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CXLIBRI/li
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M'Jif
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-
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^
UNIVERSITY
OF
CALIFORNIA
SAN
DIEGO
J
-
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GRANDEZA
Y DECADENCIA DE ROMA
LA
CONQUISTA
-
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La
conquista.
II.
Julio
Csar.
III.
El
fin
de
una
aristocracia.
\y.
Antonio
y
Cleopatra.
V.
La
Repblica de Augusto.
VI
y
ltimo
(en
preparacin).
-
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BIBLIOTECA
CIENTFICO-FILOSFICA
GRANDEZA
Y
DECADENCIA
DE
ROMA
POR
G. FERRER
I
LA
CONQUISTA
TRADUCCIN
DE
M. CIGES APARICIO
MADRID
DANIEL
JORRO,
EDITOR
23,
CALLE DE LA PAZ,
23
laos
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
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j.8o7
Tipolit.
de
L.
Paure,
Alonso
Cano,
15
y
17-
Madrid.
-
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A QQI
PADHE
X
-
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-
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.VDA7 E:RTEIsrCI.A.
Este
volumen
es
el primero de una
obra en
la
que
intento
realizar
un
profundo estudio de
la
formacin,
progreso
y
decadencia
del
imperio
romano.
Luego de
resumir
la historia de Roma desde sus
re-
motos
y
obscuros
comienzos
hasta
la
muerte de
Sila,
el
presente
volumen
entra
en
el
pormenor de
los
aconte-
cimientos
que
se
han
sucedido desde el
ao
78
al
59
antes de Cristo,
esto es, desde la
muerte del
terrible
dictador
hasta
el
consulado
de
Csar.
Durante
ese
pe-
rodo se observa entre
qu
intrigas
y
luchas,
y
bajo
la
influencia
de
qu
fuerzas sociales se prepar
el suceso
ms importante de la historia de
Roma,
la
conquista
de
la Calia.
En
el
segundo
volumen se
referir
cmo
las
legiones
de Csar conquistaron
el
pas
de
los
celtas,
qu
efectos inmediatos produjo esa
conquista en
el
mundo
poltico de Roma
y
en la
sociedad
italiana,
por
qu
singulares complicaciones
de los
acontecimientos
la
guerra
de
las
Gallas determin la guerra
civil entre C-
sar
y
Pompeyo,
y
por
qu
terribles vicisitudes
pasaron
-
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vili
Csar
y
el mundo
romano desde el
comienzo de
la gue-
rra
civil hasta
los trgicos idus
de
Marzo
del
ao
44
antes
de
Cristo.
Espero que
la
conquista
de
la
Calia
se
ofrecer
as
en
mi relato
revistiendo
un aspecto novsi-
mo,
y
que
se
observar
mejor cmo esa
conquista
hizo
posible
una civilizacin
europea
permitiendo
Roma
iniciar
su
gran
misin
histrica de
mediadora
entre el
Oriente
civilizado
y
la Europa
brbara.
En los
volmenes
sucesivos
veremos
cmo
Roma
Italia,
realizando
esta
misin,
formaron paulatinamente
con
el
ensamblaje
de los innumerables Estados con-
quistados,
la
viva
unidad
del
imperio;
luego
veremos
cmo este
gran
organismo se
disgreg
poco
poco
hasta
desquiciarse.
Me
he servido
de
esta
traduccin
francesa para
re-
tocar
numerosos
pasajes,
suprimiendo
aadiendo
lo
que
me
pareca
til
(i).
Lo
advierto
al
lector.
Al
mis-
mo
tiempo solicito
su
indulgencia para los cinco
pri-
meros
captulos
que resumen
la
historia
de
Roma
has-
ta
la
muerte de Sila.
Este
linaje
de
trabajo
es
harto
ingrato
y
un
autor disimula
malamente
sus
defectos;
pero
ese
resumen
preliminar
era indispensable
para ca-
lar
en la
historia
de Csar
y
de su
tiempo.
Guillermo
Ferrer.
Turn.
(i) Por
esta
razn
el
autor
ha
dispuesto que
la
traduccin
espa-
ola
se
haga
de la frantesa.
N.
del E.
-
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15/467
GRANDEZA
Y DECADENCIA
DE
ROMA
LA
CONQUISTA
Pequeos
comienzos
de un
gran
imperio.
En
la segunda
mitad del
quinto
siglo antes de Cristo
an
era
Roma una
repblica
aristocrtica de
campesi-
nos. Ocupaba
una superficie de
450
millas
cuadra-
das
(i)
aproximadamente,
y
tena
una poblacin
libre,
desparramada casi
toda ella
por
el
campo
y
dividida
en
diecisiete
distritos
tribus rsticas
que
no
deban
pa-
sar
de
1
50.000
almas
(2).
La mayor
parte
de
las
fami-
(i)
1.000
kilmetros cuadrados.
C. Beloch, f.
B.,
pg.
29
y
si-
guiete,
}'
69.
(2)
Cierto
que segn
Tito
Livio, III,
24,
el censo del
ao
459
antes
de
Cristo haba dado
11
7.3
19
ciudadanos, lo
que supona
una
poblacin
libre de
400.000
personas
apro.ximadamente.
Pero
esta cifra me
parece inverosmil;
vase por
qu:
i. ,
si
Roma hubie-
se tenido
entonces 120.000 soldados,
no
le hubiera costado
tanto
trabajo
vencer
los
pueblecillos
vecinos;
2.,
una
poblacin
de
400
habitantes
por
kilmetro cuadrado,
por muy
pobre
que fuera,
no
hubiera
podido
subsistir en
una
poca
en
que
Roma
slo
viva
de
los
-productos
de su
territorio; 3.,
esa cifra
no
concuerda
con otras
Tomo I
i
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
16/467
2
GRANDEZA Y DECADENCIA DE
ROMA
lias
posean
un
pequeo campo,
y
padres
hijos,
habi-
tando
juntos
la
misma
cabana, lo sembraban
casi
nte-
gramente
de
trigo,
plantando
algunas
vias
y
olivares.
En
las
vecinas
tierras
del
dominio
pblico apacentaban
algunas
reses,
y
en el
propio hogar
construan los
ins-
trumentos
rsticos,
se
hacan
los vestidos,
y
slo
de
tar-
de
en
tarde
acudan
la
ciudad fortificada.
En
ella
es-
taban
los
templos
de
los
dioses, el
Gobierno
de
la
Re-
pblica,
las
casas
de
los
ricos,
las
tiendas
de
los
artesa-
nos
y
de los
mercaderes, donde se
cambiaba
un poco
de
grano,
de
aceite
y
de vino,
por
sal,
instrumentos
agr-
colas
de
hierro
y
armas. All se
acuda
las
fiestas
reli-
giosas;
cumplir con
los
deberes cvicos.
Los
propieta-
rios
estaban
repartidos en
cinco
clases,
segn su
for-
tuna;
cada
clase se
dividi
luego
en
centurias:
cada
propietario
acuda
con
su voto
formar el de
su
cen-
turia,
que
se
contaba como uno,
y
as
concurra los
comicios
para la
aprobacin
de las leyes
y
la eleccin
de
los
primeros
magistrados
de
la repblica.
Aunque
todas las magistraturas fuesen electivas,
Roma
resultaba entonces
una
repblica
doblemente
ms
seguras.
Si en
el
ao
339
antes
de
Cristo se
eontaban
135.000
ciudadanos
en
un territorio de
2.709
kilmetros
cuadrados,
y
260.321
ciudadanos por
4.
161
kilmetros
cuadrados
en el
293
antes de
Cris-
to (Beloch,
/
B.
pg.
89),
y
se supone que la
densidad
de poblacin
era
la misma,
Roma
tena que haber contado el
459
antes
de
Cristo,
sobre
unos
60.000
ciudadanos
y
190.000 hombres libres.
Pero la
densidad
deba de
ser menor, siendo mayores
la
pobreza y.la
barba-
rie. De donde
se
sigue
que,
lo
ms,
pueden
contarse
150.000
per-
sonas
y
45.000
ciudadanos,
lo
que
dara
un
ejrcito
algo
ms nume-
roso que el
de los
20.000
hombres
supuestos
por
Mommsen.
Cifras
superiores
no
me
parecen verosmiles.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
17/467
LA CONQUISTA
3
aristocrtica. No obstante de
que
en
las
centurias
se
ascendiese
de
las
pertenecientes
las clases ms
pobres
las
rs
ricas, contenan
un
nmero de
elec-
tores
cada vez ms restringido. Adems,
las altas
ma-
gistraturas
quedaban
reservadas por
privilegio
here-
ditario
un
pequeo nmero
de
familias
patricias
que
posean
ms
dilatadas tierras, rebaos
y
esclavos
ms
numerosos.
Los
hijos
de senadores
y
los
plebeyos de
familias
li-
bres, suficientemiente ricas
y
consideradas,
formaban
parte
de
un
orden especial intermediario
entre
la no-
bleza
y
la
plebe,
el de los caballeros
reconocidos
por
el
Estado,
y
que, entre
otros
privilegios,
tenan
el
de
ser-
vir en
la
caballera
en
tiempo
de guerra.
La plebe se
reuna
en
cada
distrito
para
discutir
sus
intereses par-
ticulares;
cada ao nombraba
los tribunos
del
pue-
blo,
que
eran
inviolables
y
podan
oponer
su
veto
todos
los
actos
de
los
magistrados.
Las centurias
no
vo-
taban
para
la
eleccin
de
ciertos magistrados
inferiores
y
para
los asuntos corrientes,
sino las
tribus,
esto es, to-
dos los que estaban
inscriptos
en las diecisiete
tribus
ru-
rales
y
en
las
cuatro tribus
urbanas
del bajo pueblo
ro-
mano (i).
Sin embargo, el poder
resida
en
los
patricios,
tambin
ellos campesinos,
que no
desdeaban
empuar
la
azada
y
el arado
(2).
Sus
moradas
eran
pequeas
y
de
pobre
aspecto,
su
alimento
era
frugal,
sus
ves-
tidos
sencillsimos;
posean
escasos metales preciosos.
(i)
C . Las observaciones de Mominscn, /?.
/''.,
I,
pg.
165,
sobre
lo
dispuesto en
las
leyes
Valria-Horacia, del
449.
(2)
Valerio
Mximo,
IV,
pgs.
4 y
5.
Plinio,
//.
X.,
X\'I1I,
III,
19.-Marquardt,
I'.
P.
R., II,
pg.
294.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
18/467
4
GRANDEZA
Y DECADENCIA
DE ROMA
y
casi todos
los
menesteres
realizbanlos
en
la propia
casa,
el
pan
como los
vestidos, sirvindose
de
sus
esclavos
y
mujeres.
As,
pues,
resultaba
muy poca cosa
lo que Roma
compraba
fuera:
cermicas
para
las
construcciones
y
metales
en
Etruria,
artsticos
bibelots
pnicos
feni-
cios,
objetos
de
marfil,
perfumes
para
los
funerales,,
prpura
para
los
vestidos
de ceremonia
de los
magis-
trados,
algunos
esclavos.
Exportbanse
pocas
mercan-
cas:
maderas
para la
construccin
de navios,
y
sal
(i).
Roma
era
pequea
y
pobre:
hasta
los ricos
patricios
pasaban
en
el campo
la mayora
del
tiempo,
y
sla
iban
la
ciudad
para
ejercer
las
magistraturas
y
asistir
las
sesiones
del
Senado,
asamblea
de
que formaban
parte
de
por
vida
los
antiguos
magistrados, designados-
primero
por
los
cnsules
y
luego por los
censores. Et
Senado
vigilaba
los
magistrados, administraba
el Te-
soro,
aprobaba
las
leyes
votadas
y
las
elecciones
he-
chas
por
los
comicios de
las
centurias
y
de
las
tri-
bus
(2),
y
discuta
las
cuestiones
sobre
la
guerra
y
la
paz,
tan
frecuentes
entonces.
En
efecto,
toda
Italia,
hasta la
Liguria,
la
Emilia, la
Romana,
todava
pobladas,
como
la
llanura
del
Po, por
los
ligures
y
celtas
incultos, estaba sembrada
de ciuda-
delas
fortificadas
semejantes
Roma,
que custodiaban
eP
(i)
Schiller-
Yoigt,
pg.
291.
Voigt,
/.
N.,
II,
pgs.
552 y
657.
Ciccotti,
T.
S.,
pg.
146
y
sig.
(2)
No
discuto
aqu
esta
alidori
tas senatus sobre
los
comicios-
de
las
tribus
en
aquellos
remotsimos
tiempos,
propsito de los-
cuales
an
reina
tanta
inccrtidumbre.
Trtase de un
detalle
sin
gran,
importancia en
esta
rpida
descripcin
de
la
antigua
Roma,
y
que
sera
intil
tratar
fondo,
ni
siquiera
en
una
nota.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
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-\
CONQUISTA
5
curso de
los
ros
y
defendan las
llanuras desde las
agrias
cimas de los
montes,
obturaban las
gargantas
de
las
montaas
y
hacan
seales
desde
lejos
los
pequeos
navios
de los
mercaderes.
Posean
constituciones
aris-
tocrticas
populares, rara vez
monrquicas;
cada
cual
tena un
territorio
ms menos
extenso;
muchas
de
ellas
formaban
confederaciones
segn
la
raza
y
la
lengua,
oscosablicas,
en
la Italia
meridional;
latinas,
etruscas
y
umbras,
en
la
Italia
central;
helnicas
en
las
bellas colonias
griegas
de
las costas,
Ancona,
Tarento,
aples. Sin embargo,
pesar
de
estas
alianzas,
la lu-
cha
del
hombre contra
el
hombre
era
continua,
de
ciu-
dad
ciudad, del monte
la llanura,
del ro
la
mar,
siempre
alimentada
por cuanto
incita
la
guerra
entre
brbaros: la
necesidad
de
esclavos,
de
tierras,
de
meta-
les
preciosos,
el
espritu
de
aventura
y
la ambicin
de
los
grandes,
los
odios populares,
la
precisin
de atacar
para no ser
atacados
y
destruidos. Roma, como las de-
ms
ciudades,
estaba
entonces
comprometida
en
ese
duelo
interminable;
pero
en
condiciones
de
peligrosa
debilidad,
aunque hubiese logrado agrupar
su alrede-
dor, formando
una confederacin,
las
republiquillas
rurales
del-
Lacio,
cuyos
pueblos
hablaban
la
misma
lengua latina.
El ejrcito
romano
se
compona
de
pe-
queos
propietarios
mandados por
los
propietarios ri-
cos,
pues
mientras
quien no
posea
tierras
careca del
derecho
de
ser
soldado,
todos los
propietarios
(y
deban
ser
unos
30.000
hacia la
mitad
del
quinto
siglo
antes
de
Cristo), desde
los diecisiete
hasta
los cuarenta
y
seis
aos,
tenan
que presentarse
cada
vez
que
el
cnsul
proclamaba
la
leva,
para
formar
en
legiones
y
partir
las rdenes
de
los magistrados
escogidos
entre
los pa-
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
20/467
o
(IRANDEZA Y DECADENCIA DE
ROMA
tricios de
posicin holgada.
Desgraciadamente,
odios
feroces
se
incubaban
entonces entre ricos
y
pobres;
la
poblacin
aumentaba
demasiado
en
el
estrecho
territo-
rio; las
guerras
se
convertan
frecuentemente
en causas
de
devastacin
y
ruina; la
tierra
se
agotaba con
facili-
dad
por el
cultivo
demasiado
intenso
de los
cereales.
V
mientras
que
los
desventurados
pequeos
propie-
tarios
estaban
agobiados
de
deudas,
la
nobleza,
cuyas
familias
tambin
eran
numerosas,
se
apropiaba
las
mejores
tierras
conquistadas
al
enemigo
y
aumentaba
sus
propios
rebaos en
detrimento de los
pastos
pbli-
cos,
cuyo
disfrute
arrebataba
as
los
pobres;
y
lo
que
es
peor,
prestaba
usurariamente
los propietarios
po-
bres,
reducindolos en seguida
la
esclavitud
por
la
ley del
nexiim.
Por
otra
parte, los plebeyos
ricos
abo-
rrecan
los
patricios,
que
les
excluan de las
magis-
traturas.
De
ah pendencias,
tumultos, divisiones,
aun
cuando
la
guerra
fuese
inminente.
Y sin
embargo,
al
frente de
la
confederacin latina,
Roma
venci
paulatinamente
las
dems
ciudades
y
confederaciones
de
Italia,
porque
en
su
constitucin
alentaba
una
vigorosa
disciplina,
capaz de
contener esa
gran
fuerza
destructora
de las naciones
que se llama
el placer,
domando los
vicios
en
la clase
rica
y
poderosa,
esto
es,
en
la
que se hubiese
corrompido ms
fcil-
mente
y
hubiese
propagado
en
todas
partes la
embria-
guez, la
crpula, el lujo de los
metales
preciosos,
y
el
orgullo
personal,
que
desea
satisfacerse,
aunque
sea
en
detrimento
de todos
los
hombres.
Roma
supo
ser brbara
sin los
vicios
de
la
barbarie,
y
por
eso venci
tantos
pueblos
ms
civilizados,
pero
tambin ms
dbiles
por
los
vicios de su
propia ci-
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
21/467
LA CONQUISTA
7
vilizacin.
La
antigua
sociedad
romana puede compa-
rarse ciertas
rdenes
monsticas
que conservaban en
vigor esas
ingeniosas
combinacionel
de
enseanzas,
ejemplos, vigilancias
y
amenazas
recprocos con
que
un
grupito de
hombres
sometiendo
cada
uno
de sus
miembros la
tirana
de la
opinin
y
de
los
sentimien-
tos
comunes,
y
arrebatndole todos los
medios
de
vi-
vir fuera
de
ese grupo
puede
hacerles
desplegar, al
menos
en ciertas obras,
ms
celo,
abnegacin
y
disci-
plina,
del que
podra
esperarse
de
ellos
considerndolos
individualmente. Todo
en
la
Roma antigua
estaba
en-
derezado conservar
y
aumentar
en
las
altas clases
la
fuerza
de
esa
combinacin de
ejemplos,
de
enseanzas
y
de
amenazas
recprocas:
el
estado de
las
fortunas,
la
religin,
las
instituciones,
la severidad
de
las leyes;
las
exigencias
del sentimiento
pblico
que
deseaba
verlas
aplicadas
inexorablemente por
los
padres
los
hijos,
por
los maridos las
esposas:
la
familia,
en
suma,
que
era la
primera escuela en
esta
dura
disciplina
de
las
al-
mas.
Las
familias
romanas
an
eran
por
estos
tiempos,
y
desde
muchos
puntos
de vista, un
resto
de
la
edad
patriarcal
y
al
modo
de
otras
tantas
diminutas
monar-
quas
en
que el
padre mandaba como
rey
absoluto:
slo l posea, venda,
compraba,
contraa
compro-
misos.
Poda exigir
plena
obediencia
del
hijo como
del servidor,
cualquier edad,
cualquiera
que
fuese la
magistratura
que
hubiese logrado.
Poda
expulsar
y
reducir la miseria,
vender
como
esclavo,
condenar
los trabajos
del
campo
al hijo rebelde,
y
obligar
al cnsul
que
haba mandado las
legiones
en
la
guerra
obedecer
como
un
nio
cuando
tornaba
la
casa
pa-
terna.
Era
juez supremo de
la esposa,
de
los
hijos,
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
22/467
GRANDEZA
V DECADENXIA DE
ROMA
de
los
nietos,
de
los
esclavos,
y
deba de
condenarlos
l
mismo,
segn las
severas reglas dictadas
por la
cos-
tumbre,
veces hasta
condenarlos
muerte
por
sus
delitos
con
respecto
los
dems, la
familia el
Es-
tado
(i).
La
repblica
aristocrtica
de
los
tiempos nuevos
ha-
ba
dejado
subsistir
esas
pequeas
monarquas,
aun
subordinndolas
y
absorbindolas;
pues una
parte
del
esfuerzo
necesario
para
la
conservacin
del
orden
moral
y
poltico
poda realizarse
por
los
padres,
en esos
reinos
minsculos,
ms
fcilmente
que por los
magistrados
en
el
Estado.
Luego
con
tal
poder
fu
fcil
los
padres
el
reprimir
durante
mucho tiempo en las
nuevas
gene-
raciones
ese
espritu
de innovacin de
la
juventud,
que
en
todas
las
pocas
aporta la
corrupccin
con
el
progreso;
hacer
de
sus hijos lo que
ellos
mismos
eran;
habituar
los
muchachos la sobriedad,
la
castidad,
la
resistencia,
la religin, la
escrupulosa
observan-
cia
de las
leyes
y
de
las costumbres,
al
patriotismo
es-
trecho,
pero
firme;
hacerles
aprender
los
preceptos
fun-
damentales
de
la
agricultura
y
de la
economa
doms-
tica;
ensear
las
hijas que
viviesen
siempre
bajo
la
autoridad
de
un
hombre, padre,
marido tutor,
sin
po-
seer
nunca nada, ni siquiera
su
dote;
ser
obedientes,
sobrias,
castas, atentas
nicamente
los
menesteres
de la
casa
y
de
los hijos;
inculcar
todos,
hijos
hijas, la escrupulosa
observancia
de
la
tradicin,
la
(i)
Dionisio de
Halicarnaso,
II, 25-27.
Bonfante,
Z>. i?.,
pgi-
na
151
y
sig.
Fustel de Coulanges,
C.
A., pgs. 101-105.
Lan-
ga, i?.
A.,
I,
pg.
95
y
sig.
Cf. el
importante ejemplo
de
C.
Flami-
nio,
Cicern,
De iuv,, II,
XVII,
52.
Valerio
Mximo,
V, IV,
5.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
23/467
LA CONQUISTA
9
fidelidad
las
costumbres
antiguas,
el
horror
todo
lujo
nuevo... Y
desgraciados de
los
indciles
y
de
los
rebeldes
El
padre
y
el
tribunal
domstico
hubiesen
castigado
sin
piedad
al
hijo
y
la
esposa,
porque
la tradicin
y
el
ejemplo
enseaban la
dureza,
y
era
fcil el ser duros
unos
hombres
que
desde
su
infancia
haban gozado muy
poco
(i). As
educado,
el
noble
ro-
mano haca
sus
primeros ensayos
en
la
guerra
cuando
an
era
muy
joven, militando
en
la
caballera:
todava
joven
se
casaba
con, una
mujer
que
le
aportaba
una
pequea
dote,
y
de la
que deba
tener
muchos
hijos.
Luego
comenzaba
la lenta
y
larga
carrera
de
la
magis-
tratura,
se
presentaba
los
diferentes
cargos
electivos,
segn
el
orden
establecido
por
las
leyes.
Pero
nadie
po-
da
confiar en
obtener el
sufragio del
pueblo
y
la
san-
cin del Senado
si no
respetaba
las
tradiciones.
Cada
magistrado
romano
estaba provisto
de
importantes
prerrogativas, tena
sus rdenes
numerosos
domsti-
cos,
y
era objeto
de
solemnes
muestras
de
respeto;
pero el
poder
estaba
repartido
entre
muchos
hombres
y
todas las
magistraturas
eran
gratuitas, temporales,
or-
dinariamente
anuales;
adems,
cada
magistrado
tena
siempre un
colega,
su
igual
en
dignidad
y
poder,
que le
vigilaba
y
la
vez
era vigilado por
l;
en
fin,
el
Senado
estaba
sobre
todos.
Ningn
magistrado
poda
violar
las
leyes
y
tradiciones
sin
grave
motivo;
todos
deban obe-
decer como
antes haban
mandado,
y,
una vez
devuel-
tos
la
vida
privada,
podan
ser llamados
para
dar
(i)
Los
padres
llegaban
hasta
condenar muerte los
hijos: el
caso
no
era
raro,
como dice
Dionisio
de
Halicarnaso, \'III,
79.
Cf-
Di
Marzo, S.
P.
C.
R., I,
pg.
27.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
24/467
IO
GRANDEZA Y DECADENCIA
DE
ROMA
cuenta de todos
sus
actos.
Desde
el
nacimiento liasta la
muerte
se acechaba
sin
tregua
al
hombre,
y
cuando
el
padre
haba
desaparecido,
el
hijo
se
trocaba
en
gober-
nador
absoluto de su
familia,
y
encontraba en
el foro,
en
los
comicios, en
el
Senado,
la vigilancia
severa
de
los
censores,
prestos
borrarle de la lista
de
senadores si
su
vida no
era
honrada;
del pueblo, que
no
le hubiese
electo para
las
magistraturas;
de
cada
ciudadano
aisla-
do,
que
poda
acusarle.
Gracias
esta
disciplina de las
altas
clases,
Roma
pudo vencer
en
la
empresa
que cost
el
fracaso
los
etruscos,
y
elevarse paulatinamente sobre las
dems
re-
pblicas de Italia.
Durante la
segunda
mitad
del
quinto
siglo
y
las
primeras
dcadas
del
cuarto
antes
de
Cristo,
Roma
combati al
frente
de
la
confederacin latina
contra
los ecuos, los volscos,
los
etruscos, en una serie
de guerras
que le permitieron establecer
cuatro
nuevas
tribus
sobre
su
amplificado territorio,
y
fundar en
98.000
hectreas
de tierra
firme
conquistadas
al
enemi-
go,
numerosas
colonias
latinas
(i),
donde
muchos
j-
venes
de
la clase
media,
cuyo escaso
patrimonio les
hubiese imposibilitado
de
casarse,
adquiran
la posibili-
dad
de dar
Rom.a
nuevos soldados,
convirtindose en
ciudadanos
y
propietarios
de
una
nueva
ciudad
gober-
nada
imagen de Roma por leyes
autnomas, median-
te la
nica obligacin
para
sus
ciudadanos
de
combatir
con
las legiones.
Fortificada
merced
estos primeros
xitos,
Roma se vio
en seguida
obligada
guerrear
du-
rante el
final
del cuarto siglo
y
la
primera mitad
del
ter-
cero, contra
los
samnitas,
los
etruscos, los
sabinos,
los
(i)
Beloch, /.
/).,
pg.
149.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
25/467
LA
CONQUISTA
II
miembros
rebeldes
de
la
confederacin
latina,
los
galos
de
la
costa
adriatica,
las
milicias
griegas
de Pirro
veni-
das de
Tarento.
Se anexion
un
dilatado
territorio
de
27.000
kilmetros
cuadrados
(i),
es
decir, todo
el Lacio,
parte
de
la
Etruria
oriental
y
occidental,
la mayor
par-
te
de
la Umbra,
de
las
Marcas
y
de la
Campania, redu-
ciendo sus
ciudades
umnicipia,
sus
habitantes
ciu-
dadanos sujetos
al
servicio
militar
y
al
tributum,
pero
privados del
derecho
de voto.
Sojuzg
se
incorpor
aples el ao
326;
Camerino,
Cortona,
Perusa,
Arezzo,
el
310;
los
marrucinos,
marcos,
pelignios,
frentanios,
el
305;
los
vestinos,
el
302,
y
ms
tarde
oblig
Ancona
y
Tarento
concertar
alianzas
median-
te
las
cuales
estas
ciudades
y
naciones,
aunque
conser-
vando sus propias
lej^es
instituciones,
se
comprome-
tan
suministrar
Roma
contingentes
militares
y
es-
tar representadas
por
el
Senado
romano
en
todos los
li-
tigios
con
los
dems
pueblos.
En
suma, Roma
adquiri
en
estas guerras
la
alta
soberana
sobre
toda
Italia.
Pero
ms
importantes
que
las
consecuencias
polticas
fue-
ron
las
econmicas
y
sociales de
esas
guerras. La rep-
blica
y
los
particulares
aumentaron
considerablemente
sus
riquezas. El
Estado
dispuso
de
mayores
rentas
y
se
cre
en
toda
Italia un
gran
patrimonio
con
los
campos,
con
los
pastos,
con
los
bosques,
que
acot
y
dio
una
parte,
reservndose lo dems
para
atender
las necesi-
dades
ulteriores.
Gran
nmero de
familias
patricias
y
plebeyas se enriquecieron
adquiriendo
esclavos
y
tierras
y
cultivando
en toda
Italia extensos
dominios
de
trigo,
vias
y
olivares, sirvindose
de
las
familias
de
escla-
(i)
Beloch,
/
D.,
pg.
149.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
26/467
12
GRANDEZA
Y
DECADENCIA
DE
ROMA
VOS
puestos
bajo la vigilancia
de
un contramaestre,
es-
clavo
tambin,
y
ayudado
durante
la siega
y
la
vendi-
mia
de
obreros
libres
tomados
jornal,
que
procedan
de
la
ciudad
vecina
(i).
En
las
tierras
pblicas de
la
Italia
meridional
hubo muchsimos
de
esos
prados
primitivos
comparables
los
que
hoy
se
ven en Tejas
y
en
las
regiones
ms incultas
de los
Estados
Unidos,
donde
inmensos
rebaos
de
bueyes
y
carneros
pastan
en
cualquier estacin bajo
el
sol,
duermen
la
intem-
perie
y
son
conducidos, en invierno
como en
esto,
por
robustos
guardianes,
de la montaa la llanura
y
-de
la
llanura
la
montaa. Cuando Roma hubo some-
tido
su poder
las
costas
de la Italia
meridional,
y
el
alto
Apenino, fu posible la
fructuosa
explotacin
brbara,
y
muchos
romanos se apresuraron
intentar-
la
(2).
Tambin
afluyeron
los
metales
preciosos,
sobre
todo
la
plata:
con
la
guerra
se recogieron abundan-
tes
(3),
y
en el ao
269
268
antes
de
Cristo,
Roma
em-
pez
acuar
moneda
de
plata
(4).
Los
romanos pudie-
ron
participar
desde
entonces
en
el
comercio
del
mundo,
procurarse
los refinamientos
de
la civilizacin
helni-
ca,
mejor
conocida
la
sazn por los
cambios ms
fre-
cuentes
con
las
colonias griegas
de la
Italia meridio-
nal
(5);
pues como los
metales
preciosos excitaban
la co-
(li Cf. el
De re
rustica de Catn, que
describe las tierras de un
rico
seor durante la poca en que
la
agricultura
comenzaba
trans-
formarse.
Este
libro
sugiere una
idea
sobre
la
administracin agr-
cola
de las
gentes
ricas
en
el
tercer
siglo
antes de
Cristo.
(2)
Xitzsch,
G.
V.,
pg.
16.
(3 )
Tito-Livio,
X,
46.
Schiller-Voigt,
pg.
294.
(4) Babeln,
M.
R.
R.,
I,
pg.
X\'II.
(5)
Schiller-Voigt,
pg.
287.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
27/467
LA CONQUISTA
13
dicia de todos
los pueblos, civilizados
brbaros,
como
adornos
brillantes
y
como
tesoros fciles
de transportar
y
ocultar,
eran en
el
mundo
antiguo
objeto
constante
de cambio
y
comercio,
y
de
ellos
se
servan
para
las
transacciones
entre pueblos de
civilizacin diferente.
Las familias
de
los
pequeos propietarios
se multiplica-
ron
en el
territorio de las
colonias
y
vivieron
en posi-
cin ms
holgada.
Pero
este
enriquecimiento
no
debilit
las
tradiciones
ni
fu inmediatamente seguido
de un
cambio
en
las
costumbres ni de una revolucin
poltica.
La
parsimo-
nia, la
sencillez, la
ruda austeridad
de
los
tiempos
anti-
guos
se
consideraron
todava
como las
ms
altas
virtu-
des de
una
familia
noble.
La riqueza
creciente
no
logr
refinar
la masa
ni
aumentar
los
goces
de los in-
dividuos;
pero consolid el
poder
en
una
fuerte
aristo-
cracia
militar
de
ricos
propietarios,
forjada
en
el
molde
de
la
educacin
tradicional para
el gobierno
y
para
la
guerra;
ayud
conquistar
otras
tierras
y
poblar-
las
de
agricultores
y
soldados
latinos.
Indudablemente,
comps que la
clase
media
se haca
ms
numerosa,
adquira
mayor
holgura
y
conquistaba
ms
influencia,
se
renovaban
las
clases
directoras; la
constitucin
se
democratizaba;
pero poco
poco,
sin
sacudidas,
sin
violentas
interrupciones.
Muchas
familias
plebe3^as
ad-
quirieron
tal
poder
con
sus
grandes
riquezas
empleadas
en
beneficio
del pueblo, que las
familias patricias,
amen-
guadas
y
empobrecidas
la
sazn,
se
vieron
obligadas
para
reconstituir
su
comprometido
patrimonio
y
no
perder
todo
el poder, acoger
en
su
seno
esta
rica
burguesa
plebeya,
concertar
matrimonios
con
sus
familias
y
darlas participacin
en
los
negocios
pbli-
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
28/467
^4
GRANDEZA
Y DECADENCIA
DE
ROMA
COS.
En
el
ao
421
ya se
haba
decidido
que
los
plebe-
yos
pudiesen
ejercer
la
primera
y
ms
importante
ma-
gistratura,
la
cuestura,
esto es,
perseguir
en
calidad
de
cuestores
urbanos
los
acusados
de
crmenes
capitales,
administrar
el
Tesoro pblico, inspeccionar
en
calidad
de
cuestores
militares
los
gastos del
ejrcito
y
atender
su
aprovisionamiento.
En el
367
se
estableci
que hubie-
se
un
plebeyo
entre
los primeros magistrados
de
la rep-
blica,
que,
con
el
nombre
de
cnsules,
estaban encarga-
dos
de
convocar
al
Senado
y
los comicios;
de
dirigir
las
elecciones
de
los
magistrados,
admitiendo
rechazando
los
candidatos;
de
proclamar las levas
y
de
mandar
los
ejrcitos
durante la
guerra.
En
el
365,
los
plebeyos
pu-
dieron
ser
electos ediles curules para
vigilar
la
venta
de
los
cereales
y
fijar
su
precio;
para
presidir
la
conserva-
cin
de
los monumentos
pblicos,
la
polica de
las
ca-
lles,
de
los
mercados, de las
plazas,
y
para
determinar
y
regular
las fiestas pblicas. En el
3
50
fueron admitidos
la
dictadura
y
la censura. La
dictadura
era una magis-
tratura
extraordinaria,
mediante
la
cual
se
conceda
en
un
momento
de
supremo
peligro
y
por
un
corto
tiempo,
plenos
poderes
un solo
hombre, dejando en suspenso la
constitucin.
La
censura
era
una
magistratura
ordinaria
ejercida
en
comn
por
dos
censores,
que compilaban
el
censo
quinquenal
de las
personas
y
los bienes,
de
los
ciu-
dadanos
romanos y
de
los
municipios,
y
que
tambin
vigilaban
las
costumbres
de
los
grandes;
borraban
en
las
listas
de
los
senadores
y
caballeros
los
que eran
indignos,
privaban de
los
derechos polticos al
plebeyo
de
vida
vergonzosa,
presidan
inspeccionaban
la
cons-
truccin
de
las obras
pblicas
y
la
percepcin de los
impuestos.
En el ao
337
los
plebeyos
pudieron
ser
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
29/467
LA
CONQUISTA
15
hasta
pretores:
juzgaban
las
causas
civiles
entre
roma-
nos
y
extranjeros,
y
reemplazaban
los
cnsules
au-
sentes
enfermos.
El
antiguo
patriciado
hereditario
y
exclusivo
se
transform
as
en
una
nobleza
patricio-
plebeya
de
ricos
propietarios,
que
hizo
concesiones
sin
dificultad
al
espritu
democrtico
de la
clase
media
a
medida
que
sta
aumentaba
en
importancia,
gracias
su
bienestar
y
las
victorias,
cuyo
mrito
les
corres-
ponda
en
parte.
Los
pretores
plebeyos
no
tardaron en
ampliar
los
poderes
legislativos
de
los
comicios
de
las
tribus,
en
los
cuales
desempeaba
la
clase
media
un
papel
ms
importante
que
en
los
comicios
de las
centurias;
el
Senado
tuvo
que
dar
su
dictamen
antes
y
no
despus
que
las
asambleas
populares^,
sobre
las
proposiciones
(i);
las
deliberaciones
de
las
asambleas
de
la
plebe
recibieron
por la
Lex
Hortensia
fuerza
de
ley
para
todos
los
casos,
sin
la
aprobacin
del Sena-
do;
las
asambleas
de
las
tribus
se
eximieron
la
ins-
peccin
del
Senado,
y
los
comicios
de
las
centurias
fueron
reformados
(2)
hacia
el
241-,
de
suerte
que
los
ricos
perdieron
mucha
parte
de
su
antiguo
poder.
Se
lleg
hasta
conceder
el
derecho
del
voto
muchos
cives
sine
siijfragio,
los
sabinos
de
Rietti,
de
Norcia,
de
Amiterno
el
268,
y
hacia
el
241
los
habitantes
del
Piceno
y
de
Veletri
(3).
Sin
embargo,
la
constitucin
de
la
repblica
sigui
siendo
aristocrtica
como
antes,
pues
la
nueva
nobleza
patricio-plebeya
supo
persistir
la
nica
clase
dominadora
impedir
la
formacin
de una
(i)
Mommsen,
R. F.
I,
pg.
157.
Willems,
S. R.R.,
II,
pg.
7:
(2)
Karlowa,
R.
R. G.,
I,
pg.
384.
(3)
Beloch,
/
5., pg.
123.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
30/467
1
6
GRANDEZA
Y
DECADENCIA
DE
ROMA
poderosa
oposicin
democrtica,
como se
haba
forma-
do
en
casi
todas las
repblicas antiguas, por
la
fuerza
de las
tradiciones,
por
los
grandes triunfos
militares,
por
la
buena
administracin
pblica,
y
por
un
largo
sis-
tema
de
clientela
y
de
proteccin
en provecho
de
la
clase
media.
Era deber
sagrado para
cada
una
de las
ricas
familias
senatoriales el asistir
con
su
consejo,
su
dinero
y
su
proteccin
cierto nmero
de
familias
de
medianos
propietarios,
y
aun
de
ayudar
las
que
so-
bresalan por su valor
y
su
inteligencia para
que
se
ele-
vasen
hasta
la
nobleza
por
medio de las magistra-
turas
(i).
Sumisa,
pues,
la
proteccin de una nobleza
que protega las
antiguas
costumbres
rsticas,
la
plebe
tambin conserv
las costumbres
de
los antepasados:
sigui
siendo
una
plebe
valiente
y
fecunda
de
campesi-
nos
que
invertan
la mayor
parte
de sus
ganancias
en
educar
generaciones siempre ms
numerosas
de
campesinos
y
de
soldados.
As
es
como
Roma,
durante
los siglos cuarto
y
tercero antes de Cristo, no slo pudo
difundir
en
Italia
su. influencia
y
sus
leyes, pero
tam-
bin su raza
y
su
lengua,
y
fundar
entre los
aos
334
y
264
dieciocho
poderosas
colonias
latinas, entre las
cuales Venosa,
Lucera,
Pesto,
Benevento, Narni, Rimi-
ni
y
Fermo,
diseminando
por
las
diversas
regiones
de
Italia
los
fuertes
cultivadores
latinos,
que la abundan-
cia
de
las
tierras
estimulaba
para
ser
prolficos
y
au-
mentar
el
nmero de
los
que
hablaban el latn
en
la
confusa
mezcla
de las
lenguas
y
de las
razas itlicas.
Esos
campesinos
lo
mismo
se prestaban
alas
fatigas de
(i)
Ejemplo
caracterstico
es
el
de
Catn
el
Censor.
Cf.
Plutarco,
Cat.
-1/,
I
V
x.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
31/467
LA
CONQUISTA
17
la
vida de
los
campos
que
las de
la
profesin
militar;
el sueldo
de
guerra
y
los
dones de los generales
despus
de
la victoria eran
para
ellos
un
lucro aadido
al de
la
tierra,
y
la
guerra
una
industria
complementaria
de
la
agricultura.
Con
esos campesinos,
que eran al mismo
tiempo soldados, pudo la nobleza
romana
vencer
por
primera vez
Cartago,
la gran
potencia
mercantil cu3'a
expansin
comercial acab por
ceder
la expansin
militar
y
agrcola
de
Roma;
con
ellos
logr
dominar
en
el
ltimo
cuarto
del
tercer
siglo
antes de
Cristo,
un
vasto
pas
poblado
por
seis
millones
de
hombres
apro-
ximadamente,
del
que
en caso
de
supremo
peligro
hu-
biese
podido
sacar
770.000
soldados
de
caballera
in-
fantera:
273.000
ciudadanos,
85.000
latinos,
412.000
aliadlos
(i);
en
fin,
con
ellos
pudo
realizar,
del
225
al
222,
aquella gran
guerra
contra
los galos
de Italia
que,
haciendo
Roma duea del valle
del
Po,
le
abri
el
gran
camino de su
historia.
Si tal
esfuerzo
de
guerras
y
conquistas
pudo
durar
varios
siglos,
slo
fu
porque
Roma, gracias
la
disci-
plina
moral
y
al espritu conservador
de
la
nobleza,
haba
persistido
como
sociedad agrcola,
aristocrtica
y
guerrera.
La
tierra
no se conquista
definitivamente,
aun
en las
edades
brbaras,
ms
que
con
el arado,
no
pertenece
los
que las
empapan
de
sangre
en
los
cho-
ques
feroces
de
los
ejrcitos,
sino
los
que
luego de
apoderarse
de
ellas,
las
laboran,
las
siembran
y.
las
pueblan.
Hacia
el
final
del
tercer siglo antes
de Cristo,
Roma
dominaba
Italia
porque
las ms
altas virtudes
de
todas
las
clases
eran
las de
las
sociedades
rurales
(i)
Polibio,
II,
24. Cf.
Beloch,
/
B.,
pg.
94
y
sig.
Tomo
I
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
32/467
I
8
GRANDEZA Y
DECADENCIA
DE ROMA
bien
disciplinadas, como
las
que
hoy encontramos
en-
tre los
boers,
sobriedad,
pudor,
sencillez de
ideas
y
de
costumbres,
fuerza
tranquila de voluntad,
integri-
dad,
lealtad,
paciencia, tranquilidad
peculiar
al
hombre
que
carece de
vicios,
que
no
gasta sus
fuerzas
en
los
placeres,
y
que
sabe pocas
cosas.
Pero
las
ideas
reali-
zaban
lentos
progresos:
lo que
era
nuevo,
no se
admi-
ta,
menos
de que se
tratase
de supersticiones
re-
ligiosas.
El
g,enio,
como
la
locura
el
crimen
y
todo
lo
que
no
perteneciese
la
tradicin,
se rechazaba:
el
formalismo,
el
empirismo,
la
supersticin,
parecan
las
formas
supremas
de
la
sabidura. El derecho
y
la
reli-
gin
singularmente,
perpetuaban entre los
descendien-
tes los
errores
y
los
terrores
de
los antepasados.
Desde-
banse
la
filosofa
griega
y
las
teoras generales:
la
literatura
era
muy pobre todava, pues comprenda
al-
gunos
cantos
religiosos
y
populares en metro saturni-
no
y
varias
composiciones
dramticas de las ms
inge-
nuas,
tales
como los cantos
fescenios,
las
stiras,
las
representaciones
mmicas.
La
lengua
literaria
era
tosca
y
mal
concretada.
Pero
nada es
eterno en la
vida,
ni
el
bien
ni el
mal;
y
como
el
bien
se
trueca
sin
cesar
en
mal,
y
ste
en
bien,
as
el
espritu de
disciplina
y
de sencillez
se
debilit
paulatinamente,
consecuencia
de las
victorias
y
del
aumento
en las
riquezas, hacia la
mitad
del siglo terce-
ro.
La
conquista
de
la
Magna Grecia, de
una buena
parte de
Sicilia,
de
Crcega
y
Cerdea, las
guerras
di-
chosamente
terminadas
en
Iliria,
en Galia
y
contra Car-
tago
rindieron
y
costaron
mucho.
Fu necesario apro-
visionarse
lejos
de
los
grandes
ejrcitos
y
construir
flotas;
pero como
el
Senado romano
no
poda
proveer
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
33/467
LA
CONQUISTA
19
tan
grandes
servicios
pblicos
con un escaso nmero de
magistraturas
destinadas
originariamente
satisfacer
las
necesidades
de
una pequea ciudad,
las
adjudicacio-
nes de
esos
servicios
traficantes
particulares
se
hicie-
ron frecuentes;
y
rpidamente, entre
las
dos
guerras
pnicas,
se
form
una
clase de
publcanos
de
abaste-
cedores que deba ser
en la
sociedad agrcola el primer
vehculo
del
espritu
mercantil
y
del
lujo
(i).
Cuando se
conquist
Sicilia, el comercio de esta
isla,
de donde
se
exportaba
mucho
aceite
y
granos, pas de los cartagi-
neses los
mercaderes romanos italianos, cuyo n-
mero
y
riqueza
aumentaron
(2);
la
aristocracia
romana;
que
hasta entonces
slo
haba
querido poseer tierras,
imit tambin la nobleza
cartaginesa,
que
ella
haba
vencido,
y
que
se
compona
de
mercaderes,
intentando
anlogamente
insinuarse en los
negocios,
lanzando al
mar pequeas
flotillas,
traficando
con
las exportacio-
nes
de
Sicilia
y
viviendo
en el lujo.
La
sencillez
de
las costumbres
tendi
disminuir,
se
relaj la
discipli-
na
de
las
familias; el tribunal
domstico se convoc
ms
de tarde en
tarde;
los
hijos, gracias 3.\peciilium castrense,
se
hicieron ms
independientes de los padres;
las muje-
res sufrieron
menos
la
autoridad de los maridos
y
de los
tutores;
la
cultura griega
se
difundi entre el pequeo
nmero de las
grandes
familias; perfeccionronse
la
len-
gua
y
la
literatura.
Un
griego
de Tarento,
Andronico,
(i)
Segn
Tito
Livio,
XIII,
48,
11,
parece ser
que en el
215
los
abastecedores
eran ya
numerosos
en
Roma. Cf. XXIII,
49,
i,
y
XXV,
3,
12.
(2)
Polibio, I,
83,
10,
demuestra
que
entre la primera
y
la
segun-
da guerra
pnicas
eran
ya
numerosos
los mercaderes
italianos.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
34/467
20
GRANDEZA
Y
DECADENCIA
DE ROMA
prisionero
cuando la
conquista de
la
ciudad
en
el
2^2^
y
vendido
un
Livio que
le emancip, tradujo
la
Odi-
sea en
versos
saturninos,
abri
en
Roma una
escuela
de
griego
y
de
latn,
y
fu el
primero
en
traducir
y
adap-
tar con
gran
xito
varias comedias
y
tragedias
griegas,
intentando
versificar
en
latn
con
metros
griegos.
Poco
despus
Nevio,
ciudadano
romano
originario
de
la
Cam-
pania,
le
imit
y
compuso
un
poema
sobre la
guerra
pnica.
La
antigua
unin
de
clases
no
pudo
durar,
y
contra
esta
nobleza,
demasiado observadora
de
los
ejemplos
cartagineses,
harto codiciosa
y
egosta,
comen-
z
formarse
una oposicin
democrtica,
cuyo primer
gran jefe
fu Cayo
Flaminio. Cuando en el
232
propu-
so
que
se
asignase
la plebe una
parte
del
territorio
que
lo
largo
de
la
costa
adriatica se
arrebat
los
senones
el ao
283
y
los picentos el
28,
hubo
de
vencer
una
violenta
resistencia
de
los
grandes,
que
probablemente
prefirieron
gozar
ellos
mismos
de
esos
terrenos,
arrendndoselos
los
pobres. Y cuando
los
galos
de
aquende
y
allende
el Po, aterrorizados de
esas
asignaciones,
hicieron Roma
la
gran guerra dei
225-222,
que
termin
con la
conquista
del
valle del
Po
y
la
fundacin
de
Plasencia
y
de
Cremona,
la
nobleza,
que
poco
antes
haba
amenazado
Cartago
co n una
nueva
guerra
para
quitarle
Cerdea
y
Crcega,
de las
que
esperaba
obtener
las
mismas
ganancias
que
de
Si-
cilia,
la
nobleza
imput
Flaminio
esta
guerra,
conside-
rndola
como
una
falta
suya
(i).
Esta
nobleza
no
con-
dujo
la
plebe,
sino
que
u
empujada
por
ella
hacia
la
gran
llanura que
se
extiende
al
pie
de
los Alpes,
llanu-
(i) Cf.
Langc,
R. A.,
II,
pg.
125
y
sit
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
35/467
LA
CONQUISTA
21
ra
frtil,
cubierta de
inmensos
bosques
de
encinas,
de
extensos
pantanos
durmientes
y
de
hermosos
lagos;
llanura
poblada
de
aldeas
clticas,
surcada
de
rpidos
arroyuelos, que arrastran
en
su
curso
el
oro
de
las
montaas;
cruzada por el
gran
ro
que
debi
ofrecerse
como
un prodigio
los
romanos,
habituados
las
mez-
quinas
corrientes de
la
Italia
central.
No
fu
un
hom-
bre de
insigne linaje, sino
el
jefe
del
partido
pupular
quien dio
su nombre
la
primer
gran
va,
la
va
Flami-
nia,
que uni Roma
con
el
valle
del
Po
y
condujo
las
generaciones ignorantes
fuera de los
muros
de
la
ciudad,
en derechura al
porvenir.
La
antigua
sociedad
aristocrtica
se
acerc
los
lmites
extremos
de
la
grandeza
y
del
poder,
allende
los
cuales
ya
no
era
po-
sible
que
progresase
sin
cambiar
profundamente.
Sea
lo
que
quiera,
estos
principios
de
discordia
des-
aparecieron
cuando Anbal
descendi
de
los
Alpes,
el
ao
218,
al valle
del
Po, al
frente
del
ejrcito
con
que
la
plutocracia cartaginesa
esperaba
destruir
su
gran
rival.
Esta
invasin
de
un
pas
que
poda
conte-
ner
700.000 hombres,
hecha
con
fuerzas
relativamente
pequeas
y
una
inmensa
distancia de
la
base
de
ope-
raciones,
era
una empresa de
audacia
casi
inverosmil.
Pero
el
hecho
de
que
durante
tantos
aos
se
preguntase
la
gente
si tal empresa no la
conducira
Anbal
dichoso
trmino,
demuestra bien
claro la
debilidad
inherente
esa
federacin
de
repblicas
rurales
de
que
era
cabeza
Roma.
No
hay nacin viviente,
sino
un
conglomerado
de
pueblos
apenas
mantenidos
en
cohesin
por
la
fuerza
de
las armas,
doquiera
la
manera
de
vivir,
de
pensar,
de
sen-
tir,
de
poseer,
no
es
armnica,
en
otros
trminos,
don-
de la
civilizacin
no es una, al
menos
en las
clases
altas
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
36/467
22
(iRANDEZA
Y DECADENCIA
DE
ROMA
y
medias.
Ahora bien, la
vieja
Roma
agrcola, aristocr-
tica
y
guerrera,
slo
haba
podido reducir
una
civiliza-
cin
exclusiva
una
limitada parte
de
Italia.
La
expansin
de los
pequeos
propietarios uni
Roma
numerosas
regiones
de
Italia con los
vnculos
del
lenguaje,
de
la tra-
dicin
y
de
la poltica,
pero
las
colonias
y
los
municipios
ni
siquiera
ocupaban
entonces la
mitad
del
territorio
itlico,
y
la
otra
mitad estaba poseda por las ciudades
aliadas,
repblicas aristocrticas en su mayora,
que
continuaban
haciendo vida
solitaria
y
local, unidas
Roma
por dbiles
lazos. Los romanos haban
formado
noblezas
locales,
especialmente en
Etruria
y
en
la
Ita-
lia
meridional,
que eran el sostn mismo de
Roma.
Pu-
sieron
trmino
sus
sangrientas
discordias,
les
conce-
dieron
el
mando
de los
contingentes reclutados entre
la
robusta
generacin de los
pequeos
propietarios,
y,
por
consecuencia,
les ofrecieron el medio
de distinguir-
se
en
la
guerra,
de lograr consideracin
entre
sus pro-
pios
conciudadanos,
de
obtener
oro, plata
y
nuevas ri-
quezas.
As
es como
en
Etruria
y
en la Italia
meridional
las
grandes familias
estaban
unidas
por
los
vnculos de
la
hospitalidad,
de
la
amistad,
veces hasta del
paren-
tesco,
con las
familias
preeminentes
de Roma. Gustosa-
mente
aprendan
el
latn,
afectaban
admiracin
por
la
poderosa
ciudad,
por
sus
instituciones,
por
las
ideas
y
las
costumbres
de sus grandes (i).
Pero
el
pueblo,
sin embargo,
hablaba siempre
la
lengua
nacional
y
con-
fi)
Cf.
algunos ejemplos
de
esta
clientela
y
de
esta
amistad en
Tito
Livio,
XXII,
15,
7
y
sig.;
XXIII,
2;
XXIII,
46
12.
Cf,
sobre
todo,
el caso
del noble samnita
que
en la
segunda guerra pnica
comba-
ti por
Roma
al
frente de un
cuerpo de
ejrcito,
Tito
Livio,
XXII,
24-
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
37/467
LA
CONQUISTA
~7>
servaba
los recuerdos de antao,
que
parecan
her-
mosos
las
jvenes
generaciones
descontentas
de
lo
presente.
Anbal
pareci comprender
que
Italia
an
no
era
una
nacin, sino
una
confederacin
de
pequeas
re-
pblicas,
muchas
de las cuales
vivan
de ellas
mismas
y
para
ellas
mismas,
y
que
slo
estaban
unidas
al
po-
der
de Roma por muy flojos lazos
polticos.
Sirvindose
de promesas, astucias
y
amenazas,
logr
inducir
la
revuelta
muchas
ciudades
aliadas,
mientras
que
los
ciudadanos
romanos
y
los colonos
latinos,
que
for-
maban
juntos
una
verdadera nacin agrcola
y
aristo-
crtica,
defendieron con heroica
tenacidad
la
tierra
que
sus
padres
haban conquistado,
laboreado,
poblado,
con-
tra el hroe de la orguUosa
plutocracia
cartaginense,
y
Roma
acab
venciendo:
las
virtudes
de
mltiples
gene-
raciones mediocres
la
irguieron sobre
la
grandeza
acci-
dental
y
personal del genio.
Pero el
antiguo
orden
de co?as
qued
turbado por
esta
guerra
terible,
hasta
el
punto de
no
poderse
ya
restablecer. Con
un
esfuerzo
tan inslito,
entre los peligros de
una guerra
que
dur
diecisiete
aos,
y
que
fu
tan
encarnizada
en
Italia, en
Espaa, en
Grecia, en
Sicilia, en
frica, Roma
olvid
gran
nmero
de sus
supersticiones
conservadoras.
Gas-
t
todas las reservas
pblicas
y
privadas,
los
enormes
botines
obtenidos
en
los
saqueos de
Siracusa
y
de
Car-
tagena;
multiplic
las
provisiones
militares
y
con
ellas
las
ocasiones
de
que
se
hicieraa
magnficos
negocios;
suspendi
la
observancia
de muchas
tradiciones polti-
cas
y
algunas
leyes,
como
la
referente
la duracin
y
orden
de
las
magistraturas.
La antigua
prudencia
cedi
un
nuevo
espritu de
juvenil
audacia
representado
por
Publio
Escipin,
Sin eso
hubiera
sido imposible
triunfar
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
38/467
24
GRANDEZA
V DECADENCIA DE
ROMA
en esta
gran
guerra
que
aport
esplndidos
resultados:
la dominacin
de Espaa,
de
Sicilia
entera;
la
confisca-
cin
de
parte
del rico
territorio
de
la
Campania
y
del
Leontino;
la
debilidad
definitiva de las poblaciones
de
Italia
an no
latinizadas;
120.000
libras de plata que
Escipin
transport
de
'ica,
y
la
renta
de
200 talen-
tos de
plata que Cartago haba de
pagar
durante
cin-
cuenta
aos.
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
39/467
II
Primera
expansin
militar
y
mercantil de Eoma
en el Mediterrneo.
Con
esta guerra
comienza una nueva
historia
de Ro-
ma
y
del
mundo,
sobre
todo
porque
apresur
en
Italia
el advenimiento de la
era
mercantil
en la antigua
so-
ciedad agrcola,
aristocrtica
y
guerrera. La
guerra de
Anbal
dej una
ardua herencia de
guerras que Roma
se
vio
obligada
empear apenas hubo
concertado la
paz
con
Cartago: en
Espaa, donde por
todas
partes
haba,
brbaros
que
someter;
en
la
llanura
del
Po,
don-
de
la invasin
pnica
haba reanimado el
espritu
de
independencia; contra
los
ligures,
que
infestaban
las
rutas
martimas
entre Italia
y
Espaa,
y
saqueaban
las
costas
galas
ibricas;
en
Macedonia, donde
el
rey
Fi-
lipo
se
haba aliado
con Cartago.
Sangrienta entre
to-
das
fu
la conquista
de las
regiones
llamadas hoy
la
Romana
y
la
Emilia,
donde
por espacio de
diez
aos,
contar
del
200,
los boyos
renovaron
sin
cesar una te-
rrible
guerra de emboscadas,
de sorpresas,
de
paz
si-
mulada,
y
de
alzamientos
sbitos
hasta
que
en
el
191,
cuando
la
nobleza
fu
totalmente
destruida,
y
el
pas
devastado
de
arriba
abajo,
toda
la poblacin
apta
-
7/25/2019 Grandezza e Decadenza Di Roma Vol. I - La Conquista
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26
GRANDEZA
V
DECADENCIA
DE
ROMA
para tomar
las
armas
fu aniquilada; los
supervivientes
se
rindieron,
y
Roma
pudo confiscarles
la
mitad
del te-
rritorio (i).
Sin embargo,
no
conviene
suponer
que
la
segunda victoria
sobre Cartago comunicase
Roma
el
espritu de
conquista.
Al contrario, terminada
la
gue-
rra, se
form
entre
la
aristocracia romana
un
partido
que
tuvo
por
jefe
al
vencedor
mismo
de
Zama,
Publio
Escipin,
que
procur
desterrar las
ambiciones de
con-
quista,
el
imperialismo,
diramos hoy,
que
haba
cun-
dido
desde
la primera
guerra
cartaginesa. El
peligro
co-
rrido
por
Italia
durante
la invasin de Anbal
haba
ate-
morizado
los espritus
clarividentes;
comprendan
que
los ciudadanos con
que Roma
seguramente
poda
con-
tar en cualquier
ocasin,
apenas
pasaban de
200.000,
y
que gran nmero
de
ellos,
en su calidad
de
pequeos
propietarios, no podan
conservarse
mucho tiempo
bajo
las armas, lejos
del pas;
que, por lo tanto,
la
gran
po-
ltica
de expansin
no era popular entre las
clases
me-
dias,
y
que los
aliados
podan
sublevarse
nuevamente.
Sicilia,
Cerdea, Crcega,
Espaa,
la
llanura
del
Po
for-
maban,
pues, un
imperio muy extenso
la sazn
(2);
conquistar
otros pases,
comprometerse
enviarles
tropas
y
defenderles, era
imprudente.
Al
contra-
rio,
pesar
del
agotamiento de la guerra
contra
An-
bal,
Roma
estara
en situacin
de
emprender
con
xito,
ayudada
por
una
diestra
diplomacia,
una
poltica
de
guerras breves
y
de
repetidas intervenciones
destinadas
(i)
La historia
de
estas
guerras
est
resumida
en
los
siguientes
pasajes
de
Tito
Livio
XXXI,
10,
21;
XXXI,
7,
26,
29,
32;
XXXIII,
22,
23,
36;
XXXIV,
22,
46;
XXXV,
3,
32;
XXXVI:
38.
(2)
Mommsen,
/?.
G.,
I.
pg.
177.
Xitzsch.
G.
V.,
pg.
75, 88.
Lange,
A'.
A., II.
pg.
189.
-
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LA
CONQUISTA
27
debilitar
en
su
provecho
los
dems pases,
si al
reorganizar
su hacienda
lograba
disponer de
las canti-
dades
necesarias
para
emprender
esas
guerras,
que,
por
lo dems, le produciran
muy
luego
ms
de
lo
que
le
costasen. Escipin,
pues,
vigil
celosamente
la
reforma
de
la hacienda,
y
su
poltica triunf
plenamente
(i).
La
guerra contra
Macedonia
termin sin
ninguna
anexin
de territorio;
Grecia
y
las
ciudades
griegas
del Asia,
sometidas
antes
Macedonia,
se
les
declar
libres;
Fi-
li
po,
tuvo que
destruir casi
toda su
flota
y
su ejercita
y
pagar
un tributo anual de
50
talentos durante
diez
aos. Oro, plata, esclavos, tierras,
tal
fu
el provecho
de
las guerras
sostenidas
en la
llanura
del
Po, en Espa-
a,
en
Liguria.
Un
enorme
botn
de
metales
preciosos
y
un
tributo anual
de
i.ooo
talentos
impuesto
al
rey
de
Siria
durante
doce
aos, constituyeron
los
beneficios
de
la guerra contra
Antioco
U83-189)
que
haba sido se-
cuela de
la
guerra
de Macedonia.
A
la guerra
contra
Siria
se
uni
otra
contra
los
glatas, pero
tambin
ahora
se
respet
los
glatas,
y
los
territorios
arrebatados
Antioco se distribuyeron
entre Rodas
y
el rej- de Per-
gamo.
Palabras ilusiones
generosas
colorearon
pron-
to
de
idealismo
esta
poltica;
Roma no
combata
por
ella,
sino
por
dar
la
libertad
los
pueblos oprimi-
dos
En puridad,
se inaugur
y
perfeccion
en
estos
treinta primeros
aos
una poltica
de intervenciones
mi-
litares
y
de
intrigas diplomticas
que
propendieron
debilitar
los grandes
Estado
de
Oriente
soliviantando
unos
contra
otros:
Macedonia
contra
Siria,
Siria
contra Egipto,
al
reino de Pergamo
contra
Macedonia.
(i)
Lange,
/^.
A.,
II,
pg.
1S7.
-
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28
GRANDEZA Y
DECADENCIA DE ROMA
Sin
embargo,
esas guerras
aumentaron rpidamente
la
riqueza
de
Italia,
y
precipitaron el
renuevo
de las
cos-
tumbres,
de
las
clases
y
de
las
fortunas
comenzadas
me-
dio
siglo
antes.
Tras el
saqueo
de
Grecia
y
de
Asia;
tras
las
devastaciones
de
Espaa
y
de
la llanura
del
Po,
los
generales
comenzaron
ser
prdigos
con
ellos
mismos
y
con
sus
soldados
(i),
y
stos
se
pusieron
negociar
por
su
cuenta.
Se les
haba
visto
muchos
ejercer
la
usura entre
los indgenas
(2),
durante
la
guerra
contra
Filipo
de Macedonia. Muchos
campesinos
pobres vol-
vieron
con
un pequeo
capital
(3).
E