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Lección 3: Propiedad para la venta Jeremías 32.2-‐9, 14-‐15
«Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta Derra».
— Jeremías 32.15
Propósito Esta lección nos quiere enseñar cómo Dios transforma situaciones que parecen complicadas y adversas y vienen a ser confirmaciones de bendiciones que nos harán saber que Dios cumple lo que promete. La herencia que se ha recibido apunta a un futuro mejor. Nos acerca a lugares seguros para una vida plena para el pueblo.
Bosquejo de la lección I. La invasión caldea y el decreto terrible (Jeremías 32.2-‐5) II. Palabra de Dios a Jeremías (v. 6). III. La compra de la heredad es un signo de juicio divino irreversible (v. 7). IV. El símbolo de la metáfora apunta a una nueva heredad para los cauLvos de Israel (vv. 8-‐9). V. La heredad es símbolo de los que Dios hará con su pueblo (vv. 14-‐15).
Vocabulario bíblico «HEREDAD»: La porción de terreno dada en herencia. Esta permanecía en posesión permanente de la familia original como una donación de Yahvé. No debía ser vendida, excepto por algún conflicto extremo, como venta temporera con derecho a reposesión o devolución a la familia original en el año del jubileo. También se aplica el principio al pueblo como heredad de Yahvé. En el Nuevo Testamento la herencia es concebida en términos del legado espiritual que le da conLnuidad a la revelación crisLana con el judaísmo. El Mesías promeLdo ahora es la herencia más trascendente que en Jesús se ha encarnado, dándole concreción al principio de una nueva alianza en su sangre que de una vez y por todas es el sacrificio completo y perfecto para toda la humanidad. De esta forma la historia de la salvación lleva a su culminación la promesa mesiánica.
Jeremías 32.2-‐3
RVR 2 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía siLada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el paLo de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá, 3 porque Sedequías, rey de Judá, lo había puesto en prisión, diciendo: «¿Por qué profeLzas tú diciendo: “Así ha dicho Jehová: Yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;
VP 2 Por aquel Lempo el ejército del rey de Babilonia estaba atacando a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba encerrado en el paLo de la guardia del palacio real. 3 El rey Sedequías lo había mandado arrestar, porque Jeremías había dicho: «El Señor dice: “Voy a hacer que esta ciudad caiga en poder del rey de Babilonia,
Jeremías 32.4-‐5
RVR 4 y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia. Hablará con él cara a cara, y sus ojos verán sus ojos, 5 y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo lo visite; y si peleáis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová”?»
VP 4 y el rey Sedequías no escapará de los caldeos, sino que caerá en poder del rey de Babilonia y tendrá que presentarse ante él. 5 Nabucodonosor se llevará a Sedequías a Babilonia, donde se quedará hasta que yo me vuelva a ocupar de él. Aunque ustedes peleen contra los caldeos, no tendrán éxito. Yo, el Señor, lo afirmo.”»
Jeremías 32.6-‐7
RVR 6 Y Jeremías dijo: «La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: 7 “Hanameel, hijo de tu io Salum, viene a L, diciendo: ‘Cómprame mi heredad que está en Anatot, porque tú Lenes derecho de compra sobre ellos.’”
VP 6 Y dijo Jeremías: «El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 7 “Mira, tu primo Hanamel, el hijo de tu io Salum, va a venir a proponerte que le compres un terreno que Lene en Anatot, pues tú Lenes el derecho de comprarlo por ser el pariente más cercano.”
Jeremías 32.8
RVR 8 Y vino a mí Hanameel, hijo de mi io, conforme a la palabra de Jehova, al paLo de la cárcel, y me dijo: “Cómprame ahora la heredad que está en Anatot, en Lerra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia y a L corresponde el rescate; cómprala para L.” Entonces conocí que era palabra de Jehová.
VP 8 Tal como el Señor me lo dijo, mi primo Hanamel vino a verme al paLo de la guardia y me pidió que le comprara el campo que tenía en Anatot, en territorio de la tribu de Benjamín, porque yo tenía el derecho de comprarlo y quedarme con él, por ser el pariente más cercano. Al darme cuenta de que aquello era una orden del Señor,
Jeremías 32.9
RVR 9 »Compré la heredad de Hanameel, hijo de mi io, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero: diecisiete siclos de plata.
VP 9 le compré el campo a mi primo Hanamel. Le entregué diecisiete monedas de plata, que fue el precio convenido, y puse el contrato por escrito, sellado y firmado por los tesLgos.
Jeremías 32.14-‐15
RVR 14 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Toma estas escrituras, esta escritura de venta, sellada, y esta escritura abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven durante mucho Lempo.’ 15 »”Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta Lerra.’”
VP 14 “El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: Toma las dos copias de este contrato, la sellada y la abierta, y guárdalas en una vasija de barro, para que se conserven mucho Lempo. 15 Pues el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: En esta Lerra volverán a comprarse casas, campos y viñedos.”
Resumen -‐ 1 • Se plantea que lo recibido (la herencia) es algo más que un terreno.
La heredad es un signo del amor de Dios que nos coloca hacia rumbos nuevos con nuevas realizaciones y bendiciones.
• El profeta recibe la Palabra de Dios como prueba de que no ha dejado a su pueblo abandonado en el cauLverio. De igual forma, hoy no deja huérfano de una palabra alentadora a su pueblo.
• La Palabra, en medio de la crisis, alienta y permite pensar que en medio de la adversidad Dios provee soluciones y nos da señales de su amor.
Resumen -‐ 2 • La verdadera herencia es creerle a Dios. Poner en prácLca nuestra
fe es la mejor forma de aquilatar las acciones de Dios a nuestro favor.
• La herencia recibida es una esperanza viva. Ella nos hace renacer cada día para luchar y vencer. Esas son las implicaciones y resultados concretos de esa nueva alianza, ahora manifestada en Jesucristo.
Oración Oh, Dios de toda bondad y compasión. Conforme hemos perdido tu favor por nuestro pecado, te suplicamos que nos res<tuyas con tu amor y misericordia para ver una vez más tu jus<cia en nuestros <empos. No nos pagues según lo merecido, sino de acuerdo con tu inmensa gracia. Permite que nuestro pueblo se anime a vivir en fidelidad a Ti, mediante Jesucristo, nuestro Señor. Amén.