Nueva vacuna frente al Herpes Zóster y neuralgia po stherpética Prof. D. Ramón Cisterna Cancer, Catedrático de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina del País Vasco y Jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Basurto de Bilbao. El virus de la varicela-herpes-zóster (VVZ) es
relativamente frágil, homogéneo en su composición
antigénica, más contagioso, más neurotropo, de acción
más rápida y agresiva. Tiene un espectro de huésped
más reducido que el HSV, con ciclo replicativo más lento
y liberación más difícil desde las células. Está
programado para persistir en la especie humana como
único reservorio y fuente de la infección.
Se adquiere por inhalación o contacto tras lesiones vesiculares en piel, luego entra
en las raíces de los ganglios dorsales y permanece durmiente en los cuerpos de las
neuronas de los dermatomas afectados. Mientras la inmunidad celular se conserve
efectiva, el virus permanecerá latente sin reactivarse. Con la
edad la eficacia de la respuesta inmune disminuye y el virus
se puede reactivar causando lesiones dérmicas tipo zóster.
Si en el curso de la reactivación, la respuesta inmune es
deficiente o ausente, la duración y gravedad de la infección
será mayor y la diseminación hematógena más prolongada
y extensa.
La inmunologia es clave para el herpes zóster.
En el gráfico siguiente (adaptado de A. Arvin, 2005) se exponen los cambios en el
estado inmunitario, a lo largo de la vida, y su relación con el HZ
1. Primero hay exposición externa al VVZ
2. Otra exposición externa al VVZ
3. Reactivación interna silenciosa del VVZ
4. Reactivación interna del VVZ
Virus herpes-zóster
Expansión inicial de las células T como consecuencia
de a) la infección primaria, b) estimulación permanente de recuerdo a la exposición al
VVZ, c) reactivación subclínica y d) combinación de estos mecanismos.
Los cambios inmunitarios que se producen con la edad (inmunosenescencia ) y la
menor inmunidad frente al VVZ están estrechamente relacionados con el número de
células T. En los dos gráficos siguientes (tomados de BL Burke et al., 1982) se
pueden apreciar estos cambios:
En las personas inmunodeprimidas el perfil clínico del zóster es netamente
diferente, comenzando con erupción úlcero-necrótica, habitualmente bilateral aunque
puede afectar a varias metámeras.
En un 40% de los casos aparece un zóster generalizado, con el riesgo de afectación
multiorgánica y la aparición de otras complicaciones graves como la neuralgia
postherpética. Los niños con hemopatías malignas son muy susceptibles al zóster, de
0-35% de los niños con mortalidad del. 7-30%. En los enfermos con Hodking la
incidencia de zóster es 10 veces mayor, con diseminación visceral del 5-10%. En los
receptores de órganos también el riesgo es alto, especialmente los de medula ósea,
con 35% zóster al año del trasplante y mortalidad del 10%. En los sujetos infectados
por el VIH se ha descrito además afectación retiniana y leuco-encefalitis.
La perspectiva del paciente con zóster y sus complicaciones es algo a tener en
cuenta. A pesar de un diagnostico precoz y el uso de antivirales como tratamiento,
muchos enfermos sufren dolor persistente y una marcada reducción en sus
expectativas de calidad de vida diaria (D. Bouhassira, 2012).
Tanto HZ como el dolor neuropático (NPH) tiene gran repercusión social y
humana , no sólo en la vida de los enfermos sino también en la de los miembros de la
familia que cuidan de ellos durante la enfermedad (T. Weinke, 2014) Las parejas e
hijos de quienes han padecido NPH se afectan más
sociológicamente que los que tuvieron zóster sin NPH. La
experiencia de los enfermos con episodios de HZ y NPH o como
cuidador cambia esencialmente la naturaleza de la enfermedad,
especialmente en sus formas graves. Los que la padecen nunca olvidan la situación y
la considerable repercusión sobre sus vidas. En general, los enfermos tienden a
subestimar las consecuencias de su enfermedad sobre sus parejas, hijos, familiares o
cuidadores.
El inadecuado soporte terapéutico de la NPH hace que la enfermedad esta
asociada con una carga de enfermedad muy significativa entre los pacientes con
NPH en términos de gravedad del dolor y déficit para la vida diaria que puede persistir
durante varios años. Considerando la puntuación individual del índice de calidad de
vida EQ-5D, que se usa ampliamente en las evaluaciones clínicas y económicas de
cuidado de la salud y en las encuestas de salud de la población, el dolor era el
problema más frecuente en los enfermos, 90,1% de los participantes (M. Serpell
2014).
Por ello, medidas alternativas como la vacunación son esenciales para reducir la
repercusión sobre el enfermo, los sistemas asistenciales sanitarios y la sociedad.
Vacuna HZ-NPH
Es una vacuna para prevenir la enfermedad en sujetos que ya están infectados por
el virus. Sus dianas se pueden apreciar en la figura siguiente:
EMA. EPAR actualizado el 30-oct-2012. http://www.ema.europa.eu/docs/en_GB/document_library/EPAR_-_Product_Information/human/000674/WC500053462.pdf. Frazer, et al 2011.
La ficha técnica de la vacuna (Zostavax®) reza así:
Tipo de vacuna
Vacuna de virus vivos atenuados, con virus varicela-zóster (cepa Oka/Merck) ≥
19.400 UFP. Formulación refrigerada estable (4 ° C) .
Indicación
Prevención del herpes zóster y de la neuralgia post-herpética relacionada con el HZ
Inmunización de individuos de 50 años de edad o mayores.
Posología y administración
1 dosis
Actualmente se desconoce el momento/necesidad de revacunación
Vía subcutánea, preferiblemente en la región deltoidea (IM, rápidamente)
Contraindicaciones
Inmunodeficiencia: leucemias agudas y crónicas, linfomas, otras condiciones que
afectan a la médula ósea o al sistema linfático; inmunosupresión debida al VIH/SIDA;
inmunodeficiencias celulares. Terapia inmunosupresora, incluyendo altas dosis de
corticosteroides. No está contraindicado en sujetos que estén recibiendo
corticosteroides tópicos/inhalados, o dosis bajas de corticoides sistémicos o en
pacientes que estén recibiendo corticosteroides como terapia de sustitución (por
ejemplo, para la insuficiencia adrenal)
Administración concomitante
Puede administrarse de forma concomitante con una vacuna
antigripal inactivada (diferentes sitios), pero no con vacunas frente
al neumococo
Seguridad
Dolor de cabeza y efectos en el lugar de la inyección (eritema,
dolor/sensibilidad, inflamación) son las reacciones adversas más
comunes.
Seguridad similar y buena respuesta inmune en pacientes con historia previa de HZ,
también similar en personas VVZ seronegativas, o en sujetos seropositivos bajos
Se han realizado diferentes ENSAYOS CLÍNICOS sobre eficacia clínica, duración de
la protección con la vacuna y la revacunación. Los principales son:
SPS (P004) 60+, estudio de prevención del Herpes Zóster.
ZEST (P022) 50-59y, estudio de eficacia y seguridad del Herpes Zóster
STPS (P004-05), estudio de persistencia a corto plazo
LTPS (P013), estudio de persistencia a largo plazo
Protocolo 029 (en curso), dosis de refuerzo ≥ 10 años después de la primera dosis.
Eficacia de la vacuna según la edad
Hay beneficio para todos los grupos de edad, previene el HZ en los más jóvenes, y
atenúa la gravedad en los más mayores.
Oxman MN, et al. 2005. Schmader KE, et al. 2012. Brisson M, et al 2007. Merck. EE.UU. FT de Zostavax, Junio de 2011. Merck Canada FT de Zostavax http://www.merck.ca/assets/en/pdf/products/ZOSTAVAX-PM_E.pdf
Experiencia real en EE.UU. Resumen de los datos pub licados
La vacuna frente al HZ y la NPH está autorizada en EE.UU. desde mayo de 2006,
para ser usado en personas de 60 años o más, y desde marzo de 2011, ha sido
aprobado su uso en personas de 50 a 59 años, (pero todavía no hay recomendación
del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), para el uso de Zostavax®
en este grupo de edad).
En el Estudio de Prevención de Herpes Zóster, en el que se siguieron 38.501
sujetos, la vacuna contra el mismo redujo el BOI (carga de la enfermedad) HZ en un
61,1%, la incidencia del NPH en 66,5%, y la incidencia de herpes zóster en un 51,3%.
Schmader K, et al. and Shingles Prevention Study Group The effect of a zóster vaccine on interference of herpes zóster with activities of daily living (ADL). Program and abstracts of the 44th Annual Meeting of the Infectious Diseases Society of America 2006. Alexandria, VA. Abstract 859. Oxman M. N Clin Infect Dis 2010; 51:197-213
La vacuna también redujo la repercusión negativa del herpes zóster en actividades
de la vida diaria (ADL) y la calidad de vida relacionada con la salud en un grado
comparable a la reducción en HZ BOI, proporcionando prueba independiente que HZ
BOI es una medida válida de la repercusión adversa total de herpes zóster en los
adultos mayores.
Seguridad de la vacuna frente al herpes zóster
• Experiencia clínica sobre seguridad
o Más de 57.000 sujetos vacunados en ECA, ≥ 50 años de edad
o Estudio de seguridad general (efectos adversos graves en sujetos ≥ 60
años de edad)
• Vigilancia mundial de la seguridad post-comercialización (Sistema de
información mundial, pasiva, espontánea y voluntaria)
o 14 informes periódicos actualizados en materia de seguridad (IPS de 6
meses): mayo de 2006 - mayo de 2013
o Sistema Datalink de seguridad de vacunas, financiado por el CDC (>
193.000 sujetos)
• Vigilancia post-comercialización activa
o Plan de Gestión de Riesgos (PGR) desde la aprobación – el más
reciente en julio de 2012
• Estudio observacional de seguridad a gran escala (26.000
sujetos)
o Programa de Identificación del virus varicela-zóster (VZVIP)
Resumen de reacciones adversas (Según ficha técnica de Zostovax)
Oxman MN. 2010. Simberkoff MS et al. 2010. Schmader KE et al. 2012. Murray AV et al . 2011. Kerzner B et al. 2007. MacIntyre CR et al. 2010. Baxter R et al . 2012. Tseng HF et al . 2012.
Se puede afirmar que la vacuna frente al HZ tiene un perfil de tolerabilidad y
seguridad bien establecido, con datos clínicos y experiencias reales que lo apoyan,
con más de 20 millones de dosis administradas desde 20061. Los efectos adversos
más comunes son reacciones en el lugar de inyección y cefalea.
¿A quién vacunar?
• La vacuna está recomendada para personas sin contraindicaciones, de 60
años y más, aunque puede ser usada según ficha técnica a partir de los 50
años.
• Sujetos de 50 años con una historia previa de HZ al menos con una separación
de 1 año desde el último episodio.
• En general no debe administrarse a individuos con deficiencia adquirida
primaria o secundaria, pero si a sujetos con baja inmunosupresión.
¿Porqué vacunar?
• Herpes zóster es una enfermedad dolorosa y puede presentar graves
complicaciones.
• La incidencia y complicaciones aumenta con la edad o situaciones de
inmunosupresión.
• El riesgo de padecer Herpes Zóster a lo largo de la vida es del 30%.
• La vacuna es segura y efectiva.
¿Para qué vacunar?
La principal razón es que las personas sigan obt eniendo el máximo provecho
con buena calidad de vida.
Hay tres situaciones concretas que son buena indicación para administrar la vacuna
frente al HZ:
• Edad avanzada
• Inmunosupresión
• Historia familiar con 5 veces más de riesgo de HZ
¿Vacunar sólo los mayores en situación de riesgo pa ra HZ Y NPH? (Forbes HJ, et
al. 2014)
• Cada vez se sugieren más situaciones clicas asociadas con un incremento del
zóster, con la posibilidad de incluir a grupos de edad más jóvenes.
• Hay que realizar estudios más potentes pero mientras tanto se debe conocer
que hay situaciones con un aumento del riesgo de zóster no contempladas
anteriormente, como:
– Artritis reumatoide
– Lupus eritematoso sistémico
– Enfermedad intestinal
– EPOC
– Enfermedad renal crónica
– Diabetes
– Depresión
• Los riesgos aumentados en zóster afectan sobre todo a grupos de edad más
jóvenes
• Está contraindicada la vacunación, por estar compuesta de virus vivos, en
algunos casos con alto riesgo de padecer HZ (linfoma 4x, mieloma 2,5x)
• Habrá que prestar atención a estos nuevos grupos para estrategias de
reducción
Herpes zóster y diabetes
Según se recoge en un estudio de P. Aldaz y cols., en 2006 se registraron en
Navarra 2.121 casos de herpes zóster en personas de 30 años o más (5,4 por mil
habitantes y año; IC 95% 5,2-5,7), siendo la tasa menor en hombres (4,6 por mil) que
en mujeres (6,2 por mil; p<0,001). En la población sin diagnóstico previo de diabetes
se registraron 1.712 casos de herpes zóster (4,7 por mil; IC 95% 4,4-4,9), con tasas de
3,9 por mil en hombres y 5,4 por mil en mujeres.
El 6,8% (n=26.793) de la población tenía diagnóstico de diabetes, y entre ellos se
registraron el 19,3% de los casos de herpes zóster (n=409). La tasa de herpes zóster
en esta población fue de 15,3 por mil (IC 95% 13,8-16,8), siendo de 18,7 por mil en
mujeres y 12,4 por mil en hombres. Tanto en población sin diagnóstico de diabetes
como en pacientes diabéticos la incidencia de herpes zóster aumentó con la edad. .
Los autores concluyen que la diabetes aumenta el riesgo y tiene un peso importante
en la incidencia de herpes zóster.
Guignard AP, et al. (Infection 2014), llevaron a cabo un estudio retrospectivo de
cohortes utilizando la información de la base de datos integrados de los Servicios de
Cuidados de Salud, durante el período 1997-2006. La población de estudio estuvo
compuesta por 380.401 y 20.397 diabéticos tipo II y tipo I, respectivamente, así como
1.521.604 y 81.588 controles emparejados.
Las edades promedio fueron 55, 35, 33 y 29 años, respectivamente. La incidencia de
HZ fue 4,59, 2,13, 1,97, y 1,82 por 1.000 personas-año, respectivamente. No hubo
pruebas de repercusión de la diabetes tipo I en el riesgo de HZ. La diabetes tipo II se
asoció con un mayor riesgo de HZ en sujetos ≥65 (HR 3.12; IC 95% 2,77-3,52,
ajustado por sexo) y en sujetos de entre 40 y 64 (HR 1,51; IC del 95%: 1,42 a 1,61)
años de la edad. Enfermedad cardíaca y la enfermedad pulmonar crónica también
fueron factores de riesgo (HR 1,92; IC del 95%: 1,73 a 2,13 y HR 1.52, IC 95% 1,38-
1,67). El estudio sugiere que la diabetes tipo II se asocia con un mayor riesgo de
desarrollo de HZ, que fue particularmente alta en los adultos de 65 años o más y
aumentó moderadamente en adultos menores de 65 años de edad.
Herpes Zóster como factor de riesgo de accidente ce rebrovascular y accidente
isquémico transitorio (Breuer J, et al. 2014; Langan SM, 2014; Jin J, 2014)
El herpes zóster es un factor de riesgo independiente para la enfermedad vascular en la población del Reino Unido en los sujetos afectados menores de 40 años.
• En los pacientes de más edad, la mayor influencia de los factores de riesgo
vascular y una intervención temprana pueden explicar la reducción en el riesgo
de accidente cerebrovascular después de padecer herpes zóster.
• Es posible que tanto el tratamiento para el herpes zóster, como la
administración de la vacuna para la varicela tengan un papel importante en la
prevención de los accidentes cerebro-vasculares en los primeros 6 meses tras
el episodio de herpes.
• Se ha detectado un aumento del número de Ictus durante los 6 meses
siguientes a la aparición de herpes zóster.
• Estos resultados tienen implicación en los programas de vacunación frente a
herpes zóster ya que pueden reducir los casos de riesgo de ictus tras herpes.
• Herpes zóster es un factor de riesgo independiente en la población británica
particularmente para ACV, AIT e infarto de miocardio en aquellos sujetos que
fueron afectados por la enfermedad antes de los 40 años.
El mejor conocimiento de los factores de riesgo en los sujetos que han padecido
zóster en edades más avanzadas explicaría porque en estos pacientes el riesgo de
afectación vascular es menor.
Enfermedades como EPOC, ICC, diabetes o riesgo de I CTUS, incrementan el
riesgo de padecer Herpes Zóster
Zóster y enfermedad inflamatoria intestinal
Los enfermos con enfermedad inflamatoria intestinal presentan mayor riesgo para
padecer zóster. El uso de tiopurinas, agentes anti-TNF, terapias combinadas y
corticoides aumentaría el riesgo de padecer la enfermedad.
Long et al. 2013, han realizado un estudio sobre este tema. La cohorte incluyó
50.932 pacientes con enfermedad de Crohn (CD), 56.403 pacientes con colitis
ulcerosa (CU), y 1-269 no especificado con IBD, adaptado a 434.416 individuos sin EII.
En la cohorte EII había mayor riesgo de HZ en comparación a los no-EII (IRR 1,68; IC
95% 1,60-1,76). Después del ajuste, los pacientes con EII tenían un mayor riesgo de
HZ que los no-EII (HR 1,49; IC del 95%: 1,42 a 1,57). En el análisis multivariados de
casos y controles, los medicamentos anti-TNF (OR 1.81, IC 95% 1,48-2,21),
corticosteroides (OR 1.73, IC 95% 1,51-1,99) y tiopurinas (OR 1,85; IC del 95%: 1,61 a
2,13) se asociaron de forma independiente con HZ. El riesgo de HZ fue mayor con la
combinación anti-TNF y la terapia tiopurina (OR 3,29; IC del 95%: 2,33 a 4,65).
Recomendaciones de vacunación frente a HZ *bajo cri terios clínicos y
epidemiológicos
Vacunar como método eficaz de prevención a partir de los 60 años, aunque en los
sujetos con algunos factores de riesgo, según la ficha técnica (FT), la vacuna está
indicada a partir de los 50 años.
Asociación vacunación zóster y riesgo de infección en enfermos mayores con
cuadro de compromiso inmune (Zhang et al., JAMA 2012)
• Más de 460.000 personas de > 60 años con procesos autoinmunes (Medicare
retrospectivo)
• 4% recibieron la vacuna zóster y gripe
• 11,6 vs 7,8 por 1000 pacientes/año en no vacunados frente a los vacunados
• No hubo incremento de zóster en los que recibieron la vacuna
• La vacuna se asoció con baja incidencia de HZ en un seguimiento de 2 años.
Vacuna del herpes zóster en adultos mayores y riesg o subsiguiente de
enfermedad del herpes zóster
(Tseng HF et al. JAMA, 2011)
En los análisis, la vacunación se
asoció con menor riesgo de herpes
zóster (IR, 0,45; IC del 95%, 0,42-
0,48).
La reducción del riesgo de
padecer herpes zóster no varió por
la presencia de enfermedades
crónicas como diabetes o
enfermedades renales, cardiacas,
pulmonares o hepáticas.
Vacuna zóster y quimioterapia
La vacuna sigue siendo efectiva tras quimioterap ia, según un estudio de
“Kaiser Permanente” publicado por Hung Fu Tseng en 2014
Hasta ahora había una laguna importante en que hacer con estos enfermos que
podrían alterar su sistema inmune tras la quimioterapia. La vacuna ha demostrado ser
segura y efectiva en adultos mayores con un sano sistema inmune
• De 21.000 enfermos del Kaiser Permanente de más de 60 años que recibieron
quimioterapia entre 2007-2012.
• A los que se les administro previamente la vacuna de zóster presentaron un
42% menos de episodios de zóster tras la quimioterapia comparado con los
que no la recibieron.
• Ningún enfermo del grupo vacunado fue hospitalizado mientras que 6 de los no
vacunados necesitaron hospitalización.
• Según Tseng, la edad esta asociada a un incremento de riesgo de cáncer y
otras situaciones medicas complejas que pueden requerir tratamientos
inmunosupresores como quimioterapia
Es importante que los enfermos mayores se vacunen cuando todavía tienen un
sistema inmune potente o antes del comienzo de tratamientos con inmunosupresores ,
porque la vacuna no estaría indicada si ya hay un compromiso del sistema inmune.
Enfermos VIH con menos de 200 CD4 y vacuna zóster
La incidencia / gravedad de herpes zóster (HZ) y la neuralgia post-herpética (PHN)
se incrementa en los pacientes infectados por el VIH, especialmente en aquellos con
inmunosupresión o síndrome inflamatorio de reconstitución inmune. La terapia antiviral
temprano (por ejemplo, aciclovir) no puede abortar HZ o prevenir PHN y es menos
eficaz en aquellos con inmunisupresión avanzada.
En un estudio multicéntrico (Benson e tal., 2012) en que se incluyeron 395 enfermos
con HIV, ≥18 años, con ARN-HIV indetectable en plasma y CD4 ≥200 cels/µL, con
historia de la varicela o HZ >1 año antes de la entrada o VZV seropositivos en
cualquier momento antes de la entrada en el estudio, llevado a
cabo en 43 centros, doble ciego, aleatorio (3:1), multicéntrico,
controlado con placebo, de seguridad, tolerabilidad e
inmunogenicidad, con 2 dosis de la vacuna administrada en el día 1
y en la semana 6, la vacuna de zóster (Zostavax®) redujo la
incidencia y la gravedad de HZ (51,3% y 61,1%, respectivamente) y PHN (un 66%) en
adultos sanos ≥60 años de edad.
En resumen hay pruebas crecientes de que la vacuna atenuada de zóster podría
utilizarse de forma segura en enfermos inmunocomprometidos previamente, expuestos
al VZV en procesos inflamatorios biológicos e infección por VIH, considerando
administrar la vacuna antes del comienzo de la inmunosupresion para conseguir mejor
inmunogenicidad.
Repercusión en la calidad de vida
El HZ y la NPH interfieren de forma significativa en todas las dimensiones
relacionadas con la calidad de vida de los enfermos y, especialmente, con el trabajo,
sueño y estado de ánimo.
Resumen de la realidad social actual
Con el envejecimiento de la población hay:
- Disminución de la capacidad funcional y aumento de la tasa de
dependencia
- Mayor vulnerabilidad a los cambios y entornos desfavorables
- Aumento de los procesos crónicos
Ante la dependencia y cronicidad del envejecimiento, se impone la prevención
primaria, con programas de vacunación.
Las dolencias medicas incrementan el riesgo de pade cer Herpes Zóster
A. Sicras-Mainar y cols. (Rev Neurol 2012) efectuaron un estudio observacional a
partir de la revisión retrospectiva de registros de enfermos de seis centros de atención
primaria y un hospital. Se incluyeron todos los enfermos mayores de 30 años que
demandaron atención por NPH entre 2007 y 2010 y se elaboraron dos grupos de
estudio según la presencia/ausencia de NPH. Se reclutaron 1.506 sujetos, con una
edad media de 61,2 años, de los cuales el 59,2% eran mujeres.
El 15,1% presentó NPH (tasa de incidencia: 0,8/1.000 habitantes/año y el porcentaje
aumentó con la edad (≥ 65 años: 19,7%). La NPH se asoció principalmente a psicosis
(odds ratio, OR = 3,9), demencia (OR = 2,3), depresión (OR = 1,8) y edad (OR = 1,1);
p < 0,03. El uso de medicamentos fue superior (5,3 frente a 3,3; p < 0,001). El coste en
atención primaria fue del 63,1% y los costes indirectos, del 24,7%. Los costes totales
fueron de 1.827,1 frente a 457,5 euros (p = 0,003), respectivamente, debido a mayores
pérdidas de productividad laboral (692,2 frente a 62,4 euros) y costes sanitarios (1.135
frente a 395,1 euros; p < 0,001). Todos los componentes del coste mantuvieron estas
diferencias.
La infección puede contribuir a la discapacidad a largo plazo. La recuperación
nunca es completa y puede acelerar la pérdida de au tonomía
¿PORQUÉ VACUNAR FRENTE A ZÓSTER Y NEURALGIA POSTHER PETICA?
La respuesta está definida por su objetivo fundamental una población que comparte:
• Morbilidad compleja y medicación múltiple: lo habitual en personas de edad
avanzada.
• La edad lleva consigo aumento de situaciones de cronicidad con aparición de
procesos agudos intercurrentes no controlables, mayor dependencia y mayor
utilización de los recursos sanitarios.
• El valor de la vacunación como modo para prevenir enfermedades y reducir el
consumo de fármacos, es bien percibida por la población adulta.
¿Qué aporta la vacunación frente al Herpes Zóster e n el Calendario Vacunal del
adulto?
Amplia la vida saludable individual y de relación social y laboral ya que
1. Previene una enfermedad dolorosa, debilitante y persistente que podría afectar
de manera significativa al individuo y a su contribución a la sociedad.
2. Mejora su calidad de vida
3. Ante la falta de efectividad de los tratamientos habituales, modifica una
enfermedad que puede influir de forma importante su vida diaria de atención
personal y familiar
4. Mantiene un sistema sanitario eficiente
5. Reduciendo los costes que supone el uso inesperado y evitable de recursos
sanitarios especiales
6. Previene la descompensación de enfermedades crónicas, sobre la
vulnerabilidad del enfermo crónico
Situación mundial sobre la vacuna frente al herpes zóster
En el momento actual hay más de 11 recomendaciones y/o financiaciones. Ver los
mapas e información siguiente:
Bibliografía citada
Bouhassira D, et al. Patient perspective on herpes zoster and its complications: an observational prospective study in patients aged over 50 years in general practice. Pain 2012; 153: 342-349. Weinke T, et al. The societal impact of herpes zóster and postherpetic neuralgia on patients, life partners, and children of patients in German. The Sci World J 2014. Article ID 749698. http://dx.doi.org/10.1155/2014/749698. Serpell M, et al. Burden of post-herpetic neuralgia in a sample of UK residents aged 50 years or older: findings from the Zoster Quality of Life (ZQOL) study. Health Qual Life Outcomes. 2014; 12: 92. doi: 10.1186/1477-7525-12-92. Oxman MN. Zoster vaccine: current status and future prospects. Clin Infect Dis 2010; 51:197-213. Forbes HJ, et al. Quantification of risk factors for herpes zoster population based case-control study. BMJ 2014;348:g2911 doi: 10.1136/bmj.g2911. Aldaz P, y cols. Incidencia de herpes zoster en pacientes diabéticos. An Sist Sanit Navarr 2013: 36; 57-62. Guignard AP, et al. Risk of herpes zoster among diabetics: a matched cohort study in a US insurance claim database before introduction of vaccination, 1997-2006. Infection 2014; 42:729-735. Breuer J, et al. Herpes zoster as a risk factor for stroke and TIA: a retrospective cohort study in the UK. .Neurology 2014; 83: e27-33. doi: 10.1212/WNL.0000000000000584
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