Juli Eterno
Wiñaymarka
…De la lejanía con cariño
Año 3 - Nº 11 Lima, Noviembre de 2018
JULI ETERNO Lima 31 octubre de 2018
Coordinación: Velazco López, Víctor
Redacción: Arce Macedo, Nerio Castillo Prado Eddy Efraín Espezúa Serrano, Javier+ Espezúa Velasco, Daniel+ López Romero, Urbano Onofre Mamani, Luperio Romero Manrique, Hugo Velazco Flores, Morelia Velazco Manrique, Alipio Velasco Velásquez, Ovidio
C O N T E N I D O: Nuestra Intención…………………………………………..................Víctor Velazco
La Plegaria del Niño……………………………………………….….. Eddy Castillo
San Bartolomé: Santuario y cumbre sagrada……………………. Luperio Onofre
Fructuoso, el Mago – Entrevista……………………………………. Hugo Romero
Llaneros sin Libertad – Un Carolino, Un Caballero………………Alipio Velazco
Los Aymaras de Bertonio……………………………………………..Ovidio Velasco
Pueblo Puneño Batió en Retirada a Chilenos……………………..Crónicas
A Ti Puno – Ciudad Eterna Puno…………………………………….Nerio Arce
Río Hablador – La Lecherita………………………………………..…Urbano López
Puno……………………………………………………………………… MoreliaVelazco
Lo que no se dijo
Campesinita……………………………………………………………...Javier Espezúa
Tankatanka – Señoras y Caballeros………………………...…....... Daniel Espezúa
Te esperamos en: www.julieterno.com
Telf. 01 2256597 Cel. 995452228
Psje. Sérvulo Gutiérrez 190 Dpto 102 San Borja Lima
Edición:Velazco Andía, Rildo
NUESTRA INTENCION
Víctor Velazco López
Los aimaras tan postergados, olvidados y hasta ignorados por los
gobernantes, requieren de una urgente reivindicación socio-económica.
Ya es tiempo que los estamentos regional y nacional, brinden un
trato justo y humano; promoviendo fuentes de trabajo y oportunidades
en salud, educación, turismo, agricultura, pesquería; para que
reivindiquen su trayectoria pasada; aunque dudamos que puedan
satisfacer tal requerimiento, y sólo con mendrugos y promesas seguirán
engañando no sólo a los aimaras, sino al pueblo peruano.
Entonces, es necesario hacer un llamado a nuestra niñez y
juventud, porque ellos son, la única fuerza esperanzadora real de acción
y cambio.
Niños y jóvenes: Siéntanse orgullosos de aceptar y asumir, la
responsabilidad que se les encomienda, porque tenemos plena
confianza y esperanza, que ustedes asumirán lo que nosotros no
pudimos, siéntanse orgullosos de ser aimaras y de ser herederos de la
cultura más indómita, acéptense como son, no tengan vergüenza de la
tradición; aunque en la realidad, estamos frente al fenómeno de la
modernidad con su avance tecnológico imparable; pero el cambio no es
posible solo con la tecnología, hay que trabajar en la mente y en nuestro
comportamiento.
En este momento de crisis, aceptémonos como somos, respetemos
la tecnología y sus espejismos, participemos y practiquemos para
aprovechar las bondades de la ciencia, utilicemos el avance tecnológico
para bienestar familiar, comunal y de nuestros pueblos.
Niños y jóvenes: Cientos de miles de aimaras, tenemos esperanza y
confianza, que con vuestro actuar, iniciaremos una nueva época de
crecimiento, y díganse “Amo a mi familia y a mi pueblo, me esforzaré
para salir adelante, porque confían en nosotros” y Juli Eterno
Wiñaymarka, estará al lado de ustedes, alentándoles y apoyando
vuestras decisiones.
Ahora, tomados de la mano de ustedes, presentamos la “Décima
primera” edición de JULI ETERNO, que la dedicamos a la ciudadanía de
PUNO en su aniversario, augurándoles creciente éxito.
Felicidades niñez y juventud puneña de parte de los aimaras. Y, a
nuestros lectores: Gracias de verdad, y un abrazo de los conductores de
Wiñaymarka.
Huaylluni - Juli Fotografía: Carlos León,
LA PLEGARIA DEL NIÑO
Eddy Efraín Castillo Prado
Era una noche oscura cuando
ella se fue, y en casa todos dormían, me dijeron que se fue al cielo, y
también que estaría en algún lugar de la tierra.
La noche es oscura ahora, y yo la llamo… “Vuelve madre, madre
mía…el mundo está dormido, y nadie sabrá que viniste un momento,
mientras las estrellas se miraban”.
Se fue cuando los árboles florecían, cuando era joven también la
primavera.
Las flores han abierto sus pétalos ya del todo, y yo la llamo…”
Vuelve madre, madre mía…los niños cogen flores y corren animados a
derramarlas, y si tú vienes por una florecilla ¿Quién la echara de menos?
Que derrochadora es la vida, los que entonces jugaban, siguen
jugando todavía, y yo oigo su algazara y te llamo… “Vuelve madre, madre
mía…el corazón de tu hijo está rebosando de amor, y si vienes por un
abrazo, nadie te lo impedirá.”
Es otoño, el viento se lleva muchas hojas secas de árboles
taciturnos, en esas hojas con letras grandes escribiré un mensaje
pidiendo tu regreso.
Madre… ¿dónde estás? ¿En qué pueblo de qué país? ¿En la orilla de
qué mar? ¿En el reino de qué rey?
Con mis manos construiré un navío, y con él surcaré los mares,
hasta hallar tu escondite, te llamaré a los cuatro vientos, y si no hablas,
recogeré tu silencio, y llenaré con él mi corazón. Y esperaré quieto, como
la noche en su desvelo estrellado, hundida pacientemente mi cabeza.
Vendrá sin duda la mañana, se desvanecerá la sombra, y tu voz se
derramará por todo el cielo, en arroyos dorados.
Y si no vienes, madre: te haré un collar de perlas con las lágrimas de mi
tristeza.
Madres juleñas impulsando el turismo; Fotografía: Carlos León
SAN BARTOLOME: SANTUARIO Y CUMBRE
SAGRADA DE LOS AIMARAS
Luperio David Onofre Mamani
El Santuario San Bartolomé o la cumbre sagrada de los aimaras, se
caracteriza por ser un lugar histórico, porque en ella yacen todavía las
murallas de piedra que construyeron los Lupaqas, se distingue también
la presencia de una capilla colonial en la que se encuentra depositada
una cruz de piedra con la imagen del Señor de San Bartolomé, al lado sur
de la cima del cerro hay una huaca o piedra inmensa que tiene la forma
de un sapo cargado de un vehículo.
Es un mirador natural desde el cual se puede observar toda la
majestuosidad del Lago Titicaca, y precisamente, éste y otros son los
atractivos que convoca a miles y miles de creyentes y turistas.
Mientras los turistas disfrutan del paisaje del lugar, los creyentes
intermediados por los Resiris (rezadores) ofrecen rituales, misas,
ch`allas con vino, mixtura, coca y oraciones a San Bartolomé, a cambio
esperan recibir bendiciones para el negocio, trabajo, estudio, viaje, la
chacra, la ganadería y el matrimonio.
Se estima que habría 350 oficiantes de las misas andinas. Los
“resiris”, “yatiris” y “paqos” que se congregan en esta oportunidad
vienen de lugares muy lejanos llámese Copacabana, La Paz, Laraqueri,
Puno, Zepita, y otros.
Otras de las actividades de esta festividad es la ch´alla de los
vehículos. Sin ánimo de exagerar, suben cientos de vehículos a la cima
del cerro, donde, ya sea el sacerdote católico o los yatiris bendicen estas
unidades de transporte.
También se ha incrementado el número de vendedores de alasitas
(cómprame) que es la venta de objetos en miniatura (casas, carros,
utensilios, abarrotes, títulos de propiedad, instrumentos, herramientas,
animales, artículos electrónicos, etc.). Precisamente las personas que
adquieren estos objetos simbólicos lo celebran con el ritual llamado
“ch´alla”, inclusive es motivo para servirse cervezas y compartir comida
con los familiares, prácticamente es la oportunidad especial para
celebrar la vida y el futuro en el que debe cumplirse o ser realidad, la
adquisición del bien comprado.
Una de las principales tradiciones que existía en antaño, aparte
de visitar al Señor de San Bartolomé, era compartir el fiambre a la
usanza juleña. También era una ocasión especial donde los jóvenes
iniciaban sus amoríos.
Finalmente señalo que es una celebración de la vida, porque se
baila, se escucha a los mejores artistas y canta autores, se disfruta de la
comida, también se comparte bebidas, y en fin, son elementos que como
parte de la libertad, se instituye para una celebración fraterna y
armónica en presencia de sus divinidades. De otro lado, éste rito permite
dar importancia a la vida cotidiana, de atribuir y reafirmar un valor
colectivo y de renovar la historia del pueblo de Juli.
Santuario de San Bartolomé – Juli. Fieles nacionales y extranjeros concurren cada año.
FRUCTUOSO, EL MAGO
Hugo Romero Manrique
La verdad, no estaba nadita conforme. Aquel nombre no le gustaba
mucho que digamos. Por qué no haberse llamado simplemente Juan,
como el Bautista, o Pedro, como el Ermitaño, o José, como el Libertador.
¡Pero llamarse Fructuoso! Francamente….
Esa mañana estaba cruzando la desierta plazuela, cuando vio
venir por el atrio de la Asunción al Tata Manrique, el bonachón
presbítero de piel tostada, pelo cano, ojos adormilados y esa perpetua
mansedumbre que inspiraba confianza en chicos como él.
-Buenos días Tata Manrique… Saludó, educadito como siempre.
-Hola jovencito… Espera, tú eres… ¿Cómo te llamas?
-Esteee… Mi nombre es bien feo Tata… Me llamo Fructuoso.
¡Vaya…pero si es un hermoso nombre!,. en misa habrás escuchado eso
de “Benedictus, fructus ventris… Eso quiere decir: “Bendito es el fruto
de tu vientre”. Fructus, es fruto… Eres como un pequeño arbolito, ¿te das
cuenta?, destinado algún día a dar frutos maravillosos!... Fructuoso, ¿qué
habrás de ser mañana?, ¿Inventor?, ¿mago?, ¿poeta? Sólo Dios lo sabe lo
que tu talento y tu voluntad te impulsarán a ser, hijo mío… Y con sonrisa
benéfica el párroco se despidió y siguió tranquilamente su camino.
Fructuoso ¡Con que así era!: Dador de frutos… Haberlo sabido
antes… De verdad era un nombre extraordinario. Mas como no era árbol,
sino un hombre, tendría que ver qué frutos, propios de su condición
humana habría de dar más tarde.
Talvez anticipándose al notable poeta Sebastián Salazar Bondy, el
buen Fructuoso pensó que “El hombre es el único colmo que da peras
increíbles”.
Y orgulloso del profundo significado de su nombre, se dedicó a
escudriñar la vida, y tratar de aprender, de comprender, a llenarse de
mundo leyendo los libros de la Biblioteca Municipal, tratando de honrar
un día el nombre que seguramente con mucho amor, había elegido para
él, su padre.
Pronto se convirtió en un joven devorador de libros,
enciclopedias, diccionarios y cuanto papel impreso caía en sus manos.
Quedó deslumbrado con la fantástica vida de Nostradamus. Los libros
de Alan Kardec lo llenaron de asombro y navegó en sus páginas tratando
de desentrañar la maraña de su misterio.
Escribió a “Leoplan” indagando por el anuncio de unos libros
secretos que la Sociedad A.M.O.R.C. solía enviarlos por correspondencia,
a los aspirantes a Caballeros de la Orden de la Cruz y de la Rosa, u Orden
de los Rosacruces.
Pomata; ciudad hermosa y misteriosa.
Así, página tras página, fue haciéndose poseedor de verdades
jamás reveladas a los profanos, dueño de ocultos poderes que
secretamente guardó para sí. Y nunca hizo alarde de aquel saber… Siguió
siendo el muchacho modesto y gentil, pues quién abreva de las tersas
aguas de la sabiduría jamás es fatuo ni presume de su saber.
Pero siempre hay una primera vez. Sucedió que a instancias de la
familia y de los amigos más íntimos, accedió a realizar algunas
demostraciones de su vasto dominio esotérico, colaborando en algunas
funciones benéficas.
Muy pronto trascendió su fama de extraordinario mago y fue
requerido una y otra vez para colaborar en veladas de ayuda social que
organizaban señoras de Ilave, Pomata, Yunguyo o Desaguadero.
Aquí y allá provocaban entusiastas comentarios las asombrosas
demostraciones de su oculto saber de taumaturgo. Respetuosamente, la
gente empezó a llamarlo “El Mago Loayza”. Mas su quehacer no era el
rutinario ilusionismo de los magos de circo, de aquellos que apelan al
rápido juego de manos y otros trucos efectistas. Su magia procedía de
un saber superior, sagrado y cargado de misterio.
En aquellas giras, un imberbe jovenzuelo llamado Nicanor fungió
de “Secretario” en los actos de magia. Fue un aprendiz de mago bisoño y
nada aprovechado: No acertaba una cuando trataba de imitar a su
mentor.
Cierta noche en Pomata, donde Fructuoso presentó, entre otros
prodigios un impecable acto de levitación, durante el cual el buen
Nicanor quedó flotando en el aire con la levedad de un globo cautivo,
inmovilizado a dos metros del suelo, de pronto se oyó una voz airada en
medio del auditorio.
¿Quién era el que abandonaba iracundo el teatrín, mascullando su
incredulidad? Era nada menos que el italiano Girard, que había
calificado el asombroso acto de burda, vulgar superchería.
Media hora después de terminada la función, el sapientísimo
Fructuoso y el italiano cascarrabias se encontraron frente a frente,
mientras daban vuelta a la plaza. Encarándose al imperturbable joven,
el bachiche volvió a tildarlo de farsante.
“Si usted lo dice, respetable caballero, no voy a contradecirlo. Pero
aguarde la media noche en su habitación y verá lo que sucederá – se
limitó a responder cortésmente el joven mago.
¿Quieren saber ustedes lo que pasó? Talvez no lo van a creer.
Exactamente a media noche, decenas de ratas enormes empezaron a
saltar de un lado a otro, por encima del cobertor dentro del que, un
aterrorizado bachiche temblaba como una hoja movida por un
ventarrón.
Al día siguiente fue el propio Girard el encargado de difundir el
prodigio, proclamando ahora sí, su absoluta admiración y respeto por
los poderes del joven mago.
Templo nuestra señora del Rosario de Pomata.
Nadie en Pomata pudo hallar una explicación coherente a lo
sucedido en casa de los Girard. ¿Ratas? Nunca los hubo por esos lares.
Tan sólo hay pequeños ratoncillos asustadizos royendo aquí y allá, en
despensas y graneros. Pero ratas. Lo que se dice ratas coludas y voraces
como las que llenaron de pavor a un descreído maese Girard aquella
extraña medianoche, no las hay ni para remedio, en estas tierras
costeras que baña el sereno lago azul.
Queriendo preservar sus esotéricos poderes y comentarios
impertinentes, nunca más volvió Fructuoso a presentarlos en público.
Se dedicó, con relativo éxito, a otras ortodoxas actividades. Al poco
tiempo se casó, su hogar se iluminó con la sonrisa de sus niños y pronto
se convirtió en un respetable padre de familia grave y circunspecto.
Guardó los gruesos libros que atesoraban un saber muy antiguo y
colgó para siempre el traje oscuro, en el desván de los recuerdos, junto
a los guantes blancos y la galerita, que tanta fama y responsabilidad
supieron darle, en toda la comarca.
Monumento de la Plaza de Pomata
LLANEROS SIN LIBERTAD
Alipio Velazco Manrique
En la tragedia venezolana, desde el gobierno de Hugo Chávez, hasta el
actual de Maduro; el digno y próspero pueblo llanero, se mantuvo a la
vanguardia dentro del Concierto de las Naciones Sudamericanas, gracias
al trabajo dedicado e inteligente de sus hijos y a las riquezas naturales
que le ha brindado su suelo.
Hoy, se encuentra al borde del colapso, como consecuencia de una
brutal dictadura que le ha negado a su pueblo del “pan con libertad” a
que tienen derecho.
Este problema que nos preocupa a los pueblos americanos,
también lo sienten los pueblos libres del mundo.
No podemos mirar con indiferencia a los cientos de miles de
hombres y mujeres que corren hacia las fronteras, huyendo del hambre,
como también de la humillación del Dictador.
La pantalla nos muestra a madres con un niño en un brazo y
arrastrando a dos con el otro, en busca de llegar lejos del país de su
origen, para encontrar un mejor futuro para sus hijos, ¸mientras la
prensa, nos hace saber del sufrimiento del valiente pueblo venezolano,
sin trabajo, sin techo y con hambre, caminando con prisa para poder
ganar cualquier frontera, asqueado y sin tolerar más la ignominia del
tirano dictador.
De igual modo la TV nos muestra a cientos de niños y adolescentes
venezolanos ingresando a nuestros centros educativos, sin haberse
enterado, que les espera la difícil tarea de adaptarse a otros sistemas de
aprendizaje, a otros contenidos y a profesores con métodos diferentes y
no familiares como los que tuvieron.
La tarea talvez puede ser difícil, pero no imposible, porque vienen
con la firme voluntad de salir adelante.
Me siento orgulloso de la actitud del gobierno de mi patria, que
desde un primer momento mostró su repudio a los regímenes
dictatoriales de Chávez y Maduro, retirando de nuestra sede diplomática
en Caracas a nuestro Embajador, y, abriendo las puertas de nuestra
frontera norte para recibir a cientos de miles de venezolanos que piden
trabajo y libertad.
Mi reconocimiento a los hermanos del norte, en especial a
Tumbes, que al recibirlos les brindan techo, un vaso de agua y un pan
para mitigar el hambre, que les hace huir de su suelo natal.
Nosotros desde aquí les decimos: Bienvenidos; sólo necesitamos
que nos traigan tranquilidad, respeto y seguridad.
Éxodos masivos, manifestaciones, colas y represión viven los hermanos venezolanos a diario.
UN CAROLINO, UN CABALLERO
Alipio Velazco Manrique
El Colegio San Carlos de Puno, el próximo 4 de noviembre, está de
aniversario. Han transcurrido no menos de 90 años, por lo que saludo a
la Familia Carolina, deseándoles más realizaciones.
Yo tuve el honor de ser alumno de aquel centro educativo, fundado
por Simón Bolívar, y desde que fui estudiante y el tiempo transcurrido,
no ha sido suficiente para olvidarme de mi paso por aquellos claustros.
Recuerdo todavía a todos mis dignos profesores, que señalaron y
marcaron los pasos para el resto de mi vida; están presentes en mi
mente: Don Luis Rivarola profesor de Gramática Castellana, Eduardo
Beltrán y Guillermo Zea de Historia Peruana y General, Pastor Ordóñez
de Geografía, Ingeniero Fidel Flores Química y Física, Fernando
Manrique Psicología y Filosofía; el más joven de los docentes, amigo de
sus alumnos con quiénes conversaba como si fueran sus hermanos, sin
tabúes ni hipocresías; Juan Peñaloza Inglés, Heraclio Garmendia de
Literatura Universal, quién al exponer un tema repetía trozos íntegros
de autores, Presbítero Enrique Robles Riquelme Religión, Carlos Rubina
Burgos de Dibujo y Música. Nos hacía repetir de memoria los himnos
Nacional, de Puno y del Colegio, para enseñarnos a cantar al compás de
las notas de su hermoso violín. Mención especial a mi maestro Hernando
Vásquez de Aritmética, Algebra, Geometría y Trigonometría. Un hombre
sumamente serio en su trabajo, pero no déspota, llegaba a hora exacta y
se retiraba cumplida su labor, no sin antes señalarnos ejercicios y
problemas, para evaluar con nota acumulativa para el promedio final.
Su disciplina y responsabilidad, nos
enseñó a conducirnos con corrección
en el resto de nuestras vidas. Para
todos los profesores mi reconocimiento
y gratitud eterna.
El segundo responsable de la buena
marcha del plantel, fue el Regente
Augusto Málaga, con voz de comando,
muy respetado, él manejaba el batallón carolino con éxito en los
compromisos cívico patrióticos, como en los desfiles, portando al
hombro esos fusiles viejos que quedaron de la injusta y absurda guerra
con Chile.
En esos años el Diputado Humberto Eduardo de Amat, por la
provincia de Chucuito, no fue al parlamento para servir de escudo a
delincuentes que falsifican firmas y documentos, no a coludirse con
narcotraficantes, no ha defender intereses de grupo, ni a poner trabas
caprichosas y obstruccionistas para iniciativas que están a la vista
claramente positivas para corregir males ancestrales; ha ido con un
concepto claro de servir al pueblo, que lo llevó hasta ese alto cargo, hizo
realidad la dación de becas de estudio y de internado en el colegio, para
adolescentes procedentes de provincias; yo fui uno de los beneficiados
con esa invalorable gestión; con franqueza y honestidad declaro que tal
vez sin el favor de ese beneficio, no hubiera podido concluir mis
estudios.
He vivido bajo el techo de ese grandioso colegio, llevo en el
corazón el recuerdo imborrable que un viejo como yo, pueda seguir
guardando para no olvidar aquellos hermosos años de mi vida, recuerdo
como si fuera ayer a los 80 internos en un largo dormitorio, en el que,
no sé, cuál fue el detonante para agarrarnos en una batalla campal a
almohadazo limpio, solamente, el Inspector pedía a gritos calmar los
ánimos exaltados.
He jugado en esos claustros con pelota de trapo, apostando con
mis contendores el pan de la cena. Los días domingo, nos llevaban a misa
y a la vuelta, nos servían un rico chocolate que hasta ahora siento
percibir su aroma, de inmediato salíamos a la calle en grupos, y nos
dirigíamos a la plaza, para ver la salida de misa de las Santa Rosinas que
se celebraba en el patio de su colegio y al chocar con ellas les decíamos
Vacas y ellas sin consideración nos decían Burros.
Al margen de este grato recuerdo, en los 5 años de internado, he
conseguido más de un centenar de amigos procedentes de todos los
rincones del departamento y de las provincias tacneñas, para en
cualquier momento y en cualquier lugar confundirnos en un fraternal
abrazo y recordar a esa vieja casona, testigo de nuestras travesuras,
nuestras picardías y por qué no de nuestras inquietudes.
Una vez, nos visitó uno de sus más distinguidos ex alumnos, el
Maestro Universitario, Senador por Puno, Doctor José Antonio Encinas,
que en su saludo nos hizo la siguiente reflexión: Quién pisó las aulas de
este digno colegio, debe llevar en todo momento y en toda circunstancia,
una conducta ejemplar, para que subsista esa singular frase: UN
CAROLINO, UN CABALLERO.
Desde la cima del majestuoso Pukara, en la hermosa ciudad de Juli,
Alipio Velazco Manrique.
Alumnos Carolinos protagonistas de las memorias de Alipio Velazco
LOS AYMARAS DE BERTONIO
Ovidio Velasco Velásquez
Instituto de Estudio Aymara Ludovico Bertonio – IDEALB de Arequipa
De los historiadores que acompañaron a los conquistadores ibéricos a
América en los siglos XVI y XVII y cuya función fue escribir crónicas de
los sucesos que acontecían en los territorios conquistados, la temática
narrativa tratada giró en torno a los aspectos políticos, milisianicos,
religiosos y administrativos que sucedían en el medio urbano en
formación, protagonizados por los españoles y los aborígenes. Sin
embargo, estos singulares escribidores carecían, en su mayoría, de
sensibilidad para narrar estampas de la vida rural, pastoril y bucólica de
los nativos al paso de las huestes invasoras por sus territorios
usurpados.
Desde el gran Garcilaso de la Vega, seguidos por el padre José
Acosta, Pedro Cieza de León, Diego Fernández, Francisco López
Gamarra, Agustín de Zarate, Blas Valera, Huamán Poma de Ayala, Pedro
La Gasca, Ramos Gavilán, Hernando de Santillana, Bartolomé de las
Casas, Bernabé Cobo, Garcí Díaz de San Miguel; todos ellos, casi sin
excepción, abundaron en esa narrativa citadina de inicios de la
colonización hispánica de América.
El gran Ludovico Bertonio de alguna manera llena ese vacío
documental narrando figuras, imágenes y costumbres de la vida rural y
aldeana de los aymaras altiplánicos de fines del siglo XVI e inicios del
XVII y con referencia especial a Juli, uno de los asentamientos más
numerosos de esta etnia, donde el sacerdote jesuita, vivió y trabajo entre
1585 y 1619 adoctrinando y
catequizando en la fe cristiana a los
Aymaras, otrora fundadores del
imperio inca.
La pluma de Bertonio con
singular fuerza telúrica testificó para
la posteridad la vida prolífica de estos
hombres color bronce que habitaron
en comarcas rodeados de imponentes
montañas y acariciadas por las tibias
aguas del Titicaca, entre ubérrimos
bosquetes de Qollis y Queñuales,
ofreciendo un paisaje de contrastes
de inusitada belleza.
Eran los aymaras, lupakas
(Lupi-Jake=hombres esclarecidos) de progenie pura, herederos
legítimos de los legendarios tiahuanacotas que acondicionaron estos
hermosos parajes para sus hogares diseminados a los largo y ancho del
territorio collavino, en pequeñas aldeas rurales denominados Ayllus y
de trecho en trecho crearon pueblos más organizados llamados Markas,
Hiska marca si eran pequeños o Haccha marca si fueron de mayor
tamaño.
Su homogeneidad étnica, tal como lo describe Bertonio, esculpida
por el cincel evolutivo de la selección natural, adaptados a un medio
geográfico agreste y exuberante a la vez, hizo de ellos una gran familia
solidaria por antonomasia y se organizaron socialmente de la manera
más depurada y proba. Sus autoridades eran elegidos en
reconocimiento al talante moral, idóneo y diligente para el cargo entre
todos democráticamente. Era una sociedad patriarcal por los que no
participaban para estas funciones las mujeres. La autoridad principal en
el Ayllu era el Hilacata y en las markas (poblados), el Haccha mayco.
La administración de justicia, si lo requerían, estaba en manos del
Phattghir o Haquighir (jueces probos); el guía espiritual de la comarca
llamado Haccha tata (sacerdote), secundado por dos personajes
singulares: el Layka (hechicero, que ahuyentaba los maleficios) y el
Toqueni o Hamuni (pronosticador del futuro). A la sazón la
bienaventurada hoja de coca es hasta hoy el medio idóneo y dotado de
un halo misterioso para la práctica de la Cocaphatuatha o
Cocalaykasiña (presagio del futuro con coca), arte esotérico que se
sigue practicado hasta el presente por unos pocos Toquenis auténticos
y conocedores de su oficio o embusteros embaucadores en su mayoría.
La economía de los aymaras giraba en torno a la explotación de la
tierra en cultivos de pan llevar en la zona circunlacustre de clima
templado, y la actividad pastoril en la puna alta de clima agreste y muy
frio; sin embargo, en los poblados urbanos, los artesanos y comerciantes
sobresalían visiblemente. Había comercio monetario de compra-venta
de productos, paralelo al trueque. Ccollque (dinero) era el medio de
intercambio de productos, monedas de plata posiblemente (Bertonio
traduce Ccollque como plata). Los verbos Alatha (comprar) y Alakathu
(vender) testimonian el intercambio monetario que es diferente al
verbo truequear, que es el intercambio directo de productos.
El comercio de productos en antaño. Aun se practica.
Las parcelas tanto agrícolas como pastoriles fueron trabajadas con la
mano de obra familiar, sin embargo, existió la colaboración reciproca de
trabajo entre familias del mismo Ayllu en labores que apremiaban uso
intensivo de más trabajo. El éxito en la conducción de cada parcela
estaba a merced de la aptitud para el trabajo del jefe familiar y sus
miembros, estructurándose una manera de diferenciación social no muy
pronunciada sin llegar a una estratificación de clase, esto debido a que
no existían distorsiones como mercado libre de tierras, trabajo o
productos que generen atisbos de monopolios u oligopolios.
Una supuesta utopía socialista aymara de carácter marxista es
inverosímil, ya que los aymaras reconocían la capacidad, eficiencia e
iniciativa individual: La familia Kapa (trabajadora) desarrollaba una
parcela camiri (con excedentes), así como la familia jaira (perezosa)
una parcela Huakhcha (pobre) por tanto había familias ricas y pobres
dentro de los límites éticos permisibles.
Existió una suerte de banca – financiera: Collque Mira Camana
(banquero prestamista), otorgaba manuui (créditos). Los comerciantes
practicaban los manu – ala-sitha (compra a plazos).
Los Aymaras–Lupakas auténticos fenicios americanos,
codescubridores anónimos de la “Ley del comercio” desde entonces:
“Pisina alasitha y hilataqui alakhatu” (comprar barato y vender caro),
vocación que lo llevan en su genoma hasta la actualidad, son
comerciantes por antonomasia, trotamundos empedernidos que los
llevó a fundar un gran imperio.
La medicina aymara tan basta y acertada, como el Collacomarca
(medico) en cada comarca o pueblo y el Colliri (farmacéutico) en los
Ayllus rurales que dispensaba la colla (medicamento), eran dos
personajes importantes.
Medicina Aymara, herencia ancestral; básicamente natural
De todos los aspectos de la vida cotidiana y su organización social donde,
le pusieron mayor esfuerzo colectivo fue a su sistema educativo:
Yatichatha (enseñar) fue en verbo más emblemático que caracterizo a
los vehementes Yatichiris (maestros ) en favor de sus queridos
Yatichaui (prosélitos – discípulos ) y los verbos Quellcatha (escribir) y
Quellcaullatha (leer) los complementos de una educación integral que
no fue ágrafa, tuvo escritura y por tanto tubo historia en términos de la
ortodoxia occidental, por el cual un pueblo es histórico a partir de sus
escritos y su escritura, y es prehistórico cuando carece de estos
atributos. Los establecimientos de mayor respeto y consideración por el
pueblo fueron los Yataui (escuelas) por las razones obvias que allí se
formaban los niños, hombres del mañana. Hubieron cuatro tipos de
escuelas: las Cantahuis (escuelas de música), Ttilmithauis (escuelas de
escultura), Llimpithauis (escuelas de pintura) y los Quelcauis (escuela
de aprendizaje de conocimientos). Los Quellca lurini (escritores) se
encargaban de reproducir los Quelca thapitha (libros).
En las comarcas o pueblos quienes gozaban de especial respeto
fueron los Yatiris (personas doctas y cultas), pero los más admirados y
respetados en grado superlativo fueron los Amaothas (sabios), quienes
difundían su Amaothañas (sabiduría o filosofía) en acontecimientos
especiales.
Bibliografía:
Ludovico Bertonio: El Arte de la Lengua Aymara 1612
Vocabulario de la Lengua Aymara 1610
Confesionario en Aymara y Español 1613
PUEBLO PUNEÑO BATIO EN RETIRADA A
SOLDADOS CHILENOS
Del folleto: Festividad de la Virgen de la Candelaria Pg 25,26.
La ciudad de Puno se liberó de la Ocupación del territorio patrio por los
chilenos, pero no debido a sus 3850 m. de altitud, sino gracias a un
recurso ingenioso y de bajo costo.
(…) a las 3 de la tarde del día 2 de febrero de 1884, los chilenos
entraron a la ciudad de Puno. (…) la fiesta en honor de la Patrona de
Puno empezó ese año, el 1° de febrero con las albas y la víspera. El día 2,
después de la solemne misa, sale el anda de a procesión
majestuosamente engalanada, conducida en hombros de los devotos,
recorría las calles y plazas de la ciudad, para ingresar nuevamente a la
Iglesia de San Juan.
Después de la procesión, en la plazuela se quedaron bailando los
conjuntos de danzarines de los barrios de la ciudad. En el local del
Colegio Nacional San Carlos, ubicado en la plazuela, con portales y techo
de paja de las punas, las autoridades también festejaban. Cerca de las 3
de la tarde, un campesino ingresa muy agitado a la plazuela, venía
corriendo desde Guaje para comunicar a las autoridades la ingrata
noticia que los chilenos se dirigían hacia la ciudad, e ingresaban por la
curva de Huaraya… No bien trasmitida la noticia, la plazuela de San Juan
quedó desierta; sólo quedó el párroco Manuel Crovetto. Se dio tiempo
para guardar los documentos y las joyas más valiosas y con tranquilidad
esperó a los chilenos en la plazuela de San Juan.
Unos 300 chilenos venían en correcta formación al mando del
Coronel Gorostiaga. El cura avanzó unos pasos para salir al encuentro:
Señor, dijo dirigiéndose a Gorostiaga. La ciudad de Puno está
desarmada, no habrá resistencia, pueden tomar la ciudad. El Coronel
contestó: Señor Párroco venimos desde el pueblo de Caracoto en
marcha forzada deseamos descansar. El Párroco dijo: Pueden ocupar el
local del colegio, las puertas están abiertas. La tropa chilena ocupó las
aulas y convirtió el patio en caballeriza. Antes de retirarse el Párroco
pregunto: ¿Algo más señor Coronel? ¡Ah! Dijo Gorostiaga. La tropa hace
días que no toma leche, le ordeno que mañana a primera hora,
proporcione varios porongos de leche.
Parque Pino de Puno y la Iglesia de San Juan.
En esa temporada, en el verano de 1883, Puno sufría de una
epidemia de viruela; los niños en especial y muchos adultos se
encontraban postrados en cama, y para que la viruela no hiciera tantos
estragos, las madres bañaban a sus hijos con leche, al igual que los
adultos, para bajar la fiebre y evitar estragos. El párroco hizo recoger en
los porongos la leche que se habían bañado los enfermos, luego envió al
Coronel Gorostiaga, quien la recibió agradecido. A los 3 días los chilenos
entraron en fiebre y al cuarto día aparecieron los enfermos. A partir de
ese día algunos murieron. Abandonaron la ciudad en la madrugada del
10 de febrero, Octava de la de la fiesta de la Patrona de Puno.
El pueblo sacó nuevamente en procesión a la Virgen de la
Candelaria y empezó a bailar con gran regocijo, en agradecimiento al
milagro de haber derrotado al enemigo y ordenado su salida sin
disparar una sola bala.
Puno de antaño. Fotografía: Peru Life
A TI PUNO
Nerio Arce Macedo
Ciudad de plata a orilla de las gélidas aguas del lago sagrado
Espumas que brotan del encanto mágico de las olas
las ondas que acompañan al viento
Cual sinfonía de la chilliwa en el altipampa
Donde la música se confunde con el suave
Murmullo del ande que vibra, al son de la puna
Para ver danzar a la vicuña en sus saltos mágicos de
libertad
De alegría que viene la primavera.
Puno querido, el amor empieza en la puna para
Terminar en el encantado borde de plata
La orilla del lago, que se confunde con el azul celeste del
cielo
Allá en el horizonte donde la visión se pierde
Para penetrar en el pensamiento de la ilusión y la alegría
de la danza
Que diste a cada uno de los mortales, el espíritu alegre
De aportar con sus bailes interminables de las noches de
luna festivas
Para olvidar el tiempo. Por la virgen de la candelaria
Madre santa que cuidas a todos tus hijos que te rinden
pleitesía.
CIUDAD ETERNA PUNO
Nerio Arce Macedo
Siglos hablan de tu pasado, el tiempo perenniza tus obras
Tú sigues erguido como hace más mil años
Sillustani habla por ti
Huacsapata amor eterno de tus paisanos
Salcedo alfombra de esparcimiento
Esteves lugar risueño de alegría juvenil
Lago azul como el cielo que se confunde en el horizonte
Para barnizar los uros hombres de otra era
Que perduran a través del tiempo.
Al amanecer el ruido patognomónico del tren
Que anuncia el viaje placentero hacia la ciudad de los
volcanes.
Puno eterna ciudad cual beso las orillas del lago sagrado
Rememoran la llegada del gran inca manco capak
Acompañada de su dulce compañera mama occllo
Signos de pureza honestidad verdad padres de un gran
imperio.
Admirado por todos los mundos y universos
Cual cultura deslumbra los tiempos.
RÍO HABLADOR
Urbano López Romero
Alguien grita
del bosque adentro,
¡No me esperes compañero…!,
Entonces el rumoroso río de
porfiadas aguas
Siguió su curso por la cálida selva,
Sobre el suelo abierto y tendido
De cauces abruptos,
En el verde mar del inmenso bosque
Vestido de árboles y pájaros.
Por ahí, otro día,
Algún “tuku” malagüero
Pico de noche
Vuelve a gritar,
¡Buen viaje Willkamayu…
De pronto
Vi pasar temblando al viajero río
Raudamente el horizonte
Por esos valles profundos
De alba a alba,
Remando su alma sonora
Cargado de remolinos.
Su viaje es lento sin cesar
Por esos caminos gitanos,
Llevándose recuerdos y sueños
Hacia el mar del morir
Donde dormirá por siempre
Su líquido cuerpo.
Cusco, octubre 2018
LA LECHERITA
Urbano López Romero
1 Moza y buena la lecherita
Uvita negra sus ojos De falda ajada, Blusa floreada, Negro azabache
Sus cabellos.
2
Su nombre, Pecado, Una sabrosura,
Muchacha sencilla Ricotota y coqueta
De ojos anchos Como su mirada.
3
Cuando viene a mi puerta Llega con sus pies de polvo,
“Compramuste caballero” Me dice..
“Le he traído lecheriata”.
4
Llega cada mañana Con su risa viajera,
Cargando porongos de alboradas
Y después de vender La blanca leche de sus
cantarillas Se va toda palangana
La dichosa.
5 Otra mañana
Atrevime tocar las laderas De sus caderas,
“Dejamuste caballero”, Me dice,
Viene su señora, Entonces dame un beso
Y se inclinó, Diome sus labios Y se fue riendo.
Morelia G. Velazco Flores
El astro rey se esfuma tras los nevados de los andes Las acuáticas aves con vuelo ligero llegan a sus nidos
En los totorales
Ellas insinúan con armonioso canto El himno del crepúsculo, creador del descanso
Las aguas del lago sagrado, tranquilo y transparente, Semejan un espejo biselado,
Que refleja los celajes, del cielo y su pasado La brisa sopla en dirección a nuestro anhelo
¡Y sentimos que estas enfermo! Que noche tan fría que viento tan fuerte
Que sopla del lago y azota mi cara Que noche tan mala que luna tan clara
Que cruza el espacio como si quisiera congelarme el alma ¡Que viento!........... ¡Que viento!
Parece el lamento del llanto del Inca ¡Puno!
Tierra del sol, hermosa patria mía Tierra del indio fornido
Te contemplas fecunda y providente ¡Pero a la vez, está enferma!
Es el lago señor, Señor de los señores
Que alegra la tristeza que derrama la Puna
El alienta la vida de los hijos nacidos En el lecho nupcial de sus amplias orillas El sacude las chacras con arado y semilla
El construye la choza que se eleva a los astros Puno.
Tierra del orgullo aimara Donde se inspiraron cinco metros de poema Donde tus kitulitas cantaron en el altipampa
al compás de las zampoñas Abrazado por el cancharani y el azoguini y
Acariciado por el huajsapata Eres de plata y de brillo eterno.
LO QUE NO SE DIJO En este segmento de “Juli Eterno”, se seguirá publicando el recurso
literario acopiado por los Conductores de “Markamasi” en Arequipa,
señores: Lolo y Javier Espezúa, y José Cabrera, a quiénes los recordamos
profundamente.
En esta ocasión los temas: Campesinita, Tankatanka, Señoras y
Caballeros, y, Entrevista, publicamos, tal cual como se encuentran, por
respeto a su autoría y la consideración que les debemos.
Necesario indicar que, en esta vez, comprometemos a nuestros
caros y amables lectores, para que ellos tengan la amabilidad y molestia
de efectuar una valoración del contenido y mensaje de los temas dichos;
y, les rogaríamos nos lo hagan llegar al watsap 995452228 o al email
indicado en la primera página de la revista.
CAMPESINITA
Javier Espezúa Serrano
Campesinita que caminas Sin saber dónde vas… Por quebradas y colinas Por pampas y llanuras Por valles y punas ¿Por qué triste estás?
En tus ojos hay tristeza En tu alma hay pureza En tus manos fuerza En tu corazón la riqueza
Campesinita que caminas Sin saber a dónde vas… Tú no sabes lo que fuiste Tu honor, tu humildad y tu raza Arrebatado por el explotador está Por eso triste estás
Tú que siembras semillas de bonanza Vas tejiendo ilusiones de esperanza Pronto recogerás el fruto de la riqueza Y abandonarás la liclla de la pobreza
Campesinita que caminas Sin saber dónde vas… Estudia y trabaja con tesón Y despertarás feliz de corazón Para desterrar la explotación Y seguir el camino de la liberación
TANKATANKA
Daniel E. Velasco
En el yermo de Pavita
Junto al río Callacami
Una roca mesozoica
Se levanta solitaria.
Sobre ella se registran
Los vestigios pre incaicos
De una urbe milenaria
Que se llama Tankatanka.
Tankatanka es fortaleza
De las huestes Tiahuanaco
Tankatanka es santuario
De los bravos Lupijakes
Tankatanka está formada
Por chullpas viviendas
Por otras chullpas altares
Y muchas chullpas tumba.
Ruinas de un gran palacio
En medio de las murallas
Se alzan muy estupendas
Trono de indomable Kari.
Blasón pétreo de los siglos
Que añora unas guerras
De los kechuas con los kollas
Por conflictos monarquistas.
Señoras y caballeros:
Daniel Espezúa Velasco
La mujer hasta hoy ha permanecido humillada por la civilización,
aplastada por la moral, supeditada por el hombre y excluida por la
legislación. Es que prevalece todavía la dualidad del caudillo diocesano
del siglo doce. Es o no. ¿Es la mujer un ser racional o sigue siendo el aspid
tentador de la humanidad? ¡Horror de siglo! ¡Disparate de los dioses!
¡Error de los sabios! Y falso concepto de los sacerdotes.
La mujer del siglo XX, ya se incorpora a la civilización como un
nuevo Láraro serenado de su estado cataléptico y se reviste de sus
derechos civiles para reivindicar sus garantías jurídicas, sus posiciones
sociales tan al igual que el hombre, hoy, piensa, siente y quiere sola, libre
y gallarda, se hace poetiza, escritora, se doctora en ciencias y derecho,
es que el saber no reconoce sexos.
La mujer ya no es un ser consciente, ya no es la ponzoña de la
víbora, hoy es alma, es corazón y es fuerza que timonea el barco germen
de las generaciones del porvenir, surcando ufana por el mar de la
civilización. La mujer generó a un Grau, como héroe; a una Curie como
físico, a un Lavoisier como a químico, a un Claudio Barnard como a
médico; a un Sarmiento como a político y a un Gonzáles Prada como
pensador.
La mujer es brazo y energía para el progreso y la cultura, y como
tal, orienta, cría y conduce a la humanidad, con más amor, con más tacto
y con menos pasiones y vicios que el varón.
La mujer encarna la pureza en los hechos, la acción en los ideales
y el gobierno en el hogar. Es madre y es obrera, aúna sus fuerzas a la
industria y sabe producir igual que el obrero en las usinas.
Hoy, la mujer es conciencia, es cerebro y es voluntad, ya no es la ente de
antes, es la trabajadora del porvenir, la tejedora de dulces emociones y
la eterna zurcidora de las alegrías del alma, tiene derecho a la cultura
igual que el hombre, por eso, las chiquillas estudian, juegan y cantan
junto con los varones, un solo claustro los cobija, viven en una sola
escuela, como hermanitos de una sola familia, de la familia peruana, un
solo reglamento los rige y un solo programa señala el desarrollo
estudiantil.
La revalorización de la mujer, doctrina impulsada por Daniel Espezúa V.
Fotografía: Peru Life
ENTREVISTA
Hugo Romero Manrique: Entre el aymara, la selva y el Chimbote de sus
recuerdos.
Conocimos tu trabajo poético cuando estabas en Chimbote y algunos
poemas fueron publicados en diversas revistas, pero desde entonces
hemos sabido poco de tu producción literaria en Lima. ¿Qué puedes
contarnos?
Dejé Chimbote por haber sido reasignado a la sede del Ministerio
de Educación en 1985, pero los nueve años de residencia en esta ciudad
marcaron para siempre mi vida, e influyeron en mi quehacer literario.
Jamás podré olvidar este puerto de gente afectuosa, cálida como el sol
que dora sus playas, abiertas como los anchos brazos de su hermosa
bahía. En Lima vengo dando los últimos toques a una serie de cuentos
ambientados la mayor parte de ellos en la gran ciudad, otros en
Chimbote y su mar y también en la selva, región que recorrí de extremo
a extremo, durante varios años. También tengo en preparación
narración y poesía para niños.
Vemos que has incursionado en la narrativa y dos de tus trabajos han
sido premiados. El cuento ganador del Concurso Andino Mujer Imagen
y Testimonios “Nicolasa.” tiene una temática aimara ¿Cómo y por qué
reivindicas estos grupos étnicos?
Reivindico a los grupos étnicos de nuestro país, Aymaras del Altiplano
andino, Cocamas del río Nanay y el Amazonas, Kichuas – Yumbos del río
Napo, Vitotos del fronterizo río Putumayo, entre otros, porque he vivido
junto a ellos, he compartido su “kispiño”, su “pandisho”, su “shibe”,
porque puedo dar fe de su nobleza, su valía. Los reivindico en mis
escritos, por lo mucho que han sufrido, por el gran respeto que merecen
sus culturas, por la inmensa deuda histórica que la nación tiene con
nuestros marginados pueblos indígenas.
Entre tu numerosa poesía inédita hay también mucha influencia de la
zona de la selva ¿Cómo nace esa temática?
Nace de la manera más espontánea. Absolutamente todo en la selva
trasciende a poesía. Poesía Social, por ejemplo, la lucha perpetua del
hombre contra el hombre, del rico exportador de pieles, del maderero,
explotador de madera y explotador del hombre, del paisano, del nativo.
Poesía amorosa: la gracia, la sencilla feminidad cautivante de la mujer
selvática. Te diré que la “puzanga” como elixir supuesto del amor no
existe, es un mito. Está en la propia naturaleza, en la manera de ser de
nuestras lindas paisanas del oriente.
Chimbote; ciudad pesquera donde Hugo Romero reside 9 años. Marca su vida.
Trabajas también en literatura infantil ¿con qué objetivos?
En mi quehacer de maestro ribereño, (empecé creando un colegio en
Masisea, Alto Ucayali), mi labor como funcionario y maestro
universitario, me permitieron conocer al niño y el joven de mi patria.
Escribir literatura infantil y juvenil me ayudan – hoy alejado de las aulas
- a seguir realizando docencia. Nunca se deja de ejercer el magisterio.
Es tarea que debo realizar, hasta las últimas consecuencias.
¿Qué nuevos proyectos tienes en lo literario?
Tengo varios proyectos, publicar especialmente narración. Los premios
de Cuenca y Madrid me obligan de algún modo a difundir una
producción que ya tengo revisada. Y ahora de mi feliz reencuentro con
mi querida gente de Isla Blanca, luego del retorno del “hermano
pródigo” que se fue, pero que jamás olvidó este puerto, sus chalanas y
sus hermanos.
Me propongo coger nuevamente mi remo para ayudar a impulsar
innumerables “Alboradas”, junto a mis tenaces y fecundos hermanos
chalaneros.
Embarcadero Bellavista en el Río Nanay. El encanto de la selva influye grandemente en el
quehacer literario de Hugo Romero.