N° 1889. SABADO 11 DE ENERO DE 1840. d i e z c u a r t o s .
PARTE OFICIAL.S . M. la R e i n a , s u augusta Madre la R e i n a G o b e r n a
d o r a y la Serma. Sra. Infanta Doña María Luisa Fernanda, continúan en esta corte sin novedad en su im portante salud.
REAL DECRETO.Para que el servicio que prestan en la Armada los in
dividuos del cuerpo de médico-cirujanos tenga el método y la exactitud que exige la conveniencia de los que se dedican á la afanosa carrera de la navegación; como Reina Regente y Gobernadora durante la menor edad de mi augusta Hija la Reina Doña Isabel n , he venido en aprobar el reglamento que con este fin me habéis presentado, en el cual sin alterarse ninguna de las disposiciones legislativas que rigen acerca del expresado cuerpo, se determinan con claridad los deberes de las diversas clases que lo componen. Tendréislo entendido, y dispondréis lo necesario á su cumplimiento. Está rubricado de la Real mano. En Palacio á 8 de Enero de 1840 s=A D. Manuel Montes de Oca.
r e g l a m e n t o d e l c u e r p o d e m e d i c o - c i r u j a n o s d e l a a r m a d a , a p r o b a d o p o r s . m . p o r r e a l d e c r e t o d e 0 d e e n e r o d e 1840.
CAPITULO I.Clases, n ú m e r o, p r e r o g a t iv a s , sueldos , u n ifo rm es , re t iros
y rviudedades de los indiv iduos de este cuerpo.Ar t í cu l o 1? E l cuerpo de médico-cirujanos de la Ar ma da
se compondrá de las clases siguientes: Director. 2* A y u dantes directores. 3 C} Pr i meros médico-cirujanos. 4? Segundos médico-cirujanos.
2? Los profesores par t i cul ares , que en casos de necesidad tengan que supl i r la fal ta de los del c uer po , se dist inguirán en g e n e r a l con el t í tulo de pro fesores habili tados.
0 o. E l número de individuos de cada una de las clases asignadas á este cuerpo es un d i r ec tor , cuatro ayudantes d i rec tores, ve inte y cinco pr imeros médico-ci rujanos , y cuarenta segundos.
4? Los individuos de este cuerpo gozarán de los honores y prerogat ivas correspondientes á las graduaciones mil i tares que les están declaradas: por tanto el di rec tor t endrá la consideración de br igadier ; los ayudantes directores la de capitanes de f ragat a; los pr imeros médico-cirujanos la de tenientes de na vi o, y los segundos médico-ci rujanos la de alféreces de navi o, y serán tratados según corresponde á estas categorías.
. ®ste fin , cuando se de a reconocer á un médico—ciiujano en el destino que se le señale , que será conforme está pr evenido en las ordenanzas genera íes ¿le la Ar ma da naval , se expresará la consideración mi l i tar que según su clase corresponde al profesor.
b? Los sueldos anuales señalados á las expresadas clases son los siguientes: di rec tor 309 r s . : ayudant es di rectores RIO í dem: pr imeros médico-cirujanos 10,800 Ídem : segundos mé dico-cirujanos 6,300 idem.
/ . Los indivinuos de este cuerpo disfrutarán la asigna- cío a de embarco en lodos los casos que deban perc ibi r la los encía les de la A r m a d a , con quienes se b a i l a n , según sus clases, nivelados en categoría.1 1* i^°S me^^co~°‘rujanes de la Ar m a d a alojarán á bordo «•*» ° S .3Ud ues úe g u e r r a , después de los oficiales del cuerpo general de la A r m a d a , en a l te rnat iva con los de las demas c ases según la consideración mi l i tar que disfruten y la an~ '^qo a* SllS ^ e a es llondjramientos.
En sus viajes por t ier ra tendrán el alojamiento v bagaje» correspondientes al grado mi l i tar á que están asimilados, s iempie que los bagan en comisión del servieio.
. Cuando los buques en que na veguen de dotación ap r c- S.a^ n 3 &U110S otros , tendrán derecho á la parte que por el ieg amento de presas corr es ponda á los oficiales' con quienes esten nivelados en consideración.
^ • E l uniforme de los individuos de este cuerpo será de paño azul con solapa , col lar ín y vue l ta e n c ar n ad a , bolon dora o con a nc l a , pantalón azul o b l a n co , sombrero con escal p e a encarnada y galón de oro, espada y bastou con g u a r niciones dor ad as , dist inguiéndose las clases en la forma siguiente. Los segundos médico-ci rujanos l levarán un bordado <e oto de ocho líneas de ancho en el co l la r í n , conforme al
iseno aprobado en R e a l orden de 6 de J u l i o de 1810 , y un 1 etc e lo mismo en la solapa y vuel ta. Los pr imeros médico-
t r u j a n o s añadi rán otro bor dado igual en la vue l ta de la ca
saca. Los ayudantes di rec tores guarnecerán ademas la solapa de la casaca con el bordado dicho. E l di rector usará de dos bordados en la vue l t a dé la casaca, cont inuando el de la sol apa por todo su delantero , y pudiendo ponerse vestido pa r t icular cuando le acomode.
12. Usarán cuando esten en la corte de chupa y calzón negro en los lutos de ella.
13. Los médico-cirujanos de la Ar ma d a están sujetos en lo civi l y cr iminal á la jurisdicción mil i tar de m a r i n a , y en lo concerniente á la ciencia de cu r a r á sus gefes naturales, con exclusión de toda otra autoridad.
14. Disf ru tarán en sus ret iros los goces que según los años de servicio de cada uno les correspondan por el regl ament o vigente.
15. No se ocuparán en destinos de matr ículas sino los médico-cirujanos que hayan obtenido su ret i ro; en cuyo caso, y con cal idad de t a l es , podrán si les acomodare emplearse en dichos destinos con preferencia á los facultat ivos par t iculares , pero sin aumento de sueldo.
16. Con igual preferencia optarán los médico-cirujanos ret i rados á las plazas de profesores de los colegios de S. T e i - mo de Sevi l la y M á l a g a , y demas destinos pasivos depondien- tes de la marina.
17. E n atención al corto n úmer o de profesores señalado pa ra el servicio de la Ar ma da , no se embarcará á ninguno en b uq u e de comercio sin que pr eceda Rea l orden.
18. Los médico-ci rujanos de la Armada de Real no mb ra miento t endrán los mismos derechos á las pensiones del monte pió mil i tar , que les están declaradas o se les declaren en adelante a los profesores del cuer po de sanidad mili tar.
19. E n los depar tamentos de C á d i z , Fer rol y Car tagena habrá un habi l i tado del cuerpo de la clase de pr imeros ó segundos profesores , nombrado á p lur al idad de votos por los individuos del mismo, pa ra perc ibi r de la respect iva p a g ad ur ía los haberes correspondientes y hacer su distr ibución á los interesados. D u ra r á dos años en el dc.rhuo , y podrá ser reelegido el que lo d e se m p e ñ a
CAPITULO IL D e l d irec to r .
20. E l d i rec tor del cuerpo residirá á la inmediación del Go bi er no , y cuando se le ordene pasará á inspeccionar los r a mos del servicio de sanidad en los depar tamentos , arsenales, escuadras y demas establecimientos dependientes de la marina.
21. Como gefe de este cuerpo encargado de su gobierno, será de su obligación ex pedi r las ordenes que juzgue convenientes y las que se le co muni qu en para la observancia del servicio y discipl ina de sus súbditos.
22. Celará que todos cu mpl an exactamente con las obl i gaciones que á cada uno se imponen en este r egl ament o, y todos le obedecerán o al que le sus t i tuya en cuanto les m a n de y sea del servicio.
23. E n casos graves como el de insubordinación b r el ajación en el desempeño de su dest ino, podrá suspender del empleo á cual qui era de sus subal ternos, dando par te inmediatamente a la j un t a de Al mi ra nt az go , expresando las causas que hubiese tenido pa ra ello y acompañando todos los documentos que manifiesten las faltas del suspenso, á fin de que dicha corporación de t ermine lo que estime justo.
24. Dir igi rá con su informe á la j unt a de Almirantazgo to^ dos los recursos que hicieren á S. M. los individuos de este c u e r p o , para que dicha corporación los eleve con su parecer al Secretar io de Estado y del Despacho de M a r i n a , á fin de que S. M. r esuelva lo que sea de su Real agrado.
25. Reci bi rá y dará pronto curso á cuantas exposiciones hicieren sus subordinados si no fueren notoriamente i nfundadas, contrar ias á lo mandado 6 poco decorosas; en cuyo caso podrá d e v o l ve r l a s , dejando expedi to el derecho que en estos casos les concede" la ordenanza.
26. Cuando fueren de quejas o agravios que di r i j an á S. M. no les dará curso sin oir al ayudant e di rec tor respect ivo, b á quien le pa reci er e, para poderse enterar exactamente de la v e r d a d del 'alefato.
27. P r oc u r a r a que este s iempre completo el númer o de profesores de todas clases asignados al servicio de la Ar ma da , para lo c u a l , por las noticias que debe tener de los que se sep aren del servicio , remi t i rá por el conducto de ordenanza la propuesta de los que deban reemplazarlos.
28. Del misino modo p r opo ndr á cuando lo crea conveniente, toaos aquel los profesores á quienes por sus achaques, av a nzada edad y servicios juzgue acreedores á su retiro.
29. Por el expresado conducto elevará á S. M. las p r o puestas de los médico-cirujanos que hayan de ocupar los destinos de Real n o m br am i en t o , el igiendo á los mas antiguos en i gua l dad de suficiencia y buena c o nd uc t a , pero si no , serán preferidos aquel los en quienes concurran estas cal idades.
30. T e n d r á l ibros de asientos de méritos y servicios de todos los individuos del c u e r p o , los que formará con vista de los extractos y documentos originales que han de r emi t i r le los ay ud an t es di rectores y con las noticias resul tantes de los in
formes reservados de los comandantes de los bajeles que deben pasarle los comandantes generales de los depar tamentos , con ar reglo á ordenanza.
31. Según estos antecedentes hará la calificación do las hojas de ser vi c i o de todos los profesores, que solo recaerá sobre la inst rucción, méri tos , conducta v apt i tud de cada nao.
52. Exp on d rá á la junta de Al mirantazgo sus ideas sobre las mejoras que puedan adoptarse en el servicio de sanidad de marina , y dará su parecer en las cuestiones relat ivas al mismo que se remitan á su exámen.
35. Cuando lo estime conveniente revisará el reglamento de medicinas para proponer las al teraciones que considere ú t i les según los adelantos de la ciencia , dando cuenta á S. M. por el conducto de ordenanza para q u e , prévios los informes que tenga á bien tornar, resuelva lo mas conveniente.
34. Al fin de cada año elevará á S. M. por dicho conducto un estado general de todos los individuos del cuerpo con expresión de sus clases, destinos , t iempo de servicio y de navegación, c a pac i dad , conduc ta , salud y grados l i terarios.
35. No se embarcará el di rector sin que preceda Rea l o r den , y en este caso de t er mi nar á S. M. la asignación que haya de disfrutar.36. Siempre que se verif ique la vacante del empleo de dir ec t or , deberá ejercer lo interinamente el ay udan te di rec t or del depar tament o de Cádiz.
37. A fin de que si rva de secretario , pr opondr á el di rector á la j unt a de Almirantazgo el profesor de la clase de primeros b de la de segundos que estime á proposi to, y con la aprobación de e l la , de que dará cuenta al ministerio de M a r i n a , servirá el elegido el expresado d e s t i n o , pero sin emolumento alguno.
38. Para gastos de escri torio se nbonará al di rec t or la asignación de 25 escudos de vel lón mensuales.
CAPITULO III. *D e los ayudantas d irectores.
39. E n cada uno de los depar tamentos de Cádi z, F e r r o l y Car tagena, y en el apostadero de la H a b a n a , residirá uno de los ayudantes d i rec tores , que serán los gefes inmediatos de los médico-cirujanos destinados en el los , y por su conducto se les comunicarán las ordenes del servicio , ya s*an emanadas de la aut or i dad mi l i t a r , ya del di r ec tor del cu er po en asuntos de sus peculiares at ribuciones.
40. H a n de ser precisamente doctores en medicina y cirugía , y si careciesen de este grado, lo recibirán antes de l a - mar posesión del empleo de ayudant e d i r e c t o r .
41. Serán vocales natos de la dirección , administ ración 6 j un t a guber nat iva de los hospitales mil i tares 6 civiles en que se curen enfermos de marina que estuvieren en los p u n tos de su residencia.
42. Los ayudantes directores serán gefes facul tat ivos de los hospitales fijos b provisionales que se establecieren en los depar tamentos , y como tales cuidaran de la mejor asistencia de los enfermos y disciplina de sus subditos.
45. Visi tarán f recuentemente en el hospital mi l i tar ó civil las salas de enfermos de ma r i na , y ios provisionales de este ramo cuando fuere preciso es tablecer los; tomaran exacto conocimiento del estado de los enfermos y de como son asistid o s , á fin de que en caso necesario recurran á quien corresponda para remediar los vicias b defectos que n o t a re n , pues de su omisión o t ardanza en esta parte serán ellos solos los responsables.
44. Cuando las autor idades mil i tares b de hacienda les pidan informe sobre algún objeto pecul iar de la profesión ú otros del servicio facul tat ivo , lo evacuarán , bien por sí , o asesorándose con otros profesores pa ra asegurar mas el acierto.
45. Veri f icarán los reconocimientos que les o r denar en los comandantes generales de los depar tamentos , y cuando sea necesario nombrarán los profesores que consideren mas idóneos para que los p r a c t i q u en , pr ocurando que nunca sean unos mismos facultat ivos,
46. Reconocerán las cajas de medicinas y los reemplazos de las mismas que se dest inen á los buques de guer r a para asegurarse de su buena cal idad y de las cantidades que deben l levar según el reglamento vigente.
47. Sin embargo de lo prevenido en dicho reglamento, han de tener presente los ayudantes directores para la asignación de medicinas, la fuerza respect iva de cada b u q u e , la d u r a ción de su viaje ó ca mpañ a, la natura leza del cl ima por donde ha de navegar y del punto de su destino.
48. Cuando los respectivos comandantes generales les p i dan los profesores necesarios pa ra dot ar ios buques de guerra , nombr ar án aquel los á quienes corresponda este servicio según la escala r igorosa de embarco.
49. Darán las instrucciones que les parezcan convenientes para la conservación de la salud en general y par t icul ar asistencia y alivio de los enfe rmos, á todos los médico-cirujanos que se e m b a r q u e n , los que las observarán sin perjuicio de la l i ber t ad que deben tener para resolver en la curación de las
segnr» el concepto que de ellas forman. J59. Reclamarán las observaciones y cuadernos de navega- jj
eion de los médico-cirujanos ai regreso de campana o á s:i ¡ desembarco, y les servirán para completar los asientos de me- j ritos y servicios de cada individuo en el i ibro que han de j t en e r al efecto.
51. Remit i rán al director del cuerpo todas las solicitudes, recursos y exposiciones que les presenten los proiesores , sin que por pretexto alguno puedan negarse a ello ni r e t a r d a r l o , cualquiera que sea el punto sobre que versen.
52. Podrán reunir á los profesores sos subditos, cuando lo hal len conveniente, para consultar con ellos algún caso arduo de enfermedad grave o epidémica.
55. Con el fin de sostener el amor al estudio de la ciencia, reuni rán en su casa una vez al mes á los medico-ci rujanos de todas clases para conferenciar sobre un caso práctico, que expondrá el que se designe, con arreglo al turno que se es tab lezco, haciéndose después por cada uno de los concurrentes Jas reflexiones que consideren oportunas , entendiéndose que todos deberán verificarlo con la mayor compostura y mo d er a ción, y el ayudant e di rec tor podrá l lamar al orden á los que faltasen , y aun da r por concluido el acto, pues que tales e j e r cicios no t ienen otro objeto que el bien y adelantamientos de la profesión y de los facultativos.
54. Todos los meses remit i rán al di rec tor del cuerpo una relación de los destinos de los medico-ci rujanos y de las al tos y bajas que hayan oc ur r i do , v en fin d<* cada ano un estado de la apl icación, méritos y conduela de todos ios de sus respectivos depar tamentos , notando las circunstancias de cada uno con la m ivor ex act i tud e imparcial idad ; en el concepto de que serán siempre responsables de la verac i dad de sus informes.
5*>. E xami nar án á los pract icantes que soliciten e m b a r - t ars? en los buques de g ue r r a , y nombrarán nara cada uno de estos los que les correspondan según el reglamento de dotaciones.
56. Reconocerán las cajas de medicinas e instrumentos de los buques de comercio, en el concepto do que cd ar reglo de aquel las será por el estado menor del regl ament o ds los de g u e r r a , excepto los que viajen á mares del S u r y Asia , que deben l l ev ar mayores cantidades.
57. Los facultat ivos part iculares y pract icantes que h a y an de embarcarse en los buques do comercio á petición de sus duchos ó capitanes, deberán o bt e ne r , antes de s<*r dcsti- j nados, t ía aprobación del a yuda nt e di rec tor r espect ivo, quien dará cuenta de ella al d i rec tor del cuerpo para que les f or me los asientos en el l ibro correspondiente.
58. Designadas las clases de que se ha de componer en lo sucesivo el cuerpo de medico*cirujanos de la A r m a d a , q u e da supr imida cuando vaque la plaza de medico mayor del depar tamento , como ya lo está la de a yuda nt e de ci rujano may o r , y sus funciones se reuni rán al a yuda nt e d i r ec t or , sin que por esto perciba mas sueldo que el asignado á su ciase.
C A P I T U L O IV.D e los médico-ciruj anos mayores de las escuadras
ó d iv is ion es .59. E n el caso ele armamento de escuadra ó división, será
medico-ci rujano mayor de el la el pr i mer profesor elegido por el general que la mande ent re los tres mas ant iguos de esta clase embarcados en los buques que la compongan, el cual t rasbor dar á al navio de la insignia, si fuese otro el de su destino.
60. Luego que por la respect iva a u t or i dad mi l i ta r reciba el elegido la orden que lo nombre para desempeñar dicho servicio, se presentará al comandante general de la es cuadr ad di visión para recibir sus ordenes , y que disponga que los de- I mas medico-ci rujanos le reconozcan por super i or facul tat ivo de el la y le obedezcan como á tal.
61. Dado á reconocer, se le presentarán todos los medico- I ci rujanos que deben estar á sus ordenes , para informarle de l estado de salud de los individuos de sus respectivos buques, y recibir las instrucciones que j uz gue conveuiente darles en mater ias de su profesión.
62. Con alguna antelación á la salida al ma r , y previo permiso del comandante general , pasará una revista de inspección á los buques de la escuadra o divis ión , y en consecuencia de t er mi nar á las variaciones que convenga hacer , asi en el régimen de medicinas y a l imentos , como en lo demas que sea propio de su insti tuto , entendiéndose sin va r i ar el r e gl ament o, pues en el caso de ser esto preciso lo hará p r e sente al gefe que corresponda.
63. Antes de sal ir á na vegar se presentará al ay udant e di rec tor del depar tament o para recibir las órdenes de lo que ha de observar dur an t e su c a mp añ a , ó algunas instrucciones a r regl adas á las circunstancias de su comisión, sin que se opongan á lo que se previene en este íeglamento.
64. Si el medi co-c i ruj ano mavor de la escuadra ó d i v i sión tuviese por conveniente ce lebr ar junta para de t ermi nar algún método c u r a t i v o , ya sea en enfermo p a r t i cu la r , ó en cual qui era clase de enfermedades epidémicas que haya en algún b uq ue de la misma , dará par te al comandante general de el la para que disponga que se verifique cuando las c i rcunstancias lo permitan.
65. Del mismo modo le dará parte si juzgare conveniente visi tar las enfermer ías de los buques de la escuadra ó división para observar las enfermedades que reinen en e l l a , y ve r la apl icación, celo y conducta con que cada uno de sus súbdi tos at iende á su obligación en tau importante asunto, p a r a que si lo hal lase oportuno disponga su cumpl imi ent o, y l e fa cilite los auxi l ios necesarios.
66. Si de resul tas de e tas visitas advirt iese en alguno de los medico-ci rujanos de la escuadra ó división descuidos, fal ta de asistencia ó mala conducta en el modo de t ra t ar á los e n fermos, lo par t ic ipará al comandante g e n e r a l , proponiéndole lo conveniente para su r eme di o , y luego que l legue á p ue r to lo pondrá todo en not icia del di rector del cuerpo para los fines que convengan.
67. Al fin de cada campaña ó viaje recogerá los cu ade r nos de los medico-ci rujanos de la escuadra ó división y las observaciones que hubiesen hecho tanto sobre las enfermedades reinantes, como sobre cualesquiera otros puntos relat ivos á las ciencias médicas, y los remi t i rá al d i rec tor del cuerpo con el estado general de al ta y baja y demas ocurrencias de la
navegación, agregando su juicio acerca de la conducta y s u ficiencia de cada profesor.
68. Los medico-cirujanos mayores de las escuadras ó d i visiones gozarán mientras desempeñen estos destinos los haberes v consideraciones de la clase inmediata de ayudantes di rectores; y>ero cuando cesen en el los , volverán á ocupar sus puestos entre los medico-cirujanos de pr imer a clase , anotándoseles estos servicios en sus respect ivos asientos para las v e ntajas de su carrera.
C A P I T U L O y .
D e los m éd ico-c iru j anos em barcados.
69. E n los buques de guerra de todos portes se e mbar carán el númer o y las clases de medico-c i rujanos qu e se señalan en el reglamento general de dotaciones de los mismos buques.
70. Luego que por la respect iva au tor idad mi l i tar se dé órden á un médico-ci rujano para pasar de dotación á bordo de cual qui er b u q ue , se presentará al comandante de este, quien dispondrá se Je dé á reconocer á los individuos del mismo , y le señalará dia para recibir su cargo.
71. Este ca rg o, que en todo caso corresponde al médico- c i rujano de menor clase ó ant igüedad de la dotación del bajel , consistirá en las cajas de medicinas é instrumentos de cirugía y en las máquinas y vendajes para las curaciones , cuyos efectos custodiará con el ma yor celo, ev i tando su deterioro.
72. Las papeletas de consumo, reemplazos y demas que se previene en el t i tulo de cuenta y razón de pert rechos de las ordenanzas generales de la A r m a d a , deberán estar visadas y autorizadas por el p r imer médico-ci rujano del buq u e antes de cor r er sus trámites.
73. Ll eva rá n un cuaderno en que anoten el curso de las enfermedades que ocurran en la navegación, formando sobre ellas observaciones exactas, que finalizada la campaña remit i rán al di rector del cuerpo por medio del ayudant e di rec tor del de par tament o á que correspondan.
74. E n todo lo r elat ivo á la asistencia y curación de los enfermos , preparación de las enfermer ías según las ocasiones y urgencias , cal idad y variación en las dietas , horas de visita, ocupación y destino de los que han de a y u d a r á sus ministerios y todos los demas puntos en que deben i nt erveni r con mas ó menos inmediación, observarán lo que se prescribe en el t í tulo 5? del t ra tado 5? de las ordenanzas generales de la Ar mada naval .
75. E n hora compat ible con las del servicio se reuni rán los enfermos de afectos leves externos en la enfermer ía , en donde serán socorridos diar iamente .
76. El pr imer médico-ci rujano dará par te todos los dias al comandante del buque de las altas y bajas que hubiere d ado , y de cuanto considere út i l comunicar le en el ramo de su profesión p a ra el mejor desempeño del servicio.
77. El médi co-c i ruj ano de mayor clase ó an t igüedad del b uque celará la conducta y desempeño de sus súbdi tos , amonestándolos y corr igiéndolos decor osament e; pero en los casos graves dará parte al comandante para los fines que conviniere . y s iempre de todo lo ocurr i do al ayudan te d i rector á su ar r ibo á puerco.
78. No se desembarcará á ningún médi co-c i ruj ano con cargo, sino por enfermedad ó ascenso , ó por causa que h u biere dado para e l lo , basta que c umpl a dos años de embarco, en cuyo caso será relevado para la justa a l t e r na t i va del s er vicio de mar en sus respect ivas clases.
79. Los médico-ci rujanos embarcados están obligados á observar exactamente las reglas de policía, según se establecen en su respectivo t í tu l o de las ordenanzas generales de la A r mada, y á cu mp l i r cuanto se manda y les p e r te n ec e , ya como profesores , ya como oficiales de cargo en varios a r t íc ulos de los demas t í tulos de las mismas que no que dan abol i dos por el presente reglamento.
C A P I T U L O V I .
D e los profesores h a b i l i ta d o s .
80. Cuando po r cual qui er mot ivo no fuesen bastantes los médico-ci rujanos de la Ar ma da pa ra c u b r i r las atenciones del servicio , nombr ar án los ayudantes directores á los profesores par t icul ares que consideren mas idóneos en t r e los que pr e t end an embarcarse.
81. Todos los profesores habi l i tados desde que se pr esenten en los depar tamentos hasta que sean despedidos del servicio , hállense ó no embarcados, estarán sujetos á la j u r i s dicción castrense de marina ; disf ru tarán el s ue ld o , consideración mi l i t ar y demas que gozan los médico-cirujanos de la c lase de segundos de la Ar ma da asi en t ierra como á b or d o , y t endrán las mismas obligaciones que estos.
82. Concluida la ca mpa ña , ó cuando por c ua l qu i e r otro motivo cese en el servicio el profesor ha bi l i tado , se le dará por el de la A r m a d a , y s ino le hubo en el b u q u e , p o r el oficial de d e t a l l , una certificación que acredi te su desempeño y co nduc ta , visada en ambos casos por el comand ant e, sin cuya circunstancia no será vál ida , á fin de que el interesado pueda hacerlo constar donde le convenga para sus ul ter iores v e ntajas.
83. Los profesores habil i tados presentarán á los a y u d an tes di rectores las certificaciones á que se hayan hecho ac re edor es , de las que q uedar á una copia en sus respectivas de pendencias, y remi t i rán otra autorizada al director del cuerpo para los fines que conviniere en lo sucesivo.
( Se co n c lu irá .)
m i n i s t e r i o d e g r a c i a y j u s t i c i a .
R e a l o rd en .
Fija la a tención de nuestras tropas en sujetar á los e n e migos armados y conducir la guerra al térm ino feliz tan deseado de iodos I03 buenos españo les , nada podría ser tan
perjudicial á la causa pública com o el que aquellas tuvieran que distraerse de su principal objeto por atentados contra el órden. Com prom etida la nación en la grave cues, tion electoral , nada puede ser mas contrario á la libertad. á é los ciudadanos que los atentados que atacan su segur i. dad. Era de esperar por lo tanto que pues la terminación de la guerra es el voto general de los esp a ñ o les , y el é x i to de la elección es tam bién del Ínteres general de h,s m ism os, á estos dos grandes objetos se sacrificasen los en conos particulares.
Sin embargo, de a lgún tiempo á e<ta parte la atención pública ha sido agitada con la noticia de excesos , que aunque por fortuna no m uchos en n ú m e r o , alarman por \A im punidad en que suelen quedar los de su clase.
Algunos jueces han recurrido á S. M. manifestando no serles posible hacer justicia por falta de la protección y seguridad necesaria para ello.
D e l m ism o princip io nace que ni los injuriados se atrevan á reclamar ante los tribunales, y ni ellos ni los testigos á declarar la verdad de los hech os sin quedar por ello condenados á la venganza del puñal asesino.
Con tal motivo se han h ech o por este ministerio de mi cargo á los de Guerra y Gobernación las oportunas reclamaciones para que por las autoridades militares y p lítieas se preste á los jueces y tribunales iodo el auxilio y protección que necesiten para llenar cum p lidam ente su encargo.
Contando con este auxilio los promotores, fiscales, jueces y tribunales se harán indisculpables si en cuantas ocasiones el orden sea turbado, ó de cualquier otro m odo bullada la l e y , y los respetos debidos a las autoridades con-, t i lu idas , no piden y hacen pronta y ejemplar justicia, sin que sea razón para lo contrario ni el matiz político , ni el n ú m e r o , ni la calidad de las personas que resulten culpables, y cualquiera que sea también el pretexto de que se prevalgan, puesto que nada hay tan funesto como la im punidad , y que entonces los perturbadores dejaran de serlo cuando tengan la seguridad de que lian de ser castigados.
S. M. observa que la acción fiscal es d é b i l , m uy especia lmente al principio de los sumarios en q ac es mas im portante y decisivo su infició; pues, con ser que á los fiscales y promotores incum be por razón de oficio el inquirir y denunciar los delitos, se ve por loa partes que llegan á este ministerio que en m uy pocos casos de formaciou de causa por delitos públicos ha precedido la excitación ó denuncia fiscal, no obstante que el h ech o haya sido público , y que la public idad sea la que haya obligado al juez á proceder de oficio.
Obsérvase también que en muchas partes los primeros procedimientos se abandonan á los alcaldes aun en puntos donde residen los jueces y promotores sin gestión alguna de parte de los m ism os, hasta que aquellos se desprenden espontáneam ente del con ocim ien to de la causa, que lo es seguram ente cuando ya se ha malogrado la mejo r oportunidad.
Se echa de ver en fin que la circular de 20 de Dic iem bre de 1838 , si bien por a lgunos tribunales se observa puntual y aun rigurosamente, por otros no sucede otro tanto.
Por lo mismo es la voluntad de S. M. que los fiscales, jueces y tribunales desp lieguen toda la energía y a< tivt dad que reclaman las c ircunstancias: que los fiscales y promotores persigan hasta los delitos mas p eq u eñ o s , toda vez que atonten contra el órden p ú b lico : que los jueces y tribunales procedan de oficio con igual energía y actividad,* aun sin esperar la denuncia fiscal, dando panes frecuentes y circunstanciados: que por n igu n motivo cu las causas de atentado contra el órden se fien los primeros procedim ientos á los alcaldes , mas que el t iem po necesario para que el h ec h o pueda llegar á noticia del juez del partido, ó el mism o trasladarse al punto en don d e haya ocurrido el desorden: que en el caso de no haber juez én el partido , hallarse ausente ó enferm o, ó b ien que resulte inhabilitado para conocer por la naturaleza misma de los sucesos, mas b ien que abandonar ios procedim ientos á los a lca ldes , la audiencia del distrito nom b re al prim er aviso un letrado de reputación conocida que provisionalmente se encargue de la jur isd icc ión: y por ú lt im o , que los jueces y tribunales reclamen de las autoridades c iv i les y militares el aux il io y protección que n eces i ten , y que seg r • m ente les será prestado por e l la s , p on iendo en conocim iento de S. M. ia negativa en su c a s o , con todo lo demás que pueda contribuir á rem over cuantos obstáculos se opongan á la pronta y segura administración de justicia, pues asi es la voluntad de S. M. D e Real órden lo digo a V. S. para su in te l igen cia , de ese tribunal y fines consiguientes. Dios guarde á V. S. m uchos años. Madrid H de Enero de 1 8 4 0 . — Arrazola. = Sr. regente de ia audiencia de....
PARTES RECIBIDOS EN LA SECRETARIA DE ESTADO Y DEL DESPACHO DE LA GUERRA.
E l 2 2 cabo de Cat aluña con fecha 31 de Dic iembre último manifiesta que en diferentes encuentros que han tenido nuestras t ropas con los enemigos desde el ú l t i mo p a r t e , han muerto 26 facciosos , y se les han cogido ocho pris ioneros, habiéndose presentado cuatro á indulto.
E l capi tán general de Galicia con fecha 4 del a c t u a l rn Bctanzos dice que desde el par te an te r io r han sido muerta por nuest ras t ropas cinco facciosos, en t re los cuales se c u e n tan los cabeci l las Mur qui na y Araujo. Que se han présenla «'
N.° 1890. DOMINGO 12 DE ENERO DE 1840. d i e z c u a r t o s .
PARTE OFICIAL.
S. M. la R e i n a , su augusta Madre la R e in a G o b e r n a d o r a y la Serm a. Sra. Infatúa Doña. María Luisa F ern an d a , con tin ú an en esta corte s in n o v ed ad en su im portante salud.
Concluye el reglamento del cuerpo de m edico-cirujanos dela armada , aprobado por S. M. por Real decreto de 8 deEnero de 1840. (V éase la Gaceta de ay e r .)
C A P I T U L O V I IDe los m édico-cirujanos de los arsenales.
84. P a ra la asistencia de los indiv iduos del arsenal de la Carraca se nom brarán dos m edico-ciru janos , uno de la clase de primeros y otro de la de segun dos , y se les abonará sobre sus sueldos, mientras s irvan estos destinos, las asignaciones respectivas de 20 y 15 escudos mensuales.
85. Con el mismo objeto se destinará á cada uno de los arsenales del F e r ro l y Cartagena un m edico-c iru jano de la clase de segundos , los cuales asistirán igua lm ente á la fuerza de a r t i l le r ía e in fantería de m arina de su respectivo d e p a r ta m ento , siempre que el profesor del ba tallón á que co rresponda se halle en otro punto.
8(5. Los m edico-ciru janos de los arsenales serán los depositarios y por consiguiente responsables de las ca jas .de instrumentos , máquinas fumigatorias, y demas efectos de c i rug ía pertenecientes á la hacienda nacional que se necesiten en los departam entos pa ra la dotación de los buques de g u e rra que se armen en ellos: cu idarán de su conservación con el m ayor e sm ero , y destinarán á cada u n o , según las órdenes de la a u toridad co rrespondiente , los que deba l lev a r por reglam ento .
87. Cuando por necesidad y resu l ta r de ello conocida ventaja á los marineros enfermos y á la hacienda nacional , se estableciesen salas de enferm ería en los depósitos de los arsenales, deberán situarse en sitio sano y bien ven ti lado qu e designará el ay udan te d irec to r con anuencia del comandante del arsenal.
88. En cada una de estas enferm erías habrá una caja con medicinas y los efectos de c irug ía que puedan necesitarse á cargo del profesor de arsenal que la visite , quien los recibirá del mismo modo que los que de esta clase se em barcan en los buques de guerra .
80. Los gefes de los arsenales destinarán para la asistencia de las enferm erías los marineros que sean necesarios en clase de enferm eros, y estos qued arán por dicho t raba jo r e bajados del servicio.
00. Los profesores encargados de las enferm erías seña la ran los alimentos que deban darse á los enfermos , acomodándose en todo lo posible al reg lam ento de dietas.
C A P I T U L O V I I I .D e los medico-cirujanos de los batallones de artiller ía é
in fa n te ría .91. A cada batallón de a r t i l le r ía e infante ría de marina
se destinara un m ed ico -c iru jano , que será de la clase de primeros cu los batallones i? y 2? , y de la clase de segundos en los demás que existen y puedan crearse en adelante .
02. Los medico-cirujanos de los batallones de a r t i l le r ía e infantería , al lomar posesión de sus p lazas , presentarán á sus respectivos comandantes la caja de instrum entos de am putación y trepano, y la bolsa de los portátiles, inspeccionadas por
on ,1 \ udantes d i rec to res , quienes les l ib rarán certificación de haberlo practicado.
93. Cuando dichos batallones sean destinados á cam pana, p n sentaran los profesores sus cajas d e instrumentos en la contaduría del e je rc i to , para (pie valoradas sin f raude por PjiNOna inte ligente , se tome razón de e l la s , á íin de que. en 1* de perder las por las contingencias de ia g u e r r a , y Justificándolo en debida forma , se les abone su va lo r por lalacteada nacional, con obligación de reponerlas lo mas pron-
\°. P0S|LIe , no entrai*do en el goce de sus sueldos si asi no lo hicieren.94. Asistirán por la ta rde á la lista que pase el batallón,
7 e comandante de la gua rd ia de prevención les en tregarápartes que hayan dado las compañías de los soldados en-
e rm o s , a los cuales reconocerán y , según el re su l tad o , dispondrán que pasen á la en ferm ería ó al hospital, formando én
intimo caso las ba jas , en las que expresarán si las e n fe r medades son de medicina ó cirugía .
do. A todo ejercicio de fuego , prueba de a r t i l le r ía y d e mas actos del servicio en que pueda resu l ta r a igun herido ó «ontuso, asistirán los medico-cirujanos llevando para socorr í os los efectos de c irugía (jue consideren necesarios.
96. Acompañados de un a y u d a n te , harán la visita de cu a r te les , ó sea de policía , cuando sus respectivos gefes lo tengan por co n ven ien te , y les darán parte de cuanto consideren perjudic ial á la salud de los soldados para su pronto remedio.
97. Dos veces á la semana visitarán á los individuos de sus batallones que se hallen en el hospital , para en terarse del estado de sus dolencias y del modo con que son tratados.
98. Asistirán á ios gefes y oííciales de sus respectivos batallones y á sus m u g eres , hijos y dependientes en todas sus en fe rm ed ad es , sin ex ig ir el menor honorario por este s e rv i cio , y estarán asimismo obligados á co ncurr ir á las consultas que por aquellos se convoquen, bien sean con profesores militares ó civiles.
99. F o rm ará n una lista en que consten los individuos de su batallón que pasen al hospital, con expresión de sus dolencias y de su term inación ; de los que vayan á tom ar aires, aguas ó baños y de sus resu l tas , y de los que en sus reconocimientos califiquen de in ú t i le s , con especificación de las causas de su inutil idad.
100. En el momento que noten alguna enferm edad co n ta giosa en la tropa ó pueblo donde se halle el b a ta l ló n , da rán parte al comandante m il i ta r y al gefe facultativo á que corresp o n d a , proponiendo los medios que les parezcan convenientes para c o r ta r l a s , y tomándolos por si mismos, au nque con la obligación de av isarlo á dichos gefes.
101. En todo cu ar te l habrá una sala de convalecencia para que los soldados que vu e lvan á el desde el hospital adquieran en e l la , antes de en t ra r de nuevo en el s e rv ic io , la robustez y fuerza necesar ia , pa ra lo cual no om itirá cuidado alguno el facu lta t ivo de l cuerpo.
102. Si fuere necesario establecer sala de enfermería en algún bata llón , se observará lo que se previene para las de los depósitos de marinería de los arsenales, y las medicinas y efectos de cirugía necesarios se sacarán del botiquín y arca que deben tener todos los batallones.
103. Los medico-cirujanos de los batallones de a r t i l le r ía é in fan te r ía ten drán los asis tentes que correspondan á la consideración m il i ta r que les está señalada.
104. D iariam ente se les pasará por un sargento 6 cabo la orden del cuerpo para obedecerla en la parte que les toque.
105. Cuando dichos ba tallones sean destinados á cam paña, ó á gua rnece r puntos no depend ien tes de las au toridades de marina , estarán los médico-cirujanos en la parte facu lta t iva bajo las órdenes de los respectivos gefes del cuerpo de sanidad m i l i ta r , y cu m plirán lo nue se prevenga en los reglamentos de este cuerpo.
C A P IT U L O IX .
D e los m édico-cirujanos de los hospitales.
106. T odos los hospitales castrenses que hoy día existen ó que mas ad e lan te se establezcan en las capitales de los departamentos de S. F e rn an d o , F e r ro l y C artagena, serán p re cisa y exclus ivam ente asistidos p o r profesores del cuerpo de medico-cirujanos de la A rm ada,
107. A cada uno de dichos hospitales se destinará un med ico-c iru jano de la clase de prim eros y otro de la clase de segundos, los cuales serán nombrados por el ministerio de M arina á propuesta del d irec tor de dicho cu e rp o , sin que este nombramiento en nada desv ir túe la dependencia que estos hospitales tienen del ministerio de la G u erra en la parte ad m inistrativa .
108. Se destinarán igualmente al hospital de la Habana dos médico-cirujanos de la clase de primeros para la asistencia de los enferm os de m arina ; pero los profesores que sustituyan á los dos que en la ac tua l idad desem peñan estos dest inos, serán relevados cada tres años.
109. Si por excesivo núm ero de enfermos no bastase para su asistencia el de Jos médico-cirujanos que queda señalado, ó estos no pudiesen visitar por algún motivo jus to , se destinarán á dichos hospitales en ca l idad de interinos los profesores que según las circunstancias se consideren necesarios.
110. E l m édico-cirujano de mayor clase ó antigüedad en cada uno de dichos hospitales, será reputado gefe facultativo y director de la policía m édica, y en todos los puntos concernientes á la profesión cumplirá y hará cum plir á sus subordinados cou lo que prevengan los reglamentos de sanidad militar.
111. Darán parte todos los meses al ayudante director respectivo, del número y clases de los enfermos de marina que tengan á su ca rgo , y en fui de cada año remitirán al directfir del cuerpo un estado que manifieste e í número de entrados, salidos y muertos que en todo él haya habido, con expresión de sus procedencias y enferm edades, exponiendo ademas el resultado de sus observaciones clínicas.
112. En el caso de establecerse hospitales fijos ó provisionales de marina, se regirán en la parte facultativa por los reglam entos de sanidad m ilitar que se observen en los hospitales castrerj^c^, y Serán asistidos por el nqmero clases de m é
l ico-cirujanos de la A rm ada que se considere necesario , sin jue perc iban gratificación alguna por este servicio.
C A P I T U L O X.De las obligaciones en. general de los médico-ciruj anos de la
A rm a d a .113. La p r im era y pr incipal obligación de todos los indi
viduos de este cuerpo es cu id a r de que sean tratados los en - ermos con el m ayor esmero y c a r id a d , de cuya f a l t a serán responsables, asi como del orden y ex ac ti tud en el servicio le los que se empleen en la asistencia y curación de los do- ientes.
114. Los individuos de este cuerpo están obligados, sin íxcepcion ni excusa a lg u n a , á ir al destino para (pie se les íornbre, sea de t ie rra ó de m a r , sea en dominios de E u ro p a 5 de U l t r a m a r , so pena de ser separados del servicio cou per- i i da de honores, uniforme y fuero m il i ta r ; no e n te n d ie n d o ^ ?sto con el que tenga causa legítima que se io impida y p ru e be legalmcnte.
115. Ninguno de los individuos de este cuerpo podrá o b - :ener a un tiempo dos destinos de los determinados en el p re sente reglamento .
116. Si algún profesor quisiese pe rm u ta r el destino con )tro indiv iduo del mismo cu e rp o , d irigirá la solicitud al superior gele m ili ta r de marina del departam ento respectivo por conducto del ayudante d i rec to r , para q u e , previo ei informe de e s te , se resuelva lo que sea justo,
117. N ingún profesor podrá usar de licencia temporal (pie pase de una revista sin que sea concedida por S. M. después le haberla solicitado por el conducto de ordenanza.
ÍÍO. Cuando al gun m edico-ciru jano necesitase licencia temporal con el objeto de hacer oposiciones á las cátedras vacantes en los colegios de medicina y cirugía , ú otros destinos, la solicitará por conducto del ay udan te d irec to r , del capitán ó comandante general del depar tam ento donde se h a lle , que se la concederá , y sus haberes vencidos le serán alvo- nados en rev is ta , presentándose en tiempo hábil con la ce rtificación de haber concurrido al acto.
119. Los que solicitaren licencia para contraer m a t r im o nio d ir ig irán sus instancias por el conducto establecido.
120. N ingún médico-cirujano de la Arm ada, de cua lqu ie r alase q u e s e a , esté em barcado ó d e sem barcado , despachará certificación, informe ni otro instrumento que se diri ja á ¡i- aes del se rv ic io , ya sea sobre individuos de las dos ju r isd ic - liones de m arina y e jé rc i to , ó ya sobre pa r t ic u la res , sin que preceda decreto su p e r io r , entendiéndose por tal el del gefe militar de quien dependa el m édico-c iru jano ; y todos d e b e rán siempre que curen algún herido dar parte al instante á m gefe inmediato.
121. Certificarán ó declararán el ju ic io que formaren d e las heridas alevosas ejecutadas en pendencia , con a r r e g lo al formulario de procesos adoptado en el ejército y A r m a d a ; p* - ro en todos los casos judiciales que digan relación con m il i ta res y paisanos, no podrán d a r certificación alguna á las ju s ticias que las reclamen sin previa orden por escrito de sus *efes de marina , á quienes aquellas deben d ir ig irse ; bien que d el paciente falleciere , harán antes la inspección del cadáver; entendiéndose lo mismo en los demas casos relativos á la medicina legal y forense.
122. Las declaraciones ó certificaciones en casos de reconocimiento de heridos que den motivo á proceso, se producirán con el debido detenimiento y circunspección , no ohiigan- lo á los facultativos á darlas acto continuo de la inspección ie l ca d áv e r , si hub iere l legado á verificarse la m u e r te , sino ien tro de las 24 horas de este acaecimiento.
123. Cuando hub ieren de l ib ra r certificaciones de fa l lecimiento de a lgun individuo de m a r in a , observarán las reglas s ig u ien te s :
l* Distinguirán en las certificaciones que dieren si el e n fermo m urió de he rida ó heridas recibidas precisamente cu com bate , incendio , na u fra g io , faena del s e rv ic io , ó bien de sus resu ltas ; ó si estando asi herido, fue causada su m uerte por o tra cualquiera en fe rm ed ad , de que puede ser acometido acciden ta lm ente , como de un cólico, una apoplegía ú otra de esta clase.
2! M anifestarán y de ta l larán en dichas certificaciones con c la ridad todos los síntomas que den á conocer si el enfermo murió de la herida ó de sus resu l tas , expresando también su carácter de m o r t a l , pe l ig rosa , g rav e ó l e v e , y si el fallecimiento se verificó en el término de seis meses poco mas ó menos, especialmente en las heridas peligrosas que interesan las entrañas contenidas d en tro de la ca beza , pecho ó v ientre , porque siendo de m as duración se cu ran por lo común.
3? T e n d rá n presente que las enferm edades crónicas, r e sultado indefectib le de las heridas que han interesado las a r ticulaciones de los m iem bros , los tendones, ó f racturado los huesos, y que el resultado sea la formación de caries y úlceras fistulosas, ó que no se hayan podido sacar los cuerpos extraños, son de larga curación, progresa la enferm edad sin interrupción, y causan al fin la m uerte por la absorción del pus,
con fiebre lenta continua, demacración, sudores colicuativos y d iarreas, verificándose estos síntomas infaliblemente en el espacio de 11110 d dos anos, y caso que falleciese el paciente sin estos expresados síntomas, que son inseparables de las e x presadas heridas , podrá a t r i b u i r s e casi seguramente su muerte á otra enfermedad accidental, que acaso sobrevendrá, pero que 110 será el resultado de la herida.
4? Observarán si los síntomas y padecer del enfermo son permanentes desde el acto de la herida hasta su m u erte , sin larga interrupción d a liv io , aumentándose su gravedad prog r e s i v a m e n t e sin que el paciente haya podido estar apto durante el para hacer ningún servicio militar.
5? Dichas certilicaeiones se darán juramentadas, bajo la mas e s t r e c h a responsabilidad, con cargo á los profesores que las dieren.
Y 6? Siempre que por autoridad competente se considerare preciso en los casos dudosos pedir informe al director del cuerpo de medico-cirujanos de Ja A rm ada, este, si le pareciere bien , con pi esencia de los antecedentes y certificaciones de los facultativos que asistieron al herido, llamará y convocará á los profesores de dicho cuerpo que considere necesarios, no siendo los mismos que hayan dado las certificaciones, V examinando el expediente con toda proligidad manifestará la certeza de la muerte del herido de resultas de sus heridas, para que no siendo asi se pueda exigir la responsabilidad á los que dieren tales certificaciones, formándoles causa si parocíese justo.
124. Los medico cirujanos de la Armada retirados y los honorarios no podrán excusarse de hacer ios reconocimientos del servic io , siempre que se lo mande por escrito una autoridad militar competente.
125. A los profesores que en su práctica y viajes adquirieren noticias interesantes á la facultad ú objetos estimables de historia natural y los depositasen en poder del director del cuerpo para estudio y conocimiento de los demas, se les sentará este servicio en su respectiva hoja para sus ulteriores ventajas.
126. En todos los actos del servicio se presentarán los individuos de este cuerpo con rigoroso uniforme.
127. Los individuos del cuerpo de medico-cirujanos de la Armada estarán sujetos en lo económico y facultativo á sus gefes naturales por el orden de las clases de estos , guardando en todo lo relativo al servicio la misma subordinación y dependencia prevenida por las ordenanzas para los militares de la Armada. Pero estarán, según el destino que desempeñen , á las órdenes de los gefes militares respectivos en lo que ni se oponga ;á lo prevenido en este reglamento y sea concerniente al ejercicio de su profesión, ni á juramento alguno de los hechos al investirse de la licenciatura.
128. E n las faltas de cualquiera clase que cometieren quedarán enteramente sujetos, según la naturaleza de aquel la s , á las mismas penas que están señaladas para los oficiales de la Armada de la consideración que disfrute el profesor que hava delinquido.
C A P I T U L O X I .
D e la entrada en el cuerpo de médico-cirufanos de la A rm ada .
129. Para la entrada en este cuerpo, que será en la clase de segundos profesores, deberá preceder una rigorosa oposición , que se anunciará en la Gaceta del Gobierno y en las capitales de los departamentos de marina con 60 dias de anticipación.
130. Las oposiciones se verificarán en las expresadas capitales ante una comisión compuesta del ayudante director re s pectivo , que será el presidente, y de los medico-cirujanos de la Armada nombrados para censores por el director del cu erp o , de los cuales el mas moderno será secretario del concurso.
151. Los pretendientes presentarán por sí ó por medio de apoderado en la secretaría de la dirección del cuerpo el t ítulo de licenciados en medicina y c irugía , con los documentos por duplicado que acrediten debidamente sus méritos, servicios y carrera literaria , y que no pasan de 40 a Tíos de edad.
132. Luego que haya espirado el término señalado para la admisión de opositores, pasará el director del cuerpo un oficio al presidente del concurso, expresándole los sugetos que están habilitados para celebrar la oposición, acompañándolo con un e jemplar de los méritos, servicios y carrera de cada uno, con la nota de su edad; y hasta entonces no principiarán los ejercicios.
133. Consistirán estos en dos actos públicos que se tendrán en otros tantos dias distintos, á saber : el primero en un caso práctico de medicina interna dado por los jueces al actuante en compañía de los coopositores en una de las salas del hospital , ó donde tengan por conveniente, para que á poco rato exponga en público la historia completa de la enfermedad; advirtiendo que antes de separarse nadie del lado de la cam a, el egercitante deberá caracterizar la dolencia y determinar el estado en que se halle , á cuyo efecto hará al paciente cuantas preguntas considere necesarias. Luego que diga estar suficientemente impuesto de la afección, los antedichos se trasladarán juntos á la pieza en que haya de celebrarse el e je rc ic io , y alli manifestará en idioma castellano el caso, e x plicándole desde el principio hasta el fin, con (expresión de sus causas y del diagnóstico, pronóstico y curación. Esta e x posición deberá v ersa r , no solo sobre el estado actual del doliente, sino que se extenderá á lo que exigió en el principio y requiera hasta su conclusión, cón arreglo á lo que hubiese determinado en el pronóstico. En seguida satisfará las réplicas de sus contrincantes. E l segundo ejercicio será un caso práctico de cirugía señalado, como el anterior , por los cen sores, y siguiendo en todo el*m¡smo o rd en , pero debiendo ademas hacer después en el cadáver la operación que se señale al actuante.
134. E l orden de e je r c i ta r , señalamiento de casos, duración de cada acto , modo de votar y demas relativo á las oposiciones, se determinara en Jas instrucciones que se dirijan por e\ gefe del cuerpo al presidente del concurso.
13o. Terminados los actos y verificada' la votación , el censor secretario extenderá su resultado en el acta del concurso , la que firmada por los jueces, dirigirá el presidente al diiector del cuerpo para que en su vista formalice la propuesta correspondiente y la eleve á S. M . por el conducto mencionado en este reglamento.
136. A los interesados se les devolverán sus documentos bajo rec ibo , luego que esté provista la plaza y concluido el expediente de aquella oposición.
C A P I T U L O X I I .
Ascensos.
137. Los ascensos de segundos médico-círuj'anos á primeros serán por rigorosa antigüedad, siempre que de las hojas de servicio de los individuos á quienes correspondan no r e sulte debidamente probado que no son dignos de ellos , en cuyo caso se conferirán á los inmediatos de la clase que los merecieren.
158. Guando esto suceda, el d irector del cuerpo al e levar á S. M. por el conducto establecido las correspondientes propuestas, manifestará los nombres de los profesores que deberían ascender por su antigüedad, y las razones que haya tenido para no comprenderlos en ellas.
159. Cuando el profesor que hubiese perdido un ascenso acreditase á satisfacción del director del cuerpo que se ha hecho digno de obtenerlo , volverá á entrar en el lugar de la escala que le pertenezca, pero sin anteponerse á los que hayan ascendido.
140. Los que hubieren ingresado en la clase de segundos profesores sin tener la licenciatura en medicina y cirugía , no podrán ascender á la de primeros hasta que obtengan este requisito.
141. Los ascensos de primeros médico-cirujanos á ayudantes directores serán por e lecc ión , debiendo verificarse esta precisamente entre los profesores que se hallen del centro arriba de la escala de su clase.
142. E n las propuestas para los ascensos por elección serán preferidos: 1? los profesores que hayan servido los destinos de médico-cirujanos mayores de escuadra ó división y de primer facultativo del arsenal de la Carraca á satisfacción de sus gefes. 2? Los que se hubiesen señalado en el desempeño de la profesión en un departamento, hospital ó buque de guerra epidemiado. 3? Los que en un combate se hubiesen distinguido en la asistencia y curación de Jos heridos : y 4? Los que con su práctica y escritos sobre materias facultativas ha van acreditado una instrucción aventajada.
143. Para el ascenso á director del cuerpo S. M . elegirá entre los ayudantes directores el que tuviere por conveniente, en vista de los méritos, servicios y circunstancias que concurran en ellos,
144. Se contará la antigüedad de los individuos de este cuerpo desde la fecha de los Reales nombramientos de segundos m édico-c iru janos, abonándoseles ademas el tiempo que hubiesen servido en clase de profesores habilitados, y el que dispongan las leyes por su carrera literaria.
C A P I T U L O X I I I .
D e los practicantes de cirugía para el servicio de los buques.
145. Los sangradores que para el servicio de los baje les de guerra señalaba el arl. 4 1 , tratado 5? de las ordenanzas de 1 7 9 1 , se denominarán en lo sucesivo practicantes de c iru - I g ía , y se embarcará en cada buque el número que señala el reglamento general de dotaciones.
146. Los ayudantes directores examinarán en sus respectivos departamentos á los individuos que solicitaren embarcarse en la clase de practicantes, y si los hallasen bien instruidos en la teórica y práctica de la flebotomía, lo manifestarán al director del cuerpo para su aprobación y formación de sus asientos en el libro correspondiente.
147. Los efectos y utensilios de enfermería que según el reglamento deben embarcarse en los buques de guerra , estarán á cargo del practicante mas antiguo , quien los recibirá y entregará con arreglo á lo prevenido en las ordenanzas generales de la Armada para los oficiales de cargo , formándosele como á tal el pliego correspondiente.
148. Las papeletas de exclusiones, reemplazos, pérdidas irremediables Sfc. de los practicantes de cargo serán visadas y autorizadas por el primer médico-cirujano del buque respectivo antes de correr los trámites de ordenanza.
149. D ichos practicantes, estando embarcados, disfrutarán la Jracion ordinaria y el sneldo mensual de 15 escudos de vellón,
C A P I T U L O X I Y .
D e la observancia de este reglamento.
150. Todo lo prescrito en este reglamento se ha de cumplir y guardar fiel y exactamente por todos aquellos á quienes tocare, en sustitución de las ordenanzas que debían observarse por el cuerpo de profesores de la Armada , dadas en San Lorenzo á 13 de Noviembre de 1 7 9 1 , que habían caducado por la separación del colegio de Cádiz y por las bases establecidas en el decreto orgánico de 16 de Enero de 1836; y quedan derogadas cuantas órdenes ó disposiciones se opongan á su cumplimiento. Madrid 8 de Enero de 1 8 4 0 . = E s cop ia .= M o n te s de Oca.
M IN ISTER IO DE GRACIA Y JUSTIC IA.
En 6 de Setiembre de 1837 se circuló por este m inisterio á los tribunales del reino la Real orden siguiente:
«La fama pública ha denunciado por varios modos la consumación de algún duelo, agravado por muchas circunstancias. La impunidad prepara otros; con la mayor solemnidad se anuncia mas de un desafio, y se hacen retos ó se provoca á hacerlos con fórmulas ya convenidas, y que por lo mismo ni siquiera son equívocas, aunque admitan un sentido favorable en su acepciog natural las frases que se emplean con el designio conocido por todos de frustrar la acción de la justicia. A los tribunales toca reprim ir semejantes escándalos, y prevenir con el escarmiento de los culpables la reproducción de los males que traen consigo.
C ualquiera que sea el estado de la opinión en este punto, que el legislador apreciará oportunamente, y de la
que no deja de ocuparse el Gobierno, los encargado? de hacer justicia no deben consentir la fragante y escandalosa trasgresion de las leyes existentes.
La gravedad de nuestras costumbres se ofende tam bién con escenas en que la efusión de sangre, y acaso la muerte violenta de un excelente ciudadano, suele ir acompañada de exterioridades solemnes, aparentem ente hidal- gas, y por lo mismo de mal ejemplo y funesta trascendencia.
S. M. no quiere consentir que nuestras discordias civiles se agraven con esta fria atrocid ad, tan repugnante á la moral y á las leyes, como impropia de un pueblo cristiano que discierne perfectamente el honor verdadero del falso, y asiste con su opinión en favor de la inocencia sin necesidad de aquella sangrienta sanción. P or lo tanto es la voluntad de S. ¡VI. que el ministerio fiscal encargado de la poücía judicial inquiera, denuncie y persiga los delitos de esta clase, y que los tribunales los reprim an; en el concepto de que unos y otros 9erán responsables si no se aplicau con celo al cumplimiento de las leyes.
También ha dispuesto S. M. que los tribunales suspendan la ejecución de las penas que impusieren en las causas de que se trata , debiendo dar cuenta con testimonio de las sentencias, para que en uso de las prerogativas de la corona pueda tem plar S. M. el rigor legal, modificando el castigo, por cuyo medio se precaverá todo inconveniep.^ te, ínterin se mejora la legislación en esta parte.”
Desgraciadamente un mal, que ya era grave en el año de 1837 cuando se dió la circular que precede, ha ido en aum ento, muy especialmente de poco tiempo a esta parte. La gravedad característica de los españoles no permite que en lugar de corregirse vaya arraigándose una p ra ctica que repugna igualmente á sus costum bres, á su religión y á sus leyes vigentes, y mucho menos que este abuso se verifique impunemente , que se hable de el como de una cosa lícita, y que basta obtenga su apología á la vista misma del G obierno, de las autoridades, y muy especialmente de los tribunales que están para hacer respetar las leyes. Por lo mismo es la voluntad de S. ¡VI. que mientras llega el caso de proponer á las C ortes, y que obtenga la sanción Real aquella modificación que convenga en la legislación sobre desafios, las autoridades tod as, y muy especialmente los fiscales y tribunales, hagan que se respete la legislación vigente sobre este mismo particular, desplegando un rigor igual á la rapidez con que cunde el abuso, y al escándalo y males de otro género que ocasion a , como si fueran pocos los que por otra parte lastiman la moral de esta nación magnánima y religiosa.
De Real orden lo digo á V. S. para su inteligencia, la de ese tribunal, y exacto cumplim iento en la parte que le toca. Dios guarde á Y . S. muchos años. Madrid 11 de Enero de Í8 4 0 . = Arrazola. = S r . regente de la audiencia de.....
ERR ATA .
En la Gaceta de a y er sábado 1 1 , reglamento del cuerpo de médico-cirujanos de la Armada, art. 5 2 , línea 1 .º, donde d ice : "Pod rán reunir á los profesores sus Subditos" , deberá decir : "Podrán reunir á los profesores que esten á sus órdenes Sf c .”
PARTE NO OFICIAL.
NOTICIAS EXTRANGERAS.
SU IZA .
Lugano (Tesino) 25 de Diciem bre.
E l gran consejo que ayer celebró sesión se ha aplazado para el 8 de Enero. Ha retirado las leyes sobre la imprenta y el decreto de destierro promulgado contra los hermanos Ciani. Los siete individuos del gran consejo e jecutivo han sido reelegidos, y algunos otros gefes del gran consejo han sido acusados de crimen de alta traición. M M . Calgazi y Mag- g ¡ , diputados del cantón en la Dieta f e d e r a l , han sido llamados á la barra del gran consejo por haber votado sin que tuviesen instrucciones positivas. Ha sido preciso adoptar medidas para tranquilizar al pueblo. E l consejo ejecutivo está preparando nuevas instrucciones para los diputados del cantón , concebidas en un espíritu conforme á la revolución y á los deberes federales.
Mañana se cantará en todos los distritos un T e Deum para celebrar el éxito de una revolución que no ha costado una gota de sangre. ( N ueva Gaceta de Z u rich .)
H O LA N D A .
Am sterdam 30 de D iciem bre .
Es preciso no hacerse ilusión sobre el móvil que ha dictado á la gran mayoría de los Estados generales su voto, aprobando la ley de crédito para los seis primeros meses de 4840. Si el Gobierno no lo hubiese modificado 24 horas antes de la discusión, reduciendo á seis millones el empréstito de 15 pedido al principio, y prometiendo que el presupuesto de la guerra no excedería de 12 millones, es positivo que esta ley habría sufrido la suerte de las precedentes. Se ha querido ademas dejar al Gobierno tiempo para reflexionar, á fin de que se aproveche de los seis meses que tiene de término para preparar proyectos de ley propios para satisfacer los deseos manifestados con tanta fuerza por toda la representación nocional.
Sin embargo, es de temer que con respecto al ol jpü? principal, la revisión de la ley fundamental, no están m »y le