REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA: EDUCACIÓN MENCIÓN: PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
EL ROL DEL DOCENTE COMO ORIENTADOR Y EL FOMENTO DE VALORES EN ESTUDIANTES
DE EDUCACIÓN BÁSICA
Trabajo de Grado para optar al Título de Magíster Scientiarum en Planificación Educativa
Autora: Prof. María Elena Valentino
Tutora: Dra. Leonirda Chourio
Maracaibo, Octubre de 2010
EL ROL DEL DOCENTE COMO ORIENTADOR Y EL FOMENTO DE VALORES EN ESTUDIANTES
DE EDUCACIÓN BÁSICA
DEDICATORIA
El presente trabajo significa en todos los sentidos un esfuerzo de superación
en mi vida, por ello se lo dedico principalmente a Dios por ser mi guía, mi apoyo en
todo momento, brindándome las fuerzas para continuar luchando cada día y seguir
adelante siempre.
A mi padre y a mi madre, por que sembraron en mí los valores necesarios para
ser quien soy hoy en día, dándome su apoyo incondicional para lograr todas las
metas a través del trabajo y esfuerzo propio.
A mis hermanos, por su apoyo en los buenos y malos momentos.
A mis sobrinos, que con sus sonrisas llenan mi corazón de esperanza.
A mi esposo y mi hijo, que representan la fuente de mi vida.
María Elena Valentino
iv
AGRADECIMIENTO
Esta tesis, ha requerido de toda mi dedicación y esfuerzo para lograr
culminarla, y no hubiese sido posible su realización sin la ayuda y el apoyo de cada
una de las personas que a continuación nombrare.
Primero dar Gracias a Dios, por estar a mi lado cada instante de mi vida
iluminando mi camino.
Agradecer siempre a mi familia, que si no fuese por su apoyo no sería quien
soy hoy en día.
A mis padres, mis hermanos, mis sobrinos, mí cuñado por el apoyo y la alegría
que le dan a mi vida la cual me da fuerzas para seguir adelante y luchar por ser
mejor cada día.
A mi esposo, por su paciencia al momento de compartir el tiempo que une a
una familia, y a un pequeño ser que crece dentro de mí brindándome fuerzas para
seguir construyendo nuestro proyecto de vida. Te amo hijo, Gabriel Alejandro.
A mi tutora, Leonirda Chourio por su colaboración, apoyo incondicional para
poder culminar la presente tesis.
También les agradezco a mis amigos más cercanos que siempre me han
acompañado y apoyado en todos los momentos de mi vida.
No menos importante, sino que he querido ser muy particular con mis
profesores por su labor de transmitir el saber, por sus consejos y sugerencias, que
me sirvieron y servirán de guía en el aspecto personal y profesional, gracias por
contribuir con mi formación académica.
Por último, quiero agradecer a todas las personas que de una u otra manera
me han ayudado y apoyado en la culminación de esta tesis, gracias, mil gracias a
todos por el apoyo brindado siempre estarán en mi corazón.
María Elena Valentino
v
INDICE GENERAL FRONTISPICIO pag ÍNDICE DE CONTENIDO…………………………………………………………………..vi ÍNDICE DE CUADROS……………………………………………………………………viii ÍNDICE DE GRAFICOS…………………………………………………………………....ix ÍNDICE DE TABLAS………………………………………………………………………...x RESUMEN…………………………………………………………………………………...xi ABSTRACT………………………………………………………………………………….xii INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………..…13
CAPITULO I EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema.……………………………………………………….....15 Formulación del Problema……………………………………………………………15 Objetivos de la Investigación......………………………………………………………..15 Objetivo General..………………………………………………………………….15
Objetivos Específicos.…………………………………………………………...16 Justificación de la Investigación.………………………………………………….16 Delimitación de la Investigación.………………………………………………….15
CAPITULO II MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la investigación………………………………………………...16 Sustentación teórica………………………………………………………………24
El Rol del Docente como Orientador….……………………………………….25 Practica del Docente como Orientador..…………………………………….28
Organización de las Clases..……………………………………………29 A nivel del Alumno.………....……………………………………………32 A nivel de la Familia……......……………………………………………33
Acciones del Docente como Orientador.....…………………………..........35 Acciones del Orientador Escolar……..………………………………...37 Acciones de Orientación Vocacional..………………………………....40
Acciones de Orientación Personal-Social..……………………………46 Fomento de Valores..………………….………………………………………..49
Valores terminales……………………………………………………………..55 Valores Personales………………………………………………………56 Valores Sociales........……………………………………………………60
Valores Instrumentales…………...……………………………………………65 Valores Éticos-Morales................…..…………………………………...67 Valores de Competencia…...….…………………………………………72
Sistema de variables…………………………………………………………………77 CAPITULO III. MARCO METODOLÓGICO
Tipo de Investigación………………………………………………………………80 Diseño de la Investigación………………………………………………………...81 Población en estudio……………………………………………………………….81 Muestra………………………………………………………………………………82
vi
Muestreo……………………..……………………………………………………..85 Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos……………………………85 Validez………………………………………………………………………………87 Confiabilidad.……………………………………………………………………....87 Tratamiento estadístico…………………………………………………………...89
Procedimiento de la Investigación.……………………………………………....89
CAPITULO IV RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
Análisis de los Resultados ……………………………………………………….91
CAPITULO V PROPUESTA
Propuesta de Lineamientos Teóricos..…………………………………………121 CONCLUSIONES………………………………………………………………………...129 RECOMENDACIONES…………………………………………………………………..133
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………………….135 ANEXOS.……….......................................................................................................141
Instrumentos para Recoger los Datos del Estudio………………………………...142 Instrumento para la Validez del Contenido…………………………………………154
vii
ÍNDICE DE CUADROS
CUADRO
1. Operacionalización de las Variable………………………………………………79 2. Población Seleccionada…….…………...………………………………………..82 3. selección de la Muestra del estudio……………………………………………..84 4. Baremo de Medición Cuestionario ROLDOC, V-08………………..……….....86 5. Baremo de Medición escala de valores FOMENVAL, V-08…..………………86
viii
ÍNDICE DE GRÁFICOS
GRÁFICOS
Gráfico Nº 1 Orientación Vocacional. Resultado de la Acción…..……………………45 Gráfico Nº 2 Valores Terminales…………………………………………………………55 Gráfico Nº 3 Valores Instrumentales……………….……………………………………66 Gráfico Nº 4 Interacción de la Responsabilidad con otros valores..…………………69
ix
ÍNDICE DE TABLAS
TABLAS
1. Tabla Nº 1 Indicador A Nivel de la Organización de Clases.…….…………..91 2. Tabla Nº 2 Indicador A nivel de los Alumnos………………………….............92 3. Tabla Nº 3 Indicador nivel de la familia….………....………………………….93 4. Tabla Nº 4 Análisis de la dimensión Practica Docente…………....………….94 5. Tabla Nº 5 Indicador Académica…………………………………………..........95 6. Tabla Nº 6 Indicador Personal……………………………..…………………....96 7. Tabla Nº 7 Indicador Vocacional…………………..……….……………………97 8. Tabla Nº 8 Análisis de la dimensión Acciones del docente Orientador……..98 9. Tabla Nº 9 Análisis de la variable Rol del Docente como Orientador..……..99 10. Tabla Nº 10 Adjetivo Calificativo Amistad……………………….……………..101 11. Tabla Nº 11 Adjetivo Calificativo Amor…. …..………………….……………..102 12. Tabla Nº 12 Adjetivo Calificativo Armonía …………………….………………103 13. Tabla Nº 13 Adjetivo Calificativo Cooperación…………….…………… .......104 14. Tabla Nº 14 Adjetivo Calificativo Justicia……….….…………….……………105 15. Tabla Nº 15 Adjetivo Calificativo Paz……………….….……….……………..106 16. Tabla Nº 16 Análisis de la dimensión Valores Terminales…...………. ........107 17. Tabla Nº 17 Adjetivo Calificativo Responsabilidad..… ………………………117 18. Tabla Nº 18 Adjetivo Calificativo Respeto………..........................................110 19. Tabla Nº 19 Adjetivo Calificativo Sinceridad………..… ………………………111 20. Tabla Nº 20 Adjetivo Calificativo Trabajo en Equipo.....................................112 21. Tabla Nº 21 Adjetivo Calificativo Convivencia……...… ………………………113 22. Tabla Nº 22 Adjetivo Calificativo Iniciativa………..........................................114 23. Tabla Nº 23 Análisis de la dimensión Valores Instrumentales..………. ........115 24. Tabla Nº 24 Resultados Obtenidos Variable Fomento de Valores...... ........117 25. Tabla Nº 25 Análisis de la variable Fomento de Valores……………….……118 26. Tabla Nº 26 Correlación de las Variables………………………………..……119
x
VALENTINO, María Elena. El rol del docente como orientador y el fomento de valores en estudiantes de educación básica. Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. División de Estudios para Graduados. Maestría en Educación. Mención Planificación Educativa. Maracaibo, 2010. p. 159.
RESUMEN
La presente investigación tuvo como objetivo establecer la relación entre el rol docente como orientador y el fomento de valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez. El estudio se ubica en el tipo de investigación descriptiva de campo con diseño correlacional de naturaleza no experimental-transeccional. La población estuvo conformada en una totalidad de 4614 sujetos, representados por 204 docentes y 4410 alumnos, tomando como muestra los 135 docentes y 367 estudiantes en atención a la fórmula de Sierra Bravo. La técnica de recolección de datos fue la observación descriptiva, aplicándose un cuestionario con 19 ítems dirigido a los docentes denominado ROLDOC, V-08, cuyas preguntas se estructuraron con una dirección positiva y en atención a la escala Tipo Lickert de 5 alternativas de respuesta y uno diseñado para los estudiantes denominó FOMENVAL, V-08, utilizando la escala de medición del diferencial semántico de Osgood. Dichos instrumentos fueron validados a través de juicio de expertos y la confiabilidad se determinó a través del coeficiente de Alfa Cronbach, obteniendo una confiabilidad de 0,944 para el diseñado a los docentes y 0,963 en el de los alumnos. Del análisis de los datos obtenidos a través de los instrumentos se determinó la correlación a partir de la prueba de correlación de Rho Spearman mediante la aplicación del Programa Estadístico SPSS v. 10.0, entre el rol docente como orientador y el fomento de valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez, cuyo resultado determinó un valor de 0,861, lo cual establece una correlación significativa en una tendencia positiva alta, lo que significa que en la medida en la cual varía una variable, en esa misma medida y proporción variará la otra variable.
Palabras Claves: Rol del docente; Acción docente; Orientador; Fomento de valores; Valores terminales; Valores instrumentales. email: [email protected]
xi
VALENTINO, Maria Elena. The role of the teacher as counselor and the development of values in basic education students. Universidad del Zulia. Faculty of Humanities and Education. Division of Graduate Studies. Master of Education. Mention Educational Planning. Maracaibo, 2010. p. 159. ABSTRACT This study aimed to establish the relationship between the teacher's role as counselor and the promotion of values among students in schools of basic education stage III of the parish Idelfonzo Vázquez. The studio is located in the type of field research design descriptive correlational-experimental transactional nature. The population consisted of a total of 4614 subjects, represented by 204 teachers and 4410 students, taking as example the 135 teachers and 367 students in regard to the formula of Sierra Bravo. The data collection technique was descriptive observation, a questionnaire with 19 items aimed at teachers known ROLDOC, V-08, whose questions were structured in a positive direction and in response to 5-Likert type scale response alternatives and one designed for students called FOMENVAL, V-08, using the measuring scale Osgood semantic differential. These instruments were validated through expert opinion and the reliability was determined using Cronbach alpha coefficient, obtaining a reliability of 0.944 designed for teachers and 0.963 in the students. Analysis of data obtained through the instruments was determined from the correlation test Spearman Rho correlation by applying the statistical program SPSS v. 10.0, between the teacher’s role as counselor and the promotion of values among students in the schools of basic education stage III of the parish Idelfonzo Vásquez, whose outcome will determine a value of 0.861, which establishes a significant a significant correlation in a high positive trend this means that as a variable which varies in proportion to that extent and vary the other variable. Keywords: Teachers' role; Action teaching; Counselor; Development securities; Securities terminals; Instrumental value. email: [email protected]
xii
INTRODUCCIÓN
La Orientación Educativa, es una práctica que desde sus orígenes se ha
realizado como un medio para situar al hombre en el lugar más conveniente; sin
embargo, en la actualidad ha tratado de dar un giro a la concepción que de ella se
ha tenido, buscando convertirla en un aspecto cualitativo de la práctica escolar
cuya meta general es la formación integral del estudiante como persona en función
de capacitar para una vida futura equilibrada y próspera.
De esto, como disciplina se busca resignificar el papel del orientador
educativo, para encontrar el sentido de su quehacer cotidiano para un mejor servicio
a los destinatarios finales de su labor: los alumnos, quienes son partícipes y
protagonistas del proceso orientador. Conocer quiénes son, cuáles son sus
problemas, cuáles sus potencialidades, sus motivaciones y cómo propiciar la
reflexión, el análisis y la elaboración de un proyecto de vida integral es uno de los
retos dentro de la práctica de la Orientación Educativa; la cual se debe desarrollar
en un plano de sentido común, desde la acción del docente quien debe ejercer
dicho rol de orientador.
Esta nueva concepción de la orientación educativa, invita a los docente a
ejercer su rol como orientadores alejada del anterior proceso algunas veces
mecanicista, instrumentalista y sin reflexión sobre la diversidad de actividades que
se realizan diariamente, para que ubicado en la necesidad de definir un marco
teórico que le permita desde su rol como orientador recapacitar sobre el impacto
que su práctica ejerce en los estudiantes, y percibir la necesidad de contar con un
sustento teórico conceptual que facilite la comprensión y conocimiento de los
alumnos.
Según esto, la labor del docente en su rol de orientador debe convertirse en
una intervención de calidad para capacitar integralmente al sujeto objeto de la
orientación, buscando enfocarlo hacia su futuro, a partir del fomento de valores que
como una dimensión que cobra relevancia en los tiempos actuales, debe estar
definida a partir de la organización del trabajo en el aula buscando favorecer la
adecuada marcha de las clases y la participación e implicación del alumnado en su
proceso de aprendizaje, con los cual se desarrollaría una cultura de responsabilidad
entre los integrantes de la acción escolar docente-alumnos-padres y
representantes, lo que reflejaría un valor positivo desde la acción educativa en el
aula.
De igual manera, teniendo en cuenta la cantidad de conflictos que vienen
atravesando un alto índices de población de niños y adolescentes, otra dimensión
que debe atender el docente desde su rol de orientador es relacionado con la
atención del estudiante como persona, este ámbito del proceso de orientación que
debe cumplir el docente se convierte en pieza clave para el éxito de la acción
educativa, donde el docente debe procurar pone al sujeto que aprende de frente
con su deber escolar, contemplándolo como un agente activo, procesador de
información, capaz de dar sentido y significación a lo que va aprendiendo.
Por último, el docente en su rol de orientador debe atender el entorno familiar
del estudiante procurando orientar las percepciones del alumno sobre el entorno.
Cada alumno es él y sus circunstancias, como orientador el docente debe incidir
sobre ellas para observar los cambios, puesto de esto se producirán nuevas
percepciones del alumno sobre él mismo (autopercepción), las cuales el docente
debe buscar orientar puesto a veces para hacer una actividad no cuentan tanto los
recursos y cualidades que se posea, como las que se creen tener.
Partiendo de lo anterior, el desarrollo de la presente investigación, cuyo
propósito fundamental fue establecer la relación entre el Rol del Docente como
Orientador y el Fomento de los Valores en los Estudiantes de las escuelas de III
Etapa de Educación Básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez, a fin de establecer
los lineamientos teóricos que permiten el desarrollo de una practica docente a partir
de estrategias de orientación mediante acciones docente que conduzcan al fomento
de los valores en la referida población escolar.
Cabe destacar que el contenido de la misma esta estructurada de la siguiente
manera: en primer lugar se plantea la problemática, los objetivos de la investigación,
la justificación y su delimitación; luego se presenta la fundamentación teórica donde
se especifican los antecedentes, así como también las diferentes teorías que
sustentan las variables y su operacionalización.
14
Finalmente se presenta el diseño metodológico, donde se describe el tipo y
diseño de investigación, la población, muestra, muestreo y técnicas de recolección
de la información para dar paso al análisis y discusión de los resultados, que
permitieron dar respuesta a los objetivos, así como al establecimiento de los
lineamientos teóricos y con ello establecer las conclusiones y las recomendaciones
del estudio. Por último se presentan los anexos que representados por todos los
recursos que se hicieron necesarios para la ejecución del proceso indagatorio de la
investigación.
15
CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del problema
Actualmente en los diversos sectores de la sociedad a nivel mundial se vienen
realizando cambios de paradigmas demarcados por el proceso denominado
globalización, el cual busca establecer transformaciones en las estructuras
organizacionales de los países, y donde el comportamiento laboral, así como el
compromiso institucional asumido por los trabajadores es fundamental para que se
consolide la participación e integración de todo el personal con miras a producir no
solo bienes y servicios, sino también se logre la responsabilidad social que cada
miembro de las organizaciones deben asumir para el progreso y avance de las
comunidades.
Ante los requerimientos del proceso de globalización, corresponde al sector
educativo la formación del recurso humano con las competencias profesionales y
personales que demandan las organizaciones a fin de poder cumplir con los
requerimientos de los sectores sociales. En relación con dicha formación, la
educación debe garantizar una plataforma docente cuya actitud muestre un
comportamiento ético basado en el fomento de los valores como pauta para
direccionar una gestión escolar capaz de conducir al estudiantado bajo un patrón
conductual impregnado de cualidades morales que deben ser modeladas por sus
docentes en el cumplimento de sus funciones.
Dentro del contexto del cambio paradigmático, en Venezuela el Ministerio del
Poder Popular para la Educación (2007), que en lo sucesivo se identificará como
M.P.P.E, busca responder a la demanda del proceso de globalización, consolidando
la formación de los estudiantes con las competencias apropiadas, partiendo de la
transformación del sistema educativo mediante la promulgación de un nuevo diseño
curricular cuyo eje de acción educativa esté dirigido a fomentar ciudadanos y
ciudadanas con principios y valores de cooperación, solidaridad, convivencia, unidad
e integración, que garanticen la dignidad y el bienestar individual como colectivo,
concibiendo la educación como un proceso indisolublemente ligado a las fuerzas
que impulsan el crecimiento cualitativo y el desarrollo del país, buscando alcanzar un
valor estratégico que contribuya a la solución de los problemas que afectan de
manera sensible al país.
La construcción del diseño curricular, de acuerdo a Calzadilla (2006), busca dar
respuestas concretas a los procesos de aprendizaje acordes con las necesidades e
intereses de la nueva sociedad venezolana, propone una función docente ganada
para el fomento de valores en los individuos que integran los grupos sociales, dando
importancia a las innovaciones en todos los aspectos de la vida cotidiana, pero
buscando la consagración de una espiritualidad, imprimiendo mayor relevancia a la
forma de pensar, decidir, y actuar responsablemente en la conformación de un
mundo más justo y humano.
Pero, dicho fomento de valores se hace dificultoso en los actuales momentos,
ya que revisando las organizaciones educativas, ésta se encuentra en condiciones
de crisis estructural, tal como lo destaca Yus (2001), al plantear que la práctica
escolar requiere urgentemente la asunción de nuevos valores, ya que no se está
realizando la formación del individuo que el cambio de la realidad social demanda, pero que las escuelas pueden transformarse en función de lograr la excelencia del
sector educativo. Dicha transformación se puede describir como compleja,
paradójica, difícil, pero no imposible; se trata de emprender una profunda revisión
que marcan el comportamiento de los actores que componen las organizaciones
educativas. Dicha revisión, debe partir del rol que desempeñan los docentes, que de
acuerdo al Normativo de Educación Básica (1980), éste no podrá ser un dador de
conocimiento, sino un facilitador de aprendizaje, un orientador, un promotor social y
un investigador.
Dichos roles los debe desempeñar el docente con el fin de consolidar su
actuación en función de lograr un producto educativo que se aproxime a las
necesidades de la sociedad, dándole la relevancia y significado de la educación
como servicio social, que debe atender las particularidades de los alumnos
fomentando el desarrollo integral de éstos para contribuir a una formación partiendo
de las dimensiones: cognitiva, afectiva, actitudinal y axiológica para la vida.
17
En cuanto al logro de dichas dimensiones, las mismas se encuentra en el
estamento de la educación básica, donde el rol del orientador, se presenta como
fundamental en la consolidación de las mismas, puesto que la orientación como
práctica educativa se concibe buscando dar respuestas a múltiples situaciones de
los niños, niñas y adolescentes, así como a los adultos significantes que intervienen
en el proceso educativo en los distintos niveles y modalidades del sistema escolar,
individuos que ameritan desarrollar la capacidad para auto renovarse,
conjuntamente con la institución y todo el sistema educativo.
De igual manera, la orientación desde el ámbito de la acción escolar, está
concebida para brindarle a los docentes herramientas técnico-pedagógicas que le
permita, tal como lo postula el M.P.P.E. (2007), asumir su compromiso social y
colectivo, buscando dar respuesta a la sociedad que demanda de la educación la
formación del recurso humano capaz de integrarse a las estructuras institucionales
partiendo de los códigos, normas y leyes, siendo la escuela la encargada de influir
en la ideología de vida y los valores de las personas, así como en sus patrones
motivaciones, laborales y en su responsabilidad social.
De allí, la orientación en la acción educativa garantizará la formación de un
recurso humano, partiendo de la revalorización de la dimensión personal del alumno,
y desde esta perspectiva se desarrollaría la educación moral, la educación cívica
que demanda la sociedad, y que debe emerger desde el claustro de los docentes,
con el objetivo que éstos sirvan de modelos para arraigar las conductas éticas que
requiere la nueva construcción de país, puesto que desde el año 1980, el Ministerio
de Educación, con la promulgación de la educación básica se busca la consolidación
de una sociedad venezolana honesta, justa y responsable, donde los valores
humanos marquen la pauta de comportamiento de los ciudadanos, tal como se
proponía igualmente en la Reforma Curricular de 1997.
La referida Reforma Curricular de la Educación Básica realizada en el año de
1997, estuvo dirigida hacia el logro de la transformación educativa buscando
alcanzar el crecimiento y fortalecimiento de la sociedad mediante el desarrollo de los
valores como elementos fundamentales para promover cambios significativos, que
condujeran a la formación de un ser humano capaz de desenvolverse en una
sociedad pluralista, en la que pudiera de una manera crítica, practicar como una
norma la vida liberal, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad y la justicia.
18
Pero, estudios realizados sobre los retos planteados por el sector educativo
desde la promulgación de dichas reformas, demuestran que los cambios esperados
en cuanto a la consolidación de un sujeto consustanciado con una conducta ético-
moral, no han sido posible, tal como lo establece la Universidad Católica Andrés
Bello (2005), al señalar que las propuestas de reforma educativa en el país, solo han
conducido a una acción en el aula para la formación de ciudadanos y ciudadanas
desarraigados de su entorno, de su realidad socio-histórico, sin conciencia y con un
desarrollo de moral alejado de un comportamiento social que permita consolidar
verdaderos proyectos histórico-sociales originados desde la escuela.
Esto permite argumentar, que para el logro de los objetivos de cualquier
reforma educativa, se requiere una actuación docente cuyo rol laboral esté
enmarcado en un alto nivel de ética profesional, y los valores denoten preocupación,
tanto por el desarrollo personal como por la organización educativa y donde sus
actitudes expresen el cumplimiento de una jornada laboral con sentido de equipo,
buscando siempre la eficacia y la eficiencia para lograr los cambios que requiere el
sistema educativo.
Para lo anterior, el cumplimiento del rol de orientador por parte de los docentes,
garantizaría el logro de unos de los objetivos de la educación como es el Aprender a
Valorar, dirigido a que los estudiantes tomen conciencia de la importancia de las
acciones colectivas y desarrollar habilidades para caracterizar, razonar, discernir,
dialogar y mediar, todo ello, desde una ética social partiendo de los nuevos
paradigmas para la construcción de sociedades.
Dichos paradigmas establecen la comprensión de la actuación de los
trabajadores en su quehacer laboral dentro de las organizaciones, puesto que sus
acciones forman parte de la estructura sistemática de las mismas y los valores de los
docentes juegan un papel fundamental, ya que se relacionan con las actitudes y el
comportamiento, y la dirección de los estudiantes dependerá de las indicaciones de
los docentes y de las expectativas que la población estudiantil tenga de sus
docentes.
En este contexto, la orientación es de gran importancia ya que lleva al docente
a convertirse en un analista de situaciones, tal como lo promulga Sánchez (2004),
19
en cuanto al rol del docente destaca que el mismo debe estar dirigido a preparar a
los ciudadanos para vivir y trabajar en un contexto cambiante donde el proceso de
innovación tecnológica y de intercomunicaciones marcan la dinámica de las
sociedades, por lo que, el docente desde su rol de orientador debe partir de la
realidad circundante del alumno para generar acciones que conduzcan a una acción
escolar dirigida a enfrentar y resolver problemas y situaciones inéditas de las
comunidades.
Asimismo, Mendoza (2003), en un estudio dirigido a establecer las bases para
la formulación del perfil del docente como orientador en la educación básica,
determinó que el cumplimento del rol como orientador del docente, en las escuelas
básicas no facilita en los alumnos aprendizajes para la vida, para ser personas, para
un oficio y, sobre todo, alumnos capaces de aprender por sí mismos.
Los resultados del estudio, señalan que la función del docente en su rol como
orientador, está alejada del compromiso social y ético que debe demostrar en
procura de las transformaciones tanto de carácter personal como comunitario
establecido en las propuestas curriculares que buscan avanzar hacia un nuevo
modelo de relación que incorpore elementos éticos y morales, que es denominado
por David Gauthier, (1986), citado por Francés, (2002), contrato moral, el cual
establece la justificación moral como modelo para una ética mínima en una sociedad
democrática y plural.
De los resultados obtenidos por Mendoza (2003), se puede inferir que el
ejercicio del rol docente como orientador supone mas que facilitar aprendizaje de
contenidos disciplinarios, debe integrar de forma, si se quiere transversal, el trabajo
sistemático y organizado por áreas especificas para el fomento de valores con
carácter ético - moral, cuyo contenido permita responder a los retos más cruciales
del momento sociocultural que se vive en la actualidad, y que se viene promoviendo
en las diversas reformas educativas propuestas en el país en los últimos años.
Para lo anterior, es importante definir el rol del docente como orientador y el
fomento de valores, que de acuerdo a Sánchez (2004), éste debe estar dirigido al
cumplimento de procesos que conduzcan a la formación de un alumnado, no solo
con conocimientos y habilidades desarrolladas mediante un currículo, sino también
que fomente intereses y valores que regulen la actuación del futuro profesional. Es
20
decir, el amor a la profesión, la responsabilidad, la honestidad que constituyen
valores esenciales y reguladores de un profesional competente, y deben ser
modelados por los docentes en el cumplimiento de sus roles.
Asimismo, Rokeach (1973), refiere que el fomento de valores constituye un
problema pedagógico complejo, el cual es comprensible a partir de un análisis de la
naturaleza del concepto del término “valor” en su función reguladora de la actuación
humana, tanto en los aspectos más transcendentales para una sociedad como son
los valores de la igualdad, justicia, solidaridad, como los más específicos, por
ejemplo, los relacionados con el orden profesional, el amor a la profesión, la
responsabilidad, reflejados por cada persona de manera diferente en función de su
historia individual, de sus interese y capacidades.
Para el citado autor, los valores son estructuras del pensamiento que se
mantienen preconfiguarados en el cerebro de cara a la supervivencia, los cuales no
poseen el mismo valor, ya que, cada uno ostenta un nivel de jerarquización y
prioridad según su importancia relativa. La importancia que se le atribuya a los
diferentes valores se va reajustando a lo largo de la vida según las experiencias,
reflexiones y las atracciones sociales que acaban influyendo en las conductas de
cada individuo. Por ello, es difícil defender que los valores sustentados por las
personas, dentro de su propia escala de prioridad relativa, sean unos mejores que
otros en términos absolutos.
Por lo que, según Rokeach (1973), los valores tendrán el valor que cada una
de las personas y las organizaciones sea capaces de darles así como la prioridad
que ellos deseen que tengan. De allí, la importancia de orientar a los estudiantes en
la conformación de una escala de valores socialmente aceptados, estos de acuerdo
al autor, se pueden clasificar en terminales e instrumentales. Los primeros son los
referidos a las finalidades deseables de existencia, es decir, objetivos existenciales,
y están representados por los valores personales y los sociales. Los valores
instrumentales, se refieren a los modos referentes al comportamiento o medios de
lograr los valores terminales, y pueden ser éticos morales y de competencias.
Quiere decir, que no siempre los valores jerarquizados oficialmente por una
sociedad son los más importantes (existencia objetiva del valor), ya que éstos
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asumidos de igual manera por los miembros de la sociedad (existencia subjetiva del
valor), desarrollan el fomento de los valores de cada individuo, y como lo establece
Yus (2001), esto no es lineal y mecánico, sino que pasa por un complejo proceso de
elaboración personal en virtud del cual los seres humanos, en interacción con el
medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen sus propios valores, que
parten de los establecidos por la sociedad misma, pero en cierta forma modificados
a la necesidades propias de las personas.
Es por ello, que Ruiz (2003), señala que en este mundo cambiante los
referentes éticos morales, es decir, los valores esenciales para la sociedad tienden a
variar y a modificarse, creando en muchas ocasiones contradicciones de difícil
resolución, para el alumnado, y es allí donde la escuela, como reflejo de la sociedad
de la cual forma parte, debe actuar para erigir los valores como un núcleo de análisis
y discusión desde un universo heterogéneo de diversos planteamientos y así, dentro
de este contexto, dirigir la acción escolar hacia el debate reflexivo centrado en el
ámbito axiológico como de factor de crecimiento y desarrollo personal-social de los
integrantes de la comunidad educativa.
En este sentido, los valores son aspectos significativos en la vida y desarrollo
del ser humano y tiene su iniciación en el núcleo familiar, donde las actitudes de los
hijos están marcadas especialmente por las conductas que observan y experimentan
en el hogar, por ello, es preciso enfatizar en el rol como orientador que debe cumplir
el docente para que puedan conducir el proceso educativo hacia la orientación de
todo el grupo familiar, integrando los valores socio-culturales en la actividades
diarias de clases, para que puedan extenderse como mecanismo de fortalecimiento
de las conductas sociales éticas.
Los docentes y los padres, son los adultos mas significativos e importantes
como vínculos entre los valores socio-culturales y los alumnos, constituyéndose en
los principales reforzadores de conductas, de allí la necesidad de coherencia entre
los valores y las conducta, entre lo que el docente exige y da a sus alumnos para
que hagan.
En este aspecto, la escuela tiene un papel importante en la formación del ser
humano, al dictar normas que deben ser acatadas a través de los docentes para
22
fortalecer los principios éticos y morales que traen los alumnos de su hogar, y así
poder canalizar y corregir sus habilidades, por ello, el rol del docente conviene ser
de orientador, compartiendo sus conocimientos, pero destacando que la escuela
tiene un papel fundamental en la transmisión y educación de los valores, por tal
motivo se hace necesario una relación entre el docente y el alumno para que pueda
existir una verdadera educación en valores.
En Venezuela, la educación es considerada eje fundamental en la vida del ser
humano que promueve, estimula y dirige su desenvolvimiento como ente social,
puesto que todo proceso social tiene la capacidad de influir sobre la dinámica para
lograr el desarrollo pleno del ser humano. En este sentido, Rivas (2001), señala:
El mundo actual esta urgido de una educación diferente con un fuerte contenido ético que permita facilitar la más armónica forma de convivencia con las nuevas dimensiones determinadas por aquellas correcciones básicas de la cultura y el saber científico y tecnológico (p.:123).
En la actualidad se impone la necesidad de una educación llamada a revisar
la pertinencia y el enfoque de los contenidos indispensables para conformar su
propia naturaleza y proporcionar una profunda sustentación axiológica, en cuya
sólida y esencial conformación, el hombre puede dar respuestas oportunas y
convincentes para sus inquietudes.
Esta sustentación axiológica tiene implicación importante en el orden
pedagógico, toda vez que permite comprender que el fomento de valores en el
currículo no se limita a un proceso simple, lineal y homogéneo de transmisión de
información del docente al estudiante como hasta hoy, que se ha considerado al
estudiante un ente pasivo para la recepción de significados, se requiere por lo tanto,
un proceso complejo de comunicación entre docentes y alumnos donde éstos
asuman una posición activa en la apropiación individual de los significados para la
construcción de sus valores.
De allí que, la educación básica sea concebida como un proceso para la
transformación del país, pero para lo cual, debe fomentarse un esfuerzo armónico,
sistemático, coherente de acciones pedagógicas dirigidas a proporcionar en quienes
23
aprenden oportunidades para el logro de objetivos educacionales y personales.
Desde esta perspectiva, los docentes a través de su rol de orientadores constituyen
el elemento fundamental para realizar las transformaciones sociales en los cambios
paradigmáticos de la educación donde se brinde una serie de oportunidades a los
alumnos para producir cambios y transformaciones no solo en estrategias
organizativas, sino en valores inmersos en las prácticas pedagógicas.
Asimismo, por constituirse los valores un tema trascendental que preocupa a
padres, educadores y políticos, diversos analistas y estudiosos los vienen
evaluando, manifestando diferentes causas que provocan la crisis de perdida de
valores, señalando principalmente a la educación, por ser la encargada de hacer
llegar a los individuos los conocimientos de los diversos contenidos con la finalidad
de optimizar su desarrollo integral para lograr una personalidad profundamente
humana construida sobre las bases de los valores, tal como lo plantea el diseño
curricular (1997), y el emergente (2008), que proponen una practica escolar sobre
una ética democrática y compartida que haga posible un encuentro interpersonal
que permita construir un mundo mas humano.
De allí que, por ser las instituciones escolares base para el desarrollo del
comportamiento y asimilación de valores se hace necesario promover en ellos la
práctica de estrategias basadas en valores que conduzcan a los estudiantes a un
futuro más cierto. Tal como asegura Lanz (2002), la pertinencia de los aprendices se
logrará mancomunando los procesos en el sentido sociocultural, cognitivo,
valorativo-efectivo; contribuyendo al establecimiento de relaciones interpersonales el
ambiente, el clima en el que vive la familia y los contactos con los individuos que
integran el grupo social.
Por lo tanto, se debe tener claro que los valores para que tengan el
significado de concientización y formación acorde con las normas, y los
requerimiento del mundo globalizante, se hace necesario el esfuerzo y el
desempeño del docente como orientador dirigiendo dicho rol al fomento de los
valores, aun cuando estos se deben iniciar en la familia, en la mayoría de los
hogares venezolanos dejan esa responsabilidad a cargo de la escuela, el desafío del
docente venezolano es crear las posibilidades de que existan esos valores y
convicciones morales en la conciencia de los individuos, todo esto con ayuda de la
sociedad. 24
Pero, la realidad de las escuelas básicas del Estado Zulia, de acuerdo a
estudios realizados por Fe y Alegría (2000), es que la actuación de la población
estudiantil se caracteriza por una marcada pérdida de valores, comportamiento que
se manifiesta desde el propio seno de las familias ubicadas en los sectores
populares hasta las de mayor rango social, pero no sólo en la familia se ha
manifestado el desinterés por los valores, sino también en las escuelas e
instituciones gubernamentales de administración escolar.
Por otra parte, la experiencia profesional de la investigadora en el nivel de
educación básica le ha permitido observar las conductas inadecuadas modeladas
por un significativo número de estudiantes de la III etapa de educación básica,
donde dicha conducta denota la ausencia de los valores trascendentales del hombre
tales como el respeto, tolerancia, amistad, compañerismo, unión, colaboración,
participación y sentido de pertenencia hacia el entorno escolar, conductas que
deben modelar las pautas del comportamiento de los estudiantes.
Asimismo, la carencia de valores se pone de manifiesto en los estudiantes y
en un importante porcentaje de miembros de la comunidad educativa en general. Es
decir, se está frente a un problema en cuanto a la consolidación de los valores,
situación donde corre gran riesgo la educación porque los docentes, pareciera que
no han internalizado los comportamientos éticos, morales, ecológicos, patrios, que
demanda la acción escolar, motivo por el cual se ha de suponer la necesidad de una
labor docente en el cumplimiento de su rol como orientador para fomentar los
valores en los diferentes planteles de la región Zuliana.
De igual manera, el papel preponderante que debe cumplir el docente en su rol
como orientador no se viene cumpliendo en las escuelas de educación básica, tal
como lo destaca Meleán (2005), en un estudio realizado en el Municipio Maracaibo,
específicamente en la Escuela Básica Sergio Enrique Fuenmayor Sánchez, en tal
sentido se presenta la necesidad urgente de fortalecer el perfil de los docentes como
orientadores mediante talleres y procesos de formación que los califiquen para
consolidar eficazmente el perfil personal y social de los estudiantes en consonancia
con las metas de la educación, dado que en el aula se manifiestan situaciones
inherentes al hecho educativo, caracterizado por comportamientos de impuntualidad,
incumplimiento de las actividades escolares planificadas, distracción en el aula por
25
parte de los alumnos, pero con mayor incidencia, actitudes que no denotan la
formación de valores y una practica social para la convivencia.
Partiendo de la experiencia educativa de la investigadora, dicha realidad se
encuentra con marcada incidencia en las escuelas ubicadas en la parroquia
Idelfonzo Vázquez, del Municipio Maracaibo, considerando urgente el cumplimiento
del rol docente como orientador para el fomento de los valores desde la acción
escolar como respuesta a la problemática que presenta no solo los miembros de la
comunidad señalada, sino la sociedad actual, que demanda una educación que
debe proporcionar a los alumnos y alumnas una educación en valores que les
permita desarrollarse como personas libres, solidarias, tolerantes, democráticas y
autónomas, para que puedan insertarse positivamente en la sociedad.
Por cuanto, en la referida parroquia, y muy particularmente en las
instituciones educativas: Liceo Bolivariano Manuel Segundo Sánchez, Unidad
Educativa Almirante Padilla y el Liceo Bolivariano Idelfonzo Vázquez, el
requerimiento de la reforma educacional que demanda un rol docente como
orientador dirigido a formar los estudiantes en base a una educación en valores, no
se está cumpliendo, por lo tanto, tampoco se está consolidando una educación en
función de desarrollar la moral de alumnos y alumnas, para que así puedan adquirir
el compromiso social y ético que los lleve a actuar con moral, facilitando la formación
de actitudes, integración, aplicación y valoración crítica de las normas que rigen una
sociedad y, por ende, una convivencia más democrática.
De igual manera, por estar dichas instituciones dentro de la selección de
planteles modelos para la implementación del nuevo diseño curricular (2008), que
demanda una educación en valores que les permita a los alumnos desarrollar
actitudes de cooperación, solidaridad, convivencia, unidad e integración, que
garanticen la dignidad y el bienestar tanto individual como colectivo, haciendo
posible que éstos puedan vivir en sociedades donde existen mejores opciones de
convivencia social, buscando no enseñar un determinado sistema de valores, sino
de facilitar procesos personales de valoración, para que cada alumno o alumna
reflexione y discierna aquellos valores que desea hacer propios, mediante un
proceso inminentemente personal y para su propia realidad personal. Por lo
26
expuesto, se considera significativo para un estudio plantea las siguientes
interrogantes de investigación:
Formulación del problema
¿Cómo debe ser la práctica del docente para cumplir su rol como orientador
en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez?
¿Qué acciones debe desplegar el docente para desarrollar su rol como
orientador en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica en la
parroquia Idelfonzo Vázquez?
¿Qué valores terminales deben consolidarse desde la acción docente en los
estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez?
¿Qué valores instrumentales debe prevalecer en la acción docente dirigida a
los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez?
Objetivos de la investigación
Objetivos Generales
Establecer la relación entre el rol docente como orientador y el fomento de
valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la
parroquia Idelfonzo Vázquez.
Diseñar lineamientos para el cumplimiento del rol docente como orientador para
el fomento de los valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de
educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
27
Objetivos específicos o Analizar la práctica del docente en su rol como orientador en los estudiantes
de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
o Caracterizar las acciones del docente en su rol como orientador en los
estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica en la parroquia
Idelfonzo Vázquez.
o Analizar los valores terminales que prevalecen en los estudiantes de las
escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
o Describir los valores instrumentales consolidados en los estudiantes de las
escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
Justificación de la Investigación El objetivo fundamental de esta investigación está dirigido a establecer la
relación entre el rol del docente como orientador y el fomento de valores en los
estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez, siendo necesario destacar que el fomento de los valores por
parte de los docentes, no debe limitarse en un proceso simple, lineal y homogéneo
de transmisión de información hacia los estudiante, donde este pase a ser un ente
pasivo en la recepción de significados, sino que como lo establece Sánchez (2004),
produzca un proceso complejo de comunicación entre docentes y estudiantes
durante las diversas actividades de aprendizaje a fin de que puedan asumir una
posición activa en la apropiación individual de los significados para la construcción
de sus valores.
Por ello, la propuesta de la presente investigación se justifica desde el punto de
vista institucional, ya que ofrecerá un marco de referencia para las estrategias
educativas de orientación que deben dirigirse a los estudiantes para el fomento de
valores, con las cuales los docentes de la tercera etapa de educación básica puedan
establecer interrelaciones con sus estudiantes promoviendo los cambios de
28
conducta en los alumnos hacia un comportamiento cónsono con las normas sociales
establecidas.
Igualmente desde el punto de vista teórico se justifica, debido a los aportes que
puedan ofrecer para ampliar el campo del conocimiento del rol de orientación que
deben cumplir los docentes para el fomento de los valores en los estudiantes de
educación básica, ese conocimiento proporcionará las bases para una mejor
comprensión de la realidad educativa, en la cual, el docente es un agente importante
como generador de transformaciones actitudinales y cognitivas en los educadores
igualmente, se espera que el presente estudio proporcione las bases para futuras
investigaciones que tomen en cuenta las variables aquí planteadas.
Asimismo, se justifica desde la perspectiva práctica, en el sentido de
proporcionará la oportunidad de poder corregir posiciones en un futuro y adoptar
conductas conformes con los valores promulgados y asumidos como tales. Por
último, el trabajo escrito permite verificar el procedimiento investigativo, así como el
uso de técnicas, métodos y herramientas de carácter científico, sirviendo de guía
para futuros estudios sobre el tema.
Delimitación de la Investigación. La presente investigación quedará geográficamente delimitada en el municipio
Maracaibo. Parroquia Idelfonzo Vázquez, específicamente en las escuelas de III
etapa, tales como Liceo Bolivariano Manuel Segundo Sánchez, Unidad Educativa
Almirante Padilla y el Liceo Bolivariano Idelfonzo Vázquez Temporalmente, se ubica
en un lapso de tiempo de un año comprendido el mismo entre los meses de marzo
del 2006 a julio del 2008.
En relación a la fundamentación teórica se sustentará en los postulados
teóricos de Curcho (2003), Kolter (2000), Guedez (2000), (UNESCO - 1996), el
Currículo Básico Nacional, M. E. D (1997) y el Diseño Curricular Bolivariano (2008).
Por su parte la variable fomento de los valores se apoyarán en las referencias
bibliográficas de Rockeach (1973), Bisquerra y Álvarez (2003), García y Dolan
(2002).
29
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
Este capítulo contempla los antecedentes o investigaciones relacionadas con el
estudio propuesto realizadas por otros investigadores, las bases teóricas que
sustentan las variables en estudio, así como el sistema de variables y, su respectiva
operacionalización, concluyendo con la definición de términos básicos.
Antecedentes del Estudio
A continuación se presentan investigaciones que anteceden al presente estudio
y cuyas variables se relacionan con el rol docente como orientador y el fomento de
valores en los estudiantes. Es significante señalar con relación a las variables, que
ambas se han investigado tanto dentro de la gerencia empresarial como en el campo
educativo. Sin embargo, no se han encontrado estudios que vinculen ambas
variables. Con relación al rol docente como orientador, sólo se reportan estudios
realizados dentro del campo educativo, dirigidos al rendimiento estudiantil, pero se
consideran importantes para el estudio, ya que los mismos representan un aspecto
dinámico dirigido a la búsqueda de los valores dentro de la función escolar.
Delgado (2007), realizó su estudio de maestría en la Universidad Rafael
Urdaneta denominado Efectos de un programa de Formación en Valores que
Fomentan los docentes en la I y II Etapa de Educación Básica. La misma se realizó
en el Grupo Escolar Marcial Hernández del Municipio Maracaibo. El estudio
respondió a una investigación de tipo experimental, con diseño cuasi-experimental
con preprueba y postprueba con grupos intactos.
La población estuvo representada por 12 docentes de la escuela objeto de
estudio. Se empleo como técnica la observación mediante encuesta; como
instrumento se utilizó un cuestionario; validado por tres expertos, la confiabilidad
arrojó un índice de 0,86. Los resultados indicaron diferencias significativas del grupo
experimental con respecto al grupo control después de la intervención arrojando una
media de 87,3 y 48,33 en cuanto a los valores éticos y una media de 92,33 y 46,4 y
48,33 respectivamente para el fomento de loa valores morales.
Se concluyó, que los docentes que reciben formación en valores incrementan el
fomento de los valores éticos y morales en la I y II Etapa de Educación Básica. Se
recomendó, a los docentes asumir permanentemente la tarea de educar los valores
pues es su responsabilidad como educador, por lo tanto debe ser coparticipe junto
con la familia y la sociedad en la formación integral del educando.
Esta investigación se reseña como antecedente ya que en el mismo se
considera la variable Formación en Valores, la cual da como resultado el Fomento
de Valores en las instituciones educativas, de allí que dicha investigación permitió la
orientación del cuadro de operacionalización en relación con la referida variable,
enriqueciendo la sustentación teórica de la misma con los aportes ofrecidos.
Moreno (2006), realizó su estudio de Maestría en la Universidad Rafael
Urdaneta titulado Supervisión Educativa en Valores y el Rol del Trabajo Docente en
las Escuelas Zulianas de Avanzada del Municipio Cabimas. La investigación se
realizó con el objetivo de determinar la influencia de la supervisión educativa en
valores sobre el rol del docente en las Escuelas Zulianas de Avanzada del Municipio
Cabimas, partiendo de los postulados teóricos de García y Dolan (2001), Rokeach
(2001) y Robbins (1999) para lo cual se realizó un estudio de campo, con diseño no
experimental. La población fue de 143 sujetos, de ellos 113 conformaron la muestra.
Como técnica se utilizó la encuesta y la escala de actitud, así como el cuestionario
en cuanto a instrumento, diseñándose una escala de medición en atención al
diferencial semántico de Osgood denominada SUPEDUVAL - M, 05 dirigida a
evaluar la variable supervisión educativa en valores y el cuestionario dirigido a
evaluar la variable actitud hacia el trabajo docente denominado ACHATRADOC – M,
05.
Para dicho instrumentos, se utilizó la escala tipo Likert de cinco alternativas de
respuesta, validados por expertos en cuanto al contenido de los ítemes,
indicadores, dimensiones y las variables de estudio. Su confiabilidad se obtuvo con
la aplicación de la formula de Alfa- Cronbach. Los resultados obtenidos fueron
analizados mediante estadística descriptiva, determinándose que mediante la
formula de Chi-Cuadrado X², la cual llevó a concluir que la influencia entre la
Supervisión Educativa en valores y la actitud hacia el trabajo docente no es
significativa en los docentes que laboran en las Escuelas Zulianas de Avanzadas del
Municipio Cabimas. 31
Dicho estudio de Moreno (2006), se cita como antecedente al considerar la
variable Supervisión Educativa en Valores, en la cual se obtuvo un amplio contenido
teórico sobre los valores y su influencia no solo en la gerencia escolar como
elemento que garantiza la excelencia escolar, sino en la formación del perfil del
egresado que se espera en el nivel de Educación Básica, donde una de las
dimensiones es la consolidación de un ser en un amplio sistema de valores
internalizados para su exitosa incorporación en la sociedad.
Marín (2005), realizo un estudio de maestría cuyo titulo era Gerencia por
Valores y su influencia en la Actitud del Docente hacia el Trabajo en la unidad
educativa “Vicente Lecuna”, municipio Maracaibo, estado Zulia. El propósito
fundamental del presente trabajo de investigación fue determinar la influencia de la
Gerencia por Valores en la Actitud del Docente hacia el Trabajo en la Unidad
Educativa “Vicente Lecuna” del Municipio Maracaibo del Estado Zulia. Para tal
efecto, se planteó una investigación de campo, con diseño no experimental de
naturaleza transeccional-descriptiva, con una muestra de 53 docentes. Como
técnica de recolección de datos se utilizó la encuesta y como instrumento la escala
valorativa, de la cual se diseñaron dos escalas bajo un nivel de medición ordinal, uno
dirigido a obtener los datos para describir la variable Gerencia por Valores
identificado como EVGV-RMM-2004 y el otro para la variable Actitud del Docente
hacia el Trabajo identificado como EVADT-RMM-2004.
Dichos instrumentos estuvieron dirigidos a establecer los valores que deben
prevalecer en el cumplimiento de las funciones directivas y las características dentro
de la gerencia educativa en la institución analizada, así como identificar los
elementos de la actitud que caracterizan el comportamiento de los docentes con el
fin de establecer la influencia de la gerencia por valores en dicha actitud docente
hacia el trabajo. En relación al establecimiento de la influencia se aplicó la fórmula
de Chi Cuadrado (X2), obteniéndose como resultados de la investigación que una
gerencia por valores moderadamente establecida será neutra dentro de una
organización educativa, y no influirá en la Actitud del Docente hacia el Trabajo.
Este trabajo al igual que el anterior se consideró como antecedente ya que
estudia la variable Gerencia por Valores, encontrándose que desde la gestión del
director se consolidan en las instituciones educativas los valores institucionales que
32
representan el marco de referencia para el modelaje de valores por parte de los
docentes y la formación de los valores en los estudiantes, de allí su relación e
importancia para con el estudio que se propone.
Urdaneta (2003), realizó un trabajo de grado titulado: “La Educación Básica
corno Transmisor de Valores en la Sociedad”, el cual, tuvo como propósito
determinar la formación de valores que orientan el proceso educativo de la tercera
etapa de la Unidad Educativa “El Guayabo” del Municipio Catatumbo del Estado
Zulia. Fue una investigación de tipo descriptiva enmarcada en la modalidad de
campo.
La muestra estuvo constituida por 10 docentes y 20 padres y representantes.
Se utilizaron dos cuestionarios validados por cinco expertos, estableciéndose la
confiabilidad con la fórmula Alfa Cronbach, por otro lado, se utilizó la escala de Likert
con tres alternativas de respuestas. Entre las conclusiones se determinó que la
escuela a nivel de Educación Básica no está afianzando los valores en los alumnos
de la tercera etapa.
La presente investigación fue relevante para el estudio al proporcionar datos
sobre el marco referencial constituido para el estudio, puesto que la misma investiga
la variable Valores, lo cual establece una relación significativa en cuanto a poder
determinar si dicha variable es fundamental dentro del proceso educativo.
García de G. (2003), presenta como requisito de grado para optar al título de
Magíster en Gerencia Educativa en la Universidad “Dr. Rafael Belloso Chacín” el
trabajo titulado: “La Relación entre la Acción Supervisoria del Director y el Fomento
de Valores Instrumentales en el Personal Docente, de las Escuelas Básicas”. El
propósito fue determinar la relación entre ambas variables, ubicando el método de
investigación en el contexto de la inducción empírica, fue un diseño en la modalidad
de campo desarrollado en la indagación correlacional.
Para recabar la información se utilizó un instrumento con un total de 44 ítemes,
12 para medir la variable Acción Supervisoria y 32 para la variable Valores
Instrumentales, el cual, fue validado a través del juicio de 10 expertos. Para
comprobar su confiabilidad se aplicó el método de las dos mitades, cuyo resultado
fue rtt = 0,76. Siendo aplicado a 138 docentes de las Escuelas Básicas del Sector
Escolar 3 del Municipio Maracaibo del Estado Zulia. 33
En dicho estudio, se llegó a la conclusión que existe una relación
marcadamente alta entre la acción supervisoria del director y el fomento de valores
instrumentales en los docentes, esta afirmación fue sustentada con el coeficiente
Pearson r = 0,71. Es importante el referido estudio con la investigación, ya que el
mismo se relaciona directamente con las variables propuestas en el mismo,
estableciendo que existe una relación entre ambos, lo cual le sirve de marco
referencial para la construcción del cuadro de operacionalización de la variable
Formación en Valores.
Mendoza (2003), realizó un estudio en la Universidad Bicentenaria de Aragua a
nivel de maestría denominada Bases para la formulación del Perfil del Docente como
Orientador en la Educación Básica. Dicha investigación fue realizada con el
propósito de determinar las características del Perfil del Docente como Orientador
en la Educación Básica en el Estado Falcón, con el propósito de establecer las
bases que permitan la consolidación de perfil ideal en los docentes en servicio.
Se partió de la búsqueda documental sobre el tema de donde se extrajeron las
teorías que sustentan las variables, asimismo las experiencias y normativas
vinculadas con la situación también fueron consideradas. (Informes de Supervisión,
tesis de grado, trabajo de ascenso, congresos, seminarios; Ley Orgánica de
Educación, Guía Práctica Educativas, modelo normativo, entre otros).
Esta investigación es de naturaleza descriptiva. Para la recolección de datos se
aplicó como instrumento un cuestionario no estandarizado. La población
correspondió a 722 docentes de Educación Básica. La muestra representó un 25 %
del total, por afijación proporcional conforme a los porcentajes de docentes de los
Distritos Escolares que integran la población, y por el muestreo no probabilístico, tipo
intencional.
En relación a los resultados se pudo determinar que un 0.6 % de docentes
poseen el título de Licenciado en Educación Preescolar, el 90 % está representado
por Maestras Normalistas y Bachilleres Docentes. El 60 % no ponen de manifiesto
las características propias del perfil del docente como orientador y no facilitan en los
alumnos aprendizajes para la vida, para ser personas un oficio definido y, sobre
todo, alumnos capaces de aprender por sí mismos.
34
Gamboa (1999) en la Universidad del Zulia, realizó su Tesis de Maestría cuyo
titulada Perfil del Orientador y Desempeño Profesional en el Contexto Educativo. La
misma tuvo como propósito relacionar el Perfil del Orientador con el Desempeño
Profesional en el Contexto Educativo. Los objetivos de la investigación fueron:
Determinar las coincidencias y divergencias existentes entre el Perfil del Orientador y
su Desempeño en el Contexto Educativo de las Escuelas Básicas.
El método de investigación utilizado es el conocido como estudio exploratorio
descriptivo en la modalidad de campo. La investigación tuvo dos poblaciones: una
referida a catorce orientadores del Municipio: San Francisco, a los cuales se les
aplicó el instrumento de sondeo inicial, sus respuestas fueron utilizadas para
elaborar la escala valorativa; y la segunda población fue de cincuenta y un
orientadores que trabajan en las escuelas básicas del Municipio Maracaibo
dependientes de la Zona Educativa y de la Secretaria de Educación de la
Gobernación del Estado Zulia, a los cuales se les aplicó la escala valorativa
denominada Perfil del Orientador y Desempeño Profesional en el Contexto
Educativo constituidas por cincuenta y un (5 1 ) ítems.
La presentación y análisis de los resultados obtenidos se efectuó utilizando los
procedimientos que brinda la estadística descriptiva especialmente el cálculo de las
medias aritméticas y pruebas de significación estadística. Los mismos permiten
determinar la correspondencia entre la capacidad objetiva de la formación de los
orientadores, con respecto a su desempeño profesional en las instituciones de
Educación Básica. AI comparar los dos perfiles real e ideal se encontraron menos
discrepancias en las características profesionales que en las personales. Así mismo,
no se encontró relación entre el desempeño profesional del orientador y su perfil
ideal.
El estudio de Gamboa (1999), aunque no resulta de data muy reciente como el
reseñado anteriormente, se considerar de gran valor para el estudio al aportar datos
significativos sobre el rol del orientador, permitiendo estructurar el cuadro de
operacionalización de la variable Rol del Docente como Orientador como elemento
fundamental para el desarrollo del marco teórico de la investigación, donde el aporte
brindado por el citado estudio condujo a la obtención de teoría sobre dicha variable
lo que facilito la construcción del marco teórico.
35
Hernández (1997), realizó su estudio de Maestría en la Universidad del Zulia
titulado Actitud de los Docentes hacia el Rol del Orientador, cuyo El propósito
general fue determinar la actitud del personal docente de las escuelas públicas del
nivel de Básica de la población de Sabana de Mendoza (Estado Trujillo) hacia el Rol
del Orientador.
Para cumplir con este objetivo se consultó la opinión de 120 docentes a los
cuales se les aplicó una escala de actitud tipo Likert especialmente construida para
este estudio. Siguiendo una metodología de tipo descriptivo y utilizando un diseño de
investigación de campo se pudo establecer que los docentes estudiados presentan
una actitud favorable hacia el Orientador como profesional y como miembro de la
comunidad educativa a la que pertenezca y lo consideran como recurso
especializado de gran valor para la institución.
También se pudo determinar que los docentes consideran al Orientador como
un profesional necesario e importante, a pesar de las fallas que presenta en el
cumplimiento de su labor y que se manifiestan a través de su inconstancia y poca
efectividad, atributos que se asocian a las normas sociales que sobre
responsabilidad hacia el trabajo tienen los docentes investigados. De estas
conclusiones queda determinada la importancia del estudio para reseñarse como
antecedente, al aportar datos significativos sobre el rol del orientador en el ámbito
educativo y como los docentes consideran dicha figura en su labor diaria.
Sustentación Teórica
En la actualidad, el proceso educativo exige un nuevo enfoque en el
desempeño pedagógico del docente, partiendo de que el docente cumple un papel
protagónico para que se logre un aprendizaje efectivo, orientando su labor a
descubrir habilidades y destrezas que constituyen indicadores de un aprendizaje
significativo en la población escolar; entendiéndose por aprendizaje significativo a
esa capacidad de aplicación de la teoría a la práctica.
Asimismo, el docente en el nuevo enfoque educativo debe tener un cambio en
la manera de enseñar y aprender; también debe adaptarse para cumplir su rol de
orientador en la población estudiantil. En este rol, su acción docente tiene como 36
objetivo ofrecer al escolar herramientas que le ayuden a desarrollar su propio
proceso de aprendizaje, y a consolidar un proceso integral dirigido a las áreas de
desarrollo del sujeto, a lo largo de toda su vida, desarrollo condicionado por la
influencia de los agentes educativos y ambientales.
Agentes educativos, tales como, la motivación, autoestima, adaptación,
socialización, y desarrollo personal, social para que desde dicha perspectiva se
promuevan los hábitos, conductas, actitudes, valores e identidad personal que
conduzca a los estudiantes a integrarse de manera proactiva y productiva a la
sociedad con el apoyo que brinda el docente desde su rol como orientador.
EL rol del docente como Orientador
Partiendo de lo expuesto, es importante la conceptualización de la orientación
educativa que de acuerdo a Bisquerra y Álvarez (2002), esta debe ser analizada
desde los siguientes niveles: histórico, prescriptivo, descriptivo, normativo crítico y
teórico, conceptual. El análisis, desde el punto de vista histórico, permite asumir su
evolución, comprender el presente y entender el futuro desde una perspectiva más
amplia, retomando las fortalezas y disminuyendo las debilidades en relación con los
nuevos enfoques y posturas acerca de la orientación.
El nivel prescriptivo implica formular propuestas y recomendaciones para el
diseño de programas, basados en resultados de investigaciones psicopedagógicas,
en teorías y modelos de intervención de probada eficacia, y la opinión de los
expertos. El nivel descriptivo tiene como objetivo describir lo que se está haciendo.
Contempla las experiencias de orientación en los centros educativos o en una
comunidad, estudios de casos, entre otros, es decir los hechos y fenómenos, tal
como suceden.
El análisis normativo se fundamenta en instrumentos legales y en elementos
que prescriben los especialistas, que sirven de patrón y/o referencia para el proceso
orientador. Por último, la reflexión crítica de la práctica de la orientación en este
caso, es un factor decisivo para la mejora de la propia praxis escolar. Las
discrepancias entre lo normativo (deber ser) y la práctica (ser) puede llevar a un
37
discurso crítico, orientado a una postura constructiva que, en última instancia,
contribuya a la mejora de el rol del docente como orientador.
Sobre el postulado teórico conceptual, se debe destacar que Bisquerra y
Álvarez (2003), indican que no existe una definición única acerca de la orientación
educativa, y tomando como premisa estos niveles, consideran importante realizar la
organización del concepto de orientación de acuerdo a su ubicación histórica, los
objetivos que se persiguen, las áreas que se indagan y las funciones que se
comparten. De esto, se define al orientador educativo como un educador
especializado que ofrece un servicio académico de apoyo directo al desarrollo de las
competencias, habilidades y valores de los alumnos; lo concibe además como un
asesor importante en la elección vocacional y para la elaboración del proyecto de
vida de los alumnos.
Los antecedentes históricos sobre la orientación constituyen una de las
principales razones para quienes se interesaban por ella, y ponen de manifiesto la
significación de una área de atención del sujeto que le atribuyeron al principio, gran
importancia para el ámbito educativo, pero que en la actualidad, dicha importancia y
valorización se encuentra olvidada, por la poca práctica de la misma en las
instituciones educativas.
Según Velaz (2005), la orientación educativa esta guiada por los principios de
prevención, desarrollo y atención a la diversidad, en torno a los cuales surge un
cuerpo teórico importante de conocimientos derivados de las investigaciones
llevadas a cabo en los centros escolares. El constructo de prevención, desarrollo e
intervención social en los centros escolares se cimienta en los enfoques
fenomenológicos, fundamentados en la teoría de Rogers (1957) y Carkhuff (1967);
en los enfoques evolutivos y de ciclo vital que explican los cambios que se producen
a lo largo de toda la vida del ser humano, y en los enfoques psicosociales que
propugnan Vygostky (1984), Coll y Marchesi (1990), entre otros, los cuales tienen
vigencia y pertinencia actual.
Así, es como el plano teórico conceptual de acuerdo a Bisquerra y Álvarez,
(2003), tiene especial significación en los planteamientos de la orientación que en
las últimas décadas se ha manifestado como una de las áreas esenciales de la
educación, cuyo objetivo es el desarrollo humano. 38
Sánchez y Valdés (2003), en relación al concepto de la orientación educativa
en el nivel de la Escuela Básica, lo consideran como un proceso continuo que
comienza en el nivel inicial y se ofrece durante toda la vida. Se concibe como parte
integrante del proceso educativo y por tanto responsabilidad de todos los agentes
educadores; padres, docentes, directores, comunidad y los propios alumnos.
En la investigación que se plantea, el significado de la orientación educativa,
será analizado desde el enfoque del rol del docente que debe cumplir como
orientador educativo en el aula de clase, para que se pueda cumplir la orientación
como proceso integrado en la práctica pedagógica diaria con plena participación de
los agentes educativos a través de las estrategias de orientación que se deben
desarrollar para que se pueda utilizar su practica, acciones y actividades en el
fomento de los valores en los estudiantes.
En dicho constructo, la línea rectora que orienta filosófica, psicológica,
sociológica y educativamente la investigación se apoya en una concepción de la
orientación como un proceso integral dirigido a las áreas de desarrollo del sujeto, a
lo largo de toda su vida, desarrollo condicionado por la influencia de los agentes
educativos y ambientales. Como consecuencia, la motivación, autoestima,
adaptación, socialización, así como el desarrollo personal, social y escolar del
alumno que recibe una notoria influencia de su medio, desde el que se promueven
los hábitos, conductas, actitudes, valores e identidad personal.
Partiendo de lo anterior, es importante señalar que cuando en el quehacer
diario a los docentes les toca asumir el rol de orientadores educativos ingresan a un
campo desconocido, donde no han sido ilustrados a orientar y tienden a enfrentar los
retos de su práctica orientadora reproduciendo lo que a su vez otros orientadores
realizan en la cotidianidad.
No obstante, es significativo preguntarse. ¿Qué tan ético será orientar a alguien
sin tener claro el cómo, por qué y para qué?; en este sentido y antes de continuar
con el análisis valdría contestar a las siguientes interrogantes: ¿Cómo debe realizar
el docente su práctica orientadora? ¿Cuáles son las acciones a ejecutar? Y ¿qué
actividades debe cumplir en su rol de orientador? Aunque en la actualidad parece no
haber respuestas explícitas, ni claras, sí existen ideas, las cuales se desarrollarán a
continuación. 39
Practica del Docente como Orientador
En las instituciones de educación básica, con frecuencia los docentes son
profesionales que provienen de diversos campos disciplinarios de la educación, tales
como la pedagogía, psicología o sociología y un gran número de ellos cuentan con
una formación que tiene que ver con el área educativa, permitiéndoles incursionar en
ésta, partiendo en muchos casos de una inclinación personal a este quehacer, o por
la opción laboral que en un momento determinado se les presenta, pero los mismos
no poseen formación especifica sobre el área de orientación.
En el nivel de la educación básica, existen diversos documentos normativos
que definen y especifican el área de orientación, se define al orientador educativo
como un educador especializado que ofrece un servicio académico de apoyo directo
al desarrollo de las competencias, habilidades y valores de los alumnos; lo concibe
además como un asesor importante en la elección vocacional y para la elaboración
del proyecto de vida de los alumnos.
Por su parte, Sánchez y Valdés (2003) mencionan que el orientador es un
profesional que está especialmente preparado para evaluar las habilidades de una
persona, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores
ambientales que influyen o son importantes para una decisión. Estos autores
destacan que el orientador debe estar capacitado para describir y explicar los
factores que intervienen en el desarrollo de una carrera; los factores que intervienen
en la vocación de los alumnos y tener una formación sólida en psicología,
pedagogía, educación y desarrollo humano.
De estas aseveraciones, los autores parten para indicar que todo docente en su
practica como orientador debe poseer un perfil académico educativo, que les
acerque al profesional de orientación, de ahí que mencionan que el docente en su
rol como orientador debe tener conocimientos pedagógicos y psicológicos, además
de ser hábil en entrevista, comunicación, manejo grupal y en desarrollar las
competencias en la lectura y el estudio en los alumnos. Así, vemos que le
corresponde interactuar directamente con los actores principales del proceso
educativo, es decir, los alumnos, pero también con docentes, directivos y padres de
familia. 40
Respecto a la práctica del docente como orientador, Díaz, (2000), citado por
Meneses (2002), menciona que la mayoría de los orientadores desempeña su
función dependiendo del contexto en el cual trabajan; por lo cual un orientador
puede inscribir alumnos, revisar en la entrada el uniforme, vigilar el descanso,
concentrar calificaciones, sancionar alumnos, diseñar gráficas de aprovechamiento,
realizar reuniones de análisis con profesores, convocar a padres para firmar boletas,
dar terapia individual, organizar jornadas de ambientación y ornamentación en su
institución, organizar ferias de Orientación Profesiográfica, campañas contra las
adicciones o promover la elaboración de proyectos de vida con sus alumnos. La
autora menciona que ante las múltiples actividades cotidianas de su labor, el
docente como orientador difícilmente tiene tiempo de cuestionar su práctica y más
aún de conceptualizarla; sin embargo, no se refiere a la simple búsqueda de
definiciones en los libros, sino a la construcción, la reflexión y el análisis de las
acciones.
A su vez, Zarzar (2002), tomando como referencia el trabajo del orientador,
hace una tipología compuesta por niveles sobre las diferentes prácticas que
distinguen de manera particular la situación actual del docente en su rol como
orientador educativo. Estos niveles parten de la conciencia de los orientadores ante
su labor, es decir, la conciencia con la que enfrentan los problemas en su práctica
orientadora.
Por su parte, Boronat y Molina (2004), señalan que en el campo de la
orientación educativa se han realizado diversas investigaciones que debaten
ampliamente los aspectos relacionados con la formación de los estudiantes y el rol
que deben cumplir los docente como orientadores, especificando que se debe
trabajar en tres niveles específicos: a nivel de la organización de las clases, a nivel
de los alumnos, así como en la participación de la familia y demás agentes
educativos en el proceso formativo del alumno.
Organización de las clases
Teniendo en cuenta la cantidad de conflictos que se están produciendo en este
ámbito, y para favorecer la adecuada marcha de las clases, la participación e
41
implicación del alumnado en su proceso de aprendizaje, el asesoramiento del
docente en su rol como orientador se convierte en pieza clave.
En la organización de las clases, sus funciones de acuerdo a Tapia (2005),
pueden ser las de evaluar el clima y el funcionamiento de la organización a través de
la aplicación de cuestionarios, entrevistas y/o buzones de participación, ya que a
través de estas estrategias puede el docente identificar insatisfacciones o problemas
y sugerir medidas encaminadas a corregir los dificultades de organización, mediando
en los posibles conflictos. De lo anterior, se puede indicar que esto conllevaría a
decisiones sobre la organización, que plasmadas en los proyectos de aprendizaje
del aula, resultan relevantes a la hora de responder de manera flexible a las
necesidades del alumnado y a su diversidad.
Por su parte, Arencibia (2002), que una adecuada organización de las clases
fortalece la disciplina como un valor positivo, con sentido educativo y orientado al
fomento de una cultura de la responsabilidad. En relación con la disciplina,
infracciones y sanciones, puede corresponder al orientador evaluar el
funcionamiento y la eficacia del régimen disciplinario, proponer, en su caso, las
modificaciones pertinentes y asesorar la adecuación entre faltas y sanciones en
cada caso concreto, sin que ello suponga que el orientador se convierta ni en el
agente disciplinario, ni en el "abogado defensor" del alumno, como pasa en muchos
casos.
De igual manera, Bizquerra (2004), señala que está subdimensión para el
docente en su rol de orientador, le conlleva a la utilización de una metodología de
enseñanza adecuada para promover el aprendizaje significativo de los contenidos
escolares. Este momento de organización le enlazaría su deber de orientar a sus
alumnos con el proceso de la formación permanente que deben recibir tanto de
índole personal como académica.
De lo planteado es conducente referir que las decisiones que definen el marco
de actuación que deben seguir los alumnos ha de adoptarse colectivamente, y la
organización de las clases permite establecer la negociación del proceso educativo
entre los alumnos y el docente, cumpliéndose el rol de orientador simultáneamente
con el de formador o facilitador de procesos de aprendizaje. 42
En otras palabras, quién, cómo y cuándo identifica las necesidades de
formación del alumnado, asumiendo las iniciativas correspondientes, tanto el
docente como el alumno, donde el docente en su rol como orientador puede
intervenir a través de la atención directa o indirecta, facilitando recursos, asesorando
las decisiones acerca de la formación a seguir, o informando acerca de cuestiones
que afectan al proceso de enseñanza-aprendizaje mediante la motivación, atención,
comprensión, y/o evaluación.
También Velaz (2005), indica que el actual ámbito educativo parte de un
modelo de enseñanza-aprendizaje centrado en los procesos de aprendizaje, es
decir, el énfasis se pone en el sujeto que aprende, contemplado como un agente
activo, procesador de información, capaz de dar sentido y significación a lo que va
aprendiendo. De allí, la actividad del docente siempre debe centrarse en el
desarrollo personal de los estudiantes y en el logro de los aprendizajes previstos en
el currículum.
En consecuencia, el docente en su rol de orientador debe dejar de ser el
principal transmisor de información a los alumnos y convertirse en mediador
intermediario entre la cultura y los estudiantes. Un gestor de conocimientos que
orienta los aprendizajes, un guía (tanto a nivel general del grupo clase como a nivel
individual de cada estudiante) a partir de la prescripción (y a veces también de la
creación) de recursos educativos y actividades de aprendizaje (presenciales y en las
redes virtuales), debe orientar el acceso de los estudiantes a los canales
informativos y comunicativos, entre ellos los ciberespacios, donde se debe guiar la
selección y estructuración de la información disponible, haciendo una evaluación
formativa y asesora, gestionando dinámicas de grupos y motivado a la utilización de
información de carácter científico.
En cuanto a lo expuesto, Velaz (2005), plantea que en la sociedad de la
información, el modelo de docente cuya actividad se basa en la clase magistral es
obsoleto. Las redes telemáticas pueden llegar a sustituir al profesor si éste se
concibe como un mero transmisor de información. El docente debe ser un conocedor
de su materia, pero además ha de aprender a ser un experto gestor de información
sobre la misma, un buen administrador de los medios a su alcance y, desde esta
orientación, dinamizar el aprendizaje de sus alumnos. 43
Es conducente indicar, en referencia a lo señalado por el autor, que el docente
no puede ni debe competir con otras fuentes informativas, sino erigirse en su rol de
orientador como un elemento aglutinador y analizador de las mismas. En el
momento que se vive no basta con saber el contenido de la materia para enseñar
bien. La tarea del profesor se dirige a que los alumnos aprendan por ellos mismos,
para lograr este propósito realizarán numerosos trabajos prácticos de exploración.
Aparece así la figura del profesor como orientador, la cual no debe estar
centrada en la transmisión de conocimiento, asentado en bases de poder, sino
entendiendo su rol como orientador perfilándose como un docente capaz de
preparar oportunidades de aprendizaje para sus alumnos, mostrándose como una
figura de tutor del proceso de aprendizaje, detectando las necesidades educativas
que requieren alguna forma de adaptación, mediante procesos de evaluación
psicopedagógica que establezca el nivel de desarrollo social, personal e intelectual
de los alumnos. A nivel del alumno
En el vasto campo de la orientación, y en el caso específico de los alumnos se
han realizado diversas investigaciones, tales como las de Mora (1999), Aponte
(2000), Artahona (2002), Terán (2002), entre otros, coincidiendo en señalar que: los
alumnos necesitan atención en la formación de hábitos de estudio, relaciones
humanas, comunicación, cuidado personal, manifestaciones de afecto, tolerancia y
comprensión. También refieren dichas conclusiones, que algunos niños se
muestran tímidos, retraídos, y con escaso interés y motivación hacia las actividades
escolares, y a estos se les presta poca atención, ya que en las instituciones
educativas particularmente en la educación básica se práctica, a juicio de Casado
(2007), no se practica una orientación de carácter asistencial y remedial, centrada en
el alumno que presenta problemas de tipo personal y escolar, tales como bajo
rendimiento, inasistencias injustificadas e indisciplina en el aula.
La relación inteligencia rendimiento ha sido una preocupación constante de
investigadores tales como Gimeno (2000), Rodríguez (1999) y Sánchez (1993),
quienes llegan a la conclusión que la inteligencia y las aptitudes mentales,
44
especialmente la comprensión verbal y el razonamiento abstracto, pueden
considerarse variables que predicen el rendimiento. En el campo del rendimiento
escolar, los aspectos de la personalidad más estudiados han sido: la motivación, el
autoconcepto, rasgos de estabilidad emocional, la ansiedad. El autoconcepto y la
motivación aparecen en la mayoría de las investigaciones como predictores del
rendimiento.
Para Bisquerra y Álvarez (2003), la diversidad de necesidades que presentan
los alumnos demandan el apoyo del docente en su rol como orientador en los
siguientes aspectos: La necesidad de todo individuo de tomar decisiones
vocacionales y de cualquier otro tipo a lo largo de toda la vida, la creciente
complejidad de la sociedad y de la estructura laboral, lo cual hace difícil para el
individuo asimilar y organizar los datos necesarios para tomar decisiones, la
necesidad del autoconocimiento y la autoestima, como factores condicionantes del
desarrollo personal, una necesidad de búsqueda de valores que le den sentido a la
vida frente a la deshumanización.
A nivel de la Familia
En el plano de la relación padres e hijos y familia-escuela se han llevado a cabo
numerosas investigaciones, destacamos las de Maccoby y Martín (2000), Palacios
(1998), y Triana (1993). Los trabajos realizados por los referidos investigadores
consideran que los docentes orientadores si propician acciones de orientación a las
familias de los estudiantes pueden influir para acentúar la obediencia y el respeto a
la autoridad, generando el intercambio comunicacional entre los padres e hijos.
De igual manera, señalan que desde sus acciones pueden lograr que los
padres se muestren más cariñosos con sus hijos, dando respuestas asertivas a la
curiosidad, la ambición, la independencia y la creatividad, hablando mediante un
lenguaje más complejo y razonando más con ellos.
Las citadas investigaciones reflejan la importancia de las acciones que debe
realizar los docentes en su rol como orientadores durante sus labor educativa, lo que
los lleva a brindar atención al alumno en las áreas personal, social y escolar, así
45
como la necesidad de asesoría y ayuda a los padres para participar activamente en
el proceso de cambio y desarrollo de sus hijos y /o representados.
En el ámbito de la integración familia-escuela, Hereu (2000), llevó a cabo una
experiencia de integración de los padres con la finalidad de dar respuesta a las
necesidades e insatisfacciones de las familias por el marcado énfasis dado al
aprendizaje de conceptos y dominio de conocimientos más que al desarrollo
personal-social. Como resultado de la experiencia, obtuvo un mayor compromiso de
los padres hacía los niños y una buena disposición para integrarse y participar en las
actividades programadas por el centro. De igual manera, el anterior autor postula
que el docente en sus acciones como orientador debe:
• Promover en la sociedad el reconocimiento de la familia como comunidad de
vida íntima cuya estructura de relaciones basadas en el amor incondicional hacia
sus miembros resulta fundamental para el equilibrio y plenitud de la persona, por lo
que exalta su valor y procura su sitial fundamental en el hogar.
• Prevenir situaciones que puedan afectar negativamente a la familia y a sus
miembros, orientando las posibles situaciones conflictivas que surgen en la vida
familiar, además de las consecuencias de la problemática psicosocial y la
repercusión de esta en la persona, en la dinámica familiar, y en la sociedad. La
función preventiva la realiza a través de técnicas educativas dirigidas a la
comunidad, al núcleo familiar o a sus miembros, como también a través de
investigaciones que aporten elementos significativos que faciliten el diagnostico y la
orientación adecuada a la problemática especifica de la familia.
• Orientar y guiar a la familia y a sus miembros hacia su desarrollo y plenitud,
asistiéndola en su normal crecimiento y en el encuentro de soluciones a su
problemática en forma libre y responsable; además de orientarla en relación a
acciones y programas de intervención relacionadas con su realidad concreta.
• Educar en conjunto con la institución educativa (equipos multidisciplinarios,
colaboración con profesores, orientadores vocacionales, entre otros), para que la
familia ejerza positivamente su rol como primer responsable de la educación de sus
hijos, especialmente en el área de formación de valores morales y virtudes.
46
• Capacitar a la familia, a los padres y a sus miembros a asumir y ejercer en
forma positiva y eficaz su rol con respecto al logro de la plenitud de sí mismos y de
los otros; a través de la organización de talleres, de Escuelas para y de padres, de
encuentros familiares, del adolescente entre otros.
• Por último, debe hacer del conocimiento a los miembros de las familias las
técnicas y estrategias ha desarrollar de modo que la familia y sus miembros
enfrenten sus etapas, procesos y desafíos adecuadamente; además de realizar
acciones tendientes a educar a la comunidad acerca del valor de la familia y de la
persona humana y su necesaria protección.
Acciones del Docente como Orientador
Sánchez y Valdés (2003), mencionan que el orientador en su acción debe
ser un profesional que este especialmente preparado para evaluar las habilidades
de una persona, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los
factores ambientales que influyen o son importantes para una decisión. Estos
autores destacan que el orientador debe estar capacitado para describir y explicar
los factores que intervienen en el desarrollo de una carrera; los factores que
intervienen en la vocación de los alumnos y tener una formación sólida en
psicología, pedagogía, educación y desarrollo humano, con lo cual puedan
desarrollar los niveles de la acción orientadora.
Al respecto, Meneses (2002), tomando como referencia el trabajo del
orientador, hace una tipología compuesta por cuatro niveles sobre las diferentes
acciones que debe realizar un docente. Estos niveles son de conciencia de los
orientadores ante su labor, es decir, la conciencia con la que enfrentan los
problemas en su práctica orientadora.
El Sentido Común es el primer nivel; en él la acción orientadora es llevada a
cabo por orientadores que han llegado al puesto de manera fortuita. La mayoría
de los orientadores empiezan a trabajar sin más herramientas que las que el
sentido común les ofrece. En algunas ocasiones se empieza a trabajar en este
nivel, pero el orientador se encuentra con una serie de dificultades que no puede
47
enfrentar con el sentido común y para las cuales necesita otro tipo de
herramientas tanto teóricas, como técnicas. Es entonces cuando tiene la
necesidad de pasar a otro nivel de trabajo.
En el segundo nivel se ubica la Técnica, en este nivel el orientador emplea
elementos técnicos como tests, para tratar de encontrar respuesta a los comos de
su trabajo, de tal forma que se busca una gran cantidad de instrumentos en su
afán de hallar la cientificidad de sus prácticas. En este caso se conceptualiza a la
Orientación como un trabajo de análisis de las características de la personalidad,
del temperamento, carácter y de las habilidades. El orientador fundamenta las
acciones que llevan a cabo con los alumnos en un enfoque psicologista y
biologista que considera constantes las características del ser humano, por lo
cual cree conveniente analizar sus rasgos.
La Teoría es el tercer nivel de conciencia; en él, el docente orientador se
detiene a reflexionar un momento en las diversas actividades que realiza
diariamente y empieza a plantearse la necesidad de definir un marco teórico, de
leer algunos libros sobre Orientación, de cuestionarse sobre su práctica, de
escribir sus reflexiones, de compartirlas y difundirlas con otros docentes-
orientadores. Cuando trata de sustentar su práctica o ubicar las acciones de
Orientación que se está realizando, el orientador se ubica en este nivel.
Sin embargo, Zarzar (2002), menciona que la mayoría de los orientadores
no han llegado a este nivel, puesto que están tan involucrados en sus tareas
diarias que difícilmente tienen tiempo de sentarse a reflexionar sobre el impacto
que su práctica ejerce en los estudiantes. La Conciencia Política, es el cuarto
nivel con el que se puede realizar la labor de orientación. En este nivel, el
orientador es consciente de su posición, de su ubicación dentro de la escuela,
dentro del sistema educativo, y manifiesta una actitud crítica ante las
disposiciones oficiales cuestionando su pertinencia y viabilidad hacia la
comunidad escolar en general y hacia los estudiantes en particular.
Tener conciencia política es asumir una actitud hacia la vida y frente a la
escuela, que permite a los maestros y a los alumnos reconocer que ambos son
48
capaces de aprender y crecer al mismo tiempo. Ambos toman conciencia de que
están inmersos en un sistema político que busca reproducir su ideología a través
de la escuela, de tal modo que tal conocimiento les permita asumir posturas
reflexivas que los alejen de ser sólo los instrumentos para que otros logren sus
metas. En este sentido, el docente-orientador educativo con conciencia política,
junto con sus alumnos, es el que posibilita una actuación tendiente a buscar una
conciencia social.
Esta caracterización de la práctica del orientador ayuda a describir su
desempeño; sin embargo, no basta con saber en qué nivel o lugar se puede
colocar cada orientador. Se requiere, además, de reflexionar sobre el trabajo
mismo; una actitud abierta y propositiva que tenga como bandera al
profesionalismo. Para ello, es necesario que el docente-orientador tome
conciencie de qué forma parte de un gran sistema que persigue intereses bien
definidos por la política educativa a los cuales sirve.
Acciones de Orientación Escolar
De acuerdo a Curcho (2001), La Orientación Escolar es un proceso educativo a
través del cual se asiste al alumno, con el fin de que éste puede obtener pleno
rendimiento en sus actividades escolares, formular y realizar planes según sus
aptitudes y sus intereses y así alcanzar más armoniosamente los fines últimos de
una educación integral.
Aunque una de las principales responsabilidades del docente es procurar al
alumno el dominio de conocimientos y habilidades, través del proceso de
aprendizaje, dicho proceso lo logrará el docente si asume las acciones de orientar a
sus alumnos. El maestro o profesor, por su papel esencial de educador, por la
posición básica que ocupa y por su estrecho contacto con los alumnos, se encuentra
en una posición inmejorable para orientarlos. Un docente que se preocupa por el
bienestar del alumno, que trata de entenderlo y aceptarlo, le proporciona
experiencias educativas estimulantes y satisfactorias, y le ayuda a ver lo bien que
está realizando su trabajo escolar o cuándo necesita mejorarlo, ya que con esto
contribuye a su desarrollo integral, emocional, educativo y, por tanto, a su
49
orientación. Igualmente, cuando respeta cada alumno como persona, procura saber
que es lo mejor para ayudarle a convertirse en una persona auto-disciplinada e
independiente, y lleva a cabo el propósito de las acciones específicas de la
orientación escolar.
Con respecto a las acciones escolares del docente como orientador, Díaz,
(2000), citado por Meneses (2002), menciona que los docentes en su acción
académica como orientadores debe desempeñar su función dependiendo del
contexto en el cual trabajan; por lo cual, un orientador puede inscribir alumnos,
revisar en la entrada el uniforme, vigilar el descanso, concentrar calificaciones,
sancionar alumnos, diseñar gráficas de aprovechamiento, realizar reuniones de
análisis con profesores, convocar a padres para firmar boletas, dar terapia individual,
organizar jornadas de reforzamiento en su institución, organizar ferias de Orientación
Profesiográfica, campañas contra las adicciones o promover la elaboración de
proyectos de vida con sus alumnos.
La autora de igual manera menciona, que ante las múltiples actividades
cotidianas de su labor, el docente como orientador difícilmente tiene tiempo de
cuestionar su práctica y más aún de conceptualizarla; sin embargo, no se refiere
a la simple búsqueda de definiciones en los libros, sino a la construcción, la
reflexión y el análisis de conceptos y teorías, lo cual no se debe compara con
definiciones llanas de libros o documentos.
De lo anterior, se puede indicar que al docente como orientador escolar, le
corresponde interactuar directamente con los alumnos; dentro se sus funciones
es responsable de la adaptación de los alumnos a la escuela, de atender los
problemas escolares de conducta, rendimiento académico, deserción escolar,
apoyo a los estudiantes para que desarrollen un sentido analítico, critico y
reflexivo, que les permita generar alternativas de solución a sus dificultades
familiares y emocionales, así como propiciar la toma de decisiones exitosas,
oportunas y adecuadas.
De acuerdo a Bisquerra y Álvarez (2003), las tendencias hacia donde se dirigen
los cambios en orientación escolar, se podrían agrupar en torno a cinco grandes
ámbitos: 50
- Se debe concibir como un proceso continuo que se inicia en las primeras
edades educativas y se prolonga durante toda la vida.
- Impone un cambio en el modelo de actuación de los docentes para asumir el
rol de agente de cambio y dinamizador de los procesos de innovación educativa.
- El alumno, sujeto de la orientación escolar, debe ser considerado como
agente activo de su propio proceso de escolar, a través de una participación activa.
- Potenciación de la orientación en las diferentes etapas escolares para reforzar
el proceso educativo, estimular su aprendizaje, preparar para las transiciones.
Por su parte, Bisquerra (2004), señala que el docente en la orientación escolar
tienen ante sí nuevos retos: el afrontar la diversidad del alumnado, el acompañarle
en su proceso de aprendizaje, el ayudarle a transitar por diferentes itinerarios
educativos y socio-comunitario y el facilitarle un desarrollo integral que le prepare
para la vida. Esto sólo se puede desarrollar si el docente asume su función
orientadora, aunque no sea plenamente consciente de ello. No se trata de convertir
a los docentes en orientadores; sino de hacer más explícita su implicación en el
desarrollo del alumno como persona. Esto supone un mayor protagonismo de cada
profesor como guía y facilitador (orientación) del proceso de aprendizaje de su
alumnado, como acompañante en sus transiciones académicas y como facilitador de
un desarrollo integral (cognitivo y emocional) que le prepare para la vida.
De aquí derivan algunos de los retos actuales y que implican a los docentes en
sus acciones de orientadores, para mejorar la actuación académica de los alumnos,
deben asumir proyectos dirigidos a formar la personalidad integral del alumnado y
preparar para la vida. Esto supone un trabajo en equipo, que va a exigir
comprensión mutua y colaboración continua entre los docentes y los padres y
representantes, cuyas relaciones deben reconocer y potenciar la orientación como
un factor de calidad educativa y como un potente instrumento de mejora social a
través del desarrollo personal.
Para Sánchez y Valdés (2003), en relación a la acción del docente como
orientador escolar, mencionan que el docente debe tener conocimientos
51
pedagógicos y psicológicos, que los conduzcan a ser hábil en entrevista,
comunicación, manejo grupal y en desarrollar las competencias en la lectura y el
estudio en los alumnos. Así, que le corresponde interactuar directamente con los
actores principales del proceso educativo, es decir, los alumnos, y padres y
representantes de las familias.
Por último, el docente en su acción como orientador escolar debe abandonar
toda actitud autoritaria y de vigilancia hacia el alumno; por el contrario, deberá
asumirse como uno más de ellos, deberá ser capaz de instalarse en el espacio
del alumno para poder realmente orientarlo y finalmente sensibilizarse y adquirir
conciencia de que uno de sus principales retos es motivar a sus alumnos para
que se descubran, para que sean libres, responsables, confiados, positivos y
constructivos en su vida; sin embargo, lo anterior sólo será posible si el orientador
mismo está motivado e identificado en su labor orientadora.
Acciones de Orientación Vocacional
Las acciones de orientación vocacional de acuerdo a Echeverría (1997), están
dirigidas a ofrecer al estudiantes un proceso de ayuda mediante el cual éste
identifique y evalúe sus aptitudes, competencias e intereses con valor profesional;
donde se le informa sobre la oferta formativa y la demanda laboral accesible para él,
en la actualidad o en el futuro próximo, y en función de ambos conjuntos de
variables, toma la decisión sobre el itinerario formativo a seguir, o en su caso
modificar, con el objeto de lograr una inserción profesional y social satisfactoria.
También compete al docente en sus acciones mediante la orientación
vocacional, dentro del sistema educativo, formar al alumno sobre los componentes
básicos de cualquier comportamiento laboral (seguridad, relaciones laborales), y
llevar a cabo el asesoramiento, seguimiento y evaluación del proceso de inserción
profesional.
Para Super (1967), el docente en su rol de orientador vocacional debe atender
tres elementos fundamentales de la personalidad del alumno: el interés, la aptitud y
el rendimiento. El interés, definido por el autor como el conjunto de metas deseadas
52
por el individuo en los distintos ámbitos de su desarrollo: personal, académico,
vocacional, profesional,.... El interés va a suponer inclinación hacia el desarrollo de
determinadas tareas o actividades que se orientarán a su consecución.
Para Super (1967), los intereses tienen un carácter motivador importante al
constituirse en metas a alcanzar. Su formación está determinada por las
experiencias vividas por el sujeto en distintos ámbitos e influidos por componentes
socioculturales, los mismos varían a lo largo de la vida y hay edades, como la
adolescencia, en las que son inestables, por lo cual deben ser atendidos desde la
acción escolar para guiarlos hacia elecciones acorde con las necesidades y
capacidades de los alumnos.
En cuanto a las aptitudes, de acuerdo al autor están referidas a la condición o
serie de características consideradas como síntomas de capacidad de un individuo
para adquirir, con un entrenamiento adecuado, algún conocimiento, habilidad o serie
de reacciones, como la capacidad de aprender un idioma, componer música, u otras.
Las aptitudes tienen un componente genético y un componente de desarrollo en
interacción con el medio. Asimismo, en las líneas de Super (1967), hacen referencia
a la capacidad de un sujeto para desarrollar determinadas conductas. Se diferencian
dos tipos de aptitudes: psicológicas como la inteligencia general y los factores que la
integran; y las pragmáticas que se refieren a las capacidades (habilidades) que se
dan para realizar con eficacia estudios o profesiones.
En cuanto al rendimiento, relacionado con el esfuerzo eficaz en la aplicación de
técnicas de estudio para la realización de las tareas académicas. Para ello, el
docente debe centrarse en las horas reales de dedicación semanal que emplean los
estudiantes para el desarrollo de las actividades académicas propias de un
determinado nivel usando la técnica de estudio adecuada. En relación al
rendimiento, Álvarez y Fernández (2004), señalan que los docentes en su rol como
orientadores deben aplicarles a los alumnos algunas pruebas que miden los hábitos
y las técnicas de estudio, entre las que mencionan los cuestionario e inventario de
hábitos y técnicas de estudio, los cuales permiten garantizar los objetivos básicos de
la orientación vocacional.
Según Aguirre (2006), los objetivos básicos de todo proceso de orientación
vocacional por parte del docente deben estar dirigidos en primer lugar, al
53
conocimiento del alumno, es decir, a describir sus propias capacidades, su
rendimiento, sus motivaciones e intereses, su inteligencia y aptitudes, su
personalidad, puesto que a partir de estos indicadores, se le mostrarán las
posibilidades reales que le ofrece el mundo académico y profesional, para que
descubra su propia vocación, y tome una decisión libre y acorde con sus
características y las del entorno.
En segundo lugar, de acuerdo al autor, los docentes deben dirigirse hacia los
padres, ya que éstos deben colaborar y participar en el proceso de orientación
vocacional, siendo debidamente informados de la realidad educativa y laboral
existente para aconsejar y apoyar a sus hijos, siempre y cuando no haya
interferencia en la libre elección de los mismos.
Por último, refiere Aguirre (2006), que el docente debe también trabajar
conjuntamente con la escuela, la cual debe prestar a sus alumnos un verdadero
servicio de orientación y asesoramiento permanente, preparándolos para la
diversidad y movilidad de empleos e informándoles sobre el seguimiento de las
nuevas tecnologías, la demanda laboral, lo cual le permitirá adaptarse a las nuevas
formas de empleo o a las ya existentes.
De lo anterior, los docentes en sus acciones vocacionales para con los
alumnos, han de buscar estrategias que posibiliten el paso de la escuela al trabajo,
pues existen un gran desfase entre el mundo educativo y el laboral, de allí que el
objetivo último sería el dar instrumentos al joven que le permitan tomar una decisión
adecuada sobre su futuro profesional.
Por otra parte, en relación a las técnicas de Orientación Vocacional que los
docentes deben implementar en sus acciones, Echeverría (2007), plantea tres
técnicas de investigación: la entrevista, la técnica de reflejo y la información. La
entrevista, en las acciones de la orientación vocacional debe realizarse de manera
individual, operativa en la medida en que el objetivo es que el individuo sea capaz
después del proceso de elegir una carrera, y focalizada, alrededor de qué profesión
y/o estudios quiere hacer. Tiene un valor beneficioso pues permitir resolver
conflictos, esclarecer motivos y fantasías inconscientes que impiden elegir
acertadamente.
54
La técnica reflejo, para el autor pretende que el alumno se autocomprenda y
resuelva sus problemas. No es directiva y se dirige a la raíz emocional de la
conducta y las actitudes, puesto que, clarificados los sentimientos, se esclarecen
ideas y experiencias. Consiste en que el sujeto exprese lo que piensa sobre una
situación, sintetice sus sentimientos y actitudes, elaborando un mensaje,
discerniendo sobre esencial que es elegir vocacionalmente una profesión.
La entrevista de información, trata de clarificar la imagen distorsionada sobre un
trabajo o profesión, ya sea por falta de información, factores internos entre otro, el
objetivo es elaborar y transmitir información realista, favorecer la comunicación,
esclarecer y fomentar la búsqueda de información. Para llevar a cabo, una
adecuada orientación vocacional Echeverría (2007), propone aplicar tres principios
que deben guiar la acción orientadora en este ámbito escolar:
El principio de prevención, este principio se fundamenta en la idea de que más
vale prevenir que curar, es decir, todo aquello que se pueda hacer para intentar que
el alumno pueda enfrentarse a las situaciones que su crisis de identidad juvenil le
pueda plantear. Desde esta perspectiva, se trata de que el estudiante ante las
sucesivas elecciones académicas y/o laborales disponga del máximo de información
contrastada, tanto de sí mismo (intereses, capacidades, actitudes, hábitos) como del
mundo académico y/o laboral al que opta.
El principio de desarrollo, dicho principio supone enfrentarse a las situaciones
de elección procurando que los individuos adquieran las competencias que
necesitan en esta etapa madurativa, mediante el diseño de escenarios en los que se
pretende facilitar el tránsito hacia un estado de maduración, referida tanto a factores
personales como académicos y profesionales. Para ello, la orientación habrá de
considerar, al menos las siguientes estrategias:
- Clarificar valores: es decir, aprender a distinguir entre valores ideales –metas
a las que se aspira- y valores vivenciados, que se explicitan en las aficiones,
relaciones, modos de comportamiento, entre otras. Desarrollar la capacidad de
tomar decisiones. Es decir, tomar conciencia del problema y de la necesidad de
tomar una decisión, explorar todas las alternativas posibles, ponderar cada una de
éstas valorando pros y contras, recabar más información, si es necesario, y,
55
finalmente, decidirse, siendo consciente de que a la libertad de elección, le
acompaña siempre el riesgo de la equivocación. Pero esto, para el citado autor,
facilitar el desarrollo personal, la socialización y el conocimiento del mundo del
trabajo. Es decir, aprender a responsabilizarse de las decisiones adoptadas,
poniéndolas a prueba a través de experiencias laborales.
El principio de intervención social, este principio se refiere a la superación del
conflicto generado entre las expectativas y aspiraciones del alumno y las exigencias
del mundo académico o laboral. Se trata de aunar esfuerzos por superar esta
dicotomía y considerar que el desarrollo se consigue desde un enfoque sistémico-
ecológico. Aquí, el docente en su acción orientadora, debe guiar al estudiante para
que asuma todos y cada uno de los factores o fuerzas configuradoras de los
sistemas de inserción y desarrollo sociolaboral y, en consecuencia, actúan sobre el
entorno –material y humano-
Sintetizando la acción del docente como orientador vocacional, y
configurándola con el fomento de los valores en los estudiantes de la III Etapa de
educación básica, dicho proceso se debe dirigir en definitiva, tal como lo muestra
Bermejo (2003), en el gráfico Nº 1, a educar para la vida, ofreciendo al sujeto el
abanico de posibilidades que tiene, mediante un proceso sistemático de aprendizaje
de conceptos relacionados con el mundo de las profesiones, de los requisitos que se
exigen en cada situación ocupacional, de las aptitudes y competencias propias que
deben poseer, de la capacidad de conocer lo que se demanda de él y de las propias
posibilidades disponibles en cada momento, o de los recursos e itinerarios que le
puedan llevar a poseerlas en el caso de que se sienta deficitario.
Por tanto, se trata de hacerlo consciente de todo este proceso y dotarlo de las
herramientas necesarias para que pueda llevar a cabo sus sucesivas tomas de
decisiones, consolidando los aspectos destacados en el citado gráfico Nº 1, tal como
lo refiere Bermejo (2003), se estarían consolidando los postulados de Delors (1996),
que indican en cuanto a la educación y la formación en la actualidad debe
construirse en torno a cuatro pilares básicos:
- Aprender a conocer, fundamentado en un aprendizaje de materias básicas
que nos sirvan de paso para el aprender a lo largo de toda la vida.
56
- Aprender a hacer, en un sentido de adquisición de competencias, más allá
del aprendizaje de un oficio, que nos permitan hacer frente a numerosas situaciones
y que nos faciliten poder trabajar en equipo.
- Aprender a vivir juntos, conociendo y comprendiendo las particularidades de
los demás, que nos lleven a solventar los posibles conflictos que puedan surgir en
las relaciones interpersonales e internacionales.
Grafico Nª 1. Orientación Vocacional, resultado de su acción
Fuente: Bermejo C. (2003), Orientación y Desarrollo Profesional. Caso del Ámbito Educativo
Fórmate para la vida. Universidad de Sevilla.
Y, sobre todo, aprender a ser, para lo cual el docente desde su rol de
orientador debe atender a los estudiantes en un doble sentido, en primer lugar en
el aspecto social, donde cada vez se le exige más respecto de la consolidación
de la autonomía del estudiante como persona, su capacidad de juicio y
responsabilidad personal en la realización del destino colectivo, y en segundo
lugar el aspecto el personal, en cuyo sentido el docente debe propiciar el
desarrollo de todas las potencialidades individuales, partiendo de que en el plano
de lo vocacional, el docente en su rol de orientador debe promover en sus
alumnos la elaboración y ejecución de un proyecto de vida académico y
profesional que les apoye en el desarrollo de su personalidad, motivándolos
hacia el logro de sus expectativas personales. 57
Acciones de Orientación Personal-social
Para muchos autores, una de las funciones más importantes de la escuela
moderna es la adaptación de los alumnos al medio social donde les toca actuar, y
una manera de contribuir a esta función es asesorar a los alumnos en su adaptación
a las diferentes situaciones del triángulo hogar, escuela, comunidad. Para Curcho
(2001), este tipo de asistencia ha sido denominada orientación personal-social, u
orientación emocional, u orientación de la personalidad, porque incluye todas
aquellas actividades de orientación que no son educacionales ni vacacional-
profesionales, sino que se refieren más bien a situaciones intrasíquicas, o sea, a
aspectos de la personalidad del alumno.
Asimismo, Bisquerra y Álvarez (2003), por orientación personal-social se
entiende la asistencia que es suministrada a los alumnos con el objeto de ayudantes
a adaptarse mejor al medio social del cual forman parte. De esta asistencia, como de
las anteriores, hay necesidad toda la vida del alumno, principiando en el hogar, la
educación superior o el trabajo, y acentuándose en aquellos casos en que por
razones de cambio de ambiente, el estudiante tenga que hacer mayores esfuerzos
de adaptación, o aquellas circunstancias en que por causas no controladas
previamente se ha producido una crisis.
Sin embargo, debe enfatizarse que aunque este tipo de orientación cumple en
algunos casos una función remediadora o curativa, en los planteles educativos debe
estar más centrada en la prevención y el desarrollo. Es decir, la orientación
personal-social debe formar parte del programa de actividades escolares, y no
convertirse en un servicio de emergencia para solucionar crisis y problemas. Lo
anterior, partiendo que la mayoría de los desequilibrios emocionales en los alumnos
se origina a temprana edad y se vuelven más arraigados y difíciles de tratar a
medida que transcurre el tiempo. No se debe permitir que los problemas que tienen
su raíz en la niñez se propaguen a la adolescencia y juventud; mientras más
rápidamente puedan tomarse las medidas preventivas y/o remediales, más eficaces
serán y requerirán menos tiempo.
Para Curcho (2001), si el énfasis del proceso de orientación está puesto en la
prevención y el desarrollo, es necesario que el docente conozca los antecedentes,
58
el ambiente, el estado biopsíquico y las condiciones socio-económicas de los
alumnos, de modo que sean capaces de satisfacer algunas de sus necesidades
insatisfechas, interpretar sus alteraciones síquicas ante los padres y representantes
y ser más comprensivos con aquellos cuya situación no puede cambiarse.
Los docentes que conocen algo acerca de los factores que han influido en las
vidas de sus alumnos, están mejor capacitados para desarrollar una actitud de
comprensión y aceptación de los mal llamados problemas disciplinarios o mala
conducta y se inclinan más a contribuir a la seguridad del niño o joven desvalido; a
darle protección y afecto al que carece de ellos y a hallar los medios de ayudar al
perturbado y al impedido.
Oueslati (2000), menciona algunas características de los profesores en su rol
como orientador para motivar a sus alumnos, y son considerados motivadores: los
que cultivan la confianza y el respeto mutuo, favorecen el trabajo en equipo y en
colaboración, son espontáneos, competentes, sonrientes, dispuestos, calmados,
dinámicos, entusiastas, justos, interesantes y desinteresados, tolerantes, exigentes.
Igualmente refiere el autor, que son los que investigan siempre, se reciclan y se
adaptan a los cambios; sin embargo, por las tareas que le han sido asignadas al
docente como orientador, la mayoría de ellos se han convertido en verdaderos
jueces que legitiman o condenan todas las actitudes de los alumnos dentro de la
escuela, asumiendo generalmente el papel de autoritarios o paternalistas, lo que
hace cuestionar la función real que cumplen en la escuela.
Por otro lado, Alonso (2001), indica que en sus funciones los docentes en su
rol de orientadores deben atender aspectos personales-afectivos, según son los
siguientes:
• Las percepciones del alumno sobre él mismo (autopercepción). A veces
para hacer una actividad no cuentan tanto las capacidades que se tengan como
las que se creen tener.
• Las percepciones del alumno sobre el entorno. Cada alumno es él y sus
circunstancias, como orientadores los docentes deben incidir sobre ellas para 59
observar los cambios que se puedan producir partiendo de las percepciones que
puedan tener los alumnos ya que las mismas inciden fuertemente en sus
motivaciones, ya que existen varios elementos determinantes de la motivación en
los alumnos; partiendo de las percepciones, estos son:
• Percepción del valor de la actividad. ¿Por qué hacerla? Lo cual es su juicio
sobre su utilidad para sus objetivos. Un alumno sin objetivos (escolares, sociales)
no puede tener motivación; el reto para el orientador es que sus alumnos tengan
objetivos en sus actividades.
• Percepción de su competencia para llevarla a cabo. ¿Puedo? Esta
percepción dependerá de las realizaciones anteriores, de la observación de los
demás, de su persuasión y sus reacciones emotivas. Los profesores y
orientadores al respecto deben ser persuasivos, y dar soporte adecuado a los
estudiantes.
• Percepción del grado de control que tiene durante su desarrollo. ¿Podré
llegar al final? A veces los alumnos atribuyen el fracaso a causas que no han
podido controlar: falta de aptitudes, haber puesto poco esfuerzo, cansancio,
complejidad real de la tarea, suerte, incompetencia de los profesores, los
compañeros entre otros; sin embargo, los alumnos con un alto nivel de
motivación atribuyen la responsabilidad de sus éxitos a su desempeño, por lo
tanto el orientador debe ser motivador y reconocer los logros en sus alumnos.
Los señalamientos anteriores, partiendo de los autores reseñados en el
fomento de las valores de la población estudiantil, resulta de gran significatividad,
puesto que partiendo de la comprensión de las características personales y las de su
medio ambiente, se estarían favoreciendo:
- El desarrollo y fortalecimiento de sus habilidades y destrezas para el manejo
de las relaciones interpersonales.
- En la comprensión de los cambios sociales y en facilitar el desarrollo de
técnicas para manejar o enfrentar dichos cambios.
60
- En la clarificación de los valores ético, morales y cívicos.
- En la identificación y el desarrollo de los roles que debe desempeñar el
individuo en la familia, como ciudadano, como trabajador en el uso del tiempo libre, y
en el manejo de información acerca del aspecto ocupacional, para así comprender
los efectos del sistema económico y laboral sobre los roles en que se desempeñen.
Fomento de los Valores
Para mayor comprensión de la función epistemológica del fomento de los
valores, es significativo iniciar el mismo con un análisis sobre el concepto de valor
partiendo del término axiología, que es una rama de la filosofía, la cual hace
reflexionar sobre que son y como deben ser los actos del hombre, la misma hace
referencia al estudio de la palabra denominada valor, que proviene del griego xios
que significa lo que es valioso, estimable o digno de ser honrado. También significa
“eje” alrededor del cual giran elementos esenciales.
En el castellano y otras lenguas románticas la palabra valor según García y
Dolan (2002), tiene diferentes acepciones que resultan mutuamente
complementarias, pero para el efecto específico de este estudio, se considera
significativo la acepción del valor desde la dimensión social. En esta perspectiva,
según consideran García y Dolan (2002), el valor está determinado por “la cualidad
moral que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y afrontar sin miedo
los peligros” (p. 218).
En cuanto a la actuación de las personas, Rokeach (1973), considerado como
una de las autoridades mundiales en el estudio sobre valores, define el Valor, como
“una convicción o creencia estable en el tiempo de un determinado modo de
conducta o finalidad existencial personal o socialmente preferible o su modo opuesto
de conducta o su finalidad existencial contraria” (p. 63).
Esta definición es interpretada por García y Dolan (2002), considerando los
valores como aprendizajes estratégicos relativamente estables en el tiempo,
61
basados en una manera de actuar, para conseguir fines o, lo que es lo mismo, para
conseguir que salgan bien las cosas. Por otro lado, Garzón y Garcés (2000), señalan
que los valores constituyen el núcleo de la libertad humana en cuanto constituyen
elecciones deliberadas o preferencias estratégicas (a mediano y largo plazo), por
unos modos de actuación frente a otros, de cara a la supervivencia o vida buena de
un determinado sistema.
Según este concepto, la elección vocacional de un trabajo específico puede ser
un valor escogido con respecto a su opuesto, o también, el interés de las personas
por sus estudios puede estar en la escala de valores de algunos estudiantes con
marcada preferencia. En torno a esto, Hodgetts y Altman (2005), refieren que los
valores de una persona son elementos internos del individuo que se desarrollan a
través de la familia, los amigos, la escuela, la religión, el trabajo, y representan
modalidades ideales de conducta o las metas supremas ideales, es lo que Rokeach
(1973), considera felicidad, libertad, seguridad, fama, los valores de una persona que
le ayudan también a mantener cierto equilibrio al enfrentarse al ambiente externo, ya
que los objetos, los eventos o la conducta se pueden evaluar comparándolos con los
valores que sirven como estándar o norma para el individuo.
Johnson (1997), en su tratado de psicología social de la educación, citado por
García (2004), refiere que los valores son preocupaciones a los que una cultura o
grupo social le atribuyen particular importancia o estimación. En cuanto a la función
educativa, son las ideas, conceptos y pensamientos a lo que el docente le otorga
prioridad en la selección de estrategias de aprendizaje para lograr el fomento de
valores, ya que como lo establece Ramírez (2005), los valores son metas y objetivos
de carácter colectivo, que se deben lograr dentro de una labor específica. Señala
que el educador selecciona sus métodos y estrategias de aprendizaje, tomando en
cuenta los valores que desea establecer o perpetuar, por lo que, en educación,
el mismo contenido manejado por diferentes docentes, no producirá los resultados
deseados, si los valores no son compartidos con el grupo de estudiantes como
metas claras y precisas .
De lo anterior, se puede afirmar que el fomento de los valores desde el rol de
orientador que puede cumplir los docentes, contempla un amplio panorama en el
62
que incluyen desde las actitudes y el comportamiento, las habilidades y capacidades
estratégicas que los docentes puedan implementar en su labor orientadora.
Dentro de este orden de ideas, refieren Gómez-Llera y Pin (2006), que la ética
y la moral, dentro de la profesión educativa se convierte en un oportunidad para
infundir dichos valores entre los estudiantes de la institución escolar, de allí, que el
profesional de la docencia debe convencerse de que la sociedad, le exige honradez
y solidaridad con los demás, en igual o mayor medida que la competencia técnica o
la habilidad estratégica que pone en practica en su labor diaria.
Afirman los autores citados anteriormente, que una institución educativa para
ser útil a la sociedad, debe mantener un equilibrio dinámico de los partícipes
involucrados; para cumplir esta misión, es preciso desarrollar una buena dirección
de los alumnos, apoyada por estrategias pedagógicas participativas, adecuados a la
idiosincrasia de las personas e inspirada en una rica escala de valores.
Por otra parte, Camargo (2004), establece que los valores no son, sino que
valen éticamente para el docente, que son cualidades que tienen existencia, que se
generan en la conciencia de éste y sus subordinados, tales como la verdad, el bien,
la honestidad y es lo que lleva al educador a ser lo que está llamado a ser.
Señala la autora, que el valor en general, es todo bien digno de ser buscado,
conquistado y desarrollado y al ponerse en práctica se convierte en valor humano,
que es una cualidad digna de aprecio, porque lleva al hombre a realizarse en todas
sus dimensiones, es decir, lo lleva a ser persona. Por lo tanto, según Camargo
(2004), todo docente con valor humano, es capaz de expresar actitudes éticas o
morales, tales como: alegría ante el bien, bien frente al mal y cumplimiento del
deber por mandato interno. Dichas actitudes varían de acuerdo con la edad,
sexo, formación de la persona y la conciencia moral.
Es importante destacar, que el docente tendrá, entre sus valores éticos la tarea
de vigilar la actuación de los alumnos, para lo cual se hace necesario, que tenga los
conocimientos, capacidades y habilidades, además, ha de tener un comportamiento
racional, para adelantarse a los acontecimientos, abstrayendo los fenómenos que se
producen en el entorno de la escuela, y a la vez, ser capaz de identificar los factores
que intervienen en la función que desempeñan, aunque a veces, los docentes 63
actúan de modo instintivo, por ensayo y error, van ajustando su propio quehacer a
las características de la institución educativa, y a las de sus alumnos.
Dentro de ese marco del pensamiento, Lawrence y Lorsch (2007), en su teoría
de organización y ambiente, citados por Gómez-Llera y Pin (2006), plantean que en
un ambiente de trabajo se distinguen dos vías de acción, una personalizada y otra
institucional que confluyen en los individuos que participan en la corporación. En ese
sentido, si se busca optimizar la actitud de los docentes hacia el fomento de los
valores, es evidente, que los docentes deberán ser coherentes con los objetivos de
la educación, aunque a menudo se constata que existen contradicciones entre lo
que un docente expresa en su acción escolar y lo que practica en su acción
personal.
Partiendo de los señalamientos anteriores, se puede indicar que en la
configuración de las instituciones educativas, tiene una gran incidencia en la acción
de los docentes, sobre todo, por su propio ámbito global de influencia, de hecho, la
función de la institución educativa por lo tanto, debe inducir en los docentes
motivaciones para que desempeñen correctamente sus labores.
Al respecto Kotter (2000), refiere que la acción de los docentes para el fomento
de los valores, implica una relación directa, persona a persona, con los alumnos
donde la actitud positiva y asertiva tiene conferida una potestad formal sobre los
estudiantes para dirigirlos al cumplimiento de sus tareas; de allí, que una relación de
intransigencia, planteada estrictamente en términos formales, presenta limitaciones,
dando lugar frecuentemente a actitudes reactivas, en este caso, el alumno se
limitará al cumplimiento estricto de tareas formuladas explícitamente, si tiene valor
para ellos los estudios. De lo anterior se puede indicar, que si en la relación de
dependencia se logra una actitud laboral positiva por parte de los docentes, la
potestad conferida queda relegada a un simple dato de referencia, y la intervención
de los docentes tenderá a ser proactiva, caracterizada por los aportes, por la
iniciativa y creatividad en la interpretación de su papel, dentro de un espíritu de
cooperación en la consecución de la utilidad de la institución educativa,
consiguiendo con ello una aportación más rica a la formación de los valores de los
estudiantes. 64
Dentro de ese contexto, plantea Pérez (2007), que el docente que consigue
ejercer en su labor algo más que la potestad conferida por sus propio deber y su
motivación personal, ejerce un poder con el que induce actitudes proactivas en los
alumnos, se dice que tiene autoridad, por lo tanto, es un líder, lo que implica un
reconocimiento por parte de los estudiantes, quienes confían en las acciones que se
emprende desde las actividades de aula. Esta realidad, en gran medida, induce en
los alumnos un cambio en las percepciones de los valores, ayudando a identificarlos
con la acción escolar.
Evidentemente, si los docentes de las escuelas básicas desean eficacia en la
enseñanza, un desempeño laboral del docente de calidad o proyectar valores tales
como: responsabilidad, confianza, creatividad, honestidad, se hace necesario que
atiendan su rol de orientadores, ya que este conforma, desarrolla y recompensa de
manera generosa, el cumplimiento de los valores compartidos, y éste podría ser uno
de los trabajos más importantes que un docente desempeña en la acción educativa.
Para lograr tal propósito, el docente debe atender la triple finalidad de la
educación referida por García y Dolan (2002):
− Simplificar: debe absorber la complejidad educativa derivada de las
crecientes necesidades de adaptación a cambios en todos los niveles de la
sociedad.
− Orientar, se debe encauzar la visión estratégica de hacia donde ha de ir la
elección estudiantil en el futuro, y
− Comprometer, integralmente la acción educativa con la actitud de las
personas, con el fin de desarrollar el compromiso por un rendimiento escolar de
calidad en el día a día, por lo que el docente debe mostrar a los alumnos abnegación
ante su trabajo y poder consolidar el compromiso educacional.
Pero, para lo señalado se hace necesario destacar los valores que deben ser
fomentados desde el rol de los docentes como orientadores, puesto mediante su
practica y sus acciones, se garantizan los medios adecuados para conseguir las
finalidades de la educación en cada persona, por lo tanto, para mayor comprensión
de dicho término, es significativo reseñar la clasificación de los valores a destacar en 65
el estudio, la cual se refiere a la de Rokeach (1973), en los años setenta creó una
encuesta del valor (RUS), señalando dos series de valores:
- Los valores terminales, referidos a las finalidades deseables de
existencia, es decir, objetivos existenciales.
- Los valores instrumentales, que se refieren a los modos preferentes
de comportamiento o medios de lograr los valores terminales.
Para Rokeach (1973), las personas tienen un número relativamente pequeño de
valores, que comparten con otras personas (aunque difieren en el grado), y que
organizan en un sistema de valores. Obedecen a la cultura, la sociedad, la
personalidad y subyacen a todo fenómeno digno de estudio para las ciencias
sociales, generando actitudes y conductas. Los valores son estables porque se
aprenden como absolutos e independientes entre sí, desde la infancia, aunque el
proceso no termina nunca, gracias a la interacción social. Los valores terminales
(relativos a la existencia) o instrumentales (relativos a la conducta). Los primeros son
más estables y fiables que los segundos.
Según algunos estudios realizados en función de la escala de valores Rokeach
(1973), no existe necesariamente una correspondencia puntual entre los valores
terminales y los instrumentales ya que, un modo de conducta puede ser instrumental
para el logro de varios fines existenciales a la vez. Así, por ejemplo, la conducta
respetuosa de un docente con los alumnos es un modo de conducta o costumbre
que puede servir para diversos fines, tales como la justicia social, para la felicidad o
incluso para la obtención de respeto.
Lo anterior, partiendo de que para la teoría analiza tanto las actitudes y valores
que se adquieren mediante la socialización, como las actitudes que se demuestran
en las áreas laborales, de allí que para medir los valores partiendo de las actitudes
demostradas por las personas se puede acudir a varias estrategias:
1) Inferencia a partir de la observación de la conducta, procedimiento que tiene
el inconveniente de la subjetividad de los observadores, además de que los valores
son difíciles de identificar. 66
Valores Personales ¿Qué es para mí lo más Importante?
Valores Sociales ¿Qué deseo para el
mundo?
AMISTAD VERDADERA AMOR PLENO
ARMONÍA INTERNA
COOPERACIÓN JUSTICIA
PAZ
2) Interrogar a las personas sobre sus valores, pero se presenta la dificultad
que existan problemas de autoconocimiento y de deseabilidad social.
3) Suministrar una lista de valor y pedir a los sujetos que los ordenen. Éste es
el método utilizado por Rokeach (1973), el cual aplicaba a partir de un cuestionario
formado por dos listas: los valores terminales y los instrumentales.
Valores Terminales
Los valores terminales o finales, en éstos se pueden distinguir los
intrapersonales (atañen al individuo) y los interpersonales (se refieren a la vida en
común). Los valores terminales, tal como se aprecia en el gráfico Nº 2, a su vez,
pueden subdividirse en dos tipos: valores personales y valores ético-sociales. Los
valores personales: son aquellos a los que aspira el individuo para sí mismo y
responde a la pregunta ¿qué es para usted lo más importante en la vida?, y van
desde el género ser feliz hasta tener prestigio.
Valores ético-sociales, constituyen aspiraciones o propósitos que benefician a
toda la sociedad, tales como el respeto medioambiental o el respeto a los derechos
humanos. Responder a la pregunta ¿qué quiere usted para el mundo?
Grafico No. 2. Valores Terminales
Valores Terminales Objetivos Existenciales
Fuente: Rokeach, La Naturaleza de los Valores Humanos, 1973. Adaptación de la Investigadora (2008). 67
Tal como se aprecia en el gráfico anterior, se aprecian la clasificación de los
valores terminales de Rokeach (1973), donde se muestra nueve valores para la
clasificación de personales, e igual número para los sociales. Analizando dicha
clasificación se puede indicar que los valores personales son propiedades
funcionales consistentes en la capacidad o posibilidad de satisfacer determinadas
necesidades internas y de mostrar actitudes positivas, y los sociales son criterios
que rigen el comportamiento de los individuos con su práctica o manera de estar en
el mundo o grupo social al que pertenece, afirmando así una determinada
concepción de la humanidad.
Valores Personales
Son aquellos que cada persona considera imprescindibles y sobre los cuales
construye su vida y sus relaciones con los demás. Normalmente suelen ser una
combinación de valores familiares y socio-culturales, además de los que cada uno
va aportándose a sí mismo según sus vivencias personales, su encuentro con otras
personas, culturas entre otras.
Estos valores comienzan a consolidarse en la familia que es la primera escuela
de valores. Toda persona nace en el seno de una familia y en ella forma los primeros
hábitos. Por eso son tan fuertes e importantes los valores familiares, para el fomento
de los valores personales. Posteriormente, le corresponde a la escuela mediante el
docente de mantener una actitud transmisora de valores, donde lo más importante
será el ejemplo coherente entre lo que dice y lo que hace.
Posteriormente, se debe artícular la escuela y la familia, en función que el
fomento de valores permanezca, partiendo que hoy los contravalores que influyen en
las personas de todas las edades. De allí, que desde la escuela se hace necesaria
una reflexión crítica y constructiva en relación al mensaje que se transmite a los
alumnos tanto en la institución escolar como en la familia y el contexto social donde
se desenvuelve el estudiante.
Es importante, destacar lo señalamiento de Manso, Sánchez y Peña (2005),
quienes plantean que los grupos donde interactúan las personas varía según las
edades, las necesidades e inquietudes de cada quien, y en particular los niños y
adolescente buscan para relacionarse aquellos con quienes se sienten mas
identificados con los cuales intercambian valores. Si se acercan a grupos o amigos
68
que no tienen sus mismos valores, y no existe un fomento de valores personales
sólidos, se corre el riesgo de perder el trabajo emprendido desde la escuela por los
docentes en la conformación de los valores personales.
Se puede indicar que en la configuración de los valores personales existe una
serie de factores que favorecen o no el fomento de las conductas por parte de los
alumnos, entre estos factores se encuentra el círculo familiar, donde se inicia la
práctica el desarrollo ético de las personas, siempre y cuando los padres y demás
miembros de la familia sean capaces de generar situaciones favorables para
desarrollar aquellos valores que supongan el desarrollo psicológico y social de los
individuos.
Lo señalado, que corroborado por Cecchini, Montero, y Peña (2003), quienes
consideran que abordar el problema de la promoción y desarrollo de los valores
personales en la escuela, se debe dar importancia en el proceso de aprendizaje a
diferentes factores que interviene, tales como las autoridades del centros escolares,
profesores, familia, alumnos, organizaciones deportivas y medios de comunicación
entre otros.
Por lo tanto, en el contexto escolar es deben analizar y decidir cuáles son los
valores que merecen ser prioritariamente potenciados en función de los diferentes
planteamientos educativos. Entre estos valores y en atención a la clasificación de los
valores personales establecida por Rokeach (1973), se analizarán para efecto de la
investigación los valores de Amistad Verdadera, Amor Pleno y Armonía Interna. En
cuanto a la amistad verdadera, Manso, Sánchez y Peña (2005), la definen como una
relación entre las personas de diversas edades que pueden contribuir en gran
medida al aprendizaje de muchas otras destrezas sociales, cuyo término representa
un amplio número de técnicas destinadas a establecer y efectuar interacciones y
relaciones sociales. Dichas destrezas incluye la disposición parar comunicar con
éxito en la escuela, familia y demás grupos del entorno del niño, niña o adolescente.
De lo señalamientos anteriores, se deduce la importancia de la amistad en el
fomento de los valores, resultando un tema un tema de suma vigencia y alcance
social para la educación moral de la personalidad, y el docente en su rol de
orientación debe entender este como un proceso complejo que ha de iniciarse desde
69
edades tempranas y en el que han de intervenir múltiples factores desde el familiar,
escolar, comunitario y social.
En este sentido, Palacios, Marchesi y Coll (2002), hace énfasis en el papel
rector de la familia en la educación de los hijos y de la escuela que junto a ella
cumple la función, no solo de trasmitir conocimientos científicos sino, de cooperar en
la educación de valores y principios que favorezcan las relaciones de amistad entre
los estudiantes.
Otros autores, como Moll y Kurland (1996), citados por Palacios, Marchesi y
Coll (2002), con la intención de derribar las paredes de las aulas y aludiendo a lo
que los niños y niñas traen a la escuela sin ser consciente de ello, han utilizado el
concepto de la amistad, relacionándolo con los valores y conocimientos domésticos,
donde los docentes deben aplicar estrategias fortalecer su fomento, sobre todo al
hecho de que no son independientes de la práctica escolar y están distribuidos
socialmente, permitiendo la afluencia del amor pleno como valor personal en los
alumnos.
El amor pleno, es el valor que va más allá de la atracción física, para
convertirse en un impulso y catalizador de la realización de quienes interactúan entre
sí, y se pone de manifiesto a través del aprecio y el respeto hacia las personas y las
lleva a consolidar fuertes logros afectivos y al disfrute de poder apoyar y ayudar a
quienes se aman.
De lo expuesto, se puede indicar que el docente en su rol de orientador si se
plantea el fomento del valor amor, debe establecer estrategias que lleven a los
alumnos a pensar en el amor como una relación donde no se vea a los compañeros
como un instrumento para obtener beneficios en la labor escolar, sino para
establecer relaciones interpersonales mediante vínculos de bien y fines comunes, tal
como lo postula Wojtyla (1996), al señalar que el amor pleno entre dos personas, no
se limita al hecho del bien común entre las mismas, sino que igualmente, debe surgir
la relación, “desde el interior de las personas actuantes, y es así como se
constituyen los núcleos de todo amor verdadero” (p.24).
Como se puede vislumbrar, las relaciones de amor desde la acción escolar
conducirá la formación de personalidades para llevar a establecer vínculos de amor
70
de manera consciente entre las personas, colocándolas en un nivel de ayuda mutua
e igualdad, excluyendo el hecho de que una trate de someter a la otra para su propio
beneficio personal, ya que estas relaciones conduce a la población escolar a
desarrollar actitudes y conductas futuras de armonía tanto personal-social como
espiritual.
En relación con la armonía, Vásquez (S/A), establece que es el valor superior
que genera un orden uniforme y compaginado en la vida individual, familiar,
institucional y tiene el poder de armonizar todas las sociedades del mundo entero.
Es decir, la armonía tiene carácter universal, es dinámica, sistemática y tiene el
poder de traer paz, salud y felicidad a la humanidad. La meta de la armonía es
armonizar primero la vida del hombre, luego la familia, la sociedad, la nación y el
mundo. Por lo tanto, por el bien de nuestra propia vida y la de nuestra familia
debemos conocer, cultivar y rehabilitar el valor de la armonía de nuestras vidas.
Considerando que la armonía es un valor de vida muy importante para la
familia, debe ser un derecho que garantiza un gran cambio en la sociedad. Tan
importante es el valor de la armonía familiar que si se consiguiera dentro de las
instituciones educativas, un alto porcentaje de estudiantes tendrían armonía
personal, y los docentes desde su rol de orientadores fomentan el objetivo
trascendental de la educación, ya que los estudiantes bien formados en su
personalidad, conducirían un vivir en armonía en su hogar, consolidando la unidad,
planteamiento realizado por la Organización de las naciones Unidas (O.N.U.- 2004),
que define la armonía entre las personas de un grupo, como ele eje de la unidad que
mantiene y concentrar energía y dirige el pensamiento de las personas a aceptar y
apreciar el valor de la rica indumentaria de los participantes y la contribución única
que cada uno puede hacer y al permanecer leal no sólo el uno al otro sino también a
la tarea que realizan en la sociedad.
También se puede referir que la unidad se construye a partir de una visión
compartida, una esperanza anhelada, un fin altruista o una causa para el bien
común. La unidad da sustento, fuerza y valor para hacer que lo imposible se haga
posible, junto con la determinación y el compromiso, ésta hace que la tarea más
difícil parezca fácil, conduciendo a los valores sociales.
71
Valores sociales
No resulta fácil llegar a una definición de valores sociales ya que la
comprensión de lo que éste significa depende de quien lo percibe. Por ello, resulta
tan difícil encontrar un acuerdo entre los psicólogos, filósofos y sociólogos que tratan
el tema ya que agotar su realidad en un intento por definirlo, resulta una tarea casi
imposible. En tal sentido, Pereira (2002), explica que cuando se habla de valores
sociales se hace referencia a una cualidad objetiva de todos los seres humanos que
contribuye a su desarrollo, realización y superación personal, orientando los propios
proyectos de vida con cierto grado de satisfacción.
También señala la mencionada autora que si se afirma que la educación está
orientada a la promoción de la persona y al desarrollo de sus capacidades dentro de
un contexto social, si la formación humana debe ser integral referida a esa unidad
que es el hombre, si vivir orientado por unos valores es realizarse “entonces sólo se
logrará un desarrollo de la personalidad del alumnado si se logra articular en los
programas de la educación básica los diferentes valores sociales”
Se infiere que éstos, al igual que los estratos de la existencia en que se afincan,
no se dan separados sino que se complementan y se funden en la intimidad del yo
personal del educando y en la relación con su realidad. Se trata por tanto de
proporcionar una información integral, vertebrada en armonía (propiedad esencial de
toda verdadera educación), ya que se sabe que un desarrollo parcial del ser humano
desviaría el perfeccionamiento integral en que consiste la verdadera formación.
Por su parte, Carreras (2000), expresan que la axiología o estimativa, es decir,
la filosofía de los valores, trata de los valores sociales en cuanto tales y de los
llamados juicios de valor, en otras palabras, su esencia es su valer, el ser valiosos.
“Estos no dependen de apreciaciones subjetivas individuales, son valores objetivos
situados fuera del tiempo y del espacio y se perciben mediante una operación no
intelectual llamada estimación”(p. 19).
En este sentido la mencionada autora aclara que de los estudios realizados en
este ámbito, se ha llegado a concluir que todo valor tiene una polaridad ya que
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puede ser positivo y negativo; es valor o contravalor. De allí que cualquiera de ellos
esté vinculado a la reacción del sujeto que lo estima, por ejemplo, ante el valor del
“amor” se puede reaccionar sublimándolo y otro encarnándolo, así, cada educando
le otorga una jerarquía según los que sean más importantes o estimables que otros.
Se deduce de estas ideas que ellos pueden ser realizados, descubiertos o
incorporados. Justamente en esa triple posibilidad reside su importancia pedagógica,
por ello se puede hablar de la educación como realización de valores y de una
pedagogía de los valores. En otras palabras, su descubrimiento, su incorporación y
su realización, constituyen tres planes fundamentales de la tarea educativa en la
educación básica, la cual puede ser abordada especialmente a través de los
proyectos pedagógicos de aula.
Al respecto, Chirinos (2002) afirma que “el término valor está relacionado con la
propia existencia de la persona, afecta su conducta, configura y modela sus ideas y
condiciona sus sentimientos” (p.141). Se deduce por tanto que se trata de algo
cambiante, dinámico, que en apariencia se ha elegido libremente entre diversas
alternativas. Depende, sin embargo, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo
del proceso de socialización y por consiguiente, de ideas y actitudes que se
reproducen a partir de las diversas instancias socializadoras.
Para efectos de esta investigación, se tomará como base la definición expuesta
por Carreras (2000), quien define los valores sociales como “la convicción razonada
de que algo es bueno o malo y una vez interiorizado se convierte en guía o pauta de
conducta, en cuya ausencia la persona queda a merced de criterios y pautas ajenas”
(p.23). Se deduce por lo tanto, que estas convicciones se organizan en la psique de
cada alumno en forma de preferencias, las cuales se han venido formando desde los
primeros años de la infancia permitiendo definir con claridad los objetivos de la vida,
dándole su pleno sentido. Además facilitan a los alumnos y alumnas aceptarse y
estimarse tal y como son, propiciando a su vez una relación equilibrada con las otras
personas.
En todo caso, el docente en su rol de orientador debe interesarse y ocuparse
de la promoción de dichos valores, pues estos forman parte de la educación integral,
ayudando a los alumnos a construir sus propios criterios y permitiéndoles tomar
decisiones para que sepan cómo enfocar sus vidas. Para ello, debe tener presente 73
la clasificación de los valores sociales, cuya jerarquización ha sido objeto de
discusión e interpretación desde diversos puntos de vista, ya que éstos varían con
las épocas y las necesidades y también con la evolución del mundo, dado que éste
se encuentra en constante evolución y no se aplica una axiología que postule
valores eternos e invariables.
Sin embargo, Suárez (2004), que en atención a la escala de valores de
Rokeach (1973), señala que los valores sociales que deben internalizar en los
alumnos de la educación básica son los siguientes “cooperación, justicia y paz entre
otros, ya que todos ellos van incluidos en le proceso unitario de desarrollo personal”
(p.242). De estos, en relación a los valores sociales se evaluaron los referidos por la
citada autora.
En este sentido, señala la mencionada autora, que todas las personas nacen
sociales pero no en estado de desarrollo y madurez en sus relaciones humanas, es
decir, el ser capaces de llevar a cabo actos positivos de vida social, supone todo un
proceso educativo, vivencial que es a su vez social. De allí que el docente debe
tener entre sus prioridades configurar el carácter de los educandos, formar actitudes
y facilitarles el descubrimiento de virtudes, de manera que se conviertan en aspectos
necesarios para una auténtica educación integral. Asimismo, en cuanto al valor de la
justicia, Carreras (2000), se descubre en la simple convivencia, siendo clásica su
definición como “actitud moral o voluntad decidida de dar a cada uno lo que es suyo”
(p.11). Ese cada uno es la parte fundamental de la justicia, es la primera
consecuencia que lleva a ver la misma en relación a otro.
Por lo tanto, es un valor que supone siempre, al menos otra persona a quien
debe respetarse. Es la virtud de la equidad, de la medida, de la igualdad y el orden.
De allí, que conocer este valor es fundamental porque es la base de otros valores.
Sin justicia es falsa la actitud de paz, cooperación, tolerancia. Al respecto, Aguilar
(2002), señala que para el fomento de este valor en la escuela los docentes en su
rol de orientadores deben ejecutar actividades tales como:
Educar a los niños y jóvenes en la práctica y conocimiento de la justicia,
tanto en la clase como en su relación con los demás.
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Enseñar a aceptar y respetar las normas siendo equitativo.
Informar sobre sus derechos y deberes, e iniciarlos en el respeto de los
demás.
Cabe destacar que sus valores asociados son el respeto mutuo, la cooperación,
tolerancia, reconocimiento, imparcialidad y honradez, dichos valores generaran la
paz en los grupos sociales. Y sus contravalores son la violencia, injustita, falsedad,
intolerancia, envidia y egoísmo, los cuales deben ser modificados cuando se
presentan en el comportamientos de los estudiantes desde el rol de orientador por
parte de los docentes.
La paz, de acuerdo con Carrera (2002), el concepto de paz es muy subjetivo y
con variedad de significados. Por ello, para homogeneizar su definición se hará la
distinción entre paz interna y paz externa. La primera es la paz del sujeto “La
persona que goza de ella se caracteriza por poseer un equilibrio psíquico,
sentimientos altruistas, ausencia de conflictos entre su corazón y su mente, entre
otros” (.165).
En cambio la paz externa hace referencia a la paz del “objeto” es decir es
“aquella que recae sobre un fenómeno cultural, jurídico, político y social”.
Considerando tales señalamientos, conviene que el docente de la educación básica
haga ver a sus alumnos, las ventajas que ofrece la paz en aspectos relacionados
con el entendimiento y conocimiento entre las personas, mayor equilibrio psíquico,
aceptación de las diferencias individuales (étnicas, personalidad, inteligencia),
cooperación y ayuda de forma altruista, tranquilidad y quietud en la sociedad en
general y respeto al medio.
Al trabajar el valor de la paz mediante la selección de diversas actividades se
pretende que niños y jóvenes primordialmente, tengan un mayor conocimiento de su
significado. Consecuentemente, deben mostrar una actitud pacífica o, al menos, ser
capaces e distinguir aquellas situaciones violentas en las que se encuentre inmersa
la sociedad, de aquellas que tiene un alto contenido de paz.
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Cabe señalar que los valores asociados a la paz son justicia, cooperación,
sinceridad, armonía, ayuda, buen entendimiento, aceptación de los demás, bondad,
respeto, amistad y autenticidad. Los contravalores son la conflictividad, el
desequilibrio, la guerra, la injusticia, la intranquilidad, la enemistad, la hostilidad y la
marginación.
En tal sentido, se deben realizar variadas tareas o proyectos con los
educandos, para que intuyan que su participación consolidan el sentido de
cooperación, lo cual es importante y fundamental en todos los ámbitos de su vida,
por lo cual deben interiorizar su significado comprendiendo que las propias acciones
repercuten en la vida de los demás y para que éstos reflexionen en relación a dicho
valor.
La cooperación, de acuerdo con Carreras (2000) “la cooperación se puede
definir como la acción que se realiza conjuntamente con otro y otros individuos para
conseguir un mismo fin” (.237). Esta acción aunque a veces es un beneficio para si
mismo, siempre tiende a beneficiar a los demás. Se infiere por tanto, que para que
este acto se considere cooperativo tiene que existir una reciprocidad, sino existe
ésta, no se puede hablar de cooperación, sino sólo de ayuda.
En este orden de ideas, la autora señala que en la actualidad existe
aparentemente, una contradicción entre la cooperación y la competición, por ello en
las últimas décadas se ha favorecido mucho esta última. Este es un aspecto
negativo y contrario al valor nombrado y se debe evitar dentro del medio escolar.
En efecto, dentro de la cooperación se debe ser un miembro activo e iniciar la
acción y no esperar que los demás empiecen a actuar, es decir, es importante ser
los iniciadores. De allí que el docente en su rol de orientador debe seleccionar varios
objetivos que sirvan a todo los alumnos, tales como fomentar la cooperación y
observar la necesidad que se tiene de las demás personas (familiares, amigos,
docentes, miembros de la comunidad), estimular la comunicación y coordinación en
el grupo, y concienciar acerca de que las diferencias que existen entre las personas,
no son una dificultad para que se produzca una buena convivencia. 76
En este sentido, señala Aguilar (2002), indica que “los aspectos o valores
relacionados con la cooperación son la ayuda, el compañerismo, la colaboración, la
amistad, la generosidad, la imaginación, amabilidad, el respeto y la solidaridad”
(p.221). Asimismo destaca sus contravalores, que para la autora son la enemistad,
el egoísmo, la insolidaridad, el individualismo, el desprecio y la irresponsabilidad.
Valores Instrumentales
Los valores instrumentales pueden ser morales, (conectados con los
interpersonales, que generan sentimientos de culpabilidad) o de competencia
(conectados con los intrapersonales). Los valores instrumentales son motivantes, y
permiten presentarse las personas ante los demás, generar autoestima, valorar o
juzgar, compararse con los congéneres, posicionarse ante hechos, ideologías,
religiones. Estos valores ayudan a estructurar lo que rodea a los individuos, y
pueden ser de dos tipos: ético-morales y de competencia.
Los valores instrumentales, de acuerdo a Ayala (2002), son aquellos que se
refieren a la estima que tenemos por determinadas conductas y formas de
comportarse de los hombres (abierto, afectivo, ambicioso, animoso, autocontrolado,
creativo, educado, eficaz, independiente, intelectual, honrado, limpio, lógico,
magnánimo, obediente, responsable, servicial, valiente). Esta escala es relativa,
pues de acuerdo con la consideración social de cada uno, da preferencia a unos
valores obre otros. Estos valores, siguiendo al citado autor son inseparables de la
ética, porque todo lo relacionado con el hombre implica una dimensión ética. Por
eso, educar en valores es una educación en libertad y para la libertad; ésta es la
base de la ética. Así pues, no es suficiente conocer los valores, sino que hay que
integrarlos en la propia vida. Este es el objetivo de la educación moral. El hombre es
un ser ético o moral, el cual posee un conocimiento operativo de la diferencia
objetiva entre el bien y el mal y también de la posibilidad que el hombre tiene de
realizar actos buenos o malos.
De lo expuesto, y tal como lo establece González (2000), la educación de
conducir, por tanto, a la formación del hábito de conductas que denoten la formación
77
RESPONSABILIDAD
RESPETO SINCERIDAD
TRABAJO EN EQUIPO CONVIVENCIA
INICIATIVA
de los valores instrumentales, creando la conciencia de que el ejercicio de la
voluntad está en el cumplimiento de lo que establecen las pautas sociales de
comportamiento, y que en este cumplimiento se vuelven a ensamblar el amor hacia
el colectivo en general.
De lo señalado, se puede concluir que una de las funciones de los docentes en
su rol de orientadores, es el desarrollo de actividades concretas para consolidar
hábitos particulares o destrezas, que lleven a la disposición por parte de los alumnos
para el cumplimiento de los valores morales, aclarando que un acto tiene valor
educativo cuando está bien hecho; en otro caso sería indiferente o tal vez negativo
para el fin que se persigue. Esto, vale tanto como decir que en la formación del
hábito para el cumplimiento de los valores instrumentales, sirven los actos en los
cuales se cumpla bien alguna ley, y estos denotan en las personas competencias
para el desarrollo de una sociedad justa y madura para la convivencia en armonía.
Esto en función de la clasificación de los valores instrumentales, tal como se
muestran en el gráfico Nº 3.
Grafico Nº 3 Valores Instrumentales
Valores Instrumentales Medios operativos para alcanzar los valores finales Valores ético-morales Valores de competencia ¿Cómo cree que hay que ¿Qué cree que hay que comportarse con quienes tener para poder competir le rodean? en la vida?
Fuente: Rokeach, La Naturaleza de los Valores Humanos, 1973. Adaptación de la Investigadora
Valores Éticos-Morales
78
Los valores ético-morales, se refieren a los modos de conducta necesarios para
alcanzar los valores terminales y no son en sí mismos fines existenciales. De hecho
la palabra moral proviene del latín mores, que significa costumbre. La lealtad puede
ser (o es) un valor instrumental para conservar las amistades (valor final). Y
responden a la pregunta ¿Cómo creer que hay que comportarse con quienes rodean
a la persona?
Los valores morales son un tipo de valor instrumental que tienen dos
características propias, de acuerdo a González (2001), la primera se ejecuta en la
relación con las demás personas, mientras que la segunda, se pone en práctica en
las personas mentalmente equilibradas cuando se incorporan, pero no se traduce en
conductas consecuentes, tiende a generar sentimientos de culpabilidad o al menos,
de malestar con uno mismo. Para muchos investigadores, dentro de las temáticas
más importantes que han sido estudiadas relacionadas con la formación de la
personalidad en general y en particular sobre la educación en valores, la moral
ocupa un destacado lugar, por lo que constituye una preocupación no sólo en la
formación de la juventud sino también en los trabajadores, empresarios que son
personas adultas.
Es importante analizar que las formaciones morales como parte de la
regulación inductora de la personalidad guían y dirigen la actuación del hombre y
hacen que asuma una actitud correcta y acertada frente a las exigencias que la vida
y la sociedad contemporánea plantean. Al respecto, Collazo (2003), expresa: "La
educación debe priorizar los valores morales y revelar los ideales para preparar al
hombre para la vida. "(p 51).
De lo anterior, se puede indicar que uno de los propósitos esenciales del
docente en su rol de orientador para el fomento de valores morales es formar un
hombre con principios y valores que les permitan enfrentar las complejas
situaciones, asimilar los cambios y buscar soluciones acertadas a los problemas
complejos del mundo moderno.
La formación moral no puede ser impuesta al hombre desde el exterior,
requiere de cierto sistema individual de valores, puntos de vista, ideales, los cuales
79
se exigen en el sujeto de forma determinada y que en la misma medida que revelen
sus relaciones con los que le rodean, reflejen además un sistema individual de
significados, modelos a seguir, los que consecuentemente deben ser la guía de la
actuación escolar. La moral, como forma de la conciencia social, origina en el
hombre motivaciones decisivas que permiten orientar su conducta hacia objetivos
concretos. Su particularidad específica, como forma de la conciencia social, está
dada en que refleja los vínculos del ser social, sus relaciones con los demás
personas, la actitud del individuo, ante el trabajo, el colectivo y todo lo que le rodea,
es decir, hacia su entorno natural y social.
En torno a esto, y siguiendo el criterio de Collazo (2003), se acepta que la
forma de la conciencia social en que se reflejan y se fijan las cualidades éticas de la
realidad social, la moral constituye un conjunto de normas de convivencia y de
conducta humana que determinan las obligaciones de los hombres, sus relaciones
entre sí y con la sociedad. De estas normas y siguiendo con la escala de valores de
Rokeach (1973), se analizarán en los valores ético-morales la responsabilidad, el
respeto y la sinceridad.
Lo anterior, aceptando el concepto de los valores éticos morales no denotan
únicamente contenidos normativos, conductas estandarizadas, sino especialmente
la posición activa de cada sujeto, su individualidad y las formas que utilice en la
regulación del comportamiento, ya que esto depende de la personalidad del
individuo, su educación y desarrollo, y de un sistema supraindividual de valores,
normas y principios, que determina la necesidad social a la que este sistema social
donde se desenvuelve, el cual realiza una regulación del comportamiento de la
personalidad de quien asume dicho valores, procurando adaptarse a las pautas
conductuales establecidas por el contexto donde interactúa.
En cuanto a la responsabilidad, según Carreras, (2000), es un valor que se
constituye en la capacidad de sentirse obligado a dar una respuesta o a cumplir un
trabajo sin presión externa alguna” Posee dos vertientes: una individual y una
colectiva. Individualmente es la capacidad que tiene una persona de conocer y
aceptar las consecuencias de sus actos libres y conscientes. Colectivamente, es la
capacidad de influir en lo posible, en las decisiones de una colectividad, al mismo
80
tiempo que se responde a las decisiones que se toman como grupo social en donde
se está incluido.
Desde este punto de vista, el docente desde la vertiente individual debe intentar
responsabilizar al alumnado de ir limpio y bien arreglado a la institución, que tenga
una buena autoestima y un buen rendimiento escolar. En la segunda vertiente, el
educador le debe enseñar que además de ser responsables de las decisiones que
se tomen en el grupo, también tienen que responsabilizarse junto con sus
compañeros en las tareas o actividades que se realicen en el aula o fuera de ella,
para que exista una buena relación.
También la mencionada autora expresa, que los alumnos deben aprender a
cumplir las normas que les dictan sus padres, docentes y la comunidad donde viven,
así como respetar el entorno, ya que según Carreras, (2000) existe una estrecha
interacción de algunos valores respecto a la responsabilidad tal como lo muestra el
gráfico Nº 4.
Gráfico Nº 4 Interacción de la responsabilidad con otros valores
Fuente: Carreras, (2000 Valores de competencia
Fuente: Carreras (2000), Cómo educar en valores. 7ª Edición. Narcea S.A. Ediciones Madrid
Como se puede apreciar en el gráfico, la responsabilidad es un valor muy
amplio necesitando realizar propuestas prácticas para habituar a los alumnos a
aceptar cualquier crítica positiva, evitar la pasividad, profundizar y ampliar la visión
de los problemas, escuchar y dialogar para intercambiar puntos de vista, fomentar el
optimismo frente a las peores situaciones, buscar soluciones y actuar en
RESPONSABILIDAD Confianza
Libertad Honradez
SinceridadDiálogo
Dignidad
Optimismo Constancia Generosidad
Esfuerzo
Respeto
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consecuencia. Se aprecia también el resto de los valores, que son más individuales,
aunque también están socialmente condicionados y no están directamente
relacionados con la moralidad ni con la culpabilidad. Responden a la pregunta ¿Qué
cree que hay que tener para poder competir en la vida?, y entre ellos están el
respeto y la sinceridad.
Con relación al respeto, según Careras (2000), “es la consideración, atención o
admiración que se le debe a una persona” (p.199). Se puede decir también que es el
sentimiento que lleva a reconocer los derechos y la dignidad de los otros individuos. Por lo tanto, este valor se fundamenta en la dignidad de la persona, la cual debe ser
compartida de igual a igual., Además, el respeto hacia sí mismo se basa en el
respeto que se profesa a los otros como personas. De esta manera, la dignificad
queda situada entre dos coordenadas básicas, la del respeto que se tiene el
educando hacia si mismo y el que siente por los demás. El primero es la condición
para saber vivir y sentir las bases para una auténtica convivencia en paz.
Desde esta perspectiva, el docente también debe inculcar a los alumnos el
valorar al respeto a la naturaleza, al mundo que los rodea, los animales y las
plantas, es decir, par que un alumno respete a los demás siempre ha de tener unos
modelos a seguir, tales como los padres y educadores, los cuales son su ejemplo y
respetándolo a él, han marcado unas pautas que podrá seguir toda su vida. En este
orden de ideas Aguilar (2002), expresa “por el hecho de ser personas, siempre
seremos más importantes que cualquier cosa, por valiosa que sea, lo cual nos
infundirá un gran respeto por la dignidad humana” (p.222). En tal sentido, explica
que el docente de la Educación Básica, en su rol de orientador y para lograr el
fomento de este valor debe proponerse lograr objetivos como los siguientes:
Despertar en los alumnos el respeto a si mismo y a los demás. Respetar el entorno. Favorecer este valor en todas las oportunidades posibles. Potenciar el respeto al medio ambiente. Descubrir el valor de la convivencia y la aceptación de la diversidad.
Cabe destacar que otros valores relacionados con el respeto son: la sinceridad,
amabilidad, aprecio, autoestima, comprensión y humanidad. Sus contravalores son 82
el egoísmo, desfachatez, desconsideración, desigualdad e incomprensión. En
cuanto a la sinceridad, Carreras (2000), señala que la sinceridad significa
“expresarse sin fingimiento, con sencillez y veracidad, por lo tanto, se puede decir
que se encuentra exenta de hipocresía y simulación” (p.83). Este valor puede
extenderse hacia tres ámbitos: hacia uno mismo, hacia los demás y hacia la
sociedad en general.
De acuerdo con dichos ámbitos receptores de sinceridad, se encuentran tres
principales razones o necesidades para fomentar la sinceridad mediante la selección
y utilización adecuada de actividades y proyectos escogidos por el educador o por el
alumnado. Dichas razones son las siguientes:
1. La sinceridad es necesaria par gozar de una óptima salud mental. Cuando
la persona (o concretamente el joven) miente, se siente mal consigo mismo.
2. La sinceridad es necesaria par establecer relaciones interpersonales en
cualquier sistema: familia, escuela y la sociedad en general. Esto se explica cuando
el alumno (emisor) se sincera con otra persona – padre, docente, compañeros –
(receptores) y se produce un feedback, es decir, el receptor también se sincera con
el emisor. A partir de ello se establece un fuerte lazo de unión entre ambos.
3. La sinceridad es necesaria par vivir en un mundo justo. Cuando las
personas se caracterizan por ser sinceras, contribuyen al esclarecimiento de
aquellas situaciones problemáticas desde las más simples, hasta las más complejas.
Desde este punto de vista, Arias (2005), aconseja al docente de la escuela básica
que adopte las siguientes actitudes para favorecer el incremento de sinceridad en
los niños y jóvenes:
Asegurarse de que las normas y reglas de aula sean claras y precisas.
Si las reglas no están explicitadas, el educando no podrá reconocer con
exactitud y precisión el mal o buen cumplimiento de estas.
Ser sincero con los alumnos. Ello generará confianza hacia él y en
consecuencia, un aumento de sinceridad en ellos.
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Aceptar a cada uno de sus alumnos, tal como son. Ello evitará que se
“disfracen” para agradarle y, a la vez, favorecerá su autoestima.
Como se puede ir intuyendo, favorecer e incrementar la sinceridad en los niños
y jóvenes no supone sólo una mejora de este valor, sino que implica de manera
satisfactoria a muchos otros. Por ello, si el docente elige actividades apropiadas para
fomentarlo, estos conocerán las ventajas de ser sinceros y posteriormente
habituarlos a adoptar, por ende, conductas también sinceras. Cabe señalar que
algunos valores asociados son la autenticidad, la honradez, la franqueza, la nobleza,
la valentía, la naturalidad, la confianza, el aprecio, la lealtad, la amistad y la
responsabilidad. Sus contravalores son la enemistad, la falsedad, hipocresía,
desconfianza, enmascaramiento y el engaño.
Valores de Competencia
Las competencias, para Boyatzis (1996), son comportamientos y destrezas
visibles que las personas aportan en un empleo para cumplir con sus
responsabilidades de manera eficaz y satisfactoria. Es en este contexto, que la
escuela debe preparar al hombre para la vida, desarrollar su capacidad de aprender
contenidos nuevos y de resolver problemas y situaciones inéditas con creatividad así
como fomentar su poder resolutivo, al personal docente se le plantean nuevos retos,
con una nueva función: enseñar para aprender; de modo tal, que los estudiantes
desarrollen procesos cognoscitivos para ser aplicados a situaciones cambiantes,
para lo cual debe desarrollar habilidades, actitudes y competencias.
La adquisición de competencias como un valor, implica formar capacidades
como las de iniciativa, de comunicarse, de establecer relaciones estables y las de
asumir riesgos y retos. El valor de las competencias combinan los conocimientos con
el comportamiento social, es algo, más que habilidades, implican el dominio de
procesos y métodos para aprender de la práctica, de la experiencia y de la
intersubjetividad
Partiendo de lo anterior, se puede expresar que el término competencias no
constituye un concepto actual, desde la etapa medieval era utilizado para señalar la
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adquisición de habilidades por los aprendices de cualquier oficio en su trabajo con el
patrón. Actualmente, en la esfera laboral y específicamente en la educación, los
docentes han creado y generado una enorme cantidad de conocimientos y
habilidades en el proceso del aprendizaje dirigido al desarrollo de competencias.
Según el autor, las competencias son un conjunto de atributos valorativos de la
personalidad, que conducen al éxito en la realización de tareas y actividades, de allí
que las competencias son resultados, es decir, se considera una habilidad para
obtener un resultado, la habilidad para producir beneficios.
Boyatzis (1996), las competencias son valoradas como un atributo o etiqueta
para una colección de conocimientos, habilidades y actitudes, tareas y resultados; es
un híbrido que generalmente conducen a la solución de problemas y toma de
decisiones. Asimismo, son definidas como la capacidad de actuar en la realización
de un trabajos conforme a un nivel requerido; y que demanda un como un conjunto
de conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión,
resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible y ser capaz de
colaborar en el entornopersonal y social, es decir, la capacidad de un individuo para
realizar una actividad con eficiencia conjuntamente con un grupo de compañeros.
Según Delors (1996) “La Educación debe facilitar a todos, lo antes posible el
pasaporte para la vida, que le permitirá comprenderse mejor a sí mismo, entender a
los demás y participar así en la obra colectiva y la vida en sociedad” (p. 123), de allí
que le da vigencia a la teoría del desarrollo de los valores de competencias en el
campo educativo, surgiendo con ello la finalidad del proceso escolar.
Dicha finalidad de las competencias se fundamente específicamente en las
características de las personas que pueden ser motivo, habilidades, destrezas u
otro aspecto del conocimiento usado por loa individuos en el desempeño de un
trabajo, en cuanto a esto Boyatzis (1996), relaciona directa o indirectamente las
finalidad de una competencia con el desempeño en la ejecución de un trabajo
especifico.
Dentro de las estructuras educativas se ha discutido mucho el tema de la
competencia, y los docentes frente al compromiso de fomentar los valores en el
85
aula deben conocen a la perfección lo que implica fomento de la competencia,
puesto las mismas, puede retardar o agilizar los procesos naturales del aprendizaje
y modifica, en mal sentido, el carácter de los educandos por la elevación de los
valores morales establecidos en la sociedad.
También disminuyen o aumentan el estímulo por estudiar, ya que la
competencia es uno de los factores que con más persistencia incentivan los
sentimientos o estados competitivos, por ello los docentes en su rol de orientadores
y para el fomento de los valores, deben incrementar las competencias del trabajo en
equipo, convivencia e iniciativa.
En cuanto al trabajo en equipo, surgen del modo de vida actual del hombre, que
le exige una constante y permanente interrelación con sus semejantes, originándose
con ello los grupos de trabajo, que para Contreras (2002), están representados por
la pluralidad de individuos que se hayan en contacto los unos con los otros, teniendo
en cuenta la existencia de cada uno y la conciencia de ciertos elementos de
importancia para todos, estableciendo interacción comunicacional cara a cara, en
busca de la satisfacción de expectativas e intereses comunes.
Esta conceptualización presenta a un ser – hombre que necesita comunicarse
de manera directa con sus semejantes, para buscar la satisfacción de necesidades
mutuas y donde cada uno, como miembro del grupo debe intervenir e influir de
manera decisiva, originándose con ello la interrelación social, propia del hombre que
no puede concebirse como un ser aislado, y sus conductas están sujetas a su
interrelación con el grupo donde está integrado.
En el ámbito escolar, la consolidación del trabajo en equipo como un valor de
competencia, fomentaría los valores del respeto, la solidaridad, el sentido de
pertenencia, la colaboración, la responsabilidad compartida y por una excelente
comunicación entre todos y cada uno de sus integrantes. Es por ello, que el docente
en sus acciones orientador debe guiar a los equipos de trabajo por un reglamento
interno que acote sus actividades y conductas dentro de la escuela. Lo señalado, de
acuerdo a Contreras (2202), vincularía las interacciones entre los alumnos con la
consecución de las tareas escolares, éstos permite acordar democráticamente
códigos éticos que aprueben una interacción respetuosa, solidaria y colaborativa.
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Regirse bajo ciertas conductas en las que se deje claramente establecido que
como equipo que son, los logros y las metas alcanzadas se adjudican en un
producto o servicio acabado, a todos por igual; en el entendido, que tanto los éxitos
como los errores (que no fracasos), serán producto de una responsabilidad
compartida. Este punto dará pauta para colaborar activamente con los compañeros
apoyando y compartiendo experiencias y conocimientos, generándose paz y
adecuada convivencia en el salón de clase. La convivencia, es una de las
actividades que puede realizar el docente como promotor de valores sociales, las
cuales según Rodríguez (2000) constituyen una serie de “interrelaciones entre los
diferentes miembros de un establecimiento educacional, que tiene incidencia
significativa en su desarrollo ético, socio-afectivo e intelectual” (p.1).
Se infiere de lo expuesto, que las convivencias mejoran la comunicación, ya
que promueve la participación entre los directivos, los docentes, el alumnado y la
comunidad educativa en general, promoviendo de esta forma una adecuada
internalización de valores mediante el compartir. En tal sentido, Chacín (2002),
propone algunas sugerencias al personal de las escuelas para que las convivencias
cumplan sus objetivos. Así, al docente le correspondería realizar una revisión
somera de metodologías de trabajo y generar indicaciones para los alumnos,
coordinar las acciones de los diferentes estamentos establecidos en las actividades
escolares.
Asimismo, al docente le concierne las siguientes acciones: velar porque todos
los grupos dispongan de tiempo y espacio para participar en acciones de
convivencia, asignar y crear equipos responsables para la planificación de las
acciones a emprender, y promover la revisión de metodologías de trabajo por parte
de los miembros de los equipo de trabajo.
Por su parte a los coordinadores de los equipo, le correspondería realizar
acciones como las siguientes intencionar, clarificar y coordinar con los demás
compañeros de clase las actividades para los aprendizajes de valores; velar porque
cada curso desarrolle al menos una actividad en un sector de aprendizaje
relacionado con las temáticas sugeridas anteriormente, en el contexto de las
actividades curriculares habituales, relacionando todas las áreas académicas.
87
Desde esta perspectiva, se espera que las actividades realizadas generen un
registro (escrito, visual, u otro) de tal manera que constituyan un insumo para la
toma de decisiones. Por otra parte, al docente como orientador le corresponderá
coordinar acciones para el trabajo con apoderados(as) y de consejo de curso,
proveyendo de insumos y orientaciones en materias de convivencia escolar.
Con respecto al docente, se espera que en el marco de la actividad pedagógica
cotidiana y de las oportunidades curriculares presentes en los sectores de
aprendizaje, desarrolle actividades que propicien el diálogo, debate, reflexión y
expresión de las percepciones de los estudiantes acerca de la manera de contribuir
al desarrollo de habilidades, actitudes y valores que favorezcan una positiva
convivencia escolar en el aula.
Dentro de este marco de ideas García (2000), propone algunas sugerencias
metodológicas para el docente, dado que existen otras actividades que éste puede
impulsar para promover la participación y el diálogo de los distintos actores de la
escuela. La selección de unas u otra, dependerá de las características de la
comunidad y de los objetivos planteados. Las actividades pueden ser integradas en
los contenidos curriculares de valores de los distintos sectores de aprendizaje o bien
instancias de difusión y reflexión de los logros, dando con ello a la iniciativa de
participación del resto de los alumnos del la clase.
Iniciativa es una de los actuales valores que en la formación de valores tiene
una gran importancia para el desarrollo de la personalidad de los estudiantes, para
lograr que los jóvenes asuman una participación correcta de las actividades que
caracterizan la etapa de construcción de una nueva sociedad. Se trata de la
formación de los valores que deben regir el comportamiento general de la juventud,
los que orientan su conducta y determinan consecuentemente sus actitudes, es
decir, sus formas de actuar.
Es decir, la iniciativa de los alumnos determinar los valores esenciales de la
paz, la justicia social, la libertad, la responsabilidad, el trabajo creador, el
colectivismo la ayuda mutua, la solidaridad, la disciplina, por lo que los docentes no
debe olvidarse que estos valores se forman en un proceso complejo. Estos no están
88
en los objetivos escolares, tal como lo señala Fabelo (2003), estos valores, son
producto del grado de significación que adquieren en el individuo en el proceso de
sus relaciones con ellos.
Según algunos pedagogos, la iniciativa personal como un valor en los
estudiantes, representa siempre una relación sujeto-objeto, siempre el resultado de
las valoraciones, de un reflejo específico de la conciencia. Ellos expresan la
importancia, la significación de la realidad y de determinados fenómenos que para
ellos se dan en la realidad escolar; lo cual es muy importante para el trabajo
pedagógico. La apropiación del valor de la iniciativa por parte de los alumnos
siempre está unida a una actividad cognoscitiva y de valoración, donde se analizan
los fenómenos objetivos en correspondencia con el interés social y se aprecia la
significación de este interés para cada alumno.
Sistema de Variables Variable: Rol del Docente como Orientador Definición Conceptual: Proceso mediante el cual el docente evalua las habilidades
de los alumnos, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores
sociales que influyen en las elecciones personales y vocacionales mediante una
formación sólida en psicología, pedagogía, educación y desarrollo humano.
(Sánchez y Valdés, 2003).
Definición Operacional: Apunta al mejoramiento del proceso de enseñanza
aprendizaje, para lo cual tiene que tomar en cuenta toda la estructura teórica,
material y humana de la escuela. La misma se medirá a través de un cuestionario
diseñado en función de las dimensiones práctica y acciones del docente en la
orientación.
Variable: Fomento de Valores: Acción de los docentes dirigida a establecer una
relación directa, persona a persona, con los alumnos donde la actitud positiva y
asertiva tiene conferida una potestad formal sobre los estudiantes para dirigirlos al
cumplimiento de sus tareas; mediante actitudes valorativas para ellos en los
estudios, tales como responsabilidad, respeto, sinceridad, trabajo en equipo,
89
convivencia, iniciativa, amistad verdadera, amor pleno, armonía interna,
cooperación, justicia y paz. (Kotter 1998).
Definición Operacional: Esta se logrará a través del estudio de las puntuaciones
que se obtengan como producto de la aplicación de la Escala Valorativa de los
Valores, diseñada en función de los postulados de Rokeach (1973), y partiendo de
las dimensiones valores terminales y valores instrumentales.
90
Cuadro Nº 1 Operacionalización de las Variables
OBJETIVO GENERAL: Establecer la relación entre el rol docente como orientador y el fomento de valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
OBJETIVOS ESPECIFICOS VARIABLE DIMENSIÓN INDICADORES ITEMS
o Analizar la práctica del docente en su rol como orientador en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
- A Nivel de la organización de las clases. - A nivel del alumno. - A nivel Familiar.
1-2-3-4
5-6-7
8-9-10
o Caracterizar las acciones del docente en su rol como orientador en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica en la parroquia Idelfonzo Vázquez.
Rol de
Docente
como
Orientador
Practica del
Docente
Acciones del Docente en la Orientación
- Académica. - Personal. -Vocacional.
11-12-13 14-15-16 17-18-19
o Analizar los valores terminales que prevalecen en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez?
Valores
Terminales
- Personales
- Sociales
1-2-3
4-5-6
o Describir los valores instrumentales consolidados en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
Fomento
de
Valores
Valores
Instrumentales
- Éticos - Morales
-Competencia
7-8-9
10-11-12
Fuente: Valentino, (2008)
91
CAPITULO III
MARCO METODOLÓGICO En el presente capitulo se precisa el tipo y diseño de la investigación con la
población, muestra, técnicas e instrumentos de recolección de datos, así como el
tratamiento a seguir para la evaluación de dichos datos y el procedimiento para la
realización de la misma.
Tipo de Investigación.
El estudio será descriptivo de carácter correlacional, atendiendo los supuestos
de Hernández, Fernández y Baptista (2004), quienes establecen que dichos estudios
buscan especificar las propiedades importantes de personas, grupos y otros
fenómenos que sea sometido a análisis, para los referidos autores, la característica
analítica, responde a que se pretende analizar un evento y comprenderlo en
términos de sus aspectos mas evidentes. De esto, se buscó especificar las
características relevantes de las variables rol del docente como orientador y el
fomento de los valores en los estudiantes de III etapa de educación básica de la
parroquia Idelfonzo Vázquez, con el fin de analizar las mismas y establecer la
posible relación que exista entre dichas variables.
Por su parte, Bunge, citado por Hurtado (2005), las investigaciones
descriptivas, como su nombre lo indica, buscan describir los elementos que
componen la totalidad de un universo, y las conexiones que expliquen sus
interrelaciones. De igual manera, se considera un estudio de campo porque la
información se recogió directamente de la realidad investigada, donde el
investigador obtuvo conocimientos directos del hecho investigado.
De lo anterior, la presente investigación buscó obtener información directa de la
realidad educativa de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez, sobre las conductas y actitudes asumidas por los docentes en el
desempeño de su roles, para realizar un análisis y establecer si ésta tienen
relaciones con el fomento de valores en los estudiantes, y con los resultados diseñar
lineamientos que conduzcan al fomento de los valores en los estudiantes partiendo
de la practica del rol docentes como orientador.
Diseño de la Investigación En cuanto al proceso que se seguirá para la realización de la investigación, se
consideró el diseño no experimental transeccional, que de acuerdo a Hernández y
otros (2004), este diseño plantea que el tipo de investigación descriptiva, se realiza
obteniendo los datos de análisis en una solo momento, sin manipular las variables, y
tal como se observa el fenómeno en su contexto natural para después analizarlo. De
esto, las variables rol docente y el fomento de valores, en ningún momento se
manipularon, y se obtendrán los datos en un momento único para su análisis tal
como se presentaban en la realidad de las instituciones inmersas en el estudio.
Población La población según Chávez (2004), es el universo de sujetos de los cuales se
obtendrán los datos, y sobre los cuales se generalizan los resultados. Igualmente,
Balestrini, (2001), define la población como el conjunto finito de personas, elementos
o casos que presentan características comunes.
Siguiendo los planteamientos de Tamayo y Tamayo (2004), puede indicarse
que la población es la totalidad del fenómeno a estudiar, donde las unidades de
población poseen características comunes, la cual se estudia y da origen a los datos
de la investigación.
Para efecto del estudio, la población estuvo constituida por características
comunes que le permiten distinguir tanto a los docentes como los alumnos incluidos
como sujetos para la obtención de los datos. En este sentido, dicha población se
conformó por un total de 4614 sujetos entre 204 docentes y 4410 estudiantes de la
III etapa de educación básica, de las instituciones, Liceo Bolivariano Manuel
Segundo Sánchez, Unidad Educativa Almirante Padilla y el Liceo Bolivariano
Idelfonzo Vázquez. Dicha población se presenta a continuación en el cuadro Nº 1,
donde se plasman los estratos que conformaron la población de estudios.
93
Cuadro Nº 2. Población Seleccionada INSTITUCIÓN DOCENTES ALUMNOS TOTAL
Liceo Bolivariano Manuel Segundo
Sánchez
45
1800
1845
Unida Educativa Almirante Padilla
109 1410 1519
Liceo Bolivariano Idelfonzo Vásquez
50 1200 1250
TOTAL 204 4410 4614 Fuente: Coordinación Administrativa del Municipio Maracaibo Nº 1
Muestra
De acuerdo con Hernández y otros (2004), la muestra se define como un
subgrupo de la población. Está debe ser representativa de la población, es decir,
debe cumplir con todas sus características. En lo que respecta a la muestra de
estudio, se tiene que ésta representa una porción significativa de la población,
presentando características comunes, de allí que es definida por Tamayo y Tamayo
(2004), como la porción que descansa en el principio de que las partes representan
el todo, y por tal, refleja las características que definen a la población de la cual es
extraída, indicando su representatividad.
Atendiendo a lo manifestado por Tamayo y Tamayo (2004), se trabajó en
atención a las variables rol docente y fomento de valores con la población de los
docentes y de los alumnos, quienes evaluaron dichas variables, y se les aplicó a
dicha población la fórmula de Sierra Bravo para la selección de la muestra, tal como
se presenta:
( ) pqNENpqn
414
2 +−=
Donde: n= Representa el tamaño de la muestra. N= Representa el tamaño de la población. 4= Constante. P= Probabilidad de éxito (50%). Q= Probabilidad de fracaso (50%). E²= Probabilidad de error. En este caso estará representado por 5%.
94
Muestra de Personal Docente
4. 204 . (50.50) n =---------------------------------- 5 2 . (204 -1) . 4 . 50 .50 2040000 n = ------------------------------ 5075 + 10000 2040000 n = -------------------- 15075
n= 135
Muestra de los alumnos
4. 4410 . (50.50) n =---------------------------------- 5 2 . (4410 -1) . 4 . 50 .50 44100000 n = ------------------------------ 110150 + 10000 44100000 n = -------------------- 120150 n= 367
En atención a los resultados de la muestra del personal docente y de los
alumnos, la misma estuvo constituida por 502 sujetos, conformada por 135 docentes
y 367 alumnos. Para determinar el número de docentes y alumnos por institución, se
aplicó la fórmula de Shiffer, la cual es utilizada para tabular grupos de muestras
estratificadas, teniéndose:
nxNhnn =
95
Donde: n = n1+ n2+ n3+ n4+ n5 = son los estratos que se determinaron. h = Tamaño adecuado de la muestra n h = tamaño del estrato de la población. N = tamaño de la población. Aplicando la fórmula por cada institución se obtuvo: Cuadro Nº 3. Selección de la muestra del estudio
Liceo Bolivariano Manuel Segundo Sánchez
nxNnhn =1
50 1800 n1Dctes = ---------- 135 n1 estud. =------------- 367
204 4410
n1 Docentes = 33 n 2 estudiantes = 150
Unidad Educativa Almirante Padilla
nxNnhn =1
45 1410 n 1Dctes = ---------- 135 n1 estud. =------------- 367
204 4410
n1 Dctes = 30 n1 estud. = 117
Liceo Bolivariano Idelfonzo Vásquez
nxNnhn =1
109 1200 n 1Dctes = ---------- 135 n1 estud. =------------- 367
204 4410
n1 Dctes = 72 n1 estud. = 100
Fuente: Valentino, 2008
Número de docentes: n1 + n2 + n3 = 33 + 30 + 72 = 135 Número de Estudiantes: n1 + m2 + n3 = 150 + 117 + 100 = 367
96
Muestreo Para seleccionar los sujetos de la muestra, se estableció el muestreo no
probabilístico intencional, que según Hurtado (2004), es aquel donde la muestra no
se elige al azar, sino que, por razones determinadas el investigador decide quienes
serán los integrantes de la misma. Partiendo de que se tomaran los docentes y
estudiantes de manera intencional por la investigadora, de allí, que la misma estuvo
dirigida específicamente a dichos estratos de la muestra en las unidades educativas
de la III etapa de educación básica, esto en función de dirigirlo al estudio de acuerdo
a los objetivos establecidos.
Técnicas para la Recolección de Información.
La técnica a manejar en la investigación es la observación descriptiva, la cual
refiere Bavaresco (2001), permite emplear herramientas o instrumentos para recoger
la información. Al igual, los instrumentos de investigación son herramientas que se
emplean para conocer, medir y/o determinar el comportamiento o los tributos de las
variables que se estudian, y en este sentido, con la finalidad de obtener las
informaciones que se requieren para desarrollar la investigación, se seleccionó como
instrumento, el cuestionario, el mismo, según lo explica el citado autor, consiste:
en una herramienta o medio que recoge información directa… Contiene los detalles del problema que se investiga, sus variables, dimensiones, indicadores, ítemes. Es el medio que le brinda la oportunidad al investigador de conocer lo que se piensa y se dice del objeto de estudio (p.:104).
En atención a lo anterior, se diseño un instrumento tipo cuestionario, dirigido a
los docentes, con el cual se recogió la información necesaria para evaluar la variable
rol del docente como orientador y denominada ROLDOC, V-08, se diseñó
atendiendo a lo planteado por Rensis Likert, establecida de acuerdo a Hernández y
otros (2004), a principios de los años treinta, pero aún se encuentra vigente. En
relación a lo anterior, se estructuraron 19 ítemes presentados de manera afirmativa,
donde se le solicitó a los docentes seleccionar una alternativa de cinco (5) con valor
numérico para el análisis estadístico, siendo éstas: Siempre (5), Casi Siempre (4), A
Veces (3), Nunca (2) y Casi Nunca (1), dicha escala permitió construir el baremo de
97
medición con el fin de realizar el análisis estadístico una vez se obtengan los datos
necesarios. Dichos valores permitieron establecer el siguiente baremo de medición:
Cuadro No. 4. Baremo de Medición Cuestionario ROLDOC, V-08.
Puntuaciones Individual General
Rango
Categoría
1 - 19 95 - 2565 I Muy Poco Desarrollado 20 - 38 2566 - 5130 II Poco Desarrollado 39 - 57 5131 - 7695 III Moderadamente Desarrollado 58 - 76 7696 - 10260 IV Desarrollado 77 - 95 10260 - 12825 V Muy Desarrollado
Fuente: Valentino, 2008 En relación a la variable fomento de los valores, se diseñó un instrumento tipo
escala valorativa de actitudes, que para Hernández y otros (2004), son instrumentos
dirigidos a medir el comportamiento que mantienen las personas en torno a los
objetos a que se hace referencia. Dicha escala se ha estructurado específicamente
para obtener los datos de la muestra de estudiantes establecida para el estudio.
Ésta se denominó FOMENVAL, V-08, con característica específicas de acuerdo a
los valores que se deben buscar desarrollar desde la acción de la educación básica,
y partiendo de la clasificación de los valores establecida por Rokeach (1973).
En relación a la escala valorativa FOMENVAL, V-08, se utilizó una escala de
medición atendiendo al diferencial semántico desarrollado por Osgood (1997), el
cual consiste en una serie de adjetivos extremos bipolares, ante los cuales se
solicita al sujeto que indique el comportamiento demostrado en una escala de
respuesta del 1 al 10, cuyos extremos se relacionan muy estrechamente de manera
desfavorable o favorable con el valor dado al objetivo indicado. Dicha escala
valorativa, constó de 12 adjetivos bipolares, para la cual se estableció el siguiente
baremo de medición:
Cuadro No. 5. Baremo de Medición, Escala de Valores Fomenval, V-08
Puntuaciones Individual General
Rango
Categoría
10 - 24 120 - 8808 I Muy Poco Fomentado 25 - 48 8075 - 17616 II Poco Fomentado 49 - 72 16148 - 26424 III Moderadamente Fomentado 73 - 96 24223 - 35232 IV Fomentado 97 - 120 32297 - 44040 V Muy Fomentado
Fuente: Valentino, 2008
98
Validez del Instrumento. La validación de un instrumento de recolección de datos consiste, según lo
refiere Sierra Bravo, citado por Chávez (2004), en comprobar si las preguntas
diseñadas son comprensibles y si las respuestas a ellas son significativas, en orden
a la investigación pretendida. La referida autora, plantea que dicha validez no se
presenta en términos numéricos, sino que se realiza bajo el discernimiento y juicio
independientemente de varios expertos.
En atención a lo anterior, para validar los instrumentos ha diseñar se solicitará
la colaboración en materia de metodología de la investigación y administración de la
educación básica a varios expertos, para determinar la coherencia de sus elementos
constitutivos con las variables, dimensiones e indicadores propuestos para el
estudio.
Para llevar a cabo este proceso, los instrumentos fueron entregados,
conjuntamente con un formato contentivo de informaciones inherentes al estudio, a
un total de cinco (5) expertos, quienes lo revisaron y emitieron su juicio sobre el
mismo, con la finalidad de hacer correcciones pertinentes antes de su aplicación
definitiva. Posteriormente a este proceso se aplicó una prueba piloto a un grupo
pequeño de sujetos con las mismas características que el grupo de la muestra a fin
de obtener los datos necesarios para el cálculo de la confiabilidad.
Confiabilidad del Instrumento
Explica Sierra (1999), que la confiabilidad de un instrumento consiste en
conocer o medir el grado o nivel de congruencia con que éste realizará la medición
de las variables de estudio. Atendiendo a esta definición, para cumplir con este
proceso se procedió a aplicar los instrumentos a una muestra de 20 sujetos con
características similares a las de los sujetos seleccionados para la investigación, y a
cuyo resultados con la aplicación de los mismos una vez agrupados los datos le fue
aplicada la fórmula de Alfa Cronbach para determinar la confiabilidad, la cual se
indica a continuación en cuanto al instrumento dirigidos a evaluar la variable Rol del
Docente como Orientado denominado ROLDOC, V-08.
99
⎥⎥⎦
⎤
⎢⎢⎣
⎡−
−= ∑
2
2
11 St
Sik
krkk
Donde:
rkk = Coeficiente Alpha Cronbach. Si
2 = Varianza de los puntajes de cada ítem. St
2 = Varianza de los puntajes totales. 1 = Constante. k = Número de ítemes.
Sustituyendo la fórmula:
⎥⎦
⎤⎢⎣
⎡−
−=
44,21039,2161
11919r
[ ]03,111819
−=r
03,01−=r
97,0=r
El coeficiente de confiabilidad obtenido por el instrumento ROLDOC, V-08,
fue de 0,97, lo cual demuestra según lo planteado por Hernández y otros (2004), que
el instrumento presentó una máxima confiabilidad, puesto en opinión de Hernández
y otros (2004), “el coeficiente requiere una sola aplicación, produciendo valores que
oscilan entre 0 y 1, entendiéndose que cero (0) significa confiabilidad nula, y uno (1)
confiabilidad máxima” (p. 250).
En relación al instrumento diseñado para evaluar la variable fomento de los
valores, el cual se diseño a partir de una escala valorativa denominada FOMENVAL,
V-08, de igual manera le fue aplicada la formula de confiabilidad Alfa Cronbach
obteniendo un resultado de 0,93, tal como se muestra a continuación:
⎥⎦
⎤⎢⎣
⎡−
−=
35,10645,981
11212r
[ ]93,011112
−=r
07,01−=r 93,0=r
100
Tratamiento Estadístico
Al inicio de la investigación se concertaron entrevistas con los directivos de
los planteles seleccionados para dar a conocer los objetivos, la importancia, el
tiempo de ejecución y requerimientos del estudio. Así como también se logró la
autorización para aplicar los instrumentos en la institución seleccionada para el
estudio.
Obtenida esta información se utilizó una tabla de doble entrada para la
tabulación de los datos, después se hizo entrega de esta información a un equipo de
estadistas, los cuales de acuerdo con la naturaleza de la investigación,
seleccionaron para el tratamiento estadístico de los datos, la estadística descriptiva,
la cual consistió en el cálculo de las sumatorias medias, distribuciones de frecuencia
y porcentajes de respuestas arrojadas por la muestra de estudio, dichos
procedimientos se realizaron mediante el uso del paquete estadístico SPSS-10.
En correspondencia con lo planteado por Chávez (2004), quien explica que sí el
estudio es de naturaleza descriptiva como el de esta investigación, el tratamiento
estadístico será de la misma naturaleza y sus respectivas representaciones se harán
utilizando la conformación de tablas de doble entrada y el diseño de modelos de
barras para la presentación de los datos que se organizaron en atención a la
sumatoria, media, frecuencias porcentajes y calculo de varianza y desviación
estandar.
Procedimiento de la Investigación
El procedimiento de una investigación lo constituyen las fase por las cuales el
investigador establece la realización del estudio, en atención a esto la presente
propuesta, se desarrolló en dos fase, una dirigida al proceso de redacción del
planteamiento del problema y su formulación, para posteriormente desarrollar la
segunda fase o marco metodológico, mediante el cual se clarificó el tipo de
investigación, diseño, población, muestra y con esta el muestreo a seguir para
seleccionar los sujetos del estudio.
101
La tercera fase, correspondió a la presentación ante la Comisión de Trabajo
de Grado de División de Estudios para Graduados de la Universidad del Zulia, para
la evaluación de la propuesta, a fin de hacer correcciones y ajustes para la segunda
versión del proyecto.
En la cuarta se procedió a realizar una revisión bibliográfica de los distintos
enfoques y teorías que se relacionan con las variables en estudio, analizando
algunos modelos, así como estudios realizados por otros investigadores y que tienen
relación con la presente, con el fin de conocer los antecedentes, conclusiones y
recomendaciones que se plantearon dichos estudios.
Posterior a la revisión bibliográfica y los antecedentes se procedió a
establecer el sustento teórico del Capítulo II.
La quinta fase, estuvo constituida por el diseño de los instrumentos, y la
validación por parte de los expertos, quienes orientaron el diseño final de los
mismos. Posteriormente se aplicaron los instrumentos a la muestra piloto, cuyos
datos obtenidos permitieron establecer su confiabilidad.
En la sexta fase, se recolectó la información sobre la totalidad de las variables
e indicadores, los cuales se registraron en tablas de doble entrada, lo que permitió
obtener puntuaciones por ítemes, por sujetos y por variables, con el fin de
someterlos al proceso estadístico.
La séptima fase, permitió organizar los resultados de la investigación en
tablas en función del análisis, para dar respuesta al problema planteado. La octava
fase constituyó la direccionalidad, en relación con los objetivos planteados, lo cual
condujo ha llegar a las conclusiones y las recomendaciones, así como el diseño de
la propuesta de lineamientos para el desarrollo de un Rol Docente como Orientador
que permita el fomento de los valores en la población de estudiantes de Educación
Básica. Por última fase, se prevé la disertación del informe final, para con ello
realizar las correcciones que diera a lugar el jurado establecido para la misma.
102
CAPÍTULO IV
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
Los resultados de la aplicación de los instrumentos fueron tabulados mediante
tablas de doble entrada para ser analizados. A tal efecto, se construyeron tablas de
distribución frecuencial por indicador, tomando en cuenta las respuestas de cada
sujeto perteneciente a la muestra. Posteriormente, se calculó el porcentaje y los
totales, como control de los resultados.
VARIABLE: Rol del Docente como Orientador DIMENSIÓN: Practica del Docente
Tabla 1
Distribución de Frecuencias del Indicador: A Nivel de la Organización
Ítems TOTAL
Unidades Informantes 1 2 3 4 fa % Siempre 14 11 18 10 53 9,8 Casi siempre 14 17 16 11 58 10,7 Algunas veces 32 42 39 43 156 28,9 Casi Nunca 47 30 29 41 147 27,3 Nunca 28 35 33 30 126 23,3 Total 135 135 135 135 540 100
Fuente: Valentino, (2010)
En la tabla 1, se presentan los resultados obtenidos en la evaluación del
indicador a Nivel de la Organización, el cual fue evaluado mediante el diseño de
cuatro ítems para un total de 540 respuestas acumuladas por los sujetos
encuestados, de los cuales la alternativa Algunas Veces obtuvo 156 respuestas que
representan un 28,9 %, seguido de la alternativa Casi Nunca con 147 respuestas
acumuladas para un total de 27,3 %, la alternativa Nunca acumuló 126 respuestas
que representa un 23,3 %, en cuanto a la alternativa Casi Siempre obtuvo 58
respuestas, representadas en un 10,7 % y en relación a la alternativa Siempre se
reflejaron 53 repuestas par un 9,8 %.
De igual manera, se puede señalar que en cuanto a la organización el ítems Nº
1, acumuló un total de 47 respuestas en la alternativa Casi Nunca, lo que permite
señalar que en las Escuelas de III etapa de Educación Básica de la Parroquia
Idelfonzo Vázquez, casi nunca parten de la evaluación del clima de organización de
la clase a través de la aplicación de cuestionarios a fin de clarificar los objetivos
estratégicos de calidad.
Asimismo, la frecuencia de respuestas mas alta se ubicó en la alternativa de
Algunas Veces, lo que permite concluir que en cuanto a nivel de la organización las
Escuelas de III etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vázquez,
algunas veces se buscan identificar las insatisfacciones y problemas en los alumnos,
orientan el desarrollo de las clases para el fomento de una cultura de
responsabilidad y prestan especial atención a los alumnos distraídos en las clases.
De allí que dichos resultados se encuentran en contraposición a lo planteado por
Tapia (2005), quien señala que en la practica del docente como orientador una de
sus funciones es evaluar el clima y el funcionamiento de la organización a través de
la aplicación de cuestionarios, entrevistas y/o buzones de participación, ya que a
través de estas estrategias que permitan al docente identificar insatisfacciones o
problemas y sugerir medidas encaminadas a corregir los dificultades de
organización, mediando en los posibles conflictos.
Asimismo, se puede concluir que casi nunca se parte de lo indicado por
Arencibia (2002), quien plantea que una adecuada organización de las clases
fortalece la disciplina como un valor positivo, con sentido educativo y orientado al
fomento de una cultura de la responsabilidad, y la disciplina mediante el control de
infracciones y sanciones corresponde al docente como orientador evaluarlas para
lograr el funcionamiento y la eficacia del régimen disciplinario.
Tabla 2 Distribución de Frecuencias del Indicador:
A Nivel de los Alumnos Ítems TOTAL
Unidades Informantes 5 6 7 fa % Siempre 10 16 13 39 9,6 Casi siempre 21 15 18 54 13,3 Algunas veces 48 43 38 129 31,9 Casi Nunca 36 33 39 108 26,7 Nunca 20 28 27 75 18,5 Total 135 135 135 405 100
Fuente: Valentinos, (2010)
104
Puede apreciarse en la tabla 2, que en lo referente al indicador A Nivel de los
Alumno, el 31,9 % de los d9ocentes encuestados consideran que Algunas Veces, en las
Escuelas de III etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vázquez, se
ppromueven actividades para el fortalecimiento de los hábitos de estudios, así como
propiciar el establecimiento de buenas relaciones humanas entre los alumnos de las
clases y brindar atención al alumno en las áreas personal-familiar. Un 26,7 %
consideran que Casi Nunca se hace así, un 18,5 % nunca lo consideran de esa manera.
En cuanto a la alternativa Casi Siempre reflejó un 13,3 % y Siempre solo reportó un 9,6 %
de respuestas de parte de las unidades informantes.
Estos resultados permiten señalar que en las Escuelas de III etapa de Educación
Básica de la Parroquia Idelfonzo Vázquez, algunas veces se atienden los
señalamientos de Mora (1999), Aponte (2000), Artahona (2002), y Terán (2002),
quienes coinciden en señalar que los alumnos necesitan atención en la formación de
hábitos de estudio, relaciones humanas, comunicación, cuidado personal,
manifestaciones de afecto, tolerancia y comprensión.
De igual manera, son coincidentes con los señalamientos de Casado (2007),
quien plantea que en la Educación Básica no se practica una orientación de carácter
asistencial y remedial, centrada en el alumno que presenta problemas de tipo
personal y escolar, tales como bajo rendimiento, inasistencias injustificadas e
indisciplina en el aula.
Tabla 3
Distribución de Frecuencias del Indicador: A Nivel Familiar
Ítems TOTAL Unidades Informantes 8 9 10 fa % Siempre 0 0 0 0 0 Casi siempre 0 0 0 0 0 Algunas veces 40 43 37 120 29,6 Casi Nunca 63 64 61 188 46,4 Nunca 32 28 37 97 24 Total 135 135 135 405 100
Fuente: Valentinos, (2010)
La tabla 3, referida al indicador A Nivel Familiar, revela que el 46,4 % de los
encuestados consideraron que Casi Nunca en las Escuelas de III etapa de
Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vázquez, se propician acciones de
orientación a los padres de los alumnos para mejorar las relaciones familiares, se
105
busca ofrece asesoría y ayuda a los padres para que participen activamente en el
proceso educativo de sus hijos y se busca asistir a los alumnos, con el fin de que
éstos puedan obtener pleno rendimiento en sus actividades escolares.
Por otro lado, se puede observar que un 29,6 % indicó que Algunas Veces se
actúa así. De la misma manera, para el 24 % de los sujetos encuestados la
alternativa a seleccionar fue Nunca. Asimismo, Siempre como Casi Siempre no
reportaron puntuación. De esto se concluye que en las referidas escuelas casi nunca
se da importancia a lo señalado Hereu (2000), quien señala que desde la acción del
docente como orientador se debe desarrollar una función preventiva a través de
técnicas educativas dirigidas a la comunidad, al núcleo familiar o a sus miembros,
con la finalidad de dar respuesta a las necesidades e insatisfacciones de las familias
buscando promover desarrollo personal-social del grupo familiar de los estudiantes.
Tabla 4 Distribución de Frecuencias
Dimensión: Practica del Docente INDICADORES
A Nivel de la Organización
A Nivel de los
Alumnos A Nivel Familiar TOTALES ALTERNATIVAS
Fa % Fa % Fa % Fa % 5 Siempre 53 9,8 39 9,6 0 0 92 6,8
4 Casi Siempre 58 10,7 54 13,3 0 0 112 8,3
3 Algunas Veces 156 28,9 129 31,9 120 29,6 405 30
2 Casi Nunca 147 27,3 108 26,7 188 46,4 443 32,8
1 Nunca 126 23,3 75 18,5 97 24 298 22,1
TOTALES 540 100 405 100 405 100 1350 100 Fuente: Valentino, (2010)
Los datos que reportan la tabla 4, en cuanto a los puntajes obtenidos por la
dimensión Practica Docente, demuestran que al consultar a las unidades
informantes, en cuanto a la práctica del docente en su rol como orientador en los
estudiantes de las Escuelas de III Etapa de Educación Básica de la parroquia
Idelfonzo Vázquez, se pudo determinar que de las 1350 respuestas acumuladas,
443 se ubicaron en la alternativa de respuestas de Casi Nunca, lo que significó un
32,8 %. Igualmente, para la alternativa Algunas Veces se reportaron 405 respuestas
para un 30 %, seguido por 298 para Nunca con 22,1 %, Casi Siempre obtuvo 112 lo
105
que representa un 8,3 %, y el porcentaje mas bajo se ubico en Siempre con 92
respuestas para un 6,8 %.
Estos resultados permiten concluir en cuanto a la Practica Docente en las
escuelas muestra del estudio no se cumple con los señalamientos de Sánchez y
Valdés (2003), quienes mencionan que el docente como orientador debe ser un
profesional que este especialmente preparado para evaluar las habilidades de los
alumnos, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores
ambientales que influyen o son importantes para una decisión. De igual manera,
deben estar capacitado para describir y explicar los factores que intervienen en el
desarrollo de una carrera; los factores que intervienen en la vocación de los
alumnos y tener una formación sólida en psicología, pedagogía, educación y
desarrollo humano.
Asimismo, se concluye que los docente en su practica no cumplen con lo
establecido por Díaz, quien menciona que los docentes como orientadores deben
desempeñar su función partiendo del contexto en el cual trabajan; por lo cual un
orientador puede inscribir alumnos, revisar en la entrada el uniforme, vigilar el
descanso, concentrar calificaciones, sancionar alumnos, diseñar gráficas de
aprovechamiento, realizar reuniones de análisis con profesores, convocar a padres
para firmar boletas, dar terapia individual, organizar jornadas de ambientación y
ornamentación en su institución, organizar ferias de Orientación Profesiográfica,
campañas contra las adicciones o promover la elaboración de proyectos de vida con
sus alumnos.
DIMENSIÓN: Acciones del Docente en la Orientación
Tabla 5 Distribución de Frecuencias del Indicador: Académica
Ítems TOTAL Unidades Informantes 11 12 13 fa % Siempre 15 19 18 52 12,9 Casi siempre 24 20 16 60 14,8 Algunas veces 45 34 48 127 31,4 Casi Nunca 27 29 34 90 22,2 Nunca 24 33 19 76 18,7 Total 135 135 135 405 100
Fuente: Valentino, (2010)
106
Se observa en la tabla 5, que al revisar los datos referidos al indicador
Académica, se pudo determinar que un 31,4 % consideran que Algunas Veces, en
las Escuelas de la III Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez,
los docentes desde su acción brindan asistencia a los alumnos con el fin de que
éstos puedan obtener pleno rendimiento en sus actividades escolares, igualmente
algunas veces proporciona experiencias educativas estimulantes a los alumnos para
ayudarlos a realizar su trabajo escolar a partir de la organización de actividades de
orientación escolar donde involucra a los alumnos y sus padres y representantes.
Asimismo, un 22,2 % considera que Casi Nunca se cumplen dichos parámetros
académicos, partiendo que el 18,7 % refieren que nunca se cumple con acciones por parte de
los docentes dirigidas a la orientación de los alumnos, un 14,8 % de los sujetos encuestados
consideraron que siempre se desarrollan y un 12,9 % considera que casi nunca.
Los anteriores resultados permiten concluir en cuanto acciones del docente en
la orientación escolar de los alumnos en el aspecto académico, no se desarrolla tal
como lo establece Bisquerra y Álvarez (2003), cuya orientación escolar debe estar
dirigida como un proceso continuo que se inicia en las primeras edades educativas y
se prolonga durante toda la vida, a fin de impone un cambio en el modelo de
actuación de los docentes para asumir el rol de agente de cambio y dinamizador de
los procesos de innovación educativa, buscando que el alumno como sujeto de la
orientación escolar sea considerado como agente activo de su propio proceso de
escolar, a través de una participación activa a partir de la potenciación de la
orientación en las diferentes etapas escolares para reforzar el proceso educativo,
estimular su aprendizaje, preparar para las transiciones.
Tabla 6 Distribución de Frecuencias del Indicador: Personal
Ítems TOTAL Unidades Informantes 13 14 15 fa % Siempre 8 5 8 21 5,1 Casi siempre 12 18 10 40 9,9 Algunas veces 11 17 13 41 10,1 Casi Nunca 55 54 58 167 41,3 Nunca 49 41 46 136 33,6 Total 135 135 135 405 100
Fuente: Valentino, (2010).
107
Puede apreciarse en la tabla 6, que en lo referente al indicador Personal, el
41,3 % de las unidades informantes consideraron que Casi Nunca en las Escuelas
de la III Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez los docentes
en la atención del aspecto personal buscan brindar asistencia a los alumnos con el
objeto de ayudantes a adaptarse mejor al medio social del cual forman parte a partir
de la realización de actividades que le permitan conocer las condiciones socio-
económicas de los alumnos, a fin de procurar la identificación de los roles que
desempeñan los alumnos como individuos en la familia y su comunidad. Mientras
que el 33,6 % opina que Nunca esto es así, un 10,1 % consideran que Algunas
Veces los docentes actúan de esta manera, y un 9,9 % opina que Casi Siempre. En
cuanto a la alternativa siempre se ubicó con tan solo un 5,1 %.
Estos resultados permiten concluir en cuanto al indicador Personal, en las
referidas escuelas casi nunca se da importancia a lo señalado por Bisquerra y
Álvarez (2003), quienes establecen que la acción de los docentes en la orientación
personal-social deben brindar asistencia a los alumnos con el objeto de ayudarles a
adaptarse mejor al medio social del cual forman parte.
Por otra parte, se concluye que no se atiende lo expuesto por Curcho (2001),
la cual hace énfasis en cuanto al proceso de orientación personal-social de los
alumnos que el docente debe conocer los antecedentes, el ambiente, el estado
biopsíquico y las condiciones socio-económicas de los alumnos, de modo que sea
capaz de satisfacer algunas de sus necesidades insatisfechas, interpretar sus
alteraciones síquicas ante los padres y representantes y ser más comprensivos con
aquellos cuya situación no puede cambiarse.
Tabla 7 Distribución de Frecuencias del Indicador: Vocacional
Ítems TOTAL Unidades Informantes 16 18 19 fa % Siempre 0 0 0 0 0 Casi siempre 18 22 20 60 14,7 Algunas veces 33 37 35 105 26 Casi Nunca 48 48 47 143 35,2 Nunca 36 28 33 97 24,1 Total 135 135 135 405 100
Fuente: Valentino, (2010)
108
La tabla 7, en lo referente a la Orientación Vocacional, el 35,2 % de los sujetos
encuestados señalaron que Nunca en las Escuelas de la III Etapa de Educación
Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez, se ofrece a los alumnos procesos de
ayuda mediante el cual éstos avalúen e identifiquen sus aptitudes, se les promueve
intercambio para que analicen la inclinación hacia el desarrollo de determinadas
tareas o actividades de interés personal y se les aplica técnicas que permitan
descubrir sus capacidades vocacionales. Además el 26 % señalaron que Algunas
Veces se practica una orientación vocacional desde dichas perspectivas, con un
24,1 %, se ubicó la alternativa Nunca, seguida por Casi Siempre que reportó 14,7 %,
por último la alternativa Siempre no reaportó respuesta alguna.
Estos resultados relacionados con la orientación vocacional permiten concluir
que en las Escuelas de la III Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo
Vásquez, no se cumple con los señalamientos de Super (1967), el cual establece
que el docente en su rol de orientador vocacional debe atender tres elementos
fundamentales de la personalidad del alumno: el interés, la aptitud y el rendimiento.
De igual manera, se concluye que en las citadas escuelas no se atienden los
postulados de Álvarez y Fernández (2004), quienes señalan que los docentes en su
rol como orientadores deben aplicarles a los alumnos algunas pruebas que miden
los hábitos y las técnicas de estudio, entre las que mencionan los cuestionario e
inventario de hábitos y técnicas de estudio, los cuales permiten garantizar los
objetivos básicos de la orientación vocacional.
Tabla 8 Distribución de Frecuencias
Dimensión: Acciones del Docente en la Orientación INDICADORES
Académica Personal Vocacional TOTALES ALTERNATIVAS
Fa % Fa % Fa % Fa % 5 Siempre
52 12,9 21 5,1 0 0 73 6
4 Casi Siempre 60 14,8 40 9,9 60 14,7 160 13,2
3 Algunas Veces 127 31,4 41 10,1 105 26 273 22,5
2 Casi Nunca 90 22,2 167 41,3 143 35,2 400 32,9
1 Nunca 76 18,7 136 33,6 97 24,1 309 25,4
TOTALES 405 100 405 100 405 100 1215 100 Fuente: Valentino, (2010)
109
Los datos que reportan la tabla demuestran que al consultar a las unidades
informantes, sobre el desarrollo las acciones del docente en la orientación educativa
en las Escuelas de la III Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo
Vásquez, se pudo determinar que de las 1215 respuestas acumuladas, 400 se
ubicaron en la alternativa de respuestas de Casi Nunca, lo que significó un 32,9 %.
Igualmente, para la alternativa Nunca se reportaron 309 respuestas para un 25,4 %,
Algunas Veces se ubicó con 273 lo que representa un 22,5 %, seguido por 160 para
Casi Siempre con 13,2 %, y el porcentaje mas bajo se ubico en Siempre con 73
repuestas acumuladas lo que representa un 6 %.
Estos resultados permiten concluir en cuanto a las Acciones del Docente en
la Orientación que debe desarrollarse en las Escuelas de la III Etapa de
Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez no se cumple con los
postulados de Meneses (2002), quien plantea que una de las funciones del
docente como orientador es reflexionar sobre las diversas actividades que realiza
diariamente para plantearse la necesidad de definir un marco teórico que le
permita cuestionarse sobre su práctica, de escribir sus reflexiones, de
compartirlas y difundirlas con otros docentes-orientadores a fin de sustentar su
práctica a partir de un enfoque psicologista y biologista que lo lleve a considerar
constantes las características del alumno como ser humano.
Tabla 9
Análisis Estadístico de la Variable Rol del Docente como Orientador
Estadístico Notación Valores
Sumatoria ∑ 6231
Media X 46,2
Mediana Me 48
Moda Mo 49
Varianza S2 29
Desviación Estándar S 7
Límite Inferior L. Inf. 45
Límite Superior L. Sup. 95
Rango R 40
Sujeto N 135
Categoría Cat Moderadamente Desarrollado
Fuente: Valentino, 2010.
110
Una vez los datos obtenidos en la evaluación de la variable Rol del docente
como Orientador, se procedió al análisis estadístico de los mismos, como se puede
apreciar en la tabla 9, se obtuvo una sumatoria de 6231 puntos, para los cuales se
obtuvo una media aritmética de 46,2, encontrándose la misma alejada en 48,8
puntos de diferencia de la media aritmética ideal que es de 95.
Por otra parte se encontró una mediana de 48 puntos y una moda de 49, lo
cual representa que los puntajes obtenidos de manera individual se encontraron en
bajo porcentaje por debajo del puntaje individual ideal que debía ser de 95 puntos,
estos puntajes individuales se encontraron ubicados entre un límite superior de 95 e
inferior de 45, determinando un rango de 40, lo cual conduce a indicar que existe
una significativa dispersión entre dichos datos, y al mismo tiempo se encuentran
alejados de los puntajes ideales, puesto que siendo el puntaje general ideal de
12825, el obtenido se ubicó en 6231 reflejando una notoria diferencia de 6594
puntos.
Los anteriores resultados permiten señalar que dentro de la dinámica
laboral de las instituciones analizadas en lo referente al Rol del Docente como
Orientador, éste se encuentra alejado del comportamiento y las actitudes que de
acuerdo a las normativas vigentes y a las teorías relacionadas con dichas variables,
en cuanto a que en las funciones que debe cumplir no solo debe modelar valores
personales, éticos y sociales, sino que también debe partir su acción docente desde
una reflexión crítica de la práctica de la orientación como factor decisivo para la
mejora de la propia praxis escolar.
Estos resultados permiten concluir que en Escuelas de la III Etapa de
Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez, no se cumple con lo indicado
por Sánchez y Valdés (2003), quienes plantean que en relación al Rol del Docente
como Orientador en el nivel de la Escuela Básica, se debe desarrollar como un
proceso continuo y como parte constituyente del proceso educativo, integrado en la
práctica pedagógica diaria con plena participación de los agentes educativos, entre
estos: padres, directores, comunidad y los propios alumnos, quienes deben ser
articulados por el docente a través de las estrategias de orientación que se deben
desarrollar para que se pueda utilizar su practica, acciones y actividades en el
fomento de los valores en los estudiantes.
111
VARIABLE: Fomento de Valores DIMENSIÓN: Valores Terminales INDICADOR: Personal
Tabla 10 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Amistad
Rivalidad Amistad Actitud Desfavorable Actitud Favorable
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 108 94 46 26 - - 33 24 18 18
Fuente: Valentino, 2010.
El análisis de este adjetivo calificativo permitió establecer el comportamiento de
los alumnos entre la bipolaridad de Amistad y Rivalidad, encontrándose que los
encuestados señalan dicho comportamiento tal y como se presenta los siguientes
resultados:
Moda : 1 Fra: 108 Polaridad Baja: 274 Polaridad Alta: 93 Act. Fav. : 25,3 % Act. Desf. : 74,7 % Dichos resultados permiten indicar que los alumnos de las Escuelas de la III
Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonzo Vásquez, ubican su
comportamiento en una actitud desfavorable en cuanto al valor de la amistad, es
decir, se califican con rivalidad entre los compañeros de clase, ya que de los 367
encuestados, un 74,7 % lo ubican en la escala desfavorable y sólo un 25,3 % en la
favorable. Se puede apreciar que la escala con mayor repetición fue 1, ubicándose
la mayor cantidad de respuestas 274 en la escala de valores bajos, y los valores
altos solo acumularon un total de 93 respuestas en la escala de valores altos.
112
Partiendo de los resultados obtenidos con la evaluación de la bipolaridad de
Amistad y Rivalidad, se puede indicar que el comportamiento de los alumnos en las
instituciones analizadas no se ha fomentado la amistad como un valor que debe ser
fomentado desde la acción orientadora de los docentes, concluyendo que están en
contraposición a lo pautado por Moll y Kurland (1996), quienes plantean que desde
la escuela se debe utilizar el concepto de la amistad, relacionándolo con los valores
y conocimientos adquiridos en el hogar, donde los docentes deben aplicar
estrategias para fortalecer su fomento, sobre todo al hecho de que no son
independientes de la práctica escolar y están distribuidos socialmente, permitiendo
la afluencia del amor pleno como valor personal en los alumnos.
Tabla 11 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Amor
Odio Amor Actitud Desfavorable Actitud Favorable
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 98 46 26 112 - 10 13 24 20 18
Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo permitió determinar el comportamiento de los estudiantes entre la
bipolaridad del amor y el odio, encontrándose a través de las respuestas aportadas
los siguientes resultados:
Moda : 4 Fra: 112 Polaridad Baja: 282 Polaridad Alta: 85 Act. Fav. : 23,2 % Act. Desf. : 76,8 %
113
Los resultados anteriores permiten indicar que los estudiantes encuestados
ubican su actitud con relación al adjetivo calificativo bipolar del amor y el odio en la
escala desfavorable con un 76,8 %, producto de un total de 282 respuestas
acumuladas en los valores de la escala baja, y la escala favorable obtuvo una
frecuencia de 85 respuestas para un 23,2 %, por otra parte, se aprecia que de la
escala de valores el que obtuvo mayor número de respuestas fue el 4, con 112
respuestas acumuladas.
Partiendo de los resultados, es conducente señalar que el fomento de valores
en las instituciones estudiantes, en cuanto al valor del amor, este no se encuentra
consolidado entre los estudiantes por lo que se concluye que en dichas escuelas, no
cumple con los señalamientos de Palacios, Marchesi y Coll (2002), quienes
establecen que los docente en su rol de orientador para el fomento del valor amor,
debe establecer estrategias que lleven a los alumnos a pensar en el amor como una
relación donde no se vea a los compañeros como un instrumento para obtener
beneficios en la labor escolar, sino para establecer relaciones interpersonales
mediante vínculos de bien y fines comunes entre ellos.
Tabla 12 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Armonía
Discrepancia Armonía Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 78 86 36 42 30 18 26 14 27 10
Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo se diseñó con el propósito de determinar el comportamiento de
los estudiantes entre la bipolaridad de armonía y discrepancia, encontrando los
siguientes resultados: El análisis estadístico del anterior gráfico arrojó los siguientes
resultados:
Moda : 2 Fra: 86 Polaridad Baja: 272
114
Polaridad Alta: 95 Act. Fav. : 25,9 % Act. Desf. : 74,1 % Los resultados obtenidos muestran que los estudiantes encuestados ubican su
actitud en la polaridad de discrepancia con 272 respuestas ubicadas en la escala
desfavorable, tal como se muestra la moda ubicada en la escala del 2, esto refleja
un porcentaje de 74,1 %, en cuanto a la escala favorable se ubicaron 95 respuestas
para un 25,9 %. De allí que los alumnos consideran que en las referidas escuelas
en cuanto al fomento de valores desde la acción orientadora de los docentes no se
da importancia a lo establecido por Vásquez (S/A), que en relación con la armonía
los docentes deben darle un valor superior que genere un orden uniforme y
compaginado con la vida individual, familiar, institucional para armonizar a los
alumnos con la sociedad, teniendo presente que la misma es dinámica, sistemática y
tiene el poder de traer paz, por lo que se debe cultivar en la escuela como valor
intrínsico de la población estudiantil.
INDICADOR: Social Tabla 13 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Cooperación
Abstenerse Cooperación Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 38 50 86 26 27 17 42 34 25 22
Fuente: Valentino, 2010.
El análisis estadístico de la anterior actitud la cual estuvo dirigida a evaluar la
bipolaridad entre las actitudes de cooperación y abstención de los estudiantes arrojó
los siguientes resultados:
Moda : 3 Fra: 86 Polaridad Baja: 227 Polaridad Alta: 140 Act. Fav. : 38,2 % Act. Desf. : 61,8 %
115
Las anteriores estadísticas permiten indicar que los sujetos encuestados en
relación a su comportamiento relacionado con la actitud de cooperación, consideran
que la misma está dirigida hacia la polaridad desfavorable de abstenerse a cooperar
en la escuela, esto al acumular una frecuencia de respuesta en dicha polaridad de
227, para un 61,8 %, cuya moda se ubicó en la escala del 2. Asimismo, para la
polaridad favorable se acumularon 140 respuestas lo que representa un 38,2 %,
apreciándose una diferencia de 87 puntos entre ambos porcentajes para los
extremos de la escala.
En función de los puntajes obtenidos para la bipolaridad desfavorable de
abstención, se puede indicar que dentro de las instituciones educativas analizadas el
rol de los docentes como orientadores no está dirigido hacia el fomento del valor de
la cooperación, por lo que se concluye que en dichas escuelas se desconoce lo
establecido por Carreras (2000), quien señala que la cooperación como acción que
se realiza conjuntamente con otros individuos para conseguir un mismo fin, es un
beneficio para el estudiante, siempre que busque beneficiar a los sus compañeros.
Por lo tanto, en las escuelas analizadas se infiere que no se puede hablar de
cooperación, puesto no se da la reciprocidad y ayuda entre el alumnado,
destacándose una contradicción entre la cooperación y la competición, resultando un
aspecto negativo y contrario al valor de la cooperación el cual debe ser fomentado
en el medio escolar.
Tabla 14 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Justicia
Injusticia Justicia Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 25 37 58 74 30 59 16 25 22 21
Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo estuvo diseñado para determinar el comportamiento de los
116
estudiantes en la bipolaridad de la actitud injusto a justo, obteniéndose los siguientes
resultados:
Moda : 4 Fra: 74 Polaridad Baja: 224 Polaridad Alta: 143 Act. Fav. : 39 % Act. Desf. : 61 %
De los anteriores resultados se puede concluir que los docentes en su rol de
orientadores no están fomentando el valor de la justicia en la población escolar al
encontrar que el adjetivo calificativo que predomina es el de la injusticia cuando se
ubica el mayor porcentaje en la escala de la actitud desfavorable con 224
respuestas, lo que representa un 61 % y la escala favorable acumuló 143 respuesta
ñlo que representa un 39 %. Asimismo, la escala que más respuesta acumuló fue la
4, lo que ubicó la moda en dicha escala con 74.
De los resultados obtenidos se puede concluir que en las escuelas básicas de
III etapa de la parroquia Idelfonso Vásquez, no se está fomentando el valor de la
justicia desde le rol de orientador de los docentes, puesto partiendo de lo señalado
por Aguilar (2002), para el fomento de este valor en la escuela los docentes en su
rol de orientadores deben ejecutar actividades tales como: Educar a los niños y
jóvenes en la práctica y conocimiento de la justicia, tanto en la clase como en su
relación con los demás, enseñar a aceptar y respetar las normas siendo equitativo,
informar sobre sus derechos y deberes, e iniciarlos en el respeto de los demás.
. Tabla 15 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Paz
Discordia Paz Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 48 80 56 36 27 47 12 14 35 12
Fuente: Valentino, 2010.
117
El análisis de este adjetivo permitió establecer el comportamiento de los
estudiantes ante la bipolaridad de paz y discordia, encontrándose que los
encuestados señalan dicho comportamiento tal y como se presenta los siguientes
resultados:
Moda : 2 Fra: 80 Polaridad Baja: 247 Polaridad Alta: 120 Act. Fav. : 32,7 % Act. Desf. : 67,3 %
Dichos resultados permiten indicar que los estudiantes en sus respuestas
ubican el fomento de sus valores en la escala desfavorables al ubicarse un total de
247 respuestas en la escala baja o desfavorable cuya actitud de comportamiento es
la discordia, representando este puntaje un 67,3 %. En cuanto al valor de la paz lo
califican con 120 respuestas, lo que equivale a un 32,7 %. Se puede apreciar que la
escala que más se repitió fue 2, ubicándose la mayor cantidad de respuestas en los
valores bajos.
Partiendo de los resultados obtenidos con la evaluación de la bipolaridad de
paz y discordia, se puede indicar que el fomento de los valores en las instituciones
analizadas desde el rol de orientador de los docentes, se desarrolla en
contraposición a lo pautado por Carreras (2000), quien señala que en la educación
básica los docentes desde el rol de orientador debe buscar la consolidación de la
paz del sujeto, la cual lleva a la persona a poseer un equilibrio psíquico, sentimientos
altruistas, ausencia de conflictos entre su corazón y su mente. Asimismo, en las
escuelas analizadas no se hace ver a sus alumnos las ventajas que ofrece la paz en
aspectos relacionados con el entendimiento y conocimiento de las personas y su
aceptación a partir de sus diferencias individuales.
118
Tabla 16 Resultados Obtenidos por la Dimensión: Valores terminales
Indicadores Personales Sociales Ítemes Escala
Amistad Amor Armonía Cooperación Justicia Paz Totales
1 108 98 78 38 25 48 395 2 94 46 86 50 37 80 393 3 46 26 36 86 58 56 308 4 26 112 42 26 74 36 316 5 0 0 30 27 30 27 114 6 0 10 18 17 59 47 151 7 33 13 26 42 16 12 142 8 24 24 14 34 25 14 135 9 18 20 27 25 22 35 147 10 18 18 10 22 21 12 101 Total 367 367 367 367 367 367 2202
Fuente: Valentino, 2010. Moda : 1 Fra: 395 Polaridad Baja: 1526 Polaridad Alta: 676 Act. Fav. : 30,7 % Act. Desf. : 69,3 % La tabla 15, muestra el total de los puntos obtenidos por el indicador Valores
Terminales, el cual se evaluó a través de cinco adjetivos analizados anteriormente,
los cuales buscaban determinar el comportamiento de los estudiantes en cuanto a
sus valores personales y sociales. Una vez tabulados y analizados los datos
obtenidos a través se elaboró la tabla de los puntajes obtenidos para aplicarle la
estadística descriptiva, obteniéndose la gráfica y los resultados anteriores, los cuales
permiten indicar que en su valores personales y sociales, los estudiantes de las
escuelas básicas de III etapa de la parroquia Idelfonso Vásquez, demuestran un
comportamiento con actitudes desfavorables, al obtener un 69,3 % para dicha
polaridad y un 30,7 % para el extremo favorable. En relación a la moda, la mayor
frecuencia de respuesta fue para el valor 1 de la escala cuya frecuencia de
respuestas acumuladas para dicha escala se ubicó en 395 respuestas. Partiendo de los datos obtenidos, se puede indicar que los estudiantes de las
referidas escuelas en cuanto a los valores personales y sociales no se desarrollan y
no están presentes puesto no se fomentan a partir del rol de orientación que deben
desarrollar los docentes, por lo que se acepta lo expresado por Rokeach (1973),
119
quien señalaba que los valores personales son propiedades funcionales
consistentes en la capacidad o posibilidad de satisfacer determinadas necesidades
internas y de mostrar actitudes positivas, y los sociales son criterios que rigen el
comportamiento de los individuos con su práctica o manera de estar en el mundo o
grupo social al que pertenece, afirmando así una determinada concepción de la
humanidad.
DIMENSIÓN: Valores Instrumentales INDICADOR: Éticos - Morales
Tabla 17 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Responsabilidad
Irresponsabilidad Responsabilidad Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 83 54 46 32 25 17 31 36 30 13
Fuente: Valentino, 2010. Este adjetivo calificativo permitió determinar el comportamiento de los
estudiantes entre la bipolaridad de responsable a irresponsable, encontrándose a
través de las respuestas aportadas los siguientes resultados:
Moda : 1 Fra: 83 Polaridad Baja: 240 Polaridad Alta: 127 Act. Fav. : 34,6 % Act. Desf. : 65,4 %
Los resultados anteriores permiten indicar que los sujetos encuestados ubican
su actitud con relación al adjetivo de responsable a irresponsable, en la escala
desfavorable al obtener un 240 respuesta dicha escala, lo que representa un 65,4 %
y un 34,6 % para la escala favorable que acumulo 127 respuestas, por otra parte, se
aprecia que de la escala de valores el más repetido de acuerdo a las frecuencia de
120
respuesta fue 1, encontrándose que las frecuencias de respuestas se ubicaron hacia
los límites más bajos de la polaridad de la escala.
Partiendo de los resultados obtenidos con la evaluación de la bipolaridad de
responsable a irresponsable, se puede indicar que el fomento de los valores en las
instituciones analizadas desde el rol de orientador de los docentes, se desarrolla en
contraposición a lo pautado por Carreras (2000), quien establece en cuanto a este
valor que el mismo se constituye en la capacidad de sentirse obligado a dar una
respuesta o a cumplir un trabajo sin presión externa alguna, cuyo comportamiento se
debe buscar desarrollar en los estudiantes desde dos vertientes: una individual y una
colectiva. Individualmente es la capacidad que tiene una persona de conocer y
aceptar las consecuencias de sus actos libres y conscientes. Colectivamente, es la
capacidad de influir en lo posible, en las decisiones de una colectividad, al mismo
tiempo que se responde a las decisiones que se toman como grupo social en donde
se está incluido.
Por otra parte, se concluye que en las Escuelas Básicas de III Etapa de la
parroquia Idelfonso Vásquez, el docente desde la vertiente individual no busca
responsabilizar al alumnado de ir limpio y bien arreglado a la institución, que tenga
una buena autoestima y un buen rendimiento escolar. En la segunda vertiente, el
educador no le proporciona la herramientas para que aprenhenda que además de
ser responsables de las decisiones que se tomen en el grupo, también tienen que
responsabilizarse junto con sus compañeros en las tareas o actividades que se
realicen en el aula o fuera de ella, para que exista una buena relación.
Tabla 18 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Respeto
Irrespeto Respeto Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
38 56 28 80 29 19 44 30 27 16
Fuente: Valentino, 2010.
121
Este adjetivo se diseñó con el propósito de determinar el comportamiento de
los estudiantes entre la bipolaridad de irrespetuoso a respetuoso, encontrando los
siguientes resultados: El análisis estadístico del anterior gráfico arrojó los siguientes
resultados:
Moda : 4 Fra: 80 Polaridad Baja: 231 Polaridad Alta: 136 Act. Fav. : 37,1 % Act. Desf. : 62,9 % Los resultados obtenidos en la evaluación de la bipolaridad del adjetivo
calificativo de irrespeto a respeto, muestran que los encuestados ubican su actitud
en la polaridad de irrespetuosos al obtener la polaridad de la escala baja un total de
231 respuestas acumuladas para un 62,9 %, y la claridad de la escala alta o
favorable solo acumuló una frecuencia de respuestas de 136 para un 37,1 %,
asimismo la moda estuvo dirigida hacia el valor de 4 de la escala con 80 respuestas
acumuladas.
De estos resultados se parte para concluir que en cuanto a la actitud de
respeto, los estudiantes de las escuelas analizadas en su comportamiento
demuestran que el rol de los docentes como orientadores no está fomentando el
respeto, puesto para lograr el fomento de este valor según señala Aguilar (2002),
el docente debe proponerse lograr objetivos como: despertar en los alumnos el
respeto a si mismo y a los demás, respetar el entorno, favorecer este valor en todas
las oportunidades posibles, potenciar el respeto al medio ambiente y descubrir el
valor de la convivencia y la aceptación de la diversidad.
122
Tabla 19 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Sinceridad
Falsedad Sinceridad Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 56 54 36 46 30 29 13 24 48 31
Fuente: Valentino, 2010.
El anterior adjetivo calificativo estuvo dirigido a evaluar el comportamiento de
los estudiantes en cuanto a la bipolaridad de sincero a falso, dicho análisis
estadístico reporto en la referida actitud los siguientes resultados:
Moda : 1 Fra: 56 Polaridad Baja: 222 Polaridad Alta: 145 Act. Fav. : 39,5 % Act. Desf. : 60,5 % La estadística obtenida en la evaluación del adjetivo permite indicar que los
estudiantes en relación a su comportamiento lo consideran falso al obtenerse 222
respuestas acumuladas en la polaridad baja de la escala para un 60,5 % hacia la
polaridad desfavorable y un 39,5 % para la favorable producto de 145 respuestas
acumuladas en la polaridad favorable, lo cual queda corroborado con los datos cuya
moda se ubico en la escala del 1 con 56 respuestas.
1. En función de los puntajes obtenidos para la bipolaridad de sincero a
falso, se puede indicar que dentro de las instituciones educativas
analizadas el rol de los docentes como orientadores debe buscar
fomentar el valor de la sinceridad de los estudiantes puesto que como
lo indica Carreras (2000), la sinceridad es necesaria par establecer
relaciones interpersonales en cualquier sistema: familia, escuela y la
sociedad en general, y para vivir en un mundo justo, y los estudiantes
deben caracterizarse por ser sinceros para que desde la escuela
123
puedan contribuir al esclarecimiento de situaciones problemáticas
desde las más simples, hasta las más complejas.
INDICADOR: Competencia Tabla 20 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Trabajo en Equipo
Individualidad Trabajo en equipo Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 38 75 46 26 13 23 47 27 35 37 Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo estuvo diseñado para determinar el comportamiento de los
estudiantes en cuanto a la bipolaridad de individualista al trabajo en grupo,
obteniéndose los siguientes resultados:
Moda : 2 Fra: 75 Polaridad Baja: 198 Polaridad Alta: 169 Act. Fav. : 46 % Act. Desf. : 54 % De los anteriores resultados se puede concluir que los estudiantes con relación
al adjetivo calificativo de trabajo en equipo se ubican en la polaridad baja de la
escala con 198 respuestas acumuladas para un 54 %, pero en este adjetivo se
puede apreciar con relación a la polaridad de la escala alta que existe poca
dispersión entre los resultados al ubicarse ésta polaridad con un 46 5 producto de
169 repuestas acumuladas. Se aprecia en dichos resultados que existe una
diferencia muy pequeña de 29 puntos de diferencias entre ambas polaridades. En
relación a la moda esta se ubicó en la escala del 2 con 75 respuestas acumuladas
en dicha escala numérica.
124
De los resultados obtenidos se puede concluir que en las escuelas de la III
etapa de educación básica de la parroquia Idelfonso Vásquez, el rol de los docentes
como orientadores tienda al fomento del trabajo en equipo partiendo de lo señalado
por Contreras (2002), quien expone que en la educación básica los grupos de
trabajo están representados por la pluralidad de individuos que se hayan en contacto
los unos con los otros, teniendo en cuenta la existencia de cada uno y la conciencia
de ciertos elementos de importancia para todos, estableciendo interacción
comunicacional cara a cara, en busca de la satisfacción de expectativas e intereses
comunes.
Tabla 21 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Convivencia
Intolerancia Convivencia Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 28 55 66 26 13 33 47 27 35 37
Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo se diseñó con el propósito de determinar el comportamiento de
los estudiantes entre la bipolaridad de intolerancia y convivencia, encontrando los
siguientes resultados:
Moda : 3 Fra: 66 Polaridad Baja: 188 Polaridad Alta: 179 Act. Fav. : 48,8 % Act. Desf. : 51,2 % En relación al análisis estadístico del adjetivo calificativo de convivencia a
intolerancia, los resultados muestran que los encuestados ubican su actitud hacia la
polaridad de intolerancia pero con muy poca dispersión en cuanto a los datos puesto
la polaridad desfavorable acumuló un total de 188 respuestas para un 51,2 % y la
125
favorable 179 lo que representa un porcentaje de 48,8, lo que establece una
diferencia muy baja de tan solo 9 respuestas. En relación a la moda se ubicó en la
escala 3 con 66 respuestas.
De allí que se puede concluir que los docentes de las escuelas analizadas en
su rol de orientadores tienden al fomento del valor de la convivencia, la cual tal como
lo plantea Chacín (2002), en la educación básica la misma facilita la comunicación,
ya que promueve la participación entre los directivos, los docentes, el alumnado y la
comunidad educativa en general, promoviendo de esta forma una adecuada
internalización de valores mediante el compartir.
De igual manera, se concluye siguiendo al citado autor los docentes desde su
rol de orientadores debe procurar consolidar en su totalidad dicha actitud si
proponen objetivos claros sobre el papel de la convivencias desarrolladas desde la
metodologías de trabajo en equipo en función de generar en los alumnos la
coordinación de acciones en las actividades escolares.
Tabla 22 Distribución de Frecuencias del Adjetivo Calificativo: Iniciativa
Desaliento Iniciativa Actitud Desfavorable Actitud Favorable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 28 55 46 36 53 33 17 37 35 27
Fuente: Valentino, 2010.
Este adjetivo fue diseñado con el propósito de determinar el comportamiento
de la población escolar en las escuelas de III etapa de educación básica entre la
bipolaridad de iniciativa y desaliento, encontrando los siguientes resultados:
Moda : 2 Fra: 55 Polaridad Baja: 218 Polaridad Alta: 149
126
Act. Fav. : 40,6 % Act. Desf. : 59,4 % Las anteriores estadísticas permiten indicar que los estudiantes ubican su
actitud en relación a la iniciativa y el desaliente, en la escala de la polaridad baja con
un total de 218 respuestas acumuladas, lo que le ubica un porcentaje a dichas
polaridad de 59,4 %. En relación a la polaridad de la escala alta se ubicaron 149
respuestas para un 40,6 %. En relación a la moda la misma se ubicó en la escala del
2 con 55 respuestas para dicha escala.
En función de los puntajes obtenidos para la bipolaridad de iniciativa y
desaliento, se puede indicar que dentro de las instituciones educativa analizadas el
rol del docente como orientador desarrolla ciertas actividades que conducen a los
estudiantes a asumir comportamientos de iniciativa, pero que dicha actitud se debe
fomentar en mayor grado mediante sugerencias metodológicas para el docente,
como las establece García (2000), quien propone que puede impulsarse para
promover la participación y el diálogo de los distintos actores de la escuela, pero
dichas actividades deben ser integradas en los contenidos curriculares de valores de
los distintos sectores de aprendizaje o bien instancias de difusión y reflexión de los
logros, dando con ello a la iniciativa de participación del resto de los alumnos del la
clase.
Tabla 23 Resultados Obtenidos por la Dimensión: Valores Instrumentales Indicadores Éticos – Morales Competencia
Ítemes Escala
Paz Respeto Sinceridad Trabajo en Equipo Convivencia Iniciativa Totales
1 83 38 56 38 28 28 271 2 54 56 54 75 55 55 349 3 46 28 36 46 66 46 268 4 32 80 46 26 26 36 246 5 25 29 30 13 13 53 163 6 17 19 29 23 33 33 154 7 31 44 13 47 47 17 199 8 36 30 24 27 27 37 181 9 30 27 48 35 35 35 210 10 13 16 31 37 37 27 161 Total 367 367 367 367 367 367 2202
Fuente: Valentino, 2010. La tabla 22, muestra el total de los puntos obtenidos por la dimensión valores
instrumentales, la cual se evaluó a través de dos indicadores valores éticos –
morales y competencia, con los cuales buscaban se buscaba determinar el
127
comportamiento de los estudiantes en cuanto a dichos valores fomentados desde el
rol de orientador que deben cumplir los docentes. Una vez tabulados y analizados
los datos obtenidos a partir de seis adjetivos calificativos se elaboró la tabla de los
puntajes obtenidos para aplicarle la estadística descriptiva, obteniéndose la gráfica y
los resultados anteriores, los cuales permiten indicar que en su valores
instrumentales, los estudiantes demuestra un comportamiento con actitudes
desfavorables, al obtener un total de 1297 respuestas acumuladas para la polaridad
de la escala desfavorable, representando un porcentaje de 58,9 % para dicha
polaridad y un 41,1 % para el extremo favorable, este porcentaje producto de 905
respuestas que se ubicaron en la polaridad de la escala favorable. En relación a la
moda, la mayor frecuencia de respuesta fue para el valor 2 de la escala con 349
respuestas acumuladas.
Partiendo de los datos obtenidos, se puede indicar que los estudiantes de las
escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonso Vásquez en
cuanto a los valores instrumentales no han desarrollado plenamente las actitudes
que los lleven a tener un comportamiento tal como lo describe González (2000),
quien señala que la educación a partir del rol de orientador de l docente debe
conducir tanto la formación del hábito de conductas que denoten la formación de los
valores instrumentales, creando la conciencia de que el ejercicio de la voluntad está
en el cumplimiento de lo que establecen las pautas sociales de comportamiento, y
que en este cumplimiento se vuelven a ensamblar el amor hacia el colectivo en
general.
De lo anterior, se concluye que en las citadas escuelas básicas no se cumple
plenamente con los propósitos esenciales del docente en su rol de orientador para el
fomento de valores instrumentales dirigidos a formar un hombre con principios que
les permitan enfrentar las complejas situaciones, asimilar los cambios y buscar
soluciones acertadas a los problemas complejos del mundo moderno, a partir de un
comportamiento que les lleve a modelar actitudes de conductas abiertas, afectivas,
animosos, autocontrolados, creativos, educados, eficaces, independientes,
intelectuales, honrados, limpios, lógicos, magnánimos, obedientes, responsables,
serviciales y valientes.
128
De lo señalado, de acuerdo a Ayala (2002), los docentes puede consolidar
procesos que permitan educar en valores a partir de una educación en libertad y
para la libertad; que represente la base de la ética, para ello debe fomentar
suficientemente los valores, a fin de que los estudiantes los integren en su propia
vida social y comunitaria.
Tabla 24 Resultados Obtenidos
Variable Fomento de Valores Actitud Desfavorable Actitud Favorable Escala
Dimensiones 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Totales de fr A
Valores Terminales 395 393 308 316 114 151 142 135 147 101 2202
Valores Instrumentales 271 349 268 246 163 154 199 181 210 161 2202
666 742 576 562 277 305 341 316 357 262 Totales
2823 1581 4404
Fuente: Valentino, 2010. En atención a la anterior tabla, el cual muestra los resultados obtenidos por la
Variable Fomento de Valores, donde se puede indicar que dentro de las instituciones
analizadas, las respuestas emitidas por los estudiantes permiten concluir que las
actitudes que manifiestan en su comportamiento los ubica en una escala de valores
desfavorables, al obtener una frecuencia de respuestas mas alta en dicha polaridad
negativa donde se pueden apreciar un total de 2823 respuestas de las 4404.
Lo anterior, permite indicar que el rol de los docentes como orientadores no
está fomentando los valores en la población estudiantil de la III etapa de educación
básica de la parroquia Idelfonso Vásquez, para que se pueda demostrar conductas
tal como las señalan Hodgetts y Altman (2005), quienes refieren que los valores de
una persona son elementos internos del individuo que se desarrollan a través de la
familia, los amigos, la escuela, la religión, el trabajo, y representan modalidades
ideales de conducta o las metas supremas ideales.
Asimismo, se concluye que no se da importancia a los señalamientos de
Johnson (1997), para quien los valores son preocupaciones a los que una cultura o
129
grupo social le atribuyen particular importancia o estimación, y la función educativa,
le corresponde fomentar dichas ideas, conceptos y pensamientos a partir de el rol de
los docentes quienes debe otorga prioridad en la selección de estrategias de
aprendizaje para lograr el fomento de valores a partir de sus acción orientadora a
partir de la aplicación de métodos y estrategias de aprendizaje, tomando en cuenta
los valores que desea establecer o perpetuar desde la educación los cuales
deben ser compartidos con el grupo de estudiantes.
Tabla 25
Análisis Estadístico de la Variable Fomento de Valores
Estadístico Notación Valores
Sumatoria ∑ 20089
Media X 54,73
Mediana Me 89
Moda Mo 2
Varianza S2 173,5
Desviación Estándar S 54,1
Límite Superior L. Inf. 3213
Límite Inferior L. Sup. 666
Rango R 2547
Sujeto N 367
Categoría Cat Moderadamente Fomentado
Fuente: Valentino, 2010. Una vez analizados los adjetivos calificativos diseñados para evaluar los
indicadores y dimensiones de la variable Fomento de Valores, se procedió al análisis
estadístico de los mismos, como se puede apreciar en la tabla 24, se obtuvo una
sumatoria de 20089 puntos, para los cuales se obtuvo una media aritmética de
54,73, encontrándose la misma alejada en 65,27 puntos de diferencia de la media
aritmética ideal que es de 120.
Por otra parte se encontró una mediana de 89 puntos y una moda ubicada en la
escala del 2, representando la escala con mayor número de respuestas acumuladas
las cuales fueron 742. Asimismo, se determinó una varianza de 173,5 y una
desviación estándar de 54,1, en cuanto al límite superior se ubicó en 3213 y el
inferior en 666, lo que determinó un rango de 2547 puntos de diferencia, lo cual
130
conduce a indicar que existe una significativa dispersión entre dichos datos, y al
mismo tiempo se encuentran alejados de los puntajes ideales, puesto que siendo el
puntaje general ideal de 44040, el obtenido se ubicó en 20089 reflejando una notoria
diferencia de 23951 puntos.
Los anteriores resultados permiten concluir que dentro de la dinámica
educativa de las escuelas de III Etapa de Educación Básica de la Parroquia
Idelfonzo Vásquez el rol que desempeñan los docentes como orientadores
moderadamente fomentan los valores en los estudiantes, lo cual lleva a inferir que
los docentes en su acción diaria de clase no atienden los postulados de Kotter
(2000), quien refiere que la acción de los docentes para el fomento de los valores,
implica una relación directa, persona a persona, con los alumnos donde la actitud
positiva y asertiva tiene conferida una potestad formal sobre los estudiantes para
dirigirlos al cumplimiento de las tareas formuladas explícitamente, teniendo valor
para ellos sus estudios. Continuando con el análisis estadístico y para determinar la relación entre las
variables Rol del Docente como Orientador y el Fomento de Valores en las Escuelas
de III Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonso, se procedió a realizarse
el cálculo de la prueba de de correlación de Rho Spearman mediante la aplicación
del Programa Estadístico SPSS v. 10.0, cuyo, resultado determinó un valor de 0,861,
lo cual establece una correlación muy significativa en una tendencia positiva alta, lo
que significa que en la medida en la cual varía una variable, en esa misma medida y
proporción variará la otra variable; según las respuestas obtenidas por los sujetos
que sirvieron como unidades informantes.
Tabla 26 Análisis correlacional de las Variables
Rol del Docente como Orientador y Fomento de los Valores
Correlaciones
1,000 ,044 , ,861
135 367 ,044 1,000 ,861 , 135 367
Coeficiente decorrelaciónSig. (bilateral)NCoeficiente decorrelaciónSig. (bilateral)N
RDORIENTA
FOVALORES
Rho de Spearman RDORIENTA FOVALORES
131
Para llegar a la anterior conclusión, una vez obtenidos los resultados se
procedió a establecer el baremo de ponderación para los estadísticos de correlación
de las variables en atención a la categorización siguiente, la cual se establece
partiendo de los postulados de Hernández y otros (2000), quienes indican que la
correlación a partir de la formula de Rho Spearman varia entre 0 y 1, donde si la
relación que se acerca a 0 se determina como una correlación negativa, y si se
acerca a 1 se considera una correlación positiva.
Categoría Rango
Nada significativa 0.0 ≤ x < 0.2
Significativa 0.3 ≤ x < 0.4
Moderadamente Significativa 0.5 ≤ x <0.6
Muy Significativa 0.7 ≤ x < 0.8
Altamente Significativa 0.9 ≤ x ≤ 1.0
Este resultado se traduce en el hecho de que un excelente desarrollo del Rol
del Docente como Orientador conducirá altamente y en la misma proporción a una
alta consolidación del Fomento de los Valores en los estudiantes de III Etapa de las
Escuelas de Educación Básica de la Parroquia Idelfonso Vásquez del Municipio
Maracaibo. De la misma forma, una alta consolidación del Fomento de Valores en
los alumnos de dichas escuelas se traducirá en un excelente desarrollo del Rol del
Docente como Orientador.
132
CAPITULO V
PROPUESTA DE LINEAMIENTOS TEÓRICOS
Presentación
Finalmente, los resultados obtenidos permitieron generar lineamientos teóricos
para la puesta en práctica de una labor de orientación en el marco de la actividad
docente que conduzca al fomento de valores en la población escolar a nivel de
Educación Básica, a partir de un proceso de formación integral de la persona
capacitándola para una vida futura equilibrada y próspera, donde la labor del
docente como orientador le permita una intervención de calidad para capacitar
integralmente al estudiante objeto de la orientación, y ésta enfocada hacia su futuro
se desarrolle desde la organización del trabajo en el aula para favorecer la adecuada
marcha de las clases y la participación e implicación del alumnado en su proceso de
aprendizaje continuo.
Objetivos de la Propuesta:
1.- Establecer estrategias para una práctica orientadora por parte de los
docentes de Educación Básica que favorezca la organización de las clases, el
desarrollo personal de los alumnos y su integración familiar.
2.- Diseñar acciones que faciliten la función orientadora de los docentes de
Educación Básica para que consolide una formación integral de los estudiantes
capacitándolos para una vida futura equilibrada y próspera a partir del fomento de
los valores.
Estrategias para la práctica Orientadora del Docente:
El rol de orientador que debe desempeñar todo docente de educación Básica,
debe brindarlo como un servicio escolar que complementa el plan de estudios, el
cual debe contribuir al desarrollo de una formación integral del estudiante, con
actividades que favorecerán aspectos tales como:
• Adaptación al ámbito social que lo rodea.
• Participación en su proceso educativo.
• Autoconocimiento y afirmación de sus potencialidades individuales.
• Aprovechamiento académico.
• Elección de opciones educativas y profesionales.
Para la consolidación de estos aspectos, todo docente en su rol de orientador
debe implementar estrategias que fortalezcan la organización de las clases, el
desarrollo personal y la integración familiar de los estudiantes. Las estrategias en la
organización de las clases las debe asumir el docente en su rol de orientador, con el
fin de apoyar las habilidades cognitivas y las técnicas de estudio, así como propician
la integración y adaptación del alumno con la institución, mediante el desarrollo del
sentido de pertenencia a través de la estrecha comunicación que debe prevalecer
entre el docente como orientador con los estudiantes, el personal directivos, y
padres de familia y demás miembros de la comunidad educativa.
En cuanto a las estrategias para el desarrollo personal debe instrumentarlas el
docente en su rol de orientador buscando promover un desarrollo vocacional, y un
proceso de toma decisiones que lleve al estudiante al diseño de su proyecto de vida.
Asimismo, estas estrategias deben permitir el fortalecimiento del área psicosocial del
estudiante, donde el docente como orientador debe intervenir para la detección de
factores de riesgo a los que está expuesto el alumno, siendo esto de carácter
preventivo, mediante acciones que permiten fortalecer valores para hacer consciente
al estudiante sobre el significado de un estilo de vida sano y favorable en su
desarrollo.
En cuanto a las estrategias para la integración familiar el docente desde su rol
de orientador debe convertirse en pieza clave, para atender las demandas de los
padres y representantes que llegan a la escuela como responsables de los núcleos
familiares buscando orientación para poder desde su papel como padres fortalecer
la educación de sus hijos, resultando la acción tutorial que los docentes puedan
brindar a los padres relevante para afianzar el concepto de la familia como unidad
básica de la sociedad, desde la cual se comienza a inculcar los valores terminales,
134
para que como persona el estudiante desarrollo amor por sus padres, hermanos,
compañeros de clase y demás personas que le rodean, a fin de que promueva la
paz, convivencia y cooperación que le permitan tener una armonía interna y externa
con su contexto social.
Asimismo, las estrategias de orientación para la integración familiar permitirá
tanto a los padres como a los estudiante adecuarse al modelo cultural de la
actualidad, ya que dicha cultura es un elemento determinante de la familia en cuanto
a su estructura, funciones, relaciones, donde la orientación docente para la familia,
debe buscar procurar el asesoramiento para que se promueva la solución a las
necesidades afectivas de sus miembros, la necesidad de pertenencia hacia el núcleo
familiar y la de seguridad y protección para los estudiantes en cuanto a diversos
contenidos relacionados con la adaptación personal y social, construcción de la
identidad personal, autocontrol, habilidades sociales, dificultades emocionales y
sentimentales, sexualidad, adicciones tales como el tabaquismo, alcoholismo u
otras. En este sentido, se sugiere estrategias como mecanismos dentro de la
práctica del docente para facilitar la función como orientador en el desarrollo de las
actividades escolar:
1.- Aplicar instrumentos de investigación tales como cuestionarios, entrevistas
y/o buzones de participación, para que a través de estas estrategias el docente
identificar insatisfacciones o problemas y sugerir medidas encaminadas a corregir
las dificultades de organización, mediando en los posibles conflictos.
2.- Desarrollar propuestas de proyectos de investigación que permitan a los
alumnos la construcción (reconstrucción) del saber colectivo mediante un proceso
de aprender-desaprender-aprender, generando una argumentación pertinente y
oportuna que debe ser estructurada de forma consistente asignándole coherencia a
través de la conjugación de las experiencias de todos los actores en la dinámica del
aula, de modo que, ese saber colectivo, pueda generar acciones con sentido
educativo y orientado al fomento de una cultura de la responsabilidad.
3.- Promover la realización de talleres de crecimiento personal, autoestima,
motivación y proyecto de vida entre los estudiantes y sus padres y representantes a
partir de la planificación Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC), como
mecanismo que oriente y articule los esfuerzos dentro de los centros educativos
135
hacia la construcción de un modelo escolar que parta de un proceso global de
orientación educativa que garantice el derecho a la educación a partir de una
visión a largo plazo, donde la participación de todos los miembros que integran la
comunidad educativa sea el factor que dinamice la acción escolar.
4.- Aplicar la técnica de la negociación para fortalece la disciplina con sentido
educativo y orientado hacia un valor positivo para la disciplina, donde las
infracciones sean corregidas a partir de los mecanismos sancionatorios cuyo
régimen disciplinario haya sido establecidos por el grupo en la clases.
5.- Desarrollar charla reflexivas sobre la organización escolar efectiva, que
conduzca a la construcción del Reglamento Interno del aula con normativas de
funcionamiento de las clases, como vía para canalizar el régimen disciplinario el cual
sea compartido y aprobado por todo el grupo de la clase.
6.- Realizar Charlas de Integración escuela-familia que permita una acción
escolar para la distribución de tareas; asignando responsabilidades una o varias
personas (según el tamaño de la clase), buscando el apoyo de los padres para el
desarrollo pedagógico de las clase en el aula, y la delegación del liderazgo dentro
de la gestión escolar para que conjuntamente con los estudiantes y sus
representantes se conduzca el desarrollo de la consolidación de los Proyectos
Educativos de Aula.
7.- Dictar talleres sobre los deberes y derechos de cada miembro de la clase a
fin de desarrollar el control de la gestión escolar partiendo de patrones valorativos de
conducta para poder asignar responsabilidades, sancionar y estimular al
estudiantado buscando fortalecer la filosofía o proyecto pedagógico expreso y
compartido entre todas las acciones permanentes para su puesta en práctica.
8.- Desarrollar un control de las actividades académico a partir de registros de
notas, cartas didácticas, atención de padres, relaciones interpersonales,
planeamiento institucional, proyectos nuevos, ejecución de actividades y otros,
como mecanismos que permitan la evaluación los procesos que deben desarrollarse
en función de la mejora continua de la clase y el logro de los aprendizajes de los
estudiantes. 136
9.- Promoverla realización de talleres sobre integración escuela-familia que
conduzcan al diagnóstico escolar para la identificación de la situación real de la
clase, así como los principales problemas que impiden que se logren los objetivos
educativos, y poder evaluar y valorar las potencialidades para el desarrollo de
oportunidades entre los miembros de las escuelas, y se dispongan al trabajo
productivo y la realización de los planes escolares.
10.- Implementar charlas mediante comunicaciones informales y formales con
los estudiantes y padres sobre los procesos de evaluación educativa, las cuales
deben partir de los lineamientos establecido en los programas de estudio y otros
instrumentos curriculares normados por el MPPE, y a partir de los acuerdos
concretados por el grupo de estudio para asegurar que la organización y los
recursos se dispongan para implementar los proyectos de aprendizaje y lograr los
objetivos educacionales a partir de la responsabilidad que debe asumir cada
integrantes de la clase.
11.- Fomentar el desarrollo de foros educativos sobre los valores humanos con
los grupos de trabajo a fin de desarrollar mecanismos formales e informales de
comunicación entre todos los integrantes de la clase incluyendo a los
representantes, que conduzca a la brindar aportes en las asesorías pedagógicas,
recursos, evaluaciones y estímulos a cada miembro del salón.
12.- Implementar la realización de convivencias entre los miembros de la clase
como vía para elevar la motivación interna y externa, y se distinga una gestión
escolar centrada en la gente, donde sea el centro de interés, partiendo del principio
que las personas son el principio y fin de la sociedad, la cual puede ser productiva a
partir de un trato con calidad humana que conduzcan a fomento de ambientes
escolares democráticos de paz y armonía.
13.- Propiciar charlas entre los estudiantes, padres y representantes sobre la
Cultura de Paz para promover la comprensión de las creencias personales y su
importancia en el fomento del trabajo en equipo, y para el desarrollo de un clima
institucional de familiaridad, confianza y compañerismo, donde todos se sientan
tomados en cuenta, valorados, reconocidos y apreciados por el trabajo que
137
realizan, independientemente del rol o responsabilidad que desempeñen dentro de
la escuela.
14.- Invitar a expertos en valores sociales para que dicten charlas sobre los
valores buscando consolidar la participación de la comunidad educativa y la
participación de los grupos de trabajo, mediante toma de decisiones responsables,
buscando el bienestar y tranquilidad de las personas como vía que garantiza la
realización de los procesos educativos a partir de un ambiente de paz y cordialidad
que conduzca a un aprendizaje para la vida, buscando favorecer y fomentar la
participación y la construcción de los Proyectos Educativos.
15.- Desarrollar convivencia entre docentes, alumnos y demás miembros de la
comunidad educativa a fin de consolidar una cultura organizacional para la paz y la
solidaridad, a partir de un liderazgo emotivo que contribuya a al fomento de buenas
relaciones interpersonales, el cuido de los ambientes escolares y sociales como
alternativa para la consolidación de un espíritu de ayuda y respeto mutuo
Acciones para la función Orientadora del Docente:
El docente como orientador en su acción debe ser un profesional que este
especialmente preparado para evaluar las habilidades de una persona, sus
aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores ambientales que
influyen o son importantes para una decisión y que lo lleven a describir y explicar
los factores que intervienen en el desarrollo de una carrera; en la vocación de los
alumnos y tener una formación sólida en psicología, pedagogía, educación y
desarrollo humano, con lo cual puedan desarrollar los niveles de la acción
orientadora, a partir de un proceso de reflexión que lo lleven a poner en practica
diversas acciones en la dinámica diaria de clase y empieza a plantearse la
necesidad de realizar actividades tales como:
1.- Planear, organizar y operar el servicio de orientación en el plantel partiendo
del análisis y adaptación de un programa de orientación educativa propuesto de
acuerdo a las características y necesidades del plantel.
2.- Establecer un área responsable de la orientación educativa, que instrumente
el programa de acuerdo a las necesidades específicas de la institución mediante el 138
acopio de los materiales de apoyo y bibliografía para la instrumentación del
programa de orientación educativa.
3.- Organizar actividades de orientación educativa, que consideren los aspectos,
socioeconómico y psicopedagógico de su contexto específico enfocados a las áreas
de trabajo: institucional, escolar, vocacional y psicosocial, de manera que involucre a
todos los alumnos del plantel a participar de sus beneficios.
4.- Promover la participación activa de los directivos y padres de familia en el
proceso de orientación, facilitando los recursos necesarios para el desarrollo de
actividades encaminadas a atender a la población a nivel individual, grupal y familiar,
de acuerdo a las posibilidades y necesidades de la comunidad educativa.
5.- Promocionar actividades culturales y educativas, para que los alumnos se
vinculen a su comunidad y de esta manera se apoye la formación integral.
6.- Planear y organizar de forma sistemática las actividades para dar
seguimiento y evaluación al servicio de orientación educativa.
7.- Asistir y participar en las actividades relativas a la actualización y
capacitación propia del orientador.
8.- Impulsar acciones preventivas mediante la participación de las instituciones
sociales (familia, comunidad y escuela), tendientes a fortalecer la calidad en las
relaciones humanas, que sustenten valores que permitan afianzar un estilo de vida
sano en el estudiante.
9.- Generar la vinculación con las instituciones y organismos regionales,
estatales y nacionales de atención y apoyo a la juventud, con el propósito de dar
mayor apoyo a las actividades de orientación.
10.- Promover la organización de una escuela de padres, con la idea de
potenciar la implicación de las familias en el entorno escolar, como medio de
consolidar la participación e integración de la escuela-comunidad.
11.- Facilitar el acceso de los padres y representantes a la institución para
hacer posible que los progenitores se acostumbren a dialogar sobre sus hijos, y
139
participen en la escuela para que el proceso educativo se lleve a cabo en las
mejores condiciones posibles, mediante relaciones efectivas que logren integrar a la
familia como una parte del centro educativo, consensuando todas las decisiones, de
esta forma, la relación docente-alumnos-padres se haría así más productiva.
12.- Adoptar una actitud activa y receptiva en su condición profesional, guiando
a los estudiantes, así como a los padres y representante, prestando especial
atención a las inquietudes, necesidades e intereses del alumnado, específicamente
a las relacionadas con los valores sociales que necesitan ser internalizados por el
grupo.
13.- Mostrar coherencia entre su prédica y su práctica ética, en la escuela y su
entorno comunitario, siendo consciente y partícipe de una ética autónoma dentro de
la organización educativa para que sirva de modelo a la formación de los valores en
los estudiantes.
14.- Genera proceso de reflexión que permitan el desarrollo de una conciencia
crítica transformadora, como elemento fundamental para favorecer los cambios
sociales y valorativos.
15.- Fortalecer los sentimientos de autoafirmación experimentados por los
estudiantes para la aprobación de las personas que lo rodean, y que los conducen a
fortalecer su identidad como persona.
140
CONCLUSIONES
Luego de realizada la investigación y obtenidos los resultados sobre la variable
Rol del Docente como Orientador y el Fomento de Valores, y partiendo de los
objetivos establecidos para la orientación del estudio, los cuales permitieron obtener
los resultados por medio del análisis estadístico y la confrontación de la teoría que
sustenta las variables, se llegó a las siguientes conclusiones:
1.-, En relación al objetivo específico Nº 1, el cual estaba dirigido a analizar la
práctica del docente en su rol como orientador en los estudiantes de las escuelas de
III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonso Vázquez, se concluye que
no se cumple una practica docente partiendo de la evaluación de las habilidades de
los alumnos, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores
ambientales que influyen para una decisión vocacional.
2.- En su practica docente no cumplen una función orientadora partiendo del
contexto en el cual trabajan; donde brinden atención los alumnos en la entrada a la
escuela en cuanto a su aspecto personal, no vigilan sus descanso, ni realizan
reuniones de análisis con profesores sobre la actuaciones del estudiante que les
permita promover la elaboración de proyectos de vida con sus alumnos.
3.- En la organización de las clases casi nunca se parte de la evaluación del
clima escolar a través de la aplicación de cuestionarios a fin identificar las
insatisfacciones y problemas en los alumnos, orientan el desarrollo de las clases
para el fomento de una cultura de responsabilidad y prestan especial atención a los
alumnos distraídos en las clases como vía para clarificar los objetivos estratégicos
de calidad educativa.
5.- En relación con la practica docente a nivel de los alumnos algunas veces en las
Escuelas de III etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonso Vázquez se
promueven actividades para el fortalecimiento de los hábitos de estudios, así como
propiciar el establecimiento de buenas relaciones humanas entre los alumnos de las
clases y brindar atención al alumno en las áreas personal-familiar.
6.- Casi nunca desde la acción del docente como orientador se desarrollar una
función preventiva a través de técnicas educativas dirigidas a la comunidad, al
núcleo familiar o a sus miembros, con la finalidad de dar respuesta a las
necesidades e insatisfacciones de las familias buscando promover desarrollo
personal-social del grupo familiar de los estudiantes.
7.- En cuanto al objetivo Nº 2, dirigido a caracterizar las acciones del docente en
su rol como orientador en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación
básica en la parroquia Idelfonzo Vázquez, no se cumple con funciones dirigidas a
generar la reflexión sobre las diversas actividades que realiza diariamente los
estudiantes para plantear la necesidad de definir un marco teórico que permita
cuestionar su práctica, de escribir sus reflexiones, de compartirlas y difundirlas con
otros docentes-orientadores a fin de sustentar su práctica a partir de un enfoque
psicologista y biologista que lo lleve a considerar las características del alumno como
ser humano.
8.- Los docentes desde su acción docente algunas veces brindan asistencia a
los alumnos con el fin de que éstos puedan obtener pleno rendimiento en sus
actividades escolares, igualmente algunas veces proporciona experiencias
educativas estimulantes a los alumnos para ayudarlos a realizar su trabajo escolar a
partir de la organización de actividades de orientación escolar donde involucra a los
alumnos y sus padres y representantes.
9.- Casi nunca los docentes en la atención del aspecto personal buscan brindar
asistencia a los alumnos con el objeto de ayudantes a adaptarse mejor al medio
social del cual forman parte a partir de la realización de actividades que le permitan
conocer las condiciones socio-económicas de los alumnos, a fin de procurar la
identificación de los roles que desempeñan los alumnos como individuos en la
familia y su comunidad.
10.- Nunca se ofrece a los alumnos procesos de ayuda mediante el cual éstos
avalúen e identifiquen sus aptitudes, o identifiquen mediante la aplicación de
técnicas específicas su inclinación hacia el desarrollo de determinadas tareas o
actividades de interés personal que permitan descubrir sus capacidades
vocacionales.
142
11.- En cuanto al Rol del Docente como Orientador este se encuentra
moderadamente desarrollado como un proceso continuo y constituyente del proceso
de la práctica pedagógica diaria que permita consolidar la participación de los
agentes educativos a través de las estrategias que permitan una reflexión crítica
para la mejora de la propia praxis escolar y modelar valores personales, éticos y
sociales, a partir la acción docente.
12.- En cuanto al objetivo Nº 3, analizar los valores terminales que
prevalecen en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la
parroquia Idelfonso Vázquez, se concluye que no se desarrollan y no están
presentes puesto no se fomentan a partir del rol de orientación que deben
desarrollar los docentes, de allí que los estudiantes en cuanto a sus valores
personales y sociales no tienen la posibilidad de satisfacer determinadas
necesidades internas que le permitan demostrar actitudes positivas con criterios
para determinar su concepción de la humanidad ante su realidad social.
13.- Sobre los valores personales se concluye en cuanto al fomento de valores
personales los estudiantes han desarrollado actitudes desfavorable que no les
permite consolidar un valor superior en relación con la vida individual, familiar e
institucional para les permita desarrollar una armonía con la sociedad, teniendo
presente que la misma es dinámica, sistemática y tiene el poder generar amor y
amistad, por lo que se debe cultivar en la escuela como valor intrínsico de la
población estudiantil.
14.- Asimismo, en relación a los valores sociales se concluye que su fomento
en las instituciones analizadas desde el rol de orientador de los docentes, está en la
escala desfavorable caracterizada por conducta que no buscan la consolidación de
la cooperación, la justicia y la paz del sujeto, para llevarlo poseer como persona un
equilibrio psíquico, sentimientos altruistas, ausencia de conflictos entre su corazón y
su mente.
15.- En cuanto al objetivo Nº 4, el cual se propuso describir los valores
instrumentales consolidados en los estudiantes de las escuelas de III etapa de
educación básica de la parroquia Idelfonso Vázquez, no han desarrollado
plenamente las actitudes que los lleven a tener un comportamiento que denoten la
143
formación de los valores instrumentales, para el logro de una conciencia para de la
convivencia, el trabajo en equipo y la iniciativa de una voluntad dirigida al
cumplimiento de lo que establecen las pautas sociales de comportamiento, y que en
este cumplimiento se vuelven a ensamblar el amor hacia el colectivo en general.
16.- Por otra parte, se determinó que no se consolidan los valores instrumentales desde
la acción educativa, que le corresponde fomentar dichas ideas, conceptos y pensamientos a
partir de el rol de los docentes quienes debe otorga prioridad en la selección de estrategias de
aprendizaje para lograr el fomento de valores a partir de sus acción orientadora mediante
métodos y estrategias de aprendizaje, tomando en cuenta los valores que desea establecer
o perpetuar desde la educación los cuales deben ser compartidos con el grupo de estudiantes.
17.- En relación a la variable Fomento de los Valores se concluye que se
encuentran moderadamente fomentados desde el rol que desempeñan los docentes
como orientadores, puesto no se establece una relación directa, persona a persona,
con los alumnos donde la actitud positiva y asertiva tenga conferida una potestad
formal sobre los estudiantes para dirigirlos al cumplimiento de las tareas formuladas
explícitamente, teniendo valor para ellos sus estudios.
18.- Por último, en relación al objetivo general que buscaba establecer la
relación entre el rol docente como orientador y el fomento de valores en los
estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia
Idelfonso Vázquez, se concluye que existe una correlación muy significativa en una
tendencia positiva alta, lo que significa que en la medida en la cual varía una
variable, en esa misma medida y proporción variará la otra variable; según las
respuestas obtenidas por los sujetos que sirvieron como unidades informantes.
144
RECOMENDACIONES
Con el propósito de contribuir a fortalecer el desarrollo de un Rol Docente como
Orientador para el Fomento de los Valores en los estudiantes de las escuelas de III
Etapa de Educación Básica de la Parroquia Idelfonso Vásquez del Municipio
Maracaibo, las cuales conformaron la muestra, se presentan las siguientes
recomendaciones:
1. Dar a conocer a las autoridades los resultados obtenidos, en función de que
se establezcan proceso de formación dirigida a los docentes a la adquisición de
competencias como orientadores a través de la actualización y capacitación. Al
mismo tiempo, que tomen las medidas necesarias para que se realicen procesos de
capacitación continúa en métodos de aprendizaje para su rol como orientadores en
los institutos educativos, tanto públicos como privados, para que se fomente los
valores en los alumnos que generen en estos actitudes y sentimientos positivos en
su comportamiento escolar y comunitario.
2. Informar a los directores de las Escuelas Básica de la Parroquia Idelfonso
Vásquez sobre los resultados alcanzados con el objeto de generar procesos de
capacitación la orientación educativa, para que se promueva desde la acción de
docente la implementación de las estrategias de orientación educativa que a la
organización de las clases, la atención personal y social de loa estudiantes y la
integración de la familia al proceso educativo a fin de que se promueva la formación
de los valores en los alumnos a partir del análisis de su realidad social mediante la
reflexión crítica de los procesos de construcción de su personalidad.
3. Realizar jornada de reflexión con los docentes en procura de concientizarlos
sobre la importancia de la orientación educativa para la formación de valores en los
estudiantes a partir de la acción docente como vía que permita desarrollar actitudes
positivas hacia el desarrollo de la armonía, el amor, la paz, la convivencia, la
cooperación y el trabajo en equipo como aspectos que garantizan el desarrollo de
una personalidad dirigida a crecimiento personal y la transformación de los contextos
comunitarios.
4. Promocionar entre los docentes la realización talleres sobre orientación
educativa para que adquirieran destrezas en la implementación de estrategias
tendientes a fortalecer la calidad en las relaciones humanas, que sustenten valores
que permitan afianzar un estilo de vida sano en el estudiante.
5. Por otra parte, es significativo establecer una relación directa entre el
personal directivo y demás miembros involucrados en el proceso educativo con la
finalidad de sensibilizarlos sobre la necesidad de involucrar a los docentes en el
desarrollo de una función orientadora en los alumnos como única vía para el
fomento de valores a fin de enfrentar los cambios que se experimenta en la actual
realidad zuliana.
5. Replicar los resultados obtenidos en este estudio, para que sirvan de apoyo
a futuras investigaciones, así como aporte a la búsqueda de la eficacia y excelencia
del acto educativo de nuestra región mediante un amplio conocimiento por parte de
de los docentes sobre los objetivos de la orientación educativa, como elemento que
permite una formación con marcado valor para contribuir al desarrollo de las
diversas colectividades.
146
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152
ANEXOS
ANEXO No. 1
Instrumento para recoger los datos del estudio
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACION MENCION: PLANIFICACION EDUCATIVA
El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica
Autora: Licda. Maria Elena Valentino.
Maracaibo, Septiembre 2008
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACION MENCION: PLANIFICACION EDUCATIVA
Apreciado Colega:
Con la finalidad de realizar la investigación denominada “El rol del docente
como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica, se
ha diseñado este instrumento, el cual pretende recabar información que permita
conocer la situación actual de la variable de estudio.
Este cuestionario forma parte de un trabajo de investigación que se realiza para
optar el Titulo de Magíster Scientiarum en Educación, Mención: Planificación
Educativa. Su colaboración consiste en responder los ítems con la mayor sinceridad
posible, no tiene que identificarse y la información que aporte, sólo se utilizará como
soporte al trabajo.
Agradeciendo su solidaridad y receptividad, le saluda.
Atentamente,
Lcda. María Elena Valentino
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACION MENCION: PLANIFICACION EDUCATIVA
“El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica”
INSTRUCCIONES
Es importante que lea todas las instrucciones antes de responder:
1. Lea detenidamente todos los ítemes antes de seleccionarlos.
2. Siga el orden establecido.
3. No deje algún ítem sin responder.
4. Cada ítem está estructurado por un total de tres alternativas. Seleccione una
sola y márquela según su opinión.
5. Ninguna respuesta es correcta o incorrecta. Trate de responder en forma
veraz y sincera, de ello depende la pertinencia de la información.
6. Si se presentan dudas al responder el instrumento, consulte al encuestador.
ROLDOC, V-08
Nº ITEM S C/S A/V C/N N
1 Evaluar el clima de organización de la clase a través de la aplicación de cuestionarios.
2 Identificar insatisfacciones y problemas en los alumnos.
3 En el desarrollo de las clases orienta el fomento de una cultura de responsabilidad.
4 En la organización de la clase da atención al desarrollo personal de los estudiantes.
5 Presta especial atención a los alumnos distraídos en las clases.
6 Promueve actividades para el fortalecimiento de los hábitos de estudios.
7 Propicia el establecimiento de buenas relaciones humanas entre los alumnos de las clases.
8 Brinda atención al alumno en las áreas personal-familiar.
9 Propicia acciones de orientación a los padres de los alumnos para mejorar las relaciones familiares.
10 Ofrece asesoría y ayuda a los padres para participar activamente en el proceso educativo de sus hijos.
11 Asiste a los alumnos, con el fin de que éstos puedan obtener pleno rendimiento en sus actividades escolares.
12 Proporciona experiencias educativas estimulantes a los alumnos para ayudarlos a realizar su trabajo escolar.
13 Organiza actividades de orientación escolar donde involucra a los alumnos y sus padres y representantes.
14 Brinda asistencia a los alumnos con el objeto de ayudantes a adaptarse mejor al medio social del cual forman parte.
15 Realiza actividades que le permitan conocer las condiciones socio-económicas de los alumnos.
16 Se preocupa en identificar los roles que desempeñan los alumnos como individuos en la familia y su comunidad.
17 Ofrece a los alumnos procesos de ayuda mediante el cual éstos avalúen e identifiquen sus aptitudes.
18
Promueve intercambio con los alumnos donde analicen la inclinación hacia el desarrollo de determinadas tareas o actividades de interés personal.
19 Aplica a los alumnos técnicas que permitan descubrir sus capacidades vocacionales.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN MENCIÓN: PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica.
Autora: Licda. María Elena Valentino
Maracaibo, Septiembre 2008
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN MENCIÓN: PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
Apreciado Alumno:
Con la finalidad de realizar la investigación denominada “El rol del docente como
Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica“, se ha
diseñado este instrumento, el cual pretende recabar información que permita
conocer la situación actual de la variable de estudio.
Este cuestionario forma parte de un trabajo de investigación que se realiza para
optar el Titulo de Magíster Scientiarum en Educación, Mención: Planificación
Educativa. Tu colaboración consiste en responder los ítems con la mayor sinceridad
posible, no tienes que identificarte y la información que aportes, sólo se utilizará
como soporte al trabajo.
Agradeciendo tu solidaridad y receptividad, te saluda.
Atentamente,
Lcda. María Elena Valentino
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACION MENCION: PLANIFICACION EDUCATIVA
“El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica”
INSTRUCCIONES
Es importante que lea todas las instrucciones antes de responder:
7. Lea detenidamente todos los caracteres antes de seleccionarlos.
8. Siga el orden establecido.
9. No deje ningún carácter sin responder.
10. Cada carácter está estructurado por una escala valorativa que va entre 1 y
10, selecciona ubicándote en el número donde consideres te identificas mas con el
carácter. Seleccione una sola y márquela según tu opinión.
11. Ninguna respuesta es correcta o incorrecta. Trate de responder en forma
veraz y sincera, de ello depende la pertinencia de la información.
12. Si se presentan dudas al responder el instrumento, consulte al encuestador.
ESCALA VALORATIVA: FOMENTO DE VALORES
(FOMENVAL, V-08)
(Versión: Valentino, María Elena 2008)
PARTE I.
INTRODUCCIÓN
Los valores son una convicción o creencia estable en el tiempo de una
determinada forma de comportamiento que están en franca oposición con otra que
no es deseable social o personalmente (antivalor), es decir, son excluyentes, se
tienen o no se tienen.
El propósito de esta escala es conocer algunos valores que los estudiantes de
educación básica ponen de manifiesto durante la actividad escolar, por lo tanto, no
hay respuestas buenas ni malas, sino formas de hacer las cosas cada quien según
su punto de vista.
PARTE II.
DATOS GENERALES
1. Fecha:
2. Sexo: F M
3. Estudiante de: 4º 5º 6º
PARTE III.
INSTRUCCIONES
Marca con una (X) en la columna que mejor represente la presencia de cada
uno de los valores que se presentan a continuación, de acuerdo a como consideres
manifiestas tu comportamiento diariamente en la escuela. Mientras más alto sea el
número marcado, mayor será la presencia de esa característica en ti.
Por favor contesta todas las formulaciones.
A continuación se presentan las definiciones de cada uno de los caracteres
presentes en la escala.
DEFINICIONES
1. AMISTAD VERDADERA: actitud abierta, comprensiva, que aumenta la
capacidad de tener amigos buscando aumentar la generosidad, el optimismo y la
cordialidad en la convivencia con los compañeros de clase.
2. AMOR: aprecio y respeto hacia las personas y compañeros de clase,
llevándolo a consolidar logros afectivos para disfrutar el poder apoyar y ayudar a
quienes se aman.
3. ARMONIA INTERNA: estado personal que lo lleva a esta armonizar con
todas las personas que lo rodean, permitiéndole tener paz espiritual y felicidad tanto
en la escuela como en la familia y su comunidad.
4. COOPERACIÓN: acción que se realiza conjuntamente con otro y otros
individuos para conseguir un mismo fin.
5. JUSTICIA: Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece. Derecho,
razón, equidad. Conjunto de todas las virtudes que constituye bueno al que las tiene.
RESPONSABILIDAD: Deuda, obligación de reparar y satisfacer a consecuencia
de delito o culpa. Cargo u obligación moral que resulta para uno del posible error en
cosa o asunto determinado
6. PAZ: capacidad para relacionarse con entendimiento y conocimiento entre
las personas, aceptando las diferencias individuales (étnicas, personalidad,
inteligencia), promoviendo la cooperación y ayuda con tranquilidad en el contexto
escolar y comunitario.
7. RESPETO. Consideración, atención o admiración que se le debe a una
persona llevado a reconocer sus derechos y dignidad ante los otros individuos.
8. SINCERIDAD: capacidad para expresarse sin fingimiento, con sencillez y
veracidad, eliminado de su actuación la hipocresía y simulación.
9. TRABAJO EN EQUIPO: Cooperación trabajando con otros en una misma
obra.
10. CONVIVENCIA: es la capacidad para interactuar democráticamente con las
personas asumiendo actitudes respetuosas, solidarias y colaborativas en el
cumplimiento de los deberes escolares.
11. INICIATIVA: actitud para asumir una participación correcta en las
actividades escolares que caracterizan la etapa de construcción de los proyectos
educativos y comunitarios.
PARTE IV.
ESCALA VALORATIVA: FOMENTO DE VALORES
PUNTOS Nº Característica 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Característica Nº1 Rivalidad Amistad 1 2 Odio Amor 2 3 Discrepancia Armonía 3 4 Abstenerse Cooperación 4 5 Injusticia Justicia 5 6 Discordia Paz 6 7 Irresponsabilidad Responsabilidad 7 8 Irrespeto Respeto 8 9 Falsedad Sinceridad 9
10 Individualidad Trabajo en Equipo 10
11 Intolerancia Convivencia 1112 Desaliento Iniciativa 12
ANEXO No 2
Instrumento para la Validez del Contenido
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN MENCIÓN: PLANIFICACIÓN EDUCATIVA
El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica.
Autora: Licda. María Elena Valentino
Maracaibo, Septiembre 2008
1. IDENTIFICACIÓN DEL EXPERTO
Nombre y Apellido: _____________________________________________
Institución donde trabaja: _________________________________________
Título de Pre-Grado: ____________________________________________
Institución donde lo obtuvo: _______________________________________
Título de Maestría: ______________________________________________
Institución donde lo obtuvo: _______________________________________
Título de Doctorado: ____________________________________________
Institución donde lo obtuvo: _______________________________________
2. TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN
“El rol del docente como Orientador y el fomento de valores en estudiantes de Educación Básica”. 3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Objetivo General
Establecer la relación entre el rol docente como orientador y el fomento de
valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica de la
parroquia Idelfonzo Vázquez.
Diseñar lineamientos para el cumplimiento del rol docente como orientador para
el fomento de los valores en los estudiantes de las escuelas de III etapa de
educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez .
3.2. Objetivos Específicos
o Analizar la práctica del docente en su rol como orientador en los estudiantes
de las escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
o Caracterizar las acciones del docente en su rol como orientador en los
estudiantes de las escuelas de III etapa de educación básica en la parroquia
Idelfonzo Vázquez.
o Analizar los valores terminales que prevalecen en los estudiantes de las
escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
o Describir los valores instrumentales consolidados en los estudiantes de las
escuelas de III etapa de educación básica de la parroquia Idelfonzo Vázquez.
4. Sistema de Variables
Variable: Rol del Docente como Orientador Definición Conceptual: Proceso mediante el cual el docente evalua las habilidades
de los alumnos, sus aspiraciones, preferencias y necesidades, así como los factores
sociales que influyen en las elecciones personales y vocacionales mediante una
formación sólida en psicología, pedagogía, educación y desarrollo humano.
(Sánchez y Valdés, 2003).
Definición Operacional: Apunta al mejoramiento del proceso de enseñanza
aprendizaje, para lo cual tiene que tomar en cuenta toda la estructura teórica,
material y humana de la escuela. La misma se medirá a través de un cuestionario
diseñado en función de las dimensiones práctica y acciones del docente en la
orientación.
Variable: Fomento de Valores: Acción de los docentes dirigida a establecer una
relación directa, persona a persona, con los alumnos donde la actitud positiva y
asertiva tiene conferida una potestad formal sobre los estudiantes para dirigirlos al
cumplimiento de sus tareas; mediante actitudes valorativas para ellos en los
estudios, tales como responsabilidad, respeto, sinceridad, trabajo en equipo,
convivencia, iniciativa, amistad verdadera, amor pleno, armonía interna,
cooperación, justicia y paz. (Kotter 1998).
Definición Operacional: Esta se logrará a través del estudio de las puntuaciones
que se obtengan como producto de la aplicación de la Escala Valorativa de los
Valores, diseñada en función de los postulados de Rokeach (1973), y partiendo de
las dimensiones valores terminales y valores instrumentales.
5. TÉCNICA E INSTRUMENTO PARA LA RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN
Técnica: Observación Descriptiva.
Instrumentos: Se diseñaron dos instrumentos uno tipo cuestionario, dirigido
a los docentes, denominado ROLDOC, V-08, con 18 itemes, y cinco (5) alternativas
de respuestas con valor numérico para el análisis estadístico, siendo éstas: Siempre
(5), Casi Siempre (4), A Veces (3), Nunca (2) y Casi Nunca (1). Y una escala
valorativa FOMENVAL, V-08, con 12 adjetivos atendiendo al diferencial semántico
desarrollado por Osgood (1997), partiendo de adjetivos extremos bipolares con una
escala de respuesta del 1 al 10, relacionando dicho extremos de manera
desfavorable o favorable con el valor dado al objetivo indicado.
6. POBLACIÓN
La población está constituida por 502 sujetos, conformados por 135 docentes y
367 alumnos.
6.1. Muestra
Para determinar el número de docentes y alumnos por institución, con la
intención de estructurar la muestra se aplicó la fórmula de Sniffer, obteniéndose una
muestra de 135 docentes y 367 alumnos.