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Santuario Diocesano de la Divina Misericordia Diócesis de Tilarán – Liberia
Costa Rica
Pocas personas conocen aún la existencia, en Costa Rica, del Santuario Diocesano de la Divina
Misericordia, perteneciente a la Diócesis de Tilarán – Liberia, localizado a escasos 3 km de la
ciudad de Nuevo Arenal. Menos aún son los que han tenido la oportunidad de visitarlo.
Representantes de la Asociación para el
Apostolado de la Divina Misericordia de Costa
Rica tuvimos la dicha de estar presentes en
este Santuario, el 21 de mayo del 2012, con
motivo de la bendición del eremitario, por
parte del Señor Nuncio Apostólico de Su
Santidad Benedicto XVI para Costa Rica,
Monseñor Pierre Nguyen van Tot, quien fue
acompañado del señor Obispo, Monseñor
Vittorino Girardi Stellin, tan cercano y querido
por el movimiento de la Divina Misericordia de nuestro país, así como por otros queridos
miembros de esta diócesis.
Sin pretender ser exhaustivos, sirvan estas líneas para compartir brevemente, con amor e
ilusión, un poquito de lo visto y vivido este hermoso día.
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El Santuario está a cargo de los Carmelitas
Teresianos de la Divina Misericordia, bajo la
dirección del Presbítero Javier Dengo Esquivel. Se
trata de un grupo de claustro, dedicados a la
oración y a la penitencia, que abre sus puertas
únicamente el primer domingo de cada mes para
celebrar la Santa Misa, a la cual se estima llegan
más de 4.000 personas, algunas de ellas desde
muy diversos y lejanos sitios.
En su Diario (numeral 1155), viendo
proféticamente los distintos tipos de grupos que
conformarían -a futuro- el movimiento de la
Divina Misericordia, ya Santa Faustina nos los
había presentado, refiriéndose a ellos como los
grupos “apartados del mundo”. Sus palabras
fueron: “El Señor me ha hecho conocer su
voluntad como en tres aspectos, pero constituían
una sola cosa. La primera es aquella en la cual las
almas apartadas del mundo arderán como
víctimas ante el trono de Dios y pedirán
misericordia para el mundo entero… Implorarán
bendiciones para los sacerdotes y, a través de la oración, prepararán al mundo para la venida
final de Jesús”.
El Santuario inició en otras instalaciones, las cuales estaban
localizadas en el casco urbano de Nuevo Arenal, trasladándose
posteriormente a las instalaciones actuales, en el campo, donde
disponen de muchísimo más terreno. Estas nuevas instalaciones
tuvieron la bendición de ser bendecidas por Monseñor Vittorino
Girardi Stellin, Obispo de la Diócesis donde se localiza el Santuario.
Al entrar al Santuario llama la atención, además de la
exquisita paz que se percibe, su extrema humildad y
sencillez, no obstante, lleno de hermosos detalles que nos
remontan al plano espiritual, y nos recuerdan, a los
devotos y apóstoles de la Divina Misericordia, distintos
pasajes del Diario de Santa Faustina.
Uno de los primeros elementos que llaman nuestra
atención es la imagen de San José con el niño Jesús en
brazos. Recordemos que San José, entre muchas
situaciones hermosas, es el patrono del Convento de Santa
Faustina en Cracovia -desde donde este mensaje se ha
propagado al mundo entero- en el que ella vivió la mayor
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parte de su vida de religiosa y, desde
donde partió al Cielo. “San José me pidió
tenerle una devoción constante. El mismo
me dijo que rezara diariamente tres
oraciones y el Acuérdate una vez al día.
Me miró con gran bondad y me explicó lo
mucho que está apoyando esta obra
(Nota: se refiere a la obra de la Divina
Misericordia). Me prometió su
especialísima ayuda y protección. Rezo
diariamente las oraciones pedidas y
siento su protección especial” (D1203).
Sobre un promontorio, en forma
imponente, se levanta el monumento a Jesús Sacramentado. “Todo lo bueno que hay en mí es
gracias a la Santa Comunión, le debo todo. Siento que este sagrado fuego me ha transformado
totalmente. Oh, cuánto me alegro de ser Tu morada, oh Señor; mi corazón es un templo en que
permaneces continuamente...” (D1392)
De seguida nos llama la atención la fuente de agua bendita, a los pies de la Imagen de la Divina
Misericordia.
“Una vez,
cuando una
de las
hermanas se
enfermó y
estaba a
punto de
morir, se
reunió toda la
Comunidad y
estaba
también
presente un
sacerdote que
le dio a la
enferma la
absolución;
súbitamente
vi una
multitud de espíritus de las tinieblas. En aquel momento, olvidándome que estaba en
compañía de las hermanas, tomé el aspersorio y los rocié con agua bendita y desaparecieron
en seguida. Pero cuando las hermanas vinieron al refectorio, la Madre Superiora me llamó la
atención a que no habría debido rociar a la enferma en presencia del sacerdote al que
correspondía tal función. Acepté la admonición con espíritu de penitencia, pero el agua
bendita da un gran alivio a los moribundos”. (D601)
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Y… por supuesto, la presencia de nuestra
Madrecita Celestial, siempre cercana al
Corazón de Su Hijo, y, al corazón de sus
hijos. “... me quedé sola con la Santísima Virgen
que me instruyó sobre la voluntad de Dios, cómo
aplicarla en la vida sometiéndome totalmente a
Sus santísimos designios. Es imposible agradar a
Dios sin cumplir Su santa voluntad. Hija mía, te
recomiendo encarecidamente que cumplas con
fidelidad todos los deseos de Dios, porque esto
es lo más agradable a Sus santos ojos. Deseo
ardientemente que te destaques en esto, es decir
en la fidelidad en cumplir la voluntad de Dios.
Esta voluntad de Dios, anteponla a todos los
sacrificios y holocaustos. Mientras la Madre celestial me hablaba, en mi alma entraba un profundo
entendimiento de la voluntad de Dios”. (D1244)
Vista general del conjunto a la entrada del Santuario
Luego de ingresar a los terrenos del Santuario y atravesar la primera parte del jardín, nos
encontramos con la nave principal, la cual tiene dos sectores de bancas en los extremos, el
altar principal en la parte central al fondo, frente al cual se encuentra un jardín central y un
hermosísimo crucifijo.
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Aspecto de una de las dos naves laterales, dominada al fondo por la imagen de nuestro muy
querido Juan Pablo II, beato, y Apóstol de la Divina Misericordia.
Aspecto de la otra nave, con la imagen de Santa Faustina. En la foto se aprecia parte del grupo
de jóvenes que con su música amenizaron este día.
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Aspecto general del jardín central, con el altar hacia el fondo, y, el crucifijo frente al altar.
Detrás del altar principal
destaca una réplica de la
primera Imagen de la
Divina Misericordia que
fue pintada en vida de
Santa Faustina bajo sus
instrucciones por el
pintor Kazimirowski. El
Padre Javier Dengo
señala frecuentemente
cuánto le agrada esa
Imagen, en la cual se ve
a Nuestro Señor
resucitado emerger de la
obscuridad.
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A la derecha
podemos observar
el detalle del
Crucifijo que se
ubica en el jardín
central,
directamente frente
al altar.
Como parte de las
actividades de ese
día, los
representantes del
Apostolado
Nacional llevaron la
reliquia de primer
grado de Santa
Faustina, y, la
“Llama de la
Misericordia”, recibida por el Apostolado en el Santuario de Cracovia-Lagiewniki, Polonia, en el
2005, con motivo de la clausura del II Encuentro Internacional de Apóstoles de la Divina
Misericordia, asociado a la misión apostólica de hacer oración y sacrificio para dar a conocer a
Dios como el Padre que es Rico en Misericordia. Por deseo del Padre Dengo, el fuego,
entregado ese día al Santuario, se mantendrá encendido en la Capilla del Santísimo, el Santo
Sanctorum. Las siguiente foto nos permite apreciar la reliquia y la llama.
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Fue en esta parte del Santuario donde el Padre Dengo recibió a los señores obispos, y les
dirigió sus palabras.
Monseñor Pierre, Monseñor Vittorino, y, el Padre Carlos Luis Aguilar S., secretario episcopal, canciller de la diócesis, y, gran amigo de nuestra Asociación.
Irradiando en sus rostros el amor y la paz que sólo Cristo da, Monseñor Vittorino y Monseñor Pierre escuchan atentamente las palabras del Padre Dengo.
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A muy corta distancia detrás de la Iglesia, sobre
un santuario, se encuentra el Santo Sanctorum,
donde se conservará la Llama de la Misericordia
encendida por nuestro querido Juan Pablo II.
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Como su nombre lo indica,
la espiritualidad del Padre
Dengo y sus hermanos se
fundamenta en el Carmelo
y en la Divina Misericordia.