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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 3
2. DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y PERIODISMO CIENTÍFICO ..................... 4
2.1- ¿Qué es la divulgación científica y el periodismo científico? .......................... 4
2.2 – Diferencias entre divulgación y periodismo científico ............................... 5
2.3 – Breve historia de la divulgación y del periodismo científico: ................... 6
2.4 – Objetivos del periodismo científico ............................................................. 8
2.5 – Las subáreas o ámbitos del periodismo científico:................................... 10
2.6 – El papel social del periodismo científico .................................................... 11
3. EL LENGUAJE EN EL PERIODISMO CIENTÍFICO .................................... 12
3.1. – Características del lenguaje científico ....................................................... 13
3.2. – Diferencias entre el lenguaje común y el científico .................................. 15
3.3. - Adaptar el lenguaje científico ..................................................................... 16
3.4. - Diferencias entre los textos científicos y literarios. El relato
periodístico.... ............................................................................................................ 18
3.5. - La redacción del texto científico ................................................................. 20
4. LOS GÉNEROS EN EL PERIODISMO CIENTÍFICO ................................... 24
4.1. – La noticia ..................................................................................................... 24
4.2 – El reportaje ...................................................................................................... 25
4.3 – La entrevista ..................................................................................................... 27
4.4 – La crónica ......................................................................................................... 28
4.5 – Los géneros de opinión .................................................................................... 29
5. LAS FUENTES DEL PERIODISMO CIENTÍFICO ........................................ 29
5.1 – Clasificación y tipología .................................................................................. 30
5.2 – Las Universidades ............................................................................................ 32
5.3 - Organismos públicos nacionales ..................................................................... 33
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5.4 - Organismos internacionales ............................................................................ 34
5.5 - Documentos escritos .................................................................................... 35
5.6 - Bases de datos .............................................................................................. 37
6. LA CIENCIA EN LA PRENSA, LA RADIO, LA TELEVISIÓN E
INTERNET. ................................................................................................................... 37
6.1 - El suplemento científico en prensa ............................................................. 38
6.2 - La información científica en radio ............................................................. 45
6.3 - La televisión y la información científica .................................................... 47
6.4 - Internet y el periodismo científico .............................................................. 49
7. PROBLEMAS Y RETOS DEL PERIODISMO CIENTÍFICO ........................ 51
7.1 – Algunos problemas .......................................................................................... 51
7.2 – Los desafíos del periodismo científico ............................................................ 56
8. CONCLUSIONES ................................................................................................. 57
9. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 61
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1. INTRODUCCIÓN
Ya hace tiempo que nos encontramos en la sociedad de la información y el
conocimiento. Pero esta sociedad sigue unos vertiginosos ritmos y está en constante
cambio. Es por eso que el periodismo se convierte en el portavoz de esos cambios, y
debe informar a la sociedad de su propia transformación.
Uno de esos cambios es la importancia que han adquirido la ciencia y la tecnología en
nuestras vidas. Hoy en día prácticamente todo está relacionado con ellas: desde el
ordenador que usamos para redactar este trabajo a la realización de algún deporte para
mantenernos sanos, ya que sabemos que el ejercicio es igual a salud. Por otra parte
algunos ámbitos científicos como la ya citada salud, el medio ambiente, la genética o la
informática tienen una gran repercusión social y consiguen que la preocupación
ciudadana se vuelque en ellos. Esta relevancia social se refleja en la profusión de libros
y estudios destinados al gran público sobre determinadas ciencias, algunas de ellas no
tan relacionadas con la vida cotidiana, como pueden ser la física cuántica de Einstein o
la cosmología. Es decir, que la gente no solo se preocupa por las ciencias que le afectan
directamente, sino que tiene determinados intereses, ansias de conocer lo desconocido.
Pero no todos los ciudadanos compran libros, por lo que hay que ir un paso más allá y
apoyarse en los medios de comunicación para que divulguen la ciencia.
Es aquí donde aparece el periodismo científico, para resolver las inquietudes y la sed de
conocimientos de la sociedad actual, y para explicarle a dicha sociedad los aspectos que
no entiende de sí misma. En el campo de las ciencias más que en ningún otro es
necesaria la mediación periodística, ya que se trata de conocimientos de gran
complejidad, que si bien podrían ser entendidos por la ciudadanía a base de esfuerzo y
tiempo, resultan en un principio inaccesibles. El periodismo científico los hace más
simples y tiende de esta manera un puente entre el hasta ahora cerrado mundo científico
y la sociedad.
Además el futuro de esta especialidad periodística se augura bueno y cargado de interés,
ya que de continuar las tendencias actuales la ciencia seguirá cobrando cada vez más
importancia en la sociedad. Y dado que el periodismo debe reflejar la actualidad de la
misma, se deduce un gran auge en el área científica.
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Estas son las razones por las que optamos por el periodismo científico para realizar este
trabajo, en el cual trataremos de explicar los pormenores de éste; desde el significado
del término hasta sus problemas y retos.
2. DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y PERIODISMO CIENTÍFICO
No podríamos adentrarnos en el periodismo científico sin establecer sus bases, su
significado, sus objetivos o su historia. Es esto lo que vamos a estudiar en este segundo
apartado, en el que trataremos de conocer esta especialidad periodística un poco más de
cerca.
2.1- ¿Qué es la divulgación científica y el periodismo científico?
La divulgación científica comprende toda actividad de explicación y difusión de los
conocimientos, de la cultura y del pensamiento científico y técnico, con dos
condiciones: la primera, que la explicación y la divulgación se hagan fuera del marco de
la enseñanza oficial o equivalente; la segunda, que estas explicaciones extra-escolares
no tengan como objetivo formar especialistas fuera de su especialidad (Calvo Hernando,
1992). Es decir, que la divulgación científica consiste en la difusión de los resultados de
las investigaciones y del pensamiento científico a un público sin formación científica
profesional. La divulgación aparece cuando un acontecimiento científico deja de
pertenecer exclusivamente a las minorías científicas e investigadoras, dominantes del
poder, la cultura o la economía. Se trata, en todo caso, de un concepto más amplio que
el de periodismo científico.
El sintagma Periodismo Científico y Tecnológico, por otra parte, suele utilizarse
comúnmente para la designación de la especialización informativa encaminada a la
divulgación de la ciencia y la tecnología a través de los medios de comunicación social
(Hernando Cuadrado y Hernando García-Cervigón, 2006, p.14)
Por su parte, el investigador brasileño Wilson da Costa Bueno considera el Periodismo
Científico como un proceso social que se articula a partir de la relación entre
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organizaciones formales (editoras, emisoras) y la colectividad (públicos, receptores), a
través de canales de difusión (diarios, revistas, radio, televisión…) que aseguran la
transmisión de informaciones (actuales) de naturaleza científica y tecnológica, en
función de intereses y expectativas (universos culturales o ideológicos) (Calvo
Hernando, 1992, p. 23). Es necesario señalar que el periodismo científico es una
especialidad del periodismo, y debe ser definido dentro del marco teórico del
periodismo especializado al que pertenece, tal y como sostiene Belenguer Jané en su
propia acepción: área de especialización periodística o un periodismo especializado que
consiste en informar y divulgar sobre temas científicos en los medios de comunicación
(2002, p.54).
En resumen, el periodismo científico es una especialidad periodística destinada a la
divulgación de los avances de la ciencia y la tecnología, a través de mensajes adaptados
a un público medio y transmitidos por los medios de comunicación de masas.
Cabe señalar, así mismo, que el término “periodismo científico” quizá no sea el más
adecuado para referirse a esta área periodística. Como bien dice Calvo Hernando, dicho
término es anfibológico, es decir, puede ser interpretado de diversas maneras: como la
aplicación científica del periodismo, o el estudio del periodismo como ciencia, por
ejemplo. De todas formas ya ha sido aceptado por numerosas instituciones
internacionales y por la sociedad en general, por lo que resulta imposible y poco útil
cambiarlo.
2.2 – Diferencias entre divulgación y periodismo científico
La divulgación científica y el periodismo científico, como se puede apreciar, tienen
similitudes que pueden llevar a una confusión de ambos términos; la más importante de
todas es que comparten, en cierta manera, un mismo objetivo: informar y expandir la
ciencia fuera del ámbito científico. Por ello es importante establecer algunas diferencias
entre estas dos formas de difusión.
La primera de ellas son los difusores: en la divulgación científica son los mismos
investigadores o sus representantes los que dan a conocer los hechos científicos; para
considerarse periodismo científico, debe ser un periodista especialmente formado el que
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lleve a cabo dicha tarea. También los canales que utilizan son distintos. Mientras los
divulgadores pueden usar cualquier canal para transmitir sus mensajes (libros,
conferencias, informes…); los periodistas científicos difunden la información
generalmente a través de los medios de comunicación.
Por último se encuentra la adaptación del mensaje: los periodistas científicos cuentan
con una formación concreta que les permite reformular el lenguaje científico, que como
veremos más adelante, resulta de difícil comprensión al público medio. Los
divulgadores no tienen dicha preparación.
2.3 – Breve historia de la divulgación y del periodismo científico:
El origen de la divulgación científica se remonta al inicio mismo de la producción de la
ciencia. Su evolución a lo largo de los siglos ha respondido a motivaciones, contextos e
intereses diversos. Los científicos siempre han tomado el papel de divulgadores
principales de la ciencia. Nombres tan reconocidos como Galilei, Faraday, Euler o
Einstein fueron algunos de los más representativos, dedicando parte de su actividad a
difundir sus teorías mediante la publicación de textos u otras actividades.
En cuanto al periodismo científico, podríamos llevar su origen a lejanías sorprendentes:
se han encontrado almanaques egipcios que contenían noticias sobre ciencia, literatura,
datos atmosféricos y consejos de higiene. También en el Renacimiento se divulgaban
acontecimientos científicos en almanaques escritos en latín. Aunque estas
manifestaciones de divulgación científica no pueden considerarse verdadero
periodismo, sí denotan el gran interés manifestado por las minorías de clases altas o
intelectuales en dejar constancia y/o transmitir el conocimiento científico.
Ya adentrándonos en el periodismo como tal, el Journal des Savants (editado en Francia
desde 1665 a 1792) fue un boletín semanal destinado a noticias científicas; es
considerado como la primera revista científica de la historia. A lo largo de los siglos
XVII y XVIII el periodismo científico no terminó de cuajar, y hubo que esperar a la
rápida evolución científica y tecnológica del S XIX para ver crecer también esta
especialidad. En esta época el periodismo científico se dedica a difundir novedades
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técnicas agrícolas, remedios caseros y temas sensacionalistas. Unas décadas más tarde
la sociedad vuelva su preocupación en las consecuencias del avance de la ciencia (la
novela Frankenstein de Shelley refleja muy bien dicha preocupación); esto influye
positivamente en el periodismo científico ya que el debate sobre el impacto social lo
hace más atractivo a los ciudadanos. A finales del XIX y tras la visión triunfalista de la
época victoriana, se adopta una visión más crítica de la ciencia.
Durante este siglo algunos diarios como La Presse, Le Siècle o Le Moniteur comienzan
incluyen noticias científicas, aunque en muy poca cantidad, ya que sus páginas están
ocupadas con la actualidad política. Pero a partir de 1890 se produce un gran cambio en
la relación prensa-ciencia: ahora son los periodistas quienes buscan las noticias
científicas, centrándose en las informaciones que más sorprendan a sus lectores. En esta
época también se dan corrientes que proclaman el ilimitado poder de la ciencia, lo que
contribuye a su vez al crecimiento del periodismo científico.
Una vez en el S XX y tras la Primera Guerra Mundial, la ciencia se convierte en un
elemento clave para el poder político y económico. Destacan dos acontecimientos en el
periodismo científico: el primero, en 1921, es la creación del Science Service, el primer
servicio de distribución de noticias científicas; el segundo se da en 1927, cuando el
ingeniero Waldemar Kaemppfert comienza a publicar crónicas en The New York Times
como especialista científico.
En los 70-80 se da una corriente ecológica-conservacionista, lo que deriva en una
preocupación por el medio ambiente, y la consiguiente atención del periodismo
científico en dicha subárea. Es en estos años cuando la comunicación científica pública
comienza su profesionalización, debido a la evolución social, económica y científico-
técnica.
Adentrándonos en el caso español, podemos hablar de que el periodismo científico en
España tiene su origen en las primeras décadas del S XX. Las visitas de Einstein y
Schrödinger a nuestro país volcaron el interés de la prensa en la ciencia. Algunos
diarios, como La Correspondencia de España, El Imparcial, El Heraldo de Madrid, El
Liberal o El Diario de Barcelona y La Vanguardia, constituyen ejemplos aislados del
interés por la información científica.
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A mediados de este siglo se promociona el periodismo científico mediante actividades
organizadas por la Asociación Española de Periodismo Científico (AEPC), que organizó
cursos y seminarios, y que publicó a partir del 94 un boletín bimestral, Periodismo
Científico. El anuario Ciencia y tecnología fue editado desde el 2000. El público
principal de estas publicaciones son la comunidad científica y los periodistas
especializados, no el gran público.
En este periodo proliferaron los libros y estudios científicos. Hoy en día, la apuesta está
en la enseñanza universitaria (la cual incorpora ya asignaturas especializadas en ciencia
y tecnología, además de la existencia de los master).
Tal y como la actualidad científica y tecnológica está sujeta a permanente cambio,
también lo está el papel del profesional. Si bien su misión se limitada a difundir los
conocimientos científicos entre el público, ahora se le exige también ayudar al individuo
a adquirir conocimientos básicos sobre ciencias como economía, ecología, medicina o
tecnología, útiles en su día a día.
2.4 – Objetivos del periodismo científico
Son numerosos los teóricos que han propuesto diferentes funciones para el periodismo
científico. El brasileño José Reis, el escritor peruano Tomás Unger o el francés Claire
Bélisle, por citar a algunos. Si bien no estaría fuera de lugar reflejar sus teorías, creemos
más acertado quedarnos con la propuesta por Calvo Hernando (1997), la cual señala
siete objetivos del periodismo científico:
1. Proyección social: es un deber y un reto de la sociedad actual mantener
informados a los ciudadanos sobre el saber y el pensamiento científico,
asegurando la comprensión de los mismos, dado que la ciencia y la tecnología,
hoy en día, impregnan nuestra rutina.
2. Educación permanente: el periodismo científico no solo tiene como fin informar
de hechos puntuales, sino dar una educación científica y tecnológica útil y
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permanente que ayude a los ciudadanos a adoptar actitudes objetivas y juzgar los
acontecimientos por sí mismos, con una opinión forjada en el conocimiento.
3. Orientación del conocimiento: para poder participar de modo activo, consciente
y reflexivo en la toma de decisiones sobre cuestiones de índole científica o
tecnológica, los ciudadanos han de adquirir información y conocimientos en este
ámbito; es por ello que el periodismo científico y tecnológico se estudia como
un factor decisivo del cambio social.
4. Mediación cultural: al ser la divulgación científica y tecnológica una forma
particular de mediación cultural, el periodismo necesita adentrarse también en
los ámbitos de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura; de esta
manera, la ciencia y la tecnología se presentan como los motores de la historia,
por lo que su reflejo en los medios de comunicación debería tener mucha más
importancia.
5. Desarrollo integral: el periodismo científico no solo describe y explica de
manera fiel y objetiva los hechos observados, sino que también los estudia con
perspectiva, organizándolos en un proyecto coherente, e integrándolos en el
contexto general del desarrollo social.
6. Gestión del saber humano: proporcionar a la sociedad toda la información que
necesita para progresar en el mundo moderno es la función principal del
periodismo científico, y de toda comunicación en el ámbito científico y
tecnológico, en general.
7. Humanización de la ciencia y la tecnología: el periodista científico tiene el deber
de intervenir en el proceso de humanización de la ciencia y la tecnología,
difundiendo la idea de estos saberes pertenecen a la humanidad (por ella fueron
creados y para ella son utilizados).
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2.5 – Las subáreas o ámbitos del periodismo científico:
Nuevamente nos encontramos con varias clasificaciones de las subáreas que componen
el periodismo científico. Hemos elegido en este caso la de Hernando Cuadrado y
Hernando García-Cervigón (2006, p. 16), que establece como temas fundamentales del
periodismo científico:
a) Salud
b) Medio ambiente
c) Biología y genética
d) Arqueología
e) Antropología
f) Espacio
g) Informática y telecomunicaciones
En la actualidad se da un especial desarrollo de las subáreas de salud y medio ambiente.
En cuanto a la salud, a pesar de que las revistas médicas se remontan a siglos atrás, la
información sobre avances médicos y de educación para la salud han evolucionado y se
han adaptado a los lectores. Por su lado, la subárea medioambiental también ha
experimentado un gran crecimiento paralelo al desarrollo industrial, con la proliferación
de información en todos los canales y formatos.
Las subáreas o temáticas que más interesan a la sociedad son aquellas con más
proximidad a lo cotidiano, como los ya citados ámbitos de la salud y el medio ambiente,
pero también la informática, la biología y las telecomunicaciones, que afectan
personalmente a los ciudadanos. También suscitan interés las subáreas que son capaces
de evocar realidades ajenas o fantásticas, como la arqueología, las ciencias del espacio
o, en periodismo medioambiental, la descripción de entornos naturales.
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2.6 – El papel social del periodismo científico
Una nueva idea se abre paso: utilizar el periodismo al servicio del conocimiento
generalizado, la educación popular y el desarrollo del individuo y de la sociedad. Dentro
de esta concepción, el periodismo científico juega un papel importante, como
instrumento de igualdad, justicia y equilibrio (Calvo Hernando, 1992).
La relevancia de esta especialidad periodística radica en que el saber es aquello que
iguala al ser humano, y como señalaba el profesor Grande Covián, “conocer una
vitamina es tan importante como multiplicar”. El conocimiento es la moneda de nuestra
época, y la información científica y tecnológica ocupa y preocupa a una gran parte de la
sociedad. Además, para llegar a una educación permanente (objetivo primordial del
periodismo científico) será necesario el apoyo de los medios de comunicación de masas.
Hoy en día uno de los deberes del periodismo es preparar a los ciudadanos para
insertarse en una sociedad llena de vertiginosos cambios tecnológicos. Estos cambios
deben ser asumidos por una opinión pública bien informada. Es decir, que los
periodistas tienen que adaptar a los ciudadanos a una sociedad cada vez más científica y
tecnológica, actuando como mediadores entre Ciencia y Sociedad: por un lado
adquieren el papel de portavoces de la ciudadanía, y por otro se convierten en
educadores (en cierta medida) de esa misma ciudadanía.
En resumen, el periodismo científico debería de utilizarse en mayor medida como
instrumento de educación, de difusión cultural y de inserción del ciudadano medio en la
sociedad tecnológica.
Sin embargo esta idea no deja de ser un tanto utópica, ya que el tratamiento de la
información científica por parte de los medios en la actualidad no se corresponde con la
visión de Calvo Hernando. Un perfecto resumen de lo que es hoy la ciencia en los
medios nos lo ofrece Vladimir Semir (1988, citado en Fernández Muerza, 2004, p.46)
en un artículo en el que manifiesta su desacuerdo con la cada vez mayor banalización
del periodismo científico: “lo que ocurre casi a diario en la divulgación de la ciencia que
realizan los medios de comunicación de masas: tendencia a la espectacularización de las
noticias, falta de análisis y situación en perspectiva de las noticias científicas, excesivo
dominio de determinadas revistas de referencia en la selección de las noticias, falta de
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crítica sobre las fuentes (y más cuando son poderosas) y preocupante ausencia de
criterio en la valoración de las informaciones”.
Hay que tener en cuenta, también, que a pesar de la manifiesta demanda de contenidos
científicos por parte de la sociedad, dicho requerimiento podría ser solo aparente. Como
explica el periodista Manuel Montes, las audiencias suelen ser incoherentes, y sus
deseos declarados pueden no coincidir con la conducta expresada. Los ciudadanos no
están acostumbrados a una verdadera información científica, sino a un tratamiento
superficial y banal de la misma, por lo que si los medios decidieran hacer una cobertura
amplia y profunda, las audiencias podrían incluso rechazarla.
La solución, en todo caso, se encuentra en el equilibrio. Pero esta equidad de oferta y
demanda debe lograrse paso a paso, preparando a la sociedad para que se adapte a una
información científica cada vez más amplia y menos adornada.
3. EL LENGUAJE EN EL PERIODISMO CIENTÍFICO
Tanto los divulgadores como los periodistas se valen de palabras para construir sus
mensajes. Sería irresponsable, por lo tanto, no concederle al lenguaje la importancia que
tiene en la difusión de la ciencia (y de cualquier información); de esta manera, en este
apartado estudiaremos todo lo relativo al lenguaje científico, periodístico y común:
veremos sus características, sus diferencias, y como utilizarlos correctamente para la
divulgación de información científica.
Es de vital importancia destacar las particularidades del lenguaje científico. Pero como
todo mensaje debe estar adaptado a su receptor, y considerando a los destinatarios de
esta compilación teórica, creemos innecesario profundizar en las características del
lenguaje periodístico. De todos modos, no está de más recordar que el lenguaje
periodístico tiene unos objetivos comunicativos definidos, que van desde informar hasta
opinar; para hacerlo con la máxima profesionalidad, los periodistas deben buscar la
manera más práctica de llegar a sus lectores o espectadores. A su vez, también tienen
que ajustarse a las limitaciones de espacio y tiempo impuestas por los medios, por lo
que sus mensajes estarán condicionados. Pero lo más relevante, lo que no debe
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olvidarse, es que los periodistas trabajan para que la información pueda ser entendida de
manera rápida y eficaz. Para ello han de usar un vocabulario accesible al lector medio,
rechazando el uso de tecnicismos, neologismos, extranjerismos y expresiones de argot.
En resumen, el lenguaje periodístico debe ser sencillo y directo.
3.1. – Características del lenguaje científico
El lenguaje científico es aquel propio de los expertos de las diferentes ciencias, aquel
utilizado en el ámbito profesional y, muchas veces más de lo deseado, también en las
divulgaciones que los investigadores a públicos no profesionales, lo que dificulta en
gran medida su comprensión.
Las comunicaciones científicas están, por norma general, redactadas con objetividad,
seriedad y formalidad. Por otra parte, con cierta frecuencia aparecen símbolos,
fórmulas o dibujos que tratan de facilitar la comprensión de su contenido.
Así mismo, en los discursos de divulgación científica se describen las etapas por las que
pasa la investigación. En primer lugar se establece el marco teórico y metodológico en
el que se trabajará; seguidamente se plantean los problemas o fenómenos que se van a
estudiar; después se hace un modelo explicativo, para finalmente confirmar o refutar su
validez mediante las pruebas necesarias.
El discurso científico y tecnológico, cuya modalidad predominante es la expositiva,
seguida de la argumentativa, se da a través de los siguientes géneros orales o escritos
(Hernando Cuadrado y Hernando García-Cervigón, 2006, p.29):
a) Géneros orales con un solo emisor:
- La conferencia
- La ponencia
- El discurso
- La comunicación
- La exposición didáctica
b) Géneros orales con varios interlocutores:
- El debate
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- El coloquio
- La tertulia
- La mesa redonda
- El panel de expertos
c) Géneros escritos de carácter reducido:
- El artículo
- El informe
- La reseña
- La definición
- La recensión
d) Géneros escritos de carácter extenso:
- La exposición monográfica
- El ensayo
- La tesis doctoral
- El tratado
- El manual
El lenguaje científico tiene unas características muy marcadas que lo convierten en un
código adecuado para el rigor propio de la ciencia. Según Hernando Cuadrado y
Hernando García-Cervigón (2006) se resumirían en tres:
a) La univocidad: dado su uso en investigaciones, los términos del lenguaje
científico se refieren a un solo hecho de la realidad; por su parte, los del lenguaje
común suelen ser ambiguos y sustituibles.
b) La universalidad: la traducción de los términos científicos de una lengua a otra
suele ser sencilla, ya que se refieren a una realidad muy concreta. En muchas
ocasiones se opta por no traducir las palabras, dando lugar a préstamos o
adaptaciones (software, cosmos, etc.).
c) La verificabilidad: la verdad de los datos que nos da el lenguaje científico y
tecnológico solo puede ser probada debido a nuestra experiencia de la realidad.
Es decir, las palabras sustituyen a las cosas; se da una adecuación entre las
mismas y los objetos que designan. Los rasgos que caracterizan a los términos
científicos y tecnológicos pertenecen a los objetos reales.
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Esta clasificación, a nuestro entender, no estaría completa sin una cuarta característica,
la tecnicidad. Dado que el lenguaje científico y tecnológico está lleno de tecnicismos y
términos que no pertenecen o no se utilizan en la lengua común, acarrea una mayor
dificultad de comprensión para los públicos no especializados. Otra característica del
lenguaje científico es su rápido crecimiento. La terminología se ha multiplicado en unos
pocos años debido al igual de vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología.
Como ya se ha señalado, la terminología científica ha intentado siempre alcanzar una
difusión universal, por lo que ha utilizado el latín y el griego durante siglos como
lengua internacional para la exposición de sus conocimientos. Pero las lenguas clásicas
terminaron siendo sustituidas por las vernáculas, aunque se siguen creando nuevos
términos a partir de préstamos griegos y latinos.
3.2. – Diferencias entre el lenguaje común y el científico
Según señalan Hernando Cuadrado y Hernando García-Cervigón (2006), la principal
diferencia entre el lenguaje común y el científico es el carácter estable y general del
primero frente al especializado e inestable del segundo. Si bien hemos dicho que una de
las características del lenguaje científico es su univocidad, ésta no se contrapone a su
inestabilidad, entendiendo esta inestabilidad como el cambio de nombres que sufren
muchos de los términos científicos. Dicha inestabilidad es debida a los cambios que
pueden experimentar las investigaciones dando lugar a resultados que llevan a la
variación de los términos; también es consecuencia de determinadas modas que
rebautizan las cosas.
Pero ésta no es la única diferencia, y dado que para construir un relato periodístico de
uno científico deben conocerse a fondo ambos lenguajes, creemos correcto incluir
también las cinco diferencias propuestas por Elías (2008):
1) El lenguaje científico utiliza sistemas de signos, como en las matemáticas o la
lógica simbólica. Su propósito de universalidad hace que pueda escribirse un
texto científico extenso sin hacer uso alguno del lenguaje común o literario. Un
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claro ejemplo son las clases de química o mecánica cuántica, por citar algunas
especialidades; a cualquiera que observe lo que queda escrito en la pizarra tras
una de estas clases le resultaría difícil inferir el idioma materno del profesor.
2) El lenguaje común suele resultar deficiente en determinados aspectos, si se
compara con el científico. Como ya exponían Hernando Cuadrado y Hernando
García-Cervigón, la lengua común aparece plagada de ambigüedades,
homonimias o categorías arbitrarias e irracionales como el género gramatical.
Otros términos utilizados resultan simplemente anticientíficos: aún se habla de
la <<puesta de Sol>> y de la <<salida del Sol>>, cuando sabemos, desde la
época de Galileo, que el Sol ni sale ni se pone; no se mueve, es la tierra la que lo
hace.
3) El lenguaje común es bastamente connotativo; es decir, está lleno de
asociaciones y evocaciones, que relacionan y conectan múltiples términos,
dando lugar a la ya citada ambigüedad.
4) El lenguaje científico es objetivo y aséptico. Por el contrario, la lengua común es
expresiva, puesto que refleja el tono y la actitud del hablante o del que lo
escribe, y pretende influir en la actitud del receptor: busca persuadirlo, inducirle
una opinión, una verdad o un estado.
5) En la lengua común lo importante es el signo mismo, el simbolismo fónico de
las palabras. Para destacar dicho simbolismo se han creado numerosas y
variadas técnicas literarias, como el metro, la aliteración o las denominadas
escalas fónicas.
3.3. - Adaptar el lenguaje científico
Considerando lo visto hasta ahora, no es de extrañar que el complejo y técnico lenguaje
científico tenga que pasar por una profunda readaptación para ser accesible a públicos
medios. Hay que tener en cuenta que el periodista científico escribe para ciudadanos
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mayoritariamente no expertos, con el objetivo de transmitirles la información científica
y convencerles de su utilidad e importancia. Es decir, el discurso creado por los
periodistas científicos se convierte en el puente que conecta el ámbito científico y
tecnológico con el mundo cotidiano.
La reformulación o adaptación de la información proveniente de fuentes científicas al
texto periodístico se lleva a cabo generalmente mediante tres procesos: expansión,
reducción y variación (Hernando Cuadrado y Hernando García-Cervigón, 2006):
a) Expansión: se incluyen en el texto reformulado elementos de contenido que no
están presentes en la fuente.
b) Reducción: se suprime información de la fuente que en la versión divulgada no
resulta relevante, necesaria o conveniente, o se condensan y sintetizan los
contenidos de la fuente.
c) Variación: se efectúan cambios o desplazamientos en la presentación de la
información con respecto a la fuente, sobre todo en el léxico, en la modalidad
enunciativa y en otros aspectos lingüísticos.
La transformación del relato científico y tecnológico al lenguaje común está
condicionada por una serie de parámetros pragmáticos: algunos de ellos son la identidad
del emisor y la del receptor, la intencionalidad final del mensaje, el contexto que rodea a
la información y el canal por el cual se transmite el discurso.
El parámetro más importante o al menos al que se muestra mayor atención, es el
destinatario. La prueba más palpable de esta relevancia es que los textos se someten a
una reformulación léxica, que adapta las terminologías especializadas de la ciencia al
lenguaje del receptor.
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3.4. - Diferencias entre los textos científicos y literarios. El relato
periodístico
Ya hemos hablado del lenguaje científico, común y periodístico científico. Es de ese
lenguaje del que se crean discursos, y resulta apropiado ver también las diferencias entre
los discursos de la lengua común y los de la lengua científica.
En el análisis textual clásico de Teum Van Dijk se observa la clara diferencia entre las
estructuras de los textos científicos y periodísticos (Van Dijk, 1983, citado en Carlos
Elías, 2008).
Siguiendo el esquema propuesto por este autor nos encontramos con que el discurso de
la noticia periodística se descompone en dos partes: la primera es un resumen (el
llamado lead anglosajón) que se corresponde con las preguntas clave: qué, quién,
cuándo y dónde. Seguidamente se desarrolla un relato que contenga episodios o
capítulos y conclusiones. Dicho relato puede estar protagonizado por un acontecimiento
sin trascendencia científica alguna, es decir, puramente anecdótico.
Los textos científicos, por su parte, tienen una estructura argumentativo-expositiva,
desarrollándose como el planteamiento de un problema que se completa con el hallazgo
de su solución. De esta forma los discursos científicos y tecnológicos suelen estar
estructurados de la siguiente manera:
a) Sumario: se trata de un índice que refleja lo que posteriormente se expondrá en
el artículo. Por su parte, en periodismo sumario significa destacar
tipográficamente una frase.
b) Introducción: se explica el por qué de la elección de un tema para su
investigación. Se señalan los objetivos de la misma.
c) Antecedentes: se establece una relación con las investigaciones similares que ya
se han llevado a cabo con anterioridad, y se establecen también las diferencias
con la actual.
d) Método: es la parte más importante de todo texto científico. El gran triunfo de la
ciencia moderna no son sus resultados, sino su metodología, la <<metodología
científica>>. Pero el método carece de importancia para el periodista, ya que el
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debe buscar resultados. La metodología no es noticia, ya que suele ser la misma
en todos los procesos científicos.
e) Materiales: enumera los instrumentos, sustancias químicas, etc., usados, de
forma que el experimento pueda ser fácilmente reproducido. En la mayoría de
los casos se llega al detalle de describir las marcas concretas de instrumentos o
sustancias. En el caso de investigaciones médicas los materiales pueden ser sus
pacientes.
f) Resultados: son los hallazgos concretos que se obtienen tras la realización de las
pruebas pertinentes.
g) Conclusiones: es la aportación principal que se obtiene de la investigación, la
que confirma o desmiente las investigaciones anteriores.
h) Discusión: relaciona los resultados de la investigación en un contexto más
amplio, sobre todo referido a la teoría general. Por otra parte también se señalan
las deficiencias que haya podido tener la investigación; se dan consejos sobre la
misma y también se invita a abrir líneas de investigación futuras que prueben los
resultados.
También debe señalarse que en el artículo científico los antecedentes forman parte de la
hipótesis o la siguen, mientras que en la noticia periodística estos quedan relegados para
el final del texto.
A pesar de todas estas diferencias, la divulgación científica es capaz de unir estos dos
tipos de textos para crear los relatos periodísticos de ciencia. A continuación señalamos
las principales características de estos textos, para posteriormente centrarnos en la
manera de construirlos.
Estos textos tienden a ser objetivos y claros. Se mantiene una estructura redaccional
lógica y se suele usar la tercera persona. Las oraciones exponen una sola idea; se
prefieren los verbos de acción o de movimiento a los de estado. También permiten el
uso de recursos literarios que potencien la expresividad (interrogaciones,
exclamaciones, cambios en el orden de las palabras…), que ayudan a facilitar y
amenizar la correcta comprensión del mensaje por parte de los receptores. Tampoco
suelen contener opiniones de sus autores, sino simplemente expresar las ideas de los
investigadores científicos. Tienden a seguir un orden cronológico y a presentarse de
manera más narrativa para amenizar, y tienen o deberían tener un componente didáctico.
20
A la hora de elaborar textos de periodismo científico, el periodista debe contar con total
precisión y fidelidad lo que ha observado, sin dar nada por sabido y sin pecar de erudito.
Eso claro, sin olvidarse de la debida contextualización.
3.5. - La redacción del texto científico
En cualquier relato periodístico es vital para el profesional tener en cuenta las normas
básicas de redacción periodística, que si bien son de carácter general, también se aplican
perfectamente a la creación de textos científicos.
En primer lugar, debe buscarse la comprensión de los destinatarios, es decir, un
entendimiento generalizado. Cualquier tipo de comunicación periodística, y
especialmente la del periodismo científico, será inválida si el código en el que está
redactada no puede ser interpretado por el receptor; esto no solo se aplica al lenguaje,
sino también al contexto socio-cultural en el que se produce. De ello se difiere que los
periodistas deben usar un habla unívoca, con estructuras sintácticas coherentes y
simples, reduciendo al mínimo las ambigüedades y el uso de los adjetivos.
Se debe recurrir también a los recursos de la profesión periodística: actualidad, claridad,
precisión, novedad, misterio, etc. No está de más echar mano, además, de los consejos
de los más sabios: Borges optaba por eludir los sinónimos, ya que, según él, tenían la
<<desventaja de sugerir diferencias imaginarias>>; también prefería las palabras
habituales o cotidianas a las extrañas o asombrosas. Por su parte, Azorín recomendaba
ser directo, ir al grano, sin que el lenguaje se convierta en un obstáculo; para él <<todo
debe ser sacrificado a la claridad>>.
En cuanto a la redacción, se utilizarán estructuras gramaticales sencillas de sujeto, verbo
y complemento. Otros recursos, tales como los adjetivos, interfieren en la continuidad y
el ritmo del relato periodístico, por lo que deben reducirse. En frases enunciativas que
consten de tres elementos, aquel elemento de más importancia va en primer lugar,
situando después el verbo y finalmente el elemento restante. Aunque de gramática
sencilla no se debe renunciar a la novedad en un relato, ya que si hay algo que aburre a
21
los lectores son los tópicos y la monotonía. Por ello es importante encontrar
asociaciones novedosas de palabras; no es necesario utilizar un lenguaje extraño, que
por otro lado dificultaría la comprensión del relato, sino combinar correctamente las
expresiones comunes para convertir un relato insípido en uno vivo e ingenioso.
Tampoco la originalidad está reñida con la concisión y la eficiencia propias del lenguaje
periodístico, en el que debe procurarse la economía de expresión, evitando la
redundancia y lo superfluo. Sin embargo dicha concisión será expresada en su justa
medida, ya que un exceso suele equivaler a relatos poco claros, ambiguos. Es necesaria,
sobre todo en textos de periodismo científico, una explicación profunda y la inclusión
de un contexto que pueda situar al lector.
Además de estas normas básicas, consideramos de interés añadir los consejos prácticos
de Bertrand Russell (citado en Calvo Hernando, 2005, p.50):
Si basta una palabra corta, no emplear una larga.
Si se quiere emitir un juicio con muchas especificaciones, deben escribirse
algunas de estas en frases separadas.
Evitar que el principio de la frase induzca al lector a esperar algo que se
contradiga al final con ella.
El periodismo no se trata de una ciencia con leyes invariables, como podrían ser la física
o la química. El periodismo es una profesión, que actualmente ejerce una muy grande
influencia a nivel social. Hemos dicho que no tiene leyes, pero como todo oficio el
periodismo goza de unas técnicas que resultan útiles para obtener el producto final, el
relato periodístico. Veamos ahora los pasos necesarios para elaborar una noticia
científica (Carlos Elías, 2008):
1) El primer paso consiste en seleccionar las fuentes, el origen de la noticia; puede
tratarse de un artículo leído en un periódico o revista, un congreso científico, un
comunicado…
2) Después debemos contrastar y verificar la noticia. Para ello hay varias fases:
a. Documentación: hay que documentarse a través de cualquier vía para
cuando accedamos al científico no ofenderlo con preguntas impropias de
22
un profesional. Se deben conocer los logros de dicho investigador, de qué
trata su trabajo actual, etc.
b. Interrogatorio: se trata de entrevistar a los científicos. En el periodismo
científico no se usan reglas distintas a las de las otras especialidades, por
lo que no se debe enviar el cuestionario previo al entrevistado. Si el
científico lo exige habrá que plantearse si merece la pena realizar la
entrevista, ya que servirá más para publicitar al personaje que para una
labor periodística. Si se decide realizar de todas formas, se informará a
los espectadores o lectores que el entrevistado conocía de antemano las
preguntas.
c. Observación: es conveniente una visita a los lugares de la noticia
(laboratorios, parques naturales, empresas…). Esto sirve como vía para
documentarse, pero sobre todo es una forma de contextualización. Los
detalles, la observación, son realmente importantes, ya que el científico
está habituado a esos lugares y pasará por alto cosas que le resultan
cotidianas y que podrían ser parte importante de la noticia. La
observación, además, es imprescindible en uno de los géneros más
agradecidos del periodismo: la crónica.
d. Participación: es bastante interesante incluir la descripción de la
experiencia del periodista durante el proceso de investigación hasta
llegar a los resultados. Que se dé una participación conjunta con el
científico servirá para dar una visión real, a nivel social, de cómo se
desarrolla la ciencia. Que describa las inquietudes, inseguridades y
también alegrías y decepciones, lo que contribuirá a humanizar la
ciencia, la cual no es una actividad de superhombres, sino que es una
actividad enraizada en lo más profundo de todo ser humano: conocer por
qué pasan las cosas. Por otra parte, participar en todo el proceso del
experimento permite describir el lenguaje no verbal.
3) La ciencia es un continuo movimiento de investigaciones, y no todas son de
interés social. Es labor del periodista asegurarse de que la información es
interesante para los ciudadanos, no sólo para la comunidad científica. Aquí
existe otra diferencia entre la divulgación y el periodismo. La primera no se
suele hacer para el interés de la sociedad, sino por interés científico. Pero el
23
periodista no trabaja para los científicos ni para consolidar la ciencia. Debe tener
siempre como referente a su público y, en general, a la sociedad. Lo que interesa
a un científico –como sucede con un político, deportista, escritor o artista- no
siempre tiene por qué coincidir con lo que le importa al conjunto de la sociedad.
Un medio de comunicación generalista jamás puede convertirse en una vía de
publicidad, para los gremios profesionales, ni siquiera para la ciencia.
4) Parece obvio dar este consejo, pero dados los errores que se cometen a diario, es
importante recordar que el periodista tener un conocimiento completo y correcto
de todos los datos de la noticia. El uso de grabadora y las anotaciones se
convierten en herramientas imprescindibles. Se debe conseguir suficiente
información como para asegurarse de que conoce perfectamente todos los
detalles de la historia.
5) Puede que resulte redundante, pero la contextualización es clave en toda
especialidad periodística, y más en el área científica. La noticia científica
siempre debe incluir suficiente información contextual como para que el lector
relacione los nuevos datos con los que ya tenía de antes. Pero como toda noticia
también debe incluir los posibles beneficios, peligros e incertidumbres de un
descubrimiento. De haber una financiación pública, el periodista debe asegurarse
de que ese presupuesto ha sido bien empleado. La ciencia o la cultura deben
también rendir cuentas a la sociedad e informar de cómo han gestionado el
dinero público que se les ha dado. El periodista es quien debe indagar sobre
posibles comportamientos corruptos.
6) El periodista debe explicar en qué sentido la nueva información cambia la
percepción de la ciencia y en qué términos se incrementa la cultura científica.
7) A la hora de redactar, la noticia debe dar siempre respuesta a dos preguntas que
le hará cualquier redactor jefe al periodista científico:
a. ¿Por qué esto es importante?
b. ¿Por qué debería de publicar esto?
8) También hay otras preguntas claves a las que la noticia debe responder:
24
a. ¿Por qué de todas las noticias he elegido ésta para escribir sobre ella?
b. ¿Por qué el lector debería leer esta noticia que yo como periodista estoy
escribiendo?
4. LOS GÉNEROS EN EL PERIODISMO CIENTÍFICO
Al igual que en el periodismo generalista se utilizan distintos géneros periodísticos
según la temática o las intenciones de su autor, en las áreas de especialización es todavía
más importante la correcta selección del mismo. Dado que tratamos con un área
concreta –en este caso el área científica-, tenemos que tener bien claras y presentes las
ventajas y las posibilidades que nos ofrecen distintos géneros como la crónica o el
ensayo. A continuación vamos a explicar los géneros más significativos para el
periodismo científico.
4.1. – La noticia
Muchos autores coinciden en que la noticia pone de relevancia un hecho desconocido al
gran público, y en muchos casos, este hecho se basa en aspectos negativos o anormales.
Partiendo de esta idea, debemos entender la noticia científica como una explicación de
causas y efectos; por tanto, bajo una perspectiva más analítica que descriptiva. Además,
debe valorarse la importante labor del periodista, ya que tiene el reto de hacer partícipe
al lector, intentando fomentar en él el interés y la curiosidad.
La noticia científica debe tener presente la actualidad, pero tampoco puede olvidarse
nunca del pasado, puesto que explicar las causas de un hecho científico es sumamente
relevante. El periodista científico tiene un reto a la hora de elaborar una información,
dado que necesita utilizar un lenguaje inequívoco, como bien se ha señalado
anteriormente. Las matemáticas son una ciencia sumamente importante a tener en
cuenta, porque ofrecen datos objetivos y ejemplifican situaciones para una más sencilla
comprensión de la realidad. El área científica no obliga a informar únicamente sobre
hechos, hallazgos, descubrimientos, etc., sino también sobre aspectos no demostrados
como hipótesis o ideas. Es importante que el periodista lo tenga en cuenta a la hora de
escribir el relato, ya que el profesional deberá investigar sobre todas estas posibles
25
interpretaciones. De otro modo, podríamos encontrarnos con numerosos errores o
inexactitudes en los distintos medios de comunicación. Un estudio realizado por la
Universidad de Minnesota analiza los errores más frecuentes de los medios
norteamericanos en informaciones científicas, y son los siguientes:
Omisiones importantes (33%)
Citas defectuosas o incompletas (33%)
Titulares engañosos (31%)
Brevedad excesiva (25%)
Relación defectuosa entre causa y efecto (22%)
Tomar una especulación por un hecho (20%)
Títulos imprecisos (14%)
Datos incorrectos (7%)
Otros errores (6,2%)
Es, en definitiva, muy importante que el periodista se valga de la metodología de
precisión, en tanto que un mínimo cambio en la descripción de un hecho podría cambiar
su significado por completo. El periodista debe abusar del rigor y la explicación, tanto
de antecedentes como de posibles consecuencias en los géneros informativos.
4.2 – El reportaje
En primer lugar, debemos partir del hecho de que le reportaje es el género rey del
periodismo. El ámbito científico, pues, encuentra en este género a su mayor aliado a la
hora de difundir su mensaje. El reportaje posee unas indiscutibles ventajas, entre las
cuales se encuentran las múltiples posibilidades que ofrece a nivel narrativo o formal.
En este género se pretende profundizar en los antecedentes, en las causas y
consecuencias de un hecho concreto, así como el análisis de los detalles de la forma más
pormenorizada posible. Además, puede incluir fragmentos de otros géneros, como la
entrevista o la crónica.
El reportaje de investigación interpretativo juega un papel fundamental en lo referente a
la divulgación científica, pues como bien señalan algunos autores, este género puede
26
utilizarse a fin de mostrar las maravillas y los misterios de la naturaleza, el cosmos y el
hombre.
Pasemos ahora a analizar los distintos tipos de reportaje que nos describe Carlos Elías
en su obra Fundamentos de periodismo científico y divulgación mediática (2008):
1. Reportaje corto o de acontecimiento: muchos lo definen como una noticia
larga, que presenta más espacio y profundidad de lo que haría una noticia
corriente.
2. Reportaje con profundidad: esta modalidad implicaría acudir a diversas
fuentes y contextualizar el tema del hecho. Esta modalidad también se le suele
denominar “gran reportaje”, ya que sus límites sólo los establece la imaginación
del periodista.
3. Reportaje interpretativo: esta modalidad indaga en la explicación del asunto,
en el por qué. Debe incluir tantos enfoques y perspectivas como sea necesario
para clarificar y explicar al lector el hecho noticioso.
4. Reportaje de investigación: es una variante del reportaje con profundidad. En
esta modalidad, el periodista se implica en el hecho a tratar y debe ser
responsable de valorar si el tema posee un aspecto que requiere investigación,
para lo cual deberá buscar las fuentes adecuadas para informarse.
5. Reportaje de historia humana: los autores que defienden esta modalidad de
reportaje asumen que la historia debe ser interesante, que el periodista tiene el
deber de hacerla atractiva en su desarrollo, y para eso se debe centrar el hecho
noticioso en el protagonista al que le sucede.
6. Reportajes mixtos: es importante señalar que en la práctica, todas las
clasificaciones del reportaje se entremezclan y beben las unas de las otras. En
este caso, lo realmente importante es controlar una buena estructura para que el
contenido del reportaje no pierda su continuidad y valor.
27
Sin embargo, debemos hacer un inciso sobre lo que corresponde al reportaje
humanizador. No son pocos los autores que coinciden en que existe una necesidad de
humanizar al científico; uno de ellos es Manuel Calvo Hernando, que en su obra La
ciencia es cosa de hombres (homo sapiens) (1995) intenta señalar la importancia de que
el periodista muestre la humanidad de los investigadores que protagonizan las noticias.
Calvo Hernando sostiene que éste sería un recurso que permitiría un mayor
acercamiento de la ciencia al gran público. Se llega a señalar a los medios de
comunicación como culpables de que al sector científico se le presente como un
“solucionador de problemas”, frío y alejado de todo lo emocional, que produce
precisamente ese efecto distanciador.
4.3 – La entrevista
La entrevista no viene a ser más que un contacto entre el periodista y la fuente, de cuyo
encuentro espera el profesional de la información obtener o sacar información. Este
género intenta reproducir una conversación, pero requiere un cierto orden ya que su
elaboración puede resultar muy compleja.
Existen numerosas clasificaciones en cuanto al tipo de entrevistas, aunque la que
consideramos más destacable es (Elías, Carlos; 2008):
Entrevista informativa.
Entrevista directa o de pregunta-respuesta.
Entrevista indirecta o reporteada.
La entrevista también es uno de los géneros más útiles para la difusión científica. No
obstante, el periodista debe tener en cuenta que se necesita de un estudio previo del
personaje a entrevistar y de su labor u obra de estudio. Si el periodista no realiza esta
documentación previa, corre el riesgo de hacer preguntas absurdas o de poca relevancia
informativa, o incluso preguntas fuera de lugar. Pero también debe tener en cuenta el
periodista que es importante la franqueza y sencillez de sus cuestionarios, puesto que
una pregunta aparentemente erudita tan sólo dejará en evidencia la escasa competencia
del periodista. Además, esto puede hacer que el entrevistado experto ofrezca una
28
respuesta llena de tecnicismos y sea el propio entrevistador quien se pierda ante la
información.
Por otro lado, el lenguaje directo ayuda a que el gran público entienda de una forma más
adecuada el significado de las preguntas y por ende, también de las respuestas, ya que es
el profesional de la información el que conduce la entrevista hacia sus dominios. Es
además en el ámbito científico donde las preguntas cerradas (o de sí o no) son
especialmente importantes, ya que es así como el periodista confirma hipótesis o refuta
hipótesis.
Por último, en el área del periodismo científico debemos tener en cuenta una importante
cuestión: ante una respuesta ininteligible por parte del entrevistado, el periodista debe
mostrarse con suficiente iniciativa como para que le pida que se lo explique o que lo
ejemplifique, puesto que si el periodista, previamente documentado y preferiblemente
experto en el tema, no lo comprende, difícilmente podrá transmitirlo de forma exacta al
público. Un gran error que se comete habitualmente en estos casos es utilizar citas del
personaje sobre algo concreto de lo que se ha dicho en la entrevista, sin explicarlo, a fin
de que el impacto del titular haga olvidar al lector su ignorancia.
4.4 – La crónica
La crónica es la única modalidad que encuentra grandes obstáculos a la hora de
imponerse en el periodismo científico. En primer lugar, porque es un géneros que se
basa en el desarrollo cronológico de una acción, y existen pocas posibilidades en el
mundo de la ciencia, ya que generalmente se trata de procesos muy largos en el campo
de la experimentación. Es, por tanto, el género periodístico menos utilizado por los
profesionales de la información. Esto también puede explicarse a través de la tendencia
de primar la comodidad de elaborar la información en una mesa redaccional o en un
gabinete. Sin embargo, debemos tener en cuenta este género puesto que ofrece recursos
tan ilimitados como el reportaje, y además puede ayudar en gran medida a humanizar a
los protagonistas.
29
4.5 – Los géneros de opinión
Si hablamos de los géneros de opinión (columna, ensayo, etc.), hablamos,
indudablemente, de un texto analítico y reflexivo. Los límites, de nuevo, los impone la
mente creativa del periodista, aunque a veces puede verse afectado por los factores de
tiempo o espacio en una publicación. A pesar de esto, las modalidades de textos de
carácter opinativo poseen también importante relevancia en el mundo de la ciencia. En
primer lugar, porque parte de un tema del que el lector debe tener constancia de
antemano, y ante esto, el periodista incide en su reflexión, razonamiento o valoración. A
través del artículo se estimulan las capacidades discursivas del lector, además de ser una
lectura que condensa aspectos importantes de un mismo tema a través del rigor, además
de liberar de nuevo la humanización del hecho científico.
5. LAS FUENTES DEL PERIODISMO CIENTÍFICO
Las fuentes informativas son el más valioso e importante elemento que debe tener en
cuenta un profesional para convertirse en un buen periodista. Las fuentes de
información son las que suministran los datos de un hecho a través de su vivencia o
experiencia, a través de los cuales el periodista puede realizar su trabajo. Por eso no
sería pretencioso afirmar que sin fuentes, no habría periodismo. Hoy en día nos
encontramos con múltiples fuentes, cada una con sus particulares intereses, que invaden
y a veces incluso dirigen la agenda de un medio. Pero tampoco podemos obviar que
cualquier libro o documento también supone una fuente de información, a veces crucial
para el periodista, pero no ofrecen una inmediatez o una flexibilidad como las
anteriores. Ante este panorama, ya difícil de por sí para el propio periodismo, debemos
añadir un problema a mayores para el ámbito científico.
El problema de las fuentes en el mundo de la ciencia es que suelen ser escasas, y
además suelen poseer cierto poder e influencia, eclipsando a todas las demás. Un buen
ejemplo lo podemos encontrar en cualquier comunicado de un organismo como la
NASA. Una fuente de esta envergadura colapsaría todas las informaciones, a veces
incluso como fuente única, y muy pocos periodistas o medios probarían siquiera a
30
ignorarla o a contradecirla. Es, en estos casos, cuando la fuente llega a ser casi una
noticia por sí misma, y cada vez más estas fuentes poseen mayor poder en las agendas
mediáticas.
5.1 – Clasificación y tipología
Carlos Elías, autor conjunto de la obra Periodismo de complejidad: ciencias, tecnología
y sociedad (2005) señalan varios de estos ejemplos en forma de porcentajes. Para que
nos hagamos una idea, uno de los estudios que se mencionan es que mientras en las
universidades españolas se posee el 77% de producción científica de España, es el CSIC
(Consejo Superior de Investigaciones Científicas) la fuente de donde proceden casi la
mitad de las noticias publicadas en los medios españoles1.
Carlos Elías también propone una amplia clasificación para las fuentes científicas,
atendiendo a diversos criterios:
Fuentes exclusivas: se refiere a las fuentes que no son compartidas por otros
medios. Son las fuentes que marcan la calidad y la importancia de un medio de
comunicación frente a otro, y en el área científica se referiría a científicos de
prestigio que sólo ceden información a determinadas publicaciones que también
suelen ser prestigiosas. También podríamos denominar fuentes exclusivas a
fuentes que poseen importantes documentos que gozan de interés y valor
periodísticos.
Fuentes compartidas: son las fuentes a las que se acude de forma rutinaria y
son compartidas de forma equitativa por todos los medios de comunicación. Un
ejemplo son los gabinetes de comunicación o los organismos públicos. En el
caso del periodismo científico estas fuentes estarían formadas, por ejemplo, por
universidades.
1 Sobre una muestra de 1458 noticias publicadas en los diarios El País, El Mundo, ABC, El Periódico de
Catalunya, La Vanguardia y Diario 16 entre febrero y julio de 1998.
31
Fuentes citables: en este caso, el medio las menciona como fuentes de sus
informaciones libremente, como prueba de que han sido consultadas para la
elaboración de sus noticias.
Fuentes anónimas: son personas, entidades u organismos que ofrecen
información sobre algún hecho pero permanecen bajo el anonimato. Tienen una
gran desventaja, y es que su condición de anónimas hace que su propia
credibilidad decaiga al no poder ser contrastada. En estos casos, el periodista
tiene el deber de buscar otras fuentes citables que corroboren la información de
la fuente anónima.
Fuentes ocasionales: son fuentes esporádicas que ofrecen información como
testigos presenciales de un hecho, y muchas veces acaban desapareciendo
rápidamente de la agenda mediática. En periodismo científico, hablaríamos de
investigadores cuyos resultados se convierten en noticia de forma eventual.
Fuentes fijas: son las fuentes que están en posición de ofrecer datos a los
medios de comunicación de forma estable y constante. La iniciativa puede ser
por parte del periodista o de la fuente. Son fuentes que encarnan un peligro de
influencia o manipulación, ya que conocen el funcionamiento de los medios y
conocen técnicas de persuasión informativa dado el habitual trato con los
periodistas.
Por su parte, Manuel Calvo Hernando (1997) ofrece una simplificación en cuanto al tipo
de fuente del que proviene principalmente la información científica:
Fuentes regulares (instituciones)
Fuentes específicas (universidades, centros de investigación, etc.)
Fuentes circunstanciales (congresos, seminarios, etc.)
Fuentes documentales (bases de datos, archivos de prensa, informes, etc.)
Pasemos ahora a analizar toda esta tipología en el caso de las fuentes del periodismo
científico en España.
32
5.2 – Las Universidades
A lo largo del tiempo, han sido muchas universidades las que han tenido la iniciativa de
crear boletines informativos que se actualizan con los hallazgos o novedades que se van
generando en el entorno de las investigaciones, a fin de agilizar el conocimiento entre
distintos sectores y públicos. Antes de nada, debemos señalar que los científicos que
trabajan en el ámbito público de la universidad no están ligados, en un principio, a
ninguna ideología política. De esto sacamos que la información que uno de estos
profesionales nos pueda proporcionar no tendría por qué estar manipulada o conllevar
interés alguno.
Se han elaborado diversos estudios para evaluar la calidad de las propias universidades
a través de diferentes criterios. Carlos Elías (2005) recomienda algunos que los
periodistas pueden utilizar a la hora de consultar o contrastar fuentes informativas
pertenecientes al ámbito universitario, y son los siguientes:
- Número de alumnos de esa universidad que han obtenido el premio Nobel o la
Medalla Fields2.
- Número de profesores de esa universidad que figuran entre los más citados del
mundo dentro de distintas categorías.
- Cantidad de artículos científicos publicados en revistas de calidad.
El periodista debe, cuando menos, conocer estas listas, ya que pueden ayudarle a
contrastar fuentes de carácter internacional y nacional en menor medida, puesto que los
periodistas se encuentran ante una gran dificultad a la hora de juzgar la calidad de una
fuente científica.
El Instituto para la Información Científica (ISI, en sus siglas en inglés) ha elaborado
también un ránking de los mejores científicos a nivel mundial por país3. En este caso,
España contaría con tan sólo 17 científicos de los 5439 que el ISI considera de mayor
relevancia científica a nivel global. A partir de este mismo estudio, se concluye que la
2 Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas, otorgada por la Unión
Matemática Internacional cada cuatro años. 3 Estudio de marzo de 2005.
33
universidad de mayor calidad científica en España es la Universidad Autónoma de
Madrid, seguida del CSIC y de la Universidad de Barcelona.
5.3 - Organismos públicos nacionales
Los científicos pertenecientes a Organismos Públicos de Investigación (OPI) trabajan
bajo la condición de funcionarios del Estado, ya que es éste quien los financia. Partimos
entonces de que todo lo que éstos nos puedan contar como fuente está, cuando menos,
supervisado por el Estado, y el periodista deberá ser cauteloso ante indicios de
manipulación. Está claro que en estos casos hablamos de ciencias como la biología o el
ámbito medioambiental, las cuales son utilizadas muchas veces como arma política de
persuasión. En ningún caso se deben cuestionar los resultados hallados por el equipo de
investigación, pero sí debemos tener en cuenta cómo se nos presentan estos datos por
parte de gabinetes o agencias informativas.
Algún ejemplo de estos organismos es el ya mencionado CSIC. Como también hemos
mencionado, el CSIC figura como fuente de información en casi la mitad de la
información científica publicada en los diarios españoles. Es, por tanto, el mayor
organismo público de investigación en el territorio español, y el mayor en cuanto al
número de científicos en el panorama iberoamericano. Esto implica que el CSIC es la
fuente que produce, cuando menos, el 20% de las publicaciones internacionales
provenientes de España.
Pero hablemos también de los problemas que ofrecen este tipo de instituciones
gubernamentales. Muchos de estos científicos de la administración pueden ofrecer
declaraciones inexactas para disfrazar decisiones políticas. Es decir, en estos casos se
convierten en objetos políticos que explotan la credibilidad de la ciencia como garantía
de decisiones polémicas por parte del gobierno. Una de las causas es que en nuestro país
no existe ningún instituto u organización científica fuerte y potente independiente del
Estado que pueda plantar cara a estas prácticas, como por ejemplo tienen en EE.UU la
Academia Americana para el Avance de la Ciencia.
34
Ante este fenómeno, Carlos Elías (2008) señala el proceso que se lleva a cabo a la hora
de centralizar toda la información en una única fuente y que sea ésta la única aceptada
por los medios de comunicación. El autor propone el ejemplo de lo sucedido en el caso
del desastre de Doñana o el caso del Prestige:
1. Se crea un comité de científicos de prestigio que apoyan la ideología política del
momento, aunque en realidad no sean expertos en el tema en cuestión.
2. Se centraliza toda la información en ese comité y se elige un único portavoz.
3. Se elaboran informes periódicamente para ofrecer información constante a los
medios para saciar su necesidad constante de información, y así evitar que
recurran a otras fuentes.
4. Se desacrediten las fuentes independientes que discrepen con la opinión
gubernamental.
5. Se restringe el acceso a los datos a aquellos científicos que apoyen la ideología
gubernamental.
6. Se actúa lo más rápido posible para que los periodistas se organicen y acudan a
diversas fuentes que no le convienen al gobierno.
Todo este proceso de manipulación suele realizarse de forma muy sutil, por eso es muy
difícil para los periodistas discernir cuándo se produce o no esta clase de prácticas, y no
se restringe sólo al ámbito nacional, sino que el alcance es mundial. Son también las
democracias más liberales escenarios de encubrimientos políticos, y es deber del
periodista científico indagar y denunciarlo cuando corresponda.
5.4 - Organismos internacionales
Existe un gran número de organizaciones científicas a nivel internacional, muchas de
ellas concienciadas con la publicación de contenidos científicos de calidad. La gran
mayoría de estas fuentes coinciden para un gran número de periodistas, pues si algo
caracteriza a la ciencia es su globalidad y universalidad, y por tanto, se vuelve inevitable
que muchos de ellos consulten las mismas. Aunque como ya hemos explicado en el
apartado anterior, esto puede suponer que dichos organismos ejerzan influencia en los
periodistas; debido a esto, el profesional de la información deberá ser cuidadoso y
35
mantenerse alerta a la hora de recoger información. En cualquier caso, debemos señalar
cuando menos algunos ejemplos de estas importantes fuentes internacionales.
En primer lugar, tenemos la NASA o lo que es lo mismo, la Administración Nacional de
Aeronáutica y del Espacio. Es una de las fuentes más conocidas a nivel mundial, sino la
que más. Su presencia en películas o en libros hace que su influencia sea cada vez
mayor. Aunque su autoridad y sus aportaciones al mundo científico son innegables, no
podemos olvidar que es un organismo gubernamental y que por tanto existe un cargo
político detrás de la misma. El periodista debe conocer en profundidad su
funcionamiento y seguir periódicamente sus publicaciones, por ejemplo, a través de su
página web.
Por otra parte, tenemos a la Royal Society, y puede considerarse la más prestigiosa
sociedad científica del mundo. Fue fundada en 1660 y es una de las academias
científicas más activas del mundo. Publica un sinfín de contenidos y está
constantemente presente en los medios de comunicación, además de que no está reñida
por intereses gubernamentales ya que es una institución independiente. Cualquier de sus
publicaciones, notas o talleres (que se actualizan periódicamente en la red) resultan
útiles para la elaboración de cualquier tipo de texto de investigación. Por tanto, su
consulta es casi indispensable para el periodista científico.
Otras fuentes científicas internacionales a tener en cuenta pueden ser la Agencia
Espacial Europea, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, el Laboratorio
Europeo para la Física de Partículas, etc.
5.5 - Documentos escritos
La documentación escrita es sumamente importante en el área científica. En primer
lugar, porque existen un sinfín de publicaciones, estudios, experimentos, etc., que han
dejado constancia en formato papel (seguramente, más que la información digitalizada).
Además, si tenemos en cuenta que habitualmente las informaciones científicas no están
sujetas a esa inmediatez que caracteriza todo el resto de producción informativa, hace de
la documentación una gran aliada para el profesional de la información. Además, los
36
documentos escritos gozan de una mayor credibilidad y veracidad que cualquier otro
soporte, y si se sospechase de manipulación, sería fácilmente refutado a través de la
comprobación. Es muy habitual que a España apenes llegue una ínfima parte de todos
los libros o documentos científicos que han sido publicados. Esto supone un reto
añadido al periodista, pues tiene la labor de conocerlos y hacerlos conocer al gran
público.
Pero quizás el elemento más importante de esta categoría sean las revistas
especializadas. Los libros no son un medio lo suficientemente rápido para plasmar los
cambios que continuamente se suceden en el mundo científico, así que se suele recurrir
a publicaciones especializadas en este campo. Por eso tal vez se hayan convertido en la
fuente de información más básica e importante de todo buen periodista científico. Pero
recordemos que no todos pueden acceder a ellas: estas publicaciones están dirigidas a
un sector muy concreto –el de los investigadores o científicos-, y por tanto, su lectura
puede resultar muy compleja para un periodista generalista. Aquí también influye su
especialización en el campo, ya que sólo un experto en periodismo científico podría
transmitir de forma satisfactoria un mensaje complejo.
Al igual que sucede con los otros grandes medios que hemos citado, tenemos que partir
del hecho de que la mayoría de estas publicaciones proceden de países punteros en
investigación científica, escritas en inglés y que ya gozan de un estatus de fama y
prestigio mundial. Algunas de las más importantes a nivel mundial son la revista Nature,
la revista Science o la revista médica The Lancet. A ellas acuden de nuevo la mayor
parte de los periodistas, pero no podemos olvidarnos de consultar y contrastar
información con otras fuentes. Por otra parte, también es cierto que la mayor parte de
las innovaciones o avances que se han dado en el ámbito de la ciencia, ya son
previamente publicadas por algún medio, ya sea en algún suplemento universitario o en
un boletín científico. Por tanto, si el periodista se topa con alguna novedad de este tipo y
no ha sido publicada previamente en ninguna revista especializada, deberá sospechar de
la naturaleza o la propia veracidad de la información.
37
5.6 - Bases de datos
Si hablamos de bases de datos, estamos hablando de grandes bibliotecas de información
catalogadas en un sistema informatizado que facilita su búsqueda y recuperación. Una
de las opciones más utilizadas en los últimos años ha sido el uso de recursos
electrónicos para encontrar una determinada información. Esto se debe, en mayor
medida, a la increíble evolución que ha experimentado la tecnología y el avance de los
medios digitales. Hoy en día, Internet es un instrumento casi indispensable en la labor
de cualquier periodista. Si además hablamos de un área como es el científico, la red se
convierte en un aliado fundamental. Debemos tener en cuenta que muchos manuales ni
siquiera han sido traducidos, y mucho menos publicados en nuestro idioma o en nuestro
país. El periodista científico puede encontrar ahora todas estas obras escritas en la red
(puede acceder a su compra o a su consulta, cuando menos). Además, muchas
universidades o centros de investigación publican constantemente contenidos en sus
páginas web que no llegan a ser nunca recompiladas en ningún soporte físico escrito.
Por tanto, Internet supone un enorme ahorro de tiempo y de recursos para el periodista.
Pero también debemos tener en cuenta la otra cara de este asunto. Al igual que sucede
con el periodista generalista, el periodista experto en información científica se encuentra
con una sobreabundancia de fuentes, muchas de ellas sin identificar y sin la posibilidad
de ser identificadas. Por eso el periodista, además de consultar documentación
digitalizada (que también deberá comprobar), también debe consultar fuentes expertas a
las que ahora tiene un más fácil acceso, pero siempre bajo su previa identificación.
6. LA CIENCIA EN LA PRENSA, LA RADIO, LA TELEVISIÓN
E INTERNET
Una vez que ya hemos explicado los principales géneros periodísticos para el caso del
periodismo científico, debemos centrarnos en el tratamiento de esta especialización en
los distintos soportes comunicativos. Hemos señalado aspectos tan sumamente
importantes y característicos del ámbito científico como son el lenguaje o la
metodología, pero a veces todos estos rasgos pueden verse afectados a fin de adaptar la
38
noticia científica a un determinado medio de comunicación. Por ejemplo, no sería lo
mismo escribir una noticia científica para un suplemento semanal de un periódico que
para un espacio televisivo o un monográfico radiofónico.
A continuación vamos a tratar de explicar las principales características de los medios
comunicativos que tratan la ciencia:
6.1 - El suplemento científico en prensa
El suplemento de prensa es uno de los soportes más importantes y de los más populares
y utilizados para difundir conocimiento científico. El nacimiento de estos suplementos
se produce como una confrontación ante los medios audiovisuales –en concreto la
televisión-, dado que estos últimos tienen una naturaleza muy fugaz y no pueden tratar
la información científica en profundidad. Es por eso que la ciencia ha visto un gran
aliado en este tipo de suplementos desde su aparición en el siglo XX.
Esta iniciativa nace con la aparición del suplemento Science Times, perteneciente al
diario norteamericano The New York Times. Esta publicación nace en 1978 y
rápidamente crea escuela en distintos medios a nivel mundial, aunque este fenómeno se
nota sobre todo en el continente europeo. Desafortunadamente, el suplemento científico
no se ha mantenido estable a lo largo del tiempo, y por tanto, muchas de estas
publicaciones ya se encuentran desaparecidas. Por esta época se buscaban alternativas a
la televisión, y en este caso la ciencia funcionó como un arma de doble filo: por una
parte, era un gran reclamo para atraer anunciantes y nuevos lectores; y por otro se partía
del gran prestigio del que ya gozaba la ciencia para fortalecer así la credibilidad de estos
periódicos ante su público.
The New York Times ha creado un efecto dominó desde la creación de este suplemento
científico, y es que ha creado una tendencia que da pie a la inclusión de varios artículos
científicos en diarios de todo el mundo. En la actualidad, es casi impensable concebir un
diario que no ofrezca ningún tipo de información científica, aunque sólo se trate de un
artículo diario. En el propio caso del Science Times se ha observado que de las cuatro
páginas iniciales de este suplemento, se ha pasado al doble de espacio dedicado a esta
39
área del saber. Además, se han invertido grandes esfuerzos y recursos para que los
periodistas que elaboran esta información estén lo más especializados posibles en el
ámbito científico, lo que asegura una gran calidad final en esta información.
De este ejemplo han ido aprendiendo distintos medios españoles. No fue hasta la década
de los ochenta cuando los diarios de nuestro país asumieron esta nueva tendencia y la
importancia de la ciencia en la información diaria de sus páginas. Muchos de estos
diarios optaron en su día para reestructurar su formato y adaptarse a las exigencias de
los nuevos tiempos. Uno de los fenómenos más significativos fue el ya mencionado
caso de este tipo de suplementos; tras comprobar que se necesitaba de un mayor período
de tiempo para elaborar información –sobre todo científica-, se optó por ofrecer
diversos suplementos sobre distinta índole. Y otro de los motivos que justifican la
aparición de estos suplementos es la demanda cada vez más progresiva de información
especializada.
A continuación vamos a analizar varios ejemplos pertenecientes a la prensa española,
referentes tanto a suplementos como a secciones científicas:
- El País
El País cuenta con uno de los suplementos científicos más importantes del panorama
nacional. El nombre de dicho suplemento es Futuro, y se publica todos los miércoles
tras su aparición en 1986. Sus contenidos solían centrarse, sobre todo, en noticias
científicas nacionales, aunque en la actualidad es normal que incluya noticias de
carácter internacional dado la universalidad de este periódico y su relación con otros
medios europeos y estadounidenses. Habitualmente dicho suplemento cuenta con cuatro
páginas y se suele centrar en un único tema, que es considerado el más relevante. Como
ya hemos comentado, en el área científica la actualidad no es un factor esencial para la
elaboración de información, puesto que muchas veces se trata de temas que se
desarrollan muy lentamente a lo largo del tiempo debido a su naturaleza.
El suplemento Futuro goza de un gran reconocimiento en el ámbito científico y en la
prensa en general, y está considerado todo un referente en lo que a información
científica se refiere. En muchas ocasiones, este suplemento incluye revisiones a
informaciones científicas internacionales, analizando, estudiando y traduciendo estos
40
hechos a la población española, de forma que sus periodistas convierten toda esta
información en conocimiento y apoyan así su divulgación.
Es también significativo hablar de un fenómeno que se viene produciendo desde poco
tiempo atrás, y consiste en la inclusión de temas específicos sobre el medio ambiente en
las páginas de los periódicos. Resulta curioso porque aunque su demanda está
estrechamente relacionada con el nuevo ímpetu de concienciar a la población sobre la
naturaleza y sus problemas, los diarios aún no han dado con la clave exacta para su
elaboración. Es por esto que en múltiples ocasiones nos encontramos con un suplemento
en el que se aúnan dos tipos de informaciones. Por una parte, tenemos la información
medioambiental propiamente dicha –de corte científico y elaborada a través de una
metodología multidisciplinar-, y otra información de carácter blando y generalista que
ofrece información más superflua, como podría ser una sección dedicada a destinos
exóticos.
- El Mundo
Un caso distinto de El País es el del diario generalista El Mundo. Este periódico español
no cuenta con un suplemento científico como en el caso anterior, sino que desde el año
2002 incluye dos páginas dedicadas exclusivamente a información científica en su
edición diaria. El Mundo parte de esta sección especializada para crear conciencia social
e informar sobre importantes hechos en lo que a distintas disciplinas concierne.
Esta sección comparte varios aspectos semejantes a El Mundo. Uno de ellos es la
utilización de fuentes o agencias internacionales que ofrecen información,
transformándola en artículos periodísticos que puedan ser comprendidos por el gran
público. En diversas ocasiones se hace uso de ambas páginas para presentar un reportaje
en profundidad, muchas veces elaborada por corresponsales en el extranjero que, aparte
de estar especializados en información científica, siguen la actualidad de esta área de
forma constante y participativamente.
Del mismo modo que comentábamos en el caso anterior, El Mundo también ha creado
un suplemento que trata de forma específica y exclusiva del medio ambiente. Se publica
de forma mensual bajo el nombre de Natura desde el año 2006, y destaca sobre todo por
la perspectiva de concienciación de la que parte para elaborar sus informaciones, sobre
todo en lo que refiere a aspectos como la contaminación, el cambio climático, etc. Y del
41
mismo modo que explicábamos en el caso anterior, también encontramos al lado de esta
información más específica una gran cantidad de noticias blandas o ligeras.
- El Heraldo de Aragón
Quizás el mejor ejemplo de durabilidad en el tiempo en lo que al espacio científico en
los periódicos regionales se refiere se encuentra en el diario zaragozano El Heraldo de
Aragón, que aparece en 1985. Su suplemento científico, Ciencia aplicada, creatividad y
empresas apareció por primera vez en el año 1993, aunque en la actualidad su nombre
ha cambiado a Tercer Milenio. Se incluye todos los martes y contiene ocho páginas de
información científica, que ya son notablemente más que en el caso de los diarios
anteriores.
Es muy significativo recalcar el éxito de este suplemento, ya que datos indican que el
día de su publicación, el diario aumenta su tirada en 10.000 ejemplares más, ya que es
distribuido en la Universidad de Zaragoza a estudiantes del ámbito científico y de la
ingeniería de forma gratuita. Dicho suplemento cuenta con el respaldo y la asesoría del
Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Zaragoza, lo que ya nos ofrece
una idea de su relevancia y prestigio.
El caso de Tercer Milenio es cuando menos curioso, puesto que la información es
elaborada casi en su integridad por expertos científicos, y no por periodistas, aunque son
éstos los que revisan finalmente los contenidos que se van a publicar. Los objetivos que
describen sus responsables se respaldan en informar a la sociedad sobre los últimos
avances tecnológicos y científicos. La fórmula utilizada, como ya hemos mencionado,
se basa en un mano a mano con la comunidad científica, con los expertos, y por tanto su
mensaje es más directo hacia la ciudadanía. Su elaboración parte de la elección de un
tema por iniciativa de los periodistas, aunque después éstos consultan a las fuentes
científicas adecuadas que trabajan en la comunidad aragonesa y se les explican qué tipo
de texto se va a publicar –que puede ir desde la elección de un reportaje o artículo hasta
un texto mayormente descriptivo o un esquema explicativo-. Son, por tanto, los
periodistas los que seleccionen a la fuente científica que consideran más conveniente
para la elaboración del hecho noticioso. Pero también son los periodistas los que acaban
filtrando la información, sobre todo a la hora de lidiar con los tecnicismos propios de
esta área. Muchas veces se acaba recurriendo a infografías o despieces de información
42
para que la audiencia entienda de una forma más clara lo que se pretende decir en el
texto. Todas estas labores pertenecen, en última instancia, al profesional de la
información.
Pero no podemos olvidar tampoco una característica muy importante de este
suplemento, y es el peso que depositan en los recursos electrónicos. En muchas
ocasiones, al final de un artículo se facilitan enlaces en la web que ayudan al lector a
ampliar y a satisfacer su demanda de información. En ellos uno puede encontrarse desde
artículos relacionados por su temática hasta páginas de fuentes científicas, como podría
ser la de la NASA o la de la Royal Society.
Pero sin duda lo que más destaca del suplemento Tercer Milenio es su gran labor por
consensuar ciencia, tecnología y mundo empresarial en un mismo formato. Esto hace
que la publicación sea sumamente sólida, relacionando ampliamente conceptos y
disciplinas entre sí. Además, ha contribuido en enorme medida a que los científicos sean
grandes divulgadores, siendo ellos los que elaboren y cada vez perfeccionen más la
información, lo que fomenta un periodismo científico sólido y riguroso a la vez que
experto.
Problemas de los suplementos científicos
Aunque hayamos visto varios ejemplos de suplementos científicos que gozan de cierto
éxito, lo cierto es que dichos suplementos se encuentran en una fase crítica. Muchos de
ellos se han encontrado con diversos problemas que han supuesto su desaparición, como
por ejemplo en el caso del diario ABC o La Vanguardia. Por una parte, tenemos que
partir del hecho de que los medios norteamericanos cuentan con publicaciones de las
que ya hemos hablado, por ejemplo el caso de la revista Science. Este tipo de
publicaciones ayudan a que la comunidad científica divulgue conocimiento,
independientemente de su ligazón a diversos institutos u organismos. Es decir, en este
tipo de revistas de respaldo gubernamental, cualquier científico puede publicar lo que
considere oportuno, sin depender de ningún tipo de interés por parte de publicaciones
privadas, ya que la decisión recae sobre la Asociación Americana para el Avance de la
Ciencia.
43
Por otra parte, la ciencia aún no goza de una estabilidad plena en el público. Esto lo
corroboran datos que indican que en los últimos años la cantidad de suplementos y de
contenidos científicos se han reducido drásticamente, sobre todo en Estados Unidos. Es
por eso que también se notan los efectos del escaso número de anunciantes, lo que
supone que el área científica pierde cada vez más apoyo económico y acaba por verse
en la inevitable solución de desaparecer. Además, medios audiovisuales como la
televisión se han convertido en enemigos para la difusión escrita de la ciencia,
aprovechando su facilidad de consumo y sustituyendo contenidos de interés por otros
más blandos que les proporcionen mayor audiencia.
Pero todo esto no parece afectar a los suplementos de salud, los cuales han logrado tener
una enorme aceptación entre el público a lo largo de los últimos años. La
concienciación social de combatir problemas de salud a través del ejercicio físico, una
alimentación saludable y unos buenos hábitos de vida han influido en la demanda de
esta información especializada. Además este tipo de suplementos se ven respaldados por
un amplio abanico de empresas que desean publicitarse en sus páginas, como por
ejemplo laboratorios farmacéuticos o productos dietéticos. Y no debemos olvidar que
uno de sus públicos más importantes lo conforman médicos y profesionales de la salud,
los cuales influyen a través de su alto poder adquisitivo.
Noticias científicas frente a suplementos
Desde el punto de vista periodístico, la mejor opción es que se concilien ambas
posibilidades: por una parte, que se incluyan noticias en las páginas diarias del
periódico, pero que también se incorpore algún tipo de suplemento con información
científica. Pero si los diarios deben escoger una única opción, deberán valorar los
inconvenientes y las ventajas, y que sean éstas últimas las que superen los factores
adversos.
La opción que incluye noticias científicas en las páginas diarias de un periódico tiene la
ventaja de que los lectores se informan de forma más constante. Los hechos pueden
publicarse en el día en que se convierten en noticia, ya que no están sujetos a una
periodicidad determinada. Pero quizás el factor más importante sea que, al aparecer
todos los días noticias científicas en las páginas de un mismo periódico, el lector se
acostumbra y se habitúa a que esté ahí y que su acceso a ella pueda ser más constante.
44
Esto es un punto a favor cuando tratamos con periódicos generalistas, que pretenden
llegar a un gran sector de la población. Además, el ritmo de vida actual no suele permitir
un gran tiempo para detenerse a analizar –en la prensa diaria- profundas y complejas
informaciones, y por tanto, en el caso de los suplementos, muchos de ellos acabar por
no leerse.
Pero incluir noticias científicas de forma diaria también puede acarrear algunos
inconvenientes. Entre ellos, el más habitual es que se acabe por prescindir de periodistas
especializados dado que estas páginas se vuelven rutina y en muchas ocasiones no
disponen del suficiente espacio para ser explicadas ampliamente y en profundidad. Otra
disfunción consiste en la tendencia a espectacularizar la información científica, puesto
que puede compartir espacio con otras áreas, como por ejemplo la de sociedad, en la
que la carga emocional de la información puede ser sumamente alta.
En el caso de los suplementos, se parte de que la información está elaborada por
periodistas sobradamente especializados y expertos. Por este mismo motivo, y también
partiendo del hecho de que se dispone de un mayor espacio y tiempo para la elaboración
de las noticias, puede ser habitual que el lenguaje que encontremos sea bastante técnico
y que una gran parte de la población no logre comprender el mensaje. Dado que los
periodistas científicos no suelen optar por utilizar un lenguaje sensacionalista o
impactante para titular sus artículos, muchos lectores no llegarán nunca a empezar su
lectura por este mismo motivo. Los periodistas sacrifican estas técnicas a fin de
presentar mayor rigor y profesionalidad, y por eso es el sector científico el único
público fiel que permanece.
Es por eso que recalcamos la importancia de que ambas alternativas convivan en el día a
día para lograr acercar la ciencia al gran público. Por una parte, las ventajas del
suplemento que permite que el ciudadano profundice en información elaborada por
expertos, y por otra parte que se incluyan diariamente noticias científicas en la versión
en papel de cualquier periódico. Esto asegura que el lector toma contacto con ellas y
comience a habituarse a este tipo de información, que acabe leyéndola y además, ayuda
a que crezca la demanda de la misma.
45
6.2 - La información científica en radio
Muchos autores coinciden en que la radio no es el más óptimo de los medios para
difundir el saber científico, puesto que sufre muchas desventajas con respecto a otros
medios. La más importante trata sobre la rapidez con que se transmite el mensaje
radiofónico y la imposibilidad del oyente de <<volver atrás>> o consultarlo de nuevo.
Este problema también lo comparte con la televisión, aunque esta última tiene la ventaja
de poder reproducir a su vez imágenes, que pueden apoyar el mensaje hablado si éste no
se ha comprendido por completo, y además la radio suele escucharse mientras se realiza
otra actividad, lo que le puede restar atención a la información.
La naturaleza de la radio no permite que el mensaje tenga una naturaleza muy compleja.
En el caso del periodismo científico, esto es un inconveniente todavía mayor debido a
su propia naturaleza. Dado las escasas posibilidades de la radio, la comprensión por
parte del lector se vuelve casi una tarea imposible cuando tratemos de transmitir un
mensaje complejo. Para combatir esto, los locutores se ven en la obligación de repetir
constantemente el mismo mensaje, e incluso identificar continuamente a quién está
hablando. Todo esto provoca que la información acabe descontextualizada en muchos
de los casos, y además que se genere una tertulia intrascendental carente de datos
gráficos o logradas argumentaciones.
La más notable de las ventajas es su inmediatez. En muchos casos, la rapidez de este
medio supera con creces a la de los cibermedios, además de ser un medio mucho más
factible en lo que a recursos se refiere. Pero no debemos engañarnos, ya que esta misma
ventaja tiene otra cara totalmente opuesta; la rapidez en el área científica tan sólo podría
generar poco rigor y poca profesionalidad por parte del periodista, ya que la
información científica carece de toda inmediatez por su propia naturaleza. Se necesita
tiempo para documentar, comprobar, contrastar, planificar y explicar todo un
procedimiento o hito científico, y por lo tanto el medio radiofónico vuelve a salir
perdiendo ante otros medios como el papel.
Carlos Elías (2008) desarrolla unas recomendaciones a la hora de presentar información
científica en radio, y son las siguientes:
46
1) Vocalización: la vocalización debe ser excelente, puesto que no existe apoyo
visual y debido a la inmediatez del mensaje. Además, el dispositivo receptor
puede modificar levemente la voz humana, así que una buena vocalización,
entonación y ritmo se vuelven imprescindibles para el locutor de radio.
2) Jerarquización: dado que en la radio suele incluirse mucha información en
directo –sobre todo cuando acuden invitados a opinar sobre un determinado
tema-, las ideas que aparezcan en el guión deben estar claramente jerarquizadas
para que al menos el presentador o presentadores sigan un hilo temático que
permita una mayor comprensión por parte del lector.
3) Improvisación: la improvisación en estos casos no es una gran aliada para la
transmisión del mensaje científico. Todo espacio radiofónico tiene que tener un
impecable guión, ya que en ningún medio es tan fundamental el tiempo como en
la radio. Debe ser lo más indicativo posible, para que ningún contenido quede a
la imaginación del oyente.
4) Efecto tranquilizador: uno de los problemas más habituales en este medio es que
el invitado científico se ponga nervioso. Ante esto, es importante que el locutor
lleve a cabo trucos para tranquilizarlo y que pueda ofrecer una buena y clara
información, como hablarle mientras el micrófono se encuentre cerrado, a modo
de acercamiento.
Todos estas recomendaciones pueden ayudar a que el mensaje científico pueda superar
todos los obstáculos que presenta la radio. Otro factor importante es elegir
correctamente el tipo de género radiofónico que se adecúa mejor al tipo de información
a tratar. No es lo mismo preparar una tertulia en la que se debaten temas científicos que
preparar todo un monográfico sobre algún hecho concreto. Hay géneros, como la
crónica, que resultan enormemente agradecidos, puesto que su naturaleza marcada por
la temporalidad ve un gran aliado en la inmediatez radiofónica. Pero aún así tenemos
que remarcar que la radio sufre de grandes desventajas en comparación con otros
medios de comunicación que se hacen difíciles de solventar.
47
6.3 - La televisión y la información científica
La televisión debe poseer una sincronización perfecta en lo que a imagen y sonido
respecta, y por tanto, si una noticia científica no se puede apoyar en ningún tipo de
imagen, la noticia será desechada. Además, está el factor sensacionalista que presiona
para que estas imágenes sean los más impactantes posible para poder competir con la
audiencia de otras cadenas. En otras palabras: la imagen es el centro de la noticia, y el
texto que el periodista lee por encima tan sólo apoya lo que ésta describe.
Todo esto sólo consigue perjudicar la divulgación del conocimiento científico, puesto
que aunque se expliquen los resultados finales, quizás lo más importante sea su
metodología y sus hipótesis. Sobra decir que esta metodología y todo el proceso que
pueda llevar un hallazgo científico se suprime debido a los cortos tiempos que en el
medio televisivo se le dedican a cada uno de los sucesos. Además, como ya hemos
mencionado, sería una parte extremadamente difícil de ilustrar con imágenes, y por lo
tanto se acaba suprimiendo del texto que se va a exponer.
Esta imperante necesidad de ofrecer imágenes a los telespectadores puede producir otro
efecto perjudicial en cuanto a la información científica. Muchas veces se suele echar
mano de imágenes creadas digitalmente, simulaciones y recreaciones sobre una realidad
no demostrada o sobre meras hipótesis. Un caso muy común es el de la recreación de
colisiones cómicas. Es importante ser consciente de que el abuso de estas imágenes hace
que la audiencia las tome como reales o ciertas, y en muchos casos esto no es así.
Otro problema que presenta la televisión es su incansable búsqueda de audiencia, lo que
suele determinar el formato y el tratamiento de todos sus espacios. Debemos ser
conscientes de que los informativos televisivos se basan en un formato muy dinámico
de un constante cambio de contenidos o noticias. Si una cadena introduce una noticia
más larga de lo normal, corre el riesgo de que muchos de sus espectadores decidan
cambiar de cadena. La búsqueda permanente de audiencia –que en televisión se traduce
en simples números-, hace mermar en numerosas ocasiones la calidad de sus
48
contenidos. La televisión suele jugar habitualmente con varias estrategias para
conseguir más espectadores. Algunas son las siguientes:
1) La información se suele tratar de forma simple, sin entrar en mucha profundidad,
puesto que será comprendida tanto por la audiencia más culta como por el más
inculto. Esto daña la calidad de la información científica, ya que tiene una
naturaleza de gran complejidad que no puede simplificarse por estos motivos.
2) Se suele presentar la información de forma que despierte los bajos instintos de
los telespectadores. Abundan noticias con componentes sexuales, morbosas y
violentas, ya que éstos despiertan el interés del público porque llaman la
atención. Muchas noticias científicas son excluidas de la agenda temática porque
no posee ninguna de estas características.
3) En la televisión prima el movimiento, lo dinámico, la acción. Este medio es
símbolo de entretenimiento y espectáculo, y por tanto suelen excluirse noticias
contrarias a estos principios. Por ejemplo, es más probable que se emita una
noticia sobre el lanzamiento de un nuevo satélite que una conferencia científica.
4) Es muy común apelar a sentimientos primitivos como la tristeza o la alegría, ya
que favorecen la implicación emocional del espectador. En este caso, es muy
habitual que en documentales se nos presenten dos bandos –el del cazador y la
presa-, y nunca se haga latente la trascendencia de la propia naturaleza, teorías
abstractas, etc.
Estas son las principales estrategias que se utilizan en televisión y que no favorecen la
inclusión de contenidos científicos de calidad. Hemos hecho un primer balance entre los
principales medios de comunicación, y hemos observado que el que ofrece mejores
posibilidades y que favorece la aparición de contenidos de calidad es la prensa, así
como sus suplementos científicos. Ahora pasaremos a analizar el caso de la información
científica en Internet, que por sus características y naturaleza debemos diferenciarlo de
los medios convencionales.
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6.4 - Internet y el periodismo científico
Al igual que ha ocurrido con la información en los medios tradicionales, podemos
comprobar que Internet también ha influido en la elaboración del periodismos científico.
En los últimos años han aparecido numerosos medios, nativos digitales, que aprovechan
los recursos que permite Internet y que en muchas ocasiones puede resultar la más útil
de las herramientas. Como todos sabemos, Internet ha supuesto la aparición de cada vez
más fuentes que pueden proporcionar información al periodista, pero también posee la
dura labor de confirmar su identidad y la veracidad de sus testimonios.
La globalidad de Internet ha supuesto una proliferación de nuevas fuentes y de blogs
especializados que, bajo el previo paso de identificación y comprobación del que
hablábamos, pueden resultar sumamente útiles para el periodista. El periodismo
científico ha sido un gran beneficiario de este fenómeno, puesto que ya partíamos que
gran parte de la información que el periodista científico divulga es de carácter
internacional. Gracias a Internet el acceso a la información de la NASA puede realizarse
desde su propia página web, ya que ésta se actualiza de forma periódica. El periodista
ya no tiene que contactar con fuentes intermediarias, sino que el contacto con la NASA
se realiza de forma directa. Incluso se ofrece la posibilidad de crear interacción y recibir
respuesta por parte de sus científicos. Antes este contacto sería totalmente impensable,
pero ahora gracias a las nuevas tecnologías el contacto puede realizarse de forma rápida
y muy barata.
En lo que al periodismo científico se refiere, otra tendencia de los últimos años es que la
audiencia interesada en esta área accede cada vez de forma más habitual a la página
oficial de la propia fuente. Esto ocurre sobre todo con fuentes como la ESA o el CSIC, a
las que los lectores acuden para contrastar la información publicada por el medio de
comunicación. Además, hoy en día es habitual que muchas veces sea la fuente la que
tome la iniciativa y la que envíe las actualizaciones informativas a los periodistas. Esto
puede producir una merma en la calidad del periodismo científico, y por tanto, es deber
del periodista mejorar sus rutinas de trabajo a fin de que no se pierda el rigor y la
profesionalidad que lo caracteriza.
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Uno de los recursos más utilizados desde la aparición de Internet se refiere a las
entrevistas a través de la red. En estos casos se prefiere la utilización del teléfono,
puesto que a través de Internet se pierde mucha información que se transmite a través
del lenguaje corporal. Mediante la entrevista física es más fácil comprobar cuándo una
fuente duda o es rotunda en cuando a alguna afirmación, y por lo tanto, más fácil para el
periodista saber si miente o dice la verdad. Esto a través de Internet no se puede
comprobar, por eso el periodista recurrirá a esta opción sólo cuando no tenga más
remedio por motivos geográficos o temporales. O peor aún: puede ocurrir una
suplantación de identidad y puede suceder que la fuente a la que estamos entrevistando
no es la que nosotros creemos que es. Además, el periodista apenas podrá improvisar las
preguntas, puesto que la fuente podrá hacer uso del tiempo que necesite, además de que
el medio escrito es mucho más reflexivo y no tan impulsivo como puede resultar una
entrevista oral.
En la práctica, sucede que el periodista acaba escribiendo tanto para un formato en
papel como para un formato digital. Esto implica que se encuentre preparado en todo
momento para utilizar sus recursos de forma adecuada, favoreciendo la calidad de su
mensaje. Aquí entrarían en juego los siguientes elementos:
1) En primer lugar, en Internet debe mantenerse una actualización constante de la
información. Éste será un factor que determine en gran medida la calidad de una
página web. Muchas de estas noticias, sin embargo, procederán de agencias
informativas, y es sumamente importante que aparezca el nombre de la fuente.
2) El factor multimedia puede ser un gran aliado a la hora de presentar la
información. Aquí, el texto puede ir apoyado por imágenes o vídeos, aunque no
debemos olvidar el problema que las recreaciones digitales pueden acarrear. Es
el periodista quien ordena, jerarquiza y presenta la información según sus
criterios.
3) La interactividad se abre paso como un factor que determina la propia naturaleza
de la información. Los medios digitales ofrecen múltiples posibilidades para
fomentar la participación de su público, como los foros o las encuestas. Muchos
de ellos sirven de morada para discusiones en las que se puede medir la opinión
51
pública de temas científicos como el cambio climático, y suelen tenerse muy en
cuenta en las redacciones periodísticas.
4) Por último, tenemos una de las ventajas más importantes de Internet, y es la
hipertextualidad. La hipertextualidad permite ahondar en la información que se
publica, añadiendo enlaces que explican el significado de tecnicismos o
dirigiendo al usuario a las fuentes que han proporcionado dicha información.
Esta función profundizadora es muy útil en el ámbito científico.
Es importante que el periodista esté acostumbrado y tenga dominio del soporte en el que
vaya a publicar, puesto que siempre acabará resultando un mejor trabajo periodístico si
el profesional sabe aprovechar todos los recursos que le ofrece ese determinado medio
de comunicación. Como hemos visto, la prensa, la radio, la televisión e Internet poseen
características propias que, bien aprovechadas, pueden ofrecer una información de gran
calidad y sobre todo profesional.
7. PROBLEMAS Y RETOS DEL PERIODISMO CIENTÍFICO
Hasta ahora hemos visto las características más significativas del periodismo científico:
historia, acepciones, fuentes, lenguaje… Es necesario, por lo tanto, concluir esta
compilación hablando sobre los problemas (y también sobre los retos) de esta
especialidad periodística.
7.1 – Algunos problemas
Para exponer las dificultades a las que se enfrenta el periodismo científico seguiremos la
clasificación de Calvo Hernando (1992), que sugiere tres grupos principales de
problemas dentro de esta especialidad:
1. Problemas de la ciencia y la tecnología.
2. Problemas de información y comunicación.
3. Problemas de divulgación.
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A su vez, estos tres grupos se subdividen:
1. Problemas de la ciencia y la tecnología:
Extensión y complejidad de la ciencia: la ciencia engloba un inmenso
conjunto de conocimientos, que se multiplican cada día, pues no cesan
de aparecer nuevos descubrimientos. Esto hace imposible dominarlos
todos, incluso dentro de una disciplina concreta. Esto se convierte en una
gran dificultad para los periodistas científicos.
Explosión informativa: como consecuencia del incremento de saberes se
da otro problema no menos grave, el exceso de información o la
sobreinformación. La llegada de internet permitió la acumulación
ilimitada de contenidos, con tal suerte que ahora es más importante la
capacidad de recuperación de la información que la destreza en la
redacción de textos.
Aceleración histórica: crece la distancia entre la formación académica
que se recibe y los avances de la ciencia a lo largo de la vida de una
persona. Si hasta hace unas décadas era posible que un estudiante
siguiera y comprendiera las investigaciones científicas, hoy eso es
imposible, ya que la ciencia se desarrolla a tal velocidad que los
conocimientos escolares son insuficientes para comprender las nuevas
teorías. Esta tendencia influye sobre la difusión de la ciencia en un doble
aspecto: el negativo, dado que los ciudadanos encuentran cada vez
menos base para poder entender los avances científicos; y el positivo, ya
que puede llevar a que la ciencia se ponga de moda y se dé un mayor
interés.
La resistencia a los cambios: otra dificultad a tener en cuenta es que el
ser humano suele resistirse al cambio; especialmente cuando éste (la
ciencia), no solo no ha resuelto sus problemas básicos, sino que los ha
agravado en cierta medida.
53
El problema de la adaptación: el mundo científico y el cotidiano son
muy diferentes, y aunque es responsabilidad del periodista tender un
puente entre ambos, la complejidad del primero dificulta la comprensión
social.
2. Problemas de comunicación:
Responsabilidad de los medios: una de las funciones del periodismo
científico es la educación permanente. Y esta función es algo que los
medios tienen abandonado. Los propietarios de los medios niegan este
deber, argumentando que su única obligación es informar con
objetividad. Teniendo en cuenta la propia estructura de los medios, sus
tecnologías y exigencia de contenidos, sería muy difícil que cumpliese
una misión educativa permanente en la actualidad.
Los géneros periodísticos: cada género periodístico tiene sus propios
retos y problemas, en los cuales no entraremos por no estar relacionados
específicamente con el periodismo científico. Sí hay que señalar, sin
embargo, uno de los problemas de obtención de información: la idea
preconcebida de las fuentes científicas de que toda la información que el
periodista necesita para realizar su trabajo está en los documentos
científicos. Y no hay que olvidar que las fuentes humanas son de vital
importancia, sobre todo si se quiere optar a conseguir un periodismo
científico más cercano y humanizado, que acabe con el carácter
impersonal de la ciencia.
Cómo evitar la distorsión: la información periodística siempre sufre una
readaptación de la fuente al lector, por lo que hay un cierto grado de
variación entre la información que emite la primera y la que le llega al
segundo. En el caso del periodismo científico esta variación se acentúa
creando errores o distorsión en la información, lo que supone un gran
problema y es parte del origen de la desconfianza de los científicos en los
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periodistas. Para reducir la distorsión, Burkett señala en su libro “News
reporting” algunas precauciones (Burkett, 1986, citado en Calvo
Hernando, 1992):
o Hacer las preguntas clave al investigador para que se den los
menores errores posibles.
o Distinguir siempre entre la hipótesis que se plantea y los hechos.
La fragmentación es otro aspecto negativo que induce al error. Las
noticias rápidas e independientes no permiten la comprensión social y
pueden llevar a generalizaciones y a la banalización de la ciencia.
3. Problemas de la divulgación:
Conflicto entre ciencia y divulgación: ya hemos hablado de la distancia
entre la ciencia y el conocimiento popular; la pregunta que se plantea es,
entonces, si hay esta distancia, ¿puede popularizarse la ciencia? Nos
encontramos con el problema de que el saber científico busca encontrar
una verdad lógica por el mismo placer de conocerla; sin embargo, el
saber popular es un conjunto de ideas vagas, ilógicas en muchos casos y
que responde a intereses particulares. ¿Significa eso que son
irreconciliables ambos conocimientos? Según Sklair los ciudadanos no
tienen mayores dificultades para comprender los conocimientos
rudimentarios sobre la ciencia, ni los científicos por adaptar ésta a
públicos no especializados. Las barreras, entonces, no son intelectuales,
pero existen, y mientras no se identifiquen y se les ponga solución, la
distancia entre ambos mundos seguirá suponiendo un problema.
El conflicto entre el periodista y el científico: ¿quién debe divulgar la
ciencia: los científicos o los periodistas? El problema de los primeros es
que suelen ser poco claros y usar lenguaje técnico; además escribir bien
es un arte para el cual no suelen estar preparados; si a ello le sumamos
que deben hacerse entender por el gran público no parecen los mejores
candidatos. Por su parte, los periodistas científicos necesitan una gran
formación en varias especialidades de la ciencia, ya que para explicar
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algo hay que entenderlo primero; también se tiende a la banalización y a
la fragmentación. La solución, una vez más, estaría en la colaboración
entre unos y otros, si bien alcanzar el nivel óptimo de colaboración para
exprimir al máximo las posibilidades informativas tampoco es coser y
cantar.
Conflicto entre la rapidez y la exactitud: otro problema es poder conciliar
la rapidez que se exige en el periodismo actual con el rigor necesario en
el trabajo científico; esta dificultad se acentúa en el periodismo
científico, que debe plantear el mismo rigor. Dicha exactitud no solo
radica en verificar cifras y datos, sino también en no confundir hechos
con hipótesis, y no presentar una falsa objetividad y no basarse solo en la
observación directa. La solución, según Calvo Hernando, es tener en
todas las redacciones periodistas especializados en ciencia, cosa que ya
se está cumpliendo en la actualidad en la mayoría de las cabeceras.
Conflicto entre información científica y sensacionalismo: el
sensacionalismo es una tentación permanente en el periodismo, ya que
éste se nutre de noticias sorprendentes y extraordinarias. El periodismo
científico también es una rama de esta profesión, por lo que cabe
esperarse un tratamiento similar. Si bien no es un error destacar lo
novedoso y sorprendente de un hecho científico, el periodista deberá
explicarlo a fondo, asegurando su comprensión mediante su inserción en
un contexto histórico, cultural y social.
Además de los señalados en la clasificación anterior, es pertinente indicar algunas
dificultades propuestas en el Encuentro de Periodistas Científicos Europeos de Madrid
(1989): las amenazas a raíz de la ciencia (efecto invernadero, agujero en la capa de
ozono, contaminación…) y el tratamiento catastrófico que se da de ellas crean temor y
escepticismo entre los ciudadanos. Por otra parte existe un cierto miedo popular a la
ciencia, ya sea este por ignorancia, diferencias educativas o clasistas.
El miedo y el escepticismo complican aún más el trabajo del periodista científico, el
cual no es fácil por sí mismo: debe persuadir a sus lectores de la importancia de la
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ciencia, a sus editores de que concedan más espacio a la misma, y a los científicos de
que le den información. Y para realizarlo, es necesaria una especialización de los
profesionales, pues no hay suficientes periodistas especializados en los medios.
Otra dificultad es que, debido a la sobreinformación actual, los ciudadanos muestran un
gran escepticismo por aquellos datos que se les presentan. Nuevamente se presenta
como imprescindible el papel del periodismo especializado, ya que es necesaria una
filtración y selección de los contenidos, por una parte, y una confianza en la profesión
por parte de la sociedad.
7.2 – Los desafíos del periodismo científico
El entendimiento entre periodistas y científicos, el equilibrio entre las exigencias
mediáticas y el rigor de las investigaciones, la eliminación de los miedos y el
escepticismo mostrados por los ciudadanos. Todos estos son retos a afrontar por el
periodismo científico. Sin embargo, estos no son los únicos desafíos que ha de afrontar
(Calvo Hernando, 2005):
1. Hay que concederle a la ciencia y la tecnología la importancia que realmente
poseen. Ambas juegan un papel muy relevante en los desafíos que impone la
mundialización a países e individuos. Ciencia y tecnología son un bien
socialmente útil, vinculado a nuestra historia y conformador de gran parte de
nuestra cultura. Esta es una de las responsabilidades del periodista científico.
2. La profesionalización dentro del periodismo intenta lograr que se reconozca su
labor académica fuera de las ciencias, es decir, que la docencia del periodismo
no sea impartida como si fuese una ciencia más. Por otro lado trata de impulsar
la investigación y la docencia de la divulgación científica (dentro de la cual se
encuentra el periodismo científico), ya que requiere de la participación de otras
disciplinas no científicas, como las sociales, humanísticas y artísticas.
3. La divulgación de la ciencia debe respetar y conocer también la historia, las
creencias, las tradiciones e incluso los miedos del público al que se dirige,
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teniendo en cuenta que en su mayoría no tienen formación científica. Es decir
que cualquier divulgador científico (incluidos los periodistas) deben trabajar en
términos de igualdad con los receptores de la información.
4. El periodismo científico debe pasar por alto, en algunas ocasiones, los criterios
de audiencias, ya que le hacen correr el riesgo de la banalización de sus
mensajes, o de dar más importancia a aquellas áreas científicas más cercanas a
los ciudadanos, dando la espalda a otras especialidades más complejas.
5. Acercar las ciencias naturales y las ciencias sociales, que aunque son diferentes
en objetivos, métodos y valores, no son excluyentes.
8. CONCLUSIONES
A lo largo de estas páginas hemos profundizado en el área científica del periodismo. Las
razones ya las comentábamos en la introducción, pero es preciso añadir otra, la que
quizá sea la más importante: la comprensión de esta especialidad, compleja pero a la
vez apasionante. Tras la lectura y la reflexión hemos llegado a una serie de
conclusiones, las cuales exponemos a continuación:
Debe establecerse una clara diferencia entre divulgación científica y periodismo
científico, ya que son términos que podrían llevar a confusión. La divulgación
científica es la difusión de conocimientos del ámbito de las ciencias, realizada
por cualquier persona experta y a través de cualquier canal. El periodismo
científico, por su parte, está englobado dentro de la divulgación, pero está
elaborado por periodistas, mediante técnicas profesionales concretas y
transmitido a través de los medios de comunicación. Un periodista científico es
un divulgador, pero los divulgadores no tienen por qué ser periodistas.
La especialización periodística es vital en la sociedad informativa actual, donde
abunda la información y son necesarios mediadores con conocimientos muy
profundos sobre determinadas temáticas. Esta importancia se acentúa con el
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periodismo científico, ya que la ciencia es un ámbito de muy difícil comprensión
y cuya información requiere de una readaptación total para ser comprensible
para el gran público. Además el absoluto rigor de la ciencia choca con las
exigencias de rapidez de los medios, haciendo prácticamente imposible elaborar
una buena información científica si no se cuenta con profesionales
especializados que tengan más conocimientos y un mejor acceso a las fuentes.
El periodismo no solo tiene el deber de informar, sino también de educar a la
población e insertarla en la sociedad actual. Teniendo en cuenta que nuestra
sociedad tiene un fuerte carácter científico y tecnológico (nunca se habían dado
tantos avances en las ciencias y las tecnologías están relacionadas con
prácticamente todas las actividades humanas), el periodismo científico juega un
importante papel en esta labor educativa. Pero esta misión no se está llevando a
cabo, al menos no como debería: la mayoría de los medios no dedican suficiente
espacio a las ciencias y sus informaciones se presentan fragmentadas y
banalizadas. Los medios deben conceder al periodismo, y dentro de este al
periodismo científico el valor que realmente tiene y conceder un buen
tratamiento informativo, especialmente cuando la sociedad así lo demanda.
El lenguaje es la herramienta que todo mensaje utiliza para ser elaborado y
transmitido; por lo tanto emisor y receptor deben compartir un mismo código
para que dicho mensaje pueda ser comprendido por sus destinatarios. Esto
complica la tarea de los divulgadores científicos, ya que el lenguaje de las
ciencias está lleno de tecnicismos y términos desconocidos por la población no
experta. El lenguaje científico, por tanto, ha de ser transformado y pulcramente
explicado por los divulgadores, y no todos ellos son capaces de llevar a cabo
esta labor. Por eso es tan importante la formación de los periodistas, que están
preparados para afrontar esta tarea con éxito.
La elección del género periodístico es fundamental para transmitir de una
manera óptima el mensaje científico. Por un lado, el periodista debe tener claras
cuáles son sus intenciones, y cuál es el formato que favorece la comunicación al
público, y en segundo lugar debe elegir correctamente las herramientas que éste
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utilice a lo largo de la redacción con el objetivo de presentar de forma clara,
rigurosa y metódica la información pertinente.
Las fuentes informativas juegan un importante papel en el periodismo científico.
Su escasez y tecnicidad pueden eclipsar a las demás fuentes, además que
fomentan su dominio y presencia en los medios de comunicación. El periodista
científico debe tener claro su iniciativa como profesional y no dejarse influir por
éstas, buscando la diversidad y pluralidad de voces.
o En el caso de las fuentes científicas públicas, debe tener especial cuidado
y prevenir cualquier tipo de manipulación en la información presentada,
sobre todo cuando se nos presenta la ciencia como un arma política.
Debe seguir muy constantemente las actualizaciones de todas las
disciplinas científicas, y ser consciente de la internacionalidad de esta
especialización periodística, aunque no por ello debe nunca olvidarse de
las fuentes más modestas que nunca aparecen en los medios.
Aunque en la actualidad el mejor medio de comunicación que refleja la realidad
científica es la prensa, no puede así el periodista olvidarse de otros medios que
ofrecen importantes posibilidades. El aprovechamiento de estos recursos deben
favorecer la divulgación y la asimilación de la información científica por parte
del gran público. Tanto los suplementos de prensa como los espacios
radiofónicos pueden contribuir a este mismo fin, y su complementación debe
ayudar a satisfacer las necesidades informativas tanto de públicos expertos como
de públicos generalistas.
Organismos públicos de carácter educativo como universidades o institutos,
deberían contribuir a la especialización de periodistas científicos ofreciendo
recursos, prácticas y un mayor contacto con los profesionales de la información.
Es necesario también que tanto las ciencias experimentales como la rama
humanística puedan convivir en un mismo espacio informativo, siendo deber del
periodista humanizar la información científica para lograr una mayor
aproximación al público.
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9. BIBLIOGRAFÍA
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Calvo Hernando, Manuel (1996). La ciencia es cosa de hombres (homo sapiens).
Madrid: Celeste Ediciones.
Calvo Hernando, Manuel (1997). Manual de periodismo científico. Barcelona:
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Fernández Muerza, Alex (2004). Estudio del periodismo de información
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Conferencia sobre Ingeniería y Educación, Guadalajara (México), 24-28
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