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HUMEDALES DE BOGOTA
HISTORIA DE LOS HUMEDALES DE BOGOTÁ, D.C.
1. INTRODUCCIÓN Y DEFINICIONES
En Colombia existen varias clases de humedales, tanto de agua dulce como de
agua salada: ciénagas, manglares, estuarios, arrecifes de coral, sabanas
inundables, pantanos, lagunas, embalses, madres viejas y meandros.
En los humedales que forman parte de grandes ciudades, como es el caso de
Bogotá, la sociedad interactúa con los ecosistemas, modificándolos, aun
cuando depende de ellos para su supervivencia a largo plazo. Desde el punto
de vista biofísico, los daños a estos sistemas y a su diversidad biológica son
sinérgicos, es decir, se combinan o multiplican en un radio de afectación tan
amplio que pocas veces pueden estar bajo el control humano y sus efectos
pueden llegar a ser devastadores.
El Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente, DAMA, autoridad
ambiental dentro del perímetro urbano del Distrito Capital, se encarga de
realizar acciones orientadas a preservar, administrar y conservar el medio
ambiente y los recursos naturales de Bogotá, dentro del marco de la
planificación urbana, por tanto, es la entidad encargada de gestionar proyectos
que promuevan la protección y conservación de los humedales de la ciudad.
Bogotá cuenta con trece humedales que forman parte del más importante
centro de reproducción de aves al norte de los Andes: la Sabana de Bogotá,
éstos son: La Conejera, Juan Amarillo, Torca, Guaymaral, Jaboque, Techo, El
Burro, La Vaca, Córdoba, Santa María del Lago, La Tibanica, Capellanía y El
Meandro del Say.
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1.1 DEFINICIÓN DE HUMEDAL
El humedal es un ecosistema intermedio entre el medio acuático y el terrestre,
con porciones húmedas, semihúmedas y secas, caracterizado por la presencia
de flora y fauna muy singular. El Convenio Internacional de Ramsar, realizado
en 1971 en la ciudad iraní al que debe su nombre, fue convocado por la
alarmante desaparición de miles de hectáreas de humedales en todo el mundo,
y el consecuente peligro de extinción de las especies que los habitan.
El Convenio define a los humedales como "extensiones de marismas, pantanos
y turberas, o superficies cubiertas de agua, sean estas de régimen natural o
artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres
o saladas, incluidas las extensiones de agua marina, cuya profundidad en
marea baja no exceda los 6 metros".
1.2 FUNCIONES DEL HUMEDAL
En cuanto a flora y fauna, el humedal es decisivo para la vida de muchas
especies, algunas de ellas endémicas y en peligro de extinción, pues es el
hábitat natural que genera los nutrientes y el ambiente necesario para la
reproducción de gran cantidad de aves, como el pato de pico azul, las garzas y
las tinguas, o mamíferos como el curí o los murciélagos y reptiles como la rena
verde o la lagartija, además de múltiples especies de moluscos e insectos, en
el caso de Bogotá.
El humedal es además albergue transitorio de muchas aves que en sus
migraciones recorren el continente o el país. Es el caso de la garza castaña, los
cardenales y los patos canadienses, que migran desde Norteamérica durante el
invierno, para reproducirse o pasar algunos meses del año en los humedales
de la sabana de Bogotá.
Por su capacidad de absorción, el humedal actúa como una gran esponja que
retiene el exceso de agua durante los períodos lluviosos, reservándola para las
temporadas secas, por lo que regula los efectos perjudiciales de las crecientes
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de los ríos y los consecuentes riesgos de inundación. Además aporta grandes
volúmenes de agua a los acuíferos (aguas subterráneas), regulando el nivel
freático y contribuyendo al mantenimiento de los manantiales. Así mismo,
reduce la contaminación del agua, pues las plantas lacustres propias del
humedal retienen sedimentos y metales pesados, por lo que funcionan como
digestores de materia orgánica y purificadores naturales de las aguas
contaminadas.
1.3 ZONAS DE RONDA Y PRESERVACIÓN
Los humedales no sólo están conformados por el cuerpo de agua o zona de
inundación, sino por las áreas de transición: La Ronda Hidráulica y la Zona de
Manejo y Preservación Ambiental.
La ronda hidráulica es la franja paralela a la línea media del cauce alrededor de
los nacimientos o los cuerpos de agua, hasta de 30 metros de ancho (a cada
lado de los cauces), de conformidad con lo dispuesto en el Decreto Ley 2811
de 1974. La ronda hidráulica es fundamental para la estabilidad del ecosistema,
y se considera reserva forestal de protección ecológica, ya que abarca las
áreas inundables que permiten el paso de crecientes no ordinarias y tiene la
función de amoriguar, dinamizar y proteger el equilibrio del humedal, por tanto,
no debe ser afectada por desarrollos urbanísticos o edificaciones.
La zona de manejo y preservación ambiental es la franja de terreno de
propiedad pública o privada contigua a la ronda hidráulica, destinada
principalmente al mantenimiento, protección, preservación o restauración
ecológica de los cuerpos y cursos de agua y ecosistemas aledaños. Su
problemática es igual o más crítica que la de las mismas áreas inundables,
pues su afectación y deterioro derivan de la alteración del suelo o la forma
original, así como por la variación de los cauces naturales o su contaminación.
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2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Se estima que a principios del siglo XX, el área ocupada por lagos y humedales
en los que hoy es Bogotá, sumaba más de 50.000 hectáreas. De las cuales hoy
sólo quedan 800. La evolución histórica de los humedales no muestra
protección o conservación de estos ambientes, sino que revela un claro
proceso de reducción, deterioro y contaminación, lo que implica un fuerte
impacto en la flora y la fauna de tan valioso ecosistema.
2.1 LOS MUISCAS Y EL AGUA
Hace más de 20.000 años la Sabana de Bogotá era un gran lago, más sufrió el
quebrantamiento de uno de sus bordes y se desaguó por lo que hoy
conocemos como el Salto de Tequendama. La mitología muisca no sólo
atribuye este grandioso evento a Bochica, sino que nos cuenta cómo el dios
arrojó su vara de oro al Salto de Tequendama, separando dos grandes
peñascos para liberar las aguas. La leyenda narra además, que el lago se
formó por el desbordamiento de los ríos Sopó y Tibitó, pues el dios
Chibchacum, ofendidos por los habitantes de la sabana, decidió inundarla, y las
aguas cubrieron las viviendas y los cultivos de los muiscas.
El agua era parte esencial de la creación del mundo muisca, y muchos
episodios de su mitología acontecieron en lagos y humedales. Entre los dioses
relacionados con el agua se cuentan Bochica el héroe civilizador, Sie, la diosa
del agua, Bachué, quien representa el origen de la humanidad pues emergió de
una laguna con un niño en sus brazos y su descendencia pobló la tierra;
además la diosa Chía, quien solicitó a los muiscas ofrecer sacrificios y ofrendas
a ríos y arroyos, lagos y lagunas en señal de devoción y respeto a las deidades
indígenas.
Durante los baños rituales de Zipa en la laguna de Guatavita, ceremonia que
originó la leyenda del Dorado.
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Todas las etapas de la vida del individuo se consagraban en el agua. Sie, la
diosa del agua, acompañaba la vida del muisca desde el nacimiento hasta su
muerte. En el momento del parto, la madre se acercaba a la orilla de una
laguna a dar a luz, y luego del alumbramiento, madre e hijo tomaban un baño
en sus aguas, y se encomendaba la vida del recién nacido a la diosa.
Las ceremonias de la llegada de la pubertad o la consagración de los varones
que aspiraban a sacerdotes, guardaban una estrecha relación con el agua,
pues el ritual se realizaba entorno a las lagunas, y concluía cuando los
iniciados se sumergían en sus aguas. De otro lado el rito funerario de los
caciques era una especie de baño eterno, ya que eran enterrados junto con
gran cantidad de ofrendas de oro en el lecho de una laguna.
2.2 LA FUNDACIÓN DE SANTAFÉ
La ciudad de Santafé fue fundada el 6 de agosto de 1538 cerca al lugar de
recreo del Zipa, un sitio muy agradable llamado por los muiscas Teusaquillo. La
ciudad fue trazada a partir de la actual Plaza de Bolívar, pues el lugar ofrecía
muchas ventajas para la instalación del caserío inicial, ya que gozaba de
quebradas y arroyos de aguas cristalinas que descendían de las cuencas
formadas por los cerros orientales. Además el terreno no presentaba
inundaciones durante la temporada de lluvia, pues el exceso de agua era,
como ya se mencionó, recogido y almacenado naturalmente por lagos y
humedales.
Para el trazado de la ciudad se usó la tradicional cuadra española de cien
varas de lado. Las travesías o calles actuales se alinearon en sentido de la
mayor pendiente, es decir hacia el occidente, permitiendo un buen drenaje de
las aguas lluvias. Por su parte las calles principales (Carreras) se guían el eje
norte sur desaguaban en los ríos que bordeaban la ciudad: El San Francisco y
El San Agustín, que luego de verter sus caudales en los grandes lagos y
humedales del occidente de la región, desembocaban en el río Bogotá.
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2.3 LA CONTAMINACIÓN DE LAS QUEBRADAS
El sistema domiciliario de desagüe en Santafé era tan primitivo como el de
suministro de agua potable. La mayoría de las viviendas no contaban con
ningún dispositivo sanitario y simplemente, se arrojaban las aguas servidas y
las basuras al caño público, que corría por el centro de las calles a cielo
abierto. Las aguas y las basuras que se acumulaban en las épocas de verano
daban a la ciudad un aspecto repugnante, y sólo después de fuertes aguaceros
las calles recobraban algo de limpieza. Los arroyos utilizados como único
sistema de desagüe y basurero, desembocaban en los ríos que bordeaban la
ciudad, y sus caudales transportaban los desechos a lagunas y humedales, y
por último al río Bogotá.
2.3.1. La Colonia (1580-1810). Para 1580 la población santafereña suplía sus
necesidades de agua sirviéndose de los ríos San Agustín, San Francisco,
Salitre, Fucha y Tunjuelo, sin embargo, las aguas residuales producidas por la
ciudad se revertían a los mismos ríos mediante caños o zanjas improvisadas,
contaminando el agua que consumían.
A finales del siglo XVI y con el fin de mejorar el servicio de agua potable de
Santafé se construyó el primer acueducto. Consistía en una acequia a cielo
abierto, revestida por lajas de piedra, ladrillo y cal, que se alimentaba del río
San Agustín y atravesaba una densa de arbustos sembrados por los indígenas.
Su función era conducir el agua que descendía de los cerros hasta algunos
establecimientos públicos, para luego alimentar la pila pública.
Los lagos y humedales ubicados en las áreas periféricas de la joven Santafé,
cumplieron una labor protagónica en la evolución histórica de la ciudad. Éstos
eran fuente de muchos productos y estaban asociados con algunos aspectos
de la vida cotidiana. En sus rondas se recolectaba la leña requerida para asar
carnes rojas y hornear pan, alimentos básicos de la dieta española, así como
para la cocción de tejas de barro y las primeras herrerías. En sus aguas se
pescaban el capitán y el dorado, o se realizaban apacibles recorridos en bote.
En sus orillas alisos, arrayanes y otros árboles nativos, además de los sauces
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sembrados por orden del rey Carlos V en 1510, conformaban paisajes
agradables y pintorescos. Pronto en sus riberas se establecieron las haciendas
de muchos españoles, en las que pasaban los días de descanso dedicados a la
caza o la pesca, las cabalgatas en corceles de paso fino y otras actividades
recreativas.
2.3.2. Los Primeros Puentes. En 1640 el gobierno de la colonia ordenó la
construcción de puentes y alcantarillas, debido al desbordamiento de los ríos,
quebradas, lagunas y humedales afectados por el aumento en el nivel de las
aguas del río Bogotá durante la temporada de lluvia, lo que transformaba el
occidente de la ciudad en una insalvable barrera acuática. Situación que
obedecía al comportamiento natural del sistema de lagos y humedales de la
sabana, pues como sabemos, su función consistía en captar el exceso de
aguas de invierno, reservándolas para la temporada seca.
2.3.3. La Expedición Botánica. Una de las haciendas más renombradas a
finales del siglo XVIII fue la que habilitó el científico José Celestino Mutis, pues
en ella creó un Jardín Botánico de investigación con base en la flora típica de
las riberas del río Bogotá y de los lagos y humedales que se encontraban en su
área de influencia, desarrollando importantes estudios y avances científicos
sobre la flora de estos ambientes.
En 1783 el arzobispo y virrey Antonio Caballero y Góngora creó una comisión
científica, dirigida por el sabio Mutis, su promotor, que inició sus
investigaciones en los cerros orientales de Santafé, primeros pasos de una
aventura que después se conocería mundialmente como la expedición
botánica.
2.3.4. Bogotá en los primeros años de vida republicana. En 1819, tras el
Congreso de Angostura y sin concluir aún la campaña libertadora, el país
renació como nación independiente: La República de Colombia, conocida
históricamente como la Gran Colombia, y a la antigua Santafé se le cambio el
nombre por el de Bogotá. La ciudad no presentó un avance significativo en su
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crecimiento urbano por aquel entonces, manteniéndose distantes de las áreas
ocupadas por lagos y humedales.
Según el censo de 1843 Bogotá contaba con 40.086 habitantes, lo que
equivalía al 2.07% de la población del país, que a la fecha era de 1.936.522
habitantes. La población se incrementaba, más la ciudad no se expandía,
redoblando los problemas de hacinamiento e insalubridad. La causa del
evidente letargo urbanístico residía en la estrechez económica de la época, que
indujo a los bogotanos a subdividir las grandes casonas coloniales en 2 o 3
viviendas independientes, costumbre que perduró hasta el siglo XIX.
La ciudad contaba para este entonces con 30 carreras, 26 calles y 700 tramos
de vías urbanas, 250 manzanas, 4 plazas, 8 plazuelas y cerca de 3.000 casas,
según el Nuevo Plano del Agustín Codazzi.
Bogotá ya empezaba a desbordar el marco fijado por sus ríos tradicionales, El
San Agustín, El San Francisco, El Arzobispo y el Fucha. El crecimiento de la
ciudad junto con las nuevas prácticas urbanísticas europeas, que promulgaban
por la implantación de nuevas costumbres sanitarias en favor de la salud
pública, llevó a reemplazar el precario sistema de distribución de agua por un
verdadero acueducto.
2.3.5. El Primer Acueducto. Por lo que en 1886 el municipio firmó un
contrato con la compañía del señor Ramón B. Jimeno. Se trataba de un
sistema de tuberías de hierro fundido que suministraban agua a domicilio
mediante plumas o acometidas. El agua proveniente de los ríos San Agustín y
San Francisco empezó a distribuirse en 1888 sin mayor tratamiento, pues sólo
se contaba para ello con cajas desarenadoras.
Para prestar el servicio, la compañía de acueducto de Bogotá construyó dos
estanques, uno de 4 millones de litros en el barrio Egipto, y otro de 13 millones
en la quinta de Bolívar. Pero los estanques y las fuentes de abastecimiento del
acueducto del señor Jimeno así como los grandes tramos del sistema de
distribución, acrecentaban su caudal tanto en invierno como en verano con
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excrementos humanos y animales, distribuyendo así los gérmenes del tifo y la
disentería que por esa época azotaron la población.
Con todo, la construcción del acueducto impulso la urgencia de crear un
sistema de alcantarillado, pues hasta el momento las aguas residuales corrían
por el centro de las calles a cielo abierto, como lo venían haciendo desde los
tiempos de la Colonia, generando desaseos, pestilencias, muladares y focos de
infección. Se vio entonces la necesidad de crear un sistema de tuberías
subterráneas para la conducción de las aguas negras, y se construyó la
primera alcantarilla de la ciudad en 1877, en la calle 10 entre 7 y 9. No
obstante, las novedosas tuberías de desagüe vertían su contenido en los ríos
que surcaban la ciudad, contaminando los caudales que desembocaban en
lagos y humedales.
2.3.6. El Siglo XX. El área ocupada por el casco urbano de Bogotá en 1917
era de 203 hectáreas, en 1905 superaba las 300. La población pasó de contar
con 21.394 habitantes en 1801 a 100.000 en 1905, es decir, cinco veces más.
En las primeras décadas proliferaron las urbanizaciones improvisadas y
carentes de servicios públicos como respuesta a la demanda de vivienda.
Debido al crecimiento demográfico y la expansión urbana fue necesario ampliar
la red de alcantarillado de la ciudad. Así mismo se pensó por primera vez en
tratar con cloro el agua distribuida por el acueducto, que en 1914 fue adquirido
por el Municipio, debido a los problemas de salud pública del área central que
en las dos primeras décadas del siglo XX colocaba a la ciudad en una situación
cercana al colapso sanitario.
La primera planta de tratamiento de aguas del país fue la de Vitelma,
construida entre 1933 y 1938 en los cerros orientales de Bogotá. La puesta en
funcionamiento de la planta de Vitelma y la represa de la Regadera que la
alimentaba, fue un avance importante en la cobertura y la calidad del servicio.
Sin embargo, para la cuarta década del siglo XX la ciudad padecía por la falta
de agua, por lo que en 1948 se recurrió al río Bogotá cómo fuente de
abastecimiento, y se construyó la planta de Tibitó.
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Los lagos y humedales por su parte, continuaban suministrado el agua para las
haciendas que se encontraban en su área de influencia, pero recibían a cambio
sus aguas residuales y las de la ciudad. Se puede decir que los humedales,
desde la época de la Colonia, además de proveer a los pobladores de sus
inmediaciones de caza y pesca, prestaron a la ciudad el servicio de recolección
de desechos sólidos, líquidos e industriales, actuando como grandes estanques
o plantas naturales de tratamiento de agua, pese a que, al cumplir tan loable
labor, perdían paulatinamente la riqueza de su flora y fauna.
2.3.7. La Expansión Urbana. La actividad constructora iniciada en las
primeras décadas del siglo XX no fue suficiente para la demanda de vivienda.
Entre 1918 y 1928 los arriendos subieron en un 350%. Según los datos de
1928, los 235.702 habitantes de la ciudad requerían 29.963 casas (tomando
como base una casa para ocho personas) pero sólo había 17.767, lo que
arrojaba un déficit de 11.969 viviendas.
La anterior situación generó la aparición de barrios periféricos, cambiándole el
rostro a la ciudad.
2.3.8. Fragmentación de los Humedales. En la década de los treinta se
construyó al Aeródromo de Techo, y años más tarde, la Avenida de las
Américas, obras que jalonaron el desarrollo urbano hacia el occidente, y que
quizá fueron las primeras en afectar los grandes lagos y humedales, ya que
fraccionaron la laguna de Tíntala en cuerpos de agua más reducidos, formando
los actuales humedales de Tibanica, La Vaca, El Burro y Techo y el lago
Timiza, fragmentación que no sólo afectó el área física del lago sino que
modificó el funcionamiento normal del sistema hídrico de la zona, afectando la
flora y fauna natural.
El crecimiento de la ciudad exigió el trazado de nuevas vías, como la Autopista
Norte, construida en 1952, obra de vital importancia para la ciudad, pero que
afectó otro de los grandes lagos de la ciudad, dividiéndolo en los actuales
humedales de Guaymaral y Torca.
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De igual forma, la construcción del Aeropuerto y la Avenida El Dorado, obras
concluidas en 1958, afectaron la laguna que ocupaba esa área, fragmentándola
en los humedales de Jaboque y Capellanía.
En 1961 el proyecto de Ciudad de Techo (hoy Kennedy) generó otro polo de
desarrollo que pronto creó una serie de barrios periféricos de origen
espontáneo, como Patio Bonito o Britalia, todos ellos construidos sobre la
ronda y el cuerpo de agua de los lagos y humedales del sector (por lo que
soportan los desbordamientos del río Bogotá en tiempo lluvioso), y de los que
sólo subsisten los pequeños humedales de Techo, El Burro y La Vaca.
En 1897 se inició el proyecto Ciudad Salitre. Su columna vertebral es la
Avenida de la Esperanza que vincula la urbanización con Fontibón y el centro
de la ciudad. La construcción de la avenida afectó una laguna que para
entonces abarcaba una extensa área (remanente del gran lago afectado años
antes por la avenida del dorado), y de la que hoy sólo sobrevive el humedal de
Capellanía.
Al otro extremo de la ciudad, por la década del 90 Suba vivió un fuerte
desarrollo urbano. En algunos casos los barrios siguieron las normas
urbanísticas, pero en muchos otros, los barrios invadieron, no sólo las rondas
de los humedales de Tibabuyes y la Conejera, sino que con base en rellenos
ilegales fueron hechos sobre el cuerpo de agua de estos ecosistemas.
Para finalizar este breve recorrido por lo que sobrevive de los humedales de
Bogotá, debemos mencionar el Meandro del Say, antiguo curso del río Bogotá
en la localidad de Fontibón, que ha sufrido la invasión de su ronda y su cuerpo
de agua por industrias del sector.
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3. INVENTARIOS DE LOS HUMEDALES ACTUALES
3.1 HUMEDAL DE TORCA / USAQUÉN
Estado Actual:
Para reducir la contaminación de este humedal de 24 hectáreas se construye
actualmente el interceptor de Torca, que entregará las aguas negras captadas
al interceptor del río Bogotá, evitando que ingresen al humedal, lleguen al
humedal de Guaymaral, y desemboquen posteriormente en el río Bogotá.
Además, se adelanta la adecuación paisajística del canal de Torca y el canal
de la 189, y se construye la red de alcantarillado local del barrio Canaima.
Proyectadas para el 2001 se encuentran la adecuación hidráulica y la
adecuación paisajística del humedal.
Localización:
Pertenece a la localidad de Usaquén y limita al oriente con los predios de la
Compañía Nacional de Reforestación, con la Mazda y con Lucerna, al sur con
el Cementerio de la Paz, al occidente con la autopista norte y al norte con los
predios de la escuela de fútbol Alejandro Brand.
3.2 HUMEDAL DE GUAYMARAL / SUBA
Estado Actual:
Las obras hidráulicas que afectan a Torca, mejoran este humedal puesto que el
agua que vierte el canal de Torca en el humedal del mismo nombre, es llevada
por la pendiente hacia el Humedal de Guaymaral, y finalmente, es conducida al
río Bogotá por el canal Guaymaral, donde se tienen proyectadas obras de
adecuación hidráulica para reducir las inundaciones en la zona.
Localización:
Pertenece a la localidad de Suba, y se extiende desde la autopista norte, hacia
el occidente del centro Bima.
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3.3 HUMEDAL DE LA CONEJERA / SUBA
Estado Actual:
Para la conservación de este ecosistema de 60 hectáreas de extensión, se
construyen, un canal para aguas lluvias en la quebrada la Salitrosa, y el
interceptor de La Conejera que recorre el costado sur de la quebrada y el
humedal, captando redes de aguas negras. El interceptor, y la construcción de
las redes locales de alcantarillado que se adelantan en 23 barrios aledaños,
reducirán en más de un 90% el vertimiento de aguas contaminadas al humedal.
Las obras de descontaminación incluyen la construcción del interceptor del río
Bogotá, proyectada para el 2002, por tanto, se construye una estación de
bombeo provisional, que conducirá las aguas negras del interceptor La
Conejera, al interceptor las Mercedes.
Localización:
Pertenece a la localidad de Suba, y limita al norte con la vía Suba Cota; por el
oriente, con los cerros de Suba; por el sur, con la cuenca del río Juan Amarillo
y por el occidente con el río Bogotá.
3.4. HUMEDAL DE JUAN AMARILLO / SUBA
Estado Actual:
Juan Amarillo con sus 220 hectáreas es el humedal más grande de Bogotá. Allí
se recuperan 35 hectáreas de espejo de agua de la laguna oriental mediante
dragado aterrazado (de 2 a 3 metros de profundidad). Así mismo se adelantan
obras de adecuación paisajística en el costado sur del humedal y los canales
asociados Rionegro y El Salitre. En este último se construye un Box Culvert
que conducirá las aguas negras, desde la Av. 68 hasta la planta de tratamiento
de aguas residuales el salitre. Para reducir la descarga de aguas negras al
ecosistema, se construyen alcantarillados sanitarios en 26 barrios que lo
afectan. Así, las aguas lluvias descontaminadas en más de un 90% en el
sector, alimentarán al humedal.
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Localización:
Pertenece a la localidad de Suba, y limita por el norte con los barrios el Rubí,
Joroba, San Cayetano, Villa Rincón, Carolina, Atenas, Cañiza, Nueva
Tibabuyes y Miramar; por el oriente, con la transversal 91 y con los barrios
Almirante Cólon, Bachué y Ciudad Hunza; por el occidente, con el río Bogotá y
los barrios Lisboa y Santa Cecilia, y por el sur, con la Ciudadela Colsubsidio, El
Cortijo y Bachué.
3.5 HUMEDAL DE CÓRDOBA / SUBA
Estado Actual:
El humedal, que cuentan con 40 hectáreas, forma parte del corredor ambiental
Sistema Córdoba, Juan Amarillo, Jaboque. Para el primer trimestre del 2001 se
tiene proyectada la restauración arquitectónica y paisajística del humedal y los
dos canales que lo alimentan: Córdoba y Molinos. El humedal se encuentra
bien delimitado, en un sector consolidado, sin embargo y como parte del
saneamiento ambiental y predial del ecosistema, se proyecta la ampliación de
los interceptores existentes, y la adquisición de predios.
Localización:
Pertenece a la localidad de Suba y limita al norte con los barrios Niza y Prado
Veraniego, al oriente con la Avenida de Córdoba, al occidente con el Club del
Banco de la República y la avenida Boyacá, y al sur, en el sector comprendido
entre la avenida Suba y la avenida Boyacá, con los barrios San Nicolás y
Pontevedra.
3.6 HUMEDAL DE JABOQUE / ENGATIVÁ
Estado Actual:
Para reducir de manera significativa la descarga de aguas negras al
ecosistema se trabajaba en la construcción de los interceptores Jaboque,
Marandú, Laureles, Roldán, Bosque de Mariana, Marantá entre otros, y las
redes locales de alcantarillado en 18 barrios aledaños.
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De otro lado, aunque Jaboque cuenta con 80 hectáreas, se ha visto afectado
por las invasiones. Con el fin de recuperar terrenos se reubicaron 130 familias y
se adquirieron predios.
Localización:
Pertenece a la localidad de Engativá y limita al occidente con el río Bogotá; al
sur, con los barrios Engativá, Bolivia y Villa del Mar; al oriente con el barrio
Alamos Norte, y al norte con el barrio Villas de Granada y algunas áreas
destinadas al cultivo y a la ganadería.
3.7 HUMEDAL DE SANTA MARÍA DEL LAGO / ENGATIVÁ
Estado Actual:
Actualmente se adelanta la adecuación paisajística y la restauración ecológica
del parque "Humedal Santa María del Lago", que incluye la erradicación de
escombros y la construcción de miradores, senderos peatonales, ciclo-ruta y
andenes. El proyecto incluye la revegetalización con especies adecuadas para
el ecosistema, según el Protocolo de Restauración Ecológica del DAMA.
De otro lado y con el fin de incrementar la calidad ambiental del ecosistema, se
construye un colector en la carrera 76, que interceptará las conducciones de
aguas negras que actualmente descargan en el humedal.
Localización:
Pertenece a la localidad de Engativá y limita al norte con la calle 80, el centro
de estudios del niño y conjunto residencial San Francisco; al oriente, con la
avenida Boyacá y el conjunto residencial Sago; al suroccidente, con los barrios
Santa Maria del lago y Taborá y al noroccidente con el barrio La Granja.
3.8 HUMEDAL DE CAPELLANÍA / FONTIBÓN
Estado Actual:
Se realizó el amojonamiento de las 18 hectáreas del humedal. Se detectaron
conexiones erradas, lo que reduce la descarga de aguas negras que recibe el
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humedal. Sin embargo, algunas empresas del sector vierten residuos
industriales al ecosistema, lo que genera fuertes disturbios ambientales.
Este humedal se verá reducido al construirse la Avenida Longitudinal de
Occidente (ALO), por lo que en compensación el Instituto de Desarrollo Urbano
adquirió predios adyacentes, que se integrarán al ecosistema. Las obras de
adecuación paisajísticas se tienen proyectadas para el 2002.
Localización:
Limita al norte con las urbanizaciones Bella Vista, Los Pantanos, Cofradia y
Santa Teresa, al sur con la carrera 87, y las bodegas de Kokoriko, al oriente
con la calle 43 y al occidente con la avenida del ferrocarril de occidente.
3.9 MEANDRO DEL SAY / FONTIBÓN
Estado Actual:
Las zonas aledañas al río Bogotá presentan espejo de agua con vegetación
lacustre. En algunas zonas se están realizando procesos de relleno que
generan fuertes disturbios al ecosistema. En otros sectores, la ronda y el
cuerpo de agua, en los dos costados, ha sido rellenado e invadidos por
industrias que además vierten residuos al humedal.
En la actualidad no existen proyectos de recuperación de este humedal por
parte del Distrito. Por lo que el DAMA recomienda a las entidades competentes:
El manejo de las compuertas para que el agua del río Bogotá ingrese de forma
controlada al meandro, lo que contribuiría a la conservación del cuerpo de
agua, y de otro lado, la pronta recuperación del espacio público.
Localización:
Pertenece a la localidad de Fontibón y limita al nororiente con la Avenida
Centenario, al occidente con los predios de la finca la estancia y el cauce del
río Bogotá, y al suroriente nuevamente con el río Bogotá y con la zona franca.
La franja comprendida por el cauce abandonado en toda su extensión sirve
como límite entre Bogotá y Mosquera.
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3.10 HUMEDAL DEL BURRO / KENNEDY
Estado Actual:
El Burro cuenta con 26 hectáreas en dos cuerpos de agua divididos por la
avenida Ciudad de Cali e interconectados por un Box Coulvert.
El humedal fue recientemente amojonado, y se realizaron obras de
saneamiento ambiental como los interceptores de Castilla y las Américas parte
baja. Se construyen además, redes locales de alcantarillado que reducirán la
carga de aguas negras al ecosistema.
Localización:
Ubicado en la localidad de Kennedy y limita al norte con la finca el Tintal y los
predios de la urbanización Alboral, al oriente con los barrios El Castillo,
Monterrey, Villa Mariana y Villa Castilla, la hacienda Techo y el lota El
Triángulo, al occidente con los predios de Protecho y al sur con la carrera 86A.
3.11 HUMEDAL DE LA VACA / KENNEDY
Estado Actual:
Actualmente se construye el interceptor de aguas residuales Tintalito y Canal
de aguas lluvias Tintal II. En cuanto a la construcción del sistema Granada
(canal y colector de aguas lluvias), se espera iniciar obras en el primer trimestre
de año 2001. Así mismo, se elaboran los diseños de las redes locales de
alcantarillado en barrios que vierten sus aguas negras al humedal, y a la
adecuación hidráulica y paisajística del ecosistema.
Localización:
Está conformado por dos cuerpos de agua (sector A y B) delimitados mediante
el acuerdo 035 de 1999, con un total de 7 hectáreas. Ubicado en la localidad de
Kennedy el sector A limita al norte con el barrio Villa de la Torre, al oriente con
el barrio Villa Emilia, al sur con el barrio Villa Nelly, y al occidente con el barrio
la María. El sector B limita al norte y al occidente con los barrios el Amparo y
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Amparo Cañizares, al sur con el parque Amparo Cañizares y al oriente con la
central de abastos.
3.12 HUMEDAL DE TECHO / KENNEDY
Estado Actual:
Aunque los límites de las 11 hectáreas del humedal de Techo fueron definidas
en 1994, el ecosistema presenta dos cuerpos de agua fragmentados por una
serie de construcciones y lotes ilegales, por lo que en el primer trimestre del
año 2001 se adelantará un proceso de saneamiento predial que comprende la
reubicación de 50 familias y la compra de predios. De otro lado, se construyó el
sistema Alsacia en el sector aguas abajo de la avenida Ciudad de Cali, y se
encuentran en proceso de adecuación hidráulica, que incluyen la prolongación
del Box Culvert Alsacia hasta la avenida Ciudad de Cali, la restauración
ecológica del humedal, y la adecuación paisajística de la Zona de Ronda y la
Zona de Manejo y Preservación Ambiental.
Localización:
Limita al norte con Industrias Juveniles Bosconia, al occidente con la
urbanización san Juan de Castilla, al sur con la urbanización Urbiza, y al
oriente con la urbanización Lagos de Castilla.
3.13 HUMEDAL DE LA TIBANICA / BOSA
Estado Actual:
Está conformado por dos grandes áreas, Tibanica en la localidad de Bosa, y
Potrero Grande en el municipio de Soacha. Potrero Grande es competencia de
la CAR, y Tibanica (23 Hectáreas) del DAMA. Las obras de saneamiento
construidas mediante el proceso de concertación agrológicas III de Bosa, son:
el canal Tibanica, y los interceptores la Esperanza, San Diego, San José,
Primavera y Tibanica. La construcción de los interceptores Cartagenita y
Manzanares se tiene prevista para el primer trimestre del 2001. Los diseños de
rehabilitación arquitectónica y paisajística del humedal fueron elaborados
mediante contratación con el IDRD.
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Localización:
Limita al norte con los barrios Charles de Gaulle y Villa Anay, al oriente con el
barrio José María Carbonell, al occidente con el límite de la localidad y al sur
con el municipio de Soacha.
3.14 LAGOS ASOCIADOS
Los Lagartos:
El lago club los lagartos es bordeado por el río Juan Amarillo, más sus aguas
no se mezclan. Al parecer el lago tiene manantiales, por lo que en otros
tiempos se hablaba de Aguascalientes para referirse al lugar que hoy ocupa el
club.
La Florida:
El lago de la florida esta ubicado fuera del perímetro urbano, sin embargo se
encuentra asociado, a nivel hídrico con el río Bogotá, y a nivel biológico con el
sistema de humedales del Distrito Capital.
4. ECOSISTEMAS ESTRATÉGICOS Y BIODIVERSIDAD
El Programa aborda la conservación de los ecosistemas estratégicos urbanos y
periurbanos, dentro del Sistema de Áreas Protegidas del Distrito Capital (SAP).
Tal conservación se entiende como compuesta por tratamientos de:
preservación, restauración y aprovechamiento sostenible (según el régimen de
usos de cada categoría del SAP).
El enfoque de la conservación en el Distrito Capital se basa en el documento
"Desarrollo conceptual del enfoque ecosistémico" de la Convención sobre
Diversidad Biológica (Ley 165 de 1994, Ley marco de biodiversidad) y en
"Política distrital de ecosistemas estratégicos y biodiversidad".
Las áreas urbanas y periurbanas protegidas hacen parte -junto con las rurales
y los grandes parques urbanos- de la Estructura Ecológica Principal, la red
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verde que sostiene y conduce los procesos ecológicos esenciales a través del
territorio distrital y continúa a través de la región.
La conservación de las áreas protegidas urbanas implica un compromiso entre
dos prioridades: la primera, el restablecimiento y mantenimiento de la
estructura, composición y función de los ecosistemas nativos; la segunda, su
integración al espacio público urbano efectivo, garantizando su disfrute
equitativo y su apropiación colectiva, como parte de la estrategia social de
conservación urbana.
El programa apunta a la creación de un ambiente urbano de alta biodiversidad,
incorporando y recuperando espacios y elementos naturales en el tejido
urbano. Se pretende hacer de Bogotá una ciudad destacada por su oferta
natural y enfatizar la protección y aprovechamiento de estos elementos, como
fundamento del proceso de desarrollo integral de los seres humanos que la
habitan.
5. ACTORES INSTITUCIONALES PÚBLICOS Y CIVILES
El escenario de la conservación de los ecosistemas estratégicos y la
biodiversidad en el Distrito Capital involucra a:
• Ministerio del Medio Ambiente.
• Instituto Alexander von Humboldt.
• Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca.
• Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente del Distrito.
• Jardín Botánico José Celestino Mutis.
• Secretaría de Educación del Distrito.
• Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.
• Comunidades vecinas de áreas protegidas.
• Comunidades locales de los Cerros Orientales.
• Explotadores y comercializadores formales e informales de productos
derivados de la biodiversidad.
6. SUBPROGRAMAS
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La política distrital de ecosistemas estratégicos y biodiversidad, abarca las
siguientes líneas de acción:
• Manejo y ordenamiento para la conservación de los Cerros Orientales.
• Recuperación de humedales urbanos.
• Conservación de otras áreas urbanas protegidas.
6.1 SUBPROGRAMA CERROS ORIENTALES
Los llamados Cerros Orientales son la porción distrital de un sistema orográfico
que cruza Bogotá, La Calera, Sopó y Chía, dividiendo la cuenca del Teusacá
de la Sabana. Es uno de los principales ecosistemas estratégicos compartidos
dentro de la Estructura Ecológica Principal Regional.
La porción distrital está cobijada por la Resolución 76 de 1977 del Ministerio de
Agricultura como Reserva Forestal Protectora, norma cuya aplicación y eficacia
han sido muy cuestionadas.
En el POT distrital se concertó el compromiso de formular un Plan de Manejo
de los Cerros Orientales de Bogotá, de modo igualmente concertado entre la
CAR, el Ministerio del Medio Ambiente y el Distrito Capital.
Este proceso, que ya venía adelantándose un año antes de la aprobación del
Decreto Distrital 619 de 2000, es actualmente coordinado por la CAR y debe
surtir, en menos de un año, un Plan de Manejo y un nuevo marco normativo
para los Cerros Orientales. Ambos deben ser concertados con los actores
locales, tras lo cual, entrarían a hacer parte del Plan de Ordenamiento
Territorial del Distrito Capital.
La Resolución 76 de 1977 creó la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental
de Bogotá (Cerros Orientales). Sin embargo, la zona contiene, simultáneas y
adyacentes, áreas de un alto valor de conservación ambiental, lo mismo que
distintos usos del forestal (único admitido por Ley en Reserva Forestal):
producción agropecuaria tradicional, canteras, establecimientos nocturnos,
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centros educativos, clubes y asentamientos urbanos de diversa condición de
legalidad, consolidación y estrato socioeconómico.
Los Cerros Orientales son, al mismo tiempo, el borde oriental de un gran centro
urbano en crecimiento y un área con valores singulares en lo ambiental, lo
biológico y lo escénico, que la sociedad aspira a conservar. Son un rasgo
distintivo de la ciudad, el principal referente físico de identidad social y una
ventaja comparativa para su desarrollo.
En relación con los Cerros Orientales, la política ambiental distrital plantea:
consolidar una estructura territorial que medie y estabilice las relaciones de la
ciudad con los Cerros y la región al Oriente y ordene el aprovechamiento
sostenible y la protección de sus valores biológicos, ambientales y paisajísticos,
priorizando y garantizando su disfrute y apropiación públicos.
El presente subprograma aborda la puesta en marcha de las acciones que se
prescribirán y programarán en el Plan de Manejo de los Cerros Orientales,
ordenado por el artículo 389 del POT distrital y actualmente en elaboración,
bajo las orientaciones del comité interinstitucional conformado para tal efecto.
Éste también coordina las acciones urgentes requeridas para controlar el
deterioro del área protegida.
6.2 SUBPROGRAMA DE RECUPERACIÓN DE HUMEDALES URBANOS
Este subprograma se basa en las resoluciones, recomendaciones y directrices
de la Convención de Ramsar, así como en los documentos "Enfoque
ecosistémico en el manejo de los humedales bogotanos" y "Directrices para la
gestión ambiental de los humedales del Distrito Capital".
Los humedales urbanos y periurbanos del Distrito Capital prestan numerosos
servicios ambientales insustituibles. Sin embargo, la acumulación de los
impactos del desarrollo urbano que acelera y se suma al proceso natural de
eutrofización y colmatación de los humedales, ha hecho desaparecer la mayor
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parte de su extensión y ha alterado su composición, estructura y
funcionamiento.
El subprograma reúne las acciones requeridas para la recuperación de los
valores biológicos y servicios ambientales de estos ecosistemas, así como las
necesarias para su mantenimiento, como parte de la estructura ecológica
urbana.
Las acciones en cada humedal, en tanto es parte del Sistema de Áreas
Protegidas, bajo la figura de Parque Ecológico Distrital, deben coordinarse
dentro de los Planes de Manejo Ambiental, atendiendo al régimen de usos de
los Parques Ecológicos Distritales, según lo previsto en uno y otro aspecto por
el POT.
Dentro de estos planes de manejo deberá darse prioridad a las siguientes
acciones:
• Creación de la base física propicia para el establecimiento de las distintas
comunidades vegetales y la generación de una oferta amplia y diversa de
hábitats para la fauna residente, visitante y migratoria.
• Repoblación de fauna con especies nativas propias de estos ecosistemas.
• Control de la proliferación vegetal acuática por medios mecánicos, químicos
o biológicos.
• Conformación y estabilización de las distintas franjas de vegetación propias
del humedal, previniendo la aceleración de los procesos de terrificación del
humedal.
• Construcción de la infraestructura requerida para evitar la entrada a los
humedales de aguas servidas, asegurando su alimentación mediante el
sistema de aguas lluvias.
• Dragado y manejo hidráulico para contrarrestar los procesos de colmatación.
El objetivo es mantener el volumen del vaso, la máxima superficie del espejo
de agua y el desempeño hidráulico, reforzando la función de amortiguación
de crecidas y manteniendo una franja periódicamente inundable.
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• Establecer la conectividad de los humedales conformando la estructura
ecológica principal en su interacción con los ríos, las rondas y los parques
urbanos.
• Apoyar la conformación de organizaciones cívicas locales reunidas en torno
a la conservación de los ecosistemas, involucrándolas en el diseño y
supervisión de las actividades de recuperación y adecuación urbanística de
las áreas protegidas.
6.3 SUBPROGRAMA DE ÁREAS PROTEGIDAS URBANAS
Este subprograma aborda la restauración y protección de las áreas protegidas
en suelo urbano y de expansión (exceptuando los humedales, de los cuales se
ocupa el subprograma anterior, sección 7.3.2), así como la integración de las
mismas al espacio público efectivo de la ciudad.
Restando los Cerros Orientales y los humedales -que se tratan en los dos
subprogramas anteriores- y las rondas de ríos y canales - que son parques
urbanos pasivos- quedan como parte de la estructura ecológica principal de la
ciudad:
• Los cerros de Torca, La Conejera y Entre Nubes (Parques Ecológicos
Distritales).
• Sierras del Chicó y las cimas de los Cerros de Suba (Reservas Forestales
Distritales).
• El Bosque de La Merced ("Maleza de Suba", Santuario Distrital de Fauna y
Flora).
• Cada una de estas áreas presenta condiciones bien peculiares de estado y
manejo. Es preciso formular e implementar la estrategia de conservación y el
respectivo Plan de Manejo en cada una de ellas, con el máximo de
participación de la comunidad local, en especial de aquellas organizaciones
cívicas que vienen trabajando por su protección, de años atrás.
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6.4 SUBPROGRAMA DE CONTROL DEL TRÁFICO BIOLÓGICO ILÍCITO
Sólo se dispone de información parcial y reciente sobre las verdaderas
dimensiones del tráfico ilegal de plantas y animales silvestres y productos
derivados, en Bogotá. Como capital de uno de los cinco países considerados
megadiversos, la ciudad juega -como es de esperar- el papel de estación clave
en el tráfico biológico ilegal, en el ámbito internacional y doméstico.
A usos tales como extractos medicinales, mascotas y pieles, se suma la
preocupación creciente por el tráfico y manipulación genéticos. Bogotá dispone
de todas las facilidades tecnológicas y logísticas para hacer el enlace
internacional en esta y otras formas de saqueo de los recursos biológicos, que
no sólo amenazan la conservación de los mismos en todo el país, sino que
evaden la retribución justa y equitativa de los beneficios derivados hacia la
Nación y las comunidades locales de procedencia. Por tanto, Bogotá es el
punto donde deben concentrarse los esfuerzos por cumplir las convenciones
internacionales sobre fauna y flora amenazada, tráfico biológico y patentes
biológicas.
7. CARTOGRAFÍA BÁSICA DEL SISTEMA HÍDRICO DE BOGOTA, D.C.
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