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limnes cukurales reificados. Los habitantes de Southall no son á les mu~iculturales, pero tampoco son vfctimas ni clones de una '

tidad cultural u otra. Ser un habitante de Southall socialmen

competente es saber cuándo es mejor reifICar y cuándo es mejor

retativizar las dijerencias. Compnender la praxis multicu~ural es eg.

minar precisamente cuándo las personas cambian de un discurso •

otro. Al estudiar estos cambios, los científicos sociales pueden

aportar una enorme contribución al futuro multicukural. Las perscnaa

de las que aprendemos mediante nuestro estudio pueden mostrar.

nos el camino que hay de los desfiles culturales al mu~iparentesco y

así llego nosotros podemos mostrarlo a los demás. En el capitulo

final volveré a hablar de la contribución que pueden hscer los estu.

diantes de ciencias sociales. pero primero será mejor resumir todo el argumento de un vistazo. Deberla añadir que éste es uno de Jos

posibles resúmenes. Otros estudiantes de ciencias sociales pue­

den, perfectamente, tener el suyo propio que les lleve a distintas concfusiones.

Lecturas complementarlas

8aumann , Gerd, Contesting Culture: Discourses of Identity in

Multi'Ethnic London, Cambridge, Cambridge University Press, 1996, págs. 173·187.

apósito· resumen 11 . Del sueño al pr . ncepto de cultura

- un nueVO co El multicultufshsmo es

p: ¿Oué es la cuhura?

R: Hát>tos.

p: ¿Oué es la tradtción? hacemos las cosas. R: Creo que se refiere a la forma en que

P· ¿Cuál es tu cultura? L _ _ ~ . habían ntA;I ..... .

R: ... Cosas nuevas que nO se

cuestiones por estudiantes scritas a tres (Respuestas e de Soothall Londres.)

de doce años '

m',ento mutticultural par· bases del pensa

Nuestra búsqueda de las . ión penmanente de igualdad a l ' ~ral' una VIS

tteron del sueño mu tlCU· le La cuestión es cómo se d" ncias cultura s.

los de todas las "ere iones de los dere-trav . aldad Y hay tres concepc podría conseguir esta 19u . derechos humanos son los

podemOS recumr. Los d m chas a las que b'én los más diflCiJes e ro .

. aunquetam 1 más inclusivos Y d"""""s, ci6n como entre ellos. Los der ...

de I Estados·na . lir tanto dentro os do de las democracias

P , . más consagra chos civiles, el compromiSO . normalmente se limitan

ás fáciles de cumplir, pero modernas, son m

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a los ciudadanos y apenas hay constancia de que hayan servido

para superar las desigualdades basadas en historias de discrimina·

ción nactanal, étnica o religiosa. Los derechos comunitarios han

ganado mucho terreno durante los últimos veinte años pero, igual­

mente, plantean una serie de cuestiones: ¿qué tipo de comunidadea

se deben reconocer? ¿Cómo SS expresan desde el punto de vista

democrático? ¿Necesitamos que nos encierren en un gueto para

conseguir la igualdad de derechos? Estos tres tipos de derechos

hacen una serie de promesas parciales de cumplir el sueño multi·

cu~ural. Para pasar del sueño al propósito necesitamos analizar los

tres componentes del triángulo multicu~ural: el Estado·nación y su

identidad nacional, la idea de etnicidad o la identidad étnica y los tra­

bajos de la religión y la identidad religiosa.

El Estado-naci6n reclama una posición de privilegio frente a esas

otras identidades, tanto la étnica como la religiosa. Declara ser post·

étnico, sustituyendo todos los lazos étnicos por lazos de asociación

racional que proporcionan Jos mismos derechos a todas las etnLas.

La primera declaractórl no se puede sostener puesto que todas Jos

Estados-nación hacen uso de una ideologra pseudotribal, por no

hablar de una discriminación étnica, para demostrar su valor como

comunidades imaginarias. La segunda declaración es la de sustituir

la comunidad rel~iosa por un consenso secular sobre un marco

común neutral desde el punto de vista religioso. Sin embargo, este

marco común necesita ocuparse de ideok>gías de cultura cívica de

carácter casi rel igioso, que equivale a que cada Estado-nactón pro-

duzca su propia religión civil. Por lo tanto el Estado-nación, el primer

vértice del triángulo mu~icu~ral, no es simplemente la arena neutral

dentro de ra cual se puede realizar el sueño mu~icu~ral, sino que

es, en sr misma, uno de los problemas. Sin embargo, los conceptos

de kientidad étnica Y reltgiosa se tienen que cuestionar en la misma 164

medida.

La identidad étnica y su resu~ado práctico, la etnopolitica, basan

su autoridad en lazos de sangre y en la descendencia e incluso los

lazos del khoma y de la cuttura se tratan como si fueran hechos natu­

rales. Esta posición esencialista no es válida: lejos de ser una iden-

ia <de acción eocial cuida­tidad natural, la etnicidad es una estrateg . lada dirigida por una

da con free"""",a manapu dosamente elabora y udo explotan o engañan a sus serie de él~es no elegidas que a men . . reiona una

benefactores. Por otro lado, la rehgión propo supuestos los creyentes piensan que su

. de identidades inmutables. Aunque t seno . ioneS son más bien sextantes enonnemen e fe es inmutable, las rehg . . r ado y etiquetado de unos influidos por el contexto y no el equipal" 19

grupos unificados. ár ' uode destruir lo que analizan. Las Ninguno de k>s tres sn 18 1S P . . ':eooo en el futuro veni-

. ales van a segurr eXISl1 identiflC3Ciones naclOO . s dereches para todos

. f de asegurar los mismo doro y la me¡or orma r . nacionales pero las identida-

rt n las culturas e VlC3S • es tomar pa e e o postétnicas o no reli-

ueden aceptar com des nacionales no se p . sarias para ganar las

giosas. Las identiflcactones étmcas ~n nace aceptar . .. • tnlC3 pero no se puede

batallas a la discrimlnaclon e • . ' largas I constantemente necesitan reY!-

dadas por natura eza Y . que vengan . L identificaciones reh·

. las élites ¡nteresadas. as sar su influenc13 en I identifJC8ctones

á de hecho tal vez sean as . no desaparecer n y pero

glOS3S eden encontrar y reformar, más delicadas Y creativas que se pu ó a las identificaciones

. . '\ se por la misma raz n que necesitan '1'91 ar .' d las élites interesadas.

é · . por la ¡nfluenc13 e nacionales Y tnlcaS. id "~ades. por el ténnino

. . la palabra ' en,~ Sin embargo, al sustitUir Itticamente i berador. Ya

. hemos dado un paso ana _identifICaCIOnes- fi' no se cuestiona ni se

. ide tidad como algo P que no vemos ninguna n cionaIista como preten-cambia. La identidad nacional ya no es tan ra rece ser Y la

. id d étn;c3 ya no es tan natural como pa . de ser, la ident a a no es tan etemamente inmutable oomo predICa identidad rehglOS3 Y . . . relacionadas con una visión r",fl '

Toda ellas son idenblicaclOll9S ser. s It' lturalismo es una nueva cada de la cultura. Por : tan~o-":~:e:u la cu"ura como algo que

t 65 fooma de entender la cu ra. .1 hera podremos vena como de k> ua somos mtembros a

tenemos Y q somos moldeadores. El punto de vista algo que creamos Y de lo que .' . isla o ""iglosa'

~ (ya sea naclQ03hsta, etnIC esencíalista de la cu ra . tendimiento procesual e

) uede convertir en un en mente ortodoxa se P It La cu~ra no es una fotocopiadora incluso discursivo de la cu ura.

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multicultural, este doble entendimiento discursivo de la cultura debe busca .... en la práctica

Esto es lo más importante puesto que hay un abismo enorme.

mente contraproducente entre nuestra teorización multicultural y nuestra in\l9stigación en la práctica. La literatura teórica ha adorna.

do la palabra -ciudadanía_ con una docena de nuevos lemas en

madia docena de años: eso hace que haya dos nuevos tipos de ciu.

dadanla cada año. Sin embargo, la mayoría de nuestra in\l9stigaci6n

empírica sigue planteando las mismas preguntas del pasado y sigue

proporcionando las mismas respuestas. Nunca sabremos Jo que es

una identidad a no ser que la hayamos intentado disgregar en Klen­

tjflCSciones dependientes de una situación; nunca aprenderemos lo

que es una cultura hasta que no la entendamos como un proceso

dialéctico, es decir, de doble discurso: las personas la reifican y, al

mismo tiempo, deshacen sus reifteaciones. Nunca entenderemos

por qué las identidades son dialogantes si tomamos como ejemplo

la familia de un filósofo. En otras palabras, necesitamos descubrir

empíricamente con qué exactitud las personas consjguen modelar

las identidades basadas en el diálogo mientras que, al mismo tiem.

po, reifican las basadas en el monólogo.

Seria maravilloso si esa investigación pudiera ofrecernos una

receta infalible para la acción futura y refOt"Zar as! nuestras conclu.

siones con una serie de reglas definitivas que den lugar a un futuro

multicultural sin tener que volver a plantearlo de nuevo. Sin embar­

go, debo confesar cierto escepticismo en ese sentido. Por decirlo

de forma general, no estoy con\l9ncido de que en la vida social haya

una cosa llamada cacci6n científica_, es decir, una forma de actuar

que sea científICamente válida y otra forma que se pueda probar que

sea científicamente equivocada. Hay más vacíos que vínculos entre

Jos estudios sociales y el sueño de una «ciencia- social neutral por 168

una parte y entre la ociencia. social y el sueño de los burócratas de

ingeniería social por otra. Sin embargo, me siento obligacio a señalar

que el escribir este libro ha cambiado mis puntos de vista. Todas las

identidades son identifICaCiones, todas las identificaciones son dialo­

gísticas Y todos los intentos por conseguir un sueño comun son prác.

169

ticos. Esto ú~imo es el punto más importante. ¿ Oué puedo hacer

para convertirme en un ciudadano multicultural útil y cómo supero

las reifteaeiones que han minado en mi mente el sueño multicultural?

• Mi respuesta personal es simple y, por lo tanto, puedo expresarla en

una nota al pie: no es más que la opinión personal de un ciudadano

que estudia las ciencias sociales. 1 Lo que puede resultar de más inte­

rés práctico es dedicar el cap~ulo final a subrayar algunos proyec·

tos de investigación factibles que otros estudiantes del enigma

multicultural también podrían encontrar gratificantes_

1. Si tlMera que presentar seis reglas para un futuro mut6clM.umI a partir del pensa­rriento mtJtirrelacionado. lo heria de ka aigoieote n.nera: 1) Tenemos que ~ al moderno Estado-nación como una creación prob6ema1ica. tanto por ser pse~1CO

__ ~ ••• que necesita rMormtne . Es posi:M que por M8 razon los comoporser~--, . • N . teóricos poIibcos sigan invernando nuevos metes ide~8 . de ciudadanl8.. 2) ~­mas reconvertir las identidades nacionales, étnicas '1 reli(;osU en ~oce608, es ~r, debemos reconocerlas como idef"ltidades reificadas ., reformarlas retirando sus reifica­ciones más habituales. 3) A no ser que de repente triunfen los derechos humanos, podemos intentar basar nuestras expectativas de igualdad en unos derechos que se puedan cumpltr" otorgados sobre la base de los derechos de residencia, '1 no de un estmos cMco. La residencia. medto plazo. ya sea legaI .o ~ •. debe dar lugar a ~ derechos que se tienen que cu~r en loa Estados-naOOn. y últimamente tal ~z a tra­yés de la ley internacional. 4) Fomentaremos con tervor .todos loe ~sos que relacionen entre si fas c:ivisiones nacionales, étnicas '1 reigiosas establecidas. Los dere-

eh<> de I . de género los defflchoe -. y _"""aIes. los de<echo. s a mujef" y • • . de los nil'lo8 '1 de los prisioneros son punto8 destaca~ ~ra ent~r las ~ Y caducas dtvisiones. 5) Necesitarnos desarrollar una ctenaa social ~nos exclu8IVa desde el punto de vista nacional, étnico '1 reltgio8o que nos aP'9:rte de ~r las comu· nidades encerradas en guetos que IM>tudiamos Y que no8 ~ estuOar sus lazos en COITlIXt de intercarrbio y solidaridad. 6) Podemoa hacer poSible es1e progreso ~­ciendo el purto 1). planteando el punto 2) y practic.-do los ~nt06 3). 4) Y 5) . La ~ forma de desa~lar el pensamiento muttirrelac:ionaf y ml4tictitu~8! es muy ~nctna. intenta no reiicat todas laa reificaciones aceptadas encontrando c;ivi8lOfl8S re~ entre ti. Cuando el tiscurso reificador hab'a de ciudadanos o de ~ de e~ pur­puras o verdes, de creyentes o ateos, debemos preguntamoB poc- ciudadanos ~ o pobres. por etnias podero&as o maniptbdas. por creyentes ~ o ~enecientes a Uf18 rrinoria sexual. ¿Quiénes son las minorias dentro de las ",.yonas, quenes son las tnvisibles mayoóas en relación con las minorias? Mezclemos todas ~s formaS ~ ~­learno8 cada posible categoria que veamos, ya que las perm.Jt~ ~ Infinitas

uando se cuestionan las reific;ac:ionM:: sets preguntas anulan a trelr.rta '1 &elS reapues­~s y doce amAttn a doce veces doce. El principio es sierT1>re el rrwsmo: ~ntear una pregunta que interrelacione t.na 6visión constderada absoluta en .~r ~xto. Nada de lo que hay en la vida social estA basado en un absoluto. ni &q.JIera la 'dea de

lo que as una mayoria o un grupo clituraI .

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12. Del propósito a la pues1a en pnlctlca:

sugerencia. para los estudiantes

Los nuevos conceptos necesitan nuevos proyectos

¿Cómo puede usted escribir tan igual? (Miss Bingley en la obra de Jane Austen, Pride and Prejudice, 1813,

capitulo 10).'

Siempre he sostenido el axioma de que los pequeOOs detalles son, con

mucho, los más importantes.

(Sher1ock HoImes en la ob<a de Arthur Conan Doyte. ,A Case of lden­

ti1y-, The Adventures of Sherlock Ha/mes, 1892.)

Si queremos nafumar la práctica mu~icu~ural. tenemos que empe·

zar por nuestra propia práctica como estudiosos de ciencias socia­

les. La investigación del enigma multicultural ·se ha fragmentado

tradicionalmente en dos grandes grupos: el gran trabajo teórico que

nos invita a replantearnos todos nuestros prindpios sobre la base de

ningún dato empírico serio y el trabajo empírico que sigue produ·

ciendo en serta las mismas banalidades durante últimos veinte años.

Un ejemplo de la existenc~ de un grupo empírtco es la avalancha de

• Trad. cast. : Orgullo y prejuído, Madrid, Austral, 1988, 10, pág. a..

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reclamaciones para replantear el concepto de ciudadanía, En el

espacio de seis años, los cientificos sociales han encontrado más

de una docena de llamamientos para replantearse dicho concepto:

<ciudadania d~erenciad .. (Young, 1989), <ciudadanía posnacional_

(SoysaI, 1994), <ciudadanía neorrepublicana- (van Gunsteren, 1994),

<ciudadanía cuttural_ (Tumer, 1994), <ciudadanía mutticuttural_ (Kym­

licka, t995), <ciudadanía transnacional_ (BaubOck, 1995), la lista

de nuevos adjetivos puede alargarse y no hay ninguna duda de que

asi será, Todos estos nuevos lemas apuntan hacia la propagación de

la idea clásica de ciudadanía socíal defendida por el experto en cien-

cias polfiicas Thomas Marshall (1965) y la exploración de nuevos

significados de participación en los procesos de toma de decisiones

públicas, Todo es como debería ser: ¿qué significado pueden tener

todos estos lemas en la vida real? Las respuestas más claras que

he encontrado proceden de la experta en ciencias políticas Iris

Marion Young (1990), pero incluso éstas no son demasiado preci,

sas: -Necesitamos estructuras participativas en las que personas

reales, con sus dfferencías geográficas, étnicas, de género y de

ocupación afirmen sus perspectivas sobre asuntos sociales dentro

de instituciones que estimulen la representación de sus distintas voces_ (pág, 116),

Al cerrar los ojos para imaginar dicha estructura participativa se

podría ver una reunión de vecinos en la que todos hablan de alguien

en particular en cualquier momento dado: blanco o negro, cristiano

o musulmán, hombre o mujer, heterosexual u homosexual, rico o

pobre, He acudido a alguna de esas reuniones en Southall y he

visto que en la mayoría de los casos habfa un grupo en particular

que controlaba la reunión: a veces el que más gritaba, que solía ser

el mejor organizado, otras veces simplemente la mayoría. Pero

entonces, nos recuerda Young, no deberíamos pensar que esos gru- 172

pos de identidad son del todo estables: -En general, en las socieda-

des enonmemente diferenciadas como la nuestra, todas las personas

tienen múltiples diferenciaciones de grupo [ya que incluso] [Oo_] las

personas individuales parcialmente constituidas por sus afinidades

de grupo y sus relaciones no pueden unifICarse, [puesto que] ellas

mismas son heterogéneas Y no necesaria

1990 pág, 48), , d va nos I Ahora, al cerrar los ojos e nue ,

, ' ble donde de forma aleatoria un millar Intenmna , red 'ble Y todos murmuran n en lugares Imp ecl s

pe el I ma _ciudadanía diferenciada-. En eiecto, otro e nde tá

I eslogan pero ¿dó es converger al menos en e, " tiva? P •

, ' océano la estructura partICIpa lista aunque ImpreciSO , .

cubrirla habria que hacer un t~bajo emPI~~~ue trabajan em Ir Por otra parte, esos ClBntlficos socia ~ ..' t

, , ' nd mostrar las inJustlcl3S e IOCompe mente siguen Inslstle o en ' Iidad controladas por la8 I

I 'udadanía y la naclona que acarrean a CI 't turas participa.

. . d scriben una sene de es ruc tes del Estado·naclon, e hábitos que funcionan

, n o desenmascaran tivas que no funCIOna d . Idad y el faccionalismo

b la base de la exclusión, la eSlgua so re col teóricos inventan nuevas , tiempo que sus egas egoísta, Al mIsmo , I studiantes amp!-

rf de na realidad que no eXiste, os e palabras a pa Ir u , .. realidades, una Y otra vez con las ricos describen las mlsm~s vte}8s observan nada y lo cuestionan

, lab as Los primeros no . mismas pa r , t' an nada Esta misma

• ' oh n todo y no cues Ion -todo, los utt.mos lo serva '00 más evidente en los estudios

. , . observa de manera I uSO dIVISión se . tBÓricas muchos estu.

. "d d En sus introdUCCiones , sobre la etnlCl a " ' '6n de múltiples identidades de diantes de etnicidad cItan la VIS' pod i 1_ como la definición

.. t quese ra Stuart Hall, como la s.guten e, I l't'lCa del reconocimiento de

t d ángel' . Es a po I de infinidad cuttura e un ' TpI identidades sociales y que todos estamos compuestos de mu ti ple:;amente construidos a

na sola Que todos estamos com no de u ' . de distintos antagonismos yeso través de distintas categonas, . ' tt' 'es posi-

locar amos soc~lmente en mu Ip puede tener el efecto de IZ " t fenómeno no fun-

, lid d subordInación , pero es e 173 ciones de margIna a y , (Hall 1991 pág, 57) ,

, odas nosotros de la misma forma- , ' " cfOfla en t , ' ión de la complelidad,

oda sino admirar semejante ~s Uno no pu a los estudios empíricos de etnk:idad, a

aunque cuando llega , mas como -Los tur, , t todavía se les Imparten te

muchos estud~n es p ' Los sijs en Nueva York- , cos en Berlín-, _Los bereberes en arls- o -

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Se dedica toda la atención a una minoría nacional, étnica o religiosa

como si cualquiera pudiera saber de antemano cómo se imita esta

minoria y qué procesos ha asumido la comunidad dentro de ella y

cuáles fuera. En realidad, hemos creado una pequeña isla; estudia­

rnos esta isla y solemos llegar a la conclusión de que la isla es, en

muchos sentidos, una isla. ¡Qué aburridol Pensemos en algunos

proyectos de investigación que podrlan proporcionamos observa.

ciones más interesantes de realidades multiculturales y que también

nos podrían ayudar a tender un puente sobre el yacio que existe

entre los dos grupos, la gran teoría prolija y el detallado aunque

poco imaginativo proyecto empírico. Tocios los ejemplos menciona­

dos aqui están sucediendo en la actualidad y han sido nsspaldados

desde vartos organismos municipales y fundadones. Por Jo tanto no

son sueños imposibles sino proyectos factibles y subvencionados.

A dijerencia de las viejas corrientes de investigación, estas nu.,..

vas iniciativas no están ordenadas desde arriba sino que buscan sus

propias direcciones. Para presentar un sencilJo orden en su presen­

tación se puede pensar en tres titulos generales: las relaciones entre

las distintas cufturas del Estado-nactón y IISUS- minorías, las relado­

nes enlnllas minorías, y los procesos que se extienden a lo largo de

los límites del Estado-nación. Seguiré este orden de manera siste­

mática para atajar por un posible camino a través de la espesa jun­

gla de la moderna investigación empirica.

En primer lugar, hay relaciones complejas entre las cufturas del Estado-nación y las llamadas minorías que, obsérvese, se crean por

sí mismas. los historiadores han demostrado una y otra vez cómo las

potencias colonialistas occidentales impusieron a sus puebfos domi­

nados 'as mismas etiquetas de -mayoría. y «minoria_ y cómo impu­

sieron, y a veces inventaron, toda una gama de límites: la creación

de una mayoría y una minoría de tribus, religiones, castas, comuni­

dades lingüfsticas e incluso razas era parte y parcela de lodas las

administraciones coloniales. En muchos otros casos, las élites occi­

dentales crearon sus propios problemas de mayorías y minorías

entre las llamadas tribus. razas y castas que habían conquistado

(Dirks, 1989, 1996; Appaduari, 1993; FOl, 1995). Sin embargo,

174 175

este proceso está lejos de haber desaparecido: l:ada día si.gue

extendiéndose a toda prisa, ya que la diferencia cuttural no VIOno . . ión

dada por naturaleza, sino que se crea por mecho de la Int~cc social. Los estudiantes que investigan activamente en el barno k>n .

dinense de Southall han demostrado este punto de forma clara

(McGarry, 1990; Hawkes, 1990; Yabsley, 1990; véase también

Baumman, 1996), Y otros continúan este trabajo. Hay un nuevo pro­

yecto en Southall que apunta precisamenle a _centrar la atención de

la investi9ación en aquellos grupos a los que antes se ~s conside­

raba "no élnicos", y a través de esto se pretende dar a entender

cómo y por qué la etnicidad se considera una característica deter­

minada de algunos gnupos y no de otros- (Robinson y otros, 1997,

pág. 8; véase también Tumer, 1998). Esto no es una simple investi­

gación basada en conceptualizaciones, sino que tiene un inmediato

. I T t de comprender cómo el conflicto potencial está uso SOCIél : • ra ar relacionado con la forma en que los jóvenes (blancos) se definen, se

entienden a sí mismos y se comportan como personas oon unas

robustas identidades ' étntcas' o -no étnicas'- (Robinson y otros,

1997, pág. 8) . Esto es importante por dos razones. Desde el punto

de vista práctico necesitamos entender a aquellos grupos que ron­

dan la vanguardia de la violencia racista, ya que el racismo es, en

gran medida, un problema creado por las llamadas mayorías, no por

las llamadas minorías. Desde el punto de vista intelectual, necesrta­

mos comprender cómo, por qué y cuándo los conceptos de identi­

dad cultura e incluso raza se reifican o no se reiftean. Ése también

es ~I consejo que he dado a muchos de mis estudiantes -étnica·

mente holandeses- de Amsterdam que quieren investigar sobre el

futuro mutticultural: no conviene cruzarse en el camino de una mino­

ría reprimida si todavla no se es lo bastanle competente para enten·

derla. Es mejor estudiar nuestra propia tribu, ya que puede que ésta

sea el verdadero . probfema multicultural-.

Este tipo de investigación también puede aportar una luz como

pletamente nueva Y crítica sobre la propia literatura de la ciencia

social. Una estudiante de Amslerdam , Marisja de Best, ha descu·

bierto una forma especial de releer la fiteratura sobre los musulma-

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nes en Holanda. Estaba realizando un estudio entra los .

:~:=eva Zelanda y encontró que los este':':::: socoales holandeses aplicaba los

atrasados- de Holanda se ' n a «musulmanes hola d aphcaban, palabra por palabra, a los

n eses que buscaban un futuro me' estudio lo lee el hola • ¡or en el extranjero. Si tal

ndés que está en casa de un artículo de un periódico hab' b ' Y sepresenta en forma • na a ferto un Importante . para un debate más • . espacIO autocrítoco y autorreflexivo del cu~uraJ- en Holanda -problema multi·

Hay otras tres vlas por las que c Iq ' . ua Utar estudiante serio puede avanzar en el estudio de nuestro entendimiento de los '

podla c~It~~a de un Estado·nación y -sus- llamadas mi~:i~~ ::t:

na amar las tres Emes: el mercado I . ión la ' os medIOs de comunica c y madrassa (la palabra del Corán' -P lo para refenrse a la escuela)

or que se refiere al mercaclo he . . ,ya mos señalado la come . r zación de la diferencia étnica y cu~raJ en f . rcoa l' mo de botas ro'as- . . ~rma de «mufficulturalis·

. J . El estudiO más on9,nal Y también el más

apasIOnante en este campo lo escribió A ces cursaba un mást yse Caglar, que por enton-

. er en Letras en Beriin (Cagla, 1995) E él mma el tema del d6ner kebap, es decir una porc:OO de - n ella­asada servida ' came ha/al

en una bolsa de pan turco (pide) , aderezado ensalada y rematado con ta de . . _ con Al' . pas aJo o con un aJlno caliente. En

emanlél, donde Viven cerca de do . . s millones de turcos el (j6

kebap flQura como -el tradicional alimento étnico de lo tu' ner oJOS de los alemanes_ (pá 209) s rcos a los

. g. , y se ha convertido en una comid rápida muy popular en casi todas las ciudad I . a 90 esta ' . es a emanas. SIn embar-

, -comida rápida étnica_ es cualqu 'oer cosa trad' . menos un plato

IClOnaJ turco. Por contra -el J. ( , vvner en la forma en que lo . los alemanes) es un híbrido un od sirven boran y lo venden '. I pr ucto nuevo_ y -aunque lo ela­

pnnclpalmente los turcos y en AIem . ce como comtd anta se cono.- 176

a turca, el doner kebap en la [ J forma [ lema se~~ .. . a ~oo . e encontrar en Turquia_ (págs. 209-210) S ' b

debido a sus fuertes ex . . In em argo, ,y cepctOnalmente positivas asociac'

que se concede too ,tOnes n a o lo turco, el d6ner se ha convertido

poderoso . bolo en un Slm dentro del debate . br pu ICO sobre Alemania como

un país cosmopolita y multicultural: ahora -sirve oomo lln foro en el

que se reannma la lucha contra las hostilidades Y a favor de la soli ­

daridad con los turcos y los extranjeros- (pág. 211). En este proce·

so, el híbrido y pequeño d6ner puede incluso transformarse como

por encanto en un . McKebap- al estilo americano o en un .doner

dietético- o "para guardar la línea- propio de las clases a~s (págs.

211, 226). Un estudio como el de Ayse Caglar tiene en cuenta una

estrategia tan interesante de ieer como plenamente justTficada a par­

tir de una observación empirica. Parte die un objeto material que, a

la vista de ello, parece perfectamente una realidad, y rebasa sus

propios limites pasando de ser un producto de comida rápida

-turca- a abarcar un amplio círcukl transnactonal Y pluricultura1 de

signifICados, de representaciones simbólicas y de renegociación die los

llamados . Iímites culturales- . Esta estrategia en la investigación es

tan fresca como un kebap recién sacaclo de la nlstidera, más nutri·

tivo para la teona que las hab~uales hamburguesas·basura de abs­

tracciones recicladas y además lo puede usar cualquier estudiante

imaginativo que disponga de un semestre para dar un bocado al

enigma multicu~ral. De la primera M, el mercaclo, a la segunda, los medios de comu­

nicación, no hay más que un paso, a veces menos. Sin embargo,

existen muy pocos estudtoS serios sobre las manifestactones de las

aspil1!cion9S mu~icu~raJes die los medios die comunicación de las que

se presume que comparte el público. Esta conclusión me lIeg6 de

manera más directa cuando. junto con otros mil londinenses que

habían en el cine. estaba esperando para ver Sammy y Ros;e se lo

montan (Sammy and Rosie Get Laid, 1987), una pelicula escrita por

Hanif Oureishi, el primer guionista musulmán que consiguió llegar al

gran público en el Reino Unido. Mientras esperábamos a que empe­

zara, nos pasaron una serie de ambtguos .. anuncios multiculturalis­

tas-o entre los que se encontraba uno que prometía una jamada de

sexo por la ribera de Mississippi como premio por comprar una

botella de licor cajún ... Alguien debería estudiar esto-. fue entonces

mi reacción y así ha sido desdle entonces. La obra de Marie Gilles­

pie, Television, Ethnicíty and Cultural Change (1995), es el primer

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libro que ha estudiado empíricamente los mecanismos de! cine y la

publicidad, de la televisión Y e! vfdeo en su tratamiento de las llama­

das minorías. Es un adelanto sorprendente, porque no han faltado

las PUñaladas teóricas en e! vacío de las -percepciones étnicas- de la

cultura popular y de los medios de comunicación. Necesijamos más

estudiantes de ciencias sociales que nos digan, con todo lujo de

detalles y con precisión analítica, cómo ven los ciudadanos multicul­

turales del Muro las manifestaciones comeroiales de la difemncia cul­

tural percibida. ¿Por qué Gillespie todavla es la única persona que

compara las reacciones que se observan en las personas ante un

Mahabharata de producción hindú, frente a una producción tímida­

mente multicuttural de la National Shakespeare Company? ¿Por qué

nadie más ha comparado la evidente reacción de los musulmanes

ante la cobertura que hizo la CNN o la BBC de la guerra del Golfo

con las mismas reacciones que provocaron los programas de noti­

cias musulmanes emitidos vIa satélije? ¿Podrla ser que a los cientí­

ficos sociales contratados para estudiar los programas de los

medios de comuntcación Jes resultara más fácil darnos su -lectura.­

personal de los - textos televisivos>, inatterables ante cualquier opi­

nión Procedente de personas que no poseen estudios? Esto les

resolvería sin lugar a dudas el problema de la investigación social, ya

que uno puede hacer lo mismo desde la comodidad de su sillón. El

único problema es que se difumina entre la cálida bruma de una

jerga repetitiva, mezclada con algunos retazos metanietzscheanos

de agonía parafoucauttiana sobre lo complicado que sería el mundo

si todos los demás fueran tan complicados como yo. Una página es

suficiente, pero seria mucho mejor si hubiera más. Hacer un estudio

de la televisión zapeando y tomando notas de manera narcisista

puede resuttar divertido para algunas personas, pero resulta una

pérdida de tiempo a no ser que esté basado en la interacción y en

entrevistas exhaustivas a personas con las que tenemos una verda­dera voluntad de entender.

Sorprendentemente, las cosas no han mejorado ni siquiera des­

pués de que los medios de comunicación hayan rebasado todos los

límijes de las tradiciones de investigación nacional. Cuando Oprah

W infrey invM a debatir sobre si liger WCiOlJs l¡s 'afroamericano, tai­

landós norteamericano, tailandés afroamericano o simplemente un

fenómeno muttiétnK:o, cualquier estudioso de k>s medios de comu­

nicación tendría algo que documentar, independientemente del país

de procedencia de los espectadores de Oprah. Un presentador de

televisión puede contentarse con preguntar por la opinión de uno u

otro gurú perteneciente a cualquier grupo intelectual o comunitario.

Sin embargo, los investigadores sociales pueden hacer algo más

que todo eso: al analizar esas falsas alternativas, pueden recoger

las distintas reacciones que perciben por parte de los que deben

erigir el futuro multicultural. Necesitamos comprender sus r~ona­

mientas. sus motivos y los diferentes contextos en que esgrimen

sus argumentos. Los profesores que se sientan en los sillones de

los estudios de televisión pueden, y espero que lo hagan, quedarse

paralíticos de sus propias in1eresadas especulaciones. Lo que

necesi1amos son expertos emprricos en las percepciones de la gente cuando ésta, es decir, las personas, se pone delante de! tele­

visor. La tercera de las tres emes en esta primera comente de investi-

gación la denominamos madrassa, la palabra árabe que se usa en e!

Corán para nombrar a la _escuela_. Al estudiar las relaciones entre

la cuttura del Estado-nación y las cutturas de las llamadas minorías,

parece corno si hubiera un evidente punto de encuentro. Después

de todo, la escuela como institución estatal ponra los cimientos de

-la conciencia nacional .. en Occidente durante el siglo XIX. Sin una

escolarización obligatoria para todos, entonces no habria nadonalis­

mos occidentales, y sín ella, en la actualidad no se podría crear nin­

gún nacionalismo. En este sentido, Emest Gellner (1983), tenía

mucha razón. Sin embargo. por muy evidente que pueda resuHar

este punto, ha llegado hasta la agenda de investigación multicuttural

hace muy poco tiempo. Una de las hipótesis más interesantes sobre

la relación entre las cutturas del ESlado-nació)rn~y~-~s~u;"~~~l~~~ cedió de un proyecto de investigación que c

nacidos turcos en cuatro países de Europa O<:CKjefi!í'1

otros, 1996).

Page 9: Baumann Enigma Multicultural

A primera vista, este tipo de proyecto se sale del alcance de un

único estudiante, o incluso de un grupo de estudiantes que busquen

un proyooto que sea nuevo y factible a la Yel. Sin embargo, su hipó­

tesis de que cada Estado-nación está dooidido, por medio de sus

escuelas., a crear -sus- minorías a su propia imagen se puede inves­

tigar incluso a pequeña escala. Por decirlo de manara simple, las

escuelas alemanas crean turcos al estilo alemán, las escuelas fran­

cesas crean turcos al estilo francés y los llamados problemas que

ven los Estados alemán y francés con la presencia de turcos son, en

realidad, un reflejo de cómo funcionan esos Estados, de cómo fun­

cionan sus escuetas, y de cómo funcionan sus programas de estu­

dios. Los pasos que nevan a esta exposición nos resultan familiares

por haberlos tratado en los capltulos 3 Y 4. Cada Estado-nación

occidental ha desarrollado su propia cultura civil, es dooir, sus pro_

pios métodos para afrontar cómo se debaten los problemas, CÓmo

se deben resolver los conflictos y cómo deberían representarse los

intereses de las minorías según cómo estos intereses definan el

bien común. A través de las escuelas, el Estado imparte esos estilos

respooto a CÓmo deben comportarse tanto los nacionales como los

extranjeros, y lo hace tanto a través de los programas de estudios

explícítos como de los implícitos. Entre los programas de estu­

dios explic~os, uno piensa en los mensajes de cultura cfvilca impar.

tidos a través del deporte en equipo o de una disciplina física o a

través de las formas de discusión y de presentación que son pro­

mocionadas o rechazadas. la pregunta que ahora hay que responder

es la siguiente: ¿cómo reaccionan los estudiantes a las autoidentifí­

cadones de la minoña y cómo reflejan parcialmente los distintos

estibs de comportamiento que se imparten en la escueia?

A primera vista, es una cuestión complicada. El proyecto del

Estado, la Escuela y la Etnicidad se persigue en cuatro países dis­

tintos con el fin de poder perfilar sus diferentes mensajes de cultura

cfvica mediante la mutua comparactón. Sin embargo, cuando se

llega a eso, el núcleo empírico del proyecto no es más complicado

que el trabajo de campo, la observación participativa y las entrevis.

tas dentro y fuera de la clase, una tarea de la que cualquier estu.

diante universitario puede hacerse cargO jlara'sU' proyecto de cien­

cias sociales. Lo que resu~a novedoso respecto a dicho proyeclo es

que ya no ve al extranjero como algo exótk:o o como ocia. segunda

generación- de alguna «comunidad de inmigrantes-o Al contrario, lo que ... como exótico, y lo que trata de examinar es el Estado-nación

occidental y cómo consigue, a través de las escuetas, crear y mode­

lar a -sus- minorías a su propia imagen. Un buen ejempb de cómo

incluso un sólo estudiante puede avanzar en esa nueva investigación

nos lo mostró Jeannett Klooker (1998) , en una lesis doctoral aoer!a·

damente titulada: -Una mochila repleta de cultura-. Klooker llevó a

cabo su investigación en un Centro de Capacitación de la Mujer

Campesina en Bolivia. Este colegio bilingüe enseñaba a jóvenes

quechuas con edades comprendidas entre quince y veinte años a

convertirse en profesoras para colegios de enseñanza primaria de

otras jóvenes quechuas. Sin embargo, esta «capacitadón intercultu·

ral- hacia frente a todos los problemas que presentaba la utilización

de un discurso dominante: partiendo de una versión cosificada de la

-cuttura quechua- , las profesoras i1tentaron convencer a los estu·

dianleS de que el uso de su lengua madre quechua no era lo baso

tante «puro- y que el futuro de la «cultura quechua- dependería de que nevaran puesta la tradicional po11era. Ni que decir tiene que las

propias jóvenes desarrollaron su propio discurso dem6tico, no

menos importante respecto a los papeles que tenia que asumir su

género y que, según las profesoras del discurso dominante, supues·

tamente imponla la «cultura quechua- a todas las mujeres (Klooker,

1996, págs. 61 ·75, 63-66). Con esta nota positiva concluye mi

exposición sobre la primera gran comente de nueva investigación,

que trata de las relaciones entre las culturas del Estado-nación y

«sus- minorias. Hay una segunda corriente de investigación que se ocupa de las

relactones entre las distintas minorias. Desde mi punto de vista, hay

dos tipos de proyectos que me parecen particularmente apropiados

para los estudiantes que disponen de tiempo Y dinero lim~. Uno

de los vacíos más sorprendentes en la investigación empírica multi­

cultural tiene que ver con la multitud de .. culturas del compromiso-

Page 10: Baumann Enigma Multicultural

(Baumann, 1996) que rebasan las identifICaciones nacionales, reli­

giosas y étnfcas. Por esas cufturas del compromiso me refiero a

redes y grupos como los socialistas, las feministas, los sindicatos,

los colectivos de gays y lesbianas, los activistas verdes o medioam­

bientales: en resumen, todos esos grupos y redes sociales que, cons­

ciente o inconscientemente, unen a un electorado identificado con una

serie de dfferentes raíces culturales. Resulta """,rendente ver cómo

prestamos muy poca atención a esos grupos, por lo que espero que

me perdonen por citarme a mf mismo para apoyar este punto. En

esa cita presento los resultados de un trabajo de campo efectuado en el subumio londinense de Southall:

los grupos socialistas y feministas ... 800 minorías IocaJes aunque hay

varias razones que expfican por ~ merecen que se les preste una aten.

ción etnográfICa. Para empezar. es verdaderamente extraño leer tantos

estudios sob-e la comunidad en loo que nadie del lugar paro<;e ser capaz

de mostrar lK1 disentimiento fundamental y todo el mundo parece estar de

acuerdo en reproducir la misma, YCtegamente compartida, cultura étnica.

( .. . J En segundo lugar, es COOlO leer que las con"jedane. socialistas o

feministas pueden 8Sta~ecer culturas alternativas, es decir, sistemas

completos de creación de significados con los -demás., Finalmente.

fncIuso los grupos de disidentes relativamente pequeños pueden influir

con sus ideas de cuftura y comunidad ... las contraculturas de socialistas

y feministas de Southall contribuyen a las prioridades que tienen que

afrontar los habitantes de Southall (Baumann, 1996, pág. 158).

En estas culturas basadas en la convicción es donde se pueden

observar las prácttcas mufticulturales on su 10nna más creativa y donde consiguen su mayor grado de emancipación de los discursos

reificadores sobre la cu~ura, la comunidad y las identidades mutua­

mente exclusivas. Estas culluras sostienen que tales grupos inclu­

yen con frecuencia a personas de las llamadas mayorias junto a la.

namadas minorlas y que implican todo tipo de diálogos innovadores

entre dos o más minoria • . Estos procesos de intencambio entre per_

sonas procedentes de distinta. diásporas también se pueden obser-

182 183

scala Y se presta perfectamente á qUe dos estudiantes var a mayor e trabajen juntos. La opinión de que cada minoria nacional o étnica o

religiosa se enfrenta a la llamada mayorfa por sí sola es sO'l'fenden­

temente ingenua: es el resultado de la elección de los romrtes real,­

zada por el investigador y de lo que considere oportuno que hay que

tener en cuenta. De nueVO. es una cuestión de trocear et vasto paI.

saje mutticultura1 en pequeñas lslaS que poseen un carácter supues·

tamente unido. Tanto desde la observación empírica como desde

la reflexión teórica se puede ver el caso contrario y no. ocupará la

segunda corriente de investigación Innovadora. Teóricamente, sabemos que la esencia de las sociedades plura­

listas radica en sus divisiones entrelazadas: recordemos a nuestro

hipotético señor Esoncialista. Empíricamente hablando. sabemos

muy bien por lo. mu~iples casos judiciales Y por los debates legales

que aparecen en los diarios que cualquier demanda presentada. en

nombre de una mioona afecta al futuro de muchas otras mlnonas.

Después de todo, el Estado-nación occidental busca la manera de

poder formular leyes y procedimientos que se puedan aplicar tanto a todos los ciudadanos como a todos los residentes. Eso no siempre

se consigue pero, en efecto, es la solución preferida por sus !eg.isla­

dores y sus administradores.1 Esta búsqueda de una untfOrr~"da~ centralizada de derechos y procedimientos procede de la propia ra,z

de traducción de las demandas de los ciudadanos o de los residen­

tes en una serie de derechos comunes compartidos y no puede dejar

de abarcar a toda. las distintas comunidades. Sin embargo, lambién

hay un proceso a la inversa: un proceso de diferenciación. Tornemos

el ejemplo de Holanda, donde lo. musulmanes residentes se dIViden

en musulmanes marroquies y en musulmanes turcos.

Page 11: Baumann Enigma Multicultural

Varias organizacooes de musulmanes marroquíes han deman­

dado ciertos derechos del Estado, como fundar escuelas musulma­

nas y la preparación de los clérigos musulmanes en universidades

estatales. las organizaciones musulmanas turcas han elegido en el

primer caso apoyar la demanda, pero se opusieron amargamente a

la segunda, dado su experiencia con la preparación estatal de los

clérigos musulmanes en T urquia. El resu~ado neto será con toda

probabilidad una serie de alianzas selectivas entre el electorado

que, en el proceso de seleccionar los puntos en común, llevará ade­

lante un proceso de diferenciación mutua. Esta dinámica de inter­

cambio entre los distintos electorados merece que se le preste más

atención en las investigaciones de la que hasta ahora ha tenido; al

mismo tiempo, tales estudios requieren tiempo y una asociación

para poder realizar un estudio comparativo y se prestarán mejor a

los proyectos de colaboración que a los individuales. Dicho esto

también se puede ver que a nivel local existe un debate sobre un~ alianza entrecruzada o una nueva diferenciación llevado a cabo por

un único estudiante armado sók> con un bkx: de notas. un conoci­

miento del contexto y su competencia metódica y lingüistica.

la tercera corriente de nueva investigación multicu~raJ está inten.

tando abrirse paso a través de los limites del Estado-nación. las pala_

bras clave para poder IIevarJo a cabo son - transnacionalismo" y

.globalización., las cuaJes, como todas las palabras clave, no parecen

querer decir nada a primera vista. Por transnacionaJismo queremos

decir todos los lazos que cruzan los límites del Estado-nación; por

globalización nos referimos al fenómeno que hace que el mundo se

convierta en lo que Marshall McLuhan (1962) bautizó como -la aldea

globalo, o quizás en una ciudad global con suburbios muy distintos

entre si. Independientemente del cliché que se utilice, las prioridades

dellransnacionalismo o de la globalización muestran el mismo lamen­

table vacio entre la jerga que se utiliza pam realizar afirmaciones gene­

mies y los fiables estudios empíricos. Al intentar llenar ese hueco, hay

un amplio abanico de estudios que los estudiantes o los grupos de

estudiantes pueden afrontar empíricamente. Uno puede distinguir tres

planes de procesos lransnacionales o globales y si bien es cierto que

todos ellos interactúan, cada uno se puede estudiar: ~ pequeña escala como una o dos lamiias extendidas. Los tres planes podrían llamarse

lamilia a larga distancia, transnacionalismo político o religioso e ¡.ter·

cambio diasp6rico entrecruzado (van der Veer y otros, 1997). Eche­

mos un vistazo a la realidad empírica de cadIa uno.

La familia a larga distancia representa tcxk>s los vínculos que

mantienen las familias de los inmigrantes. o que establecen de

nuevo. con sus parientes que están -en casa,. o, como dicen a veces.

«en su tterra".2 Inidalmente suelen ser lazos económtcos: los emi­

grantes envian dinero. o invierten en volver a casa para su propio

benefICio. Sin embargo, esta economía también es de tipo moral.

Eleva o reduce el estatus moral de todos los que toman parte de

ella. A menudo aumenta el estalus precisamente de esas personas

que tienen más que perder a causa de los tmstomos de la migra·

ción: los padres de famiüa que insisten en manejar la vida de sus

esposas y de sus hijos según las reglas tradicionales Y nonmalmen­

te patriarcales (Pels, 1994; de Swaan, 1997). A menudo, las mul"­

res y los jóvenes son los primeros en acostumbrarse a las ideas y

las costumbres urbanas occidentales que acentúan la igualdad de

géneros y la libertad individual, ya que en ese sentido van dirigidos

los programas de estudios impllcitos de muchas escuelas occiden·

tales. servicios estatales, trabajos sociales. asistencia social a

menores y asistencia a mujeres (Ou Bois·Raynnond Y otros, 1994) .

La economía moral de las relaciones patriarcales se siente ofendida

y la familia a larga distancia es una forma de contrarrestar esas ofen­

sas. Al mismo tiempo, los conflictos politicos y religiosos que pade­

cen los emigrantes en la diáspora se han hecho cada vez más

intensos y lo mismo sucede con muchos conflK::tos políticos y reli­

giosos de vuelta a casa. Ahí es donde los procesos del transnacio­

nalismo alcanzan un segundo plano político Y religioso.

2. Pongo entre C()fI"Iibs -en casa .. 't -en &U tiem. ... porque loa in~es tien&n. por

t __ • en las tiefras adonde se hayan desplarw. es decir, en el palS al

supues o una ....- . I . . . hayan emigmdo. De manera bastante ertraÑl. no .»ste aun en as. oenCIM ~18'

:: ningún témino que evite las connotaciones de aheridad ,del térrrino burocrático ..país de origenoo. Por e80 prefiero recurrir a las paiabras coIoqUlakl's que I.dzan los pro-

POI inmigrantes.

Page 12: Baumann Enigma Multicultural

Los años I"IOY9rlta han enfrentado a los musulmanes con una dra­

mática polarización de las tensiooes políticas y religiosas tanto en su

casa en Occidente como en la weIta a casa en el mundo musulmán.

Lejos de apoyar a los primos que vuelven a casa o de construir una

casa para su retiro en la que regresar, kls emigrantes musulmanes

se han comprometido en djyersas organizaciones pofíticas y religto­

sas que operan tanto en su regreso al hogar como en las ciudades

de Occidente. Además, el transnacionalismo de esas relaciones se

hace mucho más comprometido: ya no está restringido a viejos o

nuevos lazos con el país de origen. A cambio, las actividades o las

luchas de la misma diáspora comienzan a atravesar también los lími-

tes del Estado·nación occidental. Un musulmán turco en Holanda

recurrirá a las organizaciones de Alemania para conseguir sus obje-

tivos sobre controversias de canlcter político O religioso; un estu·

diante turco de origen kurdo que viva en Francia recurrirá a los

iraqules kurdos de Londres para saber en qué punto se encuentra la

lucha nacional. Las organizaciones que encaman esas ruchas com-

piten para conseguir afiliados por todo los límites estatales occiden·

tales y con frecuencia consiguen ser tan eficaces entre los jóvenes

y las mujeres como entre los patriarcas.

El tercer piano de transnacionalismo y globalización atraviesa el

límite menos esperado de todos: el límite entre una diáspora y otra.

Para empezar, lo que supone en este intercambio entre diásporas es

demasiado simple. Las distintas diásporas en el mismo Estado­

nacJón occidental descubren que se enfrentan a los mismos proble­

mas. En Holanda, por regresar al anterior ejemplo, hay una diáspora

musulmana de marroquies y una diáspora musulmana de turcos.

Todo lo que el Estadio holandés da a uno de ellos no lo puede negar

al otro, aunque puede que no deseen la misma cosa. Recordando el

ejemplo anterior, los musulmanes turcos y marroquíes están de 186

acuerdo en que desean tener escuelas musulmanas financiadas por

el Estado, y lo han conseguido, pero no están de acuerdlo en qué

medida el Estado holandés debe controlar la preparación de los cié·

rigos musulmanes. La dialéctica entre la alianza entre diásporas y la

diferenciación entre ellas también se puede observar en las arenas

d identidades ooleotivu , étnicas Y nacionales e ' , para los kurdos de origen turco en Alemama, tam

. . de Holanda La Int bueno para los kurdos Iraqu",S • ~ do

diá<nnras supone un v fv·

e! . t camb'lo entre las distintas .."..._. In er • . die.t el\ot n<l

de globalización Y hasta ahora, en los ultlmos proceso . _ . ente desde que .t1n1-

he Sido capaces de estudrarlo emprncam mos .

.. n una sorprendente intensidad Y dinamismo. trab . clO co a r hacer un urgente y apasionante ato

Por lo tanto, qued po .' d I lobaüzación: el

en los tres planos del tran~~aclona~s;: 18°S d::t:S diásporas. La transfamiliar, e! pol~iCO o rehglOso Y . . '" esta telcera

.. lo hará A primer. Vls~, ió 610 es saber qUien .

cuast n s rohibida para los estudiantes. Pare-corriente de proyectos parece P a perlectamente

ro ecto un poco complicado. aunque suen . ce un P Y periód' 'cos una vez a la semana . SI"

I todo aquel que lea los I rea para leiidad y la magnitud es comple· embargo, la ecuación entre la comp ..' solo astudio de

_ P r ahora no existe ni Slqul8ra un tamente enganosa. o .' ndida dentro de k::Is tres planos

. . de una famllta exte las expenenc,as r mo o de la globalizaci6n. Un estudiante que lo del transnaclona

15 uede hacer en seis meses lleve a cabo correctamente (algo que se P . nd".

te a un metor ente !mlen de ' vestigación) contribuiría enormemen

In . esos procesos Cuanto menor sea to de cómo en realidad func""'an t me~os se vea in~uido la escala, mayor será la preciSión; cuan o

. . más importantes serán los datos. . por la J8rga te6rrca, u~icu11uralismo de .botas rolas-

Si queremos dar el paso de un m iento y como t ulticuttural de pensam

hacia una forma genuinamen e m que podemos . l ' do hay muchas cosas

portamiento multlrre aClOna , . . ra contribuir . , tudiante de ciencias 8OC'8~S que qute

hacer. A nlngun es otalmente factible, intelectualmente le faltará un proyecto que es t . so el que lleva del sólid y políticamente renovador. El primer pa , .

o . vó tres actos de replanteamiento del eOlgma 187 sueño al propóSito, IIe . la acción es la praxis: iel

cultural. El segundo paso, del propósito a '

mejor reto que existel

Page 13: Baumann Enigma Multicultural

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Ú~imos Iftulos pubOcados:

111 . M. Douglas - LB scep~idad del rfesgo S6g<ln ... ciencias SOCiales 11 2. H.-G. Gadamer- El ink:io de la fiIosoff8 occkJental 113. E. W. Sald • Representaciones del intelectuel 114. e. A. Havelock - La musa aprende ti BSCribi,. 115. C. F. Hered&ro Y A. Santamarina _ El cine negro 116. B. _fofs .Do HusserlB~ 117. H. Putnam • LB henmcia deI_1ismo 118. T. Maldonado - ¿0tJé es un intelectual? 121 . G. Vattímo- Creer que se cree 122. J . Demda.Apooss 123. N. luhmann - Observaciones de lsmodemldad 124. A Quintana - El cine italiano, 1942-1961 125. P. L Berger y T. luckmann - Modemidad. pluralismo y crisis de sentido 126. H.-G. Gadamer - MitoYralÓn 127. H.-G. Gadamer - Arte y verdad de la paJabra 129. M. Maffesoll- Elogio de la tazón sensíble 130. Ch. Jamme - Introducción a le filosofía del mito en lB época moderna y contem-ponlnea 131 . R. Esposito - El origen de la política 133. R. Aron -Introducción 8 la filosofía política 134. A. Elena . Los dnes P6riMricos 135. T. Eagleton - La función de la clftica 136. A. Kenny - La metafisJcs de la mente 137. A. VIola (comp.). Antrop%gis del desturoIlo 139. P. Barker {comp.) - VNircomo iguales 140. S . Shapln - La ~ cientffica 141 . J . R. Searte - El misterio de la conciencia 142. A. Melina y D. Ranz - La kIea del cosmos 143. U. Beck • LB democrocio y sus e<>emlgos 144. R. Freixas Y J . Bassa - El SiJXO en el cine y el cm de sexo 145. M. HorkheImer - Autoridad Y familia Y otro.s escritos 146. A. Beltrán - Galileo. ciencia Y religión 147. H.-G. Gadamer - e inicio deJa sabiduría 1411. A. A. Spitz - No y si 149. R. Flecha, J . Gómez y lo Puigvert - T80fHJ socioJóglca contempor4nea 150. G. Baumano - El enigma multicultuml 151 . E. Morin - Los siete saberes necesarios para la 8duc8clón del futuro 152. O. Marquard - Filosofía de la COInP6nS8ción

153. C. Geertz - Reflexiones ant1'OpológK;¡js sobre temas filosóficos 154. Z. Bauman - LB cultura como praxis 155. M. Canto-Spert>er - La Inquíetud monJI y la vida humana 156. J . Habermas - AcckSn ccmunicsthta y tazón sin transcendencie 157. H. Arendt - Conferencias sobre la fiIosoffa poIhice de Kant 158. Ch. Taylor - Las IIlJriedades de Ja religión hoy 159. J . Habermas - La 6tica del discurso y la cuestJ6n deis loI9t'tf8d 160. A. Jaequard Y otros -¿Une educación sin autoridad ni sanción? 161 . J .-P. Fltoussi - La democracia y el mercado 162. J . A. Sea<1e • Uber18d y neurobiologiB 163. M. Canto-Spetber y R. Ogteo - La filosofía moral y Is .,ida coticlians 164. M. Augé Y J . P. CoIIeyn - Qué es lB 8IItrop%g1a 165. R. Rorty Y G. Vattimo - El futuro de la religíOO 166. R.-P. Droít. - Entrevistas con Mlchel Foucault 167. J . Butler-Deshecerelgénero 168. J. Butlef - El género en msputa

IIV'-IV'oJr- """O

Gerd Baumann El enigma multicultural

Un replanteamiento de las identidades

nacionales, étnicas y religiosas

\\\-' PAIDÓS . ~""'V ....-,. . .....,,"""'.""""'"


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