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DIA DE MUERTOS
INFORMATICA PARA NEGOCIOS
JOSE RAYMUNDO MUÑOZ ISLAS
LETICIA SARAHI RIVEROS CERVANTES
DN11C
Contenido El Día de Muertos ................................................................................................................................. 1
Historia del Día de Muertos en México .............................................................................................. III
Xantolo ................................................................................................................................................... D
El Xantolo, la fiesta del Día de Muertos en Hidalgo ....................................................................... V
Forma de festejar día de muertos en mi familia. ................................................................................ H
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El Día de Muertos Es una celebración mexicana que honra a los ancestros durante el 2 de noviembre,
coincidiendo con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos. Aunque se
ve primariamente como una festividad mexicana, también se celebra en muchas
comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población México-
americana, y en una menor medida también se celebra en algunas partes de
Latinoamérica.
A pesar de ser un tema morboso, esta festividad se celebra alegremente, y aunque
ocurre en fechas cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de todas las
Almas, en lugar de sentirse temerosos de espíritus malévolos, el humor en el día
de los muertos es mucho más relajado, similar al Halloween, con un mayor énfasis
en la celebración, pero honrando las vidas de los difuntos.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México, pueden ser trazados
hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas,
Purépechas, Nahuas y Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los
ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar
los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del
inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios
Mictecacihuatl, conocido como la "Dama de la muerte" (actualmente corresponde con "la Catrina"). Las
festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos
Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las
practicas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron
el festival hacia fechas en el inicio de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de
todos los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los Santos es un día después de Halloween, donde este
último fue también un ritual pagano de Samhain, el día céltico del banquete de los muertos. Los españoles
combinaron las costumbres de Halloween con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el Día de
Muertos.
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Cercana a esta celebración se encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos Los Santos, fiesta religiosa que se celebra en muchos países de
tradición cristiana. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo
después del Pentecostés. En ella se veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario eclesial. Por tradición es un día feriado
no laborable.
Existen versiones que señalan que esta fecha fue establecida como una respuesta ante
la celebración pagana del 31 de octubre. Pero estas versiones no resultan muy sólidas
por cuanto la celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una festividad
proveniente de los Estados Unidos de América. En España, dentro de la tradición
católica se realiza una visita donde yacen los seres queridos. En Cataluña se celebra la
denominada castanyada en la que se comen boniatos, castañas y panellets. En México
se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan
el día 2 por la noche, pudiéndose consumir en ese momento.
III
Historia del Día de Muertos en México
México se prepara para otra celebración del tradicional Día de Muertos.
¿Conoces la historia del origen de la celebración?
Día de Muertos en México
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México se remontan a
la época de los indígenas de Mesoamérica. Los rituales llevados a cabo por
los aztecas, mayas, purépechas, nahuas y totonacas celebraban la vida de
los ancestros y estimaban que la muerte era solo el final de una etapa, ya
que la vida se extendía en otro universo. Dichos rituales se realizaron por al
menos 3 mil años.
El festival que se
convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno mes
del calendario solar azteca, cerca del inicio de
agosto, y era celebrado durante un mes completo.
Las festividades eran dedicadas a los niños y las
vidas de los parientes fallecidos y estaban presididas
por la diosa Mictecacihuatl, también llamada "Dama
de la muerte", esposa de Mictlantecuhtli, señor de la
tierra de los muertos. Esta deidad es actualmente
conocida como "la Catrina", personaje de José
Guadalupe Posada.
En el siglo XV, las tradiciones indígenas relacionadas con la muerte asustaron a los conquistadores
españoles, quienes intentaron convertir a los nativos americanos al catolicismo. En su afán por eliminar
dichas prácticas, movieron el festival del Día de Muertos hacia noviembre, para que coincidiese con el
Día de todos los Santos.
D
Xantolo
Dentro de la región de la Huasteca
hidalguense se celebra el día de muertos
como pocos lugares en nuestro país. El
Xantolo (palabra introducida al náhuatl por la
deformación de la frase lanita festiumominum
sanctorum, que quiere decir fiesta de todos
los santos), la tradición más importante de
esta región, la cual aún se mantiene muy
arraigada. Este peculiar culto a los muertos,
en el que se les recuerda y venera de
manera especial.
Acompañada de danzas, cantos y típicos
platillos, la celebración del Xantolo o Día de
Muertos en la Huasteca Hidalguense se
caracteriza por la devoción, el esmero y la
unión con que los habitantes de las
pequeñas comunidades que esperan la
llegada de sus familiares y amigos que ya no se encuentran con ellos.
V
El Xantolo, la fiesta del Día de Muertos en Hidalgo
La fiesta de muertos en la huasteca hidalguense (Xantolo), sorprende
por su colorido a través de los años. En Macustepetla, Huautla,
Coatlila, Huazalingo, Huejutla y Atlapexco, la celebración es sagrada.
Éstas son las impresiones de un (malogrado) viajero enamorado de
la luz, el sabor de la comida, la música y los panteones de esta zona.
Uno nunca la espera tan pronto. Siempre es sorpresiva. Pero ahí
está, acechando, seduciendo, llamando, escondiéndose detrás de las
apariencias, y mostrándose disfrazada en las múltiples máscaras
sonrientes que enseñan y ocultan, como las que se pone uno para
bailar en los días de fiesta.
Una tarde me tomo desprevenido, justo cuando estaba entretenido en desordenar la rutina; distraído. Siempre
sucede lo mismo cuando ocurre cosas importantes: a uno lo pillan; como cuando te enamoras que te rodea de
golpe una luz vibrante y sopla un viento vigoroso, y no puedes dejar de verlo y sientes como te rechinan los
cimientos... y empiezas a vivir de otra manera: empiezas a vivir y a morir.
Mi error fue no reconocerla a tiempo. Te atrae y te rechaza, te sonríe y te cachondea el alma. Ya estás perdido,
no podrás evitarla: empiezas a morir y a vivir.
En ese momento recordé las ocasiones en que vi la luna ponerse tras las montañas, las noche que me
abandoné a la plenitud suprema, los días que gocé hasta el límite un plato bien servido y sabroso... ¿Logré
robarle a la vida sus placeres?
Son regalos divididos que se ofrecen ocasionalmente, y fue lo único que pude empacar para el cambio de
domicilio, con la esperanza de que no fuera alta la tarifa por exceso de equipaje.
VI
Cuando llegó ese momento tuve la visión de escoger el lugar adecuado:
Tianguistengo, cerca de Tlahuelompa, la capital de las campanas. Fue un acierto el
insistir. En lo alto de una montaña de la Huasteca hidalguense, frontera indescifrable
con la sierra, en la cima de un nudo volcánico donde el tiempo es húmedo, fresco, con
el roció en las alas de los insectos. En ese cementerio multicolor desde el que, en los
días claros y luminosos, se pueden ver a un costado las montañas con nieve, y
cuando me atrevo a mirar al cielo lo tengo más cerca u eso me permite volar y flotar
de vez en cuando.
Tengo una ventaja extra. Cada trece lunas llegan danzantes un poco atolondrados
pero siempre respetuosos a despertarme para cruzar al otro lado. La nostalgia es
canija.
Las mujeres hilan flores para colgarlas junta al papel picado, preparan la comida para
servirla en ollitas de barro recién cocidas, adornan los altares con frutas tropicales y
prenden las velas y el copal.
Preparan la fiesta con esmero. Reciben primero a los chiquitos, a los angelitos y les dan solo tamales de ajonjolí y dulces mientras les cantan las
mañanitas: “...hoy por ser día de los muertos te las cantamos así...”.
Después llegamos a los mayores puntualmente. El camino fosforescente está tapizado de
hojas amarillas de cempasuchil, de tal manera que uno no se extravíe... la memoria se
debilita y necesita de referencias que la refresquen. Además, la vista empieza a dejar de
deslumbrarse con la luz... uno camina, flota, siguiendo el brillo polar, el reflejo de siete
colores pandeados a punto de desvanecerse, la luz plateada de los sueños y fantasías y la
transparencia de la lluvia cuando es fina y no se siente.
Hay otro gran auxilio: las voces que cantan sin temor las melodías que penetran
suavemente con la alegría y tesón.
¡Qué placer escucharlas! Es cuando uno empieza a flaquear con la nostalgia.
Voces seductoras que uno finalmente no acaba de olvidar. ¿Para qué? ¿Por qué tendría
que hacerlo?, son del pasado, son carnales, son insistentes, son bocanadas de otra vida.
La música es irresistible, la banda de metales y tambores que llaman y llaman y acaban
VII
por prender... la fiesta está preparada y es un gozo acudir con los otros, los que se han quedado sin sentirlo.
Regresar y comer esos tamales, esos inmensos, gloriosos, voluptuosos tamales (zacahuil),
acompañados de chocolate con agua. Y después unos tragos de sotol o pulque... y meterse
en la fiesta, ver el recuerdo de facciones casi desconocidas, hurgar en eso que llamaba
amor y dejar que las sombras de las nubes tracen por momentos los rasgos verdaderos
sobre esa máscara inmutables, los accidentes del viento que danzan disfrazados y no paran
hasta el día de San Andrés, a finales de noviembre.
Cuando acabamos agotados por el baile, la danza, la música que hipnotiza, y las ollas de
comida que empiezan a aparecer con menos frecuencia, la charla empieza a navegar por
causes más rápidos y traicioneros, aunque más excitantes y traicioneros, aunque más
excitantes y sorpresivos. Me preguntan con frecuencia y de soslayo ¿Y, como es la vida aquí
tan cerca de Dios y tan lejos aún de los gringos? Es un tiempo continuo, sincronizado y
armónico con la sonrisa de los niños y con la mirada de los chamanes. Es una espiral hacia
fuera, amplia, vasta; una visión panorámica sobre la selva tropical, los ríos, las grutas, las
antenas de los insectos y
las orejas de las liebres.
Es una delicia platicar sin
prisa y sobresaltos mayores del sabor de la tierra, del color de la penumbra, del eco
sordo de las pisadas del ganado, de los anhelos jóvenes y desbocados, viejos y
claridosos. Volver y nunca acabar de sorprenderse de las resquebrajaduras, crujidos
y sopetones que esconden las arrugas y cicatrices... como la tierra que no se
empapa de cuando en vez.
H
Forma de festejar día de muertos en mi familia.
En mi familia es típico poner ofrenda en casa ya que se les pone a nuestros familiares ya muertos lo que
le gustaba y se les prende una veladora para que no les falte luz además de que se les lleva flor a su
tumba.
Me fascina a mí esta época del año porque vamos al rancho de mi abuelo y convivo con mis primos.
Esta época es para festejar a nuestros familiares y seres queridos que ya no están con nosotros.