Introducción
25
I.3. RETINOSIS PIGMENTARIA AUTOSOMICO DOMINANTE
(RPAD)
La enfermedad RP con un patrón autosómico dominante afecta por igual a
varones y mujeres. Se transmite en herencia de generación en generación y los
portadores varones o mujeres tienen una probabilidad del 50% de transmitirlo a
sus descendientes. Este tipo de herencia nos indica que el defecto genético que
produce la enfermedad se localiza en uno de los cromosomas no sexuales,
autosomas, del paciente (Fishman GA. y cols., 1985).
I.3.1. Rasgos fenotípicos en RPAD
La RPAD es la forma hereditaria en general menos grave, con aparición de
síntomas de manera más tardía y progresión más lenta que otros tipos de RP.
La agudeza (AV) y el campo visual (CV) se conservan durante más tiempo y el
electrorretinograma (ERG) es conservado en mayor porcentaje (sobre todo mixto
y conos), aunque de amplitud disminuida, hasta su total abolición en la mayoría
de los casos.
La mayoría de los árboles genealógicos de las familias afectadas por RPAD
muestran una penetrancia completa. Sin embargo, se dan casos de familias que
presentan una penetrancia incompleta de la enfermedad. Esta forma de herencia
destaca entre las otras por su gran variabilidad fenotípica que puede darse de
forma tanto intra como interfamiliar.
Clínicamente se consideran tres tipos de RPAD (Berson EL., 1993; Shastry B.,
1994): difuso (tipo I), regional (tipo II) y sectorial (tipo III).
El fenotipo difuso se caracteriza por una severa disfunción de conos y bastones
y la aparición de cambios de pigmentación difusos.
Introducción
26
El tipo regional se caracteriza por la afectación o abolición de la respuesta del
electrorretinograma (ERG) de los bastones, mientras que se mantiene una
respuesta ERG considerable de los conos.
Por último, el tipo sectorial presenta una relativa preservación de la función de
bastones y conos pero con cambios de pigmentación en la zona inferior de la
retina.
Los tres tipos no se han presentado nunca juntos en una misma familia por lo
que constituyen entidades genéticamente separadas.
I.3.2. Genes asociados a RPAD
I.3.2.1. RHO
El gen de la rodopsina fue el primer gen caracterizado asociado a la RP (Drya y
cols., 1990). Se localiza en el cromosoma 3 en la región 3q21-q24. Clonado por
Nathans y Hogness en el año 1984 (Nathans and Hogness. 1984). Su tamaño es
de algo más de 6 kilobases. Su estructura consta de cinco exones interrumpidos
por cuatro intrones. En la región 5’ del gen, se localizan las secuencias del
promotor que regulan su expresión específica en los bastones.
Experimentos de aislamiento del núcleo celular, con incorporación de
precursores nucleotídicos marcados sobre el ARN transcrito primario nuclear
(“nuclear runoff”), junto con el análisis de “Northern blot” de ARN citoplasmático,
han demostrado que la expresión de rodopsina se encuentra regulada a un nivel
transcripcional y no post-transcripcional (Treisman JE. y cols., 1988; Timmers
AM. y cols., 1993).
Estudios realizados sobre la secuencia promotora de este gen distinguen dos
regiones cis-reguladoras diferentes, la región RPPR (“rhodopsin proximal
promoter region”) que abarca desde la posición –170pb hasta la +170pb (Kumar
R. y cols., 1994; Chen S. y cols., 1996) y la región RER (“rhodopsin enhancer
region”) que abarca unos 100pb y se localiza en la región 5’, aproximadamente a
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27
dos kilobases del sitio de inicio del ARNm, actuando como un potenciador de la
expresión de rhodopsina (Nie Z. y cols., 1996). La región RPPR es suficiente
para la expresión específica de los bastones (Zack y cols., 1991; Lem y cols.,
1991).
Estudios in vitro han delimitado secuencias de ADN, Ret-1/PCE-1 (Kumar R. y
cols., 1994; Morabito MA. y cols., 1991), BAT-1 (DesJardin LF. y cols., 1996),
eopsin-1 (Ahmad J. 1995), Ret-4 (Chen S. y cols., 1996) y NRE (Rehemtulla A. y
cols., 1996), que son reconocidas específicamente por proteínas implicadas en
la regulación transcripcional de la expresión de la rodopsina.
Factores de transcripción como los codificados por los genes NRL y CRX,
asociados también a retinopatías, se unen específicamente a algunas de estas
secuencias (Kummart y cols., 1996; Chen y cols., 1997).
Figura 7. Esquema de la región RPPR del promotor del gen de la rodopsina.
El gen RHO codifica una proteína de 348 aminoácidos. La rodopsina es un
receptor acoplado a proteína G (“G-protein-coupled receptor”, GPCR), altamente
especializado para la captación de fotones en las células bastón de la retina de
los vertebrados. Su estructura consta de siete dominios transmembrana, un
dominio citoplasmático y un tercer dominio intradiscal (Fig.8).
La proteína rodopsina constituye cerca del 80-90% del componente proteico del
segmento externo de los bastones (Guyton, 1992). La opsina, apoproteína de la
rodopsina (no lleva unido todavía el fotopigmento, 11-cis-retinal), sufre
modificaciones post-traduccionales por la adición de dos oligosacáridos
mediante N-glicosilación en las asparaginas 2 y 15, además de la palmitoilación
de las cisteínas 322 y 323 con las cadenas de ácidos grasos embebidos en la
bicapa lipídica. La opsina, tras ser N-glicosilada en el retículo endoplasmático, se
transporta hasta la membrana plasmática a través del aparato de Golgi. Una vez
Introducción
28
allí, se une al cis-retinal mediante un enlace de base de Schiff protonada (PSB)
en el residuo aminoácido Lys 296. La región C-terminal de la proteína, situada
en el segmento citoplasmático, es fosforilada reversiblemente en residuos serina
y treonina, por el enzima específico rodopsin kinasa, durante el proceso de
fototransducción (Chabre y Deterre, 1989).
Se han generado ratones “knockout” del gen de la rodopsina para el estudio de
retinosis pigmentaria (Humphries y cols., 1997). Este tipo de ratón se designa
como rho -/- mientras que éstos cruzados con normales generan ratones tipo rho
+/-. Los estudios morfológicos de los ratones rho -/-, animales que no tienen el
gen de la rodopsina, muestran ausencia de segmentos externos en los conos
perdiendo sus fotorreceptores en las tres primeras semanas de vida. Sobre la
octava semana no se detecta ninguna señal en los ERG. Estos ratones permiten
obtener transgenes donde se obvia el fondo genético debido a los alelos
normales del ratón.
Los ratones rho +/- son animales con sólo un alelo del gen de la rodopsina. Los
estudios morfológicos de las retinas de estos animales muestran la presencia de
células fotorreceptoras pero de forma desorganizada. En ratones de edad
avanzada se observa un acortamiento de la membrana externa de los bastones.
La respuesta de estos ratones a los ERG y adaptación a la luz es prácticamente
normal. La gran mayoría de las mutaciones de rodopsina se presentan en los
pacientes de RP en heterocigosis. Este último sería el modelo de ratón elegido
para su estudio, pero los estudios realizados muestran una afectación
significativa de estos animales debido a la haploinsuficiencia del gen de la
rodopsina, que debe tenerse en cuenta en la interpretación de los resultados de
los experimentos transgénicos.
Se han descrito hasta el momento más de cien mutaciones en el gen de la
rodopsina que causan la enfermedad retinosis pigmentaria (RetNet; HMGD).
El tipo de mutación encontrado en la rodopsina es principalmente de carácter
puntual, es decir, se produce el cambio de un solo nucleótido en la secuencia de
ADN. Estas mutaciones en la mayoría de los casos ocasionan el cambio de un
aminoácido en la secuencia primaria de la proteína.
Introducción
29
Experimentos in vitro han demostrado que los cambios en la estructura primaria
de la rodopsina comportan, en la mayoría de los casos, un cambio en la
estructura de ésta y por tanto una pérdida o variación de su funcionalidad y/o
transporte (Sung CH. y cols. 1991,1993; Liu X. y cols. 1996; Andrés A, tesis
doctoral, 2002; Andrés A. y cols. 2003).
En algunos pocos alelos se han observado mutaciones del tipo deleciones (falta
de nucleótidos en la secuencia de ADN), inserciones o mutaciones puntuales
que producen un codón de finalización prematura de la proteína (Inglehearn CF.
y cols., 1991; Horn M. y cols., 1992; Rosenfeld PJ. y cols., 1992; Bareil C. y cols.,
1999). En todos los casos anteriores se obtiene una proteína anómala no
funcional.
La mayoría de los alelos mutantes encontrados en rodopsina producen RP con
un patrón de herencia autosómico dominante (RPAD). Sin embargo, se han
detectado tres alelos que producen una RP autosómica recesiva (RPAR)
(Kumaranickavel y cols., 1992, Rosenfeld y cols., 1992), así como uno que no
produce RP sino ceguera nocturna congénita (Dryja y cols., 1993).
Esta diferencia de fenotipos nos da idea de la complejidad del mecanismo
patológico de la RP. Estudios realizados con modelos animales en los que se
han introducido alteraciones en el gen Rho, sugieren un tipo de mecanismo
patológico de “ganancia de función” o efecto negativo del alelo mutado (Olson
JE. y cols., 1992; Humphries M. y cols., 1997).
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Introducción
31
I.3.2.2. RDS-periferina y ROM1
El gen RDS-periferina se aisló y caracterizó a partir de una cepa de ratón
denominada rds (“retinal degeneration slow”). Esta cepa de ratones tiene una
inserción de 10 kb en el gen RDS que le causa la enfermedad RP. El gen RDS-
periferina humano, localizado en el cromosoma 6 (6p21) se aisló y caracterizó
por el grupo de Travis (Travis y col.1991a, 1991b). La proteína periferina
codificada en humanos, muestra con la de ratón una homología mayor del 90 %.
El gen RDS-periferina tiene una estructura compuesta por tres exones y dos
intrones. Se expresa en conos y bastones. Codifica una proteína de 346
aminoácidos que se localiza en el borde externo del disco. Su estructura consta
de cuatro segmentos transmembrana, un dominio citoplasmático y otro
intradiscal (Arikawa y cols., 1992) (Fig.10).
El gen ROM1 (“rod outer segment membrane protein 1”) se aisló y caracterizó a
partir de una librería de ADNc por presentar un 35% de homología en su
secuencia con el gen RDS-periferina (Bascom y cols.1992). El gen ROM1 se
localiza en el cromosoma 11 (11p13), su estructura consta de tres exones y dos
intrones (Bascom y cols., 1993a). Codifica una proteína de 351 aminoácidos
que, al igual que la periferina, se localiza en los bordes externos de los discos de
conos y bastones. Su estructura proteica, al igual que la periferina, consta de
cuatro segmentos transmembrana, un dominio estructural citoplasmático y otro
intradiscal.
Las proteínas Rds-periferina y Rom1 tienen siete cisteínas conservadas en su
estructura primaria. Estos residuos Cys tienen un papel importante en el
mantenimiento de sus estructuras terciarias y cuaternarias. Así, ambas proteínas
forman homodímeros a través de enlaces covalentes por puente disulfuro. Estos
homodímeros interaccionan entre sí mediante enlaces no covalentes para formar
una estructura tetramérica (Goldberg y cols., 1995; Kedzierski y cols., 1999).
La función asignada a las proteínas Rds-periferina y Rom1 es de carácter
estructural. La periferina parece implicada en la curvatura periférica de la
membrana de los discos y también en el anclaje de los discos con el
citoesqueleto. Se han realizado estudios con ratones rds -/-, observándose la
Introducción
32
ausencia de segmento externo en los fotorreceptores, por lo que esta proteína
es esencial para la biogénesis de éstos (Sanyal S. y cols., 1980; Kedzierski W. y
cols., 1999).
Hasta el momento se han descrito más de 70 mutaciones en el gen RDS-
periferina en familias con degeneraciones retinianas autosómico dominantes y
tres polimorfismos comunes (RetNet; Arikawa y cols., 1992). Sin embargo, estas
mutaciones expresan un fenotipo más heterogéneo que el encontrado en el gen
RHO, probablemente debido a su expresión en ambos tipos de células
fotorreceptoras. Así, se han asociado a mutaciones en este gen los fenotipos de
RPAD, retinosis “punctata albescens”, distrofia de conos y bastones (CORD) y
distintos tipos de distrofias maculares (DM) como DM en patrón, DM en
mariposa, DM viteliforme y fundus flavimaculatus (Wells y cols., 1993; Nichols y
cols., 1993; Weleber y cols., 1993; Reig C. y cols., 1995; Keen and Ingelhearn,
1996; Kohl y cols., 1997).
Las distrofias maculares presentan en general un patrón de herencia autosómico
dominante y un fenotipo cuyas características principales son: afectación central
de la retina, disminución de la agudeza visual, alteración de la visión en color y
fondo de ojo, y ERG con respuesta de conos alterada (http://www.retina-
international.org/sci-news/rdsmut.htm)
Figura 9. Fondo de ojo y angiografía de un paciente afectado de DMAD.Ambas imágenes permiten apreciar la afectación central de la retina adiferencia del fondo de ojo de un paciente afectado de RP (Figura 5) en elque se aprecia una degeneración retiniana periférica. Estas pruebasoftalmológicas permiten establecer claramente un diagnóstico diferencialentre ambas degeneraciones retinianas.
Introducción
33
Se han detectado mutaciones en el gen ROM1 en familias RPAD. Sin embargo,
no se ha podido establecer en ninguna de estas mutaciones una relación
unívoca con RP (Bascom y cols., 1993b, Bascom y cols., 1995).
Se ha demostrado en unas pocas familias que, sólo los pacientes que presentan
mutación en el gen ROM1 y RDS-periferina expresan un fenotipo de RP. Este
tipo de mecanismo de expresión de la enfermedad se denomina digénico
(Kajiwara y cols., 1994, Dryja TP. y cols., 1997).
Estudios de modelos de ratón donde el gen ROM1 ha sido abolido (“knockout”),
demuestran que la proteína Rds-periferina es suficiente para la morfogénesis del
segmento externo de los bastones y que la proteína Rom1 interviene en la
regulación de la morfogénesis de los discos y en la viabilidad de los bastones ya
que estos ratones, presentan unos discos más largos, un segmento externo
desorganizado y una muerte lenta de los bastones por apoptosis. También se
observa que la respuesta máxima de los bastones en estos mutantes es más
baja que en los controles. Así, estos estudios concluyen que mutaciones en este
gen podrían generar una degeneración recesiva de los fotorreceptores (Clarke
G. y cols., 2000).
Todos estos resultados establecen serias dudas sobre el papel que el gen ROM-
1 pueda ejercer en la patogenia de RPAD.
Introducción
34
Figura 10. Esquema de la proteína Rds-periferina (Preising 7/00; Retina InternacionalNewsletter) con las mutaciones descritas hasta el año 2000. Los distintos fenotipos ytipos de herencia correspondientes a cada mutación se indican con diferentes colores.La expresión de esta proteína tanto en conos como en bastones puede ser el origen dela variedad de fenotipos que originan distintas mutaciones en el gen RDS-periferina (porejemplo RP y DM).
Introducción
35
I.3.2.3. RP1
El gen RP1 (retinitis pigmentosa 1), se ha asociado a RPAD (Bowne SJ. y cols.,
1999), y recibe su nombre por ser un gen localizado en la primera región
cromosómica descrita mediante ligamiento de marcadores para la RP (Blanton y
cols., 1991; Guillonneau X. y cols., 1999).
Esta región se expande a lo largo de 4 Mb en el cromosoma 8 (8q). Es una
región parcialmente equivalente (sinténica) con la del cromosoma 4 de ratón. El
uso de EST, fragmentos de genes aislados de una librería ADNc, en este caso
de retina, permitió asignar dos de estos EST a la región de 4 Mb humana y de
ratón. La búsqueda del gen correspondiente en una genoteca de levadura
permitió clonar el gen RP1. La localización de este gen constituye un ejemplo del
método de ligamiento (Sullivan y cols., 1999, Pierce y cols., 1999).
RP1 es un gen específico de los fotorreceptores cuyo nivel de expresión in vivo
está regulado por los niveles de oxígeno en la retina (Pierce E. y cols., 1999). Su
estructura está compuesta por cuatro exones y tres intrones. El cuarto exón tiene
un tamaño considerable y se extiende a lo largo de 4 kb.
El gen RP1 codifica una proteína de 2.156 aminoácidos. La función de esta
proteína en humanos no está descrita todavía. Sin embargo, la región N-terminal
de la proteína Rp1 presenta una homología bastante significativa con la proteína
humana doblecortina (DCX). Se ha demostrado que esta región de DCX
interacciona con los microtúbulos (Gleesson JG. y cols., 1999; Horesh D. y cols.,
1999) y estudios recientes han localizado esta proteína en el cilio tanto de conos
como de bastones (Liu O. y cols., 2002). Se ha descrito una relación entre un
mutante de la proteína DCX y anormalidades cerebro-corticales (Gleesson JG. y
cols., 1998).
Estudios con modelos de ratón “knockout” para este gen, atribuyen a la proteína
Rp1 un importante papel en la correcta morfogénesis del segmento externo del
fotorreceptor y en el transporte de rodopsina al segmento externo del mismo
(Gao J. y cols., 2002). Estos estudios constituyen un buen modelo para futuros
estudios funcionales de Rp1 en retina.
Introducción
36
Se han detectado algunas mutaciones en este gen relacionadas con RPAD. La
mayor parte de las mutaciones descritas se localizan en una región de unas
1000pb que se encuentran dentro del exón 4 de este gen. La mayoría de estas
mutaciones dan lugar a la proteína Rp1 truncada (Sullivan y cols., 1999; Pierce y
cols., 1999; Payne A. y cols., 2001).
También se han descrito mutaciones que generan una proteína truncada en su
extremo C-terminal y no desencadenan RP (Baum L. y cols., 2001). Estos
resultados podrían reforzar los estudios descritos anteriormente que adjudican
un papel esencial al extremo N-terminal de la proteína en su función.
I.3.2.4. NRL, CRX y FIZ1
El gen NRL (“neural retina leucine zipper”) se aisló a partir de una librería de
sustracción de retina como gen específico que se expresaba en retina adulta y
células de retinoblastoma pero no en otros tejidos adultos.
El gen NRL se localiza en el cromosoma 14 (14q11). Se ha comprobado que el
gen NRL es muy conservado y se expresa en la retina de los vertebrados
adultos.
La estructura del gen consta de tres exones separados por dos intrones. El
primer exón no contiene secuencias que codifiquen la proteína. Las secuencias
codificantes se encuentran en los exones 2 y 3 del gen (Swaroop y cols., 1992;
Farjo y cols., 1995).
Se han encontrado distintas mutaciones en el gen NRL causantes de RPAD
(Bessant y cols., 1999; Martínez-Gimeno y cols., 2001; De Angelis MM. y cols.,
2002). Sólo se han detectado, hasta el momento, dos variaciones de secuencia
(mutaciones silenciosas) en la secuencia codificante del gen NRL, lo que indica
el grado elevado de conservación de la secuencia.
La proteína codificada por el gen NRL contiene, en su extremo carboxi terminal,
un dominio básico y una estructura en cremallera de leucinas (“leucina zipper”),
que le permite una unión específica al ADN. Es miembro de la familia bZIP de
proteínas de unión al ADN. Presenta una gran homología con su análogo en
Introducción
37
ratón. Puede formar homodímeros y heterodímeros con otras proteínas como
Maf y varios miembros de la familia de las oncoproteínas c-jun y c-fos.
La proteína Nrl es un factor de transcripción (Farjo Q. y cols., 1997) que regula la
expresión de la rodopsina en los bastones. Nrl se une de forma específica a la
secuencia consenso de ADN: TGCN6-8NGCA (Rehemtulla y cols. 1996). En la
región promotora del gen de la rodopsina se localiza una región de unión con la
proteína Nrl, NRE (“Nrl response element”), que abarca aproximadamente desde
el nucleótido –40 hasta el –80 de la región promotora. Esta región se conserva
en los promotores del gen RHO bovino y de roedores (Rehemtulla y cols. 1996,
Kummar y cols., 1996). Estudios sobre el efecto regulador de la transcripción de
esta proteína sobre el promotor de la rodopsina revelan que la región localizada
justo por encima de la región NRE y que abarca desde el nucleótido –84 hasta el
–130, también responde a los homodímeros de Nrl con una expresión aún mayor
de rodopsina.
Al igual que otros factores de transcripción de la familia bZIP a la que pertenece,
la proteína moduladora Nrl presenta dos dominios distintos (Swaroop A. y cols.,
1992).
En la primera mitad de la proteína, codificado por el exón 2 del gen, se
encuentra un dominio de transactivación (TA) rico en residuos de prolina, serina
y treonina.
En el extremo carboxi-terminal de la proteína se encuentra el dominio de unión al
ADN (DB; “DNA Binding”), codificado por el exón 3 del gen, que contiene una
cremallera de leucinas que utiliza para formar dímeros, precedida de una serie
de aminoácidos básicos implicados en la unión al ADN.
El gen CRX (“cone-rod homeobox”) se expresa mayoritariamente en los
fotorreceptores y pinealocitos. Se localiza en el cromosoma 19 (19q13.3). La
estructura del gen consta de tres exones y dos intrones.
El gen CRX está localizado en la región cromosómica previamente asociada a
distrofia de conos y bastones (CORDII). El análisis de mutaciones en estos
pacientes demuestra que mutaciones en el gen CRX segregan de forma
autosómica dominante con la enfermedad CORDII (Swain y cols., 1997; Freund
y cols., 1997) y retinosis pigmentaria (Rivolta C. y cols., 2001).
Introducción
38
Además, se han detectado mutaciones en CRX en casos de amaurosis
congénita de Leber (Swaroop y cols., 1999).
La frecuencia de mutaciones causantes de RPAD en este gen es muy baja.
La proteína Crx codificada por el gen CRX consta de 299 aminoácidos con un
dominio "homeobox" en la región N-terminal. Regula la expresión del gen RHO
mediante interacción con las regiones Ret-4 y/o BAT-1 localizadas en la región
RPPR del promotor del gen de la rodopsina (Chen, S. y cols., 1997). Reconoce
in vitro la secuencia de ADN: TAATCC/A, esta secuencia la encontramos en la
región promotora de varios genes específicos de las células fotorreceptoras
como son los genes que codifican las proteínas rodopsina, arrestina, subunidad
β de la cGMP-Fosfodiesterasa en los bastones y “interphotoreceptor retinoid
binding protein” (IRBP) (Furukawa y cols., 1997; Chen y cols., 1997). Muchos de
estos genes parecen necesitar también la presencia de este factor de
transcripción para su expresión normal in vivo (Furukawa y cols., 1999; Livesey y
cols., 2000; Bibb y cols., 2001).
Nrl y Crx interaccionan físicamente in vivo (Mitton KP, y cols., 2000) y actúan
sinérgicamente en los ensayos de actividad transcripcional en el promotor del
gen RHO (Chen y cols., 1997).
Recientemente se han realizado estudios para la identificación de moduladores
sinérgicos o antagónicos de la actividad reguladora de la proteína Nrl en la
retina. El cribado de una librería de ADNc de retina bovina mediante la técnica
del doble-híbrido en levaduras, revela la existencia de una proteína que
interacciona con la región N-terminal de Nrl, de función desconocida y que
presenta gran homología con la proteína Fiz1 de ratón. Estos estudios
demuestran que Fiz1 actúa como represor de la transactivación, mediada por Nrl
pero no la mediada por Crx, en la actividad del promotor de la rodopsina en
células transfectadas (Mitton KP. y cols., 2003).
Fiz1 se expresa en retina y puede tener un papel regulador de la señal de
transducción en bastones, modulando como represor la actividad transcripcional
de Nrl (Mitton KP. y cols., 2003). Este gen es, por lo tanto, un gen candidato de
retinosis pigmentaria.
Introducción
39
I.3.2.5. FSCN2
El gen de la fascina, FSCN2, tiene una expresión específica en retina. Se aisló a
partir de una librería de ADNc de retina bovina, se localiza en el cromosoma 17
(17q25) (Saishin Y. y cols., 1997; Bardien-Kurger S. y cols., 1999; Tubb BE. Y
cols., 2000)
Este gen consta de cinco exones y cuatro intrones que codifican una proteína de
492 aminoácidos, con un peso molecular de 55,057 kDa.
Esta proteína presenta una homología del 94% con la fascina de retina bovina y
de un 56% con la humana.
El análisis de la región promotora de este gen revela secuencias consenso de
unión al ácido retinoico y varias zonas potenciales de unión para los factores de
transcripción Crx y Nrl.
La proteína de retina fascina, tiene un papel importante en la morfogénesis de
los discos de las células fotorreceptoras, permitiendo el ensamblaje y
empaquetamiento de los microfilamentos de actina en la célula (Saishin Y. y
cols., 2000).
Este gen se ha asociado con RPAD y DMAD. Hasta el momento sólo se ha
descrito una mutación causante de RP (Wada Y. y cols., 2001; Wada Y. y cols.,
2003) en la población japonesa. También se han detectado cinco mutaciones
polimórficas en la misma población (Nakazawa M. y cols., 1991).
I.3.2.6. Genes de expresión ubicua
Las distrofias retinianas hereditarias tienen su origen molecular en la presencia
de mutaciones que se transmiten en el genoma de una a otra generación. Estas
mutaciones se localizan mayoritariamente en genes que están relacionados con
el desarrollo, estructura y función de la retina. Sin embargo, en el último año se
ha descubierto que mutaciones en genes con expresión ubicua producen
retinosis pigmentaria y estas mutaciones son patológicas sólo en retina y no en
otros tejidos donde también se expresan (McKie A. y cols., 2001; Bowne SJ. y
Introducción
40
cols., 2002; Chakarova C. y cols., 2002; Kennan A. y cols., 2002; Makarova O. y
cols., 2002; vanLith-Verhoeven y cols., 2002;).
Mutaciones encontradas en los genes de expresión ubicua PRPF3 (RP18),
PRPF8 (RP13) y PRPF31 (RP11), factores de procesamiento o empalme
(“splicing”) del pre-RNAm (Wang F. y cols., 1997), han sido recientemente
asociadas a RPAD (Chakarova C. y cols., 2002; Makarova O. y cols., 2002;
McKie A. y cols., 2001; vanLith-Verhoeven y cols., 2002; Martínez-Gimeno y
cols., 2003).
A pesar de su expresión ubicua, las mutaciones encontradas en estos genes en
humanos parecen producir efectos patológicos únicamente en retina.
Estos tres genes de expresión ubicua codifican proteínas componentes de la
partícula tri-snRNP U4/U6-U5, que se une y se disocia dinámicamente en cada
ciclo de “splicing”.
El gen PRPF31 codifica una proteína de 61kDa. Experimentos in vitro han
demostrado que esta proteína es esencial para el ensamblaje de la partícula tri-
snRNP. Mutaciones en este gen disminuyen la frecuencia de empalme del
RNAm primario en la célula (Vithana EN. y cols., 2001). Algunas de estas
mutaciones presentan una penetrancia incompleta por lo que podría hablarse de
un mecanismo patológico de haploinsuficiencia más que de un efecto dominante
negativo (Martínez-Gimeno y cols., 2003).
El gen PRPF8 codifica una proteína de 2335 aminoácidos, componente del
“core” de U5snRNP (Lao H. y cols., 1992; Brown J. y cols., 1992).
El gen PRPF3 contiene una región que parece ser esencial para la interacción
proteína-proteína (Heng H., 1998).
Las mutaciones encontradas hasta ahora en los genes PRPF8 y 3 se localizan
en zonas concretas que abarcan 14 codones (exón 42) y 2 codones (exón 11)
respectivamente, mientras que las mutaciones encontradas en el gen PRPF31
quedan más dispersas a lo largo del gen.
Introducción
41
Otro gen de expresión ubicua en el que se han encontrado mutaciones
asociadas a RPAD (RP10) y en un caso a DMAD, es el gen IMPDH1 (Inosina
monofosfato deshidrogenasa tipo I) (Bowne SJ. y cols., 2002 y 2003; Kennan A.
y cols., 2002; Grover S. y cols., 2003; Wada Y. y cols., 2003).
Las mutaciones descritas en este gen de expresión ubicua parecen ser
patológicas únicamente en retina.
La proteína IMPDH cataliza la conversión del inosinmonofosfato (IMP) a
xantosina monofosfato (XMP), que es un paso limitante en la biosíntesis del
nucleótido guanidina.
Estudios de expresión génica de mutantes de este gen, Arg224Pro y
Asp226Asn, demuestran que las proteínas mutantes presentan una disminución
de su solubilidad respecto a la normal pero no parece haber cambios en la
actividad enzimática de éstas. Estos estudios concluyen que estas mutaciones
no alteran el sitio activo del enzima. En cualquier caso, sí parecen afectar a la
solubilidad/estabilidad de la proteína (Aherne A. y cols., 2003).
El hecho llamativo de que el efecto patológico que inducen mutaciones en estos
genes de expresión ubicua sea exclusivo en retina, requerirá futuros estudios
sobre el mecanismo patológico que estas alteraciones puedan inducir. Se ha
propuesto que la expresión de estos alelos mutados produce una
haploinsuficiencia u otro mecanismo que impide que el alto requerimiento
metabólico de los fotorreceptores pueda satisfacerse. Esta insuficiencia
metabólica puede dirigir a la célula fotorreceptora a la apoptosis.
En la población española se han detectado mutaciones en genes de expresión
ubicua (Martínez-Gimeno M. y cols. 2003) asociados a RPAD, citados
anteriormente. Los resultados del estudio de estos genes, no se presentan en
esta tesis ya que ésta abarca sólo el estudio de genes de expresión específica
en retina, pero sí son objeto de otra tesis doctoral en el grupo.
Introducción
42
I.4. MECANISMOS MOLECULARES
TERAPIA GENICA EN RP. SITUACION ACTUAL
La RP es una enfermedad que actualmente no tiene cura. Una de las líneas de
investigación de la retinosis pigmentaria en general y de la RPAD en particular
se orienta a la comprensión de los mecanismos moleculares que desencadenan
la enfermedad, con el objetivo de diseñar terapias adecuadas para su curación
(Bessant DA. y cols., 2001).
Un hecho significativo en RPAD es que la presencia de una mutación en un gen
no sólo causa defectos en la función específica de la proteína que codifica, sino
que desencadena la degeneración de la célula en la que se expresa y, por
extensión, la de la retina. Por ello, el enfoque sobre las terapias moleculares
para pacientes de RPAD debe partir del hecho (al menos en la mayoría de los
genes hasta ahora asociados a RPAD) que los alelos portadores de la mutación
desencadenan un efecto dominante negativo. La eliminación del efecto negativo
exige el reemplazo de este alelo o la eliminación y/o bloqueo total o parcial de su
producto génico (RNA mensajero o proteína) (Sullenger BA, y cols., 1994).
Una de las vías de estudio de los mecanismos moleculares que inducen la
aparición de una patología consiste en el análisis de expresión génica celular o
de tejido y su comparación con sus equivalentes normales. En el caso de las
enfermedades retinianas, esto supone un problema debido a la imposibilidad de
obtener biopsias de los pacientes durante el transcurso de la enfermedad. Por
tanto, la expresión de los alelos mutados y los efectos moleculares que inducen
su expresión en la retina no se pueden estudiar en los pacientes de RP.
En cuanto a la funcionalidad de los alelos mutados de genes relacionados con
RPAD, uno de los métodos para estudiar la estructura y función de las moléculas
mutantes consiste en expresarlas en sistemas celulares in vitro.
Es probable que los pacientes con patrón de herencia RP dominante exijan
terapias diferentes a la de los pacientes recesivos. Sin embargo, también es
probable que la muerte de los fotorreceptores, independientemente de la
mutación o gen anómalo que la causa, siga una ruta común que es la muerte
Introducción
43
celular programada o apoptosis. Así, la cura parcial o total de la RP podría
consistir también en detener los procesos degenerativos a través de terapias que
actuasen sobre el proceso degenerativo de la retina sorteando de esta forma la
heterogeneidad mutacional característica de esta enfermedad. Estudios en esta
dirección son por ejemplo los realizados con ribozimas, caspasas y factores
neurotróficos y de crecimiento (La Vail MM. y cols., 1998; Farrar GJ, y cols.,
2002). De ahí la importancia que adquiere en este campo la investigación
fisiológica y farmacológica.
Recientemente se han obtenido buenos resultados en la transferencia de genes
a retinas animales mediante inyección. La utilización de vectores de
transferencia derivados de virus de ADN permite una mayor eficiencia en la
transferencia génica así como una menor reacción inmunológica (Sarra GM. y
cols., 2002). Un ejemplo reciente de la investigación en este campo han sido los
experimentos de terapia génica que han permitido rescatar el fenotipo salvaje
(WT) del ratón rds (-/-) mediante la transferencia del gen normal rds-periferina
(Ali y cols., 2000). Otro experimento destacable en esta misma línea es la
recuperación de la visión en un perro RPE65 -/-, afectado de amaurosis
congénita de Leber, mediante la transferencia del gen RPE65 (WT) (gen de
expresión específica de epitelio pigmentario de la retina) utilizando un
adenovirus (AAV) como vector de transferencia (Acland GM, y cols., 2001).
Avances en este tipo de experimentos abren expectativas sobre la terapia
génica, al menos en los casos recesivos de RP, en los que parece que los dos
alelos mutados provocan un efecto de falta de función del gen.
Otra línea de investigación se centra en el uso de ribozimas (Berzal-Herranz A, y
col., 1997; Sullivan JM. y cols., 2002). Las ribozimas son moléculas sencillas de
ARN que tienen una acción catalítica (nucleasa) sobre moléculas de ARN. Se
diseñan ribozimas que reconocen secuencias específicas de ARN y son capaces
de producir cortes en ellas de una forma similar a las enzimas de restricción. Ya
se han empleado ribozimas en experimentos con ratones transgénicos
portadores de mutaciones en el gen de la rodopsina como Pro23His (O’Neill y
cols., 2000), con resultados que parecen indicar un efecto eficiente en el retraso
y eliminación del desarrollo de RP en ratones.
Introducción
44
Otras aproximaciones terapéuticas de actualidad se basan en el transplante de
células retinianas en el espacio subretinal (Coffey PJ. y cols., 2002) y la
implantación de microchips que generan impulsos eléctricos haciendo de “retinas
artificiales” (Chow AY. y cols., 2002).
Se han hecho varios intentos en este campo. La obtención de células adecuadas
y la reconstrucción de tejidos parecen ser los problemas básicos en los
transplantes, que podrían tener solución a partir del uso de células madre (“stem
cells”) (Tropepe V. y cols., 2000) o de las actualmente controvertidas técnicas de
clonación.