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El Sínodo para la Nueva Evangelización
“Consagrados, estamos llamados a la Nueva Evangelización en comunión con la Iglesia…’’
CONCEPCIONISTAS MISIONERAS DE LA ENSEÑANZA Clara E. De la Cruz B.
11/07/2013
El Sínodo para la Nueva Evangelización
CONCEPCIONISTAS MISIONERAS DE LA ENSEÑANZA Página 2
INDICE
El Sínodo para la Nueva Evangelización
INTRODUCCIÓN………………………………………………04
1. Preámbulo…………………………………………………………….05
1.1 el Sínodo en sus acentos………………………………………….05
a) Necesidad de la renovación de los nuevos evangelio
b) La conversión
c) La conversión pastoral
d) Diálogo
e) Nuevos escenarios
f) Corresponsabilidad
g) Las estructuras
h) Destinatarios
i) El diálogo ecuménico e interreligioso
1.2 Algunas dificultades…………………………………………………….06
a) ¿Cómo llevar a cabo la NE?
b) Desde donde abordar los temas
c) Miedo al cambio
d) Falta de voces plurales
1.3 Algunos puntos a favor………………………………………………07
a) Presencia de los consagrados
b) Espíritu de misión
c) Importancia de la vida contemplativa
d) Interreligiosidad en el sínodo
2. Características de la NE……………………………………………07
3. La NE es cuestión de nuevas relaciones……………………………08
4. La NE como respuesta a los interrogantes humanos………………09
5. Catequesis y Evangelización………………………………………...10
1. Nueva Evangelización…………………………………………10
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6. Características de una catequesis evangelizadora………………12
6.1 Influencia de la cultura dominante
6.2 La teología de la fe
6.3 Es necesaria una catequesis…
6.4 Rasgos de la catequesis
7. Catequesis para los tiempos de evangelización………………………15
7.1 consideraciones practicas
8. La catequesis en la actividad misionera evangelizadora de la Iglesia.....16
8.1 La catequesis una etapa de la evangelización
8.2 Catequesis y primer anuncio del evangelio
8.3 Necesidad de una catequesis sistemática
8.4 Catequesis y sacramento
8.5 Catequesis y comunidad eclesial.
Bibliografía………………………………………………………………19
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INTRODUCCIÓN
Conducir nuestros jóvenes y niños por el camino del reino no es tares fácil, tampoco
lo es para la vida religiosa mantenerse en el camino, en este mundo de hoy tan cambiante al
que tenemos que enfrentarnos. Pero ya hemos visto que no es imposible, y que se hace
necesaria la ayuda urgente de todos los grupos de la iglesia para llevar a cabo esta nueva
misión evangelizadora, “superar el compromiso que caracterizaba a los primeros
cristianos,” que nuestra misión evangelizadora no se quede en una catequesis simplista y
tradicional, sino que genere compromiso y seguimiento fiel al mandato del Señor. “vayan
por todo el mundo…”
Este pequeño documento que recopila la opinión de distintos autores especializados
en la materia, quiere ser un porta voz de ese reino al cual estamos llamados, pero que aun
no hemos asumido como compromiso personal.
En su primer apartado encontramos un preámbulo de los acentos que el sínodo vio
de vital importancia para hacer consiente nuestro compromiso en esta misión
evangelizadora, para que sabiendo nuestras necesidades sepamos cómo actuar ante este
nuevo reto.
También durante el sínodo se quiso hacer visible las dificultades con que contamos
para esta misión, dificultades que amplían nuestra realidad y nos dan un punto clave por
donde iniciar…
La Nueva Evangelización para la cual tenemos que prepararnos tiene una
característica específica lo que exige de nosotros una total apertura para iniciar este
proceso de conversión personal y comunitaria. Conversión comunitaria porque esta NE es
cuestión de nuevas relaciones, con el ambiente, con el mundo con Dios. Hoy los medios de
comunicación han adquirido mucha fuerza en la vida social, religiosa y cultural de la
persona, lo que exige de nosotros como emisarios de esta NE, una acogida de estos medios
de forma que sean nuestros aliados a la hora de llevar este mensaje de Jesús.
Con el mensaje de Jesús en los labios y los medios de comunicación como aliados
podemos hacer que la NE sea respuesta a los interrogantes humanos, que cada día van
aumentando como aumenta la sed de Dios, de la verdad de Jesús de su espíritu
Consolador… que tienen nuestra gente.
Es por eso que se hace urgente una catequesis y evangelización que vayan de la
mano, que den continuidad y respuesta a los interrogantes y necesidades de nuestros
jóvenes y niños, que cada uno conozca su rol dentro de la iglesia y como tal asuma su
compromiso de discípulos fieles y celosos de la construcción del reino.
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1. Preámbulos
1.1 El Sínodo en sus acentos:
Algunos de los acentos que más se han resaltado durante el Sínodo como realidad
que actúa operante en este mundo de hoy, cambiante y exigente de una nueva y mejor
evangelización.
a) Necesidad de la renovación de los nuevos evangelizadores:
Una NE requiere que sus evangelizadores también sean nuevos, que tengan una
visión nueva del mundo, y una forma de ver la misión de la iglesia de manera distinta a
la tradicional.
b) La conversión:
Este ha sido un punto repetido con frecuencia en el sínodo. Es necesaria la
conversión a nivel personal que es profundizar la experiencia de fe, consolidar la
propia relación con Jesucristo, que es quien enciende entre nosotros el fuego
evangelizador y el ardor misionero, y conversión a nivel comunitario de una iglesia que
realmente narre desde su propia vida lo que es el mensaje del evangelio.
c) Conversión pastoral:
Es una conversión al reino de Dios que está ya presente entre nosotros. Implica que
cada evangelizador se situará con mucha humildad al servicio del Reino. Partiendo de
la presencia del Espíritu en la realidad.
d) El diálogo:
Para anunciar el evangelio es vital establecer vías de diálogo, entre el que acoge el
mensaje, y el que lo intenta transmitir, teniendo en cuenta la pluralidad de situaciones
con las que nos encontramos en la Iglesia.
e) Nuevos escenarios:
Este ha sido un tema bastante tratado durante la asamblea. Es necesario discernir las
llamadas que Dios dirige dentro de estos nuevos escenarios, pues la NE va más allá del
análisis sociológico o cultural para nosotros todo es discernimiento…no se puede mantener
una mirada neutra ante la realidad, sino con el corazón y los ojos compasivos de Jesús.
f) Corresponsabilidad:
En el sínodo se ha repetido varias veces que la familia cristiana es el sujeto de la
NE, es decir todo el pueblo de Dios con sus distintos carismas y ministerios. Es por eso
que hay propuestas dirigidas los obispos como responsables y coordinadores de este
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proceso de NE, los sacerdotes, la vida consagrada, los laicos y a los miembros de
nuevos movimientos.
g) Las estructuras:
Ha resonado el deseo de poner las estructuras al servicio de la NE. Donde se hizo
hincapié en dos estructuras fundamentales: las diócesis y las parroquias.
En el Sínodo se ha hablado de la parroquia de forma especial como el lugar
privilegiado para la NE. Ha habido personas que han presentado las parroquias como el
lugar de las pequeñas comunidades o comunidades de base.
Han aparecido otras estructuras como los centros educativos, socio sanitario, etc.
h) Destinatarios:
Dentro de ellos está la Iglesia que está llamada a convertirse al evangelio para ser
instrumento de su comunicación. Entre los destinatarios prioritarios están las familias,
con toda su problemática actual: familias desestructuradas o familias que ha dejado de
ser, en la mayoría de los casos el lugar prioritario de transmisión de la fe. Otros
destinatarios han sido los jóvenes, con sus distintas problemáticas a nivel general.
También se ha considerado destinatarios de la NE a las personas que se dedican al
mundo de la política o de la justicia.
i) El diálogo ecuménico e interreligioso:
Se ha repetido en ocasiones que la desunión de los cristianos es uno de los
impedimentos más fuertes de cara a la NE. Se está intentado crear comunión y hacer
comunidad, llevando a cabo el sueño de Dios para con su pueblo.
1.2 Algunas dificultades:
a. Una de las primeras dificultades ha sido como conjugar o llevar a cabo la NE con
la diversidad de situaciones que se han reflejado en este sínodo, donde aparecen
representantes de la iglesia de todo el mundo con problemas y proyectos pastorales diversos
y diferentes.
b. Otra de las dificultades de este sínodo, es que no se ha ofrecido un marco muy
claro desde donde abordar el tema y hacer las propuestas, lo que ha dado lugar a una cierta
dispersión a la hora de recoger todas las propuestas.
c. Ha habido un cierto miedo a introducir cambios significativos, en la NE el
sínodo es un órgano consultivo del papa, a él se le ofrece lo que les parece que puede
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ayudar a la iglesia, y el discierne y convierte en una exhortación apostólica que saldrá en un
momento determinado.
d. Otra dificultad es la falta de voces más plurales. Sería muy enriquecedor
escuchar las voces de los más jóvenes, de los agentes pastorales que trabajan en las
fronteras de la evangelización, las voces de mujeres que son las que están, llevando una
responsabilidad muy grande de renovación en la NE.
1.3 Algunos puntos a favor
a) La presencia de la vida consagrada en el sínodo, ha sido bastante notable. Primero
hemos podido ofrecer nuestra experiencia de evangelización con sus logros y fracasos.
Desde nuestra experiencia secular al servicio de la evangelización hemos podido ofrecer
cuales han sido nuestros logros, nuestros fracasos, que preguntas hemos ido encontrando y
como hemos vivido esta experiencia.
b) El sínodo está pidiendo a los religiosos\as que estén dispuestos a ir a las fronteras de
la misión. Fronteras que pueden ser geográficas, en algunos países la única presencia de
iglesia son las comunidades religiosas; fronteras sociales, el mundo de la marginación;
fronteras culturales.
c) Se acentuó respecto a la vida consagrada, la importancia de la vida contemplativa.
Todo el testimonio de vida de las comunidades contemplativas adquiere una importancia
fundamental.
d) Una presencia que ha sido importante dentro del sínodo la del primado de la iglesia
anglicana del patriarca Bartolomé I de la iglesia ortodoxa de Constantinopla, todos los
delegados fraternos y por primera vez como delegada de World Methodist council había
una mujer Obispo que no dejaba de ser curioso dentro de la composición de un sínodo de
la iglesia católica.
2. Características de la Nueva Evangelización
La llamada a la Nueva Evangelización, es una llamada a ser cristianos gozosos y
responsables del siglo XIX, con una gran fidelidad al evangelio y a la gente de nuestro
tiempo, y con un nuevo estilo de misión. La NE es la estrategia del Espíritu para esta nueva
época, por lo tanto esta es una cuestión espiritual.
Al hablar de nueva evangelización, no se habla de una acción puntual, o de una serie
de actividades, sino de un “proceso” en donde entran en juego varios elementos. Tales
como:
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1º. La nueva evangelización parte siempre de la realidad, observada con el corazón
compasivo de Jesús. La Nueva Evangelización comienza con la escucha y privilegia el
encuentro.
2º. Se concentra en el encuentro del misterio íntegro de Cristo que proclamó, con su
vida y su palabra, el Evangelio del Reino a todos, especialmente a los pobres, como
liberación integral del hombre.
3º. Tiene como sujeto activo y responsable a todo el pueblo de Dios, hombres y
mujeres, con sus diferentes carismas y ministerios, que estén organizados eclesialmente y
reflejen esta corresponsabilidad y complementariedad de carismas y vocaciones.
4º. Exige, evangelizadores centrados en Dios-padre, urgidos por la caridad de Cristo,
guiados por su Espíritu y apasionados por sus hermanos.
5º. Implica, una fuerte llamada a la conversión personal, comunitaria e institucional, en
el contexto de los signos de nuestro tiempo.
6º. Requiere prestar mayor atención a la calidad que a la cantidad; a lo esencial, que a
lo accidental; y favorecer un dialogo incansable.
7º. Impulsa a renovar la dimensión misionera en el anuncio del evangelio, educando
para el dialogo con las culturas y las tradiciones religiosas de los pueblos.
8º. Procura trabajar en red con otras personas y grupos que procuran la transformación
del mundo según el designio de Dios.
Es por esto que la Nueva Evangelización es una “aventura espiritual” que se expresara
en opciones apostólicas diversas en los diversos contextos.
3. La Nueva Evangelización es cuestión de nuevas relaciones
El instrumentum Laboris en los números 59-62 indican como sexto escenario del
Sínodo los medios de comunicación.
Hoy la mayor parte de los hombres y mujeres organizan, en referencia a los medio
(pensamos en internet y Smartphone), su propia vida laboral y efectiva, recreativa y
relacional.
Los media, representan sin ninguna duda, una gran oportunidad. La iglesia encuentra un
apoyo precioso para difundir el evangelio…ella los emplea de buena gana para suministrar
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información sobre sí misma y ampliar los confines de la evangelización, la catequesis y de
la formación y considera su utilización como una respuesta al mandato del Señor.
Se trata de descubrir que “existe un estilo cristiano de presencia incluso en el mundo
digital” que hoy debe caracterizarse cada vez más, como propuesta de un perfil de identidad
coherente y al mismo tiempo acogedor.
Para la iglesia hoy es importante y decisivo considerar los medias como “lugares”,
dando atención al acto comunicativo: sobre todo aquellos de última generación, más que al
contenido de la comunicación cuenta de hecho el acto comunicativo en sí y su capacidad
para esperar una vivencia de proximidad, amistad, don, convicción , sentido de comunidad.
La nueva evangelización es cuestión de nuevas relaciones, a partir de las cuales posible
vehicular el anuncio explicito de Jesucristo como salvador único y universal. Si el mundo
de los medias es, por definición, masificador, la perspectiva cristiana que debe operar en
ellos es aquella que conduce a acoger a la persona en su singularidad, en su ser destinataria
de la revelación de Dios.
4. La Nueva Evangelización como respuesta a los interrogantes humánanos.
Jesucristo por medio del Espíritu santo hace presente y operante el reino de Dios,
desde el respeto a la acogida por parte de los hombres. Realiza esta obra de un modo muy
especial, mediante la iglesia, “como sacramento universal de su salvación.”
El nos ha dado este mandamiento: “Ámense unos a otros como yo los he amado”. Esto ha
hecho y enseñado Jesús. De hecho, nos ha amado tanto que ha dado su vida por nosotros.
También nosotros, toda la iglesia, debemos ponernos al servicio total de los otros, para que
en ellos se realicen plenamente la alegría y la vida del Señor resucitado.
Nosotros cristianos debemos ser señalados como personas algo especiales por
manera de relacionarnos entre nosotros y con los otros: es decir, con un amor incondicional
hacia todos, sin rechazar a nadie, cualquiera que sea su modo de pensar y obrar; prontos
para perdonar setenta veces siete, incluso poniendo la otra mejilla. Personas, que
pertenecemos a la iglesia, que condenamos el mal y las estructuras del pecado que lo
promueve; pero distinguimos atentamente el pecado del pecador, luchando con todas las
fuerzas contra el mal y ofreciendo toda nuestra ayuda al pecador, para que no viva
subyugado al pecado.
La iglesia santa y pecadora, compuesta por personas con límites, fragilidades y
pecados; pero es también amada e inundada por la infinita misericordia de Dios. Lo que
enseña y hace la iglesia debería representar para el hombre de hoy la actualización del
reino de Dios que Jesús vino a instaurar sobre la tierra. Es sobre todo nuestra experiencia de
Dios, personal y comunitaria, transmitida con la proximidad amorosa y solidaria, la que
favorecerá la acogida del anuncio del evangelio. La eventual poca credibilidad del
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mensajero constituye para alguno de los alejados una barrera a menudo no fácil de superar,
para encontrar la persona del Señor.
Los consagrados llamados a la nueva evangelización en comunión con la iglesia y
con la apertura al mundo entero, testimoniando nuestro carisma especifico, con su
seguimiento radical de Jesús Pobre, Casto y Obediente; y dirigiéndonos de modo especial a
los pobres, excluidos. La atención a los enfermos es esencial en la misión evangelizadora
Buena Nueva del Reino sanando toda enfermedad y dolencia” (Mt 9, 35).
La iglesia es una comunidad de personas “sanadas” por el Señor, por lo tanto, se
vuelve una comunidad “sanadora”. La iglesia está llamada a ser sacramento de
salud/salvación, mediante el anuncio de la palabra, la celebración de los sacramentos y el
testimonio de la caridad.
Afirmaba el beato JP.II: “la iglesia está obligada a buscar el encuentro con el
hombre de modo particular en el camino de su sufrimiento”. “la conciencia de que el
servicio a los enfermos y a los que sufren es parte integrante de la misión de la iglesia hace
urgente incorporar en el proyecto evangelizador, la promoción de la salud y el compromiso
por aliviar el sufrimiento y el cuidado de los enfermos en aras del mandamiento de Cristo,
en cuyo actuar conecta estrechamente la tarea de la evangelización y la curación de los
enfermos.”
5. Catequesis y Evangelización
1) Nueva evangelización
La llamada a una nueva evangelización es la respuesta de la iglesia a una crisis
generalizada de fe en nuestro mundo occidental, fuera y dentro de la iglesia.
1. En nuestros países occidentales se ha quebrado la transmisión pacifica de la fe a las
nuevas generaciones. Los jóvenes bautizados tienen especial dificultad para llegar a
vivir la fe bautismal personalmente.
2. Las dificultades vienen en parte de las mismas familias. Los padres conviven menos
con los hijos. Muchas familias católicas tienen una vida religiosa deficiente, no
asisten a la Eucaristía dominical, no tienen costumbre de rezar en familia. En la
convivencia familiar no parece con suficiente nitidez el testimonio de la fe vivida,
no hay contagio de fe.
3. La falta de ambiente religioso en muchos colegios. En casi todos los colegios
públicos los niños encuentran un ambiente adverso, contrario a la fe y a la iglesia.
4. Los niños asimilan rápidamente lo que hay a su alrededor, y hoy a su alrededor
tienen una cultura y unos ejemplos de vida que no les ayuda a iniciarse en la fe, a
enterar en una relación personal con Dios, con Jesucristo, sino que más bien los
introducen insensiblemente en una forma de vida sin referencia religiosa, centrada
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en las cosas de este mundo, en sus propios intereses personales, sin horizontes de
trascendencia, ni referencias religiosas de ninguna clase. En resumidas cuentas,
nueva evangelización significa pastoral de la fe. E3s una pastoral que tiene como
objetivo primero y directo la ayuda para creer, el surgimiento y el fortalecimiento de
la fe.
El papa Benedicto XVI quiere que el año de la fe sea “una invitación a una
autentica y renovada conversión al señor, Salvador del mundo”, que nos haga “redescubrir
la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”. Porque “la fe
solo crece y se fortalece creyendo. No hay otra posibilidad para alcanzar la certeza sobre la
propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se
experimenta siempre como mas grande”, porque proviene de Dios.
La intención del Papa no es animarnos a conocer mejor “las cosas de la fe”,
sino a creer más profundamente en Dios. Porque, antes que el conocimiento de cosas y
misterios, “la fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él”.
El papa decía en su encíclica Deus Carias est: no se comienza a ser cristiano
aprendiendo por un proceso ético o por determinadas razones, sino mediante un encuentro
personal con Jesucristo como salvador de la vida, en nombre de Dios, por el Espíritu Santo.
El Papa da algunos elementos que pueden servir en el camino de este
proceso catequético de fe:
Estamos viviendo una crisis general de fe,
Esta crisis tiene causas generales de orden cultural,
No basta atender a los contenidos de la fe sino que hay que atender especialmente al
acto “personal y comunitario” por el cual nos entregamos libre y totalmente a Dios.
De estas sugerencias es necesario que nosotros saquemos algunas consecuencias
para hacer una catequesis adecuada a las necesidades de nuestros tiempos:
Necesitamos ver con claridad cuáles son las dificultades que tienen nuestros jóvenes
para creer en Cristo, en Dios y en su promesa de salvación;
Necesitamos conocer la cultura en que viven y sus elementos de esta cultura que les
dificultan su decisión para creer;
Necesitamos renovar nuestra comprensión de la fe;
Necesitamos promover un estilo de catequesis que tienda especialmente a favorecer
el despertar y el crecimiento de la fe en los catecúmenos.
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2. Características de una catequesis evangelizadora
Ya sé que la idea estricta de catequesis supone la fe de los catequizando. La
evangelización es previa a la catequesis. Pero en la pastoral, por exigencia de la caridad,
hay que ser muy realista. Si a nuestras catequesis vienen niños y muchachos que no están
claros ni firmes en la fe no tenemos más remedio que pensar en una catequesis
evangelizadora, ordenada al fortalecimiento y en ocasiones al surgimiento de la fe.
En la catequesis acompañamos a los neófitos para que vayan descubriendo las
riquezas de su fe, dando por supuesto que quienes acuden a la catequesis, sea antes o
después del bautismo tiene ya aunque sea imperfecta la fe verdadera.
El papa comenta que hoy no podemos dar por supuesto, que los niños jóvenes o
adultos que vienen a la catequesis tienen fe, con frecuencia no la tienen:
Porque en la familia no les han enseñado a creer, y a vivir creyendo en relación de
adoración con Dios y con su enviado Jesucristo.
Porque aunque les hayan enseñado en casa a creer y a rezar, viven en un ambiente
cultural que asfixia su fe.
Nuestros jóvenes no tienen la fe que necesitan para vivir cristianamente en el mundo actual.
2.1. Influencia de la cultura dominante
¿Qué entendemos por cultura?
Según el Vaticano II en Gaudium et spes, se entiende por cultura la imagen de sí
mismo y del mundo que uno lleva dentro de sí y con las que se rige en sus relaciones
sociales y en sus acciones personales.
La fe, dentro del espíritu de cada creyente, tiene una estrecha relación con la
cultura, y la cultura que uno lleva dentro influye en facilitar o dificultar la fe personal en
sus aspectos más íntimos de decisión personal y en sus manifestaciones externas y
comunitarias.
Hoy, la cultura dominante en occidente, la que los niños y jóvenes reciben en los
colegios, en los medios, en sus ambientes, es una cultura muy individualista, centrada en el
bienestar inmediato, por tanto oportunista, relativista, poco realista, soñadora, sentimental,
insegura, cambiante, con pocas o ninguna referencia trascedente, ni religiosa ni moral.
(Estamos aquí, no sabemos porque, disfruta lo que puedas, ve con cuidado, no te fíes
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mucho de nadie, trata de pasarlo lo mejor que puedas). Este es el mensaje que reciben en
muchos colegios y el mensaje que se respira en la sociedad.
2.2. La teología de la fe
El estudio de la fe ha sido bastante deficiente en la teología católica. Entendiendo
la fe como conocimiento, la hemos dejado a merced de los ataques racionalistas. La fe es
siempre un conocimiento imperfecto, no evidente, en inferioridad de condiciones en
relación con los conocimientos científicos. Con esta situación
2.3. Es necesaria una catequesis:
1. Que ayude a creer en Dios y en Jesucristo con fe viva y operante; no se trata
tanto de que aprendan el catecismo, las afirmaciones de la fe, cuanto de que den el paso
personal de creer en Jesucristo. Entendiendo la fe como adoración, confianza, amor,
obediencia seguimiento.
2. Que se preocupe de favorecer y fortalecer no solo los contenidos de la fe,
sino previamente la acción de creer en Dios, de poner la vida en sus manos, mediante la fe
en Jesucristo.
3. Necesitamos lo que podríamos llamar una catequesis de conversión; a Cristo,
a Dios, a la vida eterna, a la caridad, a la Iglesia; con sus consecuencias reales, con un
cambio real de vida, con los amigos, en los ambientes que se frecuentan, en el tiempo de
ocio, en los ideales, valores, dinero, amor, etc.
4. Todo esto sin que podamos contar con la ayuda de la familia, ni siquiera con
el interés verdadero del catecumenado. Es preciso despertar su interés, que vean que lo que
están ofreciendo y haciendo es importante para su vida.
5. Que los jóvenes vean una catequesis que prepare a nuestros catecúmenos
para vivir cristianamente en un ambiente hostil, inhóspito, agresivo.
Esto requiere llegar a lo más profundo de la persona, influir en las decisiones más
intimas que configuran su mentalidad y rigen su vida. Sin esto no puede haber educación, y
mucho menos esta educación en la fe personal que tiene que ser la catequesis.
2.4. Entre los rasgos de esta catequesis pueden estar:
a) Una catequesis que arranque desde muy pronto para iniciar el despertar de la fe.
No se puede la catequesis a los siete años, ni a los cinco. La catequesis inicial tiene que ser
familiar, vivencial, testimonial y practica. La familia deberá iniciarles en la oración, en el
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amor, la obediencia a Dios, a Jesús, a la virgen María, en la vida virtuosa… cuando en la
familia no se da nada de esto, el catequista no puede iniciar a enseñar los contenidos de la
fe.
b) Tiene que ser una catequesis muy práctica. Hay que hablarles de Jesús y de Dios.
El catequista tiene que rezar con ellos, adorar, practicar las virtudes cristianas con ellos,
ayudarles a entrar en la experiencia real de la vida cristiana integral. Lo mejor sería que los
padres aprendiesen ser los catequistas, los iniciadores de sus hijos. Por lo menos en los
primeros años. Habría que convocar a los padres de los niños bautizados al año, y cada año
y guiarles en la educación religiosa de sus hijos.
Con los adolescentes y jóvenes hay que repetir el proceso. Cuando vienen a
nosotros tienen ya muchas objeciones y reservas aunque no las digan.
c) El bautismo requiere, antes o después, pero indispensablemente, un catecumenado.
Hoy no pueden haber cristianos sin que pasen por un proceso catecumenal, entendido como
un proceso de conversión personal a Dios y a su Reino, de entrega personal a Jesucristo y a
la iglesia…
Hay que incorporar en el proceso ni iniciación en la fe, la labor catequética
ordinaria, algunas jornadas de catequesis intensiva de conversión, algo parecido a los
cursillos de cristiandad, ejercicios espirituales de dos o tres días, marchas, campamentos,
visitas a un monasterio…
d) La catequesis en tiempo de evangelización, tienen que ser personalizada, muy de
relación personal con cada catecúmeno, con su familia, con su ambiente. Tiene que ser una
catequesis practica, muy experiencial, realista, concreta, de rezar con ellos, de proponerles
actos concretos de revisión… no principalmente con las canciones, ni con las guitarras, sino
con la oración, liturgia, fe, confianza, arrepentimientos, deseos, alabanza…
e) La catequesis parroquial tienen que relacionarse estrechamente con la labor del
colegio, de la clase de religión, de la familia.
El proceso de iniciación en la fe y en la vida cristiana tiene que estar
personalmente dirigido en cada caso por el pastor. Hay que hablar con cada uno, con los
padres, conocer los amigos, saber cómo reacciona por dentro el catecúmeno. Lo hacer
diariamente el catequista, pero tiene que hacerlo de vez en cuando el sacerdote responsable.
En una pastoral de nueva evangelización hay que pensar en los adultos que llegan
o vuelven a la iglesia. Si hay evangelización, tiene que haber nuevos cristianos, y por ende
un catecumenado para adulto. Para lograr una catequesis evangelizadora tenemos que tener
en cuenta lo que el Papa recomienda como características de la pastoral durante el año de la
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fe, en su cara de promulgación Porta Fidei. El año de a fe es “una invitación a una
autentica y renovada conversión al Señor, único salvador del mundo”.
La iniciación cristiana tal como la hacernos actualmente, la catequesis, las
Eucaristías dominicales… ¿promueve esta fe firme, segura, transformante y misionera entre
nuestros cristianos?
La catequesis en tiempos de evangelización tiene que ser una catequesis que
despierte y desarrolle en los catecúmenos la fe verdadera, aquella que nos une
espiritualmente a Cristo y a Dios, una que nos cambie la vida por el amor a Dios, la
esperanza por la vida eterna y el amor verdadero y efectivo a los hermanos.
3. Catequesis para los tiempos de evangelización
El catequista es el principal agente de la catequesis. Factor central de cuantos
estamos diciendo. La catequesis no la hacen los libros ni los materiales. La hacen los
catequistas. Se han hecho muchos libros y materiales, pero quizás se ha descuidado la
preparación de los catequistas.
3.1. Consideraciones prácticas:
1º. Ponderar la importancia de los catequistas. Ponemos en sus manos la tarea más
importante de la iglesia: la transmisión de la fe, la educación en la fe de los nuevos
cristianos, sean niños, jóvenes o adultos.
2º. En consecuencia los catequistas tienen que ser testigos de la fe, capaces de
enseñar a creer en Dios con las obras, con la vida, rezando con sus catecúmenos,
acompañándolos personalmente en el surgimiento y en la maduración de su fe, en su
conversión personal a Cristo y a Dios, en la renovación de su vida, en la experiencia de fe,
en las practicas de las virtudes Teologales y morales…
3º. El catequista tienen que ser cristiano de oración, de acción, entusiasta, dinámico,
capaz de ilusionar con una nueva forma de vivir; y capaz de dar confianza animarle y
sostenerle en el conflicto consigo mismo, con su vida, y su ambiente. El testimonio y la
relación con el catequista tienen que ser más apreciable para el catecúmeno, que todas las
demás influencias que recibe en casa, en el colegio, en el ambiente general de la calle y de
la conciencia.
4º. Tienen que tener una buena formación intelectual. Ser capaz de comprender el
ambiente familiar y las reacciones del niño, su ritmo de desarrollo, su manera de percibir
las cosas.
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5º. De manera especial necesita una buena formación teológica en los temas
fundamentales, una buena representación de Jesucristo, hijo de Dios hecho hombre; como
presentar hoy la enseñanza de Jesús sobre Dios, la Trinidad, su providencia, sus relaciones
con nosotros; una nueva y buena teología de la fe, ya no vale eso de “creer en lo que no se
ve”.
6º. Los mejores catequistas no suplen la presencia del párroco o del sacerdote
responsable. Catequizar es preparar para celebrar los sacramentos con fe viva y vivir la vida
real de cada día según la voluntad de Dios que se nos manifiesta en Jesucristo por medio
de su Iglesia. El sacerdote tiene que ser modelo, maestro, ayuda de los catequistas.
7º. El catecúmeno tiene que crecer en todos los aspectos de la fe. El catequista tiene
que sentirse responsable y guía de la vida cristiana de sus catecúmenos, respaldado por el
párroco. Se cuidará:
La oración personal y comunitaria;
La vida litúrgica, eucaristía, penitencia;
Virtudes teologales y morales;
Ejercicios de la caridad, limosna, enfermos, acciones positivas;
Buena presentación de la moral cristiana, persona, familia, vida social;
Aprender a reconocer sus fallos, examinarse, arrepentirse, renovarse,
confesarse;
Sin miedo ni ambigüedades en los diferentes ambientes donde vive, el
catecúmeno poco a poco, tienen que irse diferenciando de los que no lo son.
La conversión requiere rectificaciones, rupturas, formas nuevas de vida,
renovación de valores, que reclaman otra forma de ocupar el tiempo, etc. Si la catequesis no
cambia la vida del catecúmeno, esta no ha influido realmente en su vida.
Los catecúmenos no pueden sentirse solos abandonados en el mundo, sino que
tienen que sentir la realidad eclesial en la que viven y crecen, la comunidad tienen que ser
de percibida como el mundo verdadero, real y amable, del que salen y al que vuelven, en el
que se sienten a gusto y encuentran su propia identidad.
Hay que buscar el modo de que el joven cristiano se sienta más miembro de la
comunidad eclesial que de la sociedad secular y descreída. Familia, parroquia, colegio, ocio
y tiempo libre tienen que ofrecerle ese contexto de convivencia que necesita.
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4. La catequesis en la actividad Misionera y evangelizadora de la Iglesia.
4.1. La catequesis: una etapa de la evangelización
La catequesis se articula en cierto número de elementos de la misión pastoral de la
iglesia sin confundirse con ellos tienen un aspecto catequético, pepearan a la catequesis o
emanan de ella: primer anuncio del evangelio o predicación misional por medio del
kerigma para sucintar la fe apologética o búsqueda de las razones de creer, experiencia de
vida cristiana, celebración de los sacramentos, integración de la comunidad eclesial,
testimonio apostólico y misional.
En la catequesis y la evangelización no existe ni separación u oposición, ni
identificación pura y simple, sino relaciones profunda de integración y de complemento
reciproco.
4.2. Catequesis y primer anuncio del evangelio
La peculiaridad de la catequesis, persigue el doble objetivo de hacer madurar la fe
inicial y educar al verdadero discípulo por medio de un conocimiento más profundo y
sistemático de la persona y del mensaje de nuestro Señor Jesucristo. Pero en la práctica
catequética, este orden ejemplar debe tener en cuenta el hacho de que a veces la primera
evangelización no ha tenido lugar. Cierto números bautizados en su infancia llega a la
catequesis parroquial y sin haber recibido alguna iniciación en la fe, y sin tener todavía
adhesión alguna explicita y personal a Jesucristo, sino solamente la capacidad de creer
puesta en ellos por el bautismo y la presencia del Espíritu Santo; y los prejuicios de un
ambiente familiar poco cristiano o el espíritu positivista de la educación crean rápidamente
algunas reticencias. A estos es necesario añadir otros niños, no bautizados, para quienes sus
padres no aceptan sino tardíamente la educación religiosa, por motivos prácticos, su etapa
catecumenal se hará en buena parte durante la catequesis ordinaria. Además muchos pre-
adolecentes y adolescentes, que han sido bautizados y recibido sistemáticamente una
catequesis como los sacramentos titubean por largo tiempo en comprometer o no su vida a
Jesucristo, cuando no se preocupan por esquivar la formación religiosa en nombre de su
libertad. Finalmente los adultos no están al reparo de tentaciones de duda o de abandono de
la fe, a consecuencia de un ambiente notoriamente incrédulo. Esta preocupación inspira
parcialmente el tono, el lenguaje y el método de la catequesis.
4.3. Necesidad de una catequesis sistemática
En su discurso de clausura de la IV asamblea general del sínodo, el papa pablo VI se
felicitaba al “advertir que todos han señalado la gran necesidad de una catequesis orgánica
y bien ordenada, ya que esa reflexión vital sobre el misterio mismo de Cristo es la que
principalmente distingue a la catequesis de todas las demás formas de presentar la palabra
de Dios”.
Frente a las dificultades prácticas, hay que subrayar algunas características de esta
enseñanza:
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Debe ser una enseñanza sistemática, no improvisada, siguiendo un programa que le
permita llegar a un fin preciso;
Una enseñanza elemental que no pretenda abordar todas las cuestiones disputadas ni
transformarse en investigación teológica o en exégesis científica;
Una iniciación cristiana integral, abierta a todas las esferas de la vida cristiana…
No hay que oponer una catequesis que arranque de la vida, a una catequesis tradicional,
doctrinal y sistemática. La autentica catequesis es siempre una iniciación ordenada y
sistemática a la Revelación que Dios mismo ha hecho al hombre. Podemos aplicar a los
catequistas lo que el Concilio Vaticano II especialmente de los sacerdotes: “educadores del
hombre y de la vida del hombre en la fe.”
4.4. Catequesis y sacramentos
La catequesis está unida a toda la acción litúrgica y sacramental, porque es en los
sacramentos y sobre todo en la Eucaristía donde Jesucristo actúa en plenitud para la
transformación de los hombres.
La catequesis siempre está en relación con los sacramentos. La vida sacramental se
empobrece y se convierte muy pronto en ritualismo vacio, si no se funda en un
conocimiento serio del significado de los sacramentos y la catequesis de intelectualiza, si
no cobra vida en la práctica sacramental.
4.5. Catequesis y comunidad eclesial
La catequesis tiene una intima unción con la acción responsable de la iglesia y de
los cristianos en el mundo. Todo el que se ha adherido a Jesucristo por la e y se esfuerza
por considerar esta fe mediante la catequesis, tienen necesidad de vivirla mediante la
comunión con aquello que han dado el mismo paso. Por eso la comunidad eclesial, a todos
los niveles, es doblemente responsable respecto a la catequesis: tiene la responsabilidad de
atender a la formación de sus miembros, pero también la responsabilidad de acogerlos en
un ambiente donde puedan vivir, con la mayor plenitud posible, lo que han aprendido.
La catequesis está abierta al dinamismo misionero. Si hace bien, los cristianos
tendrán interés en dar testimonio de su fe, de transmitirla a sus hijos, de hacerla conocer, de
servir a la comunidad humana.
En definitiva, la catequesis es tan necesaria para la madurez de los cristianos como
para su testimonio en el mundo.
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BIBLIOGRAFÍA
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