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Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos
Domingo XXV del Tiempo
Ordinario
• ¿Cómo el dueño de la viña ofrece una recompensa igual para un trabajo desigual?
• Los obreros reciben el denario estipulado, pero al ver el trato tan generoso que reciben los últimos, se sienten con derecho a exigir más. De hecho esa es la queja: “nos han tratado igual que a los otros”.
La respuesta:
• Hay una mirada engañosa que nos impide ver la bondad de Dios.
• Nos resistimos a creer que la justicia de Dios consiste precisamente en tratarnos con un amor que está por encima de todos nuestros cálculos.
• Nadie se presenta ante Dios con méritos o derechos adquiridos.
• Todos hemos sido acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos, sino por su misericordia insondable.
• Estamos llamados a superar “nuestras limitadas miradas”,
esas que nos hacen sospechar,
cuestionar, juzgar las acciones de
Dios y de los hermanos.
• El amor de Dios acerca a los que no tienen muchos méritos (a los ojos del mundo).
• A los que “no merecen una oportunidad”.
• El camino que el ser humano traza está marcado por la “justicia humana”, que muchas veces termina siendo injusticia, porque “le damos a cada quien su merecido”.
• El camino de Dios hace que se tambaleen nuestros esquemas porque aparece SU AMOR.
Enseñanza del Evangelio
• Dios no responde según nuestros méritos: “yo que siempre me porto bien me pasa esto”; sino que responde según nuestras necesidades: “vayan también a mi viña”.
• Y como Dios mira nuestras necesidades, nos da lo que necesitamos: la salvación que es para todos.
Examen de conciencia
• Cuando compartimos con los demás, ¿cómo vemos a la persona? ¿cómo alguien que merece o no merece? O como ¿alguien que necesita de mí?
Aprendiendo el camino de Dios
• Si hablamos de Dios como si lo hubiéramos “visto físicamente” es encerrarlo en los esquemas reducidos que aprendimos: “el dios de la leyes”, conceptualizado.
• no porque me va “pagar” por eso,
sino porque me ama y lo amo.
• Hablemos de Dios como Aquel que me ama y por ese amor, estoy invitado a la conversión, a las buenas obras, a ser diferente, a actuar con sensatez,
• El Dios amor es descubierto por aquellos que no tienen una “mirada interesada”.
• El Dios de la acogida y la ternura es descubierto por los que no “echan cálculos” para servir, amar, predicar, estar cerca.
Veamos diferente
… estar en su presencia, en el cielo en la tarde de nuestra vida, cuando llegue la hora de nuestra paga. • La fe no es la adquisición del
derecho a Dios, más bien Él tiene su tiempo para cada uno y recibiremos por igual ese mismo “denario” que es el Reino de Dios
Vive la alegría de ir a la Viña del Señor
• No importa la hora, la paga será la misma: la Vida Eterna.
• No cuestiones los caminos de Dios, porque no son tus caminos.
• Acepta sus dones y agradece que haya querido contar en su plan salvífico, llamándote.