¿Quién soy? Bases para vivir mejorr
GUIA PARA PADRES
Compilado por : Estudiantes 4to semestrePedagogía Infantil - Facultad de Educación
Universidad de La Sabana - 2008 - II
Contenido temático
1.¿Cómo desarrollar el orden en sus hijos?
2.¿Cómo desarrollar la obediencia?
3.¿Cómo desarrollar la sinceridad?
1. ¿Cómo
desarrollar la
habilidad del
orden en sus
hijos?
1.1. ¿Qué es el orden?
Se comporta de acuerdo con unas normas lógicas,
necesarias para el logro de un objetivo deseado
y previsto, en la organización de las cosas, en
la distribución del tiempo y en la realización de
las actividades, por iniciativa propia, sin que sea
necesario recordárselo.1
1. Isaacs David, La educación de las virtudes humanas y su evaluación, editorial Universidad de Navarra S.A, Pamplona; 2000, decimotercera edición.
El orden está en todas las cosas humanas, y
permite el ahorro de esfuerzo y energía: una cosa
desordenada funciona mucho peor que una
ordenada.
Un niño ordenado es un niño tranquilo, que sigue
un método para hacer las cosas, que organiza su
actividad.
El niño pequeño tiende a ser desordenado,
porque no comprende que las cosas han de
hacerse de determinada manera. Es función de
la educación irle progresivamente ordenando su
comportamiento, ello le trae armonía, paz y buena
disposición hacia las cosas. Su vida ha de tener
también un orden, que se expresa en un horario,
en un régimen organizado de su vida cotidiana
que le ayuda a tener estabilidad emocional.
1.2. ¿Cómo educar
en el orden?
Cómo los padres pueden orientar a sus hijos a que
sean ordenados, guarden sus juguetes, ropas,
libros, etc. Dentro de los valores, el orden no solo
se refiere a la ordenación de las cosas materiales,
sino también al orden de la persona en general,
que conduce al equilibrio emocional, al control y
dominio de si mismo, a la organización de las id
eas y proyectos personales.2
En la virtud del orden se apoyan todas las demás.
El orden nos ayuda a disponer de más tiempo,
ser más eficaces, aumentar el rendimiento y
conseguir los objetivos previstos, nos proporciona
tranquilidad, confianza y seguridad, nos evita
disgustos y contratiempos, y nos ayuda a ser más
felices con menos esfuerzo.
2. Tomado de: http://www.guiainfantil.com/1063/educar-para-el-orden---tv-para-padres.html; consultado el Noviem-
bre 21 de 2008.
¿Cómo se le enseña a un niño
a ser ordenado?
Jugamos con él repetidas veces al escondite,
escondiendo las cosas siempre en el mismo sitio y en
el mismo orden. Cuando llega a aprenderlo, el niño
disfruta colocando las cosas en su sitio.
IMPORTANTE:
El niño también se cree él “una cosa”, “un objetivo”
y piensa que tiene también su lugar para situarse. El
lema de “cada cosa en su sitio” lo aplica a su persona.
Si jugamos al escondite le gustará esconderse siempre
en el mismo sitio, como dormir en la misma cama o
comer en la misma silla.
Pero con la misma facilidad tienen una habilidad
increíble para imitar el desorden. Si se les
acostumbra a dejar cada cosa en un lugar
diferente, porque eso ven en sus mayores, lo
imitan y mejoran con tal rapidez que pueden
convertirse, en poco tiempo, en “unos perfectos
desordenados”.
“Para los niños, orden o desorden son hábitos
buenos o malos que, mantenidos según van
creciendo, se convertirán en virtudes o vicios.”
Cuando un niño se acostumbra a tener los
juguetes ordenados en el mismo sitio, tenderá
a mantener el orden, lo hará como un juego
más y encontrará satisfacción en hacerlo. Pero
necesitará unos padres o alguna persona mayor
que le sirva de modelo.
Sugerencia:
El orden debe extenderse a su propia vida de
forma rítmica y esto les ayudará en su desarrollo
físico, psíquico y espiritual:
• Orden el los horarios de comida.
• Orden en las horas de sueño (mínimo
12 horas)
• Orden en el aseo personal: baño,
necesidades fisiológicas.
• Orden en sus salidas de paseo, sus
tiempos de juego.
Para que los hijos puedan desarrollar el hábito
del orden, además de enseñárselo, debemos
proporcionarles la posibilidad de ser ordenados.
Es necesario que tengan algún cajón, baldas o
juguetero a su alcance donde puedan guardar
sus cosas (juguetes, lazos, abrigo, zapatos,...). De
este modo se les acostumbrará a que cada cosa
tiene su sitio y siempre el mismo, con lo cual el
orden les resultará relativamente fácil.3
1.3. ¿Cómo lograr que
los niños dejen las cosas
en su sitio sin tener que
recordárselo?
En primer lugar debe estar claro cuál es el sitio
de cada cosa. Interesa que los niños dispongan
de un cajón o caja, estantes y un juguetero a su
alcance donde puedan guardar sus cosas. Así se
les acostumbra a que cada cosa tiene un sitio y
siempre el mismo. Por ejemplo, en lo que se refiere
al cuidado de la ropa, resulta eficaz ayudarle a
colgar las prendas que se quita y ponerlas en un
colgador que esté a su alcance; si deja las prendas
fuera del lugar asignado, debemos enseñarle que
se ensucian o se arrugan y hacer que las ponga
en su sitio.
A continuación, habrá que ser muy paciente y
muy perseverante en la presentación de modelos
de conducta ordenada. Para que los niños
puedan desarrollar el hábito del orden, además
de enseñárselo, debemos proporcionarles un
modelo repetido. Necesitará que sus padres o
personas mayores le sirvan de modelo repetidas
veces, para poder imitarlos. Con la misma
facilidad con que son capaces de imitar el orden
tienen habilidad para imitar el desorden, si se
les acostumbra con el ejemplo a dejar las cosas
cada vez en un lugar diferente.4
3. Tomado de: http://www.sontushijos.org/consultas/materia-les/material29.doc Consultado el dia: Noviembre 21 de 20084. Tomado de: http://www.aplicaciones.info/articu/arti64k.htm Consultado el dia: Noviembre 21 de 2008
1.4. Sugerencias para los
padres:
a. Identifique las diferentes aptitudes de sus
hijos respecto al orden.
b. Dé ejemplo, luche para superarse en
aspectos de orden.
c. Enseñe a su (s) hijo (s) a distribuir sus
actividades en el tiempo, de tal manera
que reciba la atención adecuada.
d. Oriente a su hijo para que vaya
desarrollando una serie de hábitos de
orden en relación con las cosas. Organizar
sus cuadernos por ejemplo.
e. Establezca lugares para guardar los
diferentes objetos de uso común, y exija
a los niños que guarden las cosas en el
momento oportuno.
f. Enseñe a su hijo a recordar y a realizar
determinados actividades en momentos
concretos: levantarse, bañarse, cepillarse,
acostarse, etc.
g. Organice “cadena de sucesos” con el fin
de facilitar a los niños el cumplimiento de
acciones que se repiten con frecuencia.
Después de levantarse, bañarse,
desayunar, levantar los platos y cepillarse
los dientes, por ejemplo.
h. Ayude a los niños a darse cuenta de que
determinadas actividades requieren un
tiempo específico para su realización.
Ejemplo: Hacer tareas en una hora.
i. Invite a su hijo (a) a participar en
actividades de la casa que requieren
orden, con el fin de que vayan
descubriendo el sentido del orden
correspondiente.
BIBLIOGRAFIA
• Isaacs David, La educación de las virtudes humanas y su evaluación, editorial Universidad de Navarra S.A, Pamplona; 2000, decimotercera edición.
• http://www.guiainfantil.com/1063/educar-para-el-orden---tv-para-padres.html;
• http://www.sontushijos.org/consultas/materiales/material29.doc
• http://www.webparalapaz.org/bloques/orden.htm
2. ¿Cómo
formar en la
obediencia?
“La obediencia no es una virtud para los niños,
para hacer la vida agradable a los padres. Es
una virtud como todas para toda la vida”
David Isaacs.
2.1. ¿Qué es la
obediencia?
En sentido preciso, obedecer es aceptar y cumplir la voluntad de una autoridad. La obediencia es el hecho o el hábito de comportarse así. En un sentido más amplio puede llamarse obediencia al acto de cumplir los deseos de otro, aunque no sea una autoridad. En cualquier caso, la obediencia va ligada al hecho de vivir en sociedad.
Es necesario enseñar al niño a obedecer a los adultos, porque esta obediencia forma parte del aprendizaje del control y regulación de la conducta, de la asimilación las reglas, las cuales irá asimilando primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y posteriormente, si el niño es debidamente estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino por la satisfacción que esto le produzca5.
Desde bien pequeñito al niño se le enseñará a cumplir sencillas órdenes, que irán complicándose después, en la medida que su desarrollo así lo permita, pues el proceso de socialización es largo y complejo. Si bien es preciso enseñar al niño a ser obediente, esto no quiere decir que sea una obediencia ciega, siempre se le debe explicar el porqué es necesario que haga las cosas que se le pidan6.
5. Educamos la obediencia. Asociación mundial de activida-des infantiles. Archivo PDF. 6. IBID.
2.2. Tipos de obediencia7
Distingamos tres:
a. Obediencia a la autoridad. Es la obediencia en su sentido más preciso, y es necesaria para la buena marcha de cualquier sociedad. Por ejemplo, es imposible que un equipo gane si nadie obedece al entrenador y todos juegan de delanteros.
b. Obediencia a los demás. Hacer la voluntad de otro es imprescindible para relacionarse. Quien nunca cede en sus gustos es un tirano que no sabe convivir.
c. Obediencia de la autoridad. Los súbditos han de obedecer a los gobernantes y no al revés, pero quienes dirigen tampoco pueden seguir sus gustos, sino que han de procurar el bien común, cumpliendo las leyes de Dios y de la sociedad. Sólo será buen gobernante quien sabe obedecer, dominando sus caprichos.
7. Ideas rápidas sobre la obediencia. Obediencia. Disponibi-lidad en línea en la página Web: http://www.ideasrapidas.
org/obediencia.htm
2.3. El desarrollo de la
obediencia según la edad
En los primeros años no existe la desobediencia propiamente dicha, ya que los niños aún no controlan su conducta, y además tienen crisis de negativismo que son normales. El enfoque es diferente en esta etapa:
2.3.1. Niños (as) de 1 año
Si el niño está a punto de hacer o tocar algo inconveniente, decir “NO” rotunda y claramente, y al mismo tiempo retirar el objeto o al niño. Si insiste, sacarlo de la habitación. No discutir, amenazar ni sermonear, puesto que a esta edad los niños aun no tienen la capacidad para entender plenamente lo que se les dice. Mantener la calma, incluso si el niño reacciona con una rabieta. La constancia, la firmeza y la diplomacia harán que con el tiempo el simple “no” se vaya convirtiendo en una señal suficiente.
2.3.2. Niños (as) de 2 años
Conviene sugerir amablemente en lugar de ordenar, dejar pasar unos minutos si el niño no
obedece e intentar avisarle con tiempo cuando ha de interrumpir una actividad placentera. Recuerde:
A veces es útil conducir al niño físicamente hacia la actividad que rechaza, siendo firmes aunque también pacientes y flexibles cuando sea necesario.
Crisis de oposición…Existen dos edades o momentos difíciles en que es normal que haya un aumento de la oposición y la rebeldía de los niños.
Los “terribles” 2 años. El niño necesita afirmarse como persona, sentir que tiene una voluntad propia, y lo logra oponiéndose. Los padres deben tener comprensión, humor, flexibilidad y persuasión, y desde luego estar dispuestos a afrontar, sin conmoverse y como cosa natural, alguna que otra rabieta.
2.3.3. Desde los cinco años en adelante
Habrá que combinar la exigencia directa hacia los hijos con el razonamiento de lo que se exige, de tal modo que el hijo cumpla porque ve que es razonable cumplir. También puede cumplir por cariño hacia sus padres, reconociendo que
su obediencia es una manera de manifestarlo.
2.3.4. Obediencia hasta los trece años
Hasta los trece años, aproximadamente, la falta de obediencia no suele provocar problemas muy importantes. Más bien molesta y deja exasperados a los padres. En muchos casos la desobediencia puede producir un peligro físico, más que un peligro moral. En cambio, es el periodo más útil para enseñar a los hijos a obedecer por motivos elevados, con el fin de que adquieran el hábito de obedecer antes de llegar a la adolescencia. En este sentido, no se trata de conseguir que los hijos obedezcan sin más. Tienen que obedecer bien. Y en eso podemos afinar bastante, considerando algunos fallos típicos.
2.3.5. La adolescencia
Aquí trata nuevamente de una búsqueda de la propia identidad. Los hijos necesitan sentir que ya no son niños, que tienen criterios propios. Lo discuten todo, incluidas las normas y los límites que los padres les imponen. Éstos deben encontrar un término medio: dialogar, ser flexibles, revisar y actualizar normas; pero al mismo tiempo tener criterio y mostrarse firmes en lo que consideran de verdad importante. Harían a sus hijos un gran
daño abdicando de su autoridad, renunciando a su papel de adultos y de guías.
2.4. Los padres y el
desarrollo de la
obediencia
La obediencia está facilitada por una actuación ordenada por parte de los padres. Es decir, si los padres se comportan de un modo diferente de acuerdo con su estado de ánimo, de tal manera que un día exigen una cosa y otro día una cosa distinta, es probable que la obediencia no se desarrolle en los hijos.
La educación de la obediencia también necesitará una capacidad de observación y una sensibilidad importante por parte de los padres, porque pueden haber muchos factores que colaboren en producir una actitud rebelde, desobediente, en los hijos. Los padres tendrán que estar atento a los detalles de comportamiento de los hijos, principalmente para enterarse de lo que les está pasando. Habrá que darles una información adecuada respecto a los problemas relacionados con la obediencia que quedan mencionados, y luego apoyar a los hijos, mostrando su confianza en ellos8.
8. La educación de las virtudes humanas y su evaluación. La educación de la obediencia, capítulo XVI. Páginas 313-329. Autor: Isaacs, David.
2.5. ¿Qué hacer para que
obedezcan?9
Hacerse obedecer tiene su técnica. Estas son algunas reglas de oro que pueden ayudar a los padres a hacer valer de manera positiva su autoridad: a. En casa debe reinar del cariño y unas buenas relaciones, ya que los niños obedecen básicamente para no romper la armonía y conservar el afecto.
b. Los padres no deben desautorizarse entre sí, porque entonces la autoridad no estará definida, ni las normas serán claras. Cuando existe una desautorización el niño aprende a maniobrar para enfrentar a sus padres, se rebela con frecuencia, y desde luego no desarrolla como hábitos el respeto y la obediencia.
c.No gritar las órdenes a distancia o desde otra habitación, al dar una orden es preferible hacer físicamente cerca del niño y mirándole a los ojos, en un tono amable y razonable, pero también firme y convencido.
d. Asegurarse de que el niño ha comprendido, incluso pidiéndole, si es necesario, que repita la orden o que concrete lo que ésta significa, para que haya lugar a dudas ni malentendidos.
e. Enumerar los pasos y componentes de la orden o tarea puede ser también necesario, así como comprobar que el niño los ha comprendido y los recuerda.
f. Acompañar cada orden de una explicación y un razonamiento si la situación lo requiere. Pero es importante no entrar en discusiones interminables. Tras la oportuna explicación, es mejor no discutir y mostrarse firmes.
9. La salud de nuestros hijos: Tengo miedo!. Afrontar de des-obediencia. Autores: AGULLÓ, Victoria- BALDERO, Ana Isabel- CÁRDENAS, Isabel- CASTRO, Mercé. Círculo de lectores, Pági-
nas 162-163. Barcelona, España 2004.
g. No repetir las órdenes mil veces. Esto se logra estableciendo una consecuencia si el niño no obedece. Como por ejemplo “lávate los dientes o no sigas viendo televisión”. Pocas palabras, claras y cumplimiento obligatorio. En algunos casos resulta útil avisar y contar hasta tres.
h. No amenazar en vano. Un “si no haces lo que te digo…” seguido de la amenaza de un castigo inverosímil por exagerado, hará a los padres perder credibilidad. Y lo mismo ocurrirá con cualquier castigo no cumplido. Si se amenaza con un castigo, debe ser realista y además se tiene que cumplir.
i. El elogio es también muy importante. La clave para que un niño realice sus obligaciones con agrado es darle aliento y luego elogiarle o agradecérselo.
j. Resaltar los progresos. Es muy conveniente incluso aunque la realización de la orden o tarea deje algo que desear: “Hoy lo has hecho mejor que ayer, estás mejorando mucho”, es muy importante valorar el esfuerzo.
k. Evitar los mensajes negativos y destructivos, como “nunca haces nada bien”, “nunca obedeces”, “eres malo”, “eres un desastre”,
ya que en lugar de producir cambios positivos provocan una consolidación fatalista de la desobediencia.
2.6. Y si no obedecen,
¿qué hago?
Hay que razonar, explicar o insistir con firmeza. Si hay que utilizar castigos en algún momento, tienen que ser lo más educativos posibles. Siempre evitando la violencia física o verbal.“Si logramos inculcar a los niños desde temprano hábitos de obediencia, sinceridad y orden, que son la base sólida de la educación en virtudes, después, será mucho más sencillo que adquieran el resto”: generosidad, fortaleza, sobriedad, sencillez, lealtad, prudencia... Para esta tarea David Isaacs recomienda a los padres tener perseverancia, paciencia y mucho optimismo10.
2.7. Antes de los siete
años, ¿la obediencia es un
hábito o una virtud?
Una virtud se desarrolla en relación con la intensidad con la que se vive y con la rectitud de los motivos al vivirla. Los niños pequeños no están en condiciones de reconocer cuáles son los motivos de sus actuaciones. Por esto a esa edad se desarrollan hábitos relacionados con las virtudes. Estos se transforman después en virtudes progresivamente11. 10. Ideas rápidas sobre la obediencia. Obediencia. Disponi-bilidad en línea en la página web: http://www.ideasrapidas.org/obediencia.htm
11. IBID.
2.8. ¿Por qué la
obediencia, el orden y la
sinceridad son la base? Porque como los niños pequeños tienen poco criterio para tomar decisiones personales, es especialmente importante que obedezcan. No es una obediencia coactiva, negativa, sino el cumplir porque saben que los adultos les quieren y desean lo mejor para ellos. Sus padres les dan seguridad, cariño y esto lleva a los hijos a querer cumplir sus deseos, aunque a la vez se ven inclinados a desobedecer para probar su propia fuerza. El orden permite la convivencia, la eficacia y además la tranquilidad de los padres. En cuanto a la sinceridad, es importante que los niños pequeños se acostumbren a contar las cosas
tal como las viven y las ven con el fin de pasar progresivamente de una exigencia en el hacer hasta una exigencia en el pensar.
2.9. Actividades para
realizar con sus hijos
Actividad No.1
“Lo que le sucedió a una cotorrita” Objetivo:
Que los niños conozcan porqué deben ser obedientes con sus padres y maestros.
Procedimientos:
• Narración
• Dramatización
• Conversación
• Acciones prácticas
Recursos materiales:
Cartulina, pinceles, temperas.
Desarrollo de la actividad
1ª Parte
Se realizará una conversación con los niños para conocer qué saben acerca de la obediencia y si ellos se consideran obedientes o desobedientes.El padre o los padres, para propiciar esta conversación realizarán el relato siguiente:
Yo conozco una niña que no le hace caso a su abuelita, siempre se oye a la pobre viejita decir: “Rosita, por favor, llevo tres horas llamándote para que vengas a comer, tu comida se ha enfriado y no vienes, tendré que volver a calentarla. ¡Todos los días me haces lo mismo!
¿Crees que Rosita es obediente? ¿Cómo actúa una persona obediente? ¿Eres obediente. Por qué? ¿Eres desobediente como Rosita?
2ª Parte
El padre o los padres dirá al niño (s): Para que sepas cómo actúa un personaje desobediente, te voy a narrar un cuento:
“La cotorrita desobediente”
El sol aparecía en el cielo como un gran aro calentándolo todo, daba los buenos días a los animales y a las plantas que vivían contentos y felices allá lejos, donde están la laguna y el pantano.
“Buenos días, querido sol!” Contestaban a coro todos los animales al ver el sol cruzar el firmamento: la tortolita con un desvío de sus ojos, la mariposa abriendo y cerrando sus alas, el pato entrando una y otra vez en el agua, el conejito escondiéndose temeroso tras los espesos árboles
Todos ellos iban y venían en su diario quehacer, menos la cotorrita Tita, que no le hacía caso a nadie, ni a su mamá cotorra, ella quería solo hacer lo que le venía en gana. Un día en que el cielo estaba nublado con grandes nubarrones, y a punto de caer una torrencial lluvia, Tita muy adornada con sus plumas rojas y verdes, un gran collar en su cuello y en una de sus alas un brillante bolso, se disponía a salir.
Al verla así su mamá le preguntó: “¿A dónde vas Tita? No puedes salir sin pedirme permiso, yo siempre tengo que saber dónde estás, porque eres pequeña aún y corres peligro en el monte. Además, mira al cielo, va a caer un gran aguacero y si te mojas te vas a resfriar.”
“Yo no me voy a enfermar, mamá porque yo soy una cotorrita muy fuerte y saludable. Además son ideas tuyas, no va caer una sola gota de lluvia, verás como el viento se la lleva.”
Al cabo de un rato, Tita, en el menor descuido de su madre, partió sin hacerle caso.
Cada vez que Tita salía a pasear tan bonita, todos los animales decían “¡Qué cotorrita más linda y graciosa!” y Tita siempre respondía entornando sus ojos y virando su cola verde oscura y verde clara con un acento de gracia. Y tanto le gustaban esos halagos que no dejaba de hacer estos paseos todos los días, quisiera o no su mamá.
Aquel día se le acercó la mariposa quien batiendo sus alas le dijo: “El día está nublado y lloverá seguramente, yo te aconsejo que no salgas.”
Tita le contestó, “Eso mismo dice mi mamá, pero yo no lo creo” y echó a andar. No había caminado mucho y al pasar por la laguna el pato sacó la cabeza y le dijo: -“Cuac, cuac, Señorita cotorra. Si llueve y crece la laguna no podrás cruzar cuando regreses de tu paseo.”
_”Pero que pato más atrevido” contestó malhumorada Tita, “Mira que decirme a mí que no podré cruzar. ¿Quién le habrá dado autorización para decirme esto?
El pato contestó: -“Pues vete. Allá tú si no quieres hacerme caso.” Pero Tita, sin contestar nada, giró su cabeza y siguió caminando.
Luego, detrás de un árbol salió el conejito que asustado le dijo: “¿Cómo te atreves a salir con un día así? ¿No ves que va a caer una gran tormenta y no vas a poder regresar a tu casa?”
Tita contestó: “¡No quiero más recomendaciones! ¡Yo hago lo que quiero y no tengo que hacerle caso a nadie, ni a mi madre!”
Y efectivamente, Tita se fue meneando más la cola, parando la cabeza como el bambú que crecía en las aguas de la laguna.
Pero, tal y como le habían anunciado los compañeros y su mamá, empezó la tormenta, y la lluvia arremetía tanto que Tita se asustó, y con voz lastimera decía:
-“¡Ay de mí! ¡Ay de mi collar y de mi brillante bolso!” ¡Ay de mis plumas!”
Y la desobediente cotorrita, mientras más llovía más asustada se ponía, y con todas sus plumas mojadas estaba hecha una calamidad.
Mientras tanto su madre desesperada buscaba a Tita, los animales le informaron que ella había salido y esto aumentó más su desesperación.
La laguna crecía y las aguas desbordadas obligaron a los animales a subir a lugares altos.
La corriente era cada vez mayor, todo se había inundado, Tita divisó un madero que flotaba en el agua y se subió a él para no ahogarse y así estuvo varios días hasta que se calmó la tormenta, pero ya la corriente la había arrastrado muy lejos de su casa.
Cuando escampó se encontraba sola en un paraje desconocido, pero sus compañeros pensando en los apuros y el peligro que corría Tita, se organizaron y la buscaron por todos lados. Finalmente la encontraron, toda mojada, sin collar, ni bolso y temblando de frío. Ya en su casa, Tita juró a su madre y a todos sus amigos que nunca más sería desobediente.
3ª Parte
El padre o los padres comentarán el cuento con el niño, criticará la actitud de Tita, enfatizando en las consecuencias de su desobediencia, y el alto precio que pagó por no hacer caso a su madre y a sus compañeros.
Reforzará el criterio de que Tita pudo haber muerto, por desobedecer y hacer algo muy peligroso para ella, es por eso que yo les recomiendo que nunca hagan lo que Tita hizo, dirá el educador a los niños.
Luego les dirá que al día siguiente u otro día harán una nueva actividad sobre lo que le pasó a Tita.
Actividad No.2
“El sapito desobediente”
Resumen de la Actividad:
La actividad consiste en la dramatización de una poesía.
Objetivo:
• Dar a los niños conocimientos sobre los perjuicios de la conducta desobediente.
Procedimientos:
• Dramatización
Recursos materiales:
Trajecitos verdes y caretas de rana y sapito.
Desarrollo de la actividad
1ª Parte
Los niños dramatizarán la poesía:
“El sapito desobediente” Mamá rana, le dijo al sapito no saltes hoy que estas malito el inconsciente desobedeció y al agua fría el sapito cayó Miren, miren, el sapito se cayó Sapito: ¿Qué tienes? ¿Qué pasó? ¿Te duele el bracito, el esternón? ¿Fallaste el brinquito, fue un empujón? Nada de eso amigo, mi culpa es A mi me lo advirtieron y pagaré Pero no se preocupen no moriré Nunca más a mi madre desobedeceré. La educadora narrará la poesía, una niña será la mamá rana y un niño el sapito. El niño que hace de sapito brincará un charquito dibujado en el piso, fingirá caerse, y hará expresiones de dolor y pena.
2ª Parte
El padre o los padres, se sentarán con el niño en algún lugar agradable y conversar acerca de la actividad y les preguntarán:
¿Qué le pasó al sapito?
¿Por qué se cayó?
¿Qué le advirtió su mamá?
¿Es el sapito obediente o desobediente? ¿Por qué?
¿Cómo deben ser los niños con su mamá?
¿Es correcto ser desobediente?
Actividad No.3
“La nubecita y el viento”
El educador recitará una poesía a los niños y posteriormente ellos conversarán sobre su contenido, y finalmente dibujarán. Objetivo:
• Desarrollar en los niños vivencias sobre lo perjudicial de ser desobediente.
Procedimientos:
• Recitación
• Conversación
• Preguntas y respuestas
• Acciones prácticas
Recursos materiales:
Lápices de colores, papel, pinceles y témperas.
1ª Parte
El padres o los padres dirán al niño: “Te voy a recitar una poesía, pero escucha bien porque después te voy a preguntar sobre lo que le pasó a la nubecita y también harás unos bonitos dibujos de la nubecita y de lo que le pasó por no ser obediente.” “Mañanita frescamañanita de tula una nubecitapor desobedientese le perdió el azul.Desobedeció al vientoque se lo advirtió:¡Huye de la lluviapues trae un nubarrón.que es un gran bribón!¿Acaso no sabe
ese condenadoese nubarrónque debe entregarselo que se robó?Por desobedienteesa nubecitatuvo que perderen una mañanitafresquita, su azul”
Una vez escuchada la poesía, los padres de manera informal le pide que le diga sus opiniones acerca de lo que escuchó: “Ahora vas a decirme: ¿Qué le pasó a la nubecita?
¿Por qué perdió su azul?
¿El viento se lo advirtió y ella qué hizo?
Refuerza la moraleja del cuento “A veces el cielo se pone con grandes nubarrones grises y las nubes pierden su azul, pero si la nubecita le hubiera hecho caso al viento, éste la hubiera soplado y ella escapaba del nubarrón que quería robarle su azul”
2ª Parte
El padre o los padres invitarán al niño a dibujar el cielo, las nubes, la lluvia y los nubarrones grises.
Actividad No. 4
“¿Eres como ellos?”
El padre o los padres harán varios relatos que el niño debe completar y explicar porqué lo completa así.
Posteriormente se le pide al niño que se dibuje y se autoevalúe como obediente o desobediente comparándose con los personajes de los relatos. Objetivo:
• Qué los niños aprendan a evaluar la conducta obediente o desobediente de los otros y la suya propia.
Procedimientos:
• Relatos
• Conversación
• Preguntas y respuestas
Recursos materiales:
Papel, lápices o rotuladores.
Desarrollo de la actividad
1ª Parte
El padre o los padres contarán los siguientes relatos:
1.”Yo tengo un perrito que se llama Motita, siempre le advertí que no saltara cerca de la casa porque es muy peligroso hacerlo, pero el nunca me hacía caso y un día se lastimó una patita, desde entonces Motita es cojito, pero el sabe que eso le pasó por…”
2. “María es una niña que presta mucha atención cuando su mamá le dice: _María eso no debes hacerlo, entonces ella pregunta ¿Por qué mamá? Su madre rápidamente le explica y le da razones que María entiende y por eso ella siempre hace las cosas como la aconseja su mamá. Ella es una niña muy…”
Se le pide al niño que complete el relato y explique por qué lo completó así.
2ª Parte
El padre o los padres pedirán al niño que se hagan un retrato. El niño se dibujará a sí mismo.
Bibliografía
• Ideas rápidas sobre la obediencia. Obediencia. Disponibilidad en línea en la página web: http://www.ideasrapidas.org/obediencia.htm
• Obediencia y libertad. Texto: Pablo Marini / Ilustración: Gastón Lentini. Revista TIGRIS. Disponibilidad en línea en la página web: http://www.revistatigris.com.ar/08_enero/desdeadentromarini.pdf.
• La salud de nuestros hijos: Tengo miedo!. Afrontar de desobediencia. Autores: AGULLÓ, Victoria- BALDERO, Ana Isabel- CÁRDENAS, Isabel- CASTRO, Mercé. Círculo de lectores, Páginas 162-163. Barcelona, España 2004.
• La educación de las virtudes humanas y su evaluación. La educación de la obediencia, capítulo XVI. Páginas 313-329. Autor: Isaacs, David.
• Educamos la obediencia. Asociación mundial de actividades infantiles. Archivo PDF.
3. ¿Cómo formar
en LA SINCERIDAD?
“Manifiesta, si es conveniente, a la persona idónea y en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, con claridad, respecto a su situación personal o a la de los demás”. Tengamos en cuenta el significado de la sinceridad, ya que es un valor que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones. Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que más cuesta trabajo. Siempre debemos mostrarnos “como somos en la realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones. En algún momento la Sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si por ejemplo,
es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca, no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber. La sinceridad no tiene sentido si la persona está engañándose a sí misma. Los niños pequeños necesitan recibir una información cuanto antes para que reconozcan que hay una finalidad en su vida. Esta finalidad sólo puede ser alcanzada con el esfuerzo personal, basándose en las capacidades y cualidades propias. Para ser sincero consigo mismo se necesita saber previamente que un criterio para juzgar la información, percibida como importante o no, es la relación que tiene esa información con la posibilidad de mejorar. Los niños sabrán que actúan bien cuando imitan actuaciones que han visto hacer a otros y han significado algo agradable o útil para ellos mismos. Ser sincero, reconocer la propia situación personal como ser creado por Dios para algo, con una finalidad, es en otras palabras, apreciar correctamente a uno mismo.
3.1. Labor de los padres
Es importante resaltar la labor de los padres para apoyar a sus hijos, ellos podrían proporcionar información necesaria, es decir, enseñarle a cumplir para que su afirmación inicial pueda cambiar. Los padres están siempre dispuestos para reconocer la verdad. Con cariño los padres ayudan a sus hijos a reconocer las cosas como son. La educación de la sinceridad se basa en que los padres reconozcan que la sinceridad es prioritaria. La persona humana tiene una tendencia a engañarse respecto a su propia posibilidad de enfrentarse con influencias nocivas a una mejora. Ser sincero con uno mismo no es necesariamente reconocer la debilidad personal, pero sí supone que la persona reconozca un cierto peligro en someterse a influencias indicadas como perjudiciales por parte de sus padres. La sinceridad es un reconocimiento de la propia situación personal. Es claro afirmar que la mentira es una necesidad que el niño siente, por tanto es indispensable la labor del maestro y de los padres para eliminar estas necesidades y fortalecer para las situaciones difíciles. También la mentira es contagiosa por eso desde el principio se le debe sembrar en el niño la verdad como medio de expresarse con claridad, para que conocer su realidad y expresarla. Una de las manifestaciones de una falta de sinceridad que se encuentra más frecuentemente es la mentira. Para mentir la persona tiene que intentar inducir a error a los que escuchan, de acuerdo con su apreciación de la realidad. El ejemplo de los padres y del maestro es vital, porque casi sin darse cuenta, pueden dar una impresión de que la mentira es lícita. La intensidad con que se puede vivir la sinceridad dependerá de la capacidad de cada persona para reconocer lo que es la situación real. Nos interesa enseñar a los hijos a distinguir entre realidad y fantasía, entre hechos y opiniones,, entre lo importante y lo secundario en
situaciones fáciles y en las que contienen una mayor carga afectiva. Es cuestión de mostrarles la importancia de decir las cosas tal como son para poder recibir una orientación adecuada o para dar una orientación. Para que sea adecuada se tratará de explicarle al niño lo que es prudente, el momento oportuno, la persona adecuada, y lo que es realmente cuestión de caridad. Ser sincero es ser honrado, es ser justo en todas las relaciones, comenzando por la relación de uno mismo. Los motivos para ser sinceros deberían en principio en la confianza que tengan los niños en que sus padres los quieren, en que les van a ayudar y no juzgar. La sinceridad les permite conocer la relación con lo que deberían ser y conseguir. El motivo para ser sincero es el de reconocerse como hijo de Dios con una finalidad específica. Hay que reconocer la miseria humana pero también la grandeza de ser hijos de Dios. Únicamente así la persona humana puede amar de acuerdo con lo que es y alcanzar una mayor plenitud humana y espiritual cada día.
3.2. Actividades para
desarrollar con sus hijos
ACTIVIDAD
“JUGUEMOS A LA ENTREVISTA”
Resumen de la Actividad: La actividad consiste
en un juego de comunicación. Los niños se
entrevistarán unos a los otros y se les enseñará
uno o varios textos para la entrevista. Es un tipo
de juego que busca estimular la comunicación
entre los participantes.
Objetivo:
· Que los niños aprendan a comunicar sus
experiencias sobre un tema sugerido por el
educador (La sinceridad).
Procedimientos:
Entrevistas
Lúdico
Recursos materiales: Un micrófono de juguete
o un objeto que hará las veces de micrófono.
Grabadora de casete para grabar las
entrevistas.
Desarrollo de la actividad:
1ªParte
El educador explicará a los niños en qué consiste
el juego y les enseñará el guión sobre lo que
deben preguntar, que versará sobre el proceder
sincero o hipócrita.
Ejemplo de entrevistas:
Esta es una entrevista para la emisora de la
escuela infantil
(nombre de la escuela) _______________, debes
contestarme a las preguntas con sinceridad:
¿Cuál es tu nombre?
¿A dónde te gusta pasear?
¿Cuál es tu canción preferida?
¿Cuándo tus papás te piden que hagas una
tarea en la casa, la haces o finges sentirse mal o
cualquiera otra cosa, para no hacerla?
¿Si se te rompe algo, le echas la culpa a otro o
les dices la verdad a tus padres?
¿Si un vecino o cualquiera otra persona hace
cosas que te molestan y te pide que opines
sobre su conducta, tu le dices la verdad de lo
que sientes, o finges que te gusta, que no te
molesta, etc.?
ACTIVIDAD
“NOMBRA CON UNA PALABRA”
Resumen de la Actividad:
La actividad consiste en un juego didáctico
en el cual se leerán varios relatos sobre la
sinceridad o la hipocresía, los niños deberán
decir si ese personaje es sincero o miente,
finalmente mediante una conversación, se
analizarán estas conductas.
Objetivo:
· Que los niños aprendan a analizar críticamente
las conductas sinceras – falsas.
Procedimientos:
Relatos
Preguntas y respuestas
Conversación
Recursos materiales:
Relatos y obsequios previamente
confeccionados para los niños y niñas
ganadores.
Desarrollo de la actividad:
1ªParte
El educador explicará a los niños en qué consiste
el juego y organizará al grupo en dos equipos.
El equipo rojo, dirá la palabra que califica a la
niña del primer relato (María), y a la niña del
segundo relato (Daniela)
El equipo azul, dirá la palabra que califica al
niño (Jorge) y a la madre de Jorge, del segundo
relato.
Las reglas del juego son:
1.-Si un equipo no sabe responder bien, pasará la
oportunidad de responder al otro equipo.
2.-Ganará el equipo que diga correctamente
las palabras que califican a los personajes de los
relatos.
El educador leerá relatos que versen sobre la
hipocresía y la sinceridad, por ejemplo:
1.-María siempre fingía estar enferma cuando su
mamá la pedía que fregara los platos, o barrer la
casa.
María era una niña _____________ con su mamá.
2.-Un día, Jorgito jugando con su gato Micifuz, le
rompió a su mamá un bello adorno de porcelana,
cuando se lo contó a su amiguita Daniela, ella le
aconsejó que le dijera a su mamá que lo había
roto Micifuz, pero cuando su mamá llegó Jorgito
le contó toda la verdad y ella lo perdonó.
Jorge es un niño_________________
Daniela es una niña________________
La mamá de Jorge lo perdonó por su actitud___
_________
Estos dos relatos son solo ejemplos, el educador
creará otros, según las características de su
grupo.
2ª Parte
Se realizará una conversación para analizar la
actitud de María, Jorge, Daniela y de la madre
de Jorge.
El educador dejará que los niños se expresen
libremente y después el enfatizará en la actitud
sincera de Jorge, la cual fue premiada con el
perdón de su mamá.