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Mérida, Yucatán a 5 de marzo de 2009.
Ariana del S. Couoh Osorio.
Discurso graduación de la Licenciatura en Economía generación 2005-10.
Maestros, compañeros y público en general.
Muy buenas noches.
Hoy tengo la gran responsabilidad y el enorme honor de haber sido elegida para ser representante y
vocera de la generación de la Licenciatura en Economía 2005-10. Tengo que admitir que durante varios
días he pensado una y otra vez lo que les diría, es más, me tomo mucho más tiempo que cuando elegí
mi vestido, zapatos y accesorios para la fiesta de graduación y ustedes saben a lo qué me refiero. Una
de mis dudas fue ¿cómo empezar?, pero no encontraba la manera de enlazar las ideas, recurrí a
relajarme y ojear fotos de momentos vividos durante estos años, y para mi sorpresa ahí estaba la
respuesta. Debo decir que estoy orgullosa de haber pertenecido a esta generación y que desde el inicio
de la licenciatura intuía que nuestro grupo tenía algo especial, algo característico que al principio no
pude definir. Con el paso de los semestres la realidad le daría la razón a mi intuición. Si ahora me
preguntan ¿Cómo recuerdo a mi generación?, o ¿Qué características nos eran propias?, afirmo que
fuimos un grupo con la particularidad de estar conformado por jóvenes con personalidades diferentes,
a saber: Chucho el Revolucionario, Christian el inquieto, Carlos, Saúl, Silverio y Roberto los
despreocupados que siempre le pusieron humor a las clases, Daniel y Ricardo los más destacados
académicamente, Hernán y su personalidad empresarial, Hansell, Gore y Miguel con su perfil de
dirigentes estudiantiles y así podría continuar con cada uno de mis compañeros. Sin olvidar que esas
mismas características nos llevaron a momentos de serios desacuerdos, enojos, discusiones profundas
pero también a gratos momentos de felicidad, debo reconocer que esto nos ayudo a ser más tolerantes y
respetuosos entre nosotros y de los otros, también; a reconocer que otros puntos de vista no son un
obstáculo sino un reto para ampliar nuestra perspectiva del mundo y de las cosas. Nos caracterizamos
por ser una generación muy participativa, inquieta, líder en organizaciones estudiantiles y
comprometida con finalizar la carrera. Recuerdo ahora varios sucesos que lo confirman como los viajes
recreativos, culturales y académicos que se realizaron por nuestra iniciativa dentro y fuera del estado.
Anécdotas sin fin que no cabrían en este discurso pero que me encantaría poder compartirles alguna
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vez. Que tal el viaje a Calakmul, el tour por San Felipe, Río Lagartos y las Coloradas, Dzibilzantun,
Molas, etc.
Me es grato recordar nuestra participación casi todos los años en el concurso de altares de Día de
Muertos, ¡un clásico de esta generación!: esperada, vivida, disfrutada y siempre dando lo mejor de cada
uno de nosotros, asumiendo la competencia que se generaba en ambos grupos pero sin que ella
desvirtuara el evento, la entrega y el compañerismo. Un evento muy destacado fue la fusión de los
grupos “A” y “B”, que a mi parecer permitió una convivencia más profunda de lo que hubiésemos
tenido al estar separados y debido a eso puedo asegurar que hoy tengo más amigos y compañeros, más
experiencias, más recuerdos, más por lo que sentirme dichosa y orgullosa.
Es preciso agradecer a la Facultad la fortuna y posibilidad de haber vivido lo que cuento, por haber
crecido en ella y permitirnos adoptarla como una segunda casa, literalmente por los días casi completos
que pasamos en ella. También agradecemos a los maestros que sí se empeñaron por dejarnos
enseñanzas y darnos herramientas útiles incluso fuera del aula y para ejecutarlas en la vida diaria; a
quienes persistieron en motivarnos, y en exigirnos más porque sabían que podíamos lograrlo, a quienes
cobijaron nuestras iniciativas y nos brindaron su apoyo para alcanzarlas. A los administrativos de cada
una de las diferentes áreas y al personal manual a quienes individualmente tuve la fortuna de tratar y
conocer. ¡Gracias a todos por todo!
Quiero detenerme brevemente para exhortarles a que sigan laborando en pro de la Facultad de
Economía y que ¡por favor!, tengan presente la razón fundante que le dio origen: “Formación del
mejor economista de la región, el país y el mundo” sin duda todavía hay mucho por hacer. En estos
cinco años no todo fue positivo hubieron ratos de desanimo, hemos platicado varios compañeros sobre
este sentir y hemos llegado a la conclusión de que uno de nuestros mayores logros fue que a pesar de la
cosas negativas, que las hay como en todas universidades, tuvimos la certeza y el valor de no desertar,
aunque para algunos, tristemente esto haya significado un conformarse para concluir y por repetir
patrones educativos establecidos. Esto me lleva a preguntarme ¿Cuáles son los motivos que ocasionan
este sentir?, ¿qué podemos hacer para contrarrestarlos? considerando que no es una problemática
reciente y que todos los que estamos aquí somos consientes de ello y por el cariño que le tenemos a la
Facultad deseamos superarlo y verla progresar, porque seguirán llegando alumnos con increíbles
potencialidades para impulsarla. Nuestra experiencia me obliga a solicitar que no desatiendan los
problemas académicos, que dejen atrás individualismos, egoísmos y envidias profesionales, que
rescaten y utilicen mejor los recursos con los que contamos. Parafraseando a Víctor Hugo “no hay
malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores”, y estoy pensando no solo en los
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maestros, también en los padres, tutores y sobre todo en nosotros mismos como estudiantes que con
demasiada frecuencia olvidamos preguntarnos: ¿Cómo me estoy cultivando?
Cuando me pidieron hablar consideré que era el momento de tocar no solo los logros, éxitos, dichas y
agradecimientos, sino que también tenía la responsabilidad de exponerles lo que muchos años atestigüé
en las aulas; se que esta oportunidad no se repetirá y que hoy que nos vamos es mi deseo decir con el
cariño y la responsabilidad de un egresado, que reconozco la deficiencias en mi proceso formación. El
que seamos alumnos destacados en ámbitos académicos y laborales, se debe al trabajo de algunos
maestros y compañeros de generación, es decir, imagínense lo que se podría conseguir si corrigiéramos
los errores y se forjara más de lo hoy se hace, construiríamos un mejor futuro y una mejor Facultad de
Economía.
Quiero dar las gracias en nombre de cada uno nosotros a las personas que fuera de los muros de la
facultad nos han formado, a nuestros padres, familiares, allegados y amigos que se esforzaron por
apoyarnos sea económica o emocionalmente mientras estudiábamos la licenciatura.
Para concluir recojo las palabras de algunos de mis compañeros que espero representen a todos los que
egresamos, que si bien esta noche y la de mañana celebraremos en grande por la satisfacción de
concluir, de ser prácticamente licenciados, no podemos dejar de preguntarnos: ¿que sigue después del
domingo?, ¿Qué hago con la carrera que tengo?, ¿Cuál es nuestro devenir en esta sociedad?, ¿A que
nos enfrentamos al egresar de la licenciatura?, ¿cuál es la función que quiero cumplir?, ¿puedo elegir lo
que yo deseo hacer?, preguntas todas inquietantes para las cuales no tengo ahora respuesta, pero que
observando la realidad de la sociedad yucateca, mexicana y mundial, me asaltan y preocupan por ser
parte de ella. La oferta laboral cada vez se torna más complicada por ejemplo el año pasado más de 400
mil profesionistas se quedaron sin empleo, otros sufrieron la desgracia de trabajar en áreas que no les
competen, recordando lo que la Secretaria de Educación Pública afirmó: la tasa de desempleo es
mucho mayor en las personas que estudiaron una licenciatura, que en las personas que solo tienen una
educación primaria o secundaria. El gobierno ha mostrado incapacidad de ofrecernos oportunidades de
desarrollarnos profesionalmente, por lo que me pregunto ¿existe una diferencia entre ser o no ser
profesionales en economía? Sin pretender ser pesimista, ni fatalista, ya que probablemente me dirían
que no hay nada que hacer, que hay que conformarse con lo que hay para continuar siendo un reflejo de
lo tanto criticamos y nos quejamos del país. Prefiero por ello pensar que hay que actuar, que hay que
aprovechar las incertidumbres de las situación económica del país para construir nuevos escenarios,
aprovechar las herramientas de análisis que aprendimos para comprender la realidad, social,
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económica, política y cultural del país y sobre todo la de nuestro estado. Los invito a que celebremos y
festejemos el inicio de esta tarea, que nos exijamos hacerlo, que nos felicitemos por ser economistas
comprometidos por hacer algo por nosotros mismos y por la sociedad a la que pertenecemos, no
olviden que la ciencia económica es una ciencia social, busca el beneficio, la optimización y la mejor
distribución de los recursos escasos de la sociedad.
Amigos y compañeros no nos conformemos, no hagamos las cosas solo por hacerla, seamos jóvenes
con ilusiones, con espíritu para actuar, responsables de nuestras acciones, hagamos las tareas por
convicción, pasión y entrega. No nos estanquemos, busquemos día a día nuevos metas para alcanzar. Y
no dudo que en un futuro, espero no muy lejano, estemos aún más orgullosos por nuestro actuar que lo
que hoy estamos por finalizar.
¡Asumamos el reto, gracias y buenas noches!