ETICA y SOLIDARIDAD PROFESIONALEN TRABAJO SOCIAL
Dr. Luís A. Va/verde Obandd
Resumen
Este artículo aborda el tema de laética profesional desde la óptica de lasolidaridad gremial y las particularidades que ella encierra para los trabajadores sociales.
Se trata la necesidad del diálogo,la solidaridad como elemento de uniónentre profesionales, las situacionesconflictivas, la denuncia de conflictos,la responsabilidad del trabajador socialfrente a la corporación gremial, y laresponsabilidad del profesional paracon los otros colegas.
Al final se establecen algunas apreciaciones sobre la posición solidariagremial frente a la invasión del espacioprofesional por miembros de otras disciplinas. Para terminar se hacen unoscomentarios sobre consideracionesexistentes sobre rol del trabajador social a nivel de algunos cuadros directivos en instituciones de Bienestar Social, situación en la que los trabajado-
res sociales deben cerrar filas paracombatir beligerantemente los abusos,todo dentro de una ética de respeto yde dignificación de la profesión.
l. Introducción
La razón de ser de cualquier profesión se encuentra en las necesidadesque tienen de ella los miembros de lasociedad. Así planteado. la legitimación del ejercicio profesional dependede la valoración que la sociedad realicede los servicios que se prestan y delbeneficio social que se genere; entonces, la eficacia y eficiencia de los servicios prestados determina la permanencia social de la profesión. De esta manera, la necesidad de utilización de losservicios por parte de las personas eslo que le da el carácter de indispensable a una profesión en la sociedad.
Al respecto puede anotarse que elejercicio profesional del Trabajo Socialestá legitimado en la medida que satisfaga necesidades específicas del conjunto social; pero ello debe hacerlo elprofesional apoyado y respaldado por
2 Trabajador Social y Sociólogo. Miembro fundador de la Universidad Libre de CostaRica y de su Escuela Privada de Trabajo Social. Actualmente es Vicerrector de laUniversidadmencionada y miembro de la Junta Directiva del Colegío de TrabajadoresSociales de Costa Rica.
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la acción social desarrollada durantemuchos años por otros colegas. Dehecho, ante la pregunta ¿es necesariocontar con trabajadores sociales en lasociedad?, la respuesta es -sin lugar adudas- positiva. Esto sucede porquedebido a los efectos de demostraciónlogrado por muchos otros colegas queantecedieron en la prestación de seNicios sociales, evidenciaron -a travésdel tiempo- que efectivamente quienesejercen esta labor son personas queayudan al logro del bienestar socialindividual ycolectivo en diferentes campos de la actividad humana.
Debe anotarse que el trabajadorsocial de hoydisfruta el legado de aquellos colegas que le antecedieron; razónpor la cual es posible afirmar que eltrabajador social hace su labor con laayuda y la colaboración de otros. Estoes claro al obseNar, en la mayoría delos paises, que los trabajadores sociales en un afán solidario, de intercambioy defensa de la excelencia del ejercicioprofesional, usualmente se aglutinanen entes como: asociaciones, colegiosprofesionales, corporaciones gremiales, sindicatos y federaciones.
La integración nominal a un entecorporativo gremial o profesional esindispensable para el trabajador social,ya que la sociedad espera de él quecumpla altos estandares de conducta;así:
en cualquier circunstancia, todo trabajador social debe mantener el honor y la dignidad de su profesión.
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La misma reacción sucede a niveldel cuerpo organizado gremial, comoun imperativo de conseNación, crecimiento y legitimidad social de la profesión.
Planteado el anterior enfoque general, en este artículo se abordará eltema de la solidaridad gremial y losalcances prácticos de la lealtad entrelos colegas del Trabajo Social
11. La necesidad del diálogo entre lostrabajadores sociales.
Nadie es una isla; por ello, el desarrollo humano está en función de lacomunicación que cada persona pueda establecer con sus congéneres.
La normativa de vida anterior esválida para los integrantes de una comunidad y, por ende, también rige paralos profesionales de cualquier disciplina.
En el Trabajo Social, la necesidadde comunicarse entre colegas es indispensable para responder en mejor forma a las necesidades de lossistemas-clientes que atiende. En símismo, el proceso de comunicación esparte del desarrollo humano que ayudaa hacer las mejores escogencias y atomar las acciones más adecuadas.
Así como los seres humanos necesitan comunicarse en la vida cotidiana,los trabajadores sociales también requieren de comunicarse con sus colegas para retroalimentar su acción so-
cial profesional; sin embargo, debe reiterarse que el «feedback» que se puede recibir de otros está en función de lasinceridad y la honestidad que se mantenga en la comunicación.
Ser sinceros en el propósito y contenido de la comunicación, sin cometerabusos que puedan romper la confidencialidad de la información que pueden haber proveído cada una de laspartes o los clientes de un serviciosocial, es de gran provecho para elavance de la labor desplegada por lostrabajadores sociales en particular ypor la profesión en general.
Los trabajadores sociales no deben negarse la posibilidad de interactuar con sus colegas, buscando o brindándoles el conocimiento y apoyo necesario para progresar en su trabajo.Esa es una labor que técnicamente seha establecido a través de los variadosprocesos de supervisión de Trabajosocial; pero que puede ser desarrollada también, en un nivel menos formalpero respetuoso y responsable, de pequeño grupo, entre los profesionales.Incluso, es recomendable en la institución, organización, programa o servicio donde se trabaja que cada unotenga un colega dispuesto a escucharresponsablemente y a compartir lasexperiencias de trabajo. Esto que esun acto solidario, puede hacer ver alprofesional qué intervenciones consolidar y cuáles otras abandonar en función del beneficio de los usuarios de losservicios.
111. La solidaridad como elemento deunión de los trabajadores sociales.
La solidaridad juega un papel deprimordial importancia para el quehacer profesional, ya que ofrece la convicción de que la actividad desarrolladaes suficientemente importante comopara asegurar al trabajador social lasatisfacción de su propia realizacióncomo ser humano, la concreción de suvocación y, en general, la felicidad deestar sirviendo a los demás a través deactos bondadosos «por amor al prójimo».
Para asegurar lo anterior, el profesional requiere de la unión y lealtadentre colegas, porque el trabajadorsocial que quiera hacer una labor verdaderamente profesional necesitaapoyar a sus colegas y, a la vez, recibir deellos su apoyo, aprobación de sus acciones y, en general, su lealtad. Todoporcuanto la función que la sociedad leha encomendado a la profesión no esni puede ser realizada por una solapersona, sino por varias.
Si no hay solidaridad y leatad entrelos profesionales del Trabajo Social,difícilmente se brindará un buen servicio a los clientes o sistemas-clientes,porque cada profesional asumiría undesempeño basado en una escala devalores y principios éticos particularesque podrían ser diferentes a aquellosestablecidos a nivel general de la profesión.
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En ese contexto, la valoración de laprofesión podría eventualmente llegara ser mal vista ante los ojos de lasociedad y condenada a la eutanasia.Así planteado, el profesional debeestaratento, abiertoy preparado parala crítica constructiva de y hacia suscolegas. Además, en esta crítica sedebe hacer gala de las virtudes deprudencia, moderación y respeto hacialos otros.
Evidentemente, un acto bondadoso y un éxito en el campo del TrabajoSocial es un logro para toda la profesión; pero un acto negligente, erróneoo malévolo también tiene un reflujonegativo para todo el colectivo de lostrabajadores sociales.
Unidos los trabajadores socialespueden encontrar la seguridad, identidad y consolidación profesional; porésto, a nivel gremial, es necesariotener en cuenta el principio de solidaridad, transformado en un sentimientode pertenencia y cohesión gremial quedebe estar por encima de todas lasavideces, diferencias personales ymaldad humana.
Los trabajadores sociales debenreconocerse como profesionales de unmismo tipo, manifestándose lealtad,reconocimiento y respeto mutuo; tratando de marchar por los caminos delbien común -con la frente en alto- paraconseguir fines concretos que dignifiquen a la profesión, sin importar laraza, sexo, status, credo, jerarquía,género, o situaciones diferenciantes
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en lo económico, social, político, cultural, religioso, etc., que cada cual puedatener.
Con la solidaridad gremial se da lacooperación y el apoyo mutualista entre colegas que se sienten empáticamente identificados con las funcionesque desempeñan los profesionales delTrabajo Social. Sin embargo, para queexista solidaridad debe haber unión,intereses compartidos, cooperaciónresponsable, comprensión, sana competencia y corresponsabilidad en cuanto a los servicios prestados. Sólo deesta manera, los demás seres humanos objeto-sujeto del quehacer diariotambién pueden ser ayudados a lograrsu propia realización. También a través de ello se logrará el respeto de losprofesionales de otras disciplinas.
De lo anterior se infiere entoncesque, el punto de unión del colectivo deTrabajo Social está en los valores yprincipios que laprofesión dispone parasu desempeño.
En el campo de la intervenciónsocial propiamente dicha, se puedeanotar que las diferencias metódicasno son obstáculo para la integraciónsolidaria profesional, excepto cuandoatenten contra los valores y los principios profesionales; es decir, contra laética del Trabajo Social. En éstoayuda mucho el hecho de que a nivelgremial de los diferentes paises, existen Códigos de Etica que encuadran elquehacer profesional y, por ello, esanormativa ética debe ser el instrumen-
to básico de la labor cotidiana deltrabajador social. (Grazziosi: 1978;Valverde: 1991).
En el trabajo diario, por más rutinario que pueda ser, los trabajadoressociales deben mostrar una alta capacidad moral, responsabilidad y honestidad; ésto le da a las intervencionesprofesionales que se realicen una dignidad, seriedad y nobleza digna deaprecio para todos los demás. O sea,que lademostracióndecapacidad moralaunada a la responsabilidad y honestidad se convierten en una aptitud paraabarcar y traspasar su propia esferaprofesional a un horizonte mucho másamplio, haciéndolo valer no sólo comoprofesional sino también como persona. (cfr. Gutiérrez: 1993; 240).
IV. Situaciones conflictivas entrecolegas.
Debido a los principios éticos, lostrabajadores sociales deben, en todomomento, guardar respeto a la dignidad de sus colegas, tratando de abstenerse de plantear expresiones hirientes, malas, inmorales o indignas enreferencia a los otros.
Sobre este aspecto ético debe anotarse que, a causa de la naturalezahumana imperfecta, algunas veces sepresentan situaciones conflictivas entre profesionales, provocadas por rencillas personales, como -por ejemploproblemas de competencia sobre diferentes intervenciones profesionales, elcelo profesional debido a que otrocolega logró descollar más en una institución, programa o proyecto, o porque
mejoró su nivel de vida socio-económico, etc.
El ataque a la vida personal y a ladignidad de una persona es naturalmente un acto indigno y de maldad,porque la vida privada no es algo quepuede ir y venir en boca de todos y portodas partes.
La vida privada es algo muy personal e íntimo que merece todo el respetoy la reserva del caso; y, por ello, untrabajador social debe éticamente serprudente y bondadoso con los sereshumanos, en particular con sus colegas.
La única persona que puede divulgar la vida privada de un trabajadorsocial es él mismo. Caso contrario,encargarse de hacer pública la vidaprivada de otros y. más específicamente, de un colega es un acto inmoral quecoloca al informante en una posición deser indigno que riñe, a todas luces, conla valoración del respeto a la dignidaddel ser humano. Es un acto alejado dela virtud de amor al prójimo, que hacepenetrara quien lo comete en la dimensión de la maldad, demostrando nosolo ausencia de entendimiento y custodia de la intimidad del colega, sinotambién falta de prudencia.
La solidaridad gremial conduce aque la custodia de la vida privada de uncolega no sea sólo un acto concordante con el valor de la bondad, sino también un acto de amor al prójimo quedeben practicar permanentemente lostrabajadores sociales como profesionales y como personas.
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Conocer la vida íntima de los otroscolegas no autoriza a nadie a comentario o comunicarlo a los otros, porqueel respeto a la dignidad de la persona humana es uno de los valoressuperiores de la profesión.
Por más rencillas y disgustos quese tenga con un colega se debe practicar el valor de la bondad; siendo elmejor gesto ético el abstenerse de hacer cualquier comentario en relacióncon la persona que nos disgusta; conello se pone en práctica la virtud de laprudencia.
Todo trabajador social debe conservar siempre su independencia en elcumplimiento de sus deberes profesionales; pero debe anotarse que la libertad de actuación del trabajador sociales limitada por el bien de las otras.personas y, sobre todo, por el biencomún. De ahí que los abusos puedenser sancionados por el ente gremialcorporativo a partir de la normativaética disciplinaria.
Si bien, el trabajador social debeprocurar en todo momento reflexionarsobre su propia experiencia laboral,valorando éticamente su actuación yhaciendo con relativa frecuencia actosde reflexión profesional para evitar lamal práxis; también necesita cuestionar regularmente la actuación de losotros colegas.
Al respecto debe reiterarse que losasuntos metodológicos no deben sercuestionados como vehículo de inter-
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vención, a menos que con ello se obstaculice o ponga en peligro una prontay eficaz recuperación o bienestar social del cliente o del sistema cliente.
Dice el Código de Etica del Colegiode Trabajadores Sociales de Costa Ricaen su artículo 27 que:
«Cuando existan diferencias de opinión entre colegas, éstas deben dearmonizarse en primera instancia entresí, en caso de no poder subsanar lasdiferencias se debe de proceder deacuerdo al principio de respeto y desolidaridad». (CTS, 1989-91 :6).
Debe decirse que las diferenciasde criterio podrían estar a la órden deldía entre los colegas de un programa,departamento o institución, pero éstono plantea un problema; es más, sepiensa que es importante que hayancriterios diferenciados sobre lascosas y los medios profesionales pararesolverlos. Lo que sí se debe tenerclaro es el respeto por la opinión de losdemás; que lleva a asumir, cuandodiferimos, una posición de respeto a laopinión de mi colega sin compartirla.
Como seres humanos, todas laspersonas tienen derecho a disentir, ano compartir el criterio o las accionesde los otros; pero, a la vez -por elmismo ejercío de la libertad" estamosobligados a respetar al colega que tiene ese mismo derecho de ser libre. Noobstante, el trabajador social no puedeaceptar diferencias de criterios cuandolos actos se dirigen a la realización de
acciones que van contra los valores ylos principios profesionales, o en contra del bien común.
v. La denuncia de conflictos y malpráxis de los colegas.
Muchos conflictos, problemas demal práxis profesional y de conductapersonal que riñen con la ética profesional de los trabajadores sociales nose denuncian a la corporación gremial.Así, mientras no se denuncien, no haysanción.
Por solidaridad gremial, el trabajador social está obligado éticamente adenunciar ante el Colegio de Trabajadores Sociales cualquier acción u omisión que pueda causar perjuicio a otrocolegiado o cliente. Aquí entra en juegola honestidad, responsabilidad, sinceridad, lealtad y valentía que cada unodebe tener para denunciar una situación anómala ante la agrupación corporativa. Mejor dicho, denunciar asumiendo una posición responsablede decir la verdad, siendo transparente y sincero, basado en la decisión firme de buscar el bien y lajusticia en el acto emprendido. Asumir una posición contraria, o sea unaactitud encubridora, es hacerse cómplice corresponsable de la mala actuación del colega.
Resumiendo, todo trabajador sacial debe abstenerse de ser solidario, leal y apoyar a un colega opersona que actue por caminos contrarios a la ética propia de la profesión.
El precepto fundamental para resolver el dilema valorativo del bien o delmal que se puede causar a alguien aquien se denuncia debe tomar comopunto de partida la valoración moral dela actuación del colega y la supremasíaque tiene el bien común sobre el bienpersonal. Es decir, una valoración quetoma en cuenta que un acto moralmente bueno es aquel que contribuye aldesarrollo y realización de la personahumana, así como a la felicidad personal y a la de los demás.
Desde el punto de vista de la responsabilidad, es importante que el trabajador social comprenda la diferencia existente entre ser profesional, sercompañero de trabajo y ser amigo dealguien, ya que cuando se consideraque algún colega está haciendo algo·indebido, equivocado, censurable omoralmente malo, lo más recomendable es hacerle ver nuestro parecer sobre su equivocación o negligencia, hablando siempre con la verdad. Ahorabien, tomando en cuenta la categoríade relación interpersonal que se sostiene con el colega, el decir la verdadpuede ser más fácil o difícil.
En síntesis, en toda ocasión, laforma de actuación deseable en untrabajador social es la de decir la verdad; parella, en caso de que no sucedauna reacción correctiva o positiva delcolega a la situación-problema, siempre existen canales establecidos porlos entes colectivos de trabajadoressociales en todos los países.
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Por ejemplo, el Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica, pideque se realicen las denuncias porescrito para ser elevadas ante un Tribunalde Etica, el cual se encargará deinvestigar y analizar la situación escuchando las diferentes partes involucradas y tomar las disposiciones necesarias, tanto para resolver el problemacomo para prevenir las repercusionesque los actos cometidos puedan tenera nivel del gremio, de lossistemas-clientes, o de la sociedad engeneral.
La denuncia se convierte entoncesen un imperativo solidario y derecho departicipación de todos y cada uno delos trabajadores sociales en beneficiodel gremio. Si alquien no está actuandoéticamente merece ser denunciadoaunque sea nuestro compañero, colega o amigo. Todo porque el brillo de uncolega hace relucir a los demás; perotambién el lodo que acarréa un soloprofesional en el campo también ensucia la imagen de todos los demás colegas.
Normalmente, en la práctica, elproblema que tienen los trabajadoressociales para denunciar no está en elacto mismo de la denuncia, sino en lavaloración y discriminación personalde las implicaciones buenas y malasque la denuncia traerá al denunciante.Es decir, que para realizar el acto dedenuncia usualmente se valoran máslos perjuicios personales que les acarreará que los beneficios sociales yprofesionales que traerá el detener la
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acción de un colega que actúa a contrapelo de la costumbre ética, los principios y valores de la profesión. Considerado de esta manera, éticamente eldilema de la decisión se sitúa en lasupremacía de escogencia entre la ética particular sobre la ética profesional;siendo que la segunda tiene preponderancia sobre la primera.
En realidad, toda denuncia causaroces personales y conflictos que sóloson posibles de superar con el tiempo,cuando la madurez, el discernimientoracional y la comprensión triunfan sobre la inmadurez, la irracionalidad y laincomprensión. No obstante, debe tenerse conciencia que en torbellino depasiones y efectos reales que puedeprovocar una denuncia ética ante elente corporativo gremial, al final no setrata del establecimiento de cual de laspersonas ganó o perdió (el denunciante o el denunciado), sino de una decisión cimentada en la verdad objetiva delas cosas y la búsqueda de un efectopositivo sobre el bienestar y la felicidadde laspersonas: cliente, sistema-clienteo gremio profesional.
VI. La responsabilidad del trabajador social frente a la corporacióngremial.
Muchas veces los afiliados al colegio o asociación profesional, por decisión personal, se excluyen del entecorporativo gremial considerándosefuera de él. De esta manera, no lograndesarrollar el sentido de pertenencia yde cooperación, y no participan en la
organización gremial como un miembro afiliado igualmente importante quelos demás.
Solidarizarse con los colegas esuna actividad diaria en el espacio profesional de la institución donde se labora; pero también debe proyectarse alespacio gremial corporativo. Así planteado, una virtud deseable en el trabajador social es la perseverancia. Estavirtud lo lleva a no descuidarse y hacerlo posible de mantenerse participandoactivamente como elemento integralde la corporación.
Es importante que todos los miembros de un ente corporativo de trabajadores sociales despierten la virtud de lalaboriosidad, ya que ello conduce a lacanalización de la energía humana vital hacia el logro de valores; desarrollando para ello la capacidad creativaen beneficio del gremio.
VII. La reponsabilidad del trabajadorsocial para con su gremio.
Todo trabajador social tiene la responsabilidad de ofrecer un servicioóptimo, eficaz y eficiente para sus clientes o sistema-clientes; ésto lo obliga arevisar continuamente su conductarespecto a sus clientes, la institucióndonde labora, los otros colegas y lacomunidad donde trabaja. Tal es así,que se anota en el artículo 9, que losprofesionales deben "observar buenaconducta y no tener hábitos que lohagan desmerecer en el concepto pú-
blico o puedan comprometer el decorode la profesión». (CTS: 1989-91:2)
Moralmente, el profesional no sepuede quedarcon sólo los conocimientos que adquirió para obtener su títuloprofesional; al contrario, debe estarcontinuamente revisando su práctica y tratar de estar al día respecto a los nuevos conocimientos téoricos y metodológicos que le permitan el ejercicio deuna mejorpráxis. Esto es algo que estáprevisto en la mayoría de los Códigosde Etica de las organizaciones de trabajadores sociales. (National Association of Social Work; Sd:958)
Anotaciones finales.
Los trabajadores sociales debenestar atentos a cambiar las conductasy actitudes negativas con respecto a laclientela con que trabaja, la institucióndonde labora y en relación con otroscolegas.
Debe también prestar atención alas mismas conductas y actitudes-delos profesionales de otras áreas, cuyaacción puede afectar el buen desempeño de los trabajadores sociales. Unejemplo de ello es la invasión del mercado y del espacio profesional en donde otros especialistas desarrollan roles, funciones y actividades propias delTrabajo Social. Estos otros profesionales podrían desarrollar una práxis pocobeneficiosa para el bienestar social delos sistemas-clientes con los que trabajan, debido a sus carencias formativas académicas en el campo del Trabajo Social.
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Es oportuno citar que, en algunasinstituciones de bienestar social se imponen modelos de trabajo y normativas operacionales que atentan contralas funciones que debe asumir el profesional y contra los valores mismos de laprofesión; es por ello que, también anivel institucional, el colectivo de trabajadores sociales debe estar atento ydefender su rol y sus funciones. Porejemplo, en los años más recientes, envista de la sobrepoblación que requierede los servicios de los profesionales yde los efectos de modernización delEstado, las autoridades o los cuadrosadministrativos con poco conocimientode la profesión del Trabajo Social, hantendido a tratar de sustituir el estudiosocial por una hoja de consignación dedatos socioeconómicos, para luegoaprobar o eliminar ciertas ayudas sociales para los beneficiarios de susprogramas. En este caso, éticamentedeben privar los intereses del clientesobre el interés institucional que pre-
tende -con unos pocos datos (recolectados mecánicamente)- tomar decisiones importantes que van a afectar lascondiciones y calidad de vida de laspersonas; todo porque el llenar fórmulas resulta más barato para la institución.
Es obligación imperante que lostrabajadores sociales, individual o colectivamente en las instituciones debienestaryseguridad social, estén atentos a practicar la defensa solidaria delos intereses de la profesión; ello viene,a la vez, a ser una muestra de fidelidadcon los colegas ycon la profesión comoun todo. Lo anterior no puede ser catalogado como una actuación deshonesta o malvada contra otros profesionales, sino que se trata de defender losintereses de la disciplina profesional yde los usuarios de los servicios en elcontexto de la búsqueda del bien común.
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