EXPERTO UNIVERSITARIO EN GESTIÓN DE PROYECTOS DE ARQUITECTURA EN
BIOCONSTRUCCIÓN
“RECURSOS NATURALES PARA UNA CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE EN
TIERRA DE BARROS. Aplicación a la Bioarquitectura”
PROYECTO FINAL
AUTOR
Víctor Asuar Bote
DIRECTOR
Alejandro López Altuna
En Almendralejo, a 23 de septiembre de 2.016
1
RESUMEN
Tierra de Barros es una comarca situada en el centro de la provincia de Badajoz. Se caracteriza
por tener unos paisajes intensamente humanizados, cuya ocupación hay que fechar en tiempos muy
remotos; unos paisajes compartidos por incontables generaciones, desde aquéllas que dejaron su
huella en forma de pinturas rupestres esquemáticas, y aún antes, pasando por los romanos que se
inventaron el horizonte de viñas y trazaron la Vía de la Plata; los árabes que levantaron fortalezas y
dejaron como herencia todo un calendario agrícola; o las órdenes militares que acuñaron una ideología
y levantaron iglesias; hasta llegar a nuestros tiempos.
A la actual falta de identidad histórica y geográfica de las gentes de la comarca se une la pérdida
del amor sano y respeto que nuestros abuelos tenían a esta tierra modelada por ellos mismos,
produciendo una fatal desconexión con el medio que está provocando desequilibrios humanos,
económicos y medioambientales.
La elaboración de este trabajo trata de redactar una especie de “guía” de recursos naturales
de la comarca (enfatizando en su capital, Almendralejo) enfocada principalmente a la autocontrucción
de viviendas que vuelva a crear nexos de unión perdidos entre los moradores del lugar y el medio que
los rodea, La Madre Tierra que tanto dio a sus antepasados…
Utilizando como excusa la autoconstrucción de viviendas sanas y asequibles (algo muy
importante dada la situación actual) reaparecerán lazos olvidados con la naturaleza que son vitales
para la supervivencia, tanto de la especie como del individuo, y que harán aflorar sensaciones e
instintos dejados de lado durante demasiado tiempo.
PALABRAS CLAVE
Bioconstrucción, sistemas constructivos tradicionales, materiales sostenibles, Tierra de Barros.
2
INDICE
1. INTRODUCCIÓN .......................................................................................... 3
2. APROXIMACIONES ..................................................................................... 7
3. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS .................................................................. 15
3.1. CIMENTACIONES Y SOBRECIMENTACIONES ............................................................ 15
3.2. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS CON TIERRA CRUDA .................................................. 17
3..2.1. La tapia ...................................................................................................................... 18
3.2.2. El adobe ..................................................................................................................... 21
3.2.3. El COB ....................................................................................................................... 24
3.2.4. La quincha .................................................................................................................. 26
3.2.5. Revoques ................................................................................................................... 28
3.3. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS CON FARDOS DE PAJA ............................................. 30
3.4. CONSTRUCCIÓN CON CAÑA ...................................................................................... 33
3.5. SUELOS Y PISOS ......................................................................................................... 35
3.6. CUBIERTAS .................................................................................................................. 35
4. RECURSOS NATURALES ......................................................................... 37
4.1. Mampuestos de piedra................................................................................................... 37
4.2. La tierra como material de construcción ......................................................................... 38
4.3. La paja como material de construcción........................................................................... 45
4.4. Las cañas ...................................................................................................................... 46
5. CONCLUSIONES ....................................................................................... 47
6. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................... 48
ANEXO ........................................................................................................... 49
3
1. INTRODUCCIÓN:
El ser humano es la única especie que ha ocupado todos los hábitats de La Tierra. En cualquier
lugar del planeta (desde montañas hasta superficies de lagos y ríos, pasando por desiertos y zonas
heladas) existen registros de actividad humana en forma de pueblos, ciudades, infraestructuras,
agricultura… y esta capacidad de adaptación a lo largo de la historia ha dado como resultado diferentes
arquitecturas vernáculas, sistemas de subsistencias e identidades adaptadas al medio ocupado que
han generado multitud de culturas a lo largo y ancho de La Tierra… pequeños “mundos” dentro de otros
“mundos” que han sido capaces de integrarse en su entorno y vivir de él y para él, ya que las únicas
posibilidades de supervivencia de su estirpe pasaban por mantener un equilibrio sostenido en el medio
que les rodeaba…
“LA TIERRA NO ES UNA HERENCIA DE NUESTROS PADRES, SINO UN PRÉSTAMO DE
NUESTROS HIJOS"1
Esa realidad “LOCAL” de sociedades colaborativas cuidando de esos pequeños “mundos”, que
les proporcionaban seguridad y la posibilidad de cubrir sus necesidades fisiológicas básicas, ha sido
desplazada por una realidad “GLOBALIZADA” favorecida por intereses económicos que tienen
secuestrada a la clase política y que restan capacidad de participación al ser humano, que está sumido
en un sistema económico basado en el consumo compulsivo de bienes y en una carrera ciega que
busca el beneficio inmediato (aún a costa de asumir ciertos riesgos medioambientales y humanos
“aceptables”).
El resultado es una polarización social que aumenta los desequilibrios en terrenos ya
conquistados previamente y un deterioro del medio ambiente que obliga inexorablemente al conjunto
de la sociedad y a todos los sectores productivos y económicos a una reorientación profunda de las
pautas de producción y consumo.
El sector de la construcción contribuye de manera importante a ese deterioro social y
medioambiental en sus distintas fases (extracción y fabricación de materiales, transporte de los mismos,
diseño de la edificación y de sus instalaciones que influye decisivamente en el rendimiento energético
de la misma y en su salubridad, gestión de la obra y de sus residuos…) y necesita dar un giro notable
hacia la adopción de decisiones encaminadas hacia la sostenibilidad.
Esta “guía” de “RECURSOS NATURALES PARA UNA CONSTRUCCIÓN
SOSTENIBLE EN TIERRA DE BARROS. Aplicación a la Bioarquitectura” pretende contribuir
al necesario cambio de mentalidad que debe producirse en todos los sectores ligados al proceso
constructivo desde un punto de partida “LOCAL”.
1 Proverbio ind io.
4
La consideración de los aspectos medioambientales y humanos debe formar parte de las
decisiones que adopten los promotores (sean grandes empresas o particulares), los profesionales
(arquitectos, aparejadores…), los fabricantes de materiales o equipos, los constructores, los
trabajadores del sector, los propietarios o usuarios de la vivienda o edificación… y deben partir siempre
desde unos principios básicos que busquen generar una cultura arquitectónica sostenible, propia e
identitaria que permita a los usuarios reconocerse y sentir como propio el edificio resultante. Desde el
punto de vista de la sostenibilidad se tienen en cuenta los aspectos sociales, económicos y
medioambientales asociados a un proceso constructivo.
PRINCIPIOS DE LA BIOARQUITECTURA Y DE UNA CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE.
Los principios de la bioconstrucción se pueden agrupar en 5 grupos básicos, que pasaremos a
explicar brevemente a continuación:
Elección del entorno y adecuación al medio natural.
Elección de materiales y sistemas constructivos.
Edificaciones seguras, saludables, confortables y bellas.
Eficiencia energética, ahorro de agua y minimización de residuos.
Impacto positivo en el entorno social del edificio.
Elección del entorno y adecuación al medio natural.
Es fundamental elegir un lugar libre de contaminación, ya sea química, sonora... libre de
campos electromagnéticos asociados a líneas de alta tensión, centros de transformación, líneas
ferroviarias…
La elección del entorno es quizás el punto más represivo en las posibilidades de una familia a
la hora de poder elegirlo puesto que casi en la totalidad de los casos no se tiene mucho donde elegir y
partimos de un lugar predefinido, pero es en esta cuestión donde se pueden resolver muchos problemas
de salud derivados de una mala elección del lugar.
Pero es en la adecuación al medio del que partimos y a los usuarios de la futura construcción
donde se debe y se puede hacer un mayor trabajo de adaptabilidad de la misma, ya que el proceso
proyectual se convierte en la mayor fuente de posibilidades de sostenibilidad y aporte de salud que
tenemos (incluida la elección de materiales y sistemas constructivos)
5
Elección de materiales y sistemas constructivos.
Este punto es quizás uno de los más interesantes porque de dicha elección dependerá en gran
medida el cumplimiento de los siguientes principios de la lista.
Con una buena elección podremos otorgar al edificio seguridad, confortabilidad y belleza
además de una excelente eficiencia energética. También nos permitirá ahorrar en recursos
necesarios y minimizar residuos indeseables.
Puede aportar también un impacto positivo en el entorno, no solo social, sino también
ambiental y de concienciación de la comunidad cercana, además de crear lazos con los vecinos
favoreciendo la autoconstrucción (al menos parcial como valor de identidad de sus usuarios) y
fomentando la participación de los mismos en el proceso constructivo.
Es importante elegir materiales naturales y no tratados (saludables), de Km.0 y que sean
renovables, reciclables y reutilizables, ya que reducirán el impacto ambiental del edificio, y aplicarlos a
sistemas constructivos adecuados al entorno.
Edificaciones seguras, saludables, confortables y bellas.
Es importante diseñar edificios seguros, con espacios proporcionados y armoniosos, con
texturas agradables y colores luminosos, aplicando criterios de flexibilidad en los proyectos que
permitan cambios de usos de las estancias siempre de acuerdo con las necesidades presentes y futuras
de los usuarios.
Hay que tener muy presente el confort higrotérmico, acústico y lumínico de la edificación, así
como la calidad del aire interior, prestando especial atención a las instalaciones proyectada, la
orientación del inmueble…
Eficiencia energética, ahorro de agua y minimización de residuos.
Es de vital importancia crear edificios de consumo casi cero o positivos, con envolventes
eficientes y aprovechando al máximo las estrategias bioclimáticas del lugar y utilizando instalaciones
eficaces, de bajo consumo y ecológicas con uso de energías renovables y próximas.
Se ahorrará agua ya que es un recurso escaso y limitado. Se tendrá en cuenta su captación,
almacenaje, uso, reutilización o depuración del agua por medios naturales antes de reaprovecharla
para riego controlado.
Se crearán espacios que favorezcan la separación y reutilización de residuos y el compostaje.
6
Impacto positivo en el entorno social del edificio.
La creación de ecobarrios que favorezcan la integración de sus componentes, que eviten el
desequilibrio social y potencien la identidad de sus ciudadanos con su barrio, donde se utilicen sistemas
constructivos asumibles económica, social y medioambientalmente, y donde se asuman principios
bioclimáticos que favorezcan el aprovechamiento de los recursos del clima convirtiéndolos en barrios
autónomos energética y socialmente (donde favorezca el trabajo manual y la economía local).
Para la creación de nuestra “guía” de “RECURSOS NATURALES PARA UNA
CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE EN TIERRA DE BARROS. Aplicación a la Bioarquitectura” nos
centraremos mayormente en el segundo grupo (Elección de materiales y sistemas constructivos), sin
perder de vista el resto, ya que no se entiende el proceso constructivo desde una perspectiva sostenible
si no se abarcan todos y cada uno de los principios de la bioconstrucción.
7
2. APROXIMACIONES:
La arquitectura vernácula es el resultado de un proceso de adaptación de las construcciones
al medio, que ha durado miles de años. Todo ello utilizando materiales asequibles y autóctonos (en las
áreas ricas en árboles se desarrollan viviendas de madera, mientras que las áreas sin mucha madera
se pueden usar barro o piedra, o incluso hielo en zonas heladas…).
Lo vernáculo, casi por definición, es sostenible y no agota los recursos locales, por lo que se
hace necesario su estudio para desarrollar nuestra “guía” de “RECURSOS NATURALES PARA UNA
CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE EN TIERRA DE BARROS. Aplicación a la Bioarquitectura”.
Para comprender mejor los pasos a dar a la hora de construir una edificación desde un punto
de vista de la bioconstrucción se hace necesario comprender los condicionantes geográficos y
geomorfológicos de Tierra de Barros (estudio geológico, edafológico, climático, fluvial, eólico…), así
como las soluciones adoptadas a lo largo de la historia para adaptarse a ellas.
ENCUADRE GEOGRÁFICO DE TIERRA DE BARROS
Conformada por los términos municipales de Aceuchal, Almendralejo, Corte de Peleas, Entrín
Bajo y su pedanía Entrín Alto, Hinojosa del Valle, Hornachos, Palomas, Puebla de la Reina, Puebla del
Prior, Ribera del Fresno, Santa Marta, Solana de los Barros con sus pedanías Cortegana y Retamal,
Torremejía, Villafranca de los Barros y Villalba de los Barros.
Mapa turís t ico comarca de FEDESIBA
8
La Comarca de Tierra de Barros se sitúa en el centro de la provincia de Badajoz entre las zonas
de Vegas del Guadiana y Sierras del Sur. Se encuentra delimitada por las comarcas, al norte Tierra de
Mérida - Vegas Bajas, al sur Zafra - Río Bodión, al este Campiña Sur y al oeste Llanos de
Olivenza y Tierra de Badajoz.
GEOLOGÍA, GEOMORFOLOGÍA Y EDAFOLOGÍA
Se fundamenta la geología de la zona en dos conjuntos morfoestructurales referentes a los
llanos y sierras que ocupan el espacio comarcal.
Principalmente nos encontramos con un área de gran edad geológica, que llega a superar los
600 millones de años, donde los materiales y disposiciones de los mismos han sufrido varios ciclos
orogénicos a lo largo de los años, por lo que se hace difícil la diferenciación de los materiales que
quedan inscritos en la misma.
Una de las zonas en las que ocupan la comarca se define como Ossa-Morena, la más
meridional, de edad precámbrica con más de 600 millones de años. La otra zona que quedaría definida
dentro de la comarca sería la Centro-Ibérica que destaca por el afloramiento de una extensa serie de
granitos y gneis principalmente, muy comunes en las llanuras de la comarca.
Tanto la red fluvial como los suelos se hallan modificados desde hace unos 10.000 años con
la introducción de la agricultura y ganadería, y más recientemente con la construcción de embalses.
En referencia a la minería existente en la zona, no es mucha la riqueza que posee la comarca
debido a las carencias en recursos geológicos de la misma.
En lo que a la edafología se refiere, los procesos generadores de suelos se ven frenados por
las escasas precipitaciones, muchas veces torrenciales, épocas de sequía, fuertes pendientes y
escasa cubierta vegetal.
Principalmente son dos los tipos de suelos a destacar, la tierra parda meridional y los suelos
arcillosos rojos, con el río Matachel como la divisoria aproximada al ser el límite del Mioceno en la
zona (desde Santa Marta al río en cuestión).
CLIMATOLOGÍA
El área pertenece al ámbito de los climas mediterráneos, pero suavizado por la influencia
atlántica que es el factor que lo diferencia respecto de la meseta. Los inviernos son poco extremos en
cuanto a temperaturas, con precipitaciones máximas en el tránsito otoño-invierno e
invierno-primavera. En verano las temperaturas aumentan incluso por encima de la media
mediterránea, mientras las precipitaciones llegan a desaparecer prácticamente en julio-agosto. La
insolación alcanza unas 2.750 horas al año, representando el 63 % del total anual.
9
La variación del clima a lo largo de la comarca es difícil de establecer, debido principalmente a
las carencias de observatorios en la zona, aunque esta vendrá dada siempre por el relieve en el que
nos vayamos encontrando, así como su orientación de cara a la oposición a la circulación general
atmosférica, del oeste.
La pluviosidad es escasa, oscilando entre los 350-400 mm/año en el llano y los 450-600 en las
zonas más elevadas. El contraste es evidente, aunque no se traduce en un elemento separador, muy
al contrario, conforma una comarca complementada económicamente a lo largo de la historia: pleno
cultivo en la llanura y aprovechamiento pecuario y vegetal a medida que nos acercamos a las sierras.
Temperatura Media 16.9 C
Días de Helada 98
Temperatura Media de las Máximas
23.6 C
Meses sin Heladas 6
Temperatura media de las Mínimas
10.26 C
Precipitación media anual 516 mm
Temperatura Media del mes más frío
4.1 C Precipitación media del mes mayor
(Noviembre) 61.6 mm
Temperatura media del mes más cálido
35.7 C Precipitación media del mes menor
(Agosto) 4.8 mm
HIDROGRAFÍA
El río Matachel constituye la principal arteria fluvial de la comarca, en torno al cual se articulan
la mayoría del resto de los cursos fluviales, consistentes en su mayoría en arroyos y riachuelos
estacionales.
Su curso divide prácticamente por la mitad la superficie comarcal, pudiendo servir de referencia
a la diferenciación entre la parte occidental, llana y de gran riqueza agrícola, zona oriental de Tierra de
Barros, y la parte oriental, abrupta y de valores medioambientales innegables.
La dirección general del río es exactamente la marcada por las elevaciones montañosas, Sierra
de Pinos y Sierra Grande. La falda oriental de estas sierras vierte al arroyo Palomillas, cuyo curso es
paralelo al del Matachel hasta su desembocadura en el pantano de Alange. Una pequeña superficie de
esta falda oriental vierte al Guadamez, ya en el límite occidental de la Comarca de la Serena. La falda
occidental vierte directamente al Matachel al oeste del cual los arroyos Botos, de Valdemedé y
Bonhaval recogen las aguas de todo el sector central de la comarca.
En paralelo al Rio Matachel fluye la otra arteria fluvial importante de la comarca, el rio
Guadajira, que Nace en diversas fuentes de las Sierras de Feria, discurre junto a los pueblos de Feria
(Badajoz), Villalba de los Barros, Solana de los Barros y Guadajira, entidad menor de Lobón, hasta su
desembocadura en el río Guadiana y que recoge las aguas del sector occidental de la comarca.
10
Sus afluentes principales son los arroyos de La Pijotilla, Harnina, del Husero (los tres pasan
por el término municipal de Almendralejo) del Mayordomo, del Mohíno, del Potril, de la Albuera de Feria
y de Valdelazarza.
FLORA
Contemplamos un mosaico cuyas piezas principales en el interior son los viñedos, olivares y
campos de cereales, entre los que se entremeten a veces almendros o parcelas de huertas a la vera
de ríos y arroyos. Como ribete externo, la dehesa tiene también aquí una presencia notable, sus
pastizales y encinares proporcionan lo necesario a un ganado no muy numeroso, pero sí de gran
calidad.
Las tierras más altas y las del abrigo a la sierra, menos manipuladas por el hombre, mantienen
la identidad del bosque mediterráneo: enebros en las umbrías y cotas altas, alcornocales, encinares y
pastizales en las faldas y valles.
En las orillas de los ríos y arroyos de la comarca es muy común ver grandes cañaverales y
muchas plantas de enea y juncos.
Otra de las plantas muy comunes por estos lares y que, como veremos más adelante es
merecedora de mención, son las chumberas, que crecen en multitud de lugares.
ARQUITECTURA VERNÁCULA
Cuando el constructor popular se decide a levantar una casa y sus espacios adyacentes, lo
normal es que utilice como material de edificación el que le ofrece su entorno natural y adopte las
técnicas o sistemas constructivos más adecuados. Precisamente del material y de la técnica empleada
en la construcción dependerá el aspecto de la casa, su textura y su color.
De la vivienda popular extremeña se han dado varias clasificaciones. Aquí vamos a atender a
un agrupamiento según el elemento, a nuestro juicio, más característico de la casa: así, hemos
considerado la existencia de cuatro grupos fundamentales2, con variantes comarcales:
1. VIVIENDAS ELEMENTALES
Diseminada por toda Extremadura y hoy en regresión de uso, caracterizada por sus escasas
condiciones de habitabilidad; pueden ser espacios de habitación temporales como los chozos y casas
redondas, o permanentes como la alquería jurdana.
2 Arquitectura Popular de Ext remadura. Juan Carlos Rubio Masa
11
2. CASAS DE PIEDRA
Son llamadas casas de piedra por ser éste el material más utilizado en su construcción; son
viviendas serranas de altura o media ladera que encontramos en el Valle del Jerte o en la Sierra de
Gata.
3. CASAS CON ENTRAMADOS DE MADERA
También son casas serranas las que constituyen el tercer grupo, que se caracteriza por la
utilización de un sistema constructivo con entramado de madera. Estas casas adquieren un gran
desarrollo en todo el Sistema Central, desde La Vera a la Sierra de Gata.
4. VIVIENDAS DEL LLANO
Son construcciones de muros blanqueados, de claros perfiles geométricos y con mayor
tendencia a extenderse en superficie que en altura; este último grupo, que ocupa prácticamente el resto
de la región (incluida la comarca de Tierra de Barros), presenta innumerables variantes comarcales
basadas en su aspecto exterior, en la distribución del espacio interno, en las condiciones económico-
sociales de sus moradores, en un mayor o menor uso de la madera y. sobre todo, de la bóveda de
ladrillo.
Será este tipo de viviendas de llano (en su variante de la zona que nos ocupa) la que
desarrollaremos con mayor extensión.
En la zona de Tierra de Barros, domina la denominada “casa con patio cerrado”, en la que
aparecen separados la vivienda del campesino (en la planta baja) y el granero (en la planta alta) de los
espacios dedicados a cuadras, establos, zahúrdas, bodegas, etc. Estos únicamente están separados
por un pequeño patio o espacio abierto llamado corral, y cubierto por diferentes tejados.
La casa se extiende en superficie, pues no en vano el relieve es de llanura o penillanura. El
hecho de que el granero o “doblao”, se desplace a la parte alta está en función del necesario aislamiento
de la humedad y de los roedores.
La vivienda se distribuía siguiendo un esquema básico que raramente se alteraba: pasillo
central con dormitorios a los lados (para las “casas enteras”) comunicados entre sí, favoreciendo de
esta forma la ventilación cruzada, y sala al fondo con cocina y fogón y zona de comedor. En las “medias
casas” el esquema sería el mismo, pero con dormitorios a un solo lado del pasillo.
Tras la vivienda aparece el corral, generalmente dividido en dos espacios por un muro o celosía
de ladrillo: uno junto a la casa, que según las zonas va pavimentado, lleno de macetas y arriates con
flores. El otro espacio suele ser de mayor tamaño y se deja sin pavimentar.
12
El corral puede llevar una puerta de acceso “trasera” si tiene la suerte de tener calle detrás, en
caso de no poseerla (lo más común), los animales deben atravesar longitudinalmente toda la casa para
llegar a sus cuadras.
ESQUEMA GENERAL DE VIVIENDAS TRADICIONALES DE LA ZONA
Pero, aunque este esquema general no se ve alterado, debido a la profunda estratificación
social, marcada por una fuerte desigualdad en el reparto de la tierra, junto a estas casas de gran
sencillez y alejada de toda presuntuosidad, aparecen las casas de los medianos y grandes propietarios
de tierras. Estas últimas viviendas buscan la diferenciación en el uso de múltiples adornos: portadas,
rejerías, molduras, cornisas, etc. en el enmascaramiento del “doblao” como si se tratara de un espacio
13
habitado, e incluso por la moda extendida en el sur de la región de disponer un antepecho que oculta
las aguas del tejado, en su extensión superficial tanto en profundidad como en fachada. En el número
de habitaciones, salas, cocinas, etc. Es más, los propietarios que se han aburguesado suelen dispersar,
alejando de la casa. los espacios puramente económicos.
MATERIALES Y SISTEMAS CONSTRUCTIVOS
A la hora de elevar una vivienda se utilizarán unos materiales y técnicas constructivas u otros
dependiendo del área geográfica y de la tradición cultural.
En la comarca de Tierra de Barros es muy común el uso de la tierra como material
constructivo, que permite varias técnicas para conseguir diversos aparejos, incluso alternando con
otros materiales.
La más simple es la del adobe, o ladrillos sin cocer; en su fabricación es necesario ayudarse
de unos moldes de madera en los que se deposita el barro, generalmente mezclado con paja, y más
raramente con cal. El secado del adobe se hace directamente al sol en una atmósfera seca, requiriendo
de varias semanas antes de poder ser utilizado en obra.
Más utilizada en nuestra zona es la técnica del tapial. Una vez construidos los cimientos de la
casa y un pequeño zócalo o sobrecimentación (ambos de mampostería), se vierte la tierra (mezclada
con ripios y, a veces, cal) en el interior de un molde o encofrado compuesto por cuatro tableros de
madera paralelos. Los dos tableros grandes se separan, según el grosor que se quiera dar al muro -
entre 40 y 60 cm-, y se unen por unos listones de madera llamados agujas: los otros dos tableros
pequeños cierran los costados, uno de ellos será eliminado al hacer el segundo tapial pues irá adosado
al ya construido.
Pero es la bóveda de ladrillo el elemento más puramente extremeño, tanto por su ejecución
como por su diseño. Su construcción implica la desaparición de tabiques o muros cortina y la
introducción de muros de carga que, al mismo tiempo que separan las distintas estancias, puedan
soportar el peso de la bóveda. En la bóveda extremeña el ladrillo se coloca de canto en el trazado y su
ejecución puede ser de dos formas: bóveda de rosca realizada en espiral continuo hasta el centro o
bóveda por arista levantando rincones y entrearcos que van cerrando sucesivamente el hueco hasta
agotarlo completamente con una clave en forma de cruz.
Tanto en un tipo como en el otro, los arranques se macizan y se rellena el resto con tierra y cal
hasta conseguir un pavimento continuo sobre el que se aplica un “estirao” de cal y arena, o baldosas,
para formar el suelo del piso alto o del “doblao”.
Pero lo más original de la bóveda extremeña es que se construía siempre sin cimbra: es decir,
sin una estructura de madera que la sostenga durante su construcción.
14
Siempre que se ha tratado el tema del uso de la madera en la arquitectura popular extremeña
se ha hecho hincapié en que escasea en los edificios de la zona que nos ocupa, y que esta carencia
es suplida por el abundante uso de la bóveda de ladrillo.
Sin poner en duda este argumento hay que destacar que la madera en forma de rollizos y de
tablazón se utiliza como estructura de tejados en todas las viviendas (sobre las que se colocaban las
tejas de barro cocido) y como cubierta de estancias en las viviendas más humildes, e, incluso, en
artesonados y techos holladeros en casas de cierta posición económica.
El uso alternativo de la bóveda se debe además a otras razones: una, puede ser la tradición
histórica, pues el sistema constructivo de la bóveda extremeña enlaza con el de la bóveda romana,
matizado por influencias orientales aportadas durante la dominación musulmana. Otra, una necesidad
de combatir los rigores climáticos, ya que los gruesos muros y las bóvedas procuran un claro freno a
las variaciones térmicas del exterior, tanto en verano logrando crear una atmósfera fresca, como en
invierno impidiendo que el calor se escape.
FUNCIONAMIENTO BIOCLIMÁTICO.
15
3. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS:
En este apartado haremos un repaso de los sistemas constructivos tradicionales (como la tapia
y el adobe, que son los sistemas más utilizados en la zona), además de otros sistemas propuestos
(COB, cubiertas verdes, quincha, técnica CanyaViva…) que podrían ser interesantes para la zona
estudiada, según los recursos existentes.
En cada uno de los sistemas constructivos explicados habrá referencias al apartado 4, donde
se explicará cómo y dónde encontrar y “procesar” los recursos utilizados en cada sistema.
3.1. CIMENTACIONES Y SOBRECIMENTACIONES.
Es necesario que las construcciones se hagan sobre elementos que transmitan las cargas
(producidas por el peso de todos los materiales empleados) al terreno y que éste a su vez sea capaz
de resistir las mismas, pues no en vano, si los elementos que sostienen la edificación ceden bajo su
peso, la solidez y vida útil de la misma podrá verse afectada gravemente.
Es por eso que lo primero que habrá que hacer, antes incluso de definir el diseño de la
edificación, será comprobar y asegurarse de que el terreno sobre el que se va a construir tiene la
capacidad de soportar el peso de la misma mediante un estudio geotécnico firmado por un técnico
especializado.
Una vez conocida la capacidad portante del terreno habrá que decidir cuál es el mejor tipo de
cimentación para soportar y transmitir las cargas al mismo.
Pero la cimentación no solo cumple con la misión de soportar y transmitir las cargas al terreno,
sino que cumple una misión de protección del edificio frente a la humedad que se torna especialmente
importante cuando hablamos de bioconstrucción.
Podemos decir que la cimentación es
como las botas del edificio que lo protegerán
de mojarse frente a la humedad del terreno,
ya sea la producida por capilaridad
(ascensión de la humedad a través de los
intersticios de la cimentación hasta los muros)
como por las salpicaduras del agua. Y es aquí
donde toma importancia la sobrecimentación,
que podría considerarse una zona de la
cimentación que supera la altura de la cota 0,
del suelo y sirve de base para los
cerramientos o conexión entre muros y
cimentación. Detal le construct ivo de c imentac ión y sobrecimentac ión de p iedra sobre la que apoya una tapia.
Fuente: vivalan igua.b logspot.com. es
16
Las sobrecimentaciones se deben ejecutar con materiales resistentes y permitir crear una
barrera horizontal de humedad que no permita el ascenso por capilaridad y proteja los muros del agua
por salpicadura en exteriores.
Tradicionalmente en nuestra zona se han ejecutado cimentaciones y sobrecimentaciones de
mampostería de piedra (véase punto 4.1) recibidas con mortero de cal que suele alcanzar una altura
de un metro sobre el nivel del suelo, sobre la que se apoyaban los muros de carga que se estimasen
oportunos (tapia generalmente). Era común también encontrarse con sobrecimentaciones de
mampostería a hueso (sin recibidos de mortero) para dificultar aún más la subida de la humedad por
capilaridad a través del mismo.
Existen también sobrecimentaciones a base de
ladrillos de barro cocido o cerámicos (más recientes), incluso
soluciones como la que mostramos a continuación de doble
muro de termoarcilla relleno de gravas para impedir la
ascensión de la humedad por capilaridad.
Desconchado de tap ia en la que se puede apreciar la sobrec imentación de mampos tería. Almendralejo.
Sobrec imentación de ladri l lo cocido. Almendralejo.
Sobrec imentación de ladr il lo con impermeabi l izac ión bajo arranque de muro. Fuente: R ikk i N itzkin
17
3.2. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS CON TIERRA CRUDA.
La tierra cruda como material de construcción (véase punto 4.2) se ha empleado desde el
neolítico, hace unos once mil años y sirvió para construir las primeras ciudades de las grandes
civilizaciones. Hoy día un tercio de la humanidad, quizás más, vive en hábitat de tierra. El 30% de las
edificaciones del mundo desarrollado están construidas con tierra y algunas son del siglo XII. También
el 17% del Patrimonio Mundial designado por UNESCO es de tierra.
En los países desarrollados durante en las últimas décadas ha surgido un creciente interés por
parte de arquitectos, ingenieros e investigadores, aplicando las modernas tecnologías en construcción
e investigación en el empleo de la tierra cruda para construir, así como en el uso de técnicas y sistemas
tradicionales.
También es creciente el interés en una parte de la población, sobre todo en las nuevas
generaciones, sensibles con el problema ambiental y con dificultades para acceder a una primera
vivienda convirtiéndose la autoconstrucción en una alternativa más o menos viable y muy asociada al
empleo de la tierra como material para construir.
Utilizar la tierra como material de construcción nos proporciona una serie de beneficios que no
nos los ofrecen los materiales que utilizamos hoy en día:
La tierra es un material inocuo. Es totalmente reciclable y biodegradable.
Sobrec imentación con doble muro de termoarc il la rel leno con grava . Fuente: Maren T ermens
18
Fácil de obtener localmente. Prácticamente cualquier tipo de tierra es útil para construir,
o bien se pueden hacer mezclas con otro material cercano o con algún mejorador de
la mezcla (cal, yeso, paja…).
Su obtención es respetuosa con el medioambiente. No lleva asociados problemas
como la desforestación o la minería extractiva que implican otros materiales
constructivos.
La edificación con tierra al utilizar muros gruesos tiene una gran capacidad de
almacenar el calor y cederlo posteriormente (cualidad conocida como inercia térmica).
Así, permite atenuar los cambios de temperatura externos, creando un ambiente
interior agradable. Sobre todo, resulta adecuada en climas con oscilaciones extremas
de temperatura entre el día y la noche.
Propiedades de aislamiento acústico. Los muros de tierra transmiten mal las
vibraciones sonoras, de modo que se convierten en una eficaz barrera contra los ruidos
indeseados.
La tierra es un material inerte que no se incendia, pudre, ni es susceptible de recibir
ataques de insectos.
Es un material por naturaleza transpirable. Los muros de tierra permiten la regulación
natural de la humedad del interior de la casa, de modo que se evitan las
condensaciones y mejora notablemente la calidad del aire interior.
Protege de las ondas de alta frecuencia. Se ha demostrado que elementos construidos
con tierra amortiguan las ondas de alta frecuencia, como por ejemplo las de telefonía
móvil.
Es un recurso barato
Son varias las técnicas constructivas que utilizan la tierra arcillosa como material principal, las
más utilizadas en Tierra de Barros son sin duda la tapia y el adobe, pero existen muchas otras como
el COB, los entramados de madera, etc. que podría ser muy interesante para implantarlos como
sistemas constructivos en nuestra zona y que pasaremos a describir a continuación:
3.2.1. LA TAPIA
La tapia, es una milenaria técnica de construir
muros, consistente en apisonar tierra húmeda (véase
punto 4.2) con un pisón dentro de un molde de madera
llamado tapial. Ha sido profusamente empleada en la
zona de Tierra de Barros desde muy antiguo, tanto en la
arquitectura monumental como popular, hasta que a
principios del siglo pasado entro en franca decadencia,
llegando prácticamente a desaparecer unas décadas
después.
19
La técnica consiste en
rellenar un encofrado con capas de
tierra de 10 a 15 cm compactando
cada una de ellas con un pisón.
El encofrado o tapial está
compuesto por dos tablones
paralelos separados, unidos por un
travesaño. Ver figura adjunta para
ver los elementos de los que está
compuesto el tapial.
PROCESO DE LEVANTAMIENTO DE LOS MUROS
1. Para poder iniciar la tapia, en primer lugar, habrá que nivelas el sobrecimiento, bien con una
capa de piedras o bien con una capa de mortero de cal.
2. Se coloca el encofrado con el espesor normal de los muros de piedra, normalmente de 40 a
60 cm de separación, aunque se han estudiado muros de hasta 120 cm y más (las tablas deben
ir con los lados interiores aceitados), a lo largo de lo que serán los muros, bien apuntalado, con
altura lógica como para poder trabajar dentro de él.
3. Antes de echar la tierra se extiende un poco de mortero (cal y arena) en los bordes y se cubren
las agujas con piedras planas delgadas. Este mortero impide que al comenzar a pisar, se salga
la tierra por las juntas, mejorando así el acabado del muro.
4. Se distribuye la tierra húmeda dentro del
encofrado, en capas que no superen los 10 o 15
centímetros de altura y se va presionando con
golpes de pisón, siguiendo el orden propuesto en
la imagen de al lado. Cuando notemos un
cambio de ruido y que el pisón no deja marca
significará que la tierra está lo suficientemente
compactada y se continuará con la capa
siguiente.
5. Después de apisonar los bordes del muro, se
cruzan los golpes a fin de prensar la tierra en
todos los sentidos.
Así se van rellenando los tapiales hasta que queden suficientemente llenos para, una vez
desmontados, se deslizará el encofrado horizontalmente para volver a realizar la misma
operación, formando hiladas completas (como si fueran ladrillos gigantes).
20
6. Al terminar cada hilada, se hacen surcos (de 10 mm a 15 mm), que ayudaran a unir la hilada
siguiente.
7. Cuando sea necesario se deslizarán los
encofrados hacia arriba. Se recomienda
también desplazarlos horizontalmente, para
que las uniones verticales de las tablas no
sean coincidentes (esto con el fin de evitar las
fisuras verticales). Cada vez que se repitan
estos pasos hay que limpiar, aceitar y revisar
los apuntalamientos de los encofrados.
Estos pasos se repiten hasta alcanzar la altura
necesaria para la edificación. Para levantar los muros
denominados también bancadas se debe tener en
cuenta las siguientes recomendaciones para cada una
de las partes:
En obras modernas se emplean encofrados metálicos como los que se usan para muros de
hormigón, sobre todo en obras más sofisticadas y de gran presupuesto. Permiten mayor tamaño de los
tramos, por lo que se combina con el uso de volquetas para el relleno de las tongadas, y con
compactadores neumáticos para la compactación, que aceleran y facilitan de una forma espectacular
el arduo trabajo artesanal del método tradicional.
F. Font ; P . H idalg : La tap ia en España. T écnicas ac tuales y ejemplos
Pisón neumát ico.
Fuente: Beta o e T aipa
Encof rado para la construcción de las tap ias de la p isc ina munic ipal de T oro (Zamora) . Fuente: J .M. Sast re
21
3.2.2. ADOBE
Los bloques de barro (véase punto 4.2) producidos a mano rellenando moldes y secados al aire
libre se llaman adobes.
La técnica del adobe es una de las más
antiguas, de hecho, existen referencias de la
presencia del adobe en la construcción desde el
Calcolítico, especialmente en sitios donde es
difícil el uso de piedras.
Para la elaboración de adobes se
emplean diferentes moldes o adoberas en
cuanto a dimensiones y forma. Los más usuales
son los rectangulares, aunque pueden
encontrarse con formas trapezoidales o curvas
(ver figura adjunta). Las dimensiones son muy
variables, siempre respetando que la longitud no
sea mayor a dos veces el ancho más una junta.
Se recomiendan longitudes no mayores a 40 cm
ni alturas mayores de 10 cm. El tamaño típico del
bloque de adobe en nuestra zona es de
35x20x10 cm.
Como ya hemos dicho, el adobe es un bloque macizo de barro, obtenido de la mezcla maleable
de tierra arcillosa, arena, gravas de diferentes tamaños y fibras vegetales como la paja que se proyecta
en un molde sin fondo, bien sea metálico o de madera y previamente impregnado en aceite o sumergido
en agua, y se prensa con unos golpes, después se levanta ligeramente el molde dejando a secar el
adobe propiamente dicho sobre una superficie llana.
Moldes para adobes . Fuente: Minke, G. Llenado de moldes. Fuente: Belanko J .
22
El secado ha de realizarse sobre una
superficie horizontal plana y despejada,
espolvoreada con arena. El lugar debe ser
ventilado, aunque preferiblemente cubierto para
evitar el soleamiento directo cuando las
temperaturas son muy altas, ya que si el secado
es muy rápido puede favorecer la aparición de
fisuras. Transcurridas 24 horas pueden voltearse
los adobes para completar el secado, y cuando
adquieran la consistencia suficiente para ser
manipulados, conviene apilarlos en panderete y
separados unos centímetros unos de otros.
Posteriormente se utiliza la pieza como en albañilería convencional con argamasa de arena y
barro o enriquecida con cal.
PUESTA EN OBRA
Es importante tener en cuenta las siguientes pautas:
Secado de adobes . Fuente: S it iosolar .com
Pues ta en obra de adobes . Fuente: Jorge Baut is ta
23
Se recomienda apilar los adobes en obra cerca de los muros que se van a levantar.
Los muros de adobe deben arrancar sobre un sobrecimiento de 20 cm de altura
mínima, bien nivelado y con barrera impermeable para evitar la humedad del terreno
(véase punto 3.1)
Los adobes se colocan trabados a contrajunta.
Los muros se levantan completamente aplomados mediante guías verticales a plomo
en los extremos, en las cuales se marcan los niveles de cada hilada (altura del adobe
más el espesor de la junta), y una tanza nos servirá de guía horizontal que marcará la
altura de cada hilada.
Generalmente la mezcla utilizada para pegar los adobes es la misma que la utilizada
en la fabricación de los mismos. De no ser así, la mezcla ha de tener la suficiente
cantidad de arcilla para asegurar la adherencia. Es recomendable un mortero arenoso
para evitar retracciones en las juntas y poder levantar todo un vano en una jornada; si
el mortero es arcilloso, no conviene levantar más de un metro de muro por jornada.
El espesor de la junta no debe sobrepasar los 2.5 cm. Las juntas verticales se rellenan
completamente de mezcla.
En muros de cerramiento no estructurales: deben ir anclados a la estructura, por
ejemplo, mediante clavos y alambre cada tres hiladas.
En muros portantes, la longitud del muro entre dos contrafuertes o dos muros
perpendiculares a él no debe ser mayor de 10 veces su espesor.
La altura máxima del muro no debe ser mayor que 8 veces su espesor, no
sobrepasando los 3 m.
La distancia entre una esquina y un hueco (puerta o ventana) ha de ser menor que 3
veces el espesor y como mínimo 0.90 m.
La suma de los anchos de los huecos no debe sobrepasar un tercio de la longitud del
muro;
Debe ejecutarse una viga o zuncho superior para repartir las cargas de la cubierta.
Pues ta en obra de adobes . Detal le de mor tero de agar re. Fuente: Jorge Baut is ta
24
3.2.3. COB
Es una técnica de construcción muy similar al adobe, ya que utiliza bolas de barro (véase punto
4.2) mezcladas con agua y paja. Se aplicas directamente al muro, tras ser moldeadas a mano.
El “Cob” es un sistema constructivo muy antiguo. Existe, junto con el adobe y el tapial, ya desde
al menos inicios del neolítico (hace entre 10.000 a 8.000 años a.C.) y ha sido utilizado en
la prehistoria por algunas poblaciones humanas sedentarizadas.
Aunque el término “Cob” es originario de Gran Bretaña, se hallan ejemplos por todo el mundo,
y resulta especialmente adecuada en zonas lluviosas.
En España, la técnica es conocida como “pared de mano” o “muro amasado” e, incluso como
“chamizo”. Aunque no se conocen construcciones realizadas con este método en la zona de Tierra de
Barros, resulta interesante mencionarla aquí, ya que la tierra arcillosa abundante en la comarca es de
una excelente calidad para esta técnica y su carácter intuitivo la hace muy atractiva para la
autoconstrucción.
La mezcla de barro para esta técnica debe tener una plasticidad tal que permita elaborar
pequeños bloques o bolas de barro y paja modelados directamente con la mano y aplicados uno encima
de otro en el momento de la ejecución en obra. En realidad, es similar a construir una gran escultura
donde poco a poco se va subiendo la pared y modelando con la única preocupación de mantenerla
vertical. Para esta técnica, la única herramienta son las manos.
Pues ta en obra de muro de cob. Fuente: Biz im bahcemiz
25
Los muros, que al igual que todos los sistemas constructivos con tierra necesita de una sólida
cimentación y sobrecimentación, son generalmente anchos. Para una pared, por ejemplo, se puede
comenzar con 50 cm de espesor y terminar, a los 3 m de altura, en 30 cm. Dependiendo del contenido
de agua en el barro, conviene ir levantando la pared en capas de 20 a 25 cm. Es muy común utilizar
esta técnica para rellenar la parte entre la viga de encadenado superior de las paredes y el entrepiso o
el techo, o bien para moldear mobiliario o cualquier detalle de relleno.
Una de las desventajas es la retracción al secar, incluso utilizando mezclas con un contenido
mínimo de 10 a 15% de arcilla. Para evitarlas se prevén las juntas de modelado, se utilizan elementos
de menor dimensión o bien curvos. Pero su principal desventaja es el rendimiento en mano de obra por
m2 construido, ya que no puede levantarse grandes tramos de pared en una misma jornada, debido a
la plasticidad que necesitamos para modelar el muro.
Es innegable la belleza del resultado estético de este sistema constructivo, que, por otro lado,
debido a la similitud que tiene su ejecución con el modelado de esculturas, es el que más rienda suelta
a la creatividad nos proporciona.
Pues ta en obra de muro de cob. Fuente: Biz im bahcemiz
26
3.2.4. LA QUINCHA
Esta técnica, de gran tradición histórica en innumerables lugares (sobre todo en Sudamérica)
recibe el nombre de quincha, aunque también es conocida con el nombre de bahareque en otras
zonas. Es un sistema constructivo que no nos proporcionará la inercia térmica que los anteriormente
descritos (tapia, adobes, cob…), ofreciéndonos en cambio un mayor aislamiento térmico, lo que ha
provocado que haya proliferado más en climas tropicales, subtropicales y en general templados del
mundo, debido a que en ellos no se hace necesario paliar los grandes incrementos de temperatura que
sí que ocurren en otros climas.
La formación de éste tipo de elementos no tendrá capacidad portante, por lo que lleva asociada
a su construcción una estructura para sujetar el techo de la edificación.
Es un sistema constructivo de entramados de madera, cañas o ramas recubierto de barro
(véase punto 4.2). También se da la opción de poner un entramado a dos caras (una interior y otra
exterior separadas hasta 20 cm) que nos permita rellenar el hueco que queda entre ambas con una
mezcla de barro con paja (muy parecida a la de los adobes) para su posterior revoco (este sistema nos
proporciona mayor aislamiento y solidez estructural, por lo que será el que desarrollemos a
continuación).
La mezcla ha de ser bien arcillosa para asegurar la adherencia al entramado, y debe contener
suficiente fibra para contrarrestar la retracción y dar estructura. Puede emplearse una mezcla liviana
de paja ensuciada de barbotina (véase punto 4.2), y colocada entre dos capas de entramado, dando
así a la llamada quincha alivianada o seca, ideal para climas fríos por su capacidad aislante.
Proceso cons tructivo de montaje de entramado de madera. Fuente: Víc tor Asuar.
27
Esta técnica nos proporciona la posibilidad de confeccionar los armazones en taller, formando
bastidores de 2 a 2,50 m de longitud, con montantes verticales de 10 x 5 cm en los laterales y en el
medio, sobre otra madera también de 10 x 5 cm en la base, y rematada superiormente con otra de 10
x 10 cm. Se disponen listones de 2,5 x 2,5 cm como entramado en ambas caras, clavados a los
montantes con 45º de inclinación (con diferente dirección en cada lado) y separados cada 10 cm. Estos
bastidores pueden calcularse para ser estructura portante; la inclinación de los listones a 45º grados
sirve como arriostramiento estructural mejorando su comportamiento frente a seísmos.
Proceso de l lenad o de quincha con barro y paja. Fuente: Víctor Asuar.
Proceso de l lenad o de quincha con barro y paja. Fuente: Víctor Asuar.
28
3.2.5. REVOQUES
Todos los elementos constructivos ejecutados con técnicas constructivas con tierra (como las
explicadas anteriormente) deben llevar un revestimiento de protección frente a la humedad, que servirá
además para ocultar las grietas que suelen aparecer debido a la retracción de las arcillas que componen
la mezcla. Este elemento protector recibe el nombre de revoque y se puede hacer también con tierra a
la que, a diferencia de los sistemas constructivos explicados antes, estará compuesto principalmente
de arena y limo, con solo la cantidad de arcilla que sea necesaria (usualmente entre el 5-12%) para
activar la cohesividad y la adherencia (véase punto 4.2).
En comparación con otras técnicas de construcción con tierra cruda, la tapia es la única que
requiere de muy poco material para su terminación superficial. Generalmente no precisa de revoque;
basta con pasar un fieltro nada más desencofrar el tapial, puesto que se adquiere una superficie lisa.
En paredes exteriores, protegidas con alero y zócalo para salpicaduras, basta con una capa de pintura
para su acabado como protección frente a las inclemencias del clima.
El revoque de barro se debe aplicar en varias capas, de mayor a menor espesor, hasta alcanzar
el grosor deseado. El revoque grueso (la primera capa sobre el elemento) será más basto, con mayor
cantidad de arcilla y arena con áridos y fibras vegetales de mayor tamaño, y que servirá para preparar
el paramento para el revoco fino.
El revoque fino se aplicará una vez haya secado totalmente el revoque grueso, dando tiempo
a este para que agriete cuanto tenga que hacerlo, y su composición contendrá menor cantidad de
arcillas y más arena. Este podrá ser mejorado con diferentes aditivos que veremos en el apartado 4.2.
Los revoques de barro se adhieren muy bien y se pueden aplicar tanto sobre superficies de
barro, ladrillo, piedra natural y hormigón. Lo importante es que la superficie sea suficientemente rugosa.
Además, la tierra es un material por naturaleza transpirable, los muros de tierra y los revoques permiten
Aplicac ión de revoque grueso sobre paramento de t ierra. Fuente: Víc tor Asuar.
29
la regulación natural de la humedad del interior de la casa, de modo que se evitan las condensaciones
y por consiguiente ayuda a prevenir enfermedades como bronquitis, asmas…
APLICACIÓN DEL REVOQUE
1. La superficie de barro a ser revocada debe estar suficientemente seca para que no haya más
retracción.
2. Todo el material suelto debe ser quitado raspando la superficie.
3. La superficie debe ser suficientemente rugosa. Si fuera necesario se debe humedecer y raspar.
En caso de adobes se deberán rehundir las juntas para una mejor adherencia.
4. Precia a la colocación del revoque se debe humedecer la superficie para que se ablande y
expanda de tal manera que el mortero pueda adherirse.El mortero debe lanzarse con fuerza
para que se impregnen las partículas de barro del revoque con las capas exteriores de la
superficie. Alcanzando así una mayor cohesividad provocada por el impacto.
5. Una vez lanzado el barro contra el paramento se emparejará, bien con la mano o con la llana,
para que la cara vaya quedando lo más plana posible.
6. Si se requiere aplicar un revoque de un espesor mayor a 10-15mm este se aplicará en dos o
tres capas para evitar fisuras en el secado.
7. Para reducir las fisuras de retracción durante el secado, el mortero debe contener suficiente
arena gruesa, así como fibras o pelo.
8. Para mejorar la dureza de la superficie, se puede añadir a la mezcla de la capa fina aditivos
como estiércol de vaca, cal, caseína u otros (ver punto 4.2).
9. Para obtener una superficie más dura y mejorar la resistencia a la abrasión húmeda, se debe
aplicar una capa de pintura.
Ral lado de superf ic ie húmeda de barro. Fuente: Minke, G .
30
10. Al utilizar revoques se deben tener en cuenta los cambios de las propiedades físicas
provocadas por la adición de aditivos o pinturas especialmente respecto a la resistencia a la
difusión del vapor de agua.
3.3. SISTEMAS CONSTRUCTIVOS CON FARDOS DE PAJA.
La Bala de Paja (véase punto 4.3), también llamada fardo o paca, es un bloque comprimido de
la paja y atado, en un proceso mecanizado, se trata de una forma de dar uso a un residuo de la
producción agrícola, con el principal fin de forraje animal.
La paja es un producto que crece en un periodo corto de tiempo, es biodegradable y, con su
uso, se puede ayudar a aliviar múltiples problemas del medio ambiente. Los fardos de paja son fáciles
de modificar, flexibles para ser usados en diferentes formas, sólidos, duraderos y fáciles de conservar
en buen estado. No requieren herramientas caras ni complicadas y tampoco personal especializado y
son fáciles de conseguir en cualquier parte del mundo. Cuando la paja es combinada con otros
materiales de similares características, se consiguen edificios asequibles en todos los aspectos.
Naturales y bellos.
Los fardos de paja son térmicamente eficaces y conservan la energía, con valores-R
significativamente mejores que los de las construcciones convencionales, dependiendo del tipo de paja
y el grosor de la pared.
Revoque grueso sobre paramento de t ier ra. Fuente: Víctor Asuar.
31
Los muros con fardos de paja pueden construirse como estructura portante del peso de la
cubierta del edificio o únicamente para conformación de muros con estructuras portantes
independientes (a modo de cerramiento).
Al igual que ocurre con las
construcciones con tierra Las
partes más vulnerables de una
pared de fardos de paja son la de
arriba y la de abajo. La estructura
del tejado debería ser colocada
tan rápido como fuese posible
después de que las paredes hayan
sido apiladas. Si hubiese algún
retraso, la parte de arriba de las
paredes deberá ser cubierta. Si
entra humedad en la parte de
arriba de los fardos y penetra hacia la parte baja de la pared, existe la posibilidad de que los fardos
empiecen a pudrirse antes de secarse.
Proteger la parte baja de los fardos es igualmente importante. Los fardos deberían ser
adecuadamente elevados de 6 a 8 pulgadas sobre el nivel del suelo. Una barrera contra la humedad
deberá ser situada entre la parte baja de los fardos y el rodapié para evitar que la humedad entre en el
fardo. También es importante proteger la parte baja de los muros de fardos de paja, que están
expuestos a salpicaduras o exceso de agua de lluvia, con una barrera anti-humedad debajo del
revoque.
Construcción de muro con balas de paja. Fuente: Ecohabitar.
32
EL PROCEDIMIENTO DE MONTAJE.
Las balas se colocan partiendo desde las esquinas, la distancia hasta cualquier apertura no
deberá ser menor de 1,5 Bala y no se deberá subir más de 6 hiladas sin colocar un zuncho perimetral.
El largo máximo recomendado de un muro portante sin arriostrar es de 7m. Una vez alcanzada
la altura máxima deseada deberán ser comprimidos los muros. Para esta compresión existen
diferentes métodos, cinchas de carraca para transportes, gatos neumáticos, carretillas elevadoras, etc.
muy importante es que se realice de manera regular y cuidadosa hasta alcanzar la rigidez deseada.
Aun no existen parámetros exactos de compresión, ya que esta dependerá de la densidad que tengan
las balas. Con la compresión el muro podrá reducir su altura de 4 al 8% aproximadamente.
La superficie de los paramentos de paja habrá de terminarse con un revoque de barro (véase
apartado 3.2.5).
Esquema de s is tema construct ivo con balas de paja. Fuente: Minke, G.
33
3.4. CONSTRUCCIÓN CON CAÑA.
La caña (véase punto 4.4) es una planta abundante en Tierra de Barros y la encontramos a lo
largo de los cursos de ríos, arroyos y humedales con mucha frecuencia.
Tradicionalmente se ha
utilizado la caña para realizar falsos
techos que se revocaban con barro.
También eran utilizadas
para realizar cañizos que se
utilizaban para delimitar parcelas y
hacer sombrajos o incluso para
mobiliario. Se utilizaba también
para trabajos de cestería.
Existen hoy en día métodos de construcción con caña, como el método “CanyaViva” que fue
concebido para utilizar la caña atada en haces con forma de arco, de forma que pueden ser empleadas
para erigir estructuras, creando unas edificaciones de una belleza extraordinaria.
La estructura se crea doblando las cañas suavemente y atando en grupos de cinco o seis,
generando una múltiple interconexión de arcos que llevan el potencial de tensión de la caña al máximo
y distribuyen las fuerzas equitativamente, formando estructuras muy resistentes, plantadas en la tierra.
Fuente: Can yaViva
34
Una vez se forma la estructura, se empotrada en la cimentación y se arriostra con los nervios
(haces de caña de menor grosor) ya está lista para recubrirla con cañas para su posterior revoco con
mortero de tierra o de cal.
Creación de haces de caña para f ormar arcos . Fuente: CanyaViva
Estruc tura f ormada de arcos y nervios l is ta para recubr ila. Fuente: CanyaViva
Boom Fest ival 2010. Fuente: CanyaViva
35
3.5. SUELOS Y PISOS.
La solución que se han usado tradicionalmente para dotar a la edificación de un piso sobre el
que andar (y no andar sobre el propio terreno) era a base de tierra apisonada sobre un encachado de
ripios (como barrera antihumedad).
Su proceso constructivo constaba de:
- Excavación de terreno hasta alcanzar la cota prevista
- Creación de capa antihumedad con ripios.
- Sobre el encachado de bolos se echaban tongadas de tierra apisonada (con una
composición parecida a la de la tapia) y mezclada con cal, por lo general.
- Sobre la capa de tierra apisonada se colocaba la terminación pertinente:
- Capa de mortero de tierra con cal, que era bruñido (para cerrar los poros del
material y hacerlo impermeable).
- Pavimentos de barro cocido.
Para dotar de una capa de terminación a los pisos
de los doblaos (cuyo elemento estructural generalmente
estaba constituido por una bóveda tabicada trascargada) se
solía hacer con baldosas de barro cocido.
3.6. CUBIERTAS.
Las cubiertas generalmente estaban compuestas
de un empalizado y tablazón de madera sobre el que se
apoyaban tejas de barro cocido. A veces se utilizaban
cañas en sustitución de la tablazón para apoyar las tejas
sobre ellas. Ver imagen adjunta y esquema general de
viviendas tradicionales de la zona en el apartado 2. Típico doblado de T ier ra de Barros
36
Creemos conveniente explicar otros sistemas constructivos para cubriciones, que, aunque no
sean tradicionales de la zona podrían suponer una mejora del rendimiento térmico de las edificaciones.
CUBIERTAS AJARDINADAS
Las cubiertas verdes son soluciones ancestrales, ya que han buscado imitar la solución natural
de la casa enterrada o cueva. Sabemos que una cubierta verde aporta aislante e inercia térmica,
aislante acústico, contribuye a la absorción y eliminación de contaminación ambiental como el polvo,
mejora el ambiente exterior de nuestra casa y del entorno con las aportaciones propias de la vegetación.
La elaboración de una cubierta verde puede ser más económica que otros tipos de cubiertas,
como las tejas, por ejemplo.
En principio debemos tener en cuenta una buena impermeabilización, recursos de retención de
humedad y drenaje y en caso de tener inclinaciones importantes, sistemas de retención del sustrato. A
modo de explicación ponemos un detalle de canalón de las muchas tipologías posibles
Detal le const ruct ivo para techo verde. Fuente: Ge rnot Minke.
Fuente: that roundhouse. inf o
37
4. RECURSOS NATURALES:
En este apartado se explicará cómo y dónde encontrar los materiales utilizados en cada sistema
constructivo, así como la forma de “procesar” y analizar los mismos para su correcta puesta en obra.
4.1. MAMPUESTOS DE PIEDRA
Existe en Almendralejo, en la carretera EX300 dirección Badajoz (ver localización en mapa
anexo), una cantera de piedra, conocida popularmente como “la picapedrera”, y actualmente en
desuso, de la que se ha extraído ortogneis de Almendralejo desde hace miles de años para la
construcción.
Hoy en día se pueden apreciar
aún una gran cantidad de mampuestos
de todos los tamaños y formas, así como
gran cantidad de ripios (muy usados
como barrera antihumedad o como
relleno) abandonados allí mismo.
Se convierte este lugar en una
fuente local casi inagotable de material
pétreo para bioconstruir.
Los ortogneis de Almendralejo, debido a su composición estratificada, al romper siempre salen
con una cara bastante plana por lo que son un material excelente para ejecutar cualquier tipo de
mampostería.
Estas piedras apenas precisan de preparación para su uso como material de construcción ya
que para ello se escoge la mejor cara para dejarla vista y el resto de la piedra se entrega al interior tal
y como esté de la cantera.
Vistas de la picapedrera de A lmendralejo
38
4.2. TIERRA COMO MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN.
La tierra es una mezcla heterogénea de arcillas, limos, arena y gravas, además de cierta
cantidad eventual de materia orgánica. Ya hemos visto que una de las desventajas que presenta la
tierra como material de construcción es que no es un material estandarizado. Dependiendo de su lugar
de procedencia tendrá una composición y proporciones diferentes de los elementos que la componen;
saber reconocer estos elementos es necesario para determinar si el tipo de tierra que disponemos es
apta para construir, así como establecer las correcciones adecuadas en su composición según el tipo
de elemento constructivo a construir (un muro o un revestimiento) y la técnica constructiva que se vaya
a emplear (adobes, tapial, quincha, etc.).
Así pues, dependiendo de la composición granulométrica de las diferentes partículas que
conforman la mezcla de barro (arcilla, limo, arena) podemos encontrar diferentes tipos de tierra según
la proporción más o menos predominante de un tipo de partícula: una tierra arcillosa, una tierra limosa,
o arenosa.
Esta granulometría de la tierra es la que determinará para qué sistema constructivo es más
idónea.
COMPOSICIÓN DE LA TIERRA
La arcilla posee una estructura laminar y un tamaño de partícula menor que 0.002 mm de
diámetro y es el elemento aglutinante de las demás partículas (limo, arena, grava, fibras). Por otro lado,
tiene la cualidad de absorber humedad, lo cual genera en la mezcla de barro su expansión y su
consiguiente retracción al secarse.
39
El limo, la arena y la grava (de tamaño mayor) no tienen capacidad aglutinante, ya que son
áridos procedentes de la erosión de la roca (son pequeños fragmentos de roca) y tienen la cualidad de
otorgar estructura y resistencia a compresión a la tierra, además de proporcionarle inercia térmica. Sus
tamaños de partícula van de menor a mayor: limos, 0.002 – 0.06 mm; arena, 0.06 – 2 mm; y las gravas,
mayores de 2 mm de diámetro.
Por tanto, una de las primeras correcciones que pueden hacerse para mejorar las
características de una determinada tierra es precisamente modificar o corregir sus diferentes
componentes granulométricos añadiendo arcilla (si queremos aumentar su cohesión) o arena (si
queremos contrarrestar la retracción y la consiguiente aparición de grietas).
La tierra más abundante que nos encontramos en la zona de Tierra de Barros es rica en
arcillas rojas (de ahí su característico color rojizo y el nombre de la comarca) y resulta bastante sencillo
y barato modificar su granulometría para realizar cualquiera de los sistemas constructivos que hemos
explicado en el apartado 3.2, ya sea eliminando las gravas que pueda contener, cerniéndola, añadiendo
arena a la mezcla…
PRUEBAS, ENSAYOS Y PREPARACIÓN DEL BARRO
Para establecer si la tierra de la que disponemos es apta para una aplicación específica,
debemos conocer su composición. Lo mejor será obtenerla a partir de ensayos de laboratorio que
nos permitan determinar las dosificaciones exactas de cada tipo. No obstante, existen también ensayos
de campo que nos permitirán determinar de una forma muy aproximada si la tierra disponible es
adecuada o no.
Para empezar, los suelos apropiados a la construcción generalmente están ubicados en el
subsuelo, también llamado de horizonte B, libres de materia orgánica. En las zonas semiáridas y áridas,
es posible encontrar suelos adecuados en la superficie, después de eliminar piedras, raíces y todo
material orgánico presente.
Una vez hayamos recogido las muestras de suelo podremos determinar qué tipo de tierra
tenemos mediante los siguientes métodos:
Ensayo de olor. Con este ensayo determinamos si el barro contiene materia orgánica en
descomposición o humus, lo que provoca cierto olor a moho. El barro puro es inodoro.
Ensayo de la mordedura. Llevándonos a la boca una muestra de barro húmedo podemos
identificar si es muy arenoso, sintiendo los granos de arena entre los dientes, o bien si es arcilloso,
cuando notamos una textura muy fina y harinosa que se disuelve fácilmente en la boca.
Ensayo de lavado. Frotando con las manos una muestra de barro húmedo, notaremos que las
partículas se sienten y se disgregan fácilmente si es un barro arenoso o gravoso; si resulta una masa
40
pegajosa, pero nos podemos limpiar cuando seca, como si fuera polvo, entonces es un barro limoso;
en cambio, un barro arcilloso resulta muy pegajoso y es necesario limpiarse con agua.
Ensayo de corte. Se prepara una bola con barro húmedo y se corta con un cuchillo afilado. Si
la superficie es brillosa estamos ante un barro arcilloso; si es mate se trata de un barro limoso.
Ensayo de sedimentación. Se introduce un
amuestra de tierra en un frasco con agua; se cierra y se agita.
Cuando reposa, las partículas decantan y se puede ver las
diferentes granulometrías estratificadas, las más gruesas al
fondo y las finas en la superficie. Esto da una idea aproximada
de la granulometría, pero se ha comprobado que no puede
establecerse una correlación exacta entre el espesor de cada
estrato con la proporción real de arcilla, limo, arena de la
muestra, como mencionan algunos autores.
Ensayo de caída de la bola. Se forma
una bola de 4 cm de diámetro con la mínima
cantidad de agua suficiente. Se deja caer al
suelo plano y liso desde una altura de 1.5 m. La
muestra tendrá mayor contenido de arcilla
cuanto menor sea el número de grietas que
aparecen en la bola impactada sobre el suelo.
Si se disgrega resulta un barro arenoso.
Ensayo de consistencia. A partir de una bola de barro de 3 cm de diámetro, se amasa
formando un cilindro de 3 mm de diámetro, agregando más agua si fuera necesario a medida que
amasamos. Después de alcanzar los 3 mm de diámetro se vuelve a formar la bola: si no es posible
entonces la muestra tiene poca arcilla; si se forma fácilmente de nuevo y ofrece resistencia al apretarla
con los dedos pulgar e índice, entonces es un barro arcilloso.
41
ADITIVOS Y MEDIDAS PARA MEJORAR LAS CARACTERÍSTICAS DE LA TIERRA
Los clasificaremos en función de la característica que queramos mejorar3:
1. Para reducir las fisuras provocadas por la retracción.
Podemos aumentar la cantidad de arena de la mezcla para conseguir una disminución del
porcentaje de arcilla de la misma.
La adición de fibras como pelo animal o humano, fibras de coco, sisal, agave o paja cortada
puede reducir la retracción.
El método más simple para reducir las fisuras por retracción en elementos de tierra es reducir
sus dimensiones mediante juntas de dilatación e incrementar el tiempo de secado protegiéndolos
del asoleamiento y la brisa directos.
2. Estabilización contra el agua
No suele ser necesario aumentar la impermeabilización de los elementos de tierra, ya que por
lo general se suelen proteger mediante la prolongación de aleros en cubierta y la colocación de
barreras antihumedad y sobrecimentaciones en la cimentación. No obstante, sí que se hace
necesario para revoques de barro expuestos a la lluvia.
Los estabilizadores minerales más frecuentes son la cal para mezclas arcillosas y el cemento
para las arenosas.
Productos animales como la sangre, la orina, el estiércol (funcionan muy bien el de caballo
y el de vaca dejándolos fermentar varios días mezclados con el barro), la caseína y la cola animal se
han utilizado durante siglos para estabilizar el barro.
También se han utilizado productos vegetales como aceites (de linaza, de girasol, de ricino…)
o la baba de chumbera.
3. Incremento de la cohesión
Normalmente, al utilizar barro como material de construcción no se requiere tener una cohesión
específica, aunque se puede aumentar añadiendo arcilla en caso de ser necesario.
Otro factor importante para la obtención de cohesividad en la mezcla es el correcto mezclado
y curado. Debe tener suficiente agua para su preparación, mezclado y curado.
3 Según Gernot Minke en su l ibro “Manual de construcción con t ierra”.
42
Otros elementos que aumentan la cohesividad de barros pobres son el suero, la cuajada
descremada, el queso fresco, la orina, el estiércol, el aceite de linaza doblemente cocido o cola de cal
y caseína.
4. Incremento de la resistencia a compresión
La resistencia a compresión del barro depende principalmente de su distribución
granulométrica, así como del tipo de arcilla. Si las partículas de arena y grava están bien distribuidas,
como para obtener el mayor volumen de compactación, y si los limos y arcillas están constituidos de tal
manera que todos los espacios intergranulares de la arena y de la grava estén rellenos con ellos,
entonces se alcanza la máxima densidad y con ella la mayor resistencia a compresión.
Se hace también muy importante la proporción de agua que se utiliza para generar un buen
mezclado.
5. Resistencia a la abrasión
Añadiendo una pequeña dosificación de aceite de linaza o cuajada descremada y cal, cerrando
los poros con un badilejo o puliendo con una piedra (técnica denominada tadelakt) se puede aumentar
la resistencia a la abrasión del material.
Otra solución es aplicar pinturas adecuadas (a la cal, a la caseína…) que penetren en el
material y que deben ser renovadas cada cierto tiempo.
6. Incremento de aislamiento térmico
Mientras más porosa sea la mezcla más liviana es y mayor su aislamiento térmico.
El aislamiento térmico del barro puede aumentarse añadiendo aditivos porosos a la mezcla
como paja, corcho y otras fibras vegetales livianas.
También, aunque en menor medida, podemos adicionar aserrín, virutas de madera o cáscara
de granos.
PREPARACIÓN DEL BARRO
Obtener un material de construcción a partir de un suelo arcilloso no es siempre sencillo y
requiere de experiencia. La mezcla adecuada depende del tipo de suelo, de su consistencia y de la
aplicación que se le quiera dar.
Un suelo húmedo suelto con bajo contenido en arcilla y alto contenido de arena puede ser
utilizado directamente para la construcción de un muro de tierra apisonada.
43
Terrones de tierra con alto contenido de arcilla no pueden utilizarse como material de
construcción. Estos deben triturarse o disolverse en agua y posteriormente el contenido de arcilla debe
rebajarse agregando arena a la mezcla
1. HUMEDECIMIENTO, TRITURACIÓN Y MEZCLA
Uno de los métodos más sencillo para reducir el tamaño de los terrones y hacer su consistencia
trabajable con bajo esfuerzo es sumergirlo en agua. Después de 2 a 4 días se obtiene una masa blanda
que puede ser moldeada y mezclada con los agregados elegidos.
2. TAMIZADO
Para técnicas de construcción específicas como los revoques se debería tamizar la tierra para
extraer las partículas mayores.
3. DISOLVER BARRO
Si nuestro objetivo es enriquecer un suelo arenoso con arcilla o preparar un barro alivianado,
generalmente es necesario hacer una lechada que se prepara disolviendo barro en agua dando como
resultado un barro muy líquido llamado “barbotina”.
4. CURADO
El curado de la mezcla es muy importante. Dejar reposar de 12 a 48 horas el barro aumenta la
cohesión del mismo.
5. REDUCCIÓN DEL CONTENIDO DE ARCILLA
Si tenemos un barro muy rico en arcillas se debe rebajar. Agregados gruesos como la arena o
la grava incrementan la resistencia del barro a compresión.
Se pueden utilizar también pelos, estiércol, paja… para reducir los efectos de la retracción y
aumentar el aislamiento térmico.
44
RECOMENDACIONES PARA LOS DISTINTOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS PROPUESTOS.
TAPIA
En comparación con otras técnicas de tierra cruda, la tierra empleada necesita un mínimo
contenido de humedad (en torno al 8%), lo que produce una retracción muy baja y una mayor
resistencia. El contenido mínimo de arcilla debe ser del 10%, aunque pueden agregarse estabilizantes
como cal o cemento. La prueba tradicional para saber la idoneidad de una tierra para tapia nos puede
servir como test aproximado a la hora de escoger nuestra tierra: consiste en comprimir un puñado con
las manos haciendo una pella; si ésta no se disgrega al rodarla, la tierra es apta para el tapial. En
ocasiones se utilizan diferentes tipos de tierra con calidades cromáticas variadas en cada tongada para
crear un efecto estético
ADOBES
La mezcla ideal para adobes debe tener suficiente arena gruesa para obtener una alta
porosidad y resistencia a compresión con un mínimo de retracción. A su vez ha de contener la suficiente
arcilla para asegurar una buena cohesión y no se disgreguen o se partan los adobes con la
manipulación.
Una dosificación adecuada para un adobe podría estar en torno a estos valores: 14% de arcilla,
22% de limo, 62% de arena, y un 2% de grava. No obstante, no hay recetas para una dosificación ideal,
ya que hay muchos factores que van a influir, como el tipo de tierra, la calidad de amasado o el tipo de
muro a construir (de carga, de cerramiento, más aislante, etc.).
Además, es muy común la adición de fibras (paja cortada) para contrarrestar la retracción y
obtener adobes más ligeros, y por tanto más aislantes. También puede añadirse estiércol en torno a un
20% del volumen como estabilizante.
COB
La mezcla de barro para esta técnica debe tener una plasticidad tal que permita elaborar
pequeños bloques o bolas de barro modelados directamente con la mano y aplicados uno encima de
otro en el momento de la ejecución en obra.
REVOQUES
Es difícil establecer cuáles deberían ser las proporciones ideales para un revoque de barro, ya
que no solo influyen en las propiedades las proporciones de arena, limo y arcilla, sino principalmente
la granulometría de la arena, el contenido de agua, el tipo de arcilla, la forma de preparación, el tipo y
la cantidad de aditivos. Por ese motivo es necesario hacer revoques de prueba con mezclas variadas
para poder determinar cuál es la más adecuada.
45
4.3. LA PAJA COMO MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN.
La Bala de Paja, también llamada
fardo o paca, es un bloque comprimido de
la paja y atado, en un proceso
mecanizado, se trata de una forma de dar
uso a un residuo de la producción
agrícola, con el principal fin de forraje
animal.
La paja es el tallo seco de los
cereales (muy cultivados por nuestra
zona), despojado de espigas. Se
compone principalmente de celulosa que
le confiere elasticidad, lignina que actúa como aglutinante y sílice que le da resistencia y está recubierta
por una capa de cera muy fina y ligeramente hidrófuga.
Debido a sus características físicas, y a la disponibilidad, según cultivos, la paja que suele
usarse para la construcción es la de trigo, cebada, centeno, arroz y avena. La más extendida es la paja
de trigo, aunque la más resistente es la paja de arroz.
Hay que tener en cuenta que para usarlos como material de construcción, la humedad de los
fardos debe estar por debajo del 15% y deben estrar libres de hierbas y comprimidos a más de 90
Kg/m3.
Hay que tener especial cuidado en no usar fardos de paja
que presenten signos de putrefacción o de moho.
ALMACENAMIENTO
La recogida y empacado de la paja está condicionada por
las temporadas agrícolas, por lo que en muchos casos es
necesario su acopio y almacenaje por largos períodos, y también
durante la obra las balas de paja deberán estar bien protegidas
de la lluvia y apiladas sin que se deformen o desarmen.
46
4.4. LAS CAÑAS.
Comúnmente conocida como caña, cañizo o caña brava Planta herbácea perteneciente a la
familia Poaceae, subfamilia Arundinoidae y suelen ploriferar fácilmente en Tierra de Barros. Es una de
las gramíneas más grandes del mundo.
PARTES DE LA CAÑA
Tiene una parte aérea, que se corresponde con tallos rectos huecos de una altura entre 5-6
m. Posee un diámetro medio de 2 cm y tiene nudos cada 20-30cm. Su floración es plumosa y de entre
40-60cm en el extremo de los tallos. Le salen hojas de color verde.
Su parte subterránea de la caña es su rizoma, órgano perenne de la misma y responsable de
la producción de nuevos tallos y de la expansión del cañaveral.
EL CAÑAVERAL
En un cañaveral nos podemos encontrar cañas de primer año (de color verdes y muy tiernas),
cañas de entre 1 y 2 años (de las que empiezan a brotar ramas) y cañas de 2 o más años (ya lignificadas
y ramificadas secundariamente).
COSECHA DE LA CAÑA
La mejor época es entre noviembre y febrero con luna menguante y se cosecharán únicamente
cañas que ya han cumplido los dos años.
Se arrancarán a mano colocando la caña en una posición de 45º y con un tirón seco. Después
se limpiarán todas las ramas, hojas y nudos con una hoz para clasificarlas en montones según su
grosor.
Cañaveral. Fuente: Marta Denigr i
47
5. CONCLUSIONES:
No cabe duda que la zona de Tierra de Barros es rica en materiales susceptibles de ser usados
en bioconstrucción. La abundancia de tierras arcillosas (cualidad que da nombre a la comarca), la
presencia de zonas con tierras ricas en arenas y gravas, las afloraciones pétreas donde existen
canteras abandonadas y donde abastecerse de material rocoso sin necesidad de realizar nuevas
extracciones, la presencia de cauces fluviales que dotan a la comarca de zonas ricas en
cañaverales… unidos a la actividad agrícola y ganadera (muy presente en la zona) que nos ofrecen
plantaciones de cereal (entre otros) y nos procuran “deshechos” en forma de estiércol animal, fardos
de paja y ramas... hacen de la zona un excelente lugar para iniciar una corriente bioconstructiva que
nos haga replantearnos nuestra relación con el entorno que nos rodea.
El impacto que genera la creación, uso y eventual destrucción de lo edificado en las últimas
décadas rebasa fronteras y se ha convertido en un problema globalizado que debe atajarse desde lo
LOCAL.
La investigación y, sobre todo, la aplicación de sistemas constructivos de bajo impacto
ambiental, siguen sin poder incidir de manera importante en la producción de nuestros espacios
habitables. Las dificultades son muchas, pero sin duda la falta de difusión y por lo mismo, el poco
convencimiento de su efectividad, es el mayor prejuicio que hay que revertir.
En este sentido consideramos que los sistemas alternativos basados en la utilización de
materiales naturales y biodegradables de Km 0 y utilicen procesos afines a ciertas técnicas
tradicionales, como el adobe, el tapial y otras más recientes e igualmente respetuosas con el medio
ambiente podrían ser más fácilmente aceptados por su arraigo en nuestra tierra. Sin embargo, es
necesario generar modelos demostrativos, que ayuden en la tarea de difusión y experimentación real
del potencial que estas técnicas tienen.
Además, entendemos que la monitorización y seguimiento de dichos modelos llevados a cabo
siguiendo esta corriente bioconstructiva deberían ser junto a su normalización legislativa, las últimas
piezas del puzzle que entierren definitivamente los prejuicios que estas edificaciones provocan
inexplicablemente en la mayoría de la gente.
Con la esperanza de que este trabajo aporte su granito de arena a tan respetable fin, miramos
el futuro de la bioconstrucción con ilusión, sabiendo que la evolución de un sistema no pasa por olvidar
la tradición, sino superarla.
48
6. BIBLIOGRAFÍA:
(1) Apuntes de la primera edición del Curso de Experto Universitario en Gestión de Proyectos
de Arquitectura en Bioconstrucción. Curso 2015-2016.
(2) Johan Van Lengen. Manual del Arquitecto Descalzo
(3) F. Font; P. Hidalg: La tapia en España. Técnicas actuales y ejemplos. Informes de la
Construcción, Vol. 63, 523, 21-34, julio-septiembre 2011.
(4) Beatriz Yuste. ARQUITECTURA DE TIERRA. caracterización de los tipos edificatorios.
Máster Arquitectura Energía y Medio Ambiente. Universidad Politécnica de Cataluña
(5) NEVES, Célia Maria Martins; FARIA, Obede Borges; ROTONDARO, Rodolfo; CEVALLOS,
Patricio S.; HOFFMANN, Márcio Vieira. (2009). Selección de suelos y métodos de control
en la construcción con tierra – prácticas de campo. Disponible en
http://www.redproterra.org. Octubre 2009.
(6) Minke, G.: Manual de construcción en tierra: la tierra como material de construcción y su
aplicación en la arquitectura actual. Nordan-Comunidad, Montevideo, 2001.
(7) Minke, G.; Mahlke F.: Manual de construcción con fardos de paja.
(8) Reglas Profesionales de Construcción con Paja, Icaria Editorial, 2015
(9) Marta Denigri. Técnica de Construcción con cañas. Método CanyaViva.
(10) Minke, G.: Techos verdes. Planificación, ejecución, consejos prácticos.
49
ANEXO
Se adjuntan a modo de anexo dos planos de Almendralejo y sus alrededores. En ellos se podrá
identificar y localizar los tipos de suelo existentes en la zona con vistas a la posible extracción de los
mismos como material de construcción, los lugares en los que podemos obtener materias primas
naturales destinadas a aditivos y mejorantes de mezclas de barro y elementos constructivos
sostenibles.