REVISTA virtual
DEL MUNDO DE
LA MASCOTA
Revista núm. 7
Octubre
2013
ANIMAL-PERSONA,
MÁS QUE UNA RELACIÓN
Convivir con
nuestra mascota
Cerca de 22 millones de españoles viven con
una mascota. Más de la mitad (once millones
cuatrocientos mil lo hacen con perros, el 54 %)
y más de nueve millones con gatos (36%),
mientras el 20% restante conviven con otras
especies.
Estos datos se desprenden del estudio
realizado por el veterinario de la Universidad
Autónoma de Barcelona especializado en
conducta Fatjó, patrocinado por la firma de
alimentación para mascotas Affinity.
De todo ello se desprenden aspectos muy
interesantes como que el 54% lleva la mascota
en sus visitas a los amigos (significa más de
once millones de personas), el 84% dicen jugar
a diario con sus animales de compañía y el
90% aseguran ver la televisión con su perro o
gato. El 88% no desea separarse nunca de su
amigo del reino animal.
Si seguimos con el trato que dispensamos a
nuestras mascotas, resulta que el 76% (casi 17
millones de personas) besan a diario a su
mascota y el 85% (cerca de 19 millones) lo
abraza cada día y el mismo porcentaje dicen
que su perro siempre les da consuelo. Para el
80% el perro es un motivo para despertarse y el
63% (rozando los 14 millones de personas), le
dicen cosas a su mascota, que no le dirían a
nadie más.
La Mascota en el mundo infantil
Si nos adentramos en el mundo de los niños los
datos son también definitivos:
Ocho de cada diez de 9 a 12 años, prefieren
jugar con su perro o gato, antes que con los
videojuegos.
Cuando tienen miedo por la noche, lo primero
que hacen es encender la luz. Luego se
abrazan a su mascota y/o llaman a sus padres.
Finalmente, si tienen problemas buscan el
consuelo de padres y mascotas por igual.
Beneficios físicos
También en la salud hay variaciones entre
quien tienen animales de compañía y quién
no. Los dueños de perros y gatos van al
médico un 15% menos que el resto y tienen
menores índices de tensión arterial, colesterol,
triglicéridos. En este aspecto quienes se ven
más beneficiadas son las mujeres mayores de
40 años.
La parte negativa
Realmente, atendiendo a los resultados del
estudio, vemos que somos los humanos quienes
más nos beneficiamos de la compañía de
MASCOTES DE LES CORTS
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nuestros animales y a pesar de ello, resulta que
el pasado año se abandonaron 110.000 perros
y 33.000 gatos solo en las protectoras… ¿Por
qué? Pues un 18.6% (unos 752.000)por
corresponder a camadas indeseadas, el 14.5%
(98.000 por factores económicos) un 10%
(14.300) por perdida de interés por el animal y
un 8.9% (poco más de 12.000) por finalizar la
temporada de caza.
Crece la esperanza
A pesar de lo anterior, cerca del 50% acaban
siendo adoptados, en un ritmo creciente y
constante, como lo demuestran las siguientes
cifras:
En 2008, se adoptaron el 24,3 %.
Aproximadamente 28.600 perros y gatos.
En 2010, ya fueron las adopciones el 41.1 %. La
cifra se eleva a algo más de 57.000
Y finalmente en 2012, se llegó al 45.1 % lo que
equivale a 71.500 animales.
¿Qué dejamos que hagan con nuestros
compañeros?
A la vista de los resultados de este completo
estudio, yo me pregunto. Siendo 22 millones de
personas que tenemos mascotas ¿por qué
dejamos que los que no las tienen nos
avasallen e impongan su criterio? ¿Qué
derecho tiene una persona sin mascota a
imponer su voluntad a los que sí la tiene ? ¿Por
qué en la terraza de un bar el dueño dice “es
que algunos clientes se quejan”? ¿Por qué los
dueños de perros solo tienen obligaciones? Y
esto se demuestra incluso viendo un reciente
folleto editado por el Colegio de Veterinarios
de Cataluña,. En el que solo dice en favor del
animal que hay que tratarlo bien, alimentarlo y
cuidarlo ¡Pues solo faltaría! Realmente estamos
en un país por civilizar y pasarán generaciones
antes no nos equiparemos en el trato a los
animales con el resto de Europa… ¡Como en
todo lo demás!
Eduardo Cortés Domenech
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Hola: Soy Sunny!!! Hola a todas/os,
Mi nombre humano es “Sunny”; así me
“bautizaron” hace unos días atrás las personas
con las que espero compartir toda mi vida y la
suya, claro está. Me dijeron que me pusieron
ese nombre por lo alegre que les parecí
cuando me vieron por primera vez. Nací el 4
de abril de este año aquí en la zona de
Barcelona (creo que los humanos la llaman
así). De mis padres, poco os voy a contar, salvo
que me dieron la vida y me cuidaron hasta
que me pusieron en brazos de mis nuevos
compañeros humanos, de ello hace ya casi cinco meses.
Tanto ella como él se enamoraron de mí nada más verme y cogerme en sus brazos. Seguramente
ella más que él. En él, noté una cierta melancolía por su parte cuando me miró a los ojos; me quería,
yo lo notaba, pero algo no acababa de cuadrar. Claro que yo, con dos meses y medio de vida,
en aquel momento, poco veía, la verdad. Pero como sabéis desde que somos pequeñitos tenemos
un algo que nos hace percibir esas y otras cosas y tuve esas sensaciones.
Era esta una sensación de inmensa pena, de pérdida no superada que a mí me supo un poco
extraño. La verdad, si vienes a recogerme, lo lógico es que estés tan contento como lo estaba yo
¿no lo creéis así?.
Poco a poco (y a medida que mis ojos se fueron acostumbrando), me empecé a fijar más y me di
cuenta de que no es que no me quisiera, es que le faltaba un algo en su vida. Ese algo lo descubrí,
ya en casa, mirando unas fotos y oliendo, sobretodo oliendo. Había en ella un aroma extraño, una
esencia que me recordaba a una semejante mía y en seguida até cabos (soy pequeño, pero muy
listo). Le faltaba su anterior amiga, por eso estaba triste a veces, por eso también me mira a veces a
los ojos para que le calme con mi mirada. Busca algo, a alguien que no soy yo, y es en esos
momentos, desde mi mente cuando le digo:
- No soy ella y nunca lo seré. Puedo parecerme en algo, pero solo eso. Estaré contigo, te haré feliz.
Jugaremos y nos enfadaremos. Correremos por el campo o la playa y nos sentaremos juntos a ver el sol
o las estrellas, perseguiremos palomas o patos, pero siempre seré yo. No te pido que la olvides, no lo
quiero; disfruta conmigo y…vive.
Debo de ser todo un genio en psicología a pesar de mi temprana edad, ya que en seguida se le
pasa la nube de los ojos y vuelve a ser él. Me coge en brazos nos mordisqueamos las orejas y yo el
poco pelo que tiene (¿cómo se lo debe de hacer cuando hace frio?), jugamos con las pelotas y el
hipopótamo verde que mis tíos me trajeron y que por cierto, hace un ruido infernal cuando lo
empiezo a morder para disgusto de ciertos vecinos.
Ahora ya, soy un miembro más de la familia. Poco a poco nos vamos haciendo los unos con los
otros y he empezado el período de observación. Si aquel que mi tito Eduardo le explico a Fernando.
- Todo el día mirándote para saber de ti, lo que ni tu mismo sabes-
Fuertes lametones a todas/os.
Sunny
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Frases y pensamientos sobre los animales
Me enorgullezco de no haber figurado nunca, entre la clientela especial de las corridas de toros (Santiago Ramón y Cajal, médico y Premio Nobel de Medicina en 1906. 1852-1934)
Cuando Dios prohibió matar, no hizo ninguna excepción (Lactancio, escritor latino. 245-325)
EL HORÓSCOPO DE TU MASCOTA
EL ANIMAL LIBRA (21/09 A 21/10)
Es afectuoso, tranquilo y alegre, a la vez que bastante dependiente. Detesta los conflictos, las peleas y para ser feliz necesita vivir en paz y tranquilidad. Es cariñoso, dulce y amable, y con su simpatía se gana a todo el mundo y consigue lo que desea. De todas formas, puede tener un humor cambiante. Es entusiasta y efusivo en sus muestras de afecto. Es imposible discutir o reñir a los niños en su presencia: le horrorizan los gritos. Necesita constantemente cariño y ánimo y es sensible a los halagos. Dado su sentido de la equidad y la justicia es importante que no lo castiguemos equivocadamente porque lo acusaría muchísimo. No puede vivir solo. Si se le deja sin compañía todo el día será un animal infeliz.
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COSAS DE NIÑOS Los animales me atraen y por eso tengo tantos sólo verlos me distraen y a todos los idolatro.
Mi madre me regaló un bonito pez dorado de estar solo se cansó la pecera compartió.
Un hámster tuve también que me hacía
compañía nos lo pasábamos bien y contento me reía.
Luego vino la tortuga Ulises yo le llamaba
siempre le dada lechuga todo el rato caminaba.
Una cobaya me dieron, Polina yo le llamaba, que la cuidara dijeron, con cariño la trataba.
Paseando, un buen día sentí que me miraban. En una pajarería un loro me suplicaba.
No me pude contener, a casa me dirigí
y, sin nada comentar, el pájaro yo adquirí.
El grito en el cielo puso mi madre al verme entrar:
-¡Ya está bien de tanto abuso, yo no lo puedo aguantar!
Sara Rexach
El sistema de casas de acogida de animales abandonados se ha popularizado en nuestro país,
siendo el escogido por muchas protectoras pequeñas para gestionar las recogidas y adopciones si
necesidad de disponer de un lugar físico en el que mantener a los animales. De esta manera, los
responsables de las protectoras pueden ubicar temporalmente a un buen número de perros o gatos
(en su mayoría), sabiendo que cada animal estará bien atendido además de integrarse en la rutina
de una manada “humana”.
A menudo, estas protectoras convocan reuniones informativas para todos los interesados en
colaborar como familia de acogida. En estas charlas, se explica que la organización correrá con los
gastos de alimentación y veterinario del animal mientras dure la acogida y, a cambio, la familia
acogedora tiene la responsabilidad de cuidar al miembro temporal como si se tratara de su propia
mascota. Las familias voluntarias acuden a estas sesiones, además de con la mejor intención, con
varias dudas y preocupaciones, entre las que suele destacar
una concreta: ¿y qué pasará cuando una familia adopte
definitivamente a mi acogido? El miedo a encariñarse tanto
con el animal como para sufrir su pérdida cuando este
consiga un hogar definitivo es común a casi todos los
interesados en ser dueños de acogida. Se trata de una
anticipación natural y lógica en personas sensibles y amantes
de los animales que, en muchos casos, hace que la decisión
de acoger a un animal abandonado en casa se posponga y
acabe por desestimarse. Para animar a esos indecisos, y para
ofrecer una visión en primera persona sobre lo que significa ser dueña de acogida, quiero contar mi
experiencia personal.
Colaboro desde hace años con una pequeña protectora de animales de mi ciudad.
Además de “apadrinar” a uno de sus animales más veteranos, haciéndonos cargo de su
alimentación, en casa hemos acogido a cinco animales que fueron felizmente adoptados tras
convivir unos meses con nosotros y nuestra perra Leia.
La decisión de ofrecernos como casa de acogida fue tomada con todas las dudas y miedos
que he comentado antes, pero una vez decidido ya no dimos vuelta atrás y jamás nos hemos
arrepentido. La primera acogida surgió cuando colaboramos en el transporte de una hembra
abandonada junto con su camada. Una de las cachorras fue nuestra primera acogida. Como
muchos sabréis, un cachorro exige mucha atención y trabajo, pero la labor de educar también es
muy gratificante. Esta primera cachorra se quedó unos meses en casa hasta que apareció una
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familia dispuesta a adoptarla. Por supuesto que fue duro volver a casa sin ella, pero también nos
compensó enormemente ver las ganas, el cariño y la ilusión de sus nuevos dueños.
Como la experiencia había sido positiva, durante el año siguiente acogimos a otras dos
cachorras. Tanto ellas como la primera salieron de nuestra casa con las nociones básicas para la
convivencia en un piso muy bien aprendidas, en parte gracias al buen ejemplo de nuestra perra
Leia.
Unos meses más tarde tuvimos nuestra primera experiencia con un animal adulto. Se trataba
de una perra de tamaño pequeño y unos cuatro o cinco años, que había sido atropellada y
necesitaba una casa de acogida en la que pasar el postoperatorio. Al principio fue difícil, estaba
tan asustada que no quería ni vernos y encima no podía caminar, pero a su asombrosa
recuperación física pronto se fueron sumando pequeños progresos en su relación con nosotros. No
tenía muchas posibilidades de ser
adoptada en su estado y a su edad,
pero pocos días antes de Navidad
apareció una adoptante y el flechazo
fue mutuo en cuanto se conocieron.
Para entonces, la perrita ya caminaba
bien, disfrutaba mucho de los paseos y
no se escondía cuando llegábamos a
casa, sino que buscaba nuestra
compañía.
Un año después acogimos a otra
hembra adulta, esta sin más traumas en
su pasado que un dueño que se cansó
de ella cuando dejó de ser una cachorrita simpática. Pasó unos meses con nosotros hasta que
también encontró su lugar.
En resumen, que todas nuestras experiencias como casa de acogida nos han dejado muy
buen sabor de boca. Es cierto que supone un trabajo “extra” durante las primeras semanas pero,
una vez superadas las dificultades iniciales, empiezas a entenderte con tu acogido y todo se vuelve
fácil. Por supuesto que dejan un vacío cuando se van, pero es un hueco temporal y muy pequeño
al lado de la enorme satisfacción de ser el trampolín desde el que un animal abandonado
encuentra su hogar definitivo.
Marta Currás
Página 7 Revista núm. 6, Julio-Agosto de 2013
Este último año ha
aparecido una nueva
vacuna: la vacuna de la
Leischmaniosi. En principio
las expectativas de los
propietarios eran muy
altas, todo el mundo
preguntaba cuándo
aparecería en el mercado
y que cómo era que
todavía no estuviese
disponible o si se pudiera
conseguir de importación.
Pero ahora que ya la
tenemos se ha dado un
fenómeno de desencanto
que resulta difícil de
explicar. Intentaré dar
respuesta a todas las
dudas y malentendidos
que se dan alrededor de
la vacuna, ya que
frecuentemente la gente
se confunde por todo lo
que lee en los diferentes
foros de Internet y que no
hacen otra cosa que
desinformar.
Primero, me gustaría
comentar que la
efectividad de la vacuna
es bastante alta. Es cierto
que no llega dar los
niveles de protección que
pueden dar vacunas
como la rabia o el bromo,
pero su efectividad se
mantiene alrededor del
90-95%. Y esto teniendo
presente que estamos
hablando de una vacuna
para un parásito (similar al
del paludismo humano). A
más a más, estudios
recientes indican que
incluso los perros que
contraen la enfermedad
estando vacunados han
desarrollado nuevas
formas de la enfermedad
más leves y benignas al
contrario de aquellos
perros que no habían
estado vacunados.
En segundo lugar, hablaré
de los efectos secundarios
que puede presentar la
aplicación de la vacuna,
no es un tema menor. Más
que entrar en el detalle
de cuáles son estos
efectos, me gustaría
aclarar un par de
conceptos que se ven
repetidos en los foros y
que pueden causar
confusión. En general en
los foros escribe gente
que ha tenido problemas,
por lo tanto están
sobrevalorados con
respecto a la gente que
no los ha tenido. Es
importante tener en
cuenta esta circunstancia
y no considerar una
verdad absoluta los datos
que se pueden obtener.
En realidad, según los
estudios realizados y la
suma de casos con
efectos adversos realizado
por las autoridades
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sanitarias, los efectos
adversos son ligeramente
superiores a las demás
vacunas y las reacciones
graves son muy poco
frecuentes.
En tercer lugar, me
gustaría hablar del tema
económico. Inmersos en
una crisis que parece no
tener fondo es una
cuestión que
forzosamente hemos de
tratar. El coste de la
vacunación completa y el
test de anticuerpos precio
que se ha de realizar el
primer año, es claramente
elevado. Pero si lo
comparamos con el coste
del tratamiento y los
controles analíticos
necesarios en el casa que
nuestro perro contraiga la
enfermedad, resulta ser un
ahorro considerable. Hay
que pensar que en
determinadas zonas un
50% de los perros tienen el
parásito, a pesar que no
todos desarrollaran la
enfermedad.
Creo que estaremos de
acuerdo en que la
Leishmaniosis es una
enfermedad
extremadamente grave,
muy frecuente en nuestro
país. Y que por el
momento, la prevención
más efectiva es la
vacunación
acompañada de otros
apoyos como los collares
antiparasitarios y evitar
que el perro no salga ni al
anochecer ni al
amanecer, horas en las
que es máximo el número
de mosquitos. Pero el
núcleo continua siendo la
vacunación y la existencia
de un porcentaje bajo de
efectos secundarios no
justifica no llevarla a
término. Por último,
tenemos que decir que, si
bien, la vacunación no es
obligatoria, el ponerla es
un acto de
responsabilidad para
nuestro perro, para
protegerle de una
dolencia tan grave.
Jordi Cuartiella,
veterinario
Página 9 Revista núm. 7, Octubre de 2013
La leishmaniasis (o leishmaniosis) es una enfermedad zoonótica causada por un
protozoo del género Leishmania y transmitido por la picadura de mosquitos de
los géneros Phlebotomus en Europa, África y Asia y Lutzomyia en América. Las
manifestaciones clínicas de la enfermedad van desde úlceras cutáneas que
cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales en las cuales se presenta
inflamación grave del hígado y del bazo. La enfermedad, por su naturaleza zoonótica, afecta tanto a perros como a humanos.
Seguro que todos los que tenéis algún animal de
compañía sabéis de sobra que el tenerlos aporta al ser
humano unos beneficios mucho mayores a la simple
compañía. Pero lo que igual no sabíais es que hay
estudios científicos que demuestran muchos beneficios
que los animales aportan a la salud de aquellas personas
que conviven con ellos.
Tener animales, en especial perros o gatos, no solo es una
cuestión de tener compañía, son excelentes compañeros
y su lealtad es para toda la vida. Pero además, según los
expertos, los beneficios de tener un animal de compañía
se extienden a los tres niveles: físico, psicológico y social.
En el caso de los niños, los que crecen en familias con mascotas suelen ser más responsables, más
compasivos, más generosos y mucho más inmunes a ciertas enfermedades. Además, en niños con
trastornos emocionales, facilitan el aprendizaje de las matemáticas, elevan la autoestima y ayudan
a entender mejor la vida y la muerte.
En el caso de las personas mayores, los animales les ayudan a mejorar la autoestima al
tener una ocupación y responsabilidad diaria. También favorecen la vitalidad, con lo cual
reducen ciertos sentimientos como tristeza, ansiedad y depresión.
Gracias a todos estos beneficios en muchos lugares se aplica la denominada terapia asistida por
animales de compañía, que consiste en la participación de estas mascotas en intervenciones
terapéuticas aprovechando que el animal puede ser un puente de comunicación entre el
terapeuta y el paciente. Su efecto terapéutico es más patente en los niños y ancianos, pero
también beneficia a personas autistas, enfermos del corazón, con parálisis cerebral, con
enfermedades terminales o mentales, con trastornos de comportamiento o que han sido víctimas de
violaciones.
Además de todo esto, tener un animal en casa, puede reducir el riesgo de enfermedades del
corazón. Así lo indica una declaración científica de la Asociación Americana del Corazón,
publicada en la edición online de su revista Circulation. No es causa directa, pero... La investigación
muestra que tener una mascota está probablemente asociado a una reducción de los factores de
riesgo de enfermedades del corazón y el aumento de la supervivencia de los pacientes. Esto es
debido a que las mascotas pueden disminuir la presión arterial de las personas, esto no es una mera
apreciación sino que estudios médicos revelan que los dueños de mascotas tienen una presión
sistólica y los triglicéridos en el plasma sanguíneo significativamente más bajos que los que no los
tienen, ya que estos animales pueden tener un efecto positivo en las reacciones del cuerpo al
estrés.
En conclusión, tener una mascota bien cuidada en nuestro hogar nos aportará, además de alegría,
una vida más saludable.
Neus Barroso Vea, Psicóloga y Psicopedagoga
Página 10 Revista núm. 7, Octubre de 2013
LOS PERROS SON CAPACES DE SENTIR EL DOLOR HUMANO Si bien toda persona que haya formado
un vínculo con su perro ha sentido más de
alguna vez que este la comprende, hoy se
puede afirmar científicamente que los
perros sienten el dolor de las personas y
que también buscan aliviarlo.
Así lo desveló un estudio realizado en la
Universidad de Goldsmiths, en Londres, en
manos de psicólogos que luego de una
serie de experimentos comprobaron que
los perros sienten el dolor o tristeza
humana.
En el experimento, 18 perros fueron
expuestos a diferentes personas, entre los
que se encontraban los mismos dueños y
otros extraños, quienes debieron realizar
varias expresiones como hablar, susurrar o
tararear, pero no fue hasta
que alguno fingió llorar
cuando los perros adoptaron
una actitud sumisa buscando
de inmediato el contacto
físico como una forma de
aliviar.
Según lo informado por los
expertos, todos los perros
fueron capaces de distinguir
cuando las personas se mostraron tristes,
manifestando una actitud alerta que no se
daba en las otras expresiones. Además, la
constante fue la forma sumisa que
adoptaron frente a esa situación, aún sin
que fuera su dueño, lo que le da un
carácter empático a la respuesta.
La idea de generar distintos ruidos o
expresiones fue para descartar que, por
ejemplo, la preocupación que mostraron
al llanto de las personas no fuera mera
curiosidad. Cuando los voluntarios
realizaron el tarareo no pasó
desapercibido para ellos, pero sin
embargo, la actitud fue otra. Fue un
sonido nuevo que llamó su atención, pero
no los “conmovió”.
Por otro lado, expertos en el tema también
explican que muchos pueden dudar de la
capacidad intelectual o emocional de los
canes, debido a que estos reaccionaron
frente a situaciones fingidas. Sin embargo,
es muy importante aclarar que no es un
“problema” de los perros el no diferenciar
cuando un sentimiento es real o no.
Nuestro mismo cerebro no distingue si un
sentimiento está siendo fingido o no, por lo
que eso no altera los
resultados del
experimento.
Si bien la capacidad
empática de los perros
hacia los humanos no
es la misma que de los
humanos a los perros,
las personas que
logran un vínculo con
mascotas, pueden llegar a una fidelidad
tal que logran sentir como propio el dolor
que puedan sentir ellos. Así también,
muchos consiguen ser un miembro más de
la familia, por lo que su pérdida llega a
sentirse casi igual que si muriera un familiar.
Finalmente, estos estudios sólo vienen a
confirmar lo que cada una de las personas
sabe y siente por sus amigos fieles.
Página 11 Revista núm. 7, Octubre de 2013
Good trainer, good dog!
Sonia Losada
Educadora canina
Adiestramiento
Problemas de conducta
Telf. 656 69 55 32
www.xilas.es
.
Página 12 Revista núm. 7, Octubre de 2013
SERVICIOS DE INTERÉS
Problemas de conducta y educación: Yohanna y Mireia (ZENDOG) Llamar al 626584719
Fauno Taxi, transporte de animales en Barcelona (servicio 24h) Llamar al 626728936
Web de hoteles en Cataluña donde admiten mascotas (Clicar sobre el texto)
Georgina. Tienda, peluquería canina y canguro. Llamar al 607 712 845. Tienda El meu amic 93 419 32 89
CONSEJOS SOBRE NUESTRAS MASCOTAS
Los parásitos intestinales son frecuentes en nuestras mascotas, y en el parque o por la calle es
probable que nuestro perro lama alguna zona contaminada y los adquiera, lo que puede tener
consecuencias muy serias para su salud y la nuestra. Es por ello que debe realizarse
permanentemente (cada tres meses) una adecuada desparasitación, de acuerdo con las
indicaciones de tu veterinario.
Tú tienes tus derechos, los animales también, respétaselos.
Si a ti no te gustan las mascotas, no las tengas. Es tu derecho. El mío, es poder tenerlas.
Si tienes un perro harás ejercicio al sacarlo a pasear, y conocerás nuevas personas, con lo que te
favorecerá la salud física y psíquica.
Mascota en casa:
Beagle Esta sección va destinada a ofrecer los conocimientos mínimos necesarios sobre cada una de las razas más comunes para poder realizar una elección a quien esté interesado en adquirir un animal de compañía de acuerdo con sus necesidades y gustos personales.
Orígenes Hacia el año 1600 aparece por primera vez la palabra Beagle para definir un tipo muy específico de perro buscador y de rastreo. A partir de 1650 todas las familias reales británicas tenían sus camadas particulares de Beagles y las utilizaban para la caza del conejo, faisán, zorro, etc. Durante la II Guerra Mundial la población de Beagles decreció enormemente y se extinguieron numerosas líneas de sangre. Los cazadores y criadores que trabajaron para relanzar la raza buscaron los mejores
ejemplares para homogeneizar la casta, desapareciendo los ejemplares más pequeños y los más grandes, eligiendo por tanto un formato medio pero fuerte y robusto, no muy alto de patas pero con un aspecto proporcionado y muy cuadrado. Actualmente el Beagle se sigue utilizando para la caza, pero ha acabado siendo un perro de compañía muy apreciado por su excelente carácter y su tamaño.
Características generales Altura en la cruz: Entre 33 y 41 cm Pelaje: corto, muy denso y resistente, con color blanco –marrón o blanco-negro-marrón.. Cabeza: grande y potente en los machos y más fina en las hembras. Orejas: grandes que cuelgan al lado de la cara con la parte
baja redonda. Trufa: Siempre negra con las fosas nasales fuertes y bien abiertas. Cola: la lleva en posición vertical, fuerte en la base y estrecha en la punta. Musculatura: muy desarrollada en las patas y tronco. Longevidad: Entre 12 y 15 años
Carácter Afectuoso, alegre y simpáticos. Grandes amigos de los niños, nada agresivos ni tímidos, muy sociables. Son perros muy valientes pero a la vez sensibles.
Cualidades Les gusta mucho comer y por ello a base de premios, se puede conseguir un gran nivel de obediencia.
Para ser un responsable perfecto Hay que conseguir que diariamente realice una buena dosis de ejercicios físicos, no ceder nunca a sus caprichos (son unos verdaderos chantajistas emocionales). Enseñarle desde muy pequeño lo que puede morder y lo que no y dejar que se relacione libremente con otros perros.
Página 13 Revista núm. 7, Octubre de 2013
Cuando Berg vino a casa, nosotros
teníamos todos los vicios del que ha cuidado
de un perro desde los dos meses hasta los
catorce años.
Nuestra nueva mascota llegó después
de un año y medio de soledad y añoranza.
Habíamos repetido un millón de veces que
jamás volveríamos a tener otro, que la
despedida y la ausencia son trances
demasiado dolorosos para soportarlos dos
veces, que nadie sería como Golfo…
Y llegó Berg. Estaba solo, maltratado,
carente de cariño, asustado y cuando lo
vimos no tuvimos corazón para olvidarnos de
él y seguir nuestro camino como si jamás lo
hubiésemos conocido. Así que abrimos de
nuevo las puertas de nuestra casa y de
nuestra alma para intentar darle todo aquello
que hasta entonces le había sido negado.
Golfo había sido un perro alegre, feliz,
con su rabo en constante movimiento, casi
podíamos ver un sonrisa en su cara. Era dócil,
obediente, cariñoso, juguetón, bueno con las
personas, cauteloso con sus congéneres.
Llenaba toda la casa con su presencia, nos
seguía a todas partes. Era la felicidad hecha
perro. Y guapo, muy, muy guapo.
Cuando Berg entró en casa por primera
vez, apenas se atrevía a andar. Le hizo mucha
ilusión su cama e hizo de ella su “rincón”. Allí se
sentía protegido.
Se lanzó a su plato y devoró la comida.
Nos miraba con ojos llenos de miedo y
desconfianza, unos ojos que jamás habíamos
visto en ningún perro. Durante una semana
apenas durmió porque vigilaba cada
movimiento nuestro. Se negaba a salir a la
calle y había que luchar con él para ponerle
el petral y sacarle a pasear.
Me mordió dos veces. Sólo quiso
marcarme y lo hizo, pero no sólo en mi brazo,
sino también en mi ánimo. ¡Cómo añoraba mi
Golfo! Él jamás me habría enseñado los
dientes. ¿Dónde estaba la alegría? ¿Dónde el
amor?
Berg llegó con siete años repletos de
traumas y nosotros tuvimos que aprender de
él, de su infinito sufrimiento, de su hambre de
caricias, de sus miedos, de su tristeza.
La aventura de adoptar
Página 14 Revista núm. 7, Octubre de 2013
Berg
Nos dimos cuenta de que esta
experiencia iba a ser completamente distinta
a la de criar a un cachorro. Aquí teníamos que
ejercitar la paciencia y la comprensión para
intentar dar a Berg lo que necesitaba, para
que poco a poco, fuese dejando su antigua
vida, como se abandona un pesado lastre y
fuese consciente de que sus penas se habían
terminado.
Un fin de semana, nos lo llevamos a la
montaña y descubrimos su terror a las alturas
(¿se cayó? ¿Lo tiraron?) En otra ocasión,
cuando se puso a llorar en un párking,
comprendimos que tenía pánico a los
subterráneos (¿habrá estado confinado en un
sótano?). Cada gesto, cada reacción nos ha
ido dando datos sobre su vida y nos ha
permitido ayudarle.
Llegó Junio y con él, los petardos. Golfo
reaccionaba ladrando airado, echando
broncas a diestro y siniestro desde la terraza.
Berg se escondió entre nuestras piernas,
temblando descontrolado. Apenas comía y se
negó a salir a la calle, de nuevo. Para San
Juan, nos lo llevamos fuera de Barcelona y
después de tres días en el campo, al volver a
casa, era otro perro.
Dentro de unos días hará ocho meses
que estamos juntos y nuestra satisfacción es
enorme porque podemos decir que Berg es
feliz. Ya ha aprendido a correr (a pesar de sus
patas rotas y mal soldadas), anda por la casa
sintiéndola suya, tiene amigos en el barrio y
sonríe. Sonríe con su rabo y con todo su
cuerpo. Nos quiere.
Hemos sufrido juntos, hemos disfrutado
juntos. Confía en nosotros. Se siente seguro y
nos lo demuestra.
Ha sido una aventura maravillosa,
diferente a la anterior, pero también
apasionante.
Y es cierto: no hay nadie como Golfo, ni
nunca lo habrá.
Berg es Berg y tampoco jamás habrá
nadie como él.
Pepita Meyniel
Página 15 Revista núm. 7, Octubre de 2013
Golfo
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