7
PÁRAMOS, ALMACENES DE AGUA AMENAZADOS POR LA MINERÍA.
ENTRE LA CONSERVACIÓN AMBIENTAL Y EL DESARROLLO ECONÓMICO.
JULIANA ORTEGA CAMELO
Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora social
Campo profesional: Periodismo
Director: Marisol Cano Busquets
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
COMUNICACIÓN SOCIAL
Bogotá, 2011
8
ARTÍCULO 23
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de
grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el
trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo
de buscar la verdad y la justicia”.
9
Al páramo por el agua…
12
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………………………..13
Capítulo 1: Cuando el río suena… piedras lleva…………………….…………………..15
La utilidad del agua y la inutilidad del hombre……………..…………………....18
Una elevada montaña llamada páramo……………………...…………………....19
El camino del agua………………………………………….…………………….21
Cuencas hidrográficas en Colombia………………………….…….…………….22
Perdiendo la pureza……………………………………………….…….……..….23
Capítulo 2: Y por oro nos seguimos matando…………………………………………..25
Los minerales y la economía…………………………………………..................25
Los minerales en Colombia………………………………………………………27
Hacer minería…………………………………………………………….……….31
Legislación minera………………………………………………………………..31
ContaMINAción ……………………………………………..……………..…….34
Minería responsable………………………………………….………….…..........35
Capítulo 3: Entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente...............37
Capítulo 4: Periodismo ambiental un vocero de la naturaleza………………..…….....…43
Reportaje: Páramo de Guerrero, una desaparición a pica y pala……………..………......51
Conclusiones………………………………………………………………………...…...64
Bibliografía…………………………………………………………………………........65
Anexos…………………………………………………………………………………....70
13
INTRODUCCIÓN
Este trabajo de grado es un esfuerzo por armonizar el periodismo ambiental y el periodismo
investigativo como un lugar donde convergen los dos a partir de la investigación a profundidad que
permite evidencias importantes para destacar cuando el medio ambiente, que nos pertenece a todos,
está siendo impactado.
Mi interés por el agua, por la tierra, por la riqueza natural colombiana me fue llevando al encuentro
con las diferentes problemáticas que atañen lo ambiental. La naturaleza, ahí hablando y casi gritando
ser protegida por el hombre, que en sus miras de desarrollo y crecimiento se olvidó del lugar en el que
habita, para moverse en las lógicas del mercado y el capitalismo. Y el periodismo por su parte,
ignorando en muchas ocasiones los daños ambientales, priorizando temas públicos y políticos y
relegando al medio ambiente a pequeños espacios y poca investigación.
El objetivo principal de este trabajo de grado era “desarrollar una investigación periodística que
permitiera denunciar a partir de casos específicos la gran problemática causando por el ejercicio de la
minería alrededor de las cuencas hidrográficas en Colombia” Sin embargo esta búsqueda a lo largo del
proceso y del camino fue tornándose diferente, fue tomando nuevos colores y dejando atrás viejas
ideas.
Escogí la minería porque me pareció un tema complejo y actual además porque pensé podía ser un
lugar desde donde hablar y descubrir las verdades en torno a ella. Luego de algunos meses se volvió
tema nacional y casos como Santurban en Santander o Marmato en Caldas, se empezaron a volver
relevantes. En ese perseguir minero, en ese seguimiento de lugares impactados y contaminados tuve el
sueño de hacer varios reportajes sobre el tema desde diferentes lugares y diferentes tipos de minería:
carbón, oro y otro que nunca definí.
Pero el tiempo, la disponibilidad económica y el acceso limitado que existe sobre información de
actividad minera, me condujeron a enfocarme en un sólo lugar. Además es importante añadir que
varios de los lugares fueron descartados debido a la violencia que se vive en esos territorios, lo que
evidencia que investigar en Colombia implica no tener seguridades de nada ni encontrar lugares
seguros.
En el buscar e investigar me encontré con Guerrero, como uno de los páramos más contaminados
incluso con más títulos mineros que Santurban; además tenía a favor que siendo un páramo-que están
extinguiéndose- era preciso hablar también sobre ellos y su importancia. Me decidí por él por su
cercanía, pues además tiene una influencia directa sobre Bogotá y por qué no, sobre el agua que yo
14
consumo. Así que ya no sería un caso alejado, de incumbencia de unos pocos, sino buscaría
introducirme a través de lo “conocido”, o cercano, para generar en las personas una preocupación y
una acción.
Mi hipótesis era que la pequeña minería, aquella que se da en territorios pequeños, también ocasionaba
daños profundos en la tierra y en el agua. Esto, debido a que la idea generalizada de las personas era
que esta, al parecer inofensiva minería, no afectaba tanto al ambiente como la gran minería. Sin
embargo yo quise demostrar que finalmente la pequeña podía causar iguales daños que la minería
transnacional, sin pretensiones de defender a esta última.
El Páramo se convirtió en el lugar indicado, por ser un captador de agua (que desde siempre fue mi
interés) y por encontrarme allí con la actividad extractiva denominada como pequeña pero que en
cantidad afecta desde todos los puntos cardinales a Guerrero.
Empezó la búsqueda, las idas, los regresos, los sin sabores, los vacíos, las desilusiones pero también
los encuentros, los hallazgos, las fuentes, los datos, las soluciones y las respuestas.
Comprometida con la idea de hacer un buen reportaje, de evidenciar una verdad, la verdad desde mis
ojos y la verdad de quienes me hablaban, que no sólo eran personas, sino imágenes crudas de tierras
infértiles. Me responsabilicé tomando este trabajo como un asunto que me gustaba y desde el cual
podía hacer algo, sin embargo también se generaron dificultades desde el conocimiento y desde la
experiencia.
Convertir el lenguaje científico en un lenguaje comprensible, hablar con personas cuyos tecnicismos y
descripciones no entendía, entrometerme con las leyes, los decretos, las sanciones, los títulos y las
licencias, comprender intereses que estaban por fuera de mi alcance como el poder o lo económico;
fue un proceso que se saldó con tiempo y dedicación.
Luego, desde la experiencia el Páramo al que no era tan fácil llegar, las minas, que como enfatizo en el
reportaje están escondidas para no ser vistas y las inundaciones, las vías y los cierres de varias minas
por el invierno obstaculizaban más mi objetivo.
Detrás de mi objetivo, a veces un poco subjetivada por la problemática que veía ante mí, por no poder
evitar conmoverme o sentir dolor por el abandono y desolación de ésta alta montaña, dejé a veces mis
principios periodísticos de objetividad, de reconocer múltiples voces, de mirar todas las posibilidades
y me enamoré y lloré con el agua y el daño de la minería.
15
Llegar a las fuentes tampoco fue fácil, implicó reconocimiento de expertos y personas que tuvieran
algo que decir, encontré que no todos parecían tener qué decir y resultaba fundamental para lo que yo
estaba buscando; yo quería mostrar el impacto minero en Páramo, ese era mi fin.
Al principio me pareció peligroso hacer el reportaje de un sólo lugar porque esto no haría evidencia
del problema, pero luego con Guerrero entendí que podía hacer un trabajo fuerte para revelar todo lo
que allí se encontrará y hacer que esto pudiera ser traspasado a otros páramos con realidades similares.
El periodismo ambiental como un camino para el ejercicio profesional es complejo porque en esta
investigación reconocí que tiene poca relevancia para los medios y las personas, además que la
desinformación que hay al respecto es considerable. Del mismo modo, considero que hay un vacio
académico cuando nos enfrentamos con hacer periodismo de verdad, cuando tenemos que ir a buscar
fuentes, enfrentarnos a ellas y aceptar rechazos; cuando tenemos que sentarnos a escribir y pensamos
cómo hacer un reportaje y entonces creo que falta más práctica, más esfuerzo y refuerzo de este tipo de
trabajos. Yo me encontré con la vida real, con la dureza de ser periodista, con no ser escuchada o ver
cómo a muchos el ambiente no les importa.
Hoy creo que hacer periodismo ambiental es una de las tareas más difíciles que tenemos como
periodistas pues nos obliga a crear un espacio nuevo para la investigación de estas temáticas.
El trabajo a continuación será en principio un marco conceptual haciendo un recorrido por el agua, los
páramos, la minería y el periodismo ambiental, sobre su historia y problemáticas en Colombia. Luego
sigue el reportaje sobre el caso del Páramo de Guerrero como un ejemplo de pequeña y mediana
minería que causa estragos y finalmente algunas reflexiones sobre el tema.
Añado además que si bien el objetivo no fue nunca hacer denuncia, la pretensión mía es que las
personas logren a través de este trabajo hacerse una idea propia con miras en la acción, en moverse, en
hablar y en proteger esta riqueza hídrica.
16
CAPÍTULO 1:
CUANDO EL RÍO SUENA… PIEDRAS LLEVA
“Conocer el agua es amarla; más que de tierra somos de agua, así que conocerla es saber de qué
formamos parte. El agua está ahí para nuestro uso, que más bien es abuso por unos y falta de uso por
otros”.
Manuel Guerrero (2006)
¿Cuántas veces hemos escuchado que sin agua no podríamos vivir? Parece absurdo pensar que sin un
elemento no es posible la vida, sin embargo el agua es fuente vital y sólo a través de ella ha sido
posible existir.
El agua es casi todo1 lo que se puede ver, está en la atmósfera en forma de vapor, está en los ríos, está
en la sustancia de una manzana, en los elementos que se utilizaron para hacer ropa, en la lluvia y en la
sangre, en lo que puede moverse y lo que no. Está en el 71%2 de la superficie de nuestro planeta y es
la sangre que a través de ríos y mares irriga y da vida a la tierra.
Esta sangre vital está compuesta por dos hidrógenos y un oxígeno, elementos suficientes para darle
vida a todos los seres conocidos como vivos; el agua dejó de ser simplemente un elemento cuando los
científicos descubrieron que su composición era compleja y que era el líquido más liviano pero
también el más extraño al poder hacerse sólido y gaseoso.
Con mayor precisión, el agua es necesaria en todas las células vegetales y animales. El agua, el 70%
de un hombre adulto, distribuida en partes fundamentales del organismo como el tejido nervioso, el
hígado, los músculos, la piel, en fluidos biológicos como la saliva y los jugos gástricos, promueve la
digestión rompiendo los carbohidratos y las proteínas y haciendo solubles los lípidos; también controla
la temperatura del cuerpo, impidiendo tener zonas demasiado calientes o frías, irriga la sangre y
permite la expulsión de lo inservible, entre muchos otros beneficios; que no son sólo positivos sino
que constituyen la posibilidad de ser del hombre3.
1 Para Paracelso, médico y alquimista del siglo XVI, “el agua fue la matriz del mundo y de todas sus criaturas
(…) Del mismo modo que los colores más nobles y delicados se derivaron de esta tierra negra y corrupta, así
surgieron las mas disimiles criaturas de esa sustancia primordial que al principio sólo era un desecho sin forma.
¡Preservad el elemento del agua en su estado indivisible! Y ved cómo se derivan de ella todos los metales, todas
las piedras, todos los rubíes y carbúnculos brillantes, los cristales, el oro y la plata. ¿Quién podría reconocer
todas esas cosas en el agua?”. Paracelso (citado en Ball, 2010, p.17) 2 “Más de dos tercios de la superficie de la tierra del planeta están cubiertos de agua líquida, y más del 20% es
hielo. Llamamos `tierra` a nuestro hogar, pero `Agua` sería un nombre mucho más apropiado” (Ball, 2010, p.45) 3 Según Philip Ball, “el agua es el medio único y verdadero de la vida. Sin agua, la vida simplemente no podría
sostenerse. Es el fluido que lubrica los mecanismos de la célula, el que transporta los materiales y la maquinaría
17
El agua nutre, da color y movimiento a lo que vemos; hace que nazcan nuevas plantas, que crezcan los
bosques, que haya alimentos, que sean fértiles los campos y crea en su fluidez y andar nuevas
ondulaciones en la tierra, valles y cuevas, transformando los espacios y dando lugar a nuevos
recorridos y centros de almacenamiento por donde el agua pasa y se estaciona. Este constante
movimiento y cambio se produce debido al ciclo que recorre, que no tiene un principio ni un fin.
“El agua se evapora de la tierra y los océanos; el vapor de agua flota por su baja densidad y es
arrastrado por las corrientes de circulación de aire atmosférico hasta que finalmente se precipita como
lluvia, granizo o nieve. El agua que cae puede ser interceptada y asimilada por las plantas y de ellas
ser transpirada y devuelta a la atmósfera; puede fluir por la tierra hacia corrientes o ríos o filtrarse a
depósitos subterráneos, o bien llenar las depresiones formando lagos, de donde más tarde se evaporara
de nuevo…”. (Guerrero, 2006, p.52)
Los organismos no son ajenos al ciclo, hacen parte y viven dentro de él. Las plantas se alimentan del
agua, pero también en el proceso de fotosíntesis liberan el líquido; los animales en la respiración y
transpiración están incluyéndose dentro de este proceso hidrológico, aún y cuando estos generen
desechos (entendidos como desechos orgánicos).
Más aún, la actividad regular de este ciclo depende de varios factores ambientales (que tardarán o
acelerarán los procesos) como lo son: los cambios climáticos, transformaciones en la vegetación o
fenómenos geológicos (como un terremoto) y el impacto más importante: el uso que le da el hombre al
agua y la irrupción de éste en el ciclo natural. Así como lo explica Guerrero, “la actividad humana, por
su parte, tiene una gran influencia: el crecimiento de las ciudades y la interrupción de ríos (…) afecta
también el movimiento natural del agua”. (2006, p.54)
De este modo, el comportamiento del ciclo vital del agua sufre transformaciones. Se ha
desequilibrado. La posesión del hombre se vuelve inapropiada desde el momento en que altera el
recuso hídrico con la creación de presas, estancamientos y desvíos para su propio beneficio. Los
animales, por ejemplo, se proporcionan el agua por sí solos, ellos van hacia donde ella está y logran
convivir sin alterar sus procesos; es sagrada, tanto que cuando hay sequías o escases, inmediatamente
buscan otro lugar para estar cerca de ella.
El hombre por su parte, ha creado grandes industrias cuyo objetivo es producir sin medida, es explotar
los recursos naturales para permanecer y contribuir al mercado e inmerso dentro de las lógicas
neoliberales, generar capital de cualquier manera. De este modo, las industrias se han desarrollado, se
molecular de un lugar a otro y facilita las reacciones químicas que nos mantienen vivos (…) lleva los nutrientes
hasta donde son necesarios y elimina los desechos”. (2010, p.262)
18
han tecnificado y mejorado cada vez más sus formas de producción de manera más rápida y efectiva;
haciendo de los procesos productivos un crecimiento sin límite. Esto ha implicado redireccionar el
agua, transformarla y modificar de manera significativa el ciclo hidrológico en todo su proceso: el
agua que se evapora está contaminada con distintas sustancias, químicos y venenos (utilizados en
industrias farmacéuticas, alimenticia, textiles entre otras); la lluvia que caerá será perjudicial (para
todas las especies que necesitan de esta agua lluvia para conseguir alimento y para sobrevivir), los ríos
y corrientes no podrán fluir de manera natural porque el agua cada vez estará más turbia y en
consecuencia más seca y contaminada. Y se irán acabando y las especies, animales y plantas
terminarán por extinguirse. El hombre, en el peor de los casos, acabando con el agua, acabará por
autodestruirse.
La utilidad del agua y la inutilidad del hombre
Algunos de los animales que se conocen como terrestres, antes fueron acuáticos. Este cambio de
hábitat se dio por las condiciones que se generaban en la tierra, como la viabilidad de alimentos y
nuevas especies vegetales; pero también porque el agua dejó de ser un lugar para vivir pues la
inmersión del hombre fue contaminando y acabando este líquido, dejando sin alternativa a algunos
ecosistemas que debieron sobrevivir buscando otras opciones.
El mar es infinito, en él viven animales que ni siquiera el hombre conoce o ha podido nombrar y
contar a todas las especies que allí habitan; el agua no sólo será vida, sino es un espacio para la vida,
es una casa, es un lugar para estar. “A los animales lejos de la mirada de los hombres, el mar les
pertenecía"4. Había entonces reconocimiento de la importancia vital del agua y con ella total
equilibrio.
Los hombres también fueron conscientes de esa perfección y utilidad. Fue cerca de los ríos donde
decidieron establecerse de manera definitiva haciéndose sedentarios y construyendo en ese territorio
un lugar propio, una familia, una cultura y una sociedad. El agua era el elemento clave y sagrado, pues
sólo cerca de ella garantizaban que los cultivos crecieran, que su sed fuera saciada y además les
permitía un punto de referencia para ubicarse. Los ríos y lagos proveen fronteras naturales entre
regiones y países; los mares y océanos por el contrario unen a estas grandes extensiones de tierra,
llamadas continentes, dentro de un único lugar. Así el agua fue un factor determinante en la
consolidación de los países, permitió límites y ubicación, pero también acercó territorios. A través de
ella se pudo navegar hacia otros lugares y descubrir nuevos mundos. Cristóbal Colón, por ejemplo,
encontró América adentrándose en el extenso mar y demostró que el mundo no se acababa en Europa.
4 Océanos (2010), {película}, Perrin, J. (dir.), Francia, Disneynature (prod.)
19
Sin embargo, abrir esas puertas introdujo lógicas de comercio, mercado y ganancias que le dieron
espacio al surgimiento del capitalismo desaforado. Esto no sólo hizo que los objetos fueran
intercambiables y negociables sino también logró que los elementos que antes eran sagrados se
pusieran en juego; aprovechando su riqueza natural y bajo la noción de oferta-demanda, el agua dejó
de ser un bien de todos y se mercantilizó como servicio. “Al intentar aplicar nuestro concepto de
propiedad a un recurso cuya propia naturaleza se opone a la idea misma de propiedad hemos
descubierto una receta perfecta para generar conflictos”. (Ball, 2006, p.416)
Hoy el agua se vende, se paga un precio por acceder a ella, no es de todos y tampoco es sagrada, se
sacrifica para otros “beneficios” como riegos de cultivos, mantenimiento de ganado, explotación de
oro, petróleo, carbón, construcción de vías que cambian el recorrido natural de cauces, puentes sobre
ríos, hidroeléctricas que estancan el agua para producir energía, creación de represas que al contrario
de funcionar como almacenes de agua, acaban con especies y se convierten en botaderos. Además de
las modificaciones en el direccionamiento de las aguas para poder abastecer grandes ciudades que
demandan cantidades sobresalientes de este líquido para fines industriales5, recreativos y de suministro
público y sanitario. Así también hay un alto índice de contaminación, cuyo paraje son vertimientos de
aguas negras causantes de enfermedades6 que ocasionan el tratamiento de aguas con sustancias como
cloro, es decir, modificar la naturaleza del agua y en consecuencia la pureza del líquido.
El agua es vida. Hoy es amenaza y está amenazada.
Una elevada montaña llamada páramo7
Anaximandro concluyó que en el mundo hay una cierta proporción de aire, fuego, tierra y agua donde
cada uno lucha por extender su imperio8; hoy la diferencia es que estos elementos dejaron de ser libres
y la tierra y el agua representan la extensión del imperio que el poder del hombre creó.
Colombia es uno de los países más privilegiados en recursos hídricos y mineros. Está atravesado por
grandes ríos que brindan agua a las seis regiones en las que se divide el país (caribe, pacífica, andina,
orinoquía, amazónica e insular), además de limitar con el Atlántico y el Pacífico, dos importantes
océanos para el transporte y el comercio.
5 “Muchos de los avances tecnológicos logrados desde la Revolución Industrial sirvieron para explotar más
intensamente los recursos acuíferos, pues en estos últimos siglos ha habido un gran crecimiento económico y una
explosión demográfica”. (Guerrero, 2006, p.128) 6 “En consecuencia, cerca del 80% de todas las enfermedades y un tercio de las muertes en los países en vías de
desarrollo son consecuencia del agua contaminada”. (Ball, 2010, p.392) 7 Escrito el 27 de diciembre de 1822 en el diario de un viajero de apellido Bache. (Citado en Cárdenas Támara,
F. et al. (1996), El páramo, ecosistema de alta montaña, Bogotá). 8 Anaximandro (citado en Guerrero, 2006, p.14).
20
Esta riqueza hídrica hace de Colombia un lugar diverso en fauna y flora y permite gran variedad de
alimentos y minerales.
El agua del país nace en su mayoría en los páramos. Los páramos son ecosistemas tropicales de alta
montaña, caracterizados por tener baja presión atmosférica, sequedad y humedad del aire y bajas
temperaturas (Guhl, 1982); su flora está constituida por plantas como frailejones (con 42 especies
endémicas en el país) , pajonales, chuscales y bosques enanos o achaparrados y su fauna compuesta
por reptiles, anfibios y especies propias de éste tipo de ecosistema como el cóndor andino, el oso de
anteojos, el venado de cola blanca, el tigrillo y el pato andino entre otras de las que algunas no han
podido registrarse9.
Colombia cuenta con el 49% de los páramos del mundo, es decir, con 34 páramos, que están
localizados en las tres cordilleras y en la Sierra Nevada de Santa Marta, cubriendo un área de 14.434
km2, equivalente a cerca del 1.3% de la extensión continental del país.10
Debido a la diversidad
geográfica y topográfica no se puede distinguir con exactitud a qué altura de las montañas comienza la
zona paramuna, oscilando ésta entre los 3.000 y 3.200 metros sobre nivel del mar, m.s.n.m,11
y
dividiéndose como subpáramo (3.200 a 3.500 m.s.n.m) y como páramo (3.500 a 4.500 m.s.n.m); están
ubicados entre el final de los bosques andinos y llegando al límite inferior de las nieves perpetuas.
Las condiciones del suelo, los bajos niveles de fertilidad, la acidez, la alta retención de humedad, la
presencia de piedras, los fuertes vientos, las temperaturas inferiores a 10ºC, las frecuentes heladas, las
lloviznas permanentes, la niebla y nubosidad (Cárdenas Támara, F. et, al. 1996) y su vegetación, hacen
de los páramos lugares aptos para la formación de minerales y de cuencas hidrográficas.
En este ecosistema, el suelo y el subsuelo se encargan de captar, almacenar y regular el flujo del agua.
Las plantan han generado procesos evolutivos que incrementan la capacidad de retención de aguas
lluvia y de brisa (de la que captan entre el 40-60%); de este modo los frailejones por ejemplo, captan
9 “Según el Instituto Von Humboldt, el conocimiento sobre la fauna paramuna es todavía limitado, con
excepción de ciertos grupos como aves, anfibios y mamíferos, de los cuales, no obstante, aún hacen falta
estudios detallados, así como sobre el conocimiento de su diversidad, en especial en grupos como los artrópodos.
En cuanto a insectos, como las mariposas, también se desconocen detalles sobre patrones de distribución y
diversificación de las especies, las cuales, al aumentar la altitud disminuyen en número de individuos pero
aumentan en el porcentaje de especies endémicas”. (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial,
2002, Programa para el manejo sostenible y restauración de ecosistemas de alta montaña colombiana, Bogotá). 10
Ministerio de Ambiente 2001 (citando en Morales, J. y Estévez, J. 2006). 11
“…la cordillera Central presenta una gran cantidad de volcanes y relieve abrupto de contrastes topográficos,
donde los páramos se inician aproximadamente entre los 3000 y 3400 m.s.n.m., mientras la cordillera Oriental,
considerada el centro de los páramos húmedos de los Andes, es de topografía ondulada, con presencia de
páramos entre 3.200-3.600 m.s.n.m. En la cordillera Occidental las grandes áreas de páramo en su mayoría son
escasas y pequeñas, sin embargo se presentan algunos páramos representativos, cuyos límites superiores
alcanzan los 3.960 y 4.200 m.s.n.m.” (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2001
“Ecosistemas de Alta Montaña y Páramos).
21
el agua y la conservan de tal forma que la suministran equilibradamente. Las rocas por su parte son
porosas y también permiten recoger.
Es por lo anterior que los páramos son parte del proceso y del ciclo hidrológico, en ellos se conserva el
agua y de ellos nace el agua que forma cuencas y que va a ríos, mares y a suministros públicos. Así lo
considera Pombo et. al. (1989): “páramo como una unidad ecológica de gran importancia para la
regulación de los flujos de agua, pues debido a su constitución es capaz de retener en sus suelos
hidromórficos grandes volúmenes de agua y controlar su flujo a través de las cuencas hidrográficas”.12
Más aun, existe una amenaza letal para los páramos y es el establecimiento de la agricultura sobre todo
cultivos de papa, la ganadería a gran escala y la minería que pretende acabar con la riqueza natural. Y
si bien hay planes de mitigación y de prohibición por ser zonas de reserva, el conocimiento de esta
problemática empieza a hacerse hasta ahora evidente. Así como lo ilustran Cárdenas Támara, F. et al.
(1996): Si a las consideraciones anteriores se suma el papel estratégico que desempeñan las cuencas de
alta montaña en la regulación del recurso hídrico y en el nacimiento de las fuentes de agua que,
convertidas vertiente abajo en caudalosos ríos y quebradas, irrigan los campos y llevan el precioso
líquido hasta las grandes ciudades y otras áreas urbanas, entonces no queda duda de que los suelos de
páramo son, junto con la cobertura vegetal que sustenta, reguladores importantes e insustituibles del
agua, elemento fundamental para el desarrollo de la vida en el planeta.
El camino del agua
Y el agua que viene del páramo empieza su recorrido en las frías alturas, para pasar por las cuencas
hidrográficas, aquellas que son reserva y alimento y luego seguir su andar hacia ríos y lagunas.
Se le denomina cuenca hidrográfica a un área físico-geográfica debidamente delimitada, donde las
aguas superficiales y subterráneas (las que bajan del páramo a través de pequeñas quebradas y las que
son transportadas a través de las rocas porosas) vierten a una red natural, llamada cuenca. Esta es un
depósito natural, donde llegan las aguas y de donde fluyen hacia ríos o directamente hacia el mar.
La cuenca hidrográfica se origina por las aguas que corren en las laderas, interceptadas por las
depresiones de los terrenos y movidas por drenajes naturales. El agua nunca se estanca en este punto,
pasa por ahí y continúa su recorrido superficial o subterráneo (en capas del suelo, entre piedras).
Una cuenca es según la Organización Meteorológica Mundial —OMM—, “un área de drenaje de un
curso de agua, río o lago”. Asimismo, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambiental
12
(Citado en Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2001 “Ecosistemas de Alta Montaña y
Páramos”).
22
de Colombia —IDEAM— define la cuenca como “aquella unidad de territorio donde las aguas fluyen
naturalmente, en un sistema interconectado y en cual interactúan uno o varios elementos biofísicos,
socioeconómicos y culturales”.
Lo anterior mencionado es muy importante puesto que para la clasificación y ordenación de una
cuenca, los factores económicos y sociales son fundamentales en relación con el adecuado uso y
funcionamiento de las mismas.
La vertiente de agua que sale de la cuenca pasa por sub cuencas, subdivisiones que reciben y a su vez
llevan agua a las cuencas. De la misma manera funcionan otros depósitos más pequeños de agua
denominados micro cuencas, receptáculo cuya agua va hacia las sub cuencas. Las tres tienen un papel
fundamental en la protección del agua, puesto que todas funcionan como reserva hídrica y su
manutención es equivalente a evitar que el agua se agote y que el ciclo siga su recorrido natural.
Las cuencas se caracterizan por suministrar el agua a un departamento o en su defecto a una asociación
de departamentos. Las sub cuencas, por su parte, llevan el agua a municipios y las micro cuencas
surten de agua a veredas y pequeños pueblos. Sin embargo, como se señaló antes, todas están
interconectadas y son fundamentales.
Cuencas hidrográficas en Colombia
El término de cuencas hidrográficas se le otorga a un proyecto elaborado en Estados Unidos que
pretendía conservar las aguas, llamado TVA; luego, Francia se une a esta búsqueda por la
conservación consolidando maneras de fomentar el desarrollo sostenible y de disminuir el gasto
desmedido del agua. Más adelante, Holanda también creará sistemas de canales y reutilización para la
conservación. De este modo varios países empiezan a preocuparse por la creciente escasez de agua y
por la racionalización como tema fundamental para combatir el cambio climático.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación — FAO—,
Colombia ocupa el séptimo lugar en cuanto a la disponibilidad de recursos hídricos a nivel mundial,
sin embargo el deterioro que presentan las cuencas, afecta la regularidad y disponibilidad para sus
diferentes usos, tales como: consumo humano, producción agropecuaria, industrial, minería,
hidroeléctrica y recreación.
Es por esto que con la nueva constitución de 1991 en Colombia, el tema ambiental adquiere relevancia
y prioridad. El país desarrolla un modelo parecido al que están creando otros países para controlar y
supervisar el manejo y uso del agua. De ahí surgen las Corporaciones Autónomas Regionales—
23
ASOCARS— entidades cuyo objetivo es regular y controlar el uso de esta agua y su autoridad se
establece como mixta (privada y pública).13
La función de las nuevas corporaciones debía ser la de observar y poner limitantes sobre el uso de este
recurso, tales como: qué químicos contaminan el agua y quiénes están contaminando; qué porcentaje
puede ser utilizado y con qué finalidad. También reglamentar ciertos pagos por acceder al recurso y en
unas cantidades considerables de acuerdo con la actividad que se realizará y la supervisión que las
personas si estuvieran cumpliendo con un buen tratamiento y racionalización de aguas.
En principio se establecieron 41 zonas de control, que más adelante, de acuerdo con el recorrido de las
aguas, se fueron limitando por regiones y se definió para cada una su área de influencia, es decir, se les
asignaron varios departamentos y veredas para un control más específico y detallado.
De este modo, en el año 2002, se establece a través del decreto 1729 la importancia de distribución y
ordenación de las cuencas, pues sólo de esta manera se podrá asegurar la vigilancia y el cuidado
adecuado sobre las mismas. “La ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento
del uso y manejo sostenible de sus recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener
o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y la
conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente de sus recursos hídricos”.14
Se estructuraron finalmente cinco zonas hidrográficas: zona Caribe y áreas insulares, zona Magdalena-
Cauca, zona Orinoco, zona Amazonía y zona Pacífico y áreas insulares. Divididas así de acuerdo con
componentes físicos (geológicos, climáticos, suelos), componentes biológicos (flora, fauna) y
componentes socio-económicos y culturales (población: calidad de vida y demografía, grado de
educación, salud, actividad económica y etnias: ubicación de grupos étnicos de acuerdo a su identidad
cultural y su relación con los recursos naturales).
Perdiendo la pureza
La mitigación y la conservación del agua han sido prácticamente nulas. Cada corporación, al ser
autónoma, debe propender por cuidar y vigilar la zona que le corresponde, tienen también la
responsabilidad de monitorear las empresas (que estén haciendo uso de algún recurso natural) y de
aprobar o no, los licenciamientos ambientales para que puedan acceder al recurso hídrico o por el
contrario sancionar y quitar licencias si es necesario.
13
Disponible en: http://www.asocars.org.co/ 14
Colombia, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. “Decreto número 1729 del 2002, por el
cual se reglamenta el decreto-ley 2811 de 1974 sobre cuencas hidrográficas”, en Diario Oficial núm.44.893, 8 de
junio de 2002, Bogotá.
24
Pese a lo anterior, no hay avances visibles y la contaminación va en acenso, las corporaciones no
monitorean como se debería la utilización de los recursos y el impacto que se genera en el ambiente.
Cada vez se aprueban más proyectos de explotación de recursos en minería, construcción de
hidroeléctricas, desarrollo petrolero, cultivo de palma africana para producir biocombustibles, de
ganadería a gran escala, entre muchos otros. Todas las actividades anteriores haciendo uso de agua y
llevándose consigo ecosistemas, fauna y flora.
En el ejemplo concreto de la minería, las cifras son alarmantes. En un día de explotación se usa la
misma cantidad de agua que necesita por día una ciudad de 600.000 habitantes y para extraer un
gramo de oro se necesitan mil litros de agua por segundo.
Aguas contaminadas con pesticidas, desechos, residuos, químicos. Agua inservible y no renovable
porque en la medida en que los páramos se debiliten y el ciclo hídrico se corrompa el agua no sólo
estará sucia y negra sino que ya no estará más. Y mientras tanto, las corporaciones autónomas y el
Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial siguen aprobando licencias de altas
ganancias económicas pero de pérdidas irreparables para todos.
Como lo aseguraba el sociólogo David Orr “el agua se ha convertido en un bien estratégico, repartido
entre el Estado y la propiedad privada”. (Citado por Ball, 2010, p.417)
25
CAPÍTULO 2:
Y POR ORO NOS SEGUIMOS MATANDO…
“La Tierra puede proveer lo necesario para satisfacer las necesidades de todos, no su avaricia.”
Mahatma Gandhi
Los minerales son fluidos que contiene el interior de la tierra, que al exponerse a una temperatura
determinada y mezclarse con otras sustancias como el oxígeno, el azufre y el carbono, provocan un
tipo de mineral único. En su mayoría, estos minerales se quedan dentro de las montañas y rocas.
Algunas veces, debido a altas temperaturas o a movimientos sísmicos, salen pequeñas cantidades a las
superficies y son transportadas por el agua, en lo que se llaman aluviones. Sin embargo, los minerales
pertenecen a la tierra y el ser humano al darse cuenta de su importancia, se introduce en ella a través
de excavaciones, creando minas, para explorar, extraer y explotar el mineral.
Desde siempre los minerales han sido considerados recursos y riquezas naturales puesto que son dados
por la tierra y usados por los hombres para diferentes fines.
Hoy los minerales son explotados y utilizados para crear nuevos materiales y productos; y se volvieron
indispensables para el hombre puesto que para su bienestar y permanencia ha hecho de éstos
mercancías capitalizables.
Mediante el estudio de estas materias primas, el hombre fue descubriendo que en su fusión con otros
elementos, o en el tiempo y calor específicos, el mineral podría ser un potencial. Generando así
energía-electricidad, gas, plástico, acero, ropa, combustibles y muchos otros productos útiles para la
industria, la salud (en algunos casos), el comercio, la vanidad15
y el desarrollo de las emergentes
tecnologías. Las cuales usan por ejemplo oro para la fabricación de celulares y computadores porque
lleva de manera más rápida la información; en general se ha descubierto que es un buen conductor, es
maleable, permite la reflexividad y es resistente a la corrosión.
Los minerales y la economía
Cuando se reconoce la importancia de la obtención de estos materiales, los países empiezan a cobrar
importancia según su riqueza en materias primas y de este modo es como se empieza a negociar y a
15
Según Manuel Rodríguez, ex Ministro de Ambiente, “del 70 al 80% de la producción mundial de oro se
destina a la joyería con el propósito de `satisfacer la vanidad de los hombres y las mujeres´” (2011, 30 de enero)
entrevistado por Verdisecas, P., Bogotá.
26
potenciar los recursos para el desarrollo de los países. Los minerales se volverán objeto de
comercialización, de explotación permanente y conflictos entre países por poseerlos.
La invención de maquinarias sofisticadas y la creación de grandes empresas expertas en cada tipo de
mineral llevarán al crecimiento inevitable de la economía y del capital. Un ejemplo de ello ha sido la
explotación del petróleo, el llamado “oro negro”, que enterrado dentro de las profundidades de la
tierra, ha sido explotado de muy diversas maneras. Perforando, haciendo túneles y caminos posibles
intraterrestres, deforestando grandes extensiones a su alrededor para alcanzarlo y al fin, cuando lo
encuentran, extraerlo hasta agotarlo para hacer de él, betún, gasolina, plástico, carros, maquillaje entre
muchas otras cosas.
Crecimiento, todo. Desarrollo también, porque lo que prima en el capitalismo neoliberal es
precisamente esa creación de productos innumerables para suplir las necesidades de las personas,
necesidades que han sido creadas también por la idea neoliberal para que nunca acabe el consumo y
que pretende hacer de las cosas un deseo que debe saciarse. Argumentando que el objetivo es
aumentar el tiempo y la calidad de vida; sin embargo valdría la pena preguntarse si al explotar y
acabar con los recursos naturales se está ganando o reduciendo la calidad y el tiempo vital y por
supuesto las riquezas y beneficios económicos de las explotaciones son de unos pocos.
De este modo los países exploran sus territorios para explotarlos y exportar minerales que dejen
riqueza económica y llamen la atención de otros países que no los tienen.16
Sin embargo, son los
países considerados como subdesarrollados los que cuentan con más recursos minerales por la
diversidad de sus tierras y climas, y son los países desarrollados los que detrás de esos intereses no
buscan exportar sino comprar territorios, explotarlos y llevarse esos dineros con ellos; transformar el
mineral y venderlo de nuevo a los subdesarrollados.
Así lo argumenta el economista chileno Osvaldo Sunkel para explicar de qué modo algunos países se
apropian y otros se vuelven dominados: “Desde luego la historia de América Latina es en gran medida
una sucesión de intervenciones de sociedades extrarregionales en busca de la apropiación de los
recursos naturales (y humanos) explotables económicamente para obtener productos destinados a
satisfacer demandas de dichas sociedades y acumular un excedente financiero (…). Y del carácter y
eficacia de la política nacional de desarrollo dependen, por otra parte, el aprovechamiento racional de
16
“La producción de materias primas se basa sobre todo en la utilización del suelo, y lo más probable es que su
exportación beneficie a los propietarios de la tierra. A veces, la tierra es propiedad de campesinos y agricultores,
pero los principales beneficiarios suelen ser compañías mineras y grandes terratenientes. En consecuencia, el
comercio basado en la exportación de materias primas genera una gran desigualdad en los ingresos”. (Collier, P.
2010, p.140)
27
ese excedente y su distribución entre las clases sociales. La historia latinoamericana es testigo de una
experiencia en general bastante desfavorable en este sentido”.17
Un ejemplo es el de multinacionales mineras como la Anglo Gold Ashanti, compañía africana, que
encuentra en países como Colombia lugares para explotar de manera efectiva: bajos costos, escasos
impuestos y mano de obra barata. Esta compañía, por su parte, logra hacer que el país se vuelva
epicentro de interés internacional, además de generarle algunas ganancias y tiene el papel fundamental
de promover la inversión y las relaciones comerciales.
Los minerales en Colombia
“…El remedio general y casi único para la subsistencia de este vasto Reino y su comercio con
España, quien lo vivifica y alienta, es el oro que se saca de las muchas minas que de este precioso
metal…”
Procurador de Popayán, Vicente Hurtado. (Representación dirigida al Rey, 1783)
Colombia, por su gran diversidad natural, cuenta con abundantes riquezas mineras entre las que se
destacan el carbón, el oro, la esmeralda, la plata y el petróleo por su cantidad, valor y acceso a
explotación. Los indígenas fueron los primeros en descubrir la gran variedad de minerales, sustancias
y piedras preciosas, que utilizaban para labores diarias entre ellas, fines medicinales. Sin embargo al
oro le dieron mayor importancia pues era símbolo de jerarquía y de poder, era un elemento precioso
que se simulaba al sol y que al ser dado por los dioses debía ser retribuido a ellos de forma que les
agradara. Asimismo, los jefes más poderosos podían portarlos de manera extravagante18
y era una
labor común entre los indígenas, por ejemplo entre los Muiscas, trabajar en orfebrería para hacer de
este oro, utensilios, vasijas y joyas.
Más aún, los indígenas nunca vieron este hermoso metal como algo negociable, más allá del trueque;
sólo hasta que llegaron los españoles en su proceso de colonización y reconociendo el valor que tenía
el oro en Europa, buscaron las maneras de obtenerlo, intercambiando alimentos por oro, utilizando
como medio a los indígenas para llegar a las fuentes de oro y para conocer de qué manera lo fundían,
lo martillaban, lo recocían, lo recortaban con cincel, lo modelaban, y lo pulían para luego traer negros
y esclavos a sacar la mayor cantidad. “El oro fue el incentivo poderoso que movió a los españoles a la
17
Marino, M. y Tokatlian, J. (comps.), (1985), Ecodesarrollo, el pensamiento del decenio, Bogotá, Carlos
Valencia Editores. 18
Diario de Pedro Cieza de León (1550) refiriéndose al oro “…tenían de este metal muchas y grandes joyas, y es
tan fino que el de menos ley tiene diez y nuevo quilates. Cuando ellos iban a la guerra llevaban coronas, y unas
patenas en los pechos…y otros muchas joyas… la primera vez que entramos en esta provincia (…) se vieron
indios armados de oro de los pies a la cabeza”. (En exposición La metalurgia de la América Antigua en el Museo
Nacional enero, 2011).
28
conquista y a la ocupación de nuestro territorio. En busca de este precioso metal, que era la meta de
sus expediciones, trasmontaron nuestras ásperas montañas, penetraron en nuestros valles ardientes y
poblaron casi todas las regiones que están hoy habitadas”19
.
Llevándose el oro a Europa trajeron la legislación minera para privatizar y controlar el derecho a tener
minas y a explotar. “Halagados y movidos por su afición a las aventuras y por el incentivo eficaz del
oro, numerosos miembros de familias principales de España vinieron a nuestro país en busca de
fortuna”, Fray Pedro Simón (citado en Restrepo, 1837-1899).
Sin embargo, los métodos de explotación eran rudimentarios y los de extracción y recolección eran
pobres. “El progreso de la industria minera, la primera que los españoles establecieron en este país,
seguía su marcha constante, aunque un poco lenta, debido esto a los imperfectos métodos de
explotación que se usaban entonces… Además, explotaron tan mal las minas que dejaron perder lo que
no lograron sacar, porque los más de sus trabajos se ahogaron y se hundieron”20
.
Existías dos formas principales de obtener el oro, a través de minería de socavación que implicaba
técnicas de excavación y de formación de galerías subterráneas; o a través del mazamorreo, el cual
consiste en “meneo de una batea redonda de madera para lavar las mazamorras del lecho de los ríos y
quebradas y recoger el oro en polvo”21
.
El 7 de junio de 1729, el rey español decretó que a ningún indio se le debía obligar a laborar en las
minas. Con esta resolución muchos indígenas abandonaron las minas, siendo Mariquita y Pamplona
unas de las más afectadas. Pero, esto no afecto a todo el país, pues ya habían traído negros y esclavos
suficientes y las grandes minas de Chocó, Antioquia y Barbacoas siguieron creciendo.
Desde entonces todo el tipo de cambio se hacía con oro “…en efecto, el oro, ya en polvo, ya
amonedado, era el medio de cambio en todas las transacciones; él daba movimiento y vida al escaso
comercio que se hacía entonces, a la agricultura, y a la industria naciente”.22
No obstante y a pesar de todo el oro que se tenía, las exportaciones no eran fáciles, las comunicaciones
con el exterior tardaban y las vías de trasporte eran escasas y malas. Más el oro era la fuente primera
de riqueza y de subsistencia, tal vez sin este oro jamás se hubieran interesado en colonizar. “Los
19
Restrepo, V. (1837-1899). “Influencia de la minería en el progreso general de Colombia”, disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/minas/minas16.htm, recuperado: 17 de Febrero de 2011. 20
Ibíd. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/minas/minas16.htm, recuperado: 17 de Febrero de
2011. 21
Zambrano, P. (edit.), Centro de Investigación y Educación Popular CINEP (1998), “Así se tejió la economía”
en Colombia, país de regiones. Bogotá. Disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/region1/indice.htm, recuperado: 14 de febrero de 2011. 22
Restrepo, V. (1837-1899) “Influencia de la minería en el progreso general de Colombia”, disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/minas/minas16.htm, recuperado: 17 de febrero de 2011.
29
3`060.000 pesos que producían anualmente nuestras minas de oro, constituían la riqueza pública del
Virreinato; ellos formaban como el sistema arterial que llevaba su jugo nutritivo a todo el cuerpo
social, y a la minería se debía la vida que bullía en él, y la prosperidad relativa que había alcanzado.
¿Qué hubiera sido del Nuevo Reino de Granada sin sus minas de metales preciosos?”.23
Durante las guerras de independencia, el ejercicio de la minería disminuyó en un 40% debido a que se
necesitaba fuerza para combatir. Más tarde, se establecieron las reformas del medio siglo (1847-1850)
a partir de las cuales se transformó el régimen de exportación minera. “Se podía exportar libremente,
sin amonedar, de manera que los comerciantes pudieron enviar el oro directamente hacia Europa
(Londres, Liverpool, Paris y Bremen); un viejo anhelo de los antioqueños, quienes veían en la
amonedación un medio de control de su oro por parte de los importadores de Santa Fe de Bogotá”.
(CINEP, 1998)
Sólo hasta 1863, luego de la guerra civil y la emancipación de los esclavos, la minería volvió a ser
foco de crecimiento. Como sucedió en el caso especifico de Antioquía donde “finalizadas las guerras
de Independencia se vivió un gran auge. Los tratantes invirtieron en negocios de comercio, en tierras
para colonizar y en minas de aluvión y de veta; llegaron también varios ingenieros europeos que
impulsaron la colonización e introdujeron conocimientos científicos y técnicos que significaron un
gran avance en la actividad minera y un aumento en su producción. Junto a esta expansión de la
minería crecieron la actividad comercial y la agricultura en la región…”. (CINEP, 1998)
Paralelamente, en la década de 1870 a 1880 el cultivo de tabaco, algodón y luego del café, junto con
las quinas, el caucho y la tagua, se hicieron fuertes, abandonando el ejercicio minero pues el oro dejó
de ser el único medio indispensable para el cambio en el exterior. Sin embargo, la exportación de la
tagua y la quina decreció para 1881, lo que generó que la minería cobrara fuerza de nuevo.
Hasta este momento era la minería una de las mayores fuentes de riqueza del país, tecnificándose cada
vez más y volviendo sobre minas que se habían abandonado por falta de personal o de técnica. De
acuerdo con el CINEP, la producción minera en oro aumentó y trajo consigo el crecimiento de
compañías mineras, de inversión de capital y tecnologías y creció el número de personas en
actividades mineras.
23
Ibíd., http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/minas/minas16.htm, recuperado: 17 de febrero de
2011.
30
Nuevas tecnologías como el molino californiano cuya función es poder extraer todo el polvillo del oro
y el método de cianuración que debido a sus componentes iónicos permite separar el oro de trozos de
piedras y tierra, empezaron a ser utilizados para mayor efectividad en la extracción.
Para entonces, el oro y la plata (en menor medida) fueron los principales minerales extraídos y
significativos a nivel nacional. En 1910 se empezó a producir hulla, un tipo de carbón mineral cuyo
proceso de formación requiere miles de años y se utilizó en principio para alimentar las locomotoras
de vapor. Diez años después, en Barrancabermeja, se descubrieron los primeros pozos de petróleo y se
hicieron las primeras perforaciones. Luego, en la década de los treinta, se empezó a explotar la caliza,
un tipo de mineral con alto contenido de calcio que permite la producción del cemento. Para los 40, si
bien es cierto que se estaba produciendo otro tipo de minerales esto no era suficiente puesto que la
agricultura, la ganadería y la industria manufacturera estaban ofreciendo las mayores ganancias.
En 1940 para aprovechar todos los recursos minerales en explotación y lidiar con el impacto
económico que estaba generando la Segunda Guerra Mundial en el progreso del país, se creó,
mediante el decreto 968 del 18 de mayo de ese año, el Ministerio de Minas y Petróleos y se modifica
la organización del Ministerio de la Economía Nacional, que le delegó las funciones de petróleo-
minas, salinas terrestres y marítimas, bienes ocultos y el Laboratorio nacional de análisis e
investigación.
Más aún, luego de delegarse la administración de los recursos al nuevo ministerio, “entre 1950 y 1990
el aporte de la minería (incluyendo el petróleo) al producto interno bruto del país permaneció por
debajo del 5%.” 24
De este modo, la minería no era aún generadora de riqueza para el país25
.
Sólo hasta los 70, Estados Unidos liberó el precio en dólares del oro y la minería de oro recobró vida.
El carbón también tomaba fuerza pues Carbones de Colombia —Carbocol— empresa estatal minera26
,
firmó el permiso para la explotación del Cerrejón, la compañía de carbón más grande del país;
permitiendo la Exploración (1977-1980), Construcción (1981-1986) y Producción (1986-2009). En
24
Poveda, R, (2002, junio), “La minería colonial y republicana. Cinco siglos de variantes y desarrollos”, en
Credencial Historia, núm.151. 25
En cifras actualizadas de los últimos 10 años “entre el 2002 y el 2008 el PIB del sector petrolero se duplicó,
pasando de $ 8,1 miles de millones (3,5% del PIB país) a $23,3 miles de millones en el 2008 (4,9% del PIB
total). Para el sector minero, en el 2002 se presentaban niveles de $3,5 miles de millones (1,5% del PIB país), y
en el año 2008 este valor ascendió a $12,7 miles de millones (1,6% del PIB país).” Asociación colombiana de
petróleos et al. Sector minero y petrolero en Colombia.
26
Vendida en 1999 a un consorcio internacional conformado por el grupo minero Billiton (Gran Bretaña), Anglo
American (Sudáfrica) y Glencore International AG (Suiza). Para conocer más, disponible en:
http://www.carbocol.com/
31
enero de 1999 se firmó un acuerdo con el Estado colombiano para extender esta etapa por 25 años
más, hasta 2034. Y el petróleo, por su parte, se afianza como fuente de poder a nivel mundial por lo
que Colombia empezará a incluirse con fuerza dentro de este sector de explotación.
Hacer minería
Para encontrar minerales es necesario buscarlos, excavar, perforar, romper, demoler, deforestar pues
como son todos naturales están abrazados a la tierra, al agua y las raíces. Encontrar mineral requiere
hoy en día (porque antes eran más abundantes y visibles) de maquinaria especializada, tecnología, y de
industrias que dentro de la lógica neoliberal exploten la mayor cantidad posible en la menor cantidad
de tiempo.
En Colombia hay dos tipos de minería: a cielo abierto y subterránea. La primera consiste en
excavación o recolección abierta al aire para extraer el recurso (oro, carbón). La segunda pretende la
extracción y transporte de material a través de galerías y túneles para alcanzar la superficie, como en el
caso del petróleo.
La minería en Colombia consta de cuatro etapas básicas. Como etapa inicial esta la prospección, en la
que se proyecta la cantidad de mineral existente en la zona, se calcula el tiempo de exploración y
explotación y se evalúa el posible impacto ambiental; además, se hace una cartografía general y
estudio geofísico y geoquímico. La segunda etapa se refiere a la exploración, en ella se hacen
muestreos del área, análisis y perforaciones para ver en qué cantidad, en qué condiciones y bajo qué
circunstancias se encuentra el material. Luego, en la etapa de explotación, se adecua el terreno, se
limpia y se deja apto para ser explotado además de romper, excavar, arrancar, hacer túneles y
finalmente extraer el material. Y, por último, la etapa de cierre y abandono, donde el material se agota
y el lugar se debe dejar de la misma manera como se entregó.
A lo anterior habría que añadirle el componente de comercialización y transporte de los minerales
puesto que para esto se necesita maquinaría especializada y adecuación del lugar para que sea de fácil
acceso.
Legislación minera
Hasta la Constitución de 1991, el Ministerio de Minas y Energía no tenía leyes suficientes para la
ejecución de la minería. Para 1999 se integran otras instituciones que pretenden dividir y
especializarse en tipos de minerales para su orden y legislación. Se incorporan así la Unidad de
Planeación Minero Energética—UPME—la Comisión de Regulación de Energía y Gas —CREG—, el
32
Instituto de Investigación e Información Geocientífica, Minero Ambiental y Nuclear —
INGEOMINAS—, el Instituto de Planeación y Promoción de Soluciones Energéticas —IPSE—, la
Empresa Colombiana de Petróleos —Ecopetrol—, la Empresa Colombiana de Gas —Ecogás—, la
Empresa Nacional Minera Ltda. —Minercol—, Interconexión Eléctrica S.A. Isagén S.A. y Carbones
de Colombia S.A. —Carbocol—; entre otras entidades más pequeñas encargadas a nivel regional.
En el sector minero será importante señalar la Ley 685 de 200127
que se instaura bajo la presidencia de
Andrés Pastrana Arango y siendo ministro de Minas y Energía Ramiro Valencia Cossio, por la cual se
expide el Código de Minas y se dictan otras disposiciones. Este código tiene como objetivo “fomentar
la exploración técnica y la explotación de los recursos mineros de propiedad estatal y privada;
estimular estas actividades en orden a satisfacer los requerimientos de la demanda interna y externa de
los mismos y a que su aprovechamiento se realice en forma armónica con los principios y normas de
explotación racional de los recursos naturales no renovables y del ambiente, dentro de un concepto
integral de desarrollo sostenible y del fortalecimiento económico y social del país”.
Este código hace referencia a toda la normatividad en torno a: propiedad estatal, derecho a explorar y
explotar, zonas reservadas, excluidas y restringidas, prospección, contrato de concesión, área y
duración de la concesión, trabajos de exploración, construcción y montaje mineros, obras y trabajos de
explotación, terminación de la concesión; y otras consideraciones como: materiales para vías públicas,
grupos étnicos, minería marítima. Además contempla minería ocasional, minería ilegal y trabajadores.
E incluye otros aspectos tales como: expropiación, aspectos ambientales, aspectos económicos y
tributarios, aspectos sociales y procedimentales.
Luego. mediante el Decreto 252 del 28 de enero de 200428
, Ingeominas cambió su nombre a Instituto
Colombiano de Geología y Minería y sus funciones se hicieron especificas: “Como su objeto, se
establece la realización de la exploración básica para el conocimiento del potencial de recursos y
restricciones inherentes a las condiciones geológicas del subsuelo del territorio colombiano; promover
la exploración y explotación de los recursos mineros de la Nación y participar, por delegación, en
actividades relacionadas con la administración de dichos recursos”.
27
Colombia, Ministerio de Minas y Energía (2001, 15 de agosto), “Ley 685 de 2001, por medio de la cual se
expide el Código de Minas y se dictan otras disposiciones”, en Diario oficial, núm. 45273, 8 de agosto de 2003,
Bogotá. 28
Colombia, Congreso Nacional de la República “Decreto número 252 del 28 de enero de 2004, por el cual se
reestructura el Instituto de Investigación e Información Geocientífica, Minero-ambiental y Nuclear,
Ingeominas”, en Diario oficial, núm. 45445, Bogotá.
33
De este modo, se le delega a este Instituto la evaluación y posterior aprobación o desaprobación de las
concesiones y títulos mineros y se encarga al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, la verificación y el licenciamiento ambiental de las concesiones para ser aprobados.
Estas concesiones para ser otorgadas deben responder a documentos y estudios: “delimitación del área
de estudio; mapa topográfico; información cartográfica detallada; ubicación, cálculo y características
de las reservas que habrán de ser explotadas en el desarrollo del proyecto; descripción y localización
de las instalaciones y obras de minería; depósito de minerales, beneficio, transporte y transformación;
plan minero de explotación; plan de obras de recuperación geomorfológica, paisajística, forestal del
sistema alterado; escala y duración de la producción; características físicas y químicas de los minerales
a explotar; plan de cierre de explotación y abandono de los montajes; estudio de impacto ambiental”29
.
Sin embargo, la Ley 685 de 2001 se modificó a través de la Ley 1382 de 201030
. En ella se hacen
algunas inclusiones referentes a los aspectos ambientales y sociales que la anterior ley no había tenido
en cuenta. Se excluyen zonas para actividad minera “áreas que integran el sistema de parques
nacionales naturales, parques naturales de carácter regional, zonas de reserva forestal protectora y
demás zonas de reserva forestal, ecosistemas de páramo y los humedales designados dentro de la lista
de importancia internacional de la Convención Ramsar. Estas zonas para producir estos efectos,
deberán ser delimitadas geográficamente por la autoridad ambiental con base en estudios técnicos,
sociales y ambientales.”
Pero queda establecido en el párrafo uno que “en caso que a la entrada en vigencia de la presente ley
se adelanten actividades de construcción, montaje o explotación minera con título minero y licencia
ambiental o su equivalente en áreas que anteriormente no estaban excluidas, se respetará tales
actividades hasta su vencimiento, pero estos títulos no tendrán opción de prórroga”. Es decir que si la
concesión fue efectuada antes de esta ley, la explotación podrá continuar.
Más aun, como se mencionó antes, la autoridad ambiental debe ser decisiva al momento de dar o no
una concesión como queda señalado en el Código de Minas31
:
Con base en el Estudio de Impacto Ambiental, la autoridad competente otorgará o no la Licencia
Ambiental para la construcción, el montaje, la exploración cuando requiera la construcción de vías que
29
Sistema de Información minero colombiano “Cartilla didáctica para la asimilación del capítulo XIV del
código de minas sobre grupos étnicos”. {en línea} Disponible en:
http://www.simco.gov.co/simco/DocumentosdeInteres/CodigodeMinas/tabid/93/Default.aspx 30
Colombia, Congreso Nacional de la República, “Ley 1382 del 9 de febrero de 2010, por el cual se modifica la
ley 685 de 2001 Código de Minas” Bogotá. 31
Disponible en: http://www.simco.gov.co/Portals/0/ley685.pdf
34
a su vez deban tramitar licencia ambiental, la explotación objeto del contrato y el beneficio y para las
labores adicionales de exploración durante la etapa de explotación. Dicha autoridad podrá
fundamentar su decisión en el concepto que al Estudio de Impacto Ambiental hubiere dado un auditor
externo en la forma prevista en el artículo 216 del presente Código32
.
De este modo, para otorgar títulos mineros en Colombia es necesaria la aprobación del estudio de
parte de Ingeominas y la aceptación por parte de las autoridades ambientales. Estas últimas no sólo
corresponden al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, sino también a la
Asociación Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible —ASOCARS— )
quienes se encargan regionalmente de prevenir, compensar y mitigar los posibles daños causados y
finalmente aprobar el impacto para que pueda haber concesión.
ContaMINAción
Ha sido evidente hasta ahora la transformación y la importancia que la minería ha cobrado en
Colombia en el último siglo y sobre todo en los últimos 20 años. La minería es uno de los pilares de
riqueza del país y una de las razones por las que grandes transnacionales y multinacionales ponen los
ojos en esas riquezas naturales33
. Hoy hay grandes compañías canadienses y africanas concesionando
por periodos de 25 años de explotación, y los títulos en lista de espera para ser aprobados son
muchos34
.
La explotación implica indiscutiblemente una transformación del lugar, es decir, un cambio en el
ambiente. Este cambio referido al ecosistema de fauna y flora y a las reservas de agua como las
cuencas.
Para hacer minería se necesita no solo maquinaria, sino químicos como el mercurio o el cianuro que
permitan separar el oro de otros materiales, o agua para lavar el carbón extraído.
32
En mayo de 2011, La corte falló las reformas a la Ley 685 de 2001 donde se instaura el Código de Minas, por
ser inconstitucional al no consultar a comunidades indígenas y afro descendientes que se encuentran
directamente afectadas por la ley vigente. 33
“Colombia es el país con grandes reservas de minerales, por ejemplo, en relación al carbón tiene las mayores
reservas en América Latina y estas pueden durar aproximadamente 120 años. En la actualidad la explotación de
carbón representa el 4% de producto interno bruto colombiano con algo más de 3.4 billones de pesos,
circunstancia que hace que el carbón sea un buen negocio, tanto para el particular, como el país, máxime si se
tiene en cuenta que el precio por tonelada subió de 54 a 100 dólares.” Colombia, Procuraduría General de la
nación, Serrano, C (2007, 2 de mayo) “La minería vista desde la órbita del ministerio público”{carta a Nancy
Gutiérrez, presidencia del Congreso de la República}, Bogotá. 34
Según ex director de Ingeominas, Mario Ballesteros Mejía “Contamos con ocho mil ochocientos títulos
mineros en el país” Ballesteros, M. (2010, 16 de julio), entrevistado por El Nuevo Siglo.
35
Deforestaciones, agua sucia e inservible, animales que se extinguen, plantas que mueren y poblaciones
que consumen alimentos y agua que contiene altos niveles de mercurio ponen en una balanza el
desarrollo económico de la minería frente al fuerte e irreparable daño que genera.
Como se ha dicho en otros apartados, existen autoridades ambientales que regulan. Pese a esto, no son
suficientes porque no hay la rigidez ni el personal adecuado para controlar esto. Julio Fierro Morales,
ex asesor del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, quien participó de la
modificación del código minero, asegura que “En Ingeominas son 50 funcionarios encargados de la
fiscalización minera y en este momento hay cerca de 10.000 títulos, de los cuales hay cerca de 4.000
en explotación. Así las cosas, a cada funcionario le corresponden 80 títulos, lo que indica que no hay
posibilidad de que las cosas funcionen”.35
Además, es importante tener en cuenta también el ejercicio de minería ilegal, pues aunque en su
mayoría es en menor escala, está tampoco cumple con los requerimientos ambientales y genera
impacto. Este tipo de minería no concesionada ni autorizada, hecha generalmente por pobladores
artesanos; también hace uso de cianuro y de prácticas rudimentarias que destruyen el ambiente.
Quienes concesionan tienen el deber de reconstruir una vez se deja de explotar, sin embargo, los
minerales son no renovables así que no hay cómo reponerlos, y forestar un bosque tarda muchos años
por lo tanto el daño es irreversible.
Minería responsable
En Colombia existen algunos casos reconocidos como exitosos. Cerrejón por ejemplo se caracteriza a
nivel nacional por ser una compañía de explotación minera responsable porque hace planes de
reestructuración del ambiente, de intervención social y de mitigación. Más aún, planea en 15 años
acabar su producción y gran parte de la Guajira quedará desierta, sin acceso a agua potable y con alto
índice de desempleo.
Otro caso exitoso ha sido el del Chocó biogeográfico con el proyecto llamado Oro Verde, que
pretende extraer oro y platino de manera ambiental y socialmente sostenible a través de mejores
prácticas de extracciones generadas por los mineros artesanos. Al ser responsable, el precio al que se
cotiza en Europa es superior, dejando ganancias que permiten aprovechar los recursos económicos
para la comunidad minera y para la protección de bosques. De este modo contribuyen a la reparación
del ecosistema reconocido entre los 25 más biodiversos del mundo garantizando estabilidad a los
mineros y un impacto menor que otro tipo de minería.
35
Fierro, J. (2011, 18 enero), entrevistado por Molano, A., “Minería: locomotora sin control” en El Espectador,
Bogotá.
36
De este modo queda la pregunta de si la minería responsable es suficiente para suprimir el impacto
ambiental o siguen primando y siendo prioridad el desarrollo económico del país.
37
CAPÍTULO 3:
ENTRE EL DESARROLLO ECONÓMICO Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE
“La articulación entre economía, sociedad y ambiente está en que el medio natural nos provee los
llamados bienes y servicios ambientales, que en algunos casos mediante su uso generan bienestar e
impactos económicos de gran valor o si hay deterioro generan altos costos económicos, malestar y
enfermedades”.
Juan Pablo Ruíz, El Espectador, 1 de diciembre de 2010.
En la década de los 40 el desarrollo capitalista, entendido como progreso y modernización, generó un
aumento en la oferta y demanda, puesto que mayor consumo, significaba mayor bienestar. Fue un
momento de producción abrupta, de ilimitadas creaciones para incrementar el nivel y la calidad de
vida y promover a la humanidad hacia la cima del progreso.
Sin embargo, 20 años después, se pone en cuestión este modelo capitalista, puesto que su creciente
desarrollo conlleva también a un retroceso, “las personas debían ahora satisfacer sus necesidades en el
mercado y vender allí su trabajo”. (Brunner, 2000, p.5).
El aumento de producción, por ejemplo, al contrario de generar empleo, empieza a causar un alto
índice de marginalidad que también llevará a tener mucha oferta y poca demanda como lo explica Paul
Collier, profesor de economía de Oxford, “Otro aspecto disfuncional de la política comercial de los
países ricos es el aumento de los aranceles, que son más elevados para los productos elaborados que
para las materias primas lo cual dificulta que los países del club de la miseria puedan optar por
procesar sus propias materias primas antes de sacarlas al mercado mundial y diversificar así sus
exportaciones”. (2010, p.261)
El uso de materias primas, la creciente e imparable industria, la creación de productos que pretenden
mejorar el estilo de vida y en general el afán del hombre por saciar sus placeres ha llevado al progreso,
entendido como avance tecnológico y científico que han permitido facilidades y descubrimientos
además de alargar la longevidad, pero también ha ido acabando con fuentes vitales como el aire puro y
los bosques nativos, siendo está una gran contradicción. ¿Cómo hacer productos para satisfacer
necesidades consideradas vitales y al mismo tiempo, mientras se crean, acabar con elementos tan
fundamentales como el agua?
38
Las personas reciben lo que necesitan pues el mercado suple sus demandas (y también las crea) y todo,
al parecer, es bueno. Era lo que Hosbawm ya advertía al referirse a la creciente industria: “una
economía industrializada, capaz de producir (…) todo cuanto desea”. (Hosbawm, 1979, p.60).
Sin embargo, según los teóricos de las necesidades, hay tres necesidades básicas; sed, hambre sexo y
otras que son sociales como el altruismo, el poder y el logro. El resto de necesidades, esas que
comúnmente se llaman así para referirse a la necesidad de tener un celular último modelo, comprar
ropa cada dos meses, ó probar el nuevo producto que salió; son necesidades dadas y creadas por el
mercado cuya finalidad es construir un ser humano que tenga nuevas necesidades de consumo para
que puedan ser saciadas por el mercado.
La producción no tiene límite, hoy, aun y cuando el capitalismo sigue funcionando como modelo
económico, pero no como movilizador de la sociedad y construcción de humanidad. La maquinaria y
las nuevas tecnologías han reemplazado al hombre, disminuyendo el tiempo de realización de un
objeto y haciéndolo en grandes cantidades.
Sumergidos de este modo, se ignora y se evita volver sobre ese primer ideal que buscaba bienestar e
igualdad para todos (incluyendo animales, plantas, entorno), y se pone de frente al desarrollo,
íntimamente relacionado con el uso y avance tecnológico, con el crecimiento económico, con el
aumento de saberes y conocimiento y en últimas con el supuesto progreso de la humanidad. Pero el
daño causado en el ambiente, los animales que se extinguen, las plantas que se mueren todos los días y
los millones de enfermedades desconocidas antes, resultan precisamente de esa producción
inmoderada, del deseo de poder y riqueza de unos pocos, de intereses que benefician a minorías y del
desinterés o egoísmo de los hombres al pensar primero en sí mismos y en últimas no darse cuenta que
se están autodestruyendo.
Por ejemplo, si se pensará en un objeto cualquiera, al que los hombres le han dado el título de
necesidad, como una bolsa de basura, ¿de dónde se extrae el material para hacerla? Es petróleo,
petróleo que debe ser buscado y una vez encontrado deben despejar la zona, desplazar personas y
animales y adaptar el terreno para su extracción. Luego deben convertir ese petróleo en un material
específico para hacer plástico y entonces su realización conllevará quema, contaminación, escape de
gases CO2 y enfermedad en las personas. Cuando la bolsa ya llega a las manos del que la necesita,
entonces la usa y la desecha, cayendo en ríos, alcantarillas y causándole muerte a animales.
Este proceso hace parte de la fuerte institución del capitalismo, que ignora al mismo hombre para
alcanzar a toda costa el crecimiento económico sin importar que mientras aumentan índices de
estabilidad monetaria, el nivel de CO2 en la capa de ozono también crece. Según el informe anual
39
2010, de la Organización Mundial de la Meteorología —OMM—, “se ha incrementado en la
atmósfera la carga de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso —los principales gases de efecto
invernadero— en un 27,5 por ciento entre 1990 y 2009, y en un 1 por ciento entre 2008 y 2009”.
Crecimiento que acabará con plantas, animales y llevará a la autodestrucción de la humanidad, que
sesgada por el poder y el dinero olvidó estar en el mundo y cuidar el mundo que se hacía con él. En su
informe la OMM explica que “a lo largo de los 10.000 años anteriores a la era industrial, que comenzó
a mediados del siglo XVIII, el CO2 se mantuvo a unos niveles casi constantes (…). Desde 1750, el
CO2 aumentó en un 38 por ciento a causa especialmente de las emisiones de la quema de combustibles
fósiles, la deforestación y el cambio en el uso de la tierra”.
Ahora bien, todo lo anterior debe ponerse en términos más concretos, es claro ahora, que los hombres
deben satisfacer necesidades creadas por la industria y que además no se han detenido a observar el
grave daño que generan. Más aun no es una cuestión sólo de hombres sino de quienes gobiernan a los
hombres y de quiénes tienen el poder sobre la industria, es decir, sobre los hombres.
Los países nombrados hoy como desarrollados y subdesarrollados, se han consolidado en la idea del
crecimiento y progreso, mencionada antes. A través de políticas, de normas y leyes, han establecido
las maneras posibles y mejores para poder alcanzar una especie de equilibrio económico, que es en
últimas lo que siempre primará. Jugando y apostándole a las riquezas de cada país, se negocia con
otros países y a la vez se compite por saber quién es el mejor. Es un juego de poder, de quién tiene
más para poder, no ayudar, sino dominar al que tiene menos.
Las relaciones internacionales, el producto interno bruto, las materias primas, la política, la economía
y el empleo son aspectos fundamentales y determinantes de los países. Los políticos deciden, al ser
elegidos por el pueblo como mediadores, y de este modo se asume lo que será del rumbo de un país.
De nuevo, la productividad estará más enfocada en la explotación de las riquezas de cada país para con
esto poder posicionarse. Unos países (los desarrollados) comprando esta materia y haciendo productos
y otros países (los subdesarrollados) comprando estos productos, hechos con su propio material primo
pero a un precio más elevado; como lo afirmó Ana Isabel Mariño consejera de Medio Ambiente,
Vivienda y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid: “Ya no se habla de gasto cuando se
habla de medio ambiente si no de inversión rentable”36
.
En definitiva, el modelo capitalista concibe dominantes y dominados y en el caso particular de
América Latina, son más los países dominados. A esto se refiere Eric Mollard investigador del
36
Mariño, A. (2010, 30 de noviembre) “La economía verde y su gran potencial” {conferencia} Congreso
nacional de medio ambiente CONAMA, Madrid.
40
Instituto de Investigación para el Desarrollo, al exponer las diferencias entre la gobernabilidad
ambiental en los países del norte y los del sur “el medio ambiente sufre de una crisis de gobernanza en
los países del sur a causa de las imperfecciones de la democracia básica que pide información (…),
independencia (…) y contrapoderes (…)”37
.
El caso de Colombia no deja de ser distinto. Colombia es un país de grandes riquezas naturales puesto
que tiene una gran diversidad de climas, de fauna y de flora. Debido a esto, es un lugar donde puede
haber gran variedad de alimentos, todo el año (tales como el café, las frutas, los granos) y también de
minerales (como oro, plata y carbón). Además de ser el país en el mundo con mayor extensión en
páramos y ser ricos en fuentes hídricas.
Sin embargo, esta diversidad más allá de ser una fuente de crecimiento para el país ha sido por el
contrario valorada por empresas multinacionales y transnacionales que a través de licitaciones han
concesionado territorios para ser explotados bajo circunstancias de poco control por parte de
autoridades ambientales y con flexibles impuestos y pequeñas regalías. De este modo lo evidencia el
senador Jorge Robledo,
“Señalo un hecho preocupante y es el tamaño del territorio adjudicado a inversionistas extranjeros.
Para mencionar un solo caso, la Anglo Gold Ashanti tiene concesionadas 690 mil hectáreas (…), un
territorio inmenso con impacto sobre asuntos políticos y económicos y que explica buena parte de las
contradicciones que se están viviendo en el mundo de la minería y que tienden a agravarse (…)
Miremos lo de las regalías. He dicho aquí en más de una ocasión que son bajísimas y me sostengo en
lo dicho.”38
En Colombia los políticos no están pensando en las riquezas naturales como un lugar desde donde
crecer, sino que las riquezas son dadas a otros para que estos crezcan.
Ya lo mencionaba el periodista Juan Pablo Ruiz cuando señala que no hay un capítulo ambiental en el
nuevo Plan de Desarrollo Nacional (PDN) del gobierno de Juan Manuel Santos, es decir, que lo
ambiental no está dentro de lo que el país y su política podrían considerar prioritario.
Prioritario no sólo a nivel de uso adecuado de las riquezas sino del afán que debería existir por
conservar lo que se tiene y contribuir a no aumentar por ejemplo el CO2 en la atmosfera, ni a
acrecentar el alarmante cambio climático. Según Ruiz, si las riquezas naturales estuvieran bien
37
Mollard, E. “El agua, una crisis de comunicación, elementos de democracia ambiental en los países del norte y
del sur”. disponible en: http://www.eumed.net/eve/resum/07-junio/em.htm, recuperado: 13 de abril de 2011. 38
Robledo, J. (2010, 14 de septiembre), “La situación de la minería es un desastre” debate al ministro de Minas
y Energía Carlos Rodado Noriega sobre la política minera.
41
utilizadas, podría pensarse también en el crecimiento del país y en ser fuentes de competencia para
otros. “El capital natural renovable puede convertirse en un factor productivo, que impacta y
diferencia con ventajas comparativas y competitivas la eficiencia en el uso de otros factores
productivos y esto es mucho más que suelos y agua”39
.
Colombia, con miras hacia ese anhelado progreso ha descuidado los recursos dejándolos en manos de
otros. Sucede así con el oro o el carbón, no sólo se vende en el extranjero sino que se permite que el
extranjero se apropie de unos terrenos, los explore, explote y al final en la etapa de abandono no haya
mitigación alguna.
Un ejemplo de ello es la realidad que se vive en el municipio de Marmato, Caldas, un lugar que
históricamente ha trabajado en minería aurífera y al cual llegó la compañía canadiense Medoro
Resourses en el 2009, para concesionar una gran extensión de terreno, llamada el Cerro del Burro. Allí
vive y trabaja gran parte de la población y la llegada de esta compañía implicaría la movilización del
casco urbano y la finalización de pequeñas empresas mineras familiares y artesanales de todo el
municipio. Desde su llegada y en la etapa de exploración llevan 60 mil metros perforados. Según el ex
congresista Óscar Tulio Lizcano “tiene estudios de pre factibilidad que le dan vía libre para hacer (…)
200 mil perforaciones de las cuales se extraerán 40 mil toneladas de oro”. Corpocaldas ya aprobó el
plan de manejo ambiental y ahora están a la espera de la licencia ambiental que ya está en trámite ante
el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Esta situación no solo deja sin trabajo a
habitantes del municipio cuyo ingreso estaba representado por la explotación, sino que además implica
gran impacto ambiental (por las nuevas tecnologías, maquinarias y químicos que utilizarían para la
extracción del oro) que aún no puede medirse y muy posiblemente no podrá mitigarse.40
Para Colombia significa pérdidas irrecuperables pero los intereses comerciales y la mirada desde el
poder es otra. Las multinacionales por su parte no consideran que estén causando daños sino por el
contrario toman un papel de heroínas, donde llegan a ayudarle al país a crecer, a aumentar el empleo y
los ingresos.
Según Víctor Bacchetta, periodista uruguayo, “después de la Cumbre de Río, en 1992, (…) 175
científicos concluyen que esta civilización continúa destruyendo el planeta a un ritmo más acelerado
39
Ruíz, J.P. (2010, 1 de diciembre), “Capital natural y desarrollo”, en El Espectador, Bogotá. 40
Información tomada de: 1) Veiman, O. (2011, 9 de febrero), “La solución para Marmato no puede dejar sin
sabores: Minminas” en La Patria online. 2) Hernández, C. (2010, 8 de diciembre), “Medoro pretende encontrar
más oro luego de un año en Marmato” en La Patria online 3) Lizcano, O (2010, 22 de octubre), “Gobernador:
Marmato; bajo la lupa” La Patria online,
42
que nunca, la contradicción entre el modelo de desarrollo aceptado y sus consecuencias ambientales y
sociales es insostenible”41
.
Es así como no se puede pensar en un modelo que no tenga en cuenta la sostenibilidad del ambiente,
puesto que este es fundamental para el futuro de la humanidad y en la medida en que se agudice la
crisis ambiental, más grande será también la crisis social. Así, en tanto se intente y se propenda por
resolver una, así se resolverá la otra.
41
Bachetta, V. (2000, diciembre), “Perfil del periodista ambiental” {conferencia} I Foro Interamericano de
Periodismo Ambiental, en el marco del XXVII Congreso de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria
y Ambiental. Brasil.
43
CAPÍTULO 4:
PERIODISMO AMBIENTAL UN VOCERO DE LA NATURALEZA
Así como no se conoce en qué momento exacto surge el periodismo como un ejercicio de informar a
los demás; tampoco será posible remitirse a una fecha en donde las especialidades del periodismo se
hicieron plausibles y se otorgó una clase de temas a unas clasificaciones que fuera más enfática.
Periodismo ambiental, es un término nuevo. Los periodistas deben cubrir todo tipo de temas, pero el
ambiental nunca ha sido algo prioritario. Sucedía que, cuando había un terremoto, una catástrofe o
inundación, mandaban al periodista disponible a cubrir ese evento específico; dándole la relevancia
necesaria en ese momento y luego olvidando por completo hacer seguimiento al acontecimiento o
encontrar posibles causas.
Aún y cuando hubo varios episodios fundamentales para consolidar la especialización ambiental como
un asunto relevante socialmente, las personas que se dedicaban a éste eran muy pocas. Pues según el
periodista español Joaquín Fernández “primaba la eficacia y la rentabilidad frente a la
especialización”42
.
Dice Arturo Larena, periodista ambiental español, que fue en la cumbre de Río de Janeiro en 1992,
donde realmente los periodistas empezaron a poner atención a cuestiones ambientales: “consiguió
elevar el grado de concienciación de la opinión pública, que muchos gobiernos hayan reconocido
formalmente acciones que los grupos conservacionistas defienden desde hace tiempo y que los medios
dejen de ver esta información como un bicho raro”43
. Además, la importancia hacia otros temas
políticos, económicos y de conflicto, se adueñaba del foco de atención, hasta que de nuevo, ocurría
una catástrofe natural y entonces volvía a surgir la pregunta de ¿cómo abordar temas ambientales?
Hoy, la pregunta tiene mucha más incidencia puesto que hasta ahora los países y las personas se están
empezando a preocupar por el emergente cambio climático que amenaza a la humanidad y ante el cual
ninguna tecnología posible ha podido hacerle frente. “…el cambio climático será a largo plazo un
hecho aún más noticioso por los billones de personas a los que afectará”44
asegura la periodista
española Sonia Fernández Parrat.
42
Fernández, J. (1995) citado en Fernández, S. 2006. 43
Larena, A. (2002) Citado en Fernández, S. 2006. 44
Fernández, S. (2006, julio), “La información ambiental en los medios de comunicación. Dificultades y retos”,
en Revista Telos {en línea}, núm.68, Madrid.
44
El periodismo ambiental hoy está más consolidado que hace 20 años, existen grupos de periodistas que
se han reunido en torno a este tema y se ha observado en la última década, un esfuerzo por mantenerlo
y por fortalecerlo como especialización. Así lo señala Larena: “a comienzos del siglo XXI el
periodismo ambiental está más organizado, es más informativo, más profesional y más aséptico. Ya no
se identifica tanto con los ecologistas como fuente casi única y, sobre todo, reivindica un papel de
igualdad con el resto de los periodismos especializados de las redacciones. Es tan digno y tan
importante o más como el periodismo de sucesos, economía, sanidad política o información local”45
.
Ha abandonado el activismo ambiental como única fuente, para focalizarse en la investigación, la duda
y la indagación buscando otras miradas no sólo la que defiende al ambiente a cabalidad.
Sin embargo, a pesar del empeño aun es poco lo que se ha conseguido puesto que trabajar con temas
ambientales no será lo mismo que temas de salud; si bien ambos son complejos, cada uno tiene una
manera particular de ser abordado, de ser trabajado, investigado y de ser contado. Usar periodismo
ambiental para definir la especialización dirigida a temas ambientales, se estableció hacia finales de
1994 cuando la Asociación de Periodistas de Información Ambiental46
(APIA) fijó definitivamente el
término periodismo ambiental, de tal modo que se separará de lo que ya antes habían llamado
periodismo verde o ecológico.
Algunos ya han hecho la tarea de definir el periodismo ambiental. Según el periodista español Rogelio
Fernández, “se trata de un ejercicio o periodismo especializado que atiende la información generada
por la interacción del hombre o de los seres vivos con su entorno, o del entorno en sí”47
. Asimismo
Joaquín Fernández, periodista español dirá que es una especialización “cargada de futuro, que se
ocupa de la actualidad relacionada con la naturaleza y el medio ambiente y en especial de aquellos
aspectos que tienen que ver con su degradación”48
. Por su parte, el periodista uruguayo, Víctor L.
Bacchetta dice que “periodismo ambiental es el tratamiento a través de los medios de comunicación de
los temas relacionados con el medio ambiente. Si consideramos al medio ambiente como el conjunto
de sistemas naturales y sociales en donde conviven el humano y los demás seres vivos presentes en el
planeta, debemos convenir que el periodismo ambiental es uno de los géneros más amplios y
complejos del periodismo”49
.
45
Larena,A. (citado en “Relatoría del taller de cobertura de temas ambientales”, 2007) 46
Disponible en: http://www.apiaweb.org/ 47
Fernández, R. (2002, septiembre), “En torno al debate sobre la definición del periodismo ambiental”, en
Revista Ámbitos {en línea} año 2003, núm. 9-10, Sevilla. 48
Fernández, J. (1995) citado en Fernández, S. 2006. 49
Bachetta, V. (2000, diciembre), “Perfil del periodista ambiental” {conferencia} I Foro Interamericano de
Periodismo Ambiental, en el marco del XXVII Congreso de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria
y Ambiental. Brasil.
45
Sobre lo mencionado por Bachetta, hacer periodismo ambiental, necesariamente implica reconocer el
impacto y la influencia que tiene el hombre sobre lo ambiental para destacar la incidencia perjudicial
pero también las posibilidades de vivir coherentemente con la naturaleza sin impactarla a gran escala.
Esta es una labor compleja en la medida en que también el periodista es responsable en menor o mayor
tamaño sobre las problemáticas y consecuencias de las acciones incorrectas de los seres humanos.
Según Rogelio Fernández, los temas que aborda esta especialidad son: protección de naturaleza
(deforestación, incendios forestales, suelo, biodiversidad, espacios protegidos, fauna y flora), agua
(contaminación de ríos, mares, costas, planes hidrológicos), contaminación (agrícola, acústica,
atmosférica, capa de ozono, efecto invernadero, cambio climático, vertidos), residuos (urbanos,
tóxicos, atmosféricos, incineración, reciclaje, vertederos ), desarrollo sostenible (turismo rural,
problemas de población, salud, educación ambiental, desarrollo económico y protección del medio),
investigación (nuevas tecnologías, energías renovables, estudios de impacto ambiental),
administración ambiental y organizaciones ecologistas50
.
Más aún de estos campos, es importante resaltar lo que Joaquín Fernández explicaba al definir la
especialidad, y es la degradación; referida a las irregularidades en la normalidad de la naturaleza que
requieren de un seguimiento continuo y complejo, más allá de un hecho noticioso, el periodista
ambiental persigue esa problemática, vuelve sobre ella a diario y busca fuentes oportunas. Decía
Daniel Coronell51
que el buen periodista investigativo debía ir detrás de lo que no estaba claro o
necesitaba mayor explicación; de este modo el periodista ambiental hace lo mismo cuando se
encuentra frente a lo desequilibrado o inconcluso.
El periodista ambiental va más allá del periodista que cubre un hecho ambiental ocasional. Tiene la
capacidad de poder seguir un caso, de prever qué sucederá, no como un meteorólogo pero sí como una
persona que está en la capacidad de informar antes de que un hecho ocurra. Por supuesto, no referido a
una catástrofe donde no se puede conocer cuándo pasará un tsunami por ejemplo, pero sí reconocer
que cuando una cuenca, se está contaminando, lo más seguro a corto plazo es que empiecen a
presentarse enfermedades.
Según Bacchetta, dentro de las cinco preguntas del periodismo, el ambiental debe enfocarse en el por
qué pues asegura que “la presencia de una crisis ambiental es bastante fácil de aceptar, pero lo difícil
es que un sector o grupo asuma la responsabilidad de haberla provocado. La tendencia más común es
50
Fernández, R. (2002, septiembre), “En torno al debate sobre la definición del periodismo ambiental”, en
Revista Ámbitos {en línea} año 2003, núm. 9-10, Sevilla. 51
Coronell, D. (2010, noviembre) en clase de periodismo de opinión, Pontificia Universidad Javeriana.
46
explicarla como un accidente”. Así que no quedándose tranquilo con la casualidad y la espontaneidad
con la que ocurre, el periodista ambiental busca el origen y las causas del evento; además de
identificar el conflicto ambiental que está relacionado, según este periodista, con “incompatibilidad de
intereses y/o percepciones en la prevención o reparación de un daño ambiental”.
Ahora bien, el reto del periodista ambiental también está en la forma en cómo cuenta la historia.
Brindando información fidedigna pero así mismo utilizando un lenguaje claro para el público; además
de poder explicar no sólo el origen sino en muchos casos la evolución de lo que investiga
(generalmente son temas que toman mucho tiempo, que requieren seguimiento y que perduran).
Lo anterior debido a que esta especialización también tiene un carácter científico, y por lo tanto, la
tarea del periodista ambiental también es divulgar de manera clara, estos descubrimientos o
dificultades que surgen en las ciencias.
Por otro lado existen muchas problemáticas para ejercer el periodismo ambiental. La primera de ellas
se podría identificar en las agendas de los noticieros o periódicos, donde sus contenidos son
estandarizados y rutinarios, así que darle espacio a un conflicto ambiental significará que el conflicto
haya tomado grandes dimensiones, de lo contrario, incendios o inundaciones de menos grado no serán
relevantes.
Además es una especialización que requiere de tiempo y las noticias y los medios de comunicación
exigen rapidez, instantaneidad e inmediatez, asunto que dificulta la labor del periodista ambiental
cuando investiga alguna irregularidad, sobre la cual requiere estar bien fundamentado y documentado;
precisamente por lo que anteriormente se mencionó de hacer parecer los hechos ambientales como
meros accidentes. Según Sonia Fernández, “los responsables de los medios buscan la rentabilidad y
siguen mostrando reticencias a contratar a profesionales especializados en detrimento de los
periodistas todoterreno capaces de cubrir cualquier tipo de información”52
.
Es un asunto económico, pero también exige riesgo. Así lo explica Reporteros Sin Fronteras53
, en un
informe sobre el peligro de los periodistas medioambientales, mostrando que hay peligro desde el
principio de la investigación pues “ese trabajo de recogida de información representa una amenaza,
considerada más que suficiente por muchas empresas, organizaciones mafiosas e incluso Estados y
todo tipo de intermediarios, que sacan beneficios de un uso abusivo del medio natural. Evidentemente,
la restricción medioambiental significa un freno para sus proyectos. La prensa de investigación y los
52
Fernández, S. (2006, julio), “La información ambiental en los medios de comunicación. Dificultades y retos”,
en Revista Telos {en línea}, núm.68, Madrid. 53
Disponible en: http://es.rsf.org/
47
militantes ecologistas pueden entonces convertirse en testigos molestos, e incluso en enemigos a los
que hay que eliminar”. Ejemplo de esto, es el caso de Lucio Flavio Pinto, periodista brasilero que ha
denunciado la devastación forestal en la Amazonia y por ello tiene 33 cargos judiciales.
En Colombia, si bien hasta ahora no se conocen casos de amenazas directas o de muertes debido a
alguna denuncia ambiental, acceder a la información es complejo a causa de los múltiples intereses
que se interponen, con el objetivo de ocultar la falta ambiental que se comete. Las deforestaciones, las
inundaciones, las explotaciones y los grandes cultivos que generan impactos a gran escala, están
respaldados por una empresa con el apoyo del Estado o por grupos de narcotráfico o guerrilla. De este
modo investigar se vuelve una tarea difícil que requiere la búsqueda de varias fuentes pero también de
tiempo, respaldo y protección para el medio que se está trabajando.
Es también un problema, según Larena conseguir fuentes, ya que asegura que es difícil identificar
fuentes y cuando se hace, ellas no confían en el periodista porque no tiene bagaje científico o el
periodista no comprende su lenguaje. “Uno de los problemas del periodismo ambiental y del
periodismo científico es que suelen tratar cuestiones complejas que el informador debe transmitir
aunque no siempre las entiende a la perfección (…) Hay que reconocer que no es una tarea fácil ir más
allá del hecho o la rueda de prensa pues las fuentes no querrán que se les haga publicaciones
negativas”54
. También Sonia Fernández argumentaba que la dificultad de las fuente era que las
oficiales, como instituciones o entidades del Estado no se pueden entender como única autoridad (ya
que en la mayoría de infracciones al ambiente, este está implicado); las ONG se aceptan como
organizaciones activistas y finalmente los implicados y los afectados será muy difícil que acepten o
denuncien la irregularidad.
Y, finalmente, como uno de los mayores obstáculos se encuentra el interés del medio de acuerdo a
quién le pertenece o a qué tendencia política y económica está dirigido. Según Fernández “…no debe
olvidarse que a veces sus alianzas basadas en intereses económicos y políticos disminuyen su supuesta
neutralidad a la hora de cubrir este tipo de acontecimientos”. Esto se puede evidenciar en la manera en
cómo los medios colombianos abordan por ejemplo un derrumbe en carretera y se lo atribuyen al mal
clima o la fuerza de la naturaleza; lo que no mencionan es que la construcción de la vía no fue bien
planificada por tal empresa, que no previeron la caída de rocas, que además no tuvieron en cuenta el
peso de los vehículos que por allí pasaban y que todo esto también llevó al deslizamiento de tierra y a
provocar el fenómeno.
54
Larena, A. (Citado en “Relatoría del taller de cobertura de temas ambientales”, 2007)
48
Por otra parte, en América Latina y en el caso específico de Colombia el periodismo ambiental
empieza a cobrar fuerza. Sí bien, algunos periodistas se han preocupado por hacerle seguimiento a
problemáticas tales como contaminación urbana, derrumbes, inundaciones, sequías entre otros, estos
se abordan de manera superficial y no tienen espacio en los medios. El ex ministro de Medio
Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial Manuel Rodríguez, por ejemplo, ha escrito varias
columnas sobre minería; sin embargo son columnas de opinión y aun cuando hace crítica y un llamado
a que la ciudadanía conozca la problemática, su trabajo se queda corto para las irregularidades que se
presentan en al ámbito ambiental.
No existe tal consciencia de parte de los periodistas de la importancia que tiene hablar sobre el
ambiente. Así lo afirma Sonia Fernández “Los medios de comunicación pueden y deben desempeñar
un papel fundamental en la conciencia ambiental de la sociedad, y sin embargo no conceden al medio
ambiente la importancia que éste merece”. De este modo, esta especialidad reconociendo su lugar
incidente en la sociedad es generadora de conciencia y de enseñanza.
La sociedad en definitiva no está informada, desconoce la realidad de lo que sucede a nivel ambiental.
Hoy hablar de cambio climático y de reciclaje es más común, pero las personas no están enteradas de
por qué está sucediendo esta trasformación en el planeta. La labor del periodista debería ser informar,
contarle a la gente, explicar y denunciar atentados contra el medio ambiente, finalmente el ambiente se
refiere al lugar donde habitamos y si este se deteriora, no se puede esperar otra cosa que la destrucción
humana; “en ese sentido, la contribución al desarrollo sostenible por parte de los comunicadores
sociales locales requiere ser potenciada, para así lograr difundir información de mejor calidad, que a
su vez permita la explicación de temas ambientales y su relación con el contexto social, económico y
ecológico del país”. (Loaiza, M. 2006)
En Colombia, no sólo los periodistas no se especializan en este ámbito sino que además como se
señaló antes, es complejo e inseguro acercarse a estos temas. Las investigaciones que se hacen en
Colombia, tienen que ver en su mayoría con narcotráfico o corrupción política. Ambos íntimamente
relacionados también con el deterioro ambiental, pero las investigaciones por lo general no abogan por
un río o una población afectada por contaminación, sino tienden más a dineros, manejo de favores,
relación entre un personaje y otro; historias que venden, que le llaman la atención a la gente, que
hablan por lo general de muertes y violencia. De este modo hay varios obstáculos, uno de ellos la
consecución de fuentes, otro la prioridad que reciben otros temas y el más importante, el riesgo que
tiene la vida del periodista.
Sin embargo no deben desconocerse algunos intentos por clasificar y categorizar las funciones y
deberes que el periodismo ambiental está llamado a cumplir. En 1995 en el Encuentro Internacional de
49
Periodismo y Medio Ambiente en Bogotá, se redactó la declaración de La Calera. Esta proponía 10
puntos, entre los más destacados: a) Proponemos un periodismo ambiental que promueva la vida en
todas sus manifestaciones a partir de una actitud responsable y centrada en la búsqueda de soluciones
y alternativas a los problemas ambientales en Colombia y el mundo. b) Los periodistas ambientales
consideramos que sólo es posible crear un movimiento de opinión favorable a la vida, a partir de una
actitud profesional que exige compromiso ético y responsabilidad individual respecto a la
investigación, el análisis del contexto social y la complejidad de la dimensión ambiental. c) Es de vital
importancia recuperar e interpretar la memoria histórico-cultural en sus distintas manifestaciones
como insumo básico para el análisis prospectivo de los fenómenos ambientales que genere
alternativas. d) Reivindicamos al periodista ambiental como actor social que incide en la toma de
decisiones sobre el desarrollo futuro de nuestro país. e) Hacemos un llamado de atención a la
academia hacia la formación de un profesional más consecuente con la relación hombre-naturaleza.
Es de este modo como el periodismo ambiental ha ido surgiendo y empezado a ser relevante pero esto
no será suficiente. El periodismo ambiental debe abogar, más que otras especializaciones, por la vida,
por salvaguardar los recursos naturales que nos pertenecen a todos, por ser un agente social
reconociendo el impacto que genera el hombre, por dar a conocer una problemática, por ser vocero de
la naturaleza, el daño y las posibles maneras de mitigarlo.
Los desastres y las problemáticas ambientales requieren de una investigación profunda ya que aunque
en muchas ocasiones puede ser visible el problema, los impactos e implicaciones que este tiene son a
largo plazo. Cuando por ejemplo, el periodista se encuentra frente a una tala masiva de árboles,
aunque el hecho puede verse, los responsables se desconocen y las afectaciones por la contaminación
se hacen visibles en enfermedades, tiempo después de que ocurre una tala.
Para hacer investigación siempre hay una motivación, pero la principal es “el deseo de publicar
información verdadera y verificable acerca de asuntos de interés público que alguien quiere mantener
ocultos”.55
Requiere dedicación y esfuerzo investigar, implica mirar donde otros no lo han hecho y dudar de todo
lo que se da por cierto. Reconocer la multiplicidad de las fuentes y hablar con todas las personas
posibles pues cada una tiene una forma de narrar y cada una abre puertas a nuevas preguntas y nuevas
fuentes.
La naturaleza habla a su manera, se manifiesta por causa del impacto que ha generado el hombre en
ella, pero cuando se hace periodismo ambiental la principal afectada, la naturaleza, no tiene forma de
55
Instituto de Prensa y Sociedad de Venezuela. (2010) “Métodos de la impertinencia”, Venezuela, p.45.
50
ser una fuente, más allá de lo que ella puede mostrar. De este modo investigar asuntos ambientales se
convierte en un lugar donde no hay nada resulto, desde donde se debe empezar desde el principio y
conocer a profundidad el caso a tratar. En Colombia por ejemplo para hablar de un páramo se debe
conocer su estructura, su fauna y flora específica, porque de acuerdo al lugar de ubicación el daño es
más o menos penetrante.
Es importante mantener la distancia por el tema que se está tratando puesto que el ambiente es un tema
que tiende a conmover y que puede ser perjudicial para el periodista si no sabe equilibrar las fuentes y
dar una mirada amplia del problema.
Ir y volver, estar en el lugar de los hechos y en sus alrededores, recoger la realidad de la situación pero
también la historia, buscar archivos, documentos, noticias, imágenes que le den herramientas al
periodista pero que también sirvan como lugares donde encontrar vacios y dudas que deben resolverse.
Si bien el periodista no es un héroe, ni su objetivo único es denunciar, la investigación es el respaldo
de credibilidad del periodista.
Ahora bien, es fundamental destacar que el periodista ambiental debe ser muy cuidadoso para evitar
caer en el activismo o defensa de lo ambiental como lo primordial, perdiendo de vista la objetividad y
la información veraz. Si bien trabajar en esta área del periodismo implica apasionarse por la historia y
por lo que se quiere contar esto no puede ser evidente cuando el público lo recibe porque puede
prestarse para malinterpretaciones de la situación.
Así, el periodismo ambiental considera al hombre como partícipe de los daños pero también como
constructor de una armonía que no destruya más la naturaleza. Requiere pasión y un interés particular
por la naturaleza, pero también es necesaria la objetividad, la integridad, el esfuerzo, el trabajo de
campo, la búsqueda de fuente y el compromiso con la verdad.
51
REPORTAJE
Páramo de Guerrero, una desaparición a pica y pala
“Entre la tierra el manto negro de carbón es explotado, acabando con la armonía de Guerrero,
páramo único, fábrica de agua y tierra de nadie, que a causa de pequeña minería está agotando sus
reservas y se está secando”.
Juliana Ortega Camelo
Desterrar es sacar de la tierra y quedarse sin nada de ella. Destierro y olvido es lo que queda luego de
veinte años de minería constante para sacar carbón. No queda tierra, quedan rocas, piedras apiladas en
una pirámide negra, huecos profundos llamados socavones, que se sumergen entre las entrañas de la
montaña y ella, la montaña, agrietada, gastada, rasguñada, martillada y exprimida hasta quedar sin
agua, sin plantas, sin fertilidad, sin vida.
Vida dada por el agua. Agua que nace y es almacenada en los páramos colombianos para llegar al 70%
de la población. Según Carlos Tapia, coordinador del proyecto Páramo Andino, para el 2015 el 66%
de estos ecosistemas, es decir, 22 de los 34 páramos que tiene el país, estarán en riesgo de
desabastecimiento. Esto se traduce en una problemática destructora irreversible, de sequía,
contaminación, enfermedades, hambruna, sed, pocos cultivos y alzas en los precios de los alimentos.
Agua, liquido vital de plantas y animales, que nutre y limpia, que forma ríos y mares, que delimita
territorios, que quita la sed, que se distribuye; que está ahí en las montañas, en la lluvia, en la brisa, en
la neblina, en la nieve, en las lagunas, quebradas y humedales.
Es la sangre de la tierra, es la vitalidad y el crecimiento. Los páramos son corazones, allí se bombea la
sangre, se armoniza el ciclo del agua para encontrarse en esas altas montañas y recoger, reservar y
filtrar a través de venas subterráneas, llamadas acuíferos, éste líquido que drenará a ríos y quebradas
para alimentar el mar.
Ahí, en las montañas elevadas andinas, ahí donde empiezan a 3.000 metros sobre nivel del mar —
m.s.n.m—, ahí, en ese lugar donde el agua se privilegia y donde la vida del páramo se vuelve la vida
del agua y viceversa; ahí, hoy hay aridez, desolación y degradación.
Cerca del agua se asentaron las comunidades, cerca de los páramos y las montañas se formaron
ciudades y municipios para tener acceso ilimitado a este preciado líquido; pero del mismo modo el
consumo, uso y abuso de este recurso fundamental, le ha generado a estos lugares hidroestratégicos
daños irreparables; contaminando y desperdiciando el agua.
52
Los cultivos, especialmente los de papa, aprovechando las bondades del clima frío para sembrar,
arrasan con la vegetación para abonar la tierra. Las fumigaciones, llenan de pesticidas a los alimentos,
el aire y el suelo. El ganado, pisoteando potreros impacta los pisos subterráneos de recolección de
agua. La construcción de vías va modificando afluentes y dejando escombros. Y la minería, esa que
está allí escondida, abrazada por las montañas, trepada en sus picos más altos para saquear todo lo que
encuentre y agotar lo que queda.
Los causes los desvía el hombre porque la proximidad del agua es prioritaria para las actividades de
siembra o extracción. Se re-direccionan los ríos y los nacimientos hídricos para ser llevados por largas
mangueras o canaletas, hacía el lugar donde se vierte y se almacena.
Páramos, hábitat del 8% de animales endémicos de Colombia, entre réptiles y aves. Ecosistema de
aguas superficiales y subterráneas que albergan residuos de carbón lavado, restos de montaña
destruida, piedras inservibles; gigantescas rocas que en su color negro se confunden con el carbón pero
que son una montaña de desechos, de escombros dejados ahí, utilizados para dar un beneficio y luego
ser tirados para siempre. Nuevas montañas de arrumes, que con las constantes lluvias y las brisas se
resbalan y se desmoronan, dando a parar en los ríos que luego, en estudios de sus aguas, contienen una
cantidad considerable de sólidos y químicos para hacer de lo que era agua potable, agua negra
contaminada, oxidada, ácida e inutilizable.
Islas en el cielo
Entre las tres cordilleras colombianas y la Sierra Nevada de Santa Marta cubriendo un área de 14.434
km2
se encuentran distribuidos el 49% de los páramos del mundo. De estos, 31% está en riesgo.
Encontrándose entre los más afectados Pisba en Boyacá con 88 títulos mineros vigentes, luego Tota,
Bijagual y Mamapacha en Boyacá y Casanare con 79, seguido de Guerrero en Cundinamarca con 61 y
Santurban en Santander, con 44.
Teniendo en la totalidad de los páramos 391 concesiones aprobadas para explotación, algunas de ellas
dadas luego de ser ratificada la Ley 685 de 2001, que dispone en el artículo 34, zonas de exclusión
entre las que se encuentran páramos y humedales, que deberían estar protegidos.
Habría que añadirle a esas 391 concesiones, las múltiples minas ilegales que no cuentan con los
requerimientos o que estando en proceso de legalizarse (para el 2010 había alrededor de 3.300) sólo
600 de ellas podían elaborar un plan de mitigación ambiental.
53
Escribía en 1995, el geógrafo Joaquín Molano Barrero, que este paisaje de alta montaña ecuatorial es
“un espacio socialmente vacío, no es un lugar de identidad humana, de pertenencia, dominio,
soberanía o región”. Nadie se siente dueño, nadie permanece. Entonces en la soledad y el frío del
páramo, allá donde no hay reconocimiento ni arraigo por esa tierra, allá donde no pueden ser vistos;
llegan a apropiarse de las riquezas hídricas y minerales las industrias extractivas, en su mayoría
ilegales, es decir, sin licencia ambiental, sin concesión ni título minero. Abriendo caminos, senderos
amplios por donde dejan huella las llantas de los camiones pesados que bajan de las minas llenos hasta
el tope de carbón. Vías construidas de manera improvisada, puentes de madera inestables y
arrasamiento de plantas propias del ecosistema paramuno; para posarse en un lugar estratégico donde
la piedra negra sea abundante.
Un almacén de agua en las alturas
En el Páramo de Guerrero la brisa moja, los pastos están rociados, la tierra es húmeda y el aire es frío.
Es un recolector de vida, abrigador de gotas de lluvias y receptor de grandes cantidades de agua. Ahí
las plantas conocidas como frailejones reciben y capturan el agua, la almacenan, la acogen, como si
supieran el valor que tiene, la llevan al suelo donde se guarda en las porosidades de las rocas y va
cayendo poco a poco para desembocar en quebradas, cuencas y ríos.
Flores rojas que dan color a los tonos pálidos y amarillos pasteles de éstas alturas. Sietecueros que
llegan a medir tres metros y que florecen con un rojo intenso dos veces al año. Frailejones que abren
sus hojas alargadas, puntudas y verdes claras para crecer un centímetro anual. Tabaquillos poco
comunes que aunque son arbustos, parecen flores y entre sus hojas captan líquido. Bromelias,
refugiadas en las partes más altas, coloridas y pequeñas cuya forma en escalera permite recoger agua y
cuya vida está en peligro debido a su uso decorativo. Pajonales, rastrojos, matorrales, encenillos,
romeros y musgo, especies únicas, que han evolucionado para vivir en bajas temperaturas, humedad y
viento.
Guerrero con una extensión de 39.240 hectáreas, bordea y mira desde su cúspide elevada a los
municipios de Zipaquirá (en un 15,3%), Cogua (8,7%), Tausa (23%), Pacho, Carmen de Carupa
(25,7%) y San Cayetano (4,2%).
El río Frío, Negro, Susaguá, Borracho, las aguas de la represa del Neusa, Laguna Seca y Laguna Verde
entre otros afluentes y pequeñas quebradas, nacen en el Páramo; se forman allí, en esa captación de
agua, de brisa, de lluvia, que desde sus cimas empiezan a armar hilos azules de vida para llegar a sus
faldas y según el Instituto Colombiano de Antropología e Historia— ICAHN— abastecer a 2`000.000
54
de personas de los acueductos de Zipaquirá, Cogua, Tausa, incluyendo población de la sabana de
Bogotá.
Con una temperatura entre 7ºC y 11ºC y con altura aproximada entre los 3.200 y los 3.780, metros
sobre el nivel del mar- m.s.n.m- determinada por el Instituto Alexander Von Humboldt (ver recuadro
1), se caracteriza al Guerrero que pierde su verde debido a la pequeña y mediana minería. Con esta
extracción, las montañas se empiezan a quedar calvas, los árboles son arrasados, los animales se
pierden con ellos y ese pasto, esa tierra fértil, va perdiendo sus beneficios de cultivo hasta morirse y
dejar sólo la roca que sostiene a la montaña. Guerrero produce 8 litros/seg/km2 otros páramos 40
litros/seg/km2 y
esto es evidencia de un Páramo seco.
Extracción de materiales como arcilla, arenas, gravilla y carbón predominan en el Páramo. Más aun es
la explotación de este último la que más se ejerce y la mayor contaminante.
La riqueza de esta zona está en la existencia de carbón coquizable y antracita, los dos tipos de carbón
de mejor calidad por su poder calorífico siendo mayor a 7.780 Kcal/kg, sobre otros carbones que
tienen una cantidad de 2.000 Kcal/Kg.
La mina San José, ubicada en Guerrero a 23 km de Zipaquirá, explota 250 toneladas de carbón
antracita por mes.
Esta extracción es subterránea, es decir que para sacar su material, se requiere identificar los mantos
de carbón, que son en otras palabras, capas de carbón protegidas por capas de piedra. Una vez se
reconocen, el siguiente paso es abrir huecos horizontales profundos en la tierra, para desde ahí
empezar a meterse al interior de la montaña, sacar la capa de piedra (llamada también estéril, que
luego será escombro) y finalmente llegar a los mantos.
Galerías subterráneas que empiezan con explosivos y túneles, que se estructuran sobre la madera que
es talada en los bosques alto andinos. Profundidades que como en la mina de San José, se alcanza por
medio de las bocaminas (entradas al interior de las entrañas del Páramo); para llegar al primer manto
de carbón a través de una excavación de 760 metros de longitud.
Deforestar y tumbar árboles endémicos para sembrar robustos y altos arboles, especies foráneas de
pinos y eucaliptos que no son propios de la zona y que al contrario de funcionar como reforestadores,
se convierten en plagas que se expanden por el Páramo, limitan el crecimiento de la vegetación y
dañan la regulación hídrica.
55
Y picar y picar la piedra hasta que den con el manto negro anhelado y apilar esta piedra inútil que
obstruía el camino para llegar a la brillante y térmica roca de carbón.
La explotación se hace bajo tierra la mayoría del tiempo, los mineros se sumergen en los huecos por
horas para llenar las vagonetas cuyo peso es de una tonelada. Una vez está completa de los dos tipos
de carbón de esta zona-antracita y coque-, la impulsan a través de rieles para comenzar con una nueva
vagoneta.
El carbón antracita se utiliza en su mayoría como generador de calor y vapor, para la elaboración de
filtros que purifican el agua, colorantes y goma sintética. Tiene hasta un 98% de contenido de carbono,
es decir, su capacidad contaminante también es más alta puesto que producirá una mayor cantidad de
monóxido de carbono (CO) cuyo efecto es reducir el oxígeno.
El carbón coque por su parte se calienta en hornos (también construidos en las minas) para darle al
carbón un potencial calorífico más alto que no hace llama y se utiliza principalmente en la industria de
fabricación de hierro.
Para medianos mineros como Florentino Hernández, dueño de mina San José ubicada en el corazón
del Guerrero, la ganancia de su explotación es de 65.418 pesos por tonelada. Para empresas como el
Cerrejón, que exporta la extracción obtenida y representa el 17% de las exportaciones totales de
Colombia, el ingreso por tonelada es entre 200.000 y 230.000 pesos; sin embargo también saca 7m3 de
estériles-tierra, piedra oxidada- por cada 1.000 kg de carbón.
La minería a cielo abierto es perjudicial, como el conocido complejo Cerrejón que tiene devastada a la
Guajira y lava el carbón en el mar. Sin embargo la minería subterránea también es dañina, causa
estragos, no todos conocidos hasta ahora.
El encierro no garantiza medidas de salud y seguridad a los trabajadores. En San José por ejemplo, hay
30 trabajadores que pasan dentro de los túneles de 10 a 12 horas diarias y habitan la mina durante 15
días, durmiendo en campamentos. Cada seis meses los dotan de implementos de seguridad como
casco, botas, overoles y guantes y según Don Floro les dan mascarilla sólo cuando sean requeridas.
Ellos, los mineros, no son conscientes del impacto que causan, ni del riesgo al que están expuestos
debido a las liberaciones de CO ocasionan enfermedades a largo plazo.
Éste tipo de minería, la pequeña y mediana, es aún la que predomina en el país, más no se tienen datos
exactos de cuántas de ellas son ilegales. Es una minería que según Manuel Rodríguez, primer ministro
de medio ambiente (1990) y presidente actual del Foro Nacional Ambiental, no genera mayor impacto.
56
Asunto que recalca Mario Alejandro Valencia miembro de la Red Colombiana frente a la Gran
Minería Transnacional —RECLAME— al decir que no puede compararse la infraestructura ni la
eficiencia de una pequeña minería con una gran minería que para él significa, coger la montaña y
empezar a saquearla. Esto lo ejemplifica con el caso de Marmato en Caldas, municipio minero que en
500 años de explotación, no se ha visto tan impactado por la actividad extractiva artesanal como en el
2009, con la llegada de la transnacional Medoro Resources. Esta empresa cuando pretendía desplazar
todo el casco urbano para comprar las minas artesanales existentes y hacer de ellas un negocio minero
respaldado por el gobierno, argumentaba que el desplazamiento poblacional del municipio era
obligatorio porque había riesgo de sismos, pero en realidad había un interés económico y político de
por medio.
Sin embargo, el deterioro de acuíferos, la sedimentación del agua, la impotabilidad del líquido que
llega a los municipios y en general, el destino del Páramo de Guerrero está en riesgo debido a la
pequeña minería que no parece tan inofensiva.
Aspecto que Julio Fierro geólogo consultor en temas ambientales destaca en su evaluación del Plan
Nacional de Desarrollo Minero reconociendo que “la pequeña minería no necesariamente puede ser
responsable directa de pérdida de biodiversidad pero sí la suma de los impactos de varias minas en una
misma región”. (2011)
Más aun, la explotación de carbón, aun tiene dimensiones proyectivas a largo plazo, pues según
informe de la Unidad de Planeación Minero Energética —UPME— Colombia cuenta con 16.992
millones de toneladas potenciales del mineral, es decir que la locomotora está encarrilada para seguir
funcionado por muchos años más.
De este modo, reconociendo los recursos naturales, la vigilancia sobre estas minas de menor
explotación e ingresos económicos, deberá ser superior pues las transnacionales tienen interés en
explotar y el gobierno respalda, a través de las políticas flexibles para la inversión extranjera,
desarticular la minería pequeña e ilegal.
Por su parte Chris Lodder presidente de la transnacional Anglo Gold Ashanti, en un informe realizado
en el 2007, asegura que las intensiones de la compañía no son desplazar a los pequeños mineros sino
por el contrario coexistir con ellos y ayudarlos a legalizarse.
En Guerrero por ejemplo, las declaraciones del Gobernador de Cundinamarca Andrés González Díaz
respaldando las políticas mineras han sido enfáticas al decir que “se apoyará y coordinará, con
57
entidades públicas y privadas, el mejoramiento sostenible de la productividad y la competitividad del
sector”.
Por el contrario Clara Inés Sarmiento, bióloga de la Universidad Nacional y asesora sanitaria y
ambiental de Zipaquirá, se opone al otorgamiento de más títulos pues asegura que la pequeña y
mediana minería también ocasiona estragos en el Páramo de Guerrero, si se tiene en cuenta que hay
aproximadamente 500 minas entre legales e ilegales en la zona que podrían en un período corto ser
compradas por industrias extractivas.
Legal pero ilegítimo
La mina San José, abrió el 13 de mayo de 1998 con un contrato de concesión hasta el 2006. El Código
de Minas que protege los páramos se aprobó en el 2001 lo que implicaba para Don Floro hacer cierre
una vez se acabará su tiempo de explotación. Sin embargo Florentino Hernández, Floro o Florito pudo
prorrogar el 20 de junio de 2007 el contrato de concesión hasta el 2016 aun cuando la ley ya estaba
vigente. De hecho, este hombre de 72 años asegura que luego del 2016, volverá a pedir ampliación y
está convencido de que le será dada.
El caso de Don Floro es sólo un ejemplo que ilustra la problemática en general, puesto que en el
Páramo hay concesiones aprobadas hasta el 2014 y otras hasta el 2028, esto es, explotación para rato y
contaminación sin reversas.
Don Floro es legal porque tiene los papeles al día, pero seguir con la actividad minera en páramo ya no
es permitido. Sin embargo continua la explotación en 482 hectáreas, a 3395 m.s.n.m., sobre el
nacimiento de la quebrada el Alisal que nutre el río Frío que surte agua a los 6 municipios del Páramo
y al río Bogotá que también llevará su agua hasta el río Magdalena.
Las minas pueden tener el título y en principio acogerse a la normatividad exigida. Más aun, el
seguimiento de las autoridades no es permanente, es flexible y en los planes ambientales de mitigación
no se contempla la totalidad del impacto. (Ver recuadro 2)
Según la Dirección de Minas del Ministerio de Minas y Energía —MME— “los títulos que están en la
etapa de exploración no tienen importantes impactos sobre el ambiente por lo tanto no es necesaria la
licencia ambiental”. La etapa de exploración puede durar hasta 10 años, tiempo en el que no sólo se
miden cantidades del mineral sino en el que, de acuerdo a Mario Alonso Cubillos ingeniero ambiental
de la Alcaldía de Cogua, discretamente se empieza a explotar sin el debido estudio de impacto y
mitigación. “Dicen que están haciendo exploración y se supone que en esta etapa el material que sacan
58
no se puede vender, pero si llevan explotando tres y cinco años no creo que no lo estén vendiendo”.
(Ver recuadro 3)
Si bien la mina San José cuenta con título y licencia ambiental, no ha cumplido con el plan de manejo
puesto que no se acoge a las medidas de mitigación. Esto se refiera a que, aunque en el plan ambiental
se contempla la creación de un sistema de uso de aguas, la garantía de preservación de especies y el
cultivo de árboles nativos; esta mina ha hecho caso omiso de estos compromisos.
De acuerdo con una muestra de agua tomada por la oficina de Sistemas de Seguridad Social en Salud
de Zipaquirá, en la vereda Páramo de Guerrero, donde queda la mina de Don Floro, se comprobó que
este recurso hídrico no es apto para consumo humano por presentar hierro total y fosfatos por encima
de los límites permitidos, así como coliformes (bacterias) y heces fecales.
Sin embargo en relación con el plan de sostenibilidad ambiental que se le realizó al señor Hernández,
él tendría que hacer una inversión mensual de aproximadamente 65 millones de pesos para mitigar el
impacto ambiental que genera. Pero el carbón que allí se produce no puede costear el daño, puesto que
la ganancia que deja es menor.
Así, aunque Don Floro tenga canales de tuberías y tanques de sedimentación para tratar las aguas
contaminadas, el problema que ocasiona se puede ver a través de las aguas que de su mina bajan con
tonos naranjas y ocres; oxidación de carbón que se verterá directamente a la quebrada el Alisal.
De acuerdo con Conservación Internacional, para el 2009 en el Páramo de Guerrero vivían 102
familias de campesinos. Hoy no se conoce con exactitud cuántas familias se han desplazado,
reemplazando según Nohora León Rodríguez, coordinadora de investigación del Instituto de Estudios
Ambientales de la Universidad Nacional —IDEA— al habitante original por el minero o el que cultiva
a gran escala.
Casas convertidas en tiendas de paso donde venden paquetes, gaseosa y agua de panela, lugares
aislados y distanciados entre ellos. Pocas personas viven ahí, y la mayor parte tiene sus trabajos en los
pueblos porque en estos prados, la siembra y el cultivo se lo apropiaron industrias paperas o mineras.
Un estudio realizado por la CAR donde compara Guerrero con otros páramos de la cordillera
occidental, demuestra que esta montaña alta andina ha perdido la mayoría de animales característicos
como el oso de anteojos, el puma, el venado cola blanca y el gato de monte. Ahora los roedores son
los únicos mamíferos que perviven allí y variedad de reptiles entre ellos la rana Eleutherodactylus
susaguae Stenocercus trachycephalus, especie endémica que se identificó como el réptil local y que
por su exotismo puede llegar a estar en peligro de extinción.
59
Ésta pérdida en la zona de estos animales es atribuida a las deforestaciones de los bosques andinos, del
arrasamiento de flora y del impacto humano principalmente generado por minería y agricultura.
Animales que pierden su hábitat, que ya no encuentran seguro el contacto con el hombre y que son
desplazados (así como las personas que deben abandonar sus pequeñas minas o venderlas) por estas
ideas productivas y capitalistas.
El Alcalde municipal de Cogua, Javier Antonio Garzón ha sido partidario de proteger el Páramo pero
sostiene que pesan más las decisiones políticas que las ambientales. Así lo denunció en un periódico
local, “cuando el Viceministro de Minas afirma que la minería no está permitida en los páramos y por
otro lado se otorgan concesiones, vemos realmente el doble juego que se nos presenta”.
Lo superficial y lo profundo
Según Guillermo Rudas economista experto en asuntos ambientales, para 1994 durante el período
presidencial de Ernesto Samper y luego hasta 2002 con Andrés Pastrana, la actividad minera estaba
tomando fuerza pero no fue uno de los pilares para el fortalecimiento de la economía; entre los dos
gobiernos se otorgaron 1`047.000 hectáreas (ha) en concesiones. Sólo hasta el período de presidencia
de Álvaro Uribe, las concesiones y otorgamientos mineros se dispararon con 8`444.000 hectáreas (ha)
tituladas para el 2009. A lo que añade Rodríguez Becerra que “esto sólo se puede entender si se
reconoce que fue una orden directa de presidencia”.
Para el año 2009 las solicitudes llegaron a ser 8000, evidenciando un aumento sobre los 5.499 que ya
estaban vigentes por el Registro Nacional de Minas; generando en total 8814 títulos aprobados para
finales del 2009. Es decir que se aprobaron en un sólo año 3.315 solicitudes de títulos mineros. De éste
modo se evidencia la rapidez con que las autoridades aprueban títulos, pasándose como ya diría
Alfredo Molano, sociólogo y periodista “la bola de un lado al otro”.
“Hay una necesidad de las economías más desarrolladas del mundo, más industrializadas por acceder
de manera más eficiente, más rápida y más barata a los recursos naturales y a las materias primas del
mundo con el objetivo de mantener el flujo constante y mantener sus industrias”, así lo sustenta Mario
Alejandro Valencia para explicar que la política minera de Colombia es amable con la inversión
extranjera cuando cobra pocos impuestos y deja menores regalías.
A lo que se oponen las declaraciones de la Anglo Gold Ashanti cuando explican que la mayoría de sus
ingresos están destinados a mitigación y al apoyo a comunidades. Aspectos que no se evidencias en
sus informes ni en medidas de mitigación puntuales.
60
Según análisis que hace Valencia en uno de sus escritos, “en el año 2009 ingresaron a la economía
colombiana 7.201 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa, pero salieron por
giros de dividendos 7.719 millones de dólares. Es decir, por cada 0,93 dólares que entró al país, salió
un dólar”.
No hay pagos por compensación o prevención ambiental, no hay inversión en mitigación y reparación,
el consumo de agua que pagan quienes explotan no coincide con el que realmente utilizan; y usan agua
por la que no pagan ya que la llevan directamente de los afluentes. Los empleos generados son pocos y
los salarios en su mayoría son bajos, la probabilidad de riesgos, enfermedades y explosiones es alta.
No se paga lo debido, y nadie lo exigirá hasta que el derecho fundamental al agua deje de ser
garantizado, hasta que saquen todos los recursos y la sed y sequía nos hagan abrir los ojos.
De acuerdo con Manuel Rodríguez “lo que estaría haciendo Colombia es venderle carbón a los
Estados Unidos, a Europa o a quien sea para que produzcan una energía barata cuyos costos
ambientales y sociales los estamos pagando acá y naturalmente estamos adquiriendo unos recursos
económicos para eso pero a costa de un daño ambiental y social muy grande”. ¿Quién pagará el
destierro de la tierra? ¿Quién recompensará el daño causado? ¿Quién traerá el agua de vuelta? ¿Qué
carbón, qué dinero nos comprará la vida?
El presidente Juan Manuel Santos fue enfático al poner a la minería como una de las locomotoras del
desarrollo económico y de crecimiento del país; continuando con la promoción de inversión extranjera
y la adquisición de títulos mineros en un plazo de 30 o más años de explotación, garantizando bajos
costos y riqueza mineral.
“La destrucción ambiental es papable, en los asuntos ambientales el gobierno tiene una idea muy poco
democrática” señalaba el senador del Polo Democrático Jorge Robledo, añadiendo que “el problema
de lo ambiental es que se contrapone con el negocio, esa es una batalla y ¿qué predomina, el negocio o
lo ambiental? Entonces hacen de lo ambiental un negocio”.
Un frío paramuno
Que la contaminación aún no se vea, que el agua siga brotando del páramo, que todavía queden rastros
de vegetación y que los colores sean verdes no quiere decir que no pasarán a grises, negros y amarillos
áridos.
61
La pequeña y mediana minería ha sido subestimada, no se reconoce su impacto porque no representa
espacios visibles. Sin embargo cuando se habla de un páramo cuyas minas pueden llegar a ser 500,
cuando el agua que sale de allí vierte 43% de su líquido al río Bogotá y a acueductos municipales y
veredales, cuando se estima que en menos de cinco años puede estar acabado por completo; la mirada
sobre Guerrero y sobre la industria extractiva debe ser otra.
Es de esperarse que en pocos años estás minas, al parecer inofensivas, sean arrendadas o compradas
por transnacionales. Si bien es cierto que la minería en baja escala no causa un daño severo, también
es cierto que una mina que lleva 20 años explotando tiene incidencia en el ambiente y su huella a
mediano plazo, puede ser tan severa como la de las industrias extractivas transnacionales.
Los objetivos del Estado colombiano y de los mineros son económicos, los objetivos de los
colombianos deberán ser por preservar las riquezas naturales. Hoy hay movilizaciones en contra de la
gran minería pero no se puede seguir ignorando a la pequeña, que también impacta y que puede ser
potencial para mayores contaminaciones.
Como advertía Joaquín Molano “convirtieron la alta montaña en un espacio de la muerte, en una
negación de la vida, en un desierto biológico y en un ecocidio cuyos estragos nos muestra un páramo
´civilizado´ bajo sentimientos de orgullo y satisfacción de los representantes del poder.”
La corte falló las reformas a la Ley 685 de 2001 donde se instaura el Código de Minas, por ser
inconstitucional al no consultar a comunidades indígenas y afro descendientes que se encuentran
directamente afectadas por la ley vigente. Sin embargo, está ley también excluye a los páramos de
actividad minera y al ser revocada en su generalidad, estás altas montañas andinas quedarán
desprotegidas.
Los páramos siguen vivos pero la minería sin importar su escala genera daños irreversibles. La minería
como lo diría Manuel Rodríguez Becerra es insostenible, porque no hay ningún precio que pueda
reponer y reparar al medio ambiente. Es incompatible con el agua porque solo la contamina y deberá
ser detenida porque esa es la única garantía de conservar la vida.
Tener páramos es un privilegio no un negocio del que no nos beneficiamos y en el que estamos
poniendo en juego nuestra verdadera riqueza, el agua.
Recuadro 1:
Sobre lo que el Instituto Humboldt delimita como páramo
62
El Instituto Von Humboldt ha sido claro en que no se puede poner una cota inicial de altura, ni un
punto exacto de terminación, porque las cordilleras son de distinto relieve y esto no permite hacer una
limitación precisa. Entonces, también hay imprecisión en qué es páramo y qué no.
La cordillera Central presenta una gran cantidad de volcanes y relieve abrupto de contrastes
topográficos, donde los páramos se inician aproximadamente entre los 3000 y 3400 m.s.n.m., mientras
la cordillera Oriental, considerada el centro de los páramos húmedos de los Andes, es de topografía
ondulada, con presencia de páramos entre 3.200-3.600 m.s.n.m. En la cordillera Occidental las grandes
áreas de páramo en su mayoría son escasas y pequeñas, sin embargo se presentan algunos páramos
representativos, cuyos límites superiores alcanzan los 3.960 y 4.200 m.s.n.m.
Recuadro 2:
¿Responsabilidad de quién?
Según la Dirección de Minas del Ministerio de Minas y Energía —MME—, ellos son la autoridad en
cuanto al otorgamiento de títulos y control de minas. Sin embargo, le delegó la administración de
registros mineros, autorizaciones, seguimientos y vigilancia a Ingeominas y a seis gobernaciones:
Antioquia, Bolívar, Norte de Santander, Boyacá, Caldas y Cesar.
Estos encargan de seguir el proceso de la solicitud, siendo enfáticos en qué mineral se va a usar,
cuánto, qué calidad, qué ganancia, qué infraestructura y qué factibilidad hay de explotarlo. Luego, una
vez se otorgan los títulos, deben vigilar que se cumpla con los reglamentos y las pautas establecidas.
Junto con la concesión, la oficina de licencias del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial —MAVDT— otorga una licencia ambiental que certifique que esa zona titulada es
autorizada y cumple con planes de mitigación. El MAVDT solo se encarga de proyectos cuando la
explotación proyectada sea mayor o igual a 800.000 toneladas/año como en el caso del Cerrejón, en la
Guajira, que para el 2010 exportó 34.1 millones de toneladas.
Según la ley 99 de 2003 en el decreto 1220 de 2005, las licencias ambientales solo serán otorgadas por
la autoridad competente que en la mayoría de los casos (pequeñas y medianas industrias mineras) le
corresponde a las Corporaciones Autónomas Regionales CAR.
Una vez se realiza un estudio ambiental que incluye uso del recurso natural, vías de acceso, impacto y
transformaciones que se harán en ese ecosistema, se proponen medidas de compensación, y
prevención que permitan mediante un plan de manejo ambiental resarcir y reparar efectos negativos
63
sobre el ambiente o sobre la comunidad. La licencia ambiental debe obtenerse antes de la iniciación
del proyecto aun y cuando ya tenga un título minero.
Luego la CAR correspondiente, evalúa la viabilidad del proyecto para otorgar o no el estudio de
impacto ambiental. Una vez se acepta, la autoridad ambiental está en la obligación de hacer control
para verificar que se esté cumpliendo lo pactado en el plan de manejo.
Este proceso de legalidad tiene una duración de no más de seis meses y la ejecución minera puede ser
hasta 20 años o más de acuerdo a la cantidad de recurso mineral y económico que haya.
Por tanto, el tiempo de legalizar un título y una licencia es un plazo corto si se tiene en cuenta que la
actividad minera dura muchos años y vale la pena cuestionar en qué medida un plan ambiental puede
proyectar los daños causados en un tiempo prolongado.
Recuadro 3:
Etapas de la minería
La minería en Colombia consta de cuatro etapas básicas. Como etapa inicial esta la prospección, en la
que se calcula la cantidad de mineral, el tiempo de exploración y explotación y el posible impacto
ambiental; además, una cartografía general y estudio geofísico y geoquímico. La segunda etapa, es la
exploración, se hacen muestreos del área, análisis y perforaciones para ver en qué cantidad y bajo qué
circunstancias se encuentra el material. Luego, en la etapa de explotación, se adecua el terreno para ser
explotado además de romper, excavar, arrancar, hacer túneles y finalmente extraer el material. Y, por
último, la etapa de cierre y abandono, donde el material se agota y el lugar se debe dejar de la misma
manera como se entregó.
A lo anterior habría que añadirle el componente de comercialización y transporte de los minerales
puesto que para esto se necesita maquinaría especializada y adecuación de vías de acceso.
64
CONCLUSIONES
El Páramo de Guerrero como fábrica de agua es un lugar amenazado por la pequeña minería en un
corto plazo no solo puede ser el interés de multinacionales sino que además puede terminar por acabar
con estas fuentes de agua. Debemos prever qué puede ocurrir si el agua se agota pues finalmente el
crecimiento económico no será posible en tanto el agua como elemento fundamental sea escasa.
El periodismo ambiental está llamado a buscar nuevos lugares desde donde ejercer de tal forma que
sean una actividad periodística preventiva, que alerte sobre problemas futuros y que abra espacios para
la verdad, para que la sociedad se entere y pueda actuar.
Es compleja la realidad a la que nos enfrentamos los periodistas, la realidad del país es violenta y tiene
intereses específicos sin embargo debemos superar esos obstáculos para llevar la verdad al lugar más
alto y empezar a promover cambios y transformaciones.
Denunciar para aclarar, evidenciar y dar lugar a la realidad de minorías tiene sentido en tanto haya
pasión por este que hacer, en tanto hayan cosas que decir habrá un periodista que lo cuente.
* Esta tesis también fue posible gracias al apoyo de personas que viven en el páramo, de algunos
mineros y especialmente de la Clara Inés Sarmiento, biología que me acompañó y guió en las visitas,
de Victor Mendieta y de Mario Alonso.
65
BIBLIOGRAFÍA
Asociación Nacional de Empresarios de Colombia “Historia y evolución de la minería responsable”,
disponible en: http://www.andi.com.co/pages/comun/infogeneral.aspx?Id=47&Tipo=2, recuperado el
18 de febrero de 2011.
Asociación Colombiana de Petróleos et al. Sector minero y petrolero en Colombia {en línea}
disponible en:
http://www.acp.com.co/assets/documents/asuntos%20economicos/exploracion%20y%20produccion/2
010/doctecnico_prorroga_aranceles_2010.pdf, recuperado: 22 de abril de 2011.
Bachetta, V. (2000, diciembre), “Perfil del periodista ambiental” {conferencia} I Foro Interamericano
de Periodismo Ambiental, en el marco del XXVII Congreso de la Asociación Interamericana de
Ingeniería Sanitaria y Ambiental. Brasil. {En línea}, disponible en:
http://www.saladeprensa.org/art340.htm. Recuperado: 29 de noviembre de 2010.
Ball, P. (2010) H20 Una biografía del agua, José Aníbal Campos (trad.), México, Fondo de Cultura
Económica.
Ballesteros, M. (2010, 16 de julio), entrevistado por El nuevo siglo. “Colombia pone los ojos en el
coltán, el oro azul”. Disponible en:
http://www.paisminero.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1738%3Acolombia-
pone-los-ojos-en-el-coltan-el-oro-azul&catid=129%3Aotros-minerales&Itemid=300105. Recuperado
el 22 de abril de 2011.
Brunner, J. (2000) Modernidad: centro y periferia. Claves de lectura.
Cárdenas Támara, F. et al. (1996), El páramo, ecosistema de alta montaña, Bogotá, Fundación
ecosistemas andinos. Disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/paramo/indice.htm, recuperado: 21 de Abril de
2011.
Centro de Investigación y Educación Popular CINEP (1998), “Así se tejió la economía” en Colombia,
país de regiones. Bogotá. Disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/region1/indice.htm, recuperado: 14 de Febrero de
2011.
66
Collier, P. (2010) El club de la miseria, Víctor V, Úbeda. (trad.), Barcelona, Tuner.
Colombia, Congreso Nacional de la República “Decreto número 252 del 28 de enero de 2004, por el
cual se reestructura el Instituto de Investigación e Información Geocientífica, Minero-ambiental y
Nuclear, Ingeominas”, en Diario oficial, núm. 45445, Bogotá. Disponible en: http:
//www.dnp.gov.co/PortalWeb/Portals/0/archivos/documentos/PRAP/PPS_Normatividad/Decreto252.p
df, recuperado 20 de febrero de 2011.
Colombia, Congreso Nacional de la República, “Ley 1382 del 9 de febrero de 2010, por el cual se
modifica la ley 685 de 2001 Código de Minas” Bogotá. Disponible en:
http://www.simco.gov.co/Portals/0/otros2010/ley_1382.pdf, recuperado 13 de febrero de 2011.
Colombia, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. “Decreto número 1729 del
2002, por el cual se reglamenta el decreto-ley 2811 de 1974 sobre cuencas hidrográficas”, en Diario
Oficial núm.44.893, 8 de junio de 2002, Bogotá.
Colombia, Ministerio de Minas y Energía (2001, 15 de agosto), “Ley 685 de 2001, por medio de la
cual se expide el Código de Minas y se dictan otras disposiciones”, en Diario oficial, núm. 45273, 8 de
agosto de 2003, Bogotá. Disponible en
http://www.simco.gov.co/Inicio/DocumentosdeInter%C3%A9s/C%C3%B3digodeMinas/tabid/93/Def
ault.aspx, recuperado el 11 de febrero de 2011.
Colombia, Procuraduría General de la nación, Serrano, C (2007, 2 de mayo) “La minería vista desde
la órbita del ministerio público”{carta a Nancy Gutiérrez, presidencia del Congreso de la República},
Bogotá.{en línea} disponible en:
http://www.condesan.org/ppa/documentos/colombia/Concepto%20de%20la%20Procuraduria%20Gen
eral%20de%20la%20Nacion%20sobre%20la%20mineria%20en%20Colombia.pdf, recuperado el 20
de abril de 2011.
El Tiempo, “Manifiesto del periodismo verde”. Disponible en:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-41778 recuperado el: 16 septiembre de 2010.
Fernández, R. (2002, septiembre), “En torno al debate sobre la definición del periodismo ambiental”,
en Revista Ámbitos {en línea} año 2003, núm. 9-10, Sevilla. Disponible en:
http://grupo.us.es/grehcco/ambitos09-10/rogelio.pdf, recuperado el 20 de febrero de 2011.
67
Fernández, R. (2004), “Periodismo ambiental y periodismo sostenible” en Revista Ámbitos {en línea}
núm. 11-12, Sevilla. Disponible en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/ambitos/11-
12/archivos11_12/reyes.pdf, recuperado el 23 de abril de 2011.
Fernández, S. (2006, julio), “La información ambiental en los medios de comunicación. Dificultades y
retos”, en Revista Telos {en línea}, núm.68, Madrid, disponible en:
http://sociedadinformacion.fundacion.telefonica.com/telos/articuloexperiencia.asp@idarticulo=1&rev
=68.htm recuperado el 4 de diciembre de 2010.
Fierro, J. (2011, 18 enero), entrevistado por Molano, A., “Minería: locomotora sin control” en El
Espectador, Bogotá. Disponible en: http://www.elespectador.com/impreso/negocios/articulo-245791-
mineria-locomotora-sin-control, recuperado: 9 de febrero de 2011.
Flores, C “Una aproximación al periodismo ambiental: tendencias regionales claves para un mejor
ejercicio de la profesión” {en línea} disponible en:
http://www.institutodeprensa.com/v2/admin/upload/seminario/289_CINTHYA%20FLORES.pdf.
recuperado el 2 diciembre de 2010.
Fundación nuevo periodismo (2007, octubre), “Relatoría del taller de cobertura de temas ambientales”,
Cartagena. {En línea} disponible en:
http://www.fnpi.org/fileadmin/documentos/relatorias/R_periodismo_ambiental__07_ALarena_22_oct
_07.pdf, recuperado el 4 de diciembre de 2010.
Guerrero, M. (2006) El agua, México, Fondo de Cultura Económica.
Guhl, E. “La sostenibilidad y los páramos” {en línea}, disponible en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/congresoparamo/la-sostenibilidad.pdf ,
recuperado: 20 de abril de 2011.
Hernández, C. (2010, 8 de diciembre), “Medoro pretende encontrar más oro luego de un año en
Marmato” en La Patria online disponible en http://www.lapatria.com/story/medoro-pretende-
encontrar-m%C3%A1s-oro-luego-de-un-a%C3%B1o-en-marmato, recuperado el 2 de abril de 2011.
Hosbawm, E. (1979) La revolución Industrial. En las Revoluciones burguesas. Madrid: Guadarrama.
Lizcano, O (2010, 22 de octubre), “Gobernador: Marmato; bajo la lupa” La Patria online, disponible
en http://www.lapatria.com.co/story/gobernador-marmato-oro-bajo-la-lupa#comment-30590,
recuperado el 2 de abril de 2011.
68
Loaiza, M. (2006) “Periodismo y medio ambiente: Un binomio para el logro del desarrollo sostenible”
en Revista Tesis {en línea} disponible en: http://www.revistaecomundo.com/pdf/documento_02.pdf
recuperado el 23 de abril de 2011.
Marino, M. y Tokatlian, J. (comps.), (1985), Ecodesarrollo, el pensamiento del decenio, Bogotá,
Carlos Valencia Editores.
Mariño, A. (2010, 30 de noviembre) “La economía verde y su gran potencial” {conferencia} Congreso
nacional de medio ambiente CONAMA, Madrid. {En línea} disponible en: http://revertia.com/la-
economia-verde-y-su-gran-potencial-segun-rosa-aguilar/ recuperado el 18 de febrero de 2011.
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (2001) Ecosistemas de Alta Montaña y
Páramos, Bogotá, disponible en:
http://www.minambiente.gov.co//contenido/contenido.aspx?conID=5570&catID=1094, recuperado:
22 de abril de 2011.
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (2002), Programa para el manejo
sostenible y restauración de ecosistemas de alta montaña colombiana, Bogotá, disponible en: http:
//www.minambiente.gov.co/documentos/5595_250510__rest_alta_montana_paramo.pdf, recuperado:
22 de Abril de 2011.
Mollard, E. “El agua, una crisis de comunicación, elementos de democracia ambiental en los países
del norte y del sur” {en línea}, disponible en: http://www.eumed.net/eve/resum/07-junio/em.htm,
recuperado: 13 de abril de 2011.
Morales, J y Estévez, J. (Febrero, 2006), “El páramo ¿ecosistema en vía de extinción?”, en Revista
científica de la Universidad de Caldas Luna azul {en línea}, disponible en:
http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=com_content&task=view&id=44&Itemid=44,
recuperado: 22 de Abril de 2011.
Océanos (2010), {película}, Perrin, J. (Dir.), Francia, Disneynature (prod.).
Portal de información minera Colombiana. Compilación de las leyes, los decretos y las resoluciones
más relevantes relacionadas directamente con la actividad minera. Disponible en:
http://www.imcportal.com/contenido.php?option=showpagecat&scat=48 recuperado el 12 de abril de
2011.
69
Poveda, R, (2002, junio), “La minería colonial y republicana. Cinco siglos de variantes y desarrollos”,
en Credencial Historia, núm.151, disponible en: http://www.banrepcultural.org/revista-66, recuperado:
12 de febrero de 2011.
Restrepo, V. (1837-1899) “Influencia de la minería en el progreso general de Colombia”, disponible
en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/minas/minas16.htm, recuperado: 17 de Febrero
de 2011.
Robledo, J. (2010, 14 de septiembre), “La situación de la minería es un desastre” debate al ministro de
Minas y Energía Carlos Rodado Noriega sobre la política minera. {En línea} disponible en: http:
//www.moir.org.co/La-situacion-de-la-mineria-es-un.html, recuperado el 23 de noviembre de 2010.
Ruíz, J.P. (2010, 1 de diciembre), “Capital natural y desarrollo”, en El Espectador, Bogotá {en línea},
disponible en: http: //www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/juan-pablo-ruiz-
soto/columna-237954-capital-natural-y-desarrollo, recuperado el 20 de febrero de 2011.
Sistema de Información minero colombiano “Cartilla didáctica para la asimilación del capítulo XIV
del código de minas sobre grupos étnicos”. {En línea} Disponible en:
http://www.simco.gov.co/simco/DocumentosdeInteres/CodigodeMinas/tabid/93/Default.aspx,
recuperado 10 de marzo de 2011.
Veiman, O. (2011, 9 de febrero), “La solución para Marmato no puede dejar sin sabores: Minminas”
en La Patria online. Disponible en: http: //www.lapatria.com/story/la-soluci%C3%B3n-para-marmato-
no-puede-dejar-sinsabores-minminas, recuperado el 2 de abril de 2011.
Virviescas, P. (2011, 30 de enero), “Proyecto aurífero en el páramo de Santurbán: ´El dedo en la llaga´
del Minambiente”, en El Espectador, Bogotá. {En línea}, disponible en:
http://www.manuelrodriguezbecerra.com/entre_dedo.html, recuperado: 12 de febrero de 2011.
70
ANEXOS
71
72
73
74
75
76
77
78