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LA POBREZA EN COSTA RICA SEGÚN LA ENCUESTA NACIONAL DE HOGARES 2018
Principales datos desafiantes para la Pastoral Social-Caritas Una primera aproximación
Pbro. Edwin Aguiluz Milla
Responder al grito de los pobres contribuyendo a su liberación (Llamado del papa Francisco para la Jornada Mundial de los Pobres 2018)
San José, Costa Rica Noviembre del 2018
–2–
Ilustración de la portada: INEC (disponible en línea: http://www.inec.go.cr/sites/default/fi-
les/infografias-pdf/imginfoenaho-epob-18102018.pdf. Fecha de acceso: 25/10/2018).
El presente trabajo es publicado como parte de los materiales del Observatorio Sociopasto-
ral de la Realidad, del Secretariado de Pastoral Social-Caritas de la Conferencia Episcopal
de Costa Rica. El contenido del trabajo es responsabilidad de su autor y no representa ne-
cesariamente la opinión oficial del Secretariado.
Secretariado de Pastoral Social-Caritas
Apdo. 5160 – 1000 San José, Costa Rica
Tel. 22-91-42-86
Fax 22-31-39-54
Correo electrónico:
Página web: caritas.cr
San José, Costa Rica
12 de noviembre del 2018
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Índice
Presentación .............................................................................................................................................. 4
Resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2018 sobre la pobreza en Costa Rica, vistos desde la
perspectiva de la Pastoral Social-Caritas .......................................................................................... 7
1. Pobreza considerada desde el método de línea de pobreza: datos nacionales .............................. 7
2. Pobreza según línea de pobreza considerada por zonas de residencia (urbana y rural) ............... 10
3. Pobreza por regiones y sus correspondencias con las diócesis, según línea de pobreza .............. 11
4. Pobreza multidimensional por regiones ........................................................................................ 14
4.1. Que es el Índice de Pobreza Multidimensional ........................................................................ 14
4.2. La pobreza multidimensional en hogares en el país y por zonas de residencia ...................... 14
4.3. La pobreza multidimensional en las personas ......................................................................... 16
4.4. La pobreza multidimensional por regiones ............................................................................. 17
4.5. Evolución de la pobreza multidimensional desde el año 2010 ................................................ 19
5. Comparación de índices de pobreza por regiones según los métodos de medición (línea de
pobreza y pobreza multidimensional) ............................................................................................ 20
6. Vivienda y acceso a agua potable ................................................................................................... 22
7. Educación formal ............................................................................................................................ 22
8. Uso de Internet y de teléfono celular ............................................................................................. 24
9. Acceso a la atención en salud ......................................................................................................... 25
10. Empleo ............................................................................................................................................ 27
11. Hogares con jefatura femenina ...................................................................................................... 29
12. Desigualdad .................................................................................................................................... 29
Algunas reflexiones preliminares ............................................................................................................ 33
Anexo I ..................................................................................................................................................... 36
Indicadores del IPM ........................................................................................................................ 36
Anexo II .................................................................................................................................................... 38
Resultados por indicador de cada uno de los componentes del Índice Multidimensional según la
ENAHO 2018 ................................................................................................................................... 38
–4–
Presentación
Nuestro ver/escuchar para actuar liberadoramente, desde la perspectiva del papa
Francisco en su Mensaje para la II Jornada Mundial de los Pobres
El papa Francisco, en su Mensaje para la II Jor-
nada Mundial de los Pobres (18 de noviembre del
2018), a partir del versículo 7 del Salmo 34, que
dice “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”, nos
recuerda que “estamos llamados a ir al encuentro
de las diversas situaciones de sufrimiento y mar-
ginación en la que viven tantos hermanos y her-
manas, que habitualmente designamos con el tér-
mino general de ‘pobres’”. Y nos advierte que
“este salmo nos permite también hoy a nosotros,
rodeados de tantas formas de pobreza, compren-
der quiénes son los verdaderos pobres, a los que
estamos llamados a dirigir nuestra mirada para es-
cuchar su grito y reconocer sus necesidades”
(n.º 1).
La Pastoral Social-Caritas de la Iglesia costarri-
cense no requiere de estadísticas para compren-
der que, como señala el Papa, estamos rodeados
de muchas formas de pobreza, debido a su com-
promiso permanente en este campo. Sin em-
bargo, tenemos conciencia de que una exigencia
de ese compromiso es el conocimiento en profun-
didad de la pobreza, tanto en sus manifestaciones
y en su evolución, como en sus causas, desde los
aportes de las Ciencias Sociales. Para tal efecto,
1 Seleccionamos en este trabajo los indicadores más rele-vantes para nuestra acción eclesial solidaria, omitiendo los aspectos metodológicos, que pueden ser consultados en el documento principal en el que el INEC divulga los resultados de la ENAHO 2018: INEC. Encuesta Nacional de Hogares. Julio 2018. Resultados generales. San José: INEC, octubre
la Pastoral Social-Caritas está muy atenta a todos
los estudios sobre la pobreza en Costa Rica, entre
los cuales destacan los datos oficiales sobre este
doloroso fenómeno proporcionados por el Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). En
este ejemplar presentaremos una selección de da-
tos de la última Encuesta Nacional de Hogares
2018, realizada por el INEC y publicados el recién
pasado 18 de octubre1. Queremos convertir estos
datos estadísticos en el grito de los pobres que
Dios escucha y que no podemos nosotros dejar de
escuchar (Mensaje, n.º 2). En definitiva, debemos
tomarnos con toda la seriedad posible nuestro ver
la realidad.
La mirada/escucha de los pobres y sus gritos nos
lleva al juzgar la realidad. Hacemos una lectura
desde la ética social que nace de la fe cristiana.
Comprendemos que, en palabras del Papa, las
causas más profundas de la pobreza son, precisa-
mente, morales: “La pobreza no es algo buscado,
sino que es causada por el egoísmo, el orgullo, la
avaricia y la injusticia. Males tan antiguos como el
hombre, pero que son siempre pecados, que afec-
tan a tantos inocentes, produciendo consecuen-
2018. En adelante abreviaremos este documento como ENAHO 2018. Aprovechamos otros documentos divulgati-vos de esta encuesta producidos por el INEC, que serán ci-tados en los lugares correspondientes.
–5–
cias sociales” (Mensaje, n.º 4). Desde este enfo-
que captamos mejor las precariedades de las que
nos habla Francisco: “La falta de medios básicos
de subsistencia, la marginación cuando ya no se
goza de la plena capacidad laboral, las diversas
formas de esclavitud social, a pesar de los progre-
sos realizados por la humanidad” (Mensaje, n.º 5).
De ahí nace nuestro actuar. Claro está que esta
mirada a la pobreza –más bien, esta escucha del
grito de la pobreza– no es puramente contempla-
tiva, sino que, como plantea el mensaje del Papa,
exige una respuesta. En palabras del Santo Pa-
dre, reclama “el compromiso personal de aquellos
que escuchan su clamor. La solicitud de los cre-
yentes no puede limitarse a una forma de asisten-
cia —que es necesaria y providencial en un primer
momento—, sino que exige esa ‘atención amante’
(Exhort. ap. Evangelii gaudium, 199), que honra al
otro como persona y busca su bien” (n.º 3).
En el fondo, se trata de una respuesta liberadora,
Dice el Papa: “La salvación de Dios adopta la
forma de una mano tendida hacia el pobre, que
acoge, protege y hace posible experimentar la
amistad que tanto necesita. A partir de esta cerca-
nía, concreta y tangible, comienza un genuino iti-
nerario de liberación: ‘Cada cristiano y cada comu-
nidad están llamados a ser instrumentos de Dios
para la liberación y promoción de los pobres, de
manera que puedan integrarse plenamente en la
sociedad; esto supone que seamos dóciles y aten-
tos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo’
(Exhort. ap. Evangelii gaudium, 187) (Mensaje, n.º
4). Liberar es un verbo apremiante en el Mensaje
del Papa, pues, sin duda, la “condición de po-
breza” es “opresiva” (n.º 6).
En este esfuerzo no estamos solos. No descono-
cemos que “en el inmenso mundo de la pobreza,
nuestra intervención es también limitada, débil e
insuficiente, nos lleva a tender la mano a los de-
más, de modo que la colaboración mutua pueda
lograr su objetivo con más eficacia”. Eso sí, sin
perder nuestra especificidad, que es “levar a todos
hacia Dios y hacia la santidad” (Mensaje, n.º 7).
Y todo ello sin olvidar que no somos más que ins-
trumentos en las manos de Dios: “Los verdaderos
protagonistas son el Señor y los pobres” (Mensaje,
n.º 7).
Los datos dramáticos de la pobreza no los vemos
con fatalismo. Ya el Papa nos había dicho en
Evangelii gaudium: “¡No al pesimismo estéril!”.
“Los males de nuestro mundo –y los de la Iglesia–
no deberían ser excusas para reducir nuestra en-
trega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos
para crecer. Además, la mirada creyente es capaz
de reconocer la luz que siempre derrama el Espí-
ritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar
que ‘donde abundó el pecado sobreabundó la gra-
cia’ (Rm 5,20)” (EG 84).
Por ese motivo, el Mensaje termina con una nota
de esperanza: “El grito del pobre es también un
grito de esperanza con el que manifiesta la certeza
de que será liberado. La esperanza fundada en el
amor de Dios, que no abandona a quien confía en
él (cf. Rm 8,31-39)” (Mensaje, n.º 9).
El presente trabajo contiene la primera parte de
nuestra aproximación a los datos de la ENAHO..
Esperamos realizar una segunda entrega, con un
enfoque más interpretativo. No obstante, ofrece-
mos unas líneas de reflexión preliminar en el apar-
tado “Algunas reflexiones”.
Es importante advertir que la selección de infor-
mación de la ENAHO 2018 pretende ofrecer un
–6–
primer panorama de la pobreza. Sin embargo, es
deseable que la Pastoral Social Caritas de cada
diócesis se adentre en la información completa de
esta encuesta, para comprender mejor la realidad
de pobreza en las regiones correspondientes a
sus territorios.
Pbro. Edwin Aguiluz Milla Secretario Ejecutivo de Pastoral Social-Caritas
–7–
Resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2018 sobre la pobreza en
Costa Rica, vistos desde la perspectiva de la Pastoral Social-Caritas
Pbro. Edwin Aguiluz Milla
1. Pobreza considerada desde el método de línea de pobreza: datos naciona-
les
El INEC define las líneas de pobreza como “los umbrales de ingreso per cápita utilizados para determinar el
nivel de pobreza monetaria de los hogares”, que son dos: “la ‘Línea de pobreza extrema’, con la que se
determina si un hogar se encuentra en pobreza extrema y la ‘Línea de pobreza’ con la que se clasifica a un
hogar como pobre o no pobre”2. Los conceptos de “línea de pobreza extrema”, de “Canasta Básica Alimen-
taria” y de “Línea de pobreza” son definidos así por el INEC:
Línea de pobreza extrema: es el umbral utilizado para definir si un hogar se encuentra en pobreza extrema,
corresponde al costo per cápita mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Se estima de manera se-
parada para cada zona de residencia (urbana – rural).
Canasta Básica Alimentaria: es un conjunto de alimentos seleccionados de acuerdo a su aporte calórico y su
frecuencia de consumo, expresados en cantidades que permiten al menos satisfacer las necesidades de
calorías diarias promedio de un individuo de una población específica.
Línea de pobreza (LP): es el umbral establecido para clasificar un hogar como pobre o no pobre, representa
el monto mínimo requerido para que una persona pueda satisfacer las necesidades básicas “alimentarias y
no alimentarias”. Para su cálculo se requiere contar con el costo de una CBA y una estimación del costo de
las necesidades básicas no alimentarias3.
El “nivel de pobreza por línea de pobreza” es estimado utilizando la metodología de línea de pobreza. “En
este método se compara el valor de la línea de pobreza extrema y la línea de pobreza con el ingreso per
cápita del hogar, lo que permite clasificar a los hogares en tres grandes grupos: hogares no pobres, hogares
en pobreza no extrema y hogares en pobreza extrema”4. Estas tres categorías se definen de la siguiente
manera en la ENAHO:
Hogares en pobreza extrema: son aquellos hogares con un ingreso per cápita igual o inferior al costo per
cápita de la CBA, que para junio de 2018 se estimó en ₡49 999 para la zona urbana y de ₡41 483 para la
2 ENAHO 2018, 19. 3 ENAHO 2018, 20. 4 ENAHO 2018, 20.
–8–
zona rural. Se utiliza el mes de junio, pues los ingresos en la Enaho tienen como referencia dicho mes (mes
anterior al de entrevista).
Hogares en pobreza no extrema: son aquellos hogares que tienen un ingreso per cápita igual o inferior a la
línea de pobreza, pero superior al costo per cápita de la CBA o línea de extrema pobreza.
Hogares no pobres por LP [Línea de Pobreza]: son aquellos hogares con un ingreso per cápita que les permite
cubrir sus necesidades básicas alimentarias y no alimentarias; es decir, su ingreso per cápita es superior al
valor de la línea de pobreza. Para junio de 2018, este valor es de ₡110 047 para la zona urbana y de ₡84
535 para la zona rural5.
Según las estimaciones del INEC, al 30 de junio del presente año la población costarricense llegó a los
5 003 402 habitantes6. De ellos, 1 142 069 viven en la pobreza. 360 783 se encuentran en situación de
extrema pobreza7, entendida la pobreza en términos de ingreso por hogar. En términos de hogares, como
se puede apreciar en el gráfico n.º 1, el porcentaje de estos según nivel de pobreza creció al 21,1% (328 848
hogares) para julio del 2018, en relación con el mismo mes del año 2017, que registró un 20%. Ocurrió, por
lo tanto, un incremento de 23 617 (1,1 pp8) hogares en situación de pobreza medida por el ingreso, lo cual,
señala el INEC, constituye una variación estadísticamente significativa9. Otro tanto sucedió con la extrema
pobreza, que alcanzó el 6,3% (99 034 hogares) frente al 5,7% del 2017 (86 663 hogares). El incremento,
por lo tanto, fue de 12 371 hogares que traspasaron la línea de pobreza.
Cuadro n.º 1
Pobreza y pobreza extrema en hogares y personas
Hogares Personas
Pobreza 328 848 (21,1%) 1 142 069 (22,9%)
Pobreza extrema 99 034 (6,3%) 360 783 (7,2%)
Referencia: Elaboración propia con datos de la ENAHO 2018, 43-44.
El gráfico n.º 2 permite apreciar que, considerada la incidencia de la pobreza en términos no de hogares,
sino de personas, esta es del 22.9% (1 142 069 personas) en julio del 2018. Respecto de la cantidad de
personas en esta situación en el mismo mes del año anterior, se dio un aumento del 0,8 pp, lo que en términos
absolutos representa 49 666 personas. En cuanto a la población en extrema pobreza, explica el INEC, el
porcentaje de esta se estima en 7,2%, 1,0 pp más respecto al año anterior, lo que corresponde a 360 783
personas con ingresos per cápita inferiores al costo de la canasta básica alimentaria en el 2018, 54 273
personas más que en 201710.
5 Ibid. 6 Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/. Fecha de acceso: 23/10/2018. 7 Datos disponibles en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho-epob-18102018.pdf y http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf. Fecha de acceso: 23/10/2018. 8 Léase como “puntos”. 9 ENAHO 2018, 43 10 ENAHO 2018, 44.
–9–
Gráfico n.º 1
Porcentaje de hogares según nivel de pobreza por Línea de Pobreza, julio 2017 y julio 2018
Referencia: ENAHO 2018, 43
Gráfico n.º 2
Referencia: ENAHO 2018, 43
–10–
2. Pobreza según línea de pobreza considerada por zonas de residencia (ur-
bana y rural)
En orden a prestar atención a las asimetrías entre el área urbana y el área rural, el gráfico n.º 3 es muy elo-
cuente. Señala al respecto el INEC:
Al observar el porcentaje de pobreza por zona de residencia, existe un repunte respecto al año anterior, en
el caso de la pobreza urbana pasa de 18,5% en el 2017 a 19,5% en el 2018, ubicándose en el nivel de po-
breza del año 2014. La pobreza rural aumenta 1,0 pp, pasa de 24,1% a 25,1% este año. Únicamente el au-
mento en la zona urbana se considera estadísticamente significativo.
Con estos resultados la brecha entre el porcentaje de pobreza de la zona urbana respecto a la rural se man-
tiene idéntica a la del año anterior (5,6 pp)11.
Gráfico n.º 3
Porcentaje de hogares en pobreza LP por año según zona, 2010-2018
Referencia: ENAHO 2018, 44
11 ENAHO 2018, 45.
–11–
Por lo concerniente a la pobreza extrema, como se aprecia en el gráfico n.º 4, esta “aumenta en ambas
zonas, sin embargo, únicamente en la urbana el aumento es significativo. En la zona urbana la pobreza
extrema es de 5,6%, lo que representa un incremento de 0,8 pp respecto al 2017, en tanto en la rural es de
8,3 %, aumenta 0,4 pp en comparación con el año anterior”12.
Gráfico n.º 4
Porcentaje de hogares en extrema pobreza LP por año según zona, 2010-2018
Referencia: ENAHO 2018, 46
3. Pobreza por regiones y sus correspondencias con las diócesis, según línea
de pobreza
En los gráficos n.º 5 y 6, se aprecian los indicadores de pobreza por regiones. La región Brunca, que coindice
en gran parte con la diócesis de San Isidro, retornó al primer lugar en incidencia de la pobreza (32,2%), que
en el informe del año anterior ocupaba la región del Pacífico Central. El segundo lugar con mayor cantidad
12 ENAHO 2018, 46.
–12–
de hogares pobres lo ocupa la región Huetar Norte, que coindice en la mayor parte con la diócesis de Ciudad
Quesada, con un 28,7%. El tercer lugar corresponde a la región Huetar Caribe, cuyo territorio coincide con
la diócesis de Limón, que cuenta con un porcentaje del 27,4% de hogares en situación de pobreza. La región
Chorotega, que corresponde al territorio de la diócesis de Tilarán-Liberia, que había ascendido desde el
segundo lugar con mayor índice de pobreza hasta el segundo de menor pobreza en los datos del año anterior,
ahora ocupa el cuarto lugar, con un 26%. La región Pacífico Central, con la que coindice en su mayor parte
la diócesis de Puntarenas, ocupa el quinto lugar, es decir, es la segunda región menos pobre, con un por-
centaje del 25,7. Llama la atención este dato, pues en los del año anterior, esta región pasó a ocupar el lugar
de mayor pobreza entre las siete regiones de planificación. La Región Central, distribuida entre las diócesis
de San José, Cartago y Alajuela, es la que cuenta con el menor porcentaje de hogares pobres (16,7).
Gráfico n.º 5
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf . Fecha
de acceso: 23/10/2018.
Se puede apreciar en el gráfico n.º 6 la evolución de la pobreza en las regiones del año 2017 al 2018. Señala
el INEC al respecto:
Con respecto al año anterior, únicamente la región Pacifico Central presenta una disminución esta-
dísticamente significativa en el nivel de pobreza[:] pasa de 29,9% en el 2017 a 25,7% en el 2018,
disminuye 4,2 pp. Las regiones con el mayor aumento en el nivel de pobreza son la Chorotega, que
pasa de 22,4% en el 2017 a 26,0% en el 2018, lo que representa un aumento de 3,6 pp y la Brunca,
–13–
que pasa de 29,5% a 32,2% en el mismo periodo, lo que representa un incremento de 2,7 pp. Úni-
camente el aumento en la región Chorotega es estadísticamente significativo.
Con respecto a la pobreza extrema, únicamente la región Chorotega presenta una variación esta-
dísticamente significativa, aumentando de 5,9% en el 2017 a 8,8% en este año13.
Gráfico n.º 6
Incidencia de la pobreza total por LP según región de planificación, julio 2017 y julio 2018
Referencia: ENAHO 2018, 47
13 ENAHO 2018, 47.
–14–
4. Pobreza multidimensional por regiones
4.1. Que es el Índice de Pobreza Multidimensional
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), como explica el INEC, está basado en la metodología que
propuso Alkire Foster, de la Universidad de Oxford, que aquél, junto con otras instituciones, adaptó a Costa
Rica. En este índice
se realiza un recuento de las privaciones que tienen los hogares y las personas en diferentes ámbitos de
bienestar, los cuales se representan mediante dimensiones. Estas dimensiones son: Educación, Vivienda y
uso de internet, Salud, Trabajo y Protección social. Cada dimensión está compuesta por indicadores que se
emplean para describir y evaluar las condiciones de privación de las personas y los hogares. A partir de las
privaciones que tengan los hogares en cada indicador es posible calcular la incidencia de pobreza, su inten-
sidad y un índice global denominado Índice de Pobreza Multidimensional, que es el producto de estas dos
medidas14.
En el gráfico n.º 7 se muestran las dimensiones de la pobreza multidimensional con sus componentes, cuya
explicación se brinda en el en Anexo I.
Se conoce como “incidencia de la pobreza multidimensional” “la proporción de hogares o personas en po-
breza multidimensional con respecto a la población. El Índice de Pobreza Multidimensional considera pobres
aquellos hogares que presenten una sumatoria de privaciones ponderadas superior o igual a 20%15.
4.2. La pobreza multidimensional en hogares en el país y por zonas de residencia
Como se manifiesta en el gráfico n.º 8, según el criterio de la pobreza multidimensional, el índice total de
pobreza en el país es del 19,1%. En términos absolutos, esta cifra representa la cantidad de 298 630 hogares,
11 778 hogares más que el año (0,3 pp)16.
Como destaca el INEC,
En la zona urbana, la incidencia de la pobreza multidimensional se ubica en 14,5%, 0,4 pp más con respecto
al 2017, en la zona rural el porcentaje de pobreza es de 31,3%, prácticamente el mismo nivel observado en
el periodo anterior, de modo que la brecha de pobreza entre las zonas se mantiene en 16,8 pp (gráfico 4.10).
En el 2018, no se presentaron cambios estadísticamente significativos en el porcentaje de hogares en pobreza
multidimensional según zona de residencia17.
14 ENAHO 2018, 16. 15 ENAHO 2018, 18. 16 ENAHO 2018, 51. 17 Ibid.
–15–
Gráfico n.º 7
Composición y peso de las dimensiones del IPM
Referencia: ENAHO 2018, 53.
–16–
Gráfico n.º 8
Porcentaje de hogares en pobreza multidimensional según zona, julio 2017 y julio 2018
Referencia: ENAHO 2018, 51
4.3. La pobreza multidimensional en las personas
Considerada no desde el punto de vista de los hogares, sino de las personas individualmente, en la totalidad
del país la pobreza multidimensional alcanza un 23,6%, como muestra el gráfico n.º 9. Se aprecia en este
que la desigualdad entre la zona urbana y la rural nuevamente queda de manifiesto en sus porcentajes de
pobreza: 18,8% y 34,6%, respectivamente. El incremento de la pobreza multidimensional respecto del año
anterior fue de 0,7 pp en la zona urbana y de 0,2 pp en la zona rural, lo que, según el INEC, no representa
cambios estadísticamente significativos18.
18 ENAHO 2018, 52.
–17–
Gráfico n.º 9
Porcentaje de personas en pobreza multidimensional según zona, julio 2017 y julio 2018
Referencia ENAHO 2018, 52.
4.4. La pobreza multidimensional por regiones
Vista por regiones, esta medición de la pobreza coloca a la región Huetar Caribe como la que cuenta con
mayor cantidad de hogares en situación de pobreza (35,1%), seguida, en orden descendente, por la región
Huetar Norte (32,5%), la Pacífico Central (26,8%), la Brunca (26,5%), la Chorotega (21,8%) y la Central
(13,1%) (gráfico n.º 10).
La pobreza multidimensional, como se indicó anteriormente, contempla cinco dimensiones (vivienda y uso
de internet, educación, salud, trabajo y protección social). El gráfico n.º 11 permite contemplar cómo contri-
buye cada una de estas dimensiones al Índice de Pobreza Multidimensional en cada región. Sobre este
particular, comenta el INEC:
En todas las regiones de planificación la dimensión Vivienda y uso de internet, es la de mayor aporte (en la
Chorotega comparte esa posición con Salud) representando entre un 25,2% en la Huetar Norte, hasta un
30,9% en la Pacífico Central. La dimensión Salud tiene el segundo mayor aporte en las regiones Huetar Caribe
y Huetar Norte explicando alrededor del 25% del IPM en cada una.
Educación es la segunda dimensión más importante en las regiones Central y Pacífico Central, con aportes
de 22,4% y 21,3% respectivamente; en las regiones Chorotega, Brunca, Huetar Caribe y Huetar Norte, es la
tercera en cuanto a participación. Trabajo ocupa el tercer lugar en la Central y la cuarta posición para las
restantes regiones.
–18–
En todas las regiones de planificación la dimensión Protección social es la que menos aporta al IPM, 10,4%
en promedio19.
Para un examen particular de estos componentes en los datos del 2018, ver el Anexo II.
Gráfico n.º 10
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf . Fecha de
acceso: 23/10/2018.
19 ENAHO 2018, 54.
–19–
Gráfico N.º 11
Contribución absoluta de cada dimensión al IPM según región de planificación, julio 2018
Referencia: ENAHO 2018, 58.
4.5. Evolución de la pobreza multidimensional desde el año 2010
Se puede apreciar en el gráfico n.º 12 la evolución de la pobreza multidimensional en los últimos ocho años.
Al respecto, señala el INEC:
Se observa en el ámbito nacional una reducción en la incidencia de pobreza multidimensional, pasando de
25,9% en el 2010, hasta alcanzar el valor más bajo de la serie en el 2017 (18,8%). El comportamiento de la
–20–
pobreza multidimensional según zona es semejante, muestra una tendencia decreciente a partir del 2010,
encontrando su punto más bajo en el 2017 para el caso de la urbana, y en 2018 para la rural20.
Gráfico n.º 12
Referencia: ENAHO 2018, 54
5. Comparación de índices de pobreza por regiones según los métodos de
medición (línea de pobreza y pobreza multidimensional)
En el cuadro n.º 2 se puede notar que, dependiendo de la consideración de la pobreza según los criterios
para definir esta, hay variaciones en cuanto al lugar que ocupa cada región, lo cual debe plantear una pro-
funda reflexión de cara a las estrategias para la erradicación de la pobreza. La Región Central según ambos
criterios es la que tiene menor incidencia de la pobreza. Llama la atención que la región Brunca, que es
tradicionalmente la de mayor cantidad de hogares en situación de pobreza según ingresos –salvo la ENAHO
del 2017–, es la tercera región con menos pobreza, según el criterio de la multidimensionalidad de esta. La
región Huetar Norte en ambas clasificaciones ocupa el segundo lugar. La del Pacífico Central, que es la
segunda región menos pobre según ingresos, es la tercera más pobre, según el criterio de la pobreza multi-
dimensional. La Huetar Caribe es la región más pobre desde el punto de vista de la multidimensionalidad de
esta, y la tercera según ingresos. La Chorotega, que desde el punto de vista de pobreza por ingresos pasó
20 ENAHO 2018, 54.
–21–
a ser la cuarta región con mayor incidencia de pobreza, desde el punto de vista de la pobreza multidimen-
sional es la segunda región con menor pobreza.
Cuadro n.º 2
Pobreza según criterios de definición de la pobreza por regiones
Pobreza por ingresos Pobreza multidimensional
1. Brunca (32,2%) 1. Huetar Caribe (35,1%)
2. Huetar Norte (28,7%). 2. Huetar Norte (32,5%)
3. Huetar Caribe (27,4%) 3. Pacífico Central (26,8%)
4. Chorotega (26,%) 4. Brunca (26,5%)
5. Pacífico Central (25,7). 5. Chorotega (21,8%)
6. Región Central (16,7). 6. Región Central (13,1%) Referencia: elaboración propia con base en los datos de la ENAHO 2018.
En el gráfico de Venn del diagrama n.º 13 se aprecia que 192 674 hogares (12,3%) son pobres según línea
de pobreza (insuficiencia de ingreso) y 162 456 (1’,4%) son pobres solamente por el criterio de pobreza
multidimensional. 136 174 hogares son pobres según la consideración de ambos métodos de medición. El
68,5% de los hogares no es pobre por insuficiencia de ingresos ni por pobreza multidimensional21.
Diagrama n.º 13
Diagrama de Venn según condición de pobreza de los hogares, julio 2018
Referencia: ENAHO 2018, 62.
21 ENAHO 2018, 62.
–22–
6. Vivienda y acceso a agua potable
El cuadro n.º 3 ofrece el panorama de la situación de la vivienda y el acceso a servicios según la condición
socioeconómica de la población. El INEC observa que
En acceso a vivienda, los hogares en condición de pobreza presentan un mayor porcentaje sin vivienda pro-
pia (41,2%) respecto a los hogares no pobres (25,7%); además, tiene condiciones deficientes en cuanto al
estado de la vivienda y el hacinamiento; el 80,0% de las viviendas habitadas por hogares pobres se encuen-
tran en condiciones físicas regulares o malas, y hacinadas por dormitorio un 14,2% de ellas, para los hoga-
res no pobres, el estado regular o malo se da en el 29,7% de sus viviendas y el hacinamiento por dormitorio
en el 0,8%.
El acceso a servicio de internet en la vivienda también evidencia desigualdad, 19,3% de las viviendas de los
no pobres carece de ese servicio, mientras entre los pobres el porcentaje es 49,5%.22
Nótese, además, que en el país existe un 4,2% de viviendas cuyo aprovisionamiento de agua proviene de
pozos, ríos, quebradas, agua de lluvia u otro (no suministrada por los servicios públicos de abastecimiento
de agua). De las personas no pobres, el 1,9% está en esa condición, mientras que del total de pobres por
línea de pobreza lo está el 7,1%; el 13,1% de las personas pobres según pobreza multidimensional; y el
12,8% del total de pobres según ambos métodos de medición de la pobreza.
Cuadro n.º 3
Referencia: ENAHO, 64.
7. Educación formal
Un indicador social de primer orden es el relativo a la educación formal. La ENAHO ha ofrecido como indica-
dores de este aspecto la primaria incompleta o menos, así como haber cursado un año de educación superior
o más en el grupo etáreo de 25 años y más. Como se muestra en el gráfico 14, en el país el 18,1% de la
22 ENAHO 2018, 65.
–23–
población tiene primaria incompleta o menos, y solamente el 22,2% ha completado al menos el primer año
de educación universitaria.
Por regiones, las cifras de estos dos indicadores tienen un orden inverso: cuánto menor es el índice de la
población con primaria incompleta o menos, es mayor la cantidad de personas con al menos un año de
educación superior. El mayor rezago educativo se da en la región Huetar Norte. Las regiones Huetar Caribe,
Brunca y Pacífico Central tienen en torno a la cuarta parte de su población adulta con primaria completa o
menos. La región Chorotega es la segunda con menor población carente de educación primaria completa
(19,7%). El primer lugar lo ocupa la región Central (14,0%), coincidiendo con el mismo lugar de menor po-
breza tanto multidimensional como por ingresos.
Gráfico 14
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf . Fecha de
acceso: 23/10/2018.
–24–
La ENAHO 2018 también dirigió su atención a las personas del rango etáreo de los 5 a los 17 años que están
fuera del sistema educativo formal. La cifra correspondiente al nivel nacional es del 4,5%, que es mayor en
la población en situación de pobreza (6,0%) (ver gráfico n.º 15).
Gráfico n.º 15
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho-epob-18102018.pdf.
Fecha de acceso: 23/10/2018.
8. Uso de Internet y de teléfono celular
La ENAHO ha tomado como indicadores del uso de tecnología el acceso a Internet y a los teléfonos celulares,
medido en la población de cinco años en adelante. El 87,8% de esta población usa teléfonos celulares en el
país, mientras que el 73,5% utiliza Internet. No debe pasar inadvertido que el orden de mayor a menor acceso
a Internet por regiones coincide con el orden de menor a mayor cantidad de población con primaria incom-
pleta o menos, que vimos en el apartado anterior (confrontar gráficos n.º 14 y 16).
–25–
Gráfico n.º 16
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf . Fecha de ac-
ceso: 23/10/2018.
9. Acceso a la atención en salud
El acceso a los servicios de salud es medido por la ENAHO 2018 con el indicador de aseguramiento de las
personas. En el país el 85,2% está asegurada, mientras que el 14,8% no lo está. Nuevamente coincide el
orden de las cifras porcentuales por región con los de educación y acceso a tecnología: las regiones tienen
mejores índices de educación y de acceso a la tecnología, en ese mismo orden, tienen mayor acceso al
seguro social (confrontar los gráficos n.º 14, 16 y 17).
–26–
Gráfico n.º 17
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho2018.pdf . Fecha de
acceso: 23/10/2018.
El porcentaje de personas no aseguradas en el país (14,8%) se incrementa en la población pobre, de la cual
una cifra cercana a la cuarta parte (23,6%) no está asegurada, como muestra el gráfico n.º 18. La falta de
acceso a los servicios de salud es una de las carencias básicas más graves y que reclama urgente incidencia
de parte de la Pastoral Social-Caritas. Sin duda alguna las tasas de desempleo y de informalidad laboral de
las que nos ocuparemos en el apartado 10 tienen un peso importante en la falta de cobertura del Seguro
Social en la población en situación de pobreza.
–27–
Gráfico n.º 18
Referencia: Disponible en línea. URL: http://www.inec.go.cr/sites/default/files/infografias-pdf/imginfoenaho-epob-
18102018.pdf. Fecha de acceso: 23/10/2018.
10. Empleo
La fuerza de trabajo "es el conjunto de personas de 15 años y más que durante el periodo de referencia se
encontraban ocupadas o desempleadas”23. Se entiende por “población ocupada” el conjunto de estas perso-
nas
que trabajaron al menos una hora en la semana de referencia (ocupadas presentes) en la producción de
bienes y servicios económicos, o que sin haber trabajado, tenían un empleo del cual estuvieron ausentes por
razones circunstanciales tales como enfermedad, permiso, vacaciones, paro, otros, durante el cual mantuvie-
ron un vínculo formal con dicho empleo, ya sea porque continuaron percibiendo ingresos del trabajo, o porque
tuvieron garantía de retorno y la ausencia del trabajo era por un periodo menor al mes (ocupadas ausentes)24.
23 ENAHO 2018, 14. 24 Ibid.
–28–
El cuadro n.º 4 permite apreciar que la población ocupada del país es de 2 108 349. De este total, se ubican
en el segmento de no pobres 1 577 784 personas; 248 327 en el de pobres por línea de pobreza; 409 315
en el de pobres por razón pobreza multidimensional; y 127 077 en el de pobres por ambos métodos.
La población desempleada es definida por el INEC como el conjunto de
personas de 15 años y más de edad, que no trabajaron y no tenían empleo durante la semana de referencia,
estaban disponibles para trabajar de inmediato o a más tardar en dos semanas, además realizaron gestiones
concretas de búsqueda de empleo (asalariado o inicio de un empleo independiente) en las últimas cuatro
semanas, o no realizaron gestiones porque ya encontraron trabajo (empezarán a trabajar después del periodo
de referencia), o porque se encuentran temporalmente suspendidos del empleo, o esperan reinicio de opera-
ciones (sin percibir ingresos del mismo) y con ausencia del empleo por un periodo mayor a un mes25.
La tasa de desempleo abierto es de 8,3%. De las personas que pertenecen al segmento de población no
pobre, están desempleadas el 5,3%; el 23,3% de los pobres por línea de pobreza; el 13,6% de los pobres
por pobreza multidimensional; y el 23% de los pobres según ambos métodos. Esto permite identificar que el
desempleo es un factor de incidencia en cerca de una cuarta parte de la población en situación de pobreza
por deficiencia de ingreso y por ambos métodos de medición.
La informalidad en la ocupación es otro factor de alta incidencia en la pobreza. El INEC entiende el empleo
informal como aquel “comprende el total de empleos que cumplen las siguientes características, según la
posición en el trabajo:”
Personas asalariadas sin seguridad social financiada por su empleador(a), es decir, no tienen rebajos de
seguro social.
Personas asalariadas [a las] que sólo le pagan en especie o que el pago fue una única vez, a quienes por la
naturaleza de su contratación, se considera que no son susceptibles de los rebajos de seguro social.
Personas ayudantes no remuneradas.
Personas trabajadoras por cuenta propia y empleadoras que tienen empresas no constituidas en sociedad,
es decir, que no están inscritas en el Registro Nacional de la Propiedad y no llevan una contabilidad formal
en forma periódica26.
En el país, el total de personas ocupadas con empleo informal es el 42,4%. El total de personas no pobres
ubicadas en la informalidad laboral es de 33,1%. Están ocupados de manera informal el 79,9% de las perso-
nas pobres por línea de pobreza; el 68,5% de las personas pobres según pobreza multidimensional; y el
84,7% de las personas pobres por línea de pobreza y por pobreza multidimensional. Se infiere, por lo tanto,
que la informalidad laboral es otro componente de mucho peso en la situación de pobreza de las personas.
25 ENAHO 2018, 14. 26 ENAHO 2018, 14.
–29–
Cuadro n.º 4
Situación del empleo según la ENAHO 2018
Referencia: ENAHO 2018, 63.
11. Hogares con jefatura femenina
La ENAHO 2018 identificó un 39,9% de hogares con jefatura femenina, así como un 30,1% de hogares con
jefatura femenina sin pareja27.
En cuanto a los primeros, el 38,0% de los hogares no pobres cuentan con jefatura femenina, mientras que
esta característica se da en el 47,8% de los hogares pobres según línea de pobreza; el 40,8% de los hogares
en situación de pobreza multidimensional; y el 46% de los hogares según ambos métodos de medición de la
pobreza.
Los hogares con jefatura femenina sin pareja entre los hogares no pobres suman el 28,2%; entre los hogares
pobres según línea de pobreza, el 39,1%; el 29,8% de los hogares en situación de pobreza multidimensional;
y el 36,6% en los hogares según ambos métodos de medición de la pobreza.
12. Desigualdad
El cuadro n.º 5 muestra los resultados de la ENAHO 2018 en relación con el ingreso de los hogares.
27 Ver cuadro 4.12 en ENAHO 2018, 63.
–30–
Cuadro n.º 5
Cantidad de hogares, cantidad de personas y promedios de ingreso neto por hogar según quintil de
ingreso per cápita del hogar (julio 2017 y juio 2018)
Referencia: ENAHO 2018, 39.
Dada la importancia de este tema, que es un componente fundamental del conjunto de factores explicati-
vos de la pobreza como fenómeno estructural persistente en la sociedad costarricense, transcribimos las
observaciones del INEC respecto de este cuadro:
Para obtener un panorama de la distribución del total del ingreso de los hogares del país, estos se ordenan y
agrupan en forma ascendente de acuerdo con el nivel de ingreso per cápita del hogar. Cada uno de estos
grupos se denomina “quintil” cuando se aglomeran en cinco grupos, donde el primero está compuesto por el
20 % de los hogares con menor ingreso, y el último quintil por el 20 % de los hogares con mayor ingreso.
Para mostrar cómo se distribuye el ingreso entre los hogares, el siguiente cuadro presenta algunas caracte-
rísticas relacionadas con el ingreso del hogar, según quintil de ingreso per cápita.
En el ámbito nacional, el promedio de miembros por hogar es de 3,20, esta composición regularmente varía
entre los quintiles en forma inversa, a menor ingreso, mayor cantidad de personas en el hogar, de esta forma
el quintil uno tiene en promedio 3,50 miembros por hogar, y a pesar que aumenta en el segundo (a 3,52),
disminuye en los siguientes hasta llegar a 2,60 miembros por hogar en el cinco. Este comportamiento del
tamaño del hogar, resulta en una concentración de personas en los hogares de menor ingreso, donde el quintil
uno abarca al 21,9 % del total de la población, mientras el 20 % de hogares con mayor ingreso agrupa
solamente el 16,3 % de las personas.
El ingreso promedio por hogar disminuyó en más de 2 % en los quintiles uno, tres y cinco con respecto al
año anterior, en tanto en los quintiles dos y cuatro aumentó en 0,8 % y 0,2 % respectivamente, únicamente
el cambio en el quintil tres es estadísticamente significativo. El ingreso per cápita, por su parte, disminuye en
los quintiles uno y cinco, en tanto los restantes aumentan respecto al año anterior, en este caso, los aumentos
en el ingreso per cápita de los quintiles dos, tres y cuatro son estadísticamente significativos.
Se observa un comportamiento particular en el ingreso del quintil tres, ya que mientras el ingreso total por
hogar decrece en más de 2 %, el per cápita tiene una variación positiva respecto al año anterior, esto se
debe a una disminución en el tamaño del hogar, que pasa de 3,45 a 3,32 personas por hogar.
–31–
Con respecto a la distribución del ingreso, los hogares del quintil cinco, acumulan el 50,5 % del ingreso total
nacional, levemente inferior al año anterior (50,9 %), con un ingreso promedio por hogar de ₡ 2 568 482 y
de ₡ 1 063 425 en la medición per cápita. En el otro extremo, el 20 % de los hogares con menor ingreso,
acumula solamente el 4,0 % del total del país, con una estimación por hogar de ₡ 203 546 y de ₡ 58 527
per cápita. Esto significa que el ingreso promedio por hogar es 12,6 veces mayor entre los hogares del quintil
cinco respecto al promedio en los hogares del quintil uno, relación que aumenta a 18,2 veces a nivel per
cápita28.
La ENAHO 2018 ha vuelto a estudiar el comportamiento del coeficiente de Gini29. Sus resultados se muestran
en los cuadros n.º 6 y 7.
Cuadro n.º 6
Coeficiente de Gini per cápita1/ por zona según año (julio 2010-2018)
Referencia: ENAHO 2018, 41
Observando el cuadro n.º 6, el INEC señala:
Para el 2018, el nivel de concentración del ingreso se mantuvo en 0,514 mismo valor observado el año ante-
rior.
28 ENAHO 2018, 39-40. 29 El Coeficiente de Gini “es un indicador utilizado para medir la desigualdad del ingreso de los hogares en una socie-dad. Adopta valores que oscilan entre cero y uno; cuando su valor se acerca a uno muestra que existe una mayor concentración, en tanto una reducción indica que los ingresos de los hogares se distribuyen de una manera más uniforme. En la Enaho se calcula un coeficiente a nivel de personas y otro a nivel de hogar, ordenando según el ingreso per cápita y el ingreso total del hogar respectivamente” (ENAHO 2018, 13).
–32–
Por zona de residencia se observa que, mientras en la urbana se reduce (pasa de 0,505 a 0,503) la rural
presenta un leve aumento en la concentración del ingreso, al pasar de 0,489 en el 2017 a 0,493 en el 2018,
estas variaciones no son estadísticamente significativas30.
El coeficiente de Gini para cada una de las regiones de planificación es mostrado en el cuadro n.º 7. Como
señala el INEC,
En ambos años se muestra que la Huetar Caribe presenta el menor nivel de desigualdad en el ingreso, esto
a pesar de que aumentó respecto al 2017, por otra parte, en el 2018 la región Brunca pasa a ser la región con
el mayor nivel de desigualdad (0,524).
Además de la región Huetar Caribe, la Chorotega y la Brunca aumentó el nivel de desigualdad respecto al
año anterior, mientras en la Central, la Pacífico Central y la Huetar Norte la desigualdad disminuye. El aumento
en el coeficiente de Gini de la Chorotega, así como la disminución en el de la Pacífico Central son estadísti-
camente significativos31.
Cuadro n.º 7
Coeficiente de Gini per cápita1/ por año según región de planificación (julio 2010 y julio 2018)
Referencia: ENAHO 2018, 41
30 ENAHO 2018, 41. 31 Ibid.
–33–
Algunas reflexiones preliminares
La pobreza multidimensional ha disminuido desde el año 2010 hasta el 2017 en casi siete puntos. En el
último año tuvo un leve aumento del 18,8% al 19,1%. El aumento de la pobreza por ingreso en el último año
fue de 1.1 puntos (creció del 20% al 21,1%), lo que nos coloca casi en el porcentaje del añ0 2010, que fue
de 21.2%. La pobreza extrema llegó este año al 6,3%, cifra idéntica a las del 2012 y el 2016, y superior a la
del 2017, que fue el 5.7%. Es evidente que seguimos estancados en materia de pobreza, con tendencias no
sostenidas a una reducción profunda. Estos datos nos llevan a la pregunta de cuáles son las causas estruc-
turales de la pobreza. Y en cuanto al alza del último año, nos hace preguntarnos qué provocó que el incre-
mento. No pretendemos responder con profundidad a ellas, pues esta es la tarea que tenemos pendiente
tras esta primera aproximación a los datos. Sin embargo, sí compartiremos algunas líneas de reflexión.
Para preguntarnos por las causas estructurales, es necesario distinguir entre dos grandes categorías de
personas pobres: las que pertenecen a la población económicamente activa, en plenas condiciones para
trabajar y procurarse el ingreso suficiente para subsistir dignamente, y las que por determinadas situaciones
de edad y de salud no están en condiciones de laborar. Las primeras están en pobreza por una de estas dos
razones: o carecen del todo de trabajo, o están en situación de subempleo o de empleo informal, o, aunque
el jefe de familia tenga una ocupación formal, el salario percibido por este es insuficiente. Los que se inscriben
en la segunda categoría no están en condiciones de trabajar, por lo que requieren de transferencias públicas
en servicios y en dinero para subsistir dignamente. Si no existe una acertada política pública de promoción
del empleo decente, como le llama la OIT, calificativo que Juan Pablo II introdujo en la Iglesia, y de transfe-
rencias de modo sostenible a los sectores que no pueden salir adelante por sí mismos, la pobreza se estanca
o crece. Evidentemente, en un nivel más profundo de las raíces estructurales que impiden una solución
adecuada a ambas necesidades nos encontramos con la desigualdad, tanto en el nivel general, que ubica al
país como uno de los más desiguales de la región, como en las grandes asimetrías entre regiones de plani-
ficación, lo que viene corroborado por otros estudios, como el del Índice de Desarrollo Social distrital y can-
tonal del MIDEPLAN.
Por lo que se refiere a los factores coyunturales que explican el incremento del último año, los analistas
señalan que ocurrió una disminución del poder adquisitivo del ingreso; es decir, el ingreso familiar no alcanza
al crecimiento del costo de la canasta básica. El ingreso familiar no creció; en el último año el ingreso total
del hogar en la zona urbana disminuyó en un 1,6%, y en la rural, en un 1,3%. Hay que ponerle atención a los
componentes del ingreso, que el INEC clasifica en ingreso por trabajo, por renta de la propiedad, subsidios
estatales y becas y otras transferencias. El salario por trabajo disminuyó en el área rural en un 1,8% y au-
mentó en la urbana en un 1,1%. El trabajo autónomo disminuyó en un 13,5% en la zona urbana, dato que es
estadísticamente significativo, y en un 3,5% en la zona rural.
–34–
Los subsidios estatales y becas crecieron de manera significativa en un 10,6% en la zona urbana; en la zona
rural se mantuvieron prácticamente igual, con una disminución del 0,7%, que es estadísticamente no signifi-
cativa. Esto significa que la política de transferencias estatales no está dando resultado para repercutir en
una disminución de la pobreza de modo sostenido y significativo.
Da mucho que pensar lo ocurrido con la región Chorotega, que había pasado el año anterior a ser la segunda
región con menos pobreza por ingreso en el país, y ahora ha pasado a ser la región en la que más drástica-
mente subió la pobreza, y se coloca en el cuarto lugar con mayor pobreza. Se hace necesario un estudio de
este caso particular, para determinar qué impidió la sostenibilidad de los logros alcanzados. Igualmente,
merece estudio el caso de la región Pacífico Central, que pasó de ser la región con mayor pobreza por línea
de pobreza, a ser la segunda región con menos pobreza (aunque distanciada en nueve puntos porcentuales
de la región Central, que es la que menor pobreza registra).
Pese a lo señalado sobre las limitaciones de las transferencias para reducir sustancialmente la pobreza,
tenemos claro que estas están conteniendo el incremento de la pobreza, como señala el último Informe del
Estado de la Nación (2018, con datos del 2017):
El 2017 se mantuvo el comportamiento inercial de los principales indicadores sociales, a pesar de
un nuevo incremento de la inversión social pública, especialmente en los sectores de educación y
vivienda y territorio. Sin embargo, hoy por hoy, el Estado enfrenta el reto de evitar que medidas de
contención del gasto público afecten a las personas más vulnerables. Si las transferencias moneta-
rias se eliminaran, la pobreza extrema aumentaría hasta 3,6 puntos porcentuales, y la pobreza total
lo haría en 2,1 (gráfico 1.1). Para las clases más desposeídas, el costo de un recorte indiscriminado
del gasto social sería muy elevado32.
Por lo que toca a los programas sociales, lo que están demostrando los datos es que no logran mejoras de
modo sostenido, ni de gran impacto.
En cuanto a las políticas para enfrentar la pobreza, la primera debe ser la generación de empleo decente,
mediante nuevas fuentes de trabajo, así como promover el paso de la informalidad a la formalidad del trabajo.
Por supuesto, se trata de una política de generación de empleo que no sea mediante incentivos al sector
productivo que, a la larga, tengan costos sociales. Esto requiere de una correcta estrategia de reactivación
económica, así como del compromiso del sector empresarial, de manera que la responsabilidad social de las
empresas se entiendan como solidaridad en la misma actividad económica. En el sector de la iniciativa pri-
vada, se debe fomentar fuertemente la economía social solidaria, pues esta es capaz de generar empleo
más allá de la lógica del lucro, dado que, por su naturaleza, se orienta al beneficio de todos sus participantes
y al desarrollo territorial33.
32 Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. Informe estado de la nación 2018. San José: PEN-CONARE, 2018: 32. 33 Ver Carlo Borgaza, Gianluca Salvatori y Riccardo Bodini. La Economía Social y Solidaria y el futuro del trabajo. Gi-nebra: OIT, 2017; Edwin Aguiluz Milla. La Economía Social Solidaria sí puede reducir el desempleo, disponible en línea:
–35–
El asistencialismo es algo negativo si no va acompañado de estrategias de promoción humana, es decir, de
facilitar que las personas puedan valerse por sí mismas. En este sentido podemos hablar de asistencia so-
lamente paliativa o compensatoria, como la ayuda en dinero que pueden recibir familias en situación de
extrema pobreza, y asistencia promocional, como las becas estudiantiles. En Costa Rica tenemos ambos
tipos de asistencia. Funcionan, pero son insuficientes. Lo que está claro es que una política de combate a la
pobreza debe ser integral y, por ende, no exclusivamente asistencial.
Debe haber una estrategia de desarrollo territorial eficaz y de largo plazo, pues las asimetrías que demuestra
una vez más la Encuesta Nacional de Hogares son alarmantes. Por ejemplo, la región Brunca duplica la
pobreza de la región Central. Aquí, nuevamente, es importante la promoción y apoyo a la economía social
solidaria, por su importancia para el desarrollo de los territorios, como lo ha demostrado sólidamente el im-
pacto de muchas cooperativas en el desarrollo socioeconómico de las zonas donde están ubicadas.
http://www.canaess.com/wp-content/uploads/2016/02/ECONOM%C3%8DA-SOCIAL-SOLIDARIA-Y-EMPLEO.pdf
–36–
Anexo I
Indicadores del IPM34
No asistencia a la educación formal: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una
persona con edad entre los 5 y 17 años que no asista a educación formal. El hogar también se considera
con privación si una persona de 5 a 17 años de edad asiste a educación abierta.
Rezago educativo: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una persona entre 7 y
19 años de edad, que asiste a la educación formal y que tenga dos años de rezago escolar o más.
0S4in logro de bachillerato: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una persona
entre 18 a 24 años de edad sin bachillerato de secundaria académica o técnica, o que no esté asistiendo
a la educación formal.
Bajo desarrollo de capital humano: se consideran con privación aquellos hogares en los que ninguna
persona cumpla las siguientes características: persona entre los 25 y 38 años de edad con título de
bachillerato de secundaria académica o técnica, o alguna certificación de educación no formal; persona
entre los 39 y 60 años de edad con noveno año o alguna certificación de educación no formal; o persona
entre los 61 y 64 años de edad con primaria completa o alguna certificación de educación no formal.
Mal estado del techo o el piso: se consideran con privación aquellos hogares que residen en viviendas
con techo o piso en mal estado.
Mal estado de las paredes exteriores: se consideran con privación aquellos hogares que residen en
viviendas con paredes exteriores en mal estado.
Hacinamiento: se consideran con privación aquellos hogares que residen en viviendas que cumplan
alguna de las siguientes condiciones: viviendas con menos de 30 m2 de construcción con dos o más
residentes; viviendas de 30 a 40 m2 de construcción en las que residen 3 o más personas; viviendas de
41 a 60 m2 de construcción en las que residen 7 personas o más. Las personas que viven solas no se
consideran hacinadas, independientemente del tamaño de la vivienda.
Sin uso de internet: se consideran con privación aquellos hogares donde ninguna persona, de 5 años o
más, haya utilizado Internet en los últimos tres meses. En el caso de hogares conformados únicamente
por personas adultas mayores (de 65 años o más), independientemente de si utilizaron o no Internet en
los últimos tres meses, no se considera con esta privación.
Sin seguro de salud: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una persona de 18
años o más que no cuente con un seguro de salud (público o privado).
Sin servicio de agua: se consideran con privación aquellos hogares que residen en viviendas sin tubería
de agua dentro de la misma o con agua proveniente de pozo, río, quebrada o naciente, lluvia u otra
fuente que no sea acueducto.
34 ENAHO 2018, 16-18.
–37–
Sin eliminación de excretas: se consideran con privación aquellos hogares que residen en viviendas
que no tienen servicio sanitario exclusivo para el hogar o con sistemas de eliminación de excretas de
“hueco”, pozo negro, letrina u otro sistema diferente al alcantarillado o tanque séptico.
Sin eliminación de basura: se consideran con privación aquellos hogares que residen en viviendas
donde se elimina la basura: botándola en un hueco o enterrándola, quemándola, tirándola a un lote
baldío, al río, quebrada, al mar u otro lugar. En la zona rural no se considera privación enterrar la basura.
Desempleo de larga duración o personas desalentadas: se consideran con privación aquellos hogares
que cumplan al menos una de las siguientes condiciones: al menos una persona de 15 años o más ha
estado buscando trabajo por más de 12 meses, o personas fuera de la fuerza de trabajo desalentadas
(es decir, desean un trabajo y actualmente están disponibles para trabajar, pero han abandonado la
búsqueda porque no tienen dinero para buscar, se cansaron de hacerlo, no le dan trabajo por edad,
sexo, raza u otra; no hay trabajo en la zona o sabe que en la época del año en que se consulta no hay
trabajo).
Incumplimiento de salario mínimo: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una
persona asalariada en su empleo principal, en el sector privado, que recibe un salario menor al salario
mínimo minimorum por hora normalmente laborada (categoría salarial del MTSS de un trabajador no
calificado genérico). El salario que se emplea para obtener este indicador es el ingreso por salario ajus-
tado por subdeclaración.
Incumplimiento de otros derechos laborales: se consideran con privación aquellos hogares con al menos
una persona asalariada en su empleo principal, en el sector privado, a la que se le incumplan dos o más
garantías laborales como: aguinaldo, vacaciones pagadas, seguro de riesgo de trabajo, aporte patronal
a la pensión o pago de horas extra.
Empleo independiente informal: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una per-
sona ocupada que declare mantener económicamente al hogar, que realice una actividad independiente
informal en su empleo principal (no inscrita en ninguna instancia pública y que no tenga registros con-
tables formales o que declare que la actividad durará o duró máximo un mes).
Primera infancia sin cuido: se consideran con privación aquellos hogares con al menos una persona de
0 a 4 años de edad que no asista al CEN-CINAI, Red de Cuido, materno o prekinder, en los que no hay
alguna persona mayor de edad que esté fuera de la fuerza de trabajo y que no asista a la educación
formal, excepto si asiste a educación abierta.
Personas adultas mayores sin pensión: se consideran con privación aquellos hogares donde ninguna
persona adulta mayor recibe pensión (contributiva nacional, extranjera, del régimen no contributivo o
alimenticia).
Personas con discapacidad sin transferencias: se consideran con privación aquellos hogares con al
menos una persona con alguna discapacidad que no esté ocupada y que no reciba ningún tipo de trans-
ferencia monetaria, ya sea del Estado o pensión alimenticia. Para los menores de 12 años se conside-
rarán las transferencias monetarias que recibe el hogar.
Fuera de la fuerza de trabajo por obligaciones familiares: se consideran con privación aquellos hogares
con al menos una persona fuera de la fuerza de trabajo debido a obligaciones familiares (únicamente si
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está entre 15 y 74 años) y donde haya más de dos personas económicamente dependientes por cada
persona en la fuerza de trabajo.
Anexo II
Resultados por indicador de cada uno de los componentes del
Índice Multidimensional según la ENAHO 201835
Educación
La dimensión de educación está conformada por cuatro indicadores, que toman en consideración diferentes
etapas de la vida y del ciclo educativo de las personas. De las privaciones consideradas en esta dimensión,
la denominada Bajo desarrollo de capital humano es la que, en este 2018, presenta la mayor incidencia en
los hogares pobres por IPM, pues el 63,4% de estos la tienen, esto representa alrededor de 189 mil hogares.
Con respecto al año anterior, la incidencia de esta privación aumentó 3,0 pp, ubicándose como el de mayor
incidencia en todo el IPM.
En el segundo lugar de privación, se ubica el indicador Sin logro de bachillerato, que está presente en 29,1%
de los hogares pobres. Los otros dos indicadores, Rezago educativo y No asistencia a la educación formal
presentan porcentajes menores, 12,9% y 9,6% respectivamente. Estos tres indicadores tienen una menor
incidencia con respecto al año anterior, pues disminuyen en 1,7 pp, 1,4 pp y 3,4 pp respectivamente.
Vivienda y uso de internet.
La dimensión Vivienda y uso de internet identifica cuatro factores relacionados a la calidad de la vivienda
(estado de las paredes, del techo y piso), hacinamiento y uso de internet. En esta dimensión todos los indi-
cadores de privación superan el 30% de incidencia entre los hogares pobres.
El indicador Mal estado del techo y piso es el que presenta el mayor porcentaje del grupo en el 2018, con
45,0% de incidencia entre los hogares pobres, el segundo lugar lo tiene el otro indicador ligado al carácter
estructural de la vivienda, Mal estado de las paredes exteriores, que se presenta en el 35,6% de estos ho-
gares, ambos indicadores presentan una incidencia menor respecto a la del 2017, 1,3 pp y 1,5 pp respecti-
vamente.
El indicador sobre Hacinamiento es el tercero en orden de incidencia en esta dimensión, afectando al 32,0%
de los hogares en pobreza, 3,5 pp más que en el 2017, este es el único indicador de esta dimensión que
aumentó su incidencia entre los hogares en poobreza multidimensional.
35 ENAHO 2018, 59-60.
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El indicador Sin uso de internet, pasó a ser en el 2018 el de menor incidencia dentro de la dimensión, (en el
2017 se ubicó en el tercer lugar), esta carencia se presenta en el 30,2% de los hogares pobres, lo que
equivale a 4,1 pp menos que el año anterior.
Salud
En este grupo se identifican tres indicadores relacionados al acceso a los servicios básicos de saneamiento
y uno sobre el acceso formal a los seguros de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En
esta dimensión se encuentra la privación en el segundo lugar de mayor incidencia en todo el IPM, esta es
Sin seguro de salud, que afecta al 62,8% de los hogares pobres siendo 1,6 pp menos que en el 2017.
Los indicadores Sin eliminación de basura, Sin servicio de agua y Sin eliminación de excretas, presentan
porcentajes menores respecto a los observados en el 2017, 26,4%, 18,6% y 9,7%, respectivamente.
Trabajo
Los indicadores de esta dimensión identifican tres situaciones de la participación de las personas en el mer-
cado de trabajo: el Desempleo de larga duración y personas desalentadas, el Incumplimiento de los derechos
laborares de los asalariados y el Trabajo independiente informal. La privación de Trabajo con mayor presen-
cia entre los hogares pobres es el incumplimiento de otros derechos laborales (distintos al salario mínimo),
que alcanza al 46,4% de los hogares, esto corresponde a 4,0 pp menos que en el 2017.
El Empleo independiente informal y el Incumplimiento del derecho de salario mínimo presentan niveles se-
mejantes en el 2018 de 28,5% y 25,8% respectivamente, el primero crece en 0,3 pp respecto al 2017, mien-
tras el Incumplimiento del derecho de salario mínimo muestra un descenso de 2,1 pp en ese mismo periodo.
El Desempleo de larga duración y personas desalentadas es el de menor incidencia, está presente en 10,9%
de los hogares pobres en el 2018.
Protección Social
Los indicadores de esta dimensión tienen incidencias relativamente bajas, en comparación con las otras
dimensiones, pues se trata de aspectos enfocados en sectores vulnerables, cuyas poblaciones objetivo son
específicas, y por lo tanto es de esperar que la prevalencia de ellas en todos los hogares sea menor.
El indicador Fuera de la fuerza de trabajo por obligaciones familiares es el que presenta la mayor incidencia
de su grupo, afecta al 24,2% de hogares en pobreza por IPM, que en la mayoría de los casos se refiere a
hogares donde hay al menos una mujer que, queriendo trabajar, no puede hacerlo porque debe dedicarse a
ciertas obligaciones familiares como, por ejemplo, el cuido de personas. Esta privación es 1,1 pp mayor en
comparación con el año anterior.
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El segundo indicador con mayor afectación en los hogares pobres para el 2018 es el de Personas con dis-
capacidad sin transferencias, que alcanza al 14,8% de estos, aumentando en 2,2 pp en comparación con la
incidencia de 2017. Le siguen de cerca en el porcentaje, los restantes dos indicadores, Personas adultas
mayores sin pensión, que afecta al 10,1% de los hogares (0,5 pp más que en 2017) y Primera infancia sin
cuido que está presente en el 8,4% de los hogares pobres, 1,7 pp menos que el año anterior.