivas en su cornplél ldad y en su espesor; mostrar que hablar es hacer algo, algo distinto a expresar loquese piensa, traducir lo que se sabe, distinto a pon er en juego las estructuras de una lengua; mostrar que agregar un enunciado a una serie preexistente de enunciados, eshacer un gesto complicado y costoso, que implica unas condiciones (y no solamenteuna situación, un con texto, un os motivos) y que comporta unas reglas (díferentes.delas reglas lógicas y lingüísticas de construcción); mostrar que un cambio, en el ordendel discurso, no supone unas 'ideas nuevas', un poco de invención y de creatividad,
© Editorial UOC 121 Capítulo 1l\. El an álisis del discur so...
una mentalidad distinta, sino unas transforma<.iones en una práctica, eventualmen teen las que la avecinan y en su artículacl ón común. Yo no he negado, lejos de eso, laposibilidad de cambiar el discurso: le he retirado el derecho exclusivo e instantáneoa la soberan ía del su jeto" .
M. Foucault (1969). La arqueología del saber (pág. 350-351). Madrid: Siglo XXI, 1978.
@Editorial UOC
Conclusiones
122 Análisis del discurso
En este capítulo se ha presentado el análisis del discurso como una forma de
llevar a la práctica la importancia del lenguaje en la comprensión y el estudio
de los procesos sociales. Discurso y análisis del discurso no son, sin embargo,
términos unívocos, sino plenos de sentidos diversos en cada una de sus varieda
des, tradiciones y prácticas.
Así pues, en primer lugar se ha intentado reproducir esta variedad de posi
ciones dando un repaso a aquellas orientaciones y tradiciones en el análisis del
discurso que tienen un carácter transdisciplinar más evidente, como la soc íolín
güística ínteraccíonal, la etnografía de la comunicación, el análisis conversacio
nal, el análisis crítico del discurso y la psicología discursiva.
En segundo lugar, se han mostrado diversas definiciones de discurso que re
piten esa característica plural presente en las distintas prácticas. Puesto que el
reconocimiento de la diversidad no debe excluir la toma de partido, se ha ofre
cido una definición tentativa de discurso y de análisis del discurso que es cohe
rente con los fundamentos descritos en el capítulo segundo.
Con esta misma inquietud por mantener abierta y hacer visible la mayor
cantidad posible de concepciones, pero explicitando claramente nuestras pre
ferencias, se ha detallado, en tercer lugar, la praxis del análisis del discurso.
Ésta se ha presentado siguiendo dos tradiciones específicas, la tradición anoglosajona y la tradición francesa. Aquí se explica qué se puede hacer con un
texto en la práctica: la definición del proceso social que se va a analizar, la
selección del material relevante para el análisis siguiendo los criterios de I~
presentatividad y producción de efectos, la materialización del corpus, y undetalle de herramientas específicas de análisis como la identificación de actas
de habla, implicaturas, estructuras retóricas, repertorios interpretativos y po
laridades.
~ Editorial UOC 123 Capítulo 111. El análisis del discurso...
En cuarto lugar, se ha debatido la viabilidad del análisis del discurso como
una perspectiva nueva y fructífera en ciencias sociales . En este sentido, se haofrecidouna reflexión sobre las implicaciones de la práctica analítica discursiva,sobre la importancia de la consideraci ón del contexto socíal en el que se cons
truye el discurso y, finalmente, sobre el papel del discurso en la construcción,
mantenimiento y cambio de la estructura social.
© Editorial UOC 125 Capítulo IV. El análisis de la conversación...
Capítulo IV
El análisis de la conversación y el estudiode la interacción social
Charles AntakiFélix Diaz Martínez
Introducción
Los psicólogos, sociólogos y otros científicos sociales siempre han sentido
fascinación por las relaciones interpersonales. Existen numerosas investigacio
nes eruditas sobre la materia y el estudioso las encontrará en muchas discipli
nas, bajo muchos títulos y desde muchos enfoques teoréticos distintos.Lo que a menudo falta en la investigación científica social es un examen de
cómo exactamente una persona demuestra su relación con otras personas o de
cómo cambia dicha relación de un momento a otro. Por ejemplo, la psicología
amenudo se centra en pedir a la gente que rellene cuestionarios sobre sus rela
dones y confía en que cada persona será capaz de recordar, resumir de forma
precisa y ofrecer respuestas razonablemente verídicas.Es bien sabido que existen numerosas razones para tener dudas sobre ele
mentos como cuestionarios o listas de control, como mínimo en lo que respecta
a considerarlos registros precisos de lo que ocurrió realmente en el fenómeno
original. Sin embargo, éste no es el lugar adecuado para abordar una discusión
comparativa (véase el capítulo tercero de este volumen). Sin duda alguna, exis
ten muchos métodos alternativos que es posible elegir y el conjunto del libro
proporciona al lector una variedad estimulante de los productos que se ofrecen.
En este capítulo hemos optado por dirigimos al lugar en el que está la acción. Es
decir, no comenzaremos teorizando sobre lo que debería ser importante en las
© Editorial UOC 126 Análisis del discurso
relaciones personales de la gente, sino en lo que hacen los unos con los otros,
mientras podamos capturarlo.
Un buen lugar en el que empezar a mirar es el lenguaje, ya que existen bue
nas razones para afirmar que el lenguaje es el medio principal y primario que
tienen las personas de conocerse entre sí. Al utilizar el término lenguaje, no ha
cemos referencia al lenguaje en el sentido abstracto ni a ejemplos que nosotros
inventemos, sino al uso de11enguaje que la gente emplea en su rutina diaria y
para vivir la vida. Desde los años sesenta, cuando los aparatos de grabación ern
pezaron a estar ampliamente disponibles, los psicólogos y otros científicos so
ciales han tenido la oportunidad de estudiar lo que la gente hace muy de cerca
y mediante el examen repetido de las grabaciones. Pero los avances más desta
cados se han realizado siguiendo el trabajo pionero de un sociólogo estadouni
dense, Harvey Sacks, quien, junto con otros compañeros de trabajo, fundó 10
que actualmente se ha convertido en una disciplina madura y establecida por
derecho propio: el análisis de la conversación.
Básicamente, existen dos maneras de realizar análisis de la conversación
(AC). Una, la más fundamental , es construir nuestro conocimiento de cómo
funciona la conversación: qué hacen las personas con su habla para hacerse in
teligibles entre sí y crear la vida cotidiana tal y cómo la conocemos. Cuanto más
podamos construir este conocimiento, más capaces seremos de llevarlo al otro
uso del AC; es decir, aplicar todo este conocimiento a un fragmento de datos
concreto y ver lo que nos dice .
Ambos métodos son igualmente válidos . Elegir uno u otro depende del obje
to de la investigación. Si usted es un investigador básico, puede que se sienta
atraído por el habla más fundamen tal y por desmontar la conversación para ver
cómo funciona y lo que hace. En cambio, si ya le interesa un fenómeno deter
minado -tan amplio como, por ejemplo, la interacción familiar o tan específicocomo de qué forma los doctores dan los diagnósticos a lospacientes- puede recoger
datos específicos del fenómeno y posteriormente aplicar el AC a éste.
En ambos casos, el investigador deseará trabajar con una buena transcripción
de lo que , en realidad, se dijo en esa ocasión. Y, en la medida en que se desarro
lla la técnica y teniendo en cuenta que la tecnología es más fácil de utilizar, es
posible que también desee tener una grabación en vídeo además de tener unaen audio, de manera que tenga un sentido más completo de 10que pasó enrea
lidad. Evidentemente, cualquier grabación es parcial, pero si se examinan con
© Editorial UOC 127 Capítulo IV. El análisis de la conversación...
atención las cintas de audio o de vídeo, como mínimo es posible aproximarse a
lo que sucedió en aquel momento.El análisis que se presenta en este capítulo se encuentra a medio camino en
tre una exploración pura de cómo se hace algo y un interés más aplicado. El mo
tivo es que hace tiempo que ambos autores estamos interesados en investigar
un tipo de interacción en concreto: la entrevista de atención sanitaria. Hemos
averiguado que mediante el AC se identifican algunas complejidades ocultas en
dicha interacción. Básicamente, hemos descubierto que el AC revela lo humano
decualquier entrevista, incluso la entrevista más rígida, y es ahí donde podemos
hacer que los datos que aparecen más adelante hablen sobre la cuestión de las
relaciones interpersonales.
1. Análisis
Acontinuación, analizaremos una serie de extractos de un corpus! más am
plio, y comenzaremos a examinar patrones relativos a la forma en la que los ha
blantes pronuncian palabras y cuáles son las implicaciones de cómo lo hacen.Comencemos por este ejemplo. Lo primero que quizás sorprenda al lector es
que el texto se complica por algunos símbolos que, en general, no aparecen en
registros escritos del habla, ni siquiera en publicaciones de ciencias sociales. Su
función es intentar capturar el sonido de las palabras tal y como fueron pronun
ciadas originalmente. Resulta evidente que sólo consiguen su objetivo de forma
imperfecta, pero, una vez más, ello es mejor que la memoria incompleta de una
persona o incluso las notas que se tomen en ese momento. Los símbolos se ex
plicanen el anexo.
MFestárespondiendo a una pregunta sobre el efecto de una medicación con
creta. Observe cómo FE formula su pregunta entonces en las líneas que van de
la 4a la 8.
1. 1.D.I datos proceden de entrevistas efectuadas por el segundo autor para un proyecto de investígaci mfinanciado por la Comunidad Autónoma de Madrid. Desearíamos dar las gracias al personaldel Servlcío de Oncología Médica del Hospital La Paz de Madrid y a las personas en trevistadas(Iodal d las pacientes de dicho servicio) por su colabora ción en la recogida de datos.
© Editorial UOC 128 Aná lisis del di scur so
(1) MF Unidades de texto IS3-163: [Is .3f.1 MFE: Normal, pero por lo deml'á,2 (2.0)3 MFE: perfecto todo.,4 -7 FE: y eso es fácil de:: de. : mh de notar la relaci ón?S -7 (.2)6 -7 >(0 sea: se-) se nota _ mu:cho no? el cambio:7 -7 (L O)8 -7 FE: rcuando llegan esos cuatro o cin co d'lías de tratarn liento?9 MFE: Leh::10 MFE: hombre l&, si ehm yo pues por ejemplo me lo van a11 dar h oy ¿no? pues12 bueno. pues a partir de mañana por la tarde ya empiezo _
Después de haber leído la transcripción y de hab erse familiarizado con la nota
ción extraña, fíjese especialmente en las líneas con flechas , FE ha ce una pregunta
aparentemente sencilla en la línea 4. ¿Qué debemos pensar del retraso ligero, pero
perceptible, que se produce antes de que él vuelva a hablar en la línea 67 ¿O del re
traso más largo (un segundo entero) que aparece antes de acabar la pregunta que
reitera en la línea 87 A primera vista, parecería que se trata de preguntas triviales,
sin em bargo, son importantes para el significado de sus palabras (y, en una escala
más amplia, para la actitud que él comunica a su oyente). Llegados a este punto.
podernos obtener ayuda del repertorio existente de conocimiento de AC.
2. Información básica
Elprimer descubrimiento que ha aportado el AC es que, cuando las personas ha
blan , se organizan de manera que, normalmente}sólo hable una persona al mismo
tiempo. Evidentemente, se trata de un tema de simple observación . Al hablar}rara
vez se interrumpe o se solapa la gente. La cuestión , sin embargo, es qué sucede
2, En este capí tulo, com o en la mayoría de text os de AC, etiquetamos los extractos de datos ,,:midentificar de dónd e proceden , en caso de qu e algún otro inve stigador desee tener acceso a ellm.En este caso, el extracto 1 proviene de una entrevista con MF y pued e situarse en las secciones 153·163 de la cin ta tran scrita y en la posición del contador de la etnia 15,3. Más adelante, verá extraetos señalados con la et ique ta Holt y que proceden de un corpus recogido y tran scrito por otraspersanas, qu e posee sus propia s convenc iones de etiquetado .
Cabe señalar también qu e las trans cripciones se hacen anó nimas de form a rutinaria y en lamedida de lo posibl e (por ejemplo, mediante el uso de seudón imos), excepto en elcaso de lram·cr ípcíones efectuadas a parti r de dat os públicos como emision es de radi o,
'9 Editorial VOC 129 Capítu lo IV. El análisis de la conversación...
cuando hay silencio. ¿Cómo se sabe cuándo le toca a uno el turno de hablar o si lapersona que había hablado en último lugar todavía tiene la palabra?
Parte de la respuesta es que el último que ha hablado pueda haber utilizadouna indicación o una pista fuerte de que es el turno de otra persona. Existen muchas formas de hacerlo, pero una que nos interesa en este punto es la denominada par adyacente (un término inventado a finales de los años sesenta por elfundador del AC, Harvey Sacks). Se trata simplemente de un par de expresionesque van unidas como una pregunta y su respuesta, una llamada y su respuesta,un saludo y la respuesta al saludo . Son características extremadamente comunesde nuestro lenguaje y una de las cosas que hacen es dejar muy claro que el hablanteactual ha acabado de hablar, y que, por tanto, es el turno de otra persona.Hacer una pregunta significa que alguien tiene que responder.
El segundo descubrimiento del AC es que la manera en la que la gente respondecon la segunda parte de un par adyacente es crucial para el significado de loque dicen. Un retraso de unas décimas de segundo al responder a una invitación, por ejemplo, dice al mundo que probablemente la declinará. Compare estas dos formas en las que un hablante puede responder a una invitación:
121 Holt:1988 sin fecha : cara 2: llamada 1 (dato s origin ales en inglés)
12
Les:Aro:
[.hhhhhh So we wondered if you'd like to rnget us.hhYes certain l[y.
Traducción castellana:
12
Les:Arn:
[.hhhhhh Así que nos pregunt ábamos si te gustaría vernos.hhSí darlo.
/3}Holt: octubre de 1988 : cara 1: llamada 11 (datos originales en inglés)
123
Skip:
joy:
[Uh:m (.) would Sundee be alrí.gh t.h .h(0.2)ehYe~sÚ!s far ªs I~ kno:w?
Traducción castellana:
I23
Skip:
joy:
[Eh.m (.) estaría bie:n el domingo.h .h(0.2)ehSí:[que~ sepa?
Observe que existe una diferencia formal entre las respuestas de los extractos 2y3. En el primer caso, está precedida por una micropausa y se introduce me-
© Editorial UOC 130 Análisis del discurso
diante un diminuto sonido eh. Por diminutos que sean, estos rasgos marcan la
respuesta del ejemplo 3 porque no son la respuesta esperada o normal (la res
puesta preferida en la jerga de AC, aunque no significa que implique una prefe
rencia psicológica). No tenemos ningún problema al escuchar la respuesta de
Arn en el extracto 2 como aceptación o acuerdo incondicional, mientras que es
cuchamos la respuesta de ]oy del extracto 3 como menos incondicional o como
un rechazo absoluto.
La ventaja de este sistema, en el que una pausa puede significar que la perso
na que responde no va a producir la respuesta preferida, es que la comunicación
puede ser implícita en lugar de explícita. Una ventaja es que la persona que pre
gunta o que hace la invitación puede actuar rápidamente si oye una pausa y res
taurar la situación modificando la pregunta o la invitación. Incluso, quizás,
como en el ejemplo que aparece a continuación, figurándose de antemano una
respuesta negativa:
141 Holt:88U :l :8:7. (datos originales en inglés)
1 Gordon: .tch Are yoj; gonna drive [n . Cz 1n- 1know there wz2 sorne rgrnor about [t,3 (0.5)4 Gordon: .hhhh Qr notoS (0.5)6 Dana NQ but I'H be dQwntown (0.2) at nine forty five.
Traducción castellana:
1 Gordon: .tch Vas a venir con el coche? Porque s- Sé qu e se2 estaba comentando,3 (0.5)4 Gordon: .hhhh O no.5 (0.5)6 Dana : NQ pero estaré en el centro (0.2) a las nueve cuarenta y cinco.
Gordon trata el silencio de Dana en la línea 3 como un indicador de que lo
que sigue no será la respuesta preferida. Sabemos que el habla humana seorga
niza de manera que la respuesta preferida, es decir , la respuesta rápida y enfátí
ca, normalmente es positiva (un acuerdo, una aceptación, una conformldad
etc.), de manera que parece que Dana esté dando forma a una negativa. Gordon
© Editorial UOC 131 Capítulo IV. El análisis de la convers ación ...
deja que el silendo continúe durante medio segundo antes de volver con una
alternativa (.hhhh Or not), con la que interpreta el silencio y se imagina con an
telación lo que podría decir Dana. Dana todavía deja pasar otro medio minuto
antes de responder, con lo que confirma que, de hecho, su respuesta es la res
puesta negativa que no se prefería.
3. ¿Qué es lo que nos dice esto de nuestros propios datos?
Existe una posibilidad muy fuerte de que lo que vimos qu e sucedía anterior
menteen el extracto 1 sea algo muy similar a lo que está pasando en este último
caso. Es decir, FE ha preguntado algo que espera una respu esta, y cuando hay
unsilendo (por muy breve que sea), es una indicación de que la respu esta espe
rada no llegará.Resulta evidente que la pregunta de FE que aparece en el extracto 1 no es una
invitación (que espere una aceptación), ni una solicitud (que espere una confor
midad); sin embargo, es una pregunta y espera alguna clase de respuesta. A me
nudo, evidentemente, esa respuesta llegará de forma rápida y enfática, como en
elsiguiente caso:
{SIBR, unidades de text o 172-19 7: [16.9)
l2
FE:BR:
»Pero en general tienes una red de apoyo parece ser ¿no?=:=>5í no no< extraordinaria, no, a ese niv-el , o sea, tengo unared impresionante.
Podría darse el caso de que la respuesta preferida incluso pudiera solaparse
con supregunta, como en este ejemplo:
\61MR, unidades de texto 50-60: [6.6)
234
FE:
MR:
(tsk) >0 sea ya- ya estaban-e hablando dela posibilidad de un tu -i-mor o al rgo así.
L>sí sí no no Tya-e (y)=~
daban por hecho que tenía un tumor.
@ Editorial UOC 132 Análisis del discurso
Pero vimos que la respuesta no se dio con tanta rapidez en el extracto 1.
Hubo un retraso. Veámoslo de nuevo:
17, repetición pardal del extracto 11
4S6~
78~
9
FE:
FE:MFE:
yeso es fácil de:: de.: mh de notar la relación?(.2)>(0 sea= seo) se nota mu:cho no? el cambio:(1.0)rcuando llegan esos cuatro o cinco d'l ías de tratamltento?Leh::
La pregunta de respuesta sí/no que hace FE espera una repuesta de MF, y,considerando la expectación generalizada de que las respuestas sean positivas,
su objetivo es que se pueda contestar fácilmente con un sí. Sin embargo, dicho
sí no llega de forma inmediata. FEno deja que el silencio dure tanto como hizo
Gordon en el ejemplo 4 anterior (donde duró medio segundo), pero aparece ra
zonablemente pronto, a los 0,2 segundos. Es suficientemente largo para que la
falta de respuesta sea perceptible, lo que autoriza a FEa ofrecer una alternativa.
De hecho, éste cambia el sentido de la pregunta para que sea más fácil responder
de forma opuesta, es decir, "no mucho".
Incluso entonces hay una pausa, y esta vez es larga (1 segundo). FE aparece
de nuevo, aunque ahora se solapa con MF, que comienza a decir algo (con un
sonido "eh.:", que sabemos que es un signo de respuesta no preferida). De nue
va, FE interpreta que el silencio significa que MF tiene algún problema con la
respuesta. Podría ser que FE esperara que MF entendiera que lo que se deseaba
era una comparación entre cómo se sentía antes y después de tomarse la medio
cación. Al volverlo a diseñar, lo hace mucho más explícito. Esto ayudaría a MF
a ver qué clase de pregunta se desea. Y, de hecho, MF en esta ocasión responde
de forma positiva:
¡7a contínuación de 71
1011
MFE: hombre J.g, sí ehm yo pues por ejemplo me lo van a darhoy¿no? pues bueno. pues a partir de mañana por la tardeyaempiezo.
© Editorial UOC
4. Construcción de más casos
133 capítulo IV. El análisis de la conversaci ón ...
Veamos si podemos recopilar más ejemplos a partir del mismo corpus. Ca
bría la posibilidad de construir una imagen de un patrón y, si pudiéramos ha
cerlo, podríamos tener algo que decir sobre cómo FE trata (como mínimo, en
determinados aspectos) a las personas que le dan respuestas. Estaría basado en una
fuente muy sólida de pruebas: 10que sucedió realmente (en la medida en que se
capturó en la transcripción, como mínimo).
18) A], unidades de texto 25-35: [3.2]
1234
FE:
A]:
mh (.2) y:: : en el momento de la operación (.)le habian.: (.2) diagnosticado ya »cual era-el-e problema?r (.2) (°0 si. :")LSí bueno- bueno claro antes había esta .do: (.2)antes de estar allí (.) claro,
De nuevo, FEha preguntado algo a su interlocutor, de forma que volvemos
a tener un par adyacente de pregunta-respuesta. En esta ocasión, la persona
queresponde realmente da una respuesta inmediata, pero se puede observar que
la respuesta se solapa con una ligera pausa. FE ha dejado transcurrir 0,2 segun
dos antes de intentar una alternativa, quizás sólo por si se diera el caso de que
I\J no respondiera.
Consideremos otro extracto (9). Aquí, FE hace una pregunta que tiene como
respuesta sí/no en la línea 1, obviamente, se imagina de antemano que la res
puesta será sí o no. No llega rápido (hay una pausa de 0,4 segundos en la línea 2).
Continúa (línea 3), pero de tal manera que muestra que está ampliando o acla
rando su pregunta.
19J BR, unidadesde texto 85-103: [9.4]
Puedevenir de- de las v érteb'ra. is?"(.4)O sea de:: de la O( ) de- que:: (.)ósea que tienes?(.2)
1 FE:23 FE:4S FE:6 BR:7 FE:
O"
eh lo de:: rde la ade lnopatía:=Lo es independiente J
© Editorial UOC 134 Análisis del discurso
Observe que FE vacila al pronunciar la expansión en la línea 3; es decir , la
diseña) no se presenta de forma fluida . De esta manera) BR aún tiene más tiempo
para responder como si no le hubieran preguntado directamente, para mostrar
que sabe 10 que le solicitan. Pero no 10 sabe. FE deja otra pausa de 0,2 segundos
antes de lanzar un tercer intento en la pregunta (línea 5), una o:: prolongada.
En este punto, en el tercer intento) es cuando BR ofrece una respuesta. Resulta
interesante que no sea una respuesta directa a la pregunta) sino una pregunta
con derecho propio) una comprobación de aquello a lo que FE hace referencia.
Esto también se orienta a la dificultad inicial de la pregunta planteada anterior
mente en la línea 1. En definitiva, tenemos a las dos partes mostrando que creen
que pasa algo raro.
Se puede apreciar el mismo patrón en el último de los extractos que vere
mos . De nuevo, fíjese en que FE dice algo (en la línea 2) que exige una respues
ta. Se plantea como una afirmación <.s.olo no has venido nunca.) , pero es audible
y requiere como mínimo una confirmación. No se presenta de inmediato. Las
líneas 4 y 5 de nuevo muestran el patrón de FE que deja un espacio para que
el interlocutor responda , pero vuelve razonablemente deprisa cuando éste no
responde.
(10¡ BR, unidades de texto 172·197: [16.9J
1 BR:2 FE:34 FE:5 BR:
7 FE:8 BR:9 FE:10
Estoy: (A) muy pr otegido, muy apoyado, muy arropado, muy. - (.6)Solo no has venido nunca.(.2)O sí=
=>Bueno, (a'ra) a-e Jo mej or circunstancialmente (he venido algunasolo fue -). (.2)mhhmPues no sé, por'que": (A) no sé. (.) »Por algún-e moti:voJ ( ) pero
Lsí por lo quefuera
En la línea 5) FE cambia la alternativa (de nunca a sI) en un esfuerzo por pro
pordonar a BR una alternativa a la que se pueda dar una respuesta rápida. BR
aparece deprisa ) de hecho, tan deprisa que podría no estar respondiendo a estanueva alternativa (apenas habría tenido tiempo de escucharla), yen su respues
ta en las líneas 5 y 6 da la explicación con reservas típica de las respuestas queno se prefieren.
© Editorial UOC
5. ¿Delicadeza?
135 Capítulo IV. El análisi s de la conversaci ón ...
Ahora que tenemos un patrón de la organización secuencial de estos paresadyacentes, podemos empezar a plantear más preguntas sobre éstos como grupo.¿Existe algo en la naturaleza de la pregunta que hace FEcada vez que ocasione esta
falta de respuesta rápida en sus interlocutores? En el orden del ejemplo 1, FE preguntaba sobre: notar los efectos de una droga; la diagnosis del problema que sufre el paciente; si el paciente tenía algún conflicto con el personal médico; laposible ubicación del problema médico en las vértebras; y si el paciente ha ido
alguna vez solo al hospital.A juzgar por las apari encias , no hay nada específicamente y obviamente sen
sible acerca de todas estas cuestiones, consideradas como grupo. Sin embargo,ocasionan un problema en la aceptación de la persona que responde. Yes un problema sobre el que FE actúa muy deprisa para contrarrestar. En este punto es enelque tenemos la prueba de que es delicado. No en el contexto de las preguntas,
porque no sabemos (y no podemos saber, pero sí suponer) si son realmente embarazosas o especialmente sensibles, etc . Podemos verlo porque, aunque las preguntas se hagan deprisa con alternativas y aclaraciones, FE las trata como siplantearan un problema para las personas que responden.
@ Editorial UOC
Conclusiones
136 Análi sis del discurs o
El objetivo del presente capítulo es demostrar lo que ofrece el análisis de la
conversación CAC) corno forma de investigar el lenguaje y los procesos sociales.
El AC arroja luz sobre cualquier cosa que una persona pueda hacer en interac
ción con otras Y, en este caso, tornarnos el ejemplo concreto de cómo un ha
blante puede mostrar delicadeza al hablar. Igual que el capítulo complementario
sobre la psicología discursiva (que es un primo hermano del AC) , el enfoque del
presente capítulo tenía corno objetivo analizar cómo diseñan realmente las per
sonas lo que dicen en conversaciones reales. El rasgo particular en el que nos
concentrarnos fue el de paradyacente, la fuerte relación que tiene un turno al ha
blar con 10 que viene a continuación.
Empezarnos preguntándonos qué podría decirnos el AC sobre un fenómeno
tan amplio y aparentemente macro corno las relaciones sociales.
Esperarnos que lo que hemos hecho haya demostrado que lo macro puede
analizarse mediante lo micro y que quizás no haya distinción. Hemos presenta
do información sobr e la relación de FE con sus interlocutores basándonos enuna cIase de prueba sólida, es decir, la prueba de una transcripción de su trato
real con ellos. Se trata de un orden de prueba diferente del que se encontraría
en pruebas corno (por ejem plo) un cuestionario de su actitud o una entrevista
que confíe en su memoria o en sus propias teorías y reflexiones (10 que repre
sentaría sólo otra fuente de datos que analizar) .
Resulta evidente que 10que hemos hecho se ha limitado a arañar la superfi
cie. De todas formas, hemos observado que existe significado social inclusoenun rasgo de discurso aparentemente tan diminuto corno dos décimas de segundo de un retraso de un segundo en una respuesta. Puede señalar la falta de a
rición de una respuesta esperada, y en nuestros extractos parece haber
provocado que FE actúe para evitar algunas de sus implicaciones posibles: que
© Editorial UOC 137 Capítulo IV. EJ análisis de la conversación...
su pregunta fuera inapropiada, inoportuna, ininteligible, etc. Dicho de otro modo, hemos visto cómo se ocupaba de la delicadeza -por utilizar una palabra desentido amplio- en su trato con personas, Y, quizás, en consecuencia, en la humanidad de la situación en la que él y ellos se encuentran.
© Editori al UOC
Anexo
138 Análisis del discurs o
Ningún registro impreso del sonido puede llegar a ser algo diferente a una
versión imperfecta de lo que los oyentes experimentan en la realidad. Sin em
bargo, el análisis de la conversación intenta notar el lenguaje escrito ordinario,
de tal manera que pueda sugerir con má s detalle lo que habrían sido los sonidos,
con la previsión de que el resultado fuera razonablemente legible y sólo requi
riera símbolos que se encuentran en la may or parte de las fuentes de los proce
sadores de texto (o en el menú relati vo a los símb olos). La lista que aparece a
continuación incluye la mayoría de los rasgos desarrollados por Gail )efferson,
participante junto con Harvey Sacks y otros, en la fundación del AC. Si desea
consultar el sistema completo, vea Atkinson y Heritage, 1984, pág. ix -xví.
(0,3) (2 seg)
.hh, hh
hehh, hahh
wo(h)rd
((sniff))
cu-
lo:n g
(word)
run»
=on
Ejemplos de pausas de tiempo exactas.
Inspiraciones y aspiraci on es del hablante respectivamente.
Sílabas de risa. Se intenta capturar el"color".
(h) denota que se ha reído en medio de la palabra.
Una descripción entre paréntesis doble s indica un sonido que no esde discurso.
Un guión denota un corte pronunciado de una palabra o sonido anterior.
Los dos puntos muestran qu e el h ablante ha estirado la letra o elsonido anterior. Cuanto s más dos puntos aparezcan , mayor es el estí
ramiento.
El material entre paréntesis representa lo qu e la persona que transocribe adivina en una parte poco clara de la cinta.
El signo de igual enl aza material qu e continúa.
Las flechas ind ican el comienzo de un cambio de entonación aseendente o descendente.
© Editoria l UOC 139 Capí tulo IV. El análisis de la conversación y el
?
CAPITALS
o soft o
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[...]
Indi ca que el tono es ascendente.
Indica que hay un final "natu ral".
Indica que hay una pausa de tipo coma.
Lo subrayado indica énfasis.
Las letras en mayúsculas indican que este fragmento de discurso esperceptiblemente más alto que el discurso circundante .
Los signos de grados indican que el discurso se ha pronunciado mucho más lentamente que el habla circundante. Los signos de gradodoble indican más suavidad.
Los signos de "mayor que" y "menor que " indican que el habla queabarcan, se produj o más rápidamente o más lentamente que el habla de su entorno .
Se produjo sensiblemente más deprisa o más lentamente qu e el habla circun dante.
Los corchetes entre líneas adyacentes de discurso concurren te denotanel comienzo de habla solapada.
La flecha a un lado indica un punto de especial interés en el extracto, tratado en el text o.
Indi ca que el material ha sido dejado fuera del extracto.
© Editorial UOC 141 Capítulo V. Psicología discursiva ...
Capítulo V
Psicología discursiva: el enlace de la teoríay el método mediante un ejemplo
Derek Edwards
Introducción
El objetivo de este capítulo es ofrecer una introducción a la psicología discur
siva (PO), en la que se incluyan los orígenes y la perspectiva teorética distinti
vos, los temas de investigación principales y su manera de abordar el análisis
empírico del habla y del texto. En pocas palabras, la PO tiene como objeto de
análisis el uso de los conceptos psicológicos del sentido común en el discurso
diario. En el habla y en el texto del sentido común, los temas psicológicos (per
cepciones, recuerdos, comprensión, emociones, etc.) se tratan en relación con
descripciones de acontecimientos y acciones en el mundo exterior. La PO se
ocupa de analizar cómo se utilizan estas clases de conceptos en las acciones so
dalesy el trabajo retórico que realiza el discurso. En este capítulo se esbozan los
principios metodológicos básicos de la PO y se presenta un análisis ilustrativo
de cómo se utilizan las palabras de la emoción en dos breves extractos de habla
pertenecientes a sesiones de asesoramiento psicológico.
1. Orígenes de la psicología discursiva
La psicología discursiva es el estudio de cómo se utilizan los temas y concep
tos psicológicos en el habla y en el texto. Se centra principalmente en el discurs o
diario y sobre todo en el "sentido común" o las ideas de la "psicología de la gen-
@ Editorial UOC 142 Análisis del discurso
te" sobre los estados mentales y las características personales que todos utiliza
mos en la vida cotidiana. Las utilizamos al hablar con otras personas, al leer
novelas y periódicos, al contar historias, al trabajar en entornos institucionales,
es decir, en cualquier lugar en el que tengamos contacto con el habla o el texto.
La PD también se puede aplicar a usos especializados de términos psicológicos,
que incluyen los vocabularios, las teorías y las prácticas de la psicología acadé
mica. Por lo tanto, hasta cierto punto, la corriente principal de la psicología no
es sólo un enfoque rival , sin o también un tema potencial de investigación. De
todas formas , este capítulo se centra en el discurso diario. Comen zaremos con
siderando la PD en relación con otros tipos de psicología y otros enfoques del
discurso .
Un rasgo que distingue a la PD de otros tipos de psicología es que estudia el
discurso diario. En general, en la corriente principal de la psicología experimen
tal se asume que la "psicología de la gente" está equivocada, es imprecisa, ilógi
ca, incoherente y, en varios aspectos , un reflejo pobre de la verdadera naturaleza
de los estados psicológicos. El objetivo de la psicología es sustitu ir el sentido co
mún con un vocabulario mejor, con una teoría mejor, procedente de un estudio
científico cuidadoso sobre el verdadero funcionamiento de la mente y las per
sonas. En cambio, la PD no realiza este juicio sobre la adecuación o precisión de
los conceptos qu e utiliza la gente en la vida cotidiana, sino que considera que
estos conceptos tienen una realidad propia, sus propias formas de funcionar,
sencillamen te porque son las maneras reales y disponibles empíricamente que
la gente utiliza al hablar. Registramos y analizamos cómo utiliza realmente la
gente las descripciones psicológicas com o parte de su vida ."En relación con otros enfoques del discur so, la PD se inspira principalmente
en el análisis de la conversación CAC: véase el capítulo 4 de este volumen), la
retórica y la filosofía conceptual. Ampliaré sucintamente cada uno de estosen
foques.
El AC proporciona el mejor modelo para examinar lo que dicen las personas
de forma rigurosamente empírica, com o la realización de acciones sociales. Ésta
es una característica crucial del AC y de la PD. En términos psicológicos, sígni-
1. Si se desea consultar algun os contrastes entre los enfoques de la psicología discursiva y de la psícología cognitiva de la corr iente principal, véase Edwards (1997), Edwards y Potter (1992), Edwards,Middl eton y Potter (1992) y Harre y Gillett (1994),
© Editorial UOC 143 Capítulo V. Psicología discursiva ...
fica que no podemos considerar que las cosas que dice la gente sean simplemen
te expresiones de sus pensamientos, actitudes, cognici ón, recuerdos, creencias,
etc., sino que examinamos lo que dice la gente en calidad de acciones performa
tivas de varias clases en el contexto en el que se dicen las cosas, sobre todo en
el contexto del habla circundante. Por ejemplo, si analizamos materiales de en
trevistas, en lugar de tratar los datos como una recopilación de puntos de vistaofrecidos por la persona a la que se entrevista, que es normalmente el objetivo
del entrevistador, examinamos la entrevista como una interacción social en la
que todo lo que se dice, por ambas partes, se analiza en el contexto de su pro
ducción, por lo que hace. Lo que hace puede incluir acciones como: rechazar una
invitaci ón: responder a una crítica; construir la identidad del hablante como
testigo racional y digno de confianza; producir una versión de los aconteci
mientos basada en datos objetivos que se resista a ser descartada por proceder
del prejuicio o la implicación emocional de quien la cuenta.é
Laretórica es importante en parte porque la PD estudia el texto escrito y tam
bién el habla grabada. Sin embargo, su contribuci ón principal es su percepción
de que el habla y el texto en general son argumentativos. Es decir, cuando las
personas proporcionan descripciones, explicaciones, opin iones o afirmaciones
sobre el mundo, en general, se ocupan de contrapropuestas que pueden ser po
tenciales o sobreentendidas, o que pueden tener lugar realmente en el habla que
les rodea. La naturaleza retórica del discurso n o es sólo una observaci ón de la
naturaleza del habla y el texto, sino también un principio m etodológico. A me
nudo, una pregunta fructífera que se hace al analizar el discurso es ¿qué posible
versión contraria se está tratando aquí? El autor que más ha contribuido al en
foque retórico del discurso y la psicología es Michael Billig (1987/1991).
El análisisconceptual es la filosofía del lenguaje asociada a Ludwig Wittgenstein,
Gilbert Ryle y john Austin . Su contribución a la PD es su énfasis sobre cómo
~e deben hallar los significados de las palabras: n o mediante el examen de las
cosas a las qu e hacen referencia, sino exam inando cómo se utilizan las pala
bras. Para comprender términos psicológic os cotidianos como creer, comprender, recordar, conocer, etc., lo mejor es no empezar investigando lo qu e son las
1. Wase Edwards y Potter (1992) y Potter (1996) sobre cóm o se producen explicaciones basadas en,/,1105 objetivos. Se puede consultar un buen ejemplo de cómo analizar datos de en trevistas comointeracción social en \o\Tíddicombe y Wooffitt (1995).
© Editorial UOC 144 Análi sis del discurso
creencias (etc.) realmente, sino investigar cómo se utiliza la palabra creer como
parte que se integra en el discurso cotidiano. Los filósofos conceptuales han
aportado percepciones importantes sobre los usos de términos psicológicos ima
ginando los escenarios en los que se utilizan de manera adecuada. Los psicólo
gos discursivos tambi én lo hacen, pero basan sus análisis sobre todo en
materiales empírícos.é
En conclusión, la psicología discursiva tiene el objetivo de estudiar la manera
en la que los temas psicológicos de distinta índole se conceptualizan en el habla
y el texto, y se gestionan de forma interactiva. Si desea obtener información adi
cional sobre la base teorética y metodológica de la PO y su postura crítica hacia la
psicología cognitiva dominante, consulte Edwards (1997) y Potter (1996/1997a).
2. Objetivos principales de la psicología discursiva
Por regla general, la PO se centra en analizar descripciones e implicaciones
sobre personas y acontecimientos en el habla y el texto. Nuestro punto de mira
central es la relación entre los informes o las descripciones que se atienen a los
hechos y las características psicológicas de la gente implicada, que incluye a las
personas descritas y también a las que realizan las descripciones. El interés de
las descripciones basadas en datos objetivos radica en que, al hacerlas, los partici
pantes en general tratan con las características psicológicas del sentido común
de las personas descritas tales como sus motivos, deseos, creencias, etc. Asimis
mo, los hablantes también se ocupan de sus propias características psicológicas,
de cómo saben lo que sucedió realmente, o por qué lo piensan o lo creen. Los
hablantes trabajan contra la posibilidad de que su explicación no sea aceptada,
o considerada creíble, que se descarte porque proceda de factores psicológicos
como el prejuicio, la inversión emocional, el malentendido, la mala memoria,
etc. Del mismo modo, los hablantes recurren a estos mismos tipos de categorías
3. Se pueden encontrar tratamientos útiles de psicología y análisis conceptual en varios escritos de]eff Coulter (1990) y Rom Harré (Smith, Harré y Van Langenhove, 1995).
© Editorial UOC 145 Capítulo V. Psicología discursiva ...
psicológicas para rebatir o socavar el estado de objetividad que pueda tener una
explicación alternativa.
Esta relación estrecha entre historias o descripciones que se atienen a los he
chos y los estados psicológicos de los actores y de los hablantes es un tema im
portante y presente en general en el discurso cotidiano. En la PO, se presenta
como las formas de hablar de sentido común de los participantes, como formas
en las que construyen o reducen el estado de objetividad de una versión de los
acontecimientos, a la vez que se ocupa de los tipos de personas que deberíamos
considerar que son, o el estado de ánimo que deberíamos considerar que tienen.
Estas relaciones entre descripciones objetivas y estados psicológicos quedarán
más claras cuando analicemos algunos ejemplos específicos en el siguiente apar
tado de este capítulo. De todas formas, ahora podemos señalar lo importantes
que son estas relaciones, no sólo en el discurso cotidiano, sino también en en
tornos especializados como los tribunales de justicia, los interrogatorios policia
les, el periodismo de investigación, las aulas escolares y las situaciones
terapéuticas, en las que las cuestiones de lo que pasó en realidad y por qué razónse realizan en términos de realidad y mente, hecho y error, verdad y prejuicio.
La PO ha desarrollado tres tipos principales de investigación, aunque, en ge
neral, éstos se combinan en la investigación real yen libros y artículos publicados.
1) Los temas psicológicos estándar se transforman (o se vuelven a descubrir)
en prácticas de discurso. Por ejemplo, la psicología cognitiva de la memoria se
convierte en el análisis de cómo se habla de los acontecimientos del pasado. La
psicología social de la atribución causal se convierte en el estudio de cómo se co
mentan las causas y las explicaciones al contar los acontecimientos cotidianos.
La psicología de la emoción se convierte en el estudio de cómo se utilizan y se
hacen relevantes los términos emocionales en el discurso cotidiano. Esta forma
de desarrollo o de PD ha producido nuevas formas de análisis y descubrimien
tos, así como perspectivas críticas de la corriente principal de la psicología. En
tre los ejemplos de esta clase de trabajo se incluyen: Edwards, Middleton y
Potter (1992) sobre la memoria y el recuerdo; Edwards y Potter (1993), sobre la
atribución causal; Billig (1987) YPotter YWetherell (1987) sobre las actitudes
y la psicología social; Edwards (1997,1999) Y Harré y Gillett (1994) sobre la
emoción. Al adaptar los conceptos de la psicología estándar de esta manera,
engeneral, se produce un conjunto de límites muy diferente alrededor de los
© Editorial uoe 146 Análisis del discurso
fenómenos relevantes, tales como enlaces estrechos entre los dominios tradicio
nalmente separados de la memoria y la atribución causal y la introducción de nue
vos temas como la construcción de hechos (Edwards y Potter, 1992¡ Potter, 1996).
2) La PD también estudia el discurso psicológico del sentido común por de
recho propio, sin ninguna relación particular con la psicología académica. Exa
minamos de qué manera utiliza la gente términos como enfadado, celoso, saber,creer, sentir, etc. Se trata de una gama muy amplia de palabras en cada lengua.
Nos interesa saber cómo se utilizan estas palabras, qué se suele hacer con ellas y
cómo se utilizan alternándolas o contrastándolas con otras palabras, en la cons
trucción de una explicación sobre una persona y las acciones que se llevan a ca
bo. En el apartado siguiente de este capítulo se presenta un ejemplo que se
centra en las palabras de la emoción.
3) En ocasiones, se asume que la PD sólo se ocupa del habla manifiesta sobre
estados mentales, pero no es así. También examinamos cómo se trata y se ges
tiona la cuestión psicológica del sentido común de forma más indirecta, sin el uso
de palabras psicológicas obvias como enfadado, saber o prejuicio. Por ejemplo, se
puede tratar (implicar, construir, refutar) la intencíonalidad, responsabilidad,
subjetividad, prejuicio, sinceridad, motivación. etc. de una persona a través de
la descripción de sus acciones y sus circunstancias. De nuevo, estamos analizan
do la relación en el discurso entre mente y realidad, entre estados mentales in
teriores o rasgos personales y el mundo exterior. Es importante hacer hincapié en
que estas nociones de mundos interiores y exteriores figuran en la PD como la ma
nera de hablar de los participantes, disponible a través de análisis empíricos y
conceptuales, no como la propia teoría psicológica de la PD¡ no estamos abogan
do ni defendiendo ni examinando ninguna noción tal como el funcionamiento interno de la mente. Ejemplos de esta clase de análisis incluyen estudios de cómo se
niega el prejuicio (Edwards, 2003) y cómo se puede expresar la intención irónica
o la inversión emocional hablando de forma extrema (Edwards, 2000). Esta línea
de análisis es un rasgo que comparte la mayoría de trabajo de psicología discur
siva y de los estudios de etnometodología y AC de cómo se recopilan y se soca
van las explicaciones objetivas (Lynch y Bogen, 1996¡ Pollner, 1987; Potter, 1996¡
Wooffitt, 1992) .
En PD, no afirmamos que haya una distinción clara entre teoría, métodosy
descubrimientos. Los descubrimientos se producen por el método, perfilanla
© Editorial UOC 147 Capítulo V. Psicología discursiva...
teoría y, a su vez, son perfilados por ésta. Los descubrimientos sólidos pueden
llegar a formar parte de la teoría y el método. Por ejemplo, una vez que está claro
que el habla basada en datos objetivos está organizada en maneras que constru
yen y gestionan la apuesta del hablante (Edwards y Potter, 1993), podemos co
menzar a construir estos descubrimien tos en una comprensión teorética general
del discurso y empezar a utilizar las mismas ideas analíticas para encontrar más
fenómenos, tales como la forma en la que las personas cuentan historias sobre
cada uno en la terapia familiar. No consideramos que esta estrecha relación en
tre teoría, descubrimientos y método sea una confesión irrefutable de la inade
cuación científica, sino que creemos que es un rasgo de cómo se desarrollan en
general nuevos campos de estudio. Uno de los orígenes de la PO eran los estudios
sadales de la ciencia, un campo de investigación que ha socavado la claridad de
estasdistinciones en todos los tipos de ciencia (por ejemplo, Latour, 1987).Un ejemplo ilustrativo es que, en PD, el principio retórico son tres cosas: des
cubrimiento empírico, teoría y método. Es una afirmación empírica el hecho de
que la gente hable de manera retórica en modos diseñados para rebatir versio
nes alternativas y defenderse de esos ataques. También es un enfoque teorético
eldiscurso que contrasta con otros enfoques, como los de la psicología cogniti
va y la teoría de la cognición social, en la que el lenguaje se trata como una ex
presión de no hacer nada de los estados mentales de los hablantes, como una
especie de ventana que da a la mente. Esto es muy diferente del enfoque de la
PD, en la que los estados de ánimo aparecen como una cuestión y un tema del
habla, y no como su origen o causa. Tercero , como ya hemos observado ante
riormente, la retórica es también un método, una herramienta analítica. En ge
neral, en cualquier fragmento de habla o de texto resulta fructífero preguntar
qué se ha diseñado para negar o para refutar.
3. Métodos
Los métodos de análisis de la PO comienzan con la recopilación de un con
junto de materiales textuales o conversacionales, preferiblemente de los que
ocurren por causas naturales, es decir, aquellos que se dan con independencia del
© Editorial uoe 148 Análisis del di scurs
hecho de que se esté realizando una investigación. La preferencia por esos ma
teríales frente, por ejemplo, al habla recogida en entrevistas de investigaciór
se basa en la idea de que el habla realiza acciones en una situación concreté
(Potter, 1997b) . Las entrevistas de investigación sepueden analizar y gran parf
de la psicología discursiva se ha centrado, hasta ahora, en datos de entrevistas
Sin embargo, en general, nos interesan las acciones de la vida cotidiana iY no la
acciones que forman parte de nuestra propia investigación! La forma idónea di
hacer transcripciones de registros de audio es mediante las normas que invente
Gail Jefferson para el AC (véase el capítulo 4). De nuevo, esto se debe a que que
remos analizar cómo el habla realiza acciones sociales. Las con vencíones están
dar del texto escrito nunca se diseñaron para ese objetivo y nuestra familiaridac
con éstas oscurece el hecho de que ambos imponen y borran bastante cuande
se utilizan en la transcripción del habla.
Análisis
• Lo que debe preguntar no es cuál es el estado de ánimo que expresa el habla/
el texto, ni cuál es el estado del mundo que refleja, sino qué acción se realiza
al decir las cosas de ese modo.
• Busque las preocupaciones de los participantes; las categorías, los conceptos,
las cosas con las que tratan. Investigue cómo utilizan los conceptos psicoló
gicos u "orientan" las preocupaciones psicológicas. La PD comienza traba
jando de forma inductiva, no comprobando hipótesis y en ninguna etapa
buscamos pruebas de procesos psicológicos subyacentes.
• Para cualquier cuestión que usted, como analista, desee añadir a los datos,
intente tematizar. Es decir, debe intentar ver hasta qué punto es algo quelos
propios participantes (en su discurso) tratan o manejan de alguna forma. Si
dicha cuestión no aparece como una preocupación de los participantesr debe
plantearse en qué se basa para introducirla.
• Nos centramos en relaciones sujeto-objeto (relaciones mente-mundo).lnves
tigue cómo las descripciones de las personas y sus estados mentales están Ii·
gadas o implicadas por las descripciones de las acciones, acontecimientosy
objetos del mundo exterior.
@> Editorial UOC 149 Capítulo V. Psicología discursiva...
• Investigue cómo el hablante/escritor actual asiste reflexivamente a sus propias cuestiones sujeto-objeto: sus razones para saber cosas, cómo abordan laposibilidad de que no se les crea o de que se considere que son parciales oque están implicados emocionalmente, etc.
• Para cualquier contenido del habla, plantéese cómo, no por qué se dice. Pregunte ¿qué hace? y ¿cómo lo hace? Las preguntas con por qué son peligrosasdesde el punto de vista analítico cuando dependen de nuestras asuncionespreanalíticas sobre la mente, el lenguaje y los entornos sociales. La mayoríade las preguntas con por qué se deberían traducir idealmente por preguntascon cómo. Es decir, en lugar de preguntar ¿Por quéX dijoesto?, podernos preguntar ¿X dijo esto de alguna forma que sirva a sus posibles motivos o razonespara decirlo? Preguntar cómo está relacionado con otras preguntas que podemos formular:
• Analice de forma retórica. Pregunte ¿qué se está negando, refutando, previniendo, etc. al hablarde esa manera?
• Analice de forma semiótica. Esto significa preguntar ¿qué es lo que no se diceaquí, quese podría haberdicho, utilizandopalabras o expresiones muy similares?El principio es que el lenguaje es un sistema de diferencias tal que todas las palabras, todos los detalles tienen significados porque hay alternativas. La selecciónde una palabra o expresión en concreto es crucial y puede llegar a ellaanalíticamente imaginando alternativas plausibles y observando los datosparaver las descripdones alternativas que pueden estar realmente en juego.
I Analice de forma secuencial. Para cualquier fragmento de habla, observe el
habla inmediatamente anterior y posterior o los tumos de palabra, para verdequé trata el contenido del turno de este momento yen qué hace hincapié.Este es el principio fundamental del AC y es un elemento esencial de la POpor las mismas razones. Lo que estarnos analizando no es una recopilaciónde pensamientos de hablantes que se traducen en palabras, como citas extraídas de una entrevista, sino una secuencia de acciones que se realizan deunaforma relevante desde el punto de vista secuencial.
I Cuando encuentre patrones recurrentes en el modo de decir y hacer las cosas, busque casos desviados, que son aquellos ejemplos que no parecen ajustarse al análisis que está desarrollando y vea si es necesario cambiar el análisisovolver a definir el fenómeno. Una vez más, éste es un principio importanteenelAC, que ha sido desarrollado en su mayor parte por Emanuel Schegloff.
© Editoria l UOC 150 Análisis del discurso
4. Ejemplo: emociones, guiones y tendencias
En el siguiente análísis se ilustran algunos. Examinamos dos extractos cortos
de sesiones de asesoramiento psicológico a las que acuden las parejas para obte
ner ayuda y resolver así sus dificultades. El centro de atención es la forma en la
que se utilizan las categorías de la emoción en explicaciones narrativas, cómo
se utili zan de manera retórica y performativa en una secuencia de interacción.
En el extracto 1, Mary, cuyo marido, Ieff, también está presente, ha comen
zado a contar al consejero por qu é han acudido a recibir asesoramiento y ha lle
gado al punto en el que (según su historia) había decidido con tar a su marido
que recientemente había acabado una aventura con otro hombre. La palabra
you de la línea 2 hace referencia a jeff. Las convenciones de transcripción son
las mismas que se utilizan en el análisis de la conversación.
Extracto 11 Mary:234S67
U::m (1.0) Yth en .., (.) Qbviouslyyou went through your a:ngry stage,didn't you?(.)Ve:ry upset obvi ously, .hh an:d uh, (0.6)we: started ar:guing a 10t, an :d (0.6)Mt drifted awa:y.
Traducción castellana:
1 Mary: E::m (1.0) y luego::, (.) claro2 pasaste tu fase de e:n fado,3 n o?4 (.)S Mu:y enojado por supu esto, .hh y: eh , (0.6 )6 empeza:mos a discutir: un montón, y: (0.6)7 aquello pasó:.
Este extracto es muy breve y se ha elegido para mostrar la importancia delos
pequeños detalles. Mary proporciona una descripción de las emociones queex
perimentaba su marido en el momento en el que le contaba su aventura. jeffes
taba angry (enfadado) (línea 2) y very upset(muy afectad o) (línea 5). Observe que
en estas descripciones, primero se caracterizan las reacciones de jeff como enfa
do en lugar de, por ejemplo, decir que éste ha llegado a un juicio condenatorio
\i) Editorial UOC 151 Capítulo V. Psicología discursiva...
de las acciones y el carácter de su esposa. Caracteriza su reacción de emocional
y no de cognitiva y específica. Es decir, es una descripción concreta y no una
gama de las posibles descripciones que se podrían haber utilizado. Establece va
rias posibilidades que un iuicio cogn itivo, por ejemplo, no implicaría (véase
también Edwards, 1997/1999 sobre el discurso de las emociones). Una reacción
emocional puede ser irracional, por ejemplo, la que nos alejaría de hacer infe
rencias sobre Mar y y centraría nuestra atención más en el estado de ánimo de
jeff. De forma similar, un punto de vista, opinión o juicio puede (n orm at íva
mente) ser más duradero que una reacción emocional como el enfado y es me
nos probable que cambie. Se trata de posibilidades conceptuales y retóricas en
este punto del análisis. Su significado dependerá de 10 que Mary y ]eff conti
núen diciendo, porque lo que significa para ellos es lo que estamos intentando
averiguar.
El detalle específico your angry stage (tu estado de enfado) es interesante. Co
mienza a explotar una noción de enfado como estado temporal que tiene sus
propias ocasiones y duraciones. Es una descripción qu e implica que existe una
especie de "guión" (una rutina, una secuencia esperable de acontecimientos
véaseel glosar ío-) por reacciones emocionales. Por ejemplo, aunque reconoce
queel enfado de ]eff es adecuado en esta situación, la idea de una etapa de en
fado desarrolla la implicación de que no deberíamos esperar que durara un
tiempo irracionalmente largo. De este modo, Mary consigue espacio retórico
para algo que, de hecho, después continúa desarrollando (no disponemos de su
ficiente espacio aquí para incluir el resto de la transcripción), que es la noción
de que las reacciones de ]eff están empezando a convertirse en el problema que
ti nen en su relación. La reacción emocional duradera de jeff está em pezando a
convertirse en el tema en el que se concentra el asesoramiento: los sentimientos
ínapropiados de ]eff, en lugar del comportamiento infiel de Mary. En cambio,
parajeffelproblema que tienen son los sentimientos continuados y las acciones
desu esposa respecto al otro hombre. De nuevo, no puedo presentar aquí todos
los datos para demostrar cómo abordan el asunto. Lo que hacemos es centrar
nos en un extracto muy corto, en lo que contiene, y en lo que hace, en el con
texto de una secuencia interaccional más larga.
Por lo tanto, la expresión yourangry stage (tu estado de enfado) es retórica y
performativa. Es decir, no solamente describe a ]eff (como obj eto del mundo),
ni es una mera expresión de la comprensión mental que tiene Mary de él (son
© Editorial UOC 152 Análisis del orscursc
los pensamientos de ella traducidos en palabras), sino que esta expresión define
el problema que tienen como un problema que reside en ]eff, a la vez que evite
la culpa manifiesta de él por parte de Mary. De hecho, la palabra yout (tu), juntecon la noción normativa stage (etapa) y la expresión obviously (obviamente) (lí·
nea 1), presentan la reacción de ]eff como una a la que éste tiene derecho nor·
mativamente, como mínimo, durante un período limitado.Observe también que la descripción encaja en una secuencia narrativa. Lo sí
guiente que dice Mary en su narración (y que implica, por lo tanto, que no sólc
aparece después de, sino que aparece a partir de las reacciones de ]eff), es cómoempezamos a discutir mucho y simplemente nos fuimos separando poco a poco (westarted arguing a lot, and just drifted away) (líneas 6-7). Así, sus problemas ahora
son conjuntos, discuten y existe el elemento simplemente (just en just dritting
apart) que no es agentivo ni acusatorio. La etapa (stage) de ]eff ya se ha convertido en un tiempo pasado iyou went through your angry stage, didn't you?) (pa
saste por una etapa de enfado, ¿verdad?) lo que vuelve a implicar que el enfado
de]eff debería haber terminado ya. A través de los detalles específicos del relato,
en general, Mary intenta cambiar el punto de mira de nuestra forma de como
prender sus problemas de relación para que no nos concentremos en su aven
tura extramatrimonial, sino en las dificultades emocionales persistentes de sumarido a la hora de abordar este asunto.
Los puntos básicos de PD que podemos observar aquí son: (1) Anger (enfado)y upset (afectado), como otras etiquetas psicológicas, son descripciones seleccio
nadas a partir de una gama de alternativas potenciales. Por ejemplo, construyen
reacciones como reacciones, y como reacciones emocionales, en lugar de, por ejem
plo, como algo que conduce a un punto de vista o a una opinión. (2) Las descripciones de los estados psicológicos no son simplemente observadones
independientes que hace la gente, sino versiones situadas, retóricas, performatí
vas que están relacionadas con el resto de detalles de sus relatos narrativos.El extracto 2 es de otra pareja (Connie y]immy) y su consejero. Da una idea
rápida de la flexibilidad que tiene el discurso psicológico. Los estados emocio
nales como el enfado no se describen necesariamente en los términos que utili
za Mary, en calidad de etapas normativas que podemos experimentar como
reacción ante los acontecimientos. En el extracto 2, Connie cuenta al consejero
un acontecimiento en el que ella y su marido tuvieron una pelea tan seria queéste acabó por dejarla (walkingout).
© Editorial UOC 153 Capítulo V. Psicología discursiva...
Counsellor:
Connie:[immy:Connie:
Extracto 21 Connie:23
456789
101112131415161718192021
At that poi:nt, (0.6) Jimmy ha- (.) rnylimmY ís extremely jealous. Ex- extremelyigillous per:son. Has a:lways tbeen, frornthe da.y we meto Y'know? An' at that pointin time, there was an epíso.de, wíth (.) abloke , (.) in a pub, y'know? y me: havinga few drinks y messin'. (0.8) That was ll.(DA) Right? Ythjs (DA) got all out ofhand to Jimmy according to limmy 1wasa:lways doín' it an' .hhh y'know a:!waysf!&gravating him. He was a ~ous l2§.son1: ª&&ravated the situation, .h y he walkedout that tí.me, to me it was (.) totallyríidiculous the way he (0.8) gQg.s o.n, (DA)through this pmb.J..lem that he ha :s, (0.2)And [(he) ( )}[Is that J the time that you 19,ft.((Apparently to J)) .He leH the:n that was- [nearl]y two ygars ago.[oYeh.O]
He walked out then. Just (.) literally walked out.
Traduccion castellana:
123456789101112
13141516171819
2021
Connie:
Counsellor:
Connie:Iimmy:Connie:
En ~se rnome.nto, (0.6) Jimmy ha- (.) mi.lim.my es extremadamente celoso. Una personaEx- extremadamente celosa. Sie:mpre Llo ha sido , desdeel dí:a en que nos conogjmos, Sabes? Y en g,semomento, hubo un epíso.dío, con (.) unno, (.) en un bar, sabes? Yo: tomandounos tragos y tonteando. (0.8) Eso era todo.(0.4) Vale? y esto (0.4) fue demasiado lejospara Jimmy según llmmy yo sie:mprelo estaba haciendo y .hhh sabes sie:mpreofendiéndole. Era una persona ceIosa~
Yo: complicaba la situación, .h y agarró y sefue en aquella ocasión, para mí fue (.) comQktamenteridículo cómo (0.8) ggue, (0.4)con este prob-l-lema que tie.ne. (0.2)y [ ( )J[Esaes }la vez que te fuiste.((Aparentemente al))Se fue y luego eso fue - [haele casi dos ªños.[OSLO}
Aquella vez agarró y se fue. Así (.) literalmente se fue.
© Editorial UOC 154 Análisis del discurso
Connie define los celos (jea/ousy) de Jimmy no sólo como una reacción que
él pueda tener en ocasiones concretas, sino como un rasgo duradero de él, algo
que ha tenido siempre, desde el día en que se conocieron (has always been [rom
the day we met, líneas 3 y 4). Según opina su esposa, jimmy posee una tendenciade personalidad muy arraigada (no sólo tiene celos, sino que es celoso), que es
extrema y duradera. Al decir que se remonta al día en que se conocieron (from
the day we meti, hace que sea anterior a las dificultades matrimoniales que están
teniendo en la actualidad. Al situarla dentro de jimrny, como una tendencia a
largo plazo de éste, se desvía de cualquier posible idea de que sus celos pudieran
haber sido causados por su comportamien to, de lo que él está presumiblementeceloso. AsÍ, al poner la etiqueta de persona extremadamente celosa (extreme/y
jealous person) , Connie también da una explicación de la causa por la que la ver
sión de los hechos qu e dé Iímmy, respecto al episodio (episode) con el chico en
el pub, puede diferir de la versión de ella, ya que sus celos hacen que reaccione
de manera exagerada. De hecho, jimmy realmente cuenta una historia opuesta delos acontecimientos (véase Edwards, 1995, para consultar la versión de Jimmy
y un análisis adicional de éste y otros extractos relacionados).A pesar de que no se incluya aquí la versión de jímmy, existen señales visi
bles de su versión en lo que dice Connie. En las lín eas 9-12, Connie se refiere a
la historia según jimmy (according to Jimmy). La historia de ella se ha creado específicamente para rebatir la de él. Según opina jírnrny, Connie tiende a actuar
de forma coqueta con otros hombres, sobre todo cuando está en el pub y to
mando unas copas. Según afirma jlmmy, sus celos son reales, pero tienen dos
cualidades importantes: (1) es una reacción comprensible frente al comporta
miento coqueto de su esposa; (2) hasta el punto en el que sus celos son extremosy son una parte predecible de su personalidad, Connie debería predecirlos, tenerlos en cuenta y evitarlos. Por 10 tanto, en cualquiera de los casos, ella tiene
la culpa .Observe la ubicación secuencial específica de la descripción que hace Connie
de jimmy en el extracto 2. Con nie empieza a contar su historia (línea 1, At that
point Iimmy ha-¡ y la corta para introducir una descripción sobre él:exiremely jealous
personoDicha descripción, introducida al principio de su narración , sirve comomarco explicativo de lo que sigue a continuación, de cóm o entender lo que su
cedió aquella noche. Una vez más, el punto básico de PD aquí es que la descrip
ción que hace Connie (extreme/y ieaious person) no es una mera reflexión sobre
© Editorial UOC l5 5 Capítulo V. Psicología discursiva ...
cómo es Jimmy, ni tan siquiera de cómo cree ella que es, lo que puede ser o noel caso. Con independencia de cuál sea la base en la realidad, o en su cabeza,funciona desde el punto de vista discursivo para establecer un sentido de losacontecimi entos particular y conflictivo, de cómo y por qué tuvieron una peleaaquella noche y para minar retóricam ent e los esfuerzos de Jimmy para afirmarque las reacciones que tuvo él fueron provocadas por el mal comportamientode ella.
Una de las formas de tratar los estados psicológicos y los rasgos personalesdeldiscurso es hablar sobre lo que hace la gente de forma habitual o recurrente.He denominado esta clase de descripción formulación deguiones (Edwards, 1995;véase el glosario). Se trata de una part e del razonamiento de sentido común diario. Es posible qu e se afirme que alguien tiene una actitud, creencia , tendenciao carácter en concreto debido a que actúan regularmente de determinada manera. A través de los relatos narrativos, esa persona muestra que actúa de esasmaneras en particular. No he explorado este punto con detalle, pero se puedenobservar marcas del mismo en ambos extractos. La descripción que hace Marysobre la etapa de enfado (angrystage) de leff depende de una clase de guión emocional, en el que podemos esperar que la gente actúe y reaccione de una formaconcreta en determinadas circunstancias. La descripción qu e hace Connie de Iímmy (jealous person) depende de una serie de observaciones que ella puede hacer sobre cómo actúa y reacciona él normalmente; la naturaleza de guión de lareacción de éste es al mismo tiempo la prueba y el producto de la tendencia depredisposición que tiene a tener ataques extremos de celos y a malinterpretar elcomportamiento de ella. La clave de PO en este caso es que son, como todo lodemás, formas de hablary formas de hacer cosas con palabras. No significa que elmundo esté realmente descrito enguiones asi, sino que la naturaleza de las acciones deuna persona que se describen en forma de guión es una cuestión de cómoedescriben y se narran y también son las implicaciones psicológicas que seconstruyen a partir de dichas descripciones. La PD es el estudio cómo las personas construyen, unen, socavan, etc. los relatos que describen y cómo invocancaracterísticas y estados psicológicos.
© Editorial UOC
Conclusiones
156 Análi sis del discurso
LA PD es el examen detallado del habla y el texto mediante el cual se inves
tiga de qué manera se desarrolla y se maneja la cuestión psicológica como parte
integrante de las acciones que realiza el discurso. En los datos que examinamos
se incluyen conversaciones diarias, discursos en entornos institucionales y tex
tos escritos. En algunos entornos institucionales, como las escuelas y la terapia,
existe una preocupación obvia y oficial respecto a los asuntos de la mente, res
pecto a lo que las personas sienten, piensan, saben y comprenden. Sin embargo,
los temas psicológicos tienen una presencia generalizada en todas las clases de
discurso e interacción social debido a la relevancia general de las intenciones,
motivos, pensamientos, planes, recuerdos, etc. para explicar la vida.
Además del trabajo que se designa a sí mismo la PD, encontramos temas psi
cológicos en una gama muy amplia de enfoques que incluyen el AC, la etno
metodología y el análisis crítico del discurso, incluso en los casos en los que
dichos estudios se ocupan de aspectos sociológicos y no psicológicos. Entre los
ejemplos, cabe citar el estudio clásico de Pollner (1987) sobre cómo se resuel
ven las inconexiones con la realidad en los tribunales de tráfico; el análisis de
Wieder (1974) de los motivos y la comprensión de las explicaciones de seguímiento de reglas en un grupo de narcotraficantes; el estudio analítico de la con
versación de Heritage (1984) sobre cómo se utiliza la expresión ¡Ohl para señalar
que se ha recibido información nueva; y los estudios de Lynch y Bogen (1996) de
los usos de las palabras memory y [otgetting por parte del presidente Reagan yOliver North en los juicios lrán-Contra. Las formas en las que el discurso clasi
fica y atribuye estados mentales, tendencias, carácter, emociones, creencias,
motivos, etc . forman parte del tejido del relato público (accountability). El pro
yecto de la psicología discursiva es estudiar su funcionamiento y realizar una in
vestigación conjunta que analice el discurso como un dominio de la acción
social.
© Editorial uoe 157 Cap ítulo V1.El an álisis crínco.,
Capítulo VI
El análisis crítico del discurso.Fronteras y exclusión social en los discursos racistas
Luisa Martín Rojo
Introducción
En este cap ítulo presentamos los principios básicos y algunas de las técnicas
de análisis desarrolladas por una de las perspectivas más dinámicas hoy en el
análisis del discurso, el análisis crítico del discurso (ACD). Desde esta perspectiva,
tanto los discursos como la propia tarea del analista son considerados social
mentesituados y se les atribuye un papel en la (re)construcción y reproducciónrecursiva y recurrente de las estructuras y de la organización social. De manera
que los discursos, pero también los análisis que de ellos se hacen, son conside
rados prácticas sociales. Por ello, en esta presentación teórica yen la práctica del
análisis que presentamos, hemos seleccionado discursos socialmente relevantes
eimbricados en conflictos sociales. Se trata en este caso de discursos autorizados
sobre la inmigración, producidos por los medios de comunicación y en los debates parlamentarios, y que ejercen una clara influencia sobre nuestro hablarcotidiano. Los usos y las formas que en ellos aparecen para referirse a los inmi
grantes y para describir sus actividades y formas de vida contribuyen a crear una
un'gencasi siempre negativa de estas personas y, en algunos casos, victimizada.
Dichas imágenes pueden, a su vez, utilizarse para justificar las actuales políticasde inmigración y las condiciones de marginación en que viven estas personasy, entodo caso, contribuyen a fomentar una vivencia negativa y conflictiva dela diversidad.
Entre los objetivos de este capítulo figura, en primer término, nuestro interés
por mostrar cómo a través de recursos lingüísticos y de las estrategias discursivas
e Editada) UOC 158 Análisi s del discurso
se encama en el discurso la presencia del hablante (enunciador) , de sus puntos
de vista, de sus actitudes y valores, de sus objetivos en la enunciación/interac
ción. Los hablantes construimos así en el discurso una particular representación
de los acontecimientos, de las relaciones sociales, y de nosotros mismos.
De esta manera queremos incitar a la reflexión acerca de cuáles son las impli
caciones sociales de este proceso de construcción discursiva. Con este fin , hemos
seleccionado discursos socialmente relevantes (en este caso, periodísticos y parla
mentarios) sobre la inmigración, y a partir de ellos nos plantearemos en qué me
dida pueden incidir en la pervívencia de las diferencias sociales y en la puesta en
funcionamiento de estructuras y mecanismos de exclusión y dominación.
La concepción del discurso que presentamos es característica de la corriente
de análisis, de la que aquí nos ocupamos, denominada análisis crítico del discurso
(a partir de ahora ACD). Para dar cuenta de ella, nos detendremos en cuáles son
sus objetivos, el método y las técnicas de análisis. De esta manera, proporciona
mos recursos y herramientas de análisis y un marco de reflexión, con los que
realizar una lectura crítica de los discursos propios y ajenos. En último término,
se trata de explorar si este análisis no sólo permite aflorar los discursos y repre
sentaciones más frecuentes de las personas de origen extranjero, sino fomentar
representaciones distintas de estas personas y del fenómeno migratorio, con lo
qu e se obstaculizaría la interiorización de discursos dominantes.
Con ello, asumimos uno de los objetivos más frecuentes de estos análisis: ha
cer conscientes a los hablantes de la importancia de las prácticas discursivas, in
crementado 10 que se ha denominado la conciencia crítica del uso lingüístico.
1. El discurso, un nuevo campo del saber
El interés actual por el discurso se p one de manifiesto tanto en la atendón
que se le dedica desde las disciplinas tradicionales -corno la Filosofía, la Socio
logía, la Psicología y, no sin controversia, dentro de la Líng üíst íca-, como en
la aparición y arraigo de nuevos campos del saber interdisciplinares especialI
zados en su estudio -como el análisis del discurso. En este capítulo explicamos
la atención que hoy se le dedica como resultado de y como contribución a dos
© Edito rial UOC 159 Capítulo V!. El análisis crítico...
movimientos consecutivos y ligados en el pensamiento occidental del último
cuarto del siglo XX: el giro lingüístico y el incremento de la reflexividad social.
Con el giro lingüístico, se inicia un proc eso por el qu e el lenguaje se ha cons
tituido en referente principal y determinante de todo el ámbito mental, repre
sentativo y de conocimiento. Si el primer giro lingüístico, el giro logicista, inicia
este proceso, es el giro pragmatista (un giro contra el giro; véase el capítulo 1 de este
volumen) el que resulta más relevante para esta exposición, ya que con él, el in
terés por el lenguaje no puede disociarse de su comprensión progresiva en tanto
que práctica (presente tanto en los conceptos de uso lingüístico, como de discurso).
Es decir, en tanto que una actividad que se realiza en sociedad y está socialmente
regulada, un modo de acción, que nos permite actuar sobre nosotros, sobre los
otros y nuestro entorno. Los desarrollos posteriores, en concreto lo que podría
mos entender como una tercera etapa del giro lingüístico, el giro discursivo, han
puesto de manifiesto el excepcional potencial de esta práctica. Así, los estudios de
la interacción (por ejemplo, en la sociolingüística ínteraccíonal, en la antropolo
gía lingüística) han mostrando cómo a través de las prácticas discursivas se reali
zan otras prácticas sociales: así, para presentar una reclamación, para enseñar,
para juzgar a un reo, es preciso que los actores sociales produzcan discursos. Esta
visión es dominante en la tradición de la lingüística sistémica funcional y en la
antropología lingüística que han puesto especial énfasis en el estudio de los "usos
de e/(1os) código(s) tingiusticots) en el desarrollo de la vida social" , y han propiciado la
comprensión del lenguaje como parte integrante "de una actividad y de una for
made vida", esto es, como una forma de trabajo humano (Duranti, 1988). El estu
dio sevuelve, entonces, hacia el estudio del proceso comunicativo en situación 1,
Por ello, los desarrollos recientes del análisis del discurso han prestado atención a
cómoel discurso posibilita la realización de otras prácticas sociales. Sin embargo,
estos desarrollos van más allá, al subrayar cómo los discursos generan, al mismo
tiempo, representaciones de estas prácticas (la educación como un proceso de for
mación y no como un dísciplinarníento o una normalización, por ejemplo). La
producción discursiva es considerada una práctica social en sí misma. Como con-
1."[...] estamos tan acostumbrados a la comunicación a través del lenguaje en la conversación,que nosparece que Jo esencial en ella radica en que otro capte el sentid o de mis palabras -lo que esuna actividad mental; como si las introdujera en su mente . Y si entonces hace algo algo más conellas, eso no lo consideramos part e del propósito inmediato del lenguaje ." (nuestra traducci ón ;Wittgensteín, 1958, pág. 363; véase, Wittgenst ein, 1974, pág. 193).
© Editorial UOC 160 Análisis del discurso
secuencia del énfasis en el potencial discursivo, la práctica del análisis también se
ha modificado. Como ya señalaba Foucault, el objetivo es, entonces, explorar el
poder generador del discurso, en tanto que práctica que no sólo designa aquellos
objetos de los que habla , sino que los constttuye/ (visión hoy dominante en todos
los enfoques discursivos, desde la lingüística textual, a la escuela francesa de AD,a los desarrollos críticos de distinto signo o factura) .
La atención sobre el poder generador del discurso remite, igualmente, al se
gundo movimiento al que nos referíamos en el primer párrafo de esta intro
ducción , a la reflexividad, y en este caso a la reflexividad social. Es evidente
que las "guerras lingü ísticas" actuales (Cameron, 1995; Lakoff, ZaaO), en las que
participan tanto los movimientos social es, como las instituciones, a través de
las campañas a favor de usos lingüísticos menos sexistas o menos racistas, o
con la creación de observatorios de la comunicación (como el ObservatorioEuropeo del Racismo, la Xen ofobia, el Antísemtüsmo'), muestran cómo vivi
mos en sociedades qu e "monítorizan" de manera cada vez más reflexiva sus
prácticas discursivas. Hasta el punto de que los analistas del discurso declaran
entre sus objetivos su voluntad de incrementar y canalizar esta reflexividad so
cial, desarrollando herramientas de análisis que permitan a los hablantes, si
guiendo un método del tipo hágase usted mismo, analizar los discursos propios
y ajenos, y sus efectos (esta finalidad del análisis es muy relevante en la co
rriente de la que nos ocupamos en este capítulo, conocida como análisis críticodel discurso, ACD)4 .
2. En palabras de Foucault: "táche que consiste aen pas--a en plus tratter les dtscours comme des ensemdesde signes td' étéments sigl1íficants renvoyants ades contenues 011 ades tepresentations) mais comme despractiouesqui [orment systématiquement les objectsdon! lis patlent. Certes, les discours sont [ais des signes; mais cequ'its [ont, c'est plus que d'utiliser ces signespour désigner des dioses. C'e.~t plus, que les renditréductibíes atalangu e et a la paroie. C'est pi115 ou' il [aut (aire apparaitre et qu 'il [aut d écrire." tL 'arcn éotogie du savoir,pág . 66-67). ["tarea que consi ste en no tratar, o dejar de tratar los discursos com o con juntos de sigucó(de elementos significativos que hacen referencia a contenidos o representaciones), sino tratarlos cornoprác ticas que forman sistemáticame nte los objetos de los que hablan. Sin duda, los discur sos están Iormad os por signos; pero lo que hac en es algo más qu e utilizar estos signos para designar cosas. Es algomás lo que los convierte en irreductibles a la lengua ya la palabra. Es algo má s lo qu e se debe haceraparecer y lo que se deb e descríblr"].3. Para cono cer las acti vidades de este centro dep endiente de la Unión Europea, visítese el portalhttp:/ /\,¡ww.eumc.eu.int4. Véase, la afirmación de Fowler, Hodg e. Trew y Kress, en el prólogo de su libro inaugural LeflgJIII/t J'control: "we believe that the apparatus (o( disCOIIT5e analysis presented in the book) ts simple and cami.stllllenougn lo be appiied by non-linguists in a 'do-it-yourseif critical linguistfcs o( texts which. interest Iwnprotessioralty or personal/y." (1979, pág. 5). ["Nosotros creemos que el aparat o (de análisis del díscurso presentado en el libro) es lo suficien temen te sencillo y consisten te com o para ser aplicado por no lln (estasen un a lingüística critica casera de textos que les interese por moti vos profesionales o personales").
© Editorial UOC 161 Capítulo VI. El análisis crítico...
Por último, cabe señalar que, como muestra el presente volumen, el interés
por el discurso, compartido por distintas disciplinas, ha dado lugar a una proli
feración de enfoques distintos y no siempre fácilmente conciliables. Todos ellos
han contribuido a generar nuevos conocimientos sobre el discurso. Conoci
mientos que no remiten ya únicamente a los aspectos formales del discurso,
como su estructura y textura, como los tipos y géneros, sino también a los recur
sos y estrategias a través de los que en ellos se construyen representaciones de los
acontecimientos y del orden social. Y, en último término, conocimientos acerca
de cuáles son los efectos sociales y políticos de los discursos y cuál es el valor que
socialmente se les atribuye (orden social de los discursos) . (A este último aspecto
se le concede especial relevancia dentro de la perspectiva del ACD que aquí exa
minarnos.) Cubrir todos estos campos convierten la interdisciplinariedad en re
quisito oblígado'.
Este proceso, por el que el discurso se ha constituido en obj eto de un campo
del saber, ha conllevado una definición y tipificación del discurso como objeto
de estudio, una determinación de los objetivos del análisis, una definición de
los procedimientos y de las tareas del analista. A partir de este momento, nos
centraremos en estos aspectos, aunque lo haremos sólo desde una de las múlti
plescorrientes que conviven en este campo.
2. Análisis crítico del discurso
Es ésta una de las corrientes más activas del análisis del discurso que , como a
continuación veremos, se distingue, sobre todo, por cómo concibe la tarea del
analista y por cómo toma en consideración las implicaciones del análisis. Siendo,
precisamente, el afán de intervenir en el orden discursivo, al menos, incremen
tando la conciencia crítica de los hablantes y de proporcionarles herramientas
para el análisis de discursos propios y ajenos, lo que más distingue a esta corriente.
: , Sobre la vinculación entre el desarrollo de este campo y el giro lingüístico, la reflexividad ysobre las diferencias entre las distintas corrientes en el an álisis, puede consultarse L. Martín Rojo{Z(íj l) . "New developments in Discourse Analysis: discourse as social practíce". Folia Lingüística,XXX V/1-2, págAl-78.
© Editorial UOC 162 Aná lisis del discurso
Esta corriente adopta una visión tridimensional del discurso, que fue propues
ta por Fairclough y que post eriormente ha sido desarroll ada y fundamentada por
otros estudiosos (Martín Rojo, 2001).
Figura 4
práctica social
Fuent e: tomado de N. Fairclough (199 2). Discourse and Socio' Change. Cambridge: Polity Press.
- El discurso como práctica textual. La con tribución de la lingüística estructural
norteamericana y más tarde la lingüística de texto fue esencial para el desarro
llo de esta concepción del discurso, como una unidad lingüística, superior a laoración , cohesionada y dotada de coh erencia, construida a partir de determi
nados materiales lingüísticos. Atender a esta dim ensión del discurso supone
dar cuenta de reglas de producción textual, de cóm o se teje el texto, de cómo
cobra su textura: esto es, el estudio de la organización de la información; de
la coherencia y coh esión textuales. Sin embargo, su comprensión en tanto
qu e práctica , supone también la existencia de un agen te, qu e n o sólo produ
ce el texto, sin o que adopta una actitud favorable o desfavorable hacia lo que
enuncia, y ello supone recuperar y desarrollar el estudio de lo que se ha de
nominado modalidad (es cierto que Irak tiene armasde destrucción masiva fren
te a podría sercierto que lrak tuviera armas de destrucción masiva).- El discurso como práctica discursiva . La visión del discurso como práctica tex
tual puede con jugarse con uno de los postulados centrales de la lingüística
contemporánea, en particular de la lingüística funcional y la pragmática: todo
discurso se enmarca en una situaci ón , en un tiempo y en un espacio determi
nadas, por lo que con el término discurso nos remitimos también a una prác-
Editorial UOC 163 Capítulo VI. El análisis criti co ...
tica discursiva que permite la realizaci ón de otras prácticas sociales (juzgar,
impartir clase, informar). Esta comprensión del discurso da cuenta de la rela
ción que existe entre el texto y su contexto, ya que si bien el discurso se adecua
y pliega a la regulación de la acción social y a los imperativos de un tiempo y
un espado social determinados, al mismo tiempo, estructura y dota de signi
ficado a la acción social, produce, reproduce pero también modifica aquellos
contextos sociales en los que emerge, a los actores sociales y sus relaciones.
Nos movemos en este caso en el nivel meso, y ello nos lleva a dirigir el análisis
al estudio de la regulación de la producción y recepción del discurso dentro
de la situación comunicativa, por ejemplo en los distintos contextos institu
cionales: en los tribunales, en la consulta médica, en el aula, etc. En este caso,
el estudio se dirige a la selección de los elementos lingüísticos o discursivos,
como el registro, dialecto social, género y de los componentes comunicati
vos en función de la situación comunicativa y de cómo ésta se regula social
mente, y al análisis de las dinámicas y la negociación conversacional que los
hablantes realizan, yen qué medida producen, reproducen o modifican ese
contexto: así, por ejemplo, como mostró la socíollngüístíca interaccional, las
interacciones en los servicios sociales son esencialmente asimétricas (piénse
se, por ejemplo, en una consulta médica). Esta asimetría que se acrecienta
cuando aquellos que demandan los servicios desconocen la lengua vehicu
lar, los procedimientos usuales, los usos cotidianos, etc. Sin embargo, a lo largo
de la interacción esta asimetría puede incrementarse o atenuarse, mediante
el uso emblemático que los interlocutores hacen de los recursos lingüísticos
(por ejemplo, se atenuará si el doctor deja hablar al paciente y se muestra cer
cano). Por ello, no es posible encontrar en un mismo contexto dos interac
ciones idénticas. Desde esta posición teórica, el paso al tercer nivel es
ineludible; si continuamos con el ejemplo anterior, la asimetría en estos ser
vidos públicos no sólo se explica por el contexto institucional inmediato,
sino por las estructuras y el orden social, y en cómo en función de éstas se
gestionan los recursos económicos, simbólicos y lingüísticos.
- El discurso como práctica social. Desde la escuela francesa de análisis del dis
cursoy, más tarde, desde la llamada lingüística crítica, se ha puesto especial
énfasis en la tercera dimensión que hoy se integra en la definición de discur
so. Eneste caso, se señala la relación dialéctica que existe entre las estructuras
y relaciones sociales, que por un lado conforman el discurso, mientras que
© Editorial UOC 164 Análisi s del discurso
éste, a su vez, incide sobre ellas, bien consolidándolas, bien cuestionándolas;
se trata por tanto de una práctica social, con origen y efectos sociales, con
una dimensión reproductiva, pero también una constructiva. Si retomamos
el ejemplo anterior de la interacción en los servicios públicos, comprobare
mos cómo cuando el dador del servicio , generalmente un profesional que
pertenece a la comunidad de acogida, conocedor del procedimiento y del
sistema y que tiene la capacidad de frenar el acceso de otros a prerrogativas
y servicios, incrementa la asimetría en las relaciones con su interlocutor, está
construyendo además una representación determinada de la condición deciudadanía, de la relación entre el ciudadano y las instituciones, de la labor
del estado , de las relaciones interétnicas , entre otras. Éste podría ser el ejem
plo de un profesor que, con su manera de dirigirse a un alumno de origen
extranjero, por ejemplo corrigiendo su pronunciación ecuatoriana, repro
duce una ideología en la que la integración se entiende como un proceso de
pura asimilaci ón, en el que sólo los que se incorporan han de cambiar hasta
el punto de no distinguirse. El análisis en este caso deb e atender a la regu
lación social de la producción, recepción y circulación de los discursos en
función del contexto sociopolítlco, lo que supone considerar cuáles son las
implicaciones sociales y políticas de las ideologías y de las representaciones
de los acontecimientos y los actores sociales, que emanan del discurso".
Las distintas dimensiones del discurso , como práctica social, como práctica
discursiva y como práctica textual, no pueden, por tanto, disociarse: los elemen
tos lingüísticos que aparecen en un discurso concreto, las pal abras que lo inte
gran , el estilo o la lengua a la que pertenecen, las voces que en él se evocan, todo
ello contribuirá a realizar una determinada tarea , a actuar en sociedad, y al mis
mo tiempo, a crear una representación y no otra de los acontecimientos, y ésta
a su vez reforzará o cuestionará, naturalizará u objetará unas visiones de los
acontecimientos y del orden social y no otras , unas ideologías y no otras, que
pu ede ir en beneficio o en detrimento de los intereses de los distintos grupos.clases sociales y géneros.
6. Van Dijk (1997) adopta un con cepto tambi én tridim ensional de di scurso entendido como. (.t.\uso lingüístico; (b) comunicación de creencias (cognición ); y (e) interacción en una situaciónsocial. (Es a través de (b) y (e) que el discurso es una práctica social, con implicaciones sociales, enconcre to por el desarrollo de la cognición social).
© Editorial UOC 165 Capítulo VI. El análisis critico...
Los objetivos que se fija el ACO derivan de esta concepción tridimensional del
discurso. Se trata de conocer cómo se lleva a cabo esta construcción discursiva de
los acontecimientos, de las relaciones sociales y del propio sujeto, a partir del
análisis de los aspectos lingüísticos y del proceso comunicativo en un tiempo y
lugar determinados. Paralelamente, se trata de revelar cuáles son las implicacio
nes sociales de este proceso de construcción. Así, los ya numerosos trabajos en
ACD han estudiado el papel del discurso en la transmisión persuasiva y en la le
gitimación de ideologías, valores y saberes -ideologías o fragmentos de ideolo
gías sexistas o racistas; por ejemplo, saberes acerca de lo que es "normal" o
acerca de lo que es "esencial" a la hora de definir a un grupo social: así aparecen
y reaparecen enunciados bien arraigados y con prestigio que se citan y reelabo
ran constantemente, del tipo, la esencia de lo femenino es la maternidad.Con ello se ha emprendido el estudio del papel desempeñado por los discur
sos en el mantenimiento y refuerzo del orden social, es decir, en la pervivencia
del statu quo-impidiendo, por ejemplo, que circulen o que se oigan en determi
nados contextos, discursos que son disonantes con la mayoría. De esta manera,
se impide el acceso de los grupos minoritarios o disidentes, como el de los inmi
grantes, a los medios de comunicación, o bien se imponen restricciones discur
sivas para el acceso a determinados ámbitos y prácticas sociales, como ocurre
cuando para presentar una instancia resulta obligado el uso de determinados re
cursos lingüísticos. Desde esta perspectiva, se estudia también el papel del discur
soen la pervivencia de las diferencias sociales -consolidando o incrementando
tales diferencias- y en la puesta en funcionamiento de estructuras y mecanis
mos de dominación (procedimientos de exclusión social a través del discurso).
Y, en último término, y quizás como elaboración sofisticada de los anteriores,
setrata de acceder a la construcción de la identidad y de determinados modelos
desubjetivación (yo unitario, sin fisuras) a través de los discursos (sujetos divi
didos que se saben excluidos o se autodisciplinan; o individuos que son presen
tados como no-sujetos, privados de toda agentividad, de toda voluntad y poder
de decisión).
Más aún, vivimos en sociedades reflexivas, en las que los hablantes observan
yactúan sobre sus propias prácticas discursivas, y lo hacen guiados por el cono
cimiento que sobre estas prácticas han producido las ciencias sociales. De ma
nera que los hablantes no sólo controlan reflexivamente lo que dicen y hacen,
sino que esta tarea es parte intrínseca de lo que hacen y dicen. El hecho de que
© Editorial UOC 166 Análisis del discurso
los analistas del discurso sean conscientes y tengan presente la reflexividad social
incrementa su interés por los efectos de su investigación y abre la puerta a los in
tentos de intervenir o modificar las prácticas discursivas, a tenor de tales efectos.
Esto es precisamente lo que es propiamente característico del ACD: el afán de in
tervenir en el orden social y discursivo, incrementando la reflexividad de los ha
blantes, su conciencia de las repercusiones del uso lingüístico, dotándoles de las
herramientas necesarias para analizar y modificar sus usos, creando, además, a
través de los análisis la posibilidad de que surjan visiones y representaciones al
ternativas de los acontecimientos. Y lo mismo en lo que respecta a los desarrollos
teóricos, ya que la consideración de los efectos que puedan tener los discursos
conllevan una particular comprensión de la relación entre el discurso, el poder,
el saber y el desarrollo de un conjunto de objetivos y herramientas de análisis?
A partir de estos objetivos se perfilan dos ámbitos de investigación:
1) Por un lado, el estudio de cómo los discursos ordenan, organizan, institu
yen nuestra interpretación de los acontecimientos y de la sociedad e incorporan
además opiniones, valores e ideologías. Este estudio se centra en la construcción
discursiva de representaciones sociales.
2) Y, por otro lado, el estudio de cómo se gestiona socialmente este poder
generador de Jos discursos, de cómo se distribuyen socialmente los discursos, de
cómo se les atribuye un diferente valor en la sociedad dependiendo de quién los
produzca y dónde se difundan . Esto es el orden social del discurso.
Con el fin de desarrollar ambos campos de trabajo, se han establecido distin
tas herramientas de análisis.
1) En lo relativo al análisis de esta construcción discursiva de las acciones yde las representaciones sociales, los analistas se han centrado hasta ahora en:
a) La construcción de representaciones de los actores sociales: para su estudio
se analizan ante todo las formas de designación, los atributos y acciones que se
les asignan; así como la producción de dinámicas de oposición y polarización
entre los grupos sociales (nosotros frente a ellos).
7. Para una introducción sobre los fundamentos teóricos de esta corriente, véase el espléndido librode1. Chouliaraki y N. Fairclough (1999). Discourse in LateModemity. Rethinking Critica!Discourse Analysis.Edírnburgo: Edinburgh Un íversity Press. Y para los aspectos aquí considerados, también L. Mar íllRojo (2001).
© Editorial UOC 167 Capítulo VI. El análisis críti co....:.
b) La representación de los procesos y en particular a quién se atribuye la res
ponsabilidad sobre ellos y sobre quién se proyectan sus consecuencias (por
ejemplo, denominar un proceso en tanto que crisis, en lugar de guerra; o guerra,
en lugar de invasión). Para el estudio de estos aspectos tiene especial relevancia
cómo se gestionan los papeles semánticos, en particular a qué participantes se
les atribuye la responsabilidad sobre las acciones, positivas y negativas, o agen
t ívídad (por ejemplo, EE. OO. causa miles de víctimas).
c) La recontextualización de las prácticas sociales en términos de otras prac
ticas (por ejemplo, la representación de la guerra siguiendo los principios y res
tricciones de la práctica periodística, con limitaciones de acceso al campo de
batalla y dependiendo de los partes militares).
d) La argumentación pu esta en juego para persuadir de la veracidad o de la
pertinencia de una determinada representación y para justificar acciones y com
portamientos (por ejemplo, invocando la Razón de Estado).
e) La proyección de las actitudes de los hablantes hacia el enunciado, inclu
yend o no sólo sus puntos de vista, sino también si expresan su posición de for
ma mitigada o intensificada.
f) La legitimación y des legitimación de las representaciones discursivas de
los acontecimientos, de los actores sociales, de las relaci ones sociales y del pro
pio discurso (por ejemplo, deslegitimando la consideración de una guerra como
injusta, presentando esta posición como oportunista) .
Como señala Ruth Wodak (2000), cada una de estas acciones discursivas se
acompaña de distintas estrategias discursivas (entendiendo estrategia como un
plan de acción, más o menos intencional, que se adopta con un fin)8. El inven
tario, si seguimos el esquema anterior, incluiría:
a) Estrategias de referencia y nominación (por medio de recursos de catego
rización, incluyendo metáforas y metonimias);
b) Estrategias predicativas (a través de la atribución estereotipada y valoratí
va de rasgos positivos y negativos, de forma explícita o implícita);
8. Para una exposici ón más detallada , pu ede cons ultarse R. Wodak (2000). "¿La socíollng üísticanecesita una teoría social ? Nuevas perspectivas en el Análisis Crítico del Discur so. Discurso y Sociedad (vol. 3, núm. 2, pág. 123·14 7). 51 bien sin considerar las estrategias de legitimación sobre estasúltimas, se incluyen referencias más adelante.
© Editorial UOC 168 Análisis del d iscurs o
e) Estrategias de argumentación y fuentes de topoi, que justifican las atribu
ciones realizadas;
d) La perspectiva o encuadre de las representaciones discursivas (por medio
de la implicación del hablante en el discurso);
e) Estrategias de intensificación y mitigación;
f) Estrategias de legitimación de las acciones y de los propios discursos.
2) Para el estudio del orden del discurso es preciso tener presente que el poder
y la autoridad de quienes producen los discursos se proyectan sobre éstos y pro
vocan la desigualdad entre ellos". Puede descubrirse así un orden social de los
discursos que se asienta, en consecuencia, sobre un principio de desigualdad, lo
que explica por qué, junto a discursos autorizados, encontramos discursos des-autorizados, frente a discursos legitimados, discursos des-legitimados, frente a discursosdominantes o mayoritarios, discursos minoritarios. Pero además, y como conse
cuencia del poder generador de saber que tienen los discursos, los conflictos de
interés entre los distintos grupos sociales se proyectan también sobre el orden
discursivo. Los distintos grupos compiten así por intervenir sobre la produc
ción, recepción y circulación de los discursos, con el fin de moldearlas de modo
que sirvan para sus propios intereses. Esta competencia convierte al ámbito dis
cursivo en un ámbito de lucha (sites of struggle), para controlar o, incluso, apro
piarse de este capital simbólico, dado que, como ya h emos señalado, las prácticas
discursivas contribuyen a estructurar, ejercer y reificar las relaciones de domina
ción y subordinación entre los grupos y clases sociales, y entre los distintos géne
ros. La regulación de la producción, recepción y circulación de los discursos
establece, en consecuencia, qué discursos pueden producirse en qué contextos,
cuáles son los rasgos que los hac en apropiados y cuáles los que los descalifican o
impiden circular. Esta regulación se articula sobre los ejes siguientes:
a) La producción de los discursos se ve controlada siempre que los grupos que
tienen autoridad para ello consiguen imponer el uso de determinadas lenguas,
dialectos, registros y usos retóricos y lingü ísticos, a los que no todos los grupos
sociales tienen acceso. Como señala Bourd íeu, en su descripción del mercado
lingüístico, las personas en función de su origen social poseen diferente capital
9. Sobre este concepto de ord en social del discurso, se pued e cons ultar L. Martín Rojo (1997). "Elorden social de Jos discursos", Discurso (núm. 21-22, pág. 1-37). O bien retrotraerse al origen deeste concepto: M. Foucault (1971). L' ordre du Discoutse. París: GalJima rd.
© Editorial UOC 169 Capítu lo VI. El an álisis cr ítíco ...
lingüístico, por lo que el hecho de que en determinados contextos se exijan de
terminados usos restringe y dificulta el acceso de estos grupos e individuos a
contextos socialmente relevantes, como son, por ejemplo, la escuela, los mediosde comunicación, el diálogo con las instituciones, etc. Un ejemplo claro lo pro
porciona el reglamento de aplicación de la Ley de Asilo.
(1) "La solicitud se formalizará mediante la cumplimentación y firma del correspondienteformulario por el solicitante, que deberá exponer de forma detallada los hechos, datos oalegaciones en que fundamente su pretensión . Junto con su solicitud deberá aportar fotocopia de su pasaporte o título de viaje, del que hará entrega si su solicitud es admitidaa trámite, así como cuantos documentos de identidad personal o de otra índole estimepertinentes en apoyo de la misma. Si el solicitante no aportase ningún tipo de documentación personal, deberá justificar la causa de dicha omisión. "
Tal cumplimentación, que se realiza en comisaría y en una lengua que les esextraña , entraña problemas, como se señala en el fragmento (2).
(2) "No utilizar el formulario oficial para expresar los motivos de la petici ón, ya que el espacio es insuficiente y aunque se pueden añadir hojas, el primer impulso del solicitante eslimitarse al espacio previsto y abreviar excesivamente" (Díez de Aguilar, 1995, en un documento del "Comité de Ayuda al Refugiado /~ .
b) La circulación de los discursos se ve controlada, siempre que algunos grupossociales tengan acceso a permitir o a limitar la circulación de determinados
discursos. ASÍ, si observamos lo que ocurre en los medios de comunicación o en
otros contextos socialmente relevantes, como el parlamento, comprobaremos
cómo en ellos se reproducen aquellos discursos que resultan dominantes, aut orizados o legitimados, permitiend o que estos discursos estén en el origen deotros actos enunciativos, que los retoman, transforman (In tertextualídad),
mientras que aquellos discursos que se apartan de los discursos hegemónicos seven silenciados. De h echo cuando no ocurre así, las reacciones se producen de
inmediato, como vemos en el siguiente ejemplo.
(3) "Perrnitanrne decirles más cosas respecto de quiénes favorecen o no un clima propicioa la xenofobia. A mí me molesta muchísimo que un ilegal ponga a caldo la legislación de mipaís, porque esto ya es el no va más. Aquí se puede estar hablando de falta de libertades y,al mismo tiempo, un inmigrante ilegal, que está ilegalmente en España, puedeaparecerencualquíermedíadecomunicación exigiendoquesecambie la Leyde Extranjería o que se cambiecualquier ley, además de ponerla a caldo" (Díario de Sesiones del Parlamento 9/12/1995; Intervención del Ministro socialista José Luis Corcuera).
© Editorial UOC 171 Capítulo VI. El análisis crítico...
safio de la puesta en marcha de políticas sociales y educativas integradoras. En
este caso, los discursos se abren también a la convivencia ya las políticas de in
tegración.
Dadas las tres dimensiones del discurso (social , discursiva, textual) a las que
hemos hecho referencia, optar por una u otra posición suele entrañar la selec
ción correlativa de determinados recursos lingüísticos y estrategias discursivas
dentro del repertorio del que disponen los hablantes (ya sea en el léxico, en
particular en las formas de designación, en la gestión de los papeles semánti
cos, yen las construcciones semánticas y sintácticas). No podemos examinar
con detalle todos estos elementos, ya que nos ocuparía mucho más espacio del
que disponemos, por lo que nos centraremos en algunos de ellos. Concreta
mente, focalizaremos nuestra atención en los que hemos denominado: a) es
trategias de referencia y nominación; b) estrategias predicativas; c) estrategias
de argumentación; d) estrategias de legitimación de las acciones y de los pro
pios discursos.
3.1. Estrategias de referencia y nominación: palabras
que unen y palabras que separan
Los seres humanos organizamos la percepción del mundo que nos rodea a
travésde categorías. A todos nosotros se nos puede situar en una u otra de estas
categorías por medio de nombres. Así, por ejemplo, alguien puede ser al mismo
tiempo: taxista, turolense, deportista y donantede sangre. No obstante, ni el signi
ficado denotativo, ni las connotaciones -asociacíones de ideas- que traen con
sigo uno u otro nombre, una u otra clase, son iguales.De hecho, cuando estudiamos los nombres con los que se designa a los in
migrantes en los discursos producidos en el Parlamento y en los medios de co
municación, observamos que de ellos emana una línea de demarcación entre un
nosotros (el endogrupo) y un ellos (el exogrupo). Sin embargo, a pesar de que esta
separacióno frontera interior aparece de forma insistente, los términos que con
tribuyen a evocarla poseen distintas connotaciones. Al mismo tiempo y en
© Editorial UOC 172 Análisis del discurso
m enor intensidad em pieza a difundirse el uso de términos que la cu esti onan,
potenciando la percep ción de las sim ili tu des 11.
Form as de designación del ellos
1) For mas qu e separan:
• El nombre inmigrante. Esta form a de designación que em pezó a utilizarse
a comienzos de la década de los noventa y qu e h oy se ha gen era lizado y
cristalizado, n o categoríza a las personas en virtud de su ocu pació n (tra
bajador), ni de su origen étnico o geográfico (magrebí) , ni de su con dición
humana (persona), ni de su situación socioeconóm ica (pe rsona sin me
dios económ ico s), ni de su condición polít ica (refugiado, ciudadano), ni
tampoco por haber aba ndon ado su lugar de origen (em igran te), sin o qu e
lo hace en función del h echo de h ab er ven ido o de tr atar de instala rse en
nuestro país. Ciertam en te, como ha m ostrad o Jo sé Porto lés (1997), en con
tra ste co n el término emigrante comprobamos que entrañan la adopción
de un punto de vi sta diferente en relación con los que se desplazan
(nosotros somos em igran tes, los otros son ínmígrantesj.P Mien tras que el
primero permite identificar se y solidarizarse con el qu e em igra, el segun
do lo presenta como algui en que irrumpe en un territorio que n o sólo le
es ajeno, sino que además es el nuestro. Además, tanto en los m edios de
comunicación como en el habla cotidiana se h a generalizado el uso de
este término para designar a tod os aque llos que se desplazan a la DE (lo
qu e muestra ya una conciencia europea): Inmigrantes rumanos llegan a las
costas italianas. Este término su ele, además, com bin arse con ad jetivos que
increm entan sus con n otac iones negativas, co mo ilegal (así, mientras al
em igrante se le supo ne el ser traba jador y h onrado, al inmigrante no).
• Elnombre extranjero, también em pleado con frecu encia, marca igualmente la
frontera, la separación y la diferencia en tre nosotros y ellos, a partir del seña
lamiento del distinto origen . En la m isma direcci ón actúan los gentilidos
11. Un trabajo esencial pa ra estudiar la forma de representación de los aclares sociales en eldiscurso es el artí culo de T. van Leeuwen (1996) . "The representation oí social actors", En: ,.Cald as-Cou lthard; M. Coulthard. Texts and Practices. Readings in Critical Discoutse Am (L'sil(pág.32-71). Lon dres: Routl ed ge.12. Para las connotacione s de estos térm inos, puede consultarse). Porto lés (1997). "Nombres,adjetivos y xenofobia". Discurso (nú m. 21-22, pág. 133-151).
© Editor ial UOC 173 Capítulo VI. El análisis crítico ...
que especifican además el origen extraño. Además, si observamos los usos co
tidianos y los de los medios de comunicación, comprobaremos que tanto in
migrante como extranjero se utilizan hoy de forma restrictiva para referirse casi
siempre a personas sin medios económicos y provenientes de países pobres.
2) Formas que unen:
Entre las formas de designación que atenúan el deslindamiento, entre noso
tros/ellos, figuran:
• El nombre persona, con el que se desvanece la frontera entre el endogrupo
y el exogrupo. Y de hecho, su presencia desempeña un papel esencial en
la argumentación en los discursos políticos que exigen una política más
solidaria, de apoyo y derechos, y no de controles policiales y expulsiones:
(4) "Señor ministro, estamos ante una situación límite, insostenible e indigna . Límite porque la semana pasada hubo 7 muertos y 18 desaparecidos en aguas del Estrecho, dato que suma ya 200 muertes en nueve años por naufragios de pateras.Detrás de esos datos hay rostros, hay nombres y apellidos, aunque nunca 105 vamosa conocer en España, pero no estamos hablando de personas sin rostro, sino de personas que han muerto por intentar, sencillamente, llegar a otro país . Una situacióninsostenible por las propias condiciones de vida de los campamentos de Calamocarro y Granja , de Ceuta y Melilla, en los que están hacinados, en condiciones deplorables , viviendo sencillamente como animales, y una situación indigna por laspropias condiciones de vida y de trabajo de los que consiguen llegar, sorteando mildificultades y arriesgando su vida, a la Península. Desde luego, nosotros queremosmanifestar que no estamos dispuestos a convivir con esta realidad, que nos rebelamos frente a ella [...J" (Meyer Pleite, portavoz de IU-IC, Diario de Sesiones del Parla
mento, pág. 5200; 24-09-1997).
• Por último, el nombre ciudadano, es no sólo inclusivo, sino integrador, ya
que confiere a las personas que han pasado a vivir en Españ a la condición
de ciudadanos y por tanto m erecedores de los mismos derechos. Sin em
bargo, en la línea dominante de señalar las díferencías, ha empezado a
usarse el sintagma nuevos ciudadanos, par a referirse a aquellos que, a pesar
de tener los papeles de residencia en regla o, incluso, la nacionalidad, si
guen siendo percibidos como difer entes o no de pleno derecho. En este
caso es el adj etivo nuevo el que vuelve a marcar la diferencia.
© Editorial UOC 174 Análisis de l discurso
3.2. Estrategias predicativas y las imágenes simplificadoras del ellos
En este apartado estudiamos la atribución estereotipada y valorativa de ras
gos positiv os y negativos, mediante la asignación de atributos (ad jetivos) y de
acciones (descripción de las acciones y asignación de papeles semánticos).
3.2.1. Coapariciones textuales
Si observamos cuá les son los términos que con mayor frecuencia acompañan
a las design aciones anteriores, se irá perfilando con mayor nitidez la represen
tación dominante de este colectivo . En este caso, nos limitarem os a la con cu
rrencia dentro de un mismo sintagma (denomin ada coaparición o colocación).
1) Lugar de origen: africanos
El estudio de las colocacion es textuales en los discurso parlamentarios, de la
prensa y del habla cotidiana, muestra cómo uno de los rasgos qu e más se subra
ya a la hora de designar al exogrupo es el origen, étnico o geográfico. El uso del
gentilicio (ya sea como adjetivo: un inmigrante marroquí; también com o nom
bre: un marroquii señala por encima de todos los rasgos qu e posee la persona el
qu e tenga un origen determinado (en el ejem plo, el hecho de qu e sea marroquí
o alemán). De manera que el término destaca la im agen estereo típica que se ten
ga de ese grupo. Estas imágen es suelen ser simplificadoras y se sostienen sobre
un conjunto de rasgos qu e se supo nen que definen a la categoría y se atribu yen
a todos los mi embros del grupo. Así, por ejemplo, si existe una im agen estéreo
típi ca de los marroquíes, por la que a tod os sin distindón se les atribuyen unos
rasgos determinados, el uso del gen tilici o pondrá en juego los prejuicios que in
cluya, a los que se sumarán las connot aciones negati vas del término inmigrante.
El uso de los gen tilicios contribuye aún más a crea r una imagen negativa,
al evocar los prejuicios ét n icos. Cons idé rense las diferencias, señaladas por
Porto lés (1997), que se observan en el ejemplo siguien te :
(S) a. Es un alemán . Hay que echarlo de España.b. Es un fontanero alemán . Hay que echarlo de España.c. Esun fontanero. Hay qu e echarlo de España.
© Editorial UOC 175 Capítulo VI. El
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A pesar de que en los tres ejemplos podríamos estar refír íéndono:
persona, siempre podríamos encontrar a alguien que subscribiera (5
que tendríamos mucha dificultad para encontrar quien subscríbier:
todavía (Se).
De hecho, el estudio de los discursos producidos por los medios d.
ción, los discursos políticos y los usos cotidianos, muestra que los g
emplean prácticamente sólo en el caso de los ciudadanos de orígi
magrebíes y subsaharíanos: Inmigrante subsahariano, personas argelirsubsaharianas (vemos un uso muy extraño del término personas en'
raramente se utiliza seguido de adjetivo). Este hecho pone de mani
existe una imagen estereotipada del inmigrante en España. Magret
harianos (designación que se ha acuñado recientemente y para refe
tiones migratorias) parecen encarnar el prototipo de inmigrante, im:
se corresponde con las cifras, ya que dentro del grupo de inmigran
nen a España les superan en número las personas de origen europ
americano. Como ha señalado muchas veces el colectivo rOE,
frecuentemente se magnifica el número de los extranjeros no euro
tras que se minimiza el de los europeos, que en el caso de los ciudad
ses de la DE no son considerados, ni legal ni popularmente, Inrnígr
2) Situación policial y judicial: ilegales
En consonancia con el tratamiento aún dominante de la ínrnígr
un "problema" policial-judicial, hemos observado que los medios d~
dón y los discursos parlamentarios se centran prácticamente de forr
en las personas que aún no han regularizado su situación, a los que
minarse ilegales. Las críticas al uso de este término son cada vez má
en España, tanto por el desplazamiento semántico que entraña (só
nes pueden ser ilegales, no las personas), como por su contríbucí ói
nalización de los inmigrantes. A pesar de ello, aún no se ha irnpue
prensa ni en el Parlamento español usos alternativos como: sin pa¡gularizados (de acuerdo con Ribas (2000), no ocurre lo mismo en el
de Cataluña; en el ámbito español, no obstante, algunos medios dt
ciónhan empezado a sustituir este término por el de irregulares o si
En algunos casos hemos documentado, incluso, el uso del térn
(los ilegales), como nombre, recategorización que incrementa las ;
@ Editorial UOC 176 Análisis del discurso
nes negativas del término (el individuo no aparece como ilegal en tanto que in
migrante, sino en todas las dimensiones de su persona).
3) Cuantificación: una multitud
La cuantificación es un aspecto relevante en la presentación de los inmi
grantes. En este sentido, a menudo encontramos una cuantificación genéri
ca, si no ambigua e hiperbólica, que produce un efecto de multitud: podemos
estar entre 550.000 y 600.000 inmigrantes legales. A esta numeralización hiper
bólica contribuyen también las metáforas de uso común y que magnifican el
número de personas que llegan a nuestro país, al asociar su presencia a ca
tástrofes naturales y a incontrolables masas de agua, como oleada, aluviones,
marea , riada humana. Se crea así un núcleo figurativo que revela y estru ctura
la comprensión y representación global del fen ómeno en términos de cómofluye el agua y evocando, al mismo tiempo, una imagen de amenaza, ante la
qu e habrá que defenderse, dadas las dimensiones del fenómeno tanto como
la falta de control yel caos que evocan (se trata de un mecanismo de objetí
vizací ón, que interviene en la construcción de una representación).Con frecuencia, en la prensa y en el Parlamento, se "nurneralíza" a los inmi
grantes que en noticias y discursos pasan a no ser otra cosa que números, cupos en
este caso: Sólo la provincia de Almena reclama de 7.000 a 10.000.... Estos ejemplos
muestran una tend encia a la despersonalización y a la abstracción, particularmen
te frecuente en los discursos gubernamentales, que presentan así acciones que
afectan a miles de personas como procedimientos administrativos o burocráticosy, por tanto, asépticos y acordes con la legislación, que no implican violencia.
3.2.2. Representación de los actores sociales a través de sus acciones
Existen otros procedimientos lingüísticos que también pueden contribuir a
crear una imagen negativa o positiva de los actores sociales: la atribudón de accio
nes y la descripción que se hace de éstas. Losanalistas críticos han señalado en este
caso, tanto la selección léxica para describir las acciones, como la diferente gestiónde la agentividad, a la hora de señalar la responsabilidad sobre éstas: por ejemplo,
si se destaca cómo una persona °grupo de personas han realizado determinadas acciones y no se destaca o, incluso, se obvia su participación en otras.
© Editorial UOC 177 Capítulo VI. El
••--"-r-- ';'
J: 13. Pensemosen una fotografía de una detención y comprobemos cómo el discurso pla mirada; ¿cuál sería su descripción de lo que está ocurriendo?: La policía (agente) de;"rantes (paciente ), los inmigrantes (pacientes) fueron detenidos, detenidos los inmigras.lletenciones de inmigrantes (paciente) en la costa.
Con respecto a la gestión de los papeles semánticos y, en con
agentividad, cabe señalar que siempre que tenernos un proceso, esta
distintos participantes que desempeñarán un papel en su realizació
ceso consiste en una acción realizada por un participante y que aíect:
tícípante, aquel que lleva a cabo deliberadamente la acción, y, p<
responsable de ella, es el agente, y el otro participante que resulta
cambiado por la acción es el paciente. Al hablar, podernos resaltar 1
bilidad de un participante sobre la acción (señalando que es el ager
cíón), o bien atenuar o, incluso, eliminar tal responsabilidad. La cu:
especial relevancia en la construcción discursiva de la imagen, ya qi
nes pueden ser consideradas socialmente negativas (matar, robar, gol
positivas (trabajar, integrar). De manera que si, en el caso de que se 1
acción valorada negativamente, señalarnos con claridad quién es E
esta acción, esto repercutirá negativamente sobre la imagen que se t
participante (por ejemplo, el ejército aliado asesina a mujeres y niños
mientras que si atenuarnos dicha responsabilidad (algunos han atribi
nato demujeres y niños indefensos al ejército aliado), o la eliminamos pe
(una nueva matanza de mujeres y niños indefensos fue perpetrada ayeren
la imagen de ese participante no se resentirá de la misma manera13
El estudio de la presentación que los medios de comunicación h
inmigrantes nos ha mostrado que con frecuencia se resalta su resp
en acciones negativas, señalando el diferente origen étnico, como
de un detalle relevante o, incluso, explicativo de tal actuación. Enco
este caso estructuras sintácticas activas en las que los inmigrantes d
el papel de agente: Un magrebi asalta...; La banda de peruanos robaba.En este apartado estudiarnos cómo se construye una representacíc
migrantes a partir de las acciones que se les atribuyen en la interaccí .
~ ~ pel que en ellas se les asigna. Hemos dividido este apartado en dos suI~ :Ij 1 con el fin de observar si esta estrategia discursiva se utiliza de difer\,
en la representación del exogrupo y del endogrupo.
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@ Editorial UOC 178 Análisis del discurso
Por lo que se refiere a la población de origen extranjero, destacan las siguien
tes tendencias:
a) En primer lugar, la tendencia a presentar a los inmigrantes como agentes
de procesos valorados negativamente, bien sea de acciones violentas y reproba
bles, lo que les criminalizaría, bien sea de la acciones que se presentan como
amenazantes para la comunidad, como es su desplazamiento a la Península.
Ciertamente, este último caso es el más frecuente. Cuando en España se habla
de la inmigración, los discursos suelen centrarse en aquellas personas que aca
ban de llegar. En este caso se confiere a los inmigrantes el papel de agentes de
verbos de movimiento, especialmente de llegar, irrumpir, veniry sobre todo salir,
que evocan de nuevo la distinción entre nuestro territorio y su territorio. Ello
reduce la cuestión de la inmigración al ámbito de llegada, lo que favorece una
visión policial y jurídica, vinculada al control de las "llegadas" y se aleja de la
cuestión de las medidas de integración y de la convivencia.
Esta tendencia se refuerza con frecuencia en los discursos de los representan
tes del Gobierno e instituciones, como el Director General de Policía en sus
comparecencias ante el Parlamento español, a señalar la responsabilidad de los
inmigrantes en actos violentos, como resistirse, causar lesiones con navajaa lapolicía, autolesionarse, lo que contribuye a crear una imagen de violentos y agresivos,
y, en consecuencia, les hace responsables últimos de las acciones represivas que
se hacen necesarias para neutralizarlos.
Elseñalamiento de la agentívídad suele acompañarse de la precisión del origen
étnico (cuyos valores ya hemos comentado), como vemos en el siguiente ejemplo:
(6) "Tres marroquíes intentaron raptar a la camarera de un bar para abusar de ella. Un
compañero de la chica retuvo a los individuos hasta que les detuvo la policía de Cartagena" (La Verdad de Murcia, 6/9/1995).
Sólo leyendo el texto de esta crónica descubriremos que la persona que evitó
el rapto (acción positiva) era de la misma nacionalidad que los secuestradores,
marroquí. De manera que el origen étnico puede obviarse en el caso de que las
acciones sean positivas y precisarse en el caso de que sean negativas, lo que contribuye muy eficazmente a reforzar la imagen negativa del ellos. A esto se añade,
además, el que rara vez se haga mención a las condiciones de vida de los ernígrantes, a su marginación y explotación, mientras que, en cambio, se resalte su
© Editorial UOC 179 Capítulo VI. El anál
;,
IS
1-
e,
usu
vinculación con los delitos, con la violencia y la transgresión de la ley
esta asociación se hace de manera sutil, como en los siguientes titulare
no encontramos estructuras sintácticas transitivas que atribuyen a lo
bianos el papel de agente, pero que, sin embargo, los asocian al delito:
den de la Policía ponebajo sospecha a 157.000 inmigrantes de Colombia y j
(El País, 25/10/2001); "Detenidos 5 colombianos en Lanzarote tras el aseun marroquí." (El Mundo, 02/12/2002); "Desarticulada una banda colom
pecializada en el robo de chalés." (El Mundo, 30/1/2(02) .
La selección léxica refuerza en estos casos la presentación de estas
como violentas. Así ocurre, por ejemplo, en la primera comparecenci
nistro dellnterior Mayor Oreja, en el Parlamento (julio del 1996), al
polémica expulsión de 103 inmigrantes. En su discurso, el Ministro
las acciones de los emigrantes con términos negativos que evocan v
tales como: desorden público, incendio, violento, destrucci án, alteraciónpúblico, actitud amenazante, armados conpiedras, palos y botellas, máxit
dad, etcétera. Es decir, el estilo léxico del texto refuerza la opinión del
de que los inmigrantes eran violentos, y suponían una amenaza para (
sanas, en este caso, nosotros, con lo que se quiere justificar la actuaci ó:
biemo:
(7) "El ministro del Interior, ante estos graves acontecimientos que ponían elligro el orden público y suponían una alteración grave de la seguridad ciudadla inexcusable obligadón de proceder, en nu estra opinión, a la expulsión o dde los inmigrantes ilegales" (Diario de Sesiones del Parlamento, 29/07/1996¡comparecencia del Ministro conservador Jaime Mayor Oreja).
Son aún minoritarios, en el Parlamento y en los medios de comui
losdiscursos en los que se les atribuye a este colectivo el papel de agen
dones que resaltan su determinación y su voluntad de escapar de una :
depobreza, y su valor al sortear mil dificultades y arriesgar su vida (éste es (
Meyer Pleite, portavoz de IU e Inicat íva per Catalunya).
b) La segunda tendencia que hemos observado es a la pasivizaci ótamíento de la agentividad no suele ser el mismo cuando en los medi
municación y en el Parlamento se hace referencia a las actuacior
Administración, de la policía o de los ciudadanos españoles: en el caséstas sean negativas o controvertidas, se tiende a eliminar la respon:
© Editorial UOC 180 Análisis del discurso
de los agentes que pertenecen al nosotros. La eliminación de estos agentes se
realiza utilizando estructuras sintácticas como las oraciones pasivas, pasivas
reflejas, las nominalizaciones, etc. :
(8) "Expulsados 32 inmigrantes que entraron en tropel por la frontera de Melílla" (ElPaís, 11/08/19 98).
Este titular no nos permite saber ni quién expulsó (1a Administración, la Po
licía, el Ejército, etc.) a los 32 inmigrantes, ni de qué modo.
Como resultado, se presenta a los inmigrantes como sujetos pasivos de las ac
ciones de los otros . Esta tendencia es dominante en los discurs os de los respon
sables gubernamentales, especialmente si se trata de acciones negativas,
policiales (10 que diluye la responsabilidad de las autoridades en acciones coer
citivas o de expulsión): los inmigrantes fueron detenidos, fueron instalados en de
pendencias, fueron ingresados en el centro de internamiento.
Esta gestión de los papeles semánticos suele estar en consonancia con la se
lección léxica. Así, en los discursos gubernamentales estudiados, en particular
los pronunciados por el en tonces Ministro del Interior, Mayor Oreja, en el Par
lamento español, prevalece la tendencia a exponer las accion es oficiales descri
tas con términos neutros, formales o positivos o legitimadores y recurriendo a
palabras que son características de los registros bur ocráti co, legal o médico: se
procede a la comprobación de la situación, cumplimentartrámites, garantizar lasegu
ridad ciudadana, inexcusable obligación de proceder, cumplimiento de la ley, respetar
la ley, además de descripciones de diversas acciones legales: dictar autos, asisten
cia letrada, etc. Así, cuando se hace mención de medidas coercitivas, las descrip
ciones no implican el empleo de la violencia, como es el caso de devolución,
ingresar, distribuir, trasladaro suministrar. Todas estas acciones se evalúan como
métodos (o procedimientos) habituales'" ,
(9) "Seguidamente se procedió a cumplimen tar los posteriores trámites para la expulsión y, en su caso, devolución del territorio nacional de aqu ellos, en aplicación de la
14. Un estu dio detallad o de la comparence ncia del Ministro Mayor Oreja puede encontrarse en L.Martín Rojo y T. van Dijk (1998). "Había un probl ema y se ha solucion ado", La legitimación de laexpul sión de inm igrantes "ilegales" en el discurso parlamentario españo l. En: L. Martín Rojoy R.Whittaker (eds .) (1998). Poder-Decir o el poder de los discursos (pág. 169-234). Madrid : Arrecife.
© Editorial UOC 181 Capítulo Vl. El al '
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vigente Ley de extranjería y del reglamento que la desarrolla (...)" (Diariodel Parlamento, 29/07/1996; pág. 848; comparecencia del Ministro cansenMayor Oreja).
Tanto la burocratizacíón del discurso , como el uso de una jerga é
contribuyen a las estrategias de legitimación que inciden en la legal íd:
ción en las actuaciones, autorización y normalidad.Esta tendencia a presentar a los inmigrantes como seres pasivos, ap
bién con frecuencia en los discursos gubernamentales, cuando se trata d
positivas o de integración (Ministro de Trabajo): ayudados , atendidos, (
enviados, etc.; algo muy semejante ocurre con las acciones negativas
fias, de quienes va a protegerles el Gobierno. La pasívizací ón se realí:
de construcciones sintácticas pasivas, o bien mediante nomínalízací
no sólo pasivízan, sino que, a menudo, arrebatan a los inmigrantes e
agentes: integración/regularización de los inmigrantes, etc.c) En tercer lugar, destaca la tendencia a presentarlos como expe:
tes de una situación de la que no son responsables y en la que paree
den incidir. El experiment ante es otro papel semántico. Se tra
participante que no es responsable de la realización de la acción, sir
perimenta proc esos mentales de percepción/af ección/cognición, sin
nómenos com o ver, sentir, pensar, que no están bajo su control (Vi
la calle; Pepe conocía la respuesta; Me gusta el cine). La tendencia a p
los inmigrantes como experimentan tes no está muy alejada de laanterior , en cuanto qu e entraña también cierta pasívízací ón: sin en
aleja de ella en la medida en que no cosifica , sino que humaniza, des
por un lado, la solidaridad de todos y mostrando las injusticias so
afrontan estas personas. En contrapartida, puede entrañar cierta v íct
sino presentan a los inmigrantes com o personas que contribuyen a ,
paísy que pu eden solucionar en alguna medida por sí mismos sus 1
y su situaci ón. Esta tendencia es dominante en los discursos de la (
en el Parlam ento, y muy especialmente de uno de los entonces port
ID-le en el Parlamento español, Meyer Pleite Meyer, quien, a menud
ta a los inmigrantes como experimentantes de acciones y sítuacíone:
vivir en condiciones de hacinamiento; padecer una situación injusta, etc
unavisión positiva y enriquecedo ra de la divers idad, encontramos l.
@ Editor ial UOC 182 Análisis del discurso
da a la compasión en estos discursos, que se confunde a veces con el paterna
lismo 15.
No deja de resultar preocupante esta "pasiv ízacíón" . ya que impide que los
trabajadores extranjeros y sus familia s sean vistos como ciudadanos que parti
cipan en la vida del país y contribuyen a su funcionamiento , aportando y enri
queciendo su cultura y generando actividad económica,
3.3. Argumentación
No podemos tratar en profundidad un aspecto tan complejo como el de la aro
gumentación y más en casos como éste, en el que, por un lado, la condena del
racismo en términos abstract os convive con frecuencia con el rechazo a la inmigración y con la vivencia controvertida de la diversidad 16. Por ello, con frecuencia
en los discursos se trata de justificar actuaciones y versiones controvertidas de
acontencimientos controvertidos (como el cierre de front eras o las expulsiones)yse han de manejar con precaución los argumentos con el fin de no despertar lasospecha de racismo. Para ello, a menudo es n ecesario recurrir a varios argumen
tos, tales como los principios moral es generales o los hechos sobre los que no pue
de hab er controversia, y es preciso también no expresar explícitamente otros que
podrían resultar vergonzantes.
Así, por ejemplo, en la comparecencia del anterior Ministro Mayor Oreja, antes citada, la forma elemental de la argumentación se produce en oraciones
15. In sistir en la dificultad y en la pobreza no es en sí negativo, si bien sería positivo resaltar la contribución co tidiana de estas personas a la vida, a la cult u ra y a la economía del país de acogida, Esdecir, dis cur sos má s cen trado s en la vida en España que en la llegada, O bien reproducir la expresió n de sus propias experiencias. Poemas como el qu e aho ra cit amos recogen esta visión de la propia expe rienc ia migratoria, Posible ilu stración puede se r el poema El azote (fragmen to): "¡Qué lejosestá la cos tal/Y el Estrech o, ¡qué lejosl /Pero , ¿a dónde va s? ¿A dónde vas?/ Los brazos se cansan yhay marejad a/ El traficante se llevó el dinero ./Y se qu edó con los rem os '/Y la patera se está hundiendo. [...] /No estoy solo ./Ni soy un extran jero'/Soy un ciudadano azotado.zy un cuchillo hieremi s man os./Mi tierra es fértil, /fértil para las fieras ./Mi sol resplandece, Iy mis mares rebosan. "Nas al Guiwan . Traducción de Mustafá Boulaner v Gonza lo Fern ánde z Parrilla, Tom ado de L. MartínRojo; C. Gómez Esteban; F. Arrán z y A, Gabilon dó (eds.) (1994) , Hablar JI deiar hablar. Sobre racismorxenofobia (pág. 245), Madrid: Universidad Autónoma de Madrid .16. Par a la ar gumentación , pued e es tud iarse , en tre o tros , a C. Antaki. (1994) , Exptatning andArguing. The social Organiza tion ofA ccounts. Londres : Sage . y para la argumentaci ón en los díscursos racista s, resu lt a m uy iluminad or el libro de va n Di jk, Comm un icat ing Racism. EtJ1I1;c pre¡udil:ein Though! and talk, PhiladeJphia/ Amsterdam: Iohn Benjamíns,
© Editorial UOC lB3 Capítulo VL El an állsís crít
complejas en las que la primera oración se refiere a una actuación oficial, .
segunda, casi siempre subordinada, remite a la existencia de razones suñcíerpara dicha actuación.
(10) "En este caso se podía proceder a su expulsión, ya que se trataba de la ejecucióuna orden ya dictada" (Diario de Sesiones del Parlamento, 29/07/1996; pág. 849; cparecencia del Ministro conservadorJaime Mayor Oreja).
En este caso, la primera oración expresa una opinión que sirve de conclus
de un argumento, del cual la segunda oración funciona como premisa (ob
va): se requiere una decisión legal para la expulsión. Ésta es, simplemente, .
condición necesaria, no suficiente, ya qu e no todas las decisiones legales ao
del estatuto (ilegal) de los inmigrantes desembocan en su expulsión. Para
este breve argumento sea un silogismo, la premisa general implícita sería: Sipre que un juez tome una decisión (acerca del estatuto ilegal de un inmigrante), e
migrante será expulsado. Puesto que Mayor Oreja emplea se podía proceder I
expulsión, su formulación es formalm ente correcta. Sin embargo, la mera p
bilidad legal de la expulsión n o es lo qu e aquí está en juego, ya qu e de hech
expulsó a los inmigrantes. Evidentemente, la frase causal y el argumento ím
cito y sus bases legales son una forma de argumentara favor de la expulsión)
1egitimar!a.
En la argumentación en los discursos cotidianos, las narrativas y las an éctas desempeñan un papel clav e. En primer lugar, estas anécdotas relatan
siempre experiencias vividas por otros, y que pu eden haber sido experimei
das por cualquiera, pero sobre las qu e el locutor no tiene responsabilidad
algo que le contó una fuente digna de crédito, alguien que es ad emás corru
ycomo yo . Elcontenido de éstas suele centrarse en actuaciones de los ínrnígi
tes. Laanécdota se refiere a una/as persona/s en particular, sin em bargo, de E
suele extraerse una conclusión qu e se generaliza a todos los representantes ecategoría. Son del tipo: mi prima tiene una asistenta de X, que limpia fatal
sabes, para ellos la limpieza es algo sin importancia. Las anécdotas terminarunaevaluación en la que se realiza esta gen eralizaci ón17:
17. Parael papel de las an écdotas en la creación de minorías étnicas en los países de acogida, pconsultarse el Trabaj o de Investigación de A. Pati ño San tos (2003), "Vivir para contar: la narrode experiencia personal corno justif icación de prejuicios extendidos en tre colombianos resideenEspaña" (Trabajo de Investigaci ón). Un iversidad Autónoma de Madrid .
© Editorial VOC 184 Análisis deldiscurso
(11) 11 [ ...)-)/ O sea lo único que me salió decir quépoco hombre es ustedy seguí derecho/ o sea hacer eso en un grupo de amigos delante de una chica que va pasando no noes algo de que hay que decir -) I son unos tontos / bobos completos los españoles"(Narrativas recogidas por Adriana Patlño, 2003).
3.4. Legitimación
En este apartado nos centraremos en las estructuras y estrategias de legitimación. A pesar de que podemos encontrar estas estrategias en todo discurso,
como referencia en este apartado las estudiaremos en relación con los procesos
políticos y con los discursos y la interacción parlamentaria. En primer lugar,
nos referiremos a los procedimientos rutinarios que emplea el Estado al mane
jar una crisis (en este caso, cuando se produce un cuestionamiento de su legi
timidad), y a cómo esto da lugar a un discurso político de justificación. Así
comprobarem os cómo, a menudo, no se trata sólo de hacer frente o resolver unproblema (vinculado con la inmigración o con un conflicto bélico), sino resolver
también un problema discursivo y soc íopolítíco, que tiene como escenario el
Parlamento o los medios de comunicación. La forma en que se trata de resolver
este conflicto discursivo entraña, a menudo, silenciar y deslegitírnar a los de
tractores de determinadas actuaciones (como las expulsiones de trabajadores ex
tranjeros en aviones militares o el bombardeo de la población civil), persuadir a
la oposición de que la actuación ha sido legítima y así obtener el apoyo parla
mentario en lo que muchos han podido considerar una violación de los dere
chos humanos fundamentales . Como referencia, tomaremos la expulsión de los
103 inmigrantes, esposados y narcotizados a bordo de aviones militares y depo
sitados en países africanos distintos del suyo, en el verano de 1996 y el discurso
con el que Mayor Oreja hizo frente a la crisis en el Parlamento 18.
El poder político y la legitimidad están constantemente en peligro. Pueden
ser cuestionados por rivales polítícos, instituciones civiles, tales como la prensa
18. Tomamos este ejemplo que estudiamos junto con Teun van Dijk: Martín Rojo y T. van Dijk(1998). "Había un problema y se ha solucionado". La legitimación de la expulsión de inmigrantes"ilegales" en el discurso parlamentario españ ol. En: L. Martín Rojo y R. Whittaker (eds.) (1998) .Poder-Decir o el poder de los discursos (págs. 169-234). Madrid : Arrecife. El lector puede, paralelamente, hacer un ejercido similar con un acontecimiento que le preocupe en este momento, comopuede ser un conflicto bélico , o cualquier otro conflicto parlamentario o medi ático.
© Editorial UOC 185 Capítulo V!.
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ID Dijkgrantes(1998)..aralela), como
y las organizaciones no gubernamentales (ONG), así como por la
general. En una crisis así, los actos de legitimación son fundamer
caso, tanto los cuestionamientos como la posterior legitimaciór
parte discursivas y, por lo tanto, resulta relevante analizar estos
supuesto, esta legitimación discursiva tiene su función y se inserta
proceso más general de legitimación social y política, en el cual e
las instituciones que ostentan el poder, el Estado, la ley, los valore:
y el orden social.Las estrategias discursivas y políticas de legitimación tienen m
por lo que sólo nos remitiremos a algunas de ellas. Dístínguirern
diferentes pero interdependientes de legitimación discursiva: (a)
mático de justificación de acciones y políticas controvertidas; (b)
dón semántica de la propia versión de los sucesos como verdadere
una autorización sociopolítica del propio discurso legitimador.
1) Por lo que se refiere a cómo se legitima una acción controv:
expulsión), encontramos que la justificación consiste en una ex
cursiva de acciones pasadas, cuyo objetivo es el de persuadir a un 1
de que dichas acciones eran aceptables dentro del orden norma
que fueron conformes a la Ley, a las normas sociales imperantes (
apios normativos de conducta social adecuada. Las estrategias a t
les del discurso pueden emplearse para lograr dichas versiones pe
en el discurso de Mayor Oreja encontramos estrategias semántica
tienen como objetivo la aceptabilidad de la expulsión, esto es, su
peto por los procedimientos legales y burocráticos, su cuidadosa
autorización por organismos estatales y profesionales apropiados,
tancias especiales como eran la amenaza al orden público. Estas
mismo tiempo implican una dicotomía entre la presentación pos
presentación negativa del otro, en la que nuestras acciones politk
rrectas y beneficiosas, y sus acciones, anormales y una amenaza pa
lacondición fundamental para la legitimación política de las prác
mentales es que éstas sean legales. Por lo tanto, en el caso concr
Oreja, éste se esfuerza por hacer referencia a las leyes relevantes d
curso, e insiste en que la expulsión se produjo estrictamente según
© Editorial UOC 186 Análi sis del discurso
(12) "[...] medidas éstas que se adoptan con el carácter de medidas gubernativas y encumplimiento estricto de lo dispuesto en la Ley Orgánica Reguladora de los Derechos yLibertades de los Extranjeros en España, conocida habitualmente como Ley de extranjería" (Diario de Sesionesdel Parlamento, 29/07/1996; pág. 848; comparecencia del Ministroconservador Jaime Mayor Oreja).
En otros mom entos de crisis son otra s leyes o resoluciones de in stitucion es
intern acionales las que se invocan.
2) Mientras que las estrategias anteriores se centra n en los acon tecimien tos
yen su justificación moral y legal, la legitim ación también requi ere una formu
lación de los hechos digna de confianza, esto es, un a descripción o versión ofi
cial, en cuyos términos se pueda aceptar dicha justificación discursiva. Esta
con strucción semántica habrá de presentar la propia representación o versión
subjetiva o parcial de esa acción y sus protagon istas, com o verdadera y fiable (en
contraste con las versiones de, por ejemplo, la prensa o las ONG).Para ello se movilizarán todos los recursos que venimos examinan do, las es
trategias de nominación y de predicación, la argumentación, etc., de manera
que del con jun to de ellas emane una imagen n egativa de los inmigrantes que
justifique la acción gubernamental, en este caso la expulsión en los términos en
los que se pro dujo.
(13) "El ministro del Interior, ante estos graves acontecim ientos que ponían en grave peligroel orden público y suponían una alteración grave de la seguridad ciudadana, tenía lainexcusable obligación de proceder, en nuestra opinión, a la expulsión o devolución delos inmigrantes ilegales" (Diario de Sesiones del Parlamento, 29/07/1996; pago 848; comoparecencia del Ministro conservador Jaime Mayor Oreja).
No obstan te, no quiere esto decir que, ni en éste, ni en otros casos, el hablan
te manipule de forma consc ien te su discurso y utili ce de form a premeditada
para ello los recursos y estrategias discursivas, sino que , com o en todo discursoy como todo hablante, en este caso en funci ón del punto de vista, se seleccio
narán los recursos lingüísticos de los que se disponen. En este proceso, el ha
blante es guiado por su con ocimiento tácito de la lengua y del uso que de ella
se ha ce en su comunidad. Ahora bien , también es ciert o que en el caso del dis
curso parlam entario nos enco n tramos con discursos más cuidados de lo habi
tual , que han sido escritos con anter ioridad y sobre los que se ha reflexionadolargamente, casi siem pre en equipo, por hablantes experimentados en el arte de
persuad ir y de actuar.
© Editorial UOC 187 Capítulo VI.
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3) La tercera faceta de la legitimadón incluye un aspecto al qtprestado suficiente atención, la autorización sociopolítíca del pr
legitimador. En el caso que venimos presentando, el propio discur
se presenta como apropiado y autorizado. Ésta es, sin embargo, ur
gran relevancia, cómo los hablantes dotan de legitimidad al pro]
cómo deslegitiman e invalidan otros que los contradicen.
En este sentido, pueden señalarse tres procedimientos.
a) El énfasis en las diferencias de poder, estatus y autoridad, e
miento de legitimación, de manera que la autoridad y la legitimic
tituciones se transfieran al hablante y a su discurso. De esta forma
fuente del discurso, al tiempo que puede deslegitimarse la fuente d
sos que lo cuestionan o cuyo contenido se quiere deslegitimar. Así
el hecho de que Mayor Oreja se refiera a sí mismo, en tercera persoMinistro del Interior, contribuye a transferir la autoridad de la ínstín
curso. El mismo efecto produce el que evoquen otras fuentes autcomo ordena la Ley, de acuerdo con el mandato de los jueces, etc.
en el ejemplo siguiente comprobamos cómo el Ministro Corcuera (
reivindicaciones de los inmigrantes, presentándolos como ilegales,
el nosotros se ve legitimado por el respeto del otro y de la legislació
(14) "[...) ¿pero cómo es posible que un ciudadano, al que le debemos resbemos tratar de la mejor forma posible, que ha entrado ilegalmente, queilegal en España, no sólo haga manifestaciones -que de hecho, las hace-, ~
nos diga cómo tenemos que promulgar las leyes" (Diario de Sesiones del Pe1995; intervención del Ministro socialista José Luis Corcuera).
b) La presentación del propio discurso como un reflejo de la
es, a través de un proceso de objetivación; mientras que otros dísc
sentados como deformaciones, constituye un segundo proceso de
del propio discurso. De esta forma, se establece una distinción e
verdaderos (el propio) y versiones subjetivas o interesadas (el aje]
mas en el ejemplo siguiente.
(15) "Yo he querido ser fiel a la relación de los hechos, he querido actuar COI
parencia posible, he querido tratar de trasladar, más que la búsqueda, code la operación modélica, el conjunto de inexactitudes y deformaciones qu
duciendo y que han distorsionado la realidad de la misma. Ésa era mi obli
© Edito rial UOC 188 Análisis del discurso
sentido estoy evidentemente a disposición de las intervenciones de los diferentes grupos"(Diario de Sesiones del Par/amento, 29 /07/1996; pág. 848; comparecencia del Ministroconservador Jaime Mayor Oreja).
c) Por último, con el fin de legitimar el propio discurso, cabe evocar el con
junto de regulaciones y de prejuicios lingüísticos qu e subyacen al orde n social
de los discursos y que permiten controla r la producción, la circulación y el ac
ceso al dis curs o. En toda comunidad se da un proceso de exclusión e inclusión,
por el que se estab lecen unas n ormas y regulaciones qu e hacen a determinados
discurs os aceptables, mi entras qu e ot ros modos de expresión, ot ros discursos,
resultan desacr editados y devaluados y su circulación se verá restringida.
Son precisamente estos valores y esta s restricciones los que pueden ser evo
cad os a la h ora de legitimar un di scurs o. Así, el uso de jergas autorizadas como
la médica, la legal, o de variedades y registros lingüísticos de prestigi o, como el
registro burocrático o las variedades propias de las clases acomodadas , legitiman
y presti gian el propio discurs o. Mientras que las normas y las instituciones que
fom entan los prejuicios lingüísti cos y descalifican las formas qu e se separan de
estas formas de presti gio, no sólo invalidan estas formas, sin o qu e las excluyen
de determinados ámbitos y llegan a deslegít ímarlas, no sólo en lo relativo a los
aspectos formales sino del con ten ido . En el siguiente ejemplo vem os como el
Ministro Mayor Oreja recurre a estas formas de presti gio para dotar de autoridad
a su discur so, el cual con trapo ndrá al no autorizado de las asociaciones de inmi
gran te s y de las organizaciones no gubernamentales.
(16) "En ese momento se solicitó del Ejército del Aire la puesta a disposición de un contingente de aviones, a fin de trasladar las fuerza s de seguridad necesarias para afrontar lasituación de emergencia" (Diario de Sesiones del Parlamento, 29 /0 7/1996; pág. 848; comparecencia del Ministro conservador Jaime Mayor Oreja).
(17) "No es verdad, por ello, que se haya produ cido un proceso de narcotización y quese hubiese drogado a los inmigrantes. Quiero recordarles que no hubo ni droga ni nar
cóticos, sino que se hizo uso de una especial idad farmacéutica autorizada" (Diario de Sesio
nes del Parlamento, 29 /07/1996; pág. 851 ; comparecencia del Ministro conservadorJaime Mayor Oreja ).
Confluyen, po r tanto, la legitimación de la acción, de la representación de
los acontecimientos y del propio discurso . De hecho, esta última parece impres
cindible para la consecución de las otras.
© Editorial UOC 189 Capítulo VI. El G
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uear;ío
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La legitimación de las representaciones que en el discurso constru
blantes de los distintos acontecimientos y agentes sociales es un Ir.
discursivo que desempeña un papel esencial en la transmisión P'
arraigo de las representaciones sociales. Esta trasmisión persuasivaque se consideren apropiadas determinadas acciones o políticas, auna determinada interpretación de los acontecimientos.
e Editorial UOC
Conclusiones
190 Análisis del discurso
Lo visto hasta ahora nos muestra cómo nuestra forma de habla, la selección
que realizamos al producir discursos de los recursos y estrategias discursivas de
los que disponemos, responde a nuestra interpretación de los acontecimientos,
la cual responde y obedece, a su vez, a nuestra situación y posición social, a cuál
sea nuestra participación en tales acontecimientos, a cuál es nuestro grupo de
pertenencia, a cuáles son nuestros intereses, a cuál nuestro posicionamiento
frente a las ideologías, los valores y los discursos hegemónicos, etc. Ello no sig
nifica que nuestros discursos y posiciones sean siempre idénticos, ya que en vir
tud de nuestros interlocutores y de muchos otros factores modificamos nuestra
posición. Sin embargo, sí que podemos encontrar discursos dominantes o ma
yoritarios que reproducimos o rechazamos en determinados contextos.
Una vez producidos, estos discursos inciden, a su vez, sobre los mismos as
pectos que desempeñaron un papel relevante en su producción, pudiendo así
reproducir, reforzar o cuestionar el orden social, y las representaciones y valores
dominantes . De manera que estos discursos que se originan en la sociedad tie
nen a su vez consecuencias sociales, pudiendo contribuir, como en el caso que
hemos examinado, a perpetuar situaciones sociales que resultan discriminato
rias o negativas para determinados colectivos.
De hecho, las consecuencias del contraste de acciones y agentes que hemos
visto, entre el nosotros y el ellos, van más allá de la creación de imágenes distintas.
Proyecta una visión de la sociedad polarizada y en permanente conflicto, lo que
fomenta una vivencia negativa de la diversidad y de la convivencia con personas
procedentes de otros lugares. Este contraste entraña, además, una cadena de sim
plificaciones: ellos aparecen frecuentemente como un colectivo homogéneo (todos son iguales), asociado a la delincuencia, violento, no racional, y que en
ocasiones busca aprovecharse del bienestar económico del nosotros (exigiendo
© Editori al VOC 191 Capítulo
ión
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personas.a de sírnzéneo (ro-,y que en
exigien do
atenciones, alojamiento, trabajo, etc. ), mientras que el nosotncomo no racista, dem ocrático , solidario, civilizado y normal. Lson interdep endientes.
Este poder generador de conocimiento de los discursos ex!convierta en objeto de disputa y de controversia. Por ello existe
y un orden social de los discursos que establece restricciones,limite el acceso y la circulación de determinados discursos econtextos. Elcapital simbólico del discurso radica no sólo en la
ción que representa, sino también en generar representacionessociales y de la sociedad en su conjunto.
© Editoria l UOC
Bibliografía
Capítulo 1
Bibliografía básica
192 Anális is del discurso
Bruner, J. (1990). Actos de significado. Madrid: Alianza Editorial, 1991.Escrito por un o de los más eminentes psicólogos contemporáneos , este libro cons tituyeuna espléndida ilustración del giro lingüístico en el ámbito de la psicología.Domenech, M.; Tirado, F.J. (1998). Sociología simétrica. Ensayossobre ciencia, tecnologíay sociedad. Barcelon a: GedisaSe trata de una recopilación de textos germinales, así como de sus desarrollos, de la sociología del conocimiento científico.Espagnat, B. d ' (1981). En busca de lo real: la visión de un tisico. Madrid: Alianza Editorial, 1983.Un libro para adentrarse en el debate sobre la naturaleza de la realidad.Foucault, M. (1970). El orden deldiscurso. Barcelona: Tusquets, 1983.Este texto de Miche l Foucault cons tituye su alocución inaugural correspondien te a sunombramiento como profesor en el College de France . En él se puede apreciar la im portancia que tienen las relaciones de poder en la cons trucción de nuestras prácticas discursivas.Ortolis, S.; Pharabad,J.P. (1984). Elcánticode la cuántica. Barcelona: Gedisa, 1997.Un obra de divulgación mu y útil para conocer los desarrollos e implicaciones de la físicacuántica.Rorty, R. (1979). La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid: Cátedra, 1983.Este libro, celebrado como un gran acontecimiento en el momento de su publicación,constituye uno de los aná lisis más in cisivos de los efectos que h a tenido el cartesianismoen nu estra concepción del ser h umano y del conocimiento.
Referencias bibliográficas
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© Editorial UOC
Capítulo 11
Bibliografía básica
193
Austin, ].L. (1962). Cómo hacer cosas conpalabras. Barcelona: Paid ós, 1998 .Austin dictó una serie de conferencias en la Universidad de Harvard en 1995, qlposteriormente publicadas en 1962 . En estas conferencias diseñó la teoría de loshabla. Se trata, pues, de un texto fundacional.Coulon, A. (1987). La etnometodologia. Madrid: Cátedra, 1988.Es una mu y buena introducción a la etnornetodologia, que tien e la virtud de se]tavoz de los planteamientos de Garfinkel y de ser conciso y ameno. En el texto dise detallan con inusitada claridad tanto las caracter ísticas de la etnom etodologsus orígen es, sus precursores, sus prácticas investigadoras e, incluso, las crítica.munes que ha recibido.Escandell Vidal, M.V. (1996). Introducción a la pragmática. Barcelona: Arie!.Un manual excelente de pragmática lingüística .Foucault, M. (1966). Las palabras y las cosas. Madrid: Siglo XXI, 1984.Esun libro seminal para en tender la historia conceptual que subyace a nuestra \mundo, de la sociedad y de los seres humanos en nuestra contemporaneidad. Aresalta por haber puesto de manifiesto de una manera magistral el papel que la:humanas han tenido en esta historia . Como se dice en la presentación de la ecpa ñola, "el rigor, la originalidad y la inspiración de M. Foucault nos traen unradicalmente nueva sobre el pasado de la cultura occiden tal y una concepción ID
de la confusión de su presente".Foucault, M. (1969). La arqueología del saber. Madrid: Siglo XXI, 1978.Este texto se presenta como una caja de herramientas utilizando el término que I
autor acuñó para referirse a su propuesta metodológica. Es un texto crucial parael papel del discurso en las ciencias sociales.Rorty, R. (ed) (1967). The linguistic Turn. Chicago: UCP.Rorty recopiló en el año 67 un conjunto de ensayos que debatían el lenguaje y 1,del lenguaje desde múltiples perspectivas y posiciones. Esun texto de la máxírrtanela . En castellano sólo está disponible la introducción. En: R. Rorty (ed) (196lingüístico. Barcelona: Paidós/ICE-UAB, 1990.
Referencias bibliográficas
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Capítulo 111
Bibliografía básica
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© Editorial UOC 195
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Capítulo IV
Bibliografía básica
La mayoría de las fuentes básicas y gran parte de la investigación publicada sobre el ACestá en inglés (aunque el trabaj o se realice internacionalmente y se produzcan contribuciones sustanciales de Estados Unidos, Gran Bretaña, Países Bajos, Japón, Finlandia, Canadáy mu chos otro s países, entre los que se encuentra España). En inglés, las introduccion escompletas más accesibles al AC son las siguientes:
Have, P. ten (1998). Doing Conversation Analysis. Londres: Sage.Hutchby, W.; Wooffitt, R. (1998). Conversation Analysis. Cambridge, Reino Unid o:Polity Press.Nofsinger, RE. (1991). Everyday Conversation. Newbury Park: Sage.
Tambi én pueden encontrarse capítulos que tratan el tem a en algunos libros de texto demetodología, sobre todo en obras cuyo objetivo se cen tra en los métod os cualitativos.Entre las obras más recomendables se encuentra la siguien te:
Heritage, J. (1997). 11Conversatíon analy sis and ins titu tional talk: Analysírig data". En:D. Silverman (ed). Qualitative Research: Theory, Method and Practice. Londres: Sage.
El camino más directo posible al AC son los propi os escritos de Sacks. La referencia clásicaes la transcripción de sus conferencias de los años sesenta y setenta, publicadas póstumamente:
Sacks, H. (1992). Lectures on conversation. Volúmenes 1 y Il, editadas por G. jefferson.Oxford: Basil BlackwelJ.
Parte de este material se encuentra ahora disponible por primera vez en la obra editadapor Díaz que aparece a contin uación. Las dos obras citadas son relevantes para lo que hemas analizado en este capítulo y al leerlas se obtendrá una idea inestimable del pensamiento y el mét odo de trabaj o de Sacks.
Sacks, H. "Sobre mu estreo y subjetividad" y "La máquina de hacer inferencias". En F. Díaz(ed.) (2000). Sociologíasde la Situación (págs. 61-81 y págs. 85-94). Madrid: La Piqueta.
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En catalán, el siguie nte libro no está en la misma tradición de análisis deque todos los ante riores, pero puede ser un punto de comparadón útil:
Tusón, A. (199 5) . L'anaiisi de la conversa. Barcelona: Em púríes,
En castellano, puede ser útil la siguiente obra como información general dE
Coulon, A. (1988). La etnomeiodologia . Madrid: Ed. Cátedra.
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Capítulo V
Bibliografía básica
Edw ards , D. (1997) . Discourse and cognition. Londres: Sage.Este libro prop orcion a los fundamentos de una aproximación a la psicodivagadora y empírica, incluyendo su base teórica. Se enc uentran capítusustan tivos tales como el cono cimiento compa rtido, discurso emocionade escritos, y n arrativ a.Potter, J. (1996). Represeniing reality: Discourse, thetotic, and social consiSage.El libro de ]onathan Potter complementa mi libro 'Discourse and Cognien cómo se producen (descripciones objetivas', yen el papel fund onal qen conversaciones cotidianas y en otros contex tos discursivos. lncluconstrucdonismo social y la sociología de la cien cía . También está disptraducida al españo l:Wooffitt, R. (199 2). Telling talesof the unexpected: The organization ofLondres: Harvester/Wheatsheaf.Este libro aplica los métodos de aná lisis de conversadón a los relatos dparanormales tales como la visión de fan tasmas y la clarivide nc ia. Su .mación son muy interesantes, y es un claro ejemp lo de cómo utili zar eversacíó n para investigar descrípdones objetivas (na rrativas personalsobre lo que es real y verídico), y sus implicaciones psicológicas (imaginalucinación, etc.).
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Capítulo VI
Bibliografía básica
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© Editori al UOC
Glosario
202 Análisis d el di scur so
accountability f Propiedad de las acciones que las ha cen visibl em ente racionales yaccesibles o descriptibles. "Hacer visibl e el mundo es hacer comprensible mi acción al describirla , porque doy a entender su sentido al revelar los procedimientos que empleo paraexpresarla" (Coulon, 198 7, pág . 49) .
actos de lenguaje m pi Expresión acuñada por ].1. Austin para referir aquellas expresion es lingüísticas que deben ser enunciadas explícitamente para qu e una realidad de terminada pu eda conformarse. Por ejemplo, la expresión sí quiero debe ser pronunciada endeterminados rituales para que el matrimonio quede establecido .
acto i1ocucionario (i1ocutivo) m Lo qu e se realiza al decir algo.
acto locucionario (Iocutivo) m Acción del habla qu e produce significad o.
acto perlocucionario (perlocutivo) m Acto de habla qu e produce efectos o censecuencías.
análisis conceptual m Análi sis filosófico de los significados de las palabras, en funciónde los usos situado s en ubi caciones apropiadas (Coulter, 1990).
análisis crítico del discurso m Modalidad de AD que, mediante el uso de procedimientos y técnicas de diversas tradiciones, estudia las acciones sociales que se ponen enpráctica a través del discurso y qu e implican abus o de poder, afirmación del control social, dominaci ón, desigualdad social y marginación y exclusión social es.
análisis de la conversación m Estudi o del uso del lenguaje, es decir , de qu é forma lasper sonas abordan sus cuestiones al hablar.
análisis del discurso m Estudio de las prá ctica s lingüísticas para poner de manifiestolas relaci ones sociales promovidas y mantenidas por el discurso .
apuesta e interés f Ganancia o motivos posibles de un hablante al afirmar que unaversión de los acontecimi entos es ob jetiva. Mostrar la apuesta o interés de un hablantepuede minar el estado objetivo de lo que dicen . Otra opción consiste en establecer comoobjetiva una versión de los acontecimientos y qu e así el hablante niegue o refute, al teneruna apuesta o interés en dicha versión. (Edwards y Potter, 1992, y Potter, 1996)
argumentación fUsa que se ha ce de la lengua para justificar o refutar una determinada posición , con el fin de lograr el acuerdo en relación a los puntos de vista . (F. H. Eemereny otros. "Argumen tación" . En: T. van Dijk (comp.) (1999) . Estudios del Discurso (vol. 1).Barcelona: Gedisa.)
jiscurso~
© Editorial UOC 203
es y acl al deseo para
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lar que una.in hablanteblecer comorute, al tener~96)
a determina:.H. Eemeren;urso (vol. 1).
categorías de participantes (pE Conceptos que los partícipehacen relevantes. Se trata de características o fragmentos realessocial, no de algo que se supone que los participantes tienen el
citación activa (Acción en la que un hablante habla como sde otra persona o sus propias palabras o pensamientos anteríoredo una calidad especial de voz para mostrar cómo se dijeron(Wooffitt, 1992)
competencia (Concepto clave de la etnornetodología, quede una persona miembro de un grupo en el manejo y gestión dactuar, disponer de conocimientos, métodos y estrategias para ien el contexto social en el que se vive .
construcción de hechos (Manera en la que se pueden pro:reflexiones objetivas del mundo exterior. Existe una variedad ecreación¡ véase Potter (1996). Véase también la entrada correspterés" de este glosario.
corpus m Cualquier conjunto de enunciados en un soporte Ir
transcripciones de enunciados orales, reproducciones de elemeiviamen te escritos.
deíctico m Señalador. Marca a las personas que hablan (yo, túno (éste, ése...), el lugar del o desde el que se habla (aquí, allí..)tece la acción o el tiempo al que se refiere la narración (hoy, m
deixis t Elemento gramatical que codifica la relación entre liuso. "El término proviene de la palabra griega para señalar oprototípícos o principales de ello el uso de los demostrativosmera y segunda persona, el tiempo verbal, adverbios espec'como ahora y aquí, y varios rasgos gramaticales ligados directcías de la enunciación [...J. La deixis se ocupa de cómo las lerticalizan rasgos del contexto o evento del habla, tratandrdepende la interpretación de los enunciados del análisis del eción" (Levlnson, 1983, pág. 47) .
deixis del discurso ( Expresiones de un enunciado para referior o posterior del mismo enunciado.
deixis social (Aspecto del lenguaje que codifica las Identidacpantes o la relación social existente entre ellos.
discurso (para el ACD) m Este concepto ha desarrollado m últbrican entre sí. Desde el ACD se propone una visión del díscur:como una actividad socialmente regulada. Se incorpora ademánal: todo discurso constituye al mismo tiempo una práctica textuy una práctica social. Práctica textual: se llama discurso a una uni
© Editorial uoe 204 Anális is del discurso
la oraci ón, cohesionada y dotada de coherencia, construida a partir de determinados materiales língüísticos. Práctica discursiva: tod o discurso se enmarca en una situación , en untiemp o y en un espacio determinados, por lo que llamamos discurso a una producción discursiva que permiten la realización de otras prácticas (juzgar, impartir clase, informar) , quese adecua y pliega a la regulaci ón sodal de éstas, a las que al mismo tiempo, estructu ra ydota de significado. Práctica social: el discurs o se ve conformado por las situaciones, lasestructuras y relaciones sociales, por el orden y la estructura social, pero que a su vez, losconforma e incide sobre ellos, bien cons olidándolos, bien cuestionándolos. Se trata , portanto, de una práctica social, con origen y efectos sociales. (N. Fairclough (1992). Discourseand social change. Cambridge: Polity Press).
discurso m Con jun to de prácticas lingüísticas que mantienen y promueven relacionessociales.
enunciador m Lugar desde el que se produce el enunciado -autor textual. Puede o nocoinc idir con el locutor - emísor material de un enunciado .
estrategias discursivas {pi Plan de acción , más o menos intencional , que el hablanteadopta con un fin discursivo -por ejemplo, presentar a un determinado partí cípante-, yque reúne un con jun to amplio de recursos lingüísticos (como las estrategias de designación ). Este con cepto no está exento de problemas , a pesar de qu e se le qui era separarpor completo de la noción de intencionalidad .
etnografía de la comunicación f Tradición del AD proveni ente de la Antropologíay la Lingüística , cuyo objeto de análisis es la competencia comunicativa. Es decir, el conocimiento social, psicológico, cultural y lingüístico qu e gobierna el uso apropiado del lenguaje .
etnometodología {Corriente de la Sociología que estudia las accion es cotidianas y losfenómenos, problemas, resultados y métodos que comportan dichas acciones. "La etnometodología tiene como objeto de estudio empírico las actividades prácticas, las circunstancias de cada día, el razonamiento sociológico que habitualmente desplegamos en losasuntos ordinarios." (Wolf, 1979, pág. 111)
experimentante m y f Participante animado, que experime nta el proceso pero ni locontrola ni es responsable de él (con los pro cesos mentales: ver; sentir; pensar).
formulación de guiones { Descripción de las acciones de las personas "como si" siguieran una rutina o un os patrones que se repiten. Se relaciona con la atribución de "tendencias". (Edwards, 1995/1997)
guión m Secuen cia de rutina de acción reconocida. En la psicología cognitiva, se suponeque las personas tienen con ocimiento de acontecimientos sociales con una rutina queles ayuda a reconocer situacione s y acontecimientos familiares. LaPO se centra en la "formul ación de guiones".
implicatura { Significado adicional comunicado por el hablante e inferido por el oyente.
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indexicabilidad r Concepto clave de la etnometodología que se refiere.del lenguaje, según la cual el significado de éste es siempre dependiente dcsu propia producción.
legitimación discursiva r Proceso por el qu e se trata de asegurar la legitimderes y las instituciones, de la ley, de los valores compartidos y del orden socmedios discursivos; por supuesto, esta legitimación discursiva tiene su funcí:dentro de un proceso más general de legitimadón social y política. Distinguinde legitimación discursiva: (a) un acto pragmático de justificación de acciocontrovertidas, (b) una construcción semántica de la propia versión de los suodadera y fiable, y (e) una autorización sodopolítica del propio discurso legitir
normativo, -a adj Relativo a normas. Acciones o acontecimientos que lo!tratan como si fueran esperables, habituales o apropiados.
orden social de los discursos m Concepto referido a cómo las diferencide autoridad se proyectan sobre el un iverso discursivo, sentando un principdad: junto a discursosautorizados, encontramos discursos des-autorizados, frelegitimados, discursos des-legitimados, frente a discursos dominantes o mayotsos minoritarios. Estas diferencias en la valoraci ón social de los discursos rebién a los intentos de control de la producción, circulación y recepción dedebido a su poder generador por parte de los distintos grupos sociales y apor parte de ésto s de los criterios de producción y valoración. (1. Martín R<orden social de los discursos". Discurso (núm. 21-22, pág. 1-37). México).
papeles semánticos m pi Los distintos participantes pueden des ernpe ñ:pel en la reaLización del proceso. En el texto sólo n os hemos referido 2
Agente: participante animado, activo, que controla y es responsable de la ;Paciente: participante inactivo, no controla la acción , pero que se ve afectacpor la acción verbal.
par adyacente m Un o de los marcos básicos del uso del lenguaje -una E
ejemplo, una pr egunta) predice fuertemente que se producirán como respita clase de expresiones (por ejemplo, contestaciones).
performatividad rPropiedad que tienen determinados enunciados lin gcídír en la construcción de realidades. En determinadas concepciones delpropiedad inicialmente limitada a un tipo de expresiones lingüísticas, se «ral ízable al lenguaje en su con junto.
pragmática rParte de la lingüística qu e se centra en el estudio de los usecom ún y toma en consideración tanto los contextos, como los efectos, nolingüísticos, que envuelven o que resultan de las prácticas discursivas con,
preferencia r Las expresiones que forman la segunda parte de un par alden pertenecer a dos clases distintas: la clase de exp resión breve, rápida, notiende a ser aceptaciones, acuerdos, etc.) y la clase de las "no preferidas", q
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cadas por pausas , límites, algún problema de fluidez verbal y por ofrecer una explicación(y tienden a ser rechazos, desacuerdos, etc.).
procesos m pi Categorías semánticas que explican en términos mu y gen erales cómo losfenómenos del entorno son representados por los hablantes a través de estru cturas lingüísticas. El marco general de esta representaci ón lo componen: el proceso en sí (a menudorealizado por un grupo verbal), los participantes en el proceso (a menudo representadospor un grupo nominal) y las circunstancias que se asocian a este proceso (con frecuenciauna frase preposicional, un adverbio, etc.): "Pepe (participan te/G. Nominal) golpea (Proceso/G . Verbal) a su muj er (Participan te/G . Nominal) con frecuencia (circunstancia/FrasePreposicional) ". Halliday distingue distintos tipo s de procesos: Material(acción; creativo;acontecimientos); Mental (percepción/afección/cognici ón-v er; sentir; pensar); Verbal;Relacional(in tensiva-atributivo/ecuativo-circunstancial-relaciones de tiempo, lugar, etc.- posesión); Existenciales (haber, aparec er, ocurrir). Cada un o de estos tipos seleccionadistintos participantes y les asigna distintos papeles en el proceso (papeles semántico s).(lvLA.K. Halliday (1994/ 1985). An introduction to functional grammar. Londres: Arnold).
proposición (Expresión lingüística conven ientemen te formali zada mediante los procedimientos de la lógica moderna para que se pueda establecer su valor de verdad.
psicología discursiva ( Perspectiva nacida en el con texto de la psicología y qu e seapoya en la etnometodología y el AC. Enfatiza el examen de las relaciones y las creenciasen el habla tal y como es usada por los participantes en la interacción social.
recursos lingüísticos m pI Con jun to de formas lingüísticas, perten ecientes a todos losniveles de lengua (ya sean sonidos, morfemas, palabras, construcciones sintáctica s, o rasgos y estructuras semánticas, procesos de inferencia, etc.), qu e las lenguas ponen a disposición de los hablantes.
reflexividad ( Propiedad de las acciones según la cual las prácticas describen y construy en al mism o tiempo. "Las descripcion es de lo social se conviert en, en el momentode expresarlas, en partes constitutivas de lo que describen. " (Coulon , 1987, pág . 44)
relativismo metodológico m La PD adopta una postura neutra respecto a la veracidado precisión de lo qu e dicen los participantes. Estas cuestion es se dejan en manos de losparti cipantes para que éstos las traten en su discurso, ya que el objeto del an álisis es precisamente revelar dichas cuestiones. (Edwards, 1997)
representacionismo m Doctrina filosófica qu e postula una relación de correspondencia entre con ocimi ento y realidad más allá de la simple utilidad práctica del conocimiento para operar sobre la realidad . Se sup one, en esta doctrina, que el con ocimiento válidorepresenta fielmente la realidad y qu e es posible evidenciar la correspo ndencia entre conocimi ento y realidad.
retórica ( Discurso diseñado y construido para ten er en cuen ta versiones o puntos devista alternativos u opuestos. (Billig, 1987)
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sociología interaccional ( Tradición del AD pr ovenienteciología y la Lingüística, qu e tiene como objeto de análisis 12por una relación disimétri ca de los participantes.
tendencia ( Personalidad o estado de ánimo de una persona,del sentido común le hace actuar de un modo determinado. Elosof ía lingüísti ca de Gilbert Ryle. En la PD, la tendencia estálaciones de guiones. (Edwards, 1995/ 199 7)
teoría de los actos del habla (Teoría desarrollada por johrhablar no sirve sólo para describir el mundo, sino también pa
texto m Con jun to de enun ciados producidos en con texto s seenunciación.
transcripción (Reproducción de discurso grabado en una cí:como sea posibl e. El AC ha desarrollado una notación especihabla que normalmente ign ora la orto tipografia (por ejem plo,lapamientos) debido a qu e dichos rasgos podrían ser significatdo lo son) para comprender lo que hace el hablante.
variedades lingüísticas (pI Formas de habla qu e surgen cerentes y constantes procesos de variación que se observan en I:diferencias sociales (edad, género , grupo, clase social, casta, exen virtu d de la divi sión social del trabajo y del conj un to de pr:desempeña un papel relevante. Se distingue en tre sociolectos:tualmente) influido por lo que ust ed es (socio -región de origediv ersidad en la estru ctur a social". Registros o estilos: "lo qumento determinado) influido por lo qu e usted ha ce (natur alza)": expresan diversidad en los procesos y en la Vida social (d(M.A.K. Halliday (19 78). El lenguaje como semiótica social. }.,Económica).