La Copa Mundial 1978:
La manipulación de la Junta ante el mundo
Stephanie Dowdle
Departamento de Español RLL, Honores
Consejero: Profesor Daniel Noemi
4 abril 2011
I. Introducción
El fútbol es el deporte más popular del mundo por muchas razones. Es
posible jugar el deporte en todos los lugares: no requiere mucho equipaje ni dinero.
Por eso, el fútbol es muy democrático en el sentido que todos pueden participar.
Con esta universalidad, a mucha gente también le gusta ser espectadores del
deporte y discutirlo. Así, el fútbol se ha convertido en una tradición muy fuerte en la
sociedad y es una característica del estilo de vida de muchos latinoamericanos.
Ellos asocian el fútbol con la emoción, la fantasía, la espontaneidad, el instinto, el
ritmo y la incertidumbre (Bar-‐On 1.6). En América Latina, el fútbol no es sólo un
deporte sino también un discurso de la política, la cultura y la sociedad.
En la Argentina, hay una larga historia del fútbol que empieza con la
colonización del país. Pero, aunque los británicos les trajeron el deporte a los
argentinos, ellos formaron un nuevo estilo y tomaron control. El fútbol llegó a ser
profesional en Argentina en 1931 y después de este tiempo, sus jugadores
estuvieron considerados unos de los mejores en el mundo. Sin embargo, con este
éxito vinieron los efectos en la cultura y la sociedad. El fútbol, de hecho, es muy
poderoso y puede unificar un país. No obstante, el gobierno u otros grupos pueden
usar esta fuerza unificadora para su ventaja y para promover ciertos ideales.
Entonces, la política, la violencia y el deporte muchas veces están vinculados.
El estado puede afectar mucho al fútbol y Argentina tiene una historia
política muy compleja y tumultuosa que provee el terreno fértil para esta relación.
El gobierno cambió muchas veces y el país experimentó con las dictaduras y otros
gobiernos militares. En el contexto de este ensayo, el hombre más importante es
Jorge Videla quien estuvo a cargo del poder entre 1976-‐1981. Durante la dictadura
de Videla, muchas personas desaparecieron sin explanación del gobierno. La Copa
Mundial en Argentina ocurrió durante esta época violenta de Videla.
La Copa Mundial es el torneo más importante en el mundo del fútbol. El
torneo está organizado por FIFA quien tiene doscientos y ocho miembros hoy, más
que los países en las Naciones Unidas. Treinta y dos equipos que han clasificado
previamente (con excepción del dueño de casa que participa por derecho propio)
participan en una serie de partidos durante un mes cada cuatro años en la fase final,
la Copa Mundial propiamente tal, que se lleva a cabo en un país o países distintos
(hasta ahora el único caso de un mundial en dos países ocurrió en el 2002, cuando
Corea del Sur y Japón fueron los anfitriones). Ser los campeones de la Copa Mundial
es un gran triunfo y honor y puede elevar al país por encima de todos. El
espectáculo del evento involucra a todo el mundo en competición. Durante el mes
del torneo, cada país presta atención a los eventos del Mundial y anima para su
equipo favorito.
Argentina fue la sede de la Copa Mundial en 1978. Fue una época
problemática en el país porque había un gobierno militar en el poder. Mucha gente
estuvo en contra de la realización de la Copa en tierras argentinas y había un boicot
internacional. Sin embargo, Argentina logró tener los partidos después de mejorar
la infraestructura del país. Toda esta transformación creó mucha deuda para el país
y la economía tambaleó. Sin embargo, aún con estos problemas, mucha gente
contribuyó al torneo. Había mucha publicidad y propaganda alrededor de los
partidos. Muchas empresas internacionales participaron en la promoción del
Mundial. La prensa también cubrió este Mundial muchos años antes y después de
los partidos. La Junta tuvo un rol muy serio en esta propaganda. El General Videla
estableció leyes de censura para la prensa para que los periodistas no pudieran
reportear ni investigar las acciones violentas del gobierno. Muchos periodistas
cumplieron con estas órdenes por miedo a su propio secuestro. Por tanto, durante
el Mundial, los ciudadanos pudieron rodearse con el fervor de los juegos y no los
crímenes de su gobierno.
Había muchas celebraciones en el país y al mismo tiempo mucha violencia
por parte del gobierno. Fue una Copa Mundial controversial y debatida, tanto en lo
referido a los partidos como a las acciones de la Junta. Después del triunfo del
equipo en 1978, la gente en Argentina se dio cuenta de la violencia de su gobierno.
Entonces, la Copa Mundial y sus celebraciones llegaron a ser un tópico delicado. El
gobierno argentino usó la Copa Mundial de 1978, el equipo nacional y su
importancia en la sociedad como propaganda a través de los medios masivos de
comunicación para ocultar sus crímenes contra la humanidad e impresionar al
mundo.
II. Las características del fútbol en la sociedad
EL NACIONALISMO Y LA UNIDAD
Con la profesionalización del fútbol en Argentina y el resto de América
Latina, los argentinos encontraron su propio estilo y establecieron su importancia
en el deporte cuando se diferenciaron en su modo de jugar de los británicos. Ellos
necesitaron definir su nacionalismo e identidad en el mundo. El fútbol fue una
manera en que los latinoamericanos buscaron esta identidad nacional y cultural.
Como dicho, el deporte como fenómeno de masas puede unificar a todos los grupos
sociales. El fútbol es un ecualizador social que provee expresiones populares de la
celebración y el orgullo para los triunfos o la melancolía y el luto durante las
derrotas. Las emociones que despiertan los colores, el himno nacional y los
símbolos del equipo provocan un sentido de unidad nacional (Bar-‐On 2.3). Aunque
hay muchos grupos diversos en un país, el fútbol es el vínculo unificador entre
todos. Las elites en los países explotan esta unidad para crear un sentido de orden y
estabilidad.
Al otro lado, el profesionalismo también crea oportunidades para la
movilidad ascendente para los pobres e indígenas (Bar-‐On 5.3). Todos los
argentinos, de clase alta y baja, pueden jugar el deporte. Sólo necesitan una cancha
y una pelota. Cualquier calle puede convertirse en una cancha y varios calcetines
juntos hacen una pelota. Los pobres pueden usar sus habilidades para ganar fama y
entrar en el mundo profesional. No es necesario nacer rico para entrar en esta
carrera, lo cual, entonces les da esperanza a los pobres en la sociedad.
El fútbol también da esperanza en el sentido que es considerado como una
especie de religión unificada. El fútbol existe “en un espacio determinado, en un
círculo artificial, separado, cerrado, reservado, protegido del espacio profano, del
resto de la ciudad” (Sebreli 234). El fútbol es algo para celebrar y venerar. Es un
escape del resto de la sociedad donde todos son iguales y debajo del mismo Dios. El
deporte tiene rituales y ceremonias en que los devotos participan. El fútbol también
tiene objetos y figuras para adorar. La bandera y los himnos de los clubes, los
uniformes y los propios jugadores son las imágenes de la religión del fútbol. Los
jugadores del fútbol son ídolos en la sociedad y la gente les ve a ellos como dioses.1
Estas estrellas proveen una calidad elevada para la vida de los admiradores
(Salazar-‐Sutil 442). El fútbol, parecido a una religión, unifica a sus seguidores con
ídolos y metas comunes.
EL DEPORTE MACHISTA Y VIOLENTO
Aunque las mujeres participan en el apoyo a sus equipos, ellas no tienen los
mismos derechos llegado el momento de jugar. Sólo los hombres pueden participar
en los partidos que representan a su país. La noción del nacionalismo está basada
en la dominación de los hombres en el mundo del fútbol. Esta visión de la nación y
sus triunfos son el resultado de la virilidad, fuerza y el machismo. Las mujeres, al
otro lado, necesitan perpetuar estas cualidades en la reproducción biológica y
cultural (Bar-‐On 2.2). Entonces, el fútbol es un mecanismo para promover los
ideales machistas y nacionalistas de un país.
El fútbol, por su habilidad de unir las masas, puede ser un instrumento de la
violencia y de combate. Pablo Alabarces explica que existen tres tipos de violencia
en que el fútbol puede ordenarse. El primero corresponde a las acciones de las
barras bravas. En Argentina, ellas surgieron en los años 60 durante una época de
violencia política en el país. Ellas “se configuran a semejanza de los grupos de tareas
paramilitares, fuerzas de acción para tareas ilegítimas mediante la violencia y la
1 Un ejemplo extremo lo constituye la Iglesia Maradona, al cual fue creada por sus aficionados en octubre de 1998. Ahora hay más de 150,000 miembros de más de 60 países en el mundo.
coacción, utilizados por dirigentes deportivos y políticos” (Alabarces, Peligro de gol
5). Estas barras bravas utilizan el deporte como un medio de la violencia.2
El segundo tipo de violencia es las “acciones producidas por – o en respuesta
a – la violencia policial, o acciones producidas por agentes derivados de la
privatización del monopolio legítimo de la violencia” (Alabarces, Peligro de gol 5).
La policía existe en la esfera del deporte, proveyendo supuestamente seguridad. Sin
embargo, la policía tiene armas y no tiene miedo de usarlas. El grupo de policía es
un grupo del estado y representa, especialmente bajo regímenes autoritarios, la
represión por el gobierno (Alabarces, Peligro de gol 5). Así, queda claro que la
imagen del estado y el vínculo entre el deporte y la política siempre están presentes
en el fútbol.
El tercer tipo de violencia es “enfrenamientos entre rivales por la disputa de
una supremacía simbólica, o como reacción frente a una “injusticia” deportiva que
suponga la reposición imaginaria de un estado de justicia ideal” (Alabarces, Peligro
de gol 5). Las barras bravas tienen mucha lealtad hacia su equipo y cuando un acto
ocurre contra sus jugadores, ellos buscan justicia. Muchas veces esta búsqueda
resulta en violencia también. El deporte en sí mismo no es violento pero es un
vehículo para desahogarse. La máquina del poder es la causa de la violencia: como
en toda América Latina, la injusticia y la humillación afectan las almas de la gente 2 Un ejemplo muy serio ocurrió en Colombia en 1994. En la Copa Mundial de 1994, Andrés Escobar accidentalmente marcó un gol en propia meta contra los Estados Unidos. Colombia perdió el partido y fue eliminada del torneo. Cuando Escobar regresó a Colombia, fue asesinado (Galeano 42). Escobar pudo haber sido asesinado por algo no relacionado, un lío de faldas que involucraba a uno de los capos de la mafia. Sin embargo, el pecado de la derrota y la pasión en el deporte es muy evidente. Esta forma de violencia de las barras bravas es muy rara pero demuestra la lealtad que ellos tienen para su equipo.
debajo un sistema con la tradición de impunidad que recompensa a los
inescrupulosos, fomenta el crimen y ayuda a perpetuarlo como una característica
nacional (Galeano 42). Los gobiernos totalitarios crean un ambiente de violencia
para su gente. Es posible afirmar, entonces, que el fútbol es popular en América
Latina y Argentina también por su estilo agresivo y la pasión que invoca.
El fútbol también puede evocar guerras reales entre grupos y países. Por
ejemplo, en 1969, la guerra entre El Salvador y Honduras ha pasado a la historia con
el nombre de “La guerra del fútbol” (Galeano 40). En realidad, había tensiones entre
los dos países por mucho tiempo y los gobiernos militares se culparon mutuamente.
Sin embargo, en un partido para la Copa Mundial de 1970, había peleas, heridas y
aún muertes. Dos semanas después, los países cortaron las relaciones. Honduras
expulsó docenas de miles de trabajadores salvadoreños y después El Salvador envió
tanques militares a Honduras. La guerra duró cuatro días y 4.000 personas
murieron (Galeano 41). Aunque había más razones políticas para la guerra, el
partido del fútbol tuvo tanto poder que desencadenó la violencia en una guerra real.
Observamos, así, cómo el fútbol y la violencia están relacionados por la conexión
existente entre nacionalismo y política.
EL FÚTBOL Y LA POLÍTICA
El fútbol y la Copa Mundial también están vinculados con la política. El
espectáculo deportivo “ha sido usado por el poder político como compensación
simbólica de las miserias de la vida cotidiana” (Sebreli 155). El fútbol puede
controlar la psique de la gente y sirve como “un señuelo para alejar a las masas y a la
juventud de la reflexión sobre los problemas reales” (Sebreli 155). Con este poder,
los totalitarismos usan el fútbol para el encuadramiento y el adoctrinamiento
ideológicos.
Aún antes de la Junta en Argentina, el fútbol ya tuvo muchos lazos con la
política. En el comienzo de los clubes en Argentina, los políticos frecuentemente
eran también dirigentes, pues de ese modo podían aumentar su popularidad o
empezar su carrera. Las barras formadas por “los punteros aportan los votos en las
elecciones a cargos directivos del club, y además sirven para silenciar con
agresiones verbales y aun físicas a los candidatos opositores” (Sebreli 169).
También los políticos apoyan a los clubes con dinero, construcción y trofeos. La
relación entre política y fútbol se hace aún más intensa a partir de la
profesionalización en 1931. Los caudillos radicales fueron los presidentes de los
clubes profesionales. Estas elecciones tuvieron las mismas características que las
políticas. Ambas tuvieron “mítines, afiches, campañas de prensa, pintadas y ni
siquiera faltaban las agresiones físicas” (Sebreli 171). Casi todos los clubes tuvieron
apoyo en el gobierno también. El ejército y el fútbol también tuvieron muchos
vínculos, algo que Perón imitó. Por ejemplo, en 1934 el Regimiento I de Infantería
hizo el juramento a la bandera en el estadio de Boca (Sebreli 172). El presidente del
país también visitó los estadios muchas veces. En la historia de los clubes
argentinos, los políticos ayudaron a controlar a la gente.
Estos ejemplos de la vinculación entre fútbol y política crean muchos efectos.
En 1930 la pasión del fútbol surgió, “cuando entraba en crisis el sistema de partidos
políticos tras el fracaso del movimiento que intentaba inconsciente y débilmente
representar a las masas populares” (Sebreli 185). Este fenómeno de masas – el
fútbol – es un “producto de la decadencia o la frustración de la organización política
y sindical de las masas populares” (Sebreli 185). Con estas emociones de
indiferencia y apatía construyeron el terreno perfecto para la irracionalidad y
pasión en el fútbol. La gente puede reunirse con el falso colectivismo en el espacio
del fútbol. La estructura del fútbol sirve como un escape del mundo de la política a
la misma vez que es un efecto de esta misma causa.
III. La historia del fútbol en Argentina
Aunque mucha gente asocia el fútbol con América Latina, los orígenes del
deporte son muy europeos. El fútbol moderno nació en el siglo XIX en los
“aristocráticos public schools y universidades de Inglaterra” (Sebreli 19). Las reglas
fueron formalizadas por la Universidad de Cambridge en 1846 (Sebreli 19). El
fútbol fue traído a la Argentina por los ingleses e impuesto por la oligarquía. Los
primeros hombres que jugaron el fútbol en el continente fueron marineros ingleses
que usaron el deporte como un descanso de sus obligaciones. La comunidad
británica influyó la cultura argentina mucho en este tiempo, al fin del siglo XIX.
Afuera del imperio, la comunidad de los británicos en Buenos Aires fue la más
grande y rica con unas 40.000 personas en los años 1890 (Mason 1). Con esta
inmigración de personas vinieron sus productos culturales.
Los británicos también introdujeron el fútbol organizado en las escuelas. En
1884, Alexander Watson Hutton, un hombre escocés en Buenos Aires, empezó un
colegio secundario que incluyó el fútbol como parte de su curriculum. Él también
formó la Argentine Association Football League (AAFL) en 1893. La organización
creció rápidamente y muchas divisiones fueron formadas (Mason 2). La AAFL tuvo
muchos clubes famosos como River Plate, Racing Club, Independiente y Boca
Juniors. Los nombres de los clubes demostraron la influencia inglesa en la sociedad.
El deporte se extendió afuera de Buenos Aires hacia las provincias también. La
expansión del fútbol “era simultánea al proceso de desarrollo de una economía
industrial moderna que destruía parcialmente las formas de vida tradicional de
comunidades aldeanas o campesinas” (Sebreli 28). El fútbol ayudó a crear unidad
entre la ciudad y el campo. En los primeros años del siglo XX, Argentina tuvo la liga
más grande afuera de Gran Bretaña (Mason 3).
Con esta expansión, el juego continuó creciendo: la participación de la prensa
fue el paso siguiente. Los periódicos y los medios masivos continuamente
reportearon sobre los partidos y los jugadores. Los líderes del país como el
presidente y el ministro de guerra asistieron a los partidos importantes. Fue obvio
que el deporte ya era muy popular en los primeros años.
Aunque los británicos introdujeron el deporte, el control cambió
rápidamente a los argentinos. Tan tempranamente como 1903, la AAFL cambió su
nombre a la Argentine Football Association (AFA) (Mason 4). Este mismo año, las
reuniones fueron realizadas y las reglas escritas en castellano. En 1912, la AFA
tradujo su nombre a la Asociación Argentina de Football. Sin embargo, había
problemas financieros y ciertos clubes se retiraron (Mason 5). La Federación
Argentina de Football fue formada en 1912 y fue la organización rival de AFA
(Mason 6). Este año, la AFA fue afiliada con FIFA y empezó a jugar contra otros
países, como Uruguay (Mason 7). A pesar de la separación, el fútbol prosperó
durante este tiempo.
Argentina jugó contra sus vecinos de Uruguay, Brasil y Chile muchas veces en
los primeros años del siglo XX. Todos estos partidos provocaron la formación de
una liga sudamericana. Esta confederación tuvo la capacidad para organizar un
campeonato y reducir así el peligro de la formación de los grupos rebeldes. En
1916, con la inspiración del uruguayo Hector R. Gómez, la Confederación
Sudamericana de Fútbol (CSF) fue formada (Mason 29). Argentina además controló
sus ligas y en 1926, las dos ligas en Argentina arreglaron sus problemas y
combinaron fuerzas también con la Asociación Amateurs de Football. La nueva liga
de treinta y cuatro clubes fue la Asociación Amateurs Argentina de Football (Mason
47).
Esta lealtad fue importante porque Argentina entró en los Juegos Olímpicos
en 1928 donde los equipos sudamericanos fueron los favoritos debido al éxito de los
uruguayos en los Juegos de 1924 (Mason 35). Los argentinos perdieron contra
Uruguay en la final del torneo y los uruguayos celebraron su segundo triunfo
mundial (Mason 37). En 1928, la idea de un campeonato mundial fue aceptada por
FIFA y la primera Copa Mundial se realizó en Uruguay en 1930 (Mason 38). Otra
vez, la final fue entre Argentina y Uruguay y otra vez, los uruguayos fueron los
campeones (Mason 41). La marca de los sudamericanos en el mundo del fútbol
ahora quedaba claramente establecida.
En 1931, dieciocho clubes en Argentina empezaron la liga profesional, la cual,
se llamó la Liga Argentina de Football. Estos clubes quisieron más reglas en el
deporte como contratos, sueldos y temporadas (Mason 48). Desde que la AFA
estuvo afiliada con FIFA, las dos organizaciones se unieron en 1934 en la Asociación
de Fútbol Argentina (AFA), el mismo nombre que lleva hoy (Mason 49). En 1936, el
gobierno ayudó a la AFA a construir los estadios grandes para sus equipos. A
cambio, estos equipos tuvieron que compartir los estadios con las escuelas de niños
para promover el deporte (Mason 57). Así desde los inicios del profesionalismo, el
fútbol en Argentina continuó creciendo hasta su imperio hoy.
Según Sebreli, esta historia del fútbol pasa por tres etapas. En la primera
etapa, desde fines del siglo XIX hasta poco antes de la profesionalización, “había sido
eminentemente elitista, practicado por la clase alta y con un reducido público de la
misma clase” (Sebreli 33). El propósito del deporte en las escuelas en este tiempo
fue la formación del carácter de los adolescentes. En la segunda etapa, “el fútbol se
convirtió en el deporte popular por excelencia; tanto sus jugadores como la mayoría
del público procedía de la clase baja o media baja” (Sebreli 33). Sin embargo, los
directores de los clubes todavía eran de la clase alta. Esta diferencia entre dirigentes
y dirigidos “evidenciaba el carácter paternalista y clasista que tenía el fútbol cuyo
objetivo, consciente o no, era el control y la manipulación de las masas populares”
(Sebreli 33). La tercera etapa es la de mediatización donde el fútbol deja de ser
tanto elitista como popular y se transforma en la pasión de todos. Los medios de
comunicación ayudaron a esta homogeneización de la cultura. Todas las clases se
sintieron en frente de la pantalla y miraron los mismos programas de televisión. Los
medios “borran en un nivel imaginario las barreras de clases que permanecen
inmodificadas de la realidad” (Sebreli 33).
Es obvio que el fútbol en Argentina tiene una larga historia. Pocos años
después de su inicio en el país, los argentinos influyeron el deporte y crearon su
propio estilo. El fútbol también afectó a la sociedad argentina. Desde el comienzo, el
deporte estableció un sentido de unidad entre las clases sociales y un fervor
nacionalista. La importancia del fútbol creció simultáneamente con su popularidad.
IV. La historia de Argentina (1943-1983): Una línea de tiempo
La siguiente sección es una cronología de la historia de Argentina desde 1943
a 1983. Después del profesionalismo del fútbol, quiero explicar los eventos del país
antes, durante y después del Mundial. Argentina tiene una historia muy inestable
que ayuda crear el terreno fértil para la Junta. La historia también puede ayudar a
explicar la ignorancia y la ambivalencia de la gente de las acciones de su gobierno
durante el Mundial porque el país tiene una relación complicada con las dictaduras.
1943: Los oficiales del ejército, declarándose a sí mismo leales a los intereses de la
nación, sucedieron al gobierno provisional de Ramón Castillo y crearon una
dictadura militar.
1946: Juan Domingo Perón fue elegido presidente.
1946-‐1949: El gobierno peronista nacionalizó industrias y servicios claves.
1947: Después de una campaña emprendida por Evita Perón, el gobierno les
concedió el derecho de voto a las mujeres.
1952: Usando las nuevas reformas en la constitución de 1949, Perón fue reelegido y
empezó su segundo período. Evita Perón murió de cáncer.
1955: Las fuerzas armadas derrocan a Perón.
1955-‐1958: General Pedro Aramburu asume como presidente provisional.
1958: La presión popular y conflictos militares llevaron al regreso del gobierno
civil. Arturo Frondizi fue electo presidente.
1962: Frondizi prometió permitir la participación peronista en las elecciones. Para
bloquear este movimiento, las fuerzas armadas quitaron el poder de Frondizi
y tomaron control del gobierno en marzo.
1963: Con los peronistas imposibilitados de participar en la elección, Arturo Illia
fue electo presidente.
1966: La agitación económica y política animaron a los otros miembros del
gobierno ponerse en contra de Illia. General Juan Carlos Onganía fue
nombrado el presidente en junio.
1969: Los alborotadores y manifestantes aplastaron a las fuerzas militares y
policiales en Córdoba y brevemente tomaron el control el 29 y 30 de mayo.
1970: Un grupo guerrillero secuestró y asesinó a Pedro Aramburu. La violencia
política e inestabilidad económica aumentaron y entonces las fuerzas
armadas exigieron una voz más fuerte en el gobierno. La denegación de
Onganía causó su destitución del oficio en junio.
1972: El presidente provisional Alejandro Lanusse empezó el proceso de devolver
Argentina al gobierno civil. Él aprobó el indulto de Juan Perón y le permitió a
él regresar al país brevemente.
1973: El partido peronista, unido con Héctor Cámpora, ganó las elecciones en una
victoria arrolladora el 25 de mayo. La renuncia de Cámpora provocó otras
elecciones. Juan Perón fue elegido presidente por tercera vez.
1974: Juan Perón murió el primer de julio. María Estela Martinez (Isabelita) de
Perón, su esposa y vicepresidente, tomó el poder.
1975-‐1983: La Guerra Sucia, una campaña del terrorismo del estado contra los
enemigos reales y sospechados, causó las muertes y desapariciones de
decenas de miles argentinos y ciudadanos extranjeros.
• Videla declaró que el ejército se propuso purgar todos los elementos
que amenazaron la estabilidad y el futuro del país (Lewis 144).
• La Junta detuvo a miles de enemigos presuntos del estado como
activistas, líderes de sindicatos, estudiantes y otros (Lewis 144).
• En un programa que se llamó “Operación Condor,” Argentina trabajó
con los gobiernos de Chile, Uruguay y Brasil para perseguir sus
enemigos más allá de sus fronteras. La Junta les detuvo y mató a
muchas de estas personas que intentaban evadir la captura (Lewis
144).
• El gobierno negó que las personas estuvieran en prisión y les dijo a los
parientes que estuvieron escondidos o en el extranjero (Lewis 144).
• Los números de los desaparecidos: entre 9.000 y 30.000 personas
(Winner).
• Había poca oposición de la prensa porque los periodistas tuvieron
miedo de la Junta (Lewis 144).
1976: El 24 de marzo, el ejército quitó el poder a Isabelita. Jorge Rafael Videla, el
comandante en jefe de las fuerzas armadas, llegó a ser presidente y lanzó el
Proceso de Reorganización Nacional.
• En marzo, la inflación llegó a su nivel más alto, 56% mensual
(Tomlinson 135) y la deuda externa se elevaba a 3.500 millones de
dólares (Alabarces, Fútbol y patria 123).
• Había un asesinato político cada cinco horas y una explosión cada tres
horas (Tomlinson 135).
• La Junta cambió su programa económico e introdujo un nuevo tipo de
cambio y reformas de comercio para promover la exportación de
agricultura y la importación de las industrias (Lewis 145).
• Había poca oposición a causa de la represión (Lewis 145).
• Videla dijo que, “Tantas personas deben morir como sea necesario en
Argentina para que el país otra vez esté seguro” (Winner).
1977: Las Madres de la Plaza de Mayo empezaron su protesta muda contra la
dictadura porque sus hijos fueron desaparecidos.
• El escritor Rodolfo Walsh denunció la eficacia terrorífica de la
dictadura en marzo: 15.000 desaparecidos, 10.000 presos políticos y
4.000 muertos (Alabarces, Fútbol y patria 122).
1978: Argentina fue la sede de la Copa Mundial.
1981: Viola sucedió a Videla como presidente provisional.
1982: Leopoldo Galtieri ganó la presidencia. En esfuerzo de ganar soporte popular
y entusiasmo nacionalista, Galtieri invadió las Islas Malvinas. Los británicos,
quienes tuvieron control de las islas, derrotaron a los argentinos en una
guerra breve. Las revelaciones de la impotencia del ejército causó la
renuncia de Galtieri. General Bignone asumió la presidencia y empezó las
negociaciones con los líderes civiles para organizar el fin de la dictadura.
1983: Raúl Alfonsín ganó las elecciones presidenciales y devolvió la democracia a
Argentina.
• Retorno de Argentina a la democracia y muchos miembros de la Junta
y el ejército fueron arrestados (Tomlinson 143).
(Lewis)
V. Importancia de la Copa Mundial
Desde la Antigüedad clásica, los eventos deportivos otorgaban al lugar en el
cual se desarrollaban un status especial, algo de lo cual sus habitantes estaban
profundamente orgullosos. En la actualidad, uno de los acontecimientos más
dramáticos es la Copa Mundial de Fútbol. Hay mucha atención, social y mediática,
que recae en los equipos que representan a su país. De hecho, podemos afirmar que
la Copa Mundial es no solo un evento deportivo sino también un evento político.
Hay mucha cobertura informativa que le otorga al evento un estatus codiciado.
También se presta mucha atención al país que es la sede de la Copa Mundial.
Uruguay fue el anfitrión de los primeros partidos en 1930 con la participación de
dieciséis países (Tomlinson 2). En 1926, el secretario de FIFA pensó que el torneo
debió expandirse afuera de los Juegos Olímpicos. En 1928, los otros miembros de
FIFA estaban de acuerdo con él y un torneo fue creado. Uruguay fue elegido porque
el país tuvo mucho éxito en sus partidos internacionales en 1924 y 1928. Ellos
también pagaron los gastos de viaje de los participantes y también construyeron un
estadio nuevo y moderno (Mason 38). La Copa Mundial perfectamente coordinó con
las celebraciones centenarias de la constitución de Uruguay. El gobierno uruguayo
usó el Mundial para mostrar al mundo su éxito en la independencia. El estadio, que
se llama El Estadio Centenario y que hasta el día de hoy es donde la selección de
fútbol uruguaya – la Celeste – juega sus partidos de local, fue el más grande en
América del Sur y, según las crónicas de la época, más bello que los europeos.
Desafortunadamente, muchos equipos europeos no vieron el estadio porque pocos
viajaron debido a la distancia para el torneo. Sólo Francia, Bélgica, Rumania y
Yugoslavia mandaron sus equipos. A estos equipos se sumaron los de México, los
Estados Unidos, y siete representativos de América del Sur: Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Paraguay y el país anfitrión, Uruguay (Mason 39). La final fue entre
Uruguay y Argentina y como en los Olímpicos en 1928, Uruguay ganó el torneo
(Mason 40). Este triunfo fue muy importante para Uruguay porque puso al pequeño
país en el mapa del mundo.
Desde 1930, el torneo ha sido preparado cada cuatro años, con la excepción
de los años 1942 y 1946 por causa de la segunda guerra mundial. La organización
de los primeros torneos fue decidida en un congreso de los miembros de FIFA.
Después de Uruguay, los dos próximos torneos se realizaron en Europa en Italia y
Francia respectivamente. La locación del torneo fue muy controversial porque el
viaje entre Europa y América era muy largo y agotador. Entonces, después de la
segunda guerra mundial, FIFA decidió alternar el torneo entre Europa y América del
Sur hasta 2002 (el año en que por primera vez, se realizó en Asia). Ahora, el país
anfitrión es elegido por el comité ejecutivo de FIFA. Esta decisión es muy
importante porque da el país anfitrión mucha cobertura cultural, política y
económica.
FIFA ha crecido hasta convertirse en una organización con más de 200
miembros. Asimismo, el torneo ahora se ha ampliado e incluye en su fase final a
treinta y dos equipos, los cuales han debido jugar en muchos partidos eliminatorios
mundiales previos (Tomlinson 2). El mundo entero tiene el derecho para participar
en la Copa Mundial y el torneo da una plataforma para todas las naciones. Así como
Uruguay obtuvo fama con la primera victoria, los otros países también tienen esta
posibilidad.
De esta manera, el deporte se transforma en una influencia cultural y política.
El país anfitrión necesita gastar mucho dinero en construir los estadios más nuevos
y reparar la infraestructura del país. Con la oferta, el país necesita modernizar y
pone dinero en su país para tener éxito. Entonces, el torneo es una inmensa
oportunidad para el marketing; esto es, la Copa Mundial se convierte en una
excelente instancia publicitaria para el país. El país y sus esfuerzos están en las
noticias cada día. También sus prácticas culturales y políticas son examinadas,
comentadas y explicadas. El gobierno quiere mostrar un país atractivo al mundo
por los medios masivos de comunicación. Cada día, millones de personas ven sus
televisiones y prestan atención al país. Aunque el país necesita gastar mucho
dinero, también recibe mucho en su economía. Hay, en primer lugar, un ingreso
significativo en el sector turismo. Por ejemplo, Sudáfrica tuvo los juegos en junio y
julio de 2010. Según su departamento de asuntos del hogar, los números de los
turistas extranjeros llegaron a un millón de personas entre el primer de junio y el
primer de julio, un aumento de veintidós por ciento (Lourens). Mucha gente quiere
ver la Copa Mundial y viaja al país anfitrión. Estos turistas gastan su dinero en las
empresas del país y ayudan a la economía. Por ejemplo, Sudáfrica supuso que los
gastos por turistas contribuirían a la expansión económica en el año 2010. La
economía creció 4,6 porcentaje en el primer cuarto de 2010 y el gobierno esperó
que la economía creciera 2,3 porcentaje en el año 2011 (Lourens). La gente del país
anfitrión también puede tener más ‘orgullo nacional’ con su país constantemente en
la vista pública. Todos los ciudadanos se juntan para tener un evento exitoso. Este
trabajo le infunde esperanzas a la gente para lograr más y mejores alternativas en el
futuro. Ser la sede de la Copa Mundial es un gran honor en el mundo del fútbol y
atrae la atención de todo el orbe.
VI. Copa Mundial de 1978
LA DICTADURA Y EL FÚTBOL
El 24 de marzo de 1976, un golpe del estado derrocó a la presidenta Isabel
Perón y el General Jorge Rafael Videla tomó el poder con su gobierno militar.
Durante el golpe del estado, todas las radios y los canales de televisión fueron
intervenidos para transmitir las marchas militares y proclamas de la Junta. El único
programa “que se permitió transmitir fue el partido entre los seleccionados de
Polonia y Argentina que se jugaba en la ciudad polaca de Chorzow. Todo estaba
prohibido menos el fútbol” (Sebreli 187). Desde el inicio de este régimen totalitario,
Videla y su gobierno comprenden la importancia del fútbol en la sociedad.
El gobierno también comprendió la importancia de ser la sede de la Copa
Mundial. Argentina había sido designada sede en 1966, bajo otro gobierno. Para
tener éxito en este esfuerzo, el nuevo gobierno de Videla necesitaba cambiar su
imagen en el exterior. Con ese fin en miras, en 1976 se creó El Ente Autárquico
Mundial 78 (EAM 78) para supervisar la organización del Mundial (Smith 69). Esta
organización “firmó un contrato por 500 mil dólares con la agencia publicitaria
norteamericana Burson Masteller, especialista en mejorar imágenes de dictaduras”
(Sebreli 187). Con esta publicidad controlada, el gobierno argentino pudo presentar
una imagen favorable y positiva. En otro ejemplo de la publicidad mundial, El Banco
Central anunció el 28 de agosto de 1977 la creación de una serie de monedas
exclusivas para el Mundial. Monedas de “20, 50 y 100 pesos, en cospeles de cobre-‐
aluminio-‐níquel, y de 1.000, 2.000 y 3.000 pesos, en plata 900” (Gilbert 25). Estas
monedas supondrían una parte de la historia. La gente de todo el mundo quiso
comprar las monedas (Gilbert 25). Los propósitos de la Junta debían estabilizar su
posición entre los argentinos a través de un espectáculo visual y obtener legitimidad
entre los extranjeros.
El EAM 78 tuvo problemas al comienzo. Omar Actis fue el primer presidente
del EAM 78, designado por Videla. Sin embargo, Actis era “partidario de la
sobriedad en los gastos y se oponía a los planes grandiosos del vicepresidente de la
entidad, el almirante Carlos Alberto Lacoste, hombre de Massera” (Sebreli 188). Por
causa de sus opiniones, Actis fue asesinado el 19 de agosto de 1976 y la prensa
censurada dio poco espacio al asesinato (Sebreli 188). En lugar de Actis quedó el
general Antonio Merlo, dócil ante Lacoste. Así, Lacoste empezó a gastar
excesivamente en el país para prepararse para los juegos.
En un país con “seria carencia de viviendas, escuelas, hospitales y obras de
infraestructura se hicieron gastos desmesurados en construcciones faraónicas, tres
estadios monumentales” (Sebreli 189). También una buena parte de los gastos se
destinó a televisar los juegos (Sebreli 189). Juan Alemann, el secretario de Hacienda
dependiente del Ministerio de Economía, declaró que “el Mundial es como un
enorme elefante blanco, que es monumental y hermoso, requiere muchos cuidados y
demanda extraordinarias cantidades de dinero, pero nadie sabe para qué sirve”
(Sebreli 190). Sus pensamientos fueron correctos y los gastos costarían al país 520
millones de dólares, en tanto que el Mundial de 1982 realizado en España sólo
insumiría 150 millones de dólares” (Alabarces, Fútbol y patria 126). Este costo del
Mundial pasó a engrosar “la deuda externa que agobió al país en la década del
ochenta provocando una de las mayores crisis económicas del siglo” (Sebreli 190).
El gobierno, con el EAM 78, gastó demasiado dinero para preparar el Mundial, lo
cual contribuyó directamente a la crisis y caída económica del país.
La Junta también creó la Operación El Barrio para embellecer el país. Los
buldózeres destruyeron los guetos de Buenos Aires y sus habitantes fueron
realojados en el desierto de Catamarca. Muchas paredes fueron construidas para
esconder los barrios bajos (Pears 70). Hubo una cantidad considerable de
construcción en Argentina, que buscaba transformar el país en uno moderno. El
gobierno quiso mostrar un país sin problemas al mundo.
El gobierno también construyó la Argentina 78TV (A78TV) para transmitir
los partidos al mundo. A78TV fue inaugurada doce días antes del Mundial y quería
mostrar “las coloridas imágenes de nuestra patria, las que se entrelazarán con las
provenientes de otros países, de otras culturas, cual abrazo fraterno, portadoras de
nuestro mensaje de paz, amor, y justicia, esas imágenes que, no tengo dudas,
desplazarán definitivamente a aquellas que propaga la subversión internacional”
(Gilbert 31). Estos años marcaron la aparición de la televisión en colores. El
gobierno quiso representar una imagen de paz y progreso. Sin embargo, esta
información fue controlada por la Junta. Cada arma tenía un canal y hacía su propia
construcción de la realidad: “El 13 era de la Marina, el 11 de la Fuerza Aérea y el 9 y
el 7 del Ejército” (Gilbert 31). Fue casi imposible trasmitir los hechos reales en el
país.
Con todos estos cambios en el país, el General Antonio Merlo dijo, “el
propósito central es mostrar al mundo nuestro talento organizacional. Dos años
antes nadie creyó en nosotros, y ahora el mundo está convencido que los argentinos
son capaces de hacer cosas muy importantes. Para nosotros, el momento de la
verdad ha venido” (Tomlinson 137). La Junta y el EAM quisieron demostrar sus
capacidades de organizar un evento mundial y, con sus esfuerzos, crearon mucha
deuda para el país. Sin embargo, el Mundial sirvió para que el Estadio encarara
iniciativas dotadas de gran visibilidad, buscando reforzar la imagen renovadora con
las que se presentaba ante la sociedad.
LA PUBLICIDAD DEL MUNDIAL
Muchas empresas y marcas internacionales aprovecharon la popularidad del
Mundial en Argentina para promocionar sus productos. Por ejemplo, Las Bodegas
Arizu hizo publicidad de su vino fino “Argentina 78.” Ford creyó su nuevo modelo
Falcon 78 para celebrar ambos el Mundial y su aniversario. Old Smuggler se
presentaba como el whiskey exclusivo para el Mundial, destacando que había sido
seleccionado por el EAM 78. Philips sacaba a la venta sus televisores nuevos con el
slogan “Aquí está el campeón” con un perro con la camiseta argentina pisando una
pelota (Gilbert 33). La Copa Mundial creó mucha atención y las corporaciones
quisieron usar esta popularidad para su éxito.
El gobierno argentino también usó la publicidad para sus mensajes. En las
semanas ante los juegos, el gobierno hizo pública una campaña para describir “los
valores argentinos.” Esta campaña fue destinada “a promover el buen trato y la
cordialidad que todos los ciudadanos debían prestar a los turistas extranjeros”
(Gilbert 34). Los argentinos necesitaban emanar los ideales perfectos de un
argentino para el mundo. Por eso, “‘jugar’ era sinónimo de demostrar” (Gilbert 34)
porque los argentinos necesitaron demostrar todo lo que los argentinos pudieron
hacer. Ellos necesitaron defender y definir su “argentinidad” a través de sus
acciones hacia el mundo.
La Junta también estableció una imagen emblemática del Mundial. Mundialito
fue la mascota del Mundial’78 y fue realizado por Producciones García Ferré S.A.
Mundialito era un gauchito “vestido con el uniforme del seleccionado de fútbol, con
un chambergo en el que se leía ‘Argentina ’78’ y, con los brazos en jarra, pisaba una
pelota y le colgaba un rebenque de una mano” (Gilbert 35). Esta imagen puso
énfasis en el cuerpo de Mundialito. Mientras los jugadores europeos tuvieron los
cuerpos de una rutina en el gimnasio, los argentinos tuvieron el cuerpo de los
trabajadores. Mundialito demostró este cuerpo fuerte y duro con su pecho inflado
(Gilbert 35). Los argentinos usaron Mundialito para representar su “argentinidad”
con un énfasis en el cuerpo.
EL BOICOT INTERNACIONAL
En Europa, mucha gente y países se juntan para boicotear la Copa Mundial en
Argentina. El Comité Organizador de Boicot a la Copa del Mundo en la Argentina
(COBA) se formó en París en 1977 con el apoyo de Amnistía Internacional y el
Comité de Sostén de las Luchas del Pueblo Argentino. Este comité estaba integrado
por grupos de la izquierda. El boicot también tuvo representantes en otros países
europeos como Holanda, Dinamarca, Alemania, Suiza y España. En octubre de 1977,
un artículo llamado “El Mundial tiene plomo bajo las alas” apareció en Le Monde
(Sebreli 191). En este artículo se señalaban “fallas de organización y se
denunciaban los crímenes de la dictadura. Se difundieron folletos sobre la represión
en la Argentina y se reprodujeron afiches alusivos al Mundial” (Sebreli 191).
Amnistía Internacional también publicó en 1978 un artículo que decía:
El deporte no está separado de la política: los estadios de la Argentina darán
la apariencia de terrenos si no neutros al menos limpios, respetables,
civilizados, protegidos (todos los medios serán puestos en acción para esos
efectos). La verdadera escena de la Argentina, la de las cárceles, la tortura, la
represión de opositores políticos, se encontrará así minuciosamente
enmascarada, rechazada (…) Somos, en ese sentido, los que quebramos la
ilusión, los granos de arena que frenamos la publicidad de esos paraísos
exóticos en los cuales se oculta el horror de la realidad brutal. (Sebreli 192).
El grupo quiso mostrar al mundo los crímenes de la dictadura e impedir el éxito del
Mundial, si no ellos se considerarían a sí mismos cómplices.
Aún con los esfuerzos del COBA, el boicot europeo fracasó. Sin embargo,
hubo algunas excepciones. Por ejemplo, el capitán del seleccionado holandés, que a
su vez era secretario de la Asociación de Jugadores Profesionales de su país, Wim
van Hanneggen, convocó una asamblea con los miembros de su equipo y les dijo que
“ningún jugador estaba obligado a concurrir a un país donde se violaban los
derechos humanos y que él a pesar de ser el capitán del equipo no concurriría”
(Sebreli 192). A esta propuesta adhirió uno de los más grandes jugadores del
mundo, Johan Cruyff (Sebreli 192). A pesar de este triunfo pequeño, el boicot fue la
posición minoritaria. El Mundial se llevaría a cabo en Argentina y la dictadura
viviría su momento más glorioso.
LA GENTE QUE APOYA Y EL GOBIERNO QUE OPRIME
La sociedad argentina dio su respaldo a la dictadura durante la Copa Mundial.
Estos eventos crean delirios de unanimidad donde “el individuo pierde su
autonomía, anula todo sentido crítico, se disuelve en la masa unida por la pasión y
cualquier disidencia o tan siquiera indiferencia es estigmatizada” (Sebreli 195). El
individuo se vio atrapado por la histeria de los juegos y el nacionalismo. Las
multitudes en las calles practicaban el ritual y expresan esta histeria. Una
característica única de los deportes es que todas las clases pueden participar en
estos rituales lo cual hace que estos adquieran muchísima fuerza. La mayoría de la
gente de este tiempo sólo se enfocó en el entusiasmo de los juegos. Sin embargo, “a
pocos metros del estadio de River estaba el campo de concentración de la ESMA
(Escuela de Mecánica de la Armada)” (Sebreli 195). Aunque los dos lugares
estuvieron muy cerca, el mundo sólo pudo oír a los hinchas festejando los goles y no
los gritos de los prisioneros torturados.
Por causa del entusiasmo de la gente argentina, la dictadura pudo establecer
la militarización de la sociedad civil. El gobierno la implementó los días previos al
Mundial con el contexto de “mejorar seguridades.” La dictadura recrudeció
“operativos militares y policiales en rutas, calles, estaciones ferroviarias, bares y en
todos los lugares de reuniones públicas” (Sebreli 195). El gobierno controló las
actividades de su gente y siempre observó su comportamiento. Todos necesitaban
hacer pública su adhesión al acontecimiento por miedo a las repercusiones del
gobierno. “La Junta usó el Mundial para ocultar y separar las mayorías de otros
aspectos de la vida (político, económico, social) considerados de mayor importancia.
De este modo, el Mundial…aparece como formando parte de la manipulación
ideológica que realizaba el estado” (Frydenberg 293). La intervención del ejército
en las vidas cotidianas de los argentinos fue justificada por razones como la
promoción del nacionalismo y la unidad nacional.
El gobierno también controló la prensa y promulgó leyes estrictas de
censura. Al iniciarse el Mundial, “se distribuyó una circular dirigida a todos los
medios de prensa, prohibiendo la formulación de toda crítica al Seleccionado”
(Sebreli 196). En vez de pelear contra la censura, los periodistas cumplieron con el
orden y aún hicieron elogio de los juegos y sus efectos nacionalistas. Los periodistas
divulgaron la visión de Argentina que el gobierno quiso promover. También los
intelectuales, los escritores, los profesores, los artistas, salvo raras excepciones,
aclamaron el evento. Los pocos que trataron de cuestionar al gobierno fueron
aislados sin ningún lugar para expresarse (Sebreli 199). La gran mayoría de los
críticos argentinos tuvieron un afecto desmesurado hacia su equipo nacional; este
les impidió descubrir los motivos reales de la dictadura. La fuerza de la unidad y el
nacionalismo del fútbol hicieron sombra a la investigación de las atrocidades.
LA PRENSA
El propósito de la Junta fue establecer su posición entre los argentinos y el
mundo a través del espectáculo visual del Mundial. Ellos necesitaron ganar su
legitimidad en el mundo con un torneo exitoso. Para esta manipulación, la Junta
necesitó controlar la prensa para reestructurar su imagen. Ellos implementaron una
estrategia de acción doble: la prensa argentina fue censurada y la prensa extranjera
fue mimada (Smith 69).
La media tuvo algunas quejas antes del Mundial. Una fue la falta de recursos y
espacio para la prensa. Sin embargo, aún antes de la Junta, los argentinos
garantizaron que las instalaciones óptimas estarían en su lugar y propusieron
renombrar el Mundial, “El Mundial de la Prensa.” Más seria que esta queja fue la
concerniente a la seguridad de los periodistas. La Junta metódicamente erradicó los
elementos izquierdistas y atacó a los elementos subversivos. El ejército secuestró,
encarceló, torturó y mató miles de argentinos que fueron “culpables” de actividades
políticas izquierdistas o fueron miembros de grupos intelectuales afines. Estas
personas se conocieron como los desaparecidos porque el gobierno no reconoció a
estas personas como prisioneras o muertas (Smith 70). “Existieron 340 centros
clandestinos de detención entre 1976 y 1983” (Gilbert 74). Algunos de estos
campos de concentración estuvieron muy cerca de los estadios de fútbol en que los
partidos del Mundial fueron jugados. La Junta trató de cambiar su imagen a través
de sus campañas publicitarias para que los extranjeros vinieran a Argentina y
avivaran a sus equipos.
La Junta también estableció mucha censura para su propia prensa. En el 25
de marzo en 1976, la Secretaría de Estado de Prensa y Difusión (SEPYD), una Agencia
del gobierno, fue publicado y organizó los catorce principios y procedimientos que
los medios masivos de comunicación necesitaron seguir. La Junta esencialmente
extendió su programa de reorganización nacional a la prensa. Los periodistas
debieron escribir sobre valores que contribuirían a la sociedad e ignorar todo
trabajo de investigación. El mes siguiente, la Junta creó una ley más fuerte que
prohibió la investigación de tópicos subversivos. Al fin de este proceso, setenta y
dos periodistas desaparecieron. Como resultado de esta censura activa, los
periodistas argentinos practicaron la auto-‐censura (Smith 71). La Junta controló su
prensa para transmitir su imagen preparada para el mundo; así, los periodistas,
ubicados al medio, se convirtieron en cooperadores, voluntarios o no, de las
medidas emprendidas por el gobierno.
La Junta también controló su equipo nacional con respecto a la prensa. El
gobierno extendió su censura al director del equipo, César Luis Menotti, y también la
selección y dijo que la prensa no pudo criticar a ninguno de los miembros del
equipo. Con esta ley, muchos detractores pensaron que Menotti fue aliado con la
Junta (Smith 72). La Junta quiso controlar cada sector de su país para distribuir la
imagen más favorable al resto del mundo.
La Junta prohibió a los periódicos argentinos publicar notas de la prensa
extranjera que contuviera historias negativas de Argentina. Muchas ediciones de
estos periódicos no informaron sobre los choques, la inflación, los robos, la polución
ni cualquier otra cosa negativa sobre la vida argentina. En vez de esta verdad, las
portadas contuvieron historias favorables de la Junta como sus ceremonias y sus
triunfos. La prensa también tuvo órdenes de identificar a los críticos del gobierno y
el Mundial y los catalogó como perpetradores de los regímenes izquierdistas (Smith
73). El gobierno quiso propagar la idea de una conspiración izquierdista. La prensa
también necesitó escribir sobre la actividad subversiva en el mundo (Smith 74). El
gobierno trató de mostrar las cosas buenas de su sociedad y destacar las cosas
malas de otros países.
LA SELECCIÓN
En octubre de 1974, César Luis Menotti fue nombrado director del equipo
nacional. Él tuvo mucho éxito en su carrera futbolística tanto en Argentina como en
el exterior. El “Flaco” Menotti también fue aclamado como un director técnico
fantástico. Él entrenó a Huracán en 1973 cuando el club ganó su primer título
nacional (Tomlinson 138). Con la responsabilidad de ser el director de la selección
nacional, él entendió que una filosofía era necesaria. Él creó un discurso sobre la
relación entre las raíces del fútbol y la identidad nacional.
Él decidió seleccionar a los mejores jugadores y también darles a los
futbolistas en las ligas provinciales la oportunidad. Su proyecto fue definido como
una empresa nacional y construyó un equipo nacional que incluyó jugadores del
interior. Él trabajó con muchos jóvenes para desarrollar sus talentos. Estos
jugadores incluyeron a Tarantini, Gallego, Passarella y Valencia, quienes se sumaron
al equipo nacional. Menotti también convenció a la AFA, en 1976, de prohibir la
venta de los jugadores argentinos a equipos extranjeros. Él quiso crear un equipo de
argentinos puros (Tomlinson 139). Menotti tuvo mucho éxito en crear un discurso
nacional basado en las ideas de tradición, continuidad cultural y un regreso a las
raíces. Él creyó que la mejor manera de entender el triunfo fue verlo como un
tributo al fútbol viejo y adorado y puro argentino (Tomlinson 140).
Menotti puso mucho énfasis en un poderoso “nosotros inclusivo.” Él asoció la
acción de su equipo con la de todo el país. Su estrategia fue coherente con la del
gobierno: “los slogans centrales de la propaganda fueron ‘Veinticinco millones de
argentinos jugaremos el Mundial’ y ‘En el Mundial usted juega de argentino’”
(Alabarces, Fútbol y patria 127). Ambos Menotti y la Junta quisieron usar la
selección nacional para unificar a su gente.
EL MUNDIAL
Todo estaba listo para el comienzo del Mundial en Argentina en 1978.
Finalmente llegó la hora del acto inaugural y la Junto entró en el estadio y fue bien
recibida por los espectadores. El General Videla dijo: “En el marco de esta
confrontación deportiva, caracterizada por su caballerosidad, en el marco de la
amistad entre los hombre y los pueblos y bajo el signo de la paz, declaro
oficialmente inaugurado este Onceavo Campeonato Mundial de Fútbol 1978”
(Gilbert 83). En este momento, todo el país gritó “Argentina, Argentina” y la gente
fue hipnotizada por el fútbol.
El primer partido fue contra Hungría y fue la primera prueba para el equipo
nacional. Argentina ganó y el resultado final fue 2-‐1. Las celebraciones fueron
similares a una guerra y demostraron, si es que a alguien le cabía alguna duda, la
importancia e impacto del fútbol (Gilbert 111). Un aspecto importante de las
celebraciones fue exteriorizar la alegría. Toda la gente argentina fue a las calles para
celebrar los triunfos y los partidos emocionantes. El presidente también apareció
en estas celebraciones. La gente se congregó en Plaza de Mayo para ver la presencia
de Videla en el balcón de la Casa Rosada (Sebreli 199). La presencia del presidente
en estos momentos daba la impresión de una nación unida.
El segundo partido fue contra Francia. Este partido fue especialmente
importante porque muchos franceses no aceptaron la situación totalitaria en
Argentina. El equipo nacional ganó 2-‐1. Con estos dos triunfos, Argentina todavía
necesitó jugar contra Italia, el miembro final de su grupo. Con este juego, se definiría
al ganador del Grupo 1, el cual también conseguiría la permanencia en Buenos Aires.
El derrotado iría a Rosario (Gilbert 142). Sorpresivamente, Argentina perdió 1-‐0.
Aún con este final, cada juego en la primera ronda tuvo grandes audiencias. La
transmisión de “las actuaciones del seleccionado lograba audiencias sin precedentes
en la historia de la TV argentina… La consultora IPSA revelaba que 7.200.000
personas promedio habían visto al equipo de Menotti en cada partido” (Gilbert 151).
Con estos primeros partidos, Argentina tuvo éxito y avanzó a la próxima ronda.
Su próximo juego fue contra Polonia y todos fueron a Rosario para ver a los
argentinos ganar 2-‐0. General Videla estuvo en la cancha y “se levantó de su butaca
con los brazos en alto” (Gilbert 162). Similar a Videla, todos los argentinos
celebraron el triunfo. La victoria “abrió los diques de contención y los argentinos se
lanzaron a las calles para abolir por unas horas diferencias sociales y de géneros”
(Gilbert 164). Todo el país se reunió para celebrar su equipo. Todos se olvidaron los
problemas en su sociedad y enfocaron en el fútbol.
El próximo partido fue contra Brasil, el gran rival de Argentina. Brasil
derrotó a Perú 3-‐0 cuatro días antes su juego contra los argentinos. El juego fue muy
violento y tenso entre los dos equipos; sin embargo el resultado final fue 0-‐0. Los
dos equipos entraron en el partido final con tres puntos. Argentina supuestamente
debía jugar contra Perú a la misma hora del juego entre Brasil y Polonia. Sin
embargo, Argentina pospuso su juego para que ellos supieran cuántos goles
necesitaban para avanzar (Gilbert 195). Brasil derrotó a Polonia 3-‐1; entonces, con
ese resultado, Argentina necesitaba derrotar a Perú por una diferencia de cuatro
goles. Para este juego, todo el país fue decorado en banderas: “Había banderas en los
balcones y en los edificios públicos. Banderas en los automóviles. Banderas con
soles. Banderas de plástico y tela. Eran como un documento de identidad, un manto
sagrado” (Gilbert 197). Con este apoyo, el equipo entró en el juego y ganó 6-‐0. Seis
goles es algo muy difícil y mucha gente tuvo dudas de la legitimidad del resultado
final. Rodolfo Manzo, integrante del seleccionado peruano, “confesó ante un grupo
de gente que algunos jugadores de su equipo habían recibido una cantidad de
dólares para ‘ir a menos’” (Sebreli 202). Para alentar todavía más sospechas, Videla
también hizo “la donación de 4 mil toneladas de trigo al gobierno de Perú” (Sebreli
203). También, Lacoste estaba involucrado en la entrega de dinero a los peruanos
(Sebreli 204). Aunque había muchas sospechas sobre este juego, ni la FIFA ni la AFA
investigaron.
Con este triunfo controversial, Argentina pasó a la final en el Mundial. Esta
final también fue polémica. Los holandeses les acusaron a los argentinos de retrasar
el juego. El seleccionado argentino llegó tarde y le hizo preguntas a René van de
Kerkhof sobre la legitimidad de su yeso en su muñeca. El futbolista holandés llevó
este yeso en cada partido antes del campeonato y aún fue sancionado por FIFA. El
árbitro vaciló y finalmente una capa extra fue añadida como una solución. Mucha
tensión creció ante la multitud de gente en el estadio. Con todo, Argentina ganó el
juego 3-‐1 en tiempo extra. Argentina era el nuevo campeón del mundo título que
conseguía por primera vez en la historia del país. Las celebraciones surgieron muy
pronto y los periódicos describieron este momento: “En ese fervor hay millares de
hombres, mujeres y niños que son mis iguales. Es el momento sublime de la gran
comunión nacional” (Gilbert 223). Todo el país festejó el triunfo con la bandera y los
colores de Argentina. La Junta aceptó estas celebraciones como un signo de una
nación que había recuperado su dignidad. Fue un momento de unidad y
nacionalismo. Todo el foco fue en el seleccionado y no en las acciones del gobierno.
Mucha gente sustituyó el fallo crítico de la política de la situación del país con la
euforia deportiva.
Los jugadores del equipo argentino trabajaron bajo la presión de ser los
mejores en el mundo. Videla les dijo, “eran soldados de la patria y tenían que
defender sus colores” (Sebreli 202). El equipo fue como una extensión del ejército
durante el Mundial. Algunos sintieron que “la derrota implicaba peligro para sus
propias vidas” (Sebreli 202). Por eso, había mucha especulación sobre las drogas
(Sebreli 202). El equipo nacional necesitaba ser perfecto en los ojos de Videla y el
resto del país. Así, queda claro que el éxito del equipo nacional fue muy importante
para gobierno. La dictadura quiso mostrar una imagen fuerte y exitosa al mundo. El
triunfo en la cancha pareció darles la razón.
VII. Las ocurrencias tardías del evento
Después del triunfo de Argentina en el Mundial 1978, las celebraciones
eufóricas terminaron. La gente en Argentina todavía estuvo frente a la dictadura; y
las políticas de exterminio y represión, que desaparecieron y asesinaron a
muchísimos ciudadanos, continuaron. En efecto, el Mundial proveyó solo un escape
temporal a los problemas del país. Después de los partidos, estos problemas
salieron a la luz.
Como hemos dicho, la Junta tuvo 340 centros de detención en Argentina
durante la Guerra Sucia. De los desaparecidos, “unos pocos fueron legalizados y
pasados a cárceles oficiales; entre ellos, la mayoría permaneció detenida hasta el
final de la dictadura, siete años después” (Alabarces, Fútbol y patria 122). En la
Avenida del Libertador en Buenos Aires había un centro que se llamó Escuela de
Mecánica de la Armada (ESMA). La ESMA fue uno de los centros más ocupados. Las
víctimas eran capturadas y llevadas al lugar en coches particulares (los Ford Falcon
se hicieron dramáticamente famosos). Estas víctimas incluyeron sindicatos,
estudiantes, abogados, artistas, periodistas, sacerdotes, judíos, entre otros. Bajo
mucha tortura, las víctimas revelaron otros nombres de amigos y conocidos que
pronto llegaron al centro también. 4.700 personas entraron en la ESMA y pocos
sobrevivieron. Después de la tortura, las personas fueron matadas y enterradas o
quemadas en las canchas del fútbol. Durante de la Copa Mundial, un nuevo método
fue organizado: los vuelos de la muerte. Las víctimas fueron llevadas en avión y
tiradas en el Océano Atlántico. Estas personas, como se señalo, llegaron a ser
conocidos como los desaparecidos porque el ejército negó el conocimiento de todo
(Winner).
Durante la Copa Mundial, los ruidos de las ovaciones se mezclaron con los
gritos al interior de la ESMA. Los presos fueron torturados aún más con órdenes
raros de sus torturadores. Por ejemplo, los prisioneros pudieron mirar los partidos
con sus torturadores. Los torturadores también les pidieron a las víctimas conducir
un coche alrededor de las celebraciones. Durante esta excursión, una sobreviviente,
Graciela Daleo, recordó, “Me levantó y miró. No pude creer lo que ven en mis ojos.
Ríos y ríos de gente cantando, bailando y gritando. Empecé a llorar porque pensé
que si empiezo a gritar ‘Estoy desaparecida,’ nadie se va a preocupar. Esto fue la
prueba más concreta que yo tuve que había dejado de existir” (Winner). La
manipulación de la gente argentina, llevada a cabo por la Junta había alcanzado
extremos insospechados.
La verdad aún hoy está siendo discutida. El nivel en que los argentinos
supieron de las atrocidades de la Junta no está claro. Ezequiel Fernández Moores, un
periodista argentino, dijo:
Este país ama el fútbol y somos muy nacionalistas. A nadie le gusta hablar en
público sobre su ropa sucia, sin embargo creo que la gente en general se
siente un poco culpable sobre 1978. Es muy difícil para la gente hablar
sobre esto en público pero en el interior, mucha gente cree que no fue un
Mundial honesto. No fue honesto que celebramos cuando muchos otros
sufrieron. Dijimos: ¿Qué hacemos en ese momento? ¿Cómo podemos ser
tan… no sé si estúpido es la palabra correcta… egoísta quizás? Entonces
no podemos estar tan felices (Winner).
En retrospectiva, después de la diseminación de toda la información durante el
período democrático, los argentinos se sienten traicionados y culpables.
Los jugadores del seleccionado también se sienten igualmente culpables
después de la revelación de toda la información. Osvaldo Ardiles, el centrocampista
argentino, dijo:
Fue la hora más oscura. Pues, tenemos muchas horas oscuras en la historia
de Argentina. Sin embargo, en la memoria viva, fue un período horrible… No
ocurrió para mí en aquel momento pero con el paso del tiempo, tengo un
dilema. Jugamos en el final en el estadio de River Plate y trescientos,
cuatrocientos metros de allá estaba la ESMA. Luego, entendimos que fue el
centro central de la tortura del ejército. Yo pienso, cuando marcamos, todos
allá pudieron oír. Los guardias les dirían a los prisioneros que ‘Ganamos,’ es
probablemente cómo lo dirían. No dirían que Argentina gana, dirían
‘nosotros.’ Uno es el torturador y uno es la víctima. Después yo pienso, ‘¿Los
que fueron encarcelados, estuvieron felices o infelices?’ En una manera por
supuesto estuvieron felices porque fueron argentinos y ganamos la Copa
Mundial por la primera vez en historia. Maravilloso. Sin embargo, ellos
sabrían que ello significaba que la dictadura militar estaría en poder por más
tiempo. Ellos no pueden ser liberados. ¿Cómo se sienten? Me imagino sus
sentimientos. No quiero. Esta dilema yo tengo (Pears).
Durante el Mundial, los jugadores dijeron que no supieron nada de estos eventos.
Sin embargo, ahora ellos entienden que fueron una parte de la extensión de la Junta,
de los planes de ella. Julio Ricardo Villa, un futbolista del seleccionado 1978,
recordó, “Aquella etapa me quedó en blanco. Vivíamos sin la conciencia de la
realidad. De alguna manera fuimos engañados porque uno era futbolista y estaba
detrás de un objetivo muy grande y, por ahí, no llegaba a ver otras cosas” (Gilbert
86). La Junta usó el nacionalismo y el fervor del triunfo para promover sus
objetivos. Muchos jugadores sintieron que habrían querido jugar para un mejor país
(Tomlinson 143) y que habrían cambiado el título por el fin de las acciones de la
Junta (Tomlinson 144). Los jugadores fueron títeres en el juego de la Junta.
Después del Mundial, había muchas películas sobre la confusión de este
evento. Por ejemplo, en “Hay unos tipos abajo (Alfaro y Filipelli, 1985) los sonidos
mundialistas sirven de eco persistente a la amenaza del secuestro” (Alabarces,
Fútbol y patria 136). En Crónica de una fuga (Israel Adrián Caetano, 2006), un
futbolista, Claudio Tamburrini, de una liga menor es secuestrado por la Junta pero
no es un subversivo. La película, basada en hechos reales, cuenta la tortura y el
intento de escape. Después de la Junta y la época de la censura, los directores
podían explorar este complejo tópico.
V. Conclusiones
La Copa Mundial de 1978 en Argentina es un tópico muy controversial hasta
el día del hoy. Después de todas las revelaciones de los crímenes de la Junta, las
celebraciones del triunfo del seleccionado nacional argentino parecieron egoístas e
insensibles. Los argentinos reconocen esta paradoja ahora como una mancha negra
en su historia.
Muchos ciudadanos admitieron que fueron ignorantes de los crímenes
durante el Mundial. Por ejemplo, el antiguo director del Buenos Aires Herald escapó
a Gran Bretaña después del golpe del estado. Él recibió una carta de un miembro de
su familia en Argentina que lo regañó por escribir “cosas horribles de Argentina.” El
pariente le aseguró que nadie fue matado en Argentina y todos deben venir para un
buen asadito (Winner). La gente, al menos un importante sector, en Argentina no
supo de los acontecimientos de su gobierno. Ellos no tuvieron la propia información
en sus noticias sobre estos crímenes. El gobierno ejecutó una campaña exitosa para
la censura de la prensa. La Junta creó tanto miedo que nadie quiso desobedecer. Por
eso, la gente en Argentina pudo enfocar en el Mundial porque el gobierno saturó sus
vidas con propaganda en los medios masivos de comunicación.
La propaganda del gobierno fue muy exitosa durante el Mundial. Sin
embargo, por el año 1983, la Junta fue desacreditada. Después de los problemas
crecientes con la economía y la guerra sobre las Islas Malvinas contra Gran Bretaña
y también el conflicto limítrofe con Chile, había mucho descontento público y
protestas (Lewis 146). Finalmente, la Junta cayó y la gente fue a las urnas en 1983 y
eligió un gobierno democrático. Durante esta época de prensa libre, las atrocidades
de la Junta salieron a la luz, especialmente con la ayuda de los grupos de derechos
humanos (Winner). El nuevo presidente, Raúl Alfonsín, también quiso investigar
estas desapariciones para enmendar los errores de la Junta. Más o menos 30.000
personas todavía están desaparecidas de este tiempo de terror. También mucha
gente importante del gobierno fue llevada a juicio y hallada culpable de múltiples
crímenes (Lewis 152). La propaganda de la Junta distrajo la atención de estos
desaparecidos en el Mundial y sólo cuando Argentina, por fin, logró iniciar el camino
a la libertad, la verdad afloró.
Se ha hecho mucho énfasis en el rol que los jugadores y el equipo tuvieron en
ocultar los crímenes por sus juegos y éxito. Sin embargo, la culpa no debe estar con
estos jugadores porque ellos también no conocieron la amplitud de los problemas
en su país. Ellos sólo quisieron ganar sus partidos. La culpa está con la Junta y
también la prensa. La Junta manipuló el rol del seleccionado para promover sus
metas. La prensa también obedeció las órdenes del gobierno. El rol de la prensa es
investigar y servir como un enlace entre el gobierno y la gente. Cuando los
periodistas no hacen este trabajo, la gente sufre de una falta de información. Por eso,
la Junta pudo ejecutar sus planes sin mucha oposición.
Este tiempo del Mundial es muy controversial y delicado. La gente celebró el
triunfo de su seleccionado nacional aunque muchos de sus conciudadanos fueron
detenidos y matados sin razón. Los argentinos pudieron ignorar estos hechos
porque la Junta ejecutó una campaña exitosa de censura y ambivalencia moral
durante su reinado. El gobierno argentino usó la Copa Mundial de 1978, el equipo
nacional y su importancia en la sociedad como propaganda a través de los medios
masivos de comunicación para ocultar sus crímenes contra la humanidad y dar una
buena impresión al mundo.
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