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PREECLAMPSIA ATIPICA, PRES Y HELLP
PREECLAMPSIA ATIPICA
Se considera casos atípicos a aquéllos que se desarrollan antes de las 20 semanas de
gestación 48 horas después del parto y que presentan manifestaciones de preeclampsia sin la
hipertensión o proteinuria usuales.
La hipertensión se considera cuando la cifra sistólica es mayor o igual a 140 mmHg y la
diastólica es mayor o igual a 90 en 2 mediciones separadas con un intervalo mínimo de 4 horas
y máximo de 7 días. Por su parte, la proteinuria gestacional se define cuando existe una
excreción urinaria de proteínas en 24 horas mayor o igual a 300 mg o cuando una prueba en
tira reactiva indica igual o mayor a 1 + en 2 ocasiones separadas con un intervalo de 4 horas a
una semana.
Los criterios para diagnosticar una preeclampsia atípica son:
Hipertensión gestacional más uno o varios de los siguientes parámetros: síntomas de
preeclampsia, hemólisis, trombocitopenia (recuento menor a 100 mil), enzimas hepáticas
elevadas.
Proteinuria gestacional más uno o varios de los siguientes parámetros: síntomas de
preeclampsia, hemólisis, trombocitopenia (recuento menor a 100 mil), enzimas hepáticas
elevadas.
La preeclampsia de aparición menor a las 20 semanas de gestación suele asociarse con
enfermedad molar, por lo cual es importante excluir este padecimiento por medio de un estudio
ultrasonográfico.
Las guías de práctica clínica del CENETEC consideran con nivel de evidencia A que en las
pacientes con preeclampsia atípica se debe tomar en cuenta la posibilidad de desarrollar otras
patologías asociadas a preeclampsia clásica como alteraciones renales, hepáticas,
hematológicas y nerviosas.
De igual modo, las guías recomiendan que en las pacientes con cualquier tipo de preeclampsia
se detecte si existe deficiencia de calcio para iniciar la suplementación correspondiente. No hay
evidencias que indiquen una menor incidencia de este cuadro con restricción dietética. Sin
embargo, existe suficiente evidencia a favor del reposo relativo.
Para la hipertensión se recomienda la utilización de labetalol, nifedipino e hidralazina como
primera línea de tratamiento farmacológico. La meta terapéutica deberá consistir en mantener
la presión sistólica en 130-155 mmHg y la diastólica en 80-105 mmHg para los casos leves; en
los casos severos, estas cifras se ajustan a <160 mm Hg de sistólica y <110 de diastólica. En
las mujeres que presenten comorbilidades deberá mantenerse la presión sistólica en 130-139
mmHg y la diastólica en 80-89 mmHg.
SINDROME DE HELLP
Esta entidad se define como la presencia de preeclampsia severa más hemólisis, elevación de
las enzimas hepáticas y trombocitopenia. Su ocurrencia suele ser más común durante la
semana 35 de gestación. Las manifestaciones clínicas suelen ser ambiguas y muy variables
entre pacientes. Por lo general existe malestar generalizado, dolor en epigastrio o en
hipocondrio derecho, náusea y vómito.
Debido a la inespecificidad del cuadro es importante que a las mujeres embarazadas que
presenten los síntomas previamente mencionados se les tome una biometría hemática y
pruebas de funcionamiento hepático.
Las pacientes que presenten síndrome de HELLP deberán ser referidas a un tercer nivel de
atención para evaluar el estado materno y fetal, así como para controlar la hipertensión arterial
y corregir la coagulopatía. Dentro del tratamiento farmacológico se debe emplear el sulfato de
magnesio a dosis de impregnamiento de 4 g y mantenimiento de 2 g por hora.
Se debe realizar interrupción del embarazo en productos mayores de 34 semanas
de gestación. En el caso de los productos menores deberá usarse glucocorticoides para inducir
la maduración pulmonar, así como medidas de mantenimiento materno para prolongar el
nacimiento. Las pacientes con un cérvix competente que acudan con trabajo de parto deben
ser inducidas con oxitocina y prostaglandinas. En caso de requerirse una cesárea, deberá
transfundirse de 5-10 concentrados plaquetarios durante la preparación y el transcurso de la
cirugía. Se deberá mantener vigilancia estrecha de los parámetros hemodinámicos de la madre
durante las primeras 48 horas de puerperio.
Un manejo conservador del HELLP puede derivar en varias complicaciones como abruptio
placentae, edema pulmonar, falla renal aguda, coagulación intravascular diseminada y
hematoma hepático roto.
Si existe sospecha de esta última complicación deberá realizarse una laparotomía de urgencia.
Aún con la intervención inmediata existe una mortalidad tanto materna como fetal del 50%.
SINDROME DE PRES
Por su acrónimo en inglés significa síndrome de encefalopatía posterior reversible. Es causado
por isquemia reversible de la vasculatura parieto-occipital debido a hipertensión arterial
sistémica que conlleva a una falla en la autorregulación cerebrovascular que provoca edema.
Este síndrome por lo general se presenta con convulsiones, alteraciones sensoriales, cefalea y
déficit visual.
Al tratarse de una entidad que puede confundirse fácilmente con otras patologías neurológicas,
es muy importante que se realicen estudios imagenológicos para confirmar el diagnóstico. El
estándar de oro es la resonancia magnética, sin embargo, puede usarse la angio-TAC para
revelar la hemodinamia cerebral presente en esta condición.
Para el tratamiento de esta condición, es suficiente corregir la patología subyacente, en este
caso la hipertensión. En caso de retrasar el manejo, el daño puede resultar permanente.
Bibliografía
Saibai BM, Stella CL. Diagnosis and management of atypical preeclampsia-eclampsia. Am J
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Gibbs, Ronald. Danforth's Obstetrics and Gynecology. 10a ed Lippincott Williams & Wilkins,
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http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/058_GPC_Enf.HipertdelEmb
/HIPERTHIPERT_EMBARAZADAS_EVR_CENETEC.pdf (Consultada el 10-7-14)
VS Hedna, LG Stead, S Bidari, A Patel, A Gottipat . Posterior reversible encephalopathy
syndrome (PRES) and CT perfusion changes. - International journal of emergency medicine,
2012
Elaboró: Abril Verónica Mora Tessan