Elecciones en EUA 2016:
Ganó la profundización de la Crisis Global
Walter Formento y Wim Dierckxsens.
15 de Diciembre de 2016.
Introducción
La elección presidencial en EUA con la victoria de Donald Trump ha llevado la
confrontación y pujas de poder dentro de EUA (Estados Unidos de América).
Esta confrontación profundiza la crisis y la extiende a todos los planos de la
realidad.
Esta crisis que se ahonda en la medida en que se profundiza la lucha de poder
tiene un sinnúmero de aristas pero en el fondo expresa el conflicto entre
esquemas de poder financiero transnacional dando marco a una crisis estructural,
de época, civilizatoria. Momento que tiene la particularidad que ya existen
actuando esquemas de poder universal alternativos al unipolarismo financiero.
Hoy se reflexiona sobre la crisis y los escenarios posibles de una tercera guerra
militar mundial, lo cual aterroriza y paraliza el pensamiento en el mundo. Lo
cual bloquea poder observar las alternativas que sí existen.
Las Elecciones en EUA y las pujas de poder
En las elecciones de EUA (Estados Unidos de América) perdieron los mercados
financieros globales, el capital financiero global. El Globalismo Financiero es
fuerte en el plano global pero débil dentro de EUA. Donde sí es fuerte el
Continentalismo financiero conformado por las multinacionales que controlan el
Nafta (EUA+ Mexico+Canada).
Donald Trump no expresa en sí mismo al globalismo ni al continentalismo
financiero, pero como su conflicto principal es con el globalismo seguramente
establecerá alianzas con el Continentalismo y con ambos Multipolarismosi con
los modos diferenciados, tendencias que hemos abordado en textos anteriores.
Todo se ira haciendo observable en la composición diversa y contradictoria de
su gabinete de gobierno. Su enfrentamiento con China, hace visible su relación
de enfrentamiento principal con las transnacionales financieras globales
localizadas en este país, desde la deslocalización de las ETN´s de los ex países
centrales iniciada a partir de 1991.
El gran ganador en las elecciones del 8 de noviembre de 2016 es la
profundización de la Crisis Global. Ahora ya no solo es exclusivamente una
crisis financiera global (Septiembre de 2008) que se vuelve crisis económica
global (Junio de 2013), sino que además, con el nacionalismo anti-oligarquía
financiera transnacional de Trump, la crisis se extiende y conmociona lo social,
lo ideológico-cultural, lo jurídico-institucional y también lo político institucional
de partidos políticos apoyados en las corporaciones mediático financieras Global
(con CNN/BBC/Al Jazzera/Euronews/etc.) y Continental con
(NewsCorpFox/Clarín/O´Globo/TV Azteca/etc.).-
Por ello las pujas de poder tienen por primer objetivo llegar al 20 de enero, unos
consolidando la posición de Trump y otros debilitándolo hasta impedir que
asuma.
En el congreso de EE.UU está avanzando una ley para callar aquellas páginas
web que contienen ´propaganda rusa´. La operación mediático jurídica apunta a
instalar que los “rusos” sabotearon la elección para que pierda Clinton, distintos
organismos como la CIA abonan este terreno, como el FBI el contrario
expresando la crisis del poder, del estado profundo (Deep State). Lo interesante
es que lo hacen justo después de que todos coinciden que las elecciones fueron
guiadas/manipuladas por noticias falsas, sondeos falsos, debates basados en
valores falsos, etc. Hoy como si nada, todo continúa en la misma línea. Lo que
en esencia están tratando de hacer en el Congreso es legislar para que la verdad
no se haga pública.
¿Qué es lo que no podrá hacerse público? Actualmente estaría construyéndose
"un golpe silencioso" en nombre de Hillary Clinton, “introduciendo” la
posibilidad de su victoria en la votación popular, que podría complicar las
posibilidades para que Trump pueda asumir. Jill Stein, candidata presidencial
del Partido Verde, llamó a un recuento de votos en los estados de Wisconsin,
Michigan y Pensilvania donde Trump ganó. Si el asunto no se resuelve hasta el
19 de diciembre, los votos de estos estados podrían ser considerados por el
Colegio Electoral como "perdidos"ii.
Además se instala también, que existe la posibilidad de que una determinada cantidad
de "electores infieles” se inclinen a favor de Clinton. El número total de votos de los
electores en Wisconsin, Michigan y Pensilvania equivalen a 46. Si de los 306 votos
electorales de Trump se sustrae esa cantidad, el presidente electo se quedaría tan solo
con 260, que está por debajo de los 270 necesarios para que un candidato sea
considerado automáticamente como el ganador de las elecciones presidenciales.
Aunque consideramos que la probabilidad que esto suceda es baja, no queremos
descartarla en la actual situación donde están en juego intereses y concepciones
estructurales acerca del poder y el lugar de los EUA en relación al mundo. Los
Estados Unidos entrarían en una crisis constitucional si Trump pierde 37 votos
electorales y el nuevo presidente no se instalará antes del 20 de enero de 2017iii.
Pero lo más importante no es la crisis constitucional-jurídica-institucional sino
que esta es parte del desarrollo de la crisis integral en la que se encuentra EUA
desde la “caída de la Torres Gemelas” en setiembre de 2001. Crisis integral que
es el resultado del desarrollo de un choque de intereses estratégicos entre dos
formas de capital financieros, dos campos de poder, dos modos de producir
poder/valor y dos concepciones del mundo.
El triunfo de Trump y el del Brexit
El hecho político y social del triunfo de Trump se parece en muchos aspectos al
Brexitiv Británico. Tienen varios puntos de contacto que hay que entender y que
seguramente podremos encontrar en otros hechos por venir. Pero hay un
elemento central que se destaca, es el mismo actor sociopolítico el que lo
encarna y define su triunfo electoral: los obreros blancos de las grandes ciudades
y centros fabriles, golpeados por la crisis de exclusión, desocupación y perdida
de horizonte social que la deslocalización global de los capitales financieros
provoca en las grandes empresas donde trabajan, en todos los países centrales o
mejor dicho en la transición de los ex países centrales. Obreros industriales
fabriles blancos que “históricamente” votaron a partidos de ideario
socialdemócrata y con fuerte compromiso con las organizaciones y dirigentes
obreros político sindicales, como el Partido Demócrata en EUA, el Laborista en
Gran Bretaña, el PSOE en España, etc. De los cuales fueron actores históricos
centrales.
La globalización del capital financiero y la necesidad de una territorialidad
global “descentrada” de los países centrales, despliega una nueva territorialidad
en red de cities financieras opuesta a la territorialidad centrada en “países
centrales” de las corporaciones multinacionalesv. Aquella también necesita el
enfrentamiento con el nacionalismo oligárquico imperialista de país central en el
plano de las ideas, por ello asume el neoliberalismo oligárquico imperial global
como ideario propio. En este momento asume el ideario neoliberal imperial y
subordina al ideario liberal socialdemócrata, en el momento en que va ocupando
el partido demócrata, laborista, socialdemócrata obrero español, etc.
Es en este momento donde se enfrenta con la organización político sindical de
los trabajadores en tanto sujeto que vertebra históricamente los partidos
políticos Demócrata, Laborista, Socialdemócrata Obrero, etc. En este preciso
momento desarrolla la necesidad de su desarticulación y subordinación en lo
político, en lo político cultural y en lo económico.
Trump y el Nacionalismo anti-oligárquico
Con Trump y su política de ruptura de los acuerdos comerciales, Nafta,
Transpacífico, Transatlántico y Tisa, y con Teresa May y, el Brexit y la ruptura
de los acuerdos con la UE, emerge un nacionalismo anti-oligarquía financiera
global y continental (anti-UE y anti-Nafta). Un nacionalismo británico y
estadounidense industrialista antioligárquico que tiene la capacidad en lo
electoral de convocar el voto del pueblo trabajador (clase trabajadora) por fuera
de las dirigencias sindicales históricas.
Estas dirigencias sindicales y el mismo sindicato sufrieron una ofensiva
devastadora y brutal por parte del globalismo financiero desde los años que van
de 1978-a-1991. Una ofensiva que tenía por objetivos destruir y eliminar la
organización y conducción político-sindical de los trabajadores, para poder
convocarlos luego como individuos a ocupar un lugar en mismo espacio político
partidario refundado, ahora con fuerte presencia de la corporación financiera
mediática, donde el lugar central será ocupado por los trabajadores
profesionales, especialmente los profesionales de la gerencia.
Por lo tanto, de este modo los trabajadores obreros, no profesionales, del aparato
productivo y administrativo, las grandes mayorías nacionales y populares son
convocados a ser base de maniobra en el partido financiero global mediático.
Constituyendo ahora parte de este nuevo: Neo-Laborismo, Neo-
Socialdemocracia, Neo-Demócrata, Neo-Psoe, etc., es decir, el demoliberalismo
de tercera víavi que opera como ala progresista del ala neoliberal del partido del
capital financiero global.
En este proceso fue esencial la capacidad de imponer un nuevo terreno para la
lucha política y la política sindical, de imponer el terreno del debate y la
confrontación en la ficción mediática, desplazando y subordinando el terreno de
la lucha y movilización callejera. En el terreno de la ficción mediático tiene
lugar central el individuo, la imagen y la confrontación de la imagen guionada
de la ficción. En el terreno callejero de la lucha, el lugar central lo ocupa el
colectivo movilizado, la política de articulación de pueblo/masas heterogéneas
por estructuras colectivas de dirigentes gremiales, político gremiales y políticos.
Todo esto también tiene una realidad económica de fondo, donde la corporación
financiera multinacional es desplazada por la red financiera global como
categoría y unidad económica dominante. La red global construye una estructura
productiva donde solo el 10% de los trabajadores se encuentran trabajando en las
plataformas globales formales de ensamble industrial, comercial o financiero;
mientras el 90% pasa a ser parte directa o indirectamente de una red global de
proveedores de trabajo de bienes y servicios, informales, flexibles,
deslocalizados y hiperespecializados.
Donde lo central es la doble plataforma de ensamble de bienes y servicios
financieros, y la que ensambla bienes y servicios productivos. En este lugar
central se vuelven cuantitativamente y cualitativamente dominantes los
profesionales de estructura de gerencia. Y a partir de este punto se proyecta
sobre el todo de la red global de unidades de proveedores compuesto por
trabajdores/productores locales.
Todo sucede al mismo tiempo que se despliega la crisis de los países centrales
(1999-2009), en tanto categoría que daba soporte a los nacionalismos
oligárquicos imperialistas continentales, que empiezan a ser debilitados y dan
paso a los neoliberalismos oligárquico imperiales globales que pasan a controlar
los partidos de ideario socialdemócrata reemplazándolo por el doble ideario
demoliberal y neoliberal, ambos tributarios como alas del capital financiero
global.
La geopolítica de Trump
Por ello, si se hace efectiva la asunción de Trump como nuevo presidente de los
EUA, el mundo se habrá alejado de una Tercera Guerra Mundial militar en la
primavera de 2017. La intransigencia de Clinton frente a Rusia e Irán habría
generado un enorme riesgo de confrontación directa ruso-estadounidense.
Trump no tiene como proyecto enfrentarse directamente a Rusia, como si habría
podido provocar la elección de Clinton.
Además si asume como presidente suben las probabilidades de un escenario de
fuerte confrontación interna en EUA. Lo cual observamos desde el día después
de concluir el acto electoral con el desarrollo de movilizaciones permanentes de
jóvenes en las grandes ciudades, todas las noches, mediáticamente potenciadas y
visibilizadas. Tal cual si fuera una guerra de primavera árabe o revolución de
color potenciada por el poder global en EUA.
Esto crea condiciones generales para que EUA no pueda exportar su crisis y
profundice su crisis de poder en su propio país. Lo cual pondría de manifiesto la
coincidencia de intereses de la mayoría de los actores multipolares con la
posición de Trump. Al interior de EUA se han desarrollado también actores
político sociales que plantean no solo la reinstitucionalización de la
Roosveltiana ley ´glass steagallvii´ de 1933 para desarticular la banca financiera
global, sino que además avanzan proponiendo la necesidad de ser parte de la
“nueva ruta de la seda” en coincidencia con la propuesta por los BRICS.
Entonces existen determinadas posibilidades de pensar en un mundo multipolar
a partir de su política proteccionista que conlleva a un proceso de des-
globalización. En derredor de Trump convergen también los sectores del viejo
industrialismo norteamericano enfrentado al nacionalismo y al neoliberalismo
imperial.
La posición no belicosa de Trump hacia Rusia da mayor oportunidad a Moscú
de reducir la presión de la OTAN sobre sus fronteras occidentales. Putin tendrá
menos dificultades para negarse a hacer concesiones en torno al carácter de no
alineamiento de Ucrania con la OTAN y la UE. El ascenso de los partidos
nacionalistas en Europa podrá cambiar la política de la UE hacia Rusia en un
sentido positivo. Habrá mejores condiciones para eliminar las sanciones
económicas contra Rusia, una política prácticamente impuesta desde
Washington bajo la administración Obama y tan contraproducente para la propia
UE. Como resultado la Unión Europea podrá asumir una actitud más
cooperativa con Rusia y podrá orientar su mirada con mayor libertad y
coincidencias hacia el Este. Lo anterior fortalece el espacio necesario para
avanzar en un mundo multipolar y en paz, coincidiendo también con la posición
del multipolarismo humanista ecuménico e interreligioso.
También Trump ha manifestado dudas de apoyar a los mal llamados rebeldes en
Siria, que serán tratados por él como islamistas extremistas que hay que
erradicar, lo cual despeja el camino para retomar el control de Alepo por el
gobierno Sirio. Esta postura significaría una derrota para Turquía y Arabia
Saudita quienes eran el canal de la ´ayuda´ norteamericana a los ´rebeldes´, los
cuales ya han tomado nota de esto y han empezado a andar el camino de dejar al
EI-Isis a la deriva y rápidamente avanzan en coincidencias con Rusia, en cuanto
a la decisión de aumentar el precio del petróleo y a la necesidad de que Siria siga
gobernada por el presidente Bashar Al-Assad y respetar su integridad territorial.
Lo cual debilita la posición de Netanyaju en Israel y en medio oriente. En estos
puntos vuelven a coincidir Putin y Trump.
En cambio, la política hacia Irán más bien se endurecerá en cuanto a lo acordado
en el Acuerdo 5+1, sobre el desarrollo pacífico de la energía nuclear. El
gobierno de Trump no se caracterizara por ser pacífico, será de mucha
confrontación pero el mundo ha ganado tiempo ante una eventual confrontación
entre grandes potencias que es la primera dimensión a considerar.
Así como Clinton y los globalistas intentan dividir la relación entre Rusia y
China acorralando a Rusia, así tratara de dividir Trump con su proyecto de des-
globalización confrontando comercial y monetariamente a China. Incluso
recibiendo las llamadas telefónica desde Taiwan y abriendo el problema de “una
sola China”.
Confrontando la China, entendamos bien, de las Transnacionales Globales, no la
de los BRICS, para que regresen a crear trabajo y proyectar poder desde EUA, lo
cual implica la agudización de la confrontación en el propio territorio. Pero la
confrontación militar entre grandes potencias no está a la vista, al menos no en
lo inmediatoviii.
Si Trump logra, en medio de este conflicto estructural interno a los EUA, asumir
la presidencia, las chances que EUA ratifique el Tratado Transpacífico son
“casi” nulas y que ratifique su decisión de no apoyarlo siguen siendo altas y sin
la participación de EUA el Tratado está muerto.
El acuerdo estipula que al menos un 85% del Producto Interno Bruto sumado ha
de ratificar el acuerdo para que este entre en vigencia. El país más afectado sería
Japón que quedaría relativamente aislado (por ello inició un rápido y múltiple
movimiento de articulación con China y Rusia). La China multipolar ya se está
moviendo para ocupar este espacio vacío y en Perú (24ª Reunión de Líderes
Económicos de Asia - Pacífico [APEC], el 18 de noviembre de 2016) se han
visto las primeras manifestaciones de un movimiento hacia el mundo multipolar
con el nuevo presidente recientemente electo (el pro-globalista Pedro
Kuczynski). Lo anterior significa la reapertura de la oportunidad histórica para
que América Latina pueda orientar nuevamente su política estratégica hacia un
mundo multipolar. Lo anterior implicará que el triunfo de los golpistas en Brasil
probablemente resulte pírrico y se abran las puertas a un llamada a elecciones
anticipadas y Lula pueda imponer su mayor intención de voto; que el gobierno
pro-globalista electo en Argentina quede sin respaldo internacional y deba
también seguir el camino de Perú en una situación de debilidad financiera
estructural y que Venezuela/Bolivia/Ecuador/Nicaragua/etc. puedan retomar su
camino de desarrollo de la Unasur/Celac en el multipolarismo. Con una
situación especial en Méjico, que frente a la crisis del Nafta, se abran los
espacios nuevamente para retornar al proyecto latinoamericano Celac y una
profundización de su relación con los Brics.
En resumidas cuentas el año 2017, se observa con una profundización de la
crisis de los Unipolarismos Financieros y sus “Tratados territoriales de libre
comercio” centrados en el mercado; con una profundización del despliegue del
multipolarismo Brics en múltiples regiones con la incorporación de países
impensados hasta la victoria de Trump y el Brexit, que incluiría la apertura de
una línea de intereses político económica cercana dentro de EUA; y también
para el multipolarismo universal del Humanismo ecuménico interreligioso del
papa Francisco que avanza también en EUA. Múltiples datos dan cuenta que, si
el militarismo se mantiene subordinado como vía y la crisis unipolar inter-
financiera se reduce a su interna en EUA, puede ser decisivo para que el mundo
entero fortalezca la opción de la nueva arquitectura multipolar, de producción,
trabajo y paz.
El proteccionismo propuesto por Trump va a consistir, ante todo, en impedir que
los productos globalistas “chinos” invadan el mercado estadounidense. Pero si
bloquea la importación de estos productos, podrá suceder también que el
globalismo financiero en China pueda presionar para bloquear los productos que
EUA fábrica y exporta. Lo cual no será la posición que asuma la China de los
BRICS, ya que seguramente sabe que en la economía transnacionalizada no hay
alternativas mundiales propuestas desde las economías centrales, aunque esta sea
EUA.
De todos modos será importante que la Unión Europea, Gran Bretaña y Rusia
puedan ocupar el lugar de proponer el equilibrio para que el choque nunca tome
forma de resolución militar y para que un conflicto entre grandes potencias de
aquí al 2020 se aleje de la realidadix.
La Fed y las amenazas del globalismo
La Reserva Federal (FED) y la nueva “amenaza” de suba de la Tasas, al 0,75%
en 2016 y con dos subas más en 2017 hasta alcanzar un tasa del 1,5%. Una suba
que llevaría la tasa del 0,50%, realizado en noviembre de 2015 y que no logró
los objetivos, al 0,75%.
Nos preguntamos: ¿Qué crisis se desarrollara con las corridas (´flying to
quality´) de los fondos financieros de la mega Burbuja hacia EUA? ¿Qué
impacto tendrá en la crisis de la Mega Burbuja y las monedas internacionales?
¿Qué lugar será llamado a ocupar el Oro?
La movida de Trump de fortalecer el mercado interno nacional de EUA
(nacionalismo industrialista anti-oligarquía financiera) toma forma de presiones
para que las grandes empresas transnacionales (ETN´s) inviertan y fortalezcan
su posición en EUA, produzcan y den trabajo a trabajadores de EUA, y que
exporten productos norteamericanos desde EUA. Esto sería apuntalado por la
Fed en la decisión de llevar la tasa de referencia al 0,75% y en 2017 al 1,5%
(reconociendo que no hay poder para llevarla al 2,5% planteado por Bernanke en
junio de 2013 y motivo principal de la corrida financiera global, que se inicia en
ese momento y continua hoy con la crisis global de las economías emergentes),
lo cual hace que los fondos financieros de la burbuja financiera global, con un
volumen 22 veces superior a la economía real, se muevan lentamente a
reposicionarse en Dólares y estar disponibles para financiar los proyectos de
infraestructura y producción que pregona Trump.
La imposibilidad de llevar adelante su plan es más predecible en el plano
económico. Trump plantea un Keynesianismo sin financiamiento: un plan de
inversión en infraestructuras de más de 500 mil millones de dólares, según un
modelo de ´New Deal´ al estilo Roosevelt. Su plan de infraestructuras
demandará grandes préstamos. Con un aumento de los tipos de interés al 1% (en
diciembre de 2016 la Fed ya lo subió de 0.50% a 0.75% y se esperan otras tres
subidas en 2017) plantea atraer dinero hacia EUA, los bonos se tornarían más
rentables y la demanda de dólares aumentaría lo que encarecerá la moneda.
Semejante política fortalecería al dólar y debilitaría la competitividad de las
mercancías producidas en dólares. Esto no es compatible con la política que
quiere implementar.
Su política es frenar las importaciones y promocionar las exportaciones, pero
con barreras proteccionistas solo lograra que el comercio entre EUA y el resto
del mundo se reduzca automáticamente. Esto implicará que el dólar tendrá un
menor uso internacional. Al bajar así la demanda de dólares su precio bajara.
EUA necesitará un dólar débil y el proteccionismo debería proporcionar ese
entorno. Creemos que se podría definir esta política como una especie de
neoliberalismo proteccionista.
EUA no tendrá capacidad de pago para solicitar grandes préstamos durante
mucho más tiempo. Hagamos un breve cálculo: en 2015, el Gobierno federal
pagó 223.000 millones de dólares de intereses sobre su deuda. Un aumento
medio de los tipos de interés sobre los préstamos de solo el 1% sobre una deuda
de 19,8 billones, duplicaría este gasto. Vale decir que desde el anuncio de los
resultados de las elecciones en tan solo una semana, los tipos de interés sobre las
obligaciones a 10 años aumentaron un 0,4%. Con Trump en la Presidencia, la
tasa de interés inevitablemente tenderá al alza y la capacidad de pago se
complicará con el transcurrir del tiempo.
Entre Octubre de 2015 y 2016, los bancos centrales del mundo vendieron en
masa bonos del Tesoro por un monto de 343 mil millones de dólares.
Cuando la Fed absorbe los bonos el Tesoro puede emitir dinero o crédito. Ese dinero
quedaría libre en manos del Tesoro para entrar en otros proyectos. El efecto neto es
como si fuera que ya no existen esos bonos. En realidad sí existen en la balanza de la
Fed y técnicamente hablando el Tesoro ha de pagarselos algún día a la Fed. En el ínterin
la Fed ha liberado dinero para que lo gaste el gobierno. Esto se llama ´monetizar´
deudas o incrementar la oferta de dinero. Antes de la venta masiva de los bonos por los
países asiáticos su precio subía. Este fue el caso hasta hace unos años. En ese caso las
tasas de interés tuvieron una tendencia a la bajax.
Los grandes bancos norteamericanos retienen bonos del Tesoro por un valor de 4
billones de US dólares y actualmente los están comprando con la voracidad de un gran
animal que come sus propios huevos esperando poder sobrevivir de esta forma. Más allá
de Japón no hay realmente compradores de bonos del Tesoro. La tasa de interés debería
estar al menos entre 8% y 10%. ¿Y qué pasa cuando los grandes bancos
norteamericanos ya no quieren absorber más bonos? En tal caso la Fed los compra
sacándolos de la circulación. De esta forma baja la oferta evitando la baja brusca del
precio de los bonos. Al evitarlo no precisa aumentar la tasa de interés y puede
manipularse hacia abajo incluso. El gobierno no necesita pagar tanto al cancelar sus
obligaciones por deudas.
La verdad es que la Reserva federal pero también, el Banco de Japón, el Banco de
Inglaterra y el Banco Central de Europa, han tenido que comprar en sus mercados esos
bonos del Tesoro, que fueron ofrecidos masivamente a la venta por los países asiáticosxi.
En semejante contexto no se puede descartar que Trump contemple suspender el pago
de la deuda. Sin embargo, en caso de impago, el país amenazaría con aislarse de los
mercados financieros para conseguir nuevo crédito. EUA no puede funcionar sin
préstamos dados los grandes proyectos en marcha y las deudas que debe cancelar. La
única dirección posible que puede tomar el dólar a corto y mediano plazo durante una
administración Trump es hacia abajo sino el colapso sería inmediatoxii.
Si existiese un plan de sabotear la administración Trump sería entonces mediante una
nueva alza en las tasas de interés (de 0,5 al 1% o más allá incluso) que la Fed puede
causar con la mayor facilidad al no absorber más los bonos. De ahí también el proyecto
de Trump de intervenir directamente en la Fed, que de hecho ha funcionado como una
banca privada controlada por el capital financiero globalizado. Un alza en las tasas de
interés causaría en primer lugar caos y pánico, y en segundo lugar prepararía el terreno
para que el dólar perdiera su estatus de moneda de reserva internacional. Y, conste que
la Reserva Federal va a subir las tasas porque Trump necesita dinero rápido. Habrá
crisis. Todo el paisaje económico tiende a aumentar el riesgo de una crisis mundial. La
política económica de Trump no lo evitaráxiii.
Ya no existe ´el mercado´, los precios (del oro y de la plata sobre todo) y las tasas de
interés son fijados por las élites financieras como si fueran establecidas por una
planificación centralizada acorde con sus intereses a semejanza del socialismo real. El
solo cambio de la tasa de interés de 1.5% a 2.3% para los bonos del Tesoro a 10 años en
el mes de Julio de 2016 puso en alto riesgo todo el mecanismo de los Swap de intereses
(seguros y reaseguramientos contra el riesgo de impago por aumentos en las tasas de
interés).
Con la crisis un nuevo dólar de uso exclusivamente doméstico haría su reaparición con
un valor fuertemente devaluado. El resultado inmediato sería una inflación seria por el
lado de las importaciones, hecho que favorecería las exportaciones y frenaría las
importaciones, una política acorde con los intereses de Trump. Un nuevo dólar tendría
que estar anclado en oro. Existen grandes y serias dudas que EUA ya no dispone de
reservas de oro, que en los libros aún dice tener. Este oro en parte podrá haberse ido
físicamente o está comprometido por leasing a terceras naciones como China. Hasta la
fecha el gobierno de EUA ha rechazado la oferta china de recibir bajo el concepto de
´leasing´ 10 mil toneladas de oro para crear un nuevo dólar anclado en el oro. Si Tump
lo aceptara tendría otra deuda gigantesca. La economía norteamericana con Trump de
una u otra manera irá en un espiral con precios en alza, falta de oferta y desorden
socialxiv.
La política fiscal de Trump
Trump propone rebajas de impuestos para el sector empresarial y reducciones de
impuestos sobre la renta personal para beneficiar al 1% (Elite financiera) de los ingresos
más altos. Además de lo que Trump piensa gastar en nuevos proyectos de
infraestructura y de inversión en todo el país, su política proyecta desregular la banca y
reducir los derechos laborales (lo que queda de ellos). Trump programa una inversión en
infraestructura de muchos billones de dólares financiados con bonos junto con una
reducción masiva del impuesto de sociedades. Ambas medidas estarían dirigidas a
estimular el crecimiento y, a la creación de 25 millones en nuevos empleos.
Sin embargo en las principales economías del mundo, los recortes al impuesto de
sociedades no han resultado en la creación de nuevos empleos. Lo que suele crecer con
recortes de impuesto de sociedades es más bien la especulación financiera improductiva.
Con el ´New Deal´ de Roosevelt (1933-37), como plan para salir de la crisis financiera
mundial de 1929, se crearon muy pocos puestos de trabajo permanentes o nuevos
trabajos. La alta tasa de desempleo se mantuvo hasta el comienzo de la guerra que
comenzó en septiembre de 1939 y culmino en septiembre de 1945. Solo con la segunda
guerra mundial se alcanzó el pleno empleo y la recuperación económica de EUA.
La crisis financiera de 1929 expresa la crisis de Gran Bretaña como potencia financiera
mundial y la irrupción de las potencias ascendentes: EUA, Japón y Alemania. EUA se
encontraba en 1929-1939 en una situación de fortaleza económica-industrial como
potencia capitalista y en la guerra de 1939-45 jugó el gran rol de proveedor de los
recursos industriales para la guerra (a la cual ingresó directamente recién en diciembre
de 1943 cuando los países en conflicto real ya estaban exhaustos social, económica y
estratégicamente), donde se enfrentaban directamente Gran Bretaña y la URRS contra
Alemania, China, Japón, etc. Toda esta situación fortaleció a EUA y debilitó a Gran
Bretaña, Alemania y Japón. Hoy la situación de los EUA (unipolarismo financiero
continental) es la de potencia en declive y las empresas transnacionales globales
(unipolarismo financiero global) desde 1991 han definido su relocalización en las
economías emergentes con centro en el Asia-pacifico.
El plan de infraestructuras de Trump es también una verdadera necesidad ante la notoria
antigüedad promedio de estos activos fijos calculada en 22,8 años. Puentes, carreteras y
ferrocarriles se están desmoronando. Las grandes empresas constructoras y promotoras
(como Trump Inc.) sí obtendrán sus rebajas de impuestos y también obtendrán el
derecho a poseer los puentes, las carreteras, etc. que finalmente serán financiados por
los usuarios, mediante el pago del peaje.
La reducción de los impuestos al capital no conlleva inmediatamente al aumento de la
inversión privada. La rentabilidad de los proyectos es lo que realmente impulsa la
inversión privada. Cuando la rentabilidad es muy baja, la inversión privada no existe.
En el proyecto de Trump, el sector público no tiene lugar. Esta es la gran diferencia
entre el plan de Trump y el plan del gobierno Chino con su masiva inversión pública en
infraestructuras y urbanización que desde 2009 lleva gastando más de 10 veces de lo
que propone Trump. La inversión pública a gran escala en China sí ha debilitado el
crecimiento del sector privado. China como potencia ascendente ha recibido a las
empresas transnacionales globales de todos los ex países centrales y ha desarrollado su
proyecto BRICS con centro de gravedad en el estado y de concepción mixta. En este
marco la inversión en obra pública potencia las capacidades económicas industriales y
comerciales que son su objetivo estratégico.
Las “Trump-economics”xv son realmente una combinación de keynesianismo y
neoliberalismo. Los nuevos recortes en gastos e impuestos serán pagados, al parecer,
por una mayor desregulación de los mercados y la creación de condiciones para
aumentar sus ganancias. En las políticas de Trump está el sello del proteccionismo
comercial junto con las restricciones a la inmigración. Estas políticas se aplicarán antes
que practicar un estímulo al estilo keynesiano productivo y ya vimos arriba que esto no
tiene cabida y tarde o temprano conllevará al colapso.
Si los banqueros actualmente se están acercando a Trump como asesores y miembros de
su gabinete, como parece ser el caso, en nuestra opinión lo hacen para poder salvarse
ante la segura catástrofe económica política y social que se avecina. Consideramos que
nos espera una transición profunda, ya que este sistema capitalista no tiene arreglo. Un
nuevo sistema se está anunciando como necesario y el viejo seguramente terminará con
un ´big Bang´. Los grandes banqueros han matado al capitalismo y el juego se terminóxvi.
El regreso de las ETN´s (Empresas TransNacionales) a EUA ¿qué posibilidades
tiene este escenario?
Existe la posibilidad de detener la deslocalización (migración) de algunas ETN´s hacia
las economías emergentes. Es posible detener algunas iniciativas puntuales hoy por
parte de Trump, iniciativas puntuales de un proceso global general que se inició en
1991-1994 y ya ha fragmentado, hiperespecializado y deslocalizado a cientos de miles
de ETN´s. Que además ya son parte estructural de un PBI mundial que se conforma hoy
en un 63% por lo producido en la Economías Emergentes, con centro en el Asia-
pacifico, especialmente en China. Donde el comercio mundial sucede como comercio
inter-ETN´s en más del 70%.
Por lo tanto, la política que plantea Trump se inscribe en esta realidad marco. Una
realidad marco, ya estructural, conformada por ETN´s del unipolarismo global (Alianza
-financiera global- del Pacifico) y del Unipolarismo continental (Nafta continental de la
américa del norte), y también por el multipolarismo universal BRICS y sus Empresas
Estatales Mixtas Transnacionales (Asociación Económica Integral Regional -RCEP-).
Un nacionalismo industrialista que rememora ese nacionalismo oligárquico
expansionista imperial de 1950-1980, de la posguerra mundial y que hoy por fuerza de
una realidad diferente en el tipo de capital financiero dominante, ya no puede ser
nacional por su escala (en ese sentido toda comparación con la Alemania de los años
treinta no es acertada) y solo puede ser financiero continental multinacional o financiero
global en red.
La posición de Trump expresa el momento del desarrollo de la crisis global y de esta en
su último país central, porque es aún una potencia financiera-militar, EUA. Expresa la
crisis y la profundización de esta en un momento en que el globalismo financiero ha
perdido la administración del gobierno de los EUA. Una crisis que ya observamos
también en septiembre de 2001 y en septiembre de 2008, ambas también en momentos
donde el globalismo perdía la administración del gobierno de EUA.
Importante es decir que expresando diferentes momentos de la confrontación de la lucha
interimperialista financiera transnacional, continentalismo financiero vs globalismo
financiero. En septiembre de 2001, golpeando duramente sobre el centro financiero
global (la caída de las torres gemelas del WTC con explosivos localizados en sus
sótanos y construyendo mediáticamente el enemigo árabe del choque de civilizaciones
personificado por Osama Bin Laden, justo la familia Saudí socia de los petroleros
tejanos de Bush) y legitimando de este modo el terreno de la guerra militar mundial sin
tiempo y sin excluir modos. Una guerra militar mundial contra la guerra financiera
global.
En septiembre de 2008, desatando una guerra financiera global que golpea directamente
contra la gran banca financiera global de inversión. Una guerra financiera que no se ha
transformado en guerra militar en ningún escenario central. Tanto en 2001 como en
2008, las crisis provocadas por la lucha inter-financiera transnacional no tenían otros
escenarios de resolución que no fueran lo esquemas de poder financieros global y
continental.
En 2017, nos encontraremos en un mundo donde ya hay alternativas al unipolarismo
capitalista financiero transnacional. Estas alternativas se vienen construyendo desde el
multipolarismo universal. Una transición del mundo más allá del capitalismo parece
estar en marcha.
i Geopolítica de la Crisis Económica Mundial, Wim Dierckxsens y Walter Formento, Ed Fabro,
Septiembre de 2016.
ii Bill Holter, Fake News, Government legislate away the truth, www.silverdoctors.com, 6 de diciembre
de 2016.
iii Clinton intenta apoderarse de la Casa Blanca por la puerta trasera´, https://actualidad.rt.com 4 de
diciembre de 2016.
iv Brexit fue la consigna que expreso en la consulta en Gran Bretaña sobre salir o permanecer en la Unión
Europea, al bando que pujo por salirse de la Unión Europea.
v Crisis Financiera Global, Walter Formento y Gabriel Merino, Ed Continente, 2010.
vi Teorizado por Anthony Giddens e implementado políticamente por Tony Blair, Felipe Gonzales,
Clinton, etc.
vii La Ley Glass-Steagall es el nombre bajo el que se conoce generalmente la Ley 'Banking Act' de los
Estados Unidos, que entró en vigor el 16 de junio de 1933 y fue la ley que estableció la Corporación
Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y que introdujo reformas bancarias, para controlar la
especulación, entre sus características se destaca la separación entre la banca comercial de depósito y la
banca de inversión (bolsa de valores). Esta ley fue promulgada por la Administración Franklin D.
Roosevelt para evitar que se volviera a producir una situación como la crisis de 1929. Fuertemente
criticada desde mediados de los años 70, fue finalmente derogada el 12 de noviembre de 1999 por la
Financial Services Modernization Act, más conocida como Ley Gramm-Leach-Bliley, justo a tiempo para
permitir la constitución de Citigroup. Durante el gobierno del presidente Bill Clinton y con Lawrence
Summers (CEO del Citigroup) como ministro de economía.
viii The rethoric and reality of Donald Trump´s foreign policy, www.financialsense.com, diciembre de
2016.
ix Global Europe Anticipation Bulletin (GEAB), noviembre de 2016.
x Kimberly Amadeo, How Is the Fed Monetizing the U.S. Debt?, https://www.thebalance.com, 8 de
setiembre de 2016.
xi Jim Willie, Cracks in the Bond Market, www.silverdoctors.com, 7 de diciembre de 2016.
xii Michael Roberts, Los Trump-economics a prueba, www.rebelion.org, 21 de octubre de 2016.
xiii Michael Roberts, Ob. Cit. y Chris Vermeulen, TRUMP’S FINANCIAL REVOLUTION,
www.silverdoctors.com, 28 de Noviembre de 2016. Antoni Guiddens e implémentada por Tony Blair,
Felipe Gonzales, Clinton, etc.
xiv Jim Willie, Cracks in the Bond Market, www.silverdoctors.com, 7 de diciembre de 2016.
xv La medidas económicas del plan de Trump.
xvi Jim Sinclair, IT´S OVER, www.solverdoctors.com, 5 de diciembre de 2016.